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Caso de estudio

Un día en la oficina de proyectos

Claudia Zamora es gerente de proyecto de un gran plan de sistemas de información, llega a su oficina
temprano para ponerse al día con sus labores antes de que lleguen sus compañeros de trabajo y su
equipo de proyecto. Sin embargo, cuando entra en su oficina se encuentra con Neil, uno de sus colegas,
también administrador de proyecto, quien asimismo quiere comenzar temprano su día. Neil acaba de
terminar un proyecto en el extranjero. Les toma 10 minutos socializar y ponerse al tanto acerca de las
noticias personales.

Claudia tarda 10 minutos en llegar a su oficina y establecerse. Luego revisa su correo de voz y enciende
su computadora. Permaneció en el sitio de su cliente hasta las 7:30 p.m., del día anterior y no había
revisado sus correos, electrónico y de voz, desde las 3:30 de la tarde del día anterior. Hay siete
mensajes telefónicos, 16 correos electrónicos y cuatro notas en su escritorio. Dedica 15 minutos a
revisar su agenda y sus listas de pendientes cotidianas antes de contestar los mensajes que exigen su
atención inmediata.
Claudia pasa los siguientes 25 minutos revisando los reportes de proyecto y preparándose para la
reunión semanal de revisión de avance. Su jefe, que acaba de llegar a la oficina, la interrumpe. Se
quedan 20 minutos examinando el proyecto. Él le comunica un rumor respecto a un integrante del
equipo que supuestamente está utilizando estimulantes en el trabajo. Ella le dice que no ha observado
nada sospechoso, pero que vigilará a esa persona.

La reunión semanal de revisión de avance comienza 15 minutos tarde porque dos de los elementos del
equipo deben terminar un trabajo para un cliente. Varias personas van a la cafetería por café y donas,
mientras que otras comentan el juego de béisbol de la noche anterior. Llegan los miembros del equipo
y en los siguientes 45 minutos de la junta se revelan aspectos del proyecto que tienen que atenderse y
para los cuales hay que asignar personas que lo hagan.
Después de la reunión, Claudia camina hacia el final del pasillo para reunirse con Olivia Sierra, otra
administradora de proyecto de sistemas de información (IS). Pasan 30 minutos revisando las
asignaciones de los proyectos ya que ambas comparten personal. El proyecto de Olivia Sierra está
atrasado y necesita ayuda. Entre ambas acuerdan que deben regularizarlo.

Claudia regresa a su oficina y hace varias llamadas y devuelve varios


correos electrónicos antes de bajar las escaleras para reunirse con
integrantes de su equipo de proyecto. Intenta hacer un seguimiento
sobre un asunto que había surgido en la reunión de la mañana. No
obstante, su sencillo saludo de “hola, muchachos, ¿cómo va todo?”
provoca respuestas desganadas entre los miembros del equipo“.
Después de escuchar con paciencia durante más de 20 minutos, se da
cuenta de que, entre otras cosas, varios de los gerentes de los clientes
están comenzando a pedir cosas que no estaban incluidas en la
declaración original del alcance del proyecto. Le dice a su gente que
se encargará de esto de inmediato.
Al volver a su oficina intenta llamar a Joel Reyes, su contraparte en la empresa del cliente, pero se le
informa que no esperan que regrese de comer al menos en una hora. En este momento, Eduardo llega y
le pregunta si quiere acompañarlo a comer. Eduardo trabaja en la oficina de finanzas y pasan la
siguiente media hora en la cafetería de la empresa comentando sobre la política interna. Le sorprende
escuchar que Luis Garza, el director de los proyectos de sistemas, quizá se cambie a otra empresa. Luis
Garza siempre ha sido un aliado poderoso.
Vuelve a su oficina, responde algunos correos electrónicos y por último puede comunicarse con Joel
Reyes. Dedican 30 minutos a revisar el problema. La conversación termina cuando Joel Reyes le
promete hacer algunas investigaciones al respecto y devolverle la llamada lo antes posible.
Claudia coloca un letrero de “no molestar” en su puerta y se recuesta un momento. Escucha los
movimientos tercero y cuarto del Concierto para cuerdas en la, de Maurice Ravel en sus audífonos.
Luego toma el elevador para bajar al tercer piso y habla con el agente de compras que se ha asignado a
su proyecto. Pasan los siguientes 30 minutos explorando las maneras de lograr que el equipo necesario
llegue al sitio del proyecto antes de lo planeado. Por último, autoriza un envío exprés.

Cuando regresa a su oficina, su calendario le recuerda que


tiene programado participar en una conferencia telefónica
a las 2:30. Se necesitan 15 minutos para que todos estén
en línea. Durante este tiempo, Claudia vuelve a revisar sus
correos electrónicos. La siguiente hora transcurre
intercambiando información sobre los requerimientos
técnicos que se derivan del uso de una nueva versión del
software que están utilizando en proyectos de sistemas
semejantes al de ella.
Claudia decide estirar sus piernas y camina por el pasillo donde interviene en diversas conversaciones
breves con varios compañeros de trabajo. Se desvía para agradecerle a Carolina Lozano su cuidadoso
análisis en la reunión de la mañana. Regresa para encontrarse con que Joel Reyes le ha dejado un
mensaje para que le llame lo antes posible. Se pone en contacto con él, quien le informa que, de
acuerdo con su gente, el representante de ventas de la empresa de Claudia había hecho algunas
promesas acerca de características específicas que su sistema proporcionaría. No sabe cómo se dio esta
fuga de información, pero su gente está muy molesta por este hecho. Claudia le agradece a Joel Reyes
la información y de inmediato sube la escalera hasta donde se encuentra el grupo de comercialización.
Pide ver a Mariana Arias, gerente senior de comercialización. Espera 10 minutos antes de que la inviten
a pasar a su oficina. Luego de una discusión acalorada, se despide 40 minutos después, una vez que
Mariana Arias estuvo de acuerdo en hablar con su gente acerca de lo que prometieron y de lo que no
prometieron.

Baja la escalera para encontrarse con los individuos con


quienes está trabajando en el proyecto y los pone al tanto de
lo que está sucediendo. Pasan 30 minutos revisando el efecto
que las peticiones del cliente pueden tener en la
programación del proyecto. También les informa sobre los
cambios que acordaron ella y Olivia Sierra en la agenda.
Después le da las buenas noches a su equipo, va escaleras
arriba para entrevistarse con su jefe y pasa 20 minutos
actualizándolo sobre los acontecimientos más importantes del
día. Vuelve a su oficina y dedica 30 minutos a revisar correos
electrónicos y documentos relativos al proyecto. Se conecta
con la programación del proyecto MS y pasa los siguientes 30
minutos trabajando con escenarios de “qué pasa si”. Revisa la
programación del día siguiente y anota algunos recordatorios
personales antes de comenzar su trayecto de 30 minutos de
vuelta a casa.

Bibliografía

Sólo para fines educativos.


Fuente: Gray, C. F. y Larson, E. W. (2009). Administración de proyectos. México: McGraw-Hill.

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