AL Desde Abajo
AL Desde Abajo
AL Desde Abajo
LATINA
DESDE
ABAJO
Cuando no nos
acomodamos a la
realidad...
marco@altramerica.com.es
Primera Edición, abril de 2009, en italiano, Edizioni Punto Rosso/Carta, Milano, Italia
Segunda Edición, julio de 2009, en español, Abya-Yala/UPS Publicaciones, Quito, Ecuador
Tercera Edición, Noviembre de 2010, en español, Ediciones Cambio Progresista. No.3. Santo Domingo, República Dominicana
Ediciones Cambio Progresista. No.3.
Miuca, C/ Leonor de Ovando No.6, Gazcue.
(809) 682 3901.
partidomiuca2@hotmail.com.
Santo Domingo, D.N. República Dominicana.
Título:
América Latina desde Abajo, cuando no nos acomodamos a la realidad...
Coordinador:
Marcos Coscione
ISBN:
999-?????-?????
Ilustración de portada:
Hernán Apablaza
hernan.apablaza@gmail.com
Diseño y diagramación:
mediaprint, s.r.l.
Impresión:
Mediabyte, S.R.l.
Introducción
Aún se mueven….................................................................................................... 9
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A m é rica L atina desde A ba j o
4
Prólogo
Conociendo y compartiendo luchas y experiencias
desde abajo en todo un continente
Esta colección de artículos sobre las luchas de los movimientos sociales en América La-
tina tiene el mérito de ser tan o más abarcadora de la gran variedad de “acciones colectivas
contenciosas” en el hemisferio, como otras que se han publicado tiempo atrás. Recordemos
1
el texto de Camacho y Menjívar , quienes hicieron notar, ya en los años ochenta, el incipiente
2
protagonismo de los movimientos indígenas, los movimientos pro-derechos humanos, los mo-
vimientos feministas y de mujeres, o los movimientos de pobladores, entre otros, sin dejar de
tratar los movimientos “clásicos”, campesino y obrero, en el contexto de la ofensiva neoliberal.
Asimismo, académicos de universidades norteamericanas y europeas hicieron aportes signifi-
cativos en esta dirección, organizando estudios propios y publicando a otros autores que ex-
tendieron aún más el abanico de movimientos sociales o acciones colectivas en América Latina.
Autores y autoras como Arturo Escobar , Sonia Álvarez, Evelyn Dagnino y Susan Eckstein .
3 4 5
Ahora bien, el texto coordinado por el politólogo italiano Marco Coscione tiene otra valiosa
característica, que bien vale destacar. Por un lado, todos los artículos se refieren a experiencias
de luchas concretas e históricamente bien delimitadas en cada país. Puede ser el movimiento
estudiantil “pingüino” chileno, o el movimiento zapatista de Chiapas; la lucha contra la privati-
1 El término “acción colectiva contenciosa”, o también “política contenciosa”, engloba toda forma de acción política orientada a cues-
tionar autoridades, instituciones, organizaciones o políticas públicas o privadas que se enmarquen en la injusticia, la privación de
derechos, el abuso de poder, explotación-opresión-privilegios, y que a su vez se propone como objetivo el cambio de la situación
configurada por la incidencia de estos factores. En resumidas cuentas, acciones colectivas-políticas que desafían estructuras de
autoridad, que incluyen lo que se ha denominado convencionalmente “movimientos sociales”, pero también acciones tales como
piquetes, marchas, demostraciones, pobladas, motines de hambre, organización de barricadas, paros ciudadanos, huelgas nacio-
nales, etcétera, que pueden ser violentas o no violentas, y que no forman parte de los modos formalmente institucionalizados de la
lucha política, tales como serían loa procesos electorales, los debates públicos, las concentraciones políticas, religiosas o sociales.
2 Daniel Camacho y Rafael Menjívar (Coordinadores) (1989), Los movimientos populares en América Latina, Siglo XXI Editores y y
Universidad de las Naciones Unidas, México.
3 Arturo Escobar y Sonia Álvarez (Edits.) (1992), The Making of Social Movements in Latin America. Identity, Strategy and Democracy,
Westview Press, EE.UU.
4 Sonia Álvarez, Evelyn Dagnino y Arturo Escobar (Edits.) (1998), Cultures of Politics Politics of Cultures: Re-Visioning Latin American
Social Movements, Westview Press, EE.UU.
5 Susan Eckstein (Coord.), University of California Press (1989), Power and Popular Protest: Latin American Social Movements, Uni-
versity of California Press, EE.UU. Traducción al castellano: Poder y Protesta Popular: Movimientos Sociales Latinoamericanos, Siglo
XXI Editores, 2001.
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zación del agua en Uruguay o la lucha indígena para la conservación de la selva amazónica en
Perú; los medios de comunicación en contra del Tratado de Libre Comercio en Costa Rica, o el
movimiento LGBT en Chile…
Se suman aquí, muchas otras experiencias y los grupos y sujetos más diversos: indígenas,
mujeres, obreros y obreras, estudiantes, campesinos y campesinas, civiles, militares, políticos.
Los casos recopilados abarcan literalmente todo el continente, y también el Caribe, con la pre-
sencia de dos experiencias dominicanas.
En nuestro país, se han desarrollado recientemente interesantes experiencias en términos
de movilización y lucha en el campo de la conservación del medio ambiente, así como en el
ámbito del activismo político, tal y como fueron la resistencia, en 2009, en contra del estable-
cimiento de una cementera en las lindes del Parque de Los Haitises, y la reciente campaña de
grupos, sobre todo juveniles, que apostaron por la opción del voto por “ningún candidato” en las
elecciones congresionales y municipales del mayo del 2010.
Éstas son sólo dos manifestaciones puntuales, entre muchas más, que quizás estén señalan-
do una revitalización de las organizaciones sociales en su dimensión contestaría y propositiva.
Por otro lado, sorprende la escritura de los más de treinta artículos que componen el libro:
como ninguno de los autores, independientemente de su formación académica, adopta un len-
guaje altamente conceptual-teórico, sino más bien descriptivo-narrativo (centrado en entregar-
le al lector de forma elocuente la textura de la experiencia vivida), también hay espacio para
la transcripción de entrevistas con los protagonistas directos de estas “realidades incómodas”.
Respetando sus registros lingüísticos, los textos alcanzan un valor testimonial indudable para
cumplir con la que, a mi juicio, es la meta más difícil y quizás también menos visible de esta
compilación: motivar, con los diferentes tipos de textos, un diálogo al interior mismo de esta he-
terogénea representación de actores sociales, ubicados en diferentes contextos sociopolíticos
y culturales del subcontinente latinoamericano, para ayudarles a compartir las lecciones de sus
variadas y ricas historias de lucha.
Coscione está consciente de que entre los actores sociales y políticos latinoamericanos, en-
vueltos en alguna forma de lucha o resistencia contra diferentes modos de opresión, injusticia
o discriminación, pese a los medios que existen hoy para facilitar una mejor comunicación y un
efectivo compartir de saberes y conocimientos, no existe el nivel de información suficiente sobre
las experiencias de unos/as y otros/as. Y es lo que necesitamos, sobre todo nosotros los domi-
nicanos, para acercarnos al continente y sus prácticas, y para dar a conocer nuestras acciones,
nuestro insular “otro modo”.
Sin duda, la disponibilidad de información sobre las estrategias de lucha, triunfos y fracasos
de los movimientos de resistencia en el subcontinente, será la base para la construcción de un
saber compartido que represente una fertilización cruzada de conocimientos útiles para fortale-
cer y garantizar el éxito de las estrategias de lucha de todos los movimientos que, desde abajo,
desafían las estructuras de autoridad y sus formas de opresión y privación de los sectores popu-
lares, marginados o discriminados de América Latina.
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Cuando no nos acomodamos a la realidad…
En un momento como el actual, caracterizado tanto por la crisis de las utopías tradiciona-
les como por los esfuerzos de construir otras más adecuadas a las necesidades y a los nuevos
sujetos sociales contemporáneos, este libro, a través del testimonio sobre las luchas políticas,
sociales y culturales cotidianas, nos ofrece una suerte de fotografía de las utopías emergentes
en América Latina.
En este orden, resultaría de mucha importancia que los y las activistas dominicanos/as en los
diferentes ámbitos de movilización social, política y cultural pudieran aprovechar las lecciones
que se derivan de estas experiencias en el hemisferio y, a la vez, que ellos y ellas también puedan
contribuir a la experiencia de los actores sociales y políticos de los países hermanos retratados
en estos textos. Reitero que este es el proyecto que anima la presente colección: el diálogo entre
saberes y experiencias de lucha desde abajo en América Latina.
En este sentido, el libro resulta de interés tanto para los comprometidos en impulsar expe-
riencias novedosas de cambio desde abajo en nuestro país, República Dominicana, como para
los que con una visión un tanto más académica quieren encontrar los hilos explicativos de una
realidad cada vez más compleja y desafiante, y que interpela el sentido de justicia de todo y toda
aquel y aquella que tenga deseos de aportar al cambio.
7
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Introducción
Aún se mueven…
El 2009 será un año para recordar, para todos los movimientos sociales, los colectivos, las
asociaciones y articulaciones dominicanos comprometidos con la construcción de aquel otro
mundo u otro modo: otro modo de entender y hacer política. Las experiencias de movilización
en contra del Art. 30 y en defensa del Parque Nacional de los Haitises, que se recogen en esta
compilación, forman parte de un panorama político y social altamente distinto a lo que pudiéra-
mos haber encontrado en el continente hace dos o tres décadas.
Sobre todo durante las dos últimas décadas, América Latina vivió el surgimiento de un nue-
vo y esperanzador activismo político-social, a través de un abanico de experiencias de movi-
mientos sociales y de la base que, de hecho, están transformado sus sociedades y siguen cons-
truyendo “otra cosa”. Estos actores sociales se encuentran en continua evolución. Son abituales,
de hecho, las diferencias de estrategias entre fracciones distintas de un movimiento que rei-
vindica el mismo objetivo: estas diferencias se traducen en una verdadera fractura cuando los
movimientos sociales actúan bajo un gobierno que se supone progresista pero que en muchos
casos sigue perpetuando los mismos esquemas dominantes del pasado . 6
Considerando la tesis de Raúl Zibechi (que en esta compilación nos dejará una exhaustiva y
muy interesante panorámica sobre la movilización social en defensa del agua en Uruguay en las
últimas dos décadas), los nuevos movimientos sociales latinoamericanos tienen algunas carac-
terísticas en común que pueden ser así resumidas: un ligado particular con el elemento territorial
como revalorización política, social, económica, cultural y simbólica de los espacios físicos, más
allá de las viejas luchas por la tierra, por el territorio y sus recursos naturales; la convergencia de
acción entre las comunidades eclesiales de base ligadas a la teología de la liberación, la cosmo-
visión indígena y la militancia revolucionaria; una actitud propositiva y no solamente el rechazo
de las políticas neoliberales; la autonomía de los Estados y de los partidos políticos; la revalori-
zación y reafirmación de sus culturas y de sus identidades, con una creciente participación de
los indígenas; la capacidad para formar a sus propios intelectuales, a través de la educación y la
formación; el fuerte papel de las mujeres; la importancia de la producción, la reproducción y el
cuidado de la naturaleza. A estos rasgos se añade una criminalización generalizada por parte de
6 Zibechi, Raúl (2006), Movimientos Sociales: nuevos escenarios y desafíos inéditos, en OSAL, año VII, Nº 21, CLACSO, Buenos
Aires, Argentina, septiembre - diciembre de 2006.
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las fuerzas conservadoras que, sobre todo después del 11 de septiembre de 2001, califican a los
movimientos de “terroristas” o “antipatrióticos”.
Estas características son la clara respuesta al llamado “Sistema de Dominación Múltiple” en
el cual estamos viviendo: explotación económica, exclusión social y política, “pornografía polí-
tica”, imposición de una cultura única y de un pensamiento único, pérdida de relevancia de la
democracia representativa y de la participación mínima del ciudadano a través del voto, discri-
minaciones de todo tipo (étnica, racial, de género, de edad, de opciones sexuales), patriarcalis-
mo, dominación mediática y depredación ecológica . 7
No todas las experiencias que se presentarán en este libro pueden ser reconducidas a ver-
daderos movimientos sociales, en el sentido de actores que han podido afirmarse como autén-
ticos interlocutores sociales; tampoco es intención de este libro investigar y teorizar una vez
más sobre los nuevos movimientos sociales en el continente latinoamericano. Para ello hay una
literatura muy exhaustiva. Sin embargo, todavía no he encontrado una publicación, que recoja
experiencias de tantos países y sobre temas tan distintos, como ésta. Digamos que es algo que
yo mismo estaba buscando.
Todas las historias y procesos contados por los autores, tienen en común la percepción de
un objetivo, aunque varíen las acciones que emprenden para lograrlo. El objetivo macro es un
cambio en la sociedad donde sus protagonistas viven y luchan. A pesar de las especificidades de
cada una, todas estas luchas trascienden las reivindicaciones particulares y se proyectan en un
marco regional que las transforma en luchas continentales y también globales. Detrás de todas,
la exigencia de “democratizar la democracia”, este tipo de democracia, es bien visible, sobre
todo cuando ni el mercado ni el Estado (ni tampoco estos tipos de partidos, poco representati-
vos y muy “auto-representativos”) supieron generar las respuestas adecuadas para impulsar un
verdadero desarrollo humano y el pleno ejercicio de todos los derechos.
El panorama latinoamericano es muy variado y rico en experiencias muy diferentes y, al mis-
mo tiempo, similares. El objetivo de esta compilación es ofrecer un espacio a distintas voces de
actores sociales que cotidianamente luchan para construir “otra América Latina”, más solidaria,
más integrada, más cohesionada, más heterogénea y alternativa a la que hasta ahora conoce-
mos: un continente profundamente desigual donde las diferencias de acceso a los bienes y a los
servicios, así como a las capacidades políticas, sociales y económicas, son todavía enormes. Pero
“esta gran humanidad ha dicho «¡Basta!» y ha echado a andar”. Parece difícil frenarla.
Es natural entonces empezar con el Ejército Zapatistas de Liberación Nacional (EZLN) que,
no casualmente, eligió como comienzo de su despertar el primero de enero de 1994, fecha de
la entrada en vigor, en México, del Tratado de Libre Comercio de América del Norte; un trata-
do que habría seguido profundizando las mismas desigualdades y discriminaciones del pasado.
Lola Sepúlveda, colaboradora del “Centro de Documentación sobre Zapatismo” nos hablará del
modelo de cambio que se quiere construir con “La Otra Campaña”, un mosaico de luchas silen-
ciosas, desconocidas, locales, nacionales, mundiales… desde abajo y desde la izquierda. El EZLN
7 Gilberto Valdés Gutiérrez, “Los movimientos sociales en América Latina y sus posibilidades contrahegemónicas”, ponencia en la IV
Conferencia Internacional “La Obra de Carlos Marx y los desafíos del siglo XXI”, La Habana, 5 al 8 de mayo de 2008.
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supo conseguir el apoyo de muchos movimientos en todo el mundo y llamar la atención sobre su
manera de actuar, de organizarse, sobre su capacidad mediática y su fuerza comunicativa y tam-
bién sobre su liderazgo y sus liderazgos. Tema, este último, al cual dará espacio Pablo Ospina Pe-
ralta en su aporte sobre los movimientos sociales ecuatorianos y sus relaciones con el Ejecutivo:
¿un movimiento en búsqueda de liderazgo o un liderazgo en búsqueda de un movimiento? La
aportación de Pablo, en el primer capítulo, nos acerca a los desafíos de los movimientos socia-
les del Ecuador frente al consolidamento del gobierno Correa y en víspera de la profundización
de aquellos cambios tanto esperados, y también subraya como querer acercar los movimientos
sociales a los gobiernos progresistas de la región, sin conocerlos de verdad, es un análisis muy
simplista en el cual muchos viejos latinoamericanistas siguen cayendo.
En el segundo capítulo, contaré la experiencia de movilización de los ”pingüinos”, los estu-
diantes secundarios chilenos que, a partir de mayo de 2006, se convirtieron nuevamente en ac-
tores principales, así como en los años ochenta sus padres protagonizaron aquellas tremendas
manifestaciones contra el régimen de Pinochet. Los estudiantes universitarios y sus organiza-
ciones, serán el focus de la aportación de Augusto Rigoberto López Ramírez, joven estudiante de
sociología de la Universidad de El Salvador, que nos recuerda la importancia de la unidad “hacia
un proyecto de universidad y de país”.
Siempre en el segundo capítulo, María Belén Cevallos nos hablará de la Escuela de formación
política del Movimiento Indígena y Campesino de Cotopaxi, subrayando la importancia que hoy
en día tiene el encuentro y el diálogo entre educadores y educandos, en el proceso de formación
de líderes y lideresas de los movimientos indígenas del continente. Con Alejandra Santillana y
Stalin Herrera, en el séptimo capítulo, nos quedamos en el Ecuador para analizar más deteni-
damente el desarrollo del movimiento indígena, sus experiencias, su transformación y su crisis
actual.
El reconocimiento formal de los derechos de los pueblos indígenas en los regímenes de-
mocráticos no supuso directamente un reconocimiento real. Las poblaciones indígenas toda-
vía siguen siendo discriminadas y los Estados no han sabido respectar dos pilares básicos de la
cosmovisión indígena: los territorios ancestrales y la naturaleza. En esta dirección se dirigen sus
luchas básicas, pero no terminan ahí. El boliviano Pablo Mamani, siempre en el capítulo siete,
nos ofrece una aportación sobre su principal objeto de estudio: los microgobiernos barriales de
la ciudad de El Alto, protagonistas de la organización popular durante y después de aquellos im-
portantísimos años que han llevado a Evo Morales a la presidencia del país.
Vilma Almendra y Manuel Rozental, estudiante y médico cirujano respectivamente, ambos
miembros activos del “Tejido de Comunicación y Relaciones Externas para la Verdad y la Vida”
de la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca (ACIN), nos hablarán detenidamente
de la organización indígena del Norte del Cauca, de su “Plan de Vida”, dentro de un país que se
ha convertido en la base de continuos experimentos políticos, económicos, militares que dejan
consecuencias atroces, pero no evitan que Colombia siga caminando la grande Minga de resis-
tencia social y comunitaria. Edith Cumiquir Martínez nos contará una historia personal y comu-
nitaria al mismo tiempo a través de la cual descubriremos algo de las luchas mapuche en el sur
de Chile.
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Además de los indígenas, las que más sufren las condiciones de pobreza y desigualdad son
las mujeres y, más aún, las mujeres indígenas. Es importante considerar la presencia de los mo-
vimientos y de las asociaciones de mujeres como transversal en cada articulación ciudadana,
pero además de esto, es necesario subrayar que las mujeres siempre han reivindicado objetivos
propios: la lucha contra la violencia machista, por los derechos reproductivos y la reapropiación
del cuerpo como esfera intima y privada pero también como “lugar” público, contra la penaliza-
ción del aborto y la búsqueda más general de tratos diferenciados . La mujeres luchan por sus 8
derechos, pero también por los de toda la sociedad: han protagonizado las luchas por la demo-
cracia, demandando a la vez “democracia en el país y en casa” , y ahora apoyan con su trabajo
9
en la comunidad y en los barrios la recuperación de fábricas ocupadas, las redes del trueque o
la educación en las escuelas de los campamentos de los sin tierra. En el capítulo 5, el artículo
de Denise Paiewonsky nos lleva al caribe, a República Dominicana, donde en los últimos años
se ha despertado un nuevo activismo social articulado sobre todo alrededor de la última refor-
ma constitucional y de la lucha ambientalista en defensa del parque de los Haitises. Denise se
centrará en las luchas de los movimientos de mujeres, feministas (y no solamente) en contra
del Artículo 30 del proyecto de reforma constitucional “que le otorga rango constitucional a la
prohibición del aborto sin excepciones, al consagrar el derecho a la vida desde el momento mismo
de la fecundación”. En el mismo capítulo, también escucharemos la voz de las campesinas que
luchan por una distribución más justa de la tierra. María Do Carmo, en la entrevista de Francesca
Baggia, nos ayudará a comprender el panorama de los Sin Tierra en el Brasil de hoy, desde una
perspectiva particular: los ojos de las mujeres.
No obstante, quedarnos con la discriminación hacia las mujeres dejaría afuera un mundo de
verdad muy olvidado. La rabia de Taty, en la entrevista de Luis Venegas, nos da una idea bien
clara del dolor que las y los trans deben de llevarse adentro. Sobre otra experiencia chilena es la
aportación de Iván Falcón: el movimiento Lesbianas, Gay, Bisexuales y Trans, sus antecedentes
y sus prospectivas futuras, hacia el bicentenario de la independencia.
En el tercer capítulo, además de la entrevista a María del Mar Mella y Domingo Abreu sobre
la defensa del Parque de los Haitises, se dará espacio al testimonio de Hugo Blanco sobre la
masacre del 5 de junio en Bagua (Perú), que nos indignó a todos y que al mismo tiempo nos está
llamando otra vez a la solidaridad y al firme compromiso internacional. Además, Marielle Palau
nos llevará a Paraguay, mostrándonos las luchas del movimiento campesino en contra de los
agronegocios, que allí significan sobre todo “guerra a la soja”.
Todo el capítulo 4 está dedicado a los medios de comunicación alternativos o de la base, que
de alguna manera están reescribiendo la “historia oficial”: así hay espacio para que “Polo” nos
relate la experiencia del Canal 3 de la población La Victoria, población La Victoria, la más em-
blemática y más antigua toma de terrenos urbanos en Chile. Jan Ullrich, politólogo de la Freie
Universität de Berlin, nos habla de un mundo casi desconocido, el de los medios de la base en
Costa Rica, que desde el principio dieron voz a la lucha de los movimientos sociales en contra del
8 Vargas, Virginia (2006), “Las miradas y estrategias políticas feministas en el nuevo milenio: una perspectiva desde América Latina”,
en OSAL, año VII, Nº 20, CLACSO, Buenos Aires, mayo-agosto 2006.
9 ibídem.
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aire y las ametralladoras ladran, pero los artistas del Frente Nacional Contra el Golpe de Estado
no abandonan el compromiso de sus artes, más bien lo renuevan… cada día más.
El último capítulo lo dediqué a los foros sociales. El Primer Foro Social Mundial (2001) se
organizó en Porto Alegre, ciudad que se convirtió rápidamente en el centro de los movimientos
sociales de todo el mundo, a los que erróneamente se les llamará “anti-globalizadores”. Estos
movimientos, en realidad, nacen en plena globalización y siguen sobreviviendo y creciendo gra-
cias a ella. Lo que sí cuestionan es el tipo de globalización: una globalización desequilibrada por-
que en ella siguen dominando los países económicamente más fuertes y las transnacionales, y
una globalización incompleta porque nunca se tomó en cuenta la globalización de los derechos,
de las políticas sociales y del respeto de las diversidades, o de los sindicatos y de los salarios.
Yo tuve la posibilidad de participar en la sexta edición en Caracas y la impresión que todavía
llevo dentro es de haber participado en algo extraordinario: es increíble la diversidad y calidad de
la gente que participa. Las historias que te pueden contar, las luchas que han vivido, las derrotas
que han sufrido… todo el mundo tiene una idea muy clara: “otro mundo es posible”. Y estos ac-
tores sociales, encontrándose, intercambiando experiencias, ayudándose, pero sobre todo co-
nociéndose, están poniendo en práctica este mundo, demostrando de verdad que es posible. Lo
que quizás nos falta es entender y lograr que nuestros gobernantes comprendan, que también
es urgente, muy urgente.
En 2006, en Caracas, tuvo lugar al mismo tiempo el II Foro Social de las Américas. El prime-
ro fue en 2004, en Quito. Es la expresión regional del foro mundial, como en Europa tenemos
el Foro Social Europeo. En las charlas, conferencias y debates de este foro (que en realidad se
confundía mucho con el mundial) la presencia más fuerte fue sin duda la de los campesinos y
de los indígenas. Las cuestiones de la reforma agraria, del derecho a la tierra, de los derechos
humanos, de la representación y práctica política, de la libertad de expresión o más en general
el respeto de la diversidad, estuvieron en el centro de todos los debates. Luciana Ghiotto, por
último, nos llevará al Foro Social de las Américas de 2008, en la capital guatemalteca.
Cuando vivía en Chile tuve también la posibilidad de participar en el Foro Social Chileno,
una realidad que nació en 2004 en respuesta a la cumbre del Asia-Pacific Economic Cooperation
(APEC): en aquel entonces las movilizaciones llevadas a cabo por los manifestantes fueron du-
ramente reprimidas por los carabineros chilenos. Pero Luis Venegas nos recordará aquellos mo-
mentos de alegría, de fiesta y de compromiso al mismo tiempo. Este foro es una experiencia
nacional como muchas otras, pero asume relevancia cuando pensamos que Chile es uno de los
países más desiguales del continente y del Mundo (número 19 por desigualdad según el Informe
de Desarrollo Humano 2009), y si pensamos también en cómo se está definiendo tan exitoso su
modelo de desarrollo.
Para contestar a los que sin conocer los Foros Sociales afirman que no sirven de nada, me
gusta recordar las palabras de François Houtart, uno de los veteranos y fundadores de los foros
mundiales: “el logro principal de los Foros Sociales… ha sido la elaboración progresiva de una con-
ciencia colectiva, con varios niveles de análisis y de comprensión, y con una ética a la vez de protes-
ta contra todo tipo de injusticia y desigualdad, y de construcción social democrática de otro mundo
15
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posible” . Sin una ciudadanía fuerte y sin ideas sólidas son imposibles los cambios sociales que
10
nos permitan realizar un nuevo desarrollo social, político, económico, institucional, cultural…
Leyendo las distintas contribuciones, percibimos que algo sigue moviéndose en este conti-
nente, un tiempo “desaparecido” y ahora tan mal presentado, tan vergonzosamente descrito,
tan curiosamente fotografiado.
Estas breves pero intensas aportaciones también pueden ser consideradas como unas cuan-
tas fotos. No tienen la pretensión de sacar conclusiones ofreciéndonos sólo una parte de la
realidad, como cotidianamente estamos acostumbrados (lamentablemente) a ver a través de
los grandes medios de comunicación masivos o del academicismo poco independiente y poco
comprometido; pero todas juntas intentan ofrecernos un “álbum” de recuerdos o una libreta de
apuntes sobre la diversidad y la riqueza de este movimiento de movimientos: “un movimiento
de movimientos, en defensa del derecho a la educación y de la Pacha Mama, con más información
desde la base, entre iguales pero diferentes; ocupando, resistiendo y produciendo, reafirmando su
alma indígena, en paz y sin olvido… para que otra América sea posible…”.
Marco Coscione
10 Houtart, François (2006), Los MS y la construcción de un nuevo sujeto histórico, en “La teoría marxista hoy. Problemas y perspecti-
vas” (Boron, Atilio; Amadeo, Javier; González, Sabrina).
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Capítulo 1
Un movimiento de movimientos…
que la sociedad mexicana terminaría por polarizarse y se produciría una confrontación directa
entre pueblo y Estado pero que su tarea no era empezar esa confrontación, sino prepararse y
esperar el momento en el que fuera necesario un grupo armado “para defenderse, para pelear,
para resistir la acción del ejército federal” . Decidieron crecer acumulando fuerzas en silencio,
13
renunciando a formar un “aparato” político-militar con muchas armas pero sin gente que las
pudiera usar. Y escogieron las montañas de la Selva Lacandona para adiestrarse como ejército.
En los primeros años, no hubo contacto con las poblaciones de la zona; esperaban la noche
para bajar de la montaña, pasando por los pueblos como fantasmas para no ser vistos; pero
11 Activista en movimientos sociales y trabajadora del ámbito sindical, desde 1994 se ocupa activamente del movimiento zapatista y
actualmente colabora con el “Centro de Documentación sobre Zapatismo” (www.cedoz.org), que mantiene viva la información sobre
el movimiento zapatista y sus entornos.
12 Le Bot, Yvon (1997), El Sueño Zapatista. Barcelona: Plaza y Janés
13 Ibídem.
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pronto se supo de la existencia de hombres armados “allá arriba”, tal vez bandidos, “robava-
cas”... Poco después, los jóvenes guerrilleros entran en contacto con un pequeño grupo de indí-
genas muy politizados y éstos les ayudan como intermediarios con el resto de las comunidades,
donde las condiciones de vida eran cada vez peores, pese a todas las luchas y los esfuerzos orga-
nizativos llevados a cabo en aquellos años.
Cuando ambos grupos se encuentran, los indígenas ven en la lucha armada la forma de
defenderse de las fuerzas represivas, sean éstas soldados o guardias blancas ; a cambio, les 14
ofrecen ayuda con el abastecimiento de lo que necesiten para su subsistencia. En ese inter-
cambio, jóvenes indígenas empiezan a subir a la montaña y en poco tiempo son mayoría en la
organización político-militar, lo que se refleja en la vida interna del grupo y produce un fuerte
choque cultural: los jóvenes universitarios necesitaron algo más que hablar la lengua de la zona
para entender y hacerse entender; tuvieron que conocer y asimilar el sentido del lenguaje, de
los símbolos y de la organización comunitaria.
Surge así la primera “derrota” del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), cuando
descubre que no tiene prácticamente nada que enseñar y sí mucho que aprender. A partir de
ese momento, el EZLN comienza un proceso de transformación que le lleva de considerarse
una vanguardia revolucionaria, a ser un ejército que forma parte de un movimiento indígena de
resistencia, y que está subordinado a las comunidades. En el año 1992, los jefes indígenas, res-
ponsables de los pueblos, consideran que hay que empezar la guerra y emprenden un proceso
de consulta para conocer la opinión de las comunidades y decidir en conjunto. En cada comuni-
dad, en cada poblado, se habla, se explica, pero sobre todo, se escucha. Y cuando votan, lo hacen
mayoritariamente por la guerra.
El 1º de enero de 1994, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional ocupa siete cabeceras
municipales del Estado de Chiapas en una guerra que sólo dura 12 días y que dio a conocer al
mundo a unos hombres y mujeres que tras sus pasamontañas y sus paliacates, no han dejado de
pelear para que se cumplan sus demandas básicas: trabajo, tierra, techo, alimentación, salud,
educación, independencia, libertad, democracia, justicia y paz.
Desde el principio del levantamiento, el EZLN reconoce el papel de la sociedad civil en parar
la guerra y se dirige a ella como interlocutora, al tiempo que la anima a participar, de manera
pacífica, en su lucha : en la Segunda Declaración de la Selva Lacandona, expresa la necesidad
15
de un nuevo Pacto Social, una nueva Constitución, en cuya elaboración la Sociedad Civil sería un
actor político imprescindible a través de la Convención Nacional Democrática (CND) ; en enero 16
de 1995, llama a formar un Movimiento para la Liberación Nacional y en octubre de ese año, se
17
dirige a diferentes organizaciones sociales y políticas independientes para que participen como
invitadas en la Mesa de Diálogo con el Gobierno; al tiempo, convocan la Consulta Nacional e
14 Ejércitos privados mantenidos por los dueños de las fincas de la zona y que eran empleados en contra de grupos de campesinos
que reclamaban e invadían tierras.
15 Ya el mismo 6 de enero de 1994, en un comunicado en el que el EZLN habla sobre las condiciones para el diálogo con el gobierno
federal habla de la lucha de las organizaciones independientes y afirma que su lucha es nacional y no se limita sólo a Chiapas.
16 Segunda Declaración de la Selva Lacandona. 1 de junio de 1994.
17 Tercera Declaración de la Selva Lacandona. 1 de enero de 1995.
18
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
llamado “el Intergaláctico” que supuso el fortalecimiento de la alianza entre el EZLN y el movi-
miento de resistencia al neoliberalismo en el mundo y que tuvo su continuidad en el Segundo
Encuentro, realizado al año siguiente en varias localidades del Estado español.
Cuando el Gobierno de México deja claro en los hechos, que no va a cumplir lo pactado en
los Acuerdos de San Andrés, el EZLN llama a luchar por el reconocimiento de los derechos indí-
genas, al tiempo que retoma la construcción silenciosa de los Municipios Autónomos que había
iniciado en diciembre de 1994, con todas las dificultades que supone desarrollarlos en medio de
una guerra de baja intensidad en la zona y de las acciones conjuntas de los gobiernos estatal y
federal que realizaron numerosos operativos policíaco-militares para desmantelarlos. Con la lle-
gada de Vicente Fox a la presidencia del país, que pone fin a más de 70 años de dominio político
del Partido Revolucionario Institucional (PRI), pareció que podía abrirse un nuevo escenario en
el que, tras el reconocimiento y puesta en marcha de los Acuerdos de San Andrés, podría avan-
zarse en la transformación del EZLN en fuerza política.
Para explicar la trascendencia de dichos Acuerdos, el Ejército Zapatista inicia en el año 2001
la Marcha del Color de la Tierra, que culmina, gracias a las presiones de la Sociedad Civil, con la
presencia de la Delegación Zapatista en el Congreso de los Diputados donde, junto a más de 200
invitados del EZLN y del Congreso Nacional Indígena, varios Comandantes zapatistas exponen
las razones por las cuales deberían hacerse las reformas constitucionales necesarias para cum-
plir lo acordado, siendo la Comandanta Esther quien hizo el discurso principal. Pero ni el Senado
ni el Congreso de la Unión están a la altura de lo que se les solicita. Tampoco los partidos políticos
con presencia parlamentaria, de tal manera que aprueban una ley que, no sólo no cumple con lo
acordado, sino que es contraria a los Acuerdos de San Andrés.
El EZLN se sumerge en el silencio y durante un largo tiempo, piensa y analiza que ha pasado
y cuáles han de ser los siguientes pasos a dar. En el 2003, empieza a conocerse parte de los resul-
tados de ese proceso: sin pedir permiso al gobierno, avanzan en la construcción y consolidación
de su autonomía con la reorganización de los Municipios Autónomos en torno a cinco Juntas de
Buen Gobierno. Pero esto no es suficiente; por una parte, han comprobado que “allá arriba rei-
nan la indecencia, la desfachatez, el cinismo, la desvergüenza” y que abajo hay muchas historias
20
de dolor y de injusticia, pero también de lucha. Y el EZLN reflexiona sobre su historia, ve que han
llegado “a un lugar donde no podemos avanzar más compañeros, nuestro movimiento no era sólo
por los indígenas de Chiapas, ni sólo por los indígenas de México, si no que era por la democracia, y
lo es todavía, por democracia, libertad y justicia para todos los que no la tienen, que somos la ma-
yoría de los mexicanos” . 21
19
A m é rica L atina desde A bajo
Esta nueva reflexión les lleva, en junio de 2005, a lanzar la Sexta Declaración de la Selva La-
candona, dónde tras contar cómo se ven a sí mismos, su historia, cómo ven a México y cómo ven
al mundo, lanzan una nueva propuesta para unir las luchas dispersas:
“en México lo que queremos hacer es un acuerdo con personas y organizaciones de
izquierda, porque pensamos que es en la izquierda política donde está la idea de re-
sistirse contra la globalización neoliberal, y de hacer un país donde haya, para todos,
justicia, democracia y libertad” […]
“con estas personas y organizaciones de izquierda, hacemos un plan para ir a todas
las partes de México donde hay gente humilde y sencilla como nosotros. Y no es
que vamos a decirles qué deben hacer o sea a darles orden. Tampoco es que vamos
a pedirles que voten por un candidato, que ya sabemos que los que hay son neoli-
beralistas. Tampoco es que les vamos a decir que hagan igual a nosotros, ni que se
levanten en armas. Lo que vamos a hacer es preguntarles cómo es su vida, su lucha,
su pensamiento sobre cómo está nuestro país y sobre cómo hacemos para que no
nos derroten. Lo que vamos a hacer es tomar el pensamiento de la gente sencilla
y humilde y tal vez encontramos en ella el mismo amor que sentimos nosotros por
nuestra patria. Y tal vez encontramos un acuerdo entre los que somos sencillos y
humildes, y juntos, nos organizamos en todo el país y ponemos de acuerdo nuestras
luchas que ahorita están solas, apartadas unas de otras, y encontramos algo así
como un programa que tenga lo que queremos todos, y un plan de cómo vamos a
conseguir que ese programa, que se llama “programa nacional de lucha”, se cumpla.
Y entonces, según el acuerdo de la mayoría de esa gente que vamos a escuchar,
pues hacemos una lucha con todos, con indígenas, obreros, campesinos, estudian-
tes, maestros, empleados, mujeres, niños, ancianos, hombres, y con todo aquel que
tenga bueno su corazón y tenga la gana de luchar para que no se acabe de destruir
y vender nuestra patria”22.
Lo que proponen los zapatistas es, en definitiva, construir DESDE ABAJO Y POR ABAJO,
una alternativa de izquierda que, mediante la organización de una nueva fuerza política civil y
pacífica, acabe con los poderosos y construya “otra cosa”. Junto con esta propuesta, la Sexta
Declaración marca unas definiciones básicas: partir de una reflexión de quiénes somos y dónde
estamos, marcando el lugar y la propia historia, y emplear otra forma de hacer política, lejos de
esos grupos que establecen primero sus principios, sus reglamentos y sus planes para luego ir
a buscar militantes. De lo que se trata es de encontrarse con otros en esa reflexión de quiénes
somos y juntos construir esa “otra cosa”, que no está definida porque si se ha de construir juntos,
ha de definirse juntos.
20
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
La Otra Campaña
Durante los meses de agosto y septiembre del año 2005, se celebraron seis reuniones en
territorio zapatista, con diferentes organizaciones, grupos y personas que habían adherido a la
Sexta Declaración. Los diferentes lugares en los que se hicieron estas reuniones , representaban 23
en sí mismos, la imagen de lo que el EZLN quería comunicar: eran tierras recuperadas por los
zapatistas en 1994, viejas haciendas ganadas como producto de una larga lucha, trabajadas y
vividas ahora “de una muy otra forma” y habitadas por gentes que no se conforman con crear y
mantener unas comunidades sustentables y aisladas, sino que quieren mostrar al pensamiento
de izquierda que es posible desafiar y ganar a los planes neoliberales. Y como dijo el Subcoman-
dante Marcos en Villahermosa, Tabasco, el 24 de enero del año siguiente, la Sexta Declaración
“empieza por hacer una reflexión sobre ese sistema y, ojo, empieza por la economía”. Y esa reflexión
lleva a identificar al enemigo y a pedir que quién se una a la Sexta Declaración, lo identifique
también:
“Vemos que el capitalismo es el que está más fuerte ahorita. El capitalismo es un
sistema social, o sea una forma como en una sociedad están organizadas las cosas
y las personas, y quien tiene y quien no tiene, y quien manda y quien obedece. O
sea que el capitalismo se basa en la explotación de los trabajadores. Y también el
capitalismo hace su riqueza con despojo, o sea con robo, porque les quita a otros
lo que ambiciona, por ejemplo tierras y riquezas naturales. Y, además de explotar y
despojar, el capitalismo reprime porque encarcela y mata a los que se rebelan contra
la injusticia”24.
Conscientes de que todo lo que se ha construido hasta ahora no será suficiente si se queda
sin transcendencia más allá de los límites del territorio zapatista, la Sexta Declaración se propo-
ne unir todas las luchas que están dispersas y hacer una gran lucha con ellas y así transformar el
país, hacerlo más justo y democrático. Más libre, en fin.
“Como pueblos indios no podemos solos. No venimos como otras veces a decir apó-
yenos, simpatiza con nuestra lucha. Venimos a decirles: vamos a unir nuestra lu-
cha, tú como joven, como mujer, como maestro, como trabajador agrícola, como
estudiante, como trabajador del mercado, transportista —lo que sea cada quien—,
vamos a unir nuestras luchas, y vamos a echar acuerdo para juntos empezar a
transformar”25.
23 Las Organizaciones Políticas de Izquierda, en la comunidad San Rafael, del Municipio Autónomo Francisco Gómez, los días 5, 6 y
7 de agosto, las Organizaciones Indígenas y Pueblos Indios en la comunidad Carmen Pataté, los días 12, 13 y 14 de agosto, las
Organizaciones Sociales en Dolores Hidalgo, los días 19, 20 y 21 de agosto, las ONG, colectivos y grupos en San Miguel, los días
26, 27 y 28 de agosto, las personas que llegaron a título individual, familiar, de barrio o de vecindad, en Dolores Hidalgo los días
2, 3 y 4 de septiembre y finalmente, quienes no habían podido acudir a las anteriores, en Javier Hernández los días 9, 10 y 11 de
septiembre de 2005.
24 Fragmentos de la Sexta Declaración de la Selva Lacandona.
25 Parque Centenario. Tuxtla Gutiérrez. Gutiérrez. Chiapas. 5 de enero de 2006.
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A m é rica L atina desde A bajo
Pero, ¿cómo hacer todo esto? ¿Cómo organizar y organizarse? ¿Cómo encontrar esas luchas
que están dispersas y por lo tanto, no se conocen entre ellas? El EZLN plantea, entonces, “La
Otra Campaña”: un recorrido, en principio del Delegado Zero, el Subcomandante Marcos, con el
papel de agitador y el objetivo de escuchar a todos quienes no pudieron ir a la selva, a las reunio-
nes allí realizadas, e ir preparando la siguiente fase, en la que diferentes delegados habrían de
salir también, a recorrer el país. La primera fase de “La Otra Campaña” coincidió en fechas con la
campaña electoral para elegir el nuevo Presidente en México, cuya controvertida elección tuvo
lugar el 2 de julio de 200626. Ello vino a acentuar aún más la diferencia de esa nueva forma de
hacer política incluyente, en la cual la gente es creadora de su propia organización y consciente
de que nadie desde ese “arriba” que representa el poder va a solucionar los problemas que se
tienen en el “abajo” de la vida diaria.
“Porque ya lo sabemos pues, que igual puede haber una reunión aquí, así como esta-
mos ahorita, y el que está al frente está diciendo: yo les voy a solucionar todo eso, si
votan por mí. Y voy a ser el diputado, o el síndico, o el presidente municipal, o el go-
bernador, o el Presidente de la República. Esa es la política tradicional, la política de
los partidos políticos que están ahorita peleando por el poder. Y la otra política es al
revés, que la gente hable y empiece a encontrar las cosas que son iguales y empiece
a juntar su lucha. La Otra Campaña quiere eso”27.
En ese papel de agitadores, los Delegados Zapatistas recorrieron parte del país, en una gira
en la que aún faltan Estados por visitar28, y comenzaron a construir un puente entre las luchas y
las resistencia contra el capitalismo que fueron visualizándose en todos y cada uno de los lugares
por los que se ha ido pasando.
26 De los varios candidatos presidenciales, dos se disputaron con fuerza los votos del electorado, Felipe Calderón Hinojosa, del Partido
de Acción Nacional (PAN) y Andrés Manuel López Obrador, del Partido de la Revolución Democrática (PRD). Tras un controvertido
recuento de las boletas electorales, y bajo la acusación de fraude, Felipe Calderón fue nombrado ganador de las elecciones.
27 Reunión con adherentes en el Rincón Rupestre. Cancún, Quintana Roo, 17 de enero de 2006.
28 Al momento de escribir este texto, varios Estados aún siguen pendientes de recibir la visita de los Delegados Zapatistas, ya que
la gira de la segunda etapa de “La Otra Campaña”, prevista el centro y sur del país, que se iba a realizar en los meses de octubre,
noviembre y diciembre de 2007, tuvo que ser suspendida dado el fuerte recrudecimiento de la campaña de acoso a los zapatistas
y que aún, en noviembre de 2008, continúa.
29 Asamblea Plenaria Región Altos de Chiapas. San Cristóbal de las Casas. Chiapas. 02/01/2006.
22
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
“La Otra Campaña no es para cualquier gente; la Otra Campaña está buscando a
aquel hombre o mujer, aquel trabajador, aquel joven, aquel colono, aquel trabajador
agrícola, aquel maestro, aquel estudiante, aquel niño o niña que está dispuesto a
dedicar su mejor esfuerzo por transformar este país en algo verdaderamente nuevo,
justo, libre y democrático”30.
Su destinatario es todo aquel “que tenga bueno su corazón y ganas de luchar” y avanzar en la
construcción de un nuevo mundo, el que es consciente de que ya no vale sólo con la resistencia:
además, hay que avanzar, luchar y construir. Durante todo este tiempo, el EZLN ha dejado claro
que ésta no es una campaña suya, sino de todas y todos. Son los adherentes, en su conjunto,
quienes deben identificar la totalidad de problemas que les afectan de manera que, con todos
ellos, se pueda realizar un Programa Nacional de Lucha, cuyo fin último sea convocar una Asam-
blea Constituyente que redacte una nueva Constitución, entendida ésta como un pacto político
que pone las bases de las relaciones entre las clases y los sectores de una nación.
Ni “La Otra” ni el Programa Nacional de Lucha son programas de gobierno, sino programas
de construcción de luchas. La Sexta Declaración y La Otra Campaña no quieren delegar en al-
guien, o en unos pocos con “conocimiento y capacidad de análisis suficiente” de manera que
entre ellos hablen, discutan y establezcan reglas y normas; no quieren ser la suma de demandas
o la elaboración política de un grupo de líderes sociales que interpretan lo que la gente quiere
o aquello por lo que la gente lucha. Si algo ha demostrado sobradamente la experiencia de las
Juntas de Buen Gobierno es que no se necesita de “profesionales de la política” para ejercer ésta
y por lo tanto, lo que “La Otra” busca son definiciones producto del análisis, de la discusión y del
acuerdo de todas las personas que están en el movimiento.
Y ésta es la razón por la que aún no hay ni reglamentos, ni estatutos, ni plan... Todo está sien-
do construido. Una de las partes de la Sexta Declaración que resultó más controvertida en un
principio, fue su definición de “anticapitalista”. ¿Era necesario eso? ¿Por qué volver a un lenguaje
de “viejas tradiciones”? Hubo muchos políticos profesionales y viejos (y nuevos) intelectuales no
necesariamente definidos a sí mismos como de derechas, a los que esa palabra asustó. Pero aun-
que esté más de moda hablar de “globalización” y “neoliberalismo”, detrás de esas dos palabras
se esconde otra: capitalismo, y por tanto, se llame como se le llame, hay que reconocerle por su
rostro y su nombre verdadero. Hablar de capitalismo y de anticapitalismo, permite identificar
al enemigo y dejar sentada una cuestión de principio: que la intención final de la lucha, no es un
arreglo o un parche, sino un cambio. Y también es la forma de romper el silencio con el que la
clase política y buena parte de la intelectual trata de cubrir las relaciones y los conflictos sociales,
haciendo desaparecer de nuestra vista las alternativas a esta sociedad, lo que lleva a considerar
como indiscutibles, acertadas y únicas, todas las imposiciones políticas y económicas que se
realizan desde las instituciones, porque nadie más que los especialistas saben que hacer con los
beneficios en épocas de bonanza y con las pérdidas en tiempos de crisis.
El modelo de cambio que se quiere edificar con “La Otra Campaña”, es un modelo anticapi-
talista, a construir entre todos mediante decisiones consensuadas y practicando “otra” forma de
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hacer política basada en el respeto y en la solidaridad entre compañeros y compañeras y que sea
para: 1) Construir y no destruir, 2) Servir y no servirse, 3) Convencer y no vencer, 4) Proponer y no
imponer, 5) Bajarse y no subirse 6) Y que construya el mandar obedeciendo.
El camino para hacer y defender ese Programa Nacional de Lucha, y llegar a esa “otra cosa”,
ese “otro mundo” en el que no sea el poder del dinero el que mande, no puede ser otro que la
unión de todas las luchas, teniendo claro que ninguna de ellas es más importante que otra, que
ninguna ha de posponerse hasta más tarde, sino que todas han de batallarse al tiempo ya que to-
das tienen un mismo enemigo: el capitalismo. Es necesario también, crear espacios de análisis,
de discusión y debate, en los que sobre los intentos de convencer, ha de estar la exposición de
argumentos y la disposición a escuchar de forma atenta y respetuosa, para que sean posibles los
debates que hagan crecer las razones. “La Otra”, así, se prefigura como el espacio privilegiado
para escuchar, porque sólo de esa manera podemos conocernos y generar los mecanismos de
confianza que harán posible luchar juntos. “Si nosotros logramos construir en la Otra Campaña
un espacio para la palabra, para escuchar la palabra de los excluidos, vamos a adquirir la autoridad
moral que nadie tiene en este país” . 31
31 Asamblea Plenaria Región Altos de Chiapas. San Cristóbal de las Casas. Chiapas. 2 de febrero de 2006.
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Cuando no nos acomodamos a la realidad…
Y aquí, los zapatistas están haciendo una reflexión sobre lo que fue su propia experiencia
cuando al llegar a la selva de Chiapas, cargaban con grandes palabras e ideas que, al confron-
tarse con las palabras de los pueblos indios, pudieron cambiar. Entienden que más allá de las
movilizaciones, se requiere el reconocimiento mutuo de cada quién y que la unidad ha de pen-
sarse como un acuerdo en el camino, un camino en dónde cada lucha existe y tiene su lugar que
comparte con las demás, a modo de un bordado de colores que no está completo si falta uno
sólo de ellos.
“La unidad que necesitamos no es a la que estamos acostumbrados, la unidad como
hegemonía y homogeneidad; alguien que gana y conduce a todos los demás y los
hace iguales. En esta unidad alguien gana y alguien pierde, pero no quien debe per-
der, que es el de arriba construir la unidad con los afanes de hegemonía y homoge-
neidad está condenado al fracaso. Antes de irse, Ramona me dio este bordado que
hizo ella cuando estuvo en la ciudad de México, curándose. Se lo dio a alguien de la
Sociedad Civil, que nos lo regresó en una de estas reuniones preparatorias. Yo se lo
entregué, ella me lo regresa y me dice: “esto es lo que queremos de la Otra Campa-
ña”. Estos colores, ni uno más, pero ni uno menos. Tal vez lo que tenemos que hacer
es entender la unidad como este bordado de Ramona, donde cada color y cada for-
ma tiene su lugar; no hay homogeneidad, ni hegemonía” . 33
Pero para avanzar, también es importante crear una agenda propia, mirando hacia abajo
y no estar pendiente de las agendas de arriba; romper, en definitiva, con la intermediación del
Estado en sus diferentes maneras, como única forma de entender el quehacer político y así, li-
bremente, generar no sólo otra política sino también otra teoría.
“Desde abajo y desde la izquierda, un movimiento que se construye a sí mismo, la
Otra, construye también nuevas realidades. Los neozapatistas pensamos que estas
nuevas realidades que ya surgen, y que irán apareciendo más adelante, necesitan
otra reflexión teórica, otro debate de ideas” . 34
32 Reunión con adherentes en el Rincón Rupestre. Cancún, Quintana Roo. 17 de enero de 2006.
33 Subcomandante Insurgente Marcos. Plenaria della “Otra Campaña”. 16 de septiembre de 2005. La Comandanta Ramona, una de
las primeras indígenas en pertenecer al EZLN, y que junto a otras, como la Comandanta Susana, recogió el sentir de las mujeres
elaborando la Ley Revolucionaria de las Mujeres, falleció en los primeros días de enero de 2006, al poco de iniciarse la gira de La
Otra Campaña.
34 Participación de la Comisión Sexta del EZLN en el Encuentro de Intelectuales: ¿OTRA TEORÍA? Guadalajara. Jalisco. 21 de marzo
de 2006
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indígenas, las construcción de presas, represas y minas con capital transnacional la mayoría de
ellas, a la defensa de bosques y manantiales que cada vez se ven más afectadas por el robo y el
acaparamiento del agua por las grandes empresas, sean maquiladoras o de bebidas.
Han mostrado, en definitiva, cómo de manera más silenciada que silenciosa, se lucha contra
la destrucción de todo lo colectivo, contra la criminalización de todo el que resiste, contra la
conversión del ser humano, cuerpo incluido, en una mercancía, siempre, en todo momento y no
sólo cuando trabaja.
35 Nombre que se da en México a aquellos sindicatos, que en lugar de defender a los trabajadores, simulan que lo hace, pero en rea-
lidad sirven a otros intereses, tales como a las empresas o al gobierno.
36 El término “maquila” o “maquiladora” surgió en México para referirse a una empresa instalada en el país, que importa materiales sin
pagar aranceles ni impuestos y cuyo producto final no lo comercializa México sino el país del que se importaron los referidos mate-
riales. Una gran mayoría de estas empresas son de multinacionales textiles, pero también las hay de componentes electrónicos. Al
usar materias primas y maquinaria de países del Norte, a dónde después se envía el producto terminado, conservan sus etiquetas
de “made in USA” o “made in UK”, aunque estén hechas en India, Bangladesh o México. En éste último país, la mayoría de estas
empresas están ubicadas en ciudades fronterizas con Estados Unidos, como Tijuana o Ciudad Juárez.
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Cuando no nos acomodamos a la realidad…
La “Otra” y su palabra, ha sacado a la luz los problemas con la justicia, las alianzas de partidos
políticos de cualquier signo con caciques, terratenientes y empresarios, que utilizan la represión,
el asesinato y la cárcel en un intento de acallar las protestas y la organización de esos “otros” de
abajo, a la izquierda.
La “Otra” y su palabra, también han mostrado la decisión que acompaña a la gente “que no
se deja” en seguir adelante con sus luchas. En estos años, como una forma más de encontrarse y
conocerse, se han celebrado Encuentros y Foros sobre Comunicación, sobre Lucha Obrera, Con-
tra la Represión, con escritores e intelectuales y por la liberación de los presos; se han realizado 3
Encuentros de los Pueblos Zapatistas con los Pueblos del Mundo, el último de ellos, dedicado a las
mujeres en exclusiva, se han emprendido campañas por la defensa de la Tierra y el Territorio y se
ha realizado un Encuentro de los Pueblos Indígenas de América, celebrado en Vicam, en tierra yaki.
Y además de todo eso, hay que tener presente que, como dicen los compañeros y compañe-
ras del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, todavía falta lo que falta...
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37 Profesor de la Universidad Andina Simón Bolívar, investigador del Instituto de Estudios Ecuatorianos y militante de la Comisión de
Vivencia, Fe y Política.
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Cuando no nos acomodamos a la realidad…
Las pugnas entre las elites dominantes refirieron ante todo a tres temas: el control de los
contratos petroleros y energéticos, la disputa sobre quiénes deben ser los principales beneficia-
rios de las privatizaciones y los conflictos alrededor de los costos y beneficios de la reestructu-
ración del sector financiero. La privatización progresiva del petróleo (iniciada a partir de 1992)
agudizó los conflictos sobre los contratos y las concesiones. La adopción del dólar como moneda
de curso oficial, en enero de 2000, privó al Estado del control de la política monetaria. Esto hizo
crecer las disputas sobre el presupuesto del Estado y el control de instituciones estatales clave.
La crisis financiera de 1999, similar a las crisis financieras que han asolado a todos los países la-
tinoamericanos desde 1982, mostró los niveles a los que el descalabro económico podía llegar.
En medio de ese conflicto “arriba”, se puede entender mejor la capacidad de acción de los
movimientos sociales y populares “abajo”. Durante las décadas de 1980 y 1990, las clases popu-
lares parecieron encontrarse en todas partes en retirada: las reformas neoliberales debilitaron
notablemente al pequeño movimiento obrero fabril, que resistió con grandes movilizaciones las
primeras medidas de ajuste en 1982 y 1983. Sólo los trabajadores de las empresas públicas man-
tienen en la actualidad una tasa de sindicalización apreciable y una cierta capacidad de moviliza-
ción. La Iglesia católica, comprometida con los pobres, está arrinconada después de 25 años de
pontificado conservador y su otrora decisiva influencia en la creación de un tejido organizativo
rural, es ahora muy limitada y local. El movimiento urbano ha sido sometido por el clientelismo
municipal y por el abandono de casi todo activismo político socialista después de la caída del
Muro de Berlín. Si eso ocurre en todo el país, la situación es más precaria en la costa, donde las
clases populares se mantuvieron bajo el control político de una dirigencia empresarial expor-
tadora e importadora. El sectarismo de la práctica de ciertas fracciones de la izquierda política
llevó a la anulación de todo movimiento estudiantil autónomo.
Solo el poderoso movimiento indígena logró romper con la monotonía de debilidad social.
Su significativa presencia después de los masivos levantamientos de 1990 y 1994, logró no sola-
mente aglutinar a los pueblos indios y sectores rurales de la sierra andina, sino que se convirtió
durante dos lustros en el polo de gravedad de todos quienes resistían al ajuste. Pero este movi-
miento nunca logró superar dos debilidades básicas: la ausencia de movilización y organización
popular urbana y la ausencia de un movimiento significativo en la región costera, especialmente
en las áreas de agricultura moderna de exportación.
La combinación de la movilización social coordinada por las organizaciones indígenas con la
debilidad de los sectores dominantes como efecto del recrudecimiento de sus conflictos inter-
nos, otorgó a los movimientos populares una eficacia mayor de la que autorizaba prever una va-
loración serena de su poder de convocatoria. De hecho, las movilizaciones obreras y urbanas de
abril de 1978, octubre de 1982 y marzo de 1983 fueron probablemente más poderosas, naciona-
les y sostenidas que las de febrero de 1997 y abril de 2005 (muy “quiteñas”, ambas) o la de enero
de 2000 (precedida, eso sí, por un año entero de conflictos callejeros). Aunque menos poderosas
por su fuerza en la calle, estas últimas movilizaciones tuvieron efectos políticos más destacados
que sus predecesoras porque operaron en una coyuntura que parecía multiplicar su poder.
En ese marco de vacío “arriba” y de evidente irritación “abajo”, las organizaciones populares
encabezadas por el movimiento indígena, buscaron darle a la crisis política una salida propia.
Esto significó, en la práctica, buscar alternativas electorales.
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Por eso, desde este punto de vista, el periodo que va de 1995 a 2005 puede ser caracteri-
zado como el de un movimiento social en búsqueda de un liderazgo nacional. En la práctica, la
amalgama de organizaciones sociales aglutinadas por el movimiento indígena recurrió a figuras
poco confiables para sus propósitos de cambio estructural como Freddy Elhers (candidato presi-
dencial en 1996 y 1998) y Lucio Gutiérrez (candidato presidencial en 2002). Ambos tenían pocas
credenciales de una trayectoria política e intelectual comprometida con las causas populares.
El primero era un exitoso presentador de televisión, dueño de una productora de programas de
reportajes y variedades, cercano a posiciones socialdemócratas, pero sin ninguna historia pro-
bada de capacidad de articulación de políticas públicas o de liderazgo en procesos políticos. El
segundo era un coronel que ganó fama en el derrocamiento de Jamil Mahuad acompañando las
movilizaciones indígenas de enero de 2000 con una rebelión militar; pero carente de toda preci-
sión en sus posiciones ideológicas, salvo un difuso nacionalismo muy pronto olvidado.
La táctica política de combinar la movilización social con la participación electoral en alian-
zas amplias produjo resultados impactantes. No solamente lograron intervenir decisivamente
en las movilizaciones que culminaron en el derrocamiento de gobiernos comprometidos con la
aplicación de las recetas del ajuste neoliberal, sino que cosecharon importantes éxitos electo-
rales a nivel nacional: un tercer puesto en 1996 (con el 20% de la votación) y el segundo en 2002
(también con el 20% de la votación), para ganar posteriormente en la segunda vuelta.
Esos resultados revelaban que si bien no existía un tejido organizativo y una capacidad de
movilización social suficiente en todo el territorio nacional, había un ambiente receptivo a la
necesidad de cambios sociales radicales, una creciente inconformidad y una aguda pérdida de
autoridad de los mediadores políticos convencionales. Este tipo de acción se insertó muy bien en
medio de la coyuntura de debilidad del sistema, de deslegitimación y de fragmentación crecien-
te de las derechas. También fortaleció a las organizaciones locales y populares, que conquistaron
varios gobiernos municipales y provinciales, y se afianzaron en el manejo de ciertas instituciones
públicas del Estado central.
Pero el crecimiento político era demasiado rápido y las nuevas responsabilidades estatales
desbordaban las capacidades organizativas existentes. La victoria electoral de Lucio Gutiérrez
terminó por revelar, ante la faz pública, el doble límite de esta exitosa táctica política. Por un
lado, era claro que la desconfianza hacia los partidos, las organizaciones y las instituciones polí-
ticas había llegado a convertirse en un sentido común en todas partes del Ecuador. Sin una fuer-
za social capaz de distinguirse vigorosamente de la institucionalidad desprestigiada en la que
participaban, las organizaciones indígenas terminaron siendo marcadas por el desprestigio de
todo el sistema político. Por otro lado, la táctica de buscar liderazgos electorales improvisados,
resultó ser una terrible arma de doble filo. En el gobierno se paga muy cara la improvisación. Los
electos, una vez en la administración, adquieren un poder propio y una libertad de acción política
que los desliga parcialmente de la fuerza social que los impulsó. Mantenerlos atados a sus com-
promisos políticos con esas fuerzas sociales exige que estén muy ligados personalmente a cier-
tos principios políticos o a ciertas estructuras organizativas. Con Lucio Gutiérrez no fue el caso.
30
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
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como una figura con simpatías nacionales, crítica al modelo, y que necesitaba un movimiento de
soporte político. Parecían necesidades complementarias. Todo parecía presagiar un acuerdo po-
sible y mutuamente conveniente. Y la verdad es que hubo muchas posibilidades de un acuerdo
electoral en los momentos previos a la inscripción de candidaturas. ¿“Correa–Macas” o “Macas–
Correa” ? La fórmula tenía opciones, especialmente luego de que las potentes movilizaciones
38
indígenas en contra de la firma del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos en marzo de
2006, mostraran que la proclamada debilidad de la CONAIE no era tan absoluta como creían los
observadores distantes. Pero, no ocurrió. ¿Qué factores lo impidieron?
Contra esa posible fórmula electoral conspiraron factores presentes en ambos bandos. Del
lado indígena, el factor inmediato más importante fue la lectura pesimista de los saldos de la
constante búsqueda de una figura “externa”. ¿Qué garantizaría que este nuevo aliado no actua-
ría como aliados anteriores? La lectura pesimista de las alianzas provenía no solo de la desastro-
sa experiencia con Lucio Gutiérrez, sino de la convivencia más prolongada con otros grupos de
izquierda. La raíz del desencuentro consistía en que la CONAIE siempre dispuso de una alta ca-
pacidad de movilización organizada mientras que sus aliados mestizos, urbanos y de izquierda
no la tenían, careciendo entonces ante las organizaciones indígenas del cimiento de su auto-
ridad y legitimidad políticas. El aporte de estos grupos venía de su destreza en la construcción
de propuestas técnicas, su habilidad en la elaboración de discursos políticos, su capacidad de
gestión administrativa del Estado, su lectura de las oportunidades que ofrecía la coyuntura. En
síntesis, las tareas técnico-políticas esenciales para las que el movimiento indígena carecía de
cuadros propios suficientes . 39
Como dijimos antes, el crecimiento del poder político de la CONAIE dentro del Estado y el
aumento de sus responsabilidades públicas, pronto la desbordó. Era un problema político ob-
jetivo: por un lado, las organizaciones indígenas carecieron de las estructuras técnicas propias
y suficientes para cumplir las funciones que debían asumir como resultado de su peso político
nacional; por otro lado, los pequeños grupos políticos de izquierda aliados al movimiento indí-
gena dirigidos por intelectuales de clase media, carecían de una fuerza social organizada que
legitimara las funciones técnicas, administrativas y dirigenciales que terminaron asumiendo.
En esas condiciones, las tensiones entre los dirigentes indígenas y sus aliados estallaban
constantemente, tanto durante los procesos electorales como durante las movilizaciones. Du-
rante las elecciones, puesto que la población indígena organizada, generalmente minoritaria,
necesitaba crear alianzas locales o nacionales más amplias y, al hacerlo, las organizaciones se
sentían excluidas por “oportunistas” que aparecían en esos momentos y desaparecían después.
Durante las movilizaciones, la situación era todavía peor porque las organizaciones indígenas
eran las que ponían la gente y los muertos en la calle, mientras que muchos de los intelectuales
mestizos parecían comandar las negociaciones políticas sin tener la capacidad de movilizar a
38 Por referencia Luis Macas, entonces presidente de la CONAIE y posteriormente candidato presidencial por Pachakutik en las elec-
ciones de octubre de 2006, en las que obtuvo algo más del 2% de los votos.
39 No se trata, por supuesto, de un problema solamente “ecuatoriano”. La provisión de intelectuales suficientes para hacer frente a
las responsabilidades institucionales es un problema central de todos los movimientos sociales que se vinculan con la lucha políti-
co – electoral. Para una lectura de este tema en el caso boliviano, cfr. Do Alto, Hervé 2007. El MAS-ISP boliviano, entre la protesta
callejera y la política institucional. En K. Monasterios, P. Stefanoni y H. Do Alto (eds.). Reinventando la nación en Bolivia. Movimientos
sociales, Estados y poscolonialidad. La Paz: CLACSO / Plural editores.
32
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
grupos significativos de la población. Según los dirigentes indígenas, estas actitudes nacían del
oportunismo, de la ambición desmedida de poder y de maniobras de mala fe.
Del lado mestizo se aducía (y se aduce) la existencia del “etnicismo”, del “racismo indígena”
y del sectarismo. Desde mi punto de vista -aunque sin duda existieron esas actitudes- el ver-
dadero problema de fondo no era moral, sino un problema objetivo de las relaciones entre un
movimientos social y sus “intelectuales orgánicos”.
Cuando Rafael Correa y su equipo llegaron a la escena, esos conflictos habían llegado a un
punto de quiebre por los resultados adversos de la alianza con Lucio Gutiérrez. Era muy difícil
tomar contacto e iniciar negociaciones en un contexto tan “minado” como el que encontraron.
A las tradicionales dificultades de llegar a acuerdos políticos debido a las estructuras descentra-
lizadas de las organizaciones étnicas, se sumaron las desconfianzas recrudecidas por una expe-
riencia reciente y todavía vigente.
Por su parte, el equipo político de Rafael Correa también tendía a distanciarse de las organi-
zaciones indígenas por dos razones. La primera es que el desprestigio del sistema político y de
los partidos se extendía a toda forma organizativa de la política, incluyendo al movimiento indí-
gena, cuyo prestigio social se había resentido por el apoyo al triunfo electoral de Lucio Gutiérrez.
En esa perspectiva, para los dirigentes de la revolución ciudadana, el tiempo del movimiento
indígena como polo de gravitación de las fuerzas sociales opuestas al ajuste ya había pasado: si
en los noventa fueron importantes, luego de la “rebelión forajida”, que eludiendo toda organi-
zación formal había bastado para desalojar a Lucio Gutiérrez del sillón presidencial, parecía que
el tiempo de las organizaciones como fuentes de convocatoria y representación legítima había
terminado. La segunda razón es más doctrinaria, aunque su base sigue siendo el cálculo político.
En opinión de varios estrategas e ideólogos de Acuerdo País, en el movimiento indígena, así
como en prácticamente todas las organizaciones populares y sindicales, predomina una visión
particularista y “corporativa” de la política y el Estado. De ahí su insistencia en apelar al discurso
“ciudadano”. No apelan a la organización, sino a la persona individual que actúa en la política.
Este “ciudadano” tiene o debe tener una visión universalista y de largo plazo de la gestión gu-
bernamental y de sus propias responsabilidades. Las fuentes de esta postura no son solo las
doctrinas liberales de la representación política, sino sobre todo el hecho político objetivo que
con los difusos “ciudadanos” no hay que negociar un programa político pero con organizaciones
sociales la negociación se vuelve indispensable, compleja e incesante.
Mantener la libertad de acción frente a organizaciones sociales exigentes fue y sigue siendo
una norma de conducta política de Acuerdo País. Hasta ahora, las opciones de Acuerdo País
han probado ser más exitosas. Pero el porvenir es largo y la necesidad de una organización
popular autónoma, deliberante y basada en estructuras colectivas se vuelve cada vez más una
necesidad ineludible para sostener cualquier cambio profundo . 40
40 La noche del domingo 26 de abril de 2009, luego de su contundente victoria electoral en primera vuelta, Rafael Correa pareció ad-
mitir por primera vez en público este problema. Los resultados poco convincentes de PAIS en las elecciones locales llevaron a que
Rafael Correa admitiera públicamente que su mayor dificultad había sido la falta de una auténtica estructura política. Muchas veces
primaron intereses particulares de militantes sin base local, otras veces alianzas dispares con caudillos o caciques sin ideología, y a
veces, algunas alianzas con mayor sustento ideológico.
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A m é rica L atina desde A bajo
41 Hasta el punto de que para algunos, “le robó” el programa a las organizaciones: “porque ha vencido en elecciones un Gobierno (y
su movimiento Alianza País) que le arrebató (por no usar otro término) al movimiento indígena y los movimientos sociales su agenda
de lucha y luego capitalizó electoral y políticamente victorias ajenas, es decir nuestras victorias” (“Editorial. El movimiento indígena va
hacia un nuevo posicionamiento histórico”. En Boletín ICCI – ARY – RIMAY. Publicación mensual del Instituto Científico de Culturas
Indígenas, Año 9, No. 103, octubre de 2007, p. 4).
42 Rafael Correa, Zaruma, sábado, 26 de abril de 2008, cadena radial de los sábados, en http://www.presidencia.gov.ec/noticias.
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Cuando no nos acomodamos a la realidad…
“[…] Por favor, lleguemos a consensos mínimos, no por la lucha política socavemos
los propios cimientos de la nación: no más paros, no más ilegales medidas de hecho,
no más violencia. Con el gobierno de la Revolución Ciudadana, por el diálogo todo,
por la fuerza… ¡nada! […]” . 43
Los gobiernos neoliberales también ganaron las elecciones y los movimientos que se opo-
nían al ajuste resistieron en las calles durante más de dos décadas. ¿Les faltaba a esos grupos
“cultura democrática”? El colmo del rechazo a las movilizaciones ha sido la repetida acusación
de “terrorismo” a dirigentes sociales a lo largo de los últimos años. Resulta insólito que un go-
bierno que en medio de su conflicto diplomático con el gobierno de Colombia, se niega a con-
siderar “terroristas” a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), promueva la
acusación de “terrorismo” a los dirigentes de la Unión Nacional de Educadores (UNE) durante el
paro de maestros de mediados del año 2009. Así pues, ni los paros, ni las protestas, ni las movi-
lizaciones, ni la existencia de “consejos” estatales en los cuales diferentes grupos organizados
tienen su representación propia, son considerados mecanismos aceptables de participación con
legitimidad democrática. Hay algo más que en la concepción del Presidente Correa no tiene
legitimidad democrática. Cuando a fines de marzo de 2008 recibió en Quito a una marcha de la
Federación de Organizaciones Campesinas Indígenas y Negras del Ecuador (FENOCIN) y de la
Federación de Indígenas Evangélicos (FEINE), se refirió a la demanda de la CONAIE de un Estado
plurinacional:
“[…] Del mismo modo, el mandatario agregó que no permitirá que “sectores radica-
les que quieren defender su poder. Que buscan entender a la plurinacionalidad como
una alianza de territorios en donde tengan su sistema de justicia, salud y educación,
en la que pretenden mandar ellos y no el legítimo gobierno del Estado ecuatoriano.
Eso no podemos aceptar compatriotas […]” 44
En esa misma ocasión volvió a repetir que grupos con el 2% de la votación (una clara alusión
a Pachakutik y la CONAIE) no tenían “legitimidad democrática”. Las formas de gobierno propias
de los pueblos indígenas, disponer de grados importantes de autogobierno en sus territorios y
de autonomía en las instituciones estatales que definen las políticas hacia esos pueblos, no son
reivindicaciones con legitimidad democrática. Aludió a que las demandas de autonomías terri-
toriales indígenas eran similares a las autonomías reclamadas por la derecha política guayaqui-
leña, de la misma forma que en el discurso de posesión identificó la representación de todo tipo
de organizaciones privadas en los consejos estatales encargados de la definición de políticas
públicas con la privatización del Estado.
En síntesis, un Estado con legitimidad democrática, tal como lo entiende el Presidente de la
República, es una serie de instituciones liberadas de la influencia y la presencia de intereses par-
43 Mensaje del señor Presidente de la República, Rafael Correa, ante la Asamblea Nacional Constituyente al cumplirse el primer año de
gobierno, Montecristi, 15 de enero de 2008.
44 “Las organizaciones indígenas y campesinas respaldan la gestión del Presidente Rafael Correa”, Quito, 27 de marzo de 2008, frente
a una delegación de la FENOCIN y la FEINE, En http://www.presidencia.gov.ec/noticias
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ticulares. Los sectores empresariales que lo usaron para sus fines durante “la larga noche neoli-
beral” son los primeros convidados a bajarse del barco. Pero lo son también las organizaciones
de los choferes del Consejo Nacional de Tránsito, los gremios de educadores de las instancias
de decisión sobre educación pública, los colegios profesionales que hasta ahora definían ciertas
normas y procedimientos para el ejercicio profesional, los trabajadores afiliados al IESS (Institu-
to Ecuatoriano de Seguridad Social) cuya autoridad o propiedad sobre el sistema de seguridad
social pública es impugnada por el Presidente, y las organizaciones indígenas que disponían de
autonomía para decidir sobre sus propios sistemas de educación, salud y justicia dentro del Es-
tado . Entonces, la “legitimidad democrática” proviene exclusivamente del voto popular y una
45
vez que se lo recibe, se abandonan las ataduras con sectores sociales específicos y se representa
a “la Nación”. Fue, textualmente, la invocación del Presidente a los asambleístas de la Asamblea
Nacional Constituyente en el discurso de inauguración de sus trabajos:
“Nuestra visión no puede ser otra que una visión nacional e histórica. Ya no somos
más los asambleístas de Manabí, del Carchi o de Zamora, saraguros, montubios o
cofanes, trabajadores, profesionales o empresarios, somos un todo nacional” 46
No hay duda: su concepción política del Estado es plena y clásicamente liberal47. En esta
visión, la participación gremial, asociativa u organizada dentro de las instancias del Estado es la
expresión de un “corporativismo” anacrónico que el presidente busca desterrar.
Pero, entonces, ¿Quiénes son, en concreto, los “ciudadanos” que superan el corporativismo
propio de sus intereses particulares? ¿Quiénes son estos notables portadores del “universalis-
mo”? ¿Qué grupo o fuerza social puede considerarse libre del “particularismo”? Este es, por su-
puesto, un viejo y clásico problema de las ciencias políticas y de la práctica política socialista . 48
De lo que conozco, la respuesta a este tema no ha sido elaborada doctrinariamente por ninguno
de los dirigentes o ideólogos de Acuerdo País, pero es claro que en su opinión no puede provenir
de las organizaciones populares, gremiales o indígenas. En su práctica, parece que los únicos en
condiciones de garantizar ese universalismo de largo plazo en la conducción de la política, son
los técnicos e intelectuales de clase media.
45 Sobre el IESS, “el Presidente Correa ratificó que el IESS es de todos los ecuatorianos, pues se financia con el dinero de todos, “no es
sólo de los afiliados y los trabajadores”, dijo (Cfr. “El Presidente participa del taller de seguridad social”, Puembo, 3 de abril de 2008;
en http://www.presidencia.gov.ec/noticias). Sobre los colegios de profesionales, ver “El Gobierno y los gremios de profesionales
acuerdan conformación de comisión de alto nivel”, Quito, 28 de febrero de 2008, en http://www.presidencia.gov.ec/noticias.
46 Discurso del Presidente de la República, Rafael Correa, en la ceremonia de inauguración de la Asamblea Nacional Constituyente
30/11/07.
47 Aunque a los liberales les puede parecer “bonapartista” por la fuerte centralización estatal con la que va acompañada, o “jacobina”,
si enfatizamos sus costados progresistas y transformadores. No obstante los fundamentos de la legitimidad y la autoridad democrá-
tica, tal como Correa los entiende son incontestablemente liberales.
48 Señalo solamente las reflexiones de Antonio Gramsci sobre el momento “económico – corporativo” de la formación de las clases
sociales y el Estado (Cuadernos de la Cárcel. Vol 5. Edición crítica del Instituto Gramsci a cargo de Valentino Gerratana. A. M. Palos
(trad.). México: Ediciones Era / Benmérita Universidad Autónoma de Puebla, 1999 [1932-34], pp. 13-8 y 32-47).
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Cuando no nos acomodamos a la realidad…
política gubernamental? ¿Por qué genera tantas resistencias en todos los actores significativos?
Sintéticamente, el proyecto del gobierno puede ser caracterizado como “nacionalista”, “desa-
rrollista” y “estatista”.
Las señales de nacionalismo económico del gobierno son variadas pero contundentes. No
consiste en la expulsión de las compañías transnacionales, sino en tensar hasta el límite la ne-
gociación con ellas. No consiste sólo en denunciar en foros internacionales el orden económi-
co internacional, sino en reforzar ciertos foros de integración alternativos. Los más conocidos
ejemplos del desarrollismo gubernamental son la política de promoción de la minería y la polí-
tica agraria sostenida durante los dos primeros años de gestión: ambos resaltaban la completa
subordinación de las consideraciones ambientales al crecimiento económico y buscaban refor-
zar la posición de grandes grupos económicos nacionales, sobre todo aquellos principalmente
volcados al mercado interno . Otro rasgo propio del desarrollismo clásico que se reproduce en
50
49 Para el primero de septiembre de 2009 mantenía el 54% de calificaciones “buena” y “muy buena”. La cifra es muy alta comparada
con cualquier gobierno de los últimos treinta años en su tercer año de gestión, pero es la más baja desde enero de 2007 (Perfiles de
Opinión, octubre de 2009, p. 3). En noviembre ese porcentaje había subido a un sorprendente 59% con un repunte muy importante
en Guayaquil. Lo llamativo es que semejante repunte se produjo en medio de una crisis por racionamientos eléctricos (Perfiles de
Opinión, diciembre de 2009, p. 5).
50 Cfr. P. Ospina 2009. “Transiciones. Ecuador después del referéndum”. Quito: CEP. Febrero. Inédito, p. 5-7; y P. Ospina 2008. “Ecua-
dor: al ritmo de la iniciativa política del gobierno de la revolución ciudadana”. Quito: CEP. Agosto. Disponibles en www.cepecuador.
org, p. 8-10.
51 Datos del Banco Central del Ecuador, citados en Acosta (coord.) op. cit., p. 21-2. Por razones de espacio no insistiré en estas dos
características del programa económico del gobierno de Acuerdo País y me concetraré en la tercera (el estatismo”. Para la presenta-
ción de algunos datos más que justifican esta caracterización, cfr. P. Ospina, “El proyecto político de la revolución ciudadana: líneas
maestras”, Quito, Comité Ecuménico de Proyectos, noviembre de 2009. Documento disponible en www.cepecuador.org.
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la izquierda tardara en hacer dicha crítica debido a que estuvo durante casi tres décadas ocupada
en defender el Estado frente a quienes lo desmantelaban a favor de los intereses empresariales
y transnacionales.
Sin embargo, luego de las trágicas experiencias del siglo XX, el socialismo no puede con-
fundirse con el estatismo. Erik Olin Wright ha propuesto distinguir entre el “capitalismo”, el
53
“estatismo” y el “socialismo” como formas alternativas de asignar, controlar y usar los recursos
económicos de una sociedad. En el primero, el control de la estructura económica está en manos
de los propietarios del capital; en el segundo, en manos del Estado; y en el tercero, en manos del
“poder social”.
“[…] El poder social consiste en la capacidad de movilizar a la gente para realizar
voluntariamente acciones colectivas cooperativas de distinto tipo en la sociedad
civil. Esto implica que la sociedad civil no se debe entender simplemente como un
campo de actividad, sociabilidad y comunicación, sino también de poder real. El po-
der social se diferencia del poder económico, basado en la propiedad y control de
los recursos económicos, y del poder estatal, basado en el control de la elaboración
y promulgación de normas y en la capacidad de hacerlas cumplir en determinado
territorio. La democracia, en estos términos, puede entenderse como una forma es-
pecífica de vincular el poder social y el poder estatal: en la democracia ideal, el poder
estatal está totalmente subordinado y debe rendir cuentas al poder social. La demo-
cracia es, pues, intrínsecamente y de por sí un principio profundamente socialista.
Si por “democracia” entendemos la subordinación del poder estatal al poder social,
el “socialismo” supondría la subordinación del poder económico al poder social […]”
Desde una perspectiva socialista, el gobierno de la revolución ciudadana debe ser apoyado
en sus esfuerzos por controlar el poder del capital sobre el sistema económico mediante la re-
gulación estatal (la “regulación socialdemócrata”, en la terminología de Wright, 2006: 99-100),
así como en algunas de sus aisladas iniciativas de apoyo a la economía solidaria. Pero debe ser
resistido en su obstinada y sistemática voluntad de expropiar a las organizaciones de la sociedad
de las herramientas de “poder social” que pueden y deben expresarse en el Estado. Un proyec-
to socialista solo puede buscar mejorar, perfeccionar y desarrollar esas iniciativas en lugar de
trasladarlas al ejecutivo. Este específico “estatismo” de la revolución ciudadana, no puede ser
confundido con el socialismo, y su dogmática aplicación aleja cualquier posible alianza entre los
movimientos sociales y el gobierno.
52 Un ejemplo de estas voces es Juan Cuvi. “El complejo de Lazarillo ¿Necesita la sociedad civil un gran Estado tutelar?”. Cuenca.
Junio de 2009. Inédito.
53 Olin Wright (2006), “Los puntos de la brújula. Hacia una alternativa socialista”, en New Left Review, No. 41, Versión en castellano.
Madrid: Akal, pp. 92-93.
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Cuando no nos acomodamos a la realidad…
dad financiera (aprobada a fines de diciembre de 2008) y los proyectos sobre la regulación de
los medios de comunicación, consistentemente buscan incrementar el control estatal sobre las
empresas privadas, especialmente en aquellos casos en que se brindan servicios públicos.
Aunque este tipo de “estatismo” que busca regular y controlar el poder económico, sue-
le ser apoyado por la izquierda, no sucede así con lo que podríamos llamar “estatismo social”
que reduce sistemáticamente el poder conquistado por organizaciones sociales, populares y
gremiales. Un caso claro es el de los mecanismos de participación ciudadana impulsados por
el gobierno, que son, sin excepción, puramente “consultivos” . Para el gobierno, desmontar el
55
Esto lo ha llevado a enfrentarse con las organizaciones sociales más poderosas del país. El
principal blanco de la descorporativización han sido los sindicatos del sector público: petroleros,
jubilados y los docentes que disponen del gremio más fuerte del país. Con la Unión Nacional
de Educadores (UNE) el gobierno ciudadano mantuvo un conflicto frontal desde inicios del año
2009 a propósito de la evaluación docente. Pero también mantiene un enfrentamiento abierto
contra el “corporativismo” de la CONAIE: en febrero de 2009 cambió el decreto que permitía
desde 1989 el manejo por parte de las organizaciones indígenas del sistema de educación inter-
cultural bilingüe, y fue suprimida la mayoría que las organizaciones tenían en el directorio del
Consejo de Desarrollo de las Nacionalidades y Pueblos, CODENPE, donde ahora existe una ma-
54 SENPLADES 2009. Recuperación del Estado nacional para alcanzar el Buen Vivir. Memoria Bienal 2007-2009. Quito: SENPLADES,
p. 37.
55 La Constitución prevé dos tipos de “consejos” con poder de decisión en políticas públicas que incluyen participación ciudadana:
los consejos por la igualdad (género, generación, indígenas, migrantes y discapacidades) y el consejo nacional de planificación. En
todos ellos hay mayoría gubernamental y en el caso del último el Decreto Ejecutivo 1577 del 11 de febrero de 2009 que lo conforma
provisionalmente sencillamente elimina la participación civil.
56 Un análisis más extenso y pormenorizado de las políticas anti-corporativas del gobierno en P. Ospina, Corporativismo, estado y
revolución ciudadana. El Ecuador de Rafael Correa, en “Culturas políticas en la región andina”, Bielefeld, Alemania: Universiät de
Bielefeld. 2009, en prensa.
39
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yoría gubernamental (paridad y voto dirimente para el gobierno), tal como reza la nueva Cons-
titución (artículos 156 y 157) . 57
Basado precisamente en el argumento de que “no cumplía sus fines”, pero además, que no
había “coordinado” con el Ministerio de Salud, expropiando a los propios asociados el derecho
de decidir si las organizaciones que ellos fundaron cumplen o no sus fines, se retiró la personería
jurídica de Acción Ecológica, ONG que viene acompañando las luchas anti-extractivistas en el
país. Ante el escándalo nacional e internacional, el gobierno ciudadano dio un paso atrás en la
medida59. Todos los ministerios han enviado comunicaciones a las organizaciones civiles bajo
su tutela, recordando la vigencia de los artículos citados, y dando un plazo de seis meses para el
registro de las organizaciones60.
Sobre todo, la centralización del manejo presupuestario y de políticas públicas implica un
cambio más notable en el caso de aquellas entidades que dispusieron de cierta independencia
y autonomía en el pasado, como los gobiernos locales y las universidades. Básicamente se es-
tablecen controles administrativos según los cuales los gastos, presupuestos y planes locales
tienen que pasar primero por el filtro de la SENPLADES (Secretaría Nacional de Planificación y
Desarrollo) y su plan, antes de pasar al Ministerio de Economía.
El resultado es que no sólo las entidades del gobierno central sino tampoco las entidades
autónomas (universidades y gobiernos locales) puedan tener “ahorros” de ejecuciones anterio-
res que puedan transferir a sus presupuestos del año siguiente. Dada la conocida ineficacia y
57 Como dijimos antes, estos artículos afectan también la conformación de los órganos directivos del Consejo Nacional de las Mujeres,
del Consejo de la Niñez y la Adolescencia y del Consejo de Discapacidades, donde las organizaciones civiles pierden la mayoría que
tenían.
58 “Reglamento para la aprobación de estatutos, reformas y codificaciones, liquidación y disolución y registro de socios y directivas de
las organizaciones previstas en el código civil y en las leyes especiales”, publicado en el Registro Oficial # 660 del 11 de septiembre
de 2002, artículo 13; “Reformas al Reglamento para la aprobación de estatutos, reformas y codificaciones, liquidación y disolución
y registro de socios y directivas de las organizaciones previstas en el código civil y en las leyes especiales”, Decreto Ejecutivo 982,
25 de marzo de 2008, art. 7.
59 Cfr. Ministerio de Salud Pública. Acuerdo Ministerial No. 00157 del 2 de marzo de 2009.
60 Cfr. por ejemplo, el Ministerio de Educación, Oficio No. 1695 – DAJ-2009, del 23 de junio de 2009.
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Cuando no nos acomodamos a la realidad…
lentitud de los trámites en las entidades públicas, esto implica un retiro de gastos que el ministro
coordinador de política económica cifró en el año 2008 en cerca de 3.000 millones de dólares
anuales. La centralización de las operaciones de compras públicas busca manifiestamente una
mayor racionalidad en el gasto público, pero tiene el efecto de una menor autonomía de facto
en las entidades formalmente “autónomas”. En lugar de restringirla a las entidades del gobier-
no central y racionalizar el estatuto de “autonomía” de las instituciones estatales, el gobierno
somete al mismo trato tanto a entidades autónomas como del régimen público dependiente.
¿Qué significa entonces la “autonomía”? Frente a las universidades los efectos perversos de esta
política indiferenciada son más claros.
El proyecto de Ley de Educación Superior, preparado por SENPLADES y enviado a la Asam-
blea Nacional en julio de 2009 elimina el Consejo de Universidades y Escuelas Politécnicas
(CONESUP), dirigido por los rectores, y en su lugar crea una “Secretaría” cuyo directorio está
compuesto paritariamente por representantes del ejecutivo y de la “ciudadanía”. En lugar de
los rectores (elegidos por la comunidad universitaria), estos “ciudadanos” serán escogidos por
méritos y concurso. Como dicen los artículos 174 y 176 del anteproyecto de ley, no podrán ser
candidatos las autoridades académicas o administrativas ni “representantes” de los organismos
o instituciones objeto del control y regulación del sistema, “ni por aquellos que tengan intereses
en las áreas que vayan a ser reguladas”. Basados en esta peculiar concepción de la “democracia
participativa”, no pueden participar ni rectores ni representantes de docentes, estudiantes o
trabajadores, es decir, se elimina o disuelve el principio mismo de la “representación”. Mientras
tanto, el poder ejecutivo se reserva la mayoría en el órgano regulador del sistema de educación
superior y la Secretaría será la encargada de aprobar la creación de nuevas universidades, de-
finir las políticas de educación superior, aprobar la intervención de instituciones universitarias,
aprobar las carreras, aprobar los estatutos de las instituciones universitarias, aprobar las rentas
del Estado y su distribución, aprobar las normativas de acreditación y evaluación, entre otras. La
“autonomía”, si existe, busca ser reducida a una tenue sombra y asimilada a los fantasmas de la
noche neoliberal: afortunadamente SENPLADES no escogerá a los profesores.
Si queremos ver algún “modelo” práctico que exprese la aspiración subyacente sobre el tipo
de Estado que está presente en el proyecto político del gobierno es probablemente el chileno.
Se trata de un tipo de Estado “liberal” en el sentido de un tipo de Estado en el que pueda caber
un gobierno radical como el de Allende o moderado como el del primer Frei o incluso neolibe-
rales como los que vinieron después de la dictadura. Sobre todo, la aspiración es contar con un
Estado fuerte, centralizado, basado en el culto a la autoridad presidencial y capaz de regular a
la sociedad (dentro de ciertos límites, por supuesto). Para lograr esto, no solamente se necesita
una burocracia que funcione, un sistema de información ágil y oportuno, sino que implica luchar
contra toda la historia de la institucionalidad estatal en el Ecuador.
Así, pues, lo más llamativo del proyecto de Estado de la revolución ciudadana es que se hace
en oposición a todos los grupos organizados por igual y que se propone desalojar a todo grupo
de interés particular de los comandos gubernamentales. Las “mafias” son tanto empresariales
como gremiales, sindicales, profesionales y territoriales. Ninguna califica como “ciudadana”
porque para ser “ciudadano” hay que ser independiente de los intereses objeto de la regula-
ción. El mecanismo previsto en la Constitución y en varias de las leyes (por ejemplo, en la ley de
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Cuando no nos acomodamos a la realidad…
Durante las últimas décadas, uno de los principales puntos de discordia en la izquierda fué
la toma del poder. O hasta que punto colaborar con instituciones, o más bien rechazar cualquier
implicación con el Estado.
Con el ascenso del Comandante Hugo Chávez Frías a la presidencia de Venezuela, a princi-
pios del 1999, se inauguró un proceso de profunda transformación social orientado desde una
izquierda amplia que obligó a las izquierdas a repensar conceptos tradicionales y nuevos.
En Venezuela se genera un proceso de construcción “de dos lados” (Zibechi, 2006), con enfo-
ques y estrategias desde abajo y desde arriba, o sea entendiendo los movimientos, la base social
organizada como el poder constituyente o principal agente del cambio, y el Estado y las institu-
ciones como el poder constituido. El proceso incluye la participación de organizaciones de corte
tradicional, de grupos y organizaciones nuevas y autónomas, de corrientes estado-céntricas,
como también antisístémicas.
Ninguna corriente teórica de izquierda había visualizado antes la posibilidad de que un pro-
ceso revolucionario o de transformación social profundo, tuviese el desarrollo que ha tenido el
proceso bolivariano. No empezó como revolución socialista, sino como movimiento antineoli-
beral que se fué radicalizando. No ha sido liderado por una organización o un partido; anterior-
mente, tampoco hubo un gran partido, ni organización obrera o periódico fuertes. El proceso no
tiene una ideología declarada a seguir, se nutre más bien de una amplia gama de grupos y orga-
nizaciones con diferencias políticas, sociales y estructurales, de diferente origen y con diferente
historia. El Bolivarianismo es más un conjunto de valores que orientan un proceso de búsqueda,
que una ideología.
Con los años, el proceso de búsqueda llegó a tener una orientación socialista. Mientras al
principio el discurso de participación se situaba en un contexto de democracia, que más allá
de capitalismo y socialismo postulaba un “tercer camino”, con el tiempo se movió más hacia la
izquierda.
61 Dario Azzellini, doctor en ciencias políticas, investigador y docente del Instituto de Sociología de la Universidad Johannes Kepler
en Linz (Austria), autor y documentalista. Trabaja sobre procesos de transformación social, movimientos, planificación democrática,
democracia participativa y co- y autogestión obrera. Ha publicado varios libros traducidos a diferentes idiomas sobre Italia, Colom-
bia, México, Venezuela, privatización de servicios militares, migración y movimientos sociales. Realizó varios documentales sobre
movimientos, Nicaragua, México y Venezuela. Es miembro del comité academico de WorkingUSA (New York) y de los Cuadernos
de Marte (Buenos Aires). Es co-editor de la “International Encyclopedia of Revolution and Protest. 1500 to the Present”. Recién pu-
blicó “El negocio de la guerra. Nuevos mercenarios y terrorismo de Estado” (Monte Àvila, Venezuela, 2009) y –con Oliver Ressler– el
documental “Comuna en construcción” (2010) sobre Consejos Comunales y autogobierno en Venezuela. Más información: www.
azzellini.net
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En el 2005, Chávez clasificó el socialismo como única alternativa para la superación necesa-
ria del capitalismo. Y a partir del 2007, la participación como política oficial de gobierno es vista
como poder popular, democracia revolucionaria y socialismo.
A causa de las dificultades evidentes en la definición de un camino claro hacia el socialismo o
un concepto claro de lo que es socialismo hoy en día, la meta se define como “Socialismo del Si-
glo XXI”, en pleno desarrollo y debate. El nombre sirve también para diferenciarlo de los “socia-
lismos reales” del siglo XX. El proceso de búsqueda y construcción está orientado principalmen-
te por valores como colectividad, igualdad, solidaridad, libertad y soberanía (MinCI, 2007: 30).
El proceso bolivariano busca un camino nuevo más allá de las estrategias conocidas de trans-
formación social. Intenta redefinir Estado y sociedad a partir de la interrelación entre arriba y
abajo y, así, abrir una perspectiva rumbo a la superación de las relaciones capitalistas. Según la
orientación normativa del proceso, el Estado, siendo parte de lo viejo, no es visto como el agen-
te de cambio, sino que el papel central le corresponde a los movimientos, al pueblo organizado.
El Estado se supone debe solo acompañarlos, ser facilitador de los procesos desde abajo, para
que desde el poder constituyente, vayan surgiendo mecanismos y soluciones para transformar
la sociedad. Al Estado le compete garantizar los contenidos materiales que requiere la realiza-
ción del bien común.
Frente a la falta de verdades objetivas sobre la construcción del socialismo y frente a un
proceso hasta ahora inédito, no sorprende que el “o inventamos o erramos” (Simón Rodríguez),
se haya vuelto un lema central en la práctica de transformación. Nuevas y diferentes formas,
iniciativas e instituciones coexisten de manera paralela, son fomentadas y luego abandonadas o
reducidas a favor de otras. Lo que para muchos analistas parece ser una falta de claridad o incon-
sistencia política, es más bien la expresión necesaria de una apertura y búsqueda de nuevos ca-
minos. Por supuesto, esto no representa ninguna garantía de éxito. El proceso de construcción
de dos lados, desde arriba y desde abajo, está lleno de contradicciones y conflictos. Y muchos
de estos no necesariamente son resueltos; sin embargo, se presentan de manera totalmente
nueva.
Desde un principio el proceso bolivariano estubo marcado por dos estrategias diferentes:
una desde arriba, es decir más ligada al Estado, a la institucionalidad y a la soberanía, y otra
desde abajo, más conectada con la autonomía, con el autogobierno y con el rechazo a la repre-
sentación. Los que apoyan una estrategia desde abajo critican la burocracia en las instituciones
y los partidos, a los cuales acusan de monopolizar las decisiones, de ignorar la corrupción pro
intereses partidarios y de fomentar una burocratización con efectos desmovilizadores (APPP,
2005; Ellner, 2008).
A partir de enero de 2007, Chávez plantea superar el Estado burgués a través de la cons-
trucción del Estado Comunal, retoma así un debate que viene de las corrientes antisístemicas y
lo generaliza. La idea principal es que se formen estructuras de consejos de todo tipo que irán
sustituyendo gradualmente al Estado burgués. El Estado no se concibe como un instrumento
neutral (matriz leninista) o entidad autónoma (como en la tradición burguesa o socialdemócra-
ta), sino como producto integral del capitalismo, que como tal, debe ser superado. Así se plantea
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62 Es sin embargo interesante y revelador que el concepto de Poder Constiyente practicamente no aparece en las investigaciones aca-
démicas de la época. Ni en la investigación específica sobre movimientos sociales se encuentra referencia al concepto, que no sea
la simplifación del mismo referiendolo nada más a los procesos costituyentes en vista de la elaboración de una nueva constitución.
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por sus obreros. El gobierno se tardó más de dos años en tomar una posición al respecto (Ellner,
2006: 90).
A partir del 2003/2004, el gobierno encamina una política que refuerza la estrategia desde
abajo y se enfoca a fomentar la participación en comunidades y lugares de trabajo. Comienzan
las misiones, los debates sobre cogestión y autogestión obrera, aparece la figura de la Consitu-
yente Municipal por iniciativa propia de algunos municipios, aparecen formas de gobiernos loca-
les, los CLPP (Consejos Locales de Planificación Pública), y finalmente los Consejos Comunales.
El Poder Constituyente busca su camino, coopera y se confronta con el poder constituido. Pero
también “el Estado ha jugado un papel fundamental al reforzar el sentido de empoderamiento de
la base del movimiento chavista” (Ellner, 2008: 5). Ésto ha sido valorado por la mayoría de los au-
tores y organizaciones que simpatizan con el proceso como un reforzamiento de la orientación
desde abajo y de la participación directa. Algunos sectores sindicales y de base lo criticaron, por
considerarlo un reforzamiento del control de Estado.
En verdad la situación es mucho más compleja y persiste una relación muy contradictoria
de conflicto y cooperación. Con la apertura institucional y la masificación de los programas sur-
gen nuevos movimientos, pero al mismo tiempo muchos líderes y cuadros entran a trabajar en
las instituciones y debilitan así los movimientos. La ampliación de la participación protagónica
lleva a un aumento de los conflictos entre el Estado y la base (especialmente en la producción)
y adentro del mismo Estado, que también se vuelve escenario del conflicto de clase. Eso no es
sorprendente: la profundización de la transformación social multiplica los puntos en los cuales
las lógicas diferentes desde abajo y desde arriba se confrontan.
Al mismo tiempo la ampliación de las instituciones y la presencia del Estado llevan a una
creciente burocratización la cual a su vez dificulta la apertura y transformación, y tiende a una
administración institucional de los procesos sociales. El papel de Chávez también es ambivalen-
te. Actuando de altavoz asume un rol importantisimo en potenciar la atención pública hacia ini-
ciativas desde abajo poco conocidas, logrando su difusión y masificación. Pero en algunos casos
ello también lleva a que se dificulte el crecimiento orgánico de las inciativas populares dado que
alcaldes, gobernadores y algunas instituciones con su lógica inherente se ocupan más de crear
artificialmente una gran cantidad de las iniciativas avaladas por Chávez, que de apoyar un creci-
miento cualitativo desde abajo.
Conciente de la centralidad del Poder Constituyente para el proceso bolivariano, Chávez re-
cuerda frecuentemente su importancia, como durante la toma de Presidencia en enero 2007:
“No, el Poder Constituyente no puede congelarse, no puede ser congelado por el po-
der constituido [...] Algunos autores hablan del carácter terrible del Poder Constitu-
yente. Yo creo que es terrible el Poder Constituyente, pero así lo necesitamos, terrible,
complejo, rebelde. No debe someterse el Poder Constituyente [...], el Poder Constitu-
yente es y debe ser –compatriotas– potencia permanente, potencia transformadora,
inyección revolucionaria para reactivar, muy de cuando en cuando, nuestro proceso
bolivariano” (Chávez, 2007: 4-5).
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Cuando no nos acomodamos a la realidad…
El Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2007-2013 (MINCI, 2007) postula la or-
ganización y colectividad, respetando la autonomía y la libertad, como fundamento de la de-
mocracia revolucionaria. La soberanía reside instransmitiblemente en el pueblo y “dado que la
soberanía reside en el pueblo, éste puede por sí mismo dirigir el Estado, sin necesidad de delegar
su soberanía, tal como en la práctica sucede con la democracia representativa o indirecta” (MinCI,
2007: 30). Sin embargo la realidad es más contradictoria. El llamado de Chávez al poder consti-
tuyente de desarrollar con apoyo de las instituciones una dinámica de formación y debate (Moral
y Luces) no mostró consecuencias. Y el papel del Poder Constituyente en la génesis y la forma
de la propuesta de Reforma Constitucional del 2007 –dejando de lado su contenido –fué muy
reducido.
La idea de un poder constituyente no sometido al poder constituido remite a la forma de los
consejos . Así, el fundamento del futuro socialismo venezolano lo deberían formar estructuras
63
de consejos de diferente carácter que cooperan y confluyen a un nivel más alto para así superar
el Estado burgués y substituirlo por un Estado Comunal. Varios „Consejos del Poder Popular”
(consejos comunales, consejos de trabajadores y trabajadoras, consejos estudiantiles, consejos
campesinos, consejos de mujeres, entre otros) son parte de esa estructura y están siendo fo-
mentados y experimentados.
63 Y es interesante notar qué modelos de sistemas de autogobierno a través de consejos han entrado otra vez al debate de la izquierda
no solo en Venezuela si no también en otros países, de manera totalmente independente de las experiencias venezolanas.
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nario”, el Poder Popular era sometido a éstos. En Venezuela, al contrario que en otros procesos
revolucionarios anteriores, el Poder Popular no es concebido como etapa intermedia sino como
camino y meta. A diferencia de otras revoluciones, en Venezuela no hubo un derrumbe o des-
trucción de las viejas estructuras, que fomentara la creación y la difusión de estructuras del Po-
der Popular. Y tampoco el Poder Popular, por su propia lógica, se puede otorgar desde arriba. Por
lo tanto el Poder Popular no se puede concebir desde el Estado pero tampoco sin él.
“El proyecto emancipador requiere de la articulación de dos dinámicas: una de so-
beranía y otra de autonomía. El problema radica en que la primera (vinculada al
Estado-nación, la representación, la dirección centralizada, la táctica, la transac-
ción, la política institucional) no necesita en lo inmediato de la segunda (vinculada
a la comuna, la expresión, la confrontación, la dirección colectiva, la estrategia), in-
cluso la repele, sin saber que cava su propia fosa. Pero la segunda, en éste contexto
histórico, en el marco de las relaciones impuestas por el imperialismo, desde nuestra
condición periférica, sí necesita de la primera a riesgo de caer en la esterilidad” (Ma-
zzeo, 2007: 52-53).
En el caso venezolano, Chávez y parte del gobierno saben que debe ser una tarea central
fortalecer y consolidar el Poder Popular para acumular fuerzas y poder sobrevivir como proceso
de cambio. No se limita, como por ejemplo el gobierno de Unidad-Popular de Allende en Chile,
al poder de gobierno formal. “El gobierno popular de Chávez no se asume como la expresión con-
sumada de una dualidad de poderes [...] y desarrolla iniciativas que tratan de construirla” (Mazzeo,
2007: 141-142). Así el Estado mismo también se ha vuelto un campo de batalla. Por su lógica el
Poder Popular remite a las formas democráticas de base, la autoorganización y los consejos.
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Cuando no nos acomodamos a la realidad…
Los CoCos reciben su financiamiento directamente del Estado y sus instituciones, evitando
así mayor interferencia de las alcaldías. La ley no especifica que alguna entidad pueda rechazar
proyectos presentados por CoCos; sin embargo en la realidad, la relación entre CoCos y las insti-
tuciones no es precisamente armónica. Los conflictos se generan principalmente por la lentitud
de respuesta y los intentos de interferencia.
Los CoCos tienden a superar la división entre sociedad política y sociedad civil (que es la di-
ferencia entre quien gobierna y quien es gobernado). Por eso analistas liberales que apoyan esa
división, evalúan de manera negativa a los CoCos, argumentando que no son una forma de orga-
nización independiente de la sociedad civil, sino una interconexión con el Estado. Sin embargo,
se trata precisamente de la construcción de una estructura paralela que poco a poco arrebate el
poder y control al Estado para autogobernarse.
En un nivel más alto existe la posibilidad de la creación de las Comunas Socialistas, las cuales
se forman a partir de varios CoCos en un mismo territorio y pueden también desarrollar proyec-
tos y medidas a largo plazo y de mayor alcance, mientras las decisiones siguen siendo tomadas
en las asambleas de los CoCos. Más allá de las Comunas hay la posibilidad de que municipios
sean declarados Ciudades Comunales, sí todo su territorio está organizado en CoCos y Comunas
siguiendo un modelo de administración y planificación desde abajo.
Lo interesante es que se diferencia entre territorio político-administrativo y espacio socio-
cultural-económico. Las Comunas no deben corresponder a los espacios político-administrati-
vos existentes y pueden cruzar fronteras municipales o hasta de las gobernaciones, visto que se
trata de que la población defina y modele sus espacios socio-cultural-económicos. Por el otro
lado el mecanismo de construcción de las Comunas Socialistas y Ciudades Comunales es flexi-
ble, son ellas mismas quienes definen cuales tareas asumir. Así que la construcción del autogo-
bierno puede empezar con lo que la misma población considere más importante y necesario u
oportuno. Las Ciudades Comunales que existen hasta la fecha son rurales, estructuradas alrede-
dor de la agricultura.
La idea de la Comuna como lugar de construcción de la participación, el autogobierno y del
socialismo, remite a la tradición comunista comunitaria de la Comuna de París, como también a
Simón Rodríguez, José Carlos Mariátegui y a la experiencia histórica indígena y afroamericana.
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A m é rica L atina desde A bajo
Más allá de los Consejos Comunales hay muchas organizaciones grandes como por ejemplo,
la central sindical UNT (Unión Nacional de Trabajadores) formada en el 2004, los Comités de Tie-
rra Urbana (CTU) fomentados desde el Estado a partir del 2002, el Frente Nacional Campesino
Ezequiel Zamora (FNCEZ), entre otras, que son parte del proceso de transformación, pero tie-
nen una relativa autonomía política, de debate, de organización y acción y mantienen posturas
contrarias a las políticas oficiales en varios puntos.
El FNCEZ se autodefine como marxista, apoya a Chávez y es plenamente parte del proceso
bolivariano, pero exige profundizar las políticas de transformación. El Frente Campesino trabaja
estrechamente con el Ministerio de Agricultura y Tierras y el Insituto Nacional de Tierras e inclu-
sive ocupa cargos en ramificaciones regionales; sin embargo, también lleva a cabo tomas de tie-
rra u ocupaciones de instituciones ineficientes y entra en conflicto con la policía, el Ejército y la
Guardia Nacional, mientras en otras partes coopera con el Ejército. Más de 230 campesinos han
sido asesinados desde el 2001 por sicarios de terratenientes sin que haya habido una respuesta
adecuada por parte de la policía o fisaclía.
Las conyunturas electorales llevan a que los movimientos aparezcan más como bloque uni-
tario con el gobierno. En temporadas que no están marcadas por campañas electorales muchos
movimientos muestran más autonomía, son más críticos con el gobierno y más orientados a
desarrollar prácticas propias y a presionar el poder constituido. Lo mismo se pudo observar en
el caso del FNCEZ que, desde el 2007, durante las conyunturas electorales autolimitó mucho su
presión y movilizó parte de sus fuerzas en apoyó a las campañas electorales. Después del refe-
rendum de febrero 2009, el FNCEZ reasumió las acciones de presión directa en contra del poder
constituido.
El debate más crítico y profundo entre las fuerzas del proceso bolivariano se dió después de
la derrota en el referendum de la reforma consitucional a finales del 2007, hasta que el proceso
entró a la siguiente campaña electoral y el debate se esfumó.
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Cuando no nos acomodamos a la realidad…
clientelismo, otras en las cuales la participación se reduce a un núcleo de activistas sin verdadera
participación popular, y otras en las cuales sí se logró fomentar la organización comunitaria y
popular llegando a aumentar el grado de autonomía frente a las instituciones. En algunos casos
eso ha llevado también a una democratización de las instituciones, en otros las organizaciones
populares aprendieron defender su autonomía frente a las instituciones.
Otro problema es mantener la pluralidad, cuestión que se presenta con más urgencia a cau-
sa de la existencia del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) como partido de masa. En
situaciónes conflictivas siempre existe la tendencia a descartar críticas o limitarlas a círculos res-
tringidos de la dirigencia del gobierno o partido. Es aquí que la autonomía de los movimientos,
como también la existencia de corrientes dentro del PSUV (Chávez mismo calificó como necesa-
ria) y la creación de espacios para un debate crítico desde abajo, cobran una gran importancia.
También es obvio que, para imponer la soberanía y satisfacer los derechos sociales, el Estado
venezolano tiene que ser fortalecido. Eso choca con la orientación normativa de superarlo y el
fortalecimiento conlleva el peligro de caer aún más en prácticas corruptas, corporativas y buro-
cráticas en vez de superarlas. En ese contexto, el financiamiento público para las organizaciones
e inciativas públicas tiene un papel ambivalente. Por un lado hace posible numerosas iniciativas
y fomenta la autoorganización, porqué los efectos positivos de la misma son palpables, pero al
mismo tiempo inhibe la autorganización desde abajo porque la relación de dependencia aumen-
ta las tendencias hacia el clientelismo.
Según Edgardo Lander, “Es esta una de las tensiones potenciales más importantes de las re-
laciones del Estado venezolano con los sectores populares. De las formas en que se procesen estas
tensiones dependerá en gran medida el tipo de democracia que se pueda construir” (2007: 73). Esa
tensión es percibida por muchos investigadores, activistas de base como también por emplea-
dos institucionales, pero sin que sea considerada negativa, como comenta Reinaldo Iturriza en
una entrevista: “Hay una relación de tensión entre qué es el Estado y todo eso que está en la calle,
que lejos de ser mala porque es problemática, es muy interesante porque es muy problemática”.
En el centro está la relación entre poder constituyente y poder constituido. El conflicto es
necesario y productivo y no hay que verlo como negativo. Al contrario, el concepto de Poder
Constituyente es un concepto derivado de la crísis. Y es exactamente en esa tensión que está
situado el potencial de emancipación del proceso bolivariano.
La discrepancia entre discurso y realidad es evidente, lo que de por sí no tiene que ser nega-
tivo, si la realidad queda abierta y sigue orientándose en el discurso. Éste tiene forzosamente
que estar más avanzado que la realidad –por supuesto sin perder el contacto con ella- porqué
de otra manera no puede generar debate, desarrollo y perspectiva. Hay muchas políticas que
demuestran esa abertura, y especialmente los Consejos Comunales tienen todo el potencial de
ser un proceso constituyente continuo. Sin embargo, también existe la tendencia contraria. El
desarrollo futuro es incierto y es “un camino que no ha dejado de ser, en buena parte de su trayec-
toria, un ensayo” (Chávez, 2007: 4)
Las estrategias desde arriba y desde abajo se han mantenido en el mismo proceso de trans-
formación durante 10 años, estando en constante tensión. No obstante, resulta difícil que sean
compatibles a largo plazo.
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56
Capítulo 2
… en defensa del derecho a la educación…
En 2006, estaba viviendo en Santiago de Chile. Trabajaba en una casa de acogida para chi-
quillos en riesgo social, y casi todos participaron (aunque de manera diferente) en las manifesta-
ciones y tomas de colegio que tuvieron lugar, sobre todo, entre mayo y julio. Mauricio era el más
pequeño, un día volvió a casa enteramente mojado. Los “guanacos” no habían ahorrado ni un
litro de agua. Aquel día, entendí que estaba pasando algo extraordinario, algo muy importante
para los estudiantes secundarios de todas las regiones pero también algo muy importante para
el mismo país. El movimiento estudiantil sorprendió por sus ganas de luchar, por su organización
y por el apoyo obtenido desde abajo por parte de la sociedad.
Justo antes de que acabara la dictadura, el viejo Pinochet dejó su última voluntad. El 10 de
marzo de 1990, la Junta Militar aprobaba la “LOCE”, Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza.
Con los aplausos de la derecha, del Opus Dei, de los Legionarios de Cristo y del empresariado;
dicha ley consagraba el liberalismo también en el ámbito educacional: la “libertad de enseñan-
za” primaba por encima del derecho a una educación de calidad y transformaba la educación en
otro sector más de la economía chilena, privatizándolo y dejándolo sujeto a las leyes del merca-
do. A partir de 1990, cuatro de cada cinco alumnos adicionales, en la educación básica y media,
empezaron a estudiar en un colegio particular subvencionado y sólo uno en un colegio público . 64
Si pensamos que a comienzo de los años ochenta casi el 80% de los estudiantes iba a colegios
públicos y ahora sólo el 40% (el 50% a colegios particulares subvencionados y el 10% a colegios
privados), es evidente el intento de favorecer al sistema privado más que al sistema público. Su-
puestamente, gracias a la competencia, tendría que haber mejorado la calidad de la enseñanza,
pero lamentablemente no fue así. La modificación de la LOCE fue el principal objetivo de los
estudiantes de todo el país que, a partir de mayo de 2006, empezaron a movilizarse. Esta ley casi
64 Riesco, Manuel (2006), El Pingüinazo, “El Mostrador”, 11 de junio de 2006, Santiago de Chile.
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no pone límites a la fundación de una escuela y, además, no hay ningún control de los fondos
entregados a los sostenedores. El chileno es un caso único en el mundo . Abrir una escuela re- 65
sulta tan sencillo y rentable como abrir una empresa. Los secundarios lo tienen claro: todo este
sistema, esta manera de pensar, de lucrar con el futuro de los jóvenes y del país, tiene que ser
reformada.
Además de un cambio en las fundamentas del sistema educacional, los estudiantes pidie-
ron ayudas concretas al nuevo gobierno: la gratuidad del pase escolar y la gratuidad del pasaje
en los medios de transportes, todos los días, puesto que la educación no se limita a 5 días de la
semana. La idea es clara: está bien obligar a educarme, pero ¿por qué obligarme a pagar el pa-
saje para ir al colegio? Una simple lucha que en muchos países de Europa se nos olvida. Tercer
punto del petitorio estudiantil, la gratuidad de la PSU, Prueba de Selección Universitaria, prue-
ba general de admisión a la Universidad. Cuarto punto, reforma de la JEC. La Jornada Escolar
Completa que, así como se ha ido implementando en los años, no ha cumplido con su principal
objetivo: sacar a los chiquillos de la calle. La JEC concretamente no funciona, ya que los colegios
no disponen de recursos necesarios y de estructuras adecuadas para permitir a los estudiantes
quedarse en el colegio haciendo tareas o actividades alternativas. Tampoco disponen de las ra-
ciones alimenticias para los comedores. Era natural que “mis” chiquillos decidiesen volver a casa
para el almuerzo: un plato de spaghetti alla bolognese siempre estaba listo. Otro punto: la oposi-
ción a la municipalización de la educación que ha permitido el desarrollo de colegios de primera
categoría, en las municipalidades con más recursos, y colegios de segunda, tercera, etcétera.
Esta descentralización ha aumentado enormemente las desigualdades en el sistema educativo,
desigualdades que (sobre todo en Santiago) son muy bien visibles en todos los aspectos de la so-
ciedad chilena. Un último punto, importantísimo, el rechazo a cualquier forma de discriminación
que este sistema de educación, por mitad público y por la otra mitad particular subvencionado o
totalmente privado, ha generado en todos estos años.
Conviviendo y trabajando con chiquillos muy problemáticos, he vivido en primera persona
este problema: los sostenedores de los colegios echan un vistazo a la situación del chico (de
dónde viene, con quién vive, quiénes son sus padres, dónde trabajan, etcétera) y después eli-
gen si aceparlo o no en su colegio. ¿Una mamá europea estaría dispuesta a llevar a su hijo de
14 años a un colegio presentando sus “antecedentes” para ver si lo quieren acoger? Pues, en un
caso tuvimos que cambiar hasta tres colegios antes de encontrar el primero que aceptara a uno
de nuestros chiquillos. ¿Su defecto? No tener una familia normal, como la puedo imaginar yo,
blanco europeo.
En el mes de abril de 2006, la gota que derramó el vaso de verdad era de agua: se trataba de
gotas, de muchas gotas que caían del techo de las aulas del Liceo Carlos Cousiño en Lota, en la
VIII Región, rebautizado “Liceo Acuático”. En mayo, las manifestaciones crecieron y se expan-
dieron a todo el territorio nacional: en Santiago, el 4 de mayo hubo más de 600 detenidos.
Mientras tanto, el petitorio de los estudiantes se definía cada día más. Con todas estas de-
mandas bajo el brazo o en la mochila, la Asamblea Nacional de Estudiantes Secundarios (ANES)
65 Fazio, Hugo (2006), La rebelión de los pingüinos y los “amarres” de Pinochet, CENDA, Santiago de Chile.
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Cuando no nos acomodamos a la realidad…
organizó para el 10 de mayo una gran protesta a nivel nacional: el resultado de la respuesta
represiva fueron 1.200 detenidos en un solo día. Empezaron la toma de los colegios y el aparato
represivo de los uniformados mostró su peor rostro: los carabineros dieron inicio a un enfrenta-
miento directo con los otros “uniformados”, los “pingüinos”.
¿Por qué les llaman así? Los colores de los uniformes que los secundarios llevan puestos los
hacen parecer a los pingüinos, sobre todo cuando salen del colegio y todos juntos esperan “la
micro” (transporte). Parecen pingüinos que para protegerse del frío se quedan todos bien jun-
titos. ¿Por qué todos los estudiantes llevan uniforme? En seguida contestaríamos que ésta es
una manera para no crear desigualdades y para que los chiquillos se sientan todos iguales. Pero
luego nos damos cuenta de que es simplemente una manera muy formal de esconder las diver-
sidades, en realidad muy visibles.
Cada colegio tiene su propio uniforme, y claro, los uniformes de los colegios más ricos no se
parecen en nada a los de los más pobres. Éstos, a veces, tampoco tienen uniformes, pero obli-
gan a los estudiantes a comprar pantalones grises, camisas blancas (por lo menos tres porque se
manchan muy fácilmente), chaqueta azul y zapatos para el colegio. Una segunda gran diferencia
la hacen los accesorios: pulseras, zapatillas, reloj, celular, mochilas, gorros. Son estos pequeños
objetos, juntos a los rasgos y modos de los chiquillos, los que marcan la diferencia. Es una lás-
tima decirlo, pero se nota muy bien quién proviene de una familia rica o de una familia pobre.
Entonces, ¿por qué seguir llevando estos uniformes? ¿Puede el uniforme significar la voluntad
misma de encajar a los estudiantes y así a la educación en esquemas establecidos desde los cua-
les no se puede salir? Parece que los pingüinos quieren salirse de estos esquemas…
Cuando la Presidenta Bachelet, en la esperada primera cuenta pública del 21 de mayo de
2006, afirmó que no toleraría actos vandálicos, daños a las cosas o personas, recordaba feha-
cientemente las imágenes de los enfrentamientos entre manifestantes encapuchados y cara-
bineros en la protesta del primero de mayo y los 1.200 secundarios presos en la primera gran
manifestación, el 10 del mismo mes. Sin embargo, Bachelet nunca imaginó que sus palabras
pudieran provocar la reacción contraria: miles de colegios tomados, el apoyo de los padres, la
solidaridad de los profesores y el gran aporte de los universitarios . 66
Pocos días después, serán las palabras del Ministro de Educación, Martín Zilic, las que pro-
vocarán las iras de los secundarios: invitándoles al diálogo, el Ministro sólo se comprometió a
“recibir a todos aquellos que no estén en paro ni en toma”, y a poco sirvió rectificar, al día siguiente,
refiriéndose a los que no estén actuando de manera violenta . 67
La del martes 30 de mayo fue una de las manifestaciones más grandes en la historia del mo-
vimiento estudiantil secundario. Una gran manifestación que se sumó a las de los años ochenta
cuando los secundarios no tenían miedo a enfrentar a la dictadura, cara a cara y por la calle. Esta
vez el saldo fue de más de 700 presos, 500 en la capital, y un uso indiscriminado de la fuerza por
66 “Cuatro años antes fueron los universitarios los que estuvieron a la expectativa […] el Presidente Ricardo Lagos no se refirió en aque-
lla ocasión con mayor profundidad a las exigencias estudiantiles y se remitió a criticar la violencia de las manifestaciones. Cuatros
años después, en el mismo lugar, la Presidenta Michelle Bachelet optó por una estrategia similar”; ibídem, p. 26.
67 ibídem, pp. 43-44.
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parte de los uniformados de verde, también contra los periodistas de la prensa y de la televisión.
Así empezó la marcha de los pingüinos…
El jueves primero de junio de 2006, Bachelet reconoció que “la movilización de los estudian-
tes secundarios ha puesto la mirada de toda la sociedad en la educación y sus desafíos. Esta es una
gran oportunidad para generar nuevos y más amplios consensos”, pero también reaccionó con de-
cisión y, con sus modos de “mamá latinoamericana”, contestó a las peticiones de los secundarios
con una buena oferta que parcialmente cubre el petitorio a corto plazo de los pingüinos y que
también prevé el envío al Congreso de “un proyecto de reforma constitucional y una modificación
a la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza que propone algo esencial: consagrar el derecho de
todo ciudadano a una educación de calidad, que no se contrapone con la libertad de enseñanza”,
reiterando que el gobierno no quiere “una educación separada para cada clase social” . 68
El compromiso hacia el cambio parecía tomar cuerpo. ¿Fue de verdad así? Este cambio ten-
dría que haber salido del diálogo constructivo entre las partes y por esta razón el gobierno creó
el Consejo Asesor Presidencial para la Calidad de la Educación, cuya tarea sería la revisión de
la educación en Chile. Un “consejo ciudadano”, como se define él mismo, y no un organismo
legislativo . Pese a las diferentes visiones que coexistieron en el Consejo, su posición será clara:
69
“se requieren cambios sustantivos en la institucionalidad educativa, los que deben comenzar con
una ley sustitutiva de la actual LOCE” y afirma también que “es necesario fortalecer el derecho a la
educación” . 70
educación sigue siendo uno de los problemas fundamentales, contra el cual luchan todavía los
secundarios. Las ofertas de junio no pararon las movilizaciones, pero empezaron a romper la
unidad del movimiento. La Asamblea del 2 de junio mantuvo el llamado al paro nacional para
el lunes 5 de junio: una jornada de reflexión, pacífica y sin marchas . Aquel día, el eslogan era 72
60
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
33 mil nuevas viviendas sociales o atender 230 mil niños más en salas cuna. Es mucho dinero”. “Mi
deber como Presidenta”, añadió Bachelet, “es atender las necesidades de todos los sectores” . 73
El gasto público en educación, en el 2006, estaba en el orden del 4% del PIB, mientras a
principios de los años ‘70 alcanzaba, por ejemplo, el 7% . El coste de las ofertas presentadas por
74
la Presidenta está alrededor de los 60 millones de dólares , cuando una empresa minera puede
75
remesar al exterior utilidades por 300 millones de dólares a la semana . ¿De verdad es tan com- 76
El 9 de junio (día de inauguración del Mundial de Alemania) la Asamblea decide terminar con
las tomas: “Entregamos los colegios, pero que nadie se equivoque. Los estudiantes seguimos movi-
lizados”, fueron las palabras del vocero Juan Carlos Herrera . La lucha por una educación de cali-
78
dad todavía estaba lejos de acabar, pero la experiencia de los políticos y los titulares de la prensa
ayudaron a cerrar el primer capítulo y a llevar los debates otra vez adentro de las instituciones.
A finales del año escolar, existía el problema real de muchos alumnos que podían perder el
año o que ya tenían varios conflictos con los llamados “sostenedores” de los colegios. Fue em-
blemático el caso de los 40 estudiantes del Liceo Victorino Lastarria, quienes fueron expulsados
(con cancelación de la matrícula) según la decisión del alcalde de Providencia, Cristian Labbé,
coronel retirado, ex agente e instructor de la DINA (Dirección de Inteligencia Nacional) y, según
varios testigos, también ex torturador.
61
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sonas jurídicas de derecho público, tales como Municipalidades y otras entidades creadas por ley, y
las personas jurídicas de derecho privado cuyo objeto social único sea la educación” ; sin embargo, 81
del texto final desaparecen aquellas observaciones hecha por la presidenta en su discurso de
presentación del proyecto, cuando declaró que los sostenedores tienen que organizarse como
“como personas jurídicas sin fines de lucro, con giro educacional de carácter exclusivo” . El mensaje 82
estaba claro, pero la formula “sin fines de lucro” nunca apareció en el texto final. La actual Ley
General de Educación representa sin duda un paso adelante, aunque estudiantes, profesores y
profesionales de la educación tienen claro lo que de verdad se necesita: volver a un sistema de
educación público de calidad.
Además, con respeto a la municipalización no cambia nada: ni el proyecto ni el texto final
recogieron las indicaciones del Consejo Asesor, y el sistema de administración queda práctica-
mente invariado. Si por un lado parece que el Estado quisiera retomar un rol principal, por otro
deja a las municipalidades las mismas facultades que antes. ¿Es comprensible que se vayan per-
petuando las mismas desigualdades que antes? Eso sí: el proyecto del gobierno abrió un gran
debate y hasta la oposición presentó su propia propuesta para la nueva LGE. El Consejo Asesor,
79 Bachelet, Michelle (2007), Mensaje n. 55-355 de S.E. la Presidenta de la República con el que inicia un Proyecto de Ley que esta-
blece la Ley General de Educación, 9 de abril de 2007, Cámara de Diputados, Santiago de Chile.
80 Artículo 7 de la Ley General de Educación (LGE), promulgada por la Presidencia en agosto de 2009…
81 Artículo 46 de la LGE.
82 Bachelet, Michelle (2007) …
62
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
al contrario, salió del escenario y los partidos volvieron a conquistar el territorio perdido en 2006,
cuando la política de educación, por algunos meses, parecía de verdad ciudadana y participativa.
Así hubo tiempo para un nuevo acuerdo entre las dos grandes coaliciones, Concertación y
Alianza, antes del 2008, el “año de la educación”, según la Presidenta Bachelet. La prohibición
de selección del alumnado hasta octavo básico, presente en el proyecto de ley, vuelve a bajar
a sexto: de esta manera se defiende la posición de aquellos grupos que sostenían que abrir las
puertas a cualquier alumno afectaría la calidad de la enseñanza, que ciertos colegios requieren.
Además, la oposición gana en el terreno de la libertad de enseñanza: el papel del Estado no pa-
rece reforzarse y la coexistencia de colegios públicos, privados y subvencionados seguirá como
antes.
El futuro nos dirá si los colegios públicos seguirán perdiendo alumnos como lo han hecho
en estas últimas décadas, o si algo cambiará. Si cambiará algo en la calidad de la educación,
en los problemas de exclusión social y desigualdad que se han generado en la sociedad chilena
también a causa de un sistema educativo excluyente y discriminatorio, o si no pasará nada. Los
críticos de este pacto, los actores del movimiento, afirman que la vieja estructura de mercado no
cambia. Y así, el primer semestre de 2008 termina con manifestaciones y presos que repitieron
un guión ya visto… Además, en el mensaje presidencial del 21 de mayo de 2008, la presidenta
pareció preocuparse más por la educación superior que por los desafíos de la educación básica
y secundaria, mientras desde los techos del liceo A-45 de Lota todavía sigue goteando como en
abril 2006. ¿Volverá a caer de aquí la última gota que derramará el vaso?
La Bachelet estaba segura que el 2008 habría sido el año del acuerdo en educación. Sin em-
bargo, -y lo afirmó ella misma- la reforma será efectiva sólo cuando “se incluya también los cam-
bios en la institucionalidad que permitan asegurar una educación de calidad y un adecuado marco
de financiamiento”. Aquí está uno de los escollos: ¿con lucro o sin lucro? ¿De verdad el actual
gobierno será capaz de fortalecer una “educación pública humanista y laica, robusta y de cali-
dad… principal fuente de cohesión y de movilidad social” ? ¿La sociedad chilena, así como se ha
83
83 ibídem.
63
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rante la transición pasó la idea de que ya no era necesario movilizarse y que los gobiernos de
la Concertación podían resolver todo desde arriba. Esta idea caducó por primera vez en el año
2001, con el llamado “mochilazo”, cuando los secundarios salieron a la calle para reclamar un
precio más bajo del pase escolar . 85
La generación actual se preocupa mucho de su futuro y, sobre todo, ha entendido que pue-
de jugar un papel determinante y protagónico en la gestión de la cosa pública. Los estudiantes
unieron las reivindicaciones económicas y de mejoramiento de las infraestructuras escolares al
cuestionamiento del edificio entero del sistema educativo. La horizontalidad del movimiento,
el apoyo de otros actores sociales en todas las regiones, la claridad de sus demandas, su ma-
durez cívica a pesar de que los actores son chiquillos menores de edad y por esta razón toda-
vía no tienen derecho al voto, la organización en las tomas y en las movilizaciones, el uso de
Internet, de los blogs, de los correos electrónicos para difundir sus reivindicaciones, la manera
de representación en la ANES sin dirigentes o liderazgos sino simplemente voceros, y el alto
nivel de adhesión social que provocaron, sorprendieron al país entero y en particular a la clase
política que a partir de la transición a la democracia había marginado a los jóvenes afuera de la
esfera pública . Los estudiantes secundarios rompieron los esquemas de exclusión social que
86
se impusieron durante la dictadura y que siguen manteniéndose durante estas dos décadas de
Concertación. Y lo lograron con una movilización social transversal, no cooptada por los parti-
dos políticos.
Aunque pueda ser difícil pensarlo, creo que el gobierno puede haber estado esperando un
momento como este. El movimiento de los secundarios le ayudó a poner en duda la herencia
dictatorial en materia de educación, cosa que no hicieron los pasados gobiernos de la Concerta-
ción, por regla general amarrados a los pactos de la transición.
Sin embargo, la LOCE no era la única herencia que todavía sobrevivía. Quizás la principal,
por su relevancia socio-económica general, es el escandaloso saqueo de la principal riqueza
básica del país: el cobre. Todavía unas pocas multinacionales privadas extranjeras se están lle-
vando del país recursos que equivalen nada menos que al presupuesto del Estado, unos veinte
mil millones de dólares, aproximadamente. ¿Cuánto cuesta una verdadera reforma del sistema
educativo si pensamos en los 130 millones de dólares anuales ofrecidos por el gobierno, res-
pecto a los 300 millones de dólares de utilidades que una sola empresa minera está remesando
al exterior por semana ? 87
Quizás los pingüinos nos recuerden que el problema en realidad es otro, la crisis de un sis-
tema neoliberal que ya ha dañado demasiado y que todavía está respaldado en la herencia más
grande y peligrosa dejada por la junta militar: la constitución política de 1980. La transición a la
84 Gómez Leyton, Juan Carlos (2006), La rebelión de las y los estudiantes secundarios en Chile. Protesta social y política en una so-
ciedad neoliberal triunfante, OSAL Año VII, Nº20, Mayo-Agosto 2006, Buenos Aires, Argentina.
85 CESC (2006), La Rebelión del Coro, por el equipo de Culturas Juveniles del Centro de Estudios Socio-Culturales (CESC), Santiago
de Chile, junio.
86 González ,Juan; Cornejo, Rodrigo y Sánchez Rodrigo …
87 Riesco, Manuel (2006), El movimiento “pingüino”. II parte y final, en “Crónica Digital”, 16 de junio de 2006, Santiago de Chile.
64
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
democracia pasará por pequeños pasos que sumándose cambiarán el sistema general, pero se
completará –y en esto coincido con la posición del Centro de Estudios Nacionales de Desarrollo
Alternativo y muchas otras organizaciones de la sociedad civil chilena que han estado siguiendo
de cerca el movimiento estudiantil– sólo con la elección de una Asamblea Constituyente que
pueda devolver a los chilenos una verdadera constitución democrática.
Agosto 2009: sin anunciarlo, para prevenir manifestaciones y desordenes, la nueva Ley de
Educación hay sido promulgada. ¿Qué nos deparará el futuro? Quizás el nuevo gobierno abrirá
también nuevos escenarios… de lucha.
Los que nos convertimos en estudiantes de la Universidad de El Salvador (UES), una minoría
en relación con los que no pueden ingresar a ella, nos adentramos expectantes a develar los
mitos que se han construido a su alrededor. Todo depende de donde se provenga para saber con
qué prejuicios se ingresa a la UES. Algunos que venimos de familias de izquierda nos emociona-
mos por nuestra suerte, el poder estudiar allí, en esa casa de estudios histórica, partera de miles
de jóvenes que se comprometieron y se comprometen con las luchas populares; creemos que
ahí no sólo se va a estudiar sino que también a “tratar de hacer la revolución”.
Los que provienen de sectores acomodados urbanos, o de cualquier extracción económica
fuertemente permeada por la ideología anticomunista-liberal, se resignan a estudiar en la UES
creyendo que es la mejor en términos académicos o, en el peor de los casos, porque no pueden
pagar una universidad privada; estos jóvenes ingresan temerosos y muy prejuiciados a las aulas,
incluso al campus, predisponiéndose a esquivar cualquier invitación que crean sediciosa. Los que
hoy somos jóvenes estudiantes universitarios –los que llaman “hijos de la guerra”– soportamos
una gran herencia histórica que pesa sobre nuestra universidad. Pero primero nos topamos con
lo difícil que resulta entrar a ella.
Ser admitidos implica un gran sacrificio-esperanza para miles de jóvenes de escasos recursos
porque, lamentablemente, este proceso no es justo y no hay ninguna preferencia para los de ba-
jos ingresos; se aplica un proceso de selección que únicamente mide el conocimiento desde un
enfoque unidimensional numérico con fines tecnocráticos-funcionales de discriminación. Quie-
nes deben tener más oportunidades para estudiar en la UES deberían ser los que reprueban y se
quedan sin ninguna otra opción de continuar su Educación Superior.
88 Estudiante de quinto año de la licenciatura en sociología, Universidad de El Salvador. Miembro de la Unión de Estudiantes Revolu-
cionarios Salvadoreños -30 de julio (UERS-30) y colaborador de la Asociación de Estudiantes de Sociología de la UES (ASESUES).
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Cuando no nos acomodamos a la realidad…
de anómicos o terroristas. “Mejor deberían dedicarse a estudiar” nos dicen algunos docentes
89
y nuestros padres o apoderados; a nuestra historia personal añadimos estigmas sociales aso-
ciados con nuestras preferencias político-ideológicas. Lo que es peor, algunos “académicos”,
maduros en edad pero inmaduros en política, subestiman nuestros planteamientos irreverentes
adjudicándolos a cosas pasajeras de juventud que pronto, cuando nos enfrentemos al mercado
laboral, de seguro desaparecerán. Como si estuviéramos equivocados por defender los derechos
estudiantiles o por tomar posturas de enfrentamiento contra la corrupción, la doble moral y la
acumulación riqueza.
El movimiento estudiantil ha sido un símbolo en las luchas de los pueblos desde mucho tiem-
po atrás. Emblemáticos los hechos del sesenta y ocho en Francia o México. No obstante, tam-
bién en El Salvador tenemos nuestros propios casos de lucha estudiantil y nuestras masacres,
como la del 30 de julio de 1975. Además, varios casos de estudiantes que se incorporaron a la
lucha armada, muchos de ellos como cuadros de dirección. Significa que hubo un gran aporte de
la universidad al pueblo durante todo el siglo XX en el país.
Esta vinculación estrecha entre universidad y pueblo ha generado un aura revolucionaria,
hoy no tan cierto, en relación a la UES. Esa creencia sigue permeando a muchos estudiantes
organizados que creen ser las dúplicas del movimiento estudiantil de los ochenta, incluso trasla-
dando los discursos de antaño a nuestra realidad sin hacer el menor esfuerzo de contextualiza-
ción, creyéndose falsas vanguardias y paladines del proletariado.
De esta creencia se desprenden todos los mitos que se mencionaron arriba y con los que
ingresamos muchos estudiantes a la universidad. La unidad universidad-pueblo se ha deshecho
con el paso del tiempo debido a muchos factores. Actualmente se carece de una proyección so-
cial que catalice a los estudiantes para este fin, las cátedras que antes tenían peso como sociolo-
gía o filosofía ya no alimentan la mente de los estudiantes como lo hicieron antes; pareciera que
el discurso de cambio no convence demasiado a la juventud de ahora.
Para la minoría de estudiantes que estamos organizados (alrededor de 25 organizaciones
para un universo de 40.000 estudiantes, cada organización con un aproximado de 40 miembros)
y tenemos compromisos de pertenencia con alguna organización, nosotros somos los que, a
pesar de la lucha política de nuestros adversarios y enemigos, de las seducciones del mercado,
de nuestras diferencias internas y de las actitudes cómodas y oportunistas, nos hemos contra-
puesto al modelo de vida hegemónico y hemos iniciado una lucha contracorriente que a veces
no da señales de triunfo cercano.
Al igual que todo el movimiento social, los estudiantes no sabemos cuándo terminará nuestra
lucha, si somos exigentes y trascendemos nuestro sector probablemente nunca; sin embargo, si
somos conformes y sectarios quizás acabemos con una vejez feliz y descansada. Quizás por un
problema generacional y una visión paternalista algunos nos ven como muchachos desaforados
e impulsivos que pueden ser fáciles de manipular para intereses ajenos. En parte tienen razón,
ciertamente, aunque seamos estudiantes universitarios, algunos carecemos de formación polí-
tica ideológica y en esta orfandad somos presas fáciles de discursos seductores si no existe cla-
89 Anomia: categoría de la sociología funcionalista que significa ausencia de reglas socialmente aceptadas y hegemónicas.
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ridad de intereses. Ejemplos de manipulación del estudiantado se dan con cada coyuntura elec-
toral universitaria, eventos que no ofrecen triunfos significativos para el movimiento estudiantil.
Es usual que haya manipulación de los estudiantes porque éstos no se vuelven protagonistas de
las propuestas que formulan los candidatos y no ocupan una función fiscalizadora en el control
de la gestión de las autoridades universitarias. En la UES se da una reproducción de la democra-
cia representativa liberal que se vive en la vida política nacional.
El tema electoral universitario es una referencia necesaria al abordar el movimiento estu-
diantil, aunque lo electoral no suele estar unido a lo utópico en nuestras “democracias”, pues
ahora se plantea más como un instrumento pragmático que no debe ser convertido en fin en
sí mismo. Habrá que remontarse hasta los postulados de las reformas universitarias y a la figura
del cogobierno para comprender lo complejo del microcosmos electoral universitario. Curio-
90
samente, estos eventos pasan por el movimiento estudiantil sin formar parte de sus formas de
lucha, usualmente están llenos de oportunismo y pragmatismo político. Lo peor de todo es que
la derecha aprovecha estos espacios para penetrar en los órganos de gobierno universitarios y
permear de su ideología las decisiones autónomas de la academia pública.
Para que estos sucesos sean aprovechados para la lucha del movimiento estudiantil y de
la clase trabajadora, debe cambiarse el paradigma de democracia, renunciar al liberalismo re-
presentativo funcional al capitalismo y sustituirlo por modelos democrático participativos, que
generen empoderamiento de la comunidad universitaria. Se debería retomar aquella bandera
del poder popular aplicándola al gobierno universitario.
A pesar de que los culpables de la falta de dirección política del movimiento estudiantil so-
mos los mismos estudiantes ante la ausencia de formación política ideológica y una práctica
revolucionaria que convenza. Además, se debe buscar la unidad del movimiento estudiantil para
tener más peso en el movimiento social, una unidad en la acción –para comenzar– en términos
de respeto maduro sin pretensiones de una relación idílica entre organizaciones, cosa imposible,
dadas las condiciones actuales.
Para concluir, se torna necesario ubicar al movimiento estudiantil universitario –que no exis-
te como tal en el país– en el marco de la política nacional. Es ineluctable la presencia del FMLN
como referente de la izquierda histórica en las luchas del pueblo. Muchos estudiantes creen re-
suelta su participación en las luchas sociales dando el voto para el FMLN, que en ausencia de un
movimiento social fuerte, se convierte en el instrumento político en “última instancia” la cual,
según mi opinión, en lugar de movilizar desmoviliza, volviendo pragmático a todo aquel que
decide integrarse a la disputa electoral.
Ahora que el FMLN ha asumido el mando del gobierno nacional se abre la posibilidad de re-
forzar al movimiento social en general y universitario en particular, manteniendo la autonomía
necesaria por supuesto. El papel de la universidad debe replantearse a la luz de la nueva coyun-
tura: asumiendo que el nuevo gobierno aumente el presupuesto universitario, se debe hacer una
distribución participativa de los nuevos recursos. Se vuelven legítimos los proyectos planteados
90 Que en los órganos de gobierno universitario haya participación equitativa y por elección popular de las fuerzas vivas de la comuni-
dad universitaria.
68
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
La provincia de Cotopaxi
La provincia de Cotopaxi, casi 6.000 km2 de extensión, está ubicada en el centro-norte del
Ecuador, en plena cordillera de Los Andes. Se dice que fue habitada por el pueblo Panzaleo y
por otros pueblos como el Angamarca y el Sigchos, quienes mantenían estrechas relaciones con
pueblos de tierras más bajas y cálidas. Hubo también algunos señoríos en varias zonas de la pro-
vincia como el de los Hacho y el de los Hati. En la época colonial se instalaron varios obrajes en la
provincia. A inicios del siglo XIX las haciendas predominaron en toda la geografía de la provincia.
La decadencia de la producción obrajera consolidó un territorio rural, campesino, con una im-
portante producción agrícola.
91 La experiencia de formación que se relata hace parte de las actividades del proyecto “Conflictos Interculturales, una respuesta de-
mocrática y participativa desde Bolivia, Ecuador y Perú”, ejecutada por el instituto de Estudios Ecuatorianos con el apoyo del Grupo
de Voluntariado Civil de Italia (GVC Onlus) y la Unión Europea.
92 María Belén Cevallos es directora del Instituto de Estudios Ecuatorianos. Licenciada en comunicación social, en los últimos años
ha coordinado y ejecutado programas de formación entre personas adultas, colabora con el Movimiento Indígena y Campesino de
Cotopaxi.
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Antes de la reforma agraria de 1964 la producción agrícola se centraba en las grandes hacien-
das, los pequeños productores estaban relegados. Durante las décadas de los setenta y ochenta,
las comunidades se articularon y se formaron las primeras organizaciones indígenas de segundo
grado, cuyas principales reivindicaciones eran el acceso a la tierra y a los servicios . Actualmente 93
la población rural de Cotopaxi representa el 70% del total. Según el Sistema de Indicadores So-
ciales del Ecuador, la población indígena en la provincia es el 29%. Sin embargo, en los talleres
parroquiales realizados durante la elaboración del plan participativo de desarrollo (año 2001),
se pudo comprobar que este número podría ser superior y llegar a un 35%, si como indicador se
utiliza el uso del idioma kichwa.
93 Honorable Consejo Provincial de Cotopaxi, Plan participativo de Desarrollo de Cotopaxi, Movimiento Indígena y Campesino de
Cotopaxi, Cotopaxi, 2004.
94 Herrán, Javier: Testimonio de las escuelas indígenas de Quilotoa. En “Memoria Primera Convención Internacional de Educación
Intercultural Bilingüe de Cotopaxi”, MICC, DIPEIB. Cotopaxi. 2008.
70
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
El MICC empieza a surgir en los años sesenta, pero será a partir de 1972 que contará con una
estructura organizativa más definida. Es una organización provincial que tiene sus bases en las
comunidades indígenas y campesinas. Ha logrado convertirse en una verdadera dinamizadora
de procesos, interlocutora y propulsora de políticas económicas, sociales, culturales, orientadas
al progreso de las condiciones de vida de las familias indígenas y campesinas, particularmente
del pueblo empobrecido de Cotopaxi, pero al mismo tiempo trabaja por un cambio fundamental
en toda la sociedad ecuatoriana.
Las reivindicaciones principales del MICC han sido la lucha por la tierra, por una educación
propia, por el respeto con igualdad a los indígenas y por el reconocimiento de sus derechos dife-
renciados. El MICC tiene sus bases en las comunidades indígenas y campesinas de la provincia de
Cotopaxi, que a su vez se aglutinan en las Organizaciones de Segundo Grado (OSG), localizadas
en territorios parroquiales y cantónales.
El MICC forma parte de la “Ecuarunari”, la organización que aglutina a todas las regionales
de la sierra y que también forma parte de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del
Ecuador (CONAIE). A lo largo de estas décadas, el movimiento ha logrado varios objetivos, entre
los cuales sus dirigentes subrayan sobre todo el reconocimiento, por parte de la sociedad ecua-
toriana, de los indígenas de Cotopaxi “como personas y sujetos de derechos” ante el Estado; la
recuperación de la propia identidad y dignidad como pueblo indígena, además de la importantí-
sima autoestima “como pueblo indígena parte de la nacionalidad kichwa”. Los documentos ba-
ses del Proyecto Político del MICC, además de reconocer estos logros, plantean nuevos desafíos
que están marcando los principios orientadores de las actividades actuales y marcarán las ac-
ciones futuras. Entre éstos principios: “Somos una organización política social ecuatoriana… Una
organización que practica la autodeterminación”; “Shuc makilla (un solo puño), shuc yuyailla (un
solo pensamiento), shuc shunkulla (un solo corazón)”; “Construcción y ejercicio del poder desde la
base”; “Mandar obedeciendo”; “Nada sólo para los indios” . 95
“[…] Las reuniones del MIC97 se realizaban religiosamente cada 3 meses en las co-
munidades que los dirigentes solicitaban… En estas reuniones se trataban el pro-
ceso de organización del MIC, los problemas de tierra, de maltrato, discriminación,
abuso, falta de escuelas y otros problemas que tenían las comunidades… Pero, en
71
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Para hacer realidad este trabajo, el MICC ha desarrollado a lo largo de su historia, varios
espacios de formación, muchos de ellos sin la formalidad de una estructura curricular o de una
propuesta pedagógica, pero que han servido para formar a su dirigencia y a las bases. Así, talle-
res para discutir temas como la entrada de una empresa hidroeléctrica, se convierten en espa-
cios de formación, dónde se pone en práctica uno de los principios de la pedagogía crítica que
es el de aprender en diálogo. Las asambleas son otro espacio de aprendizaje colectivo, donde
la palabra circula entre las y los dirigentes construyendo entre todos un nuevo conocimiento. Y
claro, para el movimiento indígena la movilización siempre ha sido uno de los ejes centrales de
su resistencia y lucha permanente. Esto puede parecer obvio, sin embargo hay que subrayar el
valor simbólico y de aprendizaje que la lucha puede significar para las bases y el individuo.
El MICC, desde el levantamiento de 1991, además de exigir la declaratoria del Ecuador como
país Pluricultural98 y movilizarse en contra del Tratado de Libre Comercio, siempre luchó para
construir un sistema de educación propio. Todas estas luchas han significado el crecimiento de
las bases y de sus dirigentes y también la certeza que un espacio de formación sólo sería posible
desarrollando un movimiento de este tipo y que involucrara a todos los actores en juego.
A pesar de este profundo proceso de formación que se estaba desarrollando con el tiempo,
los integrantes del movimiento se dieron cuenta que faltaba una escuela de formación perma-
nente. Por esta razón, desde hace 3 años, el MICC está constituyendo una escuela de formación
política que, en una primera instancia, estuvo apoyada por la Cooperación Sueca y en un se-
gundo momento por el Instituto de Estudios Ecuatorianos. Vicente Tibán (colaborador del IEE
y miembro del Movimiento Indígena) recogió las inquietudes de algunos líderes y lideresas del
MICC, con respecto a sus necesidades de formación. Se nota una general insatisfacción con los
procesos de conducción de las asambleas comunitarias y de manejo de las herramientas de pla-
nificación y evaluación de gestión comunitaria. Falta claridad sobre las estructuras y niveles de
organización del Movimiento Indígena. Muchos desconocen los roles que deben cumplir las au-
toridades indígenas en los espacios de gobierno local como la Junta Parroquial, los Municipios,
el Consejo provincial y otras Instituciones del Estado.
Los dirigentes y las autoridades del movimiento encuentran dificultades en la rendición de
cuentas pero, al mismo tiempo, líderes y lideresas también sufren las mismas dificultades al
momento de exigir esta rendición. Hay carencia en el conocimiento de elementos básicos de la
legislación comunitaria y derechos colectivos, así como sobre la estructura administrativa del
Estado y el acceso a ella. Lo que puede parecer raro es un generalizado desconocimiento de la
existencia de otras culturas indígenas y entonces la consecuente falta de estrechas relaciones
interculturales con las otras nacionalidades indígenas del Ecuador. Esto además, se junta con un
bajo nivel de reflexión y debate sobre las problemáticas de la realidad local, nacional e interna-
cional. Finalmente, la poca claridad del proyecto político e ideológico de los pueblos indígenas
98 Se consiguió en el 2008: en el artículo primero de la Constitución del Ecuador se declara al Estado ecuatoriano como intercultural
y plurinacional.
72
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
en todos los niveles organizativos, resume la necesidad de fortalecer la escuela política del MICC
y la continua formación de líderes y lideresas . 99
tación adoptadas en las comunidades no han tomado en cuenta a la persona como actor principal
de la vida de la comunidad, sino más bien ésta ha sido considerada como sujeto de intervención
para capacitar y moldear de acuerdo al pensamiento, la ideología y los intereses de las instituciones
interventoras en la localidad […]” . 101
Cuándo Paulo Freire escribió la Pedagogía del Oprimido, lo hizo contando sus experiencias de
trabajo en los sindicatos, con grupos de trabajadores y campesinos, sus experiencias con muje-
res. Esta pedagogía es de alguna manera el relato y la reflexión de esas experiencias y el recono-
cimiento del mundo del que venía cargado su autor: el mundo de las y los obreros, las y los cam-
pesinos, las y los trabajadores. El libro no se llamó “pedagogía para los oprimidos”, ni fue escrito
por él, para los oprimidos. Se trató de un texto escrito con ellos mismos. Paulo Freire decía que
en África, en América Latina deberíamos desarrollar muchas pedagogías, la pedagogía de los
campesinos, la pedagogía de las mujeres y la pedagogía de los movimientos indígenas. Según
esta visión, la propuesta pedagógica de la escuela de formación del MICC está en proceso de
construcción con quiénes participan en ella. No obstante, se pensaron y desarrollaron algunos
principios que la orientan y que pueden permitir reflexiones pedagógicas mayores:
99 Tibán, Vicente, Tesina curso Desarrollo Local con énfasis en la gestión de los recursos naturales, Programa de formación de líderes
y lideresas del movimiento indígena y campesino de Cotopaxi, Latacunga, 2006.
100 Ibídem.
101 Ibídem.
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lejos. Pero si estamos unidos en un costal, nada hace el viento. Bamboleará, pero no
nos hará caer […]” (Dolores Cacuango102).
El sentido de la escuela de formación del MICC no está en que cada persona acumule más in-
formación sino que el grupo, con sus reflexiones, con sus preguntas sobre la realidad, contribuya
en sus organizaciones a transformar su realidad.
Esta escuela cree en el futuro, en la esperanza. En que es posible cambiar este orden colonial
que ha caracterizado la historia ecuatoriana desde hace más de 500 años. Por eso es una escuela
para la transformación, donde quienes aprenden son partícipes de ese cambio y creen que una
organización fortalecida y movilizada puede cambiar el orden de las cosas… cómo de hecho ha
sucedido.
102 Dolores Cacuango: Líder indígena nacida en Cayambe–Ecuador en 1881, impulsó la lucha por la tierra por la educación intercultural,
fundó la primera escuela bilingüe del país y fundó también la Federación Ecuatoriana de Indios. Murió en 1971.
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Bibliografía
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ción política del MICC, mimeo, 2005-2007.
OSPINA, Pablo (coordinador): En las fisuras del Poder: movimiento indígena cambios social y go-
biernos locales, IEE, Quito, 2006.
Honorable Consejo Provincial de Cotopaxi, Plan participativo de Desarrollo de Cotopaxi, Movi-
miento Indígena y Campesino de Cotopaxi, Cotopaxi, 2004.
MICC, DIPEIP, IEE, Primera Convención Internacional de Educación Intercultural Bilingüe de Coto-
paxi, Cotopaxi, 2008.
TIBÁN, Vicente: Programa de formación de líderes y lideresas del movimiento indígena y campesi-
no de Cotopaxi. Tesina curso Desarrollo Local con énfasis en la gestión de los recursos natu-
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Capítulo 3
… y de la Pacha Mama…
Como había sucedido en otras ocasiones, esta campaña fue la reacción a una medida de
corte neoliberal: la firma, por el gobierno del entonces presidente Jorge Batlle, de una Carta de
Intención con el Fondo Monetario Internacional en la que Uruguay se comprometió a privatizar
los servicios de agua potable y saneamiento en todo el país. El proceso de privatización del agua
había comenzado en la costa más rica del país, en el departamento de Maldonado, donde el
balneario Punta del Este es el sitio escogido por las clases altas uruguayas y argentinas. Allí se
instaló Aguas de la Costa, subsidiaria de la francesa Suez, a la cual el Estado cedió los servicios
de agua potable y saneamiento.
103 Analista de temas internacionales del semanario BRECHA (Uruguay), del diario La Jornada (México), del Center for International
Policy (Estados Unidos) y de varios medios europeos y latinoamericanos. Ha sido editor de Internacionales de BRECHA y Premio
Latinoamericano de Periodismo José Martí en 2003. Realiza cursos y seminarios sobre movimientos sociales y teoría crítica en la
Multiversidad Franciscana (Uruguay), en la Cátedra Autónoma de Comunicación Social (Buenos Aires) y en iniciativas de formación
de varios movimientos sociales en Argentina, Paraguay, Colombia y Brasil. Sus últimos libros son: Dispersar el poder. Los movimien-
tos como poderes antiestatales (Tinta Limón, Buenos Aires, 2006), Autonomías y emancipaciones. América Latina en movimiento
(Universidad de San Marcios, Lima, 2007) y Territorios en resistencia. Cartografía política de las periferias urbanas latinoamericanas
(Lavaca, Buenos Aires, 2008).
104 Santos, Carlos: “Uruguay: una democracia sedienta, desbordada por el agua”, en Grosse, Robert et. Al. (comp.) Las canillas abiertas
de América Latina II, Casa Bertolt Brecht, Montevideo, 2006.
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Para el Estado fue un mal negocio, ya que la empresa privada no cumplió con las inversiones
previstas ni con el pago de los cánones estipulados. En paralelo, el servicio se degradó al punto
que los organismos de control recomendaron no consumir el agua de Suez. Peor aún: la empresa
privada desecó una importante laguna para ofrecer el servicio, lo que llevó a los habitantes de
Maldonado a iniciar un juicio por daño ambiental.
La sensibilidad social por el tema del agua fue creciendo en un clima de creciente privatiza-
ción de servicios en otras partes de la costa uruguaya. En octubre de 2000, surge la Comisión
en Defensa del agua y el saneamiento en la Costa de Oro y Pando, cerca de la capital Montevi-
deo. A partir de ese momento, la organización social establece relaciones con el sindicato de la
empresa pública de agua (FFOSE ) y se comienzan a establecer comisiones locales en varios
105
Algunos antecedentes
Existen algunos antecedentes que explican cómo y por qué los uruguayos han podido recha-
zar medidas de diversos gobiernos a través de la figura del referéndum. Un hito trascendental
fue la aprobación en 1986 de la Ley de Caducidad (o Ley de Impunidad), por la cual el Estado uru-
guayo renunció a juzgar y castigar a los militares implicados en las violaciones de los derechos
humanos durante la dictadura. Para la mayoría de la población, acostumbrada a vivir en un país
donde todos eran iguales ante la ley, fue un golpe muy duro.
La reacción fue el nacimiento de un impresionante movimiento social para derogar la Ley
de Caducidad, que se tradujo en la formación de unas 350 comisiones barriales en todo el país,
integradas no sólo por activistas de izquierda sino también por miembros de los partidos Co-
lorado y Nacional, tradicionales y de derecha. La campaña para derogar la ley duró dos años
y se convirtió en un verdadero diálogo social por la base. En ese momento se necesitaba que
el 25% del padrón electoral firmara, para convocar un referéndum derogatorio. Para ello los
activistas barriales debieron recorrer el país, yendo casa por casa, dialogando con los vecinos
para explicarles de qué se trataba y pedirles su firma. El “casa por casa” fue un trabajo en el que
participaron unos 30 mil activistas que visitaron el 80% de las viviendas, dialogaron con más de
un millón de personas y en algunas ocasiones tuvieron que volver dos, tres y hasta siete veces
para conseguir la firma . 106
En 1989, fue sometida a referéndum la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Es-
tado, que se mantuvo en vigor con el 57% de los votos favorables. Pese a ello, la campaña por
la recogida de firmas marcó un parteaguas en la historia política y social del país. En efecto, la
movilización para la recogida de tantas firmas, es un tema “difícil” por la polarización de la polí-
tica existente, supuso la puesta en acción de todas las organizaciones del campo popular y de la
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Cuando no nos acomodamos a la realidad…
izquierda política. Esta forma de acción, acompañada por un año de movilización permanente
–apelando a formas no tradicionales que fueron desde el teatro barrial hasta marchas en bici-
cletas- asentada en comisiones barriales apartidarias, modificó la cultura política del Uruguay,
hasta ese momento focalizada en la centralidad de los partidos y del momento electoral.
Pese a la derrota, el referéndum quedó instalado en el escenario político y entre las formas
de acción más destacadas del movimiento social. En diciembre de 1992, durante el gobierno de
Luis Alberto Lacalle, un amplio movimiento social, sindical y político consiguió frenar la Ley de
Empresas Públicas (que preveía varias privatizaciones), alcanzando en el referéndum el 72% de
los votos favorables a la derogación. Ese año, quedó sellada la suerte del proyecto privatizador
en Uruguay, de modo que en adelante las privatizaciones debieron apelar a caminos indirectos,
como sucedió con la “ley ANCAP” que “sólo” promovía la asociación de la empresa estatal con
capitales privados.
Para el movimiento social, fue posible frenar las privatizaciones y el neoliberalismo no sólo a
través de la movilización, sino apelando al imaginario del Estado de Bienestar, o sea a través de
la recuperación de la potente tradición estatista nacida con el batllismo . De ahí que el referén- 107
dum contra las privatizaciones de 1992 tuviera más del 70% de respaldo, mientras la izquierda
no llegaba aún al 30% de los votos.
En pleno auge privatizador en todo el mundo, el “sentido común” de los uruguayos indicaba
que era un mal camino. A lo largo de las dos últimas décadas, inspirado en esa tradición, el mo-
vimiento social impulsó varios referendos para evitar privatizaciones o impulsar mejoras en las
jubilaciones, entre otros.
En marzo de 2002, el sindicato de ANCAP , la central sindical y la izquierda comenzaron a
108
recoger las firmas necesarias (unas 600 mil), que debían presentar antes de que se cumpliera
el año de promulgada la ley que permitía su asociación con capitales privados. La experien-
cia acumulada en las campañas anteriores y la oposición de la mayor parte de la población
al gobierno y a la política neoliberales de Jorge Batlle, facilitó que se alcanzaran las firmas re-
queridas. Luego de diez meses, la Comisión de Defensa de ANCAP entregó, el 3 de enero de
2003, 650 mil firmas a la Corte Electoral, con una movilización de miles de personas. Del total
de firmas, la mitad fueron recogidas por el movimiento social (en su inmensa mayoría el movi-
miento sindical con el sindicato de ANCAP a la cabeza) y la otra mitad por los comités de base
del Frente Amplio y los partidos que integran la coalición, que instalaron cientos de mesas en
las calles de las ciudades de todo el país.
La recogida de firmas fue acompañada por varias movilizaciones, quizá las más significativas
se hayan realizado en el entorno de la planta de ANCAP, en el barrio obrero de La Teja, en Monte-
video, con la adhesión masiva de la población. Hacia fines de octubre, los trabajadores ocuparon
la planta en rechazo a la privatización de la División Alcoholes de ANCAP. Luego de diez días, se
107 En referencia a José Batlle y Ordóñez, presidente en dos períodos (1903-1907 y 1911-1915), y Luis Batlle Berres, presidente entre
1947-1951, quienes promovieron un Estado fuerte y activo en la economía e impulsaron una potente cultura estatista.
108 Empresa estatal de combustibles y cementos.
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A m é rica L atina desde A bajo
levantó la ocupación con el compromiso del directorio de postergar la decisión hasta que finalice
su mandato, o sea hasta las próximas elecciones nacionales.
Una vez entregadas las firmas, comenzó una nueva etapa de la movilización, esta vez para
presionar a la Corte Electoral, que tal como sucedió en ocasiones anteriores, comenzó a anular
firmas aduciendo que no cumplían los requisitos legales. Finalmente, la Corte convocó el referén-
dum y los partidarios de la revocación de la “ley ANCAP” lanzaron, el 18 de setiembre, la campaña
por el SÍ a la derogación. Se realizaron decenas de actos, en Montevideo y el Interior, en los que
habitualmente los oradores eran dirigentes del Frente Amplio-Encuentro Progresista (casi siem-
pre Tabaré Vázquez), miembros de los partidos Nacional y Colorado partidarios de la derogación
de la ley, y dirigentes sindicales de ANCAP. El resultado del referendo realizado en diciembre de
2003, fue contundente: 62% de los votos por la derogación de la ley y 35% a favor de mantenerla.
fensa del Agua y Saneamiento de la Costa de Oro y Pando, además la Liga de Manantiales del
departamento de Maldonado, la ONG Redes-Amigos de la Tierra, la federeación de estudiantes
universitarios (FEUU) y el Frente Amplio.
En esta ocasión no fue necesario recorrer todo el país, casa por casa, ya que la población, luego de
varios referendos, se encuentra sensibilizada ante los problemas relativos a las privatizaciones. Pero
se realizaron talleres informativos en todo el país y la CNDAV tuvo la ventaja de contar con el respal-
do, por lo menos declarativo, de todos los partidos políticos, no sólo de la izquierda.
En octubre de 2003, un año antes de las elecciones generales, la CNDAV entregó 283.000
firmas ante la Corte Electoral para promover el referéndum por el agua, o sea algo más del 10%
del padrón electoral, que es lo que exige actualmente la legislación. Como se dijo al comienzo, la
votación fue ganada por amplia mayoría y llevó al gobierno de Tabaré Vázquez, elegido el mismo
día del referendo, a rediscutir los contratos con las empresas privadas. Sin embargo, el proceso
no fue sencillo. El 20 de mayo de 2005, apenas dos meses después de asumir el gobierno, Váz-
quez emitió un decreto que de hecho permite la continuidad de Suez hasta que finalice su con-
trato, ya que la multinacional había amenazado con recurrir a los tribunales internacionales de
arbitraje si se le rescindía el contrato. Con esa decisión, el Poder Ejecutivo desconocía de hecho
la letra de la Constitución y la abrumadora decisión de la población apenas algunos meses atrás.
La explicación del gobierno es que “el Estado uruguayo no tiene recursos para hacer frente a de-
mandas iniciadas por las empresas” . La CNDAV fue muy enérgica y se enfrentó al gobierno. Ese
110
109 “La Federación de Funcionarios de O.S.E. es la unión voluntaria de los trabajadores de la Administración de las Obras Sanitarias del
Estado, agrupados en sectores y filiales en todo el país”, fuente: http://www.ffose.org.uy/ffose/index.html.
110 Carlos Santos, op. cit., p. 82.
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Cuando no nos acomodamos a la realidad…
mismo mes emitió la “Declaración de Maldonado”, por la cual rechaza “todas las resoluciones del
gobierno que contradigan el mandato popular”.
Desde todo punto de vista, la campaña por el agua fue exitosa. Consiguió frenar la privati-
zación del servicio de agua potable y comenzar a revertir las zonas privatizadas, aunque sólo
representaban el 5% del total del consumo. Mostró, además, que el movimiento sindical (que
sigue siendo el principal movimiento social uruguayo), obtiene triunfos nítidos cuando es capaz
de representar intereses más vastos que los propiamente sectoriales o corporativos. Dicho de
otro modo, el movimiento fue caja de resonancia de demandas de la población, que pudo ex-
presarse a través de los espacios y canales abiertos por el sindicalismo. En el movimiento por la
defensa del agua, coincidieron los sindicatos, la central sindical y las organizaciones vecinales
territoriales, que sintonizaron con el amplio sentimiento contra las privatizaciones arraigado en
la cultura política uruguaya. Por ello, el éxito del referendo del agua debe explicarse por la pe-
culiar cultura política del país. Uruguay cuenta con instituciones sólidas; las clases subalternas
nunca protagonizaron insurrecciones ni fueron capaces de desbordar, aún por breves periodos,
a las clases dominantes ni a los aparatos represivos. En contraposición, el movimiento sindical
uruguayo –que nació amparado por el Estado– adoptó la articulación entre lo político-estatal y
lo social-sindical, la institucionalización de los conflictos y la búsqueda del consenso.
Finalmente, el movimiento sindical aliado con organizaciones sociales, ha mostrado una no-
table capacidad para “marcarle la cancha” a la derecha –frenando toda su política privatizadora–
pero también a la izquierda, a la que a menudo suele arrastrar aprovechando sus indefiniciones
en materia social.
No obstante, el referéndum no consiguió avanzar en algunos de los objetivos centrales tra-
zados por la CNDAV. Entre ellos figuraba no sólo la re-estatización del servicio de agua y sanea-
miento, sino también “introducir la perspectiva de la sustentabilidad en la gestión de los recursos
hídricos, incorporando la participación y el control social” . En este aspecto no se ha podido avan-
111
zar un solo paso. Más aún, la responsabilidad es tanto de las autoridades como de la inexistencia
de propuestas concretas sobre los modos y formas de potenciar la participación de los vecinos y
las comunidades en la gestión de un recurso estratégico.
Como escribió Eduardo Galeano pocos días después del referendo, “ha vencido el sentido
común”, ya que la gente sabe que “más temprano que tarde, en un mundo sediento, las reser-
vas de agua serán tanto o más codiciadas que las reservas de petróleo” . Meses más tarde, el
112
mismo escritor recordó que el triunfo del referendo por el agua podría estar siendo burlado
por las propias multinacionales. Se refería a las enormes extensiones de plantaciones de eu-
caliptos y la construcción de plantas de celulosa en suelo uruguayo, irrigado por el Acuífero
Guaraní, una de las mayores reservas de agua dulce del planeta. Ambos emprendimientos
consumen enormes cantidades de agua: cada eucalipto “toma” 30 litros por día, y las fábri-
cas de celulosa usan y contaminan muchísima agua. Pese al triunfo del referendo, aún no
hay muchos motivos para festejar.
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mo costo social y ambiental que, a causa de la utilización de potentes biocidas, contaminan los
cultivos de autoconsumo y cursos de agua, atentando contra la vida y la economía campesina.
Este modelo ya se ha cobrado vidas humanas.
Ante la problemática, el movimiento campesino paraguayo fue incorporando entre sus rei-
vindicaciones desde la década de los noventa, el rechazo al modelo sojero, sin descuidar su
histórica bandera de “reforma agraria integral”. Se debe tener en cuenta que Paraguay es uno
de los países con mayor concentración de tierra: según datos del Censo Agropecuario Nacional
del año 2008, el 3 % de la fincas detentan el 85% de las tierras habilitadas para la agricultora y
la ganadería. La situación en torno a la problemática de la tierra se ha ido agravando e intensifi-
cando con la implementación del modelo sojero, que ya ha desplazado, en promedio, a nueve
mil familias campesinas por año durante los últimos siete años y atenta directamente contra
115
la existencia del campesinado paraguayo, considerando a la tierra simplemente como una mer-
cancía y despojándola de su dimensión cultural como espacio de producción y reproducción de
la vida.
Estas transformaciones produjeron un proceso de reestructuración y disputa de territorios,
y sus consecuencias han afectado a la sociedad paraguaya en su conjunto: apropiación de las
mejores tierras del país, los pocos montes que quedan corren peligro de desaparecer, comu-
116
nidades enteras están despoblándose y convirtiéndose en sojales, las escuelas cierran por falta
de alumnos, cada vez más comunidades denuncian intoxicaciones y padecen de enfermedades
crónicas, arroyos y pozos de agua se convierten en focos de intoxicación, animales domésticos
mueren y las cosechas de los pequeños agricultores se ven fuertemente afectadas, todo por
113 Marielle Palau, Master en Sociología. Investigadora de la Ong BASE Investigaciones Sociales, docente de la Universidad Nacional
de Asunción y de la Universidad Católica “Nuestra Señora de la Asunción”.
114 Según datos del último Censo Agropecuario Nacional del año 2008 elaborado por la Dirección General de Estadísticas, Encuestas
y Censos.
115 Palau, Tomás; Cabello, Daniel; Maeyens, An; Rulli, Javiera; Segovia, Diego (2007): Los refugiados del modelo agroexportador. Im-
pactos del monocultivo de soja en las comunidades campesinas paraguayas. Versión resumida, Asunción. BASE Investigaciones
Sociales,
116 Sólo quedan 900 mil hectáreas, cuando existían 9.5 millones hace 50 años.
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Cuando no nos acomodamos a la realidad…
causa del avance de los sojales y de las masivas fumigaciones de los monocultivos. Éstas son
algunas de las consecuencias visibles de la nueva forma de penetración del capital en el campo
paraguayo.
El movimiento campesino ha sido prácticamente el único actor que se ha opuesto de ma-
nera sistemática a los intereses del capital en el país, lo que explica que la respuesta de los su-
cesivos gobiernos colorados desde la caída de la dictadura del General Stroessner (1989) haya
117
117 El Partido Colorado gobernó el país desde 1954, con un golpe de estado orquestado por Stroessner, hasta 1989, año en que su
consuegro, el Gral. Rodríguez, lo destituye a través de otro golpe de estado.
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da por los mismos propietarios para cobrar sus pólizas de seguro ante otras adversidades que
deben afrontar, o haber sido realizada de manera a justificar las acciones represivas del Estado
contra los campesinos y sus organizaciones, ante la incapacidad de encontrar una salida demo-
crática al problema. Lo cierto es que en el conflicto social “la soja” va adquiriendo cada vez más
una mayor centralidad.
La lucha contra el modelo sojero se expresa también a través de iniciativas que impulsan la
modificación o incorporación de normativas legales en ocupaciones de tierras, en acciones para
detener fumigaciones, en movilizaciones callejeras y “cortes de rutas”. Aunque estas iniciativas
han sido importantes para evidenciar ante la sociedad paraguaya las nefastas consecuencias
que el modelo de los agronegocios acarrea, no han sido suficientes para detener el avance del
mismo. Por el contrario, los gobiernos colorados -principalmente el de Nicanor Duarte Frutos
(2003-2008)- en lugar de dar una salida al problema, intensificó la represión y criminalización de
la lucha. Las organizaciones campesinas y las articulaciones que se han ido conformando a su
alrededor, comparten las banderas por la reforma agraria, las críticas al modelo sojero y a sus
consecuencias, las demandas de servicios públicos al Estado y un reproche al modelo capitalista
que privilegia los intereses del capital. Son los principales exponentes de la izquierda social pa-
raguaya que –ante la extrema debilidad de las organizaciones políticas– se constituyen práctica-
mente en las únicas expresiones de izquierda.
La criminalización y la judicialización de las protestas sociales (más de dos mil campesinos
con procesos judiciales abiertos) se dan justamente para garantizar sus objetivos al capital y se
van endureciendo a medida que las luchas contra el modelo de los agronegocios se va intensifi-
cando. Ambas estrategias de dominación atentan directamente contra los derechos económi-
cos, sociales y culturales ya que socavan las condiciones de vida de la población rural paraguaya.
Para que el nuevo papel que el capital ha designado a la tierra sea favorable (producir combusti-
bles en lugar de alimentos) uno de los principales requisitos es expulsar a la población campesi-
na, de manera a mecanizar sus tierras para la producción de oleaginosas o cultivos que provean
etanol, lo cual se realizará –más allá de los discursos por los derechos humanos– a costa de sus
derechos a la alimentación, al agua, a la vivienda y al trabajo entre otros.
Si bien el movimiento popular ha dado pasos importantes –detuvo la aprobación de las le-
yes antiterroristas y de aquellas que posibilitaban la privatización de empresas públicas en el
año 2002 y a partir de ocupaciones ha logrado conquistar territorios– los esfuerzos no han sido
suficientes para frenar la nueva ofensiva de las empresas transnacionales y se encuentra aún
con una gran fragmentación, lo que le imposibilitó dar un salto y apuntar sus esfuerzos hacia la
construcción de un modelo alternativo de sociedad.
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Cuando no nos acomodamos a la realidad…
tipos apostaron durante la campaña electoral a la victoria de Lugo, de distintas maneras y por
diversos canales –dependiendo de sus características y posibilidades- y contribuyeron a que esta
nueva etapa que nos toca vivir sea posible. Pero la victoria de Lugo no era un fin en sí mismo, sino
el camino por el que optaron para continuar avanzando en la conquista de sus históricas reivin-
dicaciones, por ello, no han bajado sus banderas. Si bien las expectativas que las mismas sean
apoyadas por el nuevo gobierno fueron altas, a un año y medio han ido decreciendo, al tiempo
que crecieron las preocupaciones y temores de que efectivamente no se puedan concretar. En
este proceso de desencanto, muchas organizaciones anuncian que continuarán con sus históri-
cos métodos de lucha, es decir, presionando con movilizaciones, ocupaciones y cortes de rutas
para que sus reivindicaciones sean atendidas.
En los primeros meses del mandato de Lugo, los dirigentes sociales mostraban –en su mayo-
ría- cierta voluntad de apoyar al nuevo gobierno, ciertamente condicionándolo a la satisfacción
de sus demandas y reivindicaciones, muchas de las cuales fueron parte del programa de la Alian-
za Patriótica para el Cambio (coalición electoral que lanzó su candidatura).
Sin embargo, las acciones emprendidas por el gobierno Lugo, sobre todo la continuidad de
las políticas neoliberales, los pocos avances en materia de reforma agraria y la continuidad de la
represión, criminalización y judicialización a militantes populares, fueron provocando el reposi-
cionamiento de algunas organizaciones que se van mostrando más cautelosas y hasta críticas al
nuevo gobierno.
El movimiento campesino ha tenido una larga y compleja historia de uniones y desencuen-
tros. Si bien en este artículo no será posible detallar dicho proceso, se debe tener en cuenta
que el mismo no es ni ha sido ni homogéneo ni lineal. Se expresa en organizaciones nacionales,
regionales y locales y entre ellas existen diferencias, tanto en la posición ante el nuevo gobierno
como en el énfasis a propuestas de desarrollo. Dado que el movimiento campesino ha sido el
actor popular más importante en los últimos años, logró ir conformando alrededor suyo, articu-
laciones con otros sectores sociales y con organizaciones políticas de izquierda.
Hoy se tienen básicamente tres polos de articulación: la “Coordinadora por un país para la
mayoría” cuyos integrantes no dieron su apoyo electoral al actual presidente y en términos de
modelo de desarrollo proponen –además de fomentar la agricultura campesina de autocon-
sumo- el cultivo del algodón para su posterior industrialización nacional; por otro lado, está el
“Frente Patriótico Popular” que ha dado un apoyo crítico al gobierno de Fernando Lugo y sus
propuestas de desarrollo se centran en el fomento a la agricultura de autoconsumo; y el tercer
polo de aglutinación es el “Frente Social y Popular”, conformado al poco tiempo de la victoria
de Lugo, y el más cercano al nuevo gobierno. Estos dos últimos, han conformado el Espacio
Unitario, que aglutinando en su seno tanto a organizaciones políticas como sociales, se plantea
unir esfuerzos “en defensa y profundización del proceso democrático con participación del pueblo,
la reforma agraria y la recuperación de la soberanía nacional” , es decir, impulsar puntos reivindi-
118
118 Espacio Unitario. “Manifiesto del Congreso Unitario Popular”. Asunción 2009, mimeo.
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Más allá de las diferencias frente a la nueva coyuntura, la estrategia de estos espacios ar-
ticuladores ha apuntado a mantener la presión por la reforma agraria, al tiempo de participar
en las instancias convocadas por el gobierno para impulsarla, con el compromiso de iniciarla a
corto plazo. Como mecanismo de presión han apelado a la realización de importantes y masivas
movilizaciones, como también a las ocupaciones de tierra. El rechazo al modelo sojero es el otro
reclamo compartido.
Los actores campesinos han centrado sus acciones en el objetivo de que al menos se cum-
pla la legislación ambiental vigente. En ese marco también han realizado denuncias y moviliza-
ciones como ya lo venían haciendo desde hace años. Con mayor fuerza han realizado acciones
para detener las fumigaciones, inmovilizando tractores, permaneciendo en los mismos campos
durante días y semanas, y exigiendo a la instancia gubernamental pertinente la verificación del
cumplimiento de las leyes.
Así como los sectores populares comparten la necesidad de la reforma agraria y de freno al
avance de los agronegocios, y utilizan los mecanismos de presión que tienen a su alcance para
lograrlo, los sectores conservadores de la sociedad paraguaya han unido sus esfuerzos en sen-
tido contrario, lanzado una ofensiva que exige al gobierno “seguridad para trabajar”, es decir,
seguridad a la propiedad privada y represión a las organizaciones campesinas.
Lo han hecho con mucha fuerza a través de la prensa, evidenciando más que nunca que los
llamados medios masivos de comunicación no tienen nada de neutralidad y que son simples
voceros de los intereses empresariales. También han realizado –intensamente y sin mucho éxi-
to– ya varias movilizaciones (“tractorazo”) muy similares a las realizadas por los productores
sojeros argentinos. En los últimos meses han aumentado las presiones de los sectores más re-
accionarios para realizar un juicio político al Presidente Lugo, no porque existan indicios de que
el nuevo gobierno vaya a iniciar la reforma agraria, sino simplemente ante la remota posibilidad
de que esto ocurra.
Para decepción de muchos y muchas, ante los reclamos campesinos, la repuesta del gobier-
no sigue siendo la misma, desalojos, represiones e imputaciones a dirigentes sociales. La ley
continúa siendo un arma represiva y no un mecanismo para hacer justicia. Aunque en el discurso
se hace referencia a que su aplicación será para todos, sólo es aplicada contra el movimiento
campesino. En lo que va del mandato de Lugo, ya fueron apresados casi 850 militantes campe-
sinos en el marco de las luchas sociales y más de 400 –según información provista por la Coor-
dinadora de Derechos Humanos del Paraguay- son los campesinos imputados por “invasión a
la propiedad privada”, “apología al delito”, “tentativa de homicidio”, “perturbación de la paz
pública”, entre otros. Muchos de estos casos de judicialización de las protestas se dieron en el
marco de movilizaciones que exigían el cumplimiento de las leyes ambientales.
La violencia durante los desalojos continúa igual. Que la respuesta del nuevo gobierno con-
tinúe siendo la misma, evidencia que la importante victoria electoral poco ha servido hasta el
momento para avanzar hacia el cumplimiento del programa electoral por el cual votó la mayoría
del pueblo paraguayo. A pesar de ello, el movimiento popular continúa apoyando e impulsando
algunos cambios propuestos por el gobierno de Lugo, como las modificaciones en el Poder Judi-
cial y la renegociación de los tratados energéticos.
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Cuando no nos acomodamos a la realidad…
Bibliografía consultada
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guay en el contexto rural, Asunción: Tierraviva, BASE.IS, CIPAE, 2006.
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Marco Coscione
Aunque a nivel latinoamericano pocos lo sepan, el 2009 para los ciudadanos y los movimien-
tos sociales dominicanos fue un año extraordinario. En un mismo año se sumaron varias luchas
que volvieron a despertar a viejos soñadores y animaron a nuevos luchadores. La componen-
te juvenil de estos actores es seguramente un elemento importante para subrayar, sobre todo
cuando se desliga de las viejas y anquilosadas izquierdas tradicionales y de sus eternas peleas
partidarias.
Una de estas luchas, fue la que se libró en defensa del Parque Nacional de Los Haitises y sus
alrededores (provincia de Monte Plata), y en contra de la cementera y el proyecto de explota-
ción minera que el Consorcio Minero Dominicano S.A. quería desarrollar en esa zona kárstica. La
alianza entre el Movimiento de Campesinos Trabajadores de las Comunidades Unidas (MCCU),
varios movimientos juveniles, ambientalistas y grupos de técnicos y profesionales comprometi-
dos con la defensa de los recursos naturales del país, no solo logró una gran victoria al detener la
construcción de la cementera sino también, como saldrá de las entrevistas a María del Mar y Do-
mingo, al crear una nueva etapa en la movilización social y política en la República Dominicana.
El panorama es otro, los actores van cambiando, así como el tipo de luchas, su trascendencia
y sus consecuencias a nivel nacional, pero el sentido de una renovación desde abajo y alejada de
los partidos está bien presente. No es casual que muchos de estos jóvenes activistas empezaran
la campaña por el “Voto por Ninguno” en abierto contraste con las políticas de los partidos y por
una natural revalorización de la Política con la P mayúscula.
[Marco Coscione] Domingo, tú eres arqueólogo y espeleólogo y conoces muy bien la zona
kárstica de Los Haitises. Háblanos un poco de la importancia de esta zona, desde el punto de
vista ambiental y estratégico.
[Domingo Abreu] “El Parque Nacional de Los Haitises está dentro del Karst de Los Haitises,
que es la zona fundamental a proteger. Un área de 1.800 km2, donde el parque nacional solo repre-
senta 600 km2. De hecho se debería proteger toda la zona del carso, como una unidad muy frágil y
estratégica a nivel nacional. Es una región de la cual depende buena parte del futuro y del manejo
económico de la isla entera, porque representa la segunda unidad hidrológica de país, después de la
cordillera central. El agua de esta región, más que su territorio, representa y representará el recurso
estratégico desde el punto de vista económico, social y político. Un mal manejo político, lamenta-
blemente, puso en riesgo esta importantísima unidad hidrológica”.
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quería construir la cementera y en los alrededores. Es una de las zonas más pobres del país, eran
antiguos bateyes y hasta el momento los terrenos se cultivaban para el sustento propio. Algunos
habían logrado tener los títulos de tierra, otros no, pero seguían trabajándola y viviendo de ella”.
[MC] Y entonces, poco a poco, empiezan a enterarse de algo que no conocían…
[MM] “Exactamente. Primero nos sorprendió que fuese un proyecto tan cerca del Parque Nacio-
nal de Los Haitises, una zona que se debería proteger y salvaguardar; segundo en cuanto nos ente-
ramos que detrás estaba el Consorcio Minero Dominicano S. A. (CMD), entendimos que teníamos
que preocuparnos seriamente del asunto, pues se trataba de un grupo económico muy fuerte y una
zona muy vulnerable. Fue así que como agrupación juvenil empezamos a acercarnos y a contactar
a los ambientalistas que ya se estaban ocupando del tema. Habían organizados charlas en la UASD
y estaban empezando a publicar documentos sobre la zona, sus características y peculiaridades
geológicas, ambientales, etc.”.
[MC] ¿Cuáles eran estos grupos?
[MM] “Sobre todo la Alianza Nacional Ambiental (ANA) y Espeleogrupo, pero también otras
instituciones como la Comisión de Medioambiente de la Universidad Autónoma de Santo Domingo
y la Academia de Ciencias. Estos eran los grupos que ya estaban debatiendo sobre la situación desde
el punto de vista más técnico y científico. Decidimos buscar una estrategia para llevar el tema a la
luz pública, a nivel nacional, y para trabajar en la zona con los mismos campesinos. La gente del
CMD ya venía haciendo un trabajo en la región para simpatizar a los habitantes y convencerles de
los beneficios, sobre todo laborales, que traería una fábrica de cemento”.
[MC] Me imagino, el mismo discurso de siempre, pan para hoy y hambre para mañana…
[MM] “Correcto, y eso era lo que teníamos que evitar, eso era lo que la gente de Gonzalo tenía
que entender. El Consorcio hablaba de 5.000 empleos para una zona, la de Gonzalo, que justo llega
a esa población. Además, averiguamos para el caso de otra cementera, que los empleos no son su-
periores a las 200 unidades, y casi toda mano de obra calificada. O sea, nada para los campesinos
sin estudios”.
[MC] Pero el primer objetivo fue romper el cerco mediático. ¿Cómo lo lograron?
[MM] “Un compañero de La Revuelta, Julio Peña, lanza la idea de montar un campamento
de resistencia en Gonzalo. La originalidad del mecanismo de protesta y el creciente apoyo sobre
todo desde la capital, pero también desde otras ciudades del país, nos ayudó a que los medios
empezaran a difundir el tema y de alguna manera a visibilizar la lucha. Al mismo tiempo, el cam-
pamento nos permitía estar estrechamente en contacto con las comunidades. Fue así que el lu-
nes 11 de mayo llamamos a muchas de las organizaciones sociales a que se sumaran a la idea del
campamento. En aquel momento necesitábamos todas las fuerzas disponibles. El hecho de que
fuese una causa medioambiental facilitó a que más gente y diversas organizaciones se sumaran
a las movilizaciones. El futuro ecológico de nuestro país naturalmente nos interesaba a todos
y dependía de todos y todas. Aunque tuviese un trasfondo político muy fuerte, el componente
ambiental permitió un mayor sentimiento de responsabilidad hacia lo que estaba ocurriendo. En
92
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
eso no había problemas de ideologías, de proyecto político o tendencias que cada organización
estaba desarrollando por su cuenta”.
[MC] ¿Cuándo empezó el campamento?
[MM] “Bueno, el lunes como te dije lanzamos la propuesta, y el sábado 16 de mayo montamos
el campamento en la comunidad de Gonzalo. La idea era quedarse una semana, hasta el domingo
24 de mayo. El sábado 16, el quipo del programa “El Gobierno de la Tarde”, de la emisora Z 101, la
más escuchada del país, todo un fenómeno, deciden transmitir en vivo desde Gonzalo. Eso, natural-
mente, fue muy importante para romper el cerco.
Las primeras noches dormíamos ahí unas 100-120 personas, pero por el día había flujos cons-
tantes de gente de todas las zonas. Jóvenes, pero también ancianos emocionados con lo que estaba
pasando porque en realidad hace tiempo habían perdido la esperanza de que se pudiera conformar
algo tan llamativo. Llegaban campesinos pobres de las zonas cercanas y más lejanas, y nos dona-
ban comida, plátanos, arroz, lo que fuera: compartían con nosotros lo poco que tenían para que pu-
diéramos seguir ahí con ellos defendiendo Los Haitises pero también la tierra para los campesinos.
Esa solidaridad nos hacía ver la importancia de la lucha que todos juntos estábamos librando”.
[MC] ¿Ahí empezó también el trabajo de concientización con la población local?
[MM] “Sí, durante esa primera semana, cada día visitábamos una comunidad diferente. Fuimos
puerta por puerta explicando lo que estaba pasando, quiénes estaban detrás, pero sobre todo los
daños a la salud que podía causar una fábrica de ese tipo. La gente de esta comunidad era la que
más directamente iba a ser afectadas por la producción de cemento y la explotación minera. Enten-
dimos que teníamos que concentrarnos sobre todo en el tema de la salud, en los problemas respi-
ratorios, en los daños a la piel; porque el tema del agua, que naturalmente era el recurso principal
que teníamos que defender, no podía llegar y ser tan efectivo con las familias de las comunidades.
A corto plazo, teníamos que convencer a los habitantes que los efectos negativos en la salud iban a
ser peores que los efectos positivos del empleo. Que lo que habrían ganado del trabajo, lo habrían
gastado en medicamentos. Todo esto es normal: son personas que viven el día a día, que no siempre
podían comprender las implicaciones para las futuras generaciones.
Nos ayudó mucho conocer las experiencias de otras cementeras en el país y los efectos dañinos
que habían tenido en las comunidades. Naturalmente no nos creíamos las afirmaciones que hacían
sobre que las nuevas tecnologías no perjudicarían al medio ambiente, de una “cementera verde”, y
otras ideas de este tipo…”
[MC] La respuesta fue tan fuerte que el domingo 24 de mayo, después de una semana, se
decide mantener el campamento y se organiza una primera manifestación, ¿verdad?
[MM] “Ese domingo organizamos una marcha, desde el campamento hasta Sabana Grande de
Boyá. Fue increíble la cantidad de campesinas y campesinos que al principio apoyaban el proyecto,
y que al final cambiaron totalmente de idea y se sumaron a la lucha. De ahí pasamos a organizar
marchas en la capital. Faltaba otro paso: presionar a la prensa, a los grandes periódicos del país a
que por lo menos mencionasen el tema. Tres de los principales, El Caribe, Listín Diario y Diario Libre,
no solamente no publicaron nada de lo que nosotros enviábamos, sino que empezaron a atacar a las
93
A m é rica L atina desde A bajo
94
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
(SEMARENA), que debería velar por la salvaguardia del medio ambiente y por el respeto de las
relativas leyes, había seguido un procedimiento ilegal otorgando la licencia ambiental al Con-
sorcio Minero.
El otorgamiento de dicha licencia, según el mismo fallo, “constituye un delito ecológico que se
define como: «Aquel que, sin justificación de interés social, realiza por incuria o interés lucrativo, una
acción que tenga por efecto la modificación de modo grave e irresistible del equilibrio ecológico»” . 122
120 www.ecolucha.org.
121 Poder Judicial, Tribunal Contencioso Tributario y Administrativo, Sentencia Número 024-2009.
122 Ibidem.
95
A m é rica L atina desde A bajo
[DA] “El MCCU y nosotros de Espeleogrupo demandamos a la Secretaría de Medio Ambiente por
violación de la Ley General de Medio Ambiente, su propia ley constitutiva, porque estaba otorgando
licencia de construcción en una zona de acuíferos, amenazando ese recurso hídrico fundamental.
La sentencia, además de la enorme satisfacción, nos dio la seguridad de que lo que estábamos ha-
ciendo era lo correcto y que la población ya se había empoderado lo suficiente para seguir adelante,
sin miedo”.
[MM] “La sentencia fue fundamental. Más gente entendió que no estábamos locos y que real-
mente había un problema serio. Incluso hubo antiguos movimientos sociales, que no estaban liga-
dos con nosotros nuevos colectivos juveniles, que en este momento intentaron de alguna manera
aprovecharse de la situación para empezar a opinar, a tomar decisiones y de alguna manera a lle-
varse a la casa parte de la responsabilidad de la victoria.
Pero ya después de la sentencia, hacemos un traspaso del campamento al Movimiento Campe-
sino y la lucha se transfiere totalmente a la capital”.
[MC] ¿Y tú en ese momento como te estabas moviendo?
“Después de la sentencia, yo personalmente me junto con los jóvenes que tenían en mente or-
ganizar un concierto, para que también los músicos y los artistas pudieran expresar su apoyo a toda
la lucha que se había dado. El concierto «Música por Los Haitises» se celebró el domingo 19 de
123
julio en la plaza España, en la zona colonial de Santo Domingo. Los sectores que querían ser parte
de esta ola, pero que no se sentían cómodos en las protestas o en las movilizaciones, tuvieron en
ese día la posibilidad de expresar su solidaridad con el movimiento y los campesinos de Gonzalo.
También fue algo extraordinario: 8.000 personas asistiendo, 20 bandas, 15 comunicadores y mucho
mucho entusiasmo. Un grupo de gente vino caminando desde Gonzalo, marchando 4 días desde el
campamento hasta la plaza España”.
Por mientras, el Secretario de Estado de la SEMARENA, Jaime David Fernández Mirabal,
solicita al Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) un estudio para evaluar
el proceso legal y técnico seguido para el otorgamiento de la licencia ambiental al Consorcio
Minero Dominicano y también para expresar su posición sobre la viabilidad y la pertinencia del
proyecto. El 9 de julio, el PNUD asume la tarea. El Informe no tendría un carácter vinculante para
las autoridades gubernamentales de la República Dominicana, y por eso la ciudadanía siguió
alerta porque se corría el riesgo de que, aunque el parecer del PNUD fuese contrario al proyecto
de la cementera, el gobierno pudiese de toda manera respaldar el otorgamiento de la licencia.
Sin embargo, las aguas ya se estaban moviendo, el mismo consorcio hace tiempo ya no estaba
presionando y estaba buscando una solución alternativa y otro lugar donde ubicar la nueva fá-
brica de cemento.
A pesar de estas consideraciones, los resultados del Informe fueron muy importantes y en
cierta medida respaldaron las posiciones de los que se oponían al proyecto de la cementera. Se-
gún el equipo del PNUD, entre otros: a) el proceso de otorgamiento fue poco riguroso y exhaus-
123 PNUD Rep. Dominicana (Noviembre de 2009), Resultados de la Evaluación, Proceso Legal y Técnico para el Otorgamiento de la
Licencia Ambiental DEA No. 0157-09 al Consorcio Minero Dominicano, pp. 11-15.
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Cuando no nos acomodamos a la realidad…
tivo, b) “un número de comunicaciones y documentos carecen de constancia de registro por parte de
la SEMARENA”, c) el procedimiento de tal proceso fue demasiado informal, d) “no se consideró
la conservación del patrimonio cultural como un objeto jurídico a proteger”, por ejemplo la Cueva
de Rubencindo o la zona arqueológica, e) “Se han ignorado principios de Derecho Internacional
que la Ley No.64-00 incorpora (como el Principio de Precaución) y que se encuentran integrados al
régimen jurídico del país en los diferentes Tratados y Acuerdos Internacionales aprobados y ratifica-
dos por el Estado de la República Dominicana”, f) el Estudio de Impacto Ambiental (EsIA) “tiene
más carencias que virtudes y, no cumple con la rigurosidad necesaria dada la complejidad del caso”
(por ejemplo “ignoró la existencia de un acuífero local y sólo menciona la existencia de un acuífero
regional profundo”, “abunda en detalles no relevantes y carece de aspectos básicos”, tiene varias
imprecisiones técnicas, con respecto al Plan de Manejo y Adecuación Ambiental “se nota que
las medidas técnicas encaminadas hacia la corrección, compensación o mitigación de los impactos
ambientales previstos en el EsIA y su aplicación, se plantean de manera enunciativa, general y sin
hacer las precisiones requeridas para esta fase del estudio”, no comprende soluciones alternativas
como por ejemplo descartar completamente el proyecto, no incluye “un apartado de conclu-
siones en el que se haga un balance acerca del desarrollo regional y la inclusión del proyecto en la
región”, “no presenta ningún análisis de los impactos potenciales del proyecto sobre la salud huma-
na”, la calidad de la cartografía es muy baja) . 124
El Informe concluye afirmando que “la instalación de una cementera en la zona kárstica de Los
Haitises es indiscutiblemente no pertinente” . Además, como afirmó la misma Valerie Julliand,
125
Coordinadora Residente del Sistema de las Naciones Unidas en Dominicana, lo que más llamó la
atención del equipo evaluador fue la fuerte movilización social en contra del proyecto, la cons-
126
pero no el contrato con el CMD. El consorcio se quedó con los terrenos que no fueron entregados a los
campesinos. La lucha campesina, entonces, continúa. Ganamos una batalla pero no la guerra”.
97
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[DA] “Tienes que saber, Marco, que la mayor parte de estos terrenos fueron propiedad del Presi-
dente Trujillo, y dedicados a la producción de caña. A la muerte del dictador, pasaron al Consejo Es-
tatal del Azúcar (CEA), entidad que se encargó de regir los ingenios estatales y de la familia Trujillo.
Sin embargo, en la oficina de catastro los títulos de propiedad todavía están a nombre de Trujillo. El
Estado ni siquiera le dio seguimiento a oficializar el traspaso a la CEA. Después de la caída de la pro-
ducción azucarera, muchas de estas tierras se quedaron improductivas y ningún gran inversionista
se hubiera arriesgado a invertir en esa zona tan pobre. De ahí que, con la creación de la SEMARENA,
todos los títulos pasan a la misma para asegurar la protección de Los Haitises y desarrollar pro-
yectos forestales, energéticos y nuevos asentamientos agrícolas. Sin embargo, a partir de 2004, el
CEA e incluso la SEMARENA empezaron a olvidarse del asunto. Se pasó así a nuevas negociaciones
sobre algunas tierras, para venderlas y bajar la protección. De ahí nació la negociación con el CMD.
En realidad, entonces, los contratos con el CMD son ilegales y deberían desconocerse. En eso
estamos. En las últimas conversaciones que tuvimos con ellos, parece que los empresarios están dis-
puestos a dejar las tierras. De hecho, desde el comienzo de las luchas, el consorcio ya empezó a pen-
sar en una alternativa. Pero el mismo Secretario, Jaime David Fernández, les dijo que se quedaran.
Ahora vamos a ver qué pasará. Por mientras, empezamos acciones de boicot de varios productos
ligados al grupo empresarial del CMD.
También es importante añadir que actualmente la Fundación Carso Los Haitises (FUNDKARST),
creada meses antes del conflicto con la cementera, coordina la participación de varios técnicos do-
minicanos en un trabajo de investigación sobre la hidroquímica del carso; trabajan un equipo de
espeleólogos españoles y Espeleogrupo de Santo Domingo, la Subsecretaría de Áreas Protegidas, el
Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, la organización internacional «The Nature Conservan-
cy», con el respaldo logístico del resort Paraíso Caño Hondo.
El objetivo es levantar información en relación con la calidad de las aguas de Los Haitises, la
orientación de sus corrientes subterráneas, la identificación de algunos organismos de cuevas, pero
también sobre el arte rupestre aborigen y seguimiento a un proyecto internacional en que participa
The Nature Conservancy.
La información obtenida será puesta a disposición de todas las organizaciones interesadas en
la conservación del carso y utilizada en el manejo apropiado de esta unidad hidrológica tan impor-
tante para la isla”.
[MC] ¿Creen que la lucha por los Haitises haya empujado a nuevos actores, a los jóvenes so-
bre todo, a involucrarse en las luchas sociales para un cambio político en República Dominicana?
[MM] “Absolutamente sí. Creo que este movimiento transmitió confianza y ganas de luchar: pri-
mero, demostramos que con nuestros recursos, con nuestras fuerzas y con nuestra gente podemos
lograr lo que queremos y ganar. Rompiendo un poco aquel «complejo de Guacanagarix» según el
cual todo lo que viene de fuera es bueno y todo lo que es dominicano es malo, obligándonos todavía
98
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
a ciertos tipos de colonizaciones culturales, con esto me refiero a la certeza de los argumentos y
estudios de la comunidad científica dominicana.
Segundo, logramos cambiar la idea de «política» que lamentablemente tenía la gente: la gente
entiende política como «politiquería» o política de los partidos, pero nosotros pudimos demostrarle
que hacer política es participar, es salir a la calle a manifestarse, es implementar nuestros conoci-
mientos en luchas concretas que nos afectan a todos, es defender nuestros derechos, los recursos
naturales y las futuras generaciones. Detrás de los Haitises está todo.
Todavía muchos jóvenes nos paran por la calle preguntándonos cómo pueden involucrarse y
cómo ayudarnos; otros nos piden ayuda para que nos movilicemos abiertamente en contra de la
Barrick Gold, empresa minera canadiense que, después de haber sembrado daños por todo el mun-
do y todo el continente suramericano, ha decidido aterrizar en la República Dominicana respaldada
lamentablemente por el gobierno y por el Congreso Nacional.
Con esta lucha, y otras como las protestas en contra del art. 30 y más en general de la nueva
reforma constitucional, hemos creado una base o una plataforma para una nueva etapa en la movi-
lización social en Dominicana. Esperamos que todo esto solo acabe de empezar, aunque los partidos
y los grandes medios siempre intenten bajarnos y desarticularnos”.
[DA] “Las instituciones estatales y el gobierno no contaron con la madurez del movimiento am-
biental en el país y con la tenacidad de los jóvenes. De hecho, el informe del PNUD recoge todos
nuestros trabajos, todas las informaciones que hace tiempo manejábamos sobre la zona.
Mi hijo y yo, así como otros compañeros que trabajamos en la Secretaría, tuvimos que superar
momentos difíciles y varias presiones; pero hoy en día, y lo dijo el mismo Secretario, echarnos de
nuestros puestos de trabajo resultaría aún peor que dejarnos trabajar de manera consecuente y
comprometida al interior y afuera de la institución. Esa también es una victoria”.
99
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128 Hugo Blanco participó organizando, por mandato de la organización campesina, en la autodefensa de la primera reforma agraria en
1962 en La Convención, Cusco. Por esta razón las autoridades peruanas pidieron para él la pena de muerte, no la ejecutaron y a
los ocho años lo liberaron gracias a la solidaridad nacional e internacional. El gobierno tuvo que aceptar la reforma agraria. Por tres
veces fue deportado. Como miembro de la dirección de la Confederación Campesina del Perú, participó en la recuperación de 1
millón 250 mil hectáreas de tierras por las comunidades del departamento de Puno.
En la masacre de Pucallpa, durante el primer gobierno de Alan García lo “desaparecieron”; sin embargo, dado que un campesino vio
su captura, a las dos horas comenzaron a llegar exigencias de todo el mundo para que lo liberaran, entonces tuvieron que hacerle
“reaparecer”. Hoy dirige el mensuario Lucha Indígena.
100
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
cen, después de un tiempo regresan a su vivienda. No se puede afirmar si han estado paseando
o trabajando. ¿Prehistoria?
Beben el agua de ríos y arroyos y también se alimentan de peces. Inclusive los indígenas se-
rranos, más contaminados por la “civilización” les califican de ociosos, no quieren “progresar”,
sólo quieren vivir bien. ¿Productividad?
Habitan chozas colectivas. No hay “partidos” ni votaciones, su organización social y política
es la comunidad. No manda el jefe, manda el personaje colectivo, la comunidad. Ellos han vivido
ahí desde milenios antes de la invasión europea, milenios antes de la constitución del Estado
Peruano que jamás les consultó para elaborar sus leyes, con las cuales ahora les ataca, preten-
diendo exterminarlos.
101
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Esa legislación fue una catarata de decretos leyes contra la organización comunal de los in-
dígenas de la sierra y de la selva que abre camino al saqueo imperialista y a la depredación de la
naturaleza: envenenamiento de los ríos, esterilización del suelo con el monocultivo agroindus-
trial, con el uso de agroquímicos y el arrasamiento de la selva con la extracción de hidrocarburos
y madera. Y todo esto desde mucho tiempo atrás.
102
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
La Asociación Pro Derechos Humanos (APRODEH) relata: “Familiares y amigos buscan perso-
nas que podrían encontrarse refugiadas. Van a buscarlos a Bagua Grande, Bagua Chica y al cuartel
Militar El Milagro y no los encuentran”. Llama la atención sobre “la poca o nula información que
dan las autoridades a los familiares”. Además, Aprodeh informó de la existencia de 133 detenidos
y 189 heridos. Mencionó también que las personas detenidas en el cuartel El Milagro se hallan en
esta instalación militar desde hace varios días sin una papeleta de detención que respalde esta
privación de la libertad. Se comprobaron maltratos hacia algunos detenidos.
Los hermanos amazónicos se defendieron con lanzas y flechas; luego usaron las armas arre-
batadas a los agresores. La ira hizo que tomaran una instalación petrolera en la que capturaron a
un grupo de policías a quienes condujeron a la selva, ajusticiaron a algunos de ellos. La población
mestiza urbana de Bagua indignada por la masacre asaltó el local del APRA, el partido de go-
bierno y oficinas públicas, quemando sus vehículos. La policía asesinó a varios pobladores, entre
ellos niños. ¿Orden y progreso?
El gobierno decretó suspensión de garantías y toque de queda. Amparados por estas medi-
das los policías entraban a las casas a capturar nativos refugiados en ellas. Muchos de ellos de-
bieron refugiarse en la iglesia. No se sabe el número de presos y éstos no pueden tener el auxilio
de abogados. Se menciona centenares de desaparecidos.
103
A m é rica L atina desde A bajo
mil quinientos policías; hubo enfrentamiento cerca del Congreso de la República. En Arequipa
más de seis mil, en la zona de La Joya hubo bloqueo de la carretera Panamericana. En Puno hubo
paralización de actividades, fue atacada la sede del partido de gobierno. Hubo manifestaciones
en Piura, Chiclayo, Tarapoto, Pucallpa, Cusco, Moquegua y muchas otras ciudades. En el exterior
son numerosas las acciones de protesta frente a las embajadas peruanas, tenemos noticias de
Nueva York, Los Ángeles, Madrid, Barcelona, París, Atenas, Montreal, San José, Bruselas, entre
otras. Ha levantado su voz de protesta la encargada de asuntos indígenas de la ONU. También
se ha manifestado la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
La cólera aumenta por las declaraciones de Alan García a la prensa europea de que los nati-
vos “no son ciudadanos de primera categoría”. No son el futuro, no son lo mejor. “El Salvajismo
extremista atenta contra el Perú”, se puede leer en la página Web del partido de gobierno. ¿Ex-
tremistas, terroristas, reliquias del pasado? La selva continúa movida en Yurimaguas, en la zona
Machiguenga del Cusco y otras regiones. Los hermanos amazónicos y quienes les apoyan exigen
la derogatoria de los decretos leyes 1090, 1064 y otros, que abren las puertas a la depredación
de la selva.
A pesar de que la comisión del parlamento encargada del tema dictaminó la derogatoria
de algunos decretos leyes por ser anticonstitucionales, la cámara optó por no discutirlos y de-
clararlos “en suspenso” como quería el APRA. A siete congresistas, que protestaron por estas
irregularidades, los suspendieron por 120 días, de modo que la ultraderecha del parlamento
(APRA, Unidad Nacional y el fujimorismo) tuvo en sus manos la elección de la mesa directiva del
parlamento. El gobierno ha creó una “mesa de diálogo” en la que se excluye al organismo repre-
sentativo de los indígenas amazónicos, AIDESEP, cuyo dirigente ha tenido que refugiarse en la
embajada de Nicaragua, pues el gobierno lo acusa de los crímenes del 5 de junio, ordenados en
realidad por Alan García.
La lucha amazónica continúa, exigiendo el respeto a la selva. Los nativos amazónicos saben
que lo que está en disputa no es solo su propia supervivencia. Esperamos que la población mun-
dial tome conciencia de que ellos están luchando en defensa de toda la especie humana, ya que
la selva amazónica es el pulmón del mundo.
5 de junio: día mundial del Medio Ambiente
5 de junio de 2009: Alan García masacra a los defensores del Medio Ambiente
104
Capítulo 4
… con más información desde la base…
129 Politólogo de la Universidad Libre de Berlín (FU Berlín). Entre febrero y abril de 2008 investigó sobre movimientos sociales y comu-
nicación política en Costa Rica, en el proyecto “Fronteras en Movimiento- Dinámicas Socioculturales en Centro América”, donde
también participaron el Centro de Investigaciones Históricas de América Central (CIHAC) de la Universidad de Costa Rica (UCR), el
Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica (IHNCA) de la Universidad Centroamericana de Managua, Nicaragua (UCA) y el
Instituto de Estudios sobre América Latina de la FU Berlín. Esta publicación no habría sido posible sin el apoyo de Diana Fuenmayor,
Ciska Raventos, Juliana Martínez, Marianne Braig, Steffi Kron, Pablo Hernández, Víctor Hugo Acuña y Orlando Guevara, entre otros.
130 Activista indígena del Comité Patriótico por la Vida y por la Tierra de Talamanca, en una entrevista en Bribri, Costa Rica, 18.02.08.
105
A m é rica L atina desde A bajo
social y sus empresas públicas en telecomunicaciones, agua y electricidad, que han garantizado
un nivel de desarrollo excepcional . 131
El grito del “¡NO al TLC!”, de las 120.000 personas que llenaron las calles principales de San
José una semana antes del referéndum, caracterizó la movilización más grande en la historia
del país. No obstante, el grito no pudo evitar una victoria electoral a favor de la aprobación del
TLC. Con una participación baja para Costa Rica de tan sólo el 59% de los votantes, el proyecto
ambicioso de las elites costarricenses ganó un 51,6% de los votos . En los meses siguientes, el
132
gobierno del presidente Oscar Arias Sánchez aprovechó la estrecha diferencia a favor del TLC
para aprobar en un tiempo récord las leyes de implementación y adaptar la constitución del país
a las exigencias del Tratado. Los movimientos sociales señalaron que, en las semanas previas al
referéndum, una intensa campaña por parte de los medios de comunicación masivos, fundada
en generar temor, había inclinado el balance a favor de la aprobación del TLC . 133
Sin duda, el conflicto sobre el Tratado de Libre Comercio ha representado también un con-
flicto profundo sobre el papel de los medios de comunicación en el país. “La Nación miente”,
proclaman los grafitis y afiches en los muros de San José, aún meses después del referéndum.
La Nación, el periódico más leído por la clase media del país, fue el ejemplo más destacado de
los medios de comunicación masivos; apoyó, con su reportaje sobre el Tratado, los intereses
de la alianza por el SÍ. Además de los movimientos sociales, el Tribunal Supremo de Elecciones,
institución pública independiente que ejecuta los procesos electorales del país, concluyó, en una
investigación de monitoreo de los reportajes hechos sobre el TLC, que la mayoría de los medios
de comunicación masivos en Costa Rica tenían una inclinación tendenciosa en las noticias y opi-
niones a favor de la aprobación del TLC . Un estudio hecho para la Maestría en Derecho Consti-
134
tucional de la Universidad Estatal a Distancia (UNED) llegó al resultado de que en los 5 periódicos
más leídos, entre el 1° de julio y el 26 de septiembre 2007, la población costarricense recibió 310
mensajes publicitarios en favor del SÍ y sólo 21 en apoyo al NO.
En la televisión, de un total de 1.444 propagandas, 1.319 (el 91%) fueron por el SÍ, y 125 por
el NO . La Coordinación de Prensa de la Alianza Ciudadana por el SÍ y la Dirección del Sistema
135
Nacional de Radio y Televisión (SINART), el instituto que administra los medios de comunicación
públicos, estaban a cargo de la misma persona, Alicia Fournier.
En la campaña por el SÍ se vincularon los intereses y recursos de sectores claves de la eco-
nomía costarricense y centroamericanas, medios de comunicación masivos y el partido gober-
nante, Partido de Liberación Nacional (PLN). Consecuentemente, la independencia y objetivi-
131 Flórez-Estrada, M. & Hernández, G. (Eds.) (2004), TLC con Estados Unidos. Contribuciones para el debate, San José: Universidad
de Costa Rica.
132 TSE (2007a), Tribunal Supremo de Elecciones, República de Costa Rica, Referéndum 2007. Resultado definitivo, Disponible en:
http://www.tse.go.cr/ref/ref_def/pais.htm, acceso 15.02.2008.
133 Flórez-Estrada, M. (2007b), Campaña de miedo inclinó la balanza, Revista Semanario U, Edición 557, Año XI, Semana del 18 a 24
de octubre 2007.
134 TSE (2007b), Monitoreo de medios de comunicación. Referéndum 2007, Disponible en: http://www.tse.go.cr/monitoreo/monitoreo.
htm, acceso 18.02.2008
135 Chacón, Vinicio (2007), Expertos cuestionan iniquidad mediática, Revista Semanario U, Edición 556, Año XI, Semana del 11 a 17 de
octubre 2007.
106
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
dad de los medios de comunicación se vieron cuestionadas por varias partes de la sociedad
costarricense que siempre ha estado orgullosa de su alto nivel de desarrollo democrático en
las Américas . Frente a la exclusión de las opiniones críticas al TLC por los medios de comu-
136
nicación más grandes, la creación de estrategias de comunicación alternativas fue una de las
principales tareas de los movimientos sociales.
Desde el inicio de las negociaciones del TLC en el año 2003, grupos sindicalistas, feministas,
ambientalistas, campesinos, indígenas y estudiantes orientaron la campaña informativa hacia
el nivel local, es decir, a los barrios y comunidades. Esteban Alfaro Salas, un joven artista que se
comprometió con la campaña por el NO en su comunidad de la región de Guanacaste, concluyó
que ir “de puerta en puerta” para convencer a las vecinas y vecinos de los inconvenientes del
TLC, tenía dos lados positivos: el primero, que los activistas podían pronunciar sus opiniones
a través de un diálogo directo, lo que dio voz a mucha gente que por primera vez se vinculó a
una contienda política; el segundo, la comunicación cara a cara con el vecino era la única forma
exitosa de llegar con sus argumentos a sectores que no habían tenido acceso a informaciones
alternativas y así impulsar la movilización de diferentes sectores sociales.
A partir del diálogo directo, vecinas y vecinos empezaron a reunirse para discutir sus opinio-
nes acerca del TLC y la forma de la negociación. Como producto de estas reuniones informales
en las comunidades, se formaron los Comités Patrióticos, organizaciones locales que estable-
cieron un “espacio de discusión continuo”, cuenta Ciska Raventos, profesora de sociología en la
Universidad de Costa Rica (UCR) y activista desde el principio en la crítica hacia el Tratado. Más
de 100 Comités Patrióticos se formaron en todas las regiones del país durante los años 2005 y
2006. En cada Comité participaban, activa y constantemente, entre 10 y 50 personas. En el pun-
to más alto de la movilización, en los meses antes del referéndum, se añadieron una cantidad de
simpatizantes para participar en la repartición de volantes y material de campaña. Otra cantidad
de personas fue a las reuniones públicas para informarse o discutir junto con profesionales sobre
el Tratado. Lo extraordinario de la organización de los Comités Patrióticos, explica Eva Carazo
Vargas del Movimiento de Agricultura Orgánica Costarricense (MAOCO), ha sido la capacidad de
generar un conocimiento profundo y continuo sobre el contenido del TLC y sus consecuencias
sociales, económicas y ambientales, entre otras. Los movimientos sociales especializados en di-
ferentes áreas temáticas del Tratado podían contar con estos espacios de discusión permanentes
para su trabajo informativo. De esta manera, MAOCO se enfocó en el trabajo informativo en las co-
munidades rurales para ilustrar a los pequeños y medianos productores agrícolas sobre las posibles
consecuencias del TLC para las prácticas tradicionales de la agricultura del país. El libre comercio en
el sector de la agricultura ya había mostrado su impacto destructivo en México. Asimismo, la Aso-
ciación Solidarista de Empleados del Instituto Costarricense de Electricidad (ASDEICE) dio talleres
en los Comités Patrióticos para discutir las consecuencias de la privatización de la telecomunicación
y la electricidad, explica Fabio Chávez, presidente de la organización sindicalista.
Además de la acumulación de conocimientos críticos al TLC, los Comités Patrióticos permitieron
a los diferentes grupos e iniciativas, ya establecidos, unir sus fuerzas organizativas en una cam-
136 Córdoba Morales, J. (2008), Costarricenses no creen en los medios de comunicación, Revista Semanario U, Edición 595, Año XII,
Semana del 3 a 9 de septiembre 2008.
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paña. Una condición de esa unión de fuerzas organizativas era la creación de prácticas parti-
cipativas en la toma de decisiones que, en vez de la fusión de los diferentes grupos a través de
representantes, debían permitir a las iniciativas mantener su enfoque temático, local y directo.
La heterogeneidad política se convirtió en una de las principales características del movimiento
del ¡NO al TLC! La formación de una directiva nacional de los Comités Patrióticos a fines de 2006,
que estableció como fin “divulgar, crear y fortalecer un espacio de intercambio de información para
la interacción y comunicación”, surgió de estas nuevas prácticas de participación . 137
108
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
la creación de los Comités Patrióticos y otras iniciativas, y llevaron la protesta del mundo virtual a
la calle del mundo real”. La posibilidad de informarse mediante la Internet sobre el trabajo del
Comité Patriótico de su comunidad, incitó a varias personas a comprometerse y participar en las
diferentes formas del movimiento.
Asimismo, las nuevas tecnologías permitieron un cambio en las formas tradicionales de los
medios de comunicación, como sugiere la profesora de ciencias de comunicación de la UCR, Li-
liana Zeledón. Por falta de frecuencias análogas de radio, señala Oscar Salas, abogado especia-
lizado en derechos sobre medios de comunicación, el movimiento tuvo que buscar alternativas
que ofreció Internet. La idea principal de abrir el medio a voceras y voceros de las comunidades y
dar de esta manera acceso a una parte de la población excluida a una presentación directa en los
medios de comunicación masivos, ha sido la base de la creación de las estaciones de radio web
Radiodignidad y Radioestación.
De esta manera, las realidades oprimidas de la sociedad se pueden convertir en realidades
escuchadas y aunque sean pocos los que escuchan estas voces y sus intereses por primera vez,
es un comienzo para disminuir la marginalización de los marginados.
Por falta de recursos masivos, se hizo inminente la fundación de un periódico nuevo: el co-
lectivo informa-tico.com decidió publicar un diario en la web. Los activistas del colectivo son pe-
riodistas profesionales que habían trabajado en agencias de noticias internacionales y en perió-
dicos del país. La forma del reportaje se adaptó al estilo de los medios de prensa establecidos,
lo que significa que el espacio de los nuevos actores sociales era limitado, afirma Laura Chacón,
una de las fundadoras del proyecto. Cabe destacar que, por la reputación de los periodistas y su
formato reconocido, informa-tico.com alcanzó un público mucho más amplio que otros proyec-
tos de medios de comunicación críticos al TLC. Chacón señala que informa-tico.com pudo lograr
un público diferente al de los activistas y simpatizantes del movimiento. En los meses previos al
referéndum, el sitio web era uno de los más visitados en Costa Rica. Sin embargo, la idea de un
medio alternativo que disminuye la distancia entre voceros y lectores se distingue de la concep-
ción del proyecto informa-tico.com por su compromiso profesional.
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110
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y manifestaciones. Sin embargo, un acceso para publicar sus propias informaciones y críticas
sobre el TLC no se abrió.
El conflicto por espacios en los medios de comunicación estatales exige un cuestionamiento
del concepto de los medios estatales como medios públicos, concluyen Salazar y Salas. En Cen-
tro América, donde los medios de comunicación públicos no han existido más que por el nom-
bre, el movimiento contra el TLC y las discusiones sobre los medios de comunicación han puesto
en evidencia este problema.
sociedad costarricense, no podía ignorar las nuevas realidades e intereses articulados a través
de los nuevos espacios públicos del movimiento del NO al TLC. Asimismo, DiarioExtra, fue el
único periódico a gran escala que escribió sobre el caso del Memorando Sánchez/Casa, inves-
tigado por la revista universitaria Semanario U. En este memorando los diputados Kevin Casa y
Fernando Sánchez proponían al Presidente de la República la creación de una campaña mediá-
tica que estimulaba el miedo para garantizar la aprobación del tratado, usando masivamente
la influencia sobre medios estatales y privados . El documento describe detalladamente, en
140
139 TSE (2007b), Monitoreo de medios de comunicación. Referéndum 2007, Disponible en: http://www.tse.go.cr/monitoreo/monitoreo.
htm, acceso 18.02.2008
140 Casas K. & Sánchez F. (2007), Memorándum. Algunos acciones urgentes para activar la campaña del Si! al TLC, copia del docu-
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Cuando no nos acomodamos a la realidad…
sus seis páginas, la estrategia mediática de la campaña del SÍ, aunque el presidente Oscar Arias
Sánchez rechazó fuertemente la aplicación del memorando. La mayoría de los medios masivos
en el país se quedaron en silencio. Kevin Casa renunció por la presión que ejercieron sobre él los
movimientos sociales, no obstante, el primo del presidente, Fernando Sánchez sigue siendo di-
putado de la Asamblea Nacional.
El reconocimiento de lo público
El filosofó peruano Jesús-Martín Barbero exige “el reconocimiento de lo público” para Amé-
rica Latina, cuando afirma que lo público se ha perdido entre la influencia estatal y económica
sobre los medios de comunicación (Martín-Barbero, 2001). El movimiento en contra del TLC en
141
Costa Rica ha creado múltiples espacios en que realidades excluidas han encontrado un nuevo
reconocimiento. Los Comités Patrióticos establecieron espacios de reconocimiento de las reali-
dades de sus activistas por una comunicación directa en la comunidad. La mayoría de los medios
de comunicación alternativos mencionados han adaptado nuevas prácticas de participación que
crearon organizaciones a nivel local.
En la formación de opiniones y en la movilización, los Comités Patrióticos y los nuevos espa-
cios de representación y discusión en Internet han tenido un impacto indispensable, consideran-
do que en la formación de una opinión la información recibida y el proceso de discusión con otros
sujetos son igualmente relevantes. La nueva tecnología, que independiza la información de lu-
gar y de tiempo, ha tenido un impacto democratizador para la comunicación colectiva en Costa
Rica. Además de tener un destacado papel en la comunicación interna del movimiento contra el
TLC, la Internet se fusionó con otros medios de comunicación como revistas y radios, formando
medios que requerían de menos recursos y estaban fuera del control de las radiofrecuencias de
las instituciones del Estado. Aunque los medios de comunicación alternativos fusionados con la
Internet hubieran podido crear y establecer nuevas prácticas de participación, no han logrado
una divulgación masiva. Por tanto, hay que tomar en cuenta que existen límites en el acceso a la
tecnología.
Ejercer el derecho a la comunicación colectiva para grupos sociales excluidos de la represen-
tación pública es más fácil a través de medios más accesibles como la radio, como evidencia el
caso de Señal de Corazón. Tomando en cuenta que la radio tiene la cobertura más alta de todos
los medios de comunicación en la región de Centroamérica, la representación de las realidades
con una voz en la radio sigue siendo el medio más importante para la inclusión social. Por eso,
la participación de los movimientos sociales en las radios estatales y la creación de espacios
participativos en los medios de comunicación de la UCR han significado un reconocimiento de
lo público.
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A pesar de la derrota por una estrecha diferencia en el referéndum, los movimientos sociales
contra la aprobación del Tratado de Libre Comercio en Costa Rica han creado respuestas frente
al proceso global de la concentración de medios de comunicación en manos de una pequeña
cantidad de empresas y del control estatal. Por eso, la creación de nuevas formas de participa-
ción en medios de comunicación, como la Internet y la radio, con un enfoque hacia las comuni-
dades se afirmaron como prácticas adecuadas y efectivas.
Varias partes de la sociedad costarricense se concienciaron sobre la exclusión de realidades
en los medios de comunicación y sobre la búsqueda de alternativas. Proyectos que realizaron
una nueva práctica de participación, como Señal de Corazón y Radiodignidad, se consolidaron
después del referéndum. Informa-tico se reorganizo y volvió con la publicación de un nuevo dia-
rio digital. Los Comités Patrióticos han conservado su fuerza organizativa y buscan la inclusión
de sus exigencias en las políticas locales. Con ElPregon.org y detrasdelapina.org se crearon, des-
pués del referéndum, dos medios de comunicación nuevos, que han profundizado el enfoque a
la representación de las protestas sociales y políticas regionales.
El movimiento contra el TLC en Costa Rica ha mostrado que la creación y re-creación de
espacios públicos, en que las realidades excluidas por los medios de comunicación dominantes
se pueden representar nuevamente, es una urgente necesidad en la lucha global por más parti-
cipación política y un nuevo modelo democrático.
El psiquiatra me dice: “¿Por qué no trabaja con la tarea que le dimos?”. Y yo le respondo: “por-
que soy loco”. Inmediatamente él agrega: “pero tu compañero sí está trabajando”; y le contesto:
“bueno, es que yo no estoy tan loco”. El humor tiene un espacio preferencial en LT22 Radio La
Colifata, la radio que funciona desde hace 19 años en el hospital neuropsiquiátrico J. T. Borda
de Buenos Aires. La llevan adelante internos y ex internos, y transmiten todos los sábados de
14.30 a 19.30 hs. La radio es una industria del pensamiento y diálogos insólitos que se propone
desmontar los claros límites entre “el adentro” y “el afuera” con que la ciudad intenta desligarse
de la locura. Pero aún más allá de las fronteras del psiquiátrico y de la ciudad, La Colifata ha lo-
grado multiplicarse: existen en varias ciudades europeas iniciativas que replican de algún modo
su experiencia, bajo su etérea inspiración. También en América latina se ha convertido en un
referente de las radios comunitarias.
142 Profesora de Economía Internacional en la Universidad de Buenos Aires (UBA), periodista del diario argentino p. /12 y colaboradora
del semanario uruguayo Brecha. Es también miembro del Colectivo Situaciones/Editorial Tinta Limón.
114
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Cuando no nos acomodamos a la realidad…
en Bolivia, e incluso nosotros mismos a pesar de que este gobierno no es muy bueno,
algo se progresó, por ejemplo, en sacarle el dinero a las famosas AFJP (administra-
doras privadas de fondos de pensión), que son las empresas que hicieron el robo más
grande de la historia argentina. Hay documentación al respecto y bibliografía como
la de Lester Turow que muestra que en 1980 ya habían quebrado los fondos de pen-
sión en EE.UU., en tiempos de Reagan, y acá se hizo lo mismo muchos años después.
Que las jubilaciones pasen nuevamente a la administración pública, que supone no
un sistema individual sino recíproco, es una alegría”.
117
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Sobre la desmanicomialización
“El gobierno de la ciudad de Buenos Aires (a cargo del derechista Mauricio Macri)
planteó en 2009 un plan de salud mental que se propone cerrar los dos neuropsiquiá-
tricos más importantes de la ciudad: el Borda (de hombres) y el Moyano (de muje-
res). A partir del anuncio, se desató una gran polémica por esta medida que muchos
contextualizaron al interior de un ajuste general de la salud pública. Sin embargo, la
cuestión no es sencilla porque, al mismo tiempo, el gobierno usa una palabra dema-
siado cargada de luchas: habla de desmanicomialización”.
118
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
Al mismo tiempo, se está proponiendo en estos días otra forma de encierro sobre la que se
está construyendo un gran consenso social: la cárcel para jóvenes cada vez más jóvenes por me-
dio de la baja de edad de imputabilidad…
“La sociedad sólo ve el crimen del marginal. Pero no observa los grandes crímenes.
Yo no digo que está bien que un marginal mate a una persona, pero si vamos a juzgar
al marginal también tenemos que juzgar a los otros por criminales, a los que mata-
ron a miles por hambre o por tristeza debido al mal gobierno. A mí me agarra tristeza
cuando camino por Constitución y veo toda la gente tirada. Creo que este gobier-
no es menos malo que los anteriores, aún siendo malo. Pero si comparo quiénes lo
119
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quieren voltear –el periodista Grondona, la Sociedad Rural, los grandes banqueros,
¡todos los que hoy defienden las AFJP!–, me quedo con este gobierno porque lo otro
es muchísimo peor.
Yo estoy loco pero no como vidrio; ahora, ¿puede haber gente tan retardada que
defienda su propio verdugo? Esto me hace mal y me da ganas de meterme en una
cueva en la montaña. Yo sigo haciendo psicoterapia y me hace muy bien; pude dejar
los psicofármacos, tuve una buena psiquiatra. Tengo unas técnicas naturales para
conciliar el sueño y durante el día me banco la tristeza: canto, camino y me canso
para poder dormir, trato de comer lo más natural posible, abrazo a mis compañeros,
vengo a los talleres, hago radio y pienso que soy útil, que estoy haciendo algo por mí
y por los demás. Creo que el hombre desarrolló una tecnología extraordinaria, lo que
no desarrolló son los sentimientos. Y desgraciadamente los que no tienen sentimien-
tos son los que tienen el poder. Porque los que tienen sentimientos parece que no se
quieren involucrar. Una vez leí una frase que decía “quien reniega de la política es un
suicida”. Brecht creo que decía: “ama de casa, marginal, estudiante, prepárate para
gobernar”. Las revoluciones como antes no van más. Entonces hay que prepararse
para otro modo”.
Llego hasta el metro Departamental, de ahí tomo la 108 que me lleva a la comuna “Pedro
Aguirre Cerda”, donde se encuentra la población La Victoria. Fue la más emblemática y más
antigua toma de terrenos urbanos en Chile, y una de las más antigua e importantes de América
Latina. En el mes de octubre se celebra su aniversario. Desde hace más de 50 años, cada 30 de
octubre sus vecinos recuerdan con orgullo la toma del ’57, la auto-organización comunitaria,
las ollas comunes, la resistencia a los intentos de desalojo y, después, al golpe militar y a la dic-
tadura de Pinochet, la general lucha por el derecho a la vivienda y los no menores conflictos en
“democracia”.
Naturalmente me equivoco de paradero. Cruzo y espero otra micro (guagua, N.d.R.) para
poder regresar. Hace mucho calor; el paradero está lleno de gente, sobre todo mujeres, abuelas,
madres y niñas, algún chiquillo y naturalmente unos perros. El polvo por la calle y las obras en
avenida Departamental hacen de marco a los protagonistas del momento: los carteles y los mu-
rales de la campaña electoral. Falta menos de una semana a las elecciones. Sin embargo, entran-
do a la población, son otros los murales que la caracterizan: luchas populares, luchas indígenas,
luchas estudiantiles. “Nuestra lucha es cambiar esta realidad y no acomodarnos a ella”, recita uno
120
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
de ellos. Detrás de un grupo de luchadores marchando, están las caras de Ernesto Guevara y de
padre André Jarlan. Este sacerdote francés murió por una de las tantas balas que los “pacos”
disparan a lo loco cuando entran a la población, hoy en día también. En aquel entonces, 4 de
septiembre de 1984, se estaba librando a nivel nacional una gran protesta en contra del régimen
militar.
Todavía no he llegado a la casa de la Señal 3 pero ya la puedo reconocer, no solo por la an-
tena repetidora sino también por los afiches con el rostro de Victor Jara pegados a la reja de la
entrada. El fin de semana pasado, después de 36 años, el cantautor y director teatral asesinado
pocos días después del golpe, recibió finalmente un digno funeral: tres días durantes los cuales
sus amigos, sus familiares y todos los chilenos pudieron recordarle y seguir pidiendo verdad y
justicia para el caso de Víctor, así como para cada uno de los Detenidos Desaparecidos y Ejecu-
tados Políticos de Chile. Pudieron acompañarle al Cementerio General para enterrarlo, esta vez
no en la clandestinidad, como en aquel lejano 18 de septiembre de 1973, cuando solo su viuda, la
británica Joan Turner, y dos personas más lo sepultaron.
Recordando a Víctor, empiezo a conversar con Polo, una de las caras más visibles y represen-
tativas de la televisora comunitaria “Señal 3 La Victoria”:
“Durante los funerales hemos hecho un gran trabajo; teníamos 8 cámaras que gra-
baron durante no sé cuantas horas: en el galpón143 donde se encontraba el ataúd de
Victor, en la Plaza Brasil en frente de la sede de la Fundación Víctor Jara144 donde,
para celebrar por fin estos dignos funerales, tocaron muchos grupos y se alternaron
en el recuerdo artistas, amigos y familiares de Víctor; y también grabamos durante
toda la marcha del sábado cuando miles y miles de chilenos y chilenas acompañaron
a Víctor al Cementerio. Fue algo extraordinario, todas estas grabaciones la utilizare-
mos también para hacer un buen documental. Ya nos estamos organizando, con los
compañeros de la Fundación y con los de VíctorJaraTV”145.
En el mes de octubre de 1957, dos incendios afectaron seriamente a más de 200 familias que
vivían en las “poblaciones callampas” del cordón de la miseria del Zanjón de la Aguada. Después
del segundo incendio, los pobladores reunidos en cabildo abierto con el Alcalde de San Miguel
(en aquel entonces no existía la Comuna Pedro Aguirre Cerda), concejales del Frente de Acción
Popular146 y representantes del Hogar de Cristo147, decidieron actuar directamente sin esperar
las promesas del gobierno de Carlos Ibáñez del Campo148.
143 Se trata del Galpón Víctor Jara de la Fundación homónima, lugar de encuentro en el barrio cultural Yungay-Brasil de Santiago de
Chile, donde se celebran festivales, conciertos, recitales, obras de teatro y otras manifestaciones artísticas y culturales.
144 Véase: http://fundacionvictorjara.cl
145 Véase: http://livestream.com/victorjaratv
146 “Frente de Acción Popular (FRAP) coalición de partidos políticos de izquierda de Chile vigente entre 1956 y 1969. Sus antecedentes
están en el Frente Nacional del Pueblo. Es reemplazado por la Unidad Popular en 1969”, Wikipedia, http://es.wikipedia.org/wiki/
Frente_de_Acci%C3%B3n_Popular.
147 En octubre de 1944, Padre Alberto Hurtado lanza por primera vez la idea de la obra social “Hogar de Cristo” para “Crear un Hogar
para los que no tienen techo”. En 1945 se forma oficialme la Fundación de Beneficiencia. Véase: http://www.hogardecristo.cl.
148 Mario Amorós (1999), “Hasta La Victoria siempre. La lucha por la sobrevivencia de las mujeres de una población chilena durante la
dictadura”, http://www.lafogata.org/mujer/m_victoria.pdf.
121
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Entonces, 1200 familias recogieron sus pertenencias, tres palos para las carpas de campa-
mento y una bandera chilena; en la madrugada del 30 de octubre ocuparon los terrenos de la
Chacra La Feria. Habían forrado las ruedas de los carros y los cascos de los caballos con cualquier
tela, para que produjeran el menor ruido posible. Sin embargo, los pacos (los policías, N.d.R.) lle-
garon de toda manera y cercaron la zona: hubo enfrentamientos, pero el primero de noviembre
las autoridades tuvieron que aceptar la toma compromitiendo a los pobladores a no extenderla
a otros territorios. Aquel día, la toma recibía su victorioso nombre149.
Polo, ¿Por qué la idea de la Señal 3 y por qué en La Victoria?
“Bueno, La Victoria fue la primera toma masiva de terreno, un terreno cerca del cen-
tro de Santiago. Fue una toma política, guiada por gente del Partido Comunista y del
Partido Socialista. La Señal 3 nació aquí y no podía ser de otra manera: aquí se resis-
tió cara a cara a la dictadura, si los militares entraban con fusiles, los pobladores res-
pondía con fusiles. Se crearon grupos y equipos de resistencia de distinta índole. Los
que más años llevamos en la Señal siempre hemos vivido en esta población y hemos
participado en varios equipos de resistencia, también armada. Pero la resistencia
siguió también durante esta pseudo-democracia, y la Señal representa hoy otro tipo
de arma. Sin embargo, muchas de las luchas no han cambiado”.
¿Y tú de qué vives?
“Bueno, yo soy gasfíter, hago reparaciones, mantenciones en colegios y otras co-
sas de electricidad, pero ahora también me estoy dedicando a hacer grabaciones y
149 Ibídem.
122
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
videos, y poco a poco me están saliendo algunos trabajillos que me permiten vivir y
dedicarme al proyecto de la Señal. Aunque a veces este tipo de trabajo es contrapro-
ducente”.
Yo me hice el weón, hice como si no hubiera entendido, hasta que dejaron de dar-
me trabajo. Nos discriminan, imagínate que un día echaron a un colega solo por ser
ex sindicalista. Te discriminan por trabajar en estos medios. Trabajar en estos tipos
de medios significa enfrentarse a eso, cotidianamente”.
123
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¿Cómo la consiguieron?
“Esta casa la logramos comprar gracias al apoyo internacional: Ska-P, un grupo mu-
sical español, a través de sus conciertos nos financió con 3 millones y medio de pe-
sos, otros compañeros anarquistas de Alemania, Francia, Italia y España también
nos apoyaron con la compra. Más del 97% del valor de la casa lo cubrimos con estas
aportaciones externas. Aquí en Chile no tuvimos ningún apoyo”.
124
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
Aquí en la población, ¿cómo son las relaciones con otros medios comunitarios?
“Tampoco son tan simples. De hecho, los contrastes ideológicos y de estrategia nos
han alejado de otros grupos, digamos más cerrados. Nosotros creemos que para lle-
var a cabo la revolución comunicacional necesitamos a todos los actores: comunis-
tas, socialistas, miristas, frentistas, radicales, anarquistas, todos… mientras otros
discrepan en la forma y en los contenidos con grupos cuyo objetivo final en realidad
es lo mismo. La misma historia de siempre, de las izquierdas y sus diversidades. Por
eso que también trabajamos en red, como por el caso de las indicaciones a los pro-
yectos de Ley”.
125
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Es un gran aporte para ver el mundo desde otra perspectiva. Me estabas contando que otro
de los objetivos de la Señal 3 es la formación comunicacional y política al mismo tiempo. En-
traremos más detenidamente en la idea de escuela que pronto desarrollarán, pero primero me
gustaría saber cómo te has formado tú en audiovisuales.
“Solo, con la práctica. Han sido 13 años de auto-aprendizaje, de hecho recién el año
pasado, gracias a los compañeros de Tele K, estuvimos en España capacitándonos
durante un mes en Adobe Premier, Cámara y Sonido. Este año también volvimos a
la capacitación, el resto fue ver esta televisión de mierda, sacar algunos conceptos
151 “Comunitarias TV es una red de emisoras y entidades comunitarias de televisión constituida en Noviembre de 2008 en la población
de La Victoria (Santiago de Chile), como consecuencia de las actividades de cooperación desarrolladas en el Taller Iberoamericano
de Televisión Comunitaria. En la fundación de la red participaron Señal 3 La Victoria (Chile), Tele K (España), el Centro de Estudio e
Información de Bolivia (CEDIB) y la Corporación de Productores Audiovisuales de las Nacionalidades y Pueblos de Ecuador (COR-
PANP), y posteriormente se integraron otras emisoras de América Latina y España”, véase: www.comunitariastv.org.
152 www.mediosdelospueblos.cl.
126
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
básicos, trabajar con ellos y llevarlos a la realidad. Nadie nos apoyó. Para nosotros,
luchadores sociales, también ha sido una manera de reinsertarnos en la sociedad,
después de años de clandestinidad trabajando en grupos de resistencia, haciendo
acciones subversivas contra la dictadura y también después, como hasta el ’93. Hay
quien se metió en las drogas, en los robos o en los asaltos, y quien ha seguido con
una lucha social y política, ahora con métodos diferentes. Y con esto quiero criticar
abiertamente a los partidos de izquierda que durante la negociación no pidieron la
reinserción de cada militante que estaba en la lucha armada. Yo estaba en el Fren-
te y nada, me tuve que ir a trabajar en la construcción con la consecuencia de una
153
hernia a la espalda que a veces ni me deja caminar. Lo único que conseguí, y esto
porque estuve preso una semana en 1988 y me torturaron, fue la tarjeta de salud
gratis. Además de esto nada, ningún derecho.
Pero seguimos soñando, y la escuela de formación ha sido un viejo sueño que ahora
por fin se realizará. Al principio, pensábamos en crear una universidad de comuni-
cación, porque las otras universidades son muy caras y no están al alcance de los
pobres y de los pobladores. Pero la organización era demasiado difícil y todo era muy
caro. Bajamos nuestra aspiración a una escuela, algo más práctica y más barata.
Pero algo teníamos que hacer, para sacar a los cabros (jóvenes, N.d.R.) de la apatía,
ofrecerles algo para desarrollar sus capacidades, algo que ni el Estado ni los partidos
de izquierda nunca les han entregado.
Empezamos así a armar la idea de una escuela de comunicación, totalmente gratui-
ta. La inauguraremos en marzo de 2010154. Los compañeros españoles nos regala-
rán las computadoras, gracias a una financiación de la Agencia Española de Coope-
ración, y montaremos todos aquí en la casa. De momento tenemos financiamiento
para 5 meses de talleres, pero esperamos que la escuela dure 3 años”.
127
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tiendan cuánto diverso es nuestro país, para después poderlo analizar críticamente,
y reproducirlo con otros ojos, no los de un medio de comunicación comercial”.
Habrá entonces una parte práctica relacionada con los temas audiovisuales y una parte diga-
mos más teórica o de análisis de la realidad social chilena…
“Correcto. Por un lado talleres de cámara y sonido, de fotografía, de cómo editar,
cómo hacer periodismo popular, por el otro también una formación de sesgo ideoló-
gico y bien marcado, pero siempre en la diversidad. Lo importante es tener bien en
mente el hecho de que nuestros alumnos serán los comunicadores sociales del futu-
ro, no periodistas profesionales recién graduados de la universidad, sino comunica-
dores sociales. Y si estudiarán periodismo, deberán hacerlo críticamente, sin vender-
se al mejor postor. No pueden lucrar de esta profesión, sino deben trabajar para el
pueblo. Eso no tiene que pasar por el dinero, sino por una nueva construcción social,
donde comunicación e información no pueden separarse del compromiso y la lucha
social. Esto es lo que queremos de la escuela, porque al final se trata de hacer la re-
volución social, y para ella tenemos que empezar por la revolución comunicacional,
pero no desde un punto de vista político-partidario”.
En el momento en el cual se encuentra hoy la Señal, ¿cuál es una de las mayores críticas que
le quieres hacer?
“Seguramente nos ha faltado una mayor capacidad de convencimiento a las organiza-
ciones sociales para que vengan a la Señal a informar sobre sus luchas y sus actividades,
para que tengan sus propios programas. Por un lado el tema económico y por el otro los
esfuerzos personales, llevar un proyecto como esto es una lucha constante. Sin embar-
go, hemos avanzado, hemos armando otros 15 canales en Chile, y en marzo probable-
mente vayamos a Bolivia, a Cochabamba, a capacitar a otra grupo de comunicadores
sociales . Llevaremos nuestros equipos y les montaremos una señal ahí. Un poco como
155
hemos hecho para los funerales de Víctor Jara, durante los cuales hemos desarmado
todo y lo hemos llevado a la Fundación para que desde ahí, a través de la página de Víc-
torJaraTV (VJTV) se pudiera transmitir en vivo en todo el mundo.
Primera vez que se hace algo así en Chile. Nosotros estábamos prestando todo, pu-
diéramos haber sido cabrones y decir simplemente «primero sale todo en vivo en
el canal de la Victoria y después por el VJTV», pero nosotros somos bien honestos,
conscientes de los esfuerzos y al mismo tiempo del compromiso que tenemos con
nuestra cultural y con los luchadores sociales de nuestro país. Entregamos todos los
derechos a la Fundación Víctor Jara, con ellos y con los compañeros de VJTV quere-
mos editar un buen documental, algo grande para la historia de este país”.
155 Efectivamente, a mediados de 2010, los compañeros de la Señal 3 de La Victoria, apoyaron la constitución de una televisora comu-
nitaria en Cochabamba, Bolivia.
128
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
Perspectivas futuras…
“Bueno, como te dije la Escuela es el gran desafío. Queremos que quede una sede
permanente aquí en La Victoria, pero también queremos llevarla itinerante en las
regiones. Ojala tener 20 computadoras portátiles, subirlas con las cámaras a un fur-
gón e irnos a hacer capacitaciones afuera de Santiago.
Además, crear la red de televisoras comunitarias a nivel mundial y crear un canal co-
munitario mundial en internet. Está bien que exista TeleSur y que sea la alternativa
a la CNN, pero también hay que crear algo más cercano a la gente, al pueblo y a los
pobres. A los que menos medios tienen para comunicar y que, sin embargo, lo hacen
cotidianamente desde la base. Todo lo que nosotros queremos construir viene de un
movimiento desde abajo hacia arriba”.
Así como la toma de La Victoria significó “una fractura radical con las lógicas institucionales
y con el principio fundamental de las democracias liberales: la propiedad” y “permitió visibilizar
a […] los pobladores como sujetos sociales capaces de remecer y desbordar la institucionali-
dad vigente […] preparados para enfrentar directamente al Estado […] y construir sus propias
alternativas”156, los compañeros de la Señal 3 La Victoria han ido rompiendo con otra caracterís-
tica de las democracia liberales: la concentración de las maquinas generadoras de informaciones
en mano de las grandes empresas de entretenimiento y opinión pública. De esta manera, han
demostrado que otros sujetos también pueden ser y hacer información, partiendo de un análisis
crítico y comprometido de la realidad en la cual se han criado, a la cual nunca se han acomodado
y que siempre han querido cambiar.
Hoy día también…
156 Alexis Cortés Morales (2007), “El relato identitario y la toma de terrenos de la población La Victoria”, Revista CIS, Centro de Investi-
gación Social Un Techo para Chile, Año 6 número 10, http://www.untechoparachile.cl/cis/images/stories/Rev.CIS/identidad/1.pdf.
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El domingo 28 de junio Honduras despertó con una noticia que el mundo creía haber dejado
atada al siglo XX, un golpe de Estado con la tónica y las acciones propias a estos: censura, repre-
sión, persecución e intimidación. El gobierno había elegido ese día para una consulta sobre si
colocar o no una cuarta urna en las elecciones generales, con el fin de votar a favor o en contra
del proceso hacia una Asamblea Nacional Constituyente.
Durante los siguientes días y meses, los medios comerciales y los medios comunitarios juga-
rán papeles cruciales y contrarios, unos al servicio de los golpistas y los otros al lado de la gente.
La mañana de aquel domingo, la noticia del golpe circuló solo por un momento, antes de
que se cortara la electricidad a pueblos enteros. Radios comunitarias como Radio Progreso, La
Voz Lenca, Faluma Bimetu, Radio Marcala, Radio Globo y Cholusat Sur recibieron llamadas ame-
nazantes y luego fueron cerradas directamente por los militares o indirectamente por los cortes
de suministro eléctrico a sus instalaciones, prohibiendo de hecho la difusión de los sucesos del
28 de junio. Este fue solo el primer atentado contra la libertad de expresión que vivieron los me-
dios críticos al golpe y más en general todos los medios comunitarios en Honduras durante esta
nueva coyuntura.
El golpe también se dio a la consciencia del pueblo hondureño. Tras conocerse la noticia, la
movilización de la población en todo el país fue espontánea. Día a día, a pesar de la desinforma-
ción de los medios masivos y la censura a los medios comunitarios y alternativos, los hondureños
y hondureñas se fueron adhiriendo a las acciones coordinadas a través del Frente de Resistencia
Contra el Golpe de Estado. El domingo 5 de julio, Tegucigalpa presenció una de las movilizacio-
nes populares más masivas de su historia reciente; se contaron más de 200.000 personas, pero
terminó trágicamente con la represión y el asesinato, por parte de efectivos militares, de Isis
Obed Murillo, un joven que, como muchos otros, se había desplazado desde el interior del país
para protestar en contra del golpismo. Durante los siguientes 160 días, las calles de Tegucigalpa,
como las de San Pedro Sula, serían testigos de movilizaciones diarias de los y las incansables de
la resistencia frente el golpe.
Blanche Petrich, de La Jornada de México, escribió que “El gobierno constitucional de Hondu-
ras señaló como las principales cabezas del golpe de Estado del 28 de junio a los dos ex presiden-
157 Tim Russo ha sido Corresponsal en México y América Latina para Free Speech Radio News durante más de una década; además es
fotógrafo y escribe para la prensa escrita. Desde principios de los años 90´s, ha estado involucrado con los movimientos de medios
independientes, populares, alternativos, indígenas y autónomos en América Latina. Es Co-Fundador de COMPPA – Comunicadores
y Comunicadoras Populares Para la Autonomía, un colectivo dedicado a la transferencia de conocimientos para facilitar la creación
de medios propios de organizaciones y pueblos indígenas.
130
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
tes que antecedieron al depuesto Manuel Zelaya en el cargo, Carlos Roberto Flores Facussé (1998-
2002) y Ricardo Maduro (2002-2006); a los propietarios de 90 por ciento de los medios de comuni-
cación, Jorge Canahuati (dueño de El Heraldo y La Prensa), José Rafael Ferrari (Emisoras Unidas y
Televicentro) –un tercer magnate de medios es el propio Flores Facussé, dueño del principal diario,
La Tribuna– y a tres empresarios más que controlan monopolios en la banca, tiendas comerciales,
empresas generadoras de electricidad y la intermediación con las trasnacionales petroleras, Camilo
Atala, Freddy Nasser y Arturo Corrales” . 158
La realidad de la concentración de los medios comerciales en las manos de los principales oli-
garcas y autores intelectuales del golpe de estado deja con total claridad porqué y cómo fue tan
importante el papel de los mismos medios comerciales para preparar el campo al mismo golpe.
Estos medios, en conjunto con Televisión Nacional de Honduras, Canal 8 (originalmente creado
como un canal de televisión público por el Presidente Manuel Zelaya), como la expresión más re-
accionaria anti-Zelayista y anti-Chavista, fueron estratégicamente utilizados para fomentar las
campañas de miedo y justificar lo que los mismos golpistas llamaron un “suceso constitucional”,
hasta lograr presentar sus elecciones “democráticas y participativas”.
En octubre de 2009, durante una visita a Honduras, Benoit Hervieu, de Reporteros Sin Fron-
teras, decía lo siguiente: “En verdad, el caso de Honduras es totalmente único porque también
medios de comunicación importantes participaron directamente del golpe, en el sentido que fueron
un punto de apoyo estratégico para este golpe y entonces, dedicarse a defender la libertad de los
medios, cuando los medios participan de acciones que coartan las libertades fundamentales, real-
mente es un caso nunca visto en una organización como la nuestra” . 159
Ante la censura y las campañas de desinformación de los medios masivos, son muchas las
alternativas comunicacionales que de forma coordinada o no, han ido llenando los vacíos que la
prensa comercial ha dejado en una sociedad indignada ante tanto cinismo e impunidad. Periódi-
cos como Resistencia surgido desde las contingencias, sitios web, blogs, radios comunitarias, los
graffiti o los escritos en los billetes de la moneda nacional, han facilitado la difusión de mensajes
distintos a las falacias que el gobierno de facto ha pretendido instalar entre la población, con el
objetivo de desmovilizar y posicionar un discurso de aparente calma y normalidad.
Ante la retirada de medios internacionales, que en alguna medida han sido los únicos refe-
rentes posibles para la escasa población que tiene acceso a ellos, los medios de comunicación
populares y alternativos se enfrentaron al reto de informar y denunciar las continuas olas de
represión que se viven bajo el régimen de facto. El reto aumentará bajo el próximo gobierno de
derecha, elegido en elecciones maquilladas por los medios comerciales como las más participa-
tivas en la historia recién de Honduras, a pesar de una abstención de por lo menos el 60%, según
el grupo observador derechista Hagamos Democracia, tal como reportado por The Real News
Network.
158 Blanche Petrich, “Los ex presidentes Flores Facussé y Ricardo Maduro, autores materiales del golpe a Zelaya”, La Jornada, México,
2 de octubre de 2009.
159 Véase: “Organizaciones de prensa internacional confirman graves violaciones a la libertad de prensa”, en Revistazo.com, http://
www.revistazo.biz/cms/index.php.
131
A m é rica L atina desde A bajo
Radios comunitarias y alternativas como Radio Progreso, La Voz Lenca, Radio Marcala, y
Faluma Bimetu que en un principio fueron amenazadas, allanadas y silenciadas, pasan hoy en
día a tener un papel fundamental en la coordinación de la resistencia y en la concientización
respecto a las razones de la lucha. Más allá de la coyuntura actual, el golpe de estado y el cerco
mediático ha develado la imperiosa necesidad de fortalecer la comunicación desde y hacia las
comunidades. Mientras tanto, los desafíos que los medios comunitarios, con sus pocos recursos,
enfrentan bajo un clima real de amedrentamiento y censura son enormes.
Como subraya un informe elaborado en octubre del 2009 por el Comité de Familiares de
Desaparecidos para los Derechos Humanos – COFADEH, en Honduras se están violando los dos
aspectos del derecho a la libertad de expresión: el derecho a la expresión directa por parte de
la ciudadanía, así como el derecho a recibir una información digna y verdadera. Las violaciones
“quedaron manifiestas con la suspensión temporal de las emisiones informativas de Radio Globo,
Canal 36, Radio la Catracha, Radio Progreso y hostigamientos hacia Canal 11 y Diario Tiempo, entre
otros” . Ana Pineda, directora de la Fundación Democracia sin Fronteras, aseguró que a cinco
160
meses del golpe, se registraron 127 casos de violaciones a la libre expresión, lesiones a 31 perio-
distas y varias interrupción de transmisiones radio y de televisión . 161
160 Véase: “De masivas a selectivas las violaciones a DDHH en el marco del golpe de Estado”, en DefensoresEnLínea.com, http://www.
defensoresenlinea.com/cms/index.php.
161 Thelma Mejía, “Periodismo-Honduras: Misión de alto riesgo”, en IPS, 25 de noviembre de 2009, http://ipsnoticias.net/print.
asp?idnews=94047.
132
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
radiofónicos de organizaciones de base y lucha como la Radio Orquídea del MCA, el Movimiento
Campesino del Aguan en la comunidad Guadalupe Carney, un predio de 5000 hectáreas recupe-
radas por la organización, después de que una base militar estadounidense fue abandonada y
luego recuperada por el depuesto Presidente Manuel Zelaya en el departamento de Colón. Tam-
bién los y las comunicadoras de Zacate Grande en la Costa Pacífica Hondureña, quienes mantie-
nen una lucha en defensa de la usurpación de su territorio contra el empresario cacique Carlos
Flores Facussé, quien les amenaza desde hace varios años con desalojar las comunidades para
colocar sus hoteles en la zona conocida como Club Coyolito.
Además, la red está vinculada con un esfuerzo de intercambio con las redes hermanas de Ra-
dios Indígenas y Comunitarias de Guatemala y del Sureste Mexicano, quienes han estado trans-
mitiendo las denuncias y el repudio general al Golpe de Estado Hondureño en sus respectivas
radios.
Por las mismas condiciones generadas por el golpe de estado y por los decretos presidencia-
les que amenazan la libre expresión y difusión de ideas, esta red enfrentará grandes retos por
mantenerse al aire y defender sus espacios informativos, mientras que el orden impuesto sigue
aplicando medidas más represivas e intimidatorias hacia los y las comunicadoras populares e
indígenas del país. Pero las organizaciones confían en que exista una diferencia grande entre
los medios comerciales y los medios comunitarios de Honduras; dicen que el pueblo defenderá
a sus medios, los medios comunitarios, porque transmiten el interés y la realidad de lo que vive
el pueblo mismo.
A continuación, les presento una entrevista con Juan Vásquez, coordinador de la radio La Voz
Lenca del COPINH, como testimonio de la experiencia de las Radios Comunitarias, Populares e
Indígenas en Honduras, como herramienta de lucha no solo contra el golpe de estado, sino para
la transformación profunda del país.
Juan, ¿hace mucho que están ligados a las actividades del COPINH?
“La realidad es que nosotros, como COPINH, hemos estado siempre en acciones rei-
vindicativas y de lucha para el pueblo Lenca. El Copinh nació como una organización
en defensa de los recursos naturales y en defensa de los bosques. En esto de la de-
fensa de los bosques se logró que se salieran más de 50 aserraderos de explotación
maderera que estaban aquí en Intibucá, Lempira y La Paz. Después, la gente fue
confiando en COPINH y se sumaron más luchas como la titulación de la tierra co-
munitaria, como la defensa del agua que está en peligro de privatización. También
se optó por luchar por la salud y, bueno, por todo lo que son los derechos del pueblo
indígena Lenca. Nosotros montamos todo tipo de acción reivindicativa: tomas de
carreteras, tomas del congreso nacional, de la casa presidencial, exigiendo todo lo
que el pueblo Lenca necesita y todos los temas que trabaja. Entonces a través de
esto, todo el mundo fue reconociendo lo que es COPINH”.
133
A m é rica L atina desde A bajo
162 http://www.comppa.org
134
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
163 http://radiopcp.blogspot.com/
135
A m é rica L atina desde A bajo
que estaba sucediendo con este golpe de estado. Los medios de comunicación co-
mercial del poder, lo disfrazaban como una sucesión presidencial, decían que Zelaya
no obedecía al pueblo y estaba entregando la tierra a Chávez; decían que se venía
el comunismo y las guerras, y que a la gente le iban a quitar sus tierras, o si tenían
dos animales les iban a quitar uno, porque todo tenia que ser igual. Era una terrible
campaña de miedo, necesitaban inculcar el miedo en la gente. La Voz Lenca, ha di-
cho NO a esta campaña de miedo y empezó a transmitir lo que realmente estaba
sucediendo”.
El golpe fue quizás la última prueba, porque la radio ya se estaba ganando la confianza de la
gente, ¿verdad?
“Gracias a Dios que hasta el momento solo hemos recibido amenazas; han milita-
rizado la zona donde transmitimos pero nunca se atrevieron a llegar hasta adentro
para sacar a nuestros aparatos; yo creo que saben muy bien que en COPINH hay
gente luchadora, gente que defiende sus derechos. Por eso. Bueno, nosotros tuvi-
mos que tomar decisiones de seguridad también, para desmantelar la radio y escon-
derla en caso de necesidad. No tanto por miedo a los militares, sino por prevención,
pero seguimos al aire aquí en La Esperanza y también en San Francisco Lempira. Por
ejemplo, el día de las elecciones nosotros estábamos transmitiendo todo el día, pero
siempre con seguridad. ¿Qué nos da esta fuerza? La gente ya está lista para defen-
der a la radio en cualquier momento, en el momento en que hubiese una intervención
militar de verdad. Hasta el momento nada ha pasado, seguimos al aire lanzando
estos mensajes. Por eso mucha gente dice que somos la «la única emisora diferente
136
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
a los medios comerciales porque allí en la voz lenca dicen la verdad; porque son los
únicos que dicen que se debería de terminar con este régimen de facto y para termi-
nar con estos grupos de la oligarquía».
La gente ya sabe que es el COPINH y que significa una Radio Comunitaria. Así las
comunidades hacen suya la voz de la radio, como por ejemplo durante las eleccio-
nes cuando nos enviaban sus comunicados. Pedían la renuncia de las candidaturas
de la Unión Democrática164, porque participar en el proceso electoral habría signifi-
cado avalar el golpe de Estado. O también cuando apoyábamos las movilizaciones
en contra de las represas en San Francisco de Opalaca: ahí todas las comunidades
rechazaron los proyectos de las represas y de explotación de los recursos naturales.
Les dimos duro a los golpistas y le dimos duro a los Schucry Kafie, los Facussé, los
Rosenthol, los grupos Terra y Rio Plata que llevan sus proyectos en San Francisco de
Opalaca. La gente pudo fortalecer su lucha y su organización gracias a una voz más
potente y más escuchada”.
La radio encuentra su sentido en estas luchas, crece con ellas y las retroalimenta…
“Sí, básicamente porque ahora la gente sí conoce el significado de las luchas del CO-
PINH. Antes la gente ni siquiera sabía qué era el COPINH. Se podían creer los cuentos
de aquellos que nos acusaban de ser terroristas, de los que decían que nos pagaban
miles y miles de dólares para estar desestabilizando el estado, que sacamos a solear
en canastas los dólares porque no teníamos como gastarlos. Una campaña tremen-
da desde los medios oficialistas y no teníamos como responder. Pero hoy con La Voz
Lenca, todos los programas han sido fortalecidos y la gente puede abiertamente de-
cir que La Voz Lenca significa defender el agua, defender los derechos de los jóvenes,
de los adultos, de los ancianos, de las mujeres y luchar para una sociedad más justa
y más humana. Entonces, en esto se basa el trabajo de la Voz Lenca. Estamos muy
orgullosos de hacerlo y vamos a continuar adelante para, como dicen en el Frente
Contra el Golpe del Estado, inundar a Honduras con los medios comunitarios.
Ahora, para terminar quizás sería bueno tocar otro tema fundamental que
desde la radio seguimos defendiendo. Hay grandes emisoras como Radio Globo o
Canal 36 que se están esforzando enormemente en contra del Golpe. Sin embargo,
son empresas privadas. También se alimentan con las entradas que reciben por parte
las transnacionales de productos como la Coca-Cola, o por parte de las grandes em-
presas de telefonía. Son transnacionales como otras, que saquean nuestro país y sus
recursos naturales. Nosotros no podemos acepatarlo, no podemos trabajar recibien-
do sus migajas. Hay que formar una articulación de comunicación alternativa propia
del pueblo, sin intereses económico detrás. HRN y Radio América dicen que son la
voz del pueblo, pero es mentira. Si usted quiere dar un comunicado de una organiza-
ción de lucha o si usted quiere hablar en contra del golpe de estado, le dicen que no
164 El partido tradicional de la izquierda Hondureña, que se opuso al golpe de estado y se sumó a la resistencia.
137
A m é rica L atina desde A bajo
le dan entrada. Ésta no es la voz del pueblo. Las radios comunitarias sí son la voz del
pueblo. Están constantemente sostenidas por el pueblo, defendidas por el pueblo,
sin fines de lucro, sino que con fines de formar en la gente aquella conciencia política
y comunicacional para que se sientan dueños del medio y a su vez constructores de
nuevos procesos sociales. No nos mueven los dólares, sino el compromiso para se-
guir luchando y convertir esta Honduras en una sociedad más justa y humana”.
138
Capítulo 5
… entre iguales pero diferentes…
Kart María Kertbeny, en 1869, fue quien acuñó por primera vez el concepto de homose-
xualidad, en un documento en que solicitaba la derogación de los artículos que penalizaban la
sodomía en Alemania . Según la visión de Kertbeny, las relaciones sexuales de los “sodomitas”
167
no eran la manifestación de un derroche, sino más bien el síntoma de algo interno. Se estaba
comenzando a gestar la idea de la existencia de una orientación sexual inmanente y constante
en el ser humano. Paralelamente, con el desarrollo de la ciencia, la homosexualidad comenzó
a estudiarse. Los campos de la psicología y psiquiatría contribuyeron a elaborar categorías de
individuos susceptibles de ser diagnosticados y medicados. El homosexual, a diferencia del an-
tiguo sodomita, ya no era responsable sólo de una aberración temporal, sino que se constituía
en un sujeto, una clase, una biografía: o sea, adquiría una identidad. En efecto, el planteamiento
de que la sexualidad pudiera configurar un tipo particular de personas (los homosexuales), ge-
neró la posibilidad de pertenencia a un grupo y, desde allí, la articulación de estrategias políticas
para la obtención de derechos civiles, tal como lo habían hecho las feministas o los esclavos
negros. La idea de minoría política, copiada de la experiencia de estos movimientos, sirvió a los
165 El término “cola” en Chile se utiliza para nombrar al homosexual, lesbiana o trans. El título es una analogía irónica del libro La guerra
de las colas de Roger Enrico, Presidente de PEPSI, en su batalla por ganarle mercado a su eterna rival, la Coca Cola.
166 Periodista titulado en la Universidad de Chile (2007), en 2005 trabajó como investigador para el libro+ Diversidad = + Democracia,
Primer Informe de la Sociedad Civil Sobre Diversidad y No Discriminación (Fundación Ideas - Universidad de Chile); ha trabajado
por Radio JGM de la Universidad de Chile y se está especializando en comunicaciones electrónicas. Es parte del movimiento de
activistas digitales queer o ciberactivistas, plataforma desde donde ha realizado varias acciones tendientes a denunciar violaciones
a los Derechos Humanos con énfasis en los crímenes contra grupos ultra-marginalizados por el sistema socio-económico como
transgéneras y transexuales. En este contexto, entre junio de 2007 y enero de 2009 fue director y webmaster de la revista electrónica
“Disidencia Sexual” de la CUDS (www.cuds.cl), y actualmente dirige la revista de estudios culturales Desechos Modernos (http://
desechosmodernos.wordpress.com/).
167 LAURITSEN, J. y THORSTAD, D. (1977), Los primeros movimientos en favor de los Derechos Homosexuales (1864-1935), Barcelo-
na, Tusquets, p. 20.
139
A m é rica L atina desde A bajo
homosexuales, primero en Estados Unidos y luego en todo el mundo, para pronunciarse frente
al Estado y la sociedad como un grupo de interés que busca obtener modificaciones legales y
culturales. Chile no escapó a la tendencia mundial, aunque la articulación de las exigencias ho-
mosexuales ocurrió más tarde que en otros lugares. Si bien la expresión política de las llamadas
minorías sexuales surge tempranamente en 1973, el golpe de Estado de septiembre de ese año
reprimió toda actividad política homosexual hasta 1991, cuando se creó la primera organización
LGBT que trabajó políticamente de manera continua.
168
informó el periódico pro Allende, Clarín, el mitin fue la respuesta a “un llamado formulado por el
Movimiento de Liberación Homosexual” . Un dato curioso, ya que la historia política de las distin-
170
tas organizaciones LGBT de Chile sitúa el nacimiento del Movimiento de Liberación Homosexual
recién en 1991 . 171
El desaparecido periódico de izquierda “Clarín”, cuya consigna era “Firme Junto Al Pueblo”,
se refirió a los manifestantes como “asquerosos especímenes”, “maracos”, “yeguas sueltas”,
“colipatos” y “sodomitas”. El diario criticó además que la policía no interviniera y, finalmente,
estuvo de acuerdo en “rociarlos con parafina y quemarlos”, en una nota titulada “Repugnante
espectáculo: Ostentación de sus desviaciones sexuales hicieron los maracos en la Plaza de Ar-
mas. ¿Y la policía?” . “A estos niños deberían reunirlos de nuevo, garantizándoles que nada les va
172
a pasar. Y cuando estén todos juntos, rociarlos con parafina y tirarles un fósforo encendido. De lo
contrario, el mal ejemplo y la degeneración cundirían y no habría modo de pararlo” , señalaba el 173
Clarín, olvidándose que los gays también eran parte del pueblo con el que estaba “firme”. “Pa-
loma”, la revista quincenal para mujeres, en comparación fue más moderada. Allí, una noticia
de apenas 24 líneas comunicó que los “homosexuales a la ofensiva”, realizaron un “espectáculo
degradante”, en el que “hicieron ostentación de su anormalidad, provocando el rechazo y disgusto
168 Lesbianas, Gay, Bisexuales y Trans (el concepto trans agrupa a transexuales, transgéneros y transformistas/travestis).
169 Chile fue uno de los países pioneros del mundo en este tipo de manifestaciones: la primera protesta gay fue en 1969 en Nueva York
(Stonewall) y en 1970 ocurrió la segunda en Highbury Fields, al norte de Londres. En otros países latinoamericanos, como México,
la primera protesta gay fue en 1978.
170 Clarín (1973), “Ostentación de sus desviaciones sexuales hicieron los maracos en la Plaza de Armas”, Santiago de Chile, 24 de abril,
año XIX n° 6.777.
171 Sobre esta fecha hay consenso en numerosos libros y documentos: 28 de junio de 1991. Para una revisión rápida de las fechas
importantes de la historia del movimiento homosexual, se recomienda revisar los sitios www.movilh.org y www.mums.cl/sitio.
172 Clarín (1973), “Ostentación de sus desviaciones sexuales hicieron los maracos en la Plaza de Armas”, Santiago de Chile, 24 de abril,
año XIX n° 6.777.
173 Ibídem.
140
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
del público”, siendo ellos “una copia criolla de otras cofradías de sodomitas ingleses” . Sólo al- 174
gunos ejemplos de cómo dos medios simpatizantes de la “vía chilena al socialismo” no dieron
espacio a las demandas políticas homosexuales, ni se cuestionaron el problema de la exclusión
social por homofobia. Los “compañeros” de la Unidad Popular aseguraban que “esas manifesta-
ciones importadas constituían desviaciones del capitalismo” . Marcelo Zamora, presidente de la
175
Brigada Gay/Lésbica del Partido Socialista de Chile, historiador y Experto Técnico Pedagógico del
Ministerio de Educación, opina que “los maricones, desde la perspectiva heredada del Gobierno de
la Unidad Popular y todos los gobiernos anteriores en la historia de Chile, somos inofensivos, débiles
e incapaces de nada. Esa es la lógica que viene arrastrada por la historia y que pasó por la Unidad
Popular, y ahí los actores también asumieron esa mirada”.
La siguiente aparición pública de los gays en una manifestación, sería recién 19 años después,
el 4 de marzo de 1992. Diez personas, enmascaradas y atemorizadas, metidas en una marcha
pro Derechos Humanos que conmemoraba el aniversario de la entrega del Informe de Verdad y
Reconciliación sobre los crímenes cometidos en la dictadura. Los gays caminaron al final de la
marcha, de riguroso luto y en silencio: el resto de los manifestantes pro derechos humanos… ¡se
alejaba de ellos!
Durante la dictadura de Pinochet las fuerzas policiales cometieron innumerables abusos, so-
bre todo a las travestis que ejercían la prostitución. Sin embargo, “como una suerte de válvula de
escape o de estrategia para afrontar el impacto del desempleo, el régimen militar hizo vista gorda
frente a un creciente comercio sexual: topless, saunas y moteles” . Estos negocios se institucio-
177
nalizaron, y ahí pasó camuflada la movida de los gays. Así, al integrarse al sistema económico
con sus centros de diversión, los homosexuales obtuvieron un “tácito reconocimiento de un grupo
económico potencial” . Ello favoreció en los años ochenta el surgimiento de las primeras disco-
178
tecas y organizaciones homosexuales con cierto reconocimiento público. “Bares y discos funcio-
naron sin grandes dificultades. De vez en cuando, especialmente en la época cercana al plebiscito
de 1988, se hicieron allanamientos a algunas discos, producto de que el régimen intentaba mostrar
141
A m é rica L atina desde A bajo
una dosis de moralidad” . En todo caso, “la dictadura no ofreció salidas ni apertura cultural a las
179
minorías sexuales, sólo ofreció mercado y libertad para ofrecer bienes de consumo (…) La comuni-
dad homosexual emergente se hizo parte de ese juego al igual que miles de pobres y explotados” . 180
llenaban el bus con los ‘colas’. No te decían por qué te llevaban. A mí me llevaron montones de ve-
ces. Pero uno estaba tan acostumbrado que ya era pan de todos los días. Tú sabías que tenías como
dos horas para bailar porque si llegaban los pacos cagaba el baile y a las siete de la mañana tenías
que estar saliendo de la comisaría o de Investigaciones. Eso nos pasó a miles”. Además, se forma-
ron esporádicos grupos, como Integración en 1977 y la colectiva lésbica feminista Ayuquelén en
octubre de 1984 . Esta última surgió a raíz del asesinato de la joven lesbiana Mónica Briones,
182
ocurrido en las afueras del desaparecido Bar Jaque Mate de la capital y en el que habrían partici-
pado dos agentes de la Central Nacional de Informaciones de Pinochet.
142
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
Pero a pesar del escándalo, la investigación terminó un mes después en el Séptimo Juzgado del
Crimen de dicha ciudad, sin establecer ningún tipo de responsabilidades.
No solo en el ámbito judicial el Estado de Chile brilló por su ausencia durante este perio-
do. En aspectos como políticas públicas, cambios legislativos y/o asistencia económica a las
organizaciones, tampoco se notó interés de parte de las autoridades en escuchar o acoger las
demandas de la población LGBT . 187
cuando una mañana de primavera, la televisión por cable transmitía la noticia de que el hasta
ese entonces intocable Augusto Pinochet había sido detenido en Londres en The London Clinic,
una prestigiosa clínica privada inglesa. Algunas semanas antes, la primavera ya traía excelentes
187 En la declaración oficial de la Marcha del Orgullo Gay de 2006, los organizadores expresaron que los homosexuales “sólo hemos
logrado visibilidad con costos personales, familiares y sociales muy altos, pero ningún avance efectivo en materia de leyes, políticas
públicas y en las decisiones de los tribunales”.
188 Según el ex ministro de Trabajo, Ricardo Solari: “Desde el punto de vista institucional, la transición terminó ahora al aprobarse las
reformas constitucionales (de 2005). Pero simbólicamente, el fin de la transición coincide con la detención en Londres del general
Pinochet, que representa el fin de la impunidad”. Véase Aravena, P. (2005), La transición: sus últimas horas, El Mercurio [en línea],
14 de agosto.
143
A m é rica L atina desde A bajo
noticias para la población homosexual: los gays dejaban de ser criminales, ya que la sodomía se
despenalizaba al modificarse el artículo 365 del Código Penal . Esta conquista fue el resultado
189
del trabajo de distintos activistas y organizaciones LGBT, una labor que se abordó desde diver-
sos frentes, como el social, el artístico y por supuesto el político.
De cara a las elecciones presidenciales de 1997, en tanto, se ideó una táctica política. Esa vez,
nueve candidatos al Congreso (todos del conglomerado gobernante llamado “Concertación”)
firmaron una carta donde se comprometieron a despenalizar las relaciones homosexuales entre
varones adultos . “Hicimos un documento donde le pedimos a los candidatos a diputado que se
190
189 Desde el punto de vista de las penas, el Código Penal de 1874, contempló entre su catálogo de delitos la relación sexual entre hom-
bres, sancionando con una pena de presidio de 541 días a 3 años y un día a la sodomía. La conducta típica consistía solamente en
la sodomía (sin definirla expresamente), sin que se exigiera para su represión penal circunstancias adicionales relativas a la voluntad
de los partícipes en dicha relación. Es decir, la relación sexual consentida y voluntaria entre dos hombres era, a todo evento, cons-
titutiva de delito. La inspiración del Código Penal de 1874 fue el Código Español de 1848 en donde no se contemplaba la sodomía;
sin embargo, el legislador chileno sí la incorporó como delito basado en las discusiones relativas a la homosexualidad.
190 El Código Penal nunca criminalizó el lesbianismo. De hecho, el modificado artículo 365 ni siquiera lo mencionaba.
191 Quedó redactado así: “Artículo 365. El que accediere carnalmente a un menor de dieciocho años de su mismo sexo, sin que medien
las circunstancias de los delitos de violación o estupro, será penado con reclusión menor en sus grados mínimo a medio”.
192 www.cuds.cl.
144
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
“Hija de Perra” es otro de los personajes importantes de este periodo. Ella es una artista
performática que denuncia cómo “el sistema heteronormativo se ha venido a disfrazar de toleran-
cia e integración”. Esto porque los movimientos gays más institucionalizados y que han logrado
adquirir ciertas cuotas de poder privilegian y promueven estrategias o estereotipos que no ge-
neran rechazo social, visibilizando patrones positivos y correctos de la homosexualidad, trans-
formismo y lesbianismo. Hija de Perra sostiene que las metas entrecruzadas de lograr mayor
respetabilidad social presentando la cara correcta y positiva de la homosexualidad, para lograr
integración y tolerancia social, producen enormes exclusiones al interior de los grupos de la di-
versidad sexual, como los sadomasoquistas, promiscuos, etcétera. En sus performances, Hija de
Perra presenta una propuesta absolutamente incorrecta para la política LGBT clásica. Ella es una
“puta inmunda” (como se define) que libera a las mujeres de la opresión masculina ofreciéndoles
hacer “la tijera” , se masturba en público y se come los restos de semen de los condones usados.
194
Una de las “marcas registradas” que la llevó a la fama es la performance en la cual se corta un
pezón en público y salpica a los presentes con sangre, violentando a la audiencia.
145
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-Jorge Arrate (de izquierda), Eduardo Frei (coalición de gobierno), Sebastián Piñera (derecha) y
Marco Enríquez-Ominami (independiente)- destacaron la necesidad de proteger los derechos
de la población LGBT. En la franja televisada de Eduardo Frei fue un beso lésbico la representa-
ción de la supuesta tolerancia sexual que quiso plasmar el candidato cristiano. En el video, una
de las chicas, luego del ósculo, decía “nos merecemos los mismos derechos que todos”.
Por su parte, Enríquez-Ominami se explayó en su espacio sobre la inexistencia de una “de-
mocracia sexual” en el país, explicando que los hombres tienen más derechos que las mujeres y
que las personas homosexuales no son reconocidas por el ordenamiento jurídico. Algo parecido
a lo que hizo el candidato de izquierda Arrate, sector político que constantemente ha reivindica-
do los derechos de las personas homosexuales en sus propagandas televisivas desde el retorno
a la democracia.
Sin embargo, fue la inclusión de una pareja homosexual en la franja televisiva del candidato
de derecha la que más polémica despertó. No sólo porque un sector de la Coalición por el Cam-
bio (el grupo político que lo acompaña) se ha opuesto reiteradamente a cualquier diálogo con el
mundo homosexual, sino porque hasta la Iglesia Católica dejó sentir su molestia por la presencia
de los “raros” en la franja de derecha. En la escena (bastante inocente por lo demás), una pareja
de homosexuales tomados de la mano -uno de ellos es Luis Larraín, hijo de un columnista del
periódico ultraconservador El Mercurio- aparece junto al candidato de derecha. Luego de co-
mentarle algo al oído, Larraín expresa que “Piñera será nuestra voz”.
Bastante sulfurado después de ver el “escándalo”, el presidente de la Conferencia Episcopal,
Alejandro Goic, cuestionó las imágenes señalando que no se pueden equiparar los derechos de
los gays con los de los heterosexuales. “En el interés de los candidatos por captar votos se pre-
sentan muchas realidades que existen y quieren llegar a todos los grupos humanos, pero desde mi
perspectiva, hay también un límite”, dijo . Sin embargo, esa sólo fue la cerilla que encendió el
196
horno, puesto que el senador Demócrata Cristiano, Jorge Pizarro, respondió al otro día que “en
la Iglesia también hay muchos homosexuales, y hay gente que también comete delitos tan delica-
dos como la pedofilia” . 197
Esto originó que el portavoz de la Unión Demócrata Independiente (uno de los partidos de
derecha que apoya a Piñera), Víctor Pérez, dijera que “La Iglesia Católica merece respeto y debe-
mos atender el llamado que hace a través de los obispos”. Las declaraciones de Pérez tenían el
sabor de otra serie de molestias que evidenciaron personajes como el diputado José Antonio
Kast y el senador Hernán Larraín, ambos de la UDI, que criticaron la visibilidad homosexual en la
195 La propaganda presidencial televisiva se transmitió durante un mes antes de las elecciones presidenciales del 11 de diciembre, a
mediodía y a las 20:40 horas.
196 Véase: http://www.cooperativa.cl/monsenor-goic-llamo-a-los-candidatos-a-ser-coherentes-con-sus-valores/prontus_nots/2009-
11-23/085245.html
197 http://www.latercera.com/contenido/674_203362_9.shtml
146
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
franja de Piñera y hasta sugirieron que podían restar su apoyo al candidato de mantenerse esta
sintonía rosa.
aún permanece rígida la idea de que las demandas LGBT deben expresarse “en la medida de lo
posible”, de modo de que sean los grupos homosexuales los que se adecuen a los requerimien-
tos de la sociedad heterosexual y no ésta la que se abra a la posibilidad de una ciudadanía diversa
198 http://blog.latercera.com/blog/rjimenez/entry/diversidad_sexual_y_el_conservador
199 Fundación Chile 21 (2004), Estudio Opinión Pública N° 16: Opción Sexual y Discriminaciones.
147
A m é rica L atina desde A bajo
y plena para todos. Con esto me refiero a los proyectos de ley sobre Unión Civil y Matrimonio y
otro que versa sobre la discriminación.
Respecto al primero, la Presidenta Bachelet enfatizó en el último debate televisado antes
de la primera vuelta electoral presidencial de 2005 que “la sociedad no está preparada” para el 200
matrimonio entre homosexuales, aunque dijo que apreciaba el modelo francés del Pacto Civil de
Solidaridad (PACS). Aseguró, de paso, que si pudiera implementar en Chile una legislación pare-
cida para los no heterosexuales, sería con el modelo francés como norte. De hecho, una ley de
Unión Civil parecida al PACS fue una de las promesas de su campaña. En un texto de 102 páginas,
bajo el título de “Minorías Sexuales y Respeto”, el programa de Bachelet indicó que propondrá
“legislar para entregar estabilidad jurídica a las parejas de hecho, independiente de su composición,
y regular la adquisición de bienes comunes, derechos hereditarios, cargas y beneficios de seguros,
entre otras materias civiles” . 201
Este proyecto nunca vio la luz, por lo que se ha convertido en otra promesa de campaña no
cumplida. El 12 de noviembre de 2008, por otro lado, se le retiró el carácter de “urgente” al pro-
yecto de ley contra la discriminación que se discutía en el Senado. La medida tuvo como objeto
permitir ampliar la discusión de éste a medida que se le presenten indicaciones, con el objeto
de evaluar nuevos ajustes al proyecto. Aunque se puede leer como un tropiezo, algunos grupos
LGBT aplaudieron la medida ya que consideraban que el actual proyecto es malo al no contem-
plar discriminaciones específicas en ámbitos como el de la lesbomaternidad. Además es necesa-
ria una nueva ley de identidad de género que permita el cambio de nombre sin una reasignación
sexual previa (cirugía), única posibilidad para cambio de identidad en Chile.
Conclusiones
La lucha gay, lésbica, trans y de toda las diversidades sexuales no es solamente política, sino
que también social y cultural. Los avances tienen que ser colectivos y el discurso propio y crítico
de las diversidades sexuales debe instalarse más allá de la simple demanda de derechos y rei-
vindicaciones. La reputación internacional de Chile no debe construirse solamente sobre la base
de sus índices macroeconómicos. El prestigio pasa también por fortalecer la capacidad como
país de promover, difundir y garantizar el respeto a los Derechos Humanos. Esta no es sólo una
declaración de buenas intenciones.
El artículo cuarto de la carta fundamental establece que Chile es una República democrática
y es desde ese precepto que adscribe a valores como el pluralismo. En virtud de éste, el Esta-
do no puede adherir a un código moral o religioso e imponerlo jurídica o legalmente a todas
las personas. Por eso, respetar la pluralidad consagrada en la Constitución, implica derogar las
normativas que perduran y que sancionan la libertad de gays, lesbianas, trans y bisexuales en la
200 Movimiento Unificado de Minorías Sexuales (Mums) (2006), “el uso de argumentos como «Chile no está preparado para»...” ejemplifi-
ca el fundamentalismo de la heterosexualidad naturalizada como lo normal; véase el Informe de Derechos Humanos y Discriminación
2006, Santiago de Chile, p. 7.
201 Michelle Bachelet (2005), Programa de Gobierno, Santiago, Chile, p. 90. Consultar en línea: http://www.michellepresidente.cl/down-
load/bachelet.006.pdf.
148
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
149
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La entrevista con María do Carmo, miembro y militante del Movimiento de Trabajadores Ru-
rales Sin Tierra (MST), ha sido realizada en marzo de 2007 en el marco de las investigaciones
para mi tesis de licenciatura, “La Participación de las mujeres en el Movimento dos Trabalhadores
Rurais Sem Terra”. Poder finalmente publicar la entrevista en un trabajo como este, significa para
mí recorrer el camino que me llevó a conocer a María y a los demás pobladores del campamento
Ho Chi Minh y a compartir sus historias de luchas y de esperanza. Historias de seres humanos
que, a pesar de todas las dificultades e injusticias cotidianas, han encontrado en el movimiento
la razón de ser y la necesaria fuerza para seguir luchando. El campamento se encuentra en un
maravilloso valle a menos de dos horas de Belo Horizonte, ciudad que en este siglo ha visto
multiplicarse por 10 su población, sobre todo a causa del enorme éxodo rural que dio vida a las
favelas y a los grandes barrios periféricos.
La historia de María es la emblemática experiencia que millones de campesinos y campesi-
nas brasileños tuvieron que vivir. Expulsada de la tierra cuando niña y obligada a trabajar en los
suburbios de la ciudad, esta mujer encontró en el MST una oportunidad de rescate, lejos de la
marginalidad y de la violencia con las cuales fue obligada a convivir cotidianamente. Esta nueva
elección de vida no fue seguramente fácil: dejar todo para vivir durantes varios meses, o años, en
chabolas de cartón o plástico, sufriendo las amenazas y las violencias de los terratenientes o de
la policía y la criminalización de los principales medios de comunicación, es un desafío que nece-
sariamente hay que afrontar con un gran coraje para vencer primero el miedo. Además, María es
mujer, y es una mujer sola, en una situación de extrema vulnerabilidad en un contexto machista
como en la mayoría de las realidades rurales brasileñas.
Sin embargo, la equidad de género es uno de los temas fundamentales con el cual el MST
trabaja cada día, sin romper de manera drástica con las tradiciones culturales reconocidas y res-
petadas. Y es a través de su participación en el movimiento que María, así como muchas otras
mujeres, pudo recuperar la fuerza y el coraje, no solamente para reconquistar un pedazo de tie-
rra que le diera los necesarios frutos para la sobrevivencia, sino también para luchar en la cons-
trucción de una sociedad más justa, donde a las mujeres se les reconozcan los mismos derechos
y las mismas oportunidades que a los hombres.
202 Licenciada en “Cooperación y Desarrollo Local e Internacional” (Universidad de Bolonia – Italia), completó un año de su carrera en
la “Universidade Federal de Minas Gerais” (Belo Horizonte), adonde volvió para investigar el tema de su Tesis final: “La participación
de las Mujeres al interior del “Movimento dos Trabalhadores Rurais Sem Terra (MST): el caso del asentamiento Ho Chi Mihn”. La
entrevista ha sido realizada en el mes de marzo de 2007.
150
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
María, ¿Cuándo entró a formar parte del Movimiento de los Sin Tierra?
“Como muchas otras personas empecé a escuchar hablar del MST, pero como es un
“movimiento” también se decía que era desorganizado. Por lo menos así lo califica-
ban, y siguen haciéndolo, los grandes medios de comunicación del país… Pero un
día un joven me lo hizo conocer más directamente… vino a la zona donde vivía para
llevar a cabo uno de los “trabajos de base” que los miembros del MST suelen realizar
en las zonas rurales, pero también en las favelas de las grandes ciudades. Me invitó
a participar en una de las reuniones de sensibilización y yo no me negué. Tuve una
primera impresión muy positiva, me parecía una cosa muy interesante y empecé a
participar en el movimiento.
Mi idea sobre el movimiento cambió totalmente: antes le tenía miedo y poco a poco,
participando en las varias reuniones y trabajos, mi interés aumentaba y mi deseo de
participar activamente también. Llegó el momento y participé en mi primera ocu-
pación, en el año 2002. Me di cuenta de que nada tenía de desorganizado… todo lo
contrario. Admiraba la organización del MST y sus trabajos colectivos. Me quedé, no
tuve ninguna duda.
El espíritu solidario entre sus miembros es muy fuerte: compartir lo poco que tenía-
mos me encariñó a todos los compañeros. Entonces ya no podía irme a pesar de que
estuviera trabajando y ganando más de mil reais al mes203. Quien trabaja para los
terratenientes a veces piensa ganar bien, pero en realidad los que de verdad ganan
bien son ellos, los terratenientes, mientras que nosotros somos los explotados. Me di
cuenta de todo esto gracias al movimiento, me quedé con mis nuevos compañeros y
participé de 5 tomas de terrenos, me desalojaron una vez… han sido duras luchas, he
sufrido mucho… pero junto a todas las otras familias compartimos también los su-
frimientos. El terreno donde estamos ahora es un pre-campamento porque todavía
no logramos ningún crédito, pero ahora está empezando el “Programa Estadual de
Instalação de Assentamento” (PEIA) y entonces vamos a ver si conseguimos cons-
truir algunas casas o por lo menos las necesarias infraestructuras educativas o sa-
nitarias”.
151
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152
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
educación de sus hijos; todas tienen que garantizar a los hijos el derecho de parti-
cipar en las clases, ahí donde las condiciones del campamento lo permiten. Y de la
misma manera hacer que estas condiciones se cumplan”.
¿Y tu educación?
“Casi me olvidaba decírtelo… yo no había estudiado nunca, nunca fui a la escuela y
aquí en el movimiento empecé con los cursos básicos y he aprendido muchísimo. No
sabía ni leer ni escribir y ahora lo hago cotidianamente. Y todo esto gracias al MST,
movimiento por el cual la educación está seguramente en el centro del cambio”.
153
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zenda más de dos años, producíamos por más de 500.000 reais y tuvimos que dejar
todo: arroz, maíz, mandioca, frijoles…
Y en la dirección de un campamento no es fácil gestionar la rabia de decenas y de-
cenas de familias obligadas a dejar la tierra que acaban de trabajar y que acaba de
dar sus frutos. Además, en aquella ocasión, nos trasladaron a un terreno sin agua
y entonces era casi imposible de trabajar. Nos quedamos ahí ocho meses y al final
llegamos al presente terreno. Aquí tampoco lo tuvimos fácil: quisieron desalojarnos
pero al final conquistamos los derechos sobre estos terrenos, aunque muchas fa-
milias tuvieron que abandonar el movimiento durante todas estas peripecias. Las
injustas acciones de los poderosos desmotivan a los pobladores: hace falta mucha
paciencia, mucha voluntad de lucha y mucho sufrimiento”.
204 Se refiere a la gran movilización organizada en homenaje de la líder sindical Margarida Maria Alves, asesinada en el año 1983. En
2001 en la primera marcha participaron 20 mil mujeres, en 2003 eran ya casi 50 mil. En 2001 el comité que organizó la marcha fue
recibido por Fernando Henrique Cardoso y por el Presidente del INCRA (Instituto Nacional de Colonização e Reforma Agrária) a los
cuales las mujeres recordaron la importancia que las mujeres tienen que tener en toda reforma agraria.
154
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
después las de mi padre, pocos miserables metros cuadrados… cuando volví a casa,
del trabajo en el campo, no quedaba nada.
Entonces decidí irme a la ciudad, hace ya 30 años. Como todo el mundo empecé a
trabajar como una esclava: pensaba poder ganar suficiente para comprar tierra a
mis padres. Hoy estoy tan feliz cuando las ocupo… cuando ocupo estas tierras que
los latifundistas dejan sin cultivar, improductivas, sin desarrollar sus funciones pro-
ductivas pero también sociales.
Ahora luchamos para que estas tierras incultivadas seaa expropiadas y que entren en la
reforma agraria. Muchas de estas tierras fueron robadas injustamente como las de mi
abuelo. Como lo que pasa aquí en esta fazenda: el dueño tiene los documentos legales
de 400 hectáreas, todas las demás las consiguió ilegalmente o con la fuerza. Pero ahora
estamos aquí para retomar los que un día nos quitaron de las manos”.
Esto es América Latina desde abajo… desde los suburbios de una población marginal del
Chile discriminatorio y neoliberal… donde el “gay” se situó con todos los derechos y beneficios
económicos que le otorga el libre mercado, pero los “maricones”, “colas” y “huecos” siguen al
margen del “chorreo” de la riqueza e igualdad prometidas…
Taty, es una persona trans que vive en el Barrio Norte de Talca; pertenece a un movimiento
de pobladores que luchan por quienes no tienen ni plata ni derecho asegurados para tener una
vivienda digna. En particular, encabeza a las personas trans que se reunieron en “Transgéneras
por el cambio” y que cotidianamente se ven marginadas de las políticas sociales casi en su to-
talidad; por la opinión pública no existen, si no como circo de fenómenos y burlas. Mucho me-
nos, por lo tanto, están consideradas dentro de las personas en riesgo y que puedan postular de
manera especial a la vivienda. Taty tiene su propia y profunda visión de esta cuestión. Habla de
“genocidio indirecto” a las personas trans. Esta entrevista es la síntesis de varias conversaciones
205 Estudiante de filosofía y miembro de varias organizaciones sociales chilenas e internacionales. Coordinador de la Red Chilena de
Objeción de Conciencia miembro activo de de Amnistía Internacional-Chile, donde coordina el Equipo de Derechos Humanos de la
Diversidad Sexual.
155
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con la Taty, tanto en Santiago como en Talca, su casa, el lugar adonde acudí para encontrarla
y acompañarla en sus actividades y poder conocerla mejor, así como también ver a las demás
compañeras que luchan con ella.
Taty, tú formas parte de un colectivo que se llama “Transgéneras por el cambio”. ¿Qué las
llevó a decidir agruparse y dar la pelea desde lo colectivo?
“En Talca somos muchas las personas trans. La mayoría nos vemos obligadas a tra-
bajar en la calle, vendiendo nuestros cuerpos a quién quiera comprarlo, exponién-
donos a enfermedades de transmisión sexual que nos pueden llevar a la muerte o a
grupos de neonazis (que han proliferado en Chile) que nos ataquen cotidianamente
hasta matando a algunas de nuestras compañeras206. Todas las transgéneras acá
en Talca vivimos en la marginalidad social, económica y política. Estamos hacina-
das en lugares que carecen hasta de lo más básico para poder habitar. No vivimos
humanamente, sino de modo indigno. Casi todas no pudimos terminar la enseñan-
za básica y media por diferentes razones, dentro de las cuales, la que más influyó
siempre ha sido la diversidad encarnada en nuestras mismas vidas. En otras pala-
bras, fuimos empujadas a no terminar nuestros estudios. Todo, en el desarrollo de
nuestras vidas, jugaba en contra: éramos malditas, condenadas por sentir y querer
ser de manera distinta, no heterosexuales; la sociedad con su indiferencia nos em-
pujó rápidamente a la calle, al comercio sexual. Lo único que teníamos eran nuestros
cuerpos… los vendíamos por unos pesos, justo para poder sobrevivir. Con el tiempo
entendimos que no era justo seguir viviendo así, que teníamos que hacer algo o si-
guirían matándonos poco a poco. Teníamos que hacer algo para cambiar. Por eso el
nombre de “Transgéneras por el cambio”, pues queremos cambiar nuestra condición
social, queremos ser dignas, tener la posibilidad de vivir mejor, de ser felices, de tener
derechos igual que cualquier persona. Pero no nos interesaba agruparnos para hacer
campañas sobre prevención del SIDA, lo único para lo cual nos pescan en el Gobierno
(sea cuál sea), porque nos ven sólo como posibles cuerpos transportadores de SIDA,
no como personas y seres humanos con derechos. A nosotras no nos interesaba ha-
cer campañas de prevención sobre las enfermedades de transmisión sexual…”
206 Los mismos medios de comunicación cada tanto informan que mueren mujeres trans asesinadas por grupos llamados “neonazis”.
156
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
Sé que éste es un tema que hace tiempo vienes elaborando y que tú has escrito varios artícu-
los en revistas y sitios de Internet donde has planteado el “genocidio indirecto”. ¿En qué consiste
específicamente y cómo llegaste a reflexionar sobre él?
“Básicamente consiste en la omisión intencionada por parte del Estado. Éste hace
como si nosotras no existiéramos. Siempre nos ha ignorado: en lo cultural, en las
políticas públicas, en lo social, laboral y en todas las otras áreas. Nos quita la condi-
ción de ser humano. No es que sólo nos rebaje, sino que directamente nos elimina:
cuando nos ignora, cuando deja que nos muramos frente a sus ojos. Y es a esto que
yo le llamo “genocidio indirecto”. Y esto ha sucedido toda la vida, no sólo ahora. El
Estado chileno siempre ha impuesto sólo un modo de ser hombre o mujer, pero noso-
tras, que sabemos que no somos ni uno ni otra, sino otra forma de ser que llamamos
el “tercer sexo”, queremos que se nos respete. De lo contrario, que nos maten de una
vez por todas. Nosotras también somos seres humanos, aunque a algunas personas
no les guste y quieran eliminarnos. Nosotras no nos podemos someter a la hetero-
sexualidad, pues sentimos y somos de modos diferentes. Eso no nos hace mejores
ni peores, sino que simplemente nos hace distintas, pero esa diferencia no tiene por
qué ser motivo de discriminaciones. A la sociedad lo único que le importa es el lucro y
el poder. Por eso nosotras podemos solamente lucrar con nuestro cuerpo, a eso nos
empujan. Pero como sujetos estamos omitidos, porque nos niegan los derechos, los
accesos a salud, vivienda y trabajo digno. ¡Para que hablar de la educación! Si nos
dejan siempre afuera y, en el mejor de los casos, nos meten a unas escuelas de puras
trans, gays y personas que no aceptan en ningún colegio”.
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condones a granel, porque parece que de ante mano ya están convencidos, y pare-
ce que ponen toda la energía en eso, que terminaremos trabajando de putas en la
calle, canjeando nuestros cuerpos por algunos billetes. Eso es omisión, negligencia
del Estado con sus ciudadanos, sobre todo con los más necesitados, aunque después
enseñen las cifras de sus planes de ayuda social. A lo mejor a la gente no le parece
algo del otro mundo que el Estado chileno nos esté exterminando, pero el genocidio
indirecto ya está en marcha. Al no tener políticas sociales con gente en riesgo, las
empuja a la muerte. Eso es así, lo vivimos y lo vemos todos los días. No solamente
con nosotras…”
¿Y por qué piensas que el Estado chileno ha puesto en marcha el genocidio indirecto?
“Porque rompemos las normas y reglas que rigen lo “normal” en este mundo, en esta
sociedad. Las personas homosexuales y trans siempre han existido en el mundo,
pero eso no logran entenderlo. No quieren comprender que el mundo vive en la diver-
sidad y que en esa diversidad estamos nosotras. Ellos están demasiado encerrados
en su mundo y sus reglas. Para que nos dejen vivir en este mundo tendríamos que
negar nuestra sexualidad, ocultarnos a nosotras mismas y ser como ellos quieren.
Esta sociedad nos ha excluido de todo, incluso del poder soñar con la felicidad. A
lo único que la sociedad nos permite acceder es a las burlas, golpes y humillaciones
de todo tipo por personas ignorantes que no entienden que la diversidad sexual es
algo normal. Y el Estado chileno se hace cómplice al no combatir esas actitudes. Por
eso también estamos agrupadas, para hacernos compañía, para estar acompaña-
das cuando llegue la muerte, porque a nadie más le interesamos, excepto a nosotras
mismas, a nadie le importa qué pasa con nuestras vidas”.
¿Qué han hecho específicamente para que el Estado oiga sus peticiones?
“Transgéneras por el cambio” pertenece a un movimiento mucho mayor de organi-
zaciones sociales de base que están acá en el Barrio Norte. Somos pobladores, clubs
deportivos, centros de madres, radios comunitarias y varias otras organizaciones.
Somos muchísimos. Y estamos todos agrupados con un mismo fin: reivindicar nues-
tro derecho, como personas pobres y en riesgo social, a una vivienda digna con apor-
te del Estado. Chile tiene mucho dinero y no es posible que se siga guardando para
años malos. Esos años ya están acá, en nuestras poblaciones, en nuestras casas,
en las habitaciones de los viejitos que ya no pueden subir a su departamento en el
blok , porque ya no tienen la fuerza física; en las familias que viven hacinadas en
207
“casas” que tienen un par de metros cuadrados. En ellas no tenemos intimidad, todos
escuchan todo, tienen que dormir decenas de personas en un par de habitaciones.
¡Imagínate los niños chicos y los viejos! Todos acá en la población nos organizamos y
nos hemos reunido con todo el mundo para exigir nuestros derechos, para que la ley
207 Un tipo de edificio de máximo tres pisos, con habitaciones muy básica y pequeñas, construidos en las poblaciones más pobres del
país y en los que viven hacinadas miles de familia.
158
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
se modifique y nos consideren. Nos juntamos con el alcalde, le enviamos una carta a
la Ministra de la Vivienda para exigirle una reunión y plantearle el tema. Incluso Am-
nistía Internacional nos apoyó con la carta y se comprometió con presencia y ayuda
al momento de reunirnos con ella, porque éste es un tema de derechos humanos.
Estamos presionando para que nos reciba, para hablarle de políticas sociales, para
que vea que somos miles de personas en riesgo social, marginadas de sus políticas
“sociales”. Si no estamos consideradas en ellas, es porque no son sociales, ¿o sí? Va-
mos a seguir escribiendo y presionando a quién sea, pidiendo apoyos a la ciudadanía
y las organizaciones de derechos humanos, porque el derecho a la vivienda también
es un derecho humano, es parte de nuestra dignidad. Queremos y exigimos que el
Estado se haga cargo de nuestras necesidades básicas y reconozca nuestros dere-
chos… no le estamos pidiendo ningún favor.
También hay que tener cuidado al momento de construir alianzas para seguir lu-
chando: nosotras confiamos sobre todo en nuestras compañeras y en los poblado-
res. Las organizaciones gays no nos dan confianza, tampoco los partidos políticos,
que siempre se nos acercan para aprovecharse de nosotras, para salir en la foto”.
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Todo parecía indicar que los sectores progresistas habían sufrido una derrota tremenda
cuando el 17 de septiembre de 2009 la Asamblea Revisora de la Constitución aprobó en segunda
(y definitiva) lectura el Artículo 30 que le otorga rango constitucional a la prohibición del aborto
sin excepciones, al consagrar el derecho a la vida desde el momento mismo de la fecundación . 209
Apenas 33 de 210 asambleístas se atrevieron a votar en contra de este artículo, que contó
con el apoyo de los líderes de los tres partidos políticos mayoritarios. El voto puso fin –al menos
momentáneamente- a una década de lucha feminista por la despenalización parcial del aborto,
una lucha a la que poco a poco se habían ido sumando otros sectores de la población. La Iglesia
católica atribuyó la aprobación del Art. 30 a la intercesión divina y celebró su victoria legislativa
en los medios de comunicación y en todas las parroquias del país. La ultraderecha se declaró
serenamente satisfecha.
Todo esto, en un país cuyo Código Penal prohíbe el aborto sin excepciones desde hace más
de un siglo, lo que convierte a la República Dominicana en uno de solo seis países del mundo
donde la interrupción del embarazo no se permite ni siquiera para salvar la vida de la mujer . 210
208 Denise Paiewonsky es socióloga con Máster en Sociología del Desarrollo por la Brown University, Rhode Island, Estados Unidos.
Desde 1997 es Profesora Asociada del Instituto Tecnológica de Santo Domingo (Intec). Activista por los derechos sexuales y repro-
ductivos es miembra de la Colectiva Mujer y Salud.
209 El artículo aprobado reza: “El derecho a la vida es inviolable desde la concepción hasta la muerte. No podrá establecerse, pronun-
ciarse ni aplicarse, en ningún caso, la pena de muerte”. Nótese que, debido a modificaciones rutinarias, el artículo aprobado en se-
gunda lectura lleva el número 38. Sin embargo, en el proyecto de ley original y a lo largo de todo el proceso de lucha le correspondió
el número 30, que llegó a simbolizar la resistencia social frente a la reforma constitucional. Por eso en este artículo nos seguiremos
refiriendo a él como el Art.30.
210 Chile, Nicaragua, El Salvador, Malta y Filipinas son los otros cinco.
160
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
En conclusión, con la aprobación del Art.30 la derrota de las fuerzas progresistas parece in-
cuestionable. Pero, paradójicamente, al hacer balance de lo ocurrido, no dejábamos de pensar
que en realidad habíamos ganado más de lo que parecía, mientras que la Iglesia en el fondo ha-
bía perdido muchísimo. Este balance final, de pérdidas y ganancias entre los sectores enfrenta-
dos en torno al Art. 30, será el tema principal de este artículo. Empezamos con un resumen de los
hechos que culminaron con la constitucionalización del derecho a la vida del óvulo fecundado.
Preparando el escenario
Las luchas del año 2009 contra el Art. 30 se empezaron a gestar una década antes, cuando
se inician en el Congreso Nacional los trabajos de revisión del Código Penal . Un pequeño grupo 211
público un documento cuyas propuestas incluían –entre otras- la despenalización del aborto te-
rapéutico y por violación/incesto. La revisión del Código Penal se mantuvo dando tumbos en el
Congreso, sin aprobación definitiva, hasta el año 2006, tiempo durante el cual la Coalición reali-
zó diversas actividades de divulgación pública y de cabildeo con legisladores.
Es bueno señalar que, para esta época, los movimientos feminista/de mujeres eran mucho
más pequeños y débiles que en décadas anteriores, y que la lucha por la despenalización pro-
bablemente no hubiera prosperado tanto como lo hizo sin el apoyo que a última hora recibió
del Colegio Médico Dominicano y otros gremios del sector de la salud. Éstos objetaban la re-
ducción de la autonomía profesional de los médicos resultante de la prohibición del aborto
terapéutico, así como otras disposiciones que lesionaban los intereses de su sector . Con la 213
entrada al ruedo de los médicos, el debate público se caldeó considerablemente, aunque hay
que señalar que, al menos desde 2005, venían escuchándose voces críticas que, por primera
vez, no provenían solamente de las feministas.
Periodistas, abogados, representantes de organizaciones de la sociedad civil, analistas políticos
y otros fijaron posición en los medios de comunicación a favor de la despenalización parcial, aunque
las críticas públicas a la Iglesia seguían siendo infrecuentes. Tan infrecuentes eran que, cuando en
julio del 2006 un grupo de iglesias evangélicas elevó ante la Suprema Corte de Justicia un recurso de
211 Hubo un primer asomo en 1991-92, cuando se intentó despenalizar el aborto terapéutico y por violación o incesto como parte de
la reforma del código sanitario. En esa ocasión la Iglesia aplastó sin mayores dificultades la iniciativa, defendida por un puñado de
feministas con muy escasos aliados. De esta época data la instalación en el país de los grupos pro-vida, los gremios católicos de
médicos y comunicadores sociales, el Opus Dei y toda la maquinaria política de la ultraderecha católica.
212 Es preciso destacar el rol jugado por la Colectiva Mujer y Salud en la creación de la Coalición así como en las luchas por los derechos
sexuales y reproductivos. Como punto focal de la Red Latinoamericana de Salud de las Mujeres, desde principio de los ’90, la Co-
lectiva viene realizando debates públicos en torno a la despenalización del aborto en el marco de la Campaña del 28 de Septiembre.
213 Los intereses corporativos del sector salud –médicos, aseguradoras y dueños de clínicas privadas- se rebelaron más que nada por
la inclusión en el Código de un artículo que por primera vez hubiera penalizado la negligencia y las malas prácticas médicas en el
país. El sector utilizó el aborto terapéutico como una especie de cortina de humo, tras la cual se ocultaban intereses lesivos al interés
público.
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la República entregó a la Suprema una opinión que favorecía el rechazo de la demanda sobre la base
de argumentos jurídicos tan endebles que resultaban risibles-, el silencio público fue ensordecedor.
A excepción de la “Colectiva Mujer y Salud”, tradicional defensora del Estado laico, ninguna
organización de la sociedad civil, ningún analista político ni abogado constitucionalista, ningún
defensor de la democracia ni de los derechos humanos alzó su voz para decir que el Concordato
violaba las garantías constitucionales de igualdad de derechos o que atentaba contra la libertad
de conciencia y cultos . Estaba claro que la Iglesia católica seguía teniendo un carácter casi sa-
215
crosanto en el país y que la censura pública del Cardenal López Rodríguez podía acarrearle con-
secuencias severas a cualquier persona u organización que incurriera su ira. Si usamos el silencio
ciudadano que caracterizó este episodio como línea de base, el cambio observado apenas tres
años más tarde durante la lucha contra el Art. 30 resulta verdaderamente sorprendente.
También en julio del 2006 se aprobó la reforma del Código Penal, que incluyó una especie de
golpe de Estado eclesiástico contra la despenalización parcial, la cual, según fuentes del Con-
greso, ya había sido acordada por la mayoría de los legisladores (luego de un largo proceso de
negociación entre representantes de la Coalición y de las Comisiones de Género y de Salud de
la Cámara de Diputados). A última hora, sin embargo, varios líderes congresionales recibieron
llamadas telefónicas de altos cargos de la Iglesia, tras lo cual se convocó una inusual sesión noc-
turna de la Cámara de Diputados que se prolongó hasta después de la media noche; de esa salió
aprobado un Código Penal que no solo no despenalizaba el aborto terapéutico, sino que además
endurecía las penas contra los participantes en las interrupciones.
Como este Código tampoco satisfacía las demandas del sector salud, las críticas contra el
mismo empezaron a llover desde diversos litorales, por lo que el Poder Ejecutivo decidió no pro-
mulgarlo –que es igual que vetarlo- y lo devolvió al Congreso con diversas recomendaciones. El
Congreso procedió entonces a convocar dos rondas de vistas públicas muy concurridas y publi-
citadas, cuyo asunto principal fue, de nuevo, la despenalización parcial del aborto. Durante este
proceso, el trabajo de la Coalición por un Código Penal Moderno y Consensuado mantuvo vivo
el debate público en torno al aborto mediante la divulgación de documentos públicos, la organi-
zación de ruedas de prensa, frecuentes comparecencias de sus representantes en programas de
televisión, la realización de conferencias y otras actividades.
La opinión pública progresivamente más favorable a la despenalización parcial probable-
mente fue la causa de que los jefes políticos finalmente decidieran engavetar el proyecto de
Código Penal y no volverlo a someter a votación . Además, ya para esta época, la atención del
216
Poder Ejecutivo, del Congreso y del país estaba cada vez más centrada en el proceso de consul-
tas populares y la elaboración de propuestas para la reforma constitucional.
214 El Concordato firmado con la Santa Sede en 1954 establece la católica como religión oficial del Estado dominicano y le otorga un
sinnúmero de privilegios a la Iglesia católica y a su clero.
215 La sentencia de la Suprema en el caso del Concordato, que pasará a la historia como ejemplo de la mediocridad y cobardía de este
tribunal, está disponible en la página: http://www.suprema.gov.do/novedades/sentencias/2008/SENTENCIA_SOBRE_EL_CON-
CORDATO.pdf
216 Hasta el día de hoy, el Código Penal no ha sido revisado.
162
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
el Art. 30, sino que éste formaba parte de un conjunto más amplio de propuestas consensuadas
y divulgadas el año anterior , que incluían aspectos relativos a la igualdad/no discriminación,
219
la violencia de género, la familia, sexualidad y reproducción, etc. Este enfoque amplio se fue
estrechando a medida que el debate constitucional pasó a concentrarse casi exclusivamen-
te en el Art. 30. A un mes de iniciada la reforma, en un espectáculo digno de Torquemada, la
Iglesia dedicó el Sermón de las 7 Palabras casi exclusivamente al tema del aborto y, entre otros
excesos, denunció con nombres y apellidos a los/as asambleístas que lideraban la oposición al
Art. 30, acusándolos de ser partidarios de la muerte y contrarios a “la cultura de la vida”. El Car-
denal López Rodríguez y sus subalternos habían declarado en múltiples foros que quienes se
oponían al Art.30 eran básicamente cómplices de homicidio, personas sin moral, criminales al
servicio de intereses foráneos dedicados a promover “la cultura de la muerte”, etc., etc.
El Sermón de las 7 Palabras marcó un punto de inflexión tanto en el debate público sobre
el Art. 30 como en las actitudes ciudadanas frente a la Iglesia, por dos razones principales: pri-
mero, porque los excesos discursivos de los expositores pusieron al descubierto el fanatismo
y la irracionalidad que subyacen en la oposición católica al aborto terapéutico y por violación/
217 http://mujeresporlaconstitucion.blogspot.com/
218 Todas las organizaciones que integraban la Coalición por Un Código Penal Moderno y Consensuado pasaron a formar parte del Foro
de Mujeres por la Reforma Constitucional, junto a muchas otras. Ambas instancias también tuvieron en común parte importante de
sus liderazgos.
219 Se hizo una publicación de las propuestas que lleva por título Propuesta de Reforma Constitucional en República Dominicana: La
Reforma que queremos las mujeres. También se publicó una versión popular en tres cuadernillos.
163
A m é rica L atina desde A bajo
incesto. Segundo, porque la Iglesia no guardó bien las formas y su injerencia en el proceso polí-
tico, y se manifestó con mucha crudeza en forma de amenazas y chantajes a los asambleístas . 220
En efecto, durante varios domingos consecutivos, en las homilías de todas las iglesias del país
se hizo explícita la amenaza de represalias electorales contra los asambleístas que se opusieran
al Art. 30. Los resultados de esta estrategia eclesiástica fueron mixtos: por un lado, lograron
amedrentar a la mayoría de asambleístas, que poco después aprobaron el artículo en primera
lectura con votación de 211 contra 32. Por otro lado, dinamizaron aún más la oposición al Art. 30
y pusieron el debate público al rojo vivo.
Los 5 meses que transcurrieron entre el Sermón de las 7 Palabras y la aprobación final del Art.
30 en segunda lectura (abril-septiembre 2009) fueron un período excepcional en la historia so-
ciopolítica dominicana, durante los cuales se activaron y reconfiguraron movimientos sociales,
cambió sustancialmente la percepción de la ciudadanía sobre la Iglesia católica, se fortalecieron
la organización, las demandas y la imagen pública del movimiento feminista y se agravó el des-
crédito de los partidos políticos, sus líderes nacionales y sus representantes congresionales.
El aborto se convirtió en tema cotidiano de discusión en los periódicos y en los programas
noticiosos de radio y televisión; inundó el ciberespacio a través de las listas de correo electróni-
co, los sitios Web, los blogs y las redes sociales. Las declaraciones a favor de la despenalización
parcial colmaban los medios de comunicación y provenían de personas y sectores que nunca
antes habían tomado partido sobre el tema, incluyendo personalidades del arte y la farándula,
abogados, médicos, comunicadores sociales, representantes de gremios y asociaciones profe-
sionales, personalidades del mundo científico y académico, etc. Entre las entidades que hicieron
pronunciamientos públicos figuran la Academia de Ciencias, la Sociedad Dominicana de Gine-
cología y Obstetricia, el Colegio de Abogados, el Colegio Médico, la sede local de FLACSO, la
Universidad Autónoma de Santo Domingo y otros. Muchas de estas entidades, junto a organiza-
ciones de mujeres, juveniles y barriales, sindicatos, gremios profesionales y otras, constituyeron
a finales de abril la Coordinadora Nacional de Resistencia al Retroceso Constitucional. En los
meses siguientes, la Coordinadora y el Foro organizarían conjuntamente numerosas actividades
públicas, incluyendo 3 protestas frente al Congreso, dos plantones frente a las sedes de los prin-
cipales partidos políticos y dos grandes marchas nacionales.
Particularmente significativo durante este período fue el hecho de que los artículos de pren-
sa y los pronunciamientos públicos a favor de la despenalización se acompañaran de cuestio-
namientos cada vez más fuertes contra la Iglesia católica. La participación del público a través
de los programas interactivos en la radio, así como los centenares de comentarios enviados por
lectores a las páginas electrónicas de los periódicos, empezaron a reflejar actitudes sumamente
críticas, a menudo en tono sarcástico y burlón. Analistas políticos, personalidades mediáticas y
muchos otros que nunca habían manifestado la más leve inclinación anticlerical ahora denuncia-
ban el fanatismo y la hipocresía de la Iglesia.
220 Otro factor que pudo contribuir a la indignación general es la buena reputación de las/os legisladores denunciados, en contraste con
la pésima reputación de la mayoría de miembros del Congreso, considerada gente corrupta e incompetente. Una de las diputadas
señaladas –Minú Tavarez Mirabal- es hija de dos héroes nacionales y goza de gran aprecio entre amplios sectores de la población.
164
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
Daba la impresión que, en cuestión de semanas, la otrora intocable institución religiosa ha-
bía perdido el respeto o el temor a un segmento considerable de la ciudadanía, que por primera
vez se atrevía no sólo a discrepar de ella, sino a reprenderla públicamente . 221
Para mediados del período analizado (finales de julio), las encuestas indicaban que el 80%
de la población dominicana estaba de acuerdo con el aborto terapéutico y el 73% opinaba que
el aborto no debía ser materia constitucional, sino de los códigos sanitario o penal . Como he 222
señalado en otra parte , por primera vez en la historia dominicana un gran número de feligreses
223
221 Es significativo que el tema de los abusos sexuales de niños por el clero católico fuera más comentado durante este período que en
el apogeo de los escándalos varios años antes. Las imputaciones de hipocresía por esta causa fueron muy frecuentes, al igual que
los cuestionamientos al Cardenal por su apoyo explícito a los asesinatos extrajudiciales cometidos por la policía. (Recordemos que
cada año varios centenares de jóvenes sospechosos de delincuencia -casi todos pobres y negros- son asesinados por patrullas
policiales en supuestos ‘intercambios de disparos’, con el beneplácito de las autoridades gubernamentales y eclesiásticas. Esto ha
sido denunciado por todas las organizaciones internacionales de derechos humanos y por el Consejo de Derechos Humanos de la
ONU).
222 Periódico Hoy, Encuesta Gallup-Hoy, 22 de julio del 2009.
223 “Victoria Pírrica”, Perspectiva Ciudadana, 23/4/2009. http://www.perspectivaciudadana.com/contenido.php?itemid=29000
224 “La Iglesia Católica y el aborto: el final de una hegemonía”, ALAI, América Latina en Movimiento, 28 de septiembre del 2007. http://
alainet.org/active/19894
225 Ibid.
165
A m é rica L atina desde A bajo
por el Art. 30, fue la del movimiento ambientalista juvenil que durante meses disputó con el go-
bierno la preservación de una reserva natural cedida para explotación minera e industrial a un
importante grupo empresarial. La lucha por la preservación de Los Haitises movilizó a jóvenes (y
adultos) de todos los sectores sociales y concitó un amplio respaldo ciudadano. Pasará a la his-
toria dominicana como una de las pocas instancias en que la acción ciudadana organizada logró
imponerse a los intereses de empresarios poderosos y sus socios gubernamentales.
La lucha por el Art. 30 también dinamizó el movimiento más amplio de rechazo a la reforma
constitucional que se venía gestando desde 2006. Esta oposición respondía, en primer lugar, a
sus orígenes autoritarios, ya que el Presidente Fernández impuso unilateralmente la modalidad
de la Asamblea Revisora en lugar de la Constituyente, opción que había sido ampliamente favo-
recida en la consulta nacional promovida por su propio gobierno. En segundo lugar, la oposición
respondía a desacuerdos de contenido, por entenderse que muchos artículos marcaban un re-
troceso en términos políticos y sociales –por ejemplo, los relativos a la reelección presidencial, a
la conformación e independencia del poder judicial, a la rendición de cuentas de los funcionarios
electos, a las formas de obtener la nacionalidad dominicana y muchos otros. Pero ningún artí-
228
culo generó tanta indignación como el que disponía la privatización de las playas en beneficio de
226 Ibid.
227 No pretendo atribuir al proceso por el Art. 30 el dinamismo mostrado por otros movimientos sociales en este período, sino señalar
que el mismo parece haber propiciado o motorizado a otras instancias de movilización ciudadana, como la de los jóvenes ambienta-
listas. Además de reflejar el desarrollo en los últimos años de una ciudadanía más activa y más contestataria, esto podría vincularse
a ciertas militancias compartidas, a redes electrónicas que intersecan, a la percepción de una coyuntura política más favorable, etc.
228 Por primera vez en la historia constitucional dominicana se eliminó parcialmente el jus solis con el objetivo de negar la nacionalidad
a los dominicanos de ascendencia haitiana. De esta manera se está creando una gran masa de personas apátridas, condenados a
vivir toda su vida como indocumentados en su propia tierra. Por otra parte, no hay ni que decir que en la preparación de la nueva
constitución ni siquiera se consideró el tema del Estado laico ni la derogación del Concordato.
166
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
las grandes inversiones turísticas en zonas costeras o a orillas de ríos y lagos. El repudio popular
que concitó este artículo dio lugar a la más concurrida y original de las protestas escenificadas
frente al Congreso Nacional, a la que los manifestantes acudieron en trajes de baño y con acce-
sorios de playa. La eliminación de este artículo en la segunda lectura fue una de las poquísimas
concesiones logradas por los movimientos sociales en la nueva constitución, que en lo funda-
mental es un traje hecho a la medida de los intereses de los dos grandes caudillos políticos del
país y de sus aliados empresariales y eclesiásticos . 229
2. Los partidos políticos. La constitución progresista y para el futuro, que ofreció el Presiden-
te de la República en 2006, terminó como un mamotreto carente de legitimidad, repudiado por
buena parte de la ciudadanía. Los asambleístas convirtieron la revisión constitucional en un circo,
donde un diputado fue filmado accionando simultáneamente tres aparatos de votación; donde la
calidad de la mayoría de los discursos daba vergüenza ajena; donde el afán desmedido de figurar
frente a las cámaras obligó a suspender la transmisión televisiva de los trabajos al cabo de los
primeros días. El oportunismo, la falta de principios y la cobardía política que caracterizaron el
comportamiento de la mayoría de legisladores en relación al Art. 30 -y al resto de la reforma- les
ganaron el desprecio de la ciudadanía y agravaron el descrédito de la clase política. La solución
arribada fue la firma de un pacto entre los líderes de los dos partidos mayoritarios (uno de ellos
el Presidente de la República), quienes se comprometían a manipular el voto de sus respectivas
bancadas a cambio de una serie de canonjías: la repartición del Poder Judicial, un acuerdo mutua-
mente provechoso sobre la reelección presidencial, privilegios empresariales, la limitación del jus
solis, entre otras. Aunque no figuró en el documento público del acuerdo, se sobreentiende que el
Art. 30 fue parte del mismo. Este pacto ha marcado una peligrosa re-caudillización de la política
dominicana, cuyas consecuencias quedaron evidenciadas recientemente en la forma autoritaria
con que se manejaron los procesos convencionales internos de ambos partidos antes de las elec-
ciones congresionales y municipales de 2010.
Conclusión
Es cierto que la Iglesia logró imponer el Art.30 y que reafirmó públicamente su poder para ame-
drentar y chantajear a los políticos dominicanos. Y también es cierto que los líderes de los partidos
mayoritarios terminaron imponiendo la constitución que convenía a sus intereses particulares y no
al interés de la nación. Sin embargo, el balance final sugiere que éstas pueden ser ganancias apa-
rentes y de corto plazo, y que para obtenerlas fue preciso dilapidar un enorme capital político cuyos
costes reales se dejarán sentir a más largo plazo. En última instancia, el Art. 30 se aprobó porque
tanto Leonel Fernández como Miguel Vargas compiten por el voto conservador que anteriormente
se aglutinaba en torno a la figura del fallecido dictador Joaquín Balaguer, razón por la cual ninguno
de los dos se atrevió a desoír las demandas de la Iglesia católica. Sin embargo, las recién celebradas
primarias de ambos partidos indican que la amenaza de la Iglesia de boicotear la reelección de los/
as asambleístas que votaron contra el Art.30 resultaron ser huecas: de los tres líderes congresiona-
229 Hablamos del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), actualmente en el poder, y del partido Revolucionario Dominicano (PRD).
Sus líderes son Leonel Fernández, actual Presidente de la República, y Miguel Vargas Maldonado.
167
A m é rica L atina desde A bajo
les denunciados en el Sermón de las 7 Palabras, dos ganaron fácilmente la nominación; el tercero
obtuvo la última (y más insegura) de cuatro plazas en juego en su demarcación. De los treinta res-
tantes, la mayoría de los que compitieron obtuvo la repostulación y no hay ninguna evidencia de
que la intervención de la Iglesia contribuyera a la derrota de los que perdieron.
Este hecho es tremendamente significativo para el futuro quehacer partidario y sus implica-
ciones de seguro no han pasado desapercibidas ni para los políticos ni para el clero. Habrá que
esperar las próximas elecciones presidenciales para ver quién se beneficiará en mayor medida
del voto conservador y, más aún, si el favor de ese segmento del electorado podrá compensar la
pérdida de otros electores, desmoralizados por la falta de escrúpulos y el viraje a la derecha de
los partidos mayoritarios y sus respectivos liderazgos.
Otro aspecto a destacar es que, a la merma en su ascendencia moral sufrida por la Iglesia
como consecuencia de sus propios actos, hay que sumar el efecto de verse salpicada por el cre-
ciente descrédito en que incurrieron los partidos políticos y sus representantes congresionales a
lo largo del proceso constitucional. La ciudadanía (y peor aún, su feligresía) la vio en componen-
das con los sectores políticos más corruptos y desacreditados del país.
Por otro lado, aunque no pudieron impedir la aprobación de la nueva constitución, los mo-
vimientos sociales obtuvieron ganancias importantes en términos de posicionamiento público,
promoción de sus demandas, aumento de su capacidad de movilización social, construcción de
redes y de alianzas, etc.
El movimiento feminista, por ejemplo, logró lo que no había logrado en más de una déca-
da de trabajo por la despenalización del aborto: un debate verdaderamente nacional, con la
participación de todos los sectores sociales, donde por primera vez el aborto no fue relegado a
la categoría de “asunto de mujeres” (o peor aún, de feministas), sino que fue tratado como un
problema social y político de interés general. Las organizaciones de mujeres no solo posiciona-
ron el aborto en el centro del debate nacional, sino que también cambiaron las actitudes de una
ciudadanía tradicionalmente hostil a esta demanda. Y si bien es cierto que la discusión se centró
en la despenalización parcial, muchas voces abogaron abiertamente por una despenalización
más amplia, como también lo hicieron por la laicidad del Estado.
La Iglesia, por su parte, se desgastó en una lucha cuya intensidad y rumbo no había antici-
pado y que parece haberla tomado por sorpresa. Terminó imponiendo el Art.30 por medios non
sanctos, mientras su causa perdía el favor del 80% de la ciudadanía, que se declaró partidaria
del aborto terapéutico. Dado que el aborto ya estaba penalizado por el Código Penal, es muy
dudoso que la constitucionalización del derecho a la vida del óvulo fecundado conduzca a modi-
ficaciones sustantivas en la práctica del aborto en el país. Si el Art.30 era una medida preventiva
ante la posibilidad de que se lograra la despenalización parcial a través de la reforma del Código
Penal, tampoco hay garantías de que esta constitución le asegure a la Iglesia ese objetivo. En
efecto, mucho antes de que concluyera la segunda lectura, ya se hablaba insistentemente de
la necesidad de una nueva reforma para corregir los entuertos de ésta. Vistas las cosas de esta
manera, los que cantaron victoria el 17 de septiembre actuaron con apresuramiento. Es posible
que el triunfo que celebraron termine revirtiéndose contra ellos. Solo el tiempo lo dirá.
168
Capítulo 6
… ocupando, resistiendo y produciendo…
Si pensamos en la última grave crisis argentina, se nos pasan por la cabeza las imágenes de
las cacerolas violentamente golpeadas por las cucharas, por los martillos, los tubos o lo que fue-
ra. Nos acordamos de una canción repetida hasta la nausea y que al final fue como una profecía:
“Que se vayan todos, que no quede uno solo”. Pero aquellos años de crisis fueron algo más, algo
más que los asaltos a los bancos, algo más que la represión policial, algo más que la fuga de los
presidentes. Aquellos años amplificaron y dieron a conocer a todo el mundo las contradicciones
intrínsecas en la Argentina, en su sistema económico, productivo, político y en sus característi-
cas sociales y culturales. Pero no solamente argentinas…
A partir del 2002, los ciudadanos argentinos tuvieron que emprender caminos colectivos para
hacer frente común a una situación insostenible, para sobrevivir, para volver a creer que algo
mejor era posible, para volver a soñar. Las opciones escogidas fueron varias: aquí presentaré una
de estas opciones, quizás la más intrépida, la más difícil, la más ambiciosa y al mismo tiempo “la
más linda”. En este camino se han encontrado, y han permanecido juntas, las experiencias de
diferentes actores nacionales e internacionales: los campesinos indígenas (en su mayoría de la
etnia Toba) del Chaco, los obreros de la Cooperativa Textiles de Pigüé, la Cooperativa La Juanita
de La Matanza y el consorcio italiano de organizaciones de comercio justo CTM Altromercato. El
proyecto “Tejer el Futuro” es una experiencia inédita y al mismo tiempo promete tener mucho
futuro.
Cualquiera que fuera la causa inicial de esta grave recesión, se convirtió en años de crisis “tan
intensos que si se incluyen por completo en este periodo anulan prácticamente todo el crecimiento
169
A m é rica L atina desde A bajo
observado hasta 1998” . En 2002, casi la mitad de la población era pobre (en 1998 un 28%) y un
230
cuarto indigente; el PIB real de 2002 se acercó a un valor del 30% inferior al de 1998 , con una 231
desigualdad entre los ingresos urbanos y los rurales del 60% y con las clases medias más afecta-
das que las otras . 232
Fueron muchas las empresas en quiebra y muchos los trabajadores que se quedaron sin tra-
bajo, a menudo sin realmente ser despedidos. También se generalizó el deterioro en la calidad
del trabajo . En esta situación nacieron varios movimientos, desde abajo, que de alguna ma-
233
nera respondían a la crisis que se estaba viviendo. Una burbuja de resentimientos sociales, eco-
nómicos y políticos de grandes dimensiones dio vida a una serie de reacciones diferentes. Los
movimientos sociales elaboraron así varias respuestas a esta grave situación. La primera fue la
irrupción del movimiento piquetero (ya a partir del bienio ’96-’97), sin duda la más violenta, la
más combativa pero también “uno de los hechos más significativo de las últimas décadas” en las
luchas antineoliberales en la Argentina . Los desocupados alcanzaron gran visibilidad a través
234
de los cortes de ruta y de medidas de fuerza, las cuales terminaron también con obtener re-
acciones contrarias desde una parte de los ciudadanos. Así como se extendía el apoyo a estas
acciones, también se extendía el rechazo.
Una segunda reacción fueron las Asambleas Barriales que tuvieron un fuerte impulso sobre
todo hasta el 2003, y después fueron gradualmente perdiendo importancia: la penetración de
los partidos políticos convencieron a muchos ciudadanos sin pertenencia de partido a abando-
nar las asambleas y, al revés, muchos militantes de partido empezaron a desertarlas al no ser
bien acogidos o no recibiendo el apoyo esperado. “Las asambleas barriales se ahogaron en el pro-
pio apoliticismo que predicaban y la práctica de lo que ellos mismos autodefinían como un “absten-
cionismo activo”; desconociendo que el fenómeno asambleario era, aún contra su propia negación,
eminentemente político” . 235
Las fábricas recuperadas representan, al contrario, una realidad todavía muy viva; además
“han concitado desde el inicio una fuerte simpatía y apoyos sociales, que fueron fundamentales
para su expansión y consolidación” . Las fábricas ocupadas eran empresas que hace tiempo es-
236
230 Gerchunoff, Pablo y Llach, Lucas (2004), Entre la equidad y el crecimiento, Siglo XXI, Argentina, p. 100.
231 Fanelli, José María (2002), Crecimiento, inestabilidad y crisis de la convertibilidad en Argentina, en “Revista de la CEPAL”, n. 77,
agosto de 2002, p. 26.
232 Fiszbein, Giovagnoli y Adúriz (2003), El impacto de la crisis argentina en el bienestar de los hogares, en “Revista de la CEPAL”, n. 79,
Abril de 2002, p. 154.
233 Ibídem, p. 155.
234 Svampa, Maristella (2006), La Argentina: Movimientos Sociales e Izquierdas, en “Entre Voces. Revista del grupo Democracia y De-
sarrollo Local”, número 5, p. 2, enero de 2006, Quito, Ecuador.
235 Rodríguez, Alejandro D. (2007), Los movimientos sociales ante el cambio de escenario: de la crisis de 2001 a la reactivación económica
del 2007. Cambios y continuidades, Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (ISEPCi), Argentina, p. 3.
236 Svampa…, p. 8.
170
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
cada pasada, cuando los empresarios prefirieron cerrar las fábricas de mano de obra intensiva
y optar por empresas con un empleo menos intensivo en mano de obra . Bajo el lema “ocupar, 237
resistir y producir” se pasó de una actitud simplemente defensiva (la ocupación) a la ofensiva
(la producción) buscando apoyo en 3 niveles distintos: ante todo en el propio trabajador y en su
autonomía frente al empresario capitalista; después en los vecinos y en la sociedad; y por último,
en el Estado al cual se pidió la promoción de una legislación adecuada de expropiación y el apoyo
político al movimiento . 238
Gráficas 5,8%
tancia la cooperación con los piqueteros, las
Cerámicos 4,4%
asambleas vecinales y otros movimientos socia-
Salud 5,1%
les. Se conformaron así dos movimientos princi- Construcción 0,7%
pales: el Movimiento Nacional de Empresas Re- Otros servicios 10,2%
cuperadas (MNER) y el Movimiento Nacional de Fuente: Programa Facultad Abierta 2004, p. 5.
Fábricas Recuperadas por los Trabajadores (MN-
FRT). En 2004, según los datos del Segundo Re-
levamiento del Programa Facultad Abierta de Buenos Aires, se contaban 136 empresas recupe-
radas que ocupaban 8727 trabajadores. El 24% de ellas se encontraba en la Capital Federal, el
56% en el Gran Buenos Aires y el 20% en las otras provincias.
El cuadro nos ilustra los diferentes tipos de producción de las empresas recuperadas. La ma-
yor parte de estas empresas son PYMES: el 28% emplean un máximo de 20 personas, el 33%
hasta 50 y el 25% tienen más de 50 trabajadores. El 24% han sido recuperadas en 2001, el 22%
en 2002, el 40% en el bienio 2003-2004 y se estima que actualmente las cifras sean aún más
240
significativas: en 2007, había más de 200 fábricas recuperadas y todavía un 20% de las fábricas
ocupadas no se encuentran en situación legal de iniciar la producción . 241
237 “Argentina tiene a comienzos del siglo XXI menos trabajadores industriales que a comienzos de la crisis de los setenta y su capaci-
dad productiva es menor”, en Gambina, Racket, Echaide y Roffinelli, 2006, p. 288.
238 Gambina, Racket, Echaide y Roffinelli, (2006), Las resistencias latinoamericanas del siglo XXI. Empresas recuperadas en Argentina,
en “Los desafíos de las emancipaciones en un contexto militarizado”, Ceceña, Ana Esther (coordinadora), CLACSO, Buenos Aires,
Argentina, p. 287.
239 Ibídem, p. 289.
240 Programa Facultad Abierta (2004), Informe del Segundo Relevamiento del Programa Facultad Abierta, (SEUBE- Facultad de Filosofía
y Letras-UBA), en el marco del Programa UBACyT de Urgencia Social F-701 de Transferencia Científico-Técnica con Empresas
Recuperadas por sus Trabajadores, Bueno Aires, Argentina, p. 8, [http://www.recuperadasdoc.com.ar/informes.htm].
241 Gambina, Racket, Echaide y Roffinelli… p. 291.
171
A m é rica L atina desde A bajo
En 2004, las cooperativas italianas de comercio justo Chico Mendes y Mandacarù empe- 242 243
zaron un proyecto de cooperación en Argentina para sustentar los trabajos artesanales de las
comunidades indígenas Wichi, también a través de la apertura de una tienda en la Capital. Al
mismo tiempo, la experiencia de trabajo en la cooperativa Chico Mendes de Milano entusiasmó
al argentino Harold Picchi quien, de regreso a su país, empezó a entrelazar una red de contactos
entre varias actividades de producción solidaria. Surgió así la posibilidad de crear una verdadera
cadena productiva textil “justa”. La idea era construir una producción enteramente justa y soli-
daria, desde el cultivo del algodón hasta la exportación de productos terminados hacia los mer-
cados europeos o la venta a nivel nacional. De esta manera la cadena tendría que haber incluido
a varios actores en los diferentes niveles de la producción.
El primer anillo es por la Asociación Civil Unión Campesina (ACUC), nacida en 2002 pero
constituida formalmente en el año 2003. La ACUC está compuesta por agricultores (en su ma-
yoría de la etnia Toba) del distrito Pampa del Indio en la provincia del Chaco, donde se produce
casi exclusivamente algodón. Toda la producción del algodón depende mucho de su precio en
el mercado internacional. En respuesta a varios periodos de crisis del sector, en 2004 el gobier-
no argentino lanzó un plan algodonero que permitió la recuperación de la producción después
de una década de gran inactividad. Ello favoreció el fortalecimiento de la ACUC y la vuelta al
campo de muchas familias que durante la crisis se vieron fuertemente afectadas en sus nece-
sidades básicas. De igual manera, los pequeños productores del Chaco seguían siendo depen-
dientes de las fluctuaciones del precio del algodón en el mercado mundial. En este escenario,
el consorcio italiano de organizaciones de comercio justo CTM Altromercato decidió empezar 244
una colaboración estrecha con la ACUC, que en primer lugar significó comprar el algodón a un
precio más justo, estable y que entonces no bajase en los periodos de descenso drástico del
precio internacional del algodón. El precio concordado entre la ACUC y CTM en algunas tempo-
radas logró ser casi el doble del precio internacional: en 2005/06 fue un 25% superior . 245
En segundo lugar, esta colaboración implicó un gran apoyo técnico a los campesinos y, al
mismo tiempo, la eliminación de intermediarios que siempre habían pagado a los campesinos
un precio muy bajo por el algodón producido. Además, siguiendo uno de los más importantes
principios del movimiento del Comercio Justo internacional, la relación entre CTM y la ACUC
empieza a ser una relación estable: CTM, a través de la financiación previa (o pagos adelantados)
a la cosecha o a la producción, evita que los productores sigan endeudándose y crea un compro-
miso basado en relaciones de confianza mutua y a largo plazo. Naturalmente, ésta no es una
lógica que se base en el máximo beneficio, o las máximas ganancias del importador, sino una
lógica que se basa sobre el respeto de los derechos de los pequeños productores de las regiones
menos adelantadas y en la construcción de un desarrollo sostenible a largo plazo. Es la lógica
fundamental del comercio justo. La entrada en el escenario del consorcio CTM representó una
gran oportunidad para los campesinos de la ACUC, que de esta manera pueden gozar de una
mayor seguridad alimentaria y de un trabajo digno. El empleo de estos campesinos se estaba re-
242 www.chicomendes.it
243 www.mandacaru.it
244 www.altromercato.it
245 CTM Altromercato (2006), Cotone sulla pelle, Collana: I dossier di Ctm Altromercato, Verona, Italia, p. 140.
172
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
duciendo drásticamente por la utilización de sistemas de producción más modernos, pero que al
mismo tiempo no eran medioambientalmente sostenibles y seguían reproduciendo los mismos
esquemas de concentración de la riqueza.
El cultivo del algodón es causa en todo el mundo de verdaderas catástrofes ambientales, que
naturalmente ponen en riesgo la vida de las comunidades que están ligadas más directamente
a este tipo de agricultura. Se trata de una agricultura muy “agua-intensiva”: la cantidad de agua
que se utiliza en la producción del algodón representa la mitad de toda el agua utilizada en la
agricultura a escala mundial. “Para producir 1 kg de algodón se utilizan (según el tipo de produc-
ción) desde 7000 hasta 30.000 litros de agua” , y esto naturalmente está provocando la deserti-
246
ficación de muchas zonas del planeta. Además, el 25% de todos los pesticidas utilizados en agri-
cultura se utilizan en la producción de algodón. En los terrenos cultivados por los miembros de la
ACUC, se utiliza la menor cantidad posible de pesticidas. Las tierras de la ACUC se cultivan con
técnicas tradicionales y ecológicamente sostenibles: el impacto negativo sobre la naturaleza y el
ecosistema se reduce, así como el efecto de desertificación que otros cultivos más competitivos
en el mercado internacional (por ejemplo la soja) están causando no solamente en la Argentina,
sino también en los países limítrofes. Aunque el cultivo del algodón fue algo impuesto por los
grandes terratenientes blancos o criollos en una tierra donde antes había sobre todo bosques y
la gente se dedicaba casi exclusivamente a la caza, los indígenas Toba aún practican las formas
tradicionales y antiguas de cultivo. Por esta razón sólo pueden gozar de una cosecha al año.
Teniendo en cuenta que cada familia posee entre una y tres hectáreas de terreno, que de cada
hectárea se cosechan entre 1.000 y 1.200 kg, y que el precio que CTM Altromercato paga es de
1,24 pesos por kg, cada familia recibe un promedio de 3.400 pesos anuales por la producción
de algodón. 3.400 pesos anuales, 772 euros. ¿Podríamos nosotros europeos vivir con un salario
de este tipo? Si pensamos que esto es lo que gana una familia con el precio fijado por CTM Al-
tromercato, ¿Podemos imaginarnos cuánto ganaría si tuviera que depender del precio en del
mercado internacional?
Mártires López, presidente de la unión campesina, recuerda el momento en el cual nació la
ACUC: “había hambre mucha hambre, pero nosotros entendimos que sin trabajo no había futuro” . 247
Y así organizaron una gran marcha hasta la ciudad de General San Martín para que todo el mun-
do se diera cuenta de lo que estaba pasando, en el campo, con las comunidades indígenas que
cultivan el algodón.
El segundo anillo de la cadena es la fábrica recuperada Cooperativa Textiles de Pigüé (CTP),
una pequeña ciudad de 14.000 habitantes en la provincia de Buenos Aires. Aquí, 180 obreros
248
decidieron tomar la fábrica de la Gatic S.A., una de la más grandes empresas argentina de tex-
tiles, licenciataria de Adidas en la Argentina, con 8.000 trabajadores en 20 plantas . En enero 249
de 2004, los trabajadores reunidos en asamblea decidieron formar una cooperativa dejándose
asesorar por el Movimiento de Empresas Recuperadas. A principios de abril, el magistrado au-
torizó los trabajadores a gestionar la reconexión del servicio de gas con la empresa Camuzzi Gas
246 Michele Condotti, Secretario General WWF Italia, en el documental de CTM Altromercato (2006), La fibra della dignità, Verona, Italia.
247 Mártires López, presidente de la unión campesina, en el documental…
248 Censo Poblacional del 2002, http://www.saavedra.gov.ar/principal.htm.
249 www.textilespigue.com.ar
173
A m é rica L atina desde A bajo
Pampeano, para poner en marcha las maquinarias. Cuando la cooperativa empezaba a trabajar
a buen ritmo, reaparecieron los dueños que denunciaron a los trabajadores por usurpación. El 12
de agosto de 2004, estos obreros (70% de los cuales eran mujeres) fueron reprimidos y desaloja-
dos con la fuerza por efectivos de de la Policía Bonaerense . Sin embargo, el 22 de diciembre de
250
2004 la cámara de diputados de la Legislatura Provincial votó por mayoría la expropiación de las
plantas de Pigüé y la cooperativa pudo reiniciar las actividades productivas.
En el año 2006, la CTP comenzó a colaborar con CTM Altromercato y de esta manera entró
en el proyecto de cadena textil justa y solidaria. No es casual que el consorcio de organizaciones
de comercio justo CTM Altromercato apunte a realidades como la CTP. Esta cooperativa busca
“la igualdad remunerativa y la ausencia de jerarquías administrativas y manuales, un espacio de
autorregulación y de búsqueda de unidad laboral, la orientación de valores que giren en torno al cui-
dado del otro social y al trabajo genuino, la permanencia de las fuentes de trabajo y del ingreso de
todos los obreros y la Consideración, como uno de los mayores logros, del espíritu solidario, además
de la unión de los trabajadores y el compromiso con la tarea desempeñada en función de un objetivo
compartido” , todos principios fundamentales en el movimiento por un comercio con justicia.
251
La Cooperativa de Pigüé puede ser un modelo muy explicativo del movimiento argentino de
fábricas recuperadas, sobre todo para entender qué futuro tendrán estas empresas y sus traba-
jadores. La cooperativa trabaja con un 30% de todos los trabajadores que antes trabajaban por
Gatic: seguramente los más motivados, pero poco a poco otros trabajadores están volviendo
dándose cuenta que el proyecto productivo es factible. De momento se produce a un 40-50%
respecto a la productividad de los mejores tiempos, pero la voluntad no falta y tampoco las ini-
ciativas: CTM Altromercato ya propuso de empezar a producir “zapatillas justas”, utilizando el
caucho que una cooperativa de seringueiros brasileños está produciendo según los criterios del
comercio justo. Otras fábricas recuperadas, que producen zapatillas, estarían dispuestas a em-
pezar con este nuevo proyecto.
El siguiente anillo de esta cadena productiva es el empaquetado y el embalaje de los pro-
ductos textiles terminados: este trabajo lo realizan realidades más pequeñas, como por ejem-
plo la Cooperativa La Juanita en la periferia de Buenos Aires, barrio La Juanita en el distrito La
Matanza, otra zona caracterizada por la exclusión, el desempleo y la pobreza. La cooperativa es
miembro del Movimiento de los trabajadores desocupados (MTD). Sus trabajadores unieron las
fuerzas para crear una realidad nueva, una cooperativa donde se terminan de coser los produc-
tos, se realizan los últimos retoques y se empaqueta todo. La Matanza era una zona industrial
muy importante: había plantas de industrias metalúrgicas y automovilísticas, pero poco a poco
las empresas cerraron y en las zonas solo se quedaron los trabajadores y sus familias, en unas
condiciones pésimas. A la mitad de los años ochenta empezaron las tomas de terrenos y desde
los asentamientos se formaron nuevos poblados: El Tambo, 17 de Marzo, 22 de Enero, Costa
Esperanza, Villa Adriana, María Elena, San José, San Alberto, Villa Unión, Kilómetro 25, La Juani-
ta . Durante los años noventa aparecieron las primeras “ollas populares” y los habitantes de la
252
174
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
zona se organizaron. El primero de mayo de 1996 nacía el MTD de La Matanza, que desde el co-
mienzo fue apoyado en sus reivindicaciones por otros movimientos sociales organizados como
“Las Madres de Plaza de Mayo”, y las redes del trueque o los piqueteros. Según el testimonio de
Héctor Flores (Presidente de la Cooperativa Juanita), el trabajo de la Cooperativa se contrapone
a la cultura individualista y consumista de estos años y por esta razón se decidió ocupar y recu-
perar una escuela y no una fábrica: la cooperación, la educación y la solidaridad son valores fun-
damentales también en el ámbito de la producción y es por ello que “el encuentro con el comercio
justo representa una óptima manera para contrarrestar la propuesta de un único mondo posible que
hasta ahora ha sido promovida por el neoliberalismo” . Dentro de las actividades productivas de
253
la cooperativa se encuentra: la panadería que vende el pan a casi un tercio del precio normal; la
serigrafía sobre todo para la formación y el empleo de los jóvenes del barrio; una editorial y na-
turalmente la sastrería que, con sus talleres, de costura participa en el proyecto “Tejer el Futuro”.
Este taller empezó a funcionar en 2002, gracias a las maquinarias donadas por la embajada suiza
en el pleno de la crisis, y ahora emplea a unas 40 personas, casi todas mujeres . 254
del taller de tejido de la cooperativa, recuerda que en los peores momentos de crisis económica tuvo
que salir por la noche, durante más de dos meses, y buscar en la basura algo de comida para sus hijos.
“Mamá tenemos hambres” le decían y finalmente ella decidió que tenía que hacer algo, que no podía
seguir así: empezó con los piquetes, pero ahora los únicos “piquetes” que utiliza son los que lleva en la
mano para trabajar el tejido. “Cada vez que entro en el taller, pienso en los momentos peores del pasado
y también pienso en hoy: la del taller es la Argentina que quiero vivir” . 256
En el fondo, el proyecto “Tejer el futuro” apunta a garantizar un trabajo más digno a aquellos ac-
tores que resultaron más afectados por la última crisis argentina: los campesinos indígenas, los obre-
ros de las fábricas recuperadas y los movimientos de desempleados. Las relaciones que el Comercio
Justo puede “tejer” entre las sociedades civiles y los movimientos sociales de Europa y América Lati-
na, representan una estrategia de cooperación concreta, eficaz y muy llamativa, sobre todo porque
requieren un gran esfuerzo de todos los actores en juego. La voluntad de trabajar es el elemento en
común a todos los actores de esta cadena textil y es también el motor que sigue moviendo, que sigue
manteniendo despiertos a los más excluidos por el sistema económico. Un cartonero podría quizás
ganar más pidiendo limosnas por la calle, pero en realidad lo mueve algo más, un deseo de cambiar
su situación personalmente, sin que otros tengan que hacerlo por él.
175
A m é rica L atina desde A bajo
El proceso bolivariano, siguiendo el mandato de una amplia mayoría del pueblo, se plantea
la transformación social y económica del país. En lo económico se intenta diversificar la econo-
mía fuertemente dependiente del petróleo, fomentar el procesamiento ulterior de los recursos,
democratizar la producción y la tenencia de los medios de producción, así como, transformarla
en formas colectivas de propiedad y de administración. Las ideas del desarrollo sustentable for-
man la orientación normativa de ese proceso. En un primer momento, se definió como reto la
construcción de una “economía solidaria y humanista”, mientras tanto ya se proyecta la cons-
trucción del “socialismo del siglo XXI”, entendido éste no como concepto definido, sino como
proyecto en desarrollo. Son considerados centrales los valores de democracia, participación y
libertad, así como la democratización de la economía y la transferencia del poder a la base. En
enero del 2007, el presidente Chávez anunció el desarrollo y establecimiento de consejos de
trabajadores en los puestos de trabajo que, junto a otros consejos (comunales, campesinos, de
estudiantes...), reemplazarán el estado burgués por un “estado comunal”.
Cuando Chávez asumió la presidencia en febrero de 1999, el país se encontraba en una crisis
estructural profunda desde principio de los años ochenta. Desde el 1999, la huída de capitales
y la desindustrialización, generados por empresarios de la oposición y por motivos políticos,
ocasionaron el cierre de miles de fábricas. Se hizo evidente que el sector privado en su mayoría
no estaba interesado ni en una democratización de las estructuras económicas ni en una trans-
formación de la economía. Los empresarios aceptaban las ayudas gubernamentales y al mismo
tiempo sabotaban las políticas del gobierno. El sector privado, entonces, no podía ser un aliado
en la transformación de la economía enfocada en el desarrollo humano, subordinando la econo-
mía a las necesidades de la sociedad y no al revés.
Las derrotas de la oposición y las victorias populares en 2002 y 2003, abrieron las puertas a
nuevas leyes, medidas y prácticas sociales que están dibujando un nuevo modelo económico.
El gobierno se concentró entonces en construir un sector productivo estatal y reorganizar la
distribución, como también en promocionar cooperatives, modelos de propriedad mixta y de
cogestión. Como reacción desde abajo, varias fábricas cerradas durante el “paro empresarial”
fueron tomadas por sus trabajadores.
Con el rumbo hacia el socialismo, adoptado en 2005, se dió inicio a la nacionalización de
industrias y empresas de importancia estratégica y empresas inproductivas, fortaleciendo la
expansion del sector productivo de propiedad estatal o colectiva. La estrategia para la demo-
cratización de los ciclos económicos está basada en la expansión y la consolidación de una eco-
nomía popular, social y comunal, con unidades productivas autoadministradas, promovidas por
el Estado. La orientación surge de una estrategia de desarrollo endógeno radical, basado en los
176
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
Cooperativas
Antes del gobierno del presidente Chávez, el sector de economía solidaria en Venezuela era
totalmente subdesarrollado y marginal. Venezuela pertenecía a los países latinoamericanos con
menos cooperativas. En febrero de 1999, había alrededor de 800 cooperativas registradas , las 258
cuales sumaban unos 20.000 miembros y pertenecían en su mayoría a los sectores de finanzas y
de transporte (Melcher, 2008). La cultura cooperativista era poco desarrollada hasta en las mis-
mas cooperativas que, en su mayoría, seguían lógicas capitalistas y una orientación reformista.
En los años ’60, surgieron varias cooperativas agrícolas las cuales recibieron apoyo del Es-
tado en ocasión de la reforma de tierras agrícolas en el 1961. Sin embargo, la mayoría estas
cooperativas se transformaron rápidamente en empresas con campesinos asalariados sin parti-
cipación o influencia en la toma de decisiones. El apoyo del Estado a las cooperativas se dió bajo
la optica de control social y pacificación de potenciales conflictos sociales frente a la revolución
cubana y el surgimiento de las primeras guerrillas en Venezuela bajo los conceptos de la “Alianza
para el progreso” (Díaz, 2006: 151). Sin embargo, también nacieron varias cooperativas campe-
sinas y artesanales exitosas, especialmente en los Estados Lara, Trujillo, Falcón, Táchira, Mérida
y Barinas, que en parte tenían sus raíces en el trabajo político-cultural del Partido Comunista
(PCV) y de la guerrilla PRV-FALN (Partido Revolucionario de Venezuela – Fuerzas Armadas de
Liberación Nacional) (Díaz, 2006: 152).
En una primera fase, a partir del 2001, el gobierno se concentró en facilitar la creación de coo-
perativas con la Ley Especial de Asociaciones Cooperativas. Entre las varias ventajas que gozan
cooperativas, también son exentas de pagos para el registro oficial y otros pasos institucionales.
257 La idea de ciclos de producción y consumpción comunales tiene su fundamento en Istvan Mészáros, el cual delineó ideas básicas
para una transición al socialismo en su libro “Más allá del capital”. Mészáros propone un “sistema comunal” haciendo mucha refe-
rencia a los “Grundrisse” de Marx (Mészáros 1995: 759-770).
258 Los datos varían en diferentes fuentes entre 762 (Melcher 2008) y 877 (Piñeiro 2007). El actuál director de Sunacoop Juan Carlos
Baute dió el dato de 800-900.
177
A m é rica L atina desde A bajo
Aquéllas que cumplen con su estatuto no pagan Impuesto Sobre la Renta. Las cooperativas re-
ciben financiamiento a través de programas de microcrédito según la Ley de Microfinanzas. El
acceso a créditos en condiciones favorables se organiza a través de bancos del Estado estableci-
dos para ese fin (Banco de la Mujer, Banco de Desarrollo Económico y Social, Banco del Pueblo
Soberano) y de otras instituciones de financiamiento. Las cooperativas pequeñas pueden inclu-
so conseguir préstamos exentos de intereses. Hasta el 2004, la asistencia estatal se concentraba
en apoyar a pequeñas cooperativas individualizadas. Eso cambió con la creación del Ministerio
de Economía Popular (Díaz, 2006: 163f).
Con el objetivo de aumentar la producción nacional, especialmente substituyendo las impor-
taciones, las cooperativas también reciben créditos a condiciones preferenciales para adquirir
compañías cerradas. En septiembre de 2005, por ejemplo, ex empleados compraron una planta
procesadora de cacao en Sucre con un crédito preferencial del Estado. La planta fue cerrada
nueve años antes por bancarrota y estaba en manos de un banco privado. Los ex empleados
formaron la Unión Cooperativa Agro Industrial del Cacao y, con un crédito del Estado de 4.8 mil
millones de bolívares (cerca de 2.3 millones de dólares) y un tipo de interés anual de solo el 4%
(los intereses que cobran los bancos privados rondan el 26%), compraron a la compañía para
reabrirla como cooperativa y Empresa de Producción Social (EPS).
Estas condiciones favorables condujeron a un boom de inscripción de cooperativas. Ya para
finales de 2008, según la Superintendencia Nacional de Cooperativas (Sunacoop), había 262.904
cooperativas registradas (Sunacoop, 2008). Sin embargo, este crecimiento exuberante hizo im-
posible crear al mismo ritmo estructuras y mecanismos eficientes para la inspección de las coo-
perativas y el control del uso correcto de los apoyos gubernamentales. Hasta los trabajadores de
los diferentes ministerios e instituciones involucradas reconocen que la contabilidad de muchas
cooperativas y las inspecciones de parte de la Sunacoop han sido insuficientes (Ellner, 2008).
Según la evaluación y fiscalización de Sunacoop, aproximadamente 70.000 eran operativas y
recibieron el certificado de cumplimento para poder actuar legalmente. De hecho muchas de las
cooperativas nunca funcionaron, fueron simplemente registradas porque eso no implica gastos;
otras son empresas de propiedad individual, principalmente familiar, registradas formalmente
como cooperativas para acceder a las condiciones favorables de financiamiento y estar exentas
de pagos de impuestos. Otras sólo existieron en el papel y hubo malversación de fondos. De las
cooperativas operativas en 2008 el 49.38% trabajaban en el sector de servicios, principalmen-
te turismo, servicios a empresas, limpieza, mantenimiento industrial y peluquerías. Un 25.3%
eran cooperativas productivas, principalmente en agricultura, ganadería, pesca, manufactura e
industria. Otro 11,48% correspondía a cooperativas de transporte y 7.64% a bancos comunales
(Sunacoop, 2008). Son apróximadamente 8.000 los bancos comunales, la unidad financiera de
los consejos comunales; en las 62.000 cooperativas restantes había un total de 2.012.784 perso-
nas trabajando, alrededor del 13% de la población economicamente activa, que producían entre
el 1,5 al 2.5% del BIP.
Los obstáculos y problemas más importantes para un funcionamiento exitoso de las coope-
rativas son la orientación “capitalista” de sus miembros, la inaptitud del personal institucional
enviado para el apoyo o el acompañamiento y la falta de conocimiento sobre procesos de tra-
bajo y administrativos de parte de los trabajadores (Melcher, 2008). En un análisis empírico de
178
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
12 cooperativas, Piñeiro (2007) establece que la cohesión social de las cooperativas es debilitada
por conflictos internos, los cuales tienen su origen principalmente en la falta de experiencias
respecto a relaciones sociales y tareas administrativas. Además, los conflictos son potenciados
por la falta de mecanismos colectivos de supervisión.
Sin embargo, la estrategia de creación de cooperativas no está libre de contradicciones.
Existe el riesgo de que en algunas áreas se desregularicen y flexibilicen las condiciones de tra-
bajo a través de cooperativas. Algunos sectores sindicales temen también que la masificación
de cooperativas oscurezca la relación entre empleador y empleados (Ellner, 2008). Además, el
hecho de tener muchos dueños en lugar de uno, no produce cambios fundamentales en la for-
ma de operar capitalista (competición, explotación y eficacia capitalista etc.), aunque al mismo
tiempo significa generalmente una mejora de las condiciones de trabajo y de la calidad de vida,
ya por el hecho de que no hay una orden de trabajo directa. Pensar en lógicas empresariales,
llevó a críticas respecto a la propiedad de los medios de producción en manos de los trabaja-
dores (véase cogestión). Así que, especialmente con las empresas de propiedad mixta (estado/
cooperativa de trabajadores), los mismos trabajadores pasaron a rechazar modelos en los cuales
los medios de producción sean propiedad de los trabajadores. O, como lo dijo un obrero de la
fábrica de válvulas ocupada y expropiada Inveval, “no hemos sacado a un capitalista para que
surjan 60 capitalistas”.
La mayoría de las cooperativas se integró al mercado capitalista y se rige por sus lógicas. Casi
lo mismo pasó también con la mayoría de las cooperativas creadas por la Misión Vuelvan Caras
(MVC) desde el 2005, un programa de formación laboral, organizativa, socio-política y produc-
tiva, que promociona formas colectivas de economía. Para la formación de los participantes de
la MVC se crearon más de 100 Núcleos de Desarrollo Endógeno (Nudes). Los Nudes también
asumieron la función de crear redes de cooperativas como una especie de vivero para una eco-
nomía que mira a superar lógicas capitalistas. Hasta su reestructuración en 2007, MVC formó
unas 800.000 personas y fundó 10.000 cooperativas. La meta inicial era de un 50% más alta. La
mayoría de las cooperativas y hasta Nudes se integró al Mercado capitalista. La idea inicial de
crear cadenas productivas basadas en las comunidades no tuvo mucho éxito: muchas coopera-
tivas tenían una formación ineficiente y los Nudes en su mayoría siguieron produciendo valor de
cambio en vez de valor de uso.
Sin embargo, aunque buena parte de las cooperativas estén mal manejadas o en realidad ni
sean cooperativas, muchos simpatizantes del proceso bolivariano opinan que a medio término
el sector cooperativo se consolidará solo. El índice de éxito de las cooperativas puede aparecer
bajo, pero el número total de cooperativas operativas representa un aumento enorme en com-
paración con el pasado. El gobierno subraya el alto valor de la experiencia y, por ello, no conside-
ra que los esfuerzos hayan sido una mala inversión. La creación de un gran numero de pequeñas
empresas, aunque no sigan la filosofía cooperativista, de por si ya representa cierta “democrati-
zación de capital” en el marco del Mercado venezolano, caracterizado por ser extremadamente
monopolista y oligopólico (Ellner, 2008).
Frente a ese conjunto de experiencias la Sunacoop empezó a trabajar de manera estrecha
con los Consejos Comunales, para promover cooperativas comunales que asuman tareas de ser-
vicio. El nuevo modelo de las Cooperativas Comunales surgión en 2007. Las cooperativas son
179
A m é rica L atina desde A bajo
como punta de lanza promoviendo las EPS. Al ser EPS, las empresas gozan de varias ventajas,
por ejemplo, prioridad en licitaciones de Estado. Sin embargo, no hay definición oficial y univer-
salmente válida de que es una EPS. Diferentes instituciones del Estado manejan diferentes con-
ceptos; como consecuencia, por ejemplo, las EPS formadas por o con la ayuda de PdVSA, tienen
que pagar una porción de sus beneficios a un fondo de PdVSA, del cual PdVSA financia proyectos
en las comunidades. Un modelo que se parece más a un impuesto adicional, que a una integra-
ción con las comunidades. Muchas empresas que en realidad no cumplían con los criterios de las
EPS también se registraron como EPS para aprovechar de las ventajas ofrecidas por el Estado
(Díaz, 2006: 157-158). A partir de la segunda mitad del 2007, ya no se fundaron nuevas EPS por
las nuevas formas empresariales que se iban a crear a partir de la reforma constitucional, final-
mente rechazada a finales del 2007. Desde el 2007, el término EPS se refiere a las Empresas de
Producción Socialista o Empresas de Propiedad Socialista.
180
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
Empresas Recuperadas
Durante y después del “paro patronal” en 2002/2003, trabajadores tomaron varias empresas
pequeñas y medianas reclamando el pago de salarios caídos o para impedir el cierre. Al inicio,
el gobierno relegó los casos a los tribunales laborales; en enero del 2005, empezó con las ex-
propriaciones (Ellner, 2006: 85). Aunque la posibilidad de expropiaciones sea parte de la cons-
titución en vigor desde el año 2000, hasta finales de 2005 hubo sólo pocas expropiaciones. La
primera tocó a la fábrica de papel Venepal (ahora Invepal), en enero de 2005. A finales de abril,
fue el turno de la Constructora Nacional de Válvulas (CNV, ahora Inveval), que producía prin-
cipalmente para la industria petrolera. A partir de julio 2005, el gobierno comenzó a prestarle
atención a las empresas cerradas y desde entonces más y más empresas han sido expropriadas.
Según la constitución los dueños son indemnizados pagando el valor de mercado. Sin embargo,
en la mayoría de los casos los pasivos laborales, sociales y de impuestos acumulados durante
años y hasta créditos y apoyos gubernamentales desviados ilegalmente llevan a que no haya
indeminzación alguna que pagar.
En 2005/2006, el clima político para tomas de empresas cerradas o inproductivas era muy
favorable. Después de las victorias de las fuerzas bolivarianas contra el golpe del 2002, el paro
patronal y el referendum revocatorio de 2004, todas basadas en una automovilización popular
masiva, la oposición estaba en la defensiva. La necesidad de aumentar la producción nacional y
las tomas de empresas coincidieron. La presión y las recuperaciones “desde abajo” encontraron
un eco “desde arriba”. A finales de julio de 2005, Chávez declaró, en su programa televisivo Aló
Presidente, que unas 136 empresas estaban siendo evaluadas para una eventual expropiación.
Chávez leyó en voz alta varias listas: empresas que ya estaban en proceso de expropiación, em-
presas cuya expropiación iba a ser examinada y una última lista de empresas parcialmente para-
lizadas o cerradas. En total 1.149 empresas en todo el país.
Chávez hizo un llamado al pueblo para que informara sobre otras empresas cerradas y ha-
ciendo referencia a una planta procesadora de pescado anunció: “Si los empresarios no quieren
abrirla, habrá que expropiarla y la abrimos nosotros” . La Ministra del Trabajo María Cristina Igle-
260
260 Véase: “Expropiaciones de empresas cerradas anuncia Presidente Chávez”, 18.7.2005, RNV, http://www.rnv.gov.ve/noticias/index.
php?act=ST&f=2&t=20185. Versión en internet, 12.7.2009.
181
A m é rica L atina desde A bajo
sita de grandes inversiones para encaminar una producción eficiente. A parte del sector privado,
solo el Estado dispone de tales cantidades de capital. Sin el apoyo del Estado, las fábricas tienen
que competir en el mercado capitalista y adoptar sus reglas.
Ni siquiera la UNT siguió su anunciada política de toma de 800 empresas. Hasta la corriente
clasista UNT-CCURA (después dividida en CCURA y Marea Socialista), que jugó un papel impor-
tante en varias tomas de fábricas, hizo realidad las tomas anunciadas. Por un lado, la identifi-
cación con el trabajo industrial, a parte en algunas zonas con tradición obrero-industrial, no es
fuerte en Venezuela. Por el otro lado, la tradición sindical en Venezuela se concentra en luchas
salariales. Las ocupaciones nacen de situaciones defensivas, primariamente motivadas por la
preservación del puesto de trabajo. La radicalización de las prácticas y una reflexión más profun-
da suele pasar después de la toma. Las recuperaciones y las luchas a favor de la nacionalización
suelen con frecuencia ser muy aisladas y raras veces logran incentivar una dinamica local o re-
gional (Lebowitz, 2006: 100-104).
Sin la presión desde abajo, las iniciativas del presidente se quedaron atascadas en el aparato
burocrático. La mayoría de los gobernadores venezolanos, además, no apoya las políticas pro-
gresistas del gobierno central. Gran parte de las expropiaciones son el resultado de la presión
a instituciones del Estado por ocupaciones y movilizaciones. Durante mucho tiempo no existió
una política amplia y sistemática para las expropiaciones en el sector productivo. Desde la mitad
del 2008, se empieza a observar, por lo menos en el sector de producción de alimentos, una po-
lítica sistemática de expropiación.
Como demuestra el caso de Sanitarios Maracay, las contradicciones y puntos de vista di-
ferentes atraviesan el gobierno y sus instituciones, así como a los trabajadores. La empresa,
propiedad del empresario opositor Álvaro Pocaterra, fue cerrada por su dueño el 14 de noviem-
bre de 2006 y ocupada el mismo día por 550 trabajadores . La planta empezó la producción
261
182
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
presidente Chávez y al Ministerio para las Industrias Ligeras y Comercio (MILCO) de expropiar,
por decreto, a Sanitarios Maracay y pasarla a gestión de los trabajadores . Al mismo tiempo,
263
el entonces ministerio del trabajo firmó un contrato separado con el dueño y los empleados,
sacando de facto de la fábrica a los demás trabajadores. De manera sorpresiva Chávez anunció,
en diciembre 2008, que había que nacionalizar Sanitarios Maracay y llegar a un acuerdo con los
trabajadores. Sin embargo, la situación no ha cambiado y los trabajadores aún siguen pidiendo
la expropiación.
de ley también prevé que la cogestión pueda ser aplicada a empresas 100% privadas, siempre y
cuando sean declaradas empresas de “utilidad pública” o de “interés social”.
Por la falta de una ley adecuada y por los diferentes modelos de cogestión aplicados, se pro-
dujeron varios conflictos. A pesar de los problemas que puedan surgir, es notable que surjan, de
manera orgánica, diferentes modelos, según el nivel de lucha y de conciencia de los trabajadores
y de los contextos específicos. A lo mejor, bajo un cuerpo legislativo ya aprobado, esa diversidad
habría sido muy probablemente víctima de la regulación estatal.
183
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Con el programa Fábrica Adentro, creado en el 2005, el gobierno intentó fomentar modelos
de cogestión en el sector privado. Empresas privadas con problemas económicos, aquellas que
no optimizan sus niveles de producción, recibieron acceso a créditos con intereses muy bajos,
subsidios del Estado y apoyo en formación laboral si llegaban a un acuerdo con sus trabajadores
sobre la implementación de un modelo de cogestión, que diera a los trabajadores participación
en la administración, la junta directiva y las ganancias de la empresa. Además, la empresa tiene
que transferir una parte de sus ganancias (5-15%) a un Fondo de Transformación Industrial, no se
le permite despedir trabajadores y debe crear nuevos empleos.
Hasta finales del 2006, 1,520 empresas habían entrado al programa: 847 ya tenían sus pro-
yectos aprobados, habían recibido créditos y empezado a implementar los acuerdos. De es-
tas empresas, 69 se encontraban cerradas anteriormente, mientras las demás aumentaron su
capacidad de producción. En total presentaron 268 proyectos nuevos para la sustitución de
importaciones . Sin embargo, una mirada más detallada revela que, en la mayoría de los casos,
265
los trabajadores no ganaron ninguna participación real en los procesos de toma de decisiones,
sino solamente una participación minoritaria en la propiedad, mediante cuotas individuales de
propiedad o a través de la participación minoritaria en una cooperativa de trabajadores. Contar
casos como éste, bajo el techo de la cogestión, ayuda seguramente a aumentar la cantidad de
fábricas en cogestión en las estadísticas; sin embargo, al final no aporta nada a una transforma-
ción de las relaciones de producción en un sentido socialista.
Aquí se evidencia también el dilema de la cogestión. Mientras muchos empresarios, y en
gran parte también la administración de las empresas del Estado, ven la cogestión como un
pacto social para evitar conflictos, crear puestos de trabajo y aumentar la producción, muchos
trabajadores, y una parte de las instituciones, la ven como un paso hacia el futuro control obre-
ro de las empresas en el marco de un modelo socialista . 266
184
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
defensor de la cogestión, la CVG decidió implementar una cogestión modelo en Alcasa para –así
el ministro– “meterle un golazo al capitalismo de Estado” (Álvarez, 2005). A mediados de febrero
2005, Carlos Lanz, sociólogo, ex-guerrillero y marxista, fue designado presidente de la empresa.
Lanz, empezó inmediatamente con una amplia cogestión. La meta, además de la democratiza-
ción de la empresa, era volverla otra vez productiva, después de haber sido llevada a la ineficacia
y hundida en deudas durante los últimos 17 años, con el objetivo de “prepararla” para la privati-
zación.
La meta de la cogestión en Alcasa ha sido definida claramente como el control obrero de la
compañía. La asamblea de los trabajadores decidió sustituir los directores de departamento y
dar un aumento salarial del 15% a los trabajadores. Dos semanas después de la llegada de Carlos
Lanz, los directores de departamento fueron sustituidos por otros elegidos en la asamblea de
los trabajadores de departamento que, además, reciben el mismo salario que sus compañeros.
Se implementaron asambleas departamentales y de planta, en los departamentos se instalaron
ternas directivas electas, mesas técnicas y estaba prevista la elección de voceros. Todos los car-
gos podían ser revocados por la misma asamblea que los eligió. En la fábrica, además, se montó
un centro de formación política e ideológica.
Sin embargo, el modelo no funcionó tan bien como se pensó. La idea de tener tres directores
por departamento, en vez de uno, no resultó muy efectiva, dado que muchas veces fue demasia-
do problemático juntarlos todos a causa de diferentes turnos o hasta por rivalidades.
Alcasa se convirtió en una EPS y ha comenzado a apoyar la construcción de cooperativas
para la elaboración aguas abajo del aluminio producido. En el mes de noviembre de 2005, la
asamblea de los accionistas eligió una nueva junta directiva. De los cinco miembros de esta
junta (además de Carlos Lanz) tres vienen de la CVG y dos son empleados de Alcasa. Entre los
suplentes de los miembros de la junta directiva, hay también dos miembros de la población
local organizada: un profesor de la Universidad Bolivariana y un economista . 267
En julio de 2006, Carlos Lanz puso su cargo de director de fábrica a elección y obtuvo 1.800
de 1.920 votos. El plan era también reestructurar la junta directiva de la fábrica, de tal manera
que de los siete miembros, cuatro vendrían de los trabajadores, dos de la CVG o el Estado y
uno de las comunidades locales organizadas. La idea detrás de este modelo es que la planta
no se considere ni propiedad del Estado, ni de los trabajadores, sino de verdad “propiedad del
pueblo”. De allí la lógica de la participación de la población local en la estructura administrativa.
Los que pensaban que Alcasa estuviese condenada al fracaso, tuvieron que rectificar. La pro-
ducción aumentó en seguida del 11% . Además, en el bienio 2005-2006, Alcasa pagó toda la
268
deuda acumulada en salarios y pensiones caídas. A finales de 2006, Alcasa y el sindicato de los
alcasianos, SintrAlcasa, firmaron un nuevo contrato colectivo, aprobado por el gobierno y las
cortes en febrero del 2007. El contrato contemplaba la construcción de consejos de trabajadores
en la fábrica. Según el plan, varios departamentos de la empresa tenían que presentar sus ideas,
185
A m é rica L atina desde A bajo
bajo las cuales los mismos trabajadores desarrollarían o escogerían su modelo . Osvaldo León,
269
Así cuando Carlos Lanz, en mayo 2007, dejó Alcasa por motivos personales y luego se pasó a
otro cargo, el proceso de cogestión sufrió un serio golpe. El nuevo presidente de Alcasa no mos-
tró mucho interés en la cogestión, que veía más bien como una pérdida de tiempo. La participa-
ción activa de los trabajadores bajó muy rápido. La formación de los Consejos de Trabajadores
nunca se dio y sólo cuatro departamentos en el área de producción, de los 17 departamentos que
tiene la planta, mantienen mesas redondas de trabajadores. Eso puede ser atribuido solamente
a la presidencia, sino también a cierto desinterés entre los trabajadores que, en parte, prefieren
regresar a las viejas prácticas corruptas y materialmente más ventajosas.
Con el nuevo presidente, la productividad de Alcasa bajó tanto que la empresa empezó nue-
vamente a producir enormes pérdidas (unos 180 millones de dólares en 2007). Lo que se man-
tiene en la fábrica es la escuela de formación política Negro Primero, financiada por Alcasa y
manejada por un conjunto de trabajadores en favor del control obrero. Según su evaluación,
uno de los errores centrales, durante la gestión de Lanz, había sido no cambiar a la mayoría de
directores y empleados en la administración. Cuando Lanz dejó la fábrica, éstos regresaron a
sus prácticas corruptas habituales y el nuevo presidente empezó a negociar grandes lotes de
aluminio debajo del precio de mercado a cambio de pago inmediato. Los trabajadores de Alcasa
crecieron en número, de 2.700 a casi 3.300. Sin embargo, al contrario de lo que se había planifi-
cado anteriormente, sólo unos 60 eran ex-miembros de cooperativas. Los empleados de la ad-
ministración y el sindicato usaron su influencia para integrar amigos y familiares. Sin embargo,
Osvaldo León aclara:
“No funcionaron las mesas de trabajo y el cerco burocrático hizo que la cogestión
esté en el proceso que está, hasta cierto punto paralizada pero con grandes experien-
cias, con grandes avances: los trabajadores aprendieron que era posible administrar
y controlar todo el proceso productivo. ¡¡¡Una gran enseñanza!!! Cuando me decían
que era imposible... La cogestión tuvo grandes enseñanzas y tiene ganancias… el
solo hecho de que centenares de trabajadores se ocuparan del proceso de la trans-
186
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
En abril de 2008, la llegada de otro nuevo presidente creó esperanzas de que éste retomara
el camino a la cogestión. Sin embargo, ya en octubre del 2008, las relaciones entre los trabaja-
dores organizados a favor de la cogestión y el presidente, se habían roto. El presidente inició
una política en contra de las cooperativas y de la cogestión de los trabajadores y, además, trató
de evitar la concreción de los proyectos sociales elaborados por los trabajadores en cuatro co-
munidades (por ejemplo, reparación de escuelas), que tendrían que ser financiados por el fondo
social de Alcasa.
La centralidad de Alcasa en Guayana y el papel protagónico de los trabajadores de la side-
rúrgica Sidor (con la cual los núcleos de trabajadores organizados de Alcasa tienen mucho con-
tacto), llevaron al presidente Chávez a nacionalizar la empresa, en contra de la voluntad y de
los intereses del gobernador del Estado de Bolívar, Francisco Rangel Gómez, representante de
la derecha del proceso bolivariano. Hay que suponer que detrás hay intereses regionales muy
fuertes al impedir un papel protagónico de los trabajadores en Bolívar. Los trabajadores organi-
zados a favor de la cogestión en Alcasa han desarrollado un amplio trabajo en la región. Están
coordinados con los trabajadores de otras fábricas, sindicatos de maestros, Consejos Comuna-
les, organizaciones estudiantiles, cooperativas y EPS. Han apoyado de manera intensa la lucha
de los trabajadores de Sidor por la nacionalización y, desde la nacionalización, apoyan a los tra-
bajadores de Sidor en desarrollar un modelo de cogestión. Bajo la mesa, el gobernador Rangel,
como el presidente de Alcasa y otros, actúan en contra de las políticas oficiales y directivas del
presidente Chávez y del gobierno, para mantener el control de la región.
187
A m é rica L atina desde A bajo
quiso reestructurarla y reabrirla sin pagar los salarios caídos, reduciendo salarios y nómina, sin
pagar liquidación. Los trabajadores rechazaron las medidas: 63 de los 120 ocuparon la fábrica.
El Ministerio de Trabajo defendió los trabajadores despedidos y ordenó el reenganche y el pago
de salarios caídos. El dueño no acató la decisión. A finales del 2004, la situación parecía sin sa-
lida y los trabajadores abandonaron la ocupación. Sin embargo, después de la expropiación de
Venepal se reanimaron, mientras Sosa Pietri empezaba a sacar las maquinarias de la fábrica. A
mediados de febrero de 2005, los trabajadores reocuparon la planta: el 27 de abril de 2005 fue
finalmente anunciada su expropiación (Azzellini/Ressler, 2004; Cormenzana, 2009: 27-43).
Lo que en un principio pareció la solución a los problemas se reveló una transferencia de la
lucha de clases al nivel de confrontación con las instituciones. Mientras los trabajadores, ani-
mados por la postura de Chávez a favor de un control obrero, intentaron definir un modelo de
control obrero, la burocracia de los ministerios hizo de todo para impedirlo e imponer a los tra-
bajadores un modelo empresarial capitalista. Sea por desconocimiento, falta de experiencia,
porque siguieron los lineamientos tradicionales capitalistas o porque veían una fábrica bajo con-
trol obrero como una amenaza para su autoridad, la burocracia del Minep, y más tarde del Milco
(Ministerio de Industrias Ligeras y Comercio) no estuvieron a la altura de las tareas, para organi-
zar la producción y el funcionamiento de las fábricas: la fundidora Acerven, que pertenecía a la
CNV y se encuentra en otro lugar, no fue expropriada y sigue siendo propiedad del antigo dueño.
Sin la fundadora Inveval no puede producir válvulas, sino solo llevar a cabo mantenimiento y re-
paraciones. Las instituciones nunca cumplieron con los frecuentes llamados a la expropriación.
Hasta la orden de Chávez de expropiar Acerven, a mediados de 2008, no fué acatada por las
instituciones.
Inveval tendría que haber reasumido la producción en agosto 2005; sin embargo, en los
primeros meses después de la expropiación no pasó mucho. Solo a partir del 1 de julio de
2005, los trabajadores empezaron a recibir un sueldo mínimo por parte del Estado . Y cuando
270
representantes del Minep presentaron su propuesta de cogestión, fue rechazada por los ex tra-
bajadores de la empresa. La mayoría trabajadora en la directiva y administración de la empresa,
prometida por Chávez, no figuraba en la propuesta, la cual decía que los directores iban a ser
nombrados por el Estado. Después de controvertidas negociaciones, trabajadores y Estado,
firmaron un acuerdo sobre la cogestión el día 4 de agosto de 2005. En él, la administración de la
fábrica quedaba en manos de la asamblea obrera que elegía a tres de los cinco miembros de la
junta directiva, incluyendo al presidente. Todas las decisiones importantes que afectan la fábri-
ca se iban a tomar en la asamblea semanal de la fábrica. Decisiones de un alcance más amplio
tenían que ser aprobadas por el ministerio. Los trabajadores aceptaron el modelo de propiedad
mixta (51% del Estado y 49% propiedad una cooperativa de trabjadores) aunque en un primer
momento lo rechazaron considerándolo también un modelo capitalista.
Aún así, no fue hasta diciembre de 2005 que los trabajadores de Inveval recibieron oficial-
mente las llaves de la planta. Como parte de la cogestión, el Estado puso 6 mil millones de Bolí-
vares para financiar la reapertura de la fábrica. Hasta octubre de 2006, se recuperó la infraestruc-
tura completa y parte de la maquinaria e Inveval, entonces, empezó finalmente con los trabajos
188
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
Durante años, los trabajadores de Inveval tuvieron que luchar contra el burocratismo de Pd-
VSA para conseguir que ésta les comprara válvulas y les encargara la reparación y mantenimien-
to de una parte de las válvulas que poseen. Hubo conflictos con el MILCO alrededor de la materia
prima y sigue una lucha contra la gerencia de la Empresa de Producción Social de Intevep, que
intenta apoderarse de la empresa. Mientras tanto, los trabajadores altamente politizados recha-
zan ser copropietarios de la fábrica, evaluando la transformación que hubo de los trabajadores
propietarios como un error: “La cooperativa lo que hace es fomentar más el capitalismo porque
está creada precisamente en ese sistema capitalista y nosotros aquí eso no lo queremos… o sea
¿Sacamos un capitalista para meter a 60?, no es la idea ¿no?”, comenta Julio González.
La existencia de una junta directiva conformada por cinco miembros generó descontento.
La separación de las áreas de trabajo y de decisión aumentó la apatía entre los trabajadores y,
un aislamiento de la junta directiva. Además, según comentaron los trabajadores, los dos repre-
sentantes del Estado no participaron casi nunca en las juntas. El marco juridico al mismo tiempo
hizo imposible que la fábrica fuese adminsitrada directamente por los trabajadores. Los mismos
189
A m é rica L atina desde A bajo
trabajadores se dieron cuenta que ser dueños los empujaba hacia lógicas capitalistas-empresa-
riales. La cooperativa no significaba solo ser socio de la fábrica, sino también coresponsable de
las deudas. Los trabajadores cuentan que empezaron a adoptar una lógica que significaba vivir
para trabajar y pagar el crédito. Así, los trabajadores de Inveval, organizados en Freteco, asu-
mieron la propuesta de Chávez (enero 2007) de profundizar la revolución a través de la confor-
mación de consejos de trabajadores y decidieron inmediatamente elegir un consejo de fábrica
formado por 32 miembros. Como cuenta Julio González:
“Somos 61 trabajadores y la asamblea de los trabajadores es la máxima autoridad.
Le sigue el consejo de fábrica que lo conforman 32 personas, incluyendo los directi-
vos y coordinadores de cada instancia. Los que integran el consejo de fábrica tienen
un lapso de duración de un año. Aunque la asamblea de trabajadores los puede revo-
car en cualquier momento por mala gestión mala o lo puede postular nuevamente y
confirmarlo. Esto nos permite que no nos burocraticemos en los puestos de trabajo y
nos permite romper la división social del trabajo. Por ejemplo yo soy ratificado y hoy
estoy en la instancia de comercialización, mañana puedo estar en la replicadora o en
otro lado, de acuerdo a mis conocimientos, claro”.
190
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
garantizando una inversión en las comunidades aledañas. Al mismo tiempo los trabajadores de
Inveval se coordinan e integran con los Consejos Comunales de las comunidades, para construir
un gobierno comunitario desde abajo.
Los problemas con las instituciones siguen vigentes. La expropriación firmada por Chávez
en agosto del 2008 hasta finales del 2009 todavía no se había llevado a cabo. Hubo retrazos de
meses en los pagos de financiamientos asignados y hasta problemas en la asignación de en-
cargos de parte de PdVSA, la cual también intenta evadir contratos con Inveval (Cormenzana,
2009: 203-204). Pero la tenacidad, organización y la formación política auto-organizada de los
trabajadores de Inveval hizo possible llevar una fábrica bajo control obrero a pesar de todas las
resistencias y los obstáculos institucionales y de las empresas de capital privado. Así que es muy
probable que los trabajadores de Inveval sigan, aunque lentamente, imponiéndose.
191
A m é rica L atina desde A bajo
Empresas Socialistas
Después de las dificultades que se presentaron en los diferentes modelos descritos, especial-
mente en los de propiedad mixta, en abril del 2007, los diferentes ministerios les pidieron a las
fábricas, bajo su responsabilidad, proponer criterios de lo que podría ser una fábrica socialista,
cuáles serían los parámetros y cómo podrían interactuar con las comunidades y políticas sociales
de su área. Varias fábricas, empresas del Estado y ministerios presentaron diferentes propues-
tas; se organizaron también varios encuentros con trabajadores para discutir posibles modelos.
La forma de “propiedad social” de las fábricas socialistas sería definida por la reforma consti-
tucional, rechazada en diciembre 2007, de dos formas: como “directa”, cuando es administrada
por el pueblo (Consejos Comunales, Comunas y Ciudades Comunales) e “indirecta” cuando es
administrada por el Estado. Los bienes producidos no deberían ser considerados mercancías
vendidas a quien puede pagarlas, sino bienes que son transferidos a quienes los necesitan; todo
estaría basado en un intercambio continuo con la meta de satisfacer las necesidades de la socie-
dad. Las empresas socialistas deberían también estar monitoreando la calidad de sus productos
y tratar de mejorarla. Los trabajadores de fábricas socialistas son propuestos por los Consejos
Comunales de la zona. El Estado pone el personal especializado hasta que la administración sea
pasada paso por paso a los trabajadores y las comunidades.
Como parte del Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2007-2013, estaba plani-
ficado abrir más de 200 fábricas socialistas hasta finales del 2008: 88 en el sector de alimentos,
12 de productos químicos, 48 produciendo maquinarias y herramientas, 8 de equipos y materia-
les electrónicos (computadoras, celulares y otros), 10 para productos de plástico, vidrio y neu-
máticos, 10 fábricas textiles, 8 empresas de transporte, cuatro constructoras y tres empresas
de reciclaje. La mayoría son construidas por Bielorrusia, China, Irán, Rusia y Argentina, incluyen
transferencia de tecnología y conocimiento. La idea es también de fortalecer la independencia
y soberanía de Venezuela construyendo una red nacional de producción que reduzca importa-
ciones y la dependencia al extranjero. Los trabajadores de esas fábricas, de las cuales muchas
192
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
deberían pasar a ser propiedad social directa, son también escogidos por los Consejos Comuna-
les, mientras las instituciones ponen los trabajadores especializados que se requieren y prestan
la formación para los demás. La administración de las fábricas debería ser transferida poco a
poco a manos de los trabajadores y las comunides organizadas. Sin embargo, en muchos casos
las instituciones y las gerencias de las empresas no hacen muchos esfuerzos para organizar este
proceso y preparar a los trabjadores.
Conclusiones
Venezuela está implementando una variedad de medidas para promover cambios estruc-
turales en la economía y alcanzar una democratización de las relaciones de propiedad, trabajo
y producción. Algunas buscan ir más allá de las condiciones de explotación capitalista, la sepa-
ración entre trabajo manual e intelectual y –a mediano o largo plazo– tienen el reto de superar
el capitalismo. Otras medidas, sin embargo, miran a una mera democratización de relaciones
laborales capitalistas. En muchas instituciones es notable cierta resistencia a cambios estruc-
turales. Aunque la construcción de consejos de trabajadores es orientación normativa desde el
2006, gran parte de la adminsitración del Estado más bien intenta prevenir su constitución.
Hasta la fecha (finales de 2009), no existe una política definida hacia las empresas recupera-
das, o por lo menos no se materializa en políticas concretas. Si por parte del presidente se mar-
can ciertos caminos, las instituciones, los programas y los diferentes Estados no siempre los si-
guen. Muchas instituciones y sus empleados parecen más preocupados en producir estadísticas
cuantitativas, que en experimentar modelos organizativos económicos y laborales alternativos.
Sin embargo, en estos diez años, el proceso ha logrado en Venezuela una relativa soberanía
en el marco capitalista, mejorado muchísimo casi todos los indicadores sociales, ampliado la
participación popular y encaminado otro modelo de desarrollo. Venezuela está demostrando
que hasta en un mundo globalizado es posible darle otro papel al Estado. La productividad in-
terna ha crecido y la diversificación productiva ha sido encaminada. El crecimiento del sector
cooperativo y colectivo en el crecimiento total de la economía venezolana ha sido tan grande
que su cuota del PIB, según informaciones de la Sunacoop, se ubica entre el 1.6 y 2.5%.
No obstante, hasta la actualidad las relaciones capitalistas en Venezuela quedan intactas en
la mayoría de los sectores de producción, distribución y consumo. La propiedad social directa es
todavía muy reducida. La mayoría de las empresas no son administradas por los trabajadores o
las comunidades, por ejemplo en sectores clave como el sector financiero. Hasta las “empresas
socialistas” cooperativas y EPS reproducen en su mayoría lógicas capitalistas: división social del
trabajo, alienación, distribución de las ganancias y en algunos casos la propiedad privada de los
medios de producción. Sin embargo, aún bajo parámetros capitalistas, hay una fuerte demo-
cratización de la propiedad y administración de los medios de producción: centenares de miles
de pequeñas y medianas industrías y la producción estadal de alimentos, por ejemplo, hicieron
posible romper algunos de los controles monopólicos y oligopólicos en el mercado venezolano.
La existencia paralela de estructuras socio-económicas nuevas y la experimentación de diferen-
tes modelos empresariales es costosa. La reestructuración de las empresas del Estado, anunciada
193
A m é rica L atina desde A bajo
desde hace tiempo, se hace muy urgente, como también introducir mecanismos más efectivos en
contra de la corrupción. La manera más efectiva de desmantelar las redes clientelares es a través del
control obrero, por eso hay la resistencia institucional, adminsitrativa y política al mismo.
La apropiación privada de finanzas públicas hace muy dificil el desarrollo industrial interno.
Las inversiones necesarias en maquinaria productiva, por ejemplo, es saboteada por una parte
de la administración y del aparato político, especialmente a nivel local y regional. Para respon-
sables en altos cargos sigue siendo mucho más lucrativo comprar maquinarias y repuestos en el
mercado internacional que apoyar la producción interna.
Para la construcción de una economía que no siga la racionalidad del capital será funda-
mental conectar las diferentes empresas nuevas y crear condiciones para su funcionamiento sin
apoyo del Estado. ¿Se logrará un desarrollo endógeno radical o solamente se repetirán una po-
lítica de industrialización por sustitución de importaciones bajo una administración burocrática
estadal o la continuación del modelo rentista basado en las exportaciones petroleras? Propues-
tas como la de Inveval de transferir bienes producidos sin dinero, sino en base a las necesidades,
muestran una fuerte voluntad de superar las relaciones capitalistas aunque todavía no haya cla-
ridad de como llevar eso a la práctica. Los bienes producidos no deberían ser vistos como bienes
producidos para un mercado capitalista, sino como bienes para satisfacer necesidades sociales y
deberían ser transferidos a los consumidores sin regirse por su capacidad adquisitiva.
A pesar de todo, las diferentes medidas tomadas en Venezuela en un lapso de tiempo tan redu-
cido han producido muchas iniciatias exitosas, aumentando las iniciativas desde abajo. El proceso
de transformación venezolano sigue siendo muy abierto y flexible y la busqueda de nuevos modelos
empresariales sigue desde arriba y desde abajo. Jesús Eduardo Espinoza, del barrio de Petare en Ca-
racas, a causa de su discapacidad tiene fuertes problemas para caminar; durante un taller comunita-
rio para discutir el modelo de las empresas locales de servicios a construir declaró: “Claro que tenemos
que arriesgarnos. Yo voy caminando, me caigo, me endurezco y sigo caminando”.
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Venezolana de Televisión (VTV): http://www.vtv.gob.ve
Venezuelanalysis: www.venezuelanalysis.com
196
Capítulo 7
… reafirmando su alma indígena…
los sistemas de dominación étnica y explotación económica instituidos durante los 180 años de
república criolla.
Los actores de este nuevo escenario sociopolítico son los pueblos indígenas y los sectores
populares, históricamente marginados y excluidos. La ciudad de El Alto, con la constitución de
los “microgobiernos barriales” y de los “cuarteles indígenas” de los ayllus (comunidades del
273
271 Sociólogo Aymara Qulla, por la Universidad Mayor de San Andrés, (La Paz-Bolivia) con una maestría en Ciencias Sociales por la
Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, FLACSO- Ecuador. Ha publicado varios libros sobre los movimientos indígenas,
las elites y el poder: “El Rugir de las multitudes. La fuerza de los levantamientos indígenas en Bolivia/Qullasuyu”; “Microgobiernos
barriales. Levantamiento de la ciudad de El Alto (octubre 2003)”; y varios artículos en diferentes revistas y libros a nivel nacional e
internacional. Próxima publicación, El estado mayor indígena de Qalachaka. Poder Qulla y el Estado criollo en los levantamientos de
Achakachi, Provincia Omasuyus entre 2000 y 2001 (tesis de maestría).
272 De Certeau, Michel (1979), La invención de lo cotidiano. El arte de hacer, Tomo I, Universidad Iberoamericana, México, 1996.
273 El trabajo se basa en los estudios del autor sobre El Alto, Omasuyus, Chapare y los Ayllus. Aunque este trabajo se basa en el libro
Microgobiernos Barriales, 2005. Publicado en la Revista Autodeterminación, Sujetos y formas de la transformación política en Boli-
via, Editorial tercera piel, La Paz, 2006.
274 Mamani Ramirez, Pablo (s/f), Cuartel de Qalachaka. Poder aymara y la violencia estatal en Jach’a Omasuyus, Bolivia (2000-2001),
tesis de maestria.
197
A m é rica L atina desde A bajo
trucción colectiva que propone una nueva escritura de la historia (indígena y de la república) con-
firmando el hecho de que los movimientos indígenas están mostrando tener una gran capacidad
para traspasar las murallas infranqueables del poder estatal y del tipo de sociedad consolidada.
Este proceso está creciendo a partir de las fundamentales esferas de la historia de la domi-
nación étnica: a) desde la interioridad de la escritura de la dominación y explotación blanca-
mestiza (de clase y étnica); b) desde las fronteras étnicas o raciales, y c) desde las diferencias so-
ciales y geográficas (ayllus y comunidades). La fuerza de la acción indígena provocó, en distintos
espacios-tiempos, un choque implosivo: en principio, al interior de la institucionalidad estatal
y, después, en las mismas relaciones sociales (cotidianas y extraordinarias) que desde antaño
seguían siendo racializadas y discriminatorias.
Se generó así un proceso de fractura de la normalidad estatal y social que dio visibilidad,
ahora, a las potencialidades morales y políticas del mundo indígena u originario. Estas nue-
vas potencialidades convergieron, como punto crucial, el 18 de diciembre de 2005 (elecciones
presidenciales y prefecturales): entonces los indígenas, que “siempre” ganaban en el escenario
de las movilizaciones o levantamientos sociales, ganaron también el escenario electoral. Los
levantamientos indios produjeron un profundo resquebrajamiento de la interioridad de la his-
toria republicana, racista y genocida. La “raza” y la racialización de las relaciones sociales, núcleo
ordenador de la colonialidad de las relaciones entre la Bolivia india mayoritaria pero oprimida
y la Bolivia blanca minoritaria y opresora , a partir del nuevo siglo se ven duramente atacadas
275
por los beligerantes y territorializados levantamientos indígenas, y por las victorias electorales
en distintas regiones de Bolivia. Los espacios públicos y la subjetividad colectiva, antes privile-
gios exclusivos de los grupos dominantes, ahora son los espacios que viven la presencia de los
cuerpos, de los símbolos y de las prácticas del contrapoder indígena. Sin embargo, como toda
descolonización, es dolorosa . El camino, en búsqueda de la autogobernación indígena de
276
275 Reinaga, Fausto, (1969), La Revolución india, Partido Indio de Bolivia (PIB), La Paz, Bolivia.
276 El gobierno de Evo Morales mantiene a los administrados y técnicos y profesionales blanco-mestizos en su gobierno. Todavía está
atrapado en el orden estatal institucionalizado de la república blanca y que por esto parece urgente descolonizar al propio gobierno
de Evo Morales.
277 De ahí las protestas más fuertes se expandieron a toda la región del altiplano-valle del departamento de La Paz, del Chapare cocha-
bambino y a los ayllus de Oruro, Cochabamba y Potosí.
198
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
Este levantamiento se convirtió también en uno de los grandes referentes del contra-poder
indígena: no solamente se ha gestado una “utopía” indígena sobre la posibilidad de un nuevo
estado, sino que se convirtió en una experiencia de autoorganización política que desemboca,
a través de los gobiernos barriales, en el autogobierno indígena. La “guerra del gas” no solo
fue parte de la emancipación teórica de los intelectuales indios sobre la fundación de un nuevo
estado indígena, sino también es la referencia práctica de una profunda experiencia política del
poder alterno frente al gobierno “legalmente” constituido de la república. Ello se concretizó con
la constitución de autogobiernos locales o barriales bajo la racionalidad de turnos y rotación en
El Alto y las provincias rurales. Fue así que, desde los microgobiernos barriales, se gestó final-
mente el derrocamiento del gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada que seguía garantizando
el modelo neoliberal en Bolivia.
Microgobiernos barriales
La categoría “barrio” (o “vecino”) se ha convertido de pronto en el referente de articulación
de las estrategias de acción colectiva y, a la vez, en el espacio fundante de la autoorganización
política vecinal al interior de la ciudad de El Alto y de su interrelación con las regiones y territo-
rios rurales aymaras-qhiswas de La Paz, Oruro, Potosí, Chuquisaca y Cochabamba (región an-
dina) hasta irradiarse al propio departamento de Santa Cruz (región de la amazonía). Los ay-
maras, ex mineros, jóvenes y mujeres que habitan estas zonas han producido las experiencias
de organización territorializadas como prácticas y discursos para constituir los “micropoderes
barriales”, en cuanto espacios concretos de acción-decisión y decisión-acción vecinal. Allí, nace
una nueva racionalidad política fundada en las decisiones colectivas para acabar con el normal
funcionamiento del estado y la sociedad dominante.
Es toda una experiencia de organización vecinal indígena-popular definida básicamente en
el manejo del espacio-tiempo urbano, y su profunda interrelación con los tiempos y espacios
del mundo rural. Este manejo del tiempo y espacio urbano tuvo y tiene mucho que ver con las
formas y estrategias de organización del mundo de los ayllus: la ciudad El Alto y las laderas de La
Paz están constituidas, en su mayoría, por los “migrantes” provenientes de las grandes regiones
rurales del mundo andino y regiones interandinas y, en pequeña proporción, de la amazonía.
Las rebeliones de inicio siglo tienen sus raíces en el proceso de refundación estructural pro-
movido por el presidente Víctor Paz Estensoro ya a partir de 1985 cuando la “Nueva Política
Económica” provocó la llamada “relocalización minera” (más de 27.000 despidos) con el conse-
cuente desmantelamiento de la minería estatal, la pérdida de fuerza de los sindicatos mineros y
la extraordinaria urbanización de la ciudad de El Alto.
Los alteños/as, entonces, tienen o han mostrado tener una gran capacidad para transportar
toda una gama de experiencias prácticas y conceptuales de organización colectiva (con respeto
a las tenencias privadas de las cosas) de los ayllus, de los sindicatos mineros y de los jóvenes
nacidos en la ciudad, para configurar un nuevo escenario conjunto de prácticas y experiencias
de la vida social y cosmológica. Esto, sin duda, es la puesta en práctica de toda una tecnología
social-indígena y popular-minera adquirida en la cruda realidad de la colonialidad (que todavía
199
A m é rica L atina desde A bajo
se manifiesta en muchos espacios urbano-rurales) pero que, sin embargo, ha demolido a la de-
mocracia oficial: “la gozosa libertad democrática”. Estas experiencias sociales y políticas, pues,
han desnudado el racismo estructural y la colonialidad de la república (pese a su discurso liberal).
Todo esto se ha convertido en el referente directo del control territorial de los barrios y en el
funcionamiento de las estrategias de organización social local y/o barrial que ha desembocado
en la constitución de los poderosos gobiernos barriales. ¿Por qué gobiernos barriales? Porque
aquí los vecinos estructuran mandos y decisiones colectivas para autogobernar la vida social
(alimentación, la compra y venta de productos), los espacios privados, el control de las calles y
también la lucha “militar” sobre todo frente a la masacre provocada, entre 12 y 13 de octubre de
2003, por Gonzalo Sánchez de Lozada y que, después, casi se repite en mayo-junio de 2005 con
Carlos Mesa.
Ahora, estas estrategias de acción-decisión y decisión-acción tienen como efecto inmediato
su acatamiento o cumplimiento colectivo por parte de los vecinos, que participan en el proceso
de toma de las decisiones estratégicas en los distintos barrios y se convierten en actores y pro-
tagonistas de los gobiernos barriales.
En estos gobiernos operan las Juntas de Vecinos, los Comités de Defensa del Gas, los “cuar-
teles barriales”, los “jefes de cuadra” y otras formas de liderazgo; a través de estos órganos, se
pusieron en movimiento las tácticas y la visualización política del gobierno barrial instalando
nuevos “parlamentos barriales” para estructurar y legitimar los diversos espacios de discusión
o debate interno sobre los intereses colectivos y/o comunes, como fueron la no exportación del
gas por Chile y la renuncia de Sánchez de Lozada. Además, en estos espacios circulan y se di-
funden las decisiones internas sobre los acontecimientos ocurridos tanto en el barrio como en
el país. Son espacios de legitimación y toma de decisiones, referentes directos de la moviliza-
ción de estrategias internas (visibles-ocultas) contra el poder constituido de la república blanca-
mestiza.
El Alto es una ciudad con una profunda politización barrial que indianiza los diversos modos
de hacer y abordar la cosa común o el asunto público. Son aproximadamente cuatrocientos Jun-
tas Vecinales las que se han convertido en microgobiernos barriales. Los barrios notables de esta
emancipación de la política comunal son Santiago II, Villa Ingenio, Río Seco, Ventilla, cruce Villa
Adela, Senkata, Ballivián, entre otros. Cada uno de estos lugares es centro de una gran cantidad
de reuniones o asambleas diarias (día y noche) con la finalidad de evaluar los acontecimientos
ocurridos en la ciudad y en las áreas rurales que son parte del proceso de interrelación urbano-
rural. Las instancias político-técnicas operativas de estos espacios son los gobiernos barriales de
cada barrio, en comunicación por medio de las radios emisoras y televisoras, con la Federación
de las Juntas Vecinales de El Alto, la Central Obrera Regional-El Alto, la Federación de Gremiales
y los estudiantes de la Universidad Pública de El Alto y la CSUTCB (Confederación Sindical Única
de Trabajadores Campesinos de Bolivia). Son estos los tiempos-espacios desde los cuales se de-
jan fluir las decisiones colectivas y los discursos como distribución dispersa y, a la vez, compacta
tanto de las acciones de protesta y/o levantamiento general de la ciudad, como de las tomas de
las calles o avenidas (organizadas por horarios y turnos) u otras disposiciones como la venta de
alimentos, fármacos o bebidas alcohólicas.
200
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
2005), en el barrio se rearticulaban las acciones en las calles o avenidas, lugares desde donde se
patentiza el control territorial cavando las zanjas, las que la gente llama “trincheras de guerra” 279
y que representan la misma voluntad de radical ruptura con el orden dominante; las zanjas re-
presentaron aquellos espacios donde se materializaban las palabras de los hombres y mujeres
oprimidas e invisibilizadas durante la historia de la república. Esta también fue la respuesta de
los excluidos, de los de afuera, de los sin voz… de los que, aparentemente, no tenían la palabra.
A través de los “parlamentos barriales” se han irradiado, definitivamente, el sentir y las
orientaciones históricas de los sublevados contra la institucionalidad de la palabra dominante y
la democracia liberal. Se han emitido radicales discursos contrahegemónicos y las acciones beli-
gerantes para quebrar la legitimidad del gobierno. El “parlamento barrial” es un espacio público
donde se delibera de forma abierta y directa para tomar decisiones, visualizar los hechos, com-
partir experiencias e informaciones minando las ideas dominantes de las máquinas estatales.
Los gobiernos barriales funcionan a través de un sistema de rotaciones y turnos y sus miembros,
los actores, han establecido unos sistemas de acción para el control y el cumplimento de las de-
cisiones colectivas. Rige una racionalidad interna por cada zona, cuadra, o manzana, que sigue
la lógica dual de los ayllus del sector de arriba o abajo.
Cada grupo y zona tiene la responsabilidad colectiva de mantener y hacer cumplir lo que
colectivamente se ha decidido minimizando los conflictos internos que siempre tiene la ciudad
de El Alto, como toda ciudad compleja y dinámica.
Rotar, entonces, es una tecnología indígena o una filosofía del manejo y movimiento del
tiempo-espacio que, bajo el sentido de responsabilidad colectiva, tiene su efecto en el cumpli-
miento por parte de todos los miembros de la comunidad de las decisiones colectivas y al mismo
tiempo los hace a todos parte constitutiva del cuerpo social de los barrios y/o los ayllus. Es una
obligación colectiva de “todos para todos”: el cumplimiento o incumplimiento tiene efecto de
ley social, de sanción moral y pública, que convierte o deshereda a un vecino y a su familia de la
categoría de jaqi o gente o “ciudadano comunal”.
También los turnos son actos propiamente particulares de esta filosofía del manejo y movi-
miento del tiempo-espacio constituido a nivel personal, familiar o de la parcialidad al que uno
278 En este contexto, también se yerguen los sistemas de contra-inteligencia indígena con la finalidad de controlar cada movimiento que
los habitantes hacen en las calles y/o avenidas. Este hecho, es decir, el saber quiénes se mueven entre un barrio y otros, ha sido
de vital importancia porque así se ha descubierto agentes infiltrados en los propios barrios. Por ejemplo en el sector de Senkata, la
presencia de un militar infiltrado en la reunión de los barrios de este sector.
279 Pues bajo este sistema de control territorial se construye territorios políticos A y territorios “militares” B. En el primer espacio se to-
man decisiones colectivas y estrategias que corresponden a los mecanismos del asunto político definido bajo la forma multitudinaria
y, en el otro espacio, bajos las formas de constitución de trincheras o posiciones “cuasi militares” o definitivamente militares. Surgen
así territorios de decisión política y de acción “militar” en cuanto parte beligerante de las decisiones colectivas dispersas en toda
la geografía de la ciudad aymara. Durante el levantamiento, lo social definitivamente se había militarizado. Los jóvenes empuñaban
“fusiles” construidos con patas de sillas o mesas rotas. Se había tumbado grandes pasarelas en la avenida Juan Pablo II. Se habían
fabricado caza-bobos en distintos lugares de la ciudad. Se había quemado autos y oficinas de las transnacionales: Coca Cola, Agua
del Illimani, Electropaz, etc.
201
A m é rica L atina desde A bajo
202
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
A todo esto llamamos decisiones colectivas. Son decisiones colectivas porque están estruc-
turadas bajo el principio de lo que aquí proponemos llamar “jerarquías horizontales” (en contra-
posición a las jerarquías verticales del poder colonial): el poder y su práctica, el mando-autori-
dad, confluyen entre un centro o varios (taypi) y los entornos (thiya) del poder. En este sentido,
el entorno es tan importante como el centro y el centro es tan importante como el entorno. No
hay una exclusión mutua. Por esto, el mando-autoridad confluye desde los entornos hacia los
centros y de éstos hacia los entornos. La palabra “confluye” hace referencia justamente a que
dos o más fuerzas y/o actores se mueven en diferentes direcciones pero haciendo una totalidad
práctica del todo como un sistema. Esto es parte de una compleja dinámica de las decisiones
colectivas porque a través de ellas fluyen intensamente las decisiones desde el centro hacia los
entornos y de los entornos hacia los centros, así como en un sentido práctico se mueven los sis-
temas de rotación y los turnos, y se definen las decisiones colectivas y/o individuales.
Aquí radica la racionalidad del mando de las autoridades políticos-territoriales de los ayllus y,
en nuestro caso, de los vecinos actuantes y de éstos hacia los que tienen eventualmente el man-
do-poder, las autoridades o líderes barriales, que obedecen a las relaciones de obediencia man-
dante. Es todo un sistemas de mandos comunales que ha mostrado tener una gran efectividad
para construir y definir, además de reproducir, sentidos de acatamiento colectivo e individual de
sus miembros o actores al que llamamos “poder indígena”, o en plural, “poderes indígenas”. Ello
nos permite hablar no de la centralidad del poder, sino de su descentramiento hacia el comple-
jo sistemas de tejidos comunales o individuales que funcionan como tramados “invisibles”: las
interioridades del poder comunal. Aunque en los momentos cotidianos se diluyan simplemente
como parte de la cotidianidad del ordenamiento dominante de la especialidad y del tiempo, los
microgobiernos barriales, bajo este complejo sistema de manejo, organización y control territo-
rial y social, se convierten de facto en el referente del gobierno indígena en toda la región de los
andes con su irradiación hacia el oriente y la amazonía de Bolivia. Y lo más importante es que,
bajo esta tecnología del poder vecinal, se ha quebrado el estado blanco-mestizo, durante los
diez días que ha durado el levantamiento de octubre de 2003 y los días en mayo-junio de 2005,
en la ciudad de El Alto.
203
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forma, la medicina clínica había colapsado porque ya no funcionaban los hospitales y los centros
de salud del estado; primero, porque no hay medicamentos y, segundo, los médicos no podían
llegar a estos lugares porque la ciudad estaba tomada por los multitudinarios bloqueos de las
calles. Ante este colapso de la medicina clínica, pues, volvieron la medicina y los conocimientos
médicos indígenas, pasados por los ancianos/as o personas mayores que ofician de sacerdotes y
curanderos con plantas medicinales y sahumerios. Muchos niños/as no podían conciliar el sueño
durante las noches, asustados por los disparos de fusiles y tanques de guerra, y son estos mé-
dicos aymaras quienes, en este contexto, se encargaron de buscar los equilibrios psicológicos.
Así, El Alto se convirtió en el ejemplo concreto de la posible construcción de un nuevo estado
originario-popular. En la Resolución del Primer Ampliado de la Asamblea Popular Nacional Ori-
ginaria (8 de junio de 2005), la ciudad de El Alto fue declarada “Cuartel General de la Revolución
del Siglo XXI”, en un contexto en el cual, si Hormando Vaca Diez (en aquel entonces presidente
del Senado de la República) no renunciaba a la sucesión constitucional, El Alto se habría conver-
tido tácitamente en el espacio-territorio del nacimiento de este nuevo Estado llamado “origina-
rio-popular”, en contra de un posible traslado del gobierno a la ciudad de Santa Cruz de la Sierra
y de la declaración de un nuevo estado de sitio en el país. Frente a esta situación, el lugar de
este nuevo estado y gobierno indígena-popular, era la ciudad de El Alto. El Alto y los territorios
aymaras se han transformado en el epicentro indígena para la irradiación del poder, y poderes,
indígena u originario que se expanden como ondas subterráneas desde la fuerza del rugir de los
barrios alteños y de las ayllus-comunidades hacia otras regiones del país (Oruro, Cochabamba,
Potosí, Sucre, y la propia Santa Cruz) donde las movilizaciones también amenazaban con de-
rrumbar definitivamente al estado blanco-mestizo. Las consecuencias las conocemos todos…
Ahora, este nuevo gobierno tiene la histórica misión de legitimar este proceso de indianización
del poder y del estado q’ara o blanco, también a través del enorme papel que en él pueden jugar
las fuerzas barriales de El Alto.
Bibliografía
Arguedas, Alcides, (1982), Pueblo Enfermo, Librería editorial Juventud, La Paz.
De Certeau, Michel, (1996), La Invención de lo cotidiano. I Arte de hacer, Universidad Iberoameri-
cana A.C., México.
Foucault, Michel, (1980), Microfísica del poder, Ediciones La Piqueta, Madrid.
Gómez, Luís, (2004), El Alto de pie. Una insurrección aymara en Bolivia, HdP, Comuna, Funda-
ción abril, Yndimedia, La Paz.
204
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
205
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“Las palabras sin acción son vacías. La acción sin palabras es ciega. Las
palabras y la acción, por fuera del espíritu de la comunidad, son la muerte”
(Pensamiento del pueblo Nasa)
Colombia es un experimento, un modelo que se construye desde los mayores poderes eco-
nómicos, políticos y militares del planeta, para exportarlo e imponer la agenda del capital global.
Mientras los pueblos de la América Latina se levantan con agendas propias para transformar
la realidad, el terror y la propaganda, las reformas legales y económicas transnacionales se im-
ponen en Colombia para impedir que este país se una al concierto de las luchas populares del
Continente. El proceso que presentamos en estas páginas, es una excepción a la regla de opre-
sión y desmovilización que impera. Mientras avanza la ocupación de nuestro territorio, sacamos
un tiempo para contar desde la dignidad y la desesperación, algo de lo que somos y hacemos.
Anunciamos que la muerte de los pueblos indígenas de Colombia es un reflejo del proceso de
muerte que cae sobre la humanidad y la Madre Tierra como consecuencia de un modelo que
concentra riquezas a toda costa y que nos niega el futuro.
280 Miembros activos del “Tejido de Comunicación y Relaciones Externas para la Verdad y la Vida” de la Asociación de Cabildos Indí-
genas del Norte del Cauca (ACIN). Manuel es médico cirujano que acompaña el proceso desde hace varios años apoyando a las
comunidades, también en el espacio político organizativo, en planeación, educación, y comunicación. Vilma es indígena Nasa, del
Resguardo de Jambaló: terminó Comunicación Social – Periodismo, becada en la Universidad Autónoma de Occidente en Cali Valle.
206
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
lores fundamentales que responden a nuestra Ley de Origen y se concretan en nuestros Planes
de Vida. El Plan de Vida no es un texto definitivo, sino un sueño permanente que se renueva de
manera constante para ser implementado en la práctica, de acuerdo con las oportunidades y los
desafíos de cada época histórica. El Plan de Vida se hace práctico desde lo político-organizativo
hasta lo técnico-operativo.
A partir de la llegada de los españoles, hemos enfrentado la agresión en diferentes momen-
tos históricos: el momento de la “Resistencia”, desde la Conquista hasta el nacimiento del Con-
sejo Regional Indígena del Cauca (CRIC) en 1971; el momento de la “Recuperación”, desde el
nacimiento del CRIC hasta el comienzo de los proyectos comunitarios con el Proyecto Nasa en
1980; el de la “Autonomía”, desde el Proyecto Nasa hasta el Mandato Indígena y Popular y el Pri-
mer Congreso Indígena y Popular en septiembre de 2004; y por último el momento de la “Alter-
nativa” desde el Mandato Indígena y Popular hasta el presente incluyendo la Consulta frente al
TLC, “Libertad para la Madre Tierra”, la Cumbre Nacional Itinerante, la Visita por el País que Que-
remos y la convocatoria frente al “Desafío que no da Espera”. Cada fase ha complementado a la
anterior sin reemplazarla, de modo que aun seguimos resistiendo, recuperando, consolidando
autonomía y autodeterminación, y tejiendo alternativas con otros pueblos y procesos. Durante
esta larga historia de resistencia, recuperamos y preservamos la conciencia y la dignidad como
pueblos. No somos pueblos inferiores ni “seres incipientes”, como lo establecía la Constitución
Nacional que se modificó con nuestros aportes en 1991.
La organización
Estamos ubicados en el Norte del Departamento del Cauca, en el sur occidente de Colombia
y somos una de las 9 asociaciones, en representación del mismo número de zonas, que confor-
mamos el CRIC. El CRIC, nacido en la clandestinidad durante épocas de persecución intensa,
define el sentido de nuestra lucha como “Unidad, Tierra, Cultura y Autonomía”. El CRIC a su vez
dio origen a la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC). Nuestra Asociación de Ca-
bildos Indígenas del Norte del Cauca (ACIN) agrupa a 14 Resguardos Indígenas, cuatro Territo-
rios Indígenas Ancestrales, 18 Cabildos Indígenas, 1 Cabildo Indígena Urbano, 3 Municipios con
Administración Indígena, en un territorio de 191.318 hectáreas que comprende 2 Zonas Mineras
Indígenas y donde viven 25.370 familias, por un total de 109.000 habitantes. Las comunidades
son las máximas autoridades de nuestro proceso, siempre bajo la orientación y con el apoyo
de nuestros guías espirituales, The Walas, que preservan e interpretan la realidad desde nues-
tra cosmovisión y cosmología ancestrales. En Asambleas y Congresos (nacionales, regionales y
zonales) definimos colectivamente nuestro proceso y estructura político-organizativa. La lucha
por la autonomía y la autodeterminación se organiza a través de los 7 Proyectos Comunitarios
que reúnen los 14 resguardos (territorios) y 19 Cabildos (autoridades). La asociación de los Pro-
yectos Comunitarios, dio nacimiento en 1994 a la ACIN-Cxab Wala Kiwe , entidad pública de 281
carácter especial, reconocida por la Constitución y la ley en Colombia, cuya función es la articu-
281 Cxab Wala Kiwe: Territorio del Gran Pueblo. Nombre oficial de la ACIN en Nasa Yuwe.
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y hacia y desde otros pueblos y procesos, para reflexionar, decidir y actuar en consecuencia, de
manera coherente y con conciencia crítica. Combina formas propias de comunicación como
son las Asambleas, las Mingas comunitarias, los Congresos y otras, con formas apropiadas que
incluyen radios comunitarias, internet, e-mail, impresos y video-documentales.
208
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
Las estrategias fundamentales de nuestro Plan frente al neoliberalismo, nos llevaron a de-
finir y compartir la “Posición Política de los Pueblos Indígenas” . En consecuencia con las de-
283
cisiones del Plan y la Posición política, en septiembre de 2004, Colombia fue sorprendida por
la marcha de 60.000 indígenas, campesinos y representantes de Movimientos Sociales desde
las cordilleras del Sur Occidente Colombiano hasta la ciudad de Cali. La Marcha representó el
Primer Congreso Indígena y Popular. Una Minga por la vida, la justicia, la alegría, la libertad y la
autonomía, convocada con una agenda de cuatro puntos: a) el rechazo al Tratado de Libre Co-
mercio; b) la denuncia de la política de guerra implementada por el Gobierno de Colombia y mal
llamada “seguridad democrática”, cuyos impactos en represión y terror se han vuelto insoporta-
bles; c) la objeción a las reformas constitucionales y a la legislación de despojo de bienes, dere-
chos y servicios que se viene implementando para beneficio de intereses corporativos privados;
d) reconocer el agotamiento de la legitimidad institucional del Estado colombiano y convocar en
consecuencia la construcción de una Agenda de los Pueblos y de una institucionalidad alternati-
va con mecanismos de paz, soberanía y convivencia desde los pueblos.
Esta movilización quedó plasmada en el Mandato Indígena y Popular , decisión colectiva 284
con la que nace la proyección del proceso indígena del Cauca en las luchas de los pueblos de
Colombia y el mundo. En coherencia con el Mandato, se inicia una nueva etapa de lucha y re-
sistencia que va dando frutos con acciones concretas entre las que se cuentan la realización de
una Consulta Popular frente al TLC con EE.UU. , el proceso de Liberación de la Madre Tierra
285 286
y la “Visita por el País que queremos” . El proceso “camina su palabra” y empieza a articularse
287
en una lucha pacífica, basada en nuestra conciencia y disciplina colectivas, y simbolizada por
nuestros “bastones de mando”.
283 http://nasaacin.org/propuesta_politica_pueblos_indigenas.htm.
284 El Mandato Indígena y Popular puede consultarse en: http://www.nasaacin.org/mandato_indigena_popular.html
285 En esta consulta participaron inicialmente 6 municipios del Cauca, con observadores internacionales. El 98% de los votantes recha-
zó el TLC. A raíz de este evento, la consulta se extendió por el resto del país a pesar de la oposición del Gobierno Nacional. Ver:
http://www.nasaacin.org/consulta.html
286 Ver: http://www.nasaacin.org/libertad_madre_tierra_uno.html
287 Una movilización desde el Cauca hasta Bogotá recogiendo las iniciativas y perspectivas de movimientos y procesos sociales para
iniciar la construcción de una agenda de los pueblos. Ver: http://www.nasaacin.org/libertad_madre_tierra_uno.html
209
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Está en curso una operación integral de ocupación del territorio y desmantelamiento del
proceso indígena del Norte del Cauca. Las acciones de guerra y terror se combinan con pro-
paganda, acciones cívico-militares, “falsos positivos” , imposiciones legales, proyectos econó-
290
288 Escuadrones de la Muerte y narcotraficantes directamente vinculados con el Gobierno y los partidos políticos que apoyan al Presi-
dente Álvaro Uribe y apoyados por corporaciones transnacionales con intereses en Colombia. Sobre esto hay abundante literatura.
Ver por ejemplo: www.nuevoarcoiris.org.co/sac/?q=node/160 www.coljuristas.org/documentos/documentos_pag/CDH7%20inter-
vencion%20punto%202%20(2).doc
289 Ver videoclip Plan de Agresión: http://www.youtube.com/watch?v=XBhpfdQ2Rng
290 Falsos Positivos: es el nombre que se da en Colombia a acciones desarrolladas por agentes del Estado colombiano, de la Fuerza
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Cuando no nos acomodamos a la realidad…
Pública o de servicios de inteligencia, que involucran atentados o asesinatos con víctimas civiles inocentes, que son presentados
como si fueran perpetrados por la insurgencia, o como si las víctimas fueran guerrilleros. Recientemente estos falsos positivos inclu-
yen señalamientos a líderes de movimientos sociales basados en el contenido falsificado de memorias electrónicas y computadores
supuestamente incautados a comandantes guerrilleros.
211
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En este contexto, varios líderes y autoridades de la ACIN, el CRIC y del proceso indígena han
sido amenazados de muerte; en general se cometen violaciones graves a los derechos humanos
y al derecho internacional humanitario; la presencia militar y de los grupos armados aumenta
ostensiblemente; se desarrollan “falsos positivos” y acciones militares cuyo efecto esperado es
la confusión, la propaganda y el involucramiento de civiles y comuneros indígenas en el conflicto.
caminar juntos entre pueblos y procesos para seguir resistiendo y defender la vida y el territorio.
Este camino de dignidad en resistencia por la defensa de la vida nos ha costado caro en sufri-
miento, muerte y persecución constantes. No hemos tenido un solo momento de descanso. Lo
poco que hemos logrado en épocas recientes ha sido en medio de la guerra y de la intolerancia
de los actores armados. En el marco de la agresión a los pueblos en Colombia, nos han obligado
a privatizarlo todo: el desplazamiento es un problema de los desplazados; el problema de tierras
es de indígenas y campesinos; el problema de campesinos no es problema de afro-colombianos;
el problema de afrodescendientes no es problema de indígenas; las violaciones de Derechos Hu-
212
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
manos son un problema de las ONG que representan a las víctimas y de las víctimas que buscan
ser representadas; el problema del salario es de los trabajadores y de sus patrones; el problema
de la educación es de los maestros y de los estudiantes; el problema de la salud es de los des-
atendidos y de los trabajadores del sector; el TLC es un problema de quienes protestan contra él,
y quienes protestan sólo lo hacen contra lo que afecta su sector; la parapolítica y los escuadrones
de la muerte son un problema del gobierno; la guerra y el terror son asuntos del Estado. De la
misma manera que nuestras luchas no son asumidas por otros pueblos y procesos como luchas
de la humanidad por la vida, sino como un problema de “unos indígenas en Colombia”.
Frente a esta trágica situación, pueblos indígenas, sectores campesinos, afrocolombianos,
trabajadores, estudiantes, mujeres, jóvenes, intelectuales, y todos aquellos que nos resistimos a
doblegarnos, desde nuestros espacios, continuamos en pie de lucha, nos negamos a desapare-
cer y luchamos tercamente en la medida de nuestras posibilidades por resistir desde Colombia
y promover alternativas para que se dé un cambio sustancial que garantice la satisfacción plena
de los derechos fundamentales y el respeto por la vida.
En el proceso de acciones concretas para tejer el Plan de Vida de los Pueblos, construiremos
“Un país de pueblos sin dueños”. No pretendemos ser portadores de respuestas ni de recetas.
Nos definimos como comunidades vivas, como sociedades en proceso de construcción. Nos
afectan contradicciones internas que debemos reconocer y enfrentar de manera franca. Estas
se profundizan en un contexto de crisis, a la vez que son aprovechadas por nuestros contradicto-
res como parte de su estrategia de ocupación. En medio de esta crisis, resultado de la agresión
externa y de nuestras contradicciones, llamamos no a la admiración ni a la compasión, sino a la
solidaridad madura. A un compartir crítico de nuestras capacidades, dinámicas, posibilidades y
desafíos. Nos interesa más la mirada crítica que el alabo. Nos comprometemos a ser solidarios
con otros pueblos y procesos y a reclamar la solidaridad recíproca para tejer la palabra y el cami-
no. A esto denominamos “Jigra de Unidad”, el tejido entre pueblos de una alternativa por la vida.
Si nos destruirán, habrán extinguido un patrimonio de resistencia y de vida que sin embargo
sigue tejido a otros que continuarán la lucha para que el otro mundo necesario sea posible.
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La sabiduría de la Minga consiste en no ser receta ni orden, sino respuesta flexible y pro-
puesta que crece con lo que sucederá y haremos. El hambre, la crisis humanitaria, la guerra y el
terror, la ilegitimidad del Estado, las luchas por derechos y libertades, las dinámicas del camino
de lo que hace la historia caben en la Minga, son Minga y nos comprometemos a recogerlos en el
camino hacia establecer el país sin dueños, sino de los pueblos. Cada tema es una causa y todas
las causas son nuestras en el camino de tejer en Minga.
Aprender haciendo. Esa es la Minga. Ni desviarnos por egoísmos, ni ahogarnos en entusias-
mos. Luchar, movilizarnos, avanzar hacia unos logros compartidos. Por ahora, hay que sumar
fuerzas, recursos y capacidades para lograr unos mínimos de convocatoria y acción frente a un
régimen y a un modelo al cual decimos ¡BASTA! en las palabras y en los hechos, desde todas
las luchas y dolores. Esa es la propuesta a la que se han sumado organizaciones y personas in-
dividuales, esa es la propuesta que sigue esperando que se unan más procesos para empezar a
desarrollarla en todo el país. Desde el Cauca seguimos encontrándonos, en las alegrías y en las
tristezas, con los pueblos y esperamos seguir haciéndolo con toda Colombia para que entre to-
dos sigamos trabajando los 5 puntos.
Acabamos de iniciar una fase de decantación e intercambios, que es al mismo tiempo una
etapa de reflexión. Tras el regreso a nuestras comunidades de quienes marchamos, reconoce-
mos que se han puesto en evidencia las contradicciones que habíamos identificado desde la
fase preparatoria de la Minga: la profunda contradicción con el modelo de desarrollo del capital
transnacional; la contradicción ética y estratégica con la insurgencia armada, porque el despre-
cio por la vida y por la dignidad no pueden ser medios para un proyecto revolucionario; aún pe-
dimos limosna o confundimos los medios y los fines. Creemos equivocadamente que conseguir
un beneficio equivale a luchar por cambiar la realidad. Estas contradicciones se transforman en
ejes de lucha que también expresan desafíos que debemos abordar.
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html) desde donde se editorializó a partir de la palabra de la agenda y se podían leer comunicados,
denuncias y noticias, ver los videoclips, y escuchar los audios y las entrevistas.
El trabajo periodístico realizado durante esta fase de movilización fue de gran impacto en el
país y en el mundo, porque la comunidad internacional además de solidarizarse con los mingue-
ros frente a la agresión del gobierno, conoció la propuesta y la agenda a pesar de que los medios
masivos dedicaron toda su capacidad a distorsionarla e ignorarla. Este es el mayor logro de la
estrategia de comunicación desde el Tejido: comunicar de manera reflexiva la palabra que camina
la Minga. Enormes sectores del país y del mundo se sumaron a esta lucha porque comprendieron
y compartieron su sentido y propósito. Las acusaciones infundadas de terrorismo e infiltración,
fueron desvirtuadas con evidencia que el mundo vio y que el Tejido consiguió y difundió. El propio
Presidente de la República debió reconocer en público que había mentido al asegurar que los indí-
genas eran agresores armados y la fuerza pública, víctima de terroristas. El contraste entre la co-
municación del Tejido y la del Gobierno y los medios comerciales, contribuyó a detener masacres,
a proteger civiles inocentes, a defender una causa justa y a hacer respetar la voluntad colectiva.
Al terminar la movilización, el tejido continúa informando, analizando y reflexionando con la
comunidad a través de los espacios de encuentro y medios de comunicación apropiados. Dando
a conocer las dinámicas que emprendieron los procesos urbanos organizados en el marco de la
Minga y los esfuerzos de las organizaciones, para contribuir a construir el país de los pueblos. En
esta fase de seguimiento, el énfasis, además de la comunicación electrónica, estuvo en la elabo-
ración de un documental que sirviera como material pedagógico para continuar con el trabajo
de entregar la Minga a los pueblos.
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Cuando no nos acomodamos a la realidad…
contraste, la palabra expresada en la agenda inicial de los 5 puntos que se basa en el rechazo
al modelo económico y al “libre comercio”, aunque incluya lo reivindicativo y rechace el terror
a través del cual se violan los derechos humanos, convoca en lo fundamental a la resistencia y
transformación, desde abajo, al modelo que despoja en su integralidad. La dinámica de decisión
y liderazgo también pone en evidencia una tensión entre procesos colectivos abiertos y comple-
jos, a partir de la convocatoria contenida en la agenda, o modelos tradicionales y jerárquicos en
los que “por razones prácticas” se orienta oficialmente desde comisiones a las masas para que
se movilicen en consecuencia. Se atraviesan intereses particulares, experiencias individuales y
colectivas, acciones de manipulación y propaganda, y todas las dinámicas típicas de una crisis en
un contexto de agresión integral. Entre proyecto reivindicativo y de transformación, se debate la
sabiduría necesaria para definir la palabra y caminarla por la vida en resistencia.
Dice el pensamiento Nasa “Las palabras sin acción son vacías. La acción sin palabras es ciega.
Las palabras y la acción por fuera del espíritu de la comunidad, son la muerte”. Ahora nos pregun-
tamos si la agenda ha cumplido su cometido de ser un marco que sirva para convocar en la prác-
tica, desde las voces y experiencias de los diversos pueblos y sectores en todo el país, el camino
a seguir a partir del dolor y las aspiraciones particulares y compartidas. De fondo y en principio,
está planteado un asunto ético. O reconocemos un orden injusto y decidimos resistirlo y trans-
formarlo, o lo aceptamos y exigimos beneficios dentro del mismo. Preguntamos si el esfuerzo de
tejer escuchando se hace camino. Preguntamos, si se viene entregando la Minga a los Pueblos
para que se apropien de ella. Preguntamos si la Minga suma y se suma a otras iniciativas desde
una palabra compartida y sabia, o si se distancia, se aísla y fragmenta. Mandar obedeciendo la
palabra de los pueblos es el camino de la Minga. Un camino que se hace al andar mientras se teje
la palabra sabia que muestra el rumbo. Ante el horror y la muerte que nos impone el modelo,
¿cuál es la palabra que camina la Minga? Ésta es la hora de la verdad y de la sabiduría colectiva.
Mientras la codicia defina el rumbo, vamos hacia el fin de la historia. Tenemos que nombrar la
palabra a conciencia para irla caminando. Escuchemos, para terminar, la descripción de lo habitual
que nos deja Raúl Zibechi, para que nos sirva de advertencia y provocación: “La forma habitual que
asume el movimiento social en América Latina supone la construcción de poderes separados de los
colectivos que representan. Estos poderes asumen la forma de Estado. Durante más de un siglo los
movimientos antisistémicos han forjado sus estructuras organizativas de forma simétrica al capital,
a los estados, los ejércitos y otras instituciones hegemónicas en el sistema que combaten. Aún exis-
tiendo una gran cantidad y variedad de “organizaciones” de la clase obrera, de los sectores populares
y del campesinado, surgidas de las múltiples necesidades de la vida cotidiana y mimetizadas en ella,
la izquierda política y el movimiento social optaron por construir estructuras separadas de esa cotidia-
neidad. Al hacerlo, no sólo consideran que esas organizaciones tienen escasa utilidad para hacer la re-
volución y cambiar el mundo, sino que suplantan las formas que se dan los oprimidos para sustituirlas
por otras que, paradoja de las luchas sociales, son calcadas de las de los opresores” . 293
La Palabra que camina la Minga es la semilla de los de abajo para ir sembrando la nueva rea-
lidad, o ¿será más de lo mismo? Ahí está la pregunta y el desafío que habremos de enfrentar en
la historia que nos ha tocado sufrir y construir.
293 Zibechi, Raúl. Dispersar el Poder. Los movimientos sociales como poderes antiestatales. Página 89. Ediciones Desde Abajo, Bogotá,
Colombia. Abril de 2007
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El Movimiento Indígena Ecuatoriano (MIE) ha sido y sigue siendo un actor político funda-
mental en los procesos de movilización social de los últimos 15 años, y de las acciones de protes-
ta de hoy. Ha logrado ubicarse como la organización social más importante, al punto de haber
sido el centro de agregación política y social, convirtiéndose en una fuerza democratizadora de
la sociedad, un impulso renovador del Estado y ofreciendo su propuesta de sociedad alternati-
va al neoliberalismo. Más allá de las movilizaciones sociales que provocaron la caída de varios
presidentes, la acción social y política del movimiento indígena irradió en la sociedad, no solo
un conjunto de discursos y sentidos comunes progresistas, sino también ejemplos concretos
de procesos renovadores a través de nuevas leyes, instituciones, gobiernos locales, propuestas
políticas. Sin embargo, hoy luego de dos décadas de movilizaciones y acciones, el movimiento
indígena y el movimiento social que lo acompañó, paradójicamente parecen debilitarse en un
contexto político “nuevo”, dominado por las propuestas progresistas del actual presidente Ra-
fael Correa y su partido.
que el sector indígena logra un creciente proceso de diversificación organizativa que generó un
fenómeno importante para el movimiento indígena: “la presencia de intelectuales indígenas que
294 Socióloga, miembro de la Casa Feminista de Rosa, actualmente realiza la maestría de Sociología en la Facultad Latinoamericana
de Ciencias Sociales –Ecuador y trabaja en la Fundación Rosa Luxemburgo. Tiene varias publicaciones sobre gobiernos locales y
movimiento indígena.
295 Sociólogo, investigador del Instituto de Estudios Ecuatorianos, actualmente se encuentra realizando una maestría de Estudios
Latinoamericanos en la Universidad Andina Simón Bolívar-Ecuador. Tienes varias publicaciones sobre el movimiento indígena y los
procesos de cambio rural campesino.
296 Tanto el Partido Comunista como las organizaciones de estudiantes universitarios que habían sido claves en el contexto de lucha por
la Reforma Agraria, a mediados de los 70 y durante la década de los 80, se articulan a propuestas desde la Teología de la Liberación,
que permitieron una relación más orgánica entre la población de sectores populares tanto del campo como de la ciudad.
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Cuando no nos acomodamos a la realidad…
cialista, maoísta); por el otro, a las organizaciones amazónicas, en especial la Federación Shuar 298
297 La Ecuarunari, es una organización que desde su constitución en 1973 tiene un importante apoyo de la Iglesia de los pobres y la
Teología de la Liberación, organizadas y promovidas por Monseñor Leonidas Proaño.
298 Las organizaciones de la amazonía se habían formado a la sombra del tutelaje evangelizador de los misioneros jesuitas desde los
años 50 y luego en la resistencia a la expansión petrolera orquestada por el Estado desde los 70.
299 Según los datos del CODEMPE, en el sector indígena existen 209 organizaciones de segundo grado en las cuales participan
1.229.651 indígenas. Según Pablo Ospina (2008:s/p), “la estructura de la CONAIE es todavía una formidable federación descentra-
lizada de organizaciones de base que en conjunto agrupa entre 100.000 y 150.000 familias”.
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Este intenso proceso de movilización, tiene varios momentos, pero consideramos que es
hasta 1994 donde tiene un papel fundamental en la articulación de las organizaciones indígenas
y la toma de conciencia de su propia fuerza, “en la constitución de una conciencia de sí, en una
conciencia colectiva” (León, 1994: 53). La capacidad de movilización lo convierte en un eje de
articulación para otros sectores movilizados y esta capacidad de articulación lo constituye como
una fuerza política y como interlocutor del Estado.
Es en ese complejo proceso de resistencia que el MIE se constituye como sujeto político; es
decir que avanza en el reconocimiento de sus lugares comunes de explotación y marginación,
en la recuperación e interpretación de su memoria histórica, desde donde logra hacer explíci-
tos sus intereses e intenta universalizarlos. Una organización que enfrentada al neoliberalismo
desarrolla nuevos repertorios de acción, impulsa organizaciones inéditas y formula un carácter
distinto de representación política. Así, entre 1990 y 1994, el MIE se consolida en los procesos
de movilización y contención política: es “la fuerza de la protesta la que obliga a la sociedad y al
Estado a reconocerlos como una fuerza política” y establecer el “diálogo”. En 1994, se presenta el
proyecto político del movimiento indígena, “el Estado Plurinacional”, que si bien proviene de la
discusión de los ‘80, en este año se formalizará y constituirá la concreción programática más
300
300 Hay varios supuestos sobre el origen de la propuesta; sin embargo, como lo anota Galo Ramón, se construyó entre los años 70 y
220
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
elaborada del movimiento indígena hacia la sociedad ecuatoriana. Pero además, en las acciones
de varias organizaciones contra la Ley de Modernización Agraria del gobierno de Sixto Durán
Ballén, el proyecto político se cristaliza como eje de articulación contra el neoliberalismo.
Aunque la prensa, en términos generales, intente reducir el Estado Plurinacional a un proble-
ma de minorías acusando al MIE de querer “crear estados al interior de un solo Estado”, de “inten-
tar hacer un país de indios olvidando que hay 500 años de mestizaje”, o considerando la propuesta
“una demanda insostenible” y un “suicidio político” (Citas de periódicos, en Herrera, 2004: 29-
31), el Estado Plurinacional se convierte en la plataforma de lucha que a su interior permitirá al
MIE reconocer distintos pueblos y nacionalidades indígenas, sus particularidades culturales y
sociales (plenamente existentes en sus relaciones y conocimientos) , así como su autonomía 301
90, y se nutrió de tres grandes vertientes de pensamiento: “1.) De la experiencia acumulada en las características de la comunidad
andina que aunque ha sufrido grandes transformaciones ha preservado una identidad comunal territorial y cultural; 2.) De la expe-
riencia de los grupos étnicos de la Amazonía y en general de la foresta tropical para defender sus territorios; y 3.) Del pensamiento
indigenista latinoamericano, una temprana autocrítica de los estados nacionales; y una creativa búsqueda de nuevos modelos
organizativos que permitieran la participación indígena” (Ramón 1998:1).
301 En esto se incluye sus formas de hacer justicia, formas de organización social y política, la aplicación de la salud intercultural y an-
cestral, el uso de recursos productivos, etc.
221
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222
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
Sin embargo, en la medida en que el MUPP-NP se constituyó como un signo de nuevos tiem-
pos con una base ética/política de identificación campesina y popular –aunque nunca fue ex-
clusivamente eso–, es importante reconocer que el signo más alentador del MUPP-NP fue su
posibilidad de constituirse como frente amplio y plural, con capacidad de representación política
del conjunto de fuerzas sociales del campo popular.
Este proceso de articulación y representación está permanentemente cargado de tensiones
y disputas por la representación y mando del movimiento. A lo largo de los distintos momentos
se van haciendo evidentes las contradicciones y tensiones propias de una estructura tan diversa.
Es sin embargo, un proceso de articulación y representación cargado de tensiones y dispu-
tas por la representación y mando del movimiento. A lo largo de los distintos momentos se van
haciendo evidentes las contradicciones y tensiones propias de una estructura tan diversa; ten-
siones que se expresaron en la acelerada creación de espacios deliberativos públicos, el surgi-
miento de nuevas organizaciones, nuevas articulaciones y con ellas nuevas disputas y tensiones
en el campo popular, pero que se institucionalizaron con mucha rapidez: “[…] se ha contado
con espacios de poder en el gobierno, teniendo presencia en las dependencias ministeriales en las
provincias y también de algunos ministerios e instituciones gubernamentales. Si realizáramos un
mapeo de la presencia política del MUPP-NP, la incidencia política territorial sería por lo menos de
una tercera parte del país […]” (Maldonado, 2008: 18).
La red de “influencia”, la capacidad de movilización y articulación con otros sectores permite
la aprobación de varias leyes y la constitución de instituciones para la atención y defensa de sus
particularidades étnicas.
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Siguiendo los planteamientos de Ospina (2008: s/p), este nuevo panorama legal e institucio-
nal exige a las organizaciones el desarrollo de habilidades y destrezas para las cuales no esta-
ban preparadas; las demandas políticas de los distintos sectores sobrepasaron las posibilidades
reales de la organización indígena y generaron nuevas tensiones internas. Así, la gestión de las
instituciones implicó la preparación e inclusión de nuevas capas de profesionales, muchos de
ellos desvinculados del movimiento, y demandó el doble esfuerzo de moldear la instituciona-
lidad propia al contexto de demandas políticas. El MIE, al interior de un Estado históricamen-
te marcado por el colonialismo interno (racismo) y debilitado por el neoliberalismo, debía dar
respuestas a la gestión de instituciones como la DINEIB o los mismos gobiernos locales, y al
302
“Materializar” la propuesta
La participación en las elecciones de gobiernos locales (a través del MUPP-NP) permitió al
movimiento “materializarse” social y políticamente en los gobiernos locales, en un contexto en
el cual los gobiernos locales tradicionalmente están atravesados por dinámicas racistas, clien-
telares, caudillistas, de corrupción e ineficiencia, y que centran su acción en la construcción de
infraestructuras en los “espacios urbanos”; históricamente los gobiernos locales se han confi-
gurado como estructuras de gestión vertical y autoritaria que mantienen profundas relaciones
excluyentes hacia las poblaciones indígenas y rurales.
A partir del MUPP-NP en 1996, se plantea la necesidad de transformar esta dinámica estruc-
tural de hacer política y estar en el Estado, mediante la construcción de poder desde abajo, una
propuesta del movimiento que busca el fortalecimiento organizativo y la disputa de los poderes
locales.
224
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
303 En las últimas elecciones del 2009, a pesar de la alta popularidad del presidente Rafael Correa quien logra una indiscutible victoria,
pero que mantiene una estrategia de oposición a las organizaciones políticas y movimientos sociales; el MUPP-NP aunque nacional-
mente a penas logra 4 asambleístas de los 120, logra 5 prefectos provinciales de los 23, gana 31 municipios de los 220 y 91 Juntas
Parroquiales de las 789, con lo cual se convierte en la segunda fuerza local, además de haber obtenido más espacios políticos que
en toda su historia electoral.
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en manos de miembros de PSP y del buró político de Lucio Gutiérrez y su familia. Después de
ocho meses de permanecer en el gobierno, el MUPP-NP y el movimiento indígena rompieron la
alianza y salieron del gobierno acusando a Gutiérrez de traidor cuando éste reactivara las con-
versaciones con los Estados Unidos para la firma del Tratado de Libre Comercio, profundizando
así la política neoliberal hacia el agro e iniciando un periodo de represión y amedrentamiento
contra dirigentes indígenas y populares del país.
Además, algunas designación de ministerios (como el Ministerio de Bienestar Social, a cargo
de Bolívar Gonzáles) o la implementación de programas como los bonos de “solidaridad y de
pobreza” tuvieron como objetivo romper el tejido organizativo y social del movimiento indíge-
na a través del fortalecimiento y el aparecimiento de nuevas clientelas (Ospina et al, 2008) y la
creación de instancias y organizaciones paralelas a las organizaciones comunitarias e indígenas.
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Cuando no nos acomodamos a la realidad…
Es importante mirar este fenómeno en su real dimensión sin victimizar al movimiento indígena,
sobre todo porque la estrategia de desmovilización y captación, fue posible por los conflictos,
intereses diversos y tendencias que estaban presentes al interior del movimiento indígena y que
sirvieron de caldo de cultivo para romper ciertas estructuras organizativas.
En abril del 2005, cae Lucio por la importante movilización de los “forajidos” en Quito y 305
305 La movilización de lo “forajidos” fue un proceso que mostró la alta complejidad del campo social en el Ecuador. Sin la intención de
restarle importancia y valor a un proceso de alta espontaneidad y creatividad, fue también un proceso fundamentalmente de clases
medias y focalizado en Quito.
306 En la página web de Correa, http://www.rafaelcorrea.com/docs/Plan_de_Gobierno_Alianza_PAIS.pdf, se pueden ver en el plan de
gobierno un conjunto de propuestas y principios que son afines con las demandas de las organizaciones sociales.
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el MIE (la desprivatización del agua por ejemplo), la posición crítica del MIE seguirá compleja de
entender: no todas las fracciones internas del MIE actúan con la misma radicalidad y no todos los
indígenas se oponen al gobierno.
Un ejemplo de esto lo podemos ver en los últimos procesos electorales: A nivel nacional el
MUPP-NP decide hacer campaña por el Si en el referéndum aprobatorio de la nueva constitu-
ción (en concordancia con lo planteado por la CONAIE y la Ecuarunari); sin embargo, a pesar
de esta decisión, en Cotacachi (cantón de la sierra norte cuya alcaldía fue ganada hace 12 años
por MUPP-NP) el alcalde indígena Auki Tituaña en una asamblea del MUPP-NP local exhortó
307
a que en Cotacachi se apoyase el No por ser una constitución, según sus palabras, “que daba
paso a la minería” y no desmontaba las estructuras de poder local. En febrero del 2009, en un
308
momento álgido de la confrontación entre el MIE y Correa, la Ecuarunari decide hacer un levan-
tamiento el día 20, sin embargo pocos días antes Mariano Curicama prefecto de Chimborazo 309
por el MUPP-NP, logra un acuerdo con el partido de gobierno Alianza País para su reelección.
Así mismo Lourdes Tibán, dirigente histórica del movimiento, ex directora del Codenpe y mujer
determinante en las decisiones del Movimiento Indígena y Campesino de Cotopaxi (MICC), en
una asamblea del MICC sobre estrategias económicas para la provincia, señaló que los indígenas
debían convertirse en empresarios y disputar ese espacio tradicionalmente asignado a los mes-
tizos de la provincia. En la comunidad indígena de Apahua es la primera vez que se permite la
organización interna de otro partido (Alianza País) que no sea el MUPP-NP (entrevista a Ernesto
Ushco, Apahua, 2009).
Para muchos sectores sociales del país, la llegada de un gobierno progresista significó una
oportunidad para reposicionar sus planteamientos, articular alianzas y luchar por un Estado pos-
neoliberal. A pesar de que en la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), el MIE y las organiza-
ciones sociales lograron posicionar muchas de sus demandas, luego de la ANC, las expectativas
y oportunidades están siendo menos claras.
El desarrollo de los acontecimientos comandados por las estrategias electorales y políticas
del gobierno crea un campo complejo de afinidades y oposiciones sobre las cuales las organi-
zaciones populares se han articulado de formas muy distintas: mientras que por un lado, en la
medida en que el proyecto extractivista y neodesarrollista del gobierno es contrario a las pro-
310
307 Este no es un indígena campesino que proviene de comunidad; su experiencia se encuentra en la relación con las organizaciones
indígenas y en el proceso de reindianización que atravesaron muchos dirigentes indígenas en los años ‘80. Sin embargo, la identifi-
cación de las comunidades indígenas andinas de Cotacachi con Auki se basa en el hecho de que él es indígena independientemente
de si es o no es campesino o haya compartido una vida comunitaria.
308 En Cotacachi desde 1996 las organizaciones con apoyo de la alcaldía se han opuesto a la entrada de la minería en el cantón argu-
mentando que es una actividad económica que va en detrimento de la vida y la naturaleza y que ha sido sostenida por empresas
transnacionales.
309 Miembro de MUPP-NP y uno de los más importantes dirigentes indígena de la Ecuarunari, es accionista de la Cemento Chimborazo
y es propietario de varias hectáreas de bosque de eucalipto que sirven para la comercialización de madera.
310 Como hemos señalado antes: “El neodesarrollismo ubica al neoliberalismo como enemigo principal, dejando de lado el debate
sobre una sociedad poscapitalista, y subordinando los intereses gremiales, nacionales y de las organizaciones a la superación del
neoliberalismo, aun cuando esta superación construya un modelo de desarrollo basado en la explotación de recursos naturales y
en la pérdida de poder de las organizaciones en la configuración de la democracia” (Santillana y Latorre, 2009). Para nosotros el
actual gobierno presenta un modelo neodesarrollista que se caracteriza por “una política fiscal de reordenamiento; el refuerzo de una
dinámica exportadora basada en la explotación de recursos naturales y la concentración del ingreso; la ampliación del consumo de
sectores sociales populares y medios, mediante la entrega de subsidios y la alianza con sectores industriales nacionales, además
de asumir que la revitalización de un capitalismo latinoamericano implica la existencia de un contexto de desarrollo multipolar que
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puestas del MIE, éste se distancia y se opone; por otro, muchos intelectuales de izquierda o frac-
ciones de izquierda ocupan cargos en el Estado o en la dirección del reciente partido de gobierno
Alianza País; y más allá, otras organizaciones nacionales que eran parte de las organizaciones
que junto al MIE se opusieron al neoliberalismo también se juntan en la conducción del Estado
y en la disputa del poder local, produciéndose de esta forma una compleja gama de posiciones
frente al gobierno y distanciamientos en el seno de las organizaciones (Herrera, 2009).
Así, mientras que la lucha contra el neoliberalismo creaba una agenda común entre los dis-
tintos movimientos, la Revolución Ciudadana del socialismo del siglo XXI la polariza; por un lado
los intelectuales y organizaciones de izquierda que se suman subordinadamente a la propuesta
del gobierno y por otro lado las organizaciones que se oponen al proyecto extractivista –campe-
sinos, mujeres, ecologistas, colectivos urbanos y el MIE– contra la minería, por el agua y el Esta-
do Plurinacional. En ese espacio de oposiciones se han producido varios enfrentamientos que en
el caso del movimiento van dando cuenta de su capacidad de autonomía. La gran movilización
convocada por la CONAIE y la Ecuarunari el 11 de marzo de 2008, logró convocar a 25 mil indíge-
nas que marcharon por las calles de Quito rumbo al Palacio de Gobierno y que fue recibida por el
entonces presidente de la Asamblea, Alberto Acosta. Recogiendo reivindicaciones como el agua
y la soberanía alimentaria que son demandas de carácter más campesinas que indígenas, esta
movilización sirvió para posicionar temas relacionados con la soberanía alimentaria, pero que
hoy están siendo disputados en la elaboración de las leyes.
Lo mismo ocurre con las movilizaciones en defensa del agua y en contra de la minería que
realizó el MIE el 20 de febrero del 2009. La movilización recoge las demandas de las organizacio-
nes del sur en contra de la minería, de las organizaciones amazónicas en contra de la explotación
de los bloques cercanos a Sarayacu, y la defensa del agua de riego. Sin embargo, aunque los
logros en la constitución en relación al agua se disputen en las leyes secundarias, las conquistas
legales del pueblo kichua de Sarayacu hoy son olvidadas legalmente. Frente a la oposición del
gobierno a establecer un dialogo horizontal, la radical posición de los amazónicos en el levanta-
miento de octubre del 2009 obligó al gobierno a establecer un diálogo del cual surgieron comi-
siones para discutir las propuestas y observaciones del movimiento.
A este modelo económico fundamentalmente extractivista, neodesarrollista y nacionalista,
se suma una forma hegemónica de hacer política. Para el actual gobierno, la construcción de
este Estado y de su propio programa de gobierno, genera por un lado una serie de mecanismos
de participación que posibilitan el debate y la inclusión de criterios de distintos sectores de la
población, pero que al mismo restringen la participación a la elección y al debate de ciertos prin-
cipios, pero que no incluyen sentidos de participación en la toma real de las decisiones. Además,
detrás de la participación emerge desde el actual gobierno la concepción de que la política y las
decisiones políticas se encuentran en gran medida en el ámbito de lo técnico, desconociendo
décadas de movilización del campo popular, que dejaron como aprendizaje que la política y el
conocimiento se encontraba fundamentalmente en la inteligencia colectiva y organizada de la
población. Como hemos planteado en otras ocasiones:
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Así, nos situamos en un proceso conflictivo donde los indígenas están constantemente dis-
putando su presencia. La actual coyuntura muestra que la interculturalidad como paradigma de
reconocimiento y aceptación mutua es un proceso en construcción y que, a pesar de las grandes
movilizaciones y conquistas indígenas, el contenido colonial e histórico de las diferencias entre
indígenas, mestizos y blancos sigue ubicando a los indígenas en un lugar de marginación; como,
según nuestra opinión, lo muestran las declaraciones racistas de Rafael Correa y las tensiones
abiertas con el MIE.
Si en los ‘90 las reformas neoliberales favorecieron a las elites económicas en detrimento de
los sectores populares y a costa del Estado donde “el estado apareció ante los ojos de las mayorías
como lo que realmente era: un agente de los grupos más poderosos” (Zamosc, 2005:208), este nue-
vo periodo con Alianza País se abre con un Estado que intenta recuperar su rol de planificación
y redistribución; un periodo en el cual el presidente Correa ve “la superación de la larga noche
neoliberal”, y que constituye un contexto de nuevas confrontaciones para el MIE.
El contexto definido por el Gobierno de Correa cerca al MIE entre la disputa interna de sus
intereses particulares, que hoy se radicalizan con la acción clientelar del gobierno, y la propia
acción del gobierno que diputa los espacios de representación. Este es un nuevo dilema: ¿cómo
mantener la autonomía constructiva y crítica que avance hacia transformaciones sustanciales
para el MIE, aprovechando los elementos más progresistas de la propuesta del gobierno y que le
brindan legitimidad a Correa?
Como lo recrea un dirigente indígena: “¿Cómo competimos y nos oponemos al gobierno si
nuestra gente necesita lo que le ofrece? Nuestras estrategias deben ser bien pensadas…” (notas
de campo, 2008). La capacidad del MIE para redefinir el campo de fuerzas dependerá, a nuestro
juicio, tanto de la política de alianzas y la puesta en diálogo con otros sectores sociales del país,
como de la priorización de sus estrategias de acción política interna que le permita decantar las
diferencias internas, entre ellas la posibilidad de reposicionar aquellos elementos que le dieron,
en su momento, legitimidad e identidad interna: el Estado Plurinacional, la democracia partici-
pativa, la formación de cuadros, una estructura orgánica, la recuperación de los gobiernos loca-
les alternativos, etc.
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Cuando no nos acomodamos a la realidad…
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231
A m é rica L atina desde A bajo
Las luchas no siempre son con armas letales, como tampoco son
eternas, pero tenemos el tiempo suficiente para vivirlas.
Edith Cumiquir Martínez 311
Las relaciones del estado chileno con los pueblos originarios, han sido siempre controver-
siales. Pasan generalmente por acuerdos no cumplidos por el estado y el desconocimiento de
la deuda histórica. Desde siempre, en nuestras tierras tienen más y mejores apoyos los extran-
jeros, los colonos, que nosotros mismos; ejemplos de expropiaciones de tierras indígenas para
entregarles a los colonos, hay muchos. Los ataques a nuestras comunidades son cotidianos, y
si nos descuidamos un momento nos aniquilarán sin que nos demos cuenta. Todas las luchas
entonces son valiosas, todas las que defiendan nuestra manera de ser y vivir, que defiendan la
tierra que todos compartimos.
Han pasado muchos años desde mis primeras experiencias en lo social: tal vez desde los
doce años, cuando era dirigente estudiantil, pasando por distintas organizaciones sociales y lle-
gando hasta hoy. He pasado los cincuenta, los “sin-cuenta”, y ya no sé cuántos son, pero mi vo-
luntad sigue firme y mis acciones coherentes. Aquí quiero comentar uno de los tantos episodios
de lucha que, como dirigenta mapuche, he podido vivir y puedo contar.
Sucede que en nuestro territorio, hacia la cordillera de la novena región, en la comuna de
Curarrehue, una de las comunas más pobres del país, tenemos una de las riquezas más grande
que en el mundo se pueda medir: los bosques de araucarias. Desde antaño, nos han proveído
gratuitamente sus frutos, los piñones, alimento durante todo el invierno, para nuestras familias
y para los campesinos que viven en estas tierras. Todos los años, en tiempo de cosecha, nuestros
antepasados se trasladaban a los bosques, distantes unos 50 kilómetros desde el pueblo donde
vivimos. A caballo y en carretas, se arranchaban en la cordillera por 15 días o más, hasta comple-
tar la carga: el alimento de cinco o seis meses de invierno para las respectivas familias. Tomamos
lo necesario en cada época y dejamos semillas para los animales y los pájaros que allí viven, y
por el suelo para su reproducción. Son costumbres que forman parte de nuestras tradiciones, de
nuestra vida y puede parecer raro pero el mismo sistema educativo nacional choca con estas tra-
diciones: hoy, con la famosa jornada escolar completa, los niños y los jóvenes ya no comparten
las tareas domésticas mapuche o rurales, como picar leña, llevar agua, ayudar a los abuelos; en
las escuelas, por ejemplo, enseñan a los niños a cantar el himno nacional chileno en mapuzugun
(lengua mapuche) y creen que con eso ya han cumplido.
Pero esta “colonización cultural” no apunta solamente al territorio o a la educación, sino a
toda nuestra cotidianidad: desde el ámbito de la salud, por ejemplo, las instituciones estatales
no entienden que los mapuche sentimos la enfermedad como algo integral, de todo el cuerpo
incluido el espíritu y que existen las plantas medicinales, verdaderos remedios preventivos, por-
311 Mujer mapuche comprometida con el mejoramiento la calidad de vida de sus comunidades: tiene cuatro hijos, todos conscientes de
su trabajo en la comunidad y de quienes ha tenido el mejor apoyo para desempeñarse como dirigenta social. Profesionalmente es
contadora independiente.
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Cuando no nos acomodamos a la realidad…
que el cuerpo con los años se deteriora y termina, pasando a la otra vida, al Minche Mapu (tierra
de abajo). Desde la mirada de la vivienda, quieren remplazar las rukas (casas) con fogón en el
centro, que invita a la conversación, a compartir el mate mientras afuera llueve o nieva. Los
subsidios de gobierno para la habitación son para casas de lata (planchas de zinc), para techos y
paredes; estas casas son muy pequeñas y no ayudan el compartir cotidiano, la socialización en-
tre los componentes de la familia. Hasta hace un tiempo, de hecho, estas casas se usaban para
guardar cosas y se seguía viviendo en las rukas de madera.
Con el pasar de los años, también los medios de locomoción han cambiado: hoy estamos
usando vehículos motorizados y nos demoramos muy poco para llegar a los bosques. El trabajo
de recoger, descolar y guardar en un saco, ya no es tan sacrificado, y además ahora tenemos la
oportunidad de encontrarnos en la cordillera con familias o personas que hacía mucho tiempo
no veíamos. A veces pedimos un camión a la municipalidad de Curarrehue, y nos organizamos
comunitariamente para ir un día a recoger los piñones y compartir así el rokín (el alimento).
La zona donde nosotros recogemos piñones, se encuentra en el Parque Nacional Villarrica,
administrado por la Corporación Nacional Forestal (CONAF). En 2007, el Gobierno Chileno licitó
todos los Parques de Chile, haciendo un llamado directo al empresariado turístico nacional y ex-
tranjero. Para nosotros significaba el exterminio. ¿Cómo podemos pensar que el Parque, NUES-
TRO PARQUE, pueda pasar a manos privadas? ¿Quién nos preguntó si estábamos de acuerdo?
¿Cómo pueden hacernos esto? Pensamos en nuestros recursos alimenticios, en el placer que
significa pasear bajo las araucarias milenarias, sus newenes (los ecosistemas). Todo iba a ser per-
judicado: los lagos de aguas transparentes, los pájaros que vuelan libres y felices, y nosotros las
personas mapuche que por generaciones hemos transitado por allí, sin dejar huella, sin querer
cambiar la naturaleza a nuestra imagen y semejanza.
Somos parte de ella, estamos insertos en ella, nuestros hermanos son los pájaros, el agua,
el coigüe, el raulí, las flores, el puma, los peces de los lagos, las piedras, todos son nuestros her-
manos y merecen nuestro respeto, así como nosotros merecemos respeto simplemente por ser
mapuche, por tener una visión distinta de las cosas, porque valoramos lo simple de la vida, nues-
tras costumbres ancestrales, las formas de vida alrededor del fogón, donde nuestros abuelos
contaron un día los epeu (cuentos) a sus nietos.
Nos dicen que otros vendrán a “limpiar”, a “arreglar”, pero a nosotros nos huele a “matar”.
Nos informamos sobre la publicación y, aunque en un primer momento no sabíamos qué hacer,
pronto nos dimos cuentas que teníamos que actuar. A través de nuestros contactos y de nuestro
hijos más jóvenes, nos acercamos a las comunidades indígenas y empezamos a contar lo que
estaba pasando, tanto para organizarnos como para buscar apoyos dentro de ellas; pero tam-
bién nos dirigimos hacia fuera, hacia instituciones como la CONADI (Corporación Nacional de
Desarrollo Indígena). Que si bien es una institución de apoyo a los pueblos originarios, también
es financiada por el gobierno, lo que significa que no siempre nos apoyará, porque el gobierno
chileno no nos considera como diferentes… para el gobierno somos todos chilenos, y punto.
Los tiempos se venían y al final decidimos postular a la licitación convocada, pero sin plata,
sólo con las ansias de no perder lo que es nuestro; lo hicimos como comunidades indígenas ale-
dañas al Parque y nuestros objetivos principales eran preservar el Parque, en todo su esplendor,
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A m é rica L atina desde A bajo
y organizar con nuestra gente un simple turismo de observación. En todas las comunidades hay
jóvenes que se han educado pero, por falta de oportunidades, trabajan en las ciudades, de obre-
ros, de panaderos, hacinados en habitaciones insalubres, con sueldos de sobrevivencia, que no
les permiten soñar con un futuro digno. Así me metí con la postulación de mi comunidad: toda-
vía recuerdo la cantidad de papeles que debí leer de noche, en el bus, mientras me trasladaba a
Santiago, para la audiencia que tenía con la secretaría ejecutiva de CONAF. En la capital repasé
una vez más todos los formularios y los envié por correo electrónico a uno de mis hijos en Cura-
rrehue, para que sacara algunas otras firmas y entregara todo el paquete a la oficina de CONAF
en Curarrehue. Estábamos dentro de los plazos y seguíamos haciendo todos los trámites para
oponernos a cualquier entrega a manos privadas y extrañas a nuestras tierras. Una lucha dife-
rente, utilizando las reglas que el mismo sistema proporcionaba: quedamos dentro de los plazos
y para mí fue algo ya de por sí ganado, codearnos de tú a tú con nuestros enemigos, era hasta
ahora algo desconocido. Cuando publicaron a los licitantes aceptados, habían tres comunidades
dentro de ellos, por lo tanto había que empezar a redactar los proyectos: conseguimos apoyo de
la CONADI, para que una Consultora nos ayudara con ello; comenzamos a trabajar, nuevamente
contra el tiempo. Para acelerar los trabajos, tuve que quedarme, no sé cuantas veces, en Temu-
co, trabajando hasta tarde en la noche o temprano en la mañana, y para que los funcionarios de
esta Consultora entendieran lo que de verdad queríamos. Así como nuestros ideales y nuestros
estilos de vida, nuestros proyectos debían ser diferentes a los de los empresarios: queríamos
un turismo sustentable, con equidad social, ambiental y económica, y a la vez sostenible en el
tiempo, pensando en nuestras futuras generaciones, pensando en atraer a nuestros jóvenes a
sus comunidades. Ellos mismos, con la educación recibida, serían los protagonistas del cambio,
capacitando a los comuneros que no pudieron recibir una educación formal, pero compartiendo
y mezclando conocimientos con las enseñanzas de nuestros antepasados: el respeto por la na-
turaleza y el cuidado por nuestro medio ambiente natural serán fundamentales, constituirán la
base de este nuevo proyecto comunitario.
Las autoridades locales, alcalde y concejales, estaban de nuestra parte y también nos apo-
yaron con dinero para viajar; nos avisaron cuando uno de los empresarios (en ese tiempo era el
hermano de un diputado de la República, ahora su hermano es senador y él es diputado), llegaría
al concejo municipal a exponer su proyecto. Fuimos todos los que pudimos, para repudiar su
postura: su proyecto contemplaba un Hotel de lujo, en el medio del parque. Le hablamos de la
contaminación del entorno, de las aguas, de la visión paisajística, del despojo de lo que es nues-
tro; le dijimos que si el Parque está como está es porque nosotros ayudamos a cuidarlo, porque
es un lugar único y que es una prepotencia y una falta de respeto considerarnos a los mapuche
de tercera clase.
Por último, le dijimos que si empezara a construir allí, no le dejaríamos trabajar, le quemaría-
mos sus vehículos antes de que pudieran llegar al parque. Nos pusimos fuertes. Paralelamente,
seguíamos en conversación con las autoridades pertinentes tanto a nivel nacional como regio-
nal. Convencimos a los miembros de la secretaria ejecutiva de CONAF de Santiago a que viajaran
y visitaran con nosotros el Parque. Justo en esos días había nevado y la verdad es que la visión
del paisaje era óptima e irrepetible: la naturaleza aquí es generosa y todo lo da gratuitamente,
pero la industria del turismo “irresponsable” e “insostenible” no para su depredación, con el fin
de mantener sus ganancias y recibir a sus turistas exigentes. Nuestra propuesta solo contempla
234
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
la observación de flora y fauna, entrar y salir sin dejar huella, sin contaminar, sin entorpecer a las
energías vivas de la naturaleza, es decir, sin molestar a los newenes.
Un día me llamaron para decirme que iba a tener lugar una reunión importante en Temuco,
en las oficinas de CONAF: allá me fui con mucha incertidumbre, me pesaban los pies al caminar,
me preguntaba: ¿Qué pasaría si me dicen que el parque ya no es nuestro? Seguí pensando que
quizás encontraríamos otra forma de seguir luchando: he conocido mapuche que se han muerto
de vejez luchando. ¿Por qué yo no? Una vez ahí me dijeron que habían anulado todas las licitacio-
nes para el Parque: no sabía si ponerme a reír a carcajadas o llorar, pero recuerdo exactamente
lo que dije en aquel instante: “claro, porque el parque es nuestro”.
Hoy podemos entrar y salir cuando y cuantas veces queremos, porque es nuestro, lo cuida-
mos, queremos preservarlo y conservarlo tal cual es.
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236
Capítulo 8
… en paz y sin olvido…
312 Fue uno de los miembros de la Misión de Paz europea organizada por la Red de Solidaridad “Colombia Vive”, en Colombia en el mes
de febrero del 2008.
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Cuando no nos acomodamos a la realidad…
hay quien la conoce, y todos encontramos un punto de resistencia victoriosa en común. Jueves
21: en una simple capilla de madera celebramos la comunión, para recordar juntos a Jesús, las
tres personas asesinitas aquí, cerca de Mulatos. Las palabras, los gestos, las reflexiones se acer-
can a las que vivo cada día en las comunidades cristianas de base en Italia. Pronto partimos para
Resbalosa… llegamos después de cuatro horas de caminos entre bosques encantados.
La naturaleza es maravillosa. Aquí recordamos a otras 5 personas: las fosas donde fueron
encontrados los cuerpos, hechos pedazos por los machetes, aún están ahí sin cubrir. Los amigos
y familiares de los asesinados nos conmueven, sus palabras están cargadas de dolor pero tam-
bién de fuerza y coraje… nos entregan un pedazo de aquella tierra todavía sangrienta y nosotros
les dejamos una bandera de la Paz, una de aquellas banderas del arcoiris que colgaron desde
las ventanas en las casas italianas cuando empezó la guerra en Irak. Vuelta a Mulatos y de ahí a
San José… el 23 partimos hacia Nueva Antioquia, a 3 horas de carro… kilómetros de latifundios
en manos de unas pocas grandes multinacionales donde los trabajadores se confunden con los
esclavos de antaño… y de hoy. El día anterior, algunos campesinos nos contaron las presiones e
intimidaciones recibidas por parte de grupos paramilitares (¿Quién dice que ya desaparecieron?)
y así decidimos redactar una declaración que entregaríamos a las autoridades competentes y
personalmente al comando de la policía y del ejercito de la zona. ¿Para qué? ¿Servirá de algo
esta acción? ¿Será útil para limitar las intimidaciones o tendrá el efecto inverso? Fue un simple
gesto de solidaridad, pero los campesinos lo valoraron y nos agradecieron pidiéndonos que con-
táramos en nuestros países lo que todavía está pasando en estas tierras. Personas que viven en
el terror todos los días. Nosotros le pedimos la misma solidaridad al obispo de Apartadó: para
ello, nos reunimos con él el lunes 25 y con mucha claridad le dijimos que la Iglesia católica debe-
ría leer en la experiencia de estas comunidades de paz una vía profética para salir del conflicto
armado, para borrar los viejos y nuevos odios. Nos alejamos de la región de Antioquia para llegar
al Cauca donde nos espera la comunidad indígena Nasa. Participamos en la Audiencia Pública de
Popayán, para celebrar los 37 años de largo proceso, marcado por las luchas contra cada tipo de
discriminación y de represión, para reivindicar el legítimo derecho a una plena dignidad humana
y civil y a la construcción de una vida comunitaria autónoma en su tierra madre. El Consejo Re-
gional Indígena del Cauca (CRIC) ha involucrado a una gran masa de hombres y mujeres, jóvenes
y adultos que llenan el césped bajo el puente que forma el marco de un estupendo y colorado
cuadro. Los miembros de la guardia indígena juran alzando el característico bastón, símbolo
de responsabilidad hacia la comunidad… hasta la muerte, si fuese necesario. El coordinador de
nuestra misión lleva nuestros saludos y manifiesta nuestro apoyo. Una vez en Toribio, el padre
misionero Ezio Nattino parece muy interesado en nuestra misión y nos acoge con cariño. Nos
cuenta del padre Álvaro Ulcue Chocue, sacerdote de Toribio desde noviembre del ’75 hasta el 10
de noviembre de 1984, fecha en la cual fue asesinado por un grupo de paramilitares en Santan-
der de Quilichao. Con él empezó en 1980 en proyecto Nasa, para el rescate integral del pueblo
indígena. Otra experiencia de lucha cotidiana… desde abajo…
El miércoles 27, acompañados por Alejandra, visitamos la finca de los Nasa en Tacueyo, una
agradable sorpresa: una gran piscifactoría de truchas construida gracias a los aportes de la Co-
munidad Europea y varias ONGs. Hoy garantiza la auto-sostenibilidad de la comunidad y va-
loriza el esfuerzo laboral de cada persona. Lo mismo es visible en la finca de Santo Domingo,
donde del ganado produce carne, leche y quesos para toda la comunidad. En Toribio visitamos
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A m é rica L atina desde A bajo
el Colegio Escolar donde jóvenes y mujeres convirtieron muchos espacios en talleres de sastrería
y producción de calzados y muebles; además existen una radio comunitaria y una cooperativa,
todo organizado y gestionado por la misma comunidad indígena. En Santander de Quilichao
visitamos la sede de la Asociación de Cabildos Indígenas Nasa (ACIN) y los responsables de los
programas de educación, formación y salud nos relatan los pasos adelante que se dieron en
los últimos tiempos: a pesar de las dificultades, se ven los resultados de la colaboración euro-
colombiana. Todavía falta mucho por hacer, sobre todo en la formación de los profesores, para
que enseñen según la cultura y las tradiciones indígenas y para que también sepan valorizar los
idiomas nativos, y en la formación de los operadores sanitarios, para que aprendan a armonizar
correctamente la medicina tradicional (¿científica?) con la originaria y natural.
No podemos dejar estas tierras sin participar en un acto de defensa de la integridad ecoló-
gica de estos sistemas naturales. Nuestras mochilas están siempre más pesadas: emociones,
sentimientos de fraternidad, relaciones vivas, verdaderas, misticismo, realismo, fuerza, calor
humano… Volveremos a Europa con mucho más de lo que jamás podríamos dejar…
De vuelta en Génova, paseo por las calles pavimentadas del casco antiguo. En la fachada
del Palazzo Ducale, ahí donde en julio de 2001 los “ocho grandes” de este planeta se reunieron
una vez más sin escuchar a los que cotidianamente reivindicamos nuestros derechos, está col-
gada una enorme foto de Ingrid Betancourt. “¡Liberamos a Ingrid!”, dice el escrito… un mensaje
muy particular… pero sólo parcial. Como si el problema urgente fuese solamente su liberación:
¿Y todos los demás? ¿Cómo devolver justicia a los cuatro millones de desplazados, a los miles de
desaparecidos y asesinatos, a las víctimas de los gobiernos, de los paramilitares, de los terrate-
nientes, de los guerrilleros, de las multinacionales (también europeas), de los narcotraficantes,
del ejército? En Colombia se están llevando a cabo procesos de toma de conciencia profunda,
de autodeterminación, de empoderamiento constante por parte de la sociedad civil, sobre todo
de los pueblos indígenas que, si fuesen apoyados convenientemente, podrían de verdad incidir
positivamente hacia un cambio en un país dominado por una oligarquía cínica, reaccionaria y
militarizada.
La última dictadura militar (1976-1983) marcó el inicio del giro neoliberal en Argentina. A
través del terrorismo estatal se exterminó a las organizaciones sociales y populares (desde las
obreras y estudiantiles, hasta las barriales y las de la guerrilla), haciendo desaparecer a más de
30 mil personas; simultáneamente se liberalizó la economía hasta convertir al capital financiero
en hegemónico en el proceso de acumulación, con el consecuente endeudamiento externo y
desmantelamiento productivo del país. El plan sistemático de aplicación del terror (extendido a
240
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
Latinoamérica por la coordinación represiva del Plan Cóndor) fue la respuesta a un ciclo de alza
de las luchas políticas de las décadas anteriores que se expandían y se fortalecían en su capaci-
dad de disputa y de construcción de un nuevo tipo de fuerza social. El accionar militar tuvo una
dinámica represiva de alcance inédito para la historia argentina (donde los gobiernos dictatoria-
les se sucedieron durante la mayor parte del siglo XX), pero también en comparación con otras
dictaduras de la región. La red de centros clandestinos de detención ilegal, donde se practicaban
las torturas y asesinatos de los detenidos, los llamados “vuelos de la muerte” por los que se arro-
jaban prisioneros vivos al Río de la Plata y el secuestro, robo y apropiación de bebés de los y las
desaparecidos/as, hicieron del horror argentino una excepcionalidad sin parangón.
La llamada “transición democrática” tuvo como protagonistas fundamentales a los organis-
mos de derechos humanos que llevaron adelante la lucha por la justicia y el castigo a los respon-
sables de los crímenes de Estado. Desde el primer gobierno pos-dictatorial (Raúl Alfonsín), las
políticas estatales fueron oscilando: se realizó el Juicio a las Juntas Militares y luego, ante una
recobrada capacidad militar de jaquear al poder político, se dictaron las llamadas leyes de im-
punidad (el Punto Final y la Obediencia Debida: 1986/87). Durante la década de los ‘90, este pro-
ceso de impunidad se consolidó por medio de los indultos presidenciales (decretados por Carlos
Menem), al mismo tiempo que el poder militar era desarticulado económica y políticamente.
Sin embargo, ya a mediados de los años 90, la agrupación H.I.J.O.S. (Hijos por la Identidad
y la Justicia contra el Olvido y el Silencio) irrumpe en la esfera pública argentina con un nuevo
modo de reclamar justicia a través de los “escraches”: una acción directa de denuncia barrial
contra el genocida impune con el propósito de construir una condena social a los criminales. La
lucha por los derechos humanos se resignifica generacionalmente pero también se transversa-
liza aún más: comienza a conectarse con las primeras protestas que abren fisuras en el neolibe-
ralismo reinante.
La crisis social y política del 2001 es un nuevo punto de inflexión para la historia argentina.
La protesta callejera y masiva destituye la legitimidad neoliberal y la representación partidaria
tradicional. Un gobierno de transición (a cargo de Eduardo Duhalde) debe llamar a elecciones
tras el asesinato por las fuerzas policiales de dos militantes piqueteros en una manifestación.
En marzo de 2003, luego de una elección ganada por escasa cantidad de votos, Néstor Kirch-
ner asume la presidencia. En agosto de ese mismo año, el Congreso decreta la nulidad de las
leyes de impunidad, o “leyes del perdón”. Y la Corte Suprema las declara inconstitucionales en
2005 (convalidando diversos fallos de instancias judiciales inferiores que se pronunciaron desde
el 2001), por lo que se reactivó desde entonces la posibilidad de cientos de juicios a los militares
culpables de delitos de lesa humanidad y violaciones de los derechos humanos. El 18 de sep-
tiembre de 2006, Jorge Julio López, un ex detenido-desaparecido y testigo en la causa contra el
represor Miguel Etchecolatz (mano derecha del ex General Ramón Camps, Jefe de Policía de la
Provincia de Buenos Aires durante la dictadura, y condenado en 1986 a 23 años de cárcel), volvió
a desaparecer y aún sigue desaparecido.
241
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La investigación doméstica
Estela de Carlotto es una de las fundadoras de “Abuelas de Plaza de Mayo”. Su hija Laura,
de 23 años, fue secuestrada en La Plata en 1977 junto a su compañero. Estaba embarazada de
dos meses y medio y se sabe que estuvo con vida hasta que nació su bebé el 26 de junio en 1978.
Esta tragedia personal y la de muchas otras familias es el inicio de una de las organizaciones de
derechos humanos que empieza su lucha en la dictadura y se prolonga hasta hoy. Se estima que
fueron apropiados 500 niños, la mayoría de ellos nacidos en cautiverio. Hoy las Abuelas de Plaza
de Mayo han logrado localizar y recuperar la identidad de 95 de ellos/as.
“Nuestro nacimiento fue el 22 de octubre de 1977, cuando damos por iniciado el gru-
po de las doce abuelas fundadoras. Éramos personas sin experiencia, muy inocentes,
con otros proyectos en la vida, que tuvimos que ir cambiando para asumir la reali-
dad. Nunca pensamos tampoco en durar para siempre. La búsqueda lógicamente
era doble: de los hijos y de los nietos. De los hijos hacíamos los reclamos donde co-
rrespondía, pero los nietos tenían lugares específicos para ser buscados: hogares de
menores, casas cunas, orfelinatos, etcétera. Con los años nos fuimos dando cuenta
que el propósito era que nunca los encontrásemos. No nos informaban, nos cerraban
las puertas y sumábamos decepciones. Y el tiempo iba pasando. Entonces, ¿Cómo
puedo yo graficar ese paso del tiempo? De ir a una Casa Cuna a ver si nos dejaban
ver a los bebés, cosa que no nos permitían, para ver si encontrábamos alguno que se
pareciera en la cara a nuestras hijas, una cosa absurda, totalmente ilusoria, a empe-
zar a mirar los jardines de infantes y luego las escuelas primarias y a todos los chicos
con delantales blancos. Después dirigimos nuestra mirada a los chicos y chicas des-
garbados de las secundarias. Ahora son hombres y mujeres de más de 30 años que
están insertos en la sociedad. Es decir que nosotras fuimos con el tiempo recorriendo
esos cambios y también cambiando las estrategias: no es lo mismo buscar bebés que
hombres y mujeres que ya tienen un pensamiento y unas decisiones propias. Esto
nos obligó a adaptar nuestras formas de llegar a ellos”.
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Cuando no nos acomodamos a la realidad…
A veces pasaba que decían que sí y los chicos aparecían en la puerta entonces otra
de nosotras aprovechaba desde otro lado para sacar una foto. Fue toda una investi-
gación doméstica. Algunas cosas dieron resultado. Otras nos permitieron conquistar
visibilidad: por ejemplo, pegamos fotos en toda la ciudad de los bebés que teníamos
o de los padres desaparecidos por si había algún parecido que ayudara a recono-
cer otros. Empezamos a encontrar los primeros chicos en el ‘79, después otros en el
ochenta y así sucesivamente, de a poco.
Ya cuando sabíamos que nuestros nietos estaban entrando en la adolescencia pen-
samos que teníamos que acercarnos a ellos de una manera que les interesara y gus-
tara. Pensamos en bandas de rock: organizamos recitales y subimos a los escenarios
a darnos a conocer y hablarles. La cuestión era inventar cosas para acompañar el
crecimiento de nuestros nietos con nuestro discurso, con nuestra presencia y nues-
tras actividades. Y también variaba el acompañamiento sociopolítico: una situación
era hacer cosas en la dictadura y otra en etapas constitucionales. A lo largo de los
años nacieron iniciativas muy interesantes de esta búsqueda. Una de ellas es la ex-
periencia de “Teatro por la identidad” que va a cumplir ocho años de permanencia y
que expresa a través del arte en las tablas el derecho a la identidad, a lo que ahora se
suman artistas internacionales. Obviamente el público que más nos interesa son los
chicos y chicas de la edad de nuestros nietos que al ver la obra tal vez puede surgirles
la duda, la pregunta, por quiénes son. Por eso hoy no es igual que mañana, vamos
cambiando e inventando cosas. También hay ofertas y propuestas que nos llegan:
los deportistas nos ayudan a aprovechar un mundial u otro evento importante y la
televisión nos da espacio. Éstas son también formas de hacer visible nuestro men-
saje, de compartirlo, y de decirles a los argentinos que los nietos son de todos, son
nietos del país y, por tanto, nos tienen que ayudar a encontrarlos”.
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313 NdeE: se refiere a los pactos de silencio que existen entre los miembros de las fuerzas armadas, que sigue evitando que den infor-
mación en los juicios en los que están implicados.
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Cuando no nos acomodamos a la realidad…
res de crímenes aberrantes. Nosotras seguimos siempre estando vigilantes para que
la justicia, primero, proceda en consecuencia y, segundo, lo haga velozmente”.
¿Le parece que puede marcarse un tránsito en los organismos de derechos humanos y en la
percepción social más general que iría de un énfasis en asociar la figura del desaparecido con la
de la víctima a otra donde se destaca la militancia?
“No. Yo creo que siempre pusimos a nuestros hijos en el lugar de víctimas porque fue-
ron secuestrados, torturados y asesinados pero no eran tontos o estúpidos o lleva-
dos de la nariz por nadie. Estaban comprometidos con la política, tenían un proyecto
de vida totalmente claro y lo ejercían a conciencia de que podían morir. Mientras
nosotros como padres queríamos desalentarla porque teníamos miedo y yo misma
le decía “Laurita, ándate del país, te van a matar”; ella me respondió una vez que
su compromiso estaba acá y me dijo: “Mira mamá, nadie quiere morir porque todos
tenemos un proyecto de vida pero sabemos que miles de nosotros vamos a morir y
nuestra muerte no va a ser en vano”. Esa frase la recuerdo siempre. Y eso es lo que re-
calco y recalqué siempre de Laura. Entonces no hago la diferencia entre que primero
fueron esto y después otra cosa. Por supuesto que hay etapas donde uno pone más
el acento sobre ciertas cosas porque, por ejemplo, que yo les hable a los jueces del
idealismo de mi hija no les sirve para nada. Ante la justicia, yo tengo que contar que
mi hija estuvo nueve meses secuestrada en un campo de concentración, que fue tor-
turada y vejada, que le robaron su hijo y la mataron. Estoy poniendo allí una víctima
pero no la despojo en absoluto de su compromiso militante. No es que encontraron
anotado su nombre en una libretita como muchas veces se quiso decir”.
Una vida
¿Cómo encaran la tarea de restituir a los jóvenes la historia de sus padres?
“Lo que nosotros siempre remarcamos es que los desaparecidos no son un número
sino eran personas que caminaban por la calle, que crecieron en un barrio, que juga-
ban al fútbol. Nosotros tenemos un archivo biográfico-familiar, cajas que le entrega-
mos a cada chico o chica que recuperamos. Para eso trabaja todo un equipo institu-
cional encargado de recopilar los datos biográfico-familiares del papá y la mamá del
nieto que estamos encontrando. Se les entrega para que conozca quiénes eran sus
padres. Y no les entregamos hojitas políticas, sino fotografías, relatos de sus amigos
de la infancia, compañeros con quienes iban a los bailes, una vida... Ellos se llevan
esas cajas con mucha ternura. Intuyen que ahí adentro hay cosas que necesitan sa-
ber. Después nos cuentan que ahí encontraron las razones de por qué les gusta tal o
cual cosa. Es muy interesante poder devolverles esa historia”.
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Ahora hay incluso una presencia en la escena política nacional de algunos nietos recuperados…
“Sí, al recuperar su identidad, según el tiempo necesario de cada quien, son seres
humanos que se instalan en la vida que les toca vivir y algunos optan por la política.
Hay dos que son más visibles. Hay muchos otros que se acercan a nosotras y cola-
boran y nos acompañan en distintas tareas. Gracias a la presidenta acabo de viajar
a la Asamblea General de la ONU con cuatro nietos recuperados. Los chicos necesi-
tan estar en contacto con su historia y con sus pares que tienen la misma historia.
Porque no hay dudas que entre ellos, con su mismo lenguaje generacional, pueden
ayudarse a resolver”.
Justicia y memoria
Generacionalmente, la aparición de HIJOS fue decisiva. Ustedes como Abuelas, ¿cómo lo
vivieron?
“Como Abuelas, premonitoriamente, lo tuvimos en cuenta. En el caso particular de los nietos
lo dijimos. Yo lo dije –y ni me acordaba– en un documental del año 1986 que filmaba una clase
que dí en la Universidad de Buenos Aires: “Más adelante, en los próximos años, el camino de
búsqueda va a ser ida y vuelta porque nuestros nietos van a ser ya concientes y van a empezar
a buscarnos a nosotras”. Y fue así. Hoy en día los nietos nos buscan, vienen acá cantidades
de chicos. Con el caso de los hijos –que no era nuestra lucha pensar en los hijos, porque esta-
ban con su familia, capaz que el papá desapareció pero no la mamá por ejemplo, o quedaron
con los abuelos; es decir: fueron criados sin ser víctimas de robo–, cuando ellos empezaron
a formarse como agrupación nos dio un poquito de miedo. Quisimos protegerlos, casi des-
alentarlos. Porque, nos dijimos, los van a marginalizar, los van a ralear, los van a discriminar
diciendo “ahí están los hijos de los terroristas”. Porque tenemos que tener en cuenta que fue
hace casi quince años que aparecieron y la sociedad todavía estaba aprendiendo. Además
teníamos miedo de que hicieran cosas que no fueran las correctas, que tomaran alguna cosa
al extremo porque los jóvenes son impulsivos. Pero no. El grupo se consolidó. Nosotras siem-
pre detrás, siempre mirándolos, cuidándolos y aconsejándolos. Inventaron lo del escrache,
que lo siguen practicando aunque se paró un poco porque ahora hay justicia y ya no hay
necesidad de la justicia social, sino de la justicia de los tribunales. Ellos se han constituido en
colaboradores nuestros. Nos ayudan a encontrar a quienes son sus hermanos. Hay algunos
más intransigentes, otros más moderados, repartidos entre todos los grupos del país, incluso
del mundo porque existen en muchos países. Los respetamos mucho y creo que su accionar
ya tiene mucha vigencia y tienen el derecho total de buscar a sus padres”.
Si tuviese que definir la imagen de memoria que se ha ido construyendo en los últimos años,
¿qué diría?
“Diría que la memoria en Argentina funciona muy bien. A diferencia de otros países que han
hecho comisiones de Verdad y de Reconciliación, nosotros acá nunca utilizamos las palabras
reconciliación o perdón. Acá se dijo Verdad y Justicia y por supuesto construimos una memoria
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Cuando no nos acomodamos a la realidad…
para que esto no se olvide y se escriba la historia verdadera. Se han abierto tantos espacios de
la memoria, como la ESMA (NdE: Escuela de Mecánica de la Armada, ex Centro Clandestino
de Detención) y tantos otros espacios públicos, paseos, nombres de calles y monumentos que
recuerdan a toda esta gente que se extraña en sus familias y en su entorno social. Así que
creo que Argentina tiene un liderazgo en este sentido porque como en ningún otro país se han
hecho cosas para mantener viva la memoria y para obtener verdad y justicia”.
Ese domingo, todos teníamos en la boca la palabra fiesta. El día anterior fue realmente una
fiesta, una celebración anticipada por lo que traería “el domingo de la Cuarta Urna” y una cele-
bración por igual por haberles arrebatado las urnas secuestradas en la Fuerza Aérea el jueves
anterior. Aquel día, todo era lluvia; en esas transmisiones irrepetibles un pueblo reivindicado
acompañaba al presidente Manuel Zelaya en el proyecto que significaba el todo o la nada de las
causas populares.
Y así dormimos. Pequeño pueblo ingenuo que dentro de pocas horas había de crecer y cre-
cer en un vértigo desconocido e imborrable. Recibimos la llamada de Samuel. “¿Ya se dieron
cuenta? Agarraron al Presidente y lo sacaron del país”. No habíamos terminado de recuperarnos
de la sorpresa, cuando los F-5E y los Tucanos cruzaban el cielo sobre Tegucigalpa, iniciando el
reinado donde los motores y las sirenas militares se convertirían en la banda sonora de este film
descarrilado.
Al igual que miles, mi compañera Mayra, nuestro hijo Esteban y yo decidimos ir hacia el obje-
tivo neurálgico del Golpe de Estado: la Casa Presidencial. En el camino, nos preguntábamos qué
iba a suceder en las próximas horas; calculábamos los horrores, las tensiones, los pasos que los
milicos habrían de dar. A falta de energía eléctrica en nuestra colonia (los cortes se habían ge-
neralizado y los medios habían sido anulados), necesitábamos llegar a casa del poeta Rigoberto
Paredes y la historiadora Anarella Vélez para así poder iniciar la ruptura del cerco mediático me-
diante el uso masivo del e-mail.
Esas primeras horas fueron de una incertidumbre desconocida. Yo me preguntaba una y otra
vez el por qué todas las generaciones latinoamericanas debíamos cumplir con el “requisito” de
un Golpe de Estado: ¿quién había escrito ese guión nefasto y quiénes hacían de los militares su
extensión brutal?
314 Poeta hondureño, entre sus publicaciones “Sextos de lluvia” (1998), “Poemas contra el miedo” (2001), “Solares” (2004) y “Poemas
en onda corta” (2009), editorial Pez Dulce. Ha sido invitado a importantes festivales de poesía como el V Festival “La poesía tiene la
palabra”, Casa de América, Madrid (2005).
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A m é rica L atina desde A bajo
Las noticias llegaban a ráfagas: había una muchedumbre reuniéndose frente a la Casa Presi-
dencial, los militares estaban aproximándose, los secuestros selectivos estaban en pleno proce-
so… lo único confirmado era que el pueblo seguía llegando, desde todos los puntos de la ciudad.
Desde toda Honduras se movilizaba la indignación, lista a defender lo suyo hasta con la vida. El
Frente Nacional Contra el Golpe de Estado surgió en los primeros momentos de esa furia y, en
pocas horas y bajo la lluvia, ya se había redactado el primer comunicado de condena y convoca-
toria a la lucha.
A partir de ahí, las horas fueron la mayor ilusión y los actos de la Resistencia unas escenas
surreales o la pesadilla que nunca debió romper sus cauces. Canal 36 se convirtió en el medio
que nos daba las imágenes de un mundo que nada tenía que ver con lo que las formas civilizadas
habían inoculado falsamente en la hondureñidad: batallones arremetiendo contra ciudadanos
desarmados, disparando, moliendo a palos, y los ciudadanos enfrentándoles con el grito atrona-
dor y con las piedras de ese mundo que se desmoronaba.
Una imagen, más que otras, insufló mayores razones para luchar en esas primeras horas: la
rabia con que un grupo de mujeres golpeaba y rasgaba con puños y uñas a las tropas que llega-
ban a reprimir. Nadie se contuvo a partir de eso. Los gases fueron insuficientes y se vieron poetas
(con cascos arrebatados a los gorilas) cargando piedras para lanzarlas al espejo del cielo.
Pasó un día, pasaron varios, y las calles iniciaron la vibración, los helicópteros también trona-
ban y lanzaron sus cargas. Todo aquello que oliera a negocio o empresa golpista iba siendo mar-
cado por el pueblo incontenible. Un nuevo lenguaje surgía en las paredes, Tegucigalpa entera se
convirtió en un pergamino inmenso donde todos queríamos dejar constancia de nuestro paso.
Por fin, el pueblo identificaba con nombres y apellidos a aquellos que siempre se sirvieron de la
ignorancia política y de la ausencia de proyectos nacionales que buscaran la erradicación de las
estructuras pútridas.
Al igual que los muchos gremios, los artistas comenzamos a confluir en torno al Frente Na-
cional de Resistencia. Entendimos de manera inmediata que debíamos conjuntar las emociones
en una acción político-cultural que les demostrara a los golpistas, pero sobretodo a los militares,
que la imaginación y el espíritu eran irreprimibles, y que su fuerza bruta nada podía contra el arte
y su acto infinito de liberación. Así fue como nos organizamos en “Artistas del Frente Nacional
Contra el Golpe de Estado”, otro frente de lucha más que agrupa a teatristas, artistas visuales,
músicos y poetas. Iniciamos de esta manera el ciclo de conciertos y recitales en la Plaza Central,
reducto donde las masivas marchas de la Resistencia culminaban su éxodo, entre cantos y tribu-
nas libres.
Nuestra voz se levantó sobre las siniestras cadenas de radio y televisión, destrozando de
raíz las vinculaciones folclóricas y cívicas que la dictadura ha pretendido imponer como valores
supremos. A partir de ese momento, la misma dirigencia del Frente Nacional tuvo que tomar
como vital para la lucha nuestras gestiones y presentaciones, acuerpándonos en todo momento
y convocándonos formalmente para los días de acción. Así nacieron los conciertos “Gritos del
Paraíso”, en plena crisis de la frontera de Las Manos, en medio de las masivas violaciones a los
derechos humanos y del acecho de la policía infiltrada que asistía como público.
248
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
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A m é rica L atina desde A bajo
tras la Resistencia se agolpaba como escudo humano en sus instalaciones, esperando evitar lo
inevitable.
Largas filas, enormes caravanas vehiculares. Silbatos, bocinas, cantos: el “aquí nadie se rin-
de” a los 57 días de lucha, “el pueblo unido” a los 100 días, “el pueblo jamás vencido” a los 120 y el
“hasta la victoria siempre” a los 140… tan intensa ha sido la lucha que pareciera que nacimos solo
para esto y que nunca hubo mayor razón para vivir. Abuelas, abuelos, maestras enfrentadas a
los escudos de los criminales. Veo claramente a los valientes estudiantes del FUR (Frente Unido
Revolucionario) y de la UPN (Universidad Pedagógica Nacional) con sus pañuelos de sangre y
noche, los veo rechazando a un solo puño a las bestias de uniforme que pretenden entrar a la
Universidad nacional Autónoma de Honduras. En nuestros oídos resuenan los Guaraguaos, y
Mercedes Sosa se eleva en su último acto de acompañamiento popular en esta América Latina
dolorosa.
Resucitamos, morimos por días y volvemos a las plazas. Llegó el 15 de septiembre de 2009
y en toda Honduras marchamos casi dos millones y medio entre banderas rojas y consignas
de liberación. Nunca hubo mejor día de la independencia. Nunca Honduras había de demos-
trar semejante poder y decisión. Septiembre, terrible septiembre de cumbres y abismos… sí,
Manuel Zelaya, el compañero Mel, entraba por fin a despecho de la “inteligencia militar” que
no le perdonaría el desplante: desde las orillas del Potomac hasta las riberas hediondas del Río
Choluteca, se escuchó el crudo avance de las auténticas fuerzas que diseñaron el Golpe. Las ba-
rricadas levantadas con una ternura imposible, se desbaratan una a una, y la noche corre junto
a la madrugada, corren a través de Tegucigalpa durante tres días de renovada insurrección. Las
ametralladoras ladran, los almacenes son saqueados; los barrios, las colonias, todas las concep-
ciones revientan a la vez, pero en esta ocasión, la oligarquía junto al imperio han decidido poner
el cerrojo definitivo y montar el teatro del diálogo infinito. La dirigencia y Mel caen en la trampa.
El Estado de Sitio desarticula a profundidad, acompañado de un arsenal jurídico y de buenas
costumbres enloquecedor. La buena fe causa estragos; en la tierra de nadie comienza a inflarse
el cadáver de la esperanza. Todos nos sentimos burlados a estas alturas y comenzamos a desear
que la restitución no se dé de una vez por todas y así continuar el propio camino que ya hemos
abierto. De cierta forma, las conclusiones del “diálogo” liberan a la Resistencia que comienza la
tercera fase de la conquista de la luna: la permeabilización a profundidad de todos los estratos
en resistencia, la expansión y asentamiento de la conciencia social y el trillado de las fuerzas
oportunistas que, como rémoras, se habían nutrido del espíritu combativo y genuino del pueblo
en las calles para sus propios propósitos.
Llueve. Hace frío. Retumba el sol. Hemos atravesado todos los climas en la marcha hacia la
tierra prometida. Ahora no estamos en las calles ni, sobre nosotros, calientan sus motores los
helicópteros. Ahora estamos en nuestras casas, centenas de miles de familias fortalecidos en el
NO más activo de todos. Canal 36 ha sido suspendido de nuevo. Las gloriosas marchas no han
pasado al olvido: las calles se nos volvieron venas y el grito consciente, sangre fragorosa. Las
fraudulentas elecciones generales son apenas, un mal recuerdo que no estamos dispuestos a
repetir.
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Cuando no nos acomodamos a la realidad…
Guatemala es uno de los países del continente que vive a sobresaltos. Terminó una larga gue-
rra donde el Estado se ensañó contra la oposición política, primero, y arrasó aldeas enteras de
población civil no combatiente y desarmada, después. Treinta y seis años de “enfrentamiento”
armado terminaron cuando se arribó a acuerdos importantes negociados entre la guerrilla, el
gobierno y el ejército; los empresarios se negaron a participar. Se firmó la paz, pero los proble-
mas graves que dieron origen al conflicto armado subsisten, porque los pocos intentos que se
han hecho de cambiar la situación estructural chocan con los intereses de quienes siguen consi-
derando que este país es una gran hacienda que les pertenece totalmente y los seres humanos,
hombres, mujeres y niños, tienen que ponerse a su servicio, porque ellos tienen el poder y las
armas.
Bien lo decía el actual Vicepresidente de la República, el médico Rafael Espada: “Guatemala
es un país medieval. Acá no hay ricos ni pobres, hay nobles y plebeyos. El pobre se cree plebeyo y
el rico, además de creerse noble, es resentido social y le molesta que los demás progresen” . Al 316
315 Ruth del Valle es politóloga y psicóloga social, fue dirigente estudiantil de educación media. A principios de los ochenta formó parte
de la Coordinadora de Estudiantes Universitarios de la Universidad de San Carlos de Guatemala. Estuvo en el exilio entre 1983 y
1995 y, al regresar al país, trabajó en la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala, especialmente en la elabo-
ración del Informe Guatemala “Nunca Más”. Fue directora de la Alianza Contra la Impunidad y forma parte del Movimiento Nacional
por los Derechos Humanos. Miguel Ángel Albizures, ex dirigente sindical de la década de los ‘70, Secretario General de la Central
Nacional de Trabajadores CNT (‘76-‘78), estuvo en el exilio entre el 1980 y 87; fue cofundador en 1992 de la Asociación Familiares de
Detenidos Desaparecidos de Guatemala (FAMDEGUA), de la cual fue presidente de la Junta Directiva entre 2007 y 2009. En 1996,
fue uno de los fundadores de la Alianza Contra la Impunidad y posteriormente del Movimiento Nacional por los Derechos Humanos.
Es columnista del Diario El Periódico desde su fundación en 1996.
316 Esta declaración fue publicada en “El Periódico”, Guatemala, el 7 de noviembre de 2007, cuando ya había sido elegido vicepre-
sidente de la República y provocó reacciones del sector económico del país. Ver: http://www.elperiodico.com.gt/es/20071107/
actualidad/45454/.
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A m é rica L atina desde A bajo
Cualquier intento de cambio, tenía que tener el visto bueno de militares y poderes económicos,
cualquier “mal paso” que se diera era corregido por la amenaza de golpe.
El primer gobierno civil sufrió más de tres intentos de golpe, en los que estuvo involucrado el
poder económico y militar, unos por impedir un alza en los impuestos directos y los otros porque
no compartían la búsqueda de una solución negociada a la guerra.
El entonces Presidente Cerezo descalificaba la importancia de las protestas y manifestacio-
nes en las calles, diciendo que sólo eran “la música de la democracia”, pero durante su mandato
hubo un auge de las organizaciones sindicales y campesinas que habían sido silenciadas a sangre
y fuego por los gobiernos militares de Fernando Romeo Lucas García, Efraín Ríos Montt y Oscar
Humberto Mejía Víctores. Entre 1986, año que toma posesión el primer presidente civil, y 1996,
año en que se firma la paz firme y duradera, transcurrieron 10 años, durante los cuales el pue-
blo, a pesar de persistir la guerra, reconstruyó sus organizaciones, tomó nuevamente las calles
y empujó el proceso entre el temor y la esperanza de hacer funcionar el sistema. La muerte de
dirigentes continuaba, las masacres y bombardeos en el campo seguían, pero también se inicia-
ban: la vuelta del refugio de los que se habían ido a inicios y mediados de los ’80; el abandono o
“salida al claro” de las comunidades en resistencia; el surgimiento de las organizaciones de de-
rechos humanos que exigían vivos a las y los detenidos desaparecidos, reivindicaban la memoria
de sus mártires, sacaban la verdad de las entrañas de la tierra en donde aún se encuentran mi-
llares de cementerios clandestinos. Estas voces se levantaron en medio del dolor, la persecución
y la muerte y aún continúan exigiendo que el Estado asuma la responsabilidad de investigar los
hechos y aplicar la justicia.
No es fácil, para ningún pueblo que ha vivido bajo la bota militar y el control de una oligarquía
que se considera dueña del país, el querer transformar una finca o hacienda de 108 mil kilóme-
tros cuadrados en un país soberano e independiente; sobre todo cuando tiene cerca al monstruo
del norte que sigue aconsejando “aumentar el presupuesto y los efectivos del ejército”, para que
le cuiden el patio trasero y, por supuesto, para que este país no llegue a ser un mal ejemplo para
sus vecinos centroamericanos. La teoría del dominó, bajo la cual se incrementó la ayuda militar
a los gobiernos centroamericanos, para evitar “nuevas Nicaraguas” o gobiernos democráticos y
antiimperialistas, sigue estando presente en la mentalidad del imperio del norte. Ahora se usa la
excusa de frenar el crimen organizado y el narcotráfico, especialmente cuando nuestro país es
un corredor de paso entre los países productores y el gran consumidor; y se pretende crear una
fuerza militar transnacional con el objeto de combatirlo, pero que en el fondo persigue afianzar
el control norteamericano en la región para impedir el desarrollo y la presencia beligerante de
los movimientos sociales. No es casual la apertura de bases militares norteamericanas en Co-
lombia, ni la reapertura de destacamentos en el área rural guatemalteca que ya habían desapa-
recido con los acuerdos de paz.
Antes, se atacaban a los insurgentes, guerrilleros, comunistas… a quienes ahora se tilda de
terroristas son: los dirigentes campesinos que reclaman tierra y trabajo, los sindicalistas que
defienden los derechos de los trabajadores, los pueblos indígenas que alzan la voz contra la dis-
criminación, el racismo y la entrega de los recursos naturales del país, los periodistas que denun-
cian la corrupción y la miseria en que vive un alto porcentaje de la población y todos aquellos que
se oponen a las concesiones mineras y defienden el medio ambiente. No son casuales el atenta-
252
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
do que sufrió Yuri Melini (activista y director del Centro de Acción Legal, Ambiental y Social), la
desaparición de dos guardarecursos en el nororiente del país o los recientes asesinatos de Víctor
Gálvez, defensor de los recursos naturales en el suroccidental departamento de San Marcos, y
de Fausto Otzín Poyón, abogado comprometido con los pueblos indígenas, sucesos acontecidos
en noviembre del 2009. Para 2009, se cuentan 15 asesinatos de defensores de derechos huma-
nos, cuyos casos no han sido esclarecidos, pero hay fuertes indicios de que los poderes locales y
los poderes fácticos son los responsables.
Por otro lado, la tierra sigue concentrada en pocas y grandes manos. El 2% de la población
detiene el 62% de la tierra cultivable y la existencia de gobiernos ad hoc para sus intereses garan-
tiza la explotación de los recursos naturales, aunque el ambiente natural se destruya y el desa-
rrollo integral se atrase otras décadas; al fin y al cabo quienes mueren de hambre son los indios
y los mestizos pobres que se reparten la miseria en el agro. Por eso se han producido grandes
manifestaciones de campesinos e indígenas que levantan la consigna como “La tierra es para
quien la trabaja” o “Por el derecho a la madre tierra”, convirtiendo el 12 de octubre en el “Día de
la Resistencia”.
Las concesiones para exploración y explotación de recursos naturales renovables han sido
abiertas en los últimos años para las grandes transnacionales, sin importar la opinión de los pue-
blos que habitan los territorios que van a ser afectados. Guatemala, valga decirlo, es signataria
del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, a través del cual se obliga a res-
petar la voluntad y la opinión de los pueblos autóctonos, que deben ser consultados sobre cual-
quier cambio que pueda realizarse en sus territorios.
Los gobiernos recientes han otorgado licencias de exploración y explotación a diestra y si-
niestra, permitiendo la minería a cielo abierto y la construcción de megaproyectos basados en
los tratados comerciales con Estados Unidos, básicamente. A pesar de las denuncias nacionales
e internacionales, a pesar de los estudios independientes que indican el daño que la minería a
cielo abierto provocará en Guatemala y en sus habitantes, los gobiernos no han respetado la
voluntad de las consultas comunitarias para pronunciarse al respecto. Es importante mencionar
que ninguna de las consultas realizadas ha aceptado la instalación de dichos proyectos en su
territorio. La última palabra en materia jurídica la tiene la Corte de Constitucionalidad, quien
declaró que las Consultas Comunitarias no tienen valor vinculante, lo que ha imposibilitado el
recurso legal para hacerlas valer. Es importante señalar que, aunque Guatemala es signataria del
Convenio 169 de la OIT, la Ley de Minería y Recursos Naturales así como la Ley de Áreas Prote-
gidas son anteriores a dicha ratificación y, a pesar de que exista un proyecto en el Congreso de la
República para regular las Consultas Comunitarias, aún no ha sido discutido.
El gobierno que asumió en enero de 2008 paró el otorgamiento de nuevas licencias, pero los
contratos quedaron bien amarrados con las licencias ya otorgadas, que no sólo no se pueden
revertir, sino tampoco se pueden ampliar las regalías que Guatemala debería recibir por dejarse
sacar las entrañas. Tal como lo señaló, Cirilo Pérez Oxlaj, un anciano de 80 años y guía espiritual
de los pueblos mayas, que en agosto del 2008 (pasado) fue nombrado embajador de los pueblos
indígenas, al referirse a las transnacionales: “vienen a llevarse nuestra riqueza, a cambio de falsas
promesas de desarrollo. Le pedimos al señor presidente que nos ayude a conservar la belleza de
nuestros bosques para que no se desaparezcan los pájaros que con su canto alegran nuestro espíri-
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tu, que regrese lo cristalino de nuestras aguas, la pureza del aire para que la Madre Tierra vuelva a
respirar”, agregando que “como anciano del pueblo maya le pido que escuche el clamor de nuestra
gente, de nuestro pueblo. No somos ricos, pero tenemos dignidad. Hemos dicho muchas veces que
no queremos minería. Ya estamos cansados de que no se nos escuche” . Estas falsas promesas re- 317
cuerdan la época en que llegaron cargados de espejitos a engañar a la población, para sacarle las
riquezas de sus tierras. La voz del consejero espiritual es el sentir de los pueblos indígenas. Las
organizaciones comunitarias, con el apoyo de las autoridades oficiales locales, la sociedad civil
organizada y especialmente de organizaciones que se han pronunciado contra la minería por
los daños ambientales que provocan, han realizado más de 30 consultas populares: 25 de ellas
sobre minería, una sobre la explotación petrolera, tres sobre hidroeléctricas y una sobre la ley
de aguas. Todas las consultas están basadas en lo que contempla el Convenio 169 de la OIT que
obliga a los gobiernos a consultar con las comunidades, derecho que han ejercido las 30 comuni-
dades, a través de los alcaldes municipales, de 7 departamentos del país que son afectados por
las concesiones. En el 98% de las consultas, la población se manifestó en contra de la minería, no
sólo por los daños que provoca a la naturaleza y a sus comunidades y, en definitiva, al derecho
a la vida, sino porque ello no trae ningún beneficio a sus comunidades ni al país, tal el caso de la
extracción de oro a través de la minería a cielo abierto que apenas deja el 1% de las ganancias al
país, utiliza cianuro en grandes proporciones, contamina los ríos, deforesta y provoca grandes
cráteres en el corazón mismo de la tierra, propiedad de comunidades indígenas.
Tal como lo señala Leonor Hurtado, en las conclusiones del estudio sobre la minería en Gua-
temala: “La industria extractiva es un problema agrario porque destruye el tejido social campesino
y su medio de producción —la tierra, el agua, el bosque—, despoja a los campesinos de la tierra, los
desaloja de su medio, les quita el trabajo tradicional que conocen y aman, los priva de la posibili-
dad de producir alimentos y los despoja de su identidad, cultura y organización social propia… La
industria extractiva debe ser suspendida de inmediato, porque es una industria que no beneficia a la
humanidad. Es una industria que no responde a las necesidades y derecho a la vida, ni a la prioridad
de producir alimentos. La crisis mundial del hambre nos llama a producir alimentos y la minería
impide que esta prioritaria y urgente necesidad sea atendida. Industrias del primer mundo, como
las canadienses GoldCorp y Skye Resources, o la suiza Holcim, tienen una participación directa y
violenta contra la población indígena campesina en Guatemala” . 318
Por otra parte, observamos que algunos líderes espirituales de los pueblos indígenas y la
Iglesia católica se unen a las demandas de la población e instan al gobierno a respetar sus de-
cisiones. Muchos otros líderes espirituales Mayas se han pronunciado en contra de la minería,
realizan ceremonias y se mantienen en oración para defender a la Madre Tierra.
La Conferencia Episcopal de Guatemala ha venido asumiendo su compromiso con los po-
bres. Aunque haya temas en los que se aleja de la población porque son polémicos (como los
temas de la sexualidad y reproducción humana), públicamente se hizo la pregunta “¿Por qué
hablamos?”, asumiendo lo que el Papa Juan Pablo II había señalado, que “ante situaciones de
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Cuando no nos acomodamos a la realidad…
injusticia, el Obispo es el defensor de los derechos del hombre creado a imagen y semejanza de
Dios, predica la doctrina moral de la Iglesia, defiende el derecho a la vida... y asume la defensa de
los débiles, haciéndose voz de quien no tiene voz para hacer valer sus derechos” . El Cardenal de
319
Guatemala, Monseñor Rodolfo Quezada Toruño declaró: “desde el 2 de septiembre del 2004 hi-
cimos pública nuestra preocupación por los posibles daños que la minería de metales podría causar
a la vida, a la salud, al deterioro ecológico y a la contaminación de las aguas, como ha sucedido en
otros países (Honduras, Costa Rica, Perú). Nos ha preocupado que la explotación minera divida y
confronte peligrosamente a las comunidades en donde se desarrolla” . 320
La iglesia demanda hacer cambios en la Ley de Minería. Casi dos de las tres páginas del pro-
nunciamiento de la Conferencia Episcopal de Guatemala estuvieron dedicadas a la minería. Mo-
dificar la ley y consultar a la población fueron las peticiones de los obispos, quienes instaron a
los ciudadanos y organizaciones civiles a que se pronuncien sobre el tema. Tras su asamblea ple-
naria anual, los obispos reiteraron su oposición firme a la explotación minera y destacaron que
su prioridad será que se modifique la actual ley. “De seguirse, se abatirá sobre nuestra Guatemala
una catástrofe ecológica de dimensiones imprevisibles”, apuntaron . Los obispos quieren que se
321
reformen los parámetros para evaluar el impacto ambiental, se aumenten las regalías exigidas
a las empresas mineras y se defina el concepto de consulta a la población afectada, tal y como
establece el artículo 169 de la Organización Internacional del Trabajo. “Consideramos de suma
importancia que se aclare este concepto y se involucre a la población que vive en esos lugares”, ex-
plicó Álvaro Ramazzini , Obispo de San Marcos, una zona donde funciona una concesionaria de
322
la Gladis Gold canadiense, extrayendo oro a cielo abierto. Monseñor Ramazzini también se ha
caracterizado por ser un Obispo de los pobres, defendiéndolos siempre, luchando junto a ellos
por su tierra, por lo que en diversos momentos ha sido criticado por los empresarios. La Iglesia
se comprometió activamente a hacer esfuerzos para que estos cambios se hagan. “Aquí hay un
compromiso muy radical y definitivo para encontrar soluciones a toda esta problemática, que tiene
que ver con las grandes mayorías pobres. No nos vamos a quedar solamente en palabras”, dijo
Ramazzini. El Obispo también afirmó que “Nos solidarizamos con nuestros hermanos e invitamos
a todos los católicos del país, hombres y mujeres de buena voluntad a construir mediante un com-
promiso activo el bien común” . 323
Por su parte, las organizaciones indígenas denunciaron en julio de 2009 lo que acontece en
el agro: “Las comunidades y organizaciones en diferentes regiones del país nos estamos manifes-
tando porque cada día que pasa, las empresas nacionales y extranjeras nos están arrebatando la
Madre Tierra, el agua y demás recursos que necesitamos para vivir. La siembra de caña y palma afri-
cana nos está quitando la tierra para sembrar nuestro maíz y nos arrebatan el agua para nuestras
comunidades. Las empresas mineras, cementeras y petroleras contaminan el agua y nos sacan de
nuestros territorios; las grandes hidroeléctricas como la de Xalalá y otras, inundan nuestras comu-
nidades y nos desalojan de los lugares donde nuestras comunidades y nuestros antepasados hemos
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vivido. Los lugares que siempre hemos cuidado ahora son declaradas áreas protegidas, nos desalo-
jan y se las entregan a empresas para que hagan negocio con ellas. Cuando defendemos a nues-
tra Madre Tierra y nuestros derechos, nos acusan de terroristas, de invasores, de delincuentes o de
desestabilizadores, acusaciones que son divulgadas por los medios de comunicación al servicio de
los empresarios; giran órdenes de captura en nuestra contra, lanzan cientos de policías y soldados
para perseguirnos y nos meten a la cárcel como ha sucedido con Abelardo Curup, Faustino Camey,
Porfirio Díaz, Efraín Díaz y Ramiro Choc , que son los presos políticos de este Estado que deja libre
324
al corrupto, a los políticos y empresarios ladrones, a los grandes narcotraficantes, pero persigue a
los pobres que reclaman sus derechos” . 325
No es de extrañar, entonces, que la crisis que hoy sufrimos –y que también se agrava con la
crisis económica internacional– se cargue sobre las espaldas de los que menos tienen. Si tan sólo
fuera posible el cambio de la carga tributaria para los que más tienen y no mantener una carga
impositiva a daño de la población a través de los impuestos al consumo final; pero existe una
férrea oposición de los grandes empresarios a elevar el pago de impuestos, o a implementar un
impuesto mínimo llamado “de solidaridad” (para sustituir a otro impuesto temporal que termi-
nó de cobrarse en 2009), porque el sector económico no conoce la palabra solidaridad y no está
dispuesto a ceder nada.
Tampoco el pago de impuestos es “popular” en un país donde no se ven las obras que su-
puestamente se hacen, a menos que sean carreteras y puentes que, meses después de inaugu-
rarlos, generalmente colapsan. El pretexto es que “todo se lo roban”, “no existen reglas claras”,
“la inversión social no es el camino”, “el gobierno quiere gastar a manos llenas lo que no es de él”,
etcétera. Es decir, hay que adelgazar el Estado hasta donde dé el apretón del cinturón: nada de
impuestos, nada de salarios mínimos, nada de desarrollo integral para cambiar la faz del país en
el que más de la mitad de la población sobrevive en pobreza y otro alto porcentaje en pobreza
extrema. Un reflejo de la mentalidad empresarial, es la opinión de que la inversión social “no
permite una economía sana y dinámica para que las personas que salen de la pobreza y encuentren
trabajo”. Por eso, los empresarios no están de acuerdo que se hable de educación gratuita, de
cobertura de servicios de salud, ni de planes contra la pobreza, ni siquiera en lo más mínimo. Son
inversiones no productivas según su corta visión y ansiedad de acumulación.
Los programas sociales que el nuevo gobierno (2008-2012) está implementando, incluyen
garantizar la educación primaria gratuita, pues generalmente en las escuelas públicas se cobra-
ban cuotas “para la merienda escolar”, “para la pintura”, para las actividades “x”, “y” y “z”. Asi-
mismo, se han impulsado programas de fortalecimiento al sector salud y la seguridad alimenta-
ria, particularmente cuando hablamos de 45 municipios de 334 que viven en extrema pobreza.
Para cerrar el círculo, las organizaciones populares y sociales que protestan por estos hechos
324 Los cuatro primeros son defensores comunitarios que fueron detenidos en la conflictividad de San Juan Sacatepéquez en contra de
la construcción de una planta cementera en los alrededores. Ramiro Choc es un líder campesino que fue condenado el 26 de marzo
de 2009 a 8 años de prisión por el Delito de Robo Agravado Continuado en contra del Estado, por haber ordenado a campesinos a
despojar de sus armas a elementos de la PNC, a quienes detuvieron y retuvieron por varias horas en Izabal.
325 Comunidades de San Juan Sacatepéquez, Comunidades de Zona Reina del Ixcán, Comunidades Q’eqchís de Encuentro Campe-
sino, Livingston Izabal, Consejo de Pueblos de Occidente, Comunidades Xinkas de Santa María Xalapan, Coordinación y Conver-
gencia Nacional Maya Waqib’ Kej, Coordinadora Nacional de Organizaciones Campesinas – CNOC - Comité de Unidad Campesina
– CUC – Julio de 2009.
256
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
y que demandan una acción coherente del Estado, son reprimidas o neutralizadas. La protes-
ta social se ha criminalizado, de hecho y de derecho. Son conocidas las leyes guatemaltecas
que sancionan la protesta, convierten a los dirigentes y convocantes de una manifestación en
delincuentes “solidariamente responsables” de cualquier situación que pase durante la marcha
mencionada, condición que se aprovecha para generar infiltración en las filas de los protestantes
para generar caos y desorden.
En Guatemala, el funcionamiento real del Estado democrático de Derecho, la aplicación ple-
na de la justicia y el funcionamiento de la democracia participativa, siempre han estado amena-
zados por intereses económicos y militares que van de la mano, y ahora por el crimen organiza-
do que intenta o ha logrado apoderarse de instituciones del Estado para ponerlas al servicio de
sus intereses. Estamos frente al desafío de retroceder y dejarle espacio a las mafias o de resistir
y derrotarles en los tribunales, en las urnas o en las calles. Y ese desafío debemos asumirlo con
toda responsabilidad y conciencia de lo que representa para el futuro de nuestro país y para las
generaciones que se desarrollan en medio del torbellino de malos ejemplos, de gobernantes y
políticos sin dignidad, ni principios, de funcionarios que retuercen las leyes y pisotean la Consti-
tución sin escrúpulo alguno.
Pocos meses después de haber asumido el cargo, el propio Presidente de la República de-
nunció una red de espionaje, a través de micrófonos y cámaras en la Casa Presidencial, en su
oficina y en su propio hogar. La pregunta que pasó de boca en boca fue: “si eso le hacen al presi-
dente, ¿Que harán con nosotros?” A la par de ello, iba la afirmación de que la inteligencia militar
no ha dejado de funcionar, que los cuerpos clandestinos y aparatos represivos están vivitos y co-
leando, que esas estructuras no han desaparecido y siguen presentes cuadriculando a las orga-
nizaciones sociales. Por supuesto que eso trajo como consecuencia la renuncia inmediata de los
directores de la Secretaría de Asuntos Administrativos y de Seguridad (SAAS) y de la Secretaría
de Análisis Estratégico (SAE), ambas ligadas a la seguridad presidencial-vicepresidencial y la in-
formación estratégica a la presidencia y, al final, la emisión de una orden de captura para ambos,
que hoy permanecen prófugos de la justicia, como ha sucedido con otros funcionarios de otros
tiempos. Lo que salta a duda es ¿Quién hace y para quién se hace inteligencia?, pues no hay que
desconocer que además de los Veteranos Miliares que en un comunicado apócrifo amenazaron
con un golpe de Estado, los intereses del poder económico están presentes y que en el crimen
organizado convergen militares, funcionarios, elementos con poder económico y miembros de
las fuerzas de seguridad. Se ha vuelto vox populi que las fuerzas de seguridad, el Ministerio Pú-
blico y el aparato de justicia, han estado infiltrados hasta el tuétano por el crimen organizado.
La destitución del director de la Policía Nacional Civil a mediados de 2008, en medio de cons-
tantes denuncias de abusos cometidos por los agentes y de ser ésta la fuerza estatal más señala-
da de cometer violaciones a derechos humanos, se coronó con el nombramiento de una mujer al
frente de esa institución, una oficial de policía, una comisaria con 23 años de servicio, quien hizo
esfuerzos para depurar las fuerzas policíacas. De entrada realizó varios cambios en las comisa-
rías infestadas por el crimen organizado, intentando recuperar la confianza de la población en
las fuerzas de seguridad. Este cambio se produjo después de la muerte “accidental” del Ministro
de Gobernación, el nombramiento de otros con un currículo más o menos bueno y con voluntad
257
A m é rica L atina desde A bajo
política de actuar, son esfuerzos que no hay que desconocer del gobierno actual y que han teni-
do respaldo de las organizaciones sociales.
Pero inmediatamente después fue destituida al hacerle caso el gobierno a campañas en su
contra en los medios de comunicación y posiblemente por presiones de sectores de poder. Esas
presiones llevaron a un nuevo Ministro de Gobernación que, pocos meses después fue nom-
brado Secretario Técnico de Seguridad y se nombró uno nuevo, ligado a la oligarquía del país y
quien, por múltiples errores que afectaron al gobierno, también fue destituido, lo que demues-
tra la debilidad del gobierno y la falta de una política sostenible en materia de seguridad.
La existencia de una Comisión de Naciones Unidas para combatir la Impunidad en Gua-
temala (CICIG), desde finales de 2006, también parece haber comenzado a dar algunos frutos;
la CICIG tiene la responsabilidad de depurar y fortalecer las instituciones vinculadas al sector
justicia (Ministerio Público, Organismo Judicial, Policía Nacional Civil), lo que la ha llevado a
desarrollar formas de investigación más efectivas que permitieron la captura de varias perso-
nas implicadas en el crimen de Rodrigo Rosemberg y, aunque no ha concluido, ha arrojado
326
luces sobre los grupos paralelos que se mueven en Guatemala. En agosto de 2009, presentó un
informe de avances en el Palacio Legislativo, aunque en realidad la mayoría de la ciudadanía
no sabe qué avances se han hecho en la identificación de otros casos paradigmáticos o en la
depuración y profesionalización de las instituciones, la identificación de grupos clandestinos y
paralelos dentro de las instituciones del Estado, la capacitación y fortalecimiento de estas insti-
tuciones, o la persecución penal a los criminales, como señala su mandato. La presencia del cri-
men organizado ha llevado, además de las presiones de los gringos, a la remilitarización del país
y a la reapertura de un destacamento militar en la región norte; parace que el crimen organizado
y el narcotráfico consideran nuestras fronteras como una línea imaginaria y descartable. En esa
misma región se conocen los nombres, las casas y las acciones de los principales capos, pero no
se les captura.
La sociedad civil organizada, nacional e internacional, particularmente la que trabaja en de-
rechos humanos, promovió en 2009 un proceso de transparencia en la elección de los magistra-
dos para la nueva Corte Suprema de Justicia y las Cortes de Apelaciones, logrando la aprobación
de una ley que regulara el proceso de Comisiones de Postulación, mecanismo utilizado en Gua-
temala para recibir propuestas de abogados candidatos a dichas Cortes, hacer el proceso de
selección y presentar una lista de candidatos para que el Congreso de la República elija a quienes
las integrarán. El proceso fue acompañado por el ahora ex relator de Naciones Unidas para la In-
dependencia de Jueces y Magistrados, Leandro Despouy, así como por organizaciones interna-
cionales como la Comisión Internacional de Juristas y la CICIG, quien incluso hizo señalamientos
contra algunos de los candidatos. A pesar de haber sido el proceso más vigilado y seguido de
la historia del país, y de haberse presentado denuncias contra algunos abogados, el Congreso
de la República eligió a varios de ellos. La presión social, nacional e internacional, permitió una
326 El abogado Rosenberg fue asesinado en mayo 2009 cuando paseaba en bicicleta por una zona residencial de la ciudad. Era un
abogado vinculado a la oligarquía guatemalteca y dejó grabado un video que dio la vuelta al mundo, en donde acusaba a la pareja
Presidencial de ser los autores intelectuales de su asesinato. Jóvenes y adultos de las clases económicamente más fuertes salieron
a las calles liderados por la oposición política de extrema derecha, demandando la renuncia del Presidente, su Secretario Privado y
otros funcionarios de gobierno.
258
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
revisión de la elección parlamentaria y, finalmente, tres de los abogados señalados por la CICIG
fueron retirados de la Corte Suprema de Justicia.
Todo esto sucede en Guatemala mientras aumenta el número de ejecuciones extrajudiciales,
especialmente de jóvenes y mujeres; la violencia sexual contra las mujeres continúa y la violen-
cia intrafamiliar es el pan de cada día; la muerte de pilotos y ayudantes de buses urbanos es una
situación que nadie puede esclarecer y la conflictividad social sigue aumentando por diversas
situaciones.
En medio de todo, seguimos batallando para que el Congreso de la República apruebe leyes
que permitan atender a las víctimas de las violaciones a los derechos humanos, apruebe presu-
puestos que permitan un resarcimiento integral para las víctimas de la guerra, se cumpla con
las responsabilidades internacionales del Estado en materia de derechos humanos, porque la
justicia llegue a ser una realidad…
Eso es Guatemala, un país que quiere avanzar hacia a la democracia, hacer funcionar su sis-
tema de justicia y construir un Estado de Derecho. Seguimos pensando, en medio del vendaval,
que “Otra Guatemala es Posible”.
259
260
Capítulo 9
…¡para que otra América sea posible!
261
A m é rica L atina desde A bajo
Estaban todas las banderas, todas las consignas, todas las llamadas, vilipendiadas y des-
preciadas “minorías” que en conjunto éramos mayoría: mapuches y otros pueblos indígenas,
sindicatos, colectivos y agrupaciones religiosas, feministas, trabajadores sociales, ecologistas,
estudiantes, pacifistas, no-violentos, antimilitaristas, pobladores, luchadores y luchadoras por
los derechos sexuales y reproductivos, diversidad sexual, profesores, niños y niñas, defensores
de los derechos humanos… Todos reunidos para eliminar las injusticias sociales y construir mun-
dos mejores para todos, en esta tierra, la única que nos queda.
Por eso tenía sentido la consigna del foro: “Otro mundo es posible”. Sobre todo por su carác-
ter utópico, que nos permitía movilizarnos y concretizar la esperanza frustrada y maltratada por
años de dictadura cuando las generaciones se vieron inmersas en una destrucción de lo colec-
tivo, donde la pluralidad fue asesinada para imponer una forma única de pensamiento, de vida
político-económica basada en la explotación de los recursos y las personas en pos de la produc-
ción de riquezas ilimitadas, poder y control para unos pocos. Cómo no maravillarse y sentirse
alegre y motivado en medio de tantas personas que este otro mundo lo estaban construyendo
desde abajo; un mundo donde la diversidad no era sino un modo de vivir, donde ya no era motivo
de guerra y destrucción, sino una forma rica de compartir y manifestar la naturaleza humana.
Y todos juntos caminábamos al ritmo de canciones, batucadas y sueños, rumbo al parque
Bustamante para escuchar, aprender, comprender, conocernos y reunirnos para no separarnos
jamás, porque entendíamos que separados, luchando cada uno en su parcela, no conseguiría-
mos nuestros sueños y demandas. Pero en lo colectivo, en la convergencia de nuestras singula-
ridades, agrupándonos, hablando, compartiendo, riendo, sí, sí era posible...
Y ahí, en esos días que nos habíamos comprometido a compartir, profundizando nuestras
temáticas a través del intercambio de experiencias, conocimientos y luchas, comenzamos a de-
jar de estar “huachos” en la sociedad. Y empezamos a reconstruir lo que la dictadura y los años
de profundización del sistema de muerte, basado en el capitalismo acérrimo que tampoco los
llamados gobiernos de “transición a la democracia” quisieron abandonar, causaron en nuestros
pueblos. Y empezamos a construirlo en Chile, supuesto modelo para América Latina que ya cum-
plió doscientos años de sufrimiento, explotación y dolor crónico, profundizando un sistema para
mantener la “vital” estabilidad política, más importante que el sufrimiento de los seres humanos.
Ellos no entienden que la cantidad de televisores, lavadoras, teléfonos y automóviles no son
los parámetros para medir el bienestar social de las personas. No es la modernidad de nuestras
carreteras o edificios un buen indicador de nuestro desarrollo social, sino la capacidad de ser to-
dos más humanos. No son las nuevas tecnologías ni las máquinas producidas en serie (para una
vida en serie) los indicadores de un verdadero desarrollo. No era el crecimiento lo importante,
sino el desarrollo… términos que se malentienden y que usan indistintamente, pero sobre todo
engañosamente.
Durante los días del foro, comenzando con la marcha, le quitamos lo grisáceo a Santiago,
acostumbrada a lo opaco y “chato”, a lo rutinario, a caras largas que no se miran y pasan lo más
rápido posible una al lado de la otra, haciendo como si no existieran, haciendo que no se ven.
Inundamos todo de colores, alegría, sabores, formas, performances, texturas y sonidos alegres.
Todo eso se irradió por la ciudad: miles y miles llegaban para saber qué era lo que ocurría, para
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Cuando no nos acomodamos a la realidad…
curiosear en medio de los encuentros, a participar de una u otra forma en las cientos de activida-
des que se estaban llevando a cabo… sin parar. Desde seminarios, discusiones al aire libre, hasta
teatro y música, incluyendo comidas para recargar las pilas e invertir nuevas energías en todo lo
que aún estaba por venir… fueron días de éxtasis colectivo.
Sin embargo, algo de negro manchó esos días colorados: la dura represión que vivimos por
parte de los carabineros causó varios estragos y miedos que, menos mal, logramos derrochar.
Para muchas familias que fueron con sus hijos e hijas, niños y niñas, para muchos ancianos, per-
sonas minusválidas, para muchas otras personas que acudían por primera vez a una manifesta-
ción pública de tales proporciones, no fue nada fácil: hubo pánico, por la inaudita violencia que
comenzamos a vivir de un momento a otro, en medio de los saltos, de la música, las sonrisas y
los abrazos. La cantidad de bombas lacrimógenas que comenzaron a lanzarnos, los chorros de
agua con químicos que lanzaban los guanacos (los carros de la policía), los palos y bastonazos
con los cuales empezaron a disolvernos, eran simplemente inaceptables. Pero en aquel momen-
to la solidaridad de la gente fue algo extraordinario: desde los edificios y las casas comenzaron a
salir banderas de apoyo, pancartas, lienzos; la gente comenzó a lanzarnos limones (gran analgé-
sico frente a las lacrimógenas), y agua para aliviarnos del calor y quitarnos el agua química que
nos lanzaba la policía. Los santiaguinos nos saludaban, nos apoyaban, nos sonreían, nos acari-
ciaban. Los feos e impersonales edificios de cemento, fierro y vidrio se transformaron en árboles
vivos, con habitantes que participaban desde sus ventanas pese al miedo que se quiso instalar.
Le daban la bienvenida a la marcha dándole vida a la sociedad y otorgando sentido a eso que se
suele llamar “lo público”. Recibían con agrado a las decenas de miles de personas que llegaban
desde todas partes de Chile. Por eso no era de extrañar encontrarse con amigas y amigos que
desde hace mucho que uno no veía. O encontrar a personas que algún día conocimos en alguna
actividad, en alguna otra marcha, en algún otro foro. Muchas personas que conocimos en Brasil,
en el Foro Social de Porto Alegre: nos encontramos caminando y trabajando por el foro chileno,
a partir del cual se desarrollaron prontamente otros foros temáticos como el de educación, o
infancia, o trabajo social, llevados a cabo en los años posteriores.
Ahí nos mirábamos nuevamente a las caras, ahí recordábamos, ahí nos veíamos y nos decía-
mos “nosotros nos conocemos”. Y costaba, pero terminábamos recordando nuestros nombres y
el lugar del primer encuentro: otro foro social, nacional, continental o mundial que fuera. Y con
esos mismos amigos, con los que seguimos juntándonos y profundizando la amistad hasta nues-
tros días, cargábamos los lienzos y las pancartas. Cualquiera podía llegar y sumarse a los lienzos.
Todos querían tener una pancarta en la mano, o repartir volantes. Nadie quería tener las manos
vacías, porque todos nos sentíamos constructores de algo diferente, por fin nuestro.
Las salas de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano y del colegio “Compañía de
María”, donde se celebraron los encuentros del foro, desbordaban y muchas personas no pudie-
ron asistir a las charlas o talleres que querían. Pero lo bueno era que siempre hubo la posibilidad
de entrar a otros en la misma hora. O que más tarde, durante todo el día, se pudieran elegir entre
otras decenas de actividades similares.
Lo mismo ocurría con la feria que se montó al aire libre donde todas las organizaciones y
agrupaciones presentaban sus actividades, repartían material informativo o vendían algún tipo
de material y recordatorio como camisetas y chapitas. Mis amigos y yo repartíamos informa-
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A m é rica L atina desde A bajo
ciones sobre el derecho a objetar en conciencia al servicio militar que en Chile sigue obligando a
miles de jóvenes marginales y pobres a servir su patria en armas. Vendíamos camisetas prepa-
radas para la ocasión. El dibujo era muy llamativo: un tanque y una niña que había amarrado un
columpio al cañón, y además la frase de Gandhi “No hay camino para la paz. La paz es el camino”.
Eso significaba varias cosas para nosotros. Una de ellas era que el “mundo mejor” lo íbamos
haciendo en la marcha, que no se daba de un día para otro, sino que dependía del esfuerzo y
perseverancia que le poníamos al asunto; que no dependía de estado quieto e inmóvil, sino que
implicaba el movimiento y el cambio constante; implicaba caminar, vivir, otro modo de ser. Y
ahí estábamos, construyendo nuestros sueños, dándoles materia a nuestras utopías, concreti-
zando nuestras esperanzas. Y esa alegría prometida en los años de transición a la democracia,
ese himno que rezaba “Chile, la alegría ya viene”, esas promesas nunca cumplidas de cambiar el
sistema político y económico heredado por la dictadura militar y la derecha, se despojaban de
sus sinsentidos. Despojábamos de la palabra alegría las falsas promesas de la Concertación; ese
mismo conglomerado que, luego de oponerse y criticar acertadamente el sistema económico-
político impuesto por la dictadura, lo legitimó con el pasar de los años instalándose en el poder.
Las alegrías, sueños y esperanzas ya no estaban puestas en ellos, sino en nosotros. La clase
política de la Concertación y la derecha (que en Chile ya no se distinguen bien), estaban en el
encuentro de la APEC sentados al lado de Bush, mientras el pueblo, descontento por la presen-
cia de él y por la ostentosa acogida a todos los presidentes de esa reunión a puertas cerradas y
muy poco democrática, se manifestaba con potencia y energía por las calles de la capital, ya sin
confiar en esta clase política sino en sus propios medios, esperanzas y sueños. Nosotros nos sen-
tamos al aire libre, cara a cara, sin escondernos. Nosotros nos juntábamos a vivir y experimentar
el primer Foro Social Chileno.
Para mí fue el primer Foro Social Mundial… elegí Caracas no solamente porque en aquel en-
tonces, cuando estaba trabajando en Chile, me quedaba relativamente cerca, sino también por-
que en la capital venezolana, en el mes de enero de 2006, también se celebraba el Segundo Foro
Social de las Américas… así que la presencia de asuntos latinoamericanos era preponderante y
yo estaba ahí, en medio de todos aquellos actores que, por intereses personales y de estudio,
estaba conociendo: movimientos sociales, movimientos indígenas, actores activos en los nue-
vos gobiernos de izquierda, opositores del ALCA, sostenedores del ALBA y luchadores por una
verdadera integración que no se olvide de la educación, de los derechos humanos, de los más
excluidos, de la defensa de los recursos naturales y de un desarrollo eco-sostenible.
264
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
El verdadero Foro Social Mundial está hecho de interminables colas, esperas, esperanzas,
expectativas, desilusiones, frustraciones, sorpresas… pero sobre todo está hecho de unas ganas
genuinas de compartir, compartir experiencias, emociones, una mesa, una silla, un plato de co-
mida… compartir objetivos, luchas, redes, en un mundo donde predomina el individualismo y el
egoísmo: este es el verdadero sentido de lo “social”.
Es el foro que empieza en el aeropuerto de partida, donde reconoces a quien, como a tí, le
llaman “no global” y que en realidad es más global que cualquiera… te basta una mirada para
entender a dónde va… a poco ayudan las camisetas del Che o de una radio alternativa, del ante-
rior Foro de Porto Alegre o de Manu Chao. Te basta con mirarle y ya sabes adónde quiere ir. Te
acercas a él, lleva un bolso de artesanía mapuche, no hay duda. “¿Vas al Foro?” Le preguntas…
Un simple y caluroso “sí”, la respuesta. Es el foro que continua dentro del avión, donde a tu lado
se sienta una viejita que está leyendo el “Corriere della Sera” y entonces piensas que sea italiana
y empiezas a hablarle. Es italo-argentina y también va al Foro. Es una Abuela de Plaza de Mayo
y junto a otras compañeras va a organizar varios seminarios en Caracas sobre el papel y los de-
rechos de las mujeres en las sociedades latinoamericanas. Por casualidad nos encontramos en el
avión, y de casualidad nos reencontraremos en el centro de la capital venezolana.
Y también es el foro donde encuentras a tu “vecino” y descubres que está trabajando en un
colectivo de televisión de barrio en Santiago. Es el foro de los intercambios de correos electró-
nicos que, gracias a la red global, está dando fuerza siempre al mismo pueblo, el pueblo “no
global”. Es el Foro donde por fin das un rostro a las importantes firmas que leías en periódicos,
revistas o libros: Ignacio Ramonet, Samir Amin, Walden Bello y muchos otros.
Pero sobre todo es el foro que cambia tu rostro, la expresión de tu cara cuando ves a los
indígenas excluidos de esta pacha mama machacada, y cuando con ellos compartes un cafecito
o los pocos momentos vacíos entre un taller y otro. Y con ellos compartes las ganas de seguir
luchando. Es el foro de los desempleados, de los obreros explotados, de los que recuperan fábri-
cas y siguen con la producción, de los sostenedores de las redes del trueque o de las economías
solidarias. Es el foro de los estudiantes hartos de recibir una pésima educación y también es el
foro de los muchísimos periodistas que sólo quieren enviar el próximo artículo sobre Chávez y
los rebeldes del coro, mientras otros jóvenes freelancer te describen otro mundo, aquel que más
emociona y que naturalmente no hace noticia, que no es rentable y en el que se hacen familiares
ciertas respuestas: “si escribes algo sobre esto, no te lo podemos pagar…”
Caracas fue también el foro de los muchos eventos cancelados, hasta que los mismos brasile-
ños se quejaron de la organización caribeña. Entonces el foro previamente pensado se convierte
en un foro de muchos encuentros autogestionados, donde la fuerza del público es más evidente
de la ausencia de un ponente. Pero también es el foro donde los periodistas “dependientes” no
participan en los seminarios, ni tampoco en los seminarios sobre información o medios de co-
municación, pero sí tienen que escribir algo sobre lo que están pasando, y piensan hacerlo bien…
piensan de estar haciendo información… se pasan todo el día en la sala de prensa frente a sus
ordenadores o quejándose de la falta de WIFI, de la impresora o de un DVD.
Es el foro donde se aplaude a las ideas del público pero al final son siempre unos pocos los
que escribirán las declaraciones finales… es el foro que se cerrará con un decálogo de buenas
265
A m é rica L atina desde A bajo
intenciones y pocas acciones concretas para construir “otros mundos posibles”. Sin embargo, es
el foro en el cual mucha gente creyó y que muchos construyeron con un trabajo que dura todo
un año, con esfuerzos increíbles y una férrea voluntad de seguir avanzando.
Es siempre el FORO SOCIAL MUNDIAL, la alternativa más popular y espectacular a todas
las reuniones inútiles de Jefes de Estados y de Gobiernos o de las Instituciones Financieras del
Mundo. Es el mismo foro que con anhelo esperaremos también para el año que viene. Es el foro
que no quiere repetir los errores del anterior y, sobre todo, es el foro donde personas de todo el
mundo pueden encontrarse, conocerse, mirarse a los ojos, hablarse, derrumbando toda distan-
cia… entre iguales… un abrazo, un apretón de manos, un beso…
¿Qué significa social?
El año 2008 fue testigo de la realización del Tercer Foro Social de las Américas (FSA), esta
vez en la ciudad de Guatemala. Del 7 al 12 de octubre se dieron cita en esta ciudad más de 7.000
representantes de organizaciones campesinas, indígenas, sindicales, de mujeres, estudiantiles,
entre otros. El Foro en su emisión guatemalteca constituyó un nuevo episodio dentro de la his-
toria del Foro Social Mundial (FSM), y del FSA en particular.
La importancia de la rotación de lugares en que se realiza el Foro, tanto el mundial como el
continental, tiene que ver con la necesidad de llevar las temáticas trabajadas por este espacio a
los distintos lugares donde se están realizando las luchas actuales en contra del capitalismo neo-
liberal. El problema que ya se presentaba con el FSM era que su realización en un solo lugar, o en
pocos lugares, permite la participación de aquellas organizaciones que cuentan con los recursos
suficientes como para que sus miembros puedan trasladarse de una punta del planeta a la otra
(literalmente). Asimismo, se trata de organizaciones que pueden tener trabajadores-militantes,
por lo cual cuentan con un plantel de especialistas que pueden dedicar su tiempo a seguir los te-
mas del FSM. Recordando la historia a la que sarcásticamente el escritor David Lodge da vida en
El mundo es un pañuelo, se viene gestando un grupo relativamente pequeño de “militantes glo-
bales” que son capaces de estar presentes en cada encuentro que se realiza, en cualquier parte
del globo. Claro que contar con grupos de gente formada en las temáticas de la globalización, y
327 Licenciada en Ciencia Política, doctoranda en Ciencias Sociales por la Universidad de Buenos Aires. Miembro de ATTAC Argentina,
de la red “Movimiento SI de los Pueblos” y de la “Alianza Social Continental”. Ha participado en varios encuentros del Foro Social
Mundial, y fue parte de la organización de la III° Cumbre de los Pueblos en Mar del Plata, noviembre de 2005.
266
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
que asimismo hagan el seguimiento de la agenda y de las novedades de la lucha mundial de for-
ma cotidiana, resulta de alta importancia, teniendo en cuenta que del otro lado de la cerca nos
enfrentamos con poderosos think tanks y organizaciones de lobby en favor de las corporaciones
transnacionales.
Por ello, la realización de este FSA en Centroamérica es muy importante. Guatemala en par-
ticular es una sede más que sugerente para este evento, teniendo en cuenta que se trata de un
país que hoy vive en carne propia algunas de las ofensivas más violentas del capitalismo en su
forma neoliberal. En primer término, cabe señalar que Guatemala pasó en el año 2003 a formar
parte del llamado CAFTA, tratado de libre comercio (TLC) de los países centroamericanos con
los Estados Unidos. El CAFTA presenta las mismas condiciones contractuales que todos los TLC
que el país-potencia del norte ha firmado a nivel continental con México, Canadá, Chile, Perú,
Panamá y Colombia, y que eran las condiciones que pretendían imponerse con el fallido ALCA
(Área de Libre Comercio de las Américas). Es decir que incluye todos los “nuevos temas” del
comercio en sus páginas: inversiones, telecomunicaciones, servicios, propiedad intelectual, etc.
(Echaide y Ghiotto, 2008). El CAFTA es sinónimo de privatizaciones, desregulación y apertura a
las importaciones, especialmente las norteamericanas, por ello sólo sirve a los intereses de las
empresas de esa procedencia, a quienes se les está garantizando una amplia gama de derechos
sobre sus propiedades y transacciones, mientras que no se ha tomado ninguna medida para
proteger a las economías más pequeñas dentro del tratado.
Guatemala en particular ya está sintiendo las consecuencias del CAFTA, especialmente en
la avanzada sobre los recursos naturales, en particular con la instalación de numerosas minas a
cielo abierto, que utilizan el cianuro en el proceso de obtención de oro. El uso de este producto
es altamente contaminante de la tierra y el agua de la región circundante a la mina, generando
un peligro inminente en los pobladores de la región. Sin embargo, las empresas que llegan están
amparadas por las condiciones contractuales del CAFTA. Además, se estima que, como conse-
cuencia del CAFTA, sólo en Guatemala se perdieron, en 2007, casi 200.000 puestos de trabajo . 328
No solo por su presente Guatemala es un lugar particular como sede del FSA, sino también
por su historia. Este país ha sido parte de los sueños de una generación por cambiar sus condi-
ciones de vida, por instaurar una nueva forma de relaciones entre las personas. Este sueño fue
compartido por otros países de la región, como El Salvador o Nicaragua, pero las ilusiones se
vieron truncadas por violentos gobiernos dictatoriales. En el caso de Guatemala, esto significó el
asesinato de 150.000 personas. Al caminar hoy por las calles de la ciudad de Guatemala se puede
respirar esta historia de terror y muerte. La ciudad entera parece haber quedado varada en el
tiempo. Las calles y muros del centro histórico, grises y descuidados, nos retrotraen a los años
cincuenta, a la época en que todavía parecía válido y posible luchar en nombre de la esperanza.
Pero enseguida, los buses urbanos importados de los EEUU, aquellos que “sobraban” en el país
del norte, viejos e incómodos, nos muestran la realidad que viven los guatemaltecos a principios
de siglo XXI. La cercanía a los EEUU parece haber condenado a los países centroamericanos al
olvido. Sólo se los recuerda para saquear sus invaluables recursos naturales y aprovechar su ba-
rata fuerza de trabajo.
328 “Rechazan en Foro Social Américas TLC con EE.UU.”, en Bilaterals.org; http://www.bilaterals.org.
267
A m é rica L atina desde A bajo
A pesar del constante intento de aterrorizar a la población, la convergencia de las luchas del
pasado con las del presente ha generado en Guatemala una amplia unión de movimientos socia-
les, pueblos originarios, entidades académicas y múltiples sectores comprometidos que fueron
la base social necesaria para la organización de un evento como el FSA. Las luces, los sonidos y
hasta los aromas que genera un FSA muestran que esos sueños, quedado truncos tras décadas
de violencia y guerra civil, son todavía una realidad en construcción. Que el evento se realizara
en la Universidad de San Carlos de Guatemala no resulta un dato menor. En plena época de
cursos, cientos de jóvenes estudiantes circulaban por el predio con los bolsos y programas que
proveía la organización. Esto le otorgó a las jornadas un aire de dinamismo y alegría, lo cual con-
virtió a la Universidad en el epicentro de una fiesta de colores, música, performances artísticas,
encuentros y debates. Ni la lluvia, intermitente pero copiosa, del otoño centroamericano pudo
opacar la asistencia a este tercer FSA de cerca de 7.000 personas.
dividió en 6 ejes temáticos de trabajo, en los cuales se enmarcaban las actividades autogestio-
nadas: 1) Alcances y desafíos del cambio en el hemisferio: post neoliberalismo, socialismos,
cambios civilizatorios; 2) Pueblos en resistencia frente al neoliberalismo y la dominación
imperial; 3) Defensa de las condiciones de vida frente al capitalismo depredador; 4) Las di-
versidades y la igualdad: retos para su concreción; 5) La disputa ideológica: comunicación,
culturas, conocimientos, educación; 6) Pueblos y nacionalidades indígenas, originarios y
afrodescendientes: el ‘buen vivir’ y sus claves para el futuro. A su vez, se consensuaron dos
ejes transversales a los anteriores: género y diversidades.
Dentro de las actividades autogestionadas que se realizaron, quisiera compartir algunas en
particular, en las cuales tuve la posibilidad de participar. Una de relevancia resultó ser un nuevo
encuentro del Tribunal Permanente de los Pueblos (TPP), iniciativa que se consolidó a partir de
la Cumbre Birregional América-Unión Europea que tuvo lugar en Guadalajara, México, en 2004.
Allí, diversas redes de movimientos decidieron crear un espacio de denuncia acerca del accionar
de las empresas transnacionales europeas en el continente americano . En esta edición del TPP, 330
el foco estuvo puesto sobre las empresas que operan en los países centroamericanos: Unión
Fenosa (España), Holcim (Suiza), Cementos Progreso (Guatemala), Enel Green Power (Italia),
268
Cuando no nos acomodamos a la realidad…
CALVO Conservas (España), Grupo Pellas (Nicaragua) y a las reconocidas empresas norteame-
ricanas implicadas en la producción, comercialización y aplicación del Nemagón en Nicaragua 331
y Honduras. Asimismo, la sentencia final del Tribunal acusó ética y moralmente a los Estados de
Guatemala, El Salvador, Nicaragua y Honduras, porque “en muchos de estos casos han operado
como agentes activos y sujetos protagónicos de violaciones a los derechos humanos, por complici-
dad, omisión o connivencia con la actuación de empresas transnacionales” . Se exigió además a 332
los gobiernos la suspensión de los permisos y concesiones que afectan a los territorios y condi-
ciones de vida de las comunidades cuando se otorgaron sin consulta previa, así como el cumpli-
miento de la normativa nacional e internacional en materia medio ambiental. Varias actividades
de envergadura fueron las organizadas por la Coordinadora Nacional Indígena y Campesina de
Guatemala, que se centraron en las temáticas de soberanía alimentaria para enfrentar el au-
mento registrado en los precios de los granos básicos (trigo y maíz) y los combustibles. Los par-
ticipantes discutieron alternativas para incrementar la producción local y evitar la dependencia
de los mercados internacionales. Otro asunto que acaparó la atención fue el de la explotación
irracional de los recursos naturales por las transnacionales mineras, lo cual constituye una ame-
naza para la vida de los pueblos de la región. Otro evento interesante resultó ser el Foro Sindical
de las Américas, organizado por la Confederación Sindical de las Américas (CSA), que para sus
actividades contó con su propia carpa, ubicada en el centro del predio universitario. Allí, se reali-
zaron diversas conferencias, pero una de ellas resultó de una importancia especial, ya que reunió
a referentes sindicales de Uruguay, Cuba, Honduras, México, Venezuela y Brasil. Estos países se
encuentran protagonizando procesos de integración alternativa, ya sea desde sus pueblos y/o
desde sus gobiernos. Así, los testimonios acerca de los avances en el proceso del ALBA, con las
intervenciones de los referentes cubano y venezolano, resultaron significativos. De todas for-
mas, se generó tras las intervenciones un debate caluroso acerca del rol del movimiento sindical
en la integración regional.
El programa general del FSA también estuvo nutrido de muchas actividades de medios de
comunicación alternativos (desde la Asociación Mundial de Radios Comunitarias, AMARC), así
como de la Comisión de Juventud del tercer FSA, con actividades que contemplaron los derechos
de los jóvenes, pasando por temáticas tales como la prevención del VIH, educación y neolibera-
lismo, religión y espiritualidad. También se dio cita en el FSA la Convergencia de las organizacio-
nes originarias de Guatemala Waqib Kej, que se conformó en 2003 y en 2007 organizó la Cumbre
Continental de los Pueblos Indígenas. Por su parte, la red Jubileo Sur-Américas organizó, como
en cada encuentro regional o continental, actividades de denuncia de la deuda externa ilegítima
que tienen muchos de los países americanos, así como un panel de solidaridad con el pueblo de
Haití. Otro de los ejes que sumó gran cantidad de actividades fue el de género: muchos de los
talleres se realizaron directamente en la Carpa de las Mujeres, espacio permanente, durante el
FSA, para la discusión de estas temáticas.
331 Nemagón es el nombre comercial del DBCP, producto agroquímico utilizado para combatir a los nemátodos que dañaban los cul-
tivos de banano. Fue producido por los laboratorios de Dow Chemical Company y Shell Chemical Company. Se comprobó en los
años setenta que se trataba de un químico cancerígeno que fue utilizado durante varios años en los países centroamericanos.
332 La sentencia puede ser consultada en http://www.enlazandoalternativas.org.
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Pero este FSA no sólo resultó ser evento con trabajo en talleres y comisiones, sino que, res-
petando el espíritu del FSM, se realizaron diversas movilizaciones en el predio universitario y en
el centro de la ciudad. Hubo actos de solidaridad con Cuba por la situación creada tras el paso de
los huracanes Gustav e Ike. Asimismo se realizó una jornada continental de apoyo al pueblo y el
gobierno de Bolivia, víctima de la injerencia de EEUU y de la acción de los grupos más poderosos
en el país. Se hizo un concierto en el escenario montado en el predio de la Universidad con artis-
tas bolivianos y locales. También el 9 de octubre se generó una marcha contra la 5ta Ronda de
Negociaciones del Acuerdo de Asociación entre Centroamérica y la Unión Europea, que se de-
sarrollaba durante los mismos días del FSA. Finalmente, el FSA cerró con una marcha multitudi-
naria el día 12 de octubre, día de la resistencia indígena, que recorrió diversas calles de la ciudad.
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Cuando no nos acomodamos a la realidad…
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No cabe duda de que, en el actual panorama político-social, los movimientos sociales, las
acciones colectivas y las luchas desde abajo ya representan una respuesta a un modelo econó-
mico y político que en América Latina ha sido prevalentemente dañino. No obedece a una mera
casualidad que estas movilizaciones se incrementaran muchísimo, asumiendo un profundo ca-
rácter político-social a partir de la década de los ’90, cuando las liberalizaciones, privatizaciones,
los “ajustes” y el debilitamiento del papel del Estado promovidos con el “Consenso de Washing-
ton”, habían profundizado la ya grave desigualdad presente en todo el continente. Pero también
ahora con los nuevos gobiernos progresistas que, en varios casos, como nos contó Pablo Ospina
en el primer capítulo, reproponen una formula estatista que necesariamente entra en conflicto
con los nuevos actores sociales, surgidos y consolidados desde abajo.
Las “democracias entre comillas”, después de los regímenes militares, casi nunca redistribuyeron
seriamente la riqueza y el poder, más bien reprodujeron el estatu quo dándole nueva legitimidad bajo
un sistema aparentemente democrático, o democrático en su sentido mínimo. Son las que Borón 333
llama “democracias de baja intensidad” o “plutocracias” porque, aunque hayan sido elegidas por su-
fragio universal, siguen defendiendo a las mismas oligarquías y los mismos esquemas del pasado. A
estas causas más de carácter económico, hay que sumarle otros aspectos que provocaron el fuerte
estallido de estas acciones colectivas en los últimos años, quizás justo a partir del nuevo siglo . Creo 334
que dentro de estos otros factores, bien expuestos por Marisa Revilla, los más relevantes son:
• el cuestionamiento de la democracia representativa. Los actores y los movimientos sociales
latinoamericanos cuestionan la definición mínima de Democracia, ligada a elecciones abier-
tas y transparentes, reivindicando los aspectos sociales, económico, de derechos humanos y
otros más que una verdadera democracia debería garantizar;
• el cuestionamiento de las instituciones y la desconfianza generalizada hacia éstas, incluso
hacia el presidente. Si examinamos otra vez los datos del Latinobarometro, el informe de
2006 “Oportunidades de Cooperación Regional: Integración y Energía” recalca la descon-
fianza general como problema que afecta a las relaciones interpersonales, a las instituciones
y a las posibilidades de integración: en el informe general de 2006, solo el 22% de los entre-
vistados afirma que se puede confiar en la mayoría de las personas;
• las experiencias democráticas han ayudado claramente a que los ciudadanos pudiesen acer-
carse más a la vida política, cultural y social de su propio país sin temor a la represión;
• una rigidez institucional que parece mirar demasiado hacia el modelo presidencialista;
• finalmente, el proceso de globalización y los recursos que este proceso puso a disposición
de los movimientos sociales, han permitido que se crearan redes internacionales de apoyo
333 Borón, Atilio (2006), “Crisis de las democracias y Movimientos en América Latina: notas para una discusión”, en OSAL, año VII, Nº
20, CLACSO, Buenos Aires.
334 Revilla, María Luisa (2007), apuntes personales.
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Cuando no nos acomodamos a la realidad…
(como en el caso emblemático del EZLN) y que los movimientos se convirtieran rápidamente
en experiencias importantes mundialmente y no solamente en el ámbito latinoamericano.
Ahora bien, ¿cómo dar continuidad a estos movimientos y cómo puedan surgir de estos mo-
vimientos verdaderas opciones políticas? ¿Cómo pueden convertirse en un proyecto global que
rompa con los esquemas del pasado y conduzca a un nuevo tipo de sociedad efectivamente
democrática?
Personalmente creo que la recuperación de los espacios públicos es esencial para responder
al tipo de sociedad que nos ve siempre más sentados en el sillón mirando la tele. Pienso en las
palabras de un amigo chileno, ex presidente del Sindicato de Cantores Urbanos Chilenos, que un
día me dijo: “recuperar los espacios públicos no es un favor que no están haciendo las autoridades
sino es un derecho y un deber que nos corresponde como ciudadanos” . Y pienso en lo que podría 335
significar todo esto también en Europa, mi continente de origen, donde muchas veces damos
por adquiridos derechos que poco a poco nos están quitando sin que nos demos cuenta.
Las luchas latinoamericanas desde abajo están demostrando que para cambiar las cosas hay
que salir a la calle, construir redes, asambleas, foros, formar a sus propios líderes sin que otras
elites hagan suyos mensajes políticos y sociales de cambio que son propios de los movimientos
surgidos desde abajo. Y también están recuperando el verdadero sentido de la “política”, re-
chazando la lógica simplista según la cual, la política solo la hacen los partidos o “los de arriba”.
¿Cuántas veces escuchamos las frases “no me hables de política” o “no me importa la política”?
Como si “la política” fuese algo externo, extraño, que no tenga que ver con la vida de todos no-
sotros, con nuestra cotidianidad.
Sin embargo, esta olla en ebullición tiene que enfrentarse a muchos desafíos, entre los cua-
les fortalecerse internamente e incluso también a los ojos de la opinión pública, superar los con-
trastes internos (si los hay) y sobrevivir a las olas reaccionarias que nunca faltarán y que hoy
en día tienen aliados muy potentes como las grandes transnacionales y los grandes medios de
comunicación masivos que muchas veces nos dibujan panoramas muy alejados de la realidad,
con el objetivo de seguir defendiendo determinados intereses.
El bienio 2008-2009 para América Latina ha sido lleno de hechos significativos, peligrosos,
esperanzadores y también tristemente divertidos o, mejor dicho, tragicómicos. Los grandes
medios (también los presuntos progresistas) se comprometieron en una lucha sin fin contra los
nuevos gobiernos de izquierda, catalogándolos, etiquetándolos, queriendo entenderlos desde
una perspectiva eurocéntrica y denigrándolos con la peor información.
Un día, en la página Web de un famoso diario español, los indígenas andinos bolivianos, con sus
banderas Whipala, se convirtieron en “cientos de opositores al gobierno de Evo”, que extrañamente
contestaban pacíficamente en Sucre, mientras que de la foto se entiende perfectamente que eran
indígenas que apoyan a Evo y que se encuentran en frente del palacio de gobierno en La Paz. Otra
foto retraía a un grupo de jóvenes que, armados de escudos de metal verde con una cruz verde en un
335 Coscione, Marco (2007), Micro-historias. Santiago del Cile vista da otto caschi bianchi, Il Segno dei Gabrielli, Italia, pág. 117.
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campo blanco, se enfrentan a los pacifistas cruceños. Según este periódico, estos chicos eran “Parti-
darios del Presidente de Bolivia”. Pero se le olvida explicar qué simbolizan la cruz y los colores verde
y blanco de los escudos. En fin, como bien nos ha recordado el periodista Pascual Serrano , es muy
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fácil utilizar las imágenes para etiquetar de “buenos” o de “malos”, sobre todo si el público es europeo
y no tiene ni la más remota idea de lo que sucede en Bolivia, porque solo estuvo ahí como turista.
Para nosotros los europeos siguen existiendo dos Américas: la que nos cuentan y la que se cuen-
ta. En Europa, y sobre todo en España, siguen contándonos un continente que ya no existe, un con-
tinente que debería adaptarse a los esquemas europeos sólo para complacer a su clase dirigente
blanca o criolla y a sus intereses económicos tan estrechamente ligados a la “ex metrópoli”. Siguen
hablándonos de un continente donde la “representación democrática” de estos tipos de partidos de-
bería primar, aunque en la misma vieja Europa esté perdiendo sentido. Utilizan la palabra “populis-
mo” sin saber bien por qué la utilizan, para qué o para quién. Tanto que aportando ejemplos de varios
gobiernos europeos, en el gran saco de los populistas se le puede meter de todo. Sin embargo, y la
estrategia es bien precisa, para los intelectuales europeos (también los que se definen de izquierda)
estos populistas son casi siempre de derecha en Europa y de izquierda en América Latina… Lo im-
portante es que la idea quede bien clarita: quien no sigue el sistema al 100% es un populista. Y si está
gobernando es por la irresponsabilidad de su pueblo, aquella irresponsabilidad que tanto gustaba a
un indignante Premio Nobel por la paz, entre Vietnam y Estados Unidos.
Antes de terminar la primera edición de este libro, un famoso escritor latinoamericano me
llamó, naturalmente en sentido negativo, “iluminado de izquierda”, que de alguna manera quie-
re entender América Latina habiendo estado ahí solo algunas veces y mirándola desde Europa.
Nada más lejos de mis intenciones es entender América Latina, nada más lejos de mis inten-
ciones es ser un “iluminado de izquierda”, con todos los matices que podríamos dar a las dos
palabras, iluminado e izquierda. Todo lo contrario. Ando en la oscuridad, en la incertidumbre, en
un mundo con forma de televisión donde se crea y se destruye… camino en la nada intentando
explicarme varios interrogantes, entre los cuales, porqué me habrá querido llamar (etiquetar)
así, sin conocerme. Cosa muy común hoy en día.
Nos gusta etiquetar, para saber si somos buenos o malos, si somos blancos o negros, si so-
mos terroristas o patriotas. Pero en realidad no me preocupa mucho, seguiré leyendo sus cuen-
tos porque me encantan y me hacen viajar. Este libro también me hace viajar. Me ayuda a via-
jar, pero de manera distinta. Me ayuda a seguir teniendo ganas de saber lo que de verdad hay
detrás, lo que de verdad está pasando al otro lado del charco, lo que de verdad siente la gente
común. La que sufre, construye, apoya y al final cuenta.
El mismo escritor me reprochaba el interés por los temas latinoamericanos, preguntándome por
qué no hacía algo por Italia, donde todavía gobierna Silvio Berlusconi. Como si el solo hecho de haber
nacido en territorio italiano me obligara a trabajar para el “bel paese”. Es verdad, los italianos segui-
mos teniendo a ese personaje como presidente del gobierno y mucho se debe a la misma izquierda
italiana (¿será ésta iluminada?). La ausencia de una verdadera y limpia oposición fortalece a ciertos
personajes, “malabaristas creativos”, pero sinceramente, no creo que la izquierda italiana sea débil
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Cuando no nos acomodamos a la realidad…
porque todo el mundo se ocupa más de temas latinoamericanos que de “spaghetti e parmigiano”. Es
el mismo “sistema Italia” que no funciona: el Mundo entero nos cree parte de Europa, piensa solo en
la Mafia del “padrino” y nos considera uno de los “grandes ochos”. Sin embargo, la realidad es otra y
“los de abajo” italianos también se están organizando: hace algunos años que una infinidad de ciu-
dadanos corrientes, ni de “izquierda” ni “iluminados”, se están movilizando contra este sistema… sin
banderas de partidos, criticando de manera constructiva los dos lados del hemiciclo parlamentario,
pero sobre todo promoviendo cambios. Y este movimiento crece, se mueve, da miedo y por eso ya lo
etiquetan de “antidemocrático” y a su cara visible de “populista”. Antidemocrático porque no quiere
plegarse al actual sistema de partidos, y populista, como siempre, no se sabe bien porqué.
Conociendo poco a poco el continente latinoamericano me estoy dando cuenta de cómo
Italia resulta mucho más parecida a un país latinoamericano que a un país europeo. Mucho más
de cuanto lo puedan ser los llamados países “Iberoamericanos”. Y no solamente por cuestiones
como la gobernabilidad o la corrupción, sino sobre todo por la mentalidad de la gente, sus cos-
tumbres y manera de vivir, o de comer. Y quizás sea justo que por esta razón que me interesan,
cada día más, los movimientos sociales latinoamericanos que desde abajo están empujando
otra realidad, generando un nuevo sentido de vida, que siempre estuvo latente y que nosotros
europeos muy hábilmente supimos mantener escondido. Hasta su natural estallido.
Y quizás sea mirando al otro lado del Atlántico que espero algún día surja algo parecido tam-
bién en Europa. ¿Estaré entonces haciendo algo también para mí país? Para ello habrá que tra-
bajar, para ello habrá que informar, para ello habrá que conocer. Cada uno tendrá su papel. De
momento, el trabajo en Italia, lo dejo hacer a quien mejor que lo sabe hacer, o por lo menos lo
puede hacer.
La reproducción y multiplicación de experiencias de luchas como éstas es fundamental, no
solamente en el continente latinoamericano, sino también a nivel mundial. Recuerdo las pala-
bras de un viejo misionero italiano que hace años trabaja en África. Antes de que yo me fuera
por primera vez a Chile me dijo: “Tendrías que venirte a África, el continente negro es el futuro”.
Y yo simplemente le contesté: “África será el futuro, pero América Latina es el presente”. Hoy en
día, no veo en otro continente los mismos cotidianos cuestionamientos al sistema que nos está
llevando a la catástrofe.
Este libro ha sido, y espero seguirá siendo, la ocasión para dar espacio, otro pequeñito espa-
cio, a la América Latina que se cuenta sola, que quiere contarse y quiere contar. Por esta razón,
en los varios capítulos hay todo tipo de aportaciones (entrevistas, ensayos, páginas de diario,
experiencias de vida, relatos…) y he intentado abarcar muchas experiencias diferentes y de mu-
chos países, para tener una panorámica global del continente. Una América Latina viva, multi-
forme, colorada, de la cual sigo aprendiendo, mucho. Sigo aprendiendo de estas palabras, de
estos relatos, de estas historias de vida que no son otra cosa que el simple testimonio de que
algo está cambiando, desde abajo, “a mano y sin permiso, arando el porvenir con viejos bueyes” . 337
Y nuevos también…
Marco Coscione
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Este libro, “América Latina desde Abajo, Cuando no nos
acomodamos a la realidad…”, de Marcos Coscione, se terminó
de imprimir en los talleres gráficos de Mediabyte, S.R.L., Calle
Hostos no. 206, Zona Colonial, 809-685-5487, Santo Domingo,
República Dominicana, en Noviembre de 2010
AMÉRICA LATINA DESDE ABAJO
Cuando no nos acomodamos a la realidad...