Desiderativo
Desiderativo
Desiderativo
EL CUESTIONARIO DESIDERATIVO
1. Su historia y su administración
El Cuestionario Desiderativo nació de una idea de dos psiquiatras, Pigem y
Córdoba, quienes en 1946 propusieron esta técnica. Preguntaban al sujeto: "'¿Qué
es lo que le gustaría ser si tuviera que volver al mundo no siendo persona?" La
respuesta era interpretada desde el punto de vista de la psicología existencial. Más
tarde, el psicólogo holandés Van Krevelen adaptó la idea para administrarla a niños
pequeños, y la modificación que introdujo tenía como objeto no enfrentar al niño tan
abruptamente con la idea de la muerte.
Entonces el test se transformó en el test de los tres deseos y en el de las tres bolsas
de oro. Le pregunta al niño: "¿Sabes lo que es un hada?" y le explica: " Si viniese
un hada y pudieras pedirle que con su varita mágica te transformara en lo que tú
quieras, ¿qué te gustaría ser? Puedes elegir lo que quieras. ¿Qué le contestarías al
hada?". Una vez recogida la respuesta le preguntaba por qué quería ser eso que
eligió.
Además, introdujo otra innovación: averiguar lo que el niño no quiere ser. Le decía:
" El hada no puede transformarte en lo que le pediste. Ella dice: "¡Qué lástima! No
consigo hacer lo que me has pedido, pero no te quiero transformar en algo que no
te guste, así que dime lo que no quisieras ser nunca, lo que no te gustaría ser
jamás".
Hay que tratar de recoger respuestas lo más detalladas posible para poder luego
hacer una interpretación más minuciosa y correcta. "Perro" es una respuesta
ambigua. Se le puede preguntar qué tipo de perro le gustaría ser. Quizá no puede
especificar más la respuesta. Quizá sí. No es lo mismo que responda que le gustaría
ser un perro de policía, un Lassie, uno vagabundo o un perrito faldero.
Una vez que el sujeto ha realizado la primera elección, se le pregunta qué es lo que
le gustaría ser no siendo persona ni... (lo que eligió, por ejemplo perro) animal.
Entonces puede contestar que le gustaría ser una mesa y le preguntaremos por
qué. De esta manera la catexia 1 + corresponde a la categoría animal y 2+ a la de
inanimado.
"Ahora piense todo lo contrario, ¿qué es lo que menos le gustaría ser?" y se recogen
las tres elecciones negativas. Puede suceder que la primera respuesta sea:
"Astronauta". Se le acepta, se le pregunta por qué a título de mayor información y
se le repite la consigna pues eso supone ser una persona.
Por eso esa respuesta no es 1+. Puede ser que después de elegir un animal o
vegetal elija otro, se le acepta, se le pregunta por qué y se le induce a cambiar de
categoría.
Cuando hay que inducir la elección de algo inanimado conviene no utilizar la palabra
"cosa", ya que ella alude a algo material y puede ser que el sujeto elija ser "música",
"la felicidad" o no quiera ser "el mal" o "algo etéreo".
Si responde, por ejemplo, " Me gustaría ser un pájaro, un perro o el león", le
preguntaremos el porqué de cada elección pero luego le pediremos que elija cuál
prefiere de los tres si tuviera que quedarse con uno.
Todos corresponden a la catexia 1+. De esta manera nos será más fácil la tarea de
comparar cada catexia positiva con su correlativa negativa.
Es importante tomar nota del ritmo con que realiza el test. Si responde más
rápidamente a las catexias positivas que a las negativas o a la inversa, y si se
detiene especialmente en alguna (tiempo de reacción TR).
Las respuestas instantáneas son dudosas; las pausas excesivas indican también
un Yo débil, quizá confundido, al igual que una reacción de shock en el Phillipson o
en el Rorschach.
La primera catexia positiva nos da información acerca de qué es lo más valioso que
pierde al morir; qué es lo que pierde al aceptar la castración y cuál es la primera
defensa con que enfrenta esta situación angustiante para evitar la muerte y la
castración.
Esta fantasía está ligada al Ideal del Yo y representa lo que está más cargado
narcisísticamente; lo que más se teme perder. Gracias al mecanismo de
identificación proyectiva que inconscientemente pone en marcha, el sujeto salva así
de la muerte una parte de sí mismo. Salva también al objeto interno más amado
(Klein) o a la parte del self más preciada (Kohut, etcétera).
También pueden interpretarse las catexias positivas como las defensas que el Yo
utiliza y las negativas como el precio que el Yo debe pagar por utilizarlas. Este
enfoque fue exhaustivamente desarrollado por Mary Carpossi de Schust y Elsa
Grassano de Píccolo en el capítulo sobre este tema incluido en nuestro libro
anterior sobre el proceso psicodiagnóstico.
Así por ejemplo si responde que desearía ser un perrito chiquito porque lo cuidan y
lo miman y luego dice que no le gustaría ser una enredadera porque está siempre
pegada al muro y sin este no subsiste, es evidente que la primera defensa es hacer
una regresión hacia un estado infantil dependiente, adherirse a otro que lo
complemente narcisísticamente, poner mayor distancia con la muerte al
permanecer en estado de cachorro y que la búsqueda de contacto piel a piel con
otro es esencial.
Pero en la catexia negativa resulta claro que el precio que paga es la angustia ante
la separación-individuación (sin el muro, la enredadera no subsiste). Lo más temido
es la dependencia tiránica y si subsiste esa defensa el precio será permanecer
siempre en estado de necesidad imprescindible del otro.
Las mismas autoras arriba mencionadas describieron en ese artículo las defensas
que operan en este test. La identificación proyectiva es el mecanismo básico. La
disociación también, ya que lo inducimos a elegir lo más idealizado y lo más
persecutorio. Hay desplazamiento, ya que cuando dicen que les gustaría ser un
perro o un pájaro o un puma, esa cadena asociativa está compuesta de una serie
de desplazamientos.
En estos casos es típico que la primera negativa sea el rechazo de la víbora porque
pica. Puede aparecer la identificación con el agresor cuando dice, por ejemplo, que
le gustaría ser una silla eléctrica porque hace cosquillitas, o una planta carnívora
porque se come todas las hormigas coloradas que pican mucho.
Una identidad fuerte es aquella que disocia menos, es decir, en la que coinciden
más la identidad manifiesta con la latente; lo que muestra y lo que realmente tiene.
Por ejemplo, si quiere ser un elefante y no quiere ser una hormiga, la profunda
disociación indica una identidad débil. En cambio, si desea ser un perro y rechaza
ser un gusano, la menor disociación indica una identidad más fuerte.
Un Yo más fuerte, duda menos en la elección y además, puede justificarla muy bien
en la expresión desiderativa. Por ejemplo, dice que le gustaría ser un puma porque
es fuerte, ágil y tiene buenas líneas.
Paloma para volar bien alto, es otra frase en la que se filtra otro fracaso del sentido
de realidad. La paloma no es un animal que vuele demasiado alto. Volar para
conocer indica que está homologando el "vuelo" con la capacidad intelectual y es
evidente que su Ideal del Yo está muy lejos de lo que realmente puede lograr. Esto
se corrobora cuando pregunta afirmando implícitamente que la víbora no es un
animal.
La víbora es un animal y repta (reptil): todo lo contrario de ave que vuela. De modo
que al elegir un animal su mente mezcló dos contrarios: el que vuela y el que repta,
símbolo de un deseo (tener vuelo) y la consecuencia de no lograrlo (víbora, lengua
venenosa, envidia).
La mariposa está asociada con la calidez, pero reconoce que es efímera. Aquí se
está acercando a su verdadera identidad, mucho más frágil de lo que trató de
mostrar en la primera elección. Y. finalmente, termina con un lamento. "No se
adónde voy a llegar".
En las negativas se hacen más evidentes las fallas del pensamiento, la fragilidad de
su Y o , y ciertas incongruencias como para pensar que se trata de un psicótico. Así
por ejemplo cuando dice que a la víbora la envenenan, o cuando dice "me gusta no
tener peligro a nada" sin que esto guarde relación con la llave en la cerradura. Hay
mucha confusión con un fondo definidamente paranoide, que aparece claramente
en la última catexia: planta carnívora.
Cuando dice que no le gustaría ser una llave porque es un elemento fantasioso, se
hace difícil entender la lógica de su ilógica. Llave alude a un símbolo sexual
masculino. Le gusta en la cerradura, clara representación del acto sexual. Parece
así evidente que debe tener serias dificultades con su masculinidad, reiterando lo
que dije a propósito de la primera catexia y que quizá recurre a una sexualidad
compulsiva para tapar sus ansiedades paranoides y homosexuales.
Las dificultades de esta muchacha para realizar el test indican una marcada
fragilidad yoica. Su actitud es bastante negativista y resistencial. Esto es lo que más
se destaca de su protocolo, por lo cual es difícil analizarlo conforme a todos los
parámetros desarrollados más arriba.
Ave para volar es una respuesta clisé ya que la gran mayoría estadística responde
eso en primer término. La segunda respuesta da indicios de mayor colaboración y
de una pulsión de vida que está presente pese a que su negativa a responder más
precisamente induce a pensar lo contrario.
La primera elección es muy apropiada para un varón por la simbología fálica activa,
es decir, que él acentúa su masculinidad como lo primero que quiere rescatar. Pero
la tercera negativa da por tierra con este intento ya que alude a una castración "letal"
es decir, mortal.
No todos los bichitos son dañinos, de modo que esta falla en su pensamiento nos
muestra que está muy a la defensiva. Atribuye a la mujer características de
completud (rosa... es completa) y la segunda negativa parece indicar que alberga
terribles temores al contacto con ella.
El caso siguiente es el de otro varón de 16 años internado por propia voluntad, con
diagnóstico de esquizofrenia. Había peleado con su padre y luego fue a internarse
a causa de lo que él llama "disritmia". Por momentos sufre una parálisis histérica de
la cual lo sacan con pinchazos.
1+ Nada; alma, porque es lindo.
1’+ Algo que cure todas las enfermedades, el cáncer, mi mamá es propensa al
cáncer.
1’’+ Un coche, auto de carrera, Fórmula 1, van a 300km/h.
1’’’+ Estampillas, me gusta clasificarlas.
1’’’’+ Dios, para que no haya guerra ni enfermedades.
2+ (¿Animal?) Un animal salvaje, libre, cualquiera, león o tigre (?)el primero por
sorteo, porque es salvaje, libre, hace lo que quiere.
3+ (¿Vegetal?) Jazmín, me gusta, a mamá también, por el aroma.
1- Cualquier cosa que destruya; bombas, armas, me gustan, de cualquier clase.
1’- Diablo, es un ángel que se rebeló contra Dios.
1’’- Enfermedad, ninguna de las malas, de las que no son curables ahora.
2- (¿Animal?) Uno que esté atado; perros atados. Si no están atados me gustan,
son inteligentes; entienden según el lugar y el medio.
3- Planta carnívora porque destruye, es peligrosa.
Pero sucede que para este muchacho ello significa ser muy peligroso, tal como una
enfermedad mortal: se peleó con el padre y se interna en un hospital psiquiátrico.
Rechaza toda dependencia, tal como se infiere de las catexias dos positiva y dos
negativa. Sin embargo, parece estar muy atado a la mamá hacia quien revela una
gran ambivalencia, ya que asocia con ella el aroma del jazmín, pero la condena a
morir de cáncer.
Se mueve entre extremos de una marcada disociación en lo que se hace tangible
su enfermedad: Dios o el Diablo, algo que cure lo incurable o armas mortales.
Su primera respuesta así lo indica: "Nada: alma", es decir, sin cuerpo o sea que su
Yo queda aniquilado por la consigna sin poder apelar a defensas que den "señales
de vida".
Veamos ahora el caso de una mujer de 29 años, que pide tratamiento después de
varios intentos frustrados y que se queja de sentirse mal en la pareja, en la
maternidad, en la creatividad en general. Dice haber empezado muchas cosas sin
terminarlas y haberse consagrado por entero durante cuatro años a su hijo.
3+ (Largo TR) Plantas me gustan todas pero no me gustaría ser una planta (?) No
sé; porque estaría ahí por la raíz. La raíz la convierte en algo fijo.
1- Un gato. No me gustan. No los entiendo. Me causan rechazo; un rechazo
espantoso. (¿Qué siente si Ud. Fuera un gato?) Traicionero, jodidos, siempre solos.
No quieren a nadie. Están con un amo y se pueden ir tranquilamente por ahí. Son
libres ¿no?
2- La locura. Porque yo creo que en la locura hay una locura que es linda, creativa,
que da vuelo y una locura que lo margina a uno de todo; es la muerte; el fin.
2’- No me gustaría ser una reja de una cárcel porque creo que se llega a situaciones
límite que son esas: un gato rabioso, la marginación y la cosa sin salida.
3- (Induzco.) No me gustan los cactus (?) sí, ahí afuera (señala el balcón) no me
gustan.
Pienso que esta mujer puede ser calificada de histérica pero de base narcisística
aguda. Elizabeth Zeltzer45 califica a estas pacientes como no analizables.
Efectivamente ella ha intentado analizarse, pero en vano. ¿Que busca? aquello que
colme su narcisismo.
Su hijo ha cumplido esa función pero ya tiene cuatro años y debe ingresar al colegio.
Esto puede haber funcionado como factor desencadenante ya que la obliga a
desprenderse del hijo como prolongación fálica de sí y reconocerlo como persona,
como otro.
Entonces busca hallar esto en otra parte: el analista. Utiliza el lenguaje como una
música; se engolosina hablando y trata de "engatusarnos" dejando pasar por alto
su patología si quedamos fascinados con su "sinfonía".
Ella rechaza establecer vínculos, pero el precio que paga es por una parte una gran
soledad interna y, por otra, quedar atrapada en situaciones límite entre la cordura y
la locura. En este sentido es una "border", como estado fronterizo; no como
estructura. Como ya dije la estructura es histériconarcisística.
Por eso es que aunque busca tratamiento, a poco de comenzar, percibe que el
terapeuta no cae víctima de sus encantos y no le brinda la satisfacción narcisística
que necesita. Entonces lo abandona. La vida misma impone límites y frustraciones;
es decir: la castración.
En esta mujer, los componentes agresivos del narcisismo están cobrando mucho
peso, de manera que habría que advertir al terapeuta que pidió este estudio acerca
de la posibilidad de intentos de suicidio en los momentos de ira por las decepciones
que la vida nos impone. Por eso, a pesar de tener excelentes condiciones, no puede
crear; la creación tiene que ver con la vida.
En la primera catexia este hombre plantea que ante el menor atisbo de proximidad
de un ser humano huye despavorido tal como lo hacen las cebras y jirafas. Desea
ser absolutamente libre y vivir en un estado primitivo (selva).
En la naturaleza existen cosas "hechas por Dios" y no las eligió. De manera que
podemos pensar que quedó impactado ante la muerte asociada a lo inanimado y
racionalizada con esos argumentos de dosificación.
La tercera catexia es congruente con la primera ya que alude al miedo a ser tratado
como un simple adorno si llega a meterse en lazos familiares, en una casa, que es
el motivo manifiesto de su consulta. Rechaza algo que significa "echar raíces".
Teme ser portador de un intenso y mortal sadismo que mata por contacto. Por eso
busca contacto pero infructuosamente. Así protege al otro de su sadismo pero
también se protege a sí mismo de los contactos peligrosos. Teme ser esclavizado
por la mujer a la que teme profundamente.
Seguramente hay algo de "zorro" en su conducta con ellas, con las que puede tener
relaciones sexuales pero no establecer relaciones objétales porque entonces se
transforman en algo que envenena y esto hace que él se transforme en el lobizón.
Así el miedo a ser castrado por la mujer toma en este caso un matiz más paranoide
porque es miedo a la muerte. El precio que paga por utilizar sexualmente a la mujer
y huir es el de sentirse un ladrón (1-) que debe huir velozmente tal como aparece
en la primera positiva.
Se trata, pues, de una persona difícil, inclusive como paciente. Es curioso que
buscara una mujer como terapeuta porque lo más lógico era pensar que le huiría.
De todas maneras, en el H.T.P. había dibujado una casa con dos puertas principales
de entrada en la misma pared. Esto sirvió de advertencia acerca de una doble faz,
una que muestra y otra que esconde, como dijéramos: es de desconfiar.
Se le sugirió tratarse con un hombre, pero insistió en una mujer. Podríamos definir
todo su tratamiento, que duró algunos meses como un constante "acting" en el que
relataba sus aventuras amorosas sin detenerse a trabajar con ninguna
interpretación.
El decidió cortar el tratamiento y se fue sin abonar las últimas sesiones, con lo cual
corroboró todo lo antes expuesto. Felizmente el psicodiagnóstico había servido para
poner en antecedentes a la terapeuta quien, a pesar de todo, no logró salir indemne
de la situación: quedó "pagando".
Veamos ahora el protocolo de una niña de seis años. Sus padres consultan porque
su comportamiento en casa es insoportable; pone nerviosos a todos y
especialmente al hermano mayor. Con la menor se lleva mejor. La madre es
traductora oficial y vive trabajando de Congreso en Congreso, incluso viajando.
Todo lo que responda es altamente dudoso ya que puede estar repitiendo "como
loro" cosas que escucha a su alrededor, tal como la madre que, al ser traductora
simultánea sólo traduce, no puede detenerse a pensar en lo que dice.
En las dos primeras negativas aparece el temor a un derrumbe que puede referirse
a la ruptura de sus frágiles defensas o. inclusive, a la ruptura de la familia por las
constantes escenas que la madre le hace al padre.
No será un marimacho porque rechaza la apariencia masculina. Pero podría ser una
hermosa homosexual quien, como describe Marie Bonaparte simplemente ignora al
sexo masculino como feo y admira su propio cuerpo y ama solamente a "otras"
mujeres, en realidad a sí misma.
Esto es muy complejo de explicar. El la parece compartir con la mamá todos sus
gustos y la mamá denigra constantemente al marido y tiene algo extraño entre
fóbico y perverso, pues dice que no puede cortarse las uñas de los pies porque le
da impresión. Ser un loro alude a falsas identificaciones que sirven tan sólo para
salir del paso.
En síntesis yo diría que esta niña sufre las consecuencias de serios conflictos en la
pareja de los padres quienes, a su vez, no deben mostrarle identificaciones
claramente femeninas y masculinas, sino muy mezcladas. Es una niña lo
suficientemente fuerte como para no estar más afectada aún por estas confusiones,
pero el precio que puede llegar a pagar es la sumisión a la madre a través de una
identificación homosexual que denigra a ignora al hombre tal como la madre lo hace.
En estos casos es imprescindible trabajar con los padres, pero en este caso en
especial fue imposible ya que la mamá encontraba toda suerte de excusas para no
coincidir con el marido y finalmente sacó a la niña del tratamiento indicado.
El próximo caso es el de un varón de nueve años. Sus padres consultan por sus
intensos miedos "desde siempre" pero intensificados a partir de la reciente
separación de sus progenitores.
Dice así:
1+ Pájaro, para volar, pero no porque hay gente que los maltrata (Entonces ¿sí o
no?) Sí un pájaro, cualquiera.
1’+ Un perro, porque me gusta jugar, que sea juguetón como el mío. (Se produce
un largo silencio, le menciono vegetales y todo lo inanimado, cosas, etc., pero no
responde y su cara demuestra angustia, entonces decido cambiar la táctica y le
pregunto sobre las negativas. Responde rápidamente.)
1- Mosquito porque te maltratan mucho, te pegan y también
1’- Una hormiga porque te están pisando.
2- Una hoja de papel, las estropeas y cuando escriben me dolería. (Bueno; ahora
sabes qué cosa no te gustaría ser, una hoja de papel. Pensá qué cosa sí te gustaría
ser.)
2+ Una nube; podría ver a todos los chicos jugar.
3+ Una palmera; porque está en las playas, fresquito. (Bueno; una palmera sí te
gustaría ser. Ahora pensá cuál vegetal no te gustaría ser.)
3- Una rosa, porque hay chicos que cuando le buscan flores a su mamá siempre
encuentran la más linda y arrancan rosas.
Incluyo este protocolo especialmente por las variantes que pueden incluirse a los
efectos de que el sujeto pueda realizar el test. Es evidente que el trabajo de
desidentificarse y volver a hacerlo le angustió. Es como si al pedirle nuevas
identificaciones le hubiéramos quitado todas las defensas.
Quizá la tercera negativa tenga que ver con el temor de ser objeto del
deseo sexual-sádico de otros varones que lo atacarían. Por otra parte, creo que la
mamá ejerce un gran poder sobre este niño, quien, además, lleva el mismo nombre
del esposo que acaba de abandonarla.
Posiblemente él desea darle cosas lindas, las más lindas del mundo, para
compensarla. En esas cosas una es la inhibición de la agresión y el permanecer
cachorro ligado a ella por mucho tiempo. Por eso observamos que su Ideal del Yo
es muy pobre en relación con el reiterado miedo al maltrato.
Podría haberse identificado con un animal más fuerte al que nadie se anima a
acercarse ni a tocar. Sin embargo él se conforma con huir o seducir como bebé
mimoso.
Cuando en la hora de juego enfrenta dos muñecos varones y dice: "Tiene derecho
a seguir viviendo el más joven, el otro tiene bigotes", nos da la clave de sus intensos
miedos intensificados desde que se fue el papá: el más joven es él y ha matado al
padre pasando a ocupar su lugar.
Estas imágenes muestran a las claras por qué no quiere dejar de ser un cachorro.
El futuro es terrorífico y está asociado con la muerte. Si se transforma en un hombre
"con bigotes" está destinado a ser objeto del ataque de todos estos seres malvados
y siniestros.
En cambio en la primera (A1) aparece lo futuro muy temido y más inconsciente. "Un
hombre en el cielo, en las nubes (?) Cuando se murió fue ahí. No está él; es la
sombra. (?) De un ataque al corazón (?) Tenía familia. Mamá, dos hijas y un hijo".
Así se compone su familia, por lo que es evidente que el muerto es la figura de su
padre.
Crecer es matar al padre y esto explica que una vez haya dicho. "Me quiero
suicidar". La mamá aceptó que esto es lo que la asustó y precipitó la consulta. El
papá le restaba importancia. Yo insistí en darle la debida importancia ya que se
trata de un niño con una base melancólica, con débiles defensas y proclividad a
sentirse agredido sin poder agredir ni siquiera en defensa propia. Esto, sumado al
terror a consumar el drama edípico, podrían precipitar salidas autodestructivas.
Por eso quita espinas a las rosas sin las cuales éstas quedan indefensas. Las tres
catexias negativas indican no solamente lo temido como algo terriblemente cruel,
siniestro e implacable, sino que también nos muestran la ferocidad de su
pulsión de muerte y la fantasía de ser portador, como el doberman,
de un impulso irresistible de matar y devorarse a sus padres en un
acto psicótico de ataque alienado.
Devorar al padre para liberarse o elegir el destierro o sufrirlo como castigo: he ahí
la tragedia edípica que describieran los griegos y retomara Freud.
El problema edípico de este muchacho es muy claro; pero no se trata de algo normal
sino de un conflicto tremendo y dramático en el que la angustia de castración se ha
transformado en angustia de muerte, por sentirse portador de una pulsión mortal si
la libera.
Los síntomas que padecía este muchacho desde chico y hasta la actualidad son
episodios asmáticos que siempre han restringido su vida social. Cuando lo conocí,
sus padres me dijeron que sufría mucho porque los amigos lo subestimaban, y
porque asumía todo lo que sucedía a su alrededor (discusiones de los padres)
pensando siempre que iba a suceder lo peor: si el padre discute ya está por irse de
la casa: si toma dos aspirinas piensa que ya tiene una úlcera.
Le afecta mucho cuando la mamá está deprimida. Cuando nació casi se muere por
incompatibilidad sanguínea de los padres. A los 20 días apareció una hernia y lo
operaron. A los 5 meses, un problema genital por el cual hubo que practicar un corte
para que pudiera orinar.
Entre los 2 y 3 años, apareció otra hernia y a los 7 se 1e operó de apéndice. Todas
estas operaciones fueron de urgencia y sin demasiadas explicaciones previas.
Estos datos justifican ampliamente las hipótesis extraídas del Desiderativo.
Desde bebé sufrió tantas agresiones físicas que, dentro de las fantasmática del
primer año de vida, se intensifican las ansiedades esquizo-paranoides por
confirmación de la realidad externa. Para un bebé las operaciones no son
salvadoras, son agresiones mortales porque él es muy malo y alguien quiere matarlo
justicieramente.
Por eso a los 14 años, edad en que se debate otra vez la conflictiva edípica, para
lograr la independencia y salir hacia la exogamia, pide ayuda porque la angustia de
muerte es insoportable. La indicación fue de tratamiento psicoanalítico de no menos
de tres sesiones semanales con periódicas entrevistas con sus padres y él para
chequear su proceso de recuperación.
En este protocolo resaltan las dificultades de este niño para poder ubicarse en la
posición del que pierde la vida pero la recupera en las elecciones desiderativas.
Pero oscila entre lo retentivo y lo expulsivo, tal como vemos en la comparación entre
2+ y 1-; el
soldadito de plomo representa el bloqueo total de la pulsión anal muscular: el
soldadito no hace más que obedecer órdenes.
Pero el mismo dispara una lucecita, el rifle dispara y la pantera dispone de una
musculatura lo suficientemente ágil y poderosa como para matar al cazador que es
quien tiene el rifle en sus manos.
Ante al miedo a la peligrosa pulsión anal-sádica, este niño regresa hacia lo oral:
planta carnivora. Pero se encuentra con un sadismo tan peligroso como el anal. Y
si intenta ir hacia adelante, su intento de entrar en la fase edípica (3+) también es
angustiante porque arrastra consigo el sadismo de la etapa anal aún no
solucionado: el palo largo (pene) se puede meter en cualquier parte y si hubiera que
meterlo más chico, se corta.
El hecho de que responda rápidamente a las negativas, indica que le produjo alivio
esta oportunidad que el test le brinda, de proyectar lo malo y retener lo bueno.
En las tres aparece la muerte como inevitable desde los tres puntos de fijación
libidinal incluidos en las catexias positivas: la pulsión anal-muscular mata; la oral
sádica, también y la fálica es tan endeble que el atacante la hace trizas porque es
"pura lata".
En la vida real este niño pertenecía a una familia cuyos padres se habían conocido
en el Tiro Federal. Ambos sabían tirar y salían muy frecuentemente de caza con los
niños. Existió un tío que había muerto en un intento omnipotente de pasar un paso
a nivel antes que el tren que se aproximaba visiblemente (luz roja, lucecita que
dispara el soldadito).
Su madre corroboró esto. Le expliqué que yo sabía esto desde el primer día pero
que él recién lo había podido pensar ahora que comenzaba a hacer efecto el
tratamiento. En términos psicoanalíticos lo que estaba sucediendo es que el niño
acababa de tomar "insight" con algo que hasta entonces sólo estaba presente
dentro de mí.
Aconsejé a la madre que tomara en cuenta el ruego implícito en el relato del hijo y
que lo protegiera un poco más, poniendo límites al padre en el exceso de velocidad
y en las cacerías.
Recuerdo también que en un período posterior este niño oscilaba
entre ser el matón que me amenazaba y el muerto de miedo que
me temía.
En una oportunidad me dijo que había traído una sevillana que tenía oculta en la
media y que me podía matar. Otra vez trajo un revólver que parecía de verdad (yo
no distingo absolutamente nada de armas) y me apuntó. Yo le dije: "Estás muerto
de miedo y me querés meter el miedo a mí". Instantáneamente bajó el arma y se
puso a dibujar algo.
A esto siguió un período en el que traía una cruz y me la ponía delante de mis ojos
al tiempo que me preguntaba si por la ventana podían entrar murciélagos. Movía la
cruz de un modo peculiar y me di cuenta de que yo era el vampiro y que con la cruz
trataba de exorcizarme.
La respuesta 2'- corrobora esto pues adjudica a algo fálico características muy
dañinas, en tanto el símbolo del pecho (2-) aparece nuevamente como sufriente tal
como la casa en 3 + . En 3- se ve que para ella la vida debe transcurrir algo así
como entre algodones y erradicar la agresividad como sinónimo de peligrosidad.
Por eso es que crecer es sufrir y quedar "en la intemperie" (1 - ) , sin una mamá que
la mime. Esta joven llevaba dos años de casada y estaba preocupada porque no
podía quedar embarazada. El período no es demasiado como para justificar su
preocupación. Más bien pensé que está preocupada porque con toda la
problemática que aparece en el Desiderativo, no llegará nunca el momento de
aceptar realmente el rol de mamá.
Enfatiza la naturaleza sanguinaria del hombre (no dice "ser humano") y parece tener
serios conflictos con la sexualidad asociada a placer y no sólo a procreación. La
esposa está apurada por embarazarse para tranquilizar al esposo ya que ello
legitimaría las relaciones sexuales que bien podrían estar centralizadas, en este
primer período de matrimonio, en el goce.
Este hombre parece tener aspectos buenos (utilidad del duraznero o del cobre) pero
mezclados con otros muy agresivos (cuchillo filoso) no claramente puestos al
servicio de los goces de la vida.
En 3'- aparece un símbolo uterino muy peligroso y por ser la última respuesta, el
pronóstico resulta negativo. Carezco de información acerca de cómo fue el
embarazo de él en la panza de su madre, pero no parece haber sido una experiencia
feliz. A él le da miedo meterse en un genital terrorífico y a ella que algo dañino se
introduzca en el de ella. La esterilidad, pues, también es el resultado de malas
relaciones sexuales que habría que explorar en profundidad para no caer en el
ridículo de una situación en la que finalmente la pareja termina diciendo: "es que no
tenemos relaciones".
En primer lugar nos interesa destacar las dos concepciones que Freud desarrolla
acerca del narcisismo: una concepción económica en la que lo liga a la teoría de la
libido y otra en la que se lo entiende como la valoración que el sujeto hace de sí
mismo.
Ese es el motivo para proceder con mucha cautela, porque si se produce una fusión
saludable, entraremos en una etapa del tratamiento llena de logros y progresos
unidos al reconocimiento del paciente de que su éxito es también el nuestro. Pero
si prevalece la defusión, y esto es imposible de prever, el paciente oscilará entre el
triunfo omnipotente y maníaco y pozos de depresión narcisista que clínicamente se
evidencian por el sentimiento de humillación (no de tristeza) y la proyección en el
terapeuta del fracaso de tal omnipotencia oscilando con intentos de auto destrucción
suicida.]
Hipótesis de trabajo
Teniendo en cuenta estos desarrollos teóricos planteamos las siguientes reflexiones
a manera de hipótesis de trabajo.
1. Entendemos que la formación de la consigna ("De no ser persona, ¿que es lo que
más le gustaría ser?") funciona como ejecutora de una herida narcisística al Yo del
sujeto. Implica la evidencia de su mortalidad y de las vicisitudes a que está expuesto
por su condición de ser humano.
Inferencia de indicadores
A partir de esas hipótesis, y en una tarea que conjugó lo teórico con el material
clínico de diagnóstico psicológico, inferimos los siguientes indicadores para la
evaluación de los componentes narcisistas de la personalidad.
Se niega a continuar diciendo: " S i no puedo ser eso no quiero ser otra cosa". b2)
La no-realización de las positivas pero sí de las negativas. Cuando el sujeto
pretende expresar lo deseado y valorado, y esto le remite a una zona muy conflictiva
y confusa (la del Ideal), puede suceder que no dé respuestas positivas pero sí las
negativas.
Esto nos ubica en vicisitudes dolorosas del narcisismo de esa persona. Es común
encontrar este tipo de respuestas en sujetos que atraviesan por crisis de identidad
normales (como la adolescencia, por ej) o patológicas. b3) La realización de las
positivas pero no de las negativas. Es la evitación a ultranza del contacto con los
aspectos que pueden atacar la imagen idealizada de sí mismo.
Una elección positiva que sólo destaca atributos dirigidos a asegurar las bondades
absolutas del objeto y en la que el otro no figura, permite inferir un alto grado de
narcisismo. Por ej: " M e gustaría ser un libro de primeras letras, ¡qué importante!
que tiene como misión enseñar a leer y escribir a todos"; " M e gustaría ser una casa
cómoda para albergar una familia grande, una casa linda con un hogar que alegre
y que a la gente le guste vivir allí".
Cada ejemplo ilustra cada una de las dos posibilidades. 5. Modos y grados de la
inclusión del otro Podemos señalar distintos matices que permiten una valoración
sobre el tipo de elección de objeto. a) Cuando el otro no está presente: la no-
inclusión del otro denuncia el predomino absoluto de la idea de autoabastecimiento
y autonomía. Por ej.: "Un cactus, porque no tiene necesidad de condiciones muy
favorables para vivir y crecer.
"Una rosa; es una flor hermosa por su perfume, su color. Peor también tiene
espinas: sabe defenderse. No las pueden arrancar así como así". b) Cuando esos
elementos agresivos están negados: Esto se observa ante la negativa o la dificultad
de elecciones negativas. Subyace el temor al colapso narcisista, es decir, a la
identificación con el Yo Ideal Negativo. Por ej. : "Todos los seres son buenos por
eso no hay nada que no me gustaría ser". "Una rosa por su aroma y por su
suavidad". c) Cuando están enfatizados: Se detecta con facilidad cuando en las
elecciones positivas subyacen atributos de fuerza, dominio, agresión, etc. Por
ejemplo: " U n tigre por lo agresivo, lo audaz. Primero por la agresividad", b) y c) son
ejemplos de una de fusión patológica que oscila entre el masoquismo y el sadismo.
6. Congruencia entre el objeto y la racionalización Este indicador es
instrumentalizado en general para la evaluación del criterio de realidad por el
reconocimiento de las cualidades esenciales del objeto. Hemos observado que
muchas veces un montante elevado de narcisismo hace tambalear el criterio de
realidad, no sólo obviando esas características propias del objeto sino sobre
imponiendo otras que no le corresponden, para conformar coercitivamente el Ideal
narcisista. Podemos repetir aquí el ejemplo de la máquina computadora. A mayor
distancia y falta de congruencia hablamos de una patología más grave en la
estructura narcisista del sujeto, hasta llegar a la psicosis.
Conclusiones
1. Consideramos que a través de estos indicadores, que de modo
alguno pretenden ser exhaustivos, podemos estar en condiciones
de evaluar la cualidad c intensidad del narcisismo puesto en juego
en la tarea que propone el test. Si se trata de un narcisismo positivo
puesto al servicio de una valoración realista de sí mismo, del
reconocimiento de la falta y la necesidad y, por ende, de la ayuda
del otro, o si, por el contrario, se trata de un narcisismo catalizado
en la línea de la megalomanía y la omnipotencia. Del mismo modo
nos orientará para detectar el predominio del tipo de relación de
objeto.
2. A partir de aquí pensamos que resulta un instrumento auxiliar
valioso para el diagnóstico diferencial entre psicosis y neurosis.
3. Estimamos que se abre un campo rico de estudio e investigación
para profundizar en las características peculiares del narcisismo en
los distintos cuadros psicopatológicos.