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Cerebro de Un Disléxico

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EN EL CEREBRO DE UN

DISLÉXICO
Una investigación demuestra que los afectados por el trastorno tienen menos
conectados los módulos lingüísticos de la mente. El hallazgo cambia la forma de
entender y abordar la patología
5 DIC 2013 - 19:18 CET14

La dislexia es cualquier cosa menos un trastorno raro: se estima que afecta


al 10% de la población, o 700 millones de personas en el mundo. Décadas
de investigaciones psicológicas han localizado el problema en las
representaciones fonéticas del cerebro, que estarían distorsionadas en los
disléxicos. Un estudio de imagen cerebral con 22 voluntarios sin este
trastorno y 23 disléxicos demuestra ahora que las representaciones
fonéticas en el cerebro están completamente intactas, y que la verdadera
razón de la dislexia es un déficit en su conexión con las otras 13 áreas
cerebrales implicadas en el procesamiento de alto nivel del lenguaje. Las
terapias del futuro deberán basarse, proponen los autores, en mejorar esa
conectividad.

I. Décadas de estudios culpaban a las representaciones


fonéticas
La dislexia consiste en una dificultad para aprender a leer con fluidez y
comprendiendo bien el texto, pese a que los afectados tienen una
inteligencia no verbal normal, o a menudo alta. La disfunción no es
específica de la lectura, porque el disléxico suele encontrar la misma
dificultad para procesar el lenguaje hablado, y para pronunciarlo. Los
psicólogos han localizado el problema en el cartógrafo cerebral que se
ocupa de clasificar el magma sonoro del mundo real como un mapa de solo
unas decenas de fonemas, las unidades básicas de cualquier lenguaje.

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II. Radiografía de la Dislexia
 La dislexia es un trastorno del aprendizaje de la lectoescritura, de
carácter persistente y específico, que se da en niños que no presentan
ningún impedimento físico, psíquico ni sociocultural.
 Es la causa más común de las dificultades de leer, escribir y
deletrear.
 Unos 700 millones de personas, el 10% de la población, son
disléxicas.
 Uno de cada cinco estudiantes tiene dificultades para el aprendizaje.
 Menos de un tercio de los niños con problemas de lectura reciben
tratamiento específico en las escuelas.
 Afecta a un mayor número de hombres que de mujeres.
 La dislexia tiene un fuerte componente hereditario.
 Los disléxicos ven afectada su coordinación motora, el cálculo
mental, la concentración y la organización personal.
 Es habitual que presenten hiperactividad, dispraxia o déficit de
atención asociados al trastorno.
 Un estudio de 2012 apuntaba a que los nacidos en otoño que
comienzan el colegio a una menor edad presentan un mayor índice
de afectación.
 Idiomas como el español, con una fonética más regular, dificultan la
detección de la dislexia. En inglés, por ejemplo, donde a una letra le
corresponden varios sonidos, el diagnóstico es más precoz.
Las letras del lenguaje escrito son intentos humanos de mapear los fonemas
como símbolos, más o menos acertados en según qué lengua. Pero mientras
que la facultad del habla está en los genes —es uno de los grandes
patrimonios genéticos comunes a toda la humanidad—, la escritura es una
invención con solo unos milenios de historia.

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Los fonemas están en los genes, y las letras están en la cultura. Pero la
dificultad de leer del disléxico no tiene que ver con la visión de las letras,
sino con los fonemas que las letras significan. De ahí que una dificultad de
lectura tenga un fuerte componente genético. La dislexia tiende a agruparse
en familias, y es el triple de común en hombres que en mujeres.

El neurocientífico Bart Boets y sus colegas de la Universidad Católica de


Lovaina, el University College de Londres, la Universidad de Oxford y
elETH de Zúrich han utilizado las técnicas más avanzadas para examinar el
cerebro en acción de una muestra notable (45 personas) de voluntarios
disléxicos y normales (entiéndase normales en el sentido de que
representan al 90% de la población mundial). Ello incluye la resonancia
magnética funcional, que cartografía (o ilumina) las zonas del cerebro
activas mientras el paciente hace tareas de lectura y demás, y las modernas
técnicas de computación que permiten detectar la conectividad entre unas
zonas y otras: tanto las conexiones estructurales, o estables, como las
funcionales que dependen de la tarea. Presentan sus resultados en Science.

III. La dislexia afecta al 10% de la población, unos 700


millones de personas
Estas técnicas de alta resolución biológica les han permitido ver lo que pasa
en las partes relevantes del cerebro mientras los disléxicos y los controles
procesan el lenguaje. Como casi toda facultad mental, la representación de
los fonemas ocupa un lugar concreto e identificable en el córtex cerebral:
por una vez donde cabría esperar, cerca de las orejas, y llamado córtex
auditivo primario y secundario. La actividad cerebral allí se ha revelado tan
robusta y precisa en los disléxicos como en los controles. Hasta aquí la
resonancia magnética funcional.

Pero los mapas de conectividad han revelado una diferencia consistente


entre los dos grupos de voluntarios. Los mapas de fonemas (el córtex
auditivo primario y secundario) se conectan normalmente con fuerza a las
áreas lingüísticas de alto nivel, situadas en otra estructura distinta, el giro
frontal inferior, cerca de la sien. Aquí se cuecen los análisis sintácticos y

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las asignaciones semánticas que se estudian en la escuela, y que son las que
dan sentido al lenguaje. Es la conexión del córtex auditivo con estos
procesadores de alto nivel la que está debilitada en las personas disléxicas.

IV. Los afectados tienen problemas para aprender a leer


y para hablar
No todos los neurocientíficos están convencidos, sin embargo, de que la
dislexia sea por completo independiente de la representación fonética, o
habilidad para distinguir claramente un fonema de otro. El neurólogo
Michael Merzenich, de la Universidad de California en San Francisco,
señala en la revista Science que “décadas de trabajo muy extenso y
convincente” han mostrado que las personas con dislexia distinguen las
representaciones fonéticas con menos fidelidad de lo normal. Merzenich y
otros científicos no relacionados con el estudio consideran que las
distinciones fonéticas utilizadas en la investigación de Lovaina no son lo
bastante finas.

Pero otros expertos sí parecen más impresionados por el nuevo trabajo,


como el científico cognitivo Franck Ramus, de la École Normale
Supérieure de París: “Es el estudio más concluyente que he visto en el
campo en los últimos cinco años; los resultados, de ser ciertos, modifican
nuestro entendimiento de la dislexia de manera notable”. Ramus ve
implicaciones para los programas de entrenamiento auditivo que se usan
actualmente contra la dislexia.

V. Algunos científicos cuestionan las conclusiones del


trabajo
“En las sociedades alfabetizadas actuales”, dice Boets, el primer autor del
estudio, “las dificultades para leer y escribir no solo afectan a la educación
y el desarrollo cognitivo, sino que también tienen un gran impacto en el
bienestar socio-emocional, las oportunidades de trabajo y otros aspectos”.

El neurocientífico de Lovaina explica que, en la mayoría de las lenguas, el


sistema de escritura es alfabético, o una correspondencia entre las unidades

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básicas del habla (los fonemas) y los símbolos visuales (letras o grafemas).
La mayoría de los niños pueden así aprender a leer y escribir estudiando las
reglas de correspondencia entre fonemas y grafemas. “Pero este proceso
requiere cierto entendimiento de la estructura sonora, o fonológica, del
lenguaje, y aquí es donde reside la dificultad de los disléxicos”, concluye
Boets.

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