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Los Sacramentos A La Iniciación Cristiana

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Antes de explicar los sacramentos a la iniciación cristiana, hay que dejar claro qué son los

sacramentos. Los sacramentos son signos sensibles y eficaces de la gracia de Dios y


mediante los cuales se otorga la vida divina; es decir, ofrecen al creyente el ser hijos de
Dios. Dichos sacramentos se administran en distintos momentos de la vida del
cristiano y simbólicamente la abarcan por entero, desde el bautismo hasta la unción de los
enfermos (que antes del Concilio Vaticano II se aplicaba solo a los que estuvieran en
peligro de muerte). La mayoría de los sacramentos solo pueden ser administrados por un
sacerdote. El bautismo, en ocasiones excepcionales, puede ser administrado por cualquier
seglar, o incluso no cristiano, que tenga la intención de hacer con el signo lo que la Iglesia
hace. Además, en el sacramento del matrimonio los ministros son los mismos contrayentes.

Los sacramentos, según el CV II (SC 59), son signos de fe que:

EXPRESAN LA FE DE LA IGLESIA: porque los sacramentos son signos


sacramentales que la Iglesia realiza en el nombre y con la autoridad de Cristo.

 EXPRESAN LA FE DEL SUJETO QUE LOS RECIBE: LA SUPONEN sin


la fe en Cristo y en su obra salvífica no se da la acción sacramental salvífica (Mt
16, 15; He 8, 37s); Todos los sacramentos son una profesión y una confesión de
fe en Cristo Señor.

 NUTREN Y ROBUSTECEN LA FE DEL CREYENTE: Sin la fe, los


sacramentos no podrán indicar el acercamiento al que es inaccesible siempre en sí
mismo y nunca plenamente comunicable

Desde los tiempos apostólicos, para llegar a ser cristiano se sigue un camino y una
iniciación que consta de varias etapas. Este camino comprende siempre unos elementos
esenciales: el anuncio de la palabra, la acogida del Evangelio que lleva a la conversión,
la profesión de fe, el bautismo, la efusión del Espíritu Santo, y el acceso a la comunión
eucarística. Cuando se habla de los tres sacramentos de la Iniciación cristiana, se
entienden los sacramentos del Bautismo, Confirmación y Eucaristía en la primera
comunión; las posteriores participaciones en el sacramento de la Eucaristía,
evidentemente, no son ya Iniciación cristiana. Se llaman sacramentos de iniciación
cristiana porque:

 En estos tres sacramentos culmina y se expresa la Iniciación cristiana, en la que


consiste el catecumenado de adultos o de niños en edad catequética. En el caso
de los niños sin uso de razón, el Bautismo es también sacramento de Iniciación
cristiana virtualmente, supuesto el compromiso de los padres de educarlos en la
fe de la Iglesia.

 En estos tres sacramentos somos “iniciados”, introducidos, en el misterio de


Cristo.

SACRAMENTOS DE INCIACIÓN CRISTIANA

El Sacramento del Bautismo.

Este sacramento es el primero y es el sacramento que da la entrada a los demás


sacramentos; vale decir, una persona no bautizada no es cristiana, no ha sido regenerada
en su espíritu, y por lo tanto no puede recibir la Comunión, la Confirmación, el
Matrimonio ni ningún otro sacramento.

Pero tal vez la razón más importante de todas es que en el Bautismo la persona queda
“sellada” en su alma con la marca imborrable del “carácter” de Cristo, o dicho de otra
forma, queda marcada como perteneciente a Cristo, y así el Espíritu Santo viene a habitar
en su alma con todos sus dones, talentos y capacidades que le van a permitir llevar en la
práctica una vida cristiana agradable a Dios, para que un día llegue a disfrutar de la
bendición de la gloria del cielo.

El Sacramento de la Confirmación.

El Sacramento de la Confirmación nos une más íntimamente a la Iglesia y nos enriquece


con una fortaleza especial del Espíritu Santo. De esta forma, nos comprometemos mucho
más, como auténticos testigos de Cristo, a extender y defender la fe con nuestras palabras
y nuestras obras. Todo bautizado aún no confirmado puede y debe recibir este sacramento.
Antiguamente el Sacramento de la Confirmación era entregado antes de la Primera
Comunión o inmediatamente después de ella. Sin embargo y por razones pastorales
importantes, se aconseja recibirlo después de haber participado de los sacramentos de la
Penitencia y la Eucaristía. Habitualmente se recibe alrededor de los 18 años, después de
dos años de preparación, pero es posible que adultos reciban este sacramento con una
preparación especial. En cualquier caso, es importante acercarse a la parroquia para
consultar sobre los procesos de preparación y los medios para recibir este sacramento
según sea el caso.
El Sacramento de la Eucaristía.

La Eucaristía es fuente y cima de toda la vida cristiana. Los demás sacramentos, como
también todos los ministerios eclesiales y las obras de apostolado, están unidos a la
Eucaristía y a ella se ordenan. La Sagrada Eucaristía contiene todo el bien espiritual de la
Iglesia, es decir, Cristo mismo, nuestra Pascua. Por la celebración eucarística nos unimos
a la liturgia del cielo y anticipamos la vida eterna cuando Dios será todo en todos. La
Eucaristía como tal es celebrada por todos los fieles que asisten a ella en la parroquia o
capilla, pero es presidida por el sacerdote. En este sentido somos todos partícipes de este
sacramento, pero la participación plena se da en la Comunión, en el compartir el Cuerpo
y la Sangre de Cristo, que se entrega a nosotros para nuestra salvación.
Es importantísimo recalcar el sentido comunitario de este sacramento, ya que es la Iglesia
entera la que entrega en ofrenda el pan y el vino que se convertirán en el Cuerpo y la
Sangre de Jesús. Junto a estos dones, se ofrece toda la vida y la comunidad, para celebrar
junto la Resurrección y la Vida de Cristo.
Todo bautizado puede y debe recibir este sacramento. Pero es importante que esté
preparado para ello. Esto significa estar en armonía espiritual con Dios y con la Iglesia,
en fraternidad con el hermano. La comunión es la participación plena en la vida y en la
salvación de Cristo, por ello exige de nosotros un compromiso de adhesión y de fe.
Por lo general, entre los 8 y 9 años comienza el periodo de preparación para recibir la
Comunión. Esta preparación suele durar dos años.
Obviamente, quién no ha recibido su "Primera Comunión" a esta edad, puede hacerlo
posteriormente, con una preparación adecuada. Por esto es muy importante consultar en
la parroquia respectiva los procesos de formación y preparación necesarios para recibir
este sacramento en toda su plenitud.

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