Tema 2 Filosofia
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MÉTODOS DE LA FILOSOFÍA
1. Cómo aprender a preguntar Toda reflexión filosófica se inicia con una buena pregunta., Incluso,
cuando comenzamos a pensar o a dialogar con una afirmación, el primer signo de actitud filosófica es
que inmediatamente la ponemos en cuestión mediante una pregunta. Pero, no todas las preguntas son
iguales. Debemos aprender a distinguir preguntas filosóficas de preguntas que no lo son, aprendiendo a
preguntar de modo filosófico. Preguntas filosóficas clásicas Hay preguntas filosóficas clásicas que nos
sirven de modelo para aprender a preguntar. Por ejemplo: • ¿Qué es la justicia? • ¿Qué es la ciencia? •
¿Qué es la felicidad? En todos estos ejemplos se pregunta por la definición de un concepto básico. Son
preguntas que tienen la forma: "¿Qué es X?". Esta es una forma típica de preguntar de modo filosófico.
Para que la pregunta sea filosófica no tenemos que estar pensando en temas tradicionales. Una pregunta
como: "¿Qué es una empresa?" es filosófica, si lo que queremos es pensar el concepto de empresa. y no
simplemente obtener una definición de diccionario. 1.1 Cómo poner en cuestión Otra forma de preguntar
de modo filosófico es indagar por las razones en las que se apoya una creencia. Todos tenemos opiniones
sobre muchos temas, pero empezar a filosofar implica ser capaces de ponerlas en cuestión, examinando
su validez. Como la validez de un pensamiento depende en buena medida de los argumentos que lo
sostienen, el que filosofa siempre pide argumentos. Por ejemplo: • ¿Por qué pensar que matar es malo? •
¿Por qué creer que existe una realidad objetiva? • ¿Por qué se afirma que tenemos alma? Nótese que lo
que se pregunta en cada caso es por razones o argumentos para creer algo. Es muy distinto cuan- do se
pregunta por la causa de algo, por ejemplo: 11 ¿Por qué llueve?". Esta es una pregunta científica, no
filosófica. Por tanto, no toda pregunta que comienza por un "¿Por qué ... " es filosófica. Como la validez
de un pensamiento depende en buena medida de los argumentos que lo sostienen) el que filosofa
siempre pide argumentos.
1.2 EN QUE ME DEBO BASAR? Al filosofar debo buscar razones sé idas para basar mis creencias. En el
siguiente tema estudiarás diferentes formas de argumentar una posición. Sea lo que hagas para apoyar
tu opinión, debes permanecer alerta y no contentarte con la primera respuesta que se te ocurra. El
examen de las creencias debe ser continuo, lo que significa que también es necesario cuestionar y
evaluar los argumentos. Un buen filósofo siempre pregunta: 11 ¿El argumento es bueno?".
1.3 Dudar de forma radical La búsqueda de la certeza puede convertirte en un pensador exigente. La
práctica de la filosofía implica una buena dosis de escepticismo. El que adopta una actitud escéptica es
alguien que se mantiene despierto, examinan- do cuidadosamente el valor de cada pensamiento y
argumento que se le ocurra o se le presente. La duda es inseparable de la filosofía: el que filosofa no
confía ciegamente en cualquier opinión y, sobre todo, duda de la propia. La duda puede aumentar en
intensidad y alcance, puede ser cada vez más radical. Si esto sucede, con cada nueva pregunta se ataca
de manera más profunda la raíz de un asunto. Aprender a dudar de lo más básico Y obvio, hace parte del
quehacer filosófico. Cuando ya dudamos incluso de nuestra propia existencia, llamámos a esta postura
duda metafísica.
1.4 Por qué mis opiniones son cuestionables? También debes permitir que otros te pregunten,
cuestionen lo que opinas y te lo critiquen. Como no existen verdades absolutas y todas requieren de
evaluación crítica, no te apegues a tus opiniones como si fuesen parte de ti.
1.5 Un método filosófico clásico Todo método filosófico es un camino para hallar la verdad. El filósofo
griego Platón y su maestro Sócrates practicaban el método de dialogar con otros, debatiendo creencias y
examinando argumentos. Sócrates acostumbraba hacer preguntas a sus interlocutores para ponerlos en
cuestión.
1.6 Cómo funciona la refutación socrática Paso 1: Preguntar por una definición Uno de los interlocutores,
lIamémoslo Q, formula una pregunta de la forma: "¿Qué es X?" o de la forma: "¿X es Y o X es Z?".
Pregunta, por tanto, por la definición de un concepto. El otro interlocutor, lIamémoslo H, responde
lanzando una hipótesis: una oración que exprese una creencia y en la que se defina el concepto. Paso 2:
Pedir que se aclare la definición Renglón seguido, Q le pide a H, mediante preguntas, que aclare el
sentido de su afirmación. Puede preguntarle si lo que ha dicho implica creer en otra cosa. Paso 3: Sacar
implicaciones inaceptables de las tesis aceptadas Q le pregunta a H si a partir de las tesis que ha
aceptado no se deducen conclusiones inaceptables para H. Paso 4: Consumar la refutación Q le hace ver
a H que mantener la hipótesis inicial sólo se puede hacer aceptando las tesis que implica y que si él no
está de acuerdo con esas tesis, debe rechazar la hipótesis. Si la hipótesis es rechazada, se la considera
refutada y H debe lanzar una nueva para que el proceso se repita. Si H mantie- ne la hipótesis y las tesis
implicadas, Q continúa aplicando los pasos 2 y 3.
1.7 Cómo preguntar de modo filosófico? 1.Preguntarse por la definición de un concepto ¿Qué es X? 2.
Preguntarse por las razones para apoyar una creencia ¿Por qué razón creer que P? 3. Preguntarse por la
calidad de los argumentos ¿El argumento X es bueno?
1.8 Métodos filosóficos basados en preguntas Duda Radical: considerar como inaceptable lo que ofrezca
la más mínima duda. Duda Moderada: Examinar continua y cuidadosamente cada paso de la reflexión.
Refutación Socrática: Poner a prueba una opinión preguntando si de ella se extraen conclusiones
inaceptables.
2. Cómo aprender a analizar El examen de las propias creencias y de las ajenas no consiste solamente en
preguntar por los argumentos que las apoyan y evaluarlos. Cómo el método de la refutación socrática
enseña, filosofar también consiste en pensar loas implicaciones de una creencia y examinarlas. Pero
ambas cosas no son posibles si antes no es claro lo que la creencia significa, si antes no se ha analizado su
contenido.
2.2 Cómo analizar el contenido de una creencia Toda creencia o toda opinión se expresa por lo general en
una oración completa con sentido. Analizar el contenido de una creencia es preguntarse por el
significado de cada una de las partes de la oración con la que se expresa la creencia.
2.2.1 El significado de los términos clave. Por supuesto, no todas las partes generan dificultad, así que
hay que aprender a distinguir los términos clave. Por ejemplo, si yo afirmo que "Todo lo que vivo es un
sueño" o que "Una opinión es verdadera dependiendo del punto de vista de cada cual", en cada oración
puedo distinguir términos clave: "lo que vivo" y "sueño" en la primera y "verdadera" y "punto de vista de
cada cual" en la segunda. El análisis consiste en preguntar qué es lo que se debe entender por cada uno
de esos términos.
2.2.2 Afirmaciones sin sentido . El análisis puede permitir desechar creencias o preguntas sin sentido.
Ejemplo: Donde está el espacio? Es una pregunta absurda, pues la definición más básica del término
clave “espacio” es la de un lugar en el que todo se encuentra.
2.2.3 Técnicas para aclarar el significado de un término. En qué sentido se está usando la palabra X, o qué
es lo que en este contexto se entiende por X.?. Pero Cómo saber lo que la palabra está significando?:
2.2.3.1 Pensar en el término opuesto. Blanco-vs negro, Subjetivo vs objetivo. 2.2.3.2 Pensar en un
ejemplo. Así le ayudo a la otra persona entender de qué estoy hablando.
2.2.3.3 Utilizar la estrategia de la traducción. Reemplazo el término con una palabra que no altere el
significado de la creencia. Cómo analizar una pregunta Es fácil formular una pregunta con apariencia
filosófica y lan- zarse, sin más, a responderla. Pero así como toda opinión requiere de un análisis previo,
también las preguntas deben ser analizadas, pues podemos caer en la trampa de hacer preguntas que
suponen cosas falsas, inciertas o discutibles. Si alguien nos pregunta: ¿desde hace cuánto no asesinas
iguanas para comértelas?, no le debemos responder. La pregunta supone que en el pasado hemos
consumido iguanas yeso puede ser falso. También supone que hemos comido iguana y, aunque eso
puede ser cierto, el uso de palabra "asesinato" en la pregunta supone que hemos echo algo malo, lo que
es discutible. Si la pregunta que se nos plantea contiene un término no definido previamente, hay que
examinar su sentido de la misma forma que se hace en el caso de las opiniones. La pregunta por la
definición, "Quién es X", es el tipo de pre- gunta ideal para iniciar una reflexión filosófica, ya que no
suponen nada y obligan más bien a analizar y posteriorente evaluar las posibles respuestas. 3. COMO
APRENDER A ANALIZAR El examen de las propias creencias y de las ajenas no con- siste solamente en
preguntar por los argumentos que las apoyan y evaluarlos. Como el método de la refutación socrática
enseña, filosofar también consiste en pensar las implicaciones de una creencia y examinarlas. Pero
ambas cosas no son posibles si antes no es claro lo que la creen- cia significa, si antes no se ha analizado
su contenido.
3.1 Cómo analizar el contenido de una creencia Toda creencia o toda opinión se expresa por lo general en
una oración completa con sentido. Analizar el contenido de una creencia es preguntarse por el
significado de cada una de las partes de la oración con la que se expre- sa la creencia.
3.1.1 El significado de los términos clave. Por supuesto, no todas las partes generan dificultad, así que
hay que aprender a distinguir los términos clave. Por ejemplo, si yo afirmo que "Todo lo que vivo es un
sueño" o que "Una opinión es verdadera dependiendo del punto de vista de cada cual", en cada oración
puedo distinguir términos clave: "lo que vivo" y "sueño" en la primera y "verdadera" y "punto de vista de
cada cual" en la segunda. El análisis consiste en preguntar qué es lo que se debe entender por cada uno
de esos términos.
3.1.2 Afirmaciones sin sentido. El análisis puede permitir desechar creencias o preguntas sin sentido.
"¿Dónde está el espacio?" es una pregunta absurda, pues la definición más básica del término clave
"espacio" es la de "el lugar en el que todo se encuentra". Otro ejemplo: si afirmo que "el terremoto tiene
la intención de hacer- nos daño", también digo algo absurdo, pues la palabra clave "intención" sólo se
aplica a personas y en casos excepcionales a animales.
3.1.3 Técnicas para aclarar el significado de un término. ¿En qué sentido se está usando la palabra X? o
¿qué es lo que en este contexto se entiende por X? son excelentes preguntas para analizar el contenido
de una afirmación. Pero ¿cómo saber lo que la palabra está significando? He aquí tres métodos
efectivos: a- Pensar en el término opuesto. Si me cuesta trabajo pensar qué puede significar "subjetivo"
en una frase, puedo pensarlo como el opuesto de "objetivo". Pero si opongo "subjetivo" a "verdadero",
cometo un error, pues "subjetivo" no es lo mismo que "falso". b- Pensar en un ejemplo. Así le ayudo a la
otra persona a entender de qué estoy hablando. Si no encuentro con facilidad el ejemplo, es muy
probable que tenga un concepto confuso. c- Utilizar la estrategia de la traducción. Busco una palabra con
la que pueda reemplazarse el término en cuestión sin que se altere el significado de la creencia. Quizás la
nueva palabra sea más clara. Quizás incluso deba cambiar la palabra.
3.2 Cómo analizar una pregunta Es fácil formular una pregunta con apariencia filosófica y lanzarse, sin
más, a responderla. Pero así como toda opinión requiere de un análisis previo, también las preguntas
deben ser analizadas, pues podemos caer en la trampa de hacer preguntas que suponen cosas falsas,
inciertas o discutibles. Si alguien nos pregunta: ¿desde hace cuánto no asesinas iguanas para
comértelas?, no le debemos responder. La pregunta supone que en el pasado hemos consumido iguanas
yeso puede ser falso. También supone que hemos comido iguana y, aunque eso puede ser cierto, el uso
de la palabra "asesinato" en la pregunta supone que hemos hecho algo malo, lo que es discutible. Si la
pregunta que se nos plantea contiene un término no definido previamente, hay que examinar su sentido
de la misma forma que se hace en el caso de las opiniones. La pregunta por la definición, "Quién es X", es
el tipo de pregunta ideal para iniciar una reflexión filosófica, ya que no suponen nada y obligan más bien
a analizar y posterior- mente evaluar las posibles respuestas. 3.2.1 Cómo dialogar
argumentativamente Para que nuestras reflexiones sean cuidadosas y bien hechas, es bueno disponer
siempre de algún interlocutor que las cuestione. En este sentido, el diálogo filosófico, o diálogo
argumentado, es uno de los mejores métodos para pensar con rigor. Una discusión filosófica no debe
entenderse como una pelea. Al dialogar nos podemos ver obligados a aceptar que estamos equivocados,
que no hemos perdido, sino que hemos ganado, pues se ha aprendido algo nuevo. 3.2.2 Tipos de
desacuerdo Por lo general, un debate se origina en un desacuerdo. Para desarrollar con rigor un diálogo
argumentado, hay que comenzar por identificar el tipo de desacuerdo. ¿Sobre qué estamos debatiendo?,
es una útil pregunta filosófica Desacuerdos verbales. Cuando las personas no están de acuerdo en el uso
de una palabra. Se resuelve haciendo precisión sobre el término, acordando un nuevo uso del término o
cambiándolo. Desacuerdos sobre la verdad de una creencia. Se resuelve defendiendo la creencia con
argumentos que la hagan evidente, atacando la creencia con argumen- tos que muestren su falsedad,
proponiendo un contrae- jemplo o sencillamente cambiando de creencia. Desacuerdos sobre la
pertinencia de un argumento. Cuando las personas no están de acuerdo en que el argumento sirve para
sustentar la tesis en discusión. Se resuelve defendiendo el argumento con nuevos argu- mentos que lo
hagan relevante o cambiando el argu- mento. Desacuerdos con respecto al peso de un argumen- to.
Cuando las personas no están de acuerdo en que el argumento es bueno. Se resuelve defendiendo el
argu- mento con nuevos argumentos que lo hagan más fuer- te o cambiando el argumento. 3.2.3 Qué
argumentos son mejores Cuando dialogamos argumentadamente debemos eva- luar los argumentos
propuestos. Pero ¿cómo saber si un argumento es mejor que otro? Estudiando los tipos de argumentos y
sus reglas de construcción; es decir, estu- diando lógica. Por el momento, podemos aprender a usar dos
procedimientos elementales para poner a prueba un argumento: • El test de validez. Cada vez que
alguien proponga un argumento, distingamos las razones o premisas ofreci- das de la tesis o conclusión
que se quiere defender. Luego de ello, preguntemos: ¿la pretendida conclusión del argumento puede
establecerse sl-rnpre a partir de las razones ofrecidas? Si la respuesta :./ .va, recha- zamos el argumento;
si es afirmativa ' .. ~ .mos acep- tar como un argumento válido. • El test de las premisas. Si el argumento
es válido, pasa- mos al segundo test. Esta vez preguntamos: ¿Son cier- tas las premisas? Si no son
ciertas, rechazamos el argumento; si son ciertas podemos concluir que el argu- mento es sólido o
bueno. 3.2.4 Reglas para dialogar argumentadamente El fin de un diálogo argumentado en filosofía es
llegar a 1 una verdad, llegar a un acuerdo sobre lo que se debe hacer, o aumentar la comprensión. Si sólo
persigues la victoria o la fama en una discusión, no estás filosofando. La regla básica es, por lo tanto,
dialogar con el propósi- to de lograr una meta común, valiosa en sí misma. He aquí otras reglas: •
Principio cooperativo. Coopera haciendo aportes que permitan lograr el objetivo común. • Regla de
cantidad. Di sólo lo necesario. Y lo suficiente. • Regla de cualidad. Sé honesto. Di lo que creas que es
verdad. Obvio: ¡Argumenta bien! • Regla de relevancia. No cambies el tema. • Regla de modo. Se claro,
preciso y ordenado. Por supuesto estas reglas suponen ciertas actitudes por parte de los interlocutores.
Si eres una persona terca, obs- tinada, poco consecuente, pedante, dogmática o indiferen- te a lo que los
otros piensan, es lógico que la conversación, si es que se logra hacer, no irá a ninguna parte. Tienes que
tener mente abierta, ser sencillo y paciente. 3.2.5 Pasos para dialogar argumentadamente 1. Estar
dispuestos a cumplir con las reglas y tener la acti- tud necesaria. 2. Identificar el tipo de desacuerdo y
actuar en conse- cuencia. 3. Evaluar cada argumento aplicando: • El test de validez. • El test de las
premisas. 4.Cómo aprender a interpretar texto Muchas veces discutimos sobre la forma correcta de
interpretar un texto. La filosofía se desarrolla en su mayor parte en los escritos y muchos debates en
filosofía son sobre la manera adecuada de interpretarlos. ¿Existen interpretaciones objetivas? O ¿toda
interpretación es puramente subjetiva? Es evidente que los prejuicios, que no son otra cosa que hábitos
de pensamiento que no hemos examinado críticamente, influyen enormemente en la interpretación de
un texto. Solemos leer buscando encontrar lo que ya creemos solemos atribuirle al texto nuestras
propias opiniones. La filosofía nos enseña a precavernos de estos malos hábitos de lectura y nos da las
herramientas para que los prejuicios no se conviertan en obstáculo para la cmprensión de un texto. 4.1
Cómo asegurar mi interpretación De esta forma podemos separar nuestras creencias previas de lo que el
texto dice. Por lo general esto sólo se logra leyendo. Cada vez que interprete algo debo hacer explícito el
punto o vista desde el cual estoy leyendo; eso al menos le per- ite a los otros reconocer la intención de mi
lectura. 4.2. Los textos filosóficos Los textos filosóficos no son como las otras lecturas. Aunque
contienen información, ésta no es lo más importante. Aunque algunos son literaria mente placenteros,
esto no es lo esencial. Los textos filosóficos se caracterizan, en cambio, porque transforman nuestra
manera de pensar. Por lo general, los problemas de interpretación de un texto filosófico se originan
porque el lector no quiere que el texto ponga en cuestión sus viejas creencias. Si leemos con mente
abierta, podemos permitir que el texto "nos discuta". Al ponernos en la posición del autor del texto, lo
comprenderemos. 4.3.Pasajes conflictivos Los pasajes de un texto filosófico que nos generan más
confusión son una invitación a filosofar. El propósito de un texto filosófico es ponernos a pensar,
estimulando nuestra capacidad de razonar mediante inquietudes y preguntas. Hay que ponerle atención
a esos pasajes con- flictivos. En muchas ocasiones no comprendemos lo que un filósofo dice
sencillamente porque insistimos en enten- der las palabras que usa en un sentido propio y no en el
sentido del autor. 4.4.Cómo dialogar con el texto Para llevar a cabo la tarea de comprender un texto no
sólo hay que permitir que el texto nos cuestione, también hay que hacerle preguntas y ver si las
responde. Hay que dia- logar con el texto y ese diálogo es posible porque en cada lectura podemos
encontrar algo nuevo. 4.5. ¿Cuándo he comprendido? La comprensión es una tarea abierta que nunca
termina. Sobre todo con textos filosóficos. Sin embargo, lo que allí encontramos a menudo, es el
recuento escrito que hace un pensador del proceso de reflexión que lo llevó a una conclusión, de la forma
como trató una pregunta o de la serie de pensamientos que lo condujo a otra. En este sentido, todo
texto filosófico tiene partes, contie- ne argumentos y, por tanto, es posible analizarlo distin- guiendo sus
momentos más importantes, separando sus razonamientos y distinguiendo sus preguntas y tesis más
importantes. ¿Qué es lo que el autor quiere probarnos? ¿Cuál es la pre- gunta que está tratando de
resolver? ¿Cuál es el argumen- to? ¿Qué tesis está criticando? ¿Qué argumentos está examinando?
Todas estas son las preguntas que debemos hacernos para comprender un texto filosófico. Hay que
tener en cuenta que en todo texto filosófico hay la exposición de un diálogo implícito. Como filosofar es
razonar o argumentar sobre problemas, y para argumen- tar hay que dialogar con tesis opuestas o
alternativas, es inevitable que en la presentación de una reflexión se mencionen las posiciones adversas.
4.6. Una de las mayores dificultades en la comprensión de lec- tura es la confusión entre las ideas propias
del autor y las que él mismo está cuestionando. Ahora bien, no siempre lo que dice un filósofo es definiti-
vo. Es natural que en un momento del texto lance una hipótesis que luego él mismo rechace. Pero esto
es lógi- co ya que se trata de la narración de un razonamiento en proceso, de una reflexión en obra.
Publicado por Laureano Gutiérrez en 10:33