Articulo Sobre Union de Hecho
Articulo Sobre Union de Hecho
Articulo Sobre Union de Hecho
RESUMEN ABSTRACT
La presente investigación tiene por finalidad The purpose of the present investigation is to
determinar las razones jurídicas que sirven de determine the legal reasons that support the validity
sustento para la validez del derecho sucesorio en las of the inheritance law in the de facto unions in the
uniones de hecho propia en el ordenamiento jurídico Peruvian legal system.
peruano.
La Hipótesis contrastada a través del método de The Hypothesis contrasted through the method of
hermenéutica jurídica, dogmática jurídica, con el legal hermeneutics, legal dogmatic, with the
estudio constitucional, normativo, doctrinario, de constitutional, normative, doctrinal study, of national
derecho nacional y comparado, llegando a la and comparative law, concluding that being the union
conclusión de que siendo la unión de hecho propia of own fact a form of constituting a home deserves the
una forma de constituir un hogar merece la atención attention of the Peruvian State, since the family is the
del Estado Peruano, por ser la familia el núcleo main nucleus of protection of a society; The equality
principal de protección de una sociedad; la igualdad of succession rights between spouses and
de derechos sucesorios entre cónyuges y cohabitants, responds to art. 2 nd paragraph 2) of our
convivientes, responde al art. 2° inciso 2) de nuestra Constitution, which indicates equality before the law
Constitución, el mismo que señala la igualdad ante la and non-discrimination for different reasons of any
ley y la no discriminación por diferentes motivos de kind; The need to regulate it is manifested by the
cualquier índole; la necesidad de regularlo se increase of self-made unions in Peru, and its non-
manifiesta por el incremento de las uniones de hecho recognition would only reveal factors of inequality
propia en el Perú, y su no reconocimiento sólo and violation of the right of freedom of the couples
revelaría factores de desigualdad y vulneración del that make up the unions in fact, as well as their legal
derecho de libertad de las parejas que conforman las protection patrimonial.
uniones de hecho propia, así como su protección
jurídico patrimonial.
*
Docente en la Escuela de Sub Oficiales de la Policía Nacional del Perú - Cajamarca. Bachiller en Derecho y
Ciencia Política por la UPAGU. E-mail: k.albro.14@gmail.com.
†
Técnico Penitenciario en el Instituto Nacional Penitenciario – INPE, Cajamarca – Perú. Bachiller en Derecho
y Ciencia Política por la UPAGU. E-mail: tavaramar@gmail.com
Citar como: Alvarado Brophy, K. N. & Távara Del Águila, M. A. (2016). Las razones jurídicas del Derecho
sucesorio en las uniones de hecho del ordenamiento jurídico peruano. NOUS, Revista de Investigación Jurídica
de Estudiantes. VII (9), pp. 161-225, Cajamarca: UPAGU.
1. Planteamiento del problema de investigación
El Derecho existe para el hombre y no a la inversa (García Figueroa, 2005, p. 180), nace
para cubrir las necesidades de la sociedad y es por esta razón que está obligado a innovar sus
principios, normas, generando nuevas teorías doctrinarias que se ajusten y resuelvan los
problemas jurídicos que se presentan en nuestra realidad. Tarea asumida por el legislador
peruano, aunque, en algunas materias del derecho civil, existen dificultades jurídicas sin
resolver, por lo que se tienen que interpretar, discutir y regular. Tal es el caso del fenómeno
jurídico de la unión de hecho en materia sucesoria.
Al margen de lo mencionado consideramos que la unión de hecho propia origina una serie
de relaciones parecidas a las que nacen del matrimonio, a pesar de no ser regulada en un
sistema integral de normas, cumplen con similares condiciones: relación de pareja, afecto a
los hijos; obligación de alimentarlos; educarlos, coexistencia, sostienen el hogar, y se deben
recíprocamente fidelidad, por el simple hecho de amarse y respetarse. Es una cuestión de
moral, evitar la poligamia, algo que no puede resolver el matrimonio ni el derecho en general.
“Surgiendo de la unión de hecho una familia, ésta merece la protección que confiere el
ordenamiento jurídico a la institución, sin desconocer que debe promoverse al matrimonio
como su base de constitución” (Plácido Vilcachagua, 2002, p. 294). En ese sentido la
legislación peruana a intentado proteger y fortalecer a la familia y al matrimonio de manera
constante, creando un conjunto de normas integrales que permiten su conservación,
promoviendo medidas para que las uniones de hecho propias puedan formalizar su situación
mediante el matrimonio; pero en la realidad no sólo depende de la celebración de este acto
jurídico formal para que este objetivo se cumpla, pues muchas veces ha quedado demostrado
que los convivientes desempeñan mejor que los cónyuges, las relaciones familiares que de
su unión voluntaria surge.
En materia sucesoria, que por cierto en el Perú, era un derecho no reconocido para los
convivientes hasta antes de la reciente forma de igualdad entre ambas instituciones y “la
mejor manera de hacer una inclusión social efectiva a los convivientes” (Espinoza Espinoza,
2013, p. 13), ha sido la promulgación de la Ley Nro. 30007, que tiene como objeto según,
prescribe su art. 1° “(…) reconocer derechos sucesorios entre un varón y una mujer, libres de
impedimentos matrimoniales, que conforman una unión de hecho”. Sin duda alguna, ha sido
un avance valioso que aún tiene muchos vacíos legales, por eso notamos la necesidad de
plantear las razones jurídicas que sirven de sustento para la validez de los derechos sucesorios
entre los convivientes, pregunta que aún no se ha respondido de manera clara, tampoco se ha
precisado jurídicamente ni argumentativamente los motivos del porqué se ha tenido en cuenta
otorgar dicha protección, simplemente el Proyecto Ley N° 1184/2011-PE, hace una mera
exposición de motivos de manera superficial basándose en la normatividad extranjera
existente.
2. Antecedentes
Al haber realizado una revisión bibliográfica local, no se encontró evidencia en la región
de Cajamarca sobre antecedentes relacionados directamente con el problema de nuestra
investigación. A nivel nacional e internacional se he encontrado trabajos de investigación
similares al nuestro, los cuales detallaremos a continuación:
El primero pertenece a María del Carmen Corral Gijón del año 2001, para optar por el
título profesional de Abogada con la tesis que titula “Las uniones de hecho y sus efectos
patrimoniales”. Llegando a la siguiente conclusión:
Las uniones de hecho constituyen un fenómeno cada vez más frecuente por la
concurrencia de diversos motivos que se dan en la sociedad actual y que poco o nada
tienen que ver con los precedentes originarios de esta figura en la época romana o en los
propios de nuestra historia. Lo cierto es que, por su generalidad y extensión, pueden
suponer un serio problema que alcance a dañar la familia tradicional, y sobre todo, al
concepto religioso del matrimonio. Sin embargo, aun considerando en todo el valor que
tienen esos principios morales, la propia Iglesia ha tenido que admitir que hay poderosas
razones sociológicas que inducen a contemplar el fenómeno con una mayor permisividad,
estudiando las circunstancias caso por caso. Varias legislaciones admiten claramente estas
uniones, dotándolas de una regulación suficiente con el fin de evitar los problemas que
podrían surgir si se tratase de ignorarlas.
El segundo trabajo pertenece a Juan Andrés Varas Braun del año 2010, para optar por el
título profesional de abogado, en la tesis que titula “Uniones de Hecho y Derecho Sucesorio.
Libertad de Testar, para Solteros sin Hijos en Chile”. Llegando a la siguiente conclusión:
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fundamenta en la autonomía de la voluntad de quienes la integran y que
en puridad se caracteriza por su informalidad en cuanto a su inicio y
desarrollo” (2011, 1, p. 389).
5. Discusión teórica
Frente a la regulación precaria de las uniones de hecho en el Ordenamiento Jurídico
Peruano y el sustento del reconocimiento del Derecho Sucesorio, no se tiene un soporte legal
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del porqué se debe reconocer el derecho hereditario a los compañeros sentimentales de las
parejas de hecho. Poco o nada se ha tenido en consideración para determinarlos. Creemos
que, a pesar de las investigaciones realizadas sobre este tema, que a decir verdad son pocas,
no se ha esclarecido los motivos desde un punto jurídico, para considerar que el derecho
sucesorio se debe reconocer también en condición de inclusión a los convivientes. Es
necesario escarbar en el Derecho Sucesorio, para tratar de encontrar estas respuestas que aún
no han sido contestadas de manera concreta por la doctrina o legislación peruana, o en todo
caso la exposición de motivos, resulta muy escueta y sucinta. Por otro lado, es una realidad
que sucede en países como Chile, España, etc. Los mismos que siguen buscando el sustento
legal que ampare en materia sucesoria a las uniones de hecho, pues la principal razón es la
protección de familia extramatrimonial, deber primordial que el Estado debe cumplir.
No se trata pues sólo de una cuestión de inclusión social o igualdad de los convivientes,
sino de que se dé la importancia y protección a este tipo de familias extramatrimoniales
constituidas en una unión de hecho propia. Lo que hablamos se sustenta por ejemplo en la
posición legal sobre familia que tiene Bolivia, en este país se ha dedicado 15 artículos que
hablan sobre la unión de hecho en el Código de Familia, cabe resaltar que se da tal protección
al conviviente que éste incluso no puede contraer matrimonio con otra persona, si convive
con alguien, evitando así una convivencia paralela, que no tiene impedimentos
matrimoniales; pero si de convivencia. Es evidente que, en este tipo de legislación, lo que se
pretende es defender ante nada a la unidad familiar como núcleo de su sociedad, en tal sentido
posee y se reconoce derechos sucesorios similares.
6. Hipótesis de investigación
Las razones jurídicas que sirven de sustento para el reconocimiento del Derecho Sucesorio
en las Uniones de Hecho en el Ordenamiento Jurídico Peruano son, la protección de la familia
no matrimonial como fundamento del reconocimiento de los derechos sucesorios en las
uniones de hecho propia, la igualdad de derechos sucesorios entres cónyuges y convivientes,
la necesidad de reconocer derechos hereditarios a los convivientes, el amparo y protección
jurídico patrimonial al conviviente supérstite.
7.1.1. Unión de hecho que cumple con los requisitos para ser admitida
(unión de hecho propia):
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“Es aquella unión que cumple con todos los requisitos establecidos por
nuestra normativa para generar efectos jurídicos, tanto personales como
patrimoniales”. (Varsi Rospigliosi, 2011, p. 395). Se refiere a la unión de
un hombre y una mujer que mantienen relaciones sexuales guardándose
fidelidad y compartiendo una vida en común, sin haberse sometido a
las formalidades prescritas por la ley para la celebración del matrimonio.
Sus elementos son: la unión entre un hombre y una mujer; la comunidad
de lecho, la comunidad de vida bajo el mismo techo; obligación de
fidelidad, por simple moral; la notoriedad de la comunidad de vida y la
ausencia de las formalidades prescritas para el matrimonio.
7.1.2. Unión de hecho que no cumple con los requisitos para ser admitida
(unión de hecho impropia)
La unión de hecho como menciona Varsi Rospigliosi “no cumple con los
elementos o requisitos para su reconocimiento formal. Esta unión de
hecho se presenta cuando dos personas que tienen impedimentos para
poder contraer matrimonio se unen entre sí” (2011, p. 399).
Ésta es la unión más o menos estable de un hombre y una mujer que
mantienen relaciones sexuales, sin someterse a las formalidades de la
convivencia perfecta; y es precisamente esta la concepción etimológica
del concubinato o unión libre, “concubere”. No es, pues, indispensable la
comunidad de habitación o de vida. No se precisa la notoriedad, ni la
fidelidad que se deben guardar entre sí los concubinos, ni la posibilidad
de poderse casarse entre sí. En suma, no es indispensable esa estabilidad
prolongada en el tiempo que contribuye o hace nacer ese ánimo de
asociación o de trabajo común. Es más bien esa comunidad afectiva que
mira única y exclusivamente a la mutua satisfacción del apetito sexual.
La apariencia implica un error que debe haber sido común. Desde luego,
no cabe exigir que todo el mundo se hubiera engañado efectivamente,
basta con que cada cual se hubiera podido engañar, siendo imposible o en
todo caso muy difícil, no engañarse, dada la situación de hecho.
7.3.1. Convivencia: Significa que la pareja de hecho propia, hace una vida en
común, participando en cada momento y compartiendo circunstancias
juntos, se constituyen en un mismo lugar o domicilio, uno y otro se
establecen como legalmente se dispone un hogar de hecho, descartando de
ésta las uniones esporádicas, o continuas (Medina, 1985, p.45)
El artículo 816° del Código Civil, modificado por la Ley N° 30007, que
prescribe las órdenes sucesorios, señala que
“Son herederos del primer orden, los hijos y demás descendientes; del
segundo orden los padres y demás ascendientes; del tercer orden el
cónyuge o, en su caso, el integrante sobreviniente de la unión de hecho;
del cuarto, quinto y sexto órdenes, respectivamente, los parientes
colaterales del segundo, tercer y cuarto grado de consanguinidad. El
cónyuge o, en su caso, el integrante sobreviniente de la unión de hecho
también es heredero en concurrencia con los herederos de los dos primeros
órdenes indicados en este artículo.”
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7.6.2. Derechos sucesorios en la unión de hecho propia
7.6.2.1. El conviviente y su derecho de herencia:
La Ley N° 30007, en su art. 2°, prescribe que “Para que la unión
de hecho dé lugar a derechos sucesorios es requisito que reúna las
condiciones señalas en el art. 326° del Código Civil y se encuentre
vigente al momento del fallecimiento de cualquier de sus
miembros”. Al art. 326°, se le ha incorporado en su último párrafo:
“Las uniones de hecho que reúnen las condiciones señaladas en el
presente artículo producen, respecto de sus miembros, derechos y
deberes sucesorios similares a los del matrimonio, por lo que las
disposiciones contenidas en los artículos 725°, 727°, 730°, 731°,
732°, 822°, 823°, 824° y 825° del Código Civil se aplican al
integrante sobreviviente de la unión de hecho en los términos en
que se aplicarían al cónyuge”, en tal sentido, partiendo de lo
prescrito en el primer párrafo del artículo en mención, sólo están
comprendidos aquellos convivientes que tengan una vida en
común continua, ininterrumpida y permanente de por lo menos 2
a más años, que no tengan impedimentos matrimoniales entre
ellos.
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para muchos resulta un jurídico injusto, porque desprovista probablemente la que
tuvo una convivencia mayor.
En el matrimonio, para que exista la sucesión hereditaria entre los cónyuges, debe
existir vigencia del vínculo matrimonial, de igual manera debería ser en el caso
de las uniones de hecho propia. Para su reconocimiento de vocación hereditario
no debería existir cese ni extinción de la relación convivencial propia.
Lo que implica que debe existir voluntad y acuerdo entre los convivientes para
el reconocimiento de su unión de hecho, por lo que es una solicitud bilateral, y si
dentro de los 15 días de plazo no se presentó ninguna oposición, el Notario deberá
levantar el acta correspondiente con el reconocimiento. El mismo que mandará
una copia al registro personal, para su inscripción.
Otro de los motivos con menor incidencia es, que algunas parejas optan por
la convivencia, porque desean sentirse más libres o porque con ello les
permite reevaluar y apreciar progresivamente los términos de su relación,
lo cual no es ilegal; ya que su propia Constitución los ampara y por tanto
se da una semejanza de derechos personales entre cónyuges y convivientes.
180
Por otro lado, las Comunidades Autónomas de España, han optado por
tener una Ley soberana frente a la regulación de las parejas de hecho, es
decir que existen leyes muy heterogéneas entre sí. En materia sucesoria,
por ejemplo, de manera general, el Código Civil español no reconoce
derechos hereditarios a las parejas de hecho, sin perjuicio de que puedan
ser incluidas en testamento, entonces la única manera de remediar este
problema es haciéndoles testamento. Sin embargo, debido a la
característica peculiar del derecho civil en España donde no existe una sola
legislación aplicable a todo el Estado, algunas Comunidades Autónomas
les determinan su reconocimiento, por ejemplo en Cataluña la pareja de
hecho heterosexual posee derechos sucesorios muy limitados, a diferencia
de la pareja de hecho homosexual, en Aragón las parejas de hecho tiene
derechos sucesorios, en Baleares bajo previa inscripción registral, los
convivientes poseen los mismo derechos sucesoriales al igual que los
cónyuges sobrevinientes, lo mismo en Andalucía donde el requisito es un
año de convivencia y en Vasco, con la Ley N° 3/1992, se le reconoce a los
compañeros sentimentales las mismas condiciones de igualdad que a los
casados.
8.3. Chile
El Estado chileno tiene una ausencia legal sobre el reconocimiento de las uniones
de hecho y más aún de los derechos sucesorios, como es conocido tienen algunas
normas legales que le dan cierto tratamiento, en Derecho de la familia únicamente
la filiación no matrimonial, o en el caso de seguridad social referido a pensión de
sobrevivencia. Desde el año 2013 se viene intentado presentar a su parlamento con
cierta periodicidad, iniciativas de ley que intentan, con más o menos generalidad,
pero casi siempre sobre la base de la celebración de un contrato civil, resolver la
ausencia actual de regulación global del fenómeno.
8.4. Bolivia
La Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia, reconoce a las
uniones de hecho en su artículo 63° inciso 2), la misma que prescribe: “Las uniones
libres o de hecho que reúnan condiciones de estabilidad y singularidad, y sean
mantenidas entre una mujer y un hombre sin impedimento legal, producirán los
mismos efectos que el matrimonio civil, tanto en las relaciones personales y
patrimoniales de los convivientes como en lo que respecta a las hijas e hijos
adoptados o nacidos de aquéllas. En su art. 64° inciso 1) “Los cónyuges o
convivientes tienen el deber de atender, en igualdad de condiciones y mediante el
esfuerzo común, el mantenimiento y responsabilidad del hogar, la educación y
formación integral de las hijas e hijos mientras sean menores o tengan alguna
discapacidad.
El artículo 1109° del Código Civil boliviano de 1975, prescribe que “las uniones
conyugales libres o de hecho reconocidas por la Constitución Política del Estado
y el Código de Familia, producen, respecto a los convivientes, efectos sucesorios
similares a los del matrimonio, Por otro lado, el Código Civil de Bolivia, le ha
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dado un conjunto de normas integrales y sistémicas a las uniones de hechos en el
Código de Familia, en su Título V, sobre Las Uniones Libres o de Hecho del art.
158° al 171°. Así como los arts. 1061°, 1062°, 1063°, 1064° y 1108° de Código
Civil Boliviano, que a la letra reza:
“Art. 1061°: Si el difunto no deja descendientes ni hijo adoptivo, ni
ascendientes, la legítima perteneciente al cónyuge o conviviente es de las dos
terceras partes del patrimonio; la tercera parte restante constituye la porción
disponible que el de cujus puede destinar a liberalidades, sea mediante
donaciones o mediante legados, en favor de sus parientes o extraños”.
“Art. 1062°: Si el difunto ha dejado uno o más hijos y cónyuge o conviviente,
la legítima de todos ellos y la porción disponible es la misma señalada en el
Artículo 1059”.
“Art. 1063°: Si el difunto ha dejado uno o más ascendientes y cónyuge o
conviviente, la legítima de todos ellos y la porción disponible son las señaladas
en el artículo 1060°”.
“Art. 1108° Las uniones conyugales libres o de hecho reconocidas por la
Constitución Política del Estado y el Código de Familia, producen respecto a
los convivientes, efectos sucesorios similares a los del matrimonio. (Artículo
194 de la Constitución Política del Estado)”.
Consideramos que, a nivel de América del Sur, Bolivia le ha dado más importancia
y reconocimiento a las uniones de hecho, en 15° artículos que prescriben desde su
constitución, hasta su disolución, la razón jurídica principal es la Protección de la
Familia, como núcleo de una sociedad . Y en su propia Constitución donde le
otorga el mismo trato que al matrimonio. Este si es un avance notorio que
trasciende a los esfuerzos realizados en el Perú, para su tratamiento y
reconocimiento.
8.5. Colombia
Al igual que en otros países, Colombia ha resuelto a través de su jurisprudencia los
problemas y consecuencias que tenían la separación de las parejas constituidas en
una unión de hecho. La solución jurisprudencial fue la vía socorrida durante tanto
tiempo para arreglar los asuntos económicos de las parejas, declarando por ejemplo
la sociedad civil de gananciales, el enriquecimiento sin causa, entre otros. Pero las
decisiones asumidas por sus jueces, muchas veces en casos iguales resultaron
siendo diferentes.
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Debido a las propias necesidades de la sociedad en su país al igual que en otros,
adoptaron una vía legislativa que fue justamente la Ley N° 54 de 1990, dándole a
las uniones un cierto reconocimiento, aunque no cumplió con las expectativas, ni
dejó satisfecha a todos los que vivían en esa realidad, sobre todo para aquellos, que
al igual que nosotros piensan que el valor de proteger a la familia y la solidaridad,
son primordiales a cualquier otra razón, y ésta debe estar predicada en las
Constituciones, desde su inicio a fin.
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Pero la Sentencia Colombiana C -238/12, nos demuestra una clara aceptación del
país colombiano en reconocerles derechos sucesorios a los convivientes. En una
parte de su sentencia reza la siguiente:
Tanto el matrimonio como la unión libre dan origen a la familia y, con
independencia de la respectiva forma de constitución, así como existen
aspectos que implican diferenciación, los hay también que comportan
similitud, por lo cual la sola consideración de las diferencias no puede dar
lugar a aceptar, prima facie, que todo trato diverso deba ser aceptado,
debiéndose, entonces, analizar si en relación con una concreta materia cabe la
asimilación o se justifica el tratamiento dispar otorgado por el legislador.(SC
– 238/12)
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Es así que la Corte Colombiana en la misma Sentencia establece lo siguiente:
Así pues, para reparar la inconstitucionalidad de la omisión que se ha
verificado la Corte debe proyectar el contenido de la Constitución en lo
tocante a la protección a la familia y de los miembros de la pareja, así como
en lo referente al derecho a la igualdad, sobre la regulación incompleta de la
vocación hereditaria establecida en los artículos 1040, 1046 y 1047 del
Código Civil para que, de este modo, quepa entender que la mención del
cónyuge en esas disposiciones comprende al compañero o compañero
permanente, a quien así se le reconoce vocación hereditaria en la posición
allí mismo señalada. (SC-238/12).
De esta manera la jurisprudencia Colombia, suple este vacío legal y equipara a las
parejas sentimentales con los mismos derechos hereditarios que los cónyuges,
basándose en las mismas razones jurídicas que propugnamos, que son la protección
familiar y la igualdad derechos, que responden en el ordenamiento jurídico
peruano.
8.6. PANAMÁ
El art. 58° de la Constitución de la República de Panamá, concede a la unión
estable sin impedimentos matrimoniales, los mismos derechos y efectos que del
matrimonio civil, tal como reza: “La unión de hecho entre personas de distinto
sexo legalmente capacitadas para contraer matrimonio, mantenida durante cinco
años consecutivos en condiciones de singularidad y estabilidad, surtirá todos los
efectos del matrimonio civil. Para este fin, bastará que las partes interesadas
soliciten conjuntamente al Registro Civil la inscripción del matrimonio de hecho.
Cuando no se haya efectuado esa solicitud, el matrimonio podrá comprobarse, para
los efectos de la reclamación de sus derechos, por uno de los cónyuges u otro
interesado, mediante los trámites que determine la Ley. Podrán, no obstante,
oponerse a que se haga la inscripción o impugnarla después de hecha, el Ministerio
Público en interés de la moral y de la Ley, o los terceros que aleguen derechos
susceptibles de ser afectados por la inscripción, si la declaración fuere contraria a
la realidad de los hechos.”
Si revisamos su Código Civil y demás leyes habla de los derechos hereditarios del
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cónyuge, pero basta que la unión estable supere los 5 años más los requisitos
mínimos indicados, para que se equipare a la del matrimonio, en tal sentido no
existe ningún inconveniente en la aplicación de las normas prescritas para el
primero (matrimonio), evidentemente comparando con otras legislaciones
específicamente la nuestra, no hace esta distinción tan específica y peculiar.
Panamá en base al fundamento de la familia y la igualdad se ha preocupado por
reconocerlo constitucionalmente.
8.7. Argentina
En el ordenamiento jurídico argentino, no se encuentra constitucionalmente
regulado la figura jurídica de la unión de hecho, por lo que al igual que en
Colombia, la jurisprudencia y la ley, le ha reconocido ciertos derechos a los
compañeros sentimentales muy importantes tales como: a) indemnización a la
conviviente del trabajador fallecido, dentro de una relación laboral bajo contrato
de trabajo, b) pensión para la conviviente del trabajador fallecido, c) derecho a
permanencia en el inmueble tras el fallecimiento del conviviente locatario, y d)
ciertos beneficios previsionales: pensiones, obra social, lo que implica que el
sistema legal argentino en la actualidad muestra una total indiferencia jurídica en
las uniones de hecho heterosexuales, e incluso se ha dado más importancia y
polémica a las uniones civiles homosexuales. Por más que pasen años y toda una
vida juntos constituyendo una familia con hijos, su desprotección es notoria, a
pesar de que el Estado debe salvaguardar la integridad de la familia, sin importar
el tipo de la que esté constituida (Díaz Ríos, 2004, p.13)
Es decir, en Argentina, por lo menos hasta ahora, es típica la frase repetida como
justificación de que mientras los convivientes no resuelvan formalizar sus
relaciones sometiéndose a los ritos civiles del matrimonio que deben continuar
siendo el único medio de desencadenar los efectos legales del matrimonio válido.
Lo que nos parece contradictorio, porque no hace mucho promulgaron la ley de
matrimonio gay.
Es tiempo de que los Estados intervengan con normas particulares que corrijan las
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latentes inequidades que emergen en todo el mundo, y que estas políticas no
resulten peor que la enfermedad. Comparando con la legislación peruana,
Argentina no tiene reconocimiento ni Constitucional ni legal, sólo ha llegado de
manera muy restringida ser reconocida bajo ciertas regularidades a nivel
jurisprudencial.
8.8. Venezuela
En el ordenamiento jurídico venezolano “las parejas de hecho carecen de un
tratamiento unitario, sólo se contemplan algunos efectos aislados en diferentes
textos legales, y todos ellos son similares a los del matrimonio” (Gil Osuna, 2012,
p. 13).
8.9. Brasil
A diferencia de la realidad peruana, Brasil reconoce a las uniones de hecho en la
Constitución Política de la República Federativa de Brasil de 1988, en su art. 226°
inc. 3), que prescribe que: “la familia base de la sociedad, es objeto de especial
protección por el Estado, se reconoce la unión estable entre el hombre y la mujer
como entidad familiar, debiendo la ley facilitar su conversión en matrimonio”.
Luego recayó la tarea en la legislación del Código Civil en el año 2002 . La unión
de hecho en Brasil es una realidad muy común. Tanto así que desde sus inicios
cuando llegaron los colonizadores portugueses abandonaron a sus esposas y
prefirieron las relaciones convivenciales al llegar a Brasil. Resulta tan común la
convivencia, que la excepción es el matrimonio, a pesar de que ya hemos dicho
que la iglesia católica era más inquisidora que en estos tiempos.
El concubinato puro fue considerado en las ordenaciones filipinas como
una forma de matrimonio de hecho, mientras que se admitió la validez del
matrimonio religioso como un contrato particular firmado por dos testigos.
El matrimonio civil no se conocía. Fue con el Decreto 181 (24/1/1890) que
este tipo de matrimonio se instituyo en Brasil. A partir de entonces se
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formalizo, bajo las leyes del Estado, la constitución de la familia y paso a
no reconocerse efectos jurídicos a las uniones de hecho, así como al
matrimonio religioso y al matrimonio por contrato particular. A principios
del siglo XX, con el fin de proteger a la familia formada por lazos
matrimoniales, el Código Civil de 1916 no regulo las relaciones
extramatrimoniales. Pero, como advierte María Berenice Días, la
legislación fue más allá. Terminó castigando esos vínculos con la
prohibición de las donaciones, la institución del seguro y la imposibilidad
de la concubina de ser beneficiada por el testamento. Hasta 1977 no existía
la posibilidad de disolución del matrimonio, pero dicho factor no impidió
la formación de nuevas unidades familiares. Tal como señala la misma
autora, “no hay ninguna ley de dios ni de los hombres que prohíba al ser
humano buscar la felicidad”. Por tanto, cualquier unión constituida sin el
sello del matrimonio se llamaba concubinato. Los primeros fallos que
impulsan la constitución de una doctrina concubinaria aparecen en Brasil
en los años 60. En un intento de evitar las injusticias exacerbadas, las
soluciones a tales demandas solo regulaban los efectos patrimoniales de
aquellos vínculos afectivos que no cumplían las formalidades. En primer
momento, en situaciones donde las mujeres tenían un trabajo remunerado
y no tenían otra fuente de ingresos, los tribunales concedieron alimentos
“maquillados”, bajo el título de indemnización por los servicios
domésticos. Más adelante, con la inspiración de la doctrina y la
jurisprudencia francesa, la justicia paso a reconocer la existencia de una
sociedad de hecho, sin embargo, para la configuración de este instituto y la
posterior división de los bienes adquiridos durante la convivencia, se
necesitó probar la contribución real de cada parte en la constitución del
patrimonio. En 1963 esta solución se transformó en respuesta del Supremo
Tribunal Federal, la que, por muchas décadas, fue el pilar del “derecho
concubinario” en Brasil y referencia para toda la construcción doctrinal y
jurisprudencial sobre el tema. En 1964 se publicó la sentencia 382 del
Supremo Tribunal Federal, mediante la cual se dictaminó que la
convivencia bajo un mismo techo more uxorio no es indispensable para la
caracterización del concubinato. La Constitución brasileña de 1988, en el
artículo 226, en su artículo 1723, en ambos casos se va a empezar a
considerar a dicha terminología como concubinato puro. En tal sentido, el
termino concubinato, establecido en el artículo 1727 del Código, es
aplicable a las relaciones entre el hombre y la mujer impedidos de contraer
matrimonio. (Varsi Rospigliosi, 2011b, pp. 380-382).
El artículo 1723° del Código Civil de Brasil prescribe: “es reconocida como
entidad familiar la unión estable entre el hombre y la mujer, configurada por la
convivencia publica, continua y duradera y establecida con el objeto de
constitución de familia”. Y como para que no queden dudas que la equiparación
es plena en el artículo 1790° establece: “La compañera o el compañero participará
195
de la sucesión del otro, en cuanto a los bienes adquiridos onerosamente en la
vigencia de la unión estable, en las condiciones siguientes, con los herederos
forzosos, es así como Brasil, en el año 2002, equipara los derechos sucesorios de
los convivientes que fue la forma más común de generar una familia en Brasil a la
de los cónyuges, que fue la excepción que poco a poco tomó protagonismo. Su
razón principal se funda en la protección de la base de la sociedad (la familia),
situación y realidad inminentemente igual a la peruana.
8.10. Ecuador
Por los años 80 del siglo XX, la legislación ecuatoriana regulaba positivamente las
relaciones económicas jurídicas nacidas de la Unión de hecho, y es así como el R.
O. N° 399 del 29 de diciembre de 1982, se promulga la ley que regula las uniones
de hecho. De este modo el legislador ecuatoriano, ha considerado que la unión de
hecho funda efectos jurídicos en cuanto a las relaciones extramatrimoniales
duraderas y estables, así como debidamente consolidadas a través de la unión libre,
situación casi igual a la del matrimonio y esta tiene su razón de ser, en la vida
familiar ha sufrido cambios en la concepción jurídica, como es de conocimiento
general hoy existe igualdad de derecho entre hijos matrimoniales y
extramatrimoniales reconocidos, y de este modo aparece en su legislación la unión
de hecho con iguales derechos y obligaciones de quienes viven bajo el régimen de
196
matrimonio. La promulgación de esta ley, se basa en que las convivientes
específicamente tendrán los mismos derechos como si viviesen en unión
matrimonial, quedando atrás el criterio de mirar al concubinato como una afrenta
a las buenas costumbres. El Art. 68 de la Constitución Política del Ecuador reza:
"la unión estable y monogámica entre dos personas libres de vínculo matrimonial
que formen un hogar de hecho, por el lapso y bajo las condiciones y circunstancias
que señale la ley, genera de los mismo derechos y obligaciones que tienen las
familias constituidas mediante matrimonio.
Por lo que responde básicamente a la familia, vemos que estas promulgaciones son
más antiguas que en el Perú, es decir su tratamiento ya tiene más de una década en
materia sucesoria a diferencia de la nuestra que tiene sólo 3 años de regulada.
197
9. Reconocimiento del derecho sucesorio en las uniones de hecho en el ordenamiento
jurídico peruano
9.1. Razones jurídicas del reconocimiento del derecho sucesorio en las uniones de
hecho propias
- Protección de la familia
El tema sobre el Derecho de sucesiones es un tema tan arcaico como el derecho a
la propiedad, son figuras adoptadas por casi todas las civilizaciones a nivel
universal, antecedente que permite establecer que han sido instituciones jurídicas
de naturaleza inherente a la persona humana. El Derecho sucesorio es aquella rama
del Derecho privado que regula la situación jurídica consiguiente a la muerte de
una persona, subjetivamente es el poder de tener la calidad de sucesor mortis causa
y la facultad de aceptar una herencia, que arraigado al derecho de familia se
sustenta en el fundamento de que con la traspaso de bienes, derechos y
obligaciones que forman parte de una persona que al fallecer transmite a sus
herederos, intenta proteger económica y socialmente aquellos seres con los cuales
construyó este patrimonio (la familia).
Si partimos de los ordenamientos jurídicos que han seguido al Derecho romano,
diremos “que existe una relación estrecha, del derecho de familia con el derecho
sucesorio” (Bustamante Oyague, 2014, p. 338). Debido a que las familias son las
directamente involucradas, y “las lógicas consecuencias vendrán signadas sobre la
disposición de los bienes y derechos de los cuales es titular el causante”. (2014, p.
338).
Por lo que, al respecto en palabras de Fernández Arce, estableceremos los
siguientes fundamentos (2003, p. 136):
La sucesión tiene un sentido trascendente […]. Importa la afirmación de que
no todo termina con la muerte. Responde al deseo humano de perpetuarse, que
no se cumple solamente en los hijos, en la continuidad de la sangre, sino
también en las obras. Por ello ha podido decir el autor Unger que “el derecho
sucesorio es un triunfo de la especie y no del individuo”. Responde asimismo
a la necesidad, hoy más urgente que nunca, de defender y fortificar la familia.
Con gran frecuencia, el patrimonio de una persona no es el resultado del
trabajo personal, sino también el fruto de la colaboración del cónyuge y de los
hijos. Este trabajo común carecería de aliciente si, al morir el padre, los bienes
fueran a parar a manos del Estado. Y aunque no haya una colaboración
198
efectiva en la producción de los bienes, aquellas personas lo estimulan con su
afecto, lo auxilian en la medida de sus fuerzas. La herencia será la justa
recompensa de todo eso. Por lo demás, es indudable que un sólido sustento
económico contribuye a dar coherencia y vigor a la familia. Hay también una
razón de interés económico social. Si el hombre supiera que, al morir, todo su
trabajo va a quedar anulado, un primario egoísmo lo llevaría a disfrutar lo más
posible de sus bienes, a tratar de consumirlos junto con su vida. En vez de
productores de riquezas, los hombres se convertirían en destructores, en un
peso muerto para la sociedad. No ha de pensarse seriamente que la utópica
solidaridad social que invocan los socialistas sea bastante aliciente para suplir
el amor por la familia. El hombre trabaja para sí y para sus seres queridos, no
por la comunidad.
Desde la Exposición de Motivos Oficiales del Código Civil Peruano, el jurista Jack
Bigio declaró que si el Código Civil prescribía derechos sucesorios a las uniones
de hecho propia, que en ese entonces ya había ganado algunas figuras jurídicas
para protegerse patrimonialmente, como el enriquecimiento indebido; pensión de
alimentos; comunidad de bienes en cuanto sea pertinente, se suprimirían
básicamente las diferencias entre casados y convivientes, además sería una forma
de desalentar la celebración del matrimonio y con ello se vulneraría los derechos
constitucionales situación que en la actualidad no es ni resulta de todo cierto. Las
personas aún contraen nupcias, y el incremento de uniones de hecho propia, es
notorio, tal como hemos podido verificar con el análisis de los resultados de estado
199
civil de la población peruana, procesados por el INEI, en los años 1981, 2004,
2007 y 2013.
Gráfico N° 01
Comparación de porcentaje entre uniones de hecho y matrimonio durante los años de 1981 al
2007.
Entonces el legislador marcó una diferencia entre los tipos de familias constituidas
sin prever que con el transcurrir del tiempo se generarían estas nuevas figuras,
todos estos motivos y regulaciones fueron a partir del pensamiento conservador
del civilista en el Perú
201
constitucionalmente a las uniones libres, entonces existe una cierta contrariedad o
protección a medias, pues por un lado reconoce la existencia de la unión de hecho
propia como originaria de la familia, y por otra parte se le desconocía derechos
hereditarios, que justamente tienen sustento en el parentesco y en el vínculo
matrimonial.
202
En la misma sentencia se establece, que la familia “es el núcleo fundamental de la
sociedad”, y que por su parte el Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticas, la Convención Americana de Derechos Humanos asienten que la familia
por tratarse de un elemento natural y fundamental de la sociedad debe ser protegido
por ésta y el Estado, de lo expuesto se deduce que:
[…] sin importar el tipo de familia ante la que se esté, ésta será
merecedora de protección frente a las injerencias que puedan surgir del
Estado y de la sociedad. No podrá argumentarse, en consecuencia, que el
Estado solo tutela a la familia matrimonial, tomando en cuenta que existen
una gran cantidad de familias extramatrimoniales. Es decir, se comprende
que el instituto familia trasciende al del matrimonio, pudiendo darse la
situación de que extinguido este persista aquella. Esto no significa que el
Estado no cumpla con la obligación de la Constitución en cuanto
promover la familia matrimonial, que suponen mayor estabilidad y
seguridad de los hijos (STC Nº 657-2009-PA/TC. f.j. 11)
El Doctor César Fernández, indica que “las normas legales de un país deben
dictarse de acuerdo a los propios requerimientos del propio país. Deben satisfacer
las necesidades propias del pueblo. […] El derecho del cónyuge y de los
concubinos en materia sucesoria constituye una necesidad de mayor protección”.
203
Efectivamente ésta se fundamenta jurídicamente en la familia, como elemento
natural y primordial de una sociedad. (Fernández Arce, 2014, p. 83), en tal sentido
además afirma.
[…] que la protección de la familia, no se encuentra condicionada al
estado civil de una persona que la constituye; es decir, si les une un
vínculo matrimonial o no y así lo ha entendido el Tribunal
Constitucional cuando considera que la familia no es una
manifestación exclusiva del matrimonio, sino que existen otras formas
de convivencia a través de las cuales esta se origina como son las
uniones de hecho. Yo concuerdo con esta nueva posición legal
(Fernández Arce, 2014, p. 84).
Paralelas
Propias
Sucesiva
UNIONES DE
Regula de manera General
HECHO
Vacío Legal
El proyecto ley 1184-2011-
PE
da origen a la Ley 30007
Impropias Puras
Impuras
Se ha dicho muchas veces que existen normas o leyes de derecho natural que no
deben ser jamás modificadas, esta ley de la naturaleza conocida y seguida por todos
que, en palabras de Cicerón, citadas por La Fuente “no es lícito agregarle ni
derogarle nada, ni eliminar por completo, […] es eterna e inmutable, sujeta a toda
la humanidad en todo tiempo” (La Fuente y Hontañón, 2013, p. 2). Efectivamente,
existe leyes que jamás serán modificadas como los derechos fundamentales de la
persona, sería acaso válido afirmar que el matrimonio es una institución natural no
206
establecida por el hombre, o es que el hombre, al varón y mujer que constituían
una familia le otorgaron una solemnidad a su vínculo de unión, para perennizar y
protegerla. Es más certero lo segundo, sea cual fuera la solemnidad o formalidad
establecida el fin de éstas es proteger el núcleo de la sociedad, la familia.
En alguna oportunidad leímos que Napoleón decía “si los concubinos no se quieren
someter a la ley, entonces que la ley no los tenga en cuenta”. Esta realidad
funcionaba en aquellas épocas, en un continente europeo totalmente diferente al
nuestro, no podemos decir que el conviviente no quiere someterse a la ley, es
probable que muchos tengan razones justificadas, la mayoría económicas o de otra
índole por lo que no pudieron celebrar el matrimonio civil, tal vez postergando su
celebración, entre otros factores. El seguir afirmando lo mencionado por Napoleón
resulta contradictoria a la realidad que muchos peruanos viven. A veces los
legisladores no se ponen de acuerdo, si la finalidad es proteger la familia, porqué
crear el divorcio vincular, porqué se introdujo esta forma de disolver el vínculo
matrimonial y con él la desunión de la familia. Son motivos por lo que nos hacen
decir que todos los sometidos a una aplicación nacional de leyes, debemos ser
tratados por igual en cuanto se nos favorezca y estemos en los mismos o similares
supuestos. Nos gusta citar al Doctor Arce, debido al amplio conocimiento que
posee en Derecho de Sucesiones. En una entrevista realizada en el mes de octubre
del 2014, por la Gaceta Jurídica, se le pregunta que brinde su opinión sobre el
reciente cambio más importante en el derecho de sucesiones que fue el
reconocimiento de los derechos hereditarios a los concubinos, donde él señaló:
[…]resulta injusto que el ordenamiento jurídico mantenga la diferenciación
entre el matrimonio y la unión de hecho, no obstante que ambos cumplen
funciones a fines y se desenvuelven de manera similar, generando vínculos
afectivos y filiales e incluso formando un patrimonio común en beneficio de
la familia. Tiene como fundamento: art. 17 de la Convención Americana sobre
derechos humanos que declara a la familia como […] fundamento de la
sociedad y no restringe sus alcances a la familia originada por el matrimonio.
Por tanto no se pueden hacer distinciones donde la ley no lo hace. (Fernández
Arce, 2014, p. 84).
207
- La necesidad de reconocer derechos hereditarios a los convivientes.
De los Censos Nacionales recogidos y procesados por el INEI, podemos observar
que en los años de 1981 al 2007, ha existido un incremento de las uniones
consensuales en el Perú. En el año 1981 existía un 12% de la población que tenía
una convivencia, para el año 1993 incrementó a 16.3 % de la población de uniones
de hecho, en el 2007 ya se había constituido un 24.7 % de uniones de hecho a nivel
nacional (Información extraída de los Datos elaborados por el Instituto Nacional
de Estadística e Informática del Perú).
Gráfica N° 02
Comparación de datos estadísticos entre convivientes y cónyuges desde el año 1981 al 2007
El estado civil o conyugal de la población peruana según área rural y urbana de los
años 2004 al 2013, también se viene incrementando. De 17.6 % en el año 2004 se
incrementó a un 20. 4% en el año 2013, a diferencia con el matrimonio que
disminuyó de un 30.8 % en el año 2004 a un 28.1% en el año 2013, características
similares a las zonas rurales y urbanas. (Información extraída de los resultados
estadísticos del INEI- Perú).
208
Gráfica N° 03
Comparación de incremento de uniones de hecho y matrimonios durante los años 2004 al
2013
Queremos empezar con esta filosofía del derecho del Doctor Fernández Sessarego,
porque es importante saber lo que involucra la libertad del ser humano, que se
manifiesta a través de nuestras conductas y comportamientos, la libertad también
se encuentra inmersa en la libre elección de decidir qué es lo mejor para nuestras
vidas, el no elegir también es parte de la libertad, que nos hace ser seres humanos
diferentes a los animales. Y justamente la justicia debe proteger a los seres
humanos, para que estos no sean excluidos ni rechazados por sus elecciones con
libertad, no pueden existir diferenciaciones ni tratos desiguales a figuras jurídicas
que cumplen con roles similares, y justamente estamos hablando de las Uniones
de Hecho propias.
Sin perjuicio alguno, somos fieles protectores de la unidad familiar y creemos que
no se debe desconfigurar la naturaleza jurídica de la familia, Por ello no sólo resulta
importante la protección y régimen legal de las uniones de hecho en nuestro país,
sino que además la protección jurídica patrimonial de los que la conforman y no
deben ser privadas del reconocimiento legal, bajo ningún tipo de condición, más
aún si su actuar es de buena fe. Quién es el más justo en recibir parte de un
patrimonio, sino e aquél que, con su ayuda moral, con su apoyo incondicional,
económico, afecto familiar, permitió la generación de esos bienes.
En tal sentido, si un conviviente cumple con todos los requisitos establecidos por
el art. 326 °, y actúa en un estado aparente matrimonial, merece todo el amparo y
protección jurídica patrimonial del ordenamiento legal peruano.
Varsi Rospigliosi, manifestó que la norma no es más que “un clamor popular por
las tantas personas que conviven sin tener impedimentos para casarse”, siendo éste
sólo un paso más para reconocerles derechos similares al matrimonio, del mismo
modo el doctor Plácido Vilcachagua, manifestó que el reconocerle derecho
hereditarios a las parejas de una unión de hecho, responde a la protección
constitucional que se merece una familia nacida de la unión de hecho, sustento
similar tuvo el doctor Fernández Arce que establece, que el derecho sucesorio
“responde […] a la necesidad hoy más urgente que nunca, de defender y fortificar
la familia,[…] aquellas personas que estimulan con su afecto, lo auxilian en
medida de sus fuerzas. La herencia será la justa recompensa de todo eso”
(Fernández Arce, 2003, p. 136), así como el proteger al conviviente quién ha sido
su compañero sentimental, con el cual ha construido ese patrimonio, su apoyo de
toda una vida, y que lo más justo resulta incluirla en la vocación hereditaria del
214
cujus.
El español Cerda Gimeno, considera que las parejas de hecho deben tener vocación
hereditaria, porque considera, que si no fuera el caso “la normativa se encuentra
obsoleta por inadecuación técnica y falta de vigencia social” (2009, p. 445), y eso
es lógico, debido a que la sociedad ha sufrido grandes cambios en cuanto a la
constitución de la familia, existiendo más número de familias formadas por
uniones de hecho, y debe existir igual trato hacia ellas, pues “resulta injusto que el
conviviente de hecho, con el cual se ha compartido una vida y que ha contribuido
con la formación del patrimonio se vea relegado por colaterales o por el Estado y
no pueda concurrir […] en los primeras órdenes de la sucesión ab intestato”
(Bustamante Oyague, Pérez Gallardo & ChiKoc Barreda, 2007, p. 69), es más el
parte integrante de la familia.
El Derecho de Sucesiones esta tan arraigado al Derecho de Familia, tanto así que
el primero debe servir y estar según los principios del segundo, el cubano Gomá
Lanzón, apuntaba que “la familia actual, se caracteriza por la variedad de modelos
que admiten, en triunfo de la afectividad, frente a la institucionalidad” (Lanzón
como se citó en Bustamante Oyague, Pérez Gallardo & ChiKoc Barreda, 2007 p.
337), entonces estos fundamentos sucesorios se deben adaptar a las nuevas formas
originarias de familia, no sólo eso, sino que deben responder a la sociedad, por una
cuestión de necesidad e igualdad.
218
A partir de esto, se toma como fundamento en el Proyecto de Ley 1184-
2011/PE, porque al darse la unión de hecho se forma una familia; por lo
que más allá de otras formalidades, se considera como fundamento proteger
a la familia desde un enfoque total, siendo ésta que se forme por la unión
de hecho o por el matrimonio.
Nótese que para que exista concubinato, los concubinarios deben vivir
juntos como si fuesen cónyuges durante el tiempo determinado por Ley,
debiendo demostrar la existencia de dicha unión, y no debe existir
convivencia simultánea o sin constancia de dos o más relaciones, ya que no
se reconocerá el derecho de éstas a suceder. En el Proyecto Ley 1184/2011-
PE, no hace mención a estas uniones ni tampoco existe razón jurídica que
fundamente los derechos hereditarios, sólo existe un vacio legal al respecto,
al igual que la Ley N°30007.
220
9.3.7. Código Civil Boliviano
El artículo 1108°, prescribe: “Las uniones conyugales libres o de hecho
reconocidas por la Constitución Política del Estado y el Código de Familia,
producen, respecto a los convivientes, efectos sucesorios similares a los del
matrimonio”.
El proyecto Ley, incluye esta razón legislativa; dando a entender que pese
a que las uniones de hecho son reconocidas constitucionalmente en el Perú,
su tutela efectiva es aún insuficiente; pese a que la vocación hereditaria
buscar proteger principalmente a la familia, a sabiendas que ambas
cumplen funciones similares y se desarrollan de manera similar creando un
patrimonio común a favor de todos los integrantes de la familia.
10. CONCLUSIONES
Las razones jurídicas que dan validez del derecho sucesorio en las uniones de hecho del
ordenamiento jurídico peruano son: la protección de la familia extramatrimonial como unidad
fundamental de la sociedad; la igualdad de derechos sucesorios entre cónyuges y convivientes
de una unión de hecho propia, la necesidad de regularlos por el incremento de las uniones de
hecho propia en el Perú y el amparo jurídico patrimonial de los convivientes de una unión de
hecho propia.
11. RECOMENDACIONES
Debido a la reciente publicación de la Ley N° 30311 del 18 de marzo del 2015, y ya la no
tan actual norma cuestionada en la presente tesis, la N° 30007, creemos que se debería regular
una Ley donde se unifiquen en un solo cuerpo legal que facilite la aplicación de las mismas.
Que la Ley que reconoce derechos hereditarios al conviviente supérstite, respondan a los
problemas como el supuesto de la poligamia de facto, ¿cuál será la unión vigente?, ¿la que
se inscriba o declare judicialmente?, se reconoce a las ¿no inscritas?; ya que todas son uniones
libres de impedimentos matrimoniales.
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