Robert Fulton
Robert Fulton
Robert Fulton
(Little Britain, 1765 - Nueva York, 1815) Ingeniero estadounidense. En 1807, con su buque
Clermont, propulsado por vapor, efectuó una travesía de 400 kilómetros por el río Hudson, de
Nueva York a Albany. Sin ser el inventor de la navegación a vapor, Fulton le dio el impulso
definitivo al lograr hacerla funcional y económicamente viable. Previamente, en 1800, había
diseñado el primer submarino de hélice, el Nautilus.
Interesado desde muy temprana edad por la pintura y por la mecánica, se estableció en Gran
Bretaña a los 22 años y pronto sus diseños mecánicos lo hicieron popular. En 1797 propuso al
gobierno francés la construcción de un submarino apto para colocar cargas explosivas, que él
llamó torpedos, en los cascos de los buques enemigos. Al año siguiente empezó a construir el
Nautilus, sumergible monoplaza con casco de cobre. El tripulante iba sentado y estaba protegido
por una cúpula transparente que permitía la visión del exterior. La navegación en superficie se
efectuaba por medio de una vela, que era arriada al sumergirse. Bajo el agua, la propulsión se
efectuaba por medio de una hélice accionada con pedales
George Stephenson
Ingeniero mecánico inglés que inventó la locomotora de vapor (Wylam, Northumberland, 1781 -
Chesterfield, Derbyshire, 1848). Hijo de un mecánico que manejaba una bomba de vapor para
achicar agua en una mina (del tipo de Newcomen), se familiarizó desde muy joven con estas
máquinas. Su curiosidad le llevó a estudiar en una escuela nocturna y, mientras se ganaba la
vida ejerciendo toda clase de oficios, siguió educándose al ayudar a repasar las lecciones a su
hijo.
Establecido por fin como mecánico jefe de la mina de Killingworth, desde 1813 se interesó por la
aplicación de la máquina de vapor de James Watt al arrastre de vagones sobre raíles. Creó la
locomotora Blucher, que fue perfeccionando sucesivamente, hasta que en 1821 convenció a los
promotores del proyecto de ferrocarril de Stockton a Darlington para que éste fuera tirado por
una locomotora de vapor y no por caballos; así surgió la primera línea ferroviaria moderna,
construida por Stephenson en 1825.
Samuel F. B. Morse
Johannes Gutenberg
Desde tiempos antiguos y hasta la Edad Media no existió otra forma de escritura que la realizada
a mano. En los escritorios medievales, por ejemplo, la producción de diversos ejemplares de un
mismo libro se llevaba a cabo por el penoso procedimiento de escribirlos al dictado; el resultado
eran obras primorosas, pero escasas en número, de alto coste y de muy limitada difusión, sólo al
alcance de una élite alfabetizada.
De ahí que la invención de la imprenta de tipos móviles metálicos, atribuida al alemán Johannes
Gutenberg, haya sido vista como un acontecimiento de tanta trascendencia que ha podido
hablarse de una «era de Gutenberg», que comenzaría a mediados del siglo XV, coincidiendo con
las primeras biblias salidas de su imprenta. A partir de entonces fue posible producir miles de
copias de una obra a bajo coste; en pocas décadas, la rápida propagación de esta tecnología y la
apertura de multitud de talleres convirtió al medio impreso en un formidable vehículo de
transmisión de ideas y conocimientos que acabaría revolucionando todos los ámbitos de la
cultura.