Sevilla Almohade PDF
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Sevilla Almohade PDF
( Almohade. 1248
Agua , T e r r i tor i o y C i uda d
Sevilla
Ag ua , T er ri tor i o y C iu da d
“ Un río, más que cualquier otro rasgo de los que marcan la superficie de la Tierra, determina
el destino de un pueblo, lo perfila como entidad propia con características especiales… Pero
este poder de creación y diferenciación es algo que no todos los ríos poseen. El río debe
discurrir por una llanura inmensa, una planicie que no se encuentre en exceso dislocada…
una llanura que se preste… al crecimiento de una población abundante, a la facilidad de las
toda una cultura e hizo historia, como los valles del Nilo, del Indo, del Ganges… Hay un
solo río en toda España que sea acreedor de estos atributos. Es el Guadalquivir. Únicamente
el Guadalquivir sigue tranquilamente su curso por una amplia, plana y fértil llanura…
Al observar un mapa de España, a primera vista se aprecia que no hay nada ni siquiera
remotamente similar a esta enorme planicie de Andalucía drenada por el Guadalquivir y sus
”
río madre, que amamanta y nutre a un pueblo, creador de historia, de lenguaje y de arte…
Sevilla
(
“El agua es el vehículo de la Naturaleza”
Leonardo da Vinci
L a genialidad de Leonardo fue capaz de intuir –hace ya cinco siglos– la importancia del
agua como medio de expresión de la Naturaleza. Y esto es así porque es el elemento que
más condiciona la existencia de la vida en la Tierra y resulta, a la vez, el agente protagonista del
modelado de sus paisajes mediante su labor de erosión, transporte y sedimentación de materiales.
Además, es el disolvente universal, matriz de todo tipo de reacciones físicas, químicas y biológicas
que hacen posible los ciclos de la materia y la energía en nuestro planeta.
Pero el agua es mucho más. También es factor clave determinante de la conformación del
territorio, del poblamiento y del desarrollo urbano. Tan es así que la historia de la Humanidad en
sus diferentes culturas y civilizaciones sería impensable si obviamos el papel que ha jugado.
Y ésta es, precisamente, la razón de ser de la iniciativa Agua, Territorio y Ciudad. Ríos de Historia
que aquí presentamos: poner de manifiesto el valor del agua en la génesis y configuración del
territorio, de sus paisajes y de la ocupación humana en el ámbito geográfico de Andalucía. Este
elemento se constituye así en el hilo conductor interpretativo que amalgama las complejas
relaciones entre naturaleza, historia y cultura que tienen lugar en un mismo espacio físico.
Para ello se han seleccionado las ocho capitales andaluzas en las que se irán desgranando una
serie de recreaciones figurativas correspondientes a diversas etapas de su desarrollo histórico.
Todo el material editado de cada ciudad (láminas a vista de pájaro, libro interpretativo y edición
interactiva) constituirá una poderosa herramienta didáctica capaz de llamar la atención a jóvenes
y adultos. Sirva de ejemplo esta Sevilla Almohade. 1248, obra de presentación de la serie: bajo una
aparente ingenuidad expositiva y de liviandad formal de contenidos desarrolla de manera amena y
fácil la compleja historia del agua en un momento crucial de la ciudad.
Aunar sencillez con rigor y lograr, al mismo tiempo, seducir al lector es un reto dificilísimo que
sólo se alcanza en contadas ocasiones. Pienso que aquí se ha logrado y es de justicia felicitar al
amplio equipo participante que lo ha hecho posible. La iniciativa se lo merece, y el agua, que está
en el origen de todas las cosas, también.
Directora General del Instituto del Agua de Andalucía: Isabel Comas Rengifo
Queda rigurosamente prohibida, sin la autorización expresa de los titulares del Copyright de la obra y bajo las sanciones
establecidas en las leyes, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos
la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ella mediante venta o alquiler.
ISBN: 978-84-96776-71-5
Depósito Legal: SE-3656-2008
Impreso en España. 2008, Sevilla
Sumario
( Agua, Territorio y Ciudad
El proyecto. 9
Lámina: Localizaciones. 28
1. Agua y Territorio. 33
La hija del agua. Rafael Valencia Rodríguez. 40
2. Agua y Naturaleza. 43
Agua y naturaleza en la Ixbilia de 1248. Fernando Sancho Royo. 50
3. Agua y Ciudad. 53
La construcción de Sevilla. Alfonso Jiménez Martín. 60
El jardín almohade. José Antonio Mejías Gimeno. 62
4. Agua y Economía. 65
La agricultura en la Sevilla almohade. José Ramón Guzmán Álvarez. 72
(
Desde un punto de vista genérico, se considera que el Una lectura interpretativa de las intensas y complejas
agua es el elemento que más condiciona la existencia relaciones entre territorio, naturaleza e historia del po-
de vida en la Tierra, constituyendo además un agente blamiento humano aplicada a una serie de localidades
fundamental del modelado de sus paisajes. En ámbitos andaluzas utilizando el agua como hilo conductor.
ya más específicos, es uno de los principales factores El medio escogido para esta finalidad ha sido la
de la formación del territorio y una de las claves del realización de una colección de láminas de grandes
poblamiento y del fenómeno urbano. Estos dos últimos ciudades andaluzas y sus respectivos entornos territo-
aspectos en relación al agua son, básicamente, aun sin riales representadas en diversos estadios significativos
excluir otros matices, el punto de partida de la iniciati- de su desarrollo histórico. Esta colección de imáge-
va Agua, Territorio y Ciudad. Ríos de Historia impulsada nes contempladas a vista de pájaro se plasmará en la
por la Agencia Andaluza del Agua de la Consejería de edición impresa a gran formato de las láminas de las
Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, cuyo avance ciudades en sus distintos momentos cronológicos y la
editorial se presenta en estas páginas con la primicia de publicación de sendos libros dedicados a cada ciudad,
una detallada representación de la capital sevillana al que, además de contener sus correspondientes lámi-
final de su periodo almohade, a mediados del siglo XIII. nas, incorporan un amplio desglose de detalles con
comentarios explicativos. Como complemento de esta
El objetivo primordial de este proyecto consiste en información interpretativa, se le añade un elenco de
poner de manifiesto y transmitir de una manera ase- artículos adicionales sobre aspectos específicos elegi-
quible y atractiva para el público en general el decisivo dos por su interés, redactados por especialistas. En su
papel desempeñado por el agua a lo largo de la historia planteamiento editorial, el proyecto se completa, por
en la configuración, sostenimiento y evolución del último, con una edición electrónica interactiva de la
medio natural, el territorio, los paisajes, las redes de serie de láminas de cada ciudad con apartados infor-
asentamientos, las ciudades y la vida de las comuni- mativos, explicativos y didácticos que potencian su
dades humanas en el marco geográfico de Andalucía. componente educativa.
D
Ilustración: Pacho Garmendia
e otro lado, entre las ciudades elegidas para ser representadas en
la colección Agua, Territorio y Ciudad se hallan otras cuatro en
las que confluyen tanto la vertiente fluvial como la marítima, faceta ésta
indispensable para contemplar en su conjunto y entender en toda su com-
plejidad el ciclo del agua, y asimismo con una notable repercusión en los
ámbitos territoriales y urbanos de numerosas poblaciones de la región.
E s intención del proyecto Agua, Territorio y Ciudad ha potenciado la inclusión de ilustraciones con escenas,
elaborar las representaciones de las ciudades usos, actividades e infraestructuras vinculadas con el
mencionadas y de sus correspondientes entornos pai- agua, a veces de una manera que pudiera parecer en ex-
sajísticos en sus diferentes momentos históricos con el ceso convencional. Una licencia que se justifica precisa-
mayor rigor y fidelidad posibles, recurriendo tanto a los mente para reforzar su finalidad didáctica y divulgativa.
datos documentales como arqueológicos disponibles
hasta el momento, con la guía y consejo de reconoci- Así, en las láminas y las publicaciones basadas en las
dos especialistas y expertos conocedores del desarrollo mismas se priman de manera específica determinados
territorial y urbano de las distintas poblaciones. Tarea aspectos temáticos que, de manera constante, recibi-
que entraña no pocas dificultades, ya que en ocasiones rán especial atención a lo largo de la colección. Junto
la información sobre determinados lugares o etapas a las imprescindibles connotaciones históricas que en-
temporales puede presentar numerosas carencias y marcan cada lámina en su contexto temporal –valgan
lagunas, obligando a una cuidadosa labor de restitución de ejemplos Córdoba como capital de la Bética roma-
hipotética, de reinterpretaciones o, en su caso, de re- na o en su esplendor como metrópoli hispanomusul-
creaciones. Riesgos que en todo caso han de asumirse mana, Almería en su refundación durante el califato
para ofrecer unas visiones de conjunto que permitan omeya, Cádiz y Málaga como colonias fenicias y bajo
apreciar las grandes líneas de la secuencia evolutiva de su auge mercantil del siglo XVIII, Huelva en la época
cada ciudad, y por supuesto, sobre todo en relación de las expediciones de Colón y durante la expansión
con el agua. Por otra parte, de modo intencionado se de la minería en el siglo XIX, Granada en los momen-
tos de su auge como capital del reino nazarí o bajo la
expansión urbana y agrícola del XIX, Jaén en sus im-
pulsos de crecimiento en los siglos XIII y XVI, Sevilla
como cabecera del Nuevo Mundo y a las puertas de la
Exposición Universal…–, de modo recurrente en todas
las series se desarrollan los siguientes bloques temá-
ticos: Agua y Territorio, Agua y Naturaleza, Agua y
Ciudad, Agua y Economía y la Ciudad y sus Edificios.
Cabe también, no obstante, la posibilidad de incluir
otros aspectos monográficos según los casos, pues,
en definitiva, se trata de resaltar las áreas temáticas
que más directamente entroncan con los contenidos y
orientación del proyecto que aquí se presenta, bajo el
Detalle de Cádiz en 1812.
Ilustración: Arturo Redondo título Agua, Territorio y Ciudad. Ríos de Historia.
Agua y Naturaleza:
el efecto de las condiciones climáticas, fenómenos atmosféri-
cos, características del terreno, regímenes y caudales fluvia-
les, mareas, humedales, aguas subterráneas, manantiales,
ecosistemas, vegetación, fauna, grado de transformación del
entorno por la actividad y colonización humana, paisajes…
Agua y Ciudad:
aspectos relativos a la gestión urbana del agua como condiciones genera-
les del abastecimiento, captación, almacenamiento, conducción, potabili-
zación, distribución domiciliaria, usos, saneamiento, depuración, niveles
de consumo… Agua y ocio, religión y sociedad, agua y cultura, agua,
salud e higiene, la arquitectura del agua (acueductos, baños, fuentes…).
Agua y Economía:
el agua como recurso económico, usos y actividades económi-
cas relacionadas con el agua: agricultura, ganadería, industrias
y manufacturas, pesca, comercio, transportes y navegación,
turismo. Espacios y edificaciones especializadas como huertas
y jardines, molinos, batanes, alfares, norias, albercas, etc.
Almohade. 1248
Entre los siglos XII y XIII, durante el dominio del imperio magrebí de
Todavía hoy, la mayor parte del casco histórico de Sevilla, uno de los más
En las páginas que siguen se presenta, bajo la mirada del agua, una
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Pacho Garmendia
11 9
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que conoció
abandonaba la ciudad para hacerse cargo del califato.
Se cerraban así setenta años de presencia almohade,
A
Si la etapa almohade fue relativamente breve, la
comienzos de 1147, mientras el rey herencia que el califato magrebí dejó en Sevilla no
castellano-leonés Alfonso VII el pudo ser más fastuosa. En efecto, la Sevilla de la que
Emperador se disponía a conquistar las huestes cristianas se adueñaron a finales de 1248
Almería y su primo hermano Alfon- debió ser realmente esplendorosa. A lo largo de los
so I Henriques, el primer rey de Portugal, se prepara- quince meses de asedio a los que Fernando III so-
ba a sitiar la ciudad de Lisboa al frente de un ejército metió a la ciudad, los castellanos pudieron entrever
en el que destacaba una nutrida hueste de cruzados desde sus campamentos la riqueza monumental que
ingleses y flamencos, un destacamento de guerreros les aguardaba tras los muros y defensas de su bien
almohades se hacía con el control de Sevilla. Estaba a
punto de iniciarse una de las etapas más brillantes de
Toma de Sevilla por Fernando III el Santo,
la historia urbana de la ciudad del Guadalquivir. Tras en un manuscrito del siglo XV.
superar la inicial hostilidad de los sevillanos, el califa
Abd al-Mumin se hizo dueño de Sevilla, a la que su
hijo y sucesor Abu Yúsuf (1163-1168) daría el rango
de capital de los dominios almohades en al-Andalus,
sucediéndole su hijo Abu Yáqub (1168-1184), y a
éste, a su vez, su hijo Abu Yúsuf al-Mansur (1184-
1199). Sus sucesores fueron incapaces de mantener
el poder que el califato almohade había alcanzado en
los decenios precedentes. Uno de ellos, al-Nasir, sería
derrotado en las Navas de Tolosa (1212). En 1224, tras
el breve reinado de al-Wahid, depuesto y asesinado a
poco de comenzar a reinar, estallaría la crisis dinásti-
ca que acabaría con el poder almohade, al menos en
al-Andalus. En 1125 Fernando III iniciaba la conquista
de Andalucía y dos años más tarde, en Murcia, se pro-
S e v i l l a A l m o h ade . 1 2 4 8 [ 2 3 ]
Manuel González Jiménez
Universidad de Sevilla
guarnecida cerca. Alfonso X, que como infante herede- durante su mandato. Lo más notable de esta remode-
ro participó en el asedio de Sevilla, nos dejaría en sus lación palaciega es el llamado Cuarto y Patio del Yeso,
obras el elogio entusiasmado de las bellezas de la urbe. en el que destacan las delicadas celosías que cierran los
Buena parte de esas maravillas fueron erigidas por los arcos lobulados de los dos cuerpos laterales.
almohades entre 1150 y 1221, como sumariamente
veremos a continuación. Sin embargo, su obra más importante fue, sin duda, el
inicio de la construcción de la nueva mezquita aljama,
En efecto, una de las primeras obras acometidas tras la que sería en buena parte demolida en el siglo XV para
llegada de los almohades a Sevilla fue la construcción o construir sobre su solar la catedral gótica actual. Hasta
remodelación de la alcazaba, para dar cobijo en ella a la entonces la mezquita mayor sevillana había sido la de
guarnición magrebí, dotándola de una nueva muralla Ibn Adabbás, en el emplazamiento de la posterior igle-
hecha a costa de la erigida por al-Mutamid a fines del sia de San Salvador, que sería desde entonces en orden
siglo XI. Durante el califato de Abu Yúsuf, que había de importancia, como mezquita y luego colegiata, el
sido gobernador de Sevilla en sus años juveniles, se segundo lugar de culto de Sevilla. Este desplazamiento
rehizo la muralla que corría paralela al río, que había hacia el Alcázar del punto de gravedad religioso y polí-
sido casi destruida por la riada de 1169. Y no contento tico de la ciudad se completaría con la construcción de
con ello, acometió otras costosas obras públicas como la nueva alcaicería de la que apenas quedan restos de su
el puente de barcas, que uniría Sevilla con Triana hasta traza, a través de la cual se daba acceso al patio de ablu-
mediados del siglo XIX, y el acueducto que desde los al- ciones o Patio de los Naranjos de la nueva mezquita.
rededores de Torreblanca traía a Sevilla el agua captada
en la “montaña” de Alcalá de Guadaíra, y que entraba La traza de la nueva mezquita aljama se debió a Ben
en la ciudad por la Puerta de Carmona, de donde el Basso, “el príncipe de los alarifes”, quien dio comien-
nombre de Caños de Carmona con que se le conoció zo a las obras de explanación en 1172. Diez años
desde su construcción. Los textos hablan de la erección más tarde estaba oficialmente concluida, a falta de la
por orden de este califa de tres alcazabas en la ciudad, construcción del alminar. Las obras se iniciaron en
correspondientes a otros tantos recintos, pero parece 1184 y se finalizaron en 1198 con la colocación de las
que no todas estas fortificaciones llegaron a terminarse bolas de bronce dorado del yamur. Sevilla acababa de
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José Manuel Rodríguez Hidalgo
Arqueólogo
) Fuentes
Arqueológicas
J
unto a la precisión e imprecisión de los
textos que se refieren a Ixbilia, la incorpo-
ración de la ciencia arqueológica al estudio
del pasado ha contribuido, en no poca
medida, a hacer posible la imagen de la ciudad
Murallas de la Macarena con la Torre Blanca,
en el siglo XIII que aquí y ahora se presenta. en una imagen de finales del siglo XIX.
En los últimos años, desde la administración la Iglesia del Salvador, el solar de la Encarnación,
cultural se ha instaurado la tutela del patrimonio el Palacio de San Telmo, la Torre del Oro, distintos
arqueológico. El Conjunto Histórico de Sevilla, dada tramos de las murallas, el Mercado de Triana, son
sus dimensiones, disparidad y complejidad, se ha algunos de los inmuebles en los que se ha focalizado
dividido en diversos sectores que han desarrollado la investigación arqueológica, escudriñando sus
patrimonio subyacente, como para el emergente. A pesar de ello, es cierto que la ciudad adolece, para
Desde las cotas más profundas hasta las más éste y otros momentos históricos, de un modelo
elevadas, la ciudad se ha convertido en un yacimiento de gestión que permita sintetizar y rentabilizar
susceptible de ser estudiado con metodología científica o socialmente lo mucho que se excava.
arqueológica. Cada vez que hurgamos en sus No obstante, la proximidad y el conocimiento del
entrañas o epidermis, para recuperar e informarnos día a día de cuanto se realiza en la ciudad permiten
del pasado que atesora, son múltiples y de diversa paliar en alguna medida esas carencias y, con lo que
especialización los investigadores que se asoman a aportan las descripciones y crónicas de la época,
este rico yacimiento, ávidos por conocer, interpretar aventurar una síntesis interpretativa de Ixbilia en su
y diagnosticar sobre los restos exhumados. máximo esplendor.
Son centenares las intervenciones arqueológicas Esta síntesis tampoco hubiera sido posible sin el
que en las últimas décadas se han realizado en desarrollo de estudios geo-arquelógicos, que, con
Sevilla. Unas en su mayoría de carácter preventivo, múltiples mediciones, han permitido establecer el
otras, vinculadas a investigaciones sistemáticas de proceso de evolución geográfica y topográfica de
los grandes monumentos. El Alcázar, la Catedral, la llanura aluvial donde se asienta el yacimiento,
y, por tanto, una aproximación muy certera a los de las murallas. Con este fin, se cercenó una calzada y se
factores geomorfológicos determinantes de la génesis arrasaron algunas casas romanas, cuyos fragmentados
y evolución urbana de Sevilla, como los relacionados mosaicos pudieron extraerse y restaurarse. Foso que
con la terraza fluvial, el río, su paleocauce y el área de fuera dibujado por George Vivian hacia 1838 antes de ser
influencia del Tagarete. cubierto y canalizado hasta el pie de la Torre del Oro.
Quien vea por vez primera esta lámina de Ixbilia En fin, otra aportación significativa de la lámina,
seguramente no podrá sino admirarse. Admirarse por la que deberá refrendar la arqueología, es intuición del
calidad del dibujo, y aún más si se detiene en los detalles. dibujante, buen conocedor de la ciudad. En el Corral
Seguro que quien la contemple, curioso o estudioso, de las Herrerías de la Casa de la Moneda, donde la
podrá penetrar en el pasado almohade de la ciudad e historiografía había situado las “villas y casas para
imaginarse, por qué no, que pasea por sus angostas el gobierno” del hermano del califa Abu Yáqub, el
calles, o que otea a vuelo de pájaro el Guadalquivir, los sayyid Abu Hafs, ubica la dársena con sus atarazanas
palacios del califa, la gran aljama que mandó construir, y astilleros. Junto a esta hipótesis, con grandes visos
la antigua mezquita mayor de Ibn Adabbás, o los demás de verosimilitud, hay otras muchas que armonizan
oratorios, palacios o baños dispersos por el abigarrado con viejas crónicas o datos arqueológicos cuya
caserío, entre huertas, campos y lagunas. enumeración sería demasiado prolija. Considero que
el autor de la lámina, Pacho Garmendia, ha realizado
La lámina incorpora, a día de hoy, los resultados que las
un trabajo encomiable, y que quien esto suscribe y
últimas intervenciones arqueológicas han aportado y
ha colaborado con él facilitando el conocimiento que
que la escala del dibujo permite. Muchos permanecen
la arqueología va ofreciendo, no puede por menos
aún inéditos, como la situación de la Maqbarat Bab
que verse satisfecho por un resultado que sin duda se
Hamida, el Cementerio de los Alfareros descubierto
convertirá en un clásico de la iconografía de Sevilla. ❖
durante las obras del tranvía entre la plaza de San
Francisco y la iglesia del Sagrario. Otra gran aportación,
debida a las últimas obras de infraestructura en la calle
San Fernando y Puerta de Jerez, es la constatación
de la construcción de un gran foso, inundado por la
conexión entre el Tagarete y el Guadalquivir, que
reforzaba la entidad defensiva del Alcázar y lienzo sur
S e v i l l a A l m o h ade . 1 2 4 8 [ 2 7 ]
Localizaciones
Localización de diversos elementos citados en los cinco capítulos en los que se comenta la vista de Sevilla en
época almohade. Junto a cada elemento se indica la referencia –compuesta por una letra seguida de un número–
para poder situarlo con facilidad en la lámina.
Todavía hoy, la mayor parte del casco histórico de Sevilla, uno de los más
En las páginas que siguen se presenta, bajo la mirada del agua, una
Pacho Garmendia
( Sevilla
Agua, T e r r itor io y C iu dad
Almohade. 1248
Cantillana
La Algaba Baños de la Reina Mora Puerta de la Macarena Puerta de Córdoba Fuente del Arzobispo Carmona
Tocina
Puerta de Bibarragel
Localizaciones Rivera de Huelva Puerta de San Juan o Barqueta Río Guadalquivir Alcolea del Río Puerta de Carmona Caños de Carmona
Miraflores
Localización de diversos elementos citados en los cinco capítulos en los que se comenta la vista de Sevilla en Puerta Real o de Goles Laguna de la Feria (Alameda) Torre Blanca Calle Mayor (San Luis) Arroyo Tagarete Alcores La Buhaira
Puerta del Sol
época almohade. Junto a cada elemento se indica la referencia –compuesta por una letra seguida de un número– Alcantarilla
Alcalá del Río Alhóndiga Puerta Osario de las Madejas
para poder situarlo con facilidad en la lámina. 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
S I E R R A M O R E N A
Agua y Territorio Norias, albercas A3, A8, B10, C5, C8, D1
Alcores A9-A10 Hornos y alfares B1, D2
Antiguos cauces A1-A2 Actividades industriales A6, C5, C8
Arroyo Tagarete A7, B8-B9, C8-C9, D7 Pastos intramuros C3-C5
Macarena A4-A5 Huertos, regadíos A1-A7, B8-B9, B3-C3 A A
Prado, Campo de los Mártires A8 Campos de secanos A9-A10
Santiponce
Huertas A4-A8 Viñas B9-B10
Viñas B9-B10
La Ciudad y sus Edificios
Bosques de galería A1-A2, A7-A8
Alcázares, murallas y torres
M AC A REN A
Vegetación palustre C10, D10
Alcázares C7-C9
Alcantarillas C10, D5
Alcázar Viejo C7
Almunias, casas de campo A2, A4, A7, A8, B1, D8
Torre del Agua B8
Poblaciones
Alcazabas C7 Depósito de agua
Santiponce A2
Murallas y antemuro A3-A7, C3-C9
La Algaba A3
Torre del Oro D7 Mezquita de Ibn Adabbás Puerta de la Carne
Alcalá del Río A4 (El Salvador)
Coracha D7
Cantillana A6
Torre de la Plata C7-D7
Tocina A6 B B
Torre Blanca A5
Alcolea del Río A6
Castillo de Triana D3
Carmona A9
Puertas
Agua y Naturaleza Puerta Real o de Goles B2 Torre del Agua
Meandros A3-A4 Puerta de San Juan A3
Alcázar Viejo
RÍO G
Bancos de arena B2-C2, C3-C6 Puerta de Bibarragel o Barqueta A3 Madre vieja
Islas B2-C2 Puerta de la Macarena A4 (Patio de banderas)
(Antiguo cauce)
Bosques de ribera A1-A4 Puerta de Córdoba A5
Áreas de inundación A2-B2, C9-C10, D9- Puerta del Sol A6 Arroyo Tagarete
UA
D10 Puerta Osario A6
Fauna piscícola D3 Puerta de Carmona B7 A LCÁZARE S
D
Avifauna C10-D10 Puerta de la Carne B8
A
Puerta de Jerez C8 Q Torre de Abd Al-Aziz/
L
Agua y Ciudad C U C
Postigo del Carbón C7 Arquillo de la Plata
Caños de Carmona B8, A9-A10 IV
Depósito de agua B6 Puerta de los Barcos (Postigo del Aceite) C6 IR
Puerta del Arenal C5 Postigo del Carbón
Huertos y jardines urbanos B3-C3, C4, C8-C9
Área de la actual plaza de la Alfalfa B6 Puerta de Triana C4
Sectores urbanos
Madre vieja del río A4-B4, B5, C4-C5
Macarena A4-A5
ARENAL
Laguna de la Feria (Alameda) A4-B4
Laguna de la Pajería (Molviedro) C5 Arenal C5
Desagües, alcantarillas C4 Triana D1-D7 La Cava (foso)
Fuente de abluciones C6 Mezquitas, otras construcciones y espacios
Aljama, mezquita mayor C6
Baños B4, B7, C8 TRIANA
Castillo de Triana D3 Patio de los Naranjos C6
Puente de barcas D3 Alminar de la aljama (Giralda) B7
Foso de Triana (la Cava) D1 Mezquita de Ibn Adabbás B5 D D
Foso del Tagarete D7-C8-C9 Otras mezquitas A4, A5, A6, B3, B4, B8,
C4, C6, D5
Agua y Economía Puente de barcas D3
Área portuaria D4-D7 Baños B3, B7, C8
El Arenal C4-C7 Baños de la Reina Mora B4 Muro de Triana
Atarazanas C7 Cementerios C5, C6, C8
Naves D4-D8 Alcaicería Vieja B6
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Galeras D6-D7 Alcaicería Nueva B6-C6
Barcas C3, D3-D6 Caños de Carmona B8, A9-A10
Barcas de pesca B2, C3, D3 Alcantarilla de las Madejas B8 Puerta
Secaderos de pescado C3 La Buhaira B10 Castillo de Triana de Triana Puerta del Arenal Atarazanas Mezquita mayor almohade Torre de la Plata
Carpintería de ribera C3 Explanadas (musallas) A8, C9-D9
Molinos hidráulicos A10, B9 Campamentos cristianos A5, A8, B9-B10
Puente de barcas Laguna de la Pajería Alcaicería Vieja Calle Mayor (Abades-Corral del Rey) Torre del Oro Puerta de Jerez
y, por tanto, una aproximación muy certera a los de las murallas. Con este fin, se cercenó una calzada y se
Lámina Sevilla en época almohade. 1248. Localizaciones factores geomorfológicos determinantes de la génesis arrasaron algunas casas romanas, cuyos fragmentados
y evolución urbana de Sevilla, como los relacionados mosaicos pudieron extraerse y restaurarse. Foso que
con la terraza fluvial, el río, su paleocauce y el área de fuera dibujado por George Vivian hacia 1838 antes de ser
influencia del Tagarete. cubierto y canalizado hasta el pie de la Torre del Oro.
Quien vea por vez primera esta lámina de Ixbilia En fin, otra aportación significativa de la lámina,
seguramente no podrá sino admirarse. Admirarse por la que deberá refrendar la arqueología, es intuición del
calidad del dibujo, y aún más si se detiene en los detalles. dibujante, buen conocedor de la ciudad. En el Corral
Seguro que quien la contemple, curioso o estudioso, de las Herrerías de la Casa de la Moneda, donde la
podrá penetrar en el pasado almohade de la ciudad e historiografía había situado las “villas y casas para
imaginarse, por qué no, que pasea por sus angostas el gobierno” del hermano del califa Abu Yáqub, el
calles, o que otea a vuelo de pájaro el Guadalquivir, los sayyid Abu Hafs, ubica la dársena con sus atarazanas
palacios del califa, la gran aljama que mandó construir, y astilleros. Junto a esta hipótesis, con grandes visos
la antigua mezquita mayor de Ibn Adabbás, o los demás de verosimilitud, hay otras muchas que armonizan
oratorios, palacios o baños dispersos por el abigarrado con viejas crónicas o datos arqueológicos cuya
caserío, entre huertas, campos y lagunas. enumeración sería demasiado prolija. Considero que
el autor de la lámina, Pacho Garmendia, ha realizado
La lámina incorpora, a día de hoy, los resultados que las
un trabajo encomiable, y que quien esto suscribe y
últimas intervenciones arqueológicas han aportado y
ha colaborado con él facilitando el conocimiento que
que la escala del dibujo permite. Muchos permanecen
la arqueología va ofreciendo, no puede por menos
aún inéditos, como la situación de la Maqbarat Bab
que verse satisfecho por un resultado que sin duda se
Hamida, el Cementerio de los Alfareros descubierto
convertirá en un clásico de la iconografía de Sevilla. ❖
durante las obras del tranvía entre la plaza de San
Francisco y la iglesia del Sagrario. Otra gran aportación,
debida a las últimas obras de infraestructura en la calle
San Fernando y Puerta de Jerez, es la constatación
de la construcción de un gran foso, inundado por la
conexión entre el Tagarete y el Guadalquivir, que
reforzaba la entidad defensiva del Alcázar y lienzo sur
S e v i l l a A l m o h ade . 1 2 4 8 [ 4 ]
Acerca del dibujo, por el autor.
actividades diversas.
( Agua
& Territorio
El borde meridional de la Meseta (Macizo Hercínico) marca el límite superior de la Depresión del Guadalquivir.
Visto desde el sur se antoja como una elevación, por lo que recibió el nombre de Sierra Morena, cuando en
realidad es más un escalón que una sierra. El Guadalquivir lo recorre en dirección noreste-suroeste desde
Andújar hasta Alcalá del Río, donde cambia de dirección para dirigirse al sur. De Sierra Morena bajan caudalosos
afluentes que en la actualidad abastecen a poblaciones y extensos regadíos.
Dos elevaciones amesetadas flanquean el valle a la altura de Sevilla. Son formaciones geológicas de gran
personalidad por la naturaleza de sus suelos y su altitud relativa, pues, aunque sus cotas máximas apenas rebasan los
200 m, suponen una excepción en una superficie situada a sólo 8 o 10 m sobre el nivel del mar. Estas formaciones
fueron ocupadas por el hombre desde la Antigüedad por las ventajas de su posición, suelos fértiles bien drenados
y abundancia de aguas subterráneas. Las denominaciones de Alcor o Aljarafe, ambas de raíz islámica, hacen
referencia a su singularidad topográfica, con el significado de “otero”, “altura”, “elevación”.
S e v i l l a A l m o h ade . 1 2 4 8 [ 3 5 ]
5. El Guadalquivir, vía de relación y conocimiento.
En una época en la que los viajes por tierra son largos e inseguros y los caminos precarios
o inexistentes, el río es una “carretera” inigualable, sobre todo para el trasporte de grandes
cantidades de mercancías y personas. Ixbilia disfruta de una situación privilegiada por su
río navegable a las puertas de valle del Guadalquivir, circunstancia que la convierte en una
encrucijada estratégica entre el interior de Andalucía y las rutas de larga distancia.
No obstante el riesgo que supone el Guadalquivir con sus crecidas invernales y grandes riadas que todo lo arrasan,
sus ventajas son también muy importantes. En sus orillas se levantan fincas de recreo, almunias, torres, alquerías y
un rosario de aldeas y poblaciones, desde La Algaba y Alcalá del Río, a Cantillana, Alcolea, Tocina o Lora.
8. El Guadalquivir, un río
salvaje.
S e v i l l a A l m o h ade . 1 2 4 8 [ 3 7 ]
( Agua
& Territorio
H
9. Un campo fértil.
Los depósitos traídos por el río con sus avenidas elevan poco a poco la llanura y garantizan su fertilidad
año tras año. Pero la proximidad de la capa de agua subterránea dificulta el crecimiento de la vegetación en
las zonas más deprimidas, que permanecen inundadas a veces durante meses. En las áreas más elevadas se
cultivan viñas (en la vega del Tagarete) y huertas de frutales y hortalizas (desde la Puerta de la Macarena hasta
la del Sol). El resto queda dominado por la vegetación natural: restos del bosque de galería (tarajes, sauces,
álamos, etc.) y de prados y zonas encharcadas con vegetación palustre (eneas, juncos, carrizos, cañas).
Hisn,
(
[¡Oh, Sevilla!], te pareces, cuando el sol está en el ocaso,
)
El río es tu collar, la montaña tu diadema,
) La hija
del agua
C
uando los primeros contingentes
árabes llegan al área de Sevilla al final
del verano del 712, trajeron consigo
todo el universo simbólico de los
desiertos de Arabia donde surge el primer Islam. Los
poetas y autores sevillanos de la Alta Edad Media
harán una y otra vez referencia al paisaje de origen,
en un al-Andalus donde el elemento árabe primitivo
fue constitutivo de la elaboración identitaria. Pero Miniatura hispanomusulmana del siglo XIII,
con personajes, edificios y noria.
para ellos el paisaje ideal no es el desierto sino los oa-
sis donde de refugiaban sus antepasados durante las
etapas de sus marchas por las estepas de la Península
Árabe. La idea de Sevilla-oasis, la idea de la antigua
Ixbilia ligada al agua, podemos encontrarla en todos
los aspectos de la vida ciudadana. pozos urbanos: los Caños de Carmona que traerán el
agua desde Alcalá de Guadaíra.
Los autores árabes sevillanos nos dejan
perfectamente localizada la situación de la capital: el Esta agua abastecía en sus necesidades a los
último punto adonde llegan las mareas procedentes habitantes de Sevilla, pero también a las huertas
del mar. Este hecho da lugar a la constitución de de los alrededores. Las faenas agrícolas del área,
Sevilla como uno de los más importantes puertos una de sus señas, como actividad económica y
andalusíes y hace surgir la necesidad de traer a como esfuerzo de los autores ocupados en la
la ciudad agua potable. Por ejemplo desde Alcalá experimentación y el estudio de la tradición anterior
del Río mediante los aguadores que recorrían los en este campo, abarcaban no sólo los cultivos de
mercados alrededor de la mezquita de Ibn Adabbás, secano sino los de regadío. En huertas y jardines,
el actual Salvador, o en los posteriores de la nueva que en ocasiones adornaban los recintos palaciegos,
mezquita mayor, al final del siglo XII. En esas fechas, como los Palacios de la Laguna Grande, la Buhaira.
el gobernador almohade, camino de Marrakech para
convertirse en el Califa Abu Yúsuf Yáqub al-Mansur, La Laguna Chica se situaba en el ámbito de la actual
ordena la obra pública que completaba la red de Alameda de Hércules, como hija de un antiguo
El listado de los nombres de lugar de la Sevilla árabe Iglesia del Agua; o los jardines, que en el lenguaje árabe
aparece jalonado con frecuencia por topónimos sevillano llevan el calificativo de Yanna o alguno de sus
relacionadas con el agua: los molinos del “Río muchos derivados, que en árabe significa “paraíso”.
Sublime”, como le llaman algunos autores, y sus
recodos con múltiples denominaciones; las islas del bajo En uno de sus últimos poemas, antes de morir en
Guadalquivir o las marismas que formaban también 1095, el rey al-Mutamid, condenado al destierro sin ver
parte del paisaje sevillano; las fuentes de la ciudad o el Aljarafe, el Guadalquivir o los Alcores, denominaba
sus alrededores; los baños, las atarazanas o la Puerta de a su familia, destrozada cuando no cubierta de luto,
los Barcos; los riachuelos o cursos de agua de la zona como los “Hijos del agua del cielo”. Su añoranza de
convertidos en lugares poéticos como el Río de las Sevilla, en Agmat, cerca de Marrakech, con el seco
Acacias que todavía recuerda algún poeta árabe actual; Atlas de fondo, le había hecho adoptar un calificativo
los puentes y las praderas escenario de la vida urbana; la propio de la capital del reino que había perdido. ❖
S e v i l l a A l m o h ade . 1 2 4 8 [ 4 1 ]
Agua
& Naturaleza 2
(
Se dice que el agua es fuente de vida, y el paisaje en que se
del propio río y que sólo con las grandes crecidas recupera
El Guadalquivir a la altura de Ixbilia es un río peculiar: fluye seis horas hacia la mar y otras tantas hacia tierra
empujado por la acción de las mareas. Un tratadista del siglo XII afirma que el agua salobre llegaba hasta la
misma ciudad, situada a más de 120 km de la desembocadura, por lo que el agua dulce debía tomarse del cauce
más arriba de la ciudad.
Allí donde el agua no bate con fuerza surge una vegetación arbórea permanente: son los
bosques de ribera formados por sauces o mimbrales y tarajes en primera línea con las raíces en
el agua, seguidos de álamos blancos, olmos y fresnos. En medio crecen zarzas y madreselvas que
trepan por el follaje tejiendo densas pantallas de vegetación. Estos sotos son reductos de sombra
y frescor durante el calor del estío, refugio de ruiseñores, oropéndolas y zarceros.
S e v i l l a A l m o h ade . 1 2 4 8 [ 4 5 ]
5. Un mosaico de paisajes ligados al agua.
6. Aguas ocultas.
En los sedimentos que componen la llanura aluvial generada por el río se acumulan limos,
arenas, gravas y cantos rodados. Son elementos detríticos más o menos groseros con
elevada permeabilidad y capacidad de almacenar agua, por lo que dan lugar al desarrollo
de un extenso nivel de aguas freáticas en conexión directa con el río. Esta presencia de agua
subterránea a escasa profundidad permite el crecimiento de una vegetación que la aprovecha
gracias a sus raíces, a la vez que facilita su explotación por el hombre mediante pozos.
El río de Sevilla y sus numerosos afluentes dan cobijo a una fauna piscícola muy variada debido a la calidad de sus
aguas y al carácter estuarino del bajo Guadalquivir, en el que coinciden especies de ecosistemas acuáticos terrestres
con otras marinas. En el río abundan especies dulceacuícolas como carpas, tencas o barbos, y aguas abajo, otras
más propias de aguas salobres como bogas, sabogas y albures, o directamente de aguas saladas como róbalos,
pejerreyes o lampreas. A éstas se añaden las especies que completan su ciclo de vida entre los dos sistemas, como las
anguilas que desovan en el mar y viven en los ríos, o los sollos o esturiones que hacen lo inverso.
8. La fauna terrestre.
S e v i l l a A l m o h ade . 1 2 4 8 [ 4 7 ]
( Agua
& Naturaleza
9. Islas en el río.
Además de las dos extensas islas del curso bajo del Guadalquivir, Isla Mayor e Isla Menor, conocidas
desde antiguo por ser zonas de cría de caballos y de grandes rebaños de ovejas, el río presenta
numerosas islas e islotes más o menos temporales, testigos de la fuerte deposición que caracteriza a su
régimen espasmódico. En época de estiaje los ganados aprovechan también los pastos de estas islas.
No obstante las amables descripciones árabes de Ixbilia y de sus campos, la falta de drenaje que mantiene los
suelos permanentemente húmedos y la oscilación de las aguas por la mareas que dejan extensas planicies
de lodos y arenas al descubierto son el ambiente propicio para la proliferación de toda clase de insectos y de
organismos patógenos para los seres humanos.
)
Fernando Sancho Royo
Universidad de Sevilla
L
a ciudad amurallada es un espacio del pera su carácter anfibio y se convierte en un cenagal
hombre y para el hombre que se enfren- somero en el que asoman grandes vetas de tierras
ta al campo, a lo no construido, al espa- destinadas al cultivo, a salvo de la humedad que todo
cio indómito y lleno de peligros regido lo empapa e inunda.
por leyes que los humanos no alcanzan a comprender
ni a controlar, ante el que sólo cabe resistir y soportar En estas condiciones la vegetación predominante es
sus numerosas adversidades si no hay otro remedio. de carácter herbáceo y arbustivo, toda ella resistente a
largos periodos de encharcamiento: juncos, castañue-
Este territorio extramuros próximo a la ciudad está
las, cañas, carrizos, eneas, manzanilla de agua tapizan
dominado por la abundancia del agua que surge desde
el suelo y ocultan a la vista pequeñas depresiones,
numerosos manantiales situados en el contacto de
restos de antiguos cauces. Si los cauces abandonados
los distintos niveles de terrazas con la llanura aluvial
pertenecieron al Guadalquivir, las lagunas no pueden
como la Fuente del Arzobispo, la Fuente del Rey, don-
ocultarse por la vegetación y quedan como testigos
de se asentó el primer campamento del Rey Santo en
permanentes del antiguo curso de las aguas. Las hay
el sitio a la ciudad, etc., o de la misma tierra a causa
dentro de la ciudad –la Alameda y la Pajería– y fuera
de la proximidad del río.
de sus muros, como la de los Patos frente a la Macare-
La extrema horizontalidad de la llanura en la que se na, más otras muchas que se secan al final del verano.
sitúa la ciudad, generada por los sedimentos que el río
En las pequeñas vetas e islas del cauce a salvo de las
deja con cada inundación, dificulta sobremanera la eva-
inundaciones anuales se desarrolla una vegetación
cuación de las aguas ya sean procedentes de las lluvias,
estable con grandes manchas de regaliz y pequeños
o la de los ríos y arroyos que la cruzan con cauces si-
nuosos y corrientes lentas que, en muchos casos, se ven
Representación de
retardadas por el ascenso y descenso de las mareas. En una garza, miniatura
del manuscrito
ellos al igual que ocurre en el Río Grande, la corriente
conocido como Livro
invierte su dirección aproximadamente cada seis horas, das Aves, fechado en
1183, cuando Sevilla
y en vez de ir hacia el mar, va hacia tierra adentro. era la capital andalusí
del califato almohade.
Se custodia en el
Con fuertes lluvias locales o en época invernal con archivo portugués de
la Torre do Tombo.
las crecidas ordinarias del río, la gran llanura recu-
bosquetes de sauces y mimbreras con zarzas y plantas vacuno, lanar y caballar, que pasta en semicautividad
trepadoras. Más ocasionalmente aún destacan algunos en los prados de Tablada (Talyata).
restos de la vegetación original más desarrollada que
En el río se produce anualmente el ascenso de los peces
han sobrevivido a las razzias de los cristianos, con ejem-
para desovar aguas arriba de la desembocadura en los
plares de chopos, álamos, fresnos y tarajes. Este bosque
playazos arenosos, donde el agua es más fresca, limpia y
ligado al agua sólo se mantiene en las orillas de los ríos,
oxigenada. Destaca entre todos el gran esturión o sollo,
pero a distancia de la ciudad, entre otras razones debido
al que acompañan anguilas, sabogas, sábalos, lisas y
a las talas por sus habitantes para aprovechar la madera.
toda una suerte de otros peces que sirven de alimento a
En estas condiciones la fauna está, también, determina- las nutrias, zorros y jabalíes cuando al avanzar el verano
da por la presencia del agua. Miles de millones de larvas se quedan atrapados en charcas cada vez más reducidas.
de mosquitos y otros insectos constituyen el alimento
Lejos de la ciudad y de la llanura fluvial, en las tierras
básico para una amplia comunidad de aves insectívoras.
a salvo de las grandes avenidas, la vegetación cambia
La vegetación enraizada y sumergida representa lo pro-
sustancialmente. Aquí el problema no es el exceso de
pio para otra comunidad de aves no menos compleja de
agua sino su escasez en el largo periodo estival. Es el
alimentación vegetariana, en la que dominan las aná-
dominio de la encina y el acebuche como elementos
tidas. Anfibios, reptiles y otros pequeños vertebrados,
arbóreos y de los lentiscos, coscojas, olivillas, mirtos,
entre los que no hay que descartar pequeños peces, so-
jaras… como especies del sotobosque. La fauna tam-
portan la depredación de garzas, martinetes, cigüeñas, y
bién cambia y no es raro encontrar lobos próximos a
sobre todas ellas, de las rapaces, grandes y pequeñas.
la ciudad o incluso osos río arriba en los sotos de para-
Entre tanta vida natural y en las proximidades de la jes que con el tiempo serán las poblaciones de Cantilla-
ciudad se entremezcla con la fauna silvestre el ganado na y Villanueva del Río. Pero eso es otra historia… ❖
S e v i l l a A l m o h ade . 1 2 4 8 [ 5 1 ]
Agua
& Ciudad 3
(
El desarrollo y el futuro de una ciudad es estrictamente
1. El abastecimiento cotidiano.
En la Sevilla almohade hay infinidad de pozos de agua de escasa calidad, suministro básico que se
complementa con la que acarrean los aguadores y la de algunas fuentes de los contornos. La gran novedad
de la época es la puesta en servicio en 1172 de los Caños de Carmona, obra de origen romano que trae
excelentes aguas de manantial desde la vecina Alcalá de Guadaíra, a unos 17 km. A partir de diversas
ramificaciones y depósitos, suministra agua potable corriente a edificios públicos, palacios de la realeza,
residencias de las clases altas y a algunos depósitos y pilares para el consumo de la población.
Los pozos domésticos y públicos, con aguas de calidad deficiente, sirven para cubrir las necesidades de higiene y
limpieza, de baños e industrias, y el abrevaje de ganado. Son corrientes también los aljibes que acumulan agua de
lluvia para uso doméstico. Para el consumo de boca se dispone además del agua que los aguadores o azacanes toman
de un pontón río arriba de la ciudad, donde es menor el efecto salobre de las mareas y la contaminación de aguas
residuales. Está además el agua de los Caños de Carmona del gran depósito situado cerca de la actual plaza de la
Alfalfa y de otros menores, así como de varios pilares públicos, como los que se localizan hacia la mezquita mayor.
4. La “madre vieja”.
S e v i l l a A l m o h ade . 1 2 4 8 [ 5 5 ]
5. Las aguas residuales.
6. Fuentes de abluciones.
7. Lagunas interiores.
Los sevillanos encuentran en el río un espacio abierto donde se respira una brisa
limpia, lejos del aire espeso y pestilente que tantas veces impregna las calles y
casas de la ciudad. Gustan de pasear en barcas con un enramado que les da una
agradable sombra y de organizar en las orillas reuniones con amigos en las que
corre el vino, la poesía y la música.
9. Una costumbre
generalizada: el baño.
S e v i l l a A l m o h ade . 1 2 4 8 [ 5 7 ]
( Agua
& Ciudad
En la margen derecha del río, enfrente de Ixbilia, se asienta el arrabal de Triana, ceñido
por un muro y un foso hacia la campiña y abierto al Guadalquivir. Este núcleo ribereño
especialmente ligado a la vida y actividades del río está amparado por un poderoso
castillo. A su sombra se tiende bajo el gobierno almohade un puente sobre barcazas que
es la primera vía de paso estable entre las dos orillas del río de Sevilla, una pieza clave
Ja
para las comunicaciones con el fértil Aljarafe y el Occidente de la Península.
11. El Tagarete.
Este pequeño arroyo que nace en los Alcores contornea la ciudad por el este. Aunque vadeable en verano, en
invierno hacen falta pequeños puentes o alcantarillas para cruzarlo. Su presencia no sólo supone una defensa
añadida para la ciudad (su curso se desvía para que haga las veces de foso), sino que en su amplio valle prosperan
además viñedos y huertas de frutales.
I
Nada más bello, andaluces,
afach
que vuestras huertas frondosas,
si a mi arbitrio lo dejasen,
no viviría yo en otra.
El infierno no temáis,
)
que no es posible el infierno
) de Sevilla
La construcción
L
a forma urbis de la Sevilla anterior al Torre y Puerta
del Agua, en
siglo XII es un yermo de contornos las murallas del
Alcázar de Sevilla.
imprecisos en el que sólo destacan con
nitidez la primera mezquita aljama, el sas que habitaron los primeros musulmanes, incluso
más antiguo de los recintos alcazareños y un cemen- el lugar que usaron como mezquita durante ciento
terio situado en el extremo meridional de la Alameda; veinte años, han quedado reducidos, en el mejor de
el resto de la información disponible lo constituyen los casos, a inexpresivos fragmentos, soterrados bajo
fragmentos de crónicas y poemas, cuyas referencias varios metros de escombros. En los últimos años el
topográficas no sabemos dónde ubicar, excavaciones profesor Borja Barrera ha certificado el mecanismo
poco extensas, incapaces de proporcionar imágenes de tanta destrucción y que no es otro que el secular
fiables, y mucha extrapolación. Cuando se inició el si- movimiento del río que, como un látigo imparable,
glo XIII, a los tres años de la inauguración de la torre como una tuneladora al aire libre, ha triturado cuan-
que con el tiempo sería la Giralda, lo que conocemos to se ha opuesto a su paso; consta que a comienzos
y podemos dibujar de la ciudad, en sitio y forma pre- del siglo XI ya estaba encajado en el lugar actual,
cisos, conforman un panorama radicalmente distinto, por lo que la ciudad consolidó su expansión hacia
pues muchos elementos urbanos, desde la nueva al- poniente en terrenos que, como certifican las cróni-
jama a la alcaicería, pasando por el puente y el acue- cas, aún planteaban problemas en época almohade y
ducto, no sólo estaban ya en uso, sino que han pervi- que, en realidad, siempre estuvieron a merced de la
vido en lo esencial hasta época muy reciente. Incluso riadas, como acredita la de 1961, que atacó la ciudad
tenemos datos, cada vez más nítidos, del trazado de por la espalda. El río ha sido, por lo tanto, el vehículo
un nuevo barrio, tan extenso como regular. de una continua e insólita reencarnación urbana.
El urbanismo de la ciudad pasó, por lo tanto, de un Este proceso, que es la prolongación de los tiempos
periodo “prehistórico”, cuyo estudio está domina- geológicos hasta la época de San Fernando, tiene su
do por filólogos y arqueólogos, a otro, plenamente correlato en el plano de la ciudad actual, cuyo casco
histórico, que analistas diferentes, historiadores y histórico no sólo refleja bien el trazado de su úni-
arquitectos, podemos investigar sobre bases materia- co circuito de murallas conocido, sino que, por la
les ciertas, pues los edificios romanos que sirvieron a formalización de su viario y parcelario, sugiere varia
Hispalis, incluidas las murallas y los templos, las igle- etapas en su constitución. Hasta hace bien poco, y
sias que contemplaron la llegada y romanización de salvo excepciones dispersas, los analistas sólo dispo-
los pueblos germánicos y sus luchas dinásticas, las ca- nían de la lectura formal de la forma urbis presente en
la que, mediante meritorios ejercicios de voluntarismo La abundancia de datos explícitos y detallados de-
metodológico, se identificaban procesos históricos muestra que en un momento muy concreto la ciudad
concretos, alcanzado a veces patinazos monumentales, culminó por entonces la más espectacular de sus fases
como cuando se identificó el trazado del cuadrante no- constituyentes, pues además de inaugurar la traída
roeste de la ciudad, con el reflujo, ya en el siglo XVII, de agua aquel invierno de 1172, se recreció el muro
del urbanismo americano. sobre su conducción y se tendió el puente, cosa que
El elemento que mayores dudas ha suscitado es el que había sucedido el 9 de octubre del año precedente.
se refiere al momento en que se construyó la muralla, Estas inauguraciones de infraestructuras básicas, cuyos
la etapa en que su contorno quedó fijado, pues de una detalles son dignos de un periódico actual, dieron paso
hipótesis romana se pasó a otra almohade, se retroce- a la creación de un segundo, o tercero, centro urbano,
dió luego al momento almoravid y, en un cierre tan religioso y comercial, velando entre todas ellas otros
dogmático como infundado, se ha pretendido volver procesos más difusos, pero no por ello menos intere-
a la almohade por los siglos de los siglos, incluido el santes, como fue la consolidación y creación de nuevas
amén. Los textos ofrecen un panorama muy explícito extensiones del hábitat vecinal amurallado. En algu-
sobre cómo era la ciudad en el tránsito del siglo XI al nas partes, desbordadas de antiguo, la nueva cerca se
XII, mostrando una “medina saturada” y desbordada, limitaría a incluir bajo su protección barrios comple-
que argumenta contra una ampliación reciente del tos, como el que el tiempo constituiría la collación de
recinto amurallado. Poco después los datos literarios de Santa Lucía, que seguramente empezó como núcleo
época almoravid acreditan la construcción de la nueva suburbano diferenciado, convertido en un arrabal sin
muralla entre 1118 y 1125. En la segunda mitad del cerca a causa del desbordamiento citado. En otras
siglo XII y en la primera del XIII los muy abundantes y convertiría en urbanas zonas poco o nada construidas,
detallados textos almohades permiten fechar diversas entre las que destaca la urbanización del sector noroes-
obras de ampliación, reforma, refuerzo y recrecido del te del recinto, que en el futuro se dividiría en las exten-
recinto anterior. La arqueología ha añadido un nuevo sas parroquias de San Lorenzo y San Vicente, pues sus
dato, pues una reciente excavación del profesor Tabales 50 ha muestran un trazado regulador de calles rectas y
Rodríguez en la Puerta del Agua, justo bajo el trazado paralelas, con manzanas rectangulares, tan claras, tan
del recinto que aún podemos contemplar en toda su al- poco islámicas, que unos las han tenido por las de la
tura, ha detectado un muro que ha fechado en la etapa colonia romana y otros las han tomado por renacen-
almoravid, demostrando que, al menos en un sector tistas; pues bien, las excavaciones demuestran que en
clave de la ciudad, la ampliación se había producido época almohade muchas de sus alineaciones y man-
cuando las crónicas atestiguan. En ninguna otra zona zanas estaban bien definidas, aunque probablemente
se ha excavado la cimentación del muro histórico, y en grandes extensiones aún serían agrícolas.
ningún otro lugar éste puede mostrar los estratos, bien Como todos estos elementos son visibles, y en gran
datados e indudables, que garantizan la cronología de parte operativos, podemos decir que la historia urbana
los tramos emergentes, ya que en ninguno de ellos los de Sevilla comienza en el siglo XII. ❖
atanores del acueducto inaugurado el 13 de febrero de
1172 proporcionan un terminus post quem cierto.
S e v i l l a A l m o h ade . 1 2 4 8 [ 6 1 ]
José Antonio Mejías Gimeno
Universidad de Sevilla
) Almohade El Jardín
E
l impulso creador en jardinería de la
civilización hispano-musulmana se
nutre de la sabia conjunción de conoci-
miento agronómico e ingenio hidráu- Pórticos de yesería y alberca, en el jardín almohade
del Patio del Yeso del Alcázar de Sevilla.
lico, combinados con una tradición arquitectónica
antigua que entronca, sobre todo, con la civilización
persa. El resultado son jardines de una sencillez so- sistematizar en tres las formas de la jardinería
fisticada, cerrados e íntimos, creados para el disfru- almohade, que son las propias del jardín hispano-
te de su dueño, que tratan de dar satisfacción a los musulmán: patios de mezquitas, jardines-patio y
sentidos: vista, olfato, oído, gusto… y en los que el fincas periurbanas.
hombre encuentra refugio frente al mundo exterior
primariamente hostil. Esta concepción resulta evi- El primer grupo está bien representado por el actual
dente en la preocupación de algunos autores de tra- Patio de los Naranjos de la catedral de Sevilla que se
tados agronómicos como Ibn al-Awwam (ciudadano creó como patio de abluciones de la gran mezquita
de la Sevilla almohade, siglo XII) o Ibn Luyun (Alme- mayor mandada construir por el califa Abu Yáqub
ría, 1282-1349) por el diseño de las plantaciones, no Yúsuf e inaugurada en 1198 (594 H.). En gran
sólo para facilitar su mejor rendimiento sino también medida conserva la planta original, de esquema muy
para procurar el mayor bienestar de su dueño. Pode- simple, pero su fisonomía está modificada por la
mos imaginar la atracción de las creaciones andalu- impresionante mole de la catedral y la eliminación
síes sobre la sociedad cristiana, menos refinada, que de la nave de poniente, ocupada por la Parroquia del
se vería incrementada por la introducción de nuevas Sagrario. Sabemos que la vegetación original debió
especies (jazmines, limoneros, naranjos amargos, ser más variada que la actual; al menos en el siglo XV
posiblemente rosas de flor amarilla, etc.) o la popula- contaba con naranjos, limoneros, cidros, cipreses y
ridad de frutales raros en el mundo cristiano. palmeras, posiblemente datileras, de acuerdo con el
viajero germano J. Münzer. La actual solería, en estilo
La pujante Ixbilia, capital andalusí del Imperio neo-mudéjar, es obra de mediados del siglo XX.
Almohade, fue fiel a la tradición islámica creando
y remodelando interesantes jardines, algunos de La existencia de patios ajardinados era habitual
los cuales han permanecido hasta nuestros días en las casas de al-Andalus y, por supuesto, en
con transformaciones de diverso calado. Podemos las almohades. Estos jardines-patio constituían
S e v i l l a A l m o h ade . 1 2 4 8 [ 6 3 ]
Agua
& Economía 4
(
Es lógico que un bien tan primordial como el agua no haya
( Agua
& Economía
2. Las atarazanas.
La navegación musulmana conjuga la tradición romana y bizantina con otras aportaciones de Oriente. Se
usan remos, aparejos de velas cuadradas, para navegar con vientos de popa, y la vela latina o triangular, que
permite aprovechar vientos de dirección variable. En el río concurren panzudas naves mercantes de vela
cuadrada, galeras de carga y de guerra de velamen triangular y remos, así como falúas, barcas y multitud
de embarcaciones menores a remo y vela para el transporte y la pesca. El tráfico estrictamente fluvial es
privativo de los barcos más pequeños y de almadías o balsas.
4. Molinos hidráulicos.
S e v i l l a A l m o h ade . 1 2 4 8 [ 6 7 ]
5. El río y el comercio.
El río es la arteria que comunica Sevilla y las comarcas del valle con las tierras más lejanas. Vía del comercio
interior y exterior, canaliza el transporte a granel de aceite, cereales, lana, pieles, minerales y manufacturas, y de
valiosas mercancías como especias y metales preciosos, conectando la Península con los mercados del norte de
África, el Mediterráneo y el Oriente islámico. Es también la ruta de entrada y salida de ejércitos, personas e ideas.
El ganado de carga y labor (caballar, mular y asnal) así como el de carne (ovejas y cabras),
además de la volatería, vive en gran proporción dentro de los muros de la ciudad y en sus
aledaños. Sus propietarios deben llevarlos a pastar diariamente o proporcionarles el forraje
necesario. Algunos parajes intramuros y los pastizales que rodean la ciudad son lugares idóneos
para este fin, ya que debido a la fertilidad del suelo y a la abundancia de agua estos pastos se
mantienen permanentemente en producción.
S e v i l l a A l m o h ade . 1 2 4 8 [ 6 9 ]
( Agua
& Economía
a
b
G
9. El regadío: la agricultura del agua.
Las parcelas más fértiles y próximas a las murallas, e incluso situadas dentro de las mismas, se destinan a la
producción agrícola de primor sostenida por el laboreo intensivo y la abundancia de agua. Las huertas producen
todo tipo de hortalizas (coles, alcachofas, cebollas, calabazas, espinacas…), leguminosas (alubias, altramuces,
habas, lentejas…) y frutas (naranjas, granadas, ciruelas…). Las huertas se suceden en todo el arco que va desde la
Macarena hasta el sur de la ciudad.
A la clásica trilogía agrícola cereal-olivo-vid del mundo romano, la cultura hispanomusulmana le añade
el higo, que contiene grandes cantidades de azúcares, se conserva con facilidad seco y responde bien a la
irregular climatología mediterránea con prolongados estíos. Son muy numerosos los datos que se refieren a la
abundancia de higuerales en el entorno de Sevilla y en el Aljarafe.
(
)
El río, de murmuradoras riberas, te haría creer,
) La agricultura
en la Sevilla almohade
L
a Sevilla extramuros era la de los huer-
tos, la de los paseos enyerbados y arbo- Hacienda de la Torre de Doña María, heredera
ledas y la del campo. La de un territorio de la antigua alquería de los Banu Jaldún o Torre
de Benagalbón en los alrededores de Sevilla.
que tenía como función principal abaste-
cer a los entre 60 y 100.000 habitantes con que contaba frutales se cuidarían meticulosamente para obtener
la ciudad almohade. El privilegiado emplazamiento de granadas, albaricoques, priscos, ciruelas, peras,
la ciudad le permitía disponer de una amplia variedad manzanas y otras deliciosas frutas; los cereales,
de terrenos, lo que junto a la benignidad del clima y como el trigo, la cebada y la espelta, se sembraban
las abundantes aguas del Guadalquivir y sus afluentes en la campiña, pero también lentejas, garbanzos,
hizo posible que al-Udri afirmara que todo cuanto en alubias, altramuces, guisantes, sésamo, sorgo,
los campos de Sevilla se sembraba o plantaba, crecía panizo… Río abajo, se criaban desde la Antigüedad
y fructificaba. Y no debía andar muy desencaminado reputados caballos en las marismas; también se
en su aserto, habida cuenta de la ingente cantidad de sembraba arroz, como se sigue haciendo en la
cultivos que el agrónomo sevillano del siglo XIII Ibn actualidad. Cultivos como el algodón y el lino eran
al-Awwam citó en su magna enciclopedia de agricultu- objeto de exportación al resto de al-Andalus y al
ra: en torno a cuatrocientas especies, de las cuales más norte de África. En la Sevilla almohade, marinera de
de cincuenta eran arbóreas. vocación, el comercio impulsó éstos y otros cultivos
comerciales, de los cuales el olivo era uno de los más
Campo y ciudad estaban intímamente relacionados,
destacados: el Aljarafe, el otero rojizo que domina el
hasta el punto de que el terreno de labor entraba a
valle, la diadema de Sevilla, como era calificado, era
formar parte del paisaje urbano en los emparrados
un auténtico mar de olivos salpicado por centenares
y las pequeñas huertas de los patios traseros de las
de alquerías.
casas, o en los huertos que se disponían junto al
Guadalquivir, en la vecina Triana. Tras las puertas de Las estaciones marcaban el calendario agrícola: en
la ciudad, comenzaba el paisaje rural propiamente marzo se podaban las viñas; en abril y mayo espigaban
dicho, aunque con una diversidad de usos que hoy las mieses; las frutas maduraban entre junio y
nos sorprendería. En las cercanías, y aprovechando septiembre; en julio se cosechaba el trigo y la cebada;
las márgenes del río, se disponían amenas praderas, los higos, las uvas y las nueces, en septiembre; y en
algunas arboladas con olmedas y otros árboles, que octubre, comenzaba de nuevo el año con la siembra
deleitaban los paseos de los sevillanos; los viñedos de los cereales. Todo ello suponía un constante
y las higueras abundarían por doquier, como en las trasiego en los campos que bullían de vida y presencia
tierras aledañas al arroyo Tagarete, hoy cubierto; los humana en una época en la que la siega se realizaba
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la Ciudad
y sus edificios
5
(
La ciudad es urbs (espacio físico edificado), es civitas (espacio
El cronista Ibn Sahib al-Sala ofrece una detallada información de la gran aljama o mezquita mayor
que construyen los almohades al sur de la ciudad. La manda edificar el califa Abu Yáqub Yúsuf en
1172, en la obra trabajan miles de operarios durante cuatro años para levantar hasta 17 naves, y se
inaugura oficialmente en 1182. Consta de un amplio patio de abluciones (sahn) con galerías y de
un grandioso oratorio que termina en el muro (qibla) donde se ubica el mihrab, el nicho orientado
hacia La Meca que marca la dirección de las plegarias. Para el acceso del califa y sus dignatarios se
construye un pasaje que comunica la mezquita directamente con los alcázares.
2. El alminar.
4. Los alcázares.
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5. La cerca.
En el mundo islámico una ciudad sólo adquiere tal categoría cuando está cercada y protegida del exterior.
Las murallas crean y definen un nuevo ámbito –la medina– en contraposición con el espacio no defendido
ni delimitado. La historia de las de Sevilla es accidentada: concebidas para defenderse de enemigos y
riadas, se levantan y destruyen varias veces, en unas ocasiones por el hombre y en otras por el río, el
tiempo y la desidia. Los almorávides las levantan en la primera mitad del siglo XII y después las recrecen
los almohades, que le añaden un foso y antemuro. Con un perímetro que supera los 7 km y más de un
centenar y medio de torres, encierran una superficie inmensa, de 287 hectáreas.
7. Las puertas.
Una ciudad defendida por una muralla es también una ciudad aislada. Las puertas son los lugares
obligados por los que se relaciona con el exterior, se cierran de noche y se abren temprano, se recaudan
tributos, se impide la entrada o se expulsa al indeseable, y durante las crecidas del Guadalquivir, se ciegan
con tablones y cascotes para tratar de impedir el paso de la riada… En la Sevilla almohade se cuentan
una docena de puertas principales, varios postigos, y otras en el interior de la ciudad. Varias se han
localizado e identificado con su nombre árabe, que a veces se ha mantenido: Puerta de la Macarena (bab
Maqarana), de Córdoba (bab Qurtuba), del Sol (bab al-Sams?), del Osario (bab al-Maqbara?), de Carmona
(bab Qarmuna), de la Carne (bab Yahwar), de Jerez (bab al-Faray), del Alcohol o Postigo del Carbón o los
Azacanes (bab al-Kuhl), Puerta de los Barcos (bab al-Qatay) o Postigo del Aceite, del Arenal, de Triana (bab
Taryana), de Goles o Real (bab al-Muaddin), de San Juan y de Bibarragel o Barqueta (bab al-Ragwal).
8. El puente de barcas.
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( la Ciudad
y sus edificios
Los baños son uno de los tipos de edificios públicos más numerosos en la ciudad
musulmana. Su disposición sigue el modelo clásico a base de tres salas con baños a distinta
temperatura y una serie de dependencias adyacentes para el descanso y vestuario.
Son características sus cubiertas abovedadas. Aún quedan restos de varios baños de época
musulmana, como los de las calles Mateos Gago y Mesón del Moro, y los que dieron
nombre a la calle Baños, conocidos como los Baños de la Reina Mora.
Los enterramientos no siempre estuvieron resueltos en Ixbilia. El rápido aumento de fallecidos en épocas
de hambruna o epidemia saturaba los escasos lugares disponibles y a veces obligaba a improvisarlos
extramuros, como ocurrió en el barrio de los alfareros o en la zona de puerta Osario, de revelador nombre.
El tratadista Ibn Abdún advierte sobre esta cuestión: “Una de las cosas más importantes que incumben al cadí
(¡Dios le asista!) es velar por los musulmanes, no sólo los vivos sino también los muertos, porque la muerte es una
cosa inevitable; y ello es más apremiante en Sevilla que es una ciudad populosa y no tiene cementerio proporcionado
a su población”. En ocasiones los cementerios se convierten en parajes inseguros y abandonados, con el
consiguiente escándalo de la población. Intramuros se distinguen varias zonas destinadas a este fin.
Una de las grandes obras públicas que promueve el califa almohade en Sevilla es la reconstrucción
del sistema de canales subterráneos y acueductos de origen romano que conducían el agua de los
manantiales de Alcalá de Guadaíra hasta Sevilla. Terminado en 1172 y ejecutado en cuidadosa fábrica
de ladrillo, su tramo más complejo corresponde al paso del Tagarete enfrente de la Puerta de Carmona,
luego denominado la Alcantarilla de las Madejas, donde se superponen hasta tres tandas de arcos.
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( la Ciudad
y sus edificios
13. La Buhaira
A las afueras de la ciudad, frente a la puerta de la Carne y pasado el arroyo Tagarete, el califa
manda levantar en 1171 un palacio de recreo con una gigantesca alberca en la que reflejarse, ele-
mento que le da el nombre: la Buhaira o Laguna Grande. Para esta obra no se escatiman recursos:
se traen árboles de todas clases, grandes plantones de olivos del Aljarafe y de otras especies que
se trasladan incluso desde Guadix y otros lugares del reino de Granada. El aporte de agua estaba
asegurado por una conducción derivada de los Caños de Carmona antes de entrar en la ciudad.
En 1247 el ejército cristiano pone cerco a Sevilla y rodea la ciudad con un rosario de campamentos. La
población quedó aislada, salvo en sus comunicaciones por el río y con Triana, lo que le permitió resistir.
Sin embargo, en mayo de 1248, las galeras del almirante Bonifaz rompen la cadena que, anclada en la Torre
de Oro, protegía el puerto: la ciudad queda por completo aislada, y acaba por rendirse el 23 de noviembre,
festividad de San Clemente. Un suceso en el que el agua se convierte otra vez en protagonista de la historia.
Y ¿dónde está Sevilla con los placeres que alberga, y con su delicioso río
pletórico y rebosante?
Esas capitales eran los pilares de una tierra que, al haberlos perdido, ya no
puede sostenerse.
)
¿Y quién puede caminar con alegría mientras su patria le priva de su cuidados,
L
a nueva Sevilla, tan bellamente ampliada Torre de la Giralda,
y convertida de ciudad segundona de al- antiguo alminar de la
mezquita almohade.
Andalus en capital andaluza del imperio
almohade, tan puntualmente descrita
por Alfonso Jiménez, iba a adquirir de inmediato un Todo este conjunto de los Reales Alcázares y de su
alzado coherente con la nueva planta urbana. barrio inmediato, que sería luego judería en época
cristiana, aprisionaban unos espacios interiores, que
Es cierto que Sevilla había sido ya modesta capital del
siguen siendo todavía los más bellos y ricos de la ciu-
lírico reino de los Abbadíes, pero construida con una
dad, y que iban a servir de asiento a la nueva mezqui-
escala menor, como correspondía a aquella etapa de
ta mayor almohade.
atomización y desintegración del mundo Omeya.
Las obras de infraestructura se iban a completar con
El naciente Califato Almohade tenía que dotarla de
la construcción de un puente de barcas uniendo las
mayores espacios públicos y de edificios simbólicos
dos orillas del gran río, así como unas atarazanas y
del nuevo poder establecido. En primer lugar, de obras
una ceca o casa de moneda.
públicas de infraestructura, que hoy diríamos: la traída
de agua, la reconstrucción del acueducto romano des- También es la época en que se lleva a la perfección
de las tomas Alcalá de Guadaíra hasta la ciudad. Si algo la otra fortaleza dominante de la orilla derecha del
caracteriza a los nuevos módulos de su arquería es su Guadalquivir, ya iniciada en siglos anteriores, Hisn al-
noble sentido clásico, su neorromanismo, expresado en Faray, “el miradero”, seguramente construida en los
su tanda de arcos a montacaballo sobre sus arcuaciones días de al-Mutadid.
de medio punto inferiores, similares a los de la estruc- Nos quedan restos significativos de aquellos alcázares
tura interna del Panteón. El resultado es novedosísimo, y palacios urbanos y de otros exteriores, como los
pero al mismo tiempo cargado de sentido clásico. llamados de la Buhaira, que fueron ocasión para la
Ya se ha hablado de la cerca urbana y de sus sucesivas reconstrucción del ya citado acueducto, y que se ele-
reconstrucciones desde la etapa almorávide hasta la vaban sobre una colosal alberca o reservorio, que les
que nos ocupa. Pero la verdadera remodelación almo- daba nombre, e irrigaba escogidas plantaciones de la
hade, aparte de una pequeña serie de espléndidas to- todavía hoy denominada Huerta del Rey.
rres singulares, es la de todo el reborde meridional de Pero la obra más significativa de los almohades en Se-
la ciudad que engarza entre sí los diversos recintos mi- villa iba a ser la construcción de la nueva mezquita ma-
litares palatinos, huertas reales, y sus conexiones con la yor, y de su famosísimo alminar. Tanto la arquitectura
Puerta de Jerez; y con el recinto de la ceca, que se pro- palatina, como la religiosa de los primeros califas de la
longaría protegiendo el Arenal sobre el foso natural del dinastía, estuvo marcada por el más riguroso ascetismo
Tagarete en larga coracha que culminaría sobre el río y severidad decorativa. El espíritu de la predicación del
en la famosísima Torre del Oro, reina de las torres al- Mahdi a sus discípulos, los almohades –los unitarios–,
barranas españolas, obra ya tardía, de los días en que la se iba a plasmar en su profunda austeridad en todos los
ciudad se aprestaba ante una posible invasión cristiana. aspectos de la vida, y en la propia arquitectura, como
El gran intérprete de esta teoría es el arquitecto palatino La consecuencia artística inmediata en el Alcázar sevi-
Ahmad ibn-Baso, jefe de los alarifes, y su obra magna es llano son los patios del Yeso y de Contratación, tal vez
la gran mezquita de Sevilla, que sintetiza la nueva tradi- inspirados en las arquerías interiores de la Dar al-Yund
ción norteafricana, tanto almorávide como almohade, de Medina Azahara, que trasladados a ordenación mu-
con viejos recuerdos cordobeses. Como novedades, las ral, iban a generar la prodigiosa decoración de la caña
primeras bóvedas de mocárabe, muy simples, que en- de la Giralda, nombre cristiano del gran alminar eleva-
contramos tanto en los Alcázares como en la Mezquita, do por Alí de Gomara sobre la infraestructura pétrea
y que, de lejana procedencia irania llegaron a través de iniciada por Almad ibn-Baso.
Egipto al norte de África almorávide, donde fueron in- La Giralda iba a crear un antes y un después en la his-
terpretados e hispanizados por yeseros andalusíes. toria de los alminares hispano-musulmanes, tanto en
La otra novedad importante, las cubiertas de las naves al-Andalus como en el Magreb.
de la Mezquita mediante largas armaduras de par y nu- Junto a estos prototipos, las pequeñas qubbas funera-
dillo con pareados tirantes, consecuencia de una tras- rias con bóvedas octogonales de paños sobre trompas
cendental mutación de la armadura clásica producida de semibóvedas de aristas, iban a crear un modelo
por carpinteros andalusíes en las mezquitas, también perpetuado luego en las capillas funerarias de nuestras
almorávides, de Tlemcen y Qarawiyyin de Fez, y que iglesias mudéjares.
iban a tener largos siglos de éxito en la España mudéjar.
Esta trascendental invención de la Sevilla almohade
En los palacios, triunfa la tradición, también irania, pero sigue siendo la base estructural de esa Sevilla Eterna,
heredada a través de la Córdoba Omeya del patio con jar- que sigue girando entorno a su también eterno hito de
dín de crucero, que pronto se iba a convertir en una cons- la Giralda. ❖
S e v i l l a A l m o h ade . 1 2 4 8 [ 8 5 ]
Antonio Collantes de Terán Sánchez
Universidad de Sevilla
) De la
a la
Ixbilia andalusí
Sevilla castellana
D
ado que la conquista de Ixbilia se
llevó a cabo mediante un prolongado
Patio de la Casa de Pilatos.
asedio, que no produjo destrucciones
significativas, los castellanos, una vez
que la ocuparon, no necesitaron realizar obras de en fecha bastante avanzada, a finales del siglo XV,
reconstrucción. Esto quiere decir que se instalaron comenzó una sistemática política de pavimentación.
en una ciudad de características urbanas andalusíes Todas estas intervenciones tuvieron un carácter
y en casas adaptadas a la cultura mediterránea. Ya puntual y plurisecular, que hizo que, a pesar de las
que los nuevos pobladores traían consigo un modelo citadas intervenciones, esa parte de Sevilla no per-
distinto de ciudad, a partir de ese momento se inició diese totalmente sus características morfológicas
un doble proceso: por un lado, esa ciudad heredada del período andalusí. En cuanto a las casas, los cas-
fue experimentando ciertos cambios; por otro, en las tellanos se adaptaron a las mismas, introduciendo
zonas de nueva urbanización se fue implantando un mínimas transformaciones en su estructura. Es más,
modelo europeo. cuando las derribaron, las nuevas que construyeron
con frecuencia siguieron manteniendo los rasgos
Por lo que se refiere a los cambios, hay que distinguir
fundamentales de aquellas, entre los que destacan la
entre la forma urbana, es decir, sus calles y espacios
importancia del patio, la escasez de huecos hacia el
abiertos y las funciones de centralidad. Por lo que
exterior y la valoración de la planta baja.
afecta a las primeras, poco a poco se fueron abrien-
do plazas; primero, con función de cementerio pa- A partir del siglo XIII, la posición estratégica de Sevi-
rroquial; luego, como ámbitos de representación y lla hizo que se convirtiese en una de las ciudades más
espacios de ennoblecimiento. Así, junto a numerosas importantes de Castilla, lo que se tradujo en un cre-
plazas ante iglesias, casas nobiliarias y aristocráticas, cimiento económico y, por tanto, demográfico, hasta
surgió una plaza mayor o principal de la ciudad, la el punto de ser la más poblada del reino, sobre todo,
de San Francisco. También fueron desapareciendo en los siglos XV y XVI. Como consecuencia de ello,
numerosos adarves o callejones sin salida, que ha- zonas hasta entonces no urbanizadas o que lo estaban
bían sido uno de los rasgos de la ciudad andalusí. de forma incompleta, conocieron una notable activi-
Paralelamente, se procuró que las calles fuesen más dad. Pues bien, en éstas sí se introdujo el modelo oc-
higiénicas y adaptadas a la estética occidental, con cidental, caracterizado por el predominio de casas de
trazados más rectos, menos húmedas, para lo que planta estrecha y alargada, que dio lugar a manzanas
se derribaron arquillos, ajimeces, plantas altas de las rectangulares y al predominio de calles rectilíneas
casas que volaban sobre el espacio de la calle, etc.; que se cruzaban en ángulo recto. Dicho urbanismo se
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Alberca del Alcázar de Sevilla,
óleo sobre lienzo de Joaquín Sorolla, 1918.
Museo Sorolla, Madrid.
( Almohade. 1248
Agua , T e r r i tor i o y C i u da d
Sevilla
Ag ua , T er ri tor i o y C iu da d