INTRODUCCIÓN
INTRODUCCIÓN
INTRODUCCIÓN
La corrupción en el Perú es un asunto de preocupación y a la cual le tenemos que dar una suma
importancia, ya que no solo es parte de nuestra actual sociedad, sino que ha estado presente
desde tiempos remotos, en los cuales se han levantado indeterminables pronunciamientos en
contra de este acto abrupto que es alimentado por el gran abuso del poder que ha beneficiado
a quienes logran este dominio aprovechándose de los intereses públicos. Han sido muchos los
historiadores que han buscado la manera de darle una interpretación a estos abundantes
pronunciamientos y diversos temas que han sido de mucha dificultad. Alrededor del mundo hay
sectores que llevan consigo una desafortunada y lamentable historia producto de la corrupción
que brota dentro de la misma administración pública, que ha ido persistiendo de generación en
generación, adoptando un estado de permanencia, tomándolo como una costumbre y que hasta
la actualidad no se ha encontrado algún remedio que pueda acabar con esto. No solo es el
desinterés, sino también la propia incredulidad de la misma sociedad que ha dejado de lado
aquella incertidumbre histórica, que hubiera sido beneficiosa para volver a darle una nueva
interpretación a aquellas contiendas que no tenían solución, procurando cambios y mejoras
para el bienestar de la sociedad, pudiendo acabar con todo ese desbordamiento de corrupción.
El tema de la corrupción aquí en nuestro país y a nivel mundial, es un tema muy extenso y
variado que no solo se trata de enfocarnos en el tosco saqueo de los fondos públicos a manos
de los funcionarios corruptos como se habla frecuentemente; sino que también comprende el
ofrecimiento y la recepción de los sobornos, la malversación y la mala asignación de fondos y
gastos, la interesada aplicación errada de programas y políticas, los escándalos financieros y
políticos, el fraude electoral y otras trasgresiones administrativas (como el financiamiento ilegal
de partidos políticos en busca de traer favores indebidos) que despiertan una impresión reactiva
en el público.
En el transcurso del texto el lector va a poder apreciar como los administradores corruptos
hacen aprovechamiento de la propia ignorancia de aquellos gobiernos menos desarrollados los
cuales buscan alternativas que se relacionen entre sí para buscar la manera de como permitir y
promover el crecimiento, diseñar y hacer cumplir constituciones que van a favorecer la
estabilidad y el desarrollo, distribuir el ingreso de modo más equitativo, democratizar y
equilibrar el poder político, establecer el imperio de la ley y educar a los ciudadanos dentro de
una sociedad civil vigorosa, que supervise una eficiente administración estatal. Los
Administradores corruptos agotan todos los esfuerzos de estos gobiernos, y traen a veces
consecuencias y costos devastadores. Así también podemos decir que la Corrupción es un
fenómeno variable y que ha hecho saber su continuidad desde los estados y civilizaciones
primeras, y si bien se sabe las manipulaciones corruptas del poder y la justicia tienen una extensa
historia la cual le ha permitido someterse a todas las culturas. Son Pocas las sociedades que han
logrado congelar los actos corruptos, pero nadie ha sido tan capaz de eliminarlos por completo
de las relaciones humanas. Aparentemente se cree que la corrupción ha muerto y ha
desaparecido pero esta puede reaparecer en el medio de diversas administraciones públicas y
también en los sectores privados más avanzados, la cual puede causar pérdidas incalculables a
la sociedad.
El otro argumento nos destaca que la corrupción solo puede estudiarse mediante el
descubrimiento de las percepciones que el público tiene sobre ella, y es todo lo contrario al
primer argumento porque este no se basa en evidencias directas. Este estudio de las
apreciaciones de la corrupción es una herramienta útil, pero de manera indirecta, la cual se va
a utilizar de manera excesiva en la preparación de los índices internacionales contemporáneos
de corrupción en aquellos estudios económicos de niveles comparativos de corrupción. Los
distintos historiadores económicos han tomado valores discretos para la continuidad del uso de
palabras tales como “corrupción” y “fraude” durante el transcurso del tiempo, utilizando las
nuevas colecciones de periódicos que han sido parte de la historia. Así también hay historiadores
extremadamente prudentes y cautelosos que han afirmado que el estudio real de la corrupción
sujeta al relativismo, que quiere decir que si en una época o cultura se define y se percibe como
corrupción ya no tiene la misma definición y ni la misma connotación en otra. Los argumentos
relatados anteriormente los podemos asimilar con la casuística de los jueces que provenía de su
propio razonamiento, los cuales se encontraban en la temprana edad moderna, y que servían
para neutralizar o evadir cargos de corrupción. Los castigos por actos de corrupción tomaron
fuerza y fueron declarados y se dictaron leyes sobre quien cometía dicho acto desde la
antigüedad y la época premoderna.
Desde el otro punto de vista hay quienes analizan a la corrupción, desde una perspectiva
marxista, asociando al capitalismo con la corrupción, la expropiación injusta y la dependencia
externa; y además estos historiadores, la élite o las oligarquías que son quienes ocupan el poder
han fundado su supremacía en prácticas corruptas y criminales y en venderse al imperialismo.
Este panorama nos ofrece unas extensiones generales y supuestos que no han sido probados,
que han sido apropiadamente como armas políticas e ideológicas, pero que no han logrado
explicar los efectos contrarios al incremento característico de la corrupción, en especial bajo
regímenes socialistas revolucionarios.
El trato que se le da a la corrupción a los largo de la historia merece una cautelosa consideración
en lo que corresponde al tema de la continuidad y el cambio. Está más que claro que la
corrupción no es inmutable, es decir no puede cambiar, y no tiene los mismos efectos en cada
entorno ya sea en tiempo o espacio. Cuando hablamos de su continuidad histórica nos hace
referencia a que está fundada sobre algunos defectos o algunas imperfecciones institucionales
y reformas que han fracasado y estas permiten facilitar un legado de corrupción sistemática.
Los costos de la corrupción pueden ser pueden ser de tres formas: directos, indirectos e
institucionales, pero esto solo va a depender de los modos superiores y predominantes de
corrupción que se van a adaptar a lo largo del tiempo. En el caso peruano y en otros países de
Hispanoamérica, hay un modo predominante de corrupción que ha estado ligado al poder
ejecutivo: las ganancias y el botín que son ilegales del patronazgo y eran realizados por virreyes,
caudillos, presidente y dictadores. En un segundo modo, que ha estado firme y ha sido duradero
aunque inestable, lo constituyen las corruptelas de los militares de los propios militares que con
frecuencia están ligados a aquellos contratos de adquisición de armas y equipos. Los costos de
corrupción indirecta incluyen a los que se derivan del contrabando que es un mecanismo que
redujo los ingresos tributarios e incremento la deshonestidad de los empleados públicos de la
época colonial. Cuando entramos ya a la década de los de 1940 pero más aún, de manera
dramática, en la década de 1980, el tráfico de drogas empezó a generar costos indirectos
similares que tocan, mediante sobornos y otras actividades ilegales, a aquellas instituciones
judiciales y del orden público, pero no solo a esas sino también a diversas figuras políticas. Pero
no solo es ese el único costo indirecto que podemos tener en cuenta, sino que también tenemos
que tener en cuenta de la pérdida asociada de las inversiones no solamente extranjeras sino
también nacionales. El Perú es un caso tradicional de un país en donde abunda profundamente
afectado la corrupción administrativa, pero también la corrupción política y sistemática tanto
en tiempos anteriores, como en la actualidad.
En el presente ensayo usted podrá palpar una estrategia narrativa la cual también esta
concadenada de una estrategia descriptiva sobre cuáles fueron los motivos que llevaron a que
los actos de corrupción sean investigados en su momento, y cómo se expusieron al escrutinio
público en diversos periodos y contextos políticos, institucionales y económicos. También se
manifestara y se recalcara la documentación de la lucha de continuas personalidades enemigas
de la corrupción en su declive por modernizar las instituciones, principalmente comenzando por
su ardua labor, esfuerzo y todas sus tribulaciones del reformador ilustrado Antonio de Ulloa en
el Perú de mediados del siglo XVIII; pero no estuvo solo sino que también le siguieron otros
aspirantes al reformismo del periodo republicano, los más destacados son don Domingo Elías,
Francisco García Calderón Landa, Manuel Gonzales Prada, Jorge Basadre, Héctor Vargas Haya y
Mario Vargas Llosa, entre otros. También hay momentos particulares dentro del relato en el cual
se revalúa el papel histórico de autoridades civiles y militares claves como Manuel Amat y
Yunyent, Agustín Gamarra, Antonio Gutiérrez de la Fuente, Juan Crisóstomo Torrico, José Rufino
Echenique, Nicolás de Piérola, Andrés Avelino Cáceres, Augusto B. Leguía, Manuel Prado, Víctor
Raúl Haya de la Torre, Manuel Odría, Juan Velazco Alvarado, Alan García y Alberto Fujimori,
sobre la base de evidencias nuevas y revisadas de los mecanismos y redes de corrupción
detectados.
En el presente trabajo se dará a conocer cada uno de los siete capítulos del libro “LA HISTORIA
DE LA CORRUPCIÓN EN EL PERÚ”, en la cual cada capítulo está representado por una de las
principales épocas y diversos marcos de corrupción en los cuales fueron testigos ciertos
personajes que denunciaron o que desataron acciones corruptas.
El Primer capítulo del ensayo estará basado en la gran abundancia de corrupción administrativa
sistemática de las patrimoniales cortes virreinales, que había brotado en las raíces de la época
colonial. Aquí no solo había prácticas corruptas sino que también un abuso contra el pueblo
indígena, una vulneración de derechos incontables, que eran productos de la misma corrupción
y el abuso del poder que estaban en manos de las cortes virreinales. También se verá el descuido
que hubo en la administración de las minas, el generalizado contrabando, y una modernización
administrativa que fue frustrada.
En el segundo capítulo se verá la representación del legado de la corrupción colonial, bajo las
nuevas condiciones posteriores a la independencia del Perú, también se llevará a cabo el gran
abuso de los jefes a través de las redes del patronazgo, en los cuales los caudillos abusaban de
su poder de patrones, estas redes de patronazgo permitían el despojo y la confiscación de bienes
privados, el saqueo “patriótico” que al no contar con recursos financieros, los líderes y caudillos
militares que apoyaron la causa emancipadora abusaron de la expropiación, las corruptelas y el
crédito externo e interno del nombre de la causa patriota, el abuso del crédito nacional, las
políticas comerciales locales, y externas distorsionadas, una diplomacia venal y un contrabando
arraigado, aspectos todos que minaron las bases de la nueva república.
Aquí en este Tercer Capítulo se abre una gran ola de corrupción a raíz de la comercialización del
guano, también se evalúa el impacto de los vínculos corruptos entre las camarillas gobernantes
las cuales se influenciaban en los asuntos del estado y unos cuantos intereses extranjeros
contribuyeron a una extensa corrosión que era un desgaste paulatino de los cuerpos metálicos
por acción de agentes externos, que en medio del frenesí de la malversación de los recursos
públicos, incubó la inconsciencia ante los peligros de una desastrosa guerra que se venía
avizorando y aguardando cautelosamente.
En el cuarto capítulo se apreciará una época de modernización pero no en su totalidad, sino solo
será una modernización parcial, pero que fue de mucha importancia para la historia del Perú, y
se enfoca en el retorcido renacer del Estado y los militares después de la Guerra del Pacífico, es
aquí donde surge Leguía, un modernizador civil decidido a mantener el control déspota
mediante múltiples medios corruptos en la política, los negocios y los medios de comunicación.
El quinto capítulo está enfocado a la oscura situación política y económica surgida a partir de las
crisis que comenzó en la década de 1930, que ocultó a venales dictadores militares y líderes
populistas, y limitó la democracia electoral mediante pactos secretos contrarios al interés
público.
PRIMERA PARTE