Guia Aprender A Pensar
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APRENDER
A PENSAR
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Guía de Aprender a Pensar
Índice
5. Secuencia didáctica........................................................................ 19
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Guía de Aprender a Pensar
Presentación del programa educativo
APRENDER A PENSAR
SET VEINTIUNO
Carmen Pellicer Iborra
«El aprendizaje para toda la vida es uno de los retos que debe afrontar la escuela actual. Nunca
ha sido tan importante como hoy aprender a aprender».
Así, como recuerda John White en La mente del niño, «pensar» tiene al menos cuatro
características importantes:
• Pensar es algo intencional. Siempre pensamos en algo o sobre algo. Esto deja a los
educadores la tarea de orientar a los niños, de ofrecerles la oportunidad de nutrirse
con nuevas posibilidades, no solo hacia lo verdadero y lo real, sino también hacia lo
imaginativo y especulativo.
• Pensar es una actividad. Pensar es algo que hacemos, no algo que simplemente nos ocurre
(como enamorarnos o entristecernos). Pero se trata de una actividad compleja que forma
parte de una serie de procesos más profundos. Si, por ejemplo, un niño está contemplando
un cuadro del Juicio Final y está pensando en la belleza del rostro de la mujer salvada, esta
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actividad no es puntual, sino que forma parte de un proceso más complejo que implica la
contemplación artística de la obra en su conjunto. Es una de las formas de razonamiento que
llamamos «partes/todo» o «significados/finalidad». Y no es autónoma, porque está vinculada,
por ejemplo, a cómo percibimos las cosas.
• Pensar emplea conceptos. Si, por ejemplo, vemos 3 3 2, necesitamos tener una
comprensión mínima del concepto multiplicar para poder continuar con la operación...
Cuando afrontamos algo nuevo, nuestra mente tiende a decir: «Es como...». Esto significa
que, si queremos que los niños piensen, deberán manejar conocimiento, «saber muchas
cosas»... De esta forma, sus mentes funcionarán de manera más creativa.
• Pensar es una destreza. Pensar es una habilidad (es decir, algo que los niños hacen de
forma natural desde pequeños), pero también se puede entrenar y mejorar. Es necesario
practicar y estimular las diferentes formas de pensamiento en las que nuestra mente se
embarca y aprender a sortear los obstáculos que dificultan el proceso de pensar. Por eso
hablamos de destrezas concretas de pensamiento.
Y todo ello, manejando los factores que influyen positivamente en su eficacia: actividades
motivadoras y variadas, recursos adicionales, manejo de factores emocionales y sociales,
etcétera.
Pero para aprender a pensar no basta con practicar repetidamente técnicas de estudio o de
memorización, sino que es importante estimular ciertas tendencias que deben ir formando
parte del carácter de los alumnos y que están presentes en el proyecto:
• Tener una curiosidad intelectual constante: hacerse preguntas, detectar problemas, mostrar
entusiasmo por investigar, observar de cerca la realidad y plantear cuestiones que estimulen
seguir investigando.
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• Planificar y desarrollar estrategias: establecer objetivos, ejecutar planes y estar alerta para
no distraernos y realizar con sentido todas las actividades.
• Buscar las razones y evaluarlas: cuestionar la información que obtenemos, pedir una
justificación, la necesidad de pruebas y la habilidad de sopesar y evaluar los razonamientos.
Para cada una de ellas es preciso desarrollar no solo las habilidades necesarias, sino
también una cierta sensibilidad para captar la situación en la que necesitamos pensar de una
determinada manera y, también, sentirse especialmente dispuesto a comportarse así.
b) Los motivamos para que se impliquen en procesos complejos de pensamiento y para que
busquen más allá de las apariencias.
c) Planteamos situaciones inesperadas o preguntas que provoquen desafíos que los impulsen
a usar procesos más complejos o a generar preguntas sobre las situaciones.
El prefijo meta- significa «más allá». Por lo tanto, desarrollar la metacognición significa ir más
allá de la cognición y ser capaces de pensar sobre cómo pensamos, cómo recordamos, cómo
percibimos y cómo comprendemos. Esta excepcional habilidad humana, que puede entrenarse,
se centra en la conciencia no solo de lo que sabemos, sino de cómo hemos llegado a saberlo y
cómo podríamos aprenderlo mejor.
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capacidad metacognitiva de los adolescentes: dedican mucho más tiempo a pensar y son más
conscientes de cómo piensan; además, disponen de un amplio abanico de estrategias que
pueden usar para resolver situaciones de muchos tipos.
c)
Cómo puede monitorizar en todo momento el proceso que está realizando, sus
debilidades y fortalezas, lo que puede hacer de forma autónoma y cuándo necesita ayuda.
Esto es «saber hacer el aprendizaje».
Es fácil saber si me sé de memoria una información, pero ¿sé si la comprendo en
profundidad? ¿Cómo puedo estar seguro de ello? Es más fácil al revés: sé cuándo no
recuerdo una información, pero ¿sé cuándo no la comprendo? Hablamos de conseguir
un grado de «metacomprensión» sobre el proceso de aprender que llevará, gradualmente,
a que los alumnos adquieran autonomía e independencia. Las estrategias más importantes
para desarrollar este nivel de interés sostenido están vinculadas a los siguientes procesos:
– Dividir en «submetas» lo que queremos alcanzar durante un proceso de trabajo
o aprendizaje.
– Seguir cada paso corrigiendo los errores y detectando las posibilidades de mejora.
– Valorar cada paso individualmente y en conjunto; recordar lo que se ha hecho y lo que
viene a continuación.
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– Ser flexibles para modificar las cosas durante el proceso, sin esperar hasta el final,
si es necesario.
– Anticiparse o adelantarse a nuevos aprendizajes.
d) Cómo puede evaluar el resultado de lo que ha aprendido y la eficacia del proceso que
ha elegido para planificar mejor los futuros aprendizajes y transferirlos a situaciones o
problemas diferentes. Cómo estructura en su mente lo que sabe, lo relaciona con otras
cosas, lo «almacena de forma inteligente» y es capaz de recuperarlo y usarlo de formas
distintas; cómo discrimina cuál es la mejor manera, y la más eficiente, de alcanzar su meta y
analiza, comprende y corrige sus errores. La evaluación también supone aprender a separar
los componentes emocionales de los cognitivos y desarrollar el autocontrol reflexionando,
ponderando y tomando decisiones con serenidad. Si vemos que no funciona, debemos ser
capaces de variar las estrategias y mantener las actitudes y la perseverancia necesarias para
finalizar la tarea.
Por lo tanto, la estimulación del desarrollo de la metacognición en el aula está vinculada a tres
factores:
•
Una cultura de autoevaluación continua del aprendizaje.
•
Visibilizar explícitamente lo que ocurre dentro de nuestra mente cuando aprendemos
mediante el lenguaje y la representación visual del pensamiento.
•
Tomar decisiones de una forma gradualmente más autónoma, siendo conscientes de cómo,
cuándo y qué aprender.
c)
Reservando tiempos explícitos para los procesos metacognitivos, claramente
diferenciados de los tiempos reservados al contenido de la materia que enseñamos.
d) Manejando el lenguaje del pensamiento para que puedan identificar y nombrar los
diferentes procesos que ocurren en su mente.
f)
Generando patrones de razonamiento metacognitivos, como las secuencias de
preguntas y pensamiento que proponemos en este proyecto.
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a) Secuencias de pensamiento. Cuando pensamos intencionalmente sobre algo, cuando
tenemos que seleccionar un recuerdo o sacar una conclusión de nuestras experiencias
previas, seguimos unos pasos que se repiten en procesos similares. Normalmente, los
realizamos intuitivamente; no nos paramos a pensar en cómo hemos llegado a sacar
nuestras conclusiones. Pero esas secuencias responden a unos patrones comunes
que pueden extrapolarse y aplicarse de forma consciente a otras situaciones. Practicar
habitualmente esas secuencias y hacerlas explícitas durante el aprendizaje ayuda a un
entrenamiento riguroso del pensamiento crítico y creativo.
Hacer explícitos los pasos que seguimos cuando pensamos de diferentes maneras nos ayuda
a comprender con mayor profundidad el problema o el concepto, a la vez que nos entrena
para ser más rigurosos cuando afrontamos situaciones reales fuera de los límites de las aulas.
En las aulas usamos secuencias y rutinas de pensamiento concretas de forma habitual
para provocar un cambio de cultura organizativa. Los alumnos toman así conciencia
de la importancia no solo de lo que aprenden sino de cómo lo aprenden, aumenta su nivel
de implicación en las tareas y nos aseguramos de que todos los alumnos tengan
la oportunidad de expresarse y de reflexionar sobre sí mismos.
Son estrategias sencillas, muy adecuadas para grupos numerosos, que garantizan
la participación personal y la reflexión colaborativa, así como la inclusión de todos los
alumnos en las tareas compartidas. También permiten el control del grupo y mejoran
la disciplina al propiciar el cambio de actividad con mucha frecuencia y eliminar los
tiempos muertos.
c)
Documentar el aprendizaje y crear productos. Todo aprendizaje necesita evidenciarse,
pero esto es todavía más necesario en los aprendizajes relacionados con el pensamiento.
Documentar es recopilar de manera explícita los aprendizajes, poder evidenciar con ejemplos
los avances, las dificultades que se han superado, las reflexiones y los compromisos de
mejora como aprendiz. A veces, esta documentación se realiza a través de productos
visuales concretos, cuyo uso está más ligado a la permanencia y la memoria visual.
La representación visual de la información ayuda básicamente a dos cosas: a recordarla
y a organizarla para comprenderla con mayor profundidad.
Cada uno de los tipos y herramientas que se ofrecen en este proyecto (tablas y organizadores
gráficos) presentan distintas oportunidades de aprendizaje, y su uso es muy eficaz, siempre que
se mantengan algunos criterios que eviten que se conviertan en meros objetos de decoración
para los cuadernos o murales de las aulas:
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• Explicitar el objetivo de mejora de comprensión/memorización que se pretende.
• Introducirlo de forma habitual en diferentes contextos de aprendizaje.
• Entrenar específicamente el uso de la herramienta.
• Evaluar el rigor y la calidad del trabajo que los alumnos aplican en su uso.
• Combinar su uso con la narración y construcción de discursos a partir de las estructuras
visuales organizativas.
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HABILIDADES CARACTERÍSTICAS CONTROL Y GESTIÓN
DEL PENSAMIENTO DEL PENSAMIENTO DEL PENSAMIENTO
Metacognición
Pensamiento
Razonamiento crítico y transferencia
interdependiente
de los aprendizajes
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Dentro de las habilidades del pensamiento englobamos:
Lo mismo ocurre cuando tratamos de definir en qué consiste ser rigurosos en el pensamiento
o poseer un pensamiento estratégico. No se trata de algo espontáneo ni de una cuestión
vinculada a la genialidad de ciertas personas. Definir adecuadamente sus rasgos
y características nos ayudará a visualizar cómo podemos entrenar a nuestros alumnos para que
puedan desarrollar estas características con garantías.
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Las características del pensamiento abarcan:
1. Comparar y contrastar.
2. Clasificar y definir.
3. Pensamiento global, relacionar las partes con el todo.
4. Secuenciar y organizar en función de categorías.
PENSAMIENTO 5. Buscar la precisión y la claridad.
RIGUROSO 6. Expresar el pensamiento sin distorsiones, exageraciones,
omisiones...
7. Investigar en profundidad.
8. Apreciar la coherencia.
9. Memorizar la información relevante.
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CONTROL Y GESTIÓN DEL PENSAMIENTO
Estamos expuestos a tal cantidad de información que nuestra mente no puede percibirla ni
procesarla en su totalidad; por eso necesitamos un filtro o un canal de selección. Las cosas
a las que prestamos atención parece que tienen, por diferentes razones, una importancia
especial para nosotros.
Todo lo que tiene que ver con la atención, con el control del pensamiento y del comportamiento,
con la capacidad de mantener proyectos, hacer planes o tomar decisiones (lo que llamamos
«funciones ejecutivas de la inteligencia») depende de una parte del cerebro que se llama
«lóbulo frontal», y que está, como su nombre indica, detrás de la frente. Es la parte del cerebro
humano que más tiempo tarda en desarrollarse, y en la adolescencia alcanza su punto álgido
de desarrollo, así que es en la etapa escolar cuando necesitamos estimular el uso de las
estrategias y secuencias de pensamiento de manera explícita.
1. Focalización en la tarea.
2. Gestión eficaz del tiempo.
EFICACIA
3. Tener la aspiración de alcanzar lo mejor, establecer metas
DEL PENSAMIENTO
ambiciosas.
4. Mejorar de forma constante.
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3.2. OBJETIVOS DEL PROYECTO
El objetivo general de Aprender a Pensar es entrenar el pensamiento creativo, crítico, riguroso
y ético de los alumnos.
Este objetivo general se desglosa en el entrenamiento específico de cada uno de los rasgos
del pensamiento detallados anteriormente, con la pretensión de que cada niño sea capaz
de desarrollarlos.
En las Fichas del profesor se detallan los objetivos específicos de cada unidad con la
enumeración de algunos desempeños de pensamiento que pueden observarse durante
el trabajo en el aula.
A modo de ejemplo, los objetivos de la unidad 1 del nivel alevín −en la que se trabaja
el pensamiento metafórico bajo el título «¿Una imagen vale más que mil palabras?»− son:
• Comprender los conceptos de metáfora y analogía.
• Aprender a construir metáforas.
• Reconocer características de objetos o imágenes.
• Identificar semejanzas entre varios conceptos o imágenes.
• Detectar, analizar y crear analogías.
• Desarrollar el pensamiento creativo.
• Transferir los conocimientos adquiridos a situaciones de la vida cotidiana.
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PENSAURUS NIVEL PREBENJAMÍN (+6) NIVEL BENJAMÍN (+8)
Las características
de mi pensamiento Pensamiento Ud. 2. Qué piensan los demás. Ud. 3. Escucha activa: dedicar
interdependiente tiempo a conocer
qué y cómo piensan
los demás.
Pensamiento
estratégico
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NIVEL ALEVÍN (+10) NIVEL CADETE (+12) NIVEL JUVENIL (+14)
Ud. 3. Secuenciar los pasos Ud. 3. Usar los conocimientos Ud. 3. Innovar, proponer soluciones
de una tarea. previos. nuevas a problemas o
situaciones conocidos.
Ud. 4. Generar preguntas y buscar Ud. 5. Percibir, plantear y resolver Ud. 5. Deliberar y tomar
la precisión. los problemas. decisiones. Asumir riesgos
responsables.
Ud. 9. El sentido del humor. Ud. 9. La humildad intelectual. Ud. 9. Gestión de la ambigüedad
y pensamiento flexible.
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4. ¿CÓMO TRABAJAR LOS CONTENIDOS EN APRENDER A PENSAR?
Los elementos fundamentales que permitirán el desarrollo adecuado de los rasgos del
pensamiento en los niños son dos: la metacognición continua y el entrenamiento sistemático,
que encontramos en las dos primeras claves metodológicas del proyecto.
Al terminar cada cuaderno de actividades, los alumnos tendrán una visión completa de cómo
funciona su mente. Conocerán, trabajarán y entrenarán en ellos cada una de las partes que
componen el Pensaurus. Con el apoyo visual y la reflexión continua que proporcionan las
diferentes unidades de los cuadernos, podrán completar el conectoma de su propio cerebro.
En los conectomas, un personaje (que irá cambiando según los diferentes niveles educativos:
investigadora, exploradora, buceador, espeleóloga y experto en Big Data) acompañará
a los alumnos y reforzará las pequeñas conquistas de la mente que vayan consiguiendo
en su proceso de aprendizaje.
Por lo tanto, el conectoma será el nombre que daremos al apartado del porfolio dentro de los
cuadernos. Dará unidad a todo el cuaderno y tendrá dos objetivos fundamentales:
• Recopilar el resultado real de los aprendizajes de los alumnos.
• Promover la reflexión y la metacognición continuas.
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mentalmente y ser éticamente más inteligentes cuando practican con eficacia en todos los
entornos en los que se mueven.
En el conectoma cerebral de los cuadernos, los alumnos reflexionarán sobre el impacto de este
entrenamiento en sus vidas y aprendizajes.
Las preguntas situarán el desafío de aprendizaje fundamental de cada proyecto (en el título
de cada unidad), y también aparecerán en otras partes de los cuadernos para enriquecerlos.
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Esta observación vendrá siempre acompañada de la verbalización, de la narración en voz alta
de lo que han observado, bien en asamblea con todo el grupo clase, bien con los compañeros
cercanos (parejas y pequeños grupos). En cada unidad se invita a que esta verbalización sea
real por parte de cada alumno, ya que esta le proporcionará un punto de anclaje concreto
para los aprendizajes posteriores.
Una vez que hayan observado y verbalizado la experiencia, tendremos el punto de apoyo
adecuado para trabajar los conceptos explícitos que se plantean en cada unidad.
Para finalizar y promover un aprendizaje real, planteamos una serie de actividades que
propiciarán la transferencia de los aprendizajes. Estas se realizarán de forma experiencial,
para favorecer su comprensión.
c) La eficacia del programa exige un seguimiento del entrenamiento semanal: motiva
a los alumnos a completar su entrenamiento, a compartir sus logros con los compañeros
en el aula, y refuerza cada pequeño paso que den. Sería interesante marcar un momento fijo
semanal para que compartan sus progresos o colocarlos en un lugar del aula donde puedan
visualizarlos de manera continua, a modo de tabla de seguimiento del entrenamiento
personal, como en cualquier otro deporte.
A lo largo de todas las unidades, el apoyo en los compañeros y las posibilidades del
aprendizaje colaborativo serán múltiples. Trabajo cooperativo, tanto formal como informal,
así como propuestas de actividades en grupo, para que los alumnos puedan crecer en su
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pensamiento interdependiente, además de enriquecerse con los pensamientos y progresos
de sus compañeros.
En muchas ocasiones, este modo de protocolizar las conversaciones entre parejas, tríos
y pequeños grupos proporciona posibilidades de verbalización muy variadas en el aula.
Al igual que indicamos anteriormente, antes de conversar, compartir ideas, planificar o llegar
a acuerdos, siempre deberemos apoyarnos previamente en el pensamiento individual. Esto
asegurará un aporte de ideas equitativo y el profesor podrá ver las aportaciones de cada
alumno.
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© 2017 by Santillana Global, S. L.
Avda. de los Artesanos, 6
28760 Tres Cantos, Madrid
Printed in Spain
ISBN: 978-84-141-0830-7
CP: 839848
Depósito legal: M-3903-2017