4 - G. Friedemann vs. Keres
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4 - G. Friedemann vs. Keres
Paul Keres
Prof. José Luis Matamoros
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El Ajedrez como yo lo juego - Paul Keres - Prof. José Luis Matamoros
el innocuo cambio en e4. gada 17. ... ¥g6; con que después de 17.¤xf3
13... dxe4 ¦ad8; las negras obtendrían buen juego.
14.¤d2 ¥f5 17.fxe4 ...
Mejor que 14...c5; pues las blancas no Una posición algo mejor podían obtener
pueden proseguir ahora con 15.f3, en vista de las blancas con 17.¤dxe4 ¥xh3 18.£f2, pero
15. ... £g5. El avance del peón alfil debe aún un jugador de ataque como Friedemann no
prepararse. podía resistirse a la tentación de abrir la co-
15.¦ae1 £e6 lumna f. El juego se torna ahora muy intere-
Durante la partida consideré que esta sante.
jugada era mala y estaba convencido de que 17... ¥xh3
una mejor continuación habría sido 15...£h4 18.¤f3 ¥e6
16.f3 ¥xh3 17.¤dxe4 ¥f5; pero también en 19.£f2? ...
este caso las blancas, al parecer, habrían hecho Es difícil establecer si esta jugada ha sido
un buen negocio al cambiar su peón torre por hecha a propósito o si se trata de una equi-
un peón central. Sin embargo, pareciera que vocación, pero en todo caso las blancas re-
15...c5; constituye una buena continuación nuncian con ella a la iniciativa. Por supuesto,
para las negras, puesto que 15...c5 16.¤d5 debía jugarse 19.¤h4 £h5 20.¤f5, y ¦f3, con
£d6 17.£xc5 £xc5 18.dxc5, no es bueno posibilidades bastante favorables en el flanco
por 18. ... ¦ad8. En cuanto a 16.¤b3, se con- rey.
testa sencillamente con 16. ... b6. 19... ¥c4
También era posible 15...¥g6 16.£b3 20.¤h4 ...
£e6; con juego más o menos parejo. Quizás Friedemann haya pasado por alto
16.f3! £g6? que en este momento no servía 20.¤e5, por
20. ... ¦xe5.
En lugar de la movida del texto, que en-
trega la calidad, merecía más atención la ju-
gada defensiva 20.¤e2. Las negras no pueden
ahora ganar inmediatamente material, pues
20. ... £xe4; o 20...¦xe4; serían contestadas
con 21.¤e5. Y si las negras cambian prime-
ro 20...¥xe2 21.¦xe2, entonces después de la
toma del peón rey se recuperaría en seguida
el mismo con 22.¤g5 o 22. ... ¤e5.
Pero también después de 20.¤e2, las ne-
gras hubieran obtenido algo mejor posición
continuando con 20...f6 21.e5 ¤d7. De todos
modos, las blancas tendrían entonces mejores
Después de 16...exf3 17.e4, había encara- perspectivas que con el sacrificio de la calidad
do únicamente el posible sacrificio 17...¥xh3 prosiguiendo 22.exf6 £xf6 23.b3.
18.gxh3 £g6+ 19.¢f2 £g2+ 20.¢e3, llegan- 20... £h5
do a la conclusión de que resultaría favorable Después de 20...£e6; las blancas podrían
para las blancas, sin ver siquiera la simple ju- proseguir otra vez con 21.¤e2, para obtener,
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después de 21. ... £xe4 22.g3 ¥e6 23.£g2, der el peón de g5 porque después de 26...¤e6
algunas probabilidades de ataque en compen- 27.¤ed6 las blancas recuperarían la cali-
sación por el peón. Ahora las blancas deben dad, y tampoco 26...h6 27.¤ed6 ¦e6 (o bien
entregar la calidad, pues 21.¤e2 ¦xe4; deja- 27...¦ab8 28.e4, seguido de 29. d5, etc.);
ría a las negras con clara ventaja. 28.¤xb7, y 29. ¤c5, es muy agradable para
21.¤f5 ¥xf1 las negras.
22.¦xf1 £g6 27.¤xg5 ...
Las negras tienen una calidad de más,
pero deben jugar con gran precisión para
anular la amenaza 23.e5, seguido de 24.¤e4.
A tal fin lo mejor era 22. ... f6! Sin em-
bargo, desistí de esta jugada a causa de la po-
sibilidad 22.£g3 £g6 24.£f7.
Empero, las negras pueden jugar mejor.
Con 23...¤e6!; y si 24.d5, entonces 24. ...
¤g5; tendrían las premisas para hacer valer
su ventaja material. La jugada del texto com-
plica su tarea.
23.e5 f6!
Las negras no pueden jugar de manera
pasiva y permitir al adversario ampliar su ata-
que con ¤e4, £h4, etc. Si 27.¤ed6 ¦e6 28.¤xb7, las negras no
24.£h4 £g5 deben jugar de acuerdo con lo recomendado
Por supuesto no 24...fxe5; por 25.¤e7+. por mí en aquel tiempo: 28. ... ¦b8 29.¤fd6
Pero tampoco las continuaciones 24...¢h8 ¤xe5 30.dxe5 ¦xe5; puesto que después de
25.¤e4 fxe5 26.¤ed6, o bien 24...¤e6 25.d5 31.¦e1, tendrían apenas algunas probabili-
cxd5 26.¤xd5, eran agradables para las ne- dades positivas de ganar. Pero con 28...¦f8;
gras. Con la jugada del texto, éstas se resignan fuerzan el cambio de torres, conservando
a un deterioro de la configuración de sus peo- buenas posibilidades de triunfar.
nes, renunciando también al ataque contra el 27... ¤xe5!
peón blanco de e5; pero paralizan al mismo Por medio de este sacrificio del caballo
tiempo el ataque de las blancas contra su flan- las negras se liberan de toda preocupación y
co rey. En el final, la calidad de más de las ne- crean al adversario difíciles problemas en el
gras debería imponerse. subsiguiente final, cuya correcta conducción
25.£xg5 ... exige una buena técnica.
Las blancas no pueden rehusar en rea- 28.¤d6? ...
lidad el cambio de damas, pues después de A pesar de las muchas desventajas, las
25.£e4 fxe5 26.dxe5 g6; perderían el impor- blancas debían entrar en el final 28.dxe5
tante peón de e5. ¦xe5 29.g4. Después de 29. ... g6; perderían
25... fxg5 por cierto otro peón, pero conservarían bue-
26.¤e4 ¤d7! nas perspectivas de salvación. Si bien, con la
Las negras no tienen tiempo para defen- jugada del texto, las blancas recuperan la ca-
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lidad, se van quedando sin peones, y el final
resultante no presenta grandes dificultades
técnicas para las negras.
28... ¤g4!
29.¤xe8 ¦xe8
Ahora las blancas ya no pueden defender
su peón rey.
30.e4 h6
31.¦f4 ¤f6
32.¤f3 ...
Después de 32.¤f7, las negras tienen
la agradable elección entre 32. ... ¤xe4; y
32...¢xf7 33.e5 ¦e6 34.exf6 ¦xf6; etcétera.
32... ¦xe4
33.¦xe4 ... 39... ¤f5
Si 33.¦f5, para evitar el cambio de torres, 40.¤f3 ...
se pierde aún más rápidamente después de Obligado, pues 40.¤g4 h5; o bien 40.¤c4
33. ... ¦e2. b5; quitaba toda defensa a las blancas.
33... ¤xe4 40... h5!
El final de caballos está ganado por las Ahora las blancas se encontrarán pronto
negras sin mayores dificultades, pues aparte en posición de «zugzwang» y se ven obligadas
del peón de más, tienen también mejor posi- a entregar otro peón. El final ya está definido.
ción. Las blancas se defienden aun tenazmen- 41.b4 b5
te, pero no pueden eludir el inevitable fin. 42.a3 a6
34.¤e5 ¢f8 43.¤e5 ...
35.¢f1 ¢e7 A 43.¢c3, lo más sencillo es 43. ... ¤e3;
36.¢e2 ¢e6 ganando.
37.¢e3 ¤d6 43. ... ¤xd4
38.b3 ¢d5 44.¤g6 ¤e6
Las negras preparan el avance f5 para 45.¤e7+ ¢d6
eliminar el último peón blanco en el centro, 46.¤g6 c5
quitándole así al caballo enemigo sus últimos Las negras tendrán ahora un peón libre
puntos de apoyo. 38...c5; no podía jugarse to- también en el flanco dama y definirán rápida-
davía a causa de 39.¤d3 ¤f5+ 40.¢f4. mente la partida.
39.¢d3 ... 47.bxc5+ ¢xc5
Después de esta jugada las piezas blan- 48.¢c3 a5
cas quedarán completamente pasivas. Era por 49.g3 b4+
eso mejor 39.g4 c5 40.¤f3, a pesar de que 50.axb4+ axb4+
también en tal caso la continuación 40. ... c4 51.¢b2 ¢b5
41.¤e5 c3 42.¢d3 c2; etc., que había conce- 52.¢b1 ...
bido durante la partida, aseguraba la ventaja No es agradable tener que renunciar al tí-
de las negras. tulo de campeón, pero en verdad las blancas
podían haber ya abandonado hace mucho.
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52. ... b3
53.¢b2 ¢a4
54.¤e5 ¤c5
55.¤c6 g5
56.¤d4 h4
57.gxh4 gxh4
58.¤f3 h3
59.¤h2 ¢b4
60.¤g4 ¤a4+
61.¢a1 h2
Destruyendo la última pequeña espe-
ranza de las blancas: 61...¢a3 62.¤e3 h2??
63.¤c2+ bxc2; ¡y tablas por ahogado!
62.¤xh2 ¢a3
0-1
Abandonan.
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