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MGN - La Duquesa Job

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POESÍA Y PROSA MODERNISTAS

Manuel Gutiérrez Nájera (1859-1895) si por Plateros alegre pasa


La duquesa Job y la saluda Madame Marnat, 1
no es, sin disputa, porque la vista,
A Manuel Puga y Acal sí porque a casa de otra modista
desde temprano rápida va.
En dulce charla de sobremesa,
mientras devoro fresa tras fresa No tiene alhajas mi duquesita,
y abajo ronca tu perro Bob, pero es tan guapa y tan bonita,
te haré el retrato de la duquesa y tiene un cuerpo tan "v" lan ", tan "pschutt",
que adora a veces el duque Job. de tal manera trasciende a Francia,
que no le igualan en elegancia
No es la condesa que Villasana ni las clientes de Hélene Kossut.
caricatura, ni la poblana
de enagua roja que Prieto amó; Desde las puertas de la Sorpresa
no es la criadita de pies nudosos, hasta la esquina del Jockey Club,
ni la que sueña con los gomosos no hay española, yankee o francesa,
y con los gallos de Micoló. ni más bonita, ni más traviesa
que la duquesa del duque Job.
Mi duquesita, la que me adora,
no tiene humos de gran señora; ¡Cómo resuena su taconeo
es la griseta de Paul de Kock. en las baldosas! ¡Con qué meneo
No baila "boston", y desconoce luce su talle de tentación!
de las carreras el alto goce, ¡Con qué airecito de aristocracia
y los placeres del "five o'clock". mira a los hombres, y con qué gracia
frunce los labios! ¡Mimí Pinson!
Pero ni el sueño de algún poeta,
ni los querubes que vio Jacob, Si alguien al alcanza, si la requiebra,
fueron tan bellos cual la coqueta ella, ligera como una cebra,
de ojitos verdes, rubia griseta sigue camino del almacén;
que adora a veces el duque Job. pero ¡ay del tuno si alarga el brazo!
Nadie le salva del sombrillazo
Si pisa alfombra no es en su casa, que lo descarga sobre la sien.
POESÍA Y PROSA MODERNISTAS
¡No hay en el mundo mujer más linda! bajo la colcha color de rosa,
¡Pie de andaluza, boca de guinda, mientras a misa la criada va! 2
"esprit" rociado de Veuve Clicot;
talle de avispa, cutis de ala, La breve cofia de blanco encaje
ojos traviesos de colegiala cubre sus rizos, el limpio traje
como los ojos de Louise Theo! aguarda encima del canapé;
altas, lustrosas y pequeñitas
Ágil, nerviosa, blanca, delgada, sus puntas muestran las dos botitas,
media de seda bien estirada, abandonadas del catre al pie.
gola de encaje, corsé de ¡crac!,
nariz pequeña, garbosa, cuca, Después, ligera, del lecho brinca;
y palpitantes sobre la nuca ¡oh, quién la viera cuando se hinca
rizos tan rubios como el coñac. blanca y esbelta sobre el colchón!
¿Qué vale junto de tanta gracia
Sus ojos verdes bailan el tango; las niñas ricas, la aristocracia,
nada hay más bello que el arremango ni mis amigas de cotillón?
provocativo de su nariz.
Por ser tan joven y tan bonita Toco; se viste; me abre; almorzamos;
cual mi sedosa blanca gatita, con apetito los dos tomamos
diera sus pajes la emperatriz. un par de huevos y un buen "beefsteak",
media botella de rico vino,
¡Ah! Tú no has visto, cuando se peina, y en coche, juntos, vamos camino
sobre sus hombros de rosa reina del pintoresco Chapultepec.
caer los rizos en profusión.
¡Tú no has oído qué alegre canta, Desde las puertas de la Sorpresa
mientras sus brazos y su garganta hasta la esquina del Jockey Club,
de fresca espuma cubre el jabón! no hay española, yankee o francesa,
ni más bonita ni más traviesa
¡Y los domingos!... ¡Con qué alegría que la duquesa del duque Job.
oye en su lecho bullir el día
y hasta las nueve quieta se está!
¡Cuál se acurruca la perezosa,

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