Lectio Divina para Jovenes
Lectio Divina para Jovenes
Lectio Divina para Jovenes
EL ALIMENTO DE LA PALABRA
Todo encuentro con la Palabra parte por la invocación del Espíritu Santo,
porque es Él quien abre nuestra inteligencia para comprender lo que Dios
quiere comunicarnos, y es él quien nos fortalece para hacer realidad el
querer de Dios en nuestra vida cotidiana.
Se trata de cuatro actitudes básicas del discípulo que, porque anhela seguir
al Señor, se sienta a los pies de su Maestro para escuchar su Palabra (Lc
10,39). Esta disposición de escucha lo lleva a comprender la Palabra
(Lectura), a hacerla realidad en su vida (Meditación), a suplicar fuerza y luz
para seguir el camino de Jesús y a dar gracias por su obra en la Iglesia
(Oración), y a impregnarse del Reino de Dios y a trabajar por su venida
(Contemplación).
Palabra de Dios escrita por inspiración del Espíritu Santo confiada a la Iglesia para
la salvación
Leer Meditar Orar Contemplar/practicar
¿Qué dice el texto ¿Qué nos dice el Señor ¿Qué le decimos al ¿A qué conversión y
bíblico? por su Palabra? Señor motivados por su acciones nos invita el
Palabra? Señor?
para descubrir lo que para interpelar la vida, para dialogar con Dios para conducir la vida
Dios nos enseña conocer su sentido, me- y celebrar nuestra fe en (practicar) según los
mediante el autor jorar nuestra misión y familia o comunidad. criterios de Dios
inspirado. fortalecer la esperanza. (conversión).
Para alimentarnos de la Palabra mediante la Lectio divina podemos ayudarnos con varios signos:
Para Leer Con el Signo de interrogación (?) cuando no entiendo.
y el subrayado (ej.: salvar) cuando considero que se trata del mensaje
central del texto.
Para Meditar Con el Signo de exclamación (¡) cuando interpelan intenciones y acciones.
Para Orar Con el Asterisco (*) cuando me ayudan a orar.
Para Actuar Palabra al margen del texto escribo una palabra (ej. “diálogo”) que me
indique el camino a seguir.
El animador del encuentro tiene que haber leído antes el texto bíblico y
conocer bien el contenido de cada ficha.
2. Durante el encuentro:
Se inicia el encuentro con un canto y la oración inicial para invocar la
presencia del Espíritu Santo. Él nos dispone a acoger con corazón limpio el
mensaje de Dios.
Se encienden las velas que están junto a la Biblia y el animador (u otro)
motiva el encuentro resaltando la importancia de la Palabra de Dios y las
disposiciones para escucharla. Se puede entrar en procesión con la
Sagrada Escritura acompañada por el canto de todos. Antes de proclamar
la Palabra de Dios se indica el texto bíblico y se espera que todos lo
encuentren en su Biblia.
1.1- Proclamamos la Palabra Dios como Padre nos habla; nosotros, la familia de
los discípulos de Jesús, acogemos de corazón lo
que nos quiere decir.
1.2- Compartamos la vida Dios habla por la vida. Nos fijamos en los aspectos
de nuestra vida que nos ayudan a entender el
mensaje de Dios y que, a la vez, necesitan ser
iluminados por su Palabra.
1.3- Escuchamos a Dios Dios habla en la Sagrada Escritura. Nos fijamos en
el mensaje que el pasaje bíblico señala. Ese
mensaje es Palabra de Dios viva y eficaz que
alimenta nuestra condición de discípulos.
2- Meditamos el mensaje y la vida Dios habla para la vida. El mensaje de Dios nos
interpela: dejemos que ilumine nuestra vida y nos
muestre el camino a seguir.
3- Oramos el mensaje y la vida Desde la vida iluminada por la Palabra dialogamos
con Dios y, como comunidad orante, celebramos
nuestra fe alabando, dando gracias, pidiendo…
4- Practicamos la Palabra La vida puesta a la luz de la Palabra cobra nuevo
sentido y se descubren los desafíos que nos
ayudan a imitar mejor a Jesucristo en su Iglesia.