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Arboledas La Orden de Santiago

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PEDRO ANDRES PORRAS ARBOLEDAS

LA ORDEN DE SANTIAGO EN EL SIGLO XV


LA PROVINCIA DE CASTILLA

Dykinson
Caja Provincial de Ahorros de Jaén
Comité Español de Ciencias Históricas
1997

5
Este trabajo ha sido publicado con las generosas aportaciones de la Caja
Provincial de Ahorros de Jaén y del Comité Español de Ciencias Históricas.

© PEDRO ANDRES PORRAS ARBOLEDAS Madrid 1997

DYKINSON, S.L. Meléndez Valdés, 61. 28015 Madrid


Aptdo. 8269. Teléfonos 544 28 46 – 544 28 69

ISBN: 84-8155-279-8
Depósito Legal: M- 32690 -1997

Fotocomposición. SAFEKAT, S.L.


Impresión: JACARYAN, S.A.
Avda. Pedro Díez, 3 – 28019 Madrid

Queda prohibida la reproducción total o parcial de este volumen

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A mis padres

Esta tesis doctoral fue leída en la Facultad de Geografía e Historia de la Universi-


dad Complutense de Madrid el 28 de octubre de 1981, obteniendo la calificación de
Sobresaliente cum laude. Estaba presidido el Tribunal por don Luis García de Val-
deavellano y Arcimis y contaba con los vocales siguientes: don Antonio Rumeu de
Armas, don José Manuel Pérez-Prendes Muñoz de Arracó, don José Luis Martín
Rodríguez y don Miguel Ángel Ladero Quesada. El Profesor Ladero fue el director
del trabajo.

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PROLOGO

Las investigaciones sobre los señoríos de las Ordenes Militares de Santiago y Calatra-
va en la Corona de Castilla han podido avanzar mucho en el último cuarto de siglo gracias a
la puesta a disposición de los estudiosos de un conjunto amplio de Libros de Visita corres-
pondientes a la segunda mitad del siglo XV y comienzos del XVI, época que apenas había
llamado antes la atención de los historiadores desde los puntos de vista que los Libros permi-
ten. En ellos, los visitadores de la Orden respectiva relatan su misión en viaje por las enco-
miendas, prioratos y otras dependencias y proporcionan datos sobre las rentas, la población, el
régimen de vida en sus variados aspectos, las condiciones de defensa y el cumplimiento de la
normativa vigente. Sobre la base de estos Libros y de las restantes fuentes medievales disponi-
bles se desarrolló un primer programa de trabajos entre 1972 y 1983 al que corresponden las
tesis doctorales de Emma Solano Ruiz, Daniel Rodríguez Blanco y Pedro Porras Arboledas:1
me complace mucho prologar ésta última cuando, por fin, toma la forma de libro convenien-
temente editado sin que lo tardío de su publicación reste un ápice al interés y utilidad que
tiene, porque en él priman los criterios de utilidad y concisión: se trata de exponer claramente
la enorme cantidad de datos sistematizados y situarlos en marcos explicativos precisos, con
objeto de abrir nuevas posibilidades de conocimiento sobre la historia castellana del siglo XV.
Esta finalidad implica que no todos los aspectos de la historia de la Orden y de la
realidad de sus señoríos se traten con la misma extensión. El relato de las actividades políticas
de sus maestres y principales personajes dentro de la general de Castilla se reduce al mínimo
imprescindible para disponer de unas coordenadas temporales de carácter general. En cambio,
el estudio de las instituciones que regulaban la vida de la Orden es más detallado porque los
estatutos y ordenanzas y los mismos Libros permiten conocer muchos aspectos nuevos sobre la
situación efectiva a fines de la Edad Media, y lo mismo sucede con las interesantes páginas
destinadas a mostrar la presencia de miembros de los linajes nobles del reino en oficios de la

1
E. Solano Ruiz, La Orden de Calatrava en el siglo XV. Los señoríos castellanos de la Orden al fin de la Edad Media, Sevilla,
Publicaciones de la Universidad, 1978, 495 p. D. Rodríguez Blanco, La Orden de Santiago en Extremadura a fines de la
Edad Media, Badajoz, Diputación Provincial, 1985, 408 p. [La tesis original es más amplia en aspectos fundamenta-
les]. Planteamiento del cuestionario de investigación seguido en estas tres tesis en mi artículo, “Comentario sobre los
señoríos de las órdenes militares de Santiago y Calatrava en Castilla la Nueva y Extremadura a fines de la época
medieval”, en Las Ordenes Militares en el Mediterráneo Occidental (s. XII-XVIII), Madrid, Casa de Velázquez-Instituto de
Estudios Manchegos, 1989, pp. 169-180.

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Orden. El resto de la obra se dedica al estudio detallado de los señoríos: 13.500 km² y 112
núcleos de población distribuidos casi sin solución de continuidad en tierras de las actuales
Castilla la Nueva, Alta Andalucía y Murcia sustentaban la imponente realidad señorial de la
Orden en su Provincia de Castilla. Los datos referentes a la organización de la sociedad y sus
actividades económicas permiten comprender mejor muchos aspectos y tendencias que otras
investigaciones, casi siempre más recientes, han puesto también de manifiesto: la intensidad
del proceso de nuevas roturaciones desde mediados del siglo XV, la estabilidad en los rendi-
mientos cerealistas y la importancia de las dehesas en un mundo exclusivamente rural; el desa-
rrollo en él de una notable actividad manufacturera textil, pero casi siempre en sus primeras
fases y vinculada a la terminación y venta del producto en plazas exteriores al señorío, aunque,
dentro de él, Ocaña tiene cierta importancia al respecto. La composición estamental de la
sociedad marca una clara diferencia entre la zona de Toledo —abundancia relativa de hidal-
gos— y la de La Mancha, Murcia y Alta Andalucía, donde apenas hay y ocupa sus funciones
la caballería de cuantía. Esta era una realidad común al resto de las respectivas regiones, así
como el abrumador porcentaje de pecheros dedicados a los trabajos rurales, no más de un
tercio entre ellos en posesión de la suficiente cantidad de tierra y derechos de uso como para
subsistir sólo con su explotación. En cambio, la presencia más abundantes de mudéjares
constituye, hasta cierto punto, una singularidad de los señoríos de las Ordenes en la Meseta
Sur.
Las cifras de vecindario de cada lugar figuran en los cuadros correspondientes para
varios años, entre 1468 y 1525. Se trata, en todos los casos, de vecinos pecheros: 13.500 a
14.000 en el año 1468, en torno a 15.100 en 1494 y a 16.200 en 1508, lo que supone un
crecimiento global del veinte por cierto en cuarenta años, una vez superada la crisis de los años
1503 a 1507, y el aumento de población de numerosos núcleos de modo que si en 1468 los
situados entre 100 y 500 vecinos eran el 32 por 100, en 1525 son el 53 por 100, y el de los
núcleos menores de cien vecinos ha descendido del 63 al 39 por 100. Aunque menos densa-
mente poblada y con menor población en cifras absolutas que la Provincia de León, que
comprendía las tierras de Extremadura y algunos enclaves en Andalucía occidental, las mismas
tendencias demográficas se dan también en la de Castilla. El estudio de Pedro Porras contribu-
ye eficazmente en este aspecto a posibilitar una historia demográfica pre-estadística del siglo
XV.
En los Libros de Visita se detallan minuciosamente el nombre, procedencia y cuan-
tía de los derechos, rentas e impuestos que percibe la Orden, lo que permite un estudio tanto
cualitativo como cuantitativo. En el primer aspecto, se perfila una clasificación y tipología de
los ingresos que aclara algunas características propias del régimen señorial de Ordenes Milita-
res dentro de la sociedad castellana de la época y pone de manifiesto la profunda unidad del
conjunto fiscal como soporte, uno de los principales, de la permanencia y transformación de las
relaciones sociales, económicas y de poder dentro del sistema, en el que juega un papel funda-
mental y estabilizador el régimen concejil y su control por las oligarquías locales. Al aparecer
en los Libros la renta dividida no sólo por conceptos sino también por encomiendas y otros
organismos y oficios, es posible conocer también muchas cuestiones relativas a su reparto pero
no sucede lo mismo con el gasto porque carecemos de previsiones, cuentas o justificantes donde
se detalle. La diversidad de niveles de renta entre unas y otras encomiendas, prioratos y con-
ventos es evidente aunque puede aceptarse una rentabilidad media de las encomiendas situada

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entre los 70.000 y los 150.000 maravedíes/año. La renta global de la Provincia de Castilla
es ligeramente inferior a la de León sólo en lo que se refiere a los ingresos en especie, bajo la
forma de trigo y cebada, no en los percibidos en dinero pero su reparto es muy distinto: mien-
tras en la de León la mesa maestral dispone de un 40 por 100 del total en dinero y más de
60 por 100 de lo cobrado en especie y el resto se reparte entre las encomiendas, en la de Casti-
lla la mesa maestral sólo alcanza a percibir en torno al 10 por 100 de la renta ya a comien-
zos del XVI. De los 16.000.000 de maravedíes que la mesa percibía en los reinos de Castilla,
más del 85 por 100 procedía de las tierras neocastellanas, extremeñas, murcianas y andaluzas
de ambas provincias, que alimentaban también al mismo porcentaje de encomiendas. En
conjunto se puede estimar una cifra superior a los 110.000 ducados (a razón de 375 mrs.
cada uno), lo que pone de manifiesto la enorme importancia política que tenía para la monar-
quía el control de la Orden, a través de su maestrazgo, y el empeño con que los Reyes Católicos
lo buscaron y obtuvieron.
Un libro no muestra sólo los resultados de la investigación, en este caso, excelentes por
su originalidad, abundancia y calidad, sino también algo de la personalidad de su autor: capa-
cidad de síntesis, de clasificación interpretativa y esclarecedora, más allá de la acumulación de
datos fruto de una investigación minuciosa. E, indirectamente, esta publicación pone de mani-
fiesto otra característica de Pedro Porras como es su excepcional tenacidad, la permanencia a
través de los años de un impulso investigador que encuentra en sí mismo sus propias justifica-
ciones y satisfacciones. Publicar su tesis doctoral era algo que se debía a sí mismo y es de agra-
decer que lo haya conseguido porque los beneficiarios de tamaño esfuerzo serán, ya para siem-
pre, sus lectores.

Miguel-Angel Ladero Quesada

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INTRODUCCION

El libro que el lector tiene ahora entre sus manos fue el resultado de la tesis docto-
ral que el autor defendió hace más de tres lustros; hay quien dice que los trabajos científi-
cos dejan de tener interés pasados diez años de su confección, pero no puedo estar de
acuerdo con esto. Desde que en 1979-1981 realicé este estudio no han sido pocos los traba-
jos que se han redactado sobre este mismo tema, tocando algunas materias o parcelas geo-
gráficas incluidas en mi tesis, ignoro si yendo directamente a las fuentes o bebiendo de ellas
a través de la edición reprografiada que en 1981 me publicó la Universidad Complutense;
ya poco importa, esperemos que esta publicación ponga fin a este continuo tejer y destejer
que caracteriza a los trabajos sobre las Ordenes Militares en tierras manchegas y otras cer-
canas durante las Edades Media y Moderna.
Cuando, después de tanto tiempo, se tiene la oportunidad de editar con dignidad un
trabajo como ahora ocurre se le plantea al autor la duda de si debe dejarlo tal cual fue con-
cebido en su momento o si, por el contrario, debe proceder a una reelaboración más acorde
con los nuevos tiempos o con la metodología al uso dominante en esta época en que se ha
pretendido enterrar a la Historia. La tentación de adoptar esta segunda postura no ha sido
pequeña, pues evidentemente los años no han pasado en balde y el mismo trabajo, ideado
en estos momentos desde el principio, sería diferente del que escribí entonces, apenas ter-
minada mi Licenciatura en Historia. Sin embargo, el respeto por mi propio trabajo me ha
impuesto el vencer dicha tentación, dejando la investigación en su estado original; de he-
cho, si como primera obra de investigación puede contener ingenuidades, a cambio, por
serlo, puede que tenga la frescura del que se inicia en este difícil e ingrato campo.
Así pues, en su conjunto, este libro refleja lo mismo que en su día sirvió como
tesis doctoral, aunque se ha pulido el texto, eliminando o corrigiendo errores, inexactitudes
u olvidos; sólo se ha eliminado el listado de la bibliografía consultada o utilizada. En cam-
bio, el capítulo sexto se ha ampliado bastante, gracias al esfuerzo que realicé en el mismo
año 1981, cuando el Instituto de Estudios Fiscales y el Profesor don César Albiñana, su
director entonces, tuvieron la gentileza de encargarme una investigación sobre la Hacienda

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de las Ordenes Militares en la Baja Edad Media castellana. Con esa ocasión pude analizar
exhaustivamente los datos financieros de la Orden; al haber quedado inédita esa investiga-
ción, ahora me he permitido trasponer aquellos datos al presente trabajo, mucho más com-
pletos que en la redacción original.
Así mismo, he añadido en el último de los apéndices una breve relación de los
documentos que en su día manejé, escogiéndolos por su interés jurídico o institucional. No
quisiera terminar esta introducción sin agradecer la colaboración de todos aquellos que
hicieron posible la redacción de esta tesis, muy especialmente al doctor don Miguel-Angel
Ladero Quesada, por su generosidad y su paciencia dignas de encomio. También es de
justicia agradecer al profesor Pérez-Prendes su asesoramiento a la hora de enfrentarme con
la entonces novedosa para mí terminología jurídica y sus contenidos subyacentes; proba-
blemente sin la conducción del profesor Ladero y las precisiones del profesor Pérez-
Prendes el trabajo habría adolecido de fallos apreciables. Afortunadamente el trabajo llegó
a buen puerto, a pesar del escaso tiempo en que se realizó —apenas dos años hábiles—. Por
otro lado, también quiero tener unas palabras de agradecimiento para aquellas personas e
instituciones que han hecho posible la publicación del trabajo, después de un largo y exas-
perante periplo de quince años a la búsqueda de un editor. En primer lugar a mi amigo José
Sánchez-Arcilla y a Rafael Tijeras, de la Editorial Dykinson, que me brindaron el procedi-
miento editorial adecuado; a los presidentes tanto de la Caja Provincial de Ahorros de Jaén
como del Comité Español de Ciencias Históricas, por su apoyo económico, a mi entrañable
amigo Miguel Ruiz Durán por todas sus exitosas gestiones y a Tomás García García por su
gentileza a la hora de cederme sus fotografías sobre Segura de la Sierra, una de las cuales
aparece en portada. También tengo que recordar a mi padre, que realizó pacientemente la
veintena de ilustraciones que acompañan al trabajo. Sin todas estas generosas y desintere-
sadas colaboraciones este libro dormiría el sueño de los justos.

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FUENTES

1º) INÉDITAS

ARCHIVO HISTORICO NACIONAL

La documentación fundamental que se ha utilizado para la realización de la presente tesis se


conserva en la Sección de Ordenes Militares, tanto en libros manuscritos como en carpetas.
En cuanto a los primeros, estos han sido los manejados:

1.233c, Visita de 1468 para toda la Provincia.


1.063c, Visita de 1478, excepto Murcia.
1.064c y 1.065c, Visitas de 1480.
1.066c y 1.067c, Visitas de 1494.
1.068c y 1.069c, Visitas de 1498.
1.070c, Visitas de 1499 al Priorato y Campo de Montiel.
1.236c, Visitas de 1500 a toda la Provincia de Castilla, con la excepción de Murcia.
1.071c y 1.072c, Visitas de 1507.
1.073c, Visita de 1508 al Priorato de Uclés.
1.074c, Visita a algunas encomiendas periféricas en 1508.
1.075c, 1.076c y 1.077c, Visitas de 1511, menos Jaén.
1.078c y 1.079c, Visitas de 1515, excepto Jaén.
1.080c, Visitas de 1525 a toda la Provincia de Castilla

Dentro de la misma sección son de interés los libros siguientes

1.238c, Visita a los caballeros profesos castellanos en el Capítulo de Valladolid de 1513.


1.241c, Capítulo general de 1440 y los de don Alonso de Cárdenas.
1.242c, Capítulos de 1477 y 1481.
1.247c, Toma de posesión de don Alonso de Cárdenas (1477).
1.251c, Cuestiones Jacobeas de López Agurleta.
1.253c, Conventos, beneficios y vicarías de López Agurleta.
1.286c, Origen del Consejo de las Ordenes Militares de José López Agurleta.
1.325c, Capítulo general de 1440.
1.409c, Colegiales de San Bartolomé‚ de Salamanca.

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Así mismo, hemos utilizado alrededor de setenta carpetas pertenecientes a las encomiendas,
hospitales y conventos de la Provincia de Castilla. En el apartado Judicial también hemos
consultado algún legajo.

En la Sección de Códices hemos visto los siguientes libros

45b, Regla del siglo XV.


228b, Comendadoras de Sta. Eufemia de Cozuelos y Santa Fe de Toledo.
230b, Varios papeles sobre diferentes asuntos de la Orden, por López Agurleta.
236b, Opúscula varia de la Orden de Santiago, de Agurleta.
307b, Constituciones sinodales del convento de Uclés.
337b-338b, Anales de la Orden de Santiago, de Agurleta
378b, Regla del siglo XV.
838b, Bulario de la Orden de Santiago, por Agurleta.
900b, Capítulos generales de 1477 y 1481.
922b, Constituciones y privilegios del siglo XV.
940b, Ordenanzas de 1175, 1310 y 1440.
1.046b, Tumbo menor de Castilla (1170-1238).
1.309b, Origen e institución de la Orden de Santiago (1517).
1.139b, Tratado histórico-legal sobre la Ordenes Militares. Compuesto por Pedro Cantos
Benítez por orden de S.M. Fernando VI.
1.148b, Actas capitulares de 1440.

También se han consultado legajos y carpetas de las secciones de Sellos, Clero, Inquisición
y Osuna, aunque en corto número.

BIBLIOTECA NACIONAL

Estos son los manuscritos que se pueden consultar:

172, 240, 382, 922 y 931, Libros litúrgicos de Santiago.


833 y 8.582, Establecimientos de Santiago.
869 y 8.598, Reglas diversas de Santiago.
1.490, Rentas de la Mesa Maestral en 1544.
1.653, Reforma de la Orden de Santiago (1505-1509).
2.431, Copias de documentos de Santiago.
2.692-2.693, Copias de documentos de Ordenes Militares.
19.738, Copias de documentos del archivo de Uclés.
20.060, Documentos originales extraviados de Uclés.

BIBLIOTECA DE LA REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA

Sólo se han consultado algunos libros manuscritos de la colección Salazar:

I-1, Origen y fundación de la Orden de Santiago, de Diego de Soto y Aguilar (fol. 1-24).
I-1, Relación de las encomiendas de la Orden de Santiago (fol. 83-84).
I-11, Historia de la Orden de Santiago, por Pedro de Orozco, comendador de Villahermosa,
y Juan de la Parra, comendador de Bienvenida. en dicha Orden.
I-19, Bulas de las Ordenes de Santiago, Calatrava y Alcántara, por Hipólito de Samper y
Gordejuela.
I-21, Obligaciones de los caballeros de Santiago, de Ocampo.

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I-22, Encomienda de los Bastimentos.
I-23, Papeles de Ordenes Militares.

OTROS ARCHIVOS

El Archivo General de Simancas ha sido poco utilizado, tan sólo el Registro Gene-
ral del Sello, a través del catálogo editado. Además de los citados hemos utilizado docu-
mentos de diversos archivos municipales, que irán citados en su lugar correspondiente.

2º) IMPRESAS

AGUADO DE CORDOBA, A.F.; ALEMAN Y ROSALES, A.A. y LOPEZ AGURLETA,


J.: Bullarium Equestris Ordinis Sancti Iacobi de Spatha, Madrid, 1719.
BENAVIDES, Antonio de: Memorias de Fernando IV, Madrid, 1860 (vol. II, Colección
diplomática).
CASCALES, Francisco de: Discursos históricos de Murcia y su Reyno, Murcia, 1980.
CHACÓN, Gonzalo: Crónica de D. Alvaro de Luna. Contestable de Castilla. Maestre de
Santiago (ed. y estudio de J.M. Carriazo), Madrid, 1940.
CHAVES, Bernabé de: Apuntamiento legal sobre el dominio Solar de la Orden de Santiago
en todos sus pueblos, Barcelona, 1975.
DE MANUEL RODRIGUEZ, Miguel: Memorias para la vida del Santo Rey Don Fernan-
do, Barcelona, 1974.
DIAZ DE MONTALVO, Alonso de: Ordenanzas reales de Castilla, recopiladas y com-
puestas por el doctor ..., Madrid, 1779, 3 tomos.
FITA, Fidel: “El fuero de Uclés”, BRAH, XIV, 1889, pp. 302-355.
FUEROS: Colección de ... municipales y Cartas Pueblas de Castilla, León, Corona de
Aragón y Navarra (ed. Tomás Muñoz y Romero), Madrid, 1847.
GARCIA, Juan Catalina: “Relaciones Topográficas de España. Relaciones de pueblos que
pertenecen hoy a la Provincia de Guadalajara”, MHE, XLIII, 1905.
GARCIA-GALLO, Alfonso: “Los fueros de Toledo”, AHDE, 1975, XLV, pp. 341-488.
GONZALEZ, Julio: El Reino de Castilla en la época de Alfonso VIII, Madrid, 1960 (vols.
II y III, Colección Diplomática).
GUTIERREZ DEL ARROYO, Consuelo: “Fueros de Oreja y Ocaña”, AHDE, XVII, pp.
651-662.
——: Privilegios reales de la orden de Santiago en la Edad Media. Catálogo de la serie
existente en el AHN, Madrid (s.a.).
HINOJOSA Y NAVEROS, Eduardo de: Documentos para la historia de las instituciones
de León y de Castilla (siglos X-XIII), Madrid, 1919.
Libro de leyes, privilegios y provisiones reales del Honrado Concejo de la Mesta., Madrid,
1609.
Libros de las Bulas y Pragmáticas de los Reyes Católicos (ed. Alfonso García-Gallo), Ma-
drid, 1973, 3 tomos.
MARTIN DE AYALA: Obligaciones de los caballeros de la Orden de Santiago, Milán,
1552.
MARTÍN PALMA, María Teresa: Los fueros de Villaescusa de Haro y Huete, Málaga,
1984.
Memorias de Enrique IV de Castilla, Madrid, 1913 (tomo II, Colección diplomática).
MENENDEZ PIDAL, Ramón: Documentos lingüísticos de España. I, Castilla, Madrid,
1919.
ORTEGA RUBIO, Juan: Relaciones Topográficas de los Pueblos de España. Lo más in-
teresante de ellas escogido por don ..., Madrid, 1918.

17
PESET, M.; GUTIERREZ CUADRADO, J. y TRENCHS ODENA, J.: Fuero de Ubeda,
Valencia, 1979.
QUINTERO ATAURI, Pelayo: Uclés. Documentos inéditos y algunas noticias tomadas de
sus archivos. Tercera Parte, Cádiz, 1915.
RADES Y ANDRADA, Francisco: Chrónica de las tres órdenes y Cavallerías de Santiago,
Calatrava y Alcántara: en la qual se trata de su origen y sucesos y notables hechos en
armas de los Maestres y Caballeros de ellas, Barcelona, 1979.
REGLA Y ESTABLECIMIENTOS: son muy numerosas las ediciones de ambas entre los
siglos XVI y XVIII, así pues, sólo citaré las dos que he manejado, ambas reeditadas por la
editorial vallisoletana Lex Nova en 1991 y 1992:
MEDRANO, García de: La Regla y Establecimientos de la Cavallería de Santiago del
Espada. Con la historia del origen y principio della, Valladolid, 1603.
——: Copilación de las leyes capitulares de la Orden de la Caballería de Santiago del
Espada, Valladolid, 1605.
RODRÍGUEZ CAMPOMANES, Pedro: Dissertaciones históricas del Orden y Cavallería
de los Templarios, Madrid, 1747
ROUDIL, Jean: Los fueros d’Alcaraz et d’Alarcón. Edition synoptique avec les variantes
du fuero d’Alcázar. Introduction, notes et glossaire, Paris, 1968.
——: El fuero de Baeza, La Haya, 1962.
SAEZ, Emilio: Los fueros de Sepúlveda, Segovia, 1953.
——: “Ordenanzas de la aljama de Abanilla”, AHDE, XIV, 1942-43, pp. 519-530.
——: “Privilegio de la Orden de Santiago a Caravaca”, Hispania, II, 1942, pp. 123-137.
SEGURA MORENO, Manuel: Estudio del Códice Gótico de la Catedral de Jaén, Jaén,
1976.
TORRES FONTES, Juan: Colección de documentos para la historia del reino de Murcia.
I: Documentos de don Alfonso X el Sabio, Murcia, 1963.
——: Colección de documentos para la historia del reino de Murcia. Documentos del siglo
XIII, Murcia, 1969.
——: Colección de documentos para la historia del reino de Murcia. IV: Documentos de
Sancho IV, Murcia, 1977.
UREÑA Y SMENJAUD, Rafael de: El fuero de Cuenca. Formas primitiva y sistemática:
texto latino, texto castellano y adaptación del Fuero de Iznatoraf, Madrid, 1935.
VILLEGAS, Luis R. y GARCÍA SERRANO, Rafael: “Relaciones de los Pueblos de Jaén,
ordenadas por Felipe II”, BIEG, LXXXVIII-LXXXIX, 1973.
VIÑAS, Carmelo y PAZ, Ramón: Relaciones de los Pueblos de España ordenadas por
Felipe II: Madrid , Toledo (1 , 2 y 3 ), Ciudad Real y Cuenca, Madrid, 1949-1971.*

*
La numerosa bibliografía que acompañaba al trabajo original ha sido suprimida para no hacer aun más extensa
esta publicación; los estudios utilizados en la redacción de la presente tesis doctoral pueden rastrearse en las notas
de los distintos capítulos que siguen. En cualquier caso, es muy recomendable consultar el corpus bibliográfico
acopiado por Carlos de Ayala y otros profesores en la revista Medievalismo (“Las Ordenes Militares en la Edad
Media Peninsular. Historiografía 1976-1992”, Medievalismo, II, 1992, pp. 119-169 y III, 1993, pp. 87-144).

18
PRIMERA PARTE. LOS HECHOS POLITICOS Y MILITARES

CAPITULO PRIMERO
ASPECTOS POLITICOS

Creo que no hace falta resaltar aquí el importante papel que jugó la Orden de San-
tiago en la política del reino castellano-leonés a partir del siglo XIII, gracias a su potencial
territorial, humano y, por ende, militar. Todo esto ya ha sido puesto de relieve en los exce-
lentes trabajos de J. L. Martín sobre los orígenes de la Orden y D.W. Lomax.1 Este último
ha extendido su época de estudio hasta la muerte del maestre don Pelay Pérez Correa,
maestrazgo situado a caballo entre los reinados de Fernando III y Alfonso X,2 tan crucial
para el reino y para la Orden.
Es por esto por lo que retomo el relato en 1275, a la muerte del maestre, en pleno
período de Alfonso X, el cual hasta esa fecha prodigó sus favores a don Pelay, no así a sus
dos sucesores.3

CRONOLOGIA COMPARADA DE REYES DE CASTILLA Y MAESTRES


Alfonso VIII (1158-1214) Pedro Fernández (1170-1184)
Fernando Díaz (1184-1186)
Sancho Fernández (1186-1195)
Gonzalo Rodríguez (1195-1204)
Suero Rodríguez (1204-1206)
Fernando Glez. de Marañón (1206-1210)
Pedro Arias (1210-1212)
Enrique I (1214-1217) García Glez. de Arauzo (1212-1217)
Fernando III (1217-1252) Martín Pelayo Barragán (1217-1221)
García Glez. de Candamio (1221-1224)
Fernán Pérez Chacín (1224-1225)
Pedro Glez. Mengo (1225-1237)
Rodrigo Iñiguez (1237-1242)
Pelay Pérez Correa (1242-1275)
Alfonso X (1252-1284) Gonzalo Ruiz Girón (1275-1277)
Pedro Núñez (1277-1286)
Sancho IV (1284-1295) Pedro Fdez. Mata (1286-1293)
Fernando IV (1295-1312) Juan Osórez (1293-1311)
Alfonso XI (1312-1350) Diego Muñiz (1311-1318)
García Fdez. (1318-1327)
Vasco Rodríguez (1327-1338)
Vasco López (1338)
Alonso Meléndez de Guzmán (1338-1342)
Pedro I (1350-1369) Infante don Fadrique (1342-1358)
García Alvarez de Toledo (1359-1366)
Enrique II (1369-1379) Gonzalo Mexía (1366-1371)
Fernando Osórez (1371-1383)
Juan I (1379-1390) Pedro Fdez. Cabeza de Vaca (1383-1384)
Rodrigo Glez. Mexía (1384)
Pedro Muñiz de Godoy (1384-1385)
García Fdez. de Villagarcía (1385-1387)
Enrique III (1390-1406) Lorenzo Suárez de Figueroa (1387-1409)

19
Juan II (1407-1454) Infante don Enrique (1409-1445)
Alvaro de Luna (1445-1453)
Juan II (1453)
Infante don Alfonso (1ª) (1453-1454)
Enrique IV (1454-1474) Enrique IV (1454-1462)
Beltrán de la Cueva (1462-1463)
Infante don Alfonso (2ª) (1463-1467)
Juan Pacheco (1467-1474)
Reyes Católicos (1474-1516) Rodrigo Manrique y Alonso de Cárdenas
(1474-1476)
Fernando el Católico (1476-1477)
Alonso de Cárdenas (2ª) (1477-1493)
Reyes Católicos (1494-1504)
Fernando el Católico (2ª) (1504-1516)
Carlos I (1516...) Carlos I (1516...)

Los maestres del siglo XIII


Por sólo dos años se hizo cargo del maestrazgo don Gonzalo Ruiz Girón (1275-
77), el cual era hijo del señor de Cisneros, Villanueva del Río, Villasner, Cordovilla, Villa-
nemar, Villahalcón y otros pueblos del Valle de Cisneros. Había sido anteriormente co-
mendador de Ocaña y mayor de León, luchando en Andalucía con Fernando III. Con su hijo
estuvo en el fallido cerco de Algeciras. Según Rades, murió en Alcalá la Real en 1280,
cuando entró con el Infante don Sancho desde Jaén a correr la Vega granadina: en Moclín
fue herido de muerte en una emboscada, donde perdieron la vida alrededor de dos mil hom-
bres, la mayor parte santiaguistas.4
Tal fue el desastre que el nuevo maestre don Pedro Muñiz (1277-86) hubo de dar
gran número de nuevos hábitos. Es poco lo que se sabe de sus actuaciones, excepto que
prestó vasallaje al Infante don Sancho, que disputaba la Corona a Alfonso X;5 es por esto
por lo que aquél le prometió la entrega del Valle de Ricote y otras plazas para cuando reina-
se6 y éste le enajenó Cieza.7 Siendo todavía Infante concedió a este maestre varios privile-
gios y confirmó otros.8
Pero fue don Pedro González Mata (1286-93) quien vino a coincidir con los años
del reinado de Sancho IV. Era señor de Cebrera y Ribera, en Galicia; en 1285 entró con el
rey en Jerez a socorrerla, pues el emir de Granada la tenía cercada, y tres años más tarde
luchó contra el señor de Vizcaya, de parte del Monarca, tomándole los castillos de Caytay,
Orduna y Partilladibda. Al poco intervino nuevamente en Badajoz para sosegar a las dos
facciones en lucha; pero no acaba aquí su historial militar: en 1292 asistió, así mismo, a la
toma de Tarifa. A pesar de todo ello no pudo impedir la independización de los caballeros
de Portugal, que eligieron un maestre privativo de ellos.9 Sin embargo, gracias al apoyo del
rey Sancho consiguió le fueran devueltas todas las propiedades que le habían usurpado
durante la guerra civil anterior10 y, en especial, el castillo de Espejel,11 recibiendo del mo-
narca las villas prometidas en Ricote12 y el castillo de Castril,13 Orcera,14 Cambas15 y Ceu-
tí,16 aunque confirmó la libertad de Cieza.17
También coincidió con el reinado de Fernando IV el maestrazgo de don Juan Osó-
rez (1293-1311), el cual fue decidido partidario suyo y de la reina doña María de Molina,
de los que fue mayordomo mayor, y en cuyo nombre atacó a aragoneses y portugueses en
Valladolid,18 y ejerció en 1304 un importante papel en la entrega a Jaime II de los territo-
rios alicantinos.19 Por todo ello fue ampliamente recompensado por el rey.20

CAPITULOS GENERALES DE LA ORDEN DE SANTIAGO (SIGLOS XIV-XV)


Fecha y lugar Convocante referencia
1310 Mérida Juan Osórez Benavides, 726

20
1312 Diego Núñez Chaves, 45r
1329 Ubeda Vasco Rodríguez Coronado Carp. 69/10
1371 Ocaña Fernando Osórez Carp. 323/14
1383 Llerena Pedro Fernández Sáez, 260-261
1387 Mérida Lorenzo Suárez de Figueroa Carp. 347/3
1403 Mérida Lorenzo Suárez de Figueroa Carp. 69/12
1410 Infante don Enrique Chaves, 43r
1440 Uclés Infante don Enrique Carp. 347/5
1467 Ocaña Juan Pacheco Rades, 65r
1469 Santos de Maimona Juan Pacheco Comp. 1605, 9
1474 Uclés Prior de Uclés Rades, 67r
1474 Mérida Prior de San Marcos de León Rades, 67r
1477 Azuaga Prior de Uclés Lib. 900b
1480 Uclés, Ocaña, El Corral
Alonso de Cárdenas Carp. 51-I/4bis
de Almaguer
1484 Ecija Alonso de Cárdenas Lib. 1.241c
1494 Tordesillas Reyes Católicos Carp. 84/14, 15r-16r
1497 Alcalá de Henares Reyes Católicos Lib. 1.069c, 1-9
1499 Granada Reyes Católicos Comp. 1605, 3
1501 Ecija-1502 Sevilla Reyes Católicos Comp. 1605, 3-4
1507 Ocaña Fernando el Católico Lib. 1.072c, 1-10
1511 Sevilla Fernando el Católico Lib. 1.077c, 1-18
1515 Valladolid Fernando el Católico Lib. 1.078c, 1-16
1523 Valladolid Carlos I Carp. 82/14, 16v-17r

Los maestres del siglo XIV


Durante la época de Alfonso XI se suceden seis maestres en la Orden de Santia-
go,21 los dos primeros durante su menor edad: don Diego Muñiz (1311-18) era sobrino del
anterior maestre don Pedro Mexía; sirvió a Fernando IV contra el Infante don Alfonso en
Moya, Cañete y Tordehumos, e igualmente participó en el cerco de Algeciras de 1308.
Muerto el monarca, se puso del lado del tutor don Pedro, con el que puso sitio y tomó Tís-
car y Ayora.22 Por ello el rey niño le premió con los pechos de la judería de Ocaña.23
Por su parte, don Garci Fernández (1318-27) se acordó con los maestres de Cala-
trava y Alcántara para mantener el señorío del rey y sus fueros; sus caballeros participaron
en la batalla de Guadalhorce, donde no acudió pues era ya muy mayor, tanto es así que
acabó renunciando a la dignidad maestral.24 Durante su mandato se repoblaron Quintanar y
Valfermoso, a los que el rey eximió de todo tributo, menos moneda forera, en 10 años;25 en
1325 Alfonso le concedió el cobro de los pechos de las juderías de Ocaña y Uclés.26
Don Vasco Rodríguez Coronado (1327-38) fue un gran legislador y repoblador,
pues a él se debe el asiento y repoblación del partido de la Mancha, aforado a Fuero de
Uclés.27 Participó en la guerra de Granada, donde entró con el rey en las tomas de Olvera,
Pruna y Ayamonte, tan valerosamente que le nombró Adelantado Mayor de la Frontera. En
1328 tomó, junto al monarca las plazas de Cañete, Teba, Priego, Las Cuevas y Ortegícar
—la cual concedió a la Orden en 133028—, aunque no pudo evitar la caída de Gibraltar. En
las tierras castellanas de la Orden tuvo numerosos problemas con el Infante don Juan Ma-
nuel, el cual desoló la tierra de Uclés con tanta fiereza que no se le pudo oponer, por lo que
puso sitio a las fortalezas de Garci Muñoz y Alarcón.29
A su muerte, el rey ordenó a los trece y caballeros de Santiago que eligiesen a su
hijo Fadrique, pero éstos se resistieron y designaron a don Vasco López (1338), el cual,
ante las amenazas del monarca, hubo de huir a Portugal, a donde se llevó el tesoro de la
Orden depositado en Mérida; a instancias de don Alfonso fue juzgado y depuesto.30 Como
su hijo era aún pequeño, permitió elegir a don Alonso Meléndez Guzmán (1338-42), que

21
22
era hermano de doña Leonor. El mismo año de su elección venció en la batalla de Archido-
na, ocasión que aprovechó el rey de Granada para sitiar Siles: el maestre pidió ayuda a los
concejos del reino de Jaén, entablando batalla durante casi un día con los musulmanes, de
los que salió vencedor. Nuevamente en 1340 estuvo con la batalla de Benamarín (Tarifa),
junto con los otros dos maestres, donde combatió bajo el mando del rey de Portugal.31
En los últimos ocho años del rey Alfonso fue maestre, pues, su hijo don Fadrique
(1342-1358), a quien concedió la bailía templaria de Caravaca32 y eximió de fonsaderas a
sus vasallos.33 Este había sido elegido a los 10 años de edad, como lo pidieron los santia-
guistas que estaban en el cerco de Gibraltar, donde murió su tío, anterior maestre, para lo
cual se pidió y obtuvo dispensa papal. Acto seguido designó como lugarteniente suyo a don
Fernán Rodríguez de Villalobos, comendador mayor de León, que peleó junto a don Alfon-
so en el cerco donde éste perdió la vida.
Ya en 1351, yendo el rey Pedro I a celebrar Cortes en Valladolid, se encontraron
ambos, ocasión que aprovechó el maestre para agasajarle: acordaron llamarse hermanos,
aunque aquél exigió a los alcaides de Santiago promesa de no entregar los castillos al
maestre sin su mandato. Llevaba el rey presa a doña Leonor de Guzmán, la cual pidió ver
don Fadrique, aunque ninguno de los dos pudo articular palabra de la congoja que les
abrumaba; al poco sería muerta en Talavera.34 Sin embargo, durante el tiempo que duraron
las Cortes las relaciones entre ambos debieron de ser buenas a juzgar por los privilegios que
recibió.35 En 1353 se volvieron a encontrar en Cuéllar, donde el maestre hizo amistad con
doña María de Padilla. Al hilo de los acontecimientos de la política castellana, al año si-
guiente Juan Alonso de Alburquerque, hasta ese momento hombre de confianza del rey, fue
castigado: le quitó el castillo de Alburquerque, en donde quedó por capitán don Fadrique.
Pero éste entró en tratos con el antiguo valido y su hermano don Enrique de Trastamara:
don Juan Alfonso les entregó las fortalezas de Cobdesera, Azagala y Alconchel, además de
la arriba citada, junto con 200.000 mrs. para pagar a su gente. Cada uno intentó hacerse con
fortalezas, don Fadrique fue a Montiel, donde no le recibió el comendador, según la prome-
sa hecha años antes, no así en Segura de la Sierra, en la que se hizo fuerte, resistiendo con
éxito el sitio de don Pedro.36
Ese mismo año de 1354 el rey reunió varios caballeros en Ocaña e hizo que expul-
saran del maestrazgo a don Fadrique y eligiesen a don Juan García de Villagera (1354-55),
hermano de doña María de Padilla, el cual fue muerto el año siguiente en Tarancón por don
Gonzalo Mexía, comendador mayor de Castilla —a quien había usurpado esa encomien-
da—, que había sido enviado por don Fadrique.37
Por entonces la reina se hallaba en el alcázar de Toledo, ciudad que se había pues-
to de su parte, desde donde pidió se le uniese el maestre, el cual, después de convencer a los
que le sitiaban en Segura por orden del rey, marchó y entró en Toledo, firmando confedera-
ción con aquélla, luego de guarnecer el alcázar y ponerla bajo su protección. En esta acción
se le unieron Córdoba, Cuenca, Talavera y otras ciudades, así como los nobles reunidos en
Medina del Campo: don Enrique de Trastamara, el Infante don Fernando de Aragón, mar-
qués de Tortosa, el Infante don Juan, su hermano, don Juan de la Cerda, don Fernando de
Castro y otros. Todos ellos escribieron a don Pedro para que volviese a doña Blanca y deja-
se a doña María.38
Muerto el de Alburquerque por envenenamiento, el rey pidió negociaciones en Te-
jadillo —entre Toro y Morales—, donde se concentró gran número de gente de guerra;
como los mantenimientos estaban caros en Medina del Campo, se dirigieron a Zamora,
pero, al pasar por Toro, la reina madre les avisó de que su hijo se había ido a Ureña con
doña María y no tenía intención de cumplir los acuerdos tomados; por todo ello se refugia-
ron en Toro y pidieron a don Pedro se uniese con ellos para seguir las capitulaciones; fi-
nalmente el rey se puso en manos de su madre, ocasión que aprovecharon los nobles para
repartirse los oficios de Corte, después de quitarlos a los familiares de la concubina. Nue-

23
vamente, don Pedro dio un giro completo en su actitud y, diciendo sentirse preso, huyó a
Medina un día que salió de caza. Ya en el alcázar de Segovia restituyó todos los oficios a
sus anteriores tenedores.39
En 1355 muchos nobles se pasaron a don Pedro, y don Fadrique y don Enrique hu-
bieron de huir a Talavera y de ahí a Toledo, donde entraron con ayuda de algunos caballe-
ros de la ciudad, saqueando la judería de la Alcaná, matando a 1.200 judíos, no así la ma-
yor, que no pudieron tomar. Llegado el rey a la ciudad sus hermanastros huyeron nueva-
mente a Toro, bajo los auspicios de la reina. El maestre sólo pudo salir un año más tarde
gracias al seguro que le dio el monarca. Reconciliados, luchó don Fadrique a su lado contra
el rey de Aragón; estando en el sitio de Jumilla fue llamado por su hermano a Sevilla, don-
de murió degollado por su mandato, pues le habían denunciado como traidor.40
Tras la muerte del Infante el fratricida hizo elegir a don Garci Alvarez de Toledo
(1359-66), mientras los partidarios de don Enrique designaban a don Gonzalo Mexía, deci-
dido trastamarista, como hemos visto, aunque fue aquél quien tomó la posesión realmente;
al tiempo fue nombrado mayordomo de don Alonso, hijo del monarca. El nuevo maestre
fue capitán general y frontero de Alfaro con seiscientos caballeros contra el rey de Aragón,
en 1360. Asimismo, estuvo en las batallas de Guadix y Linueso, contra los granadinos, y
guarneció la recién tomada Calatayud con buen número de tropas. En 1363 don Enrique
entró en Castilla y tomó Burgos, donde don Pedro había dejado por capitán al maestre; allí
se coronó rey el trastamara. Huido don Garci a Toledo, el nuevo rey entró allí también, por
lo que no le quedó más remedio que ir a besarle las manos: Enrique II le recibió muy bien y
le rogó renunciase sus derechos en don Gonzalo Mexía, a lo que se avino a cambio de la
donación de las villas de Oropesa y Valdecorneja41.
Don Gonzalo Mexía (1366-71), anterior comendador mayor de Castilla, tras su
elección sólo ejerció como maestre en Aragón y sitios por donde fue con don Enrique. Al
renunciar don Garci fue elegido por segunda vez. Estuvo junto al rey en la derrota de Náje-
ra; ya en 1369, habiendo marchado don Pedro sobre Toledo, donde su hermano se había
hecho fuerte, el maestre le salió al paso y aquél hubo de refugiarse en Montiel, en cuyo
castillo encontraría la muerte. Don Gonzalo le sobreviviría dos años.42 A partir de 1367
tanto Enrique II como su mujer, ya con el título real, premian a la Orden; tras la muerte de
Pedro I donarán al maestre Villanueva de la Fuente43 y Jerez de los Caballeros.44
A caballo entre los reinados de Enrique II y Juan I fue maestre don Fernando Osó-
rez (1371-83). Éste sirvió al rey en Carmona, contra don Martín López de Córdoba, que se
había levantado contra él, así como en Lisboa, donde peleó con caballeros portugueses de
su mismo hábito, por lo que hubieron de pedir absolución al Papa por la excomunión en que
habían incurrido.45
Durante el período de Juan I se sucederán hasta cinco maestres, a los que en ade-
lante se limitará a confirmarles sus anteriores privilegios, sin concederles otros nuevos. Por
su mandato don Pedro Fernández Cabeza de Vaca (1383-84) fue en 1384 a poner sitio a
Lisboa, pues pretendía la Corona de Portugal. Estando en Puente de Layes, esperando bata-
lla con los lisboetas, murieron muchos de peste, entre ellos el maestre, al cumplirse un año
de su elevación.46 A su muerte disputaron don Ruy González Mexía (1384), comendador de
Segura, y Pedro Ruiz de Sandoval, mayor de Castilla, pero éste murió y fue electo don Ruy,
aunque no canónicamente. También falleció al poco tiempo en Lisboa sin haber tomado
posesión del maestrazgo.47
Igualmente en Lisboa fue elegido don Pedro Muñiz de Godoy (1384-85), antes
maestre de Calatrava. Participó en la batalla de Aljubarrota, de la que salió con vida, no así
de la rota de Valverde, en la que, junto con los maestres de Alcántara y Calatrava y el con-
de de Niebla, salió a combatir al rey de Portugal, que había entrado con gran número de
tropas en Mérida y Jerez.48

24
Su sucesor, don Garci Fernández de Villagarcía, apenas mantuvo tampoco dos
años la dignidad; señor de Villagarcía (en Extremadura), era sobrino del maestre don Fer-
nando Osórez y primo de su sucesor, con anterioridad había detentado la encomienda ma-
yor de Castilla. Su hijo, del mismo nombre, fue comendador de Uclés y mayor de Castilla.49
Don Lorenzo Suárez de Figueroa (1387-109), primo del anterior, era hijo de Gómez Suárez
de Figueroa, comendador mayor de León —muerto en la batalla de Araviana, donde parti-
cipó junto a Pedro I—, y de Teresa de Córdoba. Era comendador mayor de Castilla cuando
fue electo.
Sirvió a Enrique III contra el rey de Portugal, especialmente en el cerco de Bada-
joz; muerto éste, juró con el maestre de Calatrava mantener la paz en el Reino. Por orden de
la regente fue a Sevilla con el Almirante Alonso Enríquez a pacificarla, pues había alboro-
tos por causa de la elección de alcaldes y regidores (1407). El mismo año tomó Pruna y
abasteció Teba, en la frontera malagueña, por medio del comendador mayor de León, primo
suyo de su mismo nombre, el cual, en compañía de Garci Méndez, señor de El Carpio,
corrió con éxito la tierra de Antequera; sin embargo, entretanto, el rey de Granada tomó
Bedmar y la abandonó, no sin antes haberla quemado y tirado sus defensas; inmediatamen-
te, don Lorenzo la repobló y artilló.
Así mismo, en servicio del rey estuvo en la conquista de Setenil y otras plazas, y él
mismo con muchos santiaguistas tomó Ortegícar por negociación, iniciando después una
cabalgada: Pedro Ponce de León por el valle de Cártama, donde quemó Cutilla, Santillán y
Níjar, y su hijo Gómez Suárez arrasó el arrabal de Cártama y las villas de Palmete y Ca-
marchente, cerca de Coín, llevándose 7.000 vacas, 12.000 ovejas y 35 moros.50 Hay que
resaltar su gran obra legislativa, conocida a través de sus leyes capitulares.51

Los maestres del siglo XV


A partir de comienzos de siglo la Orden va a participar en todas las revueltas y
desórdenes que hubo en el reino, pues no en vano se hicieron cargo del maestrazgo perso-
nas reales o sus colaboradores más allegados.
El Infante don Enrique de Aragón (1409-45), hijo de don Fernando de Antequera,
rey de Aragón, era duque de Alburquerque y de Peñafiel, conde de Ledesma y de Mayorga,
señor de Lara, Cuéllar, Santisteban de Gormaz y Castrojeriz y, por matrimonio, señor de
Haro, Briones, Belorado y otras villas. Para su elección su padre sobornó con 500.000 mrs.
a Garci Fernández de Villagarcía, comendador mayor de Castilla, que aspiraba al maestraz-
go; no obstante, debió conspirar contra el nuevo maestre más tarde, pues fue perseguido.
A falta de tutores y debido a las ambiciones políticas del Infante, que aspiraba a
dominar el reino castellano, marchó a Tordesillas, donde prendió a los servidores de su
primo, el rey niño, y lo puso bajo su tutela, el cual juntó Cortes que legalizaron esta nueva
situación. Por fin consiguió, así, don Enrique casar con doña Catalina, hermana del rey,
como pretendía desde tiempo atrás, recibiendo en dote el marquesado de Villena. Pero,
vuelto el rey de parte de don Alvaro de Luna, mandó al maestre a Ocaña y dio orden de que
no se le entregasen los pueblos del marquesado, por lo que el Infante los quiso tomar por la
fuerza. Ante esta situación, se presentó a Juan II, que no quiso recibirle por temor de que le
prendiera; terció la madre del maestre y éste se avino a razones, licenciando a la gente que
llevaba, luego de efectuar un alarde en El Espinar (septiembre de 1421).52
Al año siguiente recibió el rey noticias de que el Infante andaba en tratos con el
emir granadino, por lo que reunió Consejo y mandó fuese preso, siendo recluido en su casti-
llo de Mora. Acto seguido, don Juan designó a Gonzalo Mexía, comendador de Segura,
administrador de la Orden y como tal tomó posesión de ella en nombre del rey, el cual
aprovechó para confiscar su extenso patrimonio. Tras dos años de cautiverio, a petición del
rey de Navarra, su hermano, le fue entregado, formándose a continuación una confedera-

25
ción entre el maestre, los reyes de Navarra y Aragón y otros caballeros de Castilla contra-
rios a don Alvaro de Luna y su privanza. Don Enrique, pues, marchó contra los partidarios
del Condestable, sin éxito, pues uno de ellos, el conde de Benavente, le persiguió por Oca-
ña, Segura y Alburquerque, donde tenía reunido gran número de tropas. El rey, entretanto,
había repartido todos los bienes del Infante a los caballeros más principales y entregado la
administración de la Orden a don Alvaro de Luna. Tras diversas vicisitudes, se enfrentaron
los Infantes de Aragón con el rey en la batalla de Olmedo: derrotado y herido el Infante don
Enrique, murió pocos días después.53
Don Alvaro de Luna (1445-53) era hijo bastardo del copero de Enrique III, del
mismo nombre, y nieto del señor de Illuecos, hermano del Papa Luna. Fue Condestable de
Castilla y señor de muchas villas y castillos, además de conde de Santisteban de Gormaz.
Por incitación del rey de Aragón, que estaba a favor del príncipe Enrique, Rodrigo
Manrique se proclamó maestre en 1446, por lo que don Alvaro marchó contra él, pero fue
vencido en Hornos, habiendo de refugiarse en Siles, luego de tomarle al Manrique las villas
no fortificadas de la Provincia de Castilla, Alhambra y Yeste. En 1452, después de vicisitu-
des diversas, Juan II mandó prender a don Alvaro en Burgos y encargó a 12 consejeros lo
juzgasen: encontrado culpable, fue preso en Portillo y degollado en Valladolid al año si-
guiente.54
Muerto el Condestable Juan II suplicó y obtuvo del pontífice la administración de
la Orden, pero enfermó y hubo de dejarla a su hijo Alfonso; fallecido el monarca y procla-
mado Enrique IV, éste se hizo cargo de la institución en tanto el infante llegaba a la mayo-
ría de edad.55
En 1462 proclamó maestre Enrique a su valido don Beltrán de la Cueva (1462-63).
Era padre de don Diego, vizconde de Huelma, y había sido paje de Enrique IV, muy allega-
do a él, que le hizo conde de Ledesma y su mayordomo, alcanzando, en suma, gran poder.
Casó con una hija del marqués de Santillana para hacerse de partidarios.
La causa de que el Rey Enrique ennobleciese a don Beltrán está en la falta de apo-
yo nobiliario a su persona; en esta línea, renunció la administración de la Orden de Santiago
en el papa, rogándole proveyera a su vasallo, hecho consumado que enfadó mucho a don
Juan Pacheco, marqués de Villena, y a los condes de Alba y Benavente, entre otros, que
levantaron bandera a favor del Infante don Alfonso. Así las cosas, el maestre renunció la
administración a favor del Infante, dándole el rey, a cambio, Cuéllar, Roa, Atienza, la Peña
de Alcázar (Soria) y tres millones y medio de maravedíes de juro situados en las rentas de
Ubeda y Baeza, aunque no llegaría a tomar posesión de todo ello. Posteriormente peleó con
valor en la batalla de Olmedo y sirvió fielmente a los Reyes Católicos.56
El Infante don Alfonso (1453-54 y 1463-67) había sido provisto por Pablo II, co-
mo se ha visto, pero hasta diez años después, tras la renuncia del anterior, no pudo ejercer
de maestre. Al poco tiempo fue proclamado rey por los nobles, encontrando algo más tarde
la muerte en Cardeñosa.57
Don Juan Pacheco (1467-74) era hijo de Alonso Téllez Girón, señor de Belmonte,
y nieto de Juan Fernández Pacheco, noble portugués venido con Enrique III tras Aljubarro-
ta, que era descendiente de conocida estirpe judía.58 Su hermano, Pedro Girón, fue maestre
de Calatrava por su intercesión ante el rey, aunque había empezado su carrera palaciega
siendo paje del príncipe Enrique. Desposado con doña María Portocarrero, hija del señor de
Moguer y bisnieta por línea materna del Almirante don Alonso Enríquez, casó por segunda
vez con una hija de Pedro Fernández de Velasco, conde de Haro.
Enemistado con Enrique IV en 1467 juntó treces en Ocaña y se proclamó maestre
sin consentimiento del papa ni del rey; poco a poco consiguió se le entregasen todos los
alcaides de la Orden. Tras la batalla de Olmedo, en la que no participó, con otros aliados se
puso de parte de la Infanta doña Isabel, a quien lograron que el rey jurase como heredera
por el pacto de los toros de Guisando; reconciliado con el monarca, éste le donó Villanueva

26
de Barcarrota, Salvatierra, Salvaleón, Medellín y Escalona, además le confirmó en el maes-
trazgo y en el marquesado de Villena. Al saber que Isabel casaría con Fernando, previendo
que éste le despojaría del marquesado, se unió a la Beltraneja, aliándose con el rey de Por-
tugal, que prometió desposarla, y una vez más obligó a jurar a Juana como heredera en el
Valle de Lozoya. Tras reconciliarse murió en 1474 en Trujillo.59

Los últimos maestres


Fallecido el marqués, su hijo Diego López Pacheco se proclamó maestre, pues su
padre había renunciado en él y los treces lo habían elegido, no obstante, no llegó a ejercer,
ya que murió antes de que pudiera hacerlo, lo mismo que le sucedió a Enrique IV. Es por
esto por lo que los Reyes Católicos pidieron y consiguieron del papa la administración
temporal de la Orden.
Entretanto, el prior de San Marcos convocó capítulo, que eligió a don Alonso de
Cárdenas; el de Uclés hizo lo propio y fue electo don Rodrigo Manrique, conde de Paredes,
e hijo del Adelantado don Pedro Manrique, señor de Treviño, y de doña Leonor, hija de don
Fadrique, duque de Benavente. De modo que la Orden se dividió en dos partes indepen-
dientes, statu quo que los Reyes, por su impotencia, respetaron por el momento.60
Don Rodrigo Manrique (1474-76) sirvió a los Reyes Católicos en Alcaraz, ayu-
dando al concejo contra el de Villena, y haciendo la guerra al marqués de Calatrava y a los
territorios de aquel marqués. En poder de éste se hallaba Uclés, por lo que marchó contra
él; no pudiendo expugnar el castillo, lo cercó, pero el alcaide fue socorrido por su señor y
por Alonso Carrillo, arzobispo de Toledo. Don Rodrigo fortificó la villa y sólo cuando
Diego Hurtado de Mendoza, duque del Infantado, le mandó refuerzos desde Madrid pudo
derrotar a aquéllos y recibir la fortaleza de manos del alcaide, que se le rindió.61
Don Alonso de Cárdenas (1474-76 y 1477-93) sirvió con lealtad a los monarcas:
durante su maestrazgo en León fue contra el rey de Portugal, entrando 15 leguas en el reino
vecino para saquearlo. Al morir don Rodrigo en 1477 se juntaron los trece de Castilla para
elegir nuevo maestre, con la intención de evitarlo don Alonso marchó contra Uclés, donde
se hallaban reunidos, sin embargo, previamente, la reina se presentó en el capítulo y rogó a
los santiaguistas no eligiesen maestre, pues habían pedido la administración al Papa en
tanto se sosegaban sus reinos, a lo que accedieron. Acto seguido fue a ver a don Alonso,
que estaba con gente de guerra en el Corral de Almaguer, y le prometió respetar sus dere-
chos al maestrazgo, rogándole se volviese a León para hacer la guerra al rey de Portugal,
cosa que hizo con éxito.
Al cabo de un año el rey Fernando renunció en don Alfonso, exigiéndole a cambio
tres millones anuales de maravedíes para reparar las fortalezas fronterizas de Granada. Así
pues, reunidos en Azuaga todos los santiaguistas por orden real, eligieron al de Cárdenas
maestre general de la Orden.62
Durante el período anterior a la guerra de Granada su acción más importante fue la
batalla de Albuhera: conociendo el maestre la venida del obispo de Evora con mucha gente
a tomar Mérida, que la mujer del marqués de Villena les había entregado, y sabedor de que
el clavero de Alcántara venía a unírseles, consiguió que éste se encerrara en Medellín por
miedo a su emboscada, y con las manos libres por esta parte salió el maestre al encuentro
del obispo portugués; después de arengar a la tropa, mandó avanzar y romper la batalla
portuguesa, sin embargo, unos y otros entablaron un cuerpo a cuerpo durante tres horas, no
sabiéndose hasta la tarde que don Alonso había salido victorioso. Consiguió, así, todo el
fardaje enemigo y prendió a todos los capitanes lusos, excepto al propio obispo que huyó a
Mérida, donde se unió al clavero. Conocida por los reyes la victoria le concedieron de mer-
ced los tres cuentos que le habían demandado. Puso sitio a la ciudad de Mérida, donde no
entró hasta cinco meses más tarde cuando se celebraron paces con Alfonso V.63 En 1480

27
recibió solemnemente de manos del rey en Toledo las banderas y el estandarte de la Orden,
acompañado de 400 comendadores y caballeros.64
Gracias a la tesis doctoral de Miguel Angel Ladero es posible conocer con bastante
aproximación la intervención del maestre y sus vasallos en la guerra de Granada, interven-
ción de primera magnitud, baste con observar el cuadro adjunto de la aportación militar de
la Orden de Santiago.

Año Ocasión Jinetes Peones Total referencia


1280 Emboscada de Moclín —— —— 2.000 Rades, 35r
1293 Valladolid 600 600 Rades, 38r
1333 Batalla de Siles 1.000 2.000 3.000 Rades, 43v
1354 Defensa de Toledo 700 700 Rades, 46v
1354 Paz de Tejadillo 7.000 Muchos 7.000 Rades, 47r
1356 Guerra de Aragón 600 600 Rades, 47v
1360 Guerra de Aragón 600 600 Rades, 50r
1360 Abastecimiento de Calatayud 1.000 Muchos 1.000 Rades, 50r
1408 Sitio de Ortegícar 1.500 1.500 Rades, 54v
1421 Alarde en El Espinar 300 2.000 2.300 Rades, 58v
1424 Sitio de Alburquerque 300 1.000 1.300 Rades, 59v

Ya en el verano de 1482 fue encargado don Alonso de Cárdenas de la defensa del


sector de Ecija al frente de 250 lanzas.65 A fines del mismo año, tras el asalto por sorpresa a
Zahara por parte de los fronteros granadinos, junto con el maestre de Calatrava, don Alonso
recibió orden del Rey de vigilar la frontera del reino de Sevilla,66 en cuyo desempeño abas-
teció la recién tomada Alhama.67 A principios del año siguiente socorrió nuevamente esa
fortaleza,68 tras lo cual, con la ayuda del marqués de Cádiz, del conde de Cifuentes, del
señor de Aguilar y del Adelantado de Andalucía, entre el 19 y el 21 de marzo,69 entró en la
tierra de Antequera, pero los moros, avisados, se habían puesto a buen recaudo, saliéndoles
inesperadamente en la aldea de Molinete en una rambla donde los cristianos no podían
defenderse, ocasionándoles una gran derrota; en la retirada siguieron hostigándoles, mu-
riendo el alférez de la Orden, Diego Becerra, y perdiéndose la seña, Juan Osorio, primo del
maestre, Juan Bazán, señor de La Granja, y otros parientes y criados del maestre.70
Este desastre fue un tremendo aldabonazo en la mente de los santiaguistas, quie-
nes, por boca del prior de Uclés, se expresaban así en el capítulo celebrado en febrero del
año siguiente en el puesto de mando de Ecija:

E sobre todas estas cosas e cargas diréys a Sus Altesas que los dapnos e pérdidas
avidas en la dicha jornada de Málaga fueron tales e tantas e en tanta cantidad que no
quedó cavallero ni pueblo en toda la Orden a quien grand parte dello no copiese, que
dexando los que murieron, que non llevan remedio, los remedios que son menester
para los bivos presos no se cumplirán con todas las rentas de la Mesa e de los cava-
lleros que por muchos años para ello se tomasen...71

A continuación fue tratada la posible solución al problema creado por estos resca-
tes:

Otrosí, fue hablado e propuesto en el dicho Capítulo por el dicho señor maestre que
ya sabían cómmo en aquella desastrada jornada que se fiso en la çibdad de Málaga,
que habían perdido e perdieron muchos comendadores e cavalleros el ábito, y otros
escuderos e vasallos de la dicha Orden de que asás dellos avían quedado e estarán
presos captivos en tierra de moros enemigos de nuestra santa Fe cathólica.72

28
Tras una intervención ardorosa de don Pedro Portocarrero, se decidió rescatarlos
con los bienes de la Orden y, si fuera necesario, con el patrimonio personal de todos los
caballeros, pues no podían esperar ayuda real.73
Pero retomemos el hilo de la guerra: en diciembre de 1483 fue nombrado don
Alonso de Cárdenas capitán general de la Frontera,74 índice de que tras la derrota de la
Ajarquía, el rey no había perdido la confianza en el maestre. A partir de entonces la aporta-
ción militar de la Orden es continua, oscilando según las operaciones entre 1.000 y 4.000
hombres, la mayoría de ellos peones.
En marzo de 1484, reunidas las tropas en Córdoba, el maestre y el marqués de
Cádiz marcharon a Antequera para arrasar, entre fines de abril y mediados de mayo, las
tierras de Almojía, Alora y Cártama, bajando después al mar por Churriana hasta llegar una
vez más a las afueras de Málaga.75 Por aquel entonces la Orden como tal hubo de contri-
buir a la guerra con 6.987 florines, lo que causó grandes protestas por parte de los caballe-
ros que debían abonarlos.76 En septiembre de aquel año el maestre seguía en su puesto
vigilante de Ecija —razón por la que se celebró allí Capítulo—, aunque la presencia del rey
Fernando en las operaciones le había quitado protagonismo.77
Posteriormente, participó en la toma de Tájara y otros pueblos, cosa que hizo que
el rey le premiara con el señorío de la Puebla de Montalbán.78 En mayo de 1486 don Alon-
so y el marqués de Cádiz se adelantaron a colocar su real ante Loja, en el camino de Grana-
da, donde hubieron de librar una penosa batalla con los defensores musulmanes.79 Al pare-
cer, en las siguientes operaciones no intervino personalmente el maestre o, al menos, no hay
noticias de que personaje tan importante participase en el curso de la guerra. Sólo en 1490
veremos al comendador de Moratalla ocupar y colocar una guarnición en la plaza de Már-
jena, en la zona almeriense.80 En los años 1488 y 1490, al calor de la escasa actividad béli-
ca, no hubo tropas santiaguistas sobre Granada, sí el resto del tiempo, no abandonando sus
actividades hasta la rendición de la Alhambra.
La contribución pecuniaria de la Orden y sus vasallos también fue de considera-
ción en esta guerra de Granada.81

Año Contribuyente Cantidad (mrs.) referencia


1484 La Orden 1.816.620 Lib. 1.241c, 2r
1487 El Maestre 2.000.000 Ladero, 294
1489 Vasallos de Castilla 494.250 Ladero, 301
1489 Uclés 200.000 Ladero, 301
TOTAL 4.510.870

Un año después de finalizar esta última etapa de la Reconquista moría el también


último maestre de la Orden de Santiago; en adelante sólo habrá administradores, en princi-
pio, temporales y, luego, perpetuos.82

La composición de la hueste santiaguista


A partir de la época de don Juan Pacheco y, sobre todo, tras el segunda mandato de
don Alonso de Cárdenas es posible conocer con cierto detalle tanto la composición de las
tropas de la Orden de Santiago como sus fortificaciones y artillería de la que estaban pro-
vistas, gracias a las series de libros de visita.
En cuanto a los efectivos humanos de la Orden hay que comenzar diciendo que
variaban con las necesidades del momento, aunque, en realidad, no se puede decir que,
mientras hubo frontera con los granadinos, hubiera respiro, debido a las continuas escara-
muzas a ambos lados del frente. Esto lo expresa muy claramente el prior de Uclés en el
Capítulo de Ecija:

29
Vuestra señoría e los cavalleros de vuestra Orden tenéys mill lanças de continuo para
en definsión de la Santa Fe Cathólica e quando es nesçesario la guerra con los mo-
ros, e continuamente faséys la guerra a los ynfieles, si no es en tiempo que los reyes
de Castilla les dan alguna pas o tregua, e aun muchas veses aunque ésta se da, non
pueden estar aun en pas, porque los enemigos de la Fe que biven çerca de las dichas
fronteras, si algunos daños resçiben de otra parte, commo están tan çerca muchas de
vuestras villas e fortalesas, allí se vienen a emendar, e como tienen poca fe nin temor
de Nuestro Señor, quando les agrada sin cabsa alguna an quebrado muchas veses las
pases e treguas asentadas con los reyes, e corren e roban vuestra tierra, como a
acaesçido de pocos días acá, se an levado por dos veses la vuestra villa de Çieça e
otros lugares e gentes e ganados de las tierras de vuestra señoría, a cabsa de lo qual
es nesçesario continuo estar gentes d’armas para defensión de la tierra e fe, como es-
tán continuamente, donde son nesçesarios grandes gastos.83

Así pues, según el cuadro de las tropas, se puede apreciar que, al menos desde
comienzos del siglo XIV, la Orden de Santiago mantenía alrededor de mil jinetes apresta-
dos para la guerra, aunque bien entendido que provenían del seno de la Orden como institu-
ción no de sus vasallos. Como es sabido, en principio todos los caballeros del hábito de
Santiago tenían obligación de ir a la guerra bajo el estandarte de su maestre, tanto los agra-
ciados con alguna encomienda como aquellos caballeros que vivían en ellas bajo las órde-
nes de sus comendadores; pero con el paso del tiempo la situación se altera en gran modo: a
lo largo del siglo XIV el comendador queda como el único freire que reside en la enco-
mienda, mientras los demás caballeros viven en sus casas o en el servicio directo del maes-
tre, quedando el ejercicio de la guerra solamente para los hermanos seglares. Quiere esto
decir que, por un lado, el comendador ha de mantener una serie de lanzas o caballeros ar-
madas a su servicio directo para las intervenciones que le fueran requeridas —ya en el siglo
XVI, al final del proceso, serán pagadas esas lanzas en metálico al gobernador de la Provin-
cia—, mientras, por otro, los caballeros sin encomienda recibirán anualmente una paga en
maravedíes —mantenimientos o acostamientos—, según los servicios prestados y la catego-
ría nobiliaria de cada cual, para que estén dispuesto a ir a la guerra.
Como se desprende de nuestros cuadros, a fines del siglo XV el número de co-
mendadores con encomiendas sitas en la Provincia de Castilla era alrededor de 60. De
acuerdo con la relación de 1513 había 96 caballeros profesos en el convento de Uclés, de
los cuales 33 tenían encomienda (por todos los territorios de la Orden), mientras 37 goza-
ban de mantenimientos —entre 100.000 y 12.000 mrs.—, siendo 26 los que no gozaban de
ninguna ayuda pecuniaria de la Orden.84 Es difícil calcular el número total de caballeros,
aunque puede valorarse en torno al triple de los que había en Castilla: hemos visto cómo en
1480 acompañaban al maestre, en la recepción de las insignias de la Orden, unos 400 caba-
lleros y comendadores,85 cifra algo exagerada, pues ya en el maestrazgo del Emperador
Carlos se determinó en el Capítulo de San Juan de los Reyes que no hubiese en la Orden
más de 300 caballeros,86 debido, sin duda, a la gran inflación de hábitos habida por la polí-
tica de los Reyes Católicos.
Por su parte, de acuerdo con el cuadro de lanzas adjunto, el número de estos servi-
dores oscilaba entre los 200 y los 300 hombres, según el momento, aunque hay que advertir
que tendía a mantenerse muy estable, pues era fijado por los sucesivos maestres en los
capítulos generales, teniendo en cuenta las variaciones del valor de cada encomienda.
También los vecinos-vasallos de la Orden tenían obligaciones militares, de los que
se extraía la casi totalidad de los peones; el sistema de recluta lo estableció perfectamente el
Infante don Enrique en 1440: aquellos que poseyeran de hacienda 20.000 mrs. o más esta-
ban obligados a mantener caballo de precio superior a 1.500 mrs. y las siguientes armas,
gineta, hojas, adarga, barreta, lanza y espada, pudiendo llevar todo lo demás que quisieran;
los que poseyesen entre 10.000 y 20.000 mrs. deberían tener ballestas de pelea y cintos;

30
entre 5.000 y 10.000 mrs. sólo mantendrían una ballesta de pie; entre 3.000 y 5.000 mrs.
serían lanceros con escudo y los de menor cuantía llevarían a la guerra lanzas y dardos.
Todos deberían organizarse por cuadrillas bajo el mando de un cuadrillero que les tomaría
dos alardes al año (por Navidad y por San Juan).87 En el siglo XIV el número de estos peo-
nes oscilarán entre mil y dos mil hombres, al igual que en la guerra de Granada; ya en esta
época los repartimientos de estos servicios se hacían por vía de Hermandad, al igual que los
de los caballeros de cuantía.
En nuestros datos, caballeros de Orden, lanzas y cuantiosos vienen dados global-
mente, aunque se puede deducir que la mitad de los jinetes provenían de los vasallos cuan-
tiosos (entre 300 y 650), estando la Provincia de Castilla en disposición permanente de
aprestar para la guerra entre 600 y 1.000 hombres a caballo, como así hizo.

LAS HUESTES DE SANTIAGO EN LA GUERRA DE GRANADA*


1483 1484 1485 1486 1487 1489 1491 1491 1491 1492
(IV) (VII- (XI-XII) (I)
VIII)
Jinetes 300 196 600 612 1.214 1.760 962 787 400 1.181
Peones —— 1.469 —— —— —— —— —— 1.512 500 ——
Espingarderos —— 17 10 —— —— 145 311 —— —— 353
Lanceros —— —— 1.120 650 1.461 1.700 1.030 —— —— 1.309
Ballesteros —— —— 100 350 600 510 574 —— —— 417
Total peones —— 1.486 1.230 1.000 2.061 2.355 1.915 1.512 500 2.079
Total 300 1.682 1.830 1.612 3.275 4.155 2.877 2.299 900 3.260

TOTALES DE CUANTIOSOS**
1494 1498 1508 1511 1515 1525
Toledo 93 74 51 87 97 122
Madrid —— —— 13 21 27 29
Guadalajara —— —— 0 0 —— 13
Cuenca 75 25 48 28 17 41
Campo de Montiel 143 175 76 124 164 179
Jaén 82 95 31 —— —— 83
Murcia 237 187 114 40 38 179
Total 630 556 333 300 343 646
% sobre total de población 6,36 5,67 2,35 2,72 3,33 2,99

TOTALES DE LANZAS
1468 1478 1481 1573
Encomienda mayor de Castilla 30 —— 30 ——
Madrid 13 10 14 9
Guadalajara 3 —— 6 4
Toledo 37 36 52 36
Cuenca 36 51 75 63
Campo de Montiel 24 23 26 27
Jaén 44 37 44 43
Murcia 45 —— 46 52
Total 232 157 293 234

———————
*
Miguel A. Ladero, Castilla y la conquista del Reino de Granada, Valladolid, 1967, pp. 235, 238, 243, 246-247,
262, 268, 280 y 281. En 1484 se habían repartido por vía de Hermandad 36 peones (p. 238) y en 1487, según otra
fuente, había en pie de guerra 1.200 caballeros y 2.500 peones (p. 262).
**
En 1480, según datos sueltos, había 148 cuantiosos.

31
32
Las fortificaciones
Hasta la masiva entrada en acción de la artillería pesada, las fortificaciones medie-
vales jugaron un papel primordial en el sistema militar de la época, es por ello de interés
conocer tanto su número como su situación.
En primer lugar, en torno al Tajo se sitúan nueve castillos y cinco torres, residuo
de época musulmana o principios de la ocupación norteña, cuando la frontera se situó alre-
dedor de ese río; son estos: Albuher, Villahandín, Fuentidueña, Villarejo de Salvanés, Ore-
ja, Colmenar de Oreja, Alpages, Monreal y Dosbarrios, en cuanto a fortalezas y en cuanto a
torres: Alharilla, Aranjuez, Estremera, Ocaña y Santa Cruz de la Zarza. A fines del siglo
XV habían desaparecido las fortificaciones de Alharilla, Albuher y Villahandín, que esta-
ban ya despobladas, al igual que el castillo de Dosbarrios;88 por su parte, la torre de Santa
Cruz había sido destruida en la guerra de los dos maestres.89 De todos estos lugares, situa-
dos en defensa de posibles ataques calatravos —zona de Zorita—, sólo Colmenar y Oreja
tenían población amurallada, además de Santa Cruz de la Zarza y Ocaña, la capital de la
Provincia.
Sin embargo, era el Priorato el campo más desguarnecido de toda la Provincia, a
pesar de que al oeste tenía a la Orden de San Juan y al este el marquesado de Villena, supo-
niendo el territorio santiaguista sólo una delgada franja entre ellos. Contra los sanjuanistas
tenía destacada la Orden los castillos de Mora, Campo de Criptana y Corral de Almaguer y
contra las tierras de los Pacheco, el de Haro y la torre de Villamayor, estando a caballo de
ambos adversarios las fortalezas de Villanueva de Alcardete y Pedro Muñoz y el cortijo
torreado de El Toboso. Escasas defensas muy castigadas en las guerras de tiempos de Enri-
que IV: el castillo de El Campo de Criptana fue tirado por los concejos manchegos en cum-
plimiento de órdenes de ese rey; de esta fortaleza se decía que había estado en muy buen
sitio e es muy nesçesaria para el estado del dicho señor maestre, porque está a ojo del
marquesado [de Villena] y del prioradgo de San Juan.90 También el castillo del Corral de
Almaguer lo habían tirado antes de 1468,91 en tanto que los adarves los derrocó en 1476
Gonzalo de Villafuerte con gente del marqués de Villena.92 Tenían también murallas las
poblaciones de El Toboso, Villamayor y Villaescusa de Haro; las de Villamayor fueron
mandadas tirar por el rey Fernando en 1477, porque desde allí havía resçibido e reçebía
grandes daños93 y las de Villaescusa fueron arrasadas por los de Belmonte del Marquesado
a mitad de siglo.94
En los alrededores de Madrid tenía la Orden los castillos de Paracuellos del Jarama
y de Prado del Rey. La fortaleza-convento de Uclés, por otra parte, era prácticamente la
única fortificación que enseñoreaba las tierras conquenses de Santiago. Por fin, junto a la
frontera del reino de Aragón, tenía la Orden la importante fortaleza de Huélamo. Claro está
que la villa cabeza de la Orden tenía una muralla que permanecía en pie a pesar del duro
castigo a que se vio sometida durante el asalto de Rodrigo Manrique a las gentes del maes-
tre de Calatrava y del marqués de Villena. También se alzaban enhiestas las barreras de los
lugares de La Mota y Quintanar de la Orden, que no tenían torre ni castillo.
El panorama era distinto en el Campo de Montiel, pues ningún lugar tenía barrera
defensiva; seis son los castillos y ocho las torres: frente a las tierras del Campo de Calatrava
adelantaba la Orden las fortalezas de Alhambra y La Membrilla del Tocón, así como el
cortijo torreado de La Solana, que fue mandado tirar por los visitadores de 1480 debido a
los debates habidos entre el concejo y el comendador.95 En el otro extremo del Campo
había buen número de torres situadas frente a las tierras del concejo de Alcaraz —que man-
tuvo con los comendadores de la zona unas tirantes relaciones— y como retaguardia del
sistema defensivo de las tierras segureñas, contra el musulmán: Albaladejo de los Freires,
Villanueva de los Infantes, Puebla de Montiel, Villanueva de la Fuente, Gorgogí y Terrin-
ches, además de Ruidera, algo más al norte, todos erectos a fines del siglo XV. De los cua-

33
tro castillos ubicados en esta zona sólo dos se hallaban en pie en esta época, Montiel y
Montizón, pues tanto Alcubillas96 como Fuenllana97 fueron derribados por don Alvaro de
Luna cuando en 1446 marchó contra las tierras giennenses de don Rodrigo Manrique. Más
al norte se había destacado el cortijo de Abeiazat o Torrevejesate contra la zona norte del
alfoz de Alcaraz, la cual por abandono perdió su barrera, ante lo cual el comendador de
Socuéllamos en 1478 la mandó tirar para evitar que algún cavallero poderoso se hiciese
fuerte en ella.98
Por fin, tanto las fortificaciones situadas en tierras jienenses como las ubicadas en
Murcia tenían como finalidad casi exclusiva hacer frente a las incursiones musulmanas,
pues en su mayoría se hallaban en primera línea de frontera, aunque no en sus límites más
sureños.99 Varios sectores podemos distinguir en este frente: en primer lugar, el puesto
avanzado que suponían los castillos de la encomienda de Bedmar, esto es, Canena, Bedmar
y Albanchez —frente a las plazas musulmanas de Huelma, Cambil y Alhabar—; de estos
lugares sólo Bedmar tenía muralla defensiva. Un segundo sector estaría formado por los
encasamientos de la Sierra de Segura, que eran muy completos: siete castillos y seis torres;
estas eran Orcera, Torres de Albanchez, Génave, Villarrodrigo, La Puerta y Benatae y las
fortalezas de Beas, Chiclana, Segura, Siles, Hornos, Catena y Torres de Albanchez, ésta
última por los suelos, pues había sido derrocada por don Rodrigo Manrique en 1446.100
Cerca sólo tenían las cuatro villas más importantes: Chiclana, Segura, Siles y Hornos. A
partir de esta zona siguen sin solución de continuidad las fortalezas de las sierras de Yeste y
Letur: Yeste, Férez, Moratalla, Letur, Socobos y Liétor, todos ellos con murallas para la
villa, además de las torres de Ulea en Moratalla, Zacatín y Taibilla, ésta por los suelos gra-
cias al abandono en que se hallaba. A continuación se encontraban los castillos de Carava-
ca, Cehegín (ambas localidades amuralladas), Canara y Bullas —éste tirado—; más al sur,
frente a Lorca, disponía la Orden de las fortalezas de Aledo y Pliego, ambas con adarves,
aunque el de Aledo a fines de siglo estaba caído. Finalmente, en plena cuenca del Segura
estaban los castillos de Ricote, Blanca y Ulea, todos ellos en villas sin amurallar, y la forta-
leza de Cieza, que había sido derribada por Diego López de Sosa, corregidor de Murcia, el
Adelantado mayor y toda la ciudad en tiempos del maestre Enrique IV, en las guerras de los
Fajardo,101 pero en 1498 ya se había reconstruido.102 No así su cerca que, a pesar de los
sucesivos asaltos nazaríes, permaneció incólume.103
Para terminar este apartado permítaseme presentar algunas notas sobre las perso-
nas encargadas de las tenencias de estos castillos y torres, esto es, los alcaides, subalternos
del comendador que recibían un salario anual en remuneración por sus servicios. Para acce-
der a ello debían rendir pleito-homenaje a su comendador o bien al maestre —o a los visi-
tadores, en su caso—, según la siguiente fórmula:

E lo fiso en manos del dicho comendador Fernando Días de Ribadeneyra en forma


devyda una e dos e tres veses, una e dos e tres veses, una e dos e tres veses, commo
cavallero e omne fijodalgo, segund fuero e costumbre de España, que él tenía por el
maestre de Santiago, don Alonso de Cárdenas, nuestro señor, [la fortaleza de Bed-
mar] e de acodir con ella a su señoría, e desde ella faser guerra e pas por su manda-
do, e de lo acoger en lo alto e en lo baxo della, ayrado o pagado, de noche o de día,
con poca gente o con mucha, e de faser todos sus mandamientos, commo de su señor
e verdadero maestre, a lo qual fueron presentes Diego de la Cueva, fijo de Sancho de
la Cueva, e el bachiller Johán de Burgos.104

FORTIFICACIONES
Cuenca Madrid Toledo Montiel Jaén Murcia Total
Fortalezas enhiestas 3 6 5 4 8 14 40
Fortalezas tiradas 2 —— 3 2 2 2 11
Total fortalezas 5 6 8 6 10 16 51

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Torres enhiestas —— 2 3 7 5 2 19
Torres tiradas —— 1 2 1 —— 1 5
Total torres —— 3 5 8 5 3 24
Cercas enhiestas 1 2 5 —— 4 10 22
Cercas tiradas 1 —— 2 —— 1 1 5
Total cercas 2 2 7 —— 5 11 27
Lugares con barrera
2 2 5 —— 5 11 25
y castillo

Las armas de fuego


A partir de la segunda mitad del siglo XV aparecen las armas de fuego como ele-
mento nuevo en la dinámica militar, y la Orden de Santiago no fue ajena a este movimiento
generalizado. Así, en 1446 encontramos a Rodrigo Manrique, efímero maestre, poniendo
sitio a varias fortalezas con sus pesadas lombardas; sin embargo, hasta 1478 no tenemos
relaciones detalladas de estas armas.
Según que fueran o no portátiles por medios humanos, las hemos dividido en lige-
ras y pesadas, éstas llevadas a lomo de bestias o en carros. Dentro de éstas las de más cali-
bre eran las lombardas, que disparaban proyectiles de piedra;105 son poco numerosas debido
a su alto coste. Igualmente eran escasas las medias lombardas, lombardetas y medias lom-
bardetas, ediciones reducidas de la anterior. Pasavolantes y serpentinas eran armas igual-
mente pesadas, aunque algo más abundantes; a fines de siglo eran lombardas pequeñas de
20 cm. de calibre y 2,20 m. de longitud, pero posteriormente evolucionaron, aplicándose
estas denominaciones a piezas de hasta 6 metros y 10 cm. de calibre, que eran fundidas de
una vez.106 El búzano, pieza artillera de grueso calibre, aparece tan sólo en una ocasión.
Finalmente, el arma pesada que más se deja notar en el trueno, nombre genérico aplicado
indiscriminadamente a todas las piezas ya citadas.
Entre las armas ligeras la más extendida era la espingarda; según Ladero, había
dos tipos, «llamadas respectivamente “de llave” y “llanas”. En estas últimas no había artifi-
cio para comunicar el fuego a la carga y la operación se realizaba mediante una simple
mecha. El precio medio del arma era, en 1485, de 341 mrs.».107 Su importancia estribaba en
que la infantería podía disponer de armas de fuego individuales. Su número indica que la
mayoría de estas armas ligeras pertenecían a esta especie, que llegaba a representar la mitad
de la totalidad. Entre estos «truenos menores» se pueden clasificar también el espingardón
o ribadoquín, que recibía también los nombres de mosquetón o falconete. Desde comienzos
de siglo eran piezas pequeñas que disparaban balas de hierro de 1 a 3 libras de peso;108 su
número siempre fue muy escaso.
Una versión aumentada del ribadoquín fue la cerbatana que tenía de calibre 4,5
cm. y que, a su vez, era antecedente de la culebrina, que, fundida de una sola pieza, a co-
mienzos del siglo XVI disparaba proyectiles de 36 libras.109 Después de las espingardas
eran las armas más abundantes, aunque rara vez superan la decena. Por fin, otras armas
ligeras que aparecen esporádicamente son las medias cerbatanas y las escopetas.
En cuanto a la distribución de estas armas, contra lo que pudiera pensarse, hay que
decir que no estaban en función del mayor o menor peligro de la zona, ya que solían ser
propiedad del comendador o alcaide, sino que presentan un carácter muy aleatorio; así, la
zona que más armas poseía era el Priorato y, sorprendentemente, la que menos, Murcia. Lo
que sí queda claro es que casi siempre, con las excepciones de La Solana y Terrinches,
estas piezas se hallaban depositadas en las fortalezas y no en las torres, pues éstas eran
utilizadas sobre todo para refugio de los lugareños.
En el Priorato eran pocas las fortalezas defendidas por armas de fuego: en la ribera
del Tajo, Oreja, Monreal, Villarejo y Fuentidueña, además de los castillos periféricos de
Paracuellos, Uclés, Huélamo, Haro y Mora; de lo que se deduce que todo el Partido de la

35
Mancha se hallaba desguarnecido. El Campo de Montiel también se hallaba mal guardado,
tanto en número de armas como en el de fortalezas artilladas: Alhambra, La Solana, La
Membrilla, Montiel y Terrinches. Algo mejor era la situación de las fortalezas gienenses,
pues las armadas eran algunas más, contando con piezas de mayor alcance: Bedmar, Alban-
chez, Beas, Montizón, Chiclana, Segura, Siles y Hornos.
En el Reino de Murcia el número de armas era muy escaso, acaso por falta de celo
de los visitadores, tanto es así que, si hemos de hacer caso de los datos reseñados, la impor-
tante fortaleza de Caravaca nunca contó con ellas, cosa harto dudosa. Tenían armas: Aledo,
Cehegín, Cieza, Moratalla, Socobos, Ricote y Yeste.

TOTAL DE ARMAS DE FUEGO DE LA PROVINCIA DE CASTILLA


1478 1480 1485 1494 1498 1507 1511 1515 1525
ARMAS PESADAS
Lombardas 2 1 —— —— —— 2 2 2 ——
Medias lombardas 8 2 —— 3 3 5 3 2 1
Truenos 39 13 2 24 20 25 10 6 3
Pasavolantes 4 5 1 8 8 7 —— —— ——
Serpentinas 1 1 —— 1 1 5 4 5 ——
Búzanos —— —— —— —— —— —— —— 1 ——
Otros tiros gruesos 6 —— —— —— —— —— —— —— 2
Total armas pesadas 60 22 3 36 32 44 19 16 6
ARMAS LIGERAS
Espingardas 52 56 5 48 43 93 75 46 30
Espingardones 2 —— 2 2 1 2 4 2 2
Ribadoquines —— —— —— —— —— 3 3 2 ——
Culebrinas 10 2 —— —— —— 1 1 —— ——
Cerbatanas 5 2 1 6 4 11 15 8 2
Medias cerbatanas —— —— —— —— —— —— —— —— 1
Cuartagones —— —— —— 1 1 1 —— —— ——
Barjoletas 1 —— —— —— —— —— —— —— ——
Escopetas —— —— —— —— —— —— —— —— 7
Otros tiros ligeros —— 36 —— —— —— —— 11 —— 5
Total armas ligeras 70 96 8 57 49 111 109 58 47
TOTAL GENERAL 130 118 11 93 81 155 128 74 53

36
NOTAS
1
Orígenes de la Orden Militar de Santiago (1170-1195), Barcelona, 1974 y La Orden de Santiago (1170-1275),
Madrid, 1965.
2
La cronología de los maestres ha sido tomada de doña Consuelo Gutiérrez del Arroyo, Privilegios reales de La
Orden de Santiago en la Edad Media, Madrid (s.a.), pp. 31-34.
3
Sólo citaré los privilegios relativos a la Provincia de Castilla.
4
F. Rades de Andrada, Chrónica de las tres Ordenes y Cavallerías, Toledo, 1572, fol. 34v-35r.
5
Rades, op. cit., fol. 35v.
6
AHN, Uclés, carp. 293.
7
AHN, Uclés, carp . 90, nº 3 y 4 .
8
AHN, Uclés, carp. 5-I, nº 9 y carp. 99, nº 30.
9
Rades, fol. 36r-36v.
10
AHN, S. Marcos, R. 68 y P. leg. 480 s.n.
11
AHN, Uclés, carp. 323, nº 12.
12
AHN, Uclés, carp. 293, n 2.
13
AHN, Uclés, carp. 311, nº 15.
14
AHN, Sellos carp. 13, nº 1.
15
AHN, Uclés, carp. 217, nº 7.
16
AHN, Uclés, carp. 208-II, nº 1.
17
AHN, Uclés, carp . 90, nº 3.
18
Rades, fol. 37v-38r. En 1295 Bonifacio VIII, ante la secesión de los portugueses de la Orden, ordenó que se
sometieran al maestre castellano, no obstante las cartas de los papas anteriores (Benavides, doc. VI); pero la
separación se consumó en 1314, fundándose la Orden de S. Tiago a pesar de las condenas de Juan XXII en 1317
(Bulario, fol. 530-537).
Durante la batalla de Valladolid, el concejo marchó contra el maestre, que estaba en los palacios del rey, es por
esto por lo que aquél hubo de indemnizarle con 12.000 mrs. (Benavides, doc. CCXXXIX). También tuvo proble-
mas con su gente, pues debió combatir en 1312 contra García Pérez, comendador del Hospital de Toledo, Juan
Yáñez, comendador de Estremera, y Gonzalo Fernández, comendador de Mohernando, que se habían revelado
contra él en la frontera (Bulario, fol. 503-504) .
19
Benavides, Memorias de Fernando IV, Madrid, 1830, II, pp. 451-461.
20
Consuelo Gutiérrez, op. cit., doc. 574-621.
21
Salvador de Moxó, “Relaciones entre la Corona y las Ordenes Militares en el reinado de Alfonso XI”, VIl
Centenario del Infante don Alvaro de la Cerda, Ciudad Real, 1976, pp. 117-158.
22
Rades fol. 38v.
23
AHN, Uclés, carp. 243, nº 21. Y confirmó todos los privilegios de la Orden en unión de su abuela y los tutores
don Juan y don Pedro (AHN, Uclés, carp. 2-I, nº 21).
24
Rades, fol. 40r-40v.
25
AHN, Uclés, carp. 55, nº 12.
26
AHN, Sellos, carp. 5, nº 8.
27
Véase el capítulo dedicado a las instituciones. Sobre su persona, C. Morales y López-Higuera, Apuntes para una
biografía de Vasco Rodríguez Coronado, maestre de Santiago, Madrid, 1910 (tesis doctoral inédita). En 1329
evitó la secesión del comendador mayor de Montalbán, don Vidal de Villanueva, acordándose con él sobre la
forma de prestación de pleito-homenaje y otros asuntos, todo ellos ante Alfonso IV de Aragón, quien lo aprobó
(AHN, Uclés, carp. 207, nº 97).
También don Rodrigo Chacón le creó problemas con sus violentos desmanes, por lo que hubo de intervenir en
apoyo de don Vasco el papa Inocencio VI en 1355 (Bulario, fol. 663-665). En 1337 firmó un pacto con Alfonso
XI, por el que éste se comprometió a no tomar ni derribar el castillo que el maestre construía en Santiago de
Jalamena (Almenara), del que, dicho sea de paso, carecemos de más noticias, a pesar de que aún existe (Bulario,
fol. 610).
28
AHN, Uclés, carp. 249, nº 1.
29
Rades, fol. 41r-42r. Confirmación de privilegios (AHN, Uclés, carp. 339, nº 31).
30
Rades, fol. 43r-43v.
31
Ibidem, fol. 43v-44r.
32
AHN, Uclés, carp. 82, nº 6.
33
AHN, Uclés, carp. 5-I, nº 44.
34
Rades, fol. 45r-45v. Su padre le había nombrado Adelantado mayor de la Frontera, pero, Pedro I, inmediatamen-
te después de acceder al trono, le quitó el cargo para entregarlo al Infante don Enrique (L.V. Díaz Martín, Los
oficiales de Pedro I de Castilla, Valladolid, 1975, p. 32). También camarero mayor del rey tras su prisión de Toro
(L.V. Díaz Martín, “Los maestres de las Ordenes Militares en el reinado de Pedro I de Castilla”, Hispania,
CXLV, 1980, p. 308).
35
Consuelo Gutiérrez, op. cit., doc. 755-773.

37
36
Rades, fol. 45v-46r.
37
Rades, fol. 46r-46v.
38
Rades, fol. 46v.
39
Ibidem, fol. 47r.
40
Id., fol. 47r-47v. El año de su muerte una horrible peste asoló gravemente la Provincia de Castilla (AHN, Uclés,
carp. 339, nº 40).
Tuvo nueve hijas que casaron con nobles de primera fila, su hijo don Alfonso Enríquez sería Almirante de Castilla
y don Pedro, conde de Trastamara (Rades, fol. 49r-49v.). Sobre su persona puede verse J. Zunzunegui Aramburu,
“El infante D. Fadrique, maestre de Santiago (1342-1358)”, Anthologica annua, XI, 1963, pp. 47-58, y A. Cota-
reIo, “Sello inédito del Infante D. Fadrique”, Revista Española de Literatura, Historia y Arte, I, 1901, pp. 60-61.
41
Oropesa pasaría a su hijo Fernán, emparentado con los Ayala, y la casa de Alba de Tormes a otro familiar del
mismo nombre (Rades, fol. 50r-50v.).
42
Rades, fol. 51r-51v. Tuvo un hijo de su mismo nombre que fue comendador de Segura; casado con Teresa
Carrillo, señora de Santa Eufemia, fueron bisabuelos del marqués de La Guardia, por matrimonio de otro Gonzalo
con Inés Mexía de Guzmán.
43
AHN, Uclés, carp. 365, nº 7.
44
AHN, Uclés, carp. 372, nº 8.
45
Rades, fol. 51v-52r. En 1376 falló el rey Enrique, en pleito mantenido entre don Fernando y los herederos de
Fernán Gómez de Albornoz, comendador mayor de Montalbán, que el castillo de Huélamo y casa de Cervera
pasasen a la Orden, la cual debía permitir cobrar a éstos 40.000 mrs. del testamento, situados en su encomienda
(AHN, Uclés, carp. 151, nº 5).
46
Rades, fol. 52r-52v.
47
Ibidem, fol. 52v.
48
Id, fol. 53r.
49
Id, fol. 53v.
50
Rades, fol. 53v-54v. Su hijo mayor heredó el mayorazgo como conde de Feria, conde de Coruña y de Tendilla;
los demás accedieron por matrimonio al marquesado de Santillana y al ducado del Infantado (Ibidem, fol. 55r).
51
García de Medrano, Copilación de las leyes capitulares de la Orden de la Cavallería..., Valladolid, 1605. Sobre
su persona, E. Rodríguez Amaya, ”Lorenzo Suárez de Figueroa, maestre de Santiago”, Revista de Estudios Extre-
meños, VI, 1950, pp. 241-302; así como F. Mazo Romero, “Los Suárez de Figueroa y su señorío de Feria”, Histo-
ria. Instituciones. Documentos, I, 1974, pp. 111-164.
52
Rades, fol. 56r-58v. Sobre el maestre Eloy Benito Ruano, “Fortuna literaria del Infante don Enrique de Aragón”,
Archivium, XIV, 1964, pp. 161-201, y sobre todo Los Infantes de Aragón, Madrid, 1952.
53
Rades, fol. 58v-60r. Este maestre —por el capítulo de 1440—, además del anterior, de don Alonso de Cárdenas
y de los Reyes Católicos, por supuesto, fueron los grandes legisladores del siglo XV (Compilación, 1605).
54
Rades, fol. 61r-63r. Fue maestresala de Juan II; casado con doña Elvira Portocarreo, hija del señor de Moguer, el
rey le dio Cornago y Jubera, que habían sido de su padre y abuelo, Ayllón, Cuéllar, Montalbán, Langa, Alburquer-
que, Trujillo y otros, además de Arjona, que permutó a la Orden de Calatrava por Maqueda. En segundas nupcias
casó con la hija del conde de Benavente (ibidem, fol. 61r), de ésta tuvo dos hijas: una heredó el condado, que
quedó unido por matrimonio al marquesado de Villena; un bastardo sería señor de Fuentidueña y otra hija ilegíti-
ma casaría con Juan de Luna, primo suyo, que era alcaide de Soria (id, fol. 63v).
Abundan los trabajos sobre este personaje, véanse los de León del Corral, Don Alvaro de Luna, según testimonios
inéditos de la época, Valladolid, 1915; T. Cirillo, “Notizia bibliografica su don Alvaro de Luna”, Annali
dell’Istituto Universitario Orientali, V, 1963, pp. 277-291; C. Silió, Don Alvaro de Luna y su tiempo, Madrid,
1941; J. Rizzo Ramírez, Juicio crítico y significación política de don Alvaro de Luna, Madrid, 1868; M. Rodríguez
Ferrer, “¿En qué día tuvo lugar la catástrofe de don Alvaro de Luna?”, Revista de España, XXIV, 1872, pp. 304-
307. También su crónica, Gonzalo Chacón. Crónica de don Alvaro de Luna. Condestable de Castilla, maestre de
Santiago (edición y estudio de J.M. Carriazo), Madrid, 1940.
En abril de 1453 Juan II comunicaba a sus nobles la prisión de don Alvaro y el secuestro de sus bienes (Memorias
de Enrique IV, doc. XXV y ss) y en junio su ejecución (ibidem, doc. XL-XLI; también, RAH, Salazar, A-5, fol.
76-85).
55
Rades, fol. 63v. En 1453 el rey ordenaba a los nobles devolver a la Orden todos los bienes a ella pertenecientes,
que él había tomado bajo su protección (AHN, San Marcos, R. 94).
56
Rades, fol. 64r-64v. Del primer matrimonio tuvo a don Diego, duque de Alburquerque y conde de Ledesma, y a
don Antonio, marqués de Andrada; del segundo, a don Iñigo de Velasco y de la Cueva, señor de Roa y Siruela
(ibidem, fol. 64v). Sobre su persona, A. Rodríguez Villa, Bosquejo histórico de don Beltrán de la Cueva, tercer
duque de Alburquerque, Madrid, 1881. Sobre su renuncia (AM.Murcia, Cart. Real, eras 1453-78, fol. 179-181).
Sin embargo, el año de 1464 fue de alternativas diversas para don Beltrán, así, en octubre éste se concertó con el
rey y el nuevo maestre acerca de la tutoría del Infante don Alfonso (Memorias, doc. CI), aunque en dos meses los
grandes lo enemistaron con don Enrique, quien lo apartó de la Corte (doc. CV), para lo que estos nobles y don
Beltrán se concedieron seguros mutuos (doc. CIII).
57
Rades, fol. 64v.

38
58
J. Caro Baroja, Los judíos en la España moderna y contemporánea, Madrid, 1961, II, p. 350. E. Mitre Fernández
ha estudiado “La emigración de los nobles portugueses a Castilla a fines del siglo XIV”, Hispania, CIV, 1966, pp.
513-525.
59
Rades, fol. 65r-66r. Tuvo dos hijos legítimos: Diego López Pacheco, marqués de Villena, duque de Escalona y
conde de Santisteban de Gormaz, y Pedro Portocarrero, que, casado con una hija de don Alonso de Cárdenas, fue
señor de Moguer y de la Puebla de Montalbán. Sobre su óbito, véase E. Benito Ruano, “Los maestres mueren en la
cama”, Homenaje a don Agustín Millares Carló, Las Palmas, 1975, II, pp. 91-97.
Las Memorias de Enrique IV nos ofrecen diversas claves para conocer la actuación de este maestre: en 1468 firmó
una confederación con don Juan II de Aragón, su hijo Fernando y varios grandes de Castilla ante el rey Enrique
(doc. CLI); un año más tarde instó, junto con don Alonso Carrillo, al concejo de Valladolid para que se uniera al
partido de la princesa Isabel (doc. CLXVII); ya en 1472 el monarca le dio en trueque la villa de Sepúlveda a
cambio de Magaña y Comuña (doc. CXCI). Por fin, en 1474, sirviendo los intereses de la princesa Juana, dio
seguridad al mayordomo Andrés de Cabrera de volver a entregarle la fortaleza de Madrid si no se efectuaba el
matrimonio entre doña Juana y el Infante don Enrique (doc. CXCIV), a cambio de lo cual el mayordomo prometió
a don Juan, al duque de Arévalo y al conde de Benavente entregar al infante don Enrique 15 cuentos de marave-
díes quince días después de contraer matrimonio (doc. CXCV).
60
Rades, fol. 66v-67r.
61
Rades, fol. 67v-68r.
62
Rades, fol. 69r-70r.
63
Rades, fol. 70r-71r.
64
Rades, fol. 72r.
65
Miguel Angel Ladero, Castilla y la conquista del reino de Granada, Valladolid, 1967, p. 24.
66
Ladero, op. cit., p. 20.
67
Ladero, p. 25.
68
Ladero, p. 26
69
Ibidem.
70
Rades, fol. 71r-72r.
71
AHN, OO.MM., Lib. 1.241c, fol. 19r.
72
AHN, OO.MM., Lib. 1.241c, fol. 21v.
73
AHN, OO.MM., Lib. 1.241c, fol. 22r. Sin embargo, lo más fácil es que éstos se contaran entre los 600 cautivos
salidos de Málaga el 18 de agosto de 1487 en condiciones harto precarias (Ladero, p. 53).
74
Ladero, p. 30.
75
Ladero, p. 32.
76
AHN, OO.MM., Lib. 1.241c, fol. 2r.
77
Ladero, pp. 35-36, nota 105.
78
Rades, fol. 72r.
79
Ladero, p. 43.
80
Ladero, p. 64, nota 261. En 1487 intervenía el alcaide de Ricote para impedir a los partidarios de El Zagal entrar
en su territorio a comprar mercancías (AGS, RGS, 28-marzo-1487, fol. 46).
81
Naturalmente, la aportación debió de ser mayor, así, en 1483 el corregidor trataba de averiguar los abastecimien-
tos que el concejo de Villanueva de Alcardete había llevado al real de Loja y Alhama (AGS, RGS, 18-diciembre-
1483, fol. 73). Contribución pecuniaria en la que intervinieron poderosamente los hebreos de la Orden: en 1485
ordenaban los Reyes a don Abraham Senior, alcalde mayor de las juderías de Castilla, cobrase en éstas 16.000
castellanos para la guerra (ibidem, 30-noviembre-1484, fol. 83), orden repetida por la reina meses después (id, 28-
abril-1485, fol. 283-284).
82
Rades dice que murió en 1499 (fol. 72r), pero evidentemente se equivoca. Sobre el último maestre, J. Pérez
Fernández-Fígares, Don Alfonso de Cárdenas, maestre de Santiago, Granada, 1972 (tesis doctoral inédita), resu-
mida en Cuadernos de Estudios Medievales, I, 1973, pp. 164-165.
Sobre las vicisitudes a primeros del siglo XVI, A. Javierre Mur, “Fernando el Católico y las Ordenes Militares
españolas”, V Congreso de Historia de la Corona de Aragón, Zaragoza, 1955, I, pp. 287-300; duque de Baena, “El
Gran Capitán y el Maestrazgo de Santiago”, Hispania, XIII, 1953, pp. 179-184, y, sobre todo, el conde de Cedillo,
El Cardenal Cisneros, gobernador del Reino, Madrid, 1921, I, pp. 127-141.
83
AHN, OO.MM., Lib. 1.241c, fol. 5r.
84
AHN, OO.MM., Lib. 1.238c, fol. 5r-96r.
85
Rades, fol. 72r.
86
Biblioteca Nacional, ms. 419.
87
Compilación 1605, lib. II, tít. XXXVIII. Naturalmente, como se verá en los aspectos sociales, estas cifras fueron
elevadas en años posteriores.
88
AHN, OO.MM., Lib. 1.073c, fol. 331.
89
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 45.
90
Ibidem, fol. 169.
91
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 17.

39
92
AHN, OO.MM., Lib. 1.068c, fol. 97
93
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 157.
94
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 79.
95
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 157.
96
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 22.
97
Ibidem, fol. 63.
98
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 213.
99
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 561.
100
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 31
101
Ibidem, fol. 60.
102
AHN, OO.MM., Lib. 1.069c, fol. 445.
103
J. Torres Fontes, “Los castillos santiaguistas de Murcia en el siglo XV”, Anales de la Universidad de Murcia,
XIV, 3-4, pp. 325-348.
104
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 259. La misma fórmula se repite una y otra vez, añadiendo en algunos casos
una cláusula penal: so pena de caer en mal caso. Acerca de este tema puede verse A. Alvarez, Tractado de la ley
de Partida, de lo que son obligados a hacer los buenos alcaydes que tienen a su cargo Fortalezas y Castillos
fuertes, Valladolid, 1558, así como Ramón d’Abadal, Les «Partidas» a Catalunya durant l’Etat Mitja, Barcelona,
1914.
105
Ladero, op. cit., p. 118. Sigue a José Arántegui, Apuntes históricos sobre la artillería española en los siglos
XIV y XV, Madrid, 1887.
106
Ladero, ibidem,
107
Id, p. 128.
108
Id, pp. 118-119.
109
Id, p. 119.

40
PARTE SEGUNDA. BASES SOCIO-ECONOMICAS

CAPITULO SEGUNDO
ASPECTOS DEMOGRAFICOS

Hablar de fenómenos demográficos en la Edad Media, aunque sea en el último de


sus siglos, tan lejos de las épocas estadísticas, plantea no pocos problemas, debido, funda-
mentalmente, a la falta de datos y a la inadecuación de los pocos que se conservan, pues
fueron redactados en su día para fines muy distintos de los aquí perseguidos. Igualmente, el
problema contrario —el de la despoblación— nos lleva a afinar mucho en nuestros postula-
dos, toda vez que las fuentes y su interpretación son de carácter harto dudoso. No obstante
todo esto, he aquí lo poco que se puede decir sobre la población y la despoblación.

La Población
Fuentes y Metodología. Tres clases de documentos son los que se pueden consultar
a este propósito, uno de tipo hacendístico-militar y dos de origen religioso. En 1514, por
orden del Prior de Uclés, se repartieron en la Provincia de Castilla bulas de indulgencias,
compradas por los vecinos de cada lugar, a razón de real por bula para persona viva y la
mitad para los difuntos; sólo conservamos las relativas a Horcajo y Santa Cruz de la Zarza.1
Su valor como fuente demográfica no es muy alto, dado que sólo se especifica el número de
bulas compradas por familia —generalmente los dos esposos—, tanto para vivos como para
muertos, sin citarse parentesco ni fecha de defunción.
Más interés revisten los padrones o matrículas de confesados, que aparecen a prin-
cipios del siglo XVI, en cumplimiento de las disposiciones eclesiásticas referentes a la
realización de la obligación pascual de confesar y comulgar; en virtud de la cual, el párroco
de cada lugar tomaba nota de todos aquellos que iban a la iglesia con ese fin, preocupándo-
se de anotar el nombre de los que no lo hacían, los cuales serían multados por el prior con
30 mrs. de no mediar causa justificada, pena que se aumentaría a dos reales en caso de no
cumplir con la obligación antes de ocho días.
Nos han llegado las relaciones de Horcajo en 1504,2 Santa María de los Llanos en
1505, 1506 y 1513,3 la parroquia de San Miguel en Santa Cruz de la Zarza en 15154 y la de
Santiago en 1540,5 Socuéllamos en 15046 y en 15077 y el Campo de Criptana en 1505.8 La
utilidad de las presentes matrículas está en función del criterio seguido por el cura al redac-
tarlas, pues, si en unos casos (los primeros cuatro citados) las relaciones aparecen por fami-
lias, indicando el estado civil y edad aproximada de sus miembros, en el resto de los nom-
bres se suceden sin orden ni concierto, sirviendo sólo para constatar el número total de
personas mayores de edad y su distribución por sexos.
La última fuente demográfica se refiere a las relaciones que aparecen en los Libros
de Visita, en que se citan a los vecinos pecheros y a aquellos de entre ellos que reúnen la
cuantía suficiente para ser caballeros de premia. Obviamente estas listas eran utilizadas con
fines fiscales —reparto de tributos reales y señoriales— y militares. Es por esto por lo que

41
generalmente no figuran los exentos: hidalgos, beatas, clérigos, viudas y menores, y cuando
lo hacen se les cita expresamente, hecho que ha de ser muy tenido en cuenta a la hora de
enfrentarse al problema de la cuantificación.
Problemas de cuantificación. El hecho de que hasta época muy avanzada la expre-
sión de la población haya aparecido en vecinos y no en habitantes, entendido aquel concep-
to como la unidad impositiva, ha dado lugar al problema de la aplicación de un coeficiente
adecuado de habitantes/vecino, ya que se suponía que tras el vecino se hallaba una familia
integrada por diversas personas. Esta cuestión es de difícil resolución, al menos en nuestros
documentos, puesto que ninguno de ellos contempla esta realidad en su totalidad.
Efectivamente, lo más cercano a la fuente deseada son los padrones de confesados,
aunque está claro que faltan de ellos los menores de edad que no habían recibido la primera
comunión. Otra cuestión de importancia es la de estimar qué personas deben incluirse den-
tro de la familia; evidentemente, si hacemos de este concepto una transposición a los tiem-
pos actuales, esto es, a la familia paterno-filial, habría que eliminar tanto a otros familiares
(padres, suegros, cuñados, hermanos, sobrinos, yernos o nietos) como a los mozos de crian-
za, lo cual no estaría de acuerdo con la mentalidad de la época.
Si se acepta esta última proposición, los datos que podríamos aportar a este respec-
to son los que siguen:

Lugar y año Coeficiente habitantes/vecino


Horcajo 1504 2,24
Santa María de los Llanos 1505 2,20
Santa Cruz: San Miguel 1515 2,30
Santa Cruz: Santiago 1540 3,15

También conocemos familias completas, aunque en forma fragmentaria y en casos


muy peculiares, así en 1514 el comendador de Horcajo había tenido de su mujer tres varo-
nes y tres hembras de las que dos habían fallecido,9 estando integrada, pues, su familia por
5 personas, toda vez que la hija superviviente ya había contraído matrimonio. Sin embargo,
el resto de los casos arroja números inferiores: en los 30 años de su vida marital el capellán
de la Puerta de Segura había tenido un niño y dos niñas, una fallecida, siendo cuatro los que
formaban su «familia»,10 al igual que la del cura de Benatae.11 Coeficiente que en el caso
del párroco de Villarrodrigo se situaba en tres personas.12
Para complicar más aun el problema, es evidente que viudas y huérfanos rara vez
alcanzarían coeficiente tan alto; en efecto, en los padrones estudiados era habitual que las
viudas y viudos viviesen o bien solos o con algún hijo o criado, siendo muy aleatorio el
caso de los menores, que en 1498 en Villarrodrigo representaban el 30,9% de la pobla-
ción;13 tampoco los porcentajes de viudos —mujeres, sobre todo— son de despreciar: mien-
tras en Horcajo eran el 8,5% y en Santiago de Santa Cruz el 5,8%, en Raodona en 1508
alcanzaban el 10%,14 al igual que en Santa María de los Llanos y barrio de San Miguel en
Santa Cruz de la Zarza en los años citados.
Es por esto por lo que creo que no se puede dar una solución satisfactoria al pro-
blema del coeficiente, que probablemente oscilaría entre el 3 y el 5, debido a las alteracio-
nes que producirían los grupos exentos de la población en el cómputo final.15
Algunas noticias sobre el movimiento demográfico. A partir de los datos ya ex-
puestos es posible apuntar algunas tasas de movimiento demográfico, aunque debo hacer
notar la peculiaridad de los casos que conocemos, por referirse a una familia aristocrática
(los Céspedes) y a familias de curas amancebados. En cualquier caso, su valor es sólo indi-
cativo, ya que carecemos de datos seriados, que sólo aparecerán con los libros parroquiales
de bautismos y defunciones, tras el Concilio de Trento.

42
Los datos de natalidad por familia indican que el número de hijos oscilaba entre 1
y 6; en efecto, el comendador Céspedes había tenido tres varones y tres hembras;16 el vica-
rio de Segura, en corto plazo, había tenido una hija con la mujer del santero;17 el cura de
Villarrodrigo en tres años había procreado con su manceba un niño y una niña,18 mientras el
de Benatae había conseguido la misma prole en el doble de años19 y el de La Puerta dos
hembras y un varón en 30 años.20
Vemos, por tanto, que de 14 nacimientos seis habían sido varones y el resto hem-
bras (43% y 57%, respectivamente), de las cuales habían fallecido de corta edad cuatro
niñas, o sea, la mitad, y ningún niño. Las tasas de fecundidad son muy aleatorias, pues, si
en el caso de Villarrodrigo correspondía a un nacimiento cada año y medio, en el de Bena-
tae era el doble y en el de La Puerta de un niño cada diez años.
Como es sabido, en las cuentas tomadas periódicamente a los mayordomos de las
parroquias se solía anotar en los ingresos lo recaudado en concepto de sepulturas, por abrir-
las y venderlas dentro de los muros de la iglesia; es lástima, sin embargo, que solamente en
contados casos se acompañen de expresión numérica, lo que nos permite escasamente pre-
sentar unos datos a título indicativo. En tres de los cuatro que nos han llegado el índice se
sitúa en torno al 4% anual de defunciones: en Villanueva de los Infantes entre 1493 y 1494
hubo 29 entierros,21 en Fuenllana el último de esos años hubo seis sepulturas abiertas22 y en
Las Vayonas una defunción.23 Más alta es la tasa del lugar morisco de Ojós, el cual entre
1515 y 1525 había perdido un 12,5% de su población, aunque coincidiendo con un 30% de
crecimiento vegetativo.24 De cualquier modo, en números absolutos, las cifras no serían
muy altas, a juzgar por las quejas que los vecinos de Génave enviaron a los visitadores,
pues hacía 10 o 12 años que el cura no residía en el lugar, habiendo acaesçido fallesçer
criaturas y no aver quién las sepulte, salvo el sacristán, e lo que es peor, que por no aver
clérigo en el dicho lugar ha fallesçido alguna persona syn resçebir los sacramentos.25
Sin embargo, hay algo que queda claro, y es que la mujer alcanza edades más
avanzadas que el varón, así, el número de viudas en nuestros padrones es mucho más alto:
3/8 en Horcajo, 2/10 en Santa María de los Llanos, 8/13 en la parroquia de San Miguel y
11/48 en la de Santiago.
Con respecto a los índices de nupcialidad, hay que decir que era notable, según se
desprende de los datos de las matrículas de confesados; estos son los porcentajes de perso-
nas que, recibida la comunión, permanecen solteros en relación a casados y viudos.

Lugar %
Horcajo 12,5%
Santa María de los Llanos 17,5%
San Miguel 13,7%
Santiago 29,5%

En consecuencia, se puede deducir que en estos casos más de las dos terceras par-
tes de la población apta para contraer matrimonio, lo había hecho.
La distribución por sexos de la población es también de interés apuntarla, aunque
para ello sólo podamos recurrir a los padrones ya utilizados, que, como era de esperar,
señalan una división casi a partes iguales para hombres y mujeres:

Lugar Varones Hembras total


Horcajo 62 63 125
Santa María de los Llanos 56 58 114
San Miguel 106 91 197
Santiago 527 490 1.017

43
Por último, los datos de emigraciones, que son extraordinariamente escasos en
nuestra documentación; éstas podían ser de dos tipos, o bien definitivas, como cuando se
pobló Fuentidueña en 1328 con vecinos de Fuentesauco, Valdaracete y Estremera,26 o bien
temporales, como las de Cristóbal López y Blas Martínez, vecinos de Horcajo, que en 1504
se habían ido a ganar su vida al Andaluçía como temporeros.27
Distribución y crecimiento. Afortunadamente, gracias a los datos extraídos de los
libros de visita, es posible conocer las poblaciones de la Orden, su distribución, densidad y
tasas de crecimiento, aunque hay que volver a hacer constar la salvedad arriba expuesta de
que, frecuentemente, nuestras cifras sólo se refieren a vecinos pecheros, faltando en muchos
casos los exentos, por lo que normalmente se pecará por defecto.
Distribución por provincias. A este objeto, he dividido el Priorato de Uclés en las
provincias actuales, de las cuales ocupaban un sector en cada caso: Guadalajara, Madrid,
Toledo y Cuenca; lo correspondiente al Campo de Montiel lo conservamos tal cual, vinien-
do a coincidir con la actual provincia de Ciudad Real, si hacemos excepción de la zona de
Socuéllamos. En la provincia de Jaén se incluyen los territorios situados en la actual Sierra
de Segura y tierras al pie de Sierra Mágina, mientras que en Murcia he incluido tanto las
Sierras de Yeste y Letur —en la actualidad en término de Albacete— como las que en estos
momentos se incardinan en los valles y serranías murcianas.
Guadalajara, los datos de 1508 eran:

nº de pueblos nº de vecinos % población


500-100 vecinos 0 0 ——
100-1 vecino 5 267 100
Total 5 267 100

Y los de 1525:

nº de pueblos nº de vecinos % población


500-100 vecinos 2 230 60
100-1 vecino 3 151 40
Total 5 381 100

Estos cinco lugares, pertenecientes a la encomienda y comunidad de villa y tierra


de Mohernando, eran cortos de población, coincidiendo los dos mayores con aldeas: Hu-
manes y Robledillo.
Madrid, estos son los datos de 1468:

nº de pueblos nº de vecinos % población


1.000-500 vecinos 0 0 ——
500-100 vecinos 3 700 73
100-1 vecino 5 260 27
Total 8 960 100

Y los de 1525:

nº de pueblos nº de vecinos % población


1.000-500 vecinos 1 570 40
500-100 vecinos 3 620 43
100-1 vecino 4 240 17
Total 8 1.430 100

44
Destacaba entre otras poblaciones, divididas entre las encomiendas de Estremera,
Oreja, Paracuellos y la mayor de Castilla, además de la despoblada Aranjuez, el lugar de
Colmenar de Oreja, cuya vecindad casi se duplicó en estos 57 años.
Toledo, de los datos de 1468 faltan Puebla de Almuradiel, Ocaña —el lugar más
poblado de la Provincia de Castilla—, Villatobas y Puebla de don Fadrique:

nº de pueblos nº de vecinos % población


Más de 1.000 vecinos 0 0 ——
1.000-500 vecinos 1 500 21
500-100 vecinos 9 1.630 68
100-1 vecino 6 250 11
Total 16 2.380 100

Destaca la villa de Mora, pues falta Ocaña, lugar, con toda seguridad, más pobla-
do. Llama la atención que la mayor parte de la población se concentre en lugares superiores
a 500 habitantes.
Para 1525 la población habría evolucionado de la siguiente manera:

nº de pueblos nº de vecinos % población


Más de 1.000 vecinos 1 1.875 31
1.000-500 vecinos 1 600 10
500-100 vecinos 13 3.545 58
100-1 vecino 2 47 1
Total 17 6.067 100

Faltan las cifras de Dosbarrios, habiéndose despoblado en el ínterim los lugares de


Villaverde y Manjavacas. La tendencia se acentúa en el sentido antes citado, siendo muy
escasos los pueblos menores de 100 vecinos. Destacan Ocaña, Corral de Almaguer y Mora.
Globalmente, era la zona donde había mayor población.
Cuenca presentaba estas cifras en 1468:

nº de pueblos nº de vecinos % población


1.000-500 vecinos 0 0 ——
500-100 vecinos 3 600 32
100-1 vecino 17 1.262 67
Total 20 1.862 100

Descuellan Uclés, Huélamo y Tarancón, además de Monreal, del que se carece de


datos hasta 1525; la mayor parte de la población se hallaba concentrada en aldeas de corta
entidad.
Para 1525 tenemos estos datos:

nº de pueblos nº de vecinos % población


1.000-500 vecinos 1 500 21
500-100 vecinos 5 1.100 47
100-1 vecino 12 723 32
Total 18 2.333 100

Faltan los datos de los lugarejos de Torreluenga y Villamanrique. El más impor-


tante centro de población lo constituía Villaescusa de Haro, que se había multiplicado por
diez en 70 años; Monreal, Tarancón y Uclés siguen siendo los lugares de mayor importan-
cia.

45
Campo de Montiel. Aunque en ambos casos aparecen 19 poblaciones, en realidad
había 22, pues en 1468 faltan las cifras de Villanueva de la Fuente, Villamanrique y Torre
de Juan Abad y en 1525 las de Cañamares, ahora despoblada, Albaladejo y la misma Villa-
nueva.
En 1468 los libros de visita arrojan estos datos:

nº de pueblos nº de vecinos % población


1.000-500 vecinos 1 500 21
500-100 vecinos 7 1.400 59
100-1 vecino 11 460 20
Total 19 2.360 100

Destaca La Membrilla, así como Almedina y Villanueva de los Infantes, concen-


trándose la población en pueblos mayores de 100 vecinos. Son ocho los lugares que no
alcanzan los 50 vecinos.
Para 1525 la situación habría evolucionado de la manera siguiente:

nº de pueblos nº de vecinos % población


1.000-500 vecinos 2 1.200 32
500-100 vecinos 11 2.270 61
100-1 vecino 6 245 7
Total 19 3.715 100

La Membrilla y Villanueva son lugares de 600 vecinos. La Solana, Villahermosa y


Villamanrique también sobrepasan la raya de los 250 vecinos. El total alcanza cifras real-
mente altas.
Jaén. Para 1468 no tenemos los datos de Bedmar, Albanchez y Torres de Alban-
chez, además de Hornos, que estaba despoblado.

nº de pueblos nº de vecinos % población


1.000-500 vecinos 1 800 42
500-100 vecinos 4 750 40
100-1 vecino 6 330 18
Total 11 1.880 100

Sobresale, en primer lugar, Beas de Segura, así como Chiclana, Siles y Villarro-
drigo, en los que se hallaba la mayoría de la población.
Para 1525 tenemos las siguientes cifras:

nº de pueblos nº de vecinos % población


1.000-500 vecinos 0 0 ——
500-100 vecinos 12 2.742 95
100-1 vecino 3 135 5
Total 15 2.877 100

La situación no había cambiado sustancialmente, si exceptuamos el descenso a la


mitad de la población de Beas y el ascenso de Segura de la Sierra. Los lugares de escasa
importancia son pocos.
Murcia. De los 20 pueblos ahí situados carecemos de cifras para 1468 en Totana y
las del Valle de Ricote aparecen globalizadas, aunque por el total es fácil deducir que nin-
guno de sus lugares alcanzaba los 100 vecinos. Estos son los datos.

46
nº de pueblos nº de vecinos % población
1.000-500 vecinos 0 0 ——
500-100 vecinos 6 1.320 72
100-1 vecino 13 521 28
Total 19 1.841 100

Entre éstos destacan Yeste, Liétor y Cehegín, siendo los sitios menos poblados los
correspondientes a municipios de musulmanes. El total es similar a los de Jaén y Cuenca.
Setenta años más tarde la situación era esta:

nº de pueblos nº de vecinos % población


1.000-500 vecinos 1 600 18
500-100 vecinos 8 2.240 68
100-1 vecino 9 425 14
Total 18 3.265 100

Igualmente en esta relación falta Totana, estando Canara despoblado. Para estos
momentos Yeste ya se había visto postergada a un lugar secundario por Caravaca, única
población que alcanzaba los 600 vecinos, seguida de Moratalla y Cehegín.
En resumen, la mayor parte de la población de los santiaguistas castellanos se si-
tuaba en los territorios del sur del Záncara y en Toledo, coincidiendo la escasez de habitan-
tes en Madrid y Guadalajara con la poca extensión territorial de su señorío; los porcentajes
son los siguientes:

Guadalajara Madrid Cuenca Toledo Montiel Jaén Murcia


1468 —— 8,5 16,5 21 21 17 16
1525 1 6 11 28 17 22 15

Población total.28 Para hallar las tasas de crecimiento hemos reducido el cuadro de
población total a porcentajes con bases en 1468, del que eliminamos la provincia de Guada-
lajara por falta de datos, aunque su escaso número hace que los cómputos finales no queden
gravemente alterados.

POBLACIÓN TOTAL
1468 1494 1498 1508 1511 1515 1525
Toledo 2.380 2.438 *1.974 2.991 4.290 4.468 6.067
Cuenca 1.862 1.455 *602 1.505 1.583 *1.012 2.333
Madrid 960 —— —— 833 928 *680 1.430
Guadalajara —— —— —— 267 265 —— 381
Montiel 2.360 3.484 3.157 3.512 3.200 3.414 3.715
Jaén 1.880 2.287 2.175 2.440 —— —— 4.370
Murcia 1.841 *230 1.891 2.578 *755 *698 3.265
Total 11.283 *9.894 *9.799 14.126 *11.021 *10.272 21.561

TASAS DE CRECIMIENTO
1468 1494 1498 1508 1511 1515 1525
Toledo 100 102,4 —— 125,6 180,2 187,7 254,9
Cuenca 100 78,1 —— 80,8 85,0 —— 125,2
1468 1494 1498 1508 1511 1515 1525
Madrid 100 —— —— 86,7 96,6 —— 148,9
Montiel 100 147,6 133,7 148,8 135,5 144,6 157,4
Jaén 100 121,6 115,6 129,7 —— —— 232,4

47
1468 1494 1498 1508 1511 1515 1525
Murcia 100 —— 102,7 140,0 —— —— 177,3
Total 100 *112,4 *117,3 118,6 *124,3 *166,1 182,6

Una primera impresión se extrae de la lectura de las tasas de crecimiento: la ten-


dencia alcista de la demografía; a pesar de la falta de datos, se puede apreciar en los tres
años en que tenemos cifras completas que las tasas de crecimiento aumentaron claramente:
en 1508 el total había crecido el 18,6% con respecto a 1468, y otro 64% con respecto a
aquella fecha.
Pero, aun en el caso de que faltaran datos cifrados, las expresiones de los contem-
poráneos son bastante explícitas en este sentido; a veces indirectas, como la de Torrenueva
en 1494, e que mandaron los visitadores construir un horno nuevo porque el conçejo tyene
d’él nesçesidad,29 o, a veces, directas: el conçejo de la dicha villa [de Albaladejo, 1498] e
vesinos della de cada día va en creçimiento,30 o Cehegín en 1480, donde el arrabal está
poblado e se puebla de cada día más.31 El caso del antes despoblado Hornos es el más
claro: Esta dicha villa se creçe en vesyndad de cada día porque es lugar de buenas labores
e crías de ganados, y el çercuito della es pequeño e ya dentro non cabe más poblasyón de
la que agora ay, tiene nesçesidad de salir fuera de la dicha villa e de faser un arrabal.32
Sin embargo, a pesar de la media general, no hay que concluir que este ascenso se
produjo sin dificultades y altibajos. La causa más evidente y directa de los retrocesos de-
mográficos es la peste;33 aparecen brotes de pestilencia, todos muy localizados, en Fuenti-
dueña en 1480,34 en 1507 en Murcia,35 donde morían de pestilençia y la mayor parte de la
çibdad estaba huida, y en Huélamo.36 Un año más tarde había gente que moría de peste en
la heredad de Badía, a 9 leguas de Mohernando;37 mientras cerca de allí no podían entrar
en el dicho lugar Umanes por morir como morían de pestilençia.38
Igualmente evidente es la influencia de la guerra y la violencia en general sobre la
demografía; encontramos indicios de aquélla en 1478 en toda la banda norte de la Provin-
cia: Uclés,39 Hinojoso,40 Villoria,41 Aranjuez42 y Ocaña.43 Pero fueron los musulmanes los
que más daños infligieron a las localidades santiaguistas, por ejemplo, Cieza en 1477, don-
de mataron a más de 100 personas y cautivaron a otras 500,44 o los diversos asaltos a que se
vieron sometidos los de Lorquí en la primera mitad de siglo45 y Férez entre 1481 y 1488.46
Naturalmente eran los territorios murcianos los más castigados, así, Caravaca tenía una
almazara a la que los moros muchas veses avella quemado e destruydo.47
Que crisis cerealeras y crisis demográficas están directamente relacionadas, aun-
que no automáticamente, es algo que hoy nadie niega. Esta relación bien pudiera explicar la
evolución de la población de la Orden, para la que carecemos de datos anuales.
Estas malas cosechas, que tienen mucho que ver con los fenómenos naturales, co-
mo la langosta, el pedrisco y, sobre todo, los eventos meteorológicos producidos o bien por
falta de lluvias o bien por excesos de éstas, productor de crecidas en los ríos, y las nieves,
son muy indicativas de lo que se intenta exponer. En efecto, en 1478 las guerras causan
estragos en el norte de la Provincia de Castilla y la esterilidad se deja sentir en el Priorato
de Uclés: en el mismo Uclés,48 en Villaescusa de Haro49 y en el Campo de Criptana.50 El
año 1480 tampoco parece que fuera muy bueno a juzgar por la peste de Fuentidueña y la
langosta que cayó sobre Torres de Montiel.51 Refiriéndose a toda la Corona castellana,
tampoco parece que 1485 diese buenas cosechas, según el precio que alcanzó la fanega de
trigo en Valladolid,52 signo que cambió totalmente en 1486.53 Dos años después hubo una
excelente cosecha en toda Castilla.54 Para 1489 cosecha y sementera fueron pésimas, llovió
en gran cantidad en el mes de enero, en mayo hubo fríos, por todo ello la recolección fue
escasísima.55 En 1491 los precios del trigo son muy altos, lo que indica otro año de malos
rendimientos cerealeros.56 En los años 1492-93 parece que la situación no había cambiado
en la Provincia; efectivamente, la esterilidad hizo que se perdiesen todas las colmenas de

48
Villanueva de la Fuente57 y en Cañamares se perdieron muchas reses a causa de las nieves
que cayeron ese año, que fizo fortunas.58
Por tanto, con excepción de 1486, los años que median entre 1468 y 1494 no pu-
dieron ser peores, lo que explica la pérdida de población en muchos lugares de la Orden,
aunque, lógicamente, la incidencia no es general ni uniforme.
En el propio 1494 tenemos noticias de falta de lluvia en Hinojoso, donde el cáña-
mo no rentaba nada desde hacía tres años,59 y en Yeste, donde no a avido azeytuna ningu-
na;60 sin embargo, 1495 fue año de buena cosecha.61 Los años anteriores a 1498 habían sido
tan estériles que los cuantiosos de Santa María de los Llanos no habían podido comprar sus
armas reglamentarias62 y en Villaescusa de Haro no se había cosechado pan ni vino.63 En
ese fecha el Júcar creció tanto que en su desbordamiento arrasó un molino y un parral en
Alarcón.64
También en este intervalo 1494-98 el balance demográfico es claramente negativo,
de acuerdo con la tendencia de las cosechas.
1502 y 1503 fueron años de mala producción, siendo necesaria la intervención de
los Reyes Católicos imponiendo sendas tasas de trigo,65 aunque 1504 fue aun peor, ven-
diéndose en algún caso la fanega a 600 mrs.,66 a causa de la gran sequía.67 En 1505 la se-
mentera fue buena, pero llovió mucho hasta el mes de abril, esto, unido a las malas cose-
chas de los dos últimos años y a los efectos de la tasa, produjo gran escasez.68 En el año
1506 la situación fue desastrosa, pues no llovió hasta mayo por lo que se arrancó el trigo
para utilizarlo para paja, alcanzando precios exorbitantes.69 Para 1507 no se solucionó la
carestía por falta de agua cuando la siembra y exceso de lluvia en mayo;70 también la situa-
ción en la Orden fue muy mala, pues, aparte de la peste en Huélamo y Murcia, faltó el agua
en Montiel, donde se secó el río,71 y a Segura no llegaba la madera por el mismo motivo,72
mientras en Hornos no podían aver madera porque las syerras de agua no labraban por la
sequedad del tiempo,73 en estos años estériles que corre poco agua en el río.74 Habían sido
tan malos estos primeros años del siglo XVI que en Mengíbar no se halló quién arrendase el
cortijo de Maquiz.75
A pesar de todo, la población entre 1498 y 1508 se mantuvo muy estable, detec-
tándose un ligero crecimiento. Y es que 1508 fue año de una cosecha excelente,76 aunque
en tierras de la Orden no faltan calamidades que reseñar: pestilencias en Mohernando y
Humanes; caída de la capacidad adquisitiva para los cuantiosos de Colmenar de Oreja, que
no tenían caballo, a cabsa de la nesçesydad de los años, porque diz que aun los fijos no
pueden mantener;77 el Tajo se había llevado en Toledo la Huerta del Rey78 y un batán en
Oreja:79 había crecido tanto que no permitía el paso por sus cercanías.
1509 dio una cosecha muy abundante,80 pero 1511 presentó algunas dificultades:
nieves en Lorquí,81 falta de agua en Ricote82 y en Villoria el sol había quemado las yerbas
de la dehesa del Castillo.83 Con esos antecedentes no es extraño que la población experi-
mentara cierto crecimiento. En 1513 el pedrisco había destrozado viñas y olivares en Col-
menar.84 Dos años después la langosta causó estragos en Cieza85 y en Mora el tiempo es
muy estérile e la tierra está muy cara de pan,86 al igual que Aledo, donde el herbaje este
año no a valido cosa ninguna, porque no a llovido y no an entrado ganados a herbajar; no
a avido de miel más de çinco libras y no ay ninguna azeytuna.87 Hasta este año, pues, y, a
pesar de estas calamidades, continuó un suave ascenso demográfico. Tendencia mucho más
acusada en los diez años siguientes, no embargantes los desastres de la guerra de las Comu-
nidades, que parece que no afectaron demasiado a esta Provincia santiaguista: sólo cono-
cemos los destrozos en el despoblado de Yegros, que quando las Comunidades fue quema-
do e quedó destruydo e a la cahusa no ay quién labre.88 Por fin, en 1525 el Cigüela se des-
bordó, estragando en Uclés un batán, dos molinos y unas tiendas.89
Densidad poblacional. Vamos a poner ahora en relación la población con el solar
sobre el que se hallaba asentada para cifrar las densidades del territorio castellano de San-

49
tiago; para ello hemos globalizado los datos de las distintas áreas, huyendo de una falsa
precisión. Las superficies estimadas, a grandes rasgos, por zonas son las siguientes:

Priorato de Uclés 5.000 km²


Campo de Montiel 4.000 km²
Jaén 2.000 km²
Murcia 2.500 km²
Total 13.500 km²

Las cifras, expresadas en forma de cuadro, en los tres años en que tenemos datos
totales, son las siguientes:

1468 1508 1525


Priorato de Uclés 1,04 1,11 2,04
Campo de Montiel 0,59 0,87 0,92
Jaén 0,94 1,22 2,18
Murcia 0,73 1,03 1,30
media (vecino/km²) 0,82 1,05 1,61
(x4) (habitante/km²) 3,28 4,20 6,44

En las tres fechas Murcia y el Campo de Montiel ocupan el tercer y cuarto lugar
respectivamente en la distribución por densidades, mientras que el primero lo tenía en 1468
el Partido de Mancha y Ribera de Tajo para pasar en los territorios jienenses en las siguien-
tes fechas. Esto viene a corroborar en los lugares santiaguistas la mayor densidad de los
territorios andaluces. Estos vecinos giennenses se agrupaban en las zonas altas, entre Sierra
Morena y la Sierra de Segura, quedando yermas, a causa del peligro nazarí, la parte tan
extensa de la Sierra que lindaba con el Adelantamiento de Cazorla. Algo similar ocurría en
Murcia, donde la población se refugiaba en la banda de la sierra morisca del sur de Albace-
te, así como en Moratalla y Caravaca, pobladas por cristianos.
En el Campo de Montiel la situación es más confusa, distribuyéndose sus habitan-
tes en las áreas más ricas: al noroeste La Membrilla y La Solana, y al sur Almedina, Villa-
nueva de los Infantes al centro. En la evolución de estas localidades tuvieron mucho que
ver las franquicias forales. Mientras tanto, en el Priorato la mayor parte de la vecindad se
asentaba en los lugares situados en la actual provincia de Toledo, en especial, en muchos de
aquellos pueblos creados en la primera mitad del siglo XIV; en Cuenca la situación era
distinta, pues en este período se vio sometida a cierto estancamiento.
En suma, aunque los datos corresponden a años ciertamente favorecidos, se puede
concluir que, en general, la Provincia santiaguista de Castilla se hallaba bien poblada a
finales del siglo XV, viéndose sometida en el primer cuarto de la siguiente centuria a un
proceso alcista que, en términos globales, duplicó la población y, por ende, su densidad.

La Despoblación
El concepto de despoblado: problemas metodológicos. A pesar de los excelentes
trabajos de Nicolás Cabrillana sobre el tema, se trata de una materia en la que no se ha
incidido aún convenientemente.90 Por ello, a la hora de elaborar una metodología propia,
hay que intentar ceñirse casi exclusivamente al tipo de documentación manejada.
Efectivamente, parece lógico definir como despoblado a aquel lugar que estuvo
poblado y que, en la actualidad del momento estudiado, no lo está. Sin embargo, ¿qué po-
demos decir de aquellos lugares a los que se dio fuero y se repartieron, pero que en lo suce-
sivo no vuelven a aparecer como poblados en la documentación, o bien de las aldeas que se
concedieron como lugares a alguna villa y, por tanto, sus perfiles posteriores aparecen muy

50
51
oscuros, si es que aparecen? Evidentemente, este autor se inclina a pensar que estos dos
tipos de localidades han de ser considerados como despoblados, pues en algún momento
gozaron de personalidad como población, aunque ésta no llegase a cuajar.
De forma similar, es evidente que en el siglo XVI el vocablo «despoblado» sufrió
una gran devaluación y, así, en las Relaciones Topográfica se presentan como tales a sim-
ples caseríos o alquerías derruidas, que llamaban la atención de los lugareños. Tampoco es
argumento suficiente el que un lugar aparezca en la documentación más antigua en los
extensos repartimientos de términos, debido a que el criterio que primaba era el de detallar
minuciosamente todos aquellos sitios, aun los más pequeños e insignificantes, que pudieran
ser objeto de debate con las circunscripciones comarcanas. En este sentido, ni las alquerías
del siglo XII y la primera mitad del XIII, ni los cortijos del siglo XVI deben ser considera-
dos como despoblados, aun en el caso de que posean jurisdicción propia —llamados cotos
o, más generalmente, términos redondos—, siempre, claro está, que no poseamos otro tipo
de datos.
Distribución territorial. Hecha esta doble división, parece conveniente plasmar su
existencia por zonas, según nos refiramos a despoblados o a términos redondos, de los
cuales contabilizamos 96 en toda la Provincia de Castilla, mientras que auténticos despo-
blados sólo aparecen 76; esta en su división por demarcaciones actuales:

Guadalajara Madrid Cuenca Toledo Montiel Jaén Murcia Total


Despoblados 1 13 9 37 4 3 9 76
Términos 0 2 20 23 15 30 6 96
Total 1 15 29 60 19 33 15 172

En consonancia con la exigüidad del solar de la Orden en Guadalajara, sólo apare-


ce un lugar despoblado, correspondiente al antiguo castillo de Peñafora, fundado por el
emir Muhammad I a mediados del siglo IX, donde se estableció un portazgo en el siglo XII,
abandonado poco después; en la actualidad se halla en término de Humanes.91 No es el
mismo caso el de Madrid, donde había en el siglo XV trece despoblados y dos lugares:
Armuña y Cabeza Lebrera,92 en término de Valdaracete, en el que también se apreciaba el
lugar despoblado de Fuentesauco.93 Es en el alfoz de Paracuellos donde más sitios yermos
conocemos: Belvís, Viñuelas, El Burrillo, Cobeña, Rabudo y Prado del Rey; en términos
del comendador mayor de Castilla se encontraban Valdepuerco, Alharilla y Salvanés, desa-
parecido éste en la segunda mitad del siglo XV a raíz del poblamiento de su Villarejo.94
Cerca de Oreja se hallaban las villas despobladas de Torrique y Villafranca,95 mientras que
más al oeste estaba Aranjuez, que, si en algún momento del siglo XIII estuvo poblado,
doscientos años más tarde se había convertido en un lugar de recreo.
En la provincia de Cuenca, por el contrario, el número de términos redondos es
mayor, concentrándose en manos de los hospitales de Alarcón y Cuenca; en éste encontra-
mos doce de ellos: Arcas, Tondillos, Castellar, La Moraleja, Torre del Aceite (también
llamada Torrebuceit), Barrachina, Abengamar, Torre de don Alfonso, Mijares, Villar del
Hierro, Palmero y Torre Renera, lugar éste último que se intentó poblar sin éxito en el siglo
XIII.96 El hospital de Alarcón poseía las heredades de Alamesón, Torrecilla, Casasola, La
Presa y Pozo de los Freires. El prior de Uclés, por su parte, se enseñoreaba de los excelen-
tes términos de Buenamesón, Torreluenga y Fuente Redonda, mientras el comendador de
esa villa tenía las heredades de Villalba y Carrascosilla.
Pero centrándonos propiamente en los yermos, además de la citada Torre Renera,
aparecen ocho lugares sin población: Puebla del Aljibe, al suroeste de la provincia con-
quense, que se despobló en la segunda parte del siglo XIV, a causa de la competencia de
Santa María de los Llanos, que se había fundado en 1290.97 Algo más arriba se situaba el
lugar de Pozorrubio, sede de la encomienda de la Cámara, no muy lejos de Belmontejo,

52
antigua cabeza de la ahora encomienda de Horcajo. Entre los antiguos términos de la villa
de Uclés se debería situar la Torre de don Morant, poblada sin resultados en 1229.98 En el
sector norte y, ya en la actualidad, dentro de la actual provincia de Toledo, se hallaba la
encomienda de Villoria, cuya cabeza y aldeas estaban perdidas: Villahandín y Albuher; éste
último lugar se repobló en 1480 con algunos vecinos99 y, al parecer, con éxito, pues en el
siglo siguiente se la conoce como Villamanrique de Tajo. Por último, especial importancia
merece el lugar de La Zarza, que poblado en 1356,100 su caso nos viene a ilustrar sobre los
motivos de su despoblación: en 1450 tenía 30 vecinos, labradores ricos que hubieron de
huir por las guerras, no quedando dieciocho años después más que 4 o 5 vecinos;101 para
1472 los robos y las guerras habían hecho desaparecer todo vestigio de población.102
Ya en tierras de Toledo, tenemos un caso parecido, aunque sus resultados no fue-
ran tan devastadores: Ontígola, poblada en 1450 con 45 vecinos, para 1478 había perdido
mucha población por hallarse la encomienda arrendada y no tener quién los defendiera,103
tanto es así que los arrendatarios reales los habían convertido en pecheros suyos;104 de la
cabeza de su encomienda, Alpajes, sólo sabemos que para esa época llevaba mucho tiempo
despoblada.
Es esta provincia la que tenía, con diferencia, más lugares yermos, distribuidos in-
distintamente por todo su territorio; al norte, dentro de la encomienda de Villarrubia, se
hallaba el despoblado de Valdajos; de las aldeas concedidas en 1251 a Ocaña, si descarta-
mos a Villatobas, las demás a fines del siglo XV estaban sin población: Ocañuela, Cabeza
Lebrera, El Aljibe, El Corral, El Prado, Chozas Nuevas y Chozas Viejas.105 Dos años más
tarde se concedían términos a la nueva villa de Santa Cruz de la Zarza: Villaverde, Villarejo
Seco, Castillejo de Albuher, Testiellos y Villar del Sauco,106 así como los términos de Tro-
tillos, Arquillo y Villar.107 También en este sector norteño tenemos los despoblados de
Biedma y Mirabel, antiguas cabezas de sus encomiendas, así como los términos de Bogas,
Cambas y Piedra Negra, en término de Mora. También todos los lugares de la antigua en-
comienda de Montealegre y ella misma: Escorchón y término de Buenavista.
Siguiendo hacia el sur, encontramos el despoblado de Almaguer en el alfoz del
Corral de su nombre, que compitió con aquél hasta volverlo yermo en el siglo XIV,108 fe-
nómeno similar al de Almuradiel y su Puebla, que lo llegó a absorber en el mismo perío-
do,109 así como Alcardete y su Villanueva.110 En la encomienda de Villamayor se hallaban
despobladas, además de la recién yerma Villaverde —antes Gúzquez—, Añador, Magace-
da, Almenara y Pedro Muñoz, junto con el término de Ventosa.111 Siguiendo en sentido
meridional, en la encomienda del Campo de Criptana se encontraban insertos los despobla-
dos de Criptana, Tírez, Villajos, Palomares, San Martín y Posadas Viejas. Por fin, dentro
del extenso alfoz de Socuéllamos se localizan los despoblados de Manjavacas, Torrevejesa-
te, antigua cabeza de la encomienda, Las Mesas y los términos de Las Balsas, San Martín y
Villarejos Rubios, además del lugar que se poblaría en 1531 con tanto éxito, Tomelloso.112
En los términos de Talavera, al otro extremo del Reino de Toledo, tenía el hospital
de la ciudad las heredades de Espegel, Corralblanco, Mordaza, Lucillos, Garbín, Benca-
chón, Lorviga y Lorviguilla. En fin, cerca de la capital del reino, el hospital tenía los des-
poblados de Yegros y Yegrillos y las heredades de Ballesteros, Palomar, Azaña y Nombos-
pes.
En el Campo de Montiel sólo se encuentran cuatro despoblados: Jamila, El Tocón,
Gorgogí y Balazote, éstos últimos en la circunscripción alcaraceña. Dentro del alfoz de
Villanueva de la Fuente se hallaban también Villafranca y Cañamarejo, y cerca estaba la
heredad de Fuente El Mayuelo; en Carrizosa, Peñaflor y El Salido; en Montiel, términos de
San Felices, San Polo, Zahora y la Algecira del Guadiana; en Terrinches, el Hinojo, y en
Torre de Juan Abad, Villalgrado, Almonecí, Fuente El Alamo y San Pedro el Sabinar.113
Al sur del Reino de Jaén, en términos de Bedmar, estaban despoblados Cuadros y
el antiguo emplazamiento de la villa; en Segura de la Sierra, el lugar de Catena, así como

53
26 heredades.114 Por último, dentro de los anchos términos de Beas, se localizan cuatro
lugares de cortijada: Allozar, Natro, Torre Losanco y Santa Rufina.115
Dependientes de la encomienda de Aledo se hallaban en el Reino de Murcia las
heredades de Yéchar y Chíchar, y de la de Cieza los términos de Catena y Ascoy; en la
encomienda de Caravaca se encontraban los recientes despoblados de Canara y Bullas; en
la de Moratalla, las heredades de Zacatín y Ulea, así como la recién yerma Pliego. Taibilla,
Nerpio y Vizcable eran tres despoblados del amplio alfoz de Yeste, mientras que en el tér-
mino municipal de Socobos estaba despoblada Abejuela y en el de Liétor, Híjar y Bueycor-
to (Vicorto).

54
NOTAS
1
AHN, Uclés, carp. 149, nº 5 y carp. 96, nº 5.
2
AHN, Uclés, carp. 149, nº 2.
3
AHN, Uclés, carp. 347, nº 14.
4
AHN, Uclés, carp. 96, nº 6.
5
Ibidem, nº 7.
6
AHN, Uclés, carp. 315, nº 4.
7
Ibidem, nº 5.
8
AHN, Uclés, carp. 81, nº 8.
9
AHN, Uclés, carp. 149, nº 5, fol. 2r.
10
AHN, OO.MM., Lib. 1.069c, fol. 86.
11
Ibidem, fol. 165.
12
Id, fol. 50.
13
Id, fol. 62.
14
AHN, OO.MM., Lib. 1.073c, fol. 80.
15
Diversas son las posiciones de los demógrafos sobre este punto, siendo la más aceptada la de Felipe Ruiz Mar-
tín, que lo sitúa en 5 personas (“La población española al comienzo de los tiempos modernos”, Cuadernos de
Historia, I, 1967).
16
AHN, Uclés, carp. 149, nº 5, fol. 2r.
17
AHN, OO.MM., Lib. 1.069c, fol. 114.
18
Ibidem, fol. 50.
19
Id, fol. 165.
20
Id, fol. 86.
21
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 623.
22
Ibidem, fol. 615.
23
Id, fol. 480.
24
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 853.
25
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 483.
26
AHN, Uclés, carp. 86, nº 11.
27
AHN, Uclés, carp. 149, nº 2, fol. 2v.
28
Los asteriscos del cuadro adjunto corresponden a cifras de las que faltan poblaciones importantes.
29
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 638.
30
AHN, OO.MM., Lib. 1.069c, fol. 25.
31
AHN, OO.MM., Lib. 1.065c, fol. 92.
32
AHN, OO.MM., Lib. 1.072c, fol. 22.
33
Los trabajos dedicados a este fenómeno son múltiples: J. Sobrequés, “La Peste Negra en la Península Ibérica”,
AEM, VII, 1970-71, pp. 67-102; A. Ubieto, “Cronología del desarrollo de la peste negra en la Península Ibérica”,
Cuadernos de Historia, V, 1975, pp. 47-66; Ch. Verlinden, “La grande peste de 1348 à Espagne. Contribution à
l’étude de ses consequences économiques et sociales”, Revue Belge de Philologie et Histoire, 1938; “La Peste
Negra de 1348 y sus consecuencias en la Corona de Aragón”, VIII CHCA, Actas II-1, Valencia, 1969, pp. 9-132; J.
Gautier-Dalché, “La peste noire dans les États de la Couronne d’Aragon”, Bulletin Hispanique, LXIV-bis, 1962,
pp. 65-80; N. Cabrillana, “La crisis del siglo XIV en Castilla: la peste negra en el obispado de Palencia”, Hispania,
CIX, 1968, pp. 245-258, y Mª Valentina Gómez-Mampaso, La peste en el reinado de los Reyes Católicos. Contri-
bución al estudio de la demografía española de 1474 a 1516, Madrid, s.a. (inédito).
34
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 89.
35
AHN, OO.MM., Lib. 1.072c, fol. 288.
36
AHN, OO.MM., Lib. 1.074c, fol. 6.
37
AHN, OO.MM., Lib. 1.073c, fol. 34.
38
Ibidem, fol. 42.
39
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 36 (quema por soldados de una huerta) y fol. 31 (destrucción de las tenerías de
la villa).
40
Ibidem, fol. 176 (robo de ganados del lugar).
41
Id, fol. 48 (usurpación violenta por parte del conde de Osorno del término de Albuher desde seis años atrás).
42
Id, fol. 125 (destrucción de los establos fuertes, pequeña fortaleza, por Rodrigo Manrique, que los había cerca-
do) y fol. 126 (destrucción de un molino, que se perdió el agua).
43
Id, fol. 67 (el horno lo había tirado el conde de Paredes al asediar la fortaleza).
44
AHN, OO.MM., Lib. 1065c, fol. 171-172.
45
Luis Suárez Fernández, Juan II y la frontera de Granada, Valladolid, 1954, doc. VIII.
46
B. Chaves, Apuntamiento legal, fol. 44r-47v.
47
AHN, OO.MM., Lib. 1.066c, fol. 239.

55
48
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 33 (tierras del común, que normalmente rentaban 200 fanegas, en ese año
dieron sólo 30 por la falta de agua).
49
Ibidem, fol. 185 (diez años atrás la tercia real había valido 700 arrobas y en ese año tan sólo 300).
50
Id, fol. 170 (el diezmo de huertas que antes rendía 700 mrs. valió 100).
51
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 194.
52
E. Ibarra y Rodríguez, El problema cerealista en España durante el reinado de los Reyes Católicos (1475-
1516), Madrid, 1949, p. 138.
53
Ibarra, ibidem.
54
Ibarra, p. 135.
55
Ibidem.
56
Id, p. 139.
57
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 223.
58
Ibidem, fol. 449.
59
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 305.
60
AHN, OO.MM., Lib. 1.066c, fol. 25.
61
Ibarra, op. cit., p. 139.
62
AHN, OO.MM., Lib. 1.068c, fol. 152.
63
Ibidem, fol. 41.
64
Id, fol. 21.
65
Ibarra, pp. 136 y 139.
66
Ibidem, p. 140.
67
Id, p. 142.
68
Id, pp. 136 y 140.
69
Id, pp. 136 y 140-141.
70
Id, p. 136.
71
AHN, OO.MM., Lib. 1.071c, fol. 210.
72
Ibidem, fol. 31.
73
Id, fol. 18.
74
Id, fol. 23.
75
Id, fol. 509.
76
Ibarra, p. 136.
77
AHN, OO.MM., Lib. 1.073c, fol. 156.
78
Ibidem, fol. 221.
79
Id, fol. 160.
80
Ibarra, p. 136.
81
AHN, OO.MM., Lib. 1.077c, fol. 524 (habían tirado el hastial de un molino).
82
Ibidem, fol. 4487 (no había habido aceite).
83
AHN, OO.MM., Lib. 1.076c, fol. 188.
84
AHN, OO.MM., Lib. 1.079c, fol. 1.378.
85
AHN, OO.MM., Lib. 1.078c, fol. 612.
86
AHN, OO.MM., Lib. 1.079c, fol. 272.
87
AHN, OO.MM., Lib. 1.078c, fol. 703.
88
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 158.
89
Ibidem, fol. 357-358.
90
“Los despoblados en Castilla la Vieja”, Hispania, CXIX, 1971, pp. 485-550 y CXX, 1972, pp. 5-60, además de
su tesis doctoral relativa al obispado de Palencia, antes citada.
91
L. Torres Balbás, “Talamanca y la ruta olvidada del Jarama”, BRAH, CXLVI, 1960, p. 259, nota 69.
92
Relaciones Topográficas de Madrid, p. 248.
93
Si no aparece cita es que el dato es muy usual, pudiendo consultarse para ello el capítulo en el que se describen
las encomiendas.
94
Relaciones Topográficas de Madrid, p. 721.
95
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 38, y J.L. Martín, Orígenes de la Orden, doc. 9.
96
Lomax, La Orden de Santiago, doc. 37.
97
AHN, Uclés, carp. 347, nº 3.
98
Lomax, op. cit., doc. 19.
99
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 84.
100
J. González, Repoblación de Castilla la Nueva, Madrid, 1975, I, p. 370.
101
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 12.
102
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 42-43.
103
Ibidem, fol. 127.
104
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 36.

56
105
Relaciones de Toledo, p. 188 y M. de Manuel, Memorias para la vida del santo rey, p. 529.
106
B. Chaves, op. cit., fol. 40v.
107
Relaciones de Toledo, p. 422.
108
J. González, op. cit., I, p. 369.
109
Relaciones de Toledo, p. 252.
110
AHN, Uclés, carp. 93, nº 33, fol. 3v-5r.
111
Relaciones de Ciudad Real, p. 582.
112
Ibidem, p. 477.
113
Id, p. 538.
114
Relaciones de Jaén, pp. 228-230.
115
Ibidem, pp. 36-37 y 78-79.

57
58
CAPITULO TERCERO
ASPECTOS SOCIALES

El estudio de los aspectos sociales dentro de una Orden militar reviste caracteres
muy específicos, pues, si por un lado, el control de la riqueza y de las instancias institucio-
nales se los atribuye una clase nobiliaria alta que comparte pequeñas parcelas de su poder
con aristócratas medianos o segundones, por otra parte, la fuente de esa riqueza se encuen-
tra en una sociedad profundamente ruralizada, donde la división social del trabajo está muy
mitigada, salvo contados casos; en cualquier caso, el escalafón más bajo, allá donde existe,
lo ocupan los musulmanes, mientras a los hebreos los encontramos integrados en la socie-
dad urbana, desempeñando oficios artesanales y comerciales.

Nobleza castellana y caballeros santiaguistas


Con anterioridad al advenimiento de la dinastía Trastamara, tanto por falta de da-
tos como por la ausencia casi total de personajes pertenecientes a la alta nobleza, es difícil
hacer un estudio de las indiscutibles relaciones que tras ese momento se establecieron entre
una y otros. En efecto, refiriéndonos tan sólo a los maestres santiaguistas, antes del maes-
trazgo del Infante don Fadrique, entre 1342 y 1358,1 no aparece ningún representante de
aquella casta, si exceptuamos a un Girón y a un Guzmán, además de a don Diego Muñiz.
Con posterioridad a la mitad del siglo XIV personas reales o nobles de conocido
linaje acceden al maestrazgo. Pero nuestro interés es más modesto que plantear genealogías
de los comendadores y freires de Santiago; tan sólo pretendemos poner de relieve las casas
nobiliarias que en la segunda mitad del siglo XV y primera mitad del siguiente se asentaban
en las encomiendas santiaguistas de Castilla. En este sentido se puede decir que, mientras
en la Provincia de León predominaba la casa de los Cárdenas, en la de Castilla la de los
Manrique era omnipresente o, al menos, eso parece indicar la tajante división que se esta-
bleció entre 1474 y 1476 en el seno de la Orden. Sin embargo, estas afirmaciones generales
es preciso matizarlas y contrastarlas a la luz del dato concreto.
Efectivamente, en este siglo de estudio los Manrique aparecen en diversas enco-
miendas: descendientes de los señores de Molina,2 encontramos varias ramas de Manrique
en la Provincia castellana; instalado primero en la encomienda de Villoria3 y luego en la
encomienda mayor de Castilla se hallaba don Gabriel Manrique. Este era hijo del conde de
Castañeda y señor de Aguilar de Campoo, y estaba casado con una hija del Condestable, de
donde heredó Osorno, cuyo primer conde fue,4 además era señor de Galisteo, Villasirga,
Maderuelo, San Martín del Monte, Fuenteguinaldo y otros.5 Entre 1475 y 1511 le sucedió
en la encomienda mayor su hijo Pedro, 2º conde de Osorno.6
Pero la casa más importante era la del conde de Paredes: el primero de ellos, don
Rodrigo Manrique, personaje muy relevante en Castilla, dos veces maestre ilegal y conquis-
tador fraudulento de Huéscar, retuvo para sí entre 1434 y 1468 la encomienda de Segura de
la Sierra,7 que heredó su hijo Pedro, 2º conde, hasta 1480.8 El tercer conde, Rodrigo Manri-
que de Lara, sería entre 1485 y 1511 comendador de Alhambra,9 cargo en el que le sucedió

59
su hijo tercero del mismo nombre, a su muerte.10 Ya en la segunda mitad del siglo XVI,
Enrique Manrique de Lara, 6º conde, sería comendador de Mohernando.11
En la encomienda del Corral de Almaguer encontramos en 1480 a un hermano de
don Rodrigo, Garci Fernández Manrique, que era, además, señor de las Amayuelas, Espi-
nosilla y Velliza, así como primer alcaide de Málaga, corregidor de Córdoba y del Consejo
real.12 Entre 1490 y 1515 ocuparía la misma encomienda Iñigo, su quinto hijo, señor de
Frigiliana, 2º alcaide de Málaga, maestresala de los Reyes y capitán general de la costa
granadina.13
Otros hijos de don Rodrigo consiguieron encomiendas castellanas: Luis la de Rico-
te;14 Rodrigo, señor de Ibros, la de Yeste,15 donde en 1513 le sucedió su hijo Diego;16 y
Jorge, el poeta, en la de Montizón,17 en la que le sucedería en 1479 su hijo Luis.18 Encon-
tramos otros Manrique en las encomiendas de Estremera,19 Carrizosa,20 Bastimentos de
Mancha y Ribera de Tajo21 y, ya en el siglo XVI, en Biedma Rodrigo Manrique de Lara.22
Sin embargo, no por ello dejaban los Cárdenas de estar representados en tierras
castellanas —pues este linaje era originario de Ocaña—, así, a fines del siglo XIV Garci
López de Cárdenas era comendador de Socobos y, luego, mayor de Castilla.23 A finales de
la segunda centuria se hallaban heredados los Zapata de Cárdenas, vecinos de Madrid, en la
encomienda de Mirabel;24 en Oreja los descendientes de Alonso de Cárdenas25 se continua-
rán durante cincuenta años: entre 1497 y 1520 Diego de Cárdenas, primer duque de Ma-
queda, marqués de Elche y Adelantado mayor de Granada,26 después su hijo Gutierre27 y
Diego, que en 1540 compró la villa.28 También a principios del siglo XVI Garci López de
Cárdenas será comendador de Dosbarrios y Monreal.29
Descendiente de Cárdenas y Pacheco, don Pedro Portocarrero será tras 1494 co-
mendador de Segura de la Sierra; hijo segundo del maestre don Juan Pacheco y yerno del
también maestre Alonso de Cárdenas, ocupaba el señorío de Villanueva del Fresno y Mo-
guer, además de la alcaidía mayor de Sevilla;30 Juan, primer marqués de Villanueva del
Fresno, sucedió a su padre en 150031 y, tras su muerte en 1539, su sucesor sería Pedro, 2º
marqués y señor de Moguer y Villanueva de la Barcarrota, además de alcaide de la fortale-
za de Jerez.32
Con respeto al linaje del maestre don Lorenzo Suárez de Figueroa sólo conozco al
comendador de Uclés del año 1400,33 del mismo nombre, y a otro Lorenzo, comendador de
Mohernando entre 1468 y 1515, primer conde de Coruña,34 en cuyo título y encomienda
sería sucedido por una rama de los Mendoza. Aún encontramos a un Diego López de Figue-
roa, comendador de Dosbarrios tras 1490.35
En efecto, a partir de 1515 Bernardino Suárez de Mendoza, 2º conde de Coruña,
además de vizconde de Torija, será el comendador de Mohernando,36 y tras 1532 su hijo
Alonso, 1er marqués y señor de Paredes, Hijes, Rello, Daganzo, Cobeña y otros.37 Pero la
rama más importante de los Mendoza representados en Castilla sería la de los condes de
Tendilla, que entre 1494 y 1557 ocuparían la rica encomienda de Torrevejesate; el primero
de ellos, Iñigo López de Mendoza, vecino de Cuenca y hermano de Juan Hurtado, era co-
mendador de Huélamo entre 1468 y 1478,38 que posteriormente pasó a administrar la de
Torrevejesate. Este personaje era, además, primer marqués de Mondéjar, señor de Líjar y
Cóldar, alcaide de Granada, Alhambra y Fortalezas, Capitán general del Reino de Granada
y de la Provincia de Andalucía, así como embajador en Roma.39 Su vástago, Antonio de
Mendoza, virrey y capitán general de Nueva España y del Perú, sería comendador de ese
despoblado tras 1514.40 Perdida la línea directa, sería Pedro González de Mendoza, her-
mano del primer marqués de Cañete, quien en 1548 heredaría esa dignidad y la de Lorquí;41
dos Mendoza más se sucederían hasta 1557.42 Pero aun se localizan otros comendadores del
mismo nombre: a fines del trescientos Juan de Mendoza, hijo del abad mayor de Sevilla,
era comendador de Horcajo;43 en la primera mitad del siglo XV hallamos en Caravaca a

60
Diego González44 y en Bedmar a Luis López;45 y en el siguiente a Lope Hurtado en Villa-
rrubia46 y en Villahermosa a Diego Hurtado, príncipe de Mélito.47
La familia Chacón, a pesar de no proceder de la alta nobleza, desempeñó un im-
portante papel en la Orden desde mitad del siglo XIV hasta su entronque, a fines del siglo
XV, con los marqueses de Vélez. En efecto, Ruy Chacón, que en 1345 era comendador de
Caravaca,48 años más tarde será comendador mayor de Castilla y administrador de la Orden
hasta su deposición por Pedro I.49 Durante un siglo no vuelve a aparecer otro: Gonzalo,
comendador de Montiel y temporalmente también de Caravaca, a la muerte de su hijo, fue
un personaje importante en la Corte de los Reyes Católicos: primer señor de Casarrubios
del Monte y Arroyomolinos, contador mayor de Castilla, maestresala, guarda mayor, vali-
do, mayordomo mayor y camarero de la Reina, alcaide de los Alcázares de Segovia y Avi-
la, contador mayor del Rey y del Príncipe don Juan.50 Su hijo Juan sería, además de comen-
dador de Caravaca, señor de Cartagena, Oria, Albox, Alboreas, Albanchez y Benitagla,
Adelantado mayor del Reino de Murcia, contador mayor del Rey y mayordomo de la
Reina;51 aunque sería su nieto Gonzalo quien heredaría la encomienda de Montiel y el seño-
río de Casarrubios y Arroyomolinos, además de la alcaidía real del Cimborrio de Avila.52
También sus parientes, los Fajardo murcianos, tienen un largo historial santia-
guista, a veces no muy honesto: el primero de ellos, Pedro López, fue comendador de Cara-
vaca y Cieza a fines del siglo XIV.53 Con posterioridad, un Gonzalo sería comendador de
Villarrubia54 y otro Juan lo sería del Valle de Ricote.55 Pero es a partir de 1480 cuando los
Fajardo vuelven a detentar, ya sin interrupción, la encomienda de Caravaca hasta la mitad
de la centuria siguiente: el primero de ellos, Pedro, era Adelantado y capitán mayor del
Reino de Murcia,56 cargos que en 1505 heredó Pedro, su hijo, nieto de don Gonzalo Cha-
cón, que, además, era alcaide de los Alcázares de Murcia y primer marqués de Vélez, gran-
de de Castilla, tercer señor de Cartagena, Mula, Molina, Lebrilla, Ontoria, Cartaloba, Porti-
lla, El Mazarrón, Albox, Alboreas, Benitagla y otras.57 El último Fajardo asentado en Cara-
vaca sería su hijo Luis, 2º marqués de Vélez, primer marqués de Molina, Adelantado mayor
del Reino de Murcia y capitán general del Reino de Granada.58 Otra rama de los Fajardo
emparentada con los Soto serían comendadores de Moratalla en la primera mitad del siglo
XVI.59
También los descendientes de don Beltrán de la Cueva consiguieron diversos
beneficios en la Provincia castellana, así, su hermano Juan, conquistador en la frontera
giennense de la plaza de Solera, y su primer señor, a mitad del siglo XV ocupaba por la
fuerza los castillos de la encomienda de Bedmar al comendador;60 el maestre don Alonso de
Cárdenas no tuvo más remedio que reconocer la situación creada de facto y, a la muerte del
comendador legítimo (1480), nombró para ese empleo al hijo de aquél, Luis de la Cueva, 2º
señor de Solera,61 a quien sucedió, a su vez, su hijo Juan en 1522, como 3er señor y comen-
dador de Bedmar.62 En ese mismo año, su hermano Alonso de la Cueva y Benavides, 4º
señor de Solera y capitán general de la Goleta en Túnez, compró al Rey la villa de Bedmar,
convirtiéndose en su primer señor.63 Ya a fines de la primera mitad del siglo XVI aparece
un nieto de don Beltrán, Luis de la Cueva, comendador de Alhambra64 y un Jerónimo de la
Cueva, comendador de Carrizosa.65
En los años sesenta y setenta del siglo XV encontramos a varios miembros del
linaje Ayala-Dávalos asentados en seis encomiendas distintas, la mayoría de ellas en Tole-
do y sus cercanías: Fernando de Ayala en el hospital toledano,66 Iñigo Dávalos en el Corral
de Almaguer y Villahermosa,67 Alonso López de Ayala, partidario de don Rodrigo Manri-
que, temporalmente en Alhambra,68 amén de los asentados hasta bien entrado el siglo XVI
en Montealegre, Mora y Paracuellos. En esta encomienda se erigió en los 30 últimos años
de la anterior centuria Pedro de Ayala, hijo de Juan de Ayala de Toledo; fue capitán de la
gente de la Provincia de Castilla en la campaña granadina de 1488.69 Fue sucedido por su
hijo Juan, regidor de la capital toledana.70

61
En la encomienda de Montealegre tras 1486 se asienta Juan de Ayala, casado con
una tataranieta del Condestable Ruy López Dávalos,71 fue sucedido por Rodrigo Dávalos,
camarero del Rey Fernando y regidor de Ecija en 150872 y éste, a su vez, lo fue por su her-
mano menor Juan en 1517.73 Pero es en Mora donde se acumula un mayor número de per-
sonajes de esta casa: en 1468 era comendador Pedro de Ayala;74 diez años más tarde lo era
Diego López Dávalos75 y en 1480 Pedro López de Ayala.76 Pero el personaje de más re-
nombre fue Diego López Dávalos, corregidor de Córdoba y gobernador santiaguista de la
Provincia de Castilla entre 1494 y 1513;77 le sucedió su hijo mozo Diego López de Ayala,78
que para 1523 era comendador de Villamayor de Santiago.79
Otro clan nobiliario toledano fue el de los Fuensalida: el primero de ellos Alfonso
de Fuensalida, era comendador de Montealegre en 1440;80 en la de Villaescusa de Haro se
suceden tres personajes en los treinta años finales del siglo XV: Gutierre de Fuensalida,81
Gutierre Gómez82 y García de Fuensalida.83 Dos sujetos más de esta casa se asentaron en la
encomienda de La Membrilla entre 1506 y 1511: Gutierre Yáñez84 y Gutierre Gómez de
Toledo o Fuensalida.85
También la poderosa familia de los Enríquez está representada en las encomien-
das castellanas, si bien con posterioridad a la ascensión al maestrazgo de los Reyes Católi-
cos; Enrique Enríquez, mayordomo mayor del Rey, era en 1495 comendador de Beas.86
Entre 1498 y 1525 otro sujeto del mismo nombre era comendador de Socobos: me refiero al
conde de Ribadavia, hijo del Almirante don Alfonso, también Adelantado mayor de Gali-
cia.87 Simultáneamente, en la cercana encomienda de Ricote encontramos a Enrique Enrí-
quez de Sandoval y Rojas, señor de Villamíjar, Vallecillo y Villazán; este era hermano de
don Luis, tercer marqués de Denia, hijos ambos de don Bernardo, 2º marqués, y nietos del
don Enrique arriba citado, señor de Orce y Galera, que era tío y mayordomo mayor del rey
Fernando.88 A mitad de siglo le sucedió su hijo Francisco.89
Los Osorio aparecen como comendadores a fines del siglo XIII, en que Alvar
Pérez Osorio lo era de Mora,90 el cual, probablemente, fue antecesor del primer señor de
Villalobos.91 Osorios sin clara filiación genealógica se multiplican en la segunda mitad del
siglo XV: en Alhambra en 1429 Lope Alvarez Osorio,92 once años después comendador de
Socobos.93 Un García Osorio, comendador de Villanueva de Alcardete entre 1468 y 1480,94
que tras 1482 era comendador del Hospital de Toledo,95 fue sucedido a comienzos del siglo
siguiente por Alfonso Osorio.96 Tres Osorio más se sucederán en la encomienda de Dosba-
rrios entre 1468 y 1515: Juan de Osorio, delegado por don Alonso de Cárdenas para con-
firmar los censos de la Provincia;97 Lope Alvarez, sobrino del maestre,98 y su hijo Juan.99
También en Huélamo, entre 1508 y 1511 encontramos a un Pedro de Osorio.100
De la importante casa de Velasco tenemos documentadas varias personas: durante
el maestrazgo castellano de Rodrigo Manrique, Fernando de Velasco fue comendador del
Hospital de Toledo.101 Por los mismos años Juan de Velasco es prior de Uclés102y Pedro
comendador de las Salinas de Belinchón.103 Ya en la centuria posterior, Diego de Velasco
será comendador de Villoria y La Zarza104 y, acto seguido, en la primera le sucedería Ber-
nardino, hijo del Condestable de Castilla.105
De nombre Zúñiga son varios los sujetos que conocemos, aunque parece que no
guardan relación familiar entre sí: a mitad del siglo XV era comendador de los Bastimentos
de La Mancha Fernando de Zúñiga, hijo del obispo de Jaén.106 En tiempos del Emperador
Carlos es comendador de Mora Diego López de Zúñiga, tercer señor de Santa María de
Valveni, gentilhombre de Cámara de Su Majestad y regidor de Valladolid;107 en Membrilla
Juan de Zúñiga108 y en el reinado posterior otro Juan, comendador de Montealegre.109 Dos
más de ellos serán compradores de encomiendas: en 1553 Diego de Zúñiga y Fonseca, abad
de Parraces, compró Huélamo110 y Pedro de Zúñiga, marqués de Aguilafuente, en 1595
compró Guaza.111

62
De la casa Sotomayor, Gómez, hijo del señor de El Carpio, era comendador de
Caravaca en 1400;112 treinta y cuatro años más tarde era comendador del Hospital de Tole-
do mosén Vidal de Sotomayor.113 Dos Presidentes del Consejo de la Orden, al menos, fue-
ron miembros de los primeros escalones de la nobleza: Garci Laso de la Vega, comendador
mayor de León y embajador en Roma, era señor de Arcos y Batres,114 y anteriormente había
sido comendador de Ricote.115 Anteriormente lo fue Alonso Téllez Girón, señor de la Pue-
bla de Montalbán, también comendador de Medina de las Torres.116
Del linaje de Haro fueron dos los comendadores de la Orden entre los siglo XIV-
XV: en Biedma y Villarrubia, Alonso López117 y a mediados del trescientos Martín Alonso
en Mora.118 Otros representantes nobiliarios serían: a fines del siglo XIV Garci Fernández
de Villagarcía, señor de ese lugar, comendador mayor de Castilla y, luego, maestre.119 Entre
1468 y 1498 fue comendador de Aledo Juan Ruiz de Montealegre, señor de esa villa.120 Ya
en el siglo XVI era comendador de Monreal Pedro de Toledo, 2º marqués de Villafranca y
señor de Cabrera y Rivera.121
Otros linajes de importancia de los que sólo se conoce a un representante aislado
serían los siguientes: Rojas, Cisneros, Luna, Guzmán, Iranzo, Coronel, Carrillo, Villan-
drando, Acuña —señores de Villaviuda— y Alvarez de Toledo.
El resto de los caballeros de Santiago pertenecían a linajes más modestos, desta-
cando unas catorce casas, por el número de sus representantes: a mediados del siglo XV los
Alarcón detentan las encomiendas de Mérida,122 Uclés,123 La Membrilla124 y hospital de
Cuenca.125 Aunque el personaje más descollante fue el licenciado Luis de Alarcón, comen-
dador de Hinojoso y Villaescusa de Haro, del Consejo de Ordenes, regidor de Toledo y
colegial del mayor de Valladolid.126
De nombre Cabrera conocemos a un Martín, comendador de Villarrubia entre
1474 y 1480.127 A comienzos del siglo XVI otro Cabrera, esta vez Andrés, era comendador
de Monreal, fue primer marqués de Moya, señor de Chinchón, San Martín de la Vega, Bru-
nete, Ciempozuelos, Vayora y 18 villas más, mayordomo de Enrique IV y Reyes Católicos,
además de alcaide de Segovia.128 También los Cabrero ocuparon puestos sobresalientes:
mosén Juan Cabrero, mayordomo del Rey, ocupó sucesivamente entre fines y comienzos de
siglo las encomiendas de La Membrilla,129 Aledo130 y la mayor de Montalbán.131 Dos des-
cendientes le sucedieron en esa segunda encomienda.132
A fines del siglo XIV aparecen los Céspedes en las encomiendas de Estremera133 y
Torrevejesate.134 Cien años más tarde dos más se suceden en Horcajo entre 1480 y 1524.135
Entre los burócratas proporcionados por los Reyes Católicos a través de la Orden de San-
tiago se encuentra Miguel Pérez de Almazán, su secretario de Estado y secretario139 de la
Orden, primer señor de Maella, que administró las encomiendas de Ricote136 y Beas,137 en
la cual y en el señorío le sucedió su hijo Juan.138 Primo hermano de aquél y su sucesor en la
secretaría de Estado, Lope Conchillos, señor de Nuez y Villahumbrosa, regidor de Toledo
y miembro del Consejo Real, fue comendador de Monreal entre 1513 y 1522.139
Tras 1440 serán varios los Lisón que aparezcan como comendadores: en la Cáma-
ra de los Privilegios,140 Bedmar,141 Aledo,142 Socobos143 y Villoria,144 donde se sucedieron
dos. Tres más serán entre 1480 y 1507 tenentes de los bienes de la Mesa Maestral en Fé-
rez.145 La mayor parte de los miembros de los Mexía son comendadores entre mediados del
siglo XIV y comienzos del siguiente: destaca don Gonzalo, primero comendador de
Uclés,146 luego mayor de Castilla147 y, por fin, maestre entre 1366 y 1371. En esos años era
comendador del Corral de Almaguer Martín Sánchez Mexía.148 Ya en los últimos años del
siglo se suceden dos Suárez Mexía en Beas149 y otros dos Mexía en la encomienda de Segu-
ra de la Sierra.150 A mitad del siglo XV un Sancho Mexía será comendador de Huélamo151 y
en el último tercio encontramos a un García, subcomendador de Uclés,152 y en Torrevejesa-
te a Gómez y Lorenzo, padre e hijo, entre 1468 y 1480.153

63
Miembros de la familia Muñiz, a pesar de contar en sus filas con un maestre, antes
comendador mayor de Castilla a fines del siglo XIII,154 apenas conocemos: una centuria
más tarde encontramos a Ruy Muñiz, comendador de Oreja,155 y a Fernán González, co-
mendador de Uclés.156
Los comendadores pertenecientes al linaje de Orozco se distribuyen en el período
comprendido entre mitad del siglo XIV y principios del XVI: en la primera centuria Lope
Iñiguez sería comendador de Biedma y Villarrubia157 y Pedro López de la de Oreja.158 Du-
rante más de treinta años, los finales del siglo XV, Diego de Orozco, sobrino del prior de
Uclés, será comendador de la Cámara159 y alcaide de Mérida y Montánchez.160 En los años
1495-1515 dos Orozco serían comendadores de Villahermosa, el primero el licenciado
Pedro de Orozco, corregidor de Cuenca y del Consejo de la Orden,161 que fue sucedido por
su hijo Rodrigo, señor de la casa de Orozco, en el Valle de Salazar, e hijo de una Mesía de
la ciudad de Ubeda.162
Los Sandoval apenas los hallamos representados en la Provincia de Castilla: entre
1342 y 1383 Pedro Ruiz de Sandoval sería comendador de Montiel, Mérida163 y mayor de
Castilla.164 A mediados del siglo XVI Garci Tello de Sandoval era el comendador de To-
rres.165
Para 1468 un Vélez de Guevara, Pedro, será comendador de Ricote,166 aunque es
sesenta años más tarde cuando aparece otro del mismo nombre como comendador de Hor-
cajo, era 1er señor de Salinillas de Buradón y alcaide de Estella,167 al que sucedió su hijo
Iñigo, 2º señor de Salinillas.168
Los Venegas, señores radicados desde la conquista de Andalucía en Córdoba,
están representados esporádicamente en Castilla: a fines del siglo XIV Alonso Venegas,
hijo de Egas Venegas, señor de Luque, era comendador de Moratalla.169 A mitad del XVI
será Luis Venegas comendador de Huélamo.170 También los Villegas fueron muy abundan-
tes en esta zona: el más antiguo, Martín Ruiz de Villegas era comendador de Alhambra en
la segunda mitad del siglo XIII.171 En la misma encomienda se hallará dos siglos más tarde
mosén Diego Fernández de Villegas172 luego comendador de Villoria.173
Otros linajes de segunda fila representados esporádicamente serían los Solórzano,
Ulloa, Hinestrosa, Noguerol, Cabanillas, Galarza, Funes, Tovilla, Solís, Guevara, Quintana,
Villarreal, Trejo, Acebedo, Dávila, Aguilera, Valderrábano, Múgica, Bobadilla (hidalgos de
Ubeda), Ludeña, Godoy, Torre, Montalvo, Grijalva, Porres, Collado, Aranda, Soto, Ribera,
Laso de Castilla, de la Panda, Tovar, Tévar, Molina, Luján, Prado, Avellaneda, Quesada,
Pareja, Torremocha, Benavides (señores de Jabalquinto), Valenzuela, Ribadeneira y Santis-
teban.

La población cristiana
Acertar a la hora de diseccionar la población asentada sobre el señorío de la Orden
está en función de la complejidad que mostrase cada localidad en su desarrollo social; por
regla general, puede decirse que, salvo contadas poblaciones, la sociedad giraba en sus
actividades en torno al agro, aunque las diferencias económicas fueran palpables entre sus
miembros.
Por otro lado, los criterios por los que se rigen los contemporáneos son de tipo
fundamentalmente jurídico-financieros, según que el grupo esté obligado o no a pechar.
Vamos a seguir este esquema originario, pues la documentación no permite penetrar mucho
más en la estructura social de la época.
Para ello el único ejemplo pormenorizado que nos ha llegado es el de la población
de Ocaña —principal villa de la Provincia de Castilla— en 1511:174

64
% sobre el
Grupo número
total
Hidalgos 265 20
Pecheros 951 71
Cuantiosos 12 0,9
Otros* 123 9
Total 1.339 100

Por tanto, distinguiremos tres grupos bien diferenciados: 1º) exentos: hidalgos,
caballeros, eclesiásticos, menores y viudas; 2º) pecheros y 3º) marginados: pobres y escla-
vos, apenas esbozados en la documentación.

1º) Los exentos


Es el grupo más amplio por el números de causas de exención: hidalguía, caballe-
ría de cuantía, orfandad , viudedad, pobreza o pertenencia a la Iglesia; mas no por el núme-
ro de personas, que, ni en el mejor de los casos, alcanzaba el 30% del total.

a) Hidalgos locales
Estos formaban la base de la pirámide nobiliaria175 y la cúspide de la social, en
nuestro caso. Este tipo de sujeto exento de pagar impuestos lo podía ser por causa de su
sangre, notoriedad popular, ejecutoria o privilegio;176 sin embargo, en nuestros documentos
no se distingue entre ninguno de ellos. Los datos expuestos en forma de cuadro se refieren
al año 1498, único en el que este dato aparece claramente.

HIDALGOS EN 1498
Lugar número % sobre total referencia
Priorato de Uclés
Cabeza Mesada 5 11,60 1.068c, 78
Hinojoso 43 53,75 Id, 54
Horcajo 10 50,00 Id, 75
Villaescusa de Haro 40 9,50 Id, 48
Corral de Almaguer 17 4,40 Id, 98
Puebla de Almuradiel 1 1,60 Id, 123
Miguel Esteban 28 80,00 Id, 428
Ocaña (1511) 265 20,00 1.075c, 231
Santa Cruz de la Zarza sin datos —— Id, 174
Socuéllamos 4 3,00 1.068c, 162
Villaverde 4 40,00 Id, 54
Villamayor 8 4,00 Id, 69
Quintanar de la Orden 7 4,50 Id, 130
Villarrubia sin datos —— 1.073c, 360
Campo de Montiel
Alcubillas 5 5,50 1.068c, 386
Montiel sin datos —— 1.078c, 497
Santa Cruz de Montiel 1 8,30 1.068c, 355
Villahermosa 9 3,20 Id, 203
Almedina 10 3,80 Id, 351
Terrinches 43 42,00 Id, 262

*
Se trata de clérigos, beatas, viudas y huérfanos. Los cuantiosos se entiende que están incluidos dentro del porcen-
taje de los hidalgos.

65
Lugar número % sobre total referencia
Total Priorato 432
Total Campo de Montiel 68
Total general 500
Media del Priorato sobre el total de su
16,70
población
Media del Campo de Montiel sobre el
2,10
total de su población
Media sobre el total de la Provincia 5,00

Vemos, pues, que en los territorios murcianos y gienenses a fines del siglo XV no
había población hidalga, ni así una centuria más tarde, lo que se debe, según creo, al enno-
blecimiento de ciertas familias de caballeros de cuantía. En el Campo de Montiel este sector
apenas tiene importancia, si se exceptúa el especial caso de Terrinches, que queda diluido
en el total de la población.
Al norte del Záncara la situación era sustancialmente distinta: más de la mitad de
los hidalgos del Priorato se concentraban en Ocaña, la capital de la Provincia, entre los que
destacaban los linajes más importantes de la Orden: Chacón, Cárdenas, del Busto, Villegas,
Mexía, Figueroa, Sotomayor, de la Cadena, Osorio, Guzmán, etc.177 La distribución, por lo
demás, se acentuaba en los lugares más pequeños, donde frecuentemente formaban la mitad
de la población (Villaverde, Miguel Esteban, Hinojoso y Horcajo), lo que vino a impedir de
hecho su despoblación total, así como a demostrar su apego a la tierra, donde tenían sus
propiedades. El resto de los hidalgos aparece en localidades de menor importancia, aunque
su número era escaso, gracias a lo cual se constituían en la élite dominante. En suma, estos
pequeños nobles vienen a representar tan sólo el 5% de toda la población, lo que indica
escasez de número y amplitud de poder concentrado en sus manos, pues, además de com-
partir con los cuantiosos el control de los municipios, entre sus filas se reclutaba parte de la
caballería santiaguista, aunque en muchos casos su campo de actuación no sobrepase el
pueblo donde eran conocidos.
La base de sus bienes la constituían las propiedades agrícolas, sin embargo, se
puede suponer que, al igual que por entonces sucedía en Extremadura, muchos de ellos
serían pobres dedicados a la labranza.178 Por desgracia, no sabemos de ningún dato sobre
los bienes que poseían, no obstante, si equiparamos su situación con la de los sergentes de
la Orden, es posible hacerse una idea al respecto: en efecto, en Fuenllana en 1494 la Orden
se apropió de las posesiones de su sergente Alonso García Pajillo, que había muerto sin
hijos; éste tenía, aparte de unas casas de vivienda, 4 cuartas de viña en tres lotes distintos y
39,5 fanegadas de cereal en seis hazas de tierra,179 lo que le rentaba anualmente de forma
aproximada 20 arrobas de vino y 10 fanegas de pan, que, traducidas en metálico, serían
escasamente unos 1.500 mrs., grado de ingresos cercano a la pobreza.180

b) Caballeros
Tres son los tipos de caballeros que encontramos en la Orden, los caballeros de
gracia, de fuero y de premia o cuantía. Los primeros eran aquellos que, habiendo prestado
algún servicio de importancia al Rey, éste, en recompensa, los había armado caballeros;
hemos constatado su presencia masiva en Beas, donde en 1498 eran 52, en tanto que sólo
25 eran cuantiosos.181
Los caballeros de fuero eran los que, sin alcanzar la mínima cuantía exigida a los
cuantiosos, para disfrutar de diversas ventaja mantenían caballo y armas por su propia vo-
luntad. Esas ventajas consistían, además de la exención de impuestos, en la reserva de los
oficios de alcaldes y alguaciles y las rentas de la almotacenía y borras y cegajas de los ga-
nados.182 Lógicamente, se concentrarían, en lo fundamental, en las localidades que estaban

66
67
exentas de la obligación de mantener caballeros de cuantía, esto es, Montiel, La Ossa, Alba-
ladejo, Segura, Orcera y Hornos.
Mucho mejor son conocidos los caballeros de cuantía, pecheros que sobrepasaban
en el valor de sus bienes un mínimo dado;183 eran llamados también caballeros de premia o
de alarde. Aunque la institución fue creada como tal por Alfonso XI, desconocemos la
legislación santiaguista hasta un siglo después, así, en 1440 el Infante don Enrique estipuló
que el mínimo se situase en 20.000 mrs. para toda la Orden,184 y don Juan Pacheco en 1469
lo elevó a 30.000.185 En 1480 don Alonso de Cárdenas confirmaba esta cuantía a los de
Caravaca.186
Con la administración de los Reyes Católicos se atiende a las diferencias de rique-
za de las distintas zonas de la Orden, pues, mientras en Murcia se mantenía el tope de los
30.000 mrs.,187 en los territorios toledanos lo habían elevado a los 50.000,188 lo mismo que
para Andalucía.189 Para 1507 se vuelven a elevar las cuantías mínimas a 80.000 mrs., al
menos así nos consta para las localidades de Huélamo y Villarrodrigo.190 Parece ser que se
mantuvo esa cantidad, pues tan sólo en Liétor se elevó a 100.000 mrs. por la especial esteri-
lidad de la zona.191
Evidentemente, en la distribución de estos cuantiosos hay una relación con la ri-
queza del territorio: destacaba por su número en el reino de Murcia y Campo de Montiel, en
especial, Caravaca, Cehegín, Cieza, Moratalla y Yeste, así como Villanueva de los Infantes
y La Membrilla, que en los mejores momentos superaron la cuarentena. En general, su
número sufrió fuertes variaciones, decayendo paulatinamente a la mitad entre 1494 y 1511,
para volver a ascender penosamente en los cuatro años siguientes y dispararse hasta 1525,
en que se recupera el nivel de 1494. De los años que tenemos datos completos cabe deducir
que, sobre el total de la población de la Provincia de Castilla, los caballeros de cuantía
representan entre un 2 y un 3% del total.
Que sepamos, no en muchas ocasiones estos cuantiosos lo fueron en número nota-
ble por familias, como en Caravaca, donde en 1494 abundaban los de nombre Torrecilla,
Corbalán o Minarro;192 es en estos casos cuando la continua pertenencia a la caballería de
premia dio lugar a la formación de pequeños linajes locales, que en el siglo XVI presumi-
blemente ganarían ejecutorias de hidalguía. En cuanto a su origen socio-profesional, en la
mayoría de los casos los cuantiosos provenían de los labradores más hacendados de cada
lugar; ocasionalmente conocemos los oficios y dedicaciones de ellos, que son extraordina-
riamente amplias, aunque su significación sobre el total es mínima: un 10%.

c) Otros exentos
Como se decía más arriba, huérfanos, viudas y clérigos se hallaban libres del pago
de imposiciones por razones obvias, al igual que los pobres. Pero, a excepción del dato ya
citado de Ocaña, son grupos que no aparecen en nuestros textos, toda vez que los padrones
realizados durante las visitas tenían finalidad financiera y militar, por lo que aquéllos no
eran incluidos en esas relaciones.

2º) Los pecheros


El estudio de este sector de la población, que suponía en la mayoría de los lugares
entre el 80% y el 90% del total, se puede abordar desde diversos criterios: en primer lugar,
la legislación contemporánea nos permite distinguir entre tres grupos: mayor, mediano y
menor; el primero lo integrarían aquellos cuya cuantía sobrepasase los 80.000 mrs., que
pecharían por entero, mientras los otros dos subgrupos contribuirán con los ¾ del valor de
sus bienes. De éstos habría que descontar sólo la cama y las ropas de vestir diario, mas no
las casas y las yuntas, como se había pedido por parte de los pequeños.193

68
Pero es Marc Bloch para Francia quien plantea la cuestión en sus justos términos:
dejados a un lado los dedicados a actividades no agrícolas, distingue entre tres tipos de
campesinos, según posean animales de tiro y tierras o no, o sea, lo que en la Castilla bajo-
medieval se conocía como «labradores» y «jornaleros».194 En tanto el jornalero sólo poseía
su fuerza de trabajo como medio de subsistencia, los labradores podían ser propietarios de
tierra en cuantía diversa y de las yuntas necesarias para la labor.
Esta situación se presenta mucho más patética si recurrimos a las cifras de las
Relaciones Topográficas; según éstas, el porcentaje de jornaleros sobre el total de los veci-
nos de cada lugar oscilaba entre el 44% de Hinojoso —lugar de gran número de hidalgos—
y el 85% de Quintanar,195 siendo lo normal, según Salomon, que este proletariado rural
girase en torno al 60-70% del efectivo de cada localidad.196 En consecuencia, el número de
labradores variaba entre el 30-40%;197 pero no todos éstos tenían bestias de labor, lo que
mermaba más el número de contribuyentes mayores, así, aunque la cifra es alta, se puede
aducir que en Villaescusa de Haro (1511) de 300 pecheros sólo 100 tenían bestias de albar-
da, suponiendo el 28,5%.198
Por tanto, se puede concluir que dos importantes sectores de los pecheros, por
motivos diametralmente opuestos, se salían de los esquemas presentes, pues si los jornale-
ros se solían eximir de impuestos por su pobreza, los más adinerados de los labradores
pasaban a integrar el grupo de la caballería de cuantía. En efecto, según Bloch, es de este
sector privilegiado de pequeños artesanos, comerciantes y manipuladores de los medios de
transformación de los que surgiría en Francia una incipiente burguesía.199 Esto mismo se
constata en Castilla si observamos los oficios de los cuantiosos no labradores, de acuerdo
con el cuadro siguiente.

OFICIOS DE CUANTIOSOS (1494-1525)


Oficio Lugar nº referencia
ACTIVIDADES PRIMARIAS
Meleros Villaescusa de Haro 1 1.071c, 386
Pedreros Campo de Criptana 1 1.080c, 470
Carboneros Corral de Almaguer 1 1.067c, 337
Corraleros (4) Corral de Almaguer 1 1.079c, 382
Villamayor 2 1.067c, 314
Almedina 1 Ibidem, 608
Lagarteros Santa María de la Zarza 1 1.079c, 382
Hortelanos (2) Beas 1 1.068c, 293
Caravaca 1 1.072c, 241
Pastores (2) Tarancón 1 1.067c, 207
La Membrilla 1 1.071c, 535
Vaqueros Puebla de don Fadrique 1 1.076c, 680
ACTIVIDADES SECUNDARIAS
Campaneros Colmenar 1 1.073c, 156
Aperadores Dosbarrios 1 1.067c, 74
Zapateros (4) Mora 2 Ibidem, 63
Siles 1 1.069c, 181
Cehegín 1 Ibidem, 334
Herreros (7) Villanueva de los Infantes 1 1.068c, 371
Socuéllamos 1 1.076c, 775
Chiclana 1 1.068c, 323
Cieza 2 1.066c, 332-333
Liétor 1 1.080c, 887
Yeste 1 Ibidem, 760
Cameros Villanueva de los Infantes 1 1.067c, 626

69
Oficio Lugar nº referencia
Carreros Cehegín 1 1.069c, 334
Arcadores Yeste 1 1.065c, 19-21
Tejeros Yeste 1 1.066c, 32
Carpinteros Yeste 1 1.069c, 221
Cañameros Fuente de Pedro Naharro 1 1.079c, 907
Tintoreros Siles 1 1.067c, 498
Cardadores Yeste 1 1.066c, 32
ACTIVIDADES TERCIARIAS
COMERCIANTES
Traperos (3) Torrubia 2 1.067c, 250
Villamayor 1 1.071c, 571
SERVICIOS
Molineros Villaescusa de Haro 1 1.080c, 1.042
Mesoneros (2) Colmenar de Oreja 2 1.073c, 156
Barberos (2) Villanueva de los Infantes 1 1.071c, 170
Yeste 1 1.080c, 760
Albañiles (3) Alcubillas 1 1.067c, 642
Villanueva de los Infantes 2 1.068c, 371
Tenderos (2) La Membrilla 1 1.067c, 660
Villarrodrigo 1 Ibidem, 476
Carniceros (2) Chiclana 1 Ibidem, 579
Yeste 1 1.069c, 221
PROFESIONALES
Mayordomos Villaescusa de Haro 1 1.071c, 386
Cirujanos Cehegín 1 1.080c, 822
Escribanos (4) Colmenar 1 Ibidem, 1.096
Corral de Almaguer 1 1.079c, 382
Moratalla 2 1.072c, 208
Notarios (2) Corral de Almaguer 1 1.080c, 409
Chiclana 1 1.067c, 579
Bachilleres Torrenueva 1 1.077c, 138
Maestresalas Caravaca 1 1.072c, 241
Maestros Huélamo 1 1.076c, 408
Sacristanes (2) El Toboso 1 1.079c, 494
La Solana 1 1.067c, 649
OFICIOS CONCEJILES
Alcaldes (5) Dosbarrios 1 Ibidem, 74
Villaverde 1 Ibidem, 306
La Solana 1 1.068c, 403
Santa Cruz de Montiel 1 1.067c, 604
Torre de Juan Abad 1 1.068c, 338
Alcaides (3) Torre de Juan Abad 1 1.077c, 158
Torrenueva 1 Ibidem, 138
Yeste 1 1.066c, 32
MILITARES
Escuderos Villanueva de los Infantes 1 1.068c, 371
Ballesteros (2) Chiclana 1 Ibidem, 323
Villarrodrigo 1 1.067c, 476
OTRAS ACTIVIDADES
Renegados Villaescusa de Haro 1 Ibidem, 300
Maestre Mahoma moro Dosbarrios 1 Ibidem, 74
Hidalgos Villaescusa de Haro 1 1.071c, 386
Viudas Cieza 1 1.066c, 332

70
nº %
Total primarias 13 16,8
Total secundarias 21 27,3
Total terciarias 39 50,6
Total otras 4 5,3
Total general 77 100,0

3º) Los Marginados


En este grupo se encontraban tanto los pobres como los esclavos; sobre éstos no se
puede decir prácticamente nada, pues aunque existían no aparecen reflejados en nuestros
documentos; algo se dirá, sin embargo, al hablar de los musulmanes. Con respecto a los
pobres, hemos visto cómo en su mayoría provenían de los jornaleros en paro estacional,
aunque también existía la pobreza permanente: a fines del siglo XV el prior de Uclés daba
de comer diariamente a 155 pobres, número que en 1508 se había reducido a 90200 y tres
años después a 30.201 Donde el problema se hacía más acuciante era en la vivienda, así, en
Hinojoso una mujer pobre vivía en la casa de la Orden202 y en Villamayor unos pobres se
habían refugiado en unas casillas de bastimento de la Mesa Maestral, de donde fueron desa-
lojados.203 Es por esto por lo que se mandaba construir hospitales, de manera que los po-
bres puedan en él estar e ser reçebidos con toda caridad.204

Minorías confesionales
Musulmanes y hebreos estaban representados en los pueblos de la Orden, aunque
su papel y relevancia eran muy limitados debido a su número.

1º) Los Judíos


Cuatro eran las aljamas hebreas establecidas en la Orden a fines del siglo XV:
Uclés, Ocaña, Corral de Almaguer y Santa Cruz de la Zarza,205 todas ellas situadas en la
franja norte de la Provincia. Desconocemos el número de personas que vivían en estos
lugares, pues los datos que han llegado, en nuestros libros vienen globalizados y los servi-
cios se refieren a maravedíes, no a cabezas de pecho. No obstante, si tenemos en cuenta que
en Ocaña los judíos pagaban por redimir su horno 1.750 mrs. y los mudéjares 275 por el
mismo motivo, y 500 y 150 mrs. respectivamente por presentes de Pascua en 1478,206 de-
duciremos que aquellos eran entre 3 y 6 veces más numerosos que los musulmanes, y éstos
rondaban los 20 vecinos.207 En cualquier caso, estas poblaciones experimentaron un gran
descenso en la segunda mitad de los años sesenta.208
Por tanto, en Ocaña debía de haber entre 60 y 80 vecinos en esta época, y eso que
era la judería más importante, pues llegó a tener un comendador específico en 1481.209
Disfrutaban éstos en este lugar de horno y carnicerías propias.210 Con respecto a sus ocupa-
ciones, no difieren de lo que, en un principio, se pudiese pensar: en el Corral conocemos a
tres arrendatarios de una tienda, una cueva y un corral211 y en la misma Ocaña conocemos a
un albañil, un arrendatario de tenerías y otro de tiendas, además de 4 que tenían casas en
arriendo;212 aunque son datos muy fragmentarios, es posible deducir que sus profesiones
pertenecían al comercio y la artesanía, lo que no quiere decir que se descarten los judíos
adinerados: en Ocaña conocemos a dos, Abrahim Carrillo y Mose Mayr,213 el cual en 1478
era arrendatario de los almudes de La Mancha.214 Estos sujetos también actuaban de pres-
tamistas en la misma Ocaña, según se desprende de la avenencia que la aljama firmó con el
concejo en 1327.215
Sin embargo, a lo largo de los tres últimos siglos de la Edad Media también tene-
mos datos sueltos que indican que los judíos eran dueños de importantes bienes fundiarios:
en 1222 don Jusef Favón vendía su heredad de Cañete en 300 mrs. alfonsíes;216 en 1371

71
sabemos que, con anterioridad, don Zulema Abudarhán, judío de Uclés, había vendido la
heredad de Pozorrubio217 y, por último, en 1463 cinco judíos, en nombre de la aljama, ven-
dieron unas casas en la calle Sillería de la villa de Uclés por precio de 6.000 mrs.218
Este poder financiero y territorial concentrado en pocas manos judías, incluso
dentro de la comunidad hebrea, dio lugar a profundos enfrentamientos, por lo que, tras
1400, el Infante don Enrique ordenó que los judíos vivieran en lugares apartados dentro de
las villas, y en Ocaña parece que así se hizo efectivamente.219 Tras 1487 la Inquisición
comienza a actuar en Ocaña.220

2º) Los Musulmanes


A fines del siglo XV son varias las aljamas localizadas en territorio santiaguista,
en el Priorato, además de en Dosbarrios, encontramos moros conviviendo con cristianos y
judíos en Ocaña y Uclés; en la heredad de Torreluenga el prior de Uclés tenía también unos
renteros moros. En el Campo de Montiel sólo había población musulmana en la capital,
mientras que en los territorios gienenses no había ningún moro, aunque en Beas había un
barrio de la Morería, testigo de tiempos pasados.221 Cinco son las aljamas murcianas, donde
se concentraba la mayor parte de los musulmanes santiaguistas, sobre todo en el Valle de
Ricote; en Cieza convivían con los cristianos, así como en Socobos. Otras pequeñas pobla-
ciones de moros eran Lorquí y Pliego; en tiempos había habido población mudéjar en Le-
tur, pero la había abandonado a causa de las vejaciones que les propinaban sus vecinos: en
1396 hubo de intervenir Enrique III ante el concejo de Alcaraz para preservar sus dere-
chos222 y en 1454 Enrique IV ante Juan Fajardo, comendador de Ricote, que había cautiva-
do unos moros;223 para 1480 los adarves de Letur estaban derribados de quando los moros
la dicha villa dexaron.224
Según la estadística adjunta, se observa que, si exceptuamos Uclés y, sobre todo, el
Valle de Ricote, los agrupamientos mudéjares eran de poca población, conviviendo con
comunidades cristianas más importantes: sólo en Lorquí y Pliego vivían sólo moros. Prácti-
camente, la mitad del total de la población se concentraba en los seis lugares del Valle de
Ricote, total que hasta bien entrado el siglo XVI no superaría la cifra de los 500 vecinos, es
decir, oscilaba entre el 5% y el 2,5% del total de la población general de la Provincia.

POBLACION MUSULMANA Y CONVERSA (1468-1524)225


1468 1495 1496 1498 1499 1500 1502 1507 1511 1515 1524
Ocaña —- 23 22 22 21 21 21 —- —- —- —-
Uclés —- 74 63 80 92 94 71 —- —- —- —-
Dosbarrios —- 7 5 5 8 7 6 —- —- —- —-
*
Montiel 30 29 20 23 35 38 33 —- —- —- —-
Socobos 40 —- 6 15 16 16 14 25 —- —- 40
Pliego 25 31 31 37 41 39 43 —- 70 —- —-
Lorquí 35 33 32 36 38 39 37 45 40 44 45
Cieza —- —- —- 8 6 6 8 —- —- —- —-
**
Valle de Ricote 150 177 177 211 216 210 200 269 235 244 380
Total 280 374 356 437 473 470 433 339 345 288 465

Al contrario de lo que sucede entre los judíos, la población mudéjar en el siglo XV


era muy igualitaria dentro de su modestia; por ejemplo, en el Valle de Ricote sólo se
encontrará algún cuantioso ya muy avanzado el siglo siguiente, y es que el 10% del total del
Valle eran muy pobres.226 Sin embargo, hacía cierta diferenciación clasista, pues en 1494
pidieron y obtuvieron que los pechos y repartimientos se pagasen según la hacienda de cada
uno (ricos/medianos/pobres);227 de cualquier modo, las dedicaciones de estos mudéjares eran

*
Dato correspondiente al año 1478.
**
En 1480 había 150 vecinos y en 1494, 200.

72
73
esencialmente agrícolas, tanto en el Valle como en Uclés y Montiel: los oficios de los moros
de Uclés nos ilustran sobre una cierta especialización, aparecen pastores,228 zapateros229 y
tejedores.230 Por su parte, en Montiel la mayoría eran jornaleros y arrendatarios, aunque
también se encuentran albañiles y plateros.231 De la época anterior a la conversión sólo una
vez aparece un cuantioso, en Dosbarrios, el Maestre Mahoma moro.232
Su situación fiscal no era mejor que la social, pues debido al gran número de
derechos privativos de moros y al carácter directo de éstos, la población mudéjar estaba
especialmente expuesta a los rigores de la tributación.233

Conflictos y agravios
Centrándonos en los territorios murcianos, única zona de la que tenemos datos, es
posible reconstruir los problemas e inquietudes con que se encontraron los musulmanes
antes de la conversión y, posteriormente, la forma de resistencia ante semejante imposición.
Utilizando sólo los datos de la Orden, que —recordémoslo— era parte en este asunto, y aun
a riesgo de aparecer como parcial, no queda más remedio que reconocer que se libraba una
batalla muy desigual entre moros y cristianos a fines de la Edad Media. Pocos eran los
agravios de que se podían quejar los cristianos: en 1494 el comendador de Lorquí se
quejaba de que los moros se iban a sembrar fuera del término de la villa por no pagar el
cuarto de pan recogido a que estaban obligados234 y los cristianos de Socobos denunçiaron
que los días de los domingos e pasquas e fiestas de Nuestra Señora e Apóstoles que
públicamente los dichos moros trabajan e salen por lo público de la dicha villa a trabajar e
fazer fazienda, como en los otros días de contino,235 lo que les fue prohibido, en ambos
casos, por los visitadores de ese año.
En cambio, las quejas de los musulmanes respecto de sus vecinos cristianos eran
más graves y más numerosas; de sus vecinos de otras jurisdicciones recibían daño de dos
modos, invadiéndoles sus términos o reteniéndoles el agua de sus acequias, así los de
Lorquí se quejaron de que los de Molina les habían usurpado un pedazo de su término;236 a
los del Valle de Ricote les habían despojado de la Cañada del Rey los vecinos de Ceutí,
correligionarios suyos;237 a su vez, los de Mula no sólo invadían los términos de Pliego,
sino que les daban malos tratos, que muchas veses están para se despoblar e dexar el dicho
lugar, pues les atacaban asý en sus fasyendas como en sus personas, dándoles de palos e
firiéndolos con lanças e otras armas.238 Inclusive, los de Molina causaban grandes daños a
los de Lorquí por no les dexar gozar con maliçia de la dicha agua [de la acequia] como
deven.239
En estos casos poco se podía hacer, debido a que los visitadores no tenían
jurisdicción fuera de la Orden; no así con los comendadores, causantes de grandes males,
que fueron corregidos, aunque debemos dudar de la efectividad de semejantes sentencias.
Concretamente, en Ricote en tiempos del comendador Pedro Vélez los moros fueron tan
maltratados que en un solo día se fueron más de 50 casas; el mismo para cautivarlos les
tomó el previllegio a que están poblados [...] e oy los dichos moros [están] sin previllegio,
de cuya cabsa en lugar de se poblar, se despoblava.240 Pero no acaba ahí la cosa, unos años
después vuelven a dirigirse a los Reyes Católicos exponiéndoles el gran número de rentas y
derechos que pagaban y quejándose de los atropellos del comendador: les tomaba ropas
prestadas y no las devolvía; impidió a uno de Hellín y otro de Blanca vender cabras en el
Valle, pues él vendía también y abusaba en el precio; les embargaba las cabras al precio que
quería; nombraba almotacén por sí mismo, debiendo por derecho escogerlo de la terna
presentada por la aljama; ponía almazarero contra su costumbre y les hacía pagar el diezmo
de todo, en violación de la costumbre del obispado. Así mismo, en el tiempo de los dos
últimos comendadores habían sido muy molestados, agraviados y vejados. Sometidos a
careo, los visitadores fallaron en todos los casos a favor de los moros.241 De resultas,

74
paresçieron los viejos e otros moros ante los dichos visitadores e dixeron que los moros del
dicho Valle están fatigados.242
Aun más desprotegidos se hallaban los musulmanes de Pliego, pues desde 1474 a
1480 les habían cautivado a 12 personas: uno lo habían prendido entre Mula y Pliego; otro
apareció muerto, pues no habían podido salir en su defensa; igualmente, otro fue muerto en
el camino de Aledo; a otros dos los descubrieron cuando los llevaban cautivos unos vecinos
de Caravaca y pagaron por ellos medio rescate; dos mujeres y un hombre fueron llevados a
Yeste, donde fueron cobrados; un niño y otro hombre hubieron de ser rescatados en
Andújar por 40.000 mrs.; otro niño fue llevado cautivo a Andalucía, hallándose en paradero
desconocido; en fin, hacía poco otro niño había sido apresado por un vecino de Cazorla y al
ser perseguido por los de Pliego fue muerto en extrañas circunstancias. Habida
información, luego de jurar todos los del pueblo ante su alfaquí, se dedujo que sólo lo
habían seguido hasta Cehegín, donde los alcaldes de Hermandad de Mula ya lo habían
herido;243 no obstante, dadas las circunstancias, no sería extraño pensar que los mismos
moros le hubieran dado muerte.
Es en este penoso ambiente en el que se produce la forzosa conversión al
cristianismo de todos los musulmanes, según orden de 1502.

La resistencia a la conversión
Pero la política restrictiva había empezado antes, pues el Infante don Enrique había
ordenado a judíos y musulmanes que no tuviesen criados cristianos en sus casas, que no
tocasen el añafil ni fuesen llamados a la oración por el almuédano y que llevasen capuces
amarillos los moros y señales bermejas los judíos para diferenciarse de los cristianos.244
Consumada la conversión, los conflictos no dejan de producirse, sobre todo en lo relativo a
la usurpación de términos, si bien jurídicamente son asimilados a los cristianos viejos,245
aunque su formación religiosa, como es lógico, dejaba mucho que desear.
El debate en principio se constituyó en torno a la erección de las nuevas iglesias
parroquiales sobre las antiguas mezquitas; el primer paso lo dio Martín Fernández, deán de
Jaén y juez apostólico, mandando erigir las nuevas iglesias del Valle de Ricote:

Pro parte charissimi in Christo filii nostri Ferdinandi, Aragonum et Siciliae Regis
Catholici, ac dilectorum filiorum universorum incolarum et habitatorum Ricote et Blanca et
Oxox necnon Havaran et Ulea, locorum carthaginensis diocesis, petitio continebat quod
locorum predictorum que populosa existunt et quorem incole et habitatores alias Agareni
erant ab ipsorum locorum fundatione et alias a tanto tempore citra de cuius missio
hominum memoria non existit.246

La Reina Isabel dio el siguiente paso, dotándolas de cálices y ornamentos, además


de un excusado en cada lugar.247 Sin embargo, no debían de ser muy de fiar los nuevos
cristianos cuando los clérigos no se atrevían a dejar el sacramento en las iglesias durante
sus ausencias: el cura dize que non osa dexar sacramento en la yglesia porque no ay quién
lo acompañe.248 Las mezquitas eran edificios bastante exiguos: es una casa pequeña fecha
sobre pilares de yeso e cubierta de madera y caña,249 por lo que se les mandó o bien
ampliarlas, como en Ricote,250 o bien hacerlas de nuevo, como en Abarán251 y como acabó
haciéndose en la capital del Valle.252 Al parecer, pasados algunos años, empezaron a dar
algún voto de confianza en algunos lugares, así, en Abarán mandaron poner un sagrario
porque resçiben los vezinos d’él mucho daño e peligro en sus conçiençias, porque quando
ay algund enfermo an de enviar a traer el Corpus de la yglesia de Blanca, e a acaesçido
morir sin resçibir el Santo Sacramento.253
Pero la realidad era bien distinta; lo sucedido en Villanueva en 1507 así lo
atestigua: habían mandado al mayordomo comprar una pila bautismal, y como había

75
desobedecido, le mandaron prender e tovieron ocho días en el çepo; a su vez, ordenaron al
nuevo encargado guardar los ornamentos en su casa, e que no dé lugar a que llegue a ello
ninguno nuevamente convertido, [...] porque es cosa peligrosa e aun desonesta que los
cristianos nuevos, siendo commo son mayordomos de las iglesias, las tengan e traten como
las tratan.254 Esta suerte de resistencia pasiva se muestra aun más clara en la continua
repetición entre 1507 y 1525 de los mandatos a los nuevos cristianos, señal inequívoca de
que no los cumplían y de la buena voluntad de la Orden.255
Este es el mandato general dado al Valle de Ricote en 1525, de forma
extractada:256
1º) porque muchos vezinos de las dichas villas aunque les a sydo mandado con
descomuniones e premias que vayan a misa los domingos e fiestas de guardar e no lo
quieren faser, mandamos que la persona que fuere o oviere sido casado o desposado, ansý
onbres como mujeres, vayan los tales días a misa los días de fiestas e estén en ella desde
que tañen fasta que salgan, e ofrescan según Dios les diere grasia; lo qual fagan so pena
de un real a cada uno ... e que la tal pena no se relaxe, o a lo menos lo que toca a la
yglesia.
2º) yten, porque las fiestas son mal guardadas, mandamos que ninguna persona de
ningún estado que sea, casado o por casar, no fagan en los tales días ningunos ofiçios, ni
trabajen ni vayan camino, ni albarden vestias para ninguna parte, e sy alguna persona
toviere nesçesydad estrema de yr a alguna parte, pida primero liçençia a su clérigo o cura
e lleve la dicha liçençia por escripto, e sy fuere tomado en qualquier lugar de la dicha
encomienda o en el lugar donde es vezino, pague la pena según de suso se contiene...
3º) yten, porque en las fiestas e días de bodas e regozijos se van las jentes a baylar
al çementerio, e asý mismo a cantar e tañer con ysntrumentos los moços de noche e
algunas vezes a jugar, e lo susodicho es menospreçio e vituperio de la yglesia, mandamos
que de aquí adelante no se faga lo susodicho...
4º) yten, porque algunas personas con poco temor de Dios se están jugando a
naypes e a otros juegos los tales días de domingos e fiestas antes de misa, e se van a las
tavernas a comer e bever e a otros viçios, mandamos que de aquí adelante no fagan lo
susodicho, ni coman antes de la misa mayor, pues se dize farto de mañana, ni hagan los
dichos juegos so la dicha pena...
5º) yten, por quanto alguna persona muere, sus parientes e padres y hermanos
hazen grandes llantos e ahutos prohybidos en que turban las oras en la yglesia e a los que
las dizen, e en ello no an podido poner correçión ni silençio, mandamos que de aquí
adelante a los tales enterramientos no vayan marido con mujer, ni mujer con marido, ni
fijos, ni padres ni hermanos e otros parientes; e sy éstos ovieren de llorar, que sea
moderadamente e no lloren en algaravía, porque fazen çerimonias moriscas, so la dicha
pena a cada persona. E asymismo, que no hablen en la yglesia ni çimenterio los chicos ni
los grandes, onbres ni mujeres en algaravía, so la dicha pena... E que asý mismo, que no
fablen en algaravía en la plaça ni en las calles, ni la rezen a sus fijos, porque es mal
enxenplo e cahusa que nunca estén enteros en nuestra fee...
6º) yten, porque muchas personas quando bautizan sus fijos e hijas no dan la
capita ni la candela, que se a de dar como es razón, antes lo dan que es cosa vergonzosa e
paresçe menospreçio, mandamos de aquí adelante den buenas capitas e candelas, según
dan los cristianos viejos...
7º) yten, que los domingos de fiestas no se pese carne antes de la misa, conforme a
ley capitular, ... e más que al carnicero que la pesare se le lleve un real de pena...
8º) Prohibición de recibir visitas del obispo de Cartagena.
9º) Obligación de pagar las primicias.
10º) Obligación de enterrarse dentro de la iglesia, pagando según su lugar.

76
11º) yten, que porque muchas personas no van a los sermones quando les pedrican
[sic] de lo cual tienen nesçesidad, mandamos que quando oviere sermón se faga pregonar e
los alcaldes lo fagan pregonar, e vayan al sermón todas las personas, onbres e mujeres que
pasaren de doze o quatorze años...
12º) Obligación del clérigo de denunciar estos hechos al alcaide de Ricote, el cual
debería ejecutar las penas.
13º) Obligación de dar ofrendas a la iglesia.
14º) Que se pregonen estos mandatos.

Más sincera parece la conversión de los moros de Lorquí. Estos en lo eclesiástico


habían pasado a depender del diocesano de Cartagena, quien tenía la iglesia abandonada,
sin excusado, bienes ni ornamentos, de suerte que estaba mal administrada;257 pero mucho
peor se hallaban sus nuevos feligreses. Dejémosles hablar:

E quexáronse los vezinos della que nunca tienen ni les proveen de clérigo que syrva la
dicha yglesia e les administre los sacramentos y esenien las cosas de la fee, e, commo sean
nuevamente convertidos, dizen que están en grand peligro de sus conçiençias, e suplican a
Vuestra Alteza lo mande proveer e remediar, diz que se pasa un mes e otro que no les dizen
misa, e de quando en quando algund domyngo viene un clérigo de Molina a dezilles misa e
vase luego.258

Por desgracia, mi período de estudio termina en 1525 y no me es posible seguir la


evolución de los moriscos murcianos hasta su expulsión, antes de que se cumpliese un
siglo; si hemos de creer en las palabras de un memorial sobre los de Ricote, presentado a
comienzos del siglo XVII, su cristianización habría sido completa,259 aunque, de lo aquí
expuesto, más parece que desesperadamente quisieran librarse de la expulsión definitiva, lo
que no consiguieron.

Conclusión
Permítaseme, por fin, presentar a modo de resumen un cuadro de la estructura so-
cial de los habitantes de la Provincia santiaguista de Castilla, bien entendido que son cifras
aproximadas.

Grupo %
Hidalgos 5
Cuantiosos 2
Clérigos, viudas y menores 1
Labradores 29
Jornaleros y pobres 58
Musulmanes y judíos 5
Total exentos 8
Total pecheros 92
Total general 100

77
78
NOTAS
1
Véase el listado de maestres reproducido en el Capítulo I.
2
Salvador de Moxó, “De la nobleza vieja a la nueva nobleza. La transformación nobiliaria en la Baja Edad Me-
dia”, Cuadernos de Historia, III, 1969, pp. 145-152.
3
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 84.
4
F. de Rades y Andrada, Chrónica de las tres Ordenes, fol. 60v.
5
Luis de Salazar y Castro, Los comendadores de la Orden de Santiago, Madrid, I, p. 142.
6
AHN, OO.MM., Lib. 1.072c, fol. 49.
7
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 28.
8
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 240.
9
Salazar, op. cit., p.3.
10
Ibidem.
11
AHN, Uclés, carp. 203, nº 15.
12
Salazar, p. 68.
13
Ibidem, p. 69.
14
AHN, OO.MM. Lib. 1.233c, fol. 58.
15
AHN, OO.MM., Lib. 1.235c, fol. 55v.
16
Salazar, p. 379.
17
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 24.
18
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 205.
19
Rades, fol. 63v.
20
AHN, OO.MM., Lib. 1.075c, fol. 470.
21
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 662.
22
AHN, Uclés, carp. 72, nº 4.
23
Rades, fol. 55v.
24
AHN, OO.MM., Lib. 1.076c, fol. 689 y Salazar, p.233.
25
AHN, Uclés, carp. 247, nº 1bis.
26
Salazar, p. 257.
27
Ibidem, pp. 257-258.
28
Id.
29
AHN, OO.MM., Lib. 1.075c, fol. 133 y Lib. 1.235c, fol. 83v.
30
Salazar, p. 288.
31
Ibidem.
32
Id, pp. 288-289.
33
AHN, Uclés, carp. 338, nº 27. Sobre este linaje véase el artículo ya citado de Mazo Romero.
34
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 22.
35
Salazar, pp. 118-119.
36
Ibidem, p. 197.
37
Id, pp. 198-199.
38
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 86.
39
Salazar, p. 294. Véase, J. Cepeda, “El gran Tendilla, medieval y renacentista”, Cuadernos de Historia, I, 1967,
pp. 159-168, y E. Meneses García, “Luis Hurtado de Mendoza, marqués de Mondéjar (1489-1522)”, Hispania,
CXXXIV, 1976, pp. 525-565.
40
Salazar, p. 294.
41
Ibidem, pp. 294-295.
42
Id, p. 295.
43
Rades, fol. 55v.
44
E. Sáez, Los Fueros de Sepúlveda, Segovia, 1953, p. 262.
45
RAH, Salazar, M-1, fol. 219.
46
Salazar, p. 355.
47
AHN, Uclés, carp. 361, nº 5.
48
AHN, Uclés, carp. 82, nº 9.
49
AHN, Uclés, carp. 6, nº 37 y Rades, fol. 49v.
50
Salazar, p. 59.
51
Ibidem, p. 57.
52
Id, p. 204. Se encuentran dos Chacón más: un Gonzalo entre 1466 y 1480, comendador de Monreal y tenente de
Aranjuez (AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 122) y Fernando, tenente del mismo lugar en 1508-1515 (Lib, 1.073c,
fol. 315).
53
Rades, fol. 55r.
54
AHN, OO.MM., Lib. 1.241c, fol. 12.

79
55
AM.Murcia, Cart. Real, eras 1453-78, fol. 35r.
56
AHN, OO.MM., Lib. 1.065c, fol. 77. Sobre este personaje J. Torres Fontes, Don Pedro Fajardo, Adelantado
mayor del Reino de Murcia, Madrid, 1953, además de Fajardo el Bravo, Murcia, 1944.
57
Salazar, p. 59.
58
Ibidem, p. 62.
59
Id, p. 167.
60
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 25-26. Sobre este maestre A. Rodríguez Villa, Bosquejo histórico de don
Beltrán de la Cueva, tercer duque de Alburquerque, Madrid, 1881.
61
AHN, OO.MM., Lib. 1.235c, fol. 40r.
62
Salazar, p. 21.
63
Ibidem, pp. 21-22.
64
Id, p. 4.
65
AHN, Uclés, carp. 84, nº 14.
66
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 105.
67
Ibidem, fol. 18.
68
Rades, fol. 68v.
69
Salazar, p. 270.
70
Ibidem.
71
Id, pp. 191-192.
72
Id.
73
Id, p. 192.
74
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 1.
75
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 75.
76
AHN, Uclés, carp. 93, nº 33, fol. 15r.
77
Salazar, p. 211.
78
AHN, OO.MM., Lib. 1.079c, fol. 210.
79
Salazar, p. 365.
80
AHN, Uclés, carp. 347, nº 5.
81
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 78.
82
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 178.
83
AHN, OO.MM., Lib. 1.070c, fol. 95.
84
AHN, Uclés, carp. 197-I, nº 2.
85
AHN, OO.MM., Lib. 1.078c, fol. 125.
86
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 526.
87
Salazar, p. 302. Sobre el señorío de su padre, P. Martínez Sopena, El estado señorial de Medina de Rioseco bajo
el Almirante Alonso Enríquez (1389-1430), Valladolid, 1977.
88
Salazar, p. 30.
89
Ibidem.
90
Rades, fol. 37r.
91
Moxó, op. cit., p. 161.
92
AHN, Uclés, carp. 51-I, nº 4bis.
93
Compilación 1605, fol. 7.
94
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 81.
95
AHN, Uclés, carp. 82, nº 14.
96
AHN, OO.MM., Lib. 1.073c, fol. 163.
97
AHN, Uclés, carp. 99-II, nº 44bis.
98
Salazar, pp. 115-116.
99
Ibidem, pp. 116-117.
100
AHN, OO.MM., Lib. 1.074c, fol. 11.
101
Rades, fol. 69r.
102
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 1.
103
Ibidem, fol. 41.
104
AHN, OO.MM., Lib. 1.073c, fol. 13.
105
AHN, OO.MM., Lib. 1.079c, fol. 1.046.
106
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 111.
107
Salazar, p. 211.
108
AHN, Uclés, carp. 82, nº 14, fol. 17r.
109
AHN, Uclés, carp. 212, nº 7.
110
Salazar, p. 138.
111
AHN, Uclés, carp. 133, nº 7.
112
Rades, fol. 55v.

80
113
AHN, Uclés, carp. 328, nº 27.
114
AHN, OO.MM., Lib. 1.286c, fol. 61 y 92.
115
AHN, OO.MM., Lib. 1.066c, fol. 296.
116
AHN, OO.MM., Lib. 1.286c, fol. 59 y 92.
117
Rades, fol. 55r.
118
Ibidem, fol. 45r.
119
Salazar, p. 142.
120
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 48.
121
Salazar, p. 160.
122
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 91.
123
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 27.
124
Ibidem, fol. 27 y Lib. 1.064c, fol. 147.
125
Rades, fol. 69r.
126
AHN, OO.MM., Lib. 1.235c, fol. 70v y Salazar, pp. 373-374.
127
Rades, fol. 68v.
128
Salazar, p. 158.
129
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 651.
130
AHN, OO.MM., Lib. 1.072c, fol. 264.
131
AHN, OO.MM., Lib. 1.077c, fol. 540.
132
AHN, OO.MM., Lib. 1.078c, fol. 701 y Lib. 1.080c, fol. 832.
133
Sáez, op. cit., p. 261. Sobre este linaje, J. Infante-Galán, Los Céspedes y su señorío de Carrión (1253-1874),
Sevilla, 1970.
134
AHN, Uclés, carp. 347, nº 3.
135
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 79 y Lib. 1.068c, fol. 71.
136
AHN, OO.MM., Lib. 1.072c, fol. 333.
137
Salazar, p. 329.
138
Ibidem, pp. 329-330.
139
Id, pp. 158-160. Este era un judeo-converso, que procedía de la judería de Calatayud, conocido como rapaz
administrador de Indias; fue bisabuelo del conde-duque de Olivares (Julio Caro Baroja, Los judíos en la España
moderna y contemporánea, Madrid, 1961, II, p. 16).
140
AHN, OO.MM., Lib. 1.241c, fol. 12.
141
Ibidem.
142
Cascales, fol. 255.
143
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 26.
144
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 47 y Lib. 1.233c, fol. 13.
145
AHN, OO.MM., Lib. 1.065c, fol. 53, Lib. 1.066c, fol. 107 y Lib. 1.072c, fol. 149.
146
AHN, Uclés, carp. 6, nº 37.
147
Rades, fol. 49v.
148
AHN, Uclés, carp. 93, nº 33, fol. 8v.
149
AHN, Uclés, carp. 347, nº 3 y carp. 339, nº 56.
150
Sáez, pp. 260-262.
151
AHN, OO.MM., Lib. 1.241c, fol. 12.
152
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 29.
153
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 77 y Lib. 1.064c, fol. 139.
154
Rades, fol. 37r-38r.
155
AHN, Uclés, carp. 347, nº 3.
156
AHN, Uclés, carp. 69, nº 12.
157
Rades, fol. 51v.
158
AHN, Uclés, carp. 347, nº 3.
159
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 31.
160
Salazar, p. 279.
161
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 414 y Lib. 1.286c, fol. 71.
162
Salazar, pp. 336-338.
163
Rades, fol. 49v.
164
AHN, Uclés, carp. 339, nº 43.
165
Salazar, pp. 326-327.
166
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 58.
167
Salazar, p. 250.
168
Ibidem, pp. 250-251.
169
Rades, fol. 55v.

81
170
AHN, Uclés, carp. 151, nº 16.
171
Rades, fol. 35v.
172
AHN, Uclés, carp. 51-I, nº 4bis.
173
AHN, OO.MM., Lib. 1.073c, fol. 122.
174
AHN, OO.MM., Lib. 1.075c, fol. 231.
175
Marie-Claude Gerbet, La noblesse dans le Royaume de Castille. Etude sur ses structures sociales en Estréma-
dure (1454-1516), Paris, 1979, p. 135.
176
Ibidem. Sobre su origen Mª del Carmen Carlé, “Infanzones e hidalgos”, CHE, 1961, pp. 56-100.
177
Relaciones de Toledo, pp. 180-185.
178
Gerbet, op. cit., p. 136.
179
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 619-620.
180
Sólo en un caso un hidalgo es nombrado caballero de cuantía (AHN, OO.MM., Lib. 1.071c, fol. 386).
181
AHN, OO.MM., Lib. 1.068c, fol. 293.
182
AHN, Uclés, carp. 51-I, nº 4bis.
183
Institución estudiada por J.M. Pérez-Prendes, “El origen de los caballeros de cuantía y los cuantiosos de Jaén en
el siglo XV”, Revista Española de Derecho Militar, IX, 1960.
184
Compilación 1605, Lib. II, tít. XXXVIII.
185
Ibidem.
186
AHN, Uclés, carp. 82, nº 14, fol. 13v.
187
AHN, OO.MM., Lib. 1.066c, fol. 97-98.
188
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 47 y 82.
189
Libro de Bulas, fol. 285r-286r.
190
AHN, OO.MM., Lib. 1.074c, fol. 2 y Lib. 1.072c, fol. 97.
191
AHN, OO.MM., Lib. 1.077c, fol. 453.
192
AHN, OO.MM., Lib. 1.066c, fol. 199-201.
193
Compilación 1605, Lib. II, tít. XXXIX, ley VIII.
194
Marc Bloch, La historia rural francesa: caracteres originales, Barcelona, 1978, p. 456.
195
Nöel Salomon, La vida rural castellana en tiempos de Felipe II, Barcelona, 1973, p. 267.
196
Ibidem, p. 265.
197
Id, pp. 276-278.
198
AHN, OO.MM., Lib. 1.075c, fol. 487.
199
Bloch, op. cit., p. 313.
200
AHN, OO.MM., Lib. 1.073c, fol. 12.
201
Ibidem, fol. 446.
202
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 175.
203
AHN, OO.MM., Lib. 1076c, fol. 591.
204
AHN, OO.MM., Lib. 1.078c, fol. 28.
205
Miguel A. Ladero sólo cita las dos primeras, aunque habla de judíos aislados en Cobeña y Paracuellos (“Las
juderías de Castilla según algunos «servicios» fiscales del siglo XV”, Sefarad, XXXI, 1971, p. 261). Puede verse
también E. Mitre, “Los judíos y la Corona de Castilla en el tránsito al siglo XV”, Cuadernos de Historia, III, 1969,
pp. 347-368; Miguel A. Ladero, “Los judíos castellanos del siglo XV en el arrendamiento de impuestos reales”,
Cuadernos de Historia, IV, 1970, pp. 417-439; Maurice Kriegel, Les juifs à la fin du Moyen Age dans l’Europe
Méditerranéenne, Paris, 1979, y F. Cantera y P. León Tello, Judaizantes del arzobispado de Toledo rehabilitados
por la Inquisición en 1495 y 1497, Madrid, 1979.
Especialmente véase el trabajo ya citado de don Julio Caro. A fines del siglo XII había otra judería en Montiel
(Asso y De Manuel, “Discurso sobre el estado de los judíos en España”, apéndice al Ordenamiento de Alcalá,
Madrid, 1774, pp. 150-153). Así mismo, localizamos también judíos en Villanueva de Alcardete cuando se puebla
el lugar en 1338: otrossí, que non ayan entregador de los judíos en el dicho lugar de Villanueva, otro si non el de
los alcaldes que fueren en el dicho lugar, por razón que es nuestra Cámara, e que faga las entregas el juez de los
alcaldes [sic] (AHN, Uclés, carp. 93, nº 33, fol. 5r).
206
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 68.
207
Miguel A. Ladero, “Datos demográficos sobre los musulmanes de Granada y Castilla en el siglo XV”, AEM,
VIII, 1972-1973, p. 488.
208
Ladero, “Las juderías de Castilla”, p. 261. En 1495 eran 55 los vecinos judeoconversos habilitados por la
Inquisición en Ocaña (AHN, Inquisición de Toledo, leg. 120, nº 39). Cantera repite este dato y da sus profesiones:
un bachiller, un calcetero, dos escribanos, seis guanteros, un notario, un platero, un zahonero y un zapatero (op.
cit., pp. 103-106 y XXIV), en tanto que de los 7 de Mora eran uno escribano y dos zapateros (p. 107).
209
AHN, OO.MM., Lib. 1.242c, fol. 208v.
210
AHN, OO.MM., Lib. 1.963c, fol. 67.
211
Ibidem, fol. 149-150.
212
Id, fol. 70-73.

82
213
Id, fol. 73.
214
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 188. En el siglo XIII los judíos Bo, Job y Samuel eran los recaudadores de
todas las rentas santiaguistas de Jaén y Murcia (AHN, Uclés, carp. 219, nº 3).
215
AHN, Uclés, carp. 243, nº 23 y 25. Abraham Manrique también había sido arrendatario de las alcabalas del
marquesado de Villena (AGS, RGS, 16-marzo-1487, fol. 55).
216
AHN, Uclés, carp. 100-II, nº 13.
217
AHN, Uclés, carp. 339, nº 43.
218
Ibidem, nº 76.
219
AHN, Uclés, carp. 338, nº 27bis. La orden para los del Corral de Almaguer en 1483 (AGS, RGS, 24-noviembre-
1483, fol. 69), para lo cual permitieron a los judíos vender las casas que tenían fuera de la judería sin pagar alcaba-
las (ibidem, fol. 55).
A partir de los datos inquisitoriales proporcionados por don Julio Caro es posible conocer la permanencia masiva
de los judíos santiaguistas ahora convertidos; incluso, en el siglo XVI tienden a extenderse: aparecen en el Corral
de Almaguer, Sahelices, Mora, Dosbarrios, Villatobas, Quintanar, Villanueva de los Infantes y, sobre todo, Ocaña
(op. cit., I, pp. 330, 361, 363, 378, nota 51, 424, 470 y 375-376). En opinión de ese autor “a comienzos del siglo
XVII, los judíos de la Mancha no lo eran más que por tradición”, lo que no quiere decir que faltasen excepciones
(p. 449).
220
AGS, RGS, 8-julio-1487, fol. 95.
221
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 535.
222
A. Pretel, Una ciudad castellana en los siglos XIV y XV (Alcaraz, 1300-1475), Albacete, 1978, doc. XIV.
223
AM.Murcia, Cart. Real, eras 1453-78, fol. 35r.
224
AHN, OO.MM., Lib. 1.065c, fol. 32. En 1328 había también musulmanes en el Campo de Criptana: e que
mandavan a estos nuestros vasallos sobredichos que quando fallasen los moros de Critana andando a fazer mal,
que los prendiesen sin calupnia alguna e que les diesen çinquenta açotes (AHN, Uclés, carp. 81, nº 14, fol. 5).
225
Los datos de 1468 y 1507 a 1524 en nuestros cuadros, el resto proceden de Miguel A. Ladero, “Datos demográ-
ficos”, pp. 488-489. Del mismo autor, “Los mudéjares de Castilla en la Baja Edad Media”, HID, V, 1978. Tras la
conversión , H. Lapeyre, Géographie de l’Espagne morisque, Paris, 1959, y más recientemente L. Cardaillac,
Moriscos y cristianos: Un enfrentamiento polémico (1492-1640), Madrid, 1979.
226
AHN, OO.MM., Lib. 1.077c, fol. 517.
227
AHN, OO.MM., Lib. 1.066c, fol. 307.
228
AHN, Uclés, carp. 339, nº 49.
229
Ibidem, nº 52.
230
Id, nº 35. Un padrón de estos musulmanes fue publicado por Mercedes García-Arenal, “Dos documentos sobre
los moros de Uclés en 1501”, Al-Andalus, XLII-1, 1977. Una relación de los moriscos del obispado de Cuenca y
Priorato de Uclés en 1594 en el Archivo de la Inquisición de Cuenca, leg. 4.936, fol. 220-236, citado por Cardai-
llac, p. 372, nota 38.
231
Pedro Andrés Porras, “Moros y cristianos en Montiel a fines del siglo XV: su número y sus tributos”, Cuader-
nos de Estudios Manchegos, XIII, 2ª época, diciembre 1982, pp. 197-215.
232
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 74. En 1356 Abdallá, moro de Uclés, era recaudador de los yantares y calzas
del maestre y comendador mayor de Castilla (AHN, Uclés, carp. 93, nº 33, fol. 11v).
233
Pedro Andrés Porras, ”La presión fiscal en el Reino de Murcia al término de la Edad Media”, Historia de la
Hacienda Española (épocas antigua y medieval), Homenaje al Profesor García de Valdeavellano (Instituto de
Estudios Fiscales. Ministerio de Hacienda), Madrid, 1982, pp. 739-766.
234
AHN, OO.MM., Lib. 1.066c, fol. 340.
235
Ibidem, fol. 100.
236
Id, fol. 341.
237
AHN, OO.MM., Lib. 1.069c, fol. 427.
238
AHN, OO.MM., Lib. 1.066c, fol. 292-293. Tal vez la causa primera de este caso haya que buscarla en la dona-
ción que en 1254 les hizo a los de Mula Alfonso X de los castillos de Pliego y Bullas, que después debió de ser
revocada (A. Ballesteros, El Itinerario de Alfonso el Sabio, Madrid, 1935, p. 67).
239
AHN, OO.MM., Lib. 1.077c, fol. 524.
240
AHN, OO.MM., Lib. 1.065c, fol. 167.
241
AHN, OO.MM., Lib. 1.066c, fol. 319-326. Fue confirmada la sentencia en 1498 (Lib. 1.069c, fol. 438-440).
242
AHN, OO.MM., Lib. 1.069c, fol. 436.
243
AHN, OO.MM., Lib. 1.065c, fol. 161-162. Contra lo que pudiera pensarse, son pocos los datos que tenemos de
esclavos moros: en 1234 el concejo de Moya y el comendador del hospital de la villa se acordaron para apresar a 6
moros del hospital que habían escapado (AHN, Uclés, carp. 100-II, nº 18) y en 1237 el comendador del hospital de
las Tiendas de Villamayor vendía a don Abdalá, moro de Sahagún, un esclavo llamado Ahmed por 5 mrs. (AHN,
Uclés, carp. 325, nº 23).
244
P. Quintero Atauri, p. 118.

83
245
Así, las murallas de Uclés que correspondía reparar a moros y hebreos en 1515 andaban por los suelos (AHN,
OO.MM., Lib. 1.079c, fol. 887-888 y 892)
246
AHN, Uclés, carp. 293, nº 8.
247
AHN, OO.MM., Lib. 1.072c, fol. 301-302.
248
Ibidem, fol. 315 y 305.
249
Id, fol. 304.
250
Id, fol. 318.
251
AHN, OO.MM., Lib. 1077c, fol. 467-469.
252
Ibidem, fol. 477.
253
AHN, OO.MM., Lib. 1078c, fol. 628.
254
AHN, OO.MM., Lib. 1.072c, fol. 309-310.
255
Enterrarse en la parroquia y no en el cementerio, a no ser que fueran muy pobres (AHN, OO.MM., Lib. 1.077c,
fol. 669), no trabajar las fiestas, enviar a los hijos a aprender a rezar, no hablar árabe, no usar los nombres arábi-
gos, ni llevar barbas largas (fol. 475 y 673-676) y confesar por Cuaresma (fol. 512).
256
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 861-863.
257
AHN, OO.MM., Lib. 1.072c, fol. 301-302.
258
AHN, OO.MM., Lib. 1.077c, fol. 518.
259
A. Domínguez Ortiz y B. Vincent, Historia de los moriscos. Vida y tragedia de una minoría, Madrid, 1978, pp.
198-200.

84
CAPITULO CUARTO
ASPECTOS ECONOMICOS

Al igual que la sociedad, la economía de las tierras santiaguistas se hallaba fuerte-


mente incardinada en el campo, donde estaban asentadas prácticamente todas las activida-
des productivas, pues es sabido que estos territorios castellanos estaban muy ruralizados.
Esto daba lugar a que predominasen las producciones primarias, tanto agrícolas como ga-
naderas, que, como se verá, actuaban de una forma simbiótica. La artesanía y el comercio
tenían mucha menos importancia y estaban orientadas a satisfacer la demanda local.

Actividades primarias
Es este el apartado que requiere más detenimiento en su estudio, pues era la base
fundamental de toda la pirámide social de la época, al igual que en el resto de la Corona de
Castilla.
1º) La Agricultura
a) Ocupación del suelo
No me es posible, por la naturaleza del presente trabajo, presentar un esquema teó-
rico de economía rural como han hecho otros autores, lo que, además, hace innecesaria su
articulación.1 Si exceptuamos la banda norte del Priorato de Uclés, el resto de su territorio
antes de su conquista se hallaba poco poblado, lo que explicaría el barrido de topónimos
arábigos, bastante acentuado en el Priorato; esta importante zona la encontrarían, pues, los
santiaguistas casi yerma, sobre todo en lo que respecta a las tierras que tenían como ex-
tremo sur el Záncara, que no fueron repobladas hasta la primera mitad del siglo XIV masi-
vamente. Muy distinta era la situación del Campo de Montiel y, sobre todo, las Sierras de
Segura y territorios murcianos, donde, al principio, sobrevivió cierta población mudéjar y
donde el suelo se hallaba puesto en valor, al menos en los ruedos de sus villas y aldeas.
No nos ha llegado ningún ejemplo de repartimiento como los que se han conserva-
do para Andalucía,2 si es que se utilizó tal sistema para repoblar las tierras de la Orden; sin
embargo, valga decir que una vez cedida a la Orden la propiedad de la tierra y los derechos
jurisdiccionales sobre ella, ésta, a su vez, debió proceder a su reparto entre los nuevos po-
bladores, mediante la concesión de la correspondiente carta-puebla. En virtud de la cual los
nuevos vecinos —vasallos libres de servidumbre— recibían tierras y casas en propiedad,
además de diversos privilegios personales, fiscales y militares, aunque bien entendido que
no accedían a la plena propiedad hasta pasados tres o cinco años, en los cuales habrían
construido sus moradas y puesto en cultivo los terrenos que les habían tocado en suerte.3
Este mecanismo es bien conocido: el repartidor designado por la autoridad dividía las tie-
rras incluidas dentro del ruedo en forma de lotes (hazas-viñas-huertas), que eran echados a
suertes o adjudicados según lo establecido por la autoridad entre los pobladores; así se
expresaba don Alonso de Cárdenas en 1488, luego de repoblar Férez, lugar destruido duran-
te un reciente ataque granadino:

85
El dicho repartimiento de las dichas casas, e huertas, e viñas, e tierras e todos los otros he-
redamientos, que los dichos vecinos de la dicha nuestra villa de Férez tienen e poseen por
repartimiento del dicho Hernán García, en nuestro nombre, puedan usar e gozar dellas,
como cosa suya propia, passando el tiempo de la vecindad, commo están obligados.4

Este ruedo se establecía en forma de círculo alrededor del lugar en cuestión, que en
el caso de Cieza tenía una legua de radio, o sea, en torno a 40 km²,5 donde debía de haber
una mínima división de tierras por su cultivo.6
El resto del alfoz o término municipal, en principio, quedaba en baldío, estable-
ciéndose en alguno de sus apartados las correspondientes dehesas para los ganados de los
vecinos. Con el tiempo, el crecimiento demográfico y, por tanto, la mayor demanda de
productos alimenticios daría lugar a la ocupación y roturación del resto del término, que
llegaría a su saturación en algunas zonas en la segunda mitad del siglo XV, momento en
que se hizo necesaria la creación de la nueva institución de los sexmeros o adjudicadores de
los nuevos lotes a roturar.

El medio físico
Que los contemporáneos tenían claras sus ideas sobre las realidades geográficas de
su terreno lo demuestra el hecho de que las divisiones territoriales de la Orden tengan una
base regional; cuatro son las zonas naturales en que se pueden dividir los señoríos castella-
nos de Santiago: la depresión del Tajo, la Mancha, las Sierras de Segura y el Valle de Segu-
ra.
Aquélla “constituye, al pie de la Cordillera Central, en toda su longitud, una franja
ligeramente convexa hacia el Sur y casi siempre estrecha, que va desde la Meseta Hespéride
hasta la frontera portuguesa”;7 en nuestro caso, se extiende desde los términos de Estremera
a los de Aranjuez, entre los que se alza como relieve residual la «Mesa Ocaña-Tarancón»,
de 800 metros de altitud.8 El resto de la meseta meridional estaba ocupado por la Mancha,
en la que predomina la penillanura postpontiense, desde la citada Mesa hasta Sierra More-
na, superficie llana de alrededor de 1.000 m., apenas alterada por los surcos del Cigüela,
Záncara y Guadiana.9 Esta zona correspondía a los Partidos de la Mancha y Campo de
Montiel.
En torno al río Segura se sitúan las dos últimas zonas: por un lado, la Sierra de
Segura, actualmente en la provincia de Jaén, que estructuralmente se continúa por las sie-
rras de Taibilla y Letur, que la flanquean. Por fin, en la línea Segura-Nerpio-Moratalla-
Calasparra-Jumilla —en donde acaba la Cordillera Subbética— se continúan los territorios
de Santiago, por los tramos alto y medio del río Segura, para terminar en el Valle de Rico-
te.10 En suma, tierras de dehesas y cereal las manchegas, ganaderas y madereras las de las
Sierras y hortícolas las murcianas.

Tecnología
Visto lo anterior, es de suma importancia conocer los medios técnicos con que los
campesinos se enfrentaban al agro, los cuales, como es lógico, no estaban muy desarrolla-
dos, basándose o bien en el esfuerzo animal o bien en el humano. Para el siglo XIII tene-
mos un documento precioso, pertinente al hospital de Talavera, en el que se señalan todos
los aperos de que disponían: una barrera para las carreras, cinco azuelas, dos cunas, un
cuchillo de hierro, un ferramincal, unas tenazas, dos hoces de podar, dos destrales, diez
sacos, cuatro azadones, una ballesta de monte con su cureñena, diecinueve rejas, un marti-
llo, un martillo de hierro, cuatro escoplos, una almadana de hierro, dos palancas de hierro,
tres almudes de hierro para apuardar, dos pares de hierros de moros, 36 azadas, tres herradi-
llas, una bacín de arambre, una cadena de hierro para los moros con 20 colleras, tres pares
de esposas, 20 moros de labor, dos moreznos y una mora.11

86
87
Esto indica claramente que a principios del siglo XIII la labor recaía sobre los
esclavos moros, situación que siglo y medio más tarde había variado notablemente: la here-
dad de Pozorrubio en 1371 se labraba con un par de bueyes y otro de novillos, con dos
yugos y dos arados aparejados de todo lo que an menester,12 y guiados por dos hombres.
No obstante, el trabajo manual sigue manteniendo su puesto preeminente, por ejemplo, en
1478 la ermita de Santa María de la Vega, en Torre de Juan Abad, tenía dos azadones, un
legón, una azada, dos hachas y tres picos13 y unos años más tarde el monasterio de San
Francisco de Beas poseía un azadón, una azada, una podadera y un martillo de hierro.14 El
comendador de Montiel tenía, así mismo, cuatro hoces de segar, dos azuelas, dos planas,
dos junteras, dos picayos, dos escoplos, un pujavante, una luna y dos azadas.15
Pero son pocas las noticias que tenemos sobre los arados; que el armazón era de
madera es algo que queda claro, así, en 1328 los de Villamayor se quejaban de que no avían
madera para fazer casas nin aradros,16 así como los del Corral de Almaguer en 1356.17 Al
brazo de madera se le colocarían las rejas de hierro arriba citadas. En la Europa de la época
había dos clases de arados: carruca o aratrum; no tenemos datos documentales sobre el
particular, sin embargo, los gravados castellanos contemporáneos parecen avalar la sola
existencia del segundo tipo. Su posesión era de importancia. Según los usos moriscos de los
de Ricote, padres e hijos se repartían la cosecha, que quando uno pone las bestias el otro
las tierras o el arado.18 En efecto, el otro elemento a tener en cuenta, además del suelo,
eran las bestias; los datos que tenemos son pocos, sabemos que el convento de Uclés en sus
distintas heredades tenía tres mulas, dos rocines, dos acémilas de albarda, cuatro acémilas
de carreteras, seis de labor, una de aguadera, otras dos para labor de viñas, tres asnos, dos
que andaban con las cabras, uno que iba con las vacas y otro con los carneros;19 como se
ve, los bueyes brillan por su ausencia. El personal que utilizaba estos animales consistía en
nueve gañanes y nueve zagales y pastores.20
Hasta aquí los medios de producción propiamente dichos, pues existían otros a los
que podemos denominar como medios de transformación, coincidentes con los monopolios
señoriales: hornos (derecho 1/30 panes),21 sierras de agua,22 molinos de arroz (1 real/cahiz
molido),23 almazaras (1/8 arrobas,24 o dos espartadas, 1,5 libras/pilada y todo el aceite de la
jamila),25 canales,26 tenerías (10 mrs./curtimiento),27 batanes y molinos de pan (rentas im-
portantes: Uclés 250 fanegas/trigo,28 Acebrón 7 fanegas/trigo,29 Cuenca 500 fanegas/trigo30
y Villaescusa de Haro 3 fanegas/rueda).31 La preservación de estos monopolios la llevó la
Orden a rajatabla y, aun en el caso de que hubieran sido construidos por algún particular a
sus expensas, se adjudicaba una porción de las ganancias del edificio.32 La convertibilidad
de estos medios de transformación era grande, así, en Alpajes antes de 1408 Pedro Núñez
tenía un molino, que agora es batán,33 y el molino de aceite de Cehegín, que antes era mo-
vido por una bestia, en 1494 se había reconvertido para aprovechar la corriente del río.34
Esto es índice de su bajo nivel tecnológico, lo que no quiere decir que los precios que al-
canzaban fueran exiguos: así, el alcaide de Caravaca para 1490 llevaba gastados 50.000 o
60.000 mrs. en un molino;35 el horno de Ricote había costado en 1515 20.000 mrs.36 y el
molino construido poco antes en ese lugar, más de 12.000 mrs.37 Altos precios que explican
por qué los comendadores eran remisos a construirlos cuando las necesidades del concejo
así lo exigían.38

Paisaje agrario
Con estos exiguos medios de transformación de la naturaleza no es extraño que los
resultados obtenidos estuvieran en función de las aptitudes de la tierra para el cultivo o la
ganadería. Como decía antes, no creo que los nuevos pobladores encontraran grandes pro-
blemas para poner en explotación los lugares antes habitados por musulmanes, como en
Murcia, donde encontraron hasta el sistema de acequias en condiciones de utilización. No

88
ocurrió así en el Partido de Mancha y Ribera de Tajo, extendido entre el Tajo y el Guadia-
na, en que, a excepción de la banda norte, el resto hubo de repoblarse ex novo. El resultado
de esta labor fue un paisaje bien definido: grandes zonas de cereal, salpicadas en ocasiones
de viñas, y baldíos adehesados, con ausencia de olivos y huertas, concentrados los que
había en torno a los ríos. La ganadería, excepto manchas especiales como los despoblados
del sur de Ocaña (Biedma, Alpajes y Montealegre, además de la cercana Villoria) y la en-
comienda de Torrevejesate, donde había fuerte implantación ganadera, tuvo poco desarrollo
por falta de términos. Por el contrario, hay que decir que es en esta zona donde se concen-
traba la mayor parte de la artesanía de la Provincia.
El panorama no es muy distinto en el Campo de Montiel, a pesar de haber conoci-
do población musulmana en cierta medida, no obstante, la mayor amplitud de los términos
municipales permitió una mejor cabaña estante, conociéndose algunas bolsas de riqueza en
este límite sur de los territorios manchegos. Una vez más, cruzar Sierra Morena supone
encontrar un paisaje muy diferente: aquí predomina la riqueza ganadera y maderera, aunque
es paradójico observar cómo era en esta zona, la más rica de la Provincia, en donde los
vecinos y concejos eran más pobres; y ello porque la madera era explotada exclusivamente
en beneficio de la Orden, al igual que el paso de ganado travesío; por el contrario, la agri-
cultura, por razones obvias, era poco productiva, obligando a los pobladores a especializar-
se en labores marginales, como sucederá en Orcera en el siglo XVI, donde buena parte del
vecindario se había dedicado a la artesanía de la madera. Este esquema puede hacerse ex-
tensivo a las Sierras de Taibilla, Yeste y Letur.
Al entrar en terreno murciano el paisaje vuelve a cambiar radicalmente, si excep-
tuamos los casos de Moratalla y Caravaca, que suponen un hábitat intermedio; aparecen las
«huertas de la Orden», donde se cultivan todo tipo de árboles frutales y hortalizas, al igual
que en terrenos libres. Además, aquí el centeno es sustituido por el panizo y la alcandia, y
el lino es cultivado con carácter habitual. Esto, sin embargo, no supone que la ganadería
carezca de relieve. El arroz y el aceite son también productos normalmente cosechados.

Grandes roturaciones
Llegado el siglo XV diversos condicionantes dieron lugar a que los alfoces muni-
cipales se vieran sometidos a un intenso proceso de roturación, sobre todo en su segunda
mitad. Que esto era así queda demostrado por el hecho de que los diezmos de estas tierras
nuevas, pertenecientes por derecho al maestre, vinieran a engrosar sus rentas en esta época;
además, los pleitos de términos son numerosísimos, en especial en Jaén y Campo de Mon-
tiel. En el sur, Albanchez pleiteará con Torres39 y Bedmar con Jódar, Garcíez, Bélmez,
Torres y Granada.40 En la Sierra de Segura, Chiclana con Santisteban del Puerto,41 al igual
que la Torre de Juan Abad.42 La ampliación ilegal de la dehesa de Zahora por parte del
comendador de Segura le trajo graves problemas con la Puebla de Montiel,43 Torre de Juan
Abad y Montiel.44 Estos pleitos, causados por ensanchamiento de hitos o roturación de
términos ajenos, se producen igualmente entre los concejos del Campo de Montiel, así,
Villamanrique y Torre de Juan Abad pleitearán en 1480 en beneficio del comendador de
Montizón;45 Montiel tendrá debates con Villarrodrigo46 y Torre de Juan Abad, en este caso,
por la Cañada del Venerón.47 Por su parte, el concejo de Alcaraz atropellaba los alfoces de
Alhambra,48 La Ossa49 y Ruidera por el término de El Cabalgador;50 al igual que el concejo
calatravo de Valdepeñas contra su vecina Membrilla.51 El comendador de ésta última tam-
bién les agraviaba con la ampliación de la dehesa del Campillo.52
El hecho de que no tengamos datos del resto de la Provincia podría indicar que el
problema no era tan acusado como en los casos citados. Otro índice de que los baldíos se
estaban rompiendo lo supone el que aparezcan conflictos con los ganaderos: aunque cono-
cemos un solo caso, es harto significativo, en Santa Cruz de Montiel (1480) tres de sus

89
vecinos habían roturado las veredas por las que antiguamente llevaban todos los habitantes
sus ganados, que son en el coto del dicho lugar; estaban en esta situación desde hacía, por
lo menos, veinte años, suponiendo el trozo roturado alrededor de 25 fanegas, de lo que se
seguía gran perjuicio para los ganados que tenían que pisar la cercana dehesa o los sembra-
dos. Esta misma necesidad había hecho que el concejo ensanchase su dehesa dos tiros de
ballesta, esto es, 200 fanegadas de sembradura.53 Este ejemplo nos introduce en el problema
de la interacción de la agricultura y la ganadería, que no se verá alterada hasta esas grandes
roturaciones, lo que perjudicaría no sólo a la ganadería estante, como acabamos de ver, sino
a la Mesta, que liquidaría el asunto en beneficio propio.

Explotación y propiedad
En los momentos de la repoblación el sistema productivo se articuló —según el
esquema tantas veces reproducido— por un lado, en torno a las pequeñas tenencias de los
nuevos pobladores y, por otro, en la «reserva» señorial, donde los vasallos prestaban sus
obligaciones laborales, en la Orden de Santiago conocidas como sernas en ambos casos.54
En el siglo XIV, sobre todo en su segunda mitad, se asiste a un cambio cualitativo en la
situación, pues, si por una parte las prestaciones personales tienden a ser redimidas por una
cantidad anual alzada, por otra, la serna del comendador o bien se subdividió en lotes que
fueron entregados a censo o bien quedaron como terrenos adehesados. Esta es la situación
con que nos encontramos una centuria después.
Dos consecuencias pueden extraerse de lo dicho: la pequeña propiedad será pre-
dominante y, en consecuencia, no podrá hablarse de latifundismo en esta época y lugar,
pues las medianas o grandes propiedades de los cuantiosos se formarán a partir de la adi-
ción simple de pequeños lotes. Los comendadores sólo tendrían propiedades de considera-
ción cuando las sernas no se hayan parcelado. Por desgracia, los documentos no son exce-
sivamente explícitos en este tema de la pequeña propiedad, sin embargo, las relaciones de
las posesiones de las fábricas parroquiales, beneficios y capellanías permiten el acercamien-
to indirecto a la cuestión. En cuanto a las tierras de pan llevar, según el cuadro adjunto, el
mayor número de lotes se sitúa entre pedazos de algunos almudes y las dos fanegas, deca-
yendo progresivamente hasta el máximo de 15 fanegas, no obstante, por su extensión el
máximo se situaba entre las dos y las seis fanegas. En cualquier caso, se aprecia claramente
que son lotes de escasa relevancia, como se pretendía demostrar. Otra cosa es que no se
tenga por aceptable el procedimiento así seguido. A la misma conclusión se llega al con-
templar los datos relativos a la viña y el olivar.

EXTENSIÓN DE HAZAS DE CEREAL


% sobre

% sobre
número

nº lotes
total

Extensión

0-0,5 fas. 36 0,3 15,4


0,5-1 fa. 11 1,1 4,4
1 fa. 34 5,1 14,4
1,5 fa. 22 5,0 14,1
2 fas. 33 10,1 14,1
2,5 fas. 16 6,1 6,7
3 fas. 17 7,9 7,1
4 fas 13 7,9 5,4
5 fas. 12 9,2 5,0
6 fas. 13 12,0 5,4
7 fas. 4 4,2 1,4
8 fas 4 4,9 1,4

90
% sobre

% sobre
número

nº lotes
total
Extensión

9 fas. 2 2,7 0,6


10 fas. 4 6,1 1,4
12 fas. 6 11,0 2,4
14 fas. 2 4,2 0,6
15 fas. 1 2,2 0,2
646/2 fas. 230 100,0 100,0

b) Distribución de cultivos
Tierras de cereal
En los siglos XII y XIII conocemos diversos casos que demuestran el uso del cul-
tivo de rotación bienal: Huete55 en 1184 y 1186,56 Alarcón en 1214,57 Ballesteros en 1233,58
Andújar en 1236,59 Alcázar en 124160 y Mengíbar en 1246.61 Aunque esto, en opinión de
García Fernández, no supone que estas tierras estuviesen organizadas en dos sectores per-
fectamente diferenciados; según el mismo autor, esta organización en sembrado-barbecho
no aparecerá antes del siglo XV.62 Poco podemos decir al respecto, salvo que en algunos
casos, en ese momento, se especifica claramente que las tierras se cultivaban por el sistema
de año y vez: el comendador del Campo de Criptana tenía una serna de 4 yugadas en Villa-
jos de año y vez,63 así mismo, los moros de Lorquí en secano organizaban el territorio se-
gún el sistema bienal,64 mientras que en Hinojoso las siete fanegadas de trigo y once de
cebada que se siembran a terçer año, rentaban 17 fanegas de trigo y 11 de cebada.65
Resulta evidente que, por otra parte, ayer como hoy los campos de cereal no esta-
ban cercados, según la extremada parcelación a que antes hacía referencia, y a la que se
pueden añadir otros datos de interés: el convento de Uclés tenía en Santa María de los Lla-
nos 190 hazas de cereal en lotes a veces muy pequeños —sólo algunos almudes—, en oca-
siones entre 18-45 fanegadas;66 en Tarancón la Mesa Maestral poseía 17 pedazos de tierra
de una obrada cada uno;67 el comendador del Campo de Criptana tenía en su territorio ocho
sernas (tres de 20 fanegadas, una de veinticinco, otra de 150 y otra de 600) que le rentaban
200 fanegas de trigo y el doble de cebada;68 el cortijo de Santa Rufina en Beas tenía 400
fanegadas de pan llevar69 y el de Maquiz en Mengíbar, 200.70 Pero como decíamos en los
casos no relativos a sernas y cortijos predominaban los lotes de pequeña extensión: el mo-
nasterio de la Madre de Dios (Granada) tenía en Santa Fe una parcela de 12 fanegas de
trigo;71 la ermita de Santa María de Terrinches tenía 30 fanegas de riego para año y vez,
que rendían otras treinta fanegas de pan.72 En Murcia el panorama no era distinto: en Cehe-
gín la encomienda de Caravaca tenía cuatro fincas de 40, 6, 4 y 2 fanegas,73 mientras que la
capellanía de Ginés Espín del mismo lugar tenía 41 fanegas de secano y 18 de riego en lotes
cuya extensión oscilaba entre una y 15 fanegas.74
Llegar a una conclusión obvia sobre si los terrazgos se organizaban comunalmente
rotando todos los vecinos a un tiempo es difícil, pues si, por un lado, la parcelación del
territorio dificultaba el sistema, por otro, los términos habían llegado a roturarse al extremo,
poniéndose incluso en cultivo las tierras marginales y debiendo sentirse la necesidad de la
organización. Así se expresaban los visitadores en Fuenllana: fallaron que non ay tierras
nuevas algunas, salvo esas que ay en el dicho término, son tierras muy viejas e que non ay
memoria de onbres que las viesen arromper.75 Por otra parte, me parece conveniente adver-
tir que, aunque en la mayoría de las ocasiones los comendadores arrendaron sus tierras a
renteros, en algunos casos aislados aún conservaban veleidades agrícolas, como en Pozorru-
bio,76 el hospital de Cuenca77 y el Hinojoso.78

91
RENDIMIENTOS CEREALÍSTICOS EN 1494
Rendimiento
Lugar referencia
(fanega/fanegada)
Priorato de Uclés
Hinojoso 1,50 1.067c, 305 y 1.068c, 53
La Zarza (1478) 1,00 1.063c, 43
Campo de Criptana (1511) 1,72 1.076c, 743
Campo de Montiel
Membrilla (1478) 1,25 1.063c, 261
Cañamares (1480) 0,66 1.064c, 153
Cañamares 0,44 1.067c, 432
Cañamares (1498) 0,48 1.068c, 229
Carrizosa 0,30 1.067c, 409-410
Villanueva de los Infantes 0,60 Ibidem, 624
Montiel 0,37 Ibidem, 428
Montiel 0,25 Ibidem, 433
Puebla de Montiel 0,30 Ibidem, 590
Fuenllana 0,20 Ibidem, 616-617
Fuenllana 0,34 Ibidem, 617-618
Villamanrique 0,53 1.064c, 203 y 1.067c, 583
Villamanrique 0,47 1.067c, 577
Villamanrique 0,39 Ibidem
Almedina 0,30 Ibidem, 607
Torrenueva 0,65 Ibidem, 637
Villahermosa 1,76 Ibidem, 417
Villahermosa 0,50 Ibidem, 418
Villanueva de la Fuente (1511) 0,21 1.077c, 430
Torre de Juan Abad (1478) 0,92 1.063c, 267
Torre de Juan Abad 1,90 1.067c, 578
Terrinches 1,00 Ibidem, 596
Jaén
Canena 0,50 Ibidem, 560
Hornos 0,27 Ibidem, 521
Bedmar 3,30 Ibidem, 554
Media del Priorato 1,40
Media del Campo de Montiel 0,62
Media de Jaén 1,35
Media general 0,79

Pasemos, por fin, a considerar sus rendimientos; éstos se pueden estudiar desde
dos puntos de vista: el de fanegas recogidas por fanegada de tierra o el de fanegas recogidas
por fanega de grano sembrada. A este último respecto, algunos autores han calibrado para
Sevilla que el rendimiento oscilaba entre las 4 y 5 fanegas por fanega;79 por nuestra parte,
sólo tenemos un dato en que se especifique este extremo: en Fuente Redonda tenía sembra-
das el convento de Uclés 100 fanegas de pan80 que rindieron en 1511 1.764 fanegas,81 o sea,
17,64 fanegas por fanega, resultado tal vez excesivo. Muchos más datos y más fiables te-
nemos sobre el rendimiento por fanegadas de tierra; según el cuadro adjunto, en el Priorato
la producción oscilaba por lugares entre 1 y 1,72 fanegas/fanegada y en Jaén entre 0,50 y
3,30, en tanto que en el Campo de Montiel el rendimiento era más bajo, variando entre 0,20
y 1,90, que la media general sitúa a la mitad de la producción de los anteriores territorios.
Todo esto por lo que hace al año 1494, pero no hay que perder de vista las grandes varia-
ciones a que se vio sometida la cosecha de cereal de una fecha a otra; así lo advertía el
arrendatario de la heredad de Alamesón, diciendo que era mejor arrendarla que darla a

92
93
censo, porque daba unos años más que otros.82 A veces, de un año para otro se producían
fuertes cambios, como sucedió en Montealegre, según el siguiente cuadro de diezmos,
expresado en fanegas:83

1508 1509 % descenso


Trigo 400 220 45,0
Cebada 450 250 44,4
Centeno 70 16 77,0

Variaciones que se reflejaban poderosamente en los precios y en la especulación


que se formaba en torno a ellos, así, en el mismo lugar para 1525 decían, e porque fueron
ynformados que el pan avía de valer más dineros, porque en el dicho tiempo se vendió otro
a más preçio.84

Dehesas
Por la propiedad de las dehesas podemos distinguir dos tipos, según fueran conce-
jiles o de la Orden; aquéllas eran cedidas por el maestre o los visitadores a los municipios
para alimentar a los ganados de labor de sus vecinos; tenían taxativamente prohibido arren-
darlas.85 Es de suponer que cada concejo tuviera sus dehesas de extensión variable. Aun
más variable era la situación de las dehesas de los comendadores, que se esparcían por
todas partes, aunque del modo ya citado: las más ricas estaban situadas en Castilla la Vieja
y León: la de San Martín, perteneciente al convento de Santa Fe de Toledo —antes Santa
Eufemia de Cozuelos, en Palencia—, rentó en 1524 mil ducados,86 así mismo, el hospital de
la misma ciudad tenía en León la dehesa de la Alameda, que un año después rentaría los
230.000 mrs.,87 y en el alfoz toledano se aprovechaba de las dehesas de Yegros y Cañete,
que le produjeron en el mismo año 198.000 y 34.500 mrs. respectivamente.88
Pero es en las zonas despobladas del Priorato donde más abundan las tierras acota-
das: en Biedma dos dehesas que rendían 44.500 mrs.89 y en Montealegre otra que en 1494
se vendió por 55.000 mrs.,90 aunque no era normal que alcanzasen precios tan altos; así, la
de Pozoancho (en Santa Cruz de la Zarza) dio 800 mrs. en 1480,91 la de Manjavacas
1.000,92 Pedro Muñoz 73 fanegas por mitad,93 Valdajos 4.00094 y en término de Villama-
yor, Magaceda y Añador, que rentaron 600 mrs.95 Otros comendadores concentraban en sus
manos varias dehesas y heredades pequeñas. El de Estremera cinco dehesas, el de Oreja tres
en Colmenar, el de Villoria seis, el prior de Uclés en sus distintos territorios cinco hereda-
des y tres dehesas, al igual que el comendador de la cabeza de la Orden; pero quien más
heredades concentraba era el hospital de Cuenca, cuyos ingresos provenían casi exclusiva-
mente de doce heredades adehesadas que poseía en el alfoz conquense.
Las once dehesas que existían en el Campo de Montiel correspondían a los co-
mendadores de La Membrilla (4), Torres de Montiel (2) y Montiel mismo (2). Por su parte,
el comendador de Segura retenía para sí las seis importantes dehesas de la Sierra. Para los
territorios murcianos sólo tenemos noticia de dos dehesas, en término de Liétor.
Estas dehesas estaban divididas en varios cuartos, para invernadero y agostadero,
como la de Yegros, donde cabían 8.000 ovejas;96 aquél se solía arrendar, mientras el agos-
tadero —de 797 o 9 semanas98—, o bien se lo reservaba el comendador correspondiente, o
bien se arrendaba por unas fanegas de trigo.99 No obstante, la necesidad de nuevas tierras de
labor hizo que el ímpetu roturador llegase a las dehesas, así, sabemos que la serna del Júcar
(Huélamo) estaba arrendada en su mitad, en tanto la otra la labraba el comendador;100 la
dehesa de Mordaza, del hospital de Talavera, rendía 10.000 mrs. de la yerba y 100 fanegas
de pan de la labranza101 y la dehesa del río en Biedma para yerba y pasto, se labra agora
una parte della.102 Sin embargo, esto no quiere decir que se constituyan estas dehesas en
unidades de explotación autónoma, al igual los cortijos andaluces o sus homónimas extre-

94
meñas, pues ese papel estaría representado por las heredades, o campos aislados entre tie-
rras de otras jurisdicciones, que abundaban en los términos municipales de Cuenca y Alar-
cón.
También los particulares podían crear dehesas, al menos en el siglo XIII el fuero
de Cuenca así lo permitía, aunque se debía hacer con permiso de los aldeanos de la comar-
ca, debiendo murarla en caso de que estuviese junto a un ejido.103 La falta de tierras libres
en el cuatrocientos hizo imposible continuar esa política, lo que no quiere decir que algún
propietario no trocase tierras de cereal en dehesas, para lo que se necesitaba licencia del
maestre, como la que consiguieron Gonzalo Fernández y el hijo de Romero Sánchez, veci-
nos de Segura, en 1404 para la Alcarria de Albaladero.104 En éste como en los demás casos
no se obligaba a cercar las heredades, salvo contadas ocasiones, bastando con el simple
amojonamiento, lo que facilitaba el corrimiento de los hitos para ampliarlas ilegalmente. A
veces, sin embargo, no quedó más remedio que proceder a cercar las dehesas, como ocurrió
en 1401 con la Torre de Abengamar, en tierras de Moya, pues los vecinos de este lugar
entraban con sus ganados a pacer y destruían las mieses, de modo que en los últimos cinco
años se había despoblado la heredad y no quedaban sino quince renteros, debido a lo cual
Moya estaba mal abastecida.105

Viñas
A fines del siglo XV la producción vitícola se esparcía por todo el territorio de la
Provincia, aunque era ligeramente más abundante en el Campo de Montiel, situación que se
alteraría a favor del Priorato una centuria más tarde, concentrándose en tres regiones, en
torno a Ocaña, Uclés y el Partido de la Mancha.106 Para aquel siglo los datos son escasos:
en Fuente Redonda tenía el prior de Uclés 10.000 vides en regadío;107 en Mohernando para
1508 se acababa de plantar un majuelo de 1.500 vides,108 que tres años después había as-
cendido a 2.000 y rendían 35 cargas de vino.109 Pero los demás casos hablan de poca pro-
ducción: en Noblejas había 300 cepas viejas arrendadas por sólo 150 mrs.110 y en Alarcón,
junto a unas higueras y perales, había varias parrizas.111
Para el Campo de Montiel el panorama cambia: la viña de la Orden en La Membri-
lla tenía 4.000 o 5.000 vides112 y la ermita de San Sebastián dos viñas de 500 vides cada
una;113 en la Torre de Juan Abad había un majuelo muy bueno de 1.500 cepas a las espaldas
de la ermita de Santa María de la Vega;114 así mismo, en Torrenueva tenía la fábrica de la
parroquia 2.000 vides en ocho suertes.115 El beneficio de Almedina poseía una cuarta de
viña junto al río, que rendía ente 10 y 12 cargas de uva116 y la capellanía ¾ en tres lotes;117
el beneficio de Villanueva de los Infantes, por su parte, contaba entre sus bienes con diez
cuartas en 9 lotes que rentaban 500 mrs.118 y la capellanía del lugar cinco cuartas en trece
suertes arrendadas en 250 mrs.119 Los rendimientos variaban por extensión y calidad de la
cepa, así, las del beneficio de Villamanrique no valían nada,120 pero las doce cuartas del de
Fuenllana rendían 60 arrobas, o sea, 5 arrobas/cuarta.121
Los datos de la Sierra de Segura son más escasos, aunque igualmente signi-
ficativos: en Orcera la ermita de Santa María de la Peña tenía 5.000 vides en cinco viñas
(3.500, 700, 500, 200 y 100 vides);122 la fábrica de Génave tenía dos viñas con 350 vides123
y la de Las Vayonas cinco viñas de ocho peonadas en total.124 En tierras murcianas la situa-
ción era parecida: la vicaría de Caravaca tenía en la huerta de la villa cuatro peonadas de
viña;125 la capellanía de Ginés Espín (Cehegín), a su vez, tenía 19 peonadas;126 el comenda-
dor de Cieza tenía una viña de seis tahullas.127 En Pliego la viña de la Orden contaba con
doce tahullas bien labradas128 entre ciruelos y membrillares,129 mientras que el comendador
de Socobos había plantado en Letur 6.000 sarmientos suequeros.130

95
Olivares
La presencia del olivo en Castilla-La Mancha era muy exigua; Salomon en las Re-
laciones sólo la ha rastreado, por lo que respecta a la Orden de Santiago, en Villarejo de
Salvanés, Estremera, Villarrubia y Dosbarrios.131 Tan acuciante era el problema que tanto
don Alonso de Cárdenas como los Reyes Católicos ordenaron, bajo severas penas, su plan-
tío, a causa del desabastecimiento que había.132
De los territorios del Priorato sólo conocemos dos datos: en Estremera había 70
pies de olivas arrendadas en 400 mrs.133 y en Colmenar de Oreja 150 pies que rentaban
quince arrobas de aceite,134 lo que suponía una producción de 30 arrobas por aranzada. Si
en el Campo de Montiel no hallamos ejemplos de olivares, en tierras segureñas sí abunda-
ban: en Segura la fábrica tenía 30 pies que rentaban muy poco;135 en Beas la iglesia contaba
con una mata de varios pies en el olivar del concejo y dos pies de oliva salgareña en un
herreñal;136 la ermita de Santa María de la Peña, a su vez, poseía 120 pies de olivas o, lo
que es lo mismo, dos aranzadas,137 mientras la ermita de Santa María de Albanchez (Villa-
rrodrigo) tenía sólo media aranzada de olivar;138 los 70 pies de la iglesia de Torres de Al-
banchez rentaban poco,139 en tanto que lo que rentaban los 25 pies de la fábrica de Benatae
se dejaba para la lámpara.140 Los cuatro pies de la iglesia de la Puerta estaban situados al
olivar del conçejo.141 La fábrica de la parroquial de Canena tenía nueve pies de olivas que
rendían tres arrobas, o sea, 20 arrobas por aranzada,142 rendimiento inferior al de Colmenar,
ya citado.
En el reino de Murcia no existen olivares como tales sino que el olivo aparece
mezclado con las huertas y los frutales: la fábrica de Ricote —procedentes probablemente
de los habices de la antigua mezquita— tenía en 1525 24 olivas derramadas por la huerta de
la villa;143 en Socobos la iglesia tenía 40 matas en 22 bancales.144 El olivar de la vicaría de
Caravaca poseía doce matas mezcladas con varias carrascas.145 La capellanía de este último
lugar contaba con diez matas en catorce fanegas y media de tierra,146 lo que quiere decir
que cada mata se plantaba sobre una fanegada. Queda por demás aclarar que el olivo en esta
época era un cultivo de regadío, lo que favorecía sus rendimientos y reducía su calidad, a
un tiempo.

Productos hortícolas
Si exceptuamos el reino de Murcia,147 donde al menos documentalmente la horti-
cultura era mayoritaria junto con el cereal, en los señoríos castellanos de la Orden la huerta
sólo aparece rara vez, concentrándose en las riberas de los ríos y corrales de las casas. El
fuero de Cuenca establecía la necesidad de que las huertas estuvieran vigiladas por un hor-
telano, ya que sólo era obligatorio cercarlas con setos, paredes o cavas cuando estuvieran
junto a ejidos o dehesas.148
Salomon sólo menciona dos lugares donde se practicaban cultivos de huerta, en
Estremera y Villarejo de Salvanés.149 Los casos que aparecen en los libros de visita también
son escogidos: sólo se recogían diezmos de hortaliza en Alpajes y Estremera; no obstante,
en Santa María de los Llanos había una huerta con cuatro guindos, tres membrilleras y
cinco aranzadas de viña150 y en Uclés otra con un nogal y un moral,151 que es fecha haça en
1494.152 También en Huélamo había una huerta cercada de árboles;153 en Ocaña se produce
para 1525 el fenómeno contrario, pues tres fanegas y media de pan se habían hecho huerta,
con buenos rendimientos, pues producía 1.020 mrs.154 Por otra parte, en el Corral de Alma-
guer la huerta de la encomienda, que estaba dentro del casco urbano, tenía cinco fanegadas
de superficie para hortaliza y cinco álamos y un moral junto a la noria.155
En tierras de Montiel la actividad hortícola se concentra en torno a Villanueva de
la Fuente, Torre de Juan Abad y Terrinches; en aquella villa tenía la encomienda dos huer-
tos, uno de siete celemines y otro de dos fanegas y media para cebada;156 el beneficio, por

96
97
98
su parte, poseía cuatro huertos, que sumaban en total tres fanegadas, que rentaban 18 reales,
y una capellanía un huerto de diez celemines para sembrar cáñamo y un hortezuelo de ocho
celemines.157 En la Torre de Juan Abad la ermita de Santa María de la Vega contaba con un
huerto cercado de piedra, poblado de muchos árboles y con una fuente para regarlo, además
de otro más pequeño con guindos y ciruelos, rodeado de cavas y segado a mano.158 La huer-
ta de Terrinches tenía su alberca de riego, con higueras y morales,159 no estaba cercada, por
lo que los visitadores de 1495 mandaron a su propietario que procediera a su vallado.160
En la Sierra de Segura las huertas crecen enderredor de los ríos, a veces con gran-
des concentraciones, como sucedía en Beas, donde la más importante huerta era propiedad
del monasterio de San Francisco, muy grande y bien cultivada, contaba con muchos grana-
dos e higueras, quince olivas, arrayanes y árboles diversos, además de una carrasca con su
agua manantial;161 al otro lado de Sierra Morena, junto al castillo de Montizón, al pie del
río había una huerta cercada de tapias y barda, poblada de hortaliza y árboles, con una al-
berca de agua natural, además de un pedazo de cortinal sembrado de alcacer junto a ella.162
En Siles una capellanía poseía entre sus bienes varios bancales de huerta, uno de regadío y
otro de 16 pies de oliva muy repartidos;163 el comendador, a su vez, tenía en la villa otra
huerta con árboles y rosales,164 y la ermita de San Blas una huerta de siete fanegadas con
veinte morales, cinco cerezos y dos perales.165
En Murcia, como antes advertía, estos productos son más conocidos, por lo que só-
lo voy a presentar unos ejemplos indicativos: en Ricote había una huerta cercada, con
abundantes naranjos, cedros, perales, granados, higueras y otros árboles,166 así mismo, en
Liétor la huerta estaba toda llena de hortaliza.167 La vicaría de Caravaca tenía cuatro lotes
de huerta de siete bancales en total, conteniendo nogueras, parrales, carrascas y moreras;168
la huerta de la Orden en Aledo contaba con seis bancales cercados de tapias, con naranjos,
granados y un ciprés,169 que en 1511 estaba arrendada en dos ducados,170 asimismo, la huer-
ta del comendador en Totana también estaba cercada, estando poblada de naranjos y árbo-
les;171 de lo abundantes que eran estos cultivos en esta zona da fe el hecho de que la fábrica
de la parroquial de Aledo tenía cinco huertos con sus correspondientes horas de agua.172 Por
fin, el comendador de Cieza tenía una huerta de tres tahullas173 y la de Ascoy con 1.000
tahullas de regadío y 170 árboles muy derramados;174 ésta se sembraba para cereal, solien-
do rendir 140 fanegas de trigo y 420 de cebada, esto es, 0,56 fanegas/tahulla.175

2º) Ganadería, bosque, caza y pesca


A pesar de la gran relevancia que evidentemente tuvo la Orden en el campo gana-
dero, el hecho de que el ganado travesío estuviera exento dentro de los términos del Reino
y, por supuesto, de los de la Orden, de todo tipo de tasas, determina una ausencia de noti-
cias casi total. Sin embargo, gracias a unos datos publicados por Pretel,176 es posible apro-
ximarse al número de cabezas de que disponían los vecinos de la Orden; en efecto, en 1476
pasaron por el contadero de ganado de Villanueva de la Fuente, camino de los pastos de
Alcaraz, 140.962 cabezas —procedentes del Campo de Montiel— y por Socuéllamos lo
hicieron con idéntico fin 298.891 reses, pertenecientes a la Mancha santiaguista: en total,
no llegan al medio millón de cabezas. Desde luego el ganado estante era mejor conocido y
por este motivo se celebraban mestas locales; Mora en el Priorato, en Jaén Segura de la
Sierra y Montiel, Albaladejo, Fuenllana y Torre de Juan Abad en el Campo de Montiel.177
Rara es la localidad que no pagse diezmo de pollos, lechones, ansarones, potricos, borricos
y muletos, pero las imposiciones decimales sobre el ganado ovino se vienen a concentrar en
aquellos lugares ya citados donde existían dehesas de la Orden, pues los términos munici-
pales en esta época estaban muy desmejorados.
Los únicos datos fidedignos sobre ganado lanar que nos han llegado son los relati-
vos a los bienes de las ermitas, casi todas enclavadas en tierras gienenses: en Cañamares

99
tenía el cura 20 reses, que los visitadores le mandaron vender para comprar cabras, que eran
más rentables;178 la ermita de San Blas de Siles poseía 46 cabezas de ganado cabrío entre
machos y hembras;179 por su parte, en Orcera la ermita de Santa María de la Peña contaba
con 37 cabras, 20 cabrones y 10 cegajos,180 pero en 1496 había tenido 174 cabezas, al año
siguiente murieron 8 y nacieron 27, habiéndole quedado, pues, 193 cabezas mayores, ade-
más de otras 150.181 112 ovejas laneras y tres moruecos eran los ganados de que disponía la
ermita de Santa María del Campo, de Génave,182 asimismo, la de Santa María de Alban-
chez, en Villarrodrigo, tenía en 1495 quince cabras y ocho ovejas,183 que tres años más
tarde se habían convertido en 22 ovejas, una vaca con dos crianzos y una cochina peque-
ña.184
Caza y pesca
Uno de los componentes del señorío era el control sobre ríos, lagunas y bosques,
que sólo se podía transgredir bajo multa o bien satisfaciendo unos derechos o tasas sobre la
caza y la pesca de ellos extraída. Para Jaén, sólo en Bedmar se ejercía el señorío del río; en
el Campo de Montiel la caza en Montizón y la pesca de las lagunas de La Ossa y Ruidera.
En el Partido de la Mancha y Ribera de Tajo se concentraban caza y pesca en las enco-
miendas despobladas: caza en los Carrascales (Villarejo de Salvanés) y en el despoblado de
Villoria; la pesca del Jarama en Paracuellos; pesca y caza en la Isla de la Reina (Aranjuez);
la caza de conejos y perdices de Montealegre y la de conejos en Monte Vedado (Campo de
Criptana). En Alpajes y el Sotillo de Bulpejares la caza, y en Biedma el pescado del río y la
caza de perdices y conejos, que rentaba a su comendador 30 perdices anuales.185 Por último,
en Huélamo, dentro de la encomienda no se podía pescar sin licencia, salvo donde se junta-
ban el Júcar y el Valdemeca.186

Actividades secundarias
A través de las Relaciones Topográficas se ve que en muchos pueblos de Castilla-
La Mancha existían pequeñas industrias locales, ligadas a la ganadería y la agricultura, así
como a las necesidades del consumo local: vestidos, calzado, guarnicionería, cueros, herre-
ría.187 Exactamente lo mismo puede decirse para lo que sucedía cien años antes, por lo que
se refiere a los territorios de la Orden de Santiago.

1º) Elaboración de bienes de consumo


Este apartado se define en oposición a las actividades extractivas. Cuatro eran los
sectores implicados: textil, hierro, cueros y cantarería. El fuero de Cuenca nos habla dos
siglos antes de maestros de obras, carpinteros, herreros, orfebres, zapateros, pellejeros,
alfayates, tejedores, tejeros, olleros y pescadores,188 y sustancialmente, en el siglo XV los
sectores seguían manteniéndose por lo que se desprende de nuestros datos.

a) Industria textil
Las Relaciones, según Salomon, sólo muestran esta actividad en La Membrilla,
donde labraban paños vellones,189 pero los datos manejados indican un mayor movimiento
en este campo un siglo antes: con respecto a los medios de transformación hay que hacer
notar que aparecen por todas partes, en concreto, batanes encontramos en los siguientes
lugares; en el Priorato, Alpajes, Villamayor, Aranjuez, Oreja, Torreluenga, tres en Uclés,
Moya, Huélamo, Villoria y Ontígola; en el Campo de Montiel, La Ossa y Ruidera —donde
había, además, dos tiradores de paños—, en Jaén sólo en Beas y en Murcia, en Aledo, Ca-
ravaca, Cehegín, Moratalla, Liétor y Yeste. Tintes, sin embargo, sólo conozco el del con-
vento de Uclés, que estaba en el camino de la Fuente Redonda.190
Los diezmos son igualmente explícitos, aunque da la impresión de que no grava-
ban rigurosamente estas actividades; diezmos de lino se encuentran en Ocaña, Beas, Villa-

100
nueva de la Fuente, Aledo, Totana, Yeste y Ricote. El zumaque no pagaba diezmo, pero la
grana sí, al menos en Ricote y Cieza. En Villanueva de Alcardete se cobraba un tributo
especial sobre los telares, a razón de 8 mrs. el telar; así mismo, los tundidores de Ocaña
pagaban tributo de 10 mrs.191
No obstante, todo esto no es suficientemente expresivo, pues debió de existir una
artesanía textil a domicilio, como muestra el hecho de que sólo fueran un tintorero en Siles
y un cardador de Yeste los únicos cuantiosos que aparecen en nuestras relaciones de caba-
lleros de premia; es evidente que las necesidades de un mercado de demanda pobre de pa-
ños toscos así lo impusiera. La industria del cáñamo y el esparto era igualmente relevante
por su utilidad; una vez más los datos recogidos de las Relaciones son insuficientes, pues
sólo lo ponen de manifiesto en Fuentidueña.192 Otra vez, según los diezmos, rastreamos la
existencia en el Corral de Almaguer, Santa Cruz de la Zarza, Estremera e Hinojoso para el
Priorato; Carrizosa, Torres de Montiel y Villanueva de la Fuente —único sitio donde se
recogía pastel— en el Campo de Montiel, y Beas y Yeste en las tierras serranas. Cuantiosos
que se dedicasen a estos menesteres sólo encontramos uno, curiosamente, en la Fuente de
Pedro Naharro.

b) Ferrerías
El hecho de que la Orden no hubiera establecido su monopolio sobre este sector, al
igual que lo hizo con lagares y jaraíces, determina una ausencia bastante acusada de datos,
máxime cuando tampoco se gravaba con ninguna tasa sus labores, aunque indudablemente
existieron, con forjas de poca envergadura y trabajando en el marco estrictamente local:
rejas de arado, herraduras de caballerías y demás aperos de hierro. Su desempeño debía de
ser altamente remunerador, según el gran número de cuantiosos de profesión herreros (Vi-
llanueva de los Infantes, Socuéllamos, Chiclana, dos en Cieza, Liétor y Yeste), o sea, siete,
además de un aperador en Dosbarrios.

c) Curtidos
Este sector se hallaba muy reducido en su extensión, sólo encontramos tenerías en
Ocaña, Uclés y Liétor. En este último lugar eran propiedad de una capellanía y se arrenda-
ban en cuatro reales.193 Las de Uclés, donde zapateros y curtidores debían ir a curtir, antes
de las guerras del tiempo de Enrique IV rentaban 400 mrs. anuales, pero fueron destruidas
en esa época;194 construidas nuevamente a comienzos del siglo XVI, hubo debates con sus
usuarios, por lo que se les volvió a recordar su obligación de respetar el monopolio, so pena
de 600 mrs. y pérdida de la corambre,195 pero siguieron los pleitos y en 1515 se falló, des-
pués de realizar la oportuna información, que pagasen al comendador diez mrs. de cada
curtimiento, debiendo éste tener aderezadas caldera, tinajones, envasador, jubón y pañi-
cos,196 pero como no eran rentables, se dio pregón para darlas a censo.197
Por su parte, los zapateros de Ocaña pagaban de viento cien mrs. anuales y los cur-
tidores que vendían corambre setenta.198 No obstante todo lo dicho, encontramos zapateros
en Mora —dos—, en Siles y Cehegín con cuantía suficiente para mantener caballo y armas.
d) Cantarería
Se puede afirmar sin miedo a equivocarse que la artesanía del barro era la activi-
dad más extendida por la Provincia castellana; comprendía la elaboración de yeso, teja,
ladrillo, cal, cántaros, tinajas, ollas, barro y vidriado. Los datos de las Relaciones también
para esto son escasos: se practicaban estos trabajos en El Toboso y La Membrilla.199 Pero
las noticias de diezmos y derechos pagados por los integrantes de este campo son mucho
más amplias. Mientras en Murcia brillan por su ausencia —seguramente por el fácil abaste-
cimiento desde tierras alicantinas—, en Jaén sólo en Beas se pagaban diezmos de cal, teja,
ladrillo y yeso. Vidrio sólo se fabricaba en la región de Montiel, en Villamanrique y La

101
Membrilla, en la cual, además, labraban tejas, tinajas, barro, ollas y cántaros. Teja y barro
se conocen para Fuenllana y La Ossa, además de para Villanueva de la Fuente.
En los territorios de la Mancha y Ribera de Tajo la actividad en estos campos era
mucho mayor: cántaros y tinajas se elaboraban en El Toboso, La Mota y Ocaña, y teja,
yeso, cal y ladrillo, además, en Uclés, Colmenar, Campo de Criptana, Corral de Almaguer,
Dosbarrios, Montealegre, Santa Cruz de la Zarza, Villamayor y Villanueva de Alcardete.
Su importancia económica no debía de ser muy alta a juzgar por los valores que arrojan los
diezmos; por ejemplo, la teja de Uclés valió en 1525 tan sólo 500 mrs.200 y la de Colmenar
en 1478, 300 mrs.201 Esto está en consonancia con el hecho de que sólo un tejero de Yeste
fuese cuantioso.

e) Otras labores
Otras actividades de menor importancia serían la del carbón, el cual pagaba diez-
mo sólo en Villanueva de la Fuente y Beas de Segura, aunque aparece un cuantioso con esa
dedicación en el Corral de Almaguer. Ligada a los productos secundarios de la aceituna
tenemos la industria jabonera, que solamente la conocemos en Ocaña.202 Otras labores
conocidas escasamente por la presencia de algún cuantioso son la carpintería en Yeste, la
fabricación de camas en Villanueva de los Infantes, construcción de carretas en Cehegín y
arcas en la misma Yeste. Además de un campanero en Colmenar

2º) Actividades extractivas


Estas actividades carecían de relevancia, toda vez que al carecer de minas la Pro-
vincia, sólo la madera y la sal se han de tener en cuenta. Queda claro que la madera sólo se
explotaba industrialmente en las zonas montañosas —en Segura se pagaban diezmos de
pinos y madera y en Yeste de madera y pez—, pues en las demás partes la madera era un
producto de consumo diario, de la que se proveían en los montes comarcanos. Sobre esto
hay que decir que se cobraban diezmos o derechos sobre la leña, junto con el esparto y el
carbón, en Montealegre, Villatobas, Villoria y Montizón. En Huélamo la licencia del co-
mendador para llevar la leña cortada por el río Júcar hasta Cuenca valió en 1494 unos mil
mrs.203 Su valor en estos casos siempre era exiguo.
Las salinas, por otra parte, permanecieron bajo el señorío de la Orden durante toda
la Edad Media204 hasta que Felipe II las incorporó a la Corona.205 Yacimientos se localiza-
ban en Liétor, Segura, Hornos, Siles y Bedmar al sur; en el otro extremo se encontraban las
salinas de la Peña de la Sal en Biedma, que rentaron 1.240 mrs. en 1494;206 en término de
Huélamo, en Nogueras, había unas salinas que rindieron ese mismo año 2.000 mrs. y 120
fanegas de sal.207 Más importancia tenían las salinas de Botifuera, en Oreja, donde el co-
mendador tenía por merced del Rey 250 fanegas de sal,208 en las que hubo de gastar en
1525 unos 9.800 mrs., en la grande e la chica, e por haser pozas e eras e estancarlas e
echar el matreche e mondar las dichas pozas, e aclarar los manaderos, e adobar las guar-
das altas e baxas, porque el agua que lleve no las dañe e çierre.209 Pero los ingresos saline-
ros más notables procedían de las salinas de Belinchón; la implantación de la Orden allí
procede de 1178, cuando Alfonso VIII concedió a ésta las décimas de su producción;210
Fernando III en 1231, a cambio de Castrotoraf, concedió a los santiaguistas quidquid habeo
in salinis de Bellinchon,211 el mismo que en 1246 cedió 2.000 mrs. sobre las rentas de esas
salinas a la Orden en remuneración por los servicios prestados.212 Tres años después les
entregaba todas las salinas a cambio de 3.500 áureos.213 Años más tarde, Enrique II permu-
taba a la Orden Cidamón y Anglesola por 400 florines214 y Juan I, 10.000 mrs. en las sali-
nas y en los tributos de la judería de Uclés a cambio de Villagarcía.215 La Orden siguió
disfrutando de esas salinas hasta que Felipe II en 1568 las reincorporó al señorío real.216

102
103
104
Actividades terciarias
A pesar del escaso desarrollo de las actividades artesanales, registramos cierto
movimiento de mercancías, la mayoría de las veces en el marco local. En este sentido, es de
interés no sólo conocer a las personas dedicadas al comercio, sino también los métodos y
lugares donde se producían los intercambios.

1º) Los Mercaderes


Para el siglo XIII los comerciantes que reconoce el fuero de Cuenca son los encar-
gados de la venta de productos básicos: panaderas, taberneros, carniceros y especieros.217
Doscientos años más tarde, el panorama sólo se ha visto alterado a favor de los vendedores
de textiles, buen ejemplo de esto son los tributos pagados de viento en Ocaña; el tendero de
aceite o fruta pagaba 90 mrs., los especieros 120 mrs., los vendedores de lienzo o cera por
labrar 140 mrs. y los traperos 400 mrs., según un sistema muy casuístico: de cada vecino de
Ocaña que vendía paño por varas, que no fuera hecho en sus casas, 400 mrs. si lo vende en
los primeros cuatro meses del año; dos terceras partes si lo vendía entre mayo y agosto, y
un tercio si se vendía en los cuatro últimos. El forastero pagaría un maravedí por cada va-
ra.218
Estos traperos eran los encargados de comercializar la producción pañera, y no era
raro que se enriquecieran, así, conocemos a tres de ellos que fueron caballeros de cuantía,
dos en Torrubia y uno en Villamayor. Como decíamos en los aspectos sociales, es este un
sector proclive a enriquecer al que practicaba su comercio: contabilizamos nueve cuantio-
sos, un molinero, dos mesoneros, dos barberos, dos tenderos y dos carniceros,219 pues faci-
litaba la especulación. Como dato curioso, pues desconozco su posible alcance, hay que
decir que en el Campo de Criptana, para 1511 unos genoveses tenían puesta una casa en la
villa.220
Todo esto por lo que se refiere a los mercaderes de cierta entidad, porque no hay
que olvidar la existencia de regatones y regateras, vendedores al menudeo de pan cocido,
pescado, aceite, sal, fruta y demás viandas, que solían proceder a las compraventas en sus
casas, lo que prohibiría don Alonso de Cárdenas.221 Por regla general, se puede concluir que
había poca especialización en cuanto a los mercaderes, pues los campesinos y los artesanos
se encargaban de la venta de sus productos directamente, sobre todo en los lugares peque-
ños. Bien indicativo de esto es el hecho de que en 1517 el comendador de Mohernando
diese salario a unos vecinos del pueblo para que llevasen a vender sus excedentes de pan a
Madrid y Avila, de camino,222 y no hubiera quién se hiciese cargo, a sus expensas, de su
comercialización.

2º) Mercados y ferias


No obstante lo dicho, es evidente que los lugares más poblados debieron de recibir
pronto mercados semanales para proceder al abastecimiento, propiciando una determinada
especialización entre sus habitantes. El de Ocaña debió de concederse ya en el siglo XIII y
se celebraba los jueves;223 en 1229 lo recibió la Torre de Don Morant224 y en 1253 Santa
Cruz de la Zarza,225 ambos para un día indeterminado. Pero fue el notable maestre don
Vasco Rodríguez quien concedió en 1328 fueros a Fuentidueña —los jueves en el arra-
bal226—, Villamayor los lunes,227 Puebla de don Fadrique los martes,228 El Toboso los jue-
ves229 y Villaescusa de Haro los lunes.230 A principios del siglo XIII el maestre don García
González eximía al concejo de Moratalla de la celebración de su mercado, pues era una
pesada carga.231
Más trascendencia económica y comercial tenían las ferias, celebradas anualmente
durante varios días consecutivos; sólo conocemos tres, la de Quintanar de la Orden, conce-
dida en 1554 por merced real, y que a fines del siglo llevaba una vida lánguida;232 las dos

105
del Corral de Almaguer, que le habían sido otorgadas por Alfonso XI en 1314 y confirma-
das por los Reyes Católicos en 1484233 y la de Montiel, concedida en 1252 por Alfonso X,
para diez días a partir de San Lucas, libre de portazgo y demás derechos, como la de Alcalá
de Henares,234 aunque en el siglo XV pagaba alcabalas al rey235 y saneados ingresos al
comendador por diversos conceptos: tiendas de la feria, poyos, varas, almotacenía, corredu-
ría, alguacilazgo, peso mayor y menor, además del cambio,236 sin embargo, a fines de este
siglo esta feria había venido muy a menos.
Aun había un sistema de venta diaria en tiendas, en Ocaña reunidas en la alcaice-
ría,237 auténtica plaza de abastos cercada y cerrada de noche. Los mesones eran lugares de
venta estancada de varios productos: en los de Murcia (Cieza, Lorquí y Totana) se cobraban
los portazgos, que en el resto de la Orden se percibían a las puertas del lugar; en Toledo el
hospital santiaguista cobraba los derechos del mesoncillo del barrio del Rey, el cual rindió
en 1494 los 1.800 mrs. y el mesón adjunto a la Puerta de la Bisagra, que produjo 3.050
mrs.238 Pero una vez más era en las dos villas más importantes donde aparecen mesones
estancados, Uclés y Ocaña; en ésta se vendía en exclusiva el pescado salado y fresco, hie-
rro, herraje, otras cosas de peso, pan, vino y puercos, a pesar de las ordenanzas municipa-
les.239
3º) Portazgos y alcabalas
Cobrados a la entrada de la villa o en los mesones, los portazgos se extienden por
todos los lugares de la Orden, siendo atribuidos la mayoría a la Mesa Maestral; aunque los
aspectos fiscales y de distribución geográfica están estudiados en el capítulo correspondien-
te, no está de más recoger aquí los productos que gravaban. No existiendo un arancel co-
mún, el maestre don Alonso de Cárdenas en 1481 promulgó uno general,240 que fue confir-
mado más tarde por los Reyes Católicos, quienes lo utilizarían en su política uniformizado-
ra.241 Este era el que en 1507 se observaba en el mesón de Totana,242 pero ese mismo año,
no muy lejos de allí, en el Puerto de la Losilla, aplicaban unos derechos mucho más com-
plejos, seguramente por su cercanía al reino de Valencia.243
Detengámonos a observar por un momento los productos gravados: los alimenti-
cios eran muy variados —especias, vinagre, ajos, limones, tocino, arroz, garbanzos, comi-
nos, matalahúva, miel, aceite, almendras, nueces, queso, pescado, perdices, conejos y sardi-
nas—, al igual que los objetos de artesanía —paños, lienzos, zapatos, buhonería, puñales,
esteras de juncos, vidrio, hierros de lanzas, cordobanes, herrajes, costales, calderas, estopa,
jerga, esparto, sogas y ollas de tierra o encoradas—. Tanto cristianos como moros y judíos
—no olvidemos que su utilización venía de antiguo— a su paso pagaban por diversos moti-
vos: paso de sus personas, de casa movida, cautivos, muertos o prostitutas; los animales de
carga (asnos, potros, yeguas, bueyes y caballos, además de cabañas de ganado) y aves de
cetrería (halcones, gavilanes y azores) también estaban representados, al igual que una larga
serie de artículos diversos: moneda, cera, cueros de vaca, pieles de raposas, cabras y corde-
ros, libros, jabón palma, arambre, grana, pastel, rubia, papel, cedazos, pinos, sosa, carbón,
lino, herramientas y carretas.
Por último, sólo citar algunos portazgos específicos cobrados en lugares muy ca-
racterizados: sal en Belinchón, madera del río en Segura, productos nazaríes en Caravaca y
Segura, además de otros derechos de diverso carácter: portazguillos, paradillas, cuarente-
nas, veintenas, almojarifazgos, etc. que pueden consultarse con detenimiento en el capítulo
de rentas. Las alcabalas o tasas sobre la venta de todo tipo de productos fue una renta que
no enajenó la Corona a la Orden, aunque en algún momento de desórdenes algún maestre o
comendador las usurpase en beneficio propio.

106
107
108
NOTAS
1
J.A. García de Cortázar, “La economía rural medieval: un esquema de análisis histórico de base regional”, Actas
de las Primeras Jornadas de Metodología Aplicada a la Historia, Santiago, 1975, II, pp. 31-60; más recientemen-
te, del mismo autor, La historia rural medieval: un esquema de análisis estructural de sus contenidos a través del
ejemplo hispanocristiano, Santander, 1978. Para Extremadura J.L. Martín Galindo, La dehesa extremeña como
tipo de explotación agraria, Valladolid, 1965, y para Andalucía, A. Collantes de Terán, “Un modelo andaluz de
explotación agraria bajo-medieval”, Actas de las Primeras Jornadas..., II, pp. 135-154.
2
El más importante fue el de Sevilla, estudiado por don Julio González, Repartimiento de Sevilla. Estudio y edi-
ción, Madrid, 1951.
3
Estas cuestiones han sido estudiadas desde el punto de vista jurídico por don Rafael Gibert, “La «complantatio»
en el derecho medieval español”, AHDE, XXIII, 1953, pp. 737-767, y M.J. de Almeida, “Os contratos agrarios e a
vida económica em Portugal na Idade Media”, AHDE, XLIX, 1979, pp. 141-163.
4
Chaves, fol. 44v.
5
AHN, OO.MM., Lib. 1.077c, fol. 458.
6
Aún en la actualidad en tierras de Ciudad Real se mantiene el mismo esquema: “En los alrededores inmediatos de
esta gran aldea [manchega] empieza un círculo de pequeños campos de cereales, alrededor de éste sigue un anillo
de viñas y olivares, y sólo fuera del último sigue el anillo de la gran propiedad, con huecos, formado por campos,
barbechos, pastos y matorral” (Hermann Lautensach, Geografía de España y Portugal, Barcelona, 1967, p. 482).
7
Ibidem, p. 459.
8
Id, p. 461.
9
Id, pp. 475-476.
10
Id, pp. 706-707.
11
AHN, Uclés, carp. 323, nº 8.
12
AHN, Uclés, carp. 339, nº 43.
13
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 267.
14
AHN, OO.MM.; Lib. 1.067c, fol. 545.
15
Ibidem, p. 438 y Lib. 1.068c, fol. 236.
16
Sáez, Fuero de Sepúlveda, doc. 38/11.
17
AHN, Uclés, carp. 93, nº 33, fol. 8r.
18
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 862.
19
AHN, OO.MM., Lib. 1.075c, fol. 445.
20
Ibidem, fol. 444-445.
21
AHN, Uclés, carp. 219, nº 1.
22
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 1.070.
23
AHN, OO.MM., Lib. 1.066c, fol. 337.
24
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 572.
25
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 292.
26
AHN, OO.MM., Lib. 1.073c, fol. 123-124.
27
AHN, OO.MM., Lib. 1.079c, fol. 798-800.
28
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 35.
29
Ibidem, fol. 37.
30
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 89.
31
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 184.
32
AHN, OO.MM., Lib. 1.066c, fol. 239.
33
AHN, OO.MM., Lib. 1.073c, fol. 315.
34
AHN, OO.MM., Lib. 1.066c, fol. 235.
35
AHN, Uclés, carp. 82, nº 13.
36
AHN, OO.MM., Lib. 1.078c, fol. 650.
37
AHN, OO.MM., Lib. 1.072c, fol. 335-338.
38
Ibidem, fol. 196-197.
39
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 553.
40
AHN, OO.MM., Lib. 1.072c, fol. 473.
41
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 567 y 578.
42
AHN, OO.MM., Lib. 1.068c, fol. 338.
43
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 213.
44
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 584-588.
45
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 204.
46
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 477.
47
AHN, OO.MM., Lib. 1.072c, fol. 117-118.

109
48
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 407 y Lib. 1.068c, fol. 394.
49
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 397.
50
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 169.
51
Ibidem, fol. 153-155.
52
Id, fol. 152.
53
Id, fol. 219-220.
54
M.I. Alfonso, “Las sernas en León y Castilla”, Moneda y crédito, CXXIX, 1074, pp. 153-210. En 1207 al con-
ceder fueros a Monreal y Villarrubia la Orden se reservó sus sernas (Menéndez Pidal, Documentos lingüísticos,
doc. 310 y 311).
55
AHN, Uclés, carp. 100-II, nº 1.
56
Ibidem, nº 4.
57
AHN, Uclés, carp. 55, nº 4 y 5.
58
AHN, Uclés, carp. 328, nº 9.
59
AHN, Uclés, carp. 69, nº 3.
60
AHN, Uclés, carp. 81, nº 4.
61
De Manuel, Memorias..., pp. 486-487.
62
J. García Fernández, “Champs ouverts et champs clôturés en Vieille-Castille”, Annales E.S.C., IV, 1965-I, p.
705.
63
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 171.
64
AHN, OO.MM., Lib. 1.066c, fol. 340.
65
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 305 y Lib. 1.068c, fol. 53.
66
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 385.
67
Ibidem, fol. 206.
68
AHN, OO.MM., Lib. 1.076c, fol. 743.
69
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 297.
70
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 554.
71
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 606.
72
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 596.
73
AHN, OO.MM., Lib. 1.072c, fol. 263.
74
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 818-819.
75
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 176.
76
AHN, OO.MM., Lib. 1.075c, fol. 465.
77
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 196.
78
Ibidem, fol. 109.
79
Concretamente, 4,8/1 (A. Collantes de Terán, “Un modelo andaluz...”, p. 145) y 4 a 5/1 (M.A. Ladero y M.
González, Diezmo eclesiástico y producción de cereales en el Reino de Sevilla (1408-1503), Sevilla, 1979, p. 93).
También puede verse el trabajo de Ladero en solitario, “Producción y rentas cerealeras en el reino de Córdoba a
finales del siglo XV”, Actas del Primer Congreso de Historia de Andalucía, I, pp. 375-396.
80
AHN, OO.MM., Lib. 1.073c, fol. 48.
81
AHN, OO.MM., Lib. 1.075c, fol. 448.
82
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 134.
83
AHN, OO.MM., Lib. 1.076c, fol. 93.
84
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 303.
85
Compilación 1605, Lib. II, tít. XXXVII. Un ejemplo de donación de dehesas, en Villanueva de Alcardete en
1429 (AHN, Uclés, carp. 93, nº 34). Otra donación, esta vez, maestral, en Bulario, fol. 651-652. Estas normas no
siempre se cumplían, como cuando los de Terrinches vendieron en 1498 la yerba de sus dehesas (AHN, OO.MM.,
Lib. 1.068c, fol. 261).
86
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 190.
87
Ibidem, fol. 262-263.
88
Id, fol. 158-161 y 190.
89
Id, fol. 1.130.
90
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 340.
91
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 83.
92
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 392.
93
Ibidem, fol. 371-372.
94
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 51-52.
95
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 103.
96
AHN, OO.MM., Lib. 1.073c, fol. 221.
97
AHN, OO.MM., Lib. 1.075c, fol. 465.
98
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 275.
99
AHN, OO.MM., Lib. 1.079c, fol. 796.

110
100
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 261.
101
AHN, OO.MM., Lib. 1.075c, fol. 15.
102
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 1.130.
103
Fuero de Ubeda, 16.
104
Chaves, fol. 54v-55r.
105
AHN, Uclés, carp. 100-II, nº 29 y 29bis.
106
N. Salomon, op. cit., pp. 53-58 y mapa VIII.
107
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 335.
108
AHN, OO.MM., Lib.1.073c, fol. 33.
109
AHN, OO.MM., Lib. 1.076c, fol. 325.
110
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 121.
111
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 132. En Aranjuez había un majuelo moscatel (Lib. 1.063c, fol. 122).
112
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 150.
113
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 656.
114
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 267.
115
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 635.
116
Ibidem, fol. 606.
117
Id, fol. 607.
118
Id, fol. 452.
119
Id, fol. 625.
120
Id, fol. 583.
121
Id, fol. 616-617.
122
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 312.
123
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 226.
124
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 480.
125
AHN, OO.MM., Lib. 1.072c, fol. 215.
126
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 818.
127
AHN, OO.MM., Lib. 1.069c, fol. 447.
128
Ibidem, fol. 406.
129
AHN, OO.MM., Lib. 1.072c, fol. 300.
130
AHN, OO.MM., Lib. 1.065c, fol. 31. El hecho de que panes y viñas no estuvieran cercados obligaba a contratar
a guardas especiales, llamados viñaderos y mesegueros: cuidaban de las mieses hasta San Miguel y de las cepas
hasta San Martín, en que, recogida la cosecha, se procedía a la derrota de mieses (Fuero de Ubeda, 10-VI y 12-
IV).
131
Salomon, op. cit., pp. 58-59 y mapa IX.
132
Compilación 1605, Lib. II, tít. XLV. Según el primero, lo más ricos plantarían media aranzada, o sea, 30 pies
de olivas, de la variedad venduño o natío; pero los Reyes Católicos aumentaron el máximo al doble, disminuyendo
de acuerdo con las propiedades de cada cual.
133
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 1.118.
134
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 110.
135
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 513.
136
Ibidem, fol. 728.
137
AHN, OO.MM., Lib. 1.072c, fol. 44.
138
AHN, OO.MM., Lib. 1.069c, fol. 66.
139
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 486.
140
AHN, OO.MM., Lib. 1.069c, fol. 161.
141
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 243.
142
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 560.
143
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 856.
144
Ibidem, fol. 769-770.
145
AHN, OO.MM., Lib. 1.072c, fol. 215 y 263.
146
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 818.
147
J. Torres Fontes, “Cultivos medievales murcianos. El arroz y sus problemas”, Murgetana, XXXVIII, 1972, pp.
33-60 y “Los cultivos murcianos en el siglo XV”, Murgetana, XXXVII, 1971, pp. 89-96.
148
Fuero de Ubeda, 12-IV.
149
Salomon, pp. 59-66.
150
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 138.
151
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 36.
152
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 241.
153
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 1.070.
154
Ibidem, fol. 293.

111
155
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 147.
156
Ibidem, fol. 241.
157
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 546.
158
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 265.
159
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 217.
160
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 599.
161
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 253.
162
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 276.
163
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 493.
164
Ibidem, fol. 497.
165
AHN, OO.MM., Lib. 1.072c, fol. 66.
166
AHN, OO.MM., Lib. 1.069c, fol. 426.
167
AHN, OO.MM., Lib. 1.078c, fol. 600.
168
AHN, OO.MM., Lib. 1.072c, fol. 215.
169
Ibidem, fol. 276.
170
AHN, OO.MM., Lib. 1.077c, fol. 542.
171
AHN, OO.MM., Lib. 1.072c, fol. 276.
172
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 824.
173
AHN, OO.MM., Lib. 1.069c, fol. 447.
174
AHN, OO.MM., Lib. 1.072c, fol. 363.
175
AHN, OO.MM., Lib. 1077c, fol. 457. A fines del siglo XV sólo se cultivaba azafrán en Villarrubia y Estremera.
Otros productos sembrados en huertas y huertos, además de cereal, hortalizas y legumbres, eran el azafrán, las
rosas, el lino, el arroz, higos, ajos, cebollas, cáñamo, zumaque, grana y garbanzos. Los colmenares alcanzaban
gran importancia para el suministro de miel y cera; aparecen por toda la Orden, aunque más parece que era propie-
dad que no tenían los comendadores, que sólo llevaban los diezmos. La legislación sobre ellos en Compilación
1605, Lib. II, tít. XLIV.
176
Pretel, Un enclave castellano..., p. 267, nota 684.
177
Cómo no citar aquí el conocido trabajo de J. Klein, La Mesta. Estudio de la Historia Económica Española,
Madrid, 1936; otros trabajos más recientes, Ch.J. Bishko, “The Andalusian Municipal Mestas in the 14th.-16th.
Centuries: administrative and social aspects”, Actas del Primer Congreso de Historia de Andalucía, I, pp. 347-
374. En el mismo congreso, J.H. Edwards, “El comercio lanero en Córdoba bajo los Reyes Católicos”, I, pp. 423-
428. La legislación sobre esta corporación ganadera en Libro de leyes, privilegios y provisiones reales del Honra-
do Concejo de la Mesta, Madrid, 1609.
178
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 244.
179
AHN, OO.MM., Lib. 1.069c, fol. 190.
180
AHN, OO.MM., Lib. 1.072c, fol. 44.
181
AHN, OO.MM., Lib. 1.069c, fol. 157.
182
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 322.
183
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 474.
184
AHN, OO.MM., Lib. 1.069c, fol. 66. Juan Carrasco, vecino de Huélamo, tenía en 1483 al menos 200 cabezas
de ganado lanar (AGS, RGS, 10-octubre-1483, fol. 118).
185
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 89.
186
Ibidem, fol. 261.
187
Salomon, p. 72.
188
Fuero de Ubeda, 76 a 82, 84 y 88.
189
Salomon, p. 76. En general, pueden verse los trabajos de P. Iradiel, Evolución de la industria textil castellana
en los siglos XIII-XVI, Salamanca, 1974, y M. Gual Camarena, “Para un mapa de la industria textil hispana en la
Edad Media”, AEM, IV, 1967, poco indicativo a este respecto.
190
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 328.
191
AHN, OO.MM., Lib. 1.073c, fol. 294.
192
Salomon, p. 73.
193
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 881.
194
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 31.
195
AHN, OO.MM., Lib. 1.075c, fol. 466.
196
AHN, OO.MM., Lib. 1.079c, fol. 798-800.
197
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 356.
198
AHN, OO.MM., Lib. 1.073c, fol. 294.
199
Salomon, p. 77.
200
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 356.
201
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 118.
202
Salomon, p. 72.

112
203
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 261.
204
Sobre el funcionamiento de este producto, lejos de sus caracteres económicos, R. Pastor de Togneri, “La sal en
Castilla y León. Un problema de alimentación y de política fiscal”, CHE, XXXVII-XXXVIII, 1964. Un panorama
general en M. Gual Camarena, “Para un mapa de la sal hispana en la Edad Media”, Homenaje al Profesor Jaime
Vicens Vives, Barcelona, 1965.
205
AHN, Uclés, carp. 70, nº 20.
206
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 89.
207
Ibidem, fol. 261.
208
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 118.
209
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 1.135.
210
AHN, Uclés, carp. 70, nº 1. En 1218 Fernando III ordenaba que no se sacase sal sin albarán (AHN, Sellos, carp.
63, nº 1).
211
De Manuel, Memorias..., p. 381.
212
AHN, Uclés, carp. 70, nº 3.
213
Ibidem, nº 4.
214
Id, nº 12.
215
Id, nº 13.
216
Id, nº 20.
217
Fuero de Ubeda, 83, 85 y 86. Véase, Mª del Carmen Carlé, “Mercaderes en Castilla (1252-1512)”, CHE, XXI-
XXII, 1954, pp. 146-328.
218
AHN, OO.MM., Lib. 1.073c, fol. 293-294.
219
La severa legislación sobre carnicerías en Compilación 1605, Lib. II, tít. XLII. El comendador de Montiel, don
Rodrigo Chacón, progenitor de los marqueses de Vélez, estaba casado con una hija de Juan López, trapero nom-
brado en la villa (Porras, “Moros y cristianos en Montiel”, p. 203).
220
AHN, OO.MM., Lib. 1.076c, fol. 743.
221
Compilación 1605, Lib. II, tít. LX.
222
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 128.
223
Salomon, p. 98. Véase L. García de Valdeavellano, El mercado. Apuntes para su estudio en León y Castilla
durante la Edad Media, Sevilla, 1975.
224
Lomax, p. 251.
225
Chaves, fol. 40v.
226
AHN, Uclés, carp. 86, nº 11.
227
Sáez, doc. 38/11.
228
Ibidem, doc. 20.
229
Salomon, p. 99. Parece que originalmente se les concedió para los martes (J. Gómez Centurión, Jovellanos y las
Ordenes Militares, Madrid, 1912, p. 253).
230
Salomon, p. 102.
231
Torres Fontes, Documentos del siglo XIII, doc. I.
232
Salomon, pp. 99-100.
233
AGS, RGS, 18-marzo-1484, fol. 5.
234
AHN, Uclés, carp. 214, nº 11.
235
Salomon, p. 103.
236
Porras, “Moros y cristianos en Montiel”, cuadros. Queda por demás recordar que aquellos lugares repoblados a
fuero de Cuenca había recibido privilegio, inserto dentro del fuero, para celebrar unas ferias de 16 días alrededor
del día de Pentecostés (Fuero de Ubeda, VII-b).
237
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 74 y Lib. 1.080c, fol. 286-288.
238
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 41.
239
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 284.
240
J. Pérez Fernández-Fígares, “Arancel de los portazgos de la Orden de Santiago a fines del siglo XV”, CEM, I,
1973, pp. 83-92.
241
Compilación 1605, Lib. II, tít. LXIX, ley V.
242
AHN, OO.MM., Lib. 1.072c, fol. 278-279.
243
Ibidem, fol. 353-359. Véase M. Gual Camarena, Vocabulario del comercio medieval. Colección de aranceles
aduaneros de la Corona de Aragón (siglos XIII y XIV), Tarragona, 1968, y Arancel de lezdas y peajes del Reino de
Valencia, Madrid, 1972.

113
114
CAPITULO QUINTO
LAS INSTITUCIONES

Es la finalidad del presente capítulo el poner de relieve las instituciones por las que
se regía la Orden de Santiago en Castilla, instituciones tanto civiles como eclesiásticas,
según las especiales características de las órdenes militares, dentro de un estudio centrado
en la organización administrativa y judicial. El sistema seguido en la exposición se podría
tachar de poco científico, debido a la falta de separación entre una organización y otra en
nuestras páginas, pero sucede que en la mentalidad de la época realmente no existe diferen-
ciación entre ambas,1 cuestión que volveremos a plantear en cuanto a las formas de impartir
justicia.2 Y es que hay que esperar a la época constitucional para hallar una división de
poderes nítida, siendo, por tanto, artificial el intentar separarlas en los tiempos medievales.
En los inicios de la Baja Edad Media era habitual que los monarcas castellanos,
entre los derechos que cedían a señores y Ordenes, figurase la jurisdicción sobre los lugares
correspondientes, jurisdicción que, al igual que sucedía en el resto del mundo occidental,
incluía no sólo el derecho a juzgar, sino también el de ordenar económicamente la vida de
los vasallos.3 Por lo que respecta a la Orden de Santiago, el momento inicial de este proceso
debe datarse en 1234 cuando Fernando III estableció un juez especial para las causas de la
Orden, concediendo la inmunidad a sus territorios, al ordenar a su merino mayor de Castilla
que no nombrase merino alguno en éstos —Mando etiam quod nullus maior merinus Caste-
lle instituat merinum in aliquibus uillis hereditatum fratrum de Ucles de suis propriis co-
llaciis eorumdem fratrum, sed de aliis instituat quos uoluerit4—. Esta concesión de inmu-
nidad implicaba así la jurisdicción y otros derechos públicos, de modo que la Orden admi-
nistraba la justicia en su territorio, recaudaba en beneficio propio los tributos, salvaguarda-
ba el orden público, otorgaba fueros y cartas-pueblas y exigía la prestación del servicio
militar a sus vasallos; de este modo, la Orden se constituyó en un territorio casi indepen-
diente, si bien el monarca se reservaba la percepción de diversos tributos, el derecho de
acuñación de moneda, la concesión de ferias y mercados y la mayoría de justicia. Esto no
suponía, pues, la cesión de soberanía por parte de la Corona, sino sólo la facultad de juzgar
y los derechos útiles sobre los vasallos; prueba de ello es que aquélla nunca hizo dejación
del derecho de revocar sus concesiones, ni la jurisdicción privativa de algunos delitos y la
mayoría.

A) Organización concejil y territorial


a) Implantación foral
Dejando a un lado a los freiles santiaguistas, los cuales en su doble condición de
clérigos y seglares estaban sometidos a fuero especial —significativamente, la cláusula
penal en los documentos maestrales dirá que los freiles serán corregidos con Dios e con
Orden—, la situación jurídica de los vasallos de la Orden se fijó mediante la recepción de
manos del rey o de los maestres de distintos textos, cartas-pueblas o fueros, donde se con-
cedían privilegios, corrigiendo malos usos,5 para interesarles en la repoblación del señorío.

115
Los primeros fueros serían otorgados por Alfonso VII, antes de la fundación de la Orden
(1170): Oreja en 1139,6 Cabeza Lebrera y Aljibe —término de Ocaña— en 11547 y dos
años después la misma Ocaña.8 Todos estos no eran sino variantes del fuero de Toledo.9 En
efecto, cuando en 1210 el concejo de Ocaña y la Orden efectúan concordia ante Alfonso
VIII, establecen que las calumnias se pagarían por fuero de Toledo y las exenciones serían
las de Oreja.10 Para 1251 se les vuelve a confirmar el fuero de Toledo, junto con otros asun-
tos, por el maestre don Pelay Pérez Correa, ante el rey Fernando III.11 Dos privilegios ha-
bría de recibir aún la villa: en 1281 don Pedro Núñez otorgaba al concejo los mismos fueros
de los caballeros de Extremadura y Huete;12 por fin, en 1296 Fernando IV, en relación con
la querella presentada por la aljama de los hebreos, que alegaban que en sus pleitos se utili-
zaba el Fuero Juzgo y que esa villa no tenía ese fuero, falló a favor de ésta, mandándoles
pagar sus deudas, como se usaba desde treinta años atrás.13
El mismo fuero de Ocaña recibieron en 1207 los lugares de Monreal14 y Villarru-
15
bia y probablemente Ontígola en 1202, dos años después Villahandín, Villarejo Rubio en
1240,16 Villatobas y Ocañuela, como aldeas de Ocaña, en la primera mitad del siglo XIV,17
así como Colmenar de Oreja. En distintas partes del territorio de la Orden también se reci-
bieron algunos textos procedentes del toledano, como Dosbarrios, Aledo y Ricote. El pri-
mer fue poblado en 1192 por Rodrigo Riquer directamente a fuero de Toledo.18 En el caso
de Aledo fue utilizado el texto de la cercana Lorca en 1293 por don Juan Osórez.19 Por
último, los mudéjares del Valle de Ricote recibieron el texto murciano en 1266, ya que
junto a Mula y Molinaseca formaban parte de su término.20 Todos estos fueros, por tanto,
fueron otorgados a fines del siglo XII o comienzos del XIII, y no por la Orden, pudiéndo-
seles localizar en los dos extremos de la Provincia santiaguista de Castilla.
Sin embargo, los textos de mayor difusión fueron los de Extremadura, a través de
dos troncos bien definidos, los relativos al texto conquense y al de Uclés.21 El fuero con-
quense se difundió, dentro de los términos castellanos de la Orden, por el Campo de Mon-
tiel, zonas del este giennense y lugares montañosos del reino murciano. Simultáneamente,
el maestre don Pelay Pérez lo concedió el 2 de abril de 1243 a Alhambra,22 Segura de la
Sierra23 y Montiel,24 siéndoles ampliados considerablemente sus privilegios en los cuarenta
años siguientes.25 Moratalla recibió este fuero en torno a 1227 de manos de don Pedro Gon-
zález26 y Cehegín en 1307 a través del texto de Alcaraz, por obra del maestre don Rodrigo
Yáñez.27 Canara había recibido fuero de Moratalla, pues al pasar a la Orden de Santiago en
1335 les fue confirmado por don Vasco Rodríguez,28 al igual que se ejecutó con el fuero de
Caravaca en 1344.29 Villaescusa de Haro recibió directamente el texto conquense en 1349
por el Infante don Enrique, quien, además, le concedió los usos y costumbres de Haro y la
mejoría sobre la responsabilidad personal.30 En 1383 el maestre don Pedro Fernández daba
permiso para poblar Cañete al comendador del hospital de Cuenca, seguramente bajo el
mismo texto.31 Es probable que también Cieza lo recibiese en 1272.32
Resulta innecesario recordar cómo los fueros eran recibidos tanto por la villa como
por sus aldeas, de modo que cada comunidad de villa y tierra se gobernaba por un solo
texto; es por esto por lo que al independizarse las aldeas y alcanzar el privilegio de villazgo,
seguían utilizando el texto de su antigua villa. Así, conocemos los casos de La Ossa, Villa-
nueva de los Infantes, Torrenueva y Férez en el siglo XV,33 concretamente, los vecinos de
ésta reconocían que se poblaron al fuero de Segura, donde se poblaron Moratalla, Liétor y
Letur, como miembros de la antigua comunidad segureña. Algo similar ocurre con el fuero
de Uclés, procedente del tronco sepulvedano,34 que llegó a alcanzar en su difusión a la
totalidad del Priorato de Uclés, si exceptuamos el cuarto perteneciente a los términos de
Oreja-Ocaña, donde se utilizó el fuero de Toledo. El texto inicial fue otorgado en 1179 por
don Pedro Fernández, fundador de la Orden, junto con el de Sepúlveda como supletorio,35
siendo concretados algunos aspectos relativos a tributos en 1256 por don Pelay Pérez.36 El
fuero extenso, como es sabido, procede de la segunda mitad del siglo XIII.37

116
117
La gran despoblación en que se encontraba el territorio situado entre el Tajo y el
Záncara determinó el uso masivo de este texto para animar en la zona la vida urbana. En el
siglo XII se otorgó el fuero inicial a Estremera38 y Fuentesauco39 y en el siguiente a Huéla-
mo,40 Montealegre,41 Añador,42 Torre de don Morant43 y, probablemente, a Santa Cruz de la
Zarza.44 Pero el esfuerzo repoblador más importante correspondió al siglo XIV —
especialmente, los años 1315-1344— casi coincidiendo con el reinado de Alfonso XI,45 y a
zonas situadas algo más al sur: en 1315 el Corral de Almaguer,46 en 1318 Quintanar y Val-
hermoso,47 en 1321 Las Chozas —luego Villamayor—,48 en 1324 Pedro Muñoz, cuatro
años más tarde el Campo de Criptana,49 Villajos,50 el castillo de Fuentidueña51 y Villanueva
de Alcardete,52 en 1338 El Toboso,53 tres años más tarde la Puebla de Almuradiel,54 en
1343 la Puebla de don Fadrique,55 en 1344 Quintanar de la Orden56 y, finalmente, Santa
María de los Llanos en 1387.57 La Mota, por su parte, recibiría fuero en 1410.58
La concentración temporal y geográfica de las nuevas poblaciones indica, a mi jui-
cio, la existencia de una política tendente a sentar unas sólidas bases humanas en esta man-
cha de despoblación, proveniente no tanto de los maestres santiaguistas —en los años de
Alfonso XI se suceden seis maestres distintos— como del propio monarca, aunque su inter-
vención tan sólo se pueda adivinar tras las actuaciones maestrales. Dicho ámbito geográfico
sería conocido, ya antes de mediados del siglo XIV, como «La Mancha», haciéndose refe-
rencia con este término a la ausencia de un potencial humano notable, que dentro de los
términos santiaguistas contrastaba de una forma evidente con el hinterland de Ocaña-Uclés
al norte y Campo de Montiel al sur, mucho más habitados. Dicho topónimo adquirirá carta
de naturaleza institucional en 1353, al crearse el Común de la Mancha; en los siglos sucesi-
vos el término conseguirá alcanzar un predicamento territorial más amplio, dándose a cono-
cer a través de El Quijote —recuérdese cómo doña Dulcinea era vecina de El Toboso, uno
de los pueblos originarios del Común de la Mancha—, de tal modo que en nuestra división
autonómica actual viene a ser sinónimo de la Castilla de la Meseta Sur.59

b) La organización del territorio: concejos y comunes


1º) Los Concejos
Como se ha podido apreciar, los más antiguos fueros concedidos proceden de mi-
tad del siglo XII, siendo el período de formación de los concejos, al menos una centuria
anterior a éstos; por tanto, estas instituciones, según nuestros documentos, son creadas por
reyes, señores o maestres ya totalmente delimitadas, procediéndose a su composición tras la
concesión del fuero. Estos concejos nacieron en pleno siglo XI,60 siendo su fin fundamental
y la razón de su existencia “mantener y ordenar en común la utilización por todos los bienes
que se consideran como del pueblo y reglamentar comunalmente la misma economía priva-
da, la explotación agraria y pecuaria de la propiedad de cada vecino”.61 Funciones de con-
cejo y aldea aparecen ya desglosadas desde un principio: el primero habría de fijar el lugar
de ventas en la plaza pública, obligar a las tiendas a estar abastecidas y a pesar sus produc-
tos, establecer bancos de cambio, prohibir las sacas de pan, limitar su consumo y, en caso
de necesidad, obligar a vender el excedente, así como arrendar el juego e imponer reparti-
mientos para realizar obras públicas.62 Mientras, la aldea se dedicaba a apacentar los gana-
dos de los prados propios después de levantada la cosecha, agruparlos en rebaños y ordenar
su custodia, nombrar guardas, entender en multas por daños ocasionados, participar en
gastos parroquiales, asistir a los pobres y reglamentar todo lo relativo a su economía.63
No obstante, no es el concejo institución que se mantenga anquilosada al paso del
tiempo, muy al contrario, sufre importantes transformaciones durante el período de nuestro
estudio, transformaciones que se pueden apreciar en las demás instancias institucionales.
Esquemáticamente, serían tres momentos a tener en cuenta, atendiendo a la forma de toma
de decisiones:

118
—concejo abierto (de fines del siglo XII a mitad del siglo XIV)
—regimiento electo (de mitad del siglo XIV a mitad del XVI)
—regimiento perpetuo (desde la época de Felipe II).
Hipótesis que, en el campo de la fiscalidad real, viene a coincidir con la propuesta
por Miguel A. Ladero en un trabajo reciente, con la salvedad de las transformaciones intro-
ducidas por los Reyes Católicos, también rastreables en las instituciones santiaguistas.64
El primer período estaría caracterizado por la relación casi directa entre concejo y
maestre, con la sola interposición del comendador en algunos casos; el maestre sólo delega-
ría en su comendador mayor de cada Provincia, en caso de ausencia, no existiendo ningún
aparato de poder personal ni colegiado distinto del Capítulo general. Los concejos estaban
formados por todos los vecinos mayores de edad, siendo sus oficiales electos por votación
popular: estos sería el juez —en sentido estricto—, los alcaldes, escribano, andador, sayón
y almotacén, elegidos anualmente.65 En segundo lugar, la organización señorial y territorial
se hace más compleja: aparece el gobernador de Provincia, los gobernadores de Partido, los
alcaldes de la Casa del Maestre, germen del Consejo de la Orden, y los alcaldes mayores de
alzadas; los visitadores no existen ya sólo sobre el papel, sino que actúan en el gobierno de
la Orden. Se crean los partidos como ámbitos de administración territorial. El concejo
abierto cede su lugar al sistema de regidores, que toman las decisiones de gobierno: el juez
desaparece junto con los andadores, creándose, en su lugar, los alguaciles.
El período iniciado por Felipe II, que se continúa por el Antiguo Régimen hasta las
reformas de Carlos III, se caracteriza por el férreo control real del Capítulo y el Consejo,
que se fusiona con los de las otras órdenes. La justicia central se aproxima al pueblo por
medio de los gobernadores de Partido —nunca llamados corregidores—. Al tiempo, éstos
avocan a los alcaldes ordinarios, que se eligen de forma menos democrática, convirtiéndose
alférez y regidores en perpetuos, instalándose, de hecho, en el poder la oligarquía local.

a) Primera época
Antes de entrar en el tema propiamente dicho es necesario establecer una diferen-
ciación previa sobre la forma de actuar la justicia para establecer claramente las relaciones
juez-alcaldes y alcaldes-alguaciles. Como decía anteriormente, en la época medieval no
existía separación de poderes, sin embargo, desde un comienzo, para mayor garantía proce-
sal, en la administración de justicia se estableció la disociación entre los que —utilizando
las expresiones acuñadas por Pérez-Prendes— hacía justicia «juzgando» y los que la hacían
«justiciando»,66 pues en “La Edad Media existe una tendencia a distinguir entre las tareas
de juzgar y otras de tipo gubernativo”.67

Juez y alcaldes
En todos los casos los alcaldes son los encargados de juzgar: “las atribuciones de
los alcaldes son fundamentalmente de índole judicial”.68 El derecho a tener juez y alcaldes
se considera en todos los fueros de esta época un privilegio elemental; estos eran designa-
dos por el pueblo, excepto en Torre de don Morant y Ocaña, donde los nombraba el co-
mendador,69 y Dosbarrios, en que el señor y el concejo lo hacían conjuntamente.70 En el
fuero de Cuenca los alcaldes eran elegidos por cada collación, uno por cada una; al igual
que el juez, habría de poseer caballo y armas, además de casa poblada desde un año atrás,
así como no intentar conseguir el oficio por la fuerza.71 Partía la soldada con el juez, lle-
vando diez mencales por cada servicio efectuado al concejo.72 En Uclés, Istos nostros al-
caldes iudicent per ista carta [las causas recogidas en ella] et finiat iudicium.73 A estos
alcaldes les estaba prohibido prendar: Nullus alcalde non pignoret ad ullum hominem, sed
nostro iudice pignoret.74 En 1325 tenían cuatro alcaldes anuales, e que los fagan por suer-

119
tes, según manda su fuero.75 Como se aprecia, todos los portillos eran anuales, tanto en
Uclés como en Cuenca.76
El otro oficio elegido directamente por el concejo era el juez,77 al cual lo designaba
cada año una collación no sabemos si por suertes o por rotación; además de las condiciones
consabidas, habría de ser omne sabidor e cuerdo e entendudo, sabidor de departir la menti-
ra de la verdat e el tuerto del derecho.78 Recibía de soldada 40 mencales por servicio y el
séptimo de las quintas debidas al monarca.79 Sus funciones se encuentran especificadas en
los fueros, según el texto conquense debía enviar al andador; juzgar junto a los alcaldes,
recibir fiadores de salvo por las calumnias del concejo, coger quintas, calumnias y demás
cosas que el concejo diere al rey o al señor, recibir sobrelevadores de los andadores y casas
con peños, dar derecho a los que se querellasen, prender al que defendiere peños y debe
judgar a su puerta aquéllos que vinieren a los plazos, junto a un alcalde jurado; en caso de
ausencia, este jurado haría sus funciones.80
En el fuero de Uclés sus atribuciones son similares: prendar al que no diere casa
con peños,81 enviar por peños al andador,82 pignoret per suos portadgos del senior et per
suas quintas que devan senior aut suo homine a vicino de Ucles et per suos averes et per
illo que no recapdaret aliud iudex,83 conombrar los desafiados, junto al comendador y
alcaldes, en caso de venganza privada84 y, en general, emplazar: Iudex per totas rex aco-
tet.85 En Ocaña los oficios electivos eran similares; eran elegidos alternativamente entre las
dos collaciones el juez y los alcaldes por el comendador; los alcaldes habrían de juzgar en
concejo, mientras el juez podría recaudar calumnias y derechos, del modo que lo hacía el
alguacil del comendador,86 y prendar a malhechores y demandados, excepto traidores, la-
drones y violadores.87 Así mismo, los caballeros harían en su presencia dos alardes anuales,
prendando los caballos o armas que llevasen prestadas, para el maestre.88 En el Corral de
Almaguer el juez era la única persona autorizada a llevar ropas de los vasallos al comenda-
dor.89 Entretanto, en Aledo los alcaldes juzgaban todos los pleitos entre cristianos, moros o
judíos, mientras el juez estaba encargado de guardar las llaves de la villa y escudriñar, junto
a los alcaldes, casa sospechosa. El salario de éstos y el mayordomo y escribano provenía de
las porciones de las calumnias, el almojarifazgo y una caballería de cada cabalgada.90 Ex-
cepto en los últimos fueros citados, pertenecientes a la familia de Toledo, es posible adver-
tir una aparente contradicción con lo expresado al comienzo del presente apartado, referente
a la forma de hacer justicia. En efecto, el juez tiene cierta participación en la administración
de justicia, además de funciones fiscales y ejecutivas, como voy a intentar explicitar.
Para esto es de interés conocer cómo se desarrolló el proceso en esta época: el cual
“se podría configurar..., en líneas generales, como aquella forma de proceder, iniciada por
cualquier actuación suficiente para hacer comparecer a las partes, y que, planteada contra-
dictoriamente ante el tribunal, da posibilidades a las partes de mutuas alegaciones y prue-
bas”.91 Cuatro momentos distingue López Ortiz: en primer lugar, el sistema seguido para
asegurar la presencia del inculpado, generalmente a pedimiento de parte, por medio de la
prendación o presentación de fianza,92 en las que, como se ha visto, el juez en persona o por
medio de andador jugaba un papel decisivo.93 Una vez constituido el tribunal y en presencia
de las partes, se procedía a la presentación de los medios de prueba: juramento expurgato-
rio, ordalías (agua caliente, hierro candente y duelo judicial), pruebas testificales y docu-
mentales, así como la pesquisa o información.94 En tiempos de la asamblea judicial eran los
iudices quienes fallaban la sentencia de prueba.95 El fin del litigio se producía o bien por
allanamiento de la parte vencida, o bien por acuerdo con la otra parte o, simplemente, por
sentencia.96 Tras lo cual se procedía a la ejecución. Naturalmente, este mecanismo se ponía
en marcha en cada instancia de apelación: estas instancias —dentro del ámbito del munici-
pio— eran diversas. La primera de ellas era dúplice, por un lado el llamado «juicio a la
puerta del juez» y, por otro, «el juicio de los alcaldes fechizos».

120
Establecidos los plazos y entregados los peños por el querelloso al juez, éste falla-
ba la demanda o querella, junto con un alcalde jurado, con lo que, de hecho, aquél también
se convertía en alcalde por juramento.97 Prácticamente es el mismo caso de los alcaldes
«fechizos», aunque con la salvedad de que ninguno de ambos desempeñaba portillo alguno,
actuando como jueces árbitros que determinaban el contencioso que las partes libremente
les presentaban.98 Si ambas partes se acordaban la sentencia era firme, pero sy de los dos
contendores el uno rreçibiere el juyzio de la puerta del juez o de los alcaldes fechizos, e el
otro non, e al viernes non se echare, caya de la cosa.99 El mismo sistema se seguía en el
caso de que los litigantes residieran en la aldea o fueran de distinta religión.100 La segunda
instancia estaría constituida por «el juicio de los alcaldes el viernes en la cámara»: Qual-
quier que al viernes se echare, sy quier sea de villa sy quier de aldea, nol sea vedada ape-
llaçión e en aquel día del viernes ayan juyzio.101
Mas en el viernes en la cámara nynguna otra cosa sea judgada nin fecha sinon
dar juyzios, e rresçebir firmas, e dar plazos a los que firmas o juras ovyeren de rreçebir al
viernes adelante.102 Si alguna de las dos partes se agraviase de la sentencia dada, aún podría
echarse al «juicio de la carta», esto es, concretamente ceñidos a las disposiciones del fue-
ro;103 en caso de que el supuesto no estuviese contemplado en el libro, sería determinado en
alvedrío del juez e de los alcaldes. Este auto, que había de celebrarse el día del lunes, ter-
minaría en manos del concejo, caso de apelar del anterior fallo algún litigante.104 Este as-
pecto final lo aclara el fuero de Uclés de la manera siguiente: Toto iudicio quod alcaldes
iurados iudicaverint die veneris, si no se convenirent, iuntet iudex .III. bonos homines foras
de vando et per iura que iurarit et iudicet illo iudicio.105 En los dos fueros principales la
alzada final iba al rey: en el caso de Uclés se podía apelar directamente del juicio del vier-
nes por causas de valor superior a diez mrs.;106 mientras en Cuenca el tope mínimo se situa-
ba en los sesenta mencales.107 Pero las alzadas en esta época solían ir al detentador de la
encomienda en la cual estuviera enclavado el lugar, así, los de Añador y Torre de don Mo-
rant —en ésta por causas superiores a los diez mencales— se habrían de echar exclusiva-
mente al comendador de Uclés,108 quien daría la sentencia definitiva, sin posibilidad de
apelar ni al rey ni al maestre. Igualmente, en Montealegre su comendador entendía en grado
de apelación, et per hoc statutum ista res finiatur.109
Ya en el siglo XIV se produjeron algunas novedades, el Corral de Almaguer, como
villa ya independizada de Uclés, podría dirigir sus alzadas ante el comendador de la villa y
no ante el de Uclés; así mismo, podían alzarse después al maestre, bien directamente o a
través del comendador mayor, en caso de que aquél estuviese fuera de la Provincia de Cas-
tilla.110 Villanueva de Alcardete que, desde su acceso al villazgo, permaneció unida a la
Cámara maestral, tenía el privilegio de apelar ante el dicho maestre [...] y no para ante otro
ninguno.111 Caso similar es el de Fuentidueña, perteneciente a la encomienda mayor de
Castilla, cuyas alzadas iban a este comendador y, de ahí, al maestre.112 A principios del
siglo XV se empiezan a establecer diferencias en las apelaciones, según que fueran deman-
das o querellas, así, en Colmenar de Oreja las alzadas de causas criminales irían al alcalde
mayor de Ocaña y, en grado sucesivo, al maestre.113 Hasta aquí hemos visto las actuaciones
de los oficiales elegidos directamente por el concejo: el juez y los alcaldes, encargados de
ejercer la jurisdicción durante el año de su mandato, los cuales habían de pertenecer a la
caballería villana, motivo que dio lugar a un largo proceso de formación de la oligarquía
municipal.114 Por otra parte, existía una clara primacía por parte del juez, basada en las
importantes funciones militares que se le atribuían.

Andadores
El juez y los alcaldes tenían como ejecutores de sus mandatos a los andadores; su
soldada era una ochava por cada heredero o menestral poseedor de más de 20 mencales,
excepto de caballeros y aportillados.115 Sus funciones consistían en llevar los mensajes del

121
juez o los alcaldes, ejecutar los mandatos de éstos —mittat el iudex andador116—, perma-
necer junto al juez todo el día por si algo se ofreciese, prender por su mandado a los malhe-
chores y tenerlos en la cárcel;117 además, debía acompañar a los litigantes en las alzadas
hasta encontrar al rey y traer su sentencia verbalmente,118 obligación de la que se vieron
relevados tras la mejoría del fuero dada por Sancho IV, E las alçadas que a my enbiaren,
que vengan escritas e selladas con los sellos de los alcaldes e non por boca del andador.119

Escribano
Levantando acta de todos los autos efectuados por el concejo encontramos al es-
cribano; elegido por juez y alcaldes,120 recibía de salario 40 mencales, un morezno de cada
hueste y un pedido anual.121 Estaba encargado de la lectura del fuero y de llevar las cuentas
del concejo y su padrón, no alterando lo que los jurados hubiesen escrito, así mismo, debe-
ría guardar el libro de los juicios, sin tachaduras ni adiciones,122 por lo que es probable que
fuera el único oficial que entendiese de letras.

Almotacén
Oficial de origen musulmán es el almotacén, similar al zabazoque andalusí,123 que
ya aparece en el fuero de León de 1020.124 Tenía por misión vigilar las medidas del pan,
vino, aceite y sal, y las pesas y libras de los carniceros, tenderos, taberneros, olleros, pana-
deras, pescadores, montaneros, ladrilleros, cazadores, azacanes, leñadores, madereros,
revendedores y tenderos de las especias,125 concretamente, el control de panaderas, taberne-
ros, tenderos y carniceros sería semanal; además, debía cuidar de que nadie echara estiércol
o heces en la vía pública.126 De todo lo cual daría cuenta periódicamente al concejo.127

Corredor
De menor importancia era el oficio de corredor, que se encargaba de las ventas de
las mercancías del concejo; el cargo podía ser desempeñado igualmente por cristianos,
musulmanes o hebreos;128 no debía retener para sí nada del producto de la venta,129 excepto
una cantidad previamente fijada (por moro, caballo o asno).130

Sayón
Las funciones del sayón correspondían a las de portero o pregonero: por mandato
de juez muñía a concejo, dando el pregón tres veces en cada plaza, igualmente, pregonaba
los plazos a la puerta del juez y cualquier orden de los alcaldes, así como las pérdidas y
almonedas, por último, debería guardar la puerta de la cámara el día del viernes.131 Recibía
de soldada del concejo 20 mencales y una cantidad determinada de cada venta en la almo-
neda,132 en tanto que en Uclés recibía medio almud de cebada.133
Cargos no propiamente concejiles eran los adalides o conductores de la hueste,134 y
los caballeros de la Sierra, encargados de vigilar los montes y dehesas de la villa; se elegían
dos por cada collación, un caballero y un alcalde. Recibían de soldada una borra de cada
grey y un becerro de cada busto de las vacas.135
Debido al encuadre señorial de estos concejos, la intervención de oficiales reales
en ellos fue escasa, sólo en un caso aparecen dos jurados del rey en el concejo de Ocaña.136
Junto a ellos y con los demás oficios antes estudiados, encontramos como representantes de
las collaciones —dos por cada una— ocho jurados.137 En principio, este vocablo tenía un
sentido muy amplio, sinónimo de juramentado, así, se podían crear de momento jueces y
alcaldes jurados o fechizos,138 sin embargo, en seguida fue adquiriendo un sentido especí-
fico, como el que aquí se contempla, actuando como diputado y ejecutor de las decisiones
de la collación o aldea ante el concejo, pudiendo elevar quejas a las instancias superiores

122
123
por vía de suplicación. En este caso los sexmeros cumplían funciones paralelas. Jurados y
sexmeros sufrirán en sus atribuciones una profunda evolución en siglos posteriores.

b) Segunda época
“La reforma de más trascendencia en la historia del régimen municipal castellano
es la sustitución de la Asamblea general de vecinos por un Consejo reducido, al que pasan
con carácter permanente todas las atribuciones de aquélla: el Regimiento o conjunto de
Regidores”.139 Esta reforma daría lugar, indirectamente, a una mayor importancia y auto-
nomía de las aldeas.140 Pero la transformación no sólo se ha producido en el sistema de
toma de decisiones, sino también en la jurisdicción municipal, fenómeno al que no es ajena
la recepción del derecho romano-canónico, introducido a través de las legislaciones de
Alfonso X y Alfonso XI y cristalizado, a estos efectos, en el transcurso del siglo XIV.141

Alcaldes
Los alcaldes, ahora llamados ordinarios para diferenciarlos de los mayores, tenían
como función librar los pleytos e querellas e demandas, assí por nueva acción como por
simple querella, assí civiles como criminales, e para facer e cumplir la justicia.142 El siste-
ma de elección era harto casuístico: según la ordenanza del Infante don Enrique, habían de
reunirse los alcaldes, regidores y demás oficiales salientes junto con cuatro o cinco hom-
bres, que aquéllos habrían llamado previamente, y todos con igual voto designarían tres
hombres buenos para cada alcaldía y dos para los demás oficios, acto seguido se echarían
suertes. Los electos no podrían volver a entrar en votación hasta transcurrir cinco años. La
elección debería ser efectuada por unanimidad, de lo contrario el concejo en común, o sea,
todo el pueblo, diputaría dos hombres buenos para designar todos los oficios. Si éstos tam-
bién discordaren, el alcalde mayor de la Provincia los nombraría. Los Reyes Católicos
perfeccionaron el sistema, obligando a los electores a jurar que nombrarían a las personas
más hábiles del pueblo.143
El mismo Infante estableció las condiciones que deberían reunir los candidatos pa-
ra ser electos: tener bienes raíces por valor de cien florines y estar radicado en la villa;144
los impedimentos eran variados (no ser arrendatario de alcabalas, monedas ni escribanías
públicas, no ser clérigos de corona,145 ni ejercer diversos oficios: mesoneros, tejedores,
carpinteros, buhoneros, carniceros, zapateros, albañiles, tundidores, barberos, alfayates,
recueros ni demás personas que trabajasen a jornal). Esto en lo referente a alcaldías y regi-
durías; para ser mayordomos o alguaciles sólo se requería reunir la cuantía citada y no ser
arrendatarios ni clérigos. Es evidente que esto sólo se podía cumplir en villas de más de 200
vecinos, como reconoce el citado maestre, y los que no fueren de tantos, que se faga lo
mejor que pudieren, todavía echando las dichas suertes.146
Aparte de sus funciones judiciales, los alcaldes tenían importantes competencias:
requerir cada cuatro meses en las casas de los traperos de paños, lienzos y sayales y en las
de los tenderos, plateros y vendedores de pan, vino y aceite las pesas, medidas, varas, ba-
lanzas y codos falsos;147 examinar anualmente los mojones de los términos municipales;148
mandar repesar la carne de los carniceros dos veces semanales, en caso de que no hubiese
almotacén en la villa;149 mandar repesar el pescado cuatro veces a la semana durante la
Cuaresma y dos en el resto del año;150 realizar pesquisas por motivos extrajudiciales;151
ejecutar las deudas;152 actuar en casos de jurisdicción voluntaria153 y determinar los lugares
dedicados para muladares.154 Estos magistrados locales entendían en todos los casos civiles
y criminales en primera instancia, jurisdicción que a veces les fue usurpada, como sucedió
en Bedmar y Albanchez en 1494, donde el comendador se entrometía personalmente a
entender en estas causas, no debiendo hacerlo más que en las apelaciones de las deman-
das,155 y como en 1470 en Caravaca, en donde su comendador maliciosamente había gana-

124
do cartas del maestre para juzgar en las rentas de la villa, facultad privativa de los alcaldes
ordinarios;156 diez años más tarde el mismo comendador entendía en primera instancia
contra todo derecho.157
Sin embargo, muchas eran las veces que estos alcaldes producían trastornos y
agravios a sus convecinos, dilatando excesivamente sus fallos, lo que intentó corregir don
Lorenzo Suárez:158 lo ejercían con mayor frecuencia sobre los casos relativos a comendado-
res y freiles de la Orden.159 También les vejaban llevando derechos de los pleitos consulta-
dos a letrados.160 Como se puede deducir, las atribuciones acumuladas en esta época por los
alcaldes eran numerosas e importantes, tanto es así que, incluso, usurpaban parte de sus
funciones a los regidores, hasta que don Alonso de Cárdenas ordenó que no lo hiciesen así,
so pena de mil mrs. No obstante, en caso de que los regidores fueren remisos a cumplir con
sus obligaciones, tenían que denunciarlos al gobernador de la Provincia. 161 Al igual que el
resto de los oficiales, los alcaldes gozaban de franquicia fiscal durante el año de su man-
dato.162 Las formas de remuneración eran diversas, en primer lugar, las provenientes del
cobro de la parte de las multas impuestas por los Establecimientos de la Orden, así como el
cobro por medio de arancel, como el establecido en 1503 por la Reina Isabel para alcaldes y
alguaciles,163 en función de sus actuaciones, por otra parte, recibían un salario anual con
cargo a los propios del concejo, que solía ser exiguo, sobre todo en proporción con los
profesionales contratados por la villa.164

Regidores
Es sabido que Alfonso XI para evitar disturbios y debates en las villas de su reino,
ordenó que en todas ellas hubiese regidores, que rigen y goviernan y ordenan los hechos de
concejo; sin embargo, la pequeña entidad de la mayoría de las localidades de la Orden de
Santiago no obligó a su aplicación hasta la primera mitad del siglo XV, en que el Infante
don Enrique lo estableció así: en las villas de más de 40 vecinos habría dos regidores anua-
les y en los de más de 300 se crearían tres.165 Junto a alcaldes, alguaciles y demás oficiales
fagan e ordenen e respondan con los dichos alcaldes e qualquier dellos las cosas que fue-
ren menester.166 Sólo sería convocado el pueblo a concejo abierto en casos especiales: de-
signar síndico, otorgar donación, compra o venta común, franquicia, enajenación y demás
temas de interés general. Donde no hubiera escribano de cabildo, llevarían un libro capi-
tular, anotando todo lo tratado y los que habían participado en sus reuniones.167 Según los
ordenamientos de don Alonso de Cárdenas, tanto los caballeros de la Orden como los hi-
dalgos locales podrían ejercer de regidores, aunque los freiles no podrían ocupar otro ofi-
cio;168 en los pueblos donde hubiese veinte hidalgos éstos designarían dos regidores y uno
donde sólo hubiese la mitad.169 En el cabildo del viernes entrarían, además de los regidores,
los alcaldes y diez o doce hombres llamados al efecto; lo acordado que los dichos oficiales
lo comunique a la universidad de todo el Pueblo, para que todos los sepan y otorguen con
ellos en él.170 Tenían facultad, expresamente reconocida, para dictar ordenanzas relativas a
jubeteros, alfayates y zapateros, precios de pan cocido, carne, pescados y frutas, así como
para la guarda de dehesas, viñas y cotos.171

Alguaciles
También la aparición de los alguaciles supuso una gran revolución en el panorama
concejil; es difícil, y no es este el lugar de hacerlo, establecer su origen y evolución, aunque
es posible adelantar que este vocablo de origen musulmán ya aparece en 1210, cuando un
alguacil del comendador de Ocaña se encargaba de la recaudación de pechos y calumnias
de sus vasallos.172 Pero su actuación como ejecutor de los mandatos judiciales parece ini-
ciarse en el siglo XIV en la Corte real.173 En cualquier caso, para fines de esa centuria el
maestre Suárez de Figueroa ya legisla sobre estos oficiales. El Alguacil execute e faga

125
execuciones, según debiere e a su oficio pertenesciere, cada que le sea mandado por los
dichos alcaldes e cada uno de ellos,174 con lo cual asumía parte de las atribuciones que en
la etapa anterior correspondían al juez o a los andadores, o a ambos.175
Cobraban los alguaciles por arancel, establecido el primero de ellos por don Enri-
que,176 reformado luego por la Reina Isabel. Recibía, además, un salario del concejo y va-
rios ingresos por actuaciones, como la detención de rameras177 y la entrega de bienes.178
Excepto en el reino de Murcia, en los territorios de la Orden el comendador intervenía di-
rectamente en el nombramiento del alguacil de las localidades sometidas a su jurisdicción;
en unos casos, la mayoría, los designaba directamente,179 en otros, elegía entre dos presen-
tados por el concejo,180 o, finalmente, donde era rentable, arrendaba el oficio al mejor pos-
tor.181 Esto suponía una contraprestación por parte del elegido, que debería sacar las pren-
das de las penas y deudas debidas al comendador y coger los diezmos de pollos y ansarones
de la encomienda.182

Escribanos
El escribano, por ante quien passen los pleytos e contrabtos e instrumentos e cau-
sas e testamentos e cobdicilos, e todas las demás escripturas e recabdos que fueren menes-
ter,183 ya no es un mero escriba, sino que da fe, ejerciendo de notario, de modo que la intro-
ducción de éstos crearía grandes problemas por los intereses creados, pues, como expresaba
el Infante-maestre, si los notarios pudiessen dar fee en los processos y en las otras escritu-
ras, que son anexas a las escrivanías públicas, perderían las escrivanías de renta.184 In-
tereses que llevaron a los Reyes Católicos a despojar a varios concejos de su escribanía
pública, por medio de una argucia legal, como, por ejemplo, en Chiclana y Beas de Segu-
ra.185 Ya en 1389 Juan I había ordenado que los candidatos a estos puestos hiciesen un
examen en el que demostrasen su pericia.186 Moros y judíos tenían vedado el arrendamiento
de escribanías,187 rentas que prácticamente en toda la Orden —aquí también las encomien-
das de Murcia son la excepción— se atribuían al maestre. Era obligación específica de los
escribanos incorporar traslado de las cartas de testimonio que diesen188 y cumplir las cartas
de letrado, libradas de escribano y selladas con el sello de la Orden, teniendo prohibido
librarlas contra derecho189 y fiar en los procesos.190 Además del salario del concejo, cobra-
ban por arancel.191

Sexmeros
El crecimiento demográfico y, por tanto, el mayor interés en roturar tierras baldías
producidos a partir de la mitad del siglo XV, determinó la creación por parte del Infante
don Enrique de una nueva institución: los sexmeros. Según su ordenanza, en cada localidad
debería haber dos de ellos a perpetuidad, con jurisdicción sobre cañadas, lindes, sexmos,
servidumbres de paso, aguaduchos, caminos, veredas, calzadas, fuentes, puentes, calles
cerradas, edificios de perjuicio y finiestras, para partir montes y tierras a labradores, por vía
sumaria;192 el agraviado de sus decisiones podía alzarse a los alcaldes. Estos oficiales seña-
larían las tierras a roturar, castigándose al que roturase sin su licencia con pérdida de su
labor.193 Los presumibles abusos a que dio lugar esta legislación obligaron al maestre Cár-
denas a alterarla sustancialmente; en efecto, en adelante los sexmeros serían anuales, siendo
elegidos junto con los demás oficiales. Se convierten en ejecutores de los mandatos de los
alcaldes, que serían los encargados de determinar la tierra a roturar en lotes. Los nuevos
poseedores deberían esperar un año antes de iniciar la labor.194 Recibirían 30 mrs. de cada
roza cada sexmero y el escribano.

126
Procuradores
Diputados para representar al concejo ante instancias superiores u otros concejos,
elegía el municipio anualmente un procurador, también llamado síndico: así se expresaba
Pedro de Baeza en 1498: procurador sýndico que soy del conçejo, alcaldes, regidores,
cavalleros, escuderos, ofiçiales e omes buenos desta villa de Segura.195 Pero, al contrario de
los otros oficios, eran los pecheros los que lo elegían.196 Tenían salario del concejo y dietas
por desplazamientos.

Otros oficiales
Encargados de coger pechos y propios del concejo, pagar los gastos y certificar
esas operaciones, encontramos al jurado o mayordomo, oficial dedicado a la administración
de la hacienda municipal.197 En algunos casos, como el citado de Liétor, el concejo contra-
taba a profesionales cercanos al mundo de la medicina, como el barbero-sangrador. Tam-
bién aparece el saludador de Tobarra, al que aquel municipio daba 500 mrs. porque venga
quando fuere menester saludar.198 Este concejo ponía además un pregonero con funciones
de sepulturero y un fiel del peso de la harina, de atribuciones obvias. El almotacén seguía
desempeñando las funciones de la época anterior, aunque ciertamente coartadas por las
actividades de los alcaldes. Tanto este último oficio como el de la caballería de la Sierra o
montaracía podían ser remunerados o arrendados, según el volumen general de los ingresos
que generara en cada lugar. Ambos portillos habrían cambiado de competencias.199

Municipios de moros y judíos


Teniendo en cuenta la falta de datos con que nos encontramos y aunque existen al-
gunas peculiaridades, es posible afirmar que los concejos mudéjares —aljamas— casi no se
diferenciaban de sus contemporáneos cristianos. Los datos sobre los judíos son práctica-
mente inexistentes, aunque evidentemente en ningún caso formaron concejo, pues sus alja-
mas estaban integradas como barrios dentro de localidades de mayoría cristiana. De éstos
sólo sabemos el nombre de un alcalde de la aljama de Uclés, don Abraham, que en 1396
sacó en almoneda una casa;200 éste ejercía entre las gentes de su religión la jurisdicción civil
y criminal, al menos antes del siglo XV.201 También sabemos que podía diputar varios
vecinos para asuntos especiales, como en 1463, cuando cinco judíos, en nombre de la jude-
ría, vendieron unas casas de su barrio.202 Un privilegio muy codiciado era aquel por el que
se les eximía de alcaldes entregador de las deudas que los cristianos les habían de devolver,
como el que don Alfonso Méndez concedió en 1338 a los nuevos pobladores hebreos de
Villanueva de Alcardete, siendo encargado de ejecutar sus entregas el juez con los alcal-
des.203 Este oficio lo había recibido para toda la Orden en 1309 de manos de Fernando IV,
tanto para judíos como para musulmanes, el comendador mayor de Segura, don Diego
Muñiz.204 Relacionado, sin duda, con esta cuestión tenemos un convenio celebrado en 1327
entre el concejo de Ocaña y la judería de la villa sobre las cantidades que aquéllos les adeu-
daban.205
Antes de la conversión forzosa los mudéjares del reino de Murcia se agrupaban en
sus aljamas en torno a los moros viejos del aljama de la villa,206 de los jurados207 y, en el
caso del Valle de Ricote, de su alcalde mayor, llamado en 1498 Alí ben Muça.208 El Valle
también tenía un pregonero común para todos los pueblos209 y un almotacén, elegido por el
comendador de tres que le presentaban.210 Tras la cristianización se mantienen las mismas
categorías, exceptuando a los viejos, ahora llamados regidores: encontramos dos en Ulea,
Blanca, Villanueva y Ricote,211 mientras que en Ojós y Abarán no había ninguno.212 Al
igual que antes, sólo había un alcalde para todo el Valle, en este caso llamado Juan Hurtado
(1511).213 Las alzadas de su alcalde irían directamente al alcalde mayor de las aljamas de
Castilla; creado en tiempos de Juan II, recibía las apelaciones de las sentencias dadas por

127
los alcaldes moros locales, en los juicios mantenidos entre mudéjares y juzgados según el
derecho musulmán, en todas las causas. Tenía escribanía aneja, aunque las ejecuciones
dependían de los alguaciles cristianos. De sus fallos sólo se podía apelar al monarca o a su
Consejo.214

Instituciones feriales
Igualmente, en este caso, nos encontramos en penuria de datos. En los lugares
donde había mercado permanente existían unas instalaciones especiales, heredadas de la
época musulmana, como en el caso de la Alcaicería de Ocaña. En ella había un encargado
de su custodia: el alcaide de la alcaicería, que es obligado a tener las llaves del alcayçería e
a pagar lo que se robare de la dicha alcayçería de noche.215 Este cargo parece que era
hereditario. Donde la feria era periódica, por otra parte, como en Montiel y La Ossa, había
oficiales con jurisdicción especial: alcaldes y alguaciles, que el comendador arrendaba,216
así como corredores y almotacenes de la feria.

c) El concejo a partir de Felipe II


A partir de las Relaciones Topográficas de tiempos de Felipe II es posible conocer
las transformaciones a que se vio sometido el concejo durante las primeras tres cuartas
partes del siglo XVI, en especial, tras la entronización del mencionado monarca. Las varia-
ciones introducidas se desarrollaron en tres direcciones, por un lado, la mayor intervención
de los oficiales superiores o gobernadores, designados por el Consejo de Ordenes, en la
vida cotidiana de los vasallos santiaguistas; por otro, la pérdida progresiva de facultades de
los alcaldes ordinarios y la perpetuación en las regidurías de las familias más importantes
de cada lugar y, por fin, la complejificación de la administración municipal, a través de la
multiplicación de cargos subalternos.

Alcaldes
Alcaldes ordinarios por partida doble había en todos los lugares de la Orden, ex-
cepto en las cabezas de gobernación, donde el alcalde mayor o gobernador de Partido había
avocado todas sus funciones. Esto hubo de dar lugar a ciertas dificultades, por lo que Felipe
II, en el caso de Uclés, dio marcha atrás, reponiendo los dos alcaldes ordinarios con plena
jurisdicción civil y criminal en 1589, como los había tenido antes de 1566.217 Su mandato
seguía siendo anual, aunque el sistema de elección había sido muy alterado: en efecto, el
gobernador cada cinco años había de personarse en el lugar para tomar los votos de seglares
y clérigos, siendo los nombres de los diez más votados introducidos en cédulas envueltas en
cera, y metidas en un cántaro y éste en un arca, que se guardaría bajo cuatro llaves; por San
Miguel cada año se extraerían dos pelotas con los dos alcaldes para ese año.218 En algunos
casos los oficios se repartían uno a los hidalgos y otro a los pecheros, aunque no parece que
fuera un sistema generalizado: es conocido en Miguel Esteban,219 Villahermosa, La Mem-
brilla y Terrinches.220
Los gobernadores de Partido, además de avocar permanentemente en las villas
donde residían, en sus visitas también lo hacían con los alcaldes ordinarios.221 También les
fueron discutidas a éstos sus atribuciones por las justicias de sus antiguas aldeas, ahora
independizadas gracias a las estrecheces económicas de los Austrias; así, los alcaldes de
Tarancón habían entendido en 1534 en casos civiles de cuantía superior a 200 mrs., lesio-
nando la jurisdicción de los ordinarios de Uclés;222 además, las antiguas aldeas de esta villa
impedían a sus alcaldes y alguaciles pasar por sus términos, según supo el rey en 1560.223
Los alcaldes ordinarios, que desde su fundación tenían privilegio de elegir a los alcaldes de
Hermandad, dejaron de hacerlo, al menos en el Campo de Criptana, tras 1573, en que los
repartió el gobernador por insaculación, según el procedimiento arriba comentado.224 Por

128
falta de datos es difícil saber hasta qué punto fue mermada la jurisdicción de los magistra-
dos municipales, pues, mientras en algunos casos conservaban plenas facultades civiles y
criminales, en otros no era así. Queda claro que las aldeas las tenían muy limitadas: los
alcaldes de Santiago de la Espada sólo entendían desde 1564 en causas civiles de menos de
400 mrs. de cuantía,225 al igual que los de la Puerta de Segura.226 La cuestión queda clara en
el caso de Chiclana, donde hasta 1568 sus alcaldes entendían en primera instancia por todas
las causas, mas tras esa fecha ordenó el rey que no lo hicieran en las superiores a 10.000
mrs., pero que, avocando el gobernador, no lo harían en ningún caso.227 Algo parecido
ocurrió en Villarrubia de Ocaña: en 1558 ordenó el monarca que sólo entendiese en primera
instancia el gobernador.228
Eran remunerados por arancel, aunque solían recibir un salario a cargo de los pro-
pios concejiles, salario que variaba entre los mil mrs. y nada, de acuerdo con las posibilida-
des del municipio, aunque lo normal era que recibiesen cien o doscientos mrs. A veces, los
beneficios del cargo eran muy considerables, como en Beas, donde recibía de salario 250
mrs. y de aprovechamientos 15.000 mrs.229

Regidores
He caracterizado este período como del «regimiento perpetuo»: aunque se suele
creer que esta política fue iniciada por el segundo Felipe, en algunos casos comenzó antes,
como por ejemplo en 1545, Carlos I había ordenado que hubiese en Uclés seis regidores
perpetuos para evitar escándalos y disputas,230 los cuales hicieron presión ante la Corte,
hasta que veinticuatro años después consiguieron que el resto de los anuales pasasen a ser
también perpetuos, obligando a los electos a dejar los oficios.231 El número de los oficios
variaba de acuerdo con la calidad del lugar, oscilando entre los dos de los pueblos más
pequeños y los quince de Ocaña232 y los 17 de Villanueva de los Infantes.233 Sin embargo,
hay que advertir que en este momento aún no se había generalizado totalmente la venta de
estos oficios, sobre todo en los lugares de menor población, donde seguían siendo elegidos
anualmente.

Alféreces
También el cargo de alférez se vendía, resultando que en algunos de los pueblos en
que existía era ya perpetuo, como en Villanueva de Alcardete,234 Ocaña235 y Corral de Al-
maguer.236

Mayordomos
Estos oficiales, elegidos por el pueblo, estaban encargados en general de la admi-
nistración de los recursos del concejo, cobrando por sus servicios o bien por tasa (un real
por cada mil) o una pequeña cantidad.237

Depositarios generales
Tenían por función coger los derechos del rey, por lo que solían ser desempeñados
por un regidor, siendo diputado lógicamente por aquél.238

Fieles ejecutores
En ciertos lugares aparecen estos fieles, dedicados a cobrar las penas de Cámara
tanto del rey como del gobernador, de las cuales sacaba su soldada, generalmente la más
importante de todos los oficios: 6.000 mrs.239

129
Alguaciles
En este sentido, las competencias de los fieles se interferían con las del alguacil,
que cobraba según las penas que ejecutaba. Ante el aumento de sus obligaciones, era nor-
mal que llevase un ayudante o teniente de alguacil, o varios de ellos. En cuanto a su elec-
ción, seguían observándose las preeminencias del período anterior. En Benatae, donde no
había fiel, el alguacil era denominado «ejecutor y ministro».240

Escribanos
Solía haber uno de cabildo o del secreto y otro público; éste se solían arrendar en
una importante cantidad de acuerdo con la calidad del pueblo.241 En Ocaña llegó a haber
quince escribanos públicos, cuatro de hidalgos y once de pecheros, todos ellos elegidos por
el cabildo.242 Los escribanos del concejo llevaban un salario acordado de antemano, a ve-
ces, de cierta consideración.

Otros oficiales
Caballeros de la Sierra y procuradores síndicos apenas varían en sus funciones de
la etapa anterior, aunque, en ciertos lugares, éstos últimos diversifiquen sus atribuciones: en
La Membrilla había un procurador perpetuo de causas y otro general del concejo, que un
año era hidalgo y otro pechero.243 Encargados de velar por la producción agrícola, en algu-
nos pueblos aparecen oficiales especiales muy bien remunerados: mayordomos del Depósi-
to del pan (Villamayor),244 mayordomo del alfolí (Puebla de Almuradiel)245 y guardas de
panes, vedados y dehesas (Villahermosa).246 En Alhambra aparece un sexmero, encargado
de cobrar las penas impuestas según las ordenanzas de la villa, o sea, de abastos,247 y en la
Torre de Juan Abad unos alcaldes del agua, con jurisdicción sobre acequias y canales.248
Finalmente, sólo hacer notar cómo en casi todas partes hay pregoneros y porteros y, en
algunas localidades, médicos de concejo, que atendían gratuitamente a los vecinos, como
sucedía en Segura de la Sierra.249

d) Conclusión: el señorío de la Orden


Que la Orden, a pesar de todo, seguía siendo, en última instancia, la detentadora
tanto de la tierra como de la jurisdicción sobre ella es algo tan evidente que casi no merece
la pena demostrarlo. Al conceder privilegio de villazgo era corriente colocar unos signos
externos de jurisdicción: tenemos por bien que luego pongades una horca en un lugar con-
veniente, fuera de la dicha villa, donde padezcan e sean padecidos por justicia los malfe-
chores que lo merecieren e para ello fueren condenados, e tengades cadena e azote para
ello.250 Pero es el caso que en los lugares despoblados también se ordenaba hacer lo mismo,
por ejemplo, en Montealegre, Alamesón, Torre del Aceite, Aranjuez y La Presa.251
Esto se ve aun más claro en aquellos lugares a los que puede seguírseles el curso
de su despoblación: en Ontígola para 1508 se cita sólo un alcalde y algún hombre bueno,252
mientras que, pasados tres años, ya no formaban concejo, por lo que el comendador de
Alpajes les tenía puesto un alcaide que entendía en primera instancia de todas las causas.253
Recuperada en 1515 su pequeña población, volvía a haber alcalde electo.254 Esta posibili-
dad de, incluso, elegir los oficios municipales directamente, la ejercieron los visitadores de
1478 en Benatae, en donde a su llegada no encontraron alcaldes ni regidores, por lo que
fueron a la plaza pública y se sentaron en unas gradas, desde donde se solía impartir justi-
cia, y dijeron que aprehendían la posesión en nombre del maestre; juzgaron y dieron una
vara de alcalde a un vecino, después de que hubo jurado sobre la cruz servir al maestre y
hacer justicia con fidelidad.255 Sin embargo, no en todos los pueblos de la Orden ejercía
ésta la jurisdicción, debido a los conflictos con otros poderes: en Canena, donde las Orde-
nes de Santiago y Calatrava se repartían el señorío, el concejo de facto era independiente,

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131
no teniendo que obedecer los poderes maestrales.256 El problema era distinto en Villanueva
de la Fuente, en donde los vasallos e jurediçión es de la çibdad de Alcarás,257 no poseyen-
do la Orden más que la iglesia, los diezmos y algunas propiedades territoriales.258

2º) Comunes, Partidos y Hermandades


Desde un comienzo el territorio de la Orden se organizó de una forma tendente a
unificar la mayor cantidad posible de terreno. Esta fórmula será desde el siglo XIII la co-
munidad de villa y tierra,259 denominados ya en el siglo XIV comunes, aunque con un sen-
tido diferente.

Comunidades
Aquellas comunidades eran el resultado de la unión de las aldeas con la villa de la
que dependían, todas aforadas al mismo texto. Sin embargo, había una neta diferenciación
entre los habitantes de una y otras, a favor de los villanos, que eran los únicos capacitados
para nombrar cargos concejiles, en la villa naturalmente,260 pues a las aldeas les estaba
prohibido expresamente tener juez ni alcaldes.261 Varias comunidades se fundaron en el
doscientos: de las aldeas de Uclés, diez en el siglo XV, apenas sabemos nada hasta ese
momento, no obstante, es probable que el territorio encomendado al concejo o al comenda-
dor de Uclés, cada uno en su ámbito, fuera el comprendido, en la primera mitad de la déci-
ma tercera centuria, entre el Tajo y el Guadiana, hecha la salvedad de Ocaña.
En este cuarto noroeste de la Provincia, repoblado a fuero toledano, no parece que
antes de 1251 hubiera ninguna entidad supraconcejil; sólo en esa fecha el maestre Pérez
Correa concedió a Ocaña sus aldeas (Villatobas, Chozas Nuevas, Chozas Viejas, El Aljibe,
Ocañuela, El Corral y El Prado, éste cerca de Ontígola).262 Entre estos términos y los de
Uclés, situada en tierra de nadie, estaba Santa Cruz de la Zarza que en 1253 recibió sus
aldeas (Villaverde, Villarejo Seco, Castillejo de Albuher, Testiellos y Villar del Sauco),263
de manos del mismo maestre. Un siglo más tarde se poblaría a fuero de Cuenca Villaescusa
de Haro, cuyas aldeas a fines del siglo XV eran Haro, Carrascosa, Villar de la Encina,
Fuentelespino, Rada, Cerezo y Giliberto.264 Pero, sin lugar a dudas, la comunidad más ex-
tensa por número de lugares poblados era el Campo de Montiel, que incluía, además, el
cuarto de Alhambra, es decir, desde el río Guadiana hasta Sierra Morena y los lugares de la
encomienda de Santiago de Montizón; sus aldeas las reconoció Fernando III en 1243.265
La comunidad del Valle de Segura era igualmente amplia, pues ocupaba las Sierras
de Segura, Yeste y Letur, además de Moratalla, todas ellas situadas a caballo entre las ac-
tuales provincias de Jaén, Albacete, Granada y Murcia. Los lugares dependientes de Segura
de la Sierra en el siglo XIII eran los siguientes: Orcera, Siles, Hornos, Albaladejo de los
Freires, Torres de Albanchez, Génave, Albaladejuelo de la Sierra, Las Vayonas, La Puerta,
Catena, Secilla, Moratalla, Socobos, Vicorto, Guta, Letur, Pliego, Férez, Abejuela, Liétor,
Aznar, Abenéizar, Nerpio, Volteruela, Taibilla, Yeste, Agraya, Albanchez, Huéscar, Mira-
bet y Burgueya.266 La organización territorial del resto de las localidades murcianas fue
hasta el siglo XVI muy aleatoria, a causa de la forma de adquisición de estas posesiones.
Las principales comunidades serían la bailía de Caravaca, el Valle de Ricote y la enco-
mienda de Aledo-Totana.

Comunes
Superpuestos a estas comunidades y reuniendo exclusivamente a los vecinos pe-
cheros, tanto de aldeas como de villas, aparecen a lo largo de la primera mitad del siglo
XIV los comunes. En efecto, sólo agrupaban a los labradores no hidalgos debido a la espe-
cial función que desempeñaban: distribuir los repartimientos de pechos, pedidos, recuas,
llevas y demás servicios del maestre. Este es el origen, pues más tarde en los Capítulos de

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133
la Orden vemos a los procuradores de los comunes defendiendo cualesquiera temas que
atañiesen a sus representados, o, incluso, fuera de capítulo, como en 1443 en que los de
Uclés pidieron al maestre limitara la exportación de lana a la tierra de Huete.267 Porque al
igual que los concejos diputaban un procurador para que actuase en su nombre, los comu-
nes elegían también sus representantes con la misma finalidad; precisamente eran los co-
muneros, procuradores pecheros de cada uno de los lugares del común, reunidos en el
Ayuntamiento del Común, quienes elegían dos procuradores con amplios poderes, como lo
hicieron los comuneros de Uclés en 1515.268 Son escasas las noticias de sus actuaciones
concretas, como la de Juan Remento, vecino de La Solana, procurador del Común del
Campo de Montiel, que en 1480 fue testigo de la promulgación de diversos edictos perti-
nentes a todo el Campo, por parte de los visitadores, jurando al final los mandatos.269
Para 1353 ya se habían fundado los cuatro comunes de que constaba la Provincia
de Castilla: Uclés, La Mancha, Campo de Montiel y Segura. Excepto el segundo, estos
comunes institucionalmente se organizaron sobre las comunidades de villa y tierra. Los
privilegios del Campo de Montiel fueron confirmados en 1351 por el Infante don Fadri-
que,270 el cual fue el creador del Común de la Mancha en aquella fecha: y esto a causa de
las demandas de los concejos del Campo, Villajos, Pedro Muñoz, El Toboso, Miguel Este-
ban, Puebla de Almuradiel, Quintanar, Villanueva de Alcardete, Villamayor, Gúzquez,
Hinojoso, La Mota del Cuervo y Puebla del Aljibe —en su mayoría, repoblados en la pri-
mera mitad del siglo XIV—,271 que se quejaban de que los repartimientos de impuestos del
maestre les perjudicaban en gran modo porque no eran efectuados equitativamente. El In-
fante incluyó, además, en el común su villa de Palomares y todos los demás lugares situa-
dos entre el Cigüela y el Guadiana.272 Es posible, aunque carezco totalmente de apoyatura
documental, que las zonas de Ocaña y Murcia estuvieran organizadas de modo similar.

Partidos
Queda por demás aclarar que la Orden de Santiago, lo mismo que otras órdenes re-
ligiosas, estaba dividida en provincias, que agrupaban las posesiones por Reinos: Castilla,
León, Aragón, Valencia, Nápoles, Sicilia y Francia.273 Como se verá en su lugar, la autori-
dad suprema de cada una de ellas, al menos en las tres primeras, era el gobernador o justicia
y alcalde mayor. Igualmente en los casos en que coincidían encomienda y común, a partir
del siglo XIV, los comendadores nombraban un alcalde mayor de partido, que entendía por
vía de apelación en todas las causas. Este era el caso del bachiller Pedro Suárez que en
1507 era alcalde mayor del partydo de las Syerras de Val de Segura.274 También el comen-
dador mayor podía nombrar un alcalde mayor de alzadas para sus villas del Campo de
Montiel y Jaén (Almedina, Terrinches, Torrenueva y Benatae), que en 1494 era Diego Ro-
dríguez de Saavedra, su mayordomo en Almedina.275
Había también alcaldes de alzadas en Yegros, Campo de Criptana, Villamayor,
Horcajo, Huélamo y Chiclana de Segura.276 En el resto del territorio recibía directamente
las apelaciones el gobernador de la Provincia.277 Sirvan estas líneas anteriores de introduc-
ción al problema de los partidos; así como los comunes se habían superpuesto a las comu-
nidades de villa y tierra, los partidos se formarán a partir de los comunes, utilizando, por
tanto, la organización señorial las estructuras territoriales de base popular. La documenta-
ción en este punto es escasa y contradictoria, aunque, en principio, puede concluirse que
tras la muerte de la reina Isabel, al menos, el territorio castellano de la Orden se subdividió
en varios partidos,278 cada cual con su gobernador o alcalde mayor al frente: Mancha y
Ribera de Tajo,279 Valle de Segura,280 Murcia281 y, probablemente, Campo de Montiel.
Posteriormente, ya en tiempos de Felipe II, el primero de ellos se volvió a dividir en otros
tres: Ocaña, Uclés y Quintanar.282 Con lo que, de hecho, comunes y partidos se extendían
exactamente sobre los mismos lugares. Fue, además, en este momento cuando todas las
posesiones de Murcia se reunieron alrededor de la gobernación de Caravaca.283

134
Hermandades
Las hermandades entre diversos sujetos, generalmente, personas poderosas e insti-
tuciones, tienen en la Edad Media castellana una gran tradición, como fórmula de autode-
fensa en momentos difíciles para la monarquía y, por tanto, para todo el Reino;284 incluso la
Orden de Santiago celebró hermandad en 1282 con los concejos de Segovia y Madrid para
defender sus fueros y el señorío de Sancho IV.285 Pero no es a este tipo de hermandades a
las que quiero referirme ahora: como organización que agrupa a instituciones ajenas a la
Orden, junto a sus concejos, la Santa Hermandad supone una gran novedad. Creada por los
Reyes Católicos en 1476-1477 y abolida años más tarde, fue dividida en provincias.286
Nuevamente, los datos conservados son muy escuetos, pues tan sólo sabemos que al tiempo
de su fundación, el Campo de Montiel fue organizado bajo la cabeza de Alcaraz y su juris-
dicción, incluyendo las siguientes villas y lugares santiaguistas: Montiel, Villanueva de los
Infantes, Villahermosa, Fuenllana, Torre de Juan Abad, Villamanrique, Alhambra, La Sola-
na, Terrinches y La Membrilla; se rechazaron las adhesiones de Almedina y Torrenueva,
villas del comendador mayor.287
La contribución de los vasallos de la Orden en el mismo año de su creación fue la
siguiente: La Membrilla 5 caballeros; Villahermosa y Fuenllana 3 caballeros y 13 peones;
Villanueva de los Infantes 3 caballeros y Torre de Juan Abad un caballero ayudado por 40
vecinos, según sus posibilidades.288 En cada localidad, según se desprende de las Relacio-
nes Topográficas, había dos alcaldes de Hermandad, un alguacil y varios cuadrilleros. En
La Membrilla uno de los alcaldes había de ser hidalgo y el otro labrador;289 normalmente
eran elegidos por los alcaldes ordinarios y los regidores,290 aunque en el caso de Montiel los
designaba directamente el Rey.291Lo normal también era que no recibieran salario, sin em-
bargo, en Beas de Segura, como hecho extraordinario, llevaban mil mrs. de las condenas
impuestas para el arca de la Hermandad y otro tantos de sus aprovechamientos.292 La Junta
de Hermandades había sido el órgano superior decisorio; a la de 1480, que se celebró en
Madrid, asistieron como procuradores del maestre Cárdenas el Prior de Uclés y el comen-
dador de Ribera.293

B) Administración señorial
a) Caballeros y clérigos
Su entrada en la Orden
Una vez fundada la Orden en 1170, había que regular el sistema de adhesión a la
institución, sin embargo, la bula fundacional nada aclaraba sobre el tema. José Luis Martín
ha estudiado los casos conocidos para los últimos veinte años del siglo XII;294 en estos
documentos —apenas siete— se puede apreciar cómo los donantes, generalmente matrimo-
nios, entregaban sus bienes o parte de ellos a la Orden, la cual recibía a aquéllos en su seno,
dejándoles casi siempre esos bienes en usufructo vitalicio;295 incluso, en 1243 don Simón,
clérigo de Villarrubia, entregaría al maestre varias aranzadas de tierra para ser recibido en
la Orden y que le fuera otorgado, en consecuencia, el hábito de Santiago.296 Todos ellos
eran recibidos en la institución como familiares suyos, dentro de la tradición altomedie-
val.297 A partir de esos documentos y de otros posteriores es posible saber la fórmula de
entrada en la Orden y, a mi juicio, el origen de las encomiendas. En efecto, del estudio de
una docena de documentos fechados entre 1180 y 1371, casi dos siglos, conocemos la mo-
dalidad jurídica más utilizada, ya ampliamente conocida desde la época anterior: mediante
estos contratos, una persona o matrimonio entregaba al maestre, en nombre de la Orden,
unas heredades determinadas y, a cambio, éste les cedía en commenda, encomienda o pres-
timonio298 vitaliciamente esa misma propiedad o, en la mayoría de los casos, otra heredad
de la Orden.299

135
Esta figura viene a coincidir con la presentada por Valdeavellano: “Con las pala-
bras prestamum y «prestimonio» se designó, pues, en León y Castilla durante la Edad Me-
dia, en sentido general, a las concesiones de tierras por sus dueños con retención del domi-
nio, pero con la entrega de la posesión y el usufructo temporal y vitalicio, que establecían
un derecho real a favor del concesionario…”.300 Más concretamente, estos prestimonios
tardíos hacen referencia a la precaria oblata, aunque en estos casos constituyen verdaderos
contratos de vasallaje, con obligación por parte del beneficiario de defender por las armas el
señorío del maestre y satisfacer diversas prestaciones, que enumeraremos en otro lugar.301
Aquella precaria, antes indicada, en el caso de los pequeños campesinos, suponía que
“ofrece, dona, o a veces vende, su tierra a otro —generalmente iglesia o monasterio— y
recibe luego de aquél a quien la ha donado o vendido esa misma tierra u otra en «présta-
mo»”.302 Por tanto, vemos aunados en un mismo documento la familiaritas y el prestimo-
nio, que, procedentes de épocas anteriores, se prolongan en el territorio santiaguista hasta
finales del siglo XIV. Otro sistema de adhesión a la Orden era el reclutamiento, favorecido
por la bula de Inocencio IV, que permitía a los que habían hecho votos para ir como cruza-
dos a Jerusalem cambiar su promesa por la profesión en la institución armada.303

Caballeros
Respecto a la extracción social de los nuevos hermanos, en opinión de Lomax,
hasta el momento del fin de la guerra de conquista en el siglo XIII, a causa de la necesidad
bélica, se admitieron como nuevos miembros sin grandes inconvenientes a los candidatos
que se presentaban; sin embargo, tras la muerte de Fernando III, una vez finalizada la ma-
yor parte de las campañas andaluzas, se cerró el círculo social, permitiéndosele sólo la
entrada a los nobles: “debía de ser bastante difícil para caballeros-villanos u otros pecheros
entrar en la Orden desde fines del siglo XIII”.304 Es lástima que sobre el siglo XIV exista
laguna documental tan grande, que nos impide seguir las líneas del proceso apuntado, aun-
que, a partir de los nombres de los comendadores de esa época, es posible deducir una pro-
gresiva «señorialización» de la Orden, proceso que culminará en la segunda mitad del siglo
XV, en que un reducido número de linajes llegará a controlarla.
Los votos de los santiaguistas eran tres: pobreza, castidad y obediencia,305 que son
suficientemente conocidos. Una vez más hay que apelar a la falta de documentación del
trescientos para justificar nuestra falta de noticias sobre la vida de los caballeros y clérigos
en esta centuria. Hay que saltar a los siglos XV y XVI para presentar algo coherente. Los
requisitos que, en esta época, se exigían a los aspirantes eran diversos: ser hidalgo de sangre
por parte de padre y madre,306 ser hijo legítimo,307 no tener sangre de moro, judío o conver-
so por remota que sea,308 no descender hasta el cuarto grado de condenado por la Inquisi-
ción,309 no ejercer oficio vil, el aspirante o su padre,310 no ser reo de caso grave o feo,311 ser
mayor de siete años312 y haber salido salvo en caso de reto.313 Para ser recibida como monja
santiaguista estaba establecido que fuera noble de sangre y no estuviese contaminada en
ningún grado de otras razas,314 en cambio, para los clérigos sólo se exigía estar limpio de
sangre, no siendo necesario ser hidalgo, aunque debían conocer el latín y tener habilidad
para passar con las letras adelante.315 Si el candidato creía reunir esas condiciones, era
sometido a unas interrogaciones, formándosele una información.316 Terminado el proceso,
caso de ser positivo, se celebraba la doble ceremonia de ser armado caballero y recibir el
hábito de la Orden, donde se mezclaban elementos eclesiásticos y militares.317 Durante un
año debería estar en aprobación en un convento de la Orden, hasta ser tomado por profe-
so,318 momento en que su pertenencia al instituto era firme.
Gracias a la visita practicada en 1513 a los caballeros de la Provincia de Castilla
por parte de un caballero y un freile, conocemos las obligaciones inherentes a su oficio; este
era el cuestionario:319
1º) Presentar títulos de hábito y profesión; si es comendador, título y colación.

136
2º) Si cumple los votos (si es obediente al maestre;320 si se casó con licencia del
maestre; si fio o hizo desafíos;322 si juró solemnemente;323 al comendador si arrendó su
321

encomienda324 y si residía en la misma el tiempo indicado).325


3º) Si guarda castidad el soltero o castidad conyugal el casado; y si tiene pública
concubina.326
4º) Si guarda pobreza y pide cada año licencia para poseer; que muestre fe de ello
por mano del capellán al que dio su inventario firmado.327
5º) Si tiene manto capitular (lo trae a los capítulos y lo viste las fiestas de Santiago
y cuando comulga).328
6º) Si tiene Regla de molde.
7º) Si confiesa y comulga las tres pascuas, y si tiene licencia del maestre para con-
fesar con clérigo de fuera de la Orden.329
8º) Si dice 30 misas anuales, si es comendador, por los caballeros difuntos, o caba-
llero con más de 30.000 mrs. de mantenimiento; si el comendador deja al cura el pie de
altar.330
9º) Si da de comer y ayuda de vestidos a los pobres las tres fiestas del año, a 500
mrs. por lanza o mínimo de 40.000 mrs. de mantenimiento.331
10º) Si guarda honor y reverencia a obispos, prelados y religiosos de la Orden o de
otra cualquiera.
11º) Si recibe en su casa cada día a los pobres de Jesucristo.
12º) Si reza las horas y paternoster cada día.332
13º) Si cuando muere alguien de la Orden reza 150 padrenuestros; si cuando falle-
ce un ausente, 50; si da de comer 40 días a un pobre cuando muere un caballero, o 7 si es
familiar o criado; y si reza 50 padrenuestros y otros trece por los familiares de la Orden.
14º) Si oye misa diaria, no habiendo legítimo impedimento.333
15º) Si sabe bendecir la mesa.
16º) Si paga la décima al prior de Uclés.334
17º) Si viste conforme a la Regla o tiene licencia para vestir otras ropas más pre-
ciosas.335
18º) Si está en pie en la iglesia cuando el venite, el himno, el magnificat, el nunc
dimitis, el benedictus y el te Deum laudamus, y a las horas de Nuestra Señora, no siendo día
de fiesta; y si guarda silencio durante el oficio divino.
19º) Si en el andar, hablar, razonar y conversar guarda la forma y doctrina de la
Regla con humildad.
20º) Si tiene o sabe quién tiene escrituras de la Orden, para que sean roboradas.
21º) Si sus criados son honestos o tienen o saben de alguno que tenga manceba.
22º) Si es renegador o blasfemador.336
23º) Si es logrero o usurero.
24º) Si es tahur.337
25º) Si trata mercadería u oficio civil, que no sea pertinente al hábito de la Caballe-
ría.338
26º) Si guarda todo lo demás contenido en la Regla.
También conocemos los delitos y las penas en que incurrían los caballeros de la
Orden, que iban desde la pérdida del vino en la comida o el ayuno hasta la penitencia y las
disciplinas. Los casos más graves eran hurto, fornicio, descubrimiento del secreto del cabil-
do, desobediencia, herida o muerte con armas a otro freire, herida o muerte a mujer de
freire con cualquier instrumento contundente o resistencia cuando fuere prendido por el
maestre; estaban penados con un año de penitencia fuera de la Orden.339

137
Sergentes
Una figura, también seglar, dentro de la Orden, pero apenas dibujada en las fuen-
tes, es la del sergente; en opinión de Lomax, se puede asimilar a los escuderos que prove-
nían de sectores no hidalgos y que ocupaban un lugar secundario en la jerarquía de la Or-
den.340 Podían ser tanto hembras como varones, pero sólo podían entrar mediante licencia
especial; el privilegio de llevar el hábito les eximía del pago de diezmos y tributos: si mo-
rían intestados sus bienes pasaban a la Orden, pero si tenían hijos sólo recibía el quinto.341
Así, no es extraño que en momentos de desorden se asistiese a una gran inflación en la
concesión de hábitos; en 1468 se dirigía el visitador al maestre en estos términos: en los
hábitos dados por los priores de Uclés a los sergentes, que va en gran daño de vuestras
rentas, por eso mírelo Vuestra Señoría, porque van estendiendo la mano más de lo que
deven.342

Clérigos
Se ha visto más arriba cómo, tras la fundación de la Orden, entraban en la familia-
ritas tanto legos como clérigos. En un principio, por tanto, unos y otros gozaban del mismo
status, sin embargo, pronto la evolución de la institución como organismo militar, con en-
trada en ella de grandes intereses nobiliarios, propició el decantamiento de la situación a
favor de los freiles laicos. Esto sucedió antes de fines del siglo XII, como lo demuestra el
contencioso de los diezmos.343 Para finales de la décimo quinta centuria todo había evolu-
cionado en este sentido. Así como los caballeros —al menos, teóricamente344— habían de
vivir con el maestre o bien con un comendador, así los clérigos debían tener su residencia
cerca del prior correspondiente o, en su caso, regentar el beneficio de que estaban investi-
dos. Y parece que se cumplía de este modo.
Los pasos para acceder a un beneficio, capellanía o vicaría eran dos: presentación
por parte del maestre345 y colación del diocesano correspondiente.346 Como es lógico, los
beneficios se reservaban para los freiles de la Orden,347 aunque se entendía que el mínimo
de renta para que el beneficio fuera digno estaba en los 50.000 mrs.,348 por lo que no es
extraño que en los lugares más pequeños realizaran sus servicios los clérigos de la Orden de
San Pedro, tanto es así que la Orden de Santiago hubo de reconocerles sus derechos.349
Ningún freile podía poseer más de un beneficio350 y ni siquiera uno si residía en la Corte;351
en las rogativas dominicales se obligaba a los curas, so pena de pérdida del beneficio, a orar
por el maestre, los freiles y el estado de la Orden.352 Las condiciones para recibir estos
cargos consistían en ser mayor de 30 años, con más de cuatro de residencia en el convento,
y superar un examen especial.353

b) Comendadores y Encomiendas
Según José Luis Martín, la función de los comendadores, de acuerdo con la bula
fundacional, era administrar los bienes de la casa puesta bajo su autoridad, debiendo perci-
bir los ingresos de su encomienda y distribuirlos a los freires que le estuvieran encomenda-
dos; además de recibir nuevos hermanos, podía efectuar toda clase de negocios con sus
heredades.354 Obviamente, se prohibía la cesión de encomiendas a personas no pertenecien-
tes a la Orden, así como que cada comendador poseyera más de una encomienda;355 o, al
menos, eso prometió el maestre don Juan Osórez en el Capítulo de 1310: sin embargo, el
hecho de que tanto estas prohibiciones como otras posteriores se conserven en compilacio-
nes tardías indica que no siempre se cumplían, a pesar de la solución de entrega en presti-
monio a diversos sujetos. Se penaba también el sobornar al maestre para conseguir enco-
mienda,356 demandar encomienda ocupada por otro,357 procurársela por impetración al pon-
tífice,358 como ocurrió con las encomiendas de Santiago de Montizón en 1495, en que Die-
go Fernández de Iranzo disputaba su posesión a Luis Manrique359 y en la del Corral de

138
Almaguer, en 1478, entre mosén Bartolomé de Barbate y Alfonso de Catres;360 llamarse
comendadores los caballeros sin encomienda;361 enajenar los bienes de la Orden362 o los
moros cautivados;363 arrendar las rentas de la encomienda sin licencia del maestre;364 no
residir en ella menos de cuatro meses al año365 y no residir permanentemente en los casti-
llos fronteros de sus encomiendas.366
Las obligaciones, además de las mencionadas en relación con los caballeros, eran
fundamentalmente de tipo económico: pagarle la décima parte del valor de la encomienda
anualmente al prior de Uclés;367 mantener continuamente un número determinado de lanzas,
según la calidad de la encomienda,368 así mismo, debían sufragar los honorarios y costear
las visitas de los reformadores de la Orden, según el mismo principio;369 mantener sendos
procuradores ante la Corte real y la pontificia, mediante la derrama de un subsidio;370 repa-
rar los distintos bienes e instalaciones de la encomienda, para lo cual hubieron de introducir
los Reyes Católicos el sistema de la media annata, consistente en deducir la mitad del valor
de las rentas durante los dos primeros años del mandato de cada comendador a fin de desti-
narlo a dichas reparaciones;371 y pagar soldada a sus servidores. Estos asalariados los en-
contramos ya desde un comienzo, así, en 1210 el comendador de Ocaña tenía un alguacil
encargado de recaudar pechos y calumnias.372 De los datos del siglo XV sabemos que prác-
ticamente toda la administración de la encomienda se hallaba en manos de un único oficial,
denominado de distinto modo —mayordomo, factor, hacedor, herbajero, criado o procura-
dor—, generalmente, un vecino de la villa principal, que cobraba por tasa; esto es debido a
que en esta época el comendador es el único freile residente en la encomienda, viviendo los
restantes caballeros en los lugares de donde eran originarios y recibiendo una soldada del
maestre, que a principios del siglo XVI oscilaba entre los 20.000 y los 100.000 mrs., de
acuerdo con la calidad de la persona.373
En el caso del comendador de Segura, mantenía, además, un recaudador de la en-
comienda374 y un alcaide en cada fortaleza de su distrito,375 el cual debía rendir pleito-
homenaje o bien al comendador que lo había puesto o directamente al maestre. Esta falta de
fortalecimiento de las relaciones vasalláticas ajenas a la Orden se demuestra, además, por la
ausencia de acostamientos de comendadores: sólo conozco un caso, el del comendador del
hospital de Toledo a un escudero suyo, a quien cedió por vida diversas heredades en tér-
mino de Avila.376 En este mismo sentido, se inscribe la libre disposición por parte del maes-
tre de la provisión de las encomiendas, una vez muerto el beneficiario, ya que nunca llega-
ron a hacerse hereditarias, y ello pese al gran esfuerzo realizado por las principales familias
de la Orden en la segunda mitad del siglo XV por el sistema de renunciación en vida. Los
reyes-administradores desbarataron esa tendencia por completo, al utilizar las encomienda,
tras 1493, como beneficios temporales para premiar los buenos servicios de sus subalternos,
concediendo en muchos casos, simultáneamente, hábito y encomienda.377 Ya hemos visto al
tratar de los partidos cómo en ciertos lugares el comendador podía designar un alcalde
mayor de las alzadas, pagado con cargo a la encomienda, al menos desde el siglo XV o
finales del anterior. En esta época tanto alcaldes mayores provinciales como de encomien-
das disfrutaban de las mismas prerrogativas, cada cual en su jurisdicción: entender en las
apelaciones en todas las causas.378 Los Reyes Católicos limitaron sus atribuciones, en el
sentido de prohibirles el conocimiento de las causas criminales, que éstas pertenesçen al
maestre o sus justiçias mayores de las provinçias,379 entender en las causas de los comen-
dadores380 y, por supuesto, en todas en primera instancia.381
La Orden para su administración económica se dividía en rentas y posesiones de-
bidas al maestre o su Mesa Maestral o atribuidas a las encomiendas. El maestre para man-
tener a sus caballeros o bien les daba una soldada fija en metálico o les atribuía en régimen
vitalicio, muy cercano a la encomienda, la tenencia de algún lugar o heredad perteneciente
a la Mesa Maestral, como la de Férez en 1494 a Alfonso de Lisón.382 Este sistema propició
una corriente de usurpaciones durante el primer mandato de don Fernando, por lo que en el

139
Capítulo de 1477 el nuevo maestre exigió y consiguió la devolución de diversos bienes
maestrales: Gonzalo Chacón en Montiel y Aranjuez, García Osorio en Villanueva de Alcar-
dete y Juan Chacón un total de 20.000 mrs. sobre un lugar indeterminado.383 Documentos
de provisión de tenencias o encomiendas son obviamente raros, debido al carácter personal
de su destinatario. Por supuesto, la provisión pertenecía al maestre, que designaba al nuevo
poseedor de la encomienda en cuestión, remitiéndole al prior correspondiente para su cola-
ción.384 El único caso concreto que nos ha llegado es el del comendador de Oreja, Diego de
Cárdenas, presentado por los Reyes en 1497 por muerte de don Alonso de Cárdenas, al
prior de San Marcos,385 el cual procedió a fazer colaçión e ynstituçión canónyca ... por
ynpusiçión deste nuestro birrete que en vuestra cabeça ponemos para que seays comenda-
dor.386
Entre el comendador y sus vasallos se establecía una doble corriente de obligacio-
nes y deberes: los encomendados, además de entregarle las rentas correspondientes, debían
no promover asonadas contra ellos,387 respetarles, en general,388 dar posadas y manutención
a los visitadores389 y no hacer ligas contra ellos.390 A cambio, los comendadores debían
ampararlos391 y no dar refugio a los malhechores que aquéllos persiguiesen.392 Sin embargo,
el panorama en la vida cotidiana se decantaba a favor del comendador; si el comendador de
Aledo —caso extraño de bondad— dava con que labrasen a los que non alcançavan con
qué labrar, para que se pudiesen sostener,393 el de Ricote había maltratado tanto a sus vasa-
llos mudéjares que en un solo día se había marchado cincuenta familias.394 Quejas de unos
y otros se repiten en los libros de visita, en torno fundamentalmente a cuestiones económi-
cas: los comendadores imponiendo nuevos tributos y haciendo más pesados los antiguos y
los vasallos eludiéndolos en lo posible. Ejemplos de lo primero son la roda abusiva del
comendador de Segura en la Venta de Secilla;395 el empréstito del comendador mayor en
sus villas del Campo de Montiel396 y la usurpación de corta y guarda de términos en Torre
de Juan Abad y Montiel, pertenecientes a sus concejos, por parte del comendador de Mon-
tizón.397 Muestras de lo segundo son la venta por parte de los vecinos de Alcubillas de sus
tierras, dezmeras al comendador de La Membrilla, a los de Villanueva de los Infantes y su
avecindamiento en ella, para evitar sus tributos,398 así como la ida de los moros de Lorquí
fuera de los términos de la encomienda a labrar para evitar pechar al comendador.399

c) Prioratos, Conventos y Vicarías


Desde el punto de vista eclesiástico, también la Orden se dividía en Provincias: en
la de Castilla la autoridad suprema en lo espiritual era el Prior de Uclés, que ejercía toda la
jurisdicción en el Priorato de su nombre, que se correspondía con al antiguo Partido de
Mancha y Ribera de Tajo; el resto del territorio se hallaba dividido en vicarías.

Convento de Uclés
Fundado en 1174, hasta el siglo siguiente no llegó a ser de forma indiscutible la
cabeza de la Orden.400 Como sucede con otras muchas instituciones, apenas tenemos noti-
cias suyas desde el momento inicial hasta el siglo XV. Ni siquiera es posible saber el mo-
mento en que priorato y vicarías se configuran como las encontramos en esa centuria.401 El
único convento masculino de la Provincia de Castilla era éste, aunque a mediados del siglo
XIII se había creado otro en Segura de la Sierra, al parecer con poco éxito,402 y a principios
del XVI otro en Orán con los mismos resultados.403 Los oficios elegidos conjuntamente por
prior y convento eran los tres consiliarios, depositarios y procurador, por mayoría de votos;
su mandato duraba tres años, pudiendo ser revocados de mediar causa justa y grave. Los
consiliarios tenían como misión aconsejar al prior en todos los asuntos, en especial, en la
designación de los oficios provistos por aquél: lugarteniente, subprior, confesores, mayor-
domo, etc.404 Además, eran de su directa designación el subprior de Montalbán, la capella-

140
141
nía de Santiago de Valencia, las vicarías de Montiel, Segura y Caravaca, la abadía de Santa
María del Páramo, las capellanías de Santiago de Toledo y Cuenca y la de San Mateo en
Avila, así como el beneficio de Mora y demás capellanías y ermitas de la Mancha.405
En cuanto a la jurisdicción, el prior era el juez ordinario en el territorio de su Prio-
rato, en cuestiones eclesiásticas, y entendía en las apelaciones dadas por los vicarios,406 a
través de su subprior, juez vicario general de lo espiritual y temporal en todo el dicho prio-
radgo.407 Aunque no era lo corriente, a veces, el prior hubo de intervenir judicialmente
entre curas y concejos, como lo hizo en 1513 a petición del rey.408 Durante toda la Edad
Media los priores de la Orden fueron vitalicios; fueron los Reyes Católicos quienes ordena-
ron que fueran trienales, siendo necesaria dispensa papal para ser reelegido por dos perío-
dos consecutivos.409 Para ser elegido prior se requería ser mayor de 40 años y tener el hábi-
to de, al menos, seis años atrás, así como ser bachiller en Teología o Derecho, o maestro en
Artes.410 Sus electores habían de prometer, después de confesar y comulgar, elegir al más
idóneo; debían ser freiles del convento correspondiente, tener el hábito desde cuatro años
antes y no poseer beneficio curado.411 La forma de elección es bien conocida: escritos en
una cédula los que reunían las condiciones para ser electores o elegidos, el notario del Capí-
tulo daría una papeleta a todos aquéllos, excepto a los que eran designados candidatos; acto
seguido los votos eran introducidos en un cántaro. El prior era designado por mayoría sim-
ple, de lo contrario, se efectuaba una segunda vuelta y, en caso de volver a haber empate, se
echaba a suertes.412 Las facultades del prior dentro del Convento, propiamente dicho, están
especificadas en la visita efectuada en 1499 a sus freiles:413
1º) Convocar consejo por causas mayores, sobre todo, en la recepción del hábito
de los freires, su profesión y en enajenaciones y arrendamientos.
2º) Visitar los beneficiados por él provistos.414
3º) Tener la llave de todas las celdas; tres veces al año inspeccionaría si los freiles
tenían algo sin licencia o superfluo, imponiendo penitencias.
4º) Dar limosna hasta 50 mrs. cuantas veces quisiera; hasta 200 mrs. con consen-
timiento de los consiliarios y en mayor cantidad con asentimiento del Capítulo conventual.
5º) Reparar por su iniciativa cosas menudas en el Convento y en las heredades; pa-
ra mayores expensas debía consultar a los consiliarios; para edificar algo debería obtener
licencia del Capítulo y de los visitadores.
6º) Tenía prohibido llevar escuderos en sus viajes, pero, si iba a la Corte, a nego-
cios arduos e inseguros, podría acompañarse de dos freiles, un despensero (a pie o cabal-
gando), tres mozos de espuela y una acémila, aunque no debía llevar cama.
7º) Dar los oficios de la casa a personas capaces.415
8º) Dar poder completo al procurador para visitar la cocina, despensa, cillero, bo-
dega y portería.416
Es sabido cómo los priores no tenían plenas facultades canónicas, entre ellas, la
administración de la confirmación, es por esto por lo que estaban obligados a traer el primer
año de su mandato un obispo que discurriese por el priorato confirmando a todos los que
estuviesen en edad de recibirla, siendo recompensado por limosna del convento.417 Aprove-
chando este portillo abierto en la jurisdicción de la Orden, procuraron los obispos inmis-
cuirse en ella continuamente, así, por ejemplo, en 1243, estando el maestre preso y el prior
ausente, el subprior hubo de expulsar de Villanueva de Alcardete al obispo de Cuenca, que
había ido allí a administrar los sacramentos.418 Pasados casi dos siglos, nada había cambia-
do, pues en 1518 el prior se querellaba contra los inquisidores del mismo diocesano, pues
habían prendido a varios herejes en perjuicio de sus prerrogativas.419 Y es que, desde un
principio, los límites jurisdiccionales fueron harto contradictorios, así, en 1180 pleiteó la
Orden con el arzobispo toledano por tierras entre el Tajuña y el Tajo;420 cinco años más
tarde, para delimitar las diferencias con los calatravos, acordaron nombrar cada una cinco
freires para que actuasen como jueces árbitros;421 el acuerdo inicial, entretanto, con el obis-

142
po de Cuenca no se estableció hasta 1193, sobre iglesias y derechos.422 Ya en la segunda
mitad del siglo XIII los santiaguistas se acordaron con el diocesano de Segovia.423 Pero el
contencioso más largo y grave fue el que se mantuvo con el arzobispo don Rodrigo Jiménez
de Rada, estudiado por Lomax.424

Conventos femeninos
Sólo dos casas de monjas santiaguistas había en la Provincia de Castilla: Santa Fe
de Toledo y Madre de Dios de Granada, ambas creadas por los Reyes Católicos. Todas las
normas referentes a estos conventos son las emanadas del Concilio de Trento: en aquél
debía haber 40 monjas, cinco sergentas y seis sirvientas y en el granadino, 35 freilas, cuatro
sergentas y una sirvienta.425 Los requisitos para ser electoras eran ser profesas, con veinte
años de edad y tres de hábito. Las prioras o comendadoras, también trienales, además de ser
profesas, debían tener diez años de hábito y 40 de edad.426 En todos ellos debería haber un
freile que administrase los sacramentos y la hacienda,427 excepto en el granadino, en que se
encargaría de esto un prior.428 Tras el mencionado concilio se estableció que todos los con-
ventos de monjas fuera de rigurosa clausura.429

Vicarías
Fuera del territorio del Priorato la jurisdicción eclesiástica era ejercida en primera
instancia por el vicario correspondiente. Como decíamos, desconozco el momento en que
se efectuó la división del territorio, aunque el hecho de que sus límites sean cercanos a los
de los comunes parece indicar que se establecieron en el siglo XIV. La vicaría de Montiel
se extendía por el Campo de su nombre y el cuarto de Alhambra;430 el vicario de Beas en-
tendía en las causas de los de la propia Beas y Chiclana de Segura,431 mientras el de Segura
tenía su judicatura en los lugares de la encomienda y en Benatae.432 A mediados del siglo
XVI, luego de la emancipación de las nuevas villas de Torres, Génave y Villarrodrigo, se
estableció una nueva vicaría en la última de éstas.433 Como de costumbre, el panorama en
los territorios murcianos era más complejo: la vicaría de Caravaca se asentaba sobre esa
villa, Cehegín y Moratalla434 y la de Yeste, sobre esa villa, Taibilla, Férez, Socobos y Le-
tur,435 una vez convertidos sus vecinos mudéjares de los tres últimos lugares. De la vicaría
de Aledo carecemos de datos hasta 1713, en la que la formaban los lugares de Totana, Cie-
za, Liétor, Blanca, Abarán, Ricote, Ulea, Villanueva, Ojós, Lorquí y Pliego,436 aunque pa-
rece evidente que se formaría tras 1502.
En las plazas alejadas del solar de la Orden también parece que se establecieron
vicarías, como la de Santa María de Luzbella en Mohernando y su común,437 aunque carez-
co de datos para Paracuellos, Mora o Huélamo. Un hecho que no queda claro es el de si en
Ocaña hubo vicaría, pues en 1478 se cita al cura Gabriel González, vicario que fue de Oca-
ña,438 y en 1429 era arcipreste de la villa, dependiendo del arzobispado de Toledo, Alvar
Díaz.439 Estos vicarios entendían en primera instancia en causas civiles, matrimoniales,
criminales y mixtas, tenían, además, preeminencia de colar curas y capellanes, dar cartas de
licencia a los clérigos que querían salir de la vicaría por motivo justificado, así como traer
óleo y crisma.440 Como subalternos tenían un notario y un fiscal,441 aunque en algunos ca-
sos, como en Villahermosa, intervenían los inquisidores de Murcia,442 o en Puebla de Al-
muradiel, donde el prior daba comisión al cura de la villa.443 El fiscal debería ver cómo se
guardaban las fiestas444 y prender a los clérigos,445 aunque lo normal era utilizar las vías
ordinarias.446
Los vicarios solían ser presentados por el prior y colados por el diocesano corres-
pondiente, a pesar de ser en un comienzo ambas competencia del prior. En 1462 éste hubo
de ceder al obispo de Cartagena el derecho de colación del vicario de Segura.447 Sus apela-
ciones en el siglo XV iban al prior de Uclés exclusivamente, pero un siglo más tarde se

143
podía elegir entre éste, el Consejo de Ordenes o el obispo correspondiente.448 También a los
vicarios les fue vivamente discutida su jurisdicción por parte del arzobispo de Toledo y del
obispo de Cartagena. Contra éste ordenaron en 1494 los visitadores al cura y al concejo de
Benatae, so pena de 2.000 mrs., no permitir a los visitadores de aquél tomar cuenta a los
mayordomos de iglesias y ermitas, porque non es de su jurediçión.449 Este obispo no cejó
en su empeño contra las vicarías santiaguistas, pues los pleitos y juicios se continuaron
hasta el siglo XVIII, al menos: contra la de Beas en 1627,450 contra la de Yeste en 1579,451
contra la de Aledo en 1656-1699452 y, sobre todo, contra la de Caravaca entre 1479 y
1719.453 También la actuación del arcipreste de Alcaraz, dependiente del metropolitano
toledano, es bien conocida en el Campo de Montiel y Segura. Al parecer, don Alonso de
Cárdenas y el Cardenal Arzobispo de Toledo habían establecido que éste sólo tuviese capa-
cidad para visitar los sacramentos de las iglesias parroquiales y nada más,454 cosa que el
vicario alcaraceño no dejaba de transgredir; así, los visitadores de 1480 ordenaron a los
oficiales de los concejos del Valle de Segura y Almedina que, si algún enviado del arzobis-
po trajera carta de excomunión, fuese preso y desobedecido hasta que proveyese el maes-
tre.455 Más explícitos, incluso, fueron los mismos visitadores en el Campo de Montiel, don-
de ordenaron no tener por juez eclesiástico más que al vicario de Montiel, pero que, como
se temían que el cardenal daría carta de descomuniones, como daría en 1495 en Villanueva
de la Fuente contra el cura y mayordomo si mostraban la iglesia a los visitadores de la Or-
den,456 mandaron recusarlos por sospechosos; al mismo tiempo, ordenaron pregonar que
nadie osara ir a Alcaraz u otra parte a impetrar carta eclesiástica ni de justicia, so pena, la
primera vez, de pérdida de todos los bienes y la segunda, de muerte.457 Sin llegar a tales
extremos, este contencioso conoció momentos harto violentos, como cuando el padre de
Gonzalo Chacón, comendador de Montiel, siendo alcaide detuvo al vicario de Alcaraz, que
traía carta y que gela fiso comer y tragar porque non hera del vicario de Montiel;458 o
cuando el visitador del arçobispo le quemó [al cura] la provisión de don Alonso de Cárde-
nas, referente a aquellos mandatos, en Albaladejo de los Freires.459

Hospitales
Estos institutos tenían gran tradición entre las Ordenes Militares; desde un co-
mienzo los conocemos en la de Santiago, ya que fueron las encomiendas que antes se con-
formaron como tales, siendo rápida y generosamente dotados. Se establecieron sobre villas
conquistadas: Toledo, Talavera, Cuenca, Alarcón y Moya,460 con la doble finalidad de res-
catar cautivos y llevar a la guerra diverso aparato sanitario. Para ello fueron dotados con
largueza por reyes y concejos; pero al acabar el período de las grandes conquistas andaluzas
y con el alejamiento de la línea fronteriza, los hospitales perdieron sus funciones, convir-
tiéndose, de hecho, en otras encomiendas, ahora dedicadas a los préstamos y sin atender a
sus obligaciones específicas.461 Es por ello por lo que desde comienzos del siglo XVI se
estableció que en los hospitales dejase de haber comendador, entregándose su custodia a
administradores freiles,462 remunerados por salario.463

Colegios
Para instrucción de los freires de la Orden, tenía ésta en Salamanca un colegio, al
menos desde el siglo XV. Al mismo irían 16 colegiales, que provendrían mitad y mitad de
los conventos de Uclés y San Marcos: cinco estudiantes para Artes y Teología y tres de
Cánones.464 Todos los datos que tenemos pertenecen al siglo XVI, conservándose las cons-
tituciones o estatutos de este Colegio de Santiago.465

144
d) Gobernadores provinciales y de partido
Al menos a partir del siglo XIV aparecen los gobernadores en esta Orden, de
acuerdo con la extensión del régimen de corregidores en el reinado de Enrique III.466 Sin
embargo, había una sensible diferencia entre unos y otros, pues, mientras los corregidores
ejercían su jurisdicción dentro del ámbito local,467 los gobernadores se extendían por toda
una Provincia o un Partido, incluso los alcaldes de alzadas sólo lo hacían sobre una enco-
mienda. Por tanto, existía una estrecha relación entre gobernadores y distribución territorial
de la Orden.

Alcaldes mayores provinciales


Desde tiempos del maestre Suárez de Figueroa conocemos la nómina de alcaldes
mayores, justicias mayores o gobernadores de la Provincia de Castilla —pues así se les
conocía de modo indistinto—, hasta 1513. Sus mandatos parece que fueron cortos, siendo
ocupada la dignidad alternativamente por bachilleres y caballeros de Orden, todos éstos de
importantes linajes. Sus atribuciones sobre la Provincia están especificados en los Estable-
cimientos del siglo XV: conocer las causas en grado de apelación, tanto civiles como crimi-
nales, hasta la reforma de los Reyes Católicos;468 durante sus visitas anuales (dos o tres, al
menos)469 avocar a los jueces ordinarios, dejándose tras su marcha los pleitos que ante ellos
pendieren;470 dar ordenanzas de aguas a los concejos que no las hicieren;471 acudir a oír a
los presos, al menos dos veces semanales;472 dictar pregones y encartamientos;473 prestar
fianza de rendir la residencia474 y, por supuesto, guardar las leyes capitulares.475 En la prác-
tica les encontramos estableciendo a los judíos en lugares apartados,476 interviniendo en los
empadronamientos de hidalgos de Uclés,477 trasladando cartas de maestres,478 delimitando
apropiaciones de términos,479 repartiendo caballeros de cuantía480 y fallando sentencia con-
tra un alcalde ordinario que se había propasado en sus atribuciones.481 Tanto los alcaldes
mayores como sus escribanos y los jueces comisarios cobraban por un arancel establecido
por el Infante don Enrique.482

Gobernadores de Partido
Los Partidos y sus gobernadores aparecen tras la división de la Provincia en cuatro
zonas: Mancha y Ribera de Tajo,483 Campo de Montiel o de Villanueva de los Infantes,
Segura de la Sierra y Caravaca.484 El primero de ellos fue subdividido en otros tres a me-
diados del siglo XVI: Ocaña,485 Uclés486 y Quintanar de la Orden.487 Esta división de la
Provincia en Partidos tiene mucho que ver con la promulgación en 1500 de los Capítulos de
Corregidores por parte de los Reyes Católicos; en ellos vienen perfectamente especificadas
las atribuciones gubernativas —sobre todo en la elección de oficios concejiles—, judiciales
—en grado de apelación o avocando a los alcaldes ordinarios488—, fiscales —cobrando
alcabalas, servicios, subsidios y excusados489— y militares. El salario se le atribuía por
arancel y por una cuota fijada de antemano, excepto en Villanueva de los Infantes, donde
recibía anualmente 200.000 mrs., en los demás la mitad, pagado por repartimiento propor-
cional entre las villas de su jurisdicción, así, por ejemplo, los de Quintanar pagaban 6.000
mrs. para su salario.490 Su designación correspondía al Consejo de Ordenes por delegación
del maestre, debiendo ser una vez caballero de Orden y otra letrado.491 Sus subalternos eran
numerosos: escribano mayor de gobernación;492 un alguacil mayor y dos ayudantes traídos
por el gobernador;493 un alcaide de la cárcel, que traía vara guardaba la cárcel y, además,
puede executar y haçer el ofiçio como los demás alguaziles, que llevaba salario de 9.000
mrs. y carcelajes494 y tres procuradores del rey.495 Esto en cuanto a Segura. En Villanueva
había, también, un notario y un teniente de gobernador, con salario de 20.000 mrs.496

145
e) Capítulo General
Tanto el Cabildo general como el maestre eran los órganos supremos de poder
dentro de la Orden; un estudio de ambos por separado o puestos en relación, dentro de un
esquema de balanceo de poder, requeriría un detenido trabajo fuera de la presente obra. No
obstante, es posible establecer unas líneas muy genéricas, siempre en el plano de la hipóte-
sis, pues, una vez más, tropezamos con la laguna documental del siglo XIV, especialmente
acentuada para las noticias referentes a reuniones capitulares, tal vez porque apenas las
hubo.
Reuniones
Gracias a Lomax conocemos puntualmente los cabildos celebrados durante el pri-
mer siglo de existencia de la Orden, que, si bien no se reunían una vez al año, como orde-
naba la bula fundacional, sí fueron muy frecuentes.497 Siguiendo al mismo autor, hasta
1230, fecha de la unificación definitiva de Castilla y León, el Capítulo no se convierte en
un organismo realmente operativo, que será utilizado vigorosamente por el maestre don
Pelay Pérez Correa en su política centralizadora; esta tendencia se mantuvo al calor de las
grandes conquistas sureñas, haciendo aguas para 1271.498 En el primer capítulo celebrado
en la siguiente centuria (1310) se repiten las generosas ofertas maestrales de las reuniones
anteriores, indicando su falta de cumplimiento.499 En años sucesivos se reúnen en dos oca-
siones: en 1312500 y 1329.501 En adelante, desconozco otras reuniones hasta fines de si-
glo;502 esto es debido, al parecer, a los disturbios políticos y malestar social de la época,
más que a un posible reforzamiento de una u otra fuerza centrífuga, representada por co-
mendadores y maestres. Sobre esto nos ilustra un documento de 1350, en el que se ofrece
testimonio de cómo doce años antes el entonces maestre don Alfonso Méndez de Guzmán
robó el sello de la Orden, pasando luego a su hermana Leonor, la cual, muerto Alfonso XI,
la devolvió al Infante-maestre don Fadrique.503
A pesar de todo, parece que la autoridad del maestre salió reforzada de este proce-
so, ya que en el siglo XV, por el cambio de los tiempos y el acceso a la dignidad de diver-
sos personajes reales y otros allegados suyos de fuerte personalidad. Afortunadamente, para
esta época ya están publicados los Establecimientos de forma asequible.504 Sin embargo,
una vez más, los desórdenes de la guerra civil pusieron, a mediados de siglo, en tela de
juicio la autoridad maestral,505 ocasión aprovechada por los comendadores para cometer
todo tipo de atropellos, como el tristemente célebre Gonzalo de Villafuerte, comendador de
Oreja. Estos enfrentamientos son mucho mejor conocidos en los años finales de siglo,
cuando don Rodrigo Manrique, apoyado en la Provincia de Castilla y don Alonso de Cár-
denas en la de León, se enfrentaron entre 1474 y 1476, año en que el rey Fernando se hizo
cargo de la Orden como protector.506 Cuando por fin accede a la dignidad el último maestre
de Santiago, algo de importancia ha cambiado: en adelante, don Alonso se titulará general
maestre y no maestre a secas; por otro lado, el Capítulo ha recuperado buena parte de sus
atribuciones, antes alegremente delegadas en los visitadores. Parece como si, al fin, se hu-
biera producido un pacto entre los principales linajes nobiliarios para mantener el orden y la
unidad dentro del instituto. Este proceso será asumido y tergiversado por los Reyes Católi-
cos, que hacen de la Orden campo propio, utilizada para sus fines políticos generales, redu-
ciendo casi totalmente la importancia de aquellos linajes, que forman su patrimonio y títu-
los fuera de la Orden.

Mecanismos
También en este campo hemos de remitirnos a los Establecimientos del quinientos
para conocer los mecanismos del Capítulo de la Orden, pues son los únicos datos que nos
han llegado. Dos meses antes de la celebración del Cabildo, el maestre debía enviar cartas a
todos los convocados, unas veces de modo personal (comendadores mayores, treces, prio-

146
res, intrusos, desobedientes y fugitivos), otras de modo general, para los demás comendado-
res y freiles. Pueblos y tenentes de los bienes de la Orden serían convocados personalmen-
te.507 La asistencia sólo era obligatoria para priores, comendadores mayores, treces, comen-
dadores y visitadores: aquéllos debían acudir ataviados con capas de coro negras y birrete,
los comendadores con manto blanco y los freires con sobrepellices.508 Se reunirían durante
cuatro meses cada tres años.509 El primer día de autos, después de haber confesado todos los
asistentes510 se colocarían en la iglesia mayor según su dignidad, para oír misa.511 Termina-
da ésta, se procedía a la elección de treces y enmiendas.
En el segundo día, después de los actos litúrgicos, todos irían ante el prior de Uclés
para hacer la venia, más tarde, podrían presentar quejas y agravios entre caballeros, por
escrito. También se presentaban los libros de visita de los últimos visitadores, los cuales
deberían ser estudiados por el Consejo del Capítulo, formado por priores, comendadores
mayores, treces y enmiendas, que elevarían sus conclusiones al rey para que proveyera. Los
mismos miembros del Consejo darían permiso al monarca para elegir visitadores, cuyo
poder se sometería al pleno del Capítulo.512 El tercer día, luego de oír misa, celebrarían
procesión bajo el claustro del monasterio; acto seguido se tomaría nota de todos los asisten-
tes, para proceder contra los desobedientes. También el secretario preguntaría al general del
Capítulo si aprobaba el poder del rey para que, con los votos mayoritarios de los miembros
del Consejo, hiciere justicia y estableciera o revocase las leyes capitulares. Después el rey
ordenaría entrar en el Consejo del Capítulo a algunos caballeros, no letrados, del Consejo
de la Orden. El prior leería la regla al Capítulo, jurarían los nuevos visitadores y el general
del Capítulo daría poder completo a los miembros del Consejo para ordenar todo lo perti-
nente. Efectuados diversos actos litúrgicos, el pleno se disolvería.513
Al día siguiente, reunidos los consejeros con el vicario de Tudia, que como tal era
el notario del Capítulo, les tomaba juramento de mantener el secreto.514 En la siguiente
jornada el Consejo ordenaría al fiscal de la Orden proceder contra los ausentes y delegaría a
dos treces para recibir las causas de éstos. Entretanto, el Consejo al completo estudiaría los
libros de visita y un trece con un prior impondrían las penas arbitrarias.515 Se votaría empe-
zando por el más joven hasta el más antiguo,516 hasta el más antiguo,517 tomándose las deci-
siones por mayoría de dos tercios.518 El fiscal estaría fuera de la Cámara en esos momentos.
Por fin, el prior de Uclés debía mandar escribir el total de lo tratado.519 Los documentos
emanados del Capítulo debían ir firmados del rey o de su refrendario, con sus sellos y los
del Capítulo.520 Por supuesto que lo hasta aquí expuesto va referido al capítulo reformado
por los Austrias. Parece que en el siglo anterior se convocaba a todos los caballeros y frei-
les, con voz y voto en las deliberaciones del Capítulo, no existiendo delegación en ningún
Consejo: aunque es esta una cuestión ardua, no parece descabellado afirmar que jurídica-
mente no existían grandes diferencias, en cuanto a la articulación del poder, con las Cortes
del Reino, y ello según la expresión utilizada en los documentos, que decía: el maestre ...
con consejo y otorgamiento de priores, comendadores mayores, treces y demás comenda-
dores, caballeros y freiles ... establecemos ... Da la impresión de que, ante cualquier peti-
ción o denuncia, el maestre consultaba a sus capìtulares, decidía el asunto y los demás lo
otorgaban. Lo que no quiere decir —como sucedía en las Cortes— que en épocas difíciles
para el maestrazgo y propicios, por tanto, a las actuaciones anárquicas de los comendado-
res, éstos no pudieran imponerle al maestre sus pretensiones.521
De los autos conservados es posible conocer, a grandes rasgos, las diferencias
apreciables con lo arriba expuesto. Tanto en el Capítulo de 1477 con en el de 1481, ambos
presididos por el maestre Cárdenas, en primer lugar se procedió al nombramiento, juramen-
to o revocación de treces y enmiendas.522 En éste último, el maestre se dirigió a los asisten-
tes en un discurso de fuerte contenido político, al que le contestó el prior de Uclés; termina-
das las alocuciones, éste le entregó a aquél las insignias de la Orden, que fueron colocadas
sobre el altar mayor.523 En el de 1477, ante varias quejas particulares, el maestre ordenó a

147
Hurtado de Mendoza, Gonzalo Chacón, Juan Chacón y García Osorio dejasen en sus manos
las rentas que usurpaban.524 Por su parte, Diego de Lucena renunció a sus derechos sobre la
encomienda de Villahermosa, a instancias del maestre, al igual que Iñigo López de Mendo-
za y Garci Fernández Manrique, que ocupaban ilícitamente los castillos de Huélamo y Al-
hambra.525 También en el de 1440 se denunció que Pedro Coello usurpaba los portazgos de
La Presa, Hito y Montalvo,526 mientras en el cabildo de 1481 Juan Pérez, comendador de
Cieza, se quejó de que Lorca le había ocupado parte del término de su encomienda.527 Entre
otras cosas, en el capítulo de 1484 se platicó sobre el desastre sufrido en tierras de Mála-
ga.528 En consecuencia, tras las denuncias se procedía a su remedio, así, en 1481 se dio
poder a Alfonso de Lisón, comendador de Socobos, para amojonar los términos entre Aledo
y Lorca, pues ésta se los ocupaba.529 Cuando las quejas requerían una solución judicial, o
bien el maestre o, en su ausencia, el presidente del Capítulo encabezaba el Consejo de la
Orden, que, con sus letrados y caballeros, libraba las causas y pleitos pendientes.530 Natu-
ralmente, los Capítulos eran aprovechados para dar publicidad y lograr el acuerdo de los
diversos repartimientos de maravedíes debidos por los comendadores: el subsidio para el
pago de los procuradores en la Corte real y en la pontificia;531 las lanzas en 1480532 y
1481,533 o bien hacer público el arancel de derechos del chanciller y notario del Capítulo.534
Treces
Creados en la bula de Alejandro III, los treces tenían encomendadas importantes
funciones: aconsejar, amonestar e, incluso, deponer al maestre, previo consejo del prior de
la casa central. Su elección en este momento se atribuía al maestre y, a su vez, eran aquellos
quienes debían designar a éste. Para ello eran convocados por el prior de Uclés dentro de un
plazo de 50 días, pudiendo elegir a un enmienda que sustituyese al ausente. Tenían, pues,
un papel arbitral entre el capítulo y el maestre. Este, previo acuerdo de la mayoría, podía
deponer a alguno de ellos.535 Estas normas eran observadas en el siglo XV o, al menos, eran
textualmente recogidas en las reglas de esa centuria.536 En cuanto a la elección de treces, en
1508 aún se respetaba la regla, cuando el rey Fernando concedió esa dignidad, por muerte
de don Gonzalo Chacón, a su secretario Miguel Pérez de Almazán.537 Fue también esta vez
Felipe II quien alteró el sistema, dejando a los treces cubrir sus vacantes; estableció que
fueran profesos mayores de 25 años de edad.538 Cuando algún trece no llegaba a tiempo al
cabildo se creaba un enmienda, que cumplía sus funciones en su ausencia; se necesitaba
tanto a los treces como a los enmiendas para ser elegido por mayoría de votos.539

Visitadores
Es el visitador una institución bien conocida desde la fundación de la Orden; si-
guiendo una larga tradición eclesiástica, la bula fundacional estableció que visitadores
idonei, elegidos por el Capítulo, discurrieran por el territorio inspeccionando casas y corri-
giendo freiles.540 Parece que efectivamente cumplían con su cometido, pues en el capítulo
de 1310 se ampliaron sus funciones, pudiendo visitar los bienes de todos los comendadores
y las rentas del maestre.541 Para cada Provincia (Castilla, León, Castilla la Vieja y Aragón)
se designaba en cada cabildo un comendador y un freile de provincia distinta a la que se iba
a visitar.542 Los elegía el maestre con consejo y otorgamiento de priores, treces, comenda-
dores mayores y demás comendadores.543 Debían salir a cumplir su mandato en el plazo de
dos meses.544 Que el nombramiento de visitador era una pesada carga no se le ocultaba a
ningún santiaguista, debido a lo extenso y penoso del viaje, no siendo extraño que enferma-
sen en el transcurso de la visita; esto estaba previsto en sus poderes, pues uno solo podía
continuar mientras el otro convalecía545 También era usual que alguno de los designados no
llegase a ejercer de visitador, unas veces por muerte, como en 1507,546 otras veces por ser
elevado a cargo más importante, como le sucedió en 1511 a Juan González, cura de Usagre,

148
que había sido nombrado prior de San Marcos,547 y otras simplemente por enfermedad,
como en 1515.548
Los poderes expresan sus atribuciones: podían ser de tres tipos, de inspección, de
ejecución y de jurisdicción. Dentro de las primeras estaban obligados a visitar las personas
de freiles,549 clérigos curas —especialmente, su carta de presentación— y comendadores —
si era remiso dilapidador, podían secuestrarle sus rentas para diversos fines550—, así como
a los caballeros de cuantía para averiguar si mantenían caballo y armas.551 Igualmente,
debían visitar las propiedades de la Orden, como castillos y fortalezas,552 casas y heredades,
tanto propias como cedidas en acostamiento o arrendadas a censo.553 Asimismo, estaban
encargados de supervisar las rentas de encomiendas, vicarías, beneficios y capellanías,554 y
también los edificios de iglesias parroquiales, ermitas y monasterios, propios o ajenos.555
Todo ello con especial atención a las reparaciones necesarias. En cuanto a sus facultades
ejecutivas, podían suspender cargos, como clérigos no presentados por el maestre,556 se-
cuestrar rentas para efectuar las reparaciones citadas y anular concesiones, censos o funda-
ciones eclesiásticas. Dentro de sus atribuciones jurisdiccionales, podían conocer las causas
entre pueblos, entre caballeros y entre pueblos y caballeros, e non en otra manera, es decir,
exclusivamente; con lo que no interferían en los demás ámbitos de jurisdicción. Sin embar-
go, podían instruir sumarios por pesquisa y remitirlos a la instancia correspondiente: maes-
tre, capítulo general, prior de Uclés o gobernador de la Provincia.557 Anteriormente, los
visitadores podían confirmar censos y cartas y donar dehesas a vasallos y concejos, como
hicieron respectivamente los visitadores de 1468 en Caravaca558 y los de 1429 en Villanue-
va de Alcardete.559 No obstante, tras 1493 los Reyes Católicos prohibieron expresamente
que lo hicieran, a causa de los grandes pleitos a que había dado lugar.560
En cualquier caso, los visitadores no tienen facultad para revocar lo que los otros
visitadores mandaron, antes son executores de la dicha visitaçión pasada e yguales en
juridiçión.561 Conocemos numerosas actuaciones de los visitadores, los cuales prácticamen-
te siempre eran obedecidos: no obstante, hay casos en que no fue así; en 1480 en La Ossa
alcaldes y regidores no quisieron acatar sus poderes ni darles las viandas y mantenimientos
necesarios, sin que conozcamos el motivo.562 El mismo año en Montiel, el arrendatario de
unos molinos de la vicaría, ante los requerimientos de los visitadores para ir a verlos, dijo
que fuesen enorabuena a ver los dichos molinos, que el molino era suyo e él non quería yr
allá.563 Los pleitos en que intervinieron en más ocasiones fueron los de términos, bien por
alteración de mojones, bien por labranza en tierras ajenas; si las partes estaban bajo su
competencia daban sentencia, de lo contrario, ora ordenaban pedir de los reyes juez de
términos,564 ora demandar la acción de las autoridades competentes, como en Alhambra, en
1494 y 1498, en que, ante las apropiaciones del concejo de Alcaraz de los términos de El
Cabalgador y El Lavajo Rubio, mandaron a los vecinos pedir provisión para que intervinie-
ran el gobernador de la Provincia y el Corregidor de Alcaraz.565 También intervinieron en
las causas de jurisdicción eclesiástica ya citadas. Empero, ciñéndose a los poderes que se
les habían dado, la mayor parte de sus actuaciones se refieren a instrucción de sumarios,
como, por ejemplo, los agravios del comendador de Lorquí recibidos de sus vasallos mudé-
jares en 1494;566 la apropiación de los concejos de las escribanías públicas;567 los emprésti-
tos ilegales;568 los intentos de eximirse de pechar de muchos que se decían sergentes;569 la
exclusión arbitraria de concejos de las hermandades;570 la pertenencia de los diezmos,571
etc.
Recibían su remuneración por tres vías: por actuaciones procesales, en manteni-
mientos de viaje y en pagas de maravedíes por encomiendas.572
Sus derechos judiciales eran:
por carta de emplazamiento 12 mrs.
por mandamiento de palabra 6 mrs.
por sentencia pronunciada 24 mrs.

149
Concejo y comendador darían posadas y mantenimientos para el caballero y freile
visitadores y sus acompañantes, en viandas guisadas y no en dinero. Para la partida los
comendadores daba una paga en metálico, según el valor de cada una:

Prior de Uclés 300 mrs.


Comendador de Uclés 200 mrs.
Comendador Mayor de Castilla 300 mrs.
Comendador de Segura 300 mrs.
Comendador del Hospital de Toledo 150 mrs.
Comendador del Hospital de Alarcón 150 mrs.
Vicario de Montiel 60 mrs.
Comendador del Hospital de Cuenca 150 mrs.
Encomiendas de 1 o 2 lanzas 60 mrs.
Encomiendas de 3 a 5 lanzas 100 mrs.
Encomiendas de 5 o 6 lanzas 150 mrs.
Encomiendas de 7 a 10 lanzas 200 mrs.

Concejos y ermitas sólo darían un yantar o una cena en caso de tener rentas; si hu-
biera debate entre comendador y pueblo, ambos pagarían su estancia en relación proporcio-
nal a la población de éste. Hasta aquí los visitadores diputados por el Capítulo, pues, ade-
más, en casos excepcionales el maestre podía enviar otro tipo de reformadores: en 1477, al
hacerse cargo del maestrazgo general don Alonso de Cárdenas concedió poder general a su
primo Ruy Díaz Cerón para que, en su nombre, recorriera la Provincia de Castilla recibien-
do el pleito-homenaje de todos sus vasallos y ejerciendo todas las atribuciones de los visi-
tadores ordinarios.573 Limitadas las funciones de éstos en cuanto a la confirmación de cen-
sos, fue preciso en 1510 que el rey Fernando diputase a Lope Sánchez Becerra con poder
para confirmar todos los arrendamientos pertenecientes a los vasallos de la Orden en Casti-
lla, cuya cuantía no superase los 500 mrs., pues por valor superior deberían comparecer
ante el Capítulo para pedir su confirmación a los Reyes.574

f) Consejo de la Orden
En materia administrativa y judicial, como es lógico suponer, el maestre se había
reservado el conocimiento en última instancia —sin perjuicio de la mayoría del rey575—,
esto ya desde el primer momento.

Comendador Mayor de Castilla


Ciñéndonos a la administración de justicia, no obstante lo dicho, en el siglo XII
muchas causas no llegaban al maestre, dependiendo de los fueros dados a cada lugar.576
Para la centuria posterior es seguro que el maestre sí las recibía unas veces directamente,
otras por medio del comendador mayor. Las funciones de este comendador fueron, desde su
institución, de primera magnitud, tanto que Alfonso VIII en 1182 estableció cómo debía ser
recibido en la Corte.577 Actuaba como lugarteniente del maestre, sobre todo en lo judicial,
en ausencia de éste; según el fuero del Corral de Almaguer, otorgado en 1315, las alzadas
debían de ir al maestre, aunque, non siendo Nos de los mojones adentro de la Provincia de
Castilla, entendería el comendador mayor.578 Que el comendador ejercía normalmente estas
funciones es algo que demuestra el hecho de que tuviera un canciller, a quien encontramos
en 1334 comprando unos bienes en Belmonte.579

150
Tribunal de la Casa del Maestre
En opinión de López Agurleta, diez años más tarde aparece la primera referencia
al justicia de la Casa del Maestre,580 conocido también como alcalde del maestre y después
como juez. En 1358 ya aparece el alguacil mayor y su cárcel.581 Por lo demás, apenas sa-
bemos otra cosa del siglo XIV. De la actuación de este tribunal en el siglo siguiente, antes
de la creación del Consejo, conocemos un documento fechado en 1413 en que el comenda-
dor de Beas, el doctor Fernando González de Avila, se intitula oidor de la Audiencia del
Rey y Canciller Mayor y Juez Mayor de la Casa del Maestre. En pleito de términos entre
los concejos de Cehegín y Caravaca, dada sentencia definitiva por los jueces comisarios del
maestre, la antigua villa se agravió al Infante don Enrique, el cual designó al Dr. Avila,
ant’el qual amas las dichas partes, en nombre de cada una de vos, las dichas villas, con-
tendieron fasta que concluyeron e cerraron rrazones e pidieron sentencia, e el dicho doctor
Ferrant Gonçález ovo el dicho pleito por concluso e assignó plazo para dar en él senten-
cia, que fue favorable a Cehegín, estableciéndose términos comunes.582

Consejo de la Orden
Siguiendo al autor citado, el Consejo de la Orden fue establecido en 1440 por el
Infante don Enrique.583 Estaba formado por letrados con jurisdicción sobre los vasallos de
la Orden584 y jueces de Orden, o sea, caballeros de hábito, para entender en las causas de los
caballeros.585 Y así será en lo sucesivo: en 1485, por ejemplo, vemos a don Alonso de Cár-
denas fallando un pleito con algunos caballeros y letrados de su Consejo.586 El primer pre-
sidente de la época inicial del Consejo fue el citado doctor de Avila.587 En un segundo pe-
ríodo, durante el protectorado del rey Católico, este organismo pasó a ser real, siendo su
presidente Gabriel Manrique, conde de Osorno, entrando en el mismo oidores reales.588
Aún durante dieciséis años el consejo volvería a ser privativo de la Orden, durante el man-
dato del último maestre.589 Por fin, en 1494 se constituyó el Consejo de la Orden de Santia-
go,590 formado por señores y oidores.591 Evidentemente, el Consejo conocía en última ins-
tancia en causas civiles y criminales de los vasallos de la Orden. En materia eclesiástica
conocían la justicia civil por sí mismos,592 en cambio en lo criminal era órgano consultivo
del rey.593 También entendía por sí mismo en las rentas de la Mesa Maestral, encomiendas,
iglesias y conventos594 y en pruebas de caballeros y de hidalguías.595 Para la provisión de
oficios, beneficios y capellanías, así como administraciones, vicarías y otros nombramien-
tos, el Consejo asesoraba al Rey, excepto para las encomiendas, que proveía éste por sí
mismo.596
En la práctica, hubo conflictos jurisdiccionales entre el Consejo y las Audiencias o
Chancillerías, por lo que el rey Fernando en 1498 ordenó que estando él en la Corte, con el
Consejo, las alzadas fuesen a ellos por vía de suplicación, los cuales darían comisión a
algún letrado; pero, si el Consejo estuviera fuera de la Corte, la Audiencia podría conocer
las causas.597 No obstante, en 1502 mandaron que las apelaciones de las ciudades, villas y
lugares de Órdenes se otorgasen ante los oidores de la Audiencia, salvo que dispusieran que
fuesen conocidas en la Corte.598 A partir de 1523 las atribuciones del Consejo se verán más
restringidas, tras otorgar Carlos I diversas funciones de éste al Consejo Supremo de Castilla
y de Hacienda.599 Los presidentes del Consejo hasta el primer tercio del siglo XVI prove-
nían de las familias más influyentes de la Orden, siendo los consejeros de origen más mo-
desto.600
Jueces árbitros
La costumbre de la creación de jueces árbitros es ciertamente antigua, como fór-
mula preliminar de resolver disputas sin necesidad de comparecer ante instancias institu-
cionales y con tiempo y costas mínimas. En este sentido cabe interpretar la creación de los
alcaldes jurados o fechizos, ya citados en los fueros. Simultáneamente, cuando los conflic-

151
tos se entablaban entre miembros de jurisdicciones distintas, las partes diputaban ciertas
personas para que actuasen arbitralmente. Así, en 1180 la Orden y el arzobispo de Toledo
acordaron nombrar dos canónigos que determinasen el pleito sobre la heredad de Alharilla
y Belinchón.601 También libremente las partes podrían someterse al arbitrio de algún perso-
naje, como en 1276, cuando el concejo de Membrillera y una vecina dieron poder al prior
de Uclés y al comendador para que dictasen sentencia en el pleito que mantenían por la
construcción de una presa.602 Dos siglos y medio más tarde, don Lope de Acuña, camarero
mayor de armas del rey y guarda mayor de la ciudad de Huete, dictó sentencia arbitral entre
los concejos de Uclés y Puebla de Almenara por sus términos.603
En efecto, los pleitos más corrientes son por los términos. En otros casos, era el
rey quien comisionaba a varios sujetos para entender en esos pleitos, conocidos como jue-
ces de comisión o comisionados. En 1263 Alfonso X ordenó al maestre de Santiago y al
concejo de Alcaraz que nombrase cada uno dos árbitros —el rey nombraría otro— para
amojonar su divisoria de términos.604 A fines del siglo XV los Reyes Católicos designaron
varios comisionados de términos, como en 1487, cuando ordenaron al gobernador de Casti-
lla y al corregidor de Alcaraz entender en el mismo asunto.605 Los mismos reyes solían
enviar jueces de términos comisionados: por ejemplo, en 1494 a Bedmar606 y cuatro años
después a Socuéllamos.607 Por último, conocemos dos documentos similares de don Alvaro
de Luna: uno un pleito entre el comendador del Hospital de Toledo y el alcalde mayor de
esa ciudad por los términos de Yegros, en que dio comisión al comendador de Medina de
las Torres608 y otro de 1440, en que comisionó a un reformador para que fallase en el pleito
entre el comendador de Biedma y el concejo de Colmenar, por los términos de la enco-
mienda de aquél.609

g) El Maestre, el Rey, el Papa


Cabe, en fin, ofrecer algunas notas sobre la suprema autoridad de la Orden, de sus
funciones y subalternos, así como de la sujeción a los superiores mandatos del Rey de Cas-
tilla y del Pontífice romano.

El Maestre
Esta institución se encuentra ya perfectamente diseñada en la bula de 1175; de
acuerdo con lo expresado a propósito del Capítulo general, el maestre, mudando lo muda-
ble, jugaba dentro del instituto un papel ciertamente parecido al del monarca en su reino,
con la ventaja de ser, al propio tiempo, jefe espiritual de sus freires.610 Teóricamente, se
establecía un equilibrio entre maestres y treces, para evitar el despotismo de aquél, pudien-
do llegar a deponerlo de mediar causa justa y grave, no obstante, el maestre podía ejercer su
autoridad dentro de unos límites extraordinariamente amplios: todos los freires, clérigos y
seglares, le debían obediencia, humildad y disciplina; el maestre daba permiso para las
cosas más nimias, aceptaba o rechazaba novicios, autorizaba juramentos, otorgaba cartas-
pueblas, dirigía sus huestes en la guerra y, en fin, representaba a la Orden ante el mundo
exterior.611 En opinión de Jovellanos, diez eran sus prerrogativas:612
—conceder fueros, exenciones y privilegios
—establecer leyes capitulares
—extender o limitar los ámbitos de jurisdicción
—obligar a pagar portazgos y a usar puentes y barcas
—conceder títulos de villazgo
—conceder mercados francos
—eximir de pechos
—nombrar y aprobar escribanos públicos
—aprobar las ordenanzas municipales

152
—detentar las minas
La forma de elección ya ha sido enunciada así como que las prescripciones de la
bula fundacional se seguían cumpliendo en el siglo XV. Sin embargo, una distorsión se
produjo cuando la elección de don Juan Pacheco, pues, convocada por el prior de San Mar-
cos y no por el de Uclés, hubo pleito en 1485 ante el maestre Cárdenas con su Consejo,
abido nuestro acuerdo e deliberaçión, fallamos que el dicho nuestro prior de Uclés probó
bien e cumplidamente su yntinçión, es a saber, él e sus anteçesores priores de Uclés aber
estado ab antiquo y estar en paçífica posesión vel casi de convocar a los treze cavalleros
electores para la elecçión de los futuros maestres.613 Aunque, en realidad, no hubo ocasión
de ejercer ese derecho. En efecto, en 1474, fallecido el marqués de Villena y maestre, la
Provincia de Castilla eligió a Rodrigo Manrique, conde de Paredes, y la de León a Alonso
de Cárdenas; mantenido el cisma durante dos años de guerra de sucesión, el rey Fernando
consiguió a fines de 1476 que el Papa le concediera la administración como protector y
gobernador de la Orden —a veces, se le denomina presidente o general— durante seis
años.614 Un año más tarde es elegido en el Capítulo de Azuaga don Alonso como maestre:
se le entregaron las insignias maestrales, los pendones,615 los sellos con las armas de la
Orden y una espada dorada, además, se le impuso un birrete negro; acto seguido juró sobre
la cruz y los Evangelios.616 Pacificados sus reinos e informado de que don Alonso era per-
sona apta, don Fernando ordenó que este fuera recibido como maestre;617 comoquiera que
esto iba a suscitar controversias, la reina Isabel ordenó que fuese acatado como tal.618
Nuevamente en 1484 la reina se dirigió al pontífice para que, a la muerte del maes-
tre, le entregase la administración de la Orden, en atención a los dispendios efectuados en la
Guerra de Granada.619 Esta petición no fue atendida hasta nueve años más tarde cuando
ambos monarcas fueron nombrados administradores perpetuos, cargo en el que permaneció
el aragonés tras 1505. Sin embargo, esta perpetuidad, como cargo hereditario, debió de ser
discutida por los freires santiaguistas, pues en 1516 —coincidiendo con el golpe de mano
del futuro Carlos I— se reunieron para elegir o postular nuevo maestre bajo la presidencia
del prior de Uclés.620 En adelante, los reyes serían patrimonialmente maestres de Santiago,
reconduciendo sus instituciones y recursos a sus propios fines.

Administración de la Casa del Maestre


La gran complejidad que implicaba la administración de los extensos territorios de
la Orden determinó que ya desde fines del siglo XII aquélla fuera dividida en encomiendas,
como beneficios temporales para los caballeros santiaguistas. Durante el siglo XIII se fue
creando una primitiva organización administrativa basada en la estructuración de la Mesa
Maestral (entre 1271 y 1274),621 agrupando varias encomiendas: sus rentas eran recaudadas
por arrendatarios, generalmente hebreos.622 Encargados de abastecer a la tropa en campaña
y recaudar los diezmos de la Mesa Maestral había dos encomiendas de los Bastimentos, de
Mancha y Ribera de Tajo y del Campo de Montiel. La encomienda de la Enfermería lleva-
ría, igualmente, los auxilios necesarios para la guerra. El cuadro se completa con el comen-
dador mayor, quien, además de sus atribuciones judiciales, era el lugarteniente del maestre
en la Provincia.
A partir del siglo XIV la estructura administrativa se hace mucho más compleja;
en primer lugar, el maestre delega sus funciones en algunos comendadores, al menos esto
ocurrió entre 1348 y 1410, en que se nombraron administradores de la Provincia.623 Dentro
de la Casa del Maestre actuarían camareros y mayordomos mayores, así como los escriba-
nos encargados de la redacción de los documentos maestrales. Más tardía es la aparición de
los secretarios de los maestres, ya a mediados del siglo XV. También los visitadores espe-
ciales, ya mencionados, no son creados antes de fines de esa centuria. Pero donde la organi-
zación se diversifica más es en los aspectos económicos y hacendísticos, sobre todo, a partir
del siglo XV. En 1351 Pedro I nombró un alcalde de sacas con jurisdicción entre Ontur y

153
Beas,624 aunque no parece que dependiese de la Orden, a pesar de actuar en su territorio. A
principios del siglo XVI los Reyes Católicos comisionaron un juez de los Estancos y Nue-
vas Imposiciones, que anduvo por la Orden suspendiendo hornos y portazguillos ilegales.625
Entre 1378 y 1460 tenemos noticias de alcaldes entregadores de la Mesta, incluso, en 1459
sabemos de Pedro Núñez de Toledo, alcalde entregador de las mestas e cañadas de todas
las villas e logares del maestradgo de Santiago, por Pedro de Acuña, alcalde entregador
mayor del Rey. Parece claro que la Orden no poseía jurisdicción propia sobre mestas.626
La recaudación de rentas se organizaba de forma harto compleja; en las encomien-
das el freile correspondiente delegaba en su mayordomo, si es que no la arrendaba por una
cantidad fija. Durante los dos años de la media annata su producto era entregado a un depo-
sitario, que atendía directamente a las órdenes de los Reyes o de sus visitadores. En cuanto
a la Mesa Maestral parece que existía la norma de entregar la recaudación en manos de un
arrendatario con poderes sobre todas las rentas y derechos y todo el territorio de la Orden.
Aunque, a veces, aparecen recaudadores o cogedores especializados: en 1393 Alfonso Sán-
chez de Cetina era recaudador mayor de Mancha y Ribera de Tajo,627 mientras que en 1505
el rey Fernando mandaba arrendar las rentas del Campo de Montiel, Uclés, Ocaña y Sierra
de Beas hasta Murcia.628 También en 1531 Carlos I se dirigía al almotacén o arrendatario de
la renta de los portazgos, pesos y medidas de Uclés.629 Estos arrendatarios, a veces, tenían
un procurador.630 Tras la administración de los Reyes Católicos se crean dos nuevas institu-
ciones de gran importancia, los contadores, encargados de librar los pagos de la Mesa
Maestral y denunciar las vejaciones sufridas por sus rentas,631 y los fiscales, que tenían
encomendado ejecutar los mandatos tanto del maestre como del Consejo y del contador.

El Rey
Para calibrar el grado de señorialización de la Orden es de primordial importancia
conocer las prerrogativas que sobre ella conservaba la Corona. Ni que decir tiene que éstas
sólo se referían al mundo civil, ya que en lo eclesiástico era el pontífice la última instancia.
En los primeros tiempos de la Orden el rey jugó un papel muy importante, pues fue a través
de sus donaciones como principalmente se constituyó su solar, no obstante, aunque esa
entrega se hacía por juro de heredad, el monarca nunca renunció a su derecho de revoca-
ción, que, por ejemplo, ejerció en 1308 Fernando IV al declarar nula la donación de Fortuna
y la alcaldía de los moros de la Arrixaca.632 Las donaciones reales se podían referir no sólo
a territorios, sino también a honores633 y, sobre todo, a rentas y derechos jurisdiccionales.
Bien entendido que de facto aquél implicaba éstos, pues se donaba un lugar con jurisdic-
ción y rentas. Como se verá en el capítulo siguiente, los reyes hasta la mitad del siglo XIV
se fueron desprendiendo progresivamente de sus derechos a favor de los maestres y comen-
dadores, resultando que un siglo después las únicas rentas que les quedaban de recaudar en
los territorios santiaguistas eran monedas, moneda forera, alcabalas, tercias reales, regalía
de minas, capitaciones de minorías confesionales y la justicia en los casos de Corte y en
suprema apelación.
En efecto, fue en lo jurisdiccional en lo que más intervino el rey de hecho. Y ello a
pesar de haber concedido ya en el siglo XIII la inmunidad a sus territorios,634 pues la mayo-
ría de la justicia real le autorizaba a intervenir en varias circunstancias: denegación de justi-
cia por los tribunales señoriales, delitos cometidos por el señor, graves alteraciones del
orden público, conflictos entre distintos señoríos y los casos de Corte.635 Estos casos eran
cinco: forzamiento de mujer, latrocinio conocido, quebrantamiento de camino, a veces,
homicidio y alevosía o traición.636 Respecto a este último delito, hemos de decir que de un
documento conservado se deduce que los casos de alevosía no sólo no eran de jurisdicción
real, sino que incluso los alcaldes ordinarios intentaron atribuirse su conocimiento: llevado
el contencioso ante Alfonso XI, falló que el asunto correspondía librarlo al maestre y sus
alcaldes, sin alzada.637 No obstante, la mayoría de las actuaciones conocidas colocan al rey

154
como árbitro de pleitos entre diversas instituciones; le vemos en 1180 fallando a favor del
maestre contra el arzobispo de Toledo, en un pleito de términos;638 en la centuria siguiente
Fernando III dicta dos sentencias, una contra el concejo de Alcaraz639 y otra contra el de
Cuenca.640 Su sucesor, en 1263, también en pleito con Alcaraz, nombró juez de términos.641
Otra facultad real consistía en confirmar las concordias entre la Orden y sus conce-
jos o personas singulares, así, Alfonso VIII y Fernando III confirmaron sendas avenencias
entre el maestre y su concejo de Ocaña.642 Además, en 1223 aquél aprobó una concordia
entre aquélla y doña Inés de Segovia.643 Un siglo más tarde, en 1337, Alfonso XI, a petición
de las órdenes, estableció que los pleitos contra personas por causa de bienes o rentas fue-
ran librados ante la Corte real.644 A veces, el rey intervino por propia iniciativa para castigar
a aquellos alcaldes que, en forma evidente, habían dictado sentencias injustas, como ocurrió
en el largo contencioso mantenido entre doña Elvira, viuda de Fernán Pérez de Uclés, y
Yuçaf Abenlup, entre 1310 y 1322.645 Pasada la mitad del siglo XV, no conocemos ninguna
intervención real, a excepción, claro está, de las normales confirmaciones de anteriores
privilegios, porque con los Trastamara la Orden ha conseguido el máximo de autonomía
como institución. En adelante, el control de ésta pasará por la ubicación en el maestrazgo de
personas reales o cercanas a la realeza.

El Papa
La Orden de Santiago, a diferencia de las otras órdenes peninsulares, estaba vincu-
lada al papado directamente, sin mediación de ninguna orden religiosa internacional,646 es
por esto por lo que la relación con el pontífice fue muy estrecha. Esta tutela se mostró desde
el momento de su formación de diversos modos. El mismo papa fundador, Alejandro III,
puso bajo su protección a los freires y sus bienes ya en 1173;647 dos años más tarde comu-
nicaba al orbe la fundación, pidiendo al propio tiempo ayuda para los freires.648 Igualmente,
Urbano IV en 1264 volvió a colocar a los santiaguistas bajo su tutela.649 Debido al carácter
religioso de la nueva institución, el papa pronto solicitó y temió la influencia de los dioce-
sanos hispanos: si en 1179 Alejandro III les recordaba su obligación de ayudar a los freires
a hacer reintegrarse a la Orden a los hermanos que la habían abandonado, bajo pena de
excomunión,650 en 1181 Lucio III les comunicaba que la Orden no tenía que pagar ningún
derecho por las iglesias que construyera en lugares desiertos o conquistados a los musul-
manes.651 Más tarde, a principios del siglo XIV, Clemente V les mandó que no inquietasen
al maestre ni a los freires por los privilegios recibidos de la Santa Sede.652 Naturalmente, el
papa puso mucho cuidado en confirmar periódicamente la bula fundacional, las donaciones
y posesiones, desde el primer momento.653
La intervención más amplia y conocida de los pontífices se refiere a los pleitos que
la Orden mantuvo, o bien dentro de los institutos santiaguistas o bien con otras
instituciones, generalmente obispos, según privilegio de Lucio III en 1182, en que
establecía que los freiles sólo responderían ante el papa y sus legados.654 Sixto IV, por su
parte, creó como jueces conservadores de la Orden al arzobispo de Sevilla, a los obispos de
Burgos, Avila, Córdoba, Cuenca y Badajoz y al abad de Valdeiglesias.655 Pero, en la
práctica, los jueces apostólicos siempre fueron otros, si exceptuamos al conquense. Este
actuó por delegación del pontífice en 1250 y 1356.656 En 1217 vemos interviniendo
colegiadamente al abad de Santa Leocadia, al deán de Toledo y al archidiácono de
Talavera;657 al año siguiente encontramos actuando judicialmente al deán y tesorero de
Palencia,658 aunque lo normal era que se delegase a un solo eclesiástico, unas veces un
deán, como el de Palencia,659 otras veces archidiáconos, como el de Toledo,660 otras,
obispos, como el de Sigüenza661 o el de Segovia662 y, por fin, el arzobispo de Toledo663 o al
Cardenal Gil, diácono de San Cosme y San Damián.664
Los conflictos más usuales se producían con los obispados limítrofes, Cuenca y
Toledo, por derechos eclesiásticos o creación de iglesias;665 también con concejos realengos

155
o santiaguistas por derechos de paso666 y construcción o posesión de casas,667 molinos668 y
castillos,669 pertenecientes a conventos y hospitales. Las disputas internas solían ser de dos
tipos, o bien entre el prior de Uclés y un comendador por el pago de la décima anual,670 o
bien entre dos aspirantes a comendadores de una misma encomienda, como sucedió con la
encomienda de Montizón entre Jorge Manrique y Diego de Iranzo,671 librada ante el
tribunal romano de la Rota, al igual que el mantenido entre Juan de Rueda y Garcerán de
Soler por la de Alpajes.672 Ya a fines del siglo XV jueces apostólicos intervinieron en la
disputa entre el maestre Cárdenas y Luis Manrique, comendador de Montizón, por unas
rentas673 y entre el prior de Uclés y el comendador de Montealegre por una heredad.674
Huelga decir que en todas estas causas eclesiásticas la apelación final correspondía al
Pontífice: tanto en el siglo XIII como en el XIV, haciendo uso de su alta jurisdicción,
absolvió a freiles y seglares de excomunión675 y sacrilegio.676 Otra importante función que
correspondía al papa era la confirmación de la elección del maestre,677 o la entrega de la
administración a los reyes.678 Igualmente, podían conceder esa administración a
perpetuidad679 e, incluso, permitir desmembrar sus propiedades para fines justificados,
como se autorizó a hacer a Carlos I.680 A cambio de los desvelos del papa, la Ordene debía
pagarle diez malochinos o malequinos, más tarde florines, anuales, que tras 1387
correspondía tributarlos al prior de Uclés, pues el maestre Suárez de Figueroa le había
cedido al efecto la villa de Santa María de los Llanos.681

Jurisdicción exenta de la Orden


Como se puede concluir, los freiles santiaguistas estaban exentos de jurisdicción
tanto eclesiástica como civil,682 debiendo responder sólo ante el papa y sus legados.683 Los
que fueran violentamente contra ellos serían inmediatamente excomulgados sin
absolución.684 Fernando III lo había entendido así cuando en 1234 creó un juez especial
para las querellas de los freires de Uclés, permitiéndoles acudir a él en caso de
descontento.685 Legados papales y jueces conservadores jugaron en esto un papel
importante, al menos hasta el siglo XIV, pues ya en el siguiente era el maestre el que
delegaba en jueces, caballeros y clérigos de la Orden en cada Provincia; para la apelación
ante él, delegarían ante dos caballeros asesorados por un letrado.686
En las causas criminales estableció Felipe II que se librasen ante el Consejo de Or-
denes, ayudado por dos caballeros ancianos designados por el presidente del Consejo.687
Para 1600 Clemente VIII declararía que en primera instancia irían al Consejo de Ordenes;
en apelación al rey, quien delegaría en dos jueces del Consejo real y dos del de Ordenes; en
última instancia, el rey delegaría libremente.688 Las demandas entre caballeros de distintas
órdenes, tanto en causas civiles como criminales, irían, tras su erección, al Consejo de Or-
denes.689 En todos los casos de procedimiento debían los freires conseguir licencia del
maestre: para seguir pleito690 ni para salir como fiador.691 Por descontado que para las dis-
ciplinas impuestas no había apelación.692

156
NOTAS
1
E. García de Enterría, “La formación histórica del principio de autotutela de la Administración”, Moneda y
crédito, CXXVIII, 1974, p. 65.
2
J.M. Pérez-Prendes, “«Facer justicia». Notas sobre actuación gubernativa medieval”, Moneda y crédito, CXXIX,
1974.
3
M. Bloch, op. cit., p. 230.
4
AHN, Sellos, carp. 5, nº 5.
5
Sobre la formación del Derecho municipal en la Edad Media pueden verse las apreciaciones de Alfonso Otero
(“El Códice López Ferreiro del Liber Iudiciorum”, AHDE, XXIX, 1959, pp. 570-573) y Aquilino Iglesia (“Dere-
cho municipal, derecho señorial, derecho regio”, HID, IV, 1977, pp. 128-130 y 134-135).
6
Martín, Orígenes, doc. 8, y C. Gutiérrez del Arroyo, “Fueros de Oreja y Ocaña”, AHDE, XVII, 1946, pp. 651-
662.
7
Martín, doc. 22. Al parecer, esta puebla no prosperó.
8
Ibidem, doc. 26.
9
Sobre la génesis de este derecho privilegiado A. García Gallo, “Los Fueros de Toledo”, AHDE, XLV, 1975.
10
Gutiérrez del Arroyo, doc. III.
11
De Manuel, Memorias, pp. 528-530. Sería confirmado por el maestre don Gonzalo Ruiz en 1275, el mismo que
daría seguridades a los nuevos pobladores de la Orden (AHN, Uclés, carp. 6, nº 40).
12
Lomax, doc. 34. Un planteamiento válido el de A. Iglesia (“El privilegio general concedido a las Extremaduras
en 1264 por Alfonso X”, AHDE, LIII, 1983, pp. 455-521), donde se incluyen 18 capítulos dirigidos a la caballería.
13
RAH, Salazar, Lib. V, fol. 156.
14
Menéndez Pidal, doc. 311.
15
Ibidem, doc. 310.
16
Chaves, fol. 196r.
17
Ibidem, fol. 27v, 49v y 107r.
18
Martín, doc. 285. Confirmado en 1242 por don Rodrigo Yáñez (Lomax, doc. 26).
19
J. Báguena, Aledo. Su descripción e historia, Madrid, 1901, pp. 269-275. Editado por Torres Fontes, Documen-
tos del siglo XIII, doc. 105.
20
Colección de fueros y cartas-pueblas, p. 267.
21
Rafael Ureña, Fuero de Cuenca. Formas primitiva y sistemática: texto latino, texto castellano y adaptación del
Fuero de Iznatoraf, Madrid, 1935.
22
No debe confundirse este texto con el de la aragonesa Alfambra; publicado por Pedro Andrés Porras, “La repo-
blación de la Mancha santiaguista en tiempos de Alfonso XI”, CHD, II, 1995, pp. 62-63, nota 22, y Apéndice
documental, doc. 1.
23
Confirmado en 1246 (Luis de Salazar y Castro, Historia genealógica de la Casa de Lara, Madrid, 1694, IV, fol.
678).
24
Chaves, fol. 42r.
25
En 1261 exención de pechos por un año a los recién casados, en 1268 mejorías al fuero —se refiere concreta-
mente a la atribución personal de la personalidad, tal como venía recogida en el Liber Iudiciorum, 6.1.7. antiqua,
según el principio Omnia crimina suos sequantur auctores; en la edición vulgata y en la castellana se corresponde
con 6.1.8: Todos los pecados deven seguir a aquelos que los facen— (Chaves, fol. 42v); en 1275, donación de las
aldeas de Alcubillas, además de la ampliación de términos y otras exenciones, en 1275 nuevos privilegios (fol.
64v).
26
AHN, Uclés, carp. 219, nº 2; editado por Porras, “La presión fiscal”, doc. I. En 1223 el concejo de Moratalla y el
comendador y cabildo de Uclés celebraron un acuerdo sobre mercado y hornos (Torres Fontes, doc. 1).
27
Pedro Rodríguez Campomanes, Dissertaciones históricas del Orden y Cavallería de los Templarios, Madrid,
1747, pp. 232-233. Fue confirmado y reformado en lo relativo a la responsabilidad personal —antiqua 6.1.7— en
1315 por don Diego Muñiz (Bullarium, fol. 271).
28
AHN, Uclés, carp. 82, nº 5; editado por Porras, “La presión fiscal”, doc. II y Torres Fontes, “El señorío y enco-
mienda de Canara en la Edad Media”, EEM, I, 1980, doc. III.
29
Chaves, fol. 48r. En 1286 Sancho IV había concedido el fuero de Alcaraz a Caravaca y a sus aldeas, Cehegín y
Bullas (Torres Fontes, CODOM. IV. Documentos de Sancho IV, Murcia, 1977, doc. 63).
30
Se trata del único texto que se conserva de este fuero en tierras santiaguistas (Colección de fueros de la RAH,
fol. 277-278). Recientemente ha sido editado por María Teresa Martín Palma, Los fueros de Villaescusa de Haro y
Huete, Málaga, 1984.
31
AHN, Uclés, carp. 91-I, nº 38 y 38bis.
32
AHN, Sellos, carp. 12, nº 5.
33
Chaves, fol. 43r, 61r-61v, 62v-63r y 44r-44v.
34
Sáez, “Edición crítica y apéndice documental” en Los Fueros de Sepúlveda, Segovia, 1953.
35
Sáez, doc. 5. En 1242 se estableció el pago del pedido (AHN, Uclés, carp. 339, nº 10).
36
Lomax, doc. 27.

157
37
Fidel Fita, : “El fuero de Uclés”, BRAH, XIV, 1889, pp. 302-355. Más recientemente, Milagros Rivera Garretas,
“El fuero de Uclés (siglos XII-XIV)”, AHDE, LII, 1982, pp. 243-348.
38
Martín, doc. 153.
39
Ibidem, doc. 296.
40
Sáez, doc. 8.
41
Ibidem, doc. 9.
42
Id, doc. 10.
43
Lomax, doc. 19.
44
Chaves, fol. 41r.
45
Salvador de Moxó, “Relaciones entre la Corona y las Ordenes Militares en el reinado de Alfonso XI”, VII
Centenario del Infante don Alfonso de la Cerda, Ciudad Real, 1976, II, pp. 117-158.
46
RAH, ms. 9/6448, s.f. Apéndice documental, doc. 2.
47
AHN, Uclés, carp. 55, nº 12. Eximía el Rey a los vecinos de estos lugares de pechos, servicios, ayudas, pedidos,
fonsadera y demás tributos durante los siguientes diez años, con excepción de la moneda forera.
48
Sáez, doc. 38, nº 5.
49
Chaves, fol. 187v y 250r.
50
Ibidem, fol. 107r.
51
AHN, Uclés, carp. 86, nº 11. Apéndice documental, doc. 5.
52
AHN, Uclés, carp. 93, nº 33, fol. 3v-4r. Apéndice documental, doc. 7.
53
Salazar, Historia de la Casa de Lara, IV, p. 413.
54
RAH, ms. 9/6448, s.f. Apéndice documental, doc. 11.
55
Sáez, doc. 20.
56
Chaves, fol. 50r.
57
Ibidem, fol. 27r.
58
González, La repoblación de Castilla la Nueva, I, p. 372.
59
He desarrollado este tema en mi artículo antes citado “La repoblación de la Mancha santiaguista...”.
60
L. Díez Canseco, “Sobre los fueros del Valle de Fenar, Castrocalbón y Pajares (Notas para el estudio del Fuero
de León)”, AHDE, I, 1924, pp. 342-343. El mundo municipal ha sido profusamente estudiado en los últimos años,
siendo clásicos los trabajos de Luis García de Valdeavellano, Sobre los burgos y burgueses en la España Medie-
val, Madrid, 1960 (hay una edición reciente), María del Carmen Carlé, Del concejo medieval castellano-leonés,
Buenos Aires, 1968, Jean Gautier-Dalché, Historia urbana de León y Castilla en la Edad Media (siglos IX-XIII),
Madrid, 1979 y Miguel A. Ladero Quesada, Historia de Sevilla. II. La Ciudad medieval (1248-1492), Sevilla,
1980.
61
Ibidem, p. 342.
62
Id, pp. 346-347.
63
Id, p. 348.
64
“Instituciones fiscales y realidad social en la Baja Edad Media castellana”, RHD, I, 1976, pp. 128-129.
65
Fuero de Ubeda, 34-a. En otros casos aparecen jurados y adelantados porque utilizaban fuero de Toledo, segu-
ramente, como en Dosbarrios en 1213 (AHN, Uclés, carp. 113, nº 4).
66
Pérez-Prendes, op. cit., pp. 26-27.
67
Ibidem, p. 25.
68
Rafael Gibert, El concejo de Madrid. Su organización en los siglos XII al XV, Madrid, 1949, p. 222.
69
Lomax, doc. 19. En el Campo de Montiel sus aldeas tenían prohibido elegir juez o alcaldes (Chaves, fol. 46v).
70
Lomax, doc. 26.
71
Fuero de Ubeda, 34-e y q.
72
Ibidem, 34-a’ y 35-d.
73
Fuero de Uclés, 119.
74
Ibidem, 87.
75
Quintero, Uclés. Documentos inéditos, pp. 103-104.
76
Fuero de Ubeda, 34-a y Fuero de Uclés, 203. En el Fuero de Moratalla, dado a comienzos del siglo XIII, se
ordenaba Ningún omne non sea en portielo fata que sea un año en la villa, ni iuez ni alcaldes que se muden en
cadaño, nin jurados de las aldeas qu’es muden cadaño (AHN, Uclés, carp. 219, nº 2).
77
N. Guglielmi, “La figura del juez en el concejo (León-Castilla siglos XI-XIII)”, Mélanges offerts à René Crou-
zet, Poitiers, 1966, II, pp. 1.003-1.024, y González Serrano, “Los oficios de concejo en los fueros municipales de
León y Castilla”, RCJS, V, 1922.
78
Fuero de Ubeda, 34-b.
79
Ibidem, 34-n.
80
Id, 34-l y p-s.
81
Fuero de Uclés, 66. También ante los alcaldes.
82
Ibidem, 67.
83
Id, 175.
84
Id, 64.

158
85
Id, 174, 173 y 85.
86
Fueros de Oreja..., doc. III.
87
De Manuel, p. 529.
88
Lomax, doc. 34.
89
RAH, ms. 9/6448, s.f.
90
Báguena, p. 275.
91
J. López Ortiz, “El proceso en los reinos cristianos de nuestra Reconquista antes de la recepción romano-
canónica”, AHDE, XIV, 1942-1943, p. 185. Para épocas anteriores C. Sánchez-Albornoz, “Documentos para el
estudio del procedimiento judicial en el reino astur-leonés”, Homenaje a Agustín Millares Carló, II, pp. 143-156.
92
J. Orlandis Rovira, “La prenda como procedimiento coactivo en nuestro derecho medieval (Notas para un estu-
dio)”, AHDE, XIV, 1942-1943, pp. 81-183, y “La prenda de iniciación en los fueros de la familia Cuenca-Teruel”,
AHDE, XXIII, 1953, pp. 83-93.
93
López Ortiz, p. 201.
94
L. García de Valdeavellano, “La pesquisa como medio de prueba en el derecho procesal del reino astur-leonés
(Dos documentos para su estudio)”, Homenaje a don Emilio Gómez Orbaneja, Madrid, 1977, p. 232. También J.
Cerdá Ruiz-Funes, “En torno a la pesquisa y procedimiento inquisitivo en el derecho castellano-leonés en la Edad
Media”, AHDE, XXXII, 1962, pp. 483-517.
95
López Ortiz, p. 214.
96
Ibidem, p. 217.
97
Fuero de Ubeda, 39-f.
98
Ibidem, 39-g.
99
Id, 46-e.
100
Otrosy, quando los aldeanos fuera de la villa alcaldes fizieren e al otro non ploguiere el juyzio, échese al
viernes, e vengan al plazo al primer viernes; e el que non viniere caya de la cosa (id, 50-f).
Cristiano o judío en litigio, fagan dos alcaldes vezinos, el uno cristiano e el otro judío, que los judguen. E sy
alguno dellos nol pluguiere el juyzio, échense a quatro alcaldes que sean dos christianos e dos judíos, e en aques-
tos quatro alcaldes aya fin el juyzio (id, 53-a). Cuando los pleitos se entablaban entre vecinos de lugares distintos,
se recurría a la institución del medianedo (E. Gorría, “El medianedo en León y Castilla”, CHE, XII, 1944, pp. 120-
129).
101
Id, 45-a.
102
Id, 45-f.
103
Id, 45-b-d.
104
Id, 45-e.
105
Fuero de Uclés, 173.
106
Ibidem, 106.
107
Fuero de Ubeda, 51. El juez nombraría un andador, quien, después de jurar la manquadra y ser aceptado por las
partes, acompañaría a los litigantes hasta encontrar al monarca. El andador debía traer de viva voz la sentencia
regia.
108
Sáez, doc. 10 y Lomax, doc. 19. Por causas de menor cuantía se apelaría al comendador de la Torre.
109
Sáez, doc. 9.
110
RAH, ms. 9/6448, s.f.
111
AHN, Uclés, carp. 93, nº 33, fol. 4r.
112
AHN, Uclés, carp. 86, nº 11.
113
AHN, Uclés, carp. 82, nº 14, fol. 16r.
114
A. Bo y Mª.C. Carlé, “Cuándo empieza a reservarse a los caballeros el gobierno de las ciudades castellanas”,
CHE, IV, 1946, pp. 114-124. A. García Ulecia, Los factores de diferenciación entre las personas en los fueros de
la Extremadura castellano-leonesa, Sevilla, 1975.
115
Fuero de Ubeda, 37-h.
116
Fuero de Uclés, 85.
117
Fuero de Ubeda, 37-a. Según el privilegio de Montiel de 1268, nadie podría prender malhechor sinon fuere el
concejo con las justicias de la villa, y si lo hiciere alguno, debería ponerlo en sus manos (Chaves, fol. 42v).
118
Fuero de Ubeda, 51.
119
Ibidem, mejoría VIII.
120
Id, 35-a.
121
Id, 35-b.
122
Id, 35-a.
123
P. Chalmeta, “La figura del almotacén en los fueros y su semejanza con el zabazoque hispanomusulmán”,
RUM, XIX, 1971, y El «señor del zoco» en España: Edades Media y Moderna. Contribución al estudio de la
historia del mercado, Madrid, 1973.
124
Editado por Vázquez de Parga, AHDE, XV, 1944, ley XXXV.
125
Fuero de Ubeda, 36-a.
126
Ibidem, 36-f.

159
127
Id, 36-e.
128
Id, 34-b’ y Fuero de Uclés, 134.
129
Fuero de Ubeda, 38-c.
130
Ibidem, 38-d-e.
131
Id, 38-g.
132
Id, 38-i-h.
133
Fuero de Uclés, 118.
134
Ibidem, 159 y Fuero de Ubeda, 55.
135
Fuero de Ubeda, 94.
136
De Manuel, p. 530.
137
Cuatro años más tarde, en 1256, rubrican un documento del concejo de Uclés el juez, los alcaldes, un escribano,
un andador, así como seis jurados de las aldeas y tres sexmeros (Lomax, doc. 27).
138
Esa posibilidad de crear un cargo temporal ya aparece con ese nombre en el Fuero Juzgo.
139
Gibert, El concejo de Madrid, p. 123.
140
Díez Canseco, op. cit., p. 349. Este fenómeno ha sido estudiado por J.I. Ruiz de la Peña, “Tránsito del concejo
abierto al regimiento en el municipio leonés”, Archivos Leoneses, XLV-XLVI, 1969, pp. 301-316.
141
J.M. Font Rius, “La recepción del derecho romano en la Península Ibérica durante la Edad Media”, Recueil de
mémoires et travaux publiées par la Société d’Histoire et des Institutions des anciens pays de droit écrit, Montpe-
llier, VI, 1967.
142
Chaves, fol. 61r. La legislación real pertinente se halla recogida en el Ordenamiento de Montalvo (Alonso Díaz
de Montalvo, Ordenanzas reales de Castilla, recopiladas y compuestas por el doctor..., Madrid, 1779, Lib. VII,
tít. I y II).
143
Compilación 1605, Lib. II, tít. I, ley XVI.
144
Evidentemente, la obligación contenida en los fueros de ser caballero no se cumplía estrictamente, así, en 1422
don Enrique había prohibido a los caballeros de fuero de Alhambra que no ejercieran de alcaldes (AHN, Uclés,
carp. 51-I, nº 4bis).
145
Estas prescripciones parece que eran frecuentemente vulneradas, por ejemplo, en Caravaca, donde el maestre
don Alonso de Cárdenas ordenó en 1480 que se guardase esta ley capitular (AHN, Uclés, carp. 82, nº 14, fol. 14r).
Todavía en 1548 el rey Carlos mandaba al concejo de Uclés que la observasen, pues se habían elegido clérigos
tonsurados y mozos por casar (Quintero, op. cit., pp. 28-29).
146
Compilación 1605, Lib. II, tít. I, ley XVII. Añadieron los Reyes Católicos a la nómina de incompatibilidades
los deudores de concejos, iglesias, ermitas u hospitales, por más de 300 mrs. También se pidió por los pueblos que
no accedieran a los cargos los caballeros que vivían con los comendadores: falló don Juan Pacheco que los que
fueran sus comensales continuos no los ocupasen, pero los que estuvieran casados y avecindados sí (ley XVIII).
Así se cumplía en Caravaca en 1408 y 1445, cuando el comendador respectivo había intentado eximir a sus escu-
deros del pago de pechos concejiles, velas y rondas (AHN, Uclés, carp. 82, nº 14, fol. 8v y 3v-4r). En el pequeño
lugar de Valtablado tenía costumbre el comendador de confirmar los alcaldes elegidos por el pueblo (AHN,
OO.MM., Lib. 1.076c, fol. 478).
147
Compilación 1605, Lib. II, tít. I, ley XXI. Las medidas falsas serían destruidas y se multaría al falsario con 60
mrs. en cada ocasión, además de las penas de Derecho, mitad para los alcaldes y mitad para el comendador.
148
Ibidem, ley XXII. Véase A. Barrero, “Los términos municipales en Castilla en la Edad Media”, II Symposium
de Historia de la Administración, Madrid, 1971, pp. 137-161. Como se ha visto, los conflictos de términos eran
muy numerosos.
149
Id, ley XXIII.
150
Id, ley XXIV.
151
En 1522 el alcalde de La Membrilla efectuaba pesquisa, a instancias del cura Alonso Pérez, para hacer constar
los bienes de su beneficio (AHN, Uclés, carp. 197-I, nº 3).
152
Compilación 1605, Lib. II, tít. I, ley XXV. En la ley siguiente se establece que no ejecuten más de una vez una
misma deuda.
153
Ibidem, ley XXVIII. En el caso de los menores, prohibía don Alonso de Cárdenas ocasionarles dispendios,
como yantares y soldadas.
154
Id, ley XXXI. En ocasiones desempeñaban otras funciones: en 1356 en Villanueva de Alcardete se estableció
que para coger madera del término de Gúzquez, los de Villanueva deberían jurar ante su alcalde que la necesitaban
para sus arados, en cierta cantidad, no para venderla. Este les daría su albalá para los montaraces de Gúzquez, que
se lo consentirían en la expresada cantidad (AHN, Uclés, carp. 93, nº 33, fol. 8v).
155
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 558.
156
AHN, Uclés, carp. 82, nº 14, fol. 1v-2v.
157
Ibidem, fol. 13r. Don Lorenzo Suárez de Figueroa y don Juan Pacheco legislaron en este sentido, prohibiendo a
comendadores y alcaides entender en primera instancia (Compilación 1605, Lib. II, tít. I, ley XIX).
158
Ibidem, ley XXX.
159
Penado por don Juan Pacheco (ley XX).
160
Id, ley XIX.

160
161
Id, ley XXVII.
162
Id, ley XXIX.
163
Libro de Bulas y Pragmáticas..., fol. 358r-360r. Por su similitud pueden consultarse los datos publicados por A.
Palomeque, “Derechos de arancel de la justicia civil y criminal en los lugares de los propios y montes de la ciudad
de Toledo anteriores al año 1500”, AHDE, XXIX, 1954, pp. 87-94.
164
A este respecto es interesante presentar el cuadro siguiente, referido a Liétor en 1494 (AHN, OO.MM., Lib.
1.066c, fol. 57-58):

Oficio (salarios) mrs.


2 alcaldes ordinarios 100
2 regidores anuales 100
Alguacil 100
Procurador 100
Jurado 600
Saludador 500
Fiel del peso de la harina 1.250
Barbero-sangrador 3.000
Pregonero-sepulturero 3.000
Sacristán 1.200
Oficio (arrendamiento) mrs.
Almotacén 400
Caballero de la Sierra 600
165
Compilación 1605, Lib. II, tít. II, ley I.
166
Chaves, fol. 61r.
167
Compilación 1605, Lib. II, tít. II, ley I.
168
Ibidem, ley III.
169
Id, ley II.
170
Id, Lib. II, tít. III.
171
Id, Lib. II, tít. LV. Aunque los Reyes Católicos, a veces, dictaron estas medidas, como lo hicieron en carta de
1496, en que establecieron diversas equivalencias fijas de pesos y medidas de capacidad (Quintero, pp. 121-122).
172
Fuero de Oreja..., doc. III.
173
Montalvo, Lib. II, tít. XIV.
174
Chaves, fol. 61r.
175
Es evidente que el sistema procesal ha evolucionado en modo extremo, debido a la influencia del derecho
canónico, imponiéndose la prueba testifical y documental, así como la pesquisa, ahora llamada información. Los
alcaldes han asumido la instrucción y el fallo totalmente en la primera instancia, dejando al alguacil en mero
ejecutor, sin más.
176
Compilación 1605, Lib. II, tít. VI, ley III.
177
Ibidem, ley V.
178
Id, leyes II y IV. En 1409 el Infante don Enrique estableció que el alguacil del Colmenar de Oreja llevase 104
mrs. por cada entrega, según baremo (AHN, Uclés, carp. 247, nº 14, fol. 246).
179
Estos eran los lugares: Santa María de los Llanos, donde el Prior elegía alcaldes y alguacil (AHN, OO.MM.,
Lib. 1.064c, fol. 138), Villarrubia (Lib. 1.063c, fol. 52), Biedma, de estar poblada (ibidem, fol. 56), Ocaña y
Villatobas (id, fol. 69), Yegros (id, fol. 100), Paracuellos (id, fol. 108), Horcajo (id, fol. 157), Miguel Esteban (id,
fol. 167), Campo de Criptana (id, fol. 171), Huélamo (id, fol. 208) y Segura de la Sierra (id, fol. 310).
180
Oreja, Colmenar y Noblejas (id, fol. 119), Socuéllamos (id, fol. 212) y Villarejo de Salvanés (Salazar, Comen-
dadores de Santiago, I, p. 142).
181
Santa Cruz de la Zarza (Lib. 1.063c, fol. 46), Corral de Almaguer (ibidem, fol. 149), Mohernando (Lib. 1.074c,
fol. 32), Monreal (Lib. 1.075c, fol. 140) y Uclés (Lib. 1.080c, fol. 358).
182
Compilación 1605, Lib. II, tít. VI, ley VI.
183
Chaves, fol. 61v.
184
Compilación 1605, Lib. II, tít. VII, ley VIII.
185
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 539-541 y 578.
186
AHN, Uclés, carp. 16, nº 27. Mandó Carlos I en 1549 que la escribanía pública de Uclés no se arrendase a
menor de 25 años, debiendo ser examinado el candidato por el concejo y el gobernador de Partido (Quintero, p.
129). La legislación real sobre los escribanos de número en Montalvo (Lib. II, tít. XVIII).
187
Compilación 1605, Lib. II, tít. VII, ley III. Si no hebreos, es más que probable que entre los escribanos abunda-
sen los conversos.
188
Ibidem, ley I.
189
Id, ley VI.

161
190
Id, ley II.
191
Id, leyes IV y V.
192
Id, tít. VII, ley I.
193
Id, ley II.
194
Id, tít. VIII, ley III. Así lo mandaron cumplir los visitadores de 1480 en el Campo de Montiel (Lib. 1.064c, fol.
199).
195
AHN, OO.MM., Lib. 1.069c, fol. 139. Otros testimonios en Hornos, Orcera (ibidem, fol. 106 y 150) y Morata-
lla (Lib. 1.072c, fol. 196-197). Este pedía a los visitadores que se construyera horno y molino nuevos y aquél
declaraba que la villa tenía privilegio de no tener cuantiosos.
196
Compilación 1605, Lib. II, tít. II, ley I. La forma de elegir procuradores está claramente expresada en el fuero
de Baza (Moreno Casado, El fuero de Baza, Granada, 1968, tít. 30).
197
AHN, OO.MM., Lib. 1.066c, fol. 57.
198
Este, según el Diccionario de la Lengua Española (Madrid, 1956), era un «Embaucador que se dedica a curar o
precaver la rabia u otros males, con el aliento, la saliva y ciertas deprecaciones y fórmulas, dando a entender que
tiene gracia y virtud para ello». Esa es una función más lógica que la que se podría derivar de los fueros locales:
dar por inocente al vencedor de la lid.
199
El mandato general en que éstas se especifican, tanto si eran atribuidas al concejo como si lo eran al comenda-
dor las guardas de términos, para 1480 en AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 198.
200
AHN, Uclés, carp. 339, nº 52.
201
Quintero, pp. 10-11.
202
AHN, Uclés, carp. 339, nº 76.
203
AHN, Uclés, carp. 93, nº 33, fol. 4v.
204
AHN, Sellos, carp. 14, nº 6.
205
AHN, Uclés, carp. 243, nº 23.
206
Referido a Socobos en 1498 (AHN, OO.MM., Lib. 1.069c, fol. 254).
207
En Lorquí en el mismo año (ibidem, fol. 408).
208
Id, fol. 427.
209
AHN, OO.MM., Lib. 1.065c, fol. 164.
210
AHN, OO.MM., Lib. 1.066c, fol. 323.
211
AHN, OO.MM., Lib. 1.072c, fol. 304, 344 y 307.
212
Ibidem, fol. 311 y 348.
213
AHN, OO.MM., Lib. 1.077c, fol. 476.
214
Torres Fontes, “El alcalde mayor de las aljamas de moros en Castilla”, AHDE, XXXII, 1962, pp. 153 y 157-
158.
215
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 74 y Lib. 1.080c, fol. 286-287.
216
AHN, OO.MM., Lib. 1.077c, fol. 396-397.
217
Quintero, pp. 137-138.
218
Relaciones de Ciudad Real, p. 484 y Relaciones de Toledo, p. 582. Sin embargo, los alcaldes de Fuentidueña se
elegían de distinto modo: reunido el pueblo, designaba a cuatro candidatos, de los cuales el comendador mayor
escogía dos (Relaciones de Madrid, p. 278).
219
Relaciones de Toledo, p. 113.
220
Relaciones de Ciudad Real, pp. 567, 308 y 491.
221
Luis R. Villegas y Rafael García Serrano, “Relaciones de los Pueblos de Jaén, ordenadas por Felipe II”, BIEG,
LXXXVIII-LXXXIX, p. 32.
222
Quintero, pp. 123-124. En el caso de Tomelloso, aldea de Socuéllamos, entendían sus alcaldes en causas civiles
hasta 400 mrs., en tanto que las criminales iban en primera instancia a la villa (Relaciones de Ciudad Real, p. 478).
223
Quintero, pp. 30-32.
224
Relaciones de Ciudad Real, p. 170.
225
Relaciones de Jaén, p. 199.
226
Ibidem, p. 194.
227
Id, p. 129. De la relación de Terrinches parece puede deducirse que en ambas jurisdicciones los alcaldes ordina-
rios entendían hasta los 10.000 mrs.; por cuantías superiores se apelaba al gobernador del Partido y de él o bien al
Consejo de Ordenes o a la Chancillería de Granada. En asunto de gravedad el rey nombraría pesquisidores para
luego fallar, al igual que en los casos pertinentes al rey, aunque antes la Chancillería nombraría receptores (Rela-
ciones de Ciudad Real, p. 491).
228
Relaciones de Ciudad Real, p. 613.
229
Relaciones de Jaén, p. 72.
230
Quintero, p. 127.
231
Ibidem, pp. 134-135.
232
Relaciones de Toledo, p. 185.
233
Relaciones de Ciudad Real, 590.
234
Relaciones de Toledo, p. 738.

162
235
Ibidem, p. 185.
236
AHN, Uclés, carp. 93, nº 16. Se llamaba Antonio López de Almaguer (1566).
237
Relaciones de Ciudad Real, p. 475.
238
Relaciones de Toledo, p. 738.
239
Relaciones de Ciudad Real, p. 395. Legislación real en Montalvo, Lib. VIII, tít. XIX.
240
Relaciones de Jaén, p. 118. Para la forma de elegirlo y pagarle en el caso del alguacil de Uclés (Quintero, p.
133) y sus atribuciones de orden público (pp. 32-35).
241
En Torrenueva el escribano de cabildo tenía por obligaciones tomar nota de los cabildos, llevar los libros de
pecheros, entender en las tomas y llevas de los propios, llevar las listas de los moriscos y de sus pasaportes, así
como visitar el alfolí del concejo (Relaciones de Ciudad Real, p. 544).
242
Relaciones de Toledo, p. 185.
243
Relaciones de Ciudad Real, p. 308.
244
Ibidem, p. 581.
245
Id, p. 395.
246
Id, p. 568. En número de cuatro.
247
Id, p. 43.
248
Id, p. 535. Presumiblemente en el Reino de Murcia estos oficios debieron de ser relativamente frecuentes, para
aplicar las ordenanzas propias (J. Cerdá, Ordenanzas y costumbres de la huerta de Murcia, Murcia, 1949).
249
Relaciones de Jaén, p. 223.
250
Chaves, fol. 61v. Ejemplos similares de instalación de picota, horca y cuchillo en lugares poblados en Santa
María de los Llanos (AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 103), Belinchón (Lib. 1.063c, fol. 41) y La Solana (Lib.
1.064c, fol. 164).
251
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 135; Lib. 1.068c, fol. 35 y Lib. 1.064c, fol. 113 y 35.
Esta dicha heredad [de La Presa] tiene jurediçión çevil e criminal con mero e mysto ymperio, e por la visitaçión
pasada paresçe que fue mandado al dicho comendador que para juzgar e determinar las penas de la dicha here-
dad y otras, asy çeviles como criminales, so el fuero e jurediçión della, pusiere o diputase un alcalde, persona de
buena fama con juramento que d’él resçibiere para que juzgase e determinase las dichas penas, porque a causa
de no ser executadas los veçinos comarcanos comen los pastos e montes de la dicha heredad e los destruyen; e
asý mismo, paresçe que le fue mandado al dicho comendador ... que porque se conosçiere que tiene juridiçión
çevil y criminal e mero mysto inperio, que pusiese una horca en ella (AHN, OO.MM., Lib. 1.068c, fol. 30).
252
AHN, OO.MM., Lib. 1.073c, fol. 305.
253
AHN, OO.MM., Lib. 1.075c, fol. 244.
254
AHN, OO.MM., Lib. 1.079c, fol. 1.255.
255
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 310.
256
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 559.
257
Ibidem, fol. 450.
258
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 237.
259
G. Martínez Díez, Las comunidades de villa y tierra de la Extremadura castellana, Madrid, 1983.
260
Véase García Ulecia, op. cit.
261
Chaves, fol. 46v.
262
De Manuel, p. 529.
263
Chaves, fol. 40v.
264
AHN, OO.MM., Lib. 1.076c, fol. 488.
265
AHN, Uclés, carp. 365, nº 2.
266
AHN, Uclés, carp. 311, nº 11.
267
Iradiel, Evolución de la industria, p. 69.
268
AHN, OO.MM., Lib. 1.079c, fol. 914-923. Apéndice documental, doc. 33.
269
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 198-199.
270
Chaves, fol. 50r.
271
Porras, “La repoblación de la Mancha santiaguista...”.
272
Ibidem, fol. 50r-50v.
273
Gómez Centurión, Jovellanos y las Ordenes..., pp. 281-293.
274
AHN, OO.MM., Lib. 1.072c, fol. 60. Para 1540 habían también un alcalde mayor de la Provincia de Castilla la
Vieja (AHN, Uclés, carp. 133, nº 6). La misma organización parece que poseía la Orden de Calatrava: en la puerta
de la antigua cárcel —hoy ayuntamiento— de Martos, puede leerse el nombre del gobernador del Partido de
Martos en 1524.
275
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 638.
276
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 100, 171, 160, 157, 208 y 281.
277
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 198.
278
Algunos datos de las Relaciones Topográficas indican que entre los vasallos de la Orden aún quedaba memoria
de cuando todavía no había división en partidos, lo que, en buena lógica, parece indicar que la subdivisión sería

163
tardía (Relaciones de Jaén, p. 39). Tal vez haya que poner en relación este hecho con la promulgación de los
Capítulos de Corregidores (A. Muro Orejón, Los Capítulos de Corregidores de 1500, Sevilla, 1963).
279
AHN, OO.MM., Lib. 1.079c, fol. 1.378.
280
AHN, OO.MM., Lib. 1.072c, fol. 60.
281
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 871.
282
Relaciones de Ciudad Real, p. 470.
283
J. Ortega Rubio, Relaciones topográficas de los Pueblos de España. Lo más interesante de ellas, Madrid, 1918,
pp. 219, 356, 357 y 701.
284
Véanse, entre otros, estos trabajos: M. González Jiménez, “La Hermandad entre Sevilla y Carmona (s. XIII-
XVI)”, Actas del Primer Congreso de Historia de Andalucía, II, pp. 2-30; L. García de Valdeavellano, “Carta de
hermandad entre los concejos de la Extremadura castellana el arzobispo de Toledo en 1295”, Revista Portuguesa
de Historia, XII, 1969, pp. 57-76; C. Argente del Castillo, “Las Hermandades medievales en el Reino de Jaén”,
Actas del Primer Congreso…, II, pp. 21-32; E. Benito Ruano, “La Hermandad de Asturias durante los siglos XIV
y XV en relación con el movimiento similar vascongado”, La sociedad vasca y rural…, Bilbao, pp. 223-231; A.
Alvarez de Morales, “La Hermandad navarro-aragonesa de 1469 y su influencia en el ordenamiento penal y proce-
sal”, Hispania, CXXXVI, 1977, pp. 369-378; T. Ruiz Josué, “Las cartas de Hermandad en España”, AHDE, XV,
1944, pp. 387-463 y G. de Balparda, “Las Hermandades de Vizcaya y su organización provincial”, AHDE, IX,
1932, pp. 190-199.
285
AHN, Uclés, carp. 260, nº 10 y 11. En 1178 había celebrado la Orden hermandad con sanjuniastas y templarios
(Martín, doc. 92).
286
Miguel A. Ladero, España en 1492, Madrid, 1978, p. 126.
287
Pretel, op. cit., p. 312.
288
Ibidem, p. 313.
289
Relaciones de Ciudad Real, p. 308.
290
Ibidem, pp. 499 y 568.
291
Id, p. 348.
292
Relaciones de Jaén, p. 72
293
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 110.
294
Orígenes de la Orden, p. 24.
295
Un caso especial y único fue la entrada de los fratres de Avila (ibidem, pp. 25-26).
296
Menéndez Pidal, Documentos lingüísticos, doc. 321.
297
Orlandis, “«Tradidio corporis et anima». La «familiaritas» en las iglesias y monasterios españoles en la Alta
Edad Media”, AHDE, XXIV, 1954, pp. 95-279.
298
L. García de Valdeavellano, “El prestimonio. Contribución al estudio de las manifestaciones del feudalismo en
los reinos de León y Castilla durante la Edad Media”, AHDE, XXV, 1955, pp. 5-122.
299
Los documentos de los siglos XIII y XIV son : de 1217 (AHN, Uclés, carp. 89, nº 6), 1223 (carp. 338, nº 9),
1240 (carp. 86, nº 7), 1242 (Menéndez Pidal, doc. 319), 1243 (Torres Fontes, Documentos del siglo XIII, doc. II),
1261 (AHN, Uclés, carp. 339, nº 13), 1293 (carp. 50-I, nº 7), 1294 (ibidem, nº 9), 1302 (carp. 325, nº 36), 1320
(carp. 151, nº 4), 1346 (Bulario, fol. 418-419) y 1371 (AHN, Uclés, carp. 323, nº 13 —documento ilegible; ver
Bulario, fol. 684-685—).
300
“El prestimonio…”, p. 20.
301
Ibidem, p. 71.
302
Id, pp. 28-29.
303
La Orden de Santiago, p. 86.
304
Ibidem, p. 88.
305
Id, pp. 90-93.
306
Medrano, La Regla y Establecimientos de la Cavallería de Santiago del Espada, Valladolid, 1603, tít. I, cap. I.
En 1513 decretó León X que sólo fueran recibidos al hábito de Santiago nobles cualificados en la disciplina militar
(Bulario, fol. 913-916).
307
Ibidem, cap. II.
308
Id, cap. III.
309
Id, cap. IV.
310
Id, cap. V.
311
Id, cap. VI.
312
Id, cap. VII.
313
Id, cap. VIII.
314
Id, tít. III, cap. I.
315
Id, cap. II.
316
Id, tít. I, cap. X-XII y tít. II.
317
Id, tít. IV.
318
Id, tít. V, cap. VIII-XV.
319
AHN, OO.MM., Lib. 1.238c, fol. 2r-4r.

164
320
Compilación 1603, tít. VIII.
321
Ibidem, tít. V, cap. VI.
322
Id, tít. XXII, cap. IV.
323
Id, tít. V, adición.
324
Idem.
325
Al menos, cuatro meses al año (id, tít. XV, cap. XIX).
326
Id, tít. V, cap. VI-VII. A través del ejercicio de la delación —obligación y derecho—, es posible saber hasta qué
punto se cumplían estos preceptos: el caballero Juan Ovón denunció que estando en Calatayud, aposentado en un
mesón, le rogó la mesonera que se retraxese a una cámara en tanto que pasaba una moça a otra cámara, a estar
con un hermano del duque de Medinaçeli, que es cavallero de la Orden, que avýa venido allý a dormir con ella,
por conçierto que se la vendió su madre e su padrastro, y que fueron terçeros dello unos estudiantes (AHN,
OO.MM., Lib. 1.238c, fol. 15r-15v).
El caballero Juan Gutiérrez de Montalvo denunció al también caballero Juan de Guzmán, que tenía en su casa dos
hermanas y con ambas tenía hijos, además hablaba soberbiamente a su padre (ibidem, fol. 20r).
Así mismo, Alonso Durán delató al comendador de Ribera de que se acostaba con una esclava, jugaba a los dados
y naipes y decía que no le importaba estar excomulgado toda su vida (id, fol. 30r). Los casos de clérigos amance-
bados son muy numerosos, por ejemplo, en Villarrodrigo y Segura (AHN, OO.MM., Lib. 1.068c, fol. 50 y 114-
126).
327
Esta obligación, frecuentemente conculcada, era —contra lo que pudiera creerse— una imposición de la vida
cotidiana: un tal Heredia, caballero vecino de Alcázar, no pudo ir al Capítulo de Valladolid porque era muy pobre
(AHN, OO.MM., Lib. 1.238c, fol. 17r); Alfonso Durán, por su parte, dixo que da de comer a su muger e a sus
fijos, que son más pobres que puedan ser otros (ibidem, fol. 29v). El caballero Alfonso Beltrán daba su limosna
obligatoria a su mujer e hijos e, incluso, con ello no los podía mantener (id, fol. 31v).
328
Compilación 1603, tít. V, adición.
329
Ibidem, tít. VIII.
330
Id, tít. XV, cap. XXXVII y tít. XVII, cap. XVII.
331
Id, tít. V, adición.
332
Ibidem.
333
Id.
334
Id, tít. XVIII.
335
Id, tít. VI. Por ejemplo, en 1509 Fernando el Católico concedía a su secretario Miguel Pérez de Almazán, recién
elegido trece, licencia para usar vestidores, joyas, pieles y cadenas (BN, ms. 18.69010).
336
Penas en la Compilación, tít. XXII, cap. V.
337
Ibidem, tít. XXII, cap. X.
338
Denunció un caballero, vecino de Alcaraz, que Hernando de Gamarra era muy deshonesto y ejercía de Corregi-
dor en esa ciudad (AHN, OO.MM., Lib. 1.238c, fol. 8r).
339
AHN, Códices, cód. 922b, fol. 6r. En los casos más graves: muerte a freire o a su mujer, la pena era un año en
hierros hasta ser consultado el Papa o los Santos Padres. Una relación pormenorizada de penas y delitos (ibidem,
fol. 6r-7v).
340
Lomax, p. 88.
341
Compilación 1603, tít. XIII.
342
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 10. Los datos sobre personajes concretos son escasos, como el de Miguel
Pérez, sergente de Uclés, quien mandó una tierra al convento en 1483 para la lámpara de la quinta angustia (AHN,
Uclés, carp. 339, nº 77bis).
343
Ver el capítulo de las rentas eclesiásticas.
344
Digo teóricamente porque los que no tenían encomienda vivían normalmente en el lugar de donde procedían,
fuera del solar de la Orden, según se desprende de la visita de 1513 antes citada.
345
En algunas capellanías el patrono o sus herederos podían presentar al candidato y en las vicarías, tras la crea-
ción del Consejo de la Orden, era este el encargado de hacerlo. Sin embargo, el prior podía hacerlo en el territorio
de su priorato, no obstante, en tiempos de revueltas se habían adjudicado ese derecho sin tasa: En la presentaçión
de los benefiçios se han metido los priores, no debiendo entender en ello más de lo que estableçe la Regla, porque
los clérigos han andado fuera de la Orden, y han extendido bien la mano (AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 11).
346
Compilación 1603, tít. XVI, cap. I.
347
Ibidem, cap. II.
348
Id, cap. III.
349
Id, cap. XIX.
350
Id, cap. V.
351
Id, cap. VI.
352
Id, cap. VII.
353
Id, cap. XVIII. Clérigos y sacristanes cobraban por arancel, como el otorgado a los beneficiados del Valle de
Ricote (AHN, OO.MM., Lib. 1.078c, fol. 513-515).
354
Martín, pp. 37-38.

165
355
Benavides, Memorias de Fernando IV, doc. DVI.
356
Compilación 1603, tít. XV, cap. I.
357
Ibidem, cap. II.
358
Id, tít. VIII, cap. IV.
359
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 564.
360
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 144.
361
Compilación 1603, tít. XV, cap. III.
362
Ibidem, cap. XI.
363
Id, cap. XII y XV.
364
Id, cap. XIII y XVI.
365
Id, cap. XIX.
366
Id, cap. XXI.
367
Id, tít. XVIII. Para las demás obligaciones, véase mi artículo “La presión fiscal...”.
368
Id, tít. IX.
369
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 7-8.
370
AHN, OO.MM., Lib. 1.241c, fol. 12v-16v.
371
Compilación 1603, tít. XV, cap. XXII-XXXIII.
372
Fuero de Oreja..., doc. III.
373
AHN, OO.MM., Lib. 1.238c, fol. 32r-96r.
374
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 310.
375
Sin embargo, no siempre el alcaide era un asalariado, sino que podía ser un caballero que la tuviese en tercería;
así, en 1478 tenía la fortaleza de La Membrilla Pedro Salido, pues al tiempo del fallecimiento de don Rodrigo
Manrique tenía la de Uclés, por lo cual el rey Fernando le había prometido la encomienda de Carrizosa u otra de
valor semejante; era fiador y asegurador el comendador de La Membrilla, Pedro Ruiz de Alarcón. No rindió
pleito-homenaje a los visitadores, aunque prometió hacer guerra y paz desde allí por el maestre (ibidem, fol. 256).
376
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 43.
377
Basta examinar las relaciones de comendadores del apéndice para comprobarlo.
378
Al menos según lo dispuesto por don Lorenzo Suárez de Figueroa (Compilación 1605, Lib. II, tít. I, ley II).
Conozco algunas quejas de los concejos, como la de Cieza en 14498, les fue quexado por el conçejo de la dicha
villa disyendo que los ofiçiales que ponen para la justiçia no les catan ninguna onra, antes se les atreven e los
desonran (AHN, OO.MM., Lib. 1.069c, fol. 449).
379
AHN, Uclés, carp. 82, nº 14, fol. 16r.
380
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 198.
381
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 638.
382
AHN, OO.MM., Lib. 1.066c, fol. 114-115.
383
AHN, OO.MM., Lib. 1.242c, fol. 72v.
384
Compilación 1603, tít. XV, cap. V. Según esta normativa, debía ser colado por el capellán del rey, freile de
Santiago.
385
AHN, Uclés, carp. 247, nº 12. El hecho de que sea el prior de la Provincia de León debe de obedecer a que el
freile habría profesado en el convento de San Marcos, ya que los Cárdenas, a pesar de proceder de Ocaña, tenían
su ámbito de influencia en aquella provincia.
386
AHN, Uclés, carp. 247, nº 13.
387
Compilación 1605, Lib. II, tít. XI.
388
Ibidem, tít. XIV.
389
Id, tít. XVI.
390
Id, tít. XV.
391
Id, tít. XII.
392
Id, tít. XIII. Ni llevarles gallinas por la fuerza (tít. XVII).
393
AHN, OO.MM., Lib. 1.066c, fol. 263.
394
AHN, OO.MM., Lib. 1.065c, fol. 167.
395
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 575.
396
Ibidem, fol. 608 y Lib. 1.068c, fol. 261 y 352.
397
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 173. Una larga lista de agravios de los vecinos de Caravaca contra su comen-
dador en 1408 y 1480 en AHN, Uclés, carp. 82, nº 14, fol. 7r-8v y 12v-14v. Apéndice documental, doc. 20 y 26.
398
AHN, OO.MM., Lib. 1.068c, fol. 386-387.
399
AHN, OO.MM., Lib. 1.066c, fol. 340. Disputaban en 1495 el comendador de Segura y el concejo de Orcera
sobre a quién le correspondía tirar la mitad del cortijo que quedaba en pie (Lib. 1.067c, fol. 508); tres años más
tarde fallaron los visitadores que lo hicieran a medias (Lib. 1.068c, fol. 150).
400
Martín, pp. 35-36. Véase L. Hervás y Panduro, Preeminencias y dignidad que en la militar orden de Santiago
tienen su prior eclesiástico y su casa matriz llamada convento de Santiago de Uclés, Cartagena, 1801.
401
P.B. Golmayo, Instituciones de Derecho Canónico, Madrid, 1859, y otras obras similares desconocen casi por
completo la estructura eclesiástica de las órdenes militares.

166
402
Lomax, p. 79.
403
AHN, Uclés, carp. 245, nº 1.
404
AHN, OO.MM., Lib. 1.235c, fol. 1v. Ordenaron los visitadores en 1515 a Pedro Ramírez, mayordomo del
convento, que siguiera en el oficio y no lo dejase por el beneficio del Campo de Criptana (AHN, Uclés, carp. 81,
nº 12).
405
Bulario, fol. 787-790. Una relación completa en López Agurleta, Conventos, vicarías y beneficios de la Orden
de Santiago, AHN, OO.MM., Lib. 1.235c.
406
Bulario, fol. 933-934.
407
Diversas actuaciones suyas a favor de los clérigos de algunas villas contra los alcaldes ordinarios que preten-
dían entender en sus causas: Riópar (AHN, Uclés, carp. 219, nº 6); Hinojoso (carp. 148, nº 4) y Campo de Criptana
(carp. 81, nº 9).
408
AHN, Uclés, carp. 248, nº 4.
409
Compilación 1603, tít. XII, cap. V. En 1503 declaró Alejandro VI que los dos priores de Uclés y San Marcos
fuesen trienales, debiendo ser elegidos por los Reyes (Bulario, fol. 884-885); diez años más tarde se ordenó lo
mismo para el de Sevilla (Bulario, fol. 917-920). En 1507 Julio II establece que no fueran elegidos consecutiva-
mente (Bulario, fol. 891-892).
410
Compilación 1603, tít. XII, cap. I.
411
Ibidem, cap. II.
412
Id, cap. IV.
413
AHN, OO.MM., Lib. 1.235c, fol. 2v.
414
El prior hubo de intervenir en buen número de ocasiones, sobre todo, después de la administración real en casos
de curas amancebados: la instrucción del sumario se hacía por parte de los visitadores por medio de informaciones
o pesquisas, por denuncia pública; el beneficiado se presentaría con la pesquisa sellada ante el prior para que le
impusiera penitencia.
415
Era costumbre antigua que el maestre diera una cantidad en metálico al prior de Uclés en concepto de vestuario
para ayuda de ropa a los freiles (Bulario, fol. 870-871).
416
Las causas por las que sería privado del oficio eran estas: herejía, hechicería, simonía actual y manifiesta,
pecado carnal o grave enajenación de los bienes del convento (AHN, OO.MM., Lib. 1.235c, fol. 2v).
417
Compilación 1603, tít. XII, cap. IX.
418
Bulario, fol. 769-770.
419
Ibidem, fol. 933-934.
420
Martín, doc. 115.
421
Ibidem, doc. 240.
422
Id, doc. 292.
423
AHN, Uclés, carp. 86, nº 8-10.
424
D.W. Lomax, “El arzobispo don Rodrigo Jiménez de Rada”, Hispania, LXXVI, 1959, pp. 323-365.
425
Compilación 1603, tít. XIV, cap. II.
426
Ibidem, cap. I.
427
Id, cap. III.
428
Id, cap. IV.
429
Id, cap. XII.
430
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 236.
431
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 625.
432
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 514. Bedmar y Albanchez pertenecían al obispado gienense.
433
Relaciones de Jaén, pp. 266-267., 139 y 261. En 1507 ordenaron los visitadores al cura de Villarrodrigo que
conociese en las causas decimales, como antiguamente solían conosçer commo vicarios (AHN, OO.MM., Lib.
1.072c, fol. 91).
434
AHN, OO.MM., Lib. 1.069c, fol. 301.
435
AHN, OO.MM., Lib. 1.072c, fol. 204.
436
AHN, Uclés, carp. 83-I, nº 18.
437
AHN, Uclés, carp. 203, nº 7.
438
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 110.
439
AHN, Uclés, carp. 51-I, nº 4bis.
440
Bulario, fol. 964-969.
441
AHN, OO.MM., Lib. 1.077c, fol. 378-383. Aranceles de vicario y fiscal.
442
Relaciones de Ciudad Real, p. 567.
443
Ibidem, p. 395.
444
Id, p. 475.
445
Id, p. 499.
446
Relaciones de Jaén, p. 72.
447
AHN, Uclés, carp. 331, nº 24.
448
Relaciones de Ciudad Real, p. 498.

167
449
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 501.
450
AHN, Uclés, carp. 357, nº 16.
451
AHN, Uclés, carp. 163, nº 9.
452
AHN, Uclés, carp. 50-II, nº 2.
453
AHN, Sellos, carp. 47, nº 12 y Uclés, carp. 83-I, nº 1, 2, 4, 8-10, 12 y 14-18.
454
AHN, OO.MM., Lib. 1.068c, fol. 211.
455
El comendador debería ayudarles (AHN, OO.MM. Lib. 1.064c, fol. 229).
456
AHN, OO.MM., Lib. 1.068c, fol. 212.
457
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 199.
458
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 237.
459
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 463.
460
Véanse las descripciones respectivas en los apéndices. Parece que el último hospital citado desapareció pronto,
pues no hay datos a partir del siglo XIV.
461
Compilación 1603, tít. XIX, cap. I.
462
Ibidem, cap. II.
463
Id, cap. III.
464
Id, tít. XX, cap. II. Conocemos la relación de colegiales desde 1524 (AHN, OO.MM., Lib. 1.409c, parte nº 6).
465
Compilación 1603, fol. 172r.181r. Véase J. Gómez Centurión, Jovellanos y los Colegios de las Ordenes Milita-
res en la Universidad de Salamanca, Madrid, 1913.
466
Véase el trabajo de E. Mitre del mismo título, Madrid, 1969; también B. González Alonso, El corregidor
castellano (1348-1808), Madrid, 1970, y Gobernación y gobernadores. Notas sobre la administración de Castilla
en el período de formación del Estado moderno, Madrid, 1974; A. Bermúdez Pareja, El corregidor en Castilla en
la Baja Edad Media (1348-1474), Murcia, 1974; A. Blázquez, “Relación de corregimientos del Reino y del tiempo
en que fue proveído cada uno y del salario y ayuda de costa que tiene (1516)”, BRAH, LXXIV, 1919; L. García de
Valdeavellano, “Las «Partidas» y los orígenes medievales del juicio de residencia”, BRAH, CLIII-2, 1962, pp.
205-246; J. García Marín, El oficio público en Castilla durante la Baja Edad Media, Sevilla, 1974.
467
Gibert, El concejo de Madrid, p. 198; también Montalvo, Lib. II, tít. XVI.
468
Compilación 1605, Lib. II, tít. I, ley II.
469
Ibidem, ley XIII.
470
Id, leyes I y III.
471
Id, ley VII.
472
Id, leyes VIII y XIV.
473
Id, ley X.
474
Id, ley XV.
475
Id, ley XII.
476
Quintero, pp. 9-10.
477
Ibidem, pp. 7-8.
478
AHN, Uclés, carp. 51-I, nº 4bis.
479
AHN, OO.MM., Lib. 1.069c, fol. 427.
480
AHN, OO.MM., Lib. 1.072c, fol. 97.
481
Quintero, pp. 120-121.
482
Compilación 1605, Lib. II, tít. I, ley V.
483
Documentos relativos a éste (AHN, Uclés, carp. 81, nº 16 y carp. 243, nº 35; Quintero, pp. 127-128). Lo que
como vimos no impidió la existencia en Uclés de un alcalde mayor (Quintero, pp. 125 y 22-24).
484
Una actuación suya en 1549, ordenando al comendador de Moratalla pagase la décima al prior de Uclés (AHN,
Uclés, carp. 219, nº 11).
485
En 1632 lo encontramos ejecutando las demandas del prior en su Partido (AHN, Uclés, carp. 243, nº 55 y
Relaciones de Toledo, p. 185).
486
En 1627 era su gobernador y «juez comisionado para la visita de escribanos», Juan Bautista Ruiz de Velasco
(AHN, Uclés, carp. 347, nº 22).
487
Relaciones de Ciudad Real, p. 431.
488
El gobernador de Villanueva de los Infantes entendía en causas civiles superiores a 100.000 mrs. o en menor
cuantía para deshacer agravio y devolverlo; en las criminales entendía en todos los casos, a instancia de parte o de
oficio (Relaciones de Ciudad Real, p. 587).
489
Ibidem. Ese gobernador cobraba los excusados de su Partido y los de Segura y Caravaca.
490
Id, p. 431.
491
Relaciones de Toledo, p. 185.
492
El de Quintanar la tenía arrendada en 312.000 mrs. (Relaciones de Ciudad Real, p. 431), el de Segura era
hidalgo (Relaciones de Jaén, p. 222).
493
Relaciones de Jaén, p. 223.
494
En Quintanar llevaba carcelajes y 10.000 mrs. (Relaciones de Ciudad Real, p. 432) y el de Villanueva 12.000
(p. 590).

168
495
Relaciones de Jaén, p. 223.
496
Relaciones de Ciudad Real, p. 590.
497
Lomax, p. 63. Relación de capítulos (1170 a 1275) en p. 288.
498
Ibidem, pp. 66-67. Véase, E. Benito Ruano, “«Establecimientos» de la Orden de Santiago durante el maestrazgo
de don Pelay Pérez Correa”, Homenaje a Juan Reglá Campistol, Valencia, 1975, I, pp. 93-101.
499
Benavides, doc. DVI.
500
RAH, ms. 9/6448, s.f.
501
AHN, Uclés, carp. 69, nº 10.
502
Fernando Osórez reunió capítulo en 1371 (AHN, Uclés, carp. 323, nº 14); Pedro Fernández en 1383 (Sáez, pp.
260-261) y Lorenzo Suárez de Figueroa en 1387 (AHN, Uclés, carp. 347, nº 3).
503
AHN, Uclés, carp. 6, nº 37.
504
Los Establecimientos del siglo XV, ordenados de forma sistemática, se encuentran en la Compilación de 1605,
tantas veces citada; los del siglo XVI en la de 1603. Ambas son debidas al Licenciado García de Medrano, perso-
naje de posible origen converso. He tenido la fortuna de promover con éxito la reedición de ambos textos por la
editorial vallisoletana Lex Nova recientemente.
505
No hay más que echar una ojeada al libro de visitas de 1468 para comprobarlo (Libro 1.233c).
506
AHN, OO.MM., Lib. 1.247c, fol. 1-5.
507
Compilación 1603, tít. X, cap. I.
508
Ibidem, cap. II.
509
Id, cap. III.
510
Id, cap. IV.
511
Id, cap. V.
512
Id, fol. 89r-90r.
513
Id, fol. 90r-92r.
514
Id, fol. 92r-92v.
515
Id, fol. 92v-93r.
516
Id, tít. X, cap. XII.
517
Id, cap. XIV.
518
Id, cap. XV.
519
Id, cap. XIII.
520
Id, cap. XVI. El sello del Capítulo, junto con las llaves de los cofres de los privilegios, deberían estar en un arca
de tres llaves; esta arca la guardaría el comendador de la Cámara y las llaves los comendadores de Uclés, Segura y
mayor de Castilla; por esta razón los cuatro debían prestar pleito-homenaje al maestre de que no lo sacarían hasta
tanto no se celebrase Capítulo (AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 32).
521
J.M. Pérez-Prendes, Cortes de Castilla, Barcelona, 1974, p. 131.
522
AHN, OO.MM., Lib. 1.242c, fol. 57r y 152r.
523
Ibidem, fol. 154r-158r.
524
Id, fol. 72r-72v.
525
Id, fol. 74r y 84v.
526
AHN, OO.MM., Lib. 1.241c, fol. 3.
527
AHN, OO.MM., Lib. 1.242c, fol. 169r.
528
AHN, OO.MM., Lib. 1.241c, fol. 16-22.
529
AHN, OO.MM., Lib. 1.242c, fol. 165r.
530
Ibidem, fol. 74v.
531
AHN, OO.MM., Lib. 1.241c, fol. 12r-13r y 15v-16r.
532
Ibidem, fol. 18-20.
533
AHN, OO.MM., Lib. 1.242c, fol. 208r-210r.
534
AHN, OO.MM., Lib. 1.241c, fol. 8-11.
535
Martín, pp. 42-43.
536
AHN, Códices, cód. 378b, fol. 5v y cód. 45b, fol. 41v.
537
RAH, Salazar, A-12, fol. 266. Un mes más tarde era felicitado por Juan de Conchillos, desde Nápoles (ibidem,
fol. 175).
538
Compilación 1603, tít. X, cap. VI.
539
Ibidem, cap. IX.
540
Martín, p. 43. Legislación real en Montalvo, Lib. II, tít. XVII.
541
Benavides, doc. DVI.
542
Compilación 1603, tít. XI, cap. I y VII.
543
AHN, OO.MM., Lib. 1.069c, fol. 2. Al comienzo de los libros de visita se solían insertar los poderes de los
visitadores correspondientes; el citado responde a los diputados de 1498 para el Valle de Segura y Murcia, aunque
apenas existen diferencias con los demás poderes, copiados prácticamente a la letra. Las instrucciones para éstos
en el siglo XVI (Compilación 1603, fol. 104v-109v).
544
Compilación 1603, tít. XI, cap. VI.

169
545
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 7.
546
AHN, OO.MM., Lib. 1.072c, fol. 8-9.
547
AHN, OO.MM., Lib. 1.077c, fol. 16.
548
AHN, OO.MM., Lib. 1.078c, fol. 15.
549
AHN, OO.MM., Lib. 1.069c, fol. 3. Apéndice documental, doc. 32.
550
Ibidem, fol. 5.
551
Id, fol. 6.
552
Id, fol. 3-4.
553
Id, fol. 4 y 6.
554
Id, fol. 4-5.
555
Id, fol. 5-6.
556
Id, fol. 5.
557
Id, fol. 6. Ya en el siglo siguiente se dirigirían al Consejo de Ordenes y no a la Chancillería de Granada, como
de hecho se desprende de las Relaciones (Compilación 1603, fol. 196r).
558
AHN, Uclés, carp. 82, nº 14, fol. 3r-5v y 7r-9r.
559
AHN, Uclés, carp. 93, nº 34.
560
AHN, OO.MM., Lib. 1.069c, fol. 6.
561
Ibidem, fol. 356.
562
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 169.
563
Ibidem, fol. 193.
564
AHN, OO.MM., Lib. 1.068c, fol. 338.
565
Ibidem, fol. 394 y Lib. 1.067c, fol. 407.
566
AHN, OO.MM., Lib. 1.066c, fol. 340.
567
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 539-541 y 578.
568
Ibidem, fol. 608 y Lib. 1.068c, fol. 261 y 352.
569
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 328.
570
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 470.
571
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 164-165; Lib. 1.067c, fol. 466-468 y Lib. 1.069c, fol. 35.
572
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 6-7. Compilación 1603, tít. XI, cap. II-III.
573
AHN, OO.MM., Lib. 1.247c, fol. 7-8. Apéndice documental, doc. 25.
574
AHN, Uclés, carp. 347, nº 15.
575
J.L. Bermejo, “Mayoría de justicia del Rey y jurisdicciones señoriales en la Baja Edad Media castellana”, Actas
de las Primeras Jornadas..., Santiago, 1975, II, pp. 207-215.
576
Véase lo dicho sobre los concejos en esa época.
577
Martín, doc. 140.
578
RAH, ms. 9/6448, s.f.
579
AHN, Uclés, carp. 86, nº 12.
580
J. López Agurleta, Origen del real Consejo de las Ordenes Militares, AHN, OO.MM., Lib. 1.286c, fol. 6-7. La
legislación real en Montalvo (Lib. II, tít. XV).
581
AHN, OO.MM., Lib. 1.286c, fol. 12.
582
E. Sáez, “Privilegio de Caravaca”, Hispania, II, 1942, doc. IV.
583
AHN, OO.MM., Lib. 1.286c, fol. 7.
584
Ibidem, fol. 11-12. En 1498 y 1513 vemos al Consejo entendiendo en pleitos de diezmos y términos (AHN,
OO.MM., Lib. 1.068c, fol. 35 y Uclés, carp. 86, nº 9).
585
AHN, OO.MM., Lib. 1.286c, fol. 13-14. Parece que posteriormente se discutió su competencia, por lo que L. de
Salazar escribió su Representación que sobre la capacidad que tienen los religiosos de las Ordenes Militares para
ser del Consejo de ellas, hizo al rey nuestro señor, frey ..., Madrid, 1817.
586
AHN, Uclés, carp. 6, nº 38.
587
AHN, OO.MM., Lib. 1.286c, fol. 16-20.
588
Ibidem, fol. 21-22.
589
Id, fol. 24-25.
590
Id, fol. 28-29.
591
Id, fol. 33-34.
592
Id, fol. 42.
593
Id, fol. 45-46.
594
Id, fol. 44-45.
595
Id, fol. 43-44.
596
Id, fol. 46.
597
Libro de Bulas, fol. 106v-107r.
598
Ibidem, fol. 105v-106v.
599
AHN, OO.MM., Lib. 1.286c, fol. 48.
600
Ibidem, fol. 92-93.

170
601
Martín, doc. 117.
602
AHN, Uclés, carp. 338, nº 23.
603
Quintero, p. 119.
604
AHN, Uclés, carp. 214, nº 17.
605
Pretel, Una ciudad castellana, doc. LXVII.
606
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 553.
607
AHN, OO.MM., Lib. 1.068c, fol. 162.
608
AHN, Uclés, carp. 328, nº 27.
609
AHN, Uclés, carp. 247, nº 14, fol. 233.
610
Así lo reconocía expresamente Julio II en 1509 (Bulario, fol. 908-910), incluso, su sucesor León X dio potestad
al administrador para absolver los homicidios de los caballeros, sin necesidad de consultar a Roma (ibidem, fol.
924-926).
611
Lomax, pp. 55-56.
612
Gómez Centurión, Jovellanos y las Ordenes Militares, Madrid, 1912, pp. 251-254.
613
AHN, Uclés, carp. 6, nº 38.
614
Bulario, fol.819-821.
615
Compilación 1603, tít. VIII, cap. I.
616
Bulario, fol. 821.
617
AHN, OO.MM., Lib.1.247c, fol. 1-5.
618
Ibidem, fol. 5-7.
619
AHN, Uclés, carp. 6, nº 9.
620
AHN, OO.MM., Lib. 1.241c, fol. 118-121.
621
Lomax, p. 205.
622
E. Benito Ruano, La banca toscana y la Orden de Santiago durante el siglo XIII, Valladolid, 1961, y “Deudas y
pagos del maestre don Pelay Pérez Correa”, Hispania, XXII, 1962.
623
Véase en las nóminas correspondientes.
624
AM.Murcia, Cart. Real, eras 1386-90, fol. 29v-30r.
625
AHN, OO.MM., Lib. 1.071c, fol. 260 y 277; Lib. 1.073c, fol. 220 y Lib. 1.077c, fol. 70 y 138.
626
AHN, Uclés, carp. 51-I, nº 4bis.
627
Quintero, p. 6.
628
AHN, Uclés, carp.214, nº 26.
629
Quintero, p.123.
630
AHN, OO.MM., Lib. 1.068c, fol. 202.
631
Por ejemplo, en 1495 denunció que los vecinos de Albaladejo habían roto tierras fuera de su término, alfoz de
Montiel, y no dezmaban a la Mesa Maestral (AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 466).
632
Torres Fontes, “Fortuna en los siglos XIII y XIV”, Murgetana, XXVIII, doc. VI.
633
Como el concedido a Diego Muñiz, comendador mayor de Segura y luego maestre, de ser el único entregador
de las deudas de la Orden a judíos y musulmanes (AHN, Sellos, carp. 14, nº 6).
634
AHN, Sellos, carp. 5, nº 5. Y consiguientemente el derecho a llevar las penas impuestas a sus vasallos, como
reconoció Pedro I en 1352 (AHN, Uclés, carp. 5-I, nº 47).
635
Bermejo, op. cit., pp. 210.214. También Pérez de la Canal, “La justicia de la Corte de Castilla durante los siglos
XIII al XV”, HID, II, 1975, pp. 383-481, y R. Pérez-Bustamante, Gobierno y administración de los Reinos de
Castilla (1230-1474), Madrid, 1976.
636
L. García de Valdeavellano, voz inmunidades en el Diccionario de Historia de España, II, p. 477. En el siglo
XII el juez de Ocaña tenía prohibido prendar traidores, violadores o ladrones (De Manuel, p. 529).
637
AHN, Uclés, carp. 243, nº 30 y Bulario, fol. 614-615. Sobre este delito, A. Iglesia, Historia de la traición. La
traición regia en León y Castilla, Santiago de Compostela, 1971.
638
Martín, doc.115.
639
Pretel, Una ciudad castellana, doc. I.
640
De Manuel, p. 523.
641
Pretel, doc. IV.
642
J. González, Alfonso VIII, doc. 868 y De Manuel, pp. 528-530.
643
AHN, Uclés, carp. 338, nº 10.
644
En confirmación de su hijo en 1351 (RAH, Salazar, I-39, fol. 295v-297v).
645
AHN, Uclés, carp. 338, nº 25.
646
Lomax, p. 17.
647
Martín, doc. 59.
648
Ibidem, doc. 75.
649
AHN, Uclés, carp. 339, nº 17.
650
Martín, doc. 99.
651
Ibidem, doc. 131.

171
652
Benavides, doc. CCCXCVIII. El mismo ordenó al obispo lascurrense restituyera a la Orden los bienes usurpa-
dos por Gastón de Bearn (doc. CCCXCIX). En 1187 Urbano III protegía nuevamente a la Orden, ordenándole que
no respondiera a las cartas obtenidas con fraude o engaño (Martín, doc. 227).
653
Martín, doc. 73, 110, 168 y 226. Para la centuria siguiente basta ojear las Memorias de Fernando III, cuyas
mercedes se hallan casi todas en confirmaciones papales.
654
Martín, doc. 142.
655
AHN, Códices, cód. 45b, fol. 47r. Legislación real en Montalvo (Lib. I, tít. VII). Estos no deberían inmiscuirse
en las causas entre vasallos y freiles (Compilación 1603, tít. XXI, cap. X).
656
AHN, Uclés, carp. 243, nº 17 y carp. 339, nº 36.
657
AHN, Uclés, carp. 243, nº 6 y 8, y carp. 99-I, nº 17.
658
AHN, Uclés, carp. 243, nº 7.
659
AHN, Uclés, carp. 328, nº 23.
660
AHN, Uclés, carp. 99-I, nº 33-35.
661
AHN, Uclés, carp. 339, nº 28.
662
AHN, Uclés, carp. 243, nº 17.
663
AHN, Uclés, carp. 311, nº 21.
664
Lomax, “El obispo don Rodrigo”, pp. 348-360.
665
AHN, Uclés, carp. 70, nº 2.
666
AHN, Uclés, carp. 339, nº 11.
667
AHN, Uclés, carp. 243, nº 8 y carp. 99-I, nº 17 y 34.
668
AHN, Uclés, carp. 99-I, nº 35.
669
AHN, Uclés, carp. 365, nº 12.
670
AHN, Uclés, carp. 328, nº 23 y carp. 339, nº 28. La documentación referente a estos pleitos tras 1500 es nume-
rosísima.
671
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 564. Sin embargo, no estaba expresamente prohibido (Compilación 1603, tít.
VIII, cap. IV).
672
AHN, Uclés, carp. 54, nº 1.
673
AHN, Uclés, carp. 216, nº 5.
674
AHN, Uclés, carp. 212, nº 2.
675
AHN, Uclés, carp. 243, nº 17. Fue encargado de su ejecución el obispo de Segovia.
676
AHN, Uclés, carp. 99-I, nº 33. Ejecutada por el archidiácono de Toledo.
677
Bulario, fol. 822-831.
678
Peticiones de Enrique IV en 1465 (Memorias de Enrique IV, doc. CXX-CXXIII) y las de la reina Isabel en
1484 (AHN, Uclés, carp. 6, nº 9). La concesión de la administración indistinta de las tres órdenes en Ortega y
Cotes, Bulario de Calatrava, pp. 501-503 y 692-693).
679
RAH, Salazar, A-I, fol. 91-92.
680
RAH, Salazar, I-23, fol. 32-33. También exhortaba a ayudar con limosnas a la Orden (Martín, doc. 225 y 244) y
la asesoraba en cuestiones canónicas, como en 1181 en que Lucio III respondió a la cuestión de si era provechosa
la misa oída de clérigos concubinados (Martín, doc. 135).
681
AHN, Uclés, carp. 347, nº 3.
682
AHN, Códices, cód. 45b, fol. 46v.
683
Martín, doc. 142.
684
AHN, Códices, cód. 45b, fol. 46v.
685
AHN, Sellos, carp. 5, nº 5.
686
Compilación 1603, tít. XXI, cap. I.
687
Ibidem, cap. V.
688
Bulario, fol. 1.024-1.025.
689
Compilación 1603, tít. XXI, cap. III.
690
Ibidem, cap. IV.
691
Id, cap. VII.
692
Id, cap. VIII.

172
CAPITULO SEXTO
RENTAS Y DERECHOS SEGUN SU NATURALEZA JURIDICA

Las rentas de la Orden de Santiago se pueden clasificar y estudiar desde diversos


puntos de vista; un criterio válido sería el cronológico, tal como lo hizo López de Ayala o,
más sistemáticamente, como lo apuntó hace unos años Miguel A. Ladero.1 Otro enfoque de
utilidad es el económico, según que las contribuciones se pagasen en metálico o en especie:
así lo han hecho Pérez-Prendes y Císcar Pallarés, así como Emma Solano en los cuadros
estadísticos de rentas de las encomiendas calatravas.2 Incluso, siguiendo las tendencias de
la hacienda moderna, cabría la posibilidad de distinguir entre impuestos directos e indirec-
tos. Pero, como indica el título del capítulo, el criterio adoptado ha sido el de la naturaleza
jurídica de las rentas. La línea conductiva de la presente argumentación, pues, ha de ser la
de la relación jurídica establecida entre el señor, en este caso una orden militar, y su vasa-
llo, que se constituía como tal por el simple hecho de habitar dentro de su solar y cultivar
unas tierras que le habían sido cedidas a perpetuidad. Así pues, en principio, la división hay
que plantearla según esa relación sea de derecho público o de derecho privado. Formando
parte, en el primero de los casos, del señorío jurisdiccional y en el segundo del señorío
territorial.
El tratamiento del señorío jurisdiccional admite un sentido restringido, como
“una actuación jurídica por la cual se enuncia, se declara o se manifiesta el derecho”,3 es
decir, sólo como el ejercicio de la justicia. Pero aquí, además, lo vamos a utilizar con un
sentido más amplio, esto es, como el juego de relaciones establecidas entre vasallo y señor,
cuando éste actúa en nombre de la autoridad pública. Esto en el campo de la hacienda dará
lugar a la percepción de distinto número de ingresos: penas e indemnizaciones en metálico
impuestas en virtud de su autoridad; bienes procedentes de intestados y ganados extravia-
dos, como representante del poder regio; presentes navideños de alcaldes y alguaciles en
reconocimiento de aquella autoridad; monopolios impuestos por la facultad de ordenar en
lo económico, facultad derivada, en principio, del poder de juzgar; rentas de origen munici-
pal y, por tanto, públicas, que se habían reservado las órdenes militares; tasas y derechos
sobre la producción y comercialización de mercancías, así como sobre el tránsito ganadero
y, por último, los diezmos y demás rentas de carácter eclesiástico, pagadas a la Iglesia por
el mantenimiento del culto, y que las órdenes, como instituciones religiosas, percibían, al
tiempo que ejercían la jurisdicción eclesiástica sobre sus vasallos.
Por el contrario, el señorío territorial representaba la propiedad última sobre las
tierras, ya hubieran sido éstas entregadas por juro de heredad a colonos, a cambio del pago
anual de la martiniega y otros servicios de carácter consuetudinario, ya hubieran sido cedi-
das en arrendamiento por un número determinado de años. Estas relaciones de derecho
privado, pues en este caso las órdenes actúan sólo como dueñas de tierras, dan lugar a dos
tipos de contraprestaciones a esa entrega de tierras, que podían ser de carácter económico o
personal; en la Alta Edad Media, cuando las tierras eran entregadas en préstamo, se produ-
cían, además, otras contraprestaciones de carácter servil, las cuales lógicamente no encon-
traremos en nuestra documentación más que como residuos de épocas pasadas. Por otra

173
parte, el mundo de los arrendamientos y acensamientos de propiedades es ciertamente pos-
terior y distinto jurídicamente, pues en ambos se cede sólo temporalmente el uso de un
bien, contra el pago de una cantidad previamente estipulada, aunque en los casos de arren-
damientos de tierras entre el juego compensador de prometidos y adehalas.
Finalmente, he individualizado sólo con fines expositivos los derechos pagados
por las minorías confesionales, toda vez que los pagaban o bien como reconocimiento del
señorío de las órdenes sobre la tierra que cultivaban, o bien considerándolas como descen-
dientes del anterior poder público musulmán, en el caso de los mudéjares. Así mismo, debe
considerarse el hecho de que el maestre se había subrogado, en ambos casos, en el sucesor
del rey como protector de tales minorías.

1) Ingresos relativos al señorío jurisdiccional


a) Penas y calumnias
Es sabido que las órdenes ejercían en la Baja Edad Media la jurisdicción sobre sus
territorios; esta jurisdicción, sensu stricto, suponía un “juez o tribunal investido de la potes-
tad de juzgar, un procedimiento o serie de trámites fijos encaminados a garantir los dere-
chos de las partes y el acierto en la resolución, normas de derecho consuetudinario o escrito
a que haya de ajustarse el fallo”.4 Desde los primeros tiempos de la Orden los reyes le con-
cedieron localidades, heredades y fortificaciones, cum omnibus directuris suis, esto es, con
la jurisdicción.5 Así, por ejemplo, en 1217 Enrique I había hecho donación al conde don
Alvaro Núñez de Lara, el cual la traspasaría a la Orden, de Castroverde de Cerrato, por el
cual impedía a su merino la entrada en estos territorios, salvo para recaudar tributo real.6
Como ya se ha mencionado, para los territorios castellanos de Santiago fue Fernando III
quien en 1234 ordenó a su merino mayor de Castilla que no nombrase merinos que actua-
sen en esos pagos.7 La situación fue confirmada por Alfonso X al disponer en su Fuero Real
que las penas e las caloñas que las hayan aquellos que tuvieren veces del Rey en los luga-
res que han por donación del Rey, así como las debe haber el Rey.8 Esta política fue, a su
ver, reiterada por Alfonso XI, quien en su Ordenamiento de Alcalá mandó que prescribiera
la jurisdicción para aquellos que llevasen ejerciéndola desde cuarenta años atrás.9 De cual-
quier modo, en el siglo XV prácticamente todos los comendadores percibían el producto de
las penas y calumnias juzgadas en su encomienda por los alcaldes en primera instancia y así
lo reconocían tanto los monarcas como las leyes capitulares.10
Delitos contra la integridad de las personas. Sabemos que los comendadores de
Ocaña y Montiel percibían las penas de los homicidios cometidos dentro de su encomienda;
así mismo, las penas por derramamiento de sangre constan en las encomiendas de Bedmar e
Hinojoso. Similares serían las penas de armas percibidas en Villanueva de Alcardete, aun-
que existía una legislación general al respecto del Infante don Enrique, quien dispuso que
qualquier que acometiere a hombre o muger con armas, lança o puñal, dardo o alavesa,
palo o piedra y con otra arma con que pueda herir o matar, que pierda el arma y caya en
pena de sesenta maravedíes.11
Juegos prohibidos. Estos se desarrollaban en el tablero local destinado especial-
mente a ello; los más corrientes eran los denominados dados y naipes, aunque también se
podía jugar a chueca, escaques, carnicoles, dinero seco, prendas y valores. Parece que se
podía apostar, además de dinero, animales de poca monta (perdices, gallinas, palomas,
conejos y cabritos). La costumbre de jugar estaba muy extendida, prodigándose especial-
mente con ocasión de las fiestas. Fue el Infante don Enrique quien, recogiendo legislación
anterior, prohibió éstos, ya que suponían dilapidación de haciendas, reyertas y es cabsa que
el nombre de Nuestro Señor es blasfemado.12 Era usual que el comendador arrendase el
tablero, por el que percibía sustanciosas rentas, así, el tablero de Montiel en 1493 estuvo

174
arrendado en 18.000 mrs., aunque no se volvió a arrendar a causa de la prohibición de los
visitadores.13
Incendios provocados. Las penas de fuegos eran multas de gran importancia en
esta época en que tan grandes aprovechamientos se extraían de los montes, ya que cuando
se habla de incendios se refieren fundamentalmente a quema de dehesas y montes. Al con-
ceder en 1429 los visitadores la dehesa de Moheda al concejo de Villanueva de Alcardete,
establecieron penas de 100 mrs. por cada aranzada quemada.14 Asimismo, el Infante don
Enrique dispuso para estos casos que demás de los daños que fazen, que son obligados a
pagar por derecho, que paguen en pena seiscientos maravedís.15
Cortes de leña. Intimamente ligados con los delitos anteriores estaban los cometi-
dos por talas en los montes de los concejos, así, sabemos que los comendadores de Dosba-
rrios y Campo de Criptana llevaban un tercio de sus penas, mientras el de Santa Cruz de la
Zarza llevaba el cuarto. En la dehesa de Villanueva de Alcardete las multas por corte de una
rama eran de 20 mrs. y 60 por cada pie. Una vez más el maestre-Infante ordenó que el que
cortase árbol pechase el daño y multa de 60 mrs. si tuviese fruto, de lo contrario la mitad.16
Entrada de ganado en dehesas ajenas sin licencia. Igualmente en la dehesa con-
cedida en 1421 a los del Campo de Criptana se establecieron las penas que deberían satisfa-
cer los foráneos que metiesen ganado sin permiso del concejo, por más de 50 cabezas de
ganado lanar, cabrío o porcino, 5 cabezas si las metieren de noche y la mitad si lo hiciesen
de día; si el hato fuere menor de cincuenta reses darían un dinero por cabeza, pero en caso
de ser buey, vaca, yegua o cebón, de día pagarían un maravedí y el doble de noche.17
Penas de Alardes. Los vasallos pecheros de la Orden tenían obligación, según la
cuantía de su hacienda, de mantener caballo y armas —los caballeros de cuantía18—, balles-
tas o lanzas los peones. Estos contingentes locales debían pasar anualmente, de acuerdo con
el ordenamiento del Infante, dos revistas, una por Navidad y otra por San Juan. Las penas
que se derivaban de la ausencia injustificada a estos alardes eran de seis mrs. para el cuadri-
llero por cada persona y doscientos para la cámara del maestre, así como cincuenta mrs.
para el cuadrillero de cada cuantioso que no tuviese caballo. Esto parece que era regla gene-
ral, no obstante, los comendadores de Segura y Beas tenían preeminencia de llevar las
cuantías pertinentes al fisco maestral.19
Achaques. Estas penas, que al parecer sólo percibía el comendador de Carrizosa,
se refieren a las multas impuestas a los ganados mesteños salidos de sus cañadas y debe
guardar relación con el descaminado que veremos enseguida.20
Setenas. Tanto el comendador de Ocaña como el alcaide de Villanueva de Alcar-
dete percibían multas en concepto de setenas. En el vocabulario del fuero de Alcaraz la
define Roudil como la “pena con que se obligaba a que se pagase el séptuplo de una canti-
dad determinada”,21 generalmente percibida por el fisco regio en concepto de hurto.
Penas de marcos. El comendador de Montiel cobraba las multas prescritas a los
clérigos amancebados, consistentes en el pago de un marco de plata; este delito estaba
penado al menos desde la época del maestre Suárez de Figueroa.22
Penas de desposorios. Una pena menos corriente era la de los desposorios efec-
tuados sin el consentimiento paterno, que estaban penados con 600 mrs., de los que dos
tercios eran para el comendador. En 1478 el alcaide de Villanueva de Alcardete ovo de
penas ogaño de un desposorio 1.200 mrs.23
Otras multas. Percibían también los comendadores multas impuestas por las prác-
ticas de usura y logro, por renegados y blasfemos, por perjuros y por hechiceros y adivinos,
así como de las mujeres bravas y alcahuetas.24

b) Bienes procedentes de intestados y ganados extraviados


Para ilustrar el sentido amplio que revisten los derechos jurisdiccionales cedidos
por la Corona a las órdenes voy a recurrir a un ejemplo alejado en el espacio y en el tiempo,

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pero que tiene gran interés por los juristas que dictaminaron la consulta. En 1158 el Empe-
rador Federico Barbarroja, a la sazón, vencedor de la Liga Lombarda, encargó a cuatro
juristas de la Universidad de Bolonia que determinasen según el Derecho Justinianeo las
regalías a él pertinentes. El tema que se ventilaba, en realidad, era el de la soberanía del
Emperador sobre las comunas italianas. Es por esto por lo que las doce atribuciones afectas
al monarca vienen a representar, de acuerdo con el Derecho Romano, los poderes jurisdic-
cionales en sentido amplio:
—imposición y supresión de multas
—administración de bienes mostrencos y de los inhábiles para poseer (condenados
y proscritos)
—autoridad sobre caminos públicos, ríos navegables y afluentes, así como sobre
puertos y atraques de barcos
—suprema dirección de los portazgos (tonlieux)
—emisión de moneda
—administración de contratos matrimoniales
—exigencia de tasas extraordinarias para empresas reales y de suministros, convo-
yes, carros y barcos
—institución de jueces
—construcción de palacios
—propiedad de minas, salinas y pesquerías
—apropiación de tesoros descubiertos en terrenos públicos y en propiedades de la
Iglesia.25
Así pues, en el apartado que nos ocupa la Orden se había atribuido ingresos perci-
bidos normalmente por el fisco regio, como heredero o propietario último de los fallecidos
sin testar y de los bienes perdidos, respectivamente. En cuanto a las cosas mostrencas, el
derecho de los comendadores se ejercía de una doble manera: sabemos que en Villaescusa
de Haro el comendador llevaba de mostrenco de cada vecino que abandonaba la encomien-
da doce mrs. por casa movida.26 Aunque no es este el sentido más general, pues normal-
mente se entendía por mostrenco el ganado extraviado cuyo dueño permanecía desconoci-
do. Esto parece que dio lugar a abusos por parte de los comendadores y, así, el Infante-
maestre señaló que no se embargasen los ganados sino un año y un día después de su pérdi-
da, y que durante este tiempo sean pregonados los tales ganados y bestias tres mercados,
do hoviere mercado, y do no lo hoviere, tres domingos públicamente,27 y así se cumplía
años después.28
Los abintestatos. Igualmente era costumbre generalmente extendida que los co-
mendadores llevasen el quinto de los bienes de los que morían intestados, pero nuevos
abusos llevaron a los maestres a establecer ciertas excepciones en su percepción: el maestre
Suárez de Figueroa dispuso que sólo se llevasen en caso de que no apareciera ningún testa-
mento, ya que los comendadores lo cobraban por el simple hecho de que el difunto no dije-
ra su última voluntad en el lecho de muerte.29 La Orden se preocupaba especialmente de
percibir los bienes de aquéllos de sus freires que morían sin testar o sin descendencia: en
1480 la Mesa Maestral se atribuyó las casas que había dejado en Fuenllana el sergente
Alfonso Sánchez Parrilla, muerto sin hijos,30 y dos años antes en Cuenca, tras la muerte del
caballero Sancho de Jaraba, intestado, la Orden se apropió de unas casas en la ciudad, que
devolvió a sus inquilinos tras fijar nuevo alquiler; también se intentó recuperar la mitad del
lugar de Valdecabras, en la sierra conquense, pero la tenía Pedro de Barrientos, yerno de
Juan Hurtado de Mendoza, y el maestre no pudo incautarse de ella.31

c) Presentes de oficiales concejiles


Según Noël Salomon, en la Nueva Castilla del siglo XVI existían tres modalidades
a la hora de elegir los cargos municipales:

176
—designación directa por el señor
—presentación por los vecinos y confirmación por el señor, y
—libre elección de los vecinos.32
Pues bien, esto daba lugar a que estos oficiales elegidos o confirmados por el se-
ñor, en agradecimiento y reconocimiento de su autoridad le entregasen por Navidad unos
presentes, originalmente en especie, y en el siglo XV en metálico. Sin embargo, el hecho de
que la Orden hubiera concedido gran número de fueros en que se contemplaba generalmen-
te la libre elección de sus representantes por los lugareños, daba lugar a que estuvieran poco
extendidos estos presentes. Los alcaldes del Corral de Almaguer habían de dar cada año un
carnero al comendador o mejor los 60 mrs. a que equivalía.33 Igualmente, los alcaldes de
Santa Cruz de la Zarza, junto con el alguacil, entregaban por las dos pascuas a su comenda-
dor dos carneros y dos cántaros o arrobas de vino, o su valor en metálico.34
El alguacil de Ocaña daba anualmente al comendador de la villa un marco de plata,35 mien-
tras el alcaide de Villatobas, dentro de la misma encomienda, debía llevarle tres o cuatro
carretadas de lana.36

d) Monopolios
La Orden monopolizaba la justicia en sus territorios y el ejercicio casi sin restric-
ciones de sus derechos les había proporcionado un arma de explotación económica formi-
dable: “El derecho a juzgar había sido el más firme apoyo del derecho de ordenar”,37 así, en
Francia los juristas del siglo XIII ligaban las banalités con la organización de las justicias.
En Cataluña, según Hinojosa, los monopolios eran uno de los derechos que se atribuían los
señores y percibían sus castellanos.38 Por las cartas-pueblas que se conservan es posible
observar cómo la Orden se reservaba prácticamente siempre la facultad de poseer y dispo-
ner de estos medios de transformación, aunque, a veces, en el caso de los hornos, se permita
a los vasallos cocer el pan en su casa al fuego.39 Se localizan hornos y molinos por todas
partes, así como batanes. En ocasiones se hace referencia a hornos de teja, como en Cerezo
—aldea de Mohernando—, aceñas con ruedas para molienda de pan, molinos de arroz,
como el de Lorquí,40 molinos de aceite, en Andalucía y Murcia denominados almazaras, y
sierras de madera, que se introdujeron en el siglo XVI y que, al parecer, produjeron un buen
resultado económico.41
Las rentas extraídas de estos monopolios dependían tanto del régimen de propie-
dad como del sistema de concesión para su explotación; originalmente, la Orden era siem-
pre propietaria y los explotaba directamente a través de molineros u horneros, que solían ser
excusados de los comendadores.42 Esas rentas suponían una cantidad fija sobre el producto
tratado, por ejemplo, la poya equivalía a la percepción por parte del comendador de un pan
de cada treinta que se cociesen en el horno.43 A partir del siglo XIV se generalizó el sistema
de arrendamiento a cambio de un censo fijo en metálico o en especie.44 Un contrato relati-
vamente frecuente era aquel mediante el cual la Orden daba permiso a un particular para
construir un horno o molino dentro de su solar a cambio de dejar una parte en propiedad a
aquélla, así, en Jaén poco antes de 1478 Pedro de Morales se comprometió a levantar un
molino a orillas del Guadalbullón, dejando a la Orden una de las tres ruedas de que consta-
ría.45 También era frecuente el que particulares individualmente o concejos, en forma colec-
tiva, accedieran, claro está, por título oneroso, a la propiedad de alguno de estos bienes de
transformación. En el primer caso las rentas que sus propietarios pagarían variaban de unos
lugares a otros, según las situaciones y el convenio anteriormente suscrito, aunque lo más
usual era que percibieran un cuarto de las rentas totales, libres de gastos.46
Pero es el caso que, ante lo gravoso de estas rentas, muchos concejos se hicieron
con hornos y molinos a cambio de una renta fija, denominada tributo, al menos en Colme-
nar de Oreja, Noblejas47 y Mohernando y sus aldeas. En el Campo de Criptana el Infante
don Fadrique eximió al pueblo de la obligación de acudir al horno, pudiendo levantar hor-

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nos en sus casas, a cambio de lo cual darían anualmente al comendador 25 cahices de trigo
y 1.200 mrs., tributo que don Fernando Osórez dejó en 600 mrs.48 También moros y judíos
tenían hornos y carnicerías propias; para fines del siglo XV algunas aljamas se habían sa-
cudido la obligación de acudir a los hornos, así, en 1478 tanto la morería como la judería de
Ocaña pagaban respectivamente tributos de 275 y 1.750 mrs.49 Es curioso que ni las fraguas
ni los lagares ni los jaraíces —pilones para el pisado de la uva— fueran objeto de monopo-
lio. En cambio, el trabajo de la piel suponía la utilización de los servicios monopólicos
llamados tenerías; sólo conocemos la existencia de dos para los territorios santiaguistas de
Castilla, las de Uclés, propiedad de la encomienda de la Cámara de los Privilegios, y las de
Ocaña, pertenecientes a la Mesa Maestral. A aquéllas habían de ir a curtir todos los zapate-
ros de la villa, pagando cada curtimiento a diez maravedíes y debiendo el comendador tener
aderezadas las tenerías de calderas, tinajones, envasador, jubón y pañicos;50 similar era el
privilegio de las tenerías de Ocaña, donde los curtidores debían satisfacer una condición
especial.51
Estas tenerías produjeron escasos rendimientos en los últimos años del siglo XV;
caso diametralmente opuesto es el de los mesones, que la Orden poseía por todo su territo-
rio: en Ocaña había un mesón y un mesoncillo, ambos propiedad de la Mesa Maestral, el de
Uclés pertenecía al convento de la villa, en tanto que el de la Puerta de la Bisagra de Toledo
era del hospital de la ciudad; en el reino de Murcia había tres, en Lorquí, Totana y Cieza,
éste último dividido por mitad entre el comendador y el concejo. Conocemos bien los dere-
chos que se solían pagar en estos lugares; el de Ocaña tenía privilegios de don Alonso de
Cárdenas y de los Reyes Católicos de vender en exclusiva en la villa pescado fresco y sala-
do, hierro, herraje y demás cosas de peso.52 En el mesón de Totana se cobraba el portazgo
de la villa, con similares derechos a los percibidos con carácter general en las tierras de
Santiago.53
Según Hinojosa, en Cataluña el señor del castillo contaba entre sus derechos el de
prohibir dentro de sus términos durante un plazo máximo de dos meses la venta de vino al
por menor, a fin de vender, entretanto, en condiciones más ventajosas el cosechado por él y
el ingresado por las rentas de sus cultivadores.54 Este monopolio de venta de vino era cono-
cido como derecho de relego, aunque en las tierras santiaguistas sólo aparezca esporádi-
camente, siendo denominado entonces como mes malillo, al menos en La Membrilla, cuyo
comendador era el único que podía vender el vino durante el mes de diciembre;55 en Beas
de Segura el mes de estança suponía que un mes antes de Navidad y otro después sólo el
comendador podría comercializar su vino.56 En el fuero de la Torre de don Morant, de
1229, se prescribía que en el mes de julio que venda el comendador de la Torre so vino e
que en todo este mes non sea ninguno osado de vender vino en toda la villa.57
Un monopolio también reservado por algunos comendadores era el señorío del
río, según el cual nadie podía pescar en las aguas de la encomienda sin licencia, como su-
cedía en la villa de Bedmar.58 El mismo sentido tienen los cotos reservados de caza, locali-
zados en encomiendas despobladas, en los que se prohibía la caza de conejos y perdices;59
todos estos cotos se los atribuían los comendadores respectivos, excepto en los Carrascales,
lugar de la encomienda mayor de Castilla. Las salinas permanecieron bajo el señorío de la
Orden durante toda la Edad Media hasta que Felipe II las incorporó a la Corona.60
La esfera de los monopolios también se extendió a la comercialización de diversos
productos, aunque con un carácter ciertamente distinto al hasta aquí visto. Se trataba de
cobrar derechos a carniceros, panaderos y azacanes, pues sus actividades, a pesar de ser
objeto de monopolización señorial, las desarrollaban con gran margen de libertad.61 Los
derechos de carnicería reciben denominaciones varias: el carnicero, que consistía en un real
de cada venado, puerco de monte o corzo que se vendiere en el Campo de Criptana;62 pero
el más usual era el arrelde, también llamado retajo o tajón: en La Membrilla se cobraba un
arrelde de cada vaca o venado que se mataba en la carnicería y diez dineros de cada res

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lanar.63 En algunos casos, cuando se habla de reses menores el derecho se denomina libras,
así, en Villamanrique pagaban una libra de carne de cada res vacuna o de venado si se pe-
saba en la carnicería.64 A caballo entre estos derechos de carnicería y de los ya citados por
utilización del coto señorial, se hallarían los que los mudéjares murcianos prestaban a sus
comendadores: los de Pliego el día de la víspera de Navidad salían a la caza de conejos, los
cuales, junto con una gallina por persona y una carga de carbón, eran entregados de presen-
te al comendador.65 Por otro lado, los del Valle de Ricote que tenían aparejos de caza de-
bían salir un día al año a cazar, dando al comendador su producto, el cual llevaba, además,
un arrelde de cada venado cazado por sus vasallos.66
Otro tipo de derechos eran los que gravitaban sobre los panaderos: en Santa Cruz
de la Zarza cada uno pagaba de tributo a su comendador sesenta maravedíes, en tanto que
las panaderas del mismo lugar daban de cada leña quemada un pan.67 Relacionado con la
redención del monopolio del horno se hallaba el llamado derecho de las panaderas cosa-
rias, cobrado por el comendador de Dosbarrios.68 Finalmente, en Ocaña llevaba el comen-
dador tributo de açacanes y panaderas, que a de dar cada uno [de los aguadores] una
blanca cada día e las panaderas obligadas a coçer en el horno.69 El mismo comendador
llevaba el derecho de açanca, u odre lleno de agua que se vendía en la villa.

e) Rentas municipales
Como detentadoras en última instancia de la jurisdicción, a veces, las Ordenes se
reservaron el producto del arrendamiento de algunos oficios municipales, en especial, de las
escribanías. Era costumbre extendida en los territorios militares el arrendar las escribanías
al mejor postor, el cual solía delegar en un tercero; tenían prohibido tomarlas tanto judíos
como mudéjares.70 El valor de estos arrendamientos variaba de acuerdo con la importancia
del lugar y, por tanto, del volumen de sus negocios jurídicos, alcanzando en los mejores
casos las decenas de miles de maravedíes; esto se explica por lo sustancioso de los derechos
aplicados por los escribanos en el movimiento burocrático71 y por los abusos cometidos en
la multiplicación de los autos.72 Como ocurría con el pedido, normalmente estos derechos
los llevaba la Mesa Maestral tanto en la Provincia de León como en la de Castilla,73 si ex-
ceptuamos en ésta última los lugares de la encomienda mayor y algunos lugares del Priora-
to, donde los percibían los comendadores correspondientes. Parece que en los reinos de
Jaén y Murcia los llevaban, en principio, los concejos. En Beas tenían costumbre de cobrar-
la, al menos desde 1440, los caballeros de la villa,74 al igual que en Chiclana de Segura.75 El
concejo de Albaladejo la arrendaba desde tiempo inmemorial.76 Tras el acceso de los Reyes
Católicos a la administración de la Orden parece que siguieron una política de incorpora-
ción a la Mesa Maestral de estas escribanías.
Otro oficio que se solía arrendar con buenos rendimientos era la almotacenía del
mercado, cuyos derechos provenían de la policía del mercado y del control de pesas, medi-
das y todo lo concerniente a la buena marcha de las transacciones comerciales; aparecerá,
por tanto, en los lugares donde se celebre mercado, arrendándose en circunstancias simila-
res a la correduría. El comendador de Montiel lo llevaba tanto en la villa como en La Ossa.
Sin embargo, en Alhambra el almotacenazgo ordinario lo habían acaparado hasta el primer
tercio del siglo XV los caballeros de fuero, adjudicándoselo posteriormente el concejo con
la anuencia del maestre.77
Los alguacilazgos no se arrendaban, ya que eran designados generalmente por los
comendadores, lo que daba lugar a la entrega de algunos presentes. La protección que los
alguaciles tenían obligación de prestar a las prostitutas daba lugar, por parte de éstas, al
pago de un derecho semanal de cuatro maravedíes, que en Ocaña pagaban los sábados. En
los concejos de realengo se lo atribuían esos oficiales, pero en Ocaña lo llevaba el comen-
dador.78

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Otro oficio que designaba el comendador era el de guarda de montes o caballería
de la Sierra; según que sus actividades fuesen productivas o no, de acuerdo con las penas
impuestas, era arrendado por los comendadores o lo concejos pagaban a alguien para que
sirviera el oficio.79
Sisas y derramas eran dos tipos de arbitrios municipales que nunca se apropió la
autoridad señorial. Consistían aquéllas en la facultad del concejo de llevar una parte del
producto de las ventas de pan, vino, aceite o pescado, expendido en los mesones de la villa.
En Castilla la estableció Sancho IV como impuesto real, pero fue suprimido en la minoría
de Fernando IV.80 Las derramas o repartimientos de maravedíes suponían la obligación de
pagar proporcionalmente todos los vecinos de un lugar, mediante capitación, una cantidad
determinada para subvenir las necesidades del concejo.81

f) Tasas sobre la producción y el comercio


Dentro de los tributos cobrados sobre la producción cabe hacer una distinción, se-
gún el sector sobre el que recayesen las imposiciones: tejidos, cerámica, calzado y piel. Hay
que advertir que, dado lo expansivo de estas actividades, las imposiciones sobre ellas nunca
fueron completas, puesto que los nuevos tributos quedaban fuera de la costumbre y, por
ende, de la ley. Así, por ejemplo, Carlos I hubo de ordenar a su alcaide de Uclés que no los
impusiera sobre la fabricación de cántaros y vidriado, ni sobre la venta de leña.82 Especial
importancia reviste el conjunto de tasas, seguramente de origen musulmán, conocido como
viento mayor y menor;83 sólo se percibía en Ocaña, cuyo comendador llevaba una cuarta
parte de su valor, perteneciendo el resto a la Mesa Maestral. La existencia de estas tasas hay
que ponerla en relación con la alcaicería que funcionaba como recinto permanente en esta
villa.
De su relevancia nos habla el hecho de que el convento de Uclés llevase la décima
parte de su valor total. Se aprecia que entre 1478 y 1525 duplicó su valor, rentando este
último año 35.000 mrs.84 Parece que el desarrollo industrial de Castilla en el siglo XVI dio
lugar a cierta extensión de esta renta. El tendero de aceite o fruta pagaba 90 mrs., los espe-
cieros 120, los vendedores de lienzo o cera por labrar 140 y los traperos 400, según un
sistema muy casuístico: de cada vecino de Ocaña que vendía paño por varas, que no fuera
hecho en su casa, 400 mrs. si lo vendía en los primeros cuatro meses del año; dos terceras
partes si lo vendía entre mayo y agosto y un tercio si lo hacía en los cuatro últimos. El fo-
rastero pagaría un maravedí por cada vara.85 Los zapateros darían anualmente cien mrs.
mientras cada curtidor con corambre para vender tributaba 60, por último, cada sastre o
tundidor pagaba diez mrs. anuales.86 En otros lugares se cobraban otros derechos parecidos,
aunque bastante más limitados, por ejemplo, en Villanueva de Alcardete pagaban los arte-
sanos de cada telar de paño o lienzo ocho mrs. anuales, que en 1494 supusieron noventa
mrs.,87 lo que significa que había entre 10 y 12 telares. En la misma Ocaña llevaba el co-
mendador el derecho de los cantareros, consistente en que cada jueves cada uno de aquéllos
entregaba un cántaro y un jarro, además, por cada fusta de sanegón daban individualmente
dos cántaros, dos jarros y seis jarras.88
Por último hay que citar la renta de la seda, la cual, aunque de origen musulmán,
sabemos se introdujo nuevamente en Aledo y Totana en el primer tercio del siglo XVI; así
mismo, se percibía en la encomienda de Caravaca.89 Desconozco tanto su valor económico
como el tipo de gravamen que se le aplicaba. Es de suponer que tendría similares caracterís-
ticas a las de su importante homónima granadina. Hay que agregar los tributos de los paños
pagados por los concejos del Valle de Segura, los de los zapateros de Santa Cruz de la Zar-
za, los derechos de los sacadores de la sal de Belinchón, así como el tributo del vidrio de
Villamanrique.
Dentro del capítulo de las transacciones, hay que destacar, en primer lugar, la gran
importancia de ferias y mercados en los intercambios. Curiosamente, la facultad para

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crearlos libremente les fue atribuida por el papa Inocencio IV en 1250.90 Sin embargo, los
reyes se atribuyeron exclusivamente la creación de las ferias, no así la de los mercados, que
siempre fue preeminencia de los maestres. Intimamente relacionados con los mercados y el
tráfico comercial se hallaban los portazgos, tasas cobradas sobre la circulación de personas
y mercancías por el término donde se llevaban esos derechos, los cuales eran regidos según
un arancel más o menos fijo. Estos portazgos, junto con herbajes y montazgos, deben ser
considerados como las entradas más importantes que percibían las Ordenes, al menos en el
siglo XV. Eran altamente beneficiosos tanto por el número que existía como por las exen-
ciones de que fueron objeto los vasallos santiaguistas, tanto a título local como con carácter
general. En el siglo XII fueron eximidos de portazgos reales los pobladores de Oreja y
Ocaña,91 en tanto que en el siglo XIV lo fueron los de Villamayor de Santiago y la Puebla
de don Fadrique para todo el territorio de la Orden.92 Los de Villanueva de Alcardete fue-
ron eximidos de portazgo de la Orden por el maestre Garci Fernández93 y de parada y por-
tazguillo de compra o de venta por el Infante don Fadrique.94 Por su parte, los del Campo
de Criptana se vieron libres de pago de portazgo por carta de don Vasco Rodríguez.95 Tam-
bién la Orden de Santiago como institución fue eximida con carácter general de portazgos
reales por Alfonso VIII en 1195.96 Posteriormente, en 1250 Inocencio IV declaró libres de
tasas (pedagia, rodagia, gabelas) a los productos con que comerciasen los caballeros de
Santiago.97 Este mismo pontífice, dicho sea de paso, les concedió el muy importante privi-
legio de poder comerciar con los musulmanes de la Península.98 En 1180 la Orden recibió
de manos del mismo Alfonso VIII el portazgo de la Puerta de la Bisagra, que en esos tiem-
pos producía 300 áureos anuales, que debían emplear en la redención de cautivos; por esto
por lo que a fines del siglo XV y, presumiblemente, desde un primer momento los cobró el
hospital de Toledo.99 Por fin, en 1256 Alfonso X eximía a los ganados de Santiago del pago
de portazgo y montazgo,100 teniendo los pastores y paniaguados plena inmunidad en sus
desplazamientos, no debiendo pagar ningún tributo personal ni por los ganados, excepto
yantar y moneda forera.
Aun recibió la Orden varias importantes donaciones en el siglo XIII: en 1225 Gon-
zalo Pérez, señor de Molina, eximió a la Casa de la Merced de Cuenca del pago de portazgo
en su villa;101 para 1283 Sancho IV eximía a ese hospital del pago de portazgo y montazgo
por todos sus reinos a sus ganados, permitiéndoseles a los pastores el corte de leña y dis-
pensándoles del quinto de aquellos paniaguados que muriesen en tierra de órdenes.102 Así
mismo, en 1231 Fernando III donó a la institución de Santiago totum meum portaticum
quod Ricus homo, qui tenebat Alarcon, recipiebat in Ucles pro me.103 Más tarde, en 1328,
viendo Alfonso XI que el portazgo de Peñafora no era rentable, lo permutó a los santiaguis-
tas por el de Mohernando.104 Con anterioridad al siglo XV son mal conocidos los portazgos
que se cobraban: sabemos de los de Oreja y Ocaña, publicados por José Luis Martín, y el de
Alharilla, dado a conocer por Lomax; también conocemos el de Dosbarrios de 1192, publi-
cado por éste mismo: gravaba tanto el vino, la harina y la carne como los ganados, bestias y
moros, recayendo sólo sobre los productos venidos de fuera a vender.105 Posteriormente
sólo constan los aranceles fijados en los fueros de la familia conquense, aunque no son muy
expresivos, toda vez que son copiados textualmente de unos códigos a otros; es de suponer
que en productos y tasas cobradas la variedad debió de ser ingente por falta de una política
unificadora, empresa realmente difícil.
Es a fines del siglo XV cuando se emprendió esa labor, decretando don Alonso de
Cárdenas un arancel general en 1481, que fue confirmado por los Reyes Católicos. Al final
de la Edad Media la Mesa Maestral se aprovechaba de muchos de los portazgos de la Or-
den: en la Provincia castellana se atribuía todos los del Campo de Montiel y el de Cabeza
Mesada, mientras que la encomienda mayor tenía anejos los de sus lugares, amén de los de
Montealegre y Santa Cruz de la Zarza. Diez eran los portazgos que percibía el hospital de
Alarcón en tierra señorial, por lo que casi siempre se los usurparon los señores correspon-

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dientes: Montalvo, Hito, Fuentelsaz, Cervera, Puebla de Almenara, San Clemente, El Pro-
vencio, Alarcón, La Roda, Castillo y Belmonte del Marqués de Villena; su valor no era
muy alto. Los comendadores castellanos respectivos llevaban los portazgos de Paracuellos
(y dehesa de Belvís), Mohernando (y Cerezo, Humanes, Robledillo y Raodona); en el Prio-
rato de Uclés, Huélamo, Estremera (y Valdaracete), Socuéllamos (y Manjavacas), Campo
de Criptana (y Villajos, Pedro Muñoz y Palomares) y Uclés. En el reino de Jaén, Beas,
Bedmar y Chiclana —además del de La Ossa de Montiel—. En Murcia había establecidos
portazgos en Caravaca (y Cehegín), Socobos (y Letur), Yeste y Puerto de la Losilla, junto a
los mesones ya mencionados (Lorquí, Totana y Cieza).
Junto a todos estos portazgos de carácter general, existían otros que gravaban es-
pecíficamente algún producto. En Belinchón se llevaba un portazgo de la sal: de cada bestia
menor llevaba el alcaide de las salinas un maravedí, de cada bestia mayor tres blancas y de
cada carreta seis maravedíes, menos en lo salvado, cantidad fija que sacaban anualmente
los concejos del Corral, Villamayor, Villanueva de Alcardete, Quintanar, Puebla de don
Fadrique, Puebla de Almuradiel, Estremera, Valdaracete, Colmenar, Santa Cruz de la Zarza
y el Común de Uclés, carretadas por las que lievan la sal del señor maestre.106 Otro portaz-
go específico era el de la madera de río, cobrado por el comendador de Segura de la Sierra
en su encomienda; gravaba la madera llegada por el Guadalimar desde los lugares de Villa-
verde y Cotillas, alfoz de Alcaraz, a razón de cuatro cornados por pino labrado y la mitad
por rollizo.107 En Ocaña se percibía el derecho del lino que pertenecía a la Torre y se venía
a vender a la villa; llevaba el comendador tres libras de cada carga mayor o menor y cuatro
onzas del producto vendido.108 Importante debía de ser la producción de ajos en la zona de
Colmenar de Oreja, pues en este lugar había instalado un portazgo exclusivamente dedicado
al comercio de ese producto. En la encomienda de Segura de la Sierra y, más concretamen-
te, en la cabeza del distrito, percibía el comendador un portazgo de ganado para los hatos
cabañiles o merchaniegos que pasaban o se sacaban por allí.109
En la frontera del reino nazarí de Granada se estableció otro portazgo, llamado
puerto de lo morisco, que gravaba específicamente las mercancías provenientes de ese
reino. Sólo se percibía en Segura y Caravaca, con excelentes rendimientos, tanto que éste
último lo había incorporado Enrique IV a las rentas reales, a cambio de lo cual a principios
del siglo XVI tenía situados la encomienda de Caravaca 200.000 mrs. en la renta de la seda
de Granada.110 Además, se cobraban en algunas encomiendas otras tasas sobre las transac-
ciones, pero de carácter más modesto: en diversos lugares del Priorato de Uclés y Campo
de Montiel se percibían portazguillos: las rentas eran de lo más variado, así, en Montizón
pagaban de portazguillos los de fuera que iban al lugar de Villamanrique tres blancas de
cada carga; caso de que se tratase de vidriado darían una vasija de cada carga.111 En Segura
de la Sierra este derecho era conocido como cuarentena, consistente en la percepción por
parte del comendador de un maravedí de cada cuarenta que vendieran los mercaderes forá-
neos, el mismo que desde los tiempos del comendador Pedro Manrique —veinticinco años
antes— se cobraba también a los que compraban.112
En Dosbarrios tenía el comendador la renta del portazguillo de los que hazen pa-
radilla a vender algo en el dicho lugar;113 precisamente esta era otra de las denominaciones
que recibía, así, en el Campo de Criptana llevaba su comendador la paradilla de la fruta o
del barro que se venía a vender,114 siendo en Hinojoso extensivo el derecho a los forasteros
que venden qualquier cosa, cada uno de los cuales pagaba una blanca.115 Cuando los dere-
chos se percibían sobre las mercancías transportadas por la barca del comendador de una
ribera a otra del río estamos en presencia de la renta de la barca o paso de la barca: las de
Fuentidueña de Tajo, Oreja y la Alhóndiga eran pertinentes a la encomienda mayor;116 en
Cieza se cobraba otro paso de carácter general, en tanto que en Oreja, Colmenar y Noblejas
sólo gravaba a los atocheros, ya que los vecinos habían redimido esta obligación a cambio
de una fanega de trigo de la medida menor pagada individualmente.117 A veces, la propor-

183
ción del derecho sobre la transacción era de la veintava parte y se llamaba, pues, veintena,
extendida exclusivamente por tierras de Murcia: Caravaca, Cehegín, Cieza, Moratalla,
Letur y Valle de Ricote; gravaba todo lo que se viene a vender o a comprar por forasteros
de fuera de la Orden.118 En Andalucía estas veintenas eran conocidas como almojarifazgos:
en 1398 Enrique III donaba al maestre de Santiago el almojarifazgo de Bedmar.119 En el
almojarifazgo de Toledo llevaba esta Orden cierta cantidad de maravedíes por permuta con
el Adelantado de Cazorla don Alfonso Tenorio.120
Durante la Edad Media son contados los casos en que las alcabalas eran cedidas
de buen grado a particulares por la Corona, no obstante, en medio de las guerras civiles que
vivió Castilla en el siglo XV estos derechos sobre las transacciones fueron usurpados por
algunos señores, como hizo el maestre de Santiago en tiempos de Enrique IV.121 Tras la
entronización de los Reyes Católicos los casos se individualizan por encomiendas:122 en
1480 el comendador de Mohernando hacía pagar a los lugareños las alcabalas, que monta-
ban 70.000 mrs., habiéndoles tomado también 500 gallinas en descuento de 16.000 mrs.123
Aunque no de tal cuantía económica, más grave era el caso de los vasallos de Paracuellos,
ochenta en total, de los que decían los visitadores que tiénelos perdidos la Orden, porque
están lexos de la Provinçia y fáseles el comendador algunos agravios y non saben a quién
los quexar.124 Anteriormente a 1468 Iñigo López de Mendoza, comendador de Huélamo,
había fortificado su fortaleza a base de la percepción de las alcabalas y parte de las salinas
de la villa, que pertenecían al rey.125
Pero esta faceta de la reacción señorial no se había centrado sólo en las alcabalas,
pues también se impusieron arbitrariamente, esto es, de nuevo, portazgos en lugares donde
antes nunca los hubo: en Albaladejo, lugar de la encomienda de Segura, el comendador
llevaba cogiendo el portazgo veinticinco años, a razón de 2.000 mrs./año.126 En otros casos
se usurparon portazgos pertenecientes a la Mesa Maestral, justificándolo en el hecho de que
el comendador había llevado previamente los portazguillos.127 Sin embargo, esta política de
usurpaciones a veces se vio legalizada por los propios monarcas, los cuales en 1475 dona-
ron a su comendador de Segura, Gonzalo Chacón, el portazgo de Alcaraz, con grave disgus-
to del concejo.128 Por último, otro tipo de cobro de derechos de paso era la roda, probable-
mente sobre los ganados travesíos; conocemos dos, la de la Venta de Secilla, entre Chiclana
y Villamanrique, que rentó entre 8.000 y 10.000 mrs. a fines del siglo XV,129 y la de Calilla
en la Provincia de León.

g) Tasas sobre el tránsito ganadero


Tan diversos como importantes eran los derechos que las Ordenes disfrutaban so-
bre la circulación de los ganados extraños por sus territorios, ya que, en términos generales,
puede decirse que los vasallos gozaban de comunidad de pastos e, incluso, compartieron
pastizales con los de otras Ordenes y concejos de realengo o señorío.130 En consecuencia,
todos los ganados pertenecientes a particulares vasallos de una Orden podían deambular
con sus cabañas por todo su territorio sin pagar ningún derecho, como se les reconoció
expresamente, por ejemplo, a los lugares de Uclés en 1179,131 Campo de Criptana en
1328132 y la Puebla de don Fadrique en 1343.133 Pero quien más provecho sacaba de las
exenciones eran las Ordenes como instituciones: hemos visto cómo la de Santiago había
recibido ese privilegio papal en 1250; seis años más tarde Alfonso X los eximía formalmen-
te del pago de portazgos y montazgos en todo el territorio de su Corona por sus ganados,134
tal y como treinta años antes había hecho Jaime I para el Reino de Aragón.135
En algunos lugares se cobraba el llamado paso de ganado, concretamente en el
Priorato de Uclés y en Murcia; dentro de ese reino se llevaban en Cieza, Moratalla y Soco-
bos, siendo atribuidos a los comendadores correspondientes, al igual que en Uclés, Santa
Cruz de la Zarza, Cabeza Mesada y Tarancón, sin embargo, no ocurría lo mismo con los
derechos de licencia de paso para ganados foráneos en Uclés, que pertenecían a la enco-

184
185
mienda de la Cámara de los privilegios. En Fuentidueña se cobraba un derecho a las ovejas
que cruzaban por la barca. Pero la imposición de carácter más general era el montazgo, que
“se adeuda por el paso y tránsito de los ganados por agenos territorios, por el qual consi-
guen pascer en ellos, sin tener derecho á sus pastos”.136 Me refiero a los montazgos locales
y no al servicio y montazgo, impuesto real creado por Alfonso XI. De cualquier modo, fue
Sancho IV quien en 1289 ordenó que todos los ganados que pasasen por territorio santia-
guista diesen los derechos de portazgo, montazgo, castillería, asaduras y todos los demás
acostumbrados.137
Ya sabemos que en Uclés el concejo llevaba la mitad de los derechos de montazgo,
pero en las villas que recibieron el fuero de Cuenca la proporción cedida fue de un tercio.138
Sólo se conocen con certeza unos pocos lugares donde los montazgos fuesen llevados por
los comendadores, y vienen a coincidir con sitios señalados de paso ganadero: Caravaca,
Torrevejesate y Montizón, todos ellos de la encomienda respectiva; en la Torre de Juan
Abad lo llevaba la Mesa Maestral. De carácter restrictivo era el montazgo llevado por el
comendador de Segura en la villa y sierra de su nombre, pues sólo interesaba a los ganados
de tierras realengas que se refugiasen allí en tiempo de guerra con los nazaríes.139 En el
reino de Murcia estos derechos eran conocidos como herbajes, suponiendo cuatro cabezas
por cada cabaña foránea que pasaba a herbajar; se percibían en Aledo, Moratalla y Yeste;
en el Valle de Ricote se hace especial mención a principios del siglo XVI a los herbajes
pagados por los ganados de Jaén —no especifica si de la ciudad o del Reino— y los de un
particular llamado Juan de Cotillas. También se percibía herbaje en la encomienda de Segu-
ra: llevaba el comendador la mitad de los derechos de los ganados que entraban a pacer a
final del verano en la Sierra de Segura, siendo la otra mitad de los caballeros de la villa; en
tiempos de paz rentaban entre 10.000 y 12.000 mrs.140
Cuando el ganado, o cualquier otra mercancía en el caso de los portazgos, no pa-
gaba montazgo o pasaba por sitio distinto de donde se solían hacer el recuento para su pago,
se imponía una multa conocida como descaminado, que suponía la pérdida del ganado
evadido.141 Borra o cegaja hacen referencia al cordero preañal en términos ganaderos, pero
en lo que a nosotros interesa era también un derecho cobrado sobre el ganado tanto propio
de los vasallos de la Orden como el merchaniego. El fuero de Cuenca se lo atribuía a los
caballeros de fuero,142 aunque sabemos que los comendadores de Socuéllamos y Montizón
lo llevaban. En el Puerto de Losilla cada cabaña de ganado que pasaba daba de borra, asa-
dura y cabrita tres reales.143 Intimamente ligado, pues, hallamos este segundo concepto al
anteriormente visto: en Murcia, más concretamente en Cieza, era conocido este derecho
como asadura y cabrita, suponiendo una res y un cabrito de cada hato de más de cien reses,
pagando, caso de no llegar a ese volumen, tres maravedíes y medio de cada res menor y
doce de la mayor.144 En los demás casos, coincidiendo con su aplicación en el Priorato, se
la conoce como asadura simplemente: los pastores que entraban a invernar en la dehesa de
Montealegre daban un cabrito de cada hato,145 mientras que en la barca de Oreja se llevaba
asadura del ganado lanar, cabrío y porcino, de cuarenta reses una.146 El Hospital de Cuenca
tenía privilegio del concejo de esa ciudad, mediante el cual cada pastor de su alfoz que
llevara más de cien ovejas daría por mayo una cordera.147 El comendador de Huélamo lle-
vaba dos tipos de asadura: percibía ocho ovejas de asadura de sus villazgos y una asadura
de cada hato de ganado que pasara por el camino de Cuenca o Huélamo, ya fuera extreme-
ño o merchaniego; estaban exentos de su pago los de Cuenca.148 La asadura llevada en
Socuéllamos sobre puercos, vacas y otros ganados merchaniegos gravaba a cada hato de
más de cincuenta cabezas con la percepción de una de ellas y a las cabañas menores con
tres maravedíes por cabeza.149
La castillería era otro derecho de paso que se cobraba en las encomiendas de Se-
gura, Caravaca y Montizón, en ésta con tres puntos de percepción: Chiclana, Venta del
Villar y Torre de Juan Abad. La cobrada en Siles consistía en la percepción de los ganados

186
de realengo que entraban a herbajar en sus términos de una cabeza de cada rebaño integrado
por 100 a 3.000 cabezas, si no llegase a las cien, cuatro maravedíes por cada cabeza. Lo
pagaban también los ganados merchaniegos de paso, aunque fueran de Ordenes, y el gana-
do mayor, vacas o yeguas.150 Aunque en tiempos anteriores la castellaria era una prestación
personal para la reparación de castillos, hay que advertir que en la Baja Edad Media el
sentido era muy diferente. En Montealegre también se percibía otro derecho sobre los ga-
nados que entraban a pacer en su dehesa de invierno, además de la asadura, conocida como
derecho de casares, consistente en el pago de un carnero por cada hato de ganado.151 Un
derecho curioso era el que percibía el concejo de Hornos sobre los ganados que entraban a
herbajar en la Sierra de Segura, que suponía el cobro de una res de cada manada, dando, a
cambio, al comendador la corporación una fanega de sal por cada una de aquéllas.152 Un
último gravamen era el que pesaba sobre el ganado sacrificado en el lugar donde herbaja-
ren, llevado en el lugar de las Mesas, encomienda de Torrevejesate, sin que poseamos más
datos al respecto. Tal vez guarde alguna relación con el diezmo del ganado trasquilado en la
dehesa, llevado por el comendador de Caravaca; en algunos lugares se cobraba otro diezmo
sobre el ganado nacido en el lugar de pasto. También llevaban los comendadores derechos
sobre la celebración de mestas locales, siempre y cuando hubiera ganado de fuera de la
tierra;153 sólo conocemos las reunidas en Mora, Albaladejo y Segura, la cual arrojó en 1519
el total de 1.021 ovejas, en metálico 260.313 mrs.154 Vemos, en suma, que sobre los gana-
dos llevaban las Ordenes gran número de tasas, además del montazgo, con una amplia ca-
suística, tanto geográfica como en tipos impositivos; sin embargo, aun existían algunos
derechos más, como el villazgo, la gineta, el pasaje, florines, verde, pontazgo o rehújal.155

h) Diezmos y primicias
Como instituciones religiosas las Ordenes percibían en los territorios de su señorío
los diezmos y demás derechos eclesiásticos, al tiempo que ejercían la jurisdicción sobre los
fieles en materia religiosa. Según algunos autores, en sus orígenes el diezmo era un tributo
de origen laico en el que la Iglesia recibió una participación,156 sin embargo, en opinión de
otros, fueron instituidos para el sostenimiento de los ministros del culto.157 De cualquier
modo, las Partidas aclaran de forma meridiana cómo era considerado en el siglo XIII:158
tributo debido a Dios en acción de gracias —en esto recuerda el gravamen análogo de los
musulmanes—. Su importe parece ser que suponía el 10% de productos e ingresos de los
fieles a su parroquia, aunque, según Hinojosa, “su cuantía no era generalmente la décima
parte, sino una parte alícuota inferior a ella”.159 En cualquier caso, de los datos que se des-
prenden de los Establecimientos de Santiago parece que tendía a observarse esta parte de-
cimal.
En principio, los diezmos se los atribuiría el clérigo de la parroquia correspondien-
te, como contraprestación por sus servicios eclesiásticos,160 y así parece que se observó en
siglos posteriores en el Partido de Castilla la Vieja, pero, de hecho, esto no sucedió así en
las tierras al sur del Duero, produciéndose graves enfrentamientos entre freires clérigos y
freires legos santiaguistas a causa de la percepción de estos diezmos; tanto es así que en
1231 hubo de llegarse a un acuerdo entre ambas partes, mediante el cual el Prior de Uclés
—es de suponer que el de San Marcos hiciese lo propio en la Provincia de León—, en
nombre de los clérigos, renunció a sus bienes y los entregó al maestre don Pedro González,
el cual se comprometió a subvenir las necesidades de aquéllos,161 con lo que, de derecho, se
legalizaba la percepción de los diezmos por parte de los comendadores respectivos. Conse-
cuentemente, los comendadores darían al Prior de Uclés anualmente las décimas de sus
ingresos; el Prior se encargaría de mantener con ellas a los clérigos.162 Esta fue la situación
que se mantuvo en adelante. Al poco de la fundación de la Orden de Santiago la de Calatra-
va había recibido del rey los diezmos de Uclés, es por esto por lo que aquélla le permutó a

187
la última en 1182 esos diezmos a cambio de la villa de Alcubillas y la renta en las salinas
de Espartinas.163
Pero las disputas más importantes se produjeron con los diocesanos comarcanos,
que no se resignaban a perder la jurisdicción eclesiástica sobre esas tierras nullius diocesis,
ni mucho menos sus diezmos, todo ello a pesar de las concesiones papales a favor de las
Ordenes. Por ello las disputas hubieron de resolverse por vía de pacto: el primer contencio-
so le resolvió en 1193 con el obispo de Cuenca, por el que la Orden se comprometía a co-
brar los diezmos de la zona correspondiente a este diocesano, entregándole una cuarta parte
de los derechos sobre el pan, vino y corderos, amén de la mitad de las multas cobradas
durante la recaudación.164 A fines del siglo XV, según los libros de visita, que producen una
información algo fragmentaria a este respecto, el obispo de Cuenca llevaba la mitad de los
cuartos de pan, vino y ganado de los lugares de Cabeza Mesada, la Zarza y Villaverde,165
además de los diezmos completos de Tarancón; en el Corral de Almaguer llevaba una cuar-
ta parte del vino. También el titular de la sede giennense hubo de hacer frente a las preten-
siones de esta Orden en 1279, en que se llevó a una situación pactada, mediante la cual el
obispo llevaría la tercera parte de los diezmos de los cristianos que labrasen en Canena,
además de la tercia pontifical y el catedrático; en los heredamientos de la Orden en Andú-
jar, Jaén, Baeza, Ubeda y Santisteban del Puerto, incluyendo Chiclana, se repartirían los
diezmos a partes iguales.166 Al final del período estudiado no es posible constatar más que
la percepción por parte del obispo de Jaén de un noveno del pan y ganado de Bedmar y el
diezmo sobre el cereal extraído de la heredad de Linarejos, de Santisteban.
La concordia con el obispo de Cartagena la firmó en 1271 don Pelay Pérez Correa,
el cual le cedió a aquél los siguientes derechos sobre sus diezmos: el ochavo de los ganados
estantes o merchaniegos en Lorca, Murcia y Orihuela con sus términos; cien mrs. anuales
del almojarifazgo de Aledo, en tanto estuviera en poder de moros, cuando se repoblase le
darían el octavo; en Huéscar, Galera, Miravet y Volteruela, octavos de menudo y ganado,
así como de mortuorios y mandas hechas a las parroquias; mientras estuviesen en manos de
los granadinos darían por los diezmos 50 mrs. en Moratalla y otros tantos en Castilléjar y
Orce, finalmente, por Burgueya darían 40 mrs. y cuando se conquistase, el ochavo. A cam-
bio, el obispo reconocía al maestre como canónigo de su iglesia con derecho a ración, y le
donaba las parroquias de Santiago en Lorca, San Nicolás en Murcia y Santiago en Orihuela,
además de los dos tercios de los diezmos de las iglesias de la Orden; el resto se lo reservaba
el diocesano, el cual llevaría la tercia del mortuorio y mandas, así como de todo lo demás,
excepto el pie de altar, caballo, armas o acémilas que trajese el cuerpo o pompola que pu-
siesen sobre el altar.167 Dudo mucho que esto se llevase a la práctica, pues en 1292 Sancho
IV se veía obligado a recordar a todos los comendadores, freires y alcaides de Ordenes que
pagasen los diezmos de sus frutos y ganados, así como de los otros bienes que Dios nos da,
asý commo manda el derecho de Santa Yglesia:168 dos tercios al obispo de Cartagena y el
resto al almojarifazgo real; al año siguiente, ya más específicamente, ordenaba al comenda-
dor santiaguista de Cieza y Ricote que pagase sus diezmos al diocesano.169 En el siglo XV
sólo llevaba ese obispo los diezmos de lo cultivado una legua alrededor de la villa de Cieza
y todos los de Lorquí.
Pero era el Arzobispo de Toledo quien más derechos cobraba en territorio de San-
tiago, no obstante, sólo conozco la composición relativa a los lugares de Estremera, Villa-
rrubia, Noblejas, Monreal, Yegros y Mora, por la que el maestre don Juan Osórez, en 1304,
ordenó a sus terceros entregasen al toledano la tercera parte de todos los diezmos de pan, et
de vino, et de corderos de añal de las eglesias de los lugares sobredichos.170 El dos de julio
de 1491 el maestre Cárdenas dio poder al licenciado y caballero Pedro de Orozco para que,
junto con los procuradores del arzobispo pactase una concordia sobre los diezmos novales,
esto es, de las tierras nuevamente roturadas, en el Campo de Montiel, antes de que se fallase
el pleito en Roma;171 hasta el día treinta no se firmó la avenencia por maestre y arzobispo

188
en Ocaña: se acordó que tanto en las tierras nuevas como en las viejas llevase éste la tercia
del pan (200 fanegas de trigo y 100 de cebada), vino, fruta y demás cosas.172 En el último
siglo de la Edad Media las porciones de diezmos que llevaba el Arzobispo se extendían
tanto por el Priorato de Uclés como por el Campo de Montiel. En aquél llevaba uno o dos
tercios de pan, vino y ganados en las encomiendas de Estremera y Valdaracete, Colmenar
de Oreja, Mohernando, Dosbarrios, Villarrubia y Biedma; en el Campo de Montiel percibía
en la práctica en tercio del pan y el vino de las tierras viejas en todas partes, incluso en
Terrinches, lugar de la encomienda mayor.
Con esa excepción, la encomienda mayor de Castilla tenía costumbre de llevar to-
dos los diezmos de sus lugares específicos. Tanto en este caso como en el de la Mesa Maes-
tral los diezmos no representaban una partida importante dentro de sus ingresos; en la Pro-
vincia de Castilla percibía los diezmos completos de Férez, Santa Cruz de la Zarza, Villa-
mayor y Villanueva de Alcardete, además de distintas porciones —dos tercios o tres cuar-
tos— de pan, vino y ganado en diversas encomiendas del Priorato y Mancha: la Zarza,
Estremera, Colmenar, Noblejas, Miguel Esteban, Villaverde, Alhambra, Villanueva de los
Infantes, La Membrilla, aldeas de Montiel, Fuenllana y Villamanrique.173
Estos tributos gravaban los productos agrarios, pecuarios, minerales y artesanales,
así como las soldadas de diversos subalternos y los censos y arrendamientos de tierras y
servicios de transformación. Dentro de los productos del suelo sobresalen los pertinentes al
cereal (trigo, cebada, centeno, avena, panizo, escaña, alcacer),174 a las viñas (vino, uvas,
pasas) y a los olivares (aceite y aceitunas), además de otras minucias.175 Especial importan-
cia revestían los productos utilizados en la artesanía: cáñamo y cañamones, lino y linueso,
esparto, pastel y grana;176 no conozco ningún caso en que el zumaque pague diezmo, no así
la sal y el carbón. El ganado y sus derivados suponían una importante partida dentro de los
diezmos: el más corriente era el de los ganados lanar y cabrío; también gravaban los diez-
mos las crianzas, aunque cabe dudar del origen eclesiástico de esta tasa, así como del diez-
mo del ganado mesteño que entraba a herbajar en territorio señorial; lo mismo puede decir-
se del ganado trasquilado en Caravaca. El concepto menudo incluía, además de aves y
ganados de menor entidad, a una serie de productos agrícolas (alcaceres, huertas, melona-
res, etc.); destacan los animales pertenecientes a la familia asnal (potricos, borricos, mule-
tos, asnos), las aves (pollos, gallinas, palomas, además de colmenas y enjambres), deriva-
dos pecuarios (vellocinos de lana, miel, cera, lana, queso y seda), amén de algún que otro
animal (lechones, cochinos, corderos, chotos, carneros, hurones). En algunas encomiendas
se llevaban diezmos específicos: en la de Alhambra se dezmaba por los beneficios de las
borras; en la de Beas se gravaba la caza de los ballesteros de monte y en la encomienda de
Villoria la llamada caza seca; en zonas montañosas debió de ser importante la ganancia
proveniente del diezmo de la caza, pues en Socuéllamos los cazadores habían redimido la
prestación del diezmo por la entrega anual al comendador de 20 gallinas.177
Dentro de los productos artesanales pagaban los productos sin elaborar, como la
cal, el yeso y la pez, al igual que el vidriado; pero era el barro del que se sacaban los pro-
ductos más variados de cara a su imposición decimal; se dezmaba simplemente en concepto
de barro cocido, en teja, ladrillos y labores de cerámica, tanto como las ollas, tinajas y cán-
taros. Un concepto de gran interés para nuestro estudio es el de las soldadas percibidas por
collazos y jornaleros, que también dezmaban: las más usuales eran las soldadas de mozos,
conocidas en Murcia como cernadaja;178 también eran corrientes los diezmos de collazos,
especificándose en Villaescusa de Haro, los de verano, esto es, los segadores; en Belinchón
dezmaban de su salario los sacadores de la sal, mientras en Mohernando se gravaba tanto a
los portilleros —o pastores del concejo— como a los destaferros, cuya función desconozco.
Pagaban diezmo igualmente los guardadores de las mieses o mesegueros y los de las viñas
o viñaderos —en ocasiones se especifica que trabajan entre San Juan y San Miguel—, así
como los pastores, boyerizos, vaquerizos y porquerizos.179 Así mismo, pagaban diezmos

189
algunos bienes fundiarios: en primer lugar, lo hacían aquellas tierras que, siendo propiedad
de la Orden, eran entregadas en arrendamiento a particulares; del mismo modo, las dehesas
estaban gravadas por estas exacciones eclesiásticas, tanto en el caso de que una parte se
hubiera roturado nuevamente —pagando entonces los diezmos novales de la Mesa Maes-
tral—, como si los concejos hubieran vendido la yerba de sus montes a forasteros.
También los servicios monopólicos propiedad de particulares tenían obligación de
satisfacer el diezmo de los productos tratados, esto reza tanto para los molinos de pan o de
aceite (los de la Orden que estaban acensados también dezmaban) como para muelas y
hornos de yeso. Otros derechos que les fueron concedidos a la Orden por Fernando III, de
los que no ha quedado posterior constancia, son los diezmos de la bodega de Toledo cum
omnibus directuris suis.180 Por último, hay que citar a los mejores dezmeros excusados, que
eran los contribuyentes del lugar que más pechaban en concepto de diezmos, y que en el
Campo de Montiel y otros lugares se los atribuía la fábrica de la iglesia parroquial,181 lo que
no quiere decir que algunos comendadores no se los hubieran apropiado.
Conocidas son las disposiciones sobre la forma de dezmar establecidas por Alfon-
so IX,182 Alfonso X en 1255 y, muy posteriormente, por los Reyes Católicos en 1491;183
pero lo que más nos interesa en este lugar es conocer las disposiciones maestrales dadas en
los siglos XIV y XV. Con respecto a la forma de dezmar el pan, estableció el maestre Suá-
rez de Figueroa que, recogido todo el cereal en un montón único, ante que sea sacada la
soldada de collaços, ni jornal de peones, ni terralgo, ni otra renta alguna,184 se saque la
décima parte para pago del diezmo, en presencia del tercero o recaudador de diezmos. El
que cogiere más de diez cestas de uva para consumir directamente como fruta habría de
entregar una cesta;185 igualmente las penas impuestas por los daños causados por el ganado
en sembrado o viñas ajenas pagarían diezmos.186
En cuanto a las formas de dezmar los ganados, según reconoce el maestre Cárde-
nas, eran diversas en los lugares de la Orden, así, por ejemplo, en Montealegre había cos-
tumbre de que el que dezmara potrico o borrico pagase por cada cabeza tres mrs. y por cada
colmena cuatro cornados;187 por ello estableció un arancel único para todo el territorio: el
que poseyera más de diez cabezas pagaría una; el que poseyera entre 5 y 10 escogería una
para apreciar su valor en dinero entre el señor de el ganado y el dezmero, y quien más diere
por ella aquél la lleve, pagando al otro la mitad de el dicho precio en dineros;188 quien
tuviera más de diez o menos de cinco, por cada potro, muleto o muleta dezmaría tres reales
de plata, por cada becerro 40 mrs., por cada burro o burra 20 mrs., de cada cordero 3 mrs.,
de cada cochino 4 mrs., de cada cabrito dos y de pollo o ansarón uno. Estas últimas aves se
entregarían a la edad de mes y medio, ya criadas por sus madres. En caso de que el contri-
buyente quisiere pagar en especie lo podría hacer previo acuerdo con el tercero.189
Los diezmos de las soldadas de boyeros, segadores y demás mozos de jornal se
pagarían luego de descontar los gastos necesarios, no pudiendo sobrepasar éstos la quinta
parte del total del salario.190 En cuanto a los diezmos de yeso, cal y carbón, ordenó Suárez
de Figueroa que sólo se pagasen en los lugares donde se acostumbraba a hacerlo en los
últimos cuarenta años. En cambio, uniformizó el maestre Cárdenas para todo el solar de la
Orden la percepción de los diezmos de palominos, alcacer vendido (aunque no el autocon-
sumido), zumaque y grana, aunque no del agua vendida por los aguadores o azacanes.191
También se dezmaba uniformemente en los arrendamientos de tierras, porque de los cen-
sos, según derecho, son todos a pagar el diezmo.192 Lo mismo que el diezmo de todas las
caças de monte y campo y río.193 Estableció el maestre Lorenzo Suárez que el diezmo de la
lana se pagase donde se trasquilase el ganado y el de queso donde se hallase el aprisco.194
Con respecto al diezmo de lino, se había de pagar una vez hechas las labores de podar,
majar y cocer, al menos esa era la costumbre en Totana.195 En el Valle de Segura, al igual
que se llevaban derechos de portazgo sobre pinos y maderos que se cortasen en el valle y

190
bajaren río abajo, también se gravaba a esos mismos productos con el diezmo, aunque no se
cortaba todos los años, y cuando se hacía solía valer entre 3.000 y 4.000 mrs.196
Por último, me referiré a un derecho ya citado anteriormente, en concreto a lo pon-
tifical; de lo que se desprende de nuestras noticias, parece hacer referencia a una parte de
ciertos diezmos. En Monreal esto es lo pontifical: la mitad de los diezmos de lana, queso y
aceite,197 mientras que en Dosbarrios suponía la mitad de los dos tercios de los diezmos de
pan y vino, que llevaba la Mesa Maestral en el lugar.198 En opinión de Miguel A. Ladero,
hace referencia a los bienes de los que se desprendían los obispos en beneficio de alguna
parroquial necesitada, especialmente diezmos.199 Las décimas son distintas de los diezmos
pagados en primera instancia por el producto al comendador respectivo; como ya vimos,
suponían la décima parte del valor de los ingresos de los comendadores, pagados al Prior
del convento central, porque estos priores tienen cargo y cura de nuestras ánimas, [que]
ayan y lleven de Nos y de todos los cavalleros de nuestra Orden los diezmos enteramente
de pan, vino, dineros y ganados y de todas las otras cosas que Dios nos diere de las rentas,
derechos y heredades.200 En ese mismo sentido se había manifestado ya en el Capítulo de
1310 el maestre Osórez.201
Gravaban tanto los ingresos personales (todas las cosas que ganaren por sus per-
sonas, así en guerras como en actos de Cavallería o negociaciones, o oficios, o industrias
... de diez cosas una),202 como de las heredades que labrasen a sus expensas y de los gana-
dos que criaren en dehesas que no fueren de sus encomiendas.203 El convento de Uclés
llevaba, además, décimas del viento mayor y menor y de las capitaciones de los judíos de
Ocaña, así como de la martiniega del comendador de Uclés; en los réditos de la Mesa
Maestral, décimas de vino, ganado y menudos, de pan y diezmos de labranza de comenda-
dores y caballeros pertenecientes a ella y de las rentas de los molinos del Anchuelo y Medi-
na. Tras el proceso de secularización seguido por la Orden con su entrada en la órbita real,
los comendadores en muchas ocasiones se negaron al pago de las décimas, por lo que hu-
bieron de intervenir papas, reyes y Consejo de Ordenes para que así lo hicieran; aunque el
proceso de impago de décima venía de lejos.204
Las tercias reales consistían en la exacción por parte de la autoridad real de una
porción del diezmo eclesiástico: a partir del siglo XIV equivalía a los dos novenos del total,
no necesitando ya en el siglo siguiente de la anuencia papal para su cobro anual.205 Este
ingreso rara vez fue cedido por los reyes a los señores al menos en el último siglo y medio
del período medieval; en 1327 Alfonso XI ordenaba a sus recaudadores, a petición de don
Vasco Rodríguez, que no cobrasen las tercias reales a los vasallos santiaguistas.206 Las
primicias, por su parte, suponían media fanega de trigo, cebada o centeno de cada doce que
recogían los labradores de cada lugar.207 Fundamentalmente, se las atribuían los comenda-
dores de los Bastimentos: el de Mancha y Ribera de Tajo llevaba las primicias de Colme-
nar, Villarrubia, Noblejas, Estremera, Valdaracete, Corral de Almaguer, Villamayor, Puebla
de don Fadrique, Puebla de Almuradiel, El Toboso, Quintanar, Campo de Criptana, La
Mota y El Hinojoso,208 mientras que en el Campo de Montiel la recibía de los de La Mem-
brilla, La Solana, Alhambra, Villanueva de los Infantes, Fuenllana, Villahermosa, Montiel,
Santa Cruz, La Puebla, Villamanrique, Torre de Juan Abad, Cózar y Alcubillas.209 El co-
mendador de los Bastimentos de León llevaba en esa Provincia no sólo las primicias de
pan, sino también las del vino, en la misma proporción.210 Lo habitual era que estas primi-
cias se aplicasen a la fábrica de la parroquial del lugar, sin embargo, había algunos lugares
en que las llevaba el comendador, así, el de Beas llevaba la mitad de estos ingresos; el sub-
comendador de Uclés percibía las primicias de pan de las heredades de la encomienda de
Uclés, en cantidades fijas.211 Las de pan las llevaban los comendadores de Santa Cruz de la
Zarza en su distrito y el del hospital de Alarcón en Cabeza Lebrera y Casasola, así como el
de Ocaña en la serna de Santa María de Agosto; el de Dosbarrios recibía las primicias de

191
trigo, cebada y queso de su encomienda. También las primicias de pan habían sido objeto
de usurpación durante los años turbulentos de las guerras civiles.212
La predicación de bulas de Indulgencia en los primeros años del siglo XIV fue
fuente de interesantes ingresos para la Orden; en 1303 Fernando IV ordenaba a los concejos
de los obispados de Toledo, Cuenca, Córdoba y Jaén que no le impidieran la publicación de
la cruzada para la defensa de los castillos fronterizos, según les había concedido el Papa;213
el mismo rey dos años después autorizó a la Orden a publicar en su reino las indulgencias
concedidas por Roma a los que la acompañasen en la lucha contra los sarracenos.214 En
1316 Alfonso XI confirmaba la anterior licencia, permitiéndoles proseguir con la publica-
ción.215
El pie de altar era un obsequio ofrecido por los fieles a la parroquia, en pan y
vino, o en metálico. En algunos lugares del Priorato de Uclés y Campo de Montiel los mo-
nopolizaban los comendadores. Las porciones variaban —entre un medio y dos quintos—
sobre estos tres conceptos; concretamente, los percibían los comendadores de Alhambra,
Carrizosa, La Membrilla, Montiel y Villanueva de la Fuente, en el Campo de Montiel, en
tanto que en el Priorato los llevaban en las encomiendas del Campo de Criptana, Corral de
Almaguer, Puebla de Almuradiel, Dosbarrios, Mirabel, Santa Cruz de la Zarza, Villamayor,
Villaverde, El Toboso, Villarrubia, El Hinojoso y Paracuellos. Por último, en Villanueva de
la Fuente el comendador llegó a llevar los derechos de sepulturas y traslado de difuntos,
aunque a fines del siglo XV los acabaría cediendo a la parroquia de la villa.216
Como ya quedó demostrado, la Orden dependía directamente del papado, quien no
cabe duda tuvo grandes desvelos por la preservación y ampliación de los privilegios de la
misma, a la que repetidas veces hubo de apoyarla frente a sus enemigos. Por todo ello, los
santiaguistas estaban obligados a tributar al Papa una cantidad anual, en reconocimiento de
aquella dependencia. Desconozco el momento exacto en que se instituyó por Roma el cobro
de los malochinos, pero sin duda es anterior a 1387, año en que el maestre Suárez de Figue-
roa cedió al Prior de Uclés la villa de Santa María de los Llanos con cargo de pagar al Papa
el tributo de los diez malochinos (o malaquinos) o, en su defecto, cinco doblas castellanas
de buen oro, anualmente, aunque sólo por la Provincia de Castilla; es de suponer la exis-
tencia de tributos similares en las otras provincias.217 También se podían pagar, en su lugar,
ocho florines de oro de Aragón, según el cuadernillo que contiene esos pagos durante un
siglo (1473-1573).218 Finalmente, en 1596 Clemente VIII cedió la mitad de esa cantidad a
la Orden y el resto a don Juan de Orca.219
Por fin, quiero referirme a un impuesto de origen pontificio, pero que en la Orden
de Santiago adquirió un sentido distinto, la media annata; en 1481 Sixto IV cedió ese
derecho a la Orden: aplicarían la mitad de las rentas de los dos primeros años de cada co-
mendador en una encomienda a las reparaciones de sus instalaciones.220

2) Ingresos procedentes del señorío territorial


Tres niveles se distinguen en estas rentas según el origen de su percepción: en
primer lugar, las contraprestaciones por la entrega de tierras en prestimonio, caracterizadas
algunas de ellas por su carácter servil —equivalentes a los malos usos en Cataluña—, aun-
que la mayoría no lo son, conservándose en el segundo nivel, esto es, el de las contrapresta-
ciones por la entrega de tierras por juro de heredad, ya antes caracterizado; por fin, hemos
de referirnos a la forma más moderna de cesión de tierras, en régimen de acensamiento o de
arrendamiento. En último lugar, pasaremos revista a una serie de obsequios, entregados al
señor en reconocimiento de su preeminencia social.

192
a) Contraprestaciones por la entrega de tierras en prestimonio
Eran las contraprestaciones derivadas de “una relación jurídica establecida entre
dos personas con motivo de la entrega por parte de una de ellas, situada en una situación
preeminente, de unas tierras en prestimonio a la otra, y de las cuales ésta no podía disponer
más que a favor de sus hijos legítimos”.221 En territorio de Ordenes no se encuentra ni una
sola referencia al cobro de la mañería, y ello por dos razones, primero, porque había desa-
parecido ya del todo a finales del siglo XIII222 y, segundo, porque tanto el fuero de Uclés
como el de Cuenca eximían a los que lo disfrutaban de su pago.223 Cuando este ius devolu-
tionis se expresaba en sentido amplio se le conocía como luctuosa; tampoco hemos encon-
trado ningún rastro de su percepción entre los vasallos santiaguistas, debido a razones ob-
vias.
Sin embargo, la Orden de Santiago había percibido al menos hasta la mitad del
siglo XIV el nuncio o luctuosa de los caballeros de la mesnada real.224 En 1184 Fernando II
de León donó a la Orden el nuncio de los caballeros de su reino que pensaban profesar en
ella y que debían dar a los nobles de quienes dependían;225 más relevancia, por su persis-
tencia, tuvo la donación de la luctuosa de todos los vasallos reales a la Orden del Temple,
que luego de su disolución fue atribuida por Fernando IV a la Orden de Santiago.226 Desco-
nozco su valor económico, aunque sí los tipos aplicados: quien tuviera un caballo lo daría;
quien tuviera dos, daría el mejor, mientras que el que no poseyera ninguno pagaría 600
mrs.227

b) Contraprestaciones por la entrega de tierras por juro de heredad


Diferenciaremos dos tipos de prestaciones, según se pagasen en metálico o con el
trabajo personal. Dentro de las primeras, a su vez, distinguimos entre fijas y eventuales.

1º) Prestaciones económicas


Quizá la más extendida de las prestaciones fijas sea la martiniega o pecho anual.
Muchos son los datos relativos a ella que se desprenden de nuestra documentación, aunque
no me es posible responder a través de ellos a la cuestión que hace años se planteaba don
Claudio Sánchez-Albornoz: “¿Constituirá osadía imperdonable tener a la marzazga como
prolongación del antiguo tributum romano que empezaba a satisfacerse ex kalendis mar-
tiis?”.228 De lo que no cabe duda es de su carácter territorial, consustancial a la entrega de
tierras: como indica el maestre don Alfonso Meléndez en la carta-puebla que concedió a la
Puebla de Almuradiel, esta renta se pagaba en reconocimiento del señorío territorial.229
Pero, al mismo tiempo, admite un segundo sentido, el de pago por la exención de otros
impuestos, así, en la carta-puebla antes citado se les condonaban las llevas, recuas, pedidos
y todos los demás pechos de la Orden durante quince años contra el pago de seis marave-
díes anuales por vecino. En 1192 en el fuero de Dosbarrios se suprimían los derechos de
alcabala, portazgo de la villa y facenderas.230
Equipara Noël Salomon los conceptos de pecho forero, humazgo, aloxores y mar-
tiniega, como pechos o capitaciones personales,231 y, a mi juicio, está en lo cierto. Marti-
niega y marzazga hacen referencia a las fechas en que se pagaba, marzo o fiesta de San
Martín; también recibían el nombre de pecho de San Miguel o de San Juan, por el mismo
motivo; en ocasiones estos pechos eran denominados humazgos (humos o humazos), aten-
diendo al fuego u hogar como unidad impositiva.232 Por si cupiera alguna duda de su filia-
ción, afirmaba el mayordomo de la encomienda de Villaescusa de Haro que los vasallos por
San Miguel pagaban seis maravedíes de humazgo por cada casa.233 Todos estos derechos se
solían abonar en metálico, no así la merced de almudes o la merced de amigos, pagaderas
en especie.

193
La denominación más extendida era la martiniega, la cual se utilizaba por todos los
territorios de la Orden, excepción hecha de Murcia, donde se llevaban tributos específi-
cos;234 el humazgo se cobraba esporádicamente en tierras del Priorato de Uclés y Campo de
Montiel. La marzazga sólo se cobraba en Ocaña y Villatobas. El pecho de San Juan se usa-
ba en Dosbarrios, mientras que el de San Miguel se extendía por diversos lugares del Prio-
rato, como Dosbarrios, Colmenar de Oreja, Noblejas, Paracuellos y Villamayor.235 En cuan-
to a las entidades que percibían estos pechos, en la mayoría de los casos se los atribuían las
encomiendas respectivas; la Mesa Maestral llevaba algunas martiniegas en el Priorato, la de
Montizón y el humazgo de Quintanar. La encomienda mayor percibía la martiniega de
Villarejo de Salvanés. A veces, sin embargo, los concejos llevaban pechos de sus aldeas, o
bien en reconocimiento de señorío de la villa sobre ellas o bien como cesión de una parte de
manos del maestre; así, por ejemplo, en 1338 don Alfonso Meléndez había cedido al conce-
jo de Uclés 1.200 mrs. de la martiniega de su término.236
Ya hemos visto cómo los comendadores debían entregar al Prior de su Provincia
las décimas de sus ingresos, y así se cumplía en el siglo XV, no obstante, con anterioridad
parece que hubo costumbre de pagar una especie de martiniega a ese mismo Prior de seis
maravedíes por Cuaresma, o sea, doce anuales, tal como ordenó el Infante don Fadrique en
1347.237 El contenido impositivo de estos pechos era muy variable según lugares y épocas;
en las tierras de Santiago durante el siglo XV la martiniega suponía, en la mayoría de los
casos, el pago de seis maravedíes anuales por vecino pechero, aunque la marzazga de Oca-
ña es que cava veçino paga cada año dose maravedíes;238 la martiniega de Villamayor era
de la Mesa Maestral y el pecho de San Miguel del comendador, ambos por valor de seis
maravedíes por casa.239 En cuanto al humazgo, parece que mayoritariamente consistía en
los seis maravedíes, excepto en Villanueva de Alcardete y la Puebla de don Fadrique, don-
de el que araba pagaba cinco celemines de trigo de la medida chica y la mitad el que no
araba;240 también los humos gravaban a las comunidades mudéjares, así, en Ocaña cada
vecino por San Miguel había de dar un humo de trece maravedíes y dos cornados.241 El
pecho de San Miguel en Colmenar de Oreja suponía, por otra parte, el pago de 24 mrs. por
vecino, en tanto que el terrazo sólo era la cuarta parte.242
La merced de almudes consistía en la percepción de diversas rentas de cereal por
parte del hospital de Alarcón, tributadas por los labradores del Corral, Villanueva de Alcar-
dete, Villamayor, Gúzquez, Hinojoso, Villaescusa de Haro, Quintanar, Puebla de Almura-
diel, El Toboso, Miguel Esteban, La Mota y Campo de Criptana; el hospital de Cuenca
llevaba esa merced de los labradores de Moya y Cañete, por cesión de aquel concejo en
1184, a cuya jurisdicción pertenecían ambos poblados.243 La merced de amigos, pagada
por los concejos del Campo de Montiel al hospital de Santiago de Toledo, es que cada
labrador que labra con un par de bestias paga media fanega de trigo de la medida vieja, y
el que labra con una bestia, tres çelemines, e el que no labra paga de cada casa una blan-
ca;244 vemos, por tanto, que sólo se diferencia de la anterior merced en la cantidad paga-
da.245 En suma, se observa cómo la tributación atendía a un doble carácter, según se pagase
en especie o en metálico, lo cual se aprecia ya en las cartas pueblas desde un primer mo-
mento, así, a principios del siglo XIII el fuero de Torre Renera establecía que el que labrase
con un yugo de bueyes pagaría un maravedí y el que lo hiciese con un solo buey, medio;246
asimismo, los de Dosbarrios debían de dar al año una quarta de morabetino por cabeza,247
los de Montealegre medium aureum248 y los de Moratalla siete maravedíes por San Miguel
y otros tantos por Cincuesma.249
Hasta aquí los pechos pagados por capitación directa: pronto se vio la necesidad de
que los concejos pagasen globalmente y la consiguiente injusticia que suponía que todos
pechasen por igual, habiéndose agrandado tanto las diferencias económicas y sociales. Es
por esto por lo que en 1210 se llegó al siguiente convenio en la relativamente desarrollada
Ocaña: Quod pro illis singulis mediis morabetinis quos unoquoque anno vicini de Ocanna

194
195
dare tenebatur predicto magistro et fratribus dent centum viginti morabetinos eis uno-
quoque anno per festum Sancti Martini et totum concilio pectet istos morabetinos.250 Según
el fuero de 1242, los vecinos de Dosbarrios debían pagar globalmente 300 mrs. anuales,
doscientos por San Juan y cien por San Martín.251 Asimismo, los de Uclés, de acuerdo con
su fuero de 1256, pagaban conjuntamente otros 300 mrs.252 Por otra parte, según el texto
otorgado en 1194 a los de Fuentelsaz, debían dar en conjunto 30 cahices y 30 fanegas del
barco, así como treinta cuartas de maravedí, independientemente del número de vecinos.253
Los de la Puebla de don Fadrique, por la carta de 1343, pechaban 500 mrs. anuales.254
Evidentemente, los maravedíes o fanegas a pechar habían de repartirse entre los
vecinos de cada lugar; el sistema seguido se aplicaba a partir de las cuantías de los peche-
ros, así, en Ocaña en 1251 se estableció que quien tuviese de cuantía entre 40 y 30 mrs.
pagaría anualmente cuatro; entre 30 y 20, medio, y entre 20 y 10, una cuarta de maravedí.255
Cinco años después en un convenio entre el maestre y el concejo de Uclés, aquél estableció
que cada uno postero mayor que peche II maravedís e medio al anno, e el mediero I mara-
vedí e medio, e el quartero maravedí menos quarta e el ochaverio medio maravedí.256 Ante
los abusos a que este sistema había dado lugar a fines del siglo XV, en que resultaba que el
vecino de mayor cuantía era encabezado en una cantidad mínima, el maestre Cárdenas
ordenó que los que tuviesen de hacienda —sacando la casa de morada, las ropas de vestir
diario, la cama en que dormían y una yunta de bueyes, acémilas o bestias de arada— 80.000
mrs. o menos pagase por las tres cuartas partes de su cuantía, mientras que los que sobrepa-
saren la dicha cantidad pagarían el pecho completo.257
A continuación vamos a considerar dos tipos de prestaciones eventuales, al menos
lo fueron en un principio: las llevas y los yantares; según Salomon, éstos correspondían al
droit de gîte francés de la Edad Media, “esto es, al derecho del señor y su séquito de alber-
garse, durante el viaje por su feudo, en casa de cualquiera de sus vasallos, así como el de
comer en ella y exigir que sus monturas recibiesen alimentos”.258 El hecho de que estas
visitas dejaran de producirse en una época determinada ocasionó que sólo se conservara la
obligación de la comida, ahora valorada en metálico y pagada anualmente.259 Este proceso
no se produjo sin vacilaciones y atropellos, lo que llevó a don Juan Osórez a establecer en
el Capítulo de 1310 que Nos el maestre e los comendadores maiores non tomemos más de
un yantar en el año en ninguna encomienda, nin demandemos vianda si non aquella que
aquel día oviere menester, e si alguna cosa sobrare o presentes traxieren, que finque en la
casa onde comiéremos el yantar.260 Sin embargo, la conversión en metálico ya había empe-
zado a fijarse en algunos lugares a mediados del siglo anterior; el concejo de Ocaña estipuló
en 1251 que daría al maestre anualmente cien mrs. y al comendador de la villa la mitad, con
tal de que pasasen por allí, y en caso de que fueren sólo a sus aldeas lo sufragarían éstas.261
En Uclés, cinco años después se convino que pagando el pecho de San Miguel de 300 mrs.,
no tendrían que abonar otros maravedís a iuez nin a alcaldes, nin a jurados ni a escrivano
nin a andador, fueras ende a Rey quando acaeciere, a quien darán iantar e farán servi-
cio.262
Para 1328 el maestre establecería que los del Campo de Criptana le pagasen 200
mrs. a él y 150 al comendador mayor,263 cosa que no debía cumplirse, pues diez años más
tarde don Alonso Meléndez ordenó que no se llevasen más de una vez al año.264 Ese mismo
maestre en ese mismo año eximió a los de Villanueva de Alcardete tanto del pago de yantar
como del de calzas.265 Por otra parte, en 1343 el maestre estipuló en la carta-puebla de la
Puebla de don Fadrique que le pagasen anualmente 500 mrs. de yantar, a cambio de la
exención de tributos por veinte años.266 Como se puede apreciar, el yantar pagado al rey se
volvía cada vez menos usual a partir del siglo XIV, aunque en el siglo anterior habían esta-
do equiparados; justamente a la mitad del siglo XIV, cuando los yantares de los vasallos
eran pagados en metálico a las Ordenes, Pedro I en el Ordenamiento de los conbites, dado

196
en las Cortes de Valladolid de 1351, estableció que las çibdades e villas e maestres e prio-
res de las Ordenes de la Cavallería a que me den el conbite en la manera que aquí dirá:267

45 carneros 360 mrs.


22 docenas de pescado seco 264 mrs.
Pescado fresco 90 mrs.
Vaca y media 105 mrs.
75 gallinas 120 mrs.
3 puercos 60 mrs.
75 cántaras de vino 225 mrs.
1.500 panes 150 mrs.
60 fanegas de cebada 180 mrs.
Suma deste conbite 1.200 mrs.

Seguramente como sustitutivo de los yantares antes pagados por los vasallos de
Ordenes al Rey. Así pues, no había un solo tipo de yantar, sino que se podía pagar a diver-
sas entidades: como los que pagaban las aldeas a su villa,268 o como los que ésta pagaba a
varias encomiendas, por ejemplo, los de Ocaña lo daban tanto a su comendador como al
mayor de Castilla,269 en tanto que el concejo de Villamanrique pagaba anualmente 260 mrs.
al maestre, 80 al comendador mayor y 100 al de Montizón.270 En la cercana encomienda de
Segura cada una de sus aldeas tenía asignados un total de 212 mrs. anuales para el yantar
del comendador, excepto la Puerta de Segura, que contribuía con la mitad, ya que pechaba
por el despoblado de Catena.271
El valor económico de estas prestaciones era de lo más variado, ya que, aunque se
aprecia una gran inercia en su renovación, en un principio se tendía a repartirlos de acuerdo
con el potencial demográfico de cada lugar; a título indicativo, puede decirse que abunda-
ban las localidades donde estos pagos no sobrepasaban el millar de maravedíes. Era una
percepción general a toda la Orden, si, una vez más, exceptuamos al Reino de Murcia,
donde era totalmente desconocida, por las razones ya expuestas. La Mesa Maestral mono-
polizaba algunos yantares en el Priorato de Uclés y todos los del Campo de Montiel, zona
donde se pagaban, además, yantares a los comendadores respectivos y al mayor, el cual
percibía también muchos de los del Priorato; en el Valle de Segura se pagaban todos al
comendador de Segura.
Similar parece el sentido de la prestación de calzas, sinónima en muchos casos del
yantar.272 El hospedaje era obligación paralela a ésta última; perdida en la Baja Edad Me-
dia, se vio renacer súbitamente con las prestaciones de alojamiento de tropas, ya en el siglo
XVI.273
El señor territorial desde un principio había tenido preeminencia de exigir de sus
vasallos diversas prestaciones, bien en especie, bien en metálico para subvenir sus necesi-
dades del momento; sobre las denominaciones que recibían estas prestaciones existe gran
confusión, debido a lo variado de la terminología de la época. En términos generales, suelen
ser denominadas servicios y, más concretamente, llevas, esto es, el derecho de llevar o
tomar las personas de los vasallos para una labor determinada, tomar sus bestias o sus ropas
o enseres. Estas normas eran de derecho consuetudinario, pero su proliferación y abusos
provocaron que pronto se pactase sobre su percepción y se fijasen por escrito. En este lugar,
me voy a centrar en los servicios que reportasen un beneficio económico directo, dejando
las personales para el siguiente apartado. Fue Alfonso IX quien ordenó que nadie sacara
maravedíes ni bestias de los vasallos de Santiago, pues pertenecían a los freiles de la Or-
den.274 Más tarde, Fernando IV en 1301 cedió al maestre Osórez expresamente la mitad de
los pechos, pedidos y servicios de sus vasallos, aunque estuvieran en poder de infantes,

197
dueñas, prelados, ricoshombres o caballeros275 a perpetuidad, en tanto que la otra mitad se
la cedió vitaliciamente al año siguiente.276
La prestación en metálico más importante era el pedido o petición extraordinaria
de una cantidad determinada demandada por el señor en graves momentos de quiebra eco-
nómica. Ya en 1188 Alfonso VIII había eximido a los collazos de Santiago que habitasen al
sur del Duero del pago del pedido anual, así como de la ida en fonsado, excepto cuando lo
hiciesen los collazos de sus infanzones.277 Con carácter eventual fue establecido por Alfon-
so VI en 1091, siendo convertido en ordinario y anual en tiempos de Alfonso IX.278 En
1242 el maestre don Rodrigo Iñiguez y el concejo de Uclés celebraron avenencia sobre el
pago del pedido de pan, antes pagado en especie, por la cual se obligaron a pagar éstos a
aquél 600 mrs., maguer que sea caro o que sea refez.279 No sé si este ejemplo es suficiente
para demostrar el carácter territorial de esta renta, de cualquier modo para el siglo siguiente
ya la había monopolizado el maestre en todo el solar santiaguista. Se aprecia, pues, la mis-
ma evolución que para el yantar, siendo una cantidad fija y anual, evaluada en el siglo XV
en varios miles de maravedíes. Aunque, al contrario del yantar, su monto era pagado glo-
balmente entre las localidades de un partido, así, en 1511 el rey Fernando repartió al Campo
de Montiel un pedido de 20.000 mrs., que serían pagados proporcionalmente a la población
de cada pueblo.280 Estos pedidos no se llevaban ni en el Reino de Jaén ni en el de Murcia.
A veces, contra costumbre, fueron exigidos unos empréstitos, en circunstancias
muy determinadas: durante la Guerra de Granada el comendador mayor repartió a sus luga-
res del Campo de Montiel (Torrenueva, Terrinches y Almedina) un empréstito que les hera
en cargo de ochenta mill maravedíes, del que se quejaron los vecinos de la última villa en
1485; los Reyes Católicos obligarían a don Gabriel Manrique a devolvérselos.281
Las llevas en especie eran tan variadas como abusivas, por lo que desde el siglo
XII se tendió a su regulación y a su anulación: ya en 1179 decía el fuero de Uclés, Et senior
de villa non prendat nulla causa a forçia nisi comparada de suo;282 la carta-puebla del
Corral de Almaguer (1312) prohibía esa mala costumbre, ordenando que sólo tomasen
alimentos, bestias, alcaceres o ropas con voluntad del dueño, aunque había de ser el juez de
la villa quien lo tomase.283 Unos años después el maestre prohibió expresamente al comen-
dador del Campo de Criptana que tomase bestias de sus vasallos, mas que en caso de hues-
te, pagando, eso sí, el precio a los alcaldes.284 Igualmente expresivo fue en la carta de su
Puebla don Fadrique: mandamos que el que tuviere el dicho lugar por Nos, que les non
tome ropa ni otras cosas algunas de sus casas para nuestro palacio.285 Estas normas no
eran en absoluto caprichosas, ya que muchos comendadores violaban con suma frecuencia
la costumbre: en 1408 los vasallos de la encomienda de Caravaca se quejaban de que su
comendador les metía 200 cabezas y más en la Huerta del Concejo, cuando según la cos-
tumbre sólo podía introducir 50 para el mantenimiento del castillo; además, contra todo
derecho, mandaba diariamente por una cesta de uvas.286 Para 1480 se volvían a quejar de
que el comendador, además de los diezmos, les llevaba forzosamente uvas, paja y posa-
das.287
En el siglo XV todas estas prestaciones menudas que se pagaban en especie esta-
ban relativamente reguladas, aunque, muchas veces, lo escaso de su valor hacía que se
omitieran en las relaciones oficiales de rentas que nos han llegado. Una reminiscencia de la
goyosa altomedieval es la prestación llamada de espaldas, pagada de muy diversos modos:
en Villarrubia se entregaba al comendador una porción del pan y vino que se iba a consumir
en las bodas; también entre los musulmanes se guardaba esta costumbre: en el Valle de
Ricote por cada boda celebrada se le entregaban al comendador uno de cada treinta panes,
además de 50 mrs. y una espalda de la mayor res, vacuna o cabría, que se mataba, en tanto
que por cada ceremonia de circuncisión el padre del circuncidado debía darle eso mismo,
pero sólo en el caso de que trajera juglares para animar la fiesta, de lo contrario, sólo daría
los panes y la espalda.288 Prestaciones de paja y leña también se encuentran: los leñadores

198
de Huélamo al comendador, los madereros que llevasen sus troncos de madera por el río,
según se avienen, al comendador de Villarrubia, y las cargas de paja al comendador de
Ricote: que dé una carga o veynte e çinco maravedís por ella cada labrador que coja de
diez fanegas arriba.289 También en Villarrubio y El Acebrón, aldeas del Común de Uclés,
cada vecino que labrase con un par de bueyes daría al año una jerga de paja, sólo la mitad el
que arase con un buey o mula, pero todos ellos estaban obligados, además, a entregar un par
de huevos.290
Los obsequios, según Moxó, tenían un carácter esencialmente simbólico, en cuan-
to suponían una manifestación de respeto y reconocimiento personal de los aldeanos a su
señor.291 En los territorios santiaguistas recibían diversas denominaciones: la más usual era
el presente o servicio de pascua; los cristianos de Villaescusa daban a su comendador
cada una de las tres pascuas 1.500 mrs. y siete carneros, mientras los de Villarrubia tributa-
ban por Navidad sólo 28 gallinas y dos tocinos.292 Los de La Membrilla prestaban a su
comendador un servicio de 500 mrs. por las tres pascuas. En la encomienda de Segura los
lugares de La Puerta y Catena, Las Vayonas, Villamanrique, Torres y Génave entregaban el
llamado derecho de terceros, que suponía 360 mrs. anuales; esos mismos pueblos más Siles
acudían a su comendador con el presente de carneros, por el cual le obsequiaban con diver-
sas cabezas al año; también le prestaban el presente de hornazos, por el que le entregaban
varios de esos productos de bollería.293 Los presentes de los mudéjares no eran en lo fun-
damental distintos: la aljama de Dosbarrios daba a su comendador tres carneros por las
pascuas294 y la de Uclés entregaba cada año 1.600 mrs. por Pascua Florida y San Miguel; la
morería de Ocaña daba el llamado presente de cama y carneros por Navidad y Pascua de
Resurrección, equivalente a 150 mrs. Similar era el presente que entregaba la judería del
mismo lugar, aunque, en este caso, suponía 500 mrs. Sus correligionarios de Santa Cruz de
la Zarza estaban obligados a entregar un presente de dos carneros anuales a su comendador.
Por último, la aljama hebrea del Corral de Almaguer daba en cada una de las tres pascuas
un carnero y una arroba de vino.295 Los moros de Montiel junto con los cristianos de La
Ossa entregaban al comendador de aquel lugar 1.000 mrs. de presente de carneros.296

2º) Prestaciones personales


Es conocido cómo en la Alta Edad Media el señor obligaba a sus vasallos a traba-
jar en los campos de su dominio directo durante ciertos días al año, al tiempo que exigía de
los mismos otros tipos de prestaciones personales para el transporte de mercancías, realiza-
ción de obras públicas, servicio de mensajería, acompañamiento en caso de guerra, etc.
Pero es el caso que entre los siglos XII y XIII se asiste a una importante transformación
socio-económica, mediante la cual el señor tiende a convertirse en rentista y el vasallo en
contribuyente, a través de la redención de estas prestaciones por una cantidad fija y anual al
señor;297 así, en el siglo XV son raros los casos en que aún se siguen prestando estos servi-
cios personalmente. En esto la Orden de Santiago era más progresista que, por ejemplo, la
de Calatrava, donde la redención iba más atrasada. Entre los santiaguistas la prestación más
usual era la de los peones de la serna o peonadas, equivalentes al trabajo de un día en la
serna señorial, que se habían redimido por 12 mrs. por peonada298 y que en algunos lugares
variaba de acuerdo con la edad del contribuyente.299 En algunos lugares sólo los pagaban
los vecinos hacendados, ya que los que carecían de bienes pagaban la rastra pesquisa.300
No obstante, también había lugares, como Mohernando, donde todavía a fines del siglo XV
daban dos peones anuales para facenderas prestados personalmente.301
Estos servicios eran también conocidos como obradas; en la dehesa del Castillo
de Montizón cada par de labradores que entraba a trabajar había de dar una obrada.302 En
otras ocasiones se habla de cuarto de las obradas, que es una serna donde pagan los diez-
mos a la encomienda, e dize en el libro que de cada pague, aliende del diezmo, quatro
maravedíes, e esto no lo cobran e lo dexan perder salbo los diezmos.303 En el Corral de

199
Almaguer se percibían unos pocos maravedíes en concepto de escardaderas de viudas,
que se entiende que cada biuda es obligada a dar un peón para escardar o quatro marave-
díes,304 además de una gallina. Los musulmanes pagaban por este concepto las dulas, que
disen cada moro de cada suerte que tiene, dos días de serviçio, éstos cada e quando el
comendador los quisiera, en Pliego,305 mientras en Ricote consistía en dos jornales anuales
para el comendador, el que tuviese acémila con ella y el que no, con el cuerpo.306 El valor
económico de estos servicios era exiguo por lo que se puede colegir de lo expuesto; en
cuanto a su expansión geográfica, en la Provincia castellana se aprecia una aparente con-
centración en las zonas más norteñas —obradas, además de en Montizón, se llevaban en
Ocaña y Santa Cruz de la Zarza—. Prácticamente en todas las ocasiones estas prestaciones
corporales se las atribuían los comendadores respectivos.
Las prestaciones para transporte eran en esencia de dos tipos: acémilas y acarreos
o carretadas; éstas, en opinión de Hinojosa, estaban muy extendidas en Cataluña.307 Entre
los santiaguistas sólo se conservaban estos acarreos en la encomienda de Villaescusa de
Haro, donde por Navidad cada vecino propietario de bestia de albarda debía llevar una
carga de leña al castillo de Haro, por un total de sesenta cargas,308 asimismo, habían de
llevar al comendador desde Ocaña, Alcázar de Consuegra o distancia similar, 120 arrobas
de vino, comprado por aquél y colocado por el concejo en la fortaleza; por último, el mismo
municipio debía importar desde Belinchón u otro lugar a distancia equivalente, veinte fane-
gas de sal compradas por el mismo comendador. Desde estas últimas salinas los concejos
del Priorato de Uclés estaban obligados a llevar al maestre anualmente una cantidad deter-
minada de sal.309
Otra prestación parecida eran las acémilas, azemilas vulgariter nuncupatur, quas
vassalli eiusdem ordinis certis temporibus solvere tenebantur eidem.310 Aunque casi sólo
las conocemos por los documentos de exención, puede definirse la prestación de acémilas
como la obligación de acudir al rey o al maestre, en su caso, con bestias para aprovisiona-
miento, generalmente en tiempo de guerra. Fue Fernando IV quien en 1295 eximió a los
santiaguistas de estas acémilas en el arzobispado de Toledo y obispado de Cuenca;311 siete
años más tarde, tanto el mismo monarca312 como el papa Clemente V confirmaban ese
privilegio,313 como hizo Alfonso XI en 1330.314 Por esa misma época comienzan también
las exenciones de los maestres a sus vasallos: en 1242 los pecheros de Dosbarrios fueron
eximidos de las bestias de la segadova;315 ya en el siglo siguiente en Fuentidueña los mora-
dores del castillo dejaron de prestar las asémilas de la sierra316 y los de la Puebla de don
Fadrique fueron exentos por veinte años que non lleven pan a nuestros castillos fronte-
ros;317 también los de Villanueva de Alcardete en 1338 fueron eximidos de llevar pan a la
sierra por don Alonso Meléndez,318 privilegio que a los de Hinojoso fue dado en 1421 por
el Infante don Enrique.319 La excepción en este caso es Uclés: en 1328 don Vasco Rodrí-
guez confirmó a ese concejo la exención de pechos, fonsadera, pecho de San Miguel y
martiniega, excepto las dieciocho fanegas que estaban obligados a llevarle a la sierra.320
Para el siglo XV las prestaciones llamadas acémilas tienen una índole distinta: en
Villaescusa de Haro el concejo daba al comendador una acémila cada vez que iba a entre-
vistarse o a servir al maestre, e se queda por suya, pagando, además, 150 mrs. al acemilero,
todo ello sólo durante una vez al año;321 por otro lado, el concejo de Cuenca, al venderse la
yerba de la dehesa de los Caballos, en su término, había de dar al comendador del hospital
de la ciudad dos caballerías.322 Los servicios de que fueron eximidos los vecinos del Hino-
joso nos ilustran sobre varios tipos de prestaciones: se les eximía de “guías o llevas de
hombres y bestias: lancerías, ballesterías, tercerías, pastorías y acemilerías”.323 Estas últi-
mas se refieren a las obligaciones que acabamos de glosar; en cambio, pastorías y tercerías
guardan relación con las prestaciones, primero, de apacentar los ganados señoriales, de que
también fueron librados los del Campo de Criptana por carta del Infante don Enrique,324 y,
segundo, de recaudar a expensas propias los diezmos del maestre en la población donde se

200
moraba, aquéllas atribuidas a varias personas por lugar y éstas a sólo un sujeto. También
los del Campo de Criptana fueron exentos de tercerías de pan y vino por los Infantes don
Fadrique y don Enrique.325 Las llevas de lanceros y ballesteros se refieren a las prestaciones
militares de los vasallos no caballeros.
Si exceptuamos las reparaciones en los castillos, el resto de las facenderas sólo las
conocemos a través de los documentos de exención extendidos por los maestres, lo que
indica, sin duda, su caída en desuso en los dos últimos siglos de la Edad Media. Según el
primitivo fuero de Uclés, Nullus populator de Uclés nulla façendera faciat usque ad capud
anni;326 para 1207 ordenó Alfonso VIII que todos los lugares del reino toledano, incluidos
los de la Orden de Santiago, facinderan faciant cum civitate Toleti, excepción hecha de
Ocaña.327 El dato más moderno que conservamos es la exención a los de Aledo de la satis-
facción de la facendera en 1293.328
Con respecto a la construcción y reparación de castillos, los datos son más abun-
dantes, aunque la intervención de los vasallos era relativa, dependiendo de quién fuese el
propietario de la fortificación a reparar: si la torre o castillo perteneciese al concejo, este
sería el encargado de atender a su mantenimiento; si, por el contrario, era la Orden, maestre,
comendador y concejo se repartirían el gasto según un sistema proporcional previamente
establecido, concretamente, en el caso de Uclés, maestre, prior, comendador, subcomenda-
dor, comendador de la Cámara, lugares del Común, concejo, judería y morería tenían en-
comendadas cada cual porciones determinadas de la muralla de la villa para su repara-
ción.329 Si la fortaleza era de tipo casa-muro, cada vecino repararía su paramento corres-
pondiente, como ocurría en las murallas del reino de Murcia; en el caso del castillo de Rico-
te las aljamas del Valle tenían cargo de trabajar en la conservación de la albatara, siendo el
resto competencia del comendador y el maestre.330 Había, sin embargo, casos especiales,
como el de Montiel, donde el muro de debajo de la fortaleza había de ser reparado por los
concejos de su Campo, teniendo derecho, a cambio, a ser acogidos en el mismo en tiempo
de necesidad.331 Sobre la forma de cumplir esta prestación nos ilustra un documento de
exención: en 1437 el Condestable-maestre don Alvaro de Luna ordenaba a Martín Gutiérrez
de Soria, su alcaide de Uclés y alcalde mayor, que no pidiera vestias et omes, e mugeres, e
moços e pertrechos para reparo del dicho castillo, ni que llevasen yeso al pie de la obra,
pues no lo tenían de costumbre y porque se hallaban muy fatigados por los pedidos, mone-
das y otros pechos.332
Las prestaciones militares estaban rigurosamente estipuladas en los fueros de los
siglos XII y XIII; estas eran denominadas hueste, fonsado o exercitum, referidas a campa-
ñas largas y no a incursiones o cabalgadas. El régimen era muy variado: en términos gene-
rales, Fernando III confirmó privilegio de Alfonso VIII, por el que establecía que los colla-
zos de la Orden quod in fonsado eant solummodo, quando collacii Infançonum iverint et
non pluries;333 según los fueros, los de Ocaña sólo debían ir a la hueste real cuando marcha-
se contra los musulmanes,334 no así los de Dosbarrios, que acudirían a cualquier llamada del
monarca,335 así como los de Uclés;336 los de Aledo, sin embargo, estaban exentos de cual-
quier salida fuera de su alfoz,337 pues recordemos que se hallaban en primera línea de la
frontera nazarí. Naturalmente, sólo me refiero a los caballeros, ya que los peones por regla
general estaban libres de prestar servicio militar en esa época exterior. Los sujetos que no
acudían a la hueste eran multados con la pena de la fonsadera, que ya en el siglo XIII se
había transformado en la cantidad pagada por redimir esa obligación militar: decía el fuero
de Uclés de 1256, E quando acaeciere hueste e fonsadera por toda la terra que non pechen
más de una fonsadera al maestre. E si por aventura rey la tomare, que la non tome el
maestre.338 Hasta una centuria más tarde parece que la situación era confusa con respecto al
perceptor de la renta; fue Alfonso XI quien cedió finalmente en 1349 todas las fonsaderas a
la Orden.339 Un año antes el Infante don Fadrique había cedido la encomienda de Oliva a su
camarero mayor, reteniendo la fonsadera e los servicios quando a la tierra vinieran.340

201
Según esto, su valor económico debía de ser alto, incluso en el siglo anterior, pues, al tiem-
po que el maestre cedía en prestimonio a la señora de Albarracín los lugares de Villarrubia,
Biedma y Villahandín, se reservó también la percepción de la fonsadera.341 Al parecer, el
privilegio de Alfonso XI no fue general, al menos, en 1350 Pedro I seguía cobrando las
fonsaderas del arzobispado de Toledo.342 En realidad, es justamente en este momento cuan-
do las prestaciones de carácter militar estaban cambiando de sentido, pues si, como sucedió
en Uclés en 1328, el maestre eximía a sus vasallos del pago de la fonsadera, por otro lado,
exigía de los caballeros que acudiesen junto a él a su llamada;343 ello es debido a que ha
entrado en acción la nueva institución de los caballeros de cuantía. En cualquier caso, para
la segunda mitad del siglo XV la fonsadera estaba totalmente en desuso: sólo encontramos
un vestigio en Santa Cruz de la Zarza, donde la fonsadera de cada casa constituía la per-
cepción de 290 mrs., contribuyendo cada hogar pechero con un maravedí, aproximadamen-
te.344
Otra prestación que, en principio, había de satisfacer el vasallo era la vigilancia o
anubda.345 No he hallado ninguna referencia en fueros ni diplomas anteriores al siglo XV;
para esa época había derivado hacia un servic:o profesionalizado y remunerado por las
Ordenes: el comendador de Bedmar gastaba en 1480 alrededor de 28.000 mrs. en el alcai-
de, velas e escuchas que Albanchez ha menester por estar frontero de moros,346 en tanto
que el monarca libraba diariamente sueldo para treinta almogávares que tengan los alcaides
de Yeste e de Segura para las dichas guardas.347
Las cabalgadas realizadas en tierras de moros tanto por los comendadores y frei-
res como por los concejos, eran una fuente sustanciosa de ingresos en el caso de que el
desenlace les fuera favorable; del producto del botín habían de apartar una quinta parte, que
sería entregada a la Cámara regia. Este quinto, a veces, les fue cedido por los reyes a las
Ordenes; las menciones conservadas del XV abundan en los abusos de los comendadores
sobre sus vasallos a la hora de repartirse el botín: en 1408 los vecinos de Caravaca se que-
jaban de que el comendador les llevaba el quinto, correspondiéndole sólo de costumbre el
séptimo;348 en otra ocasión corrieron Orce en compañía del comendador y sus hombres, el
cual se guardó todo el botín para sí.349

c) Rentas territoriales
Finalmente, los medios más modernos de entrega de tierras —censos y arrenda-
mientos— no suponían la entrada en vasallaje del adjudicatario de la propiedad en cuestión.
Se habla de censos cuando se trata de contratos de enfiteusis, por los cuales el campesino o
el morador del inmueble acensuado pagaban una cantidad determinada por el disfrute del
bien cedido, tierra o casa de morada. Por ejemplo, en la primera mitad del siglo XV el In-
fante don Enrique cedía al concejo de Uclés la dehesa de Albanchez contra un censo anual
de 350 mrs. pagados por San Miguel;350 censos de no muy alto valor, pero que a veces eran
renovados periódicamente: en 1408 el convento de Uclés había entregado a censo unas
casas, viñas y tierras por 220 mrs. de la moneda vieja, pero como después fue establesçien-
do que los ençensos de la dicha Orden que se pagasen doblados, se hizo nuevo censo de
440 mrs.351 Para fines del siglo XV los bienes acensuados por la Orden habían sufrido una
gran dispersión, pues se extendían tanto dentro como fuera del solar de la misma, habiendo
sido traspasados sin conocimiento de la institución maestral; es por esto por lo que los visi-
tadores al llegar a un lugar, una de sus primeras gestiones consistía en pedir los títulos de
acensamiento: en 1498 se pidieron en los concejos realengos de los reinos de Jaén y Mur-
cia, pero, como no se les hizo caso, los adjudicaron a la Orden, dando por nulo cualquier
posible derecho adquirido por los adjudicatarios.
Las transacciones entre particulares debían hacerse con conocimiento de la Orden
o de su representante y pagando los derechos de veintena, consistentes en la veintava parte
del valor en metálico del traspaso; de todas maneras, debía ser el maestre en Capítulo gene-

202
ral quien aprobase tales censos, fijándose para ella una pequeña cantidad de días.352 Esta-
bleció don Alonso de Cárdenas, por otra parte, que todos los censos fuesen enfitéuticos,
debiendo pagarse en florines de oro o en reales de plata, no en monedas de valor fluctuan-
te.353 La no observancia de estos preceptos había dado lugar a no pocos abusos, así, en
Mengíbar para 1480 muchos vecinos tenían muchas aranzadas de huertas, viñas y tierras
para poner viñas, propiedad del maestre, al que pagaban la irrisoria cantidad de 30 mrs. por
aranzada, amén del medio diezmo del producto.354
Los contratos de arrendamiento se establecían normalmente por períodos cortos
de tiempo, tres, cinco o diez años, a cambio de un tributo fijo en dinero o en especie, o de
ambos modos. Cuando los arrendamientos eran de grandes propiedades, para ayudar al
posible arrendatario a hacerse cargo se le ofrecía un prometido o cantidad en metálico sobre
el valor del arrendamiento, aunque, a veces, ocurría lo contrario y era el comendador quien
recibía del arrendatario un obsequio para resarcirle de su posible pérdida: en tiempos alto-
medievales era conocido como alboroque y en la Baja Edad Media como adehala —ambos
nombres de origen árabe traducibles por dádiva y precio—. El arrendatario de la dehesa de
Montealegre dio al comendador en 1478 una adehala de un carnero o 100 mrs.355 Pero no
sólo se arrendaban bienes o rentas en particular, pues el arrendamiento más usual en nues-
tros documentos era el referido al de encomiendas enteras, por un monto global, lo que los
comendadores no podían hacer sin licencia maestral. Los cuadros estadísticos que presen-
tamos ofrecen una rica variedad en noticias de este tipo.

3) Ingresos procedentes de las minorías confesionales


Por último, me voy a ocupar de las rentas y derechos pagados por las dos minorías
confesionales que habitaban en el territorio de Santiago. En realidad, estas prestaciones son
del más diverso tipo y se han incluido aquí para resaltar lo peculiar de las obligaciones a
que estaban sometidos tanto unos como otros, aunque hay que hacer notar que en el estatuto
jurídico de estas comunidades daba lugar a ciertas peculiaridades a la hora de tributar; ade-
más, la distinta organización político-institucional de los reinos musulmanes da lugar a que
los tributos heredades de la hacienda emiral, a veces, revistan un carácter jurídico distinto
de los similares de origen cristiano-señorial, como, por ejemplo, las dulas.
Es en 1283 cuando el entonces Infante don Sancho concedió a la Orden de Santia-
go todos los pechos, derechos y demandas que pagaban los musulmanes que habitaban en
territorio señorial, que según el derecho medieval correspondían al monarca; dos años más
tarde, siendo ya rey, dio una carta abierta notificando a todos los de sus reinos la anterior
donación.356 Por otra parte, Alfonso XI en 1313 donó al maestre don Diego Muñiz, por
haberle acudido en las Cortes de Palencia y otros servicios, los pechos que los judíos de
Ocaña pagaban junto a la aljama de Toledo.357 Sin embargo, no todos los pechos fueron
cedidos a las Ordenes, pues a fines del siglo XV el rey recibía las pechas de los mudéja-
res358 y los servicios de los hebreos.359 Aparte de este tipo de capitaciones, puede decirse
que la Orden percibía el resto de las prestaciones pagadas por las dos comunidades. Natu-
ralmente, los comendadores también recibían las multas y penas en metálico de sus vasallos
no cristianos, en Pliego cobraba expresamente el comendador de Aledo penas, aventuras,
hurtos y demás delitos cometidos.360
Con respecto a los mostrencos, ya vimos cómo tanto judíos como musulmanes
tenían que pagar de casa movida, esto es, por cambio de residencia, 24 mrs. en el Puerto de
la Losilla.361 También hemos visto algunos de los casos en que morerías y juderías habían
redimido por una cantidad el monopolio de los hornos: ambas aljamas en Ocaña y la more-
ría de Montiel, así como la judería de Uclés y el lugar morisco de Pliego, donde daban al
comendador por este concepto 150 mrs.362 Probablemente están relacionados con estas
redenciones el tributo de dos gallinas por casa en Ricote363 y el de una blanca por cabra en

203
Lorquí.364 También se han visto las obligaciones de los moros de Ricote y Pliego de salir un
día de caza en beneficio exclusivo de sus comendadores.
Tal vez la prestación más generalizada y gravosa, a un tiempo, fuera la de las capi-
taciones: algunas de ellas, pechas y servicios antes citados, se pagaban al rey; el comenda-
dor de Uclés llevaba las monedas de los musulmanes de la villa siempre y cuando el mo-
narca las mandase repartir a las morerías del reino.365 El nombre más utilizado era el de
cabezajes o cabezas: en Pliego cada persona mayor de 14 años pagaba nueve mrs., mien-
tras en Ricote los mayores de 15 tributaban de cabezaje 18 mrs., además de un celemín, las
mujeres y los niños menores de un año 2 mrs. y las viudas 9 mrs. Los moros de Montiel
pechaban en total 300 mrs., a razón de ocho por cabeza,366 pecho similar al de los judíos era
el que en Ricote pagaban, presumiblemente, por el mismo concepto, tributo de doblas,
quizá porque se pechaba en esa moneda. A veces, estas capitaciones conservan su denomi-
nación árabe: alfardas; en el siglo XIII estas se cobraban en los reinos de Jaén y Murcia,
además de los almagranes.367 En opinión de Rachel Arié, proviene de farda (contribución)
y era un impuesto que los granadinos cobraban de antiguo para la defensa del litoral y los
Reyes Católicos, a su vez, percibieron de las poblaciones de las regiones costeras.368 Todas
estas capitaciones las había llevado el monarca en virtud del principio de que tanto los
judíos como los musulmanes eran vasallos directos suyos por el hecho de pertenecer a otras
religiones, a los que protegía y, por ende, cobraba tributos. Este derecho fue cedido paulati-
namente entre la mitad del siglo XIII y la mitad del siguiente; el último privilegio fue expe-
dido por Alfonso XI en 1325, que confirmó la anterior donación de los pechos de los judíos
de Ocaña, añadiéndoles la de la judería de Uclés;369 esta donación fue confirmada, a su vez,
por Enrique II en 1373, quien ordenó a su tesorero del arzobispado de Toledo que respetase
ese privilegio.370
Las tasas sobre la circulación y producción de mercancías eran varias: ya vimos la
alcaicería de Ocaña, similar a la de Llerena, de claro origen musulmán, el quilate del Valle
de Ricote, sustituto de la alcabala, y las rentas de la seda y el jabón. Aunque la renta de la
seda fue introducida en los primeros años del siglo XVI, su origen creo que es claramente
musulmán, tanto es así que los nazaríes gravaban la circulación y la venta de la seda con
ocho mrs. por cada libra, tributo llamado tartil.371 La renta del jabón suponía unos intere-
santes ingresos para la Mesa Maestral en la Provincia de León,372 en tanto que en la de
Castilla era desconocida. Contra lo que en principio pudiera parecer, también los musulma-
nes pagaban diezmos de sus cosechas y ganados: los diezmos de pan, vino y huertas de
Montiel pertenecían a la Mesa Maestral, pero los llevaba el comendador, al menos desde
1494.373 Los que mejor conocemos son los de Ricote, que se hallaban muy agobiados por su
proliferación contra todo derecho: pagaban diezmos y rediezmos de trigo, cebada, panizo y
alcandia, además de un celemín de cada seis cogidos; de los olivares pagaban diezmo de
grano, además de cuatro libras por cada cahiz y una libra por fanega, también dezmaban las
pasas por iguala; doce mrs. por quintal de trabajo y costa de cenizas, leña y atocha; de lo
que se cogía y comía de las parras, que antes no dezmaba, pagaban nuevamente diezmo;
algo parecido sucedió con los pollos, granadas, ajos, cebollas, lino, higos y membrillos.
Relacionada con los diezmos, por su carácter religioso, estaba la renta de la abue-
la, que presenta gran similitud con los habices, bienes y propiedades pertenecientes a las
antiguas mezquitas musulmanas. Que sepamos, sólo se cobraba en Cehegín por parte del
comendador de Caravaca.374 En el siglo XVI en Granada la abuela estaba compuesta por
varias rentas, según Modesto Ulloa, “la renta de los censos y otras posesiones. La renta del
barro y el vidrio y el alcohol (galena) para vidriería. La renta del hierro y herraje y madera
y yeso y ladrillo. La renta de pan en grano y ganado de forasteros. La melcocha de cristia-
nos viejos. La melcocha de cristianos nuevos. La alcabala de lo no nombrado”.375 El fisco
nazarí, según Arié, cobraba varios impuestos más, amén de los dos ya citados, el alma-
guán, o contribución general repartida al principio para cuando el tesoro público estuviera

204
agotado, fija desde los Omeyas; bajo los nazaríes gravaba las tierras y bienes fundiarios:
por cada marga amati cultivada nueve mrs. y la mitad si estaba en barbecho. En territorio
de Ordenes no se localiza nada parecido. No ocurre lo mismo con la alfitra (al-fitra, desa-
yunar), que era un impuesto sobre las propiedades compradas, a razón de un qadah de trigo
por hogar a fin de proveer el mantenimiento de los sultanes nazaríes. 376 En la Orden de
Santiago lo llevaba la Mesa Maestral en Hornachos, por valor de 20.000 mrs.377 y el co-
mendador de Aledo en Pliego, donde se la conocía como alfatra, consistente en un celemín
de cebada por cabeza.
El almagrán, según R. Arié, era una tasa sobre la fabricación y circulación de
mercancías,378 aunque, de acuerdo con nuestros datos, más parece referirse a una tributa-
ción parecida a la anterior. En Pliego consistía en el pago de 90 o 100 mrs. poca cada suerte
de tierra de cada vecino; en Lorquí era un tributo de nueve maravedíes por cada tahulla de
viña plantada,379 dándose, además, dos gallinas anuales por cada suerte de huerta.380 En
Ricote era un tributo más complejo: pagaban almagrán de espalda, ropa y agua 25 mrs. de
cada casa, y según la hacienda, 20, 40, 100 o 200 mrs. En el siglo XIII esta renta había sido
conocida como almagramas381 y en el siguiente como almagraní de los moros.382
En la encomienda de Ricote llevaba el comendador dos tributos cuyo sentido des-
conozco, aunque por el contenido impositivo parece que tiene algo que ver con almagranes
y alfitras. Las marjas consistían en el pago de un maravedí de cada celemín recolectado; la
palabra parece hacer referencia a los marjales o unidades de superficie aún utilizadas en
Granada. El derecho de taris suponía el pago de unas cantidades indeterminadas de pan,
uva y demás productos agrícolas por cada huerta, además de diezmo y rediezmo.383 Segu-
ramente, en origen, los aloxores o alaxores no tuviesen un sentido diferente. Si exceptua-
mos las dulas, el resto de las prestaciones parece no tener raíces musulmanas: en Dosba-
rrios casados y viudos habían de dar al año de humazgo trece mrs., mientras los de Ocaña
por la festividad de San Miguel daban la misma cantidad más dos cornados;384 también la
aljama mora de Uclés pagaba un pecho por Pascua Florida y San Miguel. Al parecer, por
ese mismo concepto daban los de Pliego, de cada casa por suerte, dos cargas de leña y un
par de gallinas cada uno.
Ya mencionamos las espaldas de bodas y circuncisiones de Ricote, en Pliego lo
habían redimido a cambio de tres blancas por cabeza, que lo tienen asý por privillejio; tam-
bién en la encomienda de Abanilla daban espaldas.385 El yantar es derecho más raro entre
los mudéjares; los de Ricote en concepto de calzas, yantar y sal daban 790 mrs. anualmente,
que eran repartidos entre las aljamas del Valle. Los obsequios o presentes de Pascua de los
moros y judíos de Montiel, Dosbarrios, Uclés, Ocaña, Santa Cruz de la Zarza y Corral de
Almaguer ya han sido suficientemente caracterizados. Los de Ricote, además, daban por
Pascua Florida un presente de hornazos.386
Las peonadas, junto con las capitaciones y los obsequios de pascua, son los tribu-
tos más típicos de estas comunidades en tierras de Ordenes. A veces, eran denominadas
dulas, en las tierras más arabizadas del reino murciano; esta prestación, si es contemplada
desde la perspectiva cristiana, tiene un claro origen territorial, sin embargo, en los emiratos
musulmanes parece que estas prestaciones personales eran exigidas por el emir de una
forma centralizada, siendo entonces una prestación de tipo jurisdiccional. Queda por demás
advertir que los judíos no daban peonadas, porque rara vez se constituyeron en campesinos.
Como ya apreciamos antes, estas obligaciones habían sido redimidas mayoritariamente en
la Orden de Santiago, mientras en la de Calatrava persistían las prestaciones corporales.
Entre los mudéjares santiaguistas, los de Montiel daban anualmente 160 peones, preferen-
temente los casados, a razón de seis por persona; como en el caso de los cristianos, los
habían redimido por una cantidad alzada, consistente en medio real por peonada. Los de
Dosbarrios daban tres peonadas anuales a razón de seis maravedíes cada una, pero sólo los
casados menores de sesenta años, además, durante la siega éstos mismos debían prestar

205
otras tres peonadas, esta vez a razón de nueve mrs.387 Los de Ocaña y Villatobas daban tres
peonadas al cavar y otras tres al segar,388 en tanto que en Uclés los casados darían seis peo-
nes al año en una viña determinada. Esta viña se había perdido hacía mucho tiempo, por lo
que en 1478 los visitadores mandaron al comendador comprar otra, para lo que libraron
15.000 mrs., a fin de que dieran ahí las peonadas; estas seis labores las habían de prestar, al
igual que los de Ocaña, al cavar y al segar, siendo valoradas en diez mrs., esto es, sesenta
en total.389 Para 1494 los pagaban a doce mrs. el peón; en ese año se referían también los
visitadores a la viña en estos términos, donde hace grandes tienpos los moros casados de la
villa habían de dar seis peonadas, lo que indica que no se había cumplido el anterior man-
dato, ya que no existía interés por parte del comendador en volver a los trabajos obligato-
rios.390 Las dulas se cobraban en Ricote, donde cada vecino pagaba anualmente 60 mrs.,391
en Pliego, que son dos días de serviçio de cada casa392 y en Abanilla, donde eran conocidas
como derechos de casas.393
Otras rentas cuyo sentido desconozco son lo situado del mal vecino, que llevaba el
comendador de Uclés de la morería de la villa,394 los terzuelos de moros y judíos de Ocaña
y las novenas de los judíos del Priorato: en 1358 el Prior de Uclés y sus freiles, aviendo
visto e veyendo de cada día muchas pestilençias e muchos peligros con muchas guerras
desordenadas en los Regnos de Castiella, espeçialmente grand partida desto en la nuestra
Orden de Santyago, por la qual fallesçieron e fallesçen de cada día las gentes, y por tanto
sus rentas, aplicó al tesoro del Convento los treinta dineros de las novenas de los judíos del
Priorato.395

4) Rentas reservadas por la Corona


Desde tiempos de Alfonso IX la Orden de Santiago se había visto favorecida por
una política de donaciones de derechos de sus vasallos; fue ese rey quien eximió de tributos
reales a los santiaguistas.396 Posteriormente, en el siglo XIV Fernando IV concedió al maes-
tre don Juan Osórez la mitad de los pechos, servicios y pedidos que sus vasallos debían al
rey, así en sus lugares como en los que estaban en poder de infantes, ricos-hombres, prela-
dos y caballeros.397 El mismo monarca concedió vitaliciamente a ese maestre la mitad res-
tante en 1302.398 Con el mismo carácter transitorio cedió Alfonso XI en 1327 las tercias
reales a don Vasco Rodríguez.399 No obstante, estas concesiones con ser importantes no
ocupaban todo el espectro de los tributos pagados por los vasallos; al azar podemos estudiar
varios documentos en que la Corona se reservaba derechos: en 1277 Alfonso X eximía a los
vasallos de la Orden de Santa María de España de pechos y servicios —excepto yantar,
monedas y moneda forera—, y de montazgo y portazgo de sus ganados, permitiéndoles
vender sus heredades a cualquiera, excepto a vasallo real, y concediéndoles inmunidad
jurisdiccional, salvo en caso de incumplimiento.400
Cinco años más tarde los infantes, prelados, ricos-hombres, concejos y Ordenes de
Caballería de Castilla y León acordaron formar hermandad para defender al rey, al que se
comprometían a pagar, como antes de los disturbios, y los diezmos de los puertos.401 Los
derechos que este rey se había reservado al permutar a la Orden de Santiago Cieza por
Abanilla eran moneda, e justiçia quando el maestre o la Orden no la fiziesen, e yantar e
mineras si las y ha.402 Alfonso XI, por su parte, al donar a esta Orden la bailía templaria de
Caravaca se reservó alzadas, e moneda forera, cada que nos la dieren los de la nuestra
tierra, e mineras de oro o de plata o de otro metal qualquier si las y ha, o las oviere daquí
adelante, e la justicia si la menguare.403 En 1318 concedió carta-puebla a los nuevos po-
bladores de Quintanar y Valfermoso, por el que los eximía de pechos, servicios, ayudas,
pedidos, fonsadera y demás derechos por diez años, salvo la moneda forera.404 Sin embar-
go, para 1370 Enrique II había inaugurado una política más generosa a este respecto: al
donar a la Orden Jerez de los Caballeros incluyó pechos, derechos, almojarifazgos, portaz-
gos, aduanas, escribanías, yantares, tributos foreros y no foreros y la justicia.405 Su sucesor

206
en 1379 eximió a los labradores de Santa María del Páramo de enviar ballesteros o lance-
ros, de monedas, servicios, yantares, martiniegas, marzazgas, infurciones, llevas y guías.406
Pasados justamente dos siglos Felipe II vendió a don Gaspar Ramírez de Vargas
las villas de Villarrubio y El Acebrón, del Común de Uclés, reservándose moneda forera,
servicios, alcabalas, minas, salinas y apelación suprema, aunque incluyó en la venta las
tercias reales.407 Así pues, puede concluirse que durante la Baja Edad Media los reyes
castellanos percibían en el solar de las Ordenes las regalías de minas y salinas —éstas
bastante atenuadas—, la moneda forera,408 las monedas,409 las alcabalas, las tercias reales,
algunas capitaciones de las minorías confesionales, los yantares —aunque sólo hasta la
mitad del siglo XIV— y la justicia en los casos de Corte, suprema apelación o
incumplimiento.410 Esto no obsta para que en épocas de disturbios políticos, como se ha
afirmado antes, maestres, comendadores o particulares usurpasen alguna o varias de esas
rentas.
5) Conclusiones
Todo sistema hacendístico está íntimamente ligado a la estructura socio-económica
del tiempo y del territorio sobre el que está establecido. La evolución económica y social
desde la mitad del siglo XII hasta los primeros años de la Edad Moderna está determinada
por el paso de la economía de autoconsumo a otra de tipo monetario, lo que implicaba la
mayor cantidad de mano de obra libre de conexiones vasalláticas, una mayor circulación de
mercancías y, por tanto, estima del instrumento monetario y, en el caso hispano, una gran
revalorización de ciertos sectores de la economía: la producción lanera. Esto acabaría
sentenciado la transformación del vasallo en contribuyente y del señor en rentista, en última
instancia. Consecuentemente, se observa de todo lo expuesto:
—una gran pérdida de importancia a través del siglo XIII, llegando a su extinción
total en las dos centurias siguientes, de los tributos de carácter jurídico-privado, de las
prestaciones personales y de los obsequios, que sólo se conservan como residuos de épocas
pasadas.
—un cambio de sentido a partir del siglo XIII en la explotación de los monopolios,
en el siglo XV arrendados a particulares o suprimidos por título oneroso.
—un ascenso imparable del valor de los portazgos, montazgos, escribanías y
alcabalas a partir de mediados del siglo XV, así como de los arrendamientos para pasto de
las dehesas señoriales y concejiles, no en vano todos ellos fueron objeto fundamental de
usurpación durante la reacción señorial.
—por último, la creciente importancia de nuevos ingresos, al control de cuyas
fuentes eran ajenas las Ordenes: los juros, de tanto relieve en los siglos modernos.411

207
RENTAS DE LA MESA MAESTRAL DE SANTIAGO
1468 1480 1494 1498 1508 1511 1515 1525
Totales en maravedíes
Cuenca —— —— 25.850 45.173 44.623 19.500 2.300 4.500
Madrid —— 25.200 —— —— 5.900 8.424 —— 8.200
Toledo 16.774 73.599 29.835 129.755 257.275 358.867 187.957 537.371
Campo de Montiel 148.998 155.665 278.784 20.187 9.394 559.740 736.338 614.403
Jaén —— —— 6.820 6.000 6.000 65.375 145.017 140.000
Murcia —— 35.000 30.000 33.575 —— —— —— 38.000
Totales en fanegas de pan
Madrid —— —— —— —— —— 960 —— ——
Toledo —— 1.400 2.620 5.107 3.689 2.309 2.900 7.700
Campo de Montiel 657/2 627/6 —— 26 —— 11.700 9.554 4.500
Jaén —— —— —— —— —— 2.100 3.000 1.800
Totales en vino
Cuenca 30 —— —— —— —— —— —— ——
Madrid —— —— —— —— —— 500 —— ——
Toledo 40 600 1.800 —— —— 2.900 2.600 1.000
Jaén —— —— —— —— —— —— 300 ——
Total general
En maravedíes 165.772 289.464 371.289 234.690 323.192 1.011.906 1.072.512 1.342.474
En fanegas de pan 657/2 2.027/6 2.620 5.133 3.689 17.069 15.454 14.000
En arrobas de vino 70 600 1.800 —— —— 3.400 2.900 1.000

209
RENTAS DE LAS ENCOMIENDAS SANTIAGUISTAS
1468 1478 1480 1494 1498 1508 1511 1515 1525
Totales en maravedíes
Cuenca 605.100 1.172.724 1.169.466 1.291.078 162.014 1.589.040 1.647.796 1.446.721 3.038.311
Madrid 708.000 334.341 311.701 —— —— 180.470 1.014.804 1.110.694 1.789.218
Toledo 1.080.000 899.611 909.226 1.084.000 223.541 1.594.084 1.692.461 1.752.311 4.919.453
Campo de Montiel 641.000 983.911 671.018 1.163.145 1.290.564 357.722 1.005.283 846.763 2.420.000
Jaén 1.110.000 1.318.166 113.530 1.604.582 1.359.924 2.463.571 54.000 1.901.629 3.222.409
Murcia 988.000 —— 1.772.787 2.086.322 832.500 845.394 480.825 513.410 4.897.686
Totales en fanegas de pan
Cuenca —— 5.328 4.440 6.571 649 3.444 4.071 4.179 3.307
Madrid —— 4.499 5.649 —— —— 3.570 4.706 7.115 2.762
Toledo —— 6.021 8.768 11.822 4.178 3.826 10.007 7.581 1.480
Campo de Montiel —— 1.676 3.846 8.529 5.662 2.467 7.458 5.988 2.500
Jaén —— 2.326 2.109 10.135 4.752 1.385 —— 7.964 792
Murcia —— —— —— —— 1.530 420 1.881 1.761 ——
Totales en arrobas de vino
Cuenca —— 1.130 1.300 550 60 1.000 1.000 1.000 ——
Madrid —— 4.060 4.060 —— —— 150 2.760 600 ——
Toledo —— 5.400 4.410 3.175 —— 3.000 3.900 1.400 500
Campo de Montiel —— 850 1.180 1.100 2.110 900 800 1.700 ——
Jaén —— 800 800 —— —— —— —— —— 1.500
Murcia —— —— 200 —— 240 —— —— —— ——
Total general
En maravedíes 5.132.100 4.708.753 4.947.728 7.229.127 3.868.543 7.030.281 5.895.169 7.571.528 20.287.977
En fanegas de pan —— 19.850 24.812 37.957 16.771 15.112 28.123 34.588 10.841
En arrobas de vino —— 12.240 11.950 4.825 2.410 5.050 8.460 4.700 2.000

210
RENTAS TOTALES DE LA ORDEN DE SANTIAGO (PROVINCIA DE CASTILLA)1
1468 1478 1480 1494 1498 1508 1511 1515 1525
Encomiendas
Cuenca 2.881 5.866 5.444 6.486 754 7.019 7.483 7.031 12.526
Madrid 3.371 2.572 2.770 —— —— 1.641 5.384 6.742 7.741
Toledo 5.142 5.148 5.667 7.692 1.947 7.365 9.471 9.402 19.151
Campo de Montiel 3.052 4.181 3.424 6.808 6.684 2.103 5.854 5.466 10.028
Jaén 5.238 5.612 935 8.732 6.387 9.662 203 9.940 12.613
Murcia 4.704 —— 6.713 7.872 3.581 3.301 2.311 2.548 18.481
Total de encomiendas 24.388 23.379 24.953 37.590 19.353 31.091 30.706 41.129 80.540
Mesa Maestral
Cuenca —— 8 —— 97 170 168 73 8 17
Madrid —— —— 95 —— —— 22 341 —— 31
Toledo —— 64 622 1.076 1.838 1.945 2.292 2.010 4.901
Campo de Montiel —— 735 710 1.052 83 35 5.202 6.095 3.931
Jaén —— —— —— 25 22 22 801 1.626 1.173
Murcia —— —— 132 113 126 —— —— —— 143
Total de Mesa Maestral —— 807 1.559 2.363 2.239 2.192 8.743 9.739 10.196
Totales
Cuenca 2.881 5.874 5.444 6.583 924 7.187 7.556 7.039 12.543
Madrid 3.371 2..572 2.865 —— —— 1.663 5.725 6.742 7.772
Toledo 5.142 5.212 6.289 8.768 3.785 9.310 11.763 11.412 24.052
Campo de Montiel 3.052 4.916 4.134 7.860 6.767 2.138 11.056 11.561 13.959
Jaén 5.238 5.612 935 8.757 6.409 9.684 1.004 11.566 13.786
Murcia 4.704 —— 6.845 7.985 3.707 3.301 2.311 2.548 18.624
Total general 24.388 24.186 26.512 39.953 21.592 33.283 39.415 50,.868 90.736
Indices 100 99 108 163 88 136 161 208 372

1
Los maravedíes han sido reducidos a florines de oro, a razón de 210 mrs./florín en 1468 y 265 el resto (Miguel A. Ladero, “Moneda y tasa de precios en 1462. Un episodio ignorado
de la política económica de Enrique IV de Castilla”, Moneda y crédito, CXXXIX, 1974, cuadro I). Vino y cereales (trigo y cebada) se ha reducido según precios estimados.

211
NOTAS
1
Contribuciones e impuestos en León y Castilla durante la Edad Media, Madrid, 1896, y Ladero, “Instituciones
fiscales y realidad social en la Baja Edad Media castellana”, RHD, I, 1976, pp. 128-129.
2
Pérez-Prendes, Apuntes de Historia del Derecho Español, Madrid, 1964, pp. 493-501, Císcar, Tierra y señorío en
el País Valenciano (1570-1620), Valencia, 1977, pp. 237-272, y Solano, La Orden de Calatrava en el siglo XV.
Los señoríos castellanos de la Orden al fin de la Edad Media, Sevilla, 1978.
3
Pérez-Prendes, “«Facer justicia»...”, p. 24.
4
E. de Hinojosa, El régimen señorial y la cuestión agraria en Cataluña durante la Edad Media, Madrid, 1905, p.
95.
5
Los ejemplos son múltiples: a partir del siglo XIV se introduciría la expresión «jurisdicción alta y baja, justicia
civil y criminal, mero y mixto imperio».
6
J. González, El reino de Castilla en la época de Alfonso VIII, Madrid, 1960, doc. 1.015.
7
AHN, Sellos, carp. 5, nº 5.
8
Fuero Real, Lib. IV, tít. V, ley XVI.
9
Ordenamiento de Alcalá, tít. XXVII, ley II.
10
Así lo reconoció Pedro I en 1352 (AHN, Uclés, carp. 5-I, nº 47); comoquiera que no siempre se cumplía esto,
ordenó el rey Fernando en 1514 que todas las penas y calumnias por los delitos cometidos dentro de la jurisdicción
de cada encomienda fuesen para el comendador respectivo (carp. 360, nº 3). Parece que hubo costumbre de redimir
las penas corporales por dinero por parte de los comendadores que las habían de percibir, estableciendo los maes-
tres que sólo lo pudiesen hacer las morerías que tuviesen privilegio para ello, excepto los casos de alferezía:
quebrantamiento de camino, encubrimiento, incendió o quebrantamiento de ganado (Compilación 1603, tít. XXII,
cap. I y II).
11
Compilación 1605, Lib. II, tít. XXVI. La responsabilidad se establecía para los mayores de 16 años, repartiéndo-
se la pena de la siguiente manera: el arma para el alguacil, un tercio para los alcaldes y los dos tercios restantes
para el comendador. No se incluían dentro de este supuesto los castigos del marido a la mujer, del padre al hijo y
del maestro al discípulo. Más tarde el maestre Cárdenas dispuso que las heridas hechas de cuello arriba se castiga-
sen con 200 mrs. y del cuello abajo con 100, pudiendo reclamar los comendadores las armas si no las pidiesen los
alguaciles.
Hablaban los visitadores de 1468 de 2.000 mrs. de penas en que cayeron çiertos vesinos de Socuéllamos que se
acochillaron e fueron feridos algunos dellos, y estava todo el lugar rebuelto quando llegamos (AHN, OO.MM.,
Lib. 1.233c, fol. 77).
La legislación real en Montalvo (Lib. VIII, tít. XIII).
12
Compilación 1605, Lib. II, tít. XXIX. La única excepción que admitió el citado maestre fue la de que se jugasen
esos pequeños animales por Navidad, pero sin sobrepasar el par de ellos, aunque nunca por medio de dados, que
prohibió vender; así mismo, dio poder a los comendadores para que prendasen a los que hallaren jugando. Aunque
hay que dudar de su efectividad, ya que era práctica corriente también entre freiles y comendadores. Los Reyes
Católicos volvieron a prohibirlos en las Cortes de Toledo de 1480, ordenando que el juez llevase un tercio de la
pena y el resto el fisco (Libro de Bulas, fol. 188r-189v).
13
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 441-442.
14
AHN, Uclés, carp. 93, nº 34. Tanto en caso de incendio como de tala de árboles dentro de la dehesa, las penas se
habrían de librar syn figura de juisio no dando lugar a luengas dilaciones, salvo solamente resçibido juramento de
los dichos guardianes.
15
Compilación 1605, Lib. II, tít. XXXI, ley I. El acusador llevaba el tercio y el comendador el resto.
16
Ibidem, ley V. A repartir entre el dueño y el comendador. Otras penas contenidas en el mismo título se refieren a
los que envenenasen las aguas: 300 mrs. cada vez, repartidas para el acusador el tercio y el comendador el resto;
incurrían en responsabilidad los mayores de 14 años; a los que hurtasen barbados (vides): al dueño el daño dobla-
do y setenas a la Orden; similar era el castigo por el robo de zumacares (leyes II-IV). El maestre Cárdenas ordenó
pagasen el doble en todos los casos antes citados, ya que eran delitos que se seguían cometiendo de ordinario (ley
VI).
En 1468 a los vecinos del Corral de Almaguer se les impuso multa de 200.000 mrs. por haber vendido la leña de
los baldíos y de la dehesa de Moheda, pena que se atribuyó la cámara del maestre (AHN, OO.MM., Lib. 1.233c,
fol. 19).
17
AHN, Uclés, carp. 81, nº 14, fol. 3.
18
J.M. Pérez-Prendes, “El origen de los caballeros de cuantía y los cuantiosos de Jaén en el siglo XV (Notas para
su estudio)”, Revista Española de Derecho Militar, IX, 1961.
19
La Ordenanza en Compilación 1605, Lib. II, tít. XXXVIII, ley I y las preeminencias de los comendadores en
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 308 y Lib. 1.064c, fol. 251.
20
“Hubo también controversias con las justicias de muchos pueblos y los Alcaldes entregadores del Concejo de
Mesta, sobre el exercicio de la jurisdicción en quanto a los ganados y penas a que los querían sujetar, que llaman
achaques, y a los que los cobraban Ministros Achaqueros” (Salazar de la Cana, Origen de la renta del Servicio y

212
Montazgo, Madrid, 1746, fol. 189). Por otra parte en 1487 mandaron los Reyes a los concejos del Campo de
Montiel y Torre de Juan Abad que guardasen la antigua hermandad de pastos con Alcaraz y que no les llevasen
pena, derechos ni achaques (Pretel, doc. LXVII).
21
Les fueros d’Alcaraz et d’Alarcón. Edition synoptique avec les variantes du Fuero d’Alcázar. Introduction,
notes et glossaire, Paris [1968], II, p. 690.
22
Compilación 1605, Lib. I, tít. XIX, ley II. En las Cortes de 1480 se dispuso que el marco se pagase la primera
vez, la segunda, además, se desterraría a la manceba por un año y, la tercera, recibiría el clérigo cien azotes públi-
cos (Libro de Bulas, fol. 163r).
23
Compilación 1605, Lib. I, tít. XVIII. AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 173.
24
No he encontrado en los libros de visita ninguna referencia a estos delitos y sus penas, sin embargo, están bien
documentados en los Establecimientos de la Orden: las penas de los usureros iban íntegras a los comendadores
(Compilación 1605, Lib. I, tít. XIII); para el caso de blasfemia se incurría en responsabilidad desde los quince años
y se penaba la primera vez al que renegares, descreyere o desadorare o dixere palabras equipolentes, o escupiere
contra el Cielo o contra imagen de nuestro señor Dios diziendo «reniego o descreo o desadoro de Jesu-Christo, u
del Spíritu Santo u de Santa María», con 300 mrs. a repartir por igual entre el acusador, los alcaldes y el comen-
dador; si fuere hombre de hacienda, la segunda vez pagaría 600 mrs. y la tercera 1.200, siendo expulsado durante
cinco años por voz del pregonero, llevando atada soga al cuello y mordaza en la lengua. En caso de que fuera
hombre rufián o que no tuviese hacienda, se le pondría la mordaza y a la primera vez se le darían 20 azotes, 40 a la
segunda y a la tercera 60, todos en público. Las blasfemias contra santos o ángeles se castigaban con la cárcel,
habiendo de dar cuatro mrs. de carcelaje (tít. XV); el perjuro en juicio era castigado con destierro durante un año
en un castillo frontero de moros, donde debía servir, siendo elegida la fortaleza por el maestre (tít. XVI). Los que
usaran malas artes de adivinación o echaren las suertes de Santa María, la primera vez serían corregidos con 600
mrs., mitad para la cámara maestral, mitad para el comendador, además de las penas de Derecho; la segunda con
60 azotes públicos. Los que fuesen a buscar a los adivinos la primera vez pagarían la mitad de la pena y la segunda
doblarían la pena de Derecho (tít. XVII). Las mujeres que organizasen riñas o escándalos entre sí, además de las
penas de Derecho, pagarían 102 mrs. al comendador (ibidem) y cualquiera, hombre o mujer, que hiciese alcahuete-
ría a mujer casada, soltera o viuda honesta pagaría de pena cada vez mil mrs. a repartir entre el denunciante y el
comendador.
La legislación real en Libro de Bulas, fol. 3v y, sobre todo, en Montalvo, Lib. VIII, tít. V-XI y XIV-XVI.
25
Marcel Pacaut, Federico Barbarroja, Madrid, 1971, pp. 98-99. Excepto la emisión de moneda, todas esas atri-
buciones las ejercían las órdenes en sus solares.
26
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 185. En el portazgo del Puerto de Losilla por casa movida pagaba el cristiano
doce mrs. y el doble judíos y musulmanes (Lib. 1.072c, fol. 358), al igual que en el portazgo general de 1480
(Compilación 1605, Lib. II, tít. LXIX, ley V). En el de Totana eran 18 mrs. (AHN, OO.MM., Lib. 1.072c, fol.
278).
27
Compilación 1605, tít. XL. El que no siguiera estas normas perdería el ganado, que el dueño recibiría libremente
más el doble de su valor en pena, junto con las costas.
28
Así se desprende de las visitas practicadas a La Membrilla y Ocaña, donde se hacía diligencia de mantener en
secuestro los bienes perdidos durante año y día (AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 68 y 261). Legislación real en
Montalvo, Lib. VI, tít. XII.
29
El Infante don Enrique, luego de reconocer que según los Derechos, los que mueren abintestados aviendo
parientes, aquéllos deven suceder y no el Fisco, declaró que, puesto que era costumbre antigua hacerlo, sólo se
llevasen de los que son negligentes y podrían hazer testamento y no lo hazen; así los quintos de muertos en pelea,
asechanza, muerte súbita como caída de pared, teja o piedra, o por caerse de árbol, serían de sus sucesores (Compi-
lación 1605, Lib. II, tít. LXIII). No hemos encontrado ninguna noticia de su observancia, sólo sabemos que el
comendador de Horcajo llevaba la parte de herençia de los que mueren abentestados (AHN, OO.MM., Lib.
1.063c, fol. 156).
30
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 175.
31
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 203.
32
Salomon, p. 199.
33
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 333.
34
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 46 y Lib. 1.067c, fol. 203.
35
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 293.
36
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 69.
37
Bloch, pp. 228-230. Quiero señalar con esto que, al menos por lo que a Francia se refiere, es muy difícil separar
los monopolios del ejercicio de la jurisdicción, toda vez que el señor se arroga el establecimiento de esos monopo-
lios en virtud de su facultad de ordenar económicamente dentro de su señorío; en la tierra gala se hablaba del «ban
del molino» y de la «banalité del horno», imponiendo el señor la multa denominada del desobedecido si el vasallo
se negaba a utilizar estos servicios monopólicos (p. 229). Bann proviene de una palabra céltica representada por el
irlandés forbanda: “orden que emana de la autoridad constituida” (H. Hubert, Los germanos, México, 1955, p. 51).
38
Hinojosa, p. 109. Otros derechos que se atribuían eran los mercados, las carnicerías, el pedido y la jurisdicción
civil.

213
39
Como por ejemplo, Moratalla (Torres Fontes, Documentos del siglo XIII, doc. I), o Fuenllana, donde en 1480 se
pagaban por el horno tres panes de cada cuarenta (AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 175). El fuero de Dosbarrios
(1192) permitía a los vasallos construir el horno en sus casas (Lomax, p. 263) y el de Puebla de don Fadrique
ordenaba que los que labrasen con bueyes o bestias que fagan fornos, cada uno en su casa, para cocer su pan, e
que nos den a Nos e a la nuestra Orden media fanega de trigo cada año; los que no labrasen con bestias, los
judíos, moros y panaderos había de cocer obligatoriamente su pan en el horno señorial (Sáez, Los fueros de Sepúl-
veda, p. 211).
Ordenó el maestre Cárdenas en 1480 que todos cociesen su pan en el horno del comendador bajo penas de 200
mrs. y pérdida de lo cocido, excepción hecha de los labradores que cultivasen cereal, que podrían tener horno en
su casa para sí (Compilación 1605, Lib. II, tít. XLVI, ley II). En Canara (1335) se repartían el horno y sus gastos
entre el concejo y el comendador (AHN, Uclés, carp. 82, nº 5) y en Caravaca (1379) batán y horno se habían
partido de la misma manera (Sáez, “Privilegios de Caravaca”, p. 129).
40
Los derechos que se llevaba en este peculiar molino eran de 15 mrs./cahiz de arroz molido para los vecinos de la
villa y el doble para los foráneos.
41
Se instalaron en la heredad de Buenamesón y en Huélamo. Parece que todos los molinos y aceñas se movían por
tracción animal o por corriente de agua, no apareciendo un solo caso de molinos de viento, que según Bloch se
introdujeron en Occidente en el siglo XII, provenientes del mundo árabe (Bloch, p. 314). No deja de llamar pode-
rosamente la atención esta ausencia en las tierras donde un siglo más tarde habría de deambular Don Quijote.
42
Compilación 1605, Lib. II. tít. XLVIII. Decía el Fuero de Renera que les dé la Orden molino por su maquila e
forno por su poya (Lomax, p. 280).
43
La pena similar al desobedecido francés sería, según el convenio con el concejo de Moratalla, de diez marave-
díes.
44
En 1403 el maestre Suárez de Figueroa daba poder al comendador de Beas para efectuar esos arrendamientos, a
pesar de lo cual éste seguiría percibiendo poya y pena correspondientes (AHN, Uclés, carp. 69, nº 12). En 1511
decían a propósito del horno los de Villamayor quando el pan vale caro diz que suelen restar diez mill marave-
díes, e quando vale barato diz que dan dineros con ellos a quien los syrve (AHN, OO.MM., Lib. 1.076c, fol. 585).
45
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 263 y Uclés, carp. 51-I, nº 4.
46
En el molino de Paracuellos daban el ochavo; en los de Manjavacas, la séptima parte; en la almazara de Aledo el
quinto. Los molinos de Liétor daban el cuarto de sus ingresos, libres de bestias, soldada de molinero y acarreo
(AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 884), igual sucedió en Moratalla, cuando se permitió construir un horno a un
vecino —no es casualidad que fuera caballero de cuantía— con cargo de pagar el cuarto, libre de hornera, leña y
otras costas y con obligación de repararlo (fol. 779-780); en la almazara de Caravaca llevaba el comendador,
primeramente, un tercio, que fue rebajado a un quinto ante las repetidas quejas de su dueña.
47
El concejo de Villaescusa pagaba 30 celemines por cada rueda de molino, además del derecho del mencal; el de
Santa Cruz de la Zarza, por su lado, había permutado a la encomienda un corral y dos hornos de poya por la dehe-
sa de monte de su aprovechamiento, en 1525 (ibidem, fol. 1.118). El concejo de Oreja daba anualmente al alcaide
tres gallinas de cada rueda de aceña del término.
48
AHN, Uclés, carp. 81, nº 14, fol. 7.
49
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 63. Los moros de Montiel, que tenían horno apartado, lo redimieron a partir de
1494.
50
AHN, OO.MM., Lib. 1.079c, fol. 798-800 y Lib. 1.080c, fol. 356.
51
Esta era la condición, que de las cabritas adobadas para guantes paguen un pequeño derecho, e de los cordo-
vanes paguen otro, e conviénese que agora hazen guantes de carneros e cabrones, e curten en las tenerías e no
pagan el derecho syno commo pagaban por las pieles de los cabritos (AHN, OO.MM., Lib. 1.078c, fol. 288-289).
52
Tenía privilegio para vender todo pescado fresco e salado, e hierro e herraje, e otras cosas de aver de peso que
se vinieren a vender a la dicha villa, posen en él, e no en otro mesón ni casa; e sy fuesen a posar paguen pena, así
los que lo acogieren commo los tales mercaderes; e que en el dicho mesón puede ser vendido cada año pan e vino
e tres puercos, non embargante las hordenanzas del conçejo en contrario; como en los primeros años del siglo
XVI no se respetaba el privilegio, mandaron los visitadores poner pena de 20 ducados (AHN, OO.MM., Lib.
1.080c, fol. 284). Tenía el hospital de Toledo un mesoncillo en el barrio del Rey de esa ciudad.
53
Los derechos del mesón (AHN, OO.MM., Lib. 1.072c, fol. 278-279). Es el portazgo general del maestre Cárde-
nas de 1481 (J. Pérez Fernández-Fígares, “Arancel de los portazgos de la Orden de Santiago a fines del siglo XV”,
CEM, I, 1973, pp. 83-92), que fue refrendado por los Reyes Católicos (Compilación 1605, Lib. II, tít. LXIX, ley
V).
54
Hinojosa, pp. 115-116. En Francia, según Bloch, el señor se reservaba “el derecho a vender sólo él tal o cual
producto, ordinariamente el vino, algunas semanas al año”, y se denominaba banvin (Bloch, p. 230).
55
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 150.
56
Ibidem, fol. 251.
57
Lomax, p. 251.
58
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 555 y Lib. 1.080c, fol. 572. Se solían determinar unos extremos fuera de los
cuales se podía pescar libremente. Otros cotos de pesca eran los de la laguna de Ruidera, el Sotillo de Bulpejares,

214
en término de Alpajes, el término completo de Alpajes, el Jarama a su paso por Paracuellos y en Huélamo, donde
se juntan el Júcar y el Valdemeca.
Un derecho curioso fue el que en 1200 donó a la Orden Alfonso VIII, consistente en una ballena anual o su precio
en metálico, que habían de darle los de Motrico (J. González, Alfonso VIII, doc. 694).
59
Ambas especies en Biedma y Montealegre, conejos en Monte Vedado (Criptana) y en general en Villoria.
60
AHN, Uclés, carp. 70, nº 20.
61
Dentro de los derechos que monopolizaba el castellano en Cataluña se encontraban: la facultad de exigir parte
del pescado cogido dentro del territorio, el lomo de los animales despeñados, una pierna de los jabalíes muertos y
la exacción de un sueldo por cada cabeza de ganado lanar o de cerda que atravesase su señorío (Hinojosa, p. 110).
62
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 467.
63
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 261. En Mora daba el carnicero tres arreldes por res vacuna y medio de cada
res menor que mataba (fol. 82); también se le conocía como derecho de tajón de vaca e carnero (Lib. 1.080c, fol.
230); en Hinojoso llevaba el comendador retajo de la carnicería de vaca o puerco un arrelde quando lo ay (Lib.
1.067c, fol. 305). El comendador de Cieza llevaba un arrelde de cada res mayor muerta en la carnicería (Lib.
1.077c, fol. 458).
64
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 574. Al menos esta distinción sí se observaba en Cieza, donde el comendador
percibía una libra por res menor (Lib. 1.077c, fol. 458). Estos derechos de carnicería también se pagaban en Vi-
llamayor, Yeste, Beas y El Toboso.
Ordenaban los establecimiento que cada ballestero de monte o persona que matase venados diese un arrelde por
cada uno al comendador (Compilación 1605, Lib. II, tít. XLVII).
65
AHN, OO.MM., Lib. 1.065c, fol. 160.
66
AHN, OO.MM., Lib. 1.066c, fol. 321.
67
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 1.118 y Lib. 1.063c, fol. 46.
68
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 59. Consistían en que cada moro o judío pagaba una gallina para cocer su pan
libremente.
69
Ibidem, fol. 293.
70
Compilación 1605, Lib. II, tít. VII, ley III.
71
Ibidem, ley V. Se transcribe la relación de estos derechos, establecida por el maestre Cárdenas, que no es distinta
de la formulada por la reina Isabel en 1503 (Libro de Bulas, fol. 365r-366v).
72
Id, ley IV. Estaba establecido que por cada auto llevara el escribano dos maravedíes, éstos los cobraban cada vez
que se abrían o cerraban, al producirse la menor cesura temporal, para llevarlos varias veces.
73
Ladero, “Algunos datos...”, pp. 644-648.
74
El concejo afirmaba que tenía costumbre de llevarla, pero en 1492 el gobernador de la Provincia, Fernando Díaz
de Ribadeneyra, la tomó y la arrendó por el maestre, pero al morir éste, cinco meses después, el concejo la volvió a
tomar. Así, en 1494 los visitadores hicieron pesquisa, por la que averiguaron que era propiedad de los caballeros
de la villa, y, por cuanto la dicha Orden, estando en posesión de la dicha escrivanía syn ser oída ni syn manda-
miento de juez, fue despojada de la dicha posesión, la adjudicaron a la Mesa Maestral, so pena de 10.000 mrs.,
poniendo un fiel mientras proveían los Reyes (AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 539-540).
75
Exactamente el mismo problema se presentó en Chiclana (ibidem, fol. 578).
76
La tenían arrendada en 1.800 mrs. y, como era lugar de pocos vecinos, daban salario a un escribano de fuera (id,
fol. 470).
77
AHN, Uclés, carp. 51-I, nº 4bis. En 1421 el maestre don Enrique eximió a los de Villanueva de los Infantes del
pago de la almotacenía al concejo de Montiel (Chaves, fol. 61r).
78
Se denominaba derecho de cada mujer del mundo (AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 70) o de las mujeres de
seguida (Lib. 1.080c, fol. 293). En el Puerto de Losilla cada cristiana que anda por el mundo pagaba 12 mrs. y el
doble caso de ser mora o judía (Lib. 1.072c, fol. 358).
En 1290 Sancho IV mandaba al alguacil de Murcia que sólo tomara los doce dineros o cuatro maravedíes de las
mujeres que públicamente dan sus cuerpos por dineros et es sabido a todos que son putas (Torres Fontes. Docu-
mentos de Sancho IV, doc. CXX), en tanto que en 1503 estatuía la reina Isabel que el alguacil que lleve de las
mugeres del burdel una vez en el año e no más doze mrs. de cada una porque tenga cargo de las guardar que no
reciban males e injurias (Libro de Bulas, fol. 359v).
79
Estos recibieron un mandato general en 1480 con validez para toda la Orden: mandaron a los caballeros de la
Sierra o a los comendadores a los que pertenesca la guarda de los términos que no llevasen ninguna pena de los
vecinos de la Orden por corta de romero, retama, jara, tomillo ni otra roza menuda, salvo de las encinas y leña de
árboles grandes; de las encinas podrían cortar dental o exe o estena o rama para labrar, mas no para leña, de lo
contrario, pagarían una multa de 120 mrs. por cada encina caudal, de dental arriba 60 mrs. y de dental abajo 20,
pie o rama.
Mandaron también los visitadores específicamente a los del Campo de Montiel que ningún vecino sacase fuera
para vender dental, eje, sobrecama ni otra madera, so pena de pérdida de la carga y bestias y de 600 mrs. (tercios
para el maestre, el comendador y el que lo avisare).

215
Mandaron, así mismo, que los comendadores de guardas no pudiesen celebrar avenencias de llevas ni otras cosas,
so pena de pérdida del oficio y preeminencia de la guarda que tomase, ejecutándose también la pena en los que se
igualasen (AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 198).
80
Sánchez Ocaña, p. 145. En 1421 el maestre dio licencia a los de Villanueva de los Infantes para que echedes
sisa razonable en vuestro comprar o vender, para que pudiesen construir su fortaleza (Chaves, fol. 61r).
81
Estableció el maestre Cárdenas que los concejos que no tuvieran propios pudiesen echar repartimientos sin
necesidad de su licencia; los que los tuvieran necesitarían su autorización por cantidades superiores a los 2.500
mrs., tope que los Reyes Católicos aumentaron a 3.000 mrs. (Compilación 1605, Lib. II, tít. V).
Las intervenciones reguladoras de estas derramas por parte de los reyes-administradores es continua en el siglo
XVI (Pelayo Quintero Atauri, Uclés. Documentos inéditos y algunas noticias tomadas de sus archivos, Cádiz,
1915, pp. 125 y 130-131).
82
Quintero, p. 132. Le prohibió también que obligase a los vecinos a llevarle una carga de agua.
83
Solía denominarse globalmente viento mayor y menor, zarandaja, cernidaje y cernidejuela, portazgo y mesón o
mesoncillo de la harina.
84
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 280. Hay que poner en relación estos derechos con el importante papel que en
esta villa desempeñó la comunidad hebrea, especializada en la artesanía y el comercio.
85
AHN, OO.MM., Lib. 1.073c, fol. 293-294.
86
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 280.
87
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 352. Era conocido como tributo de los telares.
88
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 69.
89
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 833. Aledo, donde agora nuevamente se faze.
90
AHN, Códices, cód. 838b, fol. 328-329.
91
Martín, “Portazgos de Ocaña...”, pp. 654-655 y 658.
92
Sáez, pp. 257 y 211.
93
AHN, Uclés, carp. 93, nº 33, fol. 3v y 10v.
94
Ibidem, fol. 109.
95
AHN, Uclés, carp. 81, nº 14, fol. 8-9.
96
González, Alfonso VIII, doc. 645.
97
Bulario, fol. 330.
98
Ibidem, fol. 325.
99
AHN, Uclés, carp. 328, nº 4.
100
AHN, Uclés, carp. 94, nº 58 (original). Este privilegio fue confirmado sucesivamente por todos los reyes hasta
Juan II, inclusive (carp. 5-I, nº 8, 43 y 52; carp. 2-I, nº 22).
101
AHN, Uclés, carp. 99, nº 15.
102
Bulario, fol. 422bis-433.
103
De Manuel, pp. 381-382.
104
AHN, Sellos, carp. 21, nº 4.
105
Lomax, pp. 263-264.
106
AHN, OO.MM., Lib. 1.1063c, fol. 41 y Lib. 1.067c, fol. 205.
107
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 308.
108
Ibidem, fol. 69.
109
Id, fol. 309. Los Establecimientos prohibían que se gravase con este portazgo cualquier otro tipo de ganados
que fuesen a herbajar (Compilación 1605, Lib. II, tít. LXIX, ley II).
110
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 800. Sobre este comercio y sus tasas véase mi artículo “El comercio fronteri-
zo entre Andalucía y el Reino de Granada a través de sus gravámenes fiscales”, Baetica. Estudios de Arte, Geogra-
fía e Historia, VII, 1984, pp. 244-253.
111
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 574. En La Mota llevaba el alcaide portazguillo de los de fuera que iban a
vender fruta y de lo que sacaban comprado (Lib. 1.063c, fol. 174); en Montealegre, que es casa movida, pagaban
12 mrs., excepto los hidalgos, judíos o moros, o mondarían con blanchete, pues éstos satisfacían el doble; como
era de poca entidad lo daban al alcalde que había en la casa del despoblado (fol. 133).
112
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 470. En 1498 supieron los visitadores que era una tasa creada nuevamente,
ordenando, consiguientemente, que no se cobrase (Lib. 1.069c, fol. 32).
113
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 264.
114
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 171.
115
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 305. Se cobraban paradillas, además, en Villamayor, Villaverde, El Toboso y
Mora. En Uclés el subcomendador percibía los derechos de la saca de pan y pan cocido de la villa.
116
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 1.079.
117
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 118.
118
AHN, OO.MM., Lib. 1.077c, fol. 458. No hay que confundirla con las veintenas cobradas sobre los traspasos de
los censos de la Orden, también conocidas como veinteos (Lib. 1.067c, fol. 559).

216
119
AGS, MyP, leg. 1. La similitud entre ambas figuras de acuerdo con M.C. Quintanilla, Nobleza y señoríos en el
Reino de Córdoba: La Casa de Aguilar (siglos XIV-XV), Córdoba, 1979, p. 270. Al parecer, en Murcia el almojari-
fazgo era un conjunto de rentas, entre otras, cierta parte de los diezmos.
120
AHN, Sellos, carp. 3, nº 25 y Uclés, carp. 323, nº 18.
121
Ladero, “Algunos datos...”, p. 644.
122
Sobre este tributo, S. de Moxó, La alcabala. Sus orígenes, concepto y naturaleza, Madrid, 1963. Parece que a
mediados del siglo XIV el maestre percibía o al menos recaudaba las alcabalas de su señorío (Bulario, fol. 658-
659). Los Reyes Católicos concedieron en 1477 y 1480 sendos juros al convento de Uclés sobre las alcabalas de
Santa María de los Llanos (AHN, Uclés, carp. 347, nº 1º y 11). Por otra parte, en 1503 se hicieron diversas averi-
guaciones entre los vecinos de Santa Cruz de la Zarza para determinar los que estaban exentos del pago de alcaba-
la (carp. 96, nº 3).
123
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 99.
124
Los agravios eran los siguientes: les habían hecho pagar dos veces en el mismo año la alcabala —que era de
6.000 mrs. anuales—, asimismo, llevaba algunos dineros del pedido del maestre y de las alcabalas del Rey, las
cuales todavía percibía el maestre (fol. 97).
125
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 88.
126
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 649. Se había cobrado durante los dos últimos comendadores, período por el
que fueron secuestrados los supuestos ingresos por los visitadores de 1494. El portazgo legal se cogía en Terrin-
ches y era de la encomienda mayor.
127
Llevaba el comendador de Montizón los portazgos de Torre de Juan Abad y Villamanrique, sin tener más
derecho que el portazguillo, que le venía una blanca y no más de las cosas que se vendían en las dichas villas o
pasaban por el dicho término, e que después de los movimientos destos Reynos se han entremetido a llevar los
dichos portazgos (AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 205).
En 1376 doña Juana Manuel, señora de Alcaraz, había ordenado al comendador de Villanueva de la Fuente que no
cobrase portazgo en Alcaraz, y que sólo lo hiciese en su villa; asimismo, le mandaba que no hiciese pechar a los
vecinos de su ciudad avecindados allí (Pretel, doc. V). Como se puede apreciar, estas usurpaciones no eran materia
nueva de asombro.
128
Pretel, doc. L. Se exceptuaba un juro de 1.500 mrs. que tenía situados Diego de Buytrago, escribano de Cámara;
tendría derecho a poner portazguero, porque de la persona o personas que lo non pagaren puedan tomar e tomen
por descaminados las bestias e mercadurías que levaren.
129
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 575.
130
La Orden de Santiago tenía comunidad de pastos con la de San Juan y con el concejo de Alcaraz.
131
De ganado de Uclés non prendan montadgo in nullas terras, et si hoc fecerint dupplem illud. Et ganado de
alias terras, qui in montes de Uclés stiterint, den toto montadgo, medio ad seniorem et medio ad concilio, si ibi
voluerint homines de Uclés ambulare ad capere (Sáez, pp. 180-181).
132
AHN, Uclés, carp. 81, nº 14, fol. 5.
133
AHN, Uclés, carp. 93, nº 33, fol. 6r-6v.
134
AHN, Uclés, carp. 94, nº 58.
135
AHN, Uclés, carp. 208-I, nº 1.
136
Salazar de la Cana, p. 85.
137
AHN, Uclés, carp. 2-I, nº 17.
138
Los concejos de Alhambra, Montiel y Segura llevaban un tercio (AHN, Uclés, carp. 51-I, nº 4bis y Chaves, fol.
42), pero en el caso de Montiel fue aumentado a la mitad en 1268 (Chaves, fol. 42v); en Caravaca percibía el
concejo la mitad por carta de 1379 (Sáez, “Privilegio a Caravaca”, p. 129).
139
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 309.
140
Ibidem, fol. 308.
141
Salazar de la Cana, pp. 168-169. Fernando III estableció en 1223 tres lugares para pagar el portazgo en el Tajo,
e si los freires lo fallaren en otra parte passando, mando que lo prendan por descaminado (AHN, Uclés, carp. 86,
nº 5). “Que yendo descaminado el ganado lo pueda tomar el serviciador, valiéndose de la justicia más cercana, y
que allí faga el descamino, oyendo a las partes, y a ello den favor y ayuda las justicias” (Salazar de la Cana, p. 62).
Sin embargo, había establecido el maestre Cárdenas que no perdieran la mercancía, sino que pagasen los derechos
aumentados en una cuarta parte más las costas (Compilación 1605, Lib. II, tít. LXIX, ley V).
142
Decía el tít. 818t del fuero de Alarcón, E nos el conçeio d’Alarcón damos a los cavalleros por soldada de la
grey de ovejas .I. borra, assí commo fueren echadas por San Iuhan. Qui oviere .C. oveias o dent arriba, dé .I.
borra. E el que non oviere .C. oveias non dé nada. En 1275 ordenó el maestre a los de Montiel que den a los
cavalleros de la Sierra aquellos que ovejas hovieren en término de Montiel, de oy en arriba, una borra (Chaves,
fol. 46v).
Sin embargo, en algunos casos se los atribuyó el concejo, así, en 1421 el maestre dio al concejo de Villanueva de
los Infantes las borras y demás derechos que solía dar al concejo de Montiel (Chaves, fol. 61r) y en 1422 ordenó
que los caballeros de fuero no llevasen borras ni cegajas de los ganados extranjeros que entraban a herbajar en
Alhambra, y que las guardase para sí el concejo de la villa (AHN, Uclés, carp. 51-I, nº 4bis).

217
En el siglo XVIII suponía el impuesto que el señor “exige de los ganados que exceden del número de cien cabezas,
[y] excoxe la mejor res” (Mª Dolores Marcos, La España del Antiguo Régimen. VI: Castilla la Nueva y Extrema-
dura, Salamanca, 1971, p. 57). Según Salazar de la Cana, era el tributo sobre los ganados merchaniegos que no
han pagado montazgo “y consiste en 2 carolenos por cada rebaño de 300 ovejas” (p. 29), se le conocía también
como guardas y albaláes y, en Nápoles, como morras.
También admite otro sentido que no tiene nada que ver con los impuestos: la borra de la tendedura del fuero de
Alarcón (tít. 798a).
143
AHN, OO.MM., Lib. 1.072c, fol. 358.
144
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 871.
145
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 132.
146
Ibidem, fol. 119.
147
Id, fol. 200.
148
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 130 y Lib. 1.067c, fol. 262.
149
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 143. También se llevaban asaduras en la encomienda de Mora.
Según el fuero de Uclés de 1179, la asadura admite el sentido de prenda, como sinónimo de ganado (Sáez, Fueros
de Sepúlveda, p. 181).
150
Relaciones de Jaén, pp. 219 y 224.
151
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 133.
152
AHN, OO.MM., Lib. 1.072c, fol. 20.
153
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 309.
154
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 713.
155
José Segundo Ruiz, Memoria sobre el estado de la administración y legislación de las cañadas, Madrid, 1847,
pp. 40-44.
156
Francisco de Cárdenas, Ensayo sobre la propiedad territorial en España, Madrid, 1873, II, p. 257.
157
Hinojosa, p. 185.
158
Diezmo es la dezena parte de todos los bienes que los ommes ganan derechamientre. E esta manda Sancta
Eglesia que sea dada a Dios, porque El nos da todos los bienes con que bevimos en este mundo. E este diezmo son
dos maneras. La una es aquella que llaman en latín predial, que es de los fructos que cogen de las tierras e de los
árboles. E la otra es llamada personal, aquella que dan los omnes por razón de sus personas, cada uno segund
aquello que gana por so servicio o por so mester (J.A. Arias Bonet, La Primera Partida, Valladolid, 1975, I, XXI,
II).
La legislación real posterior en Montalvo, Lib. I, tít. V.
159
Hinojosa, p. 185.
160
Así se expresa el fuero de Renera, de principios del siglo XIII: E la Orden que les dé eglesia e clérigo que les
faga todo su beneficio. Et ellos que den alí su beneficio e diezmo (Lomax, p. 280).
161
Martín, p. 23, nota 10.
162
Reconocía el maestre Cárdenas que por quanto todos los diezmos de la dicha Orden pertenecen al Maestre y
comendador de ella, y ellos pagan de ellos sus dézimas a los dichos nuestros priores y conventos e eglesias para
el sostenimiento de ellas (Compilación 1605, Lib. I, tít. VIII, ley VI).
163
AHN, Uclés, carp. 243, nº 3.
164
Martín, doc. 292. Si los diezmos de alguna iglesia no bastaban para pagar ese cuarto, el Prior de Uclés quedaba
obligado a completar su valor.
165
Compartía esa mitad con el Colegio de San Bartolomé de Salamanca, donde estudiaban los futuros dirigentes
de la Orden. A partir del siglo XVI este colegio vio aumentados sus ingresos con la percepción de las décimas de
los freires residentes en Indias (Compilación 1603, tít. XVIII, cap. IX).
166
Los diezmos de las tierras que lavrare por sus reias ho por despensas la Orden quedarían dispensados; llevaría
ésta, además, íntegramente el pie de altar y los diezmos de los moros; el convenio valdría para las nuevas adquisi-
cones de la Orden en territorio gienense (Segura Moreno, Estudio del Códice gótico (siglo XIII) de la Catedral de
Jaén, Jaén, 1976, pp. 212-214).
167
Bulario, fol. 390-394.
168
Torres Fontes, Documentos de Sancho IV, doc. CXXXVI.
169
Ibidem, doc. CL.
170
Benavides, Memorias de Fernando IV, Barcelona, 1860, II, doc. 298. La situación completa a fines del siglo
XV en el trabajo de Guadalupe Beraza, Diezmos de la sede toledana y rentas de la Mesa Arzobispal (siglo XV),
Salamanca, 1972.
171
Bulario, fol. 249-252.
172
Ibidem, fol. 253.
173
En 1468 advertían los visitadores que los diezmos novales eran llevados en forma generalizada por los comen-
dadores (AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 9). Como todos los demás derechos de la Cámara Maestral eran usur-
pados por los comendadores, en 1480 sus diezmos eran llevados por curas y clérigos: muchas tierras, huertas,
viñas y casas estaban en esa situación (Lib. 1.064c, fol. 266). En el siglo XIV también se ejercieron acciones

218
violentas por los comendadores santiaguistas en Alcaraz, pues en 1377 doña Juana Manuel ordenó al concejo
impidiera a aquéllos que llevasen a su tierra pan y vino sin dezmar ni pagar derechos (Pretel, doc. 7).
174
En Aledo existía el diezmo de la alegría (alfatría ?), pagado en trigo; en Ocaña se llevaba diezmo del pan
cocido que se venía a vender de fuera de la villa.
175
Concretamente, semillas, legumbres, garbanzos, matalaúva, arbejas, fruta, huertos y huertas (hortalizas), ajos,
cebollas, melonares, jaras, cañas, rosas, cominos, azafrán, bellotas, paja, leña, madera y yerbas de dehesa vendidas
a foráneos.
176
Este diezmo de grana lo llevó también la Orden en Ubeda, al menos esto parece desprenderse del hecho de que
se encuentre en el archivo de Uclés el documento de donación de ese diezmo por parte de Alfonso XI en 1328 a su
çelurgiano o cirujano mayor (AHN, Uclés, carp. 69, nº 9. Apéndice documental, doc. 6).
177
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 42.
178
Llevaba el comendador de Socobos en Letur diezmos de moços que se dize çernadaja (AHN, OO.MM., Lib.
1.080c, fol. 885); sin embargo, en Yeste se citan los dos conceptos sin relacionarlos (fol. 752).
179
En La Mota si recibían la soldada en dinero no dezmaban nada, pero si la pagaban en pan, sí (AHN, OO.MM.,
Lib. 1.063c, fol. 173).
180
De Manuel, Memorias, pp. 381 y 383.
181
Ordenó el maestre Pérez Correa a los de Montiel y aldeas que tomen en cada lugar sendos dezmeros de los
mejores que ahí fueren por ayuda a sus iglesias (Chaves, fol. 42v).
182
Defendemos firmemente que de aquí adelante ninguno no sea osado de coger, ni de meter su montón de pan,
que tuviera limpio de la hera, sino de esta guisa: que sea primeramente tañida la campana tres veces, e que
vengan los terceros o aquellos que deben recaudar los diezmos, y estos terceros o aquellos que hovieren a recau-
dar, defendemos que no sean amenazados de ninguno, ni corridos, ni feridos por demandar su derecho; e no lo
cojan de noche, ni a furto, mas paladinamente a vista de todos. E qualquier que contra estas cosas ficiere alguna
cosa, peche el diezmo doblado (Los Códigos españoles, Lib. I, tít. V, ley IV).
183
Libro de Bulas, fol. 18v-23r.
184
Compilación 1605, Lib. I, tít. VIII, ley I. Se establecían severas penas pecuniarias para el que contraviniere
esto. Los males que creían que venían de esto estaban claros en la mente del maestre: pero no es maravilla, que
por solo este pecado de mal dezmar, vengan, como vienen, pestilençias, hambres, langostas y pulgones, y otras
tempestades, que vemos en la tierra que cada día vienen (ley II).
185
Ibidem, ley VIII.
186
Id, ley IX. En Santa Cruz de la Zarza, Oreja y Noblejas a los diezmos de pan, vino, aceite y minucias se les
conocía como renta del pavo o pavo del Maestre (AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 117-118 y 1.096).
187
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 133.
188
Compilación 1605, Lib. I, tít. VIII, ley XI.
189
Ibidem. En el Valle de Ricote llevaba el comendador diezmo de todos los ganados, llamado carnaje (AHN,
OO.MM., Lib. 1.077c, fol. 485).
190
Compilación 1605, Lib. I, tít. VIII, ley XI.
191
Ibidem.
192
Id, ley XII.
193
Id, ley XIII.
194
Id, ley XIV.
195
AHN, OO.MM., Lib. 1.078c, fol. 718.
196
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 308.
197
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 272.
198
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 61.
199
“Renta eclesiástica en la Castilla del siglo XV”, Festschrift für Hermann Kellenbenz, Nürnberg, 1978, p. 272.
200
Compilación 1603, tít. XVIII, cap. I.
201
Benavides, doc. DVI.
202
Compilación 1603, tít. XVIII, cap. IV:
203
Ibidem, cap. IV y V.
204
AHN, Uclés, carp. 339, nº 65 y 67.
205
Ladero, “Renta eclesiástica”, p. 261.
206
AHN, Uclés, carp. 5-I, nº 40. En adelante se siguieron cobrando: en 1549 Carlos I se preocupaba por el arriendo
de los diezmos de Uclés, pues se perjudicaba el cobro de las tercias reales (Quintero, pp. 129-130).
207
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 137.
208
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 662.
209
Ibidem, fol. 660.
210
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 112.
211
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 29-30.
212
AHN, OO.MM., Lib. 1.072c, fol. 462. En Albaladejo desde hacía treinta años el comendador de Segura, Rodri-
go Manrique, se había adjudicado las primicias de pan, que anteriormente llevaba la iglesia parroquial.
213
Benavides, doc. CCXXXV.

219
214
Ibidem, doc. CCCXLVIII.
215
AHN, Sellos, carp. 18, nº 3.
216
En el arancel de derechos de clérigos y sacristanes se aprecia claramente cuáles eran estos conceptos y su valor
económico; los enterramientos variaban de acuerdo con la edad del difunto y con el lugar de la iglesia en que se
quisiera depositar el cuerpo, mientras que por el traslado de difuntos llevaba el comendador de Villanueva de la
Fuente un marco de plata cada vez (AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 860).
217
AHN, Uclés, carp. 347, nº 3.
218
Ibidem, nº 8.
219
Id, nº 9.
220
Bulario, fol. 831-835. Confirmación de León X en 1514 (fol. 926-928).
221
Juan García González, “La mañería”, AHDE, XXI-XXII, 1951-1952, p. 297. Sobre el ius devolutionis véase la
recensión de Manuel Torres a Das Heimfallsrecht auf der Grundherrschaften Osterreichs de Bernard Poll, en
AHDE, III, 1926, pp. 577-582.
222
Ibidem, p. 299.
223
El fuero de Uclés (1179) establecía non habeatis mañería, nisi ut unos ad alios vos metipsos herediteis usque
VIIº generationes (Sáez, p. 179). El de Alcaraz ordenaba que ninguno dé mañería (Roudil, parte I, tít. 68).
224
En 1358 Pedro I recordaba a los alcaldes y alguaciles de su Corte que el maestre e la Orden de Santiago ha de
aver de cada uno de mis vasallos de la mi mesnada, que son finados o finares, el mejor cavallo de su cuerpo que
dexó al tiempo de su finamiento, e si cavallo ... non dexare, ... seysçientos morabetinos de esta moneda usual por
cada uno, e esto por raçón de la Luytuosa (AHN, Uclés, carp. 5-I, nº 48).
225
E. de Hinojosa, Documentos para la Historia de las Instituciones de León y de Castilla (siglos X-XIII), Madrid,
1919, p. 86.
226
AHN, Uclés, carp. 5-I, nº 32. Confirmaciones de Alfonso XI, Pedro I, Enrique II y Juan I en la misma carpeta,
nos 36, 46, 49 y 51. Este derecho venía recogido en le Fuero Viejo de Castilla (Lib. I, tít. III, 2; ed. de De Manuel,
Madrid, 1771). Alfonso VII lo había donado al Temple. Estaban exentos de su pago por carta de Fernando IV en
1308 los caballeros y escuderos de Toledo (ibidem, fol. 12, nota 2).
Relacionados con estos derechos están las dos donaciones de Alfonso VIII a la Orden de Santiago: en 1173 le
cedió el 5% de los impuestos pagados por los militibus vel vasallis meis (AHN, Uclés, carp. 2-I, nº 1) y en 1186 la
mitad de las cuentas de las soldadas de sus vasallos, a perpetuidad (AHN, Sellos, carp. 3, nº 5).
227
P. Rodríguez Campomanes, Dissertaciones históricas del Orden y Cavallería de los Templarios, Barcelona,
1975, p. 209.
228
“El Tributum quadragessimale. Supervivencias romanas en Galicia”, Estudios sobre las Instituciones Medieva-
les Españolas, México, 1965, p. 362.
El nombre más utilizado en las tierras al norte del Duero era la infurción, desconocido al sur del mismo. Sobre sus
formas y naturaleza puede consultarse, J. Gautier-Dalché, “La domaine du Monestère de Santo Toribio de Liéba-
na: Formation, structure et modes d’exploitation”, AEM, II, 1965, pp. 94-103.
229
RAH, ms. 9/6448, s.f. Según García de Valdeavellano, era el gravamen “por el disfrute de la tierra y en recono-
cimiento del dominio ajeno” (Curso de las Instituciones, Madrid, 1975, p. 251).
230
Lomax, p. 263. En el fuero de la Torre de don Morant (1229) se les libraba, contra el pago de la martiniega, de
facendera y pechos de la Orden (p. 251), mientras en la Puebla de don Fadrique era la contraprestación por la
exención total de tributos durante los veinte años siguientes a la fecha del fuero (1343) (Sáez, p. 211).
231
La vida rural castellana, pp. 188-190.
232
Dice el fuero de Huélamo, de principios del siglo XIII, E quantos quier fumos afumaren, que den pecha medio
morabetín (Sáez, p. 186).
233
AHN, OO.MM., Lib.1.063c, fol. 184 y Lib. 1.064c, fol. 106.
234
Esto se justifica si pensamos que, en un primer momento, la mayoría de la población estaba constituida por
mudéjares que conservarían sus antiguos tributos, tradición que se conservó luego de la entrada masiva de caste-
llanos en la zona; así, en el fuero concedido a los pobladores de Canara (1335) la única contraprestación que se
establecía eran los diezmos, además de los monopolios (AHN, Uclés, carp. 82, nº 5).
235
No parece, contra lo que piensa Moxó, que los terrazgos sean sinónimo de pecho; según nuestros documentos,
más parece referirse al tributo, generalmente de seis maravedíes, que pagaban los propietarios de las tierras encla-
vadas en el señorío de las Ordenes que no eran vasallos suyos, como ocurría en la encomienda de Oreja, a la que
tributaban los de Colmenar, Chinchón, Valdelagua, Pozuelo y Villaconejos por las tierras que allí tenían, al igual
que en la encomienda de Biedma (AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 1.096 y Lib. 1.063c, fol. 56).
Sin embargo, admite una segunda interpretación: como especial contrato de arrendamiento, en el cortijo de Maquiz
(Mengíbar), se entregaron en 1494 a terrazgo, fanega por fanega, 200 fanegas de sembradura (AHN, OO.MM.,
Lib. 1.067c, fol. 554). En Francia, según Bloch, era el “censo típico de los nuevos repartos” (La historia rural, p.
247).
En cuanto a los aloxores, que percibía el hospital santiaguista de Toledo en el mismo alfoz, el profesor Moxó daba
una explicación bastante plausible: “en la comarca de Toledo una prestación muy típica, que los historiadores
enlazan con la dominación musulmana, propia también de la tierra, como son los «alaxores», una especie de
diezmo, más probablemente del quinto que pagaban los terrazgueros o campesinos, el cual parece lo habían tribu-

220
tado antes, bajo la dominación musulmana y después lo entregaban a los señores en algunos de los antiguos esta-
dos que hemos reseñado” (Los señoríos de Toledo, Toledo, 1971, p. 70).
236
Quintero, p. 4.
237
Bulario, fol. 624-625.
238
AHN, OO.MM., Lib.1.080c, fol. 280.
239
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 103. En Dosbarrios el comendador de Monreal llevaba 1.200 mrs. del pecho
de San Miguel y otros tantos de martiniega, en 1480, sin embargo, en 1494 se habla en su lugar de pecho de San
Juan (ibidem, fol. 103 y 27, y Lib. 1.067c, fol. 81).
240
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 172-173.
241
Ibidem, fol. 68.
242
AHN, OO.MM., Lib. 1.075c, fol. 296.
243
Menéndez Pidal, Documentos lingüísticos, p. 415. Documento similar del concejo de Uclés en 1227 (p. 422).
Se habían dado estas mercedes para estimular a estos hospitales en su labor de rescatar cautivos de tierra de moros,
pero con el alejamiento de la frontera, ya no cumplimentaban esa obligación, por lo que esos concejos dejaron de
darles esos almudes; así, en 1250 Fernando III se vio obligado a hacer que los siguieran pagando (De Manuel, p.
523). Ese mismo año, Ignacio, obispo de León, de orden del Papa mandaba a su colega de Cuenca que obligase a
los concejos de Cuenca, Moya, Huete y Alarcón que los pagasen (AHN, Uclés, carp. 99-I, nº 25).
La querella debió de seguir en los siglos posteriores, ya que en 1481 Juan Hurtado, en carta a sus renteros de sus
heredades en Moya, les ordenaba pagar al hospital el derecho del almud de trigo (Bulario, fol. 842). Prosiguieron
los debates, pues en 1571 Felipe II mandaba hacer averiguaciones sobre el derecho de la Orden de Santiago a
llevar los almudes de Alarcón y Moya (ibidem, fol. 843-845).
Ocho años más tarde fallaba la Chancillería de Granada a favor de la Orden en el pleito que mantenía con los de
Moya por el pago de los almudes, declarando el tribunal que cada labrador que sembrase cinco almudes o dos
fanegas y media de cualquier pan, debía entregar al hospital una fanega de trigo (id, fol. 845-846). También apro-
vechó la Chancillería para fallar en similar pleito que mantenían los concejos del Campo de Montiel por la merced
de amigos, declarando que el que labrase con un par de mulas, bueyes, borricos, yeguas o rocines daría cinco
celemines de trigo, 2,5 celemines el que labrase con una bestia y 5 mrs. cada vecino que no labrase (id, fol. 846-
847).
244
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 42.
245
En Quintanar suponía que cada vecino que labraba con una yunta o más daba un almud de la medida vieja, que
son çinco çelemines de trigo de los que agora se husan, incluidos clérigos y coronados (AHN, OO.MM., Lib.
1.080c, fol. 435). Como decíamos, el hospital de Cuenca tenía privilegio del concejo de la ciudad de 1184, confir-
mado por Fernando III, por el que todo el que labrare en término de Cuenca daría al hospital un almud de trigo (o
media fanega de trigo), si lo hacía con una yunta, mientras el que lo hiciese con un buey daría medio almud,
correspondiente a tres celemines, y el que no tuviese buey cuatro dineros al año; pero sólo se cogía en Cañete,
donde, en realidad, pagaban un almud de trigo de cada seis que se cogían, al igual que en Moya (AHN, OO.MM.,
Lib. 1.067c, fol. 276-277).
Decía el privilegio original, tot vezino de Uclés o de suo término que labrare con iugo de boves e de más, dé un
almud de trigo en el mes de agosto para’l hospital; el qui lavrare con un buey dé medio almud de trigo (Menén-
dez Pidal, p. 422), similar al de Cuenca y también referido a ese hospital.
246
Lomax, p. 280.
247
Ibidem, p. 263.
248
Sáez, p. 188.
249
AHN, Uclés, carp. 219, nº 2.
250
Gutiérrez del Arroyo, “Los fueros de Oreja y Ocaña”, p. 660. No los debían dar en caso de que sirvieran al
maestre, comendador o freires. Similar pecha habían de satisfacer los de Villarrubia y Monreal (Menéndez Pidal,
pp. 419-420).
251
El maestre don Rodrigo Iñiguez les había conmutado la pecha establecida en el fuero de 1192 y las bestias de la
segadova e los peones otrosí por esos 300 mrs. (Lomax, p. 264).
252
Ibidem, p. 265.
253
Id, p. 239. Los de Añador (1224) daban por San Martín dos medios maravedíes y dos fanegas de trigo (Sáez, p.
189) y los de la Torre de don Morant .C. moravedís alfonsís o dineros, como andidiere el moravedí, mitad por San
Martín y mitad por Pascua de Resurrección (Lomax, p. 251).
254
Sáez, p. 211.
255
De Manuel, p. 528.
256
Lomax, p. 265.
257
Compilación 1605, Lib. II, tít. XXXIX, ley VIII. Esto se estableció en el Capítulo de 1480, pero cuatro años
más tarde, en el cabildo de Ecija, ante las quejas de los medianos y pequeños pecheros, enmendó la disposición en
el sentido de que no se exceptuasen las bestias de arada, de las que disponían los pecheros mayores con más
frecuencia, yendo así el repartimiento de maravedíes en perjuicio de aquéllos.
258
La vida rural castellana, p. 190.

221
259
R. Sánchez de Ocaña, Contribuciones e impuestos en León y Castilla durante la Edad Media, Madrid, 1896, p.
114.
260
Benavides, doc. DVI.
261
De Manuel, p. 529.
262
Lomax, p. 266.
263
AHN, Uclés, carp. 81, nº 14, fol. 5.
264
Ibidem, fol. 8.
265
AHN, Uclés, carp. 93, nº 33, fol. 5r.
266
Sáez, p. 211.
267
Cortes de los antiguos Reinos de León y de Castilla, publicados por la Real Academia de la Historia, Madrid,
1863, II, p. 17. El total, en realidad, era de 1.554 mrs., pero he preferido respetar el original. La legislación real
sobre yantares en Montalvo (Lib. VI, tít. XIII).
268
Eximió el Infante don Enrique en 1421 al concejo de Villanueva de los Infantes de pagar yantar al concejo de
Montiel (Chaves, fol. 61r).
269
AHN, Uclés, carp. 86, nº 23.
270
AHN, OO.MM., Lib. 1.077c, fol. 180.
271
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 307. Una reminiscencia del antiguo yantar se encuentra en la obligación que
tenían de costear el gasto de los visitadores, comendador y pueblo, en dinero la consumición de visitadores y
acompañantes y en especie la manutención de sus bestias. A razón de un tercio y dos tercios si el pueblo fuese de
150 vecinos, por mitad si fuese de 100 vecinos; pero si la parada se produjese entre dos pueblos, lo pagarían entre
ambos, según la tasación anterior (fol. 7).
272
Los sentidos de este vocablo son diversos: en un principio, parece referirse a un impuesto u obsequio presenta-
do en forma de calzado, así, el alcaide de Montealegre llevaba de los pastores que entraban a invernar en la dehesa
del lugar de cada hato un par de calzas blancas o treinta mrs., porque tenía cargo de limpiar las pozas de la Fuente-
dulce y aderezar los demás abrevaderos (ibidem, fol. 132). Otro sentido es el de los juros situados sobre alguna
renta, como tenía el subcomendador de Uclés sobre el portazgo de la villa, las aceñas de la encomienda y el horno
de la judería (fol. 29-30). Además, en la Puebla de Almuradiel en 1478 se habla de yantar de San Juan y San
Miguel, siendo, pues, sinónimo; incluso, para añadir mayor confusión, en la encomienda de Segura se cita un
pedido de calzas (fol. 152).
273
Para 1420 el Infante don Enrique confirmaba privilegios de don Fernando Osórez y don Lorenzo Suárez de
Figueroa, eximiendo al concejo de Uclés de aposentar escuderos y hombres de armas de los comendadores, que se
hospedarían en el castillo y los barrios de Estremera y Collado; antes concejo y judería daba cada uno cinco posa-
das (Quintero, pp. 116-117).
Sobre el alojamiento de tropas reales en siglos posteriores recuérdese el argumento de El alcalde de Zalamea, que
centra su acción en esa encomienda de la Orden de Alcántara. Decía el fuero de Uclés de 1179, Et posada non
prendat scolano a forçia in casa de clerigo nec de cavallero (Sáez, p. 181).
Además del mencionado trabajo de M. Gual, véase N. Guglielmi, “Posada y yantar. Contribución al estudio del
léxico de las instituciones medievales”, Hispania, CI, 1966, pp. 5-40.
274
Martín, doc. 247.
275
Benavides, doc. CXCIII.
276
AHN, Uclés, carp. 5-I, nº 19.
277
Martín, doc. 246.
278
C. Sánchez-Albornoz, “Notas para el estudio del «Petitum»”, Estudios sobre..., México, 1965, pp. 485 y 516.
279
AHN, Uclés, carp. 339, nº 10.
280
AHN, OO.MM., Lib. 1.077c, fol.160.
281
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 608 y Lib. 1.068c, fol. 352. Un caso parecido fue el del empréstito que el
concejo de Alcaraz impuso a sus vasallos de Villanueva de la Fuente, en el momento en que éstos volvieron
circunstancialmente a su jurisdicción; alcanzó los 35.000 mrs. y nuevamente la Reina Isabel en 1476 se ocupó de
que les fueran devueltos (Pretel, doc. LVIII).
282
Sáez, p. 181.
283
RAH, ms. 9/6448, s.f.
284
AHN, Uclés, carp. 81, nº 14, fol. 5.
285
Sáez, p. 211.
286
AHN, Uclés, carp. 82, nº 14, fol. 7v-8r. Apéndice documental, doc. 20.
287
Ibidem, fol. 13r. Apéndice documental, doc. 26.
288
AHN, OO.MM., Lib. 1.066c, fol. 321.
289
AHN, OO.MM., Lib. 1.077c, fol. 487.
290
A.M. Guilarte, El régimen señorial en el siglo XVI, Madrid, 1962, p. 467.
291
“Los señoríos”, AHDE, XLII, 1973, pp. 303-305.
292
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 52.

222
293
Estos hornazos también los daba el concejo de Albaladejo dentro de la misma encomienda; en Siles, en cambio,
daban varias arrobas de vino. Presumiblemente este presente se entregaba por Semana Santa, pues aún en estas
tierras perdura la costumbre de preparar esos bollos con huevo en esas fechas.
294
Este presente daba lugar a una curiosa contraprestación, ya que por Pascua Florida había de entregar el comen-
dador a los moros casados hornazos de pan y huevo a cambio del carnero, de lo contrario no lo daban (AHN,
OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 59).
295
Ibidem, fol. 149.
296
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 442-444.
297
En Francia se inicia este proceso en el siglo XII (Bloch, p. 312) y en la Península en el siguiente; según Hinojo-
sa, “es sobre todo desde el siglo XIII, cuando son frecuentes los casos en que el señor consiente en reducir a censo
fijo en metálico, pagadero en uno o dos plazos, o a redimir por una cantidad alzada, los servicios personales” (El
régimen señorial, p. 204).
298
En la Puebla de Almuradiel eran doce maravedíes por vecino, excepto coronados, clérigos e hidalgos (AHN,
OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 152).
299
En 1508 en Villarrubia los mayores de 60 años pagaban 5 mrs. y los menores de esa edad, 10 (AHN, OO.MM.,
Lib. 1.073c, fol. 355), para 1525 tributaban respectivamente 11 y 16 mrs. (Lib. 1.080c, fol. 1.128). Algunos luga-
res desde tiempo atrás habían sido eximidos de peones, como Fuentidueña de Tajo por carta de 1328 (Uclés, carp.
86, nº 11).
300
Al menos en Noblejas y Colmenar de Oreja (AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 1.096).
301
Ibidem, fol. 117.
302
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 574.
303
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 293.
304
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 150 y Lib. 1.079c, fol. 389.
305
AHN, OO.MM., Lib. 1.065c, fol. 159-160.
306
AHN, OO.MM., Lib. 1.066c, fol. 320.
307
Hinojosa, p. 190.
308
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 184-186.
309
Ibidem, fol. 41.
310
Bulario, fol. 489.
311
AHN, Sellos, carp. 13, nº 3.
312
Benavides, doc. CCXXV.
313
Bulario, fol. 489.
314
AHN, Uclés, carp. 5-I, nº 42.
315
Lomax, p. 264.
316
AHN, Uclés, carp. 86, nº 11.
317
Sáez, p. 211.
318
AHN, Uclés, carp. 93, nº 33, fol. 5r.
319
Chaves, fol. 56v.
320
Quintero, pp. 1-2.
321
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 1.042.
322
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 276. En 1315 don Diego Muñiz entregó a don Artal de Huerta esta encomien-
da, reservándose las vacas de la merced (Bulario, fol. 524), prestación que no sé si guarda relación con las men-
cionadas.
323
Chaves, fol. 56v.
324
AHN, Uclés, carp. 81, nº 14, fol. 9-10.
325
Ibidem, fol. 6-7 y 9-10.
326
Sáez, p. 182.
327
González, doc. 793.
328
Chaves, fol. 45.
329
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 95.
330
AHN, OO.MM., Lib. 1.069c, fol. 434. Tenían privilegio estos musulmanes de no poner más que sus personas y
el pertrecho necesario (fol. 436).
331
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 229. No obstante, los de Villanueva de los Infantes, según carta del Infante
don Enrique, estaban exentos de esa obligación, pues debían construir otra fortaleza en su villa (Chaves, fol. 61r).
Por otra parte, el maestre don Juan Osórez se había hecho cargo de las reparaciones del castillo de Aledo, quedan-
do libres de ello los vecinos (fol. 45).
332
Quintero, pp. 14-16.
333
De Manuel, pp. 357-358.
334
Fueros de Oreja, p. 660.
335
Lomax, p. 263.
336
Ibidem, p. 266.
337
Chaves, fol. 45.

223
338
Lomax, p. 266.
339
AHN, Uclés, carp. 5-I, nº 44.
340
Bulario, fol. 625-626.
341
Menéndez Pidal, p. 428.
342
AHN, Uclés, carp. 203, nº 4. En los lugares del arzobispo la fonsadera era desconocida en el siglo XIII (E.
Luño Peña, Legislación foral de don Rodrigo Jiménez de Rada, Zaragoza, 1927, p. 40).
343
Quintero, pp. 1-2.
344
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 45. Sobre esta renta, Sánchez de Ocaña, p. 113 y C. González Mínguez,
“Privilegios fiscales de Vitoria en la Edad Media”, Hispania, CXXX, 1975.
345
Mª Estela González, “La «anubda» y la «arrobda» en Castilla”, CHE, XXXIX-XL, 1964, pp. 5-42.
346
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 262.
347
Pretel, doc. XVI.
348
AHN, Uclés, carp. 82, nº 14, fol. 7v.
349
Ibidem, fol. 8r.
350
Quintero, Uclés. Residencia maestral de la Orden de Santiago, Madrid, 1904, p. 185.
351
AHN, Uclés, carp. 339, nº 59.
352
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 559.
353
Compilación 1605, Lib. II, tít. LVII, leyes I-II.
354
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 265. Estableció también dicho maestre que los censos se revisasen periódica-
mente para que no ocurriesen casos parecidos. Véase Velázquez de Avendaño, Tractatus de censibus Hispaniae,
Madrid, 1734.
355
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 132.
356
AHN, Uclés, carp. 5-I, nos 9-10. La carta abierta nº 14 y las confirmaciones de Alfonso XI, Pedro I y Juan II, nos
38, 45 y 50.
357
AHN, Uclés, carp. 243, nº 21.
358
Véanse los trabajos de Miguel A. Ladero sobre estas imposiciones, “Datos demográficos sobre los musulmanes
de Granada y Castilla en el siglo XV”, AEM, VIII, 1972-1973, y “Los mudéjares de Castilla en la Baja Edad
Media”, HID, V, 1978.
359
Véase del mismo autor “Las juderías de Castilla según algunos «servicios» fiscales del siglo XV”, Sefarad,
XXXI, 1971.
360
AHN, OO.MM., Lib. 1.065c, fol. 159-160. En adelante, cuando me refiera a esta localidad la relación será esta,
si no se dice otra cosa.
361
AHN, OO.MM., Lib. 1.072c, fol. 358.
362
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 68.
363
AHN, OO.MM., Lib. 1.066c, fol. 319-321. Cuando no se dé noticia en nota sobre Ricote la referencia será esta.
364
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 845.
365
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 37.
366
AHN, OO.MM., Lib. 1.068c, fol. 244.
367
Torres Fontes, Documentos del siglo XIII, doc. LVI.
368
L’Espagne musulmane au temps des Nasrides, Paris, 1973, p. 218. Sobre esta contribución en época moderna,
A. Gámir Sandoval, “Las fardas para la costa granadina”, Homenaje de la Universidad de Granada a Carlos V,
Granada, 1958, pp. 293-330.
369
AHN, Sellos, carp. 5, nº 8.
370
Confirmado en 1379 por Juan I (AHN, Uclés, carp. 338, nº 26).
371
R. Arié, pp. 217-218.
372
Ladero, “Algunos datos”, pp. 645-647.
373
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 444.
374
C. Espejo, “Rentas de la agüela y habices de Granada”, Revista Castellana, 1918; M.C. Villanueva Rico,
Habices de las mezquitas de Granada y sus alquerías, Madrid, 1961, y K. Garrad, “La renta de los habices «de los
mezquinos» de las Alpujarras y Valle de Lecrín. Algunos datos sobre su administración a mediados del siglo
XVI”, MEAH, II, 1953, pp. 41-48.
375
La Hacienda real de Castilla en el reinado de Felipe II, Roma (s.a.), p. 339.
376
Arié, p. 217.
377
Ladero, “Algunos datos”, p. 644.
378
Arié, p. 218.
379
AHN, OO.MM., Lib. 1.077c, fol. 519-520.
380
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 845.
381
Torres Fontes, Documentos del siglo XIII, doc. LVI.
382
Bulario, fol. 418-419. A cambio de El Ventoso, el Infante don Fadrique en 1346 había cedido en prestimonio a
Gómez González de Caldelas la encomienda de Ricote con la Peña de Ojós y 4.500 mrs. del almagraní.
383
Tal vez tenga que ver con el tarife pagado en la cercana encomienda calatrava de Abanilla (E. Solano, p. 293).
384
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 68.

224
385
E. Solano, p. 293.
386
Es difícil calcular el valor de las rentas de estas aljamas; una nota aproximativa la ofrece un documento de Juan
I en el que concede a la Orden de Santiago 10.000 mrs. anuales situados en las salinas de Belinchón y en los
tributos reales de la judería de Uclés, a cambio de los bienes de aquélla en Villagarcía (AHN, Uclés, carp. 70, nº
13). Véase A. Paulo, “Os tributos das comunas judaicas medievais portuguesas. Importante fonte do recurso do
erario regio”, MEAH, XVI-XVII, 1967-1968.
387
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 59.
388
Ibidem, fol. 67.
389
Id, fol. 36-38.
390
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 240.
391
AHN, OO.MM., Lib. 1.077c, fol. 487.
392
AHN, OO.MM., Lib. 1.065c, fol. 123.
393
E. Solano, pp. 292-293.
394
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 39.
395
AHN, Uclés, carp. 339, nº 40. Otro derecho que en un principio cobró la Orden fue la mitad de las redenciones
de los moros cautivos, pertenecientes a la Corona real, concedido por Alfonso VIII en 1190 y confirmado por
Fernando III en 1225 (De Manuel, pp. 350-351).
396
Confirmado por Fernando III en 1246 (AHN, Uclés, carp. 5-I, nº 7), en 1253 por Alfonso X (carp. 179, nº 19),
por Sancho IV en 1291 (San Marcos de León, reg. 59) y Enrique III en 1392 (ibidem, reg. 89).
397
Benavides, doc. CXCIII; confirmado por el mismo en 1302 (AHN, Uclés, carp. 5-I, nº 26), por Alfonso XI y
Pedro I (ibidem, nos 35, 37 y 47).
398
AHN, Uclés, carp. 5-I, nos 19-25.
399
Ibidem, nos 40-41.
400
Bulario, fol. 607. Esta orden fue creada por Alfonso X en 1272 con bienes ubicados en Cartagena, Puerto de
Santa María, Medina Sidonia y Alcalá de los Gazules; fundada a imagen de la Orden de Calatrava, se adhirió al
Císter, aunque a través del monasterio de la Gran Selva. Su vida fue efímera, pues una circunstancia ajena puso fin
a su existencia como tal, ya que en 1280, en la tremenda derrota que sufrió la Orden de Santiago frente a los
nazaríes en Moclín, murieron la mayoría de sus freires, por lo que la Orden de Santa María se fusionó a la de
Santiago, pasando a ser su maestre superior de esta institución. A partir de esa fecha no se tienen más noticias de
aquella Orden (Q. Aldea, «Ordenes Militares. 7. Santa María de España», DHEE, p. 1.820).
401
Bulario, fol. 418-422.
402
AHN, Uclés, carp. 90, nº 2.
403
Chaves, fol. 48r.
404
AHN, Uclés, carp. 55, nº 12.
405
Bulario, fol. 676-678.
406
Ibidem, fol. 703-704.
407
Guilarte, p. 471.
408
No conozco un solo caso en que esta renta fuera cobrada por las Ordenes; la única noticia que nos ha llegado es
la orden que en 1305 dio Fernando IV a don Juan Osórez, maestre de Santiago y Adelantado mayor de Murcia,
mandándole se entregaran 15.000 mrs. de su renta de la moneda forera al concejo de Murcia para construir un
puerto en los Alcázares (Torres Fontes, “Relaciones comerciales entre Mallorca y Murcia en el siglo XIV”, Mur-
getana, XXXVI, 11971, doc. III).
409
Además, el hecho de que en 1377 Enrique II eximiera, entre otros, al lugar de Pliego del pago de las seis mone-
das de ese año así parece indicarlo (J.L. Martín, “El cuaderno de monedas de 1377”, HID, IV, 1977, pp. 370-371).
Había eximido el Infante don Enrique a los de La Ossa en 1410 de pechos, servicios e monedas, ansí foreras como
otras qualesquier, que el dicho señor rey se quiera servir de sus Reynos (Chaves, fol. 43r).
410
La legislación sobre rentas reales en Montalvo, Lib. VI, tít. I.
411
Era una cantidad fija situada sobre alguna fuente de ingresos; éstos podían ser reales o particulares, según la
renta sobre la que estuviesen situados. Algunos estaban sobre las regalías de las salinas, así el hospital de Talavera
tenía 3.000 mrs. sobre las de Espartinas (AHN, OO.MM., Lib. 1.077c, fol. 15). El convento de Uclés tenía otro
sobre las salinas de Belinchón y el comendador de Huélamo sobre las del lugar. Sobre las tercias reales había
situados dos juros, ambos en Villaescusa de Haro, uno en el vino y otro sobre el ganado lanar y cabrío. Sobre las
alcabalas reales sólo conozco el caso de Santa María de los Llanos, juro que percibía el convento de Uclés: dos
juros de 3.000 mrs. cada uno, el primero para consumo de cera y aceite del convento (AHN, Uclés, carp. 347, nº
10) y otro para el sostenimiento de la capilla fundada por su prior don Juan de Velasco (ibidem, nº 11).
Un caso especial es el del convento de la Madre de Dios de Granada, que había recibido también de los Reyes
Católicos un juro sobre la renta del pescado, la alhóndiga zaída y las tercias de la ciudad por valor de 400.000 mrs.
(AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 606).
El mismo convento de Uclés llevaba tres juros sobre particulares: sobre las herencias de los freires difuntos, otro
para una misa perpetua por la condesa de Paredes y para una capellanía del Adelantado de Cazorla.
También de tipo particular, esta vez situados sobre tributos concejiles, son los juros del comendador de Uclés, uno
sobre la martiniega del Común de Uclés y otro sobre la renta de la paja y los huevos del mismo Común. El subco-

225
mendador del mismo lugar tenía juros en el portazgo de Uclés, como el comendador de la Cámara, en las aceñas
de la villa y de Mirabel y sobre el horno de los judíos. Estos dos últimos recibían del comendador de la villa una
ración en dineros y otra en víveres.
En el movimiento de enajenación de los bienes de la Orden que siguieron Carlos I y Felipe II era usual que al
venderse una encomienda u otro miembro se situase un juro por el valor de sus rentas en las rentas reales de la
seda granadina. Estos extremos pueden comprobarse en los datos tomados de Jovellanos.
Véase A. Castillo Pintado, “Los juros de Castilla, apogeo y fin de un instrumento de crédito”, Hispania, XXIII,
1963, y J. Barthe Porcel, Los juros. Desde el «yuro de heredat» hasta la desaparición de las «cargas de justicia»
(siglos XIII al XX), Murcia, 1949.

226
CAPITULO SEPTIMO
DESCRIPCIONES DE LAS ENCOMIENDAS

Pasamos, en fin, a ofrecer los datos que hemos manejado en los capítulos anterio-
res, estructurados ahora según las encomiendas, conventos, hospitales o lugares de donde
procedían. Hay que advertir, no obstante, que no se han respetado escrupulosamente los
límites provinciales actuales, aunque se ha tendido a ello; concretamente, dentro de la ac-
tual provincia de Ciudad Real, creada en el siglo pasado de la unión de los Campos de Ca-
latrava y Montiel, se hallan las encomiendas de Socuéllamos y Campo de Criptana, así
pues, han sido incluidas en la provincia de Toledo, porque en la Edad Media se hallaban
encuadradas en el Partido de la Mancha. Algo similar puede decirse de las encomiendas que
hoy estarían enclavadas en las provincias de Jaén o Albacete, ya que en aquellas época
formaban la comunidad del Valle de Segura, desde Hellín a Santisteban del Puerto y desde
Cotillas a Orce. En este caso hemos seguido el criterio de dividirlas por sierras: en Jaén la
de Segura y a caballo entre Murcia y Alcaraz, Yeste y toda la serranía morisca de Letur-
Ayna, organizadas en torno al Partido de Caravaca.

A) Provincia de Cuenca
1) Convento de Uclés
Creado poco después de la entrada en la Orden de la villa de Uclés, en 1174,1 des-
de un principio se constituyó en él la cabeza de la Orden de Santiago. Para 1211 ya cono-
cemos el nombre de uno de sus priores, don Pedro. Además de éste, vivían en régimen de
comunidad dentro del monasterio, doce presbíteros —incluyendo subprior y mayordomo—,
dos diáconos, dos de epístola y 17 novicios. Para su servicio directo asalariaban a 22 perso-
nas más, entre mozos de espuelas, acemileros y hombres del campo.2 Pero no eran estos los
únicos gastos del monasterio central, pues se daban salarios a un secretario, dos letrados, un
procurador y un fiscal, barbero, calderero, carpintero, panadero, lavanderas, tripera, hospi-
talera, santera, relojero, maestre, albéitar y costurera; además, se daba de comer a trece
estudiantes de gramática, hijos de caballeros, y se pagaban soldadas a gañanes y pastores
diseminados por las posesiones del convento. También daban de comer diariamente a una
veintena de pobres y diversas cantidades en limosnas, para vestir y calzar pobres o casar
huérfanas.3
La iglesia del convento constaba de cuatro capillas menores y la mayor, en la que
abundaban cruces de oro y plata, reliquias y demás ornamentos de valor, muchos de los
cuales en 1478 se hallaban empeñados o habían sido robados;4 también se encontraban allí
ricas casullas donadas por maestres y comendadores principales con sus escudos de armas
estampados, y una buena colección de ornamentos donados por la reina Isabel.5 Pero el
edificio albergaba otras dependencias, como el coro, donde se hallaban diversos libros de
Teología, Cánones, Leyes, Lógica y Filosofía.6 En la casa de habitación había una cámara
de cárcel, donde se ponía presos a los freiles delincuentes;7 el resto lo ocupaban la cocina-
despensa y la hospedería.8 A principios del siglo XVI estaban fundadas cinco capellanías:

227
una de los Reyes Católicos, otra del conde de Paredes, otra de Hurtado de Mendoza, Ade-
lantado de Cazorla, y dos más dedicadas a maestres, priores y demás freires, en especial a
los apartados de la Orden.9
Las posesiones del monasterio eran muy extensas, especialmente en el término del
Común de Uclés;10 pero la principal propiedad era la villa Santa María de los Llanos. En
1290 se había acometido su repoblación,11 perteneciendo a la Mesa Maestral hasta 1387, en
que don Lorenzo Suárez de Figueroa la donó al convento de Uclés, junto con el término
despoblado de la Puebla del Aljibe, con la obligación de subvenir con sus rentas el impues-
to debido al Papa de los 10 malochinos anuales.12 Tenía una buena iglesia erigida con oca-
sión de un milagro ocurrido en 1340,13 una casa de aposentamiento y buenos términos, con
una casería y una dehesa.14 La población nunca pasó de los 300 habitantes, brillando por su
ausencia los cuantiosos.
Numerosas dehesas y heredades reunía el convento en Buenamesón, Torreluenga,
Fuente Redonda, Rozalén, Sahelices, Villarrubia, Villamayor y Gúzquez. Diezmos sólo
percibían en Santa María de los Llanos. Los monopolios que detentaba el prior eran diver-
sos: salinas, mesones, sierras, batanes, molinos, aceñas y hornos. Pero el capítulo más im-
portante lo formaban los productos de las décimas, tanto de las rentas de las distintas enco-
miendas como de diversas fuentes (martiniegas, molinos, labranzas, pechos de judíos, etc.).
El valor económico de estos conceptos siempre fue de primer orden, pasando de medio
millón de maravedíes en 1468 a los dos millones sesenta años después. Además de estas
preeminencias de tipo económico, reunía otras de tipo puramente jurisdiccional, cuyos
ingresos eran más inciertos. El prior uclense, presidente de la Orden en ausencia del maes-
tre, se reservaba el derecho de visitación y reforma en todo el territorio de su Priorato, de
clérigos e iglesias y, así mismo, tenía la judicatura en primera instancia hasta el Záncara y
las apelaciones en toda la Provincia. Como es lógico, no se puede hallar relación familiar
entre los distintos sujetos que ocuparon la dignidad prioral, sólo digamos que se llegaba a
ella tras un cursus honorum, cuyos peldaños solían ser beneficiovicaríasubprior, aun-
que no estaba institucionalizado. Este cargo fue vitalicio hasta fines del siglo XV, en que
pasó a ser trienal.15

2) Encomienda de Uclés
Ganada la villa por pacto en 1157,16 seis años más tarde fue donada a la Orden de
San Juan, la cual parece que no repobló el lugar, por lo que, al fin, en 1174 pasó a manos de
la de Santiago.17 En 1179 el maestre don Pedro Fernández acometió la repoblación, dándole
el fuero que caracterizaría a todo el Priorato del mismo nombre, además, de supletorio se
usarían los fueros de Sepúlveda.18 Pronto se hubo de formar la comunidad de villa y tierra,
en la que a fines del siglo XV se incluían diez aldeas (Tarancón, Sahelices, Rozalén, Mora-
leja, Villarrubio, Tribaldos, Almendros, El Acebrón, Fuente de Pedro Naharro y Torrubia).
La fortaleza de Uclés, única del Común, era tan buena que los maestres don Juan Pacheco,
don Alvaro de Luna y el Infante don Enrique la habían tenido por sus alcaides.19 Su barrera
era de piedra, con tres torres y dos garitas, y, en la parte que miraba al convento, un baluar-
te y otra torre. El edificio, propiamente dicho, de buen muro, tenía seis torres, la mayor, la
del homenaje, con aposentos para el alcaide. Aparte sobresalía un muro ancho de tres cu-
bos, el más grande llamado de la Plata, daba al final con una torre albarrana por medio de
un puente.20 Los muros de la villa habían de ser reparados por partes, por el comendador y
subcomendador de Uclés, el de la Cámara, el Prior, los lugares del Común, la villa, las
aljamas de Uclés y el maestre.21
Enclavada en tierras de pan llevar,22 la encomienda contaba con los lugares, ade-
más de los citados, de Cabeza Mesada, Villalba y Carrascosilla, de los que sólo el primero
estaba poblado. Llevaba el comendador, aparte de los monopolios y algunos diezmos,
abundantes propiedades territoriales y diversos juros, pechos de minorías, peonadas y por-

228
tazgos. Todo lo cual supuso en 1468 un total de 240.000 mrs. Al tiempo de las Relaciones
había tres iglesias parroquiales, sobre las que no tenemos datos, pues, al ser de la visita del
Prior, no constan en los libros de visita.23 La población de Uclés se mantuvo en niveles muy
modestos, siendo sobrepasada ampliamente por su aldea de Tarancón, que, después de
Villaescusa de Haro, ocuparía el primer lugar del Partido de Mancha y Ribera de Tajo. El
resto de las aldeas en ningún caso llegaron a los cien vecinos, lo que se refleja en el escaso
número de cuantiosos existentes. Parece ser que hasta la mitad del siglo XIII la encomienda
de Uclés estaba aneja a la mayor de Castilla, en reconocimiento del papel de primera mag-
nitud que jugaba en la Orden, papel que fue desempeñado posteriormente hasta la mitad del
siglo XIV por la encomienda de Segura de la Sierra. En el futuro ocuparía un lugar mediano
por sus rentas, hasta que en 1482 fue anexionada, finalmente, por la Mesa Maestral.24

3) Subencomienda de Uclés
La gran extensión territorial de la encomienda de Uclés y la complejidad de sus
funciones determinó que desde un principio apareciera una subencomienda dedicada a
descongestionar aquélla. Así, sabemos que a fines del siglo XV el subcomendador tenía a
su cargo el juzgado de la encomienda, entendiendo especialmente en las causas producidas
en el portazgo de la villa, en las deudas del comendador y en los agravios producidos en el
reparto de los pechos de los vecinos de Uclés.25 En consonancia con esto, sus ingresos pro-
cedían de derechos cedidos por el comendador uclense, juros sobre diversos bienes y dere-
chos de la encomienda, además del yantar del Común, algunas primicias y diversos censos.
Su valor era muy escaso. Sus titulares parece que nunca pertenecieron a familias de renom-
bre. Desapareció la subencomienda con la anterior.

4) Encomienda de los Bastimentos de la Mancha y Ribera de Tajo


La pérdida de la función militar y hacendística en el siglo XV de las encomiendas
de los Bastimentos determinó la lánguida vida que llevaron y lo escaso de su importancia
económica. Al igual que la del Campo de Montiel, llevaba el producto de las primicias del
pan (mitad de fanega de cada doce cogidas) de Colmenar, Villarrubia, Noblejas, Estremera,
Valdaracete, Corral de Almaguer, Villamayor, Puebla de Almuradiel, Puebla de don Fadri-
que, El Toboso, Quintanar, Campo de Criptana, La Mota e Hinojoso, además de una serna
en Santa Cruz de la Zarza. Su valor osciló entre 40.000 mrs. en 1468 y 60.000 en 1495,
sacado por arrendamiento. No tenía fortaleza ni casa alguna, ni servía lanzas.26

5) Encomienda de la Cámara de los Privilegios o de Pozorrubio


Como su denominación bien indica, su comendador tenía a su cargo la custodia de
los documentos de la Orden, para lo cual poseía unos cofres guardados en una cámara del
castillo de Uclés.27 Para estos fines estaba dotada la encomienda con diversos bienes de
escasa cuantía: algunos diezmos, las tenerías de Uclés, una ración de la encomienda de esa
villa, un juro sobre el portazgo, el paso de ganado y varios bienes territoriales, entre los que
destaca el despoblado de Pozorrubio, que da nombre a la encomienda. Sabemos de ese
lugar que en 1371 el comendador mayor lo había comprado al judío de Uclés, don Zulema
Abudarhán, y después la donó al convento de la villa.28 Esta heredad era un pago en forma
de serna, con una pequeña iglesia muy pobre, donde sólo vivía el arrendatario. El valor total
de los bienes de la encomienda era escaso.29 Al frente de la encomienda encontramos a
varios personajes de relieve, entre ellos dos Orozco.

229
6) Encomienda de la Enfermería
Subsumida en la anterior encomienda y en la subencomienda de Uclés, se hallaban
los antiguos bienes de la Enfermería, que ya existía para 1191.30
Tenía cargo de tener todas las cosas necesarias para atender a los caballeros que
enfermaban, entre los que habían ido a Uclés a aprender la regla, o cuando iban los maes-
tres en campaña contra los sarracenos. Había desaparecido ya en la segunda mitad del siglo
XIII, al cesar las grandes conquistas y campañas de la Orden, pero en 1468 se pedía que se
devolvieran sus bienes y se nombrase comendador, pues es cosa tan nesçesaria y meritoria
para la Orden.31

7) Alcaidía de las Salinas de Belinchón


Conquistada antes de 1146, Belinchón se constituyó en pieza avanzada de la polí-
tica bélica de Alfonso VII.32 A partir de 1178 y durante dos siglos no dejó la recién nacida
Orden de Santiago de percibir ingresos procedentes de las famosas salinas allí ubicadas.33 A
fines del siglo XV parece que era un despoblado, donde quedaban los restos de una iglesia
santiaguista.34 La Orden tenía puesto allí un alcaide con rango de comendador, que entendía
en las causas referentes a la sal del lugar. Decían en 1494 tener un privilegio de don Alonso
de Cárdenas, que la dicha alcaydía tyene juridiçión çevil e crimynal e que tyene puesta
persona en ella que tyene cargo de la justiçia paçíficamente.35 Llevaba el alcaide-
comendador los diezmos de los sacadores de la sal, un ejido, el portazgo de la sal y diversos
derechos sobre la producción salinera, en especial, sobre lo que varios concejos debían
llevar al maestre. El valor total era muy exiguo.

8) Encomienda del Hospital de Alarcón


Para fines del siglo XII Alfonso VIII ya había entrado en Alarcón, donde heredó
generosamente a los santiaguistas.36 Es a principios de la centuria siguiente cuando se funda
un hospital dedicado a la redención de cautivos, colocado bajo la tutela de esos mismos
caballeros,37 en cuya erección tomó parte el mismo papa Honorio IV en 1220.38 En la época
de nuestro estudio pertenecía al comendador del hospital el mantenimiento de la iglesia de
Santa María, dentro de la villa, y del hospital propiamente dicho; pero ninguna de ambas
cosas cumplía, pues ni la iglesia había tenido capellán hacía tiempo y el edificio de éste
sólo conservaba enhiestas las paredes,39 siendo así que no mantenía las cuatro camas para
enfermos ni sacaba cautivos de tierra de moros.40
Sus ingresos provenían de varias heredades: Alamesón, Torrecilla, Casasola, Pozo
de los Freires y La Presa; algunas ruedas de molino en el Júcar, la merced de almudes del
Común de la Mancha y varios portazgos en el término de Alarcón, que a comienzos del
siglo XVI tenían usurpados los señores de los lugares.41 Otro ingreso de interés eran las
camas que los caballeros difuntos habían de entregar a los hospitales a su muerte.42 Su
cuantía en metálico era moderadamente alta, no subiendo de los 80.000 mrs. Hubo comen-
dadores hasta que a principios del siglo XVI se estableció que los hospitales fueran regidos
por administradores, freiles clérigos de la Orden,43 para evitar los abusos arriba conteni-
dos.44
9) Encomienda del Hospital de Cuenca
La instalación de la Orden en la ciudad conquense data de 1177, en que Alfonso
VIII le donó unas casas en el alcázar;45 cinco años más tarde ya se había constituido el
nuevo hospital de redención de cautivos.46 La dotación del nuevo instituto se fue ampliando
a marchas forzadas durante el resto del siglo XII y primera mitad del siguiente por obra de
donaciones, compraventas, permutas y empeños.47 A fines del siglo XV poseía la enco-
mienda una casa de morada, con su granero y bodega; en las afueras una iglesia dedicada al
apóstol Santiago en buen estado y un amago de edificio, que los conquenses, bajo las órde-

230
nes de Juan González de Alcalá y Fernando Alonso, habían reducido a pavesas durante las
disturbios de mitad de siglo,48 tal era su estado que en 1494 los soberanos mandaron al
concejo erigir otro nuevo, a lo que se negaron.49 Las obligaciones del comendador eran las
mismas que las de su colega de Alarcón y, al igual que éste, tampoco la cumplía.50 Su fuen-
te de ingresos eran algunos diezmos de cereal, monopolios y mercedes de almudes, pero la
más importante era la derivada del arrendamiento de numerosas heredades despobladas,
diseminadas por todo el alfoz conquense (Arcos, Tondillos, Castellar, La Moraleja, Torre-
buceit, Berrechina, Abengamar, Torre de don Alfonso, Mijares, Torre Renera, Villar del
Hierro y Palmero).51 De ahí lo importante de sus rentas, que en 1525 alcanzaron el cuarto
de millón de maravedíes. A fines de siglo fueron comendadores dos de la Panda.52

10) Encomienda de Hinojoso


Situado junto al marquesado de Villena, las primeras noticias que sobre este lugar
tenemos —también conocido como Los Hinojosos de la Orden, por oposición a los del
Marqués— pertenecen a la segunda mitad del siglo XIV, en que ya estaba despoblado53 y
así continuaba en 1411.54 Para 1468 era una localidad ya poblada, dividida en dos barrios,
uno de la Orden y otro del marqués de Villena, habitado aquél por 35 vecinos, pero se había
ido despoblando por causa de los privilegios obtenidos por la otra collación.55 A pesar de su
estratégica situación no tenía más edificio que una casa llana en mal estado, con un corral
sembrado de alcacer.56 Eran privativos del comendador los diezmos, excepción hecha del
pan y vino, el horno, unas hazas, la carnicería, paradilla, humazgo y la jurisdicción. Todo
ello por una escasísima cuantía, que nunca llegó a los 5.000 mrs., lo que había obligado al
comendador a empeñar algunos bienes personales,57 siendo incorporada, a su muerte, a la
encomienda de Villaescusa de Haro.58
La iglesia de San Bartolomé y su clérigo eran de la visitación del prior,59 la cual
estaba en muy mal estado. La población se mantuvo en niveles muy discretos, con 80 veci-
nos de máximo en 1498 y 1525; la mitad de ellos eran hidalgos, no alcanzando ninguno de
los pecheros la cuantía necesaria para ser caballero en ningún momento. Esto parece indicar
la pobreza del lugar, núcleo de una encomienda aun más pobre, que sólo mantenía una
lanza y había sido tutelada por comendadores de segunda fila.

11) Encomienda de Horcajo


Estaba constituida por esa villa y el despoblado de Belmontejo, antigua cabeza de
la encomienda.60 Aparte de esto, poco sabemos de Belmontejo, en cambio se sabe que Hor-
cajo fue repoblado alrededor de 127661 y para 1353 era incluido en el Común de la Man-
cha.62 En ella el comendador sólo tenía una casa de bastimento de bóveda en malas condi-
ciones.63 La principal riqueza del lugar eran los pastos, en especial los de Belmontejo; en
este sentido, se aprovechaba el comendador de esas dehesas, prados y cotos, además de los
diezmos, oficios concejiles y derechos jurisdiccionales. Su valor, por obra de los arrenda-
mientos de yerba, se multiplicó por cinco en sesenta años, pasando de 40.000 mrs. en 1468
a 200.000 en 1525.
La iglesia estaba dedicada a la Virgen, no habiendo ermitas en el término.64 Nunca
estuvo bien poblado el lugar, pero experimentó un ligero crecimiento a partir de comienzos
del siglo XVI, para situarse en 80 vecinos en 1525. Sólo a fines del período destaca algún
cuantioso, siendo hidalgos la mitad de los vecinos del siglo XV. La estructura productiva
determinaba la división del trabajo entre agricultores y ganaderos, sobre todo éstos, ya que
eran muchos los labradores de lugares vecinos que venían a cultivar los terrenos incultos de
la villa. Céspedes y Guevara se asentaron en la encomienda en el período de nuestro estu-
dio.65

231
12) Encomienda de Huélamo
Castillo frontero del Reino de Aragón, Huélamo fue empeñado en 1175 por Fortún
de Tena al señor de Albarracín, Pedro Ruiz de Azagra,66 y parece que ya no salió de manos
de su familia, pues Fernando Rodríguez de Azagra mandó en su testamento de 1193 que la
Orden lo custodiara hasta que su hijo cumpliera los veinte años,67 ocasión que debieron de
aprovechar los santiaguistas, ya que suya debió pasar a ser, cuando a principios del siglo
XIII el maestre don Pedro González de Marañón otorgó el fuero de Uclés a la nueva puebla,
hecha junto al antiguo castillo.68 Lo apartado de su emplazamiento obligó a la Orden a
entregarlo en prestimonio a García Alvarez de Albornoz en 1320 a quien habrían de ayudar
con 40.000 mrs.69 Cincuenta y seis años más tarde, esto dio lugar a un contencioso por el
que un sucesor de aquél, Fernando Gómez de Albornoz, pretendía adjudicarse la fortaleza,
cosa que no consiguió por fallo de Enrique II.70
Este castillo estaba asentado sobre una peña alta y rodeado de doble muro con va-
rias torres, que había construido anteriormente a 1468 el comendador Iñigo López de Men-
doza, a costa de las alcabalas y salinas que había usurpado al rey.71 La villa, sin embargo,
no tenía cerca. Llevaba el comendador una serna, los monopolios, los oficios concejiles, el
portazgo, los derechos de pesca y la asadura, junto con la jurisdicción. En 1525 rentó
180.000 mrs., mientras sesenta años antes había ascendido a 40.000 mrs. La iglesia estaba
dedicada a Santa María y las ermitas a Santa Ana, San Simón, Santa Catalina, San Quiles,
San Sebastián y Santiago.72 Los pobladores de la villa siempre superaron los 500 habitan-
tes, siendo, proporcionalmente, escaso el número de cuantiosos.73 Durante el siglo XV se
sucedieron en la encomienda diversos personajes de familias nobiliarias. La desmembró en
1553 el Emperador Carlos, a cambio de un juro de 186.750 mrs.74

13) Encomienda de Villaescusa de Haro


El señorío de la Orden sobre el castillo de Haro estaba ya consolidado en 1261,
cuando don Pelay Pérez entregó en prestimonio al Infante don Manuel la fortaleza junto
con otros bienes.75 Aunque no tenemos datos, cabe suponer que Villaescusa se pobló en el
curso del siglo siguiente, y en 1349 había alcanzado tal entidad que el Infante don Fadrique
la separó de la jurisdicción de Haro, haciéndola villa mediante la concesión del Fuero de
Cuenca.76 En su Común se hallaban incluidos, además, Haro, Carrascosa, Villar de la Enci-
na, Fuentelespino, Rada, Cerezo y Giliberto.77 Villaescusa estaba desguarnecida, ya que su
cerca se la habían derribado los de Belmonte del Marquesado en la guerras de mitad de
siglo.78 A una legua se hallaba la antigua fortaleza de Haro, única fortificación de la enco-
mienda. Situada sobre una cuesta, tenía una barrera con cuatro cubos y una cava alrededor,
además de un puente levadizo.79
Las rentas y derechos de la encomienda eran numerosos y variados: compartía los
diezmos con el obispo de Cuenca, también llevaba numerosos ingresos de prados y dehe-
sas, de acuerdo con la principal riqueza de la tierra, varios molinos, presentes de pascuas,
distintos acarreos, los humos de San Miguel, juros sobre las tercias reales, los derechos de
la jurisdicción y diversas cargas debidas por el concejo corporativamente, el cual, por cier-
to, no tenía rentas ni propio alguno.80 Su valor apenas se duplicó en 60 años, siendo su
máximo de 120.000 mrs. alcanzado en 1525. Tanto la iglesia de San Pedro como su clérigo
estaban adscritos a la diócesis conquense.81 La población siempre ocupó el primer lugar de
la zona, oscilando entre 2.000 y 2.500 habitantes, de los cuales aproximadamente el 10%
eran hidalgos y ciertamente numerosos los caballeros de cuantía. En 1511, de los 350 veci-
nos pecheros, sólo cien tenían bestias de albarda, siendo el resto, pues, jornaleros y po-
bres.82 Por último, durante la segunda mitad del siglo XV ocuparon la encomienda los
Fuensalida toledanos.83

232
14) Encomienda de Villoria
Estaba integrada por los despoblados de Villoria, Villahandín y Albuher. El último
había sido donado en 1099 por Alfonso VI al arzobispo toledano don Bernardo,84 castillo en
el que no mantuvo su señorío, ya que en 1153 Alfonso VII lo entregaría al conde Ponce.85
Pero para fines de siglo ya había pasado a manos de los santiaguistas, de acuerdo con el
pleito ganado a don Cerebruno, arzobispo de Toledo, alrededor de 1181.86 Despoblado con
posterioridad, para 1480 se acometía de nuevo su repoblación.87 El castillo de Villahandín
fue donado por Alfonso VII a don Gonzalo Alguacil en 1155.88 Poco después la Orden de
Santiago intervino en la repoblación de este lugar y en la de La Cueva, pues treinta años
más tarde la propietaria, doña Orabuena, cedía al comendador de Uclés ambas localidades,
reservándose unas aceñas.89 Para mejor completar la repoblación, en 1204 el maestre con-
cedió fuero a Villahandín90 y treinta y ocho años después, ya totalmente poblada, fue entre-
gada en prestimonio a la señora de Albarracín.91
A fines del siglo XV no quedaba ni vestigio de población, excepto en Villoria,
donde quedaba en pie una chimenea de la casa de la Orden92 y la capilla mayor de la iglesia
parroquial.93 No había fortificación alguna. Las rentas eran escasas en número, pero sustan-
ciosas económicamente: varias dehesas y ejidos con sus pastos y los diezmos de lo criado y
cultivado en ellas. También la caza y algún monopolio. Su rendimiento se cuadruplicó
hasta los 218.000 mrs. Importantes casas nobiliarias se sucedieron en esta encomienda:
Lisones, Manriques, Villegas y Velascos.94

15) Encomienda de la Zarza


La Zarza, villa poblada en 1356,95 no existía como tal un siglo más tarde; en 1468
decían los visitadores, es un lugar yermo, que no ay sino muy poquitos vesinos, fasta quatro
o çinco.96 Hacia mitad del siglo había estado poblada de treinta vecinos, buenos e ricos
labradores, que se fueron por las guerras; veinte años después se inició una nueva puebla
con 10 o 12 sujetos, que en 1472 hubieron de abandonar el lugar a causa de los robos y de
las guerras,97 para no volverse a poblar. Sólo entraban a cultivar la tierra algunos vecinos de
Santa Cruz de la Zarza, a los que el comendador les llevaba por la fuerza los diezmos, por
lo que no permitía que se poblase.98 El único edificio que se conservaba en buen estado en
1478 era la iglesia,99 pero el abandono hizo que treinta años después estuviera a medio
caer.100 Era una encomienda muy pobre, que sólo incluía dos dehesas, varios censos en
Estremera, unas tiendas en Uclés y ciertos diezmos de las tierras propias de la encomienda.
Su rendimiento varió entre los 7.500 mrs. y los 10.000. Conocemos pocos nombres de co-
mendadores, lo que ya indica su poca importancia; de ellos, a excepción del último —un
Velasco—, todos son de linaje desconocido.

B) Provincias de Madrid y Guadalajara


16) La Encomienda Mayor de Castilla
Todas sus propiedades en esta zona se hallaban ubicadas en la actual provincia de
Madrid: los lugares de Fuentidueña de Tajo y Villarejo de Salvanés, junto con los despo-
blados de Alharilla, Valdepuerco y Salvanés. El castillo de Alharilla fue entregado a la
Orden a los dos años de su fundación,101 estableciéndose en él un polémico portazgo.102
Tanto esa heredad como la de Salvanés fueron disputadas pronto por el arzobispo de Tole-
do.103 En 1240 ya estaban los santiaguistas asentados en Valdepuerco, pues ese año la
entregaron en prestimonio a Pedro Ruiz.104 Treinta años más tarde sus términos eran dispu-
tados, esta vez por el obispo de Segovia y sus vasallos de Pozuelo de Belmonte.105 Las
poblaciones que aún seguían en pie a fines del siglo XV eran de fundación relativamente
reciente, Fuentidueña había sido poblada con gente de las inmediaciones en 1328, en torno
al castillo,106 y Villarejo de Salvanés muy tardíamente, en los años anteriores al reinado de

233
los Reyes Católicos.107 Situadas en mala tierra para ganado, eran de aptitud mediana para
pan, vino y aceite, introduciéndose ya en el siglo XVI el cultivo del azafrán.108
Villarejo, aunque situado en terreno llano, tenía una potente fortaleza y una casa
para vivienda; la de Fuentidueña enseñoreaba toda la ribera del Tajo, habiendo sido cons-
truida durante la administración del rey Enrique, que sy maestre oviera entiendo que no la
consintiera haser, que los maestres que hantyguamente a los comendadores mayores he-
redaron en lo llano, bien sopieron lo que hisieron.109 Llevaba el comendador numerosos
ingresos: dehesas, diezmos, los yantares del partido, martiniega de Villarejo, las salinas,
hornos, portazgos, pasos de barca, escribanía, pedido y caza. Todo ello por una importante
cantidad cercana al millón, que la colocaba en el segundo lugar de la Provincia de Castilla,
tras la encomienda de Segura. Las parroquiales de ambos lugares se dedicaban a San An-
drés, mientras las ermitas de Villarejo tenían por patrones a San Pedro, Santa María de la
Encina y Santa María de Albuhera, y la de Fuentidueña, Santa María de Alharilla.110 Par-
tiendo ambas de 50 vecinos en 1468, un siglo más tarde Villarejo se había multiplicado por
doce y Fuentidueña por tres, luego de pasar por un gran declive en los primeros años del
siglo XVI.
En todos estos años sólo en 1525 aparece un cuantioso en Villarejo, sin embargo,
cincuenta años más tarde había 13 hidalgos, aunque los dos tercios de la población eran
jornaleros, situación parecida a la de Fuentidueña, donde había tres exentos por hidalgos y
el resto eran labradores y jornaleros.111 Esta encomienda se constituyó a poco de la funda-
ción de la Orden, teniendo cargo el comendador mayor de juzgar las apelaciones llevadas al
maestre en su ausencia, al menos hasta la mitad del siglo XIV. Está claro que en los demás
casos era el lugarteniente de los maestres. Durante el siglo XIII fue encomienda aneja a la
de Uclés, pues no tenía bienes propios; por la misma razón y luego del cambio del centro de
gravedad de la Orden hacia el sur, el comendador mayor fue, al propio tiempo, detentador
de la encomienda de Segura, al menos hasta la mitad del siglo XIV; éste delegaba en un
subcomendador que residía en Segura. Debió de ser en este momento cuando se constituyó
la encomienda mayor tal y como se conocía a fines del siglo XV. Como se puede apreciar
en la nómina de los comendadores mayores, que solía ser el paso previo a la elevación al
maestrazgo, fueron personajes importantes los que ocuparon la dignidad, durante el siglo
XV y bien entrado el siguiente fueron los Manrique, condes de Osorno, quienes la detenta-
ron; tras 1515 pasaría a señores del Consejo de Ordenes.

17) Encomienda del heredamiento de Aranjuez


Esta heredad se incorporó a la Orden en 1221.112 Parece que en algún momento es-
tuvo poblada, pues comendador y vecinos tenían costumbre de tomar del término de Alpa-
jes madera para sus casas y aceñas, y había sido villa, pues tenía jurisdicción sobre sí.113 En
cualquier caso, para 1468 estaba despoblada: esta casa está sola y syn ningund lugar.114 En
realidad, no formaba encomienda, pues siempre había pertenecido a la Mesa Maestral,
aunque cedida a tenentes —en este caso los Chacón—, pero, a efectos del pago de décima,
era considerada como tal.
Era tan hermoso lugar que de siempre los maestres iban a pasar allí el verano des-
de su residencia habitual de Ocaña.115 Como testigo de tiempos mejores quedaba la iglesia
parroquial de Santa María de la Estrella, reducida a ermita en 1508.116 Además, había varias
casas levantadas por el maestre Suárez de Figueroa, con una torre y varias salas altas, ade-
más de un establo y un alfolí; en el huerto del patio había plantado un majuelo moscatel.
Cerca de allí estaban dos casas de molino, una de una rueda (La Trapera) y otra con dos
(La Sabrosa y La de Enmedio), con un soto al lado. A las espaldas de las casas del maestre
había unos establos fuertes, derrocados cuando don Rodrigo Manrique cercó las casas;
estaban rodeadas de una cava.117 Molinos y dehesa estaban dados a censo, además, llevaba
el comendador de Monreal (tenente del heredamiento) diezmos de huertas y medio diezmo

234
de ganados que pastaban o eran criados en la dehesa. Su valor se multiplicó por cinco, al-
canzando en 1525 el monto de 250.000 mrs., lo que indica la buena calidad del lugar. Más
tarde, bajo Felipe II se integraría en la Corona, formando parte de los Reales Sitios.

18) Encomienda de Estremera y Valdaracete


Estaba formada por esas dos villas y los despoblados de Fuentesauco, Armuña y
Cabeza Lebrera.118 Se había conquistado esta zona tan estratégica para la mitad del siglo
XII, pues en 1167 Alfonso VIII había donado a la iglesia de San Vicente Mártir de Valencia
las aldeas de Estremera y Fuentidueña, además de la azuda de Alharilla.119 Quince años
después el maestre don Pedro Fernández, por mandato de aquel monarca, concedió fuero de
Uclés a Estremera,120 mientras que en 1194 don Sancho Fernández concertó con los de
Fuentesauco el pecho anual a pagar, aunque fue esta población que no llegó a prosperar.121
Hasta muy posteriormente no poseemos datos de Valdaracete, aunque parece evidente que
hubo de ser repoblada después del siglo XII. La tierra era mala para bosque, pero de buena
labranza: vino y cereal se daban bien cuando el tiempo acompañaba. Se sacaba mucho
azafrán, zumaque y cáñamo.122
En Estremera había una torre rodeada de una barrera, y dos casas de bastimento,
una del comendador y otra del maestre, mientras en Valdaracete sólo éste tenía bastimen-
to.123 Tenía la encomienda abundantes propiedades territoriales, en especial, dehesas, de las
que extraían censos y diezmos, llevaba, además, varios hornos, los peones de serna, las
obradas y los portazgos. Pasaron sus rendimientos de 50.000 a 150.000 mrs. en los sesenta
años de estudio. La iglesia de Estremera se dedicaba a Santa María y sus ermitas a San
Sebastián y la Magdalena,124 mientras que en Valdaracete la parroquial estaba bajo la advo-
cación de San Juan Bautista y el hospital del mismo nombre llevaba aneja la ermita, con
7.000 mrs. de propios; las dos ermitas restantes eran de Santa Catalina y Santa María de
Fuentesauco.125
La población de Estremera, que partía de 300 vecinos, luego de una importante
caída, quedó en 1525 en 220 vecinos, mientras Valdaracete, que en 1468 tenía 100 vecinos,
después de seguir la misma evolución, acabó en los doscientos. Parece que no había hidal-
gos y cuantiosos, a excepción del último año, que aparecen en corto número. La encomien-
da ya estaba formada en la primera mitad del siglo XIII. A fines del XV la ocupó un Manri-
que; ya en tiempos de Felipe II la compró Francisco de Mendoza, administrador de las
minas de Guadalcanal y general de las galeras de España, el cual la vendió a Ruy Gómez de
Silva.126

19) Encomienda de Oreja


Estaba constituida por las villas de Oreja, Colmenar y Noblejas, además de los
despoblados de Villafranca y Torrique.127 Oreja fue conquistada por Alfonso VII en 1139128
y pocos meses después recibía fuero del mismo rey.129 Junto a su castillo estaba la aldea de
Torrique —luego dehesa—, que fue entregada a don Amor el mismo año;130 treinta y dos
años más tarde Alfonso VIII donaba a la Orden todos estos términos,131 aunque su posesión
le fue discutida sin resultado por el arzobispo toledano.132 Para 1182 parece que ya había
prosperado la nueva puebla de Oreja, habiéndose establecido ya su primer comendador.133
La primera noticia que tenemos sobre Colmenar procede de 1267, en que ya estaba pobla-
da,134 alcanzando el privilegio de villazgo para 1403.135 De Noblejas, sin embargo, ya se
habla en la concesión del fuero de Oreja, al darle términos. La importancia de las fortalezas
de Oreja y Colmenar provenía de su estratégica posición, que guardaba las tierras más
avanzadas de la Orden. Ambas eran muy fuertes, mas no así sus cercas,136 la de Oreja había
de ser reparada por los de la villa y los de Noblejas, mientras en la de Colmenar sólo parti-
ciparían sus habitantes.137

235
Las rentas eran numerosas y sustanciosas, llevaba el comendador varias dehesas y
sus diezmos, además, pechos, monopolios, terrazgos, peones de serna, pasos de la barca,
portazgo de ajos, diversas preeminencias concejiles y los derechos de la jurisdicción. Muy
elevadas en su valor para 1468, sólo se había duplicado en 1525, llegando al medio millón
de maravedíes. Las iglesias de ambas villas estaban dedicadas a Santa María y la de Noble-
jas a Santiago.138 Sólo en Colmenar había ermitas, de Santa Catalina y San Juan.139 Los
habitantes de Oreja nunca pasaron de los 200, manteniéndose estables en el primer cuarto
del siglo XVI; la misma evolución siguió Noblejas, aunque las cifras suelen corresponder al
doble. Colmenar era la cabeza real de la encomienda, pues, partiendo de 300 vecinos en
1468 llegó a doblar ese número sesenta años después. Caso parecido es el de los caballeros
de premia, que sólo aparecen en número apreciable en esta última villa. Tenemos casi com-
pleta la nómina de comendadores de la villa; en la época de nuestro estudio lo fueron Gon-
zalo de Villafuerte, hombre de armas que participó muy activamente en las guerras de su
tiempo en el bando de los Pacheco, cometiendo todo tipo de desmanes. Posteriormente, se
sucedieron varios Manrique, hasta que en 1540 se vendió a Diego Manrique, duque de
Maqueda.140

20) Encomienda de Paracuellos del Jarama


Constituida por la villa de Paracuellos, los despoblados de Belvís, Viñuelas, El Bu-
rrillo y Cobeña, así como varios bienes en Vallecas y Móstoles. Paracuellos fue donada,
villa y castillo, a Fernando Martínez por Alfonso VIII en 1175,141 quien, a su vez, quince
años después la entregó a los santiaguistas.142 A través de su entrega en prestimonio en
1243 consiguió la Orden de Gil Gómez el castillo de Híjar y otras fortalezas en la Sierra de
Segura (Vicorto, Guta y Abejuela).143 Belvís, junto con las heredades de Valdemanzano,
Carralejos, Zafra y Huete, fue donada por Alfonso VII a Diego Jiménez,144 y con posterio-
ridad debió de pasar a la Orden. El asentamiento en Cobeña proviene de 1194, en que Fer-
nando Martín hizo donación a los caballeros de Santiago de la tercer parte de la heredad.145
Viñuelas fue entregada en 1285 por Sancho IV a García López de Heredia y otros poblado-
res.146 Para 1337, según don Julio González, tanto El Burrillo como Viñuelas eran aldeas
de Madrid.147 Ya en el siglo XIII debieron de recibir las tiendas en la calle de los Traperos
de Madrid, las cuales en 1216 el rey Enrique había entregado a don Balduino.148
La aldea de Rabudo, que en 1290 pertenecía al concejo madrileño,149 pasó en
1314 a manos de la Orden junto con unas casas en la villa, por donación de don Juan Ma-
nuel.150 Cerca de Madrid, en Prado del Rey, la Orden poseía un castillo.151A fines del siglo
XVI, en el término de Paracuellos, además de los despoblados citados de Viñuelas y Belvís,
existían los lugares del Castillo del Mal Sobaco y Castillejo.152 A tres leguas de Madrid se
hallaba el muy fuerte castillo de Paracuellos, en cabo de toda la Horden y metyda entre
peligrosos vesinos.153 La villa no tenía barrera.
Era buena tierra de cereal,154 de ahí que los ingresos más interesantes provengan de
las heredades distribuidas por el alfoz de Madrid y sus diezmos, aunque no hay que menos-
preciar las cuantías extraídas de pechos, martiniegas, peones, portazgos y derechos jurisdic-
cionales y concejiles. Su rendimientos se mantuvieron sorprendentemente estables en torno
a los 200.000 mrs. La iglesia dedicada a San Vicente y las ermitas de San Miguel y Santa
María de Belvís eran los únicos edificios religiosos de la encomienda.155 Su población ex-
perimentó un ligero crecimiento en nuestro período, entre 70 y 80 vecinos, produciéndose
un gran despliegue en el siglo XVI, debido fundamentalmente al crecimiento de la futura
capital del Reino. Esto determinó la especialización de sus habitantes, pues tanto labradores
como pequeños comerciantes se dedicaban a cocer pan para abastecer Madrid.156 No había
hidalgos, aunque en años anteriores hubo caballeros de cuantía en número respetable. Los
Ayala dominaron la encomienda en la segunda mitad del siglo XV y primeros años del
siguiente, en que fueron desbancados por un sobrino del rey. En 1542 fue vendida a Arias

236
Pardo de Tavera, mariscal de Castilla y sobrino del cardenal-arzobispo de Toledo,157 poste-
riormente pasó a su hija doña Guiomar y al tiempo de las Relaciones detentaba el señorío el
nieto de aquél, Juan Pardo Tavera y Guzmán.158

21) Encomienda de Mohernando


Unica encomienda de la Orden en tierras de Guadalajara, estaba integrada por la
villa y las cuatro aldeas de su común (Humanes, Cerezo, Robledillo y Raodona), además
del despoblado de Peñafora, donado en 1195 por Pedro Fernández.159 Desconozco el mo-
mento de su incorporación a la Orden, aunque el primer comendador conocido es de 1310,
siendo dieciocho años después cuando Alfonso XI done el portazgo de la villa a la Or-
den.160 No había fortificación alguna, sólo una casa de vivienda por los suelos, propia de la
encomienda.161 Eran tierras de poca labranza y algo de vino,162 lo que se aprecia en las
rentas y diezmos; tenía preeminencia el comendador de llevar, además, calzas, yantares, la
martiniega de Mohernando, peones —uno de los pocos lugares donde no se habían redimi-
do—, portazgos, escribanías, alguacilazgos y, ocasionalmente, las alcabalas.163 Su valor
oscilaba en torno a los 200.000 mrs.
Santa María de Luzbella era la parroquial de Mohernando, la de Cerezo, Robledi-
llo y Raodona también estaban bajo la advocación de Nuestra Señora, mientas la de Huma-
nes lo estaba bajo la de San Sebastián: en su término se hallaba la ermita de Santa María de
Peñafora de la Ribera del Sorbe. En Robledillo estaban ubicadas las de San Cristóbal y San
Blas de Valdelagua; en Cerezo la de Santo Domingo.164 La población se movió en niveles
muy modestos, alcanzando sólo los 500 habitantes en 1525, único año en que aparecen
algunos cuantiosos. Al tiempo de las Relaciones sólo había un hidalgo en Cerezo, en el que
los dos tercios de la población eran pobres.165 Desde la mitad del siglo XV se perpetuaron
en la encomienda los condes de Coruña. Fue vendida en tiempos de Felipe II a Francisco de
Eraso, caballero de Calatrava, secretario del rey y del Consejo de Estado.166 En 1575 deten-
taba el señorío su viuda, Mariana de Peralta.167

C) Provincia de Toledo
22) Convento de Santa Fe de Toledo
El monasterio de Santa Eufemia de Cozuelos existía ya al menos en 1135, en que
recibió del monarca la heredad de Olmos.168 Situado en la provincia santiaguista de León
—en la provincia de Palencia, donde aún se conserva su magnífica iglesia, de propiedad
privada—, permaneció allí hasta 1486; ese año el papa Inocencio VIII autorizó a la Orden a
trasladar el monasterio a otro lugar, conservando bienes y rentas.169 Pero el traslado pro-
piamente dicho fue obra fundamental de la reina Isabel: para 1503 comendadora y monjas
se habían instalado provisionalmente en San Pedro de las Dueñas de Toledo;170 posterior-
mente, fueron a Santa María del Carmen, en tanto se acababa de construir el de Santa Fe.
Durante los dos años siguientes hubo de vencer diversas dificultades para consumar esa
obra, así, hubo de trasladarse a otra zona la proyectada ceca toledana171 y el iniciado hospi-
tal del Cardenal Mendoza.172
En 1508 ya estaba terminado el edificio, el cual se componía de la iglesia, el dor-
mitorio, la casa y el refectorio, donde moraban 15 monjas, además de la comendadora y la
subcomendadora,173 número que se duplicó en los años siguientes. Las rentas de que goza-
ban eran muy importantes, sobre todo, la dehesa de San Martín, en Valencia de la Torre,
además del portazgo y heredad de Olivenza, el portazgo de la dehesa de Montejo, así como
diversas rentas en especie y en metálico de los vasallos del antiguo monasterio:174

237
vasallos
lugares

Quintanar de la Loma 40
Villaescusa 20
Masa, Montoyo, Tovilla y Terradillos 60
Cadanza, La Sera y Poblaciones 40
Vascones 11
Vega de Bar 3
Maxeces 10
Quintanilla 1
Herrera 8
Total 193

Igualmente importantes eran las dotes de las profesas y las mandas testamentarias,
así como el libramiento real de 1524. Su valor osciló entre los 400.000 y los 600.000 mrs.

23) Encomienda del Hospital de Toledo


Estaba integrada por el hospital de Santiago de los Caballeros de la capital toleda-
na, el de Santiago de Dosbarrios, la villa despoblada de Yegros y diversas heredades en el
alfoz de Avila, Dosbarrios, Maqueda, Mascaraque y otros lugares de Toledo, amén de dos
dehesas, una en el Campo de Montiel —la Fuente del Mayuelo— y otra en León —la Ala-
meda, en la Fuente el Maestre—. Yegros y Yegrillos habían sido donados en 1150 por
Alfonso VII al concejo de San Vicente,175 pero en 1219, al tiempo que Fernando III entre-
gaba a la Orden de Santiago el hospital de Toledo, construido por su abuelo, aquél le agre-
gó la heredad de Yegros, que había sido de Gonzalo Fernando, alguacil de Toledo.176 Para
completar el dominio de ese lugar en 1253 permutaron a don Fernando Vicente en Toledo
lo que ahí tenía, a cambio de la heredad de Villadiego.177 La heredad de Ballesteros, que es
en el Campo de Alarcos, fue donada al hospital en 1233 por Tello Alfonso y Alfonso Té-
llez.178 El lugar de Palomar había sido entregado a varios pobladores en 1155, pero no de-
bieron tener éxito y acabó pasando al hospital.179 Veinte años más tarde Elvira Pérez, hija
del conde Pedro Alfonso, donaba al centro hospitalario la heredad de Azaña.180 También la
aldea de Nombospes se adquirió por donación de Gutier Miguel en 1193.181
Pero la renta más importante correspondía al portazgo de la Puerta de la Bisagra de
Toledo —la Puerta Vieja, se entiende—, que supuso en 1180 alrededor de 300 áureos, con
cargo de redimir al año 30 cautivos.182 Para la consecución de estos fines los pontífices
Gregorio VIII y Urbano II exhortaron a los fieles a dar limosnas al hospital.183 Cerca de la
ciudad estaba la iglesia de Santiago de los Caballeros, compuesta de varias capillas, un
claustro, lugares de aposentamiento y bastimento, despensa, bodega, cocina y enfermerías
de hombres y de mujeres. En 1511 se hallaba en aquélla un sujeto llamado Bernardino
Serrano, onbre diligente y experto en curar la dicha pasyón de buvas, e que a curado e
enviado sanos muchos.184 El hospital, propiamente dicho, era de ladrillo, cubierto a dos
aguas, con el tejado por los suelos.185 La iglesia de Santiago del Hospital tenía tres capillas,
un corral trasero y varias casas laterales, todo en muy buen estado.186 Llevaba el comenda-
dor buen número de rentas, sobre todo procedentes de casas, tierras y dehesas en los lugares
arriba citados, en donde llevaba los diezmos; además, la merced de amigos del Campo de
Montiel y las paradas de Yegros, donde percibía también los derechos concejiles, mientras
en Toledo tenía la Puerta de la Bisagra Vieja —la nueva se construyó bajo Carlos I—, con

238
su portazgo y mesón, junto con un mesoncillo en el Barrio del Rey. El valor total osciló
entre los 200.000 y 600.000 mrs.
Yegros estaba despoblado desde hacía mucho,187 paresçe que antiguamente devie-
ra ser poblaçión, porque ay muchos hedefiçios,188 aunque todos caídos, excepto las tapias
de la casa de la Orden, que tenía alrededor un cortijo sin almenas, mientras la iglesia de
Santiago, de buenas paredes, estaba destechada.189 En 1525 se atribuía la despoblación al
saqueo de que fue objeto durante la guerra de las Comunidades.190 Ayala, Velasco y Osorio
se sucedieron en la encomienda en la segunda mitad del siglo XV: todos tenían obligación
de mantener siete camas con ropa y de gastar 7.000 mrs. en reparaciones y mil en asalariar
un capellán,191 y ninguno de ellos lo cumplía. Es por esto por lo que en 1509 fue nombrado
administrador Gómez de Tévar, freile santiaguista.192

24) Encomienda del Hospital de Talavera


Se componía del hospital de Santiago y del castillo de Espejel, junto con las here-
dades de Corralblanco, Mordaza, Lucillos, Garbín, Bencachón y algunas tierras en Maque-
da. El castillo despoblado de Espejel fue entregado por Alfonso VIII a la Orden,193 pero un
siglo después era donado nuevamente a Juan Martínez.194 El núcleo inicial de heredades en
el término de Talavera de la Reina se formó por donación del mismo rey en 1185 y 1188.195
Fueron completados en 1223 con la cesión, por parte del Prior de Uclés, de sus heredades
de Barciense para que plantasen viñas,196 y en 1421 fueron permutadas a Alfonso Tenorio
por 3.000 mrs. sobre las salinas de Espartinas.197 En 1226 recibió la heredad de Lorviga de
manos de Alfonso Téllez198 y en 1289 la de Lorviguilla de Lorenzo Venegas.199
El hospital se hallaba en el arrabal de la villa, cerca del monasterio de San Francis-
co;200 la iglesia de Santiago de los Caballeros estaba en buen estado, tenía un claustro sin
techo, al igual que unas casas adyacentes, dignas de maestres,201 tanto es así que había una
sepultura con unas letras grabadas: aquí yaze don Pelay Pérez Correa, Maestre de Santia-
go.202 Juro, heredades y demás tierras citadas rentaban escasamente entre 17.000 y 40.000
mrs. En el siglo XV se sucedieron diversos comendadores de no mucha importancia, hasta
que en 1513 Gómez de Tévar se hizo cargo también de la administración.

25) Encomienda de Alpajes


Formada por el despoblado de Alpajes y el pequeño lugar de Ontígola. Alpajes es-
taba sin población desde mucho tiempo atrás: todas las casas de la Orden estaban destrui-
das, tanto la cárcel como la clavería; de la iglesia sólo quedaba una capilla y en los alrede-
dores una torre vieja sin cortijo. El abandono era grande, el soto estaba destrozado y la
dehesa la tenía ocupada Vasco de Contreras.203 No muy distinto era el caso de Ontígola,
poblada por más de 45 vecinos a mitad de siglo, fue perdiendo gradualmente población
hasta empezar una ligera recuperación en la centuria siguiente. En 1478 decían los vecinos
que hacía mucho tiempo que la encomienda estaba arrendada y nadie se preocupaba de
ellos ni los defendía,204 situación que aprovecharon los recaudadores del rey para hacerlos
pecheros suyos.205
Las casas de aposentamiento y la bodega-granero estaban en buen estado en 1525,
así como las salinas del lugar.206 Había una iglesia pequeña dedicada a San Cristóbal, a dos
tiros de ballesta del lugar, es por eso por lo que el comendador Sancho de Rojas había em-
pezado una nueva en el interior del casco urbano: en 1508 ya se habían levantado los ci-
mientos,207 aunque diecisiete años después no se había adelantado nada.208 La Concepción
tenía dedicada una ermita.209 Había tan poca población que no formaban concejo, por lo que
el comendador ponía un alcaide que entendía en causas civiles y criminales.210 Así, es fácil
comprender que nunca hubiera cuantiosos, es más, todos los vecinos eran labradores de
cereal, no ganaderos.211 Ontígola había sido poblada en 1202 por el maestre don Gonzalo

239
Rodríguez, que le dio fuero.212 Llevaba el comendador los diezmos, censos y herbajes, la
dehesa del Rebollón, caza y pesca, salinas, el batán y tributos de reales y gallinas, cuyo
valor varió entre 64.000 y 120.000 mrs. Por fin, algunos de sus comendadores ostentaron
apellidos ilustres, como Rojas, Luna o Toledo.

26) Encomienda de Biedma


Este lugar se hallaba despoblado hacía mucho tiempo, e non ay en él qué ver ni
qué visitar.213 El único edificio reconocible era la ermita de Nuestra Señora del Castellar.214
El antiguo sitio de población se hallaba a orillas del Tajo. Había tenido comunidad de pas-
tos con los vecinos de Colmenar de Oreja, al tiempo que estuvo poblada.215 Llevaba el
comendador los derechos jurisdiccionales, alguacilazgo, humos, peones y martiniega, claro
está, si estuviera poblada, además la caza y su diezmo, salinas y terrazgos, varias dehesas y
sus diezmos. Su cuantía osciló entre 15.000 y 50.000 mrs. Formada la encomienda ya a
comienzos del siglo XIII, se sucedieron en ella comendadores de cierta nombradía, índice
de que este lugar había conocido tiempos mejores.216 Este lugar había sido cedido a los
santiaguistas por don Lope Varea, junto con Villarrubia.217

27) Encomienda del Campo de Criptana


Estaba compuesta por esa villa y los despoblados de Criptana, Villajos, Tírez, Pe-
dro Muñoz, Palomares, San Martín y Posadas Viejas.218 En asentamiento de la Orden en la
zona procede de 1223, en que Pedro Guillén puso en sus manos el cortijo de Alcázar con
sus términos,219 y once años más tarde Fernando III la confirmó y amplió con diez yugadas
en la casa de Pedro Muñoz.220 También los hospitalarios habían sido heredados en estos
pagos, allá por 1162, cuando el monarca les entregó Criptana con las aldeas de Villajos,
Quero y Tírez.221 Es por esto por lo que en 1237 fue necesario partir términos entre ambas
Ordenes, adjudicándose los santiaguistas Criptana con su sierra hasta Lillo, el cual quedó
para los sanjuanistas.222 Hay que esperar un siglo para que la Orden de Santiago comenzara
a repoblar estos lugares, concediendo fuero de Uclés en 1324 a Pedro Muñoz y cuatro años
más tarde al Campo de Criptana y Villajos;223 de todos ellos sólo perduró el Campo, que en
los siglos XIV y XV recibió buen número de privilegios.224
Encomienda situada en buena tierra cerealera,225 en tiempos había gozado de la
protección de dos fortalezas, la primera de ellas en Pedro Muñoz, construida poco antes de
1324 por el concejo del lugar, al que se la cedió el maestre.226 El castillo del Campo se
mantuvo en pie hasta el siglo XV, en que fue derribado por los concejos de la Mancha, por
mandato de Enrique IV, quedando para 1478 sólo alguna pared; esta fortaleza estaba en
muy buen sitio e es muy nesçesaria para el estado del dicho señor maestre, porque está a
ojo del marquesado y del prioradgo de San Juan.227 Las casas de la Torrecilla andaban
desguarnecidas,228 lo que no ocurría con los edificios eclesiásticos, constituidos por la igle-
sia de Santa Catalina y las ermitas de San Benito, San Sebastián, San Cristóbal y Santa
María de Criptana.229 Las rentas de la encomienda eran numerosas: diezmos de bienes terri-
toriales (dehesas, sernas, huertas y olivares), calzas, monopolios, cargos concejiles, penas y
calumnias, portazgos, paradillas, cazas, pies de altar y el mejor hierro dezmero. Todo ello
por una cuantía media que osciló entre 50.000 y 100.000 mrs.230 Su población era de las
más importantes de la Provincia de Castilla, pues a la altura de 1525 rondaba en torno a los
2.000 habitantes. Sin embargo, el número de cuantiosos en relación al total demográfico era
algo modesto, pues suponía un 0,4%. Para 1575 sobre un total de mil vecinos había 20
hidalgos, abundando los labradores, jornaleros y pastores, aunque había muchos pobres.231
En esta época debió de existir una industria incipiente, pues dicen las Relaciones que lá-
branse paños diezyochenos.232 Y con anterioridad una parte de la población se dedicaba a la
actividad alfarera, según la existencia de una paradilla del barro y diezmos de yeso, teja y

240
ladrillo. Conocemos pocos comendadores, aunque los del siglo XVI eran de familias ilus-
tres (Santisteban y Rojas).233

28) Encomienda del Corral de Almaguer


Estaba formada por las villas del Corral de Almaguer y la Puebla de Almuradiel,
así como por el despoblado de Almaguer. Parece que éste último ya estaba poblado en
época musulmana y así prosiguió en el siglo XIII, pues se conocen varios comendadores de
esos años, además, en 1241 el maestre don Rodrigo Iñiguez y el arzobispo de Toledo amo-
jonaron los términos entre Almaguer y Lillo.234 Pero ya antes de 1240 se había poblado el
Corral como aldea de Uclés;235 puebla de gran porvenir que determinó el deterioro de Al-
maguer, pues para 1315 recibió el fuero de Uclés por el que pasaba a ser villa.236Algo pare-
cido sucedió con la Puebla de Almuradiel: fundada en 1276,237 obtuvo el privilegio de vi-
llazgo en 1341,238 dejando de ser aldea del Corral. La única fortaleza de la encomienda
estaba en el Corral, pero había sido derrocada con anterioridad a 1468,239 algo parecido
había sucedido en 1476, en que Gonzalo de Villafuerte, comendador de Oreja, con gente
del marqués de Villena y los capitanes de Lope Vázquez de Acuña, derribó los adarves de
la villa.240 Las casas de la encomienda en el Corral estaban en muy mal estado (bastimento,
bodega y clavería), entre éstas y la iglesia estaba el bastimento del maestre, que tenía una
torre al caer y una cueva con bodega y lagares.241
La iglesia del Corral se dedicaba a Santa María y las ermitas a San Sebastián, San-
ta María de la Muela y Santa María del Campo, mientras que la parroquial de la Puebla
estaba bajo la advocación de San Juan y su única ermita bajo la de la Magdalena.242 Sus
numerosas rentas eran estas: los diezmos, muchos censos, monopolios, yantares, martinie-
ga, calzas, peones de serna, presentes de alcaldes y de la judería, escardaderas y gallinas de
viudas, portazguillo y derechos jurisdiccionales y concejiles, en el Corral, y en la Puebla
diezmos, monopolios, yantares, derechos jurisdiccionales y concejiles, portazguillo, hu-
mazgos y peones. Su valor varió entre los 90.000 y 160.000 mrs. La población se duplicó
en sesenta años, alcanzando un máximo de 3.000 habitantes en el Corral, cifra en conso-
nancia con el gran número de cuantiosos. En cambio, la Puebla era población más modesta,
no llegó al tope de los mil habitantes hasta la mitad del siglo XVI; los caballeros de premia
venían a suponer el 10% del total, aunque al tiempo de las Relaciones no había hidalgo
alguno.243 La tierra era buena para labrar y pastar, es por ello por lo que la mayoría se dedi-
caba a la labranza, aunque abundaba el número de pobres.244 Formada en el siglo XIII la
encomienda de Almaguer, a partir del villazgo del Corral, esta localidad pasó a ser la cabe-
za, en la cual a fines del siglo XV se estableció una rama de los Manrique heredados en
Málaga.245

29) Encomienda de Dosbarrios


Aldea constituida en principio por dos núcleos, fue donada en 1154 por Alfonso
VII a Pelayo Pérez y Antolín Portaguerra,246 pasando por diversas manos hasta caer en
poder de la Orden medio siglo después.247 Antes de esto, en 1193 Rodrigo Riquer la había
repoblado gracias al fuero que les otorgó248 y que los santiaguistas confirmaron en 1242.249
Parece que al menos desde el siglo XIII había habido una fortaleza,250 de la que dos centu-
rias más tarde sólo quedaba la memoria.251 En su solar se habían levantado unas casas que
nuevamente Gonzalo de Villafuerte se había encargado de derrocar,252 con la ayuda del de
Villena y del Rey de Portugal. En el mismo solar se hallaba la ermita de Santiago y, junto a
ella, la iglesia de Santo Tomás.253 También había en la villa un hospital de Santiago, de-
pendiente del de Toledo: de fachada de ladrillo, se le conceptuaba como edificio de mucha
antigüedad, tenía, además, preeminencia de que no se podía sacar a nadie de su interior por
ningún delito.254 Sus ingresos provenían de los censos de las huertas de la Fuensanta y

241
Valdelahuerta, así como de cierta participación en los diezmos de pan, vino y aceite de las
sernas de la encomienda.
Las rentas de la encomienda estaban integradas por los diezmos de las tierras del
comendador, también en menudos, minucias, teja y azafrán, hornos, pechos anuales, primi-
cias, pie de altar, penas y calumnias, portazguillo, derechos de panaderas y mudéjares (peo-
nadas, humazgos y presente de carneros). Su valor no era demasiado alto, desenvolviéndose
en torno a 18.000 y 80.000 mrs. La encomienda mayor llevaba 600 mrs. de calzas y la Me-
sa Maestral el pedido, la martiniega, los peones de serna, escribanía y arrendamiento de la
dehesa de Monreal, además de los dos tercios de los diezmos de pan, vino y ganado (el
resto para el arzobispo de Toledo), por valor en 1478 de 22.900 mrs., que llevaba Pedro de
Ribera, comendador de Monreal por merced de don Juan Pacheco.255 Partiendo de 150
vecinos en 1468, se mantuvo bastante estable su población hasta el despegue de 1515, en
que se duplicó. Los caballeros de cuantía oscilaban entre 5 y 8. De la nómina de los diez-
mos se deduce que parte de la población se dedicaba a la alfarería. De la relevancia de esta
encomienda dan idea los comendadores que en esta época se sucedieron: Osorio, Figueroa
y Cárdenas.256

30) Encomienda de Mirabel


Formada por el despoblado de Mirabel y el pequeño lugar de Miguel Esteban. La
antigua cabeza de la encomienda se había quedado reducida a un término redondo con un
monte de ensinas e en medio d‘él una dehesa pequeña en la qual están unos villares anti-
guos e un pozo de agua donde beven los ganados.257 No mucho mejor era la situación de
Miguel Esteban, donde no había fortificación alguna y la parroquial de San Andrés —a la
altura de 1480— estaba muy mal reparada, porque el pueblo es poco e pobre, e cada día se
despuebla;258 sin embargo, no se llegó a consumar ese proceso, aunque sus habitantes nun-
ca llegaron a los 200, de los cuales la mitad eran de condición hidalga. Exentos y pecheros
debían de ser de condición modesta, pues en ningún momento aparecen caballeros de cuan-
tía.
Llevaba el comendador las rentas de un molino, el horno de Miguel Esteban y el
de La Mota, la dehesa de Mirabel, los diezmos de ambos lugares, el alguacilazgo, penas y
calumnias, humazgos y pie de altar. Sus rendimientos, muy escasos, oscilaban entre 18.000
y 40.000 mrs. La alcaidía de Villanueva de Alcardete era propietaria de dos hornos de Mi-
rabel259 y la Mesa Maestral de la escribanía, el pedido y la mayor parte de los diezmos de
Miguel Esteban. A pesar de su escasa significación, importantes familias regentaron el
despoblado.260

31) Encomienda de Monreal


La implantación de la Orden en el lugar procede de 1203, en que el conde don
Fernando de Castilla le donó el castillo de Carabanchel.261 Cuatro años después el maestre
don Fernando González de Marañón le cambió el nombre por el de Monreal, al concederle
fuero de Uclés a la nueva puebla.262 El castillo fue permutado a Juan de Aponte a cambio de
su juro de 4.000 mrs. sobre los pechos de la judería de Ocaña.263 En 1396 Enrique III con-
cedía licencia a aquél para que fundara mayorazgo con la fortaleza y otras heredades en
Toledo y Dosbarrios.264 No obstante, poco después debió de volver al señorío de la Orden,
dentro de la cual quedaría enmarcada en la Mesa Maestral hasta que poco después de 1468
fue creada la encomienda por don Juan Pacheco, llevando anejos los bienes de aquélla en la
villa, Dosbarrios, Corral de Almaguer y El Toboso. Estaban integrados principalmente por
diezmos, algunos yantares y martiniegas, escribanías, el pedido y los peones de Dosbarrios.
Todo ello por la respetable cantidad de dos cuentos de maravedíes en 1525. En ese mismo

242
año la población casi alcanzó los 2.000 habitantes, de los que seis eran cuantiosos. Cárde-
nas, Cabrera y Conchillos detentarían la encomienda.265

32) Encomienda de Montealegre


Integrada por los despoblados de Montealegre y Escorchón. Parece que en el siglo
XII era conocida como Valle de Orchus, habiéndose asentado la Orden en el mismo en
1188.266 Hay que esperar a 1219 para que se acometiera la repoblación de Montealegre, que
fue entregado a 16 pobladores, con fuero de Uclés.267 Si llegó a prosperar esta colonización,
lo cierto es que a la postre acabaría por venirse abajo, pues en la segunda mitad del siglo
XV ya estaba todo despoblado, proceso al que no debió de ser ajeno el crecimiento del
cercano Corral de Almaguer.268 En 1508 sólo había diés casas pajisas que las poseen rente-
ros que tienen arrendada la tierra del dicho lugar para labrar ellos, vecinos de Lillo.269
Sin embargo, el comendador conservaba la jurisdicción civil y criminal y la pre-
eminencia de poner alcalde, alguacil, escribano y guardas, pese a lo cual los concejos co-
marcanos le tenían tomada parte de los términos.270 Tanto la iglesia parroquial como la
ermita de Santa Catalina, ambas de la visita del Prior, estaban en muy mal estado.271 En
Escorchón sólo quedaba en pie un mesón.272 Eran privativos de la encomienda algunos
diezmos, tres heredades (Buenavista, Escorchón y Montealegre), cazas, jurisdicción, por-
tazguillo, calzas, asadura y derechos diversos. Valorados en metálico, variaron sus cuantías
entre 40.000 y 160.000 mrs. Durante el siglo que media entre 1450 y 1550 se mantuvieron
en la encomienda los Ayala-Dávalos toledanos.273 A fines de siglo se desmembró la enco-
mienda.274

33) Encomienda de Mora


Al año siguiente de la fundación de la Orden Alfonso VIII la heredó en el antiguo
castillo de Mora;275 el mismo monarca les entregó en 1180 el castillo de Piedra Negra,
construido por Alfonso el Emperador.276 Así mismo, en 1189 Rodrigo Rodríguez les donó
la mitad del de Bogas, siendo la otra parte para el instituto calatravo.277 Justamente un siglo
después Sancho IV dio a los santiaguistas el lugar de Cambas, cerca de Mora, para poblar-
lo.278 En 1259 fue entregada Mora en prestimonio a don Martín Alfonso, hijo de Alfonso
IX.279 En la segunda mitad del siglo XV sólo había una fortaleza, bien guarnecida de armas
de fuego. Había, además, unas casas de la encomienda, con bodega, lagares, cocina y chi-
menea, y al lado una huerta de hortaliza, con noria y un álamo.280 Los edificios religiosos
eran la parroquial de Santa María y las ermitas de Santa Ana, San Sebastián, Santiago y San
Cristóbal.281
Eran propios de la encomienda varios censos de huertas y casas, un horno, los
diezmos, derechos ganaderos, humazgo, parada, escribanía y derechos de carnicería. Rentas
que eran de consideración, pasando de 140.000 a 240.000 mrs. en sesenta años. Sus habi-
tantes se mantuvieron en torno a 2.000 almas, en una situación muy estable; la población
cuantiosa era notable, aunque experimentó fuertes variaciones entre 5 y 15.282 Al igual que
en la anterior encomienda, los Ayala-Dávalos la detentaron entre 1468 y 1522.283 La villa y
sus pertenencias fueron vendidas en 1568 por Felipe II.284

34) Encomienda de Ocaña


Formada por la villa de Ocaña, su aldea de Villatobas y los despoblados de Oca-
ñuela, La Cabeza y El Aljibe.285 La evolución seguida por la villa de Ocaña durante su
primera cincuentena en manos cristianas puede seguirse con toda claridad en la Repobla-
ción de Castilla la Nueva de Julio González:286 su repoblación por Alfonso VII, la donación
de los fueros de Oreja, la cesión a dos oficiales reales, la implantación de la Orden de Cala-
trava en la villa y la cesión a la de Santiago en 1182. A fines del siglo XV era la localidad

243
más importante de la Provincia de Castilla, sobrepasando ampliamente los 5.000 habitantes,
razón por la cual era residencia del gobernador y cabeza del Partido de Mancha y Ribera de
Tajo. En esa época mucho menos considerable era la relevancia de la aldea de Villatobas,
que había sido poblada en 1328.287 Siete años después ya estaba Ocañuela negociando sus
fueros con el maestre don Vasco Rodríguez;288 La Cabeza y El Aljibe se habían dado a
poblar en 1154 por Alfonso VII,289 sin embargo, tanto éstas como Ocañuela no existían a
mediados del siglo XV.
También Ocaña gozó de buen número de privilegios, ampliados durante el siglo
XIII por los maestres santiaguistas.290 El territorio era bueno para cebada, vino y aceite,
echándose en falta el trigo, la leña y los frutales.291 La villa estaba cercada y a la altura de
1478 aún conservaba su torre de tres bóvedas y casa adosada, que un siglo después andaba
por los suelos; es difícil establecer el momento de su destrucción, aunque es posterior a las
entradas de Villafuerte y Rodrigo Manrique, cuyas lombardas habían tirado las carnicerías
de moros y judíos.292 La Mesa Maestral tenía las casas de la Orden, varias casas y tiendas,
el mesón y la casa de las Beatas,293 así mismo, todos los asuntos eclesiásticos pertenecían al
arzobispo de Toledo,294 por lo que no aparecen datos en los libros de visita. Cuatro eran las
collaciones: Santa María, San Pedro, San Juan y San Martín, y, por tanto, las parroquiales.
También eran numerosas las ermitas y conventos al tiempo de redactarse las Relaciones
Topográficas.295 Igualmente numerosas eran las prestaciones que el comendador percibía de
las comunidades hebrea y mudéjar (terzuelos, peonadas, humazgos, tributos de hornos y
presentes), así mismo, llevaba los derechos de la jurisdicción, presentes y preeminencias de
designación de oficios concejiles, tributos de prostitutas, aguadores, panadera, cantareros y
artesanos en general, así como obradas y primicias. Le eran privativos, del mismo modo, el
horno, algunos inmuebles, una serna y huerta, y sus diezmos. Aunque el gran número de
rentas no debe hacernos creer que su valor era igualmente elevado: apenas osciló entre
50.000 y 60.000 mrs. Y es que los derechos de la Mesa Maestral venían a suponer más de
los dos tercios del total percibido sobre la encomienda, alcanzando en 1511 casi los
100.000 mrs.: se incluían censos de casas y tiendas, mesón, tenerías, yantar de Ocaña, mar-
zazgas y pedidos de ambas localidades, así como el medio diezmo del ganado y derivados
pecuarios de Villatobas y el 75% del viento mayor de Ocaña.296
A comienzos del siglo XVI los habitantes de Villatobas oscilaban en torno a las
mil almas, mientras en Ocaña lo hacían entre 7.000 y 10.000 habitantes. La proporción alta
se mantiene respecto de los cuantiosos. De los datos pormenorizados que nos han llegado
de la población de Ocaña en 1511 es posible deducir, a grandes rasgos, su estructura: de un
total aproximado de 6.000 habitantes, un 20% correspondía a hidalgos —que sesenta años
después se veía reducido a la mitad297—; los exentos por ser clérigos, beatas, viudas y huér-
fanos apenas sobrepasaban el porcentaje de nueve puntos, mientras que los propiamente
pecheros eran el 71% (los cuantiosos no alcanzaban el 1%).298 La mayoría de estos contri-
buyentes eran pequeños y medianos propietarios de viñas y olivares, que faltando de la
industria de sus personas o viniendo los temporales contrarios, padecen necesidad.299 Ori-
ginarios de Ocaña eran linajes tan importantes como los Chacón, Cárdenas, del Busto, Vi-
llegas, Mexía, Figueroa, Sotomayor, de la Cadena, Osorio, Guzmán, etc.300 Fundada la
encomienda tras la cesión definitiva de la villa a la Orden, conocemos casi completa la
nómina de sus comendadores, que a fines del siglo XV fueron de la Torre, Ribadeneyra,
Collado y Montalvo.301

35) Encomienda de Santa Cruz de la Zarza


Esta villa era el único lugar poblado de la encomienda.302 Parece ser que el fuero lo
recibió en 1253 de Pelay Pérez y que ochenta años después ya existía como población;303
había recibido por aldeas a Villaverde, Villarejo Seco, Castillejo de Albuher, Testiellos y
Villar del Sauco.304 Estaba enclavada en una zona montuosa, por lo que abundaba la leña y

244
la caza, además, se labraba para trigo y cebada y se criaba buen número de ovejas.305 La
villa se hallaba cercada, con torres de trecho en trecho,306 mientras el comendador tenía un
buen cortijo y una casa, todo por los suelos, al igual que la casa de bastimento del comen-
dador de Uclés,307 pues habían sido tiradas en las guerras anteriores.308 Aquéllas no fueron
reparadas hasta 1508.309
Santa Cruz estaba dividida en dos collaciones: Santiago y San Miguel, de la prime-
ra dependía la ermita de Santa María del Villar y de la otra, las de San Sebastián, San Cris-
tóbal y San Bartolomé.310 Para 1468 freires jerónimos de la Sisla de Toledo se habían intro-
ducido en la villa, comprando heredades: tenían una casa e infiltraban sus ganados en los
términos de la Orden, por lo cual advertía el visitador: entiendo que aquéllos antes de vein-
te años harán todo el lugar suyo, si no les van la mano.311 En el futuro no tenemos más
noticias de estos freires, por lo que es de suponer que fueron expulsados de la villa. El valor
de las rentas de la encomienda no era muy alto, variando entre los 14.000 y 70.000 mrs.,
que procedían de varias dehesas y censos, sus diezmos, presentes del alguacil y alcaldes,
horno, derechos sobre el pan, derechos de zapateros y presentes de carneros de la judería.
La población que en 1468 rondaba los 600 habitantes, se duplicó en los sesenta años poste-
riores, siendo escaso el número de caballeros de premia, porque la mayoría eran labradores
pobres, suponiendo los hidalgos el 2% del total.312 Formada la encomienda en el momento
de la repoblación de la villa, en la época final de la Edad Media la ocuparon los Vázquez de
Prado, Benavente y Jaime Botín.313

36) Encomienda de Torrevejesate


Estaba integrada por la villa de Socuéllamos y los despoblados de Torrevejesate,
Manjavacas y Las Mesas.314 La implantación de la Orden de Santiago en esta extensa y
despoblada zona procede de 1256, en que Alfonso X le donó el cortijo de Abeiazat,315 don-
de se debió de levantar una torre, pues pronto se pobló el lugar con el nombre de Torreveje-
sate, siendo necesario en 1294 partir términos entre ésta, Villarejo Rubio y Alcaraz.316 Dos
años antes los santiaguistas habían poblado el Villarejo de San Bartolomé y los de Alcaraz,
enfrente, el Villarejo de San Nicolás; la pugna continuó entre ambos señoríos hasta que
Fernando IV ordenó que se apartasen una legua por cada lado, así nacieron Socuéllamos,
del lado santiaguista, y Villarrobledo, de la parte de los alcaraceños.317 En el otro extremo
de la encomienda se pobló en 1531 la aldea de Tomelloso, empresa llevada adelante por
dos individuos, que cincuenta años más tarde se habían convertido en 80 vecinos.318 En su
término municipal estaban los lugares de Las Balsas y Torrevejesate.319 De esta población
a mediados del siglo XV sólo quedaba una torre sin puertas ni tejado, habiendo tirado su
barrera el comendador.320 Diez años después, en 1478 él mismo había mandado derribar la
torre, ya que no la podía guardar y había peligro de que algún cavallero poderoso se hiciera
fuerte en ella.321 Había estado junto al Júcar, sobre un monte.322 Manjavacas también se
hallaba despoblado, aunque vivían en las casas de la Orden cinco o seis renteros de La
Mota dedicados a cultivar la tierra y a cobrar el portazgo;323 en aquélla había una cueva,
cocina, establo y gallinero.324 Cerca se hallaban las ermitas de Santa María la Vieja y San
Pedro,325 que en 1494 estaban caídas, perteneciendo su visita al Prior de Uclés.326 Socué-
llamos era la cabeza real de la encomienda, la cual sólo tenía allí una casa con cueva, bode-
ga y otras dependencias.327 También la parroquial de Santa María era de la visita del
prior.328
La buena disposición para el cultivo de cereal y viña, además de para la cría la-
nar,329 y la situación apartada y poco poblada de la encomienda, determinó la apropiación,
por parte de sus vecinos comarcanos, de sus términos: Alcaraz les tenía tomado desde el
Lavajo Rubio al pozo del Cabalgador; Peñarroya desde la Cabeza de los Freires a los Tomi-
llosos y el Alcázar de Consuegra, los Vados del Cuervo y Prado del Tejado.330 Eran propios
de la encomienda los diezmos, yantares, monopolios, humazgos y derechos jurisdicciona-

245
les, pero el apartado más importante correspondía a los derechos derivados del ganado
(arrendamientos de dehesas, herbajes, borra, montazgo, medio diezmo del ganado sacrifi-
cado, descaminados, asadura y portazgos). En concreto, en 1476 pasaron por el contadero
de ganado de Socuéllamos, camino de Alcaraz, 298.891 cabezas.331 El valor de estas rentas
creció notablemente de los 110.000 a los 700.000 mrs., siendo los de la Mesa Maestral
sensiblemente inferiores: la escribanía y los pedidos de Socuéllamos y del despoblado de
Pedro Muñoz, por valor de 1.500 mrs.332
Los habitantes de Socuéllamos se duplicaron en los sesenta años estudiados, lle-
gando al millar en 1525, con igual número de hidalgos y caballeros de cuantía. Cincuenta
años después, sobre un total de 700 vecinos, 25 eran hidalgos. La mayoría eran pobres,
jornaleros y sirvientes, y el resto medianos propietarios.333 La importancia de la encomien-
da viene determinada por los comendadores que la ocuparon: en la segunda mitad del siglo
dos Mexía y en la cincuentena siguiente los Mendoza, condes de Tendilla. Existía la enco-
mienda, al menos, desde 1312.334

37) Encomienda de Villamayor


Integrada por Villamayor de Santiago, El Toboso y Villaverde, además de los des-
poblados de Añador, Magaceda, Almenara y Pedro Muñoz.335 Añador fue dado a poblar en
1224, cuando recibió del maestre fuero de Uclés, con carga de repoblar Alcardete y Gúz-
quez;336 la mitad de su castillo la había recibido de Pelayo Calvo en 1178.337 Sin embargo,
trescientos años después, tanto ésta como Magaceda habían quedado reducidas a dehesas.
Almenara, por su parte, había sido poblada en 1337,338 aunque parece que sin mucho éxito,
pues siglo y medio más tarde estaba sin población; cerca se había levantado en 1370 la
Puebla de Almenara,339 cuyo señor a fines del siglo XV era Diego López de Mendoza, el
cual usurpaba parte del término de aquélla, a pesar del nuevo amojonamiento hecho en
1498.340
En término de El Toboso estaba Pedro Muñoz, que es un logar despoblado,341
cuyo pedido tenía cargo de pagarlo al maestre el concejo de Socuéllamos. Un siglo después
alcanzaba los 300 vecinos.342 Su fracasada repoblación medieval se había acometido con
anterioridad a 1324.343 Las Chozas fue poblada en 1321, en que recibió del maestre don
Garci Fernández el fuero de Uclés,344 para siete años después conseguir el villazgo con el
nombre de Villamayor de Santiago,345 al tiempo que recibía como dehesa a Magaceda. La
otra villa importante de la encomienda, El Toboso, había sido dada a poblar en 1275,346
siendo hecha villa en 1338 por don Vasco Rodríguez,347 quien al año siguiente les autorizó
a nombrar justicias y celebrar mercado los martes.348 La aldea de Gúzquez, como se ha
visto, debió de ser poblada por los de Añador y en 1356 existía como tal junto a Sierra
Jalamena.349 En el siglo XV era una localidad muy desmejorada, por eso entre 1480 y 1494
fue hecha villa con el nombre de Villaverde, aunque eso no mejoró su situación.350 Para
1525 el lugar de Villaverde, que se solía dezir Gúsquez, no tenía vecindad.351
En éste tenía el comendador una casa, no así en las otras dos villas, mientras en El
Toboso había una cerca de tapias malilla y en Villamayor otra barrera con dos torres y un
torrejón; a su lado había estado la casa de bastimento de la Mesa Maestral, que mandó
derribar Enrique IV cuando guerreaba con Rodrigo Manrique.352 La barrera se tiró en 1477
por orden del Rey Fernando, porque desde allí havía resçibido e reçibía grandes daños.353
La parroquiales se dedicaban en Villamayor a Santa María (las ermitas a Santa María de
Magaceda, Santa Ana, San Sebastián, San Bartolomé y San Antón), en El Toboso a San
Antón (las ermitas a San Sebastián, Santa María y San Pedro), mientras que en Villaverde
sólo había una iglesia muy pobre dedicada a Santiago. Todas ellas de la visita del Prior de
Uclés.354 El valor de las rentas era de mediana importancia, variando entre 48.000 y
160.000 mrs. Los conceptos eran los siguientes: derechos derivados del ejercicio de la ju-

246
risdicción, humazgos, carnicerías, paradilla, portazguillos, monopolios, pechos y calzas, las
dehesas de Añador, Magaceda y Serrezuela, y diezmos diversos.
La población de Villamayor rondó los mil habitantes, perdiendo a principios del
siglo XVI un tercio de ella, aunque volvería a recuperarse; mientras El Toboso, partiendo
de 700 almas, duplicó esa cantidad al final del proceso, que en Villaverde vino a coincidir
con su despoblamiento, aunque de los datos conocidos nunca alcanzó las cien personas. De
ésos más de la mitad habían sido hidalgos, de los que también había en Villamayor. A fines
del siglo XVI unos y otros vivían en esta villa, alcanzando el número de quince, en tanto
que El Toboso no tenía más que uno.355 En la cabeza de la encomienda, según las Relacio-
nes, de los 540 vecinos —más 20 moriscos—, sólo 150 tenían mulas con que labrar, siendo
el resto jornaleros, gente pobre y de poco caudal.356 En El Toboso la situación de pobreza
no era muy distinta, aunque había una artesanía alfarera en decadencia, dedicada fundamen-
talmente a la elaboración de tinajas de vino y aceite.357 Los cuantiosos habían sido numero-
sos en las localidades pobladas. En consonancia con la dinámica repobladora, la cabeza de
la encomienda se situó en el siglo XIII en Añador y en el siguiente en Gúzquez, mientras en
la última centuria Villamayor fue la cabeza indiscutible. Entre 1468 y 1523 se sucedieron
en este distrito Valderrábano, Iranzo, Trejo, Múgica, Bobadilla y Dávalos.358

38) Alcaidía de Villanueva de Alcardete y La Mota


Integrada por cuatro villas de la Mesa Maestral, cuyas alcaidías regentaba un caba-
llero con título de comendador: Villanueva de Alcardete,359 La Mota, Puebla de don Fadri-
que y Quintanar de la Orden. Las localidades tenían en común el haber sido pobladas nue-
vamente en el siglo XIV; en efecto, ya vimos cómo gente de Añador había repoblado Al-
cardete, población que sobrevivió una centuria, hasta que fue creada Villanueva de Al-
cardete por el maestre don Garci Fernández,360 lo que sentenciaría el final de aquélla. Sin
embargo, no debió de resultar sencilla esta empresa, pues recibió numerosas mercedes de
los maestres durante la primera mitad del siglo, atendiendo a varios aspectos fiscales y
económicos. Desconozco el momento concreto en que La Mota del Cuervo se pobló,
aunque sí que su fuero se otorgó en 1410.361 Por su parte, La Puebla de don Fadrique fue
creada por el Infante de ese nombre en 1343, con fuero de Sepúlveda.362 Mientras Quinta-
nar de la Orden era dado a poblar a varios sujetos en 1315 junto con el lugar de Valfermo-
so, que no prosperó y permaneció como tal despoblado en término de Quintanar;363 el fuero
le fue concedido en 1344 por el mismo Infante don Fadrique.364 Las nuevas pueblas estaban
ubicadas en buenas tierras de labor.365
Sólo La Mota y Quintanar estaban cercadas, ésta con arrabal, Villanueva, en cam-
bio, tenía un buen cortijo extendido hasta la iglesia, donde los vecinos tenían sus cámaras y
bodegas.366 Los edificios eclesiásticos eran numerosos, las iglesias estaban bajo la advoca-
ción de Santiago en Villanueva y Quintanar (ermitas de San Sebastián y San Jorge y de San
Sebastián y San Cristóbal, respectivamente), y de Santa María en la Puebla (ermita de San
Sebastián), mientras la parroquial de La Mota se dedicaba a San Miguel y las ermitas a San
Cristóbal y San Sebastián.367 El valor de las rentas de la alcaidía era muy exiguo, pues en
ningún caso alcanzó los 20.000 mrs., éstos provenían de algunos diezmos, tributos de la-
bradores, algunos monopolios, penas y calumnias, portazguillo de La Mota, y humazgo y
tributo de telares en Villanueva.
A excepción de la Puebla, cuya repoblación y crecimiento fue lento, las villas de
esta alcaidía estaban bien pobladas, entre los 1.000 y 1.500 habitantes, ocupando Villanue-
va el máximo. Sin embargo, el número de caballeros de cuantía nunca fue muy alto, su-
friendo —como el resto de los lugares— graves caídas en los años difíciles. La mayoría de
estos pobladores eran jornaleros, pues labradores habría muy pocos —en Quintanar no
había nadie cuya hacienda llegase a los 6.000 ducados—; no obstante, abundaban los hidal-
gos, 20 en Quintanar y 35 en Villanueva.368 Es difícil establecer el momento de la constitu-

247
ción de esta alcaidía-encomienda, aunque para el siglo XV, ya repobladas las cuatro villas,
es posible que ya existiera. Los nombres de sus titulares dicen poco.

39) Encomienda de Villanueva de Alcardete


Fue creada por don Juan Pacheco poco después de 1468369 con los bienes de la
Mesa Maestral en la villa, a favor de García Osorio, único comendador que tuvo, pues para
1494 había vuelto al peculio maestral.370 En efecto, este personaje es denominado comen-
dador de las pertenencias de la Mesa Maestral en la villa.371 El único inmueble que le era
propio eran unas casas de vivienda, sin puertas y con las tapias caídas, con otra casa de
bastimento contigua, con bodega, pilón y 46 tinajas de vino.372 Las rentas procedían de los
diezmos de pan, vino, lana, queso y corderos, cominos y teja, cuyo valor era ciertamente
importante alcanzando en 1468 los 125.000 mrs.

40) Encomienda de Villarrubia


El único lugar poblado era Villarrubia, aunque tenía también un sitio llamado Val-
dajos, donde había unas aceñas.373 Fue en 1204 cuando la Orden adquirió de don Lope
Varea las heredades de Biedma y Villarrubia por 500 mrs.374 Tres años tardó el maestre don
Fernando González de Marañón en entregar el lugar último a 25 pobladores.375 En el curso
de los treinta años siguientes debió de florecer esta nueva puebla, que en 1242 fue dada en
prestimonio a la señora de Albarracín.376 Tenía el maestre en la villa una casa de bastimento
y el comendador varias casas-palacios con cocina y mazmorra,377 ya que no había ninguna
fortificación. La iglesia estaba bajo la advocación de San Bartolomé y la única ermita bajo
la de San Pedro; el hospital, cosa extraña, estaba relativamente bien dotado.378
La tierra daba para el autoabastecimiento de pan y vino, permitiendo cierta expor-
tación de aceite.379 Ciertamente los productos de la tierra eran la principal fuente de ingre-
sos de esta encomienda: llevaba el comendador ciertos diezmos, la dehesa y aceñas de
Valdajos, algunos censos, un horno, el presente de Navidad, ciertos derechos, los peones de
serna, humos, portazguillos y penas y calumnias. Todo ello por una cuantía que experimen-
tó un notable auge, pasando en sesenta años de 24.000 a 150.000 mrs. No en vano tenía
bastimento la Mesa Maestral en Villarrubia, pues le pertenecían enteros los diezmos de
lana, queso, corderos, soldadas de mozos y menudo, además del rediezmo de pan, vino,
aceite y ganado, junto con la martiniega, el pedido y la escribanía. La población se duplicó
en sesenta años, con un máximo de 300 vecinos, hidalgos incluidos. El número de cuantio-
sos fue muy variable, oscilando entre uno y catorce caballeros. La propiedad parece que
estaba repartida, pues, según las Relaciones Topográficas, todos eran labradores, ni muy
ricos ni muy pobres.380 Hidalgos había 20, suponiendo, por tanto, el 3% del total. Fundada
la encomienda desde comienzos del siglo XIII, se sucedieron en ella comendadores de
cierta relevancia, aunque los de fines del XV no lo fueron.381

D) Campo de Montiel
41) Encomienda de Alhambra y Solana
Estaba constituida sólo por estas dos villas. El momento de la conquista de la zona
hay que situarlo, según Julio González, en la campaña de 1213.382 Dos años más tarde, la
Orden, que ya poseía la villa de Alhambra, la entregó vitaliciamente a don Alvaro Núñez
de Lara para que la poblase.383 En 1217, estando aún en posesión de este personaje, el rey
Enrique le concedió términos muy extensos.384 Parece que la villa de Alhambra estuvo
poblada no sólo en época musulmana, a juzgar por su nombre, sino también en tiempos
antiguos.385 Para 1242 se había constituido la encomienda,386 otorgándole el año siguiente
el maestre Pérez Correa el fuero de Cuenca al concejo.387 Era muy buena tierra para cereal
y vid, así como para la crianza de ganado lanar y vacuno, y así lo atestiguan sus rentas.388

248
Esta villa, a pesar de estar en una cuesta alta, no tenía cerca, sin embargo, en un
lugar apartado había una fortaleza, situada sobre las peñas de un cerro y cercada por una
barrera, pero sin torres ni cubos; no obstante haber sido reparada por el maestre de Calatra-
va cuando la tomó a mediados del siglo XV,389 se encontraba en mal estado. El comenda-
dor, además de ejercer la jurisdicción y llevar los diezmos de las villas, tenía diversas pro-
piedades territoriales (la serna del Tocón, la dehesa de la Vega y el Prado de los Caballos),
yantar y martiniega, los hornos de ambos lugares y tres molinos en La Solana.390 A fines de
siglo las rentas experimentaron un gran auge, pasando de 150.000 mrs. en 1468 al doble
diez años después. Se trataba, así, del primer lugar en importancia del Partido del Campo de
Montiel. La iglesia de la villa estaba bajo la advocación de San Bartolomé, nombrándose
también tres ermitas: Santa Catalina, San Benito y San Antón.391 En cuanto a la población,
Alhambra siempre ocupó un lugar secundario en el Campo, pues en 1468 apenas tenía 40
vecinos, aunque parece que había conocido tiempos mejores.392 De cualquier modo, hasta
bien entrado el siglo XVI no superó el centenar de vecinos. Y es que la cabeza real de la
encomienda había pasado hacía mucho tiempo a La Solana, su antigua aldea.
Algo parecido puede reseñarse en cuanto a los cuantiosos. Los caballeros de fuero
habían llegado a desaparecer en las guerras del primer tercio del siglo XV, a causa de los
continuos desórdenes en que se vio inmiscuida la villa durante toda la centuria.393 Cuantio-
sos sólo hubo alguno ocasionalmente, pues la mayoría de la gente era pobre, dedicada a la
agricultura y la ganadería,394 no existiendo a fines del siglo XVI un solo mayorazgo. La
Solana no parece que tuviera ninguna importancia antes de su conquista, probablemente no
fuera más que una alquería; lo cierto es que pertenecía a los términos dados a Alhambra en
1217 y en 1232 ya estaba poblándose, cuando un particular donó a la Orden de Calatrava
unas casas en la aldea.395 Parece que la razón de su gran desarrollo se halla en la riqueza de
su suelo, tanto en labranza —sus vinos eran famosos en el siglo XVI— como en cría de
ganado.396 Tenía un cortijo de cal y canto con diversas dependencias dentro (jaraíz y esta-
blos) y una torre de tres tapias en buen estado. En 1480, a causa de los pleitos habidos entre
el concejo y el comendador, los visitadores mandaron derribar la torre.397 La iglesia estaba
dedicada a Santa Catalina, con una sola nave sobre arcos de cantería y yeso. La única ermi-
ta se dedicaba a San Sebastián.398
En 1468 ocupaba el quinto lugar por población en el Campo (200 vecinos) y un si-
glo más tarde el segundo con 700. Sin embargo, el número de cuantiosos no guarda esa
proporción; 16 en 1494 y ocho treinta años más tarde, que serán los pocos ricos que citan
las Relaciones, aunque sólo hubiera un mayorazgo.399 Por el valor de sus rentas era la en-
comienda más valiosa del Campo de Montiel. Se sucedieron en la encomienda Villegas,
Manrique y de la Cueva.400

42) Encomienda de Carrizosa


Constituida por la villa de Carrizosa, algunos bienes en Villanueva de los Infantes
y los lugares de Peñaflor, El Salido y Jamila. La primera de las dos heredades pertenecía a
los términos dados a Alhambra en 1217, permaneciendo bajo su jurisdicción hasta el siglo
XVI.401 No sabemos cuándo se inició su repoblación, pero a partir de 1409 ya había forma-
do encomienda asentada sobre un terreno que no destacaba especialmente por su riqueza
agropecuaria. No tenía ninguna fortificación ni estaba cercada, sólo poseía una casa con
corral, todo en muy mal estado.402 Tenía el comendador rediezmos de pan, vino y menudos
y diezmos del resto, la dehesa de Peñaflor, la huerta de la Orden y un corral de alcacer,
además de la martiniega y el yantar del lugar, junto con los hornos y molinos de ambas
localidades. La Mesa Maestral llevaba la escribanía, el yantar y el pedido de ambos lugares,
además del rediezmo de pan y vino de las tierras viejas y menudos y diezmos enteros de
viñas y tierras nuevas, así como el portazgo. El valor de la encomienda no era muy impor-
tante en 1468: 40.000 mrs. que en 1525 habían ascendido tan sólo a 55.000 mrs. La evolu-

249
ción de la población es también muy significativa, alcanzando el máximo de 35 vecinos en
1494, no dejó de perder población en el futuro. Cuantiosos sólo hubo tres en 1515. La pa-
rroquia estaba dedicada a Santa Catalina, era de una nave con cubiertas de pino blanco;
había dos ermitas: San Cristóbal y Santa María de la Carrasca.
Moraleja pertenecía a los términos de Montiel y había quedado sujeta a su juris-
dicción hasta 1421 en que el Infante don Enrique la hizo independiente, llamándola Villa-
nueva de los Infantes o del Infante.403 Este privilegio, añadido a la buena disposición del
suelo404 dio lugar a su rápida y masiva repoblación. A fines de siglo no había ninguna forti-
ficación, a pesar del cortijo y torre que se habían comprometido a construir al tiempo de
recibir el villazgo, para lo que se les asignaron las sisas de la villa y las labores antes pres-
tadas en el castillo de Montiel. La villa y la mayoría de las rentas, por ende, eran de la Mesa
Maestral, llevando el comendador de Carrizosa sólo algunas. La iglesia estaba bajo la advo-
cación de San Andrés, existiendo las siguientes ermitas: Santa María de Jamila —testigo
del antiguo poblado romano—, San Sebastián, San Cristóbal y San Pedro. Además, había
un monasterio de franciscanos observantes, fundado por Juan Moreno, vecino difunto de la
villa, para lo cual el maestre Cárdenas había librado carta de autorización en 1491, en el
Capítulo de Llerena,405 aunque con ciertas condiciones. En 1494 había doce frailes, en 1511
se había construido un anejo para religiosas, en número de seis o siete.406 No dejaron de
plantear pronto problemas con el cura de Villanueva.407 Las facilidades citadas favorecieron
el espectacular desarrollo de la villa, pues en un siglo pasó de 300 a 1.300 vecinos, con un
crecimiento galopante durante el siglo XV; se explica así que sea el lugar del Campo que
más cuantiosos tenía, con un máximo de 56 en 1515. Era una población próspera en la que
apenas había pobres, pues existían muchos medianos propietarios408 y cuarenta casas de
hidalgos al tiempo de las Relaciones. Los Manrique disfrutaron la encomienda entre 1468 y
1526.409
43) Encomienda de La Membrilla del Tocón
Estaba integrada por la villa de Membrilla y la aldea de Alcubillas, así como por
el despoblado de El Tocón. La villa había pertenecido al alfoz primitivo de Alhambra, de la
que se independizó antes de 1223,410 poblándose durante los veinte años siguientes, junto
con El Tocón.411 Al igual que su antigua villa, utilizaba el texto conquense. La tierra no se
prestaba a grandes rendimientos, sufriéndose la necesidad de aceite.412 Tenía una buena
fortaleza cercada de una barrera con varias torres en el interior.413 Llevaba el comendador
buen número de rentas: todos los diezmos de ambos lugares, la jurisdicción, el portazguillo,
la carnicería, los humos, cinco molinos, los hornos, los obsequios de las pascuas, además de
gran cantidad de bienes territoriales: la dehesa del Salobral, la de Valfermoso, la de Campi-
llo y la de Santa María de las Flores, junto con algunas sernas, navazos, vides y huertas.
Llevaba la Mesa Maestral el portazgo, la escribanía y algunos diezmos. El valor de todo
ello se triplicó entre 1468 y 1525, pasando de 105.000 a 300.000 mrs. La iglesia de Santia-
go se construía en 1494, con torre y reloj. Existían los restos de la antigua parroquial de
Santiago el Viejo, en el anterior emplazamiento de la villa. Las ermitas eran abundantes:
Santa María del Castillo, San Sebastián, San Nicasio, San León, San Miguel, San Cristóbal,
Santo Toribio y Santa Elena del Puerto.414 La población se duplicó entre 1468 y 1575, al-
canzando el máximo en 1494. Al igual que en número de cuantiosos, ocupaba el segundo
lugar del Campo de Montiel. Aunque la mayoría de los habitantes eran pobres, existiendo
sólo trece casas de hidalgos.415
La aldea de Alcubillas ya pertenecía a la Orden en 1181,416 estando encuadrada
para 1275 en el término de Montiel.417 Desconozco el momento en que pasó a integrarse en
esta encomienda, aunque sí sabemos que obtuvo el privilegio de villazgo en 1539.418 Solía
tener una fortaleza, pero la mandó derribar el maestre don Alvaro de Luna durante sus lu-
chas con Rodrigo Manrique.419 En 1494 se construía de nuevo la parroquia de Santa María
Magdalena, de cal y canto. Sólo había una ermita, la de Santa María de la Carrasca.420 Su

250
población era bastante secundaria, en 1468 sólo tenía 40 vecinos, llegándose al centenar
veinticinco años después. También los cuantiosos eran escasos, porque la población era
pobre, ya que sólo habrá una docena de personas que tienen suficientemente de comer.421
No había ningún mayorazgo. Sabemos que la encomienda existía ya al menos en 1329
cuando su comendador Ruy Pérez se hizo cargo de la administración de las casas de
Jaén.422 Los comendadores de la segunda mitad del siglo XV y primera del XVI fueron
sucesivamente un Alarcón, un Cabrero y un Fuensalida.423

44) Encomienda de Montiel


Estaba formada por las villas de Montiel, La Puebla, Cózar y La Ossa y la aldea de
Santa Cruz, además de las de Torres y Cañamares, las cuales formaban encomienda aparte.
También existían los lugares de San Felices, el castillo padrastro de San Polo, Eznavejor, la
Algecira del Guadiana y, probablemente, las ahora dehesas de El Salido y Zahora. Montiel
había conocido buenos tiempos, ya que en el siglo XIII, al tiempo de la conquista y repo-
blación, disfrutaba de la jurisdicción de todo el Campo de su nombre, excepto el denomina-
do tercio de Alhambra. Titularidad del Partido que aún en esta época de fines del XV con-
servaba, no obstante, en la primera parte del siguiente siglo tanto ésta como la vicaría de
Montiel pasaron a la próspera Villanueva de los Infantes.424 Se discute la fecha exacta de la
caída en manos cristianas de la villa, pero no cabe duda de que eso sucedió en la década de
los años veinte del siglo XIII, siendo rápidamente entregada la villa y su tierra a la Orden
de Santiago, que acudió en seguida a su colonización, en pugna con el concejo alcaraceño,
que le disputaba esos territorios.425 Se puede dar por terminada esta repoblación en 1232,426
aunque luego se hubieron de conceder muchas mercedes para complementarla: en 1243 don
Pelay Pérez, al tiempo que a Alhambra y Segura, le concedió fuero de Cuenca; dieciocho
años más tarde el mismo maestre eximió de pechos por un año a los nuevos pobladores,
corrigió algunas disposiciones de aquel fuero y les cedió Cózar y Alcubillas por aldeas.427
La actividad más próspera era la agricultura, aunque se echaba en falta aceite, fruta
y pescado, así como paños.428 La fortaleza era la llave del Campo de Montiel; este fuerte
castillo constaba de siete torres sobre una peña unidas por una muralla. Tenía en su interior
una casa de aposentamiento para los maestres y otra de bastimento.429 La iglesia parroquial
estaba bajo la advocación de San Sebastián, quedando aún entonces restos de la antigua
iglesia de Nuestra Señora, entre el castillo y la villa. Las ermitas eran las siguientes: Santa
María de Segurilla, Santa María del Campo y en El Salido las de San Bartolomé y Santa
María.430 Llevaba el comendador las penas y calumnias, los derechos de la feria, además de
las peonadas y cabezas de moros, gran cantidad de rentas en molinos y hornos y los yanta-
res del Campo, recibía, así mismo, los diezmos y arrendamientos de diversos bienes territo-
riales. La población se duplicó en la segunda mitad del siglo (200 vecinos), permaneciendo
inalterada a los largo del siguiente. La mayoría de la población cristiana estaba exenta de
pechos (como caballeros de cuantía y de fuero, hidalgos, viudas y menores), mientras los
mudéjares soportaban casi todo el peso de la tributación.431
La Puebla de Montiel (luego del Príncipe), alcanzó su privilegio de villazgo allá
por 1555;432 había una torre de dos bóvedas, circundada por una barrera en mal estado.433
La parroquial estaba dedicada a Santa María y las ermitas una a Santa María de Mairena y
otra aún innominada, ya que la construía el concejo en 1494 dando el vecindario un celemín
de cada cahiz de trigo que se cogía.434 Su población experimentó grandes variaciones, pues
se triplicó entre 1468 y 1555. La mayoría era gente sencilla, no apareciendo un cuantioso
más que en 1494.
Santa Cruz de Montiel, aldea de Montiel aún al término de las Relaciones, no te-
nía fortificación alguna. Al igual que en el anterior lugar, el comendador de Segura tenía
algunas rentas y posesiones.435 La iglesia era de la advocación de San Bartolomé y la única
ermita de la de San Cristóbal.436 Era lugar de escasa población, pues en su mejor momento

251
sólo tuvo 40 vecinos, que quedaron en 25 en 1578, no apareciendo un cuantioso más que en
1494.
La Ossa de Montiel, villa desde 1410, en que el Infante don Enrique les dio fue-
ros, por los que estaban exentos de mantener cuantiosos y pagar pechos a la Orden.437 No
tenía ninguna defensa. Llevaba el comendador los diezmos, calzas, monopolios, feria y
portazgo. Existía una iglesia dedicada a Santa María Magdalena y una ermita bajo la advo-
cación dúplice de San Pedro y San Felices.438 La población se mantuvo relativamente esta-
ble, oscilando entre 70 y 100 vecinos; a pesar de ser villa muy pobre439 y del privilegio
citado, en 1515 mantenía cinco cuantiosos y dos diez años después.
Cózar, villa perteneciente en todo salvo en el horno a la Mesa Maestral, no estaba
defendida por ningún tipo de fortificación.440 Sólo había un edificio religioso: la parroquial
de San Vicente.441 Villa próspera, experimentó un extraordinario crecimiento demográfico,
pasando de 20 vecinos a 350 entre 1468 y 1578; lo que también se ve reflejado en el núme-
ro de cuantiosos.
Como se puede apreciar, las rentas del comendador estaban muy disminuidas por
las enajenaciones de las aldeas a la villa y por el gran número de rentas que poseía la Mesa
Maestral en el Campo. El valor de la décima pagada así lo demuestra, al igual que el núme-
ro de lanzas que había de mantener, que se redujeron paulatinamente de 7 a dos entre 1468
y 1475. Encomienda formada desde el comienzo de la repoblación de la villa, ocupó en
aquellos momentos el tercer lugar en importancia de toda la Provincia, después de Uclés y
Segura, cabezas las tres de sus respectivas comunidades de villa y tierra. Nos han llegado la
mayoría de los nombres de sus comendadores, sin embargo, entre 1468 y 1511, al menos, la
ocupó don Gonzalo Chacón, hombre de confianza y cronista de don Alvaro de Luna, que
ocuparía también distintos oficios en la Casa real y en la de los maestres, llegando a amasar
un señorío de tipo medio; casado con la hija de un trapero, uno de los vecinos más adinera-
dos de la villa, le sucedió su nieto del mismo nombre.442

45) Encomienda del heredamiento de Ruidera


En realidad, era una heredad despoblada, compuesta por un cortijo que tenía una
torre de tres pisos y mazmorra al centro, que había sido derribada en las guerras con el
maestre de Calatrava, don Pedro Girón.443 La ermita de Santa María de la Blanca estaba en
muy mal estado, en tiempos había sido iglesia parroquial.444 A la ribera del Guadiana había
seis ruedas de molino, dos batanes, una huerta y dos tiradores de paños. La casa tenía un
buen término y el río mucho pescado. Toda ella por su valor es digna de maestres,445 en
efecto, sus rentas eran muy considerables, cuadruplicadas entre 1468 y 1494, treinta años
más tarde se alcanzaba un máximo de 280.000 mrs. Al tiempo de las Relaciones rentaba
600.000 mrs.446 A pesar de estar en término y jurisdicción de Alhambra, todas esas rentas y
propiedades pertenecían a la Mesa Maestral, aunque no siempre las cobró: en 1421 era
tenedor Alfonso Fernández de Ocaña, posteriormente el Infante don Enrique la dio en en-
comienda a don Lorenzo, hijo del marqués de Santillana, a quien se la quitó Juan II para
entregarla al conde de Osorno, entregándole a aquél la encomienda de Azuaga.447 Este
conde le trocó a Pedro de Lisón, comendador de Villoria, su heredad por esta encomienda;
volvió a manos del maestre en tiempo de los Reyes Católicos.

46) Encomienda de Torres y Cañamares


Estaba formada por esas dos aldeas de Montiel. Torres de Montiel no estaba pro-
tegida por ninguna fortificación, a pesar de su exiguo perímetro urbano; tan sólo una casa
de la encomienda en las afueras tenía muralla. Las rentas eran pocas y escasas en valor (los
diezmos, un par de dehesas, el horno, dos molinos y la martiniega), siendo las más cuantio-
sas el diezmo de pollos de todos los lugares del Campo de Montiel y la dehesa de Jabalón.

252
En total se cuadruplicaron en los cincuenta y siete años de nuestro estudio. La iglesia de
Torres estaba dedicada a Nuestra Señora, mientras la única ermita del término era de San
Blas.448 Su población nunca fue muy importante, llegando a despoblarse a comienzos del
siglo XVI, sólo en 1515 dos de sus trece vecinos eran caballeros de cuantía.
Cañamares no tenía defensa alguna ni casa de encomienda. Su iglesia se dedicaba
a Santa María de los Mártires o de Cañamares y la ermita a Santa María de los Monesterios.
Su población nunca pasó del centenar de habitantes, aunque se mantuvo con cierta estabili-
dad. Debía de ser gente muy pobre, pues nunca hubo cuantiosos. Desconozco el momento
en que la encomienda fue segregada de la de Montiel, aunque debió de ser en la primera
mitad del siglo XV. El primer comendador conocido es de 1468, Diego de Guzmán, que se
mantuvo doce años, al menos, en el cargo. El resto son de apellido poco renombrado.449

47) Encomienda de Villahermosa


Estaba constituida por las villa de Villahermosa y Fuenllana. Villahermosa, antes
llamada Pozuelo, fue hecha villa por el Infante don Enrique en 1440,450 sacándola del alfoz
de Montiel. Su tierra era muy rica en cereal y vino, criándose buenos ganados, pero faltaba
aceite, pescado y fruta.451 No estaba cercada ni tenía fortaleza ni casa llana, pues el mismo
Infante la había hecho encomienda; antes pertenecía a la Mesa Maestral.452 Tenía el comen-
dador los rediezmos, el yantar y la escribanía. Su valor aumentó extraordinariamente en
nuestro período, pasando de 35.000 a 300.000 mrs. La iglesia estaba bajo la advocación de
Santa María, mientras su única ermita se dedicaba a San Pedro de las Cabezas.453 La pobla-
ción siempre fue importante, experimentando un gran crecimiento, situándose en 1578 en
2.500 habitantes, todos ellos ricos ganaderos y labradores, desconociéndose prácticamente
la pobreza: en efecto, ocupaba el tercer lugar del Campo de Montiel por el número de cuan-
tiosos y existían 12 casas de hidalgos en la villa.454
Fuenllana, villa desde fines del siglo XIII,455 pertenecía a la Mesa Maestral, la
cual llevaba, además, rediezmo de pan, los menudos, pedido, yantar y escribanía; también
la encomienda de Montiel llevaba buen número de derechos. No estaba cercada y el castillo
había sido derrocado en las guerras de Alvaro de Luna y Rodrigo Manrique.456 La iglesia
estaba bajo la advocación de Santa Catalina, existiendo tres ermitas: San Cristóbal, San
Salvador y San Sebastián.457 La población, aunque inferior a la de Villahermosa, era muy
respetable, pues alcanzó los mil habitantes en 1525. Aunque a comienzos del siglo XVI se
contaban diez caballeros de cuantía, al tiempo de las Relaciones sólo figuraban cuatro casas
de hidalgos.458 Durante esos primeros años del quinientos se vinculó la encomienda a la
familia de Orozco, heredada en el Valle de Salazar.459

48) Encomienda de Villanueva de la Fuente


Compuesta por esa villa (también conocida como Villanueva de Alcaraz), los he-
redamientos de Gorgogí, Balazote, Villafranca y Cañamarejo y algunas propiedades en
Alcaraz. Desde los comienzos de su repoblación, en la tercera década del siglo XIII, su
posesión la mantuvo la Orden en continuo enfrentamiento, a veces armado, con los del
concejo de Alcaraz.460 Las vicisitudes por las que discurrió esta villa fueron muchas, aun-
que para nuestra época no se habían calmado los ánimos, la situación era clara: por un lado,
vasallos y jurisdicción pertenecían a los alcaraceños, mientras la tierra era atribuida al co-
mendador santiaguista.461 La adquisición de los entonces lugares poblados de Gorgogí y
Balazote se llevó a cabo en la primera decena del siglo XIV,462 mientras las propiedades en
la villa de Alcaraz comenzaron en 1239,463 continuándose posteriormente. Ignoro el modo y
el momento de la apropiación del resto de las heredades, aunque ya constaban en los térmi-
nos de la Orden establecidos por Fernando III en 1243.464

253
A juzgar por el valor de las rentas, debió de ser grande su capacidad productiva.
Había sendas torres rodeadas de sus cortijos en Villanueva y Gorgogí, aunque en mal esta-
do.465 Las casas de bastimento habían sido derribadas por los de Alcaraz en 1475.466 Si
exceptuamos el tercio de los diezmos de pan y vino, que llevaba el arzobispo toledano, el
resto se los atribuía el comendador de la villa, además de tierras cerealeras, viñas y huertas
en Alcaraz, las dehesas de Balazote y Gorgogí, los derechos monopólicos y ciertos ingresos
eclesiásticos. Los cuales rindieron importantes ingresos, aumentando de 80.000 mrs. a mil
florines en estos cincuenta y siete años, índice de estabilidad. Los edificios eran la iglesia
de Santa María en la villa y la ermita de Santa María de Gorgogí.467 La población era prós-
pera y numerosa: el único dato que poseemos es el de 1494, en que había 300 vecinos. No
conocemos los cuantiosos, pues dependían de Alcaraz.468 Al menos desde 1478 hasta los
años treinta del siglo siguiente fue comendador Alfonso Ruiz de Solís, que fue sucedido en
1539 por su hijo Diego.469

49) Encomienda de los Bastimentos del Campo de Montiel


Son pocos los datos que tenemos sobre esta encomienda; no cabe dudar de su anti-
güedad, aunque el primer dato conservado proceda de 1329. Parece que en el siglo XIII sus
funciones eran dobles: el mantenimiento logístico de las huestes santiaguistas en campaña y
la recaudación de los diezmos de la Mesa Maestral en el citado Campo. En la época final
del siglo XV ya había perdido ambas funciones, siendo una encomienda ordinaria más.
Estaba dotada con las primicias de trigo, cebada y centeno de las villas y lugares del Cam-
po. Ni esta encomienda ni la de la Mancha llevaban primicias de vino, como la de León, lo
que iba en gran agravio de las castellanas.470Además, percibía el diezmo y terrazgo de una
serna en Montiel, arrendada en 32 fanegas de pan. En total rentaron en 1468 los 35.000
mrs. y en 1495, 661 fanegas de trigo y 758 de cebada y centeno.471 En Montiel tenía unos
suelos de casas derrocadas desde mucho tiempo atrás, de manera que el comendador no
había de reparar fortaleza ni casas. En consecuencia, no hubo de mantener lanzas hasta la
normalización llevada a cabo por Felipe II, quien en 1575 le atribuyó dos. Entre 1468 y
1495, al menos, fue comendador Francisco de León.472

50) Encomienda Mayor de Castilla


El comendador mayor poseía en el Campo de Montiel las villas de Almedina, Te-
rrinches y Torrenueva, junto con el lugar del Hinojo, en término de la segunda.473 Almedi-
na, junto con las dos localidades restantes, hubo de reconquistarse al tiempo que el resto
del Campo. Para 1268 esta villa formaba encomienda independiente.474 El nombre, por sí
solo, indica su antigüedad. No había ninguna fortificación. Llevaba el comendador la escri-
banía, los monopolios y alguna heredad, por un valor de 50.000 mrs. La iglesia estaba dedi-
cada a Santa María y las ermitas a Santa María Magdalena, San Sebastián, San Cristóbal y
San Nicasio.475 A pesar de ser tierra pobre, la población era importante: 400 vecinos en
1468 y en 1525, viéndose reducida a casi la mitad en los años intermedio. Los caballeros de
premia oscilaron entre 6 y 10, no existiendo hidalgos al tiempo de las Relaciones.476 Des-
conozco el momento en que pasó a integrarse en la encomienda mayor.
Terrinches, al igual que las restantes villas, por su antigua pertenencia al Campo
de Montiel, había de juzgarse al fuero de Cuenca. El suelo era poco bondadoso con los
vecinos, aguantando mal la labranza, aunque permitía algo de cría ganadera.477 La torre de
la villa estaba rodeada de un cortijo, donde el comendador ponía su alcaide.478 El comenda-
dor percibía los diezmos, los yantares del Campo de Montiel, menos en La Ossa y Alban-
chez, los hornos, la escribanía y el portazgo. Sobresalía el diezmo de ganado lanar y cabrío,
que representaba más de las tres cuartas partes del total, que rondaba los 180.000 mrs. La
parroquial estaba encomendada a Santo Domingo y las tres ermitas a Santa Luciana, San

254
Marcos y San Cristóbal.479 La vecindad rondaba los 500 habitantes. Había 40 hidalgos a
fines del siglo XV, aunque la mayor parte de la población era pobre, destacando sólo tres o
cuatro personas que al tiempo de las Relaciones superaban los 7.000 ducados de hacien-
da.480 Los cuantiosos nunca fueron muchos.
Torrenueva, hecha villa en 1440 por el Infante don Enrique, era una localidad
próspera por sus buenas posibilidades agrícolas.481 No estaba cercada ni poseía torre algu-
na,482 sólo tenía la encomienda una casa de bastimento. Eran privativos del comendador los
diezmos, los hornos, el pedido, portazgo y escribanía, además de la dehesa de Hitos, en la
Torre de Juan Abad, que era su principal ingreso, junto con el diezmo del vino. En total
sobrepasaban los 100.000 mrs. La parroquial estaba encomendada a Santiago, al igual que
una ermita enclavada en el antiguo emplazamiento de la villa. Las restantes ermitas se dedi-
caban a San Sebastián y San Cristóbal.483 Rondaba los mil habitantes la población durante
este período. Todos eran labradores, menos cinco hidalgos.484 Los caballeros de cuantía
oscilaban en torno a la decena.485

E) Provincia de Jaén
51) Encomienda de Beas de Segura
Estaba constituida por la villa de Beas y cierto número de localidades (Allozar,
Natro, Torre Losanco y Santa Rufina).486 Conquistada al tiempo que todo el Valle de Segu-
ra, fue donada en primera instancia a don Juan, canciller de Fernando III, el cual la permutó
a la Orden en 1239 por ciertas heredades en Castilla la Vieja.487 No queda claro, pero pare-
ce que ya desde este momento quedó vinculada al Campo de Montiel y así se mantuvo
hasta el siglo pasado, pues formaba parte del Partido de Villanueva de los Infantes. El solar
era apropiado para la producción frutera, aunque no era autosuficiente en cereal.488 Tenía
una buena fortaleza, bien pretilada y almenada, con varias torres enderredor, la principal de
ellas la Abejuela, que daba al arrabal. La villa no estaba cercada, aunque era de fácil defen-
sa por su retraimiento, existiendo una villeta donde habitaban varios vecinos, en la que se
refugiaban todos en tiempo de guerra.489
Se reservaba el comendador los derechos de la jurisdicción, las carnicerías, los
monopolios, diversos censos de inmuebles y raíces, estando constituida la principal partida
por los diezmos, en especial, por los de ganados y cáñamo. Su valor era grande en un prin-
cipio, aunque tan sólo se había duplicado en 1525. El maestre sólo llevaba el pedido. Ocu-
paba el tercer lugar en importancia de toda la Provincia. La iglesia se levantaba de nuevo en
1495, estando dedicada a Santa María, mientras las dos ermitas existentes estaban bajo la
advocación de San Sebastián y Santa Rufina. Había un monasterio de franciscanos.490 En
1468 tenía 4.000 habitantes, lo que, al decir de los visitadores, la situaba como la mejor
villa de la Provincia, después de Ocaña,491 pero en adelante no haría sino perder población;
sólo en 1575 logró superar el tope inicial. El número de caballeros de premia era el mayor
de las localidades gienenses, en pugna con Siles, lo que se corresponde con el número pos-
terior de hidalgos. Sin embargo, la mayoría de la población era pobre y sólo unos pocos
privilegiados superaban los 7.000 ducados de cuantía.492 Existía la encomienda al menos
desde 1329. Tres linajes importantes se sucedieron en ella: Valderrábano, Enríquez y Al-
mazán.493

52) Encomienda de Bedmar y Albanchez


Compuesta por las villas de Bedmar y Albanchez, el despoblado de Cuadros, la
mitad de Canena y propiedades territoriales por todo el reino de Jaén (Jaén, Ubeda, Baeza,
Andújar, Linares, Santisteban del Puerto y Mengíbar). Aunque la fundación de la enco-
mienda como tal es bastante tardía —a comienzos del siglo XV— las donaciones de sus
pertenencias empezaron poco después de la conquista del reino: en Andújar (Cabeza Gorda,

255
Jándula, Baños, la Tejera, la Azuda) desde 1236 se constituye un importante patrimonio a
partir de estas propiedades y varias casas en la villa.494 En Baeza ese mismo año le fueron
donados por el concejo dos molinos y una heredad en el camino del vado de la Higuera y
Vilches.495 En término de Ubeda habían comprado en 1239 a Pedro López de Arana lo que
había recibido en el repartimiento por valor de 300 mrs.496 De manos de Fernando III reci-
bió la Orden también diversas heredades y casas en Santisteban y Linares.497 Después de
1246, la viuda de Fernando Osórez empeñó el heredamiento recibido en el repartimiento de
Jaén a la Orden.498 En ese mismo año el rey donaría al instituto las casas de Rabí Zulema en
Jaén, quince aranzadas de viña y cuatro de huerta en la Torre de Mezquitiel, junto con dos
paradas de molino, además del cortijo de Maquiz, en Mengíbar, de quince yugadas de la-
bor.499 A finales del siglo XV estos bienes se habían multiplicado mucho, aunque el escaso
control que la Orden había ejercido sobre ellos propició el que se perdiera la memoria de
ello, pasando a manos de sus arrendatarios o de aquéllos a quien éstos los habían traspasa-
do.500
En término de Bedmar se hallaban los despoblados de Cuadros y el antiguo em-
plazamiento de la villa.501 Conquistada en el siglo XIV, la implantación de la Orden aquí se
remonta a 1398, año en que Enrique II concedió al maestre el almojarifazgo de la villa,502
siendo posible que para ese año ya estuviera formada la encomienda, pues en 1403 se daban
a censo todas las heredades antes citadas.503 En 1408 el rey de Granada había dejado des-
truida la villa y su fortaleza, tras matar y cautivar a todos sus habitantes; el caballero gie-
nense Luis López de Mendoza, desoyendo las advertencias del sultán, se introdujo en la
villa y bajo las órdenes de Fernando de Antequera, rey de Aragón y administrador de la
Orden de Santiago, empezó la construcción de una fortaleza en un lugar inexpugnable,
llamado Santa María, que por muerte del Trastamara quedó inconclusa.504 Su tierra era
excelente solar agro-pecuario,505 siendo autosuficiente en su abastecimiento. La fortaleza,
una torre rodeada de su cortijo y emplazada sobre una fuerte peña, se terminó en 1411,506
sufriendo muchos desperfectos a lo largo del siglo, merced a su situación en la primera
línea de la frontera: en 1440 la barrera andaba por los suelos,507 pero cuatro años más tarde
estaba todo reedificado.508 Las rentas de la encomienda eran muy numerosas: penas y ca-
lumnias en las villas de su señorío, portazgo de Bedmar, señorío del río desde el Molinillo
Viejo al puente de Cuadros, diversos monopolios, los diezmos (menos el noveno del obispo
de Jaén) y gran cantidad de censos de casas y heredades por todo el reino. Destacan por su
valor los diezmos de Albanchez, que significaban la tercera parte del total. Este apenas se
triplicó en este período, aunque siguió siendo importante.
La parroquial de Santa María se había construido alrededor de 1440, pues la ante-
rior de Santiago hubo que abandonarla, junto con todo el emplazamiento de la villa a causa
del peligro nazarí.509 Las ermitas, tan numerosas como poco dotadas, eran de San Sebastián,
San Marcos, Santa María de Cuadros, San Nicasio y San Cristóbal. La población rondaba
los mil habitantes, si exceptuamos el brusco descenso de 1507. Los cuantiosos venían a
representar el 8% del total, ocupando el primer lugar del reino en 1524. La mayoría de la
población era pobre, aunque no pasaban necesidad; sólo había cinco o seis hidalgos.510
Albanchez fue comprado en 1338 por Alfonso XI a Ruy Fernández de Jódar en
19.000 mrs. para entregarlo, acto seguido, al concejo de Ubeda.511 Antes de 1419 había
pasado a manos de la Orden, pues el Infante don Enrique en esa fecha la hizo villa sobre sí,
apartándola de Bedmar.512 Por su situación en tierra montuosa la labranza daba poco de
sí.513 La fortaleza estaba dividida en dos partes, careciendo de barrera. Su encasamiento
está tan alto e tan fuerte que non es cosa de desir.514 La parroquial estaba dedicada a Nues-
tra Señora; la anterior iglesia de Santa María del Rosal, estaba desdotada. Sólo había una
ermita, que estaba dedicada a San Marcos.515 Hasta el momento final la población rondaba
los 400 habitantes, no pasando de tres los caballeros cuantiosos; y es que la mayoría de la
gente era llana, aunque no había hidalgo alguno, existía cierta igualdad.516

256
Canena se dividía por mitad entre las Ordenes de Calatrava y Santiago. El segun-
do barrio era algo mayor, en 1494 frente a 40 vecinos santiaguistas, Calatrava tenía 30.517
En el pedido pagado al rey treinta años antes la primera satisfizo 3.312 mrs. frente a 2.494
de los calatravos.518 Sin embargo, el concejo era uno solo, siendo compartido el señorío por
las dos instituciones militares.519 La parroquial del barrio de Santiago estaba bajo esa advo-
cación.520 La fortaleza santiaguista era una castellana muy fuerte, con un grueso muro de
cal y canto y una buena torre del homenaje, con cava alrededor.521 En 1468 el cortijo estaba
derribado, pero para 1494 no quedaba piedra sobre piedra,522 pues diez años antes lo habían
mandado derribar los Reyes Católicos. Los vecinos eran pocos, aunque experimentaron un
suave aumento, no existiendo más que uno o dos cuantiosos. Los comendadores desde la
mitad del siglo XV estaban adscritos a la familia de la Cueva, señores de Solera y, luego de
la compra de la villa en 1559, señores de Bedmar.523

53) Encomienda de Santiago de Montizón


Su cabeza era el castillo de Montizón, situado en una dehesa despoblada llamada
de Santiago —probable antigua Eznavejor—, se hallaba compuesta también por las villas
de Chiclana, Villamanrique y Torre de Juan Abad, además de la heredad de Linarejos, en
Santisteban del Puerto. Bien entrado el siglo XVI la nueva puebla de Castellar de Santiago
entró a formar parte de la encomienda. Todo ello a caballo entre las actuales provincias de
Ciudad Real y Jaén. La fortaleza de Montizón, sita en el término de la Torre de Juan
Abad, a pesar del duro asedio a que se vio sometida durante el maestrazgo de Rodrigo Man-
rique, se conservaba muy bien al tiempo de las Relaciones Topográficas.524 Este castillo,
que enseñoreaba todo el Campo de Montiel, había sido donado a la Orden en 1227.525 En su
interior había una capilla dedicada a la Virgen.526 Cerca de ella se hallaba el despoblado de
Joray,527 del que sólo quedaban restos de un castillo.
Chiclana había sido ya conquistada para 1235, en que fue permutada por Fernan-
do III a su canciller por Sandolilla.528 No mucho después pasaría a formar parte del señorío
de la Orden. La agricultura y la ganadería daban para sustentar a sus vecinos, aunque no
extraían ningún beneficio de los excedentes.529 La villa se hallaba cercada, estando domina-
da en lo alto por un excelente castillo.530 Las rentas de la encomienda eran muy numerosas:
además de los diezmos, monopolios y unas importantes dehesas, llegaba la mesta de Torre
de Juan Abad, los yantares, castillerías, montazgos, obradas, portazgo y portazguillo, ade-
más de penas y calumnias y otros derechos más específicos. Su valor siempre fue importan-
te, destacando lo relativo a la ganadería: sus diezmos y las dehesas de pasto. La iglesia era
de Santa María, mientras las ermitas estaban dedicadas a San Juan, San Sebastián, Santia-
go, San Bartolomé y Santa María Nazarem; en término de Castellar de Santisteban tenía
otra ermita.531 Sus habitantes siempre superaron el listón de los mil, si exceptuamos el ba-
che de 1498, siendo durante el siglo XV la primera localidad de la Provincia por el número
de cuantiosos. Cuando las Relaciones sólo había un hidalgo, siendo la mayor parte jornale-
ros y de los 80 labradores sólo uno superaba los mil ducados de hacienda.532 Chiclana era la
cabeza real de esta encomienda.
Villamanrique, antes Belmontejo de la Sierra, fue hecha villa en 1474 por el
maestre don Rodrigo, que le dio su apellido;533 anteriormente era aldea de la Torre de Juan
Abad534 y pertenecía, junto con su villa, a la Mesa Maestral, acusándose a Jorge Manrique,
comendador de Montizón, de usurpar los términos dezmeros a aquélla, y así se mantuvo el
contencioso hasta que fue resuelto por vía judicial en 1480.535 Y se comprende la razón del
pleito, pues era buena tierra labrantía y ganadera.536 No estaba la villa cercada, ni tenía
fortaleza alguna; la iglesia se dedicaba a San Andrés y las ermitas a San Sebastián, San
Cristóbal y San Miguel.537 En su término se hallaba el despoblado antiguo de Cernina.538
Llevaba el maestre en la villa pedido, escribanía, portazgo y los diezmos novales, amén de
rediezmos de ganado y tierras viejas. Su población sufrió variaciones numerosas en este

257
período, aunque su número era ciertamente aceptable, mientras el de los cuantiosos era
bastante exiguo, lo que no se corresponde con las veinte casas de hidalgos que había cuan-
do las Relaciones.539 La mayor parte de la gente se dedicaba a labores agrícolas y ganade-
ras, dentro de un contexto de riqueza.
En término de Torre de Juan Abad había gran número de lugares (Villagrado,
Almonecí, Fuente el Alamo y San Pedro el Sabinar).540 Pertenecía a la Mesa Maestral, la
cual llevaba casi todas las rentas; económicamente era autosuficiente.541 No había ninguna
defensa. La iglesia parroquial estaba bajo la advocación de Santa María y las ermitas bajo
las de San Pedro de la Mata, sin rentas, y la de Santa María de la Vega, que más bien era un
monasterio franciscano, con clérigo incluido: bien dotada, era una casa de mucha devoción,
donde acudía mucha gente el día de Santa María de septiembre.542 Despoblada esta villa
durante las guerras de don Rodrigo, se repobló rápida e incesantemente, llegando a 300
vecinos durante las Relaciones,543 crecimiento reflejado en los caballeros de cuantía, que en
1525 eran doce; número coincidente con el de hidalgos cincuenta años después. La mayoría
eran labradores, aunque existían dos casas de mercaderes de paños y algunos menestra-
les.544 Había sido su comendador Jorge Manrique por gracia de su padre y le heredó su hijo
Luis, en pugna con Diego de Iranzo, hermanastro del Condestable Miguel Lucas. Tras 1513
los Cabanillas se sucedieron en este distrito.545
Castellar de Santiago fue fundada en 1548, alcanzando el villazgo dieciocho años
más tarde. Anteriormente no había existido población alguna. Era tierra rica para labranza
de cereal y cría de ganado; evidentemente no tenía ninguna fortificación, siendo la parro-
quial de Santa Ana el único edificio de lustre. Sus privilegios propiciaron un gran desarro-
llo demográfico, ya que al tiempo de las Relaciones contaba con 370 vecinos, distribuidos
en 340 casas de labradores y el resto de hidalgos, aunque sólo seis de ellos tenían ganadas
las correspondientes ejecutorias. La mayoría de los vecinos se dedicaban a labores prima-
rias.546
54) Encomienda de Segura de la Sierra
Esta extensa encomienda estaba formada a fines del siglo XV por las villas de Se-
gura, con su arrabal de Orcera, Siles, Hornos y Albaladejo de los Freires, y por las aldeas de
Torres de Albanchez, Génave, Villarrodrigo, Las Vayonas y la Puerta, así como por los
lugares de Catena y la Venta de Secilla. En pleno siglo XVI viene a integrarse la nueva
puebla de Santiago de la Espada.
La villa de Segura, cabeza de un señorío musulmán en la zona, al menos desde el
siglo XI, fue entregada a la Orden en 1242, poco después de su conquista,547 con los térmi-
nos a caballo entre los reinos de Jaén y Murcia. Estos términos le fueron confirmados un
año más tarde por el Infante don Alfonso y, dentro de una comunidad de villa y tierra, se
componían de los lugares de Moratalla, Socobos, Vicorto, Guta, Letur, Pliego, Férez, Abe-
juela, Liétor, Aznar, Abenéizar, Nerpio, Volteruela, Taibilla, Yeste, Agraya, Catena, Al-
banchez, Huéscar, Miravet y Burgueya.548 La mayoría de ellos situados en la sierra sur
albaceteña y reino de Murcia, que a lo largo de los siglos XIII y XIV se independizarán
como villas y encomiendas individualizadas: Moratalla, Socobos y Yeste.
Catena era el despoblado arriba citado, mientras Albanchez debe de hacer referen-
cia a la Torre de Albep de los primeros tiempos de la conquista.549 En la actual provincia de
Granada estarían Huéscar y Volteruela: la primera se perdió pronto550 y la segunda debió de
ser repoblada en el siglo XIV por don Fadrique, pues en las Relaciones era conocida como
la Puebla de don Fadrique —su actual denominación—, aunque estaba fuera del señorío de
la Orden.551 El mismo año 1243 el Infante don Alfonso donó a la Orden Galera552 y, asi-
mismo, el Infante don Sancho donaría el cercano castillo de Castril treinta y nueva años
después.553 Territorios todos ellos granadinos, dependientes, junto a Orce y Castilléjar, del
alfoz de Huéscar, que se perdieron en la primera mitad del siglo XIV. Pero los territorios
que a la postre formarían esta encomienda se habían ido consolidando desde un comienzo:

258
en 1235, Torres de Albanchez,554 en 1239, Hornos,555 en 1242, Segura de la Sierra,556 en
1276, Chincóyar y Neblí557 y Orcera y Amusco en 1285.558 La repoblación debió de resultar
muy difícil por su situación fronteriza, aunque la donación del fuero de Cuenca fue una
gran ayuda,559 habiéndose constituido dos años antes, en 1242, la encomienda.560
La primacía de Segura de la Sierra queda clara desde el primer momento. Situada
en un terreno muy montuoso, era mala tierra de labor, sobresaliendo la ganadería y la made-
ra.561 Era una villa muy fuerte, sobre una cuesta, rodeada de una barrera; la fortaleza, de
doble muro y tres torres, con una torre del homenaje de cuatro bóvedas, está tan alta que
pareçe que está en el çielo.562 Eran privativos del comendador los monopolios, martiniegas,
yantares, obsequios, montazgos, las mestas de Segura y Albaladejo, todos los diezmos, las
salinas de Hornos y Siles, las dehesas de Matillas, Burjalista, Zafalfaraz,563 Zahora,564 Pe-
ñolite, Puebla y Villar de Secilla y Burjahariza,565 otros censos, portazgos y derechos de la
jurisdicción, además de una serie de otros derechos. Su valor económico era el mayor de la
Provincia, pasando de medio millón de maravedíes a casi dos cuentos en este período. La
iglesia estaba encomendada a Santa María y las ermitas a San Sebastián, desconociéndose
el nombre de la segunda.566 La población, superior a 150 familias, mantuvo un crecimiento
sostenido, luego disparado en el siglo XVI. No había cuantiosos, pues tenían privilegio en
este sentido; tan sólo había caballeros de gracia, que hacían sus alardes ante los alcaldes
ordinarios commo cavalleros de fuero para gozar de los derechos que los confería su ley
municipal.567 Hidalgos sólo había siete y no eran, en su mayoría, originarios de la sierra; no
había labradores, pues la mayor parte de la vecindad se dedicaba a la ganadería o al trato
con madera.568
Siles, villa desde 1397 por merced de don Lorenzo Suárez de Figueroa,569 estaba
rodeada de una buena cerca de tres torres o cubos, con un arrabal lateral; la fortaleza era de
dos cubos de una y dos bóvedas, unidas por un encasamiento y su barrera mirando hacia la
villa.570 La tierra de labor era poca y mala, habiendo de abastecerse en los partidos veci-
nos,571 por lo que la población, con ser importante, se mantuvo bastante equilibrada en todo
este período —alrededor de mil habitantes—; no obstante, era la localidad que más caballe-
ros de cuantía mantenía. Sólo había tres hidalgos que eran pobres, la tercera parte de la
población eran labradores y el resto pobres jornaleros.572 La iglesia estaba dedicada a Santa
María y las tres ermitas a San Cristóbal y dos a San Sebastián.573 Esta villa era la cabeza
real de la encomienda y donde moraban los comendadores.
Orcera, arrabal de Segura, tenía un cortijo de dos torres, rodeado de un circuito.574
La tierra daba poco cereal y menos ganado, por lo que sus vecinos se habían especializado
en la fabricación de mobiliario y otros enseres de madera de pino.575 La única iglesia estaba
dedicada a San Mateo.576 La población, pequeña en un primer momento, se vio diezmada
en 1478, pero en años sucesivos experimentó un gran crecimiento, alcanzando los mil habi-
tantes en 1525. Como aldea de Segura gozaba de la exención de cuantiosos, y al tiempo de
las Relaciones no había hidalgo alguno, porque la gente del pueblo hes pobre, que sólo tres
o cuatro tenían más de 2.000 o 3.000 ducados de hacienda.577
Torres de Albanchez sólo tenía una torre rodeada de cortijo, pues su fortaleza ha-
bía sido derrocada por Rodrigo Manrique.578 Como el resto de la encomienda, era mala
tierra de labranza, viviendo del abastecimiento exterior. En sus términos se hallaba el casti-
llo abandonado de la Yedra.579 La iglesia estaba dedicada a la Virgen y las ermitas a San
Clemente, San Sebastián, Santa Catalina y la Magdalena.580 La población era de tipo medio,
con un discreto crecimiento en el siglo XVI, siendo escasos los caballeros de premia, como
lo fueron los hidalgos posteriores, pues la mayor parte de los moradores eran jornaleros.581
La aldea de Génave fue elevada al villazgo en 1551 por el rey.582 Tenía una torre
de dos bóvedas, rodeada de un cortijo.583 La parroquial de Santa María y las ermitas de San
Sebastián, San Cristóbal y Santa María del Campo eran sus edificios religiosos.584 También

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su nivel poblacional era mediano, y sus cuantiosos pocos, no existiendo hidalgos cuando las
Relaciones, pues eran todos pequeños labradores y jornaleros.585
Albaladejuelo de la Sierra fue hecho villa por el maestre Rodrigo Manrique, pues
fue en su época cuando comenzó a denominarse Villarrodrigo.586 Sin embargo, según las
Relaciones, alcanzó el villazgo en 1553.587 La torre y cortijo del lugar fueron donados a sus
pobladores en el Capítulo de 1325 por el maestre Rodríguez Coronado.588 La tierra era muy
pobre. La parroquial estaba bajo la advocación de San Bartolomé; las ermitas estaban dedi-
cadas a San Sebastián y a Santa María de Albanchez.589 Había también un monasterio de
beatas de la Tercera Regla de San Francisco, creado por privilegio de Alonso de Cárdenas
en 1488.590 Su población más densa fue la de 1494, sufriendo diversos altibajos en este
período, aunque siempre fue importante. Durante el siglo XV tuvo el máximo de caballeros
de cuantía, sin embargo, a primeros de la siguiente centuria el rey Fernando aumentó el
mínimo de cuantía a 80.000 mrs. en este lugar,591 por lo que decayeron sensiblemente, no
habiendo hidalgos un siglo más tarde.592 La mayoría eran labradores.
La villa de Hornos, situada en la delantera del Valle, era muy fuerte; estaba des-
poblada desde las guerras civiles, al menos lo estuvo entre 1468 y 1480.593 Se les eximió de
todo pecho y de mantener cuantiosos, por lo que en 1495 tenía ya 300 habitantes,594 aunque
debió efectuarse la puebla sobre nuevo solar.595 Tanto había crecido la población que en
1507 ya había desbordado el recinto amurallado, sintiéndose la necesidad de construir un
arrabal.596 A esta nueva repoblación debió de ayudar la buena disposición cerealera de la
tierra,597 aunque faltaba vino y aceite. La población se duplicó en los cincuenta años inter-
medios del siglo XVI, siendo, en su mayoría, labradores pecheros.598 La iglesia estaba dedi-
cada a Santa María y su única ermita a San Bartolomé.599
La aldea de Las Vayonas no tenía ni cerca ni fortaleza; constituida originalmente
por tres barrios, se resolvió en uno.600 La iglesia estaba dedicada a San Andrés.601 La pobla-
ción nunca fue muy alta, despoblándose a lo largo del siglo XVI; la mayor parte eran labra-
dores y no hubo nunca cuantiosos.
Albaladejo de los Freires era una villa descercada, situada en el Campo de Mon-
tiel,602 pobre de tierras y ganados.603 La única fortificación era una casa almenada,604 siendo
la parroquial de Santiago y la ermita de San Sebastián sus edificios religiosos.605 El pobla-
miento, partiendo de un principio algo modesto, creció mucho colocándose en 1478 en
1.500 habitantes. Nunca hubo cuantiosos ni hidalgos, pues los más eran gente pobre,606
existiendo algunos menestrales.
La aldea de La Puerta tenía una torre rodeada de un cortijo.607 Aquí también la
tierra era pobre. La iglesia estaba dedicada a San Andrés y la ermita a San Sebastián.608 Los
habitantes eran escasos y los cuantiosos también; sólo había cuando se efectuaron las Rela-
ciones un hidalgo, que como el resto de la población era pobre.609 Catena era una fortaleza
muy fuerte, que estaba yerma610 y Secilla una venta, entre Chiclana y Villamanrique, donde
se cobraba una roda.611 En 1525 se fundó al sur de este Valle el lugar de Santiago de la
Espada, por vecinos de Segura y Siles. Cuando las Relaciones había 20 labradores, catorce
de ellos dueños de ganado y el resto gente de servicio y pobres. La iglesia estaba dedicada a
Santiago.612 En la segunda mitad del siglo XV eran comendadores los condes de Paredes y
hasta 1575 los Portocarrero; en el siglo sucesivo los duques de Feria. Era la primera enco-
mienda de la Provincia.613

55) Encomienda Mayor de Castilla


Los únicos bienes que poseía la encomienda mayor en el Valle de Segura eran los
relativos a la villa de Benatae. Esta tenía un buen cortijo, que encerraba la torre del lu-
gar,614 en un solar muy montuoso y malo para la agricultura.615 Llevaba el comendador
mayor todos los diezmos completos, el horno de poya, el pedido y la escribanía, además de
los derechos de la jurisdicción. El valor de estas rentas nunca bajó de los 50.000 mrs.616 La

260
parroquial estaba bajo la advocación de Santa María y las ermitas bajo las de Santa Catali-
na, San Bartolomé, San Blas, San Ginés y San Sebastián.617 En la segunda mitad de siglo
sufrió un ligero crecimiento, para quedarse estancada la población en lo sucesivo en 20
vecinos, debido a que no tenía mucho porvenir la villa por la pobreza de la tierra, que
transmitía miseria a sus pobladores. En 1575 sólo había 4 o 5 vecinos que sobrepasasen los
mil ducados, siendo el resto pobres y jornaleros.618 Cuantiosos había pocos, brillando los
hidalgos por su ausencia.

56) Convento de la Madre de Dios de Granada


Esta casa fue fundada por los Reyes Católicos en 1501 sobre un antiguo carmen
nazarí; en ese mismo momento recibió su estatuto y reglas.619 Dentro del monasterio había
una iglesia dedicada a Santiago de bóveda y cuerpo de azulejería, donde moraban priora y
subpriora con 43 monjas profesas, cuatro mozas de servicio y una mandadera; lateralmente
había una casa de freires, que estaban a servicio del convento.620 Para cumplir sus funciones
fue bien dotado por los Reyes, que le hicieron merced de 400.000 mrs. situados en las ren-
tas del pescado, en la alhóndiga zaída y en las tercias de Granada, así como 130.000 mrs.
para dotes de las monjas.621 También recibió un cortijo en Santa Fe, una heredad en Mara-
cena, algunos lotes de tierras en la Alcarria de Alhendín y unas casas en torno al monaste-
rio.
57) Convento de Orán
En 1510 fue ordenado por la reina Juana a don Diego Fernández de Córdoba, al-
caide de los Donceles y capitán general de Tlemecén, que entregase a la Orden de Santiago
la casa que ocupaba el conde Pedro Navarro en Orán, así como la mejor y más cercana
parada de molinos y huerta, para fundar un convento.622 La evolución posterior de esta zona
y la ausencia de otra documentación indica que este proyecto no debió de llevarse a cabo.

F) Provincia de Murcia
58) Encomienda de Aledo y Totana
Se componía de las dos villas mencionadas, la aldea de Pliego, los despoblados de
Yéchar y Chíchar y algunos inmuebles y raíces en la ciudad de Lorca. Aquellas fueron
donadas por Alfonso X a la Orden en 1257;623 cincuenta años más tarde Fernando IV le
entregó Yéchar, siendo encuadrada en la encomienda mayor de Segura,624 mientras que
Pliego fue comprada por don Farrax, moro de Montiel, a Pedro Enríquez de Arana en 1309
por 12.000 mrs., cuando sólo era un castillo.625 El núcleo primigenio de los bienes de Lorca
fue adquirido de don Juan Muntaner en 1294.626 La repoblación de todas estas fortalezas
fue acometida en 1293, en que el maestre concedió fuero de Lorca a Aledo y, presumible-
mente, también a Totana,627 incluyendo una serie de importantes privilegios, los cuales
fueron muy ampliados en el siglo XV con los de Yecla y Murcia, por parte del rey Alfonso
y el Infante don Manuel.628
Aledo era una villa muy fuerte, asentada sobre una peña y rodeada de una cerca
muy caída; a un extremo tenía una importante fortaleza que enseñoreaba todo el reino de
Murcia, de barrera y siete torreones, al centro la torre del homenaje circundada de otra
barrera.629 En cambio, en Totana el único edificio de la encomienda era una casa para habi-
tación.630 El lugar mudéjar de Pliego estaba amurallado y contenía una fortaleza.631 Los
bienes de Lorca eran casas, tierras y tiendas en las collaciones de San Juan, San Jorge, San
Mateo, San Pedro y Santiago.632 Llevaba el comendador todos los diezmos de sus lugares,
los monopolios (hornos, molinos, almazaras, batanes y mesones), los derechos de la juris-
dicción, almagranes y demás derechos de moros, asaduras y algunas propiedades territoria-
les. Económicamente, sufrieron un moderado aumento, pasando de 125.000 a 400.000 mrs.
en este período.

261
La iglesia de Aledo estaba dedicada a Santa María y las ermitas a Santa Olalla,
San Sebastián, San Agustín y Santiago de Totana,633 mientras la parroquial de Totana pare-
ce que se construía en 1525 y era dependiente de la de Aledo, en tanto que la de Pliego,
lugar de cristianos nuevos, se mandó construir en 1498,634 lo que se hizo transformando la
anterior mezquita en templo,635 el cual se puso bajo la advocación de Santiago: la antigua
iglesia de Santa María, dentro de la villa, había devenido ermita.636 Las localidades más
importantes en población eran las dos villas de cristianos, que se mantuvieron ciertamente
estables, mientras la antigua población mudéjar creció de 25 a 60 vecinos entre 1468 y
1525. Los cuantiosos no representaban a gran número de vecinos, apenas el 8 o 9%, su-
friendo grandes variaciones por años; sólo los hubo en las poblaciones de cristianos. Entre
1468 y 1498 detentó la encomienda el señor de Montealegre, instalándose en el primer
cuarto del siguiente los Cabrero, camareros del rey. Existía la encomienda al menos desde
1298.637
59) Encomienda de Caravaca
Constituida por los tres núcleos de población de la antigua bailía de Caravaca, más
Canara. Ignoro el momento en que se conquistaron Caravaca, Cehegín y Bullas, ni el de su
donación a la Orden del Temple, pero para 1286 el rey Sancho, disgustado con el comenda-
dor por haber entregado Bullas a los nazaríes, hizo Caravaca realenga, entregándole otras
dos aldea y el fuero de Alcaraz638 y los términos de época musulmana. Sin embargo, para
1307 volvía a ser templaria, pues el maestre don Rodrigo Yáñez extendió en ese año el
fuero de la nueva villa de Cehegín, y ocho años después don Diego Muñiz introdujo la
mejoría de la responsabilidad personal, traída del Liber Iudiciorum.639 Volvieron al realen-
go luego de la extinción del Temple en tiempos de Fernando IV, para ser donados a la Or-
den de Santiago en 1344 por Alfonso XI, ya definitivamente.640 El mismo día de la dona-
ción, con el claro fin de atraerse a sus nuevos vasallos, la Orden confirmaba los fueros de
Caravaca,641 sin embargo, hasta tres años después para el caso de ésta y uno más para el de
Cehegín, éstos no prestaron el preceptivo pleito-homenaje a la Orden de Santiago.642
Pero los tiempos y la situación fronteriza no estaban ayudando demasiado a la te-
nencia de estas plazas, y en 1352 estaban despobladas, tanto es así que el rey hubo de inter-
venir personalmente.643 Para ello la Orden realizó un grave esfuerzo concediendo en años
posteriores importantes privilegios, fundamentalmente de tipo económico, a los pobladores
de estos lugares,644 que fueron ampliados por los sucesivos maestres durante todo el siglo
XV.645 Caso distinto es el de Canara, cuyo castillo fue vendido por doña Sancha Pérez a
Nicolás Pérez de Valdehorras en 1295,646 pasando por diversas manos hasta 1335, en que
Hurtado Ruiz de Gamarra lo vendió al maestre don Vasco Rodríguez, estando ya poblada la
aldea;647 ese mismo año el concejo rindió pleito-homenaje al maestre, el cual les confirmó
su fuero, que era el de Moratalla, cediéndoles, además, la Muela para que la poblasen.648 En
cualquier caso, en 1345 ya estaba formada la encomienda, compuesta en aquel entonces por
los tres lugares citados, además del castillo de Beneiçaín y la alcarria de Pliego, y ciertos
mantenimientos en dinero y en especie.649 El gran término y la calidad de la tierra hacían de
estos territorios una excelente tierra labrantía, también apropiada para pastos, pero la fron-
tera impedía su desarrollo.
Caravaca tenía una barrera con varias torres en mal estado, mientras la fortaleza
estaba dividida en dos partes, siendo necesaria mucha gente para guardarla; en la primera
parte había una iglesia medio derrocada, un aljibe, una mazmorra y un trabuco mal repara-
do; en la segunda estaba la torre del homenaje, conteniendo la casa de aposentamiento del
alcaide y la capilla de la Vera Cruz.650 La aldea de Canara estaba sobre una peña muy alta
y bien cercada, formando un buen reducto defensivo, mientras la villa de Cehegín, con una
buena cerca, tenía fortaleza con varias torres, la del homenaje en el exterior,651 además tenía
un arrabal.652 Bullas estaba despoblada, quedando sólo los restos de un castillo caído,653 el
cual había sido construido en 1345.654 Eran privativos del comendador los diezmos, los

262
monopolios, tres huertas, la jurisdicción, seda, salinas, montazgos, castillerías, veintenas,
portazgos, la abuela y el puerto de lo morisco.655 Sus valores se duplicaron en esta época,
superando el millón y medio de maravedíes en 1524.
La iglesia mayor de Cehegín estaba dedicada a la Magdalena y las ermitas a San
Sebastián, San Cristóbal, San Agustín y Santa María de Canara, ésta última testigo de la
despoblada Canara, que había ido perdiendo población a fines del siglo XV hasta volverse
yerma en 1524.656 A San Salvador estaba encomendado el templo de Caravaca, edificio de
mucha antigüedad, de tres naves y bóveda pequeña; había las siguientes ermitas: San Barto-
lomé, San Roque y Santa María de las Cuevas del Castillo, todas ellas dentro del circuito
urbano, aunque existía otra iglesia dedicada a la Vera Cruz.657 Como decía, para 1507 Ca-
nara no tenía ya población; sus vecinos sin duda pasarían a protagonizar el espectacular
desarrollo de Caravaca y Cehegín, que pasaron de 2.500 a 5.000 habitantes, siendo las dos
primeras urbes por vecindad de los territorios murcianos de la Orden. Algo similar ocurría
con respecto a los caballeros de premia, que en 1524 sumaban 82. Décimas del prior y
lanzas mantenidas, además del citado crecimiento económico, avalan y confirman su im-
portancia. Por todo ello no es de extrañar que en esta encomienda se consolidaran los Cha-
cón antes de 1480, siendo sucedidos a partir de 1505 por sus descendientes, los marqueses
de los Vélez.658

60) Encomienda de Cieza


Formada por esa villa, los despoblados de Ascoy659 —en el siglo XV huerta—, Ca-
tena y otro sin identificar. Conquistada en la primera mitad del siglo XIII, recibió importan-
tes exenciones de tributos en 1272 por Alfonso X,660 siendo entregada a la Orden nueve
años más tarde, en permuta por la villa de Abanilla.661 Sin embargo, en 1283 volvió al
realengo662 de la mano del mismo monarca, aunque en 1298 ya existía la encomienda de
Cieza.663 Estaba enclavada en una mala zona de labranza y cría de ganado.664 La villa estaba
rodeada a casa-muro, siendo propiedad del concejo el cortijo de la localidad, donde ponían
sus haciendas en tiempo de guerra; en su interior tenía el comendador una casa de su pro-
piedad. La fortaleza de la encomienda, situada encima de una peña, fue derrocada siendo
maestre el rey Enrique, en las guerras con los Fajardo, por el corregidor de Murcia, Diego
López de Sosa, el Adelantado y toda la ciudad. 665 Sin embargo, en 1498 ya se había recons-
truido.666
Pertenecían a la encomienda los diezmos de fuera del término, los de las nuevas
roturaciones, los de la grana, los monopolios, la huerta de Ascoy, una parte de la huerta de
la villa, las rentas derivadas del paso de ganado, carnicerías, veintenas, penas y calumnias
en general y las penas de los alardes, en particular, además de una ración de pan del obispa-
do de Cartagena. Su valor aumentó suavemente, con importantes caídas en 1511 y 1515 a
causa de plagas de langosta; para 1525 rentaba la modesta cantidad de 150.000 mrs. Com-
parativamente era encomienda poco productiva, iniciando un paulatino declive. No poseo
datos sobre los monumentos eclesiásticos, toda vez que su visita pertenecía al diocesano
cartagenero, quien llevaba los diezmos de la villa, salvo los citados.667 Al tiempo de las
Relaciones, la parroquial se dedicaba a Santa María, existiendo las ermitas de San Sebastián
y Santa María de la O.668 Por su situación frontera dos veces fue tomada por los musulma-
nes, la última en 1447, siendo muertas más de cien personas y cautivadas otras quinien-
tas,669 pero para 1468 ya se había recuperado la población, manteniéndose estable durante
nuestro período, si exceptuamos el bache producido en los años 1507-1511. Los cuantiosos
—25 en 1498— sufrieron grandes oscilaciones, situándose en la mitad un cuarto de siglo
después. A partir de 1507 se hicieron cargo de la encomienda los Ribera, vasallos reales,
hasta 1525.670

263
61) Encomienda de Lorquí
Incardinada en esa villa, desde un comienzo estuvo vinculada a la cercana villa de
Ceutí, tanto es así que en 1285 fueron compradas conjuntamente por don Ramón y don
Guillén Alemán.671 La segunda fue donada diez años después a la Orden672 y en 1306 ya
eran ambas de su propiedad.673 Hubieron de ser separadas en este mismo reinado de Fer-
nando IV, cuando la implantación del monarca aragonés en la zona de Alicante, siendo en
lo sucesivo Ceutí dependiente de la encomienda mayor de Montalbán.674 Lugar de origen
musulmán, en la época estudiada estaba poblado sólo por mudéjares, no teniendo ninguna
fortificación, tan sólo el comendador tenía una casa de aposentamiento.675 Llevaba éste los
monopolios, almagranes y cuartos de cebada, trigo y arroz, una vez pagados los diezmos al
obispo de Cartagena. Escaso número de rentas y escaso valor económico. Los diezmos y la
visita de las dependencias eclesiásticas correspondían al diocesano cartagenero, por lo que
no disponemos de datos. La población mudéjar se mantuvo ciertamente estable e igualitaria
en lo social, pues en ningún momento aparecen cuantiosos. Existió como encomienda en
los últimos años del siglo XV, mientras que a partir de 1507 la tuvo en tenencia el caballero
don Manuel de Benavides, señor de Jabalquinto, hasta 1520.

62) Encomienda de Moratalla


Formada por la villa de Moratalla y los despoblados de Zacatín, Ulea y Pliego.676
Este último solía ser de moros y se acababa de quedar sin población en 1468.677 Ulea era
una heredad, distante una legua de la villa, que conservaba su término redondo, con una
torrecilla de tapiería y un corral cercado de dos tapias en alto.678 A siete leguas, camino de
la sierra, estaba la torre de Zacatín, que era un alfolí con sus trojes y un corral rodeándole,
que había sido construida por el comendador Diego de Soto, que invirtió en ello más de
25.000 mrs.679 La implantación de la Orden en Moratalla es anterior a 1223, pues en ese
año el maestre don Garci González dio fuero al nuevo concejo,680 privilegios que fueron
aumentados cuatro años después por don Pedro González.681 El texto legal que utilizaban
era el de Segura, a cuya comunidad de villa y tierra había pertenecido en el siglo XIII.682
El hecho de que los principales ingresos fueran los provenientes de los diezmos de
los productos agrícolas indica un favorable paisaje agrario. El arrabal estaba cercado por el
sistema de casa-muro; la villa tenía una buena barrera y en el lugar más alto había una for-
taleza rodeada de un cortijo de cinco torres, y a un extremo la torre del homenaje, que el
visitador de 1468 no dudó en denominar como maravillosa.683 Tenía el comendador los
monopolios, los diezmos, las veintenas, herbajes y censos de tierras y heredades en Zacatín,
Torre del Carrizal, Ulea, Benamar, La Tejera, Beniçar y Villoria. Multiplicaron su valor por
diez en el período estudiado. La iglesia estaba bajo la advocación de Santa María, siendo
visitadas las siguientes ermitas: Casa de Jesucristo, Santa Quiteria y San Sebastián.684 La
población era muy importante, ascendiendo gradualmente sin ningún bache, llegó a sobre-
pasar los mil habitantes en 1525. Los cuantiosos siempre rondaron la veintena, lo que habla
de una población próspera. Se conoce la existencia de la encomienda desde 1256; en los
años finales de la Edad Media estuvo en manos de los Fajardo.685

63) Encomienda de Socobos


Formada por las villas de Socobos, Letur y Liétor, además de los despoblados de
Híjar y Bueycorto (hoy Vicorto),686 en término de Liétor, y Abejuela en el alfoz de Soco-
bos. Desde el primero momento de su conquista, en la primera mitad del siglo XIII, estos
lugares mudéjares estuvieron adscritos a la comunidad de Segura, como aldeas.687 Estaban
situados en una zona áspera y montuosa,688 más apta para la caza que para labor. Las tres
villas estaban bien defendidas, aunque sus fortificaciones habían sufrido un durísimo casti-
go de los vecinos de Alcaraz, cuando las guerras con el marqués de Villena.689 Letur tenía

264
barrera y fortaleza rodeada de un cortijo de seis torres, algunas tiradas por los alcaraceños y
con los encasamientos quemados. Socobos estaba cercada de ocho torreones, con la fortale-
za encima de una peña, rodeando la villa como una barbacana, mientras Liétor tenía una
fortaleza pequeña y la villa bien cercada.690 Llevaba el comendador de Socobos los diez-
mos, las huertas de la Orden y dehesa, numerosos monopolios, salinas, portazgos y pasos
de ganado. El valor era ya importante en 1468, triplicándose para 1525.
Las parroquiales de Socobos y Letur estaban dedicadas a Santa María y la de Lié-
tor a Santiago, mientras en término de la primera se hallaba la ermita de San Cristóbal, en
Letur la de San Sebastián y las de San Cristóbal y San Sebastián en Liétor.691 Como en
otras ocasiones, la cabeza de la encomienda era el lugar menos poblado del distrito; Letur
respecto de Liétor se mantuvo en la mitad de la población de ésta, que osciló en torno a los
mil habitantes. Tal vez esto se deba al privilegio de la villa, confirmado por Fernando el
Católico, por el que sólo estaban obligados a mantener caballo y armas los vecinos de ha-
cienda superior a los cien mil maravedíes.692 En cualquier caso, no eran muchos los que
mantenían caballo. Desde 1329, al menos, sabemos que era encomienda, la cual fue ocupa-
da desde 1494 por Enrique Enríquez, conde de Ribadavia.693

64) Encomienda del Valle de Ricote


Constituida en el siglo XV por los lugares de Ricote, Blanca, Abarán, Ojós, Ulea y
Villanueva, así como la venta del Puerto de la Losilla. La promesa de donación a la Orden
fue efectuada por el Infante don Sancho en 1281,694 aunque no fue firme hasta cuatro años
más tarde.695 Esta donación incluía, además de Ricote, los lugares de Negra, Abarán, Ojós y
Losilla. En años posteriores Negra hubo de cambiar de nombre, estableciéndose dos nuevas
pueblas: Ulea y Villanueva. Al menos para 1293 la encomienda estaba ya formada, estando
incluida en la de Cieza.696 La organización municipal de esta encomienda de mudéjares
hubo de ser peculiar: sabemos de un alcalde del Valle —Alí ben Muça— y de los viejos de
las aljamas del Valle,697 sin embargo, luego de la conversión de 1502 no aparece más que
un alcalde —Juan Hurtado— en Ricote, no existiendo más oficiales que dos regidores en
cada lugar;698 lo que me lleva a concluir que se respetó su organización tradicional, intento
favorecido por el hecho de que esas aljamas estaban integradas de forma parecida a las
comunidades de villa y tierra, toda vez que no era discutida la preeminencia de Ricote en el
Valle.
No conocemos el texto legal que utilizaban, aunque es de suponer que guardara al-
guna relación —por lo similar de las circunstancias— con las ordenanzas de Abanilla;699 de
todas formas, sabemos de su existencia.700 Los regadíos y las grandes zonas para pastos
hacían de estos territorios un excelente solar para la ganadería y el cultivo. A pesar de su
situación, las defensas del Valle eran pocas y estaban en muy mal estado: la fortaleza de
Ricote, situada sobre un cerro muy alto, tenía barrera y cuatro torreones,701 aunque en 1525
no quedaba ninguna parte enhiesta en ella, dejándola los visitadores como cosa perdida.702
Sólo había dos castillos más, en Blanca y Ulea, ambos despoblados, donde los vecinos se
guarecían en tiempos de guerra.703 Llevaba el comendador los diezmos, penas y calumnias,
portazgo de Losilla, veintenas, monopolios, dulas, almagranes, herbajes y algunos bienes
territoriales. El crecimiento de las rentas fue paulatino y firme, llegando a 620.000 mrs. en
1525.
Como es lógico suponer, todas las iglesias eran antiguas mezquitas, según lo orde-
nado en 1507:704 los problemas que esto suscitó fueron muy numerosos y ya han sido ex-
puestos en el lugar oportuno. La mezquita de Ulea pasó a estar bajo la advocación de San
Bartolomé, la de Villanueva bajo la de San Mateo, la de Ojós bajo la de San Felipe, la de
Ricote bajo la de San Sebastián, la de Blanca bajo la de San Juan y la de Abarán bajo la de
San Pablo. Las únicas ermitas estaban en Ricote (Santiago y Santa María de la Huerta),
muy pobremente edificadas y peor dotadas.705 En 1468 había 150 vecinos musulmanes y

265
quince cristianos, éstos vivían en un lugar no determinado junto a Ricote, de donde fueron
llevados cautivos por los granadinos.706 Esta población creció mucho hasta fines de siglo,
reanudando su marcha ascendente tras el bache de 1507-1511; aunque hay que advertir que
no tenía nada que envidiar a la evolución de los demás lugares cristianos. Que la población
era muy igualitaria lo indica el hecho de que los cuantiosos sean muy extraños en estas
tierras, en efecto, todos eran pecheros, menos cuatro cuantiosos, y 25 o 30 vecinos que eran
muy pobres.707 La encomienda en el siglo XV cambió frecuentemente de manos, aunque
entre 1507 y 1512 se hizo cargo de ella el secretario del rey, Miguel Pérez de Almazán, y
un año más tarde accedieron al cargo una rama de los Enríquez, señores de Villamíjar.708

65) Encomienda de Yeste y Taibilla


Compuesta por la villa de Yeste y los despoblados de Taibilla, Nerpio y Vizcable.
Taibilla estaba a cinco leguas de la frontera, era una torre derrocada con un cortijo circun-
dándola; de gran importancia estratégica, pues era considerada la guarda de Yeste, de la
encomienda de Socobos y de la bailía de Caravaca.709 Todos estos lugares estaban poblados
en el siglo XIII, siendo considerados como parte de la encomienda de Segura de la Sie-
rra.710 La tierra era buena para pastos, los cuales ocupaban una parte considerable. La villa
estaba cercada a casa-muro y buenas acequias; encima de una cuesta estaba la fortaleza, de
buena barrera y torrejón de tres bóvedas.711 Tenía el comendador las penas y calumnias, el
portazgo, los arreldes, los monopolios, una huerta y los diezmos. Todos ellos importantes
ya en 1468, se quintuplicaron en años sucesivos.
La parroquial de Yeste se dedicaba a Santa María y las ermitas a San Sebastián,
Santiago, San Marcos y Santa Quiteria. En Taibilla quedaba la ermita de Santa María de
Taibilla, antigua parroquial, y la ermita de San Cristóbal.712 En toda la época estudiada
Yeste fue la población más populosa de la zona murciana, alcanzando los 5.500 habitantes
en 1575.713 Los caballeros de cuantía en 1498 eran 45, aunque en años posteriores sufrieron
un brusco descenso; al tiempo de las Relaciones había muchos hidalgos.714 Desde 1468 los
Manrique, señores de Ibros, se establecieron en esta encomienda hasta 1525, en que se
hicieron cargo de ella los príncipes de Ascoli, aunque no por demasiado tiempo.715 La en-
comienda ya existía en 1387.

66) La Mesa Maestral en Murcia


Los bienes maestrales en Murcia se repartían en dos lugares: censos en Murcia ca-
pital y la antigua encomienda en Férez. Las propiedades en término de Murcia se constitu-
yeron en la segunda mitad del siglo XIII, cuando Alfonso X donó a la Orden diversas casas
y heredades en el reino,716 aunque la aportación fundamental ya había sido efectuada para
1293.717 A fines del siglo XV se componían de una bodega y un corral en la collación de
Santa María, diez casas en la de Santa Olalla y cuatro en la de San Nicolás, además de
tierras y huertas en distintos lugares del alfoz murciano.718 Sus rendimientos se mantuvie-
ron muy estables, pues estaban arrendados por largos períodos de tiempo: en torno a 6.000
mrs. Carecemos de datos seguros para 1507 debido a la gran epidemia de peste que asolaba
la ciudad.719 En todos los años aparecen tenentes de sus rentas.
En Férez todas las rentas pertenecían a la Mesa Maestral: diezmos, monopolios y
la huerta de la Orden. En el siglo XIII pertenecía a la encomienda de Segura,720 por lo que
se juzgaban a fuero de Cuenca, privilegio confirmado a los nuevos pobladores de Férez,
una vez que se tuvo que poblar después del ataque y secuestro que padeció la villa poco
antes de 1488.721 Situada entre Socobos y Moratalla, estaba cercada a casa-muro, en un
lugar muy pintoresco. Tenía una fortaleza pequeña de cuatro torrejones. El cortijo había de
repararlo el maestre y los vecinos la barrera.722 El valor económico del lugar no era muy
alto, oscilando entre 25.000 y 30.000 mrs. Razón por la que siempre estuvo cedida en te-

266
nencia a caballeros de la Orden de poca significación. La población era mixta, sufriendo
variaciones por los continuos despoblamientos de la guerra. En 1468 se iba poblando bien,
pero después del asalto antes mencionado decayó mucho la población, quedando la mitad
de ese año en 1525. La tierra montañosa no debería ayudar al poblamiento ni prosperidad
del lugar, ya que nunca hubo caballeros de cuantía. El único edificio eclesiástico era la
parroquial de Santiago.723

267
268
NOTAS
1
AHN, Uclés, carp. 338, nº 1.
2
AHN, OO.MM., Lib. 1.073c, fol. 12.
3
AHN, OO.MM., Lib. 1.075c, fol. 442-446.
4
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 21.
5
AHN, OO.MM., Lib. 1.073c, fol. 12-23.
6
AHN, OO.MM., Lib. 1.075c, fol. 437-439.
7
Ibidem, fol. 429-430.
8
AHN, OO.MM., Lib. 1.073c, fol. 28-41.
9
Ibidem, fol. 41.
10
Para el proceso de formación de las mismas es de sumo interior la carpeta 339 de Uclés.
11
J. González, Repoblación de Castilla la Nueva, I, p. 368.
12
AHN, Uclés, carp. 347, nº 3. Para todo lo concerniente a esa población véase esta carpeta.
13
Ibidem, nº 2.
14
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 102-103.
15
Compilación 1603, tít. XII, cap. V.
16
J. González, I, p. 18.
17
AHN, Uclés, carp. 338, nº 1.
18
Sáez, Fueros de Sepúlveda, doc. 5.
19
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 92.
20
Ibidem, fol. 92-95.
21
Id, fol. 95.
22
Ortega Rubio, p. 609.
23
Ibidem, p. 610.
24
AHN, Uclés, carp. 338, nº 28. Descripciones de los siglos XVI y XVII en la misma carpeta, nos 33 y 34.
25
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 30.
26
Descripciones de esta encomienda para los siglos XVII y XVIII en la carpeta 66, nos 2 y 5-7.
27
Todos los datos de tipo archivístico en C. Gutiérrez del Arroyo, Privilegios reales de la Orden, pp. 9-27. Des-
cripción de cofres en 1511 (AHN, OO.MM., Lib. 1.075c, fol. 462).
28
AHN, Uclés, carp. 339, nº 43.
29
AHN, OO.MM., Lib. 1.076c, fol. 605.
30
AHN, Uclés, carp. 338, nº 5.
31
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 99.
32
J. González, I, p. 273.
33
Hay abundante documentación al respecto en la carpeta 70.
34
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 41.
35
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 205.
36
En 1194 le dona el alcázar de la villa y la mitad de los portazgos de Alarcón y Alconchel, pero un mes después,
en noviembre, cambió aquél por el resto del portazgo (AHN, Uclés, carp. 55, nos 1 y 2).
37
Dotaciones de bienes por Alfonso VIII en 1203 y 1212 (AHN, Uclés, carp. 55, nº 3 y De Manuel, pp. 346-347).
38
Pleito entre el hospital y el concejo a causa de los bienes donados por éste a aquél (AHN, Uclés, carp. 55, nº 6).
39
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 130.
40
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 85.
41
Eran estos: don Luis Pacheco, de Zafra; don Alonso Alvarez de Toledo, de Cervera, y el Licenciado de la Muela
en Villar del Saz (AHN, OO.MM., Lib. 1.071c, fol. 392).
42
Compilación 1603, tít. XIX, cap. X.
43
Ibidem, cap. II.
44
Visita de 1480 (AHN, Uclés, carp. 55, nº 14) y descripciones de los siglos XVII y XVIII (nos 18 y 19).
45
AHN, Uclés, carp. 99, nº 1.
46
Primera donación en 1182 por Tello Pérez y Pedro Gutiérrez (Martín, doc. 138).
47
Toda la documentación en la carpeta 99-I.
48
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 89.
49
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 266-267.
50
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 91.
51
En 1508 Alonso Carrillo, señor de Hortezuela, tenía tomado éste último término al hospital (AHN, OO.MM.,
Lib. 1.073c, fol. 94).
52
Inventarios y visitas entre 1527 y 1720 (AHN, Uclés, carp. 99-II, nos 62 y 49-61, y carp. 101, nos 2, 4 y 6-7).
53
AHN, Uclés, carp. 148, nos 1 y 2. Parece que en 1353 ya existía, pues se incluía entre los lugares del Común de
la Mancha (Chaves, fol. 50r).
54
AHN, Uclés, carp. 148, nº 3. En 1421 el Infante don Enrique los eximió de tercerías, acemilerías, pastorías,
llevas, guías, lanceros y ballesteros, pues muchos vecinos se pasaban al Hinojoso de Juan Fernández Pacheco
(Chaves, fol. 56r-56v).

269
55
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 80.
56
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 175.
57
Un haza, un majuelo y una casa (AHN, OO.MM., Lib. 1.068c, fol. 52-53).
58
AHN, OO.MM., Lib. 1.075c, fol. 553.
59
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 108.
60
Se decía en 1468 que hacía tanto tiempo que estaba todo caído en Belmontejo, que no se podía obligar al co-
mendador a repararlo (AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 105). Había una iglesia dedicada a Santiago derruida (Lib.
1.063c, fol. 155).
61
J. González, I, p. 368. Esto parece que determinó la despoblación de Belmontejo, pues conocemos al comenda-
dor de 1241.
62
Chaves, fol. 50r.
63
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 79.
64
AHN, OO.MM., Lib. 1.068c, fol. 71.
65
Descripciones de la encomienda en el siglo XVII (AHN, Uclés, carp. 149, nos 8-12).
66
Martín, doc. 77.
67
AHN, Uclés, carp. 151, nº 2.
68
Sáez, doc. 8.
69
AHN, Uclés, carp. 151, nº 4.
70
Ibidem, nº 5.
71
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 86-88.
72
AHN, OO.MM., Lib. 1.074c, fol. 2, 6-7 y 15.
73
Tal vez porque el mínimo de cuantía se situaba en los 80.000 mrs. (ibidem, fol. 2).
74
AHN, Uclés, carp. 151, nos 15bis y 16. Salazar, Comendadores de Santiago, I, p. 138. Otro juro se impuso en
1550 por 2.025 mrs. (nº 15) y otro en 1556 por 5.672 mrs. (nº 18). Con posterioridad se conservan diversas des-
cripciones del siglo XVIII (nos 20-22).
75
AHN, Uclés, carp. 339, nº 13.
76
Véase su edición por M.T. Martín Palma, Los fueros de Villaescusa de Haro y Huete, Málaga, 1984.
77
AHN, OO.MM., Lib. 1.076c, fol. 488.
78
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 79.
79
AHN, OO.MM., Lib. 1.068c, fol. 38.
80
Ibidem, fol. 41.
81
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 104.
82
AHN, OO.MM., Lib. 1.076c, fol. 487.
83
Descripciones de los siglos XVII y XVIII en la carpeta 359, nos 2, 4-8 y 10.
84
Martín, doc. 1.
85
AHN, Uclés, carp. 368, nº 2. Este lo donó a Oth, conde de Almería, el cual, a su vez, lo donó a Sancho Cózar en
1171 (Martín, doc. 29).
86
Martín, doc. 115.
87
El ejido de Albuher puéblase agora, que lo mandó el conde poblar y ay diés vesinos en él; ay lugar de poblazgo
para çinquenta vesinos, será grand provecho de la encomienda (AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 84). Recibiría el
nombre actual de Villamanrique de Tajo.
88
AHN, Uclés, carp. 368, nº 1.
89
Martín, doc. 181.
90
Catálogo de fueros, p. 288. Desconozco exactamente qué fuero era.
91
AHN, Uclés, carp. 368, nº 6.
92
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 90.
93
AHN, OO.MM., Lib. 1.073c, fol. 122.
94
Descripciones de comienzos del siglo XVII en la carpeta 368, nos 10-11 y 13. En 1557 se desmembraron Villa-
manrique y la dehesa del Castillo (nº 8).
95
J. González, I, p. 370. Parece que antes estuvo poblada, pues hubo dos comendadores en el siglo XIII.
96
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 12.
97
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 42-43.
98
Ibidem, fol. 44. Las tres cuartas partes eran de la Mesa Maestral y el resto del Colegio de Salamanca y el cabildo
de Cuenca.
99
Id, fol. 42.
100
AHN, OO.MM., Lib. 1.073c, fol. 119.
101
AHN, Uclés, carp. 86, nº 3. En 1256 la azuda era encomienda.
102
Ibidem, nº 6.
103
Martín, doc. 116-117.
104
AHN, Uclés, carp. 86, nº 7.
105
Ibidem, nos 8-10.
106
Id, nº 11. Ed. Pedro A. Porras, “La Repoblación de la Mancha”, pp. 74-75.

270
107
J. González, I, p. 374. Según las Relaciones, se pobló más o menos en 1375, lo que significó el abandono de
Salvanés (Relaciones de Madrid, p. 721).
108
Relaciones de Madrid, pp. 277 y 723.
109
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 14. Así se expresaba el visitador don Juan Pacheco, haciendo mención a los
desmanes que se produjeron al calor de los enfrentamientos con los Manrique.
110
AHN, OO.MM., Lib. 1.073c, fol. 128 y 137-142.
111
Relaciones de Madrid, pp. 278 y 724. Descripciones de toda la encomienda en siglos posteriores en carpeta 86
de Uclés, nos 28-42.
112
Ese año se compró a Domingo Juan y otros la azuda de Aranjuez en 20 mrs. (Menéndez Pidal, doc. 312).
113
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 35.
114
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 5.
115
Ibidem, fol. 4.
116
AHN, OO.MM., Lib. 1.073c, fol. 318.
117
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 125.
118
Relaciones de Madrid, p. 248.
119
AHN, Uclés, carp. 86, nº 2.
120
Martín, doc. 153.
121
AHN, Uclés, carp. 117, nº 2.
122
Relaciones de Madrid, pp. 248-249 y 629.
123
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 90-91.
124
AHN, OO.MM., Lib. 1.074c, fol. 228 y 241.
125
Ibidem, fol. 242 y 257-261.
126
Relaciones de Madrid, p. 246. Descripciones de 1662 y 1800 en carpeta 117, nos 25 y 30.
127
Villafranca, en término de Colmenar, desde el Cantoblanco ayuso, lo tenía tomado en 1480 Gonzalo Chacón
para hacerlo término redondo para sí y llevar penas y calumnias, para lo cual quitaba sus heredamientos a los de
Colmenar, a pesar de tener tres sentencias en contra (AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 38).
128
J. González, I, p. 143.
129
Martín, doc. 8.
130
AHN, TMC, Lib. II, c. 4.
131
Ibidem, Lib. I, c. 58.
132
Martín, doc. 116. Un siglo más tarde seguían pleiteando, esta vez con el obispo de Segovia, con el mismo
resultado (AHN, Uclés, carp. 86, nos 8-10).
133
El preceptor de la villa, Pedro García, compró a Pedro Esteban y su mujer una viña (Martín, doc. 151).
134
AHN, Uclés, carp. 86, nº 8.
135
En ese año el maestre Suárez de Figueroa otorgó jurisdicción criminal a sus alcaldes, por lo que es posible que
ya antes fuese villa (AHN, Uclés, carp. 247, nº 14). Treinta y siete años después el Infante don Enrique confirmaba
privilegio anterior, por el que se reconocía el derecho de los del Colmenar a usar parte del término de Biedma,
según convenio efectuado con los de ese lugar cuando estaba poblado (ibidem).
136
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 6.
137
AHN, OO.MM., Lib. 1.074c, fol. 153. El concejo repararía torres y adarves de la villa, estando exentos de velas
en el castillo de Oreja. El comendador Villafuerte en las guerras pasadas la había derribado, rehaciéndola a su
costa el concejo de tapias (Lib. 1.064c, fol. 37).
138
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 110 y 120-121.
139
AHN, OO.MM., Lib. 1.074c, fol. 155-156. La de San Juan estaba caída en 1508 y la comenzaba a rehacer una
cofradía que la regentaba.
140
Salazar, Comendadores, I, pp. 256-257. Los juros (AHN, Uclés, carp. 247, nos 2-8). Según Salazar, el comen-
dador de Oreja era alférez mayor de la Orden y había de llevar el estandarte, pero, en opinión de Rades, no parece
que antes del siglo XVI estuviese el cargo vinculado a ninguna encomienda en particular, pues en distintas ocasio-
nes fueron alféreces otros comendadores. Descripciones de la encomienda en la carpeta 247, nos 11-13.
141
AHN, Uclés, carp. 260, nº 17, fol. 5. Cuatro años después don Armengol empeñó al señor una heredad en
Paracuellos y Ledesma (Martín, doc. 102).
142
Martín, doc. 273. Donación confirmada en 1195 por el rey (González, Alfonso VIII, doc. 646).
143
Torres Fontes, Documentos del siglo XIII, doc. II. Junto con Belvís y Mohernando fueron devueltos a la Orden
en 1350 por el arzobispo de Toledo, de orden de Pedro I (Jara, Albornoz en Castilla, Madrid, 1914, pp. 156-159).
144
AHN, Uclés, carp. 260, nº 2.
145
Martín, doc. 229. En el siglo XVI pertenecía al conde de Coruña (Relaciones de Madrid, p. 183).
146
AHN, Uclés, carp. 260, nº 17, fol. 10. En 1300 Fernando IV les confirmó la donación (ibidem).
147
González, Repoblación, I, p. 125, nota 46.
148
González, Alfonso VIII, doc. 992.
149
González, Repoblación, I, p. 125, nota 46.
150
Menéndez Pidal, doc. 324.
151
AHN, Uclés, carp. 260, nº 12bis.

271
152
Relaciones de Madrid, p. 424.
153
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 8.
154
Relaciones de Madrid, p. 421.
155
AHN, OO.MM., Lib.1.074c, fol. 81 y 89-90. Había existido otra ermita dedicada a la Virgen en el casco de la
villa, pero quedó destruida al desplomarse encima una torre de la fortaleza (Lib. 1.233c, fol. 8).
156
Relaciones de Madrid, p. 422.
157
Salazar, Comendadores, I, pp. 268-269. Vendida por 42 cuentos de maravedíes, situó el rey un juro en las
alcabalas y rentas de la alcaicería de Granada. Los juros al comendador entre 1542-1596 (AHN, Uclés, carp. 260,
n 17bis, 18, 21-24 y 26).
os
158
Relaciones de Madrid, p. 419. Descripciones del siglo XVII (carp. 260, nos 31-32).
159
AHN, Uclés, carp. 338, nº 5. En la actualidad en término de Humanes, donde subsisten los restos de la fortale-
za, en la confluencia del Sorbe y el Henares, la cual fue fundada por el emir Muhammad I a mediados del siglo IX
(L. Torres Balbás, “Talamanca y la ruta olvidada del Jarama”, BRAH, CXLVI, 1960, p. 259, nota 69).
160
AHN, Sellos, carp. 21, nº 4.
161
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 98.
162
“Relaciones de Guadalajara”, MHE, XLIII, pp. 33 y 320.
163
En 1480 el comendador las había usurpado al rey (AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 99).
164
AHN, OO.MM., Lib. 1.074c, fol. 34, 41, 43, 56-57 y 67-68.
165
Relaciones de Guadalajara, pp. 33-34.
166
Salazar, Comendadores, I, p. 196. Los juros en la renta de la seda granadina (AHN, Uclés, carp. 203, nos 12-13,
15, 18 y 20).
167
Ortega Rubio, p. 336. Descripciones de los siglos XVII-XVIII (carp. 203, nos 21, 24-26 y 30). Los descendien-
tes de los compradores acabaron adquiriendo el título de condes de Humanes; su archivo familiar, con gran núme-
ro de noticias sobre este señorío guadalajareño, se conserva en el Archivo Histórico Provincial de Jaén.
168
AHN, Uclés, carp. 95, nº 1bis.
169
Ibidem, nº 4.
170
Id, nº 5.
171
Id, nº 6.
172
Id, nº 7.
173
AHN, OO.MM., Lib. 1.073c, fol. 196. Las monjas eran Elvira de Hinestrosa, Francisca de los Ríos, Catalina
López de Miranda, Beatriz de Estrada, Inés Montes, Felipa y Francisca Ortiz, Isabel de Hinestrosa, Elena de
Mendoza, Inés Carrillo, María de Maeda, Paula de Contreras, María de Valpuesta, Inés de Coronado y María de
Treviño. Estas debían de ser las mismas que estaban en Santa Eufemia, en años posteriores se incorporaron monjas
de familias de primer orden dentro de la institución: Figueroa, Guzmán, Carrillo, Toledo, Cárdenas, Acebedo,
Collado, Enríquez y Osorio (véase el cuadro de rentas).
174
AHN, OO.MM., Lib. 1.075c, fol. 92-93. En Cadanza, Sera y Poblaciones tenían ocupada en 1511 la jurisdic-
ción el duque del Infantado y el marqués de Aguilar, mientras que Vascones y Maxeces pertenecían a la de Herre-
ra y Quintanilla a la de Aguilar.
175
AHN, Uclés, carp. 328, nº 1.
176
De Manuel, p. 293.
177
AHN, Uclés, carp. 328, nº 13.
178
Ibidem, nº 9.
179
Id, nº 2.
180
Martín, doc. 72.
181
Ibidem, doc. 288.
182
AHN, Uclés, carp. 328, nº 4. Para hacer efectivas esas rentas el mismo Alfonso VIII ordenó a los que tuviesen
cartas de exención que pagasen el portazgo íntegra o parcialmente a la Orden, según fueran anteriores o posterio-
res sus cartas a la donación a los santiaguistas (González, Alfonso VIII, doc. 957). En 1257 Pedro Guzmán recibió
de la Orden en prestimonio la torre de Zafra, a cambio de los 200 mrs. que tenía situados en el portazgo (Uclés,
carp. 328, nº 15).
183
Martín, doc. 225 y 244. Posteriormente Inocencio IV y Bonifacio VIII autorizaron al hospital toledano a utilizar
sus bienes para fines distintos a la redención de cautivos (AHN, Uclés, carp. 328, nos 12 y 22).
184
AHN, OO.MM., Lib. 1.075c, fol. 22-31. Se habían quejado los enfermos de que era muy cruel en las curas, y se
escusó diziendo que la calidad de la pasyón no sufre más.
185
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 92.
186
Ibidem, fol. 88.
187
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 106.
188
AHN, OO.MM., Lib. 1.073c, fol. 221.
189
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 85-86. La iglesia había sido propiedad del pueblo; para evitar que fuera tirada
por los labradores, se mandó que nadie arase en 60 pasos alrededor.
190
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 173.
191
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 106.

272
192
Las cuentas del hospital entre 1580 y 1582 en carpeta 328, nº 33.
193
AHN, Uclés, carp. 323, nº 1.
194
Ibidem, nº 12. Hubo que recurrir a sentencia de Sancho IV para que sus herederos lo devolvieran a la Orden. En
1494 varios vecinos de Valdelacasa tenían plantados majuelos y viñas en él y no querían reconocer el señorío de la
Orden, alegando prescripción inmemorial (AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 15).
195
AHN, Sellos, carp. 2, nº 2 y carp. 3, nº 7.
196
AHN, Uclés, carp. 323, nº 6. En 1291 fueron cedidas a Juan García para que las labrase (nº 10).
197
AHN, Sellos, carp. 3, nº 25 y Uclés, carp. 323, nº 15.
198
AHN, Uclés, carp. 323, nº 7.
199
Ibidem, nº 9. Para las propiedades muebles, véase un importante documento de 1238 (nº 8).
200
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 9.
201
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 108-109.
202
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 10. Para 1511 por orden del rey se había trasladado a Santa María de Tudia
(Lib. 1.075c, fol. 12).
203
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 127-130.
204
Ibidem, fol. 127.
205
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 36.
206
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 1.141.
207
AHN, OO.MM., Lib. 1.073c, fol. 305 y 308.
208
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 1.140.
209
AHN, OO.MM., Lib. 1.079c, fol. 1.242.
210
AHN, OO.MM., Lib. 1.075c, fol. 244.
211
Ibidem, fol. 243.
212
Chaves, fol. 106r. En 1529 los arrendatarios del comendador compraron en esta localidad por precio de 40.000
mrs. una huerta de 16 peonadas y un batán cercano (AHN, Uclés, carp. 54, nº 2).
213
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 55.
214
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 88.
215
AHN, Uclés, carp. 247, nº 14.
216
Descripciones de los siglos XVII-XVIII en carpeta 72, nos 7-12.
217
AHN, Uclés, carp. 367, nº 1.
218
En 1328 había cuatro lugares poblados: Campo, Villajos, Posadas Viejas y Criptana (AHN, Uclés, carp. 84, nº
4
14 ).
219
AHN, Uclés, carp. 81, nº 1. Ilegible.
220
Ibidem, nº 4.
221
González, Repoblación, I, p. 280.
222
AHN, Uclés, carp. 81, nº 2. En 1468 San Martín era una dehesa (AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 20).
223
Catálogo de fueros, pp. 181, 58 y 281. Véase mi trabajo “La Repoblación de la Mancha”, pp. 71-73.
224
Todos ellos confirmados por Carlos I (carp. 81, nº 14). Igualmente se conservan varios documentos de Jaime II
de Aragón, relativos a un robo acaecido en el Campo de Criptana a principios del siglo XIV perpetrado contra
unos súbditos suyos (carp. 208, nos 7-9).
225
Relaciones de Ciudad Real, p. 168.
226
AHN, Uclés, carp. 81, nº 6. No tengo más datos sobre el particular.
227
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 169. Para los visitadores de 1468 lo había mandado tirar don Alvaro de Luna
(fol. 20), pero para los vecinos de un siglo después habían sido los Reyes Católicos (Relaciones de Ciudad Real, p.
168), así como para los visitadores de 1498 (AHN, OO.,MM., Lib. 1.068c, fol. 422).
La buena vecindad con los sanjuanistas se mantuvo hasta los años setenta del siglo XV. Desde época inmemorial
las encomiendas limítrofes de ambas Ordenes habían guardado hermandad de pastos, hasta que el prior de San
Juan comenzó a prender a los vasallos de Santiago en 1479 (fol. 423-424).
228
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 168.
229
AHN, OO.MM., Lib. 1.068c, fol. 415-419.
230
Las rentas de la Mesa Maestral (diezmos de pan, vino, menudos y minucias, la martiniega, escribanía y pedido)
las llevaban durante este período Hurtado y Rodrigo de Mendoza (AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 372 y Lib.
1.071c, fol. 291).
231
Relaciones de Ciudad Real, p. 170.
232
Ibidem.
233
Descripciones de los siglos XVI-XVIII en la carpeta 81, nos 23-24 y 28-29.
234
AHN, Uclés, carp. 93, nº 2. Al parecer, Lillo en el siglo XVIII pasó a pertenecer a la Orden de Santiago, al
menos así consta en las descripciones de la encomienda.
235
González, Repoblación, I, p. 369.
236
RAH, ms. 9/6448, s.f. Ed. Pedro A. Porras, “La Repoblación de la Mancha”, pp. 67-69. Sus aldeas serían
Aloyón, Buenanoche y Almuradiel.
237
González, I, p. 368.

273
238
Sáez, pp. 207-208. Ed. Pedro A. Porras, “La Repoblación de la Mancha”, pp. 82-83.
239
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 17.
240
AHN, OO.MM., Lib. 1.068c, fol. 97 y Lib. 1.067c, fol. 336.
241
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 145-147. En la Puebla sólo había un solar sin edificar (fol. 151).
242
AHN, OO.MM., Lib. 1.068c, fol. 80-88 y 120-122.
243
Relaciones de Toledo, p. 248.
244
Ibidem, p. 249. En esta época se reconocía el antiguo lugar de Almuradiel por medio de una ermita, así mismo,
en su término se localizaba la antigua Mirabel (pp. 252 y 247).
245
Descripciones de los siglos XVII-XVIII en carpeta 93, nos 20 y 24-26.
246
González, I, p. 266.
247
Ibidem, p. 285.
248
Martín, doc. 285.
249
Lomax, doc. 26.
250
El comendador de 1213 lo era de la fortaleza (AHN, Uclés, carp. 113, nº 4).
251
AHN, OO.MM., Lib. 1.073c, fol. 331.
252
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 57.
253
AHN, OO.MM., Lib. 1.073c, fol. 320-333.
254
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 62.
255
Ibidem, fol. 61-62.
256
Descripciones de la encomienda en los siglos XVII-XVIII en carpeta 113, nos 12-23.
257
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 362.
258
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 75. Había dos ermitas dedicadas a San Sebastián y a San Cristóbal (Lib.
1.068c, fol. 426).
259
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 1.008.
260
Descripciones de los siglos XVII-XVIII en carpeta 201, nos 4-8 y 10.
261
AHN, Uclés, carp. 205, nos 1 y 2.
262
Menéndez Pidal, doc. 311.
263
AHN, Uclés, carp. 205, nº 5.
264
Ibidem. Confirmada por Juan II en 1408 (nº 6).
265
Descripciones de la encomienda, id, nos 11-15.
266
AHN, Uclés, carp. 212, nº 1.
267
Sáez, doc. 9.
268
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 17.
269
AHN, OO.MM., Lib. 1.073c, fol. 225.
270
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 135. Concretamente, el Corral de Almaguer y, particularmente, García de
Bustos.
271
Ibidem, fol. 136.
272
Id, fol. 137. Al tiempo de las Relaciones era una venta, en término de Ocaña (Relaciones de Toledo, p. 187).
273
Descripciones de los siglos XVII-XVIII en carpeta 212, nos 9 y 11-12.
274
Juros de 9.690 mrs. en 1574 (Uclés, carp. 212, nº 7) y de 21.031 mrs. en 1592 (nº 8).
275
AHN, Uclés, carp. 217, nº 3.
276
Ibidem, nº 4. Fernando II mandó derribar sus torres (AHN, Sellos, carp. 6, nº 8).
277
Martín, doc. 255.
278
AHN, Uclés, carp. 217, nº 7.
279
AHN, Sellos, carp. 63, nº 5.
280
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 75-78.
281
AHN, OO.MM., Lib. 1.073c, fol. 204-211.
282
En 1494 se situaba la cuantía en 50.000 mrs., sacando la casa de su morada e la ropa de su vestir e un par de
mulas o bueyes de labor (AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 47).
283
Descripciones de los siglos XVI-XVIII en carpeta 217, nos 9 y 18-19.
284
Juros sobre la renta de la seda granadina (ibidem, nos 14-15 y Salazar, Comendadores, I, p. 211).
285
Había recibido en 1251 de don Pelay Pérez las aldeas de Villatobas, las dos Chozas, el Aljibe, Ocañuela, el
Corral y el Prado, éste cerca de Ontígola (De Manuel, p. 529). Según las Relaciones Topográficas, estaban despo-
blados en el término de Ocaña, Corralejo, Chozas Viejas y Chozas Nuevas (Relaciones de Toledo, p. 188).
286
Relaciones de Toledo, pp. 264-266.
287
Ibidem, p. 369.
288
AHN, Uclés, carp. 243, nº 27.
289
Ibidem, nº 1.
290
Catálogo de fueros, pp. 164-165.
291
Relaciones de Toledo, pp. 177-178.
292
Ibidem, p. 179 y AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 67.
293
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 70-71.

274
294
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 93.
295
Relaciones de Toledo, pp. 185-187.
296
AHN, OO.MM., Lib. 1.075c, fol. 203-210 y 159.
297
Relaciones de Toledo, p. 180.
298
AHN, OO.MM., Lib. 1.075c, fol. 231.
299
Relaciones de Toledo, p. 185.
300
Ibidem, pp. 180-185.
301
Descripciones de la encomienda en los siglos XVII-XVIII en carp. 243, nos 49, 51, 53-54, 58-60 y 63.
302
Según las Relaciones había tres despoblados: Trotillos, Arquillo y Villar (Relaciones de Toledo, p. 422).
303
González, I, p. 272 y nota 47.
304
Chaves, fol. 40v.
305
Relaciones de Toledo, p. 420.
306
Ibidem.
307
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 11.
308
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 45.
309
AHN, OO.MM., Lib. 1.073c, fol. 113-115.
310
Ibidem, fol. 103-111.
311
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 12.
312
Relaciones de Toledo, p. 421.
313
Descripciones de los siglos XVII-XVIII en carpeta 96, nos 22, 24-28 y 31. Las rentas de la Mesa Maestral en
esta villa fueron enajenadas en 1566 por Felipe II, imponiendo en la renta de la seda granadina juro de 69.503 mrs.
(nº 12) y otro de 12.358,5 mrs. al año siguiente (nº 13).
314
Según las Relaciones, además de Manjavacas, existían los lugares de San Martín y Villarejos Rubios (Relacio-
nes de Ciudad Real, p. 477).
315
AHN, Uclés, carp. 315, nº 1.
316
Ibidem, nos 2-3.
317
González, I, pp. 368-369.
318
Relaciones de Ciudad Real, p. 514.
319
Ibidem, p. 516.
320
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 77.
321
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 213.
322
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 386. Sus mojones hubieron de restablecerse en 1507 (Lib. 1.071c, fol. 416-
417).
323
AHN, OO.MM., Lib. 1.068c, fol. 152.
324
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 213.
325
AHN, OO.MM., Lib. 1.076c, fol. 525. El topónimo se ha conservado en el nombre de una laguna.
326
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 386.
327
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 211.
328
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 139.
329
Relaciones de Ciudad Real, p. 472.
330
AHN, OO.MM., Lib. 1.068c, fol. 162. Ordenaron pedir de los Reyes un juez de términos.
331
Pretel, p. 267, nota 684.
332
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 392. El pedido de la villa lo había cedido el maestre en 1485 al concejo.
333
Relaciones de Ciudad Real, p. 475.
334
Descripciones del siglo XVII en carpeta 315, nos 14 y 16.
335
En su término se hallaba el lugar de Ventosa (Relaciones de Ciudad Real, p. 582).
336
Sáez, doc. 10.
337
Martín, doc. 93.
338
González, I, p. 369.
339
Ibidem, I, p. 370.
340
AHN, OO.MM., Lib. 1.068c, fol. 69 y Lib. 1.075c, fol. 584.
341
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 376.
342
Desconozco las causas de este proceso (Relaciones de Ciudad Real, p. 584).
343
González, I, p. 369.
344
Sáez, p. 255. La confirmación del Infante don Enrique (AHN, Uclés, carp. 363, nº 1). Sobre sus privilegios,
véase Pedro A. Porras, “La Repoblación de la Mancha”, pp. 70-71.
345
Sáez, doc. 38, nº 11.
346
González, I, p. 368.
347
Relaciones de Toledo, p. 578.
348
Catálogo de fueros, p. 251.
349
El Corral, las Chozas, Sierra Jalamena y Gúzquez habían sido pobladas, junto a Villanueva de Alcardete, antes
de ese año, a fuero de Uclés (AHN, Uclés, carp. 93, nº 33, fol. 6v).

275
350
En 1480 se llamaba todavía Gúzquez (AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 103) y para 1494 ya había adoptado el
nuevo nombre (Lib. 1.067c, fol. 306). Desconozco el documento en cuestión.
351
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 1.030.
352
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 83-84.
353
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 157.
354
AHN, OO.MM., Lib. 1.068c, fol. 59-62, 131-135 y 54-56.
355
Relaciones de Ciudad Real, p. 580 y Relaciones de Toledo, p. 581.
356
Relaciones de Ciudad Real, pp. 579-580.
357
Relaciones de Toledo, pp. 582-583.
358
Descripciones de la encomienda en los siglos XVI-XVIII en carpeta 363, nos 5 y 12-24.
359
Al tiempo de las Relaciones se localizaban en su término los despoblados de Alcardete y Añador (Relaciones
de Toledo, p. 742).
360
AHN, Uclés, carp. 93, nº 33, fol. 3v-5r. El hecho de que no formara encomienda hasta muy tardíamente se
debió a que en 1328 don Vasco Rodríguez había prometido retener el lugar bajo la égida maestral. Los generosos
privilegios recibidos por esta villa en mi trabajo “La Repoblación de la Mancha”, pp. 76-82.
361
González, I, p. 372.
362
Sáez, doc. 20. Los privilegios en mi artículo “La Repoblación de la Mancha”, pp. 83-84.
363
González, I, p. 369.
364
Catálogo de fueros, p. 195.
365
Relaciones de Toledo, pp. 313 y 733.
366
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 81.
367
AHN, OO.MM., Lib. 1.068c, fol. 98-104, 124-129 137-143 y 428-431.
368
Relaciones de Toledo, pp. 314-319 y 736-738.
369
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 81.
370
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 354.
371
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 161.
372
Ibidem, fol. 162.
373
En el siglo XVI en su término se hallaban los despoblados de Villoria y Biedma (Relaciones de Toledo, pp.
755-756).
374
AHN, Uclés, carp. 347, nº 1.
375
Menéndez Pidal, doc. 310.
376
Ibidem, doc. 319. Incluso, había ya clérigo heredado en la villa en 1243, el cual fue recibido como familiar de la
Orden por el maestre (doc. 321).
377
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 53.
378
AHN, OO.MM., Lib. 1.073c, fol. 346 y 356.
379
Relaciones de Toledo, p. 753.
380
Ibidem, p. 754.
381
Descripción de 1767 (AHN, Uclés, carp. 367, nº 13). Parece que en 1600 fue segregada parte de la encomienda,
pues dio el rey al comendador un juro de 364.247 mrs. (nº 7bis).
382
González, I, p. 276.
383
González, Alfonso VIII, doc. 983.
384
Ibidem, doc. 1.009. Se incluían La Membrilla, El Tocón y La Solana, aparte de otros lugares (M. Corchado,
Avance para un estudio geográfico-histórico del Campo de Montiel, Madrid, 1971, p. 44).
385
Las Relaciones hablan de hallazgos romanos y visigodos (Relaciones de Ciudad Real, pp. 40-42).
386
Corchado, p. 44.
387
AHN, Uclés, carp. 51-I, nº 4bis. Ed. Pedro A. Porras, “La Repoblación de la Mancha”, pp. 62-63, nota 22. Este
documento es una confirmación de 1480 del maestre Cárdenas, en la que reproducía todos los privilegios conser-
vados por la villa; parece que hay una copia en el Ayuntamiento de Alhambra (Corchado, p. 44).
388
Relaciones de Ciudad Real, p. 40.
389
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 70-71. En 1468 no la tenía el comendador, sino que se la había quitado García
Manrique, no recuperándola hasta 1479 (Lib. 1.064c, fol. 158).
390
En 1330 Juan Ordóñez construyó uno en el río Carrizosa, obligándose a dejarlo al comendador a su muerte
(AHN, Uclés, carp. 51-I, nº 4), y ocho años más tarde el maestre Meléndez ordenó a los de Ruidera devolviesen a
los de Alhambra un molino que éstos tenían anteriormente allí (nº 4bis).
391
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 250 y Lib. 1.067c, fol. 403-404.
392
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 69; y en otro tiempo solía ser grande puebla, salvo que por las guerras se a
despoblado.
393
AHN, Uclés, carp. 51-I, nº 4bis.
394
Relaciones de Ciudad Real, p. 43.
395
AHN, Reg. Calatrava, II, fol. 156. En 1187 el maestre don Pedro Fernández donó a la Orden, caso de morir
intestado y sin hijos, el castillo de Solana, entre otros bienes (Martín, doc. 224).
396
Relaciones de Ciudad Real, pp. 482-483.

276
397
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 252 y Lib. 1.064c, fol. 157.
398
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 643 y 646.
399
Relaciones de Ciudad Real, p. 484.
400
Descripciones de La Solana en 1661, 1689 y 1766 (AHN, Uclés, carp. 51-II, nos 7-9).
401
Corchado, p. Apéndice documental, doc. 8.69.
402
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 217.
403
Chaves, fol. 61r-61v.
404
Relaciones de Ciudad Real, p. 589.
405
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 627.
406
AHN, OO.MM., Lib. 1.077c, fol. 299-300.
407
Por cuestiones de preeminencias económicas (Lib. 1.078c, fol. 359-361).
408
Relaciones de Ciudad Real, p. 590.
409
Descripciones de la encomienda en los siglos XVII-XVIII en Uclés, carp. 84, nos 1-13.
410
Corchado, p. 100.
411
AHN, Uclés, carp. 197, nº 8.
412
Relaciones de Ciudad Real, p. 306.
413
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 258-259.
414
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 652-656.
415
Relaciones de Ciudad Real, p. 307.
416
AHN, Uclés, carp. 214, nº 1.
417
Chaves, fol. 46v.
418
Corchado, p. 56.
419
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 22.
420
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 639-641.
421
Relaciones de Ciudad Real, p. 29.
422
AHN, Uclés, carp. 69, nº 10. Apéndice documental, doc. 8.
423
Descripción de la encomienda en 1743, carpeta 197-I, nº 8.
424
Véase mi artículo “Moros y cristianos en Montiel a fines del siglo XV”, Cuadernos de Estudios Manchegos,
XIII, 1982, pp. 197-215.
425
A. Pretel ha dedicado a este tema su tesina, Alcaraz: un enclave castellano en la frontera del siglo XIII, Albace-
te, 1974.
426
AHN, Códices, cód. 1.318, lib. 3, nos 31 y 33.
427
Chaves, fol. 42r-46v.
428
Relaciones de Ciudad Real, p. 346.
429
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 64.
430
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 428 y 432-435.
431
En los siglos anteriores había existido también una aljama hebrea. Sobre este tema y el de la tributación, véase
mi artículo arriba citado.
432
Relaciones de Ciudad Real, p. 403.
433
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 67.
434
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 589 y 592.
435
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 67-68.
436
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 601-603.
437
Ibidem, fol. 393 y Chaves, fol. 43r.
438
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 393-395.
439
Ortega Rubio, p. 446.
440
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 69.
441
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 630.
442
Descripciones de la encomienda en 1610 y 1749 en Uclés, carp. 214, nos 40 y 56.
443
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 74-75.
444
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 398 y Lib. 1.063c, fol. 216.
445
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 76.
446
Relaciones de Ciudad Real, p. 35.
447
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 76.
448
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 609-610.
449
Descripciones de los siglos XVII-XVIII en Uclés, carp. 329, nos 5-10.
450
Relaciones de Ciudad Real, p. 564.
451
Ibidem, p. 566.
452
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 18.
453
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 415-418.
454
Relaciones de Ciudad Real, p. 567.
455
Ibidem, p. 259.

277
456
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 63.
457
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 613-618.
458
Relaciones de Ciudad Real, pp. 261-262.
459
Descripciones de los siglos XVII-XVIII, en Uclés, carp. 361, nos 11-4.
460
Estos temas han sido tratados concienzuda y un tanto parcialmente por Aurelio Pretel en su tesina y tesis ya
mencionadas.
461
AHN, OO.MM, Lib. 1.067c, fol. 450.
462
AHN, Uclés, carp. 365, nos 9 y 11.
463
Ibidem, nº 1.
464
Pretel, Un enclave castellano, doc. I.
465
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 62 y Lib. 1.063c, fol. 242.
466
Pretel, Una ciudad castellana, p. 296.
467
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 182 y Lib. 1.063c, fol. 242.
468
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 450.
469
Descripciones de los siglos XVI-XVIII, en Uclés, carp. 365, nos 14 y 18-20.
470
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 112.
471
Ibidem y Lib. 1.067c, fol. 660.
472
Descripciones de los siglos XVII-XVIII, en Uclés, carp. 214, nos 39, 2, 53 y 3.
473
Relaciones de Ciudad Real, p. 501.
474
Chaves, fol. 42v.
475
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 604 y 607.
476
Relaciones de Ciudad Real, p. 60.
477
Ibidem, p. 495.
478
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 216.
479
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 594-596.
480
Relaciones de Ciudad Real, pp. 497-498.
481
Ibidem, pp. 541-543.
482
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 14.
483
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 634-637.
484
Relaciones de Ciudad Real, p. 543.
485
Descripciones de la encomienda en Uclés, carp. 86, nos 30, 40 y 46-47.
486
Relaciones de Jaén, pp. 36-37 y 78-79.
487
AHN, Uclés, carp. 357, nº 2. Hubo pleito posterior por esta cuestión; lo ha estudiado L. Serrano, “El canciller
de Fernando III de Castilla”, Hispania, V, 1941.
488
Relaciones de Jaén, pp. 48-49.
489
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 27-28 y Lib. 1.063c, fol. 286-288.
490
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 526, 531 y 541-546. Este monasterio estaba junto al arrabal, fuera de la villa;
habitado por siete frailes y un mayordomo, fueron expulsados en 1495 por no querer reconocer la autoridad de la
Orden de Santiago.
491
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 27.
492
Relaciones de Jaén, pp. 67-71.
493
Descripciones de la encomienda en siglos posteriores, en Uclés, carp. 357, nos 17-23.
494
AHN, Uclés, carp. 69, nos 3 y 6-7.
495
Ibidem, nº 4. En el siglo XIII había existido un comendador en Baeza.
496
Id, nº 5. Y el diezmo de la grana (nº 9).
497
AHN, Uclés, carp. 216, nº 4.
498
AHN, Uclés, carp. 313, nº 14.
499
De Manuel, pp. 486-487. La Torre de Mezquitiel se halla en el repartimiento de Córdoba, mas no en Jaén. El
Villar de Capones y la Hoya del Mármol no han sido localizados.
500
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 257-265.
501
Relaciones de Jaén, pp. 93 y 102.
502
AGS, MyP, Leg. 1, doc. 487.
503
AHN, Uclés, carp. 69, nº 12.
504
Así lo escribieron al papa en 1423 los del concejo de Ubeda (Pedro A. Porras, “Documentos sobre musulmanes
y judíos en archivos señoriales y de protocolos (siglos XV y XVI)”, CEMYCTH, XVI, 1991, p. 128).
505
Relaciones de Jaén, pp. 90-92.
506
Ibidem, p. 85.
507
AHN, OO.MM., Lib. 1.241c, fol. 7.
508
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 259-260.
509
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 550.
510
Relaciones de Jaén, p. 98.
511
AM.Ubeda, carp. 5, nº 15.

278
512
Relaciones de Jaén, p. 28.
513
Ibidem, p. 31.
514
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 261-262.
515
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 556-557.
516
Relaciones de Jaén, p. 32.
517
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 559.
518
AGS, EMR, leg. 11.
519
Se reunió el concejo y hombres buenos, pero no se les hizo obedecer los poderes de los visitadores (AHN,
OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 559).
520
Ibidem, p. 560.
521
Id, fol. 561.
522
En 1525 el alcaide dijo que sólo abriría a los visitadores de Calatrava (AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 568).
523
Salazar, Comendadores, I, pp. 19-20. Descripciones de los siglos XVII-XVIII, en carpeta 69, nos 19-32. Esta
villa finalmente pasaría a manos de Francisco de los Cobos, en cuyo testamento de 1541 consta; sobre el solar del
castillo calatravo se haría construir por Andrés de Vandelvira una magnífica fortaleza-palacio, que aún se puede
contemplar (H. Keniston, Francisco de los Cobos. Secretario de Carlos V, Madrid, 1980, pp. 231-232).
524
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 24 y Relaciones de Ciudad Real, pp. 529-531.
525
De Manuel, p. 355.
526
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 269-276. En estos folios se contiene una completa descripción de la fortaleza.
527
Relaciones de Ciudad Real, pp. 531-534.
528
AHN, Uclés, carp. 216, nº 2.
529
Relaciones de Jaén, p. 126.
530
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 24-25.
531
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 562-564.
532
Relaciones de Jaén, pp. 127-128.
533
González, I, p. 359, nota 22.
534
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 23.
535
Se reconocía el derecho del comendador a recoger diezmos y rentas de Santiago de Montizón y Torre de Juan
Abad (AHN, Uclés, carp. 216, nos 5 y 20).
536
Relaciones de Ciudad Real, p. 573.
537
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 580-583.
538
Ibidem, fol. 583.
539
Relaciones de Ciudad Real, p. 573.
540
Ibidem, p. 538.
541
Id, p. 528.
542
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 200-202 y Lib. 1.067c, fol. 578-579. Era la segunda ermita en importancia de
la Orden, después de la de Orcera.
543
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 23.
544
Relaciones de Ciudad Real, p. 534.
545
Descripciones de la encomienda en carpeta 216, nos 11-13 y 18-19.
546
Relaciones de Ciudad Real, pp. 191-194.
547
De Manuel, pp. 464-465.
548
Ibidem, pp. 471-472; Vicorto, Guta y Abejuela habían sido permutados ese mismo año a Gil Gómez por la
encomienda de Paracuellos (AHN, Uclés, carp. 260, nº 9).
549
AHN, Uclés, carp. 326, nº 13.
550
Sin embargo, en 1303 había vuelto a manos de la Orden, pues, según carta de Fernando IV, estaban fronteras
las siguientes fortalezas: Moratalla, Huéscar, Orce, Galera, Benamarín, Estepa Tamiyad, Aledo, Ricote y Peñas de
Ojós (AHN, Uclés, carp. 219, nº 5).
551
Relaciones de Jaén, p. 205. Era del duque de Alba. En 1539 aún utilizaba la antigua denominación, cuando
once de sus vecinos se fueron a vivir a Campillo de Arenas (Pedro A. Porras, “La Repoblación de la Sierra de Jaén
durante la Edad Moderna: Campillo de Arenas (1508-1560)”, CIDHPPN, VIII, 1988, p. 1.643, nota 33).
552
AHN, Uclés, carp. 311, nº 10.
553
Torres Fontes, Documentos de Sancho IV, doc. II.
554
De Manuel, pp. 424-426.
555
Ibidem, pp. 448-449.
556
Id, pp. 464-465.
557
AHN, Uclés, carp. 102, nº 10. Situadas en término de Jimena (Jaén), parece que nunca estuvieron en manos de
la Orden, pues no tenemos más noticias que la de la donación. Chincóyar aparece citada en las Cantigas de Santa
María de Alfonso X.
558
AHN, Sellos, carp. 13, nº 1. Amusco era un despoblado en 1575 (Relaciones de Jaén, p. 185).
559
Salazar, Historia de la Casa de Lara, IV, fol. 678.
560
AHN, Uclés, carp. 243, nº 12.

279
561
Relaciones de Jaén, p. 215.
562
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 28-29.
563
Había una torre con cortijo alrededor que en 1335 la Orden había entregado a Pedro García y Pedro Gil para su
explotación (AHN, Uclés, carp. 311, nº 51).
564
Los hombres del comendador habían agrandado sus términos y hubo de ser nuevamente amojonada por los
visitadores en 1495 (AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 584 y 588).
565
Fue desmembrada por Felipe II en 1572 (AHN, Uclés, carp. 311, nº 41) y adquirida por Gonzalo de la Peña,
que fundó la villa de San Miguel de Bujahariza, que en 1575 contaba con dos vecinos (Relaciones de Jaén, pp.
150 y 153).
566
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 511 y 514.
567
AHN, OO.MM., Lib. 1.069c, fol. 139.
568
Relaciones de Jaén, pp. 221-222. Numerosos eran los lugares sin poblar: Peñolite, Catena, Morales, Albalade-
juelo, Fuensanta, Gutamarta, Los Ojuelos, Bujacardín, Torre el Vinagre, las Guadamulas, Zumeta, Tobos, Mar-
chena, Miller de Alguaciles, Campo de Sancho Pérez, Torre de Morles, Oruña, La Gueta, Alcardete, Zalfarar,
Torre de los Campos de Alventosa, Valdemarín y Alfarer (pp. 228-230).
569
Ibidem, p. 234.
570
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 30.
571
Relaciones de Jaén, p. 238.
572
Ibidem, p. 240.
573
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 490 y 494-495.
574
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 31 y Lib. 1.063c, fol. 315. Se les había ordenado repararlas en 1478, como no
lo habían hecho así, se les impuso una pena de 10.000 mrs.; dos años más tarde tampoco estaban efectuados los
reparos, pero no se les volvió a multar, porque el dicho conçejo estava pobre (Lib. 1.064c, fol. 239). Es el único
caso en todo el período estudiado en que se impone y cobra la multa realmente.
575
Relaciones de Jaén, p. 184.
576
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 316. La ermita de Santa María de la Peña era la más celebrada de la Provincia
de Castilla, siendo así que tenía muchas posesiones en viñas, terrenos de pan, olivar y colmenas. Tenía una buena
fábrica y ornamentos de plata (fol. 312-315), y se vio honrada con donaciones de nobles: había una imagen de
alabastro de la Virgen con las armas de los Figueroa en la peana (Lib. 1.067c, fol. 509).
577
Relaciones de Jaén, p. 186.
578
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 31.
579
Relaciones de Jaén, p. 259.
580
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 485-488.
581
Relaciones de Jaén, p. 261.
582
Ibidem, p. 133.
583
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 31.
584
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 481-483.
585
Relaciones de Jaén, p. 138.
586
En 1468 aún se llamaba Albaladejuelo, a partir de 1478 siempre Villarrodrigo.
587
Relaciones de Jaén, p. 266.
588
AHN, OO.MM., Lib. 1.072c, fol. 95.
589
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 471-474.
590
AHN, OO.MM., Lib. 1.069c, fol. 57. Era de una nave a manera de fortalesa (Lib. 1.067c, fol. 474). En 1507 la
madre superiora, Teresa Sánchez, se había fugado con un vecino del lugar, momento que fue aprovechado por la
Orden de Santiago para arrebatar los bienes del monasterio al custodio de la Orden de San Francisco (Lib. 1.072c,
fol. 93).
591
AHN, OO.MM., Lib. 1.072c, fol. 97.
592
Relaciones de Jaén, p. 269.
593
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 30.
594
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 520.
595
Se habla de tierras en Hornos viejo (ibidem, fol. 521).
596
AHN, OO.MM., Lib. 1.072c, fol. 22.
597
Relaciones de Jaén, p. 148.
598
Ibidem, p. 150.
599
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 520-522.
600
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 31 y Ortega Rubio, p. 124.
601
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 479.
602
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 31.
603
Relaciones de Ciudad Real, p. 6.
604
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 221.
605
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 460-463.
606
Relaciones de Ciudad Real, p. 8.

280
607
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 30.
608
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 503 y Lib. 1.069c, fol. 86.
609
Relaciones de Jaén, p. 194.
610
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 31.
611
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 575.
612
Relaciones de Jaén, pp. 198-202.
613
Descripciones del siglo XVIII en carpeta 311, nos 47-50.
614
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 14.
615
Relaciones de Jaén, p. 117.
616
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 503 y Lib. 1.069c, fol. 174.
617
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 233 y Lib. 1.067c, fol. 501.
618
Relaciones de Jaén, p. 117.
619
AHN, Uclés, carp. 131, nº 1. Habían recibido licencia de Inocencio VIII los maestres en 1486 para fundar
monasterios en Granada e Islas Canarias (Bulario, fol. 862-865).
620
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 602-617.
621
En 1522 se suscitó un pleito entre el Hospital Real de Granada y el convento por estos maravedíes (AHN,
OO.MM., Archivo de Toledo, leg. 18.940).
622
AHN, Uclés, carp. 245, nº 1.
623
AHN, Uclés, carp. 50-I, nº 2.
624
Ibidem, nº 13.
625
Id, nº 16, fol. 35-38.
626
Id, nº 9.
627
Torres Fontes, Documentos del siglo XIII, doc. CV.
628
AHN, Uclés, carp. 50-I, nº 4 (perdido), trasladado en el nº 16, de donde han sido arrancadas.
629
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 49-50.
630
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 833.
631
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 51. Y es el dicho lugar çercado a casa-muro, ay en él tres sytios de fortalezas
todas derribadas e caýdas, que no ay en ellas cosa enhiesta que sea de provo (Lib. 1.078c, fol. 571).
632
AHN, OO.MM., Lib. 1.069c, fol. 371-380.
633
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 823-831.
634
AHN, OO.MM., Lib. 1.069c, fol. 406.
635
AHN, OO.MM., Lib. 1.072c, fol. 296.
636
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 841-843.
637
AHN, Uclés, carp. 50-I, nº 10. Descripciones de los siglos XVII-XVIII en nos 16, 20, 22, 24 y 26, y carpeta 50-
II, nº 4.
638
Torres Fontes, Documentos de Sancho IV, doc. LXIII.
639
Bulario, fol. 270-271.
640
AHN, Uclés, carp. 82, nº 6.
641
Chaves, fol. 47v-58r.
642
AHN, Uclés, carp. 82, nos 10-11.
643
AM.Murcia, Cart. Real, eras 1386-92, fol. 73v.
644
Sáez, “Privilegio...”, pp. 123-137.
645
AHN, Uclés, carp. 82, nº 14. Clemente VII ayudó a la repoblación, concediendo indulgencias a los que peregri-
nasen a la capilla de Santa Cruz de Caravaca (nº 12).
646
Ibidem, nº 2.
647
Id, nº 4.
648
Id, nº 5.
649
Id, nº 9.
650
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 43-44.
651
Ibidem, fol. 45-47.
652
AHN, OO.MM., Lib. 1.069c, fol. 350.
653
Ibidem, fol. 248.
654
AHN, Uclés, carp. 82, nº 9.
655
La importancia del puerto de lo morisco era tal que lo desmembró Fernando el Católico, situándole al comen-
dador un juro en la renta de la seda de Granada de 200.000 mrs., aunque con anterioridad a 1468 lo había llevado
Enrique IV (AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 800 y Lib. 1.233c, fol. 48).
656
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 812-816.
657
Ibidem, fol. 784-811.
658
Descripciones de 1606 y 1713 (AHN, Uclés, carp. 82-I, nos 28 y 30).
659
Fue vendido, junto con Balazote y algunas heredades en Villanueva de la Fuente, por Diego Gómez de Casta-
ñeda a la Orden (AHN, Uclés, carp. 365, nº 13). Para los despoblados Ortega Rubio, p. 220.
660
AHN, Sellos, carp. 12, nº 5.

281
661
AHN, Uclés, carp. 90, nº 2.
662
Ibidem, nº 3. Confirmada por Sancho IV en 1286.
663
AHN, Uclés, carp. 50-I, nº 10. Por ser confirmados los privilegios incluidos en la nota anterior a 1307 (carp. 90,
nº 5), es posible deducir que el señorío de la Orden en esta época se limitaba al castillo. Cinco años antes su co-
mendador era el mismo de Ricote.
664
Ortega Rubio, p. 220.
665
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 60.
666
AHN, OO.MM., Lib. 1.069c, fol. 445.
667
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 870.
668
Ortega Rubio, p. 221.
669
L. Suárez, Juan II y la frontera de Granada, Valladolid, 1954, doc. VIII. En 1449 Nicolás V, por medio de
bula, ordenaba al obispo de Ostia el rescate de estos desgraciados, presos de los granadinos, y para que en parte la
nueva población de la villa se llevó a cabo con estos cautivos, a juzgar por sus descendientes citados en las Rela-
ciones (Ortega Rubio, p. 220).
670
Descripción de la encomienda en 1733, en carpeta 90, nº 12.
671
Cascales, pp. 352-353.
672
AHN, Uclés, carp. 208-II, nº 1.
673
Benavides, doc. CCCLXVI.
674
Los documentos de Ceutí en la carpeta 206. Este asunto, de todos modos, no queda claro, pues en 1480 los
visitadores de la Provincia de Castilla requirieron a doña Iseo Fajardo y a don Pedro Dávalos para que devolvieran
ese lugar, que les había cedido la Orden temporalmente a sus antecesores cincuenta años atrás (AHN, OO.MM.,
Lib. 1.065c, fol. 183-187).
675
Esa era la situación en 1468, pero en 1524 la villa estaba rodeada a casa-muro (AHN, OO.MM., Lib. 1.233c,
fol. 57 y Lib. 1.080c, fol. 846).
676
En las descripciones del siglo XVIII se citan, además, los lugares de Béjar, Torre del Carrizal y Riópar (AHN,
Uclés, carp. 219, nº 18).
677
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 42.
678
AHN, OO.MM., Lib. 1.072c, fol. 195.
679
Ibidem, fol. 208.
680
Torres Fontes, Documentos del siglo XIII, doc. I.
681
AHN, Uclés, carp. 219, nº 2.
682
Chaves, fol. 44r.
683
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 40-42.
684
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 773-779.
685
Descripciones de los siglos XVII-XVIII en carpeta 219, nos 15-18.
686
Híjar, que fue lugar en tiempo antiguo poblado, lo tenía desde 1390 la familia de Gonzalo Muñoz, vecino de
Alcaraz, por compra efectuada a don Alvaro de Luna —confirmada por su administrador y reformador, Juan de
Nova, y en 1404 por el también maestre Suárez de Figueroa—. Pero en 1480 se llevaron a cabo diversas acciones
judiciales que dieron como fruto la recuperación de esta dehesa (AHN, OO.MM., Lib. 1.065c, fol. 39-47).
687
Chaves, fol. 44r. Utilizaban, pues, el fuero de Segura.
688
Ortega Rubio, pp. 356-357.
689
Estos conflictos no eran nuevos, en 1396 Enrique III hubo de intervenir en un enojoso asunto entre los de
Alcaraz y los moros de Letur, quienes se habían prendado mutuamente (Pretel, Una ciudad castellana, doc. XIV).
690
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 35-38.
691
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 761-765, 768-772 y 877-887.
692
AHN, OO.MM., Lib. 1.077c, fol. 453. Véase Pedro A. Porras, “La presión fiscal”, doc. V y VI.
693
Descripciones de los siglos XVII-XVIII en carpeta 314, nos 5-20.
694
Torres Fontes, Documentos de Sancho IV, doc. I.
695
Ibidem, doc. LIV.
696
Id, doc. CL.
697
AHN, OO.MM., Lib. 1.069c, fol. 427 y 434.
698
AHN, OO.MM., Lib. 1.077c, fol. 476.
699
Sáez, “Ordenanzas de la aljama de Abanilla”, AHDE, XIV, 1942-1943, pp. 519-530.
700
En efecto, en 1498 decían los visitadores que no avían ydo a confirmar sus usos e costumbres e previllejos en el
Capítulo (AHN, OO.MM., Lib. 1.069c, fol. 440).
701
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 59.
702
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 857.
703
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 60.
704
AHN, Uclés, carp. 293, nº 8.
705
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 847-870. No se sabe si corresponden a antiguas mezquitas o zauías o fueron
nuevamente fundadas.
706
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 59.

282
707
AHN, OO.MM., Lib. 1.077c, fol. 517. Tanto es así que no fueron incluidos en el padrón de vecinos.
708
Descripciones de 1631, 1721 y 1734 en carpeta 293, nos 12-14.
709
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 34-35. Había un molino y allí se resguardaban los pastores en verano (Lib.
1.069c, fol. 135).
710
Chaves, fol. 44r.
711
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 32-34.
712
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 735-760.
713
Ortega Rubio, p. 700.
714
Ibidem, p. 702.
715
Descripciones de la encomienda en los siglos XVII-XVIII en la carpeta 163, nos 12 y 15-16.
716
AHN, Uclés, carp. 50-I, nº 4.
717
Ibidem, nº 7. Un año más tarde García Gil donaba a la Orden unas casas en la collación de Santa María, que
había recibido del rey Sancho (nº 8).
718
AHN, OO.MM., Lib. 1.069c, fol. 416-422.
719
AHN, OO.MM., Lib. 1.072c, fol.288.
720
Chaves, fol. 44r.
721
Ibidem, fol. 44r-44v.
722
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 39.
723
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 765.

283
284
CAPITULO OCTAVO
APENDICES

I. ARMAS DE FUEGO

PRIORATO DE UCLES
1478 1498 1508 1511 1515
ARMAS PESADAS
Lombardas —— —— 2 2 2
Medias lombardas 2 —— 2 2 2
Truenos 15 2 8 6 4
Pasavolantes 2 —— —— —— ——
Serpentinas —— —— 4 4 5
Búzanos —— —— —— —— 1
Total Armas Pesadas 19 2 16 14 14
ARMAS LIGERAS
Espingardas 11 —— 71 56 40
Espingardones 2 —— 1 1 1
Ribadoquines —— —— 3 3 2
Culebrinas 7 —— 1 1 ——
Cerbatanas 3 —— 9 12 6
Otros tiros ligeros —— —— —— 8 ——
Total Armas Ligeras 23 —— 85 81 49
Total General 42 2 101 95 63

CAMPO DE MONTIEL
1478 1480 1485 1494 1498 1507 1511 1515 1526
ARMAS PESADAS
Medias lombardas 1 1 —— —— —— —— —— —— ——
Truenos 9 5 2 5 4 4 4 2 3
Pasavolantes —— 1 1 1 1 1 —— —— ——
Serpentinas 1 1 —— —— —— —— —— —— ——
Total Armas Pesadas 11 8 3 6 5 5 4 2 3
ARMAS LIGERAS
Espingardas 26 35 5 14 17 14 15 6 8
Espingardones —— —— 2 1 1 1 3 1 2
Culebrinas —— 2 —— —— —— —— —— —— ——
Cerbatanas 1 2 1 2 2 2 3 2 ——
Total Armas Ligeras 27 39 8 17 20 17 21 9 10
Total General 38 47 11 23 25 22 25 11 13

285
JAEN
1478 1480 1494 1498 1507 1511
ARMAS PESADAS
Lombardas 2 —— —— —— —— ——
Medias lombardas 5 1 3 3 3 1
Truenos 15 4 14 14 13 1
Pasavolantes 2 1 7 7 6 ——
Serpentinas —— —— 1 1 1 ——
Otros tiros gruesos 6 —— —— —— —— ——
Total Armas Pesadas 30 6 25 25 23 1
ARMAS LIGERAS
Espingardas 15 18 26 26 8 4
Culebrinas 3 —— —— —— —— ——
Cerbatanas 1 —— 2 2 —— ——
Cuartagones —— —— 1 1 1 ——
Barjuletas 1 —— —— —— —— ——
Otros tiros —— 36 —— —— —— 3
Total Armas Ligeras 20 54 29 29 9 7
Total General 50 60 54 54 32 8

MURCIA
1480 1494 1525
ARMAS PESADAS
Lombardas 1 —— ——
Lombardetas —— —— 1
Truenos 4 5 ——
Pasavolantes 3 —— ——
Otros tiros gruesos muchos muchos ——
Total Armas Pesadas 8 5 3
ARMAS LIGERAS
Espingardas 3 8 22
Espingardones —— 1 ——
Cerbatanas —— 2 2
Medias cerbatanas —— —— 1
Escopetas —— —— 7
Otros tiros ligeros —— muchos 5
Total Armas Ligeras 3 11 37
Total General 11 16 40

FORTALEZA DE UCLES
1508 1511 1515
ARMAS PESADAS
Serpentinas —— —— 1
Búzanos —— —— 1
ARMAS LIGERAS
Espingardas 8 8 11
Espingardones 1 1 1
Serpentinas 3 3 2
Total 12 12 16
AHN, OO.MM., Lib. 1.073c, fol. 66.
AHN, OO.MM., Lib. 1.075c, fol. 482-483.
AHN, OO.MM., Lib. 1.079c, fol. 834-835.

286
FORTALEZA DE HUELAMO
1508 1511
ARMAS LIGERAS
Espingardas 3 3
Total 3 3
AHN, OO.MM., Lib. 1.074c, fol. 15.
AHN, OO.MM., Lib. 1.076c, fol. 406.

FORTALEZA DE OREJA
1478 1508 1511 1515
ARMAS PESADAS
Medias lombardas 1 2 2 2
Truenos 1 —— —— ——
Pasavolantes 2 —— —— ——
ARMAS LIGERAS
Espingardas —— 25 22 22
Cerbatanas —— 2 2 2
Total 4 29 26 26
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 113.
AHN, OO.MM., Lib. 1.073c, fol. 157.
AHN, OO.MM., Lib. 1.075c, fol. 267.
AHN, OO.MM., Lib. 1.079c, fol. 1.329.

FORTALEZA DE MORA
1478 1508 1511 1515
ARMAS PESADAS
Truenos 3 —— —— ——
Serpentinas —— 2 2 2
ARMAS LIGERAS
Espingardas 3 11 3 3
Espingardones 2 —— —— ——
Culebrinas 1 —— —— ——
Total 9 13 5 5
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 77.
AHN, OO.MM., Lib. 1.073c, fol. 215.
AHN, OO.MM., Lib. 1.075c, fol. 126-127.
AHN, OO.MM., Lib. 1.079c, fol. 265.

FORTALEZA DE HARO
1478 1498 1507 1511
ARMAS PESADAS
Truenos 3 2 —— ——
ARMAS LIGERAS
Espingardas 3 —— 11 11
Culebrinas —— —— 1 1
Total 6 2 12 12
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 182.
AHN, OO.MM., Lib. 1.068c, fol. 39.
AHN, OO.MM., Lib. 1.073c, fol. 381.
AHN, OO.MM., Lib. 1.076c, fol. 480.

287
FORTALEZA DE MONREAL
1478 1508 1511 1515
ARMAS LIGERAS
Espingardas 1 3 2 2
Total 11 3 2 2
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 141.
AHN, OO.MM., Lib. 1.073c, fol. 370.
AHN, OO.MM., Lib. 1.075c, fol. 136
AHN, OO.MM., Lib. 1.079c, fol. 319.

FORTALEZA DE PARACUELLOS
1478 1508 1511
ARMAS PESADAS
Medias lombardas 1 —— ——
Truenos 8 5 2
ARMAS LIGERAS
Espingardas 4 8 5
Culebrinas 6 —— ——
Cerbatanas 3 3 6
Otros tiros —— —— 8
Total 22 16 21
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 106.
AHN, OO.MM., Lib. 1.074c, fol. 94.
AHN, OO.MM., Lib. 1.076c, fol. 255.

FORTALEZA DE FUENTIDUEÑA DE TAJO


1508 1511 1515
ARMAS PESADAS
Lombardas gruesas 2 2 2
Truenos 1 1 1
Serpentinas 1 1 1
ARMAS LIGERAS
Cerbatanas 4 4 4
Total 8 8 8
AHN, OO.MM., Lib. 1.073c, fol. 132.
AHN, OO.MM., Lib. 1.075c, fol. 374.
AHN, OO.MM., Lib. 1.079c, fol. 1.508.

FORTALEZA DE VILLAREJO DE SALVANES


1508 1511 1515
ARMAS PESADAS
Truenos 2 3 3
Serpentinas 1 1 1
ARMAS LIGERAS
Espingardas 2 2 2
Total 5 6 6
AHN, OO.MM., Lib. 1.073c, fol. 146.
AHN, OO.MM., Lib. 1.075c, fol. 334.
AHN, OO.MM., Lib. 1.079c, fol. 1.464-1.465.

288
FORTALEZA DE ALHAMBRA
1480 1494 1498 1511 1515
ARMAS LIGERAS
Espingardas 8 3 3 3 3
Culebrinas 2 —— —— —— ——
Total 10 3 3 3 3
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 160.
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 405.
AHN, OO.MM., Lib. 1.068c, fol. 392.
AHN, OO.MM., Lib. 1.077c, fol. 55.
AHN, OO.MM., Lib. 1.078c, fol. 62.

FORTALEZA DE LA SOLANA
1478 1480
ARMAS PESADAS
Truenos 1 1
ARMAS LIGERAS
Espingardas 7 7
Total 8 8
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 252.
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 157.

FORTALEZA DE LA MEMBRILLA
1478 1480
ARMAS PESADAS
Medias lombardas 1 1
Truenos 2 2
Serpentinas 1 1
ARMAS LIGERAS
Espingardas 10 10
Total 14 14
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 257-259.
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 147-148.

FORTALEZA DE MONTIEL
1478 1494 1498 1507 1511 1526
ARMAS PESADAS
Truenos 6 3 2 2 2 3
ARMAS LIGERAS
Espingardas 9 9 9 9 9 8
Espingardones —— —— —— —— 2 2
Cerbatanas 1 1 1 1 1 ——
Total 16 13 12 12 14 13
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 227.
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 436.
AHN, OO.MM., Lib. 1.068c, fol. 235-237.
AHN, OO.MM., Lib. 1.071c, fol. 198-199.
AHN, OO.MM., Lib. 1.077c, fol. 386.
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 944.

TORRE DE TERRINCHES
1480 1485 1495 1498 1507 1511 1515
ARMAS PESADAS
Pasavolantes 1 1 1 1 1 —— ——

289
1480 1485 1495 1498 1507 1511 1515
Truenos 2 2 2 2 2 2 2
ARMAS LIGERAS
Espingardas 10 5 2 5 5 3 3
Espingardones —— 2 1 1 1 1 1
Cerbatanas 2 1 1 1 1 2 2
Total 15 11 7 10 10 8 8
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 217.
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 598.
AHN, OO.MM., Lib. 1.068c, fol. 256.
AHN, OO.MM., Lib. 1.071c, fol. 127.
AHN, OO.MM., Lib. 1.077c, fol. 234.
AHN, OO.MM., Lib. 1.078c, fol. 288-289.

FORTALEZA DE BEAS DE SEGURA


1478 1480
ARMAS PESADAS
Truenos 2 2
Total 2 2
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 288.
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 245.

FORTALEZA DE BEDMAR
1480 1494 1498 1507
ARMAS PESADAS
Medias lombardas —— 2 2 2
Truenos de uno —— 10 10 10
Pasavolantes —— 5 5 5
Serpentinas —— 1 1 1
ARMAS LIGERAS
Espingardas 12 3 3 3
Cuartagones —— 1 1 1
Otros tiros 30 —— —— ——
Total 42 22 22 22
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 260.
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 551.
AHN, OO.MM., Lib. 1.068c, fol. 303.
AHN, OO.MM., Lib. 1.071c, fol. 475.

FORTALEZA DE ALBANCHEZ
1480 1507
ARMAS PESADAS
Truenos —— 1
ARMAS LIGERAS
Espingardas 4 1
Otros tiros 6 ——
Total 10 2
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 262.
AHN, OO.MM., Lib. 1.071c, fol. 487.

FORTALEZA DE MONTIZÓN
1478 1495 1498 1511
ARMAS PESADAS
Medias lombardas —— —— —— 1
Truenos 3 2 2 ——
Pasavolantes 1 1 1 ——

290
1478 1495 1498 1511
ARMAS LIGERAS
Espingardas 5 5 5 4
Barjuletas 1 —— —— ——
Otros tiros —— —— —— 3
Total 10 8 8 8
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 274.
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 571.
AHN, OO.MM., Lib. 1.068c, fol. 326.
AHN, OO.MM., Lib. 1.077c, fol. 186.

FORTALEZA DE CHICLANA DE SEGURA


1478 1480 1495 1498 1507
ARMAS PESADAS
Medias lombardas —— 1 1 1 1
Truenos 2 2 2 2 2
Pasavolantes —— 1 1 1 1
ARMAS LIGERAS
Espingardas 2 2 4 4 4
Total 4 6 8 8 8
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 278.
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 256.
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 565.
AHN, OO.MM., Lib. 1.068c, fol. 321.
AHN, OO.MM., Lib. 1.071c, fol. 89.

FORTALEZA DE SEGURA DE LA SIERRA


1478 1495 1498
ARMAS PESADAS
Lombardetas 1 —— ——
ARMAS LIGERAS
Espingardas —— 10 10
Culebrinas 3 —— ——
Cerbatanas —— 2 2
Total 4 12 12
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 320.
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 516.
AHN, OO.MM., Lib. 1.068c, fol. 130.

FORTALEZA DE SILES
1478
ARMAS PESADAS
Lombardas gruesas 2
Medias lombardas 4
Truenos 8
Pasavolantes 1
Otros tiros gruesos 6
ARMAS LIGERAS
Espingardas 6
Cerbatanas 1
Total 28
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 303.

291
FORTALEZA DE HORNOS
1478 1495 1498
ARMAS LIGERAS
Espingardas 2 4 4
Total 2 4 4
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 327.
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 523.
AHN, OO.MM., Lib. 1.068c, fol. 97.

FORTALEZA DE ALEDO
1525
ARMAS LIGERAS
Espingardas 6
Cerbatanas 1
Medias cerbatanas 1
Total 8
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 832.

FORTALEZA DE CEHEGIN
1494 1525
ARMAS PESADAS
Truenos 1 ——
ARMAS LIGERAS
Espingardas —— 1
Cerbatanas 1 1
Escopetas —— 7
Otros tiros —— 1
Total 2 10
AHN, OO.MM., Lib. 1.066c, fol. 231.
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 820.

FORTALEZA DE CIEZA
1480 1494
ARMAS PESADAS
Tiros gruesos muchos muchos
ARMAS LIGERAS
Espingardas —— varias
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 170.
AHN, OO.MM., Lib. 1.066c, fol. 329-330.

FORTALEZA DE MORATALLA
1494 1525
ARMAS PESADAS
Truenos 2 ——
ARMAS LIGERAS
Espingardas muchos 12
Otros tiros muchos 4
Total 2 16
AHN, OO.MM., Lib. 1.066c, fol. 146-147.
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 780.

FORTALEZA DE SOCOBOS
1480 1525
ARMAS PESADAS
Lombardas 1 ——
Lombardetas —— 1
Truenos 1 ——

292
1480 1525
ARMAS LIGERAS
Espingardas —— 3
Total 2 4
AHN, OO.MM., Lib. 1.065c, fol. 54.
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 771.

FORTALEZA DE RICOTE
1480 1494
ARMAS PESADAS
Pasavolantes 3 ——
Truenos 3 2
ARMAS LIGERAS
Espingardas 3 8
Espingardones —— 1
Cerbatanas —— 1
Total 9 12
AHN, OO.MM., Lib. 1.065c, fol. 166.
AHN, OO.MM., Lib. 1.066c, fol. 301.

FORTALEZA DE YESTE
1525
ARMAS PESADAS
Tiros gruesos 2
Total 2
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 747.

293
294
II. LANZAS

MADRID Y GUADALAJARA
1468 1478 1481 1573
Estremera 3 —— 3 1
Oreja 7 7 7 3
Paracuellos 3 3 4 3
Mohernando 3 —— 6 4
Bastimentos de la Mancha 0 0 —— 2
Encomienda Mayor de Castilla 30 —— 30 ——
Total 46 10 50 13
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 10, 7, 8, 22 y 111.
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 116, 106 y 138.
AHN, OO.MM., Lib. 1.242c, fol. 208v.
Compilación 1603, fol. 82v-83r.

CUENCA
1468 1478 1481 1573
Priorato de Uclés —— —— 30 40
Encomienda de Uclés 20 20 15 ——2
———2
Subencomienda de Uclés 1 1 1
Cámara de los Privilegios 2 2 2 15
Salinas de Belinchón —— —— 1 ——6
Hospital de Alarcón 0 6 6 ——4
Hospital de Cuenca 0 7 —— ——4
Hinojoso 1 1 1 ——3
Horcajo 2 2 2 4
Huélamo 2 2 2 1
Monreal —— 0 7 12
Villaescusa de Haro 4 4 4 1
Villoria 2 2 3 4
1
La Zarza 1 4 1 ——
Total 36 51 75 63
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 97, 100, 99, 85, 91, 80, 105, 88, 80, 13 y 13.
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 40, 31, 34, 188, 194, 177, 154, 210, 142, 179 y 47.
AHN, OO.MM., Lib. 1.242c, fol. 208r-209r.
Compilación 1603, fol. 82r-83r.

1
Esas lanzas las servía en 1494 (Lib. 1.067c, fol. 204).
2
A fines del XV habían pasado a la Mesa Maestral.
3
Subsumida por la de Villaescusa de Haro.
4
A principios del siglo XVI ya no eran encomiendas.
5
No mantenía lanzas, salvo en las contribuçiones generales de la Horden, que paga por una lança (Lib. 1.080c, fol. 359).
6
Pasó a la Corona real en 1568 (Uclés, carp. 70, nº 20).

295
TOLEDO
1468 1478 1481 1573
Hospital de Toledo —— 7 8 ——1
Hospital de Talavera 1 —— 1 ——1
Alpajes 2 2 2 ——
Biedma 1 1 1 1
Campo de Criptana 2 2 2 1
Mesa Maestral del Campo de Criptana —— —— 3 ——
Corral de Almaguer 4 ——2 4 4
Dosbarrios 2 2 2 1
Mirabel 1 —— 1 ——
Montealegre 2 2 2 5
Mora 5 5 5 2
Ocaña 5 43 3 1
Judíos de Ocaña —— —— 1 ——
Santa Cruz de la Zarza 2 1 2 1
Torrevejesate 4 4 5 15
Villanueva de Alcardete ——4 4 4 ——5
Villanueva y La Mota 1 06 1 ——5
Villarrubia 2 2 2 2
Villamayor 3 ——7 3 2
Total 37 36 52 36
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 110, 6, 16, 21, 19, 3, 82, 17, 2, 4, 12, 78, 81, 16 y 84.
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 94, 130, 55, 169, 60, 132, 82, 47, 212, 163 y 51.
AHN, OO.MM., Lib. 1.242c, fol. 208r-209r.
Compilación 1603, fol. 82r-83r.

CAMPO DE MONTIEL
1468 1478 1481 1573
Alhambra y La Solana 4 4 5 8
Carrizosa 2 2 2 1
La Membrilla del Tocón 3 3 3 3
Montiel 7 5 7 2
Torres y Cañamares 2 2 2 2
Villahermosa 2 3 3 5
Villanueva de la Fuente 4 4 4 4
Bastimentos del Campo 0 0 —— 4
Total 24 23 26 27
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol.72, 73, 22, 66, 68, 18, 63 y 112.
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 253, 219, 262, 235, 248, 223 y 239.
AHN, OO.MM., Lib. 1.242c, fol. 208v.
Compilación 1603, fol. 82r-82v.

JAEN
1468 1478 1481 1573
Beas de Segura 7 7 7 5
Bedmar y Albanchez 7 —— 5 5
Santiago de Montizón 5 5 7 5

1
A principios del siglo XVI ya no eran encomiendas.
2
No sabían cuántas debían tener (Lib. 1.233c, fol. 152).
3
Tenía dos caballos en Ocaña y otros dos en la fortaleza de Zafra, de la que era alcaide el comendador.
4
No le habían señalado lanzas.
5
A fines del XV habían vuelto a la Mesa Maestral.
6
No servía ninguna lanza (Lib. 1.063c, fol. 175).
7
No sabía cuántas lanzas servía (Lib. 1.063c, fol. 158).

296
1468 1478 1481 1573
Segura de la Sierra 25 25 25 28
Total 44 37 44 43
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 28, 26, 25 y 32.
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 292, 282 y 305.
AHN, OO.MM., Lib. 1.242c, fol. 208v y 210r.
Compilación 1603, fol. 82r.

MURCIA
1468 1481 1573
Aledo y Totana 5 6 7
Caravaca 10 10 15
Cieza 2 2 1
Lorquí 2 2 ——
Moratalla 4 4 7
Socobos 7 7 5
Yeste y Taibilla 5 5 11
Valle de Ricote 10 10 6
Total 45 46 52
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 56, 48, 61, 57, 42, 39, 35 y 60.
AHN, OO.MM., Lib. 1.242c, fol. 208r.
Compilación 1603, fol. 82v-83r.

297
298
III. CABALLEROS DE CUANTIA

MADRID Y GUADALAJARA
1508 1511 1515 1525
Estremera —— 0 —— 3
Valdaracete 0 —— —— 1
Oreja —— 0 0 ——
Colmenar de Oreja 13 16 19 17
Noblejas 0 0 5 0
Paracuellos —— 5 —— 7
Fuentidueña 0 0 0 0
Villarejo de Salvanés 0 0 3 1
Mohernando 0 0 —— 1
Humanes 0 0 —— 3
Cerezo 0 0 —— 6
Robledillo 0 0 —— 3
Raodona 0 0 —— 0
Total Madrid 13 21 27 29
Total Guadalajara 0 0 0 13

TOLEDO
1494 1498 1508 1511 1515 1525
Ontígola —— —— —— 0 0 ——
Campo de Criptana 7 5 6 3 —— 8
Corral de Almaguer 14 18 7 9 14 24
Puebla de Almuradiel 3 6 0 3 6 6
Dosbarrios 8 —— —— 7 5 ——
Miguel Esteban —— 0 0 0 0 0
Mora 15 —— 5 7 10 7
Ocaña —— —— 10 12 15 16
Villatobas 1 —— 1 1 1 9
Santa Cruz de la Zarza —— —— 1 3 5 2
Socuéllamos 6 4 4 14 —— 4
Villanueva de Alcardete 9 6 5 3 7 3
La Mota 5 5 0 3 —— 10
Puebla de don Fadrique 1 2 0 5 5 3
Quintanar de la Orden 1 3 2 3 6 6
Villarrubia 4 —— 1 3 7 14
Villamayor 9 14 5 6 6 2
El Toboso 9 11 4 5 10 8
Villaverde (Gúzquez) 1 0 0 0 —— 0
Total 93 74 51 87 97 122

299
CUENCA
1494 1498 1508 1511 1515 1525
Santa María de los Llanos 4 4 0 0 —— 0
Uclés 2 —— 2 4 2 5
Villarrubio 1 —— 0 0 0 0
Sahelices 1 —— 0 0 0 1
Tribaldos 4 —— 0 0 0 0
Fuente de Pedro Naharro 6 —— 5 3 6 7
Almendros 4 —— 1 1 1 2
El Acebrón 2 —— 1 0 0 0
Torrubia 4 —— 1 1 2 2
Moraleja 0 —— 1 1 0 0
Rozalén 0 —— 0 0 0 0
Tarancón 9 —— 1 0 3 1
Cabeza Mesada 1 1 —— —— 2 2
Hinojoso 0 0 0 0 0 0
Horcajo 0 0 0 0 1 3
Huélamo 13 —— 3 3 —— 3
Monreal —— —— —— —— —— 6
Villaescusa de Haro 24 20 33 15 —— 9
Total 75 25 48 28 17 41

CAMPO DE MONTIEL
1494 1498 1507 1511 1515 1525
Alhambra 0 0 1 3 0 4
La Solana 16 20 3 7 9 8
Carrizosa 0 0 0 0 3 0
Villanueva de los Infantes 39 61 32 44 56 37
La Membrilla del Tocón 26 19 15 23 22 56
Alcubillas 3 3 2 1 0 4
Montiel ex. ex. ex. 3 2 5
Puebla de Montiel 1 0 2 0 0 0
Santa Cruz de Montiel 1 0 1 0 0 0
La Ossa de Montiel ex. ex. 0 0 5 2
Cózar 3 1 2 2 2 9
Torres de Montiel 0 0 0 0 2 0
Cañamares —— —— 0 —— 0 ——
Villahermosa 18 18 4 10 18 14
Fuenllana 7 14 4 6 10 7
Villanueva de la Fuente1 —— —— —— —— —— ——
Albaladejo —— —— ex. 0 3 2
Villamanrique 4 3 0 2 3 3
Torre de Juan Abad 4 6 0 4 6 12
Almedina 8 17 9 10 7 6
Torrenueva 10 9 0 8 11 9
Terrinches 3 4 1 1 5 1
Total 143 175 76 124 164 179

JAEN
1494 1498 1507 1524
Beas de Segura 16 25 4 14
Bedmar 4 6 0 18

1
Los cuantiosos dependían del concejo de Alcaraz.

300
1494 1498 1507 1524
Albanchez 3 2 1 3
Canena 0 1 0 2
Chiclana de Segura 17 15 3 5
Segura de la Sierra ex. ex. ex. ex.
Siles 14 19 0 20
Orcera ex. ex. ex. ex.
Torres de Albanchez 3 4 3 9
Génave 7 7 4 5
Villarrodrigo 15 14 5 0
Hornos ex. ex. —— 3
Las Vayonas 0 0 0 0
La Puerta de Segura 1 1 0 0
Benatae 2 1 1 4
Total 82 95 21 83

MURCIA
1480 1494 1498 1507 1511 1515 1525
Aledo —— 8 11 —— 4 —— 15
Totana —— —— —— 7 —— —— ——
Pliego —— —— —— 0 —— 0 ——
Caravaca 53 62 50 42 —— —— 44
Cehegín 25 33 17 17 —— —— 38
Cieza —— 23 25 4 14 19 12
Moratalla —— 40 20 18 —— —— 22
Socobos 0 0 0 0 —— —— 0
Letur 15 15 7 5 —— —— 8
Liétor —— —— 12 10 18 15 18
Valle de Ricote —— —— —— 0 4 4 0
Yeste 55 56 45 11 —— —— 22
Férez 0 —— 0 0 —— —— 0
Lorquí —— —— —— 0 0 0 0
Total 148 237 187 114 40 38 179
AHN, OO.MM., Lib. 1.065c, fol. 104-106, 93-94, 57 y 19-21.
AHN, OO.MM., Lib. 1.066c, fol. 256, 199-201, 226-228, 332-333, 161-163, 80, 97-98, 32 y 112.
Nota. Referencias pertenecientes a los años 1480 y 1494, el resto coincide con las de la población.

301
302
IV. POBLACION
(expresada en vecindades)

GUADALAJARA
1508 1511 1525
Mohernando 50 40 75
Humanes 77 80 130
Cerezo 32 40 46
Robledillo 82 80 100
Raodona 26 25 30
Total 267 265 381
AHN, OO.MM., Lib. 1.074c, fol. 79-80.
AHN, OO.MM., Lib. 1.076c, fol. 325.
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 136.

MADRID
1468 1508 1511 1515 1525
Estremera 300 190 180 —— 220
Valdaracete 100 155 50 —— 200
Oreja2 40 —— 17 17 20
Colmenar de Oreja 300 377 430 150 570
Noblejas 50 —— 42 44 80
Paracuellos3 70 —— 94 —— 80
Fuentidueña 50 28 35 49 60
Villarejo de Salvanés 50 83 80 120 200
Total 960 833 928 680 1.430
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 4, 8, 9, 7, 8 y 14.
AHN, OO.MM., Lib. 1.073c, fol. 241, 267, 155, 79-80 y 136.
AHN, OO.MM., Lib. 1.075c, fol. 361, 269, 307, 198, 378 y 335.
AHN, OO.MM., Lib. 1.076c, fol. 224 y 307.
AHN, OO.MM., Lib. 1.079c, fol. 1.334, 1.399, 1.172, 1.524 y 1.475.
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 1.113, 1.104, 1.132, 1.096, 1.080 y 1.089.

TOLEDO
1468 1494 1498 1508 1511 1515 1525
Ontígola4 25 —— —— —— 15 16 12
Campo de Criptana 150 230 267 250 290 —— 400
Corral de Almaguer 300 339 384 405 —— 420 600
Puebla de Almuradiel5 —— 61 61 96 80 115 145
Dosbarrios 150 190 —— —— 195 333 ——
Miguel Esteban6 20 28 35 30 20 20 35

2
En 1478 contaba con 14 vecinos (Lib. 1.063c, fol. 120).
3
En 1480 tenía diez vecinos más (Lib. 1.064c, fol. 97).
4
En 1478 tenía 8 vecinos y 3 dos años más tarde (Lib. 1.063c, fol. 129 y Lib. 1.064c, fol. 36).
5
En 1468 se decía que era un lugar pequeño (Lib. 1.233c, fol. 18).
6
El pueblo es poco e pobre e cada día se despuebla decían en 1480 (Lib. 1.064c, fol. 75).

303
1468 1494 1498 1508 1511 1515 1525
Mora 500 373 —— 440 400 450 450
Ocaña —— —— —— —— 1.339 1.420 1.875
Villatobas —— —— —— 170 200 208 210
Santa Cruz de la Zarza 120 —— —— 240 355 354 350
Socuéllamos 90 146 131 100 160 —— 200
Manjavacas7 7 6 —— —— desp. —— desp.
Villanueva de Alcardete 260 178 230 260 230 200 320
La Mota 90 190 196 200 209 —— 300
Puebla de don Fadrique8 —— 97 96 96 110 120 140
Quintanar de la Orden 160 115 158 230 160 212 230
Villarrubia 150 141 —— 125 160 174 300
Villamayor de Santiago 200 175 196 140 170 190 200
El Toboso 140 160 210 200 190 236 300
Villaverde (Gúzquez)9 18 9 10 9 7 —— 0
Total 2.380 2.438 1.974 2.991 4.290 4.468 6.067
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 105, 5, 15, 20, 17, 3, 11, 78, 77, 81, 80, 16, 83 y 84.
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 63, 89, 372, 337, 347, 74, 362, 337, 63, 392, 385, 386, 354, 379, 343, 360, 87, 314, 376 y 307.
AHN, OO.MM., Lib. 1.068c, fol. 4233, 98, 123, 426, 428, 162, 119, 144, 432, 130, 69, 131 y 54.
AHN, OO.MM., Lib. 1.073c, fol. 221, 292, 628, 309, 334, 225, 227, 220, 225, 121, 418, 329, 351, 315, 301, 360, 570, 341 y 582.
AHN, OO.MM., Lib. 1.075c, fol. 244, 157, 132, 231, 159, 655 y 178.
AHN, OO.MM., Lib. 1.076c, fol. 749, 89, 668, 691, 174, 775, 525, 636, 525, 680, 599, 708 y 598.
AHN, OO.MM., Lib. 1.079c, fol. 1.255, 382, 437, 302, 460, 270, 1.233, 324, 1.031, 563, 418, 459, 1.139, 660 y 494.
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 172, 1.141, 1.140, 1.130, 470, 409, 419, 441, 299, 247, 297, 298, 1.118, 1.003, 1.018, 1.008, 427,
438, 1.130, 1.130 y 450.

CAMPO DE MONTIEL
1468 1494 1498 1507 1511 1515 1525
Alhambra 40 53 45 25 39 36 55
La Solana 200 338 340 380 310 420 450
Carrizosa 25 35 31 25 16 12 10
Villanueva de los Infantes 300 383 500 550 480 487 600
La Membrilla del Tocón 500 620 591 488 580 600 600
Alcubillas 40 101 90 70 70 85 100
Montiel10 100 —— 150 200 200 200 200
Puebla de Montiel 40 85 60 94 48 48 60
Santa Cruz de Montiel 30 40 12 25 17 17 20
La Ossa de Montiel 70 80 90 80 70 94 80
Cózar 20 46 40 50 70 75 100
Torres de Montiel11 30 25 20 25 7 13 20
Cañamares 15 10 3 desp. 10 13 ——
Villahermosa 100 267 281 250 265 284 300
Fuenllana 80 150 154 220 150 176 200
Villanueva de la Fuente —— 300 —— —— —— —— ——
Albaladejo de los Freiles12 70 75 —— 150 86 120 ——
Villamanrique —— 235 120 150 150 160 250
Torre de Juan Abad13 desp. 52 68 70 70 85 120
Almedina 400 273 260 290 282 212 220

7
Los seis de 1494 eran labradores de Mora que trabajaban allí (Lib. 1.067c, fol. 385).
8
En 1468 se decía que era un lugar pequeño (Lib. 1.233c, fol. 19).
9
En 1525 no había vecinos en quien repartir (Lib. 1.080c, fol. 1.032).
10
En 1478 había 30 casas de moros (Lib. 1.063c, fol. 232).
11
En 1480 tenía tres vecinos (Lib. 1.064c, fol. 195).
12
Era lugar de pocos veçinos (lib. 1.067c, fol. 470), pero en 1498 cada día va en creçimiento (Lib.1.069c, fol. 25).
13
Despoblada cuando se cercó Montizón, para 1468 se repoblaba rápidamente (Lib. 1.233c, fol. 23).

304
1468 1494 1498 1507 1511 1515 1525
Torrenueva 200 220 200 180 200 196 230
Terrinches 100 96 102 190 80 81 100
Total 2.360 3.484 3.157 3.512 3.200 3.414 3.715
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 69, 71, 72, 63, 21, 22, 63, 67, 68, 66, 69, 68, 18, 63, 31, 23, 14 y 15.
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 407, 649, 414, 626, 660, 642, 594, 604, 393, 633, 612, 445, 426, 619, 546, 584, 579, 608, 638 y
601.
AHN, OO.MM., Lib. 1.068c, fol. 394, 403, 182, 371, 414, 247, 270, 355, 163, 375, 361, 204, 203, 343, 338, 351, 382 y 262.
AHN, OO.MM., Lib. 1.071c, fol. 271, 277, 261, 170, 535, 211, 144, 186, 428, 149, 180, 224, 243, 137, 109, 102, 116, 155 y 129.
AHN, OO.MM., Lib. 1.077c, fol. 59, 78, 318, 303, 111, 125, 407, 216, 218, 30, 149, 286, 413, 360, 330, 261, 180, 158, 204, 138 y
247.
AHN, OO.MM., Lib. 1.078c, fol. 69, 91, 408, 381, 138, 157, 497, 266, 331, 33, 187, 348, 558, 471, 429, 323, 227, 199, 250, 177 y
306.
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 480, 492, 968, 962, 515, 520, 946, 909, 929, 997, 534, 932, 980, 954, 895, 916, 543, 924, 530 y
903.

CUENCA
1468 1494 1498 1508 1511 1515 1525
Santa María de los Llanos14 45 40 39 50 40 —— 60
Torreluenga 12 8 —— —— 8 —— ——
Uclés 300 107 —— 180 200 158 230
Villarrubio15 —— 32 —— 25 41 37 50
Sahelices —— 59 —— 48 55 55 62
Tribaldos —— 40 —— 30 32 35 30
Fuente de Pedro Naharro —— 63 —— 75 62 72 95
Almendros —— 44 —— 75 72 48 80
El Acebrón —— 42 —— 42 50 79 62
Torrubia —— 56 —— 52 64 79 80
Moraleja —— 9 —— 12 14 13 11
Rozalén —— 38 —— 30 26 31 33
Tarancón —— 226 —— 200 260 207 300
Cabeza Mesada —— 43 43 —— —— 80 110
Hinojoso16 35 66 80 48 57 59 80
Horcajo 15 26 20 55 52 59 80
Huélamo 100 115 —— 103 120 —— 120
Monreal —— —— —— —— —— —— 350
Villaescusa de Haro 50 441 420 480 400 —— 500
Villamanrique17 —— —— —— —— —— —— ——
La Zarza18 5 desp. —— desp. —— desp. desp.
Valtablado —— —— —— —— 30 —— ——
Total 1.862 1.455 602 1.505 1.583 1.012 2.333
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 102, 95, 80, 105, 86, 79, 13 y 12.
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 385, 315, 249-250, 322, 305, 320, 260, 300, 90 y 204.
AHN, OO.MM., Lib. 1.068c, fol. 152, 78, 54, 75 y 48.
AHN, OO.MM., Lib. 1.073c, fol. 363, 78-81, 376, 403, 386 y 119.
AHN, OO.MM., Lib. 1.074c, fol. 18.
AHN, OO.MM., Lib. 1.075c, fol. 542-544.
AHN, OO.MM., Lib. 1.076c, fol. 512, 554, 18, 408, 494 y 475.
AHN, OO.MM., Lib. 1.079c, fol. 906-908, 584, 527 y 606.
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 1.011, 360, 377, 1.037, 368, 1.075, 276, 1.042, 1.119 y 1.118.

14
En 1486 contaba con 35 vecinos (Lib. 1.064c, fol. 138)
15
En 1468 sólo aparecen los datos del común de Uclés totalizados, esto es, 1.300 vecinos.
16
El dato de 1468 se refiere sólo a la mitad del pueblo (Lib. 1.233c, fol. 80).
17
En 1480 se había poblado Albuher de diez vecinos (Lib. 1.064c, fol. 84).
18
En realidad, en 1468 estaba yermo (Lib. 1.233c, fol. 12).

305
JAEN
1468 1494 1498 1507 1525
Beas de Segura 800 586 629 480 400
Bedmar —— 220 200 152 260
Albanchez —— 85 80 83 100
Canena (la mitad) 80 47 48 57 60
Chiclana 200 243 190 240 250
Segura de la Sierra 150 150 140 210 340
Siles 200 262 195 270 280
Orcera19 50 —— 114 180 200
Torres de Albanchez —— 84 110 148 200
Génave 40 95 95 130 130
Villarrodrigo 200 310 172 260 322
Hornos20 desp. 60 72 —— 140
Las Vayonas 40 25 —— 80 35
La Puerta de Segura 50 25 30 30 40
Benatae 70 95 100 120 120
Total 1.880 2.287 2.175 2.440 2.877
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 27, 26, 25, 29, 30, 31, 31, y 15.
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 540, 555, 558, 561, 579, 511, 498, 489, 485, 476, 520, 480, 503 y 503.
AHN, OO.MM., Lib. 1.068c, fol. 293, 307, 311, 314 y 323.
AHN, OO.MM., Lib. 1.069c, fol. 142, 181, 160, 179, 81, 62, 108, 83 y 161.
AHN, OO.MM., Lib. 1.071c, fol. 68, 477, 496, 19 y 90.
AHN, OO.MM., Lib. 1.072c, fol. 37, 76, 49, 87, 106, 97, 100, 110 y 59.
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 639, 593, 600, 568, 564, 667, 711, 648, 684, 702, 694, 655, 644 y 676.

MURCIA
1468 1498 1507 1511 1515 1524
Aledo 90 80 78 100 —— 150
Totana —— —— —— 70 —— ——
Pliego21 25 —— 55 —— 50 60
Caravaca 200 400 500 —— —— 600
Cehegín 250 370 420 —— —— 400
Canara 16 4 desp. —— —— desp.
Cieza22 140 142 170 130 150 150
Moratalla 180 250 300 —— —— 450
Socobos 40 27 25 —— —— 40
Letur 70 72 82 —— —— 150
Liétor 250 160 180 180 210 350
Ricote23 165 —— 77 60 60 80
Blanca —— —— 86 80 80 140
Abarán —— —— 30 30 30 60
Ojós —— —— 30 28 28 40
Ulea —— —— 23 20 20 40
Villanueva —— —— 23 17 26 20
Yeste 300 363 389 —— —— 450
Férez24 80 23 32 —— —— 40

19
En 1478 tenía quince vecinos (Lib. 1.063c, fol. 315).
20
En 1478 contaba sólo con tres vecinos (Lib. 1.063c, fol. 327), pero en 1507 se decía se creçe en vesyndad cada día (Lib. 1.072c,
fol. 22).
21
En 1480 había 30 vecinos (Lib. 1.065c, fol. 159).
22
En 1449 los granadinos asaltaron la villa, matando a más de 100 personas y cautivando a otras 500 (Suárez, Juan II y la frontera
de Granada, doc. VIII).
23
En 1468, según las cifras totales del Valle, había quince cristianos, siendo el resto musulmanes; en 1480 sólo había 150 vecinos
(Lib.1.065c, fol. 167) y en 1494, 200 (Lib. 1.066c, fol. 321); en 1507 se especifica que todos eran pecheros, salvo 25 o 30 que son
muy pobres y no los metió en la copia (Lib. 1.072c, fol. 517); para 1511 se indica que había 233 habitantes (Lib. 1.077c, fol. 517).

306
1468 1498 1507 1511 1515 1524
Lorquí 35 —— 45 40 44 45
Total 1.841 1.891 2.578 755 698 3.265
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 49, 51, 43, 45, 60, 40, 37, 35, 38, 58, 32, 39 y 57.
AHN, OO.MM., Lib. 1.069c, fol. 387, 330-333, 334, 360, 445, 263, 254, 242, 471, 221 y 247.
AHN, OO.MM., Lib. 1.072c, fol. 277, 301, 241, 263, 366, 208, 168, 148, 377, 332, 348, 350, 314, 307, 310, 129, 153 y 303.
AHN, OO.MM., Lib. 1.077c, fol. 564, 463, 453, 470, 517 y 524.
AHN, OO.MM., Lib. 1.078c, fol. 723, 571, 623, 604, 679 y 686.
AHN, OO.MM., Lib. 1.080c, fol. 840, 844, 811, 815, 822, 876, 783, 772, 765, 887, 861, 867, 870, 855, 850, 852, 760, 768 y 847.

24
En 1480 había 82 vecinos (Lib. 1.065c, fol. 53) y 30 en 1494 (Lib. 1.066c, fol. 110).

307
308
V. ASUNTOS ECONOMICOS VARIOS

EQUIVALENCIAS MONETARIAS
Moneda mrs.
Marco de plata 2.210
Castellano 485
Ducado25 375
Dobla26 360
Florín 260
Sueldo27 36
Real28 31
Blanca 4

PRECIOS DE HEREDADES (compraventas y empeños)


Año Objeto y localidad Precio referencia
1168 Casa (Toledo) 7 mrs. zahelís TMC, III/64
1175 Castillos de Huélamo y Monteagudo 1.000 mrs. lopis 151/1
(Albarracín)
1179 Paracuellos y Ledesma 240 mrs. TMC, III/57
1181 Heredad de Prada (Maqueda) 25 mrs. TMC, III/39
1181 Heredad de Vicente Patino 51 mrs. TMC, III/37
1182 Viña en Oreja 19 mrs. TMC, II/101
1184 Viña en Cuenca 80 mencales 99/5
1186 Medio molino (Cuenca) 50 mrs. 99/8
1186 Solar en Cuenca 110 mrs. 99/11
1186 Medio molino (Cuenca) 58 mrs. 99/10
1188 Viña en Valdeojos (Montealegre) 45 mrs. 212/1
1204 Biedma y Villarrubia 500 mrs. chicos 367/1
1214 Heredad en Cuenca 260 mrs. 100-II/7
1215 Heredad en Zafra (Cuenca) 60 mrs. 100-II/8
1221 Azuda en Aranjuez 20 mrs. 243/9

25
En Aledo (1515) equivalía a 350 mrs. (Lib. 1.078c, fol. 703).
26
En el Puerto de Losilla (1507) equivalía a 365 mrs. (Lib. 1.072c, fol. 340).
27
Sólo aparece una vez en intercambios con Alicante (Lib. 1.072c, fol. 340).
28
A partir de 1497 el real pasó a equivaler 34 mrs. (Miguel A. Ladero, España en 1492, Madrid, 1978, p. 91), como se demuestra
en los siguientes lugares:
Año Lugar referencia
1501 Villahermosa 1.071c, 234
1507 La Membrilla del Tocón Ibidem, 541
1507 Puerto de Losilla 1.072c, 358
1511 Ontígola 1.075c, 1.253
1515 Totana 1.078c, 718
1525 Talavera 1.080c, 140
1525 Ricote Ibidem, 864

309
1221 Heredades en Segovia 1.000 mrs. 260/6
Año Objeto y localidad Precio referencia
1222 Heredad de Cañete (Cuenca) 300 mrs. alfonsís 100-II/13
1224 Aldea de Almunia y azuda del Tajo 100 mrs. alfonsís 338/11
(Uclés)
1224 Heredad de Embid (Cuenca) 3.000 mrs. 100-II/15
1226 Cubillas de Cerrato 3.600 mrs. alfonsís 89/10
1228 Cubillas de Cerrato 4.300 mrs. 152/13
1231 Molinos (Cuenca) 6.025 mrs. 99-I/21
1234 Casas (Cuenca) 43 mrs. 99-I/22
1235 Torre de Muares (Moya) 500 mrs. 100-II/19
1238 Casas (Cuenca) 400 mrs. 99-I/22bis
1239 Heredades en Ubeda 300 mrs. 69/5
1244 Castillos de Tiy, Orcheta y Torres 15.000 mrs. alfonsis Bul./139
(Murcia)
1275 Heredad de Palmero (Cuenca) 87,5 mrs. 99-I/27ter
1295 Castillo de Canara (Murcia) 1.200 mrs. 82/2
1305 Lote de tierra en la Arrixaca (Murcia) 2.800 mrs. 50-I/12
1305 Castillo de Pliego (Murcia) 12.000 mrs. 311/20
1307 Torre y cortijo de Gorgogí (Alcaraz) 20.271 mrs. 365/9
1309 Casas (Montiel) 50 mrs. 214/20
1311 Villa y castillo de Fuente Hoyuelo 60.000 mrs. 325/38
(Tiendas)
1311 Villanueva y Castrillo (Tiendas) 200.000 mrs. 325/37
1312 Casas (Ocaña) 650 mrs. 243/20
1315 Heredades de Bobadilla (Tiendas) 4.000 mrs. 325/34
1318 4 castillos en Murcia 30.000 mrs. 293/5
1323 Casas en Barrio de Santa María 400 mrs. 339/29
(Uclés)
1330 Cuarto de molino (Toledo) 660 mrs. 328/25
1332 Lote de tierra (Santa Cruz de la Zarza) 20 mrs. 96/1
1335 Heredades (Huete) 1.300 mrs. 100-I/5
1335 Villa y castillo de Canara (Murcia) 5.000 mrs. 82/4
1337 Viña en Noblejas 1.150 mrs. 243/28
1338 Castillo de Albanchez (Ubeda) 19.000 mrs. AMU, 5/15
1339 Heredades (Belmonte) 1.565 mrs. 86/13
1342 Casas (Ocaña) 600 mrs. 243/29
1343 Raseda en Biedma 200 mrs. 72/1
1345 Heredades (Belmonte) 160 mrs. 86/14
1346 3 tierras (Uclés) 650 mrs. 339/33
1348 Tierra (Estremera) 26 mrs. 117/5
1349 Villanueva y Castrillo (Tiendas) 200.000 mrs. 335/39
1351 4 hazas de pan llevar (Cañamares) 110 mrs. 329/3
1352 Casas (Uclés) 900 mrs. 339/35
1356 Huerta (Uclés) 5.000 mrs. 339/37
1357 Huerta (Uclés) 10.000 mrs. 339/39
1386 Villagarcía (Burgos) 10.000 mrs. 70/13
1386 Villa y castillo de Monreal 4.000 mrs. 205/5
1390 2 tierras de pan y 5 suertes de viña 120 blancas 339/51
(Uclés)
1392 Viña (Villarrubia) 60 mrs. 367/5
1398 Solar en Barrio Estremera (Uclés) 60 mrs. 339/53
1398 Huerta (Uclés) 23 mrs. 339/55
1403 Viña (Uclés) 40 mrs. 339/57

310
1408 Heredades en Villalar (Castroverde) 2.500 mrs. 89/25
Año Objeto y localidad Precio referencia
1414 Huerta (Uclés) 2.800 mrs. 339/64
1419 Casas (Ocaña) 800 mrs. 243/31
1421 Villa de Barciense (Talavera) 3.000 mrs. 323/15
1431 Viña con olivos (Ocaña) 750 mrs. 243/32
1433 Tierra de pan llevar (Uclés) 90 mrs. 339/69bis
1440 Casa en Barrio Estremera (Uclés) 4.000 mrs. 339/71bis
1441 Dos tercios de casa en San Andrés 400 mrs. 339/71bis
(Uclés)
1446 Huertas en la Laguna (Uclés) 440 mrs. 339/724
1449 Tierra en Valdemurcia (Uclés) 500 mrs. 339/725
1460/70 Haza de 14 fanegadas (Bedmar) 1.000/1.200 mrs. 1.071c, 472
1460/70 Haza de 6 fanegadas/trigo (Bedmar) 400 mrs. Ibidem
1460/70 Haza de 2 fanegadas/trigo (Bedmar) 2.000 mrs. Ibidem
1462 Casas en Barrio Trinidad (Uclés) 2.550 mrs. 339/75
1463 Casas en la aljama (Uclés) 6.000 mrs. 339/76
1470/80 Haza de 8 fanegadas/trigo (Bedmar) 485 mrs. 1.071c, 472
1470/80 Haza de 2 fanegadas (Bedmar) 3.000 mrs. Ibidem
1480/90 Haza de 3 fanegadas/trigo (Bedmar) 620 mrs. Ibidem
1490 Haza de 12 fanegadas/trigo 3.600 mrs. 1.071c, 496
(Albanchez)
1490 Haza de 1 fanegada/trigo (Albanchez) 375 mrs. Ibidem
1500 Haza de 7 fanegadas (Albanchez) 3.000 mrs. Ibidem
1507 Huerta (Cehegín) 36.200 mrs. 1.072c, 260
1523 Casas (Torre de Juan Abad) 6.000 mrs. 216/7
1525 Casas para bodega (Mohernando) 86.000 mrs. 1.080c, 118
1525 2 solares (Raodona y Cerezo) 3.740 mrs. Ibidem
1525 Viña de 14 peonadas (Cehegín) 25.000 mrs. Ibidem, 817
1525 Bancal con 4 matas/olivas (Yeste) 7.500 mrs. Ibidem, 746
1525 Bancal (Yeste) 3.500 mrs. Ibidem
1525 Casas (Yeste) 4.500 mrs. Ibidem

PRECIOS DE TRIGO
Año Precio (mrs./fanega) Lugar referencia
1270 5 sueldos y 8 dineros/almud Cuenca 99/29bis
1478 100 Aranjuez 1.063c, 126
1478 90 Cañamares Ibidem, 244
1480 75 Yeste 1.065c, 24
1493 155 Cañamares 1.967c, 446
1494 62 La Membrilla Ibidem, 660
1494 85 Fuenllana Ibidem, 618
1494 124 Aledo 1.066c, 290
1494 124 Chíchar Ibidem, 291
1494 124 Yéchar Ibidem
1494 124 Pliego Ibidem
1494 100 Caravaca Ibidem, 189
1494 80 Moratalla Ibidem, 150
1494 70 Yeste Ibidem, 25
1501 116 Villahermosa 1.071c, 234
1511 90 Socuéllamos 1.076c, 770
1511 80 (candeal) Socuéllamos Ibidem, 771
1511 93 Lorquí 1.077c, 519
1515 100 Totana 1.078c, 719

311
1515 150/170 Aledo 1.080c, 834
Año Precio (mrs./fanega) Lugar referencia
1515 125 Cieza Ibidem, 873
1516 178 Aledo Ibidem, 835
1517 80 Montealegre Ibidem, 303
1518 100 Montealegre Ibidem
1519 70 Villanueva de la Fuente Ibidem, 985
1520 120 Segura Ibidem, 715
1522 221 Monreal Ibidem, 273
1522 136 (candeal) Monreal Ibidem
1522 170 Dosbarrios/Ocaña Ibidem
1522-II 187 Mohernando Ibidem, 125
1522-IV 170 Mohernando Ibidem, 126
1522-V 180 Mohernando Ibidem
1522-VI 139,5 Mohernando Ibidem
1523 124 Mohernando Ibidem
1523 155 Chiclana Ibidem, 560
1524 93 Mohernando Ibidem, 125
1525 115/120 Paracuellos Ibidem, 40

PRECIOS DE CEBADA
Año Precio (mrs./fanega) Lugar referencia
1270 4,5 sueldos/almud Cuenca 99/29bis
1478 40 Cañamares 1.063c, 244
1480 30 Yeste29 1.065c, 24
1494 31 La Membrilla del Tocón 1.067c, 660
1494 62 Cózar Ibidem, 633
1494 40 Aledo 1.066c, 290
1494 40 Chíchar Ibidem, 291
1494 31 Lorca Ibidem
1494 40 Pliego Ibidem
1494 31 Caravaca Ibidem, 189
1494 31 Moratalla Ibidem, 151
1494 31 Yeste Ibidem, 25
1501 60 Villahermosa 1.071c, 234
1511 50 Socuéllamos 1.076c, 770
1511 62 Lorquí 1.077c, 519
1515 51/68 Aledo 1.080c, 834
1515 60 Cieza Ibidem, 783
1515 43 Lorquí 1.078c, 682
1515 60 Totana Ibidem, 719
1516 55/60 Aledo 1.080c, 835
1517 34 Montealegre Ibidem, 303
1518 34 Montealegre Ibidem
1519 40 Villanueva de la Fuente Ibidem, 985
1520 68 Segura Ibidem, 715
1520 80 Mohernando Ibidem, 127
1522 68 Monreal Ibidem, 274
1523 62 Chiclana Ibidem, 560
1524 75 Mohernando Ibidem, 127
1525 70 Paracuellos Ibidem, 40

29
Los precios tanto de cebada como de trigo y centeno en la era, el transporte los aumentaba respectivamente diez maravedíes.

312
PRECIOS DE CENTENO
Año Precio (mrs./fanega) Lugar referencia
1480 30 Yeste 1.065c, 24
1480 25 Yeste Ibidem, 25
1494 31 La Membrilla del Tocón 1.067c, 660
1494 40 Caravaca 1.066c, 189
1501 60 Villahermosa 1.071c, 234
1511 42 Socuéllamos 1.076c, 770
1518 34 Montealegre 1.080c, 303
1518 80 Mohernando Ibidem, 127
1519 62 Mohernando Ibidem
1519 40 Villanueva de la Fuente Ibidem, 985
1520 60 Segura Ibidem, 716
1522 102 Monreal Ibidem, 274
1523 62 Chiclana Ibidem, 560

PRECIOS DE AVENA
Año Precio (mrs./fanega) Lugar referencia
1522 40 Monreal 1.080c, 274
1524 55 Mohernando Ibidem, 127

PRECIOS DE ESCAÑA
Año Precio (mrs./fanega) Lugar referencia
1494 20 Caravaca 1.066c, 189
1520 44 Segura 1.080c, 716
1523 62 Chiclana Ibidem, 560

PRECIOS DE PANIZO
Año Precios (mrs./fanega) Lugar referencia
1494 62 Aledo 1.066c, 290
1494 50 Yéchar Ibidem, 291
1494 62 Pliego Ibidem
1511 50 Aledo 1.077c, 543
1515 60 Totana 1.078c, 718
1515 61 Cieza 1.080c, 873
1515 76 Aledo Ibidem, 834

PRECIOS DE ALCANDIA
Año Precios (mrs./fanega) Lugar referencia
1494 62 Aledo 1.066c, 290
1494 50 Yéchar Ibidem, 291
1494 62 Pliego Ibidem

PRECIOS DE VINO
Año Precios (mrs./arroba) Lugar referencia
1478 8 Villanueva de la Fuente 1.063c, 240
1480 31 Yeste 1.065c, 24
1494 31 Aledo 1.066c, 290
1494 31 Pliego Ibidem, 292
1494 25 Moratalla Ibidem, 151
1494 200 Ricote Ibidem, 308
1494 248 (quintal/pasa) Ricote Ibidem

313
1494 40 (arroba/mosto) Yeste Ibidem, 25
Año Precios (mrs./arroba) Lugar referencia
1511 27,5 Socuéllamos 1.076c, 771
1511 34 Aledo 1.077c, 543
1515 30 Totana 1.078c, 717
1515 40 Cieza 1.080c, 873
1515 32 Aledo Ibidem, 834

PRECIOS DE ACEITE
Año Precio (mrs./arroba) Lugar referencia
1480 200 Yeste 1.065c, 24
1494 100 Aledo 1.066c, 290
1494 100 Pliego Ibidem, 292
1494 124 Yeste Ibidem, 25
1494 100 Ricote Ibidem, 308
1494 500 (3 cántaros) La Zarza 1.067c, 204
1511 135 Aledo 1.077c, 543
1515 150 Totana 1.078c, 718
1522 179 (jarro) Lillo 1.080c, 275

PRECIOS DE SAL
Año Precios (mrs./fanega) Lugar referencia
1356 6 Corral de Almaguer 93/4
1478 41 Uclés 1.063c, 38
1478 44,4 Alpajes Ibidem, 129
1511 1-2 Fuentidueña 1.075c, 377-379

PRECIOS DE LANA
Año Precios (mrs./arroba) Lugar referencia
1478 210 Montiel 1.063c, 230
1494 255 Monreal 1.067c, 81
1494 250 Caravaca 1.066c, 190
1494 248 Ricote Ibidem, 309
1501 250 Villahermosa 1.071c, 234
1511 200 Corral de Almaguer 1.076c, 86
1515 330 Villanueva de la Fuente 1.078c, 580
1522 340 Monreal 1.080c, 275

PRECIOS DE QUESO
Año Precios (mrs./arroba) Lugar referencia
1478 125 Montiel 1.063c, 231
1494 124 Monreal 1.067c, 81
1494 150 Ricote 1.066c, 308
1501 150 Villahermosa 1.071c, 234

PRECIOS DE LINO
Año Precios (mrs./arroba) Lugar referencia
1494 248 Aledo 1.066c, 290
1494 248 Pliego Ibidem, 292
1511 325 Aledo 1.077c, 543
1515 237 Totana 1.078c, 718
1515 78 (una alhozna) Aledo Ibidem, 703
1515 408 (linueso) Cieza 1.080c, 873

314
PRECIOS DE OTROS PRODUCTOS
Año Precios (mrs.) Lugar referencia
1478 20/arrelde de pescado Paracuellos 1.063c, 108
1478 170/arroba de cáñamo Carrizosa Ibidem, 218
1478 50/azumbre de miel Carrizosa Ibidem
1515 150/arroba de miel Totana 1.078c, 717
1515 36/libra de cera Totana Ibidem
1525 47/libra de cera Aledo 1.080c, 825
1511 80/arroba de arroz Lorquí 1.077c, 519
1494 5/carga de leña Pliego 1.066c, 292
1515 34/quintal de higos Totana 1.078c, 717
1515 5/braza de ajos Totana Ibidem
1515 3/braza de cebollas Totana Ibidem, 718

PRECIOS DE CABEZAS DE GANADO


Año Precio (mrs.) Lugar referencia
1478 125 (carnero) Villoria 1.063c, 48
1478 30 (res) Villoria Ibidem
1478 150 (carnero) Mora Ibidem, 82
1478 65 (cabra) Montiel Ibidem, 231
1494 64,75 (cordero) Monreal 1.067c, 81
1494 60 (borrego) Monreal Ibidem
1494 31 (lechón) Carrizosa Ibidem, 411
1494 62,5 (choto) Aledo 1.066c, 290
1494 100 (cabeza) Caravaca Ibidem, 190
1494 130 (cabeza) Yeste Ibidem, 25
1494 70 (cabeza) Ricote Ibidem, 308
1501 68 (res) Villahermosa 1.071c, 234
1511 68 (choto) Corral de Almaguer 1.076c, 86
1511 136 (oveja) Aledo 1.077c, 542
1515 200 (cabra) Villanueva de la Fuente 1.078c, 580
1515 72 (lechón) Totana Ibidem, 717
1515 100 (choto) Totana Ibidem, 718
1522 140 (cordero) Monreal 1.080c, 274

PRECIOS DE GALLINAS
Año Precios (mrs.) Lugar referencia
1478 20 Beas 1.063c, 300
1515 12 Totana 1.078c, 717
1515 7 Aledo Ibidem, 703

PRECIOS DE CABALLOS
Año Precios (mrs.) Lugar referencia
1188 20 Montealegre 212/1
1516 1.500 Aledo 1.080c, 836

PRECIOS DE ESCLAVOS
Año Precios (mrs.) Lugar referencia
1408 130 doblas baladís Caravaca 82/14, 8r
1408 5.000 (dos moros) Caravaca Ibidem

315
PRECIOS DE OBJETOS DIVERSOS
Objeto Precio Año Lugar referencia
(mrs.)
1 tinaja 124 1494 Corral de Almaguer 1.067c, 335
1 capa de seda 3.000 1494 Alarcón Ibidem, 293
1 campana 3.065 1495 Villarrodrigo Ibidem, 473
1 lámpara 170 1511 Talavera 1.075c, 14
1 cepo y una cadena 482 1515 Cieza 1.078c, 620
1 tinaja de aceite 400 1515 Cieza 1.080c, 874
1 retablo 10.000 1525 Ulea Ibidem, 849
1 vara/terciopelo 800 1525 Yeste Ibidem, 737
1 lienzo de Rouen 7.500 1525 Montealegre Ibidem, 300
Poner a pie de obra 353
7.369,5 1525 Mohernando Ibidem, 130
carretadas de piedra

PRECIOS DE CONSTRUCCION DE UN MOLINO30


Precio
(mrs.)
1 arcaduz de molino 90
1 cahiz/cal 18
Transportar 10 arcaduces desde Murcia 380
1.350 ladrillos 825
1 carga de leña 76
250 tejas 150
1 muela de molino 520
Traer la muela desde Alicante 1.325
La rangla y e gorrón 204
1 palo de hierro 200
1 muela 1.300
1 muela 1.500
5.170 tejas 3.095
1 caldera y una taza 2.345
Traer taza y caldera desde Murcia 304
Total 12.322

OTROS PRECIOS
Precio
Material Lugar y año referencia
(mrs.)
1 molino 60.000 Caravaca 1490 82/13
1 horno de pan 20.000 Ricote 1515 1.078c, 650
1 rueda de molino 3.750 Ricote 1515 Ibidem, 651
1 caldera de almazara 2.200 Ricote 1515 Ibidem, 653
1 muela de almazara 2.000 Ricote 1515 Ibidem

CENSOS EN UCLES (SIGLOS XIV-XV)


Precio
Año Objeto referencia
(mrs.)
1323 Casas en el barrio de Santa María 400 339/29
1384 Casa en la plaza de San Andrés 150 339/45-46
1384 Casa en la calle de la Herrería 67 339/47

30
Ricote, 1504 (Lib. 1.072c, fol. 335-338). Tejas y ladrillos costaban a razón de 0,6 mrs. la unidad.

316
1385 Casa en la calle de la Cuesta 25 339/50bis
Año Objeto Precio referencia
1408 Casa en la Plaza 60 339/58bis
(mrs./gallinas) 2
1408 Majuelo en La Mota 30 339/59
1415 Casa en el barrio de la Trinidad 10 339/64bis
1418 Parral 10 339/65tris
1421 Solar en la calle de la Herrería 20 339/66bis
1430 Huerta 60 339/68
1443 Casa en la plaza de San Andrés 200 339/72

SALARIOS
Año Trabajo mrs./año Lugar referencia
1511 Alcaide (8 meses) 10.000 Ricote 1.078c, 650-653
1512 Alcaide (16 meses) 20.000 Ricote Ibidem
1514 Alcaide (2 años) 30.000 Ricote Ibidem
1515 Mensajero a Alicante 1.005 Ricote Ibidem
1515 Depositario (30 mrs./1.000) 1.026 Cieza Ibidem, 622
1515 Cogedor de rentas 500 Pliego Ibidem, 724
1515 Capellán 3.000 Pliego 1.080c, 838
1515/1516 Alcaide 20.000 Aledo Ibidem
1516 Depositario 20.568 Aledo Ibidem
1517 Albañil (150 mrs./día) Mohernando Ibidem, 128
1525 Cobrador de la media annata 16.000 Yeste Ibidem, 751

MANTENIMIENTOS, POR PARTE DE LA MESA MAESTRAL, DE LOS CABALLEROS


PROFESOS EN CASTILLA, 151331

100.000 mrs.
Luis de la Cueva, hijo del duque de Alburquerque
Alonso Patiño
80.000 mrs.
García de Toledo, hijo del comendador mayor de Castilla
60.000 mrs.
Jerónimo de Padilla
Juan de Avellano
50.000 mrs.
Luis de Quintanilla
Hernando de Bañuelos
El Coronel Velna
Diego López de Toledo, corregidor de Valladolid
40.000 mrs.
Francisco de Luján
Hurtado de Luna
Francisco Pérez de Barradas
Pedro de Mendoza
Pedro de Ludeña
Gutierre de Guevara
Pedro Manrique
Antonio de Bobadilla
Diego de Merlo

31
AHN, OO.MM., Lib. 1.238c, fol. 32r-96r.

317
Juan Gaytán
Ruy Díaz Cerón
Diego López de Ayala
30.000 mrs.
Alonso Dávalos
Juan Pedro de Colonna
Pedro Marañón
Rodrigo Manrique, hijo del Adelantado de Murcia
20.000 mrs.
Francisco de Tovar
12.000 mrs.
Luis Juan de Santa Cruz
Sin mantenimientos
Gonzaño de Liñán
Luis Manrique, hijo del duque de Nájera
El conde de Siruela
Pedro de Acuña, señor de Villaviuda
Total mantenimientos: 1.124.000 mrs.

PAGOS SALARIALES DEL CONVENTO DE UCLES, 151132


Concepto Salario (mrs. y/o
fanegas de trigo)
Acostamientos de servidores
Secretario 13.000 mrs.
Letrado de causas y enseñante de leyes 20.000 mrs.
Letrado 13.000 mrs.
Procurador fiscal 5.000 mrs.
Barbero 2.000 mrs.
Calderero 10 fas/trigo
Carpintero 10 fas/trigo
Panadero 2.600 mrs.
1.700 mrs.
Lavandera
12 fas/trigo
Tripera 780 mrs.
Hospitalera
Santera 6 fas/trigo
1.000 mrs.
Relojero
6 fas/trigo
Maestre 10 fas/trigo
Albéitar 10 fas/trigo
Costurera 6 fas/trigo
Tenedor de la jurisdicción de Santa María de los 3.000 mrs.
Llanos
Salarios a los mozos de servicio
Morador del convento (vestir y) 3.000 mrs.
Despensero 2.000 mrs.
Acemilero 3.500 mrs.
Mozo 2.500 mrs.
Cocinero 5.000 mrs.
Mozo de cocina 500 mrs.
Aperador de la labor 4.000 mrs.
Carretero 3.000 mrs.

32
AHN, OO.MM., Lib. 1.075c, fol. 442-445.

318
Carretero 1.500 mrs.
Concepto Salario
Mozo 1.500 mrs.
Mozo de espuelas 2.500 mrs.
Mozo de espuelas 2.500 mrs.
Mozo de espuelas 1.600 mrs.
Portero (vestir y) 2.500 mrs.
Aguador (vestir y) 2.500 mrs.
Salarios de los jornaleros de Buenamesón
1 mozo (vestir y) 3.500 mrs.
1 gañán 3.000 mrs.
1 gañán 3.000 mrs.
1 gañán 2.000 mrs.
1 gañán (vestir y) 2.500 mrs.
El que ordeña y hace los quesos 1.000 mrs.
El que cava la huerta y el majuelo 2.500 mrs.
El otro que cava la huerta y el majuelo 2.500 mrs.
1 gañán 3.000 mrs.
Soldadas de pastores
Pastor de carneros 4.000 mrs.
Zagal que anda con el ganado 2.500 mrs.
Pastor de cabras 2.600 mrs.
Zagal (cierto paño y) 1.500 mrs.
Pastor de cabras lecheras, que anda con ellas en 2.000 mrs.
verano cuando están vacías (vestir y)
Vaquerizo 4.500 mrs.
Zagal 1.700 mrs.
Zagal que lleva pan (vestir y) 1.000 mrs.
Mozo que ara las viñas 3.000 mrs.
63.780 mrs.
A) total acostamientos
82 fas/trigo
B) total salarios de mozos 38.100 mrs.
C) total salarios de jornaleros 23.000 mrs.
D) total soldadas de pastores 22.800 mrs.
147.680 mrs.
Total general
82 fas/trigo

319
320
VI. PERSONAS QUE OCUPARON CARGOS Y OFICIOS EN LA ORDEN

PRESIDENTES DEL CONSEJO DE LA ORDEN

1440. Fernando González de Avila, comendador de Beas (Agurleta, 13).


1450. Juan Díaz de Coronado, prior de Uclés (id, 17).
1477. Gabriel Manrique, 1er conde de Osorno (id, 92).
1494. Gutierre de Cárdenas, comendador mayor de León (id).
1498-1504. Alonso Téllez Girón, señor de la Puebla de Montalbán, comendador de Medina de las
Torres (id, 59 y 92).
1504-1505. Garci Laso de la Vega, señor de Arcos y Batres, comendador de Ricote y mayor de
León, embajador en Roma (id, 61 y 92).
1506-1526. Fernando de Vega, marqués de Grajal y de las Torres de León, comendador mayor de
Castilla (id, 92).

MIEMBROS DEL CONSEJO DE LA ORDEN

1409-1445. Mosén Garcerán Soler, comendador de Alpajes (id, 19).


1427. Mosén Sancho, comendador de Villaescusa (id. 18).
1440. Bachiller Alfonso Fernández de Medina (id).
1440. Mosén García de Heredia, (id).
1440. Mosén Antonio de Foxeda, comendador de Aledo y Totana (id).
1440. Mosén Diego Cabeza de Vaca, juez corregidor de Ocaña (id, 19).
1440. Mosén Diego de Villegas, comendador de Alhambra (id).
1440. Mosén Juan de la Panda, comendador del Hospital de Cuenca (id).
1458. Doctor Diego de Torres, comendador de Estremera (id).
1460. Juan Alfonso de Cuenca, deán de Córdoba (id, 20).
1460-1477. Doctor Antonio Rodríguez de Lillo (id, 92).
1467-1474. Bachiller Gonzalo Sánchez de Olivares (id, 19).
1467-1510. Licenciado Pedro de Orozco, comendador de Villahermosa, corregidor de Cuenca (id,
21 y 71; 1.067c, 414).
1470. Licenciado Pedro Mena de Carejo (82/14, 2v).
1477. Bachiller Juan González de Alanís (id, 93).
1477-1494. Doctor Juan Díaz de Alcocer (id).
1477-1499. Doctor Rodrigo González de la Puebla (Dr. Talavera), embajador en Inglaterra (id, 21).
1480-1505. Licenciado Gonzalo Gallego (id, 93).
1497-1518. Doctor Pedro Ruiz de La Mota (id).
1497-1526. Doctor Nicolás Tello (id).
1501-1530. Licenciado Luis de Alarcón, comendador de Villaescusa (id).
1502. Licenciado de Ontiveros (id).
1504-1517. Doctor Juan Fernández de Calvete (id).
1505-1519. Licenciado García (id).
1508-1515. Mosén Jaime Botín, fiscal de la Orden y comendador de Santa Cruz de la Zarza (1.079c,
1.018).
1509-1534. Licenciado Fernando de Barrientos (Agurleta, 93).
1519. Doctor Pedro Portocarrero, arzobispo (id).

321
1523-1541. Licenciado Antonio de Luján, comendador de la Cámara de los Privilegios (id).
1524-1526. Licenciado Diego Flores (id).
1526-1530. Fortún García de Ercilla (id).

ALCALDES DE LA MESTA CON JURISDICCION EN LA ORDEN

1378. Velasco, alcalde de Mesta, manda nombrar alcaldes de cañadas en Uclés (Quintero Atauri,
114).
1391. Alvar Rodríguez de Cueto, alcalde mayor entregador del Reino (99-I/41).
1392. Fernando Sánchez, alcalde entregador por el anterior, determina los mojones de la heredad de
Tondillos (id).
1459. Pedro Núñez de Toledo, alcalde de las mestas de la Orden, ordena se respete la dehesa de la
Atajadilla a Alhambra (51-I/4bis).
1460. El alcalde de cañadas de Mesta sentencia en Uclés pleito de abrevaderos (Quintero Atauri,
119).

ESCRIBANOS DEL MAESTRE

1328. Ruy Martínez (Sáez, doc. 38).


1338-1341. Alfonso González (id; RAH, ms. 9/6448; Uclés, 93/33, 5v).
1344. Lorenzo Alfonso (Sáez, doc. 38).
1352-1356. Fernán Yáñez (93/33, 9v-10r; Chaves, 50v).
1359. Gonzalo Lorenzo (93/33, 11v).
1364. Nicolás Pérez (Sáez, doc. 38).
1366-1370. Juan Fernández (id; 93/33, 13r).
1383. Gonzalo Muñoz (Sáez, doc. 38).
1403-1404. Ruy Martínez (247/14; Chaves, 55v).
1410. Luis Pérez (Chaves, 43r).
1413. Gonzalo Ruiz (Sáez, “Privilegios de Caravaca”, doc. IV).
1421-1429. Ruy Martínez (Chaves, 56v; 51-I/4bis).
1449. Juan Vázquez de Badajoz (51-I74bis).

SECRETARIOS DEL MAESTRE

1445. Martín Alfonso de Astorga (82/14, 4v).


1470. Juan de la Parra (id, 2v).
1480. Ramiro González de Guadalcanal (id, 14v).
1481. Juan Collado (id, 15r).
1488. Ramiro González de Guadalcanal (Chaves, 44v).
1493. Juan Collado, comendador de Ocaña y contador mayor (1.068c, 427).
1494. Juan de la Parra, también referendario del Capítulo (1.067c, 545).
1498. Fernando Alvarez de Toledo, también contador mayor (1.068c, 172).
1501-1513. Miguel Pérez de Almazán, comendador de Beas (1.235c, 52v).

DELEGADOS DEL MAESTRE

1348. Juan López, comendador de Gúzquez, y Ruy Chacón, comendador de Caravaca y Moratalla,
administradores de la Orden (Bulario, 625-626).
1353. Ruy Chacón, comendador mayor de Castilla, y Gonzalo Mexía, comendador de Uclés, admi-
nistradores de la Orden (Bulario, 651-652).
1358. Ruy Chacón, administrador de la Orden, despojado por Pedro I (Rades, 49v).
1379. Don Fernando, defensor de la Cavallería de Santiago (AHN, Códices, cód. 1.157b, 29v).
1410. Gonzalo Mexía, comendador de Segura, y Juan González, comendador de Montiel, regidores
de la Provincia de Castilla (Chaves, 43r).
1445-1453. Juan de Nova, reformador de la Orden (1.065c, 43r).
1477. Fernando el Católico, protector y gobernador de la Orden (Bulario, 819).

322
CAMAREROS DEL MAESTRE

1348. Juan García de Villa, comendador de Oliva, ayo de don Fadrique (Bulario, 625-626).
1413. Vidal de Soto, comendador de Caravaca (Sáez, “Privilegios”, doc. IV).

MAYORDOMOS MAYORES DEL MAESTRE

1387-1409. Martín Ruiz de Solórzano, comendador de Ricote (Rades, 55r).


1403-1410. Juan González, comendador de Montiel (Sáez, doc. 38; Chaves, 43r).

PROCURADORES DE LA MESA MAESTRAL

1498. Juan de Herrera (1.068c, 202).

ALFERECES DE LA ORDEN

1286-1293. Ruy López de Salas, comendador de Biedma (Rades, 37r).


1311-1318. Iñigo Vélez de Oñate, comendador de Ocaña (id, 40r).
1366-1371. Pedro González de Avellaneda, comendador de Segura (id, 51v).
1409-1440. Sancho Gómez Chirino, comendador de Aledo (id, 61r).

CONTADORES DE LA ORDEN

1477. Pedro de Jaén (AGS, RGS, mayo 1477).


1478. Martín de la Cadena (1.063c, 137).
1493. Juan Collado, también secretario y comendador de Ocaña (Salazar, 239).
1494-1498. Fernando Alvarez de Toledo (1.067c, 421 y 1.068c, 118) y secretario (1.068c, 172).
1505-1516. Martín de Múgica, comendador de Villamayor (Salazar, 363-364).
1516. Juan López de Zárraga (Bulario, 870-871).
1527. Antonio de Fonseca (Salazar, 143).
1564. Alonso González de la Rúa, también fiscal (Bulario, 871).

FISCALES DE LA ORDEN

1480. Gil de Losa, promotor fiscal de la Orden (1.065c, 47).


1494. Diego Antón (1.067c, 421).
1498. Pedro de Montealegre (1.068c, 212).
1508-1515. Mosén Jaime Botín, comendador de Santa Cruz de la Zarza y miembro del Consejo
(1.079c, 1.018).
1564. Alonso González de la Rúa, también contador (Bulario, 871).

ARRENDATARIOS DE LA MESA MAESTRAL EN CASTILLA

1466. Diego Sánchez el Rubio (Memorias de Enrique IV, doc. CXXXII).


1468-1480. Gonzalo de Villafuerte, comendador de Oreja (1.233c, 7).
1495. Fernando Delgado (1.067c, 541), su procurador Pedro García de Ocaña.

GOBERNADORES DE LA PROVINCIA DE CASTILLA

1387-1409. Bachiller Mateo Sánchez (81/14, 9).


1409-1410. Juan García González (Quintero Atauri, 6-7).
1413. Bachiller Alfonso Fernández de Medina (Sáez, “Privilegios”, doc. IV).
1429. Pedro Iñiguez, comendador de Carrizosa (51-I/4bis).
1470. Juan Díaz de Coronado, prior de Uclés (Bulario, 802).

323
1479. Juan de Céspedes (su lugarteniente el bachiller Fernando Cerezo), escribano de la Provincia
García Ruiz (51-I/4bis).
1493. Fernando Díaz de Ribadeneyra (1.067c, 539).
1494. Diego López Dávalos (Salazar, 211).
1495. Alonso Téllez Girón (1.067c, 464).
1498. Bachiller de Santa Cruz (1.069c, 56).
1507. Diego de Córdoba (1.072c, 97).
1512. Cristóbal Díaz (Quintero Atauri, 120-121).
1513. Diego López Dávalos (Salazar, 211).

COMENDADORES MAYORES DE CASTILLA

1186-1195. Fernando Capilla (Rades, 19r).


1195. Ruy Velasco (id, 19r).
1195-1204. García Pérez, comendador mayor de Castilla y de Uclés (id, 21v).
1204-1206. Sancho Rodríguez, comendador mayor de Uclés, luego maestre (id, 22v).
1206-1210. Pedro Arias, luego maestre (id, 24r).
1225-1237. Ruy González, comendador mayor de Uclés (id, 30r).
1237-1242. Martín López de Soria, comendador mayor de Uclés (id, 30v).
1242-1275. Garci Garcés (id, 34v).
1275. Pedro Ponce (id).
1286-1311. Diego Muñiz, luego maestre (id, 37r y 38r).
1311-1318. Garci Fernández, comendador mayor de Segura (id, 40r).
1318-1327. Fernán Yáñez de Hermosilla (id, 40v).
1329. Rodrigo Yáñez (69/10).
1329-1338. Sancho López de Ulloa (Rades, 42r).
1338-1342. Sancho Fernández, comendador mayor de Segura (id, 45r).
1342-1350. Ruy Chacón, administrador de la Orden, despojado de la dignidad por Pedro I (id, 49v;
6/37).
1350-1358. Gonzalo Mexía, luego maestre (Rades, 49v).
1359-1366. Garci Fernández, luego maestre (id, 50v).
1366. Pedro Ruiz de Caravantes (id, 50v).
1366-1371. Fernando Osórez, luego maestre (id, 51v).
1371-1382. Pedro Ruiz de Sandoval (339/43; Sáez, 260-261).
1387-1409. Garci Fernández, señor de Villagarcía, luego maestre (Rades, 52r y 55r; Salazar, 142;
Sáez, 262).
1409-1468. Gabriel Manrique (hijo del conde de Castañeda y señor de Aguilar de Campoo, casó con
una hija del Condestable, de donde heredó Osorno), 1er conde de Osorno y señor de Galisteo, Villa-
sirga, Maderuelo, San Martín del Monte, Fuenteguinaldo y otros (Rades, 60v; 1.233c, 14; Salazar,
142).
1475-1511. Pedro Manrique, 2º conde de Osorno (Salazar, 142; 1.072c, 49).
1511-1523. Deseando cederla don Pedro a su hijo Garci Fernández Manrique, don Fernando le dio a
éste la encomienda de Castrotoraf y la Encomienda Mayor pasó a Hernando de Vega, señor de Gra-
jal, desde 1515 Presidente del Consejo de la Orden (1.079c, 1.445; Salazar, 142-143; 82/14).
1527. Antonio de Fonseca, 4º señor de Coca y Alaejos, contador mayor de Castilla, mayordomo
mayor de doña Juana y doña Margarita de Austria, alcaide de Ronda y Plasencia y de los alcázares de
Jaén, Andújar y Pegalajar, del Consejo de los Reyes Católicos y embajador en Francia (Salazar, 143).

COMENDADORES DEL HOSPITAL DE LAS TIENDAS DE VILLAMARTIN

1204. Don Salvador (325/8).


1206-1210. Ruy Fernández (Rades, 24r).
1210-1212. Fernán García de Lerma (id, 25r).
1222. Gonzalo Martín (id, 26v).
1225-1237. Ruy López Morante (id, 30r).
1237. Gonzalo Martínez (325/23).

324
1260. Alfonso Díaz (325/30).
1302. Doña Juana, mujer del infante don Enrique (325/36).
1302-1311. Lope López de Fuenteche (Rades, 38v).
1366-1371. Sancho Fernández de Rojas (id, 51v).
1440. Alfonso Rodríguez Malaver (1.241c, 12).

COMENDADORES DE CASTROVERDE DE CERRATO

1318-1327. Gómez García Barroso (Rades, 41r).


1445-1452. Luis Gómez de Castillo (id, 63v).
1513. Cristóbal López de Aguilera (1.235c, 78v).

COMENDADORES DE GUAZA

1337. Juan López de Baeza (133/3).


1595. Pedro de Zúñiga, marqués de Aguilafuente, compra la villa (133/7).

PRIORES DEL CONVENTO DE UCLES

1211. Don Pedro (325/9).


1224. Don Gil (Sáez, 190).
1242. Fernando Pérez (368/6).
1251-1256. Pedro Fernández (339/12; Lomax, 265).
1268-1294. Don Yagüe (Chaves, 42v; 315/2 y 3).
1310-1312. Pelay Rodríguez (Benavides, 726; 243/20).
1312. Don Yagüe (Chaves, 45r).
1318. García Pérez (338/22).
1328-1342. Fernando Rodríguez (243/25 y 29).
1339. Juan Becerra (338/32).
1348. Don Martín (117/5).
1356. Don Lorenzo (338/37).
1384. Juan Becerra (338/41).
1384-1388. Fernando Sánchez (338/45 y 46; 148/1).
1398-1411. Alfonso Díaz (338/42 y 56).
1440-1468. Juan Díaz de Coronado (347/5; 248/1; 1.233c, 100).
1478-1480. Juan de Velasco (1.063c, 1; 93/33, 15r).
1494. Fernando de Santoyo, último prior vitalicio (82/14, 15r).
1501-1508. Antonio de Ordaz (148/4; 1.073c, 1).
1511. Pedro Alonso de Valdaracete (1.075c, 392).
1515. Antonio de Ordaz (1.079c, 661).
1523. Juan Sánchez de Salamanca (82/14, 16v).

COMENDADORES DE UCLES

1170-1184. Fernán Díaz de Coronado (Rades, 16v).


1184-1186. Alfonso de Caberos (id, 17r).
1188. Juan Pérez (212/1).
1196. Fernando Martínez (260/3).
1196-1204. García Pérez, comendador mayor de Castilla (Rades, 21v).
1204-1206. Sancho Rodríguez, comendador mayor de Castilla (id, 22v).
1222-1224. Pedro González (id, 26v; 338/9; 219/1; Sáez, 190), en 1227 comendador mayor de Casti-
lla (Menéndez Pidal, 423).
1224. Rodrigo Iñiguez (338/11).
1225. Ruy González, comendador mayor de Castilla (Rades, 30r).
1229-1233. Pedro Alvarez (Lomax, 251; 338/16).
1237-1241. Martín López de Soria, comendador mayor de Castilla (Rades, 80v).

325
1241-1242. Martín López Hoz (339/10; 338/18bis).
1251. Juan Núñez Hoz (338/20).
1251. Pedro Fernández (De Manuel, 530).
1276. García Pérez (338/23).
1310-1312. Pedro Díez (Benavides, 726; Chaves, 45r).
1325. Diego Gómez (338/25).
1338-1342. Martín Vázquez (Rades, 45r).
1350. Gonzalo Mexía (6/37).
1371-1383. Alfonso Pérez Ponce (323/14; Sáez, 260).
1400. Lorenzo Suárez de Figueroa (338/27).
1403. Fernán González Ruiz (69/12).
1440. Jaime de Luna (1.241c, 12).
1468. Un hijo pequeño de Alvar Gómez, secretario de Enrique IV, muerto mozo, le sucedió un hijo
de Martín de Alarcón, comendador de Mérida (1.233c, 91).
1478. Alvar de Alarcón (por renuncia de su padre Martín), alcaide en tercería Fernando de Alar-
cón, comendador de La Membrilla (1.063c, 27).
1494. Formaba parte de la Mesa Maestral (1.967c, 240).

SUBCOMENDADORES DE UCLES

1224. Martín Alvarez (Sáez, 190).


1256. Juan Núñez (Lomax, 265).
1440. Mendo de Quesada (1.241c, 12).
1468. Juan de Arroyal (1.233c, 99).
1478. García Mexía (1.063c, 29).

COMENDADORES DE LOS BASTIMENTOS DE LA MANCHA Y RIBERA DE TAJO

1253-1256. Pedro Estébanez (Chaves, 40v; Lomax, 266).


1329. Ruy Pérez, también comendador de La Membrilla (69/10).
1356. Juan Rodríguez, también comendador de Ocaña (93/33, 9r).
1468-1478. Fernando de Zúñiga, hijo del obispo viejo de Jaén; se decía que el contador Martín de la
Cadena se la tenía arrendada (1.233c, 111; 1.063c, 137).
1474-1476. Rodrigo de Montoya, por Rodrigo Manrique (Rades, 69r).
1495. Juan Manrique (1.067c, 662).
..... Lope Sánchez de Valenzuela (Salazar, 37).
1489. Lope Sánchez de Valenzuela, nieto del anterior (id).

COMENDADORES DE LA CAMARA DE LOS PRIVILEGIOS O POZORRUBIO

1345. Gonzalo García (82/9).


1371. Miguel Domínguez (323/14).
1440. Tello de Lisón (1.241c, 12).
1440. Fernán González (Compilación 1605, 7).
1468-1478. Diego de Orozco, sobrino del prior viejo de Uclés (1.233c, 97-98; 1.063c, 31).
1496. Beltrán de Pareja (Salazar, 278-279).
1502. Diego de Orozco, alcaide de Mérida y Montánchez (Salazar, 279).
1508-1515. Diego de Torremocha (1.073c, 55; 1.079c, 789),
1539. Licenciado Antonio de Luján, del Consejo de Ordenes (Salazar, 280-281).

COMENDADORES DE LA ENFERMERIA

1224. Ruy González (Sáez, 190).


1242. Ruy Pérez (339/10).

326
ALCAIDES DE LAS SALINAS DE BELINCHON

1478. Pedro de Velasco, contador (1.063c, 41).

COMENDADORES DEL HOSPITAL DE ALARCON

1195-1204. Vasco Sánchez (Rades, 21v).


1206-1210. Jimeno de Lizana (id, 24r).
1210-1212. Juan López de Amaya (id, 25r).
1241. Rodrigo Pérez (338/18bis).
1251-1253. Gonzalo Fernández (De Manuel, 530; Chaves, 40v).
1286-1293. Ruy Gil (Rades, 37r).
1359-1366. Pedro Rodríguez de Cisneros (id, 51r).
1387. Gómez Fernández (347/3).
1387-1409. Martín Sánchez de Algueta, también comendador de Huélamo (Rades, 55r).
1440. Juan Núñez de Prado, comendador de La Presa (347/5).
1468-1480. Diego de Avellaneda, antes comendador de Carrizosa, la permutó a Manjarrés (1.233c,
84; 1.064c, 130).
1498. Alfonso de Acuña (1.068c, 9).
1499. Diego de Avellaneda (1.070c, 177).
1507. Diego de Acuña (1.071c, 387).
1511. Juan Díaz de Estremera, freile administrador (1.076c, 653).

COMENDADORES DEL HOSPITAL DE CUENCA

1204-1206. Alvar Pérez (Rades, 22v).


1206-1210. Alvar Núñez Trincado (id, 24r).
1210-1212. Ordón Garcés de Aza (id, 25r).
1222-1224. Alvar Gil (id, 26v).
1229-1235. Pedro Pérez (Lomax, 251; 100-II/19).
1231. Martín Pérez, subcomendador (99-I/21).
1238. Gonzalo Díaz (99-I/22bis).
1238-1242. Diego de Ribera (Rades, 31r).
1242. Juan Muñiz (339/10).
1246. Rodrigo Bueso (99-I/24bis).
1251. Garci García (De Manuel, 530).
1268. García Pérez (Chaves, 42v).
1270. Alfonso Bardallo, subcomendador Pedro Gómez (99-I/29bis).
1270-1275. Ruy Fernández de Pancorbo (Rades, 34v).
1293-1310. Martín Ruiz de Deza (id, 38r).
1310. Fernán Rodríguez (Benavides, 726).
1315. Artal de Huerta, comendador mayor de Montalbán (99-I/36).
1329. Fernán Lorenzo (69/10).
1371-1383. Fernán Fernández de Tovar (Rades, 52r).
1383. Diego Fernández Navarro (99-I/38 y 38bis).
1468-1480. Juan de la Panda, hijo de Mosén Juan de la Panda, por renuncia (1.233c, 88-89; 1.064c,
111).
1474-1476. Martín Ruiz de Alarcón, por Rodrigo Manrique (Rades, 69r).
1511. Juan Díaz de Estremera, freile administrador (1.076c, 408).

TENENTES DE BIENES DEL HOSPITAL DE CUENCA

1242. Ruy Bueso, comendador de la Torre de don Morant (339/10).


1511. Bernardino de la Torre, criado del rey, tenente de la Torre del Aceite (1.076c, 440).
1511. Tristán de Molina, comendador de Valtablado (id, 475).

327
COMENDADORES DEL HOSPITAL DE MOYA

1215. Pedro García (100-II/8).


1234. Gonzalo Díaz (100-II/18).

COMENDADORES DEL HINOJOSO

1387-1409. Pedro Ruiz de la Serna (Rades, 55v).


1468-1513. Fernando de Lodares (1.233c, 80; 148/5).
1513. Licenciado Alarcón (1.235c, 70v).
1515. Aneja a la encomienda de Villaescusa (1.076c, 553).

COMENDADORES DE HORCAJO

1241. Gonzalo Martínez, comendador de Belmonte (338/18bis).


1387-1409. Juan de Mendoza, hijo del abad mayor de Sevilla (Rades, 55v).
1450-1478. Pedro de Aranda (1.233c, 104; 1.063c, 153).
1480. Alvaro de Céspedes (1.064c, 79).
1498-1524. Rodrigo de Céspedes (1.068c, 71; 1.080c, 361).
1537. Pedro Vélez de Guevara, 1er señor de Salinillas de Buradón y alcaide de Estella (Salazar,
250).
1537-1554. Iñigo Vélez de Guevara (hijo del anterior), 2º señor de Salinillas (Salazar, 250-251).

COMENDADORES DE HUELAMO

1320. García Alvarez Albornoz e hijo, en prestimonio (151/4).


1338-1342. Pedro Ruiz de Salas (Rades, 45r).
1387-1409. Martín Sánchez de Algueta, también comendador de Alarcón (id, 55r).
1409. Pedro Ruiz de Soto (id).
1440. Sancho Mexía (1.241c, 12).
1467. Juan González de Calatayud (Rades, 66v).
1468-1478. Iñigo López de Mendoza, hermano de Juan Hurtado el de Cuenca (1.233c, 86; 1.063c,
205).
1508-1511. Pedro de Osorio (1.074c, 11; 1.076c, 401).
1553. Luis Venegas (151/16), vendida ese año a Diego de Zúñiga y Fonseca, abad de Parraces
(Salazar, 138).
1557. Don Fadrique de Portugal (Salazar,138-139).

COMENDADORES DE VILLAESCUSA DE HARO

1468. Gutierre de Fuensalida, había fallecido y no se sabía a quién había provisto don Alonso de
Cárdenas (1.233c, 78).
1478-1498. Gutierre Gómez de Fuensalida (1.063c, 178; 1.068c, 37).
1499. García de Fuensalida (1.070c, 95).
1507-1525. Licenciado Luis de Alarcón, del Consejo de Ordenes, regidor de Toledo y colegial del
mayor de Santa Cruz (Valladolid) (1.071c, 377; Salazar, 373-374).
1540. Pedro Laso de Castilla (Salazar, 375).

COMENDADORES DE VILLORIA

1242. Doña Sancha Pérez de Azagra e hija, prestimonio sobre Villahandín (367/3).
1440. Francisco de Avila (1.241c, 12).
.... Pedro Jiménez de Lisón (1.063c, 47).
1468-1478. Garci Jufré de Lisón, por renuncia de su padre (1.233c, 13; 1.063c, 47).
1480. Gabriel Manrique, conde de Osorno (1.064c, 84).
.... Diego Fernández de Villegas (1.073c, 122).

328
1508-1512. Pedro de Velasco, también comendador de La Zarza (1.073c, 131; 1.079c, 1.046).
1512-1515. Bernardino de Velasco, hijo del Condestable (1.079c, 1.046).

COMENDADORES DE LA ZARZA

1237-1242. Diego Fernández (Rades, 31r).


1242-1275. Lope de Soria (id, 34v).
.... Alfonso Martínez (117/3).
1468-1478. Rodrigo de Monterroso, alcaide de Fuentidueña (1.233c, 13; 1.063c, 42).
1508-1515. Pedro de Velasco, también comendador de Villoria (1.073c, 119; 1.079c, 1.011).

COMENDADORES DE ALHARILLA

1256. Fernán Fernández (Lomax, 266).

TENENTES DEL HEREDAMIENTO DE ARANJUEZ

1466. Gonzalo Chacón (Memorias de Enrique IV, doc. CXXXII).


1468. Una mujer, sin especificar (1.233c, 4).
1478-1480. Gonzalo Chacón, comendador de Monreal, y su mujer Clara Arnáldez (1.063c, 122;
1.064c, 32).
1508-1515. Fernando Chacón (1.073c, 315; 1.079c, 1.259).
1525. El alcaide del comendador de Monreal (1.080c, 1.145).

COMENDADORES DE ESTREMERA Y VALDARACETE

1237-1242. Juan Muñiz (Rades, 30v).


1242-1251. Pedro Alonso (id, 34v).
1251. Pedro Miguel (339/12).
1310. Juan Yáñez (Benavides, 726).
1383. Ruy Martínez de Céspedes (Sáez, 261).
1445-1453. Gil Fernández Manrique (Rades, 63v).
1468-1508. Diego de Torres, criado de Enrique IV (1.233c, 9; 1.073c, 242).
1570. Antonio de Luna (117/18).

COMENDADORES DE OREJA

1170-1184. Don Galindo (Rades, 16v).


1184-1186. Alonso Mídez (id, 17r).
1186-1195. Pedro Tinea (id, 19r).
1195-1204. Ruy López de la Vega (id, 22r).
1204-1206. Fernán González (id, 22v).
1206-1210. Gonzalo Yáñez (id, 24r).
1210-1212. Pedro González de Aragón, luego maestre (id, 25r).
1222. Pedro Pérez (id, 26v).
1225-1237. Lope Sánchez de Porras, también comendador de Biedma (id, 30v).
1237-1241. Ruy Bueso (id, 30v).
1241-1242. Gil Rodríguez (338/18bis; 339/10).
1251-1253. Gil Ruiz (De Manuel, 530; Chaves, 40v).
1253-1275. Fernán Sánchez de Algueta (Rades, 34v).
1286-1293. Diego Núñez de Castañeda (id, 37r).
1312. Lorenzo Yáñez (Chaves, 45r).
1318-1327. Vasco Rodríguez (Rades, 41r).
1383-1387. Pedro López de Orozco (Sáez, 260-261; 347/3).
1387-1403. Pedro de Guevara (Rades, 55v).
1403. Ruy Muñiz (69/12).

329
1440. Diego de Tovar (1.241c, 12).
1445-1453. Martín de Quintana (Rades, 63v).
1468-1480. Gonzalo de Villafuerte, receptor de los derechos de la Orden (1.233c, 7; 1.064c, 28;
Memorias de Enrique IV, doc. CXXXII).
1497. Alonso de Cárdenas (247/1bis).
1497-1520. Diego de Cárdenas, 1er duque de Maqueda y marqués de Elche, Adelantando mayor de
Granada (1.073c, 147; 1.080c, 1.134; Salazar, 257).
1520-1537. Gutierre de Cárdenas, por renuncia de su padre (Salazar, 257-258).
1540. Diego de Cárdenas, duque de Maqueda, compró la encomienda (Salazar, 257-258).
1553. El Barón de Montfalconet (247/4).

COMENDADORES DE PARACUELLOS DEL JARAMA

1243. Gil Gómez, en prestimonio (260/9).


1253. Gil González (328/13).
1359-1366. Ruy Garcés de Aza (Rades, 50v).
1387-1409. Fernán Díaz de Santacruz (id, 55r).
1468-1494. Pedro de Ayala (hijo de Juan de Ayala de Toledo), capitán de la gente de la Provincia de
Castilla en 1488 (1.233c, 8; 1.063c, 102; Salazar, 270; 82/14, 16r).
1505-1508. Juan de Ayala (por renuncia de su padre), regidor de Toledo (1.074c, 81; Salazar, 270).
1509-1511. Alonso de Aragón (sobrino del Rey), duque de Villahermosa, antes había llevado las
rentas de la Mesa Maestral en el Campo de Criptana (1.076c, 251; Salazar, 270).
.... Alvaro de Loaysa (Salazar, 270).
1556. El marqués de Denia (260/18).

COMENDADORES DE MOHERNANDO

1310. Gonzalo Fernando (Benavides, 726).


1429. Gonzalo Suárez de Argüello, visitador (93/34).
1468-1515. Lorenzo Suárez de Figueroa, 1er conde de Coruña, enemigo de Juan Pacheco (1.233c,
22; 1.076c, 322).
1515. Bernardino Suárez de Mendoza, 2º conde de Coruña, vizconde de Torija (Salazar, 197).
1532. Alonso Suárez de Mendoza, 3er conde de Coruña, vizconde de Torija, señor de Paredes, Hijes,
Rello, Daganzo, Cobeña y otras (Salazar, 198-199).
1554-1574. Enrique Manrique de Lara, 6º conde de Paredes (203/15; Salazar, 199).

COMENDADORAS DEL CONVENTO DE SANTA FE DE TOLEDO

1508-1515. Doña Juana de Castañeda (1.073c, 196; 1.079c, 35).


1508-1511. Mayor Rodríguez Calderona, subcomendadora (1.075c, 75).
1515. Mencía Enríquez, subcomendadora (1.079c, 35).

COMENDADORES DEL HOSPITAL DE TOLEDO

1195-1204. Pedro de Castro (Rades, 22r).


1206-1210. Martín Peláez (id, 24r).
1210-1212. Ruy González de Mansilla (id. 25r).
1222-1224. Garci Ordoñera (id, 26v).
1225-1229. Alvar Gómez (id, 30r).
1229. Rodrigo Iñiguez (Lomax. 251).
1237-1242. Fernando Cervera (Rades, 30v).
1251. M. López (De Manuel, 530).
1253. Melendo Juánez (Chaves, 40v).
1294. Diego Martínez (315/2 y 3).
1310. Garci Pérez (Benavides, 726).
1320-1322. Lope Alfonso de Saavedra (328/23 y 24).

330
1330. Miguel Pérez (328/25).
1366-1371. Ruy López de Villalobos (Rades, 51v).
1371. Gutier Martínez (323/14).
1409-1434. Hernán González de la Cámara (Rades, 61r).
1434. Mosén Vidal de Sotomayor (328/27).
1434-1445. Garci Pérez de Grijalva (Rades, 61r).
1468-1478. Fernando de Ayala (1.233c, 105; 1.063c, 87).
1474-1476. Fernando de Velasco, por Rodrigo Manrique (Rades, 69r).
1482-1494. Garci Osorio (1.067c, 41; 82/14).
1508. Alfonso Osorio (1.073c, 163).
1509-1515. Gómez de Tévar, freile administrador (1.075c, 21; 1.079c, 89).

COMENDADORES DEL HOSPITAL DE TALAVERA

1371. Pedro Sánchez Vizcaíno (323/14).


1440. Alfonso Rodríguez (1.241c, 12).
1468. Luis Valdés (1.233c, 108).
1511. Juan Alonso de la Mota (vecino de Burgos) (1.075c, 11).
1513. Gómez de Tévar, freile administrador (1.079c, 19).

COMENDADORES DE ALPAJES

1468-1480. Mosén Garcerán Soler, natural de Valencia (1.233c, 5-6; 1.064c, 35).
1483. Juan de Rueda (54/1). El anterior había sido declarado intruso por el tribunal de la Rota.
1501. Sancho de Rojas (Compilación 1605, 3).
1508-1511. Mosén Martín de Bion, la permutó a Alvaro de Luna, comendador mayor de Montalbán
(1.073c, 305; 1.075c, 240).
1515. Alvaro de Luna (1.079c, 1.251).
1525-1529. García de Toledo (1.080c, 1.141; 54/2).

COMENDADORES DE BIEDMA

1206-1210. Iñigo de Ricla (Rades, 24r).


1210-1212. Pedro Gómez (id, 25r).
1222. Ortí Ortiz de Zúñiga (id, 26v).
1225-1237. Lope Sánchez de Porras (id, 30v).
1242. Doña Sancha Pérez de Azagra e hija, en prestimonio (367/3).
1242-1275. Gutierre Díaz (Rades, 34v).
1286-1293. Ruy López de Salas, alférez de la Orden (id, 37r).
1293-1311. Pedro Gómez de Mata (id, 38r).
1311-1318. Sancho López de Avendaño (id, 40r).
1366-1371. Lope Iñiguez de Orozco, también comendador de Villarrubia (id, 51v).
1387-1409. Alonso López de Haro, también comendador de Villarrubia (id, 55r).
1440. Juan Cano (1.241c, 12).
1445-1453. Diego de Verguilla (Rades, 63v).
1453-1478. Juan de Coronado, sobrino del prior viejo de Uclés (1.233c, 16; 1.063c, 55).
1480. Juan Sarmiento (1.064c, 86).
1503. Francisco de Costana (1.073c, 361).
1508. Fernando de Santisteban (1.073c, 363).
1505-1529. Cristóbal de Santisteban, vecino de Valladolid (1.075c, 180; 72/3).
1539-1541. Rodrigo Manrique de Lara (72/4; Salazar, 49).

COMENDADORES DEL CAMPO DE CRIPTANA

1468. Alonso de Cáceres, visitador (la renunció en su hijo) (1.233c, 20; 84/14, 3v).
1478-1498. Mosén Guillén Zahera (1.063c, 167; 1.068c, 415).

331
1507-1511. Diego Pérez de Santisteban (1.071c, 277; 1.076c, 742).
1513-1514. Hernando de Rojas (1.235c, 63v; Salazar, 84).

COMENDADORES DEL CORRAL DE ALMAGUER

1237-1242. Rodrigo Yáñez, comendador de Almaguer (Rades, 31r; 339/10).


1253. Rodrigo Rodrigo, comendador de Almaguer (Chaves, 40v).
1312. Lorenzo López (Chaves, 45r).
1329. Fernán González (69/10).
1356. Martín Sánchez Mexía (93/33, 8v).
1387-1403. Juan González de Villanueva, hijo del señor de Osonilla (Rades, 55v).
1403. Diego García Prado (69/12).
1440. Martín Pantoja (Compilación 1605, 7).
1468. Iñigo Dávalos, también comendador de Villahermosa (1.233c, 18).
1478. Alfonso de Catres [Cáceres?] (estaba la encomienda en entredicho, pues decía Mosén Barto-
lomé de Barbate estar provisto por Roma) (1.063c, 144).
1480. Garci Fernández Manrique (hermano de Rodrigo Manrique), señor de las Amayuelas, Espi-
nosilla y Velliza, 1er alcaide de Málaga, del Consejo de los Reyes y corregidor de Córdoba (1.064c,
42; Salazar, 68).
1490-1515. Iñigo Manrique (quinto hijo del anterior; por renuncia), señor de Frigiliana, 2º alcaide de
Málaga, maestresala de los Reyes y capitán general de la Armada de la costa granadina (Salazar, 69;
1.079c, 387).

COMENDADORES DE DOSBARRIOS

1213. Lope Pérez (113/4).


1251. Muño Juánez (De Manuel, 530).
1468-1485. Juan de Osorio, delegado para confirmar censos el último año (1.233c, 2; 99-II/44bis).
1490. Lope Alvarez Osorio, sobrino de don Alonso de Cárdenas (Salazar, 115-116).
.... Juan Osorio, hijo único del anterior (Salazar, 116-117).
.... Diego López de Figueroa (Salazar, 118-119).
1508. Garci López de Cárdenas, antes comendador de Monreal (1.073c, 335).
1511-1515. Juan Osorio (1.075c, 141; 1.079c, 302).

COMENDADORES DE MIRABEL

1440. Gonzalo Gómez (1.241c, 12).


1468-1478. Mosén Juan de la Panda (1.233c, 82; 1.063c, 165).
..... Juan Collado, secretario del maestre (1.068c, 427).
1498. Pedro Zapata, moço pequeño (ibidem, 424-428).
1507. Sin comendador, el caballero Juan de Villaseñor (1.071c, 329).
1511-1525. Pedro Zapata, vecino de Madrid (1.076c, 689; 1.079c, 470).
1540. Pedro Zapata de Cárdenas (Salazar, 233).
1543. Diego de Ludeña, gentilhombre de Carlos I y su acemilero mayor (Salazar, 233).

COMENDADORES DE MONREAL

1210-1212. Ruy García de Villagarcía (Rades, 25r).


1445-1453. Diego de Quesada (id, 63v).
1478-1480. Diego de Ribera (1.063c, 138; 1,064c, 25).
1508-1511. Garci López de Cárdenas (1.073c, 335; 1.075c, 133).
1511. Andrés de Cabrera, 1er marqués de Moya, señor de Chinchón, San Martín de la Vega, Brune-
te, Ciempozuelos, Vayora y otras 18 villas, mayordomo de Enrique IV y de los Reyes Católicos,
alcaide del alcázar y fuerzas de Segovia (Salazar, 158).
1513. Garci López de Cárdenas, conde de Coruña, la permutó a Lope Conchillos (1.235c, 83v).

332
1513-1522. Lope Conchillos (primo hermano de Miguel Pérez de Almazán), señor de Nuez y Vi-
llahumbrosa, regidor de Toledo, del Consejo de los Reyes y su secretario de Estado (Salazar, 158-
160).
1523. Pedro de Toledo, 2º marqués de Villafranca, señor de Cabrera y Rivera (Salazar, 160).

COMENDADORES DE MONTEALEGRE

1440. Alfonso de Fuensalida (347/5).


1468. Juan de Ajofrín (1.233c, 17; 212/2).
1478-1480. Martín de Guzmán (1.063c, 130; 1.064c, 40).
1486. Juan de Ayala, casado con una tataranieta del Condestable Ruy López Dávalos.
1498-1517. Rodrigo Dávalos, camarero del Fernando el Católico y regidor de Ecija en 1508 (1.069c,
1-9; Salazar, 191-192; 1.073c, 225).
1517. Juan de Ayala, hermano menor del anterior (Salazar, 192).
1574. Juan de Zúñiga (212/7).

COMENDADORES DE MORA

1184-1186. Rodrigo Fernández (Rades, 17r).


1186-1195. Martín Fernández de Viñal (id, 19v).
1195-1204. Iñigo Vélez (id, 21v).
1206-1210. Ruy Pérez Gago (id, 24r).
1210-1212. Hernán Pérez, hijo del señor de Auñón y de la señora de Zorita (id, 25r).
1222. Gonzalo González (id, 26v).
1225-1237. Fermín González de Tabladillo (id, 30v).
1242-1275. Alvar Martínez de Ayvar (id, 34v).
1286-1293. Alvar Pérez Osorio (id, 37r).
1327-1338. Gonzalo Quejada, tenente vitalicio del castillo de Villalar (id, 42v).
1338-1342. Martín Alonso de Haro (id, 45r).
1342-1358. Lope Díaz (id, 49v).
1366-1371. Pedro Alvarez de Castro (id, 51v).
1387-1409. Gómez de Butrón (id, 55v).
1409-1445. Luis de Carranza (id, 61r).
1445-1453. Fernando de Cieza (id, 63v).
1467. Luis de Acuña (id, 66v).
1467. Fernán Alonso de Valladolid (id).
1468. Pedro de Ayala (1.233c, 1).
1478. Diego López Dávalos (1.063c, 75).
1480. Pedro López de Ayala (93/33, 15r).
1494-1513. Diego López Dávalos, corregidor de Córdoba y gobernador de la Provincia de Castilla
(82/14, 16r; 1.073c, 203; Salazar, 211).
1515. Diego López de Ayala, hijo mozo del anterior, lo representa desde 1514 (1.079c, 210).
1522. Diego López de Ayala, provisto en marzo y fallecido en diciembre (1.080c, 239).
1522-1524. Diego López de Zúñiga, 3er señor de Santa María de Valveni, gentilhombre de Cámara
de Carlos I y regidor de Valladolid (1.080c, 239; Salazar, 211).
1524. Juan de Vega (Salazar, 211).

COMENDADORES DE OCAÑA

1186-1195. Sancho Pérez (Rades, 19v).


1195-1204. Ruy Pérez de Valera (id, 22r).
1222-1224. Diego Gutiérrez (id, 26v).
1226. Pedro González (243/10).
1251-1253. Ruy Pérez (De Manuel, 530; Chaves, 40v).
1305. Gonzalo Fernández (243/19).
1311-1318. Iñigo Vélez de Oñate, alférez de la Orden (Rades, 40r).

333
1329. Martín Fernández Navarro (69/10).
1329-1338. Juan Rodríguez de Gres (Rades, 42r).
1338-1342. Sancho Sánchez Cerrillo, luego comendador mayor de Castilla (id, 45r).
1356. Juan Rodríguez, también comendador de los Bastimentos de la Mancha (93/33, 9r).
1387. Ruy Martínez (347/3).
1387-1403. Pedro López Merino (Rades, 55r).
1403. Gonzalo Yáñez de Godoy (69/12).
1403-1409. Ruy González de Avellaneda (Rades, 55v).
1468-1478. Fernando de la Torre, por renuncia de su padre (1.233c, 4; 1.063c, 64).
1474-1476. Pedro de Mendiola, por Rodrigo Manrique (Rades, 69r).
1480. Fernando Díaz de Ribadeneyra (1.064c, 17).
1493. Juan Collado, secretario y contador de don Alonso de Cárdenas y luego de los Reyes Católicos
en los asuntos de la Orden (Salazar, 239).
1508-1515. Juan Gutiérrez de Montalvo, señor de Serrada y gentilhombre de Cámara de Carlos I
(1.073c, 268; Salazar, 239-240; 1.079c, 1.208).

COMENDADORES DE SANTA CRUZ DE LA ZARZA

1241. Gonzalo Díaz (338/18bis).


1253. Juan Núñez (Chaves, 40v).
1294. Fernando Martínez (315/2 y 3).
1329. Gonzalo Fernández (69/10).
1371. Diego Martínez (323/14).
1383. Alfonso Fernández Verdugo (Sáez, 260).
1387-1409. Garci López de Porres (Rades, 55r).
1440. Hernán Vázquez de Prado (347/5).
1468. Juan de Benavente (1.233c, 12).
1478. Alfonso de Benavente, por secuestro del Rey Alfonso (1.063c, 44).
1508-1515. Mosén Jaime Botín, fiscal y del Consejo de Ordenes (1.073c, 97 y 116; 1.079c, 1.018).

COMENDADORES DE TORREVEJESATE

1312. Antonio Ruiz (Chaves, 45r).


1383-1387. Gutier Martínez de Céspedes (Sáez, 260-261; 347/3).
1440. Hernando de Portugal (Compilación 1605, 7).
.... Gómez Megía (1.233c, 77).
1468-1480. Lorenzo Megía, hijo del anterior (1.233c, 77; 1.064c, 139).
1494-1508. Iñigo López de Mendoza, 1er marqués de Mondéjar, conde de Tendilla, señor de Líjar y
Cóbdar, alcaide de Granada, Alhambra y Fortalezas, capitán general del Reino de Granada y de la
Provincia de Andalucía, embajador en Roma (1.067c, 386; Salazar, 294).
1514. Antonio de Mendoza (hijo del anterior; por renuncia), virrey y capitán general de Nueva Es-
paña y del Perú (Salazar, 294).
1548. Pedro González de Mendoza (hermano del 1er marqués de Cañete), también comendador de
Lorquí (Salazar, 294-295).
Hasta 1557 dos Mendoza más, al menos (Salazar, 295).

COMENDADORES DE VILLAMAYOR DE SANTIAGO

1224. Diego González, comendador de Añador (Sáez, 190).


1241. Martín García, comendador de Añador (338/18bis).
1312, Ruy García, comendador de Gúzquez (Chaves, 45r).
1329. Ferrán Rodríguez, comendador de Gúzquez (69/10).
1421. Alonso Fernández de Godoy, visitador (81/14, 14r).
1468-1480. Francisco de Valderrábano, hermano del comendador de Beas (1.233c, 83; 1.064c,
102).
1494. Diego Fernández de Iranzo, hermanastro del Condestable Miguel Lucas (1.068c, 64).

334
1498. Fernando de Trejo (1.068c, 59).
1501. Gutierre de Trejo, capitán de los Reyes (Salazar, 362-263).
1505-1516. Martín de Múgica, capitán general de Guipúzcoa, alcaide de Fuenterrabía, maestresala
de la Reina Juana y su secretario, contador mayor de cuentas (1.071c, 544; 1.079c, 639; Salazar, 363-
364).
1518. Antonio de Bobadilla, señor de Pinos y Beas, veinticuatro de Granada y Jaén, corregidor y
justicia mayor de Málaga y alcaide de Santa Fe, era hijo del corregidor de Jaén del mismo nombre
(Salazar, 364-365).
1523. Diego López Dávalos, antes comendador de Mora (Salazar, 365).

ALCAIDES DE VILLANUEVA DE ALCARDETE

1328. Juan Pérez, ayudaba a poblar la villa (93/33, 4v).


1468. Pedro de Vitoria (1.233c, 81).
1478-1498. Juan de Vitoria (1.063c, 172; 1.068c, 104).
1507-1515. Francisco de Gaona, hijo del anterior (1.071c, 350; 1.079c, 553).

COMENDADORES DE VILLANUEVA DE ALCARDETE

Era de la Mesa Maestral hasta que Juan Pacheco la hizo encomienda.


1468-1480. García Osorio (1.233c, 81; 1.064c, 77).
1525. Volvía a formar parte de la Mesa Maestral.

COMENDADORES DE VILLARRUBIA

1206-1210. Pedro Ruiz de Hoyos (Rades, 24r).


1210-1212. Fernán Estébanez, hijo de Esteban Hambrán, alcaide de la Puerta de la Bisagra (id, 25r).
1212. Gómez Galíndez, hijo del señor de Vallaga (id, 25r).
1225-1237. Luis Pérez de Quesada (id, 30v).
1242. Doña Sancha Pérez de Azagra e hija, en prestimonio (367/3).
1286-1293. Fernán Pérez de Acebes (Rades, 37r).
1311-1318. Fernán Gómez de Avila (id, 40r).
1329. Pedro Rodríguez (69/10).
1329-1338. Fernán Yáñez de Hervás (Rades, 42v).
1338-1342. Juan de Sosa (id, 45r).
1366-1371. Lope Iñiguez de Orozco, también comendador de Biedma (id, 51v).
1371. Ruy Gómez Marcos (323/14).
1387-1409. Antonio López de Haro, también comendador de Biedma (Rades, 55r).
1440. Gonzalo Fajardo (1.241c, 12).
1445-1453. Alvar Núñez de Guzmán (Rades, 66v).
1468. Fernando Gómez de la Cámara, vecino de Ocaña (no hidalgo) (1.233c, 16).
1474-1480. Martín de Cabrera, por ambos maestres (Rades, 68v; 1.064c, 85).
.... Francisco Dávila (Salazar, 352).
1502-1509. Mosén Diego de Aguilera, sirvió en Italia con el Gran Capitán, siendo recompensado
con esta encomienda al serle reclamadas por el rey las tierras que había recibido en Nápoles (Salazar,
352-354; 1.075c, 172).
1509-1519. Fernando de Torres, baile general del Reino de Valencia (1.075c, 170; Salazar, 354-
355).
1539-1558. Lope Hurtado de Mendoza (Salazar, 355).

COMENDADORES DE ALHAMBRA

1237-1242. Fernandarias de Galarza (Rades, 31r).


1275-1277. Martín Ruiz de Villegas (id, 35v).
1293-1311. Alfonso Díaz Quejada (id, 38v).
1311-1318. Pedro Díaz Palomeque (id, 40r).

335
1329. Gonzalo Yáñez, también comendador de los Bastimentos del Campo de Montiel (69/10).
1338. Gonzalo Díaz de Vera (Rades, 42v).
1338-1342. Fernán Alonso Coronel (id, 45r).
1359-1366. Juan Fernández Vaca (id, 51r).
1387-1409. Sancho Jiménez (id, 55r).
1429. Lope Alvarez de Osorio (51-I/4bis).
1449-1480. Mosén Diego Fernández de Villegas (51-I/4bis; 1.064c, 158).
1474-1476. Alonso López de Ayala, por Rodrigo Manrique (Rades, 68v).
1485-1511. Rodrigo Manrique de Lara, 3er conde de Paredes (Salazar, 3; 1.077c, 58).
1525. Rodrigo Manrique, su hijo 3º, por renuncia (Salazar, 3).
1536-1540. Luis de la Cueva, nieto de Beltrán de la Cueva (Salazar, 4).

COMENDADORES DE LAS CASAS DE ALGECIRA

1345. Ruy Díaz (82/9).

COMENDADORES DE ALMEDINA

1268. Gonzalo Martínez (Chaves, 42v).

COMENDADORES DE CARRIZOSA

1387-1409. Pedro Díaz de Monsalve (Rades, 55v).


1421. Alonso Rodríguez Malaver, visitador (81/14, 4v).
1429. Pedro Iñiguez, alcalde mayor de la Provincia de Castilla (51-I/4bis).
1468. Sotomayor, criado de Rodrigo Manrique; a su muerte don Rodrigo la dio a su hijo pequeño
Enrique (1.233c, 72-73).
1478-1494. Enrique Manrique (1.063c, 217; 1.067c, 408). En 1511 era tenente del castillo de Uclés
(1.075c, 470).
1513-1526. García de Villarreal, adelantado de Cazorla (1.235c, 92r; 1.080c, 962).
1539. Jerónimo de la Cueva (84/14).

COMENDADORES DE LA MEMBRILLA DEL TOCON

1329. Ruy Pérez (69/10).


1387-1409. Pedro Delgadillo, hijo del ama de Enrique IV (Rades, 55v).
1468-1495. Pedro Ruiz de Alarcón (1.233c, 21; 1.064c, 147).
1506. Gutierre Yáñez de Fuensalida (197-I/2).
1507. Gutierre Gómez de Toledo (1.071c, 531).
1511. Gutierre Gómez de Fuensalida, muerto el 4 de junio (1.078c, 125).
1511-1515. Gutierre Velázquez (1.235c, 19r; 1.078c, 115).
1523-1525. Juan de Zúñiga (82/14, 17r; 1.080c, 492).

COMENDADORES DE MONTIEL

1225-1237. Ruy Pérez de Canseco (Rades, 30v).


1237-1241. Pedro Yáñez (id, 31r).
1241. Rodrigo Rodríguez (338/10bis).
1268. Esteban Hernández (Chaves, 42v).
1286-1293. Fernán Páez Gallego (Rades, 37v).
1310. Fernán Rodríguez (Benavides, 726).
1329. Martín Vázquez (69/10).
1342-1358. Pedro Ruiz de Sandoval, luego comendador de Mérida (Rades, 49v).
1371-1383. Juan González de Galarza (id, 52r).
1383-1387. Ruy Muñiz (Sáez, 260-261; 347/3).
1387-1403. Fernán Núñez (Rades, 55r).

336
1403-1410. Juan González, mayordomo mayor del maestre (Sáez, 262; Chaves, 42r).
1468-1503. Gonzalo Chacón, 1er señor de Casarrubios del Monte y Arroyomolinos, contador mayor
de Castilla, maestresala, guarda mayor, valido, mayordomo mayor y camarero de la reina, alcaide de
los alcázares de Segovia y Avila, contador mayor del rey y del príncipe don Juan; luego comendador
de Caravaca (1.233c, 63; 1.068c, 163; Salazar, 59).
1474-1476. Fernando de Guzmán, por Rodrigo Manrique (Rades, 69r).
1503-1556. Gonzalo Chacón (por renuncia de su abuelo del mismo nombre), señor de Casarrubios y
Arroyomolinos y alcaide del Cimborrio de Avila (1.077c, 394; Salazar, 204).

COMENDADORES DEL HEREDAMIENTO DE RUIDERA

Hasta el siglo XIV pertenecía a la Mesa Maestral


1421. Alfonso Fernández de Ocaña, tenedor de la nuestra casa de Ruydera (81/14, 1v).
1421-1445. El Infante don Enrique la dio a don Lorenzo, hijo del marqués de Santillana.
1468-1478. Juan II la había dado al conde de Osorno (1.233c, 73; 1.063c, 215).
1480. Pedro de Lisón la había permutado al conde por la encomienda de Villoria (1.064c, 166).
1494. Volvía a depender de la Mesa Maestral (1.067c, 397).

COMENDADORES DE TORRES Y CAÑAMARES

1468-1480. Diego de Guzmán (1.233c, 68; 1.064c, 194).


1494. Martín Alonso de Funes (1.067c, 608).
1511-1515. Doctor Nicolás Tello (1.077c, 268; Salazar, 326).
1540. Garci Tello de Sandoval (Salazar, 326-327).
1576. Juan de Menchaca (329/4).

COMENDADORES DE VILLAHERMOSA

1468. Iñigo Dávalos, también comendador del Corral (1.233c, 18).


1478-1480. Pedro de la Tovilla (1.063c, 221; 1.064c, 176).
1494. Licenciado Pedro de Orozco, del Consejo de la Orden (1.067c, 414).
1506-1515. Rodrigo de Orozco, señor de la Casa de Orozco (Valle de Salazar), hijo del anterior y de
Catalina Mesía, de Ubeda (Salazar, 336-338; 1.078c, 457).1
1564. Diego Hurtado de Mendoza, príncipe de Mélito (361/5).

COMENDADORES DE VILLANUEVA DE LA FUENTE

1232. Don Ordoño Alvarez, en prestimonio (TMC, 273).


1468. Alonso de Robledo, antes comendador de Montemolín, murió y Rodrigo Manrique la entregó a
un hijo de aquél (1.233c, 62).
1478-1515. Alfonso Ruiz de Solís, hermano del comendador de Algarinejo.
1539. Diego Ruiz de Solís, hijo del anterior (Salazar, 346-349).

COMENDADORES DE LOS BASTIMENTOS DEL CAMPO DE MONTIEL

1329. Gonzalo Yáñez, también comendador de Alhambra (69/10).


1387-1409. Alonso Barba (Rades, 55v).
1468-1498. Francisco de León, visitador (84/14, 3v; 1.068c, 414).
1555. Alvaro de Sande, marqués de la Piovera (Salazar, 42).

COMENDADORES DE BEAS

1329. Ruy Pérez (69/10).


1338-1342. Martín Fernández Delgadillo (Rades, 45r).

1
Sobre esta familia véase José Pérez Balsera, Biblioteca Histórica y Genealógica. VIII. Los caballeros de Santiago. Tomo VI.
Aranda a Arias de Saavedra, Madrid, 1935, nº 314, pp. 10-13.

337
1359-1366. Pedro Gómez Carrillo (id, 51r).
1387. Lorenzo Suárez Mexía (347/3).
1398-1403. Lope Suárez Mexía (339/56; Sáez, 262).
1409-1445. Alfonso de Acítores (Rades, 61r).
1468-1480. Fernando González de Valderrábano, hermano del doctor Pedro González de Avila
(1.233c, 27; 1.064c, 244).
1495. Enrique Enríquez, mayordomo mayor del rey (1.067c, 526).
1501-1513. Miguel Pérez de Almazán, 1er señor de Maella, secretario de Estado del rey y secretario
de la Orden (1.235c, 52v; Salazar, 329).
1525-1547. Juan Pérez de Almazán (hijo del anterior), 2º señor de Maella (1.080c, 617; Salazar,
329-330; 357/10).

COMENDADORES DE BAEZA

1235. Rodrigo Rodríguez (Bulario, 199).

COMENDADORES DE BEDMAR Y ALBANCHEZ

1387-1403. Juan García (1.071c, 497).


1403. Juan González, mayordomo mayor del maestre (69/12).
1403. Sancho Jiménez (id).
1429. Luis López de Mendoza, caballero gienense (RAH, Salazar, M-1, 219).
1440. Diego Sánchez de Lisón (1.241c, 12).
1440. Fernando de Quesada (id).
1468. Fernando de Quesada, sólo llevaba las rentas; los castillos hacía mucho que los ocupaba por
la fuerza Juan de la Cueva, hermano del conde de Ledesma y duque de Alburquerque, favorito de
Enrique IV; conquistador de Solera, fue su 1er señor (1.233c, 25-26).
1480-1513. Luis de la Cueva, 2º señor de Solera (1.064c, 257; 1.235c, 40r).
1522. Juan de la Cueva, 3er señor de Solera (1.080c, 579; Salazar, 21).
1522. Alonso de la Cueva y Benavides (hermano del anterior), 4º señor de Solera, 1er señor de Bed-
mar, alcaide y capitán general de La Goleta de Túnez, compró la villa a Felipe II (Salazar, 21-22).

COMENDADORES DE SANTIAGO DE MONTIZON

1440. Pedro Molina (1.241c, 12).


1468-1478. Jorge Manrique, hijo de Rodrigo Manrique (1.233c, 24; 1.063c, 269).
1480-1513. Luis Manrique (hijo de Jorge), en 1495 trataba en Roma pleito con Diego Fernández de
Iranzo por la encomienda (1.064c, 205; 1.067c, 564; 1.235c, 56v).
1523-1550. Jerónimo de Cabanillas, señor de Alginet, Bolbaite y Benisanó, capitán de guardas del
rey Fernando (82/14, 16v; Salazar, 184-186; 1.080c, 543).

COMENDADORES DE SEGURA DE LA SIERRA

1244. Pedro Pérez (243/12).


1253-1256. Pedro Fernández (Chaves, 40r; 315/1).
1268. Pedro Martínez, comendador mayor de Segura (Chaves, 42v).
1275-1277. Juan González Morante (Rades, 35v).
1307-1310. Diego Muñiz, comendador mayor de Segura (98/16; Benavides, 726).
1310. Rodrigo Yáñez, subcomendador de Segura (Benavides, 726).
1312. Lope Fernández, subcomendador de Segura (Chaves, 45r).
1311-1318. Garci Fernández, comendador mayor de Segura (Rades, 40r).
1329. Vasco López (69/10).
1335. Gonzalo Suárez, comendador de Hornos (82/5).
1338-1342. Sancho Fernández, comendador mayor de Segura (Rades, 45r).
1342-1350. Lope Sánchez de Avendaño (id, 49v).
1350. Fernando Ruiz de Tauste (6/37).

338
1356. Garci Fernández de Villodre, caballero de Alcaraz, tenente por Pedro I (RAH, Salazar, M-46,
105).
1366-1371. Pedro González de Avellaneda, alférez de la orden (Rades, 51v).
1383. Fernán Mexía (Sáez, 260-261).
1403-1410. Gonzalo Mexía (Sáez, 262; Chaves, 43r).
1434-1468. Rodrigo Manrique, conde de Paredes, luego maestre en la Provincia de Castilla (Pretel,
doc. XVI: 1.233c, 28).
1476-1480. Pedro Manrique, conde de Paredes (Pretel, doc. LV; 1.064c, 240).
1494-1498. Pedro Portocarrero, señor de Villanueva del Fresno y Moguer, alcalde mayor de Sevi-
lla, hijo segundo del maestre Juan Pacheco y yerno de Alonso de Cárdenas (1.067c, 511; Salazar,
288).
1500. Juan Portocarrero (hijo del anterior), 1er marqués de Villanueva del Fresno y señor de Mo-
guer y Villanueva de Barcarrota (Salazar, 288).
1539-1557. Pedro Portocarrero, 2º marqués de Villanueva del Fresno y señor de Moguer y Villa-
nueva de Barcarrota, alcaide de la fortaleza de Jerez (Salazar, 288-289).
Durante el siglo XVII la poseyeron ininterrumpidamente los duques de Feria (Salazar, 289-291).

PRIORAS DEL CONVENTO DE LA MADRE DE DIOS DE GRANADA

1507. Leonor de Lovera, subpriora Catalina Flores (1.071c, 433).


1522. Leonor de Acebedo (OO.MM., Archivo de Toledo, leg. 18.940, 3r).

COMENDADORES DE ALEDO Y TOTANA

1293. Juan Marín (50-I/7).


1312. Juan Martín (Chaves, 45r).
1387-1409. Martín Fernández de Veguillas (Rades, 55v).
1409-1440. Sancho Gómez Chirino, alférez de la Orden (id, 61r).
1440. Pedro de Soto (1.241c, 12).
1455. Alfonso de Lisón (Cascales, 255). En 1468 la trocó por la de Socobos (1.233c, 35).
1468-1498. Juan Ruiz (hijo de un alcalde mayor de Juan Pacheco), señor de Montealegre (1.233c,
48; 1.069c, 382).
1501-1511. Mosén Juan Cabrero, camarero del rey, nombrado en 1511 comendador mayor de Mon-
talbán, quedó vacante la encomienda (1.072c, 264; 1.077c, 540).
1515. Martín Cabrero, camarero del rey, la cedió a su hermano Miguel 1.078c, 701).
1515-1525. Miguel Cabrero (1.080c, 832).
1572. Pedro de Mendoza y Bobadilla, capitán de guardas del rey y regidor de Cuenca (Salazar, 10).

COMENDADORES DE CARAVACA

1286. Bermudo Méndez, caballero templario (Torres Fontes, Documentos de Sancho IV, doc. LXIII).
1335. Arias Pérez, comendador de Canara (82/5).
1345. Ruy Chacón, 1er comendador santiaguista de Caravaca (82/9).
1371-1383. Gil Rodríguez Noguerol (323/14; Sáez, 260-261).
1387-1400. Pedro López Fajardo, también comendador de Cieza (Rades, 55r).
1400. Gómez de Sotomayor, hijo del señor de El Carpio (id, 55v).
1403. Diego González de Mendoza (Sáez, 262).
1440. Garci López de Cárdenas (padre del maestre Alonso de Cárdenas), luego comendador mayor
de León (Rades, 60v).
1445. Juan de Hinestrosa (84/14, 3r).
1445-1453. Gonzalo Fernández Coronel (Rades, 63v).
1468. Juan Pacheco (hijo del maestre del mismo nombre), tras profesar recibió la encomienda Juan
de Haro (1.233c, 43; 84/14, 5r).
1480. Pedro Fajardo, Adelantado y capitán mayor del reino de Murcia (1.065c, 77).

339
1480-1503. Juan Chacón (hijo de Gonzalo Chacón), señor de Cartagena, Oria, Albox, Arboleas,
Albanchez y Benitagla, Adelantado mayor del reino de Murcia, alcaide de los alcázares de Murcia,
contador mayor del rey y mayordomo mayor de la reina (Salazar, 57; 1.069c, 307).
1503-1505. Gonzalo Chacón (padre del anterior), antes comendador de Montiel (Salazar, 59).
1505-1539. Pedro Fajardo (nieto de Gonzalo Chacón), 1er marqués de los Vélez, grande de Castilla,
3er señor de Cartagena, Mula, Molina, Lebrilla, Oria, Partaloa, Portilla, El Mazarrón, Albox, Arbo-
leas, Benitagla y otras; Adelantado mayor y capitán mayor del reino de Murcia y alcaide de los alcá-
zares de Murcia (Salazar, 59).
1539. Luis Fajardo, 2º marqués de los Vélez, 1er de Molina, señor de Mula, etc.; Adelantado mayor
del reino de Murcia, alcaide mayor de Murcia y Lorca, capitán general del reino de Granada (Salazar,
62). 2

COMENDADORES DE CIEZA

1293-1311. Fernán Romero (Rades, 38v).


1338-1342. Diego de Santacruz (id, 45r).
1387-1409. Pedro López Fajardo, también comendador de Caravaca (id, 55r).
1409. Lope de Porres (id, 55v).
1440. Juan Gutiérrez de Hinestrosa (Compilación 1605, 7).
1445-1453. Martín Fernández Nieto (Rades, 63v).
1468. Gonzalo Talón (1.233c, 60).
1474-1476. Garci Fernández de Valdés (Rades, 68v).
1480-1498. Juan Pérez de Barradas (caballero de origen portugués), corregidor de Ciudad Real y
Trujillo (1.241c, 169r; 1.69c, 445; Salazar, 74).
1507-1511. Pedro de Rivera, alcaide de Cartagena, Simancas y Montefrío, capitán de guardas de los
Reyes y caballerizo mayor de la reina Isabel (1.072c, 359; Salazar, 76; 1.077c, 456).
1514-1525. Diego de Rivera (hijo del anterior), trinchante de las reinas Isabel y Juana, capitán de
guardas, regidor de Valladolid, alcaide de Cartagena y pregonero mayor de Castilla (1.078c, 611;
Salazar, 77).
1525. La permutó más tarde por la encomienda de Peñausende a Luis Ferrer, gobernador de Valen-
cia, cuya familia se asentó en Cieza hasta bien entrado el siglo XVII (Salazar, 78-81).

COMENDADORES DE LORQUI

1409-1445. Gómez González (1.065c, 171).


1468-1480. Juan Cortés, temporalmente le tuvo ocupada la encomienda el comendador de Ricote,
Pedro Vélez de Guevara (1.233c, 56-57; 1.065c, 172).
1494-1498. Diego de Vera, natural de Ecija, donde residía (1.066c, 336; 1.069c, 408).
1507-1515. Manuel de Benavides (tenente), 3er señor de Jabalquinto (1.072c, 301; 1.078c, 681).
1525. Pedro González de Mendoza, tenente (1.080c, 845).

2
Madoz ofrece un listado diferente de éste:
1347. Tristán Chacón
1348. Garci Sánchez Mesía
1350. Pedro Alvarez
1365. Rodrigo Fernández
1370. Gil Rodríguez Noguerol
1387. Don Gómez de Sotomayor
1403. Diego González de Mendoza
1408. Pedro López Fajardo
1413. Vidal de Soto
1432. Garci López de Cárdenas
1445. Juan de Hinestrosa / Gómez Fajardo / don Juan Pacheco
1462. Don Juan de Haro
1480. Don Juan Chacón
1500. Don Pedro Fajardo (yerno del anterior)
1568. Don Luis Fajardo
1578. Don Juan de Zúñiga
(Pascual Madoz, Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus posesiones de Ultramar, Madrid, 1846, V, p.
523).

340
COMENDADORES DE MORATALLA

1256. Fernando Pérez (Lomax, 265-266).


1335. Martín Fernández (82/5).
1387-1409. Alonso Venegas, hijo de Egas Venegas, señor de Luque (Rades, 55v).
1468-1507. Diego de Soto (1.233c, 40; 1.072c, 169).
1514-1525. Alonso Fajardo de Soto (1.080c, 780; Salazar, 167).
1553. Alonso Fajardo de Mendoza (Salazar, 167).

COMENDADORES DE SOCOBOS

1329. Alfonso Pérez (69/10).


1387-1409. Garci López de Cárdenas, luego comendador mayor de Castilla (Rades, 55r).
1440. Juan Alonso Rolo (1.241c, 12).
1440. Lope Alvarez Osorio (Compilación 1605, 7).
1468-1480. Alonso de Lisón, por permuta con la de Aledo (1.233c, 26; 1.066c, 81).
1498-1525. Enrique Enríquez (hijo del Almirante Alonso Enríquez), conde de Ribadavia y Adelan-
tado mayor de Galicia (1.069c, 260; Salazar, 302; 1.080c, 771).
1555. Diego Sarmiento de Villandrando, 3er conde de Salinas y Ribadeo, señor de La Bastida, Ocio,
Puente La Ra, Villarrubia de los Ojos y otras, repostero mayor de Castilla (Salazar, 302).

COMENDADORES DEL VALLE DE RICOTE

1293-1303. Fernán Romero, también comendador de Cieza (Rades, 38v).


1303. Juan López (293/4).
1310. Alfonso Yáñez (Benavides, 726).
1329. Martín Furtado (69/10).
1338-1342. Diego Hurtado (Rades, 45r).
1371. Pedro Iñiguez (323/14).
1383. Martín Alfonso de Valdivielso (Sáez, 260-261).
1387. Gonzalo Sánchez de Ulloa (347/3).
1387-1409. Martín Ruiz Solórzano, mayordomo mayor del maestre (Rades, 55r).
1440. Mosén García de Heredia (Compilación 1605, 7).
1454. Juan Fajardo (AMMurcia, C.R., eras 1453-78, 35r).
1468. Pedro Vélez de Guevara, luego Luis Manrique, por Rodrigo Manrique (1.233c, 58).
1480. Rodrigo de Ulloa (1.065c, 164).
1494-1498. Garci Laso de la Vega (1.066c, 296; 1.069c, 423).
1507. Había muerto el anterior y Hernando de Toledo, nuevamente nombrado; fue provisto Miguel
Pérez de Almazán hasta 1512, comendador de Beas (1.072c, 333 y 304).
1512-1525. Enrique Enríquez de Sandoval y Rojas (nombrado el 12 de septiembre de aquel año),
señor de Villamíjar, Vallecillo y Villazán, hermano de Luis, 3er marqués de Denia, hijos ambos de
Bernardo, 2º marqués, y nietos de Enrique Enríquez, señor de Orce y Galera, tío y mayordomo mayor
del rey Fernando (1.078c, 644; Salazar, 30; 1.080c, 857).
1555-1581. Francisco Enríquez de Rojas, hijo del anterior (Salazar, 30).

COMENDADORES DE YESTE Y TAIBILLA

1387. Rodrigo Alfonso (347/3).


1440. Tristán de Portugal (1.241c, 12).
1468. La tenía un portugués llamado Alonso de Sequera, y se la quitó Pedro Manrique (hijo de Ro-
drigo Manrique) para dársela a su hermano Rodrigo (1.233c, 32).
1480-1513. Rodrigo Manrique, señor de Ibros (1.065c, 8; 1.235c, 55v).
1513. Diego Manrique (Salazar, 379).
1525. Antonio de Leyva, príncipe de Ascoli (1.080c, 746; Salazar, 379).

341
1540-1557. Luis de Leyva (hijo del anterior), 2º príncipe de Ascoli, conde de Monza y marqués de
Atela; fue separado de su encomienda por haber inducido a su hermano Diego a matar a un capitán de
guardas y tres hombres (Salazar, 379-380).

TENENTES DE LOS BIENES DE LA MESA MAESTRAL EN MURCIA

a) Censos en Murcia
1293. Tello García de Villaquiram de los Infantes, en prestimonio (50-I/7).
1455-1494. Alfonso Riquelme, alcaide de Cartagena (AMMurcia, C.R., eras 1453-78, 37v-38r;
1.066c, 348).
1511. Lope Sánchez de Becerra, comendador (1.077c, 525-526).

b) Férez
1468. Herrones el Menor, vecino de Murcia, sin hábito (1.233c, 40).
1480. Jufré de Lisón (1.065c, 53).
1494-1498. Alonso de Lisón (1.066c, 107; 1.069c, 246).
1507. Jufré de Lisón (1.072c, 149).
1525. Había vuelto a la Mesa Maestral (1.080c, 768).

342
VII. RENTAS Y DERECHOS DE LAS INSTITUCIONES SANTIAGUISTAS

1. MESA MAESTRAL EN CUENCA


1478 1480 1494 1525
ENCOMIENDA DE UCLES1
Justicia de Tarancón ——
Escribanía de Tarancón ——
Escribanía de Cabeza Mesada ——
Pedido de Tarancón ——
Pedido de Cabeza Mesada —— 2.700 ——
Portazgo de Cabeza Mesada 3.000
ENCOMIENDA DEL HINOJOSO
Escribanía —— ——
Pedido —— 6.500
Diezmo de pan —— ——
Diezmo de vino —— ——
Diezmo de ganados —— ——
Diezmo de menudos ——
ENCOMIENDA DE HORCAJO
Pedido de Horcajo2 1.500
ENCOMIENDA DE HUELAMO
Pedido (cobertores) 2
ENCOMIENDA DE VILLAESCUSA DE HARO
Escribanía de Villaescusa ——
Pedido de Villaescusa —— 16.650
ENCOMIENDA DE LA ZARZA
Escribanía ——
Pedido ——
Yantar ——
Martiniega ——
¾ de diezmo de pan y vino ——
Diezmo de viñas (arrobas) 30
¾ de ganado lanar y cabrío ——
Menudo ——
Yerba que vende el concejo ——
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 44, Lib. 1.064c, fol. 81, 93, 108 y 104, Lib. 1.067c, fol. 322, 305, 262 y 301 y Lib. 1.080c, fol.
376, 368 y 1.118.

1
En 1494 la encomienda pertenecía a la Mesa Maestral, así como la subencomienda; aquí sólo se reflejan las rentas poseídas
anteriormente.
2
No es seguro que se trate del pedido, pues sólo se dice mill quinientos maravedíes sobre los vezinos pecheros (fol. 368).

343
2. MESA MAESTRAL EN MADRID Y GUADALAJARA
1480 1525
ENCOMIENDA DE ESTREMERA Y
VALDARACETE
Escribanía de Estremera —— ——
Escribanía de Valdaracete —— ——
Pedido de Estremera 5.200
Pedido de Valdaracete y Fuentesauco —— 3.000
Yantar de Estremera —— ——
Yantar de Valdaracete —— ——
Martiniega de Estremera —— ——
Martiniega de Valdaracete —— ——
2/3 del diezmo del pan de Estremera —— ——
2/3 del diezmo del vino de Estremera —— ——
Diezmo de aceite de Estremera —— ——
2/3 del diezmo del ganado de Estremera —— ——
Diezmo de menudos de Estremera —— ——
½ del diezmo de menudos de Valdaracete —— ——
ENCOMIENDA DE OREJA
Escribanía de Colmenar 9.000
Pedido de Colmenar 11.200
½ diezmo de pan de Colmenar ——
2/3 diezmo de pan de Noblejas ——
½ diezmo de vino de Colmenar ——
2/3 diezmo de corderos, queso y lana de Colmenar ——
2/3 diezmo de corderos, queso y lana de Noblejas ——
½ diezmo de minucias de Colmenar ——
Diezmos de la Vega Moeral, Carvajal, Aldehuela y
——
Villafranca
ENCOMIENDA DE PARACUELLOS
Pedido de Paracuellos ——
ENCOMIENDA DE MOHERNANDO
Pedido de Mohernando 5.000
Total maravedíes 25.200 8.200
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 89, 37-38, 94 y 99, y Lib. 1.067c, fol. 1.111, 1.103 y 1.132.

3. MESA MAESTRAL EN TOLEDO


1478 1480 1494 1525
ENCOMIENDA DEL CAMPO DE CRIPTANA
Escribanía3 2.000 20.000
Pedido 2.875
Martiniega 940
Diezmo de pan (fanegas de trigo) 800 2.500
Diezmo de pan (fanegas de cebada) 820 2.500
Diezmo de vino (arrobas) 1.200
Vino (mrs.) 40.000
Diezmo de corderos, queso y lana 180.000
Diezmo de corderos (unidades) 400
Diezmo de lana (arrobas) 100
Diezmo de menudos (con escribanía) ——
ENCOMIENDA DEL CORRAL DE ALMAGUER
Escribanía del Corral4 15.000

3
Tenía esa renta de merced en 1494 Diego Hurtado de Mendoza (Lib. 1.063c, 372).

344
1478 1480 1494 1525
Pedido de La Puebla de Almuradiel 900
Yantar del Corral 3.000
Diezmo de pan del término de Palomares (fanegas) 200
ENCOMIENDA DE DOSBARRIOS
Escribanía ——
Pedido de San Juan 3.000 ——
ENCOMIENDA DE MIRABEL
Escribanía de Miguel Esteban, anexa a la del Toboso —— —— ——
Pedido de Miguel Esteban5 —— 2.400 2.400
Diezmo de pan de Miguel Esteban —— —— ——
Diezmo de vino de Miguel Esteban (arrobas) 40 —— —— ——
Diezmo de ganados de Miguel Esteban —— —— ——
Diezmo de soldadas de mozos de Miguel Esteban —— —— ——
ENCOMIENDA DE MORA
Pedido ——
ENCOMIENDA DE OCAÑA
Pedido de Villatobas —— 35.000
Mesón de la Orden 4.500 5.010 5.010 5.010
Tenerías 4.500 3.500 3.500
¾ de viento mayor y menor, mesoncillo, çernidaje,
35.000
çernidejuela y portazgo
Batán de Ontígola 309 309
Marzazga de Ocaña y Villatobas —— 24.000
Yantar de Ocaña 1.200
Martiniega de Villatobas ——
Censos de casas y corrales6 1.115 1.065 3.210 8.790
Censos de tiendas 6.350 6.480 11.656
Tierras de Tajuña 1.000
½ diezmo de ganado, queso y lana (con marzazga) ——
ENCOMIENDA DE SANTA CRUZ DE LA ZARZA
Escribanía ——
Pedido —— ——
Terzuela de pan y vino —— ——
Martiniega —— ——
Diezmo de pan (fanegas)7 1.000
Diezmo de vino (tinajas)7 20
Diezmo de ganados —— ——
Diezmo menudo —— ——
ENCOMIENDA DE TORREVEJESATE
Escribanía de Socuéllamos 130 130 130
Pedido de Socuéllamos8 1.050
Pedido de Pedro Muñoz 365 370
ENCOMIENDA DE VILLAMAYOR
Escribanía9 —— ——
Pedido —— ——
Yantar 800

4
Las rentas de Dosbarrios, El Toboso y El Corral las había concedido Juan Pacheco a la encomienda de Monreal, de nueva
creación (Lib. 1.063c, fol. 142).
5
De los 2.400 mrs. en realidad sólo pagaban 800 (Lib. 1.080c, fol. 441).
6
Los datos de 1494 están incompletos.
7
Antes pertenecía a la encomienda de Uclés (Lib. 1.067c, fol. 203).
8
Decían en la visita de 1494 que parece que por la visitaçión pasada que tiene el conçejo merçed dellos (ibidem, fol. 392).
9
En esta encomienda estaba El Toboso, cuyas rentas eran las de Monreal.

345
1478 1480 1494 1525
Martiniega —— ——
¾ de pan, vino y ganados de Villaverde ——
Diezmo de pan, vino y ganados de Villamayor —— ——
ALCAIDIA DE VILLANUEVA Y LA MOTA
Escribanía de Villanueva de Alcardete10 16.000
Escribanía auténtica de La Mota 1.200 —— 1.200
Escribanía de La Puebla de don Fadrique 4.000
Escribanía de Quintanar —— —— 6.000
Pedido de Villanueva 11.500
Pedido de La Puebla de don Fadrique 650
Pedido de La Mota y cuarto de Pedro Muñoz 7.385 7.735 7.375
Pedido de Quintanar —— —— 7.000
Humazgos de Quintanar —— ——
1 florín sobre el concejo de Quintanar por el bastimento —— ——
Martiniega de La Mota 700 700 700
Martiniega de La Puebla de don Fadrique ——
Yantar de La Puebla de don Fadrique 800
Yantar de Quintanar 400
Redención del tributo del horno en Quintanar 1.320 1.320 1.300
Diezmos de pan, vino, ganado, menudos y teja de
——
Villanueva
Diezmos de garbanzos, potricos y soldadas de los
——
mozos de Villanueva
Diezmo de pan de La Mota (fanegas) 1.000 —— ——
Diezmo de vino de La Mota 9.000 —— ——
Diezmo de tinajas de La Mota 1.000 —— ——
Diezmo de menudos de La Mota 36.500 —— ——
Diezmo de pan de Quintanar —— —— 2.500
Diezmo de vino de Quintanar (arrobas) —— —— 1.000
Diezmo de semillas de Quintanar —— ——
Diezmo menudo de Quintanar —— —— 65.000
Diezmo de pan, vino y ganado de La Puebla —— —— ——
Diezmo menudo de La Puebla de don Fadrique —— —— 28.000
ENCOMIENDA DE VILLARRUBIA
Escribanía —— —— ——
Pedido —— —— 3.000
Yantar ——
Martiniega —— ——
2/3 del diezmo del pan (fanegas) 400 —— ——
1/3 del diezmo de vino (arrobas) 600
2/3 del diezmo menudo y aceite ——
2/3 del diezmo de queso, lana, ganado y potricos —— —— ——
Diezmo de yerba de cotos y vedados vendida por el
——
concejo
Totales
En maravedíes 16.774 73.599 29.835 537.371
En fanegas de pan 1.400 2.620 7.700
En arrobas de vino 40 600 1.800 1.000
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 166, 71-74 y 143, Lib. 1.064c, fol. 75, 82, 102, 136, 74 y 86, Lib. 1.067c, fol. 372, 74, 363, 62,
96, 82, 203, 392, 307, 376, 379, 359, 343 y 87, yLib. 1.080c, fol. 465-466, 419, 411, 298, 280-289, 1.003, 1.026, 450, 434-435,
426, 1.017, 1.007 y 1.126.

10
Diezmos, escribanía y pedido habían pertenecido anteriormente a la extinta encomienda de Villanueva de Alcardete (Lib.
1.080c, fol. 1.017).

346
4. MESA MAESTRAL EN EL CAMPO DE MONTIEL
1478 1480 1494 1511 1515 1524
ALHAMBRA
Pedido ordinario 800 800 800
Portazgo —— con men. con men.
Escribanía —— con men. con men.
Yantar 800 800 800
Diezmo de pan de tierras nuevas (fanegas de trigo) —— 500 349/1
Diezmo de pan de tierras nuevas (fanegas de cebada) 197/4
Diezmo de pan de tierras nuevas (fanegas de centeno) 7/6
2/3 del diezmo de tierras viejas —— con nuev. ——
Diezmo de viñas nuevas —— —— ——
Diezmo de viñas viejas —— —— ——
Diezmo de menudos —— 10.400 11.400
Diezmo de soldadas de mozos —— con men. con men.
LA SOLANA
Pedido 2.900 2.000
Escribanía —— 6.000 11.000 16.000
Portazgo —— 1.500 con esc. con esc.
Yantar 400 400 400 400
CARRIZOSA
Pedido 183 183 183 183
(mrs./cornados) 4 4 4
Escribanía —— —— —— ——
Yantar 220 220 220 220
VILLANUEVA DE LOS INFANTES
Azulares del atre 12.000 17.000
Pedido 3.350 3.900 3.900 3.900
Escribanía —— 15.000 17.000
Portazgo —— 2.000 2.000 ——
Yantar 1.100 1.200 1.200 1.200
Censo del molino de Piedrahita 9.000 14.000
Censo de tierras de Piedrahita nada nada ——

347
1478 1480 1494 1511 1515 1524
2/3 del diezmo de pan (fanegas) —— 2.500 2.500 ——
2/3 del diezmo de vino —— 30.000 35.000
2/3 del diezmo de ganados —— 180.000 250.000 ——
Diezmo de menudos —— 2.000 2.500 ——
Diezmo de las dehesas del concejo 500 500 500
LA MEMBRILLA
Escribanía —— 20.000 20.000 40.000
Pedido 7.300 7.300 7.300 7.300
Portazgo —— 6.000 7.000 7.000
Yantar 1.200 1.200 1.200 1.200
1.200
2/3 del diezmo de pan
—— 6.000 1.400 3.500
(fanegas de trigo/cebada/centeno)
70
2/3 del diezmo del vino —— 40.000 28.270 60.000
2/3 del diezmo de ganado —— 90.000 120.000 160.000
ALCUBILLAS
Pedido 500 500 525
Portazgo 2.500 2.500 ——
Yantar 230 230
MONTIEL
Escribanía 3.000 3.000 —— 16.000 17.000 ——
Portazgo 1.900 1.900 —— con gan.
Renta del molino del Cubo 2.900 2.900 2.380
Renta del molino de Abrilejos —— nada
Censos de casas 500 500 297,5 442 442 ——
Censos de solares y corrales 637,5 204 867 ——
Censo de un portal de siete tiendas —— 1.000 1.000 ——
Censo de dos tiendas 140 140 ——
PUEBLA DE MONTIEL
Pedido 339 339 360 1.365 1.365 ——
Portazgo 12.430 12.430 —— ——
Escribanía —— con men.
Yantar 400 400 400 800 800 ——

348
1478 1480 1494 1511 1515 1524
Diezmo de pan 58/6 58/6
—— 400 400 ——
(fanegas de trigo/cebada) 52/6 52/6
Diezmo de ganados y menudos 3.500 3.500 —— 13.000 15.000 ——
SANTA CRUZ DE MONTIEL
333 333 360 con gan. con gan. ——
Pedido
2 cuart. 2 cuart.
Portazgo 300 300 —— ——
Escribanía —— con gan.
Yantar 80 80 260 con gan. con gan. ——
104/1 104/1
Diezmo de pan (fanegas) —— 800 900
82/5 82/5
Diezmo de ganados y menudos 6.800 6.800 —— 6.000 7.000
COZAR
Portazgo 4.350 4.350 —— 20.000 23.000 34.000
Pedido 260 260 280 280 280 ——
Escribanía ——
Yantar con ped. con ped. con gan. con gan.
20 20 —— 500 600 1.000
Diezmo de pan (fanegas)
24/8 24/8
Diezmo de ganados con port. con port. —— con port. con port. con port.
TORRES
Pedido 360 360 186 186 186 ——
con
Escribanía
Montiel
Portazgo 100 100
Yantar 300 300 360 360 360 ——
CAÑAMARES
Pedido 183 183
Portazgo 500 500
Yantar con ped. con ped.
VILLAHERMOSA
Portazgo —— 9.000 9.000
Pedido 2.202 2.475 2.500

349
1478 1480 1494 1511 1515 1524
FUENLLANA
Pedido 1.283 1.365 1.375
(mrs./cornados) 4
Escribanía —— 5.000 3.900 ——
Portazgo —— con gan. ——
Yantar 1.000 1.000 1.000 ——
560
2/3 del diezmo de pan (fanegas) —— 1.000 ——
370
2/3 del diezmo de vino —— ——
2/3 del diezmo de ganados y menudo —— 3.000 55.000 ——
RUIDERA
Globalmente 93.333 100.000 250.000 nada nada 280.000
Totales
En maravedíes 148.998 155.665 278.784 559.740 736.338 614.403
En cuartos 2 2
En cornados 8 4 4
En fanegas de pan 657/2 627/6 11.700 9.553/11 4.500
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 232-234 y 215, Lib. 1.064c, fol. 187-192 y 168, Lib. 1.067c, fol. 407, 649, 414, 626, 660, 642, 443-444, 593, 604, 633, 612, 426, 621 y 398, Lib. 1.077c, fol. 57, 78, 318, 301-
303, 109, 405-406, 216, 267, 148, 286, 360, 330 y 31-34, Lib. 1.078c, fol. 66, 91, 407, 379, 135, 495-469, 262, 331, 187, 348, 470, 429 y 33-37 y Lib. 1.080c, fol. 491, 968, 961, 504, 943, 534, 932, 978, 953 y
997.

350
5. MESA MAESTRAL EN JAEN
1494 1511 1515 1525
BEAS DE SEGURA
Pedido 6.000
CHICLANA
Escribanía ——
VILLAMANRIQUE
Escribanía —— con men. 2.000
Portazgo —— con men. 40.000
Pedido —— con men. 1.272
Yantar 260 270
Martiniega con men. con men.
2/3 del diezmo de pan (fanegas) —— 700 1.500
2/3 del diezmo de vino (arrobas) —— —— 300
2/3 del diezmo menudo —— 25.000
TORRE DE JUAN ABAD
Escribanía —— con men. —— con men.
Portazgo ——
Pedido 360 375 375 con men.
Montazgo ——
Yantar 200
2/3 del diezmo de pan (fanegas) —— 1.400 1.500 1.800
Diezmo de pan de la dehesa de Las Navas ——
Diezmo de pan de la dehesa de Santa Gadea ——
Medio diezmo de pan y yerba de la dehesa de
——
Las Navas
2/3 del diezmo menudo —— 30.000 32.000 50.000
Medio diezmo de ganados serranos ——
Diezmo de ganados forasteros 10.000 70.000 90.000
Totales
En maravedíes 6.820 65.375 145.917 140.000
En fanegas de pan 2.100 3.000 1.800
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 539, 578 y 583, Lib. 1.077c, fol. 157 y 179-180, Lib. 1.078c, fol. 197 y 225 y Lib. 1.080c, 539.

6. MESA MAESTRAL EN MURCIA


1468 1480 1498 1507 1525
FEREZ11 20.000 15.000
Horno de poya —— —— ——
Molino de pan —— —— ——
Huerta de la Orden —— ——
Diezmos de pan, vino y menudo ——
MURCIA 6.600 20.000
10 casas en la collación de Santa Olalla 238 194 ——
5 casas, una bodega y dos corrales en la collación
345 449,5 ——
de Santa María

11
En 1494 las rentas de Férez ascendieron a 30.000 mrs. (Lib. 1.066c, fol. 112). Decían en 1525 las rentas de la dicha villa [Férez]
son poco tiempo acá anexas a la Mesa Maestral (Lib. 1.080c, fol. 768).

351
1468 1480 1498 1507 1525
Huertas y tierras en Benimejí, Benituçer, la
Almunia, el Portal, el Juncón, Albalate, Pinete el
3.992,5 —— ——
Moro, Molino de Fernán Calvillo, Alhorilla, Fuente
la Zarza y Herrera12
Valor global (según documentos)13 26.600 35.000 29.000 38.000
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 40 y 57, Lib. 1.065c, fol. 53 y 174, Lib. 1.069c, fol. 249 y 416-422, Lib. 1.072c, fol. 153 y 289-
295 y Lib. 1.080c, fol. 767-768.

7. ENCOMIENDA MAYOR DE CASTILLA EN EL PRIORATO DE UCLES


1511 1515 1525
Escribanía de Villarejo 1.200 1.200 ——
Pedido de Villarejo con los lugares que dizen de la Cámara 6.700 ——
Portazgos de Fuentidueña, Montealegre, Santa Cruz de la Zarza y
14.625 ——
Villarejo
Derecho de la barca de Fuentidueña, Oreja y de la Alhóndiga que
——
es un terçio de la Encomienda Mayor
Caza de los Carrascales 115.000 ——
Derecho en las Salinas de Belinchón (fanegas de sal) 300 366 366
Hornos de Villarejo y Fuentidueña 1.300 ——
Martiniega de Villarejo ——
Calzas y yantares de Ocaña, Santa Cruz, Dosbarrios, Mora,
Villarrubia, Puebla de Almuradiel, Corral de Almaguer,
Quintanar, El Toboso, Villamayor, La Mota, Campo de Criptana, 15.000 8.800
Hinojosos, Miguel Esteban, Colmenar, Villarejo, Valdaracete,
Estremera y Villaescusa de Haro
El término de Valdepuerco 27.000 ——
Dehesa de Alharilla 25.000 25.500 ——
Dehesa del Villar y Villarejo 12.000 9.000 ——
Olivas de la Orden en Villarejo ——
2/3 de diezmo de pan de Villarejo y Fuentidueña (fanegas) 1.200 1.200 ——
Diezmo de pan y primicias de Alharilla ——
Diezmo de vino de Fuentidueña y Villarejo (arrobas) 500 400 ——
Diezmo de aceite de Villarejo 10.000 6.000 ——
Diezmo de ganado de Fuentidueña 2.800 1.400 ——
Diezmo de ganado menudo de Villarejo 12.000 12.000 ——
Diezmo de ganado del paso del Puerto de Fuentidueña 90.000 90.000 ——
Diezmo de menudos de Fuentidueña 6.500 ——
Diezmo de menudos y minucias de Villarejo 7.000 ——
Valor global (según documentos) 406.000 500.000 700.000
AHN, OO.MM., Lib. 1.075c, fol. 3375-377, Lib. 1.079c, fol. 1.522-1.523 y Lib. 1.080c, fol. 1.079.

12
En 1507 estas rentas habían aumentado ligeramente (Lib. 1.072c, fol. 289-295); lo sabían por relación, ya que en Murcia morían
de pestilençia y la mayor parte de la çibdad estaba huida, y no fueron allí (fol. 288). En 1511 no se relacionan los censos, sólo
aprueban la escritura que hizo el comendador Lope Sánchez Becerra (Lib. 1.077c, fol. 525-526).
13
En 1498 sólo se computan los datos de Férez, que en total valdrían 33.575,5 mrs. (Lib. 1.069c, fol. 253).

352
8. ENCOMIENDA MAYOR DE CASTILLA EN JAEN Y CAMPO DE MONTIEL
1494 1498 1511 1515 1525
BENATAE
Pedido —— —— —— —— ——
Escribanía —— —— —— —— ——
Horno —— —— —— —— ——
Diezmo de pan —— —— —— —— ——
Diezmo de vino —— —— —— —— ——
Diezmo de collazos —— —— —— —— ——
Diezmo menudo —— —— —— —— ——
Diezmo de huertas —— —— —— —— ——
Diezmo de aceituna —— —— —— —— ——
Total Benatae 75.000 54.000 55.000 65.000
ALMEDINA
Escribanía —— 8.875 9.000 ——
Hornos de poya —— 8.879 13.000 ——
Molinos de Mingo Hierro y Traquejo —— 30.900 25.000 ——
Huerta y viña del Cañaveral —— 272 272 ——
Viña y rosal —— 102 102 ——
Herreñal —— 161,5 161,5 ——
Huerto Cabezo —— 170 170 ——
Huerta de la Orden —— 1.500 1.500 ——
TORRENUEVA14
7.000 5.500
Escribanía —— 16.000
8.000 8.000
1.576 1.400
Portazgo —— 1.500
1.000 1.000
Pedido de calzas —— 900 800 900
15 7.324 8.500
Hornos de poya —— 18.000
nada nada

14
Las cifras de 1511 y 1515 aparecen en dos lugares con cantidades diferentes.
15
En 1480 había rentado 5.000 mrs.

353
1494 1498 1511 1515 1525
41.000 41.000
Dehesa de hitos en Torre de Juan Abad —— 69.000
38.000 40.000
Diezmo de pan (fanegas) —— 1.500 1.600 200
Diezmo de vino 30.000 25.000
—— 800
(mrs./arrobas) 1.000 1.000
Diezmo de lana con gan. con gan.
—— 80
(arrobas) 60 70
Diezmo de queso con gan. con gan.
—— 30
(arrobas) 30 30
Diezmo de potricos —— 5.000 5.000 5.000
1.879 1.800
Diezmo de huertas y colmenas —— 2.000
1.000 1.000
797 nada
Diezmo de barro —— 1.000
800 800
2.000 2.500
Diezmo de collazos —— con sold.
con sold. con sold.
1.446 con men.
Diezmo de soldadas de mozos —— 3.000
2.000 2.000
Diezmo de molinos —— 2.599 2.000
Diezmo de los que matan en la Mata —— 335 375
TERRINCHES
Escribanía —— 3.090 5.000 ——
Portazgo —— 2.331 3.000 ——
Hornos de poya —— 1.500 5.000 ——
Yantares del Campo de Montiel
—— 9.400 9.400 ——
(excepto La Ossa y Albanchez)
Diezmo de trigo (fanegas)16 —— 1.341/7 1.100 ——
Diezmo de cebada (fanegas) —— 1.474/3 1.000 ——
Diezmo de centeno (fanegas) —— 708/4 con ceb. ——
Diezmo de escaña (fanegas) —— 21/8 ——
Diezmo de vino —— 7.270 6.000 ——

16
Los totales de pan y ganado corresponden a las tres villas manchegas.

354
1494 1498 1511 1515 1525
Diezmo menudo —— 5.454 5.000 ——
Diezmo de ganado lanar y cabrío —— 140.000 150.000 ——
557.736 426.680
Valor global (según documentos)17 470.000 587.000 181.400
511.246 388.705
AHN, OO.MM., Lib. 1.064c, fol. 233-235, Lib. 1.067c, fol. 503 y 508, Lib. 1.068c, fol. 381, Lib. 1.069c, fol. 174 y 204, Lib. 1.077c,
fol. 138 y 237-246, Lib. 1.078c, fol. 249, 175-176 y 293-296 y Lib. 1.080c, fol. 675 y 526.

9. CONVENTO DE UCLES
1478 1480 1494 1525
Décima del viento mayor y menor de la harina y zarandaja de Ocaña 1.300 1.300 1.000
Décima de la cabeza de pecho de los judíos de Ocaña 800 800
Décima de ganados, menudos y vino de la Mesa Maestral de Castilla 45.000 45.000 60.000
Décima de pan y diezmos de labranza de comendadores y caballeros, 750
1.700 1.700 con ar.
pertenecientes a la Mesa Maestral en la Provincia de Castilla (fanegas) 750
Décima de la martiniega del comendador de Uclés 440 440 450 ——
Décima de los molinos del Anchuelo y Medina, de la Mesa Maestral
300
(fanegas)
Juro sobre las alcabalas de Santa María de los Llanos 6.000 6.000 6.000 6.000
Todo lo que pudiere cobrar de los comendadores que viven fuera de la
——
Orden
Herencias de los freires difuntos ——
Juro de la condesa de Paredes 10.000
Capellanía del Adelantado de Cazorla ——
Sierra de agua en Buenamesón 20.000
Horno de Santa María de los Llanos —— ——
10.000 10.000
Aceñas y molinos de Buenamesón 700 700 900 1.000
(mrs./fanegas/gallinas) 100
60
Molino y huerta del Monesterio 350 350
3 molinos en el Cigüela (fanegas) 200 200 42 con ar.

17
En 1525 el valor total fue de 712.000 mrs. (Lib. 1.080c, fol. 1.080).

355
1478 1480 1494 1525
Molino de Uclés con huert. con huert. con huert.
Molino de Villanueva de Alcardete ——
Tinte del camino de Fuente Redonda ——
Batanejo y molino de Torreluenga con dehesa ——
Batán del Cigüela con ar.
Mesón de la Orden en Uclés 3.000 3.000 240
perdido
(mrs./gallinas) 4
Derecho en las Salinas de Belinchón (fanegas) —— —— —— ——
Dehesa de Buenamesón 18.000 con ar.
Dehesa y huertas de Santa María de los Llanos —— —— ——
10.000 10.000 26.000
Dehesa y huertas de Torreluenga
150 150 375 con ar.
(mrs./fanegas/tinajas)
20 20
Heredad de Fuente Redonda (fanegas) 120 120 90 ——
Heredad de Rozalén (fanegas) 60 60 30
Heredad de Sahelices (fanegas) 20 20 10
Heredad de Villarrubia (fanegas) 12 12
Heredades de Villamayor y Gúzquez (fanegas) 30 30
Tierras en Pozorrubio y otros lugares del Común ——
Casas en Ocaña —— —— con ar.
Viñas en Ocaña (arrobas) 40 40
Todas las huertas de Uclés desde la Puerta Nueva hasta la del Barrio
1.500 1.500 5.414,5
Estremera, con la madera del río hasta el adarve
Viña de Buenamesón y otras viñas (arrobas) 1.800
Huertas en el camino de Fuente Redonda ——
Censos en metálico en Santa María de los Llanos 2.800 2.800
Diezmo de pan de Santa María de los Llanos 230 230 40
con lana
(fanegas/gallinas) 20
Diezmo de vino de Santa María de los Llanos (tinajas) 20 20 con lana con pan
Diezmo de lana de Santa María de los Llanos (arrobas/mrs.) 800 800 70.000 con pan
Totales
En maravedíes 81.990 81.990 181.930 41.424,5
En fanegas de pan 3.222 3.222 3.047 1.300

356
1478 1480 1494 1525
Décimas de los comendadores
Encomienda mayor de Castilla 30.000 30.000 60.000 ——
Encomienda de los Bastimentos de la Mancha y Ribera del Tajo 3.000 3.000 6.000 ——
Encomienda de Uclés 17.000 17.000 17.000 ——
Subencomienda de Uclés 1.000 1.000 750 ——
Encomienda de Pozorrubio o Cámara de los Privilegios 2.500 2.500 1.000 ——
Alcaidía de las Salinas de Belinchón 500 ——
Encomienda del Hospital de Alarcón 3.500 3.500 4.000 ——
Encomienda del Hospital de Cuenca 8.000 ——
Encomienda del Hinojoso 500 500 400 ——
Encomienda del Horcajo ——
Encomienda de Huélamo 2.000 2.000 5.000 ——
Encomienda de Monreal 1.500 1.500 28.000 ——
Encomienda de Villaescusa de Haro 5.000 5.000 4.800 ——
Encomienda de Villoria 4.000 4.000 ——
Encomienda de La Zarza 500 500 7.000 ——
Encomienda del Hospital de Toledo 12.000 12.000 15.000 ——
Encomienda del Hospital de Talavera 1.000 ——
Encomienda de Alpajes 5.000 5.000 7.000 ——
Encomienda de Biedma 2.000 2.000 ——
Encomienda del Campo de Criptana 23.000 ——
Encomienda del Corral de Almaguer 5.000 5.000 9.000 ——
Encomienda de Dosbarrios 2.000 2.000 2.500 ——
Encomienda de Mirabel 500 500 2.000 ——
Encomienda de Montealegre 4.000 4.000 6.000 ——
Encomienda de Mora 8.000 8.000 14.000 ——
Encomienda de Ocaña 3.000 3.000 4.000 ——
Encomienda de Santa Cruz de la Zarza 800 800 1.300 ——
Encomienda de Torrevejesate 13.000 13.000 27.000 ——
Encomienda de Villamayor 4.000 4.000 3.000 ——
Encomienda de Villanueva de Alcardete ——
Alcaidía de Villanueva de Alcardete y La Mota 1.000 1.000 1.200 ——

357
1478 1480 1494 1525
Encomienda de Villarrubia 2.500 2.500 7.000 ——
Encomienda de Aranjuez 4.000 ——
Encomienda de Estremera y Valdaracete 5.000 5.000 3.000 ——
Encomienda de Oreja 11.100 11.100
——
(arrobas de vino/mrs.) 27.000
Encomienda de Paracuellos del Jarama 9.000 9.000 12.000 ——
Encomienda de Mohernando 5.000 5.000 13.700 ——
Encomienda de Castroverde de Cerrato 3.000 3.000 10.000 ——
Encomienda de las Tiendas de Villamartín 2.000 2.000 con Cast. ——
Guaza y Villamartín 2.000 2.000 con Cast. ——
Encomienda de Alhambra y La Solana 10.000 10.000 20.000 ——
Encomienda de Carrizosa 6.000 6.000 6.000 ——
Encomienda de La Membrilla del Tocón 8.000 8.000 14.000 ——
Encomienda de Montiel 4.000 4.000 4.000 ——
Encomienda de Torres de Montiel 3.000 3.000 4.000 ——
Encomienda de Villahermosa 6.000 6.000 10.000 ——
Encomienda de Villanueva de la Fuente 10.000 10.000 12.000 ——
Encomienda de los Bastimentos del Campo de Montiel 3.000 3.000 5.000 ——
Encomienda de Beas de Segura 24.000 24.000 35.000 ——
Encomienda de Bedmar y Albanchez 14.000 ——
Encomienda de Santiago de Montizón 30.000 30.000 18.000 ——
Encomienda de Segura de la Sierra 45.000 45.000 65.000 ——
Encomienda de Aledo y Totana 8.000 8.000 19.000 ——
Encomienda de Caravaca 20.000 20.000 25.000 ——
Encomienda de Cieza 3.000 3.000 3.500 ——
Encomienda de Moratalla 7.000 7.000 10.000 ——
Encomienda de Socobos 12.000 12.000 20.000 ——
Encomienda del Valle de Ricote 12.000 12.000 27.000 ——
Encomienda de Yeste y Taibilla 20.000 20.000 20.000 ——
Encomienda de Férez 2.000 ——
Censales en Murcia 500 ——

358
Total décimas 393.300 393.300 676.150 ——
Total general en maravedíes18 475.290 475.290 858.080 41.414,5
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 14-24, Lib. 1.064c, fol. 56-60, Lib. 1.067c, fol. 228-231 y 384-385 y Lib. 1.080c, fol. 326-328 y 1.011.

18
En 1468 había rentado globalmente 500.000 mrs., descontando lo llevado por el subprior (Lib. 1.233c, fol. 104). En 1478 y 1480 se arrendaron todas las rentas en
conjunto y en 1523-1525 y 1526-1528 las reseñadas en los cuadros más décimas, de la manera siguiente:
1478 1480 1508-1510 1511-1513 1515-1516 1525 1526
En maravedíes 700.000 700.000 1.190.000 1.235.000 1.296.000 1.870.000 2.143.000
En fanegas de pan (por mitad) 1.400 1.400 2.879 2.879 3.339
En fanegas de pan (cebada) 200 200
En arrobas de vino 800 800 1.000 1.000 1.000
En gallinas 230 230 230 200 200
En fanegas de sal 40 40 66 66 66 300 250
En hábitos de grana 100 100 100 100 100
En arrobas de barbos 16
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 19, Lib. 1.064c, 60, Lib. 1.075c, fol. 448-449 y Lib. 1.079c, fol. 744-747.

359
10. ENCOMIENDA DE UCLES
1478 1480 1494 1525
Portazgo 88.000 88.000 —— 100.000
Alguacilazgo y anejos con port.
Penas y calumnias 2.000 2.000 —— ——
Moneda de moros ——
Lo situado del mal vecino en la aljama mudéjar 250 250 250
Pecho de la aljama por Pascua Florida y San
1.600 1.600 1.600 ——
Miguel
Peonadas de moros 3.500 3.500 —— ——
Censo del horno de los judíos de Uclés 800 800 perdido perdido
Lo situado en la martiniega del común de Uclés 3.640 3.640 3.640 3.640
Paso de ganado de Uclés —— ——
Paso de ganado de Santa Cruz, Cabeza Mesada
—— ——
y Tarancón
Ovejas de la barca de Fuentidueña 15.000 15.000 —— ——
Pan cocido y saca de pan de Uclés 600 600 —— ——
Lo situado en la paja y huevos del común de
3.600 3.600 3.600 3.600
Uclés
Lo situado en las seis veces del molino del
120 120
Acebrón
Lo situado en el censo sobre el concejo de
146 146 146 160
Horcajo
Derecho de sal de Belinchón (fanegas) 366 366 266 366
Parada de los molinos del Cigüela 24.000 24.000
Molino de Hituero 4.300 4.300 500
Molinos de Anchuelo y Medina (fanegas) 250 250 —— 60
Molinos del Acebrón, Gálvez, Manzanero, 240
Pumareda, del Monesterio y del Agua 7 7 ——
(mrs./fanegas/gallinas) 4
Aceñas de Andavete, cerca del Tajo 2.500 2.500 —— ——
Aceñas del Tajo (fanegas) 70 70
Batán del Tajo 2.000 2.000 perdido
Batanejo perdido
Yerba y cotos de Tarancón 10.500
Dehesa del Acebrón 10.000 10.000 1.280 ——
Cotos del Acebrón 2.300
Cotos de Sahelices 3.000
Ejidos de Sahelices 800
Cotos de Rozalén 1.550
Dehesa de Torrubia 15.390
(mrs./carneros) 3
Parrales de Torrubia 3.000
Yerba del monte y cotos de Almendros 3.900
Dehesa de la Moraleja 2.300
11.600
Dehesa boyal de Fuente de Pedro Naharro
2
(mrs./carneros/cabras)
2
Pago de Fuente de Pedro Naharro 3.565
Dehesa de San Miguel (y primicias) 10.000 10.000 —— ——
Dehesa de la Carrascosilla 12.000 12.000
Heredad de Tarancón (fanegas) 6 6 —— ——
Heredad de Cabeza Mesada —— ——

360
1478 1480 1494 1525
Heredad y dos huertos en Sahelices 4 4
—— ——
(fanegas de cebada/gallinas) 6 6
Huerta del Santo 400 400
Huerta del Hituero con mol. con mol. con mol.
Haza del Vano 400 400
Casas en Uclés 1.500 1.500 —— ——
Diezmo de pan de Uclés con Carr. con Carr.
Diezmo de pan de Santa Cruz
500 500 —— ——
(fanegas de pan terciado)
Diezmo de pan de Cabeza Mesada
500 500 —— ——
(fanegas de pan terciado)
Diezmo de vino en Santa Cruz, Tarancón y
15.000 15.000 —— ——
Cabeza Mesada
Diezmo de menudos en Cabeza Mesada 10.000 10.000 —— ——
Diezmo de menudos en la dehesa de Cabeza
9.000 9.000 —— ——
Lebrera
Diezmo de pan y miel de la dehesa de Villalba 40.000 40.000 —— 75.000
Diezmo y medio de la Huerta del Santo
10 10
(fanegas)
Diezmo y medio de las hazas de los alrededores
20 20 ——
de Uclés (fanegas por mitad)
Totales19
En maravedíes 247.856 247.856 68.421 183.140
En fanegas de pan 1.367 1.367 60
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 35-40, Lib. 1.064c, fol. 63, Lib. 1.067c, fol. 206, 240-249 y 322 y Lib. 1.080c,
fol. 357-360 y 376.

11. SUBENCOMIENDA DE UCLES


1478 1480
Ración de la encomienda de Uclés 4.000 4.000
Víveres del comendador de Uclés 4.000 4.000
Situado en el portazgo de Uclés 1.000 1.000
Situado en las aceñas de Uclés 200 200
(mrs./gallinas) 3 3
Situado en las aceñas de Mirabel 120 120
(mrs./gallinas) 3 3
Situado en el horno de los judíos de Uclés 120 120
Tablero de la villa 200 200
Juzgado de la encomienda de Uclés 4.000 4.000
Primicias de pan de la Carrascosilla y tierras del
comendador de Uclés en la villa y sus términos 12 12
(fanegas de pan terciado)
Primicias de pan en Santa Cruz (fanegas de pan terciado) 70 70
Primicias de pan en Cabeza Lebrera y Casasola
10 10
(fanegas de pan terciado)
Yantar del común de Uclés 150 150
Del molinero de Hituero 120 120
(mrs./gallinas) 3 3
De los molinos de Anchuelo y Medina 240 240
(mrs./gallinas) 6 6
De la tazmía del pan de Santa Cruz 360 360

19
Rentó la encomienda en 1468 alrededor de 240.000 mrs. (Lib. 1.233c, fol. 97). En 1494 la encomienda pertenecía a la Mesa
Maestral, llevando aneja la antigua subencomienda (Lib. 1.067c, fol. 234).

361
1478 1480
En las huertas del Santo e Hituero 240 240
Totales20
En maravedíes 14.750 14.750
En fanegas de pan terciado 92 92
En gallinas 15 15
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 29-30 y Lib. 1.064c, fol. 65.

12. ENCOMIENDA DE LOS BASTIMENTOS DE LA MANCHA Y RIBERA DE TAJO


1468 1478 1495
Total21 40.000 35.000 60.000
25.000
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 111, Lib. 1.063c, fol. 137 y Lib. 1.067c, fol. 662.

20
En 1468 rentó la encomienda 11.000 mrs. (Lib. 1.233c, fol. 100). En la visita de 1494 ya aparece englobada la encomienda
dentro de la de Uclés (Lib. 1.067c, fol. 234-250).
21
Existen dos valoraciones diferentes para 1468. Llevaba el comendador media fanega de trigo, cebada o centeno de cada doce
fanegas que cogían los labradores en la Ribera del Tajo (Colmenar, Villarrubia, Noblejas, Estremera y Valdaracete, junto con las
rentas de cierta parte de serna en Santa Cruz) y en La Mancha (Corral de Almaguer, Villamayor, Puebla de don Fadrique, Puebla
de Almuradiel, El Toboso, Quintanar, Campo de Criptana, La Mota y El Hinojoso).

362
13. ENCOMIENDA DE POZORRUBIO O CAMARA DE LOS PRIVILEGIOS
1478 1480 1494 1511 1515 1525
Lo situado en el portazgo de Uclés 800 800 3.800 3.800 3.800 3.800
Monopolio de la tenería de Uclés 450 450 —— —— ——
Licencia a los ganados foráneos que pasan por el término 500 500 500
Ración de la encomienda de Uclés 3.000 3.000
(mrs./fanegas pan por mitad) 150
Molino y huertas del Pozo 1.500 1.500 1.500 2.700
(mrs./fanegas de trigo) 40 40 37
Monte de Almonches 350 350
Tierras en Tribaldos, Fuente de Pedro Naharro, El Acebrón, La Membrillera, 7.970
Pozorrubio, Ribera del Cigüela y Huelves (Huete) (mrs./fanegas de pan terciado) 30 30 60 300
Dehesa y ejido de Pozorrubio 1.500 1.500 2.000 3.000 ——
Dehesa de Albanchez 350 350
Censos de 8 casas en Uclés 386 386 308 806 771 409
Censo de un huerto 12 12
(mrs./fanegas de cebada) 80 90
Censo de un corral 12 12 12 12
Diezmo de las tierras de Tribaldos, Fuente de Pedro Naharro,
150 200
El Acebrón, La Membrillera, Ribera de Cigüela y Huelves (Huete) (fanegas)
Diezmo y terrazgo de 70 obradas de tierra (fanegas) 30
Diezmo de las huertas del Pozo y sus mimbres ——
Diezmos menudos de la teja 500 500
Totales22
En maravedíes 8.010 8.010 15.940 8.606 5.571 8.271
En fanegas de pan 30 30 150 410 130 367
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 33, Lib. 1.064c, fol. 67, Lib. 1.067c, fol. 244, Lib. 1.075c, fol. 464-466, Lib. 1.079c, fol. 794-797 y Lib. 1.080c, fol. 355-356.

22
Las tierras de Tribaldos, etc. habían rentado en 1468 200 fanegas, siendo el total de la encomienda 20.000 mrs. (Lib. 1.233c, fol. 33 y 99).

363
14. ALCAIDIA DE LAS SALINAS DE BELINCHON
1478 1494
Portazgo de la sal vendida, menos en lo salvado 1.500 ——
Derechos de los recabdos de los conçejos que lievan la sal del señor maestre23 500 1.785
Sal de las salinas en lo salvado (fanegas de sal) 100 100
Un ejido para arrendar ——
Diezmos de los sacadores de sal: obreros, oficiales y mozos 600 ——
Total (según los documentos) 7.000
Totales
En maravedíes 2.600 1.785
En fanegas de sal 100 100
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 41 y Lib. 1.067c, fol. 205.

23
Eran los concejos del Corral, Villamayor, Villanueva de Alcardete, Quintanar, Puebla de don Fadrique, Puebla de Almuradiel,
Estremera, Valdaracete, Colmenar, Santa Cruz y el común de Uclés.

364
15. ENCOMIENDA DEL HOSPITAL DE ALARCON
1478 1480 1494 1498 1507 1511
Portazgos de Belmonte del Marqués de Villena y del Castillo —— con Alar. con Alar. 1.800
Portazgo de La Roda —— 30.000 28.000 14.000
Portazgo de Alarcón 17.000 22.000 21.000 21.000 35.000
(mrs./perdices) 20
Portazgos de El Provencio, San Clemente,
—— 950 1.000
Zafra, Puebla de Almenara, Cervera y Fuentelsaz
Portazgos de Hito y Montalvo 600 nada nada
3 ruedas de molino en el Júcar —— 4.800
perdidas ——
(mrs./perdices) 20
Merced de los almudes24 12.000 8.000 8.000 13.000 9.000
Heredad de Alamesón 5.000 —— 7.000 9.000 9.000 9.000
(mrs./perdices) 20
Heredad de Torrecilla ——
Heredad de Casasola 2.000
(mrs./perdices) 20
Heredad del Pozo de los Freires 2.000 3.000 3.000
—— con Alar.
(mrs./fanegas) 50
Heredad de La Presa 17.000 22.000 8.000 10.000 8.000
——
(mrs./perdices) 20
El parral de la Orden —— ——
Diezmos de pan de Valfermoso —— —— —— ——
Valor global (según documentos)25 80.000 80.000
Total en maravedíes 19.000 29.800 77.600 77.950 75.000 62.800
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 186-189, Lib. 1.064c, fol. 130-135, Lib. 1.067c, fol. 284-287, Lib. 1.068c, fol. 21, Lib. 1.071c, fol. 392 y Lib. 1.076c, fol. 464-466.

24
En El Corral, Villanueva de Alcardete, Villamayor, Gúzquez, Hinojoso, Villaescusa, Quintanar, Puebla de Almuradiel, El Toboso, Miguel Esteban, La Mota y Campo de Criptana.
25
Había rentado en 1468 un total de 50.000 mrs. (Lib. 1.233c, fol. 86).

365
16. ENCOMIENDA DEL HOSPITAL DE CUENCA
1478 1494 1508 1525
9 paradas de molino y dos batanes en Cuenca nada 2.910 ——
(mrs./leños) 300
Los molinos del Aceite (fanegas) 30
Los molinos de Cristina y los batanes 3.000
(mrs./fanegas) 50
3.500 2.000
2 ruedas de molino en Moya
26 con Ber.
(mrs./fanegas/gallinas)
8
Un batán en Moya 300 con mol.
Merced del almud en Moya (fanegas) 150 250 con Ber.
Merced del almud en Cañete 35 30
——
(fanegas/gallinas) 6
Heredad de Arcas 15 180
——
(fanegas trigo/escaña) 15
Heredad de Tondillos 3.000
(mrs./fanegas) 150 180
Heredad de Caballos 500
(mrs./fanegas) 100 30
Al venderse la yerba de dicha dehesa había de dar el
concejo al comendador 2 caballerías, una vez al año 155
como máximo
Heredad del Castellar (fanegas) 10
Heredad de la Moraleja (fanegas por mitad) 60 60 200 ——
Heredad de Torre del Aceite 7.000 9.000 68.000
(mrs./fanega) 300 180
Heredad de la Casa de Berrechina 12.000 10.000 170.000
(mrs./fanegas) 60
Heredad de la Casa de Abengamar 10.000
con Ber.
(mrs./fanegas) 100 150
Heredad de la Torre de don Alfonso 25.000
con Ber.
(mrs./fanegas) 50 50
Heredad de Mijares 3.000 3.000
con Ber.
(mrs./fanegas) 60
Heredad de Torre Renera 10.000 10.000
con Ber.
(mrs./fanegas) 100
Heredad de Villar del Hierro ——
Tierras en Cañete 1.700
——
(mrs./fanegas) 30
Tierras en Tovares 1.590
(mrs./fanegas) 15
Tierras en Cuenca 400 700 5.000
(mrs./fanegas) 15 24
Tierras en Villar de la Olla ——
Tierras en Fresneda (fanegas) nada 24 ——
Una serna en Moya 2.000 2.000
con Ber.
(mrs./fanegas) 8
Censos de casas en Cuenca 3.038 5.368 10.000 5.500
Censo de una casa en Moya 1.590 perdida 1.500
Diezmo de pan de las tierras de Tovares ——
Diezmo de pan de la heredad de los Caballos con renta con renta
Diezmo de pan de la heredad de Torre del Aceite
120 ——
(fanegas)
Diezmo de pan de la heredad de la Moraleja (fanegas) 20 ——

366
1478 1494 1508 1525
Totales26
En maravedíes 8.528 52.923 84.040 248.500
En fanegas de pan 1.184 1.119 380 180
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 195-197, Lib. 1.067c, fol. 268-277, Lib. 1.073c, fol. 93-94 y Lib. 1.080c, fol. 1.058-1.059.

26
La heredad de la Moraleja había sido arrendada en 1468 en 100 fanegas (Lib. 1.064c, fol. 114). En ese año los rendimientos
totales de la encomienda fueron 75.000 mrs. (Lib. 1.233c, fol. 91).

367
17. ENCOMIENDA DEL HINOJOSO27
1468 1478 1480 1494 1498 1507 1511 1525
Penas, calumnias, juegos y sangres —— —— —— —— ——
Humazgo de los vecinos pecheros 240 —— 200 200 ——
Renta de la paradilla 50 —— —— ——
Retajo de la carnicería con par. 150 150
2/5 del pie de altar 500 —— 300 200 nada
Horno de poya 1.000 1.000 200 200
5 hazas de pan (fanegas) 20 —— —— 28 30 ——
Diezmo de alcaceres —— 4.000
Diezmo de cáñamo28 —— con alc.
Diezmo de pollos, lechones y ansarones con alc. ——
Mejor dezmero (mrs.) 200 1.200 1.000 ——
Diezmo de corderos (unidades) 30 ——
Diezmo de queso (unidades) 5 ——
Diezmo de lana (arrobas) 3 ——
Diezmo de reses (unidades) 12 ——
Total en maravedíes 4.600 1.990 1.000 2.050 1.750 4.000 4.000
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 80, Lib. 1.063c, fol. 176-177, Lib. 1.064c, fol. 109, Lib. 1.067c, fol. 305, Lib. 1.068c, fol. 52-54, Lib. 1.071c, fol. 376, Lib. 1.076c, fol. 493-494 y Lib. 1.080c, fol. 1.042.

18. ENCOMIENDA DE HORCAJO


1468 1478 1480 1494 1498 1507 1515 1525
Penas y calumnias 100 100
Abintestatos —— ——
Escribanía, alguacilazgo y alcaldía de las alzadas —— —— 750
Términos de Horcajo y Belmontejo 600 600 9.000 12.000
Las seys semanas de Belmontejo 1.300 con tér.
Dehesa de Alvardana 7.000 7.000 7.500 7.500
Cotos de Horcajo 1.800 1.800 con tér.
Ejido de Belmontejo, prados de los Caballos y dehesa
4.600 4.600 2.000 con tér. 10.000 ——
de los Bisnagales

27
En 1511 no existía como encomienda y sus rentas se habían incorporado a la de Villaescusa de Haro (Lib. 1.080c, fol. 1.037).
28
En 1494 se decía que esa renta no producía nada desde hacía tres años.

368
1468 1478 1480 1494 1498 1507 1515 1525
Prado del Redondo 2.000 2.000 Con tér.
Hazas de la Noria y los Bisnagales 500 500 Con tér.
Diezmo de pan de Horcajo y Belmontejo (fanegas)29 55 55 321 306 710 ——
Diezmo de pan de los de Torrubia que labran ahí30 47/8 47/8 1/3 1/6 con Hor. ——
Diezmo de pan de los del Acebrón que labran ahí31 174/3 174/3 115 117 con Hor. ——
Diezmo de pan de los de Cabeza Mesada que labran
8 8 4 11 con Hor. ——
ahí32
Diezmo de pan de los de Fuente de Pedro Naharro
71/4 71/4 78 82 con Hor. ——
que labran ahí33
Diezmo de vino 7 7 30
——
(cargas/arrobas) 50 60
Diezmo de soldadas de mozos —— ——
Diezmos menudos: pollos (unidades) 6 6 4 30 35 ——
Diezmos menudos: ansarones (id) 4 4 4 6 7 ——
Diezmos menudos: vellocinos de lana (id) 30 30 62 69 12 ——
Diezmos menudos: quesos (id) 15 15 5 7 90 ——
Diezmos menudos: corderos (id) 7 7 38,5 40 ——
Diezmos menudos: cera (libras) 11 11 ——
Diezmos menudos: potricos, borricos (mrs.) 100 100 814 900 ——
Valor global (según documentos) 40.000 70.000 80.000 200.000
Totales
En maravedíes 16.700 16.700 20.614 20.314 15.150 200.000
En fanegas de pan 355 355 500/6 604/6 710 2.500
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 105, Lib. 1.063c, fol. 155-157, Lib. 1.064c, fol. 79-80, Lib. 1.067c, fol. 319-320, Lib. 1.068c, fol. 74-75, Lib. 1.071c, fol. 403, Lib. 1.079c, fol. 603-605 y Lib. 1.080c, fol. 368.

29
En 1478 y 1480 eran 30 de trigo y 25 de cebada, escaña y avena; en 1494, 91 de trigo, 79 de trigo candeal, 85 de cebada, 21/6 de escaña y 25 de centeno; en 1498, 92 de trigo, 80 de trigo candeal, 86 de
cebada, 22 de escaña y 26 de centeno; en 1515 400 de trigo, 200 de cebada, 60 de escaña y 50 de centeno.
30
En 1478 y 1489 eran 40/8 de trigo y 7 de cebada y centeno; en 1494, 1/3 de trigo y en 1498, 1/6 de trigo.
31
En 1478 y 1480 eran 132 de trigo y 42/3 de cebada y centeno; en 1494 78 de trigo, 19 de cebada, 7 de centeno y 11 de escaña; y en 1498, 80 de trigo, 20 de cebada, 7/6 de centeno y 10 de escaña.
32
En 1478 y 1480 eran 8 de cebada; en 1494, 3/9 de trigo y 0/3 de cebada; y en 1498, 4 de trigo y 7 de cebada.
33
En 1478 y 1480 eran 66 de trigo y 5/4 de cebada, centeno y avena; en 1494, 45 de trigo y 33 de cebada; y en 1498, 48 de trigo y 34 de cebada.

369
19. ENCOMIENDA DE HUELAMO
1468 1478 1480 1494 1508 1511 1523 1525
Escribanía 300 300 750 1.500 2.000
Alguacilazgo —— ——
Alcaldía de las alzadas —— ——
Penas, calumnias y abintestatos —— ——
Portazgo 1.000 1.000 4.000 —— 2.000 2.000
Derecho de pesca en el río ——
Asaduras 800 800 4.000
——
(mrs./ovejas) 3
Renta de la leña 1.000
Sierra de agua ——
Horno de poya 2.000 8.000
(mrs./fanegas) 100 40 70 70
Molino de la dehesa de la serna 2.000 6.000
(mrs./fanegas) 50 50 150 140 160 160
Batán de la dehesa de la serna 400 400 4.000 3.000 2.500 7.000
Derecho en las salinas de la villa 2.000 2.000 2.000 2.000 2.000
(mrs./fanegas de sal) 250 120 120 120 120 120
Pan y yerba de la dehesa de la serna 12.000 19.000 65.000 —— 40.000 50.000
Lechones cabo padres 350
Valor global (según documentos) 40.000 180.000 180.000
Totales
En maravedíes 20.500 35.500 80.350 5.000 48.000 63.000
En fanegas de trigo 50 50 250 180 230 230
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 88, Lib. 1.063c, fol. 208, Lib. 1.064c, fol. 129-130, Lib. 1.067c, fol. 261-262, Lib. 1.073c, fol. 16-17, Lib. 1.076c, fol. 401-402 y Lib. 1.080c, fol. 1.070.

20. ENCOMIENDA DE VILLAESCUSA DE HARO


1468 1478 1480 1494 1498 1511 1525
El concejo ha de cobrar las rentas —— ——
El concejo ha de dar al comendador una acémila cada vez que va
a servir al maestre y se queda por suya (máximo una vez al año) ——
y 150 mrs. al acemilero

370
1468 1478 1480 1494 1498 1511 1525
Penas, aventuras y mostrencos —— —— —— 1.000 ——
Humazgo a pagar por San Miguel 1.550 —— 1.800 1.800 2.000 ——
En la tercia real del vino de Villaescusa 700 300 500 —— ——
(arrobas/fanegas) 60
En la tercia real del ganado lanar y cabrío de la misma (corderos) 67 60 66 ——
Molino Blanco y molino Nuevo 190
——
(mrs./fanegas) 20 70 330 200
Molino de Juan Gallego 238 238 238
(mrs./fanegas) 194 3
Los molinos del Concejo, Saz, Cornejo, Engorrilla y el
——
Blanquillo (30 celemines/rueda) y derecho del mencal34
Rentas y derechos de la antigua encomienda del Hinojoso —— ——
Presente de Navidad 1.500 1.500 1.500 1.500 1.500
——
(mrs./carneros) 7 7 7 7 7
Presente de Pascua Florida 1.500 1.500 1.500 1.500 1.500
——
(mrs./carneros) 7 7 7 7 7
Presente de Pascua del Espíritu Santo 1.500 1.500 1.500 1.500 1.500
——
(mrs./carneros) 7 7 7 7 7
Acarreo de 60 cargas de leña al castillo35 —— —— —— —— —— ——
Acarreo de 120 arrobas de vino al castillo —— —— —— —— —— ——
Acarreo de 20 fanegas de sal al castillo —— —— —— —— —— ——
5.500 6.500 3.200 4.000 4.600
Yerba de la dehesa de Altodozo
60 30 ——
(mrs./fanegas/carneros)
1
Yerba de Castril Nuño 400 400 400 400
Yerba de la dehesa de Cadarço ——
Prado de los Caballos —— ——
Heredad de Haro —— —— ——
Heredad de Fuente Alba ——
Haza y majuelo —— ——

34
En 1494 son seis molinos (Lib. 1.067c, fol. 300).
35
En 1494 son 80 cargas (Lib. 1.067c, fol. 300).

371
1468 1478 1480 1494 1498 1511 1525
Diezmo de pan y tercias (fanegas)36 330 416 500 218 ——
Diezmo de pan de la dehesa de Altodozo37 con yerba con yerba con yerba 63 ——
Diezmo de pan de Castril Nuño con yerba con yerba con yerba ——
Diezmo de pan de la dehesa de Cadarço ——
Diezmo de pan de la dehesa del Záncara ——
Diezmo y terrazgo de la heredad de Fuentelespino (150 fanegas) ——
Diezmo de pan de la Sernilla de la Vega ——
Diezmo de vino (arrobas) 500 ——
Diezmo de garbanzos (fanegas) 4
1/3 del diezmo de ganados lanar y cabrío ——
2/9 del diezmo de soldadas de collazos de verano nada ——
Valor global (según documentos) 70.000 120.000
Totales
En maravedíes 12.140 11.400 9.900 62.000 16.338 120.000
En fanegas de pan 350 546 1.105 45 552
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 185 y 80, Lib. 1.063c, fol. 184-186, Lib. 1.064c, fol. 106-107, Lib. 1.067c, fol. 300, Lib. 1.068c, fol. 45-46, Lib. 1.076c, fol. 487-493 y Lib. 1.080c, fol. 1.042.

21. ENCOMIENDA DE VILLORIA


1468 1478 1480 1494 1508 1511 1515 1525
Caza en el término 750 750
Batán de las aceñas 5.000 5.000
Aceñas (fanegas) 300 300 250 200 320 4
Dehesa de San Sebastián 8.000 8.000 80.000 16.000
——
(mrs./gallinas) 116
Dehesa del Castillo 15.000 15.000 28.000 25.000 30.000 ——
Dehesa de San Bartolomé 13.000 13.000 con S.S. 40.000 30.000 30.000
Término de Villamanrique 12.700 4.200 10.000 ——
Ejido de las aceñas 2.000 2.000 10.000 3.000 ——
Ejido de Albuher 3.000 3.000 con S.S. 1.000

36
En 1494 eran 350 fanegas de trigo y 150 de cebada, centeno y avena; y en 1511, 110 de trigo, 64 de cebada, 25/4 de centeno y 18/8 de avena.
37
En 1511 eran 38 fanegas de trigo y 25 de cebada.

372
1468 1478 1480 1494 1508 1511 1515 1525
Tierras de Albuher y Pozuelo (fanegas)38 100 nada nada ——
Diezmo de pan de las aceñas (fanegas) 300 300 150 838 420 ——
Diezmo de pan del término de Villamanrique 12.750
——
(mrs./fanegas) 380
Diezmo de miel (arrobas) 1
Diezmo de garbanzos (fanegas) 6 6
Diezmo de matalahúva, cominos y semillas 750
(mrs./fanegas) 6 6
Medio diezmo de carneros 5.000 5.000
Diezmo del esparto de Villoria y leña y caza seca de Villahandín 1.500 1.500 7.500 5.000 4.000 3.500
(mrs./gallinas) 20
Diezmo de esparto de Albuher 1.000 1.000 con Vil.
Valor global (según documentos)39 47.000 150.000 150.000 130.000 218.000
Totales
En maravedíes 54.250 54.250 87.500 97.450 78.950 89.500 218.000
En fanegas de pan 600 600 400 580 838 740
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 13, Lib. 1.063c, fol. 48, Lib. 1.064c, fol. 84, Lib. 1.067c, fol. 91-92, Lib. 1.073c, fol. 126, Lib. 1.076c, fol. 188-189, Lib. 1.079c, fol. 1.057-1.058 y Lib. 1.080c, fol. 1.120.

22. ENCOMIENDA DE LA ZARZA


1468 1478 1494 1508 1525
Dehesa de yerba, ejidos y cotos del lugar 5.000 5.300 10.000
Dehesa de Reçeça 5.000
Tierras en Estremera (fanegas por mitad) 6 5
70 pies de olivas en Estremera 400
(mrs./cántaros de aceite) 10 3
Un suelo de corral en Estremera ——
Tiendas en Uclés 400
Diezmo de pan de la Sernilla (fanegas) 6
Diezmo de pan de los de Santa Cruz que labran ahí (fanegas) 275

38
El primer dato se refiere a 1472.
39
Con anterioridad a 1525 había estado arrendada la encomienda en 129.158 mrs.

373
1468 1478 1494 1508 1525
Diezmo de vino de la Sernilla y de los de Santa Cruz 400
(mrs./arrobas)40 30
Total en maravedíes 7.500 5.400 10.700 11.000 10.400
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 13, Lib. 1.063c, fol. 43-44, Lib. 1.067c, fol. 204, Lib. 1.073c, fol. 120 y Lib. 1.080c, fol. 1.118.

23. ENCOMIENDA DE ARANJUEZ41


1468 1478 1508 1511 1515 1525
Censo de harina en las tres aceñas 80.000 —— 250.000
Cuarto de las aceñas de don Fernando Chacón (fanegas) —— 700 860 ——
Tercio del molino y del batán 3.000 ——
El molino de Alonso González nada ——
Ysla de la Reyna, Soto, caza y pesca 5.800 5.800 4.000 ——
Pasto y herbaje de la dehesa de Aranjuez 21.000 50.000 35.000 50.000 ——
Diezmo de huertas 300 —— 250 ——
Medio diezmo del ganado de crianza de la dehesa con deh.
Medio diezmo del ganado que pasta en la dehesa ——
Total en maravedíes42 48.000 104.000 56.100 40.800 54.250 250.000
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 4, Lib. 1.063c, fol. 126, Lib. 1.073c, fol. 317-318, Lib. 1.075c, fol. 252, Lib. 1.079c, fol. 1.273-1.274 y Lib. 1.080c, fol. 1.145-1.146.

24. ENCOMIENDA DE ESTREMERA Y VALDARACETE


1468 1480 1508 1511 1525
Portazgos de Estremera y Valdaracete 600 400 400 ——
Peones de serna de Estremera y Valdaracete —— 4.000 6.500 ——
Dos obradas de cada vecino que tiene un par de bueyes 1.000 1.000 ——
Cuartas de pan de Estremera (fanegas) 60 120 ——
Cuartas de pan de Valdaracete (fanegas) 40 137 120 ——
Dos hornos en Estremera 1.500 1.200 800 ——
Dos hornos en Valdaracete —— 2.000 ——
Cuatro eras de trillar pan ——
Serna de Estremera (fanegas) 150 ——

40
En 1478 esta renta correspondía a la Mesa Maestral, pero el comendador lleva todos los diezmos por la fuerça.
41
En 1525 aparece como heredamiento, no como encomienda y recibía sus rentas el comendador de Monreal.
42
En 1468 además de la cantidad en metálico, había rendido 17 pares de conejos.

374
1468 1480 1508 1511 1525
Dehesa de la Vega de las Cañadas (fanegas) 250 ——
Dehesa de San Pedro y sus tierras calmas (fanegas) 150 ——
Dehesa de la Vega de los Freires 3.000 5.000 7.250
Dehesa y soto en Estremera 600
Serna en el Retejo 100
Una huerta en Estremera 1.400 1.400 ——
Dos suertes de tierras de huertas en Valdaracete —— nada ——
Tierras de pan y pies de olivas en Valdaracete (arrobas) 25 ——
Haza de la viña en Estremera (arrobas) 150 ——
El majuelo çayda en Estremera ——
Diversas casas en Estremera ——
Diezmo de los arrendamientos de los molinos de los dos sitios 1.000 1.000 ——
Diezmo de las viñas de Arriba y Ribera de San Pedro (arrobas) 160 ——
Diezmo y rediezmo de aceite en ambos lugares (arrobas) 14 12 ——
Diezmo de pollos 1.500 5.500 ——
Diezmo de azafrán y de hortalizas 850 1.200 ——
Diezmo de cáñamo con pol. con pol. ——
Diezmo de pan de la dehesa de la Vega de la Cañada (fanegas) con deh. 440 470 ——
Diezmo de pan de la dehesa de San Pedro con deh. con ant. ——
Valor global (según documentos) 50.000 150.000
Totales
En maravedíes 5.800 18.350 25.050 150.000
En fanegas de pan 550 697 590
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 10, Lib. 1.064c, fol. 92-93, Lib. 1.073c, fol. 239-241, Lib. 1.076c, fol. 217-219 y Lib. 1.080c, fol. 1.110-1.111.

23. ENCOMIENDA DE OREJA


1468 1478 1480 1511 1515 1525
Penas y calumnias de Colmenar —— ——
Penas de dardos con alc. con alc.
Alcaidía de Colmenar 5.000 5.000
(mrs./capas) 12 12
Alcaidía de Noblejas —— ——

375
1468 1478 1480 1511 1515 1525
Preeminencia de poner alguacil en Colmenar, Noblejas y Oreja de
—— ——
dos presentados por el concejo
½ de pie de altar con alc. con alc.
Portazgo de los ajos de Colmenar con alc. con alc. 1.134 1.125 ——
Paso de la barca de asaduras 5.000 5.200
—— —— ——
(mrs./fanegas) 272 300
Paso de la barca de los atocheros de los tres lugares con ant. con ant. ——
Paso de la barca de los de Colmenar (1 fanega/trigo al año) 22 22 ——
Peones de serna de Colmenar y Noblejas 2.000 2.000 4.621 4.721 ——
Seis cuartos de las aceñas 61.600 61.600 62.730 72.700
——
(mrs./fanegas) 550 560
Aceña de Aldehuela (Colmenar) (fanegas por mitad) 160 160 con ant. con ant. ——
Cuarto de la aceña de Aldehuela 3.000 3.000 con ant. con ant. ——
Dos ruedas de aceña en Burdel (Noblejas) (fanegas por mitad) 340 340 con ant. con ant. ——
Tres aceñas del açerate, junto al Tajo con ant. con ant. ——
Aceñas de Botifuera con ant. con ant. ——
Tres gallinas de cada rueda de aceña para el alcaide de Oreja, en las 33 33
aceñas de su término (gallinas)
Tributo del horno de Noblejas 150 150 150 150 150
Tributo del horno de Colmenar (fanegas por mitad) 196 196 88 80 80
El batán del comendador en Aldehuela —— —— ——
Las salinas de Botifuera 4.000
(Oreja) (mrs./fanegas de sal) 250 250
Terrazgos de Noblejas 120 120 84 100 ——
Terrazgos de los de Colmenar y de los de Chinchón, Valdelagua,
1.800 1.800 748 3.000 ——
Pozuelo y Villaconejos que tienen heredades en la encomienda
El pavo del Maestre (en vino y aceituna) de Santa Cruz, término de 10.000 10.000 2.400
——
Oreja (mrs./arrobas de aceite) 150
El pavo del Maestre (en vino, aceituna y minucias) en Oreja 74.285 60.000
(mrs./arrobas de vino) 4.000 4.000
La rastra pesquisa de los vecinos de Colmenar sin hacienda 2.180 2.200 ——
La rastra pesquisa de los vecinos de Noblejas 412 400 ——
Pecho de San Miguel en Colmenar 4.800 4.800 7.824 8.000 ——

376
1468 1478 1480 1511 1515 1525
Pecho de San Miguel en Noblejas 300 300 336 400 ——
Dehesa de Sotomayor (Colmenar) 26.000 26.000 55.000 45.000 ——
Dehesa del Parral (Colmenar) 24.000 24.000 18.000 19.000 ——
Dehesa de Torrique (Colmenar) 5.000 5.000 19.000 20.000
——
(mrs./fanegas)43 250 250
Ejido de San Benito (Noblejas) 3.000 3.000 500 3.000 ——
Una huerta en Colmenar ——
Rentas de las huertas de la encomienda con alc. con alc. 750 750 ——
Diezmo de pan de la serna de Miralrío (fanegas de pan terciado) 50 50
Diezmo de pan de los de Ocaña, Villatobas y Villarrubia que labran 200 200 597 396
en tierras de la encomienda (fanegas de pan terciado)
Diezmos de pan, vino y ganados de Oreja, más la fanega del barco 4.500 4.500
(mrs./arrobas de vino) 2.600 600
Diezmo de pollos y lechones en Noblejas con paso ——
Diezmos menudos de Noblejas con paso ——
Diezmo de teja en Colmenar 300 300 1.200
——
(mrs./tejas) 1.700
Diezmo de molinos de aceite de Colmenar (60 libras/molino) —— ——
Diezmo de huertas y hortalizas de Colmenar 1.714 1.800
Valor global (según documentos)44 240.000 330.000 500.000
Totales
En maravedíes 151.570 151.570 258.468 251.146 500.000
En fanegas de pan 1.196 1.196 1.528 1.438
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 7, Lib. 1.063c, fol. 117-119, Lib. 1.064c, fol. 29-32, Lib. 1.075c, fol. 294-300, Lib. 1.079c, fol. 1.385-1.392 y Lib. 1.080c, fol. 1.096-1.132.

26. ENCOMIENDA DE PARACUELLOS DE JARAMA


1478 1480 1508 1525
Escribanía 315 315 10.000 18.000
Alguacilazgo —— ——

43
En 1478 y 1489 rindió 50 fanegas de trigo y 200 de cebada.
44
Había estado arrendada en el trienio 1521-1523 por 380.000 mrs. anuales (Lib. 1.080c, fol. 1.134).

377
1478 1480 1508 1525
½ del pie de altar 500 500
Portazgo de Paracuellos 605 605
con esc. con esc.
(mrs./gallinas) 3 3
Portazgo de la dehesa de Belvís con gan. con gan. 68
Décimas de las sernas y 2/3 de lo pontifical 1.600
(fanegas de trigo/cebada) 800
Peones de serna de Paracuellos 2.100 2.100
con esc. con esc.
(mrs./gallinas) 2 2
Pesca del Jarama 3.280 3.280
Penas de la tierra 600 600
(mrs./gallinas) 4 4
Ochavo del molino del Quemado (fanegas de trigo) 25 25
Martiniega de la dehesa de Belvís con gan. con gan.
Martiniega de Cobeña 150 150
Pecho de San Miguel 1.321 1.321
con esc. con esc.
(mrs./gallinas) 3 3
Dehesa del Palacio (Vallecas), heredad de Valderribas (Madrid) en tierras y viñas y ocho 4.000 4.000 3.500
——
yuntas de tierras (mrs./gallinas) 8 8
Venta de Viñuelas con yerb.
Una huerta al pie de la fortaleza 600 600 ——
Quiñones de Cobeña 800
——
(mrs./pollos) 58
Quintos de los quinteros con gan. con gan.
Gallinas de los arrendamientos del monte y los quiñoneros, cuando tenían los forasteros la
——
labranza de Belvís
Censos de las viñas de Madrid 5.000 5.000 ——
Censos de las viñas viejas de Móstoles 250 250 ——
Yerba de Belvís y leña de Viñuelas 54.000 54.000 30.000
con pan
(mrs./gallinas) 54
Mitad de la yerba de Viñuelas 1.500 1.500 10.000 75.000
(mrs./perdices o gallinas) 15 15 22
Censos en Cobeña y El Burrillo con diez. con diez. ——
Censos de las viñas del Burrillo y las de la Orden con gan. con gan.

378
1478 1480 1508 1525
Diezmo de pan de Paracuellos, Cobeña, El Burrillo, Vallecas, Móstoles, Belvís y Viñuelas
2.150 2.150 1.956 ——
(fanegas por mitad)
Diezmo de pan de Fuentelsaz, Algete, Cobeña y Ajalvir 32.000
(mrs./fanegas de pan terciado) 50 50
Diezmo de pan de tierras de Vallecas (fanegas) 60 60
Diezmo de pan de tierras de Móstoles (fanegas por mitad) 18 18 ——
Diezmo de pan de la dehesa de Móstoles —— —— 1.700
Diezmo de vino de Paracuellos (arrobas o cántaras) 250 250 130
Diezmo de vino de Cobeña y El Burrillo 2.600 2.600 2.000
(mrs./gallinas) 4 4
Diezmo de viñas de Madrid 10.000
Diezmo de vinos de propios ——
Diezmo de garbanzos (fanegas) 5 5 0/10
Diezmo de corderos (unidades) 60 60
Diezmo de quesos (unidades) 22 22
Diezmo de lana (vellocinos) 150 150
25 25
Diezmo de ganado de Cobeña y medio diezmo del ganado nacido
50 50
(corderos/gallinas/pollos)
62 62
Minucias de Paracuellos con esc. con esc.
Diezmo de soldadas de mozos, huertas y becerros 2.100 2.100
(mrs./gallinas) 5 5
Totales45
En maravedíes 78.771 78.771 59.150 189.218
En fanegas de pan 3.303 3.303 1.956 2.400
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 107-109, Lib. 1.064c, fol. 95-97, Lib. 1.073c, fol. 99-100 y Lib. 1.080c, fol. 37-38.

45
Se conservan otros datos sueltos con los valores anuales globales:
1468 1504-1505 1509 1510 1516-1517 1518 1519
En maravedíes 170.000 262.983 169.628 157.424 192.642 111.204 91.586
Cornados 5 5 5
En fanegas de trigo 340/8 211
En fanegas de cebada 209
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 8, Lib. 1.073c, fol. 103-104, Lib. 1.076c, fol. 273-281 y Lib. 1.080c, fol. 45-58.

379
27. ENCOMIENDA DE MOHERNANDO
1468 1480 1508 1511 1516 1517 1525
Alcabalas de Mohernando 70.000
Alguacilazgo de Mohernando —— 3.000 1.000 935 935 ——
Escribanía de Mohernando —— 7.000 10.350 6.000 6.000 ——
Portazgo de Mohernando —— 3.000 3.550 316 375 ——
Portazgo de Humanes —— con ant. con ant. 996 600 ——
Portazgo de Cerezo —— con ant. con ant. 1.575 1.300 ——
Portazgo de Robledillo —— con ant. con ant. 500 630 ——
Portazgo de Raodona —— con ant. con ant. con Moh. con Moh. ——
Dos peones anuales de cada vecino para hacenderas —— —— ——
Molino a orillas del Tormes (Humanes) (fanegas de trigo) —— 121 130 120 120 ——
Tributo del horno de Mohernando 400 —— —— ——
Tributo del horno de Humanes 200 —— —— ——
Tributo del horno de Cerezo 40 —— —— ——
Tributo del horno de Robledillo 200
Horno de poya de Raodona 80
Horno de teja de Cerezo ——
Martiniega de Mohernando 4.120 4.120 4.120 4.120 4.120 ——
Calzas y yantar de Humanes 40 1.500 1.560 1.440 1.440
Calzas y yantar de Cerezo 60 con ant. con ant. con Hum. con Hum.
Calzas y yantar de Valdelagua (Robledillo) 360 con ant. con ant. con Hum. con Hum.
Calzas y yantar de Raodona 60 con ant. con ant. con Hum. con Hum.
Serna en Mohernando 200 260 260 260 260
(fanegas por mitad/gallinas) 40 40 40 40 80
Soto de San Pedro (Humanes) 22.000 22.000
(mrs./fanegas de trigo) 400 450 100 100
Soto de Sandoval (Raodona) 70 70 70 70
——
(fanegas por mitad/gallinas) 16 40 40
Dos yuntas de tierras en Mohernando (fanegas) 20
Tierras de pan en Humanes (fanegas por mitad) 47 47
Tierras en Cerezo ——
Tierras de cañamones (fanegas por mitad) 16 16 18/6 18/6
Un solarejo en Raodona ——

380
1468 1480 1508 1511 1516 1517 1525
El majuelo de la Orden (2.000 vides) 500 500
—— ——
(mrs./cargas) 35
Una olmeda entre el majuelo y el arroyo —— —— ——
2/3 de diezmo de trigo (fanegas) —— —— 3.300 2.707/10 3.090/10 ——
2/3 de diezmo de centeno (fanegas) —— —— con ant. 533/8 660/9 ——
2/3 de diezmo de avena —— —— con ant. 293/5 208/11 ——
2/3 de diezmo de vino (o uva) 25.000 31.250
—— —— ——
(mrs./cargas) 80
2/3 de diezmo de ganados ——
2/3 de minucias —— 28.250 35.000 42.500 42.500
2/3 de diezmo de queso y lana —— con ant. con ant.
Diezmo de pollos (unidades) 306 306 ——
Rediezmos de aportellados y destaferros —— ——
Tazmía de diezmos y primicias (fanegas de cebada) —— con pan 723/7 833/11
Los dos mejores dezmeros de cada villa —— —— —— ——
Totales
En maravedíes 200.000 75.560 46.870 55.530 112.656 111.650
En fanegas de pan 600 917 3.776 5.257 5.406 362/6
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 22, Lib. 1.064c, fol. 99-101, Lib. 1.074c, fol. 32-34, Lib. 1.076c, fol. 323-325 y Lib. 1.080c, fol. 117-124.

28. MONASTERIO DE SANTA FE DE TOLEDO


1508 1511 1515 1516 1517 1518 1519 1520 1521 1524
Dehesa de San Martín46 325.000 325.000 325.000 325.000 325.000 325.000 342.660 375.000
Rentas de tierras47 100.000 100.000 100.000 100.000 100.000 100.000 100.000 130.000
Dotes de profesas48 106.494 63.162 57.450 134.525 105.581 25.203
Mandas testamentarias49 3.000

46
El arrendamiento era por mil ducados, pero debían a Diego de Castejón, el arrendatario, 391.000 mrs. que les había prestado cuando se trasladaron a Toledo y que le devolverían en doce años a razón de
32.220 mrs. al año (fol. 189).
47
Pormenorizadamente, sería 3.514 mrs. en metálico, 1.470 fanegas de pan por mitad, 60 gallinas, 13 pollos, 5 carneros, 20 cabritos, 40 huevos y 1.530 cántaras de vino (fol. 186).
48
Las de 1516: dotes de doña Aldonza de Guzmán, doña Catalina de Figueroa, doña María de Toledo y una desconocida (fol. 187). Las de 1517: dotes o porciones de doña Catalina de Figueroa y doña Beatriz
de Robles. Las de 1518: dotes de doña Leonor Carrillo, doña Catalina de Guzmán y el doctor Julián por otra (fol. 188). Las de 1519: dotes de doña Leonor Carrillo, doña Catalina de Guzmán, doña María de
Toledo, doña Juana de Cárdenas, doña Lucía Acevedo. Las de 1520: dotes de doña Isabel Collado, de las hijas del alcalde mayor de Toledo, del doctor Julián, la legítima de doña Mencía Enríquez, doña Ana de
Guzmán, doña Catalina de Figueroa, doña María Carrillo y doña María de Toledo (fol. 189). Las de 1521: dotes de doña María la doncella, la hija de Juan Antonio Pinelo, doña Catalina de Figueroa y doña
Francisca de Osorio (fol. 190).

381
Despojos de casa antigua 6.550
Libramiento del Rey50 54.400
Totales 229.240 249.514 425.000 531.494 491.162 482.450 559.523 530.581 474.413 559.400
AHN, OO.MM., Lib. 1.073c, fol. 202, Lib. 1.075c, fol. 89-93 y Lib. 1.080c, fol. 185-190.

29. ENCOMIENDA DEL HOSPITAL DE SANTIAGO DE LOS CABALLEROS DE TOLEDO


1478 1480 1494 1508 1511 1515 1525
Penas y calumnias en Yegros —— —— ——
Alguacilazgo y alcaldía de las alzadas en Yegros —— —— ——
Portazgo de la Puerta de la Bisagra (Toledo)51 13.200 13.200 32.000 27.000 24.000 25.000
Mesón de la Puerta de la Bisagra 3.050
con port. con port.
(mrs./gallinas) 4
Mesoncillo del Barrio del Rey 1.800 1.800
(mrs./gallinas) 13 13
Censo de las paradas de los molinos de Yegros (gallinas) 2 2 2
Merced de los amigos en el Campo de Montiel 34.000
(mrs./fanegas de trigo) 250 250 250
Bienes territoriales en Toledo:
Tierras en Vargas52 12 12 36 36 40 40 15
(fanegas de trigo/jergas de paja) 7 7 5 6
Aloxores de çiertos suelos en Vargas (gallinas) 11 13 64 59 59
Dehesa y soto de Cañete 14.000 14.000 18.000 20.000 31.000 34.500
(mrs./carneros) 8 8 4
Tierras y olivas en Algorrilla 3.000 3.000 5.000 7.000 11.000 11.000 13.000
(mrs./gallinas, puercos, ansarones)53 40 40 4 4 4 6 4
Tierras y viñas en la Patiña (Maqueda) 4.500 4.500 5.500
(mrs./fanegas de pan por mitad) 80 80 65 66
Tierras en Colmenarejo de la Mota (Santaolalla) 30 30 70 70 68 68
(fanegas por mitad/gallinas) 2 2

49
Del capellán Juan Díaz (fol. 188).
50
Para los años 1524 y 1525 les había librado el rey anualmente 400 fanegas de trigo e non lo an aún cobrado (fol. 186).
51
En los años del comendador García Osorio (1482-1494) había rentado en total 260.000 mrs. (Lib. 1.067c, fol. 41).
52
Hasta 1515 se solían arrendar por 40 fanegas de pan por mitad y 6 jergas de paja, pero en 1525 se habían dado para poner viñas (Lib. 1.080c, fol. 160).
53
Las unidades de los dos primeros años corresponden a gallinas, las de 1494 y 1508 a puercos y el resto a puercos y ansarones por mitad, salvo 1515, que se pagaron 2 puercos y 4 ansarones.

382
1478 1480 1494 1508 1511 1515 1525
Tierras en Maqueda, junto al fonsario de los judíos —— —— 193.872,5
Censo de una tierra en la Huerta del Rey 250 250 350 306 279 300
Casas en Santiago de los Caballeros 9.000 9.000
Casas en Toledo 4.520 4.520 4.680 4.948 4.572 6.596 6.140
(mrs./gallinas) 22 22 78 27 25 31 18
Censo de un corral 40 40 40
Bienes territoriales en Avila:
400 400 400 5.500 1.500 2.000 11.000
Prados y tierras junto a la ciudad
4 4
(mrs./gallinas/fanegas)
80 98
Tierras en Cardeñosa 150 150 150 ——
Tierras y prados en Muño Pepe (fanegas de pan terciado) 30 30 30 ——
Tierras en Velasco Pascual y El Collado 900 900 900 ——
Bienes territoriales en Dosbarrios:54
14.500 14.500 15.500
Senas de pan y viñas
127 127 102 ——
(mrs./fanegas/arrobas)
180 180 100
Dos sernas de olivas (mrs./arrobas) 1.000
131 131 60
Hazas de alcaceres, cebada y cáñamo 2.000
Huerta de la Fuensanta 250 250 1.600
Huerta de Valdelahuerta 20 20
Casas y hospital —— —— ——
Bienes territoriales en Yegros:
Dehesa de Yegros (para 8.000 ovejas) 54.000 54.000 170.000 178.000 148.375 166.250 198.500
Tierras (fanegas) 710 1.025 512
Censo de cinco molinos (gallinas) 25 25 25
Colmenares —— —— ——
600
Censo de una huerta
60 60 70 80
(mrs./gallinas/arrobas de ajos y cebollas)
40 40

54
Todas las rentas en esta villa estaban arrendadas en 1525 en 28.000 mrs., pero se calculaba que su valor ascendía a 40.000 mrs. (Lib. 1.080c, fol. 262).

383
1478 1480 1494 1508 1511 1515 1525
Bienes territoriales en otros lugares:
Tierras en Mascaraque (Toledo) 850 850 822,5 1.183 2.250 1.800 800
(mrs./gallinas) 32 32 22 33
Viñas y casas en Mascaraque (Toledo) 3.462 1.662 1.662
con tier. con tier. con tier. con tier.
(mrs./gallinas) 3 2
Huerta de la Membrilla y serna de Fuente del Mayuelo 11.000 11.000 —— 45.000 30.000 ——
(mrs./fanegas) 250
Dehesa de la Alameda en Fuente del Maestre (León)55 130.000 130.000 168.750 168.750 230.000
Rediezmo de carneros de la dehesa de Cañete ——
Diezmos de pan, vino y aceite de las sernas de Dosbarrios ——
Diezmo de pan de Yegros (fanegas de pan por mitad) 1.000 1.000 900
Diezmo y terrazgo de la serna de la Fuente del Mayuelo ——
Totales56
En maravedíes 241.580 241.580 421.715 252.798 436.215 413.937 582.302
En fanegas de pan 1.511 1.511 1.263 106 1.214 1.035 15
En gallinas (unidades) 162 162 200 125 92 115 58
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 97-100, Lib. 1.064c, fol. 7, Lib. 1.067c, fol. 41-43, Lib. 1.073c, fol. 221-222, Lib. 1.075c, fol. 36-48, Lib. 1.079c, fol. 118-126 y Lib. 1.080c, fol. 158-161 y 262-263.

30. ENCOMIENDA DEL HOSPITAL DE SANTIAGO DE TALAVERA


1468 1478 1494 1511 1515 1525
Juro sobre las Salinas de Espartinas 3.000 3.000 3.000
Heredad de Corralblanco, de pan y olivas 8.000 3.000 3.500
Heredad de Mordaza (Alcaudete), de pan y pasto 6.000 10.000 20.000
(mrs./fanegas) 100
Heredad de Lucillos, de pan 5.000
(mrs./fanegas de pan por mitad) 32 50
500
Heredad de Garbín, de pan
20 18 23
(mrs./fanegas por mitad/perdices o gallinas)
20 2
Heredad de Bencachón (Aldeanueva), junto al Cagadero del Cuervo ——
Castillo de Espegel (Valdelacasa), de majuelos y viñas ——

55
En 1524 había estado arrendada en 196.000 mrs. (Lib. 1.080c, fol. 159).
56
En 1468 había rendido 200.000 mrs. (Lib. 1.233c, fol. 107), en 1505, 456.192 mrs., en 1506, 396.956 mrs. y en 1507, 421.211 mrs. (Lib. 1.073c, fol. 168-187).

384
1468 1478 1494 1511 1515 1525
Heredad de Maqueda, de pan (fanegas) 16 12 32
Censo de un horno y tierra en el Prado del Chorrillo 170
Surcos de majuelos en Santaolalla 7,5 204
Censos de viñas y majuelos 170
50 pies de olivas sin ard. 300
Dos posadas de colmenas 35 318
Censos de tierras de pan 265 316
(mrs./fanegas de cebada) 2
Una huerta y un huerto 300 1.000
Censos de varios corrales 375 375
(mrs./fanegas de trigo) 6
Censos de diversas casas en los arrabales mayores y en calles de Talavera 1.520 3.800 1.715
(mrs./gallinas) 2 2
Valor global (según documentos) 17.000 17.000 20.000 33.500
Totales
En maravedíes 20.002,5 10.056 36.068
En fanegas de pan 70 80 61
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 110, Lib. 1.067c, fol. 11 y 13-15, Lib. 1.075c, fol. 14-15, Lib. 1.079c, fol. 20 y Lib. 1.080c, fol. 138-141.

31. ENCOMIENDA DE ALPAJES


1478 1508 1511 1515 1525
Caza y pesca del Sotillo de Bulpejares 4.000 2.000
Caza y pesca del término de Alpajes con ant. 1.000 1.200 ——
Salinas del lugar 20.000 14.500 4.500 15.000 ——
Batán de Ontígola 110 1.020 1.020 1.020
Una gallina y un real al año de cada vecino de Ontígola 150 340 476
—— ——
(mrs./gallinas) 10
Pasto y herbaje de la dehesa de Rebollón 23.500 10.500 10.500 11.000 ——
Agostadero de la dehesa del Rebollón y del Sotillo de Bulpejares 12.000 4.000 4.000 4.000 ——
Herbaje de este lado del río 28.500 28.500 29.000 ——
La Islilla ——
Censo de la huerta de la dehesa 150 306 306 ——
Diezmo de pan de la Sernilla ——

385
1478 1508 1511 1515 1525
Diezmo y primicias de tierras de Ontígola (fanegas) 150 600 550 480 ——
Diezmo de pan, ganado, aves y lechones de Alpajes —— ——
Diezmo de vino de Ontígola (cargas/arrobas) 30 500 500 550 ——
Diezmo de vino de la Sernilla ——
Medio diezmo de las crianzas de la dehesa con deh. —— nada nada
Diezmo de hortaliza con huerta ——
Diezmo de pollos y potricos nada ——
Diezmo de corderos (unidades) 2 —— nada nada ——
Diezmo de queso (unidades) 2 —— nada nada ——
Diezmo de lana (vellocinos) 4 —— nada nada ——
Valor global (según documentos)57 50.000 120.000
Totales en maravedíes 59.800 59.610 50.366 62.002 120.000
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 129-130, Lib. 1.073c, fol. 314-315, Lib. 1.075c, fol. 243-244, Lib. 1.079c, fol. 1.253-1.254 y Lib. 1.080c, fol. 1.141.

32. ENCOMIENDA DE BIEDMA


1478 1480 1494 1508 1511 1515 1525
Penas, calumnias, homicidios58 —— —— ——
Alguacilazgo —— —— ——
Humos ——
Peones de serna ——
Caza de perdices y conejos 200 200
(mrs./perdices) 30
Las salinas de la Peña la Sal 1.240 1.500 3.200 3.000
Terrazgos de los herederos que tienen tierras y parrales (a seis mrs.) 720 720
Martiniega ——
Dehesa de la Ermita 5.000 24.000 21.000 26.500 26.500 14.500
(mrs./fanegas) 100 100 359 246

57
En otros años obtuvo los siguientes valores totales, descontando en 1519-1520 la décima del prior y el salario del mayordomo y en 1523-1524, la décima, costas, salario del cura de Ontígola y lo que le cupo
de camarajes al mayordomo:
1468 1480 1507 1519-1520 1523-1524
64.000 60.000 80.000 190.000 110.700
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 6, Lib. 1.064c, fol. 36, Lib. 1.073c, fol. 311-313 y Lib. 1.080c, fol. 1.142.
58
Afirmaban que todos estos derechos jurisdiccionales rentarían algo si fuese poblado el lugar (Lib. 1.067c, fol. 90).

386
1478 1480 1494 1508 1511 1515 1525
Dehesa del otro lado del río 430 430 12.500 16.000 15.600 30.000
con Erm.
(mrs./fanegas) 40 40 235 27
Una dehesilla (fanegas) 9
Esparto de las dehesas 400 400 600 1.500 7.500
2/3 de diezmo del pan de los baldíos donde labran los de Colmenar
—— ——
y Villarrubia
Diezmo del pescado del río59 —— —— ——
Totales60
En maravedíes 1.750 6.750 25.840 36.500 45.700 45.100 52.000
En fanegas de pan 140 140 595 274 9
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 56, Lib. 1.064c, fol. 87, Lib. 1.067c, fol. 89-90, Lib. 1.073c, fol. 366, Lib. 1.075c, fol. 186, Lib. 1.079c, fol. 1.145 y Lib. 1.080c, fol. 1.130.

33. ENCOMIENDA DEL CAMPO DE CRIPTANA


1477 1478 1480 1494 1498 1511 1525
Penas y calumnias —— —— 2.000 2.000 3.000 con port.
Mostrenco 5.500
1/3 de penas de corte de leña en el monte nada —— 260 300 con pen. 100
Alcaldía de las alzadas y alguacilazgo —— ——
Portazgos del Campo de Criptana, Villajos, Pedro Muñoz y
17.750 20.700 25.000 15.800 19.300 con pen. 11.000
Palomares61
Caza de conejos en Monte Vedado —— ——
Un arrelde o real por cada venado, corzo o puerco del monte que se
—— —— ——
vende
Retajo de la carnicería 40 40 40 40
Paradilla de barro y fruta 40 nada 40
Pie de altar 3.000 4.000
Molino de Tarity en el Cigüela, con tierras (fanegas) 40 40 60 1.000
Horno del concejo 600 650 1.000 1.000 1.200 1.200
Calzas 50
Serna de Villajos (fanegas) 35 35 115 115/6 200

59
Decía el comendador en 1494 que no arrienda el pescado del río porque se destruyen los sotos (id, fol. 89).
60
Rindió en 1468, 15.000 mrs. (Lib. 1.233c, fol. 16) y en cada uno de los años entre 1503 y 1506, 34.050 mrs. (Lib. 1.073c, fol. 364 y Lib. 1.075c, fol. 180).
61
En 1494 sólo entran los de Campo de Criptana y Pedro Muñoz y en 1525 sólo éste último (Lib. 1.067c, fol. 371 y Lib. 1.080c, fol. 467).

387
1477 1478 1480 1494 1498 1511 1525
Dehesa y ejidos de Pedro Muñoz 1.000
nada nada
(mrs./fanegas) 73 80 150
La Dehesilla y la Cuesta de Criptana 100 100 300 400
7 semanas de yerba de la serna de la encomienda 3.000
4 sernas, junto a las casas de los Genoveses, a la Huerta de la 200
——
Orden, al Pozo de Bolilla y a la Laguna (fanegas por mitad) 400
Sernas y olivar del Castillo —— nada ——
Rastrojos de la serna de la encomienda (fanegas) 250 230 250
Censo del suelo de Alonso de la Plaza 15 15 15,5 15,5 17
Censo de la huerta del Castillo 350 1.500 2.000 3.000
Alquiler de la casa de la Orden 600
Diezmo de pan de la serna de Villajos (fanegas) 300 350
Diezmo de pan de la dehesa y ejido de Pedro Muñoz (fanegas) 25 30
Diezmo de huertas y pollos 700 100 100 con pen. ——
Diezmo de la huerta del Castillo con censo con censo
Diezmo de bellota del Monte Vedado —— —— —— ——
Diezmo de cal y yeso 1.000 ——
Diezmo de teja y ladrillo —— ——
Diezmo del hierro del ganado 2.500 2.500 7.000 7.500 12.000 3.000
Totales62
En maravedíes 19.490 25.455 28.445 30.915,5 36.555 16.217 35.800
En fanegas de pan 250 305 325 513 575 660 1.350
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 170-171, Lib. 1.064c, fol. 145-146, Lib. 1.067c, fol. 371-372, Lib. 1.068c, fol. 422-423, Lib. 1.076c, fol. 743-744 y Lib. 1.080c, fol. 466-467.

62
En otras fechas había rentado la encomienda lo siguiente, debiendo descontarse en 1522 la décima y el salario del depositario:
1468 1504 1507 1522 1525
50.000 60.000 66.000 107.000 112.500
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 21, Lib. 1.071c, fol. 288-289 y Lib. 1.080c, fol. 467-468.

388
34. ENCOMIENDA DEL CORRAL DE ALMAGUER
1478 1480 1494 1498 1507 1511 1515 1525
En El Corral de Almaguer63
Penas y calumnias 2.200 —— nada ——
Mostrenco con pen. 3.650 5.500 5.500 ——
Escribanía 9.000 9.000 con por.
Alguacilazgo 1.800 1.800 310 500 2.000 3.000
——
(mrs./gallinas) 5
Presente de los alcaldes (un carnero/año) 120 ——
Portazguillo 750 1.000 800 con pen. con mos. con mos. con mos. 5.500
Presente de la aljama judía por las tres pascuas
300 300
(un carnero y una arroba/vino)
4 mrs. de cada escardadera 96 —— 140 48
Una gallina de cada viuda (gallinas) 24 —— 36 12 con mos. con mos. con mos. con por.
Peones de serna 2.200 2.400 4.000 4.000 4.000 5.000 5.000 con por.
½ del pie de altar de pan y vino con men. 2.000 2.500 5.000
Cuartos de los tres molinos de Riansares (fanegas)64 —— —— 16 11 ——
Hornos 2.000 2.000 3.500 3.500 3.500 1.125 1.125 1.125
Yantar y martiniega 1.200 1.200
Calzas por San Miguel 1.200 1.200 1.200 1.200 1.200 1.200
Herbaje de la dehesa del Castillo 5.000 5.000 9.000 12.000 11.250 11.000 18.000
——
(mrs./gallinas) 12
Dehesa, serna y huerta del Aloyón 250 250 300 300 300 600 600
——
(mrs./gallinas) 3
Herbaje de la serna 1.500 1.500 1.500 1.500 800 800 3.000 3.000
Una huerta de alcacer 400 400 400
Una huerta junto al puente del río 300 —— 200

63
La escribanía, los diezmos de pan y vino, así como los menudos, cabritos, queso y lana, los llevaba el comendador pero pertenecían a la Mesa Maestral, estando arrendados los últimos diezmos en 1478 en
25.000 mrs. (Lib. 1.063c, fol. 148).
64
En 1494 no molían, pero quando los hacen valen 12 fanegas de trigo (Lib. 1.067c, fol. 333).

389
1478 1480 1494 1498 1507 1511 1515 1525
Censos de 4 cuevas 41 50 100 100
Censos de un pajar (gallinas) 2 2 4 2
Censos de 2 tiendas 80 60 24 36 36 36 36
Censo de la tienda de la Herrería del concejo 36 36 36 36
Censo de casas en El Corral 310 186 250 250 322 386
(mrs./gallinas) 4
Censos de unas casas en Humanes 124 124 124 100
Censo de dos corrales (gallinas) 10 10
127 105
Diezmo de pan
147 110 con por.
(fanegas de trigo/cebada/centeno)
5
Diezmo y medio diezmo de pan de la dehesa del Aloyón con deh. —— ——
Diezmo de pan de Buenache y ciertos términos del Corral (fanegas) —— —— 160 160 160
Diezmo de los de Lillo que labran en término del Corral (fanegas) 40 40 40
Diezmo de la huerta de la Orden 750 750 800 con por.
Diezmo de la huerta de R. Muñoz 160 100 con ant. 300
Diezmo de otra huerta 150 150 con Or.
Diezmo de la huerta de la Guerrera 160 150 con Or.
Diezmo y medio de la yerba de la serna ——
Diezmo de alcaceres 300 250 200 1.200
Diezmo de huertas y cáñamos del Aloyón 200 con mos. con mos. con mos. con por.
Diezmo de palomares 60 120 200
nada con mos. con mos. con mos.
(mrs./palomas)65 40
Diezmo de pollos y ansarones 1.800 1.500 1.500 con mos. con mos. con mos.
Diezmo de lechones 233 300 con por.
Diezmo del yeso que se haze para vender 260 250 500 600 con mos. con mos. con mos. con por.
Diezmo de teja nada ——
Mejor hierro dezmero —— —— 10.000 9.500 —— 6.800 7.000 7.000
3
Diezmo menudo
14
(corderos/quesos/lana)
48

65
Antes de 1478 había rentado 48 mrs. (Lib. 1.063c, fol. 150).

390
1478 1480 1494 1498 1507 1511 1515 1525
En La Puebla de Almuradiel
Penas, calumnias y mostrenco 100 —— ——
Escribanía 500 1.250 800
con pol. ——
(mrs./gallinas) 6 6
Alguacilazgo (gallinas) 2 19 6 6
Portazguillo con men. con men. 700 750 con esc. ——
Humazgos con peo. con peo. 600 700 5.000 5.500 5.500
Peones de serna 324 324
½ del pie de altar de pan y vino 500
Cuartos de los 9 molinos del Cigüela 300 300 70 92 76 1.006 90
——
(fanegas de trigo/cebada, centeno, escaña) 200 200
Redención del monopolio del horno por el concejo 20 30 30 30 30 20
(fanegas de trigo/cebada) 10 10
Censo del batán del Cigüela 62 60 60 60
Yantares de San Juan y San Miguel 60 60 60 60 60 60 ——
66 458 600 940 1.020 250
Diezmo de pan
571 750
(fanegas de trigo/cebada/centeno)
40
Diezmo del pavón 20.000
(mrs./fanegas) 500 500
Diezmo de vino 5.000
con pol. con vin.
(mrs./arrobas) 80 80 400 450 500
Diezmo de semillas, queso, miel, cera y huertas con cor. con vin. con esc. 750 850 3.500
Diezmo de lana 8.000 12.000 13.000 13.000
Diezmo de corderos y chotos 25.000 con vin. 19.000 20.400 22.000 25.000
Diezmo de pollos, ansarones y lechones 1.500 1.500 10.000 700 1.400 1.500 1.600 ——
Diezmo de potricos, borricos y becerros67 con pol. 2.000 2.000 con hum. con hum. con hum
Diezmo de soldadas de mozos con pol. con ant. con hum. con hum

66
En 1525 incluían todas las primicias del pan (Lib. 1.080c, fol. 418).
67
Los totales para otros años serían los siguientes:
1468 1507 1510-1512 1511 1516-1518 1525
90.000 140.000 90.000 100.000 140.000 160.000
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 18, Lib. 1.076c, fol. 82, Lib. 1.079c, fol. 388 y Lib. 1.080c, fol. 418.

391
1478 1480 1494 1498 1507 1511 1515 1525
Totales
En maravedíes 30.204 28.474 73.012 66.390 62.816 75.031 87.632 73.683
En fanegas de pan 1.279 1.000 1.344 722 1.046 1.092 1.340 1.270
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 148-152, Lib. 1.064c, fol. 43-44, Lib. 1.067c, fol. 332-334, Lib. 1.068c, fol. 91-93, Lib. 1.071c, fol. 620-623 y 308, Lib. 1.076c, fol. 82-87 y 668, Lib. 1.079c, fol. 388-393 y
Lib. 1.080c, fol. 402 y 418.

35. ENCOMIENDA DE DOSBARRIOS


1478 1480 1494 1511 1515 1525
Penas y calumnias 250 250 2.000 ——
Portazguillo 300 300 1.500 10.000 10.000 ——
Tercio de las penas por cortes de leña en el monte del concejo 50 50
Derechos de los mudéjares:
—3 peonadas de los casados hasta los 60 años (6 mrs.)
—3 peonadas de los casados durante la siega (9 mrs.) 600 600 350
—13 mrs. de humazgo de casados y viudos
—un carnero de la aljama por cada una de las tres pascuas
Derecho de las panaderas corsarias 200 200
Primicias de trigo y cebada (fanegas) 50 50 222 50
Primicias de queso 200 200 con por.
——
(mrs./arrobas) 3 4
½ de pie de altar de pan, vino y dinero 650 650 2.700
Hornos con por.
Pechos de San Juan y San Miguel 2.400 2.400 2.300 2.400 7.000 2.500
Agostadero, yerba y rastrojos de la serna68 200 200 1.350 500 500 ——
Unas terrezuelas en el Valle ——
Un corral junto a la iglesia (gallinas) 3
Unos solares donde la antigua fortaleza ——
Diezmo de pan de la serna de la encomienda (fanegas)69 72 72 100 120 ——
Diezmo de vino de la serna 5.000
——
(mrs./arrobas) 500 500 500 400
Diezmo de huertas del Valle y de azafrán 400 400 con por. con por. ——

68
En 1525 sólo entraba el agostadero, pues la yerba la vende el comendador (Lib. 1.080c, fol. 264).
69
En los dos primeros años se desglosaba en 21 fanegas de trigo, 45 de cebada y 6 de centeno.

392
1478 1480 1494 1511 1515 1525
Diezmo de aceite de la serna 1.000 1.000 4.000 con por. con por. ——
Diezmo de pollos, lechones, legumbres y colmenas 400 400 2.000 2.100 con pech. ——
Diezmo de menudos 7.000 7.000 ——
2/3 de diezmo de soldadas de mozos 600 600 2.500 500 con pech. ——
Diezmo de teja y ladrillo 260 260 1.000 con por. con por. ——
Rediezmo del molino de aceite de un moro 200 200 1.350 300 250 ——
Totales70
En maravedíes 15.710 15.710 24.050 17.800 17.750 2.500
En fanegas de pan 122 122 222 150 120
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 58-60, Lib. 1.064c, fol. 16, Lib. 1.067c, fol. 73, Lib. 1.075c, fol. 156-157, Lib. 1.079c, fol. 306-307 y Lib. 1.080c, fol. 264-265.

36. ENCOMIENDA DE MIRABEL


1468 1478 1494 1498 1507 1511 1515 1525
Penas y calumnias ——
Alguacilazgo ——
Humazgos 100
½ del pie de altar ——
2 cuartos del molino del Cigüela (fanegas) 20 ——
Horno de poya de Miguel Esteban 250 ——
Horno de poya de La Mota 600 2.300 ——
Monte de Mirabel en invierno 500
Diezmo de pan de Mirabel 75 113
(fanegas de trigo/cebada) 3
Diezmo de vino de Miguel Esteban (arrobas) 40
Diezmos menudos de Miguel Esteban 375 ——
Mejor hierro dezmero —— 7.000 ——
Diezmo de corderos (unidades) 30

70
Los valores totales en otros años fueron los siguientes; en 1468 se dudaba sobre ambas cifras; el valor de 1522 se calcula a partir de la media annata, descontándose la décima de ese año y del anterior.
1468 1508 1522 1525
17.000 37.500 87.297 80.000
18.000
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 3, Lib. 1.073c, fol. 336 y Lib. 1.080c, fol. 265.

393
1468 1478 1494 1498 1507 1511 1515 1525
Diezmo de quesos (unidades) 12
Diezmo de lana (arrobas) 8
Valor global (según documentos) 18.000 24.000 23.000 26.500 20.000 40.000
Totales
En maravedíes 1.450 9.675 40.000
En fanegas de pan 95 116 300
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 82, Lib. 1.063c, fol. 166-174, Lib. 1.067c, fol. 363, Lib. 1.068c, fol. 427, Lib. 1.071c, fol. 334, Lib. 1.076c, fol. 690, Lib. 1.079c, fol. 470 y Lib. 1.080c, fol. 441.

37. ENCOMIENDA DE MONREAL71


1478 1480 1494 1508 1511 1511 1525
Escribanía de Dosbarrios 2.500 2.000
Escribanía de El Toboso —— 2.000
Escribanía del Corral de Almaguer 9.000 8.000 ——
Pedido de San Juan en Dosbarrios 3.000 ——
Peones de serna en Dosbarrios 1.200 1.200
Yantar de El Toboso —— 412
Yantar del Corral de Almaguer 1.200 1.200 ——
Martiniega de Dosbarrios 1.200 1.200 1.200 1.200 con cen.
Pecho de San Miguel en Dosbarrios 1.200 1.200 1.200 1.200 —— —— con cen.
Parte de la dehesa de Monreal 13.500 —— con cen.
Censo perpetuo de Vega y Veguilla (Dosbarrios) 15.000 15.000 15.000 15.000 60.000
2/3 de diezmo de pan cogido en Vega y Veguilla (fanegas)72 340 164/2 —— 600 1.000 1.800
½ de diezmo de pan de Dosbarrios (fanegas)73 —— 440 947 400 con cen.
2/3 de diezmo de pan del Corral de Almaguer (fanegas)74 —— 1.530 1.356/6 —— 2.300 2.300 3.000
½ de diezmo de vino de Dosbarrios (arrobas) —— 75 con cen.
2/3 de diezmo de vino del Corral de Almaguer —— 15.000 20.000 —— 110.000
Diezmos menudos de El Toboso —— 18.630
Diezmos menudos del Corral de Almaguer 25.000 30.000 42.638 —— —— —— con vin.
2/3 del medio diezmo de ganados de la Vega y Veguilla 13.000 21.265 —— —— con cen.

71
Para 1525 los bienes de esta encomienda habían pasado a pertenecer a la Mesa Maestral (Lib. 1.080c, fol. 276).
72
En 1480 eran 140 de trigo y el resto de cebada, en tanto que en 1494 eran 62/2 de trigo, 73 de cebada y 29 de avena.
73
En 1480 eran 140 de trigo y 300 de cebada, mientras que en 1494 eran 397 de trigo y el resto de cebada.
74
En 1480, 550 de trigo y el resto de cebada, centeno y avena sin desglosar; en 1494, 610 de trigo, 700 de cebada, 40 de centeno y 6/6 de avena.

394
1478 1480 1494 1508 1511 1511 1525
Diezmo de ganados del Corral de Almaguer 85.000
Diezmo de cominos de la Vega y Veguilla (fanegas) 3
Diezmo de aceite de la Vega y Veguilla (jarras) 26
Valor global (según documentos) 375.000 750.000
Totales75
En maravedíes 71.600 108.842 110.503 18.600 137.000 198.000 255.000
En fanegas de pan 1.970 2.542 3.300 3.300 4.800
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 62 y 148, Lib. 1.064c, fol. 27, Lib. 1.067c, fol. 81, Lib. 1.073c, fol. 371, Lib. 1.075c, fol. 140, Lib. 1.079c, fol. 311-312 y Lib. 1.080c, fol. 272.

75
Según la media annata de 1522, el valor global de la encomienda había ascendido a 190.884 mrs. (Lib. 1.080c, fol. 275).

395
38. ENCOMIENDA DE MONTEALEGRE
1478 1480 1494 1508 1511 1525
Derecho ordinario, mostrencos y abintestatos —— ——
Portazguillo —— ——
Guardas del monte —— —— 1.500
Caza de conejos y perdices 250 250 3.000
(mrs./perdices) 60 60
Mesón 4.000 4.000
Adahala de los arrendatarios 100 100
(mrs./gallinas) 48
Adahala de queso 3 3
(arrobas de queso/carneros) 14
Albaláes de la leña del monte 11.000
Derecho de casares —— ——
Leña que sacan los de La Guardia, Dosbarrios, Cabañas, Yepes y Ocaña 1.500 1.500
Asadura del invernadero —— ——
Calzas blancas por hato (para el alcaide) —— ——
Dehesa de comendador 20.000 20.000 55.000 61.000 59.500
——
(mrs./animales)76 120 120 10 50
Ejido y casa de Escorchón 400 400
(mrs./gallinas) 4 4
Heredad de Buenavista 400 400 1.500
Diezmo de pan de la encomienda77 500 500 440 1.000 ——
Diezmo de la huerta de Escorchón (El Collado) 500 500 1.200 600
Medio diezmo de ganados en invierno 800 800 1.000
(mrs./carneros)78 25 25
Diezmo de carbón y leña en Villatobas 1.700 1.700
Diezmo de hornos de yeso nada nada —— ——

76
En 1478 y 1480 los 120 animales se desglosaban así: gallinas, perdices y conejos por igual; en 1494 fueron sólo carneros y en 1511, 10 carneros y 40 gallinas.
77
En 1494 eran 230 fanegas de trigo y el resto de cebada y centeno.
78
En 1494 incluía esta renta, además, 2 arrobas de queso, 100 perdices, 50 conejos y 60 gallinas.

396
1478 1480 1494 1508 1511 1525
Totales79
En maravedíes80 25.650 25.650 61.700 65.600 65.000 120.000
En fanegas de pan 500 500 440 1.000
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 132-137, Lib. 1.064c, fol. 43-44, Lib. 1.067c, fol. 340, Lib. 1.073c, fol. 226-227, Lib. 1.076c, fol. 92-93 y Lib. 1.080c, fol. 300.

30. ENCOMIENDA DE MORA


1478 1480 1494 1508 1511 1525
Escribanía 3.500 3.500 7.500 3.000 9.000 15.000
Humazgo 1.800 1.800 2.000 2.000 2.000
Derechos de carnicería (tajón de vaca e carnero) 7.000 7.000 15.000 12.000 20.000
Renta de la parada 40 40
Renta de la mesta y Cañada del Castillo 20.000 20.000
Renta de la asadura 1.800 1.800 2.000 ——
Hornos de poya 20.000 20.000 6.000 ——
La Cerrada y el Pradillo 700 500 650
Huerta de la Orden 1.600 1.600 3.000 4.000 4.000
Huertos de la Villa 300 300
Censos de casas y corrales 120 120 255
(mrs./gallinas) 53 53 150 40 60 35
Censo de la tienda de la Plaza 400
(mrs./gallinas) 25
Diezmo de pan de la villa y la dehesa y medio diezmo de la Cañada del Castillo
880 880 3.000 1.300 1.600 ——
(fanegas)81
Diezmo de vino (arrobas) 3.500 3.500 3.000 2.500 2.500
Diezmo de ganado 22.000
Diezmo de pollos, lechones y ansarones 2.000 2.000 7.000

79
Para otros años tenemos los siguientes datos globales; los de 1516-1517 de acuerdo con la media annata:
1468 1508 1509 1515 1516 1517
En maravedíes 40.000 100.000 159.490 159.490
En fanegas de trigo 920 486 274/6 274/6
En fanegas de cebada 142/8 142/8
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 17, Lib. 1.079c, fol. 327 y Lib. 1.080c, fol. 300-303.
80
En 1525 del total general había que descontar 7.500 mrs. de çierto lienço de Ruán (Lib. 1.080c, fol. 300).
81
En 1478 y 1489 eran 200 fanegas de trigo, 600 de cebada y el resto de centeno, y en 1494, 1.000, 1.800 y 200, respectivamente.

397
1478 1480 1494 1508 1511 1525
Diezmo de corderos, queso y lana 15.000 15.000 —— 28.000 ——
Diezmo de borricos, potricos y becerros 1.000 1.000 5.000 14.000
Diezmo de colmenas, palomares, alcaceres, melonares, garbanzos, cañas, jaras y
con bor. con bor. 5.000 6.000
tejadores y derechos de celares
Diezmo de soldadas de mozos 3.000 3.000 7.500 —— con bor.
Totales82
En maravedíes 78.360 78.360 61.100 31.500 76.432 35.255
En fanegas de pan 880 880 3.000 1.300 1.600
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 82-83, Lib. 1.064c, fol. 10, Lib. 1.067c, fol. 62, Lib. 1.073c, fol. 220, Lib. 1.075c, fol. 120-124 y Lib. 1.080c, fol. 230.

40. ENCOMIENDA DE OCAÑA83


1478 1480 1508 1511 1515 1525
Penas, setenas y homicidios nada nada 5.000
Penas de dados y naipes nada nada
Derecho de mostrenco de las cosas perdidas —— ——
Penas, calumnias y mostrenco en Villatobas —— ——
Preeminencia de poner alguacil en Ocaña y Villatobas —— ——
Preeminencia de poner alcaide en Villatobas (cargas de lana) 4 4
Presente anual del alguacil de Ocaña 2.200 2.210 2.210 2.210
Terzuelos de judíos y moros 6.000 6.000
3 peonadas al cavar y 3 al segar de cada moro de Ocaña y Villatobas 1.250 1.250
Humazgo por San Miguel de cada moro (13 mrs. y 2 cornados) —— ——
Tributo del horno de la aljama hebrea 1.750 1.750
Tributo del horno de la aljama mudéjar 275 275
Presente de cama y carneros de los judíos por Navidad y Resurrección 500 500
Presente de cama y carneros de los moros por ambas pascuas 150 150

82
En otros años contamos con datos globales; los datos entre 1521 y 1524 tomados de las medias annatas; en los años 1521 y 1522 deben descontarse décimas y otros conceptos y derechos:
1468 1508 1511 1514 1521 1522 1523 1524
140.000 250.000 200.000 194.000 154.000 154.000 237.502,5 237.502,5
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 2, Lib. 1.079c, fol. 248 y Lib. 1.080c, fol. 236 y 246.
83
Faltan los folios correspondientes a las rentas de 1494. Para 1525 la Mesa Maestral ya se había adjudicado buena parte de las rentas de esta encomienda (Lib. 1.080c, fol. 280-289). Con anterioridad a 1478 el
horno había rentado 1.700 mrs. y la açanca, 1.400 (Lib. 1.063c, fol. 67).

398
1478 1480 1508 1511 1515 1525
4 mrs. los sábados de cada mujer del mundo o de seguida —— —— 204 400
Tributo de açacanes y panaderas nada nada nada ——
Tributo de cada açanca que echa agua y es vendida en la villa 1.400 1.400
Tributo del lino 2.500 1.875 2.100 2.500
¼ de vientos mayor y menor, zarandaja y mesón de harina 4.000 4.000 6.000 6.000 8.000 8.500
Derecho de los cantareros —— ——
Cuarto de las obradas de la serna —— —— 400 400 400 ——
Primicias de la serna de Santa María de Agosto —— ——
Horno nada nada 190
Serna del comendador en el Campo de Ocaña 600 600 2.000 1.500 3.000 3.750
Rastrojos de la serna del comendador 1.500 1.500
Una huerta cerca del tinte 1.250 1.250 500 1.020
El huerto de la Orden 6.000 6.500 6.000 7.000
Una tierra de 3 fanegas en el Valle —— ——
Unas eras en el quarto del comendador —— —— 3.000
Censo de unas casas 1.498 1.497 375
(mrs./gallinas) 24 24 6
Censos de varios corrales en la Villa 272
(mrs./gallinas) 10 10 19
Diezmo de pan de la serna del comendador (fanegas) 300 300 460 494 520 600
Diezmo de vino y aceite de la serna del comendador 2.500 2.000 2.500 6.000
(mrs./arrobas de vino) 150 150
Diezmo de pan cocido de fuera —— ——
Diezmo de alcaceres —— ——
Medio diezmo del Corralejo (quesos) 15 15
Medio diezmo del ganado nacido en el Corralejo y entero del molino de —— ——
Valdeocaña
Totales
En maravedíes 18.675 18.675 22.100 22.391 26.107 39.817
En fanegas de pan 300 300 460 494 520 600
84
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 67-60, Lib. 1.064c, fol. 17-20, Lib. 1.073c, fol. 294-295, Lib. 1.075c, fol. 229, Lib. 1.079c, fol. 1.218-1.222 y Lib. 1.080c, fol. 292-293.

84
Conservamos otros datos globales, tomados de arrendamientos y medias annatas:

399
41. ENCOMIENDA DE SANTA CRUZ DE LA ZARZA
1478 1480 1494 1508 1511 1515 1525
¼ de penas del monte 200 200 800 1.000 2.000 ——
Alguacilazgo 600 600 150
Fonsadera de cada casa 290 290 4.020 3.000 3.000 ——
Las panaderas un pan de cada leña 30 30
Cada zapatero 60 mrs./año —— —— 50 60 60 ——
Portazguillo 350 350 600 600 800 ——
Peones de serna 800 800 con fon. con fon. con fon.
Presente de los judíos de 2 carneros/año 300 300
½ del pie de altar 300 300
Cuartas del pan ——
Horno85 3.700 3.700 6.650 —— 4.500
Derecho de los que no pagan pan (gallinas) 40
Presente por las dos pascuas del alguacil y alcaldes de 2 carneros 330 330 300 300 300
——
y 2 cántaros o arrobas de vino (mrs./cántaros) 3
Dehesa de monte86 ——
Dehesa de Pozoancho y serna de comendador 800 800
Dehesilla 2.000 1.000 2.000 ——
Viñas de la serna nada nada
Censo de la huerta de los granados 10 10 700 1.000 1.000 900 ——
Diezmo y primicia de queso 100 600
11.280
Diezmo y cuartas de pan de la serna de la Orden
100 100 170 150 ——
(mrs./fanegas/gallinas)
100 100
Diezmo de aceituna 900 900 200 2.000
——
(mrs./fanegas de aceituna) 15
Diezmo de huertas 150 400 —— 1.500 ——

1468 1507 1511 1515 1518 1523 1525


50.000 41.400 42.000 42.000 59.000 63.250 61.000
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 4, Lib. 1.073c, fol. 296. y Lib. 1.080c, fol. 292 y 294.
85
Había rentado anteriormente 750 mrs. (Lib. 1.063c, fol. 46).
86
La había dado el concejo a la Orden a cambio de dos hornos de poya y un corral (Lib. 1.080c, fol. 1.118).

400
1478 1480 1494 1508 1511 1515 1525
Diezmo de alcaceres y cáñamos 150 150 con huer. ——
Diezmo de pollos y lechones con pie con pie 750 1.000 1.000 ——
Diezmo de teja y ladrillo 300 300 300 500 500 ——
Sexmos de las yerbas que vende el concejo y del monte 2.500 2.500 1.800 2.000 2.500 ——
Hierro de ganado 2.500 2.500 10.000 10.000 20.000 15.000
Totales87
En maravedíes88 15.120 15.120 850 40.330 21.060 41.210 15.000
En fanegas de pan 100 100 170 150
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 45-46, Lib. 1.064c, fol. 83, Lib. 1.067c, fol. 203, Lib. 1.073c, fol. 115-116, Lib. 1.076c, fol. 144-146, Lib. 1.079c, fol. 1.019-1.021 y Lib. 1.080c, fol. 1.118.

42. ENCOMIENDA DE TORREVEJESATE


1468 1478 1480 1494 1498 1511 1525
Penas, calumnias y abintestatos —— ——
Preeminencia de poner alguacil de 2 presentados por el concejo ——
Portazgos en Socuéllamos y Manjavacas 15.000 27.000 40.000 40.000 33.125
Humazgos de Manjavacas 58
Asaduras de Torrevejesate (puercos) 1 —— con port. con port.
Sétimas de los molinos (fanegas de trigo) 10 10
Horno de poya —— 3.000 2.880 3.500 3.250
Yantar de las Mesas ——
Yantar de Manjavacas 30
Yantar de Socuéllamos 30
Pagan los de las Mesas por pacer 670 660
Redención del diezmo de caza (gallinas) 20
Montazgos (carneros) 20 20
½ de ganado sacrificado en las Mesas ——
Borra de ganados cabañiles 4.000 4.000

87
Valores globales de otros años:
1468 1509 1510 1524 1525
14.000 50.000 50.000 35.000 70.000
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 12, Lib. 1.076c, fol. 144 y Lib. 1.080c, fol. 1.118.
88
La cortedad del total de 1494 se debe a la ausencia de algunos de los folios donde constaban las rentas.

401
1468 1478 1480 1494 1498 1511 1525
Descaminados ——
Herbaje de Torrevejesate89 no arrend. 6.000
Herbaje de las Mesas (un carnero/hato) 660 660
Dehesa de Manjavacas 1.000 1.000 1.000 1.600
Diezmo de pan 66.473
(mrs./fanegas)90 1.000 1.100 2.100 2.100
Diezmo de vino 32.568,5
(mrs./arrobas) 1.000 1.000 1.100 1.200
Diezmo de ganado lanar y cabrío 51.500
(mrs./cabezas) 300 380 400 400
Diezmo de lana 14.500
(mrs./arrobas) 60 60 50 50
Diezmo de queso (arrobas) 4 6 3 con lana
Diezmo de una huerta 400 500 con lana
Diezmo de collazos 2.500 3.000 5.000 5.000 con lana
Diezmo de borricos, potricos y muletos 150 con col. con lana
Diezmo de pollos, lechones y ansarones 400 500
con lana
(mrs./pollos) 24 40
Valor global (según documentos) 112.000 160.000 160.000 700.000
Totales
En maravedíes 18.310 33.778 60.350 55.160 203.016,5
En fanegas de pan 1.000 1.100 2.100 2.110
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 78, Lib. 1.063c, fol. 211-212, Lib. 1.064c, fol. 142, Lib. 1.067c, fol. 392, Lib. 1.068c, fol. 161-162, Lib. 1.076c, fol. 769-771 y Lib. 1.080c, fol. 1.003.

43. ENCOMIENDA DE VILLAMAYOR91


1478 1480 1494 1498 1507 1511 1515 1525
En Villamayor de Santiago:
Penas, calumnias, mostrenco y abintestatos —— —— 2.500 —— ——
Tablero ——

89
En 1478 no estaba arrendada, antes lo había estado en 4.000 mrs. (Lib. 1.063c, fol. 212).
90
En 1480 eran 600 fanegas de trigo y 500 de cebada.
91
Habían rentado anteriormente a 1478 las dos dehesas de Villamayor 1.200 mrs. y 10.000 el diezmo de tinajas, humazgos, portazguillo y mitad del pie de altar de El Toboso (Lib. 1.063c, fol. 160).

402
1478 1480 1494 1498 1507 1511 1515 1525
Alcaldía de las alzadas ——
Humazgos —— 300 —— 900 con pen. con huert. ——
Retajo de la carnicería 80 con pen. 80 80
Portazguillo —— 300 —— con huert. ——
Paradilla —— con port. —— 300 con huert. ——
½ del pie de altar —— 2.500
Maquilas de 12 molinos en el Cigüela (fanegas)92 600 120 —— 550 80 80 80 ——
2 hornos de poya —— —— 2.900 —— 10.000 ——
2 batanes 120 120 120 120 120 120 120
Pecho de San Miguel 800
Calzas del concejo 100 100 100 100 100 100
Dehesa de Magaceda —— 600 —— 350 ——
Dehesa de Añador —— con Mag. —— 1.300 ——
Diezmo de pan —— con mol.
Diezmo del pan de las dehesas (fanegas) —— 300 300 300 ——
Diezmo del pan de las sernas 1.800 2.400 3.000 ——
Diezmo de huertas y cañamones —— 3.600 4.000
Diezmo de pollos, lechones y ansarones —— 1.500 3.000 con huert. con huert. ——
Diezmo de teja y cántaros —— 380 con huert. con huert. ——
Diezmo del molino ——
Mejor hierro dezmero de ganado —— 4.000 —— 4.000 5.000 3.000 4.000 ——
En Gúzquez (Villaverde):
Penas, calumnias, mostrenco y abintestatos ——
Penas de Hontanaya ——
½ del pie de altar —— con huert. —— con huert.
Paradilla ——
Hornos —— nada
Dehesas de Serrezuela y Almenara —— —— 300 300 310 310 ——
Un ejido 900 1.000 ——
Haza del Arca con ejid. con ejid. ——
Haza de la Vega con ejid. con ejid. ——

92
En 1498 se trataba de 150 fanegas de trigo, 300 de cebada y 100 de minucias.

403
1478 1480 1494 1498 1507 1511 1515 1525
2 huertas 1.500 1.000
—— con ejid. con ejid.
(mrs./gallinas) 2
Diezmo de pan y pan de las sernas (fanegas) con maq. 300 —— ——
Diezmo de huertas —— 400 —— 1.800 con ejid. ——
Diezmo de cera y miel —— ——
Diezmos menudos y minucias con huert. 400 ——
En El Toboso:
Penas, calumnias, mostrenco y abintestatos —— con min. con min. con min. con pan
Derechos de la carnicería —— con min. con min. con min.
Humazgos —— con par. —— con min. con min. con min.
Portazguillo —— con min. con min. con min.
Paradillla —— 2.000 —— con min. con min. con min. 40.000
½ del pie de altar —— con par.
Calzas —— 17.000 100 160
Diezmo de pan —— con calz.
Diezmo de palomares, lechones, pollos y ansarones —— con min. con min. con min. ——
Diezmo de potricos y medio diezmo de cera, miel,
20.000 18.000 20.000 ——
enjambres, melones y huertas
Diezmo de tinajas —— 10.000 —— —— con potr. con potr. con potr. ——
Diezmo de teja —— con potr. con potr. con potr. ——
Valor global (según documentos) 44.000 50.000 70.000 160.000
Totales93
En maravedíes 220 22.620 220 31.030 34.100 48.330 42.430 40.460
En fanegas de pan 420 550 380 380 380
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 159-160, Lib. 1.064c, fol. 103, Lib. 1.067c, fol. 313, Lib. 1.068c, fol. 67-68, Lib. 1.071c, fol. 567-568, Lib. 1.076c, fol. 583-585, Lib. 1.079c, fol. 640-641 y Lib. 1.080c, fol.
1.025 y 450.

93
Se conservan otros datos globales; los dos últimos tomados de las medias annatas, descontadas décimas y costas:
1468 1518 1519
48.000 141.246 141.246
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 84 y Lib. 1.080c, fol. 1.026.

404
44. ALCAIDIA DE VILLANUEVA DE ALCARDETE Y LA MOTA
1478 1480 1494 1498 1507 1511 1515 1525
Penas, calumnias, setenas, mostrencos y armas en 1.000 1.000
—— —— ——
Villanueva de Alcardete (mrs./fanegas de trigo) 6
Penas y calumnias en La Mota —— —— 500 ——
Penas y calumnias en Puebla de don Fadrique —— 200 —— —— ——
Penas y calumnias en Quintanar —— —— 1.500 —— —— ——
Humazgo en Villanueva de Alcardete con meseg.
Portazguillo de La Mota 500 150 500 500 500 2.000 2.500
8 mrs. de cada telar de Villanueva 90 106 —— con penas con penas ——
Cuarto de los molinos del Cigüela (Alperilla, Ocaña, 2.500
Clemente, Habava y Aceñuela) (mrs./fanegas) 59 59 54 60 75 50
Hornos de Villanueva con meseg. con tributo ——
Horno de Puebla de don Fadrique 800 ——
(mrs./fanegas) 6
Tributo de media fanega de trigo de la medida vieja
de cada labrador y la mitad de los demás, en con meseg. 50 60 60 70 75 75
Villanueva (fanegas)
Tributo del labrador en Puebla de don Fadrique con horno 30 25
—— —— ——
(fanegas)
Diezmo y terrazgo de las tierras de La Mota 750
—— ——
(mrs./fanegas de cebada) 40 40 20 20 20
Medio diezmo de huertas, alcaceres, corrales en
400 con penas —— —— ——
Quintanar
Diezmo de garbanzos, matalahúva y arvejas en
350 300 600 600 2.000 2.500 con bor.
Villanueva
Diezmo de teja y cántaros en La Mota 2.000 —— 1.000 2.000 —— con port. con port. ——
Medio diezmo de teja en Quintanar 500
con penas —— —— ——
(mrs./fanegas por mitad) 15
Diezmo de pollos, ansarones y lechones en La Mota 800 —— 1.000 1.000 1.000 con port. con port. ——
Diezmo de borricos, potricos y becerros en
1.000 1.500 1.500 con garb. con garb. ——
Villanueva
Diezmo de soldadas de mozos en Villanueva 1.000 2.500 —— 2.500

405
1478 1480 1494 1498 1507 1511 1515 1525
Diezmo de mesegueros, boyerizos y vaquerizos en 5.500
—— con penas con penas ——
Villanueva (mrs./fanegas) 12 25
Diezmo de porquerizos y boyerizos en Puebla de don 6 6
—— ——
Fadrique (fanegas)
Diezmo de porquerizos y boyerizos en Quintanar con teja con teja con penas —— ——
Diezmo de porquerizos y boyerizos en La Mota 175 —— con port. con port.
Valor global (según documentos)94 17.000 15.000
Totales
En maravedíes 14.875 150 4.290 10.406 3.600 5.000 6.000 2.500
En fanegas de pan 212 221 134 150 170 125
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 172-174, Lib. 1.064c, fol. 137 y 75, Lib. 1.067c, fol. 352-353, Lib. 1.068c, fol. 105-106, Lib. 1.071c, fol. 326-327, Lib. 1.076c, fol. 629-630, Lib. 1.079c, fol. 554-555 y Lib.
1.080c, fol. 1.016, 1.008, 435 y 426.

45. ENCOMIENDA DE VILLANUEVA DE ALCARDETE95


1468 1478 1480
Escribanía 4.500 4.500
Pedido 11.157 13.500
(mrs./cornados) 4
Diezmo de pan (fanegas)96 423/3 1.000
Diezmo de vino 20.000
(mrs./arrobas) 800
Diezmo de lana, queso y corderos 18.000 22.000
Diezmo de cominos97 nada nada
Diezmo de teja98 nada nada
Valor global (según documentos) 125.000
Totales
94
En 1468 había rentado globalmente la alcaidía 15.000 mrs. (Lib. 1.233c, fol. 81).
95
Las rentas de 1494 y 1525 son llevadas por la Mesa Maestral sin citar encomienda (Lib. 1.067c, fol. 354 y Lib. 1.080c, fol. 1.017).
96
En 1478 eran 200 fanegas de trigo, 220 de cebada y el resto de centeno y avena.
97
Anteriormente a 1478 había rentado 600 mrs.
98
Antes de 1478 suponía 400 mrs.

406
1468 1478 1480
En maravedíes 33.657 60.000
En cornados 4
En fanegas de pan 423/3 1.000
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 81, Lib. 1.063c, fol. 163 y Lib. 1.064c, fol. 78.

46. ENCOMIENDA DE VILLARRUBIA


1478 1480 1494 1508 1515 1525
Penas y calumnias —— —— —— ——
Alguacilazgo ——
Humazgos 500 —— 2.500
Portazguillo 100 —— 1.000 4.500 ——
Peones de serna —— con hum. 2.000 ——
½ del pie de altar de pan, vino y dinero 400
Espaldas de pan e vino de las bodas —— ——
Çierto derecho de la madera del río según se avienen —— ——
3 aceñas de Valdajos (fanegas) 250 500 —— 600 530 ——
Horno de poya99 nada 4.000
Presente de Navidad (28 gallinas y 2 tocinos) 600 —— ——
Dehesa de Valdajos 4.000 —— 12.000 12.000 ——
15 eras en la Sernilla ——
La era y el olivar de Palaçio —— —— 250 ——
80 pies de olivas viejas nada
Corrales de alcaceres, junto a las casas de la Orden ——
Diezmo de pan de la dehesa ——
Diezmo de pan de la serna (fanegas)100 116 100 282 ——
Diezmo de vino de la serna (arrobas) 150 ——
Diezmo de aceite y aceituna de la serna (arrobas de aceite) 8 —— 2 70 ——
Diezmo de rosas, miel y cera —— nada —— ——
Diezmo de pollos, ansarones y lechones con pie —— con port. con port. ——
Diezmos menudos 20.000

99
Antes de 1478 rentaba 450 mrs. (Lib. 1.063c, fol. 88).
100
En 1478 las fanegas se desglosaban así: 10 de trigo, 100 de cebada y el resto de centeno; en tanto que en 1515 eran, respectivamente, 20, 250 y 12.

407
1478 1480 1494 1508 1515 1525
Diezmo de azafrán perdido
Diezmo de molino de aceite (arrobas) —— 6 ——
Mejor dezmero del ganado 2.000 —— Con deh. 5.000 ——
Valor global (según documentos)101 70.000 150.000
Totales
En maravedíes 7.600 24.000 70.000 15.500 23.750 150.000
En fanegas de pan 366 500 700 812
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 51-52, Lib. 1.064c, fol. 85, Lib. 1.067c, fol. 88, Lib. 1.073c, fol. 355-356, Lib. 1.079c, fol. 1.098-1.099 y Lib. 1.080c, fol. 1.127-1.128.

47. ENCOMIENDA DE ALHAMBRA Y SOLANA


1478 1480 1494 1498 1507 1511 1515 1524
Penas, calumnias y abintestatos en Alhambra —— —— —— 200 —— nada ——
Penas de los juegos —— —— —— ——
Portazguillo de Alhambra con horno con horno nada nada
Portazguillo de Solana 600 800 nada nada nada
2/5 del pie de altar en Alhambra con horno con horno ——
Cuarto de 3 molinos en Solana (fanegas) nada nada 20 20 —— con minu. ——
Horno de Alhambra 7.500 7.500 —— nada nada
Hornos de Solana 25.000 25.000 11.000 10.000 nada nada nada
Martiniega de Solana 1.218 1.218 1.500 2.000 2.000
Yantar 800 800 800 800 800 con menu.
800 800 ——
Serna del Tocón
2 2
(mrs./carneros/fanegas de pan por mitad)
150 260
Censos en Solana —— —— ——

101
En 1494 habría que sumar al total 7.000 mrs. de la décima. Otros valores globales:
1468 1509 1510 1511 1523 1524
En maravedíes 24.000 22.951 25.723 33.712 122.141 123.750
En fanegas de pan 1.324 1.170 1.170
En arrobas de aceite 70
En arrobas de lana 10
En arrobas de queso 2
En chivas (unidades) 1
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 16, Lib. 1.075c, fol. 172-174, Lib. 1.079c, fol. 1.102-1.106 y Lib. 1.080c, fol. 1.129.

408
1478 1480 1494 1498 1507 1511 1515 1524
Dehesa de la Vega 70.000 70.000 32.000 33.000 —— 30.000 25.000 60.000
Prado de los Caballos con serna con serna
Diezmo de trigo (fanegas) 200 200 800 900 112 1.200 930 2.500
Diezmo de cebada (fanegas) 200 200 700 700 130 con trigo 800 con trigo
Diezmo de centeno (fanegas) 16 16 40 45 con trigo 30 con trigo
Diezmo de vino (arrobas) 250 250 100 1.100 —— 500 con menu.
Diezmo de lana 85.000
con gan. ——
(mrs./arrobas) 20 20 100 100 140
Diezmo de queso 4
con lana con gan.
(arrobas/unidades) 14 14 80 60
Diezmo menudo 300 300 10.000 11.000 —— 30.000 25.000 213.000
Diezmo de miel, cera y enjambres —— —— —— 1.500 1.500 con menu. —— con menu.
Diezmo de borras de Alhambra (reses) 100 100
Diezmo de muelas 150 150 750 750
——
(mrs./perdices) 2 2
Diezmo de corderos y ganado cabrío (cabezas) 200 200 400 380 con lana 200 800
Valor global (según documentos)102 300.000 300.000 9.000 200.000
Totales
En maravedíes 104.968 104.968 55.900 58.500 88.580 61.550 51.550 273.000
En fanegas de pan 416 416 1.560 1.665 242 1.350 2.020 2.500
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 254-255, Lib. 1.064c, fol. 161-162, Lib. 1.067c, fol. 407 y 648-649, Lib. 1.068c, fol. 402-403, Lib. 1.071c, fol. 277, Lib. 1.077c, fol. 70-78, Lib. 1.078c, fol. 88-91 y Lib.
1.080c, fol. 489-491.

48. ENCOMIENDA DE CARRIZOSA


1468 1478 1480 1494 1498 1511 1514 1525
Penas, achaques y calumnias ——
Pie de altar ——
Cuarto del molino (fanegas) 10 15 15
Horno de Carrizosa nada nada 7.000 3.000 nada nada
3 hornos de Villanueva 40.000 27.000 47.000 49.000 nada nada
Martiniega 180 150 120 120 72

102
Los valores globales de los dos primeros años, según el mayordomo del Prior (Lib. 1.063c, fol. 16). El total de 1494 se refiere sólo a los ingresos habidos en Alhambra. En 1468 la encomienda completa
había rentado 150.000 mrs. (Lib. 1.233c, fol. 72).

409
1468 1478 1480 1494 1498 1511 1514 1525
Yantar 50
Censo de la Huerta de la Orden 600 1.000 1.000
Dehesa de Peñaflor 6.000 6.000 8.000 8.000 25.000 25.000
Un corral de alcacer 150
2/3 de diezmo de trigo (fanegas) 98 500 220 220 407/10 200
2/3 de diezmo de cebada (fanegas) 60 con trigo 100 100 240 con trigo
2/3 de diezmo de centeno con cebada con trigo con cebada con cebada con trigo
2/3 de diezmo de vino 200 200 204
(mrs./cargas) 2,5
2/3 de diezmo de corderos 2.000
——
(mrs./unidades) 70 70
2/3 de diezmo de queso 3 5
——
(arrobas/unidades) 12
2/3 de diezmo de lana 200
——
(mrs./arrobas) 5 2
Diezmo de cáñamo y cañamones 1.560
(mrs./arrobas) ½
Diezmo de huertas, ajos y cebollas ——
Diezmo de colmenas 100
Diezmo de borricos, potricos y muletos —— 300 300
Diezmos menudos —— 100 con bor. nada
Diezmo de soldadas de mozos —— con bor. con bor.
Diezmo de miel (azumbres) 1
Terrazgo y diezmo de Peñaflor (fanegas)103 107 120 120 con censo
Valor global (según documentos)104 42.000 27.000 55.000
Totales
En maravedíes 48.590 37.000 63.620 61.620 52.072 25.204
En fanegas de pan 275 500 455 455 407/10 200
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 73, Lib. 1.063c, fol. 218-219, Lib. 1.064c, fol. 171, Lib. 1.067c, fol. 414, Lib. 1.068c, fol. 180-181, Lib. 1.077c, fol. 314-318, Lib. 1.078c, fol. 398 y Lib. 1.080c, fol. 967.

103
En 1478 se desglosaba en 7 fanegas de trigo y 100 de cebada.
104
El total de 1511 indica el resto del valor de la encomienda en conceptos no especificados.

410
49. ENCOMIENDA DE LA MEMBRILLA DEL TOCON
1478 1480 1494 1498 1510 1511 1512 1515 1517 1518 1524
Penas y calumnias en La
1.000 —— —— —— ——
Membrilla
Abintestatos y mostrenco en La
—— —— —— ——
Membrilla
Mostrenco en Alcubillas 300 —— —— ——
Peso mayor y mampostería 200 —— 1.000 1.000
Derecho de relego (diciembre) 200 —— 200 200
Peso de carnicería 200 200
Carnicerías 300 —— 100 —— 42
Portazguillo de Membrilla 200 —— 200 200 230 200 200 200 200
Humos de Membrilla 3.000
Humos de Alcubillas 1.000
Cuarto de 5 molinos de Azuer 4.008 4.750 10.000 13.000
nada —— nada
(mrs./fanegas) 90
Horno de Membrilla 3.000 7.000 12.000 nada —— 68
Horno de Alcubillas 1.000 4.500 4.000 nada
Servicio de las 3 pascuas 500 500 600 400 332 500 500 500
Dehesa del Salobral 2.600 500 1.000 3.133 3.510 5.000 4.525 4.350 5.100 5.000
——
(mrs./fanegas) 200
Dehesa de Valfermoso 3.000 —— 23.000 7.000 6.000 3.468 7.000 7.000 45.000 25.000 45.000
Dehesa del Campillo 14.000 —— 28.000 31.000 78.800 40.000 40.000 con Valf. 5.500 9.000
Dehesa de Santa María de las
1.150 ——
Flores
Serna de La Membrilla 2.500
Las çinco mill vides —— 2.000 2.000 con miel —— 3.200
Viña de la Orden 1.000 1.000 2.000 1.178 1.200 1.500
Navazo de Santa Elena 2.000
Huerta del navazo 350
——
(mrs./fanegas) 25
Pozo de la serna (fanegas) 15 —— ——
Diezmo de pan de Alcubillas 49.600 1.000 1.200
——
(mrs./fanegas) 260 880 1.000

411
1478 1480 1494 1498 1510 1511 1512 1515 1517 1518 1524
Diezmo de vino de Alcubillas 10.000 11.000 12.000 13.000 12.000 16.127 15.000 14.000
——
(mrs./arrobas) 200
Diezmo de pan del Peral ——
Diezmo de lana de Alcubillas 10.000 11.000 12.000
(mrs./arrobas) 1
Diezmo de queso de Alcubillas
10 con lana con lana con lana
(unidades)
Diezmo de corderos de
2.200 con lana con lana 10.000 con lana 16.000 10.800 19.400 15.000
Alcubillas
Diezmo de huertas y alcaceres 3.000 —— 3.300 3.300 5.625 6.440 7.000 con men.
Diezmos menudos 4.000 —— 5.060 3.000 2.600 2.578 2.000 1.600 1.450 1.300 14.000
Diezmo de miel 100 2.700
Diezmo de potricos 70 —— 1.800 2.060 1.800 1.800 3.000
Diezmo de lino 6.000
Diezmo de teja (barro menudo) 1.500 5.450 6.236 4.000 5.500 4.798 8.135 6.750
Diezmo de tinajas y barro 3.000 —— 10.060 10.000 1.600 2.310 7.000 5.550 6.500 8.000
Diezmo de ollas, cántaros y
2.000
vidriado
2/5 de pie de altar de Membrilla 4.700 —— 3.300 3.300
Valor global (según
80.000 121.972 300.000
documentos)
Totales
En maravedíes 51.270 4.000 130.320 101.400 76.108 121.972 99.250 115.125 92.962 87.747 135.018
En fanegas de pan 260 880 1.305 1.200
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 260-261, Lib. 1.064c, fol. 150, Lib. 1.067c, fol. 659-660, Lib. 1.068c, fol. 413-414, Lib. 1.077c, fol. 105-109, Lib. 1.078c, fol. 125-135 y Lib. 1.080c, fol. 503-504.

1468 1495 1505 1506 1513 1519


2/5 del pie de altar ——
Arreldes de la carnicería ——
Molinos de Azuer 4.000
(mrs./fanegas) 150
Horno de Membrilla 3.000
Dehesa de Salobral 5.100

412
1468 1495 1505 1506 1513 1519
Dehesa de Valfermoso 31.667
Dehesa del Campillo 2.232
Diezmo de pan de Alcubillas (fanegas) 400
Diezmo de lana de Alcubillas (arrobas) 5
Diezmo de corderos de Alcubillas 4.000
Diezmo de teja, tinajas y barro 6.000 4.657
Diezmo de huertas, alcaceres y menudos 4.067
Diezmo de potricos 570
Valor global (según documentos) 105.000 165.000 108.300 15.000 20.226
Totales
En maravedíes 13.000 52.263
En fanegas de pan 550
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 22 y 260-261, Lib. 1.068c, fol. 412, Lib. 1.071c, fol. 540, Uclés, carp. 197-I, nº 2, Lib. 1.078c, fol. 128 y Lib. 1.080c, fol. 503-504.

50. ENCOMIENDA DE MONTIEL


1478 1480 1494 1498 1507 1511 1515 1525
En Montiel:
Penas, sangres y calumnias 500 500 2.000 1.000 —— ——
Tablero105 7.200 7.200 18.000 —— ——
Peonadas de moros 2.500
(mrs./peonadas) 180 180 160
Cabezas de moros 300 300
¼ del pie de altar 500
Tiendas de la feria 5.000 5.000 4.000 4.000 7.500 6.000
Poyos, varas y tiendas 2.500 2.500 2.500 2.500 500 2.500 2.500
Almotacenía 2.000 1.500 100 nada nada
Correduría 3.000 3.000 1.000 1.500 500 2.000 2.000
Alguacilazgo nada nada
Peso mayor y menor 550 550 400 600 200 con varas
Cambio 500 1.000 265
Molino de Montiel (fanegas) 10 ——

105
En 1511 fue prohibido el tablero, lugar de juego, como nos recuerda Jorge Manrique en sus Coplas.

413
1478 1480 1494 1498 1507 1511 1515 1525
11 molinos de Azover 140 140 154 154 154 154 154
Molino de Valverde 10.000 10.000
nada
(mrs./fanegas) 120 120 100
Molino de Horca (fanegas) 122 122 100 nada 80 80
Molino del Angel (fanegas) 3 3
Horno de Montiel106 10.200 10.200 3.500 6.500 23.000 5.000 5.000
Horno de los moros de Montiel 1.240 con ant.
Horno de Cózar 2.200 2.200 3.500 2.500 con ant. 2.000 2.000
Yantares de Villanueva, Fuenllana, Cózar, Santa
Cruz, Puebla, Torres, Cañamares, Carrizosa y 1.100 1.100 1.050 1.050 1.050 1.000 1.000
Alcubillas
Viña de la Orden (fanegas de trigo) 50 60
Tierra de Herrera (fanegas de cebada) 15 15
Yerba del Cerro de la Orden y Cuesta de la Fortaleza 1.000 1.200
Diezmo de pan de los moros (fanegas de trigo) con Ossa 300
Diezmo de huertas 2.400 2.400 con ant. 500 600
Diezmo de huertas de moros 3.700 3.000
Diezmos menudos de moros 1.000 2.000
Diezmo de carneros de moros 700 700 1.000 1.000
Diezmo de las vertientes del Jabalón (fanegas mitad) con Ossa 80 90
En La Ossa:
Mostrenco 500 500 500
Feria 350 350 4.000 4.000 4.000 10.000 10.000
Portazgo 5.000 5.000 3.000 4.500 3.000 5.000 5.000
Redención del monopolio del horno 2.000 2.000
Molinos (fanegas) 17 17 con pan
Batanes de las lagunas 150 150
Calzas 300 300 750 750
Huerta de la Orden 600 600
Medio diezmo de ganado forastero 3.000 3.000 —— 4.000 ——
Diezmo de trigo (fanegas) 167/4 167/4 650 300 70 300 300

106
Afirmaba, no obstante, el mayordomo en 1494 sy no se aleña non vale, nin ay quien lo tome, porque vale más la costa que el provecho.

414
1478 1480 1494 1498 1507 1511 1515 1525
Diezmo de cebada (fanegas) 148 148 450 150 80 150 150
Diezmo de centeno (fanegas) con cebada 100 100
Diezmo de vino 4.000 5.000 2.000 5.000 5.000
Diezmo de pan del Salido (fanegas de trigo) 4/6 4/6 30 30
Diezmo de lana 8.760 8.760 12.000 6.000 7.000 7.000
Diezmo de queso 1.540 1.540 con lana con lana con lana con lana
Diezmo de ganado lanar y cabrío 19.540 19.540 28.000 22.000 9.500 20.000 20.000
Diezmo de potros y becerros 318 318 500 2.000 2.000
Diezmo de soldadas de mozos 800 800 3.500 3.000 600 2.000 2.000
Diezmo de ganado mesteño 2.280 2.280
Diezmo de pollos y lechones 2.050 2.000 3.000 2.000 2.000
Diezmo de miel y cera 2.500 2.500
Diezmo de la pesca de las lagunas 5.250 5.250 6.000 6.500 6.000 6.000
Diezmo de teja 800 800
Diezmo de carneros de moros con Mont. con Mont. con Mont.
En Fuenllana y Villahermosa:
Horno de Villahermosa 10.500 10.500 16.500 12.000 con Mont. nada 4.000
Horno de Fuenllana 13.000 13.000 13.500 11.000 con Mont.
Mesta 1.500 1.550 1.100 2.500 2.500
Dehesa de Fuenllana 2.000 2.000
Dehesa de la Serna 2.000 2.000 2.000 2.000 2.000
(mrs./fanegas)107 136/6 136/6
Diezmo de ganado mesteño 1.610 1.610 ——
Diezmo de barro de la dehesa 200 300 375
Diezmo de teja de Fuenllana con Ossa con Ossa
En Villanueva de los Infantes:
Molino de la dehesa de Valverde (fanegas de trigo) 10 10 —— ——
Hornos con Mont.
Dehesa de Valverde 1.000 1.000 500 1.000 400
(mrs./fanegas de trigo) 38/9 38/9
Dehesa del Peral (fanegas de cebada) con Ossa 200 200

107
En los dos primeros años se trataba de 76/6 fanegas de trigo y 60 de cebada.

415
1478 1480 1494 1498 1507 1511 1515 1525
Dehesa de Palacios (fanegas) con Ossa 200 66 con Peral con Peral
Diezmo de la dehesa de Valverde (fanegas) 17/9 17/9 200 24/6
Valor global (según documentos)108 180.000
Totales
En maravedíes 109.138 109.138 134.490 180.154 66.244 103.354 119.854 180.000
En fanegas de pan 821/5 821/5 1.110 1.390 275/6 2.805 1.025
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 230-234 y 285, Lib. 1.064c, fol. 187-192, Lib. 1.067c, fol. 442-444, Lib. 1.068c, fol. 243-245, Lib. 1.071c, fol. 209-211, Lib. 1.077c, fol. 395-399, Lib. 1.078c, fol. 507-511 y
Lib. 1.080c, fol. 945.

51. HEREDAMIENTO DE RUIDERA


1468 1478 1480 1494 1498 1511 1515 1525
6 ruedas de molino —— —— —— ——
2 batanes —— —— —— ——
Una huerta —— —— —— ——
2 tiradores de paños —— ——
La pesca de la laguna —— —— —— ——
Valor global 60.000 93.333 100.000 250.000 120.000 nada nada 280.000
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 76, Lib. 1.063c, fol. 215, Lib. 1.064c, fol. 168, Lib. 1.067c, fol. 398, Lib. 1.068c, fol. 174, Lib. 1.077c, fol. 31-34, Lib. 1.078c, fol. 33-37 y Lib.
1.080c, 997.

52. ENCOMIENDA DE TORRES Y CAÑAMARES


1468 1478 1480 1494 1511 1515 1524 1525
Horno de Torres 300 300 nada 485
Molino de Perales 350 350
(mrs./fanegas de trigo) 42 50
Molino de la Dehesilla 10.000
nada
(mrs./fanegas de trigo) 15 20 80
Martiniega 100
Dehesa de Jabalón 1.800 3.000 21.360 22.000

108
Valores globales en otras fechas:
1273 1468 1504 1505
22.000 100.000 108.690 114.320
88.000
Torres Fontes, Documentos de Murcia del siglo XIII, doc. LV, AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 66 y Lib. 1.080c, fol. 945.

416
1468 1478 1480 1494 1511 1515 1524 1525
Dehesa del Concejo 400 400
Un soto bueno —— ——
Diezmo de trigo de Cañamares (fanegas) 400 400 160 500 550
Diezmo de cebada y centeno de Cañamares (fanegas) con trigo con trigo 20 con trigo con trigo
Diezmo de trigo de Torres (fanegas) con trigo con trigo 240 con trigo con trigo
Diezmo de cebada y centeno de Torres (fanegas) con trigo con trigo 107 con trigo con trigo
Diezmo de pollos del Campo de Montiel 3.500 4.000 con minu. 10.000 14.000
Diezmo de ganado lanar y cabrío 4.000 3.000 4.000
(mrs./unidades) 30
Diezmo de lana (arrobas) 5 5
Diezmos menudos y de lechones 200 200 17.000 con gan. con gan.
Diezmo de potricos y borricos 200 200
Diezmo de soldadas de viñaderos 100 100
Diezmo de cáñamo (arrobas) 4 4
Diezmo de queso (arrobas) 2 2
Dezmero excusado 2.000 con gan.
Valor global (según documentos) 34.000 60.000 120.000 120.000
Totales
En maravedíes 8.950 12.550 27.000 34.360 40.485
En fanegas de pan 415 425 527 542 680
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, 68, Lib. 1.063c, fol. 247-248, Lib. 1.064c, fol. 195, Lib. 1.067c, fol. 612, Lib. 1.077c, fol. 277, Lib. 1.078c, fol. 343 y Lib. 1.080c, fol. 932.

53. ENCOMIENDA DE VILLAHERMOSA


1478 1480 1494 1498 1501 1507 1510 1511 1515
Escribanía 900 2.000 8.824 15.100 12.000 11.000 17.000
Yantar 800 800 800 800 800 800 800 800
2/3 del diezmo de trigo (fanegas) 400 700 1.882 1.900 900 1.000 700 1.000 1.000
2/3 del diezmo de cebada (fanegas) 100 400 560 600 350 200 600 600 550
2/3 del diezmo de centeno (fanegas) 80 con ceb. 216 100 con ceb. 100 150 150 80
2/3 del diezmo de vino 9.804
—— ——
(mrs./arrobas) 200 130 200 160 180 500
Diezmo de queso 5 3 18 18 20
con cord.
(arrobas/unidades) 95 120 130

417
1478 1480 1494 1498 1501 1507 1510 1511 1515
Diezmo de corderos 107.800
Diezmo de lana (arrobas) con cord. 25 67 60 60 40 120 80 80
Diezmo de miel (azumbres) con men. 33 8 2 nada con esc.
Diezmo de cera (libras) con men. 18 5 2 nada con esc.
Diezmo de borricos y potricos con men. 800 3.440 2.700
Diezmo de lechones y ansarones con men. 2.450 2.380 6.500 6.000 6.000
Diezmo de ganado lanar y cabrío (unidades) 200 533 600 742 800 600 400 con esc.
Diezmos menudos 1.000 3.333 2.000 3.500 con esc.
Diezmo de huertas 500 500 1.200 con esc.
Totales109
En maravedíes 110.500 3.600 15.515 23.580 11.133 21.300 22.500 17.800
En fanegas de pan 580 1.100 2.658 1.900 1.250 1.300 1.450 1.750 1.630
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 222-223, Lib. 1.064c, fol. 178-179, Lib. 1.067c, fol. 420-421, Lib. 1.068c, fol. 201, Lib. 1.071c, fol. 234 y 242, Lib. 1.077c, fol. 346-347 y Lib. 1.078c, fol. 457-459.

54. ENCOMIENDA DE VILLANUEVA DE LA FUENTE


1478 1480 1494 1498 1507 1511 1515 1519
½ del pie de altar 4.000 4.000 5.000 3.300
Sepulturas110 —— —— —— —— ——
Traslado de difuntos —— —— ——
Batán —— 1.020
3 molinos 32.000 5.700
——
(mrs./fanegas de trigo) 400 200 150 350 200
Dehesa de Gorgogí 30.000 30.000 38.500 38.000 30.000 —— 39.000
Heredamiento de Balazote 6.000 6.000 7.000 8.000 —— 6.000 6.000
4 pedazos de viña 340 3.092
—— —— ——
(mrs./gallinas) 2
Un suelo de tierra ——

109
Otros valores globales:
1468 1501 1525
35.000 216.730 300.000
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 18, Lib. 1.071c, fol. 242 y Lib. 1.080c, fol. 978.
110
A partir de 1511 esta renta quedó adscrita a la fábrica de la parroquia del lugar.

418
1478 1480 1494 1498 1507 1511 1515 1519
4 huertas 500 500 750 340
con viña
(mrs./gallinas) 2 2 2
Un huerto —— —— 1.300 —— —— con viña
Una huerta grande —— —— 310 550 —— con viña
Huerta de Alcaraz 150 150 300 250 200 con viña
Viñas diversas 400 con viña
Tierras diversas (fanegas) 30 68 20 con viña
2/3 del diezmo de trigo 28.000 14.000
(mrs./fanegas) 600 600 600 200 241 330
2/3 del diezmo de cebada 6.530
con trigo con trigo con trigo
(mrs./fanegas) 200 100 77
2/3 del diezmo de centeno 1.180
con trigo con trigo con trigo
(mrs./fanegas) 18 83
2/3 del diezmo de vino 18.000 16.000
(mrs./arrobas) 800 800 850 900 800 700
Diezmo de huertas 4.700 5.000 2.000 3.500 3.000 3.050 4.000
Diezmo de cáñamo, cañamones, lino y pozas 10.000 10.000 15.500 15.000 21.500 20.000 26.100
Diezmo de alcaceres 300 200 —— 485 400 374
Diezmo de lana 23.000 23.000 9.000 15.000 15.000 7.650
(mrs./arrobas) 10
Diezmo de queso 10.000 612
con lana con lana con lana con lana con lana
(mrs./unidades) 20
Diezmo de corderos 13.284
con lana con lana con lana con lana con lana
(mrs./cabezas) 40
Diezmo de ganados con lana con lana 20.000
Diezmo de lechones 2.000 1.000 1.500 3.500 2.625 3.477
Diezmo de pollos 500 1.000 1.000 —— 1.500
Diezmo de borricos 1.000 1.000 2.500 con sold. 4.000 con sold. con sold. con miel
Diezmo de becerros 200 200 con sold.
Diezmo de miel, cera y enjambres 1.300 1.300 1.000 1.500 nada —— 1.000 1.560
Diezmo de carbón 30 30 con alc. nada
Diezmo de barro cocido 500 500 —— nada
Diezmo de soldadas de mozos 11.000 11.000 3.000 10.000 9.000 21.700 23.000 24.000

419
1478 1480 1494 1498 1507 1511 1515 1519
Diezmo de pastel, teja y aceituna 550 550 400 —— nada nada
El mejor dezmero 12.000 12.000 15.000 15.000 15.000 12.000 20.000 34.625
Totales111
En maravedíes 182.430 104.730 86.300 91.810 73.298 109.475 105.065 206.730
En fanegas de pan 1.000 800 1.037 650 604 433
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 222-223, Lib. 1.064c, fol. 178-179, Lib. 1.067c, fol. 420-421, Lib. 1.068c, fol. 218-219, Lib. 1.071c, fol. 222-223, Lib. 1.077c, fol. 346-360, Lib. 1.078c, fol. 457-470 y Lib.
1.080c, fol. 985-987.

55. ENCOMIENDA DE LOS BASTIMENTOS DEL CAMPO DE MONTIEL


1468 1495

Fanegas

Fanegas

centeno
cebada
trigo
Primicias de pan en:
La Membrilla 95 157
La Solana 88 118
Alhambra 18 11
Villanueva de los Infantes 101 123
Fuenllana 56 61
Villahermosa 69 87
Montiel 53 42
Santa Cruz de Montiel 24 22
La Puebla de Montiel 28 21
Villamanrique 56 57
Torre de Juan Abad 17 17
Cózar 16 17
Alcubillas 23 29

111
Otros valores globales:
1468 1520 1525
80.000 197.222 260.000
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 63 y Lib. 1.080c, fol. 984 y 987.

420
1468 1495

Fanegas

Fanegas

centeno
cebada
trigo
Diezmo y terrazgo de ciertas tierras 16 16
en Montiel
Total de pan 661 758
Total en maravedíes 35.000
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 112 y Lib. 1.067c, fol. 660.

56. VICARIA DE MONTIEL


1478 1480 1494 1511
Jurisdicción en Montiel, su Campo y tercio de Alhambra, en lo espiritual y
—— —— ——
en lo temporal112
Vestuario del Prior de Uclés, pues antes existía un convento de freiles113 4.000 4.000 ——
Bienes territoriales en Montiel:
Censo del molino de Abrilejos 100 100 403
(mrs./fanegas) 200
Renta y primicias del donadío de Abrilejos 13 13 15
con mol.
(fanegas de trigo/cebada) 7 7 10
Dos hazas en el camino de Valverde —— ——
Una casilla acensada cerca de la plaza (gallinas)114 2 2 2
150 350
Censo y diezmo de una huerta del Castillo
140
Bienes territoriales en Cañamares:
Hazas por valor de 50 fanegas de tierra en el Ejido, la Mohedilla, las Eras,
—— 33 22 ——
el Camino de Villahermosa y el Renalejo, acensadas (fanegas)115

112
En 1511 su jurisdicción abarcaba todo el Campo de Montiel, incluyendo 22 lugares y 2.500 vasallos.
113
El vestuario en 1418 ascendía a 3.360 mrs. (AHN, Uclés, carp. 214, nº 23); para 1511 el Prior no quería darlo.
114
Su valor equivalía a 50 mrs.
115
En años anteriores a 1480 habían rendido 24 fanegas; las de 1494 eran trigo y cebada por mitad.

421
Derechos de la judicatura:
De carta citatoria 12
De carta monitoria 12
De carta denunciatoria 18
De carta de participantes 24
De carta de anatema 24
De carta de entredicho 36
De mandamiento ejecutorio, para una persona 12
Del mismo, para más de una 24
De carta receptoria 24
De presentaçión de cárçel de corona con su título 8
De carta inhibitoria para el juez seglar con el traslado del título de verbo ad
24
verbum
De absolución por escrito 12
De absolución por escrito de causa criminal 24
De cualquier demanda o respuesta 4
De cada respuesta 6
De juramento 6
De conclusión de proceso 6
De sentencia interlocutoria 8
De presentación de testigo y juramento 8
De presentación de interrogatorio 4
De presentación de testigos 12
De escrito de bien probado 4
De conclusión definitiva 6
De sentencia definitiva 12
De cerrar y sellar un proceso que va en grado de apelación 34
De cada hoja de pliego entero 10
De cualquier traslado de escritura por pliego entero 10
De cualquier querella 24
De mandamiento para prender o soltar 24
Cuando el juez sale fuera a pedimiento de parte y anda 3 leguas arriba 200
Y si ese día se ocupa de negocio, tiene de salario 100

422
Derechos del fiscal:
De las ejecuciones, del millar 25
Si la ejecución no se lleva a efecto ½ diezmo
De cada prenda que saca 4
De cualquier embargo por medio del juez 12
Cuando anduviese de 5 leguas arriba 80
El primer día y los otros 50
De cada persona que prende 34
De carcelaje 24
De cada sacrilegio 1.200
Totales
En maravedíes 100 4.750 55.343
En fanegas de pan 20 53 47 200
AHN, OO.MM., Lib. 1.063c, fol. 236-237, Lib. 1.064c, fol. 152-153, Lib. 1.067c, fol. 431-432 y Lib. 1.077c, fol. 378-383.

57. ENCOMIENDA DE BEAS DE SEGURA


1468 1478 1480 1494 1498 1504 1523 1524 1525
Penas, calumnias y abintestatos —— ——
Portazgo con sold. con sold. 33.000 30.000 28.300 ——
Tributo de carnicerías con sold. con sold. 2.100
4 ruedas de molino 90.000 90.000 90.000
——
(mrs./fanegas de trigo) 700 700
4 hornos de poya 38.000 30.000 35.870
——
(mrs./fanegas de trigo) 200 200
Censos de corrales y huertos 950 950 4.750 4.500 6.000 ——
Derecho de los aserradores 100 100
Tributo y renta de los batanes 1.000 1.000
Renta del Olivar de la Orden 3.000 3.000 11.600 ——
Diezmo de trigo 120.000 94.000 85.000
——
(mrs./fanegas) 600 600
Diezmo de cebada (fanegas) 500 500 con trigo con trigo con trigo ——
Diezmo de centeno (fanegas) 30 30 con trigo con trigo con trigo ——
Diezmo de escaña (fanegas) 25 25 con trigo con trigo con trigo ——
Diezmo de avena (fanegas) 8 8 con trigo con trigo con trigo ——

423
1468 1478 1480 1494 1498 1504 1523 1524 1525
Diezmo de vino 38.000 30.000 30.000 ——
(mrs./arrobas) 800 800
Diezmo de ganado 170.000 90.000 22.057 ——
(mrs./cabezas)116 300 300
Diezmo de lana 10.000
con gan. con gan. ——
(mrs./arrobas) 50 50
Diezmo de queso (unidades) 60 60 con gan. con gan. con lana ——
Diezmo de aceite 20.000 30.000 26.333
——
(mrs./arrobas) 60 60
Diezmo de fruta 6.200 5.000 7.050 ——
Diezmo de soldadas de mozos 16.000 16.000 ——
Diezmo de becerros, potricos y borricos con sold. con sold.
Diezmo de huertos con sold. con sold.
Diezmo de ballesteros de monte con sold. con sold.
Diezmo de lino y cáñamo 1.500 1.500 13.000 12.000 9.0000 ——
Diezmo de miel y cera 200 200 4.000 4.000 4.500 ——
Diezmo de enjambres 200 200 con miel con miel ——
Diezmo de carbón 600 600 ——
Diezmo de pollos y lechones 600 600 1.500 1.500 1.500 ——
Diezmo de cal, teja y ladrillo —— —— 1.765
Diezmo de yeso —— —— con cal
½ de primicias con sold. con sold.
Valor global (según documentos)117 200.000 541.450 420.000 384.306 352.483 352.483 400.000
Totales
En maravedíes 21.150 21.150 541.450 424.000 372.575
En fanegas de pan 2.063 2.063
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 28, Lib. 1.063c, fol. 298-300, Lib. 1.064c, fol. 249-250, Lib. 1.067c, fol. 538, Lib. 1.068c, fol. 291.292, Lib. 1.071c, fol. 73-75 y Lib. 1.080c, fol. 630 y 634.

116
Se trataba en 1478 y 1489 de 100 cabras y 200 ovejas.
117
En 1494 hay que descontar 30.000 mrs. de prometido; los valores de 1523 y 1524 según la media annata.

424
58. ENCOMIENDA DE BEDMAR Y ALBANCHEZ
1468 1480 1494 1498 1507 1515 1522 1523 1525
Penas, sangres y calumnias ——
Portazgo de Bedmar 500
Señorío del río —— —— —— —— ——
Renta del molino de pan de Bedmar 40.600 20.000 15.000
(mrs./fanegas de trigo) 100 70 65 65
Renta del horno de pan de Bedmar 5.000 77.624 20.000 10.000
(mrs./fanegas de trigo) 100 100 100
Molino de aceite de Bedmar 3.208
(mrs./arrobas) 50 50 50
Horno de Canena 2.600 1.500
con Bed. con Bed. ——
(mrs./fanegas) 300
Molinos de Jaén (fanegas de trigo/harina) —— 270 388 80
Molinos de Ubeda 3.000 3.000
Molino de Mengíbar (fanegas de trigo) 800 120 80
Huerta de Bedmar 3.000 3.000 2.000 12.000
Censos y diezmos de tierras en Bedmar 615 415 400 1.564 6.500
Salinas de Bedmar 9.000 5.350
(mrs./fanegas de sal) 50 60 60 200
Censos de Canena 600 600 con Bed.
Renta de la Huerta Grande (Canena) 4.100 2.000
Renta de la Huerta de la Fuentelcaño (Canena) 1.500 1.200
Huertas y casas en Jaén 2.000 2.500 2.500 3.000 4.700
Renta de la Huerta de la Fuente Fría (Canena) 700 1.000
2 corrales en Jaén 100 100 100
Renta del Villar de Capones y la Hoya del Mármol con Can.
Censos de Ubeda 3.000 2.500
Renta del Cortijo de Maquiz (Mengíbar) 21.000
no arrend
(mrs./fanegas)118 360 400 450 1.200 600
Censos de Mengíbar 2.000 2.500 2.500 con Maq. ——
Censos de Andújar 380 365

118
Se trataba de fanegas por mitad, incluyéndose en 1525 algunas gallinas. Antes de 1494 había estado arrendado por 55 cahices de pan por mitad.

425
1468 1480 1494 1498 1507 1515 1522 1523 1525
Censos de Baeza 2.000
Heredades en Peña Monta 4.012
Censo de gallinas 3.060
2/9 de diezmos de pan de Bedmar (fanegas) 100 100 100 250 272 300
200 26.188 7.400
2/9 de diezmo de lana de Bedmar
70 8 ——
(mrs./arrobas/vellocinos)
50
2/9 de diezmo de queso (unidades) 12 20 30 con lana con lana ——
2/9 de diezmo de corderos (unidades) 20 30 40 con lana con lana ——
Diezmo de cochinos de Bedmar con port.
17.932
Diezmo de vino y aceite de Bedmar
60 80 ——
(mrs./arrobas de vino/aceite)
50
Diezmo de fruta de Bedmar 4.500
(mrs./cargas) 3 6
Diezmos de Albanchez119 30.000 62.000 45.000 55.000 124.000
Diezmo de trigo de Canena 40.000 9.949
no arrend
(mrs./fanegas) 225 220
Diezmo de cebada de Canena (fanegas) con trigo 257 50 no arrend
Diezmo de centeno de Canena (fanegas) con trigo 6 6 no arrend
Diezmo de escaña de Canena (fanegas) con trigo 64 64 no arrend
Diezmo de avena de Canena (fanegas) con trigo 19 19 no arrend
Diezmo de vino de Canena con trigo 2.060 no arrend
Diezmo de aceite de Canena 30.800
con trigo no arrend
(mrs./arrobas) 152 100
Diezmo de potros de Canena 400 600 no arrend
Diezmo de corderos de Canena 790 700 no arrend
Diezmo de pan de Cuadros y Campobajo 3.000 29.600 300
(mrs./fanegas) 100 100 75 478/2
Diezmo de avena y escaña en Cuadros y Campobajo 30 30 40
——
(fanegas)

119
Incluyendo pan, vino, lechones, potricos, becerros y asnos.

426
1468 1480 1494 1498 1507 1515 1522 1523 1525
Valor global (según documentos) 140.000 350.000 375.000
Totales120
En maravedíes 92.380 86.665 64.115 129.265 284.973 58.841 160.200
En fanegas de pan 46/8 103/5 1.154 1.385 204/10/2 135/10
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 26, Lib. 1.064c, fol. 262-263, Lib. 1.067c, fol. 554-555, Lib. 1.068c, fol. 306-307, Lib. 1.071c, fol. 508-510 y Lib. 1.080c, fol. 572-573 y 578.

59. ENCOMIENDA DE SANTIAGO DE MONTIZON


1468 1478 1495 1498 1523 1524
Obrada por cada par de bueyes 2.000
Portazguillo de Villamanrique 2.000 150 200
Tributo de carne y vidrio en Villamanrique 100 —— con minu.
Portazgo de Chiclana 4.000 5.125 4.000 5.125
Penas y calumnias de Chiclana, Torre de Juan Abad y Villamanrique —— 5.000 6.000 4.495 ——
Montazgo, borra y cegaja en Montizón 20.000
Avenencias menudas de leña y caza 8.000
Horno de Torre de Juan Abad con Villam. 11.690 8.000 21.860 18.000
Horno de Villamanrique 6.000 13.000 12.000 38.800 28.000
Horno de Chiclana 30.000 15.000 18.000 31.562 con minu.
Castillería de Montizón 1.500 2.000
Yantar de Villamanrique 100 100 1.031
Castillería de Chiclana 260 500 con minu.
Castillería de la Venta del Villar 2.250
Castillería de Torre de Juan Abad 15.520
Mesta de Torre de Juan Abad 1.200
Yantar de Chiclana 100
Yerba de la Dehesa del Castillo 40.000 35.000 70.000 56.250 100.000
Heredad de Linarejos 6.000
(mrs./fanegas)121 60 150 150
Serna de Torre de Juan Abad (fanegas)122 750 con horno con horno

120
El total de 1523 sólo hace referencia a ocho meses de media annata.
121
En 1524 rindió 100 fanegas de trigo y 50 de cebada.
122
Se trataba de 500 fanegas de trigo y el resto de cebada, centeno y avena.

427
1468 1478 1495 1498 1523 1524
Censo y diezmo de huerta y molino en Torre de Juan Abad 279 170
Diezmo de pan de la Dehesa del Castillo (fanegas por mitad) 700 ——
Diezmo de un colmenar de la Dehesa del Castillo 500 ——
Diezmo de un huerto de la misma Dehesa 310 —— 108
Diezmo de miel, cera y colmenas en Villamanrique 600
Diezmo de vino de Villamanrique (arrobas) 100
Diezmo de trigo de Chiclana 125.000
(mrs./fanegas) 250 800 400
Diezmo de cebada de Chiclana (fanegas) 200 con trigo con trigo con trigo
Diezmo de centeno y escaña de Chiclana 1.500
con trigo
(mrs./fanegas) 25 200
Diezmo de vino de Chiclana 10.000 5.500
con trigo
(mrs./arrobas) 250 800
Diezmo de becerros y potricos de Chiclana 600 500
Diezmo de soldadas de mozos de Chiclana 4.000 5.500 13.000 16.500
Diezmo de huertas de Chiclana con sold. 1.000 2.500
Diezmo de colmenas de Chiclana 1.000 4.000 3.000
Diezmo de ganado, queso y lana de Chiclana 15.000 50.000 con trigo 78.758 95.000
Diezmo de dos molinos de Chiclana 2.500 con minu.
Diezmo de teja de Torre de Juan Abad 500
Valor global (según documentos) 220.000 500.000 604.498
Totales123
En maravedíes 131.200 169.335 266.879 279.021 241.108
En fanegas de pan 1.285 1.700 150 1.213/6/6 550
En arrobas de vino 350 800
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 26, Lib. 1.063c, fol. 280-282, Lib. 1.067c, fol. 574-575, Lib. 1.068c, fol. 329-330 y Lib. 1.080c, fol. 556-560.

123
Los datos de 1523 aparecen en dinero y en especie.

428
60. ENCOMIENDA DE SEGURA DE LA SIERRA124
1468 1478 1495 1498 1519 1520
6 paños de Segura, Hornos, Orcera, Siles, Villarrodrigo y Génave 22.000
Puerto de lo morisco en Segura con diezmo
Portazgo de la madera del río —— 1.330
Portazgo de ganados cabañiles y merchaniegos ——
Alcaldía mayor de alzadas ——
Penas de alardes, fuegos, calumnias, abintestatos y mostrencos ——
2 hornos de Segura con diezmo
Horno de Orcera con diezmo
Horno viejo de Orcera ——
Horno de La Puerta con diezmo
Horno de Santa Cruz de Montiel 20.000 21.000 24.000 con Burj.
Horno de Albaladejo con diezmo
Horno de Las Vayonas con diezmo
2 hornos de Villarrodrigo con diezmo
Horno de Torres de Albanchez con diezmo
Horno de Génave con diezmo
2 hornos de Siles con diezmo
Martiniega de La Puerta y Catena con diezmo
Martiniega de Las Vayonas con diezmo
Martiniega de Villarrodrigo con diezmo
Martiniega de Torres de Albanchez con diezmo
Martiniega de Génave con diezmo
Yantar de La Puerta y Catena 106
Yantar de Las Vayonas 212
Yantar de Villarrodrigo 212
Yantar de Torres de Albanchez 212
Yantar de Génave 212
Yantar de Siles 212

124
En La Puebla de Montiel tenía esta encomienda un horno de poya, una serna, una sernina y una huerta arrendadas en los años 1511 y 1515, respectivamente, por 13.000 y 18.000 mrs. (Lib. 1.077c, fol. 216 y
Lib. 1.078c, fol. 263).

429
1468 1478 1495 1498 1519 1520
Derecho de terceros de La Puerta y Catena 180
Derecho de terceros de Las Vayonas 360
Derecho de terceros de Villarrodrigo 360
Derecho de terceros de Torres 360
Derecho de terceros de Génave 360
Presente de carneros de La Puerta y Catena (unidades) 1
Presente de carneros de Las Vayonas (unidades) 2
Presente de carneros de Villarrodrigo (unidades) 4
Presente de carneros de Torres (unidades) 4
Presente de carneros de Génave (unidades) 1
Presente de carneros de Siles (unidades) 4
Presente de hornazos de La Puerta y Catena ——
Presente de hornazos de Villarrodrigo ——
Presente de hornazos de Albaladejo ——
Presente de hornazos de Torres ——
Presente de hornazos de Génave ——
Presente de vino de Siles (arrobas) 6
Montazgo de ganados realengos que se refugian en tierra de la Orden en
——
tiempo de guerra
Mesta de Segura —— 260.313
Gallinillas de la Torrecilla 1.370
Ganellones del Camino de Torres con ant.
Molino de Segura con salinas
Renta de la Syerra de puercos 3.074
Mesta de Albaladejo ——
Salinas de Hornos 29.880
Salinas de Siles 1.900 1.000 6.180
Dehesa de Matillas en Santa Cruz con horno
Dehesa de Burjalista 7.500 142.106
(mrs./fanegas) 150
Dehesa de Zafalfaraz (fanegas) 100 80 80
Dehesa de Çabiora 15.000 28.000 24.000 con Burj.
Dehesa de Peñolite 4.000 3.012 3.500 con salinas

430
1468 1478 1495 1498 1519 1520
Dehesa de Burjahariza —— 15.000 18.000 con Burj.
Puebla y Villar de Seçilla —— 8.000
Viña de Torreblanca 300
con salinas
(mrs./gallinas) 4
3 huertos en Siles ——
2 hazas en Torres (fanegas de cebada) 13
Renta de la Lagunilla 1.800 1.200
Renta de carcajal y panales en La Puerta y Catena 10.986 3.000 2.400
Censos de Segura 300
(mrs./gallinas)125 25 23
Diezmos de Segura 145.230
Diezmos de Orcera con Segura
Diezmos de Hornos nada
Diezmos de La Puerta y Catena 28.840
Diezmos de Albaladejo 79.207
Diezmos de Las Vayonas 14.800
Diezmos de Villarrodrigo 149.800
Diezmos de Torres de Albanchez 129.600
Diezmos de Génave con Torres
Diezmos de Siles 139.417
Diezmo de pinos y madera 4.000 2.000 53.956
Medio diezmo de ganado foráneo que herbaja en verano 12.000 110.000
Mitad de los descaminados ——
Diezmo de tierras nuevas de los de Benatae ——
Medio diezmo de los de Villarrodrigo que labran entre el río Segura y el
——
Guadalbullón
Salario del alcaide de Segura 45.000
Salario del alcaide de Hornos 25.000
Salario del alcaide de Siles 10.000
Salario del alcalde mayor de alzadas 5.000
Salario del alcaide de Torres 6.000

125
En 1507 rentó 450 mrs. y 20 gallinas (Lib. 1.072c, fol. 35).

431
1468 1478 1495 1498 1519 1520
Salario del alcaide de Génave 4.000
Salario del alcaide de La Puerta 4.000
Salario del recaudador de la encomienda 10.000
Salario de los alcaldes y el alguacil de Segura 600
Totales
En Segura, en maravedíes 55.000 59.000 318.000
450 232/11
135 14/6
En Segura, en fanegas de pan
67 24/2
(fanegas de trigo, cebada, escaña, centeno y avena)
11 0/9
14 3/11
En Hornos, en maravedíes 55.000 47.000 163.000
461 500/2
En Hornos, en fanegas de pan 86 47/6
(fanegas de trigo, cebada, escaña y centeno) 91 37/6
7 6
En Orcera, en maravedíes 53.000 52.000 95.000
413 207/1
152 52/1
En Orcera, en fanegas de pan
33 13/7
(fanegas de trigo, cebada, centeno, escaña y avena)
24 12/1
8 6/10
En Torres, en maravedíes 40.000 40.000 53.000
701 330/6
En Torres, en fanegas de pan 261 115/5
(fanegas de trigo, cebada, centeno y escaña) 16 12/10
156 38/5
En Siles, en maravedíes 107.000 80.000 160.000
649 377/6
En Siles, en fanegas de pan 255 143/1
(fanegas de trigo, cebada, centeno y escaña) 48 31/6
152 44/4
En Villarrodrigo, en maravedíes 73.000 53.000 45.000

432
1468 1478 1495 1498 1519 1520
802 251/6
En Villarrodrigo, en fanegas de pan 382 171/10
(fanegas de trigo, cebada, centeno y escaña) 33 15
124 7/2
En Las Vayonas, en maravedíes 18.000 16.000 18.000
69/9 32/3
En Las Vayonas, en fanegas de pan 45/3 18/4
(trigo, cebada, centeno y escaña) 4/7 3/4
14/2 3/7
En Génave, en maravedíes 45.000 36.000 75.000
562/10 168/7
En Génave, en fanegas de pan 261/8 85/2
(fanegas de trigo, cebada, escaña y centeno) 84/5 2/9
14/4 5/2
En Albaladejo, en maravedíes 57.820 46.000 48.000
931/5 135/10
En Albaladejo, en fanegas de pan
370/1 24/10
(fanegas de trigo, cebada y centeno)
104/5 15/4
En Albaladejo, en otras tierras (fanegas por mitad) 26
En La Puerta, en maravedíes 15.000 12.000 34.000
175 73/4
En La Puerta, en fanegas de pan
175 72/8
(fanegas de trigo, cebada y centeno)
2/6
Valor global (según documentos) 550.000 1.731.301
En maravedíes 797.016 737.132 533.930 1.496.629 966.625
En fanegas de trigo 263 5.255 2.363/8 5.725/10 5.165/2
En fanegas de cebada con trigo 2.063 799/3 1.965/11 1.906/10/2
En fanegas de centeno 271/4 106 95/11 155/6/4
En fanegas de avena 31 10/9 95/11
En fanegas de escaña 712/7 170 80/0 130/8
Total salarios 109.600
Saldo 687.416
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 32, Lib. 1.63c, fol. 305-310, Lib. 1.067c, fol. 519-520, 498, 508, 498, 485, 475, 526, 480 y 470, Lib. 1.069c, fol. 195-198 y Lib. 1.080c, fol. 712-716.

433
61. MONASTERIO DE SANTIAGO DE GRANADA
1507 1525
Maravedíes situados sobre la renta del pescado y en la Alhóndiga Çayda y en las tercias de
—— 400.000
la ciudad, que les dieron los Reyes Católicos al fundarlo
Anualmente, de los 100.000 mrs. de las dotes de las monjas 10.000
(mrs./fanegas de trigo) 100
Renta del trigo en Santa Fe (fanegas de trigo) 12
Un cortijo en Santa Fe (fanegas de trigo) —— 130
Unos pedazos de tierras, viñas y casas en la alcarria de Alhendín con cortijo
Una heredad en Maracena, casa con jaraíz y tinajas para vino (arrobas) 700
Casas alquiladas alrededor del monasterio —— ——
Totales
En maravedíes 1.950.000 41.000
En fanegas de trigo 242
En arrobas de vino 700
AHN, OO.MM., Lib. 1.071c, fol. 447-449 y Lib. 1.080c, fol. 606.

62. VICARIA DE BEAS


1494 1498 1525
Judicatura de causas criminales y matrimoniales en primera instancia en Beas
—— 500 ——
y Chiclana
½ del pie de altar 3.000 3.000 ——
½ de primicias de pan126 2.000
——
(mrs./fanegas de trigo y comuña, por mitad) 60
½ de primicias de queso 250 1.300 ——
¼ de hortaliza de suelo y lechones 1.000 ——
Beneficio anejo ——
Ciertos aniversarios 2.250
Una tierra de 4 fanegas ——
Total maravedíes 4.250 6.800 2.250
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 529-530, Lib. 1.068c, fol. 280 y Lib. 1.080c, fol. 625.

126
En 1525 eran 1/5.

434
63. VICARIA DE SEGURA
1494
Judicatura en Segura y en su encomienda así como en Benatae ——
2/3 del pie de altar 3.000
Primicias de pan 30
(fanegas de trigo/comuña) 20
Primicias de queso (unidades) 10
2 casas junto a la iglesia, donde mora ——
Beneficio anejo ——
AHN, OO.MM., Lib. 1.067c, fol. 514.

64. ENCOMIENDA DE ALEDO Y TOTANA


1480 1494 1498 1507 1510 1511 1515 1516 1517 1525
Penas y calumnias 1.000
Veintena 200 nada
Horno de Aledo127 2.000 2.200 500 —— 2.000 4.000 con cens. 4.700 2.000 ——
Horno de Totana128 —— con cens. 5.735 ——
Horno de Pliego 105 105 —— —— nada con cens. con ant. ——
Molino de Aledo (fanegas de trigo)129 40 con horn. —— 100 con diez. con diez. con diez. 110 ——
Molino de Pliego 1.000 1.400
—— —— con diez. —— ——
(mrs./fanegas de trigo) 27
Almazara de Aledo130 —— —— con aceit. ——
Batán de Aledo —— —— —— —— ——
Mesón de Totana 500 1.000 —— 2.500 2.500 con cens. 3.010 2.625 2.500
Renta de la seda131 ——
Derecho de 4 cabezas por cada cabaña 6.800 2.720 6.849 7.000
con cens.
foránea que pasa a herbajar (mrs./cabezas)132 25

127
En 1517 se decía que era eso lo que rentaba antes, ese año no dio nada porque el alcayde gelo dio al comendador.
128
Los ingresos de 1516 incluyen la huerta del mismo lugar.
129
En 1517 eran dos molinos, separándose diez fanegas para comprar un rodezno.
130
En 1510 se incluía el diezmo del aceite.
131
En 1525 ay agora renta de seda que nuevamente se faze.
132
En 1517 sólo valía eso, pero este año no a valido cosa ninguna porque no a llovido y no han estado ganados a herbajar.

435
1480 1494 1498 1507 1510 1511 1515 1516 1517 1525
Almagranes 3.000 3.000 3.000
Censos de casas y tierras en Lorca133 5.500 5.500 5.500 5.755 5.500 5.500 17.612,5 5.000 5.500
Huerta de la Orden de Aledo134 —— 700 750 con cens. 700
Renta de bancales en Pliego ——
Primicias de pan y vino ——
Partido de Sotillana (fanegas de cebada) 1.080 320
Diezmo de trigo de Aledo 21.700
(mrs./fanegas)135 600 600 634 941 965 780 609
Diezmo de trigo de Pliego 15.500 con con con
(mrs./fanegas) 150 200 326 Aledo Aledo Aledo 215
Diezmo de trigo de Yéchar 9.300 con con con
(mrs./fanegas) 50 50 130 Aledo Aledo Aledo 151
Diezmo de cebada de Aledo 7.000
(mrs./fanegas)136 250 296/6 580 796/6 776/5 561/6
Diezmo de cebada de Pliego 4.900 con con con
(mrs./fanegas) 80 108 Aledo Aledo Aledo 145
Diezmo de cebada de Yéchar 11.920 con con con
(mrs./fanegas) 50 27 Aledo Aledo Aledo 128
Diezmo de cebada de los de Lorca que labran 300 496/6 con con con
en Pliego (fanegas) Aledo Aledo Aledo 300
Diezmo de panizo en Aledo y Totana 6.146 850 360 1.360 2.291
(mrs./fanegas) 20
Diezmo de vino de Aledo y Totana 5.220 7.310 12.000 10.254 9.384
(mrs./arrobas) 200 240 400
Diezmo de aceite de Aledo 1.500 22.275 900 4.080 31.030 20.000
(mrs./arrobas)137 20
Diezmo de huertas de Aledo y Totana138 —— 300 5.270 5.494 3.397,5

133
Pormenorizadamente, esta renta en 1498 rindió 5.379 mrs.
134
En 1510 sólo la de Aledo, la de Totana no se arrienda, syno que da para el gasto de la casa.
135
En 1517 incluía el de Totana.
136
En 1517 incluía el de Totana.
137
En 1516 se compró un caballo para la dicha almazara y se tornó a vender por 1.500 mrs. El dato de 1517 se refiere a una época anterior, pues ahora no ay ninguna azeytuna.
138
En 1510 se decía que incluía ajos, cebollas, higos, miel, cera, linaza, garbanzos, habas y guijas. En 1517 se justificaba lo reducido de la renta porque no a avido de miel más que çinco libras.

436
1480 1494 1498 1507 1510 1511 1515 1516 1517 1525
Diezmo de ganados mayores y menores 1.000 6.000 6.333 9.960 4.115 6.000
con cens.
(mrs./cabezas)139 15
Minucias140 648 2.000 con gan. 3.255,5
Medio diezmo de ganados serranos 2.813
Diezmo de potricos y borricos 295 600 600 2.097 700
Diezmo de pollos de Aledo y Totana 360 480 392
Diezmo de lino de Aledo y Totana141 4.712 8.110 7.100 4.896,5 5.140 7.000
(mrs./arrobas) 10
Diezmo de alegría (alfatría) 300 320 120
Diezmo de gallinas 2.000
(mrs./unidades) 100 60
Totales142
En maravedíes 16.705 102.971 17.000 5.755 68.608 52.484 41.450 85.561 52.417 2.500
En fanegas de trigo 1.040 850 2.334 941 965 780 1.085
En fanegas de cebada con trigo 680 928 580 796/6 776/5 1.134/5
AHN, OO.MM., Lib. 1.065c, fol. 122-123, Lib. 1.066c, fol. 290-292, Lib. 1.096c, fol. 371-380, 396-397 y 406, Lib. 1.072c, fol. 275-287, Lib. 1.077c, fol. 541-544, Lib. 1.078c, fol. 716-719 y 702-703 y Lib.
1.080c, fol. 833 y 834-837.

65. ENCOMIENDA DE CARAVACA


1468 1480 1494 1498 1507 1525
Penas y calumnias de Caravaca ——
Puerto de lo morisco en Caravaca143 200.000 200.000 ——
Portazgos de Caravaca y Cehegín 47.000 ——
Cernidajas de Caravaca y Cehegín con port. 47.000 ——
Veintenas de Caravaca y Cehegín con port. ——

139
En especie fueron en 1510, 60 chotos y 2 arrobas y 5 libras de queso.
140
Hay que descontar en 1515 la décima que se sacó de ambas rentas.
141
En 1511 suponían que antes se habían hecho las operaciones de podar, majar y cocer. Cuatro años después debe descontarse la décima.
142
Otros valores globales:
1468 1480 1512 1525
125.000 500.000 400.000 400.000
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 56, Lib. 1.078c, fol. 719 y Lib. 1.080c, fol. 833.
143
El rey Fernando se lo había tomado a cambio de 200.000 mrs., que al parecer rentaba, situados en la renta de la seda granadina, pero, como era difícil de cobrar y no tenía carta de pago del rey, pidió el
encargado los cobrasen sobre las alcabalas de la villa (Lib. 1.080c, fol. 800).

437
1468 1480 1494 1498 1507 1525
Montazgo de Caravaca ——
Quintos de Caravaca ——
Castillería de Caravaca ——
Renta de la abuela en Cehegín ——
Hornos de Arriba, de las Eras, mitad del de Hernando de Jerez y dos
más en Caravaca, y los del Cortijo, uno a medias con el concejo y 47.000 11.000 —— —— ——
otro más en Cehegín
Molino de Abajo, en Caravaca (fanegas de trigo) con mol. —— —— —— 242
Mitad del molino de Medio, en Caravaca (fanegas de trigo) con mol. —— —— —— 142/6
Molino de Carreño, más otro en Cehegín con mol. —— —— —— ——
Batán nuevo en Caravaca y el censo de batán particular en Cehegín 660 ——
Quinto de la almazara de Pedro Díaz en Montoro144 —— —— ——
Media almazara en Cehegín —— —— ——
La singla de las heredades de la Orden ——
Dos huertas de la Orden en Caravaca y una en Cehegín —— —— ——
Heredad de la Singla 1.200
Tierras y hazas en Bullas ——
Primicias de Bullas ——
Diezmo de pan de Caravaca y Cehegín 108.000 237.864 ——
Diezmo de vino de Caravaca y Cehegín 22.000 26.500 ——
Diezmo de aceite de Caravaca y Cehegín 10.000 14.000 ——
Diezmo de queso de Caravaca y Cehegín 4.800 ——
Diezmo de ganados de Caravaca y Cehegín 35.000 136.050 ——
Diezmos menudos de Caravaca 60.000
Diezmo de ganados extranjeros que se trasquilan en Caravaca 7.000 ——
Diezmo de salinas de Caravaca 620 ——
Diezmo de seda de Caravaca ——
Valor global (según documentos)145 180.000 469.000 697.494 49.000 1.700.000
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 48, Lib. 1.065c, fol. 102-103, Lib. 1.066c, fol. 189-190 y 235, Lib. 1.069c, fol. 326-327, 333 y 352, Lib. 1.072c, fol. 224 y 261-262 y Lib. 1.080c, fol. 797 y 820-821.

144
El propietario de la almazara, donde solía moler barata la aceituna por condición anterior del concejo, que le había cedido el solar, se quejaba de que la Orden se hubiese adjudicado la tercia de sus rentas en
1498 (Lib. 1.069c, fol. 356), desprendiéndose de la visita de 1525 que llevaban sólo el quinto.
145
En 1468 habría que sumar la renta del puerto de lo morisco.

438
66. ENCOMIENDA DE CIEZA
1468 1494 1498 1507 1511 1515 1516 1525
Penas y calumnias —— 7.106
Penas de alardes con barc.
Escribanía146 ——
Veintena147 6.000 3.000 3.000 6.000 ——
1 libra de cada res menor matada en la carnicería —— 3.000 3.000 2.090 ——
1 arrelde de cada res mayor matada en la carnicería con libra con libra 2.600 ——
Asadura y cabrito148 ——
Paso de ganado con veint. con veint.
Renta del barco 3.747
Ración de pan de la Iglesia de Cartagena (fanegas)149 80
Mujeres del partido con veint.
2 hornos 10.000 —— —— 10.000 2.400 10.270 23.000
Molino Viejo (fanegas de trigo) —— 170 180 200 con pan 208
Molino Nuevo150 —— con Viejo con Viejo con pan ——
Mitad del mesón 5.000 5.000 4.500 11.000 5.700 5.500
——
(mrs./gallinas) 11
Huerta de Ascoy de mil tahullas de regadío (fanegas)151 —— 80 3 ——
170 tahullas de tierra en la huerta de Cieza (fanegas)152 —— 20 13 ——
Yerba de invierno de fuera del término 12.050 ——
Diezmos de pan y vino de fuera del término 63.940
——
(mrs./fanegas)153 250 80 168

146
La habían dado los Reyes Católicos de merced a Antonio de Medina, en Madrid, en 5 de abril de 1495 (Lib. 1.069c, fol. 448).
147
Pagaban un maravedí de cada 20 de lo que se viene a vender e de lo comprar las personas forasteras de la Horden.
148
Este derecho consistía en tomar de cada rebaño que pasaba por el término, de cada hato de más de cien reses una res y un cabrito, y del hato menor de cien pagaban 3,5 mrs. por res menor y 12 por res mayor
(Lib. 1.080c, fol. 871).
149
Se trataba de 60 fanegas de trigo y 20 de cebada.
150
En 1525 se decía que se avía fecho de poco tiempo acá, el qual está tornado a dexar perder porque el conçejo no trae el agua por la açequia, e la gastan en sus heredades, e al comendador hera más la
costa que el provecho.
151
Dezmaba una fanega de cada siete de todo lo que se cogiere. En 1511 eran 20 de trigo y el resto de cebada. Este año se aprecia una gran carestía, pues esta huerta de Ascoy rentó un terçio menos; el diezmo
de fuera del término del año anterior había valido 100 fanegas de trigo y 40 de cebada, los molinos 160 fanegas de trigo, los hornos 12.000 mrs. y los dos años anteriores 17.000 mrs. Algo similar ocurrió en
1516 porque se lo comió [el producto de la tierra] la langosta. En 1514 estuvo arrendada en 95.000 mrs. y de enero a octubre de 1515 por 27.893, y de octubre a fin de año en 44.805 mrs.
152
Daban los cuartos de sus rentas.

439
1468 1494 1498 1507 1511 1515 1516 1525
Diezmo de las roturas dentro del término ——
Diezmo de la grana con pan
Valor global (según documentos) 38.000 55.463 72.698 150.000
Totales154
En maravedíes155 31.040 5.000 20.500 19.400 126.505 28.500
En fanegas de pan 360 420 360 464 208
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 61, Lib. 1.066c, fol. 334, Lib. 1.069c, fol. 445-447, Lib. 1.072c, fol. 363, Lib. 1.077c, fol. 457-458, Lib. 1.078c, fol. 612-613 y Lib. 1.080c, fol. 871-873.

67. ENCOMIENDA DE LORQUI


1468 1480 1494 1498 1507 1511 1515 1525
Horno de poya —— —— 4.500 4.000 ——
Molino de pan (fanegas) —— —— 100 150
Molino de arroz (vecinos, 30 mrs./cahiz) 1.980 2.000 ——
Molino de arroz (forasteros, 15 mrs./cahiz) 1.732 1.920 ——
Mesón 900 3.000 3.000
Cuartas de trigo (pagado el diezmo al obispo) 25.192 36.600 ——
Cuartas de cebada (idem) 1.156 4.436 ——
Cuartas de arroz (idem) 10.620 ——
(mrs./fanegas) 300
Almagrán (9 mrs./tahulla de viña) 486 486 486
Derecho de gallinas (2 gallinas/suerte de huerta) 1.450 1.000 1.000
Derecho de cabras (una blanca/cabra) 85 120 ——
Valor global (según documentos)156 40.000 75.000 100.000 100.000 125.000 48.491 52.562 105.000
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 57, Lib. 1.065c, fol. 173, Lib. 1.066c, fol. 339, Lib. 1.069c, fol. 409-411, Lib. 1.072c, fol. 303, Lib. 1.077c, fol. 519-520, Lib. 1.078c, fol. 681-683 y Lib. 1.080c, fol. 845.

153
El término de la villa era dezmero de la Iglesia de Cartagena (tal vez por eso ésta se vio en la obligación durante la carestía de 1515 de proporcionar unas fanegas de pan al comendador), pero fuera de la
legua en redondo que formaba ese término dezmaban al comendador por su pan (trigo, cebada y panizo), linueso y vino. En 1511 fueron 50 fanegas de trigo y 30 de cebada y en 1515, 150 y 18,
respectivamente.
154
De agosto de 1504 a agosto de 1505 valió la encomienda 117.378 mrs. y 79.408 en el mismo período del siguiente año.
155
En 1516 han de sumársele 13.000 mrs. de rentos en general.
156
En 1511 declaraba el mayordomo que fueron muy quebradas las dichas rentas por falta del agua del açequia [que retenían los vecinos de Molina] que quando venía en abundançia commo solía, valía bien
çient mill maravedíes cada año (Lib. 1.077c, fol. 520). En otro lugar se dice que el mesón rentaba 3.000 mrs., el horno 3.800 y el molino de pan, donde están obligados a moler por fuerça todos los vezinos,
rentaba 100 fanegas de pan, llevando el molinero la cuarta parte, de costa y reparo, y dando al comendador 75 fanegas, además de las rentas. En el molino de arroz pagaban 30 mrs. por cahiz y 6 mrs. al
molinero (fol. 520-521).

440
68. ENCOMIENDA DE MORATALLA
1468 1480 1494 1498 1507 1525
Veintena, herbaje y paso de ganado 3.000 ——
3 hornos de poya157 4.000 —— —— ——
3 molinos de pan 12.000 —— —— ——
Batán158 390 132.5
Huerta de la Encomienda, bien poblada de árboles y 60 pies de olivas 1.000 —— —— ——
Censos de tierras, viñas y olivares 98,5 886
—— ——
(mrs./cornados)159 3
Censos de las dehesas de Pliego y Benízar 4.000
Censo del heredamiento de Çacatín y Torre del Carrizal 5.000 2.550
Censo del heredamiento de Ulea, de pan llevar con Çacat. 2.550
Censo de una heredad de huerta en la Huerta de Benamar con Çacat. 476
Censo de unas tierras y olivar en la misma Huerta con Çacat. 1.020
Censo de unas tierras en la Huerta (gallinas) con Çacat. 1
Censo de tierras en la Tejera con Çacat. 51
Censo de tierras en Benízar (gallinas) con Çacat. 1
10 fanegas de tierra calma en la partida de Villoria (gallinas) 1
Un solar de casa en el arrabal (gallinas) 2
10 peonías de agua en las aguas de la parte de Benamar en el primero día de la
153
tanda
Un agua de las hilas de atarable (gallinas) 1
Diezmos de pan, vino, ganados, enjambres y legumbres cerradamente 96.601,5 700.000
Valor global (según documentos) 80.000 90.000 125.601,5 120.000
Totales
En maravedíes 390 231 707.686
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 42, Lib. 1.065c, fol. 67-68, Lib. 1.066c, fol. 150-151, Lib. 1.069c, fol. 273-295, Lib. 1.072c, fol. 196-198 y Lib. 1.080c, fol. 779-782.

157
En 1507 compareció ante los visitadores Gonzalo Sánchez, escribano y caballero de cuantía, e presentó una petiçión en la qual pidió que la dicha villa tenía nesçesidad de otro molino e horno a cabsa de los
vesynos e mucha poblaçyón que ay en la dicha villa (Lib. 1.072c, fol. 196-197), tal vez por ello en 1525 dieron facultad al dicho Gonçalo Sánchez, vesino de la dicha villa, para que pueda haser el dicho horno
en un sytio suyo ... con tanto que a de pagar el quarto de todo lo que rentare, horro de costa e hornera e leña, e haser e reparar a su costa el dicho horno e pagar la déçima quando fuere vendido a la
encomienda e con las condiçiones de las cartas de çenso e se le mandó que non se lo contradixieren e que fuesen al primer Capítulo o al Consejo de la dicha Horden a sacar carta de çenso, esto porque en la
villa ay pocos hornos e mucha nesçesidad del dicho horno.
158
Arrendado en 1498 en florín y medio de oro, cuya posesión compartía con el concejo de la villa.
159
En 1498 eran 60 censos de viñas (alrededor de 3 peonadas de extensión cada una), tierras blancas de labor y algún olivar; en 1507 había 29 censos y en 1525, 51, además de los nuevos que se especifican.

441
69. ENCOMIENDA DE SOCOBOS
1480 1494 1498 1507 1511 1515 1525
Portazgos de Socobos y Letur 600 ——
Paso de ganado de Socobos 1.500 ——
Cernidejas de Liétor y Letur 4.000 9.000 ——
Salinas de Liétor 30.000 con diezm. 135.000
Veintena de Letur 6.500 6.000 ——
Derechos de moros 3.000
Horno de Socobos 1.000 —— —— ——
Horno de Letur con diezm. —— ——
2 hornos de Liétor 9.000 —— —— —— —— ——
Molino de Socobos160 1.000 —— ——
2 molinos de Letur con diezm. ——
3 molinos de Liétor161 6.000 12.000 —— —— —— ——
Almazara de Socobos 3.000 —— —— ——
Batán de Liétor162 1.600 2.000 —— —— —— 2.500 ——
Huerta de 5 bancales de viñas en Socobos —— ——
Huerta de Letur ——
Huerta de Liétor con 2 días de agua 1.500 2.000 —— —— 15.000 3.200 ——
Dehesas de Híjar y Bueycorto (Liétor) 1.600 —— ——
Diezmos de pan, vino, ganados, minucias, colmenas y aceite en
12.000 6.000 ——
Socobos
Diezmos de pan, vino, ganados, colmenas y uvas en Letur 30.000 60.000 ——
Diezmos de pan, ganados y colmenas en Liétor 80.400 162.500 ——
Valor global (según documentos)163 172.000 290.400 276.500 435.000
AHN, OO.MM., Lib. 1.065c, fol. 56-57, Lib. 1.066c, fol. 90-100, Lib. 1.069c, fol. 244, 259-262 y 457-464, Lib. 1.072c, fol. 159-161 y 375, Lib. 1.077c, fol. 448, Lib. 1.078c, fol. 600 y Lib. 1.080c, fol. 883-
885.

160
En 1507 había reventado y no molía desde hacía 4 años más que en invierno, porque el agua la cogían los vecinos para sus tierras, arrendándose a mil mrs.; lo pusieron a cargo del concejo, pagando al
comendador la mitad de las rentas.
161
Pertenecían a particulares, pagan al comendador el quarto de lo que ganan, horro de costa, sin descontar molinero, ni bestias, ni acarreo, ni otra costa ninguna.
162
En 1525 decían, no anda porque no ay batanero.
163
En 1468 rindió 145.000 mrs.

442
70. ENCOMIENDA DE RICOTE164
1494 1498 1507 1510 1515 1525
Penas y calumnias165 —— 12.000 6.000 ——
Portazgo de la Venta del Puerto de la Losilla 55.000 —— 66.000 70.000 ——
Veintenas de los lugares del Valle 5.000 546 600 ——
Horno de Ricote con diezm. —— —— 9.500 8.000 ——
Horno de Villanueva con diezm. —— ——
Horno de Blanca con diezm. —— con Ricote ——
Molino de Ricote (fanegas)166 con diezm. —— —— 60 90 ——
Molino de Ojós (fanegas)167 con diezm. —— 113 80 ——
Molino de Blanca con diezm. —— 113 120 ——
Almazara de Ricote con diezm. —— —— ——
Almazara de Villanueva con diezm. —— ——
Almagranes 14.000 10.330 10.330 ——
Dulas 14.400 14.700 10.500 ——
Cargas de paja con dulas 2.000 2.000 ——
Herbaje de los ganados de Jaén 12.500 12.500
Herbaje de los ganados de Juan de Cotillas en la Raja 2.000 6.000
3 horas de agua 1.000 1.000 ——
Viñas, olivares y huertas de la encomienda —— 3.000
Diezmo de trigo del Valle (fanegas) 383/3 398 450 ——
Diezmo de cebada del Valle (fanegas) 143/3 130 200 ——
Diezmo de panizo del Valle (fanegas) 382 174 300 ——
Diezmo de alcandia con panizo ——
Diezmo de ganados o carnaje 14.840 15.000 16.000 ——
Diezmo de pollos 1.000 con cernad. ——
Diezmo de compras 630 750 ——
Diezmo de pasas y vino 12.320 ——

164
Es lástima que en 1498 no se citen los conceptos por rentas y derechos de ese año, ya que nos impide saber los impuestos que gravitaban sobre los musulmanes de Ricote, aunque sabemos que tenían un
privilegio que desía que no eran obligados a poner en los reparos del castillo más de sus personas e pertrecho, asimismo, sy algún moro se fuese a bivir del dicho Valle, que pagase al comendador los diezmos
e derechos por las heredades que dexase y que éste no le pudiese tomar su hacienda; mandaron los visitadores ese año, también, que no pagasen primicias a causa de los muchos derechos que pagaban.
165
En 1510 la mitad se arrendaba en 6.000 mrs. y la otra la llevaba el alcaide.
166
En 1510 eran 40 fanegas de trigo y 20 de panizo.
167
En 1510 eran 76 fanegas de trigo y 37 de panizo, al igual que el molino de Blanca.

443
1494 1498 1507 1510 1515 1525
Diezmo de paja 46.050 47.000
Diezmo de aceite 13.000 30.000 30.000 ——
Diezmo de queso 1.800 320 ——
Diezmo de lino 620 7.350 8.500 ——
Diezmo de linueso 750 1.000 ——
Cernadaja 3.000 4.000 ——
Diezmo de grana 2.700 3.000 ——
Diezmo de seda ——
Diezmo de fruta y hortaliza 1.240
Valor global (según documentos)168 300.000 265.000 270.000 344.350 340.000 620.000
Totales
En maravedíes 240.376 237.180
En fanegas de pan 988 1.240
AHN, OO.MM., Lib. 1.066c, fol. 308-309, Lib. 1.069c, fol. 437, Lib. 1.072c, fol. 329-331, Lib. 1.077c, fol. 483-492, Lib. 1.078c, fol. 645-647 y Lib. 1.080c, fol. 857-858.

71. ENCOMIENDA DE YESTE Y TAIBILLA


1468 1480 1485 1494 1507 1525
Penas y calumnias —— —— ——
Portazgo —— —— ——
Cernideja —— —— ——
3 hornos de poya 30.000 25.000 con diezm. ——
4 molinos, 2 de la Orden y 2 del concejo, los cuales pagaban sus cuartos con hornos con hornos con diezm. ——
2 batanes 150 1.865 1.000 ——
Arreldes de la carne del monte —— —— ——
Derechos de los ganados que entrar a herbajar en la Sierra 700 —— ——
Huerta y olivar juntos, y una huerta 1.600 —— 1.000 ——
Diezmo de vino 21.000 16.000 1.000
Diezmo de miel, cera, pollos, legumbres y barro 5.500 3.000 35.000
Resto de los diezmos169 227.837,5 340.448 ——

168
Otros valores globales; el total de 1511 es estimativo, pues pensaban los arrendatarios que rendiría como el año anterior, salvo en el azeyte, que ay falta.
1468 1480 1503 1504 1511 1512 1523
210.000 180.000 103.555 178.597 344-350 300.000 340.000
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 60, Lib. 1.065c, fol. 168, Lib. 1.072c, fol. 333, Lib. 1.077c, fol. 491 y Lib. 1.078c, fol. 648-649.

444
1468 1480 1485 1494 1507 1525
Todos los diezmos y rentas de Taibilla con resto 28.080 ——
Valor global (según documentos)170 150.000 286.787,5 405.000 414.393 365.000 780.000
AHN, OO.MM., Lib. 1.233c, fol. 35, Lib. 1.069c, fol. 198, Lib. 1.065c, fol. 24-25, Lib. 1.066c, fol. 25-26, Lib. 1.072c, fol. 123-125 y Lib. 1.080c, fol. 748 y 752.

72. VICARIA DE CARAVACA


1498 1507 1525
Judicatura y otras aventuras en Caravaca, Cehegín y Moratalla, todas causas en 1ª instancia 13.000 32.000 ——
Pie de altar171 con jud. con jud. 13.000
Primicias de pan y queso en Canara 200
con jud.
(fanegas/quesos) 60
Olivares, majuelos y 7 bancales en la Acequia, Mairena, Camino de Calasparra y huerta del
2.000 —— ——
concejo
2 casas, donde mora el vicario —— ——
Estipendio de 400 mrs. de la cofradía de Nuestra Señora de Gracia 400
Capellanía del marqués de Cádiz, aneja, incluyendo:172 200
—casas y 3 tiendas en la plaza de la villa —— ——
—heredamiento de Çelda, con tierras de regadío y una casa 150.000 ——
Total en maravedíes173 17.000 182.000 13.400
AHN, OO.MM., Lib. 1.069c, fol. 301, Lib. 1.072c, fol. 215 y Lib. 1.080c, fol. 809-810.

73. VICARIA DE YESTE


1507 1525
Judicatura de Yeste, Taibilla, Férez, Socobos y Letur en 1ª instancia —— ——
¾ del pie de altar —— ——
Primicias de pan, vino y queso —— ——
4 suertes de viñas, de 12 peonadas174 —— ——
Beneficio curado:175 ——

169
Diezmos de pan, potricos y borricos, cazas, lechones y hurones, alcaceres, soldadas de mozos, cáñamo, lino, pez y madera, ganado lanar y cabrío, queso y lana, y aceite.
170
En 1507 había estado arrendada la encomienda en 310.000 mrs., exceptuando las rentas recogidas en el cuadro; de todos modos, en 1525 se pensaba que aquel año había valido 400.000 mrs.
171
Correspondía la cantidad de 1525 a la mitad arrendada, e la otra mitad lievan para sý.
172
Dejó el dicho marqués para la capellanía 32.000 mrs. con cargo de una misa rezada cada sábado.
173
En 1498 rentaba en total 32.000 mrs.
174
En 1507 rentaban poco.
175
En 1507 no tenía renta alguna.

445
1507 1525
—bancal de una oliva, de las Animas del Purgatorio ——
—renta del bacín ——
—heredades de las limosnas ——
—casas mandadas en testamento ——
—censo de 3 viñas en cabo la Huerta y Valverde ——
—censo de 200 mrs. sobre una viña en Xartos 200
—censo de 3 reales sobre un huerto en Valhermoso 102
—censo de 100 mrs. sobre una capellanía 100
—censo de 3 reales sobre unas casas 102
—censo de 5 reales sobre unas casas 170
—censo de 100 mrs. sobre una heredad de viñas y olivar en Altejón 100
—censo de 15 mrs. sobre una heredad de viña, tierra, colmenar y casa 15
Total en maravedíes 789
AHN, OO.MM., Lib. 1072c, fol. 204 y Lib. 1.080c, fol. 743-744.

446
VIII. DOCUMENTOS

DOCUMENTO 1
[1243], abril 2. Capítulo de San Marcos de León
El maestre don Pelay Pérez Correa otorga al concejo de Al-
hambra el fuero de Cuenca, así como la tercera parte de los
montazgos tal y como se los había dado a Segura de la Sierra
anteriormente y como ese mismo día los dio a Montiel.
AHN, Uclés, carp. 51-I, nº 4bis, líneas, 41-45.

Conosçida cosa sea a todos los omes que esta carta verán e oyrán cómmo Nos don Pelay
Peres, por la graçia de Dios, maestre de la Horden de la Cavallería de Santiago, en uno con el Cabildo
General, damos e otorgamos al conçejo de Alfanbra, a la villa e a las aldeas e a todos sus términos, el
fuero de Cuenca, asý commo lo damos al conçejo de Segura, e demás dámosles la terçera parte de
todos los montadgos e todas las otras cosas que son, damos gelas asý commo las han los de Segura en
su comarca e en su fuero, e este fuero les damos por todos tienpos per secula seculorum, e mandamos
e defendemos que nin freire nin seglar non sea osado nin poderoso de les pasar a su fuero nin a su
carta, e porque esto sea más firme e más valedero e más estable, mandamosles dar esta nuestra carta
abierta sellada con nuestros sellos, la qual fue fecha en Sant Marcos de León en Cabildo General,
viernes dos días por andar del mes de abril, hera de mill e doscientos e treynta [ochenta] e ocho [un]
años.

DOCUMENTO 2
1315, febrero 22. Campo de Criptana
El maestre don Diego Muñiz otorga carta-puebla al Corral de
Almaguer.
RAH, ms. 9/6448, copia del siglo XIX, 9 folios.

Sepan quantos esta carta vieren cómmo Nos don Diego Muñiz, por la gracia de Dios, maes-
tre de la Orden de la Cavallería de Santiago, viendo ser servicio de Dios e de nuestra Orden e Conse-
jo de los Freires que con Nos fueron ayuntados en esta sazón:
[1] Porque el nuestro lugar del Corral de Almaguer sea mejor poblado e los que aora moran
e moraren de aquí adelante sean más guardados e amparados que fueron hasta aquí e por les facer
merced, tenemos por bien que sea villa sobre sí de aquí adelante.
[2] Mandamos que las alzadas de ellos que sean para ante el comendador de la dicha villa
del Corral, e las alzadas de la sentencia que él diere que sean para ante el comendador mayor de
Castilla, no siendo Nos de los mojones adentro, e si alguno se agrabiare del juicio que dicho co-
mendador diere, que tome alzada para ante Nos el agraviado, o que nos fuéremos de los mojones
adentro, segúnd dicho es.
[3] E por les facer más merced, mandamos e tenemos por bien que Aloyón, e Buenanoche e
Almuradiel que sean aldeas de la villa del Corral con todos aquéllos que en dichos lugares moraren,
quando bayan con sus alzadas de pleitos que obieren ante el comendador del Corral, e non ante el
comendador de Uclés nin ante otro ninguno, e dende que fagan sus alzadas en la manera que dicha es.
[4] E por les facer más merced tenemos por bien e mandamos que haya la dicha villa del
Corral término apartado a cuesta, lindes e mojones, que Nos avida nuestra información, facemos e

447
declaramos: primeramente, faciendo departimiento con el término de Santa Cruz, villa de nuestra
Orden, es puesto el primer mojón cerca de la carrera que va de Santa Cruz a la Cabeza Mesada, en el
lomo de la cañada que se dice Tortillos, que aparta término entre Santa Cruz e el Corral como va en
somo de las vertientes al lomo de la dicha cañada de mojón en mojón hasta el mojón que está cerca
de la carrera de Santa Cruz a la dicha del Corral a la mano izquierda de la misma carrera; e desí como
recude de mojón a mojón lo más derecho que puede por el lomo hasta los mojones de la dicha deesa
de la Noeda que es deesa de lanar del Corral, que también fecimos merced. E desí, de mojón a mojón,
deesa que es en la carrera que va del Corral a Villatobas, desí al otro mojón que es puesto al Otero
Bermejo; e desí al otro mojón que es puesto en la Encina Quemada, en la Raberiza, cerca de la carre-
ra que va del Corral a Montealegre; e desí al otro mojón que es puesto en un tomillarejo; e desí como
va derecho a el otro mojón que es puesto cerca de un cimiento de casa vieja; e desí al otro mojón que
es puesto en un otero; e desí al otro mojón que es puesto en las caveradas de las Longueras de don
Arnaldo; e desí al otro mojón que es puesto en un llano cabe los Yesares; e desí al otro mojón que es
puesto en un otero que se encuentra Escorchón; e desí al otro mojón que es puesto en el Pozuelo de
doña Urraca; e desí a otro mojón que es puesto cerca de la Membrilleja; e desí ba por somo los oteros
del Valle de Aloyón, que es cuentra Escorchón lo más derecho que pudiere ir, e recuda al otro mojón
que es puesto cerca la carrera que biene a Escorchón a Aloyón; e desí al otro mojón que es puesto en
el Fastial de San Juan; e desí commo ba derecho por la linde de los mojones, de mojón a mojón que
fueron puestos entre la Eglesia de Toledo e nuestra Orden e el Hospital de San Juan; e desí de mojón
a mojón como va puesta partida por la linde de los mojones que son entre nuestra Orden e el Hospital
de San Juan, e recude derecho al otro mojón que es el más acerca de la puente Castañuelas, e en la
puente Castañuelas es el otro mojón. E desí como ba derecho al otro mojón del Pedernal; e desí como
va derecho al otro mojón que va derecho al otro mojón que es puesto en el Oteruelo del Rey; e desí al
otro mojón que es puesto en el Atocharejo de la Pedriza; e desí al otro mojón que es puesto en la Peña
de la Figuera; e desí va al otro mojón que es puesto en la Pardilla, este es antes que la Peña de la
Figuera, e deste mojón trabesaba el río Gigüela; el más derecho que puede como ba fasta el mojón
como va en somo el Otero Abubo; e desí de mojón a mojón como va en somo de los Oteros abante en
vista del mismo río Gigüela lo más derecho que puede hasta el mojón que está cerca de la carrera que
ba de la villa del Corral a Alcardete; e desí derecho por los mismos Oteros a vista del mismo río de
mojón a mojón hasta el mojón que es puesto cerca de la carrera que ba del Corral a Villamayor, a la
mano izquierda a la misma carrera que va de Villamayor a la cavera lo más derecho fasta juntar con
el primer mojón.
[5] Otrossí, mandamos que qualquier que sean presos por qualquier manera, vesinos e
moradores de la dicha villa del Corral e de sus aldeas, e que sean en prisión o en poder del juez o de
los alcaldes del Corral, fasta que sean librados por derecho o por fuero, e non sean levados nin meti-
dos en la prisión del comendador de la dicha villa.
[6] Otrossí, mandamos e defendemos que el comendador nin otro freile ni seglar ninguno
non sea osado de tomar a ninguno nin a ningunos de la dicha villa del Corral en sus casas nin fuera
dellas, pan ninguno, ni en grano, nin vino nin farina, ni carne ninguna, sinon por sus dineros de aquél
de quien la quisiere según en el lugar valiesen.
[7] Otrossí, mandamos que ningún comendador, nin otro freire nin seglar ninguno no les
tome vestias ningunas, nin les tome de sus alcaceres sin su voluntad.
[8] Mandamos, otrossí, que non den ropa ninguna para el castillo de Almaguer, e quando es
para el palacio quando la ovieren menester tenemos por bien que el juez que la tome por la villa e que
la dé con recaudo al comendador, e que él la tenga en tiempo aguisada, e después que sea tornada al
juez e la dé a sus dueños a quien la tomó.
[9] Otrossí, placemos e tenemos por bien que vino ninguno non entre de fuera parte en la
dicha villa del Corral, en quanto los vesinos e moradores tovieren vino de su cosecha, en tal manera
que cada que vos non encarescan más de como lo vendieren al tiempo que nos y llegáremos, e como
más caro vos lo vendieren, que Nos lo podamos vender de otra parte.
[10] Otrossí, tenemos por bien de dar a los de la dicha villa del Corral para ellos e para
todos aquellos que de ellos bernán el nuestro prado de Congosto, que solía ser de la nuestra casa del
Corral, que lo ayan libre e quito para siempre sin contienda ninguna, desde la laguna de la Vega fasta
los mojones de la deesa de los Cavallos, para que anden e pazcan los ganados suyos e las vestias e los
ganados de todos aquéllos que vinieren a la feria.

448
[11] Otrossí, mandamos que las tierras que fasta aquí labraban los de Lillo, que son en
término de la dicha villa del Corral, que la labren los vecinos e moradores de y de la villa; e si las
ellos labrar non quisieren, que el comendador de la dicha villa gela dé a labrar a quien quisier, porque
Nos non perdamos el diezmo e todos los buenos usos e costumbres que los del Corral fasta aquí
ovieron.
Mandamos que la ayan e tengan e tan bien e tan complidamente como las fasta aquí ovieron
e habían guardado lo que en esta carta dice. E esto todo lo que dicho es, damos e otorgamos así como
en esta carta se contiene por el poder que Nos avemos del nuestro Cabildo General se contiene en la
dicha su carta que Nos en esta razón tenemos de la qual el traslado es puesto en esta carta corporal-
mente, signado de escrivano público.
E defendemos firmemente que ningún freire nin seglar non sea osado nin atribido de ir nin
pasar contra ninguna de las cosas que sobredichas son; que qualquier o quales que contra esto fueren
demandar gelo hemos con Dios e con Orden, e al seglar al cuerpo e a lo que oviese, Nos tornaríamos
por ello.
La qual carta del Cabildo dice en esta manera:
Sepan quantos esta carta vieren cómo Nos, don Diego Muñís, por la graçia de Dios, maestre
de la Orden de la Cavallería de Santiago, con consejo e con otorgamiento de los comendadores mayo-
res e de los priores e de los trece e homes buenos de la nuestra Orden, que connusco fueron ayuntados
en el nuestro Cabildo General que fecimos en Mérida, primero día de noviembre, día de Todos los
Santos, de la era de esta carta, otorgamos e confirmamos todas las cartas e franquesas que vos el
dicho maestre diestes e diéredes de aquí adelante en los lugares e pobladores de la tierra de la nuestra
Orden, non tirando su derecho a las cosas. E desto mandamos dar nuestra carta sellada con nuestro
sello colgado. Dada en Mérida en el Cabildo General, quatro días de noviembre, era de mill treçien-
tos çinquenta años. E yo Lázaro Martínez, escrivano público del concejo del Corral de Almaguer, vi
la carta del Cabildo sellada con su sello onde este traslado fue sacado y concertado con ella, e decía
así como este traslado dice, en testimonio de verdad puse aquí mío signo.
E Nos el dicho Maestre por ser éste más firme e más estable mandámosle dar esta nuestra
carta sellada con nuestro sello e con el sello de nuestra Orden colgados. Dada en el Campo de Cripta-
na, veinte e dos días de febrero, era de mill e treçientos e çinquenta e tres años.

DOCUMENTO 3
1328, febrero 8. El Corral de Almaguer
El maestre don Vasco Rodríguez confirma comentándolas
cartas de los maestres don Diego Núñez y don García Fer-
nández, por las que se concedían diversos privilegios al Cam-
po de Criptana.
AHN, Uclés, carp. 81, nº 14, fol. 4-6.

Se contenía en la una dellas que el maestre don Vasco Rodríguez vieran [sic] cartas del
maestre don Diego Núñez y del maestre don Garçía Fernández en que se contenía que por fazer bien
e merçed a todos los vasallos del Campo, e de Villajos, e de Posadas Viejas e de Critana, e para que
se poblasen mejor los dichos lugares e por muchos agravamientos que les mostraban que les fazían
los comendadores, aunque ellos an de vevir [1] que tenían por bien e mandavan a todos los comenda-
dores e subcomendadores en la nuestra Orden que les dexasen cortar madera verde e seca, quanta
menester oviesen para sus casas; [2] otrosý, que mandavan que todos sus ganados qu'ellos oviesen
que anduviesen salvos e seguros por toda la nuestra tierra e que ninguno no fuese osado de les de-
mandar diezmo nin asadura ni otra cosa ninguna, por razón de los dichos sus ganados, que más que
paguen el diezmo allí do moraren e no en otro lugar, e ellos no faziendo dapno ninguno en panes, ni
viñas ni huertas; [3] e otrosý, que mandava a qualquier que fuese comendador de Critana que les no
tomasen sus bestias para ninguna cosa que menester ayan, e quando las menester oviesen para yr en
hueste o para otra cosa, que las demandasen a los alcaldes por sus dineros, e los alcaldes que gelas
den por sus dineros asý como las davan para otro qualquier, e que les mandava que no tomasen su
pan para la casa ni para hueste, que desque viniesen a la casa; [4] e que les dexasen saçar en todo
tiempo caçar [sic] e perdizes e de liebres e otros; [5] e que mandavan a estos nuestros vasallos sobre-
dichos que quando fallaren los moros de Critana andando a fazer mal, que los prendiesen sin calupnia

449
alguna e que les diesen çinquenta açotes [6] e otrosý, que mandava que quando oviesen algunas
palabras entre unos e otros, e no dieren querella, desí que mandava al comendador del lugar que no
oviese demanda ninguna contra ellos; [7] ni que les tomasen ninguna cosa de lo suyo por esta razón
ni los afincasen por el fuero, que todo ome que diere fiadores para ant'el maestre o por ant'el comen-
dador mayor, que le valan; [8] e otrosý, se contenía que por fazer más bien e más merçed, el dicho
maestre don Vasco Rodríguez que mandava e tenía por bien que por la nuestra yantar que nos den de
cada año dozientos maravedíes e al comendador mayor de Castilla çiento maravedíes de cada año; [9]
e otrosý, que en razón de las dehesas que le dixeron los dichos omes buenos que les fazía el comen-
dador [...] de las que solía ser, que mandava que en el Campo que [dexase] una dehesa para los bue-
yes del comendador de [...] como siempre usó, e la otra dehesa de la Agua, que es guardada al dicho
comendador, según [...] fue el agua que dizen de la Poza, que la vevían los ganados de los vezinos de
los dichos logares, bevan sin mengua guardando que no fagan dapno en la dicha dehesa. E que man-
dava e defendía que ninguno fuese osado de les yr ni de les pasar contra esta merçed que les fazía, de
lo qual les mandó dar su carta sellada con su sello de çera pendiente, que paresçió ser dada en el
nuestro lugar del Corral de Almaguer, a ocho días del mes de hebrero, hera de mill e trezientos e
sesenta e seys años. La qual dicha carta de previllegio del dicho maestre don Vasco Rodríguez pa-
resçió ser confirmada del maestre don Alonso Méndez, e otrosý paresçió ser confirmada del maestre
don Fadrique.

DOCUMENTO 4
1328, febrero 8. El Corral de Almaguer
El maestre don Vasco Rodríguez otorga diversos privilegios
al Campo de Criptana, que son sucesivamente confirmados
por otros maestres.
AHN, Uclés, carp. 81, nº 14, fol. 7-8.

E más que dezía el dicho maestre don Pedro Fernández Cabeça de Vaca que vieron dos
cartas, la una del maestre don Gonçalo Mexía e la otra del dicho maestre don Fernando Osórez en que
se contenía una cláusula que dezía asý: e a lo que dezíades que fuese nuestra merçed de vos quitar lo
que por bien toviésemos de aforramiento que aveder a pagar della mill e doçientos maravedíes de los
fornos, a esto vos dezimos que es la nuestra merçed de vos quitar ende la mitad, e que no paguedes
ende más de seysçientos maravedíes. Las quales dichas merçed e cláusulas sobredichas paresçieron
ser todas confirmadas del dicho maestre don Pedro Fernández Cabeça de Vaca, e otrosý paresçió ser
confirmado del maestre don Pedro Núñez. E otrosý, se contenía en la otra carta de privilegio en que
paresçió que el sobredicho maestre don Vasco Rodríguez, que por fazer bien e merçed al dicho
conçejo e omes buenos del dicho Campo de Critana, viendo que hera pro e serviçio de nuestra Orden
e poblamiento del dicho lugar, que mandava e avía por bien que ninguno de sus vezinos e moradores
del dicho lugar que non den portadgo en ninguno de los lugares de la nuestra tierra, también los que
agora son e y moran como los que aý venieren morar de aquí adelante, e que mandava a qualquier o
qualesquier que oviesen de aver e recabdar los portadgos en la nuestra tierra, también freyres como
seglares, que les non pasen contra esta merçed que les fazía, e a qualquier que lo fiziere si freyre
fuese que le pesaría ende e que gelo demandaría con Dios e con Orden, e al seglar al cuerpo e a lo
que toviese, [se] tornaría por ello, de lo qual les mandaron dar su carta sellada con su sello de çera
colgado, que paresçe ser dado en el Corral de Almaguer, ocho días de hebrero, era de mill e trezien-
tos e sesenta e seys años. La qual dicha carta de previllegio paresçió ser confirmada del maestre don
Alonso Méndez, e del maestre don Fadrique e del maestre don Fernando Osórez.

DOCUMENTO 5
1328, mayo 19. Villa Rivero
El maestre don Vasco Rodríguez otorga carta-puebla a los
pobladores del castillo de Fuentidueña.
AHN, Uclés, carp. 86, nº 11.

Sepan quantos esta carta vieren cómo Nos don Vasco Rodríguez, por la gracia de Dios,
maestre de la Orden de la Cavallería de Santiago, pora faser bien e merçed al conçejo e los omnes

450
bonos de Fuente Dueña que en esta carta son escriptos: Johán Serrano, e Tomé Yáñez, e Johán López,
e Suer Fernández, e Pero López, e Domingo Pérez, e Christóval Fernández, e Vasco Pérez, e Pero
Gómez, e Yagüe Pérez, e Martín Fernández, e Yváñez Domingo de Yebra, e Domingo Pérez Redon-
do, e Pelay Pérez yerno de doña María, e Pelay Pérez nieto de María Vicente, e Martín Domingo, e
don Yváñez del Mesón, e Yváñez Martín, e Estevan Pérez fijo de Pero Mínguez, e Gil Fernández, e
Andrés Pérez el Tesero, e Domingo Pérez fijo de don Asensio, e Johán Alfonso, e don Lorente, e
Pero Martínez de Molina, e Domingo Pérez yerno de Johán Suárez, e Yváñez Domingo carniçero, e
Lorenço Martínez, e Johán Domínguez, e Pelay Pérez el Gordo, e Martín Pérez yerno de doña Teresa,
e Antón Pérez fijo de don Rodrigo, e Johán Sánchez, e Johán Pérez yerno de Garçía Pérez, e Sancho
Pérez, e Johán Pérez de Avendia, e Garçía Pérez, e Gómez Pérez, e Johán Fernández fijo de Fernán
Yáñez, e Gómez Gómez, e Migell Pérez hermano de Pero Gómez, e Yáñez Domingo fijo de Astildo-
ro e Yváñez Domingo fijo de Migell de Aitona.
[1] E porque moredes en el nuestro castillo de Fuente Dueña que vos otorgamos porque nos
tenedes fecho omenage e los otros que y vinieren morar, que seades vos e ellos a complimiento de
sesenta vesinos. E porque labredes e reparedes el dicho castillo cada que cumplier e menester fuer. E
nos acoiades a Nos el dicho maestre en él cada que y llegar vos, yrado o pagado. E después de días de
nuestra vida que acoiades en él al que fuer maestre de la Orden de Santiago con Dios e con Orden; el
qual omenage nos fisiestes vos los sobredichos por vos e por los otros que y vinieren morar convusco,
que seades todos sesenta vesinos, commo dicho es, e por los que de vos vernán segúnt se contiene en
una carta que de vos tenemos.
[2] Quitamos vos todos los nuestros pechos e los serviçios nuestros e los del Rey para siem-
pre jamás. E vos que fagades casas en el castillo vos e los otros que y vinieren morar convusco a
cumplimiento de sesenta vesinos, e morades de vos con vuestros fijos e de vuestros nietos e de los
que de vos vernán por juro de heredat para siempre jamás.
[3] E por vos faser más merçed, mandamos e tenemor por bien que fagades dos alcaldes
cada año dentro en el castillo, e estos alcaldes que judguen a la puerta del castiello a los que dentro
morades e a los que moraren en el arraval, e a los que se alçaren de su juysio que tomen el alçada
para ante el comendador mayor e dende para ante Nos.
[4] E que hayades mercado hun día en la semana e este día que sea jueves, e los que a este
mercado vinieren que vengan seguros commo siempre fue, e este mercado que se faga en el arraval
para que vos seades guardados de yerro.
[5] E por vos faser más merçed, quitamos vos las asémilas de la sierra, e mandamos que
coiades por los montes madera para faser las casas e para adobar el castiello por [toda] la que ovier-
des mester. E otrossí que coiades leña para usar en vuestras casas de los dichos montes para las tres
pascuas del año cada uno de vos los dichos ve[sinos] tres cargas de leña. E otrosí vos quitamos el
peón de la serna e que vayades moler a nuestras açeñas o a qualesquier de ellas do más aýna podades
moler vuestro pan.
[6] E otorgamos de vos non desapoderar ni tirar el dicho castiello, mas tenemos por bien
que moredes en él vos los sobredichos e los otros que y vinieren morar convusco, que seades por
todos sesenta vesinos, commo dicho es, e vuestros fijos e los que de vos vernán para siempre jamás. E
que seades villa sobre vos e conçejo sobre vos. E prometemos a buena fe, sin mal engaño de vos
complir todo esto que sobredicho es en toda nuestra vida e de nos non yr contra ello. E otorgamos que
al primer Cabildo General que fisiéremos que vos demos ende nuestra carta sellada de nuestro sello
de çera colgado. Dado en Villa Rivero, .xix. días de mayo, era de mill e .ccc. e .lx. e seys años. Johán
López.
Estos son los que se fisieron vesinos en Fuente Dueña de los sesenta vesinos que mandó el
maestre que fuésemos en el castiello: Migell Martínez, Johán Pérez fijo de Pero Vellasco, e Sancho
Pérez ..., éstos de Fuente Sauco; e de Valdrazet, don Yáñez fijo de don Gil de Morata, e don Barto-
lomé fijo de don Domingo e Prieto para todo. E yo Domingo Velasco, fijo de Pero Velasco de Fuente
Sauco e Diego Pérez de Estremera fijo de García López.
E Nos el dicho maestre, e los priores, e los comendadores mayores, e los trese e los otros
omnes bonos de la Orden que fuemos ayuntados en Mérida en el Cabildo General que y fesiemos,
que fue fecho e çelebrado domingo de Letare Jerusalen, díes días de mayo de la era de mill e tresien-
tos e sesenta e nueve años, viemos la dicha carta e entendiendo que es pro e serviçio de la nuestra

451
Orden e poblamiento de los vassallos, otorgamos la dicha carta e mandamos que les sea guardada en
todo segúnd que en ella se contiene, e mandámosla seellar con el seello de Nos el Cabildo.

DOCUMENTO 6

1328, junio 20. Real sobre Escalona


Alfonso XI dona a A1fonso González, su cirujano (çelurgiano)
mayor, los diezmos de la grana y de los donadíos que fueron
de Juan Pérez, Pedro Alvarez y otros en Ubeda.
AHN, Uclés, carp. 69, nº 9.

Este es traslado de una carta de nuestro señor el rey don Alfonso seellada con su seello de
çera en las espaldas:
Don Alfonso, por la gracia de Dios, Rey de Castiella, de Toledo, de León, de Gallisia, de
Sevilla, de Córdova, de Murçia, de Jahén e del Algarbe, e señor de Viscaya e de Molina. Al conçejo,
e a los alcaldes, e al jués de Ubeda e a qualquier o a qualesquier de vos que esta nuestra carta viére-
des o el traslado della siñado de escrivano público. Salud e gracia. Sepades que me dixieron que
Ximén Pérez, arçipreste de y de Ubeda, e otros clérigos de y de la villa que toman e lievan apartada-
mientre el diesmo de la grana e de otras cossas, e del diesmo de los donadíos que fueron de Juan
Pérez, e de Pedro Alvarez e de otros donadíos que son y en Ubeda o en su término. E que non querían
dar a mí el mío derecho que yo he de aver, e ellos gelo toman e lo parten entressý. E por esta rasón
que se menoscaba mucho del mío derecho que yo he de aver de los dichos diesmos de y de Ubeda e
de su término.
E agora sobresto tengo por bien de lo dar a Alfonso González, mío çelurgiano mayor de la
mi casa, desde el tiempo pasado que lo ellos lo levaron fasta aquí, de daquí adelante que lo tenga de
mi parte en toda su vida, porque vos mando, vista esta mi carta o el traslado della, segunt dicho es,
que recudades e fagades recudir al dicho Alfonso González o al que lo oviere de recabdar por él con
la mi parte que yo y he e devo aver del diesmo de la grana e de las otras cossas, e de los donadíos que
fueron del dicho Juan Pérez, e de Pedro Alvarez e de los otros donadíos que son y en Ubeda e su
término, assí de lo pasado commo de lo que es por venir daquí adelante, bien e complidamente en
guyssa que'l non mengüe ende ninguna cossa.
E mando por esta mi carta al conçejo, e a los alcaldes e al jués de y de la villa que'l recudan
e fagan recudir con la mi parte de los diesmos sobredichos, que yo he de aver, e que'l den cuenta e
recabdo dello. E que lo que les alcançare que lo aya daquí adelante segunt que lo yo he de aver, que
gelo den e que gelo entreguen luego sin descaimiento ninguno, segunt dicho es. E non fagades ende
al por ninguna manera, so pena de çient maravedíes de la moneda nueva a cada uno e demás a vos e a
quanto oviéssedes me tornaría por ello. E commo esta mi carta vos fuere mostrada e la cumpliéredes,
mando a qualquier escrivano público de y de la villa que para esto fuere mandado, que dé ende a
quien esta mi carta mostrare testimonio asignado con su signo, porque yo sepa en cómmo se cumple
mío mandado. E non fagades ende al so la dicha pena e del offiçio de la escrivanía, la carta leýda
dádgela.
Dada en el real de sobre Escalona, veynte días de junio, era de mill e tresientos e sesenta e
seys años. Yo Gonçalo Pérez la escriví por mandado del Rey. Gonçalo Pérez, Alfonso Yáñez, Pedro
Bono, Juan Gonçález.
Fecho este traslado en Córdova, dies e seys días de setiembre de la era sobredicha. Yo
Miguel Pérez, escrivano público de Córdova so testigo que vi la carta onde este traslado fue sacado e
conçertado con ella, e disíe assí commo aquí disen. Yo, Pedro Martínez, escrivano, so testigo deste
traslado que vi la carta onde fue sacado e la conçerté con ella, e disíen commo aquí dissen. Yo, Fe-
rrant Gonçález, escrivano público de Córdova, so testigo deste traslado que vi la carta onde fue saca-
do e los conçerté con ella, e disíen assí commo aquí disen, lo fis escrivir e fis aquí mío signo.

DOCUMENTO 7
1328, agosto 16. Ocaña
El maestre don Vasco Rodríguez confirma carta-puebla de su
predecesor don Garci Fernández a Villanueva de Alcardete

452
(exención de portazgo, antiqua sobre responsabilidad, alzadas
al maestre, dependencia de la Mesa Maestral), otorgándole
nuevos privilegios (exención de pechos por 20 años al concejo
y a Juan Pérez).
AHN, Uclés, carp. 93, nº 33, fol. 3v-5r.

Sepan quantos esta carta vieren cómo Nos don Vasco Rodríguez, por la gracia de Dios,
maestre de la Orden de la Cavallería de Sanctiago, vimos carta del maestre don Garci Fernández,
nuestro antecessor, y del Cabildo, sellada con sus sellos, en que dice que por fazer bien e merced al
nuestro lugar de Villanueva, cerca de Alcardete, que tenía por bien y mandava:
[1] que los vezinos del dicho ni ninguno dellos no fuessen tenudos de pagar portadgo en
ningún logar de la nuestra tierra por ninguna cossa que lebassen a vender, ni traxessen de otra qual-
quier parte para mantenimiento y aprovechamiento del dicho logar.
[2] Otrosí, que tenía por bien que los vezinos del dicho lugar y cada uno dellos sacassen su
pan a qualquier parte [que] quisiessen por la nuestra tierra en quanto la franqueza que les ellos fizie-
ron durasse.
[3] E otrosí, que metiesen pan de tierra de la Orden o de fuera della quando se pasassen al
dicho logar sin sacar su portadgo ninguno.
[4] E otrosí, que tenía por bien y mandava que oviessen juez e alcalde de los vezinos del
logar.
[5] E que usen del fuero de Uclés.
[6] Que non lasre padre por hijo, nin fijo por padre, nin marido por muger, nin muger por
marido.
[7] E que las alçadas que fuessen fechas por los alcaldes del dicho logar que se tomassen
para ante el dicho maestre, o para ante los otros maestres que después d'él viniessen, y no para ante
otro ninguno.
[8] Otrosí, por les fazer más merced que los tomava para su Cámara y de los otros maestres,
e que no fuessen de otro comendador ninguno.
E nos el maestre don Vasco Rodríguez vimos la dicha carta, e porque entendemos que es
servicio nuestro y de nuestra Orden y poblamiento del dicho lugar, otorgámosles y confirmámosles la
dicha carta y mandamos [que] vala y les sea guardada en todos según se en ella contiene.
[9] Y por les fazer más merced a ellos e a los que viniessen morar y poblar de fuera de
nuestra tierra, quitámosles todos los nuestros pechos que nos ovieren a dar de oy día que esta carta es
fecha fasta veynte años primeros siguientes. En tal manera que también los que agora moran en el
dicho lugar como los que y vinieren poblar y morar de fuera parte, hagan cassas tejadas y pongan
fasta tres años primeros siguientes tres arançadas de viña cada uno, y desde adelante que sean la
dichas viñas labradas y requeridas sin ningún mal engaño, si non que nos pechen todos los pechos de
el tiempo passado.
[10] E otrossí, todos los otros pechos que escusaron de la franqueza del tiempo de don
Garci Fernández acá, y esta misma franqueza fazemos a este Juan Pérez porque ayuda a poblar el
dicho logar.
Y mandamos y defendemos que ninguno non sea osado de les yr nin de les passar contra
esta merced que les Nos fazemos en ninguna manera, sinon [que] qualquier que lo fiziesse pesarnos
ya ende mucho, y si freyre fuesse demandar gelo y amos con Dios y con Orden, y al seglar al cuerpo
e a lo que oviesse, nos tornaríamos por ello. E desto les mandamos esta carta dar sellada con nuestro
sello de cera colgado. Dada en Ocaña, diez y seys días de agosto, hera de mill y trecientos y sesenta y
seys años. Ruy Martínez.

DOCUMENTO 8
1329, julio 20. Baeza
Ruy Pérez, comendador de La Membrilla, se obliga a tener en
su encomienda las casas y heredades de Jaén, pagando la dé-
cima al prior de Uclés.
AHN, Uclés, carp. 69, nº 10.

453
Sepan quantos esta carta vieren cómmo yo Ruy Peres, freyle de la Orden de Santiago,
comendador de la Membrilla del Tocón e de los Bastimentos de Ribera de Tajo e alcayde del castillo
de Oreja, conozco e otorgo que por razón que Vos don Vasco Rodrígues, por la graçia de Dios, maes-
tre de la Cavallería de la dicha Orden y Adelantado mayor por Nuestro Señor el Rey en toda la Fron-
tera, seyendo en la villa de Ubeda en Cabildo, e seyendo y juntados con nos en el dicho Cabildo don
Rodrigo Yañes, comendador mayor de Castilla, e Don Alfonso Yañes, comendador de Uclés, e Don
Ferrant Ruys, comendador de Llerena e de Medina, e Don Ferrant Rodrigues, comendador de Cus-
ques, e Men Vasques, comendador de Montiel, e Martín Furtado, comendador de Ricote, e Arias
Gomes, comendador de Montemolín, e Garçía Gomes, comendador de Reyna, e Gomes Garçía, co-
mendador de Villagarçía, e Alfonso Ferrandes, comendador de Segura, e Johán Ferrandes, comenda-
dor de [...], e Vasco Lopes, comendador de Segura de la Sierra, e Gonçalo Yañes, comendador de
Alfambra e de los Bastimentos del Campo de Montiel, e Martín Ferrandes Navarro, comendador de
Ocaña, e Alfonso Peres, comendador de Socovos, e Ruy Peres, comendador de Veas, e Gonçalo
Ferrandes, comendador de Santa Crus, e Ferrán Gonçales, comendador del Corral, e Diago Ferrandes,
comendador del Almonte, e Pero Rodrigues, comendador de Villarrubia, e Martín Ferrandes, comen-
dador del Almendralejo, e Ferrant Lorençio, comendador del Ospital de Cuenca, e Gonçalo Yañes,
comendador de la Peña, e otros frayles e omes buenos de la dicha Orden, e todos en uno acordada-
mente me façistes merçed en que me disíes que toviese por Vos e por la dicha Orden en todos los mis
días de mi vida las casas que la Orden a en Jahén e todos los otros heredamientos que y a e los moli-
nos que en Río Guadalbullón, término del dicho lugar Jahén, las quales casas e molinos me diesteis
para las adobar e las reparar en tal manera que sean bien fechas e adereçadas; e otrossí que faga el
açuda de los dichos molinos de cal e de canto, e las casas destos molinos que las faga a bóvedas,
otrosí de cal e canto en guissa que sean bien fechas e adobadas, los molinos e que los faga en tal
manera porque sean molientes e corrientes assý commo cunple; e que adobe muy bien la torre que
está en los dichos molinos, e que dé el diesmo al prior de Uclés, segunt lo deve aver, e después de mis
días de mí el dicho Ruy Peres que finque todo esto que dicho es a la dicha Orden libre e quito, sin
ningunt enbargo.
E yo el dicho Ruy Peres que tomé de Vos el dicho maestre e de vos los dichos freyres todas
estas cosas que dichas son, e de lo asý conplir e de lo faser todo bien e conplidamente segunt sobredi-
cho es, e de reparar e adobar las dichas casas que son en el dicho lugar de Jahén e los dichos molinos
e torre, e otrosý e de faser la dicha açuda de los dichos molinos e las casas dellos, e de los reparar e
adobar en tal manera porque finquen molientes e corrientes, segunt que por esta carta se contiene. E
después de los días de mi vida que finquen para la dicha Orden, e esto todo que lo cunpla e lo faga yo
el dicho Ruy Peres de oy día que esta carta es fecha fasta tres años los primeros que vernán, e re-
nunçio todas las leyes de todos los [...] e todas rasones e defensiones que yo o otro por mí quisiere
poner o alegar por no cunplir todo lo sobredicho o parte dello, que me non vala nin me sea oydo de
ningunt dellas, mas que lo cunpla, e lo fago todo bien e conplidamente segunt dicho es. E por todo
esto guardar e faser e conplir segunt se signó, obligo todos mis bienes así muebles commo raýçes, los
que oy día he avré cabadelante, porque gelos yo tenía a Vos el dicho maestre e freyles e a la dicha
Orden, e porque esto sea firme e non venga en dubda, yo el dicho Ruy Peres otorgo esta carta commo
sobredicho es ante los escrivanos públicos de Baeça e educe el testimonio que d'él es escripto, e aun
por mayor firmesa pus en ella mío sello de çera colgado. Testigos presentes que se a esto açertaron
Ferrant Trapero e Gil Martines, yerno de Pero Roýs. Fecha esta carta en Baeça, veynte e un días de
julio, era de mill e treszientos e sesenta e syete años. Yo Alfonso Ferrandes escrivano soy testigo e
yo Johán [...] escrivano so testigo. Yo Johán Martines, escrivano público en Baeça que esta carta fis
escrevir con otorgamiento del dicho Ruy Peres e fis aquí este mi signo en testimonio.

DOCUMENTO 9
1338, noviembre 27. Campo de Criptana
El maestre don Alonso Méndez exime de diversas cargas eco-
nómicas a los del Campo de Criptana, declarando sólo libres
de pechos a los hidalgos que mantuvieran caballo y armas.
AHN, Uclés, carp. 81, nº 14, fol. 8-9.

454
E otrosý, que se contenía en la otra dicha carta de previllegio que dio el maestre don Alonso
Méndez que dezía asý: por muchas querellas que nos dixeron en el Campo de Critana, también de
los maestres que fasta aquí fueron como de los comendadores d'él, la gran costa que les fazían cada
que por aquí pasavan a yda e venida, e thenemos por bien que del nuestro dinero que tomamos del
nuestro por nuestro dinero, porque non se heche costa al conçejo; e otrosý mandamos que el comen-
dador mayor cada que por y pasare, sacando su derecho, que coma por su dinero, e otrosý porque no
eche costa al conçejo; e otrosý mandamos que el comendador que toviere la casa que coma de las
sus rentas que pertenesçen a la encomienda, que non heche pecho al conçejo ni les faga costa ningu-
na; e otrosý mandamos e tenemos por bien que ninguno no sea escusado en el dicho lugar, salvo si
fuese ome fijodalgo que mantoviese cavallo e armas continuamente, e estos que sean escusados de
pecho, e los otros que pechen en todos los pechos. E que ninguno no fuese osado de les yr ni de les
pasar contra lo sobredicho, so çierta pena, la qual dicha carta segund paresçió ser dada en el Campo
de Critana, veynte e syete días de nobiembre, hera de mill e trezientos e setenta e seys años. Que
paresçió ser confirmada del maestre don Fadrique e del maestre don Fernando Osórez.

DOCUMENTO 10
1338, diciembre 1. Villamayor
El maestre don Alonso Méndez confirma la carta-puebla de
Villanueva de Alcardete y otorga nuevas mercedes.
AHN, Uclés, carp. 93, nº 33, fol. 3v-5v.

Sepan quantos esta carta vieren cómo Nos don Alfonso Méndez, por la gracia de Dios,
maestre de la Orden de la Cavallería de Sanctiago, vimos una carta del maestre don Vasco Rodríguez,
nuestro antecessor, que dize en esta guissa:
[inserta documento 7]
El dicho concejo pidionos por merced que les confirmássemos la dicha carta, e Nos to-
bímoslo por bien e confirmamos gela en todo según que en ella se contiene. E otrosí, nos pidieron
merced que les fiziéssemos alguna merced, e Nos tenemos por bien de les fazer esta merced que se
sigue:
[1] Tenemos por bien que non lieben pan a la sierra. [2] E que no den ayantar nin ca[l]ças a
nos ni al comendador mayor. [3] E otrosí que non sean prendadas bestias ni bueyes de arada por
ninguna deuda que devan. [4] E otrosí que non ayan entregador de los judíos en el dicho lugar de
Villanueva, otro sinon el que los alcaldes que fueren en el dicho lugar, por razón que es nuestra Cá-
mara, e que faga las entregas el juez de los alcaldes. [5] Otrosí, los huérfanos que tovieren que tovie-
ren [sic] todos sus bienes en uno, que no pechen más de un pecho todos. E estas mercedes les faze-
mos en tanto quanto nuestra merced fuere.
E mandamos e defendemos firmemente por esta carta que ninguno non sea osado de les yr
ni de les pasar contra la dicha carta, ni contra estas mercedes dichas que les no[s] fazemos en ninguna
manera, ca qualquier que lo fiziesse, si freyle fuesee demandar gelo y emos con Dios y con Horden, y
al seglar al cuerpo e a lo que oviesse, nos tornaríamos por ello. E desto les mandamos dar esta carta
sellada con nuestro sello de cera colgado. Dada en Villamayor, primero día de diziembre, hera de
mill y trecientos y setenta y seys años. Alfonso Gonçález.

DOCUMENTO 11
1341, diciembre 2. Ocaña
El maestre don Alonso Méndez otorga carta-puebla a la Pue-
bla de Almuradiel.
RAH, ms. 9/6448, copia del siglo XIX, 2 folios (Inserto en un privilegio de confirmación dado por
Felipe III en Madrid, a 28 de octubre de 1600).

Sepan quantos esta carta vieren cómo Nos don Alfonso Méndez, por la graçia de Dios,
maestre de la Orden de la Cavallería de Santiago, por faser bien e merced al concejo e a los homes
buenos del nuestro lugar de la Puebla de Almoradiel, e porque entendemos que es nuestro servicio e
de nuestra Orden, e otrossí porque se pueble el lugar mejor [1] mandamos e tenemos por bien que sea
el lugar por sí e que no obedezcan al Corral nin a otro lugar ninguno en ninguna cosa que sea. [2] E

455
que hayan todas las franquezas e mercedes e libertades que han de los otros maestres nuestros antece-
sores. [3] E confirmamos de Nos que ayades alcaldes e jueces en el dicho lugar. [4] E dámosles el
fuero de Uclés a que son poblados.
[5] E por faser más bien e más merced a todos aquellos que de fuera de la nuestra tierra
vinieren a poblar e morar al dicho nuestro lugar de la Puebla de fuera de la nuestra tierra, quitámosles
de todos los nuestros pechos que a Nos ovieren a dar del día que vinieren a morar e poblar fasta
quinse años siguientes, de llevas e requas e pedidos e de todas las otras cosas que a Nos e a dicha
nuestra Orden obieren a dar, salvo seis maravedíes que nos dé cada uno cada año en reconoscimiento
de señorío, con la condición de que ayan cada uno casas tejadas e pongan tres aranzadas de viñas, en
tal manera que a cabo de tres años sean fechas las casas e puestas las viñas, e dende en adelante que
las labren e las requieran sin ningún mal engaño. E mandamos a los alcaldes del dicho lugar de la
Puebla, que agora son o serán de aquí adelante, que tomen tales fiadores de los que vinieren morar e
poblar al dicho lugar, que cumplan esto que sobredicho es, si no que nos pechen los pechos derechos
del tiempo pasado.
[6] Otrossí, mandamos e tenemos por bien que vos el dicho concejo de la Puebla que ayades
las vuestra deesa de montes para vos e para vuestros ganados, e que ninguno non vos entren a cortar
leña nin madera en ella nin a coger la bellota, sino que vos pechen cada uno sesenta maravedíes por
cada vez que en la dicha callumna vos cayere. E demás mandamos vos que la amparedes e defenda-
des de quien quier que en ella vos quisiere entrar, commo dicho es.
[7] Otrosí, mandamos e tenemos por bien que labredes e criedes por toda la vuestra tierra
con los vuestros ganados, segúnd que mejor e más cumplidamente labrastes e criastes con vuestros
ganados fasta aquí.
E defendemos que ningunos non sean osados de ir nin de pasar contra estas mercedes que
vos facemos nin contra parte dellas en ninguna manera, si no qualquier que lo fisiere, si freire fuere
demandárselo ya nos con Dios e con Orden, e al seglar al cuerpo e a quanto obiere, nos tornaríamos
por ello. E desto les mandamos dar nuestra carta sellada con nuestro sello de cera colgado. Dada en
Ocaña, veynte e un días de diciembre, era de mill e trecientos setenta e nueve años. Alfonso Gonzá-
lez.

DOCUMENTO 12
[1342-1358]
El maestre-Infante don Fadrique autoriza a los del Campo de
Criptana a utilizar los términos de Ruidera y Alhambra, les
redime el monopolio del horno por una cantidad alzada y les
exime de tercerías.
AHN, Uclés, carp. 81, nº 14, fol. 6-7.

... que paresçió que el dicho maestre don Fadrique por les fazer más bien e más merçed al
dicho conçejo del Campo, [1] que mandava e tenía por bien que los sus ganados que anden salvos e
seguros en el término de Roydera e de Alhambra, e por los términos de los lugares de la nuestra tie-
rra, paçiendo las yerbas e beviendo las aguas, no faziendo dapno en panes ni en viñas, ni en dehesas
acotadas e prados adehesados, e que no paguen ende diezmo en el dicho lugar del Campo; e otrosý,
que mandava que cortasen madera en los dichos términos de Alhambra e Ruydera e de los otros
dichos nuestros lugares, e la que menester ovieren para sus casas e para sus arados, sin pena e syn
calumnya ninguna; [2] otrosý, que por quanto le dixieran que el dicho conçejo que heran muy agra-
viados e lo pasavan mal en razón del horno, porque no avía más de uno en el dicho lugar, e que les no
abondaba, e se les avía por ende a perder el pan, e se les seguían por esto gran daño e menoscabo e a
él deserviçio, e que le pidieron por merçed que les pusieren el dicho orno en una cosa tasada que
diesen por él, e que les mandasen que oviesen fornos de suyo; e que por les fazer merçed e porque
entendía que hera pro e serviçio de nuestra Orden e poblamiento del dicho lugar, que tenía por bien e
mandava que los del dicho lugar del Campo que ayan fornos de suyo e cuezgan su pan donde quisie-
ren sin pena e sin calupnia ninguna, e que no paguen por ende poya ni otro derecho alguno, salvo
veynte e çinco caízes de trigo, e tenía por bien que pagasen por el dicho horno en cada año a él o al
comendador que fuese del dicho lugar tres terçios de cada año, e sy que por ventura acaesçiese que en
él cresçiere el pan de a quatro maravedíes arriba, que no fuesen tenudos de pagar más de mill e

456
dosçientos maravedíes de cada año por el dicho horno; [3] e otrosý, que por quanto le avían dicho que
venía grande despoblamiento al dicho lugar por razón de los terçios que se y tomavan para guardar el
pan e vino del su bastimento, e que por esto e porque el dicho lugar valiese más e fuese mejor pobla-
do, que tenía por bien e mandava que ninguno vezino e morador del dicho lugar del Campo que no
sea terçero ni guardador de ningún nuestro pan ni vino contra su voluntad, mas que el maestre que ay
pusiese quien lo recabdase e toviese por él en manera qu'ellos fuesen escusados e quitos dello, e que
defendía que ninguno ni ningunos no fuesen osados de les yr ni de les pasar contra las dichas merçe-
des, so çiertas penas. Las quales dichas merçedes sobredichas e franquezas e libertades paresçieron
ser confirmadas del maestre don Fernando Osórez e otrosý confirmadas del maestre don Pero Fernán-
dez Cabeça de Vaca..

DOCUMENTO 13
1347, agosto 31. Ocaña
El maestre-Infante don Fadrique confirma la carta-puebla de
Villanueva de Alcardete y amplía sus mercedes.
AHN, Uclés, carp. 93, nº 33, fol. 3r-6v.

Sepan quantos esta carta vieren cómo Nos don Fadrique, por la gracia de Dios, maestre de
la Orden de la Cavallería de Sanctiago, vimos una carta del maestre don Alfonso Méndez, nuestro tío
y nuestro antecessor, que Dios perdone, que es fecha en esta manera:
[inserta documentos 7 y 10]
E Nos el dicho maestre don Fadrique, por fazer bien y merced al dicho concejo y omes
buenos de Villanueva, confirmámosles la dicha carta del dicho maestre don Alfonso Méndez, y man-
damos que les vala y les sea guardada bien y cumplidamente, según en ella se contiene.
[1] E por fazer más bien e más merced a los vezinos y moradores del dicho logar que agora
y son, quitámosles todos los pechos que a Nos e a nuestra Orden ovieren a dar desde el día que se
cumpliere la merced de los dichos veynte años fasta cinco años cumplidos. E a los que de fuera de la
nuestra tierra y vinieren morar y poblar de fuera parte, fagan cassas en que moren y pongan tres
arançadas de viñas cada uno de los que de fuera parte hy vinieren morar e poblar, en guissa que a los
tres años primeros sean fechas las cassas y puestas las viñas, e las labren y requieran de cada año sin
ningún mal engaño. E los alcaldes que y fueren en el dicho logar que tomen tal recaudo de los que y
vinieren morar y poblar que mantengan vezindad los dichos diez años y cumplan lo que dicho es, si
non que nos paguen los pechos del tiempo pasado.
[2] Otrosí, por hazer más bien y merced al dicho concejo y homes buenos de Villanueva,
mandamos y tenemos por bien que los sus ganados que anden por toda la nuestra tierra, paciendo las
yervas y beviendo las aguas, salvos y seguros sin ningún embargo, guardando panes y viñas y dehes-
sas de bueyes, según que mejor y más cumplidamente andan los otros ganados de las otras villas y
logares de la nuestra tierra.
Y defendemos que ninguno non sea osado de les yr nin de les passar contra estas mercedes
que les Nos fazemos, en ninguna manera, ca qualquier que lo fiziesse, si freyle fuesse demandar gelo
y emos con Dios e con Horden y al seglar al cuerpo e a lo que oviesse, nos tornaríamos por ello. E
demás por qualquier o qualesquier que fincar de lo assí facer y cumplir esto que Nos mandamos o les
quissieren passar contra las dichas mercedes o contra parte dellas, mandamos a qualquier escrivano
público que para esto fuere llamado que dé ende al que esta carta mostrare, testimonio signado con su
signo, porque Nos sepamos en cómo cumplides nuestro mandado. E non fagan ende al so pena de la
nuestra merced. E desto les mandamos dar esta nuestra carta sellada con nuestro sello de cera colga-
do. Dada en Ocaña, postrimero día de agosto, hera de mill y trecientos y ochenta y cinco años. Yo
Pero García la fize escrivir por mandado del maestre.

DOCUMENTO 14
1352, febrero 8. Campo de Criptana
El maestre-Infante don Fadrique confirma la antigua pre-
eminencia que tenían los vecinos de Villanueva de Alcardete
de labrar, cazar y cortar leña en término del Corral de Alma-
guer.

457
AHN, Uclés, carp. 93, nº 33, fol. 9v-10r.

Don Fadrique, por la gracia de Dios, maestre de la Orden de la Cavallería de Sanctiago, por
fazer bien y merced al concejo e omes buenos de Villanueva de Alcardete, nuestro lugar y nuestra
Cámara, e por voluntad que avemos que el dicho logar se pueble, [1] mandamos y tenemos por bien
que caçen en los términos del Corral de Almaguer, según que lo usaron en los tiempos passados fasta
aquí, guardando dehessas autenticadas.
[2] E otrosí, tenemos por bien y mandamos que labren la tierra liega en el dicho término,
doquier que la fallaren para pan llevar.
[3] E que la leña que sacaren de las rozas que fizieren, que la lieven para sus cassas sin pena
y sin calunia alguna, guardando pie de encina que no corten.
E por esta nuestra carta mandamos al comendador e al concejo del dicho lugar del Corral
que les non vayan ni passen contra esta merced que les Nos fazemos en ninguna manera, que qual-
quier que contra ello passare, si freyle fuere demandar gelo hemos con Dios e con Horden, e al seglar
al cuerpo e a lo que oviesse, nos tornaríamos por ello.
E de esto les mandamos dar esta nuestra carta sellada con nuestro sello. Dada en Campo de
Critana, a ocho días de febrero, hera de mill y trecientos y noventa años. Yo Fernand Yáñez la fiz
escrevir por mandado del maestre.

DOCUMENTO 15
1356, octubre 30. Ocaña
El maestre-Infante don Fadrique ordena a Abdalá, moro ve-
cino de Uclés, recaudador de los yantares y calzas del maes-
tre y del comendador mayor de Castilla, que no los cobre a
los de Villanueva de Alcardete.
AHN, Uclés, carp. 93, nº 33, fol. 11v-12v.

Don Fadrique, por la gracia de Dios, maestre de la Orden de la Cavallería de Sanctiago, a


vos maestre Audalla, moro vezino de Uclés, recaudador de los yantares e de las calgadas [sic] del
comendador mayor en la nuestra tierra de La Mancha, o a otro qualquier o qualesquier que ayan de
ver y de recaudar las dichas yantares e calças de la dicha nuestra tierra por el dicho comendador
mayor. Salud y buena ventura. Fazemos vos saber que el concejo e los omes buenos de nuestro lugar
de Villanueva de Alcardete, nuestra Cámara, nos mostraron cartas y previlegios que an de Nos, en
que les fazemos merced que non paguen calças ni yantar a Nos ni al comendador mayor de Castilla. E
agora dizen en cómo vos que les demandades la ayantar de el comendador mayor, e no les queriendo
guardar las cartas que en esta razón tienen de Nos, e pedieronnos por merced que gelo mandásemos
guardar.
E Nos, beyendo que es servicio nuestro y de nuestra Orden, tobímoslo por bien, porque vos
mandamos que beades el previlegio y cartas que los omes buenos del dicho logar de Villanueva de
Nos tienen en esta razón, y gelo guardedes e cumplades en todo según que en ella se contiene, e que
les non vayades ni passedes contra ello en ninguna manera, ni les demandedes yantar ninguna por el
dicho comendador mayor, agora ni de aquí adelante, ni les prendedes ni tomedes ninguna cosa de lo
suyo.
Por ende, pues ellos son quitos della, como dicho es, e si alguna prenda les tenedes pren-
dado por esta razón, que gela dedes e tornedes luego, todos bien y cumplidamente en guissa que les
non mengüe ende ninguna cossa. E non fagades ende al por alguna manera so pena de la nuestra
merced e de seyscientos maravedíes de esta moneda usual, e demás, si algunas prendas le qui-
ssiéredes fazer, mandámosles que vos lo non consientan. La carta leyda, dárgela. Dada en Ocaña,
treynta días de octubre, hera de mill y trescientos y noventa y quatro años. Yo Fernán Yáñez la fize
escrivir por mandado del maestre.

DOCUMENTO 16
1359, septiembre 27. Corral de Almaguer
El maestre-Infante don Fadrique exime a los de Villanueva de
Alcardete del pago de la parada y el portazguillo, confirma el

458
privilegio de los yantares y autoriza a sacar materiales de los
términos de Pozorrubio y Añador para hacer yeso.
AHN, Uclés, carp. 93, nº 33, fol. 10v-11v.

Sepan quantos esta carta vieren cómo Nos don Fadrique, por la gracia de Dios, maestre de
la Orden de la Cavallería de Sanctiago, por hazer bien y merced a vos el concejo y omes buenos de
Villanueva de Alcardete, nuestra Cámara, e porque abemos voluntad que el dicho lugar se pueble, [1]
tenemos por bien que, cumplida la renta del dicho logar de este año porque está arrendado, que dende
en adelante que los vezinos que y fueren moradores ni otros algunos [que] al dicho lugar traxeren de
fuera parte a vender o comprar pan, o ganados o otras cossas qualesquier, que non paguen parada nin
portazguillo, que vos los quitamos, que se non paguen, e vos fazemos merced dellos porque es po-
blamiento del dicho lugar.
[2] Otrosí, tenemos por bien que sean guardadas a vos los dicho omes buenos las mercedes
que tenedes, e previlegios de los maestres, e confirmadas de Nos en razón de los yantares e de las
calças nuestras e del comendador mayor de Castilla, en que vos las quitamos según que mejor y más
cumplidamente en el dicho previlegio se contiene.
[3] Otrosí, por vos fazer más bien y merced, tenemos por bien que podades fazer yesso para
adovar vuestras cassas para xarahyzes, e para lo que oviéredes menester, en término de Pozuelo e de
Añador. E que cortedes en los dichos términos romero e aulaga e atocha e escoba para fazer el dicho
yesso, sin pena y sin calupnia alguna.
E defendemos que ninguno non sea ossado de vos yr nin de vos passar contra esta merced
que vos fazemos en ninguna manera que sea, ca qualquier que lo fiziesse pessarnos ya ende, e si
freyre fuesse demandar gelo yamos con Dios y con Orden, e al seglar al cuerpo e a lo que oviesse,
nos tornaríamos por ello. E de esto vos mandamos dar esta nuestra carta sellada con nuestro sello.
Dada en el Corral de Almaguer, veynte y siete del mes de septiembre, hera de mill y trescientos y
noventa y siete años. Yo Gonçalo Lorencio la fiz escrivir por mandado del maestre.

DOCUMENTO 17
[1387-1409]
El maestre don Lorenzo Suárez de Figueroa, a petición del
comendador de Bedmar y del concejo de A1banchez, cede el
derecho de nombramiento y presentación del cura de la villa
al citado concejo, habiendo de darle salario el comendador.
AHN, OO.MM., Lib. 1.071c, fol. 497. (Extracto del documento, sólo la cláusula). Fue confirmado
por los RR.CC. en el Capítulo de Tordesillas de 1494.

Vimos vuestra petiçión en que Nos embiastes desir que Juan Garçía, nuestro freyle co-
mendador de Bedmar, no vos quiere dexar que vos diga misa ni syrva el dominical ofiçio, segúnd
cumple, y por ende que vibíades mal y en peligro de vuestras ánimas [...] Omes buenos ya sobresto
dimos nuestra carta, por la qual mandamos que vosotros catásedes el dicho clérigo e que lo pagase el
dicho comendador, e agora asý lo mandamos otra vez, ca otra declaraçión en ello no entendemos
haser.

DOCUMENTO 18
1403, marzo 25. Mérida
El maestre don Lorenzo Suárez de Figueroa da licencia al
comendador de Bedmar para que diera a censo las casas, he-
redades y molinos que tenía en Jaén, Baeza, Ubeda y Andújar.
AHN, Uclés, carp. 69, nº 12.

Sepan quantos esta carta de previllejo vieren cómmo Nos don Lorenço Suares de Figueroa,
por la grasia de Dios, maestre de la Orden de la Cavallería de Santiago, con consejo e otorgamiento
de don Diego Alfonso, prior de Sant Marcos de León, e de don Alfonso Días, prior de Uclés, e de don
Lorenço Suares de Figueroa, comendador mayor de tierra de León, e de don Garçía Fernandes, señor
de Villagarçía, comendador mayor de Castilla, emienda por él Gonçalo Yañes de Godoy, comendador

459
de Ocaña, e de Alfonso Fernandes, soprior de Montalván, procurador de don Pero Fernandes de Yxar,
comendador mayor de Montalván, e de Fernand Gonçales Muñís, comendador de Uclés, e de -
Gonçalo Mesía, comendador de Segura, e de Diego Gonçales de Mendoça, comendador de Caravaca,
e de Diego Alvares, comendador de Estepa, e de Gomes Suares de Gres, comendador de Guadalcanal,
e de Ruy Muñís, comendador de Oreja, e de Juan Gonçales, nuestro mayordomo mayor, mayor co-
mendador de Montiel, emienda por él Diego Alvares de Mesa, comendador de Medina, e de Gomes
Fernandes Mal Aver, comendador de Montemolín, e de Gutier Martines de Çéspedes, emienda por él
Gonçalo Gonçales de Çéspedes, comendador de Mérida e de los nuestros Bastimentos de Tierra de
León, e de Lope Suares Mesía, comendador de Veas, e de Diego Garçi Prado, comendador del Co-
rral, que son los trese e de los otros cavalleros e freyres de nuestra Orden que con Nos se açercaron
en el nuestro Cabildo General que çelebramos en la eglesia de Santa Olalla de la nuestra villa de
Mérida por la dominica del Letare Jerusalem de este año de la data desta nuestra carta.
Por quanto vos, Sancho Ximenes, comendador de Bedmar, nos dexiestes que por virtud de
una nuestra carta dimos poder ha Juan Gonçales, nuestro mayordomo mayor, comendador que fue de
la dicha encomienda, para que diese ha ençeso en las çibdades de Jahén, e Baeça, e Ubeda e la villa
de Andújar e en sus términos çiertos solares que Nos e la dicha nuestra Orden avemos que fueron
fornos de coser pan, otrossý, tierras de pan levar e eriales desyertos para poner viñas e molinos de
moler pan e de moler aseyte, los quales solares e la mayor parte dellos estavan caýdos e fechos casa-
res e muladares; e las dichas tierras la mayor parte dellas por labrar e fechas eriales de luengo tiempo,
de lo qual la dicha nuestra Orden non avía provecho nin renta alguna; e que el dicho Juan Gonçales
diera alguna parte de esto con çierto tributo que diese cada un año a la dicha nuestra Orden aquellos
que lo tomasen e con otras condiçiones en la dicha nuestra carta contenidas. E que por quanto en la
dicha nuestra carta que al dicho Juan Gonçales dimos no fuera dada por Cabildo general nin estava en
ellas escriptas otras cosas que eran conplideras que se non atrevían a tomar las dichas tierras e sola-
res, algunas presonas que querían tomar algunas de las dichas tierras e solares por non ser seguros, -
por lo qual nos pedíades que pues esto era provecho de nuestra Orden que lo diésemos por este nues-
tro Cabildo.
Por ende, Nos con consejo de los sobredichos, veyendo que es más nuestro serviçio e pro-
vecho de la dicha nuestra Orden dar las dichas tierras para poner viñas e los dichos solares e molinos
para se faser alçar, dando cada año al comendador que de la dicha encomienda fuere en nombre de
nuestra Orden çierto tributo de ençeso, tenemos por bien que vos el dicho comendador podades dar e
dedes los dichos solares e tierras a las presonas que tomarlas quisyeren con tal que non sean cavalle-
ros, nin dueñas, nin omes de orden, nin de religión nin otras presonas poderosas, con las condiçiones
que serán escriptas en esta nuestra carta, que son estas que se siguen: primeramente, que el año pri-
mero que cada uno plantare majuelo en las dichas tierras e dende en adelante de cada un año que dé
al comendador de la dicha encomienda de Bedmar que agora es o fuere de aquí adelante, diés mara-
vedíes de la moneda que corriere por cada una arançada que asý tomare e plantare, e este dicho
ençenso de estos dichos diés maravedíes que les den el día de Sant Miguell de Setiembre primero que
viniere del año que lo plantare e dende en adelante por cada día de Sant Miguell en cada año de la
moneda sobredicha; otrosí, que den más la meytad del diesmo de la huva que Dios les diere de los
dichos majuelos; en rasón de los dichos solares de casas e fornos e molinos que los podades dar e
dedes a los quales quisyeren faser e alçar que sean las dichas presonas eso mesmo llanas e non cava-
lleros, nin dueñas, nin de orden nin de religión, nin de poderosos commo dicho es, e que pague a la
dicha nuestra Orden cada un año la contía de maravedíes de la dicha moneda que corrier.
E lo otro porque vos el dicho comendador vos aveniéredes e sy por aventura los que asý
tomaren los dichos solares de casas, e molinos e fornos, lo dexaren caer o parte dello desde que lo
tovieren fecho, o aquellos que lo heredaren o compraren e lo non quisyeren reparar por espaçio de
tres años conplidos seyendo requeridos por el comendador que de la dicha encomienda de Bedmar
fuere, que lo pierdan e que'l comendador de Bedmar en nombre de la dicha nuestra Orden que lo
pueda tomar para ella. E otrossý, cada ves que non quisyeren pagar el tributo e ençeso con que lo
tomaren e se obligaren de dar seyendo requeridos que lo den e non lo dando que tanbién lo pierdan e
se pueda tornar a la dicha nuestra Orden. E otrosí, si por aventura lo que las dichas tierras tomaren e
plantaren majuelos e viñas por espaçio de otros tres años las dexaren por labrar e non pagaren el
ençeso e diesmo al comendador que fuere de la dicha encomienda, seyendo por él o por el que por él
lo oviere de aver, requeridos que pierdan los dichos majuelos e viñas e sean tornados a la dicha nues-

460
tra Orden. E los que asý tomaren a ençenso los dichos solares e tierras para poner viñas con las condi-
siones sobredichas, que sean para sy e para sus herederos para syempre jamás, que las puedan vender,
e dar, e enajenar e camiar, e faser dellas commo de cosas propias suyas, dándolas con las dichas
condiçiones, pero que quando lo quisyeren vender que requieran al comendador de la dicha enco-
mienda porque si lo quisyere para la dicha Orden tanto por tanto commo otro diere lo pueda tomar
para ella, e que lo non pueda vender nin enajenar salvo a omes llanos e non a otras presonas podero-
sas nin de órdenes, commo dicho es.
E desde agora revocamos la nuestra carta de poder que dimos al dicho Juan Gonçales e la
damos por ninguna pues non se dio por Cabildo General nin después se confirmó por el tal Cabildo. E
mandamos que otra non vala salvo este nuestro previllejo que agora dimos por el dicho nuestro Ca-
bildo General, pero tenemos por bien que todo lo que'l dicho Juan Gonsales por virtud de la dicha
nuestra carta dio que sea firme e valedero con las condiçiones que lo dio, porque sea guardado e
mantenido lo que Nos en ella mandamos, e que de aquí adelante por virtud della non se dé cosa algu-
na a ençenso salvo por este previllejo que agora por este nuestro Cabildo dimos. E por este dicho
previllejo Nos el dicho maestre con consejo e otorgamiento de los sobredichos, damos poder conplido
a vos el dicho Sancho Ximenes comendador para que podades dar e dedes a ençenso los dichos sola-
res e tierras que Nos e la dicha nuestra Orden avemos en las dichas çibdades e villa de Andújar e en
sus términos con las condiçiones susodichas.
E otorgamos de lo aver todo por firme e por estable e de non yr contra ello nin contra parte
dello, agora nin de aquí adelante en algunt tiempo por alguna manera, so obligaçión de los bienes de
la dicha nuestra Orden que para ello obligamos. E porque esto sea firme mandamos dar dos cartas
amas a dos fechas en un tenor, firmadas de nuestro nombre e selladas con nuestro sello e signada del
signo de Ruy Martines, escrivano de nuestro Señor al Rey e su notario público en la su Corte e en
todos los sus regnos, la una que esté en el nuestro convento de Uclés e la otra que tengan aquellas que
tomaren los dichos solares e tierras para guarda de su derecho. Dada en la nuestra villa de Mérida,
veynte e çinco días de março, año del Nasçimiento de Nuestro Señor Iesucristo de mill quatroçientos
e tres años.
E yo Ruy Martines, escrivano de Nuestro Señor el Rey e su notario público en la su Corte e
en todos los sus regnos, fuy presente a esto que dicho es y este previllejo fis escrevir e por man-
damiento del dicho Señor maestre e su Cabildo fis aquí este mío signo atal en testimonio de verdat.

DOCUMENTO 19
1404, marzo 1. Uclés
El maestre don Lorenzo Suárez de Figueroa, a petición del
concejo de Caravaca, hace declaración sobre su ley capitular
relativa a la forma de pagar los pechos los moradores de lu-
gares donde no son vecinos, haciendo excepción en el caso de
esa villa.
AHN, Uclés, carp. 82, nº 14, fol. 10v-11v.

Don Lorenço Suárez de Figueroa, por la graçia de Dios, maestre de la Horden de la Ca-
vallería de Santiago, a los conçejos, escuderos, oficiales e omes buenos de la nuestra villa de Cara-
vaca, e Cehegín e Carana [sic], nuestros vasallos. Salud commo aquellos que muchos amamos e para
quien mucha honrra e buenaventura queremos. Vimos vuestras petiçiones por las que nos embiaste
dezir que por quanto en el nuestro Capítulo general que fesimos en la nuestra villa de Mérida, el año
pasado, hordenamos una ley en el nuestro hordenamiento en el dicho Cabildo en que se contiene que
todos los nuestros vasallos pechen en los lugares do fueren vesinos, e aý tengan sus casas, e mugeres
e fasienda, e que no pechen en las otras villas e lugares do tovieren bienes, e que allí en la villa o
lugar que bibieren pechen por los bienes que en otra parte tovieren, por lo qual dezides que vosotros
sodes en contienda porque siempre avíades de uso que cada uno pagase por qualesquier bienes que
toviese en cada villa o lugar la contía que por razón fuese, segúnd los heredamientos, e que Nos
pediste por merçed que vos fisiésemos declaraçión en esto, porque sopiésedes de la manera que avía-
des de bibir, e, omes buenos, es verdad que se fiso la dicha ley, lo qual fesimos por proveer a los
vasallos de las nuestras villas e logares que nos pechen cada año, porque algunos por reçelo de los
pechos con cautela évanse a vesindar a otros nuestros lugares por las baxas que en ellas se les fasían

461
de los pechos e no querían pechar en los lugares do se desavesindavan por los bienes que aý dexaban,
por lo qual mandamos que el que se desavesindare de un lugar e se fuese vezindar a otro, que llevase
toda su fasienda, se fuese con la carga del pecho, e pues estas nuestras villas son francas de nuestros
pechos por estar pobladas en el lugar que están, e otra cosa no pechades, salvo lo que vos es neçesario
para vuestra guarda, es nuestra merçed que la dicha ley del nuestro hordenamiento no se entienda
contra vos, ni usedes della, e que usedes segúnd e en la manera que en la dicha rasón siempre usastes
en los tiempos pasados, e en todo lo otro que en el dicho nuestro hordenamiento es contenido, que lo
guardedes e cumplades porque vos mandamos que lo fagades asý, e cumplades e mantengades todo lo
que dicho es, e en esta nuestra carta se contiene, de agora de aquí adelante, e no fagades ende al por
alguna manera, so pena de la nuestra merçed e de seysçientos maravedíes para la nuestra Cámara,
cada uno por quien fincare de lo asý faser e cumplir. Dada en la nuestra villa de Uclés, a primero día
de março, año del nasçimiento de nuestro Señor Jesuchristo de mill e quatroçientos e quatro años.
Nos el maestre. Yo Ruy Martínez, escrivano de mi senor el maestre, la fise escrevir por su mandado.

DOCUMENTO 20
1408, enero 28. Guadalajara
El maestre don Lorenzo Suárez de Figueroa ordena a Pedro
López Fajardo, comendador de Caravaca, no inflija diversos
agravios a los vasallos de su encomienda.
AHN, Uclés, carp. 82, nº 14, fol. 7r-8v.

Don Lorenço Suares de Figueroa, por la graçia de Dios, maestre de la Horden de la Ca-
vallería de Santiago, a vos Pero Lopes Fajardo, nuestro freyle comendador de la nuestra villa de
Caravaca. Salud y amor en Jesuchristo.
[1] Fazemos vos saber que el conçejo, e ofiçiales e omes buenos de la dicha villa se nos
enbiaron a querellar e dizen que las cavalgadas que se traen de los moros que les llevades el quinto
dellas, no aviendo vos porqué llevar sino de syete maravedíes uno, según su uso e costumbre, e que
comoquier que vos mostraron una nuestra carta que se contiene que en esto e en todas las otras cosas
les guardedes sus usos e costumbres, dizen que gelo non queredes guardar porque todavía les llevades
los dichos quintos, e que son en ello muy agraviados, sobre lo qual nos enbiaron pedir que les prove-
yésemos de remedio como la nuestra merçed fuese, e somos muy maravillados de [que] vos en esto
les queredes quebrantar su costumbre, mayormente enbiándovos sobre ello nuestra carta, porque vos
mandamos que les guardedes en la dicha razón su uso e costumbre, e les non va[ya]des ni pasedes
contra ello, e les tornedes lo que les avedes llevado, que fue contra la dicha costumbre.
[2] Otrossý, dizen que les mandades meter en la huerta entres sus panes e viñas e olivares e
huertas cada uno fasta dosçientas cabeças de ganado e muchas más, nunca aviendo acostumbrado los
comendadores pasados, vuestros anteçesores, de traer en la dicha huerta más de çinquenta cabeças de
ganado para mantenimiento del dicho castillo, e diz que comoquier que vos an requerido que les non
fagades este agravio, por quanto resçiben por ello muchos males e daños, e dizen que lo non queredes
fazer, enbiáronnos pedir que sobre ello les proveyésemos de remedio como la nuestra merçed fuese, e
Nos tobímoslo por bien, porque vos mandamos que sy los otros comendadores no acostumbraban de
traer en la dicha huerta syno las dichas çinquenta cabeças de ganado, que no traygades vos más, e que
les guardedes en la dicha razón, lo qual siempre les fue guardado.
[3] Otrosý, dizen que en el tiempo que sus viñas tienen uvas que enbiades a ellas e a sus
parras cada día por un çesto dellas, e que con esto e con los vuestros hombres cogen que les hazen
asaz daño, sobre lo qual nos enbiaron demandar remedio, porque vos mandamos que de aquí adelante
les non enbiedes coger sus uvas, en guisa que contra voluntad de sus dueños, por vuestro mandado no
les sean tomadas.
[4] Otrosý, dizen que quando los moros vinieron a Quesada, que fuestes a correr a Orçe, e
ellos fueron con vos e tomaron un moro, el qual vendiéredes por çiento e treynta doblas balidís, e vos
an demandado que les diéredes su parte de los que dellas les pertenesça, dizen que lo non queredes
fazer, e desides que las tomades por un cavallo e unas armas que un vuestro criado vos ovo llevado a
tierra de moros, puede aver tres años, seyendo pazes, e poniendo sobre ello otras escusas, porque vos
mandamos que luego les dedes e paguedes aquella parte que en derecho les pertenesçe del dicho
moro, ca no avedes porqué entregar en él de lo que vos llevó vuestro ombre.

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[5] Otrosý, dizen que cavalgadores dellos e de Çehegín con escuderos vuestros truxeron tres
moros, e fuyó el vuestro, e que los dos se remataron en almoneda por çinco mill maravedíes, de tres
blancas el maravedí, e que se entregaron a los dichos cavalgadores por el dicho preçio, e que vos
contra su voluntad diz que se lo tomastes de sus casas, diziendo que los quería del tanto por tanto, e
que comoquier que luego se fallaban por ellos seys mill maravedíes, e non se falla agora que ende
ocho, e vos requirieron que tornedes los dichos moros a la dicha almoneda, e que los enbiastes a
Murçia e apalabrados al su corredor para que los traya en el dicho presçio, e que en todo esto resçiben
muy gran agravio, sobre lo qual nos enbiaron pedir que les proveyésemos de remedio con justiçia
como la nuestra merçed fuese, e sy estas cosas asý pasan, somos mucho dello maravillados, porque
vos mandamos que sy asý es, que luego tornedes los dichos moros a la almoneda, para que se rematen
en quien más por ellos diere, porque los dichos cavalgadores no resçiban de vos agravio.
[6] Otrosý, dizen que todos los más de vuestros escuderos e omes tienen en la nuestra villa
sus mugeres y hyjos, e biben e moran en el cuerpo della, e que comoquier que vos requieren que les
mandedes que les ayuden a velar e a rondar, que non lo queréys fazer, por lo qual nos paresçe que si
éstos vuestros no velan ni rondan en vuestro alcáçar, que les deven ayudar a las dichas velas e rondas,
señaladamente los que son casados e moran en la dicha villa.
E todo lo que dicho e en esta nuestra carta se contiene fazed e cumplid, e no fagades ende al
por alguna manera, sy no sed çiertos que vos lo demandaremos con Dios e con Horden, e de como
esta nuestra carta vos fuere mostrada e la cumpliéredes, mandamos, so pena de la nuestra merçed e de
seysçientos maravedíes para la nuestra Cámara, a qualquier escrivano público que para esto fuere
llamado, que dende al que vos la mostrare testimonio sygnado con su sygno, porque Nos sepamos en
cómo complides nuestro mandado, la carta leýda [dád]gela. Dada en Guadalaxara, veynte e ocho
días del mes de henero, año del nasçimiento de nuestro señor Jesuchristo de mill e quatroçientos e
ocho años. Nos el maestre. Yo, Ruy Martínez, escrivano de mi señor el maestre, la fise escrevir por
su mandado.

DOCUMENTO 21
[1421-1445]
El maestre-Infante don Enrique confirma diversos privilegios
al Campo de Criptana que inserta en estilo directo.
AHN, Uclés, carp. 81, n° 14, fol. 4-10.

Sepan quantos esta carta de previllegio vieren, commo Nos el Infante don Enrique, Infante
de Aragón e de Seçilia, duque de Villena, conde de Alburquerque, señor de Ledesma, conde de Am-
purias, por la graçia de Dios, maestre de la Orden de la Cavallería de Santiago, vimos tres cartas de
previllegios de algunos maestres pasados, nuestros anteçesores, que Dios perdone, escritas en parga-
mino de cuero e selladas con sus sellos de çera pendientes en ellas:
[inserta doc. 3, 4 y 9]
E agora el conçejo e omes buenos del dicho lugar del Campo de Critana, nuestros vasallos,
enviaron suplicar e pedir por merçed a Nos el dicho Ynfante don Enrique, maestre de Santiago, que
por les fazer merçed les mandásemos guardar todas las graçias e merçedes contenidas en las dichas
cartas de los dichos maestres, nuestros anteçesores, que de suso en esta nuestra carta faze minçión, e
gelas confirmásemos, espeçialmente que les mandásemos guardar sin contradiçión alguna la cláusula
de la franqueza que tenían de no pagar portadgo en la dicha nuestra Orden, por quanto en la confir-
maçión que dello les ovieran dado el dicho maestre don Lorenço Suárez de Figueroa, nuestro an-
teçesor, mandava que les fuese guardadas si gelo fue de quarenta años a esta parte, e por esta razón
los arrendadores e cojedores de los dichos portadgos los embargavan cada que querían diziendo que
provasen sy les fue guardada la dicha graçia del dicho portadgo de los dicho quarenta años desta
parte, sobre lo qual les fazían fazer muchas costas en caso que sobrello por sentençia heran dados por
quitos, e les hera por ella serles guardada la dicha graçia que no pagasen el dicho portadgo, sobre lo
qual mostraron ante Nos çiertas sentençias de los alcaldes de la nuestra villa de Ocaña e de Mateo
Sanches bachiller, alcalde mayor que fue del dicho maestre don Lorenço Suárez, e de los nuestros
visitadores Alonso Fernández de Godoy, comendador de Villamayor, e de Alonso Rodríguez Mala-
ver, comendador de Peñaflor e de Carriçosa, e de Garci Fernández, soprior del Convento de Uclés, en
que se contiene que mandava serles guardada la dicha graçia que no pagasen el dicho portadgo; e

463
otrosý, nos pidieron por merçed que les fiziésemos merçed que no toviesen cargo de las nuestras
pastorías de los nuestros ganados, pues heran francos por virtud de los dichos previllegios que de suso
fazen minçión de las terçias de pan e vino de los nuestros bastimientos, no embargante que el dicho
maestre don Lorenço Suárez gelo avía quebrantado.
E por ende Nos el dicho Ynfante don Ynrrique, maestre de Santiago, por les fazer bien e
merçed al dicho conçejo e omes buenos del dicho nuestro lugar del Campo de Critana, nuestros vasa-
llos, así a los que agora son como a los que serán de aquí adelante, confirmámosles las dichas cartas e
merçedes suso yncorporadas e cada una dellas, que asý paresçe que los dichos maestres pasados les
fizieron, e mandamos e tenemos por bien que les valan e sean guardadas agora e de aquí adelante,
según en esta nuestra carta de privillejio se contiene, sí e según que mejor e más cumplidamente les
valió e fue guardada en los tiempos pasados, no embargante que el dicho maestre don Lorenço Suárez
de Figueroa, nuestro anteçesor, los pasase e pasó e los no guardó, que fuesen francos de las dichas
terçias del dicho pan e vino, e otrosý que les sea guardado que no den las dichas pastorías, lo qual
todo es nuestra merçed de les confirmar mandar e guardar, por el dicho nuestro lugar ser muy despo-
blado e seyendo en mucha más poblaçión en los tiempos pasados, e por les ser pasado e ydo contra
las dichas cartas e merçedes fue cabsa que se despoblase por estar façia la tierra de San Juan, e por-
que por estas merçedes será tornado a poblar, e esté en mejor estado, e lo del dicho portadgo manda-
mos que les sea guardado sin contradiçión alguna, pues paresçió que la dicha graçia e merçed que
dellos les fue fecha, e que por las dichas sentençias, espeçialmente por la dicha sentençia de los di-
chos visitadores les fue mandado e guardar, e otrosý, que les sea guardada la dicha merçed que les
fazemos agora de las dichas terçias e pastorías, e por esta carta de previllegio e por su [incompleto].

DOCUMENTO 22
1422, marzo 18. Villanueva de los Infantes
El maestre-Infante don Enrique ordena que los caballeros de
fuero de Alhambra no ejerzan de alcaldes, alguaciles ni almo-
tacenes ni lleven borras ni cegajas.
AHN, Ucles, carp. 51-I, nº 4bis, líneas 65-74.

Don Enrique, Ynfante de Aragón e de Siçilia, duque de Villena, conde de Alburqueque,


señor de Ledesma, conde de Ampurias, por la graçia de Dios, maestre de la Horden de la Cavallería
de Santiago, a vos el conçejo, alcaldes, e ofiçiales e ombres buenos de la nuestra villa de Alhanbra,
nuestros vasallos. Salud e graçia. Sepades que vimos la petiçión que nos enviastes sobre razón de los
cavalleros de fuero que nuestra merçed mandó que oviesen agora nuevamente en esa dicha nuestra
villa, en que nos enviastes pedir por merçed que mandásemos que non oviese los dichos cavalleros de
fuero. E que quando nuestra merçed fuese que en esa dicha nuestra villa oviese los dichos cavalleros
de fuero, que vos proveyésemos de tal manera que los dichos cavalleros de fuero non oviesen los
ofiçios de alcaldías ni alguasiladgos, ni llevasen las borras ni almotaçenías nin los otros derechos que
solían llevar los dichos cavalleros de fuero al tienpo que los avía, sobre lo qual nos enviastes desir e
pedir por merçed que vos proveyésemos sobrello de remedio de justiçia, o commo la nuesta merced
fuese.
E Nos tovímoslo por bien, porque vos mandamos que en quanto atañe a los dichos cava-
lleros de fuero, que los que mantuvieran cavallos e armas de quantía e fisieren alardes, segund el
tenor e forma que sienpre lo acostumbraron, e que les guardedes las franquesas e libertades que sien-
pre fueron guardadas a los dichos cavalleros de fuero, porque es nuestra merçed que los dichos cava-
lleros de fuero non ayan ofiçios en esta dicha villa de alcaldías ni alguasiladgo, ni lleven las borras ni
almotaçenía ni otro derecho alguno que de antes solían llevar, que nuestra merçed es que los tales
derechos que los ayades e teneades vos el dicho conçejo para vuestros menesteres segund que fasta
aquí los llevades. E los unos nin los otros non fagades ende al por ninguna manera, so la pena de la
nuestra merçed e de doss mill maravedíes para la nuestra Cámara a cada uno de vos por quien fayare
de lo asy fazer e conplir. Dada en la nuestra villa de Villanueva del Infante, diés e ocho días de
março, año del nasçimiento de Nuestro Señor Jesuchristo de mill e quatroçientos e veynte e doss
años. Nos el maestre. Yo Ruy Martines, escrivano de mi señor el Infante, maestre de Santiago, la fise
escrivir por su mandado.

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DOCUMENTO 23
1445, febrero 8. Ocaña
El maestre-Infante don Enrique ordena a Juan de Hinestrosa,
comendador de Caravaca, que no pretenda eximir a sus escu-
deros que estaban casados y vivían dentro de los muros de la
villa de velas y pechos concejiles, pues iba contra los fueros
de la villa.
AHN, Uclés, carp. 82, n° 14, fol. 3r.-4v.

Don Enrrique, Ynfante de Aragón e de Seçilia, por la graçia de Dios, maestre de la Horden
de la Cavallería de Santiago, a vos, Juan de Hinestrosa, comendador de la nuestra villa de Caravaca, e
al comendador que después de vos fuere en la nuestra dicha villa. Salud e graçia. Sepades que por
parte del conçejo, alcaldes, alguazil, regidores, ofiçiales, ofiçiales [sic] e omes buenos de la dicha
nuestra villa de Caravaca, nos fue fecha relaçión por su petiçión, en que dize que de gran tiempo acá,
que memoria de ombres no es en contrario, han usado e acostumbrado que todos los omes que han
benido e vienen con los comendadores que han seydo en la dicha villa, que heran o son casados, e
tenían e tienen en la villa de los muros del castillo afuera casas e mugeres, que siempre velaron e
rendaron sus cabeças como cada uno de los otros vezinos de la dicha villa, e eso mismo siempre
acostumbraron pagar en todos los pechos e tributos e hazenderas del conçejo, asý e según que los
otros vezinos de la dicha villa, e como quier que los tales homes de los dichos comendadores pechan
e tributan como los otros vezinos, diz que han usado e acostumbrado en ella a entrar en sus ofiçios de
cámara, así como alcaldes, e regidores o escrivanos, o otros ofiçiales de cámara del conçejo, e dizen
que agora nuevamente vos, el dicho comendador, de fecho e contra la dicha costumbre, vos oponedes
a los quebrantar la dicha costumbre que así tienen, diziendo que los tales escuderos e personas han de
entrar en los dichos ofiçios, e que han de ser escusados de todos los pechos e tributos, lo qual dizen
que si así oviese a pasar que resçibirían en ello gran agravio e danyo, e que serán en quebrantamiento
de sus fueros e husos e costumbres, e de su fuero por Nos confirmado; e pidiéronnos por merçed que
les proveyésemos sobre ello de remedio con justiçia o como la nuestra merçed fuese.
E Nos tobímoslo por bien, porque vos mandamos, vista esta nuestra carta, dende en ade-
lante guardedes e fagades guardar al dicho conçejo de la dicha nuestra villa el dicho su fuero e uso e
costumbre que diz que así tienen, e gelo non quebrantedes, e contra el tenor d'él vos no entremetades
a les apremiar que los tales omes entren en los dichos ofiçios ni en alguno dellos, ni los escusar de
contribuyr e pagar en los dichos pechos e tributos, como diz que siempre hizieron, e guardándoles en
todo e por todo, e non les quebrantedes el dicho su fuero e huso e costumbre, e no fagades ende al por
alguna manera, so pena so pena [sic] de la nuestra merçed e de vos lo demandar con Dios e con Hor-
den, pero si contra esto que dicho es, alguna cosa quisierdes dezir e alegar porque lo no así devades
hazer e complir, por quanto sodes comendador e cavallero de la nuestra Horden, el pleyto atal es
nuestro de oýr e librar, mandamos al ome que vos esta nuestra carta mostrare, que vos emplaze que
parezcades ante Nos del día que vos emplazare fasta quinse días primeros siguientes, so la dicha
pena, e mandamos, so pena de diez mill maravedíes, a qualquier escrivano público, que por esta
querella mando que dende al que vos la mostrare testimonio signado con su signo, porque Nos sepa-
mos cómo se cumple nuestro mandado. Dada en la nuestra villa de Ocaña, hocho días de febrero,
año del nasçimiento de nuestro Señor Jesuchristo de mill e quatroçientos e quarenta e çinco años.
Nos el maestre. Yo Martín Alfonso de Astorga, secretario del Ynfante, mi señor, la fize escrevir por
su mandato.

DOCUMENTO 24
1470, junio 30. Segovia
El maestre don Juan Pacheco ordena al alcaide de la forta-
leza de Caravaca que no entienda en los juicios sobre las ren-
tas de la villa, según carta ganada por el arrendatario Pedro
de Tordesillas, ya que de uso antiguo correspondía librarlas a
los alcaldes ordinarios.
AHN, Uclés, carp. 82, nº 14, fol. 1v-2v.

465
Nos don Juan Pacheco, por la graçia de Dios, maestre de la Horden de la Cavallería de
Santiago, a vos, Juan Montesino, alcayde de la nuestra fortaleza de Caravaca. Salud e graçia. Sepades
que el conçejo, alcaldes, regidores, ofiçiales e omes buenos de la dicha nuestra villa, nos embiaron
fazer relaçión por su petiçión que por su parte fue presentada en el nuestro Consejo, diziendo que
estando en costumbre de se librar e juzgar las rentas de la dicha nuestra villa ante los alcaldes hordi-
narios della, que nuevamente Pedro de Tordesillas, arrendador de las dichas rentas, ynpetró de Nos
una carta de comysión para que vos las juzguéys, lo qual diz que fue en gran agravio e perjuyzio de la
dicha villa e de la juresdiçión della e en quebrantamiento de sus previllegios e buenos usos e costum-
bres, suplicándonos çerca dello les mandásemos probeher de remedio con justiçia o como la nuestra
merçed fueze.
E Nos tobímoslo por bien, porque vos mandamos que sean, si es que están en costumbre de
se librar e juzgar las dichas rentas ante los alcaldes hordinarios de la dicha villa, que vos no en-
trometades a usar ni husedes de la dicha comysión que para vos sobre ello dimos, e que sin embargo
della, guardéys e fagáys guardar la dicha costumbre e previllejos e buenos usos que çerca dello tie-
nen, e gelo non quebrantedes agora ni de aquí adelante, en tiempo alguno ni por alguna manera, so
pena de la nuestra merçed e de diez mill maravedíes para la nuestra Cámara, e demás mandamos al
ome que les esta nuestra carta mostrare, que los emplazen que parescan ante Nos doquier que Nos
seamos, del día que les emplazare hasta quinse días primeros siguientes, so la dicha pena a cada uno,
so la qual mandamos a qualquier escrivano público súbdito nuestro, que para esto fuere llamado que
dende al que la mostrare testimonio signado con su signo, porque Nos sepamos cómo se cumple
nuestro mandado. Dada en la çibdad de Segovia, treynta días de junio, año del nasçimiento de nues-
tro Salbador Jesuchristo de mill e quatrocientos e setenta años. Nos el maestre. Yo Juan de la Parra,
secretario del maestre, mi señor, la fize escrivir por su mandado. G. prior. Pero Mena de Carejo,
liçençiatus. Petrus Liçençiatus. Gundisalvus Bachallarius. Registrada. Johán Chançeller.

DOCUMENTO 25
1477, diciembre 11. Llerena
El maestre don Alonso de Cárdenas da poder general a Ruy
Díaz Cerón para visitar y reformar la Provincia de Castilla
con amplios poderes jurisdiccionales.
AHN, OO.MM., Lib. 1.247c, fol. 7-8.

Conoscida cosa sea a todos los que la presente escritura vieren cómmo Nos don Alfonso de
Cárdenas, maestre de la Horden de la Cavallería de Santiago, otorgamos y conosçemos que damos e
otorgamos todo nuestro poder complido, segúnt que lo Nos avemos e tenemos e segúnt que mejor e
más complidamente puede e deve valer de derecho, a vos Ruy Días Çerón, nuestro primo, cavallero
de la dicha nuestra Horden, espeçialmente para que vos en nuestro nonbre e de la dicha nuestra Hor-
den podades aprehender e tomar, e aprehendades e tomedes la posesión vel quasi, çevil e actualmente
de las nuestras villas de Ocaña e Uclés e su común, e sus fortalesas, e de todas las otras villas, e
logares e fortalesas e castillos, e sus tierras e vasallos, que Nos e la dicha nuestra Horden avemos e
tenemos en la Provinçia de Castilla, con la Mancha e Ribera de Tajo, e el Campo de Montiel, e en el
Reyno de Murçia, con las sierras de Beas e Letur.
E de la justiçia e jurediçión çevil e criminal, alta e baxa, mero misto ynperio dellas.
E de todas las rentas e pechos e derechos e diesmos de pan, e vino, e ganados e menudos, e
réditos e preventos e emolumentos e otras cosas qualesquier que a Nos e a la dicha nuestra Horden e
a la nuestra mesa maestral della pertenesçen, o pertenescan en qualquier manera, o por qualquier
cabsa, o título o rasón que sea, así como a general maestre e señor de la dicha Horden.
E para que en los dichos castillos e fortalesas que nos pertenesçen por rasón de nuestra
Mesa Maestral podades mudar e quitar e poner alcaydes, e las alçar e quitar por Nos e en nuestro
nonbre e de la dicha nuestra Horden, qualquier pleyto e omenaje, e pleytos e omenajes, e juramento
que por ellos tenga fecho en qualquier manera.
Que en las dichas villas e lugares de la dicha nuestra Horden e cada una dellas podades así
memo quitar e poner alcaldes, e alguasiles, e regidores, e justiçias e otros ofiçiales públicos quales-
quier que al exerçiçio e uso de justiçia pertenesçen, e por Nos e en nuestro nonbre ponerlos de nuevo

466
e darles las varas, e poder e facultad para usar e exerçer los dichos ofiçios e jurediçión a todos e a
cada uno dellos.
E para que dellos e de cada uno dellos e de los conçejos e vesinos de cada una de las dichas
villas e logares de la dicha nuestra Horden podades reçibir e reçibades por Nos e en nuestro nonbre e
de la dicha nuestra Horden, el juramento, e omenaje e fidelidad e obidiençia que nos son tenudos e
obligados de faser commo a su verdadero maestre, así como vasallos de la dicha nuestra Horden e
nuestros.
E por rasón de los dichos ofiçios, segúnt derecho e establecimientos e previllejos de la
dicha Horden se requiere, nos ayan de faser e de prestar, e para que por vos mesmo podades exerçer e
usar de la dicha jurediçión e justiçia çevil e criminalmente, e conosçer e conoscades de quales[quier]
causas çeviles e criminales entre qualesquier personas, así por simple querella commo por nueva
abto, o en grado de apelaçión, agravio o nullidad, e definir e determinarlos por sentençia o sentençias
ynterlocutorias o difinitivas, segúnt e por derecho falláredes, e aquellas e cada una dellas podades
llegar a efecto e devida estaçión, tanto quanto con fuero e con derecho devades.
E para que sobre todo lo que dicho es, e para cada una cosa e parte dello, podades faser e
fagades todas las cosas, actos, requerimientos, protestaçiones e deligençias e otras cosas qualesquier
por escrito o por palabra, que a otros e a nuestro derecho e de la dicha nuestra Horden, así commo a
maestre e señor della, çerca de lo que dicho es, e cada una cosa e parte dello pertenesca e nesçesaria
sea, e Nos mesmo faríamos e podríamos faser seyendo, aunque sean tales e de tal calidad que requie-
ran espeçial mandado e presençia personal, e todo quanto vos el dicho Ruy Días Çerón, nuestro pri-
mo, por Nos e en nuestro nonbre, çerca de lo que dicho es, e cada una cosa e parte dello e a ello
conçerniente fisiéredes, dixéredes, rasonáredes, e actuáredes, e mandáredes e pronunciáredes, todo lo
otorgamos e prometemos de lo tener, e guardar e complir, e aver por firme en todo tiempo, e quan
complido bastante poder, Nos avemos e tenemos así commo maestre de la dicha Horden para todo lo
que dicho es, e cada una cosa e parte dello, tal e tan complido, e ese mesmo damos a vos el dicho Ruy
Días Çerón, nuestro primo, con todas sus ynçidençias, dependençias, emergençias, anexidades e
conexidades.
En testimonio de lo qual otorgamos esta carta de poder ante el escrivano público e testigos
de yuso escritos, que es fecha en la nuestra villa de Llerena, a honse días del mes de disiembre, año
del nasçimiento de nuestro señor Jesuchristo de mill e quatroçientos setenta e siete años. Nos el
maestre. Testigos que fueron presentes al otorgamiento desta carta e vieron aquí firmar este su nom-
bre al dicho señor maestre, el alcalde mayor Juan de Çéspedes, el bachiller Juan Gonçales de Alanís e
Johán Collado, e yo Ferrán Gonçales de la Fuente, escrivano de nuestro señor el Rey e su notario
público en la su Corte e en todos los sus reynos e señoríos, fuy presente al otorgó e firmó de este su
nombre, la escreví e por ende fise aquí este mío signo atal en testimonio de verdad, Ferrán Gonçales.
En las espaldas de la dicha carta avía dos nombres con çiertas señales, en el uno desía "registrada" e
en el otro Diego de Vera Chançeller.

DOCUMENTO 26
1480, mayo 11. Corral de Almaguer
El maestre don Alonso de Cárdenas responde a diversas pe-
ticiones hechas por los vecinos de Caravaca, acerca de los
agravios que les infligía su comendador.
AHN, Uclés, carp. 82. nº 14, fol. 12v-14v.

Don Alfonso de Cárdenas, por la graçia de Dios, general maestre de la Horden de la Ca-
vallería de Santiago, a vos el conçejo, alcaldes, regidores, cavalleros, escuderos, ofiçiales e omes
buenos de la nuestra villa de Caravaca. Salud e graçia. Sepades que vimos una petiçión que por parte
de vos el dicho conçejo nos fue presentada en la qual contenía çiertos capítulos dibersos, e porque
algunos dellos tocan al comendador desa dicha villa, e es neçesario ser llamado para la determinaçión
dellos, e que los mandamos dexar para su tiempo e lugar; e en los otros contenidos en la dicha pe-
tiçión, mandamos prover e proveýmos en la forma siguiente:
[1] En quanto al primer capítulo, que nos suplicastes e pedistes por merçed que mandamos
reparar los muros desa dicha villa, por estar situada en lugar peligroso, e a esto respondemos e man-

467
damos e mandamos [sic] e es nuestra merçed e voluntad que los dichos muros sean adobados e repa-
rados segúnd e como antiguamente se a acostumbrado faser.
[2] Yten, en quanto dezía que estáys en uso e costumbre que el comendador ni alcayde no
se pueda entremeter en cabsas çeviles ni criminales por nueva acçión ni demanda, salvo por vía de
apelaçión, que asý lo quieren e mandan los establesçimientos, e uso e costumbre de esa dicha villa,
segúnd de asý e segúnd que fasta aquí ha seydo guardado, e mandamos al dicho comendador e a su
alcayde que agora es o fueren, que contra el tenor e forma de aquéllos no vayan ni pasen, so pena que
el dicho comendador, sy contra ello fuere, gelo demandaremos con Dios e con Horden, e al alcayde,
nos tornaremos a sus bienes e a lo que oviese.
[3] Yten, en lo que dezía que el dicho comendador de fecho a tentado de vos demandar
posadas, e paja e huvas syn el diezmo que le pagáys dellas, en esto mandamos que se guarde e tenga
el establesçimiento que sobre ello fabla e la ley que agora fesimos en este nuestro Capítulo general.
[4] Otrosý, que en lo que en él desides que el dicho comendador cada e quando tiene quis-
tiones con algunos cavalleros o personas, fase asonadas a las quales dichas asonadas vos llama a
apremia que vayades e vos juntéys con él a le ayudar e favoresçer en ellas, con lo qual dezís que soys
agraviados, por quanto no soys obligados vos el dicho conçejo de la nuestra villa de Caravaca ni los
lugares de su encomienda, de yr con el dicho comendador a otra parte alguna, salvo contra los moros
en defensión de vuestros términos; en esto queremos e es nuestra merçed que vos el dicho conçejo de
la nuestra villa de Caravaca e Çehegín e lugares de su encomienda, de aquí adelante non vayades ni
vos juntedes con el dicho comendador a las dichas asonadas, ni a cabsa alguna que propiamente toque
al dicho comendador, salvo en defensión de nuestra Horden e de nuestros términos, e contra los di-
chos moros, que veyendo carta o espeçial mandado nuestro, que en estas cosas queremos e mandamos
que vos el dicho conçejo, e vesinos e moradores de toda la dicha encomienda, vos juntedes con el
dicho comendador, e sigades su vía e fagades sus mandamientos, e no en otra manera.
[5] Otrosý, en quanto a lo que dezís que reçibís daño e agravio en las contías que vos echan
para tener cavallo e armas de veynte mill maravedíes, e que segúnd que el valor de los cavallos el que
la tal contía alcança ha de menestar de vender lo que tiene para comprar el dicho cavallo e no más, en
manera que comprándolo no le queda fasienda ni qué comer, que nos pedíades por merçed mandáse-
mos que la dicha contía fuese acreçentada en manera que lo tal se pudiese sufrir. En esto queremos e
es nuestra merçed e voluntad que las dichas contías de aquí adelante sean de treinta mill maravedíes
arriba, moderando e tasando la tal fasienda en ésta e justamente, que de la dicha contía tengades los
dichos cavallos e armas segúnd e como la ley de la hordenança de nuestra Horden lo manda, sacando
la casa, e cama e ropa de vestir continua, que en total no se apreçie.
[6] Otrosý, a lo que dezís que en esa dicha villa, en los nonbrarnientos de la justiçia, e
regidores e ofiçiales della, no se guarda lo que la ley capitular en esto dispone e por ello a avido
grandes defetos, nombrando para los dichos ofiçios personas ynsufiçientes e que no saben regir ni
administrar los dichos ofiçios, en lo qual viene daño a esa dicha villa, e sy a ello se diese lugar avrían
ynconvenientes e daños, e que nos pedían lo mandásemos remediar como la nuestra merçed fuese, e
porque es cosa justa que las personas que los ofiçios de justiçia e regimientos oviesen de tener, sean
personas ábiles e sufiçientes e tales que guarden el serviçio de Dios, nuestro señor, e nuestro, e el
bien desa dicha villa, queremos e mandamos açerca desto, segúnd del dicho establesçimiento del
Ynfante don Enrrique, que sobre ello fabla, e contra el tnenor e forma de aquello no vayades ni pase-
des agora ni de aquí adelante.
Lo qual todo que dicho es e cada cosa dello, mandamos e es nuestra merçed e voluntad que
se guarde, e tenga e cumpla, e que ninguna ni alguna persona contra ello ni contra parte dello vayan
ni pasen en tiempo alguno ni por alguna manera, so pena que sy freyle fuese gelo demandaremos con
Dios e con Horden, e al seglar al cuerpo e a lo que oviese, nos tornaremos por ello, e más que peche a
vos el dicho conçejo todos los daños que vos recresçieren, de lo qual mandamos dar esta nuestra
carta, firmada de nuestro nombre e sellada con nuestro sello. Dada en la nuestra villa del Corral de
Almaguer, a honse días del mes de mayo, año del nasçimiento de nuestro Salvador Jesuchristo de
mill e quatroçientos e ochenta años. Nos el maestre. Yo Ramiro Gonçález de Guadalcanal, secretario
del maestre, mi señor, la fise escrevir por su mandado. Petrus de Horozco. Joannes Bachalarius.

DOCUMENTO 27
1480, noviembre 25. Fuente el Maestre

468
El maestre don A1onso de Cárdenas ordena a los visitadores
y demás justicias de la Provincia de Castilla que no procesen
ni incomoden a aquellos vecinos de Caravaca y Cehegín que,
habiendo cometido diversos delitos antes de su acceso al
maestrazgo, estaban perdonados por sus enemigos o tenían
privilegios de haber servido en castillos fronteros.
AHN, OO.MM., Lib. 1.065c, fol. 109-111.

Don Alonso de Cárdenas, por la graçia de Dios, general maestre de la Horden de la Cava-
llería de Santiago, a vos Fernando de Pineda, cavallero de nuestra Horden, e a vos Juan Martines,
nuestro freyre, nuestros vysytadores e reformadores en el Reyno de Murçia, e a los otros alcaldes
mayores e a otras justiçias de la nuestra Provinçia de Castilla, e de las nuestras villas de Caravaca e
Cehegín, que agora son o serán de aquí adelante. Salud e graçia. Sepades que por parte de los
conçejos de las dichas villas nos fue fecha relaçión disiendo que al tienpo que vos los dichos visi-
tadores fuestes a vysitar las dichas nuestras villas, diestes çiertos mandamientos para prender algunas
personas que en tienpos pasados han cometido delitos e conteçidos en algunas muertes de ombres, los
quales biven e están en las dichas villas, ansý porque algunos dellos son perdonados de sus enemigos
y otros con previllejos de serviçio en castillos fronteros, en tal manera que biven en toda pas e sosie-
go: E otros[í] dis que mandaste desterrar e tomar sus bienes, de los qual dis que a avido entrellos
escándalos, creyendo las tales personas que secretamente los que tienen por contrarios dan causa a lo
tal; que Nos suplicavan mandásemos lo tal no se fysiese, pues y no avía parte que quexase.
E Nos queriendo remediar e evitar semejantes escándalos, dimos ende esta nuestra carta
para vos los dichos nuestros visitadores e para todas las otras nuestras justiçias, por lo qual vos man-
damos revoquedes e anuledes los mandamientos que sobre esta cabsa avés dado, e de aquí adelante
no entendáys con las tales personas nin contra alguna dellas, salvo sy no fuere a petición de parte que
querella, porque ynumana cosa sería a quien pidiese justiçia denegar gela, pero de vuestro ofisio nin
conprometer ni en otra qualquier manera non conoscáys ni vos entremetáys a conosçer de las tales
causas, e sy bienes algunos les tenéys tomados, por ésta gelos desenbargamos e mandamos gelos sean
restituydos e entregados libremente syn costa a cuyos son, lo qual queremos e es nuestra merçed e
voluntad que sea guardado a las tales personas que los dichos delitos e cosas cometieron antes que
fuésemos reçibido a nuestra dignydad maestral, e sy contra algunas personas avéys començado a
proçeder a petiçión de parte e no lo determinastes en tiempo de la dicha vysitaçión de las dichas
villas, cometedlos a los alcaldes para que los tomen en el punto e estado en que están, e los libren e
determinen como fuere derecho, ca no es rasón que las partes anden tras vosotros gastándose fuera de
sus casas; e los unos ni los otros no fagades otra cosa, so pena de la nuestra merçed e de privaçión de
los ofiçios e de diés mill maravedíes para la nuestra Cámara, por quien fincase de lo así faser e
conplir. Dada en la nuestra villa de la Fuente el Maestre, a veynte e çinco días del mes de novyembre
año del nasçimiento de nuestro Salvador Jesuchristo de mill e quatroçientos e ochenta años. Nos el
Maestre. Yo Bartolomé Beserra, secretario del maestre, mi señor, la fise escrevir por su mandado.

DOCUMENTO 28
1481, febrero 26. Mérida
El maestre don Alonso de Cárdenas ordena a sus visitado-
res que no cancelen los censos de los vecinos de Lorca en
heredades de la Orden por no tener títulos, pues muchos las
habían traspasado o heredado. Los titulares deberían acu-
dir ante el Capìtulo general a confirmarlos.
AHN, OO.MM., Lib. 1.065c, fol. 140-141.

Don Alfonso de Cárdenas, por la graçia de Dios, general maestre de la Horden de la Ca-
vallería de Santiago, a vos Fernando de Pineda, cavallero de nuestra Horden, e Juan Martines, cura
de nuestra villa de Villanueva de los Infantes, nuestros vysytadores e reformadores del Reyno de
Murçia. Salud e graçia. Sepades que por parte del conçejo e universydad de la noble çibdad de
Lorca nos es fecha relaçión disiendo que la nuestra encomienda de Aledo tiene en la dicha çibdad
muchos çensos e tributos, asý en casas como en huertas e otros heredamientos, e las personas que

469
las han poseýdo e agora tienen han pagado los maravedíes por que estavan açensuadas a los co-
mendadores que han seydo [e] al presente es de la encomienda de Aledo; e que agora vosotros,
yendo continuando vuestra visytaçión en la dicha çibdad, mandávades que ninguno usase ni gosase
de las tales posesiones por no tener justos e verdaderos títulos y otras causas que a ello os movían,
de lo qual se quexan reçiben agravio, tenendo e poseyendo los heredamientos unos por herencia,
otros por compra que dellos fisieron, y mas pagado su tributo como heran obligados e antiguamente
se acostumbró, y agora avergelos de remover e quitar que serýa escandaloso e causa de quedar
perdidas muchas personas que lo poseen; e nos suplicavan lo mandásemos remediar como la nues-
tra merçed fuese.
E Nos, visto su pedimiento e por esto ser cosa de tal calidad que requiriese ser visto en
Capítulo general, por la presente vos mandamos que sobreseáys en proçeder contra las personas que
tienen los heredamientos, e no les remováys ni quitedes de su posysión, fasta tanto que mandemos
ver sus títulos e derechos, e proveamos como fuere justo, e sobre ello veáys otro mandamiento en
contrario deste. E mandamos a los dichos poseedores de los dichos heredamientos que, con los
títulos que tienen por virtud de que los poseen, vengan, e parescan e los presenten en el Capítulo
general que, mediante nuestro Señor, tenemos acordado çelebrar en la nuestra villa de Llerena, para
el día de San Juan de junio prymero qua viene deste año, e, sy se difiryese, para el primer Capítulo
que por Nos y nuestra Horden se çelebrare, porque aquéllos, vistos e esaminados segund se y re-
quiere, proveamos çertificándoles, que sy non vinieren a los mostrar mandaremos çerca dello lo que
sea derecho, syn los más çitar ni llamar, e no fagades ende al. Dada en nuestra çibdad de Mérida, a
veynte e seys días de febrero, año del Señor de mill y quatrocientos e ochenta y un años. Nos el
maestre. Yo Juan Collado, secretario del maestre, mi señor, la fis escrevir por su mandado.
Fecho e sacado fue este traslado de la dicha carta original en la muy noble çibdad de
Murçia, catorse días del mes de março, año susodicho. Testigos que lo vieron conçertar este trasla-
do con la dicha carta original, Alfonso Bravo e Pero Ruys, vesinos de Cehegyn, e Pedro de Alma-
guer, vesino del Tovoso.

DOCUMENTO 29
1481, marzo 11. Mérida
El maestre don Alonso de Cárdenas hace donación al mo-
nasterio de monjas de Santa Clara de Murcia de 342 mrs. de
un censo en la huerta de la ciudad.
AHN, OO.MM., Lib. 1.065c, fol. 188-189.

Don Alfonso de Cárdenas, por la graçia de Dios, general maestre de la Horden de la Ca-
vallería de Santiago, por faser bien e merçed a vos el abadesa e monjas del monesterio de Santa Clara
de la noble çibdad de Murçia, por la presente vos fasemos merçed de tresientos y quarenta e dos
maravedíes que Nos e la dicha nuestra Horden avemos y tenemos en un heredamiento del dicho
monesterio, qu'es en la huerta de la dicha çibdad de Murçia, para que los ayades e levedes, e vos non
sean demandados agora nin de aquí adelante, en quanto nuestra merçed e voluntad fuere, e mandamos
a nuestros reçebtores, arrendadores e recabdadores mayores, que agora son o serán de aquí adelante,
de la nuestra Provinçia de Castilla, o a la persona o personas que thenemos fecha merçed o fisiéremos
de aquí adelante, de las rentas que Nos e la dicha nuestra Horden avemos e tenemos en la dicha çib-
dad de Murçia, que vos non pidan, ni demanden ni lieven los dichos tresientos e quarenta y dos mara-
vedíes de que vos fasemos merçed, y soys obligados de dar y pagar a Nos e a ella agora nin de aquí
adelante en tiempo alguno, quanto nuestra merçed e voluntad fuere, segúnd dicho es, e con el treslado
desta nuestra carta signado de escrivano público, les mandamos que vos lo reçiban en quenta, e los
unos nin los otros non fagades ende al por manera alguna, so pena de la nuestra merçed. Dada en la
nuestra cibdad de Mérida, ha honse días del mes de março, año del Señor de mill e quatroçientos y
ochenta y un años. Nos el maestre. Yo Juan Collado, secretario del maestre, mi señor, la fis escrevir
por su mandado.

DOCUMENTO 30
1481, julio 29. Llerena

470
El maestre don Alonso de Cárdenas ordena a los visitadores
del Reino de Murcia no se demoren en Caravaca más de cua-
tro días.
AHN, Uclés, carp. 82, nº 14, fol. 14v-15r.

Don Alonso de Cárdenas, por la graçia de Dios, general maestre de la Horden de la Cava-
llería de Santiago, a vos los nuestros visitadores que fueren de aquí adelante a visitar las villas e lu-
gares que Nos en nuestra Horden avemos e tenemos en el Reyno de Murçia. Salud e graçia. Sepades
que por parte de nuestras villas de Caravaca, e Çefegín e Caravaca [sic], nos fue fecha relaçión di-
ziendo que al tiempo que los visitadores pasados yban a visitar las dichas villas, se estaban en ellas
diez e quinze días oyendo e librando pleytos çeviles allende de su visitaçión, asý de los vesinos como
de otros, que traýan pendientes de otras villas e lugares, e quanto allí estavan comían a costa de las
dichas villas, no seyendo su estada a Nos nesçesaria, aviendo acabada la visitaçión, de que resçebían
e han reçibido muchas fatigas e costas, suplicándonos para lo venidero los mandásemos proveer e
remediar, como la nuestra merçed fuese.
E Nos, visto su pedimiento ser justo, vos mandamos por la presente que quando acaesçiere
que oviéredes de yr a visitar las dichas villas, no estéys en ninguna dellas más de quatro días fasiendo
e continuando vuestra carta con visitaçión, e para esto vos den el dicho pueblo el mantenimiento que
fuere nombrado e señalado en vuestro poder, e sy más quisiéredes estar, sea a vuestras costas propias
e despensas, e mandamos a los conçejos de las dichas villas que [no] vos manden proveymiento ni
mantenimiento si no fuere por vuestro dinero, e a vosotros mandamos en virtud de obidiençia que les
non contringáys ni apremiéys a faser otra cosa. Dada en la nuestra villa de Llerena, a veynte e nueve
días del mes de julio, año del nasçimiento de nuestro Salvador Jesuchristo de mill e quatroçientos e
ochenta e un años. Nos el Maestre. Yo Juan Collado, cavallero de la dicha Horden de Santiago, se-
cretario del maestre, mi señor, la fise escrevir por su mandado. Johannes Bachalarius.

DOCUMENTO 31
1495, julio 12. Burgos
El licenciado Pedro de Horozco, comendador de Villaher-
mosa, ante los requerimientos hechos por los visitadores del
año anterior, se presenta al Consejo de la Orden para que se
decida el asunto de los diezmos de tierras nuevamente rotura-
das que él llevaba y según derecho, correspondía percibir a la
Mesa Maestral.
AHN, OO.MM., Lib. 1.068c, fol. 202-203.

En la çibdad de Burgos, dose días del mes de jullio, año del nasçimiento de nuestro Señor
Jesuchristo de mill e quatroçientos e noventa e cinco años, ante los señores del Consejo de la Orden
de Santiago, en presençia de mí, Gonçalo de la Parra, escrivano de Cámara del Rey e de la Reyna,
nuestros señores, e ofiçial e notario en el muy alto Consejo de la Orden, dixo el señor liçençiado
Pedro de Horosco, comendador de Villahermosa, que en el dicho Consejo estava, e dixo que, por
quanto a su notiçia hera venydo que los visytadores de la Provinçia de Castilla de este dicho presente
año avýan mandado que se presentase dentro de çierto tiempo ante el Rey e Reyna, nuestros señores,
e ante los del dicho su Consejo de la dicha Orden a dar razón cómmo llevava çiertos diezmos que
estavan fuera de la redonda que tiene la dicha su encomienda, so çierto aperçibimiento.
Por ende, dixo que se presentava y presentó el dicho señor liçençiado ante Sus Altezas en el
dicho su Consejo por cumplir el dicho mandamiento de los dichos sus visytadores, aunque aquel era
agraviado, porque el poseedor no es obligado a dar razón porqué poseýa, e que estava presto a estar a
derecho con la mesa maestral, o con el fiscal o con otra qualquier persona que le quisiera demandar
los dichos diezmos, e que entonçes alegará de su derecho e dará rasón de todo lo que fuere obligado.
E los señores del dicho Consejo lo ovieron por presentado e mandaron que no se hisiese ynovaçión
hasta tanto que el dicho liçençiado dixo que lo pedýa e pidió por testimonio, e los dichos señores gelo
mandaron dar, el qual yo le di en la forma susodicha. Fecho el día, e mes e año susodicho. Testigos
que fueron presentes Diego de Tamayo, y Lope de Pyña y Juan de Buytrago escrivano, e yo el dicho
notario a todo lo que dicho es, en uno con los dichos testigos, presente fuy, a pedimiento del dicho

471
señor liçençiado e por mandamiento de los señores del dicho Consejo esta escritura escrevý y por
ende fiz aquý este mío signo, Gonçalo de la Parra.

DOCUMENTO 32
1498, enero 5. Capítulo de Alcalá de Henares
Los Reyes Católicos dan poder a Rodrigo Dávalos, comen-
dador de Montealegre, y a Pedro de Morales, cura de Val-
daracete, como visitadores de la Orden en el Reino de Murcia
y Valle del Segura durante ese año.
AHN, OO.MM., Lib. 1.069c, fol. 1-9.

Don Fernando y doña Ysabel, por la graçia de Dios, Rey e Reyna de Castilla, de León, de
Aragón, de Seçilia, de Granada, de Toledo, de Valençia, de Gallisya, de Mallorcas, de Sevilla, de
Çerdeña, de Córdova, de Córçega, de Murçia, de Jahén, de los Algarbes, de Algesira, de Gibraltar e
de las Yslas de Canaria, Conde e Condesa de Barçelona, Señores de Viscaya e de Molina, Duques de
Atenas e de Neopatria, Condes de Rosellón e de Çerdaña, Marqueses de Oristán e de Goçiano, Ad-
ministradores perpetuos de la Horden de la Cavallería de Santiago por abtoridad apostólica.
A vos, don Fernando de Santoyo, Prior del Convento de la Villa de Uclés, e a vos, don
Pedro Manrique, Comendador mayor de Castilla, e a todos los otros comendadores, cavalleros, frey-
les de todas las encomiendas, villas e logares que la Horden tiene en el Reyno de Murçia, con las
Sierras de Segura e a todos los alcaides de los castillos, casas fuertes y llanas que están aytas e asen-
tadas en el dicho Reyno de Murçia con las Syerras de Segura, e su valle e encomienda, e a todas e
qualesquier personas que tienen de Nos e de la dicha Horden casas e heredades e rentas y derechos
por vida o a çierto tienpo, o en otra qualquier manera, en las villas, logares e tierras de suso declara-
das, e a todos los conçejos, alcaldes, regidores, cavalleros escuderos, ofiçiales y omes buenos de las
dichas villas e logares, e a cada uno e qualquier de vos a quyen esta nuestra carta fuere mostrada o el
traslado della sygnado de escrivano público. Salud y graçia.
Sepades que en el Capítulo General que por nuestro mandado que se fizo e çelebró en la
villa de Alcalá de Henares este presente año de la fecha de esta nuestra carta, para el bien de la dicha
Horden e de los religiosos, cavalleros e personas della, e para governar e bien regir sus pueblos e
vasallos en toda justiçia e pas e concordia, e que no sean maltratados mas antes relevados de todos
trabajos, con consejo e otorgamiento de los priores, comendadores mayores e trezes, e de los otros
comendadores, cavalleros e trezes de la dicha Horden, estando en el dicho capítulo, diputamos e
elegimos visitadores en ella para que la visyten e reformen segund Dios e Horden e buena conçiencia,
e entre los visitadores que fueron elegidos e nombrados por Nos con acuerdo del dicho Capítulo,
acordamos de elegir e nombrar e elegimos e nombramos para las villas e logares e cosas de suso
declaradas, a Rodrigo Dávalos, comendador de Montealegre, e a Pedro de Morales, cura de Valdraze-
te, los quales entendemos que son personas ábiles e pertenesçientes para fazer la dicha visitación e
reformasión, e que segund Dios e Horden e buena conçiencia, visitarán e reformarán e corregirán las
cosas que reformaçión e correçión requieran, segúnd la Regla y Estableçimientos de la dicha Horden,
pospuesto todo amor e afeçión, daño o provecho suyo e de otras personas, guardado el serviçio de
Dios e del Bienaventurado Apóstol Santiago e nuestro, e todo el bien e provecho de la dicha Horden,
a los que les dimos e damos todo nuestro poder conplido para que visiten las personas de vos los
susodichos e de cada uno de vos, e sepan cómmo abéys e administráys los bienes de la Horden e
puedan en ello castigar e corregir e reformar todo aquello que vieren ser digno de castigo, correçión e
reformaçión.
E para que puedan visytar e reformar, corregir e castigar las personas de qualesquier freiles
que biven e moran en los logares e tierras desta dicha visitaçión, en todo aquello que segund Dios e
Orden sea neçesario, o lo remitan a Vos el dicho Prior para que lo castiguéys e reforméys e conde-
néys, e para que a todos los dichos cavalleros e freyles puedan corregir e castigar e emendar e peni-
tencyas ynjujir [sic], pero que sy el caso fuere arduo e tal que segund la calidad d'él se requiera con-
sultar con Nos e aver nuestro mandamiento e consejo de la dicha Horden, que en tal caso lo traygan a
corregir e emendar al Capítulo General que adelante se hiziere, o lo remitan a Nos para que sy el
dicho Capítulo se dilatara de çelebrar, lo mandemos remediar e proveer porque el pecado no quede
ympunido.

472
E para que vean e visiten las casas e castillos e fortalezas de la dicha Horden, que son yn-
clusos en esta dicha visitacion, e requieran los dichos libros de los dichos nuestros visitadores pasa-
dos, e la relaçión dellos que por nuestro mandado se sacó, e los proveymientos que en la marjen della
van escriptos, señalados de Miguel Peres de Almazán, nuestro secretario, e las cosas que estovyeren
mal reparadas e todo lo al que fallaren no ser conplido, de lo que por los dichos nuestros visitadores
fue mandado e dispuesto, lo hagan luego conplir y executar antes que partan de los logares donde fue
mandado, e lo que a ellos bien visto fuere que se deve remediar e reparar de nuevo en las dichas
casas, castillos e fortalezas y heredades, que lo hagan emendar, librar e reparar de los bienes e rentas
e debdas de aquellos a cuyo cargo fue y se es, quier sea, a cargo de los maestres pasados o de qual-
quier dellos, el tal reparo o reparos o lavores, o quier sea, a cargo de los comendadores o freyles que
tovieren o tyenen las dichas casas y heredades e lo non repararon ni conplieron commo les fue man-
dado o commo son obligados de lo faser e reparar, e fagan faser e tasar a maestres lo que costarán
faser los dichos reparos, e tomen de los bienes e rentas e debdas de aquellos [que] son obligados a
ello, las contías de maravedíes que fueren menester para lo reparar, lo depositen en personas llanas e
abonadas de cada pueblo donde se oviere de hazer el tal reparo e les den cargo de lo hazer e reparar, e
que los mismos visitadores lo vean reparar e labrar e no partan de los logares donde el tal reparo e
lavor se hiziere, o a lo rnenos de los logares comarcanos donde visitaren fasta que por vista de ojos lo
vean e dexen reparado, pero sy el reparo fuere tal que no se pueda acabar en breve tienpo, manden e
encarguen a las dichas buenas personas llanas e abonadas en quyen ovieren depositado los marave-
díes en que fueren tasados los dichos reparos que los gasten e distribuyan en las tales favores e repa-
ros en çierto tienpo que para ello les asygnen, en que buenamente se puede acabar de reparar e dar
dello cuenta e razón a quien Nos les mandaremos, e que de todo de lo que asý fisieren e mandaren e
encargaren, los dichos visytadores pongan relaçión conplida en los libros de su visytaçión, e que los
días que se detovieren en ello estén a costa de los comendadores e conçejos o personas a cuyo cargo
fuese lo susodicho, e sy fuere menestar e vieren que cunple faser de nuevo algunas cosas e obras e
reparos en las dichas casas e fortalezas y heredades, vean lo que fuere a cargo de los comendadores e
freyres e les manden, en virtud de obydiençia, que los reparen e fagan reparar en el tienpo que enten-
dieren que se puede faser, consideradas las rentas de la casa e la calidad e cantidad de lo que se oviere
de reparar, e de lo que a Nos pertenesçiere de faser, requieran al nuestro contador de la dicha Horden,
que envíe con ellos persona para que lo vea tasar e moderar, e que de las rentas de la Mesa Maestral
lo hará faser e reparar, al qual nuestro dicho contador mandamos que dé e libre para ello los marave-
díes que fueren menester, e se depositen en poder de personas llanas e abonadas que tengan cargo de
hazer las dichas obras e reparos.
E otrosý, para que vean e visyten las casas y heredades que están dadas en la dicha Horden
a algunas personas por vida o a çierto tienpo, cómmo estan reparadas e las manden e fagan reparar
segund lo sufren las rentas dellas, en manera que no vengan en caymiento, e que demanden a las tales
personas que las tyenen recabdos firmes e conoçimiento cómmo las tyenen por Nos e por la dicha
Horden, e que las dexarán cada e quando por ella les fuere mandado, e que no alegarán en ello po-
sesyón ni prescriçión, los quales contratos sean válidos con juramento.
E para que tomen cuenta de lo que rinden las encomiendas e vicarías e benefiçios e cape-
llanías e todas las dichas casas de la Horden e para que demanden en todas las dichas casas susodi-
chas de la Horden e encomiendas della la entrega dellas, que vean sy están en pie e demanden la
mejoría que los comendadores han fecho en ellas, e vean qué ganados e bienes tyenen las dichas
casas; e sepan sy los cavalleros e freyles tyenen los cavallos y armas que deven tener, con que Nos
han de servir por sus encomiendas e casas, e a los que las non tovieren gelas hagan conprar e tener a
tienpo çierto en virtud de obidiencia, porque estén aperçebidos para quando por Nos fueren llamados.
E para que vean los clérigos curas de la dicha Horden qué títulos tienen de sus beneficios, o
sy están en presentación nuestra o de los maestres pasados, e los que las tovyeren syn presentaçión
les manden que no se entremetan más a usar de los dichos benefiçios, e mandar a los pueblos que no
usen con ellos, e que entretanto los dichos pueblos pongan clérigos que los sirvan e nos envíen re-
laçión dello para que Nos mandemos sobre ello proveer; e para que sy algunos clérigos tovieren
algunos benefiçios con letras apostólicas los expelan dellos en aquellos logares que al maestre perte-
nesçe la presentación, açebto en los que Vos, el dicho prior, estáys en costunbre de presentar e pro-
beer.

473
E para que sy algund comendador fuere fallado remiso dilapidador le puedan ynterdesir e
suspender las rentas de la encomienda o portadgo o vicaría o casa que de la Horden toviere, e para
que puedan tomar e diputar çiertos bienes de las encomiendas o rentas do reparo ovieren menester, sy
los tales que las tovieren fueren nigligentes e remisos en las reparar, e puedan poner una parte de las
dichas rentas en mano de una buena persona que sea rico e abonado para que en çierto tienpo los
gaste en reparo de la tal fortaleza o casa, e de lo que asý gastare dé cuenta a Nos o a quien Nos man-
daremos.
E para que vean los hermitorios e monesterios que son fechos e fundados en la dicha Hor-
den syn liçençia della, e los tyren a los que los tovyeren, e nos fagan dello relaçión para que Nos
proveamos en ello commo sea en serviçio de Dios e del bienaventurado Apóstol Santiago e nuestro, e
bien e pro de la dicha Horden; e sy fueron fechos e fundados con liçençia de la Horden, que tomen
recabdo e conosimiento commo los tyenen por Nos e por la dicha Horden; e los dexarán libres e
desenbargados cada e quando les fuere mandado, e que no alegarán en ello posesyón ni prescriçión ni
ynpetrarán bulas apostólicas sobre ello, ni usarán dellas sy las tienen ganadas en perjuisio de la dicha
Horden.
E para que visiten las herrnitas e yglesias e clérigos dellas, espeçyalmente vean e visyten a
Santa María de la Peña, çerca de Orçera e la hagan reparar en lo que reparo oviere menester, según lo
çufre la renta della, de lo que asý mandaren reparar lo escrivan en el libro de su visytaçión.
E otrosý, para que vean sy los vasallos de la dicha Horden tienen los cavallos e las arrnas
que son obligados a tener, e trayan copia de los que asý en cada logar, la qual mandamos a los al-
caldes de las dichas villas que gela den çierta.
E para que puedan entrar a tomar e entren e tomen qualesquier bienes e heredamientos e
rentas que Nos tenemos dado o diéremos [a] algunas personas por vida o a çierto tienpo. E para que
vean las heredades e casas que en la dicha Horden están dadas a çenso o tributo, e las que no fallaren
confirmadas en Capítulo General, sy son fechos los tales çensos en daño de la dicha Horden, los
puedan anular e revocar, tomar la posesyón dellos, e sy fueren fechos en pro e utilidad de la dicha -
Horden, los puedan aprobar e confirmar, considerando la calidad de los tales çensos, e de los gastos e
reparos que en ellos están fechos.
E para que puedan librar e determinar e libren e determinen qualesquier debate o debates
que ayan entre cavallero e pueblo, e entre pueblo e pueblo, e entre cavallero e cavallero, e non en otra
manera, e para que puedan corregir e castigar e reformar e emendar, e visytando mandar durante el
tienpo de la visytaçión todas las cosas e cada una dellas que buenos e leales procuradores, visitadores,
e reformadores e executores de las dichas visytaçiones pasadas deven faser e les pertenesca segund
Dios e conçiençia e Horden, e segund está dispuesto por la Regla e Estableçimientos dello. Pero es
nuestra merçed que los dichos visitadores no puedan otorgar çensos de nuevo ni hagan dehesas algu-
nas, por evitar daños e males que en la dicha Horden se han seguido por ello, los quales çensos e
dehesas queremos que no se puedan hazer ni dar salvo en Capítulo general. E asý mismo que no se
entremetan en otras cabsas e debates, salvo en las expresadas en esta nuestra carta, con sus depen-
dençias e mergençias e ynçidençias e anexidades e conexidades.
Porque vos mandamos a vos el dicho prior e comendador mayor e comendadores e ca-
valleros e freyles que biven e moran en las dichas villas e logares conprehesas en esta dicha visitaçión
en virtud de obidiençia, e a vos los dichos conçejos, alcaydes, alcaldes, cavalleros, escuderos, ofiçia-
les e omes buenos de las dichas villas e logares, e cada uno e qualquier o qualesquier de vos, so pena
de la nuestra merçed e de dies mill maravedíes para la nuestra Camara, que reçibáys por visytadores e
reformadores e correctores e esecutores de las dichas visitaçiones pasadas a los dichos comendador
Rodrigo Dávalos e a Pedro de Morales, cura de Valdrazet, e les estades obidientes en quanto toca a la
dicha visytaçión e reforrnasión que ellos hizieren, segund Dios e Horden, en todo lo que dicho es, e
en todo lo al que está declarado e dispuesto en la Regla y Estableçimientos de la dicha Horden, e
cunplades sus mandamientos e va[ya]des a sus llamamientos e non paséys contra sus defendimientos,
asý commo sy Nos mismo los mandásemos e fisiésemos e defendiésemos, e les recudades e fagades
recodir con los derechos que an de aver en esta manera: de las cartas de enplazamiento doze marave-
díes, e de los mandamientos por palabra seys maravedíes, e de las sentençias que diesen veynte e
quatro maravedíes, e non más; e mandamos a vos los dichos comendadores, cavalleros e freyles,
conçejos e ofiçiales e omes buenos de las dichas villas e logares e casas de visitar, que les dedes e fa-
gades dar posadas, segund que a ellos pertenesçe, e todas cosas que ovieren menester para su mante-

474
nimiento, es a saber: el dicho cavallero con dos escuderos e dos ombres de pie e dos moços e sus
bestias e una azémila, e el dicho freyle para él e para un escudero e un ombre de pie e un moço e sus
bestias e una azémila; en viandas guisadas e non en dineros, e más que les dedes para la partida en
dineros, el comendador de Segura trezientos maravedíes, e de la encomienda de una lanza o dos,
sesenta maravedíes, e de la encomienda de tres lanzas fasta çinco, çient maravedíes, e de la enco-
mienda de çinco fasta seys o syete, çiento e çinquenta maravedíes, e de la encomienda de syete fasta
diés, dosyentos maravedíes, pero que vos los dichos pueblos non les dedes maravedíes algunos, e eso
mismo las hermitas, salvo que las que renta tovieren les den solamente una yantar o çena, e que los
días que fueren menester de estar en vuestro convento, encomiendas, logares e casas les dedes las
dichas cosas neçesarias, pero sy ovieren de estar por debate que sea entre comendador e pueblo, sy el
pueblo fuera de çient veçinos o dende ayuso, que el comendador e el pueblo les den las cosas neçesa-
rias e para la costa de por medio, e sy fuere de çiento çinquenta e dende arriba, que pague el pueblo
las dos partes e el comendador la una, e sy fuere de entre pueblo e pueblo, cada uno pague su parte,
segúnd el pueblo fuere por justa tasaçión.
E mandamos que sy alguno de los dichos visitadores fuere ynpedido de enfermedad, que el
otro pueda proseguir, continuar, mediar, feneçer e acabar la dicha visytaçión, para lo qual damos a
dos e al uno dellos, ofreçiéndose el dicho ynpedimiento, damos, commo dicho es, el dicho nuestro
poder conplido, con todas sus ynçidençias, dependençias e mergençias, anexidades e conexidades.
E otrosý, mandamos a los dichos nuestros visytadores que sy algunos pleytos o negoçios
que ant'ellos se començaren, de entre pueblo e pueblo, fueren de tal calidad que brevemente non los
puedan determinar en los logares donde visytaren, aquellos tales p1eitos remitan al nuestro Go-
bernador de la dicha Provinçia, o a su logarteniente para que ellos o qualquier dellos los libren e
determinen, porque los dichos nuestros visitadores non se ympidan en el cargo de su visytaçión ni los
pueblos sean fatigados con costas. E mandamos al dicho nuestro Gobernador e a su logarteniente e a
cada uno o qualquier dellos, que reçiba las dichas remisyones que los dichos nuestros visytadores les
hizieren de entre pueblo e pueblo, e las continúen e prosigan, e oýdas e llamadas las partes, commo
de derecho se requiere, lo libren e determinen commo fallaren por justiçia por su sentencia o sen-
tençyas ynterlocutorias o definitivas, las quales y los mandamientos que ende dieren puedan llevar e
lleven a devido aserto y execuçión tanto con fuero e con derecho deva, para lo qual con todas sus
ynçidençias e dependençias e mergençias, anexidades e conexidades, les damos poder conplido a los
unos en los otros.
Non fagades ende al por alguna manera, syendo çiertos vos los dichos prior, comendador
mayor e trezes, comendadores, cavalleros e freyles, que os lo demandaremos con Dios e con Horden,
e a vos los dichos conçejos, alcaydes, alcaldes, cavalleros, escuderos, ofiçiales e omes buenos e otras
personas singulares, pagaréys en pena los dichos dies mill maravedíes para la nuestra Cámara.
Dada en el Capítulo General que se çelebró en la villa de Alcalá de Henares, a çinco días
del mes de enero, año del Nascimiento de Nuestro Señor Iesuchristo de mill e quatroçientos e noven-
ta e ocho años. Yo el Rey. Yo la Reyna. Yo Miguel Peres de Almaçán, Secretario del Rey e de la
Reyna, nuestros señores, la fis escrivir por su mandado, Avedillo Chançeller, registrada, Ochoa de
Ysasaga, prior de Sant Marcos, comendador mayor, el comendador mayor de Montalván e treze,
Puertocarrero treze, don Gonçalo Chacón, don Pedro treze, el adelantado Juan Chacón, don Alonso
Telles treze, Juan Cabrero emienda, Pedro de Lodueña emienda, Alonso d'Esquivel emienda.

DOCUMENTO 33
1515, febrero 1. Uclés
Los comuneros de los lugares del común de Uclés eligen a
Alonso Martínez Fronce y a Hernán García como sus pro-
curadores, concediéndoles amplios poderes.
AHN, OO.MM., Lib. 1.079c, fol. 914-923.

Sepan quantos esta carta de poder e procuraçión vieren cómo Nos los comuneros de los
lugares del común de Uclés, estando ayuntados en la villa de Uclés e nuestro común, según que lo
avemos de uso e de costumbre de nos ayuntar, y estando nombradamente, por Tarancón Christóbal de
la Torre, e por la Fuente Pero Garçía, e por El Azebrón Estevan Domingo, e por Torruvia Diego
Hernández, e por Moraleja Pero Matheo, e por Almendros Juan de Mendoça, e por Sahelizes Alonso

475
Garçía Çafrero, e por Villarrubio Miguel Castellanos, e por Tribaldos Gonçalo de Quintanar, todos
comuneros del dicho común, no revocando los otros nuestros procuradores que fasta el día de oy
tenemos fechos, mas antes ratificándolos y aviéndolos por fyrmes e valederos, a ellos y a todo lo que
por ellos fuere fecho derecho, otorgamos e conosçemos que fazemos y hordenamos y establesçemos
por nuestros çiertos, sufiçientes, abundantes, generales e legítimos procuradores, segúnd que en la
mejor forma e manera que podemos e de derecho devemos, a Alonso Martines Fronçe, nuestro sex-
mero e vezino de Tarancón, e a Hernán Garçía, vezino de Roçalén, e a cada uno dellos por sy e yn
solidum, en tal manera que la condiçión del uno no sea mayor ni menor que la del otro, mas que
entramos ayan ygual condiçión y grado que donde el uno dexare el pleyto o los pleytos començado o
comenzados, que el otro los pueda tomar e tome en su mismo lugar y estado en que el otro los dexare,
e vaya para ellos cabadelante fasta los fenesçer e acabar, prosyguiendo, e acabando e fenesçiendo los
dichos pleytos e demandas e contiendas.
A los quales nuestros procuradores e a cada uno dellos damos e otorgamos todo e nuestro
libre e llenero complido e bastante poder para en todos los pleytos e demandas, cabsas e negoçios
movidos e por mover, que nos el dicho común avemos e entendemos aver o mover contra qualquier o
qualesquier conçejo y conçejos e Hórdenes, e persona o personas, ansý varones commo mugeres,
clérigos e legos e religiosos de qualquier ley, estado o condiçión o dignidad que sean, e los sobredi-
chos o qualquier dellos an o esperan aver o mover contra nos o contra qualquier de nos en qualquier
manera o por qualquier razón que sea o ser pueda.
A los dichos nuestros procuradores e cada uno dellos yn solidum, damos e otorgamos todo
nuestro poder complido, ansí en demandando como en defendiendo ante la Reyna, nuestra Señora e
ante los señores del muy alto Consejo, o ante los sus oydores e alcaldes de la su Casa e Corte e Cha-
nçillerýa, e para ante qualquier dellos, o para ante otro o otros alcalde o alcaldes, juez o juezes hordi-
narios, e legados o subdelegados aclesiásticos o seglares de qualesquier çibdades, villas o logares, o
jurisdicción que sea. Que del dicho pleyto o de los pleytos ayan poder de yr e librar e conosçer en
qualquier manera, ansý en demandar como en defender, e razonar, e responder, e negar, e conosçer
añadir e menguar libello o libellos, demanda o demandas, e pleytos, contestar e protestar, requeryr,
reconvenir. E para que en nuestra o nuestras ánimas puedan faser qualesquier juramento o juramen-
tos, ansí de calumnya como deçisoryo, e otra qualquier natura de juramento, que a la natura del pley-
to o de los pleytos, demanda o demandas que acaezcan e convengan de se hazer e jurar para poner
eçebçiones e defensiones, los incumpliere e menester fueren, perjudiçiales, dilatorias, perentorias, de
qualquier natura que sean, e para articular e poner artículos e pusyçiones, e para responder a los que
de otra parte o partes presentaren o pudieren para dar e presentar testigos e provanças que la otra
parte o partes presentaren o pusieren contra nos; e para los embargar e contradezir, ansí en derechos
como en personas, en todo lo que menester fuere; e para concluyr e çerrar razones e oýr juyzios, e
sentençia o sentençias, asý las que fuere dada o dadas por nos como contra nos, consentir en lo que
fuere por nos, e apelar e suplicar las que fueren contra nos, e seguir la apelaçión e suplicaçión ante
quien e como se devieren seguir o dar quien las siga; e para costas demandar e resçibir la tasaçión
dellas, e reçebir las de la otra parte o partes, e ver jurar e tasar las que contra nos fueren puestas. E
para que puedan los dichos nuestros procuradores o qualquier dellos pedir execuçión e execuçiones
de las tales sentençias que por nos fueren dadas, e requerir con las tales cartas e sentençias a los
conçejos e a las otras personas contra quien fueren dadas, tomar testimonio o testimonios, e fazer
todos los otros requerimientos e protestaçiones que complideros fueren.
E otrosý, para que los dichos nuestros procuradores o qualquier dellos yn solidum puedan
demandar e resçebir, e recabdar e aver e cobrar todos e qualesquier maravedíes, e oro, e plata, e
paños, e joyas, e pan, e ganados e otras qualesquier cosas que al dicho común sean devidas por qua-
lesquier conçejos o personas, ansý por sentençias, como por cartas o por alvaláes, como syn ellas o en
otra qualquier manera; e para que puedan ellos o qualquier dellos dar carta o cartas de pago de los
dichos maravedíes e otras cosas qualesquier que por nos e en nuestro nombre reçibieren o recabdaren,
o de cada cosa e parte dello, las más fuertes e fyrmes que en tal caso se puedan dar e otorgar; e para
que los dichos nuestros procuradores e cada uno dellos yn solidum puedan sostituyr un procurador o
dos o más quantos menester sean, e para que puedan ellos e los dichos sus sostitutos ganar carta o
cartas de la Reyna, nuestra Señora, e de otro qualquier señor o juez qualquier que a nos cumpla; e -
testar, e embargar e contradezir las que contra nos fueren ganadas o se quisieren ganar, e estar sobre
ello en pleyto ante quier cómo se deviere seguir, e generalmente para hazer e dezir e razonar por nos

476
e en nuestro nombre, ansý en juyzio como fuera d'él, todas las otras cosas e cada una dellas que nos
mesmos faríamos e dirýamos e razonaríamos presentes seyendo, aunque sean de aquellas cosas de
cada una dellas e tales que segúnd derecho requieran aver nuestro espeçial mandado e quan complido
e bastante poder como nos avemos e tenemos para todo lo sobredicho e para cada cosa e parte dello
otro tal e tan complido, y ese mismo lo damos e otorgamos a los sobredichos nuestros procuradores e
a los dichos sus sostitutos e a cada uno dellos yn solidum, e avemos por firme, rato e grato, estable e
valedero, e la carta o cartas de pago e fin e quitamiento, que dieren e otorgaren en la dicha razón, nos
el dicho común los avemos por fyrme e valedero para agora e para en todo tiempo, e de no yr nin
venyr contra ello ni contra parte dello, agora ni en ningún tiempo, so obligaçión de los bienes del
dicho común, e relevamos a los dichos nuestros procuradores e a los dichos sostitutos e a cada uno
dellos de toda carga de satisdaçión, e fiaduría e cabçión, so aquella cláusula del derecho que es dicha
en latýn judicium supra judicatum solum, con todas sus cláusulas acostumbradas.
Y porque esto sea çierto y no venga en dubda, otorgamos esta carta de poder e procuraçión
ante'l escrivano de nuestro común y testigos de yuso escriptos, que fue fecha y por nos los dicho
comuneros, otorgada en la villa de Uclés, estando a ella ayuntado el dicho común, a primero día del
mes de hebrero año del nasçimiento de nuestro Señor Jesuchristo de mill e quinientos e quinze años.
Testigos que fueron presentes, rogados e para esto llamados Pero Garçía del Azebrón, e Alonso Her-
nandes del Azebrón, vesinos de Tarancón, e Pedro de Madrid, vezino de la villa de Uclés, e yo Ma-
rçiales Garçía, escrivano del dicho común, que a todo lo susodicho presente fuy con los dichos testi-
gos, y de ruego y otorgamiento del dicho común, esta carta de poder e procuraçión escreví, según que
ante mí pasó, y por ende, en testimonio de verdad fize aquí este mío signo atal. Marçiales García,
escrivano del común.

477
INDICE DE ABREVIATURAS

AEM Anuario de Estudios Medievales


AGS Archivo General de Simancas
AHDE Anuario de Historia del Derecho Español
AHN Archivo Histórico Nacional
AM Archivo Municipal
BIEG Boletín del Instituto de Estudios Giennenses
BN Biblioteca Nacional
BRAH Boletín de la Real Academia de la Historia
CEM Cuadernos de Estudios Medievales
CEMYCTH Cuadernos de Estudios Medievales y Ciencias y Técnicas
Historiográficas
CHCA Congreso de Historia de la Corona de Aragón
CHD Cuadernos de Historia del Derecho
CHE Cuadernos de Historia de España
CIDHPPN Cuadernos Informativos de Derecho Histórico, Público,
Procesal y de la Navegación
DHEE Diccionario de Historia Eclesiástica de España
EMR Escribanía Mayor de Cuentas (AGS)
HID Historia. Instituciones. Documentos
MEAH Miscelánea de Estudios Arabes y Hebraicos
MHE Memorial Histórico Español
MyP Mercedes y Privilegios (AGS)
OO.MM. Ordenes Militares (AHN)
RAH Biblioteca de la Real Academia de la Historia
RGS Registro General del Sello (AGS)
RHD Revista de Historia del Derecho
RUM Revista de la Universidad de Madrid
TMC Tumbo Mayor de Castilla (AHN)

479
INDICE DE ILUSTRACIONES

Mapa I. La Orden de Santiago. Provincia de Castilla 21


Mapa II. Las fortificaciones santiaguistas a fines del siglo XV 33
Mapa III. Los Despoblados 51
Mapa IV. Los Hidalgos a fines del siglo XV 67
Mapa V. Aljamas hebreas y musulmanas a fines del siglo XV 73
Mapa VI. Conflictos de términos 87
Mapa VII. Distribución de cultivos 93
Mapa VIII. Aspectos ganaderos 97
Mapa IX. Caza y pesca 98
Mapa X. Industria textil 103
Mapa XI. Otras industrias 104
Mapa XII. Los intercambios 107
Mapa XIII. Implantación foral 117
Mapa XIV. Las Comunidades de villa y tierra (siglos XIII y XIV) 123
Mapa XV. Los Comunes en el siglo XIV 131
Mapa XVI. Los Partidos en el siglo XV 133
Mapa XVII. Organización eclesiástica 141
Mapa XVIII. Tasas sobre el comercio 181
Mapa XIX. Tasas sobre el tránsito ganadero 185
Mapa XX. Martiniegas y tributos similares 195
INDICE GENERAL

Prólogo 9
Introducción 13
Fuentes 15

Primera Parte. Los hechos políticos y militares


Capítulo Primero. Aspectos políticos 19
Los maestres del siglo XIII 20
Los maestres del siglo XIV 22
Los maestres del siglo XV 25
Los últimos maestres 27
La composición de la hueste santiaguista 30
Las fortificaciones 32
Las armas de fuego 35
Notas 37

Parte Segunda. Bases socio-económicas


Capítulo Segundo. Aspectos demográficos 41
La Población 41
La Despoblación 50
Notas 55

Capítulo Tercero. Aspectos sociales 59


Nobleza castellana y caballeros santiaguistas 59
La población cristiana 64
1º) Los exentos 65
a) Hidalgos locales 65
b) Caballeros 66
c) Otros exentos 68
2º) Los pecheros 68
3º) Los marginados 71
Minorías confesionales 71
1º) Los judíos 71
2º) Los musulmanes 72
Conflictos y agravios 74
La resistencia a la conversión 75
Conclusión 77
Notas 79

481
Capítulo Cuarto. Aspectos económicos 85
Actividades primarias 85
1º) La agricultura 85
a) Ocupación del suelo 85
b) Distribución de cultivos 91
2º) Ganadería, bosque, caza y pesca 99
Actividades secundarias 100
1º) Elaboración de bienes de consumo 100
a) Industria textil 100
b) Ferrerías 101
c) Curtidos 101
d) Cantarería 101
c) Otras labores 102
2º) Actividades extractivas 102
Actividades terciarias 105
1º) Los mercaderes 105
2º) Mercados y ferias 105
3º) Portazgos y alcabalas 106
Notas 109

Capítulo Quinto. Las Instituciones 115


A) Organización concejil y territorial 115
a) Implantación foral 115
b) La organización de territorio: concejos y comunes 118
1º) Los concejos 118
a) Primera época 119
b) Segunda época 124
c) El concejo a partir de Felipe II 128
d) Conclusión: el señorío de la Orden 130
2º) Comunes, Partidos y Hermandades 132
Comunidades 132
Comunes 132
Partidos 134
Hermandades 135
B) Administración señorial 135
a) Caballeros y clérigos 135
b) Comendadores y encomiendas 138
c) Prioratos, conventos y vicarías 140
d) Gobernadores provinciales y de partido 145
e) Capítulo General 146
f) Consejo de la Orden 150
g) El Maestre, el Rey, el Papa 152
Notas 157

Capítulo Sexto. Rentas y derechos según su naturaleza jurídica 173


1) Ingresos relativos al señorío jurisdiccional 174
a) Penas y calumnias 174
b) Bienes procedentes de intestados y ganados extraviados 175
c) Presentes de oficiales concejiles 176
d) Monopolios 177
e) Rentas municipales 179
f) Tasas sobre la producción y el comercio 180
g) Tasas sobre el tránsito ganadero 184
h) Diezmos y primicias 187
2) Ingresos procedentes del señorío territorial 192
a) Contraprestaciones por la entrega de tierras en prestimonio 193
b) Contraprestaciones por la entrega de tierras por juro de heredad 193
1º) Prestaciones económicas 193
2º) Prestaciones personales 199
c) Rentas territoriales 202
3) Ingresos procedentes de las minorías confesionales 203
4) Rentas reservadas por la Corona 206
5) Conclusiones 207
Notas 211

Capítulo Séptimo. Descripciones de las encomiendas 227


A) Provincia de Cuenca 227
B) Provincias de Madrid y Guadalajara 233
C) Provincia de Toledo 237
D) Campo de Montiel 248
E) Provincia de Jaén 255
F) Provincia de Murcia 261
Notas 269

Capítulo Octavo. Apéndices 285


I. Armas de fuego 285
II. Lanzas 295
III. Caballeros de cuantía 299
IV. Población 303
V. Asuntos económicos varios 309
VI. Personas que ocuparon cargos y oficios en la Orden 321
VII. Rentas y derechos de las Instituciones santiaguistas 343
VIII. Documentos 447

Indice de Abreviaturas 479


Indice de Ilustraciones 480
Indice General 481

483

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