Jerson
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Introducción
Capítulo 1
La expresión de Dios en el cuarto Evangelio
1. La lectura continua del Evangelio y los datos
2. Las expresiones en sus respectivos contextos
3. Clasificación de las expresiones
3.1 Versículos en que la expresión de Dios se refiere
a Dios y a Dios padre
3.2 Versículos en que la expresión de Dios se refiere a Jesús
3.3 Versículos en que la expresión de Dios se refiere a los
seres humanos
4. Conclusiones
Capítulo 2
La expresión de Dios y su sentido
1. La expresión de Dios cuando refiere a Dios padre
1.1 Dios es quien envía
1.2 Dios ha enviado su Palabra y por medio de ella transmite
sus palabras
1.2.1 A Dios se le puede escuchar
1.3 Dios comunica su gloria por medio de su Hijo
1.4 La obra de Dios se realiza a través de su Hijo
1.5 Dios propone al ser humano una enseñanza que a su vez
es transmitida por su Hijo
1.6 Los ángeles de Dios suben y bajan sobre el Hijo del Hombre
1.7 El Reino de Dios se puede ver y en él se puede entrar
1.8 El amor de Dios puede estar en el ser humano
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Capítulo 3
La mostración de Dios en el cuarto Evangelio
1. Dios se muestra en Jesús
1.1 Jesús muestra a Dios
1.1.1 Jesús revela que Dios padre es quien le ha enviado
1.1.2 Jesús es la Palabra hecha carne que transmite
las palabras del Padre
1.1.3 Jesús revela la gloria del Padre
1.1.4 Jesús revela el amor del Padre
1.1.5 Jesús revela la obra del Padre
1.1.6 Jesús es la comunicación definitiva entre Dios
y los seres humanos
1.1.7 Jesús es el Reino de Dios
1.2 Jesús muestra que él es Dios
1.2.1 Jesús es Dios, el hijo que procede del Padre
1.2.2 Jesús es Dios, entrega su vida como
don y como alimento
1.2.3 Jesús es Dios, el cordero que quita el pecado
del mundo
1.2.4 Jesús es Dios el nuevo y definitivo santuario
la mostración de dios a partir de la expresión “de dios” 99
Conclusiones
Bibliografía
PRESENTACIÓN DEL EXTRACTO
Capítulo 2
LA EXPRESIÓN DE DIOS Y SU SENTIDO
1
Juan Bautista como enviado: en el prólogo se afirma que Dios ha enviado a Juan
para que diera testimonio de la Luz para que todos creyeran por él; luego cuando
estaba Juan bautizando en Ainón cerca de Salín, resultó que fue abordado por sus
discípulos quienes con ocasión de una discusión con un judío, le dijeron que Jesús
estaba bautizando y que todos acudían a él; esta oportunidad es aprovechada por Juan
para dar testimonio de Jesús diciendo: “yo no soy el Cristo, sino que he sido enviado
delante de él” (3,28).
2
Jesús enviado del Padre: Dios ha enviado a su Hijo al mundo, no para juzgarlo sino
para que se salve por él (3,17); él es quien proclama las palabras de Dios pues no da el
Espíritu con medida (3,34); las obras que él realiza testifican que el Padre lo ha enviado
104 jerson rincón umbarila
(5,36); la obra que Dios propone a los hombres es que crean en aquel que él ha enviado
(6,29); el Padre envía a Jesús y este a su vez vive por él (6,57); solo el enviado es quien
conoce al Padre (7,29).
3
Los discípulos enviados por Jesús: serán sus discípulos y conocerán la vida eterna,
la cual consiste en conocer al único Dios verdadero y a su enviado Jesucristo (17,3);
las palabras que el Padre ha dado a Jesús son aceptadas por sus discípulos, quienes re
conocen y creen que él le ha enviado (17,8). Como el Padre ha enviado a Jesús así él
envía a sus discípulos (17,18); quiere que los discípulos y él sean uno, como el Padre y
él son uno, así el mundo creerá que él ha sido enviado, y conocerán que el Padre los ha
amado a ellos como lo ha amado a él (17,21.23.25); cuando Jesús ha resucitado envía
a sus discípulos de la misma manera que el Padre lo ha enviado a él (20,21).
4
El Espíritu Santo enviado por Jesús y el Padre: Jesús pedirá al Padre otro paráclito
para que esté con ellos para siempre (14,16); lo enviará en nombre de Jesús (14,16);
Jesús lo enviará de junto al Padre (15,16); el Espíritu guiará a la verdad completa
(16,13); después de la resurrección Jesús dice a sus discípulos reciban el Espíritu Santo
(20,22).
la mostración de dios a partir de la expresión “de dios” 105
(Toráh) de Dios (Sal 119), siendo este el único lugar donde se hace
referencia a ella como mensaje escrito en lugar de hablado5.
Una de las expresiones más claras en medio de las cuales se da
a conocer la Palabra de Dios es el profetismo6, presente a lo largo de
toda la historia de Israel; Dios habla a hombres escogidos con la mi
sión de transmitir su Palabra. También se presenta la Palabra de Dios
por medio de la sabiduría divina que llega al corazón de los hombres
(Prov 8,1-21.32-36; Sab 7-8), y les enseña cómo dirigir la vida o les
revela los secretos divinos (Dn 5,11ss.; ver Gn 41,39)7.
En el Nuevo Testamento, el sustantivo palabra es traducción
de dos términos griegos: logos y remata, el primero de los cuales
se usa especialmente en el mensaje evangélico cristiano (Mc 2,2;
Hch 6,2; Gal 6,6), aunque el segundo también tiene en ocasiones el
mismo significado (Rm 10,8; Ef 6,17; Hb 6,5). Nuestro Señor ha
bló de la Palabra de Dios (en la parábola del sembrador Lc 8,11;
Mc 7,13; Lc 11,28). Pero en los evangelios sinópticos siempre se
valió del plural al hablar de su propio mensaje (“mis palabras”, Mt
24,35; Mc 8,38; Lc 24,44). Para la Iglesia primitiva la palabra era
un mensaje revelado por Dios en Cristo, que debía ser predicado,
atendido y obedecido. Se trataba de la palabra de vida (Flp 2,16), de
verdad (Ef 1,13), de salvación (Hch 13,26), de reconciliación (2Co
5,19), de la cruz (1Co 1,18)8.
5
Haarbseck, “Palabra”, 1010.
6
La manera en que se dirige a los profetas puede variar, a unos habla en “visiones
y en sueños” (Nm 12,6; ver 1R 22,13-17); a otros con una inspiración interior más
indefinible (2R 3,15ss.; Jr 1,4); a Moisés habla “cara cara” (Nm 12,8); con mucha
frecuencia ni siquiera se precisa el modo de expresión de su palabra (por ejemplo,
Gn 12,1). Pero lo característico de todo lo anterior es la conciencia que tiene cada
persona en particular de que es Dios quien habla, que su Palabra los invade, es más,
en algunos casos incluso les hace violencia como en el caso de Amós y de Jeremías
(Am 7,15; ver 3,8; Jr 20,7ss.). Para todos ellos la Palabra de Dios es el hecho primero
que determina el sentido de su vida y la forma extraordinaria en que la Palabra surge
en ellos hace que atribuyan su origen a la acción del Espíritu de Dios. Ver Grelot y
Feuillet, “Palabra de Dios”, 630.
7
Haarbeck, “Palabra”, 1010.
8
Ibíd.
106 jerson rincón umbarila
9
Jesús afirma que la palabra es verdadera, uno es el sembrador y otro el segador (4,37);
muchos samaritanos creyeron por la palabra de la mujer que daba testimonio (4,39.41);
Pilato se atemoriza ante las palabras de los judíos (19,8), y por sus palabras hace sentar
a Jesús en el tribunal (19,13); corrió entre los discípulos la palabra de que el discípulo
amado no moriría (21,22).
10
El Evangelio de Juan nos revela que la Palabra de Dios, es Jesús: nos da a conocer su
preexistencia (1,1), es ella la que se hace hombre (1,14), es la Palabra del Padre (8,55).
11
El enviado de Dios habla las palabras de Dios (3,34); las palabras de Jesús son la
palabra del Padre (14,24); las palabras de Jesús no las dice por su cuenta, son del Padre
(14,10).
12
Las palabras que él recibió del Padre se las ha dado a los discípulos (17,8).
13
Los discípulos creen en la Escritura y las palabras que había dicho Jesús (2,22);
Pedro dice a Jesús: tú tienes palabras de vida eterna (6,68); dice a los judíos que habían
creído en él, si permanecen en mi palabra, serán mis discípulos (8,31); el que es de
Dios escucha las palabras de Dios (8,47); Jesús enseña que si se guarda su palabra no
se probará nunca la muerte (8,51).
14
La palabra del Padre no habita en quienes no creen que Jesús es el enviado (5,38); si
(los judíos) no creen en los escritos de Moisés tampoco creen en las palabras de Jesús
(5,47).
15
Jesús pide a los que le van a arrestar que deje libres a los discípulos y así se cumple
la palabra que había dicho (18,9); se cumple la palabra de Jesús que indicaba de qué
muerte iba a morir (18,32).
16
Por medio de la palabra de los discípulos los hombres creerán en Jesús y a su vez en
el Padre (17,20).
la mostración de dios a partir de la expresión “de dios” 107
17
Augrain, “Escuchar”, 289-290.
18
¡Escuchen! Grita el profeta con la autoridad de Dios (Am 3,1; Jr 7,2); ¡Escuchen!
Dice el sabio en nombre de su experiencia y su conocimiento de la Ley (Pr 1,8).
¡Escucha Israel! Repite cada día el piadoso israelita para penetrarse de la voluntad de
su Dios (Dt 6,4; Mc 12,29). ¡Escuchen! Repite a su vez Jesús mismo, palabra de Dios
(Mc 4,3.9 par). Ahora bien, según el sentido hebraico de la palabra escuchar, acoger la
palabra de Dios no es solo prestarle un oído atento, sino abrirle el corazón (Hch 16,14),
ponerla en práctica (Mt 7,24ss.), es obedecer. Tal es la obediencia de la fe que requiere
la predicación oída (Rm 1,5; 10,14ss.). En Augrain, “Escuchar”, 289-290.
19
El hombre en su oración pide a Dios que le escuche, es decir, que acoja sus ruegos.
Dios no escucha a los injustos ni a los pecadores (Is 1,15; Mi 3,4, Jn 9,31). Pero oye al
pobre, a la viuda y al huérfano, a los humildes, a los cautivos (Ex 22,22-26; Sal 10,17;
102,21; St 5,4). Escucha a los justos, a los que son piadosos y hacen su voluntad (sal
34,16-18; Jn 9,31; 1P 3,12), a los que piden según su voluntad (1 Jn 5,14ss.). Lo que
hace es que “siempre” escucha a su Hijo Jesús (Jn 11,41ss.), por quien pasa siempre la
oración del cristiano. En Augrain, “Escuchar”, 289-290.
20
El hombre se hace sordo a las llamadas de Dios: su oído y su corazón están incircun
cisos (Jr 6,10; 9,25; Hch 7,51), tal es el pecado de los judíos con el que se encuentra
108 jerson rincón umbarila
Jesús (Jn 8,43.47). Solo Dios puede abrir el oído de sus discípulos (Is 50,5; 1S 9,15;
Jb 36,10), “profundizárselo” para que obedezca (Sal 40,7ss.); así en los tiempos me
siánicos oirán los sordos. Los milagros de Jesús significan que finalmente el pueblo
sordo comprenderá la Palabra de Dios y obedecerá (Is 29,18; 35,5; 42,18s; 43,8,
Mt 11,5). Es lo que la voz del cielo proclama a los discípulos: “Este es mi Hijo muy
amado, escúchenlo” (Mt 15,5 p). La virgen María, habituada a guardar fielmente las
Palabras de Dios en su corazón (Lc 2,19.51), fue glorificada por su Hijo Jesús cuando
este reveló el sentido profundo de su maternidad: “Bienaventurados los que escuchan
la Palabra de Dios y la guarda” (Lc 11,28) (Augrain, “Escuchar”, 289-290).
21
Juan (el Bautista) declara que Jesús es quien viene de arriba y puede dar testimonio
de lo que ha visto y oído (3,32); Jesús solo juzga por lo que ha escuchado del Padre
(5,30); y eso es lo que dice al mundo (8,26).
22
Quien escucha las palabras de Jesús tiene vida eterna (5,24); quien escucha al Padre
y aprende puede venir a él (6,45); el que es de Dios puede escuchar las palabras de
Dios (8,47).
23
Jesús dice a los judíos que ellos nunca han oído la voz del Padre (5,37); los judíos no
entienden a Jesús porque no lo escuchan (8,42).
24
Brown, El Evangelio según Juan, II, 1609.
la mostración de dios a partir de la expresión “de dios” 109
25
En el Pentateuco: la gloria de Yahveh acompañó a su pueblo después de la liberación
de Egipto y se mostraba en la nube que los dirigió en el desierto (Ex 16,7-10); la
nube se detuvo en el monte Sinaí en el que Moisés vio su gloria (Ex 24,15-18). Nadie
podía ver el rostro de Dios y quedar vivo (Ex 33,20) pero él permitió que se tuviese
alguna visión de su Gloria (Ex 34, 5-8). La Gloria de Yahveh llenaba el Tabernáculo
(Ex 40, 34-35); y aparecía especialmente a la hora del sacrificio (Lv 9,6.23). En los
libros históricos: se dice que el Templo era el lugar en el que la Gloria de Yahveh
se encontraba localizada de forma especial (2Cro 7,1-3). En los profetas: se tiene la
concepción casi física de la Gloria de Yahveh como en las visiones de Ezequiel (1,28) y
también en la visión de Isaías en el Templo (6,1-4). En los salmos: puede encontrarse
la idea de la tormenta como visión más espiritual de la futura revelación del carácter
de Dios al mundo (Sal 57,11; 96,3). Ver Nixon, “Gloria”, 547.
26
Ibíd.
27
Los hombres contemplan la gloria de Dios en su Palabra hecha carne, pues el Padre
es quien da su gloria al Hijo (1,14); los hombres deben buscar la gloria de Dios (5,44),
si la buscan serán veraces (7,18); quien cree puede ver la gloria de Dios (11,44).
28
Jesús manifiesta su gloria con el signo del agua convertida en vino (2,11); no recibe
la gloria de los hombres (5,41); sino que es el Padre quien busca la gloria de Jesús
(8,50); pues si Jesús buscara su propia gloria esta no valdría de nada (8,54). Jesús pide
al Padre la gloria que tenía antes de que el mundo existiera (17,5); Jesús da la gloria
que recibió del Padre a sus discípulos (17,22).
110 jerson rincón umbarila
29
Los hombres que aceptan la gloria unos de otros no pueden creer en Jesús (5,44); el
que habla por su cuenta busca su propia gloria (7,18); los magistrados prefirieron la
gloria de los hombres a la gloria de Dios (12,43).
30
Conell, “Obra”, 969.
31
Amiot y Léon- Dufour, “Obra”, 607.
la mostración de dios a partir de la expresión “de dios” 111
32
Williamson, “Obra”, 969.
33
Jesús afirma que su alimento es hacer la voluntad del Padre y llevar a cabo su obra
(4,34), pues el Padre le muestra todo lo que hace y le mostrará obras aún mayores
(5,20); las obras que el Padre encomienda realizar a Jesús son las mismas que él realiza
(5,36).
34
Por su parte, los discípulos le preguntan a Jesús qué tienen que hacer para obrar las
obras de Dios (6,28); y él les responde que la obra que Dios quiere de ellos es que crean
en el que él ha enviado (6,29).
35
Los judíos cuestionan a Jesús por las obras que puede hacer para que le crean (6,30),
y se maravillan de la obra que él ha hecho (de curar a un paralítico en sábado) (7,21);
ante su incredulidad, Jesús les pide que crean no por sus palabras sino por sus obras
que son las que dan testimonio de él (10,25.38); además, les reprocha que sus obras no
son las de Abrahán (8,39).
36
Cuando las obras de los hombres son buenas, el que obra la verdad verá la luz pues
sus obras son hechas según Dios (3,21); y quien cumpla con la obra del Padre y crea
en Jesús también podrá hacer las obras que hace Jesús y las hará aún mayores (14,12).
37
Cuando las obras del hombre son malas rechazan a Jesús, pues la Luz vino al mundo
pero los hombres no la recibieron porque sus obras eran malas (3,19.20); por ello a Je
sús le aborrecen pues da testimonio de que sus obras son perversas (7,7).
112 jerson rincón umbarila
38
Barucq y Grelot, “Enseñar”, 279.
39
En el Nuevo Testamento, el verbo didásko aparece unas cien veces en los sinópticos,
nueve veces en los Hch y nueve veces en Jn. Los demás casos en los que aparece se
reparten entre las cartas paulinas cinco veces, las deuteropaulinas cinco veces, las car
tas pastorales cinco veces, en Hb dos veces, las cartas de Juan tres veces, y en el Apo
calipsis, dos veces. El significado es en casi todos los casos enseñar o instruir. Acerca
del sentido que tal enseñanza tiene, solo se puede responder según el caso en el que
aparece. Wegenast, “Reino”, II, 80.
la mostración de dios a partir de la expresión “de dios” 113
40
Wegenast, “Enseñanza”, II, 80.
41
Pueden aparecérseles a los hombres como portadores de mandamientos y noticias
específicas de parte de Dios (Jue 6,11-23; 13,3-5). En casos especiales pueden socorrer
a los siervos mortales de Dios que padecen necesidad (1 R 19,5.7). Pueden encargarse
de misiones de ayuda militar (2 R 19,35). Los hombres de Sodoma o cualquier otro que
obre mal pueden ser castigados por ellos (Gn 19, 1s). Hemer, “Ángeles”, 57.
42
El cual tiene un encargo especial de ayudar y guiar a Israel o a los israelitas indi
vidualmente (Ex 14,19; Nm 22,22). Es un instrumento de Alianza y personificación
del auxilio divino, que solo en circunstancias excepcionales se vuelve contra Israel
(2S 24,17). En Job los ángeles que no son totalmente puros (4,17-18), presencian la
creación (38,7), y ayudan en tiempos de necesidad (5,1). Von Rad, “Ángeles”, 20.
114 jerson rincón umbarila
43
Aquí los ángeles reciben nombres propios y adquieren una especie de personalidad.
Gabriel le explica muchas cosas a Daniel, en forma muy semejante al visitante divino
de Zacarías, así en Ezequiel y Daniel son intérpretes, fluidos portavoces de Dios, a
quienes también se les puede interrogar (Ez 40,3ss.); por su parte, Miguel tiene una
función especial como ángel guardián de Israel (Dn 10,13.21; 12,1). Además, se
encuentra una visión pasajera de los lugares celestiales donde hay incontables legiones
de ángeles alrededor del trono de Dios (Dn 7,10; Ne 9,6; Dt 33,2; Sal 68,17). En He
mer, “Ángeles”, 58.
44
Como tales, los ángeles se les aparecieron a Abrahán (Hb 12,2) y a Moisés (Hch
12,30) y fueron mediadores de la ley (Hch 7,53). En Von Rad, “Ángeles”, 21.
45
Su nacimiento, su tentación, su pasión y su resurrección (Lc 2,9ss.; Mr 1,13; Lc
22,43; Mt 28,2). Sin embargo, los ángeles no tienen una función independiente ni sus
citan interés por sí mismos. En Von Rad, “Ángeles”, 21.
46
En Hch se encuentra al Ángel del Señor acompañando la Iglesia de Dios en su
misión y actuando en favor de los apóstoles (5,19, 12,7ss.); les muestran la voluntad
de Dios (8,23; 10,3); y son los que castigan a sus enemigos (12,23). En Von Rad, “Án
geles”, 21.
47
Primero en boca de Jesús cuando dice a Natanael que verá los ángeles de Dios
subir y bajar sobre el Hijo del Hombre (1,51) y segundo en el momento en que María
Magdalena se inclina hacia el sepulcro y ve dos ángeles vestidos de blanco sentados
donde había estado el cuerpo de Jesús, uno a la cabecera y otro a los pies (20,12).
48
La primera cuando se dice que el ángel del Señor bajaba de tiempo en tiempo a la
piscina de Betesda y agitaba el agua, y el que primero se metiera a la piscina quedaba
curado de cualquier enfermedad (5,4); la segunda cuando ante un ruido extraño que
se ha oído mientras Jesús estaba orando (hablaba de la proximidad de su muerte), y
la gente que lo oyó decía que había sido un trueno y otros dijeron que un Ángel le ha
hablado (12,29).
la mostración de dios a partir de la expresión “de dios” 115
de los ángeles de Dios, que suben y bajan sobre el Hijo del Hombre,
está en medio de una referencia al Antiguo Testamento, “los cielos
abiertos y los ángeles de Dios subiendo y bajando”; expresión que al
parecer remite a la escalera de Jacob en Gn 28, 12. 16-1749; algunos
estudiosos del cuarto Evangelio también ven otras posibilidades50.
En lo que coinciden todos es en que Jesús, como Hijo del Hombre,
ha pasado a ser el lugar en que reside la gloria divina: el punto de
contacto entre el cielo y la tierra, y se está prometiendo a los discí
pulos que verán esa gloria51.
49
“Entonces tuvo un sueño: veía una escalinata que, apoyándose en la tierra, tocaba con
su vértice el cielo. Por ella subían y bajaban los ángeles del Señor (…). Al despertar
Jacob de su sueño, dijo: ciertamente el Señor está en este lugar, y yo no lo sabía. Y todo
tembloroso añadió: ¡que terrible es este lugar! ¡Nada menos que la casa de Dios y la
puerta del cielo!” (Gn 28,12.16-17).
50
Otra posibilidad es que se refiera al Midrahs Rabbah 69,3 sobre Gn 28,13; o los
Targums (Onkelos y Jerusalén); o el lugar en que tuvo Jacob su visión, Betel, la “casa
de Dios”. En Brown, El Evangelio según Juan, I, 310.
51
Ibíd.
116 jerson rincón umbarila
52
León-Dufour, Vocabulario de teología bíblica, 763.
53
Ibíd., 765.
54
Respecto del verbo ver, en el cuarto Evangelio esta acción se explicita mediante el
uso de cuatro verbos en griego, blépo, theoréo, theáomai y horáo, lo cual ha sugerido
a algunos de los especialistas en Juan que se trata de diversas maneras de ver que van
desde lo físico propiamente dicho hasta lo intuitivo que implicaría creer. En este caso,
ver el reino, el verbo usado es horáo, que sugiere que la visión va acompañada de un
conocimiento genuino, se sugiere traducirlo por “percibir” en la medida en que implica
un conocimiento intuitivo; es sinónimo de la fe o el creer en el cuarto Evangelio; de
la mostración de dios a partir de la expresión “de dios” 117
sin embargo, esta realidad no es solo una empresa humana, pues para
entrar es necesario el concurso divino, el Espíritu Santo que es quien
da el nuevo nacimiento55 y así se entra en el Reino de Dios.
También el Reino de Dios se refiere a una comunidad de
creyentes, a un grupo de cristianos que profesan e intentan vivir la
comprensión joánica de Jesús. Los lectores originales de este evan
gelio eran consientes de que se había producido un paso de una
situación anterior de estilo de vida y de fe, en torno al templo o a
la sinagoga; a una comunidad vinculada por la fe y la praxis cris
tiana56.
En el cuarto Evangelio Jesús se muestra como el rey, condición
que acepta frente a Pilato cuando este le pregunta si él es el rey de los
judíos; Jesús le contesta que su Reino no es de este mundo (de aquí)
y declara solemnemente “soy rey57, para esto he nacido y para esto
he venido al mundo para dar testimonio de la verdad. Todo el que
es de la verdad escucha mi voz” (18,37). Para entender esta manera
de presentarse como rey por parte de Jesús es necesario ver lo que
dice él mismo a Nicodemo, “del mismo modo como Moisés elevó
a la serpiente en el desierto, así tendrá que ser elevado el Hijo del
hombre para que todo el que crea tenga por él vida eterna” (3,14-15).
Así pues, Jesús se hace rey cuando es levantado en la cruz, queda así
para siempre en la posición de rey de la nueva comunidad58.
59
Günther, “Amor-amado”, 48.
la mostración de dios a partir de la expresión “de dios” 119
60
Ibíd., 49.
61
Ibíd., 50.
62
El Padre ama a su Hijo (3,35); porque el Hijo da la vida, para recobrarla de nuevo
(10,17); Jesús declara ante el mundo que ama al Padre y que obra según él le ha or
denado (14,31); como el Padre ama al Hijo, así el Hijo ama a sus discípulos (15,9); el
Padre ha amado al Hijo desde antes de la creación del mundo (17,24).
63
Tanto amó Dios al mundo que dio a su único Hijo para que todo el que crea en él
tenga la vida eterna (3,16); amó a los suyos (los discípulos) que estaban en el mundo,
hasta el extremo (13,1); pide al Padre que los discípulos sean uno como él y el Padre
son uno, así el mundo reconocerá que el Padre ama a los discípulos de su Hijo como lo
ama a él (17,23); les ha dado a conocer el nombre del Padre para que el mismo amor
con que el Padre le ha amado, esté en ellos y él esté también en ellos (17,26).
64
Jesús amaba a Lázaro y a su hermana Marta (11,5); existe un discípulo al que se le
llama “el amado”, quien aparece por primera vez junto a Jesús en la cena de despedida
(13,23); luego se le encuentra a los pies de la cruz, junto a María la madre de Jesús
(19,26); después de la resurrección este es quien primero reconoce a Jesús junto al
lago de Tiberiades (21,7); finalmente, lo encontramos caminando tras Jesús resucitado
(21,20). Jesús resucitado interroga a Pedro, le pregunta dos veces si le ama y tras la
primera respuesta le encomienda apacentar sus corderos (21,15), y después de pregun
tarle por segunda vez le pide que pastoree sus ovejitas (21,16).
120 jerson rincón umbarila
65
El que tiene los mandamientos y los cumple ama a Jesús, él le ama y se manifestará
a quien los cumple (14,21); quien ama a Jesús cumple su Palabra, el Padre le amará y
los dos vendrán y harán morada en él (14,23); solo si los discípulos aman a Jesús se
alegrarán de que él se vaya (14,28). Jesús reprocha a los hombres que prefirieron las
tinieblas a la Luz, puesto que sus obras eran malas (3,19); reclama a los judíos su falta
de amor al Padre y a él diciendo: no tienen en ustedes el amor de Dios (5,42); les dice,
si Dios fuera su Padre, me amarían a mí (8,42); reprocha a los magistrados que amaron
más la gloria de los hombres que la gloria de Dios (12,43); enseña que quien no le ama
no guarda su Palabra (14,24).
66
Jesús enseña a sus discípulos que quien ama la vida, la pierde, pero el que odia su
vida en este mundo, la guardará para la vida eterna (12,25); pide a sus discípulos que
se amen unos a otros de la misma manera que él los ha amado (13,34); esta es la carac
terística propia de los discípulos, el amor entre ellos (13,35); les pide permanecer en
su amor, guardando sus mandamientos (14,15), de la misma manera que él guarda los
del Padre y permanece en su amor (15,10); se los da como un mandamiento (15,12);
dice que nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos (15,13); el
mundo no ama a los discípulos, los odia de la misma manera que odia a Jesús, pues él
los ha sacado del mundo al haberlos elegido (15,19).
la mostración de dios a partir de la expresión “de dios” 121
Dios.
67
“Es una cualidad personal sin la cual Dios dejará de ser plenamente justo, y su
amor degeneraría en sentimentalismo. Sin embargo, aún cuando su ira igual que
su amor, tiene que ser descrita en lenguaje humano, no es caprichosa ni antojadiza,
como lo es siempre el enojo humano. Es un elemento tan permanente y tan
consecuente de su naturaleza como lo es su amor”. En Tasker, “Ira”, 634-635.
68
Entre ellos está la destrucción de Sodoma y Gomorra y la caída de Nínive
(Dt 29,23; Na 1,2-6). Pero hasta el “día de la ira”, que se anticipa en toda la Biblia
y se pinta gráficamente en el Apocalipsis, la ira de Dios está siempre atemperada
por la misericordia, particularmente en lo que hace a su trato con el pueblo elegido
(Os 11,8ss.); sin embargo, si el pecador se aprovecha de esta misericordia amontona
ira sobre sí mismo “para el día de la ira”, cuando se revelará el justo juicio de Dios
(Rm 2,5). En Tasker, “Ira”, 634-635.
69
Ibíd.
122 jerson rincón umbarila
de Dios, pues quien cree tiene vida eterna pero quien se resiste, no
verá la vida sino que la ira de Dios permanece sobre él (3,36). Llama
la atención que solo se menciona una vez en todo el evangelio y que
es dicha por Juan (Bautista). Para explicitar el sentido de la ira de
Dios, en cuanto no está definida en sí misma, es necesario hacer re
ferencia a la posibilidad contraria, a la ira, que es recibir de Dios la
vida eterna. A partir de lo anterior, aparece como relevante la rela
ción creer-vida eterna; resistirse a creer-ira de Dios.
Al acercarse a la expresión “creer70 en” esta significa la fe
en una persona y tiene la misma exigencia creer en Jesús, que creer en
Dios (Jn 15,1). En este evangelio la fe71 o creer es un concepto de
naturaleza dinámica, puede definirse en términos de una entrega ac
tiva a una persona y en particular a Jesús. Implica mucho más que la
confianza en él; es una aceptación de lo que él es y de cuanto afirma
ser. Es una entrega de la propia vida a Jesús72.
Para Juan el significado de vida eterna73 es ante todo la vida
misma de Dios, que el Hijo de Dios posee también porque la ha reci
bido del Padre (5,26; 6,57). Por lo que a los hombres se refiere, Jesús
es vida (Jn 11,25; 14,6; Ap 1,18); sin embargo, ellos solo la pueden
recibir de Dios si creen en él (Jn 3,16; 5,24; 20,31)74.
Cuando aparece la expresión no creer, es decir, el rechazo de
los hombres a Jesús, se encuentra una relación directa con las pa
labras juicio y juzgar75; quien se niega a creer, en realidad está re
70
Respecto del verbo creer: aparece 85 veces a lo largo de todo el Evangelio, de ellas
está unido con la preposición eís es decir, creer en 35 veces (refiere al Padre una vez;
refiere a Jesús 31 veces y al nombre de Jesús tres veces).
71
Para Juan, ser discípulo y ser creyente son sinónimos pues la fe es el factor primario
para hacerse cristiano. Juan no concibe la fe como una disposición interior, sino como
un compromiso activo. En Brown, El Evangelio según Juan, 1624.
72
Ibíd., 1625.
La expresión vida eterna aparece 17 veces en el Evangelio, de ellas, están directa
73
76
Fohrer, “Hijo”, 1192.
77
Ibíd., 1193.
78
Ibíd., 1196.
124 jerson rincón umbarila
79
Los demonios lo reconocen como Hijo (1,24); Dios manifiesta a los tres discípulos
su filiación (9,7); Jesús vincula la filiación con la pasión (12,1ss.); la relaciona con la
exaltación venidera (14,61) y el centurión la confiesa (15,39); así Marcos encuentra en
el título Hijo de Dios el misterio de Jesús. En Schweizer, “Hijo”, 1196.
80
La filiación divina se halla oculta bajo su sufrimiento como el justo (3,15.17;
21,39; 27,40). El discipulado conduce a la confesión de Jesús como Hijo de Dios
(14,33; 16,16). En 11,27 se presenta al Hijo como el revelador de todos los misterios
y finalmente en 28,19 se asocia al Padre al Hijo y al Espíritu Santo. En Schweizer,
“Hijo”, 1196.
81
La concepción por obra del Espíritu subyace a la descripción de Jesús como Hijo de
Dios (1,35). Su elección se remonta a su nacimiento y su preexistencia (si bien no hay
ningún interés biológico y metafísico). Destaca que el nacimiento de Jesús se basa en
el acto de Dios y así atestigua su singular elección y filiación. El título Hijo de Dios
se explica con el término Cristo (4,41); conecta la filiación divina con su sentarse a la
derecha de Dios (22,69-70). En Schweizer, “Hijo”.
82
Al Padre se le han de someter todas las cosas, luego de ello, también el Hijo se le
someterá en virtud de que es él quien ha hecho posible el sometimiento de todo al
Padre (1Co 15,28; Fil 2,11). Dios padre envió a su Hijo, para rescatar a los hombres
que estaban sometidos a la Ley y darles la condición de ser también hijos (Ga 4,4-5).
Enfatiza la destrucción del pecado en la carne de Jesús, para que los hombres siguieran
una conducta no según la carne sino según el espíritu (Rm 8,3-4). En Schweizer, “Hijo”.
83
Aparece un total de 52 veces a lo largo del Evangelio, de ellas 40 veces se refiere
a Jesús, las cuales se pueden matizar de la siguiente manera: menciona a Jesús como
Hijo diecisiete veces (3,17.35.36; 5,19.20.21.22.23.26; 6,40; 8,36; 14,13; 17,1). Lo
menciona como Hijo de Dios nueve veces (1,34.49; 3,18; 5,25; 10,36; 11,4.27; 19,7;
20,31). Le llama Hijo único una vez (3,16). Aparece como Hijo de José una vez (6,42).
Le denomina Hijo del Hombre trece veces (1,51; 3,13.14; 5,27; 6,27.53.62; 8,28; 9,35;
12,23.34; 13,31).
84
Simón hijo de Juan (1,42); la heredad que Jacob le dejó a su hijo (4,5); el hijo en
fermo del funcionario real (4,46.47.50.53); hijo (en sentido genérico aplicado a los
la mostración de dios a partir de la expresión “de dios” 125
judíos) (8,35); hijo aplicado al ciego de nacimiento (9,19.20); hijo de perdición (Judas
Iscariote) (17,12); y finalmente se llama hijo al discípulo amado de Jesús (19,26).
85
Jesús sabe que es el Hijo de Dios: se declara hijo unigénito del Padre (3,16); el Padre
ha puesto todo en sus manos (3,35); muestra una dependencia total del Padre (5,19);
da la vida por los que quiere (5,20-21); quien honra al Hijo honra al Padre (5,22-23);
el Padre ha concedido al Hijo tener vida en si mismo (5,25-26).
86
Juan da testimonio que Jesús es el Hijo de Dios (1,34); Natanael le reconoce como
Hijo de Dios y rey de los judíos (1,49); quien cree en el Hijo tiene vida eterna (3,36);
Marta afirma que es el Cristo el Hijo de Dios (11,27).
87
El que no cree ya está juzgado porque no han creído en el nombre del Hijo unigénito
(3,18); para los judíos Jesús debe morir porque se tiene por Hijo de Dios (19,7).
88
La condición filial de Jesús es el mensaje central para todos aquellos que se hagan
lectores del cuarto Evangelio (20,31).
89
En sentido figurado se habla de la oración y el llanto del hombre (2Cro 27, Sal 88,3),
del clamor del hombre que va (llega) hasta Dios (Ex 3,9; Sal 102,2). En el contexto de
la expectativa de la salvación se hallan las afirmaciones de la venida de los paganos a
Israel o a Dios (Is 60,5ss.; Jr 16,19; Ag 2,7). En Mundle, “Venido”, IV, 319.
126 jerson rincón umbarila
90
Ibíd.
91
“Ya Oseas ve que han llegado los días del juicio (9,7); en los vaticinios proféticos
el día de Yahveh que llega, es grande y terrible (Jl 3,4 Za 14,1; Ml 3,23; Sal 96,13.
98,9). Pero Dios no viene solamente como juez, sino también como salvador (Is 35,4;
Sal 50,3; Za 14,5ss.); viene como portador de salud, que pastorea su rebaño; como sal
vador que quita los pecados de Jacob y hace brillar la luz sobre Jerusalén (Is 40,10ss.;
59,20; 60,1)”. En Mundle, “Venido”.
92
“El Mesías viene como rey de paz (Za 9,9); como el bendito que viene en el nombre
del Señor (Sal 128,26); el pasaje de Dn 7,13 que habla de la venida del ‘hijo del
hombre’, se refiere en primer lugar al Reino que será dado a los “santos del Altísimo”;
pero, dado que no es posible un reino sin un rey, se ha entendido, ya en tiempos
anteriores al cristianismo (Hen [et] 46,3.4; 48,2) que el hijo del hombre era el Mesías.
También en los textos de Qumrám (1QS 9,11; 4QPB 3) esta viva la esperanza en un
mesías o varios mesías”. En Mundle, “Venido”.
93
Ibíd.
94
Dice a los judíos que ha venido en nombre del Padre pero que aún así ellos no lo
reciben –pero si viniera otro a ese sí lo recibirían– (5,43); a su vez, es el único que ha
visto al Padre pues es quien ha venido de él (6,46); grita enseñando en el Templo que
no ha venido por su cuenta (7,28); ha salido y viene de Dios (8,42).
la mostración de dios a partir de la expresión “de dios” 127
95
Para un juicio ha venido –que los que no ven vean y los que ven no vean– (9,39);
es la luz que ha venido al mundo para que todo el que crea en él no siga en tinieblas
(12,46).
96
Es el caso de Natanael quien es el primero en reconocer que Jesús ha venido de Dios
como maestro (3,2); luego los discípulos creen que Jesús salió de Dios pues él lo sabe
todo y nadie le tiene que hacer preguntas (16,30).
97
Él los invita a venir a él, para que tengan vida (5,40); aunque, solo pueden venir a
Jesús aquellos que el Padre atrae y él les resucitará en el último día (6,44), pues nadie
puede venir a Jesús si el Padre no se lo concede (6,65).
98
Su testimonio es válido pues sabe que ha venido de Dios y que va a él (8,14); sabe
que ha salido de Dios y a él vuelve (13,3); Jesús salió del Padre, vino al mundo y luego
deja el mundo y vuelve al Padre (16,28).
99
Vorländer, “Don”, II, 47.
100
“Los obsequios podían ser expresión de una política astuta, como cuando ‘el regalo
abre paso al hombre y lo lleva hasta la gente importante’ –le abre camino– (Pr 18,16).
Por lo anterior, se podía ofrecer un don por motivos completamente impropios, en cu
yo caso la palabra viene a significar casi lo mismo que ‘soborno’. A los israelitas se les
ordenó que no recibieran regalos: ‘no recibirán presente; por que el presente ciega a los
que ven’” (Ex 23,8). En Morris, “Don”, 374.
128 jerson rincón umbarila
101
Vorländer, “Don”, 48.
102
“El don de la salvación (Rm 5,15-17); el don inefable (2Co 9,15); el Espíritu Santo
como don de Dios (Hch 2,38); todo don perfecto que desciende de lo alto (St 1,17);
don en el sentido de ‘carisma’ (1Co 12,4); don de la vida eterna (Rm 6,23); los dones
espirituales que son los regalos que el Espíritu Santo imparte a ciertas personas y cada
uno tiene un don de esta clase (1P 4,10), aunque, algunos dones se reservan para de
terminadas personas (Rm 12,6; 1Co 12,4-11; 28-30); quienes los han recibido son a
su vez dones de Jesús resucitado para la Iglesia (Ef 4,7-11)”. En Morris, “Don”, 374.
103
“La discusión sobre el significado de la frase ‘el don de Dios’ y su relación con ‘el
agua viva’ no tiene fin. Gran parte de esta discusión depende de la enseñanza posterior
sobre el Paráclito; la interpretación está más estrechamente vinculada al contexto in
mediato de este pasaje”. En Moloney, El Evangelio de Juan, 143.
104
Fernández, “Don”, 878.
la mostración de dios a partir de la expresión “de dios” 129
105
Merkel, “Pan”, III, 282.
106
Según la costumbre judía, el amo de la casa tomaba en sus manos el pan que había
ante él y pronunciaba la bendición. Jesús también pronunciaba esta bendición del pan,
como reflejan el relato de la multiplicación de los panes y de los peces (Mc 6,41 par.)
y en el de la última cena (Mc 14,22ss. y par.). En Merkel, “Pan”, 283.
107
Ibíd.
130 jerson rincón umbarila
108
“Se puede ver aquí un eco de Dt 8,3; en el que Moisés enseñaba al pueblo, ‘no
solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios’; de esta
interpretación del maná como Palabra de Dios, hay un eco en Sab 16,20; donde se
habla del maná y se dice ‘Para que aprendieran tus hijos queridos Señor, que no ali
menta al hombre la variedad de frutos, sino que es tu Palabra quien mantiene a los que
creen en ti’”. En Brown, El Evangelio según Juan, 535.
109
Amnós (en hebreo Kedes) es utilizado principalmente por el Documento sacerdotal
y por Ez, es decir, por escritos de orientación cúltico-sacerdotal. Así pues, el cordero,
como víctima del sacrificio desempeña un papel importante en el ámbito del culto
israelita. En el templo se ofrecerán corderos como holocausto y como víctima (Lv 9,3;
Nm 15,5), para reconciliar o purificar al pueblo, o bien a personas individuales (por
ejemplo, leprosos: Lv 14,10). Según Ex 12,5 en la fiesta anual de la pascua y como
recuerdo de la salida de Egipto, cada familia sacrifica un Cordero añal, macho, sin
defecto, y rocía con su sangre las jambas de la casa. En su vaticinio sobre el nuevo
Templo menciona Ezequiel a los corderos como ofrenda para el sacrificio de los sá
la mostración de dios a partir de la expresión “de dios” 131
bados y fiestas (46,4.11), especialmente rico por su contenido es el texto del deutero
Isaías 53,7, donde el paciente y sufrido siervo de Yahveh es comparado con un cordero
que es conducido al matadero y que, ante sus esquiladores, enmudece. Con esto se tras
pone por primera vez la función del animal de sacrificio a una persona. Hch 8,32 cita
al deutero Isaías 53,7 y aplica el pasaje al “Evangelio de Jesús” (Hch 8,35). En Gess,
“Oveja”, III, 231.
110
Ibíd.
111
Ibíd., 232.
112
Al parecer, Juan ve en Jesús el “Cordero pascual” y en la narración de su pasión y
muerte da unos elementos significativos como son, la hora de su condena 19,14; el hi
sopo que le acercan en la cruz 19,29 y que no le rompen las piernas 19,26. En Brown,
El Evangelio según Juan, I, 271.
113
Con el señalamiento de Jesús como aquel sobre quien baja y permanece el Espíritu
de Dios, al parecer el evangelista establece una relación entre el siervo de Is 42 y el
Siervo de Is 53 con Jesús. En Brown, El Evangelio según Juan, I, 270.
132 jerson rincón umbarila
114
La palabra santo tiene una referencia cúltica, por ejemplo, el terreno en torno a la
zarza ardiendo es santo (Ex 3,5), así también Guilgal (Jos 5,15), el Templo (Is 64,10),
ciertos días (Is 58,13), las ofrendas (1S 21,5-7), los diezmos (Dt 26,13). En Procksch,
“Santo”, 22.
115
Brower, “Santo”, 1236.
116
Ibíd.
117
En el periodo preprofético la palabra santo se conecta con el nombre de Dios, es la
expresión de su naturaleza y asume un significado moral (Am 4,2); en el periodo pro
fético con Oseas se desarrolla un contraste entre el Dios santo y la humanidad pecadora
(Os 11,9), para Isaías la santidad es la esencia secreta de Dios, lo cual evoca un santo
temor (Is 6); en el periodo posexílico la santidad es referida tanto al ambiente de lo
cultual como al comportamiento ético. En Procksch, “Santo”, 23.
la mostración de dios a partir de la expresión “de dios” 133
118
El Dios santo exige un pueblo santo (1P 1,15-16). El nombre de Dios, su persona
revelada pero distinta ha de ser santificado (Mt 6,9; Lc 12,11). Procksch, “Santo”, 24.
119
Mc 1,24; Lc 1,35; Jn 6,69; Ap 3,7; Hch 3,14.
120
Quien es más amigo de la expresión Espíritu Santo es Lucas: 1,14.35.41.67; 2,25;
3,16.22; 4,1; 10,21; 11,13; 12,10. En los otros sinópticos está presente pero no en gran
número. En Procksch, “Santo”.
121
Se le llama santo al Espíritu en tres ocasiones: 1,33; 14,26; 20,22.
122
A Jesús solo en una ocasión se le llama santo 6,69.
123
Se aplica el término santo al Templo 11,48.
124
Aparece referida al Padre cuando Jesús le llama santo en el contexto de la oración
que hace por los que él ha puesto en sus manos, para que ellos sean uno, como el Padre
y Jesús son uno (17,11).
125
En el numeral 2.1.5., ya se ha explicitado la expresión hijos de Dios en el Antiguo
Testamento, por ello aquí no se tratará.
134 jerson rincón umbarila
(Mt 5,45); son la buena semilla que Jesús planta (Mt 13,37); son
como ángeles, hijos de la resurrección (Lc 20,35-36); son hijos de la
luz e hijos del Altísimo (Lc 6,35; 16,8). Para Pablo, Dios padre ha
llamado a los hombres sus hijos (1Co 6,18)126. En las cartas de San
Juan, los hijos de Dios son quienes han sido amados por el Padre,
pero no solo es una condición actual, sino que también es un estado
que no ha llegado a su plenitud, pues cuando él se manifieste, serán
semejantes al Padre, pues le verán tal cual es (1Jn 3,1-2)127.
En el cuarto Evangelio, a aquellos que reciben la Palabra el
Padre les da la posibilidad de ser hijos128 suyos (1,12) además,
el evangelista señala que Jesús muere para reunir en uno a los hi
jos de Dios que estaban dispersos (11,52). Para entender lo que
significa poder ser hijos de Dios es necesario revisar la expresión
anterior que evidencia la condición de posibilidad para que se dé la
filiación, “recibir la Palabra”. Al acercarse a dicha expresión, normal
mente refiere al hecho de aceptar el testimonio de Jesús129. Por tanto,
lo que hace que una persona sea hijo de Dios es aceptar la Palabra
126
Esta condición exige un comportamiento ético intachable (Flp 2,15), se hace posible
solo por la fe (Ga 3,26). El Padre ha enviado a su Hijo al mundo para que rescatara
a los hombres y les concediera el ser hijos de Dios (Ga 4,5), ellos son herederos por
voluntad de Dios (Ga 4,6). Los que se dejan llevar por el Espíritu de Dios son sus hijos
(Rm 8,14), han recibido el espíritu de adopción (Rm 8,15-16), el anhelo de la creación
es la revelación de los hijos de Dios pues ella será liberada de la esclavitud y pasará
a la gloria de los hijos de Dios (Rm 8,19-20); no son hijos de la carne sino hijos de la
promesa a Abrahán (Rm 9,7). El Padre los ha elegido desde antes de la creación del
mundo, para ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo (Ef 5,1), como hijos que
ridos de Dios, los hombres deben imitar a Dios, para amar tal como Cristo amó y se
entregó por todos (Ef 5,1-2).
127
Tal condición implica un comportamiento propio, practicar la justicia, amar a los
hermanos y cumplir los mandamientos (1Jn 3,10; 5,2).
128
La palabra hijos tekna (diferente de la palabra usada para Hijo de Dios, que es uios),
solo se encuentra en tres ocasiones a lo largo del relato, en dos ocasiones refiere a los
hijos de Dios (1,12 y 11,52) y una a hijos de Abrahán (8,39). En Brown, El Evangelio
según Juan, I, 203.
129
Lo que él ha visto y oído del Padre (3,11; 3,32); pues quien lo recibe certifica que
Dios es veraz (3,33); y quien recibe a Jesús, recibe al que lo ha enviado (13,20); por
tanto, los que han recibido las palabras del Padre se hacen sus discípulos (17,8).
la mostración de dios a partir de la expresión “de dios” 135
130
Boismard, “Nacimiento (nuevo)”, 576.
136 jerson rincón umbarila
131
Ibíd.
132
La consecuencia del nuevo nacimiento en el hombre es una realidad profunda, su
comportamiento moral queda completamente transformado. Ha abandonado el mal
(St 1,21; 1P 2,1); no sigue ya sus pasiones (1P 1,14); sino que obedece a la palabra que
le prescribe el amor a sus hermanos (1,22); en adelante vive bajo la guía del Espíritu
(Rm 8,14); inserto en la vida misma de Cristo (Rm 6,5). Boismard, “Nacimiento
(nuevo)”, 577.
133
En cuanto a la Palabra se tiene lo siguiente: Dios engendró al hombre por su Palabra
de verdad (St 1,18-21); lo ha reengendrado por su Palabra (la predicación evangélica)
que depositó en él como una semilla de vida y a la que se debe obedecer (1P 1,22-25).
Ibíd.
134
En cuanto al Espíritu, él es quien se da como principio del nuevo nacimiento del
hombre en conexión con el agua bautismal (Tt 3,5); para Pablo, es el Espíritu el que nos
hace hijos de Dios (Rm 8,15s; Ga 4,6.). Este nacimiento por la Palabra se da gracias a
la fe y por el Espíritu que se nos ha dado mediante el bautismo, los dos aspectos son
inseparables, Palabra y Espíritu: el Espíritu le da eficacia a la Palabra. Ibíd.
135
El verbo nacer aparece una vez en el Prólogo (1,13). Ocho veces a lo largo de la
conversación de Jesús con Nicodemo (3,3-7). Una vez con ocasión de la discusión de
la mostración de dios a partir de la expresión “de dios” 137
Jesús con los fariseos acerca del ser hijos de Abrahán (8,41). Cinco veces se refiere al
hombre que nació ciego y fue curado por Jesús (9,2.19.20.32.34). Una vez al hacer uso
de la comparación con una mujer que va a dar a luz (16,21). Finalmente, Jesús declara
que ha nacido y venido al mundo para dar testimonio de la verdad (18,37).
138 jerson rincón umbarila
CONCLUSIONES
A lo largo del capítulo se ha tenido la oportunidad de evidenciar lo
que significa cada una de las notas características de los tres gru
pos a los que se refiere la expresión de Dios. Al proponer lo que
significaba en el Antiguo Testamento, su significado en el Nuevo
y, finalmente, lo específico de su sentido en el cuarto Evangelio, se
puede establecer que existe una continuidad y una novedad en lo
que se muestra de Dios a lo largo del cuarto Evangelio con respecto
al Antiguo Testamento y con relación a los demás escritos del Nuevo
que tratan la respectiva nota característica.
Se da una continuidad en la que Dios sigue comunicando sus
palabras a los hombres, pero se da una novedad en la que ya no es a
través de hombres escogidos para tal tarea, como los profetas, sino
que esta vez envía a su propio Hijo, quien comunica sus palabras; y
es él mismo la Palabra del Padre.
Dios sigue mostrando que cuida a su pueblo, lo acompaña y
sostiene, pero esta vez su favor ya no es solo para el pueblo de Israel
sino que abarca todos los pueblos de la tierra (el don de Dios reve
lado a la Samaritana es Jesús quien muere para reunir a los hijos de
Dios dispersos). Más aún, Dios ya no establece relaciones de Señor
la mostración de dios a partir de la expresión “de dios” 139
del Cordero, que es dado por Dios mismo, quien con su entrega y
sacrificio en la cruz quita, ya no los pecados, sino el pecado de la
humanidad, no es una expiación más de los pecados, sino la ruptura
total y definitiva, el pecado es vencido.
La revelación de Dios en su Hijo tiene como finalidad comunicar
la vida eterna a los hombres, por ello, estos reciben la posibilidad de
ser hijos de Dios, nacen de nuevo del agua y del Espíritu Santo, son
enviados a comunicar las palabras que han escuchado a Jesús y a
declarar que son sus discípulos en el amor que se tienen unos a otros,
manifestando así la gloria de Dios.
Los discípulos de Jesús, al amarse los unos a los otros de
la misma manera que Jesús los ha amado, se constituyen en una
comunidad, que a su vez es sostenida y guiada por la presencia de
Dios padre y Jesús a través de su Espíritu Santo, quien es enviado a los
creyentes después de la resurrección de Jesús y vive en la comunidad
enseñando y recordando todo lo que Jesús les ha transmitido del
Padre; por ello, en los creyentes ya individualmente (quienes nacen
de Dios) o en comunidad (el Espíritu Santo que acompaña), Dios se
sigue mostrando.
BIBLIOGRAFÍA