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Andrés de Santa Cruz y Calahumana

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Andrés de Santa Cruz y Calahumana (La Paz, Alto Perú (actual Bolivia), 5 de diciembre

de 1792 - Versalles, Francia, 25 de septiembre de 1865), fue un militar y político


peruano-boliviano. Fue Presidente del Perú (1827), Presidente de Bolivia (1829-1839),
y Supremo Protector de la Confederación Perú-Boliviana (1836-1839). Nombrado por
el gobierno peruano Mariscal de Zepita.

Primeros años

Andrés de Santa Cruz nació el 5 de diciembre de 1792 en la ciudad de La Paz (actual


Estado Plurinacional de Bolivia). Hijo de una familia de la nobleza colonial formada por
el maestre de campo José de Santa Cruz y Villavicencio, noble criollo miembro de la
Orden de Santiago, natural de Huamanga, hoy Ayacucho, y por Juana Basilia
Calahumana heredera de una rica familia mestiza que decía descender de los incas y que
ostentaba el cacicazgo del pueblo de Huarina, cerca del lago Titicaca en el Alto Perú.[1]
Al momento de nacer Andrés de Santa Cruz fue clasificado en su partida de bautismo
como español, denominación utilizada en las colonias para referirse a la raza blanca,
aunque sus rasgos mestizos harían que a lo largo de su vida fuera llamado
constantemente por sus enemigos políticos como el indio o el cholo Santa Cruz.

Realizó sus primeros estudios en los colegios San Francisco del Alto Perú (actual
Bolivia) y San Buenaventura del Cusco, en este último conoció a quien sería su
posterior aliado y encarnizado rival Agustín Gamarra.

Servicio en el ejército realista

A los 17 años se unió al ejército realista como alférez del regimiento "Dragones de
Apolobamba". En 1811 combatió en la batalla de Huaqui, a órdenes del brigadier José
Manuel de Goyeneche, tras esta acción fue ascendido a teniente, estuvo también
presente en las Batallas de Vilcapugio y Ayohuma en 1813. Cuando las tropas
argentinas tomaron La Paz, fueron fusilados el jefe de la plaza y el padre de Santa Cruz
cuyo hijo continuaría combatiendo a las tropas rioplatenses en su campaña sobre el Alto
Perú.

En 1815 participó en la develación del levantamiento independentista del brigadier


Mateo Pumacahua, para luego emprender la ofensiva sobre Tucumán a órdenes del
general José de la Serna cayendo prisionero del general Gregorio Aráoz de Lamadrid el
15 de abril de 1817 en la Batalla de la Tablada de Tolomosa. Estuvo prisionero en
Tucumán y luego fue trasladado a Las Bruscas. Fugó en un barco inglés a Río de
Janeiro y volvió a Perú donde se reintegró al ejército realista, tras caer nuevamente
prisionero en 1820 en la Batalla de Cerro de Pasco, abrazó los ideales independentistas
y se puso bajo el mando de José de San Martín.

Servicio en el ejército independentista peruano

Con el rango de coronel del Ejército del Perú mandó la División Expedicionaria que
combatió en la Batalla de Pichincha a los órdenes del general Sucre y que supuso la
toma de Quito por el ejército patriota, de igual manera mando las tropas peruanas en la
Batalla de Zepita en 1823, siguió participando en las luchas por la independencia del
Perú y del Alto Perú hasta la misma Batalla de Ayacucho.
Cargos públicos desempeñados en el Perú

Luego del gobierno de Simón Bolivar, Santa Cruz fue nombrado presidente del consejo
de Gobierno. En 1827 convoca el segundo Congreso Constituyente, que después de las
elecciones, se instala el 4 de junio del mismo año bajo la presidencia del sacerdote
Francisco Javier de Luna Pizarro. Santa Cruz se encontraba desempeñando como
ministro plenipotenciario del Perú en Chile cuando se produce la invasión a Bolivia en
mayo de 1828 por el ejército a órdenes del general Agustín Gamarra. El 6 de julio de
1828 se firma el Tratado de Piquiza, por el cual el presidente Antonio José de Sucre fue
depuesto.

Presidente de Bolivia

Desde el principio Santa Cruz fue partidario de la unión del Alto y Bajo Perú, por lo que
se opuso a Simón Bolívar y lo destituyó como presidente vitalicio del Perú. En 1829,
fue proclamado presidente de Bolivia tras la renuncia de Antonio José de Sucre y luego
de imponerse a sus opositores. Antes de asumir funciones como jefe de gobierno de
Bolivia a su paso por Arequipa contrajo matrimonio con la dama peruana Francisca
Cernadas con quien tendría numerosa descendencia.

Liberal de talante organizador, impulsó una serie de medidas reformistas, pacificó el


país, reestructuró las maltrechajjjs finanzas, y creó, mediante un decreto en 1836, la
Confederación Perú-boliviana. Otorgó al país unas leyes propias, manteniendo el
Código Penal español de 1821. Fue el artífice de la Constitución liberal de 1831, la cual
abolía la esclavitud, destacan las mejoras en el campo económico y educativo, al tiempo
que adoptó los códigos napoleónicos y reorganizó y profesionalizó el ejército.

Confederación Perú-Boliviana

El Mariscal Andrés de Santa Cruz, supremo protector de la Confederación


Perú-Boliviana.

En 1836, tras derrotar a sus opositores batalla de Socabaya, propició la


creación de la Confederación Perú-Boliviana, la misma que constaba de
tres estados: Estado Nor Peruano con capital en Lima, Estado Sur Peruano,
con capital en Tacna y el Estado Boliviano. Santa Cruz se nombró Supremo Protector
de la Confederación y mantuvo la presidencia del Estado Boliviano.

Al estar en contra de la confederación, Agustín Gamarra participó de la campaña


restauradora. Contando con el decidido y valioso apoyo de Chile los restauradores
peruanos obtuvieron la victoria en la Batalla de Yungay, que derivó en el derrocamiento
de Santa Cruz como protector del estado binacional. Finalmente, tras pasar algún
tiempo en Guayaquil y Quito intentando volver al Perú fue luego apresado y mantenido
prisionero en Chile, generando las protestas de los gobiernos de Ecuador, Francia e
Inglaterra por lo que fue desterrado a Europa.

Últimos años

Regreso del destierro en 1855 postulando desde Argentina a la presidencia de Bolivia


ese mismo año pero fue vencido por el general Jorge Córdova a quien incomodó que
Santa Cruz decidiera afincarse en la provincia argentina de Salta cerca a la frontera con
Bolivia por lo que obtuvo que fuera retirado de ahí radicándose entonces en la provincia
de Entre Ríos, durante su estancia en Argentina se vinculó con la familia del presidente
Justo José de Urquiza con cuya hija caso a su hijo Simón. Algún tiempo después
regresó a Francia donde murió tras un periplo como embajador, diplomático y enviado
plenipotenciario, el 25 de septiembre de 1865 en la ciudad de Versalles, Francia. Poco
antes al tener noticias del conflicto peruano con España había escrito una emocionante
carta al presidente Juan Antonio Pezet recordando las glorias de la independencia y
ofreciéndose para lo que fuera menester.

En 1965 con motivo del centenario de su fallecimiento, los restos del Mariscal Andrés
de Santa Cruz fueron repatriados de Francia y trasladados en una solemne ceremonia a
la Catedral de la Paz donde reposan hasta hoy.[2]

Interpretación de su figura

Para la historiografía boliviana y parte de la peruana Santa Cruz es un personaje


sobresaliente en la historia de ambos países, considerado un gran líder, vencedor de la
independencia, hábil político y administrador simbolizó para algunos peruanos el anhelo
de unión entre el Alto y el Bajo Perú y para Bolivia al caudillo que llevó a su país a una
época de máximo apogeo. Sin embargo para sus opositores Santa Cruz representó un
peligro para el Perú y Chile que amenazaba la soberanía e independencia de ambas
naciones. Aunque la historiografía chilena es unánime en esta posición la peruana aun
se encuentra dividida.

Controversia sobre su nacionalidad

Hasta antes de 1825, año en que se creo la República de Bolivar, los habitantes de
Charcas eran llamados en la denominación colonial tradicional altoperuanos y en
términos más generales simplemente peruanos, con la instauración de Bolivia el terminó
boliviano comenzó a hacerse extensivo a quienes eran originarios de la regiones
comprendidas en la nueva república aunque hubieran nacido en fechas anteriores.
Cuando las tropas peruanas del general Agustín Gamarra forzaron la salida de Sucre de
Bolivia, por petición popular el gobierno transitorio mandó a llamar del Perú, por
intermedio de José Miguel de Velasco, al general Andrés de Santa Cruz quien manifestó
entonces que era en el Perú donde tenía "sus mejores amigos" y donde se sentía ligado
"por la gratitud y por la sangre" y donde sus esfuerzos "protegidos por la fortuna han
sido consagrados por el afecto" pero ante los hondos males que padecía su tierra natal y
los cordiales llamados que le hacían sus habitantes alla iría, manifestando también que
quería a Bolivia "siempre amiga del Perú" algunos historiadores creen ver en esta frase
la maduración del proyecto de Santa Cruz de unificar ambos estados.[3]

Para sus enemigos en el Perú, representados por Gamarra y Salaverry y las elites
costeñas , Santa Cruz era considerado un extranjero, tras su derrota y la de sus
partidarios y la disolución de la Confederación en 1839 esta posición se generalizó, sin
embargo esto no impidió que su figura sea comprendida en diversas obras de biografías
de personajes peruanos destacados como el es también en Bolivia, donde tiempo
después a su caída fue reinvindicado en vida ocupando algunos cargos públicos en ese
país a diferencia del Perú de donde quedo desligado totalmente del gobierno tras su
derrota en Yungay.

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