Varsi Enrique Tomo III
Varsi Enrique Tomo III
Varsi Enrique Tomo III
DE FAMILIA
Derecho familiar patrimonial
Relaciones económicas e instituciones
supletorias y de amparo familiar
Tomo III
PRIMERA EDICIÓN
Agosto 2012
1,130 ejemplares
PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN
TOTAL O PARCIAL
DERECHOS RESERVADOS
D.LEG. Nº 822
DIAGRAMACIÓN DE CARÁTULA
Martha Hidalgo Rivero
DIAGRAMACIÓN DE INTERIORES
Karinna Aguilar Zegarra
Impreso en:
Imprenta Editorial El Búho E.I.R.L.
San Alberto 201 - Surquillo
Lima 34 - Perú
A mis alumnos,
gracias a ellos estas páginas tienen significado
INTRODUCCIÓN
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
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CAPÍTULO
PRIMERO
RÉGIMEN
PATRIMONIAL
DE LA FAMILIA
CAPÍTULO PRIMERO
RÉGIMEN PATRIMONIAL DE LA FAMILIA
I. Introducción. II. Función económica de la familia. III. Contenido. 1. Régimen patrimonial del matri-
monio. 1.1. Régimen general. 1.2. Régimen de bienes. 2. Régimen patrimonial de la familia. IV. Obje-
tos del Derecho de Familia. V. Derechos subjetivos familiares patrimoniales. VI. Inmediatez y media-
tez económica en las re laciones familiares. VII. Sanciones. VIII. Daños en las relaciones familiares.
IX. Patrimonialidad de las instituciones familiares. 3. Adopción. 4. Patria potestad. 5. Alimentos. 6. Tu-
tela. 7. Curatela. 8. Consejo de familia. X. Patrimonialidad de las relaciones familiares como conse-
cuencia de la ruptura del vínculo conyugal en el divorcio por separación de hecho.
I. INTRODUCCIÓN
El Derecho Civil patrimonial estudia de forma pormenorizada cada uno de
los elementos del patrimonio y de cada una de las relaciones jurídicas que la com-
ponen o la pueden componer(1).
Sin razón o, en todo caso, una muy débil, se consideró que el Derecho de
Familia formaba parte de Derecho Civil extrapatrimonial. El argumento es que
regula, fundamentalmente, relaciones personales, entre dos sujetos deseosos de
realizarse más allá de sus sueños, sentimientos que surgen sobre la base del mu-
tuo afecto. Te casas por amor, te divorcias por falta de comprensión o por un en-
gaño, reconoces a un hijo por un compromiso moral, adoptas por cariño, asumes
el cargo de tutor o curador en un afán altruista. Además, dentro de sus caracterís-
ticas típicas se le consideró como un Derecho no patrimonial(2) sustentándose en
la tesis de que si bien el Derecho de Familia contiene relaciones de orden econó-
mico los efectos de estas son indirectos, es decir, las relaciones económicas son
derivadas y no originarias.
Estas fueron las premisas sobre las que se cimentaron las hoy resquebraja-
das bases del Derecho de Familia. Sin hurgar mucho es fácil comprender que to-
das estas y las demás instituciones familistas tienen un hondo contenido patrimo-
nial que ha ido, de a pocos, reconociendo su trascendencia, enraizándose en la
(1) DÍEZ-PICAZO, Luis. Fundamentos de Derecho Civil patrimonial. Vol. I, 2ª edición, Tecnos, Madrid,
pp. 41 y 42.
(2) VARSI ROSPIGLIOSI, Enrique. Tratado de Derecho de Familia. La nueva teoría institucional y jurídica
de la familia. Tomo I, con la colaboración de Marianna Chaves y Claudia Canales, Lima, Coedición
Universidad de Lima - Gaceta Jurídica, Lima, 2011, p. 132.
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
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RÉGIMEN PATRIMONIAL DE LA FAMILIA
III. CONTENIDO
Derecho patrimonial de la familia o Derecho de familia patrimonial, uno u
otro encuadran un análisis contemporáneo de cómo las relaciones familiares vie-
nen reacomodándose en un contexto económico sin desconocer que su esencia es
la realización de la persona en su más alta dignidad.
La otra cara de la moneda es la repersonalización de las relaciones civiles,
conocida también personalización o despatrimonialización del Derecho Privado(9).
Pero una y otra no son contrapuestas. Son solo dos formas de ver una misma rea-
lidad y obtener mejor provecho. Tanto la persona como el patrimonio son impor-
tantes. Digamos, compenetrantes y aliados. En materia familiar, la economía y
los bienes no pueden ser tratados de forma ajena. Su incorporación en el trata-
miento legal, uniforme con las relaciones interpersonales, en necesario y preciso.
El Derecho de Familia es un conglomerado enrevesado de relaciones jurídicas
en la que no escapan las relaciones económicas. Entre ellas tenemos el régimen
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(10) MÉNDEZ COSTA, María Josefa. Derecho de Familia. Tomo III, Rubinzal Culzoni, Buenos Aires, 2001,
p. 499.
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RÉGIMEN PATRIMONIAL DE LA FAMILIA
- Casa habitación.- Es aquel bien en el que vive la familia y que el cónyuge su-
pérstite tiene derecho a que le sea adjudicado o se le prefiera en usufructo es-
pecial en forma vitalicia y gratuita (art. 731).
- Patrimonio familiar.- Es aquel bien de familia que adquiere la calidad de
inembargable, inalienable y trasmisible por herencia a través de un proceso
judicial o notarial (art. 488). Para nuestra normativa puede ser objeto del pa-
trimonio familiar: La casa habitación de la familia o un predio destinado a la
agricultura, la artesanía, la industria o el comercio (art. 489).
Es función de los principios del Derecho de Familia atender el resguardo de las
relaciones económicas dentro del Principio de protección de la familia. Tenemos
el necesario respaldo de la economía familiar y política económica que impulse
su crecimiento. La asignación de recursos necesarios para implementar políticas y
programas para el bienestar de la familia debe considerarse como una inversión(12).
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VII. SANCIONES
Las relaciones familiares responden a situaciones bastante especiales y en
ciertos casos se imponen sanciones pecuniarias frente al incumplimientos de
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
Daños entre los miembros de la familia por relaciones ajenas a las relaciones
familiares (contractual y extracontractual)
Externo
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3. Adopción
En mérito de la relación filial generada entre adoptante y adoptado surgen
vínculos alimenticios y hereditarios teniendo el padre en relación del hijo la corres-
pondiente patria potestad.
El Código plantea situaciones estrictamente económicas en resguardo del
adoptado que tiene un patrimonio. En estos casos, por ejemplo, el tutor puede
adoptar a su pupilo y el curador a su curado en la medida que se hayan aprobado
las cuentas de su administración y satisfecho el alcance que resulte de ellas (art. 383).
Si el adoptado tiene bienes, la adopción no puede realizarse sin que dichos bienes
sean inventariados y tasados judicialmente y sin que el adoptante constituya ga-
rantía suficiente a juicio del juez (art. 384).
4. Patria potestad
Por la patria potestad los padres tienen el deber y el derecho de cuidar de la
persona y bienes de sus hijos menores (art. 418). La labor patrimonial es la que
genera mayor responsabilidad incluso, en ciertos casos, se exige que los padres
que presten garantía respecto de su administración a fin de asegurar el importe de
los bienes muebles, las rentas que durante un año rindieron los bienes y las uti-
lidades que durante un año pueda dejar cualquier empresa del menor (art. 426).
Son derechos y deberes de los padres (art. 423) representar a los hijos en los
actos de la vida civil (inc. 6), administrar (inc. 7) y usufructuar los bienes de sus
hijos (inc. 8).
5. Alimentos
Los alimentos se regulan por el juez en proporción a las necesidades de quien
los pide y a las posibilidades del que debe darlos atendiendo a las circunstancias
personales de ambos, especialmente a las obligaciones a que se halle sujeto el deu-
dor, de allí que existan las instituciones del aumento, reducción y exoneración de
los alimentos. No es necesario investigar rigurosamente el monto de los ingresos
del que debe prestar los alimentos (art. 481).
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6. Tutela
El tutor que cuida de la persona y bienes del pupilo (art. 502).
7. Curatela
El curador protege al incapaz, provee en lo posible a su restablecimiento y, en
caso necesario, a su colocación en un establecimiento adecuado; y lo representa o
lo asiste, según el grado de la incapacidad, en sus negocios (art. 576).
Los frutos de los bienes del incapaz se emplearán principalmente en su soste-
nimiento y en procurar su restablecimiento. En caso necesario se emplearán tam-
bién los capitales, con autorización judicial (art. 577).
8. Consejo de familia
Corresponde al consejo de familia (art. 647) decidir la parte de renta o produc-
tos que deberá invertirse en los alimentos del menor o del incapaz y en la adminis-
tración de sus bienes (inc. 5), aceptar donación, herencia o legado sujeto a cargas
dejado al menor o al incapaz (inc. 6), autorizar al tutor o curador a contratar bajo
su responsabilidad, uno o más administradores especiales, cuando ello sea abso-
lutamente necesario y lo apruebe el juez (inc. 7), determinar la suma desde la cual
comienza para el tutor o curador la obligación de colocar el sobrante de las rentas
o productos del menor o incapaz (inc. 8), indicar los bienes que deben ser vendi-
dos en caso de necesidad o por causa de utilidad manifiesta (inc. 9).
X. PATRIMONIALIDADDELASRELACIONESFAMILIARESCOMO
CONSECUENCIA DE LA RUPTURA DELVÍNCULO CONYUGAL
EN EL DIVORCIO POR SEPARACIÓN DE HECHO
Según el Tercer Pleno Casatorio Civil(15), de acuerdo a lo dispuesto en el ar-
tículo 400 del Código Procesal Civil, se resuelve lo concerniente a la fijación de
un monto indemnizatorio en los procesos de divorcio por la causal de separación
de hecho (arts. 333 inciso 12, 345-A y 349, CC).
En este Pleno se establecieron pautas para una interpretación vinculante que
los jueces de todas las instancias están obligados a observar y uniformizar las de-
cisiones que en el futuro adopten los órganos jurisdiccionales respecto a los pro-
cesos de separación de cuerpos o divorcio por la causal de separación de hecho,
según lo dispuesto por los del Código Civil.
(15) Cas. Nº 4664-2010-Puno. Sentencia dictada en el Tercer Pleno Casatorio civil realizado por las Salas Ci-
viles Permanente y Transitoria de la Corte Suprema de Justicia de la República de Perú.
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RÉGIMEN PATRIMONIAL DE LA FAMILIA
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RÉGIMEN PATRIMONIAL DE LA FAMILIA
ANEXO 1
Derechos Subjetivos Familiares Patrimoniales
ESPONSALES
Derecho del promitente inocente de solicitar una indemnización por daños
MATRIMONIO
Derecho de los cónyuges Derecho de los hijos
• Derecho de participar en el gobierno del hogar. • Derecho al nombre
• Derecho de efectuar cualquier trabajo fuera del • Derecho a los alimentos
hogar, con el consentimiento expreso o tácito del • Derecho a la herencia
otro.
• El derecho de asumir la representación de la so-
ciedad conyugal, si el otro está impedido por in-
terdicción u otra causa, si se ignora paradero o
este se encuentra en lugar remoto y, si el otro ha
abandonado el hogar.
• Derecho de la mujer a llevar el apellido del cón-
yuge mientras dure el matrimonio.
INVALIDEZ DE MATRIMONIO
Derecho de los cónyuges De Terceros Derecho de los hijos
• Derecho a una indemniza- • El derecho que el matrimo- • El derecho a los alimentos.
ción por daños para el cón- nio inválido produzcan efec- • El derecho de heredar.
yuge inocente. tos de un matrimonio válido
• El derecho del varón a exigir cuando estos hubieran actua-
que la mujer cese en el uso do de buena fe.
de su apellido.
RÉGIMEN PATRIMONIAL
De los cónyuges
• Derecho de optar determinado régimen económico.
• Derecho de administrar sus bienes propios, disponer de ellos y gravarlos.
• Derecho a oponerse que el otro cónyuge renuncie a una herencia, legado o donación.
• Derecho de no responder por deudas del cónyuge contraídas con anterioridad al matrimonio.
DIVORCIO
Derecho de los cónyuges Derecho de los hijos
• Derecho a dejar de prestar alimentos al otro • Derecho a la alimentación y educación por
cónyuge, salvo las excepciones previstas en parte de sus padres divorciados.
la ley. • Derecho hereditario.
• Derecho a una reparación del daño moral • Derecho a recibir anticipo de herencia.
cuando los hechos que han generado el di-
vorcio comprometen gravemente el legíti-
mo interés personal del cónyuge inocente.
• Cesa el derecho hereditario entre los cónyu-
ges divorciados.
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SEPARACIÓN DE CUERPOS
Declarada judicialmente De hecho
• Derecho de liquidar la sociedad de ganan- • Derecho del cónyuge inocente de adquirir los
ciales. gananciales proporcionalmente a la duración
• Derecho de inscribir el fenecimiento de la de la separación, por pérdida de cónyuge cul-
sociedad de gananciales en el Registro Per- pable por esta separación de hecho.
sonal, para sus efectos frente a terceros.
• Derecho de inventario valorizado de los bie-
nes de la sociedad de gananciales fenecida.
• Derecho a conservar la libre administración
de sus bienes propios y disponer de ellos o
gravarlos.
• Derecho a alimentos.
• Pérdida del derecho de heredar del cónyuge
separado por culpa suya.
• Derecho a la libertad de trabajo.
Derechos de los hijos
• Derecho a los alimentos y educación.
• Derecho de recibir anticipo de herencia.
• Derecho al entroncamiento familiar.
• Derecho a recibir anticipo de legítima.
UNIÓN ESTABLE PURA
Derechos del varón y de la mujer
• Derecho de carácter patrimonial al conformar una sociedad de bienes similar a la sociedad de
gananciales.
• Derecho a los alimentos. En la unión de hecho se presenta una obligación alimentaria similar
a la que existe entre los cónyuges; sin embargo, esta no es legal sino de carácter natural.
• Derecho a los beneficios sociales. En el Derecho Laboral se reconoce que el conviviente su-
pérstite tiene derecho al 50% del monto total acumulado de la compensación por tiempo de
servicios y sus intereses en caso de fallecimiento del trabajador compañero (DS. N° 001-97-
TR -TUO del D.Leg. N° 650, artículo 54). De otra parte, se admite que el conviviente sea
beneficiario del seguro de vida del compañero trabajador y que debe ser contratado por el
empleador (D.Leg. N° 688, artículo 1). Por su lado, en la legislación del Sistema Privado de
Administración de Fondo de Pensiones se establece que el conviviente tiene derecho a las
pensiones de invalidez y sobrevivencia y es potencial beneficiario de la pensión de jubilación
de su compañero (DS. N° 004-98-EF, Reglamento del TUO de la Ley del Sistema Privado de
Administración de Fondo de Pensiones, artículo 13). De otra parte, con la creación del Siste-
ma Social de Salud –que otorga cobertura a través de prestaciones de prevención, promoción,
recuperación y subsidios para el cuidado de la salud y bienestar social– se precisa que el con-
viviente es derechohabiente del trabajador compañero y tiene calidad de afiliado con derecho
a los beneficios (Ley Nº 26790, artículo 3, sustituido por la Ley N° 27177).
• Derecho del conviviente abandonado a la indemnización y a recibir alimentos.
• Derecho a que al terminar la relación se liquide la sociedad de gananciales.
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RÉGIMEN PATRIMONIAL DE LA FAMILIA
PARENTESCO
• Derecho al nombre
• Derecho a la sucesión
• Derecho a los alimentos
RELACIONES PATERNO FILIALES
Derecho del padre y la madre
PATERNIDAD
Derechos del padre
• Derecho de pre y post natal. Los trabajadores de la actividad pública y privada tendrán derecho
a una licencia remunerada por paternidad, en caso de que de su cónyuge o conviviente dé a
luz, de cuatro (4) días hábiles consecutivos, a fin de promover y fortalecer el desarrollo de la
familia.
FILIACIÓN
Derecho de los hijos Derecho de los padres
• Derecho al nombre • A reconocer a sus hijos.
• Derecho a heredar
• Derecho a los alimentos
FILIACIÓN MATRIMONIAL
Derecho de los hijos Derecho del marido de la Derecho de la madre
madre
• Derecho a la paternidad ma- • Derecho a negar al hijo de • Derecho a impugnar la ma-
trimonial su cónyuge ternidad
• Derecho al nombre • Derecho a heredar • Derecho a heredar
• Derecho a heredar
RECONOCIMIENTO
Derecho de los padres Derecho de los abuelos Derecho de los hijos
• Derecho a reconocer. • Derecho de los abuelos del • Del hijo mayor de edad que
• De reconocer al hijo extra- hijo extramatrimonial a re- fue reconocido que el padre
matrimonial que ha muerto y conocerlo en caso de muerte o madre reconociente no lo
que ha dejado descendientes. del padre o madre o cuando herede ni tenga derecho a
• Del reconociente a llevar a los padres sean menores de alimentos si es que él no lo
vivir al hijo extramatrimo- catorce años. consiente.
nial a su casa, siempre que
cuente con el asentimiento
de su cónyuge.
HIJO ALIMENTISTA
Derecho del hijo alimentista Derecho del demandado por el hijo
alimentista
• A demandar alimentos al que tuvo relacio- • A pedir el cese de la pensión de alimentos si
nes sexuales con su madre durante la época demuestra no ser el padre del alimentista.
de su concepción.
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ADOPCIÓN
Derecho del adoptado Derecho del o de los adoptante(s)
• A adquirir la calidad de hijo • A ejercer la patria potestad sobre el adoptado.
• Derecho al nombre
• Derecho a heredar
• Derecho a los alimentos
PATRIA POTESTAD
Derecho de los padres Derecho de los hijos
• A conservar las relaciones personales y cui- • De los hijos solteros a que los padres les
dar de los bienes de los hijos. provean sostenimiento hasta los 28 años si
• A otorgar y revocar justificadamente la auto- siguen con éxito estudios profesionales.
rización del hijo para trabajar.
• A dirigir el proceso educativo y capacitación
para el trabajo de los hijos.
• A aprovechar de los servicios de sus hijos.
• A representar a los hijos en los actos de vida
civil.
• A Administrar y usufructuar los bienes de
sus hijos.
ALIMENTOS
• Derecho a la obligación recíproca de alimentos por el parentesco.
• Derecho de prelación para exigir a los obligados a pasar alimentos.
• Derecho de gradación por orden de sucesión legal.
• Derecho de solicitar el prorrateo de la pensión alimenticia.
• Derecho de solicitar el traslado de la obligación alimentaria por causal de pobreza.
• Derecho de pedir alimentos de los hijos extramatrimoniales no reconocidos ni declarados.
• Derecho de regular los alimentos en proporción a las necesidades de quien los pide y a las
posibilidades de darlos.
• Derecho de aumento o reducción de la pensión alimenticia.
• Derecho de ejercer la desheredación.
• Derecho al reajuste de la pensión alimentaria.
• Derecho a la exoneración de la obligación alimentaria.
• Derecho de extinción de alimentos por muerte del obligado o alimentista.
• Derecho para pedir el cambio en la forma de prestar los alimentos.
• Derecho de limitar los alimentos al alimentista indigno.
• Derecho de petición de alimentos por su carácter irrenunciable, intransigible e incompensable.
TUTELA
Derecho del pupilo Derechos del tutor
• Cuidado de sus bienes. • Derecho de pedir el discernimiento del cargo.
• Derecho a la facción de inventario de sus • Derecho a hacer gastos extraordinarios en
bienes y garantía de estos por el tutor. los predios, pagar deudas del menor, a me-
• Derecho a los alimentos, educación, la de- nos que sean de pequeña cuantía, a que se
fensa y protección de su persona por el tutor. permita dedicarse a un trabajo, ocupación,
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RÉGIMEN PATRIMONIAL DE LA FAMILIA
• El derecho a que el tutor le deba representar industria u oficio, celebrar contrato de loca-
en todos los actos civiles. ción de servicios, celebrar contratos de segu-
• El derecho para que el tutor administre los ro de vida o de renta vitalicia a título oneroso
bienes con diligencia ordinaria. y todo acto en que tengan interés el cónyu-
• Derecho a que por intermedio del tutor se ge del tutor, cualquiera de sus parientes o
demande el pago de una pensión alimenta- alguno de sus socios y sea con autorización
ria, si carece de bienes o si son insuficientes. judicial.
• Derecho a ser representado en todos sus ac-
tos civiles, a excepción a los que pueda ejer-
citar solo.
• Derecho a recurrir ante el juez, si teniendo
catorce años, contra los actos del tutor.
• Derecho a que sus bienes no pueden ser ena-
jenados ni gravados sino con autorización
judicial.
• Derecho a la rendición de cuentas por parte
del tutor.
• Derecho a la acción para anular los actos cele-
brados por el tutor sin las formalidades legales.
CURATELA
Derechos del curado Derechos del curador
• Cuidado de sus bienes. • Derecho a encargarse de la custodia y con-
• Derecho a ser representado. servación de estos y los necesarios para el
• Derecho a que los frutos de sus bienes se cobro de los créditos y pago de las deudas.
empleen principalmente en su sostenimiento • Encargarse de la administración de los bie-
y en procura de su restablecimiento. nes en el tiempo y forma señalados por el
• El pródigo, el mal gestor, el ebrio habitual y testador o el donante que los designó.
el toxicómano no tienen el derecho de litigar • Cesar en el cargo de curador de bienes por la
ni practicar actos que no sean de mera admi- extinción de estos o por haber desaparecido
nistración de su patrimonio, sin asentimiento los motivos que lo determinaron.
especial del curador. • Cesar en el cargo de curador de los bienes del
• Derecho a que sus bienes sean administra- desaparecido cuando reaparece o cuando se
dos, a su representación en algún proceso. le declara ausente o presuntamente muerto.
• Cesar en el cargo de curatela de los bienes
del concebido por su nacimiento o por su
muerte.
PATRIMONIO FAMILIAR
La familia tienen los siguientes derechos:
• A la integridad del bien inmueble familiar contra los futuros avatares económicos de la familia
o lo obtenido a la fecha no se vean perjudicados por los movimientos crediticios de los padres
de los menores en la actualidad a fin de cautelar el derecho a la transmisión por herencia dán-
dole el carácter de inembargable e inalienable.
• Al disfrute de los bienes que constituyen el patrimonio familiar por los beneficiarios.
Los derechos se concretizan a través de las siguientes situaciones jurídicas:
• A arrendar el inmueble en casos de situaciones de urgente necesidad.
• A arrendar una parte del predio.
• A la administración del patrimonio familiar que corresponde al constituyente o a la persona
que este designe.
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
CONSEJO DE FAMILIA
Los menores e incapaces mayores de edad que no tengan padre ni madre:
• Derecho a que se vele por sus intereses.
De tales derechos en el Consejo de Familia se efectiviza a través de los siguientes mecanismos:
• El derecho a que el tutor testamentario o escriturario, los ascendientes llamados a la tutela
legítima y los miembros natos del consejo pongan en conocimiento del juez el hecho que haga
necesaria la formación del Consejo.
• El padre o la madre que tengan la patria potestad tiene el derecho a nombrar y designar por
testamento la formación del Consejo de Familia.
• Se tiene derecho a que el cargo de Miembro del consejo sea gratuito e inexcusable y debe des-
empeñarse personalmente salvo que el juez autorice, por causa justificada, la representación
mediante apoderado.
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CAPÍTULO
SEGUNDO
RÉGIMEN
PATRIMONIAL
EN EL
MATRIMONIO
CAPÍTULO SEGUNDO
I. Normas generales. 1. Generalidades. 2. Conceptos generales. 2.1. Patrimonio. 2.2. Patrimonio conyu-
gal. 2.3. Poder doméstico. 3. Origen. 3.1. Derecho romano. 3.2. Derecho germánico. 3.3. Derecho vi-
sigodo-español. 3.4. Cristianismo. 3.5. Antecedentes en el Perú. 3.5.1. Incanato. 3.5.2. Colonia. 3.5.3.
Código Civil de 1852. 3.5.4. Código Civil de 1936. 4. Concepto . 5. Denominación. 6. Definición . 7.
Características. 7.1. Intereses económicos. 7.2. Libertad y mutabilidad . 7.3. Régimen legal supleto-
rio. 7.4. Poder doméstico compartido. 7.5. Cargas de familia compartidas. 7.6. Connatural al matrimo-
nio. 7.7. Interés familiar. 7.8. Formalidad. 8. Naturaleza jurídica . 9. Objeto y objetivo. 10. Efectos y
finalidad. 11. Elementos. 11.1. Sujetos. 11.1.1. Directos. 11.1.2. Indirectos. 11.1.2.1. Descendientes .
11.1.2.2. Terceros. 11.2. Objeto. 12. Contenido y ámbito . 12.1. Personal. 12.2. Patrimonial. 13. Cons-
titución. 13.1. A título voluntario - Elección del régimen. 13.1.1. Antes del matrimonio - Pacto ante-
nupcial. 13.1.1.1. Denominación. 13.1.1.2. Definición. 13.1.1.3. Formalidades. 13.1.1.4. Característi-
cas. 13.1.1.5. Efectos . 13.1.2. Durante el matrimonio - Sustitución del régimen. 13.1.2.1. Formalida-
des. 13.1.2.2. Efectos. 13.1.2.3. Incongruencia. 14. Principios. 14.1. Principio de libertad para escoger
el régimen económico. 14.2. Principio de igualdad. 14.3. Principio de responsabilidad conjunta . 14.4.
Principio de libertad de trabajo. 14.5. Principio de inderogabilidad de las convenciones matrimoniales.
14.6. Principio de comunicabilidad. 14.7. Principio de prohibición de estipulaciones ilícitas. 15. Clasi-
ficación de los regímenes patrimoniales. 15.1. Por su vigencia. 15.1.1. Régimen de absorción. 15.1.2.
Régimen de unidad de bienes. 15.2. Por su contenido. 15.2.1. Regímenes de comunidad. 15.2.1.1. Ré-
gimen de comunidad absoluta. 15.2.1.2. Régimen de comunidad parcial. 15.2.1.3. Régimen de comu-
nidad relativa de muebles, gananciales, aportaciones y bienes futuros. 15.2.1.4. Régimen de ganancias.
15.2.1.5. Régimen de comunidad de adquisiciones a título oneroso. 15.2.2. Regímenes económicos de
separación de bienes. 15.2.3. Régimen mixto . 15.2.3.1. Régimen de participación . 15.3. Por la inter-
vención de la autonomía privada. 15.3.1. Régimen obligatorio. 15.3.2. Régimen de elección. 15.3.3.
Régimen supletorio. 15.3.4. Régimen de libertad absoluta. 15.4. Por la gestión. 15.4.1. Régimen de
administración marital. 15.4.2. Régimen de la administración separada. 15.4.3. Régimen de adminis-
tración conjunta. 15.5. Sistemas legales. 15.5.1. Régimen legal obligatorio. 15.5.2. Régimen legal su-
pletorio. 16. Regímenes patrimoniales aplicables al matrimonio en el Perú. 16.1. Sociedad de ganan-
ciales . 16.2. Régimen de separación de bienes y deudas. 16.3. Regla y excepción. Practicidad y reali-
dad de los regímenes patrimoniales del matrimonio. 17. Elección y sustitución de regímenes. 17.1. Por
voluntad conjunta. 17.2. A solicitud de parte. 17.3. De pleno derecho. 18. Inicio y extinción. 18.1. Ini-
cio. 18.2. Extinción. 19. Liquidación. 19.1. Concepto y definición. 19.2. Aplicabilidad. 19.3. Etapas.
19.4. Tipos. 20. Contribuciones, cargas y obligaciones . 20.1. Contribución. 20.2. Obligación de soste-
ner a la familia. 20.3. Obligación de contribución al sostenimiento del hogar. 20.4. Labores económi-
cas fuera del hogar. Ejercicio de la actividad laboral por el cónyuge. 21. Cargas . 22. Obligaciones so-
ciales. II. Representación y administración. 23. Representación y administración . 23.1. Potestad do-
méstica . 23.2. Tipología de los actos y representación. 23.2.1. Actos ordinarios. 23.2.2. Actos extraor-
dinarios. 23.3. Representación conjunta. 23.4. Representación unilateral. 24. Teoría de la desconside-
ración judicial de la persona jurídica y el régimen matrimonial de bienes. 24.1. Introducción. 24.2. De-
nominación. 24.3. Concepto. 24.4. Definición. 24.5. Estructura de la teoría de la desestimación de la
persona jurídica en el régimen familiar. 24.5.1. Sujetos. 24.5.1.1. Defraudadores. 24.5.1.1.1. Cónyu-
ges. 24.5.1.1.2. Convivientes. 24.5.1.1.3. Padres. 24.5.1.2. Defraudados. 24.5.1.2.1. Cónyuge/Convi-
viente. 24.5.1.2.2. Hijos. 24.5.1.2.3. Terceras personas. 24.5.2. Vehículo. 24.5.2.1. Persona jurídica.
24.5.3. Objeto. 24.6. Interacción de la persona natural con la persona jurídica en el régimen familiar.
33
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
24.7. Ámbito. 24.7.1. Régimen de bienes. 24.7.1.1. Liquidación de la sociedad de gananciales. 24.7.2.
Régimen de alimentos. 24.8. Tipología de la desconsideración de la persona jurídica. 24.8.1. Descon-
sideración inversa o indirecta. 24.8.1.1. En cuanto a los sujetos. 24.8.2. Desconsideración reversa o di-
recta. 24.8.2.1. En cuanto a los sujetos. 24.9. Instituciones jurídicas que podrían solucionar el abuso de
la persona jurídica. 24.9.1. Ejercicio abusivo del derecho. 24.9.2. Simulación. 24.9.3. Fraude. 24.9.3.1.
Fraude en el matrimonio y en la unión estable. 24.9.3.1.1. Fraude en el matrimonio. 24.9.3.1.2. Frau-
de en la unión estable. 24.9.4. Enriquecimiento sin causa . 24.9.5. La desconsideración de la persona
como herramienta eficaz . 24.10. Afectación del tercero en el fraude de la persona jurídica . 24.11. El
delito de fraude en la administración de personas jurídicas y el fraude societario para perjudicar la co-
munidad de bienes y el régimen alimentario . 24.12. Conclusión. 25. Prescripción adquisitiva familiar.
25.1. Estructura normativa. 25.2. Instituciones afines. 25.3. Conclusión acerca de esta forma de usuca-
pión. 26. Derechos expectante de viudedad.
I. NORMAS GENERALES
1. Generalidades
El matrimonio genera consecuencias económicas y la familia es una unidad
de producción.
La familia, al igual que toda entidad, necesita de medios económicos. No es
ajena a relaciones patrimoniales, lucrativas, financieras, monetarias, contractua-
les, mercantiles, de capitales. La unión de cuerpo y alma del hombre y la mujer
trae inexorablemente reflejos patrimoniales para ambos. Al iniciarse el víncu-
lo conyugal, durante la vida conyugal e incluso después de la disolución de di-
cho vínculo, los cónyuges hacen frente a necesidades financieras para el susten-
to del hogar, las relaciones patrimoniales resultan necesarias para la comunidad
de vida(16). Como espacio de realización personal y afectiva de sus miembros, la
familia está compuesta de relaciones de naturaleza patrimonial(17), no siendo pre-
cisamente contenidos naturales y humanos lo únicos que la componen. Tiene in-
gresos y egresos. Compromete su patrimonio o lo protege de gravámenes. En un
orden real tanto las relaciones personales como las patrimoniales cumplen una
función preponderante en la familia. La economía es gran parte de su contenido
y marca su estructura.
Está provista de un patrimonio que le resulta indispensable para cumplir sus
objetivos y finalidades, pareciendo evidente que el término “matrimonio” es co-
rrelativo y complementario de “patrimonio” (entre ambas palabras solo hay una
letra de diferencia: p - m - atrimonio;), similitud esta que refleja la importancia de
las relaciones económicas.
El matrimonio es una institución en la que un “hombre” y una “mujer” se
obligan a ejercer sus respectivos roles de pareja y de padre y madre. A decir de
(16) VENOSA, Sílvio de Salvo. Direito civil. Vol. VI: Direito de família, 7ª ed., São Paulo, Atlas, 2007, p. 166.
(17) LÔBO, Paulo. Familias (Direito civil). Saraiva, São Paolo, 2008, p. 10.
34
RÉGIMEN PATRIMONIAL EN EL MATRIMONIO
(18) BELLUSCIO, Cesar Augusto: “Regímenes matrimoniales”. En: Enciclopedia jurídica Omeba. Tomo
XXIV, Driskill, Buenos Aires, 1979, p. 410.
(19) SAMBRIZZI, Eduardo. Tratado de Derecho de familia. 1ª edición, Tomo II, La Ley, Buenos Aires, 2010,
p. 499.
(20) LASARTE, Carlos. Derecho de familia. Principios de Derecho civil. Tomo VI, 9ª edición, Marcial Pons,
Madrid, 2010, p. 150.
(21) SAMBRIZZI, Eduardo. Tratado de Derecho de familia. 1ª edición, Tomo II, La Ley, Buenos Aires, 2010,
p. 501.
(22) LASARTE, Carlos. Derecho de familia. Principios de Derecho civil. Ob. cit., p. 153.
35
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
2.1. Patrimonio
La noción de patrimonio que consideramos más adecuada es la de conjun-
to de bienes muebles e inmuebles susceptibles de valoración económica, de utili-
dad primordial o superflua, sobre los cuales una persona física o los representan-
tes de una persona jurídica tienen la garantía estatal de ejercer todos y cada uno
de los derechos inherentes a la propiedad, sin más limitaciones que las estableci-
das a favor de terceros por la ley, la administración de justicia o la contratación,
sean o no acreedores(23).
3. Origen
El régimen patrimonial en el matrimonio tiene en líneas generales el siguiente
origen:
(23) BRAMONT ARIAS TORRES, Luis Miguel. Manual de Derecho penal. Editorial San Marcos, Lima,
1998, p. 137.
(24) Cas. N° 963-96. El Código Civil a través de la Jurisprudencia Casatoria, Ediciones Legales, Lima, 2002,
p. 151.
(25) PLÁCIDO VILCACHAGUA, Alex. Los regímenes patrimoniales del matrimonio. Gaceta Jurídica, Lima,
2001, p. 239.
(26) EL DERECHO EDITORES. Regímenes económicos matrimoniales, 1ª edición, Grupo El Derecho y
Quantor, Madrid, octubre de 2010, p. 327.
36
RÉGIMEN PATRIMONIAL EN EL MATRIMONIO
(27) OMEBA: Enciclopedia Jurídica. Editorial Dikinson, Buenos Aires, 1978, p. 349.
37
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
38
RÉGIMEN PATRIMONIAL EN EL MATRIMONIO
3.4. Cristianismo
Lefebvre sostuvo que el régimen de bienes se originó gracias a la concepción
cristiana del matrimonio. Se consideró que la mujer germana fuera elevada, reci-
biendo una dote del marido originada en el hecho que el matrimonio se formali-
zaba por compra; dote que luego se hizo simbólica y fue acompañada por la mor-
gengabe, elementos unificados y concentrados en la mujer.
De aquí derivarán los sistemas de comunidad universal y de ganancias. En
la primera, la mujer tenía derecho a una cuota de los bienes del marido; en la se-
gunda, se distinguían los bienes propios de la mujer y ella tenía derecho a la ter-
tia, un tercio de los bienes del marido. La dos o dote se transformó en un simple
derecho de usufructo de la mujer con el fin que la familia del marido no perdie-
se los bienes. Más adelante surge el douaire (viudedad) y luego se extiende a los
conquets (gananciales) bajo condición de supervivencia que van concretando los
regímenes de bienes.
La comunidad debe su nombre y carácter distintivo a la existencia de una
masa común, a un patrimonio común entre los cónyuges. Se distinguen tres masas:
bienes de la comunidad, bienes propios del marido y bienes propios de la mujer.
Esa masa común debe ser administrada, en principio, por el marido y está
constituida por los bienes y las deudas de los cónyuges. Asimismo, está acompa-
ñada con la unidad de responsabilidad. Por último, la masa común, a la disolu-
ción del régimen, se partirá en especie entre los cónyuges o sus herederos, pero
no necesariamente por mitades.
El sistema romano perduró hasta la edad media. Después evolucionó hacia
una forma de comunidad de bienes, en ella los bienes comunes, destinados al sos-
tenimiento de las cargas matrimoniales, pertenecían a ambos cónyuges. A la di-
solución del matrimonio, el patrimonio se distribuía entregando a cada cual no lo
aportado, sino los bienes en la proporción a lo que los cónyuges hubiesen estipu-
lado previamente.
39
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
3.5.2. Colonia
En la Colonia, las relaciones conyugales y paternofiliales se desenvolvieron
en un tipo de familia que, en el caso de la castellana y luego la indiana, fue de di-
mensiones reducidas, pero de fuerte cohesión, integrada –casi exclusivamente–
por los cónyuges y sus descendientes.
40
RÉGIMEN PATRIMONIAL EN EL MATRIMONIO
(28) STONE, Lawrence. Familia, sexo y matrimonio en Inglaterra 1500-1800, Fondo de Cultura Económica,
México, 1989, pp. 20 y 22.
(29) Vide: RÍPODAS ARDANAZ, Daisy. El matrimonio en Indias. Realidad social y regulación jurídica. Fecic,
Buenos Aires, 1977. MARTINI, Mónica Patricia. El indio y los sacramentos. Circunstancias adversas y
malas interpretaciones. Prhisco, CONICET, Lima, 1993.
41
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
42
RÉGIMEN PATRIMONIAL EN EL MATRIMONIO
del patrimonio común, pues al amparo del texto original del artículo 188(30) se propi-
ciaba el abuso del marido; sin embargo, con la modificatoria introducida por la Ley
N° 17838 se dificultó los actos de disposición requiriéndose la intervención de la
mujer cuando se trate de disponer, gravar bienes comunes a título gratuito u oneroso.
4. Concepto
El régimen de bienes del matrimonio se refiere a los efectos patrimoniales
del vínculo matrimonial. La gran mayoría de tales efectos están contemplados
legalmente.
El patrimonio está formado por un conjunto de bienes, derechos y obligacio-
nes, deudas y acreencias que son valorables económicamente y que tienen un ti-
tular. La familia no está exenta de patrimonio, se compone de él, en razón que
tiene una actividad económica, y se comporta como una unidad de producción.
Por régimen patrimonial debemos entender el conjunto de reglas que regulan
la relación patrimonial entre los cónyuges y de estos frente a terceros, es la regu-
lación jurídica que regula el aspecto económico de la familia.
El patrimonio de la familia está constituido por todos los bienes corporales
e incorporales; es decir, todos los derechos y acciones, cargas y obligaciones co-
rrespondientes a la familia. Forman un tipo de sociedad sui géneris en la que, en
similitud a cualquier forma societaria, existe un activo y un pasivo.
El activo lo constituyen los bienes, derechos y acciones, todo aquello capaz
de producir beneficio económico en favor de la familia. El pasivo está constitui-
do por cargas, gravámenes y obligaciones, por todo lo que pueda significar com-
promisos económicos para la familia; sin embargo, existe complejidad respecto
a la pertenencia de los bienes, encontrándose bienes propios del marido, bienes
propios de la mujer y bienes comunes a ambos.
Dice Borda que “estamos en presencia de una materia plástica, que es nece-
sario adaptar a las costumbres y sensibilidades del medio”(31).
En el Perú, los regímenes patrimoniales son la sociedad de gananciales y el
de separación de patrimonios.
5. Denominación
En el Derecho comparado existen varias denominaciones: aspecto económico
en el matrimonio, convenciones matrimoniales, capitulaciones matrimoniales,
(30) Código del 36. Artículo 188.- El marido es el administrador de los bienes comunes, y además de las
facultades que tiene como tal, puede disponer de ellos a título oneroso.
(31) BORDA, Guillermo A.. Tratado de Derecho Civil. Familia. 10ª edición, Tomo I, La Ley, Buenos Aires,
2008, p. 204.
43
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
6. Definición
Existen variadas definiciones sobre el régimen patrimonial del matrimonio.
Se tienen en principio las definiciones generales. Según Gómez(34), es el con-
junto de normas que deben someterse los cónyuges en materia de adquisición,
administración, goce y disposición de sus bienes. Para Cortés(35), es el conjunto
de leyes relativas a la adquisición, usufructo, administración y disposición de bie-
nes durante el matrimonio y las obligaciones pecuniarias de los cónyuges entre sí
y en sus relaciones con terceros. Para Lasarte(36), es el conjunto de reglas que pre-
tenden afrontar, favoreciendo su resolución, los problemas de índole patrimonial
que origine la convivencia o disolución matrimonial. Para Rizzardo(37), represen-
tan un verdadero estatuto del patrimonio de las personas casadas, disciplinan la
propiedad, administración, goce y disponibilidad de los bienes; la responsabilidad
de los cónyuges por sus deudas y las fórmulas para la partición de bienes como
consecuencia de la disolución de la sociedad conyugal.
Se encuentran también las definiciones que centran su atención en la relación
inter conyugal como la de Washington de Barros Monteiro(38) quien sostiene que
es el complejo de normas que disciplinan las relaciones económicas entre marido
y mujer durante el casamiento.
Finalmente están las definiciones que centran su atención en la relación inter
y extra conyugal como las de Aveledo de Luigi quien establece que es el “conjun-
to de normas, adoptadas por los cónyuges o determinadas por la ley, que delimitan
44
RÉGIMEN PATRIMONIAL EN EL MATRIMONIO
los intereses pecuniarios que derivan del matrimonio, ya en las relaciones de los
cónyuges entre sí, ya en las relaciones de estos con terceros”(39). Para Sambrizzi(40)
es el conjunto de normas que rigen las relaciones de carácter patrimonial entre los
esposos y la de estos con terceros. Zannoni(41) es el conjunto de relaciones jurídicas
de orden –o interés– patrimonial que el matrimonio establece entre los cónyuges,
y entre estos y terceros. Méndez Costa(42) es el conjunto de normas jurídicas que
regulan las relaciones patrimoniales de los esposos entre sí y con respecto de ter-
ceros. Según Fueyo Laneri(43), implica un estatuto que rige los intereses pecunia-
rios de los cónyuges entre sí y en sus relaciones con terceros. Para Alessandri(44),
es el estatuto que regla los intereses pecuniarios de los cónyuges entre sí y sus re-
laciones con terceros. Según Suárez, se entiende por régimen de bienes en matri-
monio “el estatuto de carácter normativo que regla las relaciones patrimoniales
que surgen entre los esposos o de estos frente a terceros, con causa o con ocasión
de la celebración del matrimonio(45). Para Ramos(46), es el estatuto jurídico que re-
gla las relaciones pecuniarias de los cónyuges entre sí y respecto de terceros. En
nuestro medio con esta posición Castro Perez Treviño(47).
Entendemos como régimen patrimonial del matrimonio el conjunto de nor-
mas jurídicas que rige las relaciones económicas, que se suscitan en las relacio-
nes interconyugales (entre los cónyuges) y extraconyugales (con terceros) y que
se aplican supletoriamente a las uniones estables. En concreto, es la reglamenta-
ción jurídica de las relaciones patrimoniales derivadas del matrimonio.
7. Características
Dice Fueyo Laneri(48) que en todo régimen patrimonial del matrimonio jue-
gan en forma mancomunada y en equilibrio recíproco cuatro factores que, a nues-
(39) AVELEDO DE LUIGI, Isabel Grisanti. Lecciones de Derecho de familia. Vadell hermanos editores, Ca-
racas, 2002, p. 211.
(40) SAMBRIZZI, Eduardo. Tratado de Derecho de familia. 1ª edición, Tomo II, La Ley, Buenos Aires, 2010,
p. 502.
(41) ZANNONI, Eduardo A. Derecho de Familia. Tomo 1, 3ª edición, Astrea, Buenos Aires, 1998, p. 438.
(42) MÉNDEZ COSTA, María Josefa y DÁNTONIO, Daniel Hugo. Derecho de familia. Tomo II, Rubinzal
Culzoni Editores, Buenos Aires, 2001, p. 54.
(43) FUEYO LANERI, Fernando. Derecho civil. Tomo I, Imprenta y litografía Universo, Valparaíso, s/f, p. 302.
(44) ALESSANDRI RODRÍGUEZ, Arturo. Tratado práctico de la capitulaciones matrimoniales, de la socie-
dad conyugal y de los bienes reservados de la mujer casada. Imprenta Universitaria, Santiago de Chile,
1935, p. 19.
(45) SUÁREZ FRANCO, Roberto. Derecho de familia. 9ª edición, Tomo I, Temis, Bogotá, 2006, p. 234.
(46) RAMOS PAZOS, René. Derecho de familia. Tomo I, 4ª edición actualizada, Ed. Jurídica de Chile, San-
tiago de Chile, 2003, p. 129.
(47) CASTRO PÉREZ TREVIÑO, Olga María: “La legislación peruana a propósito del régimen económico
en las uniones matrimoniales y no matrimoniales”. En: Revista institucional. N° 9, Tomo I, artículos y
ensayos, Academia de la Magistratura, Lima, julio de 2010, nota 180, p. 115.
(48) FUEYO LANERI, Fernando: “Generalidades sobre la economía del matrimonio”. En: La Ley, 1988-C,
p. 994 y ss. Ob. cit. SAMBRIZZI, Eduardo. Tratado de Derecho de familia, 1ª edición, Tomo II, La Ley,
Buenos Aires, 2010, p. 4502.
45
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
tro criterio, son los elementos estructurantes de las características de los regíme-
nes de bienes:
- Unidad o comunidad de intereses.
- La familia como polo de interés.
- La persona individual.
- Legítimo interés de terceros.
El régimen patrimonial del matrimonio contiene las siguientes característi-
cas o disposiciones generales:
Características
Intereses económicos
Libertad y mutabilidad
Régimen legal supletorio
Poder doméstico compartido
Cargas de familia son compartidas
Connatural al matrimonio
Interés familiar
Formalidad
Tratemos cada tema en especial:
(49) RIZZARDO, Arnaldo. Direito de família. 2ª edição, Editora Forense, Río de Janeiro, 2004, p. 617.
(50) BURGES GREZ, Lilián. Regímenes matrimoniales en el Derecho comparado latinoamericano, Universidad
de Chile, 1966, p. 9.
46
RÉGIMEN PATRIMONIAL EN EL MATRIMONIO
(51) ALVES, Leonardo Barreto Moreira. Direito de família mínimo: A possibilidade de aplição e o campo de
incidência da autonomía privada no Direito de família. Lumen, Rio de Janeriro, 2010, p. 182.
(52) LASARTE, Carlos. Derecho de familia. Principios de Derecho civil. Ob. cit., p. 154.
(53) PLÁCIDO VILCACHAHUA, Alex. Manual de Derecho de familia. Primera Edición, Gaceta Jurídica,
Lima, 2001, p. 138.
(54) MONTEIRO, Washington de Barros. Curso de Direito civil. Vol. 1: parte general, 40a edición, Revisada
y actualizada por Regina Beatriz Tavares da Silva, Saraiva, São Paolo, 2010, p. 251, nota 1.
(55) RAMOS PAZOS, René. Derecho de familia. Ob. cit., p. 131.
47
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
Cabrillac dice que “la historia de los regímenes matrimoniales demuestra que
la libertad de convenciones matrimoniales siempre fue más amplia que la liber-
tad contractual ordinaria”(56). Se consagra así la privatización de la familia donde
participa la voluntad de la pareja para escoger o cambiar. Viene de la mano con el
principio de inderogabilidad de las convenciones matrimoniales, estas varían solo
por voluntad, por sentencia o por ley. Los contrayentes tienen la facultad de ele-
gir su régimen patrimonial matrimonial que regirá su vida conyugal así como, ya
casados, cambiar el régimen existente tantas y cuantas veces lo consideren con-
veniente, sin proceso judicial, como parte de las vivencias. Sin embargo, lo cierto
es que la generalidad de matrimonios “no se dedica a juguetar con semejante ma-
teria (...), ni a entretenerse con semejante posibilidad de cambio de régimen eco-
nómico del matrimonio como si se tratase de cambiar de vestuario” (57), conside-
ramos que esto sería un típico abuso del derecho.
Más que la libertad en escoger entre uno y otro régimen debería existir una li-
bertad para determinar el contenido del régimen patrimonial; no obstante, a decir
de Sambrizzi(58), aun en los países que admiten una cierta libertad en lo referido a
la opción o modificación de los regímenes patrimoniales existen reglas de carác-
ter imperativo e inmodificables por voluntad de los cónyuges, denominadas bá-
sicas, que están orientadas al amparo de la familia y de los terceros, tomando es-
pecial cuidado de regular las cargas y los gastos necesarios para el mantenimien-
to de la familia, la responsabilidad de los esposos frente a terceros por las deudas
contraídas, la protección de la vivienda y sus muebles.
Antes, al igual que el matrimonio, el régimen de bienes era inmutable, inal-
terable y perpetúo. En el Derecho brasilero, con el Código de 1916, el régimen
era inmutable, se sustentaba en tres argumentos (i) el contrato de casamiento era
concebido como un pacto de familia que no permitía su modificación por voluntad
de los cónyuges, (ii) la inmutabilidad protegía al cónyuge contra las presiones del
otro, y; (iii) el tercero podría ser lesionado por la modificación del régimen(59). A la
fecha sucede Cuba y en algunos países solo es variable estando de medio autori-
zación judicial (Argentina, Brasil).
(56) CABRILLAC, Rémy. Les régimes matrimoniaux. Paris, Montchrestein, 2002, p. 89. Cit. LÔBO, Paulo:
Familias (Direito civil), Saraiva, São Paulo, 2008, p. 293.
(57) LASARTE, Carlos. Derecho de familia. Principios de Derecho civil. Ob. cit., p. 166.
(58) SAMBRIZZI, Eduardo. Tratado de Derecho de familia. Ob. cit., p. 501.
(59) LÔBO, Paulo: Familias (Direito civil). Ob. cit., p. 295.
48
RÉGIMEN PATRIMONIAL EN EL MATRIMONIO
49
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
(61) Se dice que el Código Soviético de familia de 1918 prohibió los regímenes de bienes en el matrimonio,
es decir los matrimonios no se regían por ningún tipo de regla en lo referente a las relaciones económi-
cas. En esta tendencia, escogida por el sistema de economía socialista, si bien los cónyuges tienen sus
propios patrimonios totalmente separados y sin cargas matrimoniales, se quiera o no contiene un régi-
men de bienes al existir un mínimo de referencia legal al respecto (Cfr. PEREIRA, Caio Mário da Silva.
Instituições de direito civil. Vol. V, 14ª edição. Forense, Rio de Janeiro, 2004, p. 187). El Código Sovié-
tico de familia de 1926 lo restableció.
(62) DIAS, Maria Berenice. Manual de Direito das Famílias. 4 ed. rev., atual. e ampl. Editora Revista dos Tri-
bunais, São Paulo, 2007, p. 201.
(63) LÔBO, Paulo: Familias (Direito civil). Ob. cit., p. 294.
(64) BELLUSCIO, César Augusto: “Regímenes matrimoniales”. Ob. cit., p. 410.
(65) Ídem.
(66) SAMBRIZZI, Eduardo. Tratado de Derecho de familia. Ob. cit., p. 499.
50
RÉGIMEN PATRIMONIAL EN EL MATRIMONIO
7.8. Formalidad
Existe excesiva formalidad para variar el régimen patrimonial (artículo 296),
escritura pública e inscripción.
(67) Cit. RAMOS PAZOS, René. Derecho de familia. Ob. cit., p. 130.
(68) AVELEDO DE LUIGI, Isabel Grisanti. Lecciones de Derecho de familia. Ob. cit., p. 211.
(69) ZANNONI, Eduardo A. Derecho de Familia. Ob. cit., p. 438.
(70) VENOSA, Sílvio de Salvo. Direito civil. Ob. cit., p. 166.
51
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
8. Naturaleza jurídica
Sobre este tema poco o nada se ha escrito en nuestro medio. No podemos de-
cir que existen diversas tesis acerca de la naturaleza jurídica del régimen patrimo-
nial del matrimonio. Uno que otro autor ha mostrado su preocupación y es la acu-
ciosidad de cada cual que han llevado a considerarse tres teorías claramente defi-
nidas: Institución, Acto jurídico y Contrato.
Lasarte(71) considera que es un contrato, Aveledo de Luigi(72) que se trata de
una institución, mientras que para Valverde(73), entre nosotros, es un acto jurídico.
Esta última posición es la que compartimos aclarando que el régimen de bienes
se trata de un acto jurídico familiar de contenido económico.
En razón de su estructura y composición vale la pena presentar la naturale-
za jurídica del origen del régimen de bienes, así como de sus consecuencias. Una
aproximación es tener claras las respuestas a cada una de las siguientes preguntas:
¿Qué es el matrimonio? Una institución. ¿Qué es el régimen de bienes? Un acto
jurídico. ¿Qué es la sociedad de gananciales y la separación de bienes? Un patri-
monio autónomo y ¿cuáles son los bienes? Propios o sociales.
El detalle en el siguiente cuadro.
Estructura de los regímenes matrimoniales
Matrimonio Regímenes económicos del matrimonio
Sociedad de gananciales
Propios
Bienes
Régimen de bienes Patrimonio autónomo
Sociales
Institución
Separación de bienes
9. Objeto y objetivo
Considera Lasarte “que el objeto de la capitulaciones matrimoniales radi-
ca, de forma directa y precisa, en instrumentar las estipulaciones conyugales re-
ferentes al régimen económico del matrimonio, pero que, de forma complemen-
taria pueden referirse también a cualesquiera otras disposiciones por razón del
(71) LASARTE, Carlos. Derecho de familia. Principios de Derecho Civil. Ob. cit., p. 162.
(72) AVELEDO DE LUIGI, Isabel Grisanti. Lecciones de Derecho de familia. Ob. cit., p. 212.
(73) VALVERDE, Emilio. El Derecho de familia en el Código Civil peruano. Imprenta del Ministerio de Guerra,
Lima, 1942, p. 441.
52
RÉGIMEN PATRIMONIAL EN EL MATRIMONIO
matrimonio (por ejemplo, el regalo o donación propter nuptias que los suegros
realizan en favor del cónyuge de su hijo o hija)”(74).
La convivencia que el matrimonio supone crea cargas y obligaciones recípro-
cas y otras comunes, y crea también intereses comunes(75).
Los regímenes patrimoniales del matrimonio determinan la naturaleza, cali-
dad y destino, propiedad y administración de los bienes que existen dentro de una
relación conyugal. Tratar de modo separado los efectos personales y patrimonia-
les permite una visión en conjunto respecto de las posiciones personales y econó-
micas de los cónyuges en la sociedad conyugal(76).
El matrimonio se compone de una diversidad de bienes presentes y futuros,
así como de relaciones que merecen un trato ad hoc. Los bienes de los cónyuges
no pueden recibir el mismo tratamiento que los demás bienes, la naturaleza y des-
tino de los conyugales es distinto a la de los demás, pues con ellos se persigue,
ante todo, el bienestar familiar(77). Tiene tal trascendencia la determinación de cada
bien, dado que responderán ante terceros por las deudas contraídas por los cónyu-
ges en interés de la familia.
En definitiva el origen, titularidad y destino del patrimonio conyugal es el
principal objetivo del régimen de bienes.
(74) LASARTE, Carlos. Derecho de familia. Principios de Derecho civil. Ob. cit., p. 162.
(75) ROSSEL SAAAVEDRA, Enrique. Manual de Derecho de familia. 5ª edición actualizada, Ed. Jurídica
de Chile, Santiago de Chile, 1986, p. 134.
(76) BITTAR, Carlos Alberto. Direito de família. 2ª edición, Forense Universitaria, Río de Janeiro, 2006,
p. 116.
(77) SUÁREZ FRANCO, Roberto. Derecho de familia. Ob. cit., p. 234.
(78) Ídem.
53
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
11. Elementos
Entendemos por elementos todos aquellos que permiten su realización, comen-
zando por las personas y terminando con los objetos que la componen.
11.1. Sujetos
Representa la individualidad, al ser, a las personas que integran la sociedad
familiar.
11.1.1. Directos
Los cónyuges.
Son los que se benefician de primera mano de los derechos y facultades que
surgen en el régimen patrimonial correspondiente, y los llamados a cumplir con
los deberes y las obligaciones que tales regímenes suponen.
11.1.2. Indirectos
11.1.2.1. Descendientes
Los hijos, para su subsistencia y desarrollo, requieren del cuidado de los pa-
dres. Si estos mantienen una relación familiar, como cónyuges o convivientes, son
sus bienes de familia aquellos que permitirán brindar el sustento.
(79) PLÁCIDO VILCACHAGUA, Alex. Manual de Derecho de familia. 2a edición, Gaceta Jurídica, Lima,
octubre de 2002, p. 133.
54
RÉGIMEN PATRIMONIAL EN EL MATRIMONIO
11.1.2.2. Terceros
Tienen relación indirecta con el régimen de bienes al verse afectados sus
intereses por las alteraciones o cambios que en él se produzcan.
11.2. Objeto
Son los bienes en general, presentes y futuros. Está conformado por bienes
(activo) y deudas (pasivo). Representan la patrimonialidad. Refiriéndonos al ar-
tículo 299 del Código Civil que establece que el régimen patrimonial comprende
tanto los bienes que los cónyuges tenían antes de entrar al matrimonio en vigor,
así como los adquiridos por cualquier título durante su vigencia. Este artículo se
está refiriendo al régimen económico familiar en general, por ello no existe con-
tradicción alguna con el artículo 302 inciso 1, ya que el mismo se refiere al régi-
men de sociedad de gananciales en un aspecto específico.
Por regla general, en la sociedad de gananciales hay bienes propios y socia-
les. Coexisten tres patrimonios (trilogía patrimonial): el patrimonio propio del ma-
rido, el patrimonio propio de la mujer: integrado ambos por bienes y deudas pro-
pias y, el patrimonio social (autónomo): integrado por bienes y deudas sociales.
En la separación de bienes, solo propios. Sin embargo, e independientemente del
menaje ordinario del hogar, dada la complejidad de las relaciones personales, pa-
trimoniales y la propia duración del matrimonio, van surgiendo o constituyéndo-
se otro tipo de bienes en ambos regímenes; por ejemplo, en copropiedad y otros
de orden especial como el patrimonio familiar, el derecho real de habitación y los
patrimonios fideicometidos.
- Bienes propios.- Son aquellos que individualmente pertenecen a uno de los
cónyuges. Dentro de estos tipos de bienes tenemos a los muebles de uso per-
sonal cuyo destino económico es satisfacer las necesidades de sus propieta-
rios como son los libros, el dinero, vestimentas, herramientas de trabajo pro-
fesional, armas, entre algunos de ellos.
- Bienes sociales.- Llamados bienes comunes, marital property o aquestos
(Brasil). Pertenecen a la sociedad conyugal como consecuencia de la comu-
nidad derivada del matrimonio. Tenemos los originarios y los derivados. Los
primeros son los que por su naturaleza son sociales y los segundos, aquellos
que provienen de los bienes propios, como son las rentas y frutos que los bie-
nes propios produzcan.
- Bienes en copropiedad.- Entre los cónyuges, sin tener en consideración el ré-
gimen que asuman, pueden existir bienes en copropiedad en los siguientes
casos: bien donado a los cónyuges; bien adquirido con dinero propio de cada
cónyuge o realizada la liquidación de la sociedad de gananciales y feneci-
da esta, en caso existieran bienes no declarados y por tanto no adjudicados,
55
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
(80) ALCA ROBLES, Wuilber Jorge. “Sistema de transferencia de bienes sociales por uno de los cónyuges en
el actual registro de predios”. En: Actualidad Jurídica, Tomo 209, abril de 2011, Gaceta Jurídica, Lima,
p. 53.
(81) Diccionario de la Real Academia de la Lengua.
(82) ARIAS SCHREIBER PEZET, Max. “Inventario valorizado de los bienes de la sociedad”. En: Código
civil comentado. Tomo II. Derecho de familia. Parte Primera, 2ª edición, Gaceta Jurídica, Lima, junio
2007, p. 320 y en: Exégesis del Código civil peruano de 1984. Tomo VII. Derecho de Familia, Gaceta
Jurídica, Lima, agosto 2007, p. 244.
56
RÉGIMEN PATRIMONIAL EN EL MATRIMONIO
De la mujer
Participación Del marido
2
De la mujer
3 Bienes en copropiedad
1 Antes; 2 En; 3 Después
12.1. Personal
Regula intereses económicos de los consortes entre sí y de estos con terceros
relacionados con el patrimonio conyugal. Las relaciones extrañas o concomitan-
tes no forman parte del régimen matrimonial(85).
- Entre cónyuges, intra conyugal, satisfacer requerimientos esenciales de la fa-
milia, consagrándose una seguridad jurídica bipartita.
(83) MÉNDEZ COSTA, María Josefa y D´ANTONIO, Daniel Hugo. Derecho de familia. Tomo II, Rubinzal
Culzoni Editores, Buenos Aires, 2001, p. 129.
(84) DIAS, Maria Berenice. Manual de Direito das Famílias. Ob. cit., pp. 204 y 205.
(85) RAMOS PAZOS, René. Derecho de familia. Ob. cit., p. 130.
57
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
(86) LASARTE, Carlos. Derecho de familia. Principios de Derecho civil. Ob. cit., pp. 162 y 163.
58
RÉGIMEN PATRIMONIAL EN EL MATRIMONIO
13.1.1.1. Denominación
Pacto antenupcial o prenupcial, convenciones matrimoniales, llamados con-
trato de matrimonio, convenciones prenupciales, capitulaciones matrimoniales,
carta de nupcias, pacto o convención antenupcial, convención prematrimonial.
13.1.1.2. Definición
Para Méndez Costa los pactos antenupciales “son acuerdos entre los futuros
esposos con el objeto-fin de determinar el régimen patrimonial a que se resuel-
ven someterse durante el matrimonio o de reglar algún aspecto de sus relaciones
patrimoniales futuras. No son convenios o contratos entre cónyuges, sino entre
contrayentes”(87). Consideramos que se trata de un acto jurídico familiar a través
del cual los esposos, futuros contrayentes o capitulantes definen el régimen de bie-
nes que regirá el patrimonio conyugal.
13.1.1.3. Formalidades
- Otorgar Escritura Pública, tomando en cuenta que el artículo 295 del Código
exige el acuerdo de separación de patrimonios adoptado antes del momento
de la celebración del matrimonio conste en escritura pública, lo que consti-
tuye una formalidad ad solemnitatem, su inobservancia es sancionada con la
nulidad del acto jurídico de conformidad con el artículo 219 del Código(88),
además así lo expresa el segundo párrafo del artículo 295.
- Inscribirlo en el Registro Personal(89).
13.1.1.4. Características
Entre las características más saltantes tenemos:
(87) MÉNDEZ COSTA, María Josefa y D´ANTONIO, Daniel Hugo. Derecho de familia. Ob. cit., p. 67.
(88) Cas. N° 1345-98-Lima.
(89) “La inscripción en el Registro de los actos que afectan el régimen patrimonial en el matrimonio es im-
prescindible para su vigencia, así sucede cuando se opta por la separación de patrimonios o por la sus-
titución de dicho régimen”. TORRES VÁSQUEZ, Aníbal. Diccionario Jurisprudencial Civil. Grijley,
Lima, 2008, p. 645.
59
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
- Ex ante matimonuim.
Precede al matrimonio, es anterior al matrimonio (CC Brasil, Art. 1.653. É nulo
o pacto antenupcial se não for feito por escritura pública, e ineficaz se não lhe se-
guir o casamento). Rizzardo(90) considera que no hay un plazo previsto en la ley
entre la celebración del pacto y el matrimonio.
- Celebración.
Depende de la celebración del matrimonio. Sin casamiento el pacto es inefi-
caz. La eficacia del régimen patrimonial queda subordinada a la celebración del
matrimonio. Se está frente a una condición suspensiva que no es contemplada por
voluntad de las partes, sino que está establecida en la ley, si nuptia sequantur(91).
Propiamente, es una condición suspensiva legal con una determinación de tiem-
po y que surte efecto tan solo desde la celebración del matrimonio.
- Capacidad.
Intervinientes capaces, se requiere capacidad especial para casarse y para ce-
lebrar actos jurídicos. Es decir, capacidad para casarse y capacidad para capitular
(habilis ad nuptias habilis ad pacta nuptialia). Si bien el matrimonio otorga ca-
pacidad, el pacto antenupcial celebrado por menor de edad requiere de la inter-
vención del representante del menor.
- Sirve para elegir el régimen de separación de patrimonios.
Es innecesario pactar la comunidad de bienes. Si, por error se hace contar en
el Registro un régimen no escogido, por ejemplo el de separación, sin existir pac-
to, como dice Lôbo(92), sin pacto antenupcial el régimen que debe constar en el re-
gistro es el legal configurando un mero error la referencia de otro régimen, lo que
debe ser corregido por mandato judicial.
- Solemne y formal.
Requiere Escritura Pública siendo esta una condición esencial propia del
acto, forma dat esse rei(93) y determina su carácter constitutivo ad validitatem, ad
solemnitatem.
- Es un acto inscribible.
Procediéndose a inscribir luego de celebrado el matrimonio en el Registro
Personal y en el Registro Predial, no antes, pues no se ha configurado sus efectos(94).
60
RÉGIMEN PATRIMONIAL EN EL MATRIMONIO
- Personal.
Deben intervenir los propios nubentes de forma personal o a través de apo-
derado con poderes especiales, expresos y taxativos conforme al artículo 156 . En
el caso del menor de edad, al no tener capacidad, no podrá celebrar un pacto an-
tenupcial. Sin embargo, ad maioris ad minus, si puede casarse puede pactar su
futuro régimen matrimonio, a mayor abundamiento si es matrimonio que si le es
permitido celebrar será consecuencia de su decisión del régimen que quiere apli-
car, conforme lo manda el artículo 1329 del Código español.
Lo que sí es cierto es que, ni padres ni tutores, pueden pactar en nombre de
los nubentes.
- Su contenido solo acepta regular relaciones económicas.
No pueden ser su objeto regular relaciones conyugales, paterno filiales o fa-
miliares. Está permitido indicar el tipo de régimen, los bienes que se aportan y
los que quedan como propios. Prohibido está el pacto de no procreación, dispen-
sa del deber de fidelidad, de no cohabitación o la renuncia al derecho al divorcio,
renuncia anticipada a la herencia, renuncia a los alimentos.
- Queda sin efecto por invalidez del matrimonio.
Uno o ambos pretendientes se casan con otra(s) persona o se rompe el noviazgo.
- No tiene un plazo de validez.
Puedo suscribirlo y casarme hoy mismo o mañana, en 10, 20, 30 o más años.
- Puede estar sujeto a un plazo o condición.
De esta forma puedo optar por un régimen que se aplicará por el transcurso
de los 5 años siguientes vencido el cual se aplicará otro. Asimismo, puedo cele-
brar un pacto antenupcial o nupcial en el que se acuerde que en caso un cónyuge
sea declarado incapaz se cambie de régimen de gananciales por el de separación
(condición suspensiva) u, opto por la separación de bienes pero en caso tener hi-
jos se sustituirá de forma inmediata por gananciales (resolutoria).
En la medida que no existe restricción alguna, el régimen patrimonial po-
dría, eventualmente, estar sujetos a un plazo o condición pero siempre estableci-
dos en favor del interés familiar. Desde ese punto de vista, en estos supuestos no
todo plazos y/o condición debería tener validez sino solo en aquellos casos en los
que sea favorable y acorde con el interés familiar. Podrían ser como actos jurídi-
cos sujetos a plazo o modalidad restringida.
sustitución de dicho régimen” (Exp. N° 134-95, Piura, LEDESMA NARVÁEZ, Marianella. Ejecutorias
supremas civiles 1993-1996. Legrima, Lima, 1997, p. 177).
61
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
13.1.1.5. Efectos
Para que surta efectos entre los cónyuges basta que se otorgue la Escritura
Pública y para que surta efectos frente a terceros deberá inscribirse en el Registro
Personal.
13.1.2.1. Formalidades
Si los cónyuges optan por sustituir el régimen deberán:
- Liquidar el existente;
- Otorgar Escritura Pública, tomando en cuenta que la sustitución de un régi-
men patrimonial por otro durante la vigencia del matrimonio debe constar en
Escritura Pública, lo que constituye un requisito para su validez que es la cua-
lidad necesaria de un acto jurídico para que surta efectos legales; su inobser-
vancia no es sancionada con nulidad. Siguiendo la regla contenida en el ar-
tículo 144 del Código se concluye que se trata de una forma ad probationem
y, en consecuencia, las partes pueden compelerse recíprocamente a llenarla(95).
- Inscribirlo en el Registro Personal.
13.1.2.2. Efectos
Para que surta efectos entre los cónyuges se requiere el otorgamiento de
Escritura Pública y, frente a terceros, la inscripción en el Registro Personal(96).
62
RÉGIMEN PATRIMONIAL EN EL MATRIMONIO
13.1.2.3. Incongruencia
Se advierte una incongruencia entre los artículos 296 y 319 del Código Civil:
Artículo 296.- Artículo 319.- Fin de la sociedad de gananciales
Durante el matrimonio, los cónyuges Para las relaciones entre los cónyuges se considera que
pueden sustituir un régimen por el otro. el fenecimiento de la sociedad de gananciales se pro-
Para la validez del convenio son necesa- duce en la fecha de la muerte o de la declaración de
rios el otorgamiento de escritura pública muerte presunta o de ausencia; en la de notificación
y la inscripción en el registro personal. con la demanda de invalidez del matrimonio, de divor-
El nuevo régimen tiene vigencia desde cio, de separación de cuerpos o de separación judicial
la fecha de su inscripción. de bienes; y en la fecha de la escritura pública, cuando
la separación de bienes se establece de común acuerdo.
En los casos previstos en los inciso 5 y 12 del artículo
333, la sociedad de gananciales fenece desde el mo-
mento en que se produce la separación de hecho.
Respecto a terceros, el régimen de sociedad de ganan-
ciales se considera fenecido en la fecha de la inscrip-
ción correspondiente en el registro personal.
Para el artículo 296 el nuevo régimen tiene vigencia para los cónyuges y ter-
ceros desde la fecha de su inscripción (carácter constitutivo). El artículo 319 ma-
nifiesta que para las relaciones entre los cónyuges el fenecimiento de la sociedad
de gananciales se produce en la fecha de la Escritura Pública de sustitución volun-
taria, cuando la separación de bienes se establece de común acuerdo (carácter de-
clarativo), siendo la inscripción solo aplicable para terceros (carácter constitutivo).
Debe considerarse que el artículo 296 como una norma finalista y el 319 como
un norma especial que detalla los efectos para cada caso en concreto, para sí y en
relación a cada una de las partes implicadas, detallista esta última si queremos asi-
milarlo. Castro Pérez Treviño(97) considera que cuando se trate de variar el régimen
de separación por el de gananciales este último regirá entre los cónyuges desde
la inscripción (art. 296), si es a la inversa, variar los gananciales por el de separa-
ción este regirá entre los cónyuges desde la fecha de la escritura pública (art. 319).
14. Principios
Las normas generales de los regímenes patrimoniales están amparadas en el
Código civil (arts. 295 a 300) y se encargan de disciplinar imperativamente la or-
ganización económica de la familia(98) y el funcionamiento de la vida en el hogar,
aplicándose de idéntica manera a todos los casados, cualquiera que sea el régimen
de dicho régimen” Exp. N° 134-95, Lima. Vid. TORRES VÁSQUEZ, Aníbal. Diccionario Jurispruden-
cial Civil. Ob. cit., p. 645.
(97) CASTRO PÉREZ TREVIÑO, Olga María: “La legislación peruana a propósito del régimen económico
en las uniones matrimoniales y no matrimoniales”. Ob. cit., pp. 113 y 114.
(98) Cas. N° 3109-98, Lima.
63
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
Estos principios van de la mano con las características que inspiran los regí-
menes matrimoniales. Desarrollemos:
(99) LÔBO, Paulo. Familias (Direito civil). Ob. cit., p. 294. Cit. OLIVEIRA, José Lamartine Corrêa de;
MUNIZ, Francisco José Ferreira. Direito de família, p. 340.
(100) LÔBO, Paulo. Familias (Direito civil). Ob. cit., pp. 293 y 294.
(101) DIAS, Maria Berenice. Manual de Direito das Famílias. Ob. cit., p. 200.
64
RÉGIMEN PATRIMONIAL EN EL MATRIMONIO
(102) “El domicilio conyugal se constituye de común acuerdo ante el marido y mujer, mediante la objetiva re-
sidencia habitual en un determinado lugar. si las partes en litigio han señalado su domicilio en el predio
de uno de sus padres, el mismo debe reputarse como su domicilio conyugal, ya que no hay prohibición
legal para que bajo un mismo techo habiten más de una familia y fijen en el mismo su domicilio conyu-
gal” (Cas. N° 2862-99, Cajamarca; El Peruano 04/07/2000, p. 5526).
(103) “Cogobierno. Gobierno, del latin gubernus, es una antigua palabra de la lengua castellana, pues se docu-
menta en ella desde el siglo XIV. Co-, prefijo equivalente de la preposición con, es muy productivo en
español; ejemplos: coacción, coetáneo, colaborar, etc. Del sustantivo cogobierno se deriva el verbo co-
gobernar. Sorprende que ni cogobierno ni cogobernar se incluyan en la última edición (2001) del DRAE
a pesar de ser términos cultos y generales en el ámbito político de casi todo el continente americano”.
Vide HILDEBRANT, Martha. 1000 palabras y frases peruanas, 1ª edic., 1ª reimpresión, Espasa, Lima,
2011, p. 91.
65
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
(104) Claro ejemplo de la influencia de la costumbre en el régimen de bienes es Australia y Nueva Zelanda. Cfr.
J. Neville Turner: “Family and Succession Law” (Australia). En: International Encyclopaedia of Law.
Kluwer Law International, The Hague, The Netherlands, January, 1997, p. 161.
66
RÉGIMEN PATRIMONIAL EN EL MATRIMONIO
(105) PERALTA ANDÍA, Javier Rolando. Derecho de Familia en el Código Civil. Idemsa, Lima, 2008, p. 205.
67
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
(106) MONTEIRO, Washington de Barros. Curso de Direito civil. Ob. cit., p. 262.
(107) The dominant philosophy of the common law was that husband and wife are one person in law (J. Neville
Turner: “Family and Succession Law”. Ob. cit., p. 161.
(108) LASARTE, Carlos. Derecho de familia. Principios de Derecho civil. Ob. cit., p. 152.
68
RÉGIMEN PATRIMONIAL EN EL MATRIMONIO
69
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
(109) “En defecto de Escritura Pública mediante la cual conste que lo cónyuges han optado por régimen de se-
paración de bienes, debe presumirse que estos han optado por la sociedad de gananciales, derivándose de
ella una partida de derechos frente a los bienes adquiridos bajo su vigencia” Cas. N° 158-2000, San Mar-
tín, El Peruano, 30/10/2000, p. 6369.
(110) AVELEDO DE LUIGI, Isabel Grisanti. Lecciones de Derecho de familia. Ob. cit., p. 217.
70
RÉGIMEN PATRIMONIAL EN EL MATRIMONIO
(111) EL DERECHO EDITORES: Regímenes económicos matrimoniales. 1ª edición, Madrid, Grupo El Dere-
cho y Quantor, octubre 2010, p. 313.
(112) LASARTE, Carlos. Derecho de familia. Principios de Derecho civil. Ob. cit., p. 150.
71
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
72
RÉGIMEN PATRIMONIAL EN EL MATRIMONIO
Régimen supletorio
Primer grado Segundo grado
Alemania Participación Separación
España Gananciales Separación
(113) Artículo 33, L. 15/1967, de 8 de abril, sobre compilación del Derecho civil de Aragón y art. 19 de la Ley
2/2003, del 12 de febrero, de régimen económico matrimonial y viudedad. (Vigente hasta el 23 de abril
de 2011) hoy derogada.
73
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
- Hermandad llana o carta de mitad (siglo XIV), a través de la cual los cón-
yuges hacen comunes entre sí todos sus bienes, no solo en la comunidad le-
gal, presentándose como un régimen de comunidad universal(114).
- Agermanamiento o casamiento al más viviente o pacto al más viviente,
es aquella capitulación matrimonial que concede al cónyuge supérstite la pro-
piedad de todos los bienes del matrimonio. Algunas leyes limitan los efectos
de esta modalidad interpretándola con arreglo a la tradición. Por ejemplo, no
surtirá efecto cuando el premuerto dejó hijos de matrimonio anterior. De exis-
tir hijos comunes a la disolución del matrimonio, el pacto equivale a la con-
cesión de viudez universal y de la facultad de distribuir la herencia. No ha-
biendo hijos, el sobreviviente heredará todos los bienes del premuerto(115).
- Casamiento en casa, institución jurídica aragonesa de fuente capitular y ré-
gimen consuetudinario tendente a la cohesión y perpetuación de la casa. Puede
ser descrita como el pacto en cuya virtud se faculta al forastero que casa con
el heredero de la casa para que, en caso de enviudar, contraiga nuevas nup-
cias sin perder por ello el usufructo de viudedad que le corresponde sobre el
patrimonio del premuerto (la casa, precisamente) y que se comunique dicho
usufructo al nuevo cónyuge, si le sobrevive, siempre que las nuevas nupcias
sean consideradas convenientes a la casa y familia por las personas designa-
das al efecto, normalmente los instituyentes (señores mayores) o la junta de
parientes(116).
- Acogimiento o casamiento a sobre bienes, cuando un matrimonio sin hi-
jos –o con hijos cuya deficiencia para llevar la casa quieran suplir– adopta en
ella a un pariente o extraño que va a constituir familia (entonces se llama ca-
samiento a sobre bienes) o a la familia ya constituida; las condiciones suelen
especificarse en las capitulaciones. Este pacto no puede perjudicar los dere-
chos constituidos sobre bienes de la casa(117).
- Consorcio universal o juntar dos casas, generalmente cuando casa un here-
dero con una heredera (formando, así, el consorcio tres matrimonios), o cuan-
do se casan dos viudos, entre estos y los hijos de los respectivos matrimonios,
a quienes se instituye herederos. Puede ser también tácito: se induce del he-
cho de asociar dos o más matrimonios sobre la base de la casa y del patrimo-
nio de uno de ellos, aportando todos sus bienes con el objeto de administrar-
los y explotarlos en común(118).
74
RÉGIMEN PATRIMONIAL EN EL MATRIMONIO
(119) Ídem.
75
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
(120) SOJO BIANCO, Raúl. Apuntes de Derecho de Familia y Sucesiones. 14ª edición, Editora Mobil Libros,
Caracas, 2001, p. 185.
76
RÉGIMEN PATRIMONIAL EN EL MATRIMONIO
Régimen de
comunión Brasil
parcial
Cataluña
Colombia*******
Costa Rica
Nicaragua
Capitulación
Panamá
matrimonial
Portugal*******
Puerto Rico*******
Uruguay*******
Venezuela*******
77
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
78
RÉGIMEN PATRIMONIAL EN EL MATRIMONIO
79
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
(124) CASTILLO FREYRE, Mario y VÁSQUEZ KUNZE, Ricardo. Analizando el análisis. Autopsia del Aná-
lisis Económico del Derecho. 1ª edición, Fondo Editorial de la PUCP, Lima, 2004, p. 133.
80
RÉGIMEN PATRIMONIAL EN EL MATRIMONIO
del otro, el fraude a los bancos con garantías ajenas y, por tanto, el costo de los
créditos que tanto preocupan al Análisis Económico del Derecho” (125).
Hay que sincerar las relaciones económicas entre los cónyuges y el régimen
de bienes en el matrimonio. Presentarle a la ley la realidad de las cosas, lo que su-
cede en la práctica y cómo debe adaptarse a los hechos sociales. Además de todo,
dos regímenes, comunidad y separación, en nuestros días no son suficientes para
permitir la oxigenación patrimonial de los cónyuges. No se pide libertad, se soli-
cita modernidad en la economía y patrimonio del hombre y la mujer.
(125) Ídem.
(126) LASARTE, Carlos. Derecho de Familia. Principios de Derecho Civil. Tomo VI, 9ª edición, Marcial Pons,
Madrid, 2010, p. 163.
81
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
18.2. Extinción
También conocida como disolución o fenecimiento. Es la pérdida de vigen-
cia del régimen económico del matrimonio. Se extingue de pleno derecho por
(127) “La facultad de administración de los bienes sociales corresponde a ambos cónyuges, pudiendo uno de
ellos asumir la administración exclusiva cuando se encuentre facultado por el otro para dicha finalidad, y
solo recién, si dentro de la facultad de administración que se le ha concedido, efectuara actos que importen
una disminución patrimonial o un perjuicio para el cónyuge al que representa, se fijara la causal de abuso
de facultades.” Cas. N° 2148-2001-Cajamarca; El Peruano, 02/02/2002.
(128) BARROS, Enrique. “Por un nuevo régimen de bienes en el matrimonio”. En: Revista de estudios políti-
cos. N° 43, 1991, pp. 139 - 166. Cit. RAMOS PAZOS, René. Derecho de Familia. Tomo I, 4ª edición ac-
tualizada, Ed. Jurídica de Chile, Santiago de Chile, 2003, p. 132.
(129) MONTEIRO, Washington de Barros. Curso de Direito Civil. Vol. 1: parte general, 40a edición, Revisada
y actualizada por Regina Beatriz Tavares da Silva, São Paolo, Saraiva, 2010, p. 252.
82
RÉGIMEN PATRIMONIAL EN EL MATRIMONIO
divorcio (art. 348), muerte presunta (art. 64), muerte (art. 61) o invalidez del ma-
trimonio (art. 281).
19. Liquidación
19.1. Concepto y definición
Liquidación es la acción y efecto de liquidar, saldar, acabar, terminar, dar por
concluido. Según el Diccionario de la Real Academia Española liquidar significa
hacer el ajuste formal de una cuenta, poner término a algo o a un estado de cosas.
Al terminar un régimen de bienes debe liquidarse, sea que se acabe el ma-
trimonio o que se opte por un nuevo régimen existiendo matrimonio aún. La li-
quidación es el conjunto de actos que tienen como finalidad establecer el desti-
no del patrimonio de los cónyuges al finalizar un régimen de bienes. A decir de
Avendaño: “La liquidación es un proceso consistente en pagar las deudas sociales
y entregar a cada cónyuge sus bienes propios. El remanente es lo que se denomi-
na gananciales, sobre los cuales –ahora sí–, hay copropiedad entre ambos cónyu-
ges o sus respectivos herederos. Los gananciales son los bienes singulares, exis-
tentes al término de la liquidación de la comunidad y una vez que los pasivos so-
ciales ya no existen. Evidentemente, esa copropiedad termina con la partición a
que alude el segundo párrafo del artículo 323”(130).
19.2. Aplicabilidad
Consagra la norma que es requisito fundamental al terminar la vigencia de
un régimen patrimonial la liquidación previa, sea por cambio de régimen o extin-
ción del casamiento, lo que se conoce, en términos generales, como la rendición
de cuentas (art. 298).
Se liquida tanto la comunidad como la separación, en razón que “la nor-
ma deja abierto lo relativo a la liquidación del régimen patrimonial para ambos
regímenes”(131). Liquidación, como acto jurídico familiar, es tanto para sociedad de
gananciales como para la separación de bienes aunque en la praxis solo sea nece-
saria para la primera, no así –necesariamente– para la segunda. En estricto senti-
do jurídico, un régimen de separación debe ser liquidado en aquellos casos en los
que quiera sustituirse por el de comunidad, pues, a pesar que no se vaya a dar una
partición y adjudicación de bienes, se precisa saber qué bienes se tienen como pro-
pios para su identificación en el futuro régimen de comunidad. Entonces, la liqui-
dación en la separación de bienes será necesaria cuando vaya a sustituirse, no así
(130) AVENDAÑO VALDEZ, Jorge: “Los bienes en el matrimonio”. Ob. cit., p. 255.
(131) JIMÉNEZ VARGAS-MACHUCA, Roxana. “Liquidación del régimen patrimonial”. En: Código Civil
comentado. Tomo II, Derecho de Familia, Parte Primera, 2ª edic., Gaceta Jurídica, Lima, mayo, 2003,
p. 188.
83
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
19.3. Etapas
La liquidación se constituye por todos los actos posteriores a la extinción del
régimen de bienes, actos estos que son necesarios y precisos para dar fin a las re-
laciones económicas pendientes entre los cónyuges, tales como pagar deudas (pa-
sivo) y cobrar acreencias (créditos) para luego proceder al reparto del excedente
a cada quien, llamados los gananciales que se concretan con la división y adjudi-
cación. El universo patrimonial es dividido por mitades entre ambos cónyuges o
sus respectivos herederos (meação, como dirían los brasileros).
La liquidación se inicia con el inventario, valorización y termina con la divi-
sión y adjudicación de los bienes.
- Inventario, identificación precisa de cada uno de los bienes. Características,
fecha y forma de adquisición. Es un acto obligatorio mas no inscribible.
- Valorización, establecimiento del valor del bien. Se aplica el valor de mer-
cado con la depreciación o aumentos correspondientes. Es el avalúo de los
bienes.
- Liquidación, identificar los activos y pasivos, las acreencias, deudas, obliga-
ciones sociales y las cargas a fin de cancelarlas. Se pagan las deudas de los
acreedores de la sociedad de gananciales.
- División y adjudicación. El remanente, el saldo de pago de las deudas, son
los gananciales y se reparten por ley en partes iguales, ni más ni menos para
otro(133), aunque nada impide que los cónyuges puedan disponer lo contrario,
favoreciendo a uno de ellos. Es un acto facultativo pero inscribible.
84
RÉGIMEN PATRIMONIAL EN EL MATRIMONIO
19.4. Tipos
- Judicial, ante el juez en caso de discrepancia de la pareja y se realiza siem-
pre en ejecución de sentencia(136).
(134) CASTRO PÉREZ TREVIÑO, Olga María. “La legislación peruana a propósito del régimen económico
en las uniones matrimoniales y no matrimoniales”. En: Revista institucional. N° 9, Tomo I, artículos y
ensayos, Academia de la Magistratura, Lima, julio 2010, p. 117.
(135) No surte ningún efecto legal los actos de disposición sin haberse producido la liquidación del régimen
patrimonial “mientras no se haya producido la liquidación del régimen patrimonial y de la sociedad de
gananciales no surten efectos los actos de disposición hechos por los cónyuges a favor de sus hijos”. Cas.
N° 905-95, Lima.
(136) “(...) Al declararse fundada la demanda de separación de bienes, el juez no puede proceder de plano a la
distribución de estos, de acuerdo con su criterio, sino que debe seguir las reglas que para su liquidación
establece el Código Civil (...) que, la liquidación debe hacerse en ejecución de la sentencia que pone fin al
régimen patrimonial y el primer paso es la facción del inventario valorizado de los bienes de la sociedad
conyugal, en la forma prescrita por los artículos 320, 322, 310 y 311 del Código Sustantivo” (Cas. N° 528 -
2000-Arequipa). Por el divorcio fenece la sociedad de gananciales generada por el vínculo matrimonial,
por lo que al ampararse la demanda de divorcio por causal se da por concluido el régimen patrimonial,
siendo en ejecución de sentencia que se formalizarán las etapas de liquidación previstas en el artículo 320
del Código Civil; es así que la participación de los cónyuges en los bienes sociales se determinará después
de su fenecimiento y practicado el proceso de liquidación en el que se pagarán las deudas y cargas de la
sociedad. Cas. N° 575-2004-Loreto, en Revista Peruana de Jurisprudencia, N° 60, febrero de 2006, p. 73.
85
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
86
RÉGIMEN PATRIMONIAL EN EL MATRIMONIO
Ambos, hogar y empresa, son trabajos. Uno directo y otro indirecto. Los dos
son dignos, para nada denigrante el primero. La importancia y trascendencia de
estos lo hacen valuables, montantes en tiempo y dinero, mereciendo cada cual la
atención debida.
El hogar, al ser una unidad de producción, necesita operarios y administra-
dores para que manejen la compleja economía compuesta de gastos, inversiones,
bienes, personas dependientes y contratados, no es menudo trabajo. Un sinfín de
vínculos personales que merecen una atención más que especial. Marido y mujer
asumen ese doble compromiso que llevará a la realización de la familia.
Las obligaciones del hogar son cada vez más compartidas. No más exclusi-
vas de uno de ellos. Los quehaceres domésticos son pares para ambos, tanto para
el que realiza labores profesionales fuera del hogar como para el casero. Y es que
los cónyuges se deben ayuda y colaboración en el campo del hogar y del traba-
jo. Atrás quedó la mujer ama de casa, housekeeper, relegada y sumisa. Ella fue,
es y será el motor de la economía familiar. Es la cabeza del manejo del hogar, re-
cae naturalmente en ella.
Pero debemos comprender que su dedicación no es exclusiva, compartiendo
los quehaceres con su pareja.
87
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
20.4. Labores económicas fuera del hogar. Ejercicio de la actividad laboral por
el cónyuge
El ejercicio de la profesión u oficio es elemental para el sostenimiento de la
persona y la familia. El trabajo dignifica, fortalece y permite el desarrollo eco-
nómico y la satisfacción de necesidades de la persona y sus familiares. El traba-
jo es la base del bienestar social y un medio de realización del sujeto (art. 22 de
la Constitución).
(140) JIMÉNEZ VARGAS-MACHUCA, Roxana. “Obligación de sostener el hogar bajo cualquier régimen”.
En: Código Civil comentado. Tomo II, Derecho de familia, Parte Primera, 1ª edición, Gaceta Jurídica,
Lima, junio de 2003, p. 287.
(141) “Canasta familiar. En la mayor parte de los países de América del Centro y del Sur, desde la república Do-
minicana hasta la Argentina –el Perú incluido–, se conoce como canasta familiar el ‘conjunto de artículos
de primera necesidad cuyos precios se toman comno referencia para calcular los índices económicos rela-
tivos al costo básico de la vida’; canasta es un término castellano documentado desde principios del siglo
XIV. La expresión nominal canasta familiar es equivalente de la peninsular cesta de compra, no usual en
América”. Vide: HILDEBRANT, Martha. 1000 palabras y frases peruanas. Ob. cit., p. 59.
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RÉGIMEN PATRIMONIAL EN EL MATRIMONIO
(142) CORNEJO CHÁVEZ, Héctor. Derecho familiar peruano. Tomo II, 6a edición, Studium, Lima, 1987,
p. 271.
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
21. Cargas
Onera matrimonii son los gastos relacionados con la vida común de per-
sona casada (Expenses connected with the common life of married person(143)) que
implica llevar las cargas del matrimonio (ad ferenda matrimonii onera). La base
legal son los artículos 287, 288 y 300 del Código y se trata de una obligación pro-
porcional al caudal de cada cónyuge.
La carga social es una obligación, un compromiso, algo así como un adeudo
preestablecido que tienen los cónyuges derivados de sus responsabilidades y de-
beres, correspondiendo al poder doméstico. Las cargas son el género y las nece-
sidades ordinarias de la familia la especie; las necesidades son cargas aunque no
todas las cargas son necesidades(144), ambas yacen en la potestad doméstica y co-
rresponde a cualquiera de los cónyuges en ejercicio de sus obligaciones sociales.
Todo aquello que excede a dicha facultad es una deuda social.
Las cargas pueden entenderse como los gastos comunes, básicos, necesarios,
los onera matrimonii que permiten la consolidación de las relaciones de pareja y
se refieren a la atención, a las necesidades del hogar, educación de los hijos, con-
servación de los bienes comunes y las deudas contraídas en beneficio de la fami-
lia. Para Lasarte, “comprende el conjunto de los gastos relativos al sostenimiento
de la familia en sentido nuclear, empezando por la educación e instrucción de los
hijos, asistencia sanitaria de cónyuges e hijos, y terminando con atención del ho-
gar familiar, con todo lo que de ello deriva. Todo ello, naturalmente, adecuado a
las circunstancias familiares de cada caso”(145).
La carga social es un gasto de primer orden, prioritario y por demás indispen-
sable referido al sostenimiento de la familia y cautela de los bienes. La deuda so-
cial es un gasto de segundo orden, necesario, pero complementario, en todo caso
no referido necesariamente a las necesidades ordinarias de la familia.
(143) BERGER, Adolf. Encyclopedic Dictionary of Roman Law. Disponible en: www.google.com/books
(08/07/2011).
(144) EL DERECHO EDITORES: Regímenes económicos matrimoniales. Ob. cit., p. 328.
(145) LASARTE, Carlos. Derecho de familia. Principios de Derecho civil. Ob. cit., p. 155.
(146) JIMÉNEZ VARGAS-MACHUCA, Roxana. “Obligación de sostener el hogar bajo cualquier régimen”.
Ob. cit., p. 287.
(147) CORNEJO CHÁVEZ, Héctor. Derecho familiar peruano. Ob. cit., p. 262.
90
RÉGIMEN PATRIMONIAL EN EL MATRIMONIO
otro; actos estos imposibles de ser enumerados en la ley, pero no por ello menos
esenciales.
- La obligación de alimentos y educación de los hijos (art. 287).
Son obligaciones sociales las asumidas por cualquiera de los cónyuges en el
ejercicio del poder doméstico (art. 292), también aquellas contraídas por ambos
por actos de administración (art. 303) y de disposición que no exceden de tal po-
testad (art. 315). En el régimen de sociedad de gananciales, el poder doméstico se
circunscribe a las cargas sociales; por tanto, las obligaciones contraídas por am-
bos que sobrepasan tal potestad representan las deudas sociales. En esta línea, se
plasma la diferencia entre cargas y deudas sociales propiamente dichas.
Los bienes sociales y, a falta o por insuficiencia de estos, los propios de am-
bos cónyuges, responden a prorrata de las deudas que son de cargo de la socie-
dad (art. 317). Este artículo se encarga de desarrollar las condiciones en las que
se hace efectiva la responsabilidad patrimonial del(os) cónyuge(s) por las deno-
minadas deudas comunes, estableciendo que en tales casos dicha responsabilidad
se hace efectiva con cargo a los bienes comunes, y de manera subsidiaria y limi-
tada sobre los bienes propios de cada uno de los cónyuges.
Conviene advertir que aún cuando el artículo 317 refiere que las deudas que
son de cargo de la sociedad deben ser satisfechas con bienes sociales o, en su caso,
los propios los que responden por dichas deudas, lo cierto es que ni existe una so-
ciedad deudora ni puede predicarse respecto de los bienes la calidad de responsa-
bles, lo cual solo puede ser atribuido a las personas. Este argumento se sustenta
en que la sociedad de gananciales no puede ser deudora por carecer de personali-
dad jurídica. Deudores personales son los cónyuges, aislada o conjuntamente, en
su calidad de personas individuales. Lo que importa saber es si la deuda de uno o
de ambos cónyuges puede afectar directamente los bienes sociales.
Deben distinguirse las obligaciones que emergen del matrimonio, de las obli-
gaciones personales. Respecto de la satisfacción de las cargas familiares por las
deudas de uno de los cónyuges contraídas en el ejercicio de la potestad doméstica
responderán los bienes comunes si el régimen es de comunidad y, solidariamente,
los bienes del cónyuge que contrajo la deuda; a falta de unos y otros, los del otro
cónyuge. No se trata de una norma de contribución, sino de responsabilidad. Los
acreedores podrán dirigirse solo contra el patrimonio privativo del cónyuge que
no contrajo la deuda una vez demostrada la insolvencia del que con ellos contra-
tó y, obviamente, a falta de bienes comunes. Esto no excluye que el cónyuge no
deudor, aunque el otro tenga bienes con los que pueda responder, quede obligado
a satisfacer la deuda doméstica en razón de su obligación de contribuir a las car-
gas del matrimonio. La regla general es que todas las obligaciones se suponen en
interés de la familia, salvo prueba en contrario, por lo que se responderá con los
bienes sociales. Si se comprueba que la obligación es de interés personal respon-
derán los bienes propios, teniendo el cónyuge afectado derecho a oponerse y a re-
clamar la nulidad del acto jurídico en caso se perjudiquen bienes sociales o los
frutos de los bienes propios.
91
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
(148) MURO ROJO, Manuel. “Representación legal de la sociedad conyugal”, En: Código civil comentado.
Tomo II, Derecho de familia, Parte Primera, 2ª edición, Gaceta Jurídica, Lima, junio de 2007, p. 169.
(149) “Tratándose de actos como demandar la reivindicación o desalojo del bien, esto es, de actos que se dirigen
a incrementar, mantener, reconstituir o recuperar el patrimonio conyugal, no existe racionalidad en exigir
que sea la sociedad conyugal la que interponga la acción, bastando que sea uno de los cónyuges”. (Exp.
N° 81-94-Arequipa, Sala de Derecho Constitucional y Social de la Corte Suprema, HINOSTROZA
MINGUEZ, Alberto: Jurisprudencia Civil, Tomo 1/1, p. 39.
(150) “Artículo 65.- Representación procesal del patrimonio autónomo.- Un patrimonio es autónomo cuando
una o más personas ejercen sobre él una titularidad limitada por encontrarse afecto a un fin específico
señalado por el acto constitutivo o la ley.
Cuando la titularidad o el dominio fiduciario del patrimonio autónomo sea ejercida por una sola persona,
corresponde a esta su representación.
Cuando la titularidad del patrimonio autónomo sea ejercida por dos o más personas la representación co-
rresponde a cualquiera de ellas si son demandantes. Si son demandados, la representación recae sobre la
totalidad de sus titulares siendo de aplicación, en su caso, el artículo 93.
Si se desconociera a uno o más de los integrantes del patrimonio autónomo, se estará a lo dispuesto por
el artículo 435.
El que comparece como demandado y oculta que el derecho discutido pertenece a un patrimonio autóno-
mo del que forma parte, se le impondrá una multa no menor de diez (10) ni mayor de cincuenta (50) uni-
dades de referencia procesal, sin perjuicio de lo dispuesto por el artículo 4”.
(151) “La sociedad conyugal y otros patrimonios autónomos, cuando son demandados, deben recaer en la tota-
lidad de los que la conforman”. Exp. N° 83-97-AG, Res. del 25/02/1997, Segunda Sala Civil de la Cor-
te Superior de la Libertad; El Código Civil en su jurisprudencia, sentencias vinculadas con los artículos
y figuras jurídicas del código civil, Gaceta Jurídica, Lima, 2007, p. 152.
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RÉGIMEN PATRIMONIAL EN EL MATRIMONIO
(152) LASARTE, Carlos. Derecho de familia. Principios de Derecho civil. Ob. cit., p. 155.
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
(153) AGUILAR LLANOS, Benjamín. La familia en el Código civil peruano. Ediciones Legales, segunda reim-
presión, Lima, enero de 2010, p. 130.
(154) “El artículo 292 del Código civil distingue los actos de administración ordinaria y los que no lo son; en
el primer caso no se exige que uno de los cónyuges otorgue poder al otro; en cambio, en los otros actos
si es necesario dicho requisito. La asunción de una deuda social es un acto que excede la administración
ordinaria, puesto que no puede presumirse el consentimiento tácito del otro cónyuge al no atribuirle la
ley expresamente a dicho silencio el carácter de manifestación de voluntad, conforme lo exige el artículo
142 del código sustantivo.” Cas. N° 911-99-Ica, El Peruano, 22/02/2000, p. 4684.
(155) El arrendamiento del inmueble donde se fijará el domicilio conyugal no es un acto de administración;
sin embargo, si constituye una necesidad ordinaria del hogar y por tanto no requiere la intervención de
ambos cónyuges. “Del artículo 289 se desprende que dentro de la definición necesidades ordinarias del
hogar, se encuentra la necesidad de proveer un domicilio conyugal en el que los cónyuges puedan hacer
vida en común. En consecuencia para alquilar un bien para destinarlo a domicilio conyugal, basta la in-
tervención de uno de los cónyuges”. Cas. N° 3053-98-Callao.
(156) “Por acto de administración, se debe entender todo aquel acto que recayendo sobre bienes y derechos,
tiene por objeto conservar y obtener su normal rendimiento, constituyendo un típico acto de administra-
ción el entregar un bien en arrendamiento, mas no el tomar un bien en arrendamiento, pues el pago de la
renta convenida importa un acto de disposición sobre las sumas destinadas a dicho fin”. Cas. N° 3053-
1998, Código Civil en su Jurisprudencia, 1ª edición, Gaceta Jurídica, Lima, 2007, p. 163.
(157) Es la autorización dada por uno de los cónyuges al otro a fin de que practique determinados actos sin cuya
autorización no tendría validez.
(158) Artículo 33 del Reglamento del registro de sociedades. Resolución del Superintendente Nacional de los
Registros Públicos N° 200-2001-SUNARP/SN (DOEP., 27/07/2001).
94
RÉGIMEN PATRIMONIAL EN EL MATRIMONIO
(159) “La exigencia de la representación de la sociedad conyugal, conjuntamente por ambos cónyuge, prevista
en el artículo 292 del Código Civil, está referida a supuestos vinculados sobre obligaciones en las que la
sociedad se vea comprometida y, además, cuando se contesten demandas, mas no cuando se interponen
estas, ya que de conformidad con el artículo 65 del Código Procesal Civil, la sociedad puede ser repre-
sentada por cualquiera de los cónyuges”. (Cas. N° 2846-98, El Código civil a través de la jurisprudencia
casatoria, p. 141 y El código civil en su jurisprudencia, sentencias vinculadas con los artículos y figuras
jurídicas del código civil, Gaceta Jurídica, Lima, 2007, p. 152).
(160) “El recurrente no puede alegar mediante Cas. la representación conjunta de los cónyuges si es que no ha
formulado la denuncia civil conforme al artículo 102 del código procesal civil y si no ha deducido opor-
tunamente la excepción pertinente, conforme al artículo 446 incisos cuarto y sexto del acotado.
No es aplicable el artículo 292 si es que el recurrente ha sido demandado como poseedor precario en cuan-
to posee el inmueble materia de la litis sin título alguno”. (Cas. N° 388-95, El código civil a través de la
jurisprudencia casatoria, p. 141 y El Código Civil en su jurisprudencia, sentencias vinculadas con los ar-
tículos y figuras jurídicas del Código Civil, Gaceta Jurídica, Lima, 2007, p. 152) .
(161) “No existe discusión respecto a la representación de la sociedad conyugal que corresponde a ambos cón-
yuges, sin embargo, interpretando con criterio sistemático, debe entenderse que tal acto por consuno es
para los casos en que existe perjuicio para la sociedad y de ninguna manera puede considerarse cuando
existe beneficio a la sociedad”. (Exp. N° RR-779-95-Junín, Gaceta Jurídica, Lima, N° 38, p. 24-A y El
código civil en su jurisprudencia, sentencias vinculadas con los artículos y figuras jurídicas del Código
Civil, Gaceta Jurídica, Lima, 2007, p. 152.
95
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
(162) Lima, Res. del 15/09/1987, Gaceta Jurídica, N° 5, p. 7; Código Civil Comentado por los 100 mejores
especialistas, Tomo II, Gaceta Jurídica, Lima.
(163) CORNEJO CHÁVEZ, Héctor. Derecho familiar peruano. Ob. cit., pp. 269 y 270.
(164) ARIAS-SCHRIEBER PEZET, Max. “Representación unilateral de la sociedad conyugal”. En: Código
civil comentado. Tomo II, Derecho de familia, Parte Primera, 2ª edición, Gaceta Jurídica, Lima, junio de
2007, p. 169 y en: Exégesis del Código civil peruano de 1984, Tomo VII, Derecho de Familia, Gaceta
Jurídica, Lima, agosto 2007, p. 171.
(165) La redacción de este capítulo se inició con la colaboración de los alumnos de la Sección Doctoral de la
Escuela de Posgrado de la Universidad de San Martín de Porres (Lima, Perú), periodo 2011 - II, cátedra
Taller de Investigación dirigida por el prof. Dr. Enrique Varsi Rospigliosi, conformada por los doctoran-
dos Luis Antonio Allende Macchiavello, Renzo Cayro Armejo, Natalia Lourdes Escudero Robles, Made-
leyne Hurtado Vargas, José Miguel La Rosa Gómez de la Torre, Sara Esperanza Páucar Mendoza y Ma-
ria Vasquez Díaz. Además, fue revisado por la profesora Marianna Cháves.
96
RÉGIMEN PATRIMONIAL EN EL MATRIMONIO
(166) Cit., por LÓPEZ MESA, Marcelo J. El abuso de la personalidad jurídica de las sociedades comerciales,
Buenos Aires, Depalma, 2000, p. 101.
(167) VERÓN, Alberto Víctor. “Uso y abuso de la personalidad jurídica. Inoponibilidad y responsabilidad”,
En: La Ley, 10/08/2011, p. 1.
(168) ARTIEDA ARAMBURÚ, Rafael. “La doctrina del levantamiento del velo societario y su aplicación en
el Perú”. En: Advocatus. N° 22, Lima, 2010, p. 219.
(169) DI CHIAZZA, Iván G. y VAN THIENEN, Pablo Augusto. “El Alter Ego en sociedades de capital”. En:
La Ley. 2009-B, p. 633.
97
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
24.2. Denominación
Llamada allanamiento, desestimación o inoponilibidad de la persona jurídica.
Regla de penetración, doctrina de la instrumentality o doctrina del alter ego,
doctrina de la identidad, lifting of veil o disregard of legal entity [desatender o no
hacer caso de la persona jurídica]; piercing the corporate veil, teoría de la impe-
netrabilidad, teoría de la penetración, rasgado del velo societario o levantamiento
(170) FARIAS, Cristiano Chaves de; ROSENVALD, Nelson. Direito das Famílias, 2ª edición, 3er tiraje, Lumen
Juris, Rio de Janeiro, 2010, p. 264.
(171) En el mismo sentido, véase FARIAS, Cristiano Chaves de. “A Disregard Doctrine a Serviço da Proteção
do Patrimônio Familiar e Sucessório - Resenha Bibliográfica”. En: Revista Brasileira de Direito das Fa-
mílias e Sucessões. v. 09, Abr/maio: Porto Alegre: Magister, pp. 126-128, 2009, p. 126.
98
RÉGIMEN PATRIMONIAL EN EL MATRIMONIO
24.3. Concepto
La teoría de la penetración de las personas jurídicas es correr el velo de la per-
sonalidad con el objeto de determinar cuál es la realidad y quiénes son los verda-
deros responsables de ciertos actos. Es decir, es quitar la máscara con la que pue-
den cubrirse quienes son dueños o controlan una persona jurídica a fin de analizar
si dichos actos han sido utilizados por los propietarios como meros medios en be-
neficio exclusivamente propio o un detrimento de terceros. Esta teoría es un avan-
ce sobre las reglas generales del Derecho. Un remedio que puede utilizarse cuan-
do existió abuso de derecho, abuso de la personalidad o inequidad y, por lo tanto,
su aplicación tiene carácter restrictivo. Debe considerarse a esta teoría no como
la regla general sino como una excepción a usarse en determinados casos en for-
ma específica y ante la certeza de que tras la persona jurídica se encubren los ver-
daderos beneficiarios de la actividad de esta. Es posible que una sociedad parti-
cipe en otra –por ejemplo conformando un grupo económico– caso en el que de-
berá ponerse atención no en este grupo económico, sino en si existió o no abuso
de derecho, abuso de la personalidad o inequidad con el objetivo de poder pene-
trar en el grupo económico, puesto que de no darse alguno de estos tres supues-
tos las personas jurídicas como entes susceptibles de adquirir derechos y contraer
obligaciones deben ser respetadas en cuanto a sus atributos de la personalidad(174).
La desconsideración de la persona jurídica es la superación de la personalidad
jurídica y, dado que el ente colectivo y los socios tienen autonomía patrimonial,
esta superación solo debe ocurrir cuando se ha demostrado que el daño al acreedor
es resultado del uso fraudulento o abusivo de la autonomía patrimonial(175). Este
instituto tiene como finalidad autorizar la penetración en el núcleo de la persona-
lidad. Se compone por una concesión legislativa a un ente jurídico que les permi-
ta encontrar a sus administradores para la responsabilizarlos por los actos come-
tidos mediante el uso de la persona jurídica(176).
En una frase: la aplicación de la doctrina de la disregard justamente tiene
como objetivo dar a conocer la realidad que se oculta bajo el velo de formalismo
(172) GUERRA CERRÓN, María Elena. El levantamiento del velo y la responsabilidad de las sociedades anó-
nimas. Grijley, Lima, 2009, p. 364.
(173) ESPINOZA ESPINOZA, Juan. Derecho de las personas. 5ª edición, Rhodas, Lima, octubre de 2006,
p. 782.
(174) GAJST, Ignacio Fabián. “Teoría de la penetración societaria”. En: La Ley, 1991-E, p. 1595.
(175) Cf. MADALENO, Rolf. Direito de família em pauta. Livraria do Advogado Editora, Porto Alegre, 2004,
p. 134.
(176) Véase NAHAS, Thereza Christina. Desconsideração da pessoa jurídica: reflexos civis e empresariais no
Direito do Trabalho. Elsevier, Rio de Janeiro, 2007, p. 94.
99
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
legal, de manera que ese no prevalezca a expensas de los acreedores y los terce-
ros de buena fe.
24.4. Definición
Para Guerra Cerrón: “Es una práctica judicial por la cual se prescinde de la for-
ma externa de la persona jurídica para desconocer la diferencia entre ella y sus titu-
lares, de ahí se levanta el velo y se examinan los reales intereses que existen en su
interior. Así se evitan y detienen los fraudes y abusos que se estén cometiendo”(177).
Implica, en la práctica, el desconocimiento de la persona jurídica como suje-
to de derecho autónomo y distinto de los miembros que la componen atribuyendo
responsabilidad a quienes actuaron en nombre excesivo de ella.
Ocurre en el Derecho de las familias la desconsideración personalidad jurídi-
ca cuando el socio cónyuge o conviviente, a través del abuso de la sociedad con-
yugal, por medio de simulación o fraude, hace desvío de propiedad privada, bie-
nes particulares, pertenecientes a la sociedad afectiva y los agrupa bajo el manto
de una estructura corporativa ya existente o creada con el único propósito de de-
fraudar al cónyuge o conviviente, o evitar el pago de los alimentos. Para utilizar-
se este instituto, sumados a los requisitos mencionados, debe caracterizarse la in-
justicia flagrante(178).
24.5.1. Sujetos
24.5.1.1. Defraudadores
Es el familiar victimario.
El cónyuge/conviviente/padre es titular de un paquete accionario con amplios
poderes de representación y disposición, incluso, el domicilio social coincide con
(177) GUERRA CERRÓN, María Elena. El levantamiento del velo y la responsabilidad de las sociedades anó-
nimas. Grijley, Lima, 2009, p. 3624.
(178) Véase MARCANTÔNIO, Roberta. “Abuso no direito de família”. En: Revista Brasileira de Direito das
Famílias e Sucessões. V. 15, Abr/maio: Magister, Porto Alegre, pp. 51-85, 2010, p. 71.
100
RÉGIMEN PATRIMONIAL EN EL MATRIMONIO
24.5.1.1.1. Cónyuges
Los cónyuges son los sujetos principales que participan dentro de la estructura
de la teoría de la desestimación de la persona jurídica. Uno de ellos se vale de sub-
terfugios para afectar los bienes de la sociedad conyugal a favor de una empresa
–de la cual podría ser o no socio– con la finalidad de perjudicar al otro cónyuge.
Bajo este contexto nos encontramos ante un escenario en el que uno de los
cónyuges será el defraudante y el otro defraudado. El defraudante es aquel que
transfiere los bienes de la sociedad conyugal a la persona jurídica respecto de la
cual puede o no aparecer en su estructura accionaria con la finalidad de lesionar
al otro cónyuge.
24.5.1.1.2. Convivientes
Los convivientes son los integrantes las uniones estables propias con carác-
ter de habitualidad y/o permanencia que tenga como efecto la constitución de una
comunidad de bienes la cual se regirá por las reglas de la sociedad de gananciales
(art. 326). Al igual que los cónyuges, los convivientes son sujetos quienes pueden
intervenir en calidad de defraudante o defraudado toda vez que, bajo este contex-
to, uno de ellos transfiere algunos de los bienes de la comunidad a una sociedad
con la finalidad de ocasionar perjuicio al otro.
24.5.1.1.3. Padres
Al ser los padres quienes ejercen la representatividad tienen la obligación de
proveer de alimentos los que pueden verse afectados con el proceder de uno de
sus progenitores al transferir a una sociedad sus bienes con la finalidad de eludir
su deber para con el alimentista.
Esta situación puede darse también en el caso de los cónyuges cuando entre
sí se deben alimentos, deber conyugal de alimentos.
24.5.1.2. Defraudados
Es el familiar víctima.
(179) LÓPEZ SÁNCHEZ, Lucía y EMILIO CAÑIZARES, Ricardo. “El levantamiento del velo en el Derecho
de Familia”. En: www.latoga.es, N° 146, enero/febrero de 2004, [10/12/2011].
101
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
24.5.1.2.1. Cónyuge/Conviviente
Aquel que se ve afectado con la acción del cónyuge o pareja defraudante puesto
que, si bien el defraudado no figura en la estructura accionaria de la sociedad a
la cual se transfirieron los bienes comunes, se ve afectado por las consecuencias
irregulares en la disposición de los bienes realizadas por el otro.
24.5.1.2.2. Hijos
Los hijos por su condición de dependientes de los padres son considerados la
parte más vulnerable en una relación jurídica familiar siendo la teoría de la deses-
timación de la persona jurídica aquella que busca ofrecer protección.
102
RÉGIMEN PATRIMONIAL EN EL MATRIMONIO
24.5.2. Vehículo
Es el medio o mecanismo a través del cual se lleva a cabo el acto.
(180) Ídem.
103
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
24.5.3. Objeto
Son los bienes, los derechos e intereses de los cónyuges, concubinos, hijos
y terceros.
Cuando hablamos de bienes conyugales nos referimos a aquellos adquiridos
dentro de la vigencia del matrimonio que están bajo la titularidad de la sociedad
comercial con el efecto que haya un cónyuge, hijo o tercero perjudicado.
No podemos excluir a los bienes propios de cada cónyuge (al ser sus frutos
sociales) que pueden ser aportados a la sociedad y luego ser parte de un perjuicio
directamente a este cónyuge que cedió su derecho.
(181) QUIROGA PERICHE, Carlos Enrique. “Teoría del levantamiento del velo societario: ¿Es aplicable en
el Derecho peruano?”, p. 2, en: http://www.teleley.com, [14 de setiembre de 2011].
104
RÉGIMEN PATRIMONIAL EN EL MATRIMONIO
del cónyuge que la controla, con lo que se convierte en simple instrumento para
actuar en el tráfico mercantil sin voluntad, ni personalidad propia(182).
En el caso de las relaciones familiares tenemos que es uno de los cónyuges o
convivientes quien utiliza a la persona jurídica para cometer algún fraude o abu-
so que conlleva a la afectación del otro o, sea el caso, a los alimentistas o terce-
ros acreedores.
A modo de ejemplo tenemos que el cónyuge “X” propietario de un inmue-
ble, quien a su vez es socio de una empresa, tiene planes de divorciarse de “Y”
por lo que, a fin de no incluir el bien en la repartición de la sociedad de ganancia-
les, transfiere la propiedad del inmueble a la sociedad. En este contexto, a efectos
de impedir el perjuicio de la otra parte, se procede a la desestimación de la per-
sona jurídica, es decir, ingresamos a la sociedad con la finalidad de evitar el per-
juicio del otro cónyuge.
Como ya se mencionó, las maniobras a través de la utilización indebida de
la persona corporativa ha tenido gran eco en el Derecho de las familias para evi-
tar el pago de los alimentos y cometer fraude en la separación de bienes conyu-
gales porque la incorporación de bienes a una sociedad mercantil o la simple re-
tirada de la cónyuge de la estructura corporativa de la empresa conyugal es equi-
valente a su venta a terceros(183).
24.7. Ámbito
Esta teoría, aplicada al Derecho de las familias ha tenido un interesante desa-
rrollo en la doctrina brasilera a través del profesor Rolf Madaleno(184) quien consi-
dera que puede relacionarse con tema el de los regímenes de bienes y los alimentos.
En este contexto la teoría de la desconsideración de persona jurídica tiene una
aplicación en las relaciones matrimoniales y uniones estables. Durante el matrimo-
nio o unión estable ocurren efectos jurídicos que repercuten en el plano patrimo-
nial del régimen de bienes. Como comunidad plena de vida, cuya base es la rea-
lización de la persona humana, el matrimonio y la unión estable generan variadas
consecuencias jurídicas, sobre todo, patrimoniales.
En el campo del Derecho de las familias, la ocultación de los bienes matrimo-
niales bajo el manto de la persona jurídica se presta muy bien para evitar la par-
tición de estos activos, así como para ocultar los verdaderos recursos efectivos y
(182) LÓPEZ SÁNCHEZ, Lucía y EMILIO CAÑIZARES, Ricardo. “El levantamiento del velo en el Derecho
de Familia”. Ob. cit.
(183) MADALENO, Rolf. Curso de direito de família. 4ª ed., Forense, Rio de Janeiro, 2011, p. 799.
(184) MADALENO, Rolf. A desconsiderção judicial da pessoa jurídica e da interposta pessoa física no
Direito de Família e no Direito das Sucessões. 1ª edición, Forense, Rio de Janeiro, 2009.
105
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
el estatus social del cónyuge socio en cuanto a la fijación de una pensión alimen-
ticia a su dependientes(185).
(185) Vide MAMEDE, Gladston y COTTA MAMEDE Eduarda. Divórcio, dissolução e fraude na partilha de
bens. Simulações Empresariais e Societárias, Atlas, Sao Paolo, 2010.
(186) Alvaro Villaça de Azevedo señala “O maior perigo está na alienacao unilateral de um bem por um dos
companheiros, ialqueando a boa fé do terceiro, em prejuízo da cota ideal do outro convivente, omitin-
do ou falsamente declarando o seu estado convivencial. Nesse caso, o companheiro faltoso poderá estar,
conforme a situacao, se o bem do casal for alienando, a non domino, a parte pertenecente ao outro, ino-
cente”. Cit. MADALENO, Rolf. Curso de direito de Família. Ob. cit., p. 808.
106
RÉGIMEN PATRIMONIAL EN EL MATRIMONIO
o cualquiera cuya intención sea ayudar a sustraer a uno de los cónyuges los bie-
nes comunes de la sociedad conyugal mediante su transferencia a la persona jurí-
dica. Con ello, el cónyuge puede disponer de los bienes sin necesidad del consen-
timiento del otro, atentando contra la preservación del patrimonio de la conyugal.
En las relaciones de familia surge un extraño y perverso sentimiento venga-
tivo utilizando a las personas jurídicas para dar espacio a fraudes dirigidos con
una clara intención de perjudicar al excónyuge que, con derecho, pretende parti-
cipar en el patrimonio frente a una disolución matrimonial. Cuando esto ocurre,
la admisión de la teoría de la desconsideración de la personalidad jurídica surge
como elemento neutralizador de fraudes y abusos ejecutados sobre un bien bajo
la protección de persona jurídica(187). Se utiliza a la persona jurídica para eludir
el régimen de gananciales, para defraudar a los terceros, para disimular patrimo-
nio, en definitiva para llevar a cabo conductas a través de un medio legal para in-
fringir la ley(188).
En otras palabras, sintiendo el cónyuge o el compañero el fracaso del matri-
monio o de la unión estable lleva a cabo el registro de bienes muebles y inmue-
bles en nombre de la empresa en la que participa. El socio, en la sombra del velo
de la persona jurídica, compromete el patrimonio conyugal(189).
La aplicación de la teoría de la desconsideración de la persona jurídica en el
régimen de bienes de la familia, como forma de evitar el fraude de uno de los in-
teresados, resulta de especial interés al buscar proteger al cónyuge que es burla-
do de sus derechos sobre los gananciales a través de un uso irregular de la per-
sona jurídica. Según el Tribunal de Familia, San José de Costa Rica. Voto 598
(8: 15 horas, 15 de abril de 2009) sostuvo que:
“(...) el presente proceso; que se aplique la Doctrina del Levantamiento del
Velo Social y se proceda a la cuantificación de su derecho a gananciales, que
hasta hoy ha hecho negatorio el demandado, el cual organizó el patrimonio
de la sociedad, con el fin de burlar el derecho a gananciales de su esposa (...)
porque lo importante es determinar que el demandado utilizó el velo social
para efectuar de apariencia lícita y legítima un negocio, pero cuyo objetivo
(187) Cfr. FARIAS, Cristiano Chaves de; ROSENVALD, Nelson. Direito das Famílias. Ob. cit., p. 264.
(188) La jurisprudencia argentina ha clasificado cinco casos en los cuales se debe prescindir de la persona jurí-
dica para prevenir o impedir fraudes: 1) Violación a la legítima hereditaria (disposición de bienes por el
causante en fraude a la legítima hereditaria o imposición de gravámenes a los mismos por largos años);
2) afectación de los derechos del cónyuge (al transferir bienes a una sociedad constituida); 3) afectación
de derechos de terceros (insolvencia fraudulenta transfiriendo bienes a una persona jurídica para evi-
tar embargos o acciones resarcitorias); 4) fraudes impositivo (evasión impositivas); y 5) Violación de
prohibiciones (competencia desleal en el mercado al amparo de una persona jurídica). SIRO ZENCIC,
Santiago. Inoponibilidad de la persona jurídica, pp. 54-55. En: www.imgbiblio.vnec.ed.ar. [11/11/2011].
(189) Cfr. DIAS, Maria Berenice. Manual de direito das famílias. 7ª ed., Ed. Revista dos Tribunais, São
Paulo, 2010, p. 328.
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
(190) CORDERO ALVARADO, Rosaura. El Levantamiento del velo social en el derecho a ganancialidad.
Tesis para optar por el grado de Licenciatura en Derecho, Facultad de Derecho, San José Costa Rica,
2010, pp. 151 y 152.
108
RÉGIMEN PATRIMONIAL EN EL MATRIMONIO
(191) LÓPEZ SÁNCHEZ, Lucía y EMILIO CAÑIZARES, Ricardo. “El levantamiento del velo en el Derecho
de Familia”. Ob. cit.
(192) El Tribunal de Familia. San José de Costa Rica. Voto Núm.674 (8 horas, 6 de junio de noviembre del
2005). “(...) Nótese cómo ese entrelace de bienes y actividades entre don P y la sociedad EPM S.A., se ha
utilizado para que doña Y, no tenga bienes contra los cuales reclamar su eventual derecho a gananciales,
manteniéndose don P, al frente de la sociedad como su personero, pero formalmente las acciones que dentro
del capital social le correspondían fueron traspasadas en pleno conflicto a sus hijos los codemandados (...)”
(CORDERO ALVARADO, Rosaura: El Levantamiento del velo social en el derecho a ganancialidad,
Ob. cit., p. 157).
109
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
(193) Exp. N° 690-2008, se expidió sentencia de primera instancia fecha 28 de octubre de 2011. Distrito Judicial
de Ayacucho, Corte Superior de Justicia de Ayacucho, Departamento de Ayacucho, Perú.
110
RÉGIMEN PATRIMONIAL EN EL MATRIMONIO
(194) Cfr. MADALENO, Rolf. “A disregard nos alimentos”. Disponible en: <http://www.rolfmadaleno.com.
br>. [Acceso en: 01/01/2012].
111
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
(195) ROLF MADALENO sustenta que, “no direito de familia, sua utilização (da disgregard doctrine) dar-se
á de hábito na via inversa, desconsiderando o ato, para alcançar bem da sociedade, para pagamento do
cônjuge ou do credor prejudicado”. Cit. FARIAS, Cristiano Chaves de; ROSENVALD, Nelson. Direito
das Famílias. Ob. cit., p. 265.
112
RÉGIMEN PATRIMONIAL EN EL MATRIMONIO
113
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
24.9.2. Simulación
La simulación puede ser absoluta o relativa. Es absoluta cuando se aparenta
celebrar un acto jurídico, cuando no existe realmente voluntad para celebrarlo; y
es relativa, cuando se aparenta celebrar un acto específico pero en la realidad exis-
te otro distinto que ha sido ocultado.
“A Disregard Doctrine consiste en desconocer los efectos naturales de la per-
sona jurídica, en casos concretos, penetrando a su estructura formal para verificar
su sustrato a fin de que no sea utilizada para simulaciones ni fraudes, como tam-
bién para solucionar todos aquellos casos en que el respeto a la forma societaria
llevaría a soluciones contrarias a su función y a los principios consagrados por el
ordenamiento jurídico. Siendo así, es preciso reconocer la necesidad de aplica-
ción de la Disregard Doctrine también en los casos en que la personalidad jurídica
(196) ZANNONI, Eduardo A. “El abuso del derecho y las relaciones conyugales”. En: Revista de Derecho Pri-
vado y Comunitario. Vol. 16, 1998, pp. 127-137.
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RÉGIMEN PATRIMONIAL EN EL MATRIMONIO
(197) OLIVEIRA, Avenir Passo de. Ação civil pública contra a Encol. Jus Navigandi, Teresina, ano 3, n. 27,
23 dez. 1998. Disponível em: http://jus.com.br/revista/texto/16019, Acesso e 26 set. 2011.
(198) QUIROGA PERICHE, Carlos Enrique. “Teoría del levantamiento del velo societario. ¿Es aplicable en el
Derecho Peruano? Ob. cit., [noviembre de 2011].
(199) MOSSET ITURRASPE: Jorge. Contratos simulados y fraudulentos. Tomo II, Contratos fraudulentos,
Rubinzal Culzoni editores, Buenos Aires, 2001. Cit. por MADALENO, Rolf. Repensando o Direito de
Familia. Livraria do abogado editora, Porto Alegre, 2007, p. 37.
115
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
esa personalidad independiente en daño ajeno o de los derechos de los demás, fun-
damento del orden público y de la paz social(200).
Tanto el ejercicio abusivo del derecho como la simulación no resultan los
más idóneos y propicios para rasgar el velo corporativo en los casos de uso abu-
sivo de la sociedad.
A modo de ilustrar un caso de simulación con el fin de perjudicar al cónyu-
ge podemos traer a colación una sentencia expedida por el Tribunal de Familia
de San José de Costa Rica en la que se advierte que uno de los cónyuges organi-
zó el patrimonio de la sociedad conyugal para burlar el derecho a gananciales del
otro. La simulación se dio fingiendo un colapso económico y vendiendo todo el
patrimonio de la empresa conyugal a su hermano ante su supuesta eventual ayu-
da económica, constante, desinteresada e inverosímil de un agricultor que aporta
gran cantidad de dinero, siendo un campesino. El Tribunal procedió a acoger la
pretensión de levantar el velo social de la empresa conyugal y estableciendo que
todos los bienes pertenecientes a la misma son bienes gananciales y que a la es-
posa corresponde el 50% del valor neto de los mismos. Los cuales se liquidarán
en la respectiva ejecución de sentencia(201).
24.9.3. Fraude
Cuando en una comunidad de bienes los cónyuges o convivientes otorgan
su consentimiento para conformar una persona jurídica autorizan transferir bie-
nes propios y/o sociales a favor de la sociedad que, por lo general, será adminis-
trada por uno de ellos quedando el otro en una posición de incertidumbre frente
a los bienes transferidos.
Durante la etapa de armonía que tenga la pareja, la actividad empresarial se
verá enrumbada, sin turbaciones. Lo difícil es tratar de analizar qué sucede cuan-
do la relación de pareja se ve empañada por la ruptura de la armonía sentimental.
En esta situación, uno de los cónyuges, a través de un acto aparentemente legal
puede cometer un fraude lesionando los intereses de su pareja. Este se dará cuan-
do un miembro de la pareja es el que administra la empresa colocándose en una
posición de poder frente a los bienes y dejando en posición de desventaja a aquel
que no tiene ningún tipo de injerencia con la administración de la misma. En esta
línea, la Sala Segunda de la Corte Suprema de Justicia de San José de Costa Rica
(Voto Núm. 322, 14:30 horas, 17 de diciembre de 1997) indicó:
“(...) concerniente al carácter en que participó la persona jurídica comprado-
ra, el hecho de que su representante sea el mismo demandado evidencia, sin
(200) LÓPEZ SÁNCHEZ, Lucía y EMILIO CAÑIZARES, Ricardo. “El levantamiento del velo en el Derecho
de Familia”. Ob. cit.
(201) Sentencia N° 00598. Exp. N° 99-400406-0187-FA del 15 de abril de 2009 emitido por el Tribunal de
Familia de San José. En: <http://200.91.68.20/scij/busqueda/jurisprudencia>, [11/11/2011].
116
RÉGIMEN PATRIMONIAL EN EL MATRIMONIO
posibilidad de objeción alguna, que este utilizó el velo social para incurrir
en un acto de apariencia legítima, pero cuya finalidad es del todo contra-
ria al ordenamiento jurídico. No cabe duda, entonces, que ese negocio ju-
rídico, documentado el 16 de agosto de 1993, y su posterior anotación en
el Registro Público de la Propiedad de Vehículos, se hicieron con el firme
propósito de excluir el bien referido, fraudulentamente, de la comunidad
de gananciales. Así las cosas, fue realizado en fraude de ley, por lo que ca-
rece de la virtud de impedir la declaratoria de ganancialidad del valor eco-
nómico de su objeto, tal y como acertadamente se estableció en segunda
instancia”(202).
24.9.3.1. Fraude en el matrimonio y en la unión estable
El fraude en las uniones conyugales se va a diferenciar por la confirmación
legal de cada institución. Mientras que el matrimonio la unión de derecho inicia-
ría desde la suscripción del acta matrimonial, en la unión estable deberán existir
condicionantes como el tiempo de convivencia para la conformación de la comu-
nidad de bienes previa declaración judicial o notarial; finalmente, la acción frau-
dulenta tiene una connotación muy similar en ambos casos, diferenciándose en
materia de alimentos entre los sujetos de la unión de derecho, que jurídicamente
no se establece en los sujetos de la unión estable.
(202) CORDERO ALVARADO, Rosaura: El Levantamiento del velo social en el derecho a ganancialidad. Ob.
cit., p. 157.
117
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
va a ser quien cometerá el fraude. Todo comienza por el aporte, adquisición, do-
nación o cualquier otra forma de transferencia del derecho de propiedad de bie-
nes conyugales, propios de los cónyuges a favor de la empresa o de un tercero
propietario de una empresa que luego lo aporta a esta(203), recayendo la adminis-
tración en el gerente, que puede ser perfectamente uno de los cónyuges o, tam-
bién, un tercero coludido con el cónyuge defraudador, pudiendo ser perfectamen-
te su propio amante.
Cuando se produce la ruptura de la relación conyugal, el cónyuge que se en-
cuentra en la gerencia hace uso inapropiado de los bienes como transferirlos, ce-
derlos, hipotecarlos, u otorgarlos en garantía mobiliaria, comprometiendo los in-
tereses del otro cónyuge. La sociedad conyugal se ve afectada al quedarse sin bie-
nes no con un fin directo y propio sino con un fin indirecto e impropio.
(203) La Sala Segunda de la Corte Suprema de Justicia, San José. Sentencia N° 950 (8:30 horas, 24 de noviembre
de 2000) expone el caso en que un cónyuge propietario dona a su hermano un bien que tendría el carácter
de ganancial, y este lo coloca en una sociedad, al respecto la Sala indicó “(...) la donación fue tan solo un
mero subterfugio; toda vez que, realmente lo que se pretendía era poner la finca a nombre de una persona
jurídica, para que el demandado pudiera disponer de ella y que, no estando ya en su patrimonio personal,
la actora no pudiera alegar la naturaleza ganancial del bien (…) este utilizó el velo social para incurrir
en un acto de apariencia legítima, pero cuya finalidad es del todo contraria al ordenamiento jurídico. No
cabe duda, entonces, que ese negocio jurídico (…) se hiciera con el firme propósito de excluir el bien
referido, fraudulentamente, de la comunidad de gananciales” (CORDERO ALVARADO, Rosaura: El
Levantamiento del velo social en el derecho a ganancialidad. Ob. cit., p. 156).
118
RÉGIMEN PATRIMONIAL EN EL MATRIMONIO
(204) LÓPEZ SÁNCHEZ, Lucía y EMILIO CAÑIZARES, Ricardo. “El levantamiento del velo en el Derecho
de Familia”. Ob. cit.
(205) MADALENO, Rolf: Direito de família em pauta. Ob. cit., p. 139. Vide Con mayor detalle y análisis
MADALENO, Rolf. A desconsideração judicial da pessoa jurídica e da interposta pessoa física no
Direito de Família e no Direito das Sucessões. Ob. cit.
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RÉGIMEN PATRIMONIAL EN EL MATRIMONIO
las conductas ilícitas de los sujetos activos. El agraviado puede ser la persona ju-
rídica administrada por el sujeto activo del delito o cualquier persona natural o ju-
rídica que se vea afectada por estos actos delictivos.
El delito se presenta cuando el sujeto activo mediante acciones engañosas, do-
losas y conscientes desarrolla cualquiera de las conductas detalladas en el artícu-
lo 198 con la finalidad de perjudicar a un tercero o a la persona jurídica en la cual
ejerce un cargo gerencial, administrativo, de fundador, director, miembro del con-
sejo de vigilancia y/o de auditor, con esto percibe y logra un beneficio indebido a
su favor o a favor de tercera persona, lo que trae por consecuencia un perjuicio al
patrimonio societario, al de sus accionistas o al de un tercero ajeno a la sociedad.
En las diversas modalidades que prevé el artículo 198 del Código Penal, este
delito se comete dentro de una estructura societaria y solo pueden ser sujetos ac-
tivos del mismo las personas que el tipo penal señala. Queda claro que el patri-
monio afectado con las conductas previstas es el de los acreedores de la empresa,
terceros interesados relacionados con estos, tales como los trabajadores, incluso
familiares de los accionistas.
24.12. Conclusión
La teoría de la desestimación de la persona jurídica es un conjunto de reme-
dios jurídicos mediante los que resulta posible prescindir de la forma de la socie-
dad con que se halla revestido un grupo de personas y bienes, negando su exis-
tencia autónoma como sujeto de derecho frente a una situación jurídica particu-
lar. Estos remedios, en algunos supuestos, permitirán prescindir de la forma jurí-
dica misma, negando la existencia autónoma del sujeto de derecho, mientras que
en otros se mantiene su existencia autónoma del sujeto, pero se niega al socio la
responsabilidad limitada.
Rolf Madaleno(207) considera que en el campo familiar, el levantamiento del
velo societario se torna un arma poderosa a favor de la parte débil de la relación
que usualmente es víctima del fraude permitiéndose una verdadera “oxigenación
del derecho societario” responsabilizando a quien la utiliza con mala fe. Con este
preciso criterio consideramos que debe sancionarse el ejercicio abusivo del de-
recho a constituir sociedades mercantiles con el único fin de aprovechar su es-
tructura jurídica para eludir la responsabilidad derivadas de relaciones familiares.
La teoría del levantamiento del velo societario deberá ser utilizada de forma
diligente, cuidadosa y subsidiaria, i.e. como último remedio, siempre que no pue-
dan esgrimirse otras armas sustantivas y procesales. La aplicación de esta doctri-
na debe respetar el legítimo derecho del socio a la limitación de responsabilidad,
siempre que no se persiga un abuso de la forma societaria.
(207) Cit. FARIAS, Cristiano Chaves de; ROSENVALD, Nelson. Direito das Famílias. Ob. cit., p. 265.
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
(208) LÓPEZ SÁNCHEZ, Lucía y EMILIO CAÑIZARES, Ricardo. “El levantamiento del velo en el Derecho
de Familia”. Ob. cit.
(209) SIMÃO, José Fernando. “Usucapião familiar: problema ou solução? en: http://www.professorsimao.com.
br, (01/10/2011).
(210) TARTUCE, Flávio. “Usucapião especial urbana por abandono do lar conjugal”. En: http://www.ibdfam.
org.br, acesso 01/11/2011. También en http://www.flaviotartuce.adv.br
(211) MARTELETO GODINHO, Adriano: “A nova modalidade de usucapião prevista pelo artículo 1.240-A
do Código Civil”. En: http://www.juristas.com.br (01/11/2011).
(212) KOHL, Paolo Roberto. “Usucapião familiar”. En: http://paulinhokohl.wordpress.com (01/11/2011).
(213) L. 12.424/11, del 17 de junio de 2011, agrega un párrafo al artículo citado.
124
RÉGIMEN PATRIMONIAL EN EL MATRIMONIO
(214) Constitución Política del Perú 1979, “Artículo 10. Es derecho de la familia contar con una vivienda de-
corosa”. La Constitución del 1993 no incluyó norma similar.
125
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(215) MARTELETO GODINHO, Adriano. “A nova modalidade de usucapião prevista pelo artículo 1.240-A
do Código Civil”. En: <http://www.juristas.com.br> (01/11/2011).
(216) EHRHARDT JR, Marcos: “Temos um novo tipo de usucapião criado pela Lei 12.424/2011. Problemas à
vista”. En: <http://www.marcosehrhardt.adv.br> (aceso 01/06/2011).
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RÉGIMEN PATRIMONIAL EN EL MATRIMONIO
(217) MARTELETO GODINHO, Adriano: “A nova modalidade de usucapião prevista pelo art. 1.240-A do
Código Civil”. Ob. cit.
(218) Ídem.
127
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
(219) Art. 197. Não corre a prescrição: I - entre os cônjuges, na constância da sociedade conjugal.
(220) MARTELETO GODINHO, Adriano. “A nova modalidade de usucapião prevista pelo art. 1.240-A do
Código Civil”. Ob. cit.
128
RÉGIMEN PATRIMONIAL EN EL MATRIMONIO
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del abandono del hogar, situación contraria en estos tiempos en los que se predica
la extinción de la culpa en la ruptura de la relación(226) (227), como hemos referido.
Es considerado como una sanción. Siendo la propiedad adquirida por la pa-
reja como resultado de esfuerzos conjuntos, el derecho de usucapión reconoce el
derecho al cónyuge que permanece en posesión del inmueble constituyendo un
castigo para el cónyuge o pareja que abandona a la familia(228).
8. Utilizado para su hogar o su familia.
El inmueble a ser usucapido debe ser usado para fines de morada propia o de
la familia; servir de vivienda, de casa habitación en la que se haya constituído la
relación conyugal de allí la característica adicional que se trate de un inmueble
urbano sobre el que se tenga la posesión directa y exclusiva.
9. Adquiere el dominio integral, siempre que no sea propietario de otro
inmueble urbano o rural.
Como derecho no será reconocido a un mismo titular más de una vez. Es un
derecho ejercitable una sola vez. Esto quiere decir, a mayor abundamiento, que el
poseedor no debe tener otro inmueble lo que, como dice Tartuce(229), está en sinto-
nía con la protección de la morada como factor de piso mínimo de los derechos o
derecho al patrimonio mínimo.
Por ejemplo. Una mujer casada permanece en el inmueble común en el que
se constituyó la residencia familiar mientras que su marido de forma voluntaria
se retira de él formando una nueva familia. Luego de dos años de abandono, y de-
cretado el divorcio, la mujer cumple los requisitos para la prescripción familiar.
Siendo propietaria del bien, por sentencia que declara la prescripción, puede ven-
derlo y así lo hace. Luego la mujer se casa nuevamente y surge la misma situa-
ción. El nuevo marido abandona la propiedad que ambos adquirieron. La pregun-
ta es ¿Puede ella dos años más tarde promover la acción de prescripción familiar?
De acuerdo con el dispositivo, habiendo ella utilizado la usucapión familiar an-
teriormente, solo podrá usucapir por otra modalidad, es decir por usucapión co-
mún, en razón que su derecho de usucapión familiar caducó.
130
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131
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En España se regula el denominado ajuar conyugal (art. 1321) como una atri-
bución ex lege en favor del viudo respecto de la ropa, mobiliario y enseres que
constituyen el ajuar de la vivienda habitual de los esposos, los que no serán com-
putados en su haber, no forma parte del caudal hereditario, ni debe computarse a
efectos sucesorios.
Solo es una mera consecuencia de la liquidación del régimen económico a
causa de la muerte de uno de los cónyuges(230).
(230) LASARTE, Carlos. Derecho de familia. Principios de Derecho civil. Ob. cit., p. 157.
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RÉGIMEN PATRIMONIAL EN EL MATRIMONIO
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
- OLIVEIRA, Avenir Passo de. Ação civil pública contra a Encol. Jus Navigandi,
Teresina, año 3, 1998.
- OMEBA: Enciclopedia Jurídica, Editorial Dikinson, Buenos Aires, 1978.
- PLÁCIDO VILCACHAGUA, Alex. Los regímenes patrimoniales del matri-
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- PLÁCIDO VILCACHAHUA, Alex. Manual de Derecho de Familia. Primera
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137
CAPÍTULO
TERCERO
SOCIEDAD DE
GANANCIALES
CAPÍTULO TERCERO
SOCIEDAD DE GANANCIALES
141
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
9.2.1.3. Responsabilidad extracontractual de uno de los cónyuges. 9.2.2. Deudas privadas compartidas
o generadoras de responsabilidad subsidiaria. 9.3. Obligaciones a cargo de los bienes sociales. Deudas
sociales. 9.3.1. Cargas sociales. 9.3.1.1. El sostenimiento de la familia y la educación de los hijos comu-
nes. 9.3.1.2. Los alimentos que uno de los cónyuges esté obligado por ley a dar a otras personas. 9.3.1.3. El
importe de lo donado o prometido a los hijos comunes por ambos cónyuges. 9.3.1.4. Las mejoras necesa-
rias y las reparaciones de mera conservación o mantenimiento hechas en los predios propios, así como
las retribuciones y tributos que los afectan. 9.3.1.5. Las mejoras útiles y de recreo que la sociedad deci-
da introducir en bienes propios de uno de los cónyuges con consentimiento de este. 9.3.1.6. Las mejo-
ras y reparaciones realizadas en los bienes sociales, así como los tributos y retribuciones que los afec-
ten. 9.3.1.7. Los atrasos o réditos devengados de las obligaciones a que estuviesen afectos tanto los
bienes propios como los sociales, cualquiera que sea la época a que corresponda. 9.3.1.8. Las cargas
que pesan sobre los usufructuarios respecto de los bienes propios de cada cónyuge. 9.3.1.9. Los gastos
que cause la administración de la sociedad. 9.3.2. Cargas y deudas. 9.3.3. Deudas sociales stricto sen-
su. 9.3.4. Responsabilidad patrimonial por deudas derivadas de deudas sociales. 9.3.5. Modulación de
responsabilidad por deudas comunes.
I. CONSIDERACIONES GENERALES
1. Introducción
La sociedad de gananciales es el principal y más antiguo régimen patrimo-
nial aplicable al matrimonio y las uniones estables. Es, dentro de los tipos de co-
munidad, el más difundido en el Derecho comparado por su mayor ductilidad y
su mejor adecuación a la comunidad de vida que implica el matrimonio(231). Casi
por regla general funciona como supletorio en el Derecho comparado. Se trata de
un régimen que no encuentra tratamiento uniforme en la normativa, doctrina ni
jurisprudencia por la diversidad de formas como se presenta.
En el ordenamiento jurídico peruano la sociedad de gananciales opera en la
comunidad de bienes adquiridos a título oneroso durante el matrimonio así como
sobre las rentas y frutos de los bienes personales, jurisdiccionalmente se ha dicho
que: “La sociedad de gananciales está compuesta de bienes propios y bienes so-
ciales, siendo estos últimos todos aquellos objetos corporales o incorporales que
se adquieren durante el matrimonio a título oneroso y aún después de la disolu-
ción por causa o título anterior a la misma (...)”(232).
Como veremos en este estudio, se trata de una forma de sociedad de ganan-
ciales dentro de las variadas existentes.
2. Concepto
El matrimonio implica la unión de dos personas que se da en el plano espiri-
tual y material. La sociedad de gananciales está adaptada a este concepto y la fi-
nalidad básica del matrimonio es la de compartir. Compartir los bienes, propios y
(231) LASARTE, Carlos. Derecho de Familia. Principios de Derecho Civil. Tomo VI, 9ª edición, Marcial Pons,
Madrid, 2010, p. 152.
(232) Cas. N° 1895-98-Cajamarca, Sala Civil de la Corte Suprema, El Peruano, 22/07/1999, p. 3103.
142
SOCIEDAD DE GANANCIALES
3. Denominación
Sociedad de gananciales, comunidad de gananciales, comunidad de ganan-
cias, comunidad de bienes, sociedad conyugal, sociedad de bienes, régimen de
conquistas (Navarra), sociedad conyugal tácita (Aragón).
4. Definición
La sociedad de gananciales es una comunidad de bienes aplicable al matrimo-
nio compuesta por aquellos adquiridos a título oneroso por los cónyuges, por los
frutos y productos de los bienes propios, correspondiéndoles a cada uno la ges-
tión de su patrimonio y a ambos la del patrimonio social con base en el interés fa-
miliar. Con la disolución del matrimonio la comunidad se liquida adjudicando a
cada cónyuge, en partes iguales y a título de gananciales, los bienes que quedasen
luego de pagadas las cargas y deudas.
Es un régimen económico matrimonial que genera la comunidad de los bie-
nes derivados de las ganancias y que les serán atribuidos a los cónyuges por mi-
tad al disolverse el matrimonio.
5. Características
En nuestro medio goza de características que la hacen un régimen patrimo-
nial especial, sui géneris.
(233) “La sociedad de gananciales se encuentra conformada por el conjunto de bienes sociales y bienes pro-
pios de cada cónyuge, constituyéndose en un mecanismo de regulación de dicho patrimonio”. Cas.
N° 145-2001-Huánuco, El Peruano, 01/10/2002, p. 8832.
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
(234) ESPINOZA ESPINOZA, Juan. “Sustitución del régimen de sociedad de gananciales”. En: Ley del sis-
tema concursal - Análisis exegético. 1ª edición, Rhodas, Lima, abril de 2011, p. 1067.
(235) Cas. N° 3109-98, Cusco-Madre de Dios, El Peruano, 27/09/1999, p. 3582.
(236) VALVERDE, Emilio. El Derecho de Familia en el Código Civil peruano. Imprenta del Ministerio de
Guerra, Lima, 1942, p. 430.
(237) ARATA SOLÍS, Rómulo Moisés. “Cuidado con lo que gasta su cónyuge”. En: Diálogo con la Jurispru-
dencia. N° 8, Gaceta Jurídica, Lima, enero-febrero de 1998, p. 204.
144
SOCIEDAD DE GANANCIALES
(238) REGGIARDO SAAVEDRA, Mario. “Cuando justos se casan con pecadores”. En: Ius et Veritas. N° 15,
Revista de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima, noviembre de
1997, p. 173.
145
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
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SOCIEDAD DE GANANCIALES
(240) La prescriptiva normativa que establece que si uno de los cónyuges ha abandonado el hogar correspon-
de al otro la administración de los bienes sociales, no se refiere al abandono injustificado del hogar con-
yugal, sino se refiere al abandono del hogar simple, carente de las exigencias del instituto anterior, pero que
posibilita lógica y acertadamente la administración de los bienes sociales por parte del cónyuge que no aban-
donó el hogar. Cas. N° 2703-2007-Arequipa, Diálogo con la Jurisprudencia, N° 122, pp. 124-126.
(241) El cónyuge abandonado podrá dar en arrendamiento un bien social; no siendo, este hecho, considerado
como un abuso de facultades. No existe abuso de facultades en la administración de los bienes comunes
si la demandada arrendó el bien y usufructuó los ingresos provenientes del bien para poder subsistir, al
haber sido abandonada por el demandante. Cas. N° 2240-2001-Lima 17/12/2001, Diálogo con la Juris-
prudencia, N° 126, p. 161.
(242) “Los bienes adquiridos dentro de la sociedad conyugal no pueden responder por la deuda adquirida solo
por el marido, pues los bienes que integran la sociedad de gananciales pertenecen a la sociedad conyugal
que es distinta a los cónyuges que la integran y es titular de un patrimonio que tiene la naturaleza de au-
tónomo”. Exp. Nº 1145 - 1994. En: Código Civil Comentado. Tomo II, 2ª edición, Gaceta Jurídica, Lima,
2007, p. 199.
(243) “Que siendo ambos cónyuges sujetos pasivos de la relación procesal, pues aparecen como aceptantes y
por ende obligados de las cambiales en cobranza, es procedente el embargo sobre los bienes sociales, de
conformidad con lo dispuesto en el artículo 317 del Código Civil”. Exp. N° 1264-97, Res. del 16/01/1998,
Sala Civil Corporativa para Procesos Ejecutivos y Cautelares de la Corte Superior de Lima.
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
6. Naturaleza jurídica
La determinación de la naturaleza jurídica de la sociedad de gananciales ha
generado un sinnúmero de posiciones. Doctrinariamente encontramos distintas
teorías que tratan de explicar qué es jurídicamente.
Siguiendo a Vaz Ferreira(244), serían seis las principales teorías en torno a este
tema:
(244) VAZ FERREIRA, Eduardo. Tratado de la sociedad conyugal. Tomo I, 3ª edición, Editorial Astrea, Bue-
nos Aires, 1979, pp. 217-240.
(245) ARATA SOLÍS, Rómulo Moisés. “Cuidado con lo que gasta su cónyuge”. En: Ob. cit., pp. 203-204.
(246) Ibídem, p. 204.
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SOCIEDAD DE GANANCIALES
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
(251) BARCHI VELAOCHAGA, Luciano. “La disposición de un bien social por uno de los cónyuges sin la
intervención del otro”. En: Actualidad Jurídica. Tomo 90, Gaceta Jurídica, Lima, mayo, 2001, p. 18.
(252) MESEGUER GÜICH, Diego. “Aproximaciones al tratamiento legal del régimen de sociedad de ganan-
ciales frente a las deudas sociales”. En: Diálogo con la Jurisprudencia. N° 18, Gaceta Jurídica, Lima,
marzo de 2000, p. 81.
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SOCIEDAD DE GANANCIALES
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
7. Fenecimiento
También conocido como disolución o extinción. Es la pérdida de vigencia
del régimen económico del matrimonio. El fenecimiento de la sociedad de ga-
nanciales implica el término del régimen patrimonial. Se produce en los siguien-
tes casos (art. 318):
- Invalidación del matrimonio.
- Separación de cuerpos.
- Divorcio.
- Declaración de ausencia.
- Muerte de uno de los cónyuges.
- Cambio de régimen patrimonial.
Estos pueden derivarse tanto de la disolución del vínculo matrimonial así
como de supuestos en que manteniéndose el vínculo conyugal es necesario por la
naturaleza de las circunstancias dar término al régimen patrimonial. A ellos hay
que agregar el cambio que puede experimentar el régimen por la separación de
patrimonios, sea que lo convengan los cónyuges, lo establezca el juez o por mi-
nisterio legis. Asimismo, dentro de los supuestos de fenecimiento de la sociedad
de gananciales debe distinguirse dos grupos: el fenecimiento ordinario o normal
y el fenecimiento extraordinario o excepcional.
Fenecimiento
Ordinario Extraordinario
Matrimonio
Matrimonio
se disolvió
Invalidez Sustitución
existe
152
SOCIEDAD DE GANANCIALES
7.1.2. Divorcio
La sentencia de divorcio extingue el vínculo matrimonial y, en consecuen-
cia, queda sin efecto la causa que originó el surgimiento del régimen patrimonial
bajo el cual se rigieron los cónyuges durante la vigencia de la relación conyugal.
153
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
7.1.3. Muerte
La muerte extingue la sociedad de gananciales y el vínculo conyugal. La ley
no hace distingo entre muerte física y legal, razón por la cual la muerte presun-
ta debe ser considerada como causal válida para efectos del fenecimiento del ré-
gimen patrimonial. Además, debemos remitirnos a lo dispuesto en el artículo 64
del Código cuando indica que la declaración de muerte presunta disuelve el ma-
trimonio del desaparecido.
El reconocimiento de existencia del declarado muerto presunto no implica la
revalidación del matrimonio extinto ni afecta al nuevo contraído.
(257) “El artículo 14.2 de la Ley General del Sistema Concursal, establece que el deudor cuyo patrimonio se
encuentre sujeto al régimen de sociedad de gananciales, deberá sustituir dicho régimen por el de separa-
ción de patrimonios. Esta exigencia constituye un requisito de admisibilidad para el caso del deudor que
pretenda su sometimiento al procedimiento concursal ordinario, a diferencia del deudor emplazado, para
quien constituye un requisito que debe satisfacer antes de la convocatoria a junta de acreedores que dis-
ponga la comisión”. Res. N° 0699-2004-TDC-INDECOPI, Exp. Nº 005-2002-CRP.ODI-CUS.
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SOCIEDAD DE GANANCIALES
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
(260) Para las relaciones entre los cónyuges se considera que el fenecimiento de la sociedad de gananciales se
produce, entre otras causales, en la fecha de la notificación de la demanda de separación de cuerpos, por
lo que no apareciendo tal circunstancia, en el DNI, y la sentencia definitiva que declara extinguido el ré-
gimen patrimonial, no se puede precisar la fecha a partir de la cual deben producirse los efectos de di-
cho fenecimiento. Siendo esto así, tales documentos, no tienen mérito suficiente para amparar la rectifi-
cación de la partida registral, por cuanto ello implica dilucidarse en sede registral la calidad del bien pro-
pio o social del vehículo en cuestión, sin contarse los elementos necesarios. Resolución del Tribunal Re-
gistral del SUR N° 050-2002-ORRA-TRS, 12 de abril de 2002.
(261) “(...) El artículo 319 del Código Civil, establece como supuestos del fin de la sociedad de gananciales la
notificación con la demanda de separación de cuerpos y los casos previstos en los incisos 5 y 12 del ar-
tículo 333 del acotado Código, relativos al abandono injustificado del hogar conyugal por más de dos
años y a la separación de hecho de los cónyuges durante un periodo ininterrumpido de dos años, respec-
tivamente; (...) Cuando la norma alude a la notificación de la demanda indicada es con el fin de estable-
cer los efectos retroactivos de la sentencia de separación, mas no para dar por acreditado el fenecimien-
to de una sociedad de gananciales pues este solo se produce luego de amparada la demanda en referen-
cia (...)”. Cas. N° 3819-2001-Ica. Sala Civil Permanente de la Corte Suprema, El Peruano 03/02/2003,
pp. 10105-10106.
156
SOCIEDAD DE GANANCIALES
del proceso, la disolución del régimen patrimonial, como consecuencia del divor-
cio vincular, debe retrotraerse al momento de la notificación de la demanda del di-
vorcio controvertido. La doctrina sentada por el Superior Tribunal de la Provincia
de Buenos Aires parece ser la que mejor responde al funcionamiento y a la lógi-
ca del régimen de bienes”(262).
Si el fenecimiento se ha producido en virtud del acuerdo voluntario de los cón-
yuges para reemplazarlo con uno de separación de patrimonios, la fecha desde la
cual rige el fenecimiento es la de la escritura pública correspondiente.
Inscripción en el Registro
Notificación de la demanda
Separación de cuerpos
Separación judicial de bienes
Personal
Declaración de ausencia
Fecha consignada en la Resolución judicial
Declaración de muerte presunta
Muerte Fecha del certificado médico
Cambio de régimen patrimonial Fecha de la Escritura Pública
Abandono injustificado
Desde que se produce la separación
Separación de hecho
7.4. Finalidad
El fenecimiento tiene una doble finalidad:
- Poner fin a la sociedad de gananciales, y;
- Repartir sus ganancias, si las hubiera, después de deducidas las cargas y deu-
das sociales.
(262) SOLARI, Néstor E. “Sobre el efecto retroactivo de la sentencia en el régimen patrimonial del matrimo-
nio”. En: La Ley. Buenos Aires, julio de 2010, p. 621. Fallo Comentado: Suprema Corte de Justicia de la
Provincia de Buenos Aires (SC Buenos Aires) - 14/04/2010 - R.S., M.C.c. ., J.C.
(263) Exp. Nº 134-95-Lima. Vide TORRES VÁSQUEZ, Aníbal. Diccionario Jurisprudencial Civil. Grijley,
Lima, 2008, p. 645.
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
7.5. Liquidación
Dada cualquiera de las causales de fenecimiento de la sociedad de ganancia-
les el paso siguiente es la liquidación del régimen patrimonial.
Es consecuencia de la terminación del régimen patrimonial por lo cual se pro-
cederá necesariamente a su liquidación (art. 298).
Es un acto obligatorio mas no inscribible.
7.5.1. Definición
Es el conjunto de actos que se llevan a cabo con la finalidad de realizar la par-
tición de los bienes comunes asegurando que cada cónyuge o sus herederos reci-
ban la mitad de estos. La liquidación es consecuencia de actos previos. Se inicia
con el inventario y valorización para concluir con la entrega de los bienes. Liquidar
es el acto final. La idea es dar por finiquitado el régimen de bienes y se proceda a
la adjudicación de los remanentes.
Liquidación, inventario, valorización y adjudicación son las etapas. La li-
quidación termina con la adjudicación de los bienes a cada cónyuge pasando a
ser legítimos titulares. Si bien son etapas debidamente identificadas nada impi-
de que estén en un mismo documento(265). La adjudicación es un acto facultativo
pero inscribible.
158
SOCIEDAD DE GANANCIALES
7.5.2. Formas
7.5.2.1. Privada
La liquidación puede hacerse en forma privada, si las partes encuentran la
manera de realizarla sin necesidad de recurrir a intervención judicial, zanjando
todas sus diferencias respecto de la partición. Se requiere documento privado con
firma legalizada.
7.5.2.2. Judicial
A falta de acuerdo entre los cónyuges para la liquidación y partición deberán
recurrir al procedimiento judicial(266) lo que permitirá poner fin al estado de indi-
visión postcomunitaria(267).
En los procesos judiciales que generan la extinción del régimen, como la in-
validez, separación de cuerpos, divorcio o separación judicial de bienes, la liqui-
dación debe efectuarse en ejecución de sentencia(268), i.e. luego de la sentencia de-
finitiva y con carácter de cosa juzgada. En esta etapa no discute la calificación de
los bienes, si propios o sociales o si existen obligaciones pendientes, en razón de
que eso fue discutido en la sentencia.
7.5.2.3. Mixta
Es posible que las partes acuerdan o pactan sus diferencias vía conciliación
e incluyen en el documento la partición de bienes, sin escritura pública, mediante
acuerdo privado que deberán presentar ante el juez para su homologación.
opinión de ese Colegiado no existe obstáculo para que un mismo documento conste el inventario de bie-
nes, la liquidación de la sociedad conyugal y la adjudicación de los bienes gananciales, sin embargo,
para la inscripción de la adjudicación deberá cumplirse con la formalidad de instrumento público pues
no existe norma especial que establezca una formalidad distinta para la inscripción de dicho acto. Res.
Nº 1603-2009-SUNARP-TR-L
(266) BOSSERT, Gustavo A. y ZANNONI, Eduardo A. Manual de Derecho de Familia. 4ª edición, Editorial
Astrea, Buenos Aires, 1996, p. 309.
(267) AZPIRI, Jorge O. Régimen de bienes en el matrimonio. 2ª edición, Editorial Hammurabi, Buenos Aires,
2007, p. 260.
(268) La liquidación del régimen patrimonial de la sociedad de gananciales se realiza en ejecución de sen-
tencia, siendo contradictorio afirmar que existe controversia, en relación con la existencia de bienes
de la sociedad de gananciales y después abstenerse de emitir pronunciamiento. Cas. N° 2300-2008-
La Libertad. En: Código Civil Digital. 1ª edición, Gaceta Jurídica, Lima, 2011. Así también en Cas.
N° 528-00-Arequipa.
159
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
7.5.3. Pasos
7.5.3.1. Inventario
Es el acto con el que se inicia la liquidación del régimen de sociedad de
gananciales(269).
Es la enumeración y catalogación de todos los bienes, tanto de los propios de
cada cónyuge, como de los sociales pudiendo realizarse por voluntad de las par-
tes o judicialmente de conformidad con el artículo 320 del Código Civil.
Consiste en determinar con exactitud, identificando y catalogando la masa de
bienes que quedan sometidos al proceso liquidatorio, excluyendo los bienes que no
son partibles. De allí en nombre con el que también se le conoce facción de inven-
tario(270) (Del lat. factĭo, -ōnis) que implica según el Diccionario de la Academia
Española “Forma y disposición con que algo se distingue de otra cosa”. Se trata
de una relación pormenorizada de todos los bienes, propios y sociales. Es en esta
etapa donde tendrán que establecerse los pasivos, personales y sociales.
Teniendo en cuenta que el inventario judicial es una diligencia onerosa, en
dinero y tiempo, y estando ambos cónyuges de acuerdo en los bienes no hay ra-
zón para obligarlos a tal forma. Por ello el Código permite que el inventario cons-
te en documento privado con firmas legalizadas, si los cónyuges están de acuerdo.
Solo en caso de no estarlo dispone que el inventario sea judicial.
El inventario debe ser valorizado (art. 320).
7.5.3.1.1. Preferencias
La ausencia y la muerte marcan a la sociedad de gananciales.
Al respecto tenemos que al fenecimiento del régimen de gananciales al cón-
yuge del ausente o el sobreviviente le corresponderá:
- La atribución del menaje ordinario del hogar
Los bienes del menaje ordinario del hogar (arts. 320 y 321). Menaje ordinario
del hogar conyugal (enseres del hogar o ajuar de la casa), son aquellos bienes de
uso doméstico y casero que sirven para satisfacer las necesidades cotidianas de la
familia tales como los electrodomésticos, utensilios de cocina, enseres del hogar,
muebles de alcoba, objetos de decoración. Se caracterizan por ser transportables,
sirven de adorno, son ornamentales y permiten tanto la comodidad como la prác-
tica realización de los quehaceres de la casa. Son útiles para el buen uso comodi-
dad de un inmueble sin los cuales sería imposible habitar o vivir en él (art. 321).
160
SOCIEDAD DE GANANCIALES
La atribución del menaje al cónyuge en cada caso se explica por las siguien-
tes razones:
Al cónyuge sobreviviente.- Por equidad en no despojar de los muebles, ense-
res o utensilios que forman el ámbito íntimo del hogar a quien usó de ellos
durante su matrimonio con el fallecido.
Al cónyuge presente.- Existe la posibilidad que el ausente regrese, se reinte-
gre al hogar reanudándose la convivencia, razón por la cual ambos volverán
a necesitar y usar los muebles y enseres constitutivos de aquel menaje(271).
Los bienes detallados en el artículo 321, al no integrar el menaje, sí se inclu-
yen en el inventario, siendo luego materia de la división, partición y transferen-
cia. El legislador omitió precisar que cuando el fenecimiento del régimen de ga-
nanciales se produce por sustitución de régimen patrimonial, el menaje ni se in-
cluye en el inventario ni se atribuye a ninguno de los cónyuges, desde que el ho-
gar va a continuar funcionando, requiriendo de dichos muebles. En los demás ca-
sos, invalidación, separación y divorcio, el menaje debe ser inventariado y obje-
to de partición.
- El derecho de preferencia de la casa habitación y del establecimiento agríco-
la, artesanal, industrial o comercial de carácter familiar
El derecho de preferencia de la casa habitación y del establecimiento agríco-
la, artesanal, industrial o comercial de carácter familiar con la obligación de rein-
tegrar el exceso de valor si lo hubiera (art. 323). Esta entrega se efectúa con cargo
a los gananciales que le corresponderán y, en caso de muerte de uno de los cón-
yuges, respecto a sus derechos por concepto de legítima; de esta manera, el rein-
tegro del exceso de valor se realizará con bienes propios del beneficiado.
Esta institución debe diferenciarse de otras dos que le corresponden exclusi-
vamente al cónyuge sobreviviente:
Derecho real de habitación Derecho de usufructo de la casa-habitación
Es un derecho autónomo Es un derecho complementario al Derecho real de
Es el derecho de habitar vitalicia y gratuitamente en habitación
la casa donde existió el hogar conyugal cuando con- Es el derecho con autorización judicial la casa-habita-
curre con otros herederos y sus derechos por legítima ción siempre que no estuviere en situación económi-
y gananciales no alcanzaren el valor para que le sea ca para sostener sus gastos. Esto le permitirá percibir
adjudicada la casa. para sí la renta y ejercer sobre la diferencia existente
Este derecho recaerá sobre la diferencia entre el valor entre el valor del bien y el de sus derechos por con-
del bien y el de sus derechos por concepto de legítima cepto de legítima y gananciales los demás derechos
y gananciales; afectando la cuota de libre disposición inherentes al usufructuario.
del causante y, si fuere necesario, la reservada a los En caso de extinguirse el arrendamiento, el cónyuge
demás herederos en proporción a los derechos heredi- sobreviviente podrá readquirir a su sola voluntad el
tarios de estos (art. 731). derecho de habitación (art. 732).
Mientras la casa-habitación esté afectada por los derechos de habitación o de usufructo
tendrá la calidad legal de patrimonio familiar
161
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
7.5.3.2. Valorización
El segundo paso es efectuar la valuación de los bienes a fin de establecer nu-
méricamente el activo de la sociedad conyugal. Esta valuación se efectúa sobre
todos los bienes, no solo sobre los sociales sino también sobre los bienes que pu-
dieran haber sido dispuestos sin el correspondiente asentimiento, en razón de que
tales actos no son oponibles al cónyuge que no otorgó su conformidad.
Luego se determina el pasivo que consiste en:
i) Cargas sociales (art. 316) entendidas como las deudas contraídas para satis-
facer las necesidades de la familia y la conservación del patrimonio,
ii) Deudas sociales propiamente dichas, y;
iii) Recompensas que debe la sociedad conyugal deba a alguno de los cónyuges.
Todos estos compromisos se asumen con los bienes sociales y, subsidiaria-
mente si no alcanzaren, con los bienes propios de cada (ex) cónyuge a prorrata,
es decir en proporción al valor.
Paso siguiente se reintegran los bienes propios que quedarán.
El remanente, lo que queda luego de satisfechas las deudas, es lo partible en-
tre los cónyuges o entre uno de ellos y los herederos del otro, se dividen en partes
iguales, mitad y mitad para cada uno. Estos son los gananciales, los bienes res-
tantes, sobrantes una vez saneadas las deudas.
Los pasos para lograr una liquidación son:
(272) Cas. Nº 4664-2010-Puno. Sentencia dictada en el Tercer Pleno Casatorio Civil realizado por las Salas
Civiles Permanente y Transitoria de la Corte Suprema de Justicia de la República de Perú. Vide funda-
mento 76.
162
SOCIEDAD DE GANANCIALES
Art. Pasos
1) Inventario valorizado de bienes - Inmediato
321 a. Acuerdo voluntario con firma legalizada o,
b. Judicialmente a falta de acuerdo
Preferencias:
En caso de fenecimiento de la sociedad de gananciales por declaración de ausencia
o muerte corresponderán al cónyuge del ausente o al sobreviviente:
- Los bienes del menaje ordinario del hogar
- El derecho de preferencia de la casa habitación y del establecimiento agrícola,
artesanal, industrial o comercial de carácter familiar
322 2) Se pagan las obligaciones sociales y las cargas
3) Se entrega a cada cónyuge sus bienes propios existentes
4) Determinación de los gananciales
5) Distribución de los gananciales
a. Entre cónyuges o,
b. Herederos
Preferencias
323 En caso de fenecimiento de la sociedad de gananciales por declaración de ausencia
o muerte, el cónyuge del ausente o el sobreviviente tiene preferencia para la adju-
dicación de:
- La casa en que habita la familia y,
- Del establecimiento agrícola, artesanal, industrial o comercial de carácter familiar
Correspondiéndole la obligación de reintegrar el exceso de valor si lo hubiera.
324 Restricciones - Teoría de la culpabilidad
En la separación de hecho, el cónyuge culpable pierde el derecho a gananciales
proporcionalmente a la duración de la separación.
Matrimonios sucesivos
En caso deban ejecutarse simultáneamente la liquidación de gananciales de dos o
más matrimonios contraídos sucesivamente por una misma persona:
- En defecto de inventarios previos de los matrimonios se admitirá toda clase de
pruebas para determinar los bienes de cada sociedad; y,
325
- En caso de duda, se dividirán los gananciales entre las diferentes sociedades,
teniendo en cuenta:
i) El tiempo de su duración y,
ii) Las pruebas que se haya podido actuar acerca de los bienes propios de los
respectivos cónyuges.
7.5.3.3. Gananciales
Son los bienes que quedan, los remanentes(273), una vez saneadas y satisfe-
chas las deudas sociales, liquidada la comunidad conyugal (art. 323). Estos bie-
(273) Como dice la jurisprudencia: “En efecto, se requiere primero un inventario valorizado de los bienes, lue-
go pagar las obligaciones sociales y las cargas y después se reintegra a cada cónyuge los bienes propios
163
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
nes son los partibles entre marido y mujer o entre uno de ellos y los herederos del
otro. Se dividen en partes iguales, mitad y mitad para cada uno. Siendo una nor-
ma de orden público no cabe pacto en contrario. Sobre los gananciales se gene-
ra un derecho de copropiedad de ambos cónyuges o sus respectivos herederos ri-
giéndose por las reglas del artículo 969 y siguiente mientras no se acredite la y
realice la partición de acuerdo al artículo 323(274).
Representan un derecho de los cónyuges que, sometidos al régimen de ga-
nanciales, debe reconocerse disuelta la comunidad de bienes.
Solo en casos establecidos por la norma los gananciales pueden ser materia
de pérdida o de afectación:
- Pérdida.- Por divorcio: El cónyuge divorciado por su culpa perderá los ga-
nanciales que procedan de los bienes del otro (art. 352), vale decir, de los fru-
tos y productos de aquellos, y; Por separación de hecho: el cónyuge culpa-
ble(275) pierde el derecho a gananciales proporcionalmente a la duración de
la separación (324); en este último caso la separación de hecho se presenta
como requisito sine qua non(276) para que opere la pérdida (art. 324). Divorcio
y Separación son dos instituciones distintas en las que puede operar la pérdi-
da de los gananciales(277), como lo refiere la jurisprudencia:
“Son distintos los supuestos de pérdida de gananciales como producto de
la separación de hecho y del divorcio. En el primer caso, producida la se-
paración de hecho, el cónyuge culpable pierde el derecho de gananciales
que quedaron y solo son gananciales los bienes remanentes, después de pagadas las deudas de la so-
ciedad de gananciales y recién dichos gananciales se dividen por mitad entre ambos cónyuges”. Cas.
N° 2818-2000-Lambayeque, El Peruano, 02/07/2001, p. 7338.
(274) CASTRO PÉREZ TREVIÑO, Olga María: “La legislación peruana a propósito del régimen económico
en las uniones matrimoniales y no matrimoniales”. Ob. cit,, p.135.
(275) “La reconvención para que se declare la pérdida de gananciales por separación de hecho, por culpa de
uno de los cónyuges y por enriquecimiento indebido, no resultan procedentes, cuando no guarda conexión
con la demanda interpuesta sobre división y partición de herencia, porque entre esta pretensión y aquella,
no existen elementos comunes que la hagan viable, siendo el caso señalar, que la persona reconviniente
no fue demandada sino sus menores hijos y aquella salió a juicio en representación de estos. La pérdida
de gananciales por separación de hecho del cónyuge culpable, que regula el artículo 324 del Código Ci-
vil, presupone que en el juicio correspondiente, el juez ha establecido su culpabilidad, porque solo él es
competente para establecerlo”. Cas. N° 1032-1996-Lima, 05/11/1996.
(276) “Para que el cónyuge culpable pierda el derecho a gananciales, de conformidad con el artículo 324 del
Código Sustantivo, se requiere que se produzca formalmente la separación de hecho”. Cas. N° 513-1996.
El Código Civil a través de la Jurisprudencia Casatoria. Asociación No hay Derecho, Legales, Lima,
2000, p. 158. “Para que el cónyuge culpable pierda el derecho a gananciales, de conformidad con el ar-
tículo 324 del Código Sustantivo, se requiere que se produzca formalmente la separación de hecho”. Cas.
N° 513-1996, El Código Civil a través de la Jurisprudencia Casatoria. Asociación No hay Derecho, Le-
gales, Lima, 2000, p. 158.
(277) “Para que el artículo 324 del Código Civil sea aplicable es necesario que la separación de hecho se haya
producido durante la vigencia de la sociedad de gananciales, ya que al producirse la disolución del vínculo
matrimonial, ya no es de aplicación la norma en estudio, sino la contenida en el artículo 352 del Código
Sustantivo”. Cas. N° 986-96-Cusco, El Peruano, 03/05/1998, p. 866.
164
SOCIEDAD DE GANANCIALES
165
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
(282) PLÁCIDO VILCACHAHUA, Alex Fernando. Manual de Derecho de Familia. Un nuevo enfoque de es-
tudio de Derecho de Familia. 2ª edición, Gaceta Jurídica, Lima, 2002, p. 169.
(283) LASARTE, Carlos. Derecho de Familia. Ob. cit., p. 236.
(284) CORNEJO CHÁVEZ, Héctor. Ob. cit., p. 290.
166
SOCIEDAD DE GANANCIALES
167
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
168
SOCIEDAD DE GANANCIALES
7.6. Recompensas
7.6.1. Denominación y concepto
También llamado reembolsos.
Son los créditos o deudas recíprocas que existen entre cada cónyuge y la so-
ciedad conyugal con motivo de los aportes realizados para la adquisición de bie-
nes(288). Es un pago que se hace en retribución de lo cancelado por un cónyuge
en beneficio de la sociedad conyugal o viceversa y tiene como finalidad evitar el
enriquecimiento sin causa favoreciendo la seguridad del tráfico(289). En definiti-
va, debo reembolsar a aquel que paga por mí; el empobrecimiento de quien paga
debe ser satisfecho con la devolución a través de mi pago.
Nestor Solari nos dice que “la ganancialidad en el régimen patrimonial ma-
trimonial encuentra su fundamento, en principio, en la idea de coparticipación y
esfuerzo común que implica la comunidad de vida en el matrimonio. En esta ló-
gica, cada legislación determina cuáles bienes son gananciales, intentando com-
prender, en abstracto, el mayor número de casos en que esas adquisiciones, du-
rante el matrimonio, representen la mentada comunidad de vida que conlleva la
institución matrimonial. Por otra parte, se intenta que los aportes efectuados por
uno de los integrantes de la unión, durante la vigencia del régimen patrimonial, a
favor de la comunidad ganancial y, viceversa, los aportes realizados por la comu-
nidad ganancial a favor de uno de ellos, no convierta en injusto el sistema, impi-
diendo que alguno se beneficie a costa del otro. De ahí la razón y fundamento de
las llamadas recompensas, que originan los créditos al momento de la disolución
del régimen patrimonial. En definitiva, que uno de los cónyuges o la masa de ga-
nanciales no se vean perjudicados o beneficiados por inversiones efectuadas du-
rante la vigencia del régimen patrimonial”(290).
La recompensa es una carga, un crédito, una nota por cobrar a favor de quien
asumió un pasivo que no le correspondía.
169
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
7.6.5. Finalidad
La intangibilidad de las masas de los bienes propios y los sociales de titulari-
dades distintas (de cada cónyuge y de la sociedad conyugal) determina la existencia
170
SOCIEDAD DE GANANCIALES
de las recompensas por los créditos que surgen de cada masa contra la otra, evi-
tando que el haber de una se acreciente a expensas de la otra y que estas se reduz-
can con el beneficio de la anterior. El fin de la recompensa es restablecer la com-
posición de las masas patrimoniales tomando como base que los bienes que las
constituían al iniciarse la sociedad conyugal y los que fueron sumándose o sus-
trayéndose posteriormente.
II. ACTIVOS
8. Régimen de bienes
La sociedad conyugal no es estática, es una comunidad dinámica de bienes.
Variaciones permanentes se presentan en su composición. Los bienes no que-
dan estancados en el patrimonio, sufren mudas y cambios. Su variación se da con-
forme al desarrollo de la actividad económica conyugal. No pierden su calidad ju-
rídica por voluntad de los cónyuges dado que la misma es predeterminada por la
ley gozando de una naturaleza autónoma(294).
(293) VARSI ROSPIGLIOSI, Enrique. Divorcio, filiación y patria potestad. Grijley, Lima, 2004, p. 363.
(294) “Los Bienes de la sociedad de gananciales son de naturaleza autónoma con garantía institucional, por
cuanto sus normas son de orden público, sin que puedan ser modificadas por la sola voluntad de los cón-
yuges”. Exp. Nº 2490-98. 12/03/1999. En: Diálogo con la Jurisprudencia. Tomo 107, Gaceta Jurídica,
Lima, agosto de 2007, p. 136.
171
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
El patrimonio conyugal se recompone, hay bienes que salen, otros que en-
tran, se renuevan, se pierden, ceden o extinguen.
La sociedad de gananciales tiene una compleja estructura que está marcada
por la diversidad de bienes que la componen. Bienes de uno, bienes del otro y bie-
nes de la sociedad. Estos patrimonio se encuentran conformados por activos (bie-
nes y derechos) y pasivos (cargas y deudas).
La doctrina nos refieres tres teorías:
- Teoría bipartita de patrimonios separados
El concepto general es que en la sociedad de gananciales existen bienes de
uno y bienes de otro. Los primeros de los cónyuges denominados propios y los
segundos de la comunidad, llamados sociales, que vienen a ser una contraparti-
da de los primeros(295).
Esta teoría la asume el Código (art. 301) así como la jurisprudencia: “La so-
ciedad de gananciales se encuentra conformada por el conjunto de bienes socia-
les y bienes propios de cada cónyuge, constituyéndose en un mecanismo de regu-
lación de dicho patrimonio”(296).
- Teoría tripartita de patrimonios separados
Para otros existen tres patrimonios privativos: el del marido, el de la mujer y
el social. Amplía la conformación patrimonial de bienes de la comunidad, hacién-
dola más real, en todo más práctico.
- Teoría múltiple de patrimonios separados
Lo cierto es que en una comunidad conyugal existen más de dos y tres tipos
de bienes.
Contrariamente a lo que nos dice el Código y nos enseñaron/enseñan en las
aulas universitarias su composición es mucho más rica y variopinta.
Encontramos de uno, de otro y de todo.
Los bienes son diversos tal como heterogéneas las relaciones patrimoniales
entre los cónyuges y terceros. Resulta inconcebible creer, y sobre todo conside-
rar, que un matrimonio con comunidad esté conformado por bienes de ellos y de
(295) “Los bienes propios son aquellos que tiene cada cónyuge desde antes de la celebración del matrimonio
y aquellos que adquiera su vigencia a título gratuito por subrogación real con otro bien propio o por una
causa o título anterior al matrimonio, siendo además estos de libre disposición para su titular; y los bie-
nes sociales constituyen una contrapartida, aquellos que se adquieren durante el matrimonio a título one-
roso y aún después de su disolución por causa o título anterior a la misma”. Cas. N° 2242-99-Lima, El
Peruano, 24/08/2000, p. 6087.
(296) Cas. N° 145-2001-Huánuco, El Peruano, 31/05/2002, p. 8832.
172
SOCIEDAD DE GANANCIALES
Simple
Bienes propios De cada quien
Puros
Calificación dual(*)
dad con un tercero ción de un tercero adquiriente
Mixta
Bien propio, bien social y - Bien adquirido en parte con dinero propio, con dinero
en copropiedad con un ter- ganancial y con la participación de un tercero adqui-
cero riente
Patrimonio de afectación(**) - Ni propio ni ganancial, caso de la propiedad fiduciaria
- Fideicomiso (el bien fideicometido es un patrimonio separado del
fiduciario y del fiduciante )
Gananciales anómalos(***) - Anomalía absoluta, los adquiridos por (i) un cónyuge
Son gananciales pero que inocente en un divorcio, (ii) matrimonio putativo
no se dividirán al finalizar el - Anomalía transitoria, bienes sujetos a carga: Derecho real
régimen de habitación y patrimonio familiar
Patrimonio profecticio - Patrimonio de los hijos
Patrimonio familiar - Aquel bien inmueble protegido del bien por ser impor-
tante para la vivienda, sustento, permanencia y desarro-
llo de la familia.
(*) Dice Mazzinghi que la calificación de propio o ganancial no recae sobre la cosa del objeto de condominio
sino sobre las porciones indivisas, de forma que este condominio de naturaleza mixta por estar integrado por
partes propias y por partes gananciales no implica una calificación dual (Cit. MÉNDEZ COSTA, María Josefa y
D´ANTONIO, Daniel Hugo. Derecho de Familia. Tomo II, Rubinzal Culzoni, Buenos Aires, 2001, pp. 138 y 139).
(**) Ibídem, p. 107.
(***) Ibídem, p. 129.
173
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
BIENES
Propios Sociales
Fórmula simple Fórmula especial
Númerus Solo los deta- Númerus Todos los bienes, salvo los detallados en el 302
clausus llados en el 302 apertus
Taxativa También son bienes sociales:
302-6 • Los bienes accesorios de una empresa que no tenga
310 la calidad de bien propio.
• Los adquiridos por trabajo, industria o profesión;
• Los frutos y productos de los bienes propios y so-
ciales;
• Las rentas de los derechos de autor e inventor.
• Los edificios construidos a costa del caudal so-
cial en suelo propio de uno de los cónyuges, abo-
nándose a este el valor del suelo al momento del
reembolso.
174
SOCIEDAD DE GANANCIALES
Los bienes propios están taxativamente designados mientras que los socia-
les están contenidos en una fórmula abierta. Todo, todo aquello que no es pro-
pio es social.
Siendo realista es en este contexto que debemos comenzar a reconceptualizar
la estructura patrimonial de la comunidad conyugal de bienes.
(297) “Se califica como propios de cada cónyuge los bienes que aporte al iniciarse el régimen de sociedad de
gananciales que la fórmula general empleada por el legislador comprende todos los bienes que cada uno
de los cónyuges tenían al momento de iniciarse el régimen, sea corporales o incorporales, muebles o in-
muebles, créditos o rentas; en general, todos los valores patrimoniales de cualquier naturaleza, sin aten-
der al origen o título de adquisición”. Cas. N° 2201-1999-Lima, El Peruano, 01/09/2000, p. 6198.
(298) “La presunción del artículo 310 del Código Civil, según el cual todos los bienes se presumen sociales,
conlleva implícita también el que los créditos a favor de uno de los cónyuges ha beneficiado al otro, situa-
ción que no ha sido rebatida con pruebas en este proceso, en el que, como se ha expresado, la eficacia del
pagaré subsiste respecto a la cónyuge del accionante”. Cas. N° 2071-2003-Áncash. Data 30.000 G. J.
175
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
176
SOCIEDAD DE GANANCIALES
prescripción que a pesar de que se trata de una adquisición a título gratuito el re-
conocimiento del derecho de la posesión se constituyó durante el matrimonio(303).
Esa disposición debemos concordarla con el artículo 304 del Código que
prohíbe la renuncia a una herencia o legado o dejar de aceptar una donación si no
se tiene previamente el consentimiento del otro cónyuge. Tal restricción se debe a
que las rentas de los bienes propios son sociales. Esta regla no es aplicable cuan-
do exista el régimen de separación de bienes. La jurisprudencia aclara que cier-
tas adjudicaciones legales escapan de la naturaleza de bien propio a pesar de ha-
ber sido adquiridos a título gratuito(304) o, cuando la posesión ha sido ejercida a
favor de la sociedad conyugal(305). En este artículo deben considerarse los bienes
donados a ambos cónyuges, de forma individual a cada uno de ellos, los que su-
jetan al régimen de copropiedad, los que se regulan en mérito del segundo párra-
fo del artículo 1630.
Los bienes hallados, encontrados, pueden encuadrarse en este supuesto al ser
adquiridos sin contraprestación alguna. Es el caso de los objetos perdidos. En es-
tos casos partimos de la premisa que nadie es propietario de facto de aquel obje-
to hallado en la calle. En todo caso el apoderamiento o apropiación solo funcio-
na prima facie para la cosas de nadie (res nullius) como las conchas, piedras, ra-
mas, todo aquello que es inútil (art. 929) de forma tal que termino siendo domi-
nus por la apropiación (agarre o aprehensión), con el simple hecho de tomarlo. El
mismo criterio se aplica para las cosas abandonadas (res derelictae). Ambas, las
de nadie como las abandonadas, carecen de dueño. Las primeras nunca lo tuvie-
ron, en las segundas el propietario originario decidió renunciar a ellas (dejándo-
las, arrojándolas) de allí que funcione esta forma especial de adquirir propiedad
a través de la apropiación.
El criterio legal para las cosas perdidas es distinto. Una cosa tiene calidad de
perdida cuando es sustraída de la posesión de su titular quien conservará su dere-
cho de propiedad y correspondiente posesión, tal es el caso de un robo, despojo
o pérdida, y así es tratado en el artículo 904, “se conserva la posesión aunque su
177
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
ejercicio esté impedido por hechos de naturaleza pasajera”. En razón de que las
cosas perdidas han tenido un dueño, y nunca dejaron de tenerlo, es que el Código
Civil ofrece un tratamiento diferente y, apartándose del apoderamiento como for-
ma de adquirir propiedad, compromete al Estado para que en conjunto con quien
halló el objeto, y previa publicidad de su hallazgo, puedan disponerla pública-
mente vía subasta (art. 932). La razón de este tratamiento es la honradez que debe
guiar a toda persona ante el hallazgo de un bien. Vista la implicancia civil, es de
considerar que el tema de los objetos perdidos tiene una arista penal en razón de
que se configura como delito la apropiación de un bien perdido (art. 192, Código
Penal, con pena privativa de libertad no mayor de dos años o con limitación de
días libres de 10 a 20 jornadas).
El caso de los tesoros es tema aparte, como veremos más adelante.
(306) CASTRO PÉREZ TREVIÑO, Olga María: “La legislación peruana a propósito del régimen económico
en las uniones matrimoniales y no matrimoniales”. Ob. cit., p. 119.
178
SOCIEDAD DE GANANCIALES
179
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
matrimonio, así como una forma de aumento de capital en la que se aplica la ca-
lidad de las acciones.
Así tenemos:
Son propias de cada cónyuge las acciones y las participaciones de sociedades
que se distribuyan gratuitamente (Principio de carácter gratuito de la adqui-
sición del bien durante el matrimonio) entre los socios por revaluación del
patrimonio social (tipo de aumento de capital), cuando esas acciones o par-
ticipaciones sean bien propio (Principio de procedencia del derecho de ori-
gen de las nuevas adquisiciones).
En razón de estos principios, las nuevas acciones son propias por su origen
gratuito (sin costo de adquisición) y/o si el origen de las mismas es propio (la cría
de acciones son bienes propios porque siguen la naturaleza invariable de la ac-
ción madre). Las acciones serán bienes propios si es que las acciones que dieron
origen a dichas nuevas acciones hayan sido bien propio y además el cónyuge ten-
ga la calidad de socio(308); por el contrario serán sociales si fueron adquiridas con
aporte de bienes comunes(309).
Consideramos que el principio de carácter gratuito de adquisición del bien
durante el matrimonio es el que tiene mayor trascendencia pero no puede desco-
nocerse el principio de la procedencia del derecho de origen de las nuevas ad-
quisiciones al que debe sumarse la teoría del reembolso a pesar de que ni uno otra
estén contemplados en nuestro Código civil. La teoría del reembolso se explica
cuando el cónyuge propietario de las acciones invierte en la empresa con fondos
de bienes sociales de forma que para que las utilidades conserven la calidad de
(308) “Que el artículo trescientos dos, inciso siete del Código Civil, señala son bienes propios, las acciones y
participaciones de sociedades que se distribuyan gratuitamente entre los socios, por reevaluación de pa-
trimonio social, cuando esas acciones o participaciones sean bien propio. De esta norma se desprende que
para que las nuevas acciones tengan el carácter de bien propio es necesario que quien las recibe sea pre-
viamente socio y que las acciones que tenía anteriormente y que dieron lugar a que reciba nuevas accio-
nes por reevaluación de patrimonio social hayan tenido también la calidad de bien propio, supuestos que
no se dan en el presente caso, pues el demandante ni ha sido socio, ni ha tenido anteriormente acciones
con carácter de bien propio, a lo que se agrega que conforme ha establecido en la jurisprudencia son bie-
nes propios los que tiene cada cónyuge desde antes de la celebración del matrimonio aquellos que se ad-
quieran durante su vigencia a título gratuito, por subrogación real con otro bien propio o por causa o tí-
tulo anterior al matrimonio, supuestos que tampoco se dan en el presente caso, a lo que se agrega que el
demandado no ha probado los extremos de su afirmación a lo que se estaba obligado por imperativo del
artículo ciento noventa y seis del Código Procesal Civil”. Causa N° 2004-00158-0-040101-SS-CI-02, Se-
gunda Sala Civil de la Corte Superior de Arequipa de fecha 29 de agosto de 2008.
(309) “Las acciones emitidas, que fueron pagadas con el aporte del inmueble perteneciente a una sociedad de
gananciales, ello permite concluir que dichas acciones corresponden a la sociedad de gananciales. Esto
es, el referido inmueble tenía la condición de bien social y el hecho que las acciones hayan sido emitidas
solo a nombre del marido de la demandante, conforme se aprecia en la cláusula segunda de la escritura
de constitución social de la empresa, no menoscaba su naturaleza, pues dichas acciones tienen la calidad
de bienes de la sociedad de gananciales como prescribe el artículo 310 del Código Civil y como así se ha
establecido en la instancia”. Cas. N° 2021-2004-Lima, El Peruano, 30/03/2008.
180
SOCIEDAD DE GANANCIALES
(310) LGS. “Artículo 202.- Modalidades. El aumento de capital puede originarse en: 1. Nuevos aportes; 2. La
capitalización de créditos contra la sociedad, incluyendo la conversión de obligaciones en acciones; 3.
La capitalización de utilidades, reservas, beneficios, primas de capital, excedentes de revaluación; y, 4.
Los demás casos previstos en la ley”.
(311) AZPIRI, Jorge O. Régimen de bienes en el matrimonio. 2ª edición actualizada y ampliada, Buenos Aires,
Hammurabi, p. 81.
(312) BORDA, Guillermo A. Tratado de Derecho Civil. Familia. Tomo I, 10ª edición, Buenos Aires, La Ley,
2008, p. 254.
(313) DÍEZ-PICAZO, Luis y GULLÓN, Antonio. Sistema de Derecho Civil. Volumen IV, 3ª edición, 2ª reim-
presión, Tecnos, Madrid, 1986, p. 227.
181
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182
SOCIEDAD DE GANANCIALES
(323) BORDA, Guillermo. Manual de Derecho de Familia. 12ª edición actualizada, Buenos Aires, Editorial
Lexis Nexis, 2002, p. 131 y ZANNONI, Eduardo A. Derecho de Familia. Tomo 1, 3ª edición, Buenos
Aires, Astrea, 1998, p. 503.
(324) BORDA, Guillermo A. Tratado de Derecho Civil. Ob. cit., p. 238.
(325) AZPIRI, Jorge O. Régimen de bienes en el matrimonio. Ob. cit., pp. 81 y 89. MÉNDEZ COSTA, María
Josefa y D´ANTONIO, Daniel Hugo. Ob. cit., p. 126. SAMBRIZZI, Eduardo. Tratado de Derecho de
Familia, 1ª edición, Tomo II, La Ley, Buenos Aires, 2010, p. 713.
(326) ZANNONI, Eduardo A. Derecho de Familia. Ob. cit., p. 538.
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(327) BORDA, Guillermo A. Tratado de Derecho Civil. Ob. cit., p. 253. Cit. SAMBRIZZI, Eduardo. Tratado
de Derecho de Familia. Ob. cit., p. 715.
(328) De acuerdo a sentencias citadas por SAMBRIZZI, Eduardo. Ob. cit., p. 713.
(329) Ibídem, p. 715.
(330) AZPIRI, Jorge O. Ob. cit., p. 90.
184
SOCIEDAD DE GANANCIALES
Acciones
Propias Sociales
Gratuito Oneroso
8.1.6.7. Conclusiones
Todas las acciones se presumen sociales salvo prueba en contrario (art. 311
del Código y 37 del Reglamento de Registro de Sociedades). Para cada caso en
concreto deberá analizarse la naturaleza de las acciones, tanto en su emisión,
creación o incremento de su valor nominal como consecuencia del aumento de
capital.
1. Calificación de la naturaleza de las acciones. Para la calificación de las
acciones adquiridas durante la vigencia de la sociedad conyugal debe tenerse
(331) Res. N° 081-99-ORLCTR-Lima, del 07/04/1999, Jurisprudencia Registral, Año IV, Vol. VIII, p. 241.
185
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SOCIEDAD DE GANANCIALES
Bienes propios
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
8.1.9. Administración
Cada cónyuge conserva la libre administración de sus bienes propios y pue-
de disponer(332) de ellos o gravarlos (art. 303)(333) y responden de las obligaciones
particulares de cada cónyuge(334).
Esta norma no es tan amplia como aparenta ser por tres motivos:
i) Los frutos y productos de los bienes propios son sociales
ii) Los bienes propios responden de las deudas sociales
iii) Siempre está de por medio el interés familiar
Por cualquiera de estas razones puede limitarse la libre administración y dis-
posición de los bienes propios, considerando que una redacción más acorde del
artículo 303 sería: “Cada cónyuge conserva la libre administración de sus bienes
propios y puede disponer de ellos o gravarlos salvo interés familiar existente”.
8.1.10. Excepciones
El bien propio de uno de los cónyuges es administrado por el otro en los si-
guientes casos:
- Falta de contribución al sostenimiento del hogar (art. 305)
En caso un cónyuge no contribuya con los frutos o productos de sus bienes
propios al sostenimiento del hogar el otro cónyuge puede pedir al juez que pasen
a su administración, en todo o en parte. Para estos efectos debe garantizar su ges-
tión por el valor de los bienes ajenos que reciba:
- Constituyendo hipoteca o, en su caso;
- Otorgando garantía (real o personal) si carece de bienes propios, lo cual
queda al prudente arbitrio del juez.
- Delegación voluntaria de facultades (art. 306)
Los bienes propios de uno de los cónyuges son administrados por el otro es
cuando el mismo cónyuge propietario lo permite. En tal supuesto, el cónyuge no
(332) “Es válida la enajenación de los bienes propios producida antes de la celebración del matrimonio, por lo que
la cónyuge carece del derecho de demandar la nulidad de la venta de dicho bien”. (Exp. N° 602-1995-Tacna.
En: Código Civil Comentado, 2ª edición, Tomo II, Derecho de Familia, Gaceta Jurídica, Lima, 2007, p. 207).
(333) “La comunidad social de gananciales puede estar integrada por los bienes propios de cada cónyuge y
los bienes de la sociedad conyugal. Que es importante determinar si como excepción alguien adquie-
re a título gratuito un bien durante la vigencia del matrimonio este se considera como bien propio, te-
niendo la facultad de disponer de él o gravarlo conforme señala el artículo 303 del Código Civil”. Cas.
N° 1304-1998-Lambayeque, El Peruano, 01/09/2000, p. 6208.
(334) Cas. N° 1666-2001, Junín. En: Compuleg software jurídico. Normas Legales S.A.C., Perú, mayo de 2011.
188
SOCIEDAD DE GANANCIALES
tiene más facultades que las de mera administración y está obligado a devolver
los bienes a su propietario cuando este lo requiera.
La mera administración implica actos de conservación, medidas de incre-
mento y obtener todas las ventajas del bien. No se admite actos de disposición.
- Delegación legal de facultades (art. 314, concordado con 294)
Los bienes propios de uno de los cónyuges son administrados por el otro
cuando:
- El otro está impedido por interdicción u otra causa.
- Si se ignora el paradero del otro o este se encuentra en lugar remoto, salvo
que exista apoderado.
En caso de abandonado del hogar quien se queda en el mismo solo le corres-
ponde la administración de los bienes sociales, no de los propios del otro.
8.1.11. Disposición
El cónyuge propietario tiene las facultades de gravar y disponer libremente
de sus bienes, sin intervención del otro.
En caso de actos de disposición excesiva fuesen el resultado de una actitud
irracional o de una ausencia de aptitudes de ponderación del valor de los bienes o
de su adecuado manejo, puede el otro cónyuge(335):
- Plantear una acción de interdicción por causa de prodigalidad, de mala ges-
tión o de invalidez de donación, según sea el caso.
- Pedir la nulidad de los actos practicados por el otro en su perjuicio, invocan-
do dolo (art. 210), a la simulación (arts. 190 y 219, inc. 5), fraude (art. 191)
o a la nulidad de los actos jurídicos (art. 219), según el caso.
- Hacerse indemnizar por el acto ilícito del otro en su agravio de acuerdo con
los artículos 1969, 1984 y 1321 del Código, cuando no sean de aplicación las
otras disposiciones.
Naturalmente, como señala Diego Meseguer(336), este principio debe interpre-
tarse en forma restringida porque de modo general se reconoce a los cónyuges la
facultad de administrar, como tengan por conveniente, los bienes sociales, sin que
sean responsables de las pérdidas que origine dicha administración, toda vez que
la ley no señala el grado de diligencia que deben poner; y porque resultaría, por lo
189
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
(337) JIMÉNEZ VARGAS-MACHUCA, Roxana: “Renuncia a herencia, legado o donación”. En: Código
Civil Comentado. Tomo II, Derecho de familia - Primera Parte. 3ª edición, Gaceta Jurídica, Lima, mayo
de 2010, p. 208.
190
SOCIEDAD DE GANANCIALES
acción de interdicción por prodigalidad (art. 584), mala gestión (art. 585) o reque-
rir la invalidez de la donación (art. 1629)(338).
8.2.1. Determinación
Son todos en general (art. 310).Todos los bienes no contemplados en la enu-
meración cerrada de los bienes propios (art. 302).
Además, dentro de los más comunes, tenemos:
- Los bienes accesorios de una empresa que no tenga la calidad de bien propio.
- Los bienes que cualquiera de los cónyuges adquiera por su trabajo, industria
o profesión;
- Los frutos y productos de todos los bienes propios y sociales;
- Las rentas de los derechos de autor e inventor;
- Los edificios construidos a costa del caudal social en suelo propio de uno de
los cónyuges, abonándose a este el valor del suelo al momento del reembolso.
Sin mayor esfuerzo se aprecia que en la determinación de los sociales tene-
mos una fórmula súper especial, en razón de que se estructura dentro de un con-
texto abierto, taxativo y presuncional, veamos:
8.2.1.1. Abierta
Son bienes sociales todos los no comprendidos como propios (art. 310).
8.2.1.2. Taxativa
También son bienes sociales.
- Los accesorios de una empresa que no tenga la calidad de bien propio (art.
302 - 6);
- Los adquiridos por trabajo, industria o profesión (art. 310), la jurisprudencia
ha considerado también a las pensiones –de cesantía, jubilación y retiro– sus
devengados e intereses(339);
(338) CASTRO PÉREZ TREVIÑO, Olga María. “La legislación peruana a propósito del régimen económico
en las uniones matrimoniales y no matrimoniales”. En: Ob. cit., p. 120.
(339) Las pensiones, sus devengados e intereses, cualquier acto de disposición sobre los mismos requieren la
intervención de ambos cónyuges a menos que alguno otorgue poder especial al otro. Cas. N° 2235-2003-
Lima. En: Revista Peruana de Jurisprudencia. N° 11, mayo de 2006 - Consultas Jurisprudenciales.
191
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
(340) “Artículo 39.- En todos los casos en que proceda la afectación en garantía; el retiro parcial, o total del
depósito en caso de cese, incluye los intereses correspondientes.
La compensación por tiempo de servicios tiene la calidad de bien común solo a partir del matrimonio ci-
vil, o de haber transcurrido dos años continuos de la unión de hecho y mantendrá dicha calidad hasta la
fecha de la escritura pública en que se pacte el régimen de separación de patrimonios o de la resolución
judicial consentida o ejecutoriada que ponga fin a dicho régimen.
En los casos a que se refiere el primer párrafo del presente artículo se presume, salvo prueba en contra-
rio, que el trabajador cuenta con el consentimiento correspondiente para realizar tales actos. Para desvir-
tuar esta presunción basta que el cónyuge o conviviente que acredite su calidad de tal, lo manifieste por
escrito al empleador y al depositario”.
(341) Cas. N° 838-96. En: El Código Civil en su Jurisprudencia. 1ª edición, Gaceta Jurídica, Lima, 2007,
p. 145.
192
SOCIEDAD DE GANANCIALES
193
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
Dentro de estos los más discutidos y discutibles podrían ser los bienes ad-
quiridos por el azar o hechos fortuitos, i.e. por casualidad y de suceso inopinado.
Casos especiales:
El hallazgo de un tesoro, entendido como el “conjunto escondido de mone-
das o cosas preciosas, de cuyo dueño no queda memoria”(342) pertenece al dueño
del terreno en que hubiese sido hallado. En el contexto del Derecho de Familia
según Krasnow, analizando el sistema argentino, dice que “el Código prevé el
caso especial del descubrimiento de un tesoro, describiendo distintas posibilida-
des: cuando un cónyuge descubre un tesoro en el inmueble de un tercero, lo que
obtenga por su participación será ganancial; cuando un tercero descubre un teso-
ro en el inmueble propio de uno de los cónyuges, la mitad que le corresponde al
propietario es ganancial y cuando un cónyuge encuentra un tesoro en un inmue-
ble propio o ganancial de alguno de los cónyuges la totalidad del tesoro será ga-
nancial (art. 2560, CC)” (343). Para Borda, “(...) son también gananciales los bienes
adquiridos por hechos fortuitos, como lotería, juego, apuestas. Esta regla es tam-
bién aplicable a los tesoros descubiertos por uno de los cónyuges en propiedad
de un tercero. Sabido es que en tal caso, el dominio del tesoro le pertenece la mi-
tad al descubridor y la mitad al propietario. Aquella mitad es indudablemente ga-
nancial, puesto que fue adquirida por un hecho fortuito. De igual modo es ganan-
cial la parte que corresponde a uno de los cónyuges como propietario en el caso
de que fuera un tercero el descubridor (art. 2560).
El premio ganado en un juego. Para Borda, “Debe reputarse comprendidos
en esta disposición del artículo 1272 los premios obtenidos en los concursos de
preguntas y respuestas de la televisión”(344). Asimismo, Krasnow considera que
los “(...) bienes adquiridos por hechos fortuitos: todo lo adquirido durante el ma-
trimonio por hechos fortuitos es ganancial (art. 1272, 3º párr., CC). Por ejemplo,
si estando casado Pablo gana una suma importante en un juego de azar, la suma
obtenida será ganancial” (345). Así también, todos aquellos reconocimientos eco-
nómicos que reciba uno de los cónyuges (la retribución económica del Nobel de
Mario Vargas Llosa es también de Patricia).
8.2.1.3. Presuncional
En caso de duda respecto a la naturaleza de un bien se presume que es so-
cial (art. 311).
194
SOCIEDAD DE GANANCIALES
(346) AVELEDO DE LUIGI, Isabel Grisanti. Lecciones de Derecho de Familia. Caracas, Vadell hermanos edi-
tores, 2002, p. 238.
(347) Su origen está en el Derecho Romano, en el fragmento 51 del título 1, libro 24 del Digesto, Pomponio
atribuye la norma a Quintus Mucius Scaevola: Quintus Mucius ait, quum in controversiam venit, unde ad
mulierem quid pervenerit, et venus et honestius est quod non demonstratur unde habeat existimari a viro
qui in potestate eius esset ad eam pervenisse. Evitandi autem turpis quaestus gxatia cirea uxorem hoc vi-
detur Quintus Mucius probasse. También, la Ley 6, título 16, libro 5 del Codex recoge el mismo princi-
pio, complementando la norma de que el depósito de cosas propiedad del marido a nombre de la espo-
sa no altera dicha propiedad, ni aun en el caso de que las cosas se entiendan donadas: Etiamsiuxonistuae
nomine res, quae tui iuris fuerant, depositaesunt, causa proprietatisearatione mutan no potuit, etsidonas-
se te uxoní res tuas ex hoc quisintelligat, quumdonatio in matrimonio facta prius mortu aeaquae liberali
tatem excepil irrita sit. Necestignotum, quod, quumprobaní non possit.
(348) Criterio adoptado en la Resolución N° 003-2002-0RLC/TR del 4 de enero de 2002, publicada el 30 de
enero de 2002.
195
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
Cornejo Chávez nos orienta que tal regla evita dos situaciones disyuntivas
igualmente injustas(349):
1. Que el patrimonio propio de uno de los cónyuges permanezca siempre en po-
der de su dueño, extrayéndosele del comercio de los hombres, lo que sería in-
admisible por perjudicar el desarrollo comercial.
2. Que el patrimonio propio de uno de los cónyuges se involucre paulatinamen-
te en el patrimonio social, lo que sería injusto hasta el punto de significar un
freno y consiguiente desincentivo al matrimonio; ello equivaldría al despo-
jo de uno de los cónyuges y al enriquecimiento indebido de la sociedad y del
otro cónyuge.
- Si vendidos algunos bienes, cuyo precio no consta haberse invertido, se com-
pran después otros equivalentes se presume, mientras no se pruebe lo contra-
rio, que la adquisición posterior es hecha con el producto de la enajenación
anterior.
Se trata de una presunción iuris tantum(350).
Se toma en cuenta el origen de los fondos empleados en las adquisiciones,
aun tratándose de onerosas durante el matrimonio, si ellas tienen su origen en el
empleo de dinero o fondos propios, lo adquirido será propio por subrogación real.
Lo que se compra con el dinero que se obtuvo de la venta de un bien anterior
se presume que sigue la suerte del primer bien, salvo prueba en contrario. Esta pre-
sunción disminuye la dificultad probatoria en torno a la naturaleza del bien aunque
tal regla está limitada a la relación entre precio de lo vendido y el de lo comprado.
Con este sistema se permite subsanar automáticamente cualquier omisión.
Todo lo que no es propio es social.
La norma es demasiado casuística y debe ser interpretada in extenso, bajo los
siguientes criterios:
- Puede tratarse de una compra o de una permuta
- Equivalencia entre: (i) lo vendido y lo adquirido, paridad de precios y, (ii) el
bien vendido y el adquirido, no debe ser necesariamente la misma naturale-
za, el código nos habla de un criterio de equivalencia, no de bienes iguales ni
mucho menos idénticos.
(349) CORNEJO CHÁVEZ, Héctor. Derecho familiar peruano. 10ª edición, Gaceta Jurídica, Lima, 1999,
pp. 284-285.
(350) “(...) la presunción no se refiere a la existencia de dichos bienes, sino a que, una vez acreditada fehacien-
temente la existencia y venta de los mismos, el precio de dicha operación se ha utilizado en la adquisi-
ción posterior”. R. N° 276-97-0RLC/TR, Jurisprudencia Registral, Año 11, Vol. IV, p. 235.
196
SOCIEDAD DE GANANCIALES
(351) R. N° 275-97-0RLC/TR, en: Jurisprudencia Registral, Vol. IV, Año 11, p. 89.
197
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
8.2.2. Titularidad
La titularidad de los bienes se logra una vez disuelta y liquidada la sociedad
de gananciales, momento en el cual se determina, finalmente, el patrimonio que le
corresponde a cada cónyuge. María Teresa Bendito(352) nos explica que la inexis-
tencia de cuotas ideales implica que hasta la disolución de la sociedad de ganan-
ciales los cónyuges no saben cuál es el activo para proceder a su reparto final o li-
quidación. Mientras no se disuelva y liquide, los cónyuges no pueden tener sino
un derecho expectante sobre el bien ganancial.
En este sentido, la Corte Superior de Justicia en una resolución del año 1998,
consideró que:
“(...) los bienes sociales no constituyen copropiedad de los cónyuges, sino un
patrimonio autónomo distinto de los sujetos que lo integran, siendo ello así
los derechos y acciones de los cónyuges es virtual y solo se concretizan fe-
necida la sociedad conyugal con la liquidación de la sociedad de ganancia-
les, tal como lo preceptúa el artículo 320 del Código Civil (...)”(353).
Una Resolución de la Corte Superior de 1999 niega el carácter virtual:
“Los bienes de la sociedad conyugal no constituyen copropiedad de los refe-
ridos cónyuges, sino un patrimonio autónomo, por lo que las reglas aplica-
bles a los bienes sociales, no pueden confundirse con las correspondientes a
la copropiedad, razón por la que ningún cónyuge es titular de acciones y de-
rechos. La propiedad no es actual, ni virtual y solo se concretiza fenecida la
sociedad conyugal”(354).
Los bienes sociales son autónomos e indivisibles en la medida que la so-
ciedad de gananciales es una propiedad indivisa sui géneris, es decir, un univer-
so de bienes que perteneciendo en conjunto a los cónyuges no están distribuidos
(352) BENDITO CAÑIZARES, María Teresa. Marido y mujer frente a las deudas del otro cónyuge: la terce-
ría de dominio. Tecnos, Lima, 1995, p. 21.
(353) Exp. N° 1952-98-Lima 04/09/1998.
(354) Exp. N° 3845-98-Lima 12/05/1999. LEDESMA NARVÁEZ, Marianella. Jurisprudencia Actual. Tomo
6, abril de 2002, p. 111.
198
SOCIEDAD DE GANANCIALES
(355) VARSI ROSPIGLIOSI, Enrique. “Deudas personales vs sociedad de gananciales”. En: diario oficial El
Peruano, Cuerpo B, Economía y Derecho, Informe, 6 de agosto de 1996, Lima, 1996, p. 9.
(356) Los bienes sociales constituyen un patrimonio autónomo e indiviso, lo que implica la imposibilidad de
ejecutar un bien de la sociedad de gananciales. “Los bienes gananciales o sociales son aquellos que ad-
quieren los cónyuges a título común, lucrativo u oneroso, durante la vigencia del matrimonio, y tienen
fin cuando este fenece; distinguiéndose de la copropiedad, en tanto esta se define como el dominio de un
bien tenido en común por varios sujetos, quienes son titulares de cuotas ideales en igual proporción respecto
de este. Los bienes sociales constituyen un patrimonio autónomo e indiviso, lo que implica la imposibilidad
de ejecutar un bien de la sociedad de gananciales con el que uno de los cónyuges garantizó una obligación de-
terminada, antes de que tal sociedad de bienes tenga fin”. Cas. N° 158-00-San Martín, 09/05/2000, en: Diálo-
go con la Jurisprudencia. Año 13. Tomo 107, Gaceta Jurídica, Lima, agosto de 2007.
(357) El bien social pertenece a la sociedad conyugal, quien detenta derecho real de propiedad sobre el mismo,
siendo que el hecho de ser considerada la sociedad conyugal como patrimonio autónomo para efectos de
su representación en juicio, no determina que tales bienes sean inembargables, pues los derechos que el
deudor casado tenga sobre los bienes sociales con su cónyuge también forman parte de su patrimonio y
no hay norma legal que impida que sean embargados en garantía de una obligación, luego del proceso de
liquidación. Cas. N° 3360-2007-Arequipa, del 27 de agosto de 2008. En: Diálogo con Jurisprudencia.
año 16, N° 136, Gaceta Jurídica, Lima, enero de 2010, pp. 140-143.
(358) VARSI ROSPIGLIOSI, Enrique. Ob. cit., p. 9.
199
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
8.2.3. Administración
Hay dos tipos de administración:
200
SOCIEDAD DE GANANCIALES
Administración del
Administración y patrimonio social Disposición común
disposición del pa- del patrimonio
trimonio individual Ordinaria / Extraordinaria / social
Indistinta Común
Artículo 303.- Cada cón- Artículo 292.- (...) Artículo 313.- Corres- Artículo 315.- Para dispo-
yuge conserva la libre ad- Para las necesidades ordi- ponde a ambos cónyuges ner de los bienes sociales o
ministración de sus bienes narias del hogar y actos de la administración del pa- gravarlos, se requiere la in-
propios y puede disponer administración y conser- trimonio social. Sin em- tervención del marido y la
de ellos o gravarlos. vación, la sociedad es re- bargo, cualquiera de ellos mujer. Empero, cualquiera
presentada indistintamen- puede facultar al otro para de ellos puede ejercitar tal
te por cualquiera de los que asuma exclusivamen- facultad, si tiene poder es-
cónyuges. te dicha administración pecial del otro.
(...) respecto de todos o de Lo dispuesto en el párrafo
algunos de los bienes. anterior no rige para los
En este caso, el cónyuge actos de adquisición de
administrador indemni- bienes muebles, los cuales
zará al otro por los daños pueden ser efectuados por
y perjuicios que sufra a cualquiera de los cónyuges.
consecuencia de actos do- Tampoco rige en los casos
losos o culposos. considerados en las leyes
especiales.
Artículo 294.- Uno de los cónyuges asume Artículo 314.- La administración de los bie-
la dirección y representación de la sociedad: nes de la sociedad y de los propios de uno de
1. Si el otro está impedido por interdicción u los cónyuges corresponde al otro en los casos
otra causa. del artículo 294, incisos 1 y 2.
2. Si se ignora el paradero del otro o este se Si uno de los cónyuges ha abandonado el ho-
encuentra en lugar remoto. gar, corresponde al otro la administración de
3. Si el otro ha abandonado el hogar. los bienes sociales.
201
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
8.2.4. Disposición
La sociedad conyugal es titular de los bienes sociales. Por tal razón, los cón-
yuges conjuntamente son los únicos legitimados para disponer de ellos o com-
prometer el patrimonio social, salvo que se trate de actos de disposición relacio-
nados con la potestad doméstica en los que será necesaria la intervención de uno
solo de los cónyuges. Disuelta la comunidad y siendo cada quien propietario po-
drá libre e individualmente disponer de los bienes(360).
8.2.4.2. Análisis
El término disposición (Del lat. disponĕre) es omnicomprensivo. No se limita
solo a la venta sino a más. Disponer es: “Ejercitar en algo facultades de dominio,
enajenarlo o gravarlo, en vez de atenerse a la posesión y disfrute”(361).
Sin que la enumeración sea restrictiva sino meramente enunciativa podemos
decir se entiende por como acto de disposición(362):
- Gravamen,
- Aporte,
- Venta,
- Donación,
- Permuta,
- Adjudicación, y;
(360) “Mientras no se haya producido la liquidación del régimen patrimonial y de la sociedad de gananciales no sur-
ten efectos los actos de disposición hechos por los cónyuges a favor de sus hijos”. Cas. N° 905-95-Lima.
(361) Diccionario de la Lengua Española, Vigésima segunda edición.
(362) Artículo 33 del Reglamento del Registro de Sociedades. Resolución N° 200-2001-SUNARP/SN (DOEP,
27/07/2001).
202
SOCIEDAD DE GANANCIALES
En general, queda claro que será disposición cualquier acto que importe trans-
ferencia de bienes o derechos, así como también el:
- Usufructo,
- Superficie,
- Servidumbre,
- Fianza,
- Prenda,
- Hipoteca, y;
Cualquier otro acto de naturaleza patrimonial que importe restricción a la ti-
tularidad de un bien o derecho. Sobre el particular cabe analizar dos casos, por
demás comunes:
- Arrendamiento. En este caso amerita una doble disquisición. Por ejemplo, dar
un bien social en arrendamiento es considerado un acto de administración;
tomar en arrendamiento, no(363) al no ser considerado parte de la administra-
ción ordinaria, sino extraordinaria, debiendo intervenir ambos cónyuges(364);
para otro sector, se trata de un acto ordinario, básicamente de una necesidad
de la familia que no requiere intervención de ambos(365).
- Adquisición. Entendido como comprar, obtener, en definitiva adquirir, para
un sector se trata de un acto de disposición(366).
(363) “Por acto de administración, se debe entender todo aquel acto que recayendo sobre bienes y derechos,
tiene por objeto conservar y obtener su normal rendimiento, constituyendo un típico acto de administra-
ción el entregar un bien en arrendamiento, mas no el tomar un bien en arrendamiento, pues el pago de la
renta convenida importa un acto de disposición sobre las sumas destinadas a dicho fin”. Cas. N° 3053-
1998-Lima, Código Civil en su Jurisprudencia. 1ª edición, Gaceta Jurídica, Lima, 2007, p. 163.
(364) No puede presumirse que la celebración de un contrato, mediante el cual se toma en arrendamiento un
bien inmueble se encuentre comprendido dentro de los supuestos de la administración ordinaria de los
bienes de la sociedad conyugal, por lo que resulta aplicable la exigencia de la actuación de ambos cón-
yuges contenida en el artículo 313 del Código Civil. Resolución N° 172-98-ORL/TR, Software Jurídico
Compuleg, ver: <http://www.compuleg.com>, octubre de 2011.
(365) El arrendamiento del inmueble donde se fijará el domicilio conyugal no es un acto de administración; sin
embargo, sí constituye una necesidad ordinaria del hogar y, por lo tanto, no requiere la intervención de
ambos cónyuges. “Del artículo 289 se desprende que dentro de la definición de necesidades ordinarias
del hogar, se encuentra la necesidad de proveer un domicilio conyugal en el que los cónyuges puedan ha-
cer vida en común. En consecuencia para alquilar un bien para destinarlo a domicilio conyugal, basta la
intervención de uno de los cónyuges”. Cas. Nº 3053-98-Callao.
(366) “Constituyen actos de disposición de bienes sociales, tanto la enajenación de los mismos, como la ad-
quisición a título oneroso de bienes en la medida que en este último supuesto, no obstante producirse
un incremento del patrimonio a través de la incorporación de un bien, también se genera un egreso del
patrimonio de la sociedad, a través de la entrega de dinero u otro bien de la sociedad conyugal”. Res.
N° 045-2008-SUNARP-TR-A del 21 de febrero de 2008.
203
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
(367) “El hecho de que la constitución de una deuda puesta a cobro haya contado solamente con la participa-
ción de uno de los miembros de la sociedad conyugal, no imposibilita que el banco ejecutante pueda pre-
tender hacerse cobro con la ejecución del bien social perteneciente a la sociedad conyugal; puesto que
precisamente fueron ellos quienes voluntariamente otorgaron en garantía hipotecaria dicho bien, teniendo
pleno conocimiento de que dicha deuda podía responder incluso por deudas asumidas por terceros y con
mayor razón por las deudas asumidas por uno de los integrantes de la sociedad conyugal”. Cas. N° 3467-
2001-Lima, El Peruano, 28/02/2005.
(368) Resolución N° 033-96-SUNARP, del 2 de febrero de 1996 considera “Artículo 2.- Declarar que la in-
tervención conjunta de ambos cónyuges en los actos de adquisición, disposición o gravamen de bienes
sociales inmuebles es requisito ineludible para la inscripción de tales actos en el Registro de Propiedad
Inmueble.
Lo dispuesto en el párrafo anterior no es de aplicación en los casos en que uno de los cónyuges tenga po-
der especial del otro para la realización de alguno de tales actos o cuando se trate de una adquisición a tí-
tulo gratuito” (última frase agregada por la Resolución N° 047-2000-SUNARP-SN, Lima, 13 de marzo
de 2000).
(369) Cas. Nº 2021-2004-Lima. El Peruano, 30/03/2006. Vide Diálogo con la Jurisprudencia, N° 115, año 13,
Gaceta Jurídica, Lima, abril de 2008, p. 161.
204
SOCIEDAD DE GANANCIALES
(370) RAMÍREZ JIMÉNEZ, Nelson. “Necesidad de precisiones sobre ineficacia en el Código Civil”. En: Re-
vista Jurídica del Perú. N° 24, julio de 2001.
(371) MORALES HERVIAS, Rómulo. “Validez y eficacia de los actos de disposición y de gravamen en la so-
ciedad de gananciales. El concepto oculto en el artículo 315 del Código Civil”. En: Revista Jurídica del
Perú. N° 64, Normas Legales, Trujillo, setiembre-octubre de 2005, p. 173.
205
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
(372) CANALES TORRES, Claudia. Disposición de bienes sociales por uno de los cónyuges. En: Diálogo con
la Jurisprudencia. N° 108, Gaceta Jurídica, Lima, setiembre de 2007, p. 104.
(373) BARCHI VELAOCHAGA, Luciano. “La disposición de un bien social por uno de los cónyuges sin la
intervención del otro”. En: Actualidad Jurídica. Tomo 90, Gaceta Jurídica, Lima, mayo de 2001, p. 13.
(374) Cas. N° 111-2006-Lambayeque, 31/01/2007.
(375) BARCHI VELAOCHAGA, Luciano. Ob. cit., p. 20. BARCHI VELAOCHAGA, Luciano. “Un asun-
to de familia: la venta de bienes sociales por uno de los cónyuges: comentario a la Cas. Nº 1815-2006-
Callao. En: Jus jurisprudencia. N° 2, julio de 2007, pp. 21-39.
(376) MORALES HERVIAS, Rómulo. Estudios sobre teoría general del contrato. Grijley, Lima, 2006, p. 512,
asimilándolo al régimen de la venta del bien ajeno.
(377) RAMÍREZ JIMÉNEZ, Nelson. “Necesidad de precisiones sobre ineficacia en el Código Civil”. Ob. cit.,
Antes de ello también en el diario oficial El Peruano, “La venta de bien ajeno”.
206
SOCIEDAD DE GANANCIALES
- Por ser contrario a las normas que interesan al orden público y a las bue-
nas costumbres. Se alega la nulidad del acto jurídico por ser contrario a las
normas que interesan al orden público y a las buenas costumbres (art. 219,
inc. 8 y art. V, Título Preliminar). La norma que restringe los actos de dispo-
sición de los bienes sociales a ser hechos de forma conjunta por ambos cón-
yuges tiene carácter imperativo y responde a un criterio de orden público, te-
niendo como fundamento que la sociedad conyugal es la titular de los bienes
sociales.
Parte de la jurisprudencia apunta en este sentido:
- “Para disponer bienes sociales o gravarlos, se requiere la intervención del mari-
do y la mujer, salvo que uno de ellos dé poder al otro para ese efecto, de acuer-
do el artículo 315 del Código Civil, por lo que están prohibidos los actos de dis-
posición unilateral de bienes inmuebles o los bienes muebles registrables sin
intervención de ambos cónyuges; de modo tal que si, contraviniendo dicha
norma, se practica actos de disposición de bienes sociales por uno solo de los
cónyuges se incurra en la causal de nulidad absoluta de acto jurídico previs-
ta en el artículo 219, inciso 1 del Código Civil, por falta de manifestación de
voluntad de los titulares del dominio del bien y por ser contrario a las leyes que
interesan el orden público según el artículo V del Título Preliminar del Código
Civil”(378).
- “Tal como lo ha establecido la Sala Suprema en reiteradas ejecutorias es nulo el
acto de disposición de bienes sociales efectuado por uno de los cónyuges”(379).
Respecto a la titularidad se ha manifestado lo siguiente:
- Titularidad de la acción de nulidad. “Por la naturaleza propia de la disposi-
ción contenida en el artículo 315 del Código Civil, la acción para perseguir
la nulidad de un acto jurídico celebrado por uno de los cónyuges sin la inter-
vención del otro, solo corresponde al cónyuge que no intervino o a sus here-
deros, acción en la que se ventilará entre otras cuestiones, si el consentimien-
to tácito o expreso existió o no”(380).
En esta línea Aguilar Llanos(381) sustentado en la disposición es un acto que
va contra una norma imperativa.
207
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
(382) ESPINOZA ESPINOZA, Juan. “Sustitución del régimen de sociedad de gananciales”. Ob. cit., pp. 1079
y 1071.
208
SOCIEDAD DE GANANCIALES
(383) Oficina Registral de Lima y Callao-ORLC, Jurisprudencia Registral, Vol. III, julio a diciembre de 1996,
Lima, 1997, p. 158.
(384) ESPINOZA ESPINOZA, Juan. Ob. cit., pp. 1079 y 1071.
(385) Cas. Nº 2150-1998-Lima, en El Código Civil a través de la Jurisprudencia Casatoria. Asociación No
hay Derecho, Legales, Lima, 2000, p. 149.
(386) Propuestas de reforma del Código Civil, Separata Especial, diario oficial El Peruano, Lima, martes 11 de
abril de 2006.
209
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
(387) “Al constituir la sociedad de gananciales un patrimonio autónomo distinto a un régimen de copropiedad,
para realizar actos de disposición de los bienes sociales que la integran será necesaria la voluntad coin-
cidente de ambos cónyuges que constituye la voluntad de la sociedad de gananciales”. Cas. N° 3109-
1998-Lima, El Código Civil a través de la Jurisprudencia Casatoria. Asociación No hay Derecho, Le-
gales, Lima, 2000, p. 153.
(388) Ratificación de cónyuge. “Conforme lo señala el artículo 315 del Código Civil, para disponer de los bie-
nes sociales o gravarlos se requiere la intervención del marido y la mujer, lo que no significa que la vo-
luntad sea necesariamente manifestada en un solo acto pudiendo hacerse mediante acto complementario
celebrado en momento y lugar diferente, por lo que siendo ello un requisito subsanable, no procede la ta-
cha sustantiva sino la observación del título respectivo”. Res. N° 192-2004-SUNARP-TR-A; Arequipa,
22/11/2004, Jurisprudencia Registral, San Marcos, Tomo I, p. 692.
(389) Improcedencia de convalidación. “Los bienes objeto de la venta son bienes sociales del matrimonio, por
lo que para disponer de ellos se requería de la intervención del marido y la mujer, lo que no ha ocurrido res-
pecto de la cónyuge, por lo que esta falta de manifestación de voluntad, no podría convalidarse con el recono-
cimiento realizado posteriormente”. Cas. N° 1854-2000-Lambayeque, Data 30,0000. Gaceta Jurídica.
(390) LASARTE, Carlos. Derecho de Familia. Ob. cit., p. 203.
210
SOCIEDAD DE GANANCIALES
–como resulta lógico– se indica expresamente que de dicho acto no surgirá obli-
gación personal ni responsabilidad alguna para el cónyuge que no interviene en
el acto de disposición.
211
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
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215
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
(394) MÉNDEZ COSTA, María Josefa y D´ANTONIO, Daniel Hugo. Derecho de Familia. Ob. cit., p. 107.
(395) Ibídem, p. 129.
216
SOCIEDAD DE GANANCIALES
Son aquellos bienes en los que una porción alícuota es propia y otra ganan-
cial, es decir bienes que son en parte propios y en parte sociales(396). Los bienes
de naturaleza mixta son adquiridos mediante precio o, mejor, capital o caudal ga-
nancial y privativo(397). Si bien no es están prohibidos por el Código Civil resul-
tan incompatibles con las soluciones adoptadas para el acrecimiento material(398);
además, el régimen de gestión del Código está elaborado, básicamente, para bie-
nes propios y gananciales, no para bienes mixtos(399). Para Azpiri(400) no existe obs-
táculo legal para admitir la coexistencia de un bien en parte propio y en parte ga-
nancial, considera que es indiscutible la posibilidad de reunirse en un mismo bien
dos calidades: propia en cuanto a determinada parte alícuota y ganancial en otra.
Se trata de bienes adquiridos con patrimonios distintos respecto de personas que
están casados y sujetan sus bienes a la sociedad de gananciales. Son bienes pro-
pios y sociales, especiales.
8.3.1.1. Concepto
Los bienes gananciales son de titularidad conjunta cuando son adquiridos por
el marido y la mujer mediante el aporte propio de uno y ganancial de otro. Es un
caso especial, los adquirientes comparten el estado civil de cónyuges, disponen del
patrimonio personal y social para adquirir un nuevo bien. Se está ante la adquisi-
ción de un bien con patrimonios distintos respecto de dos personas que, además
de cónyuges y que sus bienes se sujetan a la sociedad de gananciales, disponen de
bienes para constituir su patrimonio. Este tipo de bienes, parte propio y parte so-
cial, se rigen por las normas de la copropiedad siempre armonizadas y ajustadas
con los principios del régimen patrimonial del matrimonio. Respecto de este caso
tan específico Marisa Herrera(401) considera que la titularidad conjunta de bienes
gananciales observa tres consideraciones negativas:
i) No se trata de una cuestión de recompensa,
ii) No involucra la reinversión, subrogación o aporte en dinero de bienes pro-
pios y,
iii) Es un caso de indivisión pero no de indivisión postcomunitaria.
La jurisprudencia mendocina, de forma clara y precisa, ha establecido que:
“Para que un bien sea de titularidad conjunta, ambos cónyuges deben figurar en
217
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
(402) Sala I de la Suprema Corte de la Provincia de Mendoza del 06/10/1991. Fallo citado en la sentencia dic-
tada por la sala III de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo, 25/08/2004 en autos “López de
los Angeles c/ Amado, Víctor H”. En: Revista La Ley. 26/10/2004, p. 6 y IMP 2004-B, 2890.
(403) FLEITAS ORTIZ DE ROZAS, Abel y ROVEDA, Eduardo. Régimen de bienes en el matrimonio.
Editorial La Ley, 2001, Buenos Aires, p. 88.
(404) BELLUSCIO, Augusto C. “División de condominio entre cónyuges”. En: La Ley. 1983-B-589.
(405) Ídem.
(406) CAMPOS, Carlos G. Voz “Sociedad conyugal: Gestión de los bienes”, Lagomarsino, Carlos y Salerno,
Marcelo U., Enciclopedia de Derecho de Familia, tomo III, Editorial Universidad, Buenos Aires, 1994,
p. 675.
218
SOCIEDAD DE GANANCIALES
(407) STILERMAN, Marta y SEPLIARSKY, Silvia. Sociedad Conyugal. Ediciones Jurídicas Cuyo, Mendoza,
2006, p. 95.
219
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
(408) DE LA PUENTE Y LAVALLE, Manuel. Estudios del contrato privado. Tomo I, Edit. Cuzco, Lima, 1983, p. 364.
(409) “En caso de que uno de los cónyuges disponga de un bien social sin la participación del otro nos encontrare-
mos ante un caso de nulidad virtual, es decir, ante un acto jurídico que se opone a una norma imperativa. En
este caso no se podría equiparar la transferencia a un contrato de bien ajeno, dado que la norma que consagra
220
SOCIEDAD DE GANANCIALES
8.4.3. De la prohibición
Si bien el régimen de sociedad de gananciales está regulado por normas de-
nominadas de orden público(410) y el Código en este contexto contiene la regla ge-
neral que los cónyuges no pueden contratar cuando tales actos jurídicos generan
obligaciones sobre bienes del patrimonio conyugal, eso no quiere decir que la con-
tratación entre cónyuges esté proscrita in toto en el Derecho nacional.
No se trata de una prohibición total ni absoluta. Es parcial y relativa.
Más allá de los simples supuestos de contratación entre cónyuges como se-
ría la constitución de una sociedad o la transferencia de acciones/participaciones
con bienes propios, contrato de mutuo o prestación de servicios(411), consideramos
que la lista es mucho más extensa.
Contratos
Prohibidos Permitidos
Compraventa Mandato(*)
Permuta
Suministro
Arrendamiento
Donación
Comodato
Hospedaje
Contrato de obra
Depósito
Secuestro
Fianza
Mutuo
(*) El apoderamiento está permitido entre cónyuges (art. 292)
la disposición de bienes sociales por ambos cónyuges es imperativa”. Cas. N° 2117-2001, Lima. 08/07/2002.
“Las normas sobre copropiedad no son aplicables a los bienes sociales puesto que los cónyuges no son co-
propietarios de alícuotas ni tienen derechos hasta que se produzca la liquidación de la sociedad de ganancia-
les. Por lo tanto, el acto de disposición sobre los bienes sociales no es una compraventa de bien ajeno”. Cas.
N° 3169-2001-Lima, 29/01/2002. En: Diálogo con la Jurisprudencia. N° 51, p. 140.
(410) “Es necesario precisar que el régimen de sociedad de gananciales está regulado por normas denominadas
de orden público, estableciéndose limitaciones de orden contractual entre los cónyuges”. Cas. N° 95-96-
Ica, Sala Civil de la Corte Suprema, El Peruano, 30/12/1997, p. 224.
(411) ELGUERA QUINTANA, Karla. “Cuándo es válida la contratación entre cónyuges”. En: Actualidad
Jurídica. Tomo 143, Gaceta Jurídica, Lima, octubre de 2005, p. 38 y ss.
221
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
8.4.4. Finalidad
El propósito de la norma es consolidar y proteger el patrimonio conyugal
evitando su desmembración vía contractual(413) y el enriquecimiento indebido de
un cónyuge en perjuicio del otro. De la Puente(414) –partiendo que las dos razo-
nes más importantes para prohibir la contratación entre cónyuges son el (i) aten-
tado contra el régimen legal de bienes, y; (ii) permitirse el fraude a los acreedo-
res de los cónyuges– considera que tanto los argumentos a favor como en contra
no resisten a los embates de una sana crítica, por lo que sostuvo la permisión le-
gislativa de la contratación entre cónyuges con la limitación de no afectar la co-
munidad de gananciales.
La prohibición de la contratación entre cónyuges se da a fin de evitar la in-
fluencia indebida de uno en perjuicio del otro, para proteger a los acreedores de
una colusión entre los cónyuges, evitar ventas encubiertas o simuladas.
(412) “No habiendo liquidado el régimen de la sociedad de gananciales, y producido la división con el rema-
nente, ni tampoco que se haya ejecutado la adjudicación a cada cónyuge; no puede calificarse jurídica-
mente a los bienes inventariados en el proceso de separación como propios de alguno de los cónyuges,
por ende tampoco puede estimarse como propio de cada cónyuge el cincuenta por ciento del bien sub-li-
tis, contrario sensu permanecen en su calidad de sociales, no pudiendo ninguno de los cónyuges disponer
de ellos, sin la intervención del otro como resulta del artículo 315 del Código Civil, ni tampoco celebrar
actos entre ellos como pretende la recurrente en la presente demanda de retracto, por encontrarse prohi-
bida por el artículo 312 del Código Civil”. Cas. N° 2796-2001-Ica, Revista Peruana de Jurisprudencia,
N° 11, mayo de 2006 - Consultas Jurisprudenciales.
(413) GUTIÉRREZ CAMACHO, Walter. “Formalidad del mutuo entre cónyuges”. En: Código Civil Comen-
tado. Tomo VIII, Contratos nominados, Primera Parte, 2ª edición, Gaceta Jurídica, Lima, mayo de 2007,
p. 449.
(414) DE LA PUENTE Y LAVALLE, Manuel. Ob. cit., pp. 370 y 371.
222
SOCIEDAD DE GANANCIALES
(415) Modificado por la L. 26189, Modifica el Código Civil en la parte referida a las donaciones, (DOEP,
22/05/1993).
223
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
préstamo alguno”(416). Por su parte, Gutiérrez Camacho afianza que “(...) es nece-
sario que se realice una modificación que permita la aplicación correcta de la nor-
ma civil objetiva contenida en el artículo 1650, toda vez que habiéndose estable-
cido el mutuo entre cónyuges debe constar en la escritura pública a partir de cier-
to monto y al no encontrarse fijado [este], se genera un vacío legal que tiene como
consecuencia la inseguridad jurídica con respecto a este tipo de contratos”(417). Para
uno la formalidad notarial para bienes muebles es excesiva, bastando el acuerdo
de ambos cónyuges y la plena voluntad para que se concrete. Para el otro, la es-
crituralidad es necesaria, por la propia naturaleza de las partes contratantes, razón
por la que se exige una modificación complementaria en el 1650.
Entonces: ¿Qué hacemos con los mutuos conyugales? Al no existir límites a
excederse, la escritura pública se torna no solo en innecesaria sino en inexigible.
No es obligatoria por la falta de quantum. El desfase normativo nos lleva a esta-
blecer que habiéndose eliminado el límite queda sin efecto la escrituración.
(416) CASTILLO FREYRE, Mario. “Tratado de los contratos típico”. Tomo II, El contrato de mutuo y El contrato
de arrendamiento. En: Biblioteca para leer el Código Civil. Fondo Editorial de la PUCP, Lima, 2002, p. 58.
(417) GUTIÉRREZ CAMACHO, Walter. Ob. cit., p. 451.
224
SOCIEDAD DE GANANCIALES
8.4.8. Conclusión
Más allá de limitar derechos con el fin de evitar abusos, la contratación entre
cónyuges debe ser libre y, en todo caso, cautelarse mediante las reglas que regu-
lan el fraude de los actos jurídicos(420).
III. PASIVOS
El pasivo ganancial se compone del conjunto de cargas, deudas y obligacio-
nes de la sociedad de gananciales y de las reglas de imputación para su pago, sea
con patrimonio común o individual de cada cónyuge.
9. Régimen de obligaciones
Los pasivos del régimen de sociedad de gananciales se componen de deudas
y obligaciones sean estas propias y/o sociales. Al contrario de lo que ocurre con
la calificación de los bienes –sociales y propios– los mecanismos legales están
orientados hacia la privatización de las deudas. Y es que la separación que la ley
225
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
226
SOCIEDAD DE GANANCIALES
227
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
(424) Existe un criterio jurisprudencial en contra “(...) en tanto que si todos los bienes se presumen sociales,
conforme lo dispone el artículo 311, inciso 1 del Código civil, se entiende asimismo que para el caso de
las deudas es de aplicación la misma presunción”. Cas. Nº 2088-2000-Cajamarca.
228
SOCIEDAD DE GANANCIALES
(425) “Tratándose de una deuda personal contraída por uno de los cónyuges, los bienes sociales no respon-
den por ella. Por lo tanto, no procede embargar los bienes sociales pues se estaría convirtiendo al ejecu-
tante en miembro de la sociedad conyugal, sin ser él ninguno de los cónyuges”. Exp. N° 1145-95-Lima,
07/12/1995.
229
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
Régimen de bienes
Comunidad Separación
308 329
Los bienes propios de uno de los cónyuges, no Cada cónyuge responde de sus deudas
responden de las deudas personales del otro, con sus propios bienes
a menos que se pruebe que se contrajeron en
provecho de la familia.
(426) “Si el bien ha sido adquirido dentro de la sociedad conyugal, aquel no puede responder por las deudas de
cada cónyuge anteriores a la vigencia del régimen de gananciales”. Cas. N° 1953-97, El Código Civil a
través de la Jurisprudencia Casatoria. Asociación No hay Derecho, Legales, Lima, 2000, p. 147.
230
SOCIEDAD DE GANANCIALES
- El segundo, cuando las deudas son contraídas en beneficio del futuro hogar,
siendo privadas con responsabilidad subsidiaria de los bienes sociales e in-
cluso de los bienes privados del cónyuge no deudor.
La jurisprudencia ha mencionado que los bienes sociales responden por las
deudas contraídas en beneficio o provecho del hogar conyugal o de la familia
“El artículo 292 del Código Civil regula la representación de la sociedad con-
yugal. Si bien los bienes sociales constituyen un patrimonio autónomo en el
cual ni el cónyuge ni la cónyuge tienen alícuotas como en el caso de la copro-
piedad, ello no significa en forma absoluta que un bien social no pueda respon-
der por las obligaciones asumidas por uno solo de los cónyuges, como así puede
desprenderse de los artículos 307 y 308 del Código Sustantivo, de los que pue-
de inferirse que los bienes sociales si han de responder cuando la deuda haya
sido contraída en beneficio o provecho del hogar conyugal o de la familia”(427).
Debe acreditarse que la sociedad de gananciales sea la beneficiaria del obje-
to de la obligación lo que se determina con prima facie con la intervención con-
junta de los cónyuges. Con este sentido tenemos que: “En el presente caso resul-
ta fundado el recurso de Cas. interpuesto contra la sentencia de vista, que decla-
ra fundada la demanda de obligación de dar suma de dinero; por cuanto lo que
pretende la demandante es que los demandados cumplan con pagarle la suma de
$ 4 411.00 por la adquisición de una camioneta Pick Up Baranda, marca Nissan;
sin embargo, cabe precisar que el documento denominado Proforma de Venta, así
como de las cambiales que se acompañan, se advierte que dicha obligación solo
fue asumida por el demandado don Higinio Rodríguez Namoc, sin intervención
de la recurrente –su cónyuge–, es decir, no se trata de una obligación a cargo de
la sociedad de gananciales, no habiéndose acreditado que esta haya sido la bene-
ficiaria del objeto de la obligación en mención; evidenciándose así que las instan-
cias de mérito han aplicado indebidamente los artículos 311, inciso 1 y 316, inci-
so 7 del Código Civil al considerar que la recurrente estaría obligada a responder
por las deudas contraídas por su cónyuge”(428).
Por excepción, no se incluyen entre estas deudas propias la obligación de su-
ministrar alimentos a otras personas, aun cuando haya sido contraída antes del
matrimonio, en la medida que la obligación alimentaria es de naturaleza común y
grava al patrimonio social (art. 316, inc. 2).
231
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
(429) “Si la responsabilidad de un cónyuge no perjudica al otro en sus bienes propios ni en la parte de los de la
sociedad que le corresponderían en caso de liquidación, con igual razón la responsabilidad por una deu-
da personal, es decir que no haya beneficiado al hogar, no debe afectar la parte del patrimonio que co-
rrespondería al otro cónyuge”. Exp. N° 039-1996-ORLC/TR, Data 30.000 G.J.
232
SOCIEDAD DE GANANCIALES
Nada obsta que las deudas anteriores al régimen sean pagadas con bienes pro-
pios del cónyuge no deudor en la media que se pruebe que fueron contraídas en
provecho de la familia, partiendo de la idea que la relación de familia no se cons-
tituye, necesaria ni únicamente, con el casamiento o constitución del régimen pa-
trimonial sino, fundamentalmente, con actos parte. En este caso, la asunción de
deudas que permitan adquirir activos para el desarrollo de las relaciones familiares.
Lo cierto es que no podemos hablar de las deudas existentes luego de fene-
cido el régimen de bienes sobre las cuales respondan los bienes propios de los ex
cónyuges en razón de que estas debieron ser liquidadas en su momento; sino lo
fueron, serán de responsabilidad conjunta en mérito a su cotitularidad de aquellos
bienes que no fueron materia de liquidación.
Criterio jurisprudencial
Encontramos, en el que se resuelve lo siguiente:
“(...) Los bienes sociales no responden por la deuda adquirida solo por uno de
los cónyuges cuando no ha redundado en provecho de la sociedad conyugal o
no ha servido para atender cargas del hogar, en tal sentido la medida precau-
toria no puede subsistir pues estando vigente la sociedad de gananciales los
bienes que la integran son autónomos e indivisibles, no pudiendo asignarse
determinado porcentaje de propiedad sobre ellos a cada cónyuge (...)”(430).
Así también:
“Cabe ordenar el levantamiento de una medida cautelar de embargo en for-
ma de inscripción trabada sobre un inmueble de la sociedad de gananciales,
hasta el porcentaje que le correspondería al cónyuge en caso de liquidación
de gananciales, puesto que, los bienes sociales de la sociedad de gananciales,
son de naturaleza autónoma con garantía institucional, por cuanto sus normas
son de orden público, entendida esta conforme a la doctrina imperante, como
233
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
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SOCIEDAD DE GANANCIALES
(436) “Resulta improcedente el pedido de remate de bienes adquiridos dentro de la sociedad conyugal, si la deu-
da solo fue contraída por el marido y no está probado en autos que esta haya redundado en provecho de
la sociedad conyugal ni que se utilizó para atender las cargas del hogar”. Exp. N° 1377-98, 24/07/1998.
“Bajo ninguna circunstancia debe entenderse que los bienes sociales responden por las deudas propias de
uno de los cónyuges, más aún si no se ha probado que el crédito del cónyuge fallecido haya beneficiado
a la sociedad conyugal”. Cas. N° 1181-2001-Lima, 14/11/2001. “No es correcto disponer la aplicación
de medidas cautelares asumiendo que se afecta la alícuota del obligado, afectando en sí un bien social,
con la finalidad de garantizar el cumplimiento de una obligación personal a uno de los cónyuges ni tam-
poco disponerla sobre una parte del citado bien, más aún si no se ha acreditado que la cónyuge haya sido
la beneficiaria del objeto de dicha obligación”. Cas. N° 3109-1998-Cusco-Madre de Dios, 28/05/1999.
(437) “Debe probarse que la deuda que se reclama sea de cargo de la sociedad para que los bienes sociales res-
pondan por dicha deuda”. Exp. N° 99-5152, 14/01/2000.
235
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
236
SOCIEDAD DE GANANCIALES
(441) ARATA SOLÍS, Moisés. “Responsabilidad por deudas de la sociedad”. En: Código Civil Comentado.
Tomo II, Derecho de Familia–Primera Parte, 3ª edición, Gaceta Jurídica, Lima, 2010, p. 264.
237
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
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SOCIEDAD DE GANANCIALES
Artículos
308 317
Los bienes propios de uno de los cón- Los bienes sociales y, a falta o por insufi-
yuges, no responden de las deudas per- ciencia de estos, los propios de ambos cón-
sonales del otro, a menos que se pruebe yuges, responden a prorrata de las deudas
que se contrajeron en provecho de la que son de cargo de la sociedad.
familia.
239
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
(442) Ex-namorado deberá ressarcir à antiga amada parte do valor recebido pela venda de terreno que foi ad-
quirido durante o relacionamento. “Ex-namorados dividirão valor de terreno adquirido conjuntamente”,
en: <http://www.ibdfam.org.br>, 12/08/2011.
(443) Cas. N° 1953-97-Piura, 07/10/1998.
240
SOCIEDAD DE GANANCIALES
para atender las cargas del hogar, en tal virtud, por interpretación contrario
sensu a lo dispuesto en el artículo 317 del Código Civil, los bienes adquiri-
dos dentro de la sociedad conyugal no pueden responder por la deuda adqui-
rida solo por el marido (...)”(444).
Ahora bien, respecto de la responsabilidad patrimonial por deudas persona-
les de los cónyuges, el principio contenido en el artículo 308 del Código determi-
na la garantía patrimonial de los acreedores por las deudas personales de uno de
los cónyuges: por estas responden sus bienes propios y la parte de los de la socie-
dad que le corresponderían en caso de la liquidación. A partir de ello, es eviden-
te que el acreedor podrá dirigirse contra los bienes propios del cónyuge deudor e
inclusive embargarlos y ejecutarlos: el patrimonio responsable se forma inicial-
mente con esos bienes propios, si no fuesen suficientes el acreedor puede dirigir-
se contra la parte de los bienes sociales que le corresponderá a su deudor en caso
de liquidación de la sociedad de gananciales.
Embargos de bienes sociales
Respecto del embargo de los bienes sociales que le corresponderá al acree-
dor en caso de liquidación de la sociedad de gananciales en nuestro sistema jurí-
dico existen dos posiciones:
- Tesis negativa, que niega toda posibilidad de embargo sobre los bienes sociales.
Esta se resume en el voto en discordia de un vocal superior que establece que:
“(...) Por interpretación a contrario sensu a lo dispuesto en el artículo 317 del
Código Civil, los bienes de la sociedad conyugal no pueden responder por la
deuda adquirida solo por uno de los cónyuges; admitir la posibilidad que pue-
da afectarse con una medida cautelar el cincuenta por ciento del patrimonio
que conforma la sociedad de gananciales, como consecuencia de las obliga-
ciones contraídas por uno solo de los cónyuges, equivaldría a abrir el cami-
no para que en forma indirecta y usando una modalidad no establecida por la
ley, el acreedor pudiese lograr el afectar bienes de la referida sociedad (...).
El derecho de familia que debe ser protegido sin limitación alguna, no per-
mite que se establezca porcentajes respecto de los bienes sociales, mientras
no se extinga la sociedad de gananciales (...)”(445).
Aquí observamos una clara invocación al principio de protección de la fami-
lia y a su respectivo patrimonio.
Similar sentido encontramos en los siguientes pronunciamientos de la Corte
Suprema cuando precisan que:
241
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
242
SOCIEDAD DE GANANCIALES
(449) Exp. N° 1144-98, Resolución del 16/06/1998, Segunda Sala Civil Corporativa para Procesos Ejecutivos
y Cautelares de la Corte Superior de Lima.
(450) Cas. N° 1718-1999-Lima.
(451) Cas. N° 829-2001-Ica.
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244
SOCIEDAD DE GANANCIALES
El embargo tiene carácter de medida cautelar y conforme al 608 del CPC tie-
ne por finalidad asegurar el cumplimiento de la decisión definitiva; teniendo di-
cha medida el carácter de precautoria, por lo que frente a un acto de disposición
patrimonial a cargo del deudor que perjudique al acreedor y que guarde relación
con bienes sociales, el mismo puede solicitar mediante la acción pauliana se de-
clare ineficaz respecto de él el acto de disposición patrimonial en relación con los
derechos expectaticios que le pudieran corresponder al deudor fenecida la socie-
dad de gananciales, para afectarlos vía embargo a fin de cautelar dichos derechos
expectaticios; no pudiendo procederse a la ejecución forzosa vía remate o adjudi-
cación mientras no fenezca la sociedad de gananciales(455).
Es decir, existen criterios judiciales que admiten la procedencia de medidas
cautelares en sociedades gananciales que se encuentren en proceso de liquidación,
considerando que no procede la medida cautelar si no está acreditado que la so-
ciedad conyugal, titular del dominio del inmueble que se pretende afectar, se en-
cuentre en liquidación; como tampoco que exista un remanente, luego de pagar
las obligaciones sociales y las cargas de la sociedad, único supuesto en que po-
drían repartirse los gananciales que corresponderían por mitad a cada cónyuge(456).
La tesis más adecuada es la permisiva sin posibilidad de ejecución por las si-
guiente razones: (i) El cónyuge deudor goza de derechos expectaticios sobre el
bien que le pudiera corresponder a la liquidación del patrimonio social; (ii) el em-
bargo es una medida cautelar que apunta a asegurar el cumplimiento de las obli-
gaciones, y; (iii) la justicia nos exige impedir el no pago de obligaciones por par-
te de los deudores morosos que intenten ampararse en su condición patrimonial
de cónyuges para evitar la ejecución de las acreencias existentes en su contra.
Considerando que la propiedad de cada cónyuge es establecida con la liquidación
no podrá ejecutarse o rematarse dicha titularidad, virtual y expectaticia, que has-
ta ese momento tienen. Debiera, para algunos, permitirse el embargo precisando
que se extiende solo sobre la parte que le corresponderá al cónyuge deudor al fe-
necimiento de la sociedad de gananciales haciéndose efectivo al momento de la
disolución del régimen. Con ello se respeta la naturaleza jurídica del régimen y
conciliamos los intereses de los acreedores.
(455) Cas. N° 5249-2006-El Santa, del 10 de abril de 2007. En: Diálogo con la Jurisprudencia. Año 13, N° 107,
Gaceta Jurídica, Lima, agosto de 2007, pp. 127-131.
(456) Exp. N° 34-99, 13/04/99. LEDESMAS NARVÁEZ, Marianella. Jurisprudencia Actual, Tomo V, 2002,
p. 115.
245
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
246
SOCIEDAD DE GANANCIALES
9.3.1.2. Los alimentos que uno de los cónyuges esté obligado por ley a dar a
otras personas
Los alimentos emanan de una obligación natural.
Se deben alimentos recíprocamente los cónyuges, los ascendientes, descen-
dientes y los hermanos (art. 474), son los alimentos legales. Los alimentos cuando
sean dos o más los obligados a darlos, se prestan en el orden siguiente: 1) por el
cónyuge; 2) por los descendientes; 3) por los ascendientes, y; 4) por los hermanos
(457) ARATA SOLÍS, Moisés. “Responsabilidad por deudas de la sociedad”. En: Ob. cit., p. 266.
(458) “Cabe precisar aquí que no todos los supuestos de ‘cargas’ de la sociedad de los que trata el artículo 3l6
del CC son supuestos de deuda común en el sentido de la distinción que proponemos, por el contrario de
lo que la ley se ha ocupado al regularlos es de establecer la responsabilidad de los bienes comunes pre-
suponiendo en algunos casos la preexistencia de una deuda común, como sucede con el caso de lo do-
nado o prometido por ambos cónyuges a los hijos comunes (inc. 3) y en otros prescindiendo de tal con-
cepto y estableciendo simplemente una responsabilidad como acontece con el pago de los atrasos o ré-
ditos devengados de las obligaciones que afectan a los bienes propios (inc. 7). Esto nos lleva a concluir
que el artículo 316 del CC en realidad no trata de ‘deudas comunes’, sino de ‘responsabilidad del patri-
monio común’, tanto por deudas comunes como por deudas propias”. Cas. N° 039-96-ORLC-Trujillo,
del 02/02/1996, Código Civil Digital, Perú.
247
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
(art. 475). Así también, los alimentos determinados al excónyuge por divorcio, al
exconviviente(459) y al hijo alimentista.
Es razonable que un cónyuge esté obligado a dar alimentos al otro en razón
del deber matrimonial asumido al contraer matrimonio. Además, están obligados
a alimentar a sus descendientes comunes, ascendientes o hermanos desde que es
una obligación emanada del vínculo de sangre que los une con ellos.
Esta carga que no solo compromete los bienes sociales, sino también los fru-
tos de los bienes propios o del trabajo del otro cónyuge, quien puede terminar ali-
mentando los hijos extramatrimoniales del otro cónyuge.
(459) “En cambio, si es el exconviviente abandonante (alimentante) el que contrae matrimonio o mantiene una
nueva unión de hecho, es manifiesto que la obligación legal alimentaria a favor del exconviviente aban-
donado (alimentista) debe continuar; por seguir presente el estado de necesidad que determinó la fijación
de la pensión de alimentos, presupuesto ético que es el fundamento último para su regulación en la ley.
Así, si el exconviviente abandonante (alimentante) se casa, atenderá la obligación alimentaria que la ley
le impone con los bienes de su matrimonio; por cuanto, el artículo 316, inciso 2, del Código Civil dispo-
ne que ‘son de cargo de la sociedad de gananciales: 2. Los alimentos que uno de los cónyuges esté obli-
gado por ley a dar a otras personas’. Ahora, si el exconviviente abandonante (alimentante) sostiene una
nueva unión de hecho, atenderá la obligación de dar alimentos impuesta por la ley con los bienes de di-
cha unión, a la que resulta pertinente aplicar la disposición del régimen de sociedad de gananciales cita-
da, de acuerdo con el artículo 5 de la Constitución de 1993 concordado con el artículo 326, primer párra-
fo, del Código Civil”. Exp. N° 1701-91-La Libertad, del 22/11/1991. Código Civil Digital, Perú.
248
SOCIEDAD DE GANANCIALES
9.3.1.6. Las mejoras y reparaciones realizadas en los bienes sociales, así como
los tributos y retribuciones que los afecten
Los bienes sociales corresponden a la comunidad siendo esta la que debe res-
ponsabilizarse por sus estado, conservación(460) y estar al día con los pagos que
exigen su titularidad.
(460) “Los bienes sociales responden por la deuda que fuera contraída para dotar de llantas al camión de pro-
piedad de la sociedad conyugal ya que son de cargo de la sociedad conyugal las mejoras y reparacio-
nes realizadas en los bienes sociales (...) porque el vehículo materia de la tercería es un bien social, pero
como la deuda ha sido contraída para el mantenimiento de dicho bien, rectificando el fundamento legal
para desestimar la demanda, se ampara el fallo en el inciso 6 del artículo 316 del Código Sustantivo. Cas.
N° 1052-98-Sullana, 09/09/1998. Código Civil Digital, Perú.
249
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
Según los artículos 307 y 317 los bienes sociales y, a falta o insuficiencia
de estos, los propios de ambos cónyuges, responden a prorrata de las deudas
que son de cargo de la sociedad. Por lo tanto, resulta evidente que solo está a
su cargo el principal de las deudas contraídas por la sociedad o el de las que
afecten a los frutos pero que el principal de las restantes obligará tan solo al
cónyuge que las originó.
Respecto de una deuda derivada de un préstamo hipotecario contraído antes
del matrimonio, la sociedad responderá por los intereses y comisiones pero las
cuotas de amortización serán de cuenta del cónyuge a quien pertenezca el bien
hipotecado(461).
9.3.1.8. Las cargas que pesan sobre los usufructuarios respecto de los bienes
propios de cada cónyuge
Tanto la sociedad de gananciales como cualquiera de los cónyuges pueden
gozar del usufructo de un bien; en tal caso, natural es que quien percibe los fru-
tos haga los gastos correspondientes. En esa forma pueden citarse como cargas
del usufructuario:
- El cumplimiento de las obligaciones prescritas al constituirse el usufructo
(art. 1219).
- El pago de las contribuciones, las rentas vitalicias y las pensiones de alimen-
tos que graven los bienes usufructuados (art. 1010).
- La defensa del bien, por sí mismo o en unión del propietario, por aplicación de
los artículos 1008, 1681-4 y 1969 del Código, que dan reglas generales sobre la
forma de explotar el bien usufructuado, sobre las obligaciones del conductor y
sobre la responsabilidad por descuido o negligencia (aplicable por analogía).
- La explotación del bien en forma normal y acostumbrada, para conservar su
substancia (arts. 1008 al 1014).
- El pago del seguro contra incendio de los edificios, pues responderá de su pér-
dida si el siniestro ocurre por culpa suya (arts. 1008, 1683, 1684 y 1969).
- La ejecución de las reparaciones ordinarias y aun las extraordinarias si por
omisión se necesitasen estas.
(461) “Es un hecho establecido que el bien inmueble se adquirió con anterioridad a la vigencia del matrimo-
nio, con financiación del Banco Hipotecario, hipotecando en inmueble en garantía, en cuyo caso son de
aplicación los artículos 307 y 316, inciso 7 del mismo Código, lo que debe establecerse en la liquidación
de la sociedad de gananciales”. Cas N° 1715-96-Callao, 11/05/1998, Código Civil Digital, Perú.
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SOCIEDAD DE GANANCIALES
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
(462) Cas. N° 3928-2006-Lima - Índice Jurisprudencial Código Civil Digital, Gaceta Jurídica, 1ª edición, 2011.
(463) ARATA SOLÍS, Moisés. Responsabilidad por Deudas de la Sociedad. Ob. cit., p. 271.
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SOCIEDAD DE GANANCIALES
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de gananciales, los bienes sociales responden por las deudas producidas como
consecuencia de la actividad económica de la que se tratase (...)”(465).
La sociedad de gananciales responde con los bienes sociales de las deudas a
su cargo. Subsidiariamente, los propios de ambos cónyuges responden a prorrata
de las deudas que son de cargo de la sociedad. Los cónyuges son así fiadores soli-
darios de todas las obligaciones de la comunidad al punto que sus bienes propios
no se les restituyen al liquidarse la sociedad de gananciales, una vez pagadas las
respectivas deudas (art. 322).
(465) Cas. N° 004-95-Lima. En: El Código civil a través de la jurisprudencia casatoria. Asociación No hay
Derecho, Legales, Lima, 2000.
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
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SOCIEDAD DE GANANCIALES
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CAPÍTULO
CUARTO
SEPARACIÓN
DE PATRIMONIOS
CAPÍTULO CUARTO
SEPARACIÓN DE PATRIMONIOS
I. INTRODUCCIÓN
El régimen de separación de patrimonios en nuestro medio es tratado como
una alternativa que los cónyuges tienen para regular sus relaciones económicas.
Se trata de un régimen optado, paccionado, voluntario decidido frente a la socie-
dad de gananciales que es el régimen supletorio y que opera a falta voluntad ex-
presa de los cónyuges. Requiere de manifestación de voluntad clara, cierta e in-
dubitable de los cónyuges a fin de que opere el acogimiento al régimen de sepa-
ración de patrimonios.
II. CONCEPTO
El régimen de separación de patrimonios se constituye como un régimen ge-
neral y autónomo que se rige por el principio de independencia entre los cónyu-
ges respecto de la titularidad de los bienes, su gestión y en la responsabilidad pa-
trimonial principalmente privada de las deudas y obligaciones personales(466).
Este régimen surge como consecuencia de que los cónyuges al contraer ma-
trimonio lo hacen con la seguridad de no de hacerse del dinero del otro cónyuge,
no de la riqueza del otro, de no aprovecharse del peculio ajeno.
(466) JIMÉNEZ VARGAS-MACHUCA, Roxana. “Deudas personales”. En: Código Civil Comentado. Tomo
II, Derecho de Familia, Primera Parte. 2ª edición, Lima, Gaceta Jurídica, Lima, 2007, p. 325.
261
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
III. DENOMINACIÓN
Denominado régimen de separación de bienes, separación de patrimo-
nios, régimen paccionado, régimen acordado, decidido, voluntariamente esta-
blecido.
IV. DEFINICIÓN
Es el régimen patrimonial en el que cada cónyuge conserva la titularidad de
sus bienes.
Promueve una absoluta diáspora patrimonial impidiendo la comunión de los
bienes adquiridos por los cónyuges antes o después del matrimonio, sea de forma
gratuita o a título oneroso.
Este régimen ofrece a cada consorte una total independencia respecto de sus
bienes y obligaciones, en el presente y en el futuro.
En resumen, en los matrimonios con separación de bienes cada cónyuge tie-
ne un patrimonio particular y no existe punto de intersección de los bienes(467).
Casados están pero desde el punto de vista patrimonial los bienes son de cada cual
respondiendo solo en común respecto de las cargas del hogar, es ello lo único que
los ata económicamente hablando. El hecho de optar por este régimen en nada
afecta la legítima ni el derecho alimentario de los cónyuges.
V. CARACTERÍSTICAS
Como régimen patrimonial, la separación de patrimonios tiene característi-
cas propias, entre las principales tenemos:
1. Formalidad
Tanto para la constitución originaria como para la sustitución voluntaria, los
cónyuges deben plasmar su manifestación de voluntad de optar por la separa-
ción de bienes observando la formalidad establecida por ley, en este caso elevar a
Escritura Pública su decisión, establecida en el Derecho como ad solemnitatem;
es decir, su inobservancia conlleva la sanción de nulidad.
Sin dicha formalidad no se entiende jurídicamente constituido el régimen pa-
trimonial. Mediante ella se constituye el régimen.
(467) En este sentido, véase: FARIAS, Cristiano Chaves de; ROSENVALD, Nelson. Direito das Famílias.
2ª edición, 3 tiraje, Rio de Janeiro, Lumen Juris, 2010, p. 300.
262
SEPARACIÓN DE PATRIMONIOS
2. División de patrimonios
El régimen de separación de patrimonios regula las relaciones patrimoniales
entre los cónyuges partiendo de la premisa de que no existe entre ellos una masa
patrimonial común, no hay unión ni confusión de patrimonios, cada uno conser-
va el suyo como si fueran solteros.
Existen dos masas patrimoniales privadas de cada cónyuge.
3. Voluntario
Es un régimen que opera por expresa voluntad de las partes. No se presume
ni se aplica ipso iure. Debe ser acordado, formalizado e inscrito.
(468) LASARTE, Carlos. Derecho de Familia. Principios de Derecho Civil. Ob. cit., p. 151.
(469) La edad ha cambiado de sesenta para setenta años por la Ley 12.344, de 2010.
263
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
5. Bienes en copropiedad
Nada obsta que pueda surgir un régimen de copropiedad en aquellos supues-
tos de adquisición conjunta de bienes, donde cada uno de los cónyuges es copro-
pietario del otro, titular único y exclusivo de su cuota ideal sobre el bien adquiri-
do. Puede darse el caso de bienes cuya naturaleza haga difícil acreditar su perte-
nencia, si es de uno u de otro, caso para el cual el artículo 1,441 del Código espa-
ñol considera que cuando no sea posible acreditar a cuál de los cónyuges perte-
nece algún bien o derecho, corresponderá a ambos por mitad. Semejante titula-
ridad por mitades, a decir de Lasarte(475), implica traer a colación el régimen de la
copropiedad o comunidad ordinaria.
6. Administración individual
Cada cónyuge tendrá la administración, gestión individual y disposición de
sus bienes propios. Tienen plena independencia y autonomía, sin que el otro cón-
yuge pueda interferir en dicho manejo.
Esta facultad tiene algunas limitaciones que se fundamentan en la afectación
de la vida familiar, por lo que debe someterse a la regla general referida a que las
264
SEPARACIÓN DE PATRIMONIOS
7. Administración delegada
Cualquiera de los cónyuges puede encargar voluntariamente la administra-
ción de sus bienes al otro, inclusive a un tercero, mediante poder con facultades
especiales. En ningún caso lo podría hacer en contra de la voluntad del cónyuge
administrado.
Al fenecer el régimen de separación de patrimonios deben entregarse al pro-
pietario los bienes que estuviesen en poder del otro cónyuge, a menos que me-
die alguna eventualidad que autorice el derecho de retención, por ser el cónyuge
administrador acreedor del otro y su crédito no esté suficientemente garantizado.
En Brasil, el artículo 1651 establece que cuando uno de los cónyuges no pue-
de ejercer la administración de sus bienes, de acuerdo con el régimen de propie-
dad, el otro puede: gestionar los bienes comunes y los del consorte, enajenar bie-
nes muebles comunes, y los bienes muebles e inmuebles del consorte, con auto-
rización judicial.
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
12. Inscripción
Con respecto a las relaciones de los cónyuges frente a terceros es necesario
que el régimen de separación conste por inscrito en el Registro Personal, tanto si
es elegido antes del matrimonio como en el caso de que se optara por él duran-
te el transcurso de este, así el régimen patrimonial será oponible y eficaz frente a
dichos terceros.
En el mismo sentido se manifiesta la ley brasileña que indica que los acuer-
dos prenupciales (donde obligatoriamente está la elección del régimen de bienes)
no tienen ningún efecto frente a terceros sino después de ser registrados en un li-
bro especial, por lo oficial del Registro de Propiedad de la residencia de los cón-
yuges (art. 1657).
(477) En este sentido, véase: MADALENO, Rolf. Curso de Direito de Família. 4ª edición, Rio de Janeiro, Forense,
2011, pp. 787-788.
266
SEPARACIÓN DE PATRIMONIOS
13. Conveniencia/eficiencia
Los doctrinarios del análisis económico del derecho califican a este régimen
como el más eficiente económicamente por su claridad y transparencia que mu-
chas veces no se verifican en el régimen de sociedad de gananciales.
El régimen de separación convencional de bienes está siendo utilizado actual-
mente por las parejas que ya tienen propiedad, o cuando uno tiene una profesión
que implica un riesgo financiero, lo que permite una mayor libertad de acción del
titular sobre su propiedad. La doctrina opina que se debe dejar de ver a este régi-
men con un ojo crítico, sugiriendo que la adopción de este sistema implique un
menor afecto y amor entre la pareja. No es el caso. Existen, por un lado, las cues-
tiones de conveniencia para aquellos que ya tienen una propiedad y necesitan li-
bertad para disponer de ella y, en segundo lugar, tenemos el desapego y falta de
interés material en el matrimonio. De hecho, se entiende que el régimen supleto-
rio, debería ser el de separación de bienes, como es en Japón y en la mayoría de
los estados de EE. UU.(478).
VI. BIENES
Uno de los principales aspectos que distinguen a la separación de patrimonios
de otro régimen patrimonial es lo relativo a la parte activa, vale decir lo relativo
a la regulación de los bienes. En efecto, en el régimen de separación de patrimo-
nios encontramos únicamente dos masas patrimoniales, constituidas por los bie-
nes privados de cada cónyuge. No se da la existencia de bienes sociales, tal como
lo concibe la sociedad de gananciales.
Conforme al artículo 327 del Código Civil cada cónyuge conserva a plenitud
la propiedad, administración y disposición de sus bienes, presentes y futuros, así
como sus frutos y productos.
(478) FARIAS, Cristiano Chaves de; ROSENVALD, Nelson. Direito das Famílias, 3ª edición, Rio de Janeiro,
Lumen Juris, 2011, pp. 333-334.
267
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
VII. DEUDAS
Uno de los temas en el cual encontramos similitud entre el régimen de socie-
dad de gananciales y el régimen de separación de patrimonios es el tratamiento
de las deudas u obligaciones, pues el principio general que gobierna la responsa-
bilidad por deudas es la responsabilidad individual del deudor, cada cónyuge res-
ponde de sus deudas con sus propios bienes (art. 328).
Sin embargo, el interés, beneficio y provecho familiar en la separación de pa-
trimonios, al igual que en la sociedad de gananciales, se encuentra presente para
regular el tratamiento de los diferentes tipos de deudas y responsabilidad patrimo-
nial, frente a lo cual se cuenta con dos patrimonios eventualmente responsables:
los patrimonios privados de los cónyuges.
A nuestro criterio encontramos en este régimen patrimonial una clasificación
de deudas u obligaciones análoga a la desarrollada en el régimen de sociedad de
gananciales, la cual adecuaremos a la separación de patrimonios:
268
SEPARACIÓN DE PATRIMONIOS
(479) “La ejecución de un bien social de la sociedad conyugal no procederá hasta que no se produzca la sepa-
ración de patrimonios, empero ello no obsta que subsista el gravamen sobre cincuenta por ciento de los
derechos y acciones del cónyuge deudor (...)”. Cas. N° 1245-99-Lambayeque.
(480) JIMÉNEZ VARGAS-MACHUCA, Roxana. Ob. cit., p. 328.
269
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
17.1. Cargas
Existen deudas y obligaciones que repercuten en la vida familiar en la esfe-
ra del poder doméstico, en las necesidades familiares y con la conservación de su
patrimonio. A tales obligaciones la doctrina las denomina cargas.
Dice Lasarte: “Por muy acusada que sea la disgregación patrimonial subya-
cente en el régimen de separación de bienes, es evidente que la convivencia ma-
trimonial requiere hacer frente a los gastos y las obligaciones que genera la exis-
tencia de cualquier familia” (481). De una revisión de la legislación civil puede con-
cluirse que en materia de cargas no podemos diferenciar los regímenes optados
(481) LASARTE, Carlos. Derecho de Familia. Principios de Derecho Civil. Ob. cit., p. 249.
270
SEPARACIÓN DE PATRIMONIOS
en tanto que estas existen y deben ser cumplidas de plano, al margen del régimen
pactado entre los cónyuges.
Afirmamos lo señalado en el párrafo anterior, puesto que si bien es cierto que
en el régimen de separación de patrimonios no encontramos norma alguna que
regule cómo se atenderán las cargas familiares, la regla general consagrada en el
artículo 300 del Código permite concluir que los cónyuges contribuirán al sostén
del hogar con su patrimonio personal, en proporción a la contribución que con-
vengan o, en su caso, la que establezca el juez teniendo en cuenta las posibilida-
des económicas de cada cónyuge.
Además del artículo en mención, cabe resaltar el artículo 307, que señala que
las deudas de cada cónyuge anteriores a la vigencia del régimen de gananciales
son pagadas con sus bienes propios, a menos que hayan sido contraídas en bene-
ficio del futuro hogar, en cuyo caso se pagan con bienes sociales a falta de bienes
propios del deudor. Asimismo, el artículo 308 dispone que los bienes propios de
uno de los cónyuges no respondan de las deudas personales del otro, a menos que
se pruebe que se contrajeron en provecho de la familia.
Conforme a las normas citadas, el principio que rige para la determinación de
la responsabilidad del cónyuge es el referido al interés familiar, independientemente
si se trata del régimen de sociedad de gananciales o de separación de patrimonios.
Las cargas, como ya se explicó en el tratamiento del régimen de sociedad de
gananciales, las encontramos establecidas taxativamente en el artículo 316 del
Código y dicho tratamiento y regulación deben tenerse en cuenta para el régimen
de separación de patrimonios.
El interés familiar se encuentra implícito en cada una de estas cargas. No hace
falta acreditarlo cuando nos encontramos frente a este tipo de obligaciones. La
responsabilidad patrimonial es de ambos cónyuges proporcionalmente a sus po-
sibilidades económicas. No podemos considerar una responsabilidad subsidiaria
del cónyuge no deudor.
Así pues para este tipo de deudas observamos lo siguiente:
a) Responsabilidad patrimonial externa temporal: es aquella que se da entre el
cónyuge deudor y acreedor directamente, y que recayó sobre los bienes pri-
vados del cónyuge que asumió una deuda en interés de la familia.
b) Responsabilidad patrimonial interna definitiva: es aquella que se da entre el
deudor y su cónyuge, donde aquel puede requerir a este que reembolse una
suma proporcional, que de acuerdo a sus posibilidades económicas, le corres-
ponda asumir, en la medida en que dicha obligación fue asumida por el cón-
yuge por uno pero son de cargo de ambos.
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
VIII. TIPOS
Para Aveledo(483) existen tres tipos de régimen de separación:
272
SEPARACIÓN DE PATRIMONIOS
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
(485) “El artículo 14.2 de la Ley General del Sistema Concursal, establece que el deudor cuyo patrimonio se
encuentre sujeto al régimen de sociedad de gananciales, deberá sustituir dicho régimen por el de separa-
ción de patrimonios. Esta exigencia constituye un requisito de admisibilidad para el caso del deudor que
pretenda su sometimiento al procedimiento concursal ordinario, a diferencia del deudor emplazado, para
274
SEPARACIÓN DE PATRIMONIOS
quien constituye un requisito que debe satisfacer antes de la convocatoria a junta de acreedores que dis-
ponga la comisión” Res. N° 0699-2004-TDC-INDECOPI. Exp. Nº 005-2002-CRP.ODI-CUS.
(486) PLÁCIDO VILCACHAGUA, Alex. “Sustitución Judicial del Régimen”. En: Código Civil Comentado.
Tomo II, Derecho de Familia, Primera Parte. 2ª edición, Gaceta Jurídica, Lima, 2007, p. 331.
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SEPARACIÓN DE PATRIMONIOS
277
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
d) Remoción de la administración:
Conformidad con el artículo 680 del Código Procesal Civil y las normas del
Código Civil procede la directa administración de los bienes del matrimo-
nio cuando uno de los cónyuges no contribuye con los frutos o productos de
sus bienes propios al sostenimiento del hogar, cuando uno de los cónyuges
permite que sus bienes propios sean administrados en todo o en parte por el
otro; y cuando uno de los cónyuges faculta al otro para que asuma exclusi-
vamente la administración respecto de todos o de algunos de los bienes so-
ciales, de conformidad con lo estipulado en los artículos 305, 306 y 313 del
Código Civil.
Dichas medidas deben ser inscritas en el registro personal para que surtan
efecto frente a terceros.
22.3.2. Ausencia
Producida la desaparición de uno de los cónyuges y en tanto no se pronun-
cie la declaración judicial de ausencia, los bienes del desaparecido quedan al cui-
dado de un curador interino, a menos que se haya dejado mandatario con faculta-
des suficientes. Declarado judicialmente el estado de ausencia fenece el régimen
de sociedad de gananciales y efectuada la liquidación del mismo, el cónyuge pre-
sente asumirá el manejo de los bienes que le hayan sido adjudicados con las mis-
mas características de un régimen de separación de patrimonios. La parte corres-
pondiente al ausente será entregada en posesión temporal a quienes serían sus he-
rederos forzosos, sin perjuicio de la acción vigilante que compete al consejo de
familia del ausente.
278
SEPARACIÓN DE PATRIMONIOS
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
de lado la declaración de insolvencia, puesto que; por ejemplo, puede ocurrir que
el mismo cónyuge solicite el ingreso voluntario a este procedimiento o porque la
determinación de insolvencia será, en muchas ocasiones, innecesaria.
En todo caso, de acuerdo con la nueva ley, existen dos posibilidades: el pro-
cedimiento concursal preventivo y el procedimiento concursal ordinario; asimis-
mo este último puede ser a solicitud de los acreedores o a pedido del propio deu-
dor. En todos los casos se requerirá la sustitución del régimen de sociedad de ga-
nanciales por el régimen de separación de patrimonios(494).
El procedimiento concursal preventivo solo se inicia a solicitud del deudor.
En vista de que el patrimonio del deudor está sufriendo una crisis coyuntural no
muy grave, se busca mediante este procedimiento que se convoquen a los acree-
dores con el propósito de lograr una reprogramación en el pago de las deudas.
El Procedimiento Concursal Ordinario se divide en dos:
- Cuando sea el propio deudor quien se someta en forma voluntaria al proce-
dimiento concursal.
Se requerirá, como en el procedimiento concursal preventivo, la sustitución
del régimen de sociedad de gananciales y cumplir con lo establecido en el ar-
tículo 24.1 de la ley, el mismo ha sido señalado líneas arriba.
- Cuando sea emplazado el deudor sujeto al régimen de sociedad de gananciales.
El artículo 14.3 de la ley dispone, del mismo modo que en los procedimien-
tos mencionados, la sustitución del régimen de sociedad de gananciales por
el de separación de patrimonios cuando se fuera emplazado un cónyuge y se
declarara su sometimiento al régimen concursal. Este procedo deberá reali-
zarse previamente a la convocatoria a la junta de acreedores.
Para poder solicitar el inicio de este procedimiento concursal, uno o varios
acreedores deberán tener créditos exigibles, vencidos y que no hayan sido paga-
dos durante treinta días siguientes a su vencimiento y que, en conjunto, superen
el equivalente a cincuenta unidades impositivas tributarias (UIT) vigentes a la fe-
cha de presentación.
El inicio de este proceso y su consecuente inmovilización se inicia en la fe-
cha de publicación en el diario oficial El Peruano de la situación de concurso del
patrimonio en crisis.
En suma, podría decirse que es la inmovilización de los bienes, derechos y
obligaciones del deudor concursado, a fin de que ellos respondan por las conse-
cuencias que se deriven del concurso, evitando de esta forma el cobro individual
280
SEPARACIÓN DE PATRIMONIOS
de los créditos con afectación del patrimonio del deudor, ya que este patrimonio
podría resultar esencial para un proceso de reflotamiento. De no ser este el caso,
el patrimonio deberá responder en el orden legal de prelación frente a todos los
acreedores existentes(495).
En el caso en que el deudor que integre una sociedad de gananciales sea parte
demandada en un proceso de ejecución de obligación de dar suma de dinero, y al
expedirse la sentencia en primera instancia, el ejecutante desconociera la existen-
cia de bienes de propiedad del deudor, la norma procesal (art. 692-A del CPC)(496)
dispone que dicho ejecutante solicitará que se le requiera para que dentro del
quinto día señale uno o más bienes libres de gravamen o bienes parcialmente gra-
vados cuyo saldo de cobertura posible resulte cuantitativamente suficiente para
cuando menos igualar el valor de la obligación materia de ejecución, bajo aper-
cibimiento del juez de declararse de disolución y liquidación. Consentida o firme
la resolución, concluirá el proceso ejecutivo y el juez remitirá copias certificadas
de los actuados a la Comisión de Procedimientos Concursales del Indecopi o a la
Comisión Delegada que fuera competente, la que, conforme a la Ley General del
Sistema Concursal - Ley N° 27809, procederá a publicar dicho estado, debiendo
continuar con el trámite legal.
Si en este supuesto se verificase la inexistencia de concurso, que es cuando
no se presenta otro acreedor distinto del propio ejecutante en el proceso judicial,
la Comisión designará de oficio un liquidador, quien seguirá las reglas del artícu-
lo 97 de la Ley General del Sistema Concursal, efectuando todos los actos ten-
dientes a la realización de activos que encontrase, así como un informe final de li-
quidación, previo a la presentación de la solicitud de declaración judicial de quie-
bra. Se ha considerado que esta es una decisión justa para el ejecutante y también
para todos los demás acreedores que pudieran tener algún interés de definir la si-
tuación de sus créditos(497).
281
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
X. FENECIMIENTO
Según el artículo 331, el régimen de separación de patrimonios fenece en los
casos invalidación del matrimonio, divorcio, muerte de uno de los cónyuges y por
cambio de régimen patrimonial, supuestos estos consagrados en el artículo 318,
incisos 1, 3, 5 y 6 del Código.
Formas de extinción de la separación de patrimonios Norma
De pleno derecho por mandato - Invalidación del matrimonio 318,1
de la ley - Divorcio 318,3
- Muerte 318,5
Por voluntad de las partes - Cambio de régimen patrimonial 318,6
282
SEPARACIÓN DE PATRIMONIOS
(500) “Habiéndose determinado la existencia de una escritura pública de separación de patrimonios en la que la
que fueron liquidados los bienes gananciales corresponde en consecuencia aplicar el artículo 331 del Có-
digo Civil según la cual el régimen de separación de patrimonios fenece con el divorcio” Cas. Nº 2694-
2002-Lima.
283
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
284
SEPARACIÓN DE PATRIMONIOS
285
CAPÍTULO
QUINTO
PATRIA
POTESTAD
CAPÍTULO QUINTO
PATRIA POTESTAD
I. GENERALIDADES
1. Introducción
La procreación es el acto biológico generador de descendencia que produ-
ce efectos legales (hecho jurídico) que se van a establecer de manera plena con
la determinación de la filiación. Es por ello que procreación y filiación implican
289
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
2. Antecedentes y evolución
En Roma, la patria potestad era el poder ejercido por el pater familias sobre
todas las personas libres que constituían su familia. Él era “señor de todos” (autoric-
tas patria, rezago del actual principio de masculinidad) y tenía una fuente de poder
absoluto dentro de la estructura familiar. Eugene Petit indica que la potestad pater-
nal significó un derecho riguroso y absoluto del jefe de familia, análogo a los ac-
tos del amo sobre el esclavo, que tenían sobre la persona y bienes de sus hijos(501).
Vemos que, en el Derecho antiguo, la patria potestad más que un privilegio
era una facultad, un poder, una atribución en favor del padre y revestía un carác-
ter despótico, entrañando un arbitrio de vida o muerte sobre las personas sujetas
a ella(502). El pater familias tenía sobre sus hijos el poder de vida y muerte; podía
pignorarlos, alquilarlos, venderlos, estando autorizado a disponer de sus bienes;
en él recaía la facultad de juzgarlos y condenarlos en judicia privata(503).
El Derecho consuetudinario francés varió el carácter absoluto de la patria po-
testad y fue con la revolución francesa que se reestructuró la esencia romana de
esta institución, procediéndose a suprimir muchos de los poderes del padre, inclu-
so la institución del usufructo legal. Esta situación se va aligerando con la humani-
zación del Derecho positivo, la consagración de la teoría de la defensa de la perso-
na, la liberalización de las relaciones familiares y el ejercicio del poder tuitivo del
Estado en protección de la familia.
(501) PETIT, Eugene. Tratado elemental de Derecho Romano. Editorial Albatroz, Buenos Aires, 1980, p. 144.
(502) FERNÁNDEZ CLÉRIGO, Luis. El Derecho de Familia en la legislación comparada. Editorial Uthea,
México, 1947, p. 27.
(503) BORDA, Guillermo. Manual de Derecho de Familia. 12ª edición actualizada, Editorial Lexis Nexis,
Buenos Aires, 2002, p. 307.
290
PATRIA POTESTAD
3. Conceptos generales
Actualmente, la patria potestad no implica una relación de familia vertical
(padre ↕ hijo) sino una de relación de familia horizontal (padre ↔ hijo) en la que
tanto uno como otro tienen derechos de los que gozan y deberes que han de cum-
plir. Se toma en cuenta los intereses del hijo por sobre las atribuciones del padre.
Su finalidad es permitir que los padres busquen y logren el desarrollo integral de
sus hijos. La mayor parte del contenido de la relación paterno-filial, según crite-
rio de Díez-Picazo y Gullón(505), se encuentra embebido en el régimen jurídico de
la patria potestad, no obstante sería inexacto identificar el contenido de la relación
paterno-filial con el régimen jurídico de la patria potestad, pues la primera existe
desde que la filiación queda determinada mientras que la segunda es un plus que
se le superpone en la fase de la menor edad de los hijos. Por lo que se afirma que
puede existir una relación paterno-filial cuyo contenido no corresponda a la pa-
tria potestad, tal es el caso de haberse privado de la misma o que los hijos hayan
alcanzado la mayoridad.
Como refiere Luis Fernández Clérigo, la patria potestad implica una función
tuitiva de carácter social y casi público sobre los hijos menores(506). Es tanto un
derecho como un deber que tienen los padres de proteger y cautelar la persona y
patrimonio de sus hijos; así se configura como un típico caso de derecho subjeti-
vo familiar en el que la facultad (derecho) está estrechamente relacionado con la
obligación (deber) entre las partes. Al decir de Guillermo Borda, “la patria potes-
tad (...) no es un mero derecho subjetivo, sino un complejo indisoluble de debe-
res y derechos”(507).
Esta relación tutelar se inicia con la concepción y termina con la adquisición
de la capacidad de los hijos. Como es lógico, desde el momento de la concep-
ción surge un sujeto de derecho que merece la más amplia protección en su as-
pecto sicosomático como el de su peculio. Esta protección y defensa tutelar,
que corresponde a los padres, se acabará cuando el sujeto de derecho consiga la
(504) FERNÁNDEZ CLÉRIGO, Luis. El Derecho de Familia en la legislación comparada. Ed. Hispano-Ame-
ricana, México, 1947, p. 279.
(505) DÍEZ-PICAZO, Luis y GULLÓN, Antonio. Sistema de Derecho Civil. Vol. IV, 5ª edición, revisada y
puesta al día, Editorial Tecnos, Madrid, 1990, p. 284.
(506) FERNÁNDEZ CLÉRIGO, Luis. Ob. cit., p. 279.
(507) BORDA, Guillermo. Ob. cit., p. 309.
291
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
4. Denominación
La conformación terminológica de esta institución viene del latín patria
potestas o potestad del pater familia.
Hoy en día se emplean de manera indistinta los términos patria potestad, au-
toridad paterna, autoridad paternal o relación parental.
Se le ha dado en llamar también poder de protección o patrio deber en el sen-
tido que es instituida en beneficio de los hijos y no en provecho de los padres(509).
Sin embargo, la denominación más acorde es la de autoridad de los padres o res-
ponsabilidad parental que, como sostiene Eduardo Zannoni(510), traduce con más
precisión las transformaciones que ha experimentado la familia en estos últimos
tiempos.
El Código Civil alemán la denomina “Cuidado paterno”, el Código de Familia
de Cataluña, “Potestad del padre y de la madre”, el Código de Familia de Rusia,
“Derechos y deberes respectivos de los hijos y los padres”, el Código de Familia
de Bolivia, “Autoridad de los padres”(511). En Brasil el viejo Código del 16 la
(508) HUNG VAILLANT, Francisco. Derecho Civil I. 2ª edición, Editores Vadell Hermanos, Caracas, 2001,
pp. 301 y 302.
(509) Cfr. DE BARROS MONTERO, Washington. Curso de Derecho Civil. 36ª edición actualizada por Ana
Cristina de Barros Monteiro França Pinto, Ed. Saraiva, Sao Paolo, 2001, p. 288.
(510) ZANNONI, Eduardo. Derecho de Familia. Tomo II, Editorial Astrea, Buenos Aires, 1998, 3ª edición,
p. 680.
(511) El término Autoridad de los padres más significa poder, mandato, mando o energía tiránica, distante a la
ejercida por la patria potestad (JIMÉNEZ SANJINES, Raúl. Lecciones de Derecho de Familia y Derecho del
menor. Editora Presencia, Bolivia, 2002, p. 356), esta, la patria potestad significa el sacrificio de los padres en
servicio de los hijos, razón por que se recomienda volver al término jurídico más apropiado de la patria potes-
tad (PAZ ESPINOZA, Félix. Derecho de Familia y sus instituciones. 2ª edición, Gráfica G.G., Bolivia, 2002,
p. 372).
292
PATRIA POTESTAD
(512) Esta institución tiene un tratamiento especial en el Esbôço de Freitas cuando en el artículo 1510 se con-
sidera que “Os direitos que ao pai competen, como chefe da familia, sóbre a persona e bens de seus filos
legítimos, até que estes fiquem mayores, ou se emancipen, constituem o pátrio-poder ou poder paternal”.
Su tratamiento era desarrollado en las secciones denominadas Dos direitos e obrigaçoes dos pais e filhos
legítimos así como Dos direitos e obrigaçoes dos mães e filhos legítimos, , TEXEIRA DE FREITAS, A.:
Código civil Esbôço, Ministerio da Justiça e negócios interiores, Serviço de documnetação, República
dos Estados Unidos do Brasil, 1952, tomo II, p. 540.
(513) El Código peca gravemente a más de preocuparse en reiterar la expresión de la palabra “patrio” relacio-
nada impropiamente con el padre (cuando recientemente ya fue atribuido y que no es exclusividad del
genitor), antes de poder se presenta como una obligación de los padres y no de la familia. Cfr. RODRI-
GUES, Sílvio. Direito Civil, Direito de Família. 27ª edición atualizada por Francisco José Cahali, volu-
men 6, Saravia, Sao Paulo, 2002.
(514) NERY JUNIOR, Nelson y DE ANDRADE NERY, Rosa María. Código civil anotado e Legislação extra-
vagante. 2ª edição revista e ampliada, editora Revista dos tribunais, 2003, p. 732.
(515) GONÇALVES STRENGER, Guilherme: “Poder familiar–Guarda e regulamentação de visitas”, en: Ives
Granda da Silva Martins Filho, Gilmar Ferreira Mendes, Domingos Franciulli Netto (Coordinadores): O
novo Código civil: Estudos em homenagem ao prof. Miguel Reale, Sao Paolo, Editora LTR, 2003, p. 1228.
El autor concluye que las nomenclaturas jurídicas y científicas deben obedecer a sus esencias concepe-
tulaes de acuerdo a los planos de la lógica y semiótica jurídica.
(516) BRUGUI, Biagio. Instituciones de Derecho Civil. México, 1946, § 81, p. 453.
(517) JIMÉNEZ SANJINÉS, Raúl. Lecciones de Derecho de Familia y Derecho del menor. Editora Presencia,
2002, pp. 358 y 359.
293
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
5. Definición
La patria potestad es un típico derecho subjetivo familiar mediante el cual
la ley reconoce a los padres un conjunto de derechos y deberes para la defensa y
cuidado de la persona y patrimonio de sus hijos y que permanece hasta que estos
adquieran plena capacidad. El poder de familia, como lo define la clásica doctri-
na brasilera, es el conjunto de derechos y obligaciones de la persona y bienes del
hijo menor no emancipado, ejercido, en igualdad de condiciones, por ambos pa-
dres, para que puedan desempeñar sus encargos que las normas jurídicas les im-
ponen, teniendo a la vista los intereses y la protección del hijo(518).
La modificación del Código Civil francés, efectuada recientemente en el año
2002(519), ha variado la definición de autoridad parental de una manera profunda
al establecerse que “es un conjunto de derechos y deberes que tiene por finalidad
el interés del hijo. Corresponde al padre y la madre, hasta la mayoridad o emanci-
pación del hijo, protegerlo en su seguridad, su salud y su moralidad, para asegu-
rar su educación y permitir su desarrollo, dentro del respeto debido a su persona.
Los padres asocian al hijo en las decisiones que le conciernen, según su edad y su
grado de madurez” (art. 371-1). Con dicho texto se perfecciona y amplía el con-
cepto del anterior artículo 371-2, i) quedando suprimidas las referencias a los de-
rechos-deberes de guarda, vigilancia y educación, ii) introduciéndose el concepto
de “interés del hijo” y iii) legislándose la necesidad de oírlo, con lo que se presta
atención a las pautas del artículo 3 primer párrafo y artículo 12 primer párrafo de
la Convención sobre los Derechos del Niño(520).
6. Características
La patria potestad es de orden público y como tal tiene las siguientes
características:
(518) DINIZ, María Elena. Curso de Derecho Civil brasilero. 17ª edición actualizada, volumen 5, Saraiva, Sao
Paulo, 2002, p. 439.
(519) Como refiere Augusto Belluscio, “el 4 de marzo de 2002 fueron promulgadas en Francia dos importan-
tes leyes modificatorias del Código Civil en materia de Derecho de las Personas y de la Familia: la [Ley]
2002-303 sobre la autoridad parental y la filiación y la [Ley] 2002-304 sobre el nombre de familia; ade-
más, la primera incluye en el Código Penal nuevas disposiciones relativas a la prostitución de menores.
Una y otra constituyen significativos avances en la adopción de normas destinadas a completar la si-
tuación de igualdad jurídica del hombre y la mujer en sus relaciones de familia; además, la primera re-
nueva totalmente la legislación acerca de la autoridad de los padres sobre sus hijos menores de edad”.
BELLUSCIO, Augusto. “Nuevas reformas del Derecho Civil y Penal francés: filiación, autoridad pa-
rental, prostitución de menores y nombre”. En: La Ley. Buenos Aires, Año LXVI, N° 130, 08/07/2002.
(520) BELLUSCIO, Augusto. “Nuevas reformas del Derecho Civil y Penal francés: filiación, autoridad paren-
tal, prostitución de menores y nombre”. En: La Ley. Ob. cit.
294
PATRIA POTESTAD
CARACTERÍSTICA EXPLICACIÓN
Es un derecho subjetivo La patria potestad lleva implícita relaciones jurídicas recíprocas entre
familiar las partes: padres-hijos e hijos-padres; ambos tienen derechos-obliga-
ciones y facultades-deberes.
Se regula por normas de Está de por medio el interés social, de allí que sea nulo todo pacto
orden público o convenio que impida su ejercicio o modifique su regulación legal.
Es una relación jurídica No es un derecho exclusivo de los padres, a pesar de que sean estos quie-
plural de familia nes deban asistencia, protección y representación a sus hijos menores.
Se ejerce en relaciones La patria potestad corresponde al padre respecto del hijo.
de familia directas o in-
mediatas de parentesco
Es una relación de auto- Existe un vínculo de subordinación respecto de los hijos.
ridad de los padres
Su fin es tuitivo Se dirige a la defensa de la persona y el patrimonio de los hijos me-
nores de edad.
Es intransmisible La patria potestad, reconocida por la legislación así como por la doctri-
na(521), es intransmisible, de manera tal que el padre o la madre que se
desprenden de sus deberes y derechos a favor de otro, realizan un aban-
dono que produce las correspondientes sanciones. Esta característica,
también conocida como de indisponibilidad o inalienabilidad, implica
que las facultades derivadas de la patria potestad son de orden público y
el poder paterno no puede cederse en todo o en parte. Los padres dele-
gan, no obstante, el derecho y la obligación de educar y controlar al hijo,
cuando lo internan en un colegio(522).
Es imprescriptible No se pierde por la prescripción; sin embargo, puede decaer o extin-
guirse.
Es temporal, no perpetua La patria potestad puede extinguirse o restringirse porque su carácter
es de temporalidad.
Es irrenunciable De motu proprio no pueden restringirse las relaciones jurídicas de ella
originadas. Si alguien detenta la patria potestad tiene derecho a exigir
su ejercicio. Su renuncia determinaría el incumplimiento de las obli-
gaciones prescritas por el ordenamiento jurídico.
Es incompatible con la No se puede nombrar tutor a un menor cuyo padre ha sido suspendido
tutela de la patria potestad.
Es relativa No es una facultad absoluta y está bajo el control de la ley.
Es indisponible Por que no está en el comercio jurídico.
7. Objetivo(521)(522)
La patria potestad tiene un objetivo elemental que es cuidar de manera integral
a los hijos que no pueden atender de manera personal sus necesidades; por ello,
Héctor Cornejo Chávez afirma que se presenta como una institución de amparo y
(521) LAFAILLE, Héctor. Curso de Derecho de Familia. Biblioteca Jurídica Argentina, Buenos Aires, 1930,
p. 412.
(522) CASTAÑEDA, Jorge Eugenio. Código Civil. Tomo I, 6ª edición, Talleres Gráficos, Lima, p. 181.
295
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
defensa del menor que “no se halla en aptitud de defender su propia subsistencia,
ni de cautelar sus intereses, ni de defender sus derechos, ni de formar su propia
personalidad”(523). Mediante este concepto general podemos apreciar que el cuida-
do es referido a la integridad de la vida de los hijos, sea sicosomática (por ejem-
plo: salud), social (como el recreo) o patrimonial (pecuniaria).
Eduardo Zannoni, citando a Cafferata, explica que “la patria potestad satis-
face el proceso biológico de la procreación, el que no se agota en el hecho bioló-
gico de procrear, sino que se desarrolla en el tiempo hasta que, por presunción de
ley, los hijos adquieren la plena capacidad de obrar”(524). En otras palabras, la pa-
tria potestad complementa legalmente las consecuencias de la procreación a tra-
vés de la protección y educación de la descendencia. Según la profesora brasile-
ra Diniz(525) el Poder familia tiene como finalidad al ser humano que, desde la in-
fancia, precisa de alguien que lo críe, eduque, ampare, defienda, guarde y cuide
de sus intereses, rigiendo su persona y bienes.
De acuerdo a la estructura del Derecho Familiar moderno, la patria potes-
tad se ejerce en interés de la familia (en general) y de la sociedad; antiguamente,
solo era en beneficio directo del hijo (lo que perduró hasta hace poco) o exclusi-
vo del padre (como sucedió en Roma). Actualmente se tiene en cuenta el interés
del grupo familiar, ya que es en la familia y por ella que se busca el desarrollo in-
tegral de la persona. Precisamente, este sistema debe ser acogido por nuestra le-
gislación, así como lo establece el Código de Familia panameño cuando estipu-
la que la autoridad de los padres se establece tomando en consideración el interés
superior del menor y de la familia (art. 318).
En este orden de ideas, la patria potestad es una institución de necesidad na-
tural pues el ser humano, requiere desde su infancia que lo críen, lo eduquen, am-
paren y defiendan, guarden y cuiden de sus intereses, en suma que tengan la re-
gencia de su persona y sus bienes, siendo los padres las personas indicadas para
esta misión y que califica como una situación jurídica peculiar, pues es una facul-
tad y una necesidad(526).
8. Naturaleza jurídica
La patria potestad es una típica institución del Derecho de Familia que confi-
gura una relación jurídica subjetiva en la que las partes intervinientes gozan y de-
ben cumplir con intereses jurídicos reconocidos expresamente por la legislación
a efectos de proteger a los hijos menores de edad en armonía con los intereses de
la familia y de la sociedad.
(523) CORNEJO CHÁVEZ, Héctor. Derecho familiar peruano. Tomo II, 6ª edición, Editorial Studium, Lima,
1987, p. 177.
(524) ZANNONI, Eduardo. Ob. cit., p. 682.
(525) DINIZ, María Elena. Curso de Derecho Civil brasilero. Ob. cit., pp. 439 y 440.
(526) GOMES, Orlando. Direito de Família. 14ª edición, Forense, Rio de Janeiro, 2001, p. 390.
296
PATRIA POTESTAD
9.1. Padres
Son los sujetos activos de la patria potestad. Se les denomina “padres de
familia”.
297
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
298
PATRIA POTESTAD
9.2. Hijos
Son los sujetos pasivos de la patria potestad. Se les denomina “hijos de
familia”.
Ha de tenerse en consideración que, para gozar de la patria potestad de los
padres, no se toma en cuenta la calidad que pudiera tener el hijo: matrimonial,
extramatrimonial o adoptivo. Lo que sí se exige es que el hijo cumpla con los si-
guientes requisitos:
a) Existir, es decir ser concebido o, en su caso, menor de edad o incapaz.
b) No estar emancipado de manera especial (art. 46).
c) Contar con una filiación establecida, esto es, tener padres.
Los huérfanos (aquellos cuya filiación biológica es ignorada y, consecuen-
temente, su filiación jurídica es inexistente) están sometidos de la protección del
Estado a través de la tutela (niños en estado de abandono).
Está sobreentendido que, dentro del término “hijo”, se encuentra inmerso el
concebido, que algunos Códigos Civiles hacen referencia textual (Proyecto de
Argentina); de allí que la protección a los hijos sea desde la concepción hasta que
cese su incapacidad. Indica Enrique Rossel que “si nacido el hijo ha de quedar bajo
la patria potestad de su padre o madre, no se ve el inconveniente para que esta po-
testad se ejercite mientras esté en el vientre materno (...)”(530). Indiscutiblemente,
aquí la función de la patria potestad no será exclusivamente la de cautelar la se-
guridad de su patrimonio, sino también la defensa del ser humano como tal, en
su totalidad.
(530) ROSSEL SAAVEDRA, Enrique. Manual de Derecho de Familia. 5ª edición, Editorial Jurídica de Chile,
Santiago, 1986, p. 321.
299
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
9.3. Abuelos
Los abuelos no gozan de la patria potestad (al menos no de primera mano).
No obstante, los nietos les deben honor y respeto. Parafraseando a los hermanos
Mazeaud(532) diremos que la patria potestad no rebasa el círculo de la familia en
sentido restringido (familia nuclear).
Sin embargo, uno de los efectos de la separación de cuerpos por causal es que
los hijos se confían al cónyuge que obtuvo la separación, el inocente, quien ejer-
cerá sobre ellos la patria potestad (art. 420). El otro queda, en tanto, suspendido
en el ejercicio (arts. 340 y 420) pero la reasume de pleno derecho si el otro mue-
re o resulta legalmente impedido (art. 340 in fine).
Si hay motivo grave, se confiarán a una tercera persona, prefiriéndose a los
abuelos, hermanos o tíos (art. 340). Esta es la norma que, por excepción, otorga
la patria potestad a los abuelos. La relación de abuelidad o abuelitud, luego de la
paterno-filiales, representan una enorme trascendencia en el Derecho de Familia.
(531) CASTAÑEDA, Jorge Eugenio. Código Civil. Tomo I, 6ª edición, Talleres Gráficos, Lima, p. 183.
(532) MAZEAUD. Lecciones de Derecho Civil. Parte I, Volumen III, Ediciones Jurídicas Europa-América,
Buenos Aires, 1959, p. 88.
300
PATRIA POTESTAD
10. Ejercicio
El régimen tradicional de la patria potestad implicaba un beneficio directo del
pater. Era un derecho y facultad exclusiva de él, lo que afectaba las relaciones fa-
miliares pues la mujer se encontraba relegada en sus funciones como madre, sien-
do que el padre, en la mayoría de los casos, no cumplía a cabalidad sus funciones.
Este régimen patriarcal, también llamado unicato paterno, fue reemplazado
por un régimen de ejercicio compartido en el que tanto el padre como la madre
intervienen en el cuidado, la atención y la representación de la persona y el patri-
monio de sus hijos. En esta modalidad de ejercicio compartido, como menciona
Eduardo Zannoni(536), debía optarse entre el ejercicio conjunto o el ejercicio indis-
tinto de la patria potestad; veamos en qué se diferencian estos últimos sistemas.
SISTEMA DE SISTEMA DE
EJERCICIO CONJUNTO EJERCICIO INDISTINTO
El común acuerdo de ambos progenitores de- Cualquiera de los progenitores de manera per-
termina la validez de los actos realizados en sonal puede realizar actos válidos en beneficio
beneficio del menor. Su fundamento está en del menor. Se fundamenta en que a pesar del ac-
que los padres deben decidir en conjunto el tuar individualmente, los padres siempre busca-
bienestar de sus hijos, descartando así los actos rán el beneficio para su hijo y, sobre todo, toma
unilaterales que pueda realizar un progenitor en cuenta que la rapidez de las operaciones que
(art. 419). se realizan hoy en día requiere, igualmente, ce-
leridad en las decisiones.
(533) MÉXICO. Código Civil Federal. “Artículo 414.- La patria potestad sobre los hijos se ejerce por los pa-
dres. Cuando por cualquier circunstancia deje de ejercerla alguno de ellos, corresponderá su ejercicio al
otro.
A falta de ambos padres o por cualquier otra circunstancia prevista en este ordenamiento, ejercerán la pa-
tria potestad sobre los menores, los ascendientes en segundo grado en el orden que determine el juez de
lo familiar, tomando en cuenta las circunstancias del caso”.
(534) MÉXICO. Código Civil para el Estado de Quintana Roo. “Artículo 994.- Ejercerán la patria potestad el
padre y la madre conjuntamente, y solo uno de ellos si el otro ha muerto o está impedido legalmente; pero
si los dos han muerto o están impedidos, la ejercerán: I.- El abuelo y la abuela paternos; y, II.- El abuelo
y la abuela maternos”.
(535) MÉXICO. Código de Familia del Estado de Hidalgo. “Artículo 243.- La patria potestad es el conjunto
de derechos y obligaciones reconocidos y otorgados por la ley, a los padres y abuelos en relación a sus
hijos o nietos, para cuidarlos, protegerlos y educarlos, así como sus bienes”.
(536) ZANNONI, Eduardo. Ob. cit., pp. 701 y 702.
301
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
puede ser ejercida de manera individual en casos de emergencia por aquel padre
en cuyo instante tenga bajo su custodia al menor (art. 152). Asimismo, el Código
de Familia boliviano indica que los actos de uno de los padres, que se justifiquen
por el interés del hijo, se presume cuentan con el asentimiento del otro (art. 251).
Y nuestro propio Código Civil establece de manera especial, mas no obligatoria,
que siempre que sea posible se consultará al hijo mayor de 16 años los actos im-
portantes de la administración (art. 459).
A. Guarda
11. Concepto y contenido
El contenido de orden personal de la patria potestad es la guarda de la cual
se derivan el cuidado, corrección, educación, alimentos, asistencia y prestación
de servicios.
La guarda se traduce en el hecho de vivir en familia prestando la atención
al desarrollo de los hijos, alimentándolos. En este sentido, el ejercicio de la pa-
tria potestad requiere de manera fundamental la convivencia de padres e hijos en
(537) BELLUSCIO, Augusto. Manual de Derecho de Familia. 3ª edición, Tomo II, Editorial Depalma, Buenos
Aires, 1981, p. 281.
302
PATRIA POTESTAD
303
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
a. Tenencia
12. Concepto
En términos de Derecho de Familia tenencia es sinónimo de estar junto, tener
al hijo a su lado. Una forma de convivencia inmediata de padre/hijo.
Es una relación jurídica familiar básica que se identifica como un derecho-de-
ber de tener en custodia a un hijo. Como derecho familiar subjetivo reconoce, en
este orden de ideas, el derecho del progenitor de cuidar al hijo así como, recípro-
camente, el derecho del hijo de vivir con el padre que mejor condiciones de vida
le ofrezca. En otras palabras, no es una facultad exclusiva del progenitor, sino que
es una facultad indispensable del hijo para su desarrollo integral.
Se ha sostenido que la tenencia es un atributo derivado de la patria potes-
tad. Y es lógico. Para ejercer la relación paterno-filial se requiere tener al hijo
bajo custodia. Quien goza de la patria potestad debe estar legitimado de una te-
nencia aunque surgen casos especiales. Ejemplo, por la separación de cuerpos
uno de los cónyuges se queda con el hijo lo que no significa que el otro pierda
la patria potestad. Hay uno que tiene al hijo sin embargo ambos dirigen y supervi-
san su desarrollo.
12.1. Definición
Es la relación directa de permanencia que tiene uno de los padres respecto
de su hijo.
Aquella facultad establecida cuando existe una separación de cuerpos o di-
vorcio que permite a uno de los padres quedarse al cuidado inmediato del hijo.
12.2. Denominación
Llamada custodia.
Curiosa es la denominación que se le otorga a esta institución asemejándo-
la a una figura de los Derechos reales. En este ámbito, se alude a tenencia cuan-
do nos referimos a la mera posesión de un bien. Poseer es tener una cosa con áni-
mo de dueño. Es tenedor el poseedor. Se tiene una cosa, un objeto, un bien no un
hijo. La diferencia está en su esencia. La tenencia para el Derecho de Familia está
amparada en un título. Tener implica un ejercicio adecuado de un derecho, lo que
implica no retener.
12.3. Determinación
Cuando los padres estén separados de hecho, conforme el artículo 81 del CNA
la tenencia se determina:
304
PATRIA POTESTAD
305
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
(543) VARSI, Enrique. @enriquevarsi. “Los abuelos asumen el cuidado del nieto por incapacidad, ineptitud o
ausencia de los padres, respetando la identidad paternofilial del hijo”.19/03/2012. 3:17 pm. Tweet.
(544) BUSTAMANTE OYAGUE, Emilia. “Determinación de los alcances del principio del interés superior del niño
en los procesos de tenencia”. En: Actualidad Jurídica. Nº 221, Gaceta Jurídica, Lima, abril de 2012, p. 64.
306
PATRIA POTESTAD
dicha patria potestad, no puede ser ejercido en este caso, dado que lo más
beneficioso para el desarrollo integral de dicha menor es que continúe bajo
el cuidado de su abuela materna(545).
CASACIÓN: Corresponde la tenencia y tutela de la menor a favor de los
abuelos maternos en la medida que alejar a la menor de estos –quienes des-
de la muerte de la madre se han encargado de crear un vínculo afectivo con
ella, siendo las únicas personas con quienes ha mantenido contacto y le han
dado atenciones y cuidado que todo niño necesita– implicaría una alteración
a su desarrollo emocional y social, lo cual se contradice con el interés supe-
rior del niño(546).
- Argentina
“Los abuelos como los mejores padres. La opinión de niños también cuen-
ta”. El STJ de Corrientes (Argentina) declaró la arbitrariedad de una senten-
cia que anuló una resolución que brindaba la tenencia de menores a sus abue-
los sin que se tuviera en consideración que los nietos chicos querían seguir
viviendo con ellos(547).
- Brasil
En vista de la conclusión del informe llevado a cabo con las partes quedó cla-
ro que el padre no está proporcionando a las necesidades a su hijo, se mantie-
ne la decisión de conceder la custodia del niño a los abuelos(548).
En cualquiera de los supuestos antes citados –a falta de acuerdo o de padres–
el juez priorizará el otorgamiento de la tenencia a quien mejor garantice el dere-
cho del niño, niña o adolescente a su desarrollo siempre que mantenga contacto
con el progenitor.
La tenencia del nieto no es prohibida por la norma por lo que nada impide que
sea decretada o confirmada (con base en el principio de libertad personal)(549). Si bien
si en ninguno de los artículos 81 al 87 del CNA se hace referencia a la tenencia de
307
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
los abuelos, no es óbice otorgársela en aplicación del interés superior del niño(550).
Una interpretación extensiva, en particular, de los artículos 81 y 84 del CNA, lle-
va a comprender que los abuelos pueden ser sujetos activos directos de la tenen-
cia de sus nietos en casos específicos de incapacidad, ineptitud o ausencia de los
padres, respetando el derecho a la identidad, el relacionamiento paterno-filial del
hijo y valorando el interés superior del menor. Así como el juez, en mérito de la fa-
cultad que le concede el segundo párrafo del artículo 88 del CNA, puede disponer
un régimen de visitas adecuado al principio del interés superior del niño, la mis-
ma lógica debe aplicarse para conceder a los abuelos la tenencia de su(s) nieto(s).
12.4. Titulares
12.4.1. Sujetos activos
Los padres o los abuelos. Los tenedores.
En el caso de los padres opera de forma individual, se otorga a uno de ellos;
mientras que en los abuelos opera de forma individual, a uno de ellos, o conjunta,
a la pareja de abuelos, prefiriéndose, en mejor medida, a esta última.
(550) CÁRDENAS RODRÍGUEZ, Luis. “Cómo obtener la tenencia sin ser el progenitor”. En: Diálogo con la
Jurisprudencia. Año 17, Nº 163, Gaceta Jurídica, Lima, abril de 2012, p. 82.
308
PATRIA POTESTAD
El CNA considera:
- En caso no existir acuerdo sobre la tenencia, el hijo menor de tres (3) años
permanecerá con la madre (art. 84, b).
El hecho de ser madre no otorga una mejor posición para adquirir la tenen-
cia, en razón de que puede ser el padre a quien se le confiera al ser este el mejor
preparado para ello, lo que ha sido aceptado por la jurisprudencia comparada(551).
En nuestro medio, la ley (art. 84, b, CNA) sí ofrece ventaja a la madre para man-
tener la tenencia - retener (en caso el hijo tenga menos de tres años).
12.6. Modificación
La tenencia puede ser solicitada, lo que implica la modificación de quien la
tiene o una afirmación a su retención; en su caso, puede ser limitada a uno o am-
bos padres al ofrecerles garantías para su desarrollo(552).
La resolución que otorgue sobre tenencia puede ser modificada por circuns-
tancias debidamente comprobadas. La solicitud deberá tramitarse como una nueva
acción. Esta podrá interponerse cuando hayan transcurrido seis meses de la reso-
lución originaria, salvo que esté en peligro la integridad del menor (art. 86, CNA).
Este plazo de seis meses no lo consideramos operativo. Es perfectamente posi-
ble que por causas justificadas pueda iniciarse antes el proceso de modificación,
lo cual ha sido considerado un criterio casatorio local(553), tomando en cuenta que
i) el interés superior del niño debe prevalecer ante las formalidades procesales y,
ii) ante el peligro de la integridad física es posible solicitar la variación pese a no
haberse cumplido el plazo de seis meses establecido en la normativa.
(551) En el caso, sobre custodia a cargo del padre de la menor nacida de la unión de hecho mantenida por los
litigantes, aun reconociendo las dificultades que puedan presentarse en la adaptación de la niña a convi-
vir y ser custodiada por el padre, el Tribunal así lo decidió, por tener este cubiertas en mayor medida las
necesidades, tanto físicas, materiales, como de índole moral –según revela la prueba practicada, la recu-
rrente, por su situación laboral y emocional no es la más apropiada para ocuparse de su hija–, sin que ello
suponga que se proceda a cortar radicalmente el contacto con la madre que, indudablemente, complemen-
tará y contribuirá al mayor equilibrio emotivo y sentimental de la menor –se señala el correspondiente
régimen de visitas–, pues una madre es difícil de suplantar y siempre está y debe estar en las proximida-
des del vivir existencial de los hijos, aunque no convivan juntos y sin perjuicio que en el futuro, cuando
a la menor le asista la capacidad legal necesaria, pueda decidir con quién de los progenitores quiere con-
vivir. En estos supuestos debe atenderse al mayor beneficio del menor al que, en los casos de crisis y se-
paración de sus padres, se coloca en una posición difícil de optar por uno u otro; a falta de acuerdo co-
mún, la ley traspasa al juez la siempre difícil solución de decidir cuál de los progenitores ha de asumir el
cuidado y custodia –artículo 159 del CC–, y en el caso, la decisión del Tribunal de instancia resulta la co-
rrecta, conforme al factum declarado probado y demás circunstancias concurrentes, ya que el favor filii
es el que tiene que presidir las relaciones con los padres y es el interés de los hijos el que debe prevale-
cer, incluso por encima del de sus progenitores. Vid. “Atribución al padre de la custodia de la menor na-
cida de unión extramatrimonial”. España, Tribunal Supremo, 256 -TS 1.ª S 09/07/2003. Ponente: Sr. Vi-
llagómez Rodil. En: Diario La Ley, Año XXIV. Número 5843. Viernes, 5 de setiembre de 2003.
(552) VARSI, Enrique. @enriquevarsi. “Mamá 58 y Papá 70, sin custodia. Tribunal turinés consideró que hija
–concebida por TERAS– quedará huérfana pronto: bit.ly/mWixss”. 16/09/2011. 6:28 p.m. Tweet.
(553) Cas. N° 1074-2011-Lima.
309
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
12.9. Improcedencia
El artículo 97 del CNA regula un requisito especial de procedencia para la in-
terposición de la demanda de tenencia consistente en que el demandante no haya
sido demandado de alimentos. El propósito de esta norma es evitar maniobras por
parte del progenitor que, queriendo incumplir sus obligaciones alimentarias o ha-
cerlas a su modo, peticione la tenencia del menor para quien se pidió y otorgó los
citados alimentos(554).
b. Régimen de visitas
Para el que no obtenga la tenencia debe señalarse un régimen de visitas.
El hijo convivirá con uno de los padres, en tanto que el otro tendrá derecho a
un régimen de visitas que podrá ser decretado de oficio(555) si se acredita el cum-
plimiento de la obligación alimentaria, tomando en cuenta el interés superior del
niño, si así lo justifica(556).
310
PATRIA POTESTAD
13. Concepto
El régimen de visitas forma parte del Derecho de relación. Es el derecho que
permite el contacto y comunicación permanente entre padres e hijos, logrando el
desarrollo afectivo, emocional y físico, así como la consolidación de la relación
paterno-filial. Jurídicamente, visitar implica estar, compartir, supervisar, respon-
sabilizarse; por lo tanto, resulta más conveniente referirnos, de manera integral,
al régimen de comunicación y de visita.
Es una relación jurídica familiar básica que se identifica como un derecho-de-
ber a tener una adecuada comunicación entre padres e hijos (y viceversa) cuando
no existe entre ellos una cohabitación permanente. Como derecho familiar subje-
tivo reconoce, en este orden de ideas, el derecho del progenitor que no vive con
su hijo a estar con él así como, recíprocamente, el derecho del hijo de relacionar-
se con su padre a quien no ve cotidianamente. En otras palabras, no es una facul-
tad exclusiva del progenitor, sino que es una facultad indispensable del hijo para
su desarrollo integral.
14. Denominación
El nomen utilizado por nuestra doctrina y jurisprudencia, cual es régimen de
visitas, no es adecuado. Por el contrario se desdice con el objetivo de la institu-
ción que es el estar en contacto y plena comunicación con el menor, limitándo-
la a un mero estar físico, de allí que sea más conveniente denominarlo “derecho
a mantener las relaciones personales” como la tipifica el Código de Familia de
Cataluña (art. 135) y el de Bolivia (art. 257). Con el criterio de Zannoni decimos
que debe superarse el inconveniente conceptual con una denominación más real
como es el derecho a la adecuada comunicación(557).
En la doctrina comparada se le ha otorgado varias denominaciones como el
derecho de relación, derecho de comunicación y es que si hablamos de derecho
de visitas se alude solo a un aspecto de las relaciones familiares, el físico, sien-
do la institución por demás mucho más amplia. La legislación ha seguido el mis-
mo sentido, en Argentina se le conoce como derecho a tener adecuada comunica-
ción (art. 264, inc. 2 del CC) o Derecho de comunicación (como lo consagra su
Proyecto, 2001 y 2012), en España, derecho a relacionarse (art. 160 del CC), en
Alemania, derecho al trato personal del hijo (arts. 1634 y 1684 del CC). Nuestro
Código Civil lo trata como el derecho a conservar las relaciones personales (art. 422),
mientras que el CNA utiliza la clásica denominación derecho de visitas (art. 88 y
ss). Como se ha detallado, la corriente tanto doctrinaria, jurisprudencial como le-
gislativa viene reconociendo una nueva denominación el derecho a tener una ade-
cuada comunicación con el hijo.
(557) ZANNONI, Eduardo. Derecho de Familia. Ob. cit., pp. 710 y 711.
311
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
15. Origen
No tiene un origen legal definido, pero su data es larga ya que nace de la
jurisprudencia.
La comunicación integral en las relaciones paterno-filiales es un derecho sub-
jetivo familiar autónomo y típico en la legislación comparada. Sin embargo, existen
Códigos que no la contemplan expresamente, tal es el caso del clásico Italiano(558)
a lo que sus teóricos han sostenido que por la antigüedad del código no se trató
específicamente, pues el derecho de relación familiar es nuevo. En el modernísi-
mo Código brasilero de 2003 tampoco lo regula expresamente, tratándose el di-
reito de visita –como sostienen sus analistas– como medida provisional sustenta-
da en el derecho de compañía de los hijos y es accionada a través de normas pro-
cedimentales (Código de procedimientos civiles, 1638 VII)(559). Argumenta Díaz
Alabart(560) que se trata de una relación tan natural que trasciende el puro ámbito
del derecho positivo encuadrándose en los principios generales del derecho de la
persona y la familia.
16. Finalidad
Lograr la comunicación con el hijo constituye un valioso aporte al crecimien-
to afectivo por lo que debe asegurarse, promoverse y facilitarse dicho contacto.
Como derecho lo ejerce aquel padre que no goza la tenencia de su hijo de mane-
ra que se le faculta ha tenerlo en días y horas establecidas, siempre que no inter-
fiera en sus horas de estudio, de recreación o de relación con el progenitor con
quien vive. Su finalidad es el fomento y favorecimiento de las relaciones perso-
nales, la corriente afectiva entre los seres humanos, prevaleciendo el beneficio e
interés del menor. Claro que en cada caso deberá ser considerado de manera inde-
pendiente, pues el interés de un menor jamás será el mismo que el interés de otro
menor. Cada persona es diferente, y cada niño merece un tratamiento especial en
cuanto la fijación de este régimen.
Se busca que los padres no se vean como extraños respecto de los hijos que
no tiene a su lado y que los padres estén informados y tengan conocimiento del
(558) Sin embargo, la doctrina y la jurisprudencia lo aceptan sustentándose en el artículo 29, párrafo 1 de la
Constitución que consagra el reconocimiento de la familia como sociedad natural fundada sobre el ma-
trimonio. En este sentido, la decisión del Tribunal de Casación italiano de 25 de setiembre de 1998 (Nº 9606,
Famiglia e Diritto).
(559) NERY JUNIOR, Nelson y DE ANDRADE NERY, Rosa María. Ob. cit., p. 732.
(560) DIAZ ALABART, Silvia. “El derecho de relación personal entre el menor y sus parientes y allegados
(art. 160.2 CC)”. En: Revista de derecho privado. Mayo-junio de 2003, p. 352, nota 53.
312
PATRIA POTESTAD
desarrollo de sus hijos(561). Este anhelo de tener trato con los hijos obedece a mó-
viles tan humanos y respetables, que ni siquiera la culpa en el divorcio puede ser
un obstáculo para que no se le reconozca(562). La necesidad de mantener la soli-
daridad e integración familiar así como proteger los afectos es el fundamento de
este derecho, teniendo como beneficiario al niño y no a los adultos, como se ha
establecido en muchas sentencias judiciales.
La finalidad es la relación entre quienes comparten vínculos personales, sean
estrechos o extensos, sean familiares o de vinculación social o convivencial.
18. Características
Como características tenemos las siguientes:
(561) El Código Civil alemán determina que: “El padre al que no corresponda el cuidado de la persona del hijo
conserva el derecho al trato personal con el mismo. Dicho padre, como el otro, al que no corresponde su
cuidado, deberán abandonar toda medida que impida o dificulte la educación del hijo o su relación con
el otro padre”, art. 1634-1.
(562) PLÁCIDO VILCACHAGUA, Alex. “Relaciones personales con hijos no sujetos a patria potestad”. En:
Código Civil comentado. Tomo III, Derecho de Familia, Segunda parte, Gaceta Jurídica, Lima, 2003,
p. 124.
(563) DÍAZ ALABART, Silvia. “El derecho de relación personal entre el menor y sus parientes y allegados (art.
160.2 CC). En: Ob. cit., pp. 353 y 355.
313
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
CARACTERÍSTICA EXPLICACIÓN
Titularidad compartida Es un derecho que le corresponde al visitado y al visitante (ambos
beneficiados), debiendo ser cumplido o darse las facilidades para
su ejecución a la persona que tiene bajo su tenencia o guarda a la
menor, se le suele llamar gravado. No es exclusivo de ninguna de
las partes, aunque el interés superior del niño le otorgue una mejor
posición al mismo.
Temporalidad y eficacia El transcurso del tiempo es un factor que debilita las relaciones fa-
miliares, dado que aquellas personas que no se relacionan pierden
el afecto y no permiten una integración real y natural. De allí que
este derecho merece ser cautelado y ejercitado de manera rápida y
perentoria.
Indisponible Dada su naturaleza de derecho, el mismo no puede ser cedido ni
renunciado, pero puede ser reglamentado y por casos especiales
limitado o restringido por la ley.
19. Titulares
Como se ha explicado, dada la característica de titularidad compartida, no po-
demos referirnos a un beneficiario directo y exclusivo. Los padres, los hijos y de-
más parientes o allegados merecen en sí, y para sí, de esta facultad de compartir-
se e integrarse con los miembros de su entorno.
Como esencia del desarrollo de las relaciones humanas este derecho es de ne-
cesidad para quienes tienen vínculos familiares. De esta manera, ninguno de los
progenitores puede monopolizar el derecho de integración familiar. Sea el padre
o la madre, quien de manera individual goce del ejercicio directo de la patria po-
testad, le corresponde facilitar al otro la comunicación con la prole. Es así que el
“otro progenitor” (aquel que no tiene al hijo día a día) tiene el derecho de mante-
ner las relaciones personales que le permitan participar, cautelar y vigilar su desa-
rrollo integral a la vez que el menor goce de esa mirada vigilante y ese cariño al-
terno de aquel familiar con quien no comparte la mayor parte de su vida.
En un análisis integral, sin embargo, el primer beneficiario es el niño, antes
que el padre que no lo tiene, pues la lógica nos dice que es el menor quien necesi-
ta de los demás para desarrollarse, crecer e integrarse en la familia y en sociedad.
A efectos de metodología, y sin entrar a lo riguroso de la enumeración o la
denominación, estudiemos el amplio campo de los titulares:
314
PATRIA POTESTAD
19.1. Visitado
19.1.1. Titular beneficiario - Hijo
Teniendo en cuenta el interés superior del niño asumimos que este es su prin-
cipal titular, tomando en consideración el beneficio y gracia que el ejercicio de
este derecho le representa. A contrario sensu se puede restringir el ejercicio por
motivos que afecten la integridad o seguridad del menor. Este titular puede tener
el estatus de hijo, si el régimen le corresponde al padre, o ser meramente un me-
nor, si el régimen les corresponde a sus parientes o allegados.
19.2. Visitante
19.2.1. Familiares directos - Padres
Los padres son los primeros familiares que deben gozar y llevar a cabo este
régimen, obviamente si hablamos de una relación padre-hijo. Lo que no impli-
ca que sean los únicos legitimados, ya que puede darse el caso de que sea el hijo
quien adquiera la calidad de visitante, si nos referimos a que el visitado es el pa-
dre (mayor de edad, enfermo, entre otros).
(564) El proyecto de Código Civil argentino (2000) considera como beneficiarios a los ancianos y enfermos.
En esta consideración trata el artículo 635 que los padres, tutores o curadores de los menores e incapaces
o quienes tengan a su cuidado personas mayores de edad enfermas o imposibilitadas deben permitir las
visitas de los parientes que conforme a las disposiciones del presente capítulo, se deban recíprocamente
alimentos.
315
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
se presentan a los hermanos, abuelos, tíos, sobrinos, primos lo que fue considera-
do por el Derecho comparado (Argentina, Cataluña, España, Francia).
El tema de los demás familiares, es decir del acceso de la familia in exten-
so, a este derecho de relación ha tenido todo un desarrollo doctrinario y jurispru-
dencial muy interesante que ha venido siendo recepcionado por parte del Derecho
comparado.
19.2.2.1. Hermanos
La relación fraternal es esencial para el desarrollo emocional del menor. Se
ha dicho que la mejor herencia que se le puede dejar a un hijo es un hermano con
quien compartir. En este sentido, lo ha entendido expresamente el Code de Francia
cuando indica que el hijo no deberá ser separado de sus hermanos y hermanas,
salvo si esto no fuera posible o si su interés aconsejara otra solución, en todo caso
el juez será el encargado de resolver las relaciones personales entre los hermanos
(art. 371-5); el Código español considera la interesante figura del desiratum en el
sentido de que en los casos de crisis o nulidades matrimoniales no deben afectar-
se la relación de los hermanos.
19.2.2.2. Abuelos
Del latín vulgar aviolus, del clásico avus. Compárese con el francés aïeul y
portugués avó.
Son parte de las relaciones avoengas (avô, abuelo) para los brasileros; para
nosotros, relaciones abueliles, de abuelidad o abuelitud. Son aquellas mantenidas,
principalmente con los nietos.
Los abuelos son una prolongación de la relación de los padres. Los nietos re-
quieren de ese cariño de los abuelos –que es totalmente distinto de los padres– esa
complicidad para las malacrianzas (Tú edúcalo, yo lo echo a perder) y la posibilidad
de apreciar en ellos la historia generacional de tu familia. Por su parte, los abuelos
necesitan ver y estar con la generación de sus hijos, y por decir lo menos, necesi-
tan sentirse útiles cuidando a sus nietos. Esta integración de las relaciones familia-
res de segunda generación parental es importante. El reconocimiento legal de este
derecho a los abuelos se da en 1970, año en el que el Código Civil francés(565) lo
consagra como norma expresa, tomando en consideración los diversos fallos juris-
prudenciales que al respecto se venían dictando; la misma situación se ha dado en
(565) El Code establece que los padres no podrán, salvo motivos graves, obstaculizar las relaciones personales
del hijo con sus abuelos, en todo caso a falta de acuerdo decidirá el juez (art. 371-4).
316
PATRIA POTESTAD
España(566) (567). La corriente del derecho comparado ha seguido esta línea de reco-
nocimiento expreso. Tenemos que el Código de Familia de Catalunya establece que
“el padre y la madre deben facilitar la relación del hijo o hija con los parientes, es-
(566) El Tribunal Supremo español falló: “Ninguna justa causa impide las relaciones personales entre el me-
nor y sus abuelos paternos. Este tipo de relaciones, que insertan beneficiosamente al menor en su entor-
no familiar completo, resultan más necesarias cuando de los ascendientes se trata” (sentencia de la Prime-
ra Sala del 23/11/1999). En: Revista de Derecho de Familia. Editorial Lex Nova, Valladolid, enero 2001,
N° 10, ps. 132-134. Asimismo, existe criterio unánime de desestimar la petición de uno de los progenito-
res en negar las visitas a los abuelos de la otra línea familiar; así tenemos el caso en el que se resuelve por
la “desestimación de la petición de la madre de no fijar régimen de visitas a favor de los abuelos pater-
nos de la menor del padre que falleció” (sentencia del 30/11/2000 que se sustenta en lograr el desarrollo
emocional del menor). En: Revista de Derecho de Familia. Editorial Lex Nova, Valladolid, octubre 2001,
N° 13, p. 178. Por otro lado, “Procedencia de las visitas entre la abuela y la menor, ya que los problemas
entre los adultos no pueden constreñir los derechos de la menor a relacionarse con su familia biológica,
máxime cuando esa relación ya ha existido con anterioridad y ha sido estrecha y beneficiosa para la niña”
(AP MURCIA, Sec. 1ª, Sentencia de 4 de febrero de 2002. Ponente: Ilmo. Sr. D. Francisco José Carrillo
Vinader). En: Revista de Derecho de Familia. Editorial Lex Nova, Valladolid, enero 2003, N° 18, p. 169.
En España, “la cuestión nuclear del tema debatido –derecho de unas menores a comunicarse con los abue-
los, tíos y primos maternos– es la existencia o inexistencia de justa causa que impida dichas comunica-
ciones, tal y como establece el artículo 160.2 del Código Civil [español]. La sentencia recurrida se basó
para estimar esa justa causa en dos hechos: a) la falta de relación del padre con los familiares de su di-
funta esposa que, desde la muerte de esta, se debe a la animadversión existente entre el demandado y los
familiares de aquella y b) el temor de que los parientes maternos influyan de forma directa o indirecta en
el ánimo de las menores, en el sentido de hacer recaer en su padre la responsabilidad de la muerte de su
madre. Esta falta de relaciones entre el padre y los parientes de su mujer no deben influir en la concesión
del régimen de visitas, máxime cuando la animadversión se manifiesta especialmente en el padre, que
despreciaba a la familia de su mujer y que si tenía relación con ellos era para complacer a su esposa, y
después de la muerte de esta detesta al abuelo materno. Posición esta del padre recurrido que le convierte
en árbitro de la realización de un derecho, pues basta que siga detestando a sus suegros para que estos no
puedan comunicarse nunca con sus nietas. Y la perniciosa influencia que los abuelos puedan ocasionar a
las niñas, con versiones manipuladas sobre la muerte de su madre, se puede obviar estableciendo medios
correctores. Las visitas de las niñas a los familiares de su madre tienen aspectos positivos, pues las rela-
ciones entre abuelos y nietos son enriquecedoras y no pueden ni deben limitarse a los paternos. La rela-
ción de los familiares maternos con las niñas no han sufrido un deterioro directo, sino indirecto por mo-
tivos ajenos a su recíproca comunicación, por lo que si se reanuda ha de resultar beneficiosa para ellas”
(Exp. N° 7868-TS, Primera Sala, 20/9/2002, ponente: De Asís Garrote). En: Diario La Ley. Año XXIII,
N° 5652, 11/11/2002. Web site: <www.laley.net> (octubre de 2002).
(567) “En España incluso se quiere ampliar las facultades de los abuelos”. En efecto, existe el Proyecto de Ley
N° 121/000168 30 de julio de 2003, autor Gobierno, Modificación del Código Civil en materia de rela-
ciones familiares de los nietos con los abuelos, que busca modificar el Código Civil en el sentido que los
abuelos tengan participación en los procesos de separación, divorcio y nulidad matrimonial a fin de de-
terminar el bienestar comunicacional con sus nietos. La modificación legislativa se llevará a cabo según
los objetivos del Plan Integral de apoyo a las familias 2001-2004, con un triple objetivo: 1) Reforzar el
régimen de relaciones entre los abuelos y los nietos, tanto en caso de ruptura familiar, como en el caso
de simple dejación de obligaciones por parte de los progenitores, 2) Atribuir a los abuelos capacidad de
ser oídos en los procedimientos de separación, divorcio y nulidad, y 3) Atribuir a los abuelos una fun-
ción relevante en el caso de dejación por los padres de las obligaciones derivadas de la patria potestad.
De este modo, la reforma del Código Civil establecerá el derecho de los abuelos a relacionarse con sus
nietos garantizando la efectividad de este derecho en los supuestos de crisis matrimonial, de forma que,
a falta de acuerdo entre los cónyuges sea el juez quien asegure las relaciones entre nietos y abuelos. Para
ello, se prevé que, en casos de separación, nulidad y divorcio, el convenio regulador entre los cónyuges
o, en su caso, las medidas adoptadas por el juez, deberán contemplar expresamente el derecho de visita
de los abuelos a los nietos. Sin embargo, existen criterios encontrados con esta propuesta en el sentido
que y existe el “riesgo cierto” de que estos nuevos actores introduzcan en el drama normalmente inhe-
rente a la crisis familiar “factores de complejidad y tensión a la relación familiar.
317
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
19.2.2.3. Allegados
Partiendo de la premisa que la relación entre las personas es por lo demás va-
riada y compleja debe reconocerse por razones propias y esenciales que en casos
especiales este régimen familiar de “estarse y compartirse” puede verse extendido
a otras personas, pues las relaciones humanas así le correspondan, este es el caso
de los terceros no familiares o también llamados allegados. Entre algunos casos
podemos mencionar: Quienes fueron tutores, curadores, profesores, o la situación
como la de un novio, el excónyuge o exconviviente de la madre del menor, o un
vecino que cuidó del menor. Pueden presentarse otros casos, claro, sin duda, la
enumeración sería inútil dada la extensión, por lo que bastará probar la relación
afectiva que determinaría el legítimo interés para el establecimiento del régimen.
Y es que sucede que como producto de las desavenencias conyugales, de las
rupturas familiares, de la propia sociedad de mercado y de la crisis económica que
aleja a los padres de sus hijos –dado las extensas jornadas laborales, los trabajos
foráneos– lleva a que muchos niños terminen siendo cuidados, e incluso criados
por parientes, amigos de la familia, vecinos o sean internados en centros de edu-
cación permanente.
Podemos hablar que esos niños crearán una familia alterna (aquella con la
que viven el día a día) y una familia pasajera (la conformada por los padres que
de cuando en vez pueden estar con ellos). En estas situaciones no podemos impe-
dir que el menor se desvincule de esa familia que lo albergó, es fundamental que
pueda seguir manteniendo vínculos y comunicaciones, su desarrollo así se lo exi-
ge, siendo necesario plantear soluciones legales y prácticas como lo hacen los có-
digos de Cataluña(568), España(569) y Francia(570), de manera extensiva el Proyecto
(568) Artículo 135.2 del Código de Familia Catalán (Ley 9/1998 del 15/07/1998): “El padre y la madre deben
facilitar la relación del hijo o hija con los parientes, especialmente con el abuelo y la abuela, y demás
personas y solo la pueden impedir cuando exista justa causa”. Respecto a dicho artículo la sentencia del
Tribunal Superior de Justicia de Cataluña del 19/2/2001 resulta de interés para su análisis. Vid. VERDE-
RA IZQUIERDO, Beatriz. “Anotaciones sobre el régimen de visitas de parientes y allegados” en: Dia-
rio La Ley. Año XXIII, N° 5669, 04/12/2002. Web site: <www.laley.net>.
(569) Artículo 160 del Código Civil español (redactado por la Ley N° 21/1987 del 11/11/1987): “El padre y
la madre, aunque no ejerzan la patria potestad, tienen el derecho de relacionarse con sus hijos menores,
excepto con los adoptados por otro de manera plena o conforme a lo dispuesto en resolución judicial. No
podrán impedirse sin justa causa las relaciones personales entre el hijo y otros parientes y allegados. En caso
de oposición, el juez, a petición del menor o del pariente o allegado, resolverá atendidas las circunstancias”.
(570) La Cour de Cassation resolvió sobre la materia por sentencia del 08/07/1857. El Code en su artículo 371.4
(introducido mediante la Ley del 4/6/1970 y cuya redacción actual obedece a la Ley N° 93 del 22/1/1993),
318
PATRIA POTESTAD
regula el derecho de visita de los abuelos: “Les père et mère ne peuvent, sua motifs graves, faire obsta-
cle aux relations personnelles de l’enfant avex ses grands-parents. A défaut d’accord entre les parties, les
modalités de ces relations sont réglées par le juge aux affaires familiales. En considération de situations
exceptionnelles, le tribunal peut accorder un droit de correspondance ou de visite à d’autres personnes,
parents ou non”. La traducción del texto transcripto es la siguiente: “El padre y la madre no pueden, sal-
vo motivos graves, obstaculizar las relaciones personales del hijo con sus abuelos. En defecto de acuerdo
entre las partes, las modalidades de esas relaciones serán reguladas por el Tribunal. En consideración a
situaciones excepcionales, el Tribunal puede conceder un derecho de correspondencia o de visita a otras
personas, parientes o no”. A mayor referencia Vid. RIVERO HERNÁNDEZ, Francisco. El derecho de
visita. Teoría y praxis. Editorial Eunsa, Pamplona, 1982, p. 43; y PACTET, Christiane. Le droit de visite
des grands-parentes et l’art. 371-4 du Code Civil. París, 1972.
(571) CHUNGA LAMONJA, Fermín. Derecho de menores. 6ª edición, Grijley, Lima, 2002, p. 356.
319
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
Visitado
Titular beneficiario
Enfermo Discapacitado
Relación y comunicación
Gravado Visitador
Guardador Ejecutor beneficiario
(572) VILLAGRASA ALCAIDE, Carlos. “El derecho del menor a relacionarse con abuelos, parientes y alle-
gados”. En: Revista de Derecho de Familia. Editorial Lex Nova, Valladolid, abril 2002, N° 15, p. 40.
(573) Augusto Belluscio sostiene que no puede pretenderse ejercer los derechos correlativos, ni alegar un cari-
ño cuya inexistencia se demuestra. Vid. BELLUSCIO, Augusto. Manual de Derecho de familia, 5ª edi-
ción, Depalma, Buenos Aires, 1974, p. 284.
320
PATRIA POTESTAD
subordinado y sometido, al interés del menor. Cada caso deberá ser consi-
derado de manera independiente, dado que cada menor tiene una necesidad,
una exigencia de compartirse con su gente, de allí que el interés de un me-
nor no pueda ser el mismo que el interés de otro, lo que debe ser tomado en
cuenta en la fijación de este régimen. El problema se presenta en la determi-
nación de dicho interés, es decir de quién depende la calificación del mismo.
En términos legales la decisión no está en el menor (aunque le corresponda),
sino en los padres que en virtud de la patria potestad ostentan la representa-
ción del menor. En caso de controversia resolverá el juez.
d) Edad, el elemento cronológico es esencial. En el caso de los menores la edad
juega un factor fundamental, pues de la misma depende la fijación del régi-
men tomando en consideración el beneficio para el desarrollo del niño o ado-
lescente. No puede fijarse un mismo régimen de visitas para un menor de 5
años que para un recién nacido o un bebé de 5 meses.
e) Opinión del menor, tomando en consideración los puntos anteriores, resulta
básico, de acuerdo a la madurez y discernimiento del menor escuchar su opi-
nión dado su estatus de beneficiario directo del régimen(574). Una interpreta-
ción extensiva del artículo 85 del Código de los Niños y Adolescentes per-
mitiría concretar la opinión.
f) La calidad de quien lo solicita, en este caso analizar el grado de parentesco,
la afinidad, pues no todo régimen debe ser similar en su establecimiento a los
pensados para los progenitores.
El establecimiento de este régimen debe ser rápido y efectivo en interés de la
preservación de los lazos familiares o afectivos, dado que la demora judicial no
puede afectar las relaciones naturales y menos el desarrollo del menor. Es en esta
línea que Chile viene buscando generar más facilidades a los padres para ejercer
este derecho a visita en caso de rupturas matrimoniales. El Congreso chileno ha
despachado un proyecto de ley que abrevia los plazos (de ocho meses que dura
actualmente, el régimen deberá ser emitido en un plazo de 30 días para adoptar
una resolución) con lo cual se quiere evitar que los hijos sufran problemas sico-
lógicos, físicos y morales.
(574) “Cuando el hijo tiene 14 años ha de sobrentenderse que el régimen de visitas no puede llevarse hasta el
límite de imponer el mismo de forma coactiva”, AP VALENCIA, Sec. 10ª, Sentencia de 29 de noviem-
bre de 2001. Ponente: Ilmo. Sr. D. Carlos Esparza Olcina. En: Revista de Derecho de Familia. Editorial
Lex Nova, Valladolid, octubre 2002, N° 17, p. 180.
321
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
- Común acuerdo. Sin duda el más adecuado, pero no por ello el más usado
(por el contrario), esta forma de establecimiento, incluso, puede ser definido
en un proceso de mediación o conciliación familiar.
- Sentencia judicial. En un proceso directo de establecimiento del régimen, o
en los casos de sentencias que resuelven los casos de separación de cuerpos,
divorcio, nulidad o tenencia en los que se debe considerar el régimen del caso
para el padre que no tendrá al menor en lo cotidiano.
- De oficio. Establecido por el juez a falta de solicitud de las partes. Esta facul-
tad responde a la máxima del interés superior del niño de relacionarse con el
padre con quien no convive.
Por el contrario, un caso especial, subsumido dentro del régimen de visitas,
es que el progenitor que tenga a su cargo al menor puede solicitar que el otro asu-
ma una responsabilidad comunicacional con su hijo, es decir, cabe la posibilidad
de que quien no cumple con estar y compartir el desarrollo del niño pueda ser exi-
gido a que lo haga(575).
22. Facultades
Las facultades que consagra este derecho son por lo demás variadas y propias
a cada situación. Las relaciones que exige cada persona, según sus necesidades son
las que servirán de pauta para el establecimiento del régimen. Entre ellas tenemos:
a) La comunicación, la que puede ser física o escrita, telefónica o epistolar.
b) El padre debe velar por el desarrollo de su hijo, teniendo la facultad de vigi-
lar y enterarse de su educación, formación y desarrollo integral.
c) El régimen de visitas no indica una exclusividad de permitir al padre entrar y
estar en el domicilio del menor, sino que también faculta al progenitor a ex-
ternar al niño, es decir estar fuera del lugar donde vive, permitiendo una re-
lación humana fluida y plena, espontánea e intensa, así como la correspon-
diente intimidad entre padres e hijos que no viven juntos. Inclusive, el exter-
namiento puede ser ampliado con la posibilidad de que el menor pernocte en
casa del familiar con quien no vive, si las circunstancia así lo permiten(576).
(575) Este criterio ha sido determinado por la corriente española. Así tenemos que procede el “aumento del
régimen de visitas a instancia del progenitor custodio, dada la necesidad de compartir ambos padres la
responsabilidad del menor afectado por una enfermedad que exige una continúa atención” (Bilbao, Sec-
ción Sexta, 25/04/2001). En: Revista de Derecho de Familia. Editorial Lex Nova, Valladolid, enero 2002,
N° 14, pp. 180-181.
(576) “Procede a suspenderse a la pernocta con el padre hasta que este acredite un grado de rehabilitación del
alcoholismo duradero y estable”, criterio establecido por la instancia judicial española de AP Teruel en la
sentencia del 9/1/2001. En: Revista de Derecho de Familia. Editorial Lex Nova, Valladolid, enero 2002,
N° 14, p. 178. Con resolver dispar, según los elementos del caso “Improcedencia de suprimir la pernocta
del menor con el progenitor no custodio al no haberse acreditado causa suficiente para ello y no ser acon-
322
PATRIA POTESTAD
24. Limitación
Téngase siempre en cuenta que el régimen de visitas debe buscar la revitali-
zación de los lazos paterno-filiales y no por el contrario el debilitamiento o ale-
jamiento de las relaciones humanas. La limitación o privación de las visitas solo
debe tener lugar por causas graves tales como maltratos(577), enfermedad(578), creen-
cias(579), así como malos ejemplos(580), vicios, riesgo de sustracción, entre otros. Las
sejable para el beneficio del menor (AP VALENCIA, Sec. 10ª, Sentencia de 26 de noviembre de 2001.
Ponente: Ilmo. Sr. D. José Enrique de Motta García-España). En: Revista de Derecho de Familia. Edito-
rial Lex Nova, Valladolid, julio 2002, N° 16, p. 184.
(577) Se fija un régimen restrictivo tomando en consideración el miedo que se le profesa al padre dado la vio-
lencia familiar que se ha vivido además del poco interés que ha mostrado el padre para estar con sus hi-
jas es muy escaso ( AP. CÁDIZ. Sec. 1ª, Sentencia de 26 de febrero de 2002. Ponente: Ilmo. Sr. D. Pedro
Marcelino Rodríguez Rosales. En: Revista de Derecho de Familia. Editorial Lex Nova, Valladolid, ene-
ro 2003, N° 18, p. 173.
(578) “Supresión de toda visita de los hijos con el padre debido a la grave enfermedad psíquica que padece en
la actualidad”. AP VALENCIA, Sec. 10ª, Sentencia de 20 de noviembre de 2001. Ponente: Ilmo. Sr. D.
Carlos Esparza Olcina. En: Revista de Derecho de Familia. Editorial Lex Nova, Valladolid, julio 2002,
N° 16, p. 183.
(579) Madrid. El Tribunal Constitucional ha declarado que la Audiencia de Valencia vulneró la libertad ideo-
lógica de un padre separado, miembro del Movimiento Gnóstico Cristiano Universal de España, al res-
tringir al progenitor, de forma harto severa y a causa de sus creencias, el régimen de visitas a sus hijos.
Una sentencia del Tribunal Constitucional anula parcialmente la [sentencia] dictada por la Sección Sép-
tima de la Audiencia de Valencia que aumentó las medidas restrictivas en el régimen de visitas impues-
to en 1995 por el Juzgado de Primera Instancia N° 8 de Valencia al declarar la separación de los padres.
Para separarse de su marido, la esposa alegó que, desde que este se incorporó al movimiento, “había he-
cho dejación de sus obligaciones familiares, presionando a su esposa para que se adhiriese a dicha orga-
nización, condicionando las relaciones íntimas de la pareja a los preceptos [del movimiento] y abando-
nando el hogar”. El afectado recurrió ante el [Tribunal] Constitucional, el cual afirma ahora que las limi-
taciones impuestas al padre por el Juzgado de Primera Instancia obedecían a una finalidad legítima, pero
“la desproporción de las medidas adoptadas por la Audiencia Provincial conduce directamente a la con-
clusión contraria”, ya que el progenitor “ha sido discriminado en función de sus creencias”. Vide “Las
creencias de un padre no pueden limitar el derecho a ver a sus hijos”. En: Diario El Mundo, 09/06/2000.
Web <www.el-mundo.es> (junio 2000).
(580) Un tanto especial como para citarlo como ejemplo sería el presente caso: “No procede fijar el régimen
de visitas cuando el progenitor está internado en un centro penitenciario, sobre todo para los hijos menores
o de corta edad que necesiten el cuidado de la madre, más aún en la época de la lactancia”. Vide Cáceres,
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
Sección Primera, sentencia del 22/01/2001. En: Revista de Derecho de Familia. Editorial Lex Nova,
Valladolid, enero 2002, N° 14, p. 178.
(581) Se citan algunos casos especiales: Aceptación de un régimen tutelado “Régimen de visitas restrictivo y
en presencia de los abuelos paternos dada la adicción del mismo al alcohol” (AP GRANADA, Sec. 3ª,
Sentencia de 29 de setiembre de 2001. Ponente: Ilmo Sr.. D. Carlos J. de Valdivia Pizcuela. En: Revista
de Derecho de Familia. Editorial Lex Nova, Valladolid, julio 2002, N° 16, p. 182); “Mantenimiento de
las visitas en presencia de una trabajadora social atendidos los antecedentes médicos del progenitor y la
relevante circunstancia de que no se presentara a la prueba sicológica acordada para determinar su situa-
ción sicológica actual” (AP VALENCIA, Sec. 6ª, Sentencia de 27 de setiembre de 2000. Ponente: Ilma.
Sra. Dª Carolina del Carmen Castillo Martínez).
Por el contrario tenemos también casos en el que se desestima el régimen tutelado “Improcedencia de re-
ducir el régimen de visitas, de imponer visitas tuteladas o de depósito del pasaporte por las circunstan-
cias del que el padre del menor sea extranjero” AP VIZCAYA, Sec. 1ª, Sentencia de 25 de noviembre de
2000. Ponente: Ilma. Sra. Dª Reyes Goenaga Olaizaola). Cfr. Revista de Derecho de Familia. Editorial
Lex Nova, Valladolid, octubre 2001, N° 13, p. 176 y 177, respectivamente.
(582) Dos casos para aclarar: “Fijación de régimen de visitas restrictivo con sometimiento a prueba de detec-
ción alcohólica” (Valencia, Sección Sexta, sentencia del 24/2/2000) y “Suspensión de la condición im-
puesta para el cumplimiento del régimen de visitas de que debe llevarse en presencia de la abuela pater-
na” (Barcelona, Sección Décimo Octava, auto del 6/3/2000). Cfr. Revista de Derecho de Familia. Edito-
rial Lex Nova, Valladolid, enero 2001, N° 10, p. 176.
324
PATRIA POTESTAD
parte que tiene la tenencia del menor de manera tal que, como sucede en otras le-
gislaciones como la argentina(583), el no permitir el cumplimiento del régimen de-
bería determinar un delito, que podría denominarse no presentación del hijo(584),
aunque desde ya implica un acto de violencia familiar(585).
Se ha preparado y presentado en el medio un Proyecto de Ley de paternidad
responsable(586) que consagra dos supuestos sancionatorios en caso de incumpli-
miento del régimen:
a) En caso de incumplimiento del régimen de visitas de la parte obligada, el juez
o autoridad competente que otorga la pensión de alimentos fijará las sancio-
nes pecuniarias, como indemnización por los daños y perjuicios que ocasio-
nara en el niño, en el desarrollo de su personalidad. En caso este incumpli-
miento se debiera a problemas económicos o de otra índole del progenitor,
el juez sentenciará a favor de la realización obligatoria de trabajo social que
deberá desarrollar mediante visitas y atención a niños que se encuentran en
instituciones públicas y/o privadas, en estado de abandono u orfandad, como
una forma de compensar el daño ocasionado a nuestra niñez.
b) Una sanción al que impide ejercer el régimen. En este sentido, podrá perder el
ejercicio de la patria potestad el padre o la madre que mediante prueba feha-
ciente se acredite el impedimento, prohibición o cualquier otra forma que no
permita el cumplimiento del régimen de visitas impuesto por el juez o la au-
toridad competente. El juez evaluará esta situación, considerando siempre la
conveniencia de las hijas y los hijos.
(583) Ley N° 24270, Impedimento de contacto de hijos con sus padres (Sanc. 3/1/1993; prom. de hecho 25/11/1993;
“B.O.”: 26/XI/1993) Artículo 1.- Será reprimido con prisión de un mes a un año el padre o tercero que,
ilegalmente, impidiere u obstruyere el contacto de menores de edad con sus padres no convivientes. Si se
tratare de un menor de diez años o de un discapacitado, la pena será de seis meses a tres años de prisión.
Art. 2.- En las mismas penas incurrirá el padre o tercero que para impedir el contacto del menor con el pa-
dre no conviviente, lo mudare de domicilio sin autorización judicial. Si con la misma finalidad lo muda-
re al extranjero, sin autorización judicial o excediendo los límites de esta autorización, las penas de pri-
sión se elevarán al doble del mínimo y a la mitad del máximo. Artículo 3.- El tribunal deberá: 1) disponer
en un plazo no mayor de diez días, los medios necesarios para restablecer el contacto del menor con sus
padres; 2) determinará, de ser procedente, un régimen de visitas provisorio por un término no superior a
tres meses o, de existir, hará cumplir el establecido. En todos los casos el tribunal deberá remitir los ante-
cedentes a la justicia civil. Artículo 4.- Incorpórase como inciso 3 del artículo 72 del Código Penal el si-
guiente: Inciso 3: Impedimento de contacto de los hijos menores con sus padres no convivientes.
(584) MAZEAUD. Lecciones de Derecho Civil. Volumen III, Ediciones Jurídicas Europa-América, 1959, Bue-
nos Aires, parte I, p. 95.
(585) La Ley sobre la Violencia contra la Mujer y la Familia de Venezuela (1998), en su artículo 6, referido a
la definición de violencia psicológica, “considera violencia psicológica toda conducta que ocasione daño
emocional, disminuya el autoestima, perjudique o perturbe el sano desarrollo de la mujer u otro integran-
te de la familia a que se refiere al artículo 4 de esta Ley, tales como conductas ejercidas en deshonra, des-
crédito o menosprecio al valor personal o dignidad, tratos humillantes y vejatorios, vigilancia constante,
aislamiento, amenaza de alejamiento de los hijos o la privación de medios económicos indispensables”.
(586) Proyecto de ley Nº 6683, Congreso de la República del Perú, Ley de paternidad responsable (7/5/2003).
325
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
(587) KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aida. “Daños y perjuicios causados al progenitor por la obstaculiza-
ción del derecho a tener una adecuada comunicación con un hijo. Una interesante sentencia italiana”.
En: Revista de derecho de daños, Daños en las relaciones de familia. Rubinzal-Culzoni Editores, 2001-
2, pp. 297 y 298.
(588) Ibídem, p. 298.
(589) Graciela Medina indica que solo se trata de un daño causado al progenitor por la obstaculización del de-
recho a tener una adecuada comunicación con el hijo (Daños en el Derecho de Familia, Editorial Rubin-
zal Culzoni, Buenos Aires, 2002, pp. 40 y 41).
(590) Consejo de Europa. Tribunal Europeo de Derechos Humanos Caso de Esholz contra Alemania. Deman-
da N° 25735/94, Sentencia Estrasburbo 13 de julio de 2000. <http://www.anupa.com.ar/artículos/page3.
html> (01/08/2003).
326
PATRIA POTESTAD
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328
PATRIA POTESTAD
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B. La educación
27. Contenido y composición
Siguiendo a Lafaille, la educación es, indiscutiblemente, dentro del sinnúme-
ro de obligaciones que tienen los padres, la más importante pues, en cierta manera,
subsume a todas las demás o, en su defecto, las complementa con sus caracterís-
ticas(591). La educación es un alimento espiritual, nutre el alma. Debe ser cumpli-
do rígidamente por padres en favor de los hijos cancelando los servicios prestados
por el nido, colegio, academias, universidades y, posgrados. Su falta de atención
de los padres no deben perjudicar directa ni indirectamente a los hijos(592). En la
educación hay que tomar en cuenta la ecuación estructurada por Luis Fernández
Clérigo(593) quien refiere que los medios y condición de los padres tienen que es-
tar relacionados con la vocación y aptitudes del hijo.
La educación es la formación física, espiritual y moral que permitirá al me-
nor integrarse de manera satisfactoria y plena en la sociedad. De acuerdo a Héctor
Cornejo Chávez, educar es cultivar las virtualidades positivas y desalentar las ne-
gativas(594). La educación comprende la escolar y la superior, incluyendo la uni-
versitaria o tecnológica. Sobre este asunto, el Código Civil boliviano estipula que
es derecho-deber de los padres “mantener y educar al hijo, dotándolo de una pro-
fesión u oficio socialmente útil, según su vocación y aptitudes” (art. 258 inc. 3) y
que “al hijo que adolezca de alguna enfermedad o deficiencia física o mental debe
dársele una educación adecuada a su estado” (art. 261).
Como se verá más adelante, la facultad de corrección es correlativa del de-
ber de educación.
330
PATRIA POTESTAD
C. La corrección
28. Contenido y composición
Es deber de los hijos respetar, obedecer y honrar a sus padres. Este es un de-
ber de orden ético y moral (cuarto mandamiento) y, también, legal (art. 454 del
CC). Su incumplimiento puede acarrear medidas disciplinarias legítimas como la
corrección o aplicarse las causales de desheredación.
La corrección implica garantizar y establecer la autoridad de los padres sobre
los hijos. Debe ser realizada de manera moderada, formando así parte de la edu-
cación. No es un derecho absoluto; por el contrario, está limitado, de allí que la
legislación vigente consagre la expresión “corregirlos moderadamente” (art. 423
inc. 3 del Código y el art. 74 inc. d del Código de los Niños y Adolescentes), es la
idea actual que el término moderado es –incluso exagerado– en razón de que ni los
propios padres tienen derecho de levantarles la mano a sus hijos. Por su exceso se
puede incurrir en una causal de restricción o destitución de la patria potestad (art.
75 inc. e del Código de los Niños y Adolescentes y art. 463 inc. 2 del CC). Todo
abuso es sancionado por la legislación, por lo que el poder de corrección puede
331
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
ejercerse excluyéndose los actos que lesionen la integridad sicofísica del hijo. Su
abuso se encuadra dentro de la política de violencia familiar(597) y la razón es que
esta puede dañar de forma inmediata, como también, ponerlo en situación de gra-
ve peligro por lo tanto se constituye en causa de privación de la patria potestad(598).
En consecuencia, obediencia y corrección son derechos-deberes correlativos.
La desobediencia del hijo conlleva que el padre pueda corregirlo (forma direc-
ta) y si es incorregible puede, incluso, solicitar su internamiento (forma indirec-
ta). Sin embargo, no hay que confundir el hecho de infligir a los hijos ligeros cas-
tigos corporales (que de ninguna manera es un derecho de los padres) y el dere-
cho de corrección, este último es un medio dado a los padres para generar y mo-
tivar en los hijos a la obediencia. Existen infinidad de formas de corregir a los hi-
jos, siendo la más extrema (y reprimible) el castigo físico. Empero, antes de ella
se encuentran otras modalidades más adecuadas, como el diálogo, la reprimenda,
la reflexión en común, la advertencia y la amonestación.
El Derecho comparado ha llegado a determinar ciertos límites al derecho de
corrección(599):
(597) Ley N° 26260 (24/12/1993) entiende por violencia familiar “Cualquier acción u omisión que cause daño
físico o psicológico, maltrato sin lesión, inclusive la amenaza o coacción graves y/o reiteradas, así como
la violencia sexual”.
(598) MEDINA, Graciela. Visión jurisprudencial de la violencia familiar. Rubinzal-Culzoni Editores, Buenos
Aires, 2002, p. 53. La autora citada toma la definición dada por el Consejo de Europa (Rec. N° R (85) 4,
26, 58, 1985) organismo que considera violenta “toda acción u omisión cometida en el seno de la familia
por uno de sus miembros, que menoscaba la vida o integridad física o psíquica o, incluso, la libertad de
otro de los miembros de la misma familia que causa un serio daño al desarrollo de su personalidad”. Se
ha sostenido, por otro lado que “la violencia es entendida como los actos de agresión de una persona ha-
cia un habitante de una vivienda familiar. Normalmente se manifiesta en la forma de agravios verbales o
abusos físicos entre los esposos. También pude darse lugar a través de actos de poder y ejercicio de con-
trol, provocando sobre la víctima profundos trastornos emocionales y psicológicos”. Cfr. WINOGARD,
Carolina. “La acción de daños derivados de la violencia y el divorcio en la jurisprudencia norteamerica-
na”. En: Revista de derecho de daños, Daños en las relaciones de familia. Rubinzal - Culzoni Editores,
2001-2, p. 367.
(599) Hace algún tiempo, una noticia relataba que, en el Queen’s Park de Toronto (Canadá), iba a llevarse a
cabo una masiva demostración para reclamar el derecho de los padres de educar a su familia. Los padres
protestarían por la manera como el gobierno [canadiense] intervino en el caso de la familia Aylmer, for-
mada por una pareja de esposos evangélicos y sus seis hijos. El problema con los Aylmer comenzó cuan-
do un vecino llamó a las autoridades para denunciar que uno de los hijos había recibido de su padre un
golpe en las posaderas como castigo. En un operativo desproporcionado, el gobierno envió al Comité de
Seguridad Social que llevó a los padres a la cárcel y puso a los seis hijos bajo custodia en un asilo, pese
a que los niños lloraban suplicando que los dejaran con sus padres y que la mayoría de vecinos señala-
ban a los Aylmer como una familia ejemplar con hijos alegres, dinámicos y educados. La jueza que vio
el caso ordenó que los niños y los padres regresaran a casa (...) siempre y cuando los padres prometie-
ran nunca más utilizar forma alguna de castigo físico. Los padres se negaron, no porque desearan pegar
a sus hijos, sino porque consideraban que ni la Corte ni el Gobierno podían decidir cómo los padres de-
ben educar a los hijos, especialmente cuando no hay signo alguno de abuso. La protesta de los miles de
padres de familia apunta a transmitir dos significativos mensajes: i) Dios le ha dado a las familias la au-
toridad para formar, educar, cuidar y disciplinar a los hijos y ii) el gobierno no tiene ningún derecho de in-
terferir en los asuntos de la familia, salvo que se comprueben abusos. Cfr. “Padres canadienses protestarán el
lunes por el derecho a educar a sus hijos”. Toronto, 04/08/2001. En: <www.familyaid.faithweb.com>.
332
PATRIA POTESTAD
D. Asistencia
29. Contenido y composición
También es conocida como “sostenimiento” y, como tal, es recíproca, siendo
de padres a hijos y de hijos a padres. En su sentido genérico, implica el cuidado,
el resguardo y la atención de la persona y los bienes del asistido. En su sentido es-
pecial, la asistencia se ha vinculado con la institución de los alimentos.
En este orden de ideas, los alimentos comprenden la satisfacción de las nece-
sidades fundamentales que permiten el desarrollo integral de la persona y se deben,
no obstante, el mal comportamiento del hijo o la conducta inmoral que lo haya lle-
vado a carecer de aptitud para atender su subsistencia (art. 473 del CC peruano).
Resulta importante señalar que el deber de asistencia o sostenimiento no cesa
por la adquisición natural o especial de la capacidad, sino que se prolonga a la
consecución exitosa de estudios profesionales o técnicos.
En el ordenamiento jurídico peruano encontramos respecto de los alimentos
una regulación Constitucional que establece como deber y derecho de los padres
alimentar, educar y dar seguridad a sus hijos (art. 6). Además, la legislación prác-
tica y operativa consagrada en el Código Civil (art. 472 y ss.) y en especial el ar-
tículo 423, inciso 1 indica que es deber de los padres que ejercen la patria potes-
tad proveer el sostenimiento y educación de los hijos, entiéndase menores de edad.
(600) HUNG VAILLANT, Francisco. Derecho Civil I. 2ª edición, Venezuela, Editores Vadell Hermanos, Cara-
cas, 2001, p. 315.
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E. Prestación de servicios
30. Contenido y composición
La prestación de servicios es un derecho-deber derivado de la guarda que
consiste en recibir ayuda y aprovechar los servicios de los hijos, con la limitación
correspondiente a su edad y condición, sin perjudicar su educación y atención (art.
74 inc. g de nuestro CNA y art. 423 inc. 4 de nuestro C.C.). Como el valerse de la
prestación de servicios de los hijos implica inculcarles hábitos en el trabajo, esta
situación se vincula con el deber-derecho de los hijos a la educación, ya que se
les prepara para el futuro de una manera directa.
Se trata de una relación netamente familiar, sin contenido laboral, por lo que
se toma en cuenta de manera esencial que la labor sea beneficiosa y que no perju-
dique el desarrollo del menor.
(601) DECKER MORALES, José. Código de Familia. 3ª edición revisada y ampliada. Editorial Los amigos
del libro, Bolivia, 2000, p. 311.
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PATRIA POTESTAD
32. Excepciones
Son casos en los que no procede la representación, ya que el carácter perso-
nalísimo del acto lo impide, debiendo ser ejercitados por los propios hijos. Puede
darse el caso de que para su validez se requiera la autorización de los padres.
Dichas excepciones son:
a) Contraer matrimonio (art. 241).
b) Reconocer a su hijo (art. 393).
c) Prestar su asentamiento para casos de adopción (art. 378 inc. 4 l).
d) La madre menor de edad puede solicitar la declaración judicial de su hijo
(art. 407).
e) Ejercer derechos personales y decidir si adquiere a título gratuito (art. 455).
f) Contraer obligaciones o renunciar a derechos (art. 456).
g) El menor con discernimiento puede trabajar con autorización de sus padres
(art. 457).
h) El menor con discernimiento responde por los daños y perjuicios que cau-
sa(602) (art. 458).
i) Decidir la administración de sus bienes (art. 459).
j) El mayor de 14 años puede recurrir al juez por los actos de su tutor (art. 530).
k) El mayor de 14 años puede pedir la remoción de su tutor (art. 557).
l) Los padres menores de edad pueden ser tutores (art. 421).
m) Los menores no privados de discernimiento pueden celebrar contratos rela-
cionados con las necesidades ordinarias de su vida (art. 1358).
n) El incapaz de ejercicio responde por los daños causados con discernimiento
(art. 1975).
El Código Civil español tiene una norma expresa que indica: “artículo 162
Los padres que ostenten la patria potestad tienen la representación legal de sus hi-
jos menores no emancipados. Se exceptúan: 1. Los actos relativos a derechos de
(602) Originalmente el Código terminaba el artículo con la frase ... con sus actos ilícitos (Ley Nº 27184, DOEP,
18/10/1999).
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la personalidad u otros que el hijo, de acuerdo con las Leyes y con sus condicio-
nes de madurez, pueda realizar por sí mismo. 2. Aquellos en que exista conflicto
de intereses entre los padres y el hijo. 3. Los relativos a bienes que estén exclui-
dos de la administración de los padres.
Para celebrar contratos que obliguen al hijo a realizar prestaciones personales
se requiere el previo consentimiento de este si tuviere suficiente juicio, sin perjui-
cio de lo establecido en el artículo 158”.
Siendo un menor el sujeto a patria potestad hay situaciones que por más que
sean personales –propias y necesarias– no podrán ser autorizadas ni por el menor
ni por sus padres, cada caso en particular deberá ser analizado(603).
32.1.1. Generalidades
La norma reconoce una realidad, la vida de relación de las personas. No por
el hecho de adolecer de una incapacidad el sujeto se puede ver privado de ser parte
del trato económico de la sociedad, sobre todo frente a la realización de actos rela-
cionados con su propia existencia o subsistencia, de su vida cotidiana y quehacer
doméstico. Contratar es beneficiarse y ello es parte del desarrollo e interacción del
(603) El Código Civil alemán indica que: Ni los padres ni el propio hijo podrán consentir la esterilización de
este (1631 Esterilización).
(604) CASTAÑEDA, Jorge Eugenio. El derecho de los contratos. Tomo I, Ed. Minerva, Lima, 1978, p. 111.
338
PATRIA POTESTAD
32.1.2. Delimitación
La norma en comentario permite que el incapaz con discernimiento pueda
por sí mismo celebrar contratos relacionados con las necesidades ordinarias de su
vida diaria. No requiere la intervención, consentimiento o autorización de sus pa-
dres, tutor o curador en todo caso existe una presunción ficticia de autorización de
estos(607). Fernández Sessarego, con claridad dice que: “Es normal que los meno-
res de dieciséis años no privados de discernimiento celebren cotidianamente con-
tratos vinculados con las actividades ordinarias de su vida diaria. No es excep-
cional que un menor en edad escolar adquiera útiles de escritorio o golosinas o se
movilice a su centro de estudios utilizando un medio de transporte público”(608).
Es una norma de excepción a la regla de la validez del acto jurídico de manera
que la capacidad de ejercicio requerida al agente es dejada de lado, no se sancio-
na con nulidad el acto jurídico al existir una capacidad de ejercicio especial. Con
(605) PLANIOL, Marcel y RIPERT, George. Derecho Civil. Biblioteca clásicos de derecho, Oxfort Universi-
ty Press, Primera serie, volumen 8, 1999, p. 847.
(606) ARIAS SCHREIBER PESTE, Max. Exégesis. Tomo I, 2ª edición, Lib. Studium, Lima, 1987, p. 108.
(607) GHERSI, Carlos Alberto. Contratos civiles y comerciales (parte general y especial. Figuras contractua-
les modernas). Astrea, Buenos Aires, 1990, p. 108.
(608) FERNÁNDEZ SESSAREGO, Carlos. Derecho de las personas. 8ª edición, Grijley, Lima, 2001, pp. 129
y 130.
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más claridad “se trata de una capacidad de obrar especial plena dado que los in-
capaces pueden celebrar libremente, por sí solos, todos los contratos relacionados
con las necesidades ordinarias de su vida diaria”(609). Este tipo de contratos tiene
una validez excepcional. La norma es coherente en el marco de “una teoría de la
nulidad afincada no en criterios estrechos sino escrutadora de los intereses en jue-
go y de las apariencias jurídicas de validez que deben cautelarse incluso cuando
no se afecte directamente el orden, intereses públicos y derechos de terceros”(610).
Los supuestos de la norma son:
a. Incapacidad
La capacidad es la regla, la incapacidad, la excepción(611) y es que de la lectu-
ra del artículo 42 del CC. se presume que las personas naturales tienen plena ca-
pacidad de ejercicio(612).
La parte legitimada para contratar es el incapaz. En términos generales en-
tiéndase un menor o mayor de edad, sordomudo o ciego sordo, toxicómano o mal
gestor de manera que, dentro de este contexto, tendríamos que cualesquiera de los
incapaces considerados en los artículos 43 y 44 del Código Civil se encuentran fa-
cultados para contratar dentro de los lineamientos de la norma.
b. Discernimiento
El incapaz debe contar con discernimiento.
Según el Diccionario de la Real Academia Española, DISCERNIR significa
“Distinguir algo de otra cosa, señalando la diferencia que hay entre ellas”. Podemos
asumir que es aquella facultad que nos permite apreciar, diferenciar, juzgar, de-
cidir y tomar una decisión. En términos contractuales otorgar un consentimien-
to pleno. El discernimiento es el entendimiento o capacidad de compresión(613), si
(609) Manuel De la Puente y Lavalle refiere que la capacidad de obrar o de ejercicio puede ser general o es-
pecial. La capacidad general plena es la facultad del sujeto a realizar toda clase de actos (art. 42); con la
capacidad general atenuada se permite que el sujeto puede celebrar toda clase de actos aunque para al-
gunos requiere la intervención de terceros (art. 456); la capacidad plena especial permite la celebración
de ciertos actos jurídicos (art. 455) y la capacidad especial atenuada es la facultad para la realización de
determinados actos con asistencia de terceros (art. 457). Cfr. DE LA PUENTE Y LAVALLE, Manuel.
“El contrato en general. Comentarios a la sección primera del libro VII del Código Civil”. En: Bibliote-
ca para leer el Código Civil, Vol. XI, Primera Parte, Tomo I y Tomo III, PUCP-Fondo Editorial, Lima,
1998, pp. 378 y 379.
(610) LOHMANN LUCA DE TENA, Juan Guillermo. El negocio jurídico. 2ª edición, Lib. Studium, Lima,
1987, p. 396.
(611) MAZEAUD, Henry, Jean y León. Derecho civil (Obligaciones), tomo I, Traducción Luis Andorno, Za-
valía editor, Buenos Aires, 1997, p. 300.
(612) ESPINOZA ESPINOZA, Juan. “Presunción de capacidad de ejercicio”. En: Código Civil comentado,
Tomo I, Gaceta Jurídica, 2003, p. 289.
(613) NAYMARK, M.S. y CAÑADAS, F. Adan. Diccionario jurídico Forum, Tomo II, Editorial Jurídica
Argentina, Buenos Aires, 1947, p.
340
PATRIA POTESTAD
c. Derecho a contratar
Se reconoce a los incapaces con discernimiento el derecho propio a celebrar
contratos, siendo más objetivos a celebrar actos jurídicos de contenido económi-
co. En la relación contractual puede intervenir como parte uno, dos o más incapa-
ces. Es más, ambas partes pueden tener dicha calidad.
¿Qué se entiende por celebrar? Todo aquello que menciona el artículo 1351:
crear, regular, modificar o extinguir. Con un razonamiento a pari, similar, es lógi-
co entender que si bien el incapaz tiene derecho a celebrar contratos esto implica
que pueda, también, abstenerse a celebrarlos lo que está permitido por su capaci-
dad de discernimiento. En este último caso es el ejercicio legítimo del derecho a
contratar y de la libertad a contratar.
La permisibilidad y validez está en el hecho de que el contrato cumple con
todas las características consideradas por la doctrina: normatividad, subjetivi-
dad, voluntariedad, eticidad y conmutabilidad(616) además que su celebración en
nada perjudica al menor, por el contrario lo beneficia siendo parte de la satisfac-
ción de sus necesidades y de su desarrollo. Borda menciona que, sancionados por
una costumbre que se nutre en una necesidad social evidentísima, estos pequeños
(614) TEIXEIRA DE FREITAS, Augusto. Código Civil, Esbôço, tomo I, Ministerio da Justiça e negocios
interiores, 1952, p. 217.
(615) DE LA PUENTE Y LAVALLE, Manuel. “El contrato en general. Comentarios a la sección primera del
libro VII del Código Civil”. En: Biblioteca para leer el Código Civil. Vol. XI, Primera Parte, Tomo I y
Tomo III, PUCP- Fondo Editorial, Lima, 1998, p. 384.
(616) DE LA PUENTE Y LAVALLE, Manuel. Estudios del contrato privado. Cultural Cuzco, Lima, 1983,
p. 132.
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(617) BORDA, Alejandro: “La capacidad”. En: La persona humana. Director Guillermo A. Borda, Ed. La Ley,
Buenos Aires, 2001, p. 240.
(618) LEAL DE LIMA OLIVEIRA, Marcelo. “A Aurora na formação dos contratos: a oferta e a aceptação
do clássico ao pós-moderno”. En: Revista de directo privado. N° 15, Ed. Revista dos Tribunais, julho-
setembro, Sao Paolo, 2003, p. 243 y ss.
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PATRIA POTESTAD
(619) BORDA, Alejandro. “La capacidad”. En: La persona humana. Director Guillermo A. Borda, Ed. La Ley,
Buenos Aires, 2001, pp. 172 y 173.
(620) DE LA PUENTE Y LAVALLE, Manuel. “El contrato en general. Comentarios a la sección primera del
libro VII del Código Civil”. En: Biblioteca para leer el Código Civil. Vol. XI, Primera Parte, Tomo III y
Tomo III, PUCP-Fondo Editorial, Lima, 1998, pp. 174 y 175.
(621) GHERSI, Carlos Alberto. Contratos civiles y comerciales (parte general y especial. Figuras contractua-
les modernas). Astrea, Buenos Aires, 1990, p. 108.
(622) GORDILLO, Antonio. Capacidad, incapacidades y estabilidad de los contratos. Tecnos, Madrid, 1986,
p. 214.
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(623) KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aida. “El derecho del menor a su propio cuerpo”. En: La persona hu-
mana, Director Guillermo A. Borda, Ed. La Ley, Buenos Aires, 2001, p. 256 y ss.
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artículo 450 del Código del Civil. El problema se daría en el caso de que sus pa-
dres, en calidad de representantes, decidan demandar al banco siendo esta la ra-
zón por la que actualmente muchas entidades bancarias han optado por prestar el
servicio de cuenta de ahorro a los menores pero siempre y cuando solo se apertu-
re dicha cuenta de forma mancomunada con alguno de los padres.
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(624) CCS998.95: “Cuando la patria potestad corresponde de consuno a los dos padres, la representación le-
gal del hijo corresponde a ambos; tal argumento es válido únicamente cuando estos se encuentren unidos
por el vínculo matrimonial, no cuando este está disuelto” (sic). En: Revista de Derecho Civil. El Salva-
dor, Corte Suprema de Justicia, enero-noviembre 1995, N° 1, pp. 43-49.
(625) Melhor interesse da criança (Brasil), The best interest of the child (Common Law) o Kindeswohl
(Alemania).
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V. RESPONSABILIDAD
35. Responsabilidad de los padres por los actos de sus hijos
Si bien es cierto que los padres son responsables por los actos de sus hijos,
esta responsabilidad no es absoluta o plena, puesto que los hijos, incluso meno-
res de edad, asumen las consecuencias de sus actos cuando la legislación así lo
determina.
En el caso de la responsabilidad de los padres, esta es in vigilando, por lo que
los padres están obligados a indemnizar a terceros por los actos realizados por sus
hijos(626). Considérese lo siguiente:
a) Si el hijo convive con los padres, siendo ambos los que ejercen la patria po-
testad, son responsables solidarios el padre y la madre.
b) En caso de que los padres no convivan, la responsabilidad será del padre que
ejerce la patria potestad. No obstante, el otro responderá por los actos come-
tidos por el hijo en el tiempo en que estuviere a su cuidado.
c) La responsabilidad de los padres se deriva a un tercero cuando el hijo es pues-
to en un establecimiento que ejerza la guarda del mismo (por ejemplo: el co-
legio), siempre que los actos se realicen estando bajo dicho control.
Sin embargo, existe la responsabilidad del hijo de responder por sus actos ilí-
citos (art. 458).
Baroffio y García Santas presentan una síntesis de la responsabilidad de
los padres frente a los actos de los hijos y dicen que en principio los padres solo
(626) En febrero de 2002, en Francia, la Cour de Cassation declaró que la responsabilidad que establece el ar-
tículo 1384 del Code para los padres por los hechos dañosos causados por los hijos menores que con ellos
conviven es una responsabilidad de carácter objetivo. Para la exigencia de responsabilidad de los padres
es suficiente que el daño que invoca la víctima haya sido directamente causado por el hijo menor, no exi-
giéndose siquiera culpa de este en su comisión; tan solo la fuerza mayor o la culpa de la víctima puede
exonerar a los padres de esta responsabilidad. Vide “La responsabilidad de los padres por hechos de sus
hijos es una responsabilidad objetiva”. Web site: <www.codigo-civil.net>, 05/02/2003.
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PATRIA POTESTAD
responden por sus hijos menores que se hallen bajo su patria potestad; es requisi-
to ineludible para el nacimiento de esta responsabilidad, que los hijos menores ha-
biten con ellos; no es necesario que se trate de un acto ilícito, basta con la comi-
sión de un daño a un tercero; la responsabilidad en estos casos es subjetiva por la
“culpa” de los padres al infringir los deberes emergentes de la patria potestad que
ejercen; esta responsabilidad es indirecta, aunque supone una culpa de los padres
al infringir los deberes emergentes de la patria potestad que ejercen; esta respon-
sabilidad es indirecta, aunque supone una culpa del padre, en ocasiones es perso-
nal –cuando el menor es menor de 10 diez años– y cuando el menor es mayor de
10 años es refleja o subsidiaria; en principio ambos padres son solidariamente res-
ponsables; las causales de eximencia de los padres comprenden: la falta de culpa en
la “vigilancia activa”, la transferencia de la guarda, el caso del hijo trabajador(627).
En su tratado de daños familiares la profesora argentina Graciela Medina(628)
concluye de una manera muy práctica y esquemática respecto de la responsabi-
lidad de los padres con las siguientes ideas (presentadas aquí resumidas) que en
principio los padres responden por sus hijos menores que se hallen bajo su patria
potestad, siendo requisito indispensable para el nacimiento de esta responsabili-
dad que los hijos mayores habiten con ellos; no es necesario que se trate de un
acto ilícito, basta con la comisión de un daño a un tercero; la responsabilidad en
estos casos es subjetiva por “culpa” de los padres al infringir los deberes emer-
gentes de la patria potestad; se trata de una responsabilidad indirecta, aunque su-
pone una culpa del padre, y presuntiva de manera que para desvirtuarla el padre
debe probar acabadamente su ausencia de culpa; en principio, ambos padres son
solidariamente responsables.
VI. ADMINISTRACIÓN
36. Administración del patrimonio
La minoría de edad no implica que el menor no pueda ser titular de derechos
y de obligaciones. Su propia situación de ser humano lo califica como un sujeto
de derecho por lo que puede ser agente activo o pasivo de relaciones patrimonia-
les. Puede comprar, vender y/o arrendar bienes, así como obligarse frente a ter-
ceros, pero ello no lo realiza per se, sino a través de sus padres, quienes adminis-
tran sus bienes protegiendo sus intereses patrimoniales. Esta parte de la potestad
de los padres de ser administradores legales de los bienes de sus hijos menores
implica un desempeño real y eficiente, por lo que “se establece una obligación de
(627) BAROFFIO, Natalia y GARCÍA SANTAS, Carlos. “Responsabilidad de los padres por los daños pro-
ducidos por sus hijos”. En: Revista de derecho de daños, Daños en las relaciones de familia. Rubinzal-
Culzoni Editores, 2001-2, pp. 282 y 283.
(628) MEDINA, Graciela. Daños en el Derecho de Familia. Editorial Rubinzal-Culzoni, Buenos Aires, 2002,
pp. 241 y 242.
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CLASE CONCEPTO
Peculio profecticio Son los bienes adquiridos por el hijo por intermedio de
los bienes del padre o por haber sido dados por este.
Peculio adventicio Son los bienes adquiridos por el hijo mediante su traba-
jo, herencia o donación.
Peculio castrense Son los bienes adquiridos por el hijo por el ejercicio de
las armas.
Peculio cuasi castrense Son los bienes adquiridos por el hijo a través del ejer-
cicio de las ciencias, empleos públicos o dignidad ecle-
siástica.
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
356
PATRIA POTESTAD
El sustento radica en que serán válidos los actos que efectúe uno de los pa-
dres conforme a la costumbre y a las circunstancias o en situaciones de urgente
necesidad (art. 320 del Código de Familia panameño)(632).
La administración concluye:
a) Por concluir la patria potestad.
b) Por pérdida de la patria potestad.
c) Por decisión del consejo de familia cuando el padre o madre contraiga nue-
vo matrimonio (arts . 433 y 434).
d) Por declaración de quiebra (art. 443).
e) Cuando el padre o madre contrae matrimonio sin solicitar la decisión del con-
sejo de familia antes indicada (art. 444).
f) Cuando se entrega la administración a un curador (art. 435 incs. 1 y 2).
g) Por mala administración (art. 446).
h) Por quiebra (art. 443).
Finalmente, es de señalar que la administración de los bienes de los hijos es
un deber de los padres quienes no pueden renunciar sin expresión de causa. Pero
nada impide que los padres puedan perder la administración de los bienes cuan-
do ella es ruinosa o se muestra una ineptitud (Proyecto de Código Civil argenti-
no considera, art. 594. Remoción, Código Civil de Nicaragua, art. 256). Los pa-
dres pierden la administración de los bienes de sus hijos cuando ella sea ruinosa
al haber de estos, o se pruebe su ineptitud para administrarlos. Removido uno de
los progenitores de la administración, esta corresponde al otro; si ambos son re-
movidos, el juez la debe encargar a un tutor especial).
(632) Además, la jurisprudencia brasilera ha señalado: “O Código Civil outorga aos pais amplos poderes de
administração sobre os bens dos filhos, mas estes não abrangem os atos que extrapolem a simples gerên-
cia e conservação do patrimônio do menor. Não podem, assim, praticar atos de disposição, a não ser nos
casos especiais mencionados no artículo 386 do CC, mediante as formalidades legais exigidas. A transa-
ção, por ser negócio jurídico bilateral, que implica concessões recíprocas, não constitui ato de mera ad-
ministração a autorizar o pai a praticá-la em nome dos filhos menores independentemente de autorização
judicial. Realizada nestes moldes não pode a transação ser considerada válida, nem eficaz a quitação ge-
ral oferecida, ainda que pelo recebimento de direitos indenizatórios oriundos de atos ilícitos. O Ministé-
rio Público atua para proteger interesses indisponíveis. No rol destes estão os relacionados à patria potes-
tas. É de interesse do Estado assegurar a proteção da relação que envolve pais e filhos. Neste diapasão,
quaisquer questões relativas aos direitos de ordem patrimonial dos filhos, assim como aqueles que con-
cernem ao usufruto e administração pelos pais sobre seus bens, transcendem a órbita do direito privado
e justificam a atuação do Ministério Público na causa concernente, com arrimo artículo 82, inciso II, do
CPC. Com vistas a impedir atos fraudulentos ou propiciar perdas desvantajosas para o menor, competirá
ao Ministério Público, nestes casos, coadjuvar seu representante na defesa dos interesses que estão afe-
tos ao incapaz, bem como fiscalizar os negócios por ele praticados que impliquem vedada disposição de
bens. Tal participação é obrigatória, sob pena de nulidade”. En: Consultor jurídico, diciembre de 2002.
357
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37.1. Garantía
La labor patrimonial es la que genera mayor responsabilidad para los padres.
La regla es que no presten garantía, salvo que el juez, a pedido del consejo de
familia lo determine. En estos casos los padres prestarán garantía respecto de su
administración a fin de asegurar el importe de los bienes muebles, las rentas que
durante un año rindieron los bienes y las utilidades que durante un año pueda de-
jar cualquier empresa del menor (art. 426).
38. Usufructo
Dice Eduardo Zannoni que: “el Derecho moderno reputa que la función pa-
terna es lucrativa y, por consiguiente, se atribuye al padre (o, en su caso, a la ma-
dre) el disfrute de los bienes de los hijos que están sometidos a su administración
ministerio legis”(633). Por su parte, dice Augusto Belluscio que el usufructo “es el
derecho que tienen los padres de usar y gozar de los bienes de sus hijos sujetos a
patria potestad y de percibir sus rentas y frutos sin obligación de rendir cuentas,
pero con cargo a invertirlos en primer lugar en el cumplimiento de los deberes le-
gales que le son inherentes”(634).
Este derecho sobre los bienes del hijo se denomina “el derecho de goce
legal”(635), de tal manera que los padres (usufructuarios legales) tienen el derecho
de percibir las rentas de los bienes de sus hijos (nudos propietarios).
Aquí se pregunta Guillermo Borda cuál es el fundamento de este derecho, re-
conocido ya en Grecia y Roma, y generalizado hoy en día por la legislación com-
parada. Y él mismo se responde explicando que es una justa compensación de los
desvelos y cuidados del padre, así como un resarcimiento de los gastos que irro-
ga la educación del menor(636).
El fundamento del usufructo en el Derecho de Familia está basado en dos cri-
terios: i) en que los padres deben resarcirse de los gastos de educación y mante-
nimiento de los hijos y ii) en que, basándose en la solidaridad familiar, los hijos
deben contribuir con las ganancias de sus bienes al mantenimiento del hogar. La
administración de los ingresos y patrimonio de los hijos permite al padre mejorar
358
PATRIA POTESTAD
la situación integral de la familia; en otras palabras, los bienes del hijo enriquecen
a la familia permitiéndole un bienestar general. Asimismo, el usufructo se presen-
ta como una institución igualitaria y tiene la ventaja de legalizar una situación de
hecho: la ausencia de rendición de cuentas por parte de los padres(637).
En cuanto a su naturaleza jurídica, el usufructo como tal es una típica institu-
ción de los Derechos Reales, pues tiene como fin el uso y disfrute de un bien ajeno.
Tratándose del usufructo sobre los bienes de los hijos, algunos autores refie-
ren que se trata de un usufructo legal, es decir, una figura típica de los Derechos
Reales aplicada por ley a las instituciones del Derecho de Familia. Sin embargo,
considerando los fines de la familia, determinamos que en nuestro ordenamiento
legal este tipo de usufructo tiene una naturaleza jurídica mixta porque constituye un
usufructo especial que se rige por las normas tanto del Derecho de Familia, como
de los Derechos Reales, según sea el caso (art. 423 inc. 8 del C y art. 74 incs. h, e
y i del Código de los Niños y Adolescentes, ambos peruanos). Indiscutiblemente,
se trata de un usufructo de naturaleza especial.
El usufructo legal de los padres es propio de la patria potestad y su adminis-
tración corresponde al ejercicio de la misma. Como institución legal cuenta con
las siguientes características:(638)
CARACTERÍSTICA FUNDAMENTO
Universal Abarca todos los bienes de los hijos, con algunas excepciones
legales (art. 436).
Legal Se establece por las disposiciones del Código Civil, según las
reglas generales del Derecho de Familia y, de manera especial,
por las normas de los Derechos Reales.
Temporal Su duración no puede exceder del ejercicio de la patria po-
testad.
Personal Corresponde exclusivamente al padre o la madre que ejerce la
patria potestad.
Intransferible No es enajenable, ni gravable; solo se puede renunciar a él (art.
440). El Derecho comparado indica que este criterio obedece
a que, de por medio, se encuentra el interés de la familia y no
solo del padre(638).
Ahora bien, la regla general es que los padres tienen el usufructo legal de to-
dos los bienes de los hijos; sin embargo, atendiendo a la doctrina y la legislación
(art. 436), están exceptuados del usufructo legal los siguientes bienes:
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(639) FASSI, Santiago y PETRIELLA, Dionisio. Código Civil italiano. Asociación Dante Alighieri, Buenos
Aires, 1960, p. 189.
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PATRIA POTESTAD
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El término enajenar (Del lat. in, en, y alienāre) significa: 1. tr. Pasar o trans-
mitir a alguien el dominio de algo o algún otro derecho sobre ello(641). Siguiendo
la lógica de análisis del artículo 315 diremos que el término enajenar es omni-
comprensivo. No se limita solo a la venta sino a más.
Sin que la enumeración sea restrictiva sino meramente enunciativa podemos
decir que por como acto de enajenación se entiende:
- Aporte,
- Venta,
- Donación,
- Permuta,
- Adjudicación, y;
En general, queda claro que será enajenación cualquier acto que importe trans-
ferencia de bienes o derechos, así como también el:
- Usufructo,
- Superficie,
- Servidumbre, y;
Así como cualquier otro acto de naturaleza patrimonial que importe restric-
ción a la titularidad de un bien o derecho.
Con el término gravamen no tenemos mayor problema, pues implica dar en
garantía (hipoteca, prenda, anticresis).
En este sentido, no puede disponerse de los bienes de los hijos (es decir, ena-
jenar o gravar) ni contraer obligaciones que excedan de sus facultades, salvo mo-
tivos justificados debidamente autorizados por el juez (art. 447). Se trata de una
regla genérica, esto es que incluye a todos los bienes de los hijos, sin excepción.
En algunas legislaciones, como el caso de Puerto Rico (art. 159 del CC) la limi-
tación de disposición está referida al monto de los bienes del hijo (por ejemplo:
US$ 2,000.00), situación que parece positiva de acuerdo al tráfico comercial de
los bienes, pero es negativo porque puede darse el caso de que sean muchos los
bienes con dicho valor o ser el único que tenga. En España se indica (art. 166 del
Código) que los padres no podrán renunciar a los derechos de que los hijos sean
titulares ni enajenar o gravar sus bienes inmuebles, establecimientos mercantiles o
industriales, objetos preciosos y valores mobiliarios, salvo el derecho de suscrip-
ción preferente de acciones, sino por causas justificadas de utilidad o necesidad y
362
PATRIA POTESTAD
previa la autorización del juez del domicilio, con audiencia del Ministerio Fiscal.
Por su parte establece que no será necesaria autorización judicial si el menor hu-
biese cumplido dieciséis años y consintiere en documento público, ni para la ena-
jenación de valores mobiliarios siempre que su importe se reinvierta en bienes o
valores seguros.
Actos de disposición especial
Asimismo, se requiere autorización judicial para actos que, sin llegar a ser
de disposición, implican actos de efectos cuasi determinantes para el patrimonio,
como son (art. 448):
a) Arrendar bienes por más de tres (3) años.
b) Realizar partición extrajudicial de bienes.
c) Transigir o someter a arbitraje.
d) Renunciar a herencias, legados o donaciones, así como aceptar donaciones,
legados o herencias voluntarias con cargas.
e) Celebrar contratos de sociedad.
f) Liquidar empresas.
g) Dar o tomar dinero en préstamo.
h) Convenir en la demanda.
La infracción en estos actos implica la nulidad de los mismos (art. 450).
Por sus semejanzas, y reciente utilidad práctica, el arrendamiento, superficie
y usufructo (Ver Anexo 1) requieren un especial cuidado y cautela en su ejecu-
ción, así como en la autorización que dicte el juez.
363
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
de cuenta de ahorro a los menores pero siempre y cuando solo se aperture dicha
cuenta de forma mancomunada con alguno de los padres.
Las cuentas bancarias de los menores de edad son cuentas especiales y deben
estar destinadas exclusivamente para el depósito y retiro del dinero que recibe el
menor de sus padres o de terceros en calidad de propinas o pequeñas recompensas,
es decir de dinero de inmediata circulación. Un punto a tener en cuenta es que las
entidades bancarias deben considerar que la apertura y disposición de los fondos
dependerán de ciertos límites a efectos de evitar abusos o excesos.
Consideramos que la disposición del dinero en estas cuentas bancarias espe-
ciales está justificada al tratarse de actos ordinarios de la economía del menor y
que, en mérito a la facultad de administración de los padres respecto de los bie-
nes de sus hijos, artículo 423, inciso 7 del Código Civil, también podrían realizar
transacciones bancarias con el dinero que en las cuentas existe, tomando como
premisa que se trata de dinero que será utilizado para satisfacer las necesidades
personales, directas e inmediatas, del menor de edad.
364
PATRIA POTESTAD
41. Restricciones
El Código Civil refiere varias formas para restringir el ejercicio de la pa-
tria potestad; sin embargo, esto no libera a los padres de sus deberes como ta-
les (art. 470), siempre que los mismos sean compatibles con las causas que ha-
yan conducido a tal situación. Como afirma Cornejo Chávez diversas circuns-
tancias pueden determinar el recortamiento de las atribuciones de la patria po-
testad, de manera tal que a los padres se les quita atribuciones respecto de sus
hijos(644). Los tipos de restricciones de acuerdo a sus efectos y consecuencias
son los siguientes:
41.1. Pérdida
Son actos de extrema gravedad cometidos por los padres. Es anormal y cul-
posa produciendo un corte prematuro en la patria potestad por causas imputables
generalmente a quienes la ejercen.
A decir de Luis Fernández Clérigo, las causas de pérdida de la patria potes-
tad se dividen en cuatro grupos(645):(646)
CAUSA FUNDAMENTO
Delictivas Quien ejerce la patria potestad incurre en un delito que
lo incapacita para ejercerla (condena a pena que la pro-
duzca)(646).
Culposas Actos que implican un incumplimiento de los deberes
como padre (abandono del menor).
Causales no culposas Situación de orden especial que implica una incapaci-
dad para el ejercicio (verbigracia: segundas nupcias o
demencia).
Legales o de pleno derecho Aquellos casos de extrema gravedad reconocidos expre-
samente por la ley (corrupción, prostitución).
365
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
41.2. Privación
Son actos graves por los cuales el padre no es despojado de sus facultades,
pero queda en la imposibilidad de hacer uso de ellas. No es una mera suspensión,
sino que se pierde el ejercicio sobre ella; dicho de otro modo, no queda privado
absolutamente de la misma, pero sí impedido de desempeñarla. Se aplica toman-
do en cuenta el interés del hijo, de manera tal que los padres no podrán seguir de-
tentado su autoridad, debiéndose nombrar un tutor.
La privación se presenta i) por dar órdenes, consejos, ejemplos corruptos o
dedicar a la mendicidad a sus hijos, ii) por tratarlos con dureza excesiva o iii) por
negarse a prestarles alimentos (art. 463).
41.3. Limitación
Son actos leves cometidos en contra del menor. La figura de la limitación de
la patria potestad implica aquella situación mediante la cual el juez despoja al pa-
dre de determinadas atribuciones del ejercicio de esa patria potestad, pues si bien
Oviedo, establece que nada tiene que ver la condena a prisión con los derechos de paternidad. La resolu-
ción tiene en cuenta la imposibilidad material de que el penado pueda ejercer esa patria potestad. El pa-
dre, a quien el Supremo da ahora la razón, ingresó en la cárcel pocos días después de nacer su hijo, hace
siete años. Allí sigue y seguirá un buen tiempo, pues a la pena de 30 años que cumple ahora, y que que-
daría extinguida el 16 de abril de 2020, deben sumarse después las correspondientes a otras causas, las
cuales suman 23 años. Los magistrados afirman que, como acertadamente dijo el Juez de Primera Ins-
tancia, autor de la primera y desestimatoria resolución al respecto –resolución que la Audiencia de Cá-
diz anuló–, no se puede saber si el demandado es o no un buen padre. Y ello debido a la inexistencia de
relación con el hijo; no a una voluntaria inhibición. La Sala señala que la legislación aplicable (Código
Civil) deja en manos de los jueces de instancia los asuntos de patria potestad, pero matiza que el uso de
esa facultad está sujeto a corrección –vía recurso de casación– cuando la resolución pugna abierta e in-
controvertiblemente con la lógica. Añade que este es uno de esos casos de sentencia ilógica que convie-
ne rectificar, pues su confirmación añadiría a la pena impuesta a todo recluso la de poder privarle de la
patria potestad, a pesar del silencio que sobre este punto se guarde en la sentencia penal. El Alto Tribunal
precisa que, además, la medida de privación de la patria potestad se revela aquí innecesaria. Y es que la
ley deja claro que, tanto en los casos de imposibilidad de ejercicio del derecho por una de las partes como
en aquellos en que los cónyuges viven separados, la práctica de la patria potestad corresponde al miem-
bro de la pareja con el que el menor conviva. Y ese ejercicio efectivo deja reducida la titularidad del de-
recho, dice la Sala, a un mero rótulo”. Vid. García, Fernando. “Una condena por homicidio no es causa
de pérdida de la patria potestad”, 6/6/2000. Web site: <http://www.lavanguardia.es>. Asimismo, en otro
caso, el Tribunal Supremo español se ha pronunciado de la siguiente manera: “La pena de inhabilitación
especial para el ejercicio de la patria potestad no es una consecuencia jurídica de la aplicación automá-
tica tras la subsunción de los hechos en el tipo penal de los delitos contra la libertad sexual. El precepto
refiere con el término ‘podrá’ el carácter facultativo de su imposición, facultad sujeta a la razonabilidad
de su decisión exigiéndose, como no podía ser de otra manera, la motivación de la decisión”. Tribunal
Supremo, Sala Segunda, sentencia del 07/11/2000. En: Revista de Derecho de Familia. N° 14, Editorial
Lex Nova, Valladolid, enero de 2002, pp. 99-101.
366
PATRIA POTESTAD
41.4. Suspensión
No es necesariamente una sanción porque puede derivarse de causales que no
implican culpa del padre (por ejemplo: enfermedad, deficiencia o minusvalía). Es
una situación transitoria que suprime temporalmente el ejercicio de la patria po-
testad con el propósito de restablecerla.
La suspensión ha sido robustecida por nuestro Código de los Niños y
Adolescentes, pues es la única figura que establece el decaimiento de la patria
potestad, es decir, engloba dentro de sí las causales consideradas por el Código
Civil peruano para la pérdida y la privación. El referido CNA unificó el criterio
plural de restricción que asumía la legislación civil y lo limitó a un criterio úni-
co: el de la suspensión.
El artículo 75 del CNA nos refiere que la patria potestad se suspende en los
siguientes casos:
a) Por la interdicción del padre o de la madre originada en causas de naturaleza
civil;
b) Por ausencia judicialmente declarada del padre o de la madre;
c) Por darles órdenes, consejos o ejemplos que los corrompan;
d) Por permitirles la vagancia o dedicarlos a la mendicidad;
e) Por maltratarlos física o mentalmente;
f) Por negarse a prestarles alimentos;
g) Por separación o divorcio de los padres, o por invalidez del matrimonio de
conformidad con los artículos 282 y 340 de Código Civil.
367
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
h) Por habérsele aperturado proceso penal al padre o la madre por delitos previs-
tos en los artículos 173, 173- A, 176-A, 179, 181 y 181-A del Código Penal(649).
Tal como se le detalla en nuestro Código Civil (art. 446), la suspensión de la
patria potestad no implica una sanción, puesto que se deriva de causas que no im-
portan la culpa del padre (verbigracia: interdicción, ausencia judicialmente decla-
rada, cuando se compruebe que se hallan impedidos de hecho para ejercerla y por
separación de cuerpos o divorcio por causal), sino una medida destinada a tute-
lar los intereses de los menores. En este último sentido, si existe un conflicto en-
tre el padre y el hijo deberá decretarse una medida efectiva en resguardo del me-
nor(650). Ahora bien, la suspensión puede referirse apenas a un hijo victimado y no
a toda la prole, así si el padre cuida mal el patrimonio de un hijo que recibe por
testamento, mas por otro lado educa a este y a los otros con mucha eficiencia, pue-
de el juez suspender la patria potestad respecto de la administración de los bienes
de ese hijo, permitiendo que se conserve la patria potestad en lo concerniente a
los poderes con los otros hijos(651). Situación distinta a la que sucede con la pérdi-
da o extinción de la patria potestad la que se extiende íntegramente, en este senti-
do el Código de Familia de Bolivia que determina que “los efectos de la pérdida
de la autoridad de los padres se extienden a los hijos nacidos después de que ha
sido pronunciada (art. 280, Efectos de la pérdida de la autoridad de los padres).
Luis Moisset de Espanés(652) hace una importante distinción respecto a los
efectos jurídicos de la ausencia simple (falta de presencia) y la ausencia califica-
da (falta prolongada de noticias que hace presumir que el sujeto ha fallecido), es-
tableciendo que en la primera no es necesaria la suspensión de la patria potestad,
mientras que en la segunda sí procedería. Sin embargo, el CNA del Perú ha refun-
dido las causales en el sentido que algunas implican sanción, mientras que otras
368
PATRIA POTESTAD
42. Extinción
La extinción es la desaparición total, definitiva y normal de la patria potes-
tad. Se produce ipso iure, no a título de pena, pues desaparecen los presupuestos
que determinan su titularidad. Se presenta en los siguientes casos:
CASO EXPLICACIÓN
Por muerte. Sea del último progenitor que la ejercía o del hijo. Este es un
supuesto natural y, por demás, lógico.
Capacidad legal natural Es curioso reseñar lo que establecía el Código Civil peruano
o mayoría de edad. de 1852: el hijo(a) mayor, que cae en incapacidad, vuelve a la
patria potestad, si no tiene cónyuge (art. 290). Situación sui
géneris pues la institución dependía no solo de la edad sino
también de la capacidad y del matrimonio del hijo.
Capacidad legal adqui- Existe un vacío legal en cuanto a la del mayor de 14 años que
rida o emancipación tá- estando facultado para reconocer no adquiere la capacidad
cita. plena, sino restringida (puede accionar judicialmente gastos
de embarazo y parto y procesos de tenencia y alimentos), por
lo que carece de patria potestad (art. 46 l Código, modificado
mediante la Ley Nº 27201).
(653) RODRIGUES, Sílvio. Direito Civil. Direito de Família. 27ª edición atualizada por Francisco José Cahali,
volumen 6, Saravia, Sao Paulo, 2002, p. 416.
(654) FERNÁNDEZ CLÉRIGO, Luis. Ob. cit., p. 327.
369
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
(655) DINIZ, María Elena. Curso de Derecho Civil brasilero. 17ª edición actualizada, vol. 5, Saraiva, Sao
Paulo, 2002, p. 450.
370
PATRIA POTESTAD
43. Restitución
Implica aquella situación mediante la cual, desaparecidas las causas que de-
terminaron la privación o limitación del ejercicio de la patria potestad, esta es de-
vuelta cuando se comprueba dicha desaparición. De esta manera, se tiende a la
integración de la familia, ya que por causas establecidas por la legislación, uno
de sus miembros incumplió con sus deberes paterno-filiales. La regla general que
establece el artículo 471 es que en los casos de privación o limitación de la patria
potestad puede pedirse judicialmente su restitución cuando cesan las causas que
lo determinaron. Debe entenderse, entonces, que en los casos de pérdida o sus-
pensión la restitución opera de forma automática.
La restitución no es un premio por la rehabilitación del padre restringido del
ejercicio de la patria potestad, sino una consecuencia propia e inherente de las re-
laciones familiares, puesto que debe comprometerse y exigirse el cumplimiento
de sus obligaciones a aquel que en un momento se le limitó su ejercicio pero que
a la fecha se encuentra nuevamente apto.
(656) DECKER MORALES, José. Código de Familia. 3ª edición revisada y ampliada, Editorial Los amigos
del libro, Bolivia, 2000, p. 316.
(657) En una sentencia de Audiencia provisional en España se ha fijado este criterio. “A pesar de que se haya
dictado sentencia estimando la reclamación de paternidad no procede fijar un régimen de visitas restric-
tivo habida cuenta que las cartas intercambiadas entre ambos progenitores cuando su relación existía de-
notan interés del padre en estar y atender a la hija”. AP, Sec. 2ª, Sentencia del 26 de enero de 2001. Po-
nente: Ilmo. Sr. D. Ramón Ruiz Jiménez. En: Revista de Derecho de Familia. Editorial Lex Nova, Valla-
dolid, enero de 2002, N° 14, pp. 179 y 180.
(658) Proyecto de ley 6683, Congreso de la República del Perú, Ley de paternidad responsable (7/5/2003).
371
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
Por causa subjetiva (privación), la patria potestad puede ser restituida a soli-
citud de parte transcurridos tres años de cumplida la sentencia del caso, pudien-
do el juez restituirla de manera integral o parcial tomando en cuenta el interés del
menor. Tratándose de causas objetivas (pérdida y suspensión), la restitución ope-
ra de manera inmediata cuando desaparezcan los hechos que la motivaron.
Según el último párrafo del artículo 471 se indica expresamente que en los
casos de pérdida y suspensión de la patria potestad, los padres volverán a ejercer-
la cuando desaparezcan los hechos que los motivaron; salvo en los casos que la
declaración de pérdida de la patria potestad haya estado sustentada en sentencia
condenatoria por la comisión de delito doloso en agravio del hijo o en perjuicio
del mismo(659). Téngase en cuenta que por Ley Nº 29275(660) se indica que los al-
cances de la suspensión o pérdida de la patria potestad se hace extensivo a todos
los hijos menores de edad de aquella persona que se encuentre procesado o con
sentencia condenatoria, conforme a lo señalado en el artículo 4 de la ley citada.
372
PATRIA POTESTAD
sea ambos o de manera individual por uno de ellos. El agente activo del delito
puede ser el progenitor a quien se ha suspendido el ejercicio de la patria potes-
tad o cualquier otro pariente (abuelos, hermanos, tíos, primos, etc.) siendo la par-
te agraviada el padre/madre que la detenta legalmente.
- Inducción a la fuga del menor (art. 148) “El que induce a un menor de edad
a que se fugue de la casa de sus padres o de la de su tutor o persona encarga-
da de su custodia será reprimido con pena privativa de libertad no mayor de
dos años o con prestación de servicio comunitario de veinte a cincuentidós
jornadas”.
Una de las obligaciones del hijo es habitar en la casa de sus padres, o en su
caso de la persona que lo custodia, permitiendo el cuidado y vigilancia de su de-
sarrollo como ser humano. El hecho de que un tercero instigue o motive a un me-
nor a huir de su hogar familiar implica atentar contra una de las funciones esen-
ciales de la patria potestad cual es el atender de la persona del menor de manera
directa y oportuna.
- Instigación o participación en pandillaje pernicioso (148 A), “El que partici-
pa en pandillas perniciosas , instiga o induce a menores de edad a participar
en ellas, para cometer las infracciones previstas en el Capítulo IV del Título
II de Libro IV del Código de los Niños y Adolescentes, así como para agre-
dir a terceras personas, lesionar la integridad física o atentar contra la vida de
las personas, dañar bienes públicos o privados, obstaculizar vías de comuni-
cación u ocasionar cualquier tipo de desmanes que alteren el orden interno,
será reprimido con pena privativa de libertad no menor de diez ni mayor de
veinte años.
La pena será no menor de veinte años cuando el agente:
1. Actúa como cabecilla, líder, dirigente o jefe.
2. Es docente en un centro de educación privado o público.
3. Es funcionario o servidor público.
4. Induzca a los menores a actuar bajo los efectos de bebidas alcohólicas o drogas.
5. Suministre a los menores, armas de fuego, armas blancas, material inflama-
ble, explosivos u objetos contundentes”.
La patria potestad como institución rectora de las relaciones paterno-filia-
les tiene como finalidad la formación integral del individuo menor de edad, por
lo que todo aquello que sea contrario a este principio merece una sanción norma-
tiva, más aún tratándose de aquellos casos en que se participa en pandillas per-
niciosas, instiga o induce a menores de edad a participar en ellas. Este artículo
373
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
debe concordarse con los artículos 206 al 212 (Capítulo IV del Título II del Libro
Cuarto) del TUO del Código de los Niños y Adolescentes.
374
PATRIA POTESTAD
X. COPARENTALIDAD
46. Generalidades
La patria potestad como tal implica el atributo que tienen los padres de pro-
teger y cuidar la persona y bienes de sus hijos; por regla general se ejerce en con-
junto por ambos padres y, de manera especial, en forma individual por el padre o
la madre a quien se otorga la tenencia.
La coparentalidad es una novedosa institución del Derecho de Familia apli-
cada en el sistema anglosajón mediante la cual, producida la separación de hecho,
invalidez o disolución del matrimonio, el hijo vivirá indistintamente con cada uno
de sus padres velando ambos por su educación y desarrollo.
La característica de esta institución es que ambos padres, pese a vivir sepa-
rados, tienen los mismos atributos y facultades sobre los hijos, de modo tal que
la patria potestad queda incólume, es decir, ambos padres siguen ejerciéndola a
través de la coparentalidad. En tal orientación, la custodia compartida es aquella
en que los hijos viven de manera alternativa y temporal con uno y otro progeni-
tor, las relaciones personales se alternan con la convivencia ordinaria en una dis-
tribución temporal variable; los problemas más graves en estos casos son de tipo
práctico: establecer la periodicidad más adecuada en la variación de la conviven-
cia normal y visitas. Esta modalidad tiene éxito cuando hay buena comunicación
y relación entre los padres y cuando el número de traslados es menor y aumenta
el tiempo de convivencia continuada con cada progenitor.
Surge y se va robusteciendo por las razones siguientes:
- El acceso de la mujer al trabajo.
- Cambios en la educación.
- Necesidad de la participación conjunta.
- Lobby de las asociaciones de los padres discriminados y oprimidos.
Es un derecho de los hijos y progenitores a seguir manteniendo una sana y
seria relación paterno-filial, igualitaria y digna.
(661) PLÁCIDO VILCACHAGUA, Alex. Ensayos sobre Derecho de Familia. Editorial Rhodas, Lima, 1997,
p. 95.
375
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
47. Denominación
Llamada guarda compartida, garda conjoite, affidamento condiviso, guarda
comparthida, join custody, shared parental.
48. Antecedentes
Tiene como antecedentes Inglaterra y Gales (1989) Children Act, Francia
(2002), España (2005), Italia (2006), Australia (2007) y Brasil (2008).
49. Fundamento
Familia es compartir. Compartir cada vez más y mejor, estrechando los lazos
familiares. La coparentalidad debe cumplir dicha finalidad. Dirigirse a consagrar
el proyecto de vida fundado en el vínculo parental; la bigenitorialidad, aquella re-
lación con ambos padres manteniendo los vínculos conjuntos con base en el inte-
rés superior del niño, dejando de lado la individualidad.
Se dice que hoy en día la regla es la guarda compartida (de dos) y la guarda
exclusiva (de uno) es la excepción. La guarda unilateral se da solo en casos es-
peciales, excepcionales, la compartida afianza y permite la responsabilidad con-
junta. Puede ser requerida entrambos o decretada por el juez de parte u oficio, de-
biendo informar su razón con base en su función pedagógica y fijando adecuada-
mente los periodos de convivencia.
Este sistema de guarda compartida impacta sobre instituciones como la pa-
tria potestad, alimentos y régimen de visitas. La patria potestad queda tal como
está para cada cónyuges, sin privilegios para ninguno de ellos, los alimentos se
verán dosificados de acuerdo a los momentos en los que el hijo esté con el pa-
dre (aquí él asume el sustento de este) y, las visitas, prácticamente, carecerían
de sentido.
El sustento de la coparentalidad es preservar de manera especial las relacio-
nes paterno-filiales y, en general, las relaciones familiares. Implica el estricto ejer-
cicio conjunto de la patria potestad por ambos padres, sea cual fuera la situación
de convivencia en la cual estos se encuentren. Así, se legitima un hogar a tiempo
compartido en el que el hijo convive un tiempo con el padre y otro con la madre,
permitiendo que la formación y contacto con sus progenitores sea pleno y no res-
tringido como ocurre con el régimen tradicional de tenencia. En este último caso,
quien goza la tenencia tiene la patria potestad sobre el hijo, en tanto que el otro
progenitor queda suspendido de la misma, a pesar de tener que cumplir con todos
sus deberes otorgándosele, solo, la facultad a un régimen de visitas, a efectos de
mantener las relaciones familiares indispensables con el menor.
El Tribunal Constitucional español decretó, en 1997, “(...) la guarda y cus-
todia compartida por ambos progenitores, de forma que el menor habitará con
cada uno de los progenitores en meses alternos, estando los meses pares con la
376
PATRIA POTESTAD
madre y los impares con el padre, cambiando esta distribución cada año, fijan-
do un régimen de visitas a favor del otro progenitor para los periodos durante
los que no ostente la guarda y custodia y un régimen especial para los periodos
vacacionales”(662). Esta es una posición asumida por el moderno criterio jurispru-
dencial europeo. Por otro lado, se ha tomado en cuenta casos especiales como
“la imposibilidad de atribuir la guarda y custodia compartida, ya que se trata de
una medida excepcional que se concede exclusivamente cuando se dan uno de
los determinados requisitos que no se reúnen en el presente caso, entre otros mo-
tivos, porque los padres viven en países distintos”(663). Distinta tendencia teórica
puede apreciarse en Brasil(664).
(662) Tribunal Constitucional, Sala Segunda, sentencia 4/2001 del 15/01/1998. En: Revista de Derecho de Fa-
milia. N° 13, Editorial Lex Nova, Valladolid, octubre 2001, pp. 83-87.
(663) Baleares, Sección Quinta, sentencia del 28/09/2000. En: Revista de Derecho de Familia. N° 13, Edito-
rial Lex Nova, Valladolid, octubre 2001, p. 170.
(664) “Sendo assim, torna-se a guarda compartilhada o modelo ideal para os nossos dias, proclamando-se a
igualdade dos genitores em face da formação de seus filhos e impondo aos pais obrigações comuns com
relação à educação e ao desenvolvimento da criança, ou seja, que os filhos sejam criados por seus dois
pais. A falência da relação conjugal bem como a ruptura dessa sociedade não precisa, necessariamente,
vir acompanhada de frustração e incompatibilidade”. Vide Silveira Akel Pantaleao, Ana Carolina. “Crian-
ças em jogo (guarda compartilhada é o modelo ideal em separação)”. En: Revista Consultor Jurídico,
24/11/2002.
Asimismo, “a guarda compartilhada sempre será possível quando os genitores colocarem como priorida-
de o interesse da criança acima de tudo, num mútuo consentimento, a exemplo da separação consensu-
al, pois se ambos não estiverem de acordo, não haverá instituto capaz de obrigá-los a compartilhar uma
guarda compulsoriamente. A sociedade vem passando por profundas transformações e com grandes avan-
ços tecnológicos. Com a revolução das comunicações, o processo de globalização tornou-se mais rápido,
impulsionando a emancipação da mulher, que disputa em igualdade de condições profissões antes reser-
vadas apenas aos homens, demonstrando assim que, capacidade e inteligência, nada têm a ver com sexo.
No rastro dessas transformações que atravessaram o século XX, as relações homem-mulher sofreram pro-
fundas mudanças, alterando o sistema familiar. A mulher sai de sua redoma, abdicando do papel de rai-
nha do lar de outrora, e ingressa no mercado de trabalho, alcançando sua autonomia e independência fi-
nanceira e conquistando naturalmente a igualdade plena de direitos em relação ao homem. Quase que si-
multaneamente, o homem também entra num processo de transformação, libertando-se da tradição pa-
triarcal e machista, revelando-se mais sensível e dedicado, assumindo um importante papel na vida dos
filhos, passando a se preocupar com atribuições que eram antes cumpridas pela mulher. Essa nova mu-
lher com autonomia financeira, garantida por empregos melhor remunerados, de uma forma geral, aca-
ba tendo dificuldade de manter a relação estável, por diversos motivos, acarretando um crescente núme-
ro de rupturas da vida em comum, acabando por refletir nos filhos, fruto dessa relação desgastada. Mas,
da mesma forma como ela busca ter seus direitos respeitados, como mulher independente, profissional e
como mãe, ela também deve respeitar o direito do seu companheiro de exercer a paternidade responsá-
vel, que envolve, não apenas a obrigação no sustento do filho, mas o verdadeiro direito de participar ati-
vamente na formação da sua personalidade, podendo e devendo transmitir ao filho, a exemplo da mãe,
seus valores, seu traço cultural, sua crença e seus princípios. Ambos não devem se permitir perder pre-
ciosos momentos do convívio parental com as crianças, sob qualquer pretexto, que são imprescindíveis
principalmente nos primeiros anos de vida dos filhos. Em face dessas transformações cada vez mais cé-
leres no nosso cotidiano, o Novo Código Civil que entrou em vigor em 11/01/2003, ainda que tardia e ti-
midamente, sinaliza para uma compreensão voltada ao interesse do menor, rompendo com princípios ul-
trapassados de ceder a guarda dos filhos automaticamente à mãe com o término do matrimônio, mas sim
a quem tiver ‘melhores condições de exercê-la’, como se extrai do ‘caput’ do artigo 1.584 do Novo Có-
digo Civil, não mais prevalecendo a preferência materna, consolidando assim o entendimento do artigo
21 do ECA. Certamente, este princípio vai facilitar para que os genitores, com o fim da relação, optem
377
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
50. Características
Las principales características son:
- Es una institución del Derecho de Familia.
- La patria potestad queda incólume.
- Busca preservar la integridad real y natural de la familia.
- Se origina por cuanto los padres ya no conviven, esto es por la separación de
hecho, invalidez o disolución de matrimonio.
- Consolida la relación paterno-filial en el sentido que la patria potestad no pier-
de consistencia por la separación de los padres.
pela guarda compartilhada para não correrem o risco da guarda ficar com aquele que comprovar melhores
condições. A presença da figura paterna na vida dos filhos é tão saudável quanto da materna. Por isso, a
guarda compartilhada preserva a criança do trauma dos conflitos dos pais, fazendo com que ela continue
se sentindo aceita e amada pelos dois. Só assim criaremos uma geração de pessoas ajustadas e sem cul-
pas, capazes de compreender as limitações dos adultos”. Vide “Vida em familia. Guarda compartilhada
preserva a criança do trauma”. En: Revista Consultor Jurídico, 24/03/2003. En: <www.conjur.com.br>.
Cabe indicar que la jurisprudencia brasilera viene otorgando la guarda compartida a los padres, tal es el
caso reciente que la Corte de Bahía determinó que los padres compartieran la guarda de un bebé de ocho
meses (“Relações familiares Justiça baiana determina guarda compartilhada de bebê”. En: Revista Con-
sultor Jurídico, www.conjur.com.br, 24 de março de 2003).
Es más existe un proyecto de ley que busca incorporar este tema a la legislación familiar. Veamos. “Atu-
almente, a pesar da inexistência de preceito legal que regulamente a guarda de modo diverso da guarda
exclusiva (de um dos pais), alguns juizes vêm fixando a divisão igualitária de direitos e deveres de pai e
mãe com relação aos filhos menores, em casos especiais. No entanto, para o bem da sociedade, está tra-
mitando pelo Congresso Nacional o projeto de lei do deputado federal Tilden Santiago (PL 6.350/2002),
por meio do qual se prevê a possibilidade de fixação da guarda compartilhada dos filhos menores entre
o pai e a mãe. No regime de guarda compartilhada, um dos pais permanece com a guarda física do me-
nor, ou seja, o menor reside com um dos pais. Contudo, o pai que não detém a guarda participa ativamen-
te da vida do filho. Sua opinião tem o mesmo peso da opinião do detentor da guarda com relação à edu-
cação, saúde, lazer, religião, etc. Com a adoção da guarda compartilhada, o pai ou mãe que não detém a
guarda do filho não tem dias e horários rígidos para visitas. O que se objetiva é valorizar o papel do pai e
da mãe, de modo igualitário, o que evidentemente só será possível nos casos em que pai e mãe não este-
jam em meio a uma imensa disputa jurídica sobre guarda, partilha de bens e alimentos, já que esse regi-
me pressupõe diálogo e bom senso dos pais. O deputado Tilden Santiago propõe que em ações judiciais
envolvendo definição da guarda, os juizes explicitem aos pais as vantagens da guarda compartilhada e,
havendo acordo entre as partes, estabeleçam esse sistema. Ocorre que a desinformação de muitos sobre
esse regime de guarda proposto iniciou uma polêmica, pois se pensou que, com a adoção da guarda com-
partilhada, os filhos menores permaneceriam por um periodo na casa da mãe e por outro periodo na casa
do pai, o que, dentre outros malefícios, dificultaria a consolidação de hábitos na criança, provocando ins-
tabilidade emocional. Esse receio não tem qualquer fundamento, já que, conforme explicitado, a guar-
da compartilhada pressupõe a permanência do menor com um dos pais. Contudo, a guarda compartilha-
da torna mais efetiva a participação do não detentor da guarda na vida do filho, já que o tira da figura de
mero coadjuvante, e, por vezes, de simples provedor financeiro. Há grande possibilidade de que o aludi-
do projeto seja aprovado, regulamentando a adoção da guarda compartilhada que já vem sendo feita por
alguns juízes, o que significará um avanço das normas legais de direito de família, passando-se definiti-
vamente a enxergar os interesses do menor como os que de fato devem ser protegidos”. Vide BAPTISTA
LOPES, Claudia. “Mudanças sociais (Guarda compartilhada valoriza papel do pai e da mãe)”. En: Re-
vista Consultor Jurídico, 28/11/2002.
378
PATRIA POTESTAD
Código de los Niños y ado- Ley N° 29269, Ley que reconoce la tenencia compartida
lescentes(665) Artículo 1.- Modificación del artículo 81 del Código de los Niños
y Adolescentes. Modifícase el artículo 81 del Código de los Niños
y Adolescentes, el cual queda redactado de la siguiente manera:
“Artículo 81.- Tenencia. Cuando los padres estén separados de he-
cho, la tenencia de los niños, niñas o adolescentes se determina
de común acuerdo entre ellos y tomando en cuenta el parecer del
niño, niña o adolescente. De no existir acuerdo o si este resulta per-
judicial para los hijos, la tenencia la resolverá el juez especializado
dictando las medidas necesarias para su cumplimiento, pudiendo
disponer la tenencia compartida, salvaguardando en todo momen-
to el interés superior del niño, niña o adolescente”.
Artículo 2.- Modificación del artículo 84 del Código de los Niños
y Adolescentes. Modifícase el artículo 84 del Código de los Niños
y Adolescentes, el cual queda redactado de la siguiente manera:
(665) En su versión original el CNA fue una normativa mucho más abierta al tema de la coparentalidad, ya da
una fuerza especial al acuerdo entre los padres en el sentido de que serán ellos los que, de creerlo con-
veniente, puedan ejercer una tenencia compartida (art. 81), teniéndose cuenta, por lógica, el parecer del
niño o adolescente. Por su parte, restringe la posibilidad de que la tenencia pueda ejercitarla cualquier
persona que tenga legítimo interés (art. 83), que el antiguo Código de los Niños y Adolescentes permitía
(art. 87 segundo párrafo), disipando la guarda de los hijos a personas que sin ser sus padres puedan brin-
darles un cuidado y atención. Se permite que las visitas puedan ser realizadas como régimen familiar por
parientes o no parientes, cuando el interés del menor lo justifique.
379
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
52. Modalidades
Existen varias modalidades de tenencia compartida.
Cada caso es particular, hay que atender a factores como la ubicación geo-
gráfica, horario escolar, carga laboral de los padres, número de hijos, en fin. Pero
existe una subclasificación que de algún modo engloba muchas otras:
- Guarda compartida, ambos padres comparten el cuidado de los hijos en for-
ma permanente.
- Guarda alternativa, los hijos permanecen temporalmente en la casa de cada
uno de sus padres.
- Sistema de anidación, son los padres los que se trasladan a la casa del hijo.
53. Realidad
La coparentalidad se viene aplicando de hecho y de derecho. La práctica de
las relaciones familiares la reconocen como un medio efectivo para consolidar o
desarrollar los vínculos de familia. Como institución legal debe tender a crear una
seguridad en su aplicación a efectos de evitar un desfase social y legal. A todo
esto podemos sumarnos al criterio de Berbere y Haissiner(666) quienes sostienes que
debe favorecerse a la participación de ambos progenitores en la crianza de sus hi-
jos, de la siguiente manera:
- Igualar a los padres en el desarrollo de su vida física, psíquica, emocional,
profesional, entre otras, distribuyendo equitativamente las tareas de crianza.
- Nivelar situaciones de competencia en cuanto al reconocimiento del rol que
cada uno de ellos cumple, evitando la compulsión a la apropiación del hijo
por parte de uno de ellos.
(666) BERBERE DELGADO, Jorge Carlos y HAISSINER, Liliana. “El ejercicio de la patria potestad ante la
ruptura parental”. En: La Ley, 17/08/2011, p. 1.
380
PATRIA POTESTAD
54.1. Tutela
La tutela es una institución supletoria de amparo familiar que tiene como fi-
nalidad nombrar a una persona, denominada “tutor”, a efectos de que cuide de la
persona y los bienes del menor que carece de padres, es decir, que no goza de la
autoridad paterna y, por lo tanto, de los beneficios de la patria potestad. La tutela
suple a la patria potestad(668).
54.2. Curatela
La curatela es una institución supletoria de amparo familiar que tiene como
finalidad nombrar a una persona, denominada “curador”, a efectos de que cuide
de la persona y de los bienes de un mayor de edad incapaz. La tutela suple a la pa-
tria potestad, mientras que la curatela la continúa(669).
(667) CHÁVEZ BUSTAMANTE, Anita Susana. “Un reparto equitativo de la autoridad paternal. La viabilidad
de la tenencia compartida a la luz de la Ley N° 29269”. En: Diálogo con la jurisprudencia. N° 160, ene-
ro 2012, p. 119 y ss.
(668) CORNEJO CHÁVEZ, Héctor. Ob. cit., p. 335.
(669) Ibídem, p. 409.
381
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
54.3. Custodia
La custodia es el ejercicio físico inmediato de un padre o madre hacia su hijo
y los bienes de este(670). Desde un punto de vista práctico, es la relación inmedia-
ta que tienen los padres del cuidado y atención de sus hijos. Es también conoci-
da como tenencia.
54.4. Guarda
Nuestro CNA ha derogado la institución de la guarda por su inaplicación en la
práctica judicial y se ha preferido robustecer la institución de la colocación familiar.
En nuestro medio legislativo fue una institución de carácter transitorio para
la protección del menor en estado de abandono por la que, mediante una resolu-
ción judicial, una persona se hace responsable de ejercer las funciones de tutela
(art. 106 del derogado Código de los Niños y Adolescentes peruano). Si la madre
es menor de edad, el juez puede confiar la guarda de la persona y los bienes del
hijo a un curador (art. 421 de nuestro CC). Entre las características que presenta-
ba de la guarda teníamos:
- El guardador tenía los mismos deberes y derechos que los padres.
- Institución similar a la tutela, pero de carácter transitorio.
- El guardador era nombrado por el juez, quien supervisaba sus funciones.
En términos genéricos, la guarda implicaba aquella función otorgada a los pa-
dres a efectos de cumplir con el deber de educar a sus hijos. Como tal presupone:
- El reconocimiento de la autoridad de los padres.
- El derecho de los padres de vivir con sus hijos y de estos de estar con sus
padres.
(670) SILVA SERNAQUE, Santos. Código Civil de Puerto Rico. 2ª edición, Editorial Barco de Papel, Maya-
güez, 1998, p. 51, nota 76 in fine .
382
PATRIA POTESTAD
que se realizará únicamente en familias residentes en el Perú (art. 106 del mismo
texto legal). Entre sus características tenemos:
- Es decretada por instancia administrativa (Mindes, Notario) o por el juez.
- Puede ser remunerada o gratuita.
- En los procesos de adopción se aplica como medida de aclimatamiento.
- Brinda una protección a los niños desamparados o que corren peligro en su
integridad.
- Su finalidad es integrarlo a la vida familiar.
- Sus objetivos se cumplen exclusivamente en el territorio nacional.
- Se toma en cuenta la opinión del menor para su reubicación.
- Antes de otorgar en colocación familiar, las familias son capacitadas para
cumplir cabalmente con su encargo.
54.6. Prohijamiento
Es una situación familiar de hecho en la que una persona funge de padre o
madre, sin serlo legalmente, cumpliendo con los deberes propios de una relación
paterno-filial.
Vivir, criar y mantener integralmente a un niño sin tener la obligación de ha-
cerlo determina el denominado prohijamiento y se demuestra con la posesión cons-
tante de estado de familia. Esta institución tiene una importancia fundamental en
la adopción por excepción (art. 128, CNA).
383
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
56. Definición
La primera definición es la de Richard Gardner(671) quien en 1985 lo precisa
como un desorden que surge principalmente en el contexto de las disputas por la
guarda y custodia de los niños. Su primera manifestación es una campaña de di-
famación contra uno de los padres por parte del hijo. El fenómeno resulta de la
combinación del sistemático adoctrinamiento (lavado de cerebro) de uno de los
padres y de la propia contribución del hijo a la denigración del padre rechazado.
Es un trastorno que se caracteriza por un conjunto de síntomas que resul-
tan del proceso por el cual un progenitor transforma la conciencia de sus hijos
mediante variadas formas con el objeto de impedir, obstaculizar o destruir sus
vínculos con el otro progenitor.
57. Casuística
Existen varios medios utilizados:
Impedimento de contacto (sustracción del menor del domicilio conocido por
el padre no conviviente), turbación de las visitas.
(671) Profesor clínico de psiquiatría en la división psiquiátrica infantil de la Universidad de Columbia (20/04/1931
- 25/05/2003).
384
PATRIA POTESTAD
El método más perverso y exitoso para excluir de la vida del menor al padre
no conviviente han resultado ser las falsas denuncias. Este medio produce varios
efectos: por un lado genera una actuación jurisdiccional y/o preventiva innece-
saria, compromete penalmente al progenitor no conviviente quien deberá dar ex-
plicaciones de actos inexistentes y soportar el clásico estado de sospecha y, los
dos efectos más graves: aumenta el síndrome y daña psicológicamente al menor.
La sintomatología más usual es:
- Impedimento de uno de los progenitores a que el otro ejerza el derecho de re-
lacionamiento con sus hijos.
- Depreciar e insultar al otro progenitor en presencia del hijo.
- Denigrar la imagen del progenitor.
- Interferir en el régimen de visitas.
- Implicar al propio entorno familiar y a los amigos en los ataques al excónyuge.
- Subestimar los sentimientos de los hijos hacia el otro progenitor.
- Incentivar o premiar el rechazo hacia el otro progenitor.
- Influir en los niños con mentiras sobre el otro progenitor.
- No comunicación de hechos importantes en la vida del menor (escuela, mé-
dico, celebraciones).
- Toma de decisiones importantes sobre la vida del menor sin previa consulta
del cónyuge.
- Crítica a la profesión o situación financiera del progenitor.
- Obligar al hijo a optar entre el padre o madre.
Los padres deben responder frente a estos actos que implican daños causa-
dos por el SAP que origina directamente contra los hijos que traen como conse-
cuencia, disturbios sicológicos, ansiedad, pánico, uso de drogas, alcohol para ali-
viar la culpa de la alienación, suicidio, baja autoestima, falta de relacionamiento
social, embarazo precoz.
385
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
Queda claro, desde ya que el uso del SAP como fundamento para determinar la
suerte de un niño en un proceso judicial de tenencia, puede resultar arriesgado.
El SAP ha sido y continúa siendo investigado por muchos científicos de la
salud y, actualmente, es reconocido como un trastorno por muchos psicólogos. Al
encontrarnos ante un caso de supuesto SAP (con sus síntomas) es importante te-
ner en cuenta las recomendaciones y pautas de los especialistas, más aún al mo-
mento de resolver un proceso judicial que afectará la relación de un niño con sus
padres, relación que marcará al niño en su desarrollo social futuro.
Actualmente, los profesionales que respaldan el reconocimiento del SAP como
trastorno mental lo definen como un estado mental en el que un niño forma una
fuerte alianza con uno de los padres (padre alienante) y rechaza una relación con
el otro (padre alienado) sin causas legítimas, típicamente a causa de la influencia
activa del alienante. Para señalar un SAP deben estar presentes algunas o todas
las siguientes características en el comportamiento del niño:
- Realizar una campaña de denigración sobre padre alienado (usualmente
verbal);
- Racionalizar de modo absurdo sus críticas y desprecio al padre alienado;
- Falta de ambivalencia en su discurso;
- Expresar que todo lo que piensan es de iniciativa propia y sin influencia (fe-
nómeno del “pensador independiente”), apoyo reflexivo al padre alienante;
- Carencia de sentimientos de culpa por sus maltratos al padre alienado o em-
patía hacia él;
- Utilización de ejemplos que no le corresponden para apoyar su denigración
al padre alienado o de palabras que no son propias de su vocabulario; y,
- Extender el rechazo o denigración hacia los familiares del padre alienado.
El SAP es un fenómeno que tiene consecuencias nocivas y de largo plazo.
Estas van desde el establecimiento de una relación negativa y sostenida por el
temor y denigración hacia uno de los padres hasta el establecimiento de rela-
ciones interpersonales nocivas con terceros ajenos a la familia, llámese ami-
gos, colegas, superiores, la sociedad en general y el Estado. El SAP es un pro-
blema preocupante y que debe ser atendido como prioritario cuando se da en
desmedro de un progenitor que, a su vez, sea o haya sido en la primera infan-
cia una de las principales figuras cuidadoras del niño en cuestión (padre o ma-
dre que lo crió).
El establecimiento de una relación personal con el progenitor encargado de su
cuidado (cuidador) es llamado apego. El tipo de apego que desarrolle un niño con
su cuidador será sumamente importante e influyente en todos los tipos de relaciones
386
PATRIA POTESTAD
que posteriormente, como adolescente y adulto, desarrolle y mantenga con los de-
más. Esto es trascendental para el Estado, pues un apego inseguro o ambivalente,
como el que puede resultar de un SAP, fomentará que todas las relaciones de esa
persona se caractericen por la desconfianza, desinterés y ansiedad. Asimismo, la
falta de empatía en las relaciones es uno de los síntomas de este fenómeno.
La construcción de este tipo de relaciones debe constituir una preocupación
para el Estado, en tanto una persona que desconfíe de los demás, desconfiará
también de la sociedad en general, del Estado, del sistema jurídico, etc. y, por
lo tanto, será más propensa a tomar justicia por su cuenta. Una persona desin-
teresada en los demás y con baja capacidad de ponerse en el lugar del otro (em-
patía) será más proclive a cometer faltas contra las demás personas, incluso crí-
menes. En ese sentido, la intervención del Estado, a través del Poder Judicial,
para proteger al niño y al padre alienado es fundamental y en general lo será en
los casos de SAP.
Debe señalarse que los tipos de apego inseguro y ambivalente no son exclu-
sivos de las familias donde se da un SAP, ni tampoco de familias donde hay situa-
ciones conflictivas de tenencia, ni siquiera son exclusivos de familias donde hay
divorcios o separación de los padres. Lo que debe existir para que un SAP se pre-
sente en una familia es un padre alienante que sistemáticamente distorsione el ape-
go seguro formado entre el niño o adolescente y el padre alienado. Incluso, pue-
de haber una fuerte alianza de parte de un niño con uno de sus padres y el recha-
zo al otro sin que haya un SAP ni la intención de ninguno de sus padres por que-
brar su relación con el otro.
Tomando esto en consideración, ¿cuál sería el criterio para que el Estado in-
tervenga y favorezca el apego seguro de un niño o adolescente? Este debe ten-
der a que todos los padres de familia creen un vínculo seguro con sus hijos que,
en caso de separaciones o divorcios, escoja siempre al padre más capacitado para
otorgarle la tenencia, que garantice un régimen de visitas favorable, y que pena-
lice los comentarios negativos que un padre hace sobre el otro.
387
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
Análisis:
En lo que respecta a este caso específico, es difícil sentar una posición al no ha-
ber accedido a suficiente información como para determinar si efectivamente exis-
tía un caso de SAP. Por lo señalado en los informes del Equipo Multidisciplinario
y del Hospital Cayetano Heredia citados en la sentencia, definitivamente existían
síntomas de SAP. Los niños mostraban una alianza muy fuerte con el padre. Se lo
señala como el único progenitor significativo y al que percibían como autoridad.
Asimismo, los niños manifestaban rechazo a la madre y su vínculo estaba debili-
tado siendo, principalmente los sentimientos que exhibían hacia ella, de denigra-
ción y rechazo, mostraban una campaña de denigración verbal hacia ella. No que-
da claro si el padre fomentaba de modo intencionado esta campaña pero la falsa
acusación de maltrato por parte de la madre podría darnos alguna pista de ello,
consolidándose un síntoma básico de SAP, sin embargo, este último queda en el
terreno de la especulación.
Los considerandos Vigésimo y Vigésimo Primero indican claramente que la
relación con la madre ha sido disminuida y debe ser restablecida. Los comentarios
humillantes que se señalan son muestra del apego inseguro de estos niños con su
madre y los sentimientos nocivos hacia ella. Ello conlleva consecuencias negati-
vas para los niños en su desenvolvimiento social actual y, si no se remedia rápi-
damente, también en su desenvolvimiento social de largo plazo. Asimismo, pue-
de traerles consecuencias negativas en otras áreas de desempeño, tales como sus
actividades académicas. Si las acusaciones de maltrato a la madre son reales, i.e.
que si la madre sí maltrataba a los niños, no se podría hablar de síntomas de SAP,
pues habrían causas legítimas para rechazarla.
El restablecimiento de las relaciones entre los menores y el progenitor alie-
nado debe ser paulatino. Como es evidente, al no ser considerado por ellos como
un buen cuidador, de exponerlos a estar con este sin otra alternativa, puede fa-
vorecer la imagen negativa que los menores mantienen sobre este progenitor. En
este caso específico debe tomarse estos elementos en cuenta pero considerar que
el potencial riesgo para los menores es el permanecer más tiempo con el padre, a
quien se lo acusa de violación a menores.
Por último, debe discutirse la validez del diagnóstico de SAP y su uso como
sustento para determinar este caso de tenencia. En la práctica privada muchos es-
pecialistas ya señalan un SAP y siguen las recomendaciones que los estudiosos del
tema y las instituciones que los respaldan han sugerido. Sin embargo, es arriesgado
que el Estado utilice este fenómeno aún en polémica para determinar la solución
definitiva de casos tan delicados. No obstante, con o sin trastorno diagnosticado,
hay hechos que existen y coinciden con los síntomas de SAP, por lo que es nece-
sario que, a modo preventivo, no se tome en cuenta la opinión de los menores res-
pecto de con quién de sus padres desean permanecer, pues podría tratarse de una
opinión alienada. Siempre que ambos padres sean lo suficientemente saludables,
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PATRIA POTESTAD
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(674) BERENICE DIAS, María (Coord): Incesto e alienação parental. Realidades que la justiça insiste en não
ver, Ed. Revista dos tribunais. IBDFAM, 2008, p. 109.
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ANEXO 1
Diferencias y semejanzas entre el Arrendamiento, Superficie y Usufructo
Arrendamiento Superficie Usufructo–Nuda propiedad
Del latín, ar por ad, acción; Del latin super, sobre y facie, Del latín usus fructos, uso de
reddere, volver a dar; de re, cara. los frutos.
segunda vez y dere, tema fre- Es una de las caras de un pla-
cuentativo de dar. Acción de no, aquella que vemos; la que
volver a dar. no vemos se llama inferficie.
Arrendador Superficiante o dominus soli Usufructuante o nudo propietario
Arrendatario Superficiario Usufructuario
Uso y disfrute temporal Construir en terreno ajeno o Uso y disfrute temporal
aprovechamiento de una parte Explotar de forma normal y
del suelo. acostumbrada.
Tener y mantener en terreno
ajeno –sobre o bajo el suelo–
una edificación de propiedad
separada, pudiéndole disponer
y gravarla
Implica dos derechos
- Der. de construir o aprovechar
- Derecho a la propiedad su-
perficiaria
El arrendamiento es oneroso y Es un derecho real que permi- Es un derecho real usar y go-
conmutativo (intercambio de te edificar o plantar en terreno zar de una cosa cuya propiedad
atribuciones patrimoniales). ajeno y hacer suyo lo edifica- pertenece a otro con tal que no
Es bilateral y sinalagmático do y plantado y también es el se altere su substancia.
(las obligaciones son recí- derecho de comprar edifica-
procas para las partes). Es de ciones o plantaciones con in-
tracto sucesivo (engendra una dependencia del suelo.
relación obligatoria).
10 años 99 años - Hasta la muerte del usufruc-
Para arrendar bien de menor tuario
por más de 3 años se requiere - 30 años si es persona jurídica
autorización judicial En caso el bien sea de menor de edad se requiere
autorización judicial
Oneroso Oneroso o gratuito Oneroso o gratuito
En caso ser gratuito se regula
por las normas de uso o dere-
cho de habitación
Der. Personal Der. Real
Es un derecho que el titular tiene directamente sobre
la cosa sin intermediación del propietario
Contrato bilateral Acto jurídico inter vivos o Acto jurídico, uni o bilateral,
mortis causa mandato o por ley
Transferible a herederos Transferible a herederos No transferible a herederos
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PATRIA POTESTAD
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
Reglamento de Inscripciones del Registro de Predios. Artículo 100.- “Para la inscripción del
arrendamiento, derecho de uso, derecho de habitación, servidumbre, usufructo, o cesión en uso
que afecten parte del predio, no se requerirá la independización previa. Cuando la determinación
del área sobre la que recae el derecho no aparezca claramente en el título, se requerirá la presen-
tación de planos”.
396
PATRIA POTESTAD
ANEXO 2
CAS. N° 2067-2010-LIMA
SALA CIVIL PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚ-
BLICA
DEMANDANTE: Gerardo Antonio Rosales Rodríguez
DEMANDADA: María Elena Meier Gallegos
MATERIA: Tenencia y custodia de menor
FECHA: 26 de abril de 2011
En tanto se imputan al padre actos contra la libertad sexual de una menor de edad hermana de sus
hijos y, la relación materno-filial se resquebraja cada vez más, queda demostrado que el síndrome
de alienación parental provocado por el padre y la familia paterna sigue incidiendo negativamente
en el desarrollo e integridad emocional de los niños. Por lo cual, las declaraciones de estos últimos
en el sentido de que prefieren vivir con su padre deben ser tomadas con reserva, siendo necesario
que se restablezcan los vínculos materno-filiales. Asimismo, los criterios del Código de los Niños y
Adolescentes son orientadores mas no determinantes, siendo el parámetro lo más beneficioso para
los niños, lo que determina que la madre ejerza la tenencia.
CAS. N° 2067-2010-LIMA.
Lima, veintiséis de abril de dos mil once.
LA SALA CIVIL PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚ-
BLICA: con los acompañados; de conformidad con el dictamen Fiscal Supremo; vista la causa dos
mil sesenta y siete guión dos mil diez, en audiencia pública llevada a cabo el día de la fecha, oído
el informe oral y producida la votación con arreglo a ley, se emite la siguiente sentencia: I. MATE-
RIA DEL RECURSO: Se trata del recurso de casación interpuesto por el demandante Gerardo
Antonio Rosales Rodríguez contra la sentencia de vista, su fecha cinco de abril de dos mil diez, la
cual confirma la apelada que declaró infundada la demanda interpuesta por Gerardo Antonio Rosa-
les Rodríguez y fundada en parte la demanda interpuesta por María Elena Meier Gallegos, con lo
demás que contiene. II. FUNDAMENTOS DEL RECURSO: Mediante Ejecutoria Suprema del
veintisiete de setiembre de dos mil diez, se declaró procedente el recurso de casación por infracción
normativa de naturaleza procesal de los artículos VII, VIII del Título Preliminar, 82, 84 y 85 del
Código de los Niños y Adolescentes, así como de los artículos 50 inciso 6); 122 inciso 3), 188, 197,
189, 200 y 335 del Código Procesal Civil, y, artículo 139 incisos 3) y 5) de la Constitución Política
del Estado. Respecto de lo cual el recurrente denunció: a) infracción normativa de los artículos
VII y VIII del Título Preliminar del Código de los Niños y Adolescentes, señala que la Sala
Superior no menciona el fundamento jurídico por el cual establece que la finalidad del proceso de
tenencia sirve para restablecer vínculos y trato directo con una de las partes (en este caso la madre)
en desmedro de la otra, en este caso el padre, ciertamente cuando se discute la tenencia, indefecti-
blemente uno de los padres no tendrá el vínculo directo, pero la finalidad de esta institución (la te-
nencia) no es la que pretende darle la Sala Superior, sino que los niños estén con el padre que favo-
rezca su desarrollo integral. Bajo los argumentos de la Sala Superior, si los niños expresan sus
deseos de estar con el padre, como no hacen para con la madre, entonces la tenencia debe ser otor-
gada a la madre, para restablecer el vínculo con ella. Bajo este absurdo criterio, bastaría que uno de
los padres demostrara en todo proceso de tenencia que es el peor que se lleva con los hijos, para
pedir luego le entreguen la tenencia para restablecer sus vínculos, en desmedro del otro con el cual
los niños se llevan mejor. Esto no resiste el más mínimo razonamiento lógico jurídico. b) Infrac-
ción normativa del artículo 82 del Código de los Niños y Adolescentes, argumenta que cuando
se dispone en todo caso la variación de la tenencia como ocurriría en el presente caso, esta no pue-
de ser sino paulatina o progresiva de manera que no le produzca daño o trastorno al niño. Una se-
paración abrupta o inmediata de un entorno familiar continuo sería grave y perjudicial para cual-
397
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
quier niño, lo que se subsume también en el principio de interés superior del niño, que así también
ha sido vulnerado. Sin embargo, la Sala Superior ha inaplicado esta norma, sin motivar en nada su
omisión, por lo tanto su inaplicación constituye una infracción normativa vulnerando además la
tutela jurisdiccional efectiva, debido proceso y debida motivación, por lo que deviene en nula la
sentencia. c) Infracción normativa del artículo 84 inciso a) del Código de los Niños y Adoles-
centes; manifiesta que la Sala Superior no se ha pronunciado respecto a que los niños han estado
con el padre y los hermanos de este todo el tiempo, sin lapso de interrupción, lo cual constituye
inaplicación al caso concreto de la norma denunciada, en tanto no aplica al caso concreto (sin mo-
tivar su inaplicación) la norma que establece deberá tenerse en cuenta que los hijos permanecerán
con el progenitor con quien convivió mayor tiempo. Esta es una norma que obliga al juez a motivar
su resolución en relación concreta también –entre otros– a dicho criterio, ya sea para negar o no su
aplicabilidad al caso concreto. Sin embargo, lo que no se puede es callar respecto de dichas circuns-
tancias, no referirse a ellas en el caso concreto e inaplicar la norma descrita. d) Infracción norma-
tiva del artículo 85 del Código de los Niños y Adolescentes, aduce que las opiniones de los niños
son explícitas y realizadas ante psicólogos que no establecen que existe síndrome alguno, no evi-
dencia que dañe o se dude de la libre voluntad y opinión que toman de los niños, que desvirtuar
dichas opiniones recibidas, es infracción a la norma invocada. Además, resulta totalmente arbitrario
que luego se pretenda desvirtuar dichos medios de prueba por vicios no probados e imputados mu-
cho tiempo después de que se expresaron dichas opiniones. e) Infracción normativa del inciso 6)
del artículo 50 del Código Procesal Civil y del artículo 139 inciso 5 de la Constitución Política
del Estado, señala que la Sala Superior en su noveno considerando establece que la sentencia de
mérito respecto a los actos de violencia de la madre hacia sus hijos, se tiene que “en dicha fecha, la
madre se encontraba alejada de sus hijos, y por lo tanto resulta imposible que ella fuera la autora,
tanto más si se concluye que se trata de lesiones recientes. Aún más se evidencia incongruencias de
la denuncia del padre” y por lo tanto –concluye– no está probado el maltrato físico y psicológico
hacia los hijos que alega el padre. A pesar que la misma Sala Superior ya estableció en el conside-
rando octavo de la sentencia de vista, que no se puede pronunciar sobre procesos en trámite; sin
embargo, aquí si es notoriamente concluyente en contra del proceso mismo de violencia familiar de
la madre contra sus hijos, proceso de conocimiento del Tercer Juzgado Transitorio de Familia de
Lima Exp. N° 183512- 232-2007. La Sala se pronuncia desvirtuando dicha denuncia con lo que
evidencia una total parcialidad e incongruencia de la sentencia, vulnerándose las normas procesales
invocadas o infracción normativa del inciso 3) del artículo 122 del Código Procesal Civil, argumen-
ta que la Sala Superior no menciona sustento jurídico o norma para establecer que el muy discutible
(para la jurisprudencia y aun para la doctrina) síndrome de alineación parental es una prueba deter-
minante para casos de tenencia. Ciertamente, esto es infracción a la norma procesal invocada, en
tanto que la misma establece que deberá mencionarse el fundamento de derecho aplicable en cada
punto, estando que la Sala Superior no indica el fundamento de derecho para establecer cómo es
que un supuesto síndrome de alienación parental constituye prueba determinante para casos de te-
nencia. f) Infracción normativa del inciso 3 del artículo 139 de la Constitución Política del
Estado, manifiesta que para el caso concreto no se ha tenido en cuenta las pericias psicológicas de
la Madre que la describen como una persona necesitada de tratamiento; que está acreditado en autos
que se ha pedido e instado, aun con informes periciales, que la madre debe llevar un tratamiento
para modificar sus propios malos hábitos y comportamiento para cumplir su rol de madre; tampoco
han sido referidos en la sentencia a pesar que fue materia de apelación y aquí se ha vulnerado fla-
grantemente la norma denunciada. Ciertamente la Sala Superior debe motivar su sentencia, en el
sentido de la exigencia constitucional que se entiende contiene que además el juez deberá señalar y
articular motivadamente, en la argumentación de lo decidido los hechos fundantes de los cuales se
tiene conocimiento imparcialmente, no remitiéndose a la fundamentación de una mínima aprecia-
ción de todos los hechos manifiestamente pertinentes. g) Infracción normativa de los artículos
188, 189, 197, 200 y 355 del Código Procesal Civil, argumenta que antijurídicamente la Sala
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PATRIA POTESTAD
399
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
es el derecho de obtener de los órganos judiciales una respuesta razonada, motivada y congruente
con las pretensiones oportunamente planteadas por las partes en cualquier clase de procesos, lo que
garantiza que los jueces justifiquen sus decisiones asegurando la sujeción de la potestad de admi-
nistrar justicia a la Constitución y a la Ley, así como un adecuado ejercicio del derecho de defensa
de los justiciables. Sexto.- Que, la motivación de las resoluciones judiciales tiene una doble conno-
tación, pues, de un lado es un deber de quienes administran justicia, y de otro, es un derecho de los
justiciables y de la sociedad en su conjunto. Desde la óptica del deber, exige que los jueces expresen
en la resolución, en forma lógica y razonada, el proceso mental desarrollado a fin de resolver la litis
sometida a conocimiento. En relación a este aspecto, resulta importante anotar que no es relevante
la extensión de la motivación siempre y cuando la resolución se encuentre aparejada de fundamen-
tación fáctica y jurídica, congruencia entre lo pedido y lo resuelto y por sí misma exprese suficien-
te justificación de la decisión adoptada. Dada la trascendencia del deber de motivación de las reso-
luciones judiciales, a su vez recogido por el artículo 12 del Texto Único Ordenado de la Ley
Orgánica del Poder Judicial(5), el ordenamiento procesal civil por los artículos 50 inciso 6) y 122(6)
sanciona con nulidad aquellas resoluciones que contravienen el referido precepto constitucional.
Sétimo.- Que, en relación a cómo determinar si estamos frente a una resolución carente de motiva-
ción, el Tribunal Constitucional resulta enfático al establecer que: “(...) el análisis de si en una de-
terminada resolución judicial se ha violado o no el derecho a la motivación de las resoluciones ju-
diciales debe realizarse a partir de los propios fundamentos expuestos en la resolución cuestionada,
de modo que las demás piezas procesales o medios probatorios del proceso en cuestión solo pueden
ser evaluados para contrarrestar las razones expuestas, mas no pueden ser objeto de una nueva
evaluación o análisis (...); el derecho a la debida motivación de las resoluciones judiciales es una
garantía del justiciable frente a la arbitrariedad judicial y garantiza que las resoluciones judiciales
no se encuentren justificadas en el mero capricho de los magistrados, sino, en datos objetivos que
proporciona el ordenamiento jurídico o los que se deriva del caso (...)”(7). Octavo.- Que, precisado
el marco conceptual corresponde entonces analizar las infracciones normativas denunciadas por el
recurso extraordinario. En ese sentido, en relación a la presunta infracción normativa del inciso
6) del artículo 50 del Código Procesal Civil, así como de los incisos 3) y 5) del artículo 139 de
la Constitución Política del Estado, no se corrobora la alegada vulneración al principio de con-
gruencia procesal y, por ende, al deber de motivación de las resoluciones judiciales y al debido
proceso, por cuanto en los considerandos octavo y noveno el ad quem justifica la decisión de otor-
gar la tenencia y custodia de los niños xxx y zzz a doña María Elena Meier Gallegos en mérito a la
contrastación de los fundamentos de las demandas de tenencia acumuladas y el caudal probatorio
aportado al proceso, lo que conlleva a la Sala Superior a determinar, de un lado, que el origen y
(5) Artículo 12.- Todas las resoluciones, con exclusión de las de mero trámite, son motivadas, bajo respon-
sabilidad, con expresión de los fundamentos en que se sustentan. Esta disposición alcanza a los órganos
jurisdiccionales de segunda instancia que absuelven el grado, en cuyo caso, la reproducción de los fun-
damentos de la resolución recurrida, no constituye motivación suficiente.
(6) Artículo 50.- Son deberes de los Jueces en el proceso: (...) 6. Fundamentar los autos y las sentencias, bajo
sanción de nulidad, respetando los principios de jerarquía de las normas y el de congruencia.
Artículo 122.- Las resoluciones contienen: (...) 3. La mención sucesiva de los puntos sobre los que versa
la resolución con las consideraciones, en orden numérico correlativo, de los fundamentos de hecho que
sustentan la decisión, y los respectivos de derecho con la cita de la norma o normas aplicables en cada
punto, según el mérito de lo actuado. (...) La resolución que no cumpliera con los requisitos antes seña-
lados será nula, salvo los decretos que no requerirán de los signados en los incisos 3, 5 y 6, y los autos
del expresado en el inciso 6. La sentencia exigirá en su redacción la separación de sus partes expositiva,
considerativa y resolutiva (...).
(7) Fundamentos jurídicos 6 y 7 de la sentencia recaída en el Exp. N° 00728-2008-PHC/TC-Lima.
400
PATRIA POTESTAD
naturaleza de los problemas familiares que condujeron a la separación física de los cónyuges y la
actitud del padre de separar a la madre de sus hijos son las diversas agresiones físicas y psicológicas
sufridas por la cónyuge; y; de otro, que no está probado el maltrato físico y psicológico alegado por
el padre, ergo, no es que se emite pronunciamiento sobre procesos en trámite, sino que se valoran
pruebas admitidas en la continuación de la audiencia única de fojas seiscientos ochenta y uno y
seiscientos ochenta y dos, en relación a la demanda interpuesta por Gerardo Antonio Rosales Ro-
dríguez (Exp. N° 183516-2007-22) y la demanda interpuesta por María Elena Meier Gallegos (Exp.
N° 183507-2007-78). Noveno.- Que, resulta importante enfatizar, que dada la naturaleza específica
del recurso extraordinario de casación no corresponde la revaloración de los medios probatorios;
por lo tanto, no resulta atendible pretender el reexamen de las pericias médicas practicadas a doña
María Elena Meier Gallegos. Asimismo, es de resaltar que acorde a lo estipulado por el artículo 366
del Código Procesal Civil, corresponde al apelante indicar el error de hecho o de derecho incurrido
en la resolución impugnada, precisando la naturaleza del agravio y sustentando su pretensión im-
pugnatoria; en dicho contexto, si bien el recurrente sostiene que la sentencia de vista ha omitido
pronunciamiento respecto de que no se tuvieron en cuenta las pericias psicológicas de la madre que
presuntamente determinan que debe someterse a un tratamiento para modificar sus hábitos y com-
portamiento, lo cierto es que del recurso de apelación de fojas mil seiscientos doce a mil seiscientos
veintiuno, subsanado a fojas mil seiscientos veintiocho, se desprende que si bien se establece como
agravio que: “No se ha acreditado que la demandante haya modificado sus propios malos hábitos de
conducta, con la finalidad de convertirse en el mejor referente, guía y modelo para sus hijos, como
arrojan las conclusiones de los informes”, este agravio no ha sido sustentado ni acreditado por el
recurrente, pues a lo largo de su recurso de apelación no establece el sustento probatorio que acre-
dite la conducta y/o hábitos inadecuados que atribuye a la demandante, lo cual relevó a la Sala
Superior a emitir pronunciamiento sobre este extremo. Más aún cuando en el considerando Décimo
Noveno de la sentencia de primera instancia se expresa que: “El codemandante (Gerardo Antonio
Rosales Rodríguez) no ha probado los cargos de violencia, abandono y conducta inadecuada atri-
buidos a la madre, disponiéndose que, para el restablecimiento de la relación de la madre y los niños
y la facilitación de un régimen de visitas favorable con el padre, todos los miembros de la familia
se sometan a una terapia psicológica en el Programa Mamis del Hospital del Niño, donde se ha
advertido la afectación que los niños presentan por encontrarse inmersos en el conflicto familiar,
conforme se ha señalado en sus evaluaciones psicológicas”. Siendo así, la conducta o hábitos nega-
tivos atribuidos a la demandante es un aspecto que ya fue analizado por la sentencia de primera
instancia, y que si bien su reexamen constituyó uno de los agravios del recurso de apelación, el re-
currente no cumplió con sustentar su pretensión impugnatoria como lo ordena el citado artículo 366
del Código Procesal Civil, con lo cual la Sala Superior no tenía la obligación de emitir nuevo pro-
nunciamiento sobre este aspecto. Sin perjuicio de lo anterior, cabe precisar que de la lectura de la
sentencia de vista en la misma se realiza un análisis exhaustivo respecto al supuesto abandono de
hogar por parte de la demandante y los supuestos actos de violencia física y psicológica de la madre
demandante contra sus hijos menores de edad, conductas negativas que el demandante atribuye a la
demandada, sobre lo cual la Sala Superior concluye en el octavo considerando que la demandada se
vio obligada a retirarse del hogar conyugal por los continuos maltratos físicos y psicológicos que
padeció por causa del demandante, que la demandada intentó retornar y recuperar la tenencia de sus
hijos menores de edad en diversas oportunidades, siendo impedida de hacerlo; además, la Sala
Superior en su noveno considerando concluye que no se encuentra probado el maltrato físico y
psicológico hacia los hijos por parte de la demandada, como alegó el padre demandado. En conse-
cuencia, estos aspectos, que forman parte de las conductas negativas atribuidas a la demandante han
sido analizadas y descartadas en la sentencia de vista, por lo que no se advierte infracción normati-
va al deber de motivación de las resoluciones judiciales alegadas por el recurrente. Por otro lado, se
advierte de fojas mil novecientos ochenta y seis a mil novecientos noventa y uno, la sentencia de
fecha veinticuatro de noviembre de dos mil nueve, emitida por el Tercer Juzgado Transitorio de
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
Familia de Lima, en el proceso de violencia familiar seguido contra María Elena Meier Gallegos
por maltrato físico en agravio de los menores zzz y xxx, la misma que declara fundada la demanda,
sobre la base del Certificado Médico Legal N° 001465-VFL, practicado a la menor xxx el nueve de
enero de dos mil siete, y el Certificado Médico Legal N° 001467-CFL practicado al menor zzz el
nueve de enero de dos mil siete, que dan cuenta que los referidos menores presentan lesiones leves
recientes. Confrontando estos hechos con lo reseñado en la sentencia de vista, se advierte que los
actos de violencia determinados por el Tercer Juzgado de Familia de Lima, son los mismos hechos
alegados por el demandante referidos a los actos de violencia de madre hacia sus hijos acaecidos
después del tres y cinco de enero de dos mi siete, actos que en este presente proceso el demandante
ha pretendido acreditar con los mismos certificados médicos citados por la sentencia del Tercer
Juzgado de Familia de Lima, certificados médicos que en el presente proceso se encuentran a fojas
doscientos noventa y ocho a trescientos del expediente acumulado N° 183507-2007-00078-0 sobre
tenencia y régimen de visitas interpuesto por María Elena Maier Gallegos con Gerardo Antonio
Rosales Rodríguez. Al respecto, en la sentencia de vista se llega a la siguiente conclusión: “En
cuanto a los actos de violencia de la madre hacia sus hijos, que el apelante alega se tiene que des-
pués de los hechos del tres y cinco de enero del año dos mil siete, el padre la denunció por violencia
familiar; por lesiones que se recogen en los certificados médicos de hojas doscientos noventa y
ocho a trescientos del acumulado, fechados el nueve de enero del año dos mil siete. Sin embargo,
resulta que en dicha fecha, la madre se encontraba alejada de sus hijos, y por lo tanto resulta impo-
sible que ella fuera la autora, tanto más si se concluye que se trata de lesiones recientes”. En conse-
cuencia, los actos de violencia a que se refiere la sentencia de fojas mil novecientos ochenta y seis
a mil novecientos noventa y uno, han sido analizados y descartados por la sentencia de vista recu-
rrida. Décimo.- Que, en relación a la infracción normativa de los artículos 122 inciso 3), 188,
189, 197, 200 y 355 del Código Procesal Civil, debe merituarse que conforme se desprende del
considerando décimo segundo de la resolución recurrida la Sala justifica la prescindencia de la
evaluación psicológica a los niños xxx y zzz ordenada por resolución de fojas mil setecientos vein-
tiséis en razón al resultado del informe emitido por el Equipo Multidisciplinario de fojas mil ocho-
cientos cincuenta y cuatro a mil ochocientos cincuenta y ocho, el cual es valorado por la Sala Supe-
rior como prueba determinante de la decisión adoptada; vale decir, la Sala no consideró al síndrome
de alienación parental como prueba determinante para resolver los casos de tenencia, sino que en el
contexto de valoración de la prueba y atendiendo a que el presente proceso versa sobre un problema
humano en el que están involucrados niños, cuya solución no puede dilatarse, deben privilegiarse
los artículos VIII y IX del Título Preliminar del Código de los Niños y Adolescentes, referidos, de
un lado, a la correcta aplicación de los principios, derechos y normas establecidos en el Código de
los Niños y Adolescentes y la Convención sobre los Derechos del Niño, y de otro, al principio del
interés superior del niño, conforme se aprecia de la motivación de la resolución de fojas mil ocho-
cientos cincuenta y nueve, donde se determinó que: “Por recibido en la fecha, el informe remitido
por el Equipo Multidisciplinario adscrito a la Corte Superior de Justicia de Lima y estando a los
términos expuestos, a efectos de no dilatar el proceso en tanto que requieren una pronta administra-
ción de justicia, de conformidad con los artículos VIII y IX del Título Preliminar del Código de los
Niños y Adolescentes; Dispusieron: Prescindir del medio probatorio ordenado mediante resolución
número once (...)”; por consiguiente, queda desvirtuada la alegada vulneración del artículo 122 in-
ciso 3) del Código Adjetivo. Undécimo.- Que, respecto a la valoración de la prueba, conviene
precisar que el artículo 197 del Código Procesal Civil consagra el sistema de la libre apreciación de
las pruebas, según el cual corresponde al Juzgador merituadas en forma conjunta utilizando su
apreciación razonada. En orden a lo expresado, es derecho del justiciable, en el marco del derecho
constitucional probar, que las pruebas –cuya finalidad a tenor de lo establecido por el artículo 188
del mismo cuerpo de leyes es acreditar los hechos expuestos por las partes y producir certeza en el
Juez respecto de los puntos controvertidos– sean valoradas en la sentencia en forma adecuada y con
la motivación debida, sin embargo, debe tenerse presente que en la resolución solo deben ser expresadas
402
PATRIA POTESTAD
las valoraciones esenciales y determinantes que sustentan la decisión. Duodécimo.- Que, en los
considerandos décimo tercero, décimo cuarto, décimo quinto y décimo sexto la Sala valora el infor-
me del Equipo Multidisciplinario de fojas mil ochocientos cincuenta y cuatro a mil ochocientos
cincuenta y ocho en consonancia con lo advertido por sus profesionales miembros que lo suscriben,
recogiendo la conclusión de los psicólogos en el sentido que los niños evaluados “sufren del síndro-
me de alienación parental”. De igual forma, se glosan los adjetivos calificativos utilizados por los
niños y los aspectos más saltantes del citado informe, todo lo cual conlleva a la autoridad jurisdic-
cional a concluir que los niños necesitan restablecer el vínculo con la madre y tener un trato directo
con aquella, a fin de reencauzar una mejor relación filiomaternal. Décimo Tercero.- Que, en dicho
contexto, no se advierte infracción del derecho a probar, previsto en los artículos 188, 189, 197 y
200 del Código Procesal Civil, como tampoco del artículo 355 del mismo cuerpo de leyes, toda vez
que la Sala justifica lógica y razonadamente tanto el motivo de la prescindencia del informe psico-
lógico previamente ordenado en autos, como la valoración del caudal probatorio aportado al proce-
so, expresando a lo largo de los considerandos la ratio decidendi de la conclusión. Al respecto, se
advierte además que el Informe Psicológico N° 030-HNCH-MAMIS-2010, su fecha abril de dos
mil diez, obrante a fojas dos mil trescientos setenta y cinco, consistente en la evaluación psicológi-
ca de los menores zzz y xxx, emitida por la licenciada Belú Acuña Mayhue del Hospital Cayetano
Heredia, que concluye que los referidos menores no presentan el síndrome de alienación parental,
fue remitido por el Director del referido Hospital cuando la Sala Superior ya había prescindido de
este medio probatorio conforme se advierte de la resolución veintiuno de once de noviembre de dos
mil nueve, la cual obra a fojas mil ochocientos cincuenta y nueve, la misma que no fue impugnada.
Asimismo, se constata que el referido informe psicológico del Hospital Cayetano Heredia fue pre-
sentado a la Sala Superior mediante oficio recibido el cuatro de mayo de dos mil diez, casi un mes
después de haberse emitido la sentencia de vista, por consiguiente, no fue posible someterlo a un
análisis pues anteladamente se prescindió de dicho medio probatorio, además de haber sido recibi-
do extemporáneamente. Sin perjuicio de lo expuesto, cabe precisar que en todo caso el citado Infor-
me Psicológico N° 030-HNCH-MAMIS-2010 emitido por el Hospital Cayetano Heredia, no enerva
las conclusiones arribadas en el informe del Equipo Multidisciplinario de fojas mil ochocientos
cincuenta y cuatro a mil ochocientos cincuenta y ocho, pues existe contradicción entre los resulta-
dos del análisis practicado y la conclusión, por un lado, en relación del menor zzz se dice: “Emo-
cionalmente evidencia poco control de sus impulsos, rasgos de ansiedad, dificultad para establecer
contactos sociales e inestabilidad emocional, en relación a su dinámica familiar percibe al padre
como figura significativa, en cuanto a la figura materna no es percibida como parte de la familia,
evidenciando distanciamiento emocional”; y, respecto a la menor xxx, en la parte de resultados del
informe se establece que: “En el área emotiva evidencia rasgos de impulsividad, necesidad de apro-
bación y afecto. (...) En relación al padre lo percibe como figura de autoridad, en cuanto a la figura
materna se encuentra exceptuada, mostrando rechazo hacia la misma”. En consecuencia, para la
psicóloga Belu Acuña Mayhua, que suscribe el referido informe, los menores presentan rasgos
emocionales inestables y distanciamiento emocional hacia la madre, empero, sin mayor fundamen-
to y en contradicción a lo anteriormente referido, se concluye que los menores no evidencian sín-
drome de alineación parental, sin embargo, en la sentencia de vista extensamente se hace referencia
extensamente al informe del Equipo Multidisciplinario de fojas mil ochocientos cincuenta y cuatro
a mil ochocientos cincuenta y ocho: “(...) existe un régimen de visitas provisional que se ha super-
visado a través de Psicólogos del Registro de Peritos Judiciales y del Equipo Multidisciplinario
conformado por profesionales psicólogos adscritos al área de familia de esta Corte Superior de
Justicia de Lima. En un primer momento llevado a cabo al interior del domicilio del padre, y luego,
por las dificultades existentes que tampoco fueron superadas, en los ambientes en donde funciona
dicho equipo. Con relación a la primera etapa corren de folios sesenta a sesenta y seis, los informes
psicológicos (...) en los cuales consta el comportamiento y actitud asumida por xxx y zzz respecto
a su madre. Así, en todas las visitas demostraron una falta de respeto, a través de frases humillantes
403
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
y carentes de afecto, que en más de una ocasión fueron proferidas delante del padre sin que este
asumiera ningún tipo de actitud constructiva de la relación materno filial”. Debido a lo cual se or-
dena que las visitas se realicen en ambientes privados del área psicológica del Equipo Multidisci-
plinario. Así, conforme al informe de fojas mil ochocientos cincuenta y cuatro a mil ochocientos
cincuenta y ocho, precisan que la conducta de los menores no ha variado. Concluyendo que esa
conducta no es acorde con la inculcación correcta de los valores que les sirvan en su formación
como personas, las sesiones se han caracterizado por una actitud hostil e irrespetuosa de los niños
hacia su madre. Refiere además la sentencia de vista: “Todo ello demuestra la existencia de trastor-
nos en su personalidad así como la falta de educación y formación en valores que permitan un de-
sarrollo integral, normal y adecuado a su condición de personas menores de edad (...) los hechos así
descritos, llevan a los psicólogos a considerar que se trata de niños alienados, es decir, que sufren
del síndrome de alienación parental, es un proceso de obstrucción del vínculo entre los hijos y uno
de sus progenitores que se genera primordialmente en el contexto de las disputas por tenencia”. Por
lo que el Equipo Multidisciplinario llega a la conclusión de que los niños necesitan restablecer el
vínculo con la madre, tener un trato directo con la progenitora a fin de reencauzar una mejor rela-
ción maternal que resulta determinante para su desarrollo personal, tanto más si no se encuentra
impedida de ejercer su rol maternal. Con lo cual, en la sentencia de vista ha quedado acreditado que
los menores zzz y xxx sufren del síndrome de alienación parental, que es un proceso de obstrucción
del vínculo entre los hijos y uno de sus progenitores que se genera primordialmente en el contexto
de las disputas por tenencia y que este síndrome ha sido ocasionado por el demandado y su entorno
familiar. Esta conclusión a la que arriba la Sala Superior no solo se deriva del citado informe del
Equipo Multidisciplinario, sino de las evaluaciones psicológicas de fojas sesenta a sesenta y seis del
expediente acompañado N° 183516-2007-00022-71, sobre proceso cautelar sobre variación del ré-
gimen de visitas en los seguidos por María Elena Meier Gallegos con Gerardo Antonio Rosales
Rodríguez. Décimo Cuarto.- Que, de otro lado, en relación a la infracción normativa de los
artículos 82, 84 y 85 del Código de los Niños y Adolescentes, se debe tener en cuenta que las re-
feridas normas establecen las pautas a observar en caso de variación de la tenencia; los criterios
orientadores para la determinación de la tenencia y custodia, así como la obligación del juez de
hacer prevalecer la opinión del niño en procesos de esta naturaleza. La tenencia y custodia de los
hijos, es un atributo derivado del ejercicio de la patria potestad, conforme se desprende del inciso
e) del artículo 74 del Código de los Niños y Adolescentes, que favorece, además de la crianza del
hijo, el desarrollo y fortalecimiento de la relación paterno-filial, corresponde a ambos padres; no
obstante, de mediar una separación, los padres son los inmediatamente legitimados a determinarla
de común acuerdo, caso contrario, o de resultar perjudicial la acordada, será el Juez Especializado
el que lo decida en atención a lo que resulte más beneficioso para el hijo, esto es, desde la perspec-
tiva de la aplicación del principio del interés superior del niño. Décimo Quinto.- Que, el principio
del interés superior del niño forma parte del bloque de constitucionalidad que recoge el artículo 4
de la Constitución Política del Estado, constituyendo uno de los pilares, además de criterio rector,
de la administración de justicia especializada en niñez y adolescencia, cuyo fundamento esencial es
que toda decisión se justifique en el bienestar del niño, niña o adolescente involucrado en una con-
troversia, cualquiera que fuera su naturaleza. En orden a lo expresado, resulta evidente que en los
procesos de tenencia y custodia, donde los padres pugnan por ejercer en forma exclusiva y exclu-
yente, el cuidado y responsabilidad del hijo, dicho principio con mayor motivo debe ser la fuente
inspiradora de la decisión. Décimo Sexto.- Que, el Tribunal Constitucional respecto a la tenencia y
custodia ha señalado: “(...) el disfrute mutuo de la convivencia entre padres e hijos constituye una
manifestación del derecho del niño a tener una familia y no ser separado de ella, y que aun cuando
los padres estén separados de sus hijos impone que la convivencia familiar deba estar garantizada,
salvo que no exista un ambiente familiar de estabilidad y bienestar y que la autoridad que se le re-
conoce a la familia no implica que esta pueda ejercer un control arbitrario sobre el niño, que pudie-
ra generar un daño para su bienestar, desarrollo, estabilidad integridad y salud. En este sentido, el
404
PATRIA POTESTAD
niño necesita para su crecimiento y bienestar del afecto de sus familiares, especialmente de sus
padres, por lo que impedírselo o negárselo sin que existan razones determinantes en función del
interés superior de aquel, entorpece su crecimiento y puede suprimirle los lazos afectivos necesa-
rios para su tranquilidad y desarrollo integral, así como generar la violación de su derecho a tener
una familia. (Cfr. Exp. N° 1817-2009-HC, fundamentos 14-157) (...)”. Asimismo, el Tribunal
Constitucional, sobre la base del derecho a crecer en un ambiente de afecto y de seguridad moral y
material, reconocido en el Principio 6 de la Declaración de los Derechos del Niño, que establece el
“niño, para el pleno y armonioso desarrollo de su personalidad necesita de amor y comprensión.
Siempre que sea posible deberá crecer al amparo y bajo la responsabilidad de sus padres y, en todo
caso, en un ambiente de afecto y seguridad moral y material”, ha entendido que el Estado, la socie-
dad y la comunidad asumen la obligación de cuidar, asistir y proteger al niño para procurar que
tenga un nivel de vida adecuado y digno para su desarrollo físico, psíquico, afectivo, intelectual,
ético, espiritual y social. Así, la eficacia de este derecho pone de relieve la importancia de las rela-
ciones parentales, toda vez que los padres son los primeros en dar protección y amor a sus hijos, así
como en satisfacer sus derechos. Sin embargo, ello no puede impedirle ni restringirle su derecho a
mantener de modo regular relaciones personales y contacto directo con el padre separado. En este
sentido, el artículo 9.3 de la Convención sobre los Derechos del Niño establece que los Estados
Partes tienen el deber de respetar “el derecho del niño que esté separado de uno o de ambos padres
a mantener relaciones personales y contacto directo con ambos padres de modo regular, salvo si ello
es contrario al interés superior del niño”. Al respecto es necesario precisar que el deber de respeto
referido no solo debe ser cumplido por el Estado, sino también por la familia, la sociedad y la co-
munidad. (Cfr. Exp. N° 1817-2009-HC, fundamentos 18-20)(8). Décimo Sétimo.- Que, como es de
advertir, se recalca el derecho de los niños, niñas y adolescentes a vivir, crecer y desarrollarse en el
seno de su familia, especialmente bajo el cuidado de sus padres, en un ambiente en el que prime el
afecto y su tranquilidad emocional; sin embargo, si por causas diversas deben vivir en forma sepa-
rada a uno de sus padres, tienen el derecho de mantener con dicho progenitor el contacto necesario
que asegure su desarrollo integral. Décimo Octavo.- Que, el artículo 84 del mismo cuerpo de leyes
delimita algunos criterios orientadores, mas no determinantes, a ser tenidos en cuenta por el Juzga-
dor a fin de dilucidar cuál de los padres ejercerá en forma exclusiva y excluyente la tenencia y
custodia del hijo. De esta forma, establece criterios como: a) El tiempo de convivencia del hijo con
los padres; b) La edad del hijo; están supeditados a su vez a que la tenencia y custodia .del hijo re-
caiga en el progenitor que mejor garantice el derecho del niño, niña o adolescente a mantener con-
tacto con el otro progenitor. Un aspecto que cabe resaltar, es la obligación del juez, en procesos
como este, de escuchar la opinión del niño y tomar en cuenta la del adolescente a efectos de formar
convicción de la decisión a adoptar, lo que resulta coherente con lo establecido por el artículo 9 del
Código de los Niños y Adolescentes. En ese sentido, debe merituarse que la premisa de la variación
de la tenencia es que no produzca daño o transtorno al niño, de allí que por mandato legal, en prin-
cipio, debe ser progresiva; sin embargo, la excepción prevista por la misma norma es la concurren-
cia de determinadas circunstancias, que impliquen peligro a la integridad de los hijos, en cuyo caso
la decisión debe cumplirse inmediatamente. Décimo Noveno.- Que, al respecto, la Sala Superior en
su considerado décimo sexto, glosa las conclusiones del informe de los psicólogos del Equipo Mul-
tidisciplinario, en el sentido de que: “no se aprecia un interés genuino del padre ni la familia pater-
na por mejorar la relación emocional entre los niños y su madre, las características apreciadas se
corresponden con los rasgos esperados en un Síndrome de Alienación Parental, siendo el entorno
paterno quien está colaborando con mantener negativa la imagen materna; se aprecia a unos niños
405
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
con poco respeto por las normas y figuras de autoridad, cuyos valores morales también se ven mer-
mados, lo que, sumado a la actitud hostil y ausencia de culpa por las ofensas hacia su madre, po-
drían ocasionar a largo plazo dificultades emocionales profundas en los niños”, para luego concluir
que: “los niños involucrados necesitan restablecer el vínculo con la madre, tener un trato directo
con su progenitora a fin de reencauzar una mejor relación maternal que resulta determinante para su
desarrollo personal, tanto más si no se encuentra impedida de ejercer su rol maternal”. Vigésimo.-
Que, la conclusión antedicha alude a que los niños evaluados presentan el denominado “Síndrome
de Alienación Parental”, que según los estudios aportados por la doctrina, en especial por Richard
Gardner(9) y Aguilar Cuenca(10), puede ser definido como: 1) El establecimiento de barreras contra
el progenitor que no detenta la custodia del hijo; 2) La manipulación ejercida por un padre sobre su
hijo a fin de que rechace la figura del otro progenitor; y, 3) Programación del hijo para que sin jus-
tificación odie al otro progenitor. El síndrome de alienación parental es catalogado por C. Segura y
otros(11) como un tipo de violencia o maltrato emocional de los padres a sus hijos, cuyo origen es la
separación y consiguiente disputa de los padres por la tenencia y custodia de aquellos. Vigésimo
Primero.- Que, la Sala acorde a la referida conclusión pondera la necesidad de que los niños resta-
blezcan inmediatamente vínculos afectivos con su progenitora, tanto más de la alerta ante el peligro
de que sufran daños emocionales profundos como consecuencia del “síndrome de alienación paren-
tal” propiciado por el padre biológico y la familia paterna; como tal, no se contraviene el artículo
82 del Código de los Niños y Adolescentes, sino que, por el contrario, se prioriza en forma implíci-
ta el principio del interés superior del niño. En este extremo, debemos señalar que la autoridad pa-
rental, como manifestación del ejercicio de la patria potestad, y, por ende, de la tenencia y custodia,
no supone, como así lo ha señalado el Tribunal Constitucional por la sentencia precedentemente
invocada, la crianza o el control arbitrario del niño, peor aún si esto implica atentar contra una di-
versidad de derechos fundamentales, como el derecho a la integridad, el derecho al desarrollo de la
personalidad, el derecho a vivir en un ambiente sano y crecer en un ambiente de afecto y seguridad
moral y material. Vigésimo Segundo.- Que, es necesario añadir a lo precedentemente señalado que
el Ad quem resalta hechos que constituyen consideraciones especiales que justifican que la varia-
ción de la tenencia no sea progresiva, sino, inmediata, como: 1) La declaración testimonial de
María Luisa Uribe Escalante, profesora de la niña xxx, en el Colegio de la Cruz de Ica, quien relató
que en una oportunidad la niña le refirió que “(...) cuando su señora madre salía a estudiar a ella y
a su hermanito los mandan a dormir en el cuarto y les apagaban las luces y que en una oportunidad
la menor cuando salió del cuarto por temor a la oscuridad vio a su padre y a su hermanita yyy des-
nudos y en una cama (...)” (considerando octavo); 2) La testimonial de Olimpia Ñaupas Auris,
empleada del hogar cuando la familia residía en Luren, Ica, quien refirió que: “(...) una vez me
(9) GARDNER, Richard, “Recent trends in divorce and custody litigation”. En: Academy Forum. N° 29, Año
1985, pp. 3-7.
(10) AGUILAR CUENCA, José Manuel. Síndrome de Alienación Parental. Hijos manipulados por un cónyuge
para odiar al otro. Editorial Almuraza, Córdoba, 2004. Este autor considera que: “El Síndrome de Alie-
nación Parental (SAP) se define como un desorden que surge en el contexto de las disputas por la custo-
dia de los hijos, siendo su primera manifestación, la campaña de difamación injustificada contra una fi-
gura parental por parte del hijo, fenómeno que resulta del sistemático adoctrinamiento de uno de los pro-
genitores y de la propia contribución del hijo a la denigración del progenitor rechazado”. (Cf., p. 65).
(11) SEGURA C, GIL, M.J., y SEPÚLVEDA. “El Síndrome de alienación parental: una forma de maltrato in-
fantil”. En: Cuaderno de Medicina Forense. N° 43-44, abril 2009, pp. 117-128. Estos autores concluyen
que: “No garantizar y obstaculizar el derecho fundamental del menor de mantener sus afectos y víncu-
los emocionales con sus progenitores y familiares, es una forma de maltrato que le provoca un daño a su
bienestar y desarrollo emocional”. (Cf., p. 127).
406
PATRIA POTESTAD
encontraba limpiando el cuarto de las niñas, es que escuchó a la menor yyy le estaba pegando el
señor y le decía ‘desde cuándo, desde cuándo y al terminar salgo de la habitación y seguir limpian-
do (...) me encontraba limpiando la cocina, veo que la menor sale del cuarto y se dirige al baño de
visita y al poco rato sale el señor y también se dirige al mismo baño y se demoraron largo rato, en
eso sale el señor (...) como a los diez minutos sale la menor del baño (...) me percato que la parte de
atrás de la menor tenía una mancha blanca y esto se notaba porque la menor estaba con buzo negro
y estaba mojado y era semen (...)” (considerando octavo); y, 3) que, del análisis y valoración del
informe emitido por el Equipo Multidisciplinario se desprende que “(...) sorprende que la conducta
de los menores de edad no haya variado en lo absoluto, antes bien se observa que ha recrudecido
respecto al trato denigrante y humillante hacia la madre” (considerando décimo tercero). Vigésimo
Tercero.- Que, en tal contexto, se advierten circunstancias referenciales que suponen grave peligro
para la integridad de los niños xxx y zzz: 1) La imputación de que el padre, ahora demandante,
habría incurrido en actos contra la libertad sexual en agravio de una menor de edad –hermana de sus
hijos por la línea materna– lo que pone en tela de juicio el cumplimiento de su rol paterno y su
comportamiento en relación a la indemnidad sexual de sus hijos; y, 2) A pesar de los esfuerzos
realizados para que con motivo del régimen de visitas la relación entre madre e hijos mejore, los
hechos demuestran lo contrario, la relación materno-filial se resquebraja cada vez más, lo que de-
muestra indiscutiblemente que el síndrome de alienación parental provocado por el padre y la fami-
lia paterna sigue incidiendo negativamente en el desarrollo e integridad emocional de los niños.
Aspecto que se pone de manifiesto en el considerando décimo sétimo de la sentencia de vista,
donde analizando el dictamen del Fiscal Superior de fojas mil setecientos, pondera que: “(...) si bien
fundamenta su posición en los informes sicológicos corrientes en hojas setecientos cincuenta y
ocho a setecientos cincuenta y nueve, que señala que la menor xxx ‘prefiere vivir con su padre’ (...),
asimismo en el informe psicológico de folios setecientos sesenta a setecientos sesenta y uno, prac-
ticado al niño zzz, (...) ‘prefiriendo la del padre’. Dichas declaraciones en el contexto de alienación
parental deben ser tomadas con reserva. En este sentido, además, se hace una ponderación del de-
recho de opinión previsto en el artículo 85 del Código de los Niños y Adolescentes con el derecho
a no ser separados de sus padres y a mantener relaciones personales y contacto directo adecuado
con ellos, tal como lo consagra los artículos 9 y 10 de la Convención sobre los Derechos del Niño.
De tal manera que este colegiado no puede priorizar el otorgamiento de la tenencia y custodia a
quien no ha observado y garantizado dicho derecho de los niños (...)”. Con lo cual, las declaraciones
realizadas por los menores respecto a que prefieren vivir con su padre, deben ser ponderadas en el
contexto de alienación parental, por lo que deben ser tomadas con reserva, pues como se ha preci-
sado en los considerandos vigésimo y vigésimo primero, la figura materna frente a los menores ha
sido mermada, siendo necesario que se restablezcan los vínculos materno-filiales. Asimismo, como
también se ha precisado, los criterios previstos por el del Código de los Niños y Adolescentes, son
orientadores, mas no determinantes, de la decisión; en consecuencia, la recurrida no infringe el ar-
tículo 84 del Código de los Niños y Adolescentes, por el contrario, la interpreta y aplica teniendo
como parámetro qué es lo más beneficioso para los niños. Vigésimo Cuarto.- Que, en relación a la
infracción del artículo 85 del Código de los Niños y Adolescentes, debe tenerse en cuenta que si
bien lo expresado por los niños y adolescentes en un proceso de tenencia y custodia debe ser espe-
cialmente apreciado por el juzgador, no menos cierto es que la decisión final debe tener como sus-
tento, además de la opinión de estos, qué es lo más beneficioso para el desarrollo integral del niño,
niña o adolescente; de allí la importancia de la correcta valoración del caudal probatorio aportado
al proceso en aras de determinar: a) Cuál de los padres es el mejor capacitado para ejercer la tenen-
cia y custodia de sus hijos; y, b) Cuál de los padres es el que garantizará el derecho del niño, niña o
adolescente a mantener contacto con el otro progenitor. En lo que a este extremo se refiere, el ad
quem mediante el considerando décimo sétimo efectúa una ponderación del derecho de opinión de
los niños con el derecho a no ser separados de sus padres y a mantener relaciones personales y
contacto directo con ellos, llegando a la conclusión que no se puede “priorizar el otorgamiento de
407
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
la tenencia y custodia a quien no ha observado ni garantizado dicho derecho de los niños (...)”, lo
que resulta congruente con lo establecido por el último párrafo del artículo 84 del Código de los
Niños y Adolescentes y que en modo alguno puede catalogarse como vulneración del debido pro-
ceso o de la tutela procesal efectiva. Vigésimo Quinto.- Que, igualmente, se alega infracción
normativa de los artículos VII y VIII del Título Preliminar del Código de los Niños y Adoles-
centes, referentes a la obligación de los operadores de justicia de interpretar y aplicar dicho cuerpo
o conforme a los principios y las disposiciones de la Constitución Política del Perú, la Convención
sobre los Derechos del Niño y de los demás convenios internacionales ratificados por el Perú; así
como al deber del Estado, la familia, las instituciones públicas y privadas y las organizaciones de
base, de promover la correcta aplicación de los principios, derechos y normas establecidos en el
Código de los Niños y Adolescentes y en la Convención sobre los Derechos del Niño. Sobre el
particular, del análisis de la sentencia cuestionada se colige que dichas normas no han sido vulne-
radas por cuanto la justificación de la decisión adoptada, conforme a los fundamentos tácticos y
jurídicos esbozados, es la trascendencia del problema humano y familiar en el que se encuentran
inmersos los niños en correlación con el caudal probatorio obrante en autos y la primacía del prin-
cipio del interés superior del niño, que acorde a lo expresado por el Tribunal Constitucional: “(...)
impone al Estado la obligación de adoptar todas las medidas positivas que aseguren de manera rá-
pida y eficaz la protección de los niños contra malos tratos, sea en sus relaciones con las autoridades
públicas, sea en las relaciones interindividuales o con sus familiares (...) para determinar la preva-
lencia del interés superior del niño y materializar la adopción de atenciones, cuidados y medidas
especiales a decir de la Corte IDH es preciso ponderar no solo el requerimiento de medidas espe-
ciales, sino, también las características particulares de la situación en la que se halla el niño”(12).
408
PATRIA POTESTAD
Criterio que ha seguido la sentencia de vista, cuando concluye: “Al momento de resolver se debe
tener presente además, que un derecho fundamental de los hijos es el consagrado en el artículo 27.1
de la Convención sobre los Derechos del Niño, a un nivel de vida adecuado para su desarrollo físi-
co, mental, espiritual, moral y social; por lo que, a los padres les incumbe la responsabilidad pri-
mordial dentro de sus posibilidades y medios económicos, de proporcionar las condiciones de vida
que sean necesarias para el desarrollo del niño, lo cual se encuentra salvaguardado con la vivienda
con que cuenta la madre para el cuidado de sus niños, conforme a la evaluación social de folios mil
trescientos cincuenta y siete, lo que refuerza que la progenitora debe ejercer la tenencia de sus me-
nores hijos”. Argumentos por los cuales concluimos que el recurso de casación debe desestimarse.
IV. DECISIÓN: Por estos fundamentos y de conformidad con lo dispuesto en el artículo 397 del
Código Procesal Civil: a) Declararon INFUNDADO el recurso de casación interpuesto a fojas dos
mil cuatrocientos setenta y nueve, en consecuencia, NO CASARON la sentencia de vista obrante
a fojas dos mil trescientos uno, su fecha cinco de abril de dos mil diez, la cual confirma la apelada
que declaró infundada la demanda interpuesta por Gerardo Antonio Rosales Rodríguez y fundada
en parte la demanda interpuesta por María Elena Meier Gallegos, con lo demás que contiene. b)
DISPUSIERON se publique la presente resolución en el diario oficial El Peruano, conforme a ley;
en los seguidos por Gerardo Antonio Rosales Rodríguez, con María Elena Meier Gallegos, sobre
tenencia y custodia de menor; y los devolvieron; interviniendo como Ponente el Juez Supremo se-
ñor Vinatea Medina.
SS. ALMENARA BRYSON, DE VALDIVIA CANO, WALDE JÁUREGUI, VINATEA MEDINA
(El Peruano, 01/09/2011, pp. 31265-31269).
c) para el que no obtenga la tenencia o custodia del niño, niña o adolescente debe señalarse un régimen
de visitas.
En cualquiera de los supuestos, el juez priorizará el otorgamiento de la tenencia o custodia a quien me-
jor garantice el derecho del niño, niña o adolescente a mantener contacto con el otro progenitor.
Código de los Niños y Adolescentes
Artículo 85.- Opinión
El juez especializado debe escuchar la opinión del niño y tomar en cuenta la del adolescente.
Código de los Niños y Adolescentes
Artículo 74.- Deberes y derechos de los padres
Son deberes y derechos de los padres que ejercen la Patria Potestad: (...) e) Tenerlos en su compañía y re-
currir a la autoridad si fuere necesario para recuperarlos.
Constitución Política del Perú
Artículo 4.- Protección del Niño, Madre, Anciano y la Familia. El Matrimonio
La comunidad y el Estado protegen especialmente al niño, al adolescente, a la madre y al anciano en si-
tuación de abandono. También protegen a la familia y promueven el matrimonio. Reconocen a estos últi-
mos como institutos naturales y fundamentales de la sociedad. La forma del matrimonio y las causas de
separación y de disolución son reguladas por la ley.
Código de los Niños y Adolescentes
Artículo 9.- A la libertad de opinión
El niño y el adolescente que estuvieren en condiciones de formarse sus propios juicios tendrán derecho a
expresar su opinión, libremente, en todos los asuntos que les afecten y por los medios que elijan, inclui-
da la objeción de conciencia, y a que se tenga en cuenta sus opiniones en función de su edad y madurez.
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
ANEXO 3
CAS. N° 5138-2010-LIMA
SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚ-
BLICA
DEMANDANTE : Valeria Andrea Fumo Ferro
DEMANDADO : Renzo Miguel Beteta Valderrama
MATERIA : Tenencia y Custodia de Menor
FECHA : 31/08/2011
CRITERIO DEL TRIBUNAL:
De los informes psicológicos se verifica que la menor en un principio se identificaba con ambos
padres, pero luego de que la madre obtuvo provisionalmente la tenencia, se advirtió una reacción
y conducta distinta con el padre, por la influencia negativa que habría ejercido la madre, deno-
minada alienación parental, creándose una imagen distorsionada del padre, lo que desmerece el
ejercicio cabal de una posible tenencia a favor de la madre.
CAS. Nº 5138-2010-LIMA.
Tenencia y Custodia de Menor. Lima, treinta y uno de agosto del año dos mil once.
LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚ-
BLICA, vista la causa número cinco mil ciento treinta y ocho del año dos mil diez; en audiencia
pública llevada a cabo en la fecha; de conformidad con lo opinado por la Fiscal Adjunta Suprema
en lo Civil, en su dictamen obrante a fojas cincuenta y nueve del cuadernillo de casación, luego de
verificada la votación con arreglo a ley; emite la siguiente sentencia. RECURSO DE CASA-
CION: Se trata del recurso de casación obrante a fojas setecientos setenta y siete del expediente
principal, interpuesto por Luis Felipe Elías Huapaya, en representación de Valeria Andrea Fumo
Ferro, contra la sentencia de vista de fojas setecientos sesenta y dos, su fecha dieciocho de octubre
del año dos mil diez, expedida por la Segunda Sala Especializada de Familia de la Corte Superior
de Justicia de Lima, que confirma la sentencia apelada de fojas seiscientos uno, su fecha veinticinco
de junio del año dos mil diez que declara fundada la demanda de Tenencia y Custodia interpuesta
por el demandante e infundada la demanda sobre Tenencia de Menores solicitada por Valeria An-
drea Fumo Ferro. FUNDAMENTOS DEL RECURSO: Que, el recurso de casación fue declarado
procedente por resolución de fecha nueve de mayo del año dos mil once, obrante a fojas cincuenta
y cuatro del cuadernillo de casación formado en este Supremo Tribunal, por la causal prevista en el
artículo 386 del Código Procesal Civil, en virtud de lo cual la recurrente denuncia la infracción
normativa procesal, pues según refiere: a) De los informes psicológicos así como de las denuncias
policiales presentadas por las partes se advierte un comportamiento agresivo por parte del deman-
dado, el mismo que resulta poco propicio para el desarrollo emocional de las menores de edad; b)
No se ha valorado el comportamiento del demandado al cortar en forma voluntaria el régimen de
visitas otorgado a su favor; c) No se han evaluado las declaraciones vertidas por CCC a efectos de
determinar la tenencia de las menores; d) No se ha tomado en cuenta la conducta del demandado
con relación al incumplimiento de la obligación alimentaria con sus menores hijas; y, e) Existe
vulneración al Principio de Motivación Escrita de las Resoluciones Judiciales, contenido en el ar-
tículo 139 inciso 5 de la Constitución Política del Estado al no haberse efectuado una explicación
razonada del porqué se llega a la decisión adoptada ni realizado un análisis jurídico de las normas
aplicadas a los hechos. CONSIDERANDO: Primero.- Que, el debido proceso tiene por función
asegurar los derechos fundamentales consagrados en la Constitución Política del Estado, dando a
toda persona la posibilidad de recurrir a la justicia para obtener la tutela jurisdiccional de los dere-
chos individuales a través de un procedimiento legal en el que se dé oportunidad razonable y sufi-
ciente de ser oído, de ejercer el derecho de defensa, de producir prueba y de obtener una sentencia
que decida la causa dentro de un plazo preestablecido en la ley procesal. Segundo.- Que, es menes-
410
PATRIA POTESTAD
ter precisar previamente que el presente caso versa sobre un proceso acumulado de Tenencia y
Custodia de Menor en el que ambas partes han presentado su demanda solicitando la tenencia y
custodia de sus menores hijas NNN y CCC. En ese sentido, conforme se aprecia a fojas treinta y uno
del expediente principal, doña Valeria Andrea Fumo Ferro interpone demanda de Tenencia y Cus-
todia de sus menores hijas NNN y CCCC de uno y cuatro años de edad respectivamente. Refiere
que contrajo matrimonio con el demandado Renzo Miguel Beteta Valderrama con quien procreó las
dos hijas antes mencionadas; que dos meses después de contraer matrimonio comenzaron los actos
de violencia familiar física y psicológica en agravio suyo y de sus dos hijas; que el demandado hizo
abandono injustificado del hogar conyugal, para luego regresar y llevarse todos los bienes sociales
y propios de la demandante; que en otra oportunidad el demandado procedió a sustraer a sus meno-
res hijas de su centro educativo; solicita además el pago de pensiones alimenticias. Por su parte,
según se aprecia de la demanda acumulada que obra a fojas ciento veintidós del expediente princi-
pal, Renzo Miguel Beteta Valderrama, solicita igualmente la tenencia y custodia de sus menores
hijas, refiriendo básicamente en relación a la madre, que dicha persona laboraba en el mismo cole-
gio donde estudiaban sus hijas, siendo invitada a renunciar por la personalidad conflictiva que ex-
hibía y lo escandaloso que eran los líos conyugales que fomentaba en su agravio, agrega que la
personalidad histriónica y conflictiva de la madre de sus hijas le ha permitido exponer una visión
parcial sesgada de los hechos, pretendiendo con ello arrebatarle la tenencia de sus hijas, existiendo
una intensa actividad mediática de la demandante en los medios periodísticos, los mismos que lo
han obligado a ser cesado de su trabajo como abogado contratado de la Oficina de Anticorrupción;
agrega que todos los líos con la demandante tienen un sustento financiero debido al control que
ejercía sobre las tarjetas de crédito que en forma exagerada, indebida y sin control usaba la deman-
dante; en cuanto a la pensión alimenticia solicitada, refiere que a la demandada no le corresponde
por su conducta dolosa e indigna desplegada en su contra, llegando al extremo de perder su trabajo.
Tercero.- Que, tramitado el proceso conforme a su naturaleza, el Juez de la causa mediante senten-
cia de primera instancia de fecha veinticinco de junio del año dos mil diez ha declarado fundada la
demanda de Tenencia y Custodia solicitada por Renzo Miguel Beteta Valderrama e infundada la
misma pretensión solicitada por Valeria Andrea Fumo Ferro, concediendo la tenencia de las meno-
res a favor del padre y ordenando que la demandada cumpla en el plazo de veinticuatro horas con
entregar en el hogar paterno a las citadas menores, concediéndole además un régimen de visitas a
la madre y ordenando que las partes continúen terapias que les ayuden en su personalidad a fin de
recuperar la confianza y en procura de que las niñas tengan una buena interrelación familiar. De los
fundamentos de dicha sentencia se extrae básicamente que el a quo sobre la base de los informes
psicológicos y psiquiátricos realizados a ambas partes así como a las menores y de los informes
sociales de los padres, ha determinado la custodia y tenencia de las menores a favor del padre, lle-
gando a establecer que la madre no se encuentra prestando colaboración para que la interrelación
del padre con sus hijas se efectivice, además de no estar contribuyendo ni estar garantizando el
vínculo con el padre, existiendo por el contrario indicadores que la hija mayor se encontraría afec-
tada del síndrome de alienación parental ejercida por la madre en contra del padre, situación que
resulta totalmente nocivo para la mente y emociones de una niña en estado de formación, pues a
inicios del proceso cuando aún vivía con el padre existía un lazo afectivo normal el cual se ha per-
dido a la fecha pues al haber obtenido la madre la tenencia provisional de sus menores hijas a través
de una medida cautelar, resulta ilógico que a los pocos días de vivir en su casa, la niña mayor recha-
ce a su padre, elemento que desmerece a cualquier madre para que pueda ejercer cabalmente la te-
nencia. Cuarto.- Que, habiendo sido apelada la sentencia dictada en primera instancia, la Sala Su-
perior mediante resolución de fecha dieciocho de octubre del año dos mil diez la confirma, tomando
como base los fundamentos de la recurrida, esto es, las pericias psicológicas de ambas partes y de
las menores así como los informes sociales de los padres, los mismos que fueron merituados para
ordenar la custodia y tenencia de las menores a favor del padre, además de establecerse la poca
colaboración de la demandada en el sentido de prestar poca disposición para que el padre vuelva a
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
visitar a sus hijas y la conducta procesal de la demandada después que se le otorgó la tenencia pro-
visional de sus hijas, habiendo variado de domicilio sin informar al juzgado, además, se verifica la
existencia de un proceso en contra de Valeria Andrea Fumo Ferro sobre Restitución Internacional
de su menor hijo EEE interpuesto por el padre del citado menor, apreciándose, asimismo que se ha
ordenado oficiar a la Policía Nacional del Perú para la búsqueda y ubicación de la referida deman-
dada. Quinto.- Que, en el contexto descrito y analizando los cargos de la denuncia por la causal de
infracción normativa procesal declarada procedente, en cuanto al apartado a), se advierte que el
cuestionamiento a los informes psicológicos y denuncias policiales efectuados en la persona de
Renzo Miguel Beteta Valderrama carecen de veracidad, toda vez que conforme se advierte de autos,
el Informe Psicológico ha sido debidamente analizado y merituado por los órganos de Instancia, por
lo que pretender una revaloración sobre el mismo resulta impertinente por ser una labor ajena al
recurso de casación, tanto más, si de la evaluación psicológica que obra a fojas ciento cincuenta y
ocho no se advierte ningún indicio de comportamiento agresivo por parte del padre, que pudiera
poner en peligro la integridad física o emocional de las menores, por lo demás, las denuncias poli-
ciales que refiere no constatan per se el agravio denunciado al no encontrarse respaldadas con otros
medios probatorios; por lo que dicho extremo de la denuncia debe declararse infundada por impro-
bado. En cuanto a los fundamentos de la causal procesal denunciada en el apartado b), dicho agra-
vio se encuentra referido al régimen de visitas otorgado a favor del padre vía medida cautelar, el
mismo que conforme se evidencia de los actuados no se ha efectivizado, en tanto no se aprecia la
disposición pertinente y adecuada de la demandada a los efectos que el padre pueda visitar e inte-
rrelacionarse con sus menores hijas, por lo que el padre ha solicitado dispensa en el cumplimiento
de dicho régimen de visitas ordenado por el Juez, por lo que dicha denuncia debe también desesti-
marse al no evidenciarse infracción procesal alguna; en relación al agravio denunciado en el apar-
tado c), de los informes psicológicos de la menor CCC, los mismos que han sido merituados por las
Instancias de Mérito se llega a verificar, en un principio, que la citada menor se identificaba con
ambos padres, no obstante, y en la medida que con posterioridad la madre obtuvo provisionalmen-
te su tenencia, se advirtió según un informe psicológico posterior que dicha menor tenía una reac-
ción y conducta distinta para con el padre, la que obedecería a la influencia negativa que habría
ejercido la madre, lo que en términos médicos se denomina “alienación parental”. Dicha situación
en efecto, ha permitido que la citada menor tenga una imagen distorsionada del padre, lo que para
las Instancias de Mérito y estando a la propia naturaleza del presente proceso, resultan impropias y
desmerece el ejercicio cabal de una posible tenencia a favor de la madre, además que dicha situa-
ción resulta dañina para la salud emocional de las menores; por consiguiente, este extremo también
debe desestimarse por improbado; asimismo, en cuanto a la causal procesal denunciada en el apar-
tado d), relacionada a las obligaciones alimentarias por parte del padre, al margen que ello resulta
ser un tema ajeno a los fines del presente proceso, se advierte que el referido proceso sobre alimen-
tos seguido ante el Juzgado de Paz Letrado de Surco y San Borja, se encuentra en etapa de ejecu-
ción, apreciándose que el demandado ha efectuado un depósito por la suma de dos mil seiscientos
nuevos soles, suma de dinero que según refiere, se efectúa en tanto no tendría un ingreso económi-
co fijo ni estabilidad laboral, por lo que, por el momento no se aprecia el incumplimiento de dichas
obligaciones alimentarias; por último, en relación al agravio denunciado en el apartado e), se ad-
vierte que las sentencias recurridas contienen los fundamentos de hecho y los correspondientes de
derecho en que sustentan su decisión, existiendo conformidad entre la decisión tomada y las preten-
siones propuestas, no advirtiéndose transgresión al Principio de Motivación de las Resoluciones,
habiéndose cumplido con dicho Principio contenido en el artículo 139 inciso 5 de la Constitución
Política del Estado. Sexto,- Que, asimismo, no pasa desapercibido para este Supremo Colegiado la
conducta procesal de la demandada, quien pese a que la sentencia de primera instancia le ordena
que en el plazo de veinticuatro horas cumpla con entregar en el hogar paterno a las citadas menores,
esta ha incumplido dicho mandato, situación que incluso ha permitido que se emita en su contra una
orden de búsqueda, ubicación y captura. Sétimo.- Que, estando a las consideraciones precedentes y
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PATRIA POTESTAD
413
CAPÍTULO
SEXTO
ALIMENTOS
CAPÍTULO SEXTO
ALIMENTOS
I. Introducción. II. Etimología. III. Concepto y definición. 1. Concepto. 2. Definición. IV. Finali-
dad y presupuestos. 3. Vínculo legal. 4. Necesidad del alimentista. 5. Posibilidad del alimentante.
6. Proporcionalidad en su fijación. V. Fuentes de los alimentos. 7. Ley. 8. Autonomía de la volun-
tad. VI. Base legal. VII. Evolución histórica. VIII. Evolución histórica en el Perú. IX. Naturale-
za jurídica. 9. Relación jurídica. 10. Patrimonialidad o extrapatrimonialidad. 10.1. Tesis patrimo-
nial. 10.2. Tesis extrapatrimonial. X. Clasificación de los derechos alimentarios. 11. Por su origen.
11.1. Voluntarios. 11.2. Legales. 11.3. Resarcitorios. 12. Por su amplitud. 12.1. Necesarios. 12.2. Con-
gruos. 13. Por su forma. 13.1. Temporales. 13.2. Provisionales. 13.3. Definitivos. XI. Característi-
cas del derecho alimentario. 14. Personalísimo. 15. Intransmisible. 16. Irrenunciable. 17. Intran-
sigible. 18. Incompensable. 19. Inembargable. 20. Imprescriptible. 21. Recíproco. 22. Circunstan-
cial y variable. XII. Características de la obligación alimentaria. 23. Personalísimo. 24. Variable.
25. Recíproca. 26. Intransmisible. 27. Irrenunciable. 28. Incompensable. 29. Divisible y mancomu-
nada. 30. Extinguible. XIII. Estructura. 31. Elemento personal. 31.1. Alimentista. 31.2. Alimen-
tante. 32. Elemento material. XIV. Tratamiento legal de los alimentos en el Código. 33. Excónyu-
ge. 34. Descendiente mayor de edad incapaz. 35. Descendiente como estudiante exitoso. 36. Ali-
mentos pre y posnatal. 37. Prestación alimentaria - Hijo alimentista. 37.1. Base legal. 37.2. Usos.
37.3. Legitimación. 37.4. Transmisión hereditaria de la obligación alimentaria. 37.5. Eximencia.
37.6. Evolución normativa en el Código. 38. Concebido heredero. 39. Treintena. 40. Beneficio de
competencia. XV. Proceso de alimentos en el Código de los Niños y Adolescentes. XVI. Orden
de prelación de los obligados. XVII. Reajuste de la pensión alimentaria. Aumento y reducción.
41. Aumento. 42. Reducción. XVIII. Prorrateo, exoneración y extinción de la obligación alimenta-
ria. 43. Prorrateo. 44. Exoneración. 44.1. Exoneración por disminución de sus ingresos. 44.2. Exo-
neración por cesación del estado de necesidad efectiva. 44.3. Exoneración por presunta cesación del
estado de necesidad. 45. Extinción. 45.1. Muerte del alimentista. 45.2. Muerte del alimentante. 45.3.
Muerte del deudor alimentario - Hijo alimentista. 45.3.1. Acción contra el presunto padre. 45.3.2. Ac-
ción contra los herederos. 45.4. Otras formas de extinción. 45.4.1. Por divorcio. XIX. Cumplimiento de
la obligación de alimentos. 46. Prestación en dinero. 47. Prestación en especie. 48. Prestaciones mixtas.
49. Medidas cautelares. 49.1. Prohibición de ausentarse. 49.2. Informe al centro de trabajo del deman-
dado. 49.3. Medida cautelar de la asignación anticipada de alimentos. 49.3.1. Generalidades. 49.3.2.
De la asignación alimenticia provisional. 49.3.3. Primera modificación. 49.3.4. Segunda modificación.
XX. Registro de deudores alimentarios morosos. 50. ¿Es una sanción real estar inscrito en el registro
de deudores? 51. Críticas a la Implantación del Registro de Deudores Alimentarios Morosos - Redam.
51.1. Mecanismo poco coercitivo. 51.2. Mecanismo oneroso. 51.3. Mecanismo con vacíos. 51.4. Me-
canismo atentatorio de derechos constitucionales. XXI. Determinación del monto de la pensión de ali-
mentos. 52. Ingresos y remuneración. 53. De la determinación en sí. 54. Casuística. 54.1. Puntos con-
trovertidos. XXII. Filiación y alimentos. XXIII. Desconsideración de persona jurídica y alimentos.
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
I. INTRODUCCIÓN
Con razón sentencia Barbero(675) que el primer bien que una persona posee
en el orden jurídico es su vida. El primer interés que tiene es su conservación y la
primera necesidad con que se enfrenta es procurarse los medios para ello. Ningún
ordenamiento jurídico puede permanecer indiferente ante esta cuestión, por lo que
las leyes establecen preceptos que tienden a asegurar los bienes vitales, satisfacer
el interés de ellos y facilitar la obtención de los medios de conservación. Sin em-
bargo, esporádicos preceptos y aisladas obligaciones son insuficientes para ase-
gurar en todo momento aquellos bienes e intereses.
Los alimentos se presentan como una institución esencial del Derecho de
las familias, a través del cual se permite el sostenimiento y subsistencia de sus
integrantes.
La importancia del derecho alimentario es cubrir un estado de necesidad de
quien lo solicita por ser un derecho vital. Su significado es más lato del aquel otor-
gado por el lenguaje común. No solo se refiere al sustento –no solo de pan vive el
hombre, Mateo 4:4–, también comprende habitación, vestido, asistencia médica
y, dependiendo de la edad del alimentista, incluirá la educación y esparcimiento
como parte importante de la atención integral del niño y adolescente. Como dice
Pontes de Miranda(676) corresponde alimentos a quien no puede adquirir víveres
(cibaria), ropa (vestitus), casa (habitatio) o no puede obtener remedios o pagar a
un médico (valetudinis impendía).
En nuestro país existe una alta tasa de abandono por parte del alimentante,
siendo un problema social que afecta a millones de niños y adolescentes que no
cuentan con lo necesario para subsistir. Por ello es que de esta omisión surgen
otros malestares sociales como el trabajo infantil, delincuencia, drogadicción, etc.
El interés que existe en los alimentos no se reduce en el ámbito familiar, sino que
trasciende a la colectividad. Interesa a la sociedad que sus habitantes no perezcan
por necesidades insatisfechas.
En el Derecho de Familia, el instituto jurídico de los alimentos es uno de los
más relevantes y trascendentes, tanto así que es uno de los que más se ejercitan,
constatándose lo mencionado al observar el volumen de los procesos de alimentos
a nivel de los juzgados de paz letrados competentes para conocer estos procesos.
La propia Carta Magna de 1993 señala que la familia es la unidad más im-
portante, no solo de socialización, sino que debemos de entenderla como aquella
unidad de asistencia que atiende a sus miembros a lo largo de su ciclo vital. La
(675) Cit. DÍEZ-PICAZO, Luis y GULLÓN, Antonio. Sistema del Derecho Civil. Vol. IV, Tecnos, Madrid,
1983, p. 49.
(676) MIRANDA, Pontes de. Tratado de direito de família. Tomo IX, 1ª edición, Direito de família. Direito pa-
rental. Direito protetivo, Campinas, Bookseller, 2000, p. 257.
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ALIMENTOS
II. ETIMOLOGÍA
El término alimentos proviene del latín alimentum o ab alere que significa
nutrir, alimentar, alĕre.
(677) SOJO BIANCO, Raúl. Apuntes de Derecho de Familia y sucesiones. 14ª edición, Editora Mobil Libros,
Caracas, 2001, p. 59.
(678) LASARTE, Carlos. Derecho de Familia. Principios de Derecho Civil. Tomo VI, 9ª edición, Marcial Pons,
Madrid, 2010, p. 362.
(679) MONTEIRO, Washington de Barros. Curso de direito civil: direito de família. 40ª edición, rev., y actua-
lizada por Regina Beatriz Tavares da Silva, Saraiva, São Paulo, 2010, p. 527.
(680) DINIZ, María Helena. Curso de Derecho Civil brasileiro. Vol. 5, 17ª edición actualizada, Saraiva, São
Paulo, 2002, p. 459.
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2. Definición
El tratadista francés Josserand, al referirse a la obligación alimentaria, ex-
presa que “es el deber impuesto jurídicamente a una persona de asegurar su sub-
sistencia de la otra; como toda obligación, implica la existencia de un acreedor y
de un deudor, con la particularidad de que el primero está, por hipótesis en nece-
sidad y el segundo en condiciones de ayudar”(683). Para Aguilar(684) es “la obliga-
ción que tienen los padres de atender a la subsistencia de su progenie; es el deber
moral y jurídico más importante que tienen los padres frente a sus descendientes
que no termina tan solo con la provisión de elementos materiales necesarios para
su supervivencia, sino que, se hace extensivo a su formación integral; hasta que
estén debidamente capacitados para subvenir decorosamente a su propia subsis-
tencia”. Según Cabanellas(685) los alimentos son “las asistencias que por ley, con-
tratos o testamentos se dan a algunas personas para su manutención y subsisten-
cia”. En nuestro medio, Manuel Campana señala que los alimentos “son una rela-
ción interpersonal, un derecho subjetivo que forma parte de los derechos de cré-
dito, pues sitúa al deudor y acreedor uno frente del otro, es decir, alimentante y
alimentista frente a frente”(686).
Complementando lo señalado, los alimentos comprenden jurídicamente todo
aquello que permite el sustento y sobrevivencia del ser y que no se circunscribe
exclusivamente al aspecto comestible, comida no es lo único. Para lograr estos
objetivos se debe procurar otorgar los mayores recursos disponibles, es decir, una
amplia base de cálculo para su fijación.
Nuestra legislación cumple con definir a los alimentos.
- Código Civil, en su artículo 472 indica que: “Se entiende por alimentos lo
que es indispensable para el sustento, habitación, vestido y asistencia médi-
ca, según la situación y posibilidades de la familia. Cuando el alimentista es
menor de edad, los alimentos comprenden también su educación, instrucción
y capacitación para el trabajo”.
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ALIMENTOS
3. Vínculo legal
Se trata de una relación familiar reconocida por la ley. Cónyuges, convivien-
tes e hijos. Los alimentos derivan de la voluntad o del parentesco.
(687) SÁNCHEZ ROMÁN, Felipe. Estudios de Derecho Civil. Vol. II, 2ª edición reformada, corregida y
aumentada, Derecho de Familia, Ed. Madrid, 1912, p. 1224.
(688) MÉNDEZ COSTA, María Josefa. Derecho de Familia. Tomo III, Rubinzal-Culzoni, Buenos Aires, 2001,
p. 451.
(689) MONTEIRO, Washington de Barros. Ob. cit., p. 517.
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6. Proporcionalidad en su fijación
Este presupuesto corresponde a un tema de equidad, de equilibrio y justicia.
Debemos partir siempre de la premisa que los alimentos no pueden ser utili-
zados como medio de participar en el patrimonio del alimentante ni mucho menos
de obtener su fortuna. Los alimentos son otorgados por una cuestión ad necessi-
tatem. El alimentista es quien necesita, no quien exige participar –tal cual accio-
nista– en las utilidades o nuevos ingresos del alimentante. “La cuota alimentaria
no tiene por finalidad hacer participar al alimentado de la riqueza del alimentan-
te, sino cubrir las necesidades del primero”(690) máxime si las necesidades del ali-
mentista están satisfechas. Los alimentos no se conceden ad utilitatem, o ad vo-
luptatem sino ad necessitatem(691).
Veamos la siguiente ecuación:
Vínculo legal + Necesidad + Posibilidad
Alimentos =
Proporcionalidad
(690) Vide <www.diariojudicial.com.ar>, martes 9 de agosto de 2011. “Sueldo más alto no implica suba de la
cuota alimentaria. Reclamo por los ingresos del exmarido”.
La Cámara Civil y Comercial de Mendoza, Argentina, revocó una sentencia que concedía un aumento
de cuota alimentaria a favor de los hijos menores del alimentante con fundamento en el incremento de
los ingresos económicos de este último. El Tribunal de Apelaciones consideró que el incremento en los
ingresos del alimentante no justificaba un aumento de la cuota alimentaria debido a que las necesidades
de los alimentados estaban cubiertas. La Cámara resaltó que la cuota alimentaria “no tiene por finalidad
hacer participar al alimentado de la riqueza del alimentante, sino cubrir las necesidades del primero”. El
caso fue que una mujer reclamó el aumento de la cuota alimentaria a favor de sus hijos menores de edad
debido a que su exmarido - alimentante había conseguido un incremento en sus ingresos económicos. En
primera instancia la pretensión fue admitida aumentándose la cuota alimentaria. La decisión fue apelada.
En primer término, el Tribunal indicó que la sentencia debía ser revocada en tanto al admitir la pretensión
de la actora y disponer el aumento de la cuota alimentaria “no se tomó en consideración que las necesidades
de los alimentados estaban satisfechas”. Acto seguido, la Cámara señaló que “es procedente el pedido
de aumento si la cuota ordinaria fijada en su oportunidad ya no cubre las necesidades del alimentado”
pero que “el incremento de los ingresos del alimentante no justifica el aumento de la cuota alimentaria
cuando las necesidades de los alimentados están cubiertas”. “En ningún momento se denuncia que los
niños sufren privaciones, o sea, las causas del pedimento son: los mayores precios y los mayores ingresos
del progenitor”, explicó después el Tribunal de Apelaciones local. Por tales razones, la Cámara Civil y
Comercial de la ciudad de Mendoza admitió el recurso de apelación interpuesto por el alimentante y, en
consecuencia, rechazó la petición de aumento de la cuota realizada por la madre de los alimentados.
(691) MONTEIRO, Washington de Barros. Ob. cit., p. 532.
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ALIMENTOS
7. Ley
Uno de los requisitos para regular los alimentos es que la ley establezca su
obligación.
La norma legal impone los alimentos por diversos motivos; sin embargo, siem-
pre tendrá como base un mismo sostén ético: el deber de asistencia y solidaridad
para la conservación de la vida y salud de la persona.
El artículo 475 del Código establece in genus que la obligación alimentaria se
atribuye entre personas por razones de parentesco o matrimonio. Incluso, acabado
este último, la continuación de los alimentos entre excónyuges obedece al estado
de indigencia y extrema necesidad, tal como se señala en el artículo 350 o, en su
caso, la invalidez del matrimonio se rige por las reglas del divorcio, artículo 281.
Igualmente, el caso del hijo alimentista, artículo 415, se fundamenta en el com-
promiso con la mujer por parte de quien con ella mantuvo relaciones coitales, im-
poniendo la carga, no a título de indemnización, sino de manutención en favor de
quien se presume su hijo sin existir prueba que acredite que lo sea. Entre excon-
vivientes, el artículo 326 dispone la obligación alimentaria a favor del abandona-
do con el propósito de velar por su subsistencia ante las dificultades que puedan
presentársele para obtener los medios suficientes y atender sus necesidades mate-
riales, luego de concluida la unión estable. Asimismo, se permite que las personas
que hayan vivido en casa del causante o alimentado por su cuenta dicha carga per-
manezca hasta por tres (3) meses luego de producido el deceso, artículo 870. En
cuanto a las instituciones de amparo familiar tenemos que el tutor debe alimentar
y educar al menor de acuerdo a la condición de este y proteger y defender su per-
sona, artículo 526, la misma situación le corresponde al curador, artículos 568 y
576. Tutor y curador deben prestar alimentos bajo sanción penal(692).
(692) Téngase en cuenta que el Código Penal contempla el delito de exposición a peligro de persona dependiente
cuando en su artículo 128 indica: “El que expone a peligro la vida o la salud de una persona colocada
bajo su autoridad, dependencia, tutela, curatela o vigilancia, sea privándola de alimentos o cuidados
indispensables, sea sometiéndola a trabajos excesivos, inadecuados, sea abusando de los medios de
corrección o disciplina, sea obligándola o induciéndola a mendigar en lugares públicos, será reprimido
con pena privativa de libertad no menor de uno ni mayor de cuatro años.
En los casos en que el agente tenga vínculo de parentesco consanguíneo o la víctima fuere menor de doce
años de edad, la pena será privativa de libertad no menor de dos ni mayor de cuatro años.
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8. Autonomía de la voluntad
La otra fuente de la obligación alimentaria es la voluntad.
Sin estar obligadas por ley, las personas se imponen alimentos, por pacto o
por disposición testamentaria, basándose en fundamento ético.
En el caso del convenio alimentario, que se regula por las disposiciones del
contrato de renta vitalicia (art. 1923), se estipula la entrega de una suma de dine-
ro u otro bien fungible para que sean pagadas en los periodos pactados hasta el
cumplimiento de determinada condición o plazo resolutorio. También se presenta
en el supuesto del legado de alimentos (art. 766). Ambas circunstancias se rigen
por las disposiciones generales del derecho alimentario.
La autonomía de la voluntad constituye una fuente subordinada o secunda-
ria de los alimentos.
Surgimiento de los alimentos
Matrimonio 474–1 Filiación 474 - 2 Parentesco 474–3 Hijo 415
alimentista
Terminación 326 Tutela 526 Legado 766 Carga 870
unilateral de la
unión estable
Renta vitalicia 1923 Sentencia 178 CP Matrimonio 281 Divorcio 350
penal de putativo
violación
En los casos en que el agente obligue o induzca a mendigar a dos o más personas colocadas bajo su
autoridad, dependencia, tutela, curatela o vigilancia, la pena privativa de libertad será no menor de dos
ni mayor de cinco años”.
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ALIMENTOS
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y patronato; es así que bajo esta influencia el Derecho moderno recoge el derecho
de pedir alimentos y la obligación de prestarlos.
En el Derecho contemporáneo los alimentos constituyen una obligación defi-
nida; debiendo tomar en cuenta que existen tres líneas de pensamiento:
• La primera es aquella para la cual la atención de personas necesitadas se
produce como obligación jurídica exclusivamente dentro del círculo fami-
liar; si se lleva a cabo fuera de él, constituye caridad o beneficencia.
• La segunda es aquella según la cual la obligación jurídica de prestar alimen-
tos constituye básicamente una obligación pública que corresponde al Estado,
donde el ente público toma a su cargo la asistencia de indigentes por medio
de beneficios de jubilación, subsidios a la ancianidad, a las enfermedades, a
la desocupación, etc.
• La tercera es aquella que busca establecer líneas de enlace entre el obligado
y el necesitado y en orden de prioridades. Solo así se explica que algunas le-
gislaciones consagren la relación alimenticia entre el suegro, suegra, yerno y
la nuera, así como también para extraños.
En toda época, el derecho de alimentos es fundamental, ya que con ello
el ser humano aplaca y satisface las necesidades primordiales para su susten-
to y mantenimiento de una buena salud, por ello, desde el estadio más antiguo
al más moderno, la cobertura de dicha pensión permitirá la sobrevivencia del
ser humano.
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ALIMENTOS
9. Relación jurídica
Los alimentos determinan una compleja relación jurídica entendida como un
deber y derecho de los padres de alimentar, educar y dar seguridad a sus hijos (art.
6). Pero no se limita solo a los padres, sino al parentesco. El sujeto de un derecho
subjetivo familiar tiene ante sí al titular de un derecho subjetivo idéntico al suyo,
de manera que al derecho de un titular se yuxtapone el deber jurídico correspon-
diente al derecho de otro titular, cada sujeto lo es simultáneamente de un derecho
y un deber con respecto al otro sujeto(693). Es un derecho recíproco que se mantie-
ne activo o pasivo según el estado de necesidad del alimentista y posibilidad del
alimentante. Quien hoy da, mañana más tarde está en el derecho de recibirlos res-
pecto de quien atendió.
Es un derecho que se maximiza, muestra su mayor esplendor, cuando existe
la necesidad y se minimiza cuando no la hay.
Por otro lado, se dice que es un derecho personalísimo, nace con la persona
y se extingue con ella, de allí su carácter intransmisible.
La cuestión de saber cuál es la naturaleza jurídica del derecho y la obligación
alimentaria, opina Cornejo(694) , ha sido y es aún materia de controversia.
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11.1. Voluntarios
Llamados convencionales. Cuando se constituyen como resultado de una de-
claración de voluntad ínter vivos o mortis causa. Por ejemplo, cuando se establece
la obligación alimentaria en virtud de un contrato para favorecer a un tercero (renta
vitalicia, donación ordinaria, donación con cargo, donación por razón de matrimo-
nio) o cuando el testador constituye un legado o herencia voluntaria con la finali-
dad de proporcionar alimentos a una o más personas durante tiempo determinado.
Los alimentos voluntarios son expresión de la autonomía privada como fuen-
te de obligaciones.
Son obligaciones que, a diferencia de la estrictamente alimenticia, no impli-
can necesariamente la preexistencia de un vínculo de parentesco y, en consecuen-
cia, pueden establecerse a favor de toda persona y en cualquier circunstancia obje-
tiva, cuando no contraríen las leyes, la moral, ni el orden público.
11.2. Legales
Los alimentos que derivan directamente de la ley, con independencia de la
voluntad, tienen su origen en una disposición legal y no en la celebración de un
negocio jurídico.
La variedad de situaciones a las que la ley vincula un derecho-deber de ali-
mentos y el hecho de que se trate de situaciones heterogéneas hace imposible, o
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ALIMENTOS
11.3. Resarcitorios
Destinados indemnizar a la víctima de un acto ilícito, por ejemplo, al convi-
viente en caso se produzca la extinción por decisión unilateral (art. 326)
12.1. Necesarios
También denominados naturales, indispensable o estrictos. Alimenta naturalia.
Son los indispensables para la satisfacción de las necesidades mínimas y pri-
mordiales del alimentista (victus). Es brindar los auxilios necesarios sin tener en
cuenta los medios económicos del alimentante, tales como vitualla, salud, vestua-
rio, habitación. Implican una noción objetiva, lo que basta para sustentar su vida,
aquellos precisos, necessarium vitae. La Ley General de Salud indica que toda
persona tiene derecho a recibir una alimentación sana y suficiente para cubrir sus
necesidades biológicas (art. 10).
El Código Civil ha recogido este tipo de alimento con carácter sancionador.
Lo reducen a lo estricta y mínimamente necesario para la sobrevivencia cuando:
el acreedor alimentario se encuentra en estado de necesidad por su propia inmo-
ralidad (art. 473, segundo párrafo), cuando ha incurrido en causal de indignidad o
desheredación, (art. 485), en caso del cónyuge culpable del divorcio si bien pierde
(695) BELLUSCIO, Augusto César. Manual de Derecho de Familia. Tomo II, 3ª edición, Ediciones Depalma,
Buenos Aires, 1979, p. 389.
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12.2. Congruos
También denominados civiles o amplios. Alimenta civilia.
Del lat. congrŭus. Dice el Diccionario de la Real Academia Española 2. f. Der.
Renta mínima de un oficio eclesiástico o civil o de una capellanía para poder sos-
tener dignamente a su titular. En un sentido amplio se entiende como congruentes,
adecuados, suficientes. Así, una cuota congrua es aquella mínima e imprescindible.
Comprenden lo indispensable para subsistir modestamente, de acuerdo a su
posición social. Se fijan conforme al rango, condición de las partes y modus vi-
vendi, necessarium personae.
Cabe precisar que los alimentos congruos son mayores que los necesarios.
Se otorgan no solo para que el alimentista pueda subsistir, sino para que lo haga
conforme a su posición social. Es la ley la que establecerá quiénes son los alimen-
tistas que pueden demandar alimentos congruos y quiénes pueden demandar ali-
mentos necesarios.
Mediante el artículo 472 del Código Civil se regulan los alimentos congruos
cuando se hace referencia a la situación y posibilidades de la familia, los cuales
se diferencian de los estrictamente necesarios e indispensables para el sustento a
los que se reducen los alimentos por los casos de indignidad, desheredación y por
haberse visto en situación de incapacidad física y mental por su propia inmorali-
dad (arts. 473 y 495).
Los niños y adolescentes son acreedores de una prestación de alimentos con-
gruos y en ningún caso de alimentos estrictamente necesarios. De ser así se afec-
taría su interés superior y su derecho al desarrollo integral como derechos huma-
nos específicos.
El Código ecuatoriano indica que son congruos aquellos que habilitan al ali-
mentado para subsistir modestamente, de un modo correspondiente a su posición
social (art. 369).
Además, complementa el Código ecuatoriano que los alimentos, sean con-
gruos o necesarios, comprenden la obligación de proporcionar al alimentario me-
nor de dieciocho años, cuando menos, la enseñanza primaria (art. 369).
Gráficamente esta es la diferenciación:
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ALIMENTOS
Congruos Necesarios
Civiles-Amplios Naturales-Precisos-Naturales
Comprenden lo indispensable para sub- Permiten la satisfacción de necesidades
sistir modestamente de acuerdo a su po- primordiales.
sición social. Se fijan conforme al rango Se reducen a lo estrictamente necesario
y condición de las partes. para subsistir cuando el alimentista se
Cabe precisar que los alimentos con- encuentra en estado de necesidad por:
gruos son mayores que los necesarios. - Su propia inmoralidad (art. 473, se-
Alimentos - El artículo 472 del Código regula los gundo párrafo) o,
alimentos congruos cuando se hace re- Cuando ha incurrido en causal de indig-
ferencia a la situación y posibilidades nidad o desheredación, (art. 485).
de la familia.
13.1. Temporales
Solo duran un tiempo. En el caso de la madre, se otorgan a efectos de los gas-
tos del embarazo, esto es, desde la concepción hasta la etapa de posparto (art. 92,
CNA), siendo estos conocidos en Brasil como alimentos gravídicos, aquellos ne-
cesarios para la gestación.
13.2. Provisionales
Se conceden en forma provisoria por razones justificadas o de emergencia.
Son decretados por sentencia en la que se fijará el pago de una asignación provisio-
nal por mensualidades adelantadas hasta el señalamiento de la pensión definitiva.
13.3. Definitivos
Son definitivos cuando dejan de ser provisionales y se conceden en forma
fija, concluyente y periódica.
Es una clasificación discutible. Pueden variar de acuerdo a la necesidad de
quien los pide y las condiciones en que se encuentre el obligado, lo que lleva
a establecer que la pensión estará sujeta a revisión permanente a petición del
interesado.
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14. Personalísimo
El derecho alimentario tiene un carácter excepcional, es intuito personae; es
decir, estrictamente personal, propísima. Está orientado a garantizar la subsisten-
cia de una persona. Ambos, derecho alimentario y persona, se convierten en una
dicotomía inseparable en tanto subsista el estado de necesidad del alimentista que
tiene derecho a exigirlos, cobrarlos y gozarlos.
El carácter personal del derecho alimentario, resumido en la garantía de la
subsistencia del alimentista, hace que esta se encuentre fuera de todo comercio,
impidiendo así que pueda ser objeto de transferencia, cesión, compensación, em-
bargo o renuncia.
La deuda y el crédito son estrictamente personales e intransmisibles. La re-
lación obligatoria es personal por cuanto se basa en el vínculo familiar que une a
las partes alimentarias. La deuda cesa con la muerte del obligado, no se transmi-
te a sus herederos quienes podrán, sin embargo, ser obligados a prestar alimento,
solo en el caso en que se hallen ligados por el vínculo familiar o, en su caso, que
cancelen las pensiones devengadas e impagas.
15. Intransmisible
La intransmisibilidad del derecho alimentario es consecuencia de la ca-
racterística anterior. Siendo la obligación personalísima, la obligación que se
encuentra destinada a la subsistencia del acreedor, quien no puede transmi-
tir su derecho.
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ALIMENTOS
Cuando se afirma que el derecho alimentario acaba con la muerte del deudor
o del acreedor sostenemos que en el primer caso no existe razón natural ni legal
para extender este derecho a los herederos del alimentante, salvo en los casos a
que se refieren apud testato y por imperio de los artículos 474 y 478 del Código,
situaciones en las que el acreedor alimentario, a la muerte de su deudor, tendrá el
camino expedito para hacer valer su derecho frente a sus demás parientes que se-
rán llamados por ley para satisfacer sus necesidades. Muerto el alimentista no exis-
te razón para extender este derecho a sus familiares en razón de que los alimen-
tos fueron destinados a satisfacer necesidades personales, propias e individuales.
16. Irrenunciable
El derecho alimentario se encuentra fuera de todo comercio, razón por la cual
se sostiene que los alimentos son irrenunciables. Hacerlo equivaldría a la renun-
cia del derecho mismo. Consecuentemente, el alimentista quedaría desamparado
y estaría abdicando a la vida.
Sin embargo, y entendida la diferencia entre el derecho alimentario y pensión
alimenticia podemos decir que estas últimas sí pueden ser materia de renuncia o
transacción y compensación en ciertos casos siempre que se compruebe el mis-
mo origen de las obligaciones. El derecho a cobrarlas puede ser transferido ínter
vivos o mortis causa. La acción de cobro es imprescriptible.
La prohibición de renunciar al derecho a alimentos o a cuotas futuras no im-
pone ni prohíbe una determinada conducta procesal al alimentista. Este puede re-
clamar o no los alimentos o desistirse del proceso en curso.
17. Intransigible
El derecho alimentario se encuentra fuera de comercio, no puede ser transa-
do. Pueden ser materia de transacción las pensiones devengadas y no percibidas,
que forman parte de la obligación alimentaria; no los alimentos futuros en razón
de su necesidad, en este contexto se impide que por un acto de imprevisión o de
debilidad de la persona pueda quedar privada de lo que es indispensable para su
subsistencia.
Debe distinguirse entre el carácter de intransigibilidad del derecho alimenta-
rio y el convenio al que puedan arribar las partes en un litigio sobre pensiones ali-
menticias demandadas en el que puede transigirse sobre montos o modos de satis-
facer la obligación, lo que resulta manifiestamente útil para las partes.
18. Incompensable
El alimentante no puede oponer en compensación al alimentista lo que este le
debe por otro concepto. Si Juan es demandado por Manuel y este tiene una deuda
pendiente por otro concepto, Juan no puede oponerle frente a la deuda aquellas
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19. Inembargable
Las cuotas de alimentos no son susceptibles de embargo. La pensión alimen-
ticia está destinada a la subsistencia de la persona a favor de quien ha sido fija-
da. Realizar el embargo sería ir en contra de esta finalidad y privar de sustento al
alimentista.
El crédito alimenticio tampoco puede ser objeto de embargo ni retención. Si
se permitiese su ejecución, el beneficiario quedaría en la indigencia.
20. Imprescriptible
La acción de demandar, cobrar y gozar es imprescindible mientras exista el
derecho y la necesidad. No se concibe la prescriptibilidad del derecho a los alimen-
tos, que nacen y se renuevan constantemente a medida de nuevas necesidades. La
circunstancia que el reclamante no haya pedido alimentos, aunque se encontrara
en igual situación a la del momento en que los reclama no prueba sino que hasta
entonces ha podido resolver sus urgencias y que ahora no puede.
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ALIMENTOS
21. Recíproco
El carácter recíproco de la obligación alimentaria resulta una de las notas más
saltantes de este instituto. Este carácter resulta sui géneris dentro del tratado ge-
neral de las relaciones obligacionales, ya que no existe esta posibilidad cuando
se trata de las demás obligaciones ex iure causae. Estas siempre contarán con dos
contrapartes: el pretensor y el comprometido.
Los cónyuges se deben recíprocamente alimentos entre sí. Los hijos respecto
de sus progenitores que han cumplido con sus deberes alimentarios, tienen que,
variadas las circunstancias, cumplir con deberes alimentarios frente a la necesidad
de los padres, ahora convertidos en alimentistas. Quien hoy da, mañana más tarde
está en el derecho de recibirlos respecto de quien atendió. Los familiares son po-
tencialmente acreedores o deudores de la prestación alimentacia(698).
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23. Personalísimo
La obligación alimentaria se encuentra a cargo de una persona determinada
en virtud del vínculo jurídico que mantiene con el alimentista, es intuito perso-
nae, no se transmite a los herederos.
24. Variable
Es revisable. Los elementos legales o voluntarios que la hacen surgir son ma-
teria de constante análisis, así como también, las posibilidades económicas del ali-
mentante. Lo cual nos puede llevar a una variación, aumento, reducción o exonera-
ción de la obligación. Esta es la principal característica de la obligación alimentaria.
25. Recíproca
Es mutua o bilateral en la medida en que se da jurídicamente entre personas
que comparten vínculos entre sí; por ejemplo, cónyuges, ascendientes y descendien-
tes, hermanos, etc. Quien hoy da, mañana más tarde está en el derecho de recibir.
26. Intransmisible
Se impide que la obligación alimentaria pueda ser objeto de transferencia o
cesión por actos ínter vivos al ser una obligación intuito personae. El artículo 1210
del Código corrobora este carácter inalienable cuando establece que la cesión no
puede efectuarse cuando se opone a la naturaleza de la obligación. En consecuen-
cia, tampoco podrá el alimentista constituir a favor de terceros derecho sobre las
pensiones, ni ser estas embargadas por deuda alguna, conforme indica el artículo
648, inciso 7 del Código Procesal Civil. El artículo 486 refiere que la obligación
de prestar alimentos se extingue con la muerte del alimentante o del alimentis-
ta, la razón está en el carácter personalísimo de la obligación y en la estricta rela-
ción que hay entre ambos. Los herederos nada tienen que ver con los compromi-
sos que en vida tuvo el hoy difunto. Criterio distinto es asumido por la legislación
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ALIMENTOS
27. Irrenunciable
El derecho a los alimentos es irrenunciable. Finalmente, puedo renunciar al
ejercicio del derecho, ser alimentado. El encargo de alimentar es de orden públi-
co, impuesto por el legislador por motivo de humanidad y piedad(700), razón por
la cual se restringe su renuncia. Esta característica se vincula con la prescripción,
sobre todo en el cobro de las pensiones devengadas. De ello, se infiere la impres-
criptibilidad del derecho alimentario, aunque estén sujetas a prescripción las pen-
siones devengadas y no percibidas durante dos (2) años (art. 2001, inc. 4).
28. Incompensable
Referida a la obligación alimentaria como a las pensiones alimentarias. No
se permite la compensación de la obligación alimentaria con alguna otra obliga-
ción existente entre el acreedor y el deudor alimentario. Esto último se comprueba,
además, en lo dispuesto en el artículo 1290 del Código que prohíbe la compensa-
ción del crédito inembargable. Permitir la compensación, a decir de Monteiro(701),
con una deuda de otra naturaleza sería privar al alimentado de los medios indis-
pensables a su manutención, condenándolo al inevitable perecimiento; no puede
permitirse la compensación en virtud de un sentimiento de humanidad e interés
público. Este autor cita dos ejemplos en los que analiza la imposibilidad y la po-
sibilidad en la compensación:
- Posibilidad de compensación : Si el deudor paga la escuela del hijo, en vez
de depositar el valor correspondiente en la cuenta bancaria de la madre que-
dará sujeto a compensación, ya que la causa de dicho pago es la misma obli-
gación de alimentos del padre para con su prole.
- Imposibilidad de compensación : Si el padre decide dar un presente al hijo
no podrá considerar el valor del presente al depósito que debió hacer en la
cuenta bancaria de la madre en razón de la diversidad de causas de lo otorga-
do como regalo de lo comprometido como alimentos. Termina, el citado au-
tor, con la cita de un criterio jurisprudencial (...) los pagos hechos por el ali-
mentante al alimentado, comprobado a través de recibos, si se refieren a pen-
siones alimenticias, tales como morada, educación y salud, deben ser dedu-
cidos del valor ejecutado, no pudiendo ser considerados como una liberali-
dad (TJMG, Ap. 1.0024.01.006657-9/001, 1ª Cám. Cív., Rel. Des. Eduardo
Andrade, j.10-2-2004) (702), siendo –por lo tanto– perfectamente compensables.
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
Características
Derecho alimentario Obligación alimentaria
Personalísimo
Incompensable
Recíproca
(703) LÔBO, Paulo. Familias (Direito civil), Saraiva, São Paulo, 2008, p. 352.
(704) MÉNDEZ COSTA, María Josefa. Ob. cit., p. 459.
438
ALIMENTOS
Intransmisible
Irrenunciable
Variable
Intransigible Divisible
Inembargable Mancomunada
Imprescriptible Extinguible
Circunstancial
30. Extinguible
Muerto el obligado la relación alimentaria se extingue.
XIII. ESTRUCTURA
Los alimentos están compuestos por los siguientes elementos:
31. Elemento personal
Son los sujetos que la componen.
31.1. Alimentista
Es la persona beneficiada con los alimentos. El titular del derecho ali-
mentario. Llamado también derechohabiente, pretensor, beneficiado, acreedor
alimentario, etc. Del artículo 474 del Código, que trata sobre las personas que se
deben recíprocamente alimentos, se puede inferir quiénes son las personas bene-
ficiadas. Así tenemos que son:
• El cónyuge (art. 474, inc. 1).
• Los ascendientes y descendientes (art. 474, inc. 2).
• Los hermanos (art. 474, inc. 3).
Es de destacar que, conforme al tercer párrafo del artículo 326, en caso de que
termine la unión estable por decisión unilateral, el juez puede conceder, a elec-
ción del abandonado, una cantidad de dinero por concepto de indemnización o
una pensión de alimentos. Por lo tanto, la pareja abandonada es también benefi-
ciaria de la prestación alimenticia.
31.2. Alimentante
Es la persona obligada al pago de los alimentos. El titular de la obligación ali-
mentaria, del deber jurídico de la prestación familiar. Llamado alimentante, ali-
mentador, obligado, deudor alimentario. También derechohabiente, pretensor, be-
neficiado, acreedor alimentario, etc.
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
Estructura
Elemento
Personal Material
Alimentante Devengadas
Sujetos Pensión Canceladas
Alimentista
Futuras
Relación jurídica alimentaria
33. Excónyuge
Cónyuge inocente. Si se declara el divorcio por culpa de uno de los cónyuges
y el otro careciere de bienes propios o de gananciales suficientes o estuviere im-
posibilitado de trabajar o de subvenir a sus necesidades por otro medio, el juez le
asignará una pensión alimenticia no mayor de la tercera parte de la renta de aquel
(art. 350, 2º párrafo). Se trata de alimentos indispensables y se fundamentan en
el principio de solidaridad de la relación conyugal, sin dejar de reconocer que en
caso de culpa deben ser suplidas solamente las necesidades básicas del alimentis-
ta con una prestación indispensable para su subsistencia(706).
Asimismo, el excónyuge puede, por causas graves, pedir la capitalización
de la pensión alimenticia y la entrega del capital correspondiente (art. 350, ter-
cer párrafo).
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ALIMENTOS
(707) La Ley Nº 27646, Ley que modifica los arts. 424, 473 y 483 del CC (DOEP, 23/01/2002). Las cursivas
son incorporadas por esta ley.
(708) Cas. Nº 1338-2004-Loreto.
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
60 posteriores al parto, así como al pago de los gastos ocasionados por este y por
el embarazo. Esta acción es personal. Será interpuesta antes del nacimiento del
hijo o dentro del año siguiente. Se dirige contra el padre o sus herederos y puede
ejercitarse ante el juez del domicilio del demandado o del demandante (art. 414).
37.2. Usos
Se caracteriza para aquellos casos en los que la madre no sabe quién es el
padre, pero al haber mantenido relaciones sexuales se le achaca la obligación al
susodicho.
442
ALIMENTOS
37.3. Legitimación
La acción que corresponde al hijo es personal y se ejercita por medio de su re-
presentante legal dirigiéndose contra el presunto padre o sus herederos (art. 417).
37.5. Eximencia
El deudor alimentario podrá solicitar la aplicación de la prueba genética u otra
de validez científica con igual o mayor grado de certeza. Si estas dieran resultado
negativo quedará exento de la obligación alimentaria.
Asimismo, podrá accionar en su calidad de alimentante legal ante el mismo
juzgado que conoció del proceso de alimentos el cese de la obligación alimenta-
ria si comprueba, a través de una prueba genética u otra de validez científica con
igual o mayor grado de certeza, que no es el padre.
(709) Derogado por el artículo 6 de la Ley Nº 27048, Ley que modifica diversos artículos del CC referidos a la
declaración de paternidad y maternidad (DOEP, 06/01/1999).
(710) Ídem.
(711) Modificado por el artículo 2 de la Ley Nº 27048, Ley que modifica diversos artículos del CC referidos a
la declaración de paternidad y maternidad (DOEP, 06/01/1999).
Téngase presente de la misma Ley :
“Artículo 3.- Consecuencia de la aplicación de la prueba. En los casos contemplados en los artículos 373 y
402 del Código Civil cuando se declare la paternidad o maternidad como consecuencia de la aplicación de
la prueba de ADN u otras pruebas de validez científica con igual o mayor grado de certeza el demandado
deberá reintegrar el pago por la realización de la misma a la parte interesada”.
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
juez evaluará tal negativa, las pruebas presentadas y la conducta procesal del de-
mandado declarando la paternidad o al hijo como alimentista, correspondiéndole
los derechos contemplados en el artículo 415. Esta disposición quedó sin efecto
mediante la Ley Nº 28457 en la que no hace ningún tipo de referencia a la nega-
tiva ni los apercibimientos ni sus consecuencias, tomando en cuenta que el noví-
simo y efectivo proceso judicial de paternidad extramatrimonial veda la resisten-
cia de presunto padre a la prueba genética.
Veamos la evolución:
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ALIMENTOS
39. Treintena(714)
Las personas que hayan vivido en la casa del causante o alimentado por cuen-
ta de este pueden exigir al albacea o a los herederos que continúen la atención de
estos beneficios con cargo a la mesa hereditaria durante tres (3) meses (art. 870).
(712) VARSI ROSPIGLIOSI, Enrique. “Suspensión de la partición de los bienes del heredero concebido”. En:
Código Civil comentado, Tomo IV, 2ª edición, (Derecho de sucesiones), Gaceta Jurídica, Lima, mayo
2007, p. 505 y ss. “El heredero concebido. Suspensión de la partición de sus bienes (un análisis creativo
del artículo 856 del Código Civil peruano)”. En: Persona, Derecho y Libertad - Nuevas perspectivas,
Escritos en Homenaje al profesor Carlos Fernández Sessarego, Lima, Motivensa, 2009.
(713) CASTAÑEDA, Jorge Eugenio. Derecho de sucesión. Tomo I, 2ª edición, Universidad Nacional Federi-
co Villarreal, Lima, 1975.
(714) Llamada también mes de gracia o derecho de los treinta días. Vide JIMÉNEZ VARGAS MACHUCA,
Roxana. “Plazo de beneficios a personas que vivieron con el causante”. En: Código Civil comentado.
Tomo IV, Derecho de Sucesiones, 2ª edición, Lima, mayo, 2007, p. 544 y ss.
(715) Vide LOHMANN LUCA DE TENA, Guillermo: “Beneficio de competencia”. En: Código Civil comen-
tado, Tomo VIII, Contratos nominados, 2ª edición, Lima, mayo, 2007, p. 427.
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ALIMENTOS
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ALIMENTOS
artículo 475 del Código Civil. La norma no hace diferencia entre hermanos
unilaterales o bilaterales(716).
c) Los ascendientes: los abuelos se encuentran en el tercer lugar en el orden de
prelación.
d) Los parientes colaterales hasta el tercer grado: es decir, hasta el tío o her-
mano del padre alimentante.
e) La norma incluye como obligados alimentarios a otros responsables del
niño o el adolescente: esto permite que pueda extenderse a personas distin-
tas que las señaladas en los puntos anteriores. Sin embargo, no existe una pre-
cisión respecto a dichos límites, por lo que debemos entender que se refiere
a la tutela y a la colocación familiar, siendo la forma en la que el Código en-
tiende como responsables del niño.
Derecho de excusión. Es la prelación alimentaria, mediante esta se demuestra
que existe un sujeto que debe cumplir previamente con obligación.
(716) La justicia argentina determinó que a raíz del fallecimiento de los padres, la parte demandada debe en-
cargarse de pagar una cuota alimentaria a su media hermana discapacitada y enferma, quien “no puede
vivir plenamente de la jubilación por invalidez que recibe”. “Obligación de parentesco. Los medio her-
manos sean unidos”. En: <www.diariojudicial.com.ar>. 29/03/2012.
(717) Las estipulaciones establecidas en los contratos se dan por las circunstancias concurrentes en el momento
de su celebración, cualquier alteración sustancial de las mismas puede dar lugar a su modificación.
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alimentista y la fortuna del que hubiese de satisfacerlo”(718), con este mismo crite-
rio el Superior Tribunal de Justicia de Brasil considera que “(...) el juez debe oír
a los interesados, apreciar las circunstancias del caso concreto y obedecer al prin-
cipio rebus sic stantibus”(719). Sin embargo, es el propio Lasarte(720) quien sostie-
ne que se trata de un planteamiento erróneo en razón de que el verdadero signi-
ficado de dicha cláusula está en el ámbito de las prestaciones contractuales en el
sentido de que si varían los presupuestos sobre los que se contrató debe resolver-
se o modificarse el contrato.
Cuando el monto de la pensión se hubiese fijado en un porcentaje de las remune-
raciones del obligado no es necesario nuevo proceso para reajustarla. Dicho reajuste
se produce automáticamente cuando varía dicha remuneración, conforme lo estable-
ce el artículo 482 del Código Civil. Sin embargo, consideramos que el reajuste pro-
cedería al variar la necesidad del alimentista o la posibilidad del alimentante; en es-
tos casos el porcentaje asignado, sea por insuficiente o demasiado deberá ajustarse.
41. Aumento
Procede de acuerdo a las necesidades del alimentista.
Debe fundamentarse en nuevos antecedentes que no existían al tiempo del
proceso, por ejemplo:
- Respecto del alimentista.- Cambios en el nivel de estudios. Resulta obvio que
un estudiante de nivel medio necesita más recursos económicos que uno de
nivel básico y, a su vez, un estudiante de nivel universitario requiere mayo-
res recursos que uno de nivel medio.
- Respecto del alimentante.- Aumento en los ingresos. Si en un principio el
monto de la pensión de alimentos fue menor porque la situación del alimen-
tante no le permitía cumplir con su deber de manera óptima, una vez que su
situación mejore es posible solicitar un aumento de la pensión de alimentos
en atención a su nuevo escenario económico. No debe entenderse que los ali-
mentos pueden implicar un medio para obtener riqueza, estos solo deben ser-
vir para atender las necesidades del alimentista sin perjudicar al alimentante,
ni mucho menos otorgar al alimentista el derecho de participar en las ganan-
cias de su alimentante.
42. Reducción
Procede cuando el alimentante no se encuentra en las condiciones de pro-
porcionar los alimentos fijados, sea por quedarse sin trabajo, haber obtenido uno
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ALIMENTOS
nuevo con menor sueldo o tener otras cargas que alimentar. Asimismo, cuando el
alimentista, ya no quiere el quantum que vino recibiendo.
Las sentencias que derivan de procesos de alimentos no adquieren la autori-
dad de cosa juzgada material(721), solo pueden tener la calidad de cosa juzgada for-
mal(722), en razón de que los elementos que se toman en cuenta para fijar la pen-
sión fluctúan con el correr del tiempo.
(721) En toda medida concerniente al niño y al adolescente que adopte el Estado a través de los Poderes Ejecutivo,
Legislativo y Judicial, del Ministerio Público, los gobiernos regionales, gobiernos locales y sus demás
instituciones, así como en la acción de la sociedad, se considerará el Principio del Interés Superior del
Niño y del Adolescente y el respeto a sus derechos; por tal razón, se concluye que no resulta amparable
considerar que el principio de la cosa juzgada se presenta en el presente caso. Cas. Nº 2760-2004-Cajamarca.
(722) MONTEIRO, Washington de Barros. Ob. cit., pp. 534 y 535.
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44. Exoneración
La ley civil prevé que si el obligado se encuentra en un proceso de disminu-
ción de su capacidad económica tanto así que ponga en peligro su propia subsis-
tencia o que, en su defecto, ha desaparecido en el alimentista el estado de nece-
sidad, puede solicitarse la exoneración de la obligación de seguir prestando ali-
mentos, toda vez que las sentencias en materia de derecho alimentario no adquie-
ren la categoría de cosa juzgada.
Cuando se trate de un proceso de exoneración de pensión alimenticia debe
distinguirse:
- La disminución de los ingresos del obligado debido a la reducción sustantiva
de sus remuneraciones ajenas a su voluntad, como por ejemplo el recorte sa-
larial de tipo permanente por peligro económico de su empresa empleadora
que acuerda con sus trabajadores la disminución de sus ingresos para reflotar
la economía y no declararse en quiebra, situación que debidamente acredita-
da dará paso a la respectiva exoneración alimenticia.
- La reducción aparente de la capacidad económica del obligado, debido a
obligaciones ex voluntate contraídas con posterioridad al señalamiento de
la pensión alimenticia, como por ejemplo, comprarse un auto nuevo o cam-
biar el que tiene, comprar una nueva vivienda o refaccionar la que tiene en
fin acciones destinadas a incrementar su patrimonio y que con normalidad
hoy en día son solventadas en el mercado financiero por pagos a plazos,
lo que en buena cuenta resultan siendo un tipo de sujeción a otras cargas
452
ALIMENTOS
(723) Que, al respecto, se advierte que la actora no ha acreditado con medio probatorio alguno durante secuela del
proceso, que esté siguiendo una profesión u oficio de manera exitosa, por lo que en caso de no demostrar
esta situación por imperio de la propia norma sustantiva, resulta amparable su pretensión, es decir, en
autos se ha probado la existencia de elementos normativos y fácticos para la procedencia de la demanda.
Cas. Nº 80-2004-Junín.
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45. Extinción
Es cuando cesa definitivamente la obligación alimentaria, concluye sin po-
sibilidad alguna de reaparecer. No se trata de casos de desaparición de las causas
de cesación de la obligación alimentaria, en razón de que esta puede restablecer.
Así ocurre si el deudor adquiere bienes o el acreedor pierde los que tenía y vuel-
ve a tener necesidad de los alimentos, o bien cuando cesa la conducta viciosa y
persiste la necesidad(724).
En el caso de los alimentos se extingue la obligación únicamente por muer-
te, sea del alimentante o del alimentista.
Existen otros casos de extinción particulares, como puede ser la extinción de
la obligación alimentaria del excónyuge que alimentó a su ex y este contrae nue-
vo matrimonio, así lo señala el artículo 350 in fine del Código refiriendo que: “las
obligaciones a que se refiere este artículo cesan automáticamente si el alimentista
contrae nuevas nupcias (...)”, figura esta que la podemos extender a los alimentos
del conviviente que contrae nupcias.
El Código regula esta extinción de la obligación alimentaria en su artículo
486, “La obligación de prestar alimentos se extingue por la muerte del obligado o
del alimentista, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 728. En caso de muer-
te del alimentista sus herederos están obligados a pagar los gastos funerarios”.
(724) BAQUEIRO ROJAS, Edgar y BUENROSTRO BAEZ, Rosalía. Derecho de Familia y sucesiones. Harla S.A.,
México D.F., 1994, p. 33.
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(725) MARTÍNEZ RODRÍGUEZ, Nieves. La obligación legal de alimentos entre parientes. La Ley, Madrid,
2002, p. 515.
(726) El delito de omisión de asistencia familiar es sancionado desde el Derecho romano bajo un aforismo Ne-
care Videtur Qui Alimonia Denegat (Se entiende que –mata– atenta contra la vida –del niño, del hom-
bre– quien niega los alimentos necesarios para la misma), siendo una semejanza con el delito de homici-
dio, Vid. PEREIRA, Caio Mário da Silva: Instituições de direito civil, Vol. V, 14ª edição, Direito de fa-
mília, Ed. Forense, Río de Janeiro, 2004, p. 496.
(727) CPC. “Artículo 675. Asignación anticipada de alimentos.- En el proceso sobre prestación de alimen-
tos procede la medida de asignación anticipada de alimentos cuando es requerida por los ascendientes,
por el cónyuge, por los hijos menores con indubitable relación familiar o por los hijos mayores de edad
de acuerdo con lo previsto en los artículos 424, 473 y 483 del Código Civil.
En los casos de hijos menores con indubitable relación familiar, el juez deberá otorgar medida de asig-
nación anticipada, actuando de oficio, de no haber sido requerida dentro de los tres días de notificada la
resolución que admite a trámite la demanda.
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ALIMENTOS
El juez señala el monto de la asignación que el obligado pagará por mensualidades adelantadas, las que
serán descontadas de la que se establezca en la sentencia definitiva”.
Ley Nº 29803 (DOEP., 06/11/11).
(728) CPC. “Artículo 563.- Prohibición de ausentarse.- A pedido de parte y cuando se acredite de manera
indubitable el vínculo familiar, el juez puede prohibir al demandado ausentarse del país mientras no esté
garantizado debidamente el cumplimiento de la asignación anticipada o pensión alimentaria.
Esta prohibición se aplica independientemente de que se haya venido produciendo el cumplimiento de la
asignación anticipada o pensión alimentaria.
Para efectos de dar cumplimiento a la prohibición, el juez cursa oficio a las autoridades competentes”.
(729) CPC. “Artículo 648. Bienes inembargables.- Son inembargables:
(...)
5. Las remuneraciones y pensiones, cuando no excedan de cinco Unidades de Referencia Procesal. El
exceso es embargable hasta una tercera parte. Cuando se trate de garantizar obligaciones alimenticias,
el embargo procederá hasta el sesenta por ciento del total de los ingresos, con la sola deducción de los
descuentos establecidos por ley;
(730) BORDA, Guillermo A. Ob. cit., p. 355.
(731) MARTÍNEZ RODRÍGUEZ, Nieves. Ob. cit., 517.
(732) Ídem.
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de primera necesidad, así como también sería demasiado permitir que el alimen-
tante vaya, compre y entregue alimentos en especie en razón de que esa actividad
debe ser propia de quien lleva y organiza las labores del hogar donde vive el ali-
mentista, sin embargo cada caso amerita un estudio y posición particular. En am-
bos casos, amerita que se fije una pensión mixta.
(733) CANALES TORRES, Claudia. “Hacia la búsqueda del cumplimiento efectivo de las obligaciones
alimentarias. A propósito de la Ley N° 29279”. En: Actualidad Jurídica. N° 181, Gaceta Jurídica S.A.,
Lima, diciembre 2008, p. 37.
(734) DOEP., 23/11/2008.
(735) CANALES TORRES, Claudia. Ob. cit., pp. 37-39.
460
ALIMENTOS
(736) D.S. N° 003-97-TR, Texto Único Ordenado de la Ley de Productividad y Competitividad Laboral.
Artículo 6.- “Constituye remuneración para todo efecto legal el íntegro de lo que el trabajador recibe
por sus servicios, en dinero o en especie, cualquiera sea la forma o denominación que tenga, siempre
que sean de su libre disposición. Las sumas de dinero que se entreguen al trabajador directamente en
calidad de alimentación principal, como desayuno, almuerzo o refrigerio que lo sustituya o cena, tienen
naturaleza remunerativa. No constituye remuneración computable para efecto de cálculo de los aportes
y contribuciones a la seguridad social así como para ningún derecho o beneficio de naturaleza laboral el
valor de las prestaciones alimentarias otorgadas bajo la modalidad de suministro indirecto”.
(737) D.S. N° 003-97-TR, Texto Único Ordenado de la Ley de Productividad y Competitividad Laboral, publi-
cado el 27/03/1997.
(738) D.S. N° 001-97-TR, Texto Único Ordenado de la Ley de Compensación por Tiempo de Servicios. Ar-
tículo 19.- “No se consideran remuneraciones computables las siguientes:
a) Gratificaciones extraordinarias u otros pagos que perciba el trabajador ocasionalmente, a título de li-
beralidad del empleador o que hayan sido materia de convención colectiva, o aceptadas en los procedi-
mientos de conciliación o mediación, o establecidas por resolución de la Autoridad Administrativa de
Trabajo, o por laudo arbitral. Se incluye en este concepto a la bonificación por cierre de pliego;
b) Cualquier forma de participación en las utilidades de la empresa;
c) El costo o valor de las condiciones de trabajo;
d) La canasta de Navidad o similares;
e) El valor del transporte, siempre que esté supeditado a la asistencia al centro de trabajo y que razona-
blemente cubra el respectivo traslado. Se incluye en este concepto el monto fijo que el empleador otorgue
por pacto individual o convención colectiva, siempre que cumpla con los requisitos antes mencionados;
f) La asignación o bonificación por educación, siempre que sea por un monto razonable y se encuentre
debidamente sustentada;
g) Las asignaciones o bonificaciones por cumpleaños, matrimonio, nacimiento de hijos, fallecimiento y
aquellas de semejante naturaleza. Igualmente, las asignaciones que se abonen con motivo de determina-
das festividades siempre que sean consecuencia de una negociación colectiva;
h) Los bienes que la empresa otorgue a sus trabajadores, de su propia producción, en cantidad razonable
para su consumo directo y de su familia;
i) Todos aquellos montos que se otorgan al trabajador para el cabal desempeño de su labor o con ocasión
de sus funciones, tales como movilidad, viáticos, gastos de representación, vestuario y en general todo lo
que razonablemente cumpla tal objeto y no constituya beneficio o ventaja patrimonial para el trabajador;
j) La alimentación proporcionada directamente por el empleador que tenga la calidad de condición de
trabajo por ser indispensable para la prestación de servicios, las prestaciones alimentarias otorgadas bajo
la modalidad de suministro indirecto de acuerdo a su ley correspondiente, o cuando se derive de mandato
legal”.
(739) D.S. N° 001-97-TR, Texto Único Ordenado de la Ley de Compensación por Tiempo de Servicios. Artículo
20.- “Tampoco se incluirá en la remuneración computable la alimentación proporcionada directamente
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por el empleador que tenga la calidad de condición de trabajo por ser indispensable para la prestación de
los servicios, o cuando se derive de mandato legal”.
(740) Publicado el 01/03/1997.
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ALIMENTOS
(741) CANALES TORRES, Claudia. “Continuando con la búsqueda del cumplimiento efectivo de las
obligaciones alimentarias”. En: Actualidad Jurídica, N° 216, Gaceta Jurídica S.A., Lima, noviembre
2011, pp. 19-22.
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ALIMENTOS
(742) Código Procesal Civil del Perú. Artículo 682: “Ante la inminencia de un perjuicio irreparable, puede
el juez dictar medidas destinadas a reponer un estado de hecho o de derecho cuya alteración vaya a ser o
es el sustento de la demanda. Esta medida es excepcional por lo que solo se concederá cuando no resulte
aplicable otra prevista en la ley”.
(743) Código Procesal Civil del Perú. Artículo 687: “Ante la inminencia de un perjuicio irreparable, puede
el juez dictar medidas destinadas a conservar la situación de hecho o de derecho cuya situación vaya a
ser o sea invocada en la demanda y, se encuentra en relación a las personas y bienes comprendidos en el
proceso. Esta medida es excepcional por lo que se concederá solo cuando no resulte de aplicación otra
prevista en la ley”.
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ALIMENTOS
por un lado y la imposibilidad real de los hijos mayores de solventar sus estu-
dios, los que necesitan apoyo económico de sus progenitores para poder sub-
sistir y no pueden esperar la culminación del proceso de alimentos para que
se les asigne un monto dinerario, porque la demora judicial puede dar lugar a
perjuicios irreparables.
Todo ello sin perjuicio de que al fijarse la asignación anticipada de alimen-
tos cuando todavía no se han probado acabadamente los ingresos del alimentante
y las necesidades del alimentista, consideramos que la cuota debe ser tan mode-
rada como las circunstancias lo aconsejen.
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ALIMENTOS
(750) “El Registro de Deudores Alimentarios Morosos”. En: Ponencia Poder Judicial-Segunda Parte,
06/09/2007.
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• El Código Civil del Perú establece en su artículo 235, la obligación de los pa-
dres a proveer al sostenimiento, protección, educación y formación de sus hi-
jos menores según su situación y posibilidades. Todos los hijos tienen igua-
les derechos. Asimismo, reitera esta obligación cuando afirma en su artículo
287 que los cónyuges se obligan mutuamente por el hecho del matrimonio a
alimentar y educar a sus hijos, y en su artículo 418 que por la patria potestad
los padres tienen el deber y derecho de cuidar de la persona y bienes de hijos
menores.
• Asimismo, el Código Civil precisa la noción de alimentos en su artículo 472
cuando establece que se entiende por alimentos lo que es indispensable para
el sustento, habitación, vestido y asistencia médica, según la situación y po-
sibilidades de la familia. Cuando el alimentista es menor de edad, los alimen-
tos comprenden también su educación, instrucción y capacitación para el tra-
bajo. Este dispositivo hay que concordarlo con el artículo 92 del Código de
los Niños y Adolescentes, que contienen una definición de alimentos espe-
cial para este tipo de sujetos de derecho, considerando a todo lo necesario
para el sustento, habitación, vestido, educación, instrucción y capacitación
para el trabajo, asistencia médica y recreación del niño o del adolescente, así
como también los gastos del embarazo de la madre desde la concepción has-
ta la etapa de posparto.
• El Código Penal en su artículo 149 tipifica el delito de Omisión de Prestación
de Alimentos, estableciendo que el que omite cumplir con su obligación de
prestar los alimentos que establece una resolución judicial será reprimi-
do con pena privativa de libertad no mayor de tres años o con prestación
de servicio comunitario de veinte a cincuentidos jornadas, sin perjuicio de
cumplir el mandato judicial. Si resulta lesión grave o muerte y estas pudie-
ron ser previstas, la pena será no menor de dos ni mayor de cuatro años en
caso de lesión grave, y no menor de tres ni mayor de seis años en caso de
muerte.
En opinión del sector doctrinario que apoya la creación de este registro, la
legislación actual no otorga mecanismos efectivos a las autoridades a efectos de
conminar a los deudores alimentarios irresponsables para que se vean forzados a
cumplir sus correspondientes obligaciones alimentarias.
El impacto negativo que genera el incumplimiento de la obligación alimenta-
ria ocasiona que el propio Estado tenga que asumir el costo social de dicha irres-
ponsabilidad, desviando recursos y esfuerzos que pueden ser utilizados en otras
políticas públicas. Por ello, ante esta omisión, el deudor alimentario debería de
ser obligado a pagar y con intereses, porque de su incumplimiento se derivan una
serie de problemas sociales.
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ALIMENTOS
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
más alternativa que cumplir con la obligación establecida, sin la cual el deudor no
podría desenvolverse socialmente en forma normal. A manera de ejemplos, se ha
llegado a proponer, la privación de la licencia de conducir o que la existente sea
revocada y que haya imposibilidad del deudor alimentario a obtener cargos públi-
cos por designación o elección.
Discutible es que la ley sancione drásticamente con destitución del cargo al
funcionario encargado que no hiciera el reporte de algún deudor alimentario mo-
roso, situación altamente cuestionable y que se ha alegado incluso que atenta con-
tra el derecho al trabajo, incluso totalmente desproporcionada en cuanto a la gra-
dación de la falta y que, por el contrario, para el deudor alimentario moroso no
existe sanción alguna.
Como bien dice Ariano Deho, la ley termina dejando su coerción para el ma-
ñana y no para el inmediato, que es lo que movió a los legisladores de todos los
tiempos a establecer un procedimiento ultra simplificado para la fijación de los ali-
mentos y la inmediata ejecutividad de las sentencias que los fijaran, que es como
decir, que la ley poco o nada contribuirá a hacer más efectiva y rápida la tutela de
los derechos alimentarios, que como es obvio no deberían aguardar ni uno ni dos
ni tres meses para verse satisfechos.
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ALIMENTOS
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
(751) “Excluir las utilidades del cómputo de la pensión de alimentos vulnera la efectividad de la resolución ju-
dicial”. Pese a existir sentencia firme, los órganos jurisdiccionales excluyeron las utilidades como ingre-
so integrante del monto de la pensión de alimentos, vulnerando de este modo el derecho a la efectividad
de las resoluciones judiciales, pues contraviniendo en lo resuelto en la sentencia, que fijó la pensión en
un cincuenta por ciento del total de ingresos del demandado. STC. Exp. Nº 00750-2011-PA/TC. Vide Ac-
tualidad Jurídica, Nº 221, Gaceta Jurídica, Lima, abril, 2012, pp. 96 y 97.
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ALIMENTOS
(752) TOYAMA MIYAGUSUKU, Jorge. Instituciones del Derecho Laboral. Gaceta Jurídica, Lima, 2005,
p. 310.
(753) PIZARRO DÍAZ, Mónica. “La remuneración en el Perú”. En: Análisis jurídico laboral. Estudio Gonzá-
les y Asociados, Lima, 2006, p. 51.
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
En esta línea de pensamiento, hemos apuntado que los alimentos deben ga-
rantizar una adecuada formación de la persona hasta que esta pueda valerse por
sí misma, razón por la cual se le deben dotar de todos los recursos necesarios, es
decir, el obligado solo puede garantizar lo señalado destinando para ellos parte de
todos sus ingresos y no solo de sus remuneraciones. Sus ingresos no son de exclusi-
vidad, ni individualidad de quien los recibe, se benefician de ellos, también, los
alimentistas.
53. De la determinación en sí
La determinación del monto de la pensión alimenticia es importante en tanto
que su fin es fijar el quantum que permita facilitar los medios indispensables para
que el sujeto satisfaga sus necesidades a fin de lograr su mantenimiento, subsisten-
cia e integración completa en la sociedad, esto en aras de la tutela del interés supe-
rior de la persona como base de su dignidad, de una sociedad justa y democrática.
La base de cálculo de la pensión alimenticia debe ser establecida de manera
clara y precisa. No caben ambigüedades ni criterios dispersos. No obstante ello,
nos encontramos con dos posiciones contrapuestas. Una sostenía que su estable-
cimiento es solo con base en la remuneración, mientras que la actual señala que la
pensión alimenticia se fija con base en todos los ingresos del alimentante.
El siguiente ejemplo nos permite clarificar el caso:
José, padre de un menor llamado Pedro, recibe los siguientes ingresos:
i) S/. 2,000.00 como remuneración por su trabajo dependiente; ii) S/. 2,000.00 por
su participación en las utilidades de su centro de trabajo; iii) S/. 1,000.00 por una
asignación por combustible no pensionable; y, iv) S/. 500.00 por el rendimien-
to de acciones que negocia en la Bolsa de Valores, lo que hace un total de ingre-
sos de S/. 5,500.00 que son de libre disponibilidad para el obligado. Como con-
secuencia de la separación de hecho con su esposa María, José es demandado al
pago de una pensión alimenticia a favor de Pedro. En primera instancia, José es
sentenciado a pagar el máximo legal (60%) de todos sus ingresos, precisándose
que la base de cálculo es todo ingreso o todo concepto con carácter remunerati-
vo o sin él, procediéndose a efectuar el correspondiente embargo sobre todos sus
ingresos (embargo A). Apelado este fallo, el Superior jerárquico falla en el senti-
do de que la base de cálculo solo comprende a las remuneraciones, procediéndo-
se a efectuar el embargo solo sobre la remuneración de S/. 2,000.00 (embargo B).
Como puede apreciarse la base de cálculo trae diversas consecuencias prác-
ticas y dramáticas. Con el embargo A, el menor recibiría S/. 3,300.00 (60% de
S/. 5,500.00), con el embargo B, solo recibiría S/. 1,200.00 (60% de S/. 2,000.00).
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ALIMENTOS
54. Casuística
Presentemos un caso en particular. Un proceso de reducción de alimentos ini-
ciado por el obligado alimentante quien solicita dicha reducción en virtud de que
la alimentista ya contaría con la capacidad económica suficiente para mantener-
se por su propia cuenta. Ante ello, la alimentista señala que mantiene su estado de
necesidad y, en consecuencia, que no se debe proceder a la reducción, por el con-
trario debe incrementarse, toda vez que el monto recibido es diminuto, en razón
de que para dicho cálculo no se incluyen todos los ingresos que el obligado perci-
be en su condición de miembro activo de la Policía Nacional, específicamente las
bonificaciones por combustible y chofer. La decisiones fueron:
- Primer criterio, 10 Juzgado Especializado de Familia
Mediante resolución 24 de fecha nueve de agosto de 2006, el Juzgado resuel-
ve conceder el pedido de reactualización automática de la pensión de alimentos
solicitada por la alimentista, sin embargo ordena que dentro de la base de cálcu-
lo para la determinación de dicha pensión no se deberían incluir las bonificacio-
nes por combustible y chofer que percibe el obligado alimentista en su calidad
de miembro de la Policía Nacional según lo establecido por el Decreto Supremo
Nº 037-2001-EF, ya que entiende que las mismas no forman parte de su remu-
neración, a pesar de lo cual las califica como ingreso en aplicación del principio
de la realidad.
- Segundo criterio, Sala Especializada de Familia
Apelada la resolución 24, el caso es elevado a la Sala Especializada de Familia
de la Corte Superior de Justicia de Lima, el Colegiado mediante resolución de agos-
to de 2007, a pesar de un voto en discordia rectifica la posición del Juzgado y es-
tablece que en aplicación de la Constitución Política se debe adoptar un criterio que
atienda prioritariamente a proteger a la alimentista, así, el supuesto conflicto nor-
mativo surgido entre el artículo 4 de la Constitución y el Decreto Supremo Nº 037-
2001-EF debe ser resulto siempre a favor de la alimentista. En consecuencia, es-
tablece reactualizar la pensión de alimentos fijada en el 30% del haber del obliga-
do debiéndose incorporar como ingresos a las bonificaciones por gasolina y cho-
fer, los cuales además son entregados sin que se exija una rendición de cuentas,
es decir, son de su libre disponibilidad.
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
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ALIMENTOS
El inciso 6 del artículo 648 del Código Procesal Civil señala que “(...) cuan-
do se trata de garantizar obligaciones alimenticias, el embargo procederá por has-
ta el sesenta por ciento del total de los ingresos, con la sola deducción de los des-
cuentos establecidos por la ley”. Queda claro que se privilegia el interés superior
del alimentista reconociéndole el derecho de pedir alimentos hasta por más de la
mitad de los ingresos del obligado; no obstante ello, no deja en situación de nece-
sidad al mismo ya que le reserva hasta el 40% de sus ingresos. Cabe recordar que
la pensión alimenticia es fijada en proporción a las necesidades del alimentista y
las posibilidades del alimentante (artículo 481 del Código Civil).
Una precisa interpretación del citado artículo 648 nos lleva a entender el tér-
mino “ingresos” en sentido amplio –tal como se aprecia en el ejemplo del embar-
go A–, incluyendo todo lo que una persona percibe sea cual fuere el origen, lláme-
se por su trabajo dependiente (remuneración), bonos no pensionables (empleados
públicos) o asignaciones especiales. No obstante, como vimos, los ingresos deri-
vados del trabajo dependiente no son los únicos que puede obtener una persona,
pensemos en las ganancias por actividades comerciales, por rendimiento de bo-
nos, acciones, préstamos, entre otros.
El término remuneración debe ser entendido de modo restringido a todo aque-
llo que es percibido en una relación laboral dependiente, siempre que sea de su
libre disponibilidad y con las excepciones previstas por ley (utilidades, asigna-
ciones especiales y eventuales, movilidad, etcétera), conforme al artículo 6 de la
Ley de Productividad y Competitividad Laboral y los artículos 19 y 20 de la Ley
de la CTS. Esta diferencia solo tiene aplicación para determinar la base de cálcu-
lo para los aportes a la seguridad social y otras contribuciones del empleador y
trabajador; de ninguna manera deben afectar la prestación de alimentos. Son dos
cosas diferentes.
En aras de la protección del interés superior y la satisfacción íntegra de sus
necesidades del alimentista, la Sala de Familia ha determinado con acierto que
la base de cálculo para la fijación deben ser todos los ingresos (no solo los in-
gresos con carácter remunerativo) en razón de que toda suma ganada es un in-
greso que debe ser compartido con quien dependa del obligado alimentista, cri-
terio que saludamos.
Este fallo contribuye al fortalecimiento de la familia, al respeto de la digni-
dad de la persona y una ofrece una paz para las generaciones futuras.
Asimismo, se ha afirmado esta posición con un criterio casatorio al indicar-
se que el artículo 2 del Decreto Supremo Nº 037-2001-EF, así como el artículo
1 del Decreto Supremo Nº 040-DE-SG, ampliaron la entrega de dinero en efec-
tivo por concepto de combustible al personal militar y policial en situación de
retiro que se señala, esto es, al personal que ya no desempeña servicios, ni se
encuentra en situación de actividad; por lo tanto, los ingresos que perciben los
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ALIMENTOS
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
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CAPÍTULO
SÉTIMO
PATRIMONIO
FAMILIAR
CAPÍTULO SÉTIMO
PATRIMONIO FAMILIAR
I. INTRODUCCIÓN
El patrimonio familiar es una institución jurídica por la que el titular del de-
recho de propiedad de un bien inmueble lo afecta permanentemente a fin de que
sea destinado como casa-habitación o predio agrícola, artesanal, industrial, co-
mercial, buscando asegurar que sirva de morada y sustento de las personas bene-
ficiarias por su instituyente.
Su constitución confiere a los beneficiarios sosiego y tranquilidad respecto
de los riesgos de verse privados de su vivienda y/o predio destinado a actividades
económicas por posibles malos manejos, deudas o mala gestión en las que pudie-
ra incurrir el jefe de familia y que podría tener como consecuencia la pérdida de
su morada y/o su fuente de ingresos.
Es una institución de orden familiar, típica del Derecho de familia, aunque
con determinantes implicancias en el orden de los Derechos reales, lo que ha me-
recido el estudio de estos últimos especialistas(758). Se ha dicho, con fundadas ra-
zones que el bien de familia es una institución del Derecho de familia patrimo-
nial, como sostiene Méndez Costa(759) y Guastavino(760), del Derecho aplicado a
los bienes a decir de Savigny(761).
(758) ROMERO ROMAÑA, Eleodoro. Derecho Civil. Los Derechos Reales. Lima, 1947, p. 113.
(759) MÉNDEZ COSTA, María Josefa. Derecho de Familia. Tomo III, Rubinzal-Culzoni, Buenos Aires, 2001, p. 499.
(760) GUASTAVINO. Derecho de familia patrimonial. Bien de familia. Tomo I, p. 92 y Tomo II, p. 13.
(761) Cit. MÉNDEZ COSTA, María Josefa. Ob. cit., p. 499.
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II. DENOMINACIÓN
Es conocida con las siguientes denominaciones: Bien de familia, hogar de fa-
milia, asilo de familia, homestead (derecho anglosajón), finca de familia.
III. ANTECEDENTES
1. Orígenes
Esta figura tiene como antecedente mediato la legislación norteamericana
donde se origina con el nombre de Homestad(762), término que traducido al espa-
ñol es entendido como lugar estable u hogar seguro o firme.
Esta institución del Homestad se deriva, a su vez, de la figura jurídica del
Homestad Lowe la misma que aparece en una ley dada en el Estado de Texas en
el año de 1839 que fue convertida, en 1863, en ley federal por Abraham Lincoln.
El objetivo de esta ley federal es la protección de los lotes de terreno de dominio
público otorgados por el Estado a núcleos familiares bajo la figura de preemtion,
i.e. se trataba de bienes inmuebles que adjudicados a personas y/o familias que no
trabajaban considerando la mencionada ley, que con este solo poseer de manera
permanente el inmueble, sus ocupantes expresaban su voluntad de vivir perma-
nentemente en él y tenerlo como medio de sustento para el poseedor y su familia
y, por último, su voluntad de adquirirlo en propiedad.
El Homestad Lowe representó un instrumento legal para la colonización de las
inmensas tierras del oeste americano. Constituyó un avance legal en la protección
de las pequeñas propiedades familiares de los colonos frente a los avances y ape-
titos comerciales de los grandes terratenientes y de los traficantes de tierras. Sin
embargo, esta ley no terminó de llenar completamente su finalidad. Los mencio-
nados inmuebles quedaban expuestos a embargos y, por ende, las unidades fami-
liares eran despojadas de los bienes inmuebles, rurales y urbanos que les servían
de habitación y sustento, quedando en el desamparo las familias que los habitaban.
Como complemento del Homestead Lowe nace la ley conocida como
Homestead Exception, que pertenece a la legislación particular de cada Estado. Su
objeto sigue siendo proteger la propiedad inmueble de la familia. Esta ley extien-
de la protección sobre los bienes familiares otorgando a los ciudadanos norteame-
ricanos la propiedad e inembargabilidad de un bien inmueble rural de no más de
50 acres. La inembargabilidad se hace extensiva a los instrumentos, maquinarias
y animales necesarios para la explotación del predio. Este beneficio se hizo exten-
sivo a las propiedades urbanas y a los bienes muebles afectados a las mismas (que
en ella estaban) a los que también se les fijaba un límite, pero en este caso, estaba
(762) Antigua unidad de superficie del sistema anglosajón equivalente a 64,7497027584 hm² (hectómetros
cuadrados) o ha (hectáreas).
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PATRIMONIO FAMILIAR
dado por el valor dinerario del inmueble y de los muebles afectos a este (inmue-
bles con un valor no mayor a los 500 dólares y muebles con un valor no mayor
a los 200 dólares), el exceso, sobre ese monto dinerario, sí podía ser embargado.
Esta ley precisaba que la inembargabilidad solo tenía lugar para aquellas deu-
das contraídas con posterioridad a la declaración del Homestead Exception y no
a las deudas anteriores a su constitución. Su fin último es la protección del pa-
trimonio familiar y con esto a la mujer e hijos del constituyente, respecto de las
acciones negligentes o dolosas en las que pudiera incurrirse como consecuencia
de mala gestión, estilo de vida o hechos que pudieran traer consigo la pérdida de
la casa-habitación, de su mobiliario y de cualquier otro elemento que constituya
elemento o herramienta de trabajo y fuente para el sustento familiar.
Con esta ley se busca dar seguridad, tranquilidad y sosiego económico al nú-
cleo familiar con la protección de los bienes que son el principal elemento para el
sustento, tales como la casa-habitación y los elementos que la integran como uni-
dad económica familiar y, por otro, asegurar la estabilidad de las familias y el de-
sarrollo del país en su conjunto, en base a la familia.
Se proyecta, algo así, como la inembargabilidad de los bienes del Estado.
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(763) ROMERO ROMAÑA, Eleodoro. Derecho Civil, Los Derechos Reales. Lima, 1947, p. 113.
(764) FACHÍN, Luiz Edson. Estatuto jurídico do patrimonio mínimo. Renovar, Río de Janeiro, 2001, p. 143.
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PATRIMONIO FAMILIAR
V. CONCEPTO
Según Zannoni el patrimonio familiar “consiste en la afectación de un inmue-
ble urbano o rural a la satisfacción de las necesidades de sustento y de la vivienda
del titular y su familia y, en consecuencia, se lo sustrae a las contingencias eco-
nómicas que pudieran provocar, en lo sucesivo, su embargo o enajenación”(765).
Para Cornejo Chávez “La figura de patrimonio familiar, introducida con este
nombre en la Constitución de 1979, consiste en la afectación de un inmueble para
que sirva de vivienda a miembros de una familia, o de un predio destinado a la
agricultura, la artesanía, la industria o el comercio para proveer a dichas personas
de una fuente de recursos que asegure su sustento”(766).
Por su parte, Tedeschi nos dice: “El patrimonio familiar está destinado a ase-
gurar la prosperidad económica de la familia. Más precisamente se lo concibe
como áncora de salvación de la familia contra las adversidades o también contra
la poca prudencia de quien debería tener entrañable como ninguna otra cosa la
suerte de dicha familia”(767).
Según Bossert, “El propósito es crear un sistema mediante el cual pueda el
propietario de un inmueble, asegurar la vivienda para él y sus familiares, o asegu-
rarles el sustento a través de los ingresos que pueden obtener con el trabajo per-
sonal que desarrollaban en ese inmueble”(768).
Cadoche complementa: “El bien de familia es una institución del derecho de
familia patrimonial, que se orienta a la protección del núcleo familiar beneficia-
rio, para asegurar su vivienda y/o su sustento”(769).
VI. DEFINICIÓN
El patrimonio familiar es una institución jurídica del Derecho de familia,
de amparo familiar, protectora del bien inmueble más importante para la vivien-
da, sustento, permanencia y desarrollo de la familia. Este bien puede ser urbano
(765) ZANNONI, Eduardo A. Derecho Civil. Derecho de Familia. Tomo I, 2a edición actualizada y ampliada.
Astrea, Buenos Aires, 1989, p. 558 y ss.
(766) CORNEJO CHÁVEZ, Héctor. Derecho familiar peruano. 10a edición, Gaceta Jurídica, Lima, 1999.
p. 649.
(767) TEDESCHI, Guido. El régimen patrimonial de la familia. Ediciones jurídicas Europa-América, Buenos
Aires, 1954, p. 83 y ss.
(768) BOSSERT, Gustavo A. y ZANNONI, Eduardo A. Manual de Derecho de Familia. 3a edición, Astrea,
Buenos Aires, p. 274.
(769) CADOCHE, Sara Noemí. Derecho de Familia. Tomo I, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 1982, p. 469.
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
o rural, terreno o construcción, donde viva la familia o donde desarrolle sus acti-
vidades económicas sean estas agrícolas, artesanales, industriales o comerciales.
VIII. CARACTERES
En el ordenamiento jurídico peruano, en virtud del artículo 488 del Código
Civil, se regulan las características y efectos jurídicos del patrimonio familiar.
(770) CADOCHE, Sara Noemí. Derecho de Familia. Tomo I, Rubinzal y Culzoni S.C.C., Santa Fe, 1982,
p. 470.
(771) MÉNDEZ COSTA, María Josefa. Derecho de Familia. Tomo III, Rubinzal Culzoni, Buenos Aires, 2001,
p. 515 y ss.
(772) FERNÁNDEZ CLÉRIGO, Luis. El Derecho de familia en la legislación comparada. Editorial Hispano-
Americana, México, 1947, p. 507.
490
PATRIMONIO FAMILIAR
Sin embargo, antes de ello, debemos precisar que el patrimonio familiar solo se
constituye sobre bienes inmuebles destinados a la habitación o explotación, para
vivir o trabajar. Ahora si el referido artículo establece que: “El patrimonio fami-
liar es inembargable, inalienable y transmisible por herencia”.
Cuando se constituye patrimonio familiar se generan sobre el bien inmue-
ble una serie de efectos jurídicos que caracterizan a esta institución jurídica, ta-
les como indivisibilidad, inalienabilidad, inembargabilidad, inejecutabilidad e
ingravabilidad.
Divisibilidad
Alienabilidad
In Embargabilidad
Ejecutabilidad
Gravabilidad
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
Son también inembargables los frutos que produzca el bien en la medida que
sean indispensables para satisfacer las necesidades del bien de familia.
El bien de familia está exento del impuesto a la transmisión gratuita por muer-
te, cuando ella se opere a favor de los beneficiarios del bien y siempre que los he-
rederos no resolvieren desafectarlo dentro de los cinco años del fallecimiento del
causante (art. 40, ley 14.394)”(773).
Cornejo Chávez menciona en relación que “La finalidad y razón de ser del
patrimonio de familia radica en garantizar el núcleo doméstico contra el riesgo
de desamparo, es decir, de quedar privado de lo más elemental de sus medios de
subsistencia: un techo bajo el cual guarecerse.
Esta garantía, aun no siendo absoluta, incluye –con más o menos generalidad
en la legislación comparada– los siguientes privilegios:
El no poder ser enajenado, o de no poder serlo sin el consentimiento del cónyuge.
Así, la legislación norteamericana no solo exige el concurso o consentimiento de
la mujer para la enajenación por acto inter vivos, sino que también lo exige para
la transmisión por testamento, exigencia esta última que resultaría de difícil apli-
cación en las leyes que prohíben el testamento en común, o que, en otro caso, en-
trañaría la inclusión en un acto esencialmente unilateral de una cláusula bilateral
o convencional”(774).
Analicemos los más importantes.
2. Inalienabilidad
La inalienabilidad implica la imposibilidad de enajenar el bien. Está expre-
samente prohibido que el bien constituido como patrimonio familiar sea transfe-
rido a título oneroso o gratuito, individualmente o en su totalidad. No puede ser
objeto de venta, donación, permuta, dación en pago, renuncia, legado ni mejora
testamentaria(775).
Esta prohibición tiene como fundamento su propia naturaleza.
Al haber sido constituido a favor de ciertos beneficiarios no podrá ser transfe-
rido, tampoco dado en garantía, salvo que se desafecte. La desafectación implica
que readquiera la calidad de bien transferible siendo el propio instituyente con la
anuencia de las personas a favor de quienes se instituyó quien, previo los trámites
que señala la ley, realice el acto jurídico que los libere de dicha carga.
(773) BORDA A, Guillermo. Tratado de Derecho Civil. Familia I. 9a edición, Editorial Perrot, Buenos Aires,
1993, pp. 272-275.
(774) CORNEJO CHÁVEZ, Héctor. Derecho Familiar peruano. 10a edición, Gaceta Jurídica, Lima, 1999,
pp. 654-659.
(775) CADOCHE, Sara Noemí. Ob. cit., p. 479.
492
PATRIMONIO FAMILIAR
3. Indivisibilidad
Este carácter refiere que el bien es una unidad natural destinada en su tota-
lidad a la habitación y/o subsistencia de los integrantes de una familia, el mismo
no admite división, no solo por disposición legal sino por los perjuicios que ori-
ginaría, principalmente, la pérdida de valor que tal acto acarrearía.
El patrimonio familiar, a partir de su constitución, se convierte en una unidad
económica y jurídica de naturaleza indivisible que trae consigo la existencia legal
de una copropiedad por disposición legal sobre este, por lo que esta condición de
indivisibilidad no admite ninguna clase de división o separación(777).
4. Inembargabilidad
La inembargabilidad implica imposibilidad de sometimiento del bien a gra-
vamen. Al ser considerado el patrimonio familiar un mínimum su inembargabili-
dad o imposibilidad de sometimiento a gravamen, lo distinguen e identifican fren-
te a otras instituciones civiles permitiendo a sus beneficiados estabilidad y segu-
ridad jurídica.
Tanto el bien inmueble como sus frutos son inembargables.
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
(778) CORNEJO CHÁVEZ, Héctor. Derecho familiar peruano. Tomo II, 6ª edición, Editorial Librería Studium,
Lima, 1987, p. 316.
494
PATRIMONIO FAMILIAR
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
5. Transmisibilidad sucesoral
El artículo 488 del Código Civil, repitiendo el artículo 5 de la Constitución
de 1979, señala que el patrimonio familiar es transmisible por herencia. La
Constitución de 1993 obvia esta institución. El Código Civil de 1936, por su par-
te, señalaba en su artículo 473 que el hogar de familia subsiste después de la muer-
te del propietario solo si este, por acto de última voluntad hubiera dispuesto que
pase a sus herederos.
El hecho de que el constituyente fallezca no afecta a la institución. No se pro-
duce la desafectación ni se extinguirá el patrimonio familiar en la medida que sus
beneficiarios continúen siéndolo. Esto implica una suspensión en el derecho de
los herederos a la partición del bien afecto. El patrimonio solo se extingue a fal-
ta de beneficiarios. Aunque muera el constituyente el patrimonio permanece y los
beneficiarios continúan en tal calidad, suspendiéndose los derechos a la partición
del bien de familia a los herederos.
En nuestra legislación: “(...) la transmisión hereditaria no se refiere al bien
que está afecto al patrimonio familiar (que en su momento y con las normas del
derecho sucesorio se producirá a favor de los herederos), sino a la condición le-
gal que recae sobre el bien, objeto del patrimonio familiar, y que como sabemos
entraña prerrogativas, facultades a favor de los beneficiarios, así pese a la muerte
496
PATRIMONIO FAMILIAR
del constituyente, el bien seguirá afecto a favor de los familiares, quienes podrán
seguir usándolo y disfrutando de este, sin el riesgo y el temor de que pueda ser
embargado, rematado o dispuesto, y todo ello porque si en vida del constituyente,
este, libre y voluntariamente, afectó un bien en patrimonio familiar, producido su
deceso, opera automáticamente la transmisión de esa condición legal, que no es otra
que la de ser inalienable, en tanto los beneficiarios continúen siendo tales (...)”(779).
Situación distinta se da cuando el beneficiario muere, caso en el cual el pa-
trimonio se extingue.
Bossert afirma que “La convivencia de los beneficiarios con el propietario
no es un requisito legal, salvo para designar beneficiarios a los parientes colate-
rales; en este caso, es necesario que ellos convivan con el propietario a la época
de la afectación”(780).
Para Cadoche, “El acto jurídico por el cual se constituye a un inmueble pro-
pio con el carácter de bien de familia goza de varios caracteres, entre los cuales
podemos destacar:
1. Es optativa. El propietario puede afectar el inmueble, según sea su voluntad,
sin que ninguna disposición legal lo obligue a hacerlo. Aunque estén dadas
las condiciones físicas y jurídicas en el inmueble y en el núcleo familiar, es
de la decisión del dueño cumplir o no con el trámite destinado a la afectación.
2. Es única o excepcional. Cada persona puede afectar a este régimen un solo
inmueble de su propiedad, y si se hubiera excedido deberá optar por la sub-
sistencia de uno solo.
3. Es imprescriptible. Es una consecuencia de haberse colocado al bien fuera
del comercio, lo que lleva también a la imposibilidad de adquisición del do-
minio por un tercero con base en la prescripción”(781).
Cornejo Chávez comenta que “En primer lugar, es posible constituir patrimo-
nio de la familia sobre la casa-habitación. Este es el caso típico de la figura y de
ella deriva precisamente su primitiva denominación de hogar de familia.
En segundo lugar, es posible constituir también el patrimonio familiar sobre
un periodo agrícola, artesanal, industrial o comercial y esto, no solo cuando tal
explotación sea anexa a la vivienda, si no en cualquier otro caso, o sea, aun si la
figura no comprende la vivienda; siempre que, esto sí, tal explotación sea el sus-
tento de la familia.
(779) AGUILAR LLANOS, Benjamín. La familia en el Código Civil peruano. Editorial San Marcos, Segunda
reimpresión, Lima, 2009, p. 500.
(780) BOSSERT, Gustavo A. y ZANNONI, Eduardo A. Ob. cit., p. 275.
(781) CADOCHE, Sara Noemí. Ob. cit., p. 478.
497
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
En tercer lugar, tanto el inmueble que sirva de vivienda, como el predio agrí-
cola o industrial que sirva de fuente de sustento a la familia no son limitados, si
bien el código no ha seguido ejemplo de aquellos que fijan el límite en el valor
pecuniario del bien, sino que prefiere señalar un límite elástico, cuya determina-
ción, según ha de entenderse, hará en cada caso el juez”(782).
IX. FINALIDAD
El patrimonio familiar tiene la finalidad de coadyuvar al amparo familiar.
Se orienta a brindar protección jurídica a los miembros de la familia median-
te la afectación de determinados bienes del instituyente.
Esta institución está orientada a garantizar al núcleo doméstico contra el ries-
go de desamparo, de quedar privado de lo más elemental de sus medios de subsis-
tencia: un techo o una fuente de recursos para subsistir. Estos bienes permiten el
sustento y satisfacer las necesidades básicas de habitación y alimentación del gru-
po familiar a favor de los cuales se instituye. Los bienes sobre los cuales se cons-
tituyen son inmuebles, rurales o urbanos, siempre deberán estar destinados a dar
albergue o, en su caso, servir como sustento económico de la familia.
Por medio de la afectación, que importa una carga para el bien, se sustrae cual-
quier contingencia económica que se pudiera presentar en el futuro dado que ad-
quieren, entre otras, las características de inembargabilidad e inalienabilidad(783).
Borda expresa que: “La crisis por la que atraviesa la familia en las socieda-
des contemporáneas y las dificultades económicas que conspiran contra su soli-
dez, han hecho surgir la necesidad de una legislación protectora. La institución del
bien de familia es una de las iniciativas más importantes adoptadas con ese pro-
pósito en los últimos tiempos. Se procura poner a la familia al abrigo de las vici-
situdes económicas de los malos negocios aun de la muerte del padre. El bien de
familia puede consistir en la casa donde habita la familia o en un inmueble que
sirva con su producción al sostenimiento de ella. Es decir, que se protege la vi-
vienda o el sustento del núcleo familiar”(784). Por su parte, Zannoni opina que el
patrimonio familiar es una auténtica institución que tiende a preservar el asien-
to de la residencia de la familia, el hogar familiar, poniéndolo a cubierto, no solo
de la ejecución por las deudas del constituyente –deudas, por supuesto, posterio-
res a la afectación del bien–, sino también de los eventuales actos de disposición
(782) CORNEJO CHÁVEZ, Héctor. Derecho familiar peruano. Ob. cit., p. 652.
(783) DE ALMEIDA SÁNCHEZ, Ana Sofía. “El patrimonio familiar - Breve análisis”. En: Diálogo con la Ju-
risprudencia. N° 134, Gaceta Jurídica, Lima, noviembre 2009, p. 132.
(784) BORDA A, Guillermo. Tratado de Derecho Civil. Familia I. 9a edición, Editorial Perrot, Buenos Aires,
1993, pp. 270-271.
498
PATRIMONIO FAMILIAR
que él mismo quisiese realizar respecto del bien afectado(785). Mazzinghi dice que
el patrimonio familiar “tiende a proteger al grupo familiar –mediante la preserva-
ción de un bien que deviene inembargable o inajenable– de las contingencias del
titular”(786). Méndez Costa sostiene que como fundamento el bien protegido es el
interés familiar, en su doble aspecto: social, en cuanto procura el mantenimiento
de la familia bajo un mismo techo y, el económico, en cuanto tiende a la conser-
vación de una parte del patrimonio dentro del núcleo familiar(787).
X. BASE LEGAL
La institución del patrimonio familiar está regulada en el Código Civil pe-
ruano en la Sección Cuarta - Amparo Familiar , Título I - Alimentos y Bienes de
Familia, Capítulo Segundo - Patrimonio Familiar, artículos 488 al 501, en el Código
Procesal Civil artículos 795 al 801 y en la Ley de Procedimientos Notariales No
Contenciosos.
La Constitución de 1993, a diferencia de la Constitución de 1979, obvia su
tratamiento.
XI. ELEMENTOS
Entre los elementos del patrimonio familiar tenemos a los sujetos y a los
objetos:
6. Sujetos
Son las personas naturales que intervienen. En el patrimonio familiar pode-
mos distinguir a los sujetos constituyentes y a los sujetos beneficiarios.
6.1. Constituyentes
Los sujetos constituyentes se refieren a aquellas personas naturales que como
propietarias de un bien pueden afectar o constituir un patrimonio familiar. Son tres
los componentes: Persona natural, propietaria y capacidad de disposición.
Para poder tener la calidad de constituyente se requiere:
- Ser propietario de un bien, y;
- No tener deudas. En tal sentido, el artículo 494 del Código Civil estable-
ce que: “Para ejercer el derecho de constituir patrimonio familiar es
499
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
(788) PLÁCIDO VILCACHAGUA, Alex. “Patrimonio familiar”. En: Código Civil comentado. Tomo III, 1a
edición, Gaceta Jurídica, Lima, julio 2003, p. 313.
500
PATRIMONIO FAMILIAR
6.2. Beneficiarios
Son aquellas personas en cuyo provecho se constituye el patrimonio fami-
liar a fin de que el inmueble afectado le sirva de vivienda o les provea recursos
para su sustento. En el ordenamiento jurídico peruano, conforme a lo dispuesto
en el artículo 495 del Código Civil peruano, son beneficiarios del patrimonio fa-
miliar los siguientes:
a) Cónyuges
b) Hijos y otros descendientes menores o incapaces
c) Padres y otros ascendientes que se encuentren en estado de necesidad
d) Hermanos menores o incapaces del constituyente
Los beneficiarios son necesariamente personas naturales con vínculos de fa-
milia, en especial con vínculos conyugales, de parentesco ascendente en estado
de necesidad o descendente menores o incapaces y los parientes consanguíneos
en la línea colateral del segundo grado menores o incapaces. De ninguna mane-
ra se permite la constitución de un patrimonio familiar declarando como benefi-
ciario a una persona jurídica aunque esta carezca de fines lucrativos (asociación,
fundación o comité).
501
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
502
PATRIMONIO FAMILIAR
Como el bien de familia, por definición, se afecta a las necesidades del sus-
tento y de la vivienda de la familia, el constituyente debe determinar los benefi-
ciarios, justificando la existencia y composición de su familia(793).
Zanonni nos explica que existiendo cónyuge, descendientes y ascendientes
del constituyente, este puede designar beneficiarios a todos ellos, o solo a su cón-
yuge y a los descendientes, etcétera. Se considera que es el propietario quien va-
lorará las circunstancias que lo inducen a designar a uno u otro beneficiario, y es
preferible reconocerle la mayor amplitud de posibilidades, dentro del marco le-
gal, ya que de otro modo podría optar por no afectar el inmueble, privando así de
tutela al grupo familiar, si se viera compelido a designar beneficiario a quien no
desea incluir como tal(794). Los parientes colaterales solo pueden ser designados
en defecto de cónyuge, descendientes o ascendientes del titular; de modo que no
será posible incluirlos como beneficiarios si el constituyente tiene familia inte-
grada por aquellos(795).
Para Alvis Injoque “Los beneficiarios del patrimonio familiar no pueden
ser sino los miembros de la familia del constituyente, sea este soltero o casado.
Tratándose de constituyente soltero y sin hijos puede beneficiar a sus padres, otros
descendientes e inclusive hermanos”(796).
Al afectar el inmueble al régimen de bien de familia, el propietario debe asig-
nar el o los beneficiarios de tal afectación. La convivencia de los beneficiarios con
el propietario no es un requisito legal, salvo para designar beneficiarios a los pa-
rientes colaterales; en este caso es necesario que ellos convivan con el propieta-
rio a la época de la afectación(797).
Podrá el propietario incluir nuevos beneficiarios con posterioridad a la cons-
titución de bien de familia siempre que se trate de los parientes que menciona la
norma, ya que no hay norma que lo prohíba, y esto puede ser útil a parientes que no
fueron tenidos en cuenta al momento de la afectación o que aún no han nacido(798).
Bajo de denominación de hogar de familia, el Código Civil de 1936 refería
que el constituyente fijaba a los beneficiarios, pero esta facultad no era irrestricta,
sino que estaba limitada a los parientes hasta el tercer grado, entendiéndose como
tales el parentesco colateral que comprende a los tíos y sobrinos, mas no al paren-
tesco en línea recta que como sabemos es ilimitado. El código se ponía en el caso
de que el constituyente no se hubiera pronunciado sobre este punto; en este caso,
503
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
por propia disposición del cuerpo legal, los beneficiarios eran el constituyente, su
cónyuge, sus descendientes menores e incapaces y sus ascendientes y hermanos
que se encontraban en estado de reclamar alimentos, elementos de juicio usados
en la legislación mexicana, que combina dos criterios para señalar a los benefi-
ciarios: la relación parental y la alimentaria.
El Código Civil de 1984, en el artículo 495, utilizando un término excluyen-
te, refiere que: “Pueden ser beneficiarios del patrimonio familiar solo los cónyu-
ges, los hijos y otros descendientes menores o incapaces, los padres y otros ascen-
dientes que se encuentren en estado de necesidad y los hermanos menores o inca-
paces del constituyente”. Ahora bien, al utilizarse el término estado de necesidad
que, como sabemos, alude a la insuficiencia y carencia de recursos de una perso-
na para entender a sus necesidades, está refiriéndose al derecho alimentario. No
se ha contemplado la posibilidad de que personas sin vínculo de parentesco con
el constituyente, pero que vivan con él o dependan de él, puedan gozar de este de-
recho; incluso no les alcanza el beneficio a los parientes colaterales del tercero y
cuarto grado del propio constituyente.
Respecto de la exclusión de beneficiarios, Bossert y Zannoni establecen que:
“(...) el propietario podrá solicitar, ante la autoridad de aplicación, que se exclu-
ya a algún beneficiario en razón de causas graves. Puede tratarse de su conducta
desarreglada o inmoral, o gravemente injuriosa hacia el propietario o a los restan-
tes miembros del grupo familiar, que justifiquen dicha exclusión”(799).
7. Objeto
El objeto del patrimonio familiar está referido al bien inmueble que pueden ser
constituidos como tal. Pueden ser afectados como patrimonio familiar, de acuer-
do al artículo 489 del Código Civil:
a) La casa-habitación de la familia.
b) Un predio destinado a la agricultura, la artesanía, la industria o el comercio.
Los bienes a afectarse deben:
- Corresponder al instituyente, ser de su propiedad.
- Su valor no debe exceder lo necesario para la morada o el sustento de los be-
neficiarios. La protección de la sede del hogar solo tiene virtualidad cuando
el inmueble afectado no supera un valor acorde con las necesidades del sus-
tento y vivienda del grupo que la habita, y excedido ese punto, es viable la
desafectación(800).
(799) Ídem.
(800) La justicia comercial decidió desafectar un inmueble del régimen especial dispuesto por la Ley de Bien
de Familia pues consideró que la propiedad era “excesiva apara la satisfacción de las necesidades de
504
PATRIMONIO FAMILIAR
Elementos
I. Personal–Sujetos
1. Constituyentes
Patrimonio 2. Beneficiarios
Familiar II. Material–Objeto
1. La casa habitación de la familia
2. Predio destinado a la agricultura, la artesanía, la industria o
el comercio
XII. ADMINISTRACIÓN
La administración del patrimonio familiar es la acción encaminada a cuidar de
los bienes y buscar su aplicación más conveniente para asegurar la normal produc-
tividad del bien y, de esta manera, proveer la habitación y el sustento de la familia.
La administración del patrimonio familiar está regulado en el artículo 497 del
Código Civil. De acuerdo al citado dispositivo: “La administración del patrimo-
nio familiar corresponde al constituyente o a la persona que este designe”. Esta
norma carece de antecedente en el Código Civil de 1936.
Lo común es que la administración del patrimonio familiar quede en manos
de la persona que lo constituyó o en la persona que este designe.
El administrador del patrimonio debe cuidar del bien y buscar que sirva para
el propósito constituido, servir de sustento y/o vivienda de sus beneficiarios. El
administrador podrá ser sustituido en caso de fallecimiento, muestre descuido en
proveer con los frutos de los bienes de familia a los intereses de los beneficiados.
También el cónyuge del constituyente tiene derecho a que la administración pase
a otro administrador. En el caso falten ambos cónyuges será el juez quien desig-
nará al nuevo administrador.
vivienda de la familia” y porque estaba “en una zona privilegiada de la Ciudad de Buenos Aires”. Vide
“La calificaron de suntuosa. La casa grande y cara excede al régimen especial de Bien de Familia”, en
<www.diariojudicial.com.ar> (03/03/2002).
505
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
506
PATRIMONIO FAMILIAR
fuente de ingreso familiar, por lo que el constituyente o la persona que este de-
signe no podrá enajenar ni gravar dicho bien aun cuando este sea el propietario.
8. Principio de preservación
El patrimonio familiar, como institución, fue creado para preservar la vivien-
da de la familia frente a posibles deudas que pudiese contraer el jefe de familia
y que pusiera en peligro el hogar que sirve de vivienda o de fuente de sustento.
La finalidad de este principio es que el bien constituido sirva a la familia de
vivienda, así como para el sostenimiento y crianza de los hijos o que sea una fuen-
te de recursos para asegurar la subsistencia de la familia y la proteja del desam-
paro. Para esto es necesario que el patrimonio familiar se mantenga indiviso du-
rante la vida del constituyente y mientras subsista la situación de necesidad de las
personas a favor de las cuales se ha instituido.
Respecto a la función social que cumple esta institución, Cornejo Chávez se-
ñala que: “(...) fija a las personas en determinado lugar y vincula al trabajador con
la sede de su labor (...) contrarresta el fenómeno del éxodo del campo hacia la ciu-
dad y de los nacionales hacia el exterior; evita o frena la tendencia hacia la atomi-
zación de la propiedad; (...) consolida al núcleo familiar (...)”(801).
Sobre el particular, encontramos la presente resolución judicial: “El patrimo-
nio familiar reconocido en nuestro Código Civil, tiene como finalidad excluir del
comercio de los hombres un bien determinado, de tal manera que no puede ser
enajenado ni gravado, siguiendo sus antecedentes históricos del homestead sajón
y del hogar de familia en el Código de 1936, y se sustenta, entre otras doctrinas,
en la de Rerum Novarum de León XIII que reconoce especial importancia a la pro-
piedad familiar de la vivienda y de la tierra”(802).
9. Principio de dignidad
El principio de la dignidad humana está basado en la premisa que “Todo ser
humano ha sido creado con iguales derechos y esos derechos son inalienables.
Este principio comprende los derechos a la vida, a la libertad y la búsqueda
del bienestar espiritual y material del ser humano quien es de un orden superior
(801) ALVIS INJOQUE, Sharon, “Beneficiarios del patrimonio familiar”. En: Código Civil comentado. Tomo
III, 1a edición, Gaceta Jurídica, Lima, julio 2003, p. 290.
(802) El Código Civil en su Jurisprudencia. Gaceta Jurídica, Lima, mayo 2007, p. 227.
507
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
con respecto al de los demás seres del cosmos. Y a ese valor lo denominamos
“dignidad humana”.
Aplicado a la institución del patrimonio familiar podemos concluir que este
se hace presente como un respeto a la familia en general y a sus integrantes en
particular, teniendo en cuenta lo que esta representa para la sociedad, por lo que
merece una protección social, económica y jurídica especial.
Este instituto jurídico tiende a la pública protección de la situación material
y moral de la familia. Impide, en cierta medida, que terceros o sus propios inte-
grantes atenten contra ella y, en especial, contra lo necesario para el sustento y
bienestar de sus integrantes.
(803) LÔBO, Paulo: Famílias (Direito civil). Saraiva, São Paulo, 2008, p. 369.
(804) ZANNONI, Eduardo A. Ob. cit., p. 558 y ss.
508
PATRIMONIO FAMILIAR
su uso y disfrute del bien solo a favor de los miembros integrantes de la familia
de una manera regulada.
Al referirse nuestro Código Civil a “estado de necesidad”, debe entenderse a
aquella situación de dependencia económica en que se encuentran respecto al so-
licitante; es decir, que los padres y otros descendientes carezcan de medios eco-
nómicos para poder hacer frente a su subsistencia.
XIV. COMPETENCIA
Nuestro sistema legal sigue un sistema muy restringido para la constitución
del patrimonio familiar, tal como lo señala el artículo 496 del Código tomando en
cuenta los requisitos para su constitución. En inicio se trató de un sistema judicial.
De conformidad con lo dispuesto por el artículo 1 inciso 3 de la Ley Nº 26662
(Ley de Competencia Notarial en Asuntos no Contenciosos) los interesados pueden
recurrir indistintamente ante el Poder Judicial o al notario para tramitar su consti-
tución. Así pasamos a tener dos sistemas, el judicial y el notarial. Si es judicial, se
presenta como un sistema mixto en el que debe formalizarse la minuta de patrimo-
nio familiar la que será ratificada por el juez, mientras que si es notarial, basta que
el trámite se inicie y concluya frente al notario. En algunos países opera el siste-
ma de pleno derecho, i.e. se constituye el régimen por disposición de la ley (algu-
nos estados de Norte América, y en Argentina, Córdova y Santiago del Estero)(805).
(805) MÉNDEZ COSTA, María Josefa. Ob. cit., pp. 530 y 531.
509
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
13.1. Trámite
En el caso de la constitución judicial del patrimonio familiar su tramitación
es la siguiente:
Se presentará una solicitud ante el órgano jurisdiccional que corresponda.
Luego de calificarla podrá admitirla o declararla inadmisible o improcedente (arts.
551, primer párrafo, y 752 del Código Procesal Civil). Si es declarada inadmisible
se concederá al solicitante tres días para que subsane la omisión o defecto, bajo
apercibimiento de archivar el expediente. Esta resolución es inimpugnable (arts.
551, segundo párrafo, y 752 del Código Procesal Civil).
Si el Juez declara improcedente la solicitud ordenará la devolución de los ane-
xos presentados (arts. 551, último párrafo, y 752 del Código Procesal Civil). Si
admite la solicitud, fijará el fecha para la audiencia de actuación y declaración ju-
dicial, la que deberá realizarse dentro de los quince días siguientes, salvo lo dis-
puesto en el artículo 758 del Código Procesal Civil, referido a las causas especia-
les de emplazamiento (art. 754, primer párrafo del Código Procesal Civil).
510
PATRIMONIO FAMILIAR
511
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
(807) AGUILAR LLANOS, Benjamín. La familia en el Código Civil peruano. 1a edición, Ediciones Legales,
Lima, 2008, pp. 483-485.
512
PATRIMONIO FAMILIAR
mientras que en el trámite judicial la exigencia está referida a que no se tenga deu-
das que se vean perjudicadas con la constitución del patrimonio familiar; en con-
secuencia se trata de dos situaciones diferentes. Si no se demuestra al notario que
no se tiene deudas o al publicarse la solicitud de constitución existe oposición,
termina en forma inmediata la participación del notario que deberá de abstenerse
de seguir conociendo tal constitución(808).
(808) Ídem.
513
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
XV. REQUISITOS
Los requisitos para constituir patrimonio familiar están referidos tanto a la
forma como se manifiesta la declaración de voluntad del constituyente, como tam-
bién a los requisitos procedimentales para su constitución.
En el derecho comparado surgen diferentes sistemas sobre la forma que adop-
ta la constitución de patrimonio familiar. Es así que tenemos:
a) El sistema libre; según el cual, no se exige el cumplimiento de formas riguro-
sas para la constitución del hogar de familia, bastando en muchos casos que
la familia ocupe una casa y en otros se hace indispensable la publicidad y no-
tificación para oponer derechos frente a terceros. Este es el sistema que se si-
gue en los Estados Unidos de Norteamérica. Y que puede variar de un esta-
do a otro.
Hay que tener en consideración que el origen contemporáneo del patrimonio
familiar se encuentra en las leyes federales de Estados Unidos y que a partir
del ejemplo norteamericano de patrimonio familiar, llamado homestead, se
ha incorporado en las diversas legislaciones.
b) El sistema restringido; que pide una forma determinada de constituir el patri-
monio de familia, mediante el cumplimiento de ciertas formalidades que va-
rían de una legislación a otra.
c) El sistema aún más restringido; que exige escritura pública, inscripción re-
gistral y publicidad como ocurre en la legislación peruana.
Respecto de los requisitos que de acuerdo al ordenamiento jurídico peruano
se necesita para constituir patrimonio familiar, de acuerdo con el artículo 496 del
Código Civil, para dicha constitución se requiere lo siguiente:
1. Formalizar solicitud ante el juez o notario.
a) Precisar su nombre y apellidos, edad, estado civil y domicilio;
b) Individualizar el predio que propone afectar;
c) Aportar la prueba instrumental de no hallarse el predio sujeto a hipote-
ca, anticresis o embargo registrado; y,
d) Señalar a los beneficiarios con precisión del vínculo familiar que lo une
a ellos;
2. Acompañar a la solicitud la minuta de constitución del patrimonio cuya au-
torización pide:
514
PATRIMONIO FAMILIAR
XVI. MODIFICACIÓN
El artículo 501 del Código Civil peruano permite la modificación del patri-
monio familiar de acuerdo a las circunstancias que se presenten para lo cual de-
berá observarse el mismo procedimiento que para su constitución, básicamente
podemos referenciar el caso de los beneficiarios, en el sentido de que puede qui-
tarse algunos y/o colocarse otros, para lo cual deberá realizarse el correspondien-
te trámite de modificación.
Al respecto, el artículo 800 del Código Procesal Civil prescribe que la modi-
ficación y extinción del patrimonio familiar se solicitará ante el juez que lo cons-
tituyó, quien, previa opinión del Fiscal, la declarará, procediéndose, luego, a su
inscripción en los Registros Públicos. Para la modificación del patrimonio familiar
se sigue el mismo procedimiento que el señalado para su constitución. Este pro-
cedimiento podrá llevarse a cabo a nivel judicial o notarial. Si la constitución del
patrimonio familiar se efectuó a través del trámite judicial ello no es óbice para
que su modificación pueda ser hecha a nivel notarial(809).
515
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
XVII. EXTINCIÓN
En el código derogado, el hogar de familia podía disolverse por voluntad del
que lo constituía, pero existían casos en los cuales se posibilitaba poner fin a este
instituto ya por revocación de su constitución y por muerte del jefe de familia, sal-
vo que este hubiese determinado que pasen a sus herederos.
Pero ahora, el actual Código Civil con mejor criterio señala los casos en los
cuales termina o se extingue el patrimonio familiar. En efecto, el patrimonio fa-
miliar se extingue, de acuerdo con el artículo 499 del Código Civil:
a) Cuando todos los beneficiarios dejan de serlo conforme al artículo 498 del
Código Civil. Tratándose de cónyuges, por divorcio, invalidación y muerte;
los hijos y los hermanos menores o incapaces cuando llegan a la mayoría de
edad, desaparece la incapacidad o fallecen; los padres y otros ascendientes
cuando desaparece el estado de necesidad o mueran.
b) Cuando, sin autorización del juez, los beneficiarios, dejan de habitar la vi-
vienda o de trabajar el predio durante un año continuo.
c) Cuando a pedido de los beneficiarios el juez lo declara extinguido, habiendo
necesidad de ello o mediando causa grave. Este supuesto permite que los mis-
mos beneficiarios puedan solicitar la extinción del patrimonio familiar siem-
pre y cuando acrediten una causa grave; este trámite deberá llevarse a cabo a
nivel judicial a fin de que con la facultad discrecional que posee pueda com-
probar la “causa grave” invocada.
d) Cuando fuere expropiado el inmueble sobre el que se constituye el patrimo-
nio familiar. En este caso, el producto de la expropiación debe ser deposi-
tado en una institución de crédito para constituir nuevo patrimonio familiar.
Durante un año, el justiprecio depositado será inembargable. Cualquiera de
los beneficiarios puede exigir dentro de los seis primeros meses que se cons-
tituya el nuevo patrimonio familiar. Si al término del año mencionado no se
hubiera constituido o promovido la constitución de un nuevo patrimonio, el
dinero será entregado al propietario de los bienes expropiados. Las mismas
reglas son de aplicación en los casos de destrucción del inmueble cuando ella
genere una indemnización.
Como regla general podemos señalar que el patrimonio familiar solo extin-
gue cuando no hay beneficiarios. Muerto el constituyente, el patrimonio perma-
nece y los beneficiarios continúan en tal calidad, suspendiéndose los derechos a
la partición del bien entre los herederos.
La resolución judicial y/o el acta notarial que aprueba la extinción será eleva-
da a escritura pública e inscrita en el Registro Público que corresponda.
516
PATRIMONIO FAMILIAR
(810) AGUILAR LLANOS, Benjamín. La Familia en el Código Civil Peruano. Reimpresión 2009, Ob. cit.,
p. 495.
(811) CORNEJO CHÁVEZ, Héctor. Ob. cit., pp. 319-320.
517
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
Asimismo, el artículo 500 del Código Civil establece que: “La extinción del
patrimonio familiar debe ser declarada por el juez y se inscribe en los registros
públicos”.
La extinción del patrimonio familiar deberá ser declarada por el juez y lue-
go se inscribirá en los registros correspondientes y, tal como se tiene manifestan-
do que este instituto puede ser modificado según las circunstancias, observando
el mismo procedimiento para su constitución(812).
En general, se puede sostener que la figura llegará a su término cuando haya
cumplido íntegramente su constitución, cuando han desaparecido los requisitos y
exigencias en que se sustentaba o sobrevienen hechos o se producen actos ajenos,
respecto a esto el Código Civil puntualiza los casos en que termina el patrimo-
nio familiar, la extinción puntualiza en el artículo 500, que debe ser inscrita en el
Registro Público, y el artículo 501 permite que el patrimonio se modifique al va-
riar las circunstancias del constituyente(813).
Así pues, la extinción del patrimonio familiar no opera de pleno derecho con
la sola acreditación de las causales para su extinción contempladas en el artícu-
lo 499 del Código Civil, sino que debe ser solicitada, declarada –por el juez o el
notario– e inscrita.
518
PATRIMONIO FAMILIAR
XX. DESAFECTACIÓN
La desafectación implica que se libere el bien, que quede sin carga.
El bien afectado readquiere la calidad de transferible, embargable siendo el
instituyente, con la anuencia de las personas a favor de quienes se instituyó, los
beneficiarios, previos los trámites que señala la ley, quien realiza este acto jurídi-
co familiar cumpliendo con la misma forma con la que se constituyó.
519
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
520
CAPÍTULO
OCTAVO
TUTELA
CAPÍTULO OCTAVO
TUTELA(*)
I. Generalidades y antecedentes. II. Etimología. III. Noción. IV. Definición. V. Finalidad. VI. Natura-
leza jurídica. VII. Características. 1. Supletoria. 1.1. Tutela y patria potestad. 2. Personalísima e intrans-
ferible. 3. Obligatoria y temporal. 4. Representativa. 5. Remunerada. 6. Unipersonal. 7. Institución de
amparo familiar y protección de los incapaces. 8. Institución de interés social. VIII. Sujetos. 9. Pupilo.
9.1. Deberes. 9.2. Derechos. 10. Tutor. 10.1. Deberes, atribuciones y obligaciones del tutor. 10.1.1. De-
beres. 10.1.2. Atribuciones. 10.1.3. Obligaciones. 10.2. Prohibiciones absolutas. 10.3. Prohibiciones re-
lativas. 10.4. Excepciones a la prohibición. 10.5. Actos no permitidos al tutor. 10.6. Tutor de tratamien-
to. 10.7. Curador-Tutor. 10.8. Protutor. 10.9. Tutor ad hoc. 11. Juez. 12. Ministerio Público. IX. Tipos de
tutela. 13. Tutela testamentaria o escrituraria. 13.1. Quienes pueden nombrar. 13.1.1. Padres. 13.1.2. Abue-
los. 13.1.3. Cualquier otra persona en su calidad de testador. 14. Tutela legítima. 15. Tutela dativa. 15.1. Por
medio del consejo de familia. 15.2. Estrictamente judicial. 16. Tutela estatal. X. Nombramiento. 17. Defini-
ción. 18. Formas. 19. Orden de prelación para el nombramiento del tutor. 19.1. Los padres. 19.2. El abue-
lo o abuela. 19.3. El testador. 19.4. El consejo de familia. 19.5. El juez. XI. Discernimiento del cargo.
20. Definición. 21. Convalidación. 22. Diligencias previas. 23. Rol del juez en el discernimiento del
cargo. 23.1. Competencia. 23.2. Marco jurídico. 23.3. Actuación del fiscal. 23.4. Vía procedimental.
23.5. Medidas cautelares. 24. Discernimiento formal del cargo y la inscripción en registros. XII. Con-
diciones para la asunción de la tutela. XIII. Impedimentos para ejercer la tutela. 25. Clasificación de
los impedimentos. 25.1. Impedimentos naturales. 25.2. Impedimentos accidentales. 25.3. Impedimen-
tos legales. 26. Impedimentos según el Código. XIV. Impugnación del tutor impedido. XV. Excusas del
cargo de tutor. XVI. Rendición de cuentas, fenecimiento de la tutela, extinción del cargo. 27. Rendi-
ción de cuentas. 28. Fenecimiento. 28.1. Extinción. 28.2. Cese. 28.3. Exoneración. 28.4. Impugnación.
I. GENERALIDADES Y ANTECEDENTES
Pontes de Miranda(814) precisa que el protector natural es el padre o la madre
o, por asimilación el padre adoptivo; a falta de ellos puede conferirse el encargo
a los parientes o a un extraño, a quien se le llama tutor.
La tutela se remonta al Derecho Romano Primitivo. Para entender su natura-
leza debe tenerse en cuenta la organización de la familia romana, fundada en la
autoridad del pater familias. Esta autoridad, ejercida en razón de la patria potes-
tas sobre los alieni iuris, importaba la auctoritas sobre los hijos y descendientes
(*) Agradezco a las abogadas Liuben Celi Silva y Sandra Portocarrero la revisión y corrección del presente
Capítulo.
(814) MIRANDA, Pontes de. Tratado de Direito de Família. 1ª edición, Tomo IX: Direito de Família: Direito
parental. Direito protetivo. Bookseller, Campinas, 2000, p. 304.
523
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
(815) CORNEJO CHÁVEZ, Héctor. Derecho Familiar Peruano. 10a edición, Gaceta Jurídica, Lima, abril de
1999, p. 670.
524
TUTELA
los actos de la vida civil de los hijos menores que no se encuentran sujetos a pa-
tria potestad (huérfanos, hospicianos, incluseros y expósitos).
El tutor llena el vacío dejado por el padre. Sus atributos y deberes son análo-
gos, no iguales. La relación paterno-filial surge de la sangre. La que existe entre
el tutor y pupilo se da por la voluntad o por la ley.
De la mano y al lado de la patria potestad y la curatela –típicas institucio-
nes del Derecho familiar protectivo– busca suprimir la incapacidad a fin de lle-
var a cabo los actos de la vida civil. Cada instituto tiene su nota distintiva. La pa-
tria potestad es de ejercicio exclusivo de los progenitores; la curatela implica la
protección de la persona mayor pero incapaz y la tutela se refiere a los menores
sin patria potestad.
II. ETIMOLOGÍA
Del lat. Tutēla.
De forma precisa, Aurelia Vargas Valencia(816) señala que Justiniano, en Las
Institutas, con ese afán a la explicación etimológica, dice “Tutores autem sunt, qui
eam vim ac potestatem habent, ex qua re ipsa nomen ceperunt. Itaque appellan-
tur tutores quasi tuitores atque defensores, sicut aeditui dicuntur qui aedes tuen-
tur” (Inst. 1,13,2), algo como …Y son tutores los que tienen aquella fuerza y po-
testad precisamente a partir de la cual tomaron el nombre. Y así se llaman tuto-
res como si fueran tuitores [de tueor, proteger; por lo tanto, protectores] y defen-
sores, tal como son llamados aeditui [de aedes, templos y tueor, proteger; por lo
tanto, protectores de templos] los que protegen los aedes [de aedes ... templos].
Justiniano pone énfasis en los términos tutores y tuitores (tuitor es un vocablo que
ya no existe en el español y es derivado del verbo tueor, proteger). No satisfecho
con esa explicación, siguiendo el impulso etimológico, Justiniano agrega: “sicut
aeditui dicuntur, qui aedes tuentur”. (Inst. 1, 13,2). Los aeditui, como se dijo, son
los que protegen los templos. La intención de Justiniano, con esta última explica-
ción, es aclarar el origen de la palabra aeditui definiendo a los protectores de los
templos, en su composición aedes y de tueor; este verbo da origen a tuitores, pro-
tectores, de donde se procede en español el término “tuitivo”.
El étimo nos lleva a identificar al tutor como un protector o defensor.
(816) VARGAS VALENCIA, Aurelia. “La etimología en las instituciones de Justiniano. Una característica del
lenguaje introductorio al conocimiento del derecho”. En: XIV Congreso Latinoamericano de Derecho
Romano. Buenos Aires, Argentina, 15 a 17 de setiembre de 2004. <www.edictum.com.ar>, 24/03/2012.
Así también en, VARGAS VALENCIA, Aurelia. Aspectos lingüísticos de índole sistemática en las Ins-
tituciones de Justiniano. Nova Tellus [en línea] 2009, vol. 27, <http://redalyc.uaemex.mx, 24/03/2012>.
ISSN 0185-3058.
525
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
III. NOCIÓN
El Código regula un sistema de amparo por el cual se encarga a la familia el
cuidado de la persona y bienes de los menores, siendo los parientes quienes deben
protegerlos. Dentro de la estructura de ese sistema, la patria potestad constituye
la figura básica, a falta de ella entra a funcionar la tutela. Esta sustituye a aquella.
La tutela es una institución unitaria, subsidiaria y supletoria de la patria potes-
tad. Se le puede denominar como institución cuasi-familiar al ser creada a modo y
en sustitución de la familia nuclear, en su sentido estricto de relación paterno-filial.
Considera Borda(817) que es una institución de amparo que procura, dentro de
lo humanamente posible, que alguien llene el vacío dejado por la falta de los pa-
dres. Según Washington de Barros Monteiro el poder familiar corresponde a los
padres. Si no existe quien puede ejercerla, por fallecimiento o por que fueron im-
pedidos o destituidos de la patria potestad o por ausencia, los hijos menores son
dados en tutela(818).
La tutela se encuadra dentro de un contexto especial, creando nuevas formas
de integración de familia, en especial de la familia substituta(819) que le permita al
menor desarrollarse de manera íntegra.
IV. DEFINICIÓN
En el Derecho Clásico se recoge una definición dada por Gayo, atribuida a
Servio, “fuerza y poder sobre una persona libre, dada y permitida por el derecho
civil con el fin de cuidar a quien, por causa de su edad no puede defenderse por sí
mismo”(820), “Est autem tutela, ut servius definivit, vis ac potestas ...ad tuendum
eum qui propter aetatem se defendere nequit..”. (Inst. 1, 13,1).
Siguiendo al Diccionario de la Academia Española “1. f. Autoridad que, en
defecto de la paterna o materna, se confiere para cuidar de la persona y los bie-
nes de aquel que, por minoría de edad o por otra causa, no tiene completa capa-
cidad civil”.
En nuestro medio Cornejo Chávez refiere que “es una figura supletoria de la
patria potestad, por la cual se provee a la guarda de la persona y de los bienes de
(817) BORDA, Guillermo A. Tratado de Derecho Civil. Familia. 10ª edición, Tomo I, La Ley, Buenos Aires,
2008, p. 237.
(818) MONTEIRO, Washington de Barros. Curso de Direito Civil, Vol. 1: parte general, 40a edición, revisada
y actualizada por Regina Beatriz Tavares da Silva, Saraiva, São Paolo, 2010, p. 572.
(819) Con la denominación Colocación en familia sustituta se comienza el desarrollo de la Tutela. Vide PEREI-
RA, Caio Mário da Silva. Instituições de Direito Civil. Vol. V: Direito de Família. 16ª ed., rev. e atual.
por Tânia da Silva Pereira. Forense, Río de Janeiro, 2007, p. 441.
(820) ZANNONI, Eduardo. Derecho de Familia. 4a edición, Tomo II, Editorial Astrea, Buenos Aires, 2002,
pp. 842-843.
526
TUTELA
los incapaces por razón de la edad que carecen de padres expeditos”(821). Gustavo
Palacio Pimentel afirma que “es una institución de Derecho de Familia, igual que
la curatela, cuya finalidad esencial es la guarda de la persona y bienes de los me-
nores de 18 años que no tienen padres o, teniéndolos, dichos padres carecen de la
patria potestad”(822).
Guillermo Borda dice que “en su esencia, la tutela es una institución de am-
paro; se procura, dentro de lo que humanamente es posible, que alguien llene el
vacío dejado por falta de los padres; que cuide del menor, velando por su salud
moral, atendiendo a su educación, administrando sus bienes; que supla su inca-
pacidad, llevando a cabo los actos que el menor no puede realizar por falta de ap-
titud natural”(823). Para Pontes de Miranda(824) es el poder conferido por ley, o se-
gún sus principios, a una persona capaz, para proteger a la persona y regir los bie-
nes de menores que están fuera de la patria potestad. Según Limongi França(825)
es un instituto de protección de la personalidad del menor fuera de la acción de
la patria potestad, por medio de la cual se atribuyen, a un sujeto capaz, derechos
y deberes, destinados a orientación y representación de la persona y administra-
ción de sus bienes.
En anteproyecto de Código Civil argentino de 2012 plantea, diferencia de los
proyectos anteriores que: “La tutela está destinada a brindar protección a la per-
sona y bienes de un niño, niña o adolescente que no ha alcanzado la plenitud de
su capacidad civil cuando no haya persona que ejerza la responsabilidad paren-
tal” (art. 104).
Es una institución de amparo familiar de especial importancia en el Derecho
de Familia. A través de ella se trata de sustituir el ejercicio de la patria potestad a
consecuencia de la muerte de los padres, de la privación de sus derechos o bien
porque los menores quedaron sin cuidados paternales por otras causas.
V. FINALIDAD
A decir de Cornejo Chávez: “Las razones en que se funda la tutela mere-
cen general aceptación: un deber natural de piedad filial, una exigencia emana-
da de la solidaridad familiar o social, y aun un elevado requerimiento del espíritu
527
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
humanitario, obliga a dar protección a quien no puede valerse por sí mismo en ra-
zón de su corta edad y de hallarse privado del amparo que naturalmente corres-
pondía a sus padres brindarle”(826). Tiene como fundamento la protección, defen-
sa y cuidado del menor, sus derechos y dignidad, buscando la realización de su
existencia y permitiendo que ejerza sus derechos y cautelando intereses. Refiere
Lasarte(827) que la tutela “al igual que la patria potestad, consiste en una función
técnicamente hablando: el titular de cualesquiera órganos tutelares ostenta dere-
chos y facultades, en relación con la persona y/o bienes de un menor o de un inca-
pacitado, que le son atribuidos en contemplación y en beneficio del tutelado” (828).
A falta de padres, buenos son los tutores. El padre, padre es. Tutor de otros
se puede ser, mas no de sus hijos. A través de esta figura se procura la protección
del menor cuando el progenitor no puede ejercer la patria potestad. El tutor actúa
como buen padre de familia. Tiene un conjunto de poderes que se asemejan a los
del padre (en el fondo no lo es) que le permiten ejercer su función. De esos pode-
res surgen los deberes del tutor.
528
TUTELA
VII.CARACTERÍSTICAS
La tutela se caracteriza por presencia de un interés colectivo, carácter pú-
blico del cargo, obligatoriedad de su asunción y ejercicio y supervigilancia del
Estado(834). Entre las principales características tenemos:
1. Supletoria
La tutela opera cuando el menor no tiene padres en ejercicio de la patria po-
testad. No funciona simultáneamente con ella sino en su defecto. La patria potes-
tad es inherente a los padres, la tutela está a cargo de otra persona.
Aquel menor que no está bajo la patria potestad se le nombrará un tutor quien
cuidará de su persona y bienes en razón de que es incapaz de gobernarse –dirigir-
se y formarse– per se.
El interés del menor está presente en todo momento no obstante la presencia
de un interés colectivo subyace y exige que los menores se encuentren protegidos.
529
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
las mismas competencias que el padre, está más limitado. Sus atribuciones son es-
tablecidas por la ley y se aproximan a las ejercidas por los padres.
Un punto importante de distinción es el deber de afectividad que no puede ser
imputado al tutor, especialmente cuando no son parientes(836).
Méndez Costa(837) presenta una interesante diferencia entre la tutela y la pa-
tria potestad:
Tutela Patria potestad
Origen Ley Naturaleza, reconocido y regulado por la ley
Sujetos Unipersonal Padre y madre
Comienza Discernimiento Concepción
Semejanza Ambas tienen como finalidad el resguardo integral del menor y la
consiguiente cristalización y pleno desarrollo de su personalidad
2. Personalísima e intransferible
Solo puede ser ejercida por una persona debidamente designada.
Es irremplazable. No puede transferirse por acto inter vivos o de última vo-
luntad, i.e., no puede ser cedida ni sustituida. Este carácter no impide, naturalmen-
te, que el tutor se sirva de los servicios auxiliares de terceros según la naturaleza
y magnitud del patrimonio e intereses que administra (profesionales en general).
El tutor delega funciones mas no delega el cargo. No puede delegar in totum sus
facultades. El responsable es él.
El cargo es intuito personae.
3. Obligatoria y temporal
El tutor debe asumir y ejercer el cargo durante todo el tiempo señalado. Esta
característica va de la mano con la anterior en razón que siendo su desempeño
personal de su ejercicio se derivan responsabilidades de naturaleza civil, penal y
administrativa que trascienden durante el tiempo de vigencia.
El nombrado que no esté incurso en ningún impedimento deberá asumir el
cargo (art. 517), salvo que medie causal que lo excuse (art. 518). En estos casos,
el designado se excusará dentro del plazo de quince (15) días desde que tuvo co-
nocimiento del nombramiento o desde que sobrevino la causal si está ejerciendo
el cargo (art. 519). Si sobreviniese una causal de excusa, estando en ejercicio del
cargo, consideramos que el plazo se computa desde que se produjo el hecho. De
(836) LÔBO, Paulo. Famílias (Direito Civil). Saraiva, São Paulo, 2008, p. 390.
(837) MÉNDEZ COSTA, María Josefa. Derecho de Familia. Tomo III, Rubinzal Culzoni, Buenos Aires, 2001,
p. 407.
530
TUTELA
ninguna forma puede excusarse vencido ese plazo (art. 519) por un tema de se-
guridad jurídica.
El vínculo tutelar rige en cuanto exista la minoridad. Cesada acaba. En todo
caso se activa la curatela. De la patria potestad a la tutela y de esta a la curate-
la. Instituciones estas consecuentes pero integrantes in favor del sujeto requeri-
do de protección.
4. Representativa
El tutor es el representante legal del menor en sus actos.
No es una mera asistencia o de simple concurso. Es una representación
auténtica.
No solo se ocupará de la persona, prestándole sustento necesario, dirigien-
do su educación, formación moral y laboral sino también gestionará y adminis-
trará sus bienes.
5. Remunerada
La retribución se justifica en razón de las responsabilidades que su cargo ge-
nera, del tiempo, esfuerzo y dedicación que requiere (art. 539). Esta característi-
ca avala el hecho de la denominada tutela profesional, i.e. tutela que será confia-
da a una persona idónea que ejerza el cargo a cambio de una remuneración, pro-
fesionalmente(838). La tutela profesional es un paso, una evolución de la tutela uni-
personal (normalmente encargada a los parientes).
En algunos países (Argentina) se establece una referencia al quántum que lo
llaman décima y consiste, justamente, en la décima parte de los frutos líquidos de
los bienes del menor(839).
La remuneración debe ser establecida y decretada por el juez, tomando
en cuenta –entre otras cosas– el estado del pupilo y el valor total de los bienes
administrados.
6. Unipersonal
La tutela en ningún caso puede desempeñarse conjuntamente ni aunque los
padres hubiesen dispuesto en esta forma. No es posible admitir que en el testa-
mento se designe un tutor y se encargue la guarda a otra persona, dicha situación
implicaría un desmembramiento de funciones. Por excepción, la ley admite la
531
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
designación de un tutor especial para la atención de ciertos asuntos, que por dis-
tintos motivos no podría estar a cargo del tutor general.
Nuestro Código no consagra de modo general y expreso la unipersonalidad
pero puede decirse que como regla general es así.
VIII. SUJETOS
Son los sujetos de la tutela, el pupilo y el tutor.
Cabe analizar la relación entre ambos y otros más. También el rol del juez en
tanto se encuentre vigente el cargo y la participación del Ministerio Público du-
rante el proceso.
9. Pupilo
Llamado protegido o tutelado.
Es el sujeto pasivo de la tutela, aquel a quien se le va a proteger. El protegido.
Resulta ser el beneficiario de la tutela. Los menores de 18 años que no se ha-
llan sometidos a la patria potestad de ninguno de los padres (a contrario sensu la
tutela no entraría a funcionar). Los presupuestos son minoridad y ausencia de per-
sonas que ejerzan la patria potestad.
Existen dos casos especiales: cuando el menor adquiere la capacidad (i) por
matrimonio o (ii) por título oficial que le autorice ejercer una profesión u oficio.
La tutela no procede.
532
TUTELA
9.1. Deberes
Los fines de la tutela no podrían ser cumplidos si el representante careciera
de autoridad y atribuciones sobre el pupilo. Se acoge a los principios de la patria
potestad, asimilando que el menor debe al tutor respeto y obediencia como si fue-
ra su padre. El tutor hace las veces de padre, padre en apariencia legal, con títu-
lo distinto y con facultades limitadas siendo su finalidad de cumplir con los obje-
tivos básicos de un padre, formando y protegiendo.
No existe norma que refiera los deberes que el pupilo tiene respecto de su tu-
tor. En este caso téngase en cuenta que la tutela creada fue como figura supletoria
de la patria potestad, en este sentido los pupilos obligados están a obedecer, res-
petar y honrar a su tutor.
9.2. Derechos
La capacidad del pupilo es la misma que la del menor bajo la patria potestad
(art. 528). Tiene los siguientes derechos:
1. A recurrir al juez antes de conceder al tutor la autorización que solicite para
practicar actos estipulados en el artículo 99 del CNA, concordante con los ar-
tículos 531 y 532 del Código Civil.
2. A adquirir bienes a título gratuito.
3. Ejercer derechos estrictamente personales sin la participación del tutor.
4. Contraer obligaciones y renunciar derechos.
5. A ser consultado para actos de la administración.
6. A pedir la remoción del tutor (art. 99 del CNA, concordante con el art. 557
del CC).
7. Celebrar contratos relacionados con las necesidades de la vida diaria.
8. Dedicarse a un trabajo, ocupación, industria u oficio.
9. Administrar los bienes que se le hubiere dejado o los que adquiera como pro-
ducto de la actividad económica que realiza.
10. Contraer obligaciones o renunciar derechos.
533
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
11. Ejercer una actividad ocupacional y ser consultado para actos importantes de
la administración de su patrimonio, dentro de los límites establecidos por la
ley(840).
12. A ser el de ser oído (art. 102 del CNA).
10. Tutor
Llamado guardador.
Es el sujeto activo de la tutela. Aquel a quien le corresponde de su ejercicio.
Quien ejerce la tutela. El protector.
Es aquella persona natural, capaz de ejercicio, que actúa en nombre y repre-
sentación del incapaz menor de edad.
Resulta ser el sujeto activo de la tutela, es él a quien la ley le concede dere-
chos y deberes para el desempeño de su cargo. La ley establece que los parien-
tes del menor, el Ministerio Público o cualquier otra persona pueda pedir la reu-
nión del Consejo de Familia para el nombramiento del tutor dativo y mientras no
se designe tutor o no se designe la tutela, el juez de oficio a pedido del Ministerio
Público dictará todas las providencias que fueran necesarias para el cuidado del
menor y la seguridad de sus bienes.
El tutor es un funcionario público. La tutela, como encargo, puede terminar
siendo conferido por ley a alguien quien estará investido de un cargo que corres-
ponde a una alta función y misión social. Los hombres, queramos o no, tenemos
deberes de solidaridad(841).
10.1.1. Deberes
Respecto del tutor:
1. Alimentar, educar, cuidar de su salud(842)
(840) VÁSQUEZ GARCÍA, Yolanda. Derecho de Familia. Tomo II, Editorial Huallaga, Lima, 1998, pp. 290-291.
(841) BORDA, Guillermo A. Tratado de Derecho Civil Familia. 10ª edición. Ob. cit., p. 238.
(842) La LGS, al tratar el tema del consentimiento del paciente, previo a un tratamiento médico, señala que en
el caso de que los representantes legales de los absolutamente incapaces o de los relativamente incapaces
(para el caso de los mayores de 16 y menores de 18 años, los retardados mentales y los que adolecen de
deterioro mental que les impide expresar su libre voluntad), negaren su consentimiento para el tratamien-
to de las personas a su cargo, el médico o el establecimiento de salud comunicará a la autoridad judicial,
534
TUTELA
10.1.2. Atribuciones
Las facultades y deberes del tutor resultan análogos, aun cuando no iguales,
al de aquellos señalados en el artículo 423 del Código.
Se establecen dos clases de atribuciones:
Personales
Atribuciones que se ejercen bajo la vigilancia del consejo de familia.
1. Capacitar al menor para el trabajo.
2. Corregir moderadamente al menor.
3. Acudir a la autoridad cuando resultare insuficiente la autoridad del tutor
o fuere preciso internar al menor en un establecimiento de reeducación.
4. Tener a su lado al menor y recogerlo del lugar donde estuviere sin su per-
miso, recurriendo de ser necesario, a la autoridad.
5. Demandar una pensión de alimentos.
Patrimoniales
Estas atribuciones están sujetas a tres clases de normas:
1. Normas que permiten al tutor actuar por sí solo, en representación del
menor.- Constituyen una administración regular y rutinaria.
2. Normas que le obligan a pedir autorización del juez.- Se refieren a actos
extraordinarios de administración (gravamen o disposición).
3. Normas que prohíben al tutor, la práctica de determinados actos.- Incluso
sin la venia del juez o del consejo de familia(843).
Las atribuciones de carácter patrimonial son las siguientes:
1. Colocación del dinero del menor: En resguardo de los derechos e inte-
reses del menor, el dinero que este tenga será colocado en instituciones
de crédito a su nombre. Podrá ser invertido en la compra de predios o in-
vertirlo, siempre con autorización judicial (arts. 451 y 453).
para dejar expeditas las acciones a que hubiere lugar en salvaguarda de la vida y la salud de los mismos
(art. 4). Vide VARSI ROSPIGLIOSI, Enrique. Derecho médico peruano. 2ª edición, Grijley, Lima, 2006,
p. 214.
(843) CORNEJO CHÁVEZ, Héctor. Ob. cit., p. 730.
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536
TUTELA
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
artículo 532 del Código, que disponía que el tutor debe obtener autorización ju-
dicial previa audiencia del consejo de familia para permitir que el menor se dedi-
que a alguna de esas actividades, ha quedado derogada tácitamente en razón que
el artículo 51(844) del CNA establece la presunción que los adolescentes están au-
torizados por sus padres o responsables (tutores) para trabajar cuando habiten con
ellos, salvo manifestación expresa en contrario de los mismos.
10.7. Curador-Tutor
Lo llamamos curator.
Por el principio de economía, el curador del incapaz que tenga hijos meno-
res será tutor de estos (art. 580). Se presenta un caso especial de doble cargo cu-
rador/tutor evitando que existan un curador para el padre y un tutor para los hijos
de este (arts. 592 y 596).
10.8. Protutor
Es la persona designada para velar por el pupilo y lo representa en los casos
en que sus intereses estén en oposición con los del tutor. Se encarga de vigilar la
538
TUTELA
11. Juez
El juez es una parte más.
Nombra al tutor (art. 112), conforma la tutela (art. 507), reúne y preside el
consejo de familia (art. 508), ordena el discernimiento (art. 512), en tanto se nom-
bre tutor dictará todas las providencias que fueren necesarias para el cuidado de la
persona y la seguridad de los bienes del menor (art. 514), depositar valores que a
su juicio no deben estar en poder del tutor, serán depositados en instituciones de
crédito a nombre del menor (art. 521), autorizar actos del tutor (art. 532), fijar re-
tribución del tutor (art. 539). Está en su competencia la rendición de cuentas del
tutor así como los procesos de remoción.
En tanto esté vigente el cargo de tutor, el juez tiene un rol activo de segui-
miento del cargo. El control del juez puede ser anterior o posterior a la práctica
del acto. En el primer caso se llama preventivo, en el segundo, de homologación
de los actos del tutor(848).
(846) LÔBO, Paulo. Famílias (Direito Civil). Saraiva, São Paulo, 2008, p. 389.
(847) MIRANDA, Pontes de. Ob. cit., p. 305.
(848) GOMES, Orlando. Ob. cit., p. 410.
539
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
1442443
1. Testamentaria o escrituraria
2. Legítima
Tutela
3. Dativa
4. Estatal
13.1.1. Padres
Los padres tienen preferencia para designar tutor.
Dos puntos debemos tener presente:
- La nominación tendrá que ser hecha necesariamente en conjunto, cuando es-
tén vivos los padres y en pleno ejercicio de sus facultades(852).
- Los padres no están sujetos a obedecer el orden de los grados de parentesco,
pudiendo escoger a cualquier persona, pariente o no(853).
540
TUTELA
13.1.2. Abuelos
El abuelo o abuela respecto de los nietos que estén sujetos a tutela legítima.
A falta de designación hecha por los padres es válida la designación por tes-
tamento o escritura pública efectuada por uno de los abuelos que se encuentre
bajo la custodia legal del menor. Los abuelos, sobre la base de su cercanía pa-
rental, son los que pueden dar un mejor cuidado a sus pupilos/nietos, he ahí su
orden de preferencia.
En cuanto a este punto, “la atribución de nombramiento de tutor conferi-
da a los abuelos nace del ejercicio de una tutela que previamente ha sido reco-
nocida por la ley y cuya finalidad, al igual que en el caso del padre o de la ma-
dre, es la de asegurar el cuidado y bienestar del niño, niña o adolescente sujeto
a tutela”(855). La norma prioriza que los menores no queden en desamparo bajo
ninguna circunstancia.
541
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
(856) BORDA, Guillermo A. Tratado de Derecho Civil. Familia. 10ª edición. Ob. cit., pp. 252 y 253.
(857) SOKOLICH ALVA, María Isabel. Ob. cit., p. 349.
542
TUTELA
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
X. NOMBRAMIENTO
17. Definición
El nombramiento del tutor es el acto jurídico familiar a través del cual se ma-
nifiesta la voluntad de designar a una persona en el cargo y que su vez esta acep-
te, observando las formalidades establecidas por ley.
544
TUTELA
18. Formas
El nombramiento del tutor puede hacerse:
- Por testamento o en escritura pública (art. 503).
- Por ley, recayendo la designación en los abuelos y demás ascendientes
(art. 506)
- Por el consejo de familia (art. 508)
- Por el juez (art. 112, CNA).
19. Orden de prelación para el nombramiento del tutor
Existe un orden preferente para este nombramiento.
19.3. El testador
Es la facultad que recae, en tercer orden de preferencia, sobre un tercero que
en vida decidió dejarle unos bienes al menor. Para estos efectos, el menor debe
carecer de tutor nombrado por el padre o madre o de tutor legítimo y haber sido
545
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
beneficiado con herencia o legado (heredero o legatario) a fin de que cuente con
una persona que vele por el cuidado y administración del bien o bienes que for-
man parte del acto de liberalidad del testador. La cuantía de la herencia está suje-
ta a que baste para los alimentos del menor.
19.5. El juez
En último lugar tenemos al juez especializado (art. 112 del CNA).
546
TUTELA
21. Convalidación
Puede ocurrir que, de facto, el nombrado ejerza las funciones de tutor sin dis-
cernir el cargo. Para estos casos, se establece que el discernimiento posterior al
ejercicio del cargo no invalida los actos anteriores del tutor (art. 513).
También puede ocurrir que no se nombre tutor o no se discierna la tutela. En
estos casos, el juez de familia, de oficio o a pedido del Ministerio Público, dicta-
rá todas las providencias que fueren necesarias para el cuidado de la persona y la
seguridad de los bienes del menor (art. 514).
23.1. Competencia
Los jueces de familia son los competentes para intervenir en los asuntos re-
lativos a la tutela.
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TUTELA
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TUTELA
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28. Fenecimiento
28.1. Extinción
Se produce por hechos objetivos (art. 549).
- Muerte del menor.
- Cesación de la incapacidad de ejercicio del pupilo. Por mayoridad, por ad-
quirir capacidad de forma especial (art. 46) o cuando la menor tiene un hijo
extramatrimonial bajo la patria potestad (art. 421 in fine). Aunque la ley no
considera específicamente este último caso como causal de cesación de la tu-
tela, no tendría sentido que la madre, que ejerce la patria potestad sobre su
hijo, sea, ella misma, incapaz.
- El reingreso del pupilo bajo la patria potestad.
28.2. Cese
Se extinguen los poderes del tutor, debiendo este ser sustituido (art. 550).
- Muerte del tutor: En tal eventualidad los herederos del tutor si son capaces
están en la obligación de continuar con la gestión de su causante hasta que se
designe un nuevo tutor (art. 551).
- Aceptación de renuncia del tutor: El cargo de tutor es obligatorio para quie-
nes ni tienen impedimento legal o no se excusaron en los casos permitidos
por la ley.
- Declaración de quiebra del tutor: Nótese que existe una duplicidad entre el
inciso 7 del artículo 515 y el inciso 3 del artículo 550. Esto debe ser interpre-
tado en el sentido de que la declaratoria de quiebra produce de pleno derecho
la cesación del cargo. Las otras causas de incapacidad producen dicho efec-
to cuando la renuncia es aceptada.
- No ratificación: El tutor no está sujeto a la formalidad de ratificación (art.
509). La razón es que el tutor dativo no siempre es pariente lo que requiere
la reconsideración periódica a fin de mantenerlo en su cargo.
- Remoción: Procede cuando el tutor incumple sus funciones o deja de ser idó-
neo para ejercerlas. Será removido de la tutela aquel que cause perjuicio al
menor en su persona o intereses y el que incurra en alguno de los impedimen-
tos si no renunciare al cargo (art. 554). Como dice Gomes(867) la remoción es
una pena impuesta al tutor cuando es negligente o prevaricador.
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TUTELA
28.3. Exoneración
Se produce antes de discernirse el cargo, mediante la excusa (art. 518), evi-
tando que esta institución se constituya.
28.4. Impugnación
Es la figura mediante la cual se evita que determinada persona asuma el car-
go del tutor, si se realiza antes del discernimiento del cargo.
Fenecimiento del cargo de Tutela
Extinción Cese
- Por muerte del menor. - Por muerte del tutor.
- Cesación de incapacidad de ejercicio del - Por renuncia del tutor: cuando sobrevienen
menor: Cuando llega a la mayoría de edad, impedimentos que no existían al inicio del
cuando el menor contrae matrimonio u ob- cargo, cuando tratándose del tutor dativo, de-
tenga título profesional, o cuando el menor cide apartarse del cargo
tenga un hijo extramatrimonial. - Por declaración de quiebra del tutor
- Reingreso del pupilo bajo la patria potestad. - No ratificación en el cargo.
- Remoción del cargo
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CAPÍTULO
NOVENO
CURATELA
CAPÍTULO NOVENO
CURATELA
I. Generalidades y antecedentes. II. Etimología. III. Definición. IV. Denominación. V. Finalidad. VI. Na-
turaleza jurídica. VII. Características. 1. Supletoria. 2. Personalísima e intransferible. 3. Obligatoria y tem-
poral. 4. Representativa. 5. Remunerada. 6. Unipersonalidad. 7. Institución de amparo familiar y protec-
ción de los incapaces. 8. Institución de interés social. 9. Se regula supletoriamente por las normas de la
tutela. VIII. Sujetos. 10. Curado. 10.1. Legitimidad pasiva del curado. 10.2. Actos realizados por el cu-
rado. 10.3. Actos prohibidos al curado. 11. Curador. 11.1. Tipos. 11.1.1. Curador definitivo. 11.1.2. Curador
provisional. 11.2. Funciones. 11.2.1. Atribuciones referentes a la persona del incapaz. 11.2.2. Atribucio-
nes patrimoniales. 11.3. Curador y curado. 12. Juez. 13. Ministerio Público. 14. Tutor de tratamiento.
IX. Solicitud y ejercicio de la curatela. X. Impedimentos, excusas y requisitos. 15. Impedimentos y ex-
cusas del curador. 16. Requisitos previos para el ejercicio del curador. XI. Tipos de curatela. 17. Por
el estado o calidad del curado. 17.1. Curatela típica. 17.1.1. Pródigo y el mal gestor. Ebrio habitual y
toxicómano. 17.1.2. Penado. 17.1.3. Fin de la curatela típica y del cargo del curador. 17.2. Curatela de
bienes. 17.2.1. Curatela de los bienes del desaparecido y del ausente. 17.2.2. Curatela de los bienes del
concebido. 17.2.3. Curatela de los bienes cuyo cuidado no incumbe a nadie. 17.2.3.1. Cuando los de-
rechos sucesorios sean inciertos. 17.2.3.2. Cuando una asociación o un comité no puedan seguir fun-
cionando por cualquier causa sin haberse previsto solución alguna en el estatuto. 17.2.3.3. Cuando una
persona sea incapaz de administrar por sí misma sus bienes o de escoger un mandatario, sin que proce-
da el nombramiento de curador. 17.2.4. Curatela de bienes dados en usufructo. 17.2.5. Funciones del
curador de bienes. 17.2.6. Pluralidad de curadores. Cocuradores. 17.2.7. Juez competente. 17.2.8. Ce-
sación. 17.3. Curatelas especiales. 17.3.1. Para asuntos determinados. 17.3.2. Casos en que procede la
curatela especial. 17.3.3. Nombramiento. 17.3.4. Funciones. 17.4. Especies intermedias. 18. Por la for-
ma de su naturaleza. 18.1. Curatela legítima. 18.1.1. Autotutela. 18.1.2. Curador legítimo. 18.2. Cura-
tela testamentaria o escrituraria. 18.3. Curatela dativa. 18.4. Otros casos legales de curatela. 18.5. Fin
de la curatela y cargo del curador. 18.6. Curador procesal. XII. Eficacia de la sentencia. XIII. Invalida-
ción de los actos anteriores. XIV. Término de la curatela. XV. Rehabilitación. XVI. Levantamiento de
la interdicción. XVII. Tutela y Curatela.
I. GENERALIDADES Y ANTECEDENTES
Su existencia data de la Ley de las Doce Tablas donde se trataba el tema en
relación a los incapacitados accidentales, i.e. furiosi (privados de razón con o sin
intervalos lúcidos) y pródigos. Luego fue extendida a los mente capti (poca inte-
ligencia), a los sordos, mudos y personas que sufrían de graves enfermedades. De
allí es aplicada a incapacidades de otro sesgo, básicamente de edad, recayendo en
los púberes menores de veinticinco años y en ciertos pupilos(868).
(868) CORNEJO CHÁVEZ, Héctor. Derecho familiar peruano. Tomo II, 6a edición, Studium, Lima, 1987,
p. 407.
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
II. ETIMOLOGÍA
La doctrina indica dos orígenes para la palabra curatela.
Unos dicen que viene del latín curo, cuidar. Otros afirman que proviene del
verbo curare, cuidador y que tiene otros sentidos como administrar, dirigir, cui-
dar, gobernar o, solamente, cargo de curador(871).
(869) La referência en las Institutas a los furiosi y pródigos: “Furiosi quoque et prodigi, licet maiores vingin-
tiquinque annis sint, tamen in curatione sunt agnatorum ex lege duodecim tabularum: sed solent Romae
praefectus urbi vel praetor, et in provinciis praesides ex inquisitione iis curatores dare”. Lib. I, tít. XXIII,
§ 3.
(870) MEJÍA SALAS, Pedro. Tutela, Curatela, Consejo de familia: Doctrina, modelos, jurisprudencia, LEJ,
Lima, 2003, pp. 87-88.
(871) MEJÍA SALAS, Pedro. Ob. cit., p. 91.
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CURATELA
Lo cierto es que viene de la palabra latina curator que proviene del verbo cu-
rare, cuidar, preocupar.
Entonces, curador es aquel que cuida.
III. DEFINICIÓN
El término curatela tiene dos significados, uno general y otro especial. El pri-
mero referido al cuidado de personas o bienes; el segundo, más técnico, conferido
a la institución legal que brinda protección a los mayores incapaces.
Para Cornejo Chávez(872) es la figura de amparo del incapaz no protegido en
general o para determinada situación ni por la tutela ni por la patria potestad, o de
la persona capaz impedida de manera circunstancial cuya importancia reside en
el cuidado y gestión de los bienes o de los intereses de esta persona y en la defen-
sa de la misma. Con Guillermo Borda(873) vemos que la curatela es la representa-
ción legal de los incapaces mayores de edad, como es el caso de los dementes, los
sordomudos que no pueden hacerse comprender por escrito o penados. Bossert
y Zannoni(874) consideran que es la representación legal que se da a los mayores
de edad que son incapaces. Según Chaves de Farias y Rosenvald(875), en la doc-
trina brasilera, definen la curatela como la carga impuesta a una persona natural
para cuidar y proteger a una persona mayor de edad que no puede autodetermi-
narse patrimonialmente a causa de una incapacidad. Es una forma de protección a
una persona que, a pesar de mayor, no tiene plena capacidad jurídica. Según Rolf
Madaleno(876) consiste en el derecho de gobernar igualmente a la persona y los
bienes de los incapaces mayores de edad, protegiendo la salud del curado como
también colocando a salvo de riesgos a que está expuesto con relación a los terce-
ros en función a su falta de conciencia. Según Maria Berenice Dias es un institu-
to protectivo de mayores de edad incapaces, sin condiciones de velar por sus pro-
pios intereses, regir su vida y administrar su patrimonio(877).
Se trata de un instituto del Derecho de Familia que brinda de protección a los
mayores de edad que no son aptos para cuidar de sus propios intereses, regir su
vida y administrar sus bienes.
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
IV. DENOMINACIÓN
Con el tiempo su denominación ha sido unánime, curatela. Doctrinariamente
se conoce también como guardaduría o curaduría.
V. FINALIDAD
El precepto constitucional consagrado en el artículo 7 sostiene que la perso-
na incapacitada para velar por sí misma a causa de una deficiencia física o mental
tiene derecho al respeto de su dignidad y a un régimen legal de protección, aten-
ción, readaptación y seguridades. La curatela se inserta cómodamente en esta no-
ción pincelada en la Carta magna considerando que su finalidad es preservar la
salud y reemplazar la incapacidad de una persona con el objetivo de atender sus
intereses personales y materiales.
Faculta a un sujeto llamado curador a fin de que se encargue de asistir a aquel
desvalido, el curado, que de manera independiente no puede atender sus deberes
ni ejercer sus derechos. La finalidad de la curatela como institución de amparo fa-
miliar es la de coadyuvar al bienestar y posible recuperación de la capacidad de
obrar del incapaz así como el cuidado de la persona y/o bienes de los incapaces
de ejercicio generalmente mayores de edad.
De la curatela se derivan dos obligaciones del curador:
- Obligación principal, que se recobre la capacidad de ejercicio en aque-
llos supuestos en que sea posible tal recuperación del incapaz.
- Obligación complementaria, cuidar del patrimonio (administrarlo y go-
bernarlo) del incapaz de ejercicio.
Una y otra obligación son importantes y se complementan. No solo la perso-
na, ni fundamentalmente el patrimonio. Debet non solum patrimonium, sed et cor-
pus. Ambos son de importancia pero debemos reconocer –junto con Magdalena
Giavarino– que se trata de una institución con una fuerte impronta patrimonial(878).
La función del curador debe diferenciarse. Como señalan Bossert y Zannoni
si bien el caso del demente, la tarea fundamental a cargo del curador es la de tra-
tar que recupere la salud mental, en el caso del sordomudo es tratar que aprenda
a leer y escribir, y en el caso del inhabilitado, respecto del cual el curador cumple
una función de asistencia y no de representación, tratará que supere su prodigali-
dad o su adicción al alcohol o estupefacientes(879).
(878) GIAVARINO, Magdalena B. “La autonomía de gestión patrimonial. Variable en la relación curador–cu-
rado. En: La Ley, 18/02/2011, 4.
(879) BOSSERT, Gustavo y ZANNONI, Eduardo. Ob. cit., p. 612.
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CURATELA
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
cio colectivo, o en el interés de la patria, del orden social y legal, siendo una fun-
ción que resulta de la solidaridad humana(885). Como dice Lasarte(886), la curatela
es cargo u organismo tuitivo de segundo orden considerando que en primer lugar
está la tutela y en tercer lugar está el defensor judicial, según el Código Civil es-
pañol. Constituye, para Washington de Barros Monteiro(887), una medida de am-
paro y protección, no es una penalidad.
La curatela es una institución jurídica de amparo familiar.
VII. CARACTERÍSTICAS
Las características de la curatela corresponden a las de la tutela, en gran
proporción.
Se tipifica por la presencia de un interés no solo individual sino colectivo, por
el carácter público del cargo, la obligatoriedad de su asunción y su ejercicio y la
supervigilancia del Estado.
Entre las principales características tenemos:
1. Supletoria
La curatela es supletoria de la capacidad de la persona sometida a esta insti-
tución tuitiva. Opera a falta de capacidad del sujeto incapaz de ejercer sus dere-
chos y cuidar de sus intereses personales y patrimoniales. La curatela suple la in-
capacidad de las personas para la práctica de los actos de la vida civil.
2. Personalísima e intransferible
No cabe delegar sus funciones a otras personas que no sean los curadores.
El cargo es intuito personae.
3. Obligatoria y temporal
El curador debe asumir y ejercer el cargo durante todo el tiempo señalado (art.
517). Esta característica va de la mano con la anterior en razón que siendo su de-
sempeño personal de su ejercicio derivan responsabilidades de naturaleza civil,
penal y administrativa que trascienden durante el tiempo de vigencia.
(885) Cfr. SARMENTO, Eduardo Sócrates Castanheira. A interdição no Direito brasileiro. Forense, Rio de Ja-
neiro, 1981, p. 8. Cit. MADALENO, Rolf. Curso de Direito de Família. 4a ed. rev., atual. e ampl., Fo-
rense, Rio de Janeiro, 2011, p. 1137.
(886) LASARTE, Carlos. Derecho de Familia. Principios de Derecho civil. Tomo VI, 9ª edición, Marcial Pons,
Madrid, 2010, p. 398.
(887) MONTEIRO, Washington de Barros. Curso de Direito Civil. Vol. 1: parte general, 40 edición, revisada
y actualizada por Regina Beatriz Tavares da Silva, Saraiva, São Paolo, 2010, p. 590.
562
CURATELA
4. Representativa
El curador es el representante legal del incapaz en todos los actos de natura-
leza civil.
Su cometido no es de una mera asistencia o de simple concurso al pupilo sino
de una autentica representación. Se ocupará de su persona, de su rehabilitación y
administrará sus bienes de la mejor forma posible.
5. Remunerada
La retribución se justifica en razón de las responsabilidades que dicho cargo
genera, aparte del tiempo, esfuerzo y dedicación que requiere (aplicación suple-
toria art. 539 del CC).
6. Unipersonalidad
La curatela por regla es unipersonal pero el Código reconoce la curatela con-
junta o compartida.
- La curatela de bienes puede ser encomendada a varios curadores cuando así
lo exija la administración de los bienes (art. 601 del CC). Cada curador es
responsable del bien que se le encarga. No hay responsabilidad solidaria res-
pecto del actuar de los otros co-curadores por dos situaciones:
i) La solidaridad debe constituirse de forma expresa, no puede presumirse,
vale decir, que o la ley la establece o se pacta.
ii) Habiendo una diversidad de bienes lo óptimo es encargar una adminis-
tración individual, más aún si los bienes pueden perfectamente estar en
lugares distintos.
- Los curadores especialmente nombrados para determinados bienes se encar-
garán de la administración de estos en el tiempo y forma señalados por el tes-
tador o el donante que los designó (art. 608 del CC).
- Tratándose de designación de curador por testamento o escritura pública, pue-
den nombrarse dos o más curadores. Si fueren nombrados dos o más, los car-
gos serán desempeñados en el orden del nombramiento, salvo disposición con-
traria. En este último caso, si el instituyente no hubiera establecido el modo
de ejercer las atribuciones de la curatela, esta será mancomunada (art. 505
del CC).
(888) RIZZARDO, Arnaldo. Direito de Família. 2ª edição, Editora Forense, Rio de Janeiro, 2004, p. 967.
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
(889) FARIAS, Cristiano Chaves de; ROSENVALD, Nelson. Ob. cit., p. 880.
(890) BORDA, Guillermo A. Tratado de Derecho Civil. Familia. 10ª edición, Tomo II, La Ley, Buenos Aires,
2008, p. 334.
564
CURATELA
VIII. SUJETOS
Son los sujetos de la curatela: el curado y el curador.
Cabe analizar la relación entre ambos. También el rol del juez en tanto vi-
gente esté el cargo y la participación del Ministerio Público durante el proceso.
10. Curado
Llamado inhábil, interdicto, cuidado, curatelado. Persona con discapacidad
(no discapacitado, ni incapaz), personas con capacidad restringida.
Es el sujeto pasivo de la curatela, siendo aquel a quien se le va a proteger.
El protegido.
Es el mayor de edad protegido que:
- Se encuentren en una situación de incapacidad restringida de ejercicio de sus
derechos y obligaciones.
- No puedan prescindir de socorros y cuidados permanentes respecto de su per-
sona y patrimonio.
- No puedan dirigir sus negocios, o;
- Amenacen la seguridad ajena.
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
Son aquellos que no pueden ejercer plenamente los actos de la vida civil, ne-
cesitando representación y asistencia(891). Se trata de incapaces absolutos o rela-
tivos de ejercicio.
También pueden ser curados los menores de edad y en especial los mayores
de 16 capaces de ejercicio (art. 46 del CC).
Están sujetos a curatela (art. 564 del CC) las personas a que se refiere los ar-
tículos 43, incisos 2 y 3; y 44 incisos 2 al 8 del Código Civil:
- Privados del discernimiento.
- Sordomudos, los ciegos sordos, y ciegos mudos que no pueden expresar su
voluntad de manera indubitable.
- Los que adolecen de deterioro mental que les impide expresar su libre volun-
tad, que ha sustituido y ampliado el sentido de los débiles seniles del C.C. de
1936.
- Pródigos.
- Los que incurren en mala gestión.
- Ebrios habituales.
- Toxicómanos.
- Los que sufren pena que lleva anexa la interdicción civil.
Dependiendo del grado de incapacidad el juez al declarar la interdicción del
incapaz fijará la extensión y los límites de la curatela según el grado de incapaci-
dad de aquel (art. 581). Esto, Berenice Dias(892), lo considera como las graduacio-
nes de la curatela la cual será conferida de acuerdo al estado del curado generan-
do efectos distintos dependiendo de su nivel de conciencia; así tenemos, por au-
sencia total de capacidad, la interdicción será absoluta para todos los actos de la
vida civil; mientras que para quien dispone de discernimiento parcial, la interdic-
ción debe ser limitada, relativa.
Dice Limongi França(893) que es preciso no confundir interdicto con curate-
lado, pues no todo curatelado es necesariamente un interdicto como también la
condición de interdicto precede a la de curatelado.
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CURATELA
11. Curador
Llamado cuidador, preceptor, administrador, guardador.
Es el sujeto activo de la curatela, es aquel a quien le corresponde de su ejer-
cicio. Quien ejerce la curatela. El protector.
Es aquella persona natural, capaz de ejercicio, designada por el juez que ac-
túa en nombre y representación del incapaz mayor de edad. Conceptualmente es
aquel encargado del cuidado de la persona y bienes del interdicto sometido a la
curatela. Debe ser mayor de edad siendo indiferente el sexo para su designación,
puede haber una curadora para un curado u un curador para una curada.
Excepcionalmente, el cargo puede recaer en una persona jurídica (art. 435,
inc. 2) en el caso de hijos sujetos a la patria potestad de uno solo de los padres el
juez puede confiar la administración de los bienes de estos a un curador cuando el
otro padre lo haya nombrado en su testamento y el juez lo estimare conveniente.
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
11.1. Tipos
11.1.1. Curador definitivo
Es aquel declarado en sentencia firme. Este es designado generalmente por un
tiempo indefinido y para la generalidad de actos jurídicos del incapaz de ejercicio.
11.2. Funciones
La principal función del curador es proteger al incapaz, en persona y bienes,
logrando en la medida de lo posible su recuperación e intentando que supere la
causa que originó su incapacidad. Respecto de los bienes, el curador dispone de
atribuciones y obligaciones patrimoniales tales como la representación, asisten-
cia y asesoramiento de los negocios del curado, de acuerdo con el artículo 576
del Código Civil.
El curador de pródigos, malos gestores, ebrios habituales y/o toxicómanos
que tiene hijos menores representarán legalmente a los hijos menores de dichos
incapaces, administrando sus bienes, a menos que estén bajo la patria potestad del
otro padre o que tengan tutor.
En alguna medida, por el principio de economía, el curador del incapaz que
tenga hijos menores será tutor de estos, de acuerdo con el artículo (art. 580). Se
presenta un caso especial de doble cargo curador/tutor evitando que existan un
curador para el padre y un tutor para los hijos de este, concordando los artículos
592 y 596 del Código Civil.
El curador gozará de las siguientes atribuciones que podemos agruparlas en
dos clases:
(894) SÁNCHEZ VERA, Wilbert. “Curador designado por el consejo de familia”. En: Código Civil comenta-
do. Tomo III, 3ª edición, abril de 2011, p. 364.
(895) LIMONGI FRANÇA, Rubens. Ob. cit., p. 360.
(896) GIAVARINO, Magdalena B. “El discernimiento de la curatela. La idoneidad del curador”. En: La Ley,
2008-E, 486. El discernimiento de la curatela. La idoneidad del curadorLA LEY 2008-E, 486 Giavarino,
Magdalena B
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CURATELA
12. Juez
El juez es una parte más.
Decide la prelación de la curatela legítima (art. 569, inc. 3 del CC), fija la ex-
tensión y límites de la curatela (art. 581); asimismo, el juez que nombra al cura-
dor puede señalarle sus facultades y obligaciones (art. 605 del CC).
En tanto esté vigente el cargo de curador, el juez tiene un rol activo de segui-
miento del cargo.
(897) SUÁREZ FRANCO, Roberto. Derecho de Familia. Tomo I, 3ª edición, Ed. Temis, Bogotá, 1999, p. 250.
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17.1.2. Penado
La curatela del penado es un caso sui géneris.
El penado es aquel que al culminar un proceso penal se le impone una pena
de internamiento, penitenciaria o relegación. La interdicción civil no es una pena.
Es una circunstancia que acompaña a ciertas penas y, concretamente, a la de in-
ternamiento, de acuerdo con el artículo 31 del Código Penal, e implica una pena
limitativa de derechos, inciso 3. La inhabilitación va automáticamente anexa a la
condena penal, razón por la cual no se necesita seguir un trámite civil de interdic-
ción previo al nombramiento de un curador y dura tanto como la condena misma.
Ejecutoriada la sentencia que conlleve la interdicción civil el fiscal pedirá,
dentro de las 24 horas, el nombramiento de curador. Si no lo hiciere, será respon-
sable de los daños que sobrevengan. También pueden pedir el nombramiento de
curador el cónyuge y los parientes del interdicto (art. 595 del CC).
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CURATELA
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- Declarada la ausencia.
En caso de no poderse entregar los bienes en posesión temporal a quienes se-
rían los herederos forzosos –no existen– continuará en sus funciones el curador
interino de bienes (art. 50).
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CURATELA
Estos casos deben ser estudiados en concordancia con las disposiciones del
Libro de Sucesiones, de las cuales se desprende:
i) Que, ordinariamente, los herederos son designados dentro de los límites le-
gales por el mismo causante en su testamento;
ii) Que, cuando no exista tal designación o esta resulte inválida, la herencia co-
rresponde a los herederos legales (art. 816 del CC).
iii) Que, cuando no existen estos parientes, los bienes se adjudiquen al Estado y
a las beneficencias públicas (art. 830 del CC).
Si al fallecimiento del causante aparecen sus herederos testamentarios o son
declarados judicialmente los legales o los bienes son atribuidos a los organismos
públicos carece de objeto instituir curatela para tal herencia.
En los casos que:
- No se sepa si existen herederos testamentarios; o,
- Existiendo, no aparecen; o,
- Cuando aún no han sido declarados herederos legales y se ignora si los hay;
o,
- Cuando se produce alguna otra eventualidad semejante.
En cualquiera de estos casos debe instituirse curatela.
17.2.3.3. Cuando una persona sea incapaz de administrar por sí misma sus
bienes o de escoger un mandatario, sin que proceda el nombramiento
de curador
Más que incapacidad, en sentido técnico, se refiere a aquella persona no apta
–inepta– para administrar por sí misma su patrimonio o una parte de él o designar
un mandatario al efecto (art. 599, inc. 3 del CC).
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En cuanto al término de esta curatela, el Código Civil no trae más norma que
la contenida en el genérico artículo 615 del Código Civil, según el cual la cura-
tela de los bienes cesa por la extinción de estos o por haber desparecido los mo-
tivos que la determinaron.
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CURATELA
(*) MEJÍA SALAS, Pedro. Tutela, Curatela, Consejo de familia: Doctrina, modelos, jurisprudencia.
LEJ, Lima, 2003, pp. 87-88
17.2.8. Cesación
La curatela:
- De los bienes cesa por la extinción de estos o por haber desaparecido los mo-
tivos que la determinaron (art. 615 del CC).
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
17.3.3. Nombramiento
El nombramiento del curador especial corresponde al juez.
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CURATELA
Debe tenerse presente que en caso de que el padre o la madre tengan un in-
terés opuesto al de sus hijos se nombrará curador especial que vele por los hijos.
El juez, a petición del padre o de la madre, del Ministerio Público, de cualquier
otra persona o de oficio, conferirá el cargo al pariente a quien corresponda la tu-
tela legítima. A falta de este, el consejo de familia elegirá a otro pariente o a un
extraño (art. 460 del CC).
17.3.4. Funciones
Las pautas a que debe ceñirse el curador especial son:
- Quien nombra al curador, sea el consejo de familia o el juez, conferirá las fa-
cultades pertinentes y que se ajusten al caso en particular.
- La representación procesal está implícita en el cargo.
- Para la disposición de bienes o negocios la facultad debe ser expresa.
- Tratándose de la administración de bienes son las ordinarias.
Cabe la posibilidad de que el curador especial se dirija a quien lo nombró exi-
giendo facultades determinadas o especiales en la medida que no le fueron impar-
tidas las necesarias o fueren insuficientes las que se le confirieron.
Consideramos que más que tres (3) tipos de curatela, existen dos (2) tipos,
la típica y la atípica:
Atípica
Típica Curatela
Curatela de bienes
especial
Privados de discerni- Desaparecido Concebido Bienes Bienes dados Todas aquellas
miento, pródigo, mal o ausente que no en usufructo establecidas
gestor, ebrio habitual, incumben a por la ley
toxicómano penado nadie
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
18.1.1. Autotutela
Mediante Ley N° 29633(903), Ley que fortalece la tutela del incapaz, se com-
plementa la institución de la curatela modificándose, vía ampliación, el artículo
568 del Código Civil al incorporar la estipulación de autotutela para la propia in-
capacidad. A través de esta institución una persona capaz de ejercicio puede anti-
cipadamente establecer la protección de su persona y bienes ante su propia inca-
pacidad futura, facultándosele a que (i) nombre su propio curador; (ii) indicar sus
facultades, o; (iii) disponer quiénes no pueden ser designados como tal. Esta inno-
vadora institución del derecho de personas y familia permite superar la situación
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CURATELA
(904) CANALES TORRES, Claudia. La Voluntad Anticipada versus la Curatela Legítima. La Autotutela in-
troducida por la Ley N° 29633. En: Revista Jurídica del Perú. N° 119. Editorial Normas Legales S.A.,
Lima, enero 2011, p. 25.
(905) Ídem.
(906) MEJÍA ROSASCO DE ELÍAS, Rosalia. La Declaración de La Penúltima Voluntad: Regulaciones Para
La Propia Incapacidad. En: <http://www.notariarosaliamejia.com>. Lima, 2008.
581
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
que una persona escoja y designe a su curador concediéndole las atribuciones que
tenga a bien(907).
La penúltima voluntad, como también se le conoce, es una forma extraordi-
naria para que en vida podamos designar o vetar a quien cuide de nuestra persona
y bienes. Estas manifestaciones, distintas e independientes a las declaraciones de
última voluntad –los testamentos– son situaciones sui géneris y únicas, por ello
requieren de la creación de normas especiales y diferentes a las ya establecidas
para otros casos en que el sujeto expresa su voluntad a través del documento que
tiene vigencia a partir de su muerte, esto es, que expresa lo que él ya no puede o
a través de tercera persona aunque él esté vivo y en aptitud de hacerlo por sí mis-
mo, como es el mandato(908).
La Ley N° 29633 en su artículo 1 dispone que:
“Toda persona adulta mayor con capacidad plena de ejercicio de sus derechos
civiles puede nombrar a su curador, curadores o curadores sustitutos por escri-
tura pública con la presencia de dos (2) testigos, en previsión de ser declarado
judicialmente interdicto en el futuro, inscribiendo dicho acto en el Registro
Personal de la Superintendencia Nacional de Registros Públicos (Sunarp). El
juez a cargo del proceso de interdicción recaba la certificación del registro,
a efectos de verificar la existencia del nombramiento. La designación reali-
zada por la propia persona vincula al juez. Asimismo, la persona adulta ma-
yor puede disponer en qué personas no debe recaer tal designación. También
puede establecer el alcance de las facultades que gozará quien sea nombrado
como curador”.
Este acto se formaliza mediante Escritura Pública con la presencia de dos tes-
tigos y se inscribe en el Registro Personal-SUNARP. El sujeto, formalizando su
voluntad, decide respecto de quien velará por su persona y bienes con la seguri-
dad de que su decisión será la más beneficiosa y favorable. Al modificarse, am-
pliarse o limitarse tal acto jurídico unilateral debe cumplirse con las mismas for-
malidades que para su otorgamiento.
Iniciado un proceso de interdicción, el juez recabará la certificación del
Registro a efectos de verificar la existencia del nombramiento de curador, sus fa-
cultades o, en su caso, el impedimento impuesto a que cierta persona sea designa-
da. La voluntad debe ser respetada por el juez.
Asimismo el artículo 2 de la citada ley modifica en primer lugar el artículo
569 del Código Civil estableciendo que:
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CURATELA
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2. Padres;
3. Descendientes, prefiriéndose al más próximo al más remoto y, en igualdad de
grado, al más idóneo;
4. Abuelos y otros ascendientes, regulándose la designación en la misma forma
señalada para los descendientes, y;
5. Hermanos.
Los directores de los asilos son curadores legítimos interinos de los incapa-
ces asilados (art. 570 del CC).
La curatela legítima le corresponde a las personas privadas de discernimien-
to, sordomudo, ciegosordo y ciegomudo (art. 43, incs. 2 y 3 del CC), retardados
mentales o a los que adolecieren de deficiencia mental (art. 44, 2 y 3 del CC).
Estos para ser declarados incapaces y se les nombre curador se requiere (art.
571 del CC):
- Que no puedan dirigir sus negocios,
- Que no puedan prescindir de cuidados y socorros permanentes o,
- Que amenacen la seguridad ajena.
Tanto el curador como el curado legítimo son personas designada por la ley.
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CURATELA
(911) SUÁREZ FRANCO, Roberto. Derecho de Familia. Tomo I, 3ª edición, Ed. Temis, Bogotá, 1999, p. 270.
(912) “Por sentencia del doctor Arturo R. Yungano, titular del Juzgado Nacional en lo Civil N° 15 de la Capi-
tal Federal, dictada el 7 de marzo de 1986, se declaró la inhabilitación de una mujer disminuida en sus
facultades mentales (art. 152 bis, inc. 2, Cód. Civil -Adla, XXVIII-B, 1799-) y se designó curador defi-
nitivo de esta a su concubinario, cuya idoneidad para el cargo quedó demostrada mediante prueba testi-
monial e informativa. El dictamen previo de la curadora oficial de alienados, doctora María I. Caro Fi-
gueroa fue favorable a esa designación, por haberse acreditado ‘correctamente’ la idoneidad para el ejer-
cicio de tal cargo. El asesor de menores, doctor Eduardo Mariano Blomberg, adhirió a dicho dictamen”.
Vide ESCRIBANO, Carlos: “Concubinato y curatela”. En: La Ley on - line, 29/2/2012.
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(915) Respecto del principio de buena Fe. Vide DIAS, Maria Berenice. Ob. cit., p. 551 y FARIAS, Cristiano
Chaves de y ROSENVALD, Nelson. Ob. cit., p. 904.
(916) MADALENO, Rolf. Ob. cit., p. 1160.
(917) SAMBRIZZI, Eduardo. Tratado de Derecho de Familia. Tomo VI, La Ley, Buenos Aires, 2010, p. 660.
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XV. REHABILITACIÓN
La rehabilitación de una persona declarada interdicta por privación de dis-
cernimiento (art. 43, inc. 2 del CC) o discapacidad sensorial (art. 43, inc. 3) o in-
capacidad mental (art. 44, incs. 2 y 3 del CC) no puede ser concedida sin que el
juez compruebe directamente o por intermedio de un examen pericial, que ha de-
saparecido esa causa (art. 612).
La rehabilitación de una persona declarada incapaz por causa de prodigali-
dad, mala gestión, ebriedad o toxicomanía (art. 44, incs. 4, 5, 6 y 7 del CC) solo
puede ser demandada cuando durante más de dos años no ha dado lugar el inter-
dicto a ninguna queja por hechos análogos a los que determinaron su curatela (art.
613 del CC).
La curatela del penado, la interdicción anexa a su condena, no necesita de
trámite especial de rehabilitación, sino que concluida la condena cesa de forma
automática la interdicción. El liberado condicionalmente continúa bajo curatela
(art. 611).
La rehabilitación puede ser pedida por el curador y por cualquier interesado.
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ANEXO
Cuadro comparativo entre la Tutela y Curatela
El cuadro se ha confeccionado sobre la base de las normas de la tutela de forma que el articulado es
confrontado con su similar de la curatela.
Las cuadrículas que están marcadas en trama se consideran que son los artículos aplicables de la
tutela a la curatela, conforme lo manda el artículo 568.
(1) Modificado expresamente sin considerar el nuevo contenido por el D. Ley N° 26102 del CNA (Deroga-
do por la Ley N° 27337, CNA, Primera DC, DOEP, ….). Véase Art. siguiente:
Artículo 112.- Supervisión del Juez.- El Juez especializado es competente para nombrar tutor o guar-
dador y es el responsable de supervisar periódicamente el cumplimiento de su labor.
(2) Ley N° 29633, Ley que fortalece la tutela del incapaz o adulto mayor mediante la modificación de diver-
sos artículos del Código Civil (DOEP., 18/12/2010).
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(3) Ley N° 29633, Ley que fortalece la tutela del incapaz o adulto mayor mediante la modificación de diver-
sos artículos del Código Civil (DOEP., 18/12/2010).
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Artículo 514.- Mientras no se nombre tutor o Artículo 567.- El juez, en cualquier estado del
no se discierna la tutela, el juez, de oficio o a juicio, puede privar provisionalmente del ejer-
pedido del Ministerio Público, dictará todas las cicio de los derechos civiles a la persona cuya
providencias que fueren necesarias para el cui- interdicción ha sido solicitada y designarle un
dado de la persona y la seguridad de los bienes curador provisional.
del menor.
Artículo 515.- No pueden ser tutores:
1. Los menores de edad. Si fueran nombrados
en testamento o por escritura pública, ejer-
cerán el cargo cuando lleguen a la mayoría.
2. Los sujetos a curatela.
3. Los deudores o acreedores del menor, por
cantidades de consideración, ni los fiadores
de los primeros, a no ser que los padres los
hubiesen nombrado sabiendo esta circuns-
tancia.
4. Los que tengan en un pleito propio, o de
sus ascendientes, descendientes o cónyu-
ge, interés contrario al del menor, a menos
que con conocimiento de ello hubiesen sido
nombrados por los padres.
5. Los enemigos del menor o de sus ascen-
dientes o hermanos.
6. Los excluidos expresamente de la tutela por
el padre o por la madre.
7. Los quebrados y quienes están sujetos a un
procedimiento de quiebra.
8. Los condenados por homicidio, lesiones do-
losas, riña, aborto, exposición o abandono
de personas en peligro, supresión o altera-
ción del estado civil, o por delitos contra el
patrimonio o contra las buenas costumbres.
9. Las personas de mala conducta notoria o
que no tuvieren manera de vivir conocida.
10. Los que fueron destituidos de la patria po-
testad.
11. Los que fueron removidos de otra tutela.
Artículo 516.- Cualquier interesado y el Minis-
terio Público pueden impugnar el nombramien-
to de tutor efectuado con infracción del artículo
515.
Si la impugnación precediera al discernimiento
del cargo, se estará a lo dispuesto en el Código
de Procedimientos Civiles(4).
(4) De acuerdo a la Tercera DF del TUO del CPC, D. Leg. N° 768 todas las referencias al Código de proce-
dimientos civiles se entienden hechas al Código Procesal Civil.
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(5) Modificado expresamente sin considerar el nuevo contenido por el D. Ley N° 26102 del CNA (Deroga-
do por la Ley N° 27337, CNA, Primera. Véase el artículo siguiente:
Artículo 122.- Autorización.- Los que administran bienes de niños o adolescentes, necesitan autoriza-
ción judicial para gravarlos o enajenarlos por causas justificadas de necesidad o utilidad de conformidad
con el artículo 447 del Código Civil.
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(6) Modificado por la Primera DM del TUO del CPC, D. Leg. 768.
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(7) Modificado expresamente sin considerar el nuevo contenido por el D. Ley N° 26102 del CNA (Deroga-
do por la Ley N° 27337, CNA, Primera DC). Véase el artículo siguiente:
Artículo 109.- Impugnación de los actos del tutor.- El adolescente puede recurrir ante el juez contra
los actos de su autor, así como pedir la remoción del mismo.
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(9) De acuerdo a la Tercera DF del CPC, D. Leg. Nº 768 todas las referencias al Código de procedimientos
civiles se entienden hechas al Código Procesal Civil.
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CAPÍTULO
DÉCIMO
CONSEJO
DE FAMILIA
CAPÍTULO DÉCIMO
CONSEJO DE FAMILIA
I. Antecedentes. II. Etimología. III. Concepto. IV. Denominación. V. Definición. VI. Naturaleza jurí-
dica. VII. Clasificación. 1. Consejo de familia testamentario o escriturario. 2. Consejo de familia legal.
3. Consejo de familia dativo. 4. Consejo de familia mixto. VIII. Finalidad. IX. Fundamento. 5. Doc-
trina negativa. 6. Doctrina positiva. X. Características. 7. Institución tuitiva. 7.1. Institución supletoria.
7.2. Acto jurídico familiar. 7.3. Supervisión. 7.4. Cargo gratuito e inexcusable. 7.5. Obligatoriedad del
cargo. 7.6. Normas de carácter imperativo. XI. Formalización. XII. Formación e instalación. 8. Pro-
cedencia. 9. Improcedencia. XIII. Aspecto personal. 10. Protegido. 11. Miembros. 11.1. Impedidos.
11.2. Individualización. XIV. Conformación. XV. Órgano jurisdiccional competente. XVI. Legiti-
mación. XVII. Tramitación. XVIII. Procedimiento a seguir en caso de reemplazo de los miembros.
XIX. Funcionamiento. 12. Citación. 13. Convocatoria y reuniones del Consejo. 14. Personas que pue-
den pedir su convocatoria. 15. Presidencia. 16. Sanción por inasistencia. 17. Excusa y aplazamien-
to de la reunión. 18. Quórum y mayoría para la adopción de acuerdos. 19. Libros de actas de Conse-
jo de Familia y obligatoriedad de extender actas. 20. Recursos impugnatorios. 21. Sesiones con pre-
sencia del tutor o curador. XX. Responsabilidad solidaria de los miembros. XXI. Atribuciones. 22. Atri-
buciones específicas. 23. Atribuciones especiales. XXII. Terminación. 24. Del cargo de miembro.
25. Del Consejo. XXIII. Regulación legal. 26. Antecedentes. 27. Legislación. 28. Código Civil. 29. Códi-
go de los niños y adolescentes. 30. Código Procesal Civil. XXIV. Tratamiento en el Derecho comparado.
I. ANTECEDENTES
El consejo de familia reconoce su origen histórico en el Derecho romano.
En su regulación moderna se halla en el Code que lo tomó de la asamblea de
parientes que funcionaba en las regiones de Derecho Consuetudinario francés de-
signando al tutor nombrado por el Tribunal.
II. ETIMOLOGÍA
El Consejo de Familia es una palabra compuesta. Deriva de los términos la-
tinos concilium y familia.
III. CONCEPTO
Es la máxima institución de amparo de los incapaces y desvalidos.
Frente al desamparado de menores, mayores incapaces o ausentes se re-
quiere, en cada caso, de la intervención de una institución ejecutiva, deliberante,
611
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
IV. DENOMINACIÓN
Encontramos algunas denominaciones para esta institución de amparo familiar.
Consejo de tutela, asamblea de parientes, junta o tribunal doméstico, tribunal
privado, cuerpo familiar y asamblea familiar.
Para los franceses, conseil de famille o conseil de tutelle en el Código de
Quebec.
V. DEFINICIÓN
Se trata de una institución de amparo familiar. Se constituye para velar por
los intereses patrimoniales y extrapatrimoniales de los miembros de una familia,
sean estos incapaces –mayores o menores de edad– o ausentes que se encuentran
en el desamparo.
Según Octavio Linares(925) es una asamblea que tiene por objeto velar por los
intereses de un incapaz mayor de edad o menor de edad integrado por sus parien-
tes y presidida por el juez de paz. Para Columba del Carpio Rodríguez “es un ór-
gano de control, o de fiscalización de la tutela, curatela y excepcionalmente de la
patria potestad, cuya organización se funda en la necesidad de supervigilar al tutor
o curador y a veces a los padres en el cumplimiento de sus funciones, en garantía
de los derechos e intereses de los incapaces”(926). Amézquita De Almeida(927) con-
sidera que se trata de una institución legal, cuyo propósito es proteger a las perso-
nas y los bienes de los que por alguna razón no tienen capacidad o no pueden di-
rigirse a sí mismos, o administrar competentemente sus negocios.
Es una institución del Derecho de Familia que funciona como órgano de su-
pervisión, control y vigilancia de las funciones del tutor, curador o, según sea el
caso, de los padres frente a los hijos menores, mayores incapaces y, también, de los
(924) CORNEJO CHÁVEZ, Héctor. Derecho Familiar Peruano. 10ª edición, Gaceta Jurídica, Lima, abril 1999,
p. 793.
(925) LINARES, Octavio. Programa Razonado del Curso de Derecho de Familia. H.J. Rozas, Cusco, 1959,
p. 199.
(926) DEL CARPIO RODRÍGUEZ, Columba. Derecho de los Niños y Adolescentes. Editorial Dongo, Arequi-
pa, 2001, p 109.
(927) AMÉZQUITA DE ALMEIDA, Josefina. Lecciones de Derecho de Familia. Editorial Temis, Bogotá, 1980,
p. 199.
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CONSEJO DE FAMILIA
ausentes. La falta de presencia de los padres, quienes son los directamente preocu-
pados y responsables por sus hijos, ha llevado a que el Derecho cree esta institu-
ción supletoria de amparo familiar. Resguardar, aconsejar, ejecutar son acciones
que el consejo lleva a cabo a fin de salvaguardar los intereses económicos y mo-
rales del protegido.
Bases para una definición
- Persona Menores
Consejo de familia Mayores Sin padres o por Ley
- Patrimonio Ausentes
VII. CLASIFICACIÓN
En doctrina tiene la siguiente clasificación:
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
VIII. FINALIDAD
Se trata de un órgano de carácter colectivo que garantiza y posibilita una me-
jor administración de los intereses del débil.
Su finalidad es la supervisión, control y vigilancia de las funciones del tutor,
curador o, según sea el caso, de los padres frente a los hijos menores, mayores in-
capaces y, también, de los ausentes. El Consejo está al pendiente de los actos del
tutor / curador / padres en el cumplimiento de sus funciones como garantía de los
derechos e intereses personalísimos y patrimoniales de los incapaces.
La base de esta figura es la necesidad de contar con un órgano que ofrezca
garantía al buen desempeño de la actividad de la guarda, vigilando y controlando
a aquellos que la ejercen directamente. Como tal, está por encima del tutor y del
curador, que tenga facultades consultivas y ejecutivas.
El consejo no sustituye al guardador ni lo somete a un receloso control que
lo prive de atribuciones reales o lo ahogue en perjuicio del incapaz, sino lo vigila.
IX. FUNDAMENTO
Respecto de su tratamiento jurídico encontramos dos corrientes doctrinarias.
5. Doctrina negativa
Postula la inconveniencia de su regulación en el Código basado en:
- Carencia de reacción. La falta de rapidez en la acción de todo organismo co-
lectivo que retrasa los actos del tutor o curador haciendo de estos meros eje-
cutores de los acuerdos del consejo.
- Institución imperfecta. Exige de funciones especiales –técnicas y jurídicas–
a sus integrantes que generalmente no la tienen por su escasa preparación y
desconocimiento sobre la materia. Las funciones son realizadas conforme el
leal saber y entender de los integrantes del Consejo.
- Falta de responsabilidad. Los miembros no tienen responsabilidad respecto
de sus actos, puesto que esta se diluye entre ellos.
- Falta de solidaridad. La familia moderna no produce los vínculos de solidari-
dad necesarios para permitir la eficiencia del consejo. El carácter individualista
propio de la modernidad no permite la integración y compenetración suficien-
te que permita al Consejo de Familia realizar sus funciones eficientemente.
614
CONSEJO DE FAMILIA
6. Doctrina positiva
Sustenta la tesis que el Consejo de Familia es conveniente su inclusión en el
ordenamiento jurídico por las razones siguientes:
- Institución de garantía. Frente a los malos manejos del tutor y curador res-
pecto de la persona sujeto a guarda y de su patrimonio, el consejo de familia
actúa como un ente cautelador. Es una institución que contribuye a la super-
visión de otras instituciones de amparo familiar.
- Autonomía familiar. El Consejo de Familia conserva y aviva el espíritu fami-
liar alejando la intervención estatista, básicamente, judicial.
- Proteccionismo. La protección es permanente, en tanto que la del juez es
accidental.
El consejo actúa con mayor rapidez, eficacia y gratuidad, en tanto que el juez
opera con dilación, sin interés; además lo judicial es oneroso en tiempo y dinero.
El actual Código Civil asimila la doctrina positiva.
X. CARACTERÍSTICAS
Tiene las siguientes características:
7. Institución tuitiva
Es una institución de amparo familiar, de protección de la persona incapaz o
ausente y sus bienes.
Tiene su cimiento en el principio de protección de la familia en concordan-
cia con el principio de protección y defensa de los menores de edad e incapaces.
(928) PERALTA ANDÍA, Javier Rolando. Derecho de Familia en el Código Civil Peruano. 2ª edición, Edito-
rial Idemsa, Lima, 1996, p. 479.
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
cuando existiendo padre o madre es necesario cautelar sus intereses por razones
de incompatibilidad.
Actúa en defecto de la patria potestad, como institución supervisora de la tu-
tela y curatela.
7.3. Supervisión
El Consejo de Familia tiene el carácter de ser una entidad de control, vigilan-
cia, inspección del curador y tutor y en determinadas circunstancias de los mis-
mos padres de familia de los sujetos a guarda. Su labor es compleja. Comprende
los actos efectuados por el tutor o curador y de las situaciones comprendidas con
el patrimonio de los sujetos incapaces.
(929) CORNEJO CHÁVEZ, Héctor: Derecho Familiar Peruano, 10ª edición, Gaceta Jurídica, Lima, abril 1999,
p. 807.
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CONSEJO DE FAMILIA
XI. FORMALIZACIÓN
El Consejo, como mecanismo cautelador, para su conformación e instalación
está provisto de formalidades rigurosas y trámites complejos lo que genera que en
el momento actual no sea muy utilizado; no obstante que, de hecho, los ciudada-
nos comprometidos se reúnen para ejercer de facto las funciones que la ley atri-
buye a este instituto.
Debe tenderse a liberalizar su conformación, independiente de formalismo y
sin ataduras impregnadas de solemnidad. Se requiere promover la partición plu-
ral, solidaria y desinteresada de los parientes y allegados que están realmente com-
prometidos en la protección del incapaz.
8. Procedencia
Por regla general se forma para velar por la persona, bienes e intereses tanto
de menores como de incapaces mayores de edad que no tengan padre ni madre.
Esta es la finalidad que persigue la figura jurídica en comento.
El consejo se forma:
Por regla general, para los menores de edad y para los incapaces mayores que
no tengan padre ni madre (art. 619). Por excepción, pueden darse dos situaciones
extremas, a saber: a) En vida del padre o la madre; y b) pese a tratarse de menores
o mayores incapaces que carecen de padres, el consejo no se forme.
El primer caso se presenta en las circunstancias siguientes:
- Cuando se busca decidir si los bienes de los hijos de un matrimonio ante-
rior deben seguir siendo administrados por el padre o la madre (viudos, di-
vorciados o cuyo matrimonio anterior se invalidó) que desean contraer nue-
vas nupcias. Esta norma es extensible a los padres del hijo extramatrimonial
(art. 433).
- Cuando sea necesario o conveniente solicitar al juez que dicte medidas en fa-
vor de los hijos de padres separados o divorciados.
- Cuando se trate de pedir que los padres constituyan garantía para asegurar la
responsabilidad de la administración de los bienes de sus hijos o que rindan
cuentas durante la administración.
(930) PERALTA ANDÍA, Javier Rolando: Derecho de Familia en el Código Civil peruano. 4ª edición, Lima,
Editorial Idemsa, 2008, p. 674.
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
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CONSEJO DE FAMILIA
10. Protegido
Es solo uno.
Puede ser el hijo menor de edad, aquel que no tiene padres o teniéndolos ca-
recen de patria potestad, así también los mayores incapaces y los ausentes.
11. Miembros
Son varios. Mínimo cuatro (4)(931). Llamados los consejeros.
En nuestro medio pueden ser miembros del Consejo de Familia cualquier
persona no impedida (art.632). Las guardas solo atañen a las personas naturales.
Prima la libertad del último de los padres o abuelo (supérstite) para escoger
quienes pueden ser miembros (familiares, allegados, vecinos o terceros). Solo a
falta de especificación de ellos, se conformará de acuerdo a los grados de paren-
tesco, siendo miembros natos los consanguíneos en línea recta en segundo gra-
do (abuelos), en la línea colateral en segundo grado (hermanos) y tercer grado
(tíos) (art. 623), estos son, en el entendido, los más allegados en sangre e inte-
rés. A falta de estos miembros, el juez llamará a los demás parientes consanguí-
neos prefiriéndose al más próximo sobre el más remoto y de mayor edad frente
al menor (art. 626).
Miembros
Natos No natos
Padres Sobrinos
Hijos mayores Primos hermanos
Abuelos
Hermanos
Tíos
A falta de miembros las atribuciones las asume el Juez de familia o en su caso
el de paz oyendo a los miembros natos que hubiera (art. 626).
(931) El Code menciona, artículo 407, que el consejo de familia se compondrá de cuatro (4) a seis (6) miem-
bros, incluido el protutor, pero no el tutor ni el Juge des tutelles. Así también el Código Civil de Repú-
blica Dominicana refiere que el Consejo de Familia se compondrá de no menos de cuatro ni más de seis
miembros (art. 497).
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
11.1. Impedidos
Cornejo Chávez(934) dice que la obligatoriedad del cargo no significa que todos
y cualesquiera de los llamados puedan y deban aceptar y ejercer el cargo. Solo han
de hacerlo quienes no estén incursos en alguna causal de impedimento, en otras
palabras: el cargo es obligatorio, no solo se encuentra obligado a aceptar el car-
go, sino que está obligado a no aceptarlo ni ejercerlo en caso tenga impedimento.
No pueden ser miembros del consejo de familia el tutor, el curador, aquellos
a los que no se les permite ser tutores o curadores (art. 515), aquellos a quienes
los padres (conjunta o indistintamente), el abuelo o la abuela hubiesen excluido
de ese cargo en su testamento o por escritura pública, los hijos de quien por abu-
so de la patria potestad da lugar a la formación del consejo y los padres, en el su-
puesto que el consejo se forme en vida de ellos, a menos que no administren los
bienes de sus hijos, en cuyo caso sí podrán conformarlo (art. 632).
Están impedidos también los incapaces (arts. 43 y 44).
11.2. Individualización
El código otorga a los padres y a los abuelos la facultad de designar por testa-
mento o escritura pública a las personas que conformarán el Consejo de Familia.
Tratándose de este caso sus componentes vienen nominados e individualizados
por el constituyente.
En otros casos, la ley se limita a precisar qué parientes deben ser llamados
a formar el consejo pero no los individualiza, ni nomina, ni podría hacerlo(935).
XIV. CONFORMACIÓN
Si la conformación es voluntaria, si bien la ley no establece un número de
miembros que lo conformen, podemos deducir que son mínimo cuatro (4), conforme
(932) CORNEJO CHÁVEZ, Héctor. Derecho Familiar Peruano, 10ª edición, Gaceta Jurídica, Lima, abril 1999,
p. 793.
(933) AMÉZQUITA De ALMEIDA, Josefina. Lecciones de Derecho de Familia. Editorial Temis, Colombia,
1980, p. 199.
(934) CORNEJO CHÁVEZ, Héctor. Ob. cit., p. 808.
(935) Ibídem, p. 804.
620
CONSEJO DE FAMILIA
se interpreta de los artículos 626 y 637 del Código; así también si es designada
por el juez.
Una regla general es que el Consejo no puede formarse mientras no exista un
número mínimo de parientes que garantice una verdadera deliberación. La pru-
dencia, por otra parte, pareciera aconsejar que se evite el sobredimensionamiento
y la congestión con un número excesivo de componentes.
Cuando por una u otra razón no es posible la intervención de por lo menos
cuatro miembros, el consejo no se forma siendo sus funciones asumidas por el juez
(art. 626). Las asumirá también en el caso de disolución (art. 659).
XVI. LEGITIMACIÓN
El proceso no contencioso de formación del Consejo de Familia puede ser pro-
movido por el tutor testamentario o escriturario, los ascendientes llamados a la tu-
tela legítima (art. 506), los miembros natos del Consejo de Familia y el Ministerio
Público (arts. 621 y 622).
XVII. TRAMITACIÓN
Corresponde al proceso no contencioso en razón de que la pretensión care-
ce de contención y por lo dispuesto en el artículo 162, inciso b) del Código de los
Niños y Adolescentes.
Debe tenerse en consideración lo normado en los artículos 634 y 635 del
Código, conforme a los cuales:
621
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
- La persona que solicita la formación del consejo debe precisar los nombres
de quienes deban formarlo. El juez ordenará publicar la solicitud y los nom-
bres en periódico o carteles (art. 634).
- Durante los diez días siguientes a la publicación cualquier interesado puede
observar la inclusión o exclusión indebida. El juez resolverá dentro del pla-
zo de cinco días teniendo a la vista las pruebas acompañadas (art. 634).
- La reclamación no impide que el consejo inicie o prosiga sus funciones, a me-
nos que el juez disponga lo contrario (art. 634).
- Si el peticionario ignora los nombres de las personas que deben integrar el
consejo, el aviso se limitará a llamar a quienes se crean con derecho. El juez
dispondrá la publicación de los nombres de quienes se presenten (art. 634).
- Transcurrido el plazo (10 días contados desde la publicación de la solicitud
del interesado para la formación del Consejo de Familia) sin que se haya
producido observación alguna, o resuelta esta, el juez procederá a instalar
formalmente el consejo, dejándose constancia en acta (art. 635).
XIX. FUNCIONAMIENTO
12. Citación
Instalado el consejo, sus miembros serán citados por esquela, cada vez que
sea necesario (art. 636).
15. Presidencia
Por mandato legal, el juez preside el Consejo.
622
CONSEJO DE FAMILIA
(936) ECHEANDÍA CEVALLOS, Jorge: “Carácter gratuito e inexcusable del cargo de miembro del Consejo”.
En: Código Civil comentado. Tomo III, 3ª edición, Derecho de Familia (segunda parte), Gaceta Jurídica,
Lima, julio 2003, p. 469.
(937) Vide El Código Civil en su jurisprudencia. 1ª edición, Gaceta Jurídica, Lima, mayo 2007, p. 231.
623
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
XXI. ATRIBUCIONES
Las atribuciones del Consejo de Familia tienen por objeto velar por la perso-
na e intereses de menores, mayores incapaces y de los ausentes.
624
CONSEJO DE FAMILIA
XXII. TERMINACIÓN
24. Del cargo de miembro
El cargo en mención termina por muerte, declaración de quiebra o remoción.
Además, culmina por renuncia fundada, motivada por impedimento legal sobre-
viniente. En cuanto a la remoción de los miembros del Consejo de Familia, le son
aplicables las normas referidas a la remoción de los tutores, artículo 554 (art. 657).
625
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
artículo 580, (v) Por reingresar el menor a la patria potestad (art. 549). Además,
debe tenerse en cuenta los artículos 610, 611, 615, 616, 617 y 618 del Código.
En principio, puede haber lugar al término del cargo de miembro pero sub-
sistir el consejo. Asimismo, el consejo puede disolverse judicialmente al no dar-
se el número de miembros necesarios para su funcionamiento (arts. 626 y 659).
El término no es definitivo. Pueden reaparecer algunas circunstancias que jus-
tifiquen nuevamente su instalación y formación(938). A respecto, Cornejo Chávez(939)
sostiene dos supuestos:
- Si ocurriera que en el futuro vuelve a instaurarse para el mismo incapaz otra
tutela o curatela, volverá a formarse el consejo.
- Tratándose del ingreso o reingreso del menor a la patria potestad, después de
haber estado bajo tutela, el cese del consejo no significa que no podrá volver
a formarse, aun en vida de sus padres cuando ello sea procedente, si volvie-
se a la tutela o se instaurase en el futuro una curatela.
27. Legislación
El Consejo de Familia está normado en el Código Civil, en el Código de los
Niños y Adolescentes y, referencialmente, en el Código Procesal Civil.
(938) AGUILAR LLANOS, Benjamín. La Familia en el Código Civil Peruano. Ediciones Legales, Lima, 2008, p. 612.
(939) CORNEJO CHÁVEZ, Héctor. Derecho Familiar Peruano. 10ª edición, Gaceta Jurídica, Lima, abril 1999, p. 817.
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
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CONSEJO DE FAMILIA
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
Aguilar Llanos(940) respecto del artículo 101 del Código de los Niños y
Adolescentes concordado con el artículo 619 del Código llega a la conclusión de
que la primera norma crea una confusión, pues pueden existir niños o adolescen-
tes con padres pero que no están en el ejercicio de la patria potestad, caso en el
cual obviamente entra a tallar el consejo, por lo tanto, la norma debió referirse a
los niños y adolescentes cuyos padres no ejercen patria potestad.
- Participación del adolescente en el Consejo de Familia.- El adolescente par-
ticipará en las reuniones del Consejo de Familia con derecho a voz y voto. El
niño será escuchado con las restricciones propias de su edad (art. 102).
- Proceso.- La tramitación de todo lo concerniente al Consejo de Familia se
rige por lo dispuesto en el artículo 634 del Código Civil y lo señalado en el
presente Código (art. 103).
30. Código Procesal Civil
- Autorización judicial.- El administrador judicial de bienes requiere autoriza-
ción del juez para celebrar los actos señalados en el Código Civil. Esta le será
concedida oyendo al Consejo de Familia, cuando así lo disponga la ley (art.
776).
- Ministerio Público.- El Ministerio Público es parte en los procesos a que se
refiere este Subcapítulo [autorización para disponer de bienes de incapaces]
solo en los casos en que no haya Consejo de Familia constituido con anterio-
ridad (art. 787).
(940) AGUILAR LLANOS, Benjamín. La Familia en el Código Civil peruano. Ediciones Legales, Lima, 2008,
p. 596.
(941) Vide: Tomo I, número 8.7.
630
CONSEJO DE FAMILIA
Consejo de Familia
en la legislación comparada
Sí No
Francia Alemania(*)
Estado de Hidalgo Argentina
Guadalajara, Jalisco Brasil
(México) Costa Rica
Portugal Colombia
Quebec Cuba
República Dominicana Chile
Ecuador
El Salvador
España
Guatemala
Italia
México DF
Nicaragua
Panamá
Paraguay
Puerto Rico
Antecedentes Nacionales
Perú
Código Civil de 1852 y 1936
(*)
Estuvo regulado, luego se derogó.
631
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
632
CAPÍTULO
DÉCIMO PRIMERO
COMPENSACIÓN
POR
DESEQUILIBRIO
CAPÍTULO DÉCIMO PRIMERO
COMPENSACIÓN POR DESEQUILIBRIO(*)
I. Marco general. II. Origen. III. Dimensión institucional. IV. Dimensión conceptual. V. Los procesos
sociales y el contexto. VI. Delimitación conceptual e institucional. 1. Alimentos y compensación por
desequilibrio. 2. Divorcio, extinción de los alimentos y compensación por desequilibrio. 3. La legitimi-
dad de los procesos de transmisión patrimonial y la titularidad de los recursos. VII. Los presupuestos
de la compensación por desequilibrio. 4. Separación o divorcio. 4.1. El cese de la comunidad de vida.
4.2. La convivencia o vida en común. 4.3. Criterio de inmediatez. 5. Desequilibrio económico –respecto
del otro cónyuge–. 5.1. Teoría objetiva del desequilibrio. 5.2. Teoría subjetiva del desequilibrio. 5.2.1.
Concepto y amplitud del patrimonio. 5.3. Las teorías objetiva y subjetiva en el artículo 97 del Código
Civil español. 5.4. Criterios temporales del desequilibrio. 5.4.1. Desequilibrio, igualdad y justicia. 6.
Empeoramiento de situación anterior en el matrimonio “especial referencia al oportunismo”. 6.1. Estra-
tegias matrimoniales y oportunismo contractual. 6.2. La idea de periodo de normalidad como punto de
equilibrio a la luz del empeoramiento. 6.3. Criterios temporales del empeoramiento. 6.3.1. El empeo-
ramiento frente a la igualdad de oportunidades: algunas “malinterpretaciones” jurisprudenciales. 6.3.2.
Distinción temporal del empeoramiento. VIII. Circunstancias. 7. Los acuerdos a que hubieren llegado
los cónyuges. 7.1. Disponibilidad del derecho: Renuncia. 7.2. Vigencia de los acuerdos, cambio de cir-
cunstancias y existencia de información. 8. La edad y el estado de salud. 9. La cualificación profesio-
nal y las probabilidades de acceso a un empleo. 9.1. Amplitud del concepto de cualificación profesio-
nal. 9.2. Amplitud del concepto de probabilidad de acceso a un empleo. 9.3. Consolidación de los con-
ceptos: la amplitud de la circunstancia. 10. La dedicación pasada y futura a la familia. 10.1. La pérdida
de expectativas. 10.2. Los costes de oportunidad. 10.3. La dedicación pasada y el enriquecimiento in-
debido. 10.4. La dedicación futura. 10.5. La dedicación a la familia: amplitud del concepto. 11. La co-
laboración con su trabajo en las actividades mercantiles, industriales o profesionales del otro cónyuge.
12. La duración del matrimonio y de la convivencia conyugal. 13. La pérdida eventual de un derecho de
pensión. 14. El caudal, los medios económicos y las necesidades de uno y otro cónyuge. 15. Cualquier
otra circunstancia relevante. IX. Temporalidad. X. Sustitución. XI. Modificación. XII. Extinción. 16. El
cese de la causa. 17. Nuevo matrimonio o convivencia del acreedor. 17.1. Amplitud conceptual de la
vida marital. 17.1.1. Elementos configuradores. 18. Delimitación y consolidación conceptual. XIII. Carac-
terísticas de la compensación por desequilibrio. 19. Naturaleza. 19.1. Tesis indemnizatoria. 19.2. Te-
sis compensatoria. 19.2.1. Nuestra tesis. 20. Objeto. 21. Finalidad. 21.1. Directa. 21.1.1. El equilibrio
obligacional. 21.2. Indirecta. 21.2.1. La equivalencia. 21.3. Posicionamiento, redistribución y adjudi-
cación. 22. Fundamento. XIV. Planteamiento de la compensación por desequilibrio y la compensación
económica por razón de trabajo en el hogar en Cataluña. 23. Compensación por desequilibrio catalana.
24. Compensación económica por razón de trabajo. 24.1. Presupuestos de legitimidad. 24.2. Compen-
sación económica por razón de trabajo y cargas familiares. 24.3. Principio de igualdad y retribución.
25. Compatibilidad de ambos derechos. 26. Distinción de ambos derechos. 27. La retribución. 28. Re-
lación de causalidad. XV. Conclusión.
(*) Este capítulo fue elaborado en conjunto con el Dr. Abelardo Ortiz Solé y está basado en su Tesis Docto-
ral titulada: El altruismo y la equidad en las crisis familiares. Los fundamentos jurídicos de la compensa-
ción por desequilibrio, Universidad de Salamanca, 2011. Vease en: <http://tdx.cat/handle/10803/29054>.
635
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
I. MARCO GENERAL
La compensación por desequilibrio es una institución del Derecho de Familia
español, cuya fuente primaria es el artículo 97 del Código Civil español que
establece:
636
COMPENSACIÓN POR DESEQUILIBRIO
(943) En cuanto a esta afirmación hay divergencias académicas. Muchas opiniones se decantan por calificarla
como un criterio de equidad, mas no de eficiencia a través de una compensación potencial.
637
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
638
COMPENSACIÓN POR DESEQUILIBRIO
II. ORIGEN
El origen de la compensación por desequilibrio obedece a un proceso evolu-
tivo, y posiblemente su más temprano vestigio se encuentre en la institución de
los alimentos. Dicho proceso evolutivo (social) ha de interpretarse a nuestro jui-
cio, desde dos dimensiones, una institucional y otra conceptual.
639
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
(944) Esta versatilidad institucional sería la explicación de la complejidad analítica de los alimentos. Según Pos-
ner, la antigua deuda de alimentos parece desempeñar por lo menos tres funciones económicas distintas:
i) una forma de indemnización de los daños por el incumplimiento matrimonial; ii) un método para pa-
gar a la esposa su parte de los activos de la sociedad matrimonial; y, iii) es posible que la función econó-
mica más importante de la pensión alimenticia sea dar a la esposa una forma de indemnización por des-
pido o de subsidio por desempleo. En un modelo de familia tradicional en la que la esposa se especiali-
za en la producción y labores domésticas y por tal razón, todas las habilidades que haya tenido en la pro-
ducción de mercado se deprecian y, a la postre, sus principales posibilidades de empleo –si se disolvie-
ra su matrimonio– se reducirán a la perspectiva de volver a casarse y formar una nueva familia en la que
pueda desempeñar dicho oficio. POSNER, Richard. El análisis económico del Derecho. Fondo de Cul-
tura Económica. México, 1992, p. 143.
640
COMPENSACIÓN POR DESEQUILIBRIO
(945) SALVADOR CODERCH, Pablo y RUIZ GARCÍA, Juan Antonio. En: Egea I Fernández, Joan y Ferrer I
Riba. (Directores). Comentaris al Codi de Familia, a la Llei d´unions estables de parella i a la Llei de si-
tuacions convivencials d´ajuda mútua. p. 56.
(946) Para mayor abundamiento, y sin perjuicio de las funciones anteriormente desarrolladas, Posner agrega
una serie de funciones adicionales que pueden estar incluidas en una sentencia de divorcio conjuntamente
con el establecimiento de un derecho de alimentos. Anota que aparte de prescribir la división del trabajo
de los activos familiares, la sentencia de divorcio podría ordenar que el esposo pague a la esposa: 1) una
suma fija periódica, a menos que ella vuelva a casarse –él arguye que se trata de una pensión alimenticia
para la mujer, sin embargo no es otra cosa que un matiz de la compensación por desequilibrio, nótese
que el artículo 101 del Código español establece la extinción de la pensión compensatoria por nuevo
matrimonio, y 2) una parte del costo de crianza de los hijos del matrimonio y parte de los costes de
oportunidad asumidos por la madre en tanto asume la custodia de estos. POSNER, Richard A. Ibídem,
p. 142.
(947) LACRUZ BERDEJO, José Luis y RAMS ALBESA, Joaquín. Elementos de Derecho Civil IV. Derecho
de Familia. José María Bosch Editor, Barcelona 1990, p. 251.
641
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
(948) EGEA FERNÁNDEZ, Joan. En: Comentaris al Codi de Familia, a la llei d´unions de situacions
convivencials d´ajuda mútua. Egea I Fernández, Joan y Ferrer I Biba, Josep (Directores). Tecnos, Madrid,
2000, p. 112.
(949) ALBALADEJO, Manuel. Curso de Derecho Civil. Tomo IV, Derecho de Familia. Editorial Bosch, Bar-
celona, 1982.
(950) Artículo 1438 CC: “Los cónyuges contribuirán al sostenimiento de las cargas del matrimonio. A falta
de convenio lo harán proporcionalmente a sus respectivos recursos económicos. El trabajo para la casa
será computado como contribución a las cargas y dará derecho a obtener una compensación que el juez
señalará, a falta de acuerdo, a la extinción del régimen de separación”.
642
COMPENSACIÓN POR DESEQUILIBRIO
pensamiento a nivel general. Los alimentos pues, sirvieron así tanto institucio-
nal como conceptualmente, de vía a través de la cual se procuraba dar solución
al dilema patrimonial surgido tras la separación o divorcio, en lo posible, en to-
dos sus aspectos.
Más tarde, en un contexto en el que el mercado empieza a expandirse, y en el
que la oferta de bienes y servicios es más amplia, la progresiva necesidad de ca-
pital humano cualificado eleva ostensiblemente los costes de oportunidad feme-
ninos asociados a su permanencia en el hogar(951) y urge un remedio patrimonial
específico con un rótulo distinto a una obligación alimentaria y una situación de
dependencia: la compensación por desequilibrio.
(951) Es importante resaltar que la heterogamia, define una unión entre personas con características sociales
distintas. En consecuencia, la descomposición de la heterogamia en un sentido jerárquico puede estimar-
se según la dirección en la que se realiza la unión marital. Tomando en cuenta a uno de los dos cónyu-
ges, el matrimonio supone la unión con una pareja que es más, un matrimonio “hacia arriba”, o que es
menos, un matrimonio “hacia abajo”. Estas dos opciones dan lugar a los términos de hipergamia y de hi-
pogamia. Ambas tendencias pueden ser masculinas o femeninas, según el cónyuge que se haya tomado
como referencia. Cabe indicar que la literatura especializada suele usar por defecto ambos términos en
relación a la “mujer”, y obviar de esta manera el indicar un género. Actualmente, nuestro modelo, la hi-
pergamia es un sistema de acumulación de riqueza. En muchos casos, los intereses económicos, las posi-
ciones de clase sociales, los intereses inter-étnicos marcan estas reglas sobre quiénes sí o no pueden ser
nuestros afines. En la mayor parte de los casos, estas reglas no están formalizadas, pero en todas las so-
ciedades existen criterios que marcan una norma o crean regularidades que se cumplen por la mayoría de
los individuos. La negociación hipergámica, hora a nivel social normativo, requiere una garantía respec-
to a las nuevas condiciones, así como un remedio a las ya existentes y desfavorables para algunas muje-
res. Estos hechos, se configuraron como el preludio de una modificación legal (reforma de 7 de julio de
1981) y de la reformulación y limitación de conceptos a nivel jurídico en virtud de modelos ya existen-
tes en países como Francia (prestation compensatoire) o Italia (assegno per divorzio).
643
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
(952) LACRUZ BERDEJO, José Luis y RAMS ALBESA, Joaquín. Ob. cit., pp. 1162-1163.
644
COMPENSACIÓN POR DESEQUILIBRIO
645
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
646
COMPENSACIÓN POR DESEQUILIBRIO
(953) SEOANE PRADO, Javier. Prestaciones económicas: Derecho de alimentos y pensión compensatoria.
En: Gonzáles Poveda, Pedro, y Gonzáles Vicente, Pilar. (Coordinadores) Tratado de Derecho de fami-
lia. Aspectos sustantivos y procesales. Sepín Editorial Jurídica. Madrid, 2005, p. 432. Esta es a nuestro
juicio, una posición bastante acertada, sin perjuicio de lo cual, la disgregación del desequilibrio y el em-
peoramiento no nos resulta inadecuada. Se trata en todo caso reiteramos, de opciones metodológicas de
planteamiento.
647
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
4. Separación o divorcio
El primer presupuesto para que se configure el derecho a la percepción de una
compensación por desequilibrio estriba en la causa que origina: i) el desequilibrio
y ii) el empeoramiento de la situación anterior en el matrimonio. Esto es, la sepa-
ración o el divorcio y, además, debe observarse entre dicha separación o divorcio
una relación de causalidad(954) con los otros dos presupuestos.
Ahora bien, con respecto a este presupuesto existen ciertos matices a los que
consideramos hay que prestar atención. Estos tienen que ver con la objetividad
y subjetividad de los términos y los conceptos que el legislador ha dispuesto so-
bre la ley, a propósito de la determinación de dicha pensión y del momento en el
cual se configure.
(954) GARCÍA VARELA Román. En: Sierra Gil De La Cuesta, Ignacio. (Coordinador) Comentario del Códi-
go Civil, Tomo II, Bosch, 2006, p. 159. El autor sostiene que es necesaria la existencia de una relación
de causalidad. En la misma línea se pronuncia la jurisprudencia como es el caso de la SAT Bilbao, 11 de
noviembre de 1982, que establece que el desequilibrio “ha de tener su origen o causa precisamente en la
separación o en el divorcio”.
648
COMPENSACIÓN POR DESEQUILIBRIO
(955) CAMPUZANO TOMÉ, Herminia. La pensión por desequilibrio económico en los casos de separación y
divorcio. Especial consideración de sus presupuestos de otorgamiento. Librería Bosch, Barcelona, 1986,
p. 87.
(956) Este planteamiento nuestro, resulta coherente con la SAT Bilbao, 22 de julio de 1986, a tenor de la cual
“el derecho de resarcimiento nace, no de la cesación del vínculo jurídico, sino más bien de la cesación de
la convivencia”.
(957) LACRUZ BERDEJO, José Luis. Elementos de Derecho Civil IV. Dykinson, Madrid, 2005, p. 104.
(958) CAMPUZANO TOMÉ, Herminia. La pensión por desequilibrio económico en los casos de separación y
divorcio. Especial consideración de sus presupuestos de otorgamiento. Librería Bosch, Barcelona, 1986,
p. 88.
(959) SEOANE PRADO, Javier. Prestaciones económicas: Derecho de alimentos y pensión compensatoria.
En: Gonzáles Poveda, Pedro, y Gonzáles Vicente, Pilar. (Coordinadores) Tratado de Derecho de Familia.
Aspectos sustantivos y procesales. Sepín Editorial Jurídica, Madrid, 2005, p. 433.
(960) SEOANE PRADO, Javier. Ob. cit., p. 434.
649
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
(961) En particular, la Sentencia Audiencia Provincial núm. 28/2006 Cádiz (Sección 3), de 28 marzo, (JUR
2006, 231396). Para mayor detalle acerca de las cualidades de la convivencia; ver puntos 9.2.1 y 9.2.1.1.
650
COMPENSACIÓN POR DESEQUILIBRIO
(962) Si estimáramos por ejemplo, la existencia de “un solo” presupuesto consistente en el desequilibrio.
(963) SEOANE PRADO, Javier. Ob. cit., p. 433.
(964) La jurisprudencia discrecionalmente, establece como insuficientes plazos que van desde cinco meses has-
ta tres años. Cabe mencionar, sobre este tema, la SAT Barcelona, 7 de octubre de 1986, que se manifies-
ta en el siguiente sentido: “En autos, son circunstancias de singular importancia, ya valoradas por el juez
a quo para denegar la pensión, la existencia de una corta convivencia conyugal, inferior a dos años, y la
separación efectiva desde hace más de treinta y cinco años”.
(965) SEOANE PRADO, Javier. Ob. cit., p. 433.
651
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
652
COMPENSACIÓN POR DESEQUILIBRIO
5.3. Las teorías objetiva y subjetiva en el artículo 97 del Código Civil español
Dentro de este razonamiento Campuzano(969) refiere que partiendo de una in-
terpretación subjetiva del desequilibrio económico, no basta con que se acredite
que después de la separación o divorcio su patrimonio objetivamente apreciado
–en términos monetarios– es inferior al del otro e inferior al que poseía durante
el matrimonio; puesto que en opinión de la misma autora no se intenta conseguir
una igualdad aritmética entre los patrimonios de los esposos una vez producido el
divorcio sino que lo que se persigue es impedir no solo que como consecuencia
de la ruptura del vínculo se produzca entre los cónyuges una desigualdad consi-
derable en sus condiciones de vida materiales(970); sino que asimismo, “de lo que
se trata, es de evitar que como consecuencia de la ruptura de la vida matrimonial,
uno de los esposos, quede en una situación tal, que a vista de las circunstancias
(968) LACRUZ BERDEJO, José Luis. Matrimonio y Divorcio. Comentarios al Título IV del Libro Primero del
Código Civil. Editorial Civitas, Madrid, 1994, p. 1163.
(969) CAMPUZANO TOMÉ, Herminia. Ob. cit., p. 86.
(970) Ibídem, pp. 83-84.
653
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
que rodearon la vida matrimonial así como las personales de los cónyuges, se re-
vele manifiestamente injusta”(971).
Desde esta lógica, y en función de las teorías subjetiva y objetiva, podemos
concluir, que el desequilibrio objetivo solo muestra el resultado de las interaccio-
nes y, por el contrario, el desequilibrio subjetivo muestra los medios mediante los
cuales se ha interactuado. Al respecto, nos resulta, pertinente citar a Ghersi(972), en
tanto afirma que las decisiones (un antecedente de la situación de equilibrio) vie-
nen determinadas por experiencias subjetivas. Sin embargo, se reflejan objetiva-
mente (a través del nivel de vida y la capacidad adquisitiva) en resultados verifi-
cables y cuantificables que, a su vez, actúan como fuentes de información respec-
to de las nociones subjetivas.
Con todo, y al margen de un aparente objetivismo en la terminología del ar-
tículo 97 del Código Civil español, podemos afirmar que existe una tendencia sub-
jetivista contenida en una serie de factores expuestos ad exemplum como algunas
de las circunstancias relevantes de dicha norma. Son dichas circunstancias u otras
eventuales (eminentemente subjetivas –las del citado artículo 97, y sobre las que
más adelante hablaremos) las que en opinión de Campuzano unidas a la desfavo-
rable situación económica en que, como consecuencia de ellas, puede quedar al-
guno de los miembros de la relación conyugal, las que van a determinar la apari-
ción de un desequilibrio patrimonial capaz de originar un derecho a pensión(973).
Ello conduce, a que la situación del cónyuge que no ha tenido posibilidades de
acumular durante el matrimonio unos ingresos propios, va a quedar sensiblemen-
te deteriorada. En tal caso, puede hablarse de desequilibrio económico suscepti-
ble de compensación.
654
COMPENSACIÓN POR DESEQUILIBRIO
655
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
y que una vez disuelto el matrimonio le llevarían a soportar unas difíciles condi-
ciones de vida(978). No obstante, y con ello, conviene traer nuevamente a análisis
a Lacruz(979), en tanto sostiene, que los bienes o el patrimonio susceptible de con-
sideración, han de tenerse en cuenta solo en la medida en que hayan trascendido
en la fijación del nivel de vida del matrimonio en crisis.
Por ello, y además de estas consideraciones, coincidimos con Campuzano(980)
cuando refiere que un afán excesivo de igualación entre los esposos podría con-
ducir a situaciones anormales y los criterios de delimitación de la compensación
por desequilibrio no pueden prescindir de esta idea; no solo porque dicha igua-
lación puede conducir al oportunismo en desmedro de quien ostenta mayor ca-
pacidad y potencial a nivel privado sino, incluso, por lo que para nosotros puede
significar un pésimo precedente en cuanto a la calificación de la compensación
como un instrumento de equidad si este, lejos de procurar el equilibrio entre lo
aportado y lo merecido, se concentra en otorgar una ciega y pretendida igualdad
con base en principios, que en nada corresponden, a nuestro juicio, con un espí-
ritu de justicia. Es pertinente pues, a nuestro modo de ver, atender en este senti-
do a Von Ihering, en tanto señala que “los juristas miran expresamente el princi-
pio de la igualdad como el principio fundamental de la societas, entendiendo por
aquella, no la igualdad externa, absoluta, matemática, que da a una parte lo mis-
mo que a la otra, sino la igualdad interna, relativa, geométrica, que mide la par-
te de cada uno según lo aportado por este. Establecer esta igualdad, –agrega– es
la misión del boni viri arbitrium, resultante de la naturaleza del bonae fidei judi-
cium. No se detenían en la idea de igualdad abstracta de los individuos aislados,
sino que se fijaba en la del equilibrio entre lo aportado y los beneficios. Es la idea
de equilibrio aplicada a la sociedad(981).
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COMPENSACIÓN POR DESEQUILIBRIO
(982) Para mayor abundamiento CABRILLO, Francisco. Matrimonio, familia y economía. Minerva Ediciones,
Madrid, 1996.
(983) CABRILLO, Francisco y CACHAFEIRO, María Luisa. Estrategias nupciales. En: GARRIDO MEDINA,
Luis y GIL CALVO, Enrique. (Eds). Estrategias familiares. Alianza Editorial, Madrid, 1993, p. 152.
(984) ELSTER, Jon. Tuercas y tornillos. Una introducción a los conceptos básicos de las ciencias sociales.
Gedisa editorial Barcelona, 1991, p. 66.
(985) El artículo 1323 del Código Civil español reza literalmente: “los cónyuges podrán transmitirse por cual-
quier título bienes y derechos y celebrar entre sí toda clase de contratos”.
(986) SALVADOR CODERCH, Pablo y RUIZ GARCÍA, Juan Antonio. En: Egea I Fernández, Joan y Ferrer I
Riba, Josep. (Directores). Comentaris al Codi de Familia, a la Llei d´unions estables de parella i a la Llei
de situacions convivencials d´ajuda mútua, p. 56.
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
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COMPENSACIÓN POR DESEQUILIBRIO
en tanto se pregunta ¿Cuáles son los efectos de la hipergamia sobre las relacio-
nes en el seno del matrimonio y el reparto de los beneficios que produce la con-
vivencia? (...) la hipergamia da oportunidad al marido para apropiarse en mayor
grado que la esposa de los beneficios producidos en el matrimonio (...) la hiper-
gamia refuerza la estabilidad de la institución matrimonial al hacer más costosa
su ruptura para las mujeres.
No podemos olvidar que la hipergamia es en esencia una estrategia, o mejor
aún, la confluencia o colisión de dos estrategias individuales. Partiendo de esta
idea, cabe la posibilidad o el caso, en el que ha de considerarse al oportunismo
contractual como parte de una estrategia basada en el incumplimiento o el cum-
plimiento estratégico de las prestaciones y los compromisos involucrados en el
matrimonio o la vida en común.
No es de extrañar que la hipergamia masculina es una oportunidad del mari-
do para apropiarse en mayor grado que la esposa de los beneficios producidos en
el matrimonio(994) y, la hipergamia femenina fomente a la esposa a realizar exce-
sivas o desmedidas aportaciones en el área doméstica(995).
Finalmente, refieren los citados autores, acertadamente, que el Derecho tra-
ta de buscar un equilibrio entre un tipo de abuso y el otro con el objeto de evitar
o, al menos, de minimizar el oportunismo de ambas partes: el de la parte que in-
cumple, pero también en el caso del contratante cumplidor, tanto las inversiones
insuficientes por parte de quien teme el incumplimiento ajeno como las excesivas
que puede tender a realizar la misma parte que espera confiada un aseguramiento
vitalicio del matrimonio, un seguro a todo riesgo(996).
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COMPENSACIÓN POR DESEQUILIBRIO
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
VIII. CIRCUNSTANCIAS
El artículo 97 del Código Civil español estipula de forma taxativa nueve apar-
tados que estima circunstancias de consideración para la determinación de la pen-
sión compensatoria.
Una de las principales discusiones acerca de estas circunstancias es la refe-
rente a si deben ser consideradas en la valoración del fondo de otorgamiento o,
por el contrario, solo deben ser simples referencias de curso, venidas a posterio-
ri de dicho otorgamiento.
La opinión mayoritaria se inclina por considerar las circunstancias como
un “elemento indivisible del espíritu global del artículo 97”(997). En esta línea,
Campuzano(998) opina que tales circunstancias van a servir al juez para determinar
si procede o no el derecho a recibir una compensación. Estas circunstancias no
constituyen algo ajeno a la idea de desequilibrio económico, sino que han de ope-
rar como partes integrantes de este. Marín García de Leonardo(999) sostiene que las
circunstancias indicadas deben tenerse en cuenta no solo en la determinación de la
cuantía de la pensión sino en la valoración de la procedencia o no de concederla.
(997) Muestra opinión contraria García Cantero quien sostiene que la procedencia o improcedencia debe
determinarse conforme al primer párrafo del artículo 97. GARCÍA CANTERO, Gabriel. En: Comentarios
al Código Civil y compilaciones forales. Dir. Albaladejo, Manuel. Tomo II. Madrid, 1982, p. 432.
(998) CAMPUZANO TOMÉ, Herminia. La pensión por desequilibrio económico en los casos de separación y
divorcio. Especial consideración de sus presupuestos de otorgamiento. Librería Bosch, Barcelona, 1986.
pp. 86-87.
(999) MARÍN GARCÍA DE LEONARDO, Teresa. “Temporalidad de la pensión compensatoria en la Ley 15/2005,
de 8 de julio”. En: Comentarios a las Reformas de Derecho de Familia de 2005. Verda y Beamonte,
De, José Ramón (Coordinador). Thomson Aranzadi, Navarra, 2006, p. 225.
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COMPENSACIÓN POR DESEQUILIBRIO
(1000) ANGOSTO SÁEZ, José F. “La concesión con carácter temporal de la pensión por desequilibrio del artículo
97 CC”. En: Homenaje al Profesor Bernardo Moreno Quesada. Volumen I. Almería, 2000, pp. 136-137
y 138.
(1001) ZARRALUQUI SÁNCHEZ-EZNARRIAGA, Luis. La pensión compensatoria y otras prestaciones
económicas derivadas de la separación, el divorcio y la nulidad matrimonial. Cuadernos de Familia. La
Ley, julio 2000.
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
(1002) HIJAS FERNÁNDEZ, Eduardo. “La pensión compensatoria y sus condiciones”. En: Diez años de
abogados de familia. Asociación española de abogados de familia. La Ley. Madrid, 2003, p. 451. Esto
puede considerarse en una situación en la cual producida la ruptura, el desequilibrio es consecuencia
inmediata de la separación o divorcio, pero no a causa de una determinada circunstancia previa, sino de
por ejemplo, una determinada conducta negligente por parte de potencial deudor, inmediatamente posterior
a la ruptura e inmediatamente anterior a la declaración del derecho. En cuyo caso, el otorgamiento de
dicha pensión debería pasar por otro examen de procedencia.
(1003) LACRUZ BERDEJO, José Luis. Matrimonio y Divorcio. Comentarios al Título IV del Libro Primero del
Código Civil, Editorial Civitas, Madrid 1994, p. 1180.
(1004) LACRUZ BERDEJO, José Luis. Ob. cit., p. 1180. Asimismo, advierte que esta neta separación que
parece imponer la norma entre “desequilibrio” y “circunstancias” puede tener consecuencias realmente
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COMPENSACIÓN POR DESEQUILIBRIO
importantes. Pues podría generar la impresión de que la simple celebración del matrimonio es causa
suficiente para reconocer sin más a los cónyuges un derecho de nivelación en su situación económica,
que cobraría virtualidad, una vez acontecida la separación o el divorcio, a través del derecho de pensión.
Por todo lo dicho, parece conveniente propugnar una interpretación integradora del artículo 97 del Código
Civil español, y con esta idea se ha insistido reiteradamente en que la pensión debe ser consecuencia
fundamentalmente de las condiciones, en las que se ha desarrollado la vida conyugal, lógicamente
apreciadas desde el punto de vista de su trascendencia económica”. Ob. cit., p. 1180.
(1005) ANGOSTO SÁEZ, José F. Ob. cit., pp. 137-138.
(1006) El teorema de Coase establece que siendo la delimitación de derechos un preludio esencial para transac-
ciones mercantiles; cuando los costos de transacción son nulos, el resultado último (que maximiza el va-
lor de la producción) es independiente de la decisión legal.
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
(1007) DE LA CÁMARA ÁLVAREZ, Manuel. “En torno a la llamada pensión compensatoria del artículo 97 del
Código Civil”. En: Estudios jurídicos en homenaje a Tirso Carretero. Madrid, 1985, p. 120.
(1008) GARCÍA CANTERO, Gabriel. En: Comentarios al Código Civil y compilaciones forales. Dir. Albaladejo,
Manuel. Tomo II. Madrid, 1982, p. 433.
(1009) EGEA FERNÁNDEZ, Joan. “Pensión compensatoria y pactos en previsión de una ruptura matrimonial”.
En: Estudios jurídicos en homenaje al profesor Luis Díez-Picazo. Tomo III, Thomson Civitas. Madrid, 2003,
p. 4564. EGEA para tal razonamiento parte de una premisa: la indisponibilidad de propio status. Él nos dice
que “partiendo de la base de que es bueno que el ordenamiento jurídico permita que los individuos tengan
la facultad de elección y, por lo tanto, que las personas capaces puedan estructurar sus relaciones (sean estas
comerciales o personales –salvo lo referido al propio status–) en la forma que mejor les convenga, no debe
perderse de vista que en la relación matrimonial, y antes aún, en la previa negociación suele haber una parte
débil (normalmente la mujer), cuya posibilidad de elección puede estar muy limitada, o no existir. A partir
de ahí, se plantea la discusión sobre cuándo concurre un auténtico consentimiento y hasta dónde alcanza
la imperatividad de las normas que disciplinan esta materia”. Ob. cit., pp. 4559-4560. En ese sentido,
continúa diciendo, que “la doctrina ha centrado el ámbito de la imperatividad en las siguientes esferas:
i) la libre elección, información (relacionar con costos de información con emparejamiento y motivo de
ruptura y crisis matrimoniales) y racionalidad, lo que comporta vedar los pactos en los que ha intervenido
coacción, déficit de información o falta de capacidad y, en general, los que impliquen una imposición
basada en un abuso de situación de poder, ii) la protección de los hijos y del cónyuge débil, iii) e interés
del Estado en preservar la función señalizadora del contrato matrimonial frente a las uniones informales,
(cabe señalar que justamente, las uniones tienden a la informalidad en la medida que la formalidad es
demasiado onerosa, y en ese sentido la ley que le sirve de soporte ineficiente) y, finalmente, iv) que no es
válida la renuncia de derechos que aún no han nacido”. Ob. cit., p. 4560. Opinión esta distinta a la que
considera que la renuncia es de la ley y no del derecho.
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COMPENSACIÓN POR DESEQUILIBRIO
Al respecto, autores como Egea señalan que cabe reflexionar acerca de la sus-
cripción por parte de los miembros de la pareja de acuerdos referidos a la com-
pensación por desequilibrio, el importante papel que desempeña la existencia de
información. No obstante, en algunos casos, el enfoque que se le otorga, es el de
su asimetría y los efectos de esta sobre el poder de negociación de los sujetos.
Así pues, Egea(1010) opina que mediante esta (la información que provee el orde-
namiento jurídico), debe evitarse que, en la formación del pacto, una de las partes
ostente una posición negociadora que le permita, de hecho, determinar unilateral-
mente su contenido y, por consiguiente, asignar las cargas contractuales al otro.
Concluye el citado autor, que cuando los pactos no son expresión de una comu-
nidad de vida en igualdad de derechos, los tribunales pueden intervenir restable-
ciendo dicha igualdad con base en la concurrencia de error, dolo o intimidación
o, en su caso, la mala fe o el abuso de derecho(1011).
Esta desde luego es una interpretación; según la cual, se podría colegir que
las nuevas circunstancias son consecuencias o efectos de la asimetría original de
información en la suscripción del pacto. No obstante, el motivo o fundamento
jurídico que propicia un eventual pronunciamiento judicial en favor del otorga-
miento de la compensación por desequilibrio, sería a nuestro juicio otro; se tra-
ta de la ausencia de una causa, el que, como veremos, igualmente está asociado a
un tema de información.
En efecto, es de suma importancia considerar, que más allá y al margen de
la información que provee el ordenamiento jurídico, existe una información –a
nuestro modo de ver, mucho más relevante–, que es aquella que proviene de cada
uno de los cónyuges, y que se materializa en cada una de sus decisiones, de sus
actos y de sus estrategias.
Estos dos tipos de información son los que habrían de ser tomados en con-
sideración al momento de calificar la legitimidad de la vigencia de los acuer-
dos, y en su caso, la validez de una eventual renuncia al derecho. De igual for-
ma, tal información clarificará en su caso, cualquier juicio que pretenda desco-
nocer la renuncia con base en un cambio de las circunstancias. Tal información
hace en consecuencia, las veces de causa, en un escenario de constantes inte-
rrelaciones patrimoniales.
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(1012) LACRUZ BERDEJO, José Luis. Matrimonio y Divorcio. Comentarios al Título IV del Libro Primero del
Código Civil. Editorial Civitas, Madrid, 1994, p. 1169.
(1013) Reza literalmente la citada Sentencia en sus considerandos: “(...) la enfermedad que padece la esposa,
que no consta sea incapacitante para el trabajo (...)”.
(1014) BECKER, Gary. Ob. cit., pp. 24-25.
(1015) POSNER, Richard. Ob. cit., p. 143.
(1016) GARCÍA VARELA, Román. En: Sierra Gil De La Cuesta, Ignacio, (Coordinador) Comentario del Códi-
go Civil, Tomo II, Bosch, 2006, p. 161.
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COMPENSACIÓN POR DESEQUILIBRIO
posesión de un título académico o profesional que sirva para el ejercicio de una pro-
fesión determinada, sino la real capacidad y aptitud para desempeñar esa profesión.
El término cualificación profesional debe ser entendido desde el punto de vis-
ta de la especialización adquirida, sea esta de corte profesional o del mero desa-
rrollo de determinadas habilidades y aptitudes. La cualificación a la que se refiere
la ley podría ser interpretada a nivel general como “pericia en una actividad pro-
ductiva determinada” susceptible de ser una fuente de rentabilidad.
(1017) HIJAS FERNÁNDEZ, Eduardo. “La pensión compensatoria y sus condiciones”. En: Diez años de abogados
de familia. Asociación española de abogados de familia. La Ley, Madrid, 2003, p. 453.
(1018) LACRUZ BERDEJO, José Luis. Matrimonio y Divorcio. Comentarios al Título IV del Libro Primero del
Código Civil. Editorial Civitas, Madrid, 1994, p. 1170.
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(1019) CAMPUZANO TOMÉ, Herminia. La pensión por desequilibrio económico en los casos de separación y
divorcio. Especial consideración de sus presupuestos de otorgamiento. Librería Bosch, Barcelona, 1986,
p. 60.
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(1020) DÍEZ-PICAZO, Luis y GULLÓN, Antonio. Sistema de Derecho Civil Volumen IV. Editorial Tecnos.
Madrid, 1983, p. 161.
(1021) En ediciones posteriores, como la décima (Tecnos, Madrid, 2006) se hace mención y el matiz, a
nuestro juicio acertado, acerca de la pérdida de expectativas traducibles económicamente. A nuestro
entender, DÍEZ-PICAZO estima a esta circunstancia en particular, como el rasgo general del objeto de
la compensación. DÍEZ-PICAZO, Luis y GULLÓN, Antonio. Sistema de Derecho Civil Volumen IV.
Editorial Tecnos, Madrid, 2006, p. 125.
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
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COMPENSACIÓN POR DESEQUILIBRIO
(1023) Cabe anotar sin embargo, que la permanencia en el hogar, o la ausencia en el mercado laboral, otorga de
igual manera una serie de beneficios que tienen o pueden tener valor económico. Un ejemplo de ello es
el disfrute de mayor tiempo en compañía de los hijos.
(1024) BECKER, Gary. Ob. cit., p. 292.
(1025) LACRUZ BERDEJO, José Luis. Ob. cit., p. 1172.
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COMPENSACIÓN POR DESEQUILIBRIO
(1029) LACRUZ BERDEJO, José Luis. Matrimonio y Divorcio. Comentarios al Título IV del Libro Primero del
Código Civil. Editorial Civitas, Madrid, 1994, p. 1174.
(1030) Entre otras, la Sentencia Audiencia Provincial Barcelona, 7 de octubre de 1986.
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
14. El caudal, los medios económicos y las necesidades de uno y otro cónyuge
Parece ser, que tanto la doctrina como la jurisprudencia, consideran a esta cir-
cunstancia como el más objetivo referente y sobre la cual descansan las anterio-
res. Esta circunstancia es dentro de todas las anteriores, la más (o la única) objeti-
va, y esta característica permite realizar una aproximación más tangible sobre las
capacidades adquisitivas de los miembros de la pareja.
Se advierte que dicha circunstancia y su carácter objetivo debe tener un carác-
ter complementario respecto a las anteriores circunstancias (eminentemente sub-
jetivas). Así se manifiesta la SAT Palma de Mallorca, 22 de diciembre de 1982, al
señalar que para la fijación de la pensión compensatoria:
“Se ha de realizar en resolución judicial, teniendo en cuenta, en su caso, las
circunstancias que menciona el mismo precepto 97; siendo significativo que
la última circunstancia (última por entonces) que especifica, la octava, sea la
del ‘caudal y medios económicos y las necesidades de uno otro cónyuge’, lo
que revela que estos últimos elementos constituyen más la base real o material
de la efectividad de la pensión que viene determinada esencialmente en fun-
ción de las demás circunstancias precedentes, pues en el caso de ser las men-
cionadas en el ordinal octavo las fundamentales para la fijación de la cuantía
de dicha pensión, se hubieran mencionado en primer lugar y no en el último”.
En opinión de García Cantero(1032) un matiz a observar es que estas conside-
raciones acerca del caudal, medios económicos y necesidades sirven para medir
su cuantía combinada con otros elementos obligando al juez a realizar un análi-
sis de prospectiva lo que, compatibilizado con la opinión de Ragel Sánchez(1033),
(1031) SÁNCHEZ GONZÁLEZ, María Paz. La extinción del derecho a la pensión compensatoria. Editorial
Comares, Granada, 2005, p. 76.
(1032) GARCÍA CANTERO, Gabriel. En: Comentarios al Código civil y compilaciones forales. Dir. Albaladejo,
Manuel. Tomo II, Madrid, 1982, p. 435.
(1033) RAGEL SÁNCHEZ, Luis Felipe. Estudio Legislativo y Jurisprudencial de Derecho Civil: Familia.
Dykinson, Madrid, 2001, p. 217.
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COMPENSACIÓN POR DESEQUILIBRIO
consistiría entre otras cosas, exigirá la prueba del mayor quebranto económico
producido por la separación o el divorcio.
IX. TEMPORALIDAD
También llamada temporalización de la compensación por desequilibrio, es
un tema de capital importancia respecto a los efectos o resultados pretendidos con
su otorgamiento.
Según Cabezuela Arenas(1034) la temporalización no consiste en la instaura-
ción arbitraria y gratuita de un plazo al azar, sino en la imposición de un térmi-
no, una vez sean apreciadas determinadas circunstancias, esto es la eventualidad
de extinción del desequilibrio. La citada autora sostiene que del análisis del des-
equilibrio se puede llegar a dos conclusiones excluyentes entre sí. En una, el des-
nivel puede tener vocación de permanencia en el tiempo sin que sea posible pre-
ver una determinada solución y, en la otra, dicho desnivel es susceptible de ser
superado en un lapso más o menos breve en el tiempo(1035). En uno u otro caso di-
chas circunstancias las imputa a dos tipos de desequilibrio en función a la tempo-
ralización. De esta manera, puede darse un desequilibrio perpetuo(1036) o un des-
equilibrio coyuntural(1037).
(1034) CABEZUELA ARENAS, Ana Laura. La limitación temporal de la Pensión Compensatoria en el Código
Civil. Estudio Jurisprudencial y Doctrinal. Editorial Aranzadi, Navarra, 2002, p. 74. En el mismo sentido,
la STS 10 de febrero de 2005 señala que el establecimiento de una duración limitada para la pensión
compensatoria debe darse, “siempre que cumpla la función reequilibradora por concurrir presupuestos
conocidos que acrediten una base real para dicha limitación temporal”.
(1035) CABEZUELA ARENAS, Ana Laura. Ob. cit., p. 59.
(1036) Por desequilibrio perpetuo, se podría entender aquella situación en la cual existen determinados obstácu-
los o circunstancias que imposibilitan al cónyuge perjudicado colocarse en una situación análoga al otro
cónyuge que le permita autosuficiencia.
(1037) El desequilibrio coyuntural, nos dice Cabezuela Arenas, “se plantea cuando en el momento de la crisis se
aprecia que el desnivel experimentado por uno de los cónyuges podrá ser superado por este, con el tiempo
si existe por su parte un grado de colaboración o compromiso”. Ob. cit., p. 73. En cuanto a este tipo de
desequilibrio, es interesante observar lo señalado por la Sentencia Audiencia Provincial Nº 138/2000
Asturias (Sección 6), del 29 de marzo, (AC 2000, 3401): “En efecto esta Sala en resoluciones precedentes
se ha decantado claramente por la posibilidad de su fijación temporal en aquellos supuestos en que las
circunstancias concurrentes en el titular del derecho a pensión, evidencien que el desequilibrio constatado,
base de su reconocimiento, sea temporal o coyuntural, esto es, que se presente ya en el momento del
reconocimiento del derecho a pensión como algo susceptible de ser superado en un tiempo limitado con
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
una implicación normal del acreedor en la superación de tal desequilibrio, lo que tanto quiere decir como
que normalmente haya trabajado o podido trabajar anteriormente y sea coyuntural o por necesidades
de atender a hijos menores, la pérdida o abandono de su participación en la vida laboral activa o, en
definitiva, que por las circunstancias personales o familiares, sus posibilidades de acceso al mercado de
trabajo en un futuro próximo sean reales y efectivas, circunstancias estas que han de estimarse concurren
en el supuesto enjuiciado y ello porque no puede desconocerse que la edad en que la esposa contrajo
matrimonio ya era la de una persona con el periodo de formación para la vida laboral activa ultimado (al
margen y con independencia de cuál fuera el de la citada) de forma que el matrimonio solo supuso un
paréntesis en esa posibilidad de acceso al trabajo, de ahí que aun cuando, por la duración del mismo, sea
necesario un periodo de adaptación a la nueva situación, ha de reputarse ajustado el plazo de vigencia
de 5 años fijado en la recurrida, ya que obviamente no puede postularse su carácter indefinido en base a
la existencia de unas dolencias congénitas y por lo tanto previas al matrimonio que, en todo caso, no se
acredita la inhabiliten para todo tipo de trabajo y concretamente para aquellos, los más normales en la
práctica, que no requieran especial esfuerzo físico”.
(1038) Ibídem, Comparte esta opinión Marín García de Leonardo, según ella, “existen situaciones en las que
todavía conviene una pensión con carácter indefinido”. MARÍN GARCÍA DE LEONARDO, Teresa.
“Temporalidad de la pensión compensatoria en la Ley 15/2005, de 8 de julio”. En: Comentarios a las
Reformas de Derecho de Familia de 2005. Verda y Beamonte, De, José Ramón (Coordinador). Thomson
Aranzadi, Navarra, 2006, p. 220.
(1039) CABEZUELA ARENAS, Ana Laura. Ob. cit., p. 74. “En otras palabras, –nos dice la autora– la limitación
temporal ‘ab initio’ procede en aquellos casos en los que previsiblemente cabe imaginar que en un periodo
más o menos largo habrá readaptación o superación del desequilibrio”. CABEZUELA ARENAS, Ana
Laura. Ob. cit., p. 59.
(1040) Ibídem, p. 76.
(1041) Ibídem, p. 125.
(1042) MARÍN GARCÍA DE LEONARDO, Teresa. Ob. cit., p. 232.
(1043) En este sentido se pronuncian la SAP Cádiz 3 de abril de 1998 (AC 1998, 6408) y la SAP Zaragoza 5 de
octubre de 1998 (AC 1998, 1972). Esta opinión igualmente, es compartida por Barceló Doménech, quien
señala literalmente que: “la finalidad no puede ser otra que la de colocar al cónyuge perjudicado por la
678
COMPENSACIÓN POR DESEQUILIBRIO
X. SUSTITUCIÓN
Con respecto a la sustitución de la compensación por desequilibrio, en térmi-
nos generales podemos señalar que el artículo 99 del Código español abre un am-
plio abanico de posibilidades que se ajusten a las disponibilidades y circunstan-
cias particulares de cada caso en concreto.
En el citado artículo 97, se establece la posibilidad de percepción de una com-
pensación consistente en una “pensión temporal”, una “pensión por tiempo inde-
finido” o una “prestación única”. De manera complementaria a este principio ge-
neral, el artículo 99 del Código Civil español establece que en cualquier momen-
to puede convenirse la sustitución de la compensación por una renta vitalicia, el
usufructo de determinados bienes o la entrega de capital en bienes o dinero.
ruptura del vínculo matrimonial en una situación de potencial igualdad de oportunidades –singularmente
laborales y económicas– a la que habría tenido de no haber mediado el anterior vínculo matrimonial”.
BARCELÓ DOMÉNECH, Javier. La extinción de la pensión de separación o divorcio por convivencia
marital. Tirant lo blanch. Valencia 2006, p. 227.
(1044) CABEZUELA ARENAS, Ana Laura. Ob. cit., p. 54.
(1045) La SAP Girona 29 de enero de 1998 (AC 1998, 34), establece en términos generales que la pensión
debe guardar simetría con la duración del matrimonio al que debe adecuarse el derecho de naturaleza
compensatoria y considerar en ese sentido, cierta proporcionalidad, basada entre otras cosas en la duración
del matrimonio y la incidencia de la convivencia en el estatus económico de cada cónyuge.
(1046) CABEZUELA ARENAS, Ana Laura. Ob. cit., p. 123.
(1047) CABEZUELA ARENAS, Ana Laura. Ob. cit., p. 127. Comparten esta opinión Campuzano, Lasarte y
Valdepuesta, y De La Cámara.
(1048) Ibídem, p. 132.
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XI. MODIFICACIÓN
La posibilidad de modificación de la compensación por desequilibrio, a tenor
de lo establecido en el artículo 100 del Código español está supeditada únicamen-
te a alteraciones sustanciales en la fortuna(1052) de uno u otro cónyuge. No obstan-
te, gran parte de la doctrina sostiene que dicha modificación, como norma gene-
ral puede –o debe– ser a la baja(1053). Esto tiene su razón de ser en la previsión de
conductas oportunistas y establecimiento de estímulos de autosuficiencia del deu-
dor, máxime si va asociado a criterios de limitación temporal.
(1049) Esta suerte de habitualidad en el otorgamiento de la compensación por vía de renta periódica o pensión,
es la que ha promovido a nivel doctrinal y jurisprudencial la común denominación de “pensión compen-
satoria” o “pensión por desequilibrio”. Dichas denominaciones sin embargo, en tanto hacen referencia a
una modalidad en específico, no nos resultan precisas o adecuadas para hacer mención del derecho, o la
institución en genérico. Es por ello, que nosotros nos inclinamos por hacer referencia a la compensación
por desequilibrio.
(1050) POSNER, Richard. Ob. cit., p. 143.
(1051) En efecto, el cumplimiento de la obligación en una sola entrega en capital por ejemplo, puede colocar al
deudor, en una situación análoga, a aquella que la compensación por desequilibrio pretende remediar.
(1052) En algún caso, se ha suscitado discusión en cuanto al sentido del término fortuna, en función de si este
estaba ligado a la idea de riqueza o de suerte. Sin embargo, según se desprende de la Sentencia Audiencia
Provincial Madrid (Sección 22), 10 de julio de 2001, (AC 2001, 1541), ha de entenderse el sentido de
riqueza, al manifestar que “no puede sostenerse, con lógico y legal fundamento, que, como afirma la
dirección letrada de la recurrente, el término fortuna utilizado por el artículo 100 del Código Civil equivalga
a suerte; en efecto, en su significación gramatical ello constituye tan solo una de sus acepciones, pero
no la única, en cuanto también pueda representar hacienda, capital o riqueza; y siendo así que el artículo
97 se refiere, en cuanto elemento básico del derecho analizado, al desequilibrio económico, que no a la
suerte, es obvio que la acepción ‘fortuna’ ha de ponerse en necesaria correlación con tal dato comparativo
pecuniario. Se revela, al efecto, intranscendente la causa determinante de tal alteración sustancial de fortuna,
dado que ningún matiz contiene al efecto el artículo 100, y ubi lex non distinguit nec nos distuinguere
debemus”.
(1053) En este sentido se pronuncia HIJAS FERNÁNDEZ, Eduardo. “La pensión compensatoria y sus
condiciones”. En: Diez años de abogados de familia. Asociación española de abogados de familia. La
Ley. Madrid, 2003, p. 473.
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XII. EXTINCIÓN
El primer párrafo del artículo 101 del Código español señala que el derecho a
la pensión se extingue por el cese de la causa que lo motivó, por contraer el acree-
dor nuevo matrimonio o por vivir maritalmente con otra persona.
Tanto la doctrina como la jurisprudencia han tenido que ampliar ciertos con-
ceptos, a efectos de contar con una interpretación del sentido de la norma en la
medida que se ha entendido que tan importante como la constitución del derecho
resulta también su eventual extinción(1059).
Sánchez González(1060) señala que no todas las causas de extinción de la com-
pensación por desequilibrio se hallan expresamente señaladas en el artículo 101
del Código Civil español. Por un tema de brevedad en la exposición nos referire-
mos solamente a las establecidas en el primer párrafo del citado artículo y solo de
manera enunciativa a las demás.
(1059) De hecho, Barceló Doménech estima con mucha lógica, que la convivencia marital puede también servir
para impedir el nacimiento del derecho a la pensión compensatoria. BARCELÓ DOMÉNECH, Javier.
Ob. cit., p. 190.
(1060) SÁNCHEZ GONZÁLEZ, María Paz. La extinción del derecho a la pensión compensatoria. Editorial Co-
mares. Granada, 2005, p. 22.
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“(...) el artículo 101 del Código Civil (LEG 1889,27) establece como causa
de extinción de la pensión compensatoria, además del cese de la causa que lo
motivó, el contraer el acreedor nuevo matrimonio o por vivir maritalmente
con otra persona. Esta causa de extinción se funda en que procede dejar sin
efecto una ayuda económica a una persona en razón a un matrimonio ante-
rior, cuando resulta que ha rehecho su vida de una manera estable con la in-
mediata consecuencia de que desaparece el desequilibrio económico. De ma-
nera más concreta el rehacer nuevamente la vida afectiva con otra persona –
que se comprende en el derecho al libre desarrollo de la personalidad procla-
mado en el artículo 10 de la Constitución Española (RCL 1978, 2836)– re-
quiere a los efectos del citado artículo 101 del Código Civil una comunidad
de vida, que se traduce en interdependencia en lo corporal y lo espiritual que
es algo más que la simple amistad o el trato íntimo, también unidad de domi-
cilio y por último estabilidad, aunque no sea definitiva. La jurisprudencia no
ha identificado la convivencia –necesaria según el precepto– con la relación
afectiva de tipo noviazgo, ni con la mera relación sentimental. Y es que la con-
vivencia marital no cabe confundirla con el uso de la libertad sexual, espo-
rádica y no continuada, sino que precisa que tales relaciones gocen de inten-
sidad, continuidad y publicidad suficientes, como para ser tenidas por el co-
mún de las gentes como semejantes a las que mantienen las personas unidas
en matrimonio sin estarlo, y que consistan en una apariencia cierta de cum-
plimiento de deberes de convivencia, ayuda y fidelidad que se impone en los
artículos 67 y 68 del Código Civil, lo que ha de tener proyección, también, en
lo económico, como datos más objetivables, como cuentas conjuntas o dis-
frute de bienes comunes, que en interpretación sociológica de las normas lle-
ve a un juicio de certeza, de comunidad de vida en que se inserta el concep-
to vida, more uxorio”.
17.1.1. Elementos configuradores
En similar orden de ideas al expuesto en las líneas precedentes, la jurispruden-
cia ha delimitado lo que a grandes rasgos puede entenderse a nuestro parecer, como
requisitos o elementos imprescindibles de la convivencia a efectos de su conside-
ración como causa de extinción del derecho de compensación por desequilibrio.
La habitualidad, estabilidad, confianza y familiaridad son relevantes a efectos
de determinar la existencia de una convivencia coherente a un contexto en presen-
cia de una comunidad de vida puede coincidir con una concepción de la affectio
maritalis como el “animus de permanencia en el tiempo” en el desenvolvimiento
de una comunidad de vida. En virtud de este hecho, podemos poner énfasis en la
opinión de Barceló Doménech(1063), al sostener este que hay que valorar si existe
(1063) BARCELÓ DOMÉNECH, Javier. Ob. cit., pp. 92-94. Del mismo modo, sobre la vocación de permanencia a
la que hacemos referencia, la SAP Cádiz 5 de octubre de 2001, es clara al señalar que “para que se produzca
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COMPENSACIÓN POR DESEQUILIBRIO
affectio y un proyecto en común, aunque falte el hecho físico de vivir juntos, sien-
do particularmente relevante averiguar si esta falta de convivencia tiene precisa-
mente su fundamento en evitar la pérdida de la pensión por separación o divorcio.
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
Parece ser en tal sentido, que la opinión mayoritaria apunta a que tales
causales obedecen sino a una naturaleza distinta, si a causas distintas. Al res-
pecto Sánchez González(1065), sostiene que la desaparición del desequilibrio
económico no puede ser el fundamento de la atribución a la convivencia ma-
rital de naturaleza extintiva, dado que, desde esta perspectiva, no sería nece-
sario el establecimiento como causa específica de extinción, en la medida que
quedaría subsumida en la primera de los supuestos mencionados en el artícu-
lo 101 del Código Civil español. En esta línea se manifiesta también Barceló
Doménech(1066) al señalar que las nuevas nupcias o la convivencia marital son
causas que tienen su propia existencia al margen de la mejora económica que
haya podido experimentar el acreedor de la pensión.
Parece ser que dichas posturas doctrinales basan esta independencia de las
causales referidas a la comunidad de vida sobre la finalidad o la ratio que el legis-
lador quiso otorgarles. Son diversas las razones presumibles de tales causales; en
dicha interpretación de la finalidad, Barceló Doménech(1067) nos indica que aunque
no sea muy frecuente –la interpretación más extendida se basa en una presunción
de que quien hace vida marital con otra persona está recibiendo adecuado susten-
to y ha desaparecido el desequilibrio que originó la compensación–, tanto en ju-
risprudencia como en la doctrina. Entendemos, con ello, que la constitución de
una nueva comunidad de vida por parte del acreedor, no significa de manera al-
guna una garantía de mantenimiento del nivel anterior de vida.
En conclusión, y conforme a lo señalado respecto a las causales de extinción
antes mencionadas podemos concluir que el cese de la causa que lo motivó está
fundado en un criterio subjetivo, y las otras dos (“contraer nuevo matrimonio” y/o
“vivir maritalmente con otra persona”) obedecen a un criterio objetivo basado a
su vez en una presunción de naturaleza subjetiva. Dicha objetividad en el criterio,
está determinada por la tipificación de la conducta de contraer nuevo matrimonio
686
COMPENSACIÓN POR DESEQUILIBRIO
o vivir maritalmente con otra persona como causas de extinción, sin embargo obe-
decen a un criterio absolutamente subjetivo.
Finalmente, debemos agregar que se han señalado como causales adiciona-
les de extinción, tales como la insuficiencia del caudal hereditario o la lesión de
la legítima luego de la muerte del deudor(1068), la muerte del acreedor de la pen-
sión, la renuncia, la prescripción, el cumplimiento de una condición resolutoria y
el cumplimiento de un término extintivo.
(1068) Hay autores como Marín García De Leonardo que opinan que el derecho debería extinguirse por el solo
hecho de la muerte del deudor. MARÍN GARCÍA DE LEONARDO, Teresa. “Temporalidad de la pensión
compensatoria en la Ley 15/2005, de 8 de julio”. En: Comentarios a las Reformas de Derecho de familia
de 2005. Verda y Beamonte, De, José Ramón (Coordinador). Thomson Aranzadi, Navarra, 2006, p. 229.
La misma autora opina que se echa en falta la posibilidad de extinguir el derecho cuando el beneficiario
hubiera cometido alguna falta contra el deudor de las que dan lugar a desheredación. Ob. cit., p. 229.
(1069) La Sentencia Audiencia Provincial Nº 268/2002 Castellón (Sección 1), 11 de setiembre, (AC 2003, 1806)
señala al efecto: “(...) se trata pues, de un derecho relativo y circunstancial (...), y también de un derecho
condicional, puesto que una modificación de las circunstancias concretas en que la pensión fue concedida
–de modo análogo a la cláusula rebus sic stantibus– puede determinar su modificación o supresión”.
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
DIRECTO(as) INDIRECTO(as)
19. Naturaleza
Determinar la naturaleza de la compensación por desequilibrio es una tarea
harto complicada, no solo por tratarse de una institución con características cali-
ficadas en ocasiones de sui géneris(1070), sino por la amplia gama de concepciones
y referencias que ha brindado tanto la doctrina como la jurisprudencia desde las
posturas que la emparentan con naturalezas compuestas de elementos de diversa
(1070) Es de esta opinión Marín García De Leonardo, quien señala que el que la regulación de la pensión
contenga, como es sabido, elementos que no corresponden con la naturaleza atribuida obedece a que
se trata de una figura con carácter sui géneris, cuya falta de rigor normativo acorde con la naturaleza
atribuida provoca la necesidad de acudir a la aplicación de criterios de equidad fundamentales
para encontrar una solución justa para ambas partes. MARÍN GARCÍA DE LEONARDO, Teresa.
“Temporalidad de la pensión compensatoria en la Ley 15/2005, de 8 de julio”. En: Comentarios a las
Reformas de Derecho de familia de 2005. Verda y Beamonte, De, José Ramón (Coordinador). Thomson
Aranzadi, Navarra, 2006, p. 228.
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COMPENSACIÓN POR DESEQUILIBRIO
(1071) Partidario de esta postura se muestra LACRUZ BERDEJO al sostener que la pensión regulada en el ar-
tículo 97 del Código Civil español asume una naturaleza alimenticia y compensatoria al mismo tiem-
po. No obstante, explica en ese sentido, que resulta necesario señalar que esta doble funcionalidad de la
pensión, que puede ser deslindada con nitidez en un plano teórico, en la realidad se manifiesta o presen-
ta muy desdibujada como consecuencia, de un lado, de que las circunstancias a tener en cuenta, en uno
y otro caso, no son más que aspectos de toda una realidad más compleja, como la vida matrimonial y la
posterior crisis conyugal; y de otro lado, de la necesidad de canalizar estas circunstancias o, mejor, sus
consecuencias económicas, a través de un único cauce –la pensión– como eventual efecto de la separa-
ción o el divorcio. LACRUZ BERDEJO, José Luis. Matrimonio y Divorcio. Comentarios al Título IV
del Libro Primero del Código Civil. Editorial Civitas, Madrid, 1994, p. 1179. Queda entendido en nues-
tra opinión, que la consideración acerca de un carácter alimenticio, se da en función a la circunstancia
establecida por las necesidades de uno y otro cónyuge. En efecto, el propio Lacruz sostiene que la fun-
ción alimenticia se justifica en la tendencia a la satisfacción a las necesidades del cónyuge acreedor apre-
ciadas con la relatividad propia del supuesto de hecho genéricamente contemplado en el artículo 97 CC
español. LACRUZ BERDEJO, José Luis. Ob. cit., p. 1179. Con todo, y sin perjuicio de lo antes seña-
lado Martínez Rodríguez, establece de manera clara la amplia distinción que existe entre dichas institu-
ciones, más aún en casos de separación donde ambas pensiones pueden confluir. MARTÍNEZ RODRÍ-
GUEZ, Nieves. “Separación matrimonial, obligación de alimentos y pensión compensatoria”. En: Dia-
rio La Ley, 2001, Ref D-245, Tomo 7.
(1072) En esta postura se muestra Lalana Del Castillo, al considerar una naturaleza compensatoria y asistencial.
LALANA DEL CASTILLO, Carlos. La pensión por desequilibrio en caso de separación o divorcio. José
María. Bosch Editor. Barcelona, 1993. pp. 32-33.
(1073) MARÍN GARCÍA DE LEONARDO (Ob. cit.) señala que los presupuestos fácticos que justifican el
nacimiento del derecho permiten afirmar que la naturaleza de la pensión compensatoria no es alimenticia
sino que constituye un supuesto de resarcimiento del perjuicio objetivo, p. 218.
(1074) En el plano jurisprudencial, en ciertas sentencias se puede deducir que se entiende indemnizatoria en
función de la finalidad que le imputan, tal es el caso de la Sentencia Audiencia Provincial Barcelona
(Sección 12), de 30 noviembre, (AC 1998, 2144), en virtud de la cual se señala: “(...) respecto a la pensión
compensatoria, su finalidad es la de indemnizar el perjuicio resultante por el descenso del nivel de vida
tras la separación (...)”.
(1075) Bajo este planteamiento, advierte que quien solicita el divorcio ha de contar con la posibilidad de tener
que asegurar al otro cónyuge un estatus económico-social similar al que disfrutaba constante matrimonio.
GARCÍA CANTERO, Gabriel. En: Comentarios al Código Civil y compilaciones forales. Dir. Albaladejo,
Manuel. Tomo II. Madrid, 1982, p. 438. No está de más decir, que a la fecha, y considerando las
modificaciones en materia de separación, la referencia a “quien solicita el divorcio” puede adherirse a
“quien ostenta una mejor posición en el caso de un eventual desequilibrio”.
(1076) Es de esta opinión, García Cantero opina que constituye un supuesto de responsabilidad sin culpa. CASTÁN
TOBEÑAS, José. Derecho Civil español común y foral. Tomo V. Derecho de Familia. Undécima edición.
García Cantero, Gabriel y Castán Vásquez, José María. (Rev.). Reus, Madrid, 1987, p. 026. No obstante
reconoce que “no le falta cierto carácter indemnizatorio, pero limitado o tasado”, p. 1028. De La Cámara
por su parte, opina que a su juicio nada tiene que ver la indemnización del artículo 97 con las derivadas de
la responsabilidad objetiva o responsabilidad sin culpa, ya que esta teoría no explica de manera satisfactoria,
ni la naturaleza ni el fundamento de la pensión compensatoria, la que en principio esta dirigida a reparar
el desequilibrio económico, y solo puede fundarse en la equidad. De La Cámara Álvarez, Manuel. “En
torno a la llamada pensión compensatoria del artículo 97 del Código Civil”. En: Estudios jurídicos en
homenaje a Tirso Carretero. Madrid, 1985.
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(1077) Opinión que como expondremos en lo sucesivo, no compartimos del todo, en función de la referencia a
un criterio indemnizatorio.
(1078) MARTÍNEZ RODRÍGUEZ, Nieves. “Separación matrimonial, obligación de alimentos y pensión
compensatoria”. En: Diario La Ley, 2001, Ref. D-245, Tomo 7. Partidaria de esta línea se muestra Roca
Trías.
(1079) Ídem.
(1080) CABEZUELA ARENAS, Ana Laura. La limitación temporal de la Pensión Compensatoria en el Código
Civil. Estudio Jurisprudencial y Doctrinal. Editorial Aranzadi, Navarra, 2002, p. 108.
(1081) Ibídem, pp. 106-107.
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(1088) Es conveniente en este sentido, considerar lo que en opinión de Llamas Pombo, significa que en los casos
de separación y divorcio, en ningún caso puede hablarse de “cónyuge culpable”, ni es dable reclamar
indemnización ni reparación alguna a consecuencia de dicha ruptura. LLAMAS POMBO, Eugenio. “Los
efectos de las crisis matrimoniales a revisión”. En: V.V.A.A. Llamas Pombo, Eugenio. (Coord.) Nuevos
conflictos del Derecho de familia. La Ley. Madrid, 2009, p. 260.
(1089) Artículo 98 CC español: “El cónyuge de buena fe cuyo matrimonio haya sido declarado nulo tendrá
derecho a una indemnización si ha existido convivencia conyugal, atendidas las circunstancias previstas
en el artículo 97”.
(1090) Esta misma distinción es puesta de manifiesto por Llamas Pombo, en tanto refiere que en función de la
“buena fe” en el caso del artículo 98 CC, sí puede hablarse de indemnización en el sentido estricto de la
expresión. LLAMAS POMBO, Eugenio. Ob. cit., p. 260.
(1091) Sobre todo si consideramos, la autonomía de la voluntad, la disponibilidad sobre el derecho a la pensión
compensatoria y el hecho de que pudieron existir durante la vigencia de la comunidad de vida, recompensas
para quien tras la separación o divorcio sufre un desequilibrio y empeora su situación. En efecto Cabezuela
Arenas, haciendo referencia al trabajo de un cónyuge mediante su permanencia en el hogar, sostiene que
es posible que pueda haber aceptado otro tipo de recompensas o contrapartidas, disfrutando acaso un nivel
de vida elevado proporcionado por los ingresos del otro esposo. CABEZUELA ARENAS, Ana Laura.
Ob. cit., pp. 93-94. Así, podemos entender que en una situación general de comunidad de vida, pudieron
existir recompensas equiparables que no serán determinadas sino hasta que se inste un proceso en el que
se reclame la pensión, y no puede deducirse a priori la existencia de un daño. Digamos, que existe una
suerte de “presunción de inocencia” del cónyuge que resulta mejor ubicado, y no suena justo imputar su
status post crisis a la causación de un daño.
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COMPENSACIÓN POR DESEQUILIBRIO
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
20. Objeto
Entendemos el objeto como aquel punto de incidencia de la institución en
cuestión.
En cuanto al objeto de la compensación por desequilibrio, hemos distingui-
do dos tipologías consistentes en uno directo, determinado por el propio desequi-
librio económico con base en las expectativas y los costes de oportunidad; y, otro
indirecto, determinado por la situación –personal y temporal– de uno de los cón-
yuges después de la separación o divorcio.
La distinción entre una y otra dimensión tiene mucho que ver con la ampli-
tud del grupo social en cuestión. La incidencia sobre el desequilibrio económi-
co, lo es sobre las relaciones particulares de los individuos, en cuanto a su cali-
dad de cónyuges y a su pertenencia a un grupo familiar, no obstante, el empeora-
miento de situación, apunta más a nuestro juicio, al consecuente posicionamiento
de los individuos a nivel social, más allá de las fronteras familiares, en una nueva
relación como meros ciudadanos. Entendemos pues, que la intención del legisla-
dor de equilibrar las situaciones patrimoniales desde el plano familiar, es una vía
para lograr su posicionamiento en un contexto de igualdad de oportunidades a ni-
vel social. Ciertamente, según Schultz, aquellos cambios que provocan pequeñas
redistribuciones de los recursos implican que la transición es menos difícil de lo-
grar que cuando los cambios requieren grandes redistribuciones(1094).
Este hecho puede quedar de manifiesto, si se atiende al sentido que otorga la
Sentencia Audiencia Provincial Cádiz (Sección 5), 27 de marzo, (AC 2000, 4915)
(1094) SCHULTZ, Theodore W. Restablecimiento del equilibrio económico. Los recursos humanos en una
economía en proceso de modernización. Gedisa Editorial, Barcelona, 1992, p. 58.
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COMPENSACIÓN POR DESEQUILIBRIO
21. Finalidad
Desde un punto de vista exegético, la compensación por desequilibrio persi-
gue distintas finalidades, algunas de las cuales, en opinión de Zarraluqui(1095) pue-
den citarse como; el mantenimiento del nivel de vida –o el evitar su descen-
so–; el impedir un desequilibrio económico; colocar al cónyuge afectado en una
situación de potencial igualdad de oportunidades a las que habría tenido acceso
de no haber mediado el vínculo matrimonial; dotar al perjudicado de una herra-
mienta para que este pueda proporcionarse nuevos medios de vida, pueda reha-
cerla, y conseguir una situación económica autónoma; y final y subsidiariamente
atender sus necesidades básicas.
La jurisprudencia en cuanto a este aspecto, nos brinda una nutrida variedad de
consideraciones. La Sentencia Audiencia Provincial Cádiz (Sección 5), 27 de mar-
zo, (AC 2000, 4915), antes citada, refiere que la auténtica finalidad de la compen-
sación por desequilibrio “(...) no es otra, (...), que la de colocar al cónyuge perju-
dicado por la ruptura del vínculo matrimonial en situación de potencial igualdad,
facilitándole la posibilidad de rehacer la vida y conseguir un estatus económico
autónomo”. Por su parte, la Sentencia Audiencia Provincial Barcelona (Sección
18), 14 abril de 2000, (AC 2001, 1899) señala: “(...) su legítima finalidad no es
otra que paliar el desequilibrio económico producido a uno de los cónyuges por
la crisis del matrimonio, separación o divorcio, colocándole en una situación de
igualdad de oportunidades a la que habría tenido de no haber mediado el vínculo
matrimonial”; o bien, como señala la Sentencia Audiencia Provincial Barcelona
(Sección 18), 19 enero de 1999, (AC 1999, 2983), “(...) favorecer el menor trau-
ma económico para el cónyuge más perjudicado (...)”.
No obstante ello, y aunque todas aquellas finalidades son con ciertos mati-
ces, concurrentes dentro del planteamiento de la compensación por desequilibrio,
nos inclinamos por considerar a todas orientadas al restablecimiento del equilibrio
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
21.1. Directa
A nuestro juicio, y en atención a esta doble perspectiva de la finalidad; la fina-
lidad directa está determinada por el restablecimiento del equilibrio que se osten-
tase durante la vigencia del periodo de normalidad de la comunidad de vida me-
diante la compensación o si se quiere, retribución de las expectativas legítimas y
costes de oportunidad. Este criterio general ha sido expuesto por cierta jurispruden-
cia del Tribunal Supremo en sus Sentencias 43/2005 y 307/2005, las cuales, hacen
referencia a una finalidad reequilibradora de la compensación por desequilibrio.
21.2. Indirecta
Sin perjuicio de ello, estimamos que la finalidad indirecta o superior de la
compensación por desequilibrio radica en una vocación de igualdad, la misma en
términos generales se sustenta en un principio de igual acceso de oportunidades.
Ahora bien, no obstante ello, consideramos que tal igualdad ha de ser entendida
en el sentido de equivalencia o “igualdad nominativa”.
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COMPENSACIÓN POR DESEQUILIBRIO
21.2.1. La equivalencia
El concepto de equivalencia es para nosotros más coherente con la idea de
proporcionalidad y justicia, en cuanto a los compromisos y expectativas de los in-
dividuos que el de igualdad en sentido estricto. Ciertamente, Roca Trías(1097) sos-
tiene que una idea dura pero muy clara, es que el divorcio no es un sistema crea-
do para aliviar la necesidad, como tampoco lo es el matrimonio, con lo que cabe
pensar que aboga por la autonomía de la voluntad de los contrayentes y las con-
secuencias que sus decisiones pueden acarrear.
Así pues, puede que el trasfondo de esta vocación de igualdad, se encuen-
tre en la respuesta que encuentra Roca Trías(1098), para la existencia de un derecho
como el de la compensación por desequilibrio. Dicha autora se pregunta ¿por qué
debe existir una compensación de un cónyuge a favor del otro como consecuen-
cia del divorcio? A lo que añade que existe una tensión evidente entre la autono-
mía de los divorciados y la de la injusticia de quien ha dedicado su vida a un ma-
trimonio que deja de existir. Así, –continúa– porque el matrimonio se disuelve,
a diferencia de la familia, que se mantiene y muy posiblemente esta afirmación
sea una de las razones de esta pretendida solidaridad posconyugal, que no es tal,
sino un modo de evitar que el excónyuge pase a depender de sistemas públicos
de mantenimiento”(1099), agrega asimismo que “si se quiere afrontar la solución de
este tema con criterios de racionalidad, únicos posibles en el ámbito jurídico, ha-
brá que utilizar criterios económicos para plantear el problema en sus justos tér-
minos y para ello es útil considerar que el derecho a la pensión se adquiere a tra-
vés de lo que se denomina inversiones matrimoniales y es una herramienta para
eliminar incentivos financieros distorsionantes y no para librar a uno de los cón-
yuges de la necesidad”.
22. Fundamento
Con referencia al fundamento de la compensación por desequilibrio, la doc-
trina ha esbozado una serie de ideas. Entre ellas, se pueden resaltar algunas tales
(1097) ROCA TRÍAS, Encarna. Familia y Cambio Social (De la casa a la persona). Civitas, Madrid, 1999,
p. 187.
(1098) Ídem.
(1099) Ídem.
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
como: que el matrimonio es una institución que proyecta sus efectos más allá de
su vigencia; un principio de solidaridad posconyugal(1100), la cesación de la vida
en común, la cooperación en la conformación del nivel de vida; la disminución de
expectativas de bienestar económico que el matrimonio había creado a otro cón-
yuge, entre otros(1101). Por lo que a nosotros concierne, debemos establecer que a
nuestro juicio, el fundamento de la compensación por desequilibrio se configu-
ra como las demás características, a nivel genérico por vía de dos cauces. Así, te-
nemos un fundamento directo o primario configurado por el enriquecimiento in-
debido, o lo que hemos venido a denominar “empobrecimiento ilegítimo”(1102), y
uno indirecto o superior, determinado por la equidad.
En ese orden de ideas, estimamos al igual que Martínez Escribano(1103), que
el fundamento (primario) de la compensación por desequilibrio, radica –en prin-
cipio– en el enriquecimiento indebido. Asimismo y a su vez, el sentido en el que
se fundamenta el enriquecimiento indebido, reposa sobre un criterio de equidad.
Así, ulteriormente, como un fundamento indirecto o superior, coincidimos con
De la Cámara(1104), quien sostiene que el fundamento de la compensación por des-
equilibrio es la equidad.
(1100) En opinión de Marín García De Leonardo, el sentido de cierta solidaridad posconyugal es equivocada,
más aún en los modelos de matrimonio actuales que escapan a la antigua figura tradicional. MARÍN
GARCÍA DE LEONARDO, Teresa. “Temporalidad de la pensión compensatoria en la Ley 15/2005, de 8
de julio”. En: Comentarios a las Reformas de Derecho de familia de 2005. Verda y Beamonte, De, José
Ramón (Coordinador). Thomson Aranzadi, Navarra, 2006, p. 215. Sobre el particular nos mostramos de
igual manera en contra de una consideración acerca de la solidaridad posconyugal, ya que, estimamos
que más que de un principio de solidaridad posconyugal, se trata de lo que corresponde a la Ley en su
cometido de fuente de información dentro de la esfera del Derecho de Familia.
(1101) ZARRALUQUI SÁNCHEZ-EZNARRIAGA, Luis. La pensión compensatoria y otras prestaciones
económicas derivadas de la separación, el divorcio y la nulidad matrimonial. Cuadernos de Familia. La
Ley, julio 2000. De igual manera, y dentro de esta diversidad Pérez Martín señala que el fundamento de
la compensación por desequilibrio es objetivo, y basado en la diferencia del nivel de vida de los cónyuges
en relación al estatus matrimonial, en el que intervienen factores de todo tipo, tales como compensatorios,
asistenciales e indemnizatorios. PÉREZ MARTÍN, Antonio Javier. En: V.V.A.A. Comentarios al Código
civil. Domínguez Luelmo, Andrés. (Dir.) Lex Nova, Valladolid, 2010, p. 205.
(1102) Para mayor detalle sobre el planteamiento del enriquecimiento ilegítimo en la compensación por
desequilibrio; ORTIZ SOLÉ, Abelardo. El altruismo y la equidad en las crisis familiares. Los fundamentos
jurídicos de la compensación por desequilibrio. Universidad de Salamanca, 2011, véase: <http://tdx.cat/
handle/10803/29054>.
(1103) MARTÍNEZ ESCRIBANO, Celia. “Comentarios del nuevo artículo 97 del Código civil”. En: Comentarios
a la reforma de la separación y el divorcio. Ley 15/2005, de 8 de julio. Director Guilarte Gutierrez Vicente.
Editorial Lex Nova, Valladolid, 2005.
(1104) DE LA CÁMARA ÁLVAREZ, Manuel. “En torno a la llamada pensión compensatoria del artículo 97
del Código Civil”. En: Estudios jurídicos en homenaje a Tirso Carretero. Madrid, 1985, comparte esta
opinión, Marín García De Leonardo. Ob. cit., p. 228.
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COMPENSACIÓN POR DESEQUILIBRIO
XIV. P L A N T E A M I E N TO D E L A C O M P E N S A C I Ó N P O R
DESEQUILIBRIO Y LA COMPENSACIÓN ECONÓMICA POR
RAZÓN DE TRABAJO EN EL HOGAR EN CATALUÑA
Cabe aquí y a estas alturas, hacer referencia a algunos matices, o tratamientos
análogos y cercanos a la compensación por desequilibrio, con base en las aporta-
ciones del Derecho autonómico en España. Este es el caso particular de la com-
pensación por desequilibrio y la compensación económica por razón de trabajo
en el hogar contempladas en el Codi de Família de Cataluña.
(1105) En buena cuenta, ambos conceptos o enfoques no son ni excluyentes ni poco relacionados entre sí, ya
que, el nivel de vida es consecuencia directa de una determinada situación de equilibrio.
(1106) Dicho criterio de proporcionalidad puede también verse en sentido inverso, y de esta manera establecer
una presunción por la cual si las inversiones del peor situado contribuyeron al estatus del mejor situado,
es coherente que las obligaciones de este queden supeditadas a su capacidad, así indirectamente relacio-
nada a las inversiones de su exconsorte.
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
Por su parte, los criterios para la fijación de esta compensación, versan sobre
consideraciones similares, tales como la situación económica resultante para los
cónyuges a consecuencia de la nulidad, la separación o el divorcio; las perspec-
tivas económicas previsibles para uno u otro, la duración de la convivencia con-
yugal, la edad y estado de salud de ambos cónyuges, y cualquier otra circunstan-
cia relevante.
En este tenor se manifiesta la Sentencia Audiencia Provincial núm. 308/2006
Barcelona (Sección 18), de 2 mayo, (JUR 2006, 272347) al establecer: “por lo
que se refiere a la pensión compensatoria, presupuesto necesario para que surja el
derecho, según dispone el artículo 84 CF (LCAT 1998, 422, 521) es que la rup-
tura matrimonial produzca un desequilibrio económico en la posición de uno de
los cónyuges en relación con la del otro que implique un empeoramiento en su si-
tuación anterior, de ahí que según criterio reiterado de este tribunal, deba tenerse
en cuenta el nivel de vida del matrimonio a fin de determinar si por la separación
o el divorcio, alguno de los cónyuges va a experimentar un descenso en el nivel
de vida, y solo en el caso de producirse y probarse tal deterioro, que ha de tener
cierta relevancia o entidad, procederá la pensión compensatoria; por ello, si am-
bos cónyuges cuentan con bienes o ingresos propios suficientes para seguir man-
teniendo un nivel de vida similar al disfrutado en constante matrimonio, no pro-
cederá el derecho a pensión aunque exista notable diferencia entre el patrimonio
de los cónyuges separados”.
Con todo, y no obstante, la nota peculiar en sede del Derecho autonómico ca-
talán, la determina la referencia a una circunstancia concerniente a la compensa-
ción económica regulada por el artículo 41.1 del mismo cuerpo legal, esto es, la
compensación económica por razón de trabajo.
700
COMPENSACIÓN POR DESEQUILIBRIO
(1107) El artículo 1438 del Código Civil español, también relativo al régimen de separación de patrimonios, es-
tablece: “los cónyuges contribuirán al sostenimiento de las cargas del matrimonio. A falta de convenio,
lo harán proporcionalmente a sus respectivos recursos económicos. El trabajo para la casa será compu-
tado como contribución a las cargas y dará derecho a obtener una compensación que el juez señalará, a
falta de acuerdo, a la extinción del régimen de separación”.
(1108) GETE-ALONSO y CALERA, María del Carmen; YSÁS SOLANES , María; SOLÉ RESINA, Judith.
Derecho de Familia Vigente en Cataluña. Cálamo producciones editoriales, Barcelona, 2003. p. 317.
(1109) Ibídem, p. 318.
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
trabajo para el hogar o para el otro cónyuge; de otro lado, la inexistencia o insu-
ficiencia de retribución, así como una relación de causalidad entre dichos requi-
sitos materializada por una situación de enriquecimiento injusto. Esto, dicho de
otra manera, en opinión de Montero Aroca(1110) se traduce en que esta compensa-
ción(1111) no responde solo a la desigualdad patrimonial, sino que presupone tam-
bién que la desigualdad ha tenido un origen concreto, el que uno de los cónyuges,
sin retribución o con retribución insuficiente, se haya dedicado a la casa o a tra-
bajar para el otro cónyuge.
(1110) MONTERO AROCA, Juan. La pensión compensatoria en la separación y el divorcio (La aplicación
práctica de los artículos 97, 99, 100 y 101 del Código Civil). Tirant lo Blanch, Valencia 2002, p. 339.
(1111) El autor se refiere a ella como indemnización.
(1112) EGEA FERNÁNDEZ, Joan. Comentaris al Codi de Família, a la llei d´unions de situacions convivencials
d´ajuda mútua. EGEA I FERNÁNDEZ, Joan; FERRER I BIBA, Josep (Directores). Tecnos. Madrid, 2000,
p. 109. Asimismo, como ya lo indicáramos, en opinión de Solé Resina, no obstante la actividad que se toma
en cuenta coincide con una de las formas de contribución a los gastos familiares establecida en el artículo
5 del Codi de Família, la misma actividad no puede computarse a la vez como obligada de contribución
a las cargas de la familia y como una actividad que da derecho a la compensación económica, ya que a
su juicio se produciría una duplicidad contable carente de justificación, por lo que añade, que solamente
cabe la compensación en los supuestos en los cuales se dé lo que la doctrina ha venido a denominar la
sobrecontribución del cónyuge acreedor, es decir, la actividad que sobrepase la contribución exigida por
el artículo 5 del Codi de Família, artículo que esboza el concepto y amplitud de las cargas familiares.
SOLÉ RESINA, Judith. En: GETE-ALONSO y CALERA, M.ª del Carmen; YSÁS SOLANES, María;
SOLÉ RESINA, Judith. Ob. cit., p. 318-319. No obstante, como ya indicáramos, encontramos algunos
inconvenientes en el planteamiento de la sobrecontribución a efectos de determinar una base sobre la cual
estimar un derecho de compensación, tomando en cuenta la subjetividad de las aportaciones y el valor
otorgado matrimonio constante a las distintas actividades realizadas durante la vigencia de la unión. Sin
perjuicio de ello y de los motivos antes expuestos, por los cuales nos parece inviable esta teoría, podemos
considerar que desde el punto de vista de la sobrecontribución, tendríamos que considerar la existencia
objetiva de una “contribución normal” compuesta por todas aquellas aportaciones del cónyuge a la familia
que involucren una especialización y una asignación de tiempo limitados y que generen una distribución
del trabajo que no involucren un sacrificio excesivo de ingresos por vía del mercado monetario en la
medida que dicha “sobrecontribución” involucra la merma de la rentabilidad del capital humano con base
en un plus en la asignación de tiempo a favor del hogar y/o el otro cónyuge; así –si apelamos a dicho
planteamiento– el juez con base en los hechos determinará si ha existido o no tal sobrecontribución. Sin
embargo como ya lo pusimos de manifiesto, los márgenes de eficiencia y la distribución del trabajo en
el hogar son un tópico subjetivo y particular, sobre el cual la ley no puede presuponer la existencia de
desproporcionalidad o mucho menos de injusticia en el establecimiento de las proporciones. Entendemos
pues, que la sobrecontribución es indeterminable a priori y se puede prestar a oportunismos posteriores.
Bajo estas consideraciones, la sobrecontribución solo puede ser entendida como el resultado de la operación
referida por Egea llevada a cabo por el juez mediante un juicio de equidad.
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COMPENSACIÓN POR DESEQUILIBRIO
el trabajo doméstico se tenga en cuenta dos veces (una como contribución a las cargas
familiares y otra para fijar la compensación referida), sino que, como acertadamente
ha resuelto la S.A.P. Girona 3 de marzo de 1997, para calcular la compensación eco-
nómica se ha de restar, al valor del trabajo realizado, lo que el cónyuge solicita para la
compensación en relación con su contribución como carga familiar.
(1113) GETE-ALONSO y CALERA, María del Carmen; YSÁS SOLANES, María; SOLÉ RESINA, Judith. Ob.
cit., p. 319.
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27. La retribución
Finalmente, y tras lo dicho, consideramos relevante hacer ciertas precisiones
acerca de la retribución a la que apela la ley como base de determinación del de-
recho. Este tema en particular resulta bastante complejo, sobre todo si considera-
mos que las decisiones referentes a la distribución de recursos y las obligaciones
(y la medida en que estos son distribuidos) son no solo subjetivas, sino también,
que forman parte de un entramado de consideraciones de cada uno de los miem-
bros, en función de las perspectivas propias y de los demás miembros de la fami-
lia. Nos referimos con esto, a que cada miembro de la familia se coloca dentro de
la misma, en una posición en la cual sus rendimientos privados –contemplando
ciertos sacrificios–, son los máximos posibles para que a nivel colectivo los ren-
dimientos sean los óptimos. Así y de esta manera, se establece un equilibrio, me-
diante el cual, los sacrificios a nivel privado son compensados por las utilidades
colectivas, que colocan a cada uno de los miembros en la mejor posición posible
dentro de una comunidad de vida.
(1114) Más aún si consideramos que la compensación por razón de trabajo permite en algunos casos y en mayor
medida recurrir a simples operaciones aritméticas, frente a la compensación por desequilibrio que usual-
mente recurre a operaciones de cálculo de probabilidades más complejas.
(1115) Un supuesto de autocompensación de los costes de oportunidad puede acaecer como consecuencia de
una determinada especialización e inversión en capital humano, por la realización de una actividad a fa-
vor del otro cónyuge, en la que antes del matrimonio o la unión no se tenía pericia, y que después de la
ruptura pueda ser susceptible de generar una rentabilidad tan alta como la especialización que ostenta el
otro cónyuge.
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COMPENSACIÓN POR DESEQUILIBRIO
(1116) Esta dificultad es la que puede propiciar conductas oportunistas. Asimismo, por esta consideración, en
determinadas ocasiones –y sin perjuicio de lo señalado respecto a la mayor vocación objetiva de la com-
pensación por trabajo en el hogar– resulta más fácil recurrir al remedio determinado por la compensación
por desequilibrio y simplemente “equilibrar situaciones”, que averiguar qué tipo de retribuciones existie-
ron durante la vigencia del vínculo y atribuirles a estas un valor objetivo.
(1117) CABEZUELA ARENAS, Ana Laura. Ob. cit., p. 93-94.
(1118) SCHULTZ, Theodore W. Restablecimiento del equilibrio económico. Los recursos humanos en una
economía en proceso de modernización. Gedisa Editorial, Barcelona, 1992, p. 70.
(1119) El precio sombra se puede definir como el valor atribuido a recursos que no tienen un precio de merca-
do preciso, así el precio sombra normalmente equivale a un coste de oportunidad.
(1120) Nótese en ese sentido, que las aportaciones o inversiones desmedidas también son objetivables en fun-
ción de sus costos de oportunidad.
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XV. CONCLUSIÓN
Por lo antes expuesto, y en conclusión, la compensación por el trabajo en
el hogar no será otra cosa que un método de llegar a una situación de equilibrio
análoga a la otorgada por la compensación por desequilibrio, aunque el nombre
sea distinto. Con dicha norma –o si se quiere, con dicha distinción típica– el le-
gislador se anticipa y presume una posible causa de desequilibrio para la cual
ofrece un remedio en particular, con el cual se puede prescindir de otro tipo de
consideraciones subjetivas. En todo caso, la elección de la aplicación para un
caso en concreto de una u otra figura (o de ambas) compete en principio a las
partes en virtud del principio de rogación, y en última instancia al criterio dis-
crecional del juez.
(1121) A menos que, mediante capitulaciones matrimoniales, los cónyuges hayan pactado alguna manera de me-
dir dicho trabajo. Con todo, la insuficiencia es difícil no solo de determinar, sino incluso; de sustentar. La
subjetividad en la atribución del valor es la causa; uno de los cónyuges puede haber invertido sus recur-
sos con cargo a contraprestaciones inmateriales tales como el disfrute del tiempo de los hijos, o la renta-
bilidad de sus hijos en función del tiempo invertido en ellos.
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ANEXO 1
Corte Suprema de Justicia de la República
Tercer Pleno Casatorio
Sentencia dictada en el Tercer Pleno Casatorio civil realizado por las salas
Civiles permanentes y Transitoria de la
Corte Suprema de Justicia de la República del Perú
CAS. N° 4664-2010-PUNO
CAS. N° 4664-2010-PUNO. En la ciudad de Lima, Perú, a los dieciocho días del mes de mar-
zo del dos mil once los señores Jueces Supremos, en Pleno Casatorio, han expedido la siguien-
te sentencia, conforme a lo establecido por el artículo 400 del Código Procesal Civil. Vista que
fue la causa en audiencia pública del Pleno Casatorio de fecha quince de diciembre del dos mil
diez, oídos el informe oral del señor abogado de la parte demandante y la exposición de los
señores abogados invitados en calidad de amicus curiae (Amigos del Tribunal), discutida y
deliberada que fue la causa, de los actuados, resulta: I. DEL PROCESO. La demanda fue pre-
sentada ante el Juez del Primer Juzgado de Familia de la Provincia de San Román de la Corte
Superior de Justicia de Puno, como aparece del escrito de fojas 11 del expediente principal, y
subsanado a fojas 19; y fue calificada y admitida a trámite en la vía de proceso de conocimien-
to conforme al Código Procesal Civil, así aparece del auto del veintidós de noviembre del dos
mil seis de fojas 21. Los actos postulatorios de las partes están configurados del siguiente
modo: 1. DEMANDA. Con el escrito de fojas 11, subsanado a fojas 19, René Huaquipaco
Hanco interpone demanda para que se declare el divorcio por la causal de separación de hecho
y la suspensión de los deberes relativos al lecho, habitación y del vínculo matrimonial; y soli-
cita accesoriamente se le otorgue un régimen de visitas para con sus menores hijos Robert y
Midan Huaquipaco Ortiz. Sostiene que contrajo matrimonio con la demandada Catalina Ortiz
Velazco el 6 de diciembre de 1989 por ante la Municipalidad Provincial de Juliaca; procrearon
cuatro hijos: Adán, James René, Robert y Midan, nacidos: el 15 de febrero de 1981, el 30 de
julio de 1986, el 15 de abril de 1989 y el 31 de julio de 1991, respectivamente. Agrega que se
encuentra separado de la demandada desde el año 1997, no obstante ello, ha venido cumplien-
do los requerimientos fundamentales de la familia, especialmente con los alimentos, educa-
ción e instrucción de los hijos, tal como aparece de la sentencia de alimentos recaída en el
Expediente N° 177-1997, seguido ante el Primer Juzgado de Familia de San Román, que im-
pone un descuento del 50% de sus haberes a favor de su esposa e hijos Adán, James René,
Robert y Midan: y siendo estos dos últimos menores de edad, solicita como pretensión acce-
soria se le conceda un régimen de visitas a su favor. Finaliza precisando que no han adquirido
con la demandada ningún bien susceptible de partición. 2. CONTESTACIÓN DE LA DE-
MANDA POR EL FISCAL PROVINCIAL. Mediante escrito a fojas 41, la Fiscal Provincial
de la Primera Fiscalía de Familia de San Román se apersona al proceso y al contestar la de-
manda señala que se reserva el pronunciamiento hasta que las partes actúen las pruebas perti-
nentes dentro del proceso; sin embargo, precisa que su deber es velar por la protección de la
familia y en tal sentido debe declararse infundada la pretensión interpuesta. 3. CONTESTA-
CIÓN DE LA DEMANDA Y RECONVENCIÓN. Por escrito de fojas 91, subsanado a fojas
111, Catalina Ortiz Velazco de Huaquipaco contesta la demanda y formula reconvención en
los siguientes términos: 3.1. Contestación. La demandada afirma que convivió con el actor
desde el año 1980, es decir, desde que tenía 19 años de edad, y por ansiar un mejor futuro para
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COMPENSACIÓN POR DESEQUILIBRIO
su familia le insistió al demandante para que estudie mientras ella se dedicaba al cultivo de
café en el sector de Putina Punco. Es el caso que el actor ingresó para estudiar la carrera ma-
gisterial en Juliaca y la suscrita siempre le enviaba dinero para sus estudios, pero el actor
siempre le pedía más y más, ya sea para la confección del terno, sus paseos de excursión, sus
gastos de estudio, alimentación, alquiler del cuarto y otros, tal como acredita con las cartas que
este le remitía. Señala además que el demandante los abandonó para irse con otra mujer, razón
por la cual se vio en la necesidad de interponer demanda de alimentos para ella y sus hijos, que
se tramitó como Expediente N° 177-1997. Desde entonces el actor jamás se ha preocupado
por sus hijos, nunca los visitó y menos les dio orientación alguna. Tampoco la visitaba cuando
nacieron los menores y, por el contrario, ha sido la demandada que se dedicó a la crianza de
aquellos, siendo que en la actualidad se dedica a vender fruta y lo poco que gana no le alcanza
para subsistir ya que paga los estudios de su hijo James René quien se educa en el CEPRO
Horacio Zevallos Games; de Robert que está preparándose en la academia, y de Midan que
cursa el cuarto año de secundaria. Por tal motivo, solicita que subsista la pensión alimenticia
a su favor. 3.2. Reconvención. Interpone reconvención para que el demandante la indemnice
por el daño moral y personal, y le pague por concepto de indemnización de daños y perjuicios
la suma de S/. 250,000.00 (doscientos cincuenta mil nuevos soles). Como sustento de su pre-
tensión reconvencional, reitera que ella envió dinero a su cónyuge para solventar sus estudios
y manutención en la ciudad de Juliaca, mientras ella siguió trabajando en la chacra. El recon-
venido siempre la amenazaba con abandonarla y afirmaba que tenía otras mujeres que podían
mantenerlo, y por el temor de que él la abandonara con sus hijos tuvo que prestarse dinero de
diversas personas y familiares para remitírselo. Cuando la suscrita quiso viajar a Juliaca el
demandante se lo prohibía, y cuando tuvo su primer trabajo en la Escuela de Huancho y fue a
visitarlo, el demandante se molestó y la avergonzó, al extremo de llegar a golpearla hasta de-
jarla inconsciente, y fueron los demás profesores quienes la auxiliaron, tal como se corrobora
con el certificado médico y la constancia expedida por el Director de la Escuela que acompa-
ña a la demanda. Luego se enteró que la razón de los golpes fue porque el demandante había
dicho a todos que era soltero y no tenía ningún compromiso. Lo cierto es que él no quería
contraer matrimonio con ella pese al compromiso que había asumido, pero finalmente lo hizo
por exigencia de los padres de la demandada. Agrega que los maltratos físicos sucedieron
continuamente, e incluso el demandante llegó a agredir a su hijo mayor, Adán, y a botarlo de
la casa. Asimismo, refiere que los bienes gananciales adquiridos durante el matrimonio, como
son cinco máquinas de tejer y doscientos veinticinco varillas de fierro para construcción, fue-
ron vendidas por el demandante, además de que se llevó el dinero ahorrado ascendente
US$. 6,000.00, dejándola en el más completo abandono moral y material. El actor la ha dejado
para irse con una profesora llamada Natividad, y reitera que nunca volvió a preocuparse por
sus hijos ni a visitarlos, siendo que el mayor de ellos, Adán, tuvo que dejar sus estudios uni-
versitarios a medias. Actualmente, la reconviniente padece de dolencias cerebrales y se le ha
ordenado efectuar una tomografía cerebral a la que no puede acceder por ser costoso dicho
examen. 4. SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA. Por sentencia de 29 de enero de 2009,
corriente a fojas 313 se declara FUNDADA la demanda de divorcio por la causal de separa-
ción de hecho; en consecuencia, DISUELTO el vínculo matrimonial celebrado entre las par-
tes: FENECIDO el régimen de sociedad de gananciales, ORDENÁNDOSE la inscripción de
la presente en el registro personal; FUNDADA la pretensión de régimen de visitas, en tal
sentido AUTORIZA al demandante que visite a sus menores hijos los días sábados de cada
semana entre las ocho y diecisiete horas, siempre que no perjudique sus estudios ni altere su
normal desenvolvimiento; FUNDADA EN PARTE la reconvención sobre indemnización de
711
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
(1) De fojas 59 a 61: Cartas remitidas por el demandante a la demandada con fechas 11 de octubre de 1983,
14 de mayo de 1984 y 11 de junio de 1989. A fojas 62: Carta remitida por el demandante al padre de la
demandada Raymundo Ortiz con fecha 21 de junio de 1983. De fojas 63 a 68: Cartas remitidas por el
demandante a la demandada con fechas 16 de diciembre de 1980, 18 de enero, 8 y 21 de julio de 1981,
3 de mayo y 21 de junio de 1983. De fojas 69 a 72: Recibos de préstamos realizados por distintas perso-
nas a favor de la demandada, con fechas 12 de julio y 25 de diciembre de 1984, 20 de mayo y 12 de ju-
nio de 1985.
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COMPENSACIÓN POR DESEQUILIBRIO
(2) A fojas 73: Citación Policial con motivo de la denuncia interpuesta por la demandada contra el deman-
dante por Violencia Familiar (maltrato físico), su fecha 31 de marzo de 1997. A fojas 74: Acta de Con-
ciliación ante el Fiscal Provincial Civil de San Román–Juliaca, su fecha 07 de octubre de 1996, respec-
to de la denuncia por Violencia Familiar (maltrato físico y psicológico) interpuesta por la demandada.
A fojas 75: Documento Privado de Transacción Extrajudicial de fecha 18 de octubre de 1995, relativo a
las agresiones físicas sufridas por la demandada, de parte del demandante, el día 17 de octubre del mis-
mo año. A fojas 76: Acta de Compromiso y Desistimiento del 27 de diciembre de 1995, sobre la denun-
cia por maltratos físicos y psicológicos sufridos por la demandada y sus hijos. De fojas 77 a 79: Mani-
festaciones recogidas entre el 20 y el 22 de diciembre con motivo de la denuncia policial interpuesta por
la demandada contra el demandante por maltratos físicos y psicológicos sufridos por la citada demanda-
da y sus hijos. A fojas 80 y 81: Denuncia penal por faltas contra la persona presentada por la demanda-
da en contra del demandante. A fojas 84: Constancia de Salud expedida el 14 de agosto de 1986, que da
cuenta del politraumatismo sufrido por la demandada. A fojas 85: Certificado Médico Legal de fecha 6
de mayo de 2003, que da cuenta de las lesiones ocasionadas a la demandada con objeto contundente. A
fojas 86 a 90: Certificados Médicos de fechas 13 de diciembre de 1993, 12 de agosto, 17 de octubre y 20
de diciembre de 1995, que dan cuenta de las diferentes lesiones sufridas por la demandada en el rostro y
tórax por acción de los golpes y puñetes que, según afirma, le fueron propinados por el demandante.
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(3) De fojas 53 a 55: Constancia de estudios escolares y preuniversitarios de tres de sus cuatro hijos. A fojas
56: Carnet preuniversitario. A fojas 57: Boleta de pago de matrícula en centro preuniversitario. A fojas
58: Constancia expedida por el Presidente de la Urbanización San Francisco del Distrito de Juliaca, que
da cuenta del abandono sufrido por la demandada, y que ha sido ella quien se ha hecho cargo del cuidado de
sus hijos.
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COMPENSACIÓN POR DESEQUILIBRIO
aún si no ha sido objeto de pretensión (demanda o reconvención) ni ha sido fijado como punto
controvertido, quedando a salvo el derecho de las partes para hacerlo valer con arreglo a ley
ante el Juez competente y en la vía correspondiente. Respecto a las demás consecuencias le-
gales accesorias de la institución de divorcio regulados por los artículos 24 y 353 del Código
Civil, respecto de los cuales el Juez no se ha pronunciado en la parte decisoria, esta debe inte-
grarse con arreglo al artículo 370 del Código Procesal Civil, declarando el cese del derecho de
la mujer a llevar el apellido del cónyuge y la pérdida del derecho hereditario entre las partes.
6. RECURSO DE CASACIÓN: EXTREMOS DE LA SENTENCIA DE SEGUNDA INS-
TANCIA IMPUGNADA. René Huaquipaco Hanco, mediante escrito de fojas 439, interpone
recurso de casación en contra la sentencia de vista de fojas 426, en la parte que declaró funda-
da la reconvención sobre indemnización interpuesta por la demandada Catalina Ortiz Velazco
de Huaquipaco, y ordena que el demandante indemnice a la demandada con la suma de
S/. 10,000.00 (diez mil nuevos soles). 7. CAUSAL DEL RECURSO Y SUS FUNDAMEN-
TOS: PROCEDENCIA EL recurso de casación del demandante se sustentó en los siguientes
fundamentos: que se ha aplicado indebidamente el artículo 345-A del Código Civil –la aplica-
ción indebida es una forma de infracción normativa– toda vez que la reconvención por daños
y perjuicios se sustentó en su presunta infidelidad con otra mujer, lo que no fue acreditado por
la demandada, pero sí se probó que el matrimonio se llevó adelante por presión de los padres
de aquella, más aún si cumple legalmente con prodigar alimentos a la demandada y a sus hijos.
Agrega que la Sala Superior ha llegado a la convicción de que la inocente y perjudicada es la
demandada cuando en realidad no se probó las causales determinantes de los daños y perjui-
cios del daño moral expuesto; no se demostró en ningún extremo que el suscrito hubiese
contraído compromiso con otra mujer, como sería con una partida de nacimiento del hijo
adulterino; existiendo frondosa jurisprudencia al respecto como la dictada por la Corte Supe-
rior de Justicia de Arequipa en el Expediente N° 2003-00512. Igualmente hay contravención
del artículo VII del Título Preliminar del Código Procesal Civil, pues las sentencias expedidas
por el Juez y la Sala Superior son contradictoras, por cuanto el Juzgado no se pronuncia sobre
la supuesta infidelidad del recurrente, mientras que la Sala asevera la inocencia y perjuicios
supuestos de la demandada, por lo que no existe una adecuada motivación de la sentencia
conforme lo disponen los artículos 121 y 139 de la Constitución Política. No obstante las de-
ficiencias anotadas, la Sala Suprema estimó la procedencia excepcional del recurso de casa-
ción, a fin de velar por la adecuada aplicación del derecho objetivo, específicamente del artícu-
lo 345-A del Código Civil; por lo que invocando la facultad excepcional prevista en el
artículo 392-A del Código Procesal Civil, de conformidad además con el artículo 391 del
mismo Código, declararon procedente el recurso de casación interpuesto por René Huaquipa-
co Hanco, mediante resolución de fojas 34 del cuaderno de casación, del 16 de noviembre de
2010. II. DE LA CONVOCATORIA AL PLENO CASATORIO Y ANTECEDENTES. Por
resolución del 17 de noviembre de 2010, publicada en el diario oficial El Peruano el día 3 de
diciembre de 2010 la Sala Civil Transitoria de la Corte Suprema de Justicia de la República,
de conformidad con lo dispuesto por el artículo 400 del Código Procesal Civil, convocó a la
Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República a sesión de Pleno Ca-
satorio para llevar a cabo la vista de la causa del presente proceso, la misma que se realizó el
15 de diciembre de 2010 a horas diez de la mañana. Entre los diversos expedientes elevados
en casación ante este Supremo Tribunal, se ha advertido que, de forma continua y reiterada,
los Juzgados y Salas especializadas que se avocan al conocimiento de temas de familia están
resolviendo los procesos de divorcio por la causal de separación de hecho, específicamente
referido al tema indemnizatorio previsto en el artículo 345-A del Código Civil, con criterios
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distintos y hasta contradictorios, tal como se evidencia del análisis de las Casaciones N°s 5106-
2009-Lima(4), 1585-2010-Lima(5), 5512-2009-Puno(6), entre otras, en los que se evidencia que
a nivel de los órganos jurisdiccionales inferiores no existe consenso respecto de la determina-
ción del cónyuge perjudicado, las pautas para su probanza, la necesidad o no de que la indem-
nización a que hubiere lugar sea solicitada expresamente por la parte afectada o sea determi-
nada de oficio por el juzgador, entre otros aspectos relacionados con el tema de divorcio en
general. El presente caso trata de un proceso de divorcio por la causal de separación de hecho
en el que el tema materia de casación trata esencialmente sobre la indemnización fijada a favor
del cónyuge perjudicado; por lo que resulta necesario establecer pautas para una interpretación
vinculante, además de un criterio uniformizador para las decisiones que en el futuro adopten
los órganos jurisdiccionales sobre el mismo tema. III. CONSIDERANDO: 1. EL ESTADO
DEMOCRÁTICO Y SOCIAL DE DERECHO Y LOS PROCESOS DE FAMILIA. 1.- Para
una mejor justificación y comprensión de las facultades tuitivas del Juez de familia en los
procesos que bajo su competencia le corresponde conocer, y dentro de ellos el proceso de di-
vorcio así como de la flexibilización de ciertos principios procesales, es pertinente abordar
muy brevemente el significado y alcances de la fórmula política del Estado democrático y
social de Derecho. La doctrina(7) considera como elementos esenciales del postulado del Esta-
do de Derecho, los siguientes: a) la justicia y seguridad jurídica, b) la Constitución como
norma suprema, c) la división de poderes, d) la protección de los derechos fundamentales,
e) la vinculación de los poderes públicos al derecho (a la ley), f) la tutela judicial y vertiente
procedimental de los derechos fundamentales; a los cuales se podría agregar el control juris-
diccional de los actos de la administración, el control constitucional de las leyes, entre otros(8).
(4) En este proceso, el juez de la causa estableció que la conducta conflictiva entre ambos cónyuges eviden-
ciaba la voluntad de poner fin al deber de hacer vida en común, argumento con el que se sustrajo de su
deber de establecer la existencia del cónyuge perjudicado. No obstante, la Sala Superior estableció que en
autos se encontraba acreditada la situación de grave desavenencia que existía entre los cónyuges y que la
demandada ha desplegado diversas acciones contra su cónyuge demandante, no obstante lo cual no se ha
probado que hubiera tenido por objeto causarle daño y perjudicar la imagen de este de forma deliberada.
(5) Revisadas las sentencias de mérito, se advierte que el juez de la causa estableció que no era posible de-
terminar la existencia de perjuicio alguno en razón a que existió una intención cierta y deliberada de am-
bos cónyuges de poner fin a su vida en común; mientras que para la Sala Superior el solo hecho del aban-
dono sufrido por el actor de parte de su esposa lo convertía en el cónyuge más perjudicado, habiéndose
frustrado de manera directa e injustificada el proyecto de vida que este se había trazado.
(6) En este proceso en particular, el juez de primera instancia refirió que al no haberse acreditado cuál de los
cónyuges resulta responsable de la separación, no se puede verificar la existencia del cónyuge perjudi-
cado. Sin embargo, en segunda instancia, el Colegiado Superior estableció que al no haber la demanda-
da incorporado al proceso la pretensión de cobro de indemnización, la misma no puede ser estimada en
la sentencia.
(7) Benda, Maihofer, Vogel, Nesse, Heyde. Manual de Derecho Constitucional, segunda edición, Madrid,
Marcial Pons, 2001, pp. 493 y ss.
(8) Jorge Reinaldo Vanossi enumera como elementos del Estado de Derecho, los siguientes: soberanía po-
pular, creación del derecho por intervención o representación de los gobernados, predominio del consen-
so sobre la coerción en la gestión de las decisiones políticas fundamentales, separación y distribución de
poderes, limitación y control del poder, independencia del controlante respecto del controlado, liberta-
des individuales y derechos sociales, pluralismo de partidos (ideas) y de grupos (intereses), posibilidad
permanente de alternancia en el acceso de poder, responsabilidad de los gobernantes, régimen de garan-
tías y relativización de los dogmas oficiales. En: El Estado de Derecho en el Constitucionalismo Social,
tercera edición, Buenos Aires, Editorial Universitaria de Buenos Aires-Eudeba, 2000, pp. 44-45.
716
COMPENSACIÓN POR DESEQUILIBRIO
Como se ha anotado, la doctrina considera que un elemento esencial del Estado de Derecho es
la tutela judicial de los derechos fundamentales; propiamente diríamos que dicho elemento
está configurado por la tutela jurisdiccional efectiva de todos los derechos y libertades, y den-
tro de ellos especialmente de los derechos fundamentales. 2.- Una tutela jurisdiccional efecti-
va requiere, entre otras cosas, un proceso con un “mínimo de garantías” que hagan posible un
juzgamiento justo e imparcial; esta necesidad nos lleva a buscar y postular un modelo procesal
que responda a estas exigencias, pues sería vano reconocer derechos en la Constitución cuan-
do ellos no pueden hacerse efectivos en un proceso jurisdiccional; de allí que las garantías
dentro un marco del Estado de Derecho “(...) se revela en la aceptación del postulado según el
cual los procedimientos deben ser puestos al servicio de los contenidos, desde el momento en
que aquellos son nada más que medios instrumentales al servicio de ciertas finalidades”(9).
3.- Nuestra Carta Fundamental (artículo 43) acoge la fórmula política compleja, integrada por
dos fórmulas simples: Estado democrático de Derecho y Estado social de Derecho(10). El Esta-
do democrático de Derecho, luego de una sucesión de fases evolutivas, esencialmente com-
porta el Estado de Derecho y su legitimación democrática del ejercicio del poder del Estado,
es decir, como afirma Javier Pérez Arroyo “(...) el de la reconducción de la voluntad de Esta-
do única y exclusivamente a la voluntad de la sociedad (...). Sin hacer realidad el principio
de que todo el poder procede del pueblo no se puede hablar en sentido estricto de Estado de
Derecho”. Y luego agrega el mismo autor que: “Estado de Derecho y Estado democrático de
Derecho se convierten, pues, a partir de este momento en términos idénticos. Un Estado que
no sea democrático, es, por definición, un Estado que no es de Derecho (...)”(11). En cuanto a la
segunda fórmula de Estado social de Derecho comienza a gestarse desde fines del siglo XIX,
cuando aparece en el escenario social una nueva clase integrada por los trabajadores obreros y
la extensión progresiva del sufragio. Entonces va apareciendo un Estado proveedor de servi-
cios sociales, de bienestar social. Pérez Arroyo sostiene también que: “Esta es la evolución que
pretende traducir la fórmula Estado social de Derecho. El Estado sigue siendo un Estado de
Derecho, esto es, un Estado garantiste del individuo frente al poder y en el intercambio con los
demás ciudadanos, pero es también un Estado social, esto es, un Estado comprometido con la
promoción del bienestar de la sociedad y de manera muy especial con la de aquellos sectores
más desfavorecidos de la misma. El Estado social es, pues una consecuencia del proceso de
democratización del Estado. Como consecuencia de ello, el Estado democrático tiene que
convertirse inevitablemente en Estado social, en la medida en que tiene que atender y dar
respuesta a las demandas de ‘todos’ los sectores de la sociedad y no exclusivamente a una
parte de la misma(12). 4.- Hay un sector importante de la doctrina que sostiene que el Estado
717
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
(13) La supremacía del derecho y la vigencia de los derechos fundamentales vienen a constituir los pilares
principales del Estado Constitucional de Derecho, el que se considera como la cabal realización del Es-
tado de Derecho. En consecuencia, es un sistema en donde la Constitución democrática y las leyes (con-
formes a la Constitución) establecen límites al ejercicio del poder con la finalidad de garantizar la pro-
tección y efectividad de las libertades y los derechos fundamentales.
(14) Häberle, Peter. El Estado Constitucional, México, Traducción de Héctor Fix-Fierro, Universidad Nacio-
nal Autónoma de México, 2001, p. 225.
(15) Ob. cit., p. 226.
(16) Constitución, artículo 4.- Protección del niño, madre, anciano, familia y el matrimonio. La comunidad y
el Estado protegen especialmente al niño, al adolescente, a la madre y al anciano en situación de abando-
no. También protegen a la familia y promueven el matrimonio. Reconocen a estos últimos como institu-
tos naturales y fundamentales de la sociedad.
718
COMPENSACIÓN POR DESEQUILIBRIO
ejercicio efectivo del Derecho”(17). Tales condiciones materiales se dan no solo a través de la
promulgación de leyes de menor rango que permitan promover y configurar los derechos fun-
damentales, sino también a través de la implementación de mecanismos procesales que permi-
tan su ejercicio y efectividad. Como ha señalado Augusto César Belluscio: “La naturaleza de
los derechos en juego en las acciones de estado de familia, y en especial la circunstancia de
que el interés general esté vinculado con su resultado, hacen que los procesos en que ellas se
deducen queden sujetos a características especiales que, en alguna medida, los diferencian de
las demás, aun cuando dichas características no sean propias exclusivamente de ellos, sino que
puedan ser compartidas por otros”(18); en tal sentido, si bien las relaciones derivadas del víncu-
lo conyugal o del parentesco son tratadas como relaciones privadas, estas, en su mayoría, están
determinadas o dominadas por normas de orden público, precisamente para impedir la desna-
turalización de los fines familiares(19). Esto no impide, por supuesto, que ante un conflicto fa-
miliar sus integrantes puedan acordar soluciones razonables y convenientes para efectos de
satisfacer los derechos y deberes exigidos recíprocamente. Al igual que este autor, Mida Man-
gione Muro(20) resalta el hecho de que las normas de derecho de familia además de ser de de-
recho privado son también de orden público y hacen que conlleven características especiales,
tales como la limitación del principio dispositivo, asignación del proceso de conocimiento, la
competencia de los órganos en materia civil(21), el reconocimiento de litisconsorcio pasivo(22),
la intervención del Ministerio Público, entre otros. 7.- En cuanto a la limitación del principio
dispositivo debe señalarse que por el mismo se entiende al principio de iniciativa e impulso de
parte, esto es, a aquel que deja librado a las partes la disponibilidad del proceso, de tal manera
(17) Gonzáles Ojeda, Magdiel. El Estado Social y Democrático de Derecho y el Estado Peruano. En: Derecho
y Sociedad N° 23, Revista de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima: http://blog.pucp.edu.pe/
item/24656/el-estado-social-y-democrático-de-derecho-y-el-estado-peruano.
(18) Belluscio, Augusto César. Manual de Derecho de Familia, Tomo I, sétima edición, primera reimpresión,
Buenos Aires, Editorial Astrea de Alfredo y Ricardo Depalma S.R.L., 2004, p. 79.
(19) Respecto del presunto conflicto entre la autonomía privada y el orden público, Bossert y Zannoni han se-
ñalado que: “El orden público en el derecho privado tiene por función primordial limitar la autonomía
privada y la posibilidad de que las personas dicten sus propias normas en las relaciones jurídicas (...).
En el derecho de familia, el orden público domina –como dijimos– numerosas disposiciones (...). Ello se
debe a que el interés que la ley reconoce no es un mero interés individual, egoísta del titular, sino un in-
terés que está en función de fines familiares. Por eso se alude al interés familiar que limita las facultades
individuales, lo cual exige que las normas legales que reconocen tales facultades sean de orden público
para impedir la desnaturalización de los fines familiares a que aquellas responden”. En: Manual de De-
recho de Familia, Quinta edición actualizada y ampliada, primera reimpresión, Buenos Aires, Editorial
Astrea de Alfredo y Ricardo Depalma, 1999, p. 11.
(20) Mangione Muro, Mirta Hebe. Derecho de Familia: Familia y Proceso de Estado, Santa Fe, Argentina,
Centro de Publicaciones de la Universidad Nacional del Litoral, 2000, p. 70. Por su parte, Belluscio en-
tiende que la limitación del principio dispositivo opera propiamente a nivel de disposición del derecho
material por las partes. (Cfr.: Belluscio, Augusto César. Ibídem).
(21) Respecto a la naturaleza jurídica del derecho de familia, Max Arias-Schreiber Pezet ha señalado: “Otro
tema debatido es si este Derecho debe estar confinado en un Código Civil o en un código especial. Fuera
de que su importancia es puramente académica, nosotros nos inclinamos por mantenerlo dentro del de-
recho civil, dada la íntima relación que tiene con la persona humana”. En: Exégesis del Código Civil Pe-
ruano de 1984, Tomo VII, Derecho de familia, Lima, Gaceta Jurídica Editores S.R.L., 1997, p. 29.
(22) Cfr.: Belluscio, Augusto César. Ob. cit., p. 84.
719
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
que corresponde solo a ellas iniciar el proceso, formular sus peticiones, desistirse de ellas y
ofrecer pruebas que sustenten los hechos que configuran su pretensión. “En materia civil este
principio es muy amplio, se apoya sobre la suposición de que en aquellos asuntos en los cuales
solo se dilucida el interés privado, los órganos del poder público no pueden ir más allá de lo
que desean los particulares, pero en los procesos de estado prevalecen los poderes del Juez,
fundado en el interés social comprometido, que hace que las facultades de las partes se limiten
o se suprimen”(23). Intervención del Ministerio Público: Interviene en estos procesos en defen-
sa del interés social y de la familia como célula básica de la sociedad, además de ejercer la
defensa de los menores, sea como parte del proceso (invalidez de matrimonio, divorcio, etc.)
o como dictaminador (cuando estén involucrados menores), conforme a los supuestos estable-
cidos en la Ley Orgánica del Ministerio Público aprobado por Decreto Legislativo N° 52.
2. EL PRINCIPIO DE SOCIALIZACIÓN DEL PROCESO Y LOS PROCESOS DE FAMI-
LIA. 8.- Nuestro sistema procesal civil reconoce este principio, desde luego en el marco del
Estado democrático y social de Derecho. Previene que el Juez debe evitar que las desigualda-
des de cualquier índole afecten el desarrollo o resultado del proceso(24). 9.- Los principios
procesales, siendo parte de los principios generales del derecho, son los fundamentos que
sustentan un sistema procesal. Para nuestro sistema, el proceso civil tiene una orientación
publicista, pues no solamente interesa a las partes la resolución del conflicto intersubjetivo de
intereses sino también, y al mismo tiempo, interesa a la sociedad tanto el desarrollo del proce-
so como su resultado. En razón de esta orientación publicista es congruente concebir el proce-
so con dos fines: a) resolver un conflicto de intereses o eliminar una incertidumbre jurídica,
haciendo efectivos los derechos materiales, y b) lograr la paz social en justicia. Por ello se
explica que el Juez en nuestro sistema procesal es el director y conductor del proceso, desde
el inicio del proceso hasta su finalización, por consiguiente, el legislador le confiere un haz no
solamente de deberes y derechos sino también de amplias facultades para el cumplimiento de
su noble y delicada función pública: emitir una decisión objetiva y materialmente justa, que
haga posible los fines del proceso así como los fines y valores consagrados por la Constitución
y las leyes. 10.- Como se ha visto, nuestra Constitución no adopta la fórmula del Estado liberal
de Derecho sino la del Estado democrático y social de Derecho, en donde debe haber un serio
y mayor compromiso con la justicia social, esto es un mayor énfasis e importancia a los ele-
mentos de la justicia, a la igualdad material, la compensación social, la protección de los más
débiles, entre otros. En este orden ideas, cuando se postula el principio de socialización del
proceso, se está promoviendo la igualdad material(25) dentro del proceso, en contraposición de
la igualdad formal, y la aplicación de aquel principio opera como instrumento para lograr una
720
COMPENSACIÓN POR DESEQUILIBRIO
decisión objetiva y materialmente justa. En los procesos de familia, en donde muchas veces
una de las partes es notoriamente débil, la aplicación del principio de socialización del proce-
so resulta de vital trascendencia para evitar que las desigualdades puedan afectar el proceso,
sea en su curso o en la decisión final misma. 3. LA FUNCIÓN TUITIVA DEL JUEZ EN LOS
PROCESOS DE FAMILIA. 11.- El derecho procesal de familia se concibe como aquel desti-
nado a solucionar con prontitud los conflictos que surjan dentro de la esfera de las relaciones
familiares y personales, ofreciendo protección a la parte perjudicada, ya sea que se trate de
hijos, padres, cónyuges, hermanos, etc., de allí que se diferencie del proceso civil en razón a
la naturaleza de los conflictos a tratar, y que imponen al Juez una conducta conciliadora y
sensible, que supere los formalismos y las meras cuestiones técnicas, reservando la confronta-
ción como última ratio. 12.- La doctrina procesal contemporánea ya ha destacado la gran im-
portancia que tiene la estrecha relación entre el proceso y el derecho material, por esta razón
se postula el carácter instrumental del derecho procesal respecto del derecho material. En este
contexto es ineludible concluir que el derecho material influye y muchas veces condiciona al
legislador para establecer determinada estructura a cada tipo de proceso; así mismo, la natura-
leza de la situación material y del conflicto de intereses que nace de este, influye de diversa
manera en el comportamiento de los sujetos procesales, particularmente en el Juez, pues, con
su demanda el actor introduce al proceso una cadena de hechos que configuran una situación
o relación jurídica material, que va servir de base para la actividad probatoria y será objeto de
pronunciamiento en la sentencia(26). En consecuencia, la naturaleza del derecho material de
familia, en sus diversas áreas y en distintos grados, condiciona al legislador y al Juez para re-
gular y desarrollar procesos que correspondan a aquella naturaleza, evitando el exceso de ri-
tual y la ineficacia del instrumento procesal. Se comprende por ello que, por un lado, el proce-
so tenga una estructura con componentes flexibles y, por otro lado, el Juez de familia tenga
amplias facultades tuitivas, para hacer efectivos aquellos derechos. “Las finalidades funda-
mentales tuitivas que se asignan a la familia trascienden los intereses estrictamente individua-
les, de modo que su cumplimiento no puede dejarse al arbitrio individual. Consecuencia de
ello es que, así como los poderes jurídicos que se atribuyen a la persona en el campo patrimo-
nial son de ejercicio libre –y por ello son estrictamente derechos subjetivos–, los poderes de-
rivados de las relaciones jurídico-familiares son instrumentales y se atribuyen al titular para
que mediante su ejercicio puedan ser cumplidos los fines previstos por el ordenamiento jurídi-
co”(27). 4. FLEXIBILIZACIÓN DE LOS PRINCIPIOS DE CONGRUENCIA, PRECLUSIÓN
Y EVENTUALIDAD EN LOS PROCESOS DE FAMILIA. 13.- Por el principio de congruen-
cia el Juez debe respetar el thema decidendum propuesto por las partes, limitando su pronun-
ciamiento a aquellas alegaciones introducidas en los escritos constitutivos (demanda, contes-
tación, reconvención y contestación de esta)(28), pues cualquier desvío en esta base del
raciocinio conculcaría las reglas de juego que los mismos justiciables establecieron. El artícu-
lo VII del Título Preliminar del Código Procesal Civil, en concordancia con los artículos 50
(26) Cfr.: Alvaro de Oliveira, Carlos Alberto. Teoría y Práctica de la Tutela Jurisdiccional, traducción Juan
José Monroy Palacios, Lima–Perú, Librería Communitas E.I.R.L. 2008, p. 163.
(27) Díez-Picazo, Luis y Antonio Gullón. Sistema de Derecho Civil, Volumen IV, derecho de familia y suce-
siones, sétima edición, segunda reimpresión, Madrid, Editorial Tecnos, 2001, p. 43.
(28) Cfr.: Gozaíni, Osvaldo A. Elementos de Derecho Procesal Civil, primera edición, Buenos Aires, Ediar,
2005, p. 385.
721
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
inciso 6 y 122 inciso 3 del mismo cuerpo normativo reconocen este principio de congruencia.
Conforme señala Davis Echandía(29), este principio tiene extraordinaria importancia, pues se
encuentra íntimamente ligado con el derecho constitucional a la defensa, asegurando que
quien es parte en cualquier clase de proceso conozca las pretensiones o imputaciones esgrimi-
das en su contra, de tal manera que la actividad probatoria, las excepciones o simples defensas
y demás alegaciones se orienten por ellas. Osvaldo A. Gozaíni señala que la conformidad entre
las pretensiones y lo que se decida en el proceso debe darse en un triple orden: de sujetos, de
objeto y de causa petendi(30). El principio de preclusión procesal impone orden en el debate y
posibilita el progreso del proceso para alcanzar sus fines, consolidando las etapas cumplidas y
prohibiendo el retroceso en el iter proccesus(31). Por su lado, el principio de eventualidad (de-
nominado también principio de ataque y defensa global) impone la necesidad de aprovechar
cada ocasión procesal íntegramente, empleando en su acumulación eventual todos los medios
de ataque y defensa de que se disponga para que surtan sus efectos ad eventum, es decir para
estar prevenido por si uno o varios de ellos no los producen(32). 14.- Estos principios de con-
gruencia, preclusión y eventualidad procesal reclaman que el Juez se pronuncie solamente
sobre los hechos y petitorio formulados por las partes en sus actos postulatorios respectivos.
Igualmente, estos principios imponen a las partes que todas sus pretensiones y medios de de-
fensa que convengan a sus intereses, se formulen también en la etapa postulatoria, ya sea en
forma alternativa, subordinada o accesoria. Pero como veremos estos principios deben aplicar-
se en forma flexible en los procesos de familia y, particularmente, en el proceso de divorcio
por la causal de separación de hecho, respecto de la indemnización. 15.- Cabe preguntarnos si
puede considerarse infracción al principio de congruencia cuando un Juez de familia decide
sobre pedidos o petitorios implícitos. Para ello debemos partir de considerar el tipo de proble-
mas que se aborda en un proceso de familia, siendo muchos de ellos conflictos tan íntimos y
personales que las partes se niegan a exponer libremente, ya sea por simple pudor o por des-
conocimiento de que este mecanismo está precisamente destinado a tutelar su derecho a la
dignidad. En tal sentido, no resulta lógico que, al encontrarnos frente a un proceso tuitivo, no
pueda permitirse la flexibilización del principio de congruencia al interior del proceso para
efectos de revisar y dar solución al conflicto en sí mismo, independientemente de la forma o
términos en los que se hubiera planteado la demanda(33). 16.- Como lo analizaremos oportuna-
mente, si en el proceso de divorcio por la causal de separación de hecho, la parte interesada,
en cualquier estado del proceso, expresa hechos claros y concretos referidos al perjuicio que
(29) Citado por: Borthwick, Adolfo E. Principios Procesales, Mario A Viera Editor, Buenos Aires, 2003, p.
45-46.
(30) Gozaíni, Osvaldo A. Ibídem, p. 387.
(31) Cfr. Morello Augusto, citado por: Peyrano, Jorge W. El Proceso Civil, Principios y Fundamentos, Bue-
nos Aires, Editorial Astrea de Alfredo y Ricardo Depalma, 1978, p. 268.
(32) Morello y otros citado por Peyrano Jorge W. Ob. cit., p. 273.
(33) Al respecto se ha sostenido que: “El análisis del principio iura novit curia al interior de los juzgados y
demás instancias judiciales en el ámbito tutelar familiar, implica no solo un análisis procesal de los plan-
teamientos de la demanda, sino también la posibilidad de revisar el conflicto en sí mismo”. En: Bermú-
dez Tapia, Manuel. Elementos a tener presente en los procesos de divorcio por causal, JUS Jurispruden-
cia, N° 08, Lima, Agosto, 2008, p. 40.
722
COMPENSACIÓN POR DESEQUILIBRIO
resulta de dicha separación o del divorcio en sí, el Juez debe considerar esta manifestación de
la voluntad como un pedido o petitorio implícito y, por consiguiente, debe ser objeto de pro-
nunciamiento en la sentencia, garantizando desde luego a las partes el derecho de defensa y el
derecho a la instancia plural. Por lo demás el pedido implícito está considerado por la doctrina
como una hipótesis de flexibilización del principio de congruencia. “La Corte Suprema en
destacable actitud de comprensión se ha movido con plasticidad, sin dejarse atrapar por nin-
guna explicación teórica cerrada o absoluta (...); afirma que el órgano no está embretado por
lo que peticionan las partes, ni por la literal hermenéutica de los preceptos legales. No está
encerrado por el dibujo, voluntad y límites de ellas, pues es el juez (director del proceso, bajo
control de los abogados en contienda) el que habrá de suministrar –con suficiente y adecuado
sustento en las consideraciones de hecho, evaluación profunda de la prueba y valoración y del
derecho aplicable– prolija y razonada motivación (...)”(34). 17.- En consecuencia, los principios
de congruencia, preclusión y eventualidad procesal, entre otros, deben aplicarse en forma
flexible en los procesos de familia y en particular en los procesos de divorcio por separación
de hecho, con el fin de darle efectividad de los derechos materiales discutidos en este tipo de
procesos y especialmente cuando se refiera a los niños, adolescentes, a la familia monoparen-
tal resultante de la disolución del vínculo matrimonial, al cónyuge que resulte más perjudicado
con la separación de hecho, como suele ocurrir en este tipo de procesos. No está demás anotar
que en el contexto de un Estado democrático y social de Derecho también se explican y justi-
fican otras flexibilizaciones del principio de congruencia procesal, que resultan pertinentes
referirlas, como: a) en el nuevo proceso laboral, regulado por la Ley N° 29497, se admite la
posibilidad de que el juez en la sentencia (artículo 31) disponga el pago de sumas mayores a
las demandadas si apareciere error en el cálculo de los derechos demandados o error en la in-
vocación de las normas aplicables, y también se dispone que el pago de intereses legales no
requieren ser demandados, b) en el proceso contencioso-administrativo, regulado por el Texto
Único Ordenado aprobado por Decreto Supremo Nº 013-2008-JUS, se faculta al Juez a decidir
sobre el restablecimiento o reconocimiento de una situación jurídica individualizada y la adop-
ción de cuantas medidas sean necesarias para el restablecimiento o reconocimiento de la situa-
ción jurídica lesionada, aun cuando no haya sido objeto de pretensión expresa en la demanda. 5.
FLEXIBILIZACIÓN DE LA ACUMULACIÓN DE PRETENSIONES EN MATERIA DE FA-
MILIA. 18.- Se ha establecido como característica de los procesos de estado de familia el de
ser una excepción al principio dispositivo o de iniciativa de parte, y que en tal sentido se le
otorgan facultades extraordinarias al juzgador para concretar las finalidades del proceso y dar
solución efectiva al caso. Una de esas potestades es precisamente la de integrar el petitorio con
pretensiones sobre las cuales es necesario emitir un pronunciamiento porque afectan a los hi-
jos o al régimen patrimonial que se pretende disolver. Ejemplos representativos sobre la acu-
mulación de pretensiones en materia de familia son el relativo a la separación de cuerpos o
divorcio, conforme a los términos que señalan los artículos 340 y 342 del Código Civil y el
artículo 483 del Código Procesal Civil, en concordancia con el artículo 87 in fine del mismo
cuerpo normativo; también en el caso de invalidez del matrimonio según lo establece el artícu-
lo 282 del Código Civil y en los procesos por patria potestad, tenencia y régimen de visitas a
(34) Morello, Augusto M. La prueba, tendencias modernas, segunda edición ampliada, Buenos Aires, Abele-
do-Perrot, 2001, pp. 98-99.
723
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
que se refiere el artículo 137 del Código de los Niños y Adolescentes(35). Con acierto se sostiene
que la acumulación bien puede presentarse incluso en el supuesto de que no se formulen en la
demanda pretensiones accesorias, “siempre y cuando estas se encuentren expresamente pre-
vistas por la ley, en cuyo caso se consideran tácitamente integradas a la demanda (...). Tal es el
caso, por ejemplo, del proceso de separación de cuerpos o divorcio por causal, en el que se
consideran como pretensiones accesorias a ser acumuladas al principal (separación de cuerpos
o divorcio por causal) por disposición legal (art. 483 del Código Procesal Civil), las de alimen-
tos, tenencia y cuidado de los hijos, suspensión o privación de la patria potestad, separación de
bienes gananciales y las demás relativas a derechos u obligaciones de los cónyuges o de estos
con sus hijos o de la sociedad conyugal, que directamente deban resultar afectadas como con-
secuencia de la pretensión principal”(36). En consecuencia, el Juez de familia está facultado, en
principio, para integrar la demanda con las pretensiones accesorias previstas expresamente por
la ley, y en este sentido podrá hacerlo hasta el momento de fijar los puntos controvertidos.
Particularmente también podrá integrar como punto controvertido la indemnización o alterna-
tivamente la adjudicación preferente de un bien de la sociedad de gananciales, como se anali-
zará más adelante. 19.- También es necesario puntualizar que en esta línea de flexibilización
del principio de congruencia nuestro ordenamiento procesal civil admite casos de acumula-
ción tardía y de acumulación tácita. Así podemos verificar que en la última parte del artículo
87, modificado por Decreto Legislativo N° 1070, dispone que: a) si no se demandan pretensio-
nes accesorias, solo pueden acumularse estas hasta antes del saneamiento del proceso,
b) cuando la accesoriedad está expresamente prevista por la ley, se consideran tácitamente
integradas a la demanda. 6. EL DIVORCIO EN EL CÓDIGO CIVIL. 20.- Nuestro Código
Civil, con la modificatoria introducida por la Ley N° 27495, reconoce un sistema de disolu-
ción del vínculo matrimonial mixto y complejo, al regular tanto causales inculpatorias como
causales no inculpatorias, configurando el divorcio-sanción y el divorcio-remedio. 6.1. Clases
de divorcio. 21.- La doctrina contempla diversas clasificaciones del divorcio, siendo la clasifi-
cación tradicional aquella que diferencia el divorcio “absoluto” del divorcio “relativo”, según
quede o no subsistente el vínculo matrimonial. Sin embargo, para el caso concreto nos centra-
remos en aquella clasificación que toma como parámetro para su determinación al elemento
subjetivo (la existencia o no de culpa) y al elemento objetivo. Así tenemos que el divorcio
puede ser de dos clases: 6.1.1. Divorcio-sanción. 22.- Es aquel que considera solo a uno de los
cónyuges –o a ambos– como responsable de la disolución del vínculo matrimonial por incum-
plimiento de algunos de los deberes matrimoniales que impone la ley o por la conducta que el
Juez valora como grave por ser moralmente negativa, y que trae como consecuencia la sanción
del culpable que se proyecta en diversos aspectos, como son la pérdida de los derechos here-
ditarios, de los derechos alimentarios, de la patria potestad, entre otros. “La causal culposa
constituye un hecho voluntario consistente en el incumplimiento de alguno de los deberes
matrimoniales a la que la legislación directamente o a través de la facultad de apreciación del
hecho por el Juez califica negativamente y de grave, (...) Del establecimiento de la culpabili-
dad o inocencia de uno de los cónyuges se obtiene determinados beneficios o perjuicios, que
(35) Cfr.: Plácido Vilcachagua, Alex F. Manual de Derecho de Familia, primera edición, Lima, Gaceta Jurídi-
ca S.A., 2001, pp. 41-42.
(36) HINOSTROZA MINGUEZ, Alberto. Sujetos del Proceso Civil, primera edición, Lima, Gaceta Jurídica
S.A., 2004, pp. 352-353.
724
COMPENSACIÓN POR DESEQUILIBRIO
serían distintos al caso en que los dos fueran calificados de culpables”(37). También respecto de
esta causal, Luis Díez-Picazo y Antonio Gullón han señalado que: “De acuerdo con ella, la
consideración de determinados hechos antijurídicos como causa de divorcio para el cónyuge
que no los haya cometido constituye una sanción cuya imposición queda al arbitrio de este,
mediante el ejercicio de la acción de divorcio. En consecuencia, el proceso de divorcio es un
debate sobre la culpabilidad o la inocencia y determina la búsqueda, a veces escandalosa y
nada conveniente, de los más escondidos pliegues de la vida conyugal. (...) En el llamado di-
vorcio-sanción se buscan aquellos hechos que entrañan incumplimientos graves de los deberes
dimanantes de la relación conyugal, que son especialmente el abandono, el adulterio, y otras
situaciones similares”(38). 6.1.2. Divorcio-remedio. 23.- Es aquel en el que el juzgador se limi-
ta a verificar la separación de los cónyuges sin necesidad de que sean tipificadas conductas
culpables imputables a alguno de ellos. Aquí, el divorcio no importa ni trae consigo una san-
ción a las partes, sino la solución a los casos en los que la relación conyugal se ha quebrado de
forma irrevocable y no se cumplen los fines del matrimonio. El divorcio no tiene el efecto de
frustrar la relación matrimonial ni sus fines sino que viene a declarar una situación fáctica de
frustración matrimonial que acaeció mucho antes de que se iniciara el proceso de divorcio. En
el caso concreto, la separación de hecho de los cónyuges, probada en el proceso respectivo,
confirma la quiebra del matrimonio, independientemente de cuál de los cónyuges lo demande
o cuál de ellos lo motivó(39). Con alguna razón se sostiene que el simple hecho de que un cón-
yuge acuda a los tribunales formulando una demanda frente a otro, revela la ausencia de cari-
ño o afecto marital, siendo causa suficiente para justificar la separación judicial o el divor-
cio”(40); de allí que se ha dado a denominarla como la tesis de la frustración de la finalidad social
del instituto, que coincide con la imposibilidad de recomponer la ruptura de la vida conyugal pro-
ducido por el fracaso razonablemente irreparable del matrimonio(41). Ante tal perspectiva, pode-
mos subclasificar(42) al divorcio-remedio en: A) Divorcio-remedio restringido: cuando la ley
(37) Quispe Salsavilca, David. El Nuevo Régimen Familiar Peruano, Breviarios de Derecho Civil N° 2; Lima,
Editorial Cultural Cuzco S.A.C., 2002, pp. 73-75.
(38) Díez-Picazo, Luis y Antonio Gullón. Ob. cit., pp. 115-116.
(39) Respecto del divorcio-remedio, la Casación N° 38-2007-Lima, publicada el 2 de setiembre de 2008, ha
establecido que cualquiera de los cónyuges puede accionar en busca de solucionar una situación conflic-
tiva; en estos casos “(...) se busca no un culpable, sino enfrentar una situación en que se incumplen los
deberes conyugales”.
(40) Sánchez Hernández, Ángel. La modificación del Código Civil en materia de separación y divorcio por la
Ley 15/2005, de 8 de julio. En: Anales de Derecho, Universidad de Murcia, N° 23, 2005, p. 136.
(41) Cfr.: Díez-Picazo, Luis y Antonio Gullón. Ob. cit., p. 116. Señalan estos autores: “Cuando se ha produ-
cido el fracaso razonablemente irreparable del matrimonio y este no puede ya cumplir la función que el
ordenamiento le reconoce, su mantenimiento, lejos de ser socialmente conveniente, es perjudicial por
constituir únicamente una corteza vacía de contenido y productora, en cambio, de situaciones lacerantes.
Socialmente, en tales casos es preferible levantar el acta de la definitiva frustración”.
(42) Respecto de esta subclasificación, Díez-Picazo y Gullón han referido: “Si se adopta esta premisa [divor-
cio-remedio] pueden seguirse dos vías distintas para regular los hechos determinantes del divorcio, según
se prefiera dejar muy abierta la fórmula legislativa a modo de una cláusula general, de suerte que sean los
tribunales quienes la vayan llenando de sentido y desenvolviendo a través de una casuística que se tipi-
ficará jurisprudencialmente, que es la línea seguida por los países anglosajones, o que en cambio se
trate de dotar de un mayor automatismo a los tribunales de justicia, lo que inversamente requiere un
725
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
restringe, bajo enunciados bien enmarcados, la situación objetiva que da lugar a su configura-
ción. B) Divorcio-remedio extensivo: que se configura cuando comprende una causal potesta-
tiva descrita expresamente por el legislador (númerus clausus), o cuando de manera nominada
o innominada alude a una situación compleja de ruptura matrimonial sujeta a calificación ju-
dicial (númerus apertus). 24.- A diferencia del divorcio-sanción, el divorcio-remedio puede ser
decretado a pedido de uno de los cónyuges, como también puede presentarse a pedido de
ambos esposos por mutuo consentimiento, sin atender a causal inculpatoria alguna. En países
como España, por ejemplo, a raíz de la expedición de la Ley N° 15/2005 que modificó el Có-
digo Civil en materia de separación y divorcio, se eliminaron las causales de divorcio-sanción,
y se ha optado únicamente por el divorcio-remedio, de forma tal que el mismo puede decretar-
se sin que sea necesario alegar causa alguna y sin necesidad de tramitar o acreditar la separa-
ción previa (separación judicial o de hecho, respectivamente), pudiendo presentar el pedido
ambos cónyuges, o solo uno de ellos con el consentimiento del otro (ambos casos conocidos
como divorcio consensuado), o por uno de los cónyuges sin asentimiento del otro (divorcio
contencioso), bastando que hayan transcurrido tres meses desde la celebración del matrimo-
nio, no siendo preciso el transcurso del plazo para la interposición de la demanda cuando se
acredite la existencia de un riesgo para la vida, la integridad física, la libertad, la integridad
moral o libertad e indemnidad sexual del cónyuge demandante o de los hijos de ambos o de
cualquiera de los miembros del matrimonio(43). 25.- La distinción entre el divorcio como san-
ción al cónyuge culpable, o como remedio a una comunidad insostenible, obedece a la com-
plejidad de las relaciones que se establecen entre los cónyuges, así como de sus efectos, pro-
ducto del cumplimiento de los deberes conyugales y fines propios del matrimonio, conflicto
que nace y se acrecienta en la medida que los esposos, con los hijos que trajeron al mundo, no
pueden, no saben o no quieren asumir el proyecto existencial de naturaleza ética que propone
la unión, sin que para ello deba mediar necesariamente la comisión de hechos ilícitos. Así lo
entienden Gustavo A. Bossert y Eduardo A. Zannoni cuando señalan acertadamente que: “Se-
gún una tendencia, la separación personal o el divorcio solo pueden ser decretados judicial-
mente ante la alegación y prueba de hechos culpables, de uno o de ambos cónyuges (...). La
otra tendencia se manifiesta en la posibilidad de decretar la separación personal o el divorcio,
aun sin alegar hechos imputables a uno de los cónyuges, o a los dos, si, no obstante, el víncu-
lo matrimonial está desquiciado y la vida en común resulta imposible o intolerable. Desde esta
perspectiva no se requiere la tipificación de conductas culpables; la separación o el divorcio
mayor casuismo legislativo y unos tipos más cerrados. En esta tesitura nuestro legislador ha preferido el
automatismo legislativo y ha construido el hecho determinante del divorcio a partir de una situación de
separación que ha durado un tiempo razonable. Se considera que un matrimonio que ha vivido separado
a lo largo de un periodo de tiempo es muy difícil que vuelva a unirse”. (Ob. cit., p. 116). Entre corchetes
es nuestro.
(43) Para Augusto César Belluscio resulta evidente la tendencia de los países de dar mayor cabida al llamado
divorcio-remedio, inclusive de suprimir toda posibilidad de indagación de culpas. Al respecto ha señala-
do: “En los últimos años, en Europa occidental y en Estados Unidos de América se ha manifestado una
fuerte tendencia a llevar hasta sus últimas consecuencias el criterio del divorcio-remedio, admitiéndolo
sobre la base de la irremediable desunión entre los esposos. Aun cuando en unos se mantenga también la
posibilidad de que uno de los esposos lo obtenga sobre la base de la inconducta de otro, en otros –a par-
tir de las nuevas legislaciones de Alemania, Suecia y de algunos Estados norteamericanos– se ha supri-
mido inclusive toda posibilidad de indagación de culpas”. (Ob. cit., p. 426).
726
COMPENSACIÓN POR DESEQUILIBRIO
(44) Bossert, Gustavo A. y Eduardo A. Zannoni. Manual de Derecho de Familia, pp. 330-332. Véase también:
Mallqui Reynoso, Max y Eloy Momethiano Zumaeta. Derecho de Familia, editorial San Marcos, Lima,
2001, pp. 520- 523.
(45) Cfr.: Plácido Vilcachagua, Alex. Las Causales de Divorcio y Separación de Cuerpos en la Jurisprudencia
Civil, primera edición, Lima, Gaceta Jurídica S.A., 2008, pp. 15-19.
(46) Artículo 349.- Causales de divorcio. Puede demandarse el divorcio por las causales señaladas en el ar-
tículo 333, incisos del 1 al 12.
(47) Artículo 333.- Son causas de separación de cuerpos:
1. El adulterio.
2. La violencia física o psicológica, que el juez apreciará según las circunstancias.
3. El atentado contra la vida del cónyuge.
4. La injuria grave, que haga insoportable la vida en común.
5. El abandono injustificado de la casa conyugal por más de dos años continuos o cuando la duración
sumada de los periodos de abandono exceda a este plazo.
6. La conducta deshonrosa que haga insoportable la vida en común.
7. El uso habitual e injustificado de drogas alucinógenas o de sustancias que puedan generar toxicoma-
nía, salvo lo dispuesto en el artículo 347.
8. La enfermedad grave de transmisión sexual contraída después de la celebración del matrimonio.
9. La homosexualidad sobreviniente al matrimonio.
10. La condena por delito doloso a pena privativa de la libertad mayor de dos años, impuesta después de
la celebración del matrimonio.
11. La imposibilidad de hacer vida en común, debidamente probada en proceso judicial.
12. La separación de hecho de los cónyuges durante un periodo ininterrumpido de dos años. Dicho plazo
será de cuatro años si los cónyuges tuviesen hijos menores de edad. En estos casos no será de apli-
cación lo dispuesto en el artículo 335.
13. La separación convencional, después de transcurridos dos años de la celebración del matrimonio.
727
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
Por supuesto, la verificación de estas causales está sujeta a probanza de las partes y a la valo-
ración razonada del juzgador. Zannoni repara como caracteres comunes a todas esas causales,
el hecho de que constituyen “conductas antijurídicas” que contradicen la observancia de los
derechos-deberes que el matrimonio impone a los consortes, más aún tratándose del supuesto
de atentado contra la vida del cónyuge, que propiamente constituye un ilícito penal. Señala al
respecto: “La antijuridicidad objetiva de las causales de separación debe corresponderse con
su imputabilidad al cónyuge que incurre en ellas. Se trata del factor de atribución objetivo que
determina la culpabilidad (...). En general se trata de culpabilidad derivada de conductas dolo-
sas, es decir, de acciones intencionalmente dirigidas a transgredir algunos de los denominados
derechos-deberes que el matrimonio impone. Excepcionalmente podrían constituir actos me-
ramente culposos, particularmente en el caso de las injurias inferidas por un cónyuge a otro,
las que, aunque carecieran de animus iniuriandi, pueden importar de todos modos ofensas o
humillaciones cuya entidad debía ser advertida por el cónyuge ofensor”(49). 28.- Por su parte,
las causales referidas en los incisos 12 y 13 se engloban dentro de la clasificación del divorcio-
remedio, desde que existe objetivamente la separación de los cónyuges sin voluntad alguna de
reconciliación, evidenciándose así el fracaso de la unión matrimonial. Ninguno de estos su-
puestos requiere la acreditación de los hechos o causas que derivaron en la separación de los
cónyuges, limitándose el Juez a constatar el hecho objetivo del cese definitivo de la cohabita-
ción por el periodo que establece la ley. Como vemos, nuestro sistema jurídico se adscribe a
un modelo mixto en el que acoge tanto causales de divorcio-sanción como de divorcio-reme-
dio, adaptándose así al curso de las doctrinas modernas. 7. EL DIVORCIO POR LA CAUSAL
DE SEPARACIÓN DE HECHO. 29.- Es pertinente referir los antecedentes y evolución del
divorcio por la causal que nos ocupa y particularmente sobre la forma cómo se incorpora en
nuestro sistema jurídico. 7.1. Evolución en nuestro sistema jurídico. En general, el divorcio
como institución jurídica ha sido contemplado en nuestro ordenamiento jurídico desde los al-
bores de nuestra vida Republicana. Ya en el artículo 192 del Código Civil de 1852 se regulaba
una serie de causales que daban lugar a la declaración del divorcio sin disolución del vínculo
matrimonial, el cual quedaba subsistente, evidenciándose con ello la clara influencia del De-
recho Canónico en nuestra legislación. No fue sino hasta 1930, con la promulgación de los
Decretos de Ley N°s 6889 y 6890 que se introdujo el divorcio absoluto en nuestro ordena-
miento y se aprobó su reglamento. Asimismo, en 1934 se promulgó la Ley N° 7894 por la cual
se incorporó el mutuo disenso como causal de divorcio. Estas reformas fueron mantenidas con
la promulgación del Código Civil de 1936. En el Código Civil de 1984 no hubieron mayores
modificaciones para el régimen del divorcio, manteniéndose como causales: el adulterio, la
violencia física o psicológica, el atentado contra la vida del cónyuge, la injuria grave, el abandono
(48) Para Bossert y Zannoni, las causales de divorcio específicamente enunciadas en una norma material no
son sino “diversos actos que representan injurias de un cónyuge al otro, en tanto lo afectan violando, en
algunos de sus aspectos, el vasto contenido de los deberes morales y materiales que impone el matrimo-
nio”. (Cfr.: Bossert, Gustavo A. y Eduardo Zannoni. Ob. cit., p. 335); sin embargo, para Belluscio tal afir-
mación no es correcta, pues estima que: “la calificación de injurias graves queda reservada para los he-
chos violatorios de los deberes matrimoniales que no se encuadren en alguna de las demás causales pre-
vistas”. (Belluscio, Augusto César. Ob. cit., p. 439).
(49) Zannoni, Eduardo A. Derecho Civil–derecho de familia. Tomo 2, cuarta edición actualizada y ampliada,
primera reimpresión, Buenos Aires, Editorial Astrea de Alfredo y Ricardo Depalma, 2002, p. 76.
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COMPENSACIÓN POR DESEQUILIBRIO
injustificado de la casa conyugal (antes llamado malicioso), la conducta deshonrosa que haga
insoportable la vida en común, el uso habitual e injustificado de drogas alucinógenas o de
sustancias que puedan generar toxicomanía, enfermedad venérea grave, homosexualidad so-
breviniente y condena por delito doloso a pena privativa de la libertad impuesta con posterio-
ridad a la celebración del matrimonio. 7.2. Incorporación de la causal de separación de hecho
en nuestro sistema civil. La causal de divorcio (y de separación de cuerpos) por separación de
hecho es incorporada a nuestro sistema civil a través de la Ley N° 27495, publicada el 7 de
julio de 2001, luego de haberse trabajado varios anteproyectos de ley y de los debates corres-
pondientes. Veamos. 7.2.1. Proyecto de Ley. Fueron diversos los Proyectos de Ley presenta-
dos en el Congreso de la República tendientes a incorporar la causal de separación de hecho
dentro del listado de causales de divorcio. La más antigua fue presentada en el año 1985 como
Proyecto de Ley N° 253/85 del 29 de octubre de 1985(50). Pero es recién a partir del año 1996
en que las propuestas legislativas se acrecientan, destacando entre ellas el Proyecto de Ley
N° 1716/96-CR (reactualizado mediante Proyecto de Ley N° 4662/98-CR)(51), por el cual se
especificaba la causal de separación de hecho, cuya duración hubiera sido no menor de dos
años continuos. En esa misma perspectiva, el Proyecto de Ley N° 2552196-CR ampliaba la
propuesta, regulando que la causal pueda ser invocada luego de haber transcurrido cuatro años
continuos de separación. Más restrictivo fue el Proyecto de Ley N° 1729/96-CR, que solo
autorizaba invocar la causal de separación de hecho en caso que no existieran menores de 14
años. Incluso más radical fue el Proyecto de Ley N° 3155/97-CR que autorizaba invocar la
citada causal solo si no se hubieran procreado hijos y la suspensión de la cohabitación hu-
biera durado más de cinco años. Para el año 2000 se presentaron siete Proyectos de Ley
tendientes a la incorporación de la separación de hecho como causal de divorcio. Nos refe-
rimos a los Proyectos de Ley N°s 154/2000-CR, 171/2000-CR, 278/2000-CR, 555/2000-CR,
565/2000-CR, 655/2000-CR y 795/2000-CR, los cuales a través de diversas fórmulas legisla-
tivas propendían a sancionar el incumplimiento del deber de cohabitación por un periodo
prolongado de tiempo, que podía abarcar de uno a cinco años, dependiendo de la propuesta
alcanzada. 7.2.2. Memoria de la Comisión de Justicia, periodo 2000-2001. La Comisión de
Justicia del Congreso de la República, acogiendo los Proyectos de Ley N°s. 154/2000-CR,
171/2000-CR, 278/2000-CR, 555/2000-CR, 565/2000-CR, 655/2000-CR y 795/2000-CR,
emitió un Dictamen final con fecha 28 de diciembre de 2000, elevando al Pleno del Congreso
para su aprobación el Texto Sustitutorio de los Proyectos de Ley presentados. El Texto Susti-
tutorio de la Comisión de Justicia fue sometido a debate en dos días consecutivos, 6 y 7 de
junio de 2001. En este debate fueron también sometidos a consideración los Textos propuestos
en los Dictámenes alcanzados por la Comisión de Reforma de Códigos y por la Comisión de
la Mujer, en torno al mismo tema. El primer día de debate concluyó aprobándose conceder un
intermedio para elaborar un Texto Sustitutorio unitario de los tres Dictámenes sometidos a
debate. Sin embargo, al retomarse al día siguiente el debate, solo las Comisiones de Reforma
de Códigos y de la Mujer lograron consensuar sus posiciones en un texto único, manteniéndo-
se el texto independiente presentado por la Comisión dé Justicia, aunque introduciéndose las
modificaciones pertinentes producto del debate realizado el día anterior, el cual fue sometido
(50) Varsi Rospigliosi, Enrique. Divorcio, Filiación y Patria Potestad, Lima, Editora Jurídica Grijley,
2004, p. 41.
(51) Cfr.: Plácido Vilcachagua, Alex F. Manual de Derecho de Familia, Ob. cit., p. 211.
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
a votación por los Congresistas asistentes al Pleno, y aprobado por 53 votos a favor, 23 votos
en contra y 2 abstenciones. 7.2.3. Publicación y vigencia de la Ley N° 27495. 30.- La Autó-
grafa del Texto Sustitutorio de la Comisión de Justicia aprobado por el Pleno del Congreso de
la República fue remitido al Presidente Constitucional de la República Valentín Paniagua Co-
razao, quien no cumplió con promulgarla dentro del plazo constitucional, por lo que en cum-
plimiento de los artículos 108 de la Constitución Política y 80 del Reglamento del Congreso,
el Presidente del Congreso ordenó que se comunique a la Presidencia del Consejo de Ministros
pera su publicación y cumplimiento, siendo numerada como Ley N° 27495 y publicada en el
diario oficial El Peruano el 7 de julio del 2101. 31.- La Ley en comento introdujo expresamen-
te la causal de separación de hecho como causal de separación de cuerpos y de subsecuente
divorcio, precisando como requisitos para su configuración la separación ininterrumpida de
los cónyuges por un periodo de dos años si no hubieran hijos menores de edad, y de cuatro
años si los hubiera, pudiendo cualquiera de las partes fundar su demanda en hecho propio, sin
que se considerase separación de hecho a aquella que se produzca por razones laborales. Si
hubiera hijos menores de edad, el Juez debe pronunciarse sobre la tenencia de estos, favore-
ciendo la patria potestad a quien lo obtuviere, quedando el otro suspendido en su ejercicio.
Asimismo, se incorporó un artículo específico en el Código Civil (artículo 345-A) con el fin
de regular el requisito especial de procedencia en las demandas de divorcio por la causal de
separación de hecho, como aquel que exige al demandante que se encuentre al día en el pago
sus obligaciones alimentarias u otras que hayan sido pactadas por los cónyuges de mutuo
acuerdo. De igual forma, en el mismo artículo se previó la posibilidad de fijar una indemniza-
ción o reparación económica a favor del cónyuge que resulte perjudicado por la separación de
hecho, así como la de sus hijos, pudiendo incluso optarse por la adjudicación preferente de los
bienes de la sociedad conyugal, independientemente de la pensión de alimentos que le pudiera
corresponder, siendo aplicables a favor del cónyuge que resulte más perjudicado por la sepa-
ración de hecho, las disposiciones contenidas en los artículos 323, 324, 342, 343, 351 y 312
del Código Civil, siempre que resulten pertinentes. 32.- Mención atarte merecen las Disposi-
ciones Complementarias y Transitorias, en las que se regulan principalmente la aplicación de
la ley en el tiempo(52). El legislador estimó que la causal podría ser invocada alineándose inclu-
sive a las separaciones de hecho existentes al momento de entrada en vigencia de la ley; por lo
tanto, si las partes a la fecha de la entrada en vigencia de la ley, cumplían con el plazo estable-
cido por esta, podían interponer su demanda amparándose en dicha causal. Incluso las deman-
das de divorcio en trámite sustentadas en las causales de divorcio-sanción podían modificarse
(52) Con respecto a la presunta vulneración del principio de irretroactividad de la ley, la Sala Civil Transi-
toria de la Corte Suprema de Justicia, en la Casación N° 3654-2009 (Lima), publicada el 28 de febrero
de 2011, ha señalado que: “En la Primera Disposición Complementaria y Transitoria de la referida Ley
(27495) se prescribe que la norma se aplica inclusive a las separaciones de hecho existentes al momen-
to de su entrada en vigencia; por lo tanto, si las partes, a la fecha de entrada en vigencia de la ley, cum-
plían con el plazo establecido por esta, podían interponer su demanda amparándose en dicha causal; ra-
zonamiento que ha sido igualmente referido por esta Sala Suprema en la Casación número dos mil dos-
cientos noventa y cuatro–dos mil cinco (Lima). En el caso de autos, la propia recurrente ha reconocido
que se encuentra separada de hecho del actor desde el año mi novecientos setenta y dos, por lo que a la
fecha de interposición de la demanda (el uno de setiembre del año dos mil cinco) ya había transcurrido
en exceso el plazo mínimo establecido en la ley, por lo que este argumento de defensa debe ser desesti-
mado”.
730
COMPENSACIÓN POR DESEQUILIBRIO
Ora ser comprendidas dentro de esta nueva causal de divorcio-remedio. Este supuesto confi-
gura lo que la doctrina a denominado una excepción al principio de irretroactividad de la ley,
la misma que se presenta en los siguientes casos: 1) cuando la ley así lo disponga; 2) cuando
se trate de normas de Derecho público, como el Código Penal; 3) en el caso de normas mera-
mente interpretativas de una disposición anterior; 4) en los supuestos de disposiciones de ca-
rácter complementario; o, 5) cuando se trate de normas que contengan la abolición de deter-
minada figura jurídica. Con buen criterio Juan Espinoza Espinoza señala que cuando se trata
de la aplicación de la Ley 27495, los juzgadores deben ir más allá de la comodidad de aplicar
el mandato constitucional de irretroactividad de la ley y, por el contrario, deben dar respuestas
para efectos de superar situaciones injustas e ineficientes a nivel social. Considerar que los
problemas sociales pueden superarse con el principio de irretroactividad de la ley sería “(...)
tan absurdo como si, al remontarnos a la época en la cual Ramón Castilla mediante ley abolió
la esclavitud, se hubiera entendido que esta era solo aplicable a los hijos de esclavos nacidos
con posterioridad a la publicación de esta. Esto es justamente lo que se quiere evitar cuando se
dicta una ley que elimina una situación que genera un conflicto social, dándole una aplicación
retroactiva. (...) El Tribunal Supremo español con sentencia del 16 de junio de 1956 (...) ha
establecido lo siguiente: el principio de irretroactividad no es aplicable por su propia naturale-
za y alcance cuando se trata de normas que son de mero desarrollo de otras, o procuran oclu-
sivamente su ejecución, o denuncian su propósito ampliamente rectificador de situaciones
morales o sociales en las que la nueva ley se declara incompatible, o cuando persiguen un
designio interpretativo o aclaratorio(53). 7.3. Concepto de la causal de separación de hecho.
33.- Se ha conceptuado el divorcio por la causal de separación de hecho de diversas maneras.
Así se afirma que: “La separación de hecho es la situación fáctica en que se encuentran los
cónyuges que, sin previa decisión jurisdiccional, quiebran el deber de cohabitación de forma
permanente, sin que causa justificada de forma alguna imponga tal separación por voluntad de
uno o de ambos esposos”(54). También se asevera que la separación de hecho es “(...) el estado
jurídico en que se encuentran los cónyuges, quienes sin previa decisión jurisdiccional definiti-
va, quiebran el deber de cohabitación en forma permanente, sin que una necesidad jurídica lo
imponga ya sea por voluntad de uno [o] de ambos esposos (...)”(55). Esta Corte Suprema de
Justicia, en reiterada jurisprudencia, ha definido a esta causal como: “(...) la interrupción de la
(53) Espinoza Espinoza, Juan. Los Principios contenidos en el Título Preliminar del Código Civil Peruano
de 1984, segunda edición, Lima, Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú, 2005,
pp. 153-154. También ha señalado Alex Plácido Vilcachagua: “Esta referencia al tiempo transcurrido en
la separación de hecho, preexistente a la vigencia de la citada norma, fue cuestionada por considerárse-
la contraria al principio de irretroactividad de la ley. No obstante, la sugerencia de una prohibida aplica-
ción retroactiva de la norma debe ser descartada por cuanto no se está frente a hechos, situaciones o re-
laciones jurídicas que hubieren consumado sus consecuencias con anterioridad a la dación de la norma.
Por el contrario, la evidencia de la continuidad de tales consecuencias durante la existencia de la norma,
demuestra que se está frente a un caso de aplicación inmediata de la ley”. En: Separación de Hecho: ¿Di-
vorcio-culpa o Divorcio-remedio? Diké, Portal de Información y Opinión Legal de la Pontificia Univer-
sidad Católica del Perú: http://dike.pucp.edu.pe/doctrina/civ_art45.PDF, p. 15.
(54) Azpiri, Jorge O. Derecho de Familia, Buenos Aires, Editorial Hammurabi S.R.L., 2000, p. 256.
(55) Kemelmajer de Carlucci, Aída. Separación de hecho entre cónyuges, Buenos Aires, Editorial Astrea de
Alfredo y Ricardo Depalma, 1978, p. 3.
731
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
vida en común de los cónyuges, que se produce por voluntad de uno de ellos o de ambos”(56).
7.4. Naturaleza jurídica de esta causal. 34.- La naturaleza jurídica de la causal, prima facie, es
la de ser una causal objetiva, es decir, que se configura con la sola comprobación del hecho de
la ruptura de la vida en común en forma permanente, por el tiempo establecido en la norma
jurídica. Sin embargo, la Tercera Disposición Complementaria y Transitoria de la Ley
N° 27495, admite implícitamente el análisis de las causas que dieron lugar a esa separación, al
regular que no puede considerarse como cese de la cohabitación aquella que se justifique en
razones laborales. De igual modo, el artículo 345-A del Código Civil alude a la indemnización
de daños, incluyendo el daño personal, o la adjudicación preferente de bienes de la sociedad
conyugal a favor del cónyuge más perjudicado con la separación; en tal situación, el Juez debe
establecer los hechos que dieron lugar a esa separación, pasando a analizar aspectos subjetivos
inculpatorios únicamente con la finalidad de determinar la procedencia de aquella indemniza-
ción y el monto a resarcir. Como podemos concluir, la causal regulada en el inciso 12 del ar-
tículo 333 del Código Civil es a la vez una de naturaleza objetiva y subjetiva, porque no solo
se configura con la verificación de la separación física permanente y definitiva de los cónyu-
ges, sino por la intención deliberada de uno o de ambos de no reanudar la vida en común. 7.5.
Elementos o requisitos configurativos de la causal. 35.- Son tres los elementos que distin-
guen a esta causal en particular, y que se derivan de la atenta lectura de su texto, en concor-
dancia con la Tercera Disposición Complementaria y Transitoria de la Ley N° 27495. Los
elementos son: material, psicológico y temporal. 7.5.1. Elemento material. 36.- Está configu-
rado por el hecho mismo de la separación corporal de los cónyuges (corpus separationis), es
decir, por el cese de la cohabitación física, de la vida en común(57). Sin embargo, puede ocurrir
que por diversas razones –básicamente económicas– los cónyuges se ven obligados a habitar
el mismo inmueble, no obstante su renuencia a concretar su vida en común (ocupan habitacio-
nes distintas, manejan horarios distintos, y su único nexo de comunicación suelen ser los hi-
jos). En este caso, la separación de hecho no puede ser interpretada como “no habitar bajo un
mismo techo”, sino como abdicación total y absoluta de los deberes matrimoniales(58). 7.5.2.
Elemento psicológico. 37.- Se presenta este elemento cuando no existe voluntad alguna en los
cónyuges –sea de ambos o de uno de ellos– para reanudar la comunidad de vida (animus se-
parationis). Por lo tanto, no puede alegarse la separación de hecho como causal de divorcio
(56) Entre otros, la Casación N° 1120-2002 (Puno) y la Casación N° 784-2005 (Lima), ambas expedidas por
la Sala Civil Transitoria de la Corte Suprema de Justicia. Particularmente, en la Casación N° 157-2004
(Cono Norte), publicada el 28 de febrero de 2006, se ha establecido que: “El artículo 333 inciso 12 del
Código Civil (...) regula la causal de separación de hecho, la que se presenta como el incumplimiento del
deber marital de convivencia y de la vida en común que tienen los cónyuges, a fin de apartarse el uno del
otro, ya sea por decisión mutua o unilateral, sin que exista una decisión judicial previa”.
(57) Con relación a este elemento material, la Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de Justicia, en la
Casación N° 157-2004 (Cono Norte), citada en la referencia anterior, ha establecido que: “Este deber,
llamado también ‘deber de cohabitación’, significa la obligación que tienen los esposos de vivir o habi-
tar juntos en el domicilio conyugal. El significado de este deber no debe ser restringido al concepto de la
obligación marital, dicho de otra forma, el débito sexual, pues la doctrina reciente estima que dicho de-
ber se extiende a la obligación –entre otros– que tienen los esposos de compartir la mesa o el techo”.
(58) Cfr.: Zannoni, Eduardo A. Derecho Civil–Derecho de Familia, Tomo 2, pp. 117-118. Sin embargo, Pláci-
do Vilcachagua ha expresado su discrepancia con esta posición, señalando que: “(...) se sostiene que no
existe impedimento para que la separación de hecho se configure viviendo ambos cónyuges en el mismo
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COMPENSACIÓN POR DESEQUILIBRIO
cuando esta se produzca, por ejemplo, por cuestiones laborales, o por una situación impuesta
que jurídica o tácticamente sea imposible eludir, como el caso de la detención judicial; o en el
supuesto en que el cónyuge viaja al extranjero para ser intervenido quirúrgicamente o por ra-
zones de estudio. Sin embargo, cesada cualquiera de estas circunstancias justificatorias, el
consorte está obligado de retornar físicamente al hogar conyugal, y en el supuesto de no ha-
cerlo, se configurará la causal de separación de hecho. Analizando los alcances de la Tercera
Disposición Complementaria y Transitoria de la Ley N° 27495, Quispe Salsavilca refiere que:
“(...) no se configura la causal cuando el corpus separationis se produce como resultado de una
actividad –la laboral– que indirectamente revela la presencia de una effectio maritalis. La
disposición tercera solo se limita a este supuesto de hecho pero no queda claro si tal enuncia-
ción es de carácter númerus clausus o si por el contrario vía interpretación extensiva, conside-
rando la racionalidad de la norma es correcto comprender toda situación que revele inequívo-
camente la presencia de la affectio maritalis como el supuesto de viaje por tratamiento de
enfermedad y otras actividades que no excluyen el animus de comunidad de vida. Creemos
que esta es la interpretación más coherente”(59). En el mismo sentido, Plácido Vilcachagua se-
ñala que la citada disposición transitoria debe interpretarse en forma concordada con el artícu-
lo 289 del Código Civil, referido a los casos en que se justifica la suspensión temporal de la
cohabitación y que exige el traslado de uno de los cónyuges fuera del domicilio conyugal, ya
sean razones laborales, de estudio, de enfermedad, accidentes, entre otros(60). En la misma lí-
nea de argumentación Zannoni estima que en el proceso deberá acreditarse que la interrupción
de la cohabitación no se debió a causas involuntarias o de fuerza mayor, o que habiéndose
configurado aquellas en un inicio, con posterioridad no se reanudó la convivencia por sobre-
venir la falta de voluntad de unirse de uno o de ambos cónyuges(61). Es suficiente que uno de
los cónyuges haya abandonado al otro, o se rehúse volver al hogar, para que proceda su pre-
tensión de divorcio, sin que obste para ello que el cónyuge demandado alegue que él, por el
contrario, nunca tuvo la voluntad de separarse. 7.5.3. Elemento temporal. 38.- Está configura-
do por la acreditación de un periodo mínimo de separación entre los cónyuges: dos años si no
existen hijos menores de edad, y cuatro años si los hubiere. La norma no señala que pueda
sumarse plazos independientes en caso que se configure solución de continuidad en el trans-
curso del tiempo, pero tratándose de un estado en el que se quiebra la cohabitación de forma
permanente y definitiva, es lógico que se entienda que se trata de un plazo corrido y sin solu-
ción de continuidad computable a la fecha de interposición de la demanda. Cabe anotar que en
la invocación de esta causal no opera plazo de caducidad alguno, de conformidad con lo dispuesto
inmueble pero en habitaciones diferentes. Sin embargo, en tal supuesto no se ha incumplido el deber de
cohabitación. En definitiva, en tal caso se incumplirían otros deberes conyugales, como los de respeto re-
cíprocos, asistencia espiritual y sostenimiento material; situaciones todas ellas, que acreditarían otras cau-
sales de separación de cuerpos o divorcio, pero no la que se comenta”. (Separación de Hecho: ¿Divorcio-
culpa o Divorcio-remedio?; Ob. cit.; p. 6). En la misma tónica: Chávez de la Peña, Verónica. Acerca de
la procedencia de una asignación dineraria por concepto de indemnización en los procesos de divorcio
por la causal de separación de hecho, JUS Doctrina y Práctica, N° 11, Lima, noviembre, 2008, p. 188.
(59) Quispe Salsavilca, David. Ob. cit., p. 110.
(60) Cfr.: Plácido Vilcachagua, Alex. Las causales de divorcio y separación de cuerpos en la jurisprudencia
civil, Ob. cit., p. 48.
(61) Cfr.: Zannoni, Eduardo A. Derecho Civil-Derecho de Familia, Tomo 2, Ob. cit., p. 124.
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
en el artículo 339 del Código Civil, encontrándose la acción expedita mientras subsistan los
hechos que la motivan(62). 7.6. Diferencia con otras causales. 39.- Habiendo definido a la sepa-
ración de hecho como la interrupción de la cohabitación de los cónyuges por voluntad de uno
de ellos o de ambos, sin alegación de culpa imputable a ninguna de las partes, salvo para la
determinación de los efectos o consecuencias de la declaración de divorcio, la diferencia entre
esta causal (conjuntamente con la separación de cuerpos) con las demás contempladas dentro
de la categoría del divorcio-sanción resulta evidente, desde que la fractura del vínculo no se
declara a consecuencia de la constatación de un actuar doloso o culposo del otro cónyuge
(como sería el adulterio, la violencia física o psicológica, la injuria grave o el atentado contra
la vida del cónyuge, entre otros), sino solo del hecho objetivo de la separación por un tiempo
determinado y sin la voluntad de unirse, sin entrar al análisis de las causas que lo motivaron.
En cambio, como se ha visto, en el divorcio-sanción, las causales son inculpatorias y, por lo
tanto, debe establecerse el factor de atribución que corresponda a la causal específica en cada
caso concreto. 7.6.1. Con la causal de abandono injustificado del hogar conyugal. 40.- Esta
causal se configura con la dejación material o física del hogar conyugal por parte de uno de los
cónyuges(63), con el objeto de sustraerse en forma dolosa y consciente del cumplimiento de las
obligaciones conyugales o deberes matrimoniales. Como vemos, para la configuración de esta
causal no basta el alejamiento físico de la casa o domicilio común por parte de uno de los es-
posos, sino que se requiere del elemento subjetivo consistente en la sustracción voluntaria,
intencional y libre de los deberes conyugales (que no solo incluye la cohabitación, sino tam-
bién la asistencia alimentaria, entre otros), lo que no se exige para la configuración de la causal
de separación de hecho, a tal punto que –por el contrario– para que proceda la última causal
señalada, se exige al demandante (que puede ser perfectamente quien se alejó del hogar) que
se encuentre al día en el pago de sus obligaciones alimentarias(64). 7.6.2. Con la causal de im-
posibilidad de hacer la vida en común. 41.- Esta causal se concibe como una suerte de causal
(62) Zannoni refiere como característica de las acciones del estado de familia que estas son imprescriptibles,
lo que no quiere decir que no estén sujetas a plazo de caducidad: “Los términos de caducidad integran el
supuesto de hecho que atañe a la existencia del derecho como tal. Los plazos de prescripción no afectan
la existencia del derecho, aunque subordinan su ejercicio al término comprendido en ellos. (...) La cadu-
cidad de las acciones de estado tiende a lograr la consolidación del estado de familia de que se goza, en
función de un imperativo de estabilidad (...). En otras palabras, dicha caducidad actúa, simultáneamen-
te, con la consolidación del estado de familia y, en virtud de esta consolidación, la acción para obtener la
modificación o extinción del estado se agota por caducidad. Pero, bien se ve, no se trata de prescripción
de la acción, sino de extinción del derecho a cuestionar el estado, ya consolidado”. En: Derecho Civil-
Derecho de Familia, Tomo 1, pp. 95-96.
(63) Eduardo A. Zannoni refiere su disconformidad con el sector de la doctrina y jurisprudencia Argentina, en
cuanto no admite que, también, puede producirse abandono sin dejación del hogar o separación física,
bastando para ello que el cónyuge culpable descuide voluntariamente su deber de atención de las necesi-
dades de su familia, o cuando un cónyuge desatiende al otro en una enfermedad que requiere de asisten-
cia permanente. (Cfr.: Derecho Civil-Derecho de Familia, Tomo 2, pp. 98-99).
(64) En ese sentido se ha pronunciado la Sala Civil Transitoria de la Corte Suprema de Justicia en la Casación
N° 2178-2005 Lima, publicada el 2 de octubre de 2007, al señalar que: “(...) debe tenerse presente que la
separación de hecho no implica necesariamente que haya habido abandono voluntario, malicioso (o in-
justificado) de parte de uno de los cónyuges; por el contrario, se trata de una situación fáctica que tanto
puede resultar del abandono unilateral como del mutuo acuerdo de los esposos para vivir separados”.
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COMPENSACIÓN POR DESEQUILIBRIO
(65) Cfr.: Hinostroza Minguez, Alberto. Procesos de Separación de Cuerpos y Divorcio, primera edición, Lima,
Gaceta Jurídica S.A., 2007, p. 82.
(66) Cfr.: Quispe Salsavilca, David Percy. Ob. cit., pp. 119-122.
(67) Dentro de los diversos criterios de clasificación de las sentencias, la doctrina clasifica a las sentencias en:
declarativas, de condena y constitutivas. En estas se constituye, modifica o extingue una situación jurí-
dica, dando lugar –en estos dos últimos casos– a una nueva situación jurídica, con efectos a futuro (ex
nunc) de allí que sea imprescindible la intervención del órgano jurisdiccional. Teniendo en cuenta que
lo que se pretende a través de una demanda de divorcio es modificar el estado civil de una persona, y te-
niendo en cuenta, además, que su amparo importará no solo la variación de esa situación jurídica sino
que irradiará a otros aspectos relacionados con la institución familiar, como son el régimen patrimonial,
los alimentos, la tenencia y custodia, la patria potestad, entre otros, es evidente que la sentencia a expe-
dirse será una constitutiva de estado que producirá sus efectos únicamente a partir de su expedición (sin
efecto retroactivo). Respecto de las sentencias que se expiden en los procesos de familia y sus efectos,
véase también: Mangione Muro, Mirla Hebe. Ob. cit., p. 61. Asimismo: Zannoni, Eduardo A. Derecho
Civil–Derecho de Familia, Tomo 1, pp. 92-94.
(68) PLÁCIDO VILCACHAGUA, Alex F. Ibídem; p. 51.
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
alimentos que pudiera corresponder, ya sea a favor del cónyuge o de los hijos; por lo tanto, no
es de aplicación inmediata a la declaración de divorcio por esta causal el cese automático de
la obligación alimentaria entre los cónyuges prevista en el primer párrafo del artículo 350 del
Código Civil, norma aplicable solo al divorcio-sanción; estando facultado el Juez a apreciar
las circunstancias de su subsistencia en cada caso concreto. Es de aplicación, igualmente, lo
dispuesto en el artículo 342, que indica: “El juez señala en la sentencia la pensión alimenticia
que los padres o uno de ellos debe abonar a los hijos, así como la que el marido debe pagar a
la mujer o viceversa”(69). 45.- La norma bajo análisis agrega como otros efectos del divorcio
por la causal de separación de hecho, los siguientes: a) Fenecimiento del régimen de sociedad
de gananciales y división por partes iguales de los bienes gananciales (artículo 323), sin olvi-
dar que el cónyuge culpable pierde el derecho a gananciales proporcionalmente a la duración
de la separación (artículo 324). b) Asimismo, el cónyuge divorciado por su culpa perderá los
gananciales que procedan de los bienes del otro (artículo 352). c) El cónyuge separado por
culpa suya pierde los derechos hereditarios que le corresponden (artículo 343). 46.- En caso de
existir hijos menores de edad, el divorcio por la causal de separación de hecho producirá –por
remisión del artículo 355 del Código Civil– además los siguientes efectos: a) Los hijos se
confían al cónyuge que obtuvo la separación por causa específica, a no ser que el Juez deter-
mine, por el bienestar de ellos, que se encargue de todos o de alguno el otro cónyuge o, si hay
motivo grave, una tercera persona. Esta designación debe recaer por su orden, y siendo posible
y conveniente, en alguno de los abuelos, hermanos o tíos. Si ambos cónyuges son culpables,
los hijos varones mayores de siete años quedan a cargo del padre y las hijas menores de edad
así como los hijos menores de siete años al cuidado de la madre, a no ser que el Juez determi-
ne otra cosa. El padre o madre a quien se haya confiado los hijos ejerce la patria potestad res-
pecto de ellos. El otro queda suspendido en el ejercicio, pero lo reasume de pleno derecho si
el primero muere o resulta legalmente impedido (artículo 340). b) En cualquier tiempo, el Juez
puede dictar a pedido de uno de los padres, de los hermanos mayores de edad o del consejo de
familia, las providencias que sean requeridas por hechos nuevos y que considere beneficiosas para
los hijos (artículo 341). 8. LA INDEMNIZACIÓN EN EL DIVORCIO POR SEPARACIÓN DE
HECHO. 47.- Nuestro sistema jurídico civil ha establecido dos tipos de indemnización en los
casos de divorcio (y separación de cuerpos). El primero, se aplica para los casos del divorcio-
sanción, cuyo sustento es la culpa del cónyuge que motiva la causal en la que se funda el di-
vorcio, razón por la que también se la ha denominado divorcio por causas inculpatorias. El
segundo, se refiere al divorcio-remedio incorporado por la Ley N° 27495, es decir, el divorcio
por causa no inculpatoria. Para los efectos de la sentencia casatoria nos interesa desarrollar
brevemente los aspectos más relevantes de la indemnización en el divorcio-remedio. 8.1.
(69) En esta misma línea de argumentación, la Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de Justicia en la
Casación N° 4057-2009 (Huánuco), publicada el 4 de octubre de 2010, ha expresado: “Que, por lo tan-
to, al igual que en el caso del divorcio por culpa de uno de los cónyuges, en el caso especial de las pre-
tensiones de divorcio por causal de separación de hecho, no rige la regla general, por la cual el divorcio
pone fin a la obligación alimentaria entre los cónyuges, sino debe entenderse que excepcionalmente en
este supuesto puede subsistir la obligación alimentaria a favor del cónyuge que resulte perjudicado con
la separación, ello siempre y cuando se hubiera acreditado que el cónyuge perjudicado estuviera imposi-
bilitado de trabajar o de subvenir sus propias necesidades por otro medios, conforme lo establece el ar-
tículo 350 del Código Civil”.
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COMPENSACIÓN POR DESEQUILIBRIO
(70) La pensión por desequilibrio económico en los casos de separación de divorcio. Especial consideración
de sus presupuestos de otorgamiento, Barcelona, Librería Bosch, 1986, p. 28.
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
(71) Cfr. Zarraluqui Sánchez-Eznarriaga, Luis. La Pensión compensatoria en la nueva ley del divorcio: su tem-
poralización y su sustitución. Puede verse este texto completo en el siguiente enlace: http://www.nuevo-
divorcio.com/ pensión_compensatoria.pdf
(72) “La pensión compensatoria, recogida en el artículo 97 del Código Civil –español–, es una medida no de
índole o carácter alimenticio sino de naturaleza reparadora tendiente a equilibrar en lo posible el descen-
so que la separación o el divorcio puedan ocasionar en el nivel de vida de uno de los cónyuges en rela-
ción con el que conserve el otro, por lo que habrá de partirse como momento inicial para la constatación
de si se produce o no desequilibrio económico y consecuentemente si nace el derecho a la pensión (com-
pensatoria), de la situación instaurada en el matrimonio”. Sentencia de la Audiencia Provincial de Bar-
celona, sección 18 del 1 de octubre de 1998.
(73) ZARRALUQUI, Luis. Ob. cit., p. 3.
(74) Cfr. Vidal Olivares, Alvaro Rodrigo. La compensación económica en la ley del matrimonio civil. ¿Un
nuevo régimen de responsabilidad civil extracontractual?, véase el texto en el siguiente enlace: http://
www.bibliojutidica.org/libros/4/1943/23.pdf. Asimismo, Cfr.: Álvaro Valverde, Luis Genaro. El ser y el
deber ser de la denominada “indemnización en caso de perjuicio”, derivada de la causal de separación de
hecho, algunas notas entorno al esclarecimiento de su auténtica naturaleza jurídica. Diálogo con la Juris-
prudencia, Tomo 123, Gaceta Jurídica, Lima, diciembre, 2008, pp. 147 y ss.
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COMPENSACIÓN POR DESEQUILIBRIO
739
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
embargo, se debe tener en cuenta que en nuestro sistema esta indemnización no solo compren-
de la indemnización por el menoscabo material sino también el daño personal. El título que
fundamenta y justifica la obligación indemnizatoria es la misma ley y su finalidad no es resar-
cir daños, sino corregir y equilibrar desigualdades económicas resultantes de la ruptura matri-
monial; en tal perspectiva, Eusebio Aparicio Auñón sostiene que “(...) en sentido estricto pue-
de definirse como una obligación impuesta por la ley, por motivos de equidad, para equilibrar
en todo o en parte una desigualdad económica peyorativa (...) la obligación legal compensato-
ria tiene por finalidad corregir desigualdades fortuitas (...). El propósito no es resarcir o reparar
daños, ni igualar renta o patrimonios, sino equilibrar el agravio comparativo de las situaciones
que se comparan sin que dejen de ser desiguales”(79). La aplicación de la equidad en la fijación
de la indemnización o la adjudicación de bienes, presupone por lo menos algunos elementos
de convicción del perjuicio, como las pruebas, las presunciones y los indicios, que sirvan de
referentes para identificar al cónyuge más perjudicado, la magnitud del perjuicio y el cuantum
indemnizatorio. 55.- Por otra parte, para nuestro sistema la indemnización no tiene un carácter
alimentario porque su prestación, además de no ser de tracto sucesivo o de pago periódico, no
tiene por finalidad cubrir las necesidades propias de la subsistencia sino el de restablecer, en la
medida de lo posible, el mayor perjuicio sufrido por el cónyuge. Se debe tener en cuenta que
se ordena la indemnización o adjudicación además de la pensión de los alimentos que pudiera
corresponder al cónyuge mencionado. En el derecho alemán e italiano las prestaciones econó-
micas derivadas de la ruptura matrimonial tienen el carácter de pensión alimenticia, en el de-
recho español y francés tienen un carácter de pensión compensatoria o prestación indemniza-
toria(80). 56.- En el curso de la audiencia pública de este Pleno Casatorio expuso su disertación,
en calidad de amicus curiae (amigo del Tribunal), el señor Alex Plácido Vilcachagua, quien
sostuvo, entre otros argumentos, que en el plano de la indemnización en este tipo de divorcio
era aplicable –como fundamentos– los criterios de equidad, el principio de enriquecimiento
indebido y la solidaridad conyugal. Sin embargo, el enriquecimiento sin causa o indebido(81)
debe considerarse subsumido en la equidad; y, por otro lado, en cuanto al tercer fundamento
(79) La Pensión Compensatoria. En: Revista de Derecho de Familia N° 5, octubre, 1999, pp. 40 y 41.
(80) Cfr. Vidal Olivares, Álvaro Rodrigo, Ob. cit. p. 424. El Código Civil italiano (artículo 129 bis) recono-
ce la denominada assegnazione per divorzio que viene a ser una suma correspondiente al mantenimien-
to durante tres años. El Código Civil francés (artículo 270) acuerda la llamada prestación compensatoire
en virtud de la cual “(...) uno de los cónyuges puede quedar obligado a abonar al otro una prestación des-
tinada a compensar, en la medida de lo posible, la disparidad que la ruptura del matrimonio crea en las
condiciones de vida respectivas”. El Código Civil español (artículo 97) reconoce lo que su doctrina y ju-
risprudencia han denominado pensión compensatoria; aquella norma dispone que: “El cónyuge al que la
separación o divorcio produzca desequilibrio económico en relación con la posición del otro, que impli-
que un empeoramiento en su situación anterior, tiene derecho a una pensión que se fijará en la reso-
lución judicial, teniendo en cuenta, entre otras, las siguientes circunstancias.”.. Asimismo, Cfr.: Al-
faro Valverde, Luis Genaro. El ser y el deber ser de la denominada indemnización en caso de perjui-
cio derivada de la causal de separación de hecho. Véase en: Diálogo con la Jurisprudencia N° 123,
diciembre 2007, pp. 150-151.
(81) El enriquecimiento sin causa (o indebido) es aquel incremento del patrimonio que no se halla arreglado
a la justicia y a la equidad; por lo tanto, la pretensión de enriquecimiento sin causa tiene sustento en la
equidad y para nuestro sistema, el artículo 1955 del Código Civil la acción para su indemnización no es
procedente cuando la persona que ha sufrido el perjuicio puede ejercitar otra acción para lograr dicha in-
demnización. Para el caso concreto, el cónyuge más perjudicado puede obtener la indemnización en el
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COMPENSACIÓN POR DESEQUILIBRIO
proceso de divorcio en atención a lo dispuesto por el artículo 345-A del citado código. Además, de tomar-
se como fundamento el enriquecimiento sin causa sería más gravoso para el perjudicado porque requie-
re probar: 1) el incremento del patrimonio del enriquecido, 2) el correlativo empobrecimiento del perju-
dicado, c) la ausencia de causa que justifique el enriquecimiento y d) la inexistencia de una norma legal
que excluya su aplicación.
(82) Jurisprudencia del Tribunal Supremo español hace mención del principio general de “protección del con-
viviente más perjudicado” (STS de 27 de marzo de 2001, 17 de enero de 2003, 23 de noviembre de 2004)
en donde se soslaya la aplicación del principio del enriquecimiento sin causa y únicamente se toma como
base el dato objetivo del desequilibrio económico entre las partes. Véase en: Pinto Andrade, Cristóbal.
Efectos patrimoniales tras la ruptura de las parejas de hecho, primera edición, Barcelona, Editorial Bosch
S.A. 2008, p. 131.
(83) Oportunamente, la Sala Civil Transitoria de la Corte Suprema de Justicia, en la Casación N° 1914-2009
(Lima Norte), publicada el 30 de setiembre de 2010, dejó establecido que: “Si bien puede considerarse
que la demandada cuenta con un trabajo que le permite solventar sus necesidades, tal circunstancia de
ninguna manera incide directamente en la valoración del daño moral o personal que la ausencia o aban-
dono de su cónyuge hubiera causado a su propia autoestima y a la estabilidad de la familia, independien-
temente de los motivos que lo hubieran generado (como es la alegada infidelidad del esposo)”.
741
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
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COMPENSACIÓN POR DESEQUILIBRIO
del hogar para convivir con tercera persona, dejando desamparados moral y materialmente a
su consorte e hijos. 8.3. De la indemnización y de la adjudicación de bienes. 62.- En principio,
no es presupuesto sine qua non de la causal de separación de hecho imputar ni probar dolo o
culpa en el otro cónyuge para ser favorecido con el divorcio ni con la indemnización a que se
contrae la norma bajo análisis, pues está legitimado para demandar el divorcio (o la separación
de cuerpos) por esta causal, tenga o no culpa –en sentido amplio– cualquiera de los cónyu-
ges(88), y aún en el caso que haya mediado acuerdo de ambos cónyuges para tal ruptura. No
obstante ello, puede alegarse y probarse la culpa del apartamiento fáctico de uno de los cón-
yuges con el objeto de que el cónyuge perjudicado obtenga una mejor indemnización(89). Por
lo tanto, la culpabilidad del cónyuge no es presupuesto de esta causal de divorcio, precisamen-
te porque no se trata del divorcio-sanción, sino del divorcio-remedio; empero aquella culpabi-
lidad puede ser invocada y probada como elemento trascendente para una decisión judicial
más justa respecto de la indemnización o adjudicación(90). 8.3.1. De la indemnización y los
daños personales. 63.- Para los fines de la indemnización, resulta importante distinguir entre:
a) los perjuicios que se originaron con ocasión de la separación de hecho producida lógica-
mente mucho antes de la demanda, b) de los perjuicios que se produzcan desde la nueva situa-
ción jurídica creada con el divorcio mismo (sentencia constitutiva), que tiene como referente
temporal la sentencia firme emitida en dicho proceso. En el primer supuesto, la indemnización
debe cubrir los perjuicios desde que el apartamiento de uno de los cónyuges resulta lesivo a la
persona y a la situación económica del otro consorte más perjudicado. En consecuencia, res-
pecto de este, se tendrá en cuenta su afectación emocional y psicológica, la tenencia y custodia
de hecho de los hijos menores de edad(91), si tuvo que demandar el cumplimiento de la obligación
(88) En la Casación N° 2080-2007 (Cusco), publicada el 30 de mayo de 2008, se ha establecido que: “(...) la
causal de divorcio por separación de hecho posibilita la invocación del hecho propio (...)”.
(89) La Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de Justicia, en la Casación N° 241-2009 Cajamarca, pu-
blicada el 31 de mayo de 2010, señala lo siguiente: “Que, en referencia al segundo supuesto del artículo
345-A del Código Civil, en cuanto preceptúa la indemnización que correspondería por los daños causa-
dos por el divorcio por la causal de separación de hecho, debe señalarse que si bien es cierto, que el di-
vorcio por la causal de separación de hecho a que se refiere el artículo 333 inciso 12 del Código Civil,
modificado por la Ley 27495, regula el divorcio-remedio, y no se fundamenta en la culpa de uno de los
cónyuges o de ambos; sin embargo, al haber contemplado la mencionada Ley el trámite del divorcio en
la vía de conocimiento, nada obsta que se analice el supuesto del cónyuge que motivó la separación de
hecho, sea porque se alejó del hogar, porque ejerció violencia sobre el otro cónyuge provocando la sali-
da de la casa matrimonial, entre otras”.
(90) También es del mismo parecer: Zapata Jaén, María Elena. Los daños derivados del divorcio o separa-
ción de cuerpos por causal, anal Código Civil peruano. En: AA.VV. Persona, Derecho y Libertad, Nue-
vas Perspectivas, Escritos en Homenaje al profesor Carlos Fernández Sessarego, Lima–Perú, Editora Ju-
rídica Motivensa, 2009, p. 538.
(91) Nuestra Constitución no ha reconocido exclusivamente un solo modelo de estructura familiar, esto es la
familia tradicional que emerge del matrimonio, sino que en su normatividad se protege a la familia, bajo
cualquier estructura distinta a la tradicional, como las que provienen de las uniones de hecho, la familia
monoparental (formada por cualquiera de los padres con sus hijos), la familia reconstituida. También así
lo ha reconocido el Tribunal Constitucional en el Expediente N° 06572-2006-PA/TC, Piura. Igualmente
puede verse sobre las fuentes u orígenes de la familia monoparental en: AAVV. Familia Monoparental,
Marissa Herrera, Directora, Buenos Aires, Editorial Universidad, 2008, pp. 24 y ss.
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alimentaria, entre otros. Es pertinente puntualizar que una cosa es la conducta culpable –culpa
en sentido amplio– de uno de los cónyuges, que motiva la separación fáctica (por ejemplo el
adulterio, la infidelidad, la injuria grave, la violencia física y psicológica, pero cuyos hechos
no se invocan para sustentar la causal de separación de hecho) y otra cosa diferente es el hecho
objetivo de la separación misma, que puede ser alegada como causal de divorcio incluso por
el cónyuge que motivó la separación. En el segundo supuesto, con el divorcio declarado por
sentencia firme, el cónyuge puede resultar perjudicado con la pérdida de pensiones o benefi-
cios de seguros o rentas que tengan como requisito la vigencia del matrimonio, entre otros.
64.- En este orden de ideas, el desequilibrio económico se establece relacionando la situación
material de uno de los cónyuges con la del otro y, al mismo tiempo, de la comparación de la
situación resultante del cónyuge perjudicado con la que tenía durante el matrimonio. En tal
sentido, también se pronuncian Luis Díez-Picazo y Antonio Gullón comentando el Código
Civil español (artículo 97) al afirmar que: “La hipótesis para la que el Código lo establece
queda dibujada por la confluencia de un doble factor: un desequilibrio económico de uno de
los cónyuges en relación con la posición del otro, es decir, una situación en que tras las crisis
uno sale económicamente mejor y otro peor parado y, además, el cotejo de esta situación con
la anterior en el matrimonio para decidir si significa un empeoramiento. En definitiva, así no
se declare, se trata de compensar a aquel de los cónyuges cuya dedicación a las necesidades de
la familia haya supuesto una pérdida de expectativas”(92). 65.- El menoscabo de la estabilidad
económica debe ser constatado por el Juez de las pruebas y lo actuado en el proceso; y no debe
ser producto de la conducta de uno de los cónyuges sino que provenga del hecho objetivo del
apartamiento fáctico, o en su caso, del divorcio en sí(93), con prescindencia de toda forma de
culpabilidad. Cosa distinta es que la separación de hecho haya sido causada por uno de los
cónyuges, pero cuya conducta culposa no es presupuesto necesario para que se configure esta
causal de divorcio. En este punto cabe preguntarse: si la separación de hecho se ha producido
por culpa exclusiva del cónyuge que sufre mayor el perjuicio, ¿es procedente fijar una indem-
nización a favor de este? Sería improcedente por falta de interés para obrar en el cónyuge so-
licitante. 66.- Los artículos 345-Ay 351 del Código Civil (el segundo dispositivo aplicable al
divorcio-remedio por remisión del primero), autorizan la indemnización del daño personal o
daño a la persona y del daño moral. En la doctrina y el derecho comparado no hay criterio
unánime sobre la relación de estos dos conceptos. Aún más, se ha sostenido que un criterio
válido de clasificación es aquel que considera que los daños solamente se clasifican en patri-
moniales y morales. En principio, el “daño personal” a que alude la primera norma citada lo
identificamos como el daño a la persona, y cuya formulación ha sido explícita en el artículo
1985 del Código Civil. 67.- El concepto de daño a la persona ha sido trabajado con base en la
doctrina italiana (Busnelli, Alpa, Franzoni, Bonilini) como bien anota Fernández Sessarego(94),
aunque no hay consenso en la doctrina respecto a si este daño comprendería todos los aspectos
y componentes de la compleja personalidad humana, se suele distinguir dentro del concepto de
daño a la persona, el daño biológico del daño a la salud. El daño biológico representa la faz
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COMPENSACIÓN POR DESEQUILIBRIO
estática del daño a la persona y hace alusión, de modo objetivo, a la lesión causada en la inte-
gridad psicofísica de la víctima(95). 68.- El daño a la salud representa el aspecto dinámico del
daño a la persona, y se ha llegado a incluir una variedad de daños con otras tantas denomina-
ciones como el daño a la vida de relación (privación objetiva de la posibilidad de realizar ac-
tividades normales, cotidianas como practicar deportes, escuchar música, viajar, asistir o par-
ticipar a espectáculos de cualquier índole), el perjuicio de afecto (el detrimento subjetivo que
experimentan ciertas personas vinculadas a la víctima en los casos de lesión o muertes, tales
como los parientes), el daño estético (afecta las posibilidades de afirmación del individuo en
la vida social, derivada de la degradación de su aspecto por una deformidad física), el daño
sexual (por ejemplo quien resulta contagiado por una enfermedad transmisible por vía sexual
o el caso de la mujer violada, etc.), el daño psíquico (perturbación de la personalidad de la
víctima de carácter patológico)(96). 69.- También algunos autores, como Carlos Fernández Ses-
sarego, sostienen que el daño al “proyecto de vida” estaría comprendido dentro del daño a la
persona, sería el daño más grave a la persona; que tal proyecto de vida se sustenta en la libertad
y en la temporalidad del ser humano(97). La Corte Interamericana de Derechos Humanos, en el
caso Loayza Tamayo, María E., con fecha 27 de noviembre de 1998, ha señalado que el daño
al proyecto de vida constituye una noción distinta del daño emergente y del lucro cesante,
“pues atiende a la realización integral de la persona afectada, considerando su vocación, apti-
tudes, circunstancias, potencialidades y aspiraciones, que le permiten fijarse razonablemente
determinadas expectativas y acceder a ellas (...) se asocia al concepto de realización personal
que a su vez se sustenta en las opciones para conducir la vida y alcanzar el destino propuesto.
Por ende, la pérdida de dichas opciones es reparable aun cuando no se trate de un resultado
seguro sino probable –no meramente posible– dentro del natural y previsible desenvolvimien-
to del sujeto, que resulta interrumpido y contrariado por los hechos violatorios de sus derechos
humanos”. Sin embargo, no fue indemnizado este tipo de daño por la Corte Interamericana
mencionada bajo el argumento de que “la evolución doctrinaria y jurisprudencial no reconoce
la posibilidad de su cuantificación independiente” y que “la emisión de la correspondiente
sentencia de fondo implica un principio de satisfacción”(98). El Juez de la citada Corte In-
teramericana Oliver Jackman, en el mismo caso Loayza Tamayo, expresó que “la noción del
(95) Cfr.: Pizarro Ramón, Daniel. Daño Moral. Prevención. Reparación. Punición, el daño moral en las diver-
sas ramas del Derecho. Segunda edición, Buenos Aires, Editorial Hammurabi S.R.L., 2004, p. 66.
(96) Cfr. Pizarro, Ramón Daniel, Ob. cit., pp. 66-71.
(97) Fernández Sessarego sostiene que: “El ser humano, para realizar un proyecto de vida a la par que su po-
sibilidad de vivenciar valores, cuenta con sus propias potencialidades psicosomáticas, con los otros y con
las cosas del mundo. Todo ello le ofrece un vasto horizonte de posibilidades. Para realizar un proyecto
se vale, desde su yo, de su cuerpo y de su psique, de los otros, de las cosas, condicionado por su pasa-
do. Todo ello le sirve como estímulos y como posibilidades para proyectar su vida (...). No solo el cuer-
po o la psique pueden frustrar el proyecto de vida sino también los obstáculos que le ofrecen las cosas y,
por cierto, la acción de los demás en el seno de la sociedad (...). Esta particular situación posibilita que el
proyecto se cumpla, total o parcialmente, o que simplemente se frustre. La decisión fue libremente adop-
tada, pero su cumplimiento depende del mundo, tanto interior como exterior. Por lo demás, en cuanto el
ser humano es libre, resulta un ser impredecible. Puede esperarse de él, en consecuencia, la formulación
de cualquier proyecto”. En: Derecho PUCP, Revista de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universi-
dad Católica del Perú, N° 50, Lima, diciembre, 1996.
(98) Cfr.: Galdós, Jorge Mario. ¿Hay daño al proyecto de vida? En: AA.VV. Persona, Derecho y Libertad,
Ob. cit., p. 412.
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
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COMPENSACIÓN POR DESEQUILIBRIO
el artículo 1322(104), y en otros casos, con un alcance más restringido y específico como en el
supuesto del artículo 1984(105) y, aún diferenciándolo del daño a la persona como ocurre en el
del artículo 1985(106). El daño a la persona es la lesión a un derecho, un bien o un interés de la
persona en cuanto tal. Afecta y compromete a la persona en todo cuanto en ella carece de
connotación económico patrimonial(107). En consecuencia, el daño a la persona es toda lesión
a sus derechos e intereses, que no tienen contenido patrimonial directo, aunque para ser in-
demnizado muchas veces tenga que cuantificarse económicamente” (108). En cuanto al daño a
la persona se requiere que sea cierto y personal, que tenga relación de causalidad entre el daño
y el hecho generador del daño y debe derivar de la lesión a un interés o derecho no patrimonial
del damnificado(109). Es pertinente puntualizar que el daño a la persona debe comprender al
daño moral(110). Este viene a estar configurado por las tribulaciones, angustias, aflicciones,
sufrimientos psicológicos, los estados depresivos que padece una persona(111). En el caso
que nos ocupa, estos padecimientos los sufre fundamentalmente el cónyuge más perjudi-
cado, sin que ello obste que el otro cónyuge también pueda padecerlos en grado menor. Un
(103) Cfr.: Osterling Parodi, Felipe. Las Obligaciones. En: Código Civil. Exposición de Motivos y Comenta-
rios. Tomo V. Compilación de Delia Revoredo de Debakey, Segunda edición, Grafotécnica Editores e Im-
presores S.R.L., Lima, 1984, p. 449.
(104) Artículo 1322.- Daño moral. El daño moral, cuando él se hubiera irrogado, también es susceptible de re-
sarcimiento.
(105) Artículo 1984.- Daño moral. El daño moral es indemnizado considerando su magnitud y el menoscabo
producido a la víctima o a su familia.
(106) Artículo 1985.- Contenido de la indemnización. La indemnización comprende las consecuencias que de-
riven de la acción u omisión generadora del daño, incluyendo el lucro cesante, el daño a la persona y el
daño moral, debiendo existir una relación de causalidad adecuada entre el hecho y el daño producido.
El monto de la indemnización devenga intereses legales desde la fecha en que se produjo el daño.
(107) Fernández Sessarego, Caños. El daño a la persona en el Código Civil de 1984. En: Libro homenaje a José
León Barandiarán. Lima, Cultural Cuzco, 1985, p. 214.
(108) La Sala Civil Transitoria de la Corte Suprema de Justicia, al resolver la Casación N° 1782-2005 (Lima),
se ha pronunciado sobre el daño moral y personal; puede ser ubicada en el siguiente enlace: http://servi-
cios.pj.gob.pe/jurisWeb/faces/searchResult_2.jsp ha establecido que: “(...) es necesario recalcar que este
daño, que no solamente tiene connotaciones de orden económico–material, que se suscita como conse-
cuencia de la disolución del régimen económico de la sociedad de gananciales, sino fundamentalmente
moral y personal, se traduce en el padecimiento psicológico que la separación puede ocasionar en el cón-
yuge perjudicado y el hecho de ver que el cónyuge inocente ha truncado su proyecto de vida en común
con el cónyuge disidente”.
(109) Ramón Daniel Pizarro participa en parte de este criterio, aunque enfoca el daño a la persona como daño
moral. Ob. cit., p. 122.
(110) Carlos Fernández Sessarego sostiene que el concepto de daño moral tiene dos acepciones, una de ellas
lo identifica con el daño a la persona, y la otra, establece una relación de género a especie. Así expresa
que: “En efecto, existen al menos dos acepciones del concepto daño moral. Una amplia, que se confun-
de con la de daño a la persona en cuanto se refiere a cualquier atentado contra los derechos de la perso-
nalidad y otra, más usual en nuestro medio, que la restringe a una dimensión afectiva, al dolor o al sufri-
miento que experimenta la persona”. En: Derecho de las personas, décimo primera edición actualizada y
aumentada, Lima, Editora Jurídica Grijley, 2009, p. 473.
(111) Cfr.: Ghersi, Carlos Alberto. Daño moral y psicológico, daño a la psiquis, Segunda edición actualizada y
ampliada, Buenos Aires, Editorial Astrea, 2002, pp. 210-212.
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
sector importante de la doctrina sostiene que el daño psíquico se halla comprendido en el daño
moral, pero que ciertamente tienen sustanciales diferencias. Si bien es cierto que ambos afec-
tan el equilibrio espiritual, sin embargo, el daño psíquico comporta un estado patológico (en-
fermedad), una alteración psicopatológica y, por consiguiente, susceptible de diagnóstico por
la ciencia médica(112). 72.- Nuestra legislación propone que el Juez debe velar por el cónyuge
más perjudicado y a tal efecto puede hacerlo de dos formas: a) mediante el pago de una suma
dineraria indemnizatoria, o b) la adjudicación preferente de uno o varios bienes de la sociedad
conyugal. El cónyuge perjudicado elige cuál de las dos formas conviene a sus intereses. Haya
o no elección, en todo caso, el Juez puede optar por la alternativa más adecuada al caso con-
creto(113). 73.- Como regla general, para que la indemnización cumpla su finalidad de velar por
la estabilidad económica del cónyuge más perjudicado, debe establecerse en un solo monto
dinerario que el Juez estime justo en atención a las pruebas recaudadas y a lo que resulta del
proceso. No se trata de una pensión compensatoria como ocurre en el derecho español, en
donde el Juez está autorizado a fijar una pensión indemnizatoria, de tracto sucesivo, que debe
ser pagada en cuotas y periódicamente, durante un cierto tiempo. 74.- Con relación a la indem-
nización por daño moral, que se halla comprendido dentro del daño a la persona, debe ser fija-
do también con criterio equitativo pero sobre ciertos elementos de convicción, de tal forma
que no puede representar un monto simbólico o irrisorio a la manera de un simple reproche a
una conducta, pero tampoco la indemnización o adjudicación puede constituir un enriqueci-
miento injusto que signifique “un cambio de vida” para el cónyuge perjudicado o para su fa-
milia. Tampoco debe establecerse “un mínimo” o “un máximo”, sino que debe estar acorde
con el caso concreto, sus circunstancias, la gravedad del daño moral, entre otros(114). De otro
lado, también se tendrá en cuenta algunas circunstancias como la edad, estado de salud, posi-
bilidad real de reinsertarse a un trabajo anterior del cónyuge perjudicado, la dedicación al
hogar, y a los hijos menores de edad, el abandono del otro cónyuge a su consorte e hijos al
punto de haber tenido que demandar judicialmente el cumplimiento de sus obligaciones ali-
mentarias, la duración del matrimonio y de vida en común, y aún las condiciones económicas,
sociales y culturales de ambas partes(115). 75.- Es cierto que en ejecución de sentencia el Juez,
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COMPENSACIÓN POR DESEQUILIBRIO
A falta de acuerdo de los cónyuges, el Juez, en la sentencia, determinará su importe teniendo en cuenta
las siguientes circunstancias:
1. Los acuerdos a que hubieran llegado los cónyuges.
2. La edad y el estado de salud.
3. La cualificación profesional y las probabilidades de acceso a un empleo.
4. La dedicación pasada y futura a la familia.
5. La colaboración con su trabajo en las actividades mercantiles, industriales o profesionales del otro
cónyuge.
6. La duración del matrimonio y de la convivencia conyugal.
7. La pérdida eventual de un derecho de pensión.
8. El caudal y los medios económicos y las necesidades de uno y otro cónyuge.
9. Cualquier otra circunstancias relevante.
En la resolución judicial se fijarán las bases para actualizar la pensión y las garantías para su efectividad”.
(116) Del mismo criterio es Alex Plácido V. Las causales de divorcio y separación de cuerpos en la jurispru-
dencia civil, Ob. cit., p. 57.
(117) Cfr. Plácido Vilcachagua, Alex. La obligación del órgano jurisdiccional de velar por la estabilidad eco-
nómica del cónyuge perjudicado por la separación de hecho. En: Diálogo con la Jurisprudencia, actuali-
dad, análisis y crítica jurisprudencial, N° 67, Lima Perú, Abril 2004, Gaceta Jurídica S.A., p. 54.
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
(118) La Corte Suprema ha tenido la oportunidad de pronunciarse sobre estos aspectos: en la Casación N° 3016-
2006 Lima, publicada el 03 de enero de 2008 en el diario oficial El Peruano, se estableció que, cuando
los jueces deban pronunciarse sobre la existencia o no del cónyuge más perjudicado, deben hacerlo “(...)
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COMPENSACIÓN POR DESEQUILIBRIO
de acuerdo a su apreciación de los medios probatorios en los casos concretos (...); debiendo precisarse
que en caso de que no se pueda determinar el cónyuge perjudicado, no existe obligación en el juzgador
de fijar indemnización alguna o [la] adjudicación preferente [de bienes]”. De igual forma, en la Casación
N° 1484-2007 Huaura, publicada el 03 de diciembre de 2008, se ha establecido que: “(...) el solo ampa-
ro de una demanda de divorcio por la causal de separación de hecho no convierte automáticamente a uno
de ellos en cónyuge perjudicado sino que tal calificación será producto de una correcta valoración de los
medios probatorios dentro de una debida motivación fáctica y jurídica (...) de tal modo que de no existir
suficientes medios probatorios que acrediten cuál cónyuge es el perjudicado el juzgador no está obliga-
do a declararlo así, ni aplicar las medidas de estabilidad económica que contempla más adelante el mis-
mo dispositivo (...)”.
(119) Es necesario tener presente que, de acuerdo a lo normado en el artículo VII del Título Preliminar del Có-
digo Procesal Constitucional, las sentencias del Tribunal Constitucional que adquieren la autoridad de
cosa juzgada constituyen precedente vinculante cuando así lo exprese la sentencia, precisando el extre-
mo de su efecto normativo; siendo el caso señalar que hasta la fecha no se ha emitido ningún preceden-
te vinculante en materia de indemnización derivada de los procesos de divorcio por la causal de separa-
ción de hecho.
(120) STC Exp. Nº 04800-2009-PA/TC del 5 de marzo de 2010.
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
ellas no se aprecia fundamentación alguna que evoque el cumplimiento del mandato estable-
cido en el artículo 345-A del Código Civil respecto a la obligación del juez de señalar una in-
demnización por daños u ordenar la adjudicación preferente de bienes de la sociedad conyugal
a favor del cónyuge perjudicado por el divorcio; todo lo cual hace deducir a este Tribunal
Constitucional que los órganos judiciales que conocieron el proceso judicial subyacente ha-
brían emitido sentencias contraviniendo el derecho de la recurrente a la debida motivación de
las resoluciones judiciales”(121). El Tribunal citado cambió de criterio y sostuvo que la norma
contenida en el artículo 345-A del Código Civil configura un mandato imperativo para el Juez
y, en consecuencia, el juzgador debió pronunciarse sobre la indemnización, al no hacerlo,
contravenía el derecho a la debida motivación de las resoluciones judiciales. En esta situación,
resulta por demás razonable, lo que propone al respecto este Supremo Tribunal constituido en
Pleno Casatorio: si no hay pretensión deducida en forma (acumulada en la demanda o en la
reconvención), por lo menos debe haber alegación de hechos concretos de la parte interesada
referentes a los perjuicios sufridos, y que la contraparte tenga la oportunidad razonable de
contradecirlos para que el Juez pueda pronunciarse en la sentencia sobre la estabilidad econó-
mica del cónyuge afectado. Será suficiente, por ejemplo, que el cónyuge alegue que su consor-
te lo abandonó en el hogar conyugal sin causa justificada, con sus hijos menores de edad, y que
por esta razón estuvo obligado a demandar el cumplimiento de la obligación alimentaria en la
vía judicial, para que entonces, acreditada esta situación fáctica, el Juez deba considerarlo
como el cónyuge más perjudicado, y por lo tanto, fijar una indemnización o disponer la adju-
dicación de bienes sociales a su favor. 9.2. La indemnización o adjudicación a instancia de
parte. 81.- Según el principio dispositivo, nemo judex sine actora, el proceso solo se inicia a
instancia de parte, nunca ex officio; por consiguiente, al demandante se le atribuye la carga
procesal de presentar la demanda ante el órgano jurisdiccional(122). No solo debe alegar hechos
y formular petitorios sino también debe probar tales hechos, y por consiguiente, se considera
la necesidad de la carga de la prueba(123). Esto nos conduce a considerar la existencia de la
carga de alegar y probar los perjuicios en el proceso de divorcio por la causal de separación de
hecho, cuando han sido reclamados por la parte interesada, ya sean en los actos postulatorios
752
COMPENSACIÓN POR DESEQUILIBRIO
o en cualquier estado del proceso. Nuestro proceso civil, está informado por una serie de prin-
cipios procesales, muchos de ellos de raigambre constitucional y con una inequívoca orienta-
ción publicística. No obstante esta orientación, rige el principio dispositivo, con algunas flexi-
bilizaciones, en los procesos de familia. 82.- A tenor del principio dispositivo, en el proceso de
divorcio en general, y en particular en el que nos ocupa, la parte interesada en principio debe
solicitar el pago de una indemnización o la adjudicación, o por lo menos debe alegar hechos
relativos al perjuicio sufrido. Esta petición puede hacerla el cónyuge demandante que se con-
sidera perjudicado, acumulando como pretensión accesoria a la principal de divorcio, en cual-
quiera de las formas ya analizadas (una indemnización o la adjudicación preferente de bien).
Por otro lado, si el cónyuge demandado se considera perjudicado, puede formular reconven-
ción en su escrito de contestación, solicitando igualmente la indemnización o la adjudicación.
Si ninguno de los cónyuges ha peticionado expresamente la indemnización o adjudicación,
entonces será suficiente que uno de ellos en su escrito postulatorio respectivo (demanda o
contestación, según sea el caso) alegue hechos claros y concretos referidos al perjuicio resul-
tante de la separación de hecho; lo que debe considerarse válidamente como un pedido o peti-
torio implícito(124), como resultado de una interpretación integral de los actos postulatorios de
las partes, tal como ya se tiene expuesto anteriormente. En consecuencia, en esta hipótesis, el
Juez en la decisión final debe pronunciarse sobre la fundabilidad –positiva o negativa– de los
indicados perjuicios y, por consiguiente, si ordena o no una indemnización o la adjudicación según
resulte de la valoración de pruebas, así como de los indicios y presunciones que surjan del proce-
so(125). 83.- Los sucedáneos de los medios probatorios están constituidos por los indicios, las
presunciones legales –absolutas y relativas–, las presunciones judiciales, la ficción legal. Así
por ejemplo, la rebeldía declarada contra el cónyuge demandado o reconvenido causa presun-
ción legal relativa sobre la verdad de los hechos expuestos en la demanda, salvo que se produzca
(124) Un sector importante de la doctrina (Peyrano, Wayar, Fassi, Morello) ha considerado que una de las hi-
pótesis de flexibilización del principio de congruencia es el pedido o petitorio implícito. Cfr. Peyrano,
Jorge W. Nuevas Tácticas Procesales, 1ra. edición, Rosario Santa Fe Argentina, Nova Tesis Editorial Ju-
rídica S.R.L., 2010, p. 100. El mismo autor propone algunos alcances para la formulación de una teoría
de las decisiones implícitas, las mismas que se derivan de varios supuestos. Resolución implícita inferi-
da: a) de la simple omisión decisoria, b) del contexto decisorio, c) de lo decidido en otras cuestiones. Y
aún argumenta a favor de la cosa juzgada implícita, véase en: Procedimiento Civil y Comercial 1, Rosa-
rio Santa Fe, Editorial Juris, 1991, p. 105 y ss.
(125) Carmen Julia Cabello Matamala sostiene, en principio, que no es procedente que el Juez de oficio seña-
le una indemnización, sino que requiere alegación de la parte interesada formulada necesariamente en la
demanda o, en su caso, en la reconvención: “Considerar por lo tanto, innecesaria la alegación de indem-
nización por parte del cónyuge perjudicado, asumiendo que su señalamiento debe ser de oficio, resul-
ta discutible por la naturaleza del derecho en cuestión, como se ha alegado en los párrafos precedentes,
pero además dicha interpretación afectaría principios procesales que garantizan el debido proceso, tales
como el principio de congruencia que exige que el juez se pronuncie sobre todos y cada uno de los pun-
tos controvertidos, respecto de los cuales se ha producido el debate probatorio, de lo contrario el pronun-
ciamiento en relación a extremos no demandados o reconvenidos afectaría además el derecho de defensa
del obligado, que al no ser emplazado no tiene la oportunidad de desvirtuar los argumentos por los cua-
les debería indemnizar, ni sobre el monto indemnizatorio (...). Por ello consideramos que, tanto la indem-
nización o adjudicación deben ser derechos alegados por su titular en el proceso judicial, en la demanda
o, en su caso, en la reconvención”. El Divorcio en el Derecho Iberoamericano, Biblioteca Iberoamerica-
na de Derecho, Editorial Reus S.A., Madrid-España, 2009, pp. 525-550.
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ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
alguna de las circunstancias previstas en el artículo 461 del Código Procesal Civil(126). Según
nuestro ordenamiento procesal civil, la conducta procesal asumida por una de las partes en el
proceso puede dar lugar a que el Juez extraiga conclusiones en contra de los intereses de tal
parte, especialmente cuando sea evidente su falta de cooperación para lograr la finalidad de los
medios probatorios o su actitud obstructiva según previsión del artículo 282 del citado cuerpo
normativo(127). 84.- Con relación a la forma cómo las partes en el proceso de divorcio introdu-
cen sus alegaciones, el principio de congruencia debe flexibilizarse al punto en que no será
imprescindible que el cónyuge expresamente peticione la indemnización en la demanda o en
vía reconvencional; por el contrario, será suficiente que alegue hechos que configuren su
condición de cónyuge más perjudicado y que la otra parte tenga la razonable oportunidad de
pronunciarse sobre tales hechos, para preservar el derecho de defensa y el principio del con-
tradictorio(128). Por lo tanto, el Juez en este tipo de procesos, como el de divorcio que se anali-
za, en calidad de director del proceso debe flexibilizar algunos principios como el de con-
gruencia, formalidad, preclusión procesal, entre otros, y atender a los fines del proceso y
exigencias humanas de la causa como le impone el artículo IX del Título Preliminar del Códi-
go Procesal Civil, pero sin afectar el derecho de defensa de la otra parte ni el debido proceso
en general, porque de lo que se trata es de emitir una sentencia objetiva y materialmente jus-
ta(129), sobre todo atendiendo a la naturaleza del proceso, a los derechos e intereses que se
discuten en el marco del Estado democrático y social de Derecho que autoproclama nuestra
754
COMPENSACIÓN POR DESEQUILIBRIO
(130) Cfr.: Peyrano, Jorge W. Problemas y soluciones procesales. Rosario, Argentina, Editorial Librería Juris,
2008, pp. 103-104.
(131) La instancia plural prevista en la Constitución (artículo 139 inciso 6) tiene una configuración legal y en
tal sentido se reconoce la doble instancia para el proceso civil en el artículo X del Título Preliminar del
Código Procesal Civil que dispone: Principio de doble instancia. El proceso tiene dos instancias, salvo
disposición legal distinta.
755
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
correr traslado a la parte contraria para darle la oportunidad de pronunciarse sobre esos hechos
y de presentar la prueba pertinente. Si ya se llevó a cabo la audiencia de pruebas, la prueba
pertinente que ofrezca la parte interesada será de actuación inmediata(132), con el fin de evitar
dilaciones y conductas maliciosas, sin perjuicio de la prueba de oficio que el Juez pueda dis-
poner para identificar al cónyuge más perjudicado y establecer la entidad de los perjuicios si
fuera el caso. De esta forma se garantiza el derecho al debido proceso de ambas partes con
relación al tema de los perjuicios, a la vez que se armoniza el trámite y resultado del proceso
con la normas de derecho de familia, se flexibiliza los mencionados principios procesales en
el marco del Estado democrático y social de Derecho que reclama nuestra Carta Política y, por
lo tanto, se garantiza una especial protección al matrimonio y a la familia, en particular a la
familia monoparental que resulta como consecuencia del divorcio(133). 9.3. Carga de la prueba
del cónyuge que solicita la indemnización o adjudicación. 88.- Para el proceso civil en gene-
ral, como es obvio, no es suficiente alegar hechos sino que deben ser probados. En esta pers-
pectiva es necesario considerar el principio onus probandi, esto es la carga de la prueba(134), la
que en nuestro sistema procesal civil está regulada expresamente(135). Hernando Devis Echan-
día define a la carga de la prueba como la “noción procesal, que contiene la regla de juicio por
medio de la cual se le indica al juez cómo debe fallar, cuando no encuentra en el proceso
pruebas que le den certeza sobre los hechos que deben fundamentar su decisión e indirecta-
mente establece a cuál de las partes le interesa la prueba de tales hechos, para evitar conse-
cuencias desfavorables o favorables a la otra parte”(136). 89.- La carga de la prueba contiene dos
reglas: una de distribución de la carga de probar y otra de juicio. La primera regla está dirigida
a las partes, y en virtud de la cual se atribuye a ellas qué hechos deben probar; el demandante
tiene la carga de probar los hechos en los que funda su pretensión y el demandado los hechos
(132) Constituyen pruebas de actuación inmediata aquellas que no requieren de audiencia o diligenciamiento
previo para ser objeto de valoración, tales como cualquier prueba que ya ha sido incorporada al proceso
principal o a sus acompañados (prueba trasladada, con las condiciones de ley), la prueba documental en
cualquiera de sus formas, una pericia de parte, etc.
(133) Doctrina autorizada admite la posibilidad de que el demandante pueda introducir nuevas causas de pedir,
representadas por hechos nuevos pero constitutivos del mismo derecho pretendido por el actor en la de-
manda. Con semejante criterio también se admite que el demandado, después de la contestación de la de-
manda, pueda aducir nuevas alegaciones y hechos, siempre que sea sometida al contradictorio. Cfr. Dos
Santos Bedaque, José Roberto. Efectividad del Proceso y Técnica Procesal, traducción Juan José Mon-
roy Palacios y Christian Delgado Suárez, 1ra. edición, Lima Perú, Librería Communitas E.I.R.L., 2010,
pp. 191 y 193.
(134) En la doctrina se ha establecido la diferencia entre carga y obligación o deber procesal: en la primera el
litigante no tiene el imperativo de cumplir una determinada conducta, sino quena una exigencia de que
la cumpla para que obtenga una consecuencia favorable dentro del proceso. En la obligación procesal el
sujeto tiene el imperativo de cumplir una conducta, que de no hacerlo se le impone una sanción jurídi-
ca; por lo tanto, en la carga procesal el vínculo se impone al sujeto en su propio interés, en tanto que en
la obligación tal vínculo se impone en interés ajeno. Cfr.: Devis Echandía, Hemando. Teoría General de
la Prueba Judicial, Tomo I. Bogotá, Temis, 2002, p. 401.
(135) Artículo 196.- Carga de la prueba. Salvo disposición diferente, la carga de probar corresponde a quien
afirma hechos que configuran su pretensión, o a quien los contradice alegando nuevos hechos.
(136) Compendio de derecho procesal. Pruebas judiciales, Tomo II, novena edición, Bogotá, Editorial ABC,
1988, p. 149.
756
COMPENSACIÓN POR DESEQUILIBRIO
que sustenta sus defensas. La segunda, es una regla de juicio dirigida al Juez que establece
cómo debe considerar la probanza de los hechos y, por lo tanto la fundabilidad de la pretensión
o, en su caso, de las defensas, ante la ausencia o deficiencia de pruebas en el proceso que va a
fallar. Como se ha visto, en el tipo de divorcio que se viene analizando, la parte demandante
puede acumular una pretensión accesoria de indemnización de daños, o la adjudicación de
bienes, derivados de la separación de hecho; y, de forma similar, la parte demandada puede
reconvenir similar pretensión, alegando ser el cónyuge más perjudicado. Después de los actos
postulatorios las partes también pueden solicitar cualquiera de aquellos dos extremos ofre-
ciendo las pruebas pertinentes, o simplemente pueden alegar hechos concretos sobre ello en
cualquier estado del proceso. Si esto último ocurre, el juez correrá traslado a la otra parte, la
que también podrá ofrecer pruebas de actuación inmediata. En el caso concreto que nos ocupa,
la carga de probar de la demandada que pretende la indemnización resulta inevitable por haber
reconvenido este concepto. En consecuencia, le corresponde la carga de probar los hechos en
que se sustenta el perjuicio alegado. El consorte pretensor tiene la carga de probar que es el
más perjudicado con la separación de hecho o con el divorcio en sí. La parte interesada asume
la carga de probar los hechos referidos al menoscabo económico y al daño personal. Si la
parte no aporta prueba para acreditar el perjuicio invocado, el Juez desestimará este extremo,
salvo que del proceso resulte alegaciones, pruebas, presunciones e indicios idóneos para iden-
tificar al cónyuge perjudicado y, por lo tanto habilitado para pronunciarse sobre la indemniza-
ción señalada por la ley(137). 90.- No obstante la carga de la prueba que tiene la parte interesada,
el Juez puede disponer de oficio la actuación de la prueba pertinente, de conformidad con la
norma contenida en el artículo 194 del Código Procesal Civil; prueba de oficio que debe dis-
ponerla si alguna de las partes alegó perjuicios a consecuencia de la separación. No está demás
precisar que la iniciativa probatoria del Juez tiene límites: a) se circunscribirá a los hechos
alegados por las partes, aún cuando en el tipo de divorcio que analizamos, no se haya formu-
lado pretensión pero sí hechos respecto a los perjuicios, b) debe respetarse el derecho de de-
fensa de las partes. Por lo tanto, debe existir una comunidad de esfuerzos entre la actividad
probatoria de las partes y la iniciativa oficiosa del juez para establecer en el proceso la verdad
jurídica objetiva, la que debe constituirse en una de las piedras basales de una decisión justa(138).
Si bien el artículo 480, in fine, del Código Procesal Civil, dispone que los procesos sobre separación
(137) Así también lo estableció la Sala Civil Transitoria de la Corte Suprema de Justicia en la Casación N° 2366-
2009 (Lima Norte), publicada el 01 de octubre de 2010, al arribar a determinadas conclusiones producto
de la valoración de los hechos y de las pruebas actuadas en el caso concreto, señalando: “Que, en el presen-
te caso, la recurrente denuncia que la Sala Superior no ha tenido en cuenta el espíritu de la norma, el cual es
garantizar que el cónyuge perjudicado con la separación no vaya a quedar en desamparo producto de una
situación que no ha provocado, y en autos quedó acreditado que la impugnante sufrió el abandono del ac-
cionaste cuando sus cinco hijos eran menores de edad. Este Supremo Tribunal coincide con la recurrente,
pues el Colegiado Superior no ha apreciado adecuadamente esta circunstancia especial, ni los subsecuen-
tes hechos que de ella se derivaron, como son el que la demandada hubiera tenido que recurrir al Poder Ju-
dicial para demandar el pago de alimentos para sus menores hijos (lo que significa que el padre fue obliga-
do compulsivamente a prestados ante su evidente negativa), así como denunciar el delito de abandono fa-
miliar, por la falta de pago de pensiones devengadas, obteniendo en ambos casos sentencias favorables que
grafican el evidente abandono material que sufrió la impugnante conjuntamente con sus hijos”.
(138) Con toda razón José Luis Blanco Gómez, con cita de Montero Aroca, concluye en este tema afirmando: “(...)
en consecuencia, los poderes instructorios conferidos al juez convierten la etapa probatoria del proceso
757
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
de cuerpos y divorcio por causales solo deben impulsarse a pedido de parte, esta norma no
impide en modo alguno que el Juez pueda ordenar pruebas de oficio, y con mayor razón tra-
tándose de este tipo de procesos. 91.- En cuanto al daño moral, a los efectos de la carga pro-
batoria, debe considerarse comprendido dentro del daño a la persona. Por otra parte, la culpa-
bilidad del cónyuge, como se ha anotado, no es requisito para la configuración de esta causal
de divorcio. En cambio, la parte que alegó el perjuicio puede probar la culpa del otro cónyuge
en los hechos que motivaron la separación de hecho con la finalidad de justificar una mayor
indemnización. 10. LA RECONVENCIÓN FORMULADA POR LA DEMANDADA EN EL
PRESENTE PROCESO. 92.- La demandada Catalina Ortiz Velasco en su escrito de fojas 91,
subsanado a fojas 111, además de contestar la demanda, ha formulado reconvención, solicitan-
do que el demandante la indemnice por daño moral y personal, pagándole por concepto de
daños y perjuicios la suma de S/. 250,000.00 (doscientos cincuenta mil nuevos soles), susten-
tando su pretensión en los hechos que expone en el indicado escrito. Tramitado el proceso
según su naturaleza procesal, el Juez expide sentencia a fojas 313 y siguientes, declarando
fundada la demanda de divorcio por la causal de separación de hecho y, en consecuencia, di-
suelto el vínculo matrimonial celebrado entre las partes, y además, entre otros, fundada en
parte la reconvención sobre indemnización por daño moral; en consecuencia, ordena que el
demandante pague por concepto de indemnización a favor de la demandada la suma
S/.10,000.00 (diez mil nuevos soles). 10.1. La reconvención y la sentencia de primera instan-
cia. 93.- La sentencia entre otros, ampara la reconvención de la demandada en la parte referida
al daño moral y establece que ha sufrido menoscabo en su esfera moral, afectándose sus sen-
timientos al no continuar vigente el matrimonio y mantener una familia. Se sustenta esencial-
mente en que de la conducta del demandante se concluye que: a) ha recibido asistencia econó-
mica de su esposa para labrarse un futuro mejor, b) ha promovido actos de violencia física en
agravio de la demandada, c) ha rehuido el cumplimiento de su obligación alimentaria a favor
de la demandada e hijos, motivando se le siga un proceso de alimentos para conminarlo a que
cumpla con aquella obligación, d) ha iniciado un proceso judicial de divorcio; por lo que re-
sulta innegable que con la conducta del demandante se ha producido el quebrantamiento de los
deberes de asistencia y vida en común. Así mismo, para los efectos de determinar el monto
indemnizatorio, por la propia naturaleza extrapatrimonial: a) se recurre a la discrecionalidad
del magistrado, b) se toma en cuenta el tiempo de separación de hecho, c) también el tiempo
que desatendió las necesidades básicas de la demandada e hijos y, d) que subsiste la pensión
alimenticia a favor de la demandada. 10.2. La reconvención y la sentencia de segunda instan-
cia. 94.- La Sala Superior ha revocado solo en el extremo que declaraba fundada la pretensión
de régimen de visitas –en razón de que los hijos eran ya mayores de edad– y reformándola ha
declarado sin objeto este pronunciamiento por sustracción de la pretensión del ámbito jurisdic-
cional. En consecuencia, se confirmó, entre otros, el monto indemnizatorio de S/. 10,000.00
(diez mil nuevos soles) fijado por el Juez. En segunda instancia, se ha establecido que la de-
mandada: a) es cónyuge perjudicada, pues no motivó la separación de hecho, b) cumplió con
civil en una auténtica comunidad de esfuerzos, del juez y las partes. De ahí la acertada diferenciación de
Montero Aroca, quien distingue entre actos de demostración y de verificación. En los primeros se inclu-
yen los originados por las partes y, en los segundos, los provenientes de la iniciativa del juzgador, aun-
que al final tanto los unos, corno los otros, confluyan al mismo punto”. Sistema dispositivo y prueba de
oficio, Ediciones Jurídicas Gustavo Ibáñez, Bogotá, 1994, p. 101.
758
COMPENSACIÓN POR DESEQUILIBRIO
759
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
no solamente producen un daño moral en sentido estricto sino que generan un daño a la perso-
nal(139). En el proceso se ha acreditado que la demandada sufrió agresiones físicas y violencia
moral, como resulta del acta de conciliación de fojas 74, documento privado de transacción
extrajudicial de fojas 75 y 75 vuelta, del acta de compromiso y desistimiento entre las partes
y de la manifestación policial de fojas 77, documentos en los cuales el actor reconoce ser autor
de los maltratos físicos y morales, aunque alega que la culpa es de la demandada porque es
celosa. Asimismo, de las constancias de fojas 83 y 84, de los cuatro certificados médicos lega-
les de fojas 85 a 88 se corrobora las lesiones corporales sufridas por la demandada, tales como
equimosis con hematoma peripalpebral izquierdo en pirámide nasal con desviación de tabique
nasal hacia la derecha; además de otros hematomas, excoriaciones y equimosis en diferentes
partes del cuerpo, en distintas fechas. En consecuencia, no solamente se ha producido perjui-
cios de carácter moral, por las tribulaciones, sufrimientos psicológicos y angustias sino tam-
bién daños a la persona por las lesiones corporales y vulneración a la integridad física de la
demandada. En consecuencia, y tal como lo ha señalado la sentencia de segunda instancia, por
consiguiente se ha producido daños a la persona de la emplazada. C) Sobre el incumplimiento
de la obligación alimentaria por parte del demandante a favor de la demandada e hijos, lo que
determinó que fuera demandado judicialmente para su cumplimiento (Exp. N° 177-1997),
debe ser tomado en cuenta como elemento de convicción relevante para considerar a la empla-
zada como cónyuge más perjudicada. Uno de los efectos directos e inmediatos de la separa-
ción de hecho fue el incumplimiento de sus obligaciones legales alimentarias del actor a favor
de su cónyuge e hijos, casi todos ellos entonces menores de edad, lo que constituye una forma
evidente de perjuicio. D) Con relación al inicio del presente proceso de divorcio, en principio
ello no puede generar ningún tipo de responsabilidad y por consiguiente ninguna obligación.
El requerimiento de tutela jurisdiccional efectuado por el actor mediante el ejercicio regular
del derecho de acción no origina perjuicios ilegítimos, no solamente por estar prevista la alu-
dida pretensión de divorcio en el ordenamiento jurídico, sino porque además no se ha acredi-
tado que el derecho de acción fuera ejercitado en forma arbitraria o irregular para que genere
tal responsabilidad como lo exige el artículo 4 del Código Procesal Civil(140). Tan cierto es ello
que la demanda de divorcio por la causal de separación de hecho que da origen a este proceso
ha sido amparada por las dos instancias de mérito(141). 97.- En lo referente a los argumentos y fun-
damentos de la sentencia de vista también se advierte que: A) Como se tiene anotado, la
(139) Como se ha dicho nuestro Código Civil vigente reconoce el daño a la persona y el daño moral, auque
no en forma sistemática: en consecuencia, correlacionando estos dos conceptos, se ha establecido que el
daño a la persona es el género y el daño moral es la especie, en el sentido de que el daño moral está com-
prendido dentro del daño a la persona; empero, en algunos casos el propio Código (artículo 1322) utili-
za ambos conceptos como sinónimos.
(140) Artículo 4.- Consecuencias del ejercicio irregular del derecho de acción civil. Concluido un proceso por
resolución que desestima la demanda, si el demandado considera que el ejercicio del derecho de acción
fue irregular o arbitrario, puede demandar el resarcimiento por los daños y perjuicios que haya sufrido,
sin perjuicio del pago por el litigante malicioso de las costas, costos y multas establecidos en el proceso
terminado.
(141) El ejercicio arbitrario o irregular del derecho de acción tiene lugar cuando la pretensión es manifiesta-
mente infundada o ambigua, o se sustenta en hechos evidentemente falsos o con intensiones dolosas, tal
ocurre cuando se elige la vía más perjudicial para el adversario, la confusión a través del proceso con la in-
tención de provocar una incertidumbre dañosa, o cuando se despliega una actividad procesal que encierra
760
COMPENSACIÓN POR DESEQUILIBRIO
culpabilidad del cónyuge no es requisito del divorcio-remedio; empero, este elemento subjeti-
vo puede ser tomado en cuenta en la determinación del cuantum indemnizatorio, y así lo hace
la sentencia. En esta perspectiva, se argumenta que la demandada es cónyuge inocente, pues
no dio motivo a la separación de hecho, por el contrario, cumplió con los deberes matrimonia-
les durante el periodo de vida en común y asumió la tenencia y educación de los hijos. Tam-
bién puede observarse que la referida sala, al igual que el juzgado, justifica la indemnización
en el hecho de que la demandada es quien asumió los gastos para que el actor obtuviera su
título de docente. B) Asimismo, la Sala Superior estima que le corresponde velar por la esta-
bilidad económica de la consorte perjudicada. Sin embargo, no expone las razones puntuales
por cuales habría existido un desequilibrio económico, como sería el de: a) relacionar la situa-
ción material de un cónyuge respecto del otro y simultáneamente comparar la situación mate-
rial resultante del cónyuge que se considera más perjudicado con la que tenía durante el matri-
monio. De otro lado, la sentencia mencionada sustenta en parte la indemnización en la
frustración del “proyecto de vida matrimonial”; concepto que como hemos visto es discutible
y con un fuerte ingrediente de subjetividad, pero que además la Sala no precisa cuáles son en
concreto las probabilidades de realización de la persona de la demandada que quedan truncas
a consecuencia de la frustración del citado proyecto de vida. 11. JUICIO DE FUNDABILI-
DAD DEL RECURSO DE CASACIÓN. 98.- En el recurso de casación interpuesto por el
actor, este invocó como infracción normativa la aplicación indebida del artículo 345-A del
Código Civil, alegando que la reconvención se sustentó en su presunta infidelidad con otra
mujer, pero tal hecho no ha sido acreditado por la demandada. También alegó que la Sala Su-
perior llegó a la convicción de que la demandada es la consorte inocente y perjudicada, sin
haberse probado las causales determinantes de los daños y perjuicios ni del daño moral, pues
no se probó que el recurrente hubiere contraído compromiso con otra mujer, como sería una
partida de nacimiento de hijo extramatrimonial. También el recurrente invocó como causal
casatoria la infracción de la norma contenida en el artículo VII del Título Preliminar del Códi-
go Procesal Civil, alegando que las sentencias del Juez y de la Sala Superior son contradicto-
rias, pues el primero omite pronunciarse sobre la supuesta infidelidad del recurrente, mientras
que la Sala asevera la inocencia y perjuicios supuestos de la demandada, de lo que concluye
que no existe una adecuada motivación. 99.- Como puede apreciarse de la reconvención, la
misma se sustentó esencialmente en que la demandada le remitía dinero al actor para solventar
sus estudios y manutención en la ciudad de Juliaca, que además tuvo que efectuarse un prés-
tamo [de] dinero para remitírselo, que cuando fue a visitarlo a la Escuela de Huancho fue
avergonzada y golpeada al extremo de dejarla inconsciente, y que tales maltratos sucedieron
continuamente. Dentro de los bienes gananciales adquiridos afirma que debe considerarse
cinco máquinas de tejer y doscientas veinticinco varillas de fierro para construcción, bienes
que fueron vendidos por el actor, además de llevarse este el dinero ahorrado ascendente a US$.
6,000.00 (seis mil dólares americanos), dejándola en el más completo abandono moral y ma-
terial. Si bien se aprecia que en la citada reconvención la demandada también afirmó que el
actor la ha dejado por irse con una profesora y que nunca volvió a preocuparse por sus hijos ni
engaño, temeridad o malicia, o cuando se recurre al proceso sin necesidad de ello. El ejercicio abusivo
también puede darse en el curso de la actividad procesal (la acción se ejercita durante todo el proceso).
Cfr.: Gozaini, Osvaldo Alfredo. Temeridad y Malicia en el Proceso, Buenos Aires, Rubinzal Culzoni Edi-
tores, 2002, p. 175.
761
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
a visitarlos, también es cierto que la supuesta relación con tercera persona no constituye el
único hecho sustentatorio de la reconvención, y en todo caso, esta ha sido amparada por los
otros hechos alegados y probados. 100.- La Sala Superior ha llegado a la convicción de que la
emplazada es la más perjudicada, por los fundamentos que se detallan en la propia sentencia
de vista, valorando las pruebas aportadas al proceso, y en donde no se pronuncia sobre la su-
puesta infidelidad del actor (que sustentaría en parte el daño moral), no obstante dicha omisión
no causa la nulidad de la sentencia de vista por no ser un hecho relevante y único de la recon-
vención, y además la eventual subsanación no cambiará el sentido de la resolución impugna-
da. 101.- En cuanto a la alegada infracción de la norma contenida en el artículo VII del Título
Preliminar del Código Procesal Civil, no se aprecia contradicción entre las dos sentencias de
mérito, ya que como se ha anotado la supuesta infidelidad del recurrente no es el único hecho
que sustenta la reconvención y la omisión de su pronunciamiento no constituye causal de nu-
lidad insubsanable. La Sala Superior ha motivado adecuadamente no solo en cuanto a la pre-
tensión principal de divorcio por separación de hecho sino también en cuanto a la reconven-
ción, y particularmente ha motivado fáctica y jurídicamente la fundabilidad de la pretensión
reconvencional interpuesta por la demandada, considerando a esta como la cónyuge perjudi-
cada; en tal sentido, tampoco se verifica infracción a las normas que garantizan el derecho a
un debido proceso tutelado por el artículo 139 inciso 3 de la Constitución Política del Estado.
En conclusión, y por todas estas consideraciones, el recurso de casación interpuesto por el
demandante René Huaquipaco Hanco debe ser declarado infundado de conformidad con lo
dispuesto en el artículo 397 del Código Procesal Civil. 12. DE LOS EFECTOS DE LA SEN-
TENCIA Y EL PRECEDENTE JUDICIAL. 102.- El precedente judicial que se establece en
mérito a la presente resolución tiene fuerza vinculatoria para los jueces de todas las instancias
y órganos jurisdiccionales de la República(142) de conformidad con lo dispuesto por el artículo
400 del Código Procesal Civil modificado por el artículo 1 de la Ley 29364; por consiguiente,
es de observancia obligatoria desde el día siguiente de su publicación oficial para los jueces en
procesos pendientes de resolver y cuando resuelvan casos similares y en procesos de naturale-
za homóloga (proceso de divorcio por la causal de separación de hecho y proceso de separa-
ción de cuerpos por la causal de separación de hecho según lo dispuesto por los artículos 333
inciso 12, 345-A y 349 del Código Civil). No será vinculante para los casos ya resueltos pasa-
dos en autoridad de cosa juzgada. IV. FALLO: Por las razones expuestas, este Pleno Casatorio
de la Corte Suprema de Justicia de la República, conformada por los Jueces Supremos inte-
grantes de la Sala Civil Permanente y de la Sala Civil Transitoria, presentes en la vista de la
causa, de conformidad con la norma prevista en el artículo 400 del Código Procesal Civil:
Primero. Declara INFUNDADO en recurso de casación interpuesto por don René Huaquipaco
Hanco y, en consecuencia, NO CASARON la sentencia de vista de fojas 426 a 430, su fecha
22 de setiembre de 2010, expedida por la Sala Civil de San Román-Juliaca de la Corte Supe-
rior de Justicia de Puno, Segundo. Asimismo, declara que CONSTITUYE PRECEDENTE
JUDICIAL VINCULANTE las siguientes reglas: 1. En los procesos de familia, como en
los de alimentos, divorcio, filiación, violencia familiar, entre otros, el Juez tiene facultades
(142) El precedente judicial establece reglas o criterios cualificados de interpretación y aplicación del derecho
objetivo, que resultan de observancia obligatoria por los jueces de todas las instancias; en virtud de cu-
yas reglas deben resolver los casos esencialmente semejantes de forma similar al resuelto en la casación
que origina el precedente.
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de todos y cada uno, para que todos seamos verdaderamente responsables de todos”. (Juan
Pablo II, Carta enc. Sollicitudo rei socialis, 38:1988 565-566). 3.b) Solidaridad y crecimiento
común de los hombres. El término “solidaridad”, se traduce en la aportación positiva que
nunca debe faltar a la causa común, en la búsqueda de los puntos de posible entendimiento
incluso allí donde prevalece una lógica de separación y fragmentación. El principio de solida-
ridad implica que gobernantes y gobernados cultiven la conciencia de la deuda que tienen con
la sociedad. Son deudores de aquellas condiciones que facilitan la existencia humana. Tal
deuda se aligera con las diversas manifestaciones de la actuación de los funcionarios públicos
que tienen la posibilidad o la obligación social y ética de contribuir a que el camino de los
hombres no se interrumpa, ni aún ante situaciones adversas, sino que permanezca abierto para
las generaciones presentes y futuras. 3.c) Solidaridad familiar. La subjetividad social de las
familias se expresa también con manifestaciones de solidaridad y ayuda mutua y con mayor
razón cuando la enfermedad, la pobreza, la injusticia, la edad o el individualismo atacan la
familia y el matrimonio. Se trata de la consecuencia de la realidad familiar. La solidaridad
pertenece a la familia como elemento constitutivo y estructural. Es una solidaridad que puede
asumir el rostro del servicio que persigue el derecho y de la atención a cuantos viven las con-
secuencias del relativismo, el hedonismo, el egoísmo y el consumismo; que se hace voz ante
las instituciones de cualquier situación de carencia, para que intervengan según sus finalidades
específicas. Las familias, lejos de ser solo objeto de la acción política, pueden y deben ser
sujeto de esta actividad, movilizándose para “procurar que las leyes y las instituciones del
Estado no solo no ofendan, sino que sostengan y defiendan positivamente los derechos y de-
beres de la familia. En este sentido, las familias deben crecer en la conciencia de ser “protago-
nistas” de la llamada “política familiar” y asumir la responsabilidad de transformar la socie-
dad”. (Juan Pablo II, Exh. ap. Familiaris consortio, 44: (1982) 136; Santa Sede, Carta de los
derechos de la familia, artículo 9). También debe considerarse que el artículo 335 del Código
Civil establece que “Ninguno de los cónyuges puede fundar la demanda en hecho propio”;
pese a que este principio universal haya sido transgredido en el texto del artículo 333 inciso 12
del propio Código Civil. Por las razones expuestas, de conformidad con la norma prevista en
los artículos 143 de la Ley Orgánica del Poder Judicial y 400 del Código Procesal Civil: el juez
que suscribe se adhiere al voto unánime que: a) Declara INFUNDADO en recurso de casación
interpuesto por don René Huaquipaco Hanco y, en consecuencia, NO CASA la sentencia de
vista que corre de fojas 426 a 430. b) Declara que deben CONSTITUIR PRECEDENTE JU-
DICIAL VINCULANTE las siguientes reglas: 1. En los procesos de familia, como en los de
alimentos, divorcio, violencia familiar, los jueces tienen obligaciones y facultades tuitivas y se
flexibiliza los principios y normas procesales sobre iniciativa de parte, congruencia, formali-
dad, eventualidad, preclusión, acumulación de pretensiones, entre otros, en razón de las res-
ponsabilidades constitucionales sobre protección de la familia y promoción del matrimonio;
la naturaleza de los conflictos que deben solucionar derivados de las relaciones sociales,
familiares e interpersonales. Todo ello de conformidad con lo dispuesto en la Constitución
Política del Estado cuyos artículos 1, 2, inciso 1, 4 y 43 consagran, respectivamente: Que la
defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad son el fin supremo de la sociedad y
del Estado; La protección especial: al niño, al adolescente, a la madre, y al anciano. También
protegen a la familia y promueven el matrimonio. Reconocen a estos últimos como institutos
naturales y fundamentales de la sociedad. Que toda persona tiene derecho a la vida, a su iden-
tidad, a su integridad moral, psíquica y física ya su libre desarrollo y bienestar. El concebido
es sujeto de derecho en cuanto le favorece. Así como reconoce la fórmula política del Estado
social y democrático de Derecho. 2.- En los procesos sobre divorcio y de separación de cuerpos
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los jueces tienen el deber de velar, de oficio, por la estabilidad económica del cónyuge que
resulte más perjudicado así como la de sus hijos, de conformidad con lo dispuesto por el
artículo 345-A del Código Civil; aun si ello no hubiese sido demandado, ni reconvenido ni
alegado. Se trata de una obligación constitucional y su fundamento es la equidad y la solidari-
dad. 3.- El derecho reconocido en el artículo 345-A del Código Civil es irrenunciable pues está
referido a una obligación constitucional del Estado, la sociedad y de la parte ofensora, cuyo
fundamento es la equidad y la solidaridad. 4.- En consecuencia, a pedido de parte o de oficio,
los jueces deberán señalar con criterio de conciencia, con arreglo a la sana crítica y de acuerdo
a cada caso una indemnización por las responsabilidades en que hubiere incurrido el cónyuge
que incumpla sus deberes familiares; lo que incluye el daño a la persona y el daño moral, u
ordenará la adjudicación preferente de bienes de la sociedad conyugal, independientemente de
la pensión de alimentos, gananciales, derechos hereditarios, providencias en beneficio de
los hijos que pudiera corresponderle. 5.- Para que proceda el reconocimiento judicial de
los derechos reconocidos por el artículo 345-A del Código Civil la actuación de oficio o
el pedido de parte podrán ser formulados en cualquier estado del proceso. En todo caso,
los jueces deberán garantizar a las partes el ejercicio del principio de contradicción, de su
derecho constitucional a la instancia plural y de defensa. SE DISPONE LA PUBLICA-
CIÓN de la presente sentencia en el diario oficial El Peruano, teniendo efectos vinculantes
para todos los órganos jurisdiccionales de la República a partir del día siguiente de su publica-
ción. En el proceso sobre divorcio por la causal de separación de hecho seguido por René
Huaquipaco Hanco en contra de Catalina Ortiz Velazco. Sr. RAMIRO DE VALDIVIA CANO,
Carmen Rosa Champac Cabezas.- Relatora.
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ÍNDICE
GENERAL
ÍNDICE GENERAL
Introducción............................................................................................................................ 7
CAPÍTULO PRIMERO
Régimen patrimonial de la familia
I. Introducción
III. Contenido
1. Régimen patrimonial del matrimonio ......................................................................... 14
1.1. Régimen general ................................................................................................. 14
1.2. Régimen de bienes .............................................................................................. 14
2. Régimen patrimonial de la familia ............................................................................... 14
IV. Objetos del Derecho de familia
VII. Sanciones
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CAPÍTULO SEGUNDO
Régimen patrimonial en el matrimonio
I. Normas Generales
1. Generalidades.................................................................................................................. 34
2. Conceptos generales ....................................................................................................... 35
2.1. Patrimonio ........................................................................................................... 36
2.2. Patrimonio conyugal .......................................................................................... 36
2.3. Poder doméstico ................................................................................................. 36
3. Origen .............................................................................................................................. 36
3.1. Derecho romano ................................................................................................. 37
3.2. Derecho germánico ............................................................................................ 37
3.3. Derecho visigodo-español ................................................................................. 38
3.4. Cristianismo ........................................................................................................ 39
3.5. Antecedentes en el Perú ..................................................................................... 40
3.5.1. Incanato............................................................................................... 40
3.5.2. Colonia ................................................................................................ 40
3.5.3. Código Civil de 1852 ......................................................................... 41
3.5.4. Código Civil de 1936 ......................................................................... 42
4. Concepto ......................................................................................................................... 43
5. Denominación ................................................................................................................ 43
6. Definición ....................................................................................................................... 44
7. Características ................................................................................................................. 45
7.1. Intereses económicos ......................................................................................... 46
7.2. Libertad y mutabilidad ..................................................................................... 47
7.3. Régimen legal supletorio ................................................................................... 48
7.4. Poder doméstico compartido............................................................................ 49
7.5. Cargas de familia compartidas.......................................................................... 49
7.6. Connatural al matrimonio ................................................................................ 50
7.7. Interés familiar .................................................................................................... 51
7.8. Formalidad .......................................................................................................... 51
8. Naturaleza jurídica ........................................................................................................ 52
9. Objeto y objetivo............................................................................................................. 52
10. Efectos y finalidad .......................................................................................................... 53
11. Elementos ........................................................................................................................ 54
11.1. Sujetos .................................................................................................................. 54
11.1.1. Directos.................................................................................................... 54
11.1.2. Indirectos ................................................................................................. 54
11.2. Objeto................................................................................................................... 55
12. Contenido y ámbito ....................................................................................................... 57
12.1. Personal................................................................................................................ 57
12.2. Patrimonial .......................................................................................................... 58
13. Constitución .................................................................................................................... 58
13.1. A título voluntario - Elección del régimen...................................................... 58
13.1.1. Antes del matrimonio - Pacto antenupcial....................................... 59
13.1.2. Durante el matrimonio - Sustitución del régimen .......................... 62
14. Principios ......................................................................................................................... 63
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ÍNDICE GENERAL
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el cónyuge ............................................................................................................ 88
21. Cargas .............................................................................................................................. 90
22. Obligaciones sociales ..................................................................................................... 90
II. Representación y administración
23. Representación y administración ................................................................................ 92
23.1. Potestad doméstica ............................................................................................ 93
23.2. Tipología de los actos y representación ........................................................... 93
23.2.1. Actos ordinarios ................................................................................... 93
23.2.2. Actos extraordinarios .......................................................................... 94
23.3. Representación conjunta ................................................................................... 95
23.4. Representación unilateral .................................................................................. 96
24. Teoría de la desconsideración judicial de la persona jurídica y el régimen matri-
monial de bienes ............................................................................................................. 96
24.1. Introducción ........................................................................................................ 96
24.2. Denominación .................................................................................................... 98
24.3. Concepto.............................................................................................................. 99
24.4. Definición ............................................................................................................ 100
24.5. Estructura de la teoría de la desestimación de la persona jurídica en el
régimen familiar ................................................................................................. 100
24.5.1. Sujetos ................................................................................................. 100
24.5.2. Vehículo .............................................................................................. 103
24.5.3. Objeto .................................................................................................. 104
24.6. Interacción de la persona natural con la persona jurídica en el régimen
familiar ................................................................................................................. 104
24.7. Ámbito ................................................................................................................. 105
24.7.1. Régimen de bienes ............................................................................. 106
24.7.2. Régimen de alimentos ....................................................................... 110
24.8. Tipología de la desconsideración de la persona jurídica............................... 112
24.8.1. Desconsideración inversa o indirecta ............................................. 112
24.8.2. Desconsideración reversa o directa ................................................. 112
24.9. Instituciones jurídicas que podrían solucionar el abuso de la persona
jurídica ................................................................................................................. 113
24.9.1. Ejercicio abusivo del derecho ........................................................... 113
24.9.2. Simulación .......................................................................................... 114
24.9.3. Fraude.................................................................................................. 116
24.9.4. Enriquecimiento sin causa .............................................................. 118
24.9.5. La desconsideración de la persona como herramienta eficaz ..... 119
24.10. Afectación del tercero en el fraude de la persona jurídica ........................... 120
24.11. El delito de fraude en la administración de personas jurídicas y el fraude
societario para perjudicar la comunidad de bienes y el régimen alimentario . 121
24.12. Conclusión........................................................................................................... 123
25. Prescripción adquisitiva familiar .................................................................................. 124
25.1. Estructura normativa ......................................................................................... 126
25.2. Instituciones afines ............................................................................................. 130
25.3. Conclusión acerca de esta forma de usucapión .............................................. 131
26. Derecho expectante de viudedad.................................................................................. 131
Bibliografía del capítulo ......................................................................................................... 133
794
ÍNDICE GENERAL
CAPÍTULO TERCERO
Sociedad de gananciales
I. Consideraciones generales
1. Introducción .................................................................................................................... 142
2. Concepto.......................................................................................................................... 142
3. Denominación ................................................................................................................ 143
4. Definición ........................................................................................................................ 143
5. Características ................................................................................................................. 143
5.1. Sociedad sin personería jurídica propia .......................................................... 143
5.2. Régimen mixto.................................................................................................... 144
5.3. Comunidad de bienes ........................................................................................ 144
5.4. Régimen supletorio ............................................................................................ 145
5.4.1. Régimen único aplicable a las uniones estables propias ............... 145
5.4.2. Titularidad de los bienes propios..................................................... 145
5.4.3. Actos de administración y disposición de los bienes propios...... 145
5.4.4. Titularidad de los bienes sociales .................................................... 146
5.4.5. Actos de administración y disposición de bienes sociales ........... 146
5.4.6. Deudas propias................................................................................... 147
5.4.7. Deudas sociales .................................................................................. 147
6. Naturaleza jurídica ......................................................................................................... 148
6.1. Teoría de la comunidad considerada propiedad del marido ........................ 148
6.2. Teoría de la comunidad de bienes romana...................................................... 148
6.3. Teoría de la sociedad civil.................................................................................. 149
6.4. Teoría de la persona jurídica ............................................................................. 150
6.5. Teoría de la comunidad de bienes alemana o de la gesammtehand ............. 150
6.6. Teoría del patrimonio autónomo ..................................................................... 151
6.7. Régimen de comunidad de bienes y la sociedad de gananciales en el
ordenamiento jurídico peruano ....................................................................... 151
7. Fenecimiento ................................................................................................................... 152
7.1. Fenecimiento ordinario ..................................................................................... 153
7.1.1. Invalidez de matrimonio..................................................................... 153
7.1.2. Divorcio................................................................................................. 153
7.1.3. Muerte ................................................................................................... 154
7.2. Fenecimiento extraordinario ............................................................................ 154
7.2.1. Sustitución de régimen patrimonial .................................................. 154
7.2.2. Separación de cuerpos ........................................................................ 155
7.2.3. Declaración de ausencia...................................................................... 155
7.3. Efectos .................................................................................................................. 156
7.3.1. Entre los cónyuges ............................................................................... 156
7.3.2. Respecto de terceros ............................................................................ 157
7.4. Finalidad .............................................................................................................. 157
7.5. Liquidación.......................................................................................................... 158
7.5.1. Definición ........................................................................................... 158
7.5.2. Formas ................................................................................................. 159
7.5.3. Pasos .................................................................................................... 160
7.5.4. Reglas para casos especiales ............................................................. 165
795
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
796
ÍNDICE GENERAL
9.2. Obligaciones privadas a cargo de los bienes propios de los cónyuges ......... 228
9.2.1. Deudas privadas exclusivas .............................................................. 229
9.2.2. Deudas privadas compartidas o generadoras de responsabili-
dad subsidiaria ................................................................................... 237
9.3. Obligaciones a cargo de los bienes sociales. Deudas sociales ....................... 245
9.3.1. Cargas sociales ................................................................................... 246
9.3.2. Cargas y deudas.................................................................................. 251
9.3.3. Deudas sociales stricto sensu ........................................................... 251
9.3.4. Responsabilidad patrimonial por deudas derivadas de deudas
sociales ................................................................................................ 251
9.3.5. Modulación de responsabilidad por deudas comunes ........................ 252
Bibliografía del capítulo ......................................................................................................... 254
CAPÍTULO CUARTO
Separación de patrimonios
I. Introducción
II. Concepto
III. Denominación
IV. Definición
V. Características
1. Formalidad ...................................................................................................................... 262
2. División de patrimonios ................................................................................................ 263
3. Voluntario ........................................................................................................................ 263
3.1. Régimen supletorio en el Derecho comparado .............................................. 263
4. Titularidad de los bienes propios ................................................................................. 264
5. Bienes en copropiedad ................................................................................................... 264
6. Administración individual ............................................................................................ 264
7. Administración delegada............................................................................................... 265
8. Responsabilidad por obligaciones personales ............................................................ 265
9. Responsabilidad por obligaciones conjuntas .............................................................. 265
10. Responsabilidad por obligaciones contraídas en el ejercicio de la potestad do-
méstica ............................................................................................................................. 266
11. Ejercicio de la propiedad en armonía con el interés familiar ................................... 266
12. Inscripción ....................................................................................................................... 266
13. Conveniencia/eficiencia ................................................................................................. 267
VI. Bienes
VII. Deudas
14. Deudas propias de los cónyuges ................................................................................... 269
15. Deudas asumidas conjuntamente por los cónyuges .................................................. 269
797
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
CAPÍTULO QUINTO
Patria potestad
I. Generalidades
1. Introducción .................................................................................................................... 289
2. Antecedentes y evolución .............................................................................................. 290
3. Conceptos generales ....................................................................................................... 291
4. Denominación ................................................................................................................ 292
5. Definición ........................................................................................................................ 294
6. Características ................................................................................................................. 294
7. Objetivo ........................................................................................................................... 295
8. Naturaleza jurídica ......................................................................................................... 296
II. Titularidad y ejercicio
9. Sujetos .............................................................................................................................. 297
9.1. Padres ................................................................................................................... 297
9.2. Hijos ..................................................................................................................... 299
9.2.1. Hijos matrimoniales .......................................................................... 299
798
ÍNDICE GENERAL
799
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
800
ÍNDICE GENERAL
CAPÍTULO SEXTO
Alimentos
I. Introducción
II. Etimología
801
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
802
ÍNDICE GENERAL
803
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
CAPÍTULO SÉTIMO
Patrimonio familiar
I. Introducción
II. Denominación
III. Antecedentes
1. Orígenes ........................................................................................................................... 486
IV. Antecedentes de la institución en el Perú
V. Concepto
804
ÍNDICE GENERAL
VI. Definición
VIII. Caracteres
2. Inalienabilidad ................................................................................................................ 492
3. Indivisibilidad ................................................................................................................. 493
4. Inembargabilidad............................................................................................................ 493
5. Transmisibilidad sucesoral ............................................................................................ 496
IX. Finalidad
X. Base legal
XI. Elementos
6. Sujetos .............................................................................................................................. 499
6.1. Constituyentes ......................................................................................................... 499
6.2. Beneficiarios ........................................................................................................ 501
7. Objeto............................................................................................................................... 504
XII. Administración
805
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
XX. Desafectación
CAPÍTULO OCTAVO
Tutela
I. Generalidades y antecedentes
II. Etimología
III. Noción
IV. Definición
V. Finalidad
VII. Características
1. Supletoria ......................................................................................................................... 529
1.1. Tutela y patria potestad ...................................................................................... 529
2. Personalísima e intransferible ....................................................................................... 530
3. Obligatoria y temporal ................................................................................................... 530
4. Representativa ................................................................................................................. 531
5. Remunerada .................................................................................................................... 531
6. Unipersonal .................................................................................................................... 531
7. Institución de amparo familiar y protección de los incapaces.................................. 532
8. Institución de interés social ........................................................................................... 532
VIII. Sujetos
9. Pupilo ............................................................................................................................... 532
9.1. Deberes ................................................................................................................ 533
9.2. Derechos .............................................................................................................. 533
10. Tutor ................................................................................................................................. 534
10.1. Deberes, atribuciones y obligaciones del tutor ............................................... 534
10.1.1. Deberes................................................................................................ 534
10.1.2. Atribuciones ....................................................................................... 535
10.1.3. Obligaciones ....................................................................................... 536
10.2. Prohibiciones absolutas ..................................................................................... 536
10.3. Prohibiciones relativas ....................................................................................... 537
10.4. Excepciones a la prohibición............................................................................. 537
10.5. Actos no permitidos al tutor ............................................................................. 537
10.6. Tutor de tratamiento .......................................................................................... 538
10.7. Curador-Tutor ..................................................................................................... 538
10.8. Protutor ................................................................................................................ 538
806
ÍNDICE GENERAL
807
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
CAPÍTULO NOVENO
Curatela
I. Generalidades y antecedentes
II. Etimología
III. Definición
IV. Denominación
V. Finalidad
VII. Características
1. Supletoria ......................................................................................................................... 562
2. Personalísima e intransferible ....................................................................................... 562
3. Obligatoria y temporal ................................................................................................... 562
4. Representativa ................................................................................................................. 563
5. Remunerada .................................................................................................................... 563
6. Unipersonalidad ............................................................................................................. 563
7. Institución de amparo familiar y protección de los incapaces.................................. 564
8. Institución de interés social ........................................................................................... 564
9. Se regula supletoriamente por las normas de la tutela .............................................. 564
VIII. Sujetos
10. Curado ............................................................................................................................. 565
10.1. Legitimidad pasiva del curado .......................................................................... 566
808
ÍNDICE GENERAL
809
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
XV. Rehabilitación
CAPÍTULO DÉCIMO
Consejo de familia
I. Antecedentes
II. Etimología
III. Concepto
IV. Denominación
V. Definición
VII. Clasificación
1. Consejo de familia testamentario o escriturario ........................................................ 613
2. Consejo de familia legal ................................................................................................. 613
3. Consejo de familia dativo .............................................................................................. 613
4. Consejo de familia mixto............................................................................................... 614
VIII. Finalidad
IX. Fundamento
5. Doctrina negativa ........................................................................................................... 614
6. Doctrina positiva ............................................................................................................ 615
810
ÍNDICE GENERAL
X. Características
7. Institución tuitiva ........................................................................................................... 615
7.1. Institución supletoria ......................................................................................... 615
7.2. Acto jurídico familiar ......................................................................................... 616
7.3. Supervisión .......................................................................................................... 616
7.4. Cargo gratuito e inexcusable ............................................................................. 616
7.5. Obligatoriedad del cargo ................................................................................... 616
7.6. Normas de carácter imperativo ........................................................................ 616
XI. Formalización
XVI. Legitimación
XVII. Tramitación
XIX. Funcionamiento
12. Citación ............................................................................................................................ 622
13. Convocatoria y reuniones del Consejo ........................................................................ 622
14. Personas que pueden pedir su convocatoria ............................................................... 622
15. Presidencia....................................................................................................................... 622
16. Sanción por inasistencia ................................................................................................ 623
17. Excusa y aplazamiento de la reunión ........................................................................... 623
18. Quórum y mayoría para la adopción de acuerdos ..................................................... 623
19. Libros de actas de Consejo de Familia y obligatoriedad de extender actas ............ 623
20. Recursos impugnatorios ................................................................................................ 624
21. Sesiones con presencia del tutor o curador ................................................................. 624
XX. Responsabilidad solidaria de los miembros
XXI. Atribuciones
22. Atribuciones específicas................................................................................................. 624
811
ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI / TRATADO DE DERECHO DE FAMILIA
I. Marco general
II. Origen
812
ÍNDICE GENERAL
X. Sustitución
XI. Modificación
XII. Extinción
16. El cese de la causa ........................................................................................................... 682
17. Nuevo matrimonio o convivencia del acreedor ......................................................... 683
17.1. Amplitud conceptual de la vida marital .......................................................... 683
17.1.1. Elementos configuradores ................................................................ 684
18. Delimitación y consolidación conceptual ................................................................... 685
813
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814