Liderazgo Generacional (Spanish - Lucas Leys
Liderazgo Generacional (Spanish - Lucas Leys
Liderazgo Generacional (Spanish - Lucas Leys
LIDERAZGO GENERACIONAL
e625 - 2017
Dallas, Texas
e625 ©2017 por Lucas Leys
Todas las citas bíblicas son de la Nueva Biblia Viva (NBV) a menos que se indique lo contrario.
Editado por: Maria Gallardo
Diseño Interior: JuanShimabukuroDesign @juanshima
RESERVADOS TODOS LOS DERECHOS.
ISBN: 978-1-946707-04-8
IMPRESO EN ESTADOS UNIDOS
Este libro tiene el potencial de convertirse en una de las obras maestras de la literatura
cristiana en español. La propuesta de «Liderazgo generacional» descubre cómo los
padres, los maestros y los pastores podríamos darnos la mano para formar un cerco de
respeto, amor, protección y desarrollo para formar a las siguientes generaciones.
Este es un manual de ministerio que todo pastor necesita para desarrollar a su equipo.
Es una herramienta que todo maestro cristiano necesita para ser efectivo en su labor
académica, y una perla para los padres que no se conforman con dejar pasar la infancia
y la adolescencia de sus hijos sin ser intencionales en discipularlos.
Con un gran optimismo estas páginas nos ayudarán a afrontar los grandes desafíos de
nuestra era, así como los paradigmas inservibles que hasta el día de hoy prevalecen en
algunos círculos. En ocasiones haciendo eco de grandes hombres de ciencia, teólogos,
reformadores sociales y artistas, el doctor Leys nos reconcilia con tal conocimiento
ofreciéndonos consejos increíblemente prácticos que harán de la lectura de esta joya
una de las experiencias más enriquecedoras y valiosas que podamos tener.
Hector Hermosillo
Pastor fundador Semilla de Mostaza
Quien quiera tener una iglesia vibrante, llena de vida, y llena jóvenes, adolescentes y
niños debe leer este libro. Debe ser una prioridad para los pastores del hoy.
¿Cuántas veces he oído a pastores en América Latina preguntarse por qué no hay
jóvenes en mi iglesia? O confesar que sus hijos aman a Dios, pero no a la iglesia... Si de
verdad quieres una iglesia que alcance a las nuevas generaciones debes leer este libro,
pero te hago una advertencia: si no estás dispuesto a cambiar, mejor no lo leas porque
en cada capítulo su autor propone cambios.
Yo creo que Dios se trae algo nuevo entre manos y creo que tiene mucho que ver con
lo que mi amigo Lucas Leys escribió en este libro.
Robert Barriger
Pastor fundador de Camino de Vida, Perú.
Esteban R. Fernández
AED - President Latin America La Sociedad Bíblica Internacional
Este libro del Dr. Lucas Leys no podría ser más oportuno y necesario. Se está
levantando en todo el mundo una ola de renovado interés por la infancia y la juventud,
especialmente en términos de su educación y promoción humana. Hasta la
Organización de Naciones Unidas para la educación global está convocando a un gran
movimiento a favor de los derechos civiles de los niños y adolescentes en todo el
planeta y la Iglesia no puede quedarse rezagada y menos hacer oídos sordos a semejante
necesidad.
Hoy hay 260 millones de niños que ya no van a la escuela y hay 400 millones que
interrumpirán su educación en cierto momento y que nunca volverán a terminarla. Hay
800 millones de niños en total (la mitad de los que hay en el mundo), que dejarán la
escuela sin las calificaciones que necesitan para el trabajo, mayormente debido a la
pobreza y ¿Qué haremos los cristianos frente a esta realidad? ¿Cómo podremos formar
con valores cristianos a la generación 6-25 que hoy está bajo nuestra responsabilidad?
¿Cómo les daremos a conocer a estas personas que están madurando el amor de Dios
tal como se manifestó en Cristo? Estos son los interrogantes que Leys se propuso
responder en estas páginas, poniendo énfasis sobre la formación de los líderes
cristianos que emprenderán esta tarea. La lectura de este libro es indispensable para el
líder de hoy e imperativa para el futuro inmediato.
Este libro es sencillamente brillante. En estas páginas de manera oportuna el Dr. Lucas
Leys; fiel a su estilo directo, profundo y práctico; nos conduce a un viaje reflexivo y
concienzudo para revisar nuestra manera de hacer iglesia y los paradigmas del trabajo
con nuevas generaciones. Este manual acerca a los pastores interesados en el
crecimiento de la iglesia y a los educadores en general, una propuesta fresca y
actualizada que ayudará a enfocar la atención de la iglesia sobre los cambios que
necesitamos. El contenido es preciso, relevante y urgente para la iglesia de hoy. ¡Gracias
Lucas por este nuevo manual de ayuda para quienes creemos en el trabajo con nuevas
generaciones!
Karen Lacota
Directora de Faith Christian School en Asunción, Paraguay. Autora.
Chris Mendez
Pastor de Hillsong Buenos Aires y San Pablo
Este es un excelente y urgente aporte a los desafíos que plantea un liderazgo pertinente
al siglo XXI. Lucas Leys invita en este texto, con la pasión que lo caracteriza, a
construir ministerios que giran entorno del diálogo y la conexión, de tal manera que
nuestro servicio posea una clara proyección eterna. Lo recomiendo con entusiasmo a
todo líder y pastor que anhele ver a su iglesia local crecer.
Con este libro «Liderazgo Generacional» Lucas Leys presenta preguntas claves que cada
pastor necesita contestar si está interesado no sólo en alcanzar a generaciones nuevas,
sino también en retener las generaciones ya presentes en su congregación. El contenido
demuestra años de estudios científicos e investigación académica y también una pasión
por ver la Iglesia crecer y alcanzar y retener a cada edad haciendo un discipulado más
eficaz.
Este libro te va a retar a cuestionar y examinar lo que hemos estado haciendo y te
animará a mejorar estrategias para seguir avanzando el reino de Dios en nuestros
tiempos.
Tim Holland
Pastor Principal • LifeChurch - Mundo de Fe
Una cosa es repetir conocimiento y otra cosa es crearlo y esto es lo que hace el Dr.
Lucas Leys en esta extraordinaria investigación que propone ideas con un tangible
potencial transformador. En este libro, Lucas explora con profundidad y gracia una
propuesta totalmente innovadora que da en llamar liderazgo generacional. En ella
identifica paradigmas que debemos superar, revisa presupuestos teológicos y
eclesiásticos y luego hace recomendaciones concretas y prácticas que debemos tomar
en consideración con urgencia.
Posiblemente, una de las mayores virtudes de la obra, está en el diálogo cordial y crítico
entre las realidades ministeriales de la actualidad y los caminos que debemos explorar
para llegar al porvenir en los ministerios a las nuevas generaciones.
Esta es una lectura necesaria, no solo para pastores y pastoras, y para líderes que desean
servir con efectividad a las nuevas generaciones, sino para los padres y las madres que
desean comprender mejor y contribuir positivamente a los importantes procesos de
formación de sus hijas e hijos
Le doy una bienvenida cordial a un material tan singular y de tanta ayuda.
Refrescante, desafiante y reveladora. Así es esta lectura. Al pasearme por estas líneas no
podía evitar ver mi corazón llenarse de esperanza mientras imaginaba el futuro de la
Iglesia de Cristo en el mundo de habla hispana. Tal vez es el hijo de pastor que hay en
mí. Quizás, es el corazón pastoral en mí. Puede ser que como padre de adolescentes
anhelo que la iglesia de hoy pueda plantear una propuesta relevante que sirva de puente
entre la Iglesia y las futuras generaciones.
Lleno de sabiduría bíblica y argumentos claros, Lucas nos invita en este manual a
ensanchar nuestra visión de futuro para el trabajo del liderazgo generacional, mientras
vemos como el Espíritu nos desafía a emprender la misión de ser una Iglesia influyente
en el presente, con la capacidad de ser trascendente a las futuras generaciones.
Gracias Lucas, por invitarnos a repensar nuestros métodos sin perder nuestro norte.
Jacobo Ramos
Pastor para Latinoamérica Ministerio Global, Gateway Church
Todo pastor y ministerio que desea afectar a la presente y futura generación debe leer y
aplicar los principios compartidos en este material.
Conozco a Lucas hace ya varios años, y puedo decir con franqueza que sabe de lo que
está hablando. No solo por su experiencia ministerial, sino que en estas páginas se
notan su preparación académica y teológica. Este libro abre la cabeza y ayuda a
entender a las nuevas generaciones. Necesitamos reorganizar y reestructurar la manera
en que estamos trabajando con nuestros niños y jóvenes. No se trata de abandonar
principios bíblicos, sino de lo contrario y de encontrar maneras actualizadas de llegar a
una generación tan despierta como la de nuestros hijos y nietos en nuestras
congregaciones y sociedad.
Solo tenemos una vida y debemos aprovecharla al máximo para hacer la labor que el
Espíritu de Dios nos ha asignado con un tesoro tan inmenso como lo son las nuevas
generaciones.
Nunca esta tarde para empezar. ¡El tiempo es ahora!
René F. Molina
Pastor Principal Restauración-Los Ángeles
DEDICATORIA
A los pastores que le han pedido de rodillas a Dios por el crecimiento de la Iglesia.
AGRADECIMIENTOS
Cada libro es fruto del trabajo de más de una persona y en este en particular son
muchísimos quienes hicieron su aporte consciente o no para que estás páginas
pudieran ser escritas. La gracia de mi Dios es siempre la gran iniciadora de todo lo
que puedo hacer. Sin su gracia no puedo hacer nada y por eso comienzo
agradeciéndole a mi Señor por permitirme trabajar en este proyecto.
Gracias Juan Shima por tu trabajo en este material, pero sobre todo
tu amistad. Es un lujo tener a mi lado a alguien que entienda
el trabajo en equipo así.
Gracias Maria Gallardo por la edición y muchas gracias a toda la increíble familia
de e625.com. Es un honor inmerecido trabajar
junto a ustedes.
CONTENIDO
COPYRIGHT
DEDICATORIA
AGRADECIMIENTOS
PRESENTACIÓN PASTORAL
LA DECLARACIÓN DE INTENCIÓN
Capítulo 1 ¿QUÉ
ES EL LIDERAZGO
GENERACIONAL?
Capítulo 2 CUATRO
PARADIGMAS QUE
DEBEMOS DEJAR ATRÁS
Capítulo 3 LA VISIÓN ESTRATÉGICA
Capítulo 4 LA
ECLESIOLOGÍA DEL MINISTERIO
GENERACIONAL
Capítulo 5 LAS CINCO ETAPAS CAMINO A LA
ADULTEZ
Capítulo 6 EL LIDERAZGO SITUACIONAL
Capítulo 7 EL PLAN NECESARIO
Capítulo 8 EL MATIZ RELACIONAL
Capítulo 9 LA INTELIGENCIA CULTURAL
Capítulo10 LA BELLEZA DEL CAMBIO
Apéndice I PREGUNTAS Y RESPUESTAS DE
IMPLEMENTACIÓN
Apéndice II LIDERAZGO GENERACIONAL Y
TEOLOGÍA
BIBLIOGRAFÍA
PRESENTACIÓN PASTORAL
Hay algo que siempre me ha intrigado de Lucas Leys. Y es
verlo siempre transmitiendo dos cosas: entusiasmo y calma.
Lucas es un emprendedor visionario, y como todos los de su
tipo, rebosa de entusiasmo. El tener entre manos la
posibilidad de irrumpir con algo nuevo, gestarlo, gerenciarlo y
masificarlo los llena de pasión y de entusiasmo. Pero
comúnmente ese entusiasmo «adrenalínico» de los
emprendedores, tiene como contracara que muchas veces
están desbordados emocionalmente, desajustados
familiarmente, desbalanceados económicamente y hasta
desequilibrados espiritualmente. Aunque muestran una
seguridad desbordante en su exterior, en el backstage están
más llenos de incertidumbres que de certezas. Pero lo
curioso de Lucas, es verlo lleno de entusiasmo, pero también
conocer que vive en calma, característica más propia del
colono que del pionero. En otras palabras, el liderazgo que
trabaja con lo conocido y previsible.
Al leer Liderazgo Generacional, entiendo mejor por qué
puede combinar ambas características. Lucas no sólo visiona
lo que la iglesia está necesitando, lo cual lo llena de
entusiasmo, sino que mantiene la calma de quien tiene un
plan perfectamente elaborado y trabajado, para que la iglesia
lo pueda concretar.
Efectivamente la iglesia está necesitando una nueva
comprensión y práctica del discipulado. La iglesia de habla
hispana ha vivido experiencias espirituales maravillosas y de
gran crecimiento. Pero está carente de un discipulado de vida
integral y que afecte a todas las generaciones con una
pastoral pertinente.
Mientras leía Liderazgo Generacional, una y otra vez me
venía a la cabeza la frase: «Lucas es un pontífice» (espero que
no cambie la manera de vestirse). La palabra pontífice
significa «constructor de puentes». La distancia entre donde
estamos hoy como iglesia, y donde debemos estar se une por
medio de un puente llamado plan. Y Lucas no sólo sabe hacia
dónde ir, sino que nos propone cómo.
Liderazgo Generacional es una arquitectura del discipulado
que une realidades hasta hoy desintegradas. Es un puente
entre la vida «dominical» y la cotidiana para que los
discípulos que la iglesia esté haciendo afecten de manera
transformacional toda la realidad en nuestras naciones. Es un
puente entre iglesia y sociedad, desarrollando una
inteligencia cultural que permita al pueblo de Dios encarnarse
en la realidad, pero sin caer en la cautividad de valores.
Quien lea este libro con atención se dará cuenta. Liderazgo
Generacional es un puente de discipulado que une a la familia
y a la iglesia, para que el resultado sea integral y efectivo. Su
propuesta conecta a las distintas etapas de vida de una
persona, (niñez, preadolescencia, adolescencia, juventud), de
manera que el discipulado cristiano afecte en forma relevante
cada momento y cada necesidad existencial.
El antiguo pontífice tenía entre sus tareas la organización
del calendario y de los días festivos y Lucas ofrece en estas
letras una extraordinaria ayuda en la organización del
«calendario de discipulado generacional» de las vidas que
Dios nos entrega. Con estas ideas reduciremos el número de
hijos que perdemos en el camino y en cada transición y
multiplicaremos nuestras posibilidades de seguir extendiendo
el poder de llegada de nuestras iglesias locales.
Liderazgo Generacional construye un puente que nos lleva
desde donde estamos hacia dónde debemos ir y
seguramente esa no es tarea de un solo hombre ni de un
ministerio, sino de toda la iglesia en el continente; pero no me
cabe la menor duda, que Lucas y e625 con Liderazgo
Generacional están haciendo un aporte tremendamente
significativo que marcará un antes y un después en el
discipulado de las nuevas generaciones.
Una vez más, el pontífice Lucas se nos ha adelantando
mostrándonos el camino con gran entusiasmo y sin perder la
calma.
Carlos Mraida
Pastor Iglesia del Centro.
Consejo de pastores de la ciudad de Buenos Aires, Argentina.
LA DECLARACIÓN DE
INTENCIÓN
Todos queremos ser más eficaces a la hora de influenciar a
las nuevas generaciones. El problema no son las intenciones.
Todavía no me he encontrado a un solo pastor o líder, y
menos a una madre cristiana, que no crea que es importante
la formación espiritual de las nuevas generaciones. Pero ¿por
qué tantos niños que alguna vez pasaron por una iglesia cristiana
ya no se congregan? ¿Por qué tantos hijos de buenos cristianos
deciden darle la espalda a la fe de su familia? ¿Por qué tantos
adolescentes que participan de las reuniones y se emocionan con las
canciones, toman luego decisiones que van al revés de lo que
predicamos? ¿Por qué no hay más y más universitarios llegando a
nuestras congregaciones si somos la sal de la tierra, la luz en la
oscuridad y los portadores del verdadero secreto para una vida
abundante?
Obviamente, no es solo con buenas intenciones que una
iglesia y una familia desarrollan discípulos de Jesús con
eficacia. Necesitamos sabiduría eterna, una pizca de ciencia,
un compromiso certero y un romance con el cambio. Sí, y es
que ya sabemos el dicho: aunque el evangelio no cambia, la
manera de compartirlo siempre debe ser actualizada.
Quienes trabajan con las nuevas generaciones son espías.
Tienen información secreta respecto al futuro de las
sociedades, y protegen documentos confidenciales vitales
para el desarrollo o fracaso de sus países.
Puede que no estén en lo más alto de la escala de salarios,
o del ranking de popularidad de nuestras ciudades, pero ellas
y ellos son los ingenieros del progreso.
Quienes invierten su vida en formar las opiniones y forjar el
carácter de las nuevas generaciones son espías en la tierra
del mañana, artesanos del futuro y arquitectos del cambio y
por eso me encanta pasar tiempo con ellos, y me apasiona
ayudarlos.
Creo en la Iglesia porque creo en el plan de Dios y creo en
el mensaje que portamos. Lo que no creo es que debemos
estancarnos dónde estamos. Tenemos que alcanzar a más
niños, adolescentes y jóvenes con el evangelio de Jesús, y
debemos reducir el número de hijos que perdemos en el
camino. Me resisto a pensar en iglesias que decrecen, en
congregaciones que envejecen sin recambio generacional, o
en masas entretenidas con liturgias evangélicas pero que no
producen discípulos de esos que atentan contra el reino de
las tinieblas y cambian para bien sus comunidades.
Lo que necesitamos es entender los tiempos, agudizar el
oído y abrir bien los ojos. Precisamos un espíritu dócil y una
voluntad firme para aprender a expandir nuestros pulmones
ministeriales y hacer las mejoras que se requieran.
De eso se trata este libro. ¡Aprendamos juntos!
Lucas
Capítulo 1
¿QUÉ ES EL LIDERAZGO
GENERACIONAL?
«Crear una nueva teoría no se parece a destruir un establo y
edificar un rascacielos en su lugar. Se parece más a escalar
una montaña, logrando una visión más amplia y descubriendo
inesperadas conexiones entre nuestro punto de partida y el rico
medioambiente que la rodea.»
Albert Einstein.
LA PIZCA DE CIENCIA
Lo que redescubrí en este tiempo de estudio es que, aunque
nuestra tarea es esencialmente espiritual, no podemos
desentendernos de las etapas de maduración cognitiva, de
las distintas áreas del desarrollo y de los diferentes estilos de
aprendizaje, porque estas son variables preestablecidas por
Dios para el crecimiento humano. El proceso de maduración
por el que nacemos como bebés, nos convertimos en niños y
luego nos encaminamos hacia la adultez no es un efecto de
la cultura, sino que es arte del gran artista, y por eso es tan
valioso prestar atención minuciosa a estos procesos si
pretendemos hacer discípulos de las nuevas generaciones
con eficacia.
UN SIGLO DE MISIONEROS
Ahora vayamos a «nuestra» historia. La de la Iglesia en
Hispanoamérica.
No es ningún secreto que la gran mayoría de las iglesias
evangélicas en Hispanoamérica son fruto del trabajo de
misioneros que hablaban en inglés. Y nuestra manera de
hacer iglesia tiene mucho que ver con lo que ellos trabajaron
para enseñarnos.
Yo tendría un poster en mi oficina de aquellos héroes de la
fe que dejaron sus hogares y recorrieron océanos, montañas,
selvas, y ríos para traernos el evangelio a aquellos que
hablamos español. Pero no podemos ser tan ingenuos de
creer que todo lo que nos enseñaron era correcto, o que sus
liturgias y métodos fueran siempre la mejor estrategia.
Para complicar más el panorama, a esa herencia de ideas
tenemos que sumarle el hecho de que ya llevamos más de un
siglo desde que se instalaron esos conceptos y, aunque
posiblemente eran acertados y pertinentes cuando nacieron
las primeras iglesias evangélicas, la vorágine de cambios
culturales y generacionales de los últimos años ha puesto en
desuso muchas de esas premisas.
Todavía hoy, en algunos círculos, se confía más en alguien
que habla en inglés que en alguien que habla español. Si lo
dice o lo hace una iglesia norteamericana parece tener más
autoridad que si la que comienza a hacerlo es una iglesia en
Latinoamérica. Esto se nota hasta en la música, ya que luego
de décadas de intentar adorar a Dios con nuestros propios
ritmos, artistas, e instrumentos, en los últimos años volvimos
a mirar al mundo anglo como si fuera la única referencia de lo
que a Dios le agrada.
¿Se puede cambiar la cultura eclesiástica de todo un continente?
Es difícil, pero no imposible. Dios ya ha hecho cambios
similares antes, cuando algunos de sus hijos detuvieron su
inercia eclesiástica y comenzaron a hacer las preguntas
necesarias.
4 VISIONES DE MINISTERIO A
LA FAMILIA
En la historia de la iglesia de los últimos siglos se ha
abordado el ministerio a la familia desde distintas macro
visiones o perspectivas. Estas visiones han funcionado como
marcos de interpretación respecto a las responsabilidades de
los pastores, educadores y líderes y aún de las familias en la
formación espiritual de las nuevas generaciones.
Obviamente las variantes han sido muchas y cada
denominación, congregación y familia un microclima, pero
creo que estas 4 descripciones ayudan a darnos un
panorama completo:
1. EL PROGRAMA PARALELO
Con el desarrollo de la escolarización a partir de la influencia
del suizo Jean-Jacques Rousseau y el empuje de la
revolución francesa, la familia dejó de ser la proveedora
primaria de la educación básica. Ahora la educación se hacía
en un establecimiento paralelo lo cual se vio incrementado
por la revolución industrial que ocurrió en los siguientes años
en Europa y que dio también origen a la «escuela dominical»
que fue la iniciativa de las iglesias protestantes de ayudar a
aquellos niños que trabajaban y que no podían obtener su
educación básica.
A partir de entonces en las iglesias de occidente
comenzamos a abordar el ministerio a las nuevas
generaciones como una oferta paralela a la secular para
enseñar Biblia y doctrina durante los fines de semana y es
interesante notar que fue en esos años que los primeros
misioneros y las primeras iglesias protestantes comenzaron a
llegar a América Latina.
Luego, sobre todo en los Estados Unidos nacieron algunas
organizaciones para eclesiásticas que estandarizaron las
ofertas de ministerio juvenil y así fue que llegamos hasta las
últimas décadas dónde se hizo la norma interpretar que la
educación bíblica sucede primariamente en el templo y el
programa de niños y jóvenes de la congregación es el
principal responsable de la salud espiritual y sobre todo del
conocimiento bíblico de las nuevas generaciones.
2. EL ACERCAMIENTO
TERAPÉUTICO
El siglo XX fue un tiempo de desarrollo vertiginoso que
todavía hoy del otro lado del milenio no se detiene y una de
las áreas de mayor progreso fue en la medicina y en
particular en el estudio de las conductas conocido como
psicología. A partir de la popularización de esta ciencia se
hizo más notorio la importancia de compartir herramientas de
entendimiento y consejería con las familias y así nació la
terapia familiar y la piscología social que luego de algunos
años dónde hubo resistencia, atrajeron a algunos cristianos y
así se desarrolló esta visión de que la Iglesia debe ofrecer o
al menos facilitar consejería cristiana a las familias.
Así, en recientes años se hizo más popular ofrecer
conferencias, congresos y simposios para la familia dónde
quienes hablan son en muchos casos psicólogos
especialistas en terapia familiar.
Desde esta perspectiva la iglesia coopera brindando
herramientas.
4. LA VISIÓN GENERACIONAL
Gracias a la tecnología hoy tenemos información que nunca
antes tuvimos y me entusiasma cuando las ciencias de
investigación corroboran que los modelos bíblicos de
enseñanza daban en el blanco en respetar el diseño de Dios
para la formación de las nuevas generaciones. Allí radica el
poder de esta visión que pone de la mano al pueblo y a la
familia en la formación espiritual de sus nuevas generaciones.
Los niños, preadolescentes, adolescentes y jóvenes
necesitan vínculos familiares sólidos, y a la vez necesitan la
socialización de pares, y el mentoreo de modelos cercanos
que les entusiasmen a dar el siguiente paso en su
maduración.
Las tres visiones anteriores no deben ser antagónicas sino
complementarse. No es una u otra porque todas ofrecen
fortalezas y las tres están incompletas sin la ayuda de las
otras.
El siguiente es el diagrama básico que ilustra la visión
general del liderazgo generacional
En el círculo central están representadas las etapas de la
educación formal. Luego hay un circulo de influencia que
respeta una memoria instintiva instalada por Dios que vamos
a analizar más adelante y luego en el círculo externo están
las dos principales fuerzas que dinamizan la mejor alianza
para la formación espiritual de las nuevas generaciones.
Capítulo 2
CUATRO PARADIGMAS QUE
DEBEMOS DEJAR ATRÁS
«La mayoría de las personas se contagian las presuposiciones
de su familia o de sus círculos sociales de la misma manera que
un niño se contagia sarampión. Los sabios, en cambio, saben
que las suyas deben ser elegidas luego de una cuidadosa
consideración.»
Francis A. Schaeffer
1. EL MINISTERIO DE NIÑOS Y EL
JUVENIL SON DOS MINISTERIOS
TOTALMENTE SEPARADOS
Lo confieso: por años miré al ministerio de niños de reojo. Mi
especialidad y pasión siempre fueron los adolescentes.
Incluso cuando estudié neurociencia originalmente, lo hice
para entender el desarrollo del cerebro en esta etapa de la
vida, que era la que a mí me interesaba. También al estudiar
psicología evolutiva, tratando de aprender lo que esta
herramienta me pudiera sugerir para el ministerio que Dios
me había encomendado, lo hice exclusivamente pensando en
ese período de transición que va de la niñez a la adultez, al
que llamamos adolescencia.
EL VISIONARIO DE LA CONGREGACIÓN
QUEDA DISTANCIADO DE LO QUE SUCEDE
CON LAS NUEVAS GENERACIONES
En Mateo 17:24-27, por ejemplo, Pedro y Jesús dialogan
acerca del impuesto del templo que según Éxodo 30:14
deben pagar los mayores de 20 años, y Jesús instruye a
Pedro para que «pesque» una moneda y lo pague... pero solo
menciona pagarlo a su propio nombre y al de Pedro, aunque
el resto de los discípulos estaban ahí. De hecho, según los
historiadores, una moneda es el precio exacto del impuesto
para dos personas. ¿Por qué Jesús iba a ocuparse solamente de su
impuesto y del de Pedro, pero no del de los demás? La historia
pareciera dar por sentado que los demás no pagaban
impuestos, lo que sería un claro indicador de que tenían
menos de 20 años.
Siempre que menciono esto, quienes me escuchan me
miran sorprendidos. Y la culpa se la echo a Leonardo da
Vinci. El increíble Leo le regaló a nuestra era un cuadro de la
última cena de Jesús que está lleno de barbas blancas, y que
se ha pegado en la retina de la iglesia por más de 500 años.
Desde entonces, hemos asumido que los discípulos se veían
así.
Pero volvamos al misionero que fundó mi iglesia y tu
iglesia... En muy poquitos casos, su esposa también había
estudiado en el instituto bíblico. En el resto de los casos, que
eran la mayoría, el hombre era el que «tenía el ministerio», y
su esposa «solamente venía a ayudarlo.» ¿Y qué iba a hacer
esta esposa para ayudarlo? Lo natural era trabajar con niños si
tenían niños, y con mujeres, mientras los esposos se
dedicaban a la obra...
Avancemos ahora 100 años hacia el futuro, y
comprobaremos que el perfil de la gran mayoría de los
matrimonios pastorales en Hispanoamérica sigue siendo el
mismo. El pastor principal enseña la Biblia a los adultos el
domingo, y su esposa trabaja con niños (si tienen niños o si le
gusta especialmente la educación), o bien dirige el ministerio
de mujeres si ya «se graduó» del ministerio de niños.
Este paradigma tiene varios efectos colaterales que vamos
a explorar a lo largo del libro, pero comencemos por
mencionar solo tres:
El primer efecto de este modelo es que quienes trabajan
con jóvenes, y sobre todo con adolescentes, son líderes
primerizos en lugar de ser líderes maduros. En el caso de los
niños, muchos padres de niños naturalmente se ofrecen
como voluntarios para ayudar en la iglesia infantil o escuela
dominical, y gracias a Dios muy seguido también hay alguna
maestra de vocación. Pero en el caso del trabajo con
adolescentes y jóvenes, hasta nos da un poquito de «miedo»
que alguien permanezca en el ministerio juvenil por
demasiado tiempo, y cuando «ya está grande» le decimos
que es hora de que deje de trabajar con adolescentes, y que
mejor tiene que comenzar a trabajar entre gente de su edad...
Más adelante en el libro volveremos a esta idea.
Si tuvieras que sufrir una cirugía cerebral, ¿qué preferirías? ¿Un cirujano
joven pero bienintencionado, o, por el contrario, el más formado y
competente? ¿Un médico recién egresado o alguien con años de
experiencia? ¿Te parece entonces sabio confiarles la salud espiritual de
nuestros hijos a personas poco experimentadas?
- Félix -
3. EL MINISTERIO SUCEDE EN LA
IGLESIA
Y NO EN LA FAMILIA
Solo algunos líderes muy ingenuos afirmarían esto en voz
alta, porque la gran mayoría reconocemos que la familia es el
núcleo central del diseño de Dios para el desarrollo sano del
ser humano. Incluso en la dimensión espiritual. No existe
iglesia sin familias.
Sin embargo, yo no estoy hablando de lo que decimos, sino
de lo que hacemos...
A pesar de los más de 500 años que han transcurrido
desde la reforma protestante, todavía no nos hemos
terminado de desprender del marcado «templismo» en
nuestro acercamiento a la espiritualidad. El Nuevo
Testamento resalta claramente que Dios no habita en templos
hechos de manos de hombres (Hechos 17:24) y que nosotros
somos los templos del Espíritu Santo (1 Corintios 3:16), y sin
embargo nosotros llamamos a nuestros templos de ladrillo,
vidrio y metal, «la casa de Dios» y «el lugar donde habita o
baja su presencia». Además, para ir allí debemos vestirnos o
hablar distinto, porque ahí sí que hay que honrar al Señor…
En uno de los próximos capítulos vamos a hablar de
eclesiología, la lógica de la Iglesia y de lo que la Biblia
propone como identidad y misión para el pueblo de Dios, pero
no quise tardar en mencionar este paradigma porque
probablemente representa uno de los terrenos de mayor
vulnerabilidad para la Iglesia de Cristo hoy. Si nuestras
familias cristianas no están intencionalmente comprometidas
con el discipulado, y los padres cómodamente descansamos
en que alguien más les enseñe a orar y a leer la Biblia a
nuestros hijos en el templo, lamentablemente criaremos
nuevas generaciones débiles en su fe.
Esto es poderoso y debería ser obvio, aunque no lo es. Debemos crear una
alianza estratégica. Los padres y la iglesia deben colaborar conjuntamente
en la educación espiritual de los hijos, entendiendo claramente el rol que
debe desempeñar cada uno de ellos. La responsabilidad de la formación
espiritual corresponde, según la Biblia, a los padres, no a la iglesia. La
iglesia acompaña en el proceso, pero no es responsable del mismo.
Complementa, pero no sustituye. Los padres no deben «tercerizar» en la
iglesia la formación espiritual de sus hijos, y esta no debería aceptar que lo
hagan.
- Félix -
Los padres de hoy necesitan toda la ayuda que puedan conseguir, pero
desafortunadamente, la mayoría de los modelos ministeriales típicamente
fracasan en ofrecerles ayuda. En un extremo, los padres son seducidos a
ceder el desarrollo espiritual de sus hijos a la iglesia y en otros extremos
menos populares pero reales, se avergüenza a los padres convenciéndolos
que ellos son los únicos responsables por la fe de sus hijos. Estos modelos
fracasan ya sea por desentender a los padres del discipulado de sus hijos o
simplemente por abandonar a los padres llenos de culpa.
- Kara -
Una de las maneras prácticas más provechosas en las que las iglesias y las
familias pueden potenciar relaciones intergeneracionales es repensar
nuestras proporciones. Clásicamente en el ministerio en Estados Unidos se
piensa que necesitamos un adulto cada cinco niños o adolescentes, pero
¿qué sucedería si diéramos vuelta la porción y procuráramos tener cinco
adultos por cada joven en crecimiento?
Esta visión audaz propuesta inicialmente por investigaciones hechas por
Chap Clark del Seminario teológico Fuller, ha inspirado a líderes y padres a
rodear a cada estudiante con un equipo de cinco adultos que le afirmen.
LA ESTRUCTURA DE LA VISIÓN
GENERACIONAL
El Señor me dio el regalo de poder servirle en una iglesia que
tenía solamente 70 miembros, en otra de más de 10.000, y de
trabajar con cientos de congregaciones por toda América y
Europa. A lo largo de mi experiencia de tantos años
trabajando con grupos locales de distintas denominaciones y
tamaños, he podido observar que existen algunos factores
fundamentales para cualquier ministerio sano, sea cual sea la
situación contextual.
Estos factores constantes son elementos básicos que
siempre están presentes en nuestros ministerios, y no tienen
nada de novedoso en sí mismos. Todos sabemos que están
ahí, solo que no necesariamente los hemos analizado en
profundidad y con herramientas actualizadas, o quizás lo
hicimos de manera aislada, pero sin evaluar cómo interactúan
entre sí para así poder diseñar una estructura que los
dinamice y potencie.
Constante 1. La meta
Constante 2. El público
Constante 3. El liderazgo
Constante 4. Las relaciones
Constante 5. Los programas
Constante 6. La cultura
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Capítulo 4
LA ECLESIOLOGÍA DEL
MINISTERIO
GENERACIONAL
«Dios no está solamente interesado en salvar individuos para
que un día lleguen al cielo; Él está deseoso de encontrar
personas entre las cuales vivir para que entre ellas reproduzcan
su carácter.»
Gordon Fee
UNA ECLESIOLOGÍA
INTENCIONAL
Cada pastor y maestro tiene una filosofía que acompaña el
ministerio que lleva adelante. Claro que no siempre lo
reconoce, y además no siempre esa filosofía está ordenada
de tal manera que pueda ser comunicada con claridad. Como
dice John Dettoni: «Cada trabajador podrá responder al menos de
manera embrionariamente racional el por qué él o ella hacen lo que
hacen en el ministerio, pero no es suficiente con tener una idea
vaga». Es necesario definir hacia dónde nos dirigimos para no
perder tiempo extremadamente valioso paseando por
tradiciones, modas o expectativas superficiales. Y para esto,
debemos ir a la fuente más confiable de autoridad: la Biblia.
A mí me golpeó fuerte cuando noté que un líder
generacional llamado Pablo hizo una poderosa declaración
en cuanto a la meta que debemos perseguir al trabajar con
las nuevas generaciones. En su carta a la iglesia de Colosas,
escribió:
«A este Cristo proclamamos, aconsejando y enseñando con
toda sabiduría a todos los seres humanos, para presentarlos
a todos perfectos en él.» (Colosenses 1:28).
¡Es una síntesis fabulosa! Pero... seamos honestos. No
pareciera que siempre enseñamos con toda sabiduría, y
menos que menos pareciera que llegamos alguna vez a
lograr que alguien sea perfecto. Entonces, ¿qué quiso decir
exactamente Pablo?
John Gill, quien 100 años antes pastoreó la misma iglesia
que Charles Spurgeon en Londres, predicando explícitamente
sobre este versículo explicó: «Enseñamos con toda sabiduría
cuando enseñamos el consejo de Dios expresado en el
evangelio. Cuando revelamos a Cristo para salvación,
aconsejando afirmarse en su rectitud para justificación, y
cuando aconsejamos vivir con sobriedad y justicia sin hacer
acepción de persona, estamos enseñando con sabiduría3.»
LA GRAN META
La síntesis que hace Pablo pone de manifiesto cuál debe
ser la gran meta de la Iglesia en cuanto a las nuevas
generaciones: Acompañarlas hacia una adultez madura que
solo se logra en Cristo Jesús.
¿Pero qué quiere decir eso en términos prácticos? ¿Cómo
desglosamos esa «madurez»?
Algunos años antes de escribir el libro cristiano más
vendido de las últimas décadas, «Una Vida con propósito»,
Rick Warren y su pastor de jóvenes de aquel entonces, mi
amigo Doug Fields de la iglesia de Saddleback en California,
trabajaron en los libros y programas conocidos como «Una
iglesia con propósito.» Con estos programas y materiales,
Rick, Doug, y un movimiento grande de congregaciones,
popularizaron la idea de que la iglesia debe estar enfocada en
cinco propósitos que emergen de los textos bíblicos que
conocemos como «el gran mandamiento» y «la gran
comisión».
En estas palabras de Jesús leemos:
«‘Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con
todo tu ser y con toda tu mente’ —le respondió Jesús
—. Éste es el primero y el más importante de los
mandamientos. El segundo se parece a éste: ‘Ama a
tu prójimo como a ti mismo.’ De estos dos
mandamientos dependen toda la ley y los profetas.»
(Mateo 22:37-40)
«Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las
naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del
Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer
todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro
que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del
mundo.» (Mateo 28:19-20)
Para Rick y Doug, los principios que saltan a la luz en estos
versículos son:
1. Adoración
2. Ministerio
3. Evangelismo
4. Comunión
5. Discipulado
En mi caso, y sé que no soy el único, yo prefiero ver a la
comunión no como un fin o un propósito en sí mismo, sino
como un medio. Claro que es súper importante, y por eso es
una de las 6 claves principales de este libro y vamos a
dedicarle un capítulo entero, pero en lo que puedo observar al
analizar críticamente el texto bíblico, y desde la perspectiva
de lo que he podido notar en la ejecución ministerial y la
experiencia de otros, yo entiendo que la comunión es más
bien una avenida por la cual llegar a la adoración, al
verdadero servicio, al evangelismo testimonial y a la
obediencia. He dialogado sobre esto con Doug y otros
pastores, y por eso yo desmenuzo estos mismos textos en
cuatro propósitos sagrados que sirven para definir la meta en
términos prácticos:
ALGUIEN ES «MADURO»
ESPIRITUALMENTE CUANDO VIVE EN
ACTITUD DE ADORACIÓN, SIRVE A SUS
SEMEJANTES, EVANGELIZA
NATURALMENTE Y SIGUE CRECIENDO EN
OBEDIENCIA
Nadie que carezca de estas cualidades está «completo»
todavía, independientemente de en cuántas actividades
cristianas participe, cuánta Biblia sepa, o cuánto se emocione
con las canciones cristianas de moda.
Podríamos decir entonces que alguien es «maduro»
espiritualmente cuando vive en actitud de adoración, sirve a
sus semejantes, evangeliza naturalmente y sigue creciendo
en obediencia mientras ayuda a otros a crecer en ella
también, ya que los verdaderos discípulos hacen discípulos (y
por eso el evangelismo y el discipulado son dos aspectos del
mismo ciclo).
En un capítulo más adelante vamos a llegar a los
programas, pero detengámonos ya mismo a considerar si
nuestras actividades, formatos de culto y grandes eventos
logran lo que acabamos de mencionar...
Es importante pensar en esto porque el fin nunca justifica los medios, pero...
¡siempre los determina! Aquello que queremos lograr determinará que
medios podemos, o no, usar para alcanzarlo. Algunos serán adecuados,
otros neutros, y aun otros puede que nos estén alejando del propósito que
perseguimos. Es el eterno dilema entre forma y función. Para llevar a cabo
una función (oración) desarrollamos una forma (culto de oración). Con el
paso del tiempo, forma y función se confunden... E incluso a veces, con el
paso del tiempo, la forma acaba desplazando a la función.
- Félix -
PROPÓSITO 1. ADORACIÓN
Todas las civilizaciones de la humanidad han hablado de
rendir culto, servir y obedecer a sus dioses, pero solo la
teología judeocristiana insiste con AMAR a Dios con todo lo
que somos, porque Él ama al ser humano con todo lo que es.
De hecho, separando la teología hebrea de la cristiana, es
notorio en las conversaciones de Jesús y en las cartas de
Pablo que la segunda parte de esa afirmación solo encuentra
su plena manifestación en Cristo. Jesús llamó a su padre
celestial Abba, o «papito», y nos regaló la expresión más
cruda del amor en su sacrificio en la cruz.
PROPÓSITO 2. SERVICIO
La consecuencia directa de amar a Dios es amar lo que Él
ama. Por eso el gran mandamiento dice que debemos amar a
nuestro prójimo como a nosotros mismos. Jesús dijo que esa
sería la gran señal del cristianismo (Juan 13:35), y Juan nos
exhortó diciendo que no podemos decir que amamos a Dios
si no amamos a nuestros hermanos que vemos en necesidad
(1 Juan 4:20). Ahora bien, ¿qué produce el amor en la práctica?
¡Servicio! Claro, al decir servicio no nos referimos a una
actividad dentro del templo, de esas que requieren un título
eclesiástico. Tristemente todavía, en muchos círculos de la
Iglesia, los cristianos tienen un divorcio –en su comprensión–
entre el servicio y el amor. Por ejemplo, seguramente lo
escuchaste en la última noche de muchos congresos
juveniles: se hace un llamado a la consagración, pero lo que
se comunica entre líneas es que consagrase a Dios debe
traducirse en un mayor compromiso con las actividades del
templo... pero no necesariamente en un mayor compromiso
con servir a los que nos rodean o a aquellos en necesidad.
Por años la Iglesia ha limitado el «servicio» a lo que ocurre
dentro del templo. Como consecuencia, cuando los niños y
adolescentes piensan en «servir a Dios», la idea que tienen
es la de manejar bien un micrófono, tocar teclado o guitarra
en un escenario, enseñar Biblia en la escuela dominical, o, en
el otro extremo, irse a África de misioneros.
PROPÓSITO 3. EVANGELISMO
No me refiero específicamente a tu congregación, pero si
viajas como yo, te darás cuenta de que si hay algo de lo que
hablamos mucho y practicamos poco, es el evangelismo.
A mí se me ocurren tres razones para esto:
La primera es que vemos al evangelismo como una
actividad que hacemos en un determinado momento puntual,
en vez de como un propósito que debe enfocar todos
nuestros esfuerzos.
La segunda es que tenemos una idea muy «formulista» de
cómo hacer evangelismo, y lo hemos convertido en algo que
hacen «los evangelistas» en vez de considerarlo como un
testimonio natural que todos podemos dar.
La tercera es que quizás necesitamos más compasión por
quienes se están perdiendo tanto un cielo en la tierra y como
un cielo eterno en la gloria con Jesús.
PROPÓSITO 4. DISCIPULADO
El discipulado es un proceso amoroso. Puede empezar
desde muy temprano en la vida, y se terminará en los cielos.
Si estás leyendo este libro es porque tienes un interés
especial en que tus niños, adolescentes o jóvenes aprendan
a obedecer a Jesús y se mantengan siempre creciendo en su
fe. ¿De qué sirve tener un ministerio de niños o preadolescentes
«exitoso» si en unos años esos jóvenes no van a estar obedeciendo a
Cristo? Tener un templo lleno de hijos que saben hablar el
dialecto «evangélico» no es la meta.
El conocido pensador Henri Nouwen solía destacar que
«discípulo» y «disciplina» son la misma palabra. Ser
discípulos y amigos de Cristo significa que queremos vivir
como Él nos enseñó. El discipulado no es un programa ni un
método. El discipulado es practicar las disciplinas de Cristo a
tal punto que nuestra vida contagie a otros con la obediencia
que puedan ver en nosotros. Es por eso que en unas páginas
vamos a analizar específicamente al liderazgo que
necesitamos desarrollar. Nosotros debemos vivir las
enseñanzas de Cristo para poder modelarlas a quienes
lideramos. Algunas de esas enseñanzas fueron amar sin
condiciones ni preferencias, resistir la tentación, ayudar al
necesitado, y llevar siempre en alto nuestros valores. Esta es
una increíble responsabilidad de cara al trabajo con nuevas
generaciones y más considerando el ecosistema en el que
nos entramos.
Cristo practicaba el retiro, la oración, la misericordia, el
perdón, la sencillez, la compasión, el sacrificio... y nosotros
debemos enseñar todo esto involucrándonos en las mismas
disciplinas en que Jesús se involucró.
Dicho en otras palabras, crecer conforme a la estatura de la
plenitud de Cristo (Efesios 4:13), dejando de lado las cosas
de niños (1 Corintios 14:20), esperando alcanzar aquello para
lo cual Cristo nos alcanzó (Filipenses 3:12), conociéndolo a Él
cada día más (Filipenses 3:10) mientras comprendemos con
todos los santos la dimensión de quién es Jesús (Efesios
3:18), debe estar constantemente en la mira de nuestros
ministerios.
LA COMUNICACIÓN CONTINUA
El siguiente paso luego de establecer con claridad la meta y
los propósitos que la explican, es comunicarlos con
inteligencia. Quienes hacen un mejor trabajo saben que la
gente comprende la misión de un equipo de muchas formas,
y por eso se aseguran, de maneras diversas, de que la mayor
cantidad posible de involucrados tenga claro hacia dónde se
dirigen.
Por ejemplo, es un hecho que algunas personas somos
más visuales que otras, que hay otros más conceptuales, y
hay aun otros a quienes solo los movilizan los lazos afectivos.
Por eso es necesario usar diversos métodos para fortalecer la
dirección de nuestros ministerios.
Personalizar
Repetir
Evaluar
PERSONALIZAR
Todos necesitamos saber para qué estamos en determinado
lugar y por qué hacemos determinada actividad. Incluso los
niños. Ellos se desesperan cuando no conocen el propósito
de algo... y los adultos también, solo que aprendimos a
camuflar la desesperación. O, quizás, ya nos acostumbramos
a ella.
Hoy en día es muy raro entrar a una corporación importante
y no encontrarnos en la recepción con un gran cuadro que
destaque la declaración de misión de esa empresa. Las
multinacionales más destacadas del planeta han aprendido la
importancia de que no solo su CEO y los vicepresidentes
conozcan la misión, sino que cada uno de sus empleados
sepa cuál es el resultado final de sus esfuerzos.
REPETIR DE DIVERSAS
MANERAS
Cada vez que comienzo una reunión con un equipo de trabajo
comienzo verbalizando el fin que perseguimos, aunque sea
un equipo con el que trabajo continuamente. Lo que he
aprendido es que este hábito sincroniza la atención de los
individuos. Al escuchar la razón por la que estamos reunidos,
se minimizan las distracciones. Con esto logro capturar la
atención del grupo, porque una cosa es que tengan que
escucharme, y otra es que quieran hacerlo. ¡Y es que
olvidarnos del por qué detrás de cada esfuerzo es mucho
más usual de lo que solemos suponer!
En mis días malos entro a reuniones con una tarjeta mental de puntuación.
¿Cuántas buenas ideas tengo hoy? ¿Estoy entre el 50% de los
contribuyentes de la reunión o el 50% que no tiene nada para aportar? En
mis días buenos, en cambio, entro a las reuniones con una disposición a la
comunidad y he notado que esto se da mucho más seguido cuanto más
fresco tengo en la mente el propósito de esa reunión.
Cada persona y cada idea son valiosas porque todos aportan a la
comunidad cuando hay una misión precisa. Esa idea que a simple vista no
es tan buena puede catalizar una tremenda tormenta de ideas en otra
persona y es que una pequeña idea, aunque no aparezca buena puede ser
la chispa que encienda un fuego de brillantez en los demás y desde esa
perspectiva todas las contribuciones son igual de importantes porque no
estamos en la reunión con fines individualistas sino una conciencia común.
- Kara -
Carteles
Canciones lema
Dramatizaciones
Banderas
Señaladores
Debates
Camisetas
Brazaletes
EVALUAR
Cuando terminé el secundario tenía terror de ir al dentista. Mi
mamá me insistía en que vaya, pero yo siempre me las
rebuscaba para no ir. Mi mejor excusa era que la última vez
que había ido, mi odontóloga no me había encontrado nada y
me había dicho que mi boca estaba perfectamente sana. Las
normas lógicas de prevención dicen que hay que ir al
odontólogo por lo menos una vez al año para una evaluación
que mantenga las caries controladas, pero yo dejé de ir por
casi tres años... hasta que sentí un dolor. Cuando mi
odontóloga me revisó después de tanto tiempo, me encontró
un zoológico de caries. Mi dentadura, que hasta la evaluación
anterior había estado en perfectas condiciones, nunca volvió
a ser la misma, y hasta el día de hoy estoy pagando las
consecuencias de esos tres años en que me descuidé.
Evaluarse puede ser incomodo, pero es crucial.
No me gustan las generalizaciones, pero una apreciación
con la que muchos observadores culturales están de acuerdo
es que a los hispanohablantes no nos resulta muy automática
la autocrítica... Todos los pueblos de habla hispana hemos
pasado por procesos de tiranías con líderes nacionales a los
que no se les podía objetar nada, viviendo en ambientes en
los que estar en desacuerdo respecto a una idea era visto
como una amenaza al sistema o como una muestra de
rebeldía.
Albert Einstein afirmó: «Locura es hacer lo mismo una y otra vez y esperar
resultados diferentes». Los filósofos griegos afirmaban que una vida no
evaluada no era digna de ser vivida. Y el Salmo 139 nos invita, en sus
versículos finales, a incorporar a nuestras vidas el hábito de ser evaluados
por Dios. Nosotros siempre comenzamos nuestras reuniones de equipo con
tres preguntas de evaluación: 1. ¿Qué hemos hecho bien desde la última
vez que nos vimos? 2. ¿Qué deberíamos mejorar? y 3. ¿Qué deberíamos
hacer diferente?
- Félix -
La primera infancia
La niñez
La preadolescencia
La adolescencia
La juventud
6-10 LA NIÑEZ
Las estadísticas destacan que los niños que cuentan con un
mayor número de adultos involucrados positivamente en sus
vidas tienen mayores posibilidades de éxito en su adultez. En
esta fase, los padres siguen siendo la principal influencia,
pero las otras relaciones en el mundo de los niños comienzan
tener un impacto cada vez mayor.
11-12 LA PREADOLESCENCIA
Las principales corporaciones detrás de la moda, los artículos
electrónicos y los medios audiovisuales están muy
interesadas en esta etapa de la vida... como si supieran algo
que en las iglesias ignoramos.
13-18 LA ADOLESCENCIA
La pubertad marca el ingreso a la adolescencia. Del latín
«pubescere», la palabra indica la aparición del vello púbico.
Suena la alarma biológica, y despiertan los órganos genitales.
Chicos y chicas, sorprendidos, se llenan de curiosidad por
saber qué les está pasando.
Es un hecho biológico que la pubertad llega cada vez a
edades más tempranas. Lo que documentos históricos
señalan que hace siglos ocurría a los catorce o incluso
dieciséis, hoy ocurre alrededor de los 12 años de edad y se
instala a los 13. Claro que este evento varía de persona en
persona, además de existir diferencias entre niñas y niños.
Pero en ambos el cuerpo comienza a tomar formas adultas.
En las niñas se ensanchan las caderas y en los varones los
hombros, y aunque el vértice de la adolescencia pasa por el
desarrollo sexual, también cambia la voz y, sobre todo, se
crece en estatura a partir de elongaciones en el esqueleto
(algo que a mí no me ocurrió demasiado).
Pero los cambios externos que ocurren en la adolescencia
son iniciados por dentro, en el sistema endocrino. El proceso
empieza cuando el hipotálamo, parte del cerebro, instruye a
la glándula pituitaria para que active las glándulas
suprarrenales y las gónadas (ovarios o testículos).
Las gónadas producen testosterona en los varones, y
estrógeno y progesterona en las mujeres. Estos son los
responsables de la diferenciación del sistema reproductivo y,
en el caso del estrógeno y la progesterona, son responsables
de regular el ciclo menstrual.
Desde la perspectiva de la familia y de la iglesia, esta es la
etapa para encauzar ese afán de diferenciarse al tiempo que
se siente la presión de no ser excluido. Los mejores líderes
de adolescentes continuamente repiten la palabra
«potencial», porque esta es la gran clave práctica para
trabajar con adolescentes. Esta es la fase para desenvolver el
regalo, destapar la botella, y comenzar a ofrecerle al mundo
ese perfume que solamente un individuo puede ofrecer.
La gran pregunta de la adolescencia es: «¿Quién soy?».
Luego vamos a analizarla en más detalle, y hay otras que
también son importantes, como: «¿A dónde pertenezco?»,
«¿Qué debería creer y por qué me cuesta tanto hacerlo?», y «¿Por
qué importo?».
19- 25 LA JUVENTUD
Esta es la etapa que se imaginaron y soñaron desde su
preadolescencia, solo que ahora ya no se trata de imaginarla
sino de vivirla. Y, sobre todo, de decidir. Todo pasa ahora por
las decisiones personales. Vocación, sexualidad, pareja,
economía, y fe, de repente comienzan a ser fuerzas que
compiten entre sí.
Con los 18 llegó la independencia y también llegaron las
obligaciones adultas, y aunque todavía quieran ser
adolescentes, en la iglesia debemos aprender a
acompañarlos con sabiduría. La iglesia no puede tratarlos
como adolescentes, ni esperar que se comprometan como
cuando iban a la escuela secundaria y estaban protegidos por
la ley como menores de edad.
Ahora bien, durante cientos de años se pensó que los
cerebros estaban totalmente formados desde la niñez (desde
alrededor de los 6 años, para ser exactos, según muchos
científicos de antaño). Luego de esto solo quedaba aprender
contenidos, crecer un poco en tamaño, y ciertamente también
en velocidad, funcionalidad e inteligencia emocional. Pero
básicamente estábamos convencidos de que ya estaba todo
allí, y solo tenía que crecer. No sospechábamos que
estábamos equivocados...
Físico
Intelectual
Emocional
Social
Espiritual
INTELECTUAL
Algunos denominan a este carril «el área cognitiva», y todo a
lo largo de este libro verás que hago referencia a la
importancia de entender los procesos de maduración por los
que pasa el cerebro, porque es allí donde se decide lo que
creemos y lo que hacemos.
El cerebro es el músculo más poderoso de una persona. Es
el órgano sexual más sensible, la verdadera fuente de la
creatividad e incluso, el ámbito del «corazón» porque cuando
hablamos de emociones no hablamos del aparato que
bombea sangre por las venas.
Los niños intelectualmente sanos harán muchas preguntas.
Los preadolescentes intelectualmente sanos insistirán con
saber qué relación tienen las cosas con ellos.
Los adolescentes intelectualmente sanos se mostrarán
abiertos a nuevas ideas. La posibilidad de reflexionar en
abstracto, sumada al hecho de no tener aun fuertes juicios
basados en la experiencia, dan como resultado la fórmula
justa para una edad de aventura intelectual. Por eso los
adolescentes aman soñar y son, a la vez, tan criticones.
Los jóvenes intelectualmente sanos desearán actuar por
convicciones personales. La autonomía de opiniones es en
esta etapa más urgente que nunca para llegar a una adultez
madura.
Y todas las nuevas generaciones tienen mucho respeto por
la verdad. Cuando los sabemos motivar, la búsqueda de la
misma puede ser fascinante. Adquirir conocimientos, elaborar
juicios de valor, la formación de conductas morales y la
evaluación ética, son todos aspectos fundamentales del
desarrollo intelectual.
Es interesante que muchos expertos en la educación de las nuevas
generaciones afirmen que deberíamos hacerles a los niños y jóvenes más
preguntas y no darles tantas respuestas a preguntas que ellos no se hacen.
Vale la pena leer lo que Prensky y Vella escriben respecto de este tema.
- Félix -
EMOCIONAL
Alguien inmaduro vive intentando probar si tiene valor, y sufre
a menudo cambios extremos en sus sentimientos.
Según la etapa en que se encuentre el individuo, esa
«prueba» se hace con rabietas, empujando límites, con
respuestas cortantes, o con picos de adrenalina o de
depresión. Partiendo de una dependencia pura de las
emociones cuando somos bebés, deberíamos ir conectando
nuestros sentimientos al conocimiento, a las experiencias, y a
un mayor uso de la razón ante los distintos estímulos a
medida que transcurre el tiempo.
En el universo interior de las nuevas generaciones, distintas
necesidades emocionales cobran el status de urgentes según
las fases, y por eso diversos sentimientos están a flor de piel.
Algunos maestros a veces perdemos de vista que, aunque los
adolescentes vayan teniendo cuerpos de adultos,
emocionalmente aún no lo son. Un ejemplo es cuando
termina un campamento y están en el cielo, pero al siguiente
fin de semana están enamorados de la persona equivocada.
Sus emociones pueden ser muy extremas, y por eso no
podemos dar por sentado que están en la gloria cuando
tienen la información correcta o cuando se emocionan con
estímulos espirituales, ni creer que están en un pozo del que
no se puede salir si luego de hacer lo que consideramos un
logro, tienen un gran tropiezo.
Aceptación, regulación, y estabilidad, son los objetivos a
lograr en el desarrollo emocional; porque los sentimientos
siempre van a estar ahí, ya que también son parte de la
ingeniería de Dios.
SOCIAL
Tenemos un chip de relaciones en cada uno de nosotros, y es
a través de nuestra interacción con las demás personas que
vamos interpretando nuestra propia identidad, vocación y
destino.
Los «amigos de la vida» no son un detalle menor en la
formación espiritual de las personas, y los mejores padres,
maestros, líderes y pastores son intencionales en facilitar y
promover la clase de relaciones positivas que las nuevas
generaciones necesitan.
La niñez es una etapa de protección, donde el contacto
social está delimitado –aunque sea de manera inconsciente–
por la voluntad de los padres, mientras que en la
adolescencia la familia va cediendo el protagonismo a otros
vínculos y espacios en los que las nuevas generaciones se
desenvuelven. En estos nuevos medios se dan nuevas
preguntas, y también se ensayan distintos roles para ir
construyendo el lugar de cada uno.
Por el carril social se corre la carrera de la convivencia y de
la adaptación. Las preguntas principales son: «¿Quién soy?»,
«¿Me veo bien?», «¿Quién quiero ser?» y «¿Qué piensan los
demás de mí?». Estas son las cuestiones en juego detrás de
las relaciones y de los grupos que se forman. La aceptación
de los compañeros es la parte obvia de la película, y hasta
puede ser de gran beneficio para el desarrollo, aunque mucho
de lo que trae consigo sea fuente de molestia y ansiedad para
los adultos. La realidad es que la aceptación y el
reconocimiento por parte de un grupo proporcionan apoyo
aún individuo en crecimiento que aún se siente poco confiado
como para desenvolverse con adultez
Incluso los conflictos con compañeros de la niñez o la
adolescencia son una gran oportunidad para madurar, porque
llegada la adultez a todos nos va a tocar trabajar con
personas difíciles o en situaciones en las que no estamos de
acuerdo con otros.
Los pastores, padres, y líderes cristianos debemos
entonces saber que la manera en que las nuevas
generaciones aprendan a relacionarse durante cada etapa
determinará mecanismos en su conducta, en sus respuestas
emocionales y en su confianza para empezar nuevas
relaciones y sostenerlas o cambiarlas cuando sean adultos.
Este no es, y no puede ser, un detalle superfluo en nuestra
tarea de discipulado.
ESPIRITUAL
Identidad y propósito crean una ecuación sin resultado si no
se responde al área espiritual. Cristianos o ateos, todos los
seres humanos tenemos un área espiritual diseñada por Dios.
Aun el niño o el adolescente de la familia más agnóstica o
antirreligiosa se hace preguntas acerca de su trascendencia.
En algún momento estarán en sus camas mirando el techo y
preguntándose si en verdad no habrá alguien más allá...
UN ACERCAMIENTO COMPLETO
El desarrollo de cada área estimula el desarrollo de las
demás. Cuando las nuevas generaciones se desarrollan
espiritualmente tienen más posibilidades de ser sanos
emocionalmente, de ser agentes positivos en la convivencia
social, de sentirse seguros en el desarrollo de su intelecto, y
también de encontrar el equilibro orgánico con mayor
facilidad.
La visión de liderazgo generacional propone un abordaje
holístico o completo no solo porque contempla más allá de la
dimensión espiritual sin aislarla de los otros carriles del
desarrollo, sino también porque respeta las distintas fases
madurativas del diseño de Dios y sus componentes
psicosociales para hacer un trabajo pastoral más preciso que
optimice los resultados que deseamos y podemos obtener.
6 Experiential Learning: Experience as the Source of Learning and Development. (Aprendizaje experimental:
la experiencia como fuente del aprendizaje y el desarrollo). David Kolb. Englewood Cliffs. NJ: Prentice
Hall, 1984.
Capítulo 6
EL LIDERAZGO
SITUACIONAL
«El verdadero liderazgo empieza en el amor.»
Glenn C. Stewart
LOS NIVELES DE
PREDISPOSICIÓN
Empecemos por analizar los estilos de liderazgo a la luz de la
madurez de aquellos a quienes lideramos. Para esto, te invito
a que llamemos al nivel de madurez «nivel de
predisposición».
No se puede esperar que un niño se exprese como un
adulto, ni pretender lograr un resultado óptimo al intentar
influenciarlo con las mismas tácticas con que influenciamos a
un universitario. Tres autores grandemente reconocidos
dentro del ambiente de la administración de empresas,
Hersey, Blanchard y Johnson, definieron la predisposición
como «la medida en que un seguidor demuestra la habilidad y
el deseo de cumplir una tarea específica.»7
En un sentido amplio, la tarea deseada en el caso de la
formación espiritual puede ser identificada como la
asimilación de los propósitos que describimos en el capítulo
4, como hábitos de vida. Pero en este capítulo quiero ya
entrar también en el terreno de los programas de la iglesia.
Según el modelo de estos autores, los componentes
principales de la predisposición son la habilidad y la
disposición, y llevando sus análisis a lo que estamos
conversando aquí, pongamos también a la madurez en el
cuadro.
Te pido que me tengas paciencia ahora, ya que aquí vamos
a ser un poco técnicos, pero realmente quiero compartirte
estos esquemas porque ayudan a completar el diagrama que
describimos en la visión estratégica del capítulo 3. Te
prometo que siguiéndolos con precisión vas a encontrar que
estas ideas pueden tener un impacto poderoso en tu tarea.
7 Management of Organizational Behavior - Leading Human Resources. 9th ed. Hersey, Blanchard y
Johnson. Upper Saddle River, NJ: Pearson Prentice Hall; (2008).
NIVELES DE PREDISPOSICIÓN A
LA PARTICIPACIÓN
Nivel de predisposición
PREDISPOSICIÓN 1: NIÑOS
Debemos convencer a los niños de que Jesús es billones
de veces mejor que nadie o nada en el universo. Ellos
pueden aprender historias acerca del carácter de Cristo,
conductas óptimas y no deseables, y la importancia de las
prioridades cristianas, aunque en contraste con los propósitos
que evidencian la madurez espiritual tengan mucha dificultad
en terminar de abrazar el corazón de los propósitos como
hábitos del alma y como motor interno de sus conductas. Y
está bien así. Aquí el nivel de disposición no se debe
confundir con repetir conductas, porque la mayoría de los
niños en esta fase no tiene problema en imitar lo que ven. La
disposición a la que hacemos referencia es una realidad
interna hacia el corazón de lo que les enseñamos.
PREDISPOSICIÓN 3: ADOLESCENTES
Los adolescentes ya pueden considerarse hábiles para
comenzar a evidenciar los propósitos en iniciativas propias.
Han acumulado suficiente experiencia y ya pueden visualizar
las tareas externas con una conexión interna en forma clara e
individual. Lo curioso de esta etapa es que suele bajar su
nivel de disposición, y esto por dos razones: por un lado,
ahora dependen muchísimo de su grupo de pares, y por el
otro, ahora son ellos los que empiezan a estar a cargo de las
tareas, y ahora sí se espera que las ejecuten bien.
Desde la perspectiva de la iglesia, a esta edad dejamos de
ser receptores para convertirnos en creadores de los
procesos, y comenzamos a demandar protagonismo. Su
mayor cercanía con los líderes les brinda a los adolescentes
la oportunidad de ser los nuevos encargados de alcanzar los
propósitos y ejecutar las tareas. Claro que, al estar todavía
inmaduros en lo que hace a la resolución de sus necesidades
fundamentales, los adolescentes suelen encontrar dificultades
en sus relaciones interpersonales. Asomarán los
enamoramientos platónicos y las crisis familiares
relacionadas a con límites, y eso los interrumpirá a la hora de
ganarse la confianza para ganar más responsabilidades.
PREDISPOSICIÓN 4: JÓVENES
Los propósitos ya pueden y deben desarrollarse y
evidenciarse de manera autónoma. Los jóvenes toman
decisiones ejecutivas con normalidad, y pueden estar
pendientes de la productividad del ministerio si son lo
suficientemente estimulados. (Se requiere adultez para
permanecer productivos sin estímulos externos continuos).
Se hacen cargo de las tareas por reconocimiento del grupo, o
se excluyen a sí mismos de la iglesia porque ahora tienen
una agenda personal que no depende de sus padres.
Desde la dimensión de la iglesia, pueden tener disposición
si encuentran sus intereses personales atendidos, si tienen la
habilidad, y si sus necesidades fundamentales están lo
suficientemente resueltas como para ir concentrándose en la
productividad.
En resumen:
ESTILOS DE LIDERAZGO
Me gusta explorar los libros clásicos que hicieron de base a
teorías que luego encuentran nuevos vocabularios, libros que,
al fin al cabo, son los fundamentos de lo que viene después.
Así es el caso de Robert R. Blake y Jane Mouton, y su libro
titulado «The Managerial Grid» (La cuadrícula administrativa)
que influenció a las escuelas clásicas de administración e
hizo de base a la revolución mercadológica y relacionada con
el liderazgo, que vino luego. En este libro, Blake y Mouton
propusieron un estilo ideal de liderazgo, lo cual terminó de
cementar el viejo mito de que había un superestilo a la hora
de liderar. Según su cuadrícula, hay dos variables
fundamentales en la ejecución de la influencia:
Define Demanda
Guía Controla
E1 Dirige Ataca
Establece Limita
Persuade Manipula
Vende Usa
E2 Inspira Engaña
Explica Justifica
Comparte Teme
Anima Compra
E3 Acompaña Sobreprotege
Respeta Queda bien con todos
Delega Abandona
Observa Esquiva
E4 Asigna No quiere trabajar
Da libertad No le importa
He tenido el privilegio de trabajar con una cantidad
exagerada de líderes de distintos estilos en diferentes
contextos, y mi experiencia confirma la premisa del liderazgo
situacional: no hay una sola manera de liderar bien.
No hay un solo molde.
No existe el superestilo.
No hay una receta que funcione siempre.
Los líderes generacionales eficaces no son todos varones
atléticos que tocan la guitarra. Las mejores maestras de niños
y preadolescentes no son todas simpaticonas y con voz
aguda. Los mejores pastores no son todos directivos
ultraeficientes que lideran una congregación como si fuera
una multinacional.
LA VISIÓN GENERACIONAL,
LOS ESTILOS Y EL NIVEL DE
PREDISPOSICIÓN
Vamos a nuestro diagrama original y veamos cómo todo esto
juega en equipo. La siguiente figura representa el movimiento
de los distintos estilos en relación a las constantes del
ministerio y los niveles de predisposición.
E1
Es el estilo ideal para comandar las acciones necesarias que
faciliten los objetivos prácticos. Los líderes utilizando este
estilo ponen mucho énfasis en el programa y los objetivos
medibles. Respecto a las nuevas generaciones, este estilo
suele funcionar mejor cuando los seguidores son P1. Para los
P1 la creatividad y la estructura del programa son
fundamentales. Siempre hay niños afectivos que necesitan la
conexión emocional pero no están demandando un mentoreo
cercano para sumarse al programa de la iglesia. P1 necesita
la iniciativa, dirección, parámetros y límites de sus líderes. E1
también funciona muy bien cuando hay que generar un plan
estratégico. Por ejemplo, en la fundación de una organización
o el comienzo de un nuevo ministerio o actividad compleja.
E1 es el liderazgo que consigue resultados externos con
mayor facilidad.
E2
Son los grandes motivadores. Es ideal para un
preadolescente P2 con la disposición de participar, pero sin la
habilidad y la madurez para desempeñarse de manera
autónoma en el nivel ideal. E2 es excelente para llevar a los
miembros de un ministerio a un nivel superior de madurez,
porque sabe hacerlo siendo altamente programático y
altamente relacional.
E3
Son los democráticos. Consenso y equilibro son dos palabras
importantes para ellos. Este estilo no se deja fascinar por lo
«mega» sino que su énfasis está en las relaciones. Si bien no
siempre son los más populares en la Iglesia en general, es
fácil ver a la líder E3 diciendo que para ella los números no
son lo importante, o escucharlo a él convencido de que el
suyo es el verdadero liderazgo espiritual. Aunque parezca
contraintuitivo, E3 es ideal para adolescentes P3. Miembros
que tienen la habilidad para ejecutar pero que necesitan un
fuerte respaldo emocional para largarse. Los P3 necesitan
sentirse respetados para poder ejecutar al nivel de su
habilidad, y este estilo de liderazgo les da la compañía
necesaria. Claro, siempre recordando que lo importante es el
crecimiento de esos adolescentes más que las luces del
congreso multitudinario.
E4
Es el estilo que suele funcionar mejor con los P4. Los jóvenes
P4 tuvieron suficiente oportunidad de práctica, se sienten
seguros en poder alcanzar los resultados y tienen la madurez
necesaria para funcionar de manera autónoma. No hace falta
que el líder les diga todo lo que tienen que hacer, ni que les
venda o los persuada en torno a los propósitos. Tampoco
necesitan consensuar todo con él o ella respecto de los
procedimientos. Los P4 son los nuevos líderes dentro de la
organización sana, y son ellos mismos los que trabajan las
relaciones y los programas en torno a los propósitos. Cuando
E4 funciona bien, delega sin abandonar, y da mayor libertad
para que los jóvenes les den forma a las estrategias. Aunque
a simple vista puede llegar a parecer que ha perdido las
riendas, su impacto es poderoso al ejercer el ministerio de
«estar presente», legitimando lo que hacen sus liderados.
Me fascina todo este capítulo y me dio risa pensar en que también podemos
agregar las diferencias que tenemos los hombres y las mujeres al liderar.
Por ejemplo, cuando los hombres están molestos con una situación en el
ministerio tienden a evadir o retirarse. Suelen buscar tiempo a solas, salen a
caminar, a manejar o a correr. Es su cueva. Las mujeres, por el contrario,
necesitamos hablar, compartir, sentirnos entendidas y hablar un poco más.
Esto es parte de cómo estamos cableados hombres y mujeres y sería muy
ingenuo creer que una de estas tendencias es mejor o peor que la otra.
- Kara -
UN EQUIPO EN CASCADA
Lo que salta a la luz al hablar de los distintos estilos y
tendencias es que resulta imposible alcanzar el mayor
impacto en la iglesia si tenemos una sola persona a cargo de
todo. Sobre todo, si el objetivo es el discipulado, y no
solamente tener un culto lleno.
NECESITAMOS EQUIPOS
MULTIDISCIPLINARIOS EN CADA UNA DE
LAS ARENAS DEL TRABAJO DE LA
PASTORAL GENERACIONAL.
Piénsalo por un momento. ¿Por qué tantos universitarios de
hoy en día no se quieren casar, o pretenden perpetuar su
adolescencia hasta muy pasados los 30 años? ¿Será porque no
tienen cerca suficientes adultos casados que les provoquen una
«envidia santa» y les den ganas de estar casados y alcanzar la
adultez?
Además, quienes lideramos a las nuevas generaciones
debemos romper la fragmentación que heredamos y aprender
a contar unos con otros sin importar cuál sea nuestro rol
oficial.
Y deberíamos asomarnos fuera de los confines de la
influencia cristiana, y espiar que sucede en las escuelas o
universidades donde las nuevas generaciones conviven con
otras influencias.
Vuelve a mirar el diagrama básico de la visión de un
liderazgo generacional.
La foto ideal para una iglesia que alcanza nuevas
generaciones está completa cuando en el cuadro tenemos
líderes que tienden hacia los cuatro estilos, y tenemos por lo
menos un matrimonio a cargo que modela un liderazgo
situacional. Ya decía Eclesiastés: «Más valen dos que uno,
porque obtienen más fruto de su esfuerzo.» (Eclesiastés 4:9).
2 CONEXIONES SAGRADAS
Programar con eficacia no se reduce a hacer algunas
superactividades aisladas. Debemos establecer un plan,
trazar una estrategia, e implementar un calendario. Por eso
las siguientes conexiones, aunque pueden ser útiles para
actividades individuales, apuntan mayormente a una
planificación general anual.
Un plan estratégico balanceado, bíblico y eficaz, hace
continuamente dos conexiones:
Tener una visión es sin dudas crucial, aunque hay que notar que no todas
las iglesias y líderes entienden lo mismo al decir visión y por eso me gusta
la claridad que trajo al tema Scott Cormode quién define a la visión como
«historias compartidas que traen esperanza». Esta definición regala tres
aspectos de una visión regenerativa: compartida - historias – esperanza. El
primer aspecto da a entender que la visión no surge de la mente de una
sola persona asilada. Son historias que se entrelazan lo que le da origen y
el tercer aspecto es una esperanza futura anclada en las buenas nuevas de
Jesús para todo el mundo. Cuando la visión se nutre así y no es gestada
por una sola persona, hay muchas más garantías de que sea un plan
correcto con motivaciones correctas y sin estos típicos objetivos egoístas
que Lucas menciona.
- Kara -
No puedo estar más de acuerdo con Lucas. Cada vez se me hace más
evidente que enfrentarnos al presente con métodos del pasado puede
representar hipotecar el futuro...
- Félix -
CARRIL FÍSICO:
¿Cómo afectar al cuerpo desde la perspectiva de la Iglesia?
Bueno, por empezar, ¿qué tal si incluimos una programación
deportiva? Los deportes ayudan al ministerio, principalmente
en dos aspectos. En primer lugar, el deporte es sano. Hace
bien al templo del Espíritu Santo. Muchos de los niños y
adolescentes urbanos de hoy pasan demasiado tiempo
encerrados en sus casas y en la escuela. ¿Y nosotros qué
hacemos? Tendemos a meterlos en el templo todo el fin de
semana. Es cierto que en muchas comunidades los deportes
están bien provistos por las escuelas o incluso por la
universidad, pero esto no es así en la mayoría de las
ciudades de Hispanoamérica, ni tampoco podemos asumir
que es una realidad en la vida de cada uno de nuestros
estudiantes. La propuesta no es competir con lo que ofrecen
otras instituciones, pero sí estar atentos a las necesidades de
nuestra comunidad y ser sensibles a que, si ellos están
pasando demasiado tiempo frente a las distintas pantallas
que la tecnología moderna les ofrece, entonces viene muy
bien proveer una posibilidad de dispersión que los ayude en
su desarrollo físico.
El segundo aspecto valioso del deporte para los ministerios
a las nuevas generaciones es que son una increíble
posibilidad de atraer a la iglesia a quienes de otra forma no
podrían ser atraídos con actividades más tradicionales. Un
sabio cóctel de deportes con evangelismo es poderoso. Hoy
día existen muchos ministerios que combinan lo deportivo con
lo evangelístico con excelentes resultados, y esta estrategia
puede ser usada perfectamente por la iglesia local.
Campeonatos, torneos y desafíos son una excelente
herramienta para atraer a las nuevas generaciones a la
iglesia.
Lo curioso es que en muchas congregaciones sí hay
actividades deportivas, sobre todo con los más grandes, pero
no son actividades intencionales que se consideran parte de
la planificación. La idea muchas veces es «Los martes nos
juntamos los amigos de la iglesia a jugar al fútbol», pero esa
no es considerada una actividad de la iglesia... ¿Seguro que no
lo es?
Obviamente no me estoy refiriendo a un partidito de fútbol
acá y allá. La realidad es que hay una variedad enorme de
deportes que pueden ser practicados y promovidos desde la
iglesia con una sabia planificación. También pueden
ofrecerse clases de educación sexual, de nutrición o
alimentación saludable, y ciclos de descanso propicios para el
estudio. Todos estos son temas que la iglesia puede enseñar
a sus hijos, acompañando el desarrollo físico de manera
positiva.
CARRIL INTELECTUAL:
La conocida frase «Creer es también pensar», que John Stott
popularizó, debe retumbar constantemente en los oídos de
quienes trabajamos con las nuevas generaciones. Para
muchos líderes y pastores el mayor desafío con su grupo de
adolescentes por ejemplo es el persistente intento de sus
jóvenes por cuestionar todo y hacer preguntas «difíciles». A
mí me llama la atención encontrarme con maestros que se
sienten victoriosos porque estudiantes nunca los cuestionan.
Si tus adolescentes jamás te hacen preguntas calientes y solo
hablan en dialecto «evangélico,» algo no está bien. Cómo
hablamos hace unas páginas, los preadolescentes y
adolescentes empiezan explorando el pensamiento abstracto,
y continúan desarrollándose mediante el pensamiento crítico.
Este proceso tiene sus picos de mayor altitud en el comienzo
de la adolescencia y en su salida, cuando estando ya en la
universidad además se encuentran en un entorno que les
provoca a cuestionar lo que creen. Además, como vamos a
desarrollar luego, en esta generación la indiferencia y el
desencanto social causados por tantas crisis económicas y
políticas son dos verdaderos desafíos, y también por eso se
hace tan necesario ayudarlos a comprender la verdad para
darles esperanza.
CARRIL EMOCIONAL:
Hace unas páginas mencionamos que el control, la
aceptación y la regulación son los objetivos por lograr en el
desarrollo emocional de las personas. La sociedad de los
últimos años ha provocado desencanto e indiferencia
intelectual, y eso ha alimentado sentimientos de
insatisfacción, ansiedad, dispersión e incluso depresión en el
corazón de las nuevas generaciones. La búsqueda
instantánea del placer, impulsada desde los medios y
facilitada por los dispositivos electrónicos en una generación
de nativos digitales, se puede interponer al desarrollo de la
madurez emocional. La industria del entretenimiento provoca
sensaciones cada vez más y más fuertes y cuenta con un
arsenal que nunca antes tuvo a su disposición. De hecho,
hace solamente un siglo atrás, no existía una industria del
entretenimiento. El entorno de nuestros hijos en las
principales capitales tiene parques con montañas rusas con
caídas que antes parecían imposibles, la música es
omnipresente, la realidad virtual crea imágenes que recrean
lo imposible, las películas en 3D ya son la norma, los efectos
visuales de los conciertos son prácticamente tan importantes
como la música. Los teléfonos ya son prácticamente una
extensión del cuerpo. La pornografía es parte de casi cada
publicidad, anuncio, revista o programa televisivo y se filtra
hasta en las publicidades de las aplicaciones más
inofensivas. Tanto estímulo es difícil de controlar por alguien
en vías de madurez. Y más cuando pueden creer que su
valor depende de lo que hacen o de lo que tienen, y que la
aceptación depende de con quién se junten y a quién
agraden.
HACE SOLAMENTE UN SIGLO ATRÁS, NO
EXISTÍA UNA INDUSTRIA DEL
ENTRETENIMIENTO
Desarrollarse hasta convertirse en sujetos fuertes, con
identidad y convicciones definidas en el ser, se hace
complicado en medio de tanta propaganda a la inmadurez y a
las decisiones basadas en sentimientos e impulsos y por eso
los padres deben aprender a refugiarse en la iglesia y la
iglesia debe aprender a hacer equipo con los padres para
juntos discipular a una nueva generación de individuos
fuertes y bien parados antes los vientos recios de un mundo
que le pega continuamente a las sensaciones.
CARRIL SOCIAL:
Antes explicamos que por este carril se corre la carrera de la
convivencia, la adaptación y el intercambio y la iglesia debe
ser el mejor espacio de socialización para cada individuo
porque en ella se debe respirar amor incondicional y los
líderes debemos facilitar esta posibilidad a través de nuestros
programas.
ES ROTUNDAMENTE IMPOSIBLE
DIVORCIAR EL CARRIL ESPIRITUAL DEL
SOCIAL
Si no encuentran compañerismo, consejo personal, y un
hombro dónde llorar cuando haga falta, las luces, los
mensajes dinámicos y los nuevos decorados no van ser
importantes y esto explica por qué en tantos ministerios que
aparentemente son un éxito, hay tanta rotación de gente y
esas masas que se emocionan luego toman decisiones que
no tienen nada que ver con lo que se enseñó.
En otro extremo, hay líderes sobre de todo de ámbitos más
pequeños que se han dejado atrapar por la homogeneidad de
su grupo cerrado. El problema es que estos grupos tienen
códigos tan fuertes que espantan a quienes vienen de afuera.
Suelen estar dominados por una elite que la líder, el maestro
o pastor teme alterar. Lo reducido de este acercamiento es
que, al facilitar esta homogeneidad tan marcada, se les está
limitando la oportunidad de que logren otras relaciones
significativas, y se los paraliza en su protagonismo en la
extensión del Reino.
¿Cuál sería la oferta óptima? Un programa que combine una
rotación de grupos grandes con grupos pequeños
independientemente si se es parte de una iglesia grande o
pequeña porque tanto en una situación o la otra hay opciones
para crear ambos entornos.8 Una estrategia que incluya
actividades variadas, donde la recreación y el intercambio
personal sean importantes enriquecerá las posibilidades de
las nuevas generaciones de recorrer el proceso de ensayo y
error en sus relaciones mientras se encuentran contenidos y
seguros en un ámbito creado por líderes maduros. La iglesia
debe ser un refugio dónde las nuevas generaciones puedan
hacer una socialización positiva de pares mientras se
compensa o se potencia a la socialización familiar.
El concepto de identidad incluye una dimensión personal derivada de cómo
me veo a mi mismo a diferencia de a los demás, pero también una
dimensión comunal derivada de cómo me conecto con otros. La cultura de
hoy enfoca a las nuevas generaciones mucho más seguido a solamente
responder quien quiero llegar a ser sin considerar la dimensión comunal y
debido a eso nos convertimos en personas increíblemente individualistas.
Una fe rica y sostenible reconoce que mientras camino junto a una
comunidad de Dios, también en contraste descubro quien soy.
- Kara -
CARRIL ESPIRITUAL:
En el capítulo de la eclesiología dejamos claro que los
propósitos desglosados de Mateo 22:37-40 y Mateo 28:19-20
debían ser el móvil del ministerio a las nuevas generaciones
en lo que respecta al carril espiritual. Esta dimensión es la
que va a definir interiormente la cuestión de una persona
completa y el estilo de vida de Cristo.
Las arenas del liderazgo generacional presentan la
oportunidad inmejorable para trabajar sobre las acciones que
se esperan del cristiano. Desde la niñez hasta la juventud
somos profundamente sensibles a la posibilidad de sumar
modelos de vida a esa identidad que estamos intentando
definir. Por eso las disciplinas espirituales deben ser parte del
programa, y no solo de los temas de las clases. El volumen de
los malos hábitos disminuye cuando le subimos el volumen a
los buenos.
SINCRONIZA EL CALENDARIO DE
LA IGLESIA
En el Antiguo Testamento y aún en los evangelios es muy
notable que la vida espiritual del pueblo de Dios funcionaba
alrededor de un calendario de siete fiestas.
Siete FIESTAS. Si. Puse la palabra en mayúscula porque
evidentemente contrario a la visión que heredamos del siglo
pasado, a Dios siempre le importaron las celebraciones y
esas celebraciones estaban cuidadosamente puestas en un
calendario para que pudieran ser anticipadas y planificadas.
Debemos planear y debemos planear celebraciones.
Debemos involucrar las fechas que son ya importantes para
nuestro público y sacar provecho de ellas al involucrarlos en
la planificación y ejecución de programas especiales que las
tengan en cuenta.
Pensemos también en las fechas que no están en un
calendario general, pero son importantes para nuestro público
especifico como cumpleaños, graduaciones y comienzos de
clases. Yo me acuerdo vívidamente que cuando era
adolescente, muchas veces simplemente transportaba mi
cuerpo hasta una reunión de la iglesia con el único fin de
estar en el lugar correcto para que me llevaran a un
cumpleaños que venía después. ¿Por qué crear un divorcio
entre lo que las nuevas generaciones desean hacer y es bueno, y la
reunión de la iglesia? ¿Qué tal llevar la reunión al cumpleaños, o el
cumpleaños a la reunión? Recuerda que fue a nuestro Señor a
quien criticaron por «pasársela de fiesta», y fue Él quien
comparó al reino de los cielos con una fiesta de bodas (Mateo
22:2-4).
Hace unos años en la iglesia dónde pastoreamos jóvenes
con mi esposa, instalamos una fiesta de graduación para
todos los que terminaban el secundario y otra para los que
terminaban la universidad y aunque el primer año fueron solo
tres, fue increíble lo que sucedió después y el crecimiento
que se catapultó. Organizar una recepción anual de
bienvenida para los que llegan al ministerio de
preadolescentes viniendo de las clases de niños y el
comienzo y el fin de clases, y las épocas de exámenes, todas
son fechas a las que tenemos que prestar atención en
nuestras actividades y en la planificación de nuestros temas y
de hecho, estas fiestas de graduación son el mejor dispositivo
para facilitar una transición marcada entre una etapa a la otra
y la recepción y graduación de un ministerio.
Si un grupo es pequeño algún juego de algún joven que
practica algún deporte por su cuenta, o algún recital si tus
preadolescentes tocan algún instrumento también pueden
aparecer en el calendario oficial del ministerio porque es una
buena idea llevar al resto de los jóvenes a verlos, o en todo
caso al menos puedes hacer una invitación abierta y que
algunos vayan.
Recuerdo que una de mis adolescentes jugaba al vóley en
un campeonato municipal, y sus padres me comentaron que
pronto iba a ser la final. Averigüé el día y me aparecí en el
partido con algunas de sus amigas de la iglesia. Ella no sabía
que íbamos a ir, y estaba ya jugando cuando sintió que tenía
un grupo de «fans» en las gradas, que coreaban su nombre.
Claro que le dio vergüenza (en especial que yo estuviera ahí),
pero su reacción hacía el ministerio juvenil y hacia mí nunca
volvieron a ser iguales.
SORPRENDE
Demasiados niños, preadolescentes, adolescentes y hasta
jóvenes universitarios se quejan de que la iglesia es (vamos
todos juntos...): ¡A B U R R I D A! Y una de las principales
razones es que las actividades son totalmente previsibles. Se
saben el orden de memoria, conocen las frases preferidas de
cada líder, el escenario nunca cambia, y la única gran
novedad es que ahora el grupo de alabanza se aprendió una
canción con saltito...
Todos podemos hacer algo mejor que eso.
¿Qué tal si fueras un preadolescente que llega a la reunión y sin
sospecharlo te encuentras con un video de algo que hiciste en la
semana y no sabías que alguien grabó? ¿Alguien te siguió? ¿Cómo
tienen eso? Sin dudas tu conclusión sería: ¡Mejor vengo más
seguido!
Cuando visito congresos y conferencias de adolescentes yo
intento ponerme en los zapatos de un adolescente para
hablarles. ¿Cómo puedo lograr que me regale su atención y
asimile mejor lo que voy a compartirle? Pensar así es la razón
de haber hecho o dicho algunas cosas que luego en los
videos de redes algunos han sacado de contexto o han mal
interpretado justamente por no entender el contexto y ese es
uno de los desafíos de hoy cuando a miles de kilómetros de
distancia geográfica o cultural tratamos de entender lo que se
dijo o hizo en otra circunstancia. Pero aquí estamos hablando
del ministerio de la iglesia local y estos son tus niños,
preadolescentes, adolescentes o jóvenes.
Piensa como ellos.
Llegas a la reunión y resulta que de invitada especial está
quien canta una de tus canciones favoritas y nadie había
dicho nada. O te dicen que mires debajo del asiento y
encuentras un número o una pista que te va a llevar a un
premio. O llegas tarde y notas que hoy hay más del doble de
jóvenes en la reunión...y es que tus líderes arreglaron una
reunión unida con otra iglesia, porque el tema de la noche es
la unidad, pero todo era una sorpresa. O llegas temprano y
ves que hay una enorme cortina de cartón tapando la puerta,
desde el techo hasta tus rodillas y ves que hay un cartel que
dice: «El que se humilla será exaltado... hoy entramos
bajando la cabeza». Luego entras y resulta que el tema de la
noche es reconocer quién es el Señor y entregarnos
humildemente a Él.
¿Qué tal? ¿Te empiezan a dar ganas de asistir a esta iglesia? Las
posibilidades son inagotables. Una pizca de sorpresa puede
dinamizar mil actividades.
USA RECURSOS DE LA
COMUNIDAD
Unas páginas atrás hablamos del «templismo». En
demasiadas ocasiones la limitación al visualizar nuestros
ministerios fuera del templo agrega límites innecesarios a
nuestras posibilidades.
APROVECHA EVENTOS
EXTERNOS
Después de escucharme hablar de la importancia de
establecer alianzas estratégicas entre pastores, líderes y
congregaciones de una misma ciudad, una líder juvenil de
varios años de experiencia se me acercó a confesarme que
nunca había dejado ir o había desanimado de ir a sus
adolescentes a un congreso muy famoso de su ciudad porque
le daba miedo que ellos la compararan con otros líderes que
iban a escuchar ahí, o que vivieran algo que ella no podía
darles, y se terminaran cambiando de congregación. La
felicité por hacerme esa confesión tan valiente ya que la
mayoría de nosotros, cuando experimentamos estos miedos
o celos no nos animaríamos a admitirlos, pero luego le
pregunté por qué nunca había pensado en ir con ellos y
convertirlo en una actividad de su propio ministerio. Primero
me miró algo confundida y me dijo que, como el congreso era
para jóvenes y ella era una mujer casada y a ella no le
interesaban tanto los oradores que elegían, entonces nunca
había pensado en ir porque no creía que el evento era para
ella. Yo me sonreí y la miré a los ojos y le dije que claro que
no era para ella como consumidora de las conferencias pero
que también podía verlo con ojos de líder y facilitadora para
crear una experiencia con sus adolescentes sin tener que
organizar demasiado. Ella podía inscribir a todos sus
adolescentes. Podían ir con una bandera de su congregación
o alguna prenda de vestir que les identificara como equipo.
Podían asignarse talleres o conferencias para después hacer
reportes de lo escuchado y podía darle una lección de unidad
a los organizadores del evento al aprovecharlo, aunque no
fuera la organizadora. Después de todo, si vivir una
experiencia de grupo con el resto del cuerpo de Cristo de la
ciudad era bueno para sus adolescentes, entonces era bueno
para ella, aunque los predicadores no fueran sus favoritos.
DE LA PROCLAMACIÓN A LA
EDUCACIÓN
¿Te preguntaste alguna vez por qué algunos de nosotros pasamos
años en una iglesia sin terminar de aprender algunas doctrinas
fundamentales de la fe cristiana? Yo sí, y también le he hecho
esta pregunta a muchos pastores y servidores por todo el
mundo. La respuesta más usual que he escuchado es que
esto sucede porque en muchos pulpitos de hoy se predica lo
que la gente quiere escuchar, y no lo que deberíamos
predicar... Pero otra vez me hago la pregunta: ¿Tendrá esto que
ver con las intenciones? ¿Será cierto que son muy pocos los
pastores o maestros que quieren enseñar lo que saben que tienen
que enseñar?
Quizás la culpa no esté exclusivamente en los pastores o
maestros, y además sería injusto generalizar. Quizás la culpa
esté en el método.
Luego de mi segunda tanda de investigaciones acerca de la
neurociencia comencé a trabajar en este diagrama al que
llamo «el pentágono del aprendizaje»:
EL CEREBRO NO ES UN GRAN MOTOR DE
PROCESAMIENTO INDIFERENCIADO, SINO
QUE ESTÁ ORGANIZADO POR ÁREAS
CONCRETAS RESPONSABLES DE
DETERMINADAS FUNCIONES
Estos son los elementos que, según hoy se considera en
pedagogía, siempre deben estar en un aula creativa. Por eso
me pareció importante integrar aquí este pentágono, para
facilitarnos ver el proceso ideal por el que deberíamos llevar a
quienes tenemos el privilegio de discipular. Esta secuencia
representa el mapa de enseñanza al que aspiran las más
avanzadas universidades del mundo. Y, para sorpresa de
algunos, podemos ver a Jesús usando cada una de estas
instancias en el discipulado de su «ministerio a la nueva
generación.»
¿No te parece que este pentágono debería poder reflejarse en la
pedagogía de la Iglesia?
Usualmente nos quedamos en el paso 1. Proclamamos.
Anunciamos. Inspiramos. Y, en el mejor de los casos,
explicamos lo que podemos creer y debiéramos hacer. Pero
la pregunta era ¿Por qué no llegamos al paso 5? Y la respuesta
es bastante simple. La razón obvia de por qué nos cuesta
tanto ver la aplicación de lo que enseñamos es que
salteamos los distintos dispositivos necesarios para involucrar
a todo el cerebro en el aprendizaje.
Lo que hoy la ciencia deja en claro es que el sistema
nervioso, en su forma más simple, trabaja en una especie de
bucle de acción. El cerebro no es un gran motor de
procesamiento indiferenciado, sino que está organizado por
áreas concretas responsables de determinadas funciones. Es
decir, distintos tipos de estímulos y acciones son procesados
y despiertan distintas áreas neuronales que hacen su trabajo
para retener información y asociarla con otra, creando
conocimiento.
La posibilidad de leer las reacciones de los hemisferios
izquierdo y derecho y aún el tálamo y el tronco cerebral a
través de la tecnología ha ilustrado a los científicos para
poder afirmar que escuchar apenas involucra algunas áreas
del cerebro y deja sin uso a otras que son vitales para la
creación de memorias y por ende de valores y acciones.
MENTORES INTENCIONALES
Mi amigo Félix Ortiz, cuyos comentarios enriquecen estas
páginas, escribió un excelente libro titulado «Cada joven
necesita un mentor», el cual te animo a leer. En él, Félix
articula la necesidad que cada joven tiene de contar con
adultos involucrados en su vida que modelen de qué se trata
la madurez y le ayuden a descubrir cuáles son las decisiones
correctas en distintas circunstancias. Tal como estuve
sugiriendo en varios párrafos anteriores, en cada fase de
nuestra maduración necesitamos ver «qué sigue», y cuantos
más ejemplos veamos de cómo hacerlo bien, más fácil será el
camino.
En Juan 15:13 Jesús afirmó: «Nadie tiene mayor amor que este, que uno
ponga su vida por sus amigos». Hay pocas posibilidades de que alguno de
nosotros tenga que poner su vida por otro. Sin embargo, si pensamos que
la vida está hecha de tiempo, entonces cambia notablemente el sentido de
ese pasaje, que se leería de la siguiente manera: «Nadie tiene mayor amor
que este, que uno dé su tiempo por sus amigos». El mentoreo es la mayor
prueba de amor que podemos darle a un joven o adolescente. Es invertir
nuestra vida en él para que llegue a ser la persona que Dios tenía en mente
cuando lo creo.
- Félix -
LA VISIÓN GENERACIONAL ES
INTENCIONALMENTE RELACIONAL
NO ES OTRO MODELO
El matiz relacional no es otro modelo de ministerio. Es el
colorido, y la naturaleza misma, del discipulado efectivo. Va
más allá de los estilos que mencionamos antes, porque si
bien algunos de nosotros somos menos dados a las
relaciones que otros, si lo que pretendemos es la formación y
no solamente la información de nuestros chicos y chicas, las
relaciones no se pueden descartar. Aun Pablo expresó su
perspectiva relacional diciendo: «Así nosotros, por el cariño
que les tenemos, nos deleitamos en compartir con ustedes no
solo el evangelio de Dios sino también nuestra vida. ¡Tanto
llegamos a quererlos!» (1 Tesalonicenses 2:8).
AFIRMA CONTINUAMENTE
Nunca recibimos suficiente estímulo. No me da pena confesar
que aprecio cuando alguien se da cuenta cuando he hecho
algún esfuerzo especial o simplemente escuchar palabras de
cariño cuando no hay alguna razón aparente. ¿Cuánto más lo
apreciarán las nuevas generaciones entonces?
Desde la niñez hasta la juventud las palabras de aprecio y
estimulo logran mucho más de lo que imaginamos.
• Disponibilidad
• Honestidad
• Obediencia
• Sentido del humor
• Fidelidad
• Puntualidad
• Compromiso
• Convicciones firmes
• Compasión
• Buenos modales y amabilidad
• Paciencia
• Ceder la ventaja
• Conocimiento general y bíblico
• Humildad
• Empatía
• Iniciativa de acercarse al nuevo o diferente
• Un sentido de justicia que defiende al desprotegido
Y seguramente habrá más.
La sociedad ya celebra otras habilidades que también
nosotros podemos celebrar como belleza, popularidad,
rendimiento deportivo o académico, pero si nosotros no
celebramos estas otras cualidades reducimos las
posibilidades de levantar generaciones contraculturales que
afecten el mundo en vez de ser afectados por él.
Tienes toda la razón, Lucas. Debemos escuchar con devoción. Los jóvenes
y adolescentes no necesitan más sermones, necesitan ser escuchados.
Precisan que alguien les transmita valor, dignidad, e importancia, haciendo
algo tan simple como escucharlos de forma concentrada, dedicada, y sin
juicios ni condenas. Mi esposa Sara tiene una frase que me encanta: «La
escucha es una forma de hospitalidad». Hospitalidad para el alma, algo de
lo que están tan necesitadas las nuevas generaciones. Sara y yo hemos
comprobado con increíble frecuencia que muchas personas solo precisan
ser escuchadas, y en ese proceso de sentirse oídas y acogidas, ellas
mismas reordenan su mundo interior. Una buena escucha acompañada de
preguntas potentes es una poderosísima herramienta para acompañar
espiritualmente a nuestros chicos.
- Félix -
AYUDA A PENSAR
Uno de los valores del precioso ministerio del que soy
miembro dice que «las preguntas son tan importantes como
las respuestas» y esta es una verdad poderosa, porque
nuestra misión no se reduce a decirles a las nuevas
generaciones lo que deben pensar, hacer o creer.
La tarea de la iglesia e incluso la familia es guiarlos a esas
verdades que sabemos que deben internalizar, pero no
podemos hacerlo por ellos. Deben descubrirlas solos. Los
mejores maestros son los que logran que sus estudiantes
lleguen a la conclusión correcta sin ellos nunca habérselas
dicho. Detente en esa idea por unos segundos...
NO FINJAS PERFECCIÓN
Las nuevas generaciones se desaniman mucho al ver adultos
que dicen una cosa y hacen otra, y en especial para los niños
es enormemente conflictivo encontrarse con esta realidad.
Sus mundos se desmoronan, sobre todo cuando de alguna
manera creyeron que nosotros éramos superhéroes que
nunca íbamos a hacer nada equivocado. ¿Cómo evitarlo?
Siendo honestos e intencionales en enseñarles desde
temprano que no somos perfectos y que nosotros estamos en
el mismo camino que ellos, aunque estemos más adelante.
Hace un tiempo vi un video de un predicador muy famoso
contando cómo el Espíritu Santo vino un día a él e
instantáneamente en ese momento murieron todos los
pecados en su persona... Hummm... ¿Qué estaba diciendo este
predicador? Su tono sonaba muy emotivo, y mientras lo
contaba aparecían imágenes de sus cruzadas llenas de gente
con las manos levantadas y llorando detrás de él. (Y habían
aparecido también al principio del video, y cuando lo
presentaban...) Yo no quisiera dudar de lo que estaba
diciendo, pero... piensa en esas palabras. ¿Será cierto que
«todos sus pecados murieron en un instante»? ¿Cuáles? Y, sobre
todo, ¿Qué quiere decir eso para el oído común? Sencillamente,
para alguien inmaduro, eso quiere decir que esa persona no
peca, y yo sí. Quiere decir que él ya no lucha con las
tentaciones ni tiene debilidades, y yo sí. Y con buena
voluntad puedo buscar que se me pegue algo de este
predicador por un tiempo, pero tarde o temprano llegaré a
una de dos convicciones: o él está mintiendo, o yo soy un
fracaso.
Quizás ese predicador solo confundió sus palabras en esa
oportunidad, pero definitivamente los líderes tenemos que
tener cuidado de comunicar algo que no es real.
Es muy sano dejarles en claro a las nuevas generaciones
que nosotros tenemos la misma necesidad de Dios y estamos
en la misma búsqueda de Cristo que ellos. Pensando en
nosotros, la hipocresía jamás es una buena idea; y pensando
en ellos, nuestra honestidad les va a lastimar menos cuando
temprano o tarde caigan en cuenta que nosotros tampoco
hemos alcanzado la perfección.
LA HISTORIA DE UN
CONTEXTO
Todo contexto social tiene una historia. El antropólogo
Charles Kraft, del Seminario Fuller, solía destacar que la
cultura «consiste en todas las cosas que aprendemos en el
mundo, después de haber nacido, que nos permiten funcionar
de la manera esperada como seres biológicos con relación a
su ambiente». Tiempo y espacio sientan diferencias
determinantes a la hora de definir a una generación, y
describir ese «ambiente» trae mucha luz a la hora de
establecer la mejor manera de influenciarla.
En muchas esquinas del cristianismo, la costumbre es
ponernos a la defensiva de cualquier cosa nueva que dé
vueltas por la atmósfera. Si no sabemos de qué se trata, por
las dudas estamos en contra. Pero hay apreciaciones
respecto a la cultura que deberíamos conocer. Y sin
asustarnos. No digo que lo más importante para nosotros sea
la discusión filosófica sobre cada aspecto, pero si estos
patrones modifican el modo en que las nuevas generaciones
entienden el mundo, es una buena idea prestar atención y
conocer, al menos de manera introductoria, algunas de estas
tendencias.
Muchos estudiosos de los procesos de evolución de la
cultura coinciden en que la crítica de la modernidad iniciada
por el romanticismo en el siglo XIX tuvo su punto álgido con el
surgimiento de un filósofo altamente corrosivo llamado
Federico Nietzsche. Mr. Nietzsche criticó a la moral,
definiéndola de «antinatural» por provenir de la idea, según
él, mística, de la existencia de un Dios moral. Por eso su
declaración más conocida y recordada hasta el día de hoy
fue: «Dios ha muerto».
El antropocentrismo del renacimiento, el racionalismo de
Descartes, el poder del pueblo, y el nuevo auge de la ciencia,
intentarían hacer de la afirmación de Nietzsche una hipótesis
confirmada, y de hecho, el siglo XIX vio tantos cambios
estructurales en la conformación de los estados nacionales,
que un evidente positivismo se apoderó de la escena
internacional. Para ese entonces, ya se olía un descrédito
generalizado con respecto a la iglesia oficial, e incluso a
muchos movimientos de la reforma. La modernidad erigió
entonces nuevos ideales, y atrás de los ideales surgieron
ideologías sobre cómo alcanzarlos que han permanecido
hasta hoy. Algunas de las ideas que daban vueltas en ese
«ambiente» eran:
LA PARADOJA DE UN MUNDO
GLOBALIZADO, PERO A LA VEZ
FRAGMENTADO EN MILES DE
MICROCULTURAS
Pero la historia tampoco terminó ahí. Sucedió lo que
siempre sucede con todas las etapas culturales humanas. La
posmodernidad también comenzó a cambiar. En términos
prácticos, el «nuevo siglo» social inició con la colisión de dos
aviones contra unas torres en Nueva York. De repente,
occidente se hizo mucho más consciente del enorme y
creciente mundo musulmán. Algunos años después, millones
de refugiados llegaron a Europa cambiando drásticamente la
demografía de muchas ciudades, y mientras tanto, en
algunas capitales de Iberoamérica se instaló un marcado
populismo, alentado por la frustración social creada por una
brecha entre los que tienen y los que no que, recuperó los
bríos de revolución.
Entre medio de este panorama, surgió también una nueva
búsqueda de lo espiritual, solo que ahora fuera de las
religiones tradicionales y con un fuerte arraigo en historias
alternativas e incluso algunas muy locales de cada región.
Y... cómo no nombrar los nuevos estándares de igualdad, que
ahora incluyen al género y la sexualidad.
DE LO ABSOLUTO A LO RELATIVO:
Conductas que antes eran inadmisibles se han convertido en
una opción más. «¿Quién define qué está bien y qué está mal
dentro de los límites de la legalidad?», te puede preguntar algún
universitario. Se empieza a escuchar más seguido que ya no
hay izquierdas ni derechas políticas puras, y en el arte pop se
insiste con que todas las religiones son igual de válidas. «Las
creencias no son absolutas, sino relativas a las circunstancias
y a la conveniencia de cada uno», puede afirmar cualquier
adolescente, sin siquiera sospechar que no siempre se pensó
así. Utilizando la Internet puedes obtener la más actualizada
información, o la peor pornografía de la violencia. Algunos
hablan de «tolerancia», y de que así es una sociedad más
justa. Otros ponen el grito en el cielo preguntando hasta qué
punto no se puede ejercer ningún tipo de juicio de valor sobre
la conducta privada de los demás. ¿Será que todo tiene que ser
relativo? ¿O debería todo ser absoluto? O... ¿No será que el
problema radica en incluir la palabra «todo» en la pregunta?
DE LA PRODUCTIVIDAD AL PLACER:
«Relax» era una mala palabra hace algunas generaciones
atrás, pero hoy es una aspiración. En una era donde todo
tiene que ser ya y ahora, queda poco espacio para pensar en
producir para el futuro. A las últimas generaciones se las ha
intentado domesticar para que piensen solamente en el ya y
en la búsqueda de placer. En el polo opuesto, nuestros
abuelos y sus antepasados tenían una fascinación con el
trabajo y la utilidad. En especial para los hombres, su trabajo
se relacionaba con su identidad. Ahora, el «debo hacer» fue
reemplazado por el «quiero sentir». Nunca antes en la historia
hubo tantas formas de entretenimiento físico, tantos gustos,
tantas experiencias virtuales, tantos productos, ni tanta ropa.
La industria del placer se agigantó, y con esto se alteró la
escala de valores del ser humano. La vida será cada vez más
cómoda, pero este cambio ira moldeando nuestra manera de
pensar y también de anhelar... Ya están lejos esos
inmigrantes europeos que llegaron a América a sudar la gota
gorda trabajando la tierra. Placer inmediato y resultados sin
esfuerzo parecen ser la ecuación perfecta de hoy. Pero no
siempre fue así.
Como padres, es natural que lo último que queramos es que nuestros hijos
experimenten dolor. Pero cómo Pablo escribe en Romanos 5:3-4 «sabemos
que el sufrimiento produce perseverancia; la perseverancia, entereza de
carácter; la entereza de carácter, esperanza.» Claro que yo preferiría que
no fuera de esta manera, pero el dolor es una de las principales avenidas de
Dios para el crecimiento y la formación de la identidad.
DE LA REBELDÍA A LA INDIFERENCIA:
La última parte del siglo pasado fue un tiempo de protestas
escolares, rock, modas estridentes, y rebeldía adolescente.
Surgieron los primeros movimientos ecologistas, y el estándar
era oponerse. De hecho, no importaba mucho contra qué
rebelarse, pero había que hacerlo. Rebelarse era señal de
status cultural.
DE LA FAMILIA A LA MULTIFAMILIA:
Distintas estadísticas señalan que un tercio de los niños del
mundo se van a la cama sin un padre en la otra habitación. A
la luz de lo que ya hemos discutido, te puedes imaginar el
tenebroso impacto de esta realidad. Cuando con mi familia
vivíamos en la ciudad de Miami, observé que de entre 10
amigos de mis hijos, solo 1 tenía en casa a su padre y madre
naturales. Sean cuales sean las causas de cada ruptura
familiar, Dios quiere que compartamos su amor y su poder
con esta generación teniendo en cuenta la situación en que
se encuentran. Mucho material para estudios bíblicos, y
muchos sermones, olvidan tener en consideración cuántos de
los niños y jóvenes que están en la iglesia viven esta realidad,
y sin querer pecamos de imprácticos, o agregamos culpa
sobre las espaldas de los que heredaron este problema. Los
hijos de estas familias tienen hermanos compartidos con
otros papás y mamás, y son muchas veces criados por
padrastros y madrastras que no han asimilado que, al
casarse con sus nuevas parejas con hijos, esos hijos les
están evaluando como padres y están, consciente o
inconscientemente, internalizando muchos de sus valores.
DE LA EDUCACIÓN A LA
ESPECIALIZACIÓN:
El lema de mi escuela secundaria era «saber es poder». No
se aclaraba qué era lo que había que saber. Simplemente
había que saber, y con esa idea estaban armados los
programas de estudio. «Educación» era adquirir
conocimientos generales de todo tipo y materia. Y al
progresar en los estudios íbamos adquiriendo poco de
mucho, sin saber mucho de nada. Hoy el mercado laboral
requiere cosas específicas, y la educación ha estado
cambiando. ¿Tendrá esto algún impacto en la Iglesia?
Seguramente lo tiene para las familias. Es significativo notar
que en los países donde se generan la mayoría de los
avances tecnológicos y aun teórico-científicos, los niños
podrán tener pocos conocimientos generales, pero desde
pequeños se hacen especialistas en algo. Yo creo que esto
también debe afectar la educación ministerial, y por eso en
e625 comenzamos un Instituto online de actualización desde
la perspectiva del liderazgo generacional que te recomiendo
conocer en www.institutoe625.com
DE LA RELIGIÓN A LA ESPIRITUALIDAD:
Prendes la TV y hasta los programas para niños están llenos
de mística. Hay semidioses, demonios, ángeles, y espíritus,
jugando como héroes o villanos de incontables programas
infantiles y para adolescentes. También lo habrás notado en
los videojuegos y muchos artistas de moda dicen que se
consideran «espirituales», e incluso hablan de «Dios» en
premiaciones o en sus canciones, pero su vida moral hace
evidente que ese «dios» no tiene mucha conexión con su
moralidad personal.
Hace poco les preguntaba acerca de esto a un grupo de
adolescentes que no asistían a la iglesia, y me respondieron
que creían que no estaba bien, pero que lo entendían porque,
según ellos, «nadie podía juzgar qué es lo que Dios quiere».
Contradictorio, ¿cierto? Además, muchos de ellos no creían
en las iglesias, ni en los pastores, ni en los sacerdotes, pero
decían que sí tenían contacto con Dios, y que iban a la
iglesia, cuando querían pedir algo o hacerle alguna promesa
a Dios, en ocasiones a cambio de algo...
El caso es que dar a entender que alguien es espiritual está
bien visto en la mayoría de los medios. Sin embargo, decir
que alguien tiene mucha religión suena mal hasta en los
rincones de una iglesia. Y esto tampoco fue siempre así.
EL PELIGRO DE LA
MONOCULTURALIDAD
Creer que nuestra cultura y nuestro ambiente social son la
única referencia y el único marco de interpretación de la
realidad es una severa desventaja. Te pone a la defensiva y
me aleja del dialogo.
La historia de las misiones está llena de testimonios de
mujeres y hombres de Dios que se encontraron con la belleza
de ver a Jesús actuar en medio de una cultura diferente a la
de ellos. Estas personas se dieron cuenta de que muchas de
las cosas que creían importantes no lo eran tanto desde la
necesidad del otro, y entendieron la multiculturalidad de un
evangelio que responde a todas las necesidades humanas.
Siendo específicamente personal, yo tengo mucho que
agradecer a Dios por haber estudiado en dos países
diferentes, haber servido en congregaciones de distintos
tamaños y denominaciones, y por la oportunidad que sigo
teniendo de viajar continuamente. Viajar me ha permitido ver
con ojos internacionales y escuchar con oídos regionales.
Esto, a su vez, me permite leer tendencias de pensamiento
en las personas que lidero, y con esto puedo hacer una
aplicación situacional de los distintos estilos de liderazgo para
poder realizarlo mejor. También me reviste de misericordia,
porque entiendo el por qué determinada palabra o acción
ofende en un contexto, mientras en otro la misma palabra o
acción pasa totalmente desapercibida. Siempre hay una
historia contextual detrás, y saber leer ese marco de
referencia me permite decidir mejor cómo debo hablar y
conducirme en un contexto u otro.
EL CRISTIANISMO ES MULTICULTURAL
PORQUE JESÚS HABLA EL IDIOMA DE
TODAS LAS CULTURAS
El cristianismo es multicultural porque Jesús habla el idioma
de todas las culturas, y porque Él es la palabra que todos
pueden entender, aun los niños.
Sin dejar nunca de mirar a Jesús, tenemos que mirar al
mundo de las nuevas generaciones con ojos de
contextualización. Debemos acercarnos con empatía y una
mezcla dulce de compasión y comprensión, respetando sus
gustos y armonías, y evitando el pecado de una
monoculturalidad que impone y avasalla con costumbres que
no tienen nada de sagradas.
EL IDIOMA DE DIOS
El idioma de Dios es siempre Jesús.
El gran filósofo y teólogo danés Soren Kierkegaard decía
que amar a otra persona es ayudarla a amar a Dios y no
puedo estar más de acuerdo con esa idea tan sencilla y a la
vez tan profunda.
Es cierto que la cultura contemporánea ha invitado a
millones a vivir abandonados al momento, e indiferentes a
todo lo que requiera un estilo de vida que conlleve el riesgo
de sentir dolor. Pero no todo es negativo. Las nuevas
generaciones tienen la sospecha de que una experiencia
espiritual genuina es posible, y debemos agarrarnos de esa
sospecha con devoción.
La evangelización de los próximos años dependerá del
testimonio amoroso mucho más que de contar con una buena
lista de doctrinas azucarada con fórmulas evangelísticas.
Las nuevas generaciones quieren ver que yo vivo lo que
predico, en un marco de referencia que ellos puedan
interpretar. Que no se conformen con una explicación
argumentativa, y quieran en cambio sentir algo especial, es
una ventaja, y no solo un desafío, porque el evangelio es
poder de Dios que pega en la mente y cautiva el corazón.
Pastoral pertinente
Estrategia integrada
Familia activa
Discipulado intencional
¡Sin miedo al cambio! La creación entera enseña que los seres vivos están
en constante cambio y, no lo olvidemos, la Iglesia es descrita en la Biblia
como un ser vivo, una familia, un cuerpo... ¡incluso cuando es descrita como
un edificio, el mismo está compuesto por piedras vivas!
La biología nos enseña que los seres vivos cambian delante de dos grandes
supuestos: la oportunidad para crecer, o la amenaza a su supervivencia.
Además, para cambiar utilizan un mecanismo que se denomina
«autorreferencia». Es decir, tienen muy claro cuál es su ADN, y por tanto
pueden cambiar total y absolutamente su forma externa manteniendo
intacta su identidad interna. El exterior puede ser difícil de identificar, pero el
ADN sigue siendo exactamente el mismo. Permanece inalterable.
ESTRATEGIA INTEGRADA
Debemos dejar de plantear los esfuerzos de manera aislada.
Necesitamos buenas transiciones entre una etapa y la
siguiente y por eso no podemos tener un divorcio entre el
ministerio de niños y el de jóvenes o no pensar en los
preadolescentes y su paso a la adolescencia.
Debemos incluirlos a ellos en los equipos de servicio para
brindarles protagonismo y generar pertenencia, y a la vez,
para permitir que los menores tengan un modelo concreto y
digno de imitar de la siguiente etapa de madurez que les
toque vivir.
Quién hace esto muy bien es el Islam, sobre todo en lo
grupos de confrontación que son considerados terroristas en
occidente como el Estado Islámico y otros subgrupos. ¿Te
preguntaste alguna vez cómo es que estos grupos amenazan a los
principales poderes militares de la OTAN y resisten continuas
contiendas sin que pese la diferencia abismal de armamento? Esos
jóvenes que vemos en las noticias están dispuestos a morir
por su causa. La fortaleza de estos grupos no está en las
armas sino en cómo adiestran y discipulan a sus nuevas
generaciones. En otras palabras, mientras en occidente
hacemos reuniones, ellos usan un modelo de orientación
gradual muy similar a lo que estamos llamando liderazgo
generacional dónde un niño de 12 adiestra a uno de 6
mientras otro de 18 comanda al de 12.
FAMILIA ACTIVA
La familia nunca puede estar en la periferia de nuestros
ministerios, sino que debe estar en el centro de nuestra
atención. Es imposible conseguir los poderosos resultados
que debemos conseguir sin pensar en la relación entre las
nuevas generaciones y sus padres. Los padres deben ganar
protagonismo en nuestra visión ministerial, y es posible que
los padres y los educadores hagamos el mejor equipo al
acompañar a las nuevas generaciones en su formación
espiritual.
DISCIPULADO INTENCIONAL
Repitámoslo por enésima vez: La meta de la Iglesia no es
hacer y llenar reuniones. Nuestra misión es hacer discípulos,
y los discípulos de Jesús son buenos ciudadanos, buenos
empleados, buenos empleadores, buenos emprendedores
que generan mejoras sociales, y buenos padres.
¿CUÁNDO EMPEZAR?
Y la respuesta NO es cuanto antes. Como hablamos en el
capítulo del plan estratégico, los cambios se deben hacer con
elegancia y los cambios más importantes ser planteados en
un proceso.
Cuando como resultado de la investigación de la
neurociencia le anuncié a nuestro equipo de trabajo que
íbamos a cambiar el nombre de nuestro ministerio de
Especialidades Juveniles a Especialidades 6-25 debido a la
ventana de la educación formal que va de los 6 a los 25 años,
planeamos una transición. En el plan primero hubo meses de
preparación dónde ambos nombres y marcas convivieron y
pusimos una fecha para lanzar oficialmente el nuevo nombre
del ministerio y explicar en una conferencia de prensa el
cambio y dar el anuncio. Buscamos una ocasión ideal y
decidimos hacerlo con un primer evento especial de dialogo
con pastores generales que dimos en llamar el Foro Hispano
de Liderazgo Generacional y movimos las piezas para que
sea en un lugar especial y por gracia de Dios lo pudimos
hacer nada más y nada menos que en la Universidad de
Princeton.
Mientras preparábamos el evento de lanzamiento también
trabajamos en la nueva página web que presentamos el día
del anuncio, pero hasta que esto sucedió seguimos
manteniendo el servicio de la anterior que recién
desaparecimos ese día.
No cuento esto porque esté proponiendo cambiar nombres
o hacer un evento especial en una institución académica, sino
porque 1. Creo que los cambios se deben planear en
transiciones y 2. Hay que ubicar las ocasiones ideales que en
el caso de una congregación local puede ser al regreso de las
vacaciones de verano o el comienzo de clases o a partir de
enero del año entrante.
Louis Pasteur, el científico al que le debemos el proceso de
«pasteurización» lo dijo muy bien: «La oportunidad favorece a
la mente preparada». Cuando preparamos un plan de
transición con tiempo y comenzamos cuando estamos listos,
las oportunidades se aprovechan mejor.
¿CÓMO RECLUTAR Y
ORDENAR AL MEJOR EQUIPO
DE TRABAJO?
En los capítulos del libro repetimos varias veces que
debemos sumar adultos en el ministerio de nuevas
generaciones y también destacamos la necesidad de exponer
a las nuevas generaciones a modelos matrimoniales.
También hablamos de sumar modelos del siguiente nivel de
madurez y por eso debemos pensar en cómo sumar a
algunos preadolescentes como voluntarios en el ministerio de
niños, algunos adolescentes en el ministerio con los pres y a
jóvenes en el ministerio de adolescentes.
Claro que no todos pueden ser líderes, pero debemos estar
seguros que cuantos más lideres tengas, mejor pastoreados
estarán tus nuevas generaciones.
Haz convocatorias abiertas e implementa entrevistas de
trabajo para elegirlos. Inspecciona no solo habilidades sino
motivaciones. ¿Por qué alguien quiere estar en ese ministerio?
Establece plazos. Que ofrecer y aceptar una posición no sea
por tiempo indeterminado. Si hablamos de encargados de
arenas que el compromiso sea por al menos 3 años para
crear longevidad y consistencia en los ministerios, pero si
hablamos de servidores y voluntarios que ayudan con tareas
más generales el compromiso puede ser anual y renovarse
cada año de ser necesario.
Mi observación práctica de los equipos ideales es que la
arquitectura del liderazgo generacional permite resumir la
responsabilidad del liderazgo infantil y a la juventud en un
solo matrimonio que supervise todo el trabajo generacional y
que este matrimonio será el que reclute a líderes para las
arenas.
Y hablemos claro… querido pastor, ésta también puede ser
una ventaja para el presupuesto de la iglesia. Contar con una
pareja de pastores generacionales que vinculen a los equipos
de las cuatro arenas desde la niñez a la juventud es más
barato que intentar tener encargados de niños y pastores de
jóvenes a sueldo en su congregación. Aunque claro, a
medida que el ministerio crece y si tiene posibilidades de
hacerlo, eventualmente puede llegar a tener un staff completo
pensando en las arenas debajo de los pastores generacionales.
¿QUÉ ES LA NEUROCIENCIA?
Quizás esta no sea una pregunta de implementación práctica,
pero al comenzar a hablar de estos cambios posiblemente
algunos adultos se interesen en indagar exactamente de qué
estamos hablando y por eso respondo que la neurociencia es
el estudio interdisciplinario del sistema nervioso cuya meta
principal es el entendimiento del cerebro en relación a la
conducta.
El entusiasmo en este campo surge del intento de descubrir
y explicar el órgano que define al ser como individuo
controlando sus acciones, generando sus emociones y
editando sus memorias ya que hoy gracias a la tecnología se
pueden ver o leer los movimientos neuronales en tiempo real
lo que permite aprender como el cerebro se comporta ante
diferentes estímulos y acciones.
¿CÓMO INVOLUCRAMOS A
LOS PADRES?
Convoca a una reunión especial de padres y comienza
explicándoles de qué se trata la visión del liderazgo
generacional. (Puedes usar el video del diagrama básico del
Liderazgo Generacional que se puede descargar en la zona
premium de e625.com).
En esa primera reunión enamóralos de la alianza
estratégica que van a poder hacer juntos para la formación
espiritual de las nuevas generaciones. Explícales el plan de
acción y cuándo comenzarán los cambios concretos en el
ministerio, pero asegúrales que fuera de toda estructura, esto
comienza con una sociedad espiritual.
Pregúntale a los padres cómo puedes apoyarlos en el
desarrollo espiritual de sus hijos. El solo hecho de que les
hagas esa pregunta los llamará a la reflexión.
Según sus criterios ¿Cuál es la mayor necesidad de sus hijos y
qué puedes hacer para ayudarlos? ¿Cómo puedes orar por sus
familias? Tiene mucho más efecto el trabajo con las nuevas
generaciones cuando los líderes de la iglesia y los papás
están orando por las mismas necesidades.
Sé intencional en sumar a la iglesia como recurso a los
papás y ellos estarán mucho más abiertos a apoyar las
necesidades del programa de la congregación y dar la mano
con su tiempo y recursos cuando se requiera.
Cuando todo comience a implementarse crea actividades al
menos anuales donde las nuevas generaciones y sus padres
puedan servir mano a mano. Cuando las nuevas
generaciones sirven junto con sus padres, el impacto es triple
en sus vidas porque para ellos servir es una aventura, los
padres sirven también y además lo hacen juntos, así que
ganamos todos.
Apéndice II
LIDERAZGO
GENERACIONAL Y
TEOLOGÍA
Hay verdades y doctrinas que deben ser internalizadas por
cada miembro de la Iglesia, y no hay mejor ocasión para que
eso ocurra que durante el proceso de maduración que va de
la niñez a la juventud.
A mí me entristece cuando en algunos escenarios escucho
que se da entender que teología es sinónimo de algo aburrido
y sin relevancia práctica. Definitivamente no lo es. La teología
condiciona la experiencia cristiana. Lo que creemos acerca
de Dios y de nuestra fe, afecta de manera directa tanto
nuestra manera de escuchar su voz y si abrazamos o
rechazamos sus propuestas. Por eso, todos los cristianos
debemos darle importancia a edificar personalmente una
teología bíblica.
Más allá de los programas contemporáneos, las relaciones
de amistad, las técnicas pedagógicas y las tácticas de
liderazgo, hay algo que no se puede descuidar, y esas son
las doctrinas básicas de nuestra fe.
El conocido pensador y escritor peruano Samuel Escobar
escribió hace muchos años que «las iglesias evangélicas son
en primer lugar una realidad teológica. Se conciben a sí
mismas como expresiones del pueblo de Dios en la tierra y se
definen de acuerdo a términos bíblicos como cuerpo de
Cristo, familia de Dios, real sacerdocio, pueblo adquirido».10
A veces me asusta ver sectores de la Iglesia que conocen
más canciones cristianas que textos bíblicos fundamentales.
Ese es parte del desafío y la oportunidad que nos presenta el
liderazgo generacional. Nuestros ministerios se hacen más
vibrantes espiritualmente cuando los maestros y los
estudiantes aprendemos juntos la palabra de Dios, y
edificamos una disciplinada estructura teológica que podamos
compartir con seguridad.
¿Quién es Dios? ¿Y cuáles son sus intenciones? Son dos
preguntas básicas que dan origen a toda la teología
judeocristiana, y también a los fundamentos bíblicos del
ministerio generacional.
Entre las muchas cosas que la Biblia resalta acerca de la
personalidad de Dios, quizás la más concisa sea la más clara:
Dios es amor (1 Juan 4:8). Ese amor, en lo que a nosotros
concierne, alcanzó su clímax en el sacrificio de Cristo en la
cruz (Juan 3:16). ¿Por qué murió Cristo? Porque quiere
salvarnos de la paga del pegado, que es la muerte (Romanos
6:23; 2 Pedro 3:9) y tal vez pueda parecer innecesario
mencionar estos principios cómo apéndice de este libro, pero
lo cierto es, que en un tiempo donde la producción de shows
es una de las industrias más rentables del planeta y los
lideres empiezan a sentir cada vez más fuerte la presión de la
multiplicación numérica, hace falta insistir en lo central del
evangelio.
Cada ministerio de niños, preadolescentes, adolescentes y
jóvenes debería transmitir claramente las respuestas a esas
primeras dos preguntas, pero no podemos quedarnos allí.
1. DIOS
¿Quién dice Él que es? Lo primero que Dios revela en su
escritura es a Él mismo. Pronombres personales,
antropomorfismos y su carácter revelado en su trato con los
seres humanos nos exponen a Dios mismo expresado en las
tres personas de su trinidad. Es vital escuchar lo que Dios
tiene que decir acerca de sí mismo, y por eso los atributos de
cada persona de la trinidad deben de constituir fundamentos
teológicos fundamentales de nuestros ministerios. Una idea
interesante para seguir como programa de enseñanza son los
nombres de Dios y sus significados.
2. CRISTO
La persona de Cristo es el eje central de nuestra fe, y debe
ser el marco doctrinal a través del cual se interpretan todas
las otras verdades. Como explicaba en el capítulo sobre la
inteligencia cultural, Jesús es el lenguaje de Dios. Él es el
modelo, la brújula y el mapa de la conducta cristiana, y las
nuevas generaciones deben aprender con claridad que Jesús
es inevitable, incluso más allá de nuestras experiencias
religiosas. Jesús está en el calendario, en la génesis de la
historia de Europa, en la confluencia de religiones semitas, en
las carabelas que cruzaron el Atlántico para descubrir el
Nuevo Mundo, en los peregrinos que fundaron América del
Norte y en los Jesuitas que acompañaban a los buscadores
de oro en las selvas del Cono Sur. Jesús sigue apareciendo
en los discursos políticos y en los de los artistas que reciben
un Oscar o un Grammy por sus películas o canciones. Su
persona da nombre a países y a docenas de ciudades. Jesús
sigue siendo película, y obra de teatro de Broadway. Sigue
siendo canción, industria, literatura y pintura. Sigue estando
en una taza de leche que recibe un huérfano, en la mano que
toca a un leproso en Calcuta, y en la persona que visita a un
anciano sin familia en un hospital público. Y como si todo esto
fuera poco, nuestras creencias acerca de su deidad y su
humanidad determinan no solo nuestra ética en la tierra, sino
nuestro destino eterno.
3. ESCRITURAS
La Biblia es una carta de invitación para conocer a Dios y su
voluntad. Ella misma dice «Así que la fe viene como resultado
de oír el mensaje, y el mensaje que se oye es palabra de
Cristo» (Romanos 10:17). Hay algo milagroso al comunicar
las escrituras bajo la unción del Espiritu Santo.
La importancia de la Biblia debe ser reconocida y enseñada
a cada generacion y una de las mejores formas de hacerlo
con una generación que prefiere las relaciones y prefiere lo
experimental, es enfocarse en el uso de las historias. Es muy
probable que cuando Jesús escogió comunicarse con
parábolas lo haya hecho para darle mayor atemporalidad a
sus verdades, y hacerlas relevantes a distintas culturas en
distintas épocas. Nuestra misión como lìderes generacionales
es lograr mostrar que las escrituras son atractivas y
relevantes para la vida cotidiana.
4. HUMANIDAD
Una sana antropología bíblica debería ser otro de los bloques
donde apoyemos nuestros ministerios. Muchas veces los
cristianos estamos tan enfocados en lo que la gente debería
hacer, que prestamos muy poca atencion a qué es lo que la
gente está haciendo y por qué dicen que lo hacen. «Los
buenos antropólogos tratan de descubrir lo que ya está ahí antes de
teorizar acerca de lo que la gente debería hacer»11. No digo que
debieramos convertirnos en «antropólogos» en todo el
sentido de la palabra, pero sí podemos aprender a definir,
según la Biblia y lo que vemos en nuestras comunidades,
cuál es la condición del ser humano y cuales sus
neecesidades.
Una antropología de este tipo no solo resulta un buen
fundamento, sino que la investigacion necesaria puede
volverse muy emocionante para cualquier grupo de nuevas
generaciones si se establecen métodos creativos de
recolectar información y si se les deja relfexionar
creativamente al respecto. ¿Qué es lo que ya dijo Dios acerca de
la condición del hombre y la mujer? Esta es una pregunta muy
importante en medio de una sociedad cristiana pop donde
pareciera que solo queremos halagar a los clientes evitando
los standares de moralidad.
5. PECADO
De cada punto se va desprendiendo el siguiente, y en este
caso el pecado es parte de la respuesta a la última pregunta.
Con la base de la búsqueda de la «Nueva Era» que se asentó
en las elites culturales hace ya varios años atrás o el ya
mencionado individualismo y relativismo reinantes desde la
posmodernidad, una definición clara del pecado debe estar
presente. En muchas ocasiones, y debo decir en muchas
congregaciones, a los niños, y en especial a los
adolescentes, se les habla mucho de los pecados, pero poco
de «el pecado» como realidad esencial. También, al hablar
sobre cuáles son los pecados a los que está expuesta la
nueva generación, hay que tener cuidado de ser bíblicos y de
no tildar de pecado cosas que simplemente no son atractivas
a nuestros propios ojos y costumbres. Otro de los requisitos
es no caer en condenar sin ofrecer salida. Siempre debemos
ser sensibles a la condición actual en la que se encuentran
las personas, y enfocarnos en la restauración, aunque
dejemos claro que allí se llega a través del arrepentimiento y
por eso hay que llamar a lo malo, malo sin atajos.
6. REDENCIÓN
¿Cómo librarse del dominio del pecado? La nueva identidad en
Cristo debe ser substanciosamente explicada. ¿Cuáles son los
alcances de la salvación? ¿Cuáles sus consecuencias inmediatas y
mediatas? Me he topado con demasiados hijos de creyentes
nacidos en el seno de la Iglesia que llegan a la adolescencia
sin una idea clara acerca de la salvación. Me gusta la
descripción de evangelismo que hace el profesor Charles Van
Engen en su libro «Mission on the Way» (La misión en el
camino). En él, este profesor de teología de la misión dice
que «la evangelización debe ser fe-particularista, culturalmente-
pluralista y eclesiológicamente-inclusivista»12. La declaración:
«Jesucristo es el Señor» no tiene competencia, y por eso
nuestro evangelismo no se parece al mensaje de ninguna
otra religión. Somos distintos, particulares. A la vez, hay
muchas maneras y formas de disfrutar de las consecuencias
de la redención y de expresar esa fe. Por eso debemos ser
culturalmente pluralistas.
Por último, es un interés en el crecimiento del reino de Dios
en la tierra lo que debe perfumar nuestra práctica evangélica,
y por eso debemos siempre recordar que las iglesias locales
existen para segur incluyendo gente en la Iglesia de Cristo.
7. COMUNIDAD DE FE
¿Qué es la Iglesia? ¿Para qué sirve? ¿Qué debe producir? John
Stott también decía: «La Biblia entera es rica en evidencia del
propósito misionero de Dios»13, y por eso en el libro analizamos
detalladamente los propósitos del ministerio. Sin conocer la
verdadera naturaleza de la Iglesia es imposible disfrutarla y
edificarla según su diseño divino. Un ministerio a las nuevas
generaciones que no tenga un basamento eclesiológico
sólido carecerá de objetivos trascendentes y cultivará una
generación desorientada que terminará produciendo iglesias
desorientadas.
8. ESPÍRITU SANTO
¿Quién es el Espíritu Santo? ¿Cuál es su función? ¿Cómo vivir en el
Espíritu? Es imposible vivir la vida cristiana sin el poder del
Espíritu Santo. El fruto del Espíritu (Gálatas 5:22-25) es la
señal del verdadero cristianismo, y sin su guía y ayuda es
imposible cumplir con los propósitos de Dios para la Iglesia.
Sin una doctrina sólida respecto del Espíritu Santo, la Iglesia
se tambalea entre el extremo de entender al Espíritu como
una energía mística que solo poseen algunos con dones
espectaculares, y el extremo de verlo como un sello sin
ninguna connotación práctica.
9. MISIÓN
En Efesios 2:10 el apóstol Pablo deja en claro que somos
ingeniería de Dios, diseñada para buenas obras. Todo
cristiano tiene un llamado que es una moneda con dos caras:
por un lado, parecerse más a Jesús (Romanos 8:29; Efesios
4:13), y por el otro, ser de bendición a los demás (1 Pedro
2:9; Efesios 1:12-14). Son dos realidades que van de la
mano. Las nuevas generaciones necesitan aprender y
abrazar el hecho de que ese llamado se experimenta de
diversas maneras y se manifiesta en distintas formas, pero
que es para todos aquellos que reconocemos a Jesús como
nuestro Salvador y nuestro Señor. En palabras también de
Pablo: «Y todo lo que hagan, de palabra o de obra, háganlo
en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios el Padre
por medio de él.» (Colosenses 3:17)
Por último, en este apéndice, estos nueve temas no pueden
quedarse en conocimientos teóricos e imprácticos. Dos tipos
de aplicación deben acompañarlas: