A Donde Van Los Sueños
A Donde Van Los Sueños
A Donde Van Los Sueños
Me he quitado los anteojos para buscar tus alas, tus aladas atadas a este
sombrío hastío de mis sueños dolidos.
¿A dónde van los sueños que por ti claman, a dónde van los sueños que aún no
he soñado?, están perdidos o dormidos.
Vuelvo a intentar sobornar a Morfeo, pero aún están dormidos los sueños que
no me pertenecen. Le ruego por repetir cuando tú, como mujer primordial,
recorriste linda y sapiente el páramo de mi noche, convirtiéndola en jubiloso y
ubérrimo jardín, evoque a la gratitud por esta dulce y deseable agonía de amarte
tanto. Es paradójicamente una agonía cuyo desenlace vislumbra en ser más y
más vida.
¿A dónde van las noches sin sus días, a perderse en las estrellas tardías?,
esta noche huele a estrellas novicias y no saben del contagio de mi insomnio
furtivo, dicen que es cuestión de solidaridad, o tal vez complicidad y han venido
acompañarme en ir tras tus leves suspiros.
Qué paradoja, tan cerca y sin tocarte me permito, pérdida en el deseo, anuncio
tu extravío, apenas logro abrazar tu imagen volcada en mis recuerdos y grito:
cuando estabas lejos mis palabras te tocaban y acariciaban tu cuerpo, hoy
pareciera hazaña y desafío tocar tus alas dibujadas en sueños tardíos.
Vuelvo a ti, la puerta permanece cerrada, la llave no accede, subo los escalones
de mis sueños, pero aún sigo despierta, espero el amanecer y termine mi exilio.
Y grito: abre tus puertas, prometo silencio, desayuno en la cama, entre sueños y
risas cubriendo nuestras espaldas, ¿sabes? los dedos son traviesos y los labios
son sabios.
La noche es serena, el tren pasa a lo lejos, escucho los grillos cantando a gritos
sus himnos sentidos, la puerta se abre, y se escapan mis deseos furtivos.
Mis ojos se cansan, no obedecen el llamado de mis manos que insisten en hacer
garabatos hastíos e insisten en buscarte en la espesura de la noche y clamarte
cobijo.
Escapa la noche. Aspirar un aroma, mirar una foto leer ciertos signos y activar la
memoria. Ahora, el día tiene pretexto, tiene horizonte.
...Pero el amor, con ser vida, cobra en veces dividendos. Hay entonces que dejar
el imperio de soñarte. Iniciaré vulnerable y temeroso el viaje al día y a su rutina.
Pero tengo la certeza que aún quedarán rescoldos del sueño, y extraviado aún
buscaré asirme de tu mano esperando así sujetarme a esa inmediata noche.
Me busco amada, sé que me busco a través de ti, a través de ti, porque mi mejor
historia está, irrevocablemente, ligada a ti, amada.
Amada de mis anhelos: Se disipan las sombras. Soy testigo del arribo de la
luz. He bebido las últimas horas de la obscuridad en plena vigilia. Llega la
indiscreta claridad y permaneces, permaneces porque auténticamente estás,
estás en la verdadera dimensión del tiempo. Eres intiempo amada o lo que es lo
mismo, tiempo verdadero, no sujeto a la absurda codificación de horas o días,
de luz u obscuridad. Eres, estás, existes en y más allá de todo eso.
Escapa la noche. Aspirar un aroma, mirar una foto, leer ciertos signos y activar
la memoria. Ahora, el día tiene pretexto, tiene horizonte.
Así el día me da la oportunidad de trascender de la fantasía a la objetiva memoria
de lo que si fue. Mis manos se convencen de que sí estuvieron entre las tuyas;
tu piel, ahora lejana patria, si fue al deleite de mis sentidos y el vehículo de mi
espíritu para desangrarlo y renacerlo en letras.
¿Tú crees que el pasado se vuelve faustoso? Se ha atrevido a invadir mis sueños
y presuntuoso toca el filo de mi presente, -anda confiesa y dímelo al oído- que
la noche no escucha, se ha ido.
-Uroboros Sin