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CAPITALES
Isidoro Blanco Cordero
http://www.cienciaspenales.net
Negocios socialmente adecuados y delito de blanqueo
de capitales
ISIDORO BLANCO CORDERO (*)
l. INTRODUCCIÓN
(*) Doctor en Derecho por la Universidad del País Vasco. Master en Criminolo-
gía por el Instituto Vasco de Criminología. Trabajo realizado gracias a una beca de
perfeccionamiento de personal investigador del Departamento de Educación, Univer-
sidades e Investigación del Gobierno Vasco en el lnstitut für Strafrecht, Strafprozess-
recht und Kriminologie de la Universidad de Salzburgo.
( 1) Cfr. WELZEL, H., Derecho Penal alemán. Parte General, 12.ª edición, 3.ª edi-
ción castellana, trad. del alemán por Juan Bustos Ramírez y Sergio Yáñez Pérez, San-
tiago, 1987, p. 83.
(2) Cfr. WELZEL, H., Derecho Penal alemán, cit., p. 83.
(3) Cfr. WELZEL, H., Derecho Penal alemán, cit., pp. 83 ss. Como explica CAN-
CIO MELIA, M., «La teoría de la adecuación social en Welzel», en ADPCP, 1993,
pp. 697 ss, pp. 701/2, la teoría de la adecuación social en Welzel fue objeto de un
desarrollo en el que se pueden distinguir tres fases: una primera en la que Welzel opi-
naba que las acciones que se mueven funcionalmente dentro del orden socialmente
constituido quedan fuera del concepto de injusto (cfr. WELZEL, H., «Studien zum Sys-
tem des Strafrechts», en ZStW, 1939, pp. 491 ss); en la segunda fase considera el cri-
( 16) Ibídem, pp. 513 ss. Respecto de las contribuciones en las que el sujeto
conoce la decisión delictiva del autor, considera Roxin que existe complicidad sólo
cuando la contribución tiene una referencia de sentido delictiva. En los casos en los
que el contribuyente cree sólo probable la utilización de su servicio con fines delicti-
vos, si bien de acuerdo con la ley podría constituir una complicidad con dolo even-
tual, esto se ha de rechazar el virtud del principio de confianza.
(17) Indica KLIPPL, l., Geldwiischerei, Wien, 1994, p. 95, que existe una dife-
rencia parcial entre los supuestos de blanqueo y los constitutivos de complicidad, que
radica en que en el delito de blanqueo quien ayuda al blanqueador profesional a la
ejecución de su delito (por ejemplo, el empleado de banca) no presta sólo una contri-
bución, sino que objetivamente actúa como un autor del delito de blanqueo.
(18) BT-Drucks. 11/7663, pp. 7 ss.
( 19) LówE-KRAHL, O., «Die Strajbarkeit van Bankangestellten wegen
Geldwiische nach § 261 StGB. Eine kritische Analyse des neuen Straftatbestandes»,
Wistra, 1993, pp. 123 ss, p. 126.
(20) BT-Drucks. 11/763, p. 50.
(21) Cfr. más ejemplos en BARTON, S., «Sozial übliche Geschiiftstiitigkeit und
Geldwiische (§ 261 StGB)», en Strafverteidiger, 1993, pp. 156 ss, p. 156.
(22) Ibídem.
(23) Ibídem. También BOTTKE, W., «Teleologie und Ejfektivitiit der Normen
gegen Geldwiische (Teil 2)», en Wistra, Heft 4, 1995, pp. 121 ss, p. 122 y nota 80, se
refiere al problema del pago a los abogados con dinero de origen delictivo.
(24) Señala LOWE-KRAHL, O., «Bankangestellten», cit., p. 125, que existe el
peligro de que el conocimiento casual del banquero del origen delictivo de los bienes
sea el único fundamento de la imposición de la pena.
(41) GóMEZ INIESTA, D.J., Blanqueo de Capitales, cit., p. 45, siguiendo las afir-
maciones de SUÁREZ GoNZÁLEZ, C. J., «Blanqueo de capitales y merecimiento de pena:
consideraciones críticas a la luz de Ja legislación española», en CPC, 1996, pp. 125 ss,
p. 152, nota 94, quien afirmaba, en relación con los artículos 344 bis h) y 344 bis i) CP
derogado, que el abogado que cobra sus honorarios profesionales de un cliente a sabien-
das de su procedencia del tráfico de drogas, cometía un delito de blanqueo. Esta afirma-
ción de SuÁREZ GONZÁLEZ era totalmente correcta respecto de la normativa derogada,
dada su gran amplitud, en particular del tipo del artículo 344 bis i), que daba cabida a
Jos negocios socialmente adecuados. Sin embargo, con Ja nueva redacción del artículo
301 CP, consideramos que tales conductas quedan excluidas de su ámbito de aplica-
ción, por las razones que detallamos más abajo.
(42) De esta opinión FORTHAUSER, R., Geldwiischerei de lege lata et fe renda,
München, 1992, pp. 78 ss; en Ja doctrina austríaca KLIPPL, l., Geldwiischerei, cit.,
p. 96.
(43) Así KLIPPL, l., Geldwiischerei, cit., p. 96.
(44) Cfr. KLIPPL, l., Geldwiischerei, cit., p. 96.
(45) Así KLIPPL, I., Geldwiischerei, cit., p. 96.
(46) Sobre este criterio cfr. Rox1N, C., «Finalidad e imputación objetiva», (Trad.
de Enrique Casas Barquero), en CPC, 1990, p. 131, pp. 139 ss; también FRICH, W.,
Tipo penal e imputación objetiva, (Traductores, Manuel Cancio Meliá, Beatriz de la
Gándara Vallejo, Manuel Jaén Vallejo y Yesid Reyes Alvarado; supervisor y coordi-
nador de traducción, Arturo Ventura Püschel; dirección, Enrique Bacigalupo),
Madrid, 1995, pp. 41 ss.
(47) Cfr. FORTHAUSER, R., Geldwiischerei de lege lata etferenda, cit., p. 78.
(48) En este sentido KLIPPL, l., Geldwiischerei, cit., pp. 96/7. En realidad, el
problema que aquí se plantea es si el sujeto conoce las circunstancias que fundamen-
tan el riesgo, y que pueden servir para valorar que su conducta supera el riesgo per-
mitido. Se trata, en definitiva, de una cuestión concerniente a los conocimientos
especiales que alberga el sujeto, y no tanto concerniente al dolo.
(49) Como explica KLIPPL, l., Geldwiischerei, cit, p. 97.
(50) Cfr. algunas críticas a esta posibilidad en KLIPPL, l., Geldwiischerei, cit.,
p. 97.
(51) El Código Penal austríaco define en su § 5 el dolo, distinguiendo tres cla-
ses; la intención (absichtlich), el conocimiento (wissentlich) y el dolo eventual; cfr.
ampliamente al respecto, TRIFFfERER, O., Osterreichisches Strafrecht. Allgemeiner
Teil. Zweite neubearbeitete Auflage, Wien-New York, 1994, Kap. 9, núm. 51 ss,
pp. 171 SS.
(52) Así KLIPPL, l., Geldwiischerei, cit., pp. 97 /8.
(53) Cfr. BLANCO CORDERO, l., El delito de blanqueo de capitales, cit., Cap. VI,
aptdo. III, con ulteriores referencias bibliográficas.
(54) QUINTERO OLIVARES, G., Comentarios, cit., p. 1351.
(63) Ibídem.
(64) Ibídem.
(65) Ibídem, 24. Abschn, núm. 17.
(66) Ibídem, 24. Abschn, núm. 17.
(67) De esta opinión ROXIN, C., « Was ist Beihilfe ?», cit., p. 514.
(68) Cfr. ARZT, G., «Geldwiischerei - Eine neue Masche zwischen Hehlerei,
Strafvereitelung und Begünstigung», en Neue Zeitschrift für Strafrecht (NStZ), 1990,
pp. 1 ss, p. 4; BARTON, S., «Sozial übliche Geschiiftstiitigkeit», cit., pp. 158/9; FLAT-
TEN, T., Bankangestellten, cit., pp. 137/8.
(74) Cfr. BARTON, S., «Sozial übliche Geschiiftstiitigkeit», cit., pp. 161/2.
BOTTKE, W., «Geldwiische (Teil 2)», cit., p. 123, se refiere a una limitación del riesgo
de punibilidad en el marco interno del tipo ( «tatbestandsinterne» Einengung),
mediante el juego de la cláusula del conocimiento exigida en el § 261 núm. 2 y el tipo
imprudente del núm. 5.
(75) BARTON, S., «Sozial übliche Geschiiftstiitigkeit», cit., pp. 161/2.
piscina, etc ... (76) En el sector doctrinal español que da cabida a las
acciones socialmente adecuadas en el artículo 301 núm. 1, se echa de
menos una interpretación que tienda a limitar el tipo del delito de
blanqueo en lo que a la aplicación a estos supuestos se refiere.
(76) Ibídem.
(77) BARTON, S., «Sozial übliche Geschiiftstiitigkeit», cit., p. 162; también
LAMPE, E. J., «Der neue Tatbestand der Geldwiische (§ 261 StGB)», en JZ, 1994,
pp. 123 ss, p. 128, llega a la misma conclusión. Este autor afirma la inconstitucionali-
dad del § 261 con base en la infracción del mandato constitucional de determinación.
(78) Cfr. KóRNER, H./DACH, E., Geldwiische, cit., pp. 24/5, núm. 3516.
(79) BARTON, S., «Sozial übliche Geschiiftstiitigkeit», cit., p. 162.
(80) Respecto del secreto profesional cfr., artículo 24.2 párrafo 2 de la Consti-
tución española, artículo 437.2 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, artículos 199 ss
CP, artículos 416.2 y 464 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, artículo 41.1 del
Estatuto General de la Abogacía.
1.2. l EN GENERAL
(88) Así BARTON, S., «Sozial übliche Geschiiftstiitigkeit», cit., pp. 161/2, recu-
rre a una reducción teleológica de los tipos del blanqueo para excluir estos supuestos,
pero por razón de que tales tipos no establecen ningún criterio !imitador de la punibi-
lidad, cosa que si existe en el ordenamiento español.
(89) Ejemplos planteados por BARTON, S., «Sozial übliche Geschiiftstiitigkeit»,
cit., p. 162.
(90) GóMEZ INIESTA, D. J., Blanqueo de Capitales, cit., p. 45.
(91) PALOMO DEL ARCO, A., «Receptación y figuras afines», cit., p. 463.
(97) BARTON, S., «Sozial übliche Geschiiftstiitigkeit», cit., p. 163, indica que si
en el caso concreto concurre un contrato simulado, es necesario proceder a un exa-
men cuidadoso para determinar si es punible como blanqueo de capitales.
(98) Cfr. artículo 3 de la Ley 19/1993, de 28 de diciembre, sobre determinadas
medidas de prevención del blanqueo de capitales; también el artículo 7 del Regla-
mento de la Ley 19/1993, de 28 de diciembre, sobre determinadas medidas de pre-
vención del blanqueo de capitales.
(99) BARTON, S., «Sozial übliche Geschiiftstiitigkeit», cit., p. 160, se refiere
acertadamente a la tendencia manipulativa o clandestina que han de tener estas accio-
nes para ser típicas de blanqueo.
(100) Ibídem.
( 101) VIVES ANTÓN/GONZÁLEZ CUSSAC, Comentarios, Vol. II, cit., p. 1465; tam-
bién en Parte Especial, cit., p. 518.
( 102) Aunque el tipo no limita la sanción del blanqueo exclusivamente a los
supuestos de desconocimiento imprudente (por imprudencia grave) del origen delic-
tivo, sino que la imprudencia grave se refiere a los propios hechos.
(103) QUINTERO OLIVARES, G., Comentarios, p. 1354; también en Comentarios
a la Parte Especial, cit., p. 7 JO.
(104) Presenta problemas la interpretación de ZARAGOZA AGUADO, J., «Recep-
tación y blanqueo de capitales», cit., p. 475. Acertadamente, este autor exige inicial-
mente que las conductas de adquisición, conversión o transmisión de bienes
procedentes de un delito grave (art. 301 núm. 1) hayan de realizarse con voluntad
IV. CONCLUSIONES
ocultadora o encubridora. Sin embargo, cuando aborda la regulación del tipo impru-
dente del artículo 301 núm. 3, parece admitir que los tipos de conversión y de transfe-
rencia (e incluso la utilización, pese a no estar penada) de bienes de origen delictivo
pueden ser cometidos por imprudencia grave. Así, se refiere al incumplimiento por
parte de los directivos o empleados de las entidades financieras de las obligaciones y
normas de actuación que deben adoptar para prevenir que el sistema financiero sea
utilizado como instrumento para el blanqueo de fondos, «siempre que ese incum-
plimiento o falta de diligencia haya facilitado la ocultación, conversión, transferencia
o utilización de bienes procedentes de actividades de narcotráfico y relacionadas con
la delincuencia organizada». En nuestra opinión, sólo cabe la comisión imprudente
del núm. 2 del artículo 301 CP, esto es, la ocultación o el encubrimiento de los bienes,
la cual puede producirse a consecuencia de un incumplimiento grave por parte de los
directivos y empleados de entidades financieras de las obligaciones legales impues-
tas. La transmisión de bienes procedentes de un delito grave por una persona, pese a
que conozca su origen delictivo, si no infringe las normas ni lleva a cabo otra manio-
bra clandestina, no constituye blanqueo de capitales. La transmisión de tales bienes
realizada por un empleado de banca que, a sabiendas de su origen, no lo comunica e
infringe sus obligaciones, constituye un delito de blanqueo del artículo 301 núm. 2.
( 105) En este sentido, entre otros, MuÑoz CONDE, F., Parte Especial, cit., p.
477; ZARAGOZA AGUADO, J., «Receptación y blanqueo de capitales», cit., pp. 475 ss;
PALOMO DEL ARCO, A., «Receptación y figuras afines», cit., p. 460; también GONZÁ-
LEZ Rus, J. J., Parte Especial, l, cit., p. 856. Ver también la Ley 19/1993, de 28 de
diciembre, sobre determinadas medidas de prevención del blanqueo de capitales
( «BÜE» núm. 311, de 29 de diciembre) y el Real Decreto 925/1995, de 9 de junio,
por el que se aprueba el Reglamento de la Ley 19/1993, de 28 de diciembre, sobre
determinadas medidas de prevención del blanqueo de capitales («BÜE» núm. 160, de
6 de julio; rect. «BOE» núm. 172, de 20 de julio).
( 109) BARTON, S., «Sozial übliche Geschiiftstiitigkeit», cit., p. 163. Esta última
expresión es de SALDITT, F., «Der Tatbestand der Geldwiische», cit., p. 121.
( 110) En este sentido, KNORZ, J., § 261 StGB, cit., p. 171.
( 111) Cfr. apartado III, 1.1.3.2.