Nevado Pastururi
Nevado Pastururi
Nevado Pastururi
Es uno de los más importantes atractivos turísticos del departamento de Ancash, una de
las formas más comunes para llegar al nevado, es tomar cualquier tour que parta de la
ciudad de Huaraz, con dirección sur; no confundir con el que va a Chavín, el recorrido es
de aproximadamente 70 kilómetros, y se pasa por los pueblos de Recuay, Ticapampa y
Cátac.
Estudios realizados por la Autoridad Nacional del Agua (ANA) revelan que, en los últimos
40 años, las cordilleras glaciares del país han registrado una pérdida en superficie de
42,64 %, respecto a los resultados obtenidos en el inventario del año 1970. La Cordillera
Blanca tiene el mayor número de glaciares (755) y alberga imponentes nevados, como
el Pastoruri, que parecen estar condenados a desaparecer.
Se conoce que desde 1995 a la fecha, Pastoruri ha perdido más del 50% de su extensión
y durante el último año –de julio del 2015 al 2016– su retroceso alcanzó uno de los picos
más altos de retracción medidos en el lugar: 31,4 metros.
“La última medición confirma la tendencia marcada de retroceso. En este caso ha sido
mayor porque durante el último año la radiación solar alcanzó niveles muy altos, lo que
explica por qué los ríos y quebradas han tenido bastante agua, producto del aporte de
las cordilleras con cobertura glaciar”, la (ANA).
Para tener una idea de la pérdida de este glaciar, especialistas no solo miden el tamaño
del hielo que cubre a este cerro de la cordillera Blanca, sino también la evolución de la
laguna formada por el deshielo. En el 2005, esta tenía poco más de 2 hectáreas; sin
embargo, en julio último, la ANA constató que su superficie ya superó las 7 hectáreas, es
Para el año 2064 aproximadamente no existirá glaciar, por lo tanto, se habrá perdido
mucho recurso hídrico que no volverá jamás. Hay que tener en cuenta que estos datos
son aproximados y no totalmente ciertos, ya que la estadística es probabilística, por tanto,
hay un margen de error.
IMPACTO SOCIAL:
En esos tiempos se llevaba a los turistas en forma indiscriminada, les permitían hacer lo
que quisieran. A cada visitante le ponían bolsas plásticas como escarpines y al final las
dejaban botadas sin saber que al juntarse con la nieve y el sol se desintegrarían y
provocarían el rápido derretimiento del nevado. Pero eso no era todo, también tiraban
sus envolturas de chocolate, caramelos, galletas y hasta cigarros.
Fue recién a raíz de la creación del Parque Nacional de Huascarán que se empiezan a
tomar medidas de protección para este y todos los glaciares que se encuentran en la
cordillera Blanca. No obstante, pese a los esfuerzos, la desglaciación se ha acelerado
durante los últimos años debido al cambio climático –provocado por el propio hombre
poniendo en riesgo no solo este ecosistema de montaña sino también al mundo entero.
De los 20 mil turistas que recibían al mes hace unas décadas, en los últimos años solo
llega el 10%. Por esta razón y ante la realidad del nevado, modificaron la visita eventual,
convirtiéndola en la Ruta del Cambio Climático.
Conociendo que en los próximos años este nevado no existirá y la disposición del recurso
hídrico será escasa, los comuneros han empezado a tomar acciones en el asunto. Por lo
pronto, han separado amplios terrenos para la construcción de infraestructura hidráulica
y empezado a capacitarse en la siembra y cosecha de agua, técnica ancestral que viene
dando resultados en varias zonas altoandinas del país.
Con la desglaciación se reducirían las reservas de agua y surgirán otros peligros, como el
desprendimiento de frentes glaciares y la formación de lagunas de origen glaciar que al
desbordarse producirían aludes y avalanchas como las que arrasaron Huaraz y Yungay.
Por ello es importante prestar atención a este proceso. Al respecto, Julio Ordóñez, director
de Hidrología Recursos Hídricos del Senamhi, advierte que hay una alteración en el patrón
del comportamiento de la temperatura y precisa que los nevados colindantes con el
Huascarán están por llegar, en promedio, a los seis grados.
IMPACTO AMBIENTAL:
Los glaciares son bombas de relojería. Cuando el hielo se derrite, sube el nivel de
los mares. Pero también hay otro peligro: en las profundidades del hielo se
almacenan sustancias químicas altamente tóxicas y hace tiempo olvidadas. Este es
el resultado de un estudio realizado en Suiza por científicos del Instituto Federal
de Tecnología (ETH), de Zúrich tras el deshielo de glaciares. Especialmente
peligrosos son los llamados POPS (Persistent Organic Pollutants), sustancias
prohibidas desde la década de 1970. Estas sustancias tóxicas, difícilmente
degradables, son cancerígenas y las corrientes de aire pueden llevarlas por toda
la Tierra. A través de las precipitaciones llegan al hielo de los glaciares, donde se
conservan bajo la capa de nieve. Los investigadores suizos analizaron las capas
sedimentarias del lago Oberaar, en los Alpes de Berna (Suiza). El lago se encuentra
a los pies de un glaciar que ha perdido 1,6 kilómetros de extensión desde 1930.
Con el hielo derretido, las sustancias tóxicas fluyeron al lago y quedaron
almacenadas en los sedimentos. Por eso, los glaciares representan una fuente
indirecta de toxicidad. Debido al creciente calentamiento global, se derriten cada
vez más: la consecuencia es un impacto ambiental causado por sustancias
químicas hace tiempo prohibidas, como los POPS.