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NEGOCIOS SOCIALMENTE ADECUADOS Y DELITO DE BLANQUEO DE

CAPITALES
Isidoro Blanco Cordero

Profesora de Derecho Penal y Criminología. Facultad de Derecho. Universidad


Autónoma de Barcelona

ADPCP, Vol. L, 1997

http://www.cienciaspenales.net
Negocios socialmente adecuados y delito de blanqueo
de capitales
ISIDORO BLANCO CORDERO (*)

SUMARIO: l. Introducción.-II. Negocios socialmente adecuados: 1. Concepto


y problemática general.-2. Problemática respecto del blanqueo de capitales.-III.
Negocios socialmente adecuados y artículo 301 CP: l. Análisis del artículo 301
núm. 1: 1.1 Interpretación que admite la subsunción de los negocios social-
mente adecuados.: 1.1.1 En general. 1.1.2 Consecuencias en casos concretos.
1.1.3: Intentos doctrinales de delimitación del tipo: 1.1.3.1 Relativos al tipo
subjetivo. 1.1.3.2 Relativos al tipo objetivo: 1.1.3.2.1 La teoría de la adecua-
ción social. 1.1.3.2.2 La prohibición de regreso. 1.1.3.2.3 El principio de pro-
porcionalidad. 1.1.3.2.4 El fin de protección de la norma. Su aplicación a los
casos concretos: 1.1.3.2.4.1 Respecto de los negocios necesarios para la vida
diaria. 1.1.3.2.4.2 Respecto de los negocios de bagatela. 1.1.3.2.4.3 Respecto
de los abogados y otros profesionales. 1.2 Postura personal. Interpretación del
artículo 301 núm. 1 que excluye los negocios socialmente adecuados: 1.2.1 En
general. 1.2.2 Consecuencias en casos concretos: 1.2.2.1 Respecto de los
negocios necesarios para la vida diaria. 1.2.2.2 Respecto de los negocios de
bagatela. 1.2.2.3 Respecto de los abogados y otros profesionales.-2. El ar-
tículo 301 núm. 2 y los negocios socialmente adecuados.-3. Negocios social-
mente adecuados y artículo 301 núm. 3.-IV. Conclusiones

l. INTRODUCCIÓN

El Código Penal español tipifica el delito de blanqueo de capitales


en el artículo 30 l. Sus precedentes legislativos se encuentran en el CP

(*) Doctor en Derecho por la Universidad del País Vasco. Master en Criminolo-
gía por el Instituto Vasco de Criminología. Trabajo realizado gracias a una beca de
perfeccionamiento de personal investigador del Departamento de Educación, Univer-
sidades e Investigación del Gobierno Vasco en el lnstitut für Strafrecht, Strafprozess-
recht und Kriminologie de la Universidad de Salzburgo.

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derogado, concretamente en el artículo 546 bisf), introducido en 1988,


y en los artículos 344 bis h) e i), introducidos en 1992. Con ellos se
pretendía articular una lucha contra la reintegración de los capitales
procedentes del tráfico de drogas o de precursores en el circuito econó-
mico legal. Pese a la gran similitud existente entre la normativa dero-
gada y la vigente, se han producido cambios de gran importancia, entre
los que destaca la despenalización de determinados comportamientos
anteriormente subsumibles en el tipo del delito de blanqueo.
La presente contribución pretende esbozar el problema, de gran
actualidad, de la tipicidad de los comportamientos socialmente ade-
cuados en relación con la regulación española del delito de blanqueo
de capitales. Tal regulación, contenida como hemos indicado en el
artículo 301 CP, no proporciona una descripción clara de las conduc-
tas típicas -especialmente de la del núm. 1-, lo que da juego a distin-
tas interpretaciones. La opción por unas u otras tiene consecuencias
directas en la posible subsunción en el tipo de comportamientos
socialmente adecuados.

11. NEGOCIOS SOCIALMENTE ADECUADOS

1. Concepto y problemática general


La teoría de la adecuación social formulada por Welzel parte de la
idea de que las conductas prohibidas por los tipos tienen, por un lado,
un carácter social, esto es, están referidas a la vida social, y, por otro,
«son precisamente inadecuadas a una vida social ordenada» ( 1). Los
tipos señalan, en su opinión, «las formas de conducta que se apartan
gravemente de los órdenes históricos de la vida social» (2). Por tanto,
son atípicas las conductas que se mueven por completo dentro del
marco del orden social, histórico, «normal», de la vida, pese a ser
abarcadas por el tenor literal de una prescripción penal (3). Califica

( 1) Cfr. WELZEL, H., Derecho Penal alemán. Parte General, 12.ª edición, 3.ª edi-
ción castellana, trad. del alemán por Juan Bustos Ramírez y Sergio Yáñez Pérez, San-
tiago, 1987, p. 83.
(2) Cfr. WELZEL, H., Derecho Penal alemán, cit., p. 83.
(3) Cfr. WELZEL, H., Derecho Penal alemán, cit., pp. 83 ss. Como explica CAN-
CIO MELIA, M., «La teoría de la adecuación social en Welzel», en ADPCP, 1993,
pp. 697 ss, pp. 701/2, la teoría de la adecuación social en Welzel fue objeto de un
desarrollo en el que se pueden distinguir tres fases: una primera en la que Welzel opi-
naba que las acciones que se mueven funcionalmente dentro del orden socialmente
constituido quedan fuera del concepto de injusto (cfr. WELZEL, H., «Studien zum Sys-
tem des Strafrechts», en ZStW, 1939, pp. 491 ss); en la segunda fase considera el cri-

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por ello como socialmente adecuados los «negocios que se mantienen


dentro de los límites de una gestión ordenada» (4). Son acciones fuera
de toda sospecha en la vida social, porque se desenvuelven en el
ámbito de la libertad de acción social (5). Por ejemplo, son acciones
socialmente adecuadas que quedan excluidas de los tipos penales, en
opinión de Welzel, las privaciones de libertad irrelevantes, las lesio-
nes corporales insignificantes, la entrega habitual de regalos de escaso
valor a los carteros en la época de Año Nuevo en Alemania, etc ...
En los últimos años se ha profundizado en las propuestas de esta
teoría y en sus posibles aplicaciones en otros ámbitos. Así, la doctrina
más moderna califica como «neutrales» desde un punto de vista jurí-
dico determinados comportamientos que, como dice Hassemer, se
caracterizan por ser actuaciones diarias, albergan en sí mismas el
carácter de «normal», son sociales sin necesidad de otras explicacio-
nes (6). En esta línea se excluyen del ámbito de la complicidad las
acciones consideradas «normales», «neutrales», «diarias». Serían
acciones que se enmarcan en el ámbito de la «libertad general de
acción» (allgemeine Handlungsfreiheit) (7), y respecto de las cuales,
pese a que resulten formalmente abarcadas por el tipo de un delito, se
afirma su atipicidad. Sin embargo, respecto de estos comportamientos
que desde la perspectiva del espectador objetivo no tienen apariencia
externa, objetiva, de delito (8), se cuestiona su punibilidad cuando
concurre en el sujeto activo el conocimiento de informaciones adicio-
nales (9).
En la actualidad, la doctrina alemana debate intensamente este
problema en el marco de la teoría de la participación -en concreto,

terio de la adecuación social como una causa de justificación consuetudinaria (cfr. la


8.ª edición de su manual Das Deutsche Strafrecht, p. 76); finalmente, en la tercera
fase volvió a ubicar nuevamente el criterio de la adecuación social en el ámbito del
tipo, pero ahora es considerado como un «principio general de interpretación» (cfr.
Derecho Penal alemán, cit., p. 86).
(4) WELZEL, H., Derecho Penal alemán, cit., p. 84.
(5) WELZEL, H., Derecho Penal alemán, cit., p. 85.
(6) Cfr. HASSEMER, W., «Profesionelle Adiiquanz. Bankentypisches Verhalten
und Beihilfe zur Steuerhinterziehung. Teil 1»,en Wistra, 1995, pp. 41 ss, p. 42.
(7) Cfr. un análisis de las acciones neutrales desde la perspectiva de la libertad
general de acción reconocida constitucionalmente, NIEDERMAIR, H., «Straflose
Beihilfe durch neutra/e Handlungen?», en ZStW, 1995, pp. 507 ss, pp. 537 ss.
(8) HASSEMER, W., «Profesionelle Adiiquanz. Teil l», cit., p. 42, se refiere a
acciones que no tienen una tendencia objetiva de injusto (objective Unrechtstendez).
(9) HASSEMER, W., «Profesionelle Adiiquanz. Teil l», cit., p. 42, precisa que
los conocimientos adicionales del sujeto que actúa podrían otorgar tendencia obje-
tiva de injusto a las acciones que desde la perspectiva del observador imparcial care-
cen de ella.

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de la complicidad- y del encubrimiento (10). El ejemplo clásico es


el del panadero que vende pan a una persona, a sabiendas de que
ésta va a envenenarlo y a servirlo a sus invitados ( 11 ). La cuestión
es si cabe sancionar al panadero como cómplice en el homicidio lle-
vado a cabo por su cliente. Dado lo limitado de nuestra contribu-
ción, no podemos abordar aquí la variedad de opiniones existente en
la doctrina alemana al respecto. Solamente mencionar que se niega
la tipicidad de tales acciones con base en determinados criterios,
como el de la prohibición de regreso (Regrefiverbot) (12), el de la
solidarización con el injusto ajeno (Solidarisierung mit fremdem
Unrecht) (13), o el de la referencia de sentido delictiva (deliktischer
Sinnbezug) (14). No todos los autores, sin embargo, están de
acuerdo con una interpretación en esta dirección. Así, por ejemplo,
Roxin niega que se pueda excluir a las acciones diarias de la punibi-
lidad de la complicidad con carácter general (15). En su opinión, es
preciso distinguir las contribuciones realizadas con conocimiento
seguro del plan delictivo del autor (esto es, con dolo directo)

( 1O) La cuestión de la punibilidad de las acciones socialmente adecuadas se ha


planteado en el ámbito de la participación y del encubrimiento. Ya en 1907 von BAR
hizo referencia a ellas al estudiar el encubrimiento, cfr. von BAR, L., Gesetz und
Schuld im Strafrecht. Fragen des geltenden deutschen Strafrechts und seiner Reform.
Band 11: Die Schuld nach dem Strafgesetze, Berlin, 1907, pp. 750/1. Sobre esta cues-
tión a propósito del encubrimiento cfr. LENCKNER, T., «Zum Tatbestand der Strafve-
reitelung», en Gediichtnisschrift für Horst Schroder. Herausgegeben von Walter
Stree, Theodor Lenckner, Peter Cramer, Albin Eser, München, 1978, pp. 339 ss; KüP-
PER, G., «Strafvereitelung und 'sozialadiiquate' Handlungen», en Goltdammer's
Archiv für Strafrecht, 1987, pp. 385 ss; FRISCH, W., «Tatbestandsprobleme der Straf-
vollstrekungsvereitelung», en NJW, 1983, pp. 2471 ss; FRISCH, W., «Zum tatbes-
tandmiifligen Verhalten der Strafvereite/ung - OLG Stuttgart, NJW 1981, 1569», en
JuS, 1983, pp. 915 ss; STREE, W., en SCHÓNKEISCHÓNDER, Strafgesetzbuch Kommen-
tar, bearbeitet von Peter Cramer, Albin Eser, Theodor Lenckner, Walter Stree, 24.
Auflage, München, 1991, § 258, núms. 21 y 21 a.
(11) Este es el clásico ejemplo planteado por JAKOBS, G., Strafrecht. Allgemei-
ner Teil. Die Grundlagen und die Zurechnungslehere, 2. Auflage, Berlin-New York,
1991, 24. Abschn, núm. 17 (existe traducción española de Joaquín Cuello Contreras y
José González de Murillo).
(12) Cfr. JAKOBS, G., Allgemeiner Teil, cit., 24. Abschn, núms. 15 ss; también
recurre a la prohibición de regreso PUPPE, l., Nomos Kommentar zum Strafgesetzbuch,
Band 1, Allgemeiner Teil, Baden-Baden, l. Auflage, 1995, vor § 13, núms. 155 ss.
(13) ScHUMANN, H., Strafrechtliches Handlungsunrecht und das Prinzip der
Selbstverantwortung der Anderen, Tübingen, 1986, pp. 54 ss.
(14) Cfr. FRISCH, W., Tatbestandmiij3iges Verhalten und Zurechnung des
Eifolgs, Heidelberg, 1988, pp. 295 ss.
(15) ROXIN, C., «Was ist Beihilfe?», en Festschrift für Koichi Miyazawa,
Baden-Baden, 1995, pp. 501 ss, pp. 512/3.

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de aquellas en las que el sujeto cree probable la utilización de sus


servicios con fines delictivos (esto es, las contribuciones realizadas
con dolo eventual). Se afirma la calificación de complicidad de las
contribuciones con dolo directo en mayor medida que respecto de
las contribuciones con dolo eventual ( 16).

2. Problemática respecto del blanqueo de capitales


El problema de las acciones socialmente adecuadas en el marco
del delito de blanqueo de capitales ha sido ampliamente abordado
por la doctrina alemana ( 17). Allí, un temprano proyecto del Bundes-
rat relativo al§ 261 StGB, de 10 de agosto de 1990 (18), declaraba
no aplicable lo preceptuado como delito de blanqueo para acciones
relacionadas con dinero u otros bienes de origen delictivo, cuando se
lleve a cabo una prestación debida o devengada en virtud de la ley, o
una contraprestación por bienes o servicios de necesidad diaria que
se precisan para sufragar la subsistencia, así como la utilización de
tales bienes. Se daba de esta manera una solución material a los posi-
bles supuestos de blanqueo realizados mediante acciones social-
mente adecuadas, consistente en declarar que no eran merecedores
de pena (19). Sin embargo, el gobierno (Bundesregierung) rechazó
tal regulación excepcional, al considerar que en tales casos también
concurre un injusto penal merecedor de pena. Además, declaraba que
así se evitarían tensiones con otros preceptos del capítulo 21 del CP
alemán, que no establecen una regulación excepcional similar (20).
Por ello, el vigente§ 261 núm. 2 StGB sanciona a quien se procure
bienes de origen delictivo para sí mismo o para tercero, y a quien los

( 16) Ibídem, pp. 513 ss. Respecto de las contribuciones en las que el sujeto
conoce la decisión delictiva del autor, considera Roxin que existe complicidad sólo
cuando la contribución tiene una referencia de sentido delictiva. En los casos en los
que el contribuyente cree sólo probable la utilización de su servicio con fines delicti-
vos, si bien de acuerdo con la ley podría constituir una complicidad con dolo even-
tual, esto se ha de rechazar el virtud del principio de confianza.
(17) Indica KLIPPL, l., Geldwiischerei, Wien, 1994, p. 95, que existe una dife-
rencia parcial entre los supuestos de blanqueo y los constitutivos de complicidad, que
radica en que en el delito de blanqueo quien ayuda al blanqueador profesional a la
ejecución de su delito (por ejemplo, el empleado de banca) no presta sólo una contri-
bución, sino que objetivamente actúa como un autor del delito de blanqueo.
(18) BT-Drucks. 11/7663, pp. 7 ss.
( 19) LówE-KRAHL, O., «Die Strajbarkeit van Bankangestellten wegen
Geldwiische nach § 261 StGB. Eine kritische Analyse des neuen Straftatbestandes»,
Wistra, 1993, pp. 123 ss, p. 126.
(20) BT-Drucks. 11/763, p. 50.

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posea o utilice para él o para tercero, conociendo su procedencia en


el momento en el que los hubiera adquirido. Este precepto abarca
acciones que hemos definido en apartados previos como socialmente
adecuadas.
Si se admite la sanción de tales comportamientos en el ámbito del
blanqueo de capitales, van a ser punibles acciones tales como la del
taxista que transporta a un traficante de drogas y recibe como pago
dinero de origen delictivo, la del conductor de autobús que le vende
un billete, la de quien utiliza la piscina de un narcotraficante, la del
panadero que le vende pan, la del médico que recibe sus honorarios
del narcotraficante, etc. (21) Incluso van a quedar abarcados nego-
cios de bagatela, de escasa cuantía, en la misma medida que el blan-
queo de miles de millones mediante transferencias financieras
internacionales (22). Pero no sólo esto, sino que la recepción de
dinero de origen delictivo como pago por la prestación de servicios de
carácter profesional a los autores de un delito previo, dirigidos a la
asesoría jurídica, financiera, etc., van a ser subsumibles también en el
tipo del delito de blanqueo (23).
Este problema ha sido ampliamente analizado por la doctrina en
referencia a los empleados de entidades financieras. El empleado de
banca que cumple las órdenes que le da un cliente que pretende blan-
quear su dinero puede ser impune si desarrolla su actividad con des-
conocimiento de su origen delictivo y sin infringir las obligaciones
que le impone la ley. Ahora bien, si sospecha del carácter delictivo de
los bienes, tiene un conocimiento casual de su origen o actúa por
imprudencia grave, la misma acción del empleado de banca sería cali-
ficada como blanqueo de capitales. Es exclusivamente este cono-
cimiento o desconocimiento imprudente el que convierte al empleado
de banca de trabajador que desarrolla su actividad normal impune, en
delincuente por razón del delito de blanqueo de capitales (24). Imagi-
nemos el siguiente caso:
Una persona se dirige a su banco habitual para hacer una transacción
financiera. El empleado de la ventanilla tiene conocimiento, con base en

(21) Cfr. más ejemplos en BARTON, S., «Sozial übliche Geschiiftstiitigkeit und
Geldwiische (§ 261 StGB)», en Strafverteidiger, 1993, pp. 156 ss, p. 156.
(22) Ibídem.
(23) Ibídem. También BOTTKE, W., «Teleologie und Ejfektivitiit der Normen
gegen Geldwiische (Teil 2)», en Wistra, Heft 4, 1995, pp. 121 ss, p. 122 y nota 80, se
refiere al problema del pago a los abogados con dinero de origen delictivo.
(24) Señala LOWE-KRAHL, O., «Bankangestellten», cit., p. 125, que existe el
peligro de que el conocimiento casual del banquero del origen delictivo de los bienes
sea el único fundamento de la imposición de la pena.

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determinadas informaciones a las que ha tenido acceso, de que el cliente


se dedica al tráfico de drogas. El cliente desea hacer un ingreso por un
valor de 500.000 pesetas, que proceden del tráfico de drogas. En tal caso,
el empleado de banca ha de rechazar llevar a cabo la transacción o pro-
ceder a su comunicación a las autoridades bajo la amenaza de realizar un
delito de blanqueo de capitales. Ahora bien, si el cliente va con su dinero
a un compañero de tal empleado que no sabe nada, o incluso a otra insti-
tución financiera donde el empleado desconoce su dedicación al tráfico
de drogas, puede realizar tranquilamente su operación sin ningún pro-
blema. En tal caso no se puede percibir externamente nada extraño o sos-
pechoso.

En este supuesto, si el empleado que tiene conocimiento de las


actividades delictivas del cliente acepta el dinero, sería punible por
blanqueo de capitales. Se le sancionaría, por tanto, por un compor-
tamiento exteriormente igual al del segundo empleado; la diferencia
radicaría en el conocimiento previo. En opinión de un sector doctrinal
se estaría configurando el injusto penal con base en factores exclusi-
vamente subjetivos, lo cual choca con los postulados de la dogmática
penal dominante (25). A juicio de Hassemer, el Derecho penal en
un Estado de Derecho es un Derecho Penal del hecho, por lo que el
eje central de la imputación debería residir básicamente en lo objeti-
vo (26). Sin embargo, ello no ocurre en los supuestos que estudiamos,
donde el núcleo parece encontrarse en el tipo subjetivo. Ello supone,
añade este autor, una proximidad peligrosa al Derecho Penal de la
intención (Gesinnungsstrafrecht) (27).

111. NEGOCIOS SOCIALMENTE ADECUADOS Y ARTÍCU-


LO 301 CP

1. Análisis del artículo 301 núm. 1


En España, las dificultades que plantea la regulación penal sobre
el blanqueo surgen, fundamentalmente, respecto de la interpretación
del tipo del artículo 301 núm. 1 CP. La doctrina se encuentra dividida

(25) En este sentido LówE-KRAHL, O., «Bankangestel/ten», cit., p. 125.


(26) HASSEMER, W., «Profesionelle Adiiquanz. Teil l », cit., p. 43, dice que una
excepción a tal construcción reside en la tentativa, donde el eje central lo constituye
el tipo subjetivo, aunque ello no obsta a que esta situación deba ser amortiguada y
equilibrada mediante criterios objetivos.
(27) Cfr. HASSEMER, W., «Profesione/le Adiiquanz. Teil l», cit., p. 43.

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en cuanto a las conductas subsumibles en este tipo delictivo. Esta dis-


crepancia doctrinal despliega importantes consecuencias que inciden
directamente en nuestro ámbito de investigación.
1.1 Interpretación que admite la subsunción de los negocios social-
mente adecuados
1.1.1 EN GENERAL

La regulación del artículo 344 bis i) del CP derogado, que daba


cabida a acciones socialmente adecuadas, ha servido de base a un sec-
tor doctrinal para decir que tal tipo de conductas se encuentran ahora
parcialmente incluidas en el núm. 1 del artículo 301 CP (28). El ar-
tículo 344 bis i) CP derogado sancionaba la adquisición, la posesión o
la utilización de bienes a sabiendas, en el momento de recibirlos, de
que procedían de un delito relativo al tráfico de drogas o de precurso-
res. Quedaban abarcadas, por tanto, acciones como la del taxista que
transporta a un traficante de drogas y recibe como pago dinero de ori-
gen delictivo, la del conductor de autobús que le vende un billete, la
de quien utiliza la piscina de un narcotraficante, la del médico que
recibe sus honorarios del narcotraficante, etc ... (29)
El nuevo CP no da cabida en su articulado a un tipo semejante al
del artículo 344 bis i) CP derogado. Sin embargo, un sector doctrinal
considera que algunas de tales conductas todavía se encuentran pena-
das. En este sentido se manifiestan Vives Antón/González Cussac (30),
Quintero Olivares (31) y Gómez Iniesta (32). En su opinión, el artícu-

(28) Cfr. VIVES ANTÓN/GONZÁLEZ CussAc, Comentarios al Código Penal de


1995, Volumen II, (Art. 234 a Disposiciones Finales), Valencia, 1996, p. 1465, indi-
can que se han despenalizado parcialmente las conductas del antiguo 344 bis i),
siendo ahora sólo relevante la «adquisición».
(29) Cfr. más ejemplos en BARTON, S., «Sozial übliche Geschiiftstatigkeit», cit.,
p. 156; también BOTTKE, W., «Geldwiische (Teil 2)», cit., p. 122, se refiere a algunas
actuaciones socialmente adecuadas subsumibles en la normativa alemana, como la venta
de muebles o cualesquiera otros objetos necesarios para la vida de cualquier persona.
(30) VIVES ANTÓN/GONZÁLEZ CUSSAC, Comentarios, Vol. II, cit., p. 1464; tam-
bién en Derecho Penal. Parte Especial, 2.ª Edición revisada y actualizada conforme al
Código Penal de 1995, Valencia, 1996, p. 517.
(31) QUINTERO OLIVARES, G., Comentarios al Nuevo Código Penal, Quintero
Olivares, G., (Dir.)/Valle Muñiz, J. M., (Coord.), Pamplona, 1996, p. 1351; también
en Comentarios a Ja Parte Especial del Derecho Penal, Quintero Olivares, G.,
(Dir.)Nalle Muñiz, J. M., (Coord.), Pamplona, 1996, p. 707.
(32) GóMEZ INIESTA, D. J., El delito de Blanqueo de Capitales en Derecho Espa-
ñol, Barcelona, 1996. p. 49, indica expresamente que el Código Penal español
entiende por blanqueo de capitales «toda adquisición, conversión o transmisión de
bienes a sabiendas de que los mismos proceden de conductas delictivas graves».

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Negocios socialmente adecuados y delito de blanqueo de capitales 271

lo 301 núm. 1 sanciona, entre otras, las conductas de adquisición, con-


versión o transmisión de bienes, a sabiendas de que tienen su origen en
un delito grave. Tienen cabida aquí, por tanto, y al igual que en el ar-
tículo 344 bis i) CP derogado, numerosos comportamientos social-
mente adecuados hasta hace poco considerados impunes. Así, la
realización de negocios con un narcotraficante podría ser constitutiva
de un delito de blanqueo, si se reciben a sabiendas bienes de origen
delictivo. Por ejemplo, el panadero que vende pan al narcotraficante
puede ser blanqueador porque recibe dinero de un delito grave (33).
También realizan el tipo del delito de blanqueo quienes prestan sus
servicios de carácter profesional al autor del delito previo, tales como
la asesoría jurídica o financiera, y perciben sus honorarios con dinero
«manchado».

1.1.2 CONSECUENCIAS EN CASOS CONCRETOS

Si se acepta esta interpretación, el tipo del artículo 301 CP tendrá


gran amplitud, abarcando, al igual que sucede en el Derecho alemán,
numerosas acciones consideradas socialmente adecuadas. Se confi-
gura un «tipo de aislamiento», dirigido precisamente a aislar al autor
del delito previo y a sus ganancias delictivas haciéndolas no aptas para
la circulación, de manera que no quede impune quien realice negocios
con aquél a sabiendas del origen de sus bienes. Se concibe así un tipo
que pretende detener el flujo de dinero del ámbito ilegal al legal, san-
cionando incluso las actividades comerciales diarias en las que se
aceptan bienes manchados como pago por las prestaciones realizadas
en favor de los autores del delito previo. No se considera, por tanto,
como un tipo especial aplicable exclusivamente a las acciones que se
desarrollan en el sector financiero legal -por ejemplo, mediante la
imposición de obligaciones en este sector tendentes a evitar la entrada
clandestina de los bienes en el circuito económico legal (34 )-, sino
que se perfila un tipo aplicable a todos los negocios. Se amenaza así
con pena a los ciudadanos que reciban bienes de origen delictivo para
liquidar deudas contraídas como consecuencia de negocios diarios que
se desarrollan en el tráfico de bienes y servicios. Se exige a los ciuda-
danos que actúan como potenciales ofertantes de bienes y servicios,
que se nieguen a liquidar sus deudas con dinero fuera de control, o

(33) Sería una conducta subsumible en la acción típica de «adquisición», enten-


dida como el ingreso en el patrimonio de un derecho sobre bienes de origen delictivo.
Cfr. BLANCO CORDERO, I., El delito de blanqueo de capitales, Ed. Aranzadi, Pam-
plona 1997, Cap. V, aptdo. IV. I.
(34) Cfr. BOTIKE, W., «Geldwiische (Teil 2)», cit., p. 122.

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incluso que renuncien al tráfico mismo (35). Se persigue un «aisla-


miento social» (soziale Isolation) (36) de los autores de delitos que
obtengan ganancias de los mismos. Quedan abarcados de esta manera
todos los negocios que se llevan a cabo con delincuentes o blanquea-
dores, cualquiera que sea la cuantía de los mismos, y la finalidad a la
que estén destinados.
En cuanto a la finalidad a la que se dirijan los negocios con bienes
de origen delictivo, se discute si han de abarcarse también los dirigi-
dos a satisfacer las necesidades básicas para la vida de los delincuen-
tes (37). De ser la respuesta afirmativa, se verán reducidas las
posibilidades de subsistencia del autor del delito previo que dispone
sólo de bienes de origen delictivo, o de una mezcla de bienes delicti-
vos con otros de origen lícito. El panadero que vende pan al narcotra-
ficante, el tendero que le vende alimentos, o el arrendatario que le
arrienda la casa, estarán sometidos a la amenaza de pena por razón del
delito de blanqueo.
También quedarán abarcados los negocios de bagatela, sirvan o no
para satisfacer las necesidades vitales del delincuente (38). El tipo del
artículo 301 núm. 1 CP no establece ningún límite cuantitativo por
debajo del cual el blanqueo sea impune. Esto tiene un aspecto positivo,
pues así se evita que, para eludir la responsabilidad por el blanqueo, se
fraccionen las cantidades por debajo del mencionado límite (structu-
ring). Sin embargo, por otra parte se configura un tipo penal increíble-
mente amplio y casi ilimitado, que da cabida a gran cantidad de
comportamientos en los que los bienes de origen delictivo implicados
son de escasa cuantía. Desde esta perspectiva, cabrá sancionar al taxista
que transporta al autor del delito previo a cambio de la tarifa normal del
viaje, al camarero que le sirve bebidas alcohólicas, etc ... (39).
Por último, será punible como blanqueo de capitales, tal y como
admiten en la doctrina española Palomo del Arco (40) y Gómez

(35) Cfr. BOITKE, W., «Ge/dwiische (Teil 2)», cit., p. 122.


(36) En palabras de BorrKE, W., «Geldwiische (Teil 2)», cit., p. 122.
(37) Cfr. sobre este problema BARTON, S., «Sozia/ übliche Geschiiftstiitigkeit>>,
cit., p. 161; KbRNER, H./DACH, E., Geldwiische. Ein Leitfaden zum geltenden Recht,
München, 1994, p. 24, núm. 35; KLIPPL, l., Geldwiischerei, cit., pp. 98/9; BOITKE, W.,
«Geldwiische (Teil 2)», cit., p. 122.
(38) Cfr. BARTON, S., «Sozial übliche Geschiiftstiitigkeit>>, cit., p. 162; KbRNER,
H.IDACH, E., Geldwiische, cit., p. 24, núm. 35.
(39) Casos planteados por BARTON, S., «Sozial übliche Geschiiftstiitigkeit>>, cit.,
p. 162.
(40) PALOMO DEL ARCO, A., «Receptación y figuras afines», en Estudios de
Derecho Judicial, CGPJ, Madrid, 1996, p. 463.

ADPCP. VOL. L. 1997


Negocios socialmente adecuados y delito de blanqueo de capitales 273

Iniesta (41 ), la conducta del abogado que acepta el cobro de los


honorarios profesionales de un cliente a sabiendas de su procedencia
delictiva.

1.1.3 INTENTOS DOCTRINALES DE DELIMITACIÓN DEL TIPO

Las opciones dirigidas a limitar un tipo tan excesivamente amplio


del blanqueo de capitales son muy variadas en la doctrina. Tales
opciones pueden clasificarse en función de si pretenden limitar el tipo
en el ámbito subjetivo o bien en el objetivo.
1.1.3.1 Relativos al tipo subjetivo
Un sector doctrinal considera que la cuestión de la punibilidad de
las acciones socialmente adecuadas es en realidad un problema con-
cerniente al dolo (42), y, en concreto, al dolo eventual (43). Una
acción socialmente adecuada, normal, diaria, pierde este carácter y ha
de ser punible si se realiza con dolo directo (de primer o segundo
grado), ya sea para contribuir a la acción antijuódica de otro (compli-
cidad), ya constituya una actuación delictiva como tal (blanqueo,
encubrimiento) (44). De lo contrario, se dice, quedarían impunes
determinados comportamientos típicos y antijurídicos que se realizan
bajo la cobertura de acciones socialmente adecuadas (45). El tipo del
blanqueo de capitales que dé cabida expresa a acciones socialmente
adecuadas quedaría imposibilitado de asumir interpretaciones que
excluyan ya la propia tipicidad de tales actuaciones. Ajuicio de este
sector doctrinal el problema que suscitan tal clase de acciones se plan-

(41) GóMEZ INIESTA, D.J., Blanqueo de Capitales, cit., p. 45, siguiendo las afir-
maciones de SUÁREZ GoNZÁLEZ, C. J., «Blanqueo de capitales y merecimiento de pena:
consideraciones críticas a la luz de Ja legislación española», en CPC, 1996, pp. 125 ss,
p. 152, nota 94, quien afirmaba, en relación con los artículos 344 bis h) y 344 bis i) CP
derogado, que el abogado que cobra sus honorarios profesionales de un cliente a sabien-
das de su procedencia del tráfico de drogas, cometía un delito de blanqueo. Esta afirma-
ción de SuÁREZ GONZÁLEZ era totalmente correcta respecto de la normativa derogada,
dada su gran amplitud, en particular del tipo del artículo 344 bis i), que daba cabida a
Jos negocios socialmente adecuados. Sin embargo, con Ja nueva redacción del artículo
301 CP, consideramos que tales conductas quedan excluidas de su ámbito de aplica-
ción, por las razones que detallamos más abajo.
(42) De esta opinión FORTHAUSER, R., Geldwiischerei de lege lata et fe renda,
München, 1992, pp. 78 ss; en Ja doctrina austríaca KLIPPL, l., Geldwiischerei, cit.,
p. 96.
(43) Así KLIPPL, l., Geldwiischerei, cit., p. 96.
(44) Cfr. KLIPPL, l., Geldwiischerei, cit., p. 96.
(45) Así KLIPPL, I., Geldwiischerei, cit., p. 96.

ADPCP. VOL. L. 1997


274 Isidoro Blanco Cordero

tea exclusivamente en el ámbito del dolo eventual. Este problema no


se plantea, sin embargo, en los casos de dolo directo de primer y
segundo grado. Para solucionar esta cuestión en el marco del dolo
eventual proponen tales autores algunos criterios:
a) Uno de ellos consistiría en considerar que los negocios dia-
rios susceptibles de ser utilizados para blanquear bienes de origen
delictivo se desenvuelven en el marco del riesgo permitido (46). El
desarrollo de actividades mercantiles diarias conlleva el peligro de la
comisión de un delito de blanqueo de capitales, pero se considera per-
mitido cuando se cumplen las reglas previstas para su desenvol-
vimiento por razones superiores de interés público. Sin embargo, esta
solución, a juicio de este sector doctrinal, no es de gran utilidad, por-
que el criterio del riesgo permitido es insuficiente para delimitar el
ámbito del tipo. Así, a la hora de abordar este problema en relación
con el blanqueo de capitales, Forthauser (47) ha puesto el ejemplo del
conductor que viaja por una calle a la velocidad correcta y mata a un
niño que salta a la carretera desde un matorral de forma totalmente
imprevisible, y sin poder evitarlo objetivamente. En este caso, el con-
ductor no es punible porque no se le puede imputar el resultado de
muerte a quien actúa diligentemente, pese a que se produzca el tipo
objetivo, puesto que realiza un riesgo permitido y no prohibido. Ahora
bien, si el conductor sabe que saltará el niño a la carretera, y pese a
ello continúa conduciendo, y le mata, es responsable de un homicidio,
pues podía objetivamente evitarlo. Por eso, concluye Klippl, en última
instancia deciden aquí las representaciones subjetivas del autor la
cuestión de si se ha producido un mero accidente o bien una acción
punible, de manera que el recurso al criterio del riesgo permitido no
aporta una solución definitiva a este problema (48).
b) Otra posibilidad sería distinguir dos categorías de acciones
socialmente adecuadas (49): por un lado, aquellas acciones diarias

(46) Sobre este criterio cfr. Rox1N, C., «Finalidad e imputación objetiva», (Trad.
de Enrique Casas Barquero), en CPC, 1990, p. 131, pp. 139 ss; también FRICH, W.,
Tipo penal e imputación objetiva, (Traductores, Manuel Cancio Meliá, Beatriz de la
Gándara Vallejo, Manuel Jaén Vallejo y Yesid Reyes Alvarado; supervisor y coordi-
nador de traducción, Arturo Ventura Püschel; dirección, Enrique Bacigalupo),
Madrid, 1995, pp. 41 ss.
(47) Cfr. FORTHAUSER, R., Geldwiischerei de lege lata etferenda, cit., p. 78.
(48) En este sentido KLIPPL, l., Geldwiischerei, cit., pp. 96/7. En realidad, el
problema que aquí se plantea es si el sujeto conoce las circunstancias que fundamen-
tan el riesgo, y que pueden servir para valorar que su conducta supera el riesgo per-
mitido. Se trata, en definitiva, de una cuestión concerniente a los conocimientos
especiales que alberga el sujeto, y no tanto concerniente al dolo.
(49) Como explica KLIPPL, l., Geldwiischerei, cit, p. 97.

AOPCP. VOL. L. 1997


Negocios socialmente adecuados y delito de blanqueo de capitales 275

que puede realizar cualquier persona, por ejemplo, la venta de ali-


mentos o de bienes de primera necesidad, y, por otro, aquellas accio-
nes diarias que se realizan por grupos profesionales propensos al
blanqueo de capitales, a quienes se les imponen especiales obligacio-
nes de cuidado. Para estos grupos profesionales las exigencias de cui-
dado son mayores en virtud de las obligaciones a que están sometidos
legalmente. La dificultad de explicar las situaciones dudosas a las que
se enfrentan estos grupos profesionales llevaría a afirmar en tales
casos la punibilidad por acciones cometidas con dolo eventual, algo
que se negaría para la primera categoría. Por tanto, en caso de que
existieran sospechas, incluso mínimas, de que el negocio se realiza
con bienes de origen delictivo, tales profesionales deberían activar
investigaciones al respecto o no llevar a cabo el negocio (50).
e) Por vía legislativa también se podría solucionar este pro-
blema. Por ejemplo, mediante el aumento de los requisitos subjetivos
respecto del tipo del blanqueo de capitales, dejando impune el reali-
zado con dolo eventual. Esta posibilidad ha sido asumida en Austria,
donde el tipo que da cabida a las acciones socialmente adecuadas
exige que el blanqueo se realice con «conocimiento» (wissentlich)
(§ 165 núm. 2 StGB austriaco), entendido éste como dolo directo (51 ).
De esta manera, cuando exista conocimiento, el comportamiento
típico es en todo caso merecedor de pena, aun cuando el autor del
delito previo pueda acudir a un tercero desconocedor y obtener el ser-
vicio que desea sin ningún problema (52). Esta posibilidad podría ser
de aplicación a la normativa española, de entender que el conoci-
miento exigido en el tipo del artículo 301 núm. 1 CP («sabiendo»)
equivale a dolo directo. Sin embargo, es mayoritariamente admitido
que la expresión «sabiendo» incluye el dolo eventual (53). Es más,
también los autores que mantienen una interpretación que da cabida
en aquél artículo a las acciones socialmente adecuadas consideran
que el blanqueo es punible incluso con dolo eventual (54).

(50) Cfr. algunas críticas a esta posibilidad en KLIPPL, l., Geldwiischerei, cit.,
p. 97.
(51) El Código Penal austríaco define en su § 5 el dolo, distinguiendo tres cla-
ses; la intención (absichtlich), el conocimiento (wissentlich) y el dolo eventual; cfr.
ampliamente al respecto, TRIFFfERER, O., Osterreichisches Strafrecht. Allgemeiner
Teil. Zweite neubearbeitete Auflage, Wien-New York, 1994, Kap. 9, núm. 51 ss,
pp. 171 SS.
(52) Así KLIPPL, l., Geldwiischerei, cit., pp. 97 /8.
(53) Cfr. BLANCO CORDERO, l., El delito de blanqueo de capitales, cit., Cap. VI,
aptdo. III, con ulteriores referencias bibliográficas.
(54) QUINTERO OLIVARES, G., Comentarios, cit., p. 1351.

ADPCP. VOL. L. 1997


276 Isidoro Blanco Cordero

d) Otra posible solución en caso de que se declare punible el


blanqueo con dolo eventual consiste en excluir expresamente del tipo
determinadas prestaciones (55). Se podrían descartar por ley el pago
de prestaciones debidas o la prestación de servicios de primera nece-
sidad dirigidos a garantizar la subsistencia del autor del delito previo
o del blanqueador. Esta posibilidad fue inicialmente acogida, como ya
hemos indicado, en el Proyecto del Bundesrat alemán del tipo del
§ 261 StGB, el cual fue rechazado por el gobierno.
e) Por último, como otra vía de solución de los supuestos de
blanqueo realizados con dolo eventual mediante acciones socialmente
adecuadas, cabe mencionar la introducción en el tipo de un límite
cuantitativo por debajo del cual la conducta sería atípica (56).
Quedarían así excluidos del tipo los negocios de pequeña cuantía, y
mayormente también los dirigidos a satisfacer las necesidades
indispensables para la vida de las personas, incluso pese a que
concurra el conocimiento del origen delictivo del dinero con el que st:-
pagan tales servicios, siempre y cuando la cantidad se sitúe por debajo
del límite. Pero no sólo en estos casos, sino que también serían
impunes cualesquiera otros, pese a no estar dirigidos a la adquisición
de productos de primera necesidad, incluso cuando quien acepta el
dinero sabe que procede de un delito, siempre y cuando la cuantía sea
inferior a la indicada en el límite típico. El problema reside en
determinar un límite razonable, el cual ha de ser lo suficientemente
elevado como para posibilitar que el autor del delito previo pueda
cubrir sus necesidades vitales, pero no tan excesivamente amplio
como para ir en contra de la finalidad de aislar al autor del delito
previo (57). Además, se plantea como efecto contraproducente que la
introducción de un límite cuantitativo deje impune el structuring, esto
es, el fraccionamiento de las cantidades que se blanquean por debajo
del límite (58).

(55) KLIPPL, l., Geldwiischerei, cit. p. 98.


(56) Ampliamente sobre esto KLIPPL, l., Geldwiischerei, cit., pp. 98/9. Esta es
una de las opciones que ha asumido expresamente la normativa austríaca.
(57) KLIPPL, l., Geldwiischerei, cit., p. 98. También sobre el problema de la fija-
ción de un límite para excluir los casos de bagatela del tipo del blanqueo, cfr. BAR-
TON, S., «Sozial übliche Geschiiftstiitigkeit», cit., p. 162, donde recurre a preceptos de
la normativa alemana para su solución.
(58) Este problema es indicado por KLIPPL, l., Geldwiischerei, cit., p. 99, quien
explica que al ser toda actuación por debajo del límite atípica, no cabe sumar o acu-
mular las distintas cantidades y decir que se supera el límite, pues las acciones indivi-
dualmente realizadas quedan excluidas del tipo penal. Esto se puede evitar, en su
opinión, mediante el establecimiento de un límite inferior proporcionado, pues el tipo
del blanqueo no se dirige a abarcar actuaciones con pequeñas cantidades.

ADPCP. VOL. L. 1997


Negocios socialmente adecuados y delito de blanqueo de capitales 277

1.1.3.2 Relativos al tipo objetivo


Frente a la postura que excluye la tipicidad de las acciones
socialmente adecuadas en función del dolo del sujeto, esto es, con
base en el tipo subjetivo, otros sectores doctrinales opinan que tales
acciones quedan fuera ya del propio tipo objetivo. Para fundamentar
esta postura en el ámbito del blanqueo de capitales proponen
diferentes criterios que exponemos a continuación.

1.1.3.2.1 La teoría de la adecuación social


Un primer criterio al que se recurre normalmente es el relativo a la
adecuación social. Según esta teoóa, quedaóan excluidas del tipo del
delito de blanqueo de capitales las operaciones mercantiles de la vida
diaria que se muevan dentro del ámbito de Jo normal, de Jos límites de
una gestión ordenada (59). Esta posibilidad es ampliamente expuesta
por Jos autores que abordan el problema de las acciones socialmente
adecuadas en el delito de blanqueo de capitales, pero todos ellos
niegan la aplicación de este criterio como correctivo de validez
general, fundamentalmente por su gran indeterminación (60).

1.1.3.2.2 La prohibición de regreso


Otro criterio que puede servir para limitar el tipo de blanqueo es
el de la prohibición de regreso (61). En opinión de Jakobs, quedan
exentas de responsabilidad penal aquellas personas que originan un
curso causal dañoso cuando pueden distanciarse de las
consecuencias del mismo; es posible el distanciamiento de un
interviniente cuando «SU comportamiento en el momento de su
ejecución no depende en absoluto de que lo continúe Ja acción del
ejecutor que realiza el tipo» (62). El «interviniente» crea una
situación que puede ser utilizada por otras personas para realizar el
tipo, pero de él mismo no ha recibido un sentido de realización del

(59) Cfr. WELZEL, H., Derecho Penal alemán, cit., p. 84.


(60) Sobre las críticas a esta teoría en su concreta aplicación al delito de blan-
queo de capitales, cfr. BARTON, S., «Sozial übliche Geschiiftstiitigkeit», cit., p. 158;
FLATTEN, T., Zur Strajbarkeit van Bankangestellten bei der Geldwiische, Frankfurt
am Main, 1996, pp. 125/6; KNORZ, J., Der Unrechtsgehaltdes § 261 StGB, Frankfurt
am Main, 1996, p. 169.
(61) JAKOBS, G., Allgemeiner Teil, cit., 24. Abschn, núm. 15 ss; también
JAKOBS, G., «Regrej3verbot beim Erfolgsdelikt - Zugleich eine Untersuchung zum
Grund der strafrechtlichen Haftung für Begehung», en ZStW, 1977, pp. 1 ss.
(62) JAKOBS, G., Allgemeiner Teil, cit., 24. Abschn, núm. 15.

ADPCP. VOL. L. 1997


278 Isidoro Blanco Cordero

tipo (63). El interviniente no ha pretendido crear ningún riesgo


especial (64). A tales comportamientos pertenecen, según Jakobs,
las operaciones de cambio de la vida cotidiana para las que el
contacto social de los «intervinientes» con el autor se agota en la
prestación de un objeto o de una información, y «la realización del
objetivo perseguido subjetivamente además no pasa de ser asunto
propio de cada uno» (65). Como demostración de esta idea
construye algunos casos. Así, el ya citado ejemplo del panadero, al
que no se le considera responsable como «partícipe en un
homicidio», cuando adivina el plan delictivo del comprador de pan,
quien desea envenenarlo y ofrecerlo para el consumo de sus
invitados. Tampoco es responsable el acreedor por la utilización
delictiva del dinero del crédito por parte del deudor. Esta
interpretación se apoya en la reflexión de que el intercambio de
informaciones y el tráfico comercial entre personas con preferencias
muy diferentes sólo es posible mediante el aislamiento de la
finalidad y mediante el aislamiento del sentido de la acción de cada
uno (66). Sin embargo, esta teoría es ampliamente criticada, pues se
dice que la participación en un homicidio no pertenece a los
negocios típicos de un panadero; quien conoce la intención
homicida del comprador de pan no puede quedar exento de
responsabilidad penal por el hecho de que realiza un negocio normal
de la vida diaria (67). Por ello, es mayormente rechazada su
aplicación concreta a los supuestos de blanqueo de capitales (68).

1.1.3.2.3 El principio de proporcionalidad


Incluso algunos autores recurren al principio de proporcionalidad
para excluir estos comportamientos del ámbito de aplicación del
blanqueo de capitales. En opinión de Lowe-Krahl, el método de
formular el injusto penal sólo con base en factores subjetivos choca
contra la nueva dogmática penal. La sanción penal de las acciones
que se mueven en el ámbito de las actividades profesionales típicas

(63) Ibídem.
(64) Ibídem.
(65) Ibídem, 24. Abschn, núm. 17.
(66) Ibídem, 24. Abschn, núm. 17.
(67) De esta opinión ROXIN, C., « Was ist Beihilfe ?», cit., p. 514.
(68) Cfr. ARZT, G., «Geldwiischerei - Eine neue Masche zwischen Hehlerei,
Strafvereitelung und Begünstigung», en Neue Zeitschrift für Strafrecht (NStZ), 1990,
pp. 1 ss, p. 4; BARTON, S., «Sozial übliche Geschiiftstiitigkeit», cit., pp. 158/9; FLAT-
TEN, T., Bankangestellten, cit., pp. 137/8.

ADPCP. VOL. L. 1997


Negocios socialmente adecuados y delito de blanqueo de capitales 279

sería contraria desde el punto de vista constitucional a la prohibición


de exceso (69). Sólo se cumple con el principio de proporcionalidad
en los casos en los que se sancionan las acciones discrepantes de las
habituales o normales (70).

1.1.3.2.4 El fin de protección de la norma. Su aplicación a los casos


concretos

Tiene gran importancia el intento de Barton (71) de llevar a cabo


una reducción teleológica de los tipos del blanqueo con base en el
criterio del fin de protección de la norma. La finalidad perseguida
por el legislador alemán con las normas sobre el blanqueo de
capitales es impedir el ingreso oculto de las ganancias ilegales en el
circuito financiero legal, de manera que los delincuentes queden
aislados del entorno en sentido económico. También pretende dar a
las autoridades de persecución penal mecanismos procesales para
seguir el rastro documental que les permitan una reconstrucción del
curso financiero, para tener así acceso a los centros de la
organización criminal (72). Con base en estas finalidades, excluye
este autor del tipo del delito de blanqueo de capitales determinadas
acciones socialmente adecuadas. Esta posibilidad es también objeto
de reparos, pues objetivo del legislador, como dejó claro en las
discusiones sobre los proyectos del § 261 StGB, es abarcar las
acciones socialmente adecuadas por entender que son también
merecedoras de pena (73).
Este último criterio ha sido expresamente utilizado para solucinar
los supuestos más problemáticos que venimos mencionando a lo
largo de este trabajo.

(69) LówE-KRAHL, O., «Bankangestellten», cit., p. 125.


(70) Cfr. LówE-KRAHL, O., «Bankangestellten», cit., p. 125; en el mismo sentido
KóRNER, H./DACH, E., Geldwiische, cit., pp. 24/5, núm. 36. Sobre la importancia del
principio de proporcionalidad para la interpretación de la ley penal en el ámbito de las
actuaciones socialmente adecuadas de los empleados de banca en relación con las acti-
vidades ilegales de sus clientes, cfr. LówE-KRAHL, O., Die Verantwortung von Ban-
kangestellten bei illegalen Kundengeschiiften, Stuttgart-München-Hannover, 1990,
pp. 39 SS.
(71) BARTON, S., «Sozial übliche Geschiiftstiitigkeit», cit., p. 159.
(72) En su opinión, en realidad los preceptos sobre el blanqueo tienen una fina-
lidad esencialmente preventiva, pues más que dirigirse a una represión retrospectiva
de la lesión del bien jurídico, se dirigen a impedir de futuros hechos delictivos. Ibí-
dem, p. 160.
(73) En este sentido KNORZ, J.,§ 261 StGB, cit., p. 170.

ADPCP. VOL. L. 1997


280 Isidoro Blanco Cordero

1.1.3.2.4.1 Respecto de los negocios necesarios para la vida diaria

La doctrina alemana niega mayoritariamente que los negocios


con bienes de origen delictivo dirigidos a satisfacer las necesidades
básicas para la vida de los delincuentes constituyan un delito de
blanqueo de capitales, recurriendo fundamentalmente al criterio del
fin de protección de la norma del blanqueo (74). Se dice que el límite
del aislamiento del delincuente se encuentra situado allí donde éste
pretende satisfacer con el dinero de origen delictivo necesidades
humanas y sociales básicas. Por eso, opina Barton (75) que quien
acepta dinero de origen delictivo destinado a la alimentación,
vivienda, vestido, cuidado corporal, cultura, participación en la vida
social u otras necesidades humanas básicas del autor del delito previo
o del blanqueador, no realiza el tipo del blanqueo. Algo distinto,
indica, conduciría a antinomias con los fundamentos jurídicos y
éticos (cristianos) del orden social. Una norma tendente a prohibir
totalmente que las personas puedan sufragar sus necesidades vitales
con dinero manchado sería poco apropiada -en virtud de la
prohibición constitucional de exceso-. Tal prohibición, que afecta a
los fundamentos de la existencia física y social, conduciría a la
negación de los medios de vida al autor del delito previo. La
seguridad interior, uno de los fines que pretende la norma del
blanqueo en Alemania, no resulta lesionada cuando alguien satisface
en el ámbito de la normalidad social sus necesidades vitales. Más
bien, el ordenamiento público y la paz social se verían menoscabadas
si se negase a las personas la posibilidad de satisfacer sus
necesidades básicas físicas o sociales de forma fraudulenta. Por
tanto, concluye Barton, la financiación de los medios de vida
necesarios con dinero de origen delictivo no es una conducta
subsumible en el tipo del blanqueo; no es punible la aceptación de
dinero manchado por la venta de alimentos, como pago por el
arrendamiento de una habitación, por la venta de ropa, de productos
para el cuidado corporal, de mobiliario y enseres de la casa, por
razón de tratamientos médicos, por la utilización de los medios de
transporte público, por la venta de entradas para el cine, para la

(74) Cfr. BARTON, S., «Sozial übliche Geschiiftstiitigkeit», cit., pp. 161/2.
BOTTKE, W., «Geldwiische (Teil 2)», cit., p. 123, se refiere a una limitación del riesgo
de punibilidad en el marco interno del tipo ( «tatbestandsinterne» Einengung),
mediante el juego de la cláusula del conocimiento exigida en el § 261 núm. 2 y el tipo
imprudente del núm. 5.
(75) BARTON, S., «Sozial übliche Geschiiftstiitigkeit», cit., pp. 161/2.

ADPCP. VOL. L. 1997


Negocios socialmente adecuados y delito de blanqueo de capitales 281

piscina, etc ... (76) En el sector doctrinal español que da cabida a las
acciones socialmente adecuadas en el artículo 301 núm. 1, se echa de
menos una interpretación que tienda a limitar el tipo del delito de
blanqueo en lo que a la aplicación a estos supuestos se refiere.

1.1.3 .2.4.2 Respecto de los negocios de bagatela


Nuevamente recurre la doctrina alemana, y Barton en concreto, al
fin objetivo de protección de la norma para proceder a una reducción
teleológica del tipo del blanqueo, y negar que el bien jurídico
protegido sea menoscabado cuando alguien acepta dinero del autor
del delito previo en cantidades pequeñas a cambio de servicios
normales (77). Por su parte, Korner/Dach recurren al principio de
proporcionalidad y a la prohibición de exceso para excluir la sanción
por blanqueo de los negocios de bagatela que se desarrollan en la
vida diaria (78).

1.1.3.2.4.3 Respecto de los abogados y otros profesionales


Como hemos mencionado, algunos autores admiten la posibilidad
de sancionar al abogado por el cobro de los honorarios profesionales
a sabiendas de su procedencia delictiva. Este problema ha sido
abordado por Barton en la doctrina alemana. Indica este autor que la
asesoría jurídica y financiera no son servicios que puedan incluirse
entre los imprescindibles para la vida de la persona (79). Pero ello no
implica, dice, que la contratación de un abogado a quien se paga con
dinero manchado suponga un delito de blanqueo. Estos profesionales
gozan de un status jurídico especial en sus relaciones con los
ciudadanos, que les exige la máxima discreción respecto de los datos
que conozcan por razón del ejercicio profesional (secreto
profesional) (80). La razón de este status reside, según Barton, en la
protección de la relación de confianza que debe haber entre estos

(76) Ibídem.
(77) BARTON, S., «Sozial übliche Geschiiftstiitigkeit», cit., p. 162; también
LAMPE, E. J., «Der neue Tatbestand der Geldwiische (§ 261 StGB)», en JZ, 1994,
pp. 123 ss, p. 128, llega a la misma conclusión. Este autor afirma la inconstitucionali-
dad del § 261 con base en la infracción del mandato constitucional de determinación.
(78) Cfr. KóRNER, H./DACH, E., Geldwiische, cit., pp. 24/5, núm. 3516.
(79) BARTON, S., «Sozial übliche Geschiiftstiitigkeit», cit., p. 162.
(80) Respecto del secreto profesional cfr., artículo 24.2 párrafo 2 de la Consti-
tución española, artículo 437.2 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, artículos 199 ss
CP, artículos 416.2 y 464 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, artículo 41.1 del
Estatuto General de la Abogacía.

ADPCP. VOL. L. 1997


282 Isidoro Blanco Cordero

profesionales y los clientes que solicitan sus servicios: ha de existir


entre el ciudadano y su abogado un ámbito de inviolabilidad. En el
fondo subyace una ponderación de intereses, en la que son objeto de
comparación el interés del Estado por obtener información y el
interés dirigido a la protección de la confianza del ciudadano en su
letrado (en concreto, la protección del derecho a la intimidad). La
prevalencia de este último podría quedar disminuida de admitir que
en caso de que el cliente comunique determinada información a su
asesor, este hecho le impida aceptar dinero de su cliente, so pena de
cometer un delito de blanqueo (81 ).
Recurre Barton a una reducción teleológica del tipo de
blanqueo con base en el criterio del fin de protección de la norma.
En su opinión, el fin de protección del § 261 StG B no resultaría
realmente lesionado mediante la conducta consistente en el cobro
de los honorarios por los servicios prestados por los abogados, lo
que está muy claro para los tipos de blanqueo que tienen como
bien jurídico predominantemente protegido a la Administración de
justicia. En realidad, también los abogados pertenecen a la
Administración de justicia. Si la norma pretende garantizar el buen
funcionamiento de la Administración de justicia, esto no puede ser
malentendido en el sentido de que ésta se identifica
exclusivamente con los intereses correspondientes a las instancias
de la persecución penal. A la Administración de justicia le
corresponde también la salvaguardia de los intereses de los
inculpados o procesados. Si el § 261 desea contribuir a que la
Administración de justicia pueda realizar sus funciones, ello no se
puede lograr dificultando el acceso a la defensa o a otras formas de
asesoramiento jurídico. Es más, la interpretación de la norma debe
tener en cuenta que para que funcione la Administración de
justicia también ha de funcionar la asistencia letrada. En la medida
en que la actividad de los letrados sea acorde con las costumbres
normales, la aceptación de los honorarios que son financiados con
dinero manchado no constituye un delito de blanqueo. Pero,
incluso cuando el problema no se aborda tomando como punto de
referencia el bien jurídico de la Administración de justicia, sino
otros intereses protegidos por los tipos del blanqueo en Alemania,
como la seguridad interior, no se puede sostener que ésta se
encuentre amenazada cuando un letrado o un asesor aceptan los
honorarios que les corresponden. La seguridad interior necesita la

(81) BARTON, S., «Sozial übliche Geschiiftstiitigkeit», cit., p. 162.

ADPCP. VOL. L. 1997


Negocios socialmente adecuados y delito de blanqueo de capitales 283

paz jurídica y las garantías procesales del Estado de Derecho. A


ellas pertenece también la defensa letrada (82).

1.2 Postura personal. Interpretación del artículo 301 núm. I que


excluye los negocios socialmente adecuados

1.2. l EN GENERAL

En nuestra opinión, el legislador español, en el marco de una


regulación sobre el blanqueo de bienes de origen delictivo
susceptible de grandes críticas, ha excluido los supuestos de
actuaciones socialmente adecuadas del tipo de este delito. Tales
comportamientos se encontraban anteriormente incluidos en el
derogado artículo 344 bis i).
En efecto, frente a la interpretación ya analizada que admite la
sanción de las conductas de adquisición, conversión o transmisión de
bienes con conocimiento de su ilícita procedencia, siendo indiferente
el ánimo que rige el comportamiento, creemos más correcta aquella
que precisamente exige, tal y como expresamente indica el tipo del
artículo 30 l núm. l, que quien adquiere, convierte o transfiere, actúe
para ocultar o encubrir el origen ilícito de los bienes, o para ayudar a
los partícipes en la infracción previa a eludir las consecuencias
jurídicas de sus acciones (83). Por mandato legal expreso del artículo
30 l núm. l tales conductas han de realizarse con finalidades
básicamente encubridoras, de manera que de no existir, no serán
subsumibles en el mismo. Como advierte Muñoz Conde, lo
importante no es la realización de tales actos sobre bienes de origen
delictivo, sino que se realizan con tales finalidades (84). Ya en el

(82) BARTON, S., «Sozial übliche Geschiiftstiitigkeit», cit., p. 162.


(83 Cfr., en este sentido, MuÑoz CONDE, F., Derecho Penal. Parte Especial, 11.
edición, revisada y puesta al día conforme al Código Penal de 1995, Valencia, 1996,
p. 475; ZARAGOZA AGUADO, J., «Receptación y blanqueo de capitales», en El nuevo
Código Penal y su aplicación a empresas y profesionales. Manual teórico (III), vol. 4,
pp. 449 SS, p. 465; PALOMO DEL ARCO, A., «Receptación y figuras afines», cit., p. 450.
Otras razones de carácter gramatical que avalan tal postura pueden verse en BLANCO
CORDERO, l., El delito de blanqueo de capitales, cit., Cap. III, aptdo. III.
(84) MuÑOZ CONDE, F., Parte Especial, cit., p. 475; también GONZÁLEZ Rus,
J. J, Curso de Derecho Penal español, Parte Especial, 1, Dirigido por Manuel Cobo
del Rosal, Madrid, 1996, p. 852. En sentido contrario, y desde una interpretación que
da cabida en el artículo 301 a los negocios socialmente adecuados, GóMEZ INIESTA,
D. J., Blanqueo de Capitales, cit., p. 51, quien dice que la preposición «para» que
emplea el artículo 301 núm. 1 no significa finalidad, sino que «describe la índole de
la acción», la cual ha de ser «objetivamente adecuada para ocultar o encubrir».

ADPCP. VOL. L. 1997


284 Isidoro Blanco Cordero

Proyecto de Ley Orgánica de Código Penal de 1992, el artículo 309


núm. l, que podría haber dado cabida a los negocios socialmente
adecuados, exigía que el sujeto activo actuase con la intención que
requiere la normativa vigente. En concreto, sancionaba la
adquisición, la conversión o la transmisión de bienes, a sabiendas de
su origen en un delito grave, con el propósito de ocultar o encubrir su
origen ilícito, o de ayudar a la persona que haya participado en el
delito previo a eludir las consecuencias legales de sus actos (85).
La solución, por tanto, al problema de las acciones socialmente
adecuadas se ha encontrado mediante el recurso al reforzamiento del
dolo en el tipo del blanqueo. Pero, al contrario de lo que ocurre en
Austria, donde es suficiente el conocimiento (que no da cabida al
dolo eventual), en España es precisa la intención, esto es, el dolo
directo de primer grado (86). Por tanto, quien vende y recibe dinero
de un traficante de drogas, pese a que conozca su origen delictivo, si
no actúa con la intención de ocultar o encubrir el origen de tales
bienes, o de ayudar al delincuente a eludir las consecuencias
jurídicas de sus actos, no realiza el tipo del delito de blanqueo de
capitales.

1.2.2 CONSECUENCIAS EN CASOS CONCRETOS

1.2.2. l Respecto de los negocios necesarios para la vida


Serán atípicas según este criterio las conductas socialmente
adecuadas dirigidas a la satisfacción de necesidades humanas y
sociales elementales, esto es, a asegurar los medios de vida
imprescindibles (87). Por tanto, quien acepta dinero procedente de un

(85) Expresamente indicaba: «El que adquiera, convierta o transmita bienes, a


sabiendas de que éstos tienen su origen en un delito grave, con el propósito de ocultar
o encubrir su origen ilícito, o de ayudar a la persona que haya participado en la infrac-
ción o infracciones a eludir las consecuencias legales de sus actos, será castigado con
pena de prisión de seis meses a seis años y multa del tanto al triplo del valor de los
bienes». Sin embargo, el artículo 357 PCP de 1992, ubicado en el marco de los deli-
tos relativos a las drogas, al estilo del artículo 344 bis i) CP derogado indicaba: quien
«adquiera, posea o utilice bienes, a sabiendas, en el momento de recibirlos, de que los
mismos proceden de alguno de los delitos expresados en los artículos anteriores, será
castigado con la pena de tres a seis años y multa del tanto al triplo del valor de los
bienes». Daba cabida, esta vez sí, a acciones socialmente adecuadas, pues no estable-
cía ningún criterio !imitador tal y como recoge la normativa vigente.
(86) Cfr. BLANCO CORDERO, l., El delito de blanqueo de capitales, cit., cap. VI,
aptdo. III, con ulteriores referencias bibliográficas.
(87) Como dice BARTON, S., «Sozial übliche Geschiiftstiitigkeit», cit., p. 16 l.

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Negocios socialmente adecuados y delito de blanqueo de capitales 285

delito como contraprestación por la entrega de bienes o servicios


dirigidos a la alimentación, vivienda, vestido, cuidado corporal,
cultura, participación en la vida social u otras necesidades humanas
básicas, no realiza el delito de blanqueo de capitales, pese a conocer
el origen delictivo de los bienes, a no ser que actúe con la finalidad
de ocultar o encubrir el origen de tales bienes, o de ayudar a los
intervinientes en el delito previo a eludir las consecuencias jurídicas
de sus acciones. El propio tipo del artículo 301 núm. 1 CP excluye
expresamente tales actuaciones sin necesidad de acudir a otros
criterios !imitadores como ocurre en Alemania (88).

1.2.2.2 Respecto de los negocios de bagatela

Quedan también excluidos del tipo los negocios diarios


socialmente adecuados de escasa cuantía, esto es, los negocios de
bagatela. La opción del legislador español de limitar la punibilidad a
los comportamientos realizados mediante dolo directo de primer
grado, excluye directamente los negocios socialmente adecuados de
escaso valor. Quien acepta dinero del autor del delito previo, por
ejemplo, el taxista que transporta al autor del delito previo por el
precio normal del viaje, o el barman que le cobra una bebida
alcohólica (89), no realiza el delito de blanqueo de capitales, si no
actúa con las finalidades expresamente señaladas en el tipo del
artículo 301 núm. 1.

1.2.2.3 Respecto de los abogados y otros profesionales

Discrepamos de las opiniones de Palomo del Arco y de Gómez


Iniesta (90), para quienes la conducta del letrado que cobra sus
honorarios de un blanqueador con dinero de origen delictivo está
comprendida en el tipo del delito de blanqueo de capitales (91 ). En
nuestra opinión, el letrado que ejerce su actividad profesional, y que
cobra sus honorarios por ello, en la medida en que su actuación no
tenga una finalidad ocultadora o encubridora, no realiza el tipo del

(88) Así BARTON, S., «Sozial übliche Geschiiftstiitigkeit», cit., pp. 161/2, recu-
rre a una reducción teleológica de los tipos del blanqueo para excluir estos supuestos,
pero por razón de que tales tipos no establecen ningún criterio !imitador de la punibi-
lidad, cosa que si existe en el ordenamiento español.
(89) Ejemplos planteados por BARTON, S., «Sozial übliche Geschiiftstiitigkeit»,
cit., p. 162.
(90) GóMEZ INIESTA, D. J., Blanqueo de Capitales, cit., p. 45.
(91) PALOMO DEL ARCO, A., «Receptación y figuras afines», cit., p. 463.

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286 Isidoro Blanco Cordero

artículo 301 núm. 1 CP (92). El propio tipo establece sus limitaciones


y no es necesario acudir a los criterios de la adecuación social, ni a la
alegación de la vulneración del derecho a la defensa letrada
[art. 6.3.c)] CEDH) (93). Más problemas podría plantear la
interpretación del inciso referido a la realización de cualquier acto
«para ayudar a la persona que haya participado en la infracción o
infracciones a eludir las consecuencias legales de sus actos». La
conducta del abogado que defiende a un blanqueador, o que le da
instrucciones para tratar de eludir ser procesado o penado, podría ser
subsumible en el mencionado inciso. Sin embargo, la interpretación
más razonable es entender que los actos dirigidos a la finalidad de
eludir las consecuencias legales de los intervinientes en el delito
previo han de recaer sobre los bienes de origen delictivo (94). Por
eso, sólo los comportamientos manipulativos y clandestinos de los
abogados que recaigan sobre los bienes de origen delictivo, y que
tiendan a que su defendido eluda sus responsabilidades, serían
subsumibles en el mencionado precepto. En cualquier caso, éste es el
verdadero problema que puede plantear el tipo del artículo 301
núm. 1 CP respecto de los abogados, y no tanto el cobro de sus
honorarios con dinero manchado (95).
La exclusión del tipo del blanqueo de estos supuestos es
extensible no sólo a las remuneraciones que se mueven dentro de las
tarifas orientativas, sino también a los posibles acuerdos sobre la
retribución existentes entre los letrados y sus clientes (96). Del hecho
de que un convenio de retribución supere las tarifas orientativas
establecidas, no se puede concluir que se trata de un blanqueo
punible. En la medida en que el dinero manchado se emplee sólo con
el objetivo del pago de los honorarios por los servicios profesionales
normales, su aceptación no supone un delito de blanqueo. Ello no
significa que el ejercicio de la abogacía se sitúe en una zona libre, y

(92) Lo mismo sucede en Austria, donde el abogado defensor será considerado


como blanqueador si recibe una cantidad superior a los 100.000 chelines autríacos, y
además obra con «Conocimiento» (dolo directo), cfr. KLIPPL, l., Geldwiischerei, cit.,
p. 130.
(93) Como parece hacer PALOMO DEL ARCO, A., «Receptación y figuras afines»,
cit., p. 463, apoyándose en autores extranjeros.
(94) BLANCO CORDERO, 1, El delito de blanqueo de capitales, cit., Cap. III,
aptdo. III.
(95) Una cuestión diferente, que no es objeto de esta contribución, es la posibi-
lidad del comiso de tales bienes como procedentes de un delito, para lo cual habría
que analizar si se cumplen los requisitos exigidos en el CP para poder acceder a los
mismos (cfr. art. 127 CP, y para los delitos relativos a las drogas, art. 374).
(96) BARTON, S., «Sozial übliche Geschiiftstiitigkeit>>, cit., p. 163.

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Negocios socialmente adecuados y delito de blanqueo de capitales 287

que se le concedan privilegios injustificados. Naturalmente, también


los abogados pueden ser punibles por el blanqueo, por ejemplo, en
caso de que guarden dinero «manchado» para ocultar su origen
delictivo, o concluyan «contratos simulados de defensa» que no
tengan por objeto una contraprestación por los servicios
profesionales, sino que se dirijan a encubrir el dinero (97).
Este problema es igualmente intenso respecto de los asesores
financieros y fiscales, pues si conocen el origen delictivo de los
bienes de su cliente, y le ayudan a ocultarlos o a revestirlos de
apariencia de legalidad para que pueda eludir sus responsabilidades
penales, actúan típicamente conforme al artículo 301 núm. 1 CP.
Pero no es típica su conducta cuando ésta consiste en el cobro de sus
honorarios por razón de su actividad profesional.

2. El artículo 301 núm. 2 y los negocios socialmente adecuados


El artículo 301 núm. 2 sanciona los actos de ocultación o
encubrimiento de los bienes procedentes de un delito grave (o de
tráfico de drogas) a sabiendas de su procedencia delictiva. Un primer
problema que se plantea consiste en determinar si los negocios
calificados como socialmente adecuados pueden ser subsumibles en
los tipos de ocultación o encubrimiento del artículo 301 núm. 2 CP.
El empleado de banca que acepta un ingreso no sospechoso y cumple
con todas las normas, realiza una actividad profesional normal, pero
si alberga alguna sospecha, y pese a todo acepta el ingreso sin
proceder a la preceptiva comunicación al organismo com-
petente (98), estaría ocultando o encubriendo el origen delictivo de
los bienes. En este último caso, su actuación no se estimaría
socialmente adecuada, sino que perdería esta consideración y
quedaría abarcada por el tipo del delito de blanqueo. En realidad, se
trata de una actuación de carácter manipulativo y clandestino, que
infringe las normas vigentes para la prevención del blanqueo de
capitales, y es, por tanto, subsumible en el tipo penal (99). Como

(97) BARTON, S., «Sozial übliche Geschiiftstiitigkeit», cit., p. 163, indica que si
en el caso concreto concurre un contrato simulado, es necesario proceder a un exa-
men cuidadoso para determinar si es punible como blanqueo de capitales.
(98) Cfr. artículo 3 de la Ley 19/1993, de 28 de diciembre, sobre determinadas
medidas de prevención del blanqueo de capitales; también el artículo 7 del Regla-
mento de la Ley 19/1993, de 28 de diciembre, sobre determinadas medidas de pre-
vención del blanqueo de capitales.
(99) BARTON, S., «Sozial übliche Geschiiftstiitigkeit», cit., p. 160, se refiere
acertadamente a la tendencia manipulativa o clandestina que han de tener estas accio-
nes para ser típicas de blanqueo.

ADPCP. VOL. L. 1997


288 Isidoro Blanco Cordero

dice Barton, también el abogado, el notario o el asesor financiero que


ocultan o encubren el origen delictivo de los bienes (100), actuando
de manera manipulativa y clandestina, realizan un delito de blanqueo
de capitales.

3. Negocios socialmente adecuados y artículo 301núm.3

El artículo 301 núm. 3 sanciona los hechos indicados en los dos


números anteriores cuando se realicen por imprudencia grave. Si se
sostiene que el artículo 301 núm. 1 da cabida a acciones socialmente
adecuadas, su realización por imprudencia grave daría lugar
igualmente a la sanción por blanqueo de capitales, al ser subsumible
tal conducta en el tipo del artículo 301 núm. 3. Así lo afirman Vives
Antón/González Cussac cuando entienden que las conductas del
artículo 30 l núm. l son dolosas «pero el apartado tercero habilita su
incriminación imprudente» (101). Por tanto, el vendedor de pan que
recibe como pago dinero procedente de un delito grave, y que
desconoce por imprudencia grave su origen delictivo ( 102), sería
autor de un delito de blanqueo. En opinión de Quintero Olivares, ello
supone un deber de celo que puede tener una base legal, pero no para
toda la ciudadanía. Por eso, articula un criterio de reducción del
ámbito típico de esta modalidad imprudente, la cual sólo sería
aplicable «a las personas y entidades que expresamente tengan
deberes de control» (103).
Este problema, en relación con las acciones socialmente
adecuadas, queda totalmente excluido si se considera, como hacemos
nosotros, que aquéllas quedan fuera del tipo de blanqueo de
capitales (104). Tales acciones, impunes incluso pese a existir
conocimiento del origen delictivo de los bienes, con mayor motivo lo

(100) Ibídem.
( 101) VIVES ANTÓN/GONZÁLEZ CUSSAC, Comentarios, Vol. II, cit., p. 1465; tam-
bién en Parte Especial, cit., p. 518.
( 102) Aunque el tipo no limita la sanción del blanqueo exclusivamente a los
supuestos de desconocimiento imprudente (por imprudencia grave) del origen delic-
tivo, sino que la imprudencia grave se refiere a los propios hechos.
(103) QUINTERO OLIVARES, G., Comentarios, p. 1354; también en Comentarios
a la Parte Especial, cit., p. 7 JO.
(104) Presenta problemas la interpretación de ZARAGOZA AGUADO, J., «Recep-
tación y blanqueo de capitales», cit., p. 475. Acertadamente, este autor exige inicial-
mente que las conductas de adquisición, conversión o transmisión de bienes
procedentes de un delito grave (art. 301 núm. 1) hayan de realizarse con voluntad

ADPCP. VOL. L. 1997


Negocios socialmente adecuados y delito de blanqueo de capitales 289

serán de ser cometidas por imprudencia grave. Aunque en principio


la norma penal no limita el ámbito de los, sujetos punibles, es
mayoritariamente admitido que la sanción del blanqueo imprudente
encuentra su ámbito de aplicación fundamental en las actuaciones de
los profesionales que infringen las obligaciones de cuidado que
legalmente se les imponen (105). El resto de las personas no serán
normalmente punibles por la modalidad imprudente, pues no se
encuentran especialmente obligadas a controlar el origen delictivo de
los bienes, y no les es exigible, por tanto, que comprueben su
procedencia.

IV. CONCLUSIONES

El problema que plantean en la moderna dogmática penal las


denominadas acciones socialmente adecuadas tiene también un
reflejo en el ámbito del delito de blanqueo de capitales. La oferta de

ocultadora o encubridora. Sin embargo, cuando aborda la regulación del tipo impru-
dente del artículo 301 núm. 3, parece admitir que los tipos de conversión y de transfe-
rencia (e incluso la utilización, pese a no estar penada) de bienes de origen delictivo
pueden ser cometidos por imprudencia grave. Así, se refiere al incumplimiento por
parte de los directivos o empleados de las entidades financieras de las obligaciones y
normas de actuación que deben adoptar para prevenir que el sistema financiero sea
utilizado como instrumento para el blanqueo de fondos, «siempre que ese incum-
plimiento o falta de diligencia haya facilitado la ocultación, conversión, transferencia
o utilización de bienes procedentes de actividades de narcotráfico y relacionadas con
la delincuencia organizada». En nuestra opinión, sólo cabe la comisión imprudente
del núm. 2 del artículo 301 CP, esto es, la ocultación o el encubrimiento de los bienes,
la cual puede producirse a consecuencia de un incumplimiento grave por parte de los
directivos y empleados de entidades financieras de las obligaciones legales impues-
tas. La transmisión de bienes procedentes de un delito grave por una persona, pese a
que conozca su origen delictivo, si no infringe las normas ni lleva a cabo otra manio-
bra clandestina, no constituye blanqueo de capitales. La transmisión de tales bienes
realizada por un empleado de banca que, a sabiendas de su origen, no lo comunica e
infringe sus obligaciones, constituye un delito de blanqueo del artículo 301 núm. 2.
( 105) En este sentido, entre otros, MuÑoz CONDE, F., Parte Especial, cit., p.
477; ZARAGOZA AGUADO, J., «Receptación y blanqueo de capitales», cit., pp. 475 ss;
PALOMO DEL ARCO, A., «Receptación y figuras afines», cit., p. 460; también GONZÁ-
LEZ Rus, J. J., Parte Especial, l, cit., p. 856. Ver también la Ley 19/1993, de 28 de
diciembre, sobre determinadas medidas de prevención del blanqueo de capitales
( «BÜE» núm. 311, de 29 de diciembre) y el Real Decreto 925/1995, de 9 de junio,
por el que se aprueba el Reglamento de la Ley 19/1993, de 28 de diciembre, sobre
determinadas medidas de prevención del blanqueo de capitales («BÜE» núm. 160, de
6 de julio; rect. «BOE» núm. 172, de 20 de julio).

ADPCP. VOL. L. 1997


290 Isidoro Blanco Cordero

bienes y servicios al público en general puede ser utilizada por los


blanqueadores para reciclar el dinero procedente de acciones
delictivas. Este hecho ha llevado a algunos autores a preguntarse si
tales acciones podrían ser constitutivas también de un delito de
blanqueo de capitales, o, por el contrario, si podrían ser impunes en
función de diferentes criterios de delimitación del tipo. El problema
se reproduce con especial importancia en el marco de la regulación
española del delito de blanqueo de capitales, a la vista de la confusa
redacción de los tipos penales del artículo 30 l núm. 1 CP. Tal
confusión da pie a diversas interpretaciones que van desde las que
admiten la punibilidad de las acciones socialmente adecuadas, a las
que la excluyen totalmente.
Una primera interpretación del artículo 301 núm. 1 entiende que
la adquisición, la conversión o la transmisión de bienes procedentes
de un delito grave son acciones subsumibles en el tipo, incluso
cuando se realizan mediante dolo eventual. Se admite así la sanción
de multitud de comportamientos calificados como socialmente
adecuados, que serán constitutivos de un delito de blanqueo cuando
se acepten bienes de origen delictivo. Se trataría así de aislar al autor
de un delito o al blanqueador mediante la amenaza de pena a los
ciudadanos que realicen negocios con ellos. Sería una especie de
excomunión económica de tales personas (106). Una interpretación
en este sentido podría plantear en opinión de la doctrina incluso
problemas constitucionales, pues se limita a los ciudadanos la
posibilidad de participar en el tráfico de bienes y servicios sin riesgo
de que se les imponga una pena, y de ofrecer los bienes y servicios
que produzcan contra el pago de una remuneración sin tener que
controlar su origen, y sin tener que dar un tratamiento especial a las
demandas cuya legalidad sea cuestionable ( 107). La doctrina
alemana estima que esta interpretación toca tangencialmente el
contenido esencial de los derechos fundamentales económicos del
ciudadano relativos a la participación en el tráfico de bienes y
servicios, al someterle a un riesgo muy elevado de punibilidad (108).
Esta forma de actuar por parte del legislador, tratando de aislar a los
autores del delito previo, se aleja en gran medida, como dice Barton,

( 106) En sentido similar SALDITT, F., «Der Tatbestand der Geldwiische», en


Arbeitsgemeinschaft Strafrecht. Strafverteidiger-Forum 4192. Mitteilungsblatt der
Strafverteidigervereinigung des DAV, pp. 121 ss, p. 121.
(107) En este sentido BoTTKE, W., «Geldwiische (Teil 2)», cit., p. 122.
(108) En este sentido BOTTKE, W., «Geldwiische (Teil 2)», cit., p. 123; también
LAMPE, E. J., «Geldwiische», cit., p. 128, afirma la inconstitucionalidad del § 261 con
base en la infracción del mandato constitucional de determinación.

ADPCP. VOL. L. 1997


Negocios socialmente adecuados y delito de blanqueo de capitales 291

del Derecho Penal burgués clásico y se dirige hacia lo que -en


expresión de Jakobs- se denomina «Derecho Penal del enemigo»
( «Feindstrafrecht» ), en el que se considera al ciudadano como un
riesgo para la seguridad, de manera que el legislador cree que debe
reaccionar ante determinadas formas de criminalidad con una especie
de «Derecho Penal de estado de necesidad» («Notstandsstrafrecht» ).
Esto da lugar, en opinión de este autor, a un fraude de etiquetas: no
se sancionan sólo las acciones constitutivas de blanqueo de capitales,
sino que se tipifica igualmente la «punibilidad por la quiebra de la
excomunión económica» de los delincuentes (109). Una inter-
pretación en este sentido puede ser contraria incluso al carácter
subsidiario y fragmentario del Derecho Penal, pues se invierte la
regla según la cual un comportamiento normal y diario es bási-
camente impune, y sólo excepcionalmente punible, considerándose
punibles como blanqueo con carácter general todas las actuaciones
socialmente adecuadas ( 11 O).
Creemos más apropiada la interpretación que, de acuerdo con el
mandato legal expreso del artículo 301 núm. 1 CP, declara punibles
las conductas sobre los bienes de origen delictivo únicamente cuando
se dirigen a ocultar o encubrir su procedencia, o a ayudar a los
intervinientes en el delito previo a eludir las consecuencias jurídicas
de sus acciones. La exigencia de dolo directo limita la amplitud
excesiva del tipo del artículo 301 núm. 1 CP, dejando impunes las
acciones socialmente adecuadas, pese a que se realicen con
conocimiento del origen de los bienes, si no tienen un carácter
manipulativo, clandestino, y no se incumplen por parte de los
profesionales las obligaciones de control legalmente impuestas. Sin
embargo, permanece abierta la cuestión de si las acciones
socialmente adecuadas, tal y como propone un importante sector de
la doctrina alemana, deberían quedar excluidas ya en el marco del
tipo objetivo conforme a alguno de los criterios delimitadores antes
expuestos ( 111 ), problema éste que debe ser abordado en el marco de
la teoría general de la tipicidad penal.

( 109) BARTON, S., «Sozial übliche Geschiiftstiitigkeit», cit., p. 163. Esta última
expresión es de SALDITT, F., «Der Tatbestand der Geldwiische», cit., p. 121.
( 110) En este sentido, KNORZ, J., § 261 StGB, cit., p. 171.
( 111) Cfr. apartado III, 1.1.3.2.

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