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Esquema de Analisis Literario

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I.

DATOS GENERALES:

1.1. OBRA: 7 ENSAYOS DE INTERPRETACION DE LA REALIDAD


PERUANA

1.2 AUTOR: JOSE CARLOS MARIATEGUI

1.3CALIFICATIVO: EL “AMAUTA”

1.4GÉNERO: EXTRALITERARIO

1.5 ESPECIE: ENSAYO

1.6 ÉPOCA: CONTEMPORANEA

1.7 CORRIENTE LITERARIA: EL VANGUARDISMO

II. LOCALIZACION
Esta obra fue publicada en el año 1928 en lima(Perú) por el mismo
autor que es José Carlos Mariátegui.
III. ESTRUCUTRA
Consta de 7 ensayos
1. Esquema de la evolución económica.
2. El problema del indio.
3. El problema de la tierra.
4. El proceso de la instrucción pública.
5. El factor religioso.
6. Regionalismo y centralismo.
7. El proceso de la literatura.
Y el primer ensayo consta de 5 subtemas, el segundo ensayo consta de 2
subtemas, el tercer ensayo consta de 13 subtemas, el cuarto ensayo consta
de 3 subtemas, el quinto ensayo consta de 3 subtemas, el sexto ensayo
consta de 6 subtemas, el ultimo ensayo consta de 19 subtemas.
IV. BIOGRAFIA Y OBRAS DEL AUTOR
José Carlos Mariátegui nació en Moquegua, Perú, el 16 de julio de
1894. A partir de 1914 trabajó como redactor en el periódico La
Prensa y colaboró en otros más. Cultivó varios géneros literarios y
en 1919 creó el diario La Razón desde donde apoyo la Reforma
Universitaria y las luchas obreras.
Viajó por Europa gracias a una beca y regresó a Perú en marzo de
1923. Colaboró en diversos diarios y ejerció como profesor en la
Universidad Popular González Prada. En 1924, debido a una antigua
lesión, le fue amputada una pierna.
Fundó la revista Amauta en 1926 y sufrió cárceles y prisión
domiciliaria en 1927 durante el proceso contra los comunistas. En
1928 rompió con el APRA, fundó el Partido Socialista, la revista
proletaria Labor y publicó sus “Siete ensayos de interpretación de la
realidad peruana”. Un año más tarde, fundó la Confederación de
Trabajadores de Perú. Mariátegui llamado “el Amauta” muere en
lima el 16 de abril de 1930.

OBRAS:
 La escena contemporánea (1925)
 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana (1928)
 Defensa del marxismo (1934)
 El alma matinal y otras estaciones del hombre de hoy (1950)
 El artista y la época (1959)
 Temas de educación ideología y política (1969)
 La novela y la vida. Siegfried y el profesor Canella.
 Signos y obras. Análisis del pensamiento literario contemporáneo.
 Historia de la crisis mundial.
 Poemas a Mariátegui (Compilación con prólogo de Pablo Neruda)
 José Carlos Mariátegui por María Wiesse.
 Peruanicemos al Perú.
 Temas de nuestra América.
 Cartas de Italia.
 Figuras y aspectos de la vida mundial.
 Amauta y su influencia de Alberto Tauro.
V. “EL POR QUÉ DEL TITULO DE LA OBRA”

Porque el autor nos da a conocer todo sobre como el Perú, desde


antes hasta donde él estuvo presente, como iba cambiando con
diferentes corrientes y épocas literarias como en el titulo de la obra
menciona la “realidad peruana”.

VI. DETERMINACION DEL TEMA:


VI.1. ARGUMENTO.
Esquema de la evolución económica: En este ensayo analiza el proceso
socio-económico peruano partiendo de la economía colonial a la que percibe
como una compulsiva escisión histórica que tuerce antinaturalmente la
espontánea y fecunda economía incaica. El incario desarrolló una economía
socialista, el trabajo colectivo tenía un carácter agrario, con fines sociales en su
realización. La economía feudal implantada por los conquistadores resulta ajena
al devenir histórico de estos pueblos, iniciándose una dualidad entre lo oficial
impuesto y lo natural indígena negado. La colonia utilizó el trabajo colectivo como
trabajo forzado en las minas, descuidando el agro y las obras de carácter público.
El esquema virreinal sofrena las inquietudes comerciales de las colonias; la
independencia surge como una respuesta a las necesidades del desarrollo
capitalista de la civilización occidental. La República no logra articular la escisión
producida por la conquista. La dependencia con el capital extranjero no cede ni
siquiera ante la aparición de nuevos rubros de riquezas naturales; por el
contrario, con ello se ahonda el carácter centralista, costeño y dependiente de la
economía peruana.

II

El problema del indio: «Todas las tesis sobre el problema indígena, que
ignoran o eluden a éste como problema económico-social, son otros tantos
estériles ejercicios teóricos, -y a veces sólo verbales-, condenados a un absoluto
descrédito. No las salva a algunas su buena fe. Prácticamente, todas no han
servido sino para ocultar o desfigurar la realidad del problema». Mariátegui
concibe el problema del indio no como un asunto racial, administrativo, jurídico,
educativo o eclesiástico, sino como un problema sustancialmente económico
cuyo origen está en el injusto régimen de propiedad de la tierra, en el
gamonalismo; mientras subsista esta forma de propiedad todo intento por
solucionar el problema del indio quedará disuelto en la estéril denuncia lírica o
en la prédica oportunista e inconsciente. Terminar con el gamonalismo, con la
feudalidad, significa devolver más que tierras; significará para la raza desposeída
su rendición histórica, la recuperación de su esencialidad moral y su auténtica
integración a la vida nacional. «La solución del problema del indio tiene que ser
una solución social. Sus realizadores deben ser los propios indios. Este concepto
conduce a ver en la reunión de los congresos indígenas un hecho histórico. Los
congresos indígenas, desvirtuados en los últimos años por el burocratismo, no
representaban todavía un programa; pero sus primeras reuniones señalaron una
ruta comunicando a los indios de diversas regiones. A los indios les falta
vinculación nacional. Sus protestas han sido siempre regionales. Esto ha
contribuido, en gran parte, a su abatimiento.

III

El problema de la tierra: Mariátegui estudia la cuestión agraria unida


ineludiblemente a la del indio, reivindicando el derecho de éste a la tierra, para
lo cual era necesario sacarlo del estado de servidumbre que suponía el
feudalismo de los gamonales. Luego, muestra cómo el colonialismo que destruyó
y aniquiló la economía incaica de tipo "comunista", no supo reemplazarla más
que con el feudalismo. ¿Qué le pasó a la comunidad agraria del ayllu? A pesar
de las leyes escritas, de las Leyes de Indias, la comunidad indígena fue
despojada por el feudalismo, cuyas expresiones eran el latifundio y la
servidumbre. Mientras que Europa, por el siglo XVIII, tomaba otro rumbo al
fortalecerse y ascender al poder la clase que desplazó y liquidó el feudalismo: la
burguesía (la revolución francesa fue una revolución burguesa). Pero revolución
de la independencia hispano-americana «encontró al Perú retrasado en la
formación de su burguesía...» Si bien se abolieron las mitas, se dejó en pie la
aristocracia terrateniente, la que si bien ya no conservaba «sus privilegios de
principio, conservaba sus posiciones de hecho. Seguía siendo en el Perú la clase
dominante». Esta clase, apoyada por el militarismo gobernante, retardó el
surgimiento de una vigorosa burguesía urbana. Y recién se intentó una
reorganización gradual de este problema cuando se promulgó el Código Civil
(1852), que favoreció la formación de las pequeñas propiedades, en desmedro
de los grandes dominios señoriales y de la comunidad indígena, al mismo
tiempo. No obstante, la pequeña propiedad no prosperó, y por el contrario el
latifundio se consolidó y extendió, siendo la única perjudicada la comunidad
indígena, la misma que, pese a todo, logró sobrevivir.

El latifundio de la costa difería del latifundio serrano; el costeño evolucionó


hacia modos y técnicas capitalistas, en tanto que el de la sierra conservó
íntegramente su carácter feudal, resistiendo a la transformación industrial y
capitalista; aún así no logró destruir la comunidad indígena. El latifundio costeño
cada vez más ligado al capital extranjero prefirió desplazar los tradicionales
cultivos alimenticios por el cultivo de algodón de exportación, generando un
círculo vicioso de importación de alimentos y exportación de materias primas.

Indistintamente del tipo de latifundismo, éste impedía el desarrollo del


capitalismo nacional, ya que los terratenientes obraban como «intermediarios o
agentes del capitalismo extranjero»; como una barrera para la inmigración
blanca; se oponían a la renovación de métodos, cultivos, etc.; era incapaz de
atender la salubridad rural; particularmente en la sierra el feudalismo agrario se
mostraba del todo inepto como creador de riqueza y de progreso. En una
palabra, agrega Mariátegui, «que el gamonal como factor económico, está, pues,
completamente descalificado».

Como a Mariátegui más le importaba seguir (y proyectar para el Perú futuro)


la "comunidad agraria indígena", estudia el destino de ésta bajo el régimen
republicano. A pesar de la absorción feudalista, la comunidad ha subsistido por
el espíritu del indio: a pesar de las leyes de cien años de régimen republicano,
no se ha tornado individualista.

IV

El proceso de la instrucción pública: Lo analiza estrechamente ligado al


económico-social, como no podía ser de otro modo. Reconoce y analiza las tres
influencias en la educación peruana: la española, la francesa y la
norteamericana, estas dos últimas injertadas en la primera. La educación en la
colonia tuvo «un sentido aristocrático y un concepto eclesiástico y literario de la
enseñanza», en otras palabras, una educación elitista y escolástica. El desprecio
por el trabajo, por las actividades productivas fue alentado por los claustros
universitarios incluso luego de producida la independencia. La República, que
heredó las estructuras coloniales, buscó luego el modelo de la reforma francesa,
ya en las postrimerías del siglo XIX. Hasta que la reforma de la segunda
enseñanza de 1902, empezó a reflejar la influencia creciente del modelo
anglosajón: sería el primer paso para adoptar el sistema norteamericano,
coherente con el embrionario desarrollo capitalista del país. Preconizador del
modelo yanqui fue el Dr. Manuel Vicente Villarán, cuyas prédicas triunfaron con
la reforma educativa de 1920, por ley orgánica de enseñanza dada ese año, pero
como no era posible, según Mariátegui «democratizar la enseñanza de un país,
sin democratizar su economía, y sin democratizar, por ende, su superestructura
política» la reforma del 20 devino en fracaso.

La reforma universitaria merece también la atención de Mariátegui. Hasta


el Perú alcanzaron los movimientos reformistas que se iniciaron en Córdoba, en
el año 1918, producto de la «recia marejada post-bélica», aunque en ese país,
en un principio, la ideología del movimiento estudiantil careció de homogeneidad
y autonomía. Los estudiantes de América, querían sacudir el medioevalismo
también de sus casas de estudio. Sus reclamos se basan en la necesidad de
que los estudiantes intervengan en el gobierno de las universidades y el
funcionamiento de cátedras libres, al lado de las oficiales, cátedras de limpios y
nuevos conocimientos. En una palabra, querían que la Universidad dejara de ser
un órgano de casta, cesara ese divorcio entre su función y la realidad nacional y
tomara el verdadero rumbo que le era asignado. Con relación a este problema,
Mariátegui nos hace un extenso estudio sobre la reforma en el Perú y la reacción
en su contra, las ideologías que intervinieron en esta pugna: los conceptos
civilistas burgueses de Villarán, el aristocratismo idealista de Deustua, etc. Para
Mariátegui, «el problema de la enseñanza no puede ser bien comprendido en
nuestro tiempo —dice— si no es considerado como un problema económico y
como un problema social. El error de muchos reformadores ha estado en su
método abstractamente idealista, en su doctrina exclusivamente pedagógica».
No se puede desconocer la ingerencia del factor económico en la estructuración
de planes y programas de enseñanza, en todos los tiempos.

El factor religioso: La religión incaica fue un código moral antes que un conjunto
de abstracciones metafísicas. Su iglesia (por llamarla de algún modo) fue una
institución social y política, cuyo culto estaba subordinado a los intereses
sociales y políticos del imperio; la iglesia era el estado mismo. Es lo que se llama
Teocracia. Producida la conquista, se impuso el culto católico más que la prédica
del evangelio, de modo que el culto pagano de la religión incaica subsistió bajo
el culto católico, fenómeno al que se conoce como sincretismo religioso. El rol
de la iglesia católica durante el virreinato fue de aval del estado feudal y
semifeudal instituido. Si bien es cierto que hubo choques entre el poder civil y el
eclesiástico, éstos no tuvieron ningún fondo doctrinal, sino que fueron meras
querellas domésticas. Con el advenimiento de la República no hubo cambio en
tal sentido. La revolución de la Independencia, del mismo modo que no tocó los
privilegios feudales, tampoco lo hizo con los eclesiásticos. El radicalismo
gonzalez-pradista surgido a fines del siglo XIX constituyó la primera agitación
anticlerical surgida en el Perú, pero careció de eficacia por no haber aportado un
programa económico-social. De acuerdo a la tesis socialista, las formas
eclesiásticas y doctrinas religiosas son peculiares e inherentes al régimen
económico-social que las sostiene y produce, y por tanto, su preocupación es
cambiar ésta y no aquellas.

VI

Regionalismo y centralismo: Este problema, en cierto modo, viene


vertebrando todos los demás. Aunque reconoce que existe, sobre todo en el sur
peruano, un sentimiento regionalista, dicho regionalismo no parece ser más que
«una expresión vaga de un malestar y un descontento». En realidad, el problema
se plantea entre Centralismo y Federalismo. El Centralismo se apoya en el
caciquismo y gamonalismo regionales (dispuestos, no obstante, a reclamarse
federalistas de acuerdo a las circunstancias), mientras que el Federalismo
recluta sus adeptos entre los caciques y gamonales en desgracia ante el poder
central. Ciertamente, uno de los vicios de la organización política del Perú es y
sigue siendo su centralismo. Pero entiende Mariátegui que toda
descentralización que no se dirija a solucionar el problema agrario y la cuestión
indígena, «no merece ya ni siquiera ser discutida», porque, advierte, no es este
problema meramente político, ni desde este solo punto de vista ella alcanzaría
para solucionar los problemas esenciales. Por otra parte es difícil definir y
demarcar en el Perú regiones existentes históricamente como tales. No obstante
Mariátegui estudia las tres regiones físicas: la Costa, la Sierra y la Montaña (que
no significan regiones en cuanto a la realidad social y económica), afirmándonos
que la Montaña carece aún de significación socio-económica; en cambio, «la
actual peruanidad se ha sedimentado en tierra baja» o Costa, y la Sierra es el
refugio del indigenismo.

«Las formas de descentralización ensayadas en la historia de la República,


han adolecido del vicio original de representar una concepción y un diseño
absolutamente centralistas», dice Mariátegui, y como la descentralización a que
aspira el regionalismo, no es legislativa sino administrativa, el problema ha
permanecido en pie. ¿Qué opina Mariátegui sobre la descentralización? Primero,
clarificar el propio concepto del regionalismo, para evitar el gamonalismo
regional. Luego una definitiva opción entre el gamonal o el indio: «no existe un
tercer camino». Porque, lo más cierto es que «ninguna reforma que robustezca
al gamonal contra el indio, por mucho que aparezca como una satisfacción del
sentimiento regionalista, puede ser estimada como una reforma buena y justa».
También estudia el problema de la capital, concerniente a todas las capitales de
América, y sostiene que la suerte de Lima está subordinada a los grandes
cambios políticos, como enseña la historia de Europa y la propia América.

VII

El proceso de la literatura: En éste su último ensayo, Mariátegui renuncia a ser


un crítico imparcial: «Declaro sin escrúpulo, que traigo a la exégesis literaria
todas mis pasiones e ideas políticas ...». Desde su punto de vista analiza la
literatura de la Colonia, «de irrenunciable filiación española», en espíritu y
sentimientos, y este colonialismo mental supervive al Virreinato, dando como
resultado una literatura mediocre por falta de raíces propias, no habiendo podido
«eludir la suerte que le imponía su origen». Explica las razones socio-
económicas por qué ha subsistido ese colonialismo literario, y agrega: «el literato
peruano no ha sabido casi nunca sentirse vinculado al Pueblo». Aunque destaca
en Garcilaso, más Inca que conquistador, el primer destello de "peruanidad", y
rescata a Ricardo Palma y a sus Tradiciones de las pretensiones del
colonialismo, pues estas Tradiciones tienen «política y socialmente una filiación
democrática». Hay que esperar hasta la llegada de González Prada para ver
anunciada la posibilidad de una auténtica literatura peruana. González Prada
significa la ruptura con el virreinato; uno de los últimos reductos del colonialismo
intelectual es la universidad, de allí emerge la «generación futurista». En tales
circunstancias el Movimiento Colónida, encabezado por Valdelomar, surge como
una insurrección, como una actitud antiacadémica reclamando sinceridad y
naturalismo, esa sinceridad que no se encuentra en los versos de José Santos
Chocano por su excesiva egolatría pero que si aparece en los ensoñados versos
de José María Eguren.

Son también analizados por Mariátegui: Mariano Melgar, Magda Portal (a quien
llamó la primera poetisa del Perú), Alberto Guillén, Alberto Hidalgo y César
Vallejo de quien dice es el poeta de una estirpe, de una raza, creador
absoluto, nostálgico, pero no retrospectivo. «No añora el imperio como el
pasadismo perricholesco añora el virreinato. Su nostalgia es una propuesta
sentimental o una protesta metafísica. Nostalgia de exilio; nostalgia de
ausencia».

Y, finalmente, analiza las corrientes de su actualidad, en especial la indigenista,


que llena una función histórica en la sociología peruana en evolución y cuyo más
amplio sentido lo lleva a consubstanciarse con «la reivindicación de lo
autóctono», que, no obstante, no paraliza los otros elementos vitales de la
literatura peruana. Y es literatura "indigenista" y no "indígena" —aclara
Mariátegui— porque aún no puede dar una versión verista del indio, sino que
tiene «que idealizarlo y estilizarlo. Tampoco puede darnos su propia ánima. Es
todavía una literatura de mestizos ...» Mariátegui confía en la suerte del
mestizaje, el que debe ser analizado como cuestión sociológica, no étnica.

VI.2 TEMA.

El indio y su problemática, el problema de la tierra, el enfoque histórico de la economía peruana,


la educación, la religión, el regionalismo, el centralismo y la literatura peruana.
VI.3 SUBTEMAS.

1. El problema del indio.


2. El cambio de la religión.
3. El regionalismo y el centralismo.
4. Todo el proceso de la literatura.

VII. RECURSOS TEXTUALES:


VII.1. PUNTO DE VISTA DEL NARRADOR
En este caso el narrador sería “yo testigo” porque es una critica
que da el autor.

VIII. PERSONAJES:

PRINCIPAL:
-El indio
-Los españoles

SECUNDARIOS:
-Ricardo Palma
-Eguren
-Magda Portal
-Alberto Guillen
-Alberto Hidalgo
-Cesar Vallejo
-Etc.

IX. ESCENARIO.
En este caso sería todo el país de Perú.

X. VALORACION LITERARIA.
Desde su aparición hasta nuestros días, es uno de los más leídos de
cuántos libros peruanos se conocen. En este libro, el autor expresa su
anhelo de contribuir a la creación del Socialismo Peruano, que influyó
poderosamente en el conocimiento profundo de nuestra patria, cuya
interpretación es de carácter marxista.
XI. MENSAJE.

El mensaje que me da este ensayo es sobre los problemas


que desde el pasado nos aquejan y hasta ahora no se
pueden resolver. Señalando realidades que muchas
personas de esa época no vieron, pasaron por alto o no
quisieron ver.
El nunca escribió en sus ensayos algo que en el fondo
creyera una falsedad. Intenta dar una diagnóstico de
nuestro país al cual le encuentra muchas relaciones con
otros países de América andina.
XII. CONCLUSION

Por consiguente la obra los siete ensayos, de jose Carlos mariategui


contribuyo a publicar en el peru en sentido serio y metodico de los
asuntos nacionales por encima del amplio conocimiento del tema,
con cualidades del detalle y del arte de dar al lenguaje escrito o
hablado bastante para deleitar .Que debemos ser como el autor y
contribuir la creación del socialismo peruano para así cambiar
nuestro Perú con una buena cultura.

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