Bourdieu Merton
Bourdieu Merton
Bourdieu Merton
Bourdieu retoma a Merton allí donde el mismo comulga con sus ideas de juego
de fuerzas al interior de un campo. “A menudo he sostenido que si hay una
verdad, es que la verdad es el objetivo de las luchas (enjeu de luttes)”1, dice
Bourdieu tras citar a Merton refiriéndose a que los científicos son grupos en
conflicto que desean imponer su interpretación de lo que eran, son y serán las
cosas. (297) Para Bourdieu la tarea central de la ciencia de la ciencia consiste
en establecer lo que el campo científico tiene en común con otros campos -el
campo religioso, el campo filosófico, el campo artístico, etc.- y en qué sentidos
es diferente y también único.
1 “I have often stated that if there is a truth, it is that truth is the stake of struggles (enjeu
de luttes)”. (p.297)
1
universalismo, comunismo intelectual, desinterés y escepticismo, y, por otro
lado, la estructura social del universo científico, los mecanismos que tienden a
asegurar el ‘control’ y la comunicación, la evaluación y la recompensa, el
reclutamiento y el entrenarse. Aún es en esta misma relación que reside la
fundación de la especificidad del campo científico. Es en esta misma relación
que encontramos la base de la verdad dual que define su especificidad e
igualmente elude a ambas: la visión idealizada e ingenuamente armoniosa del
‘programa Mertoniano’ y la visión reduccionista e ingenuamente cínica de los
impulsores del ‘programa fuerte’”. (298)
“La libido sciendi, como cualquier pasión, puede estar en la base de todo tipo
de acciones que violan las normas ideales descubiertas por Merton, tanto en el
caso de las más duras luchas por la propiedad de los descubrimientos (tan
juiciosamente analizados por Merton mismo), o en las prácticas de plagio, más
o menos bien conciliadas, o en las estrategias de bluff y de imposición
simbólica de la cual hemos encontrado algunos ejemplos arriba. Pero la misma
libido sciendi puede también estar en la base de todas las virtudes científicas
cuando, de acuerdo con el modelo Maquiavélico, las leyes positivas de la
Ciudad Científica son tales que los ciudadanos de la ciencia tienen un interés
en la virtud; o aún mejor, cuando el ‘sistema de recompensas distintivo de la
institución social de la ciencia’ (Merton, 1973: 371-82) o las leyes que
determinan los premios materiales y simbólicos asociados a las actividades
científicas y a los trabajos científicos son tales que imponen en la práctica -más
allá de cualquier mandato normativo y, más a menudo que no, a través de las
disposiciones del habitus científico que son progresivamente ajustados a los
requerimientos de esas leyes- las normas cognitivas hacia las cuales los
investigadores deben voluntariosamente someterse al establecer la validez de
sus afirmaciones. En un campo científico que ha obtenido un alto grado de
autonomía (que hoy no es el caso de la sociología), los móviles 5 de la libido
dominandi científica sólo pueden ser satisfechos/as bajo la condición de que
se sometan a la específica censura del campo, lo cual requiere de ellos que
tomen el camino de la razón científica y de un diálogo argumentativo tal como
sean definidos por el campo, lo que es decir, que se sublimen en una libido
sciendi que puede triunfar sobre sus adversarios solamente si se adecua a las
reglas del juego, oponiendo teorema a teorema, refutación a demostración,
hecho científico a otro hecho científico. Tal es el principio de la alquimia que
transmuta el apetito por el reconocimiento (appétit de reconnaissance) en un
interés en el conocimiento (intérêt de connaissance)”. (300)
Además Bourdieu intenta refutar una de las afirmaciones más polémicas del PF
→ su relativismo
↓
La imposibilidad de responder definitivamente esta cuestión (por la naturaleza
metafísica de la pregunta sobre la existencia o no de la Razón) condujo a los
estudios de la ccia a investigaciones más estrictamente empíricas.