En Los Límites de La Inteligencia PDF
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de la inteligencia
¿Es el ingrediente del éxito en la vida?
ROBERTO COLOM
PROFESOR DE PSICOLOGÍA
DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE MADRID
En los límites
de la inteligencia
¿Es el ingrediente del éxito en la vida?
EDICIONES PIRÁMIDE
COLECCIÓN «PSICOLOGÍA»
Director:
Francisco J. Labrador
Catedrático de Modificación de Conducta
de la Universidad Complutense de Madrid
Agradecimientos ...................................................................................... 11
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Índice
8
Índice
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Agradecimientos
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1 ¿Es importante ser inteligente
en la sociedad actual?
Earl B. Hunt
The role of intelligence in modern society
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En los límites de la inteligencia
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¿Es importante ser inteligente en la sociedad actual?
CUADRO 1.1
Fénomenos sociales con los que se relaciona la inteligencia,
tanto positiva como negativamente
Fénomenos con los que la inteligencia Fénomenos con los que la inteligencia
se asocia positivamente se asocia negativamente
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En los límites de la inteligencia
Fénomenos con los que la inteligencia Fénomenos con los que la inteligencia
se asocia positivamente se asocia negativamente
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¿Es importante ser inteligente en la sociedad actual?
CUADRO 1.2
Intensidad con la que se relacionan una serie de atributos humanos evaluados
en la infancia con el nivel de ingresos, el nivel ocupacional y el éxito laboral
de una serie de personas adultas jubiladas
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En los límites de la inteligencia
Cada cual posee una cierta noción sobre quién es inteligente y quién
lo es menos. Los mecanismos a través de los que se llega a esa noción
importan poco ahora. Los psicólogos han seguido una lógica aplastante
para analizar el fenómeno de la inteligencia. Usualmente se llega a la
conclusión de que una persona es inteligente observando cómo se en-
frenta a una serie de situaciones. No sirve de nada que la persona nos
diga que es muy «lista». Es necesario verla actuar en situaciones que
exigen una decisión o una conducta inteligente. Según cómo actúe la
persona, así será el veredicto.
Rescatemos a Garzón. ¿Qué nos ha llevado a la conclusión de que
estamos ante una persona inteligente? El modo en que ha conducido sus
casos más renombrados, la manera en la que parece dirigir su vida o sus
respuestas a las preguntas de los periodistas. Su actuación en esas situa-
ciones, o ante esos problemas de la vida, nos permite sacar conclusio-
nes. Pero, ¡alto!, ¿son todas las cosas que hace Garzón inteligentes? De-
pende. Algunos opinan que su breve incursión en la política fue una decisión
poco inteligente. Y a lo mejor quienes eso opinan tienen razón. Sin em-
bargo, puesto que se trata de una persona inteligente, se puede suponer
que Garzón tomará rara vez decisiones que los demás calificarán de
poco inteligentes.
La inteligencia nos asiste para que nuestras actuaciones sean poco
inteligentes en contadas ocasiones. Actuaría a favor de las personas del
mismo modo que el pequeño porcentaje que favorece a las bancas de los
casinos: a la larga, produce enormes beneficios a su dueño. Facilita que
nuestras conductas sean adaptativas o beneficiosas, pero no garantiza
que nuestras conductas poseerán siempre esa naturaleza.
Si estamos de acuerdo en que para decidir si alguien es más inteli-
gente o lo es menos, necesitamos observar lo que hace en determinadas
situaciones, entonces estaremos también de acuerdo en que los psicólo-
gos necesitan algo similar. Si se desea, como así es, estudiar la conducta
inteligente en situaciones en las que no quepa duda de que lo que la
persona hace es adaptativo, o, en otros términos, que hace lo correcto,
entonces es necesario elegir situaciones suficientemente claras. Es decir,
son necesarias situaciones en las que todo el mundo esté de acuerdo en
que la persona ha respondido adaptativamente.
Esas situaciones se denominan, en jerga técnica, situaciones estan-
darizadas. Cuando varias de esas situaciones se ordenan de un cierto
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¿Es importante ser inteligente en la sociedad actual?
CUADRO 1.3
Frecuencia en el uso de distintos tipos de tests en España. También se indica
la proporción de profesionales encuestados que señala emplear los distintos
tipos de tests
Proporción sobre
Tipos de tests Frecuencia encuestados
El cuadro 1.3 indica que, con notable diferencia, los tests más usa-
dos en España son los tests de inteligencia. Naturalmente, este dato
es una evidencia más sobre la penetración social que la inteligencia
posee.
Los tests psicológicos, como sucede con otro tipo de medidas, per-
miten ordenar a las personas. Supongamos que alguien nos da una
cinta métrica y nos pide que midamos la estatura de los habitantes de
un pueblo de la provincia de Burgos. Las instrucciones dicen que de-
bemos medir la estatura de los 3.500 habitantes del pueblo y anotar
el resultado. A partir de las medidas registradas se puede elaborar el
cuadro 1.4.
La estatura de los habitantes varía: el habitante número 3.500 es más
alto que el número 9, y el número 1 es más bajo que el número 2. Ci-
ñéndonos a las estaturas consignadas en el cuadro 1.4 se comprueba
que hay cuatro habitantes que miden lo mismo, dos que miden menos
y otros dos que miden más que esos cuatro, y, finalmente, hay otros
dos habitantes, uno de los cuales es el más bajo y otro el más alto.
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En los límites de la inteligencia
CUADRO 1.4
Ordenamiento de los habitantes de un pueblo según su estatura
Los números del cuadro 1.4 se pueden representar como se puede ver
en la figura 1.1.
En ella se señala que casi la mitad de los habitantes (4 de 10) pre-
sentan una estatura de 180, un quinto de los habitantes tiene una esta-
tura de 175 y otro quinto de 185, mientras que solamente un décimo
4
Número de personas
0
165 175 180 185 195
Estatura
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CUADRO 1.5
Proporción de personas ubicadas en distintas zonas de la distribución poblacional
de inteligencia
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2 ¿Se puede medir científicamente
la inteligencia?
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Los científicos deben proponer una teoría clara y recoger datos válidos
para contrastarla empíricamente. Una teoría que no se puede contrastar
no puede ser científica. Los psicólogos han propuesto una teoría clara so-
bre la inteligencia y han usado procedimientos para medir los fenómenos
que la teoría considera pertinentes respecto de la conducta inteligente.
Existe una útil distinción entre teorías científicas y visiones del
mundo. Lo que confunde a los legos es que hay concepciones que se ca-
lifican de psicológicas, pero que realmente son visiones del mundo con
aspecto de teorías. El psicoanálisis constituye un ejemplo: se trata de
una fascinante visión sobre el mundo psicológico, pero nada más, pues-
to que incumple los criterios que debe satisfacer una teoría científica.
Así, por ejemplo, no se ha podido probar que distintos expertos en psi-
coanálisis coincidan al interpretar el mismo sueño de un paciente.
Según los científicos, la inteligencia constituye una capacidad inte-
gradora de la mente. Una capacidad que permite pensar de un modo
abstracto, razonar, planificar, resolver problemas, comprender ideas
complejas y aprender de la experiencia. La inteligencia no constituye
un simple conocimiento enciclopédico, una habilidad académica parti-
cular o una pericia para resolver tests, sino que refleja una capacidad
más amplia y profunda para comprender el medio ambiente: darse cuen-
ta, dar sentido a las cosas o imaginar qué se debe hacer.
Partiendo de esta caracterización, los psicólogos han diseñado modos
de medir la conducta inteligente. Generalmente se han servido de tests
estandarizados, es decir, situaciones que exigen que la persona «piense de
un modo abstracto, razone, planifique, resuelva problemas, comprenda
ideas complejas y aprenda de la experiencia». Algunos de estos tests incluyen
palabras o números y requieren un conocimiento cultural específico (por
ejemplo, es necesario conocer un determinado vocabulario). Otros tests
no requieren un conocimiento específico e incluyen formas o diseños, de
modo que sólo exigen conocer conceptos universales simples, por ejem-
plo, «mucho y poco», «abierto y cerrado» o «arriba y abajo».
Algunos críticos han sugerido que estos tests no miden inteligencia.
Su argumento es que los tests de inteligencia son incapaces de medir
muchos aspectos importantes de la inteligencia. Quienes insisten en que
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CUADRO 2.1
Longitudes en centímetros del brazo izquierdo
y derecho de una muestra de personas
1 50 51
2 45 44
3 55 56
4 35 34
5 25 26
... ........ ........
y así sucesivamente ........ ........
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¿Se puede medir científicamente la inteligencia?
CUADRO 2.2
Las personas pueden acertar o equivocarse al intentar resolver los problemas
incluidos en un test de inteligencia
El cuadro 2.2 nos dice que las personas aciertan algunos problemas y se
equivocan en otros. Igual que hicimos con las longitudes de los brazos me-
didas a través del metro, podemos calcular ahora las relaciones entre los
problemas, es decir, podemos calcular hasta qué punto las personas tienden
a acertar o a equivocarse al resolver los problemas del test. El grado de re-
lación calculado permite averiguar hasta qué punto nuestra medida es fia-
ble, es decir, si estamos midiendo adecuadamente esa propiedad humana
que denominamos inteligencia y que es reclamada al intentar resolver los
problemas. ¿Por qué? Se puede esperar que una persona inteligente resuel-
va correctamente la mayor parte de los problemas, mientras que los menos
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CI = 5/5 = 1
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CI = 5/6 = 0,83
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del que disponen los marcianos para estimar la potencia con precisión,
sin recurrir al test de sobriedad, exigirá descubrir el elemento o factor
común a todos los líquidos que es causa de que difieran en potencia, es
decir, en los valores que se les asigna tras el análisis de las cantidades de
líquido que es preciso ingerir para fracasar en el test de sobriedad.
Si los marcianos pudieran hacer un análisis químico —y es algo bas-
tante probable que puedan hacer, aunque no conozcan nuestra lengua—
averiguarían que el factor común es el alcohol etílico.
Una característica del alcohol etílico es que no posee ninguno de los
atributos superficiales (color, sabor, aroma) de la mayor parte de los lí-
quidos de la tienda de licores. Sabido que:
1. El factor común a todos los licores es el alcohol etílico.
2. El alcohol etílico explica las diferencias en la potencia de
los distintos líquidos.
3. Ese factor común explica por qué son necesarias distintas dosis
de diferentes licores para fracasar en el test de sobriedad.
Entonces, los marcianos podrán abordar el problema de la bioquími-
ca cerebral y de la neurofisiología de por qué el alcohol etílico tiene ese
potente efecto sobre el test de sobriedad.
¿Qué nos dice este ejemplo sobre la inteligencia? Varias cosas. Hay algo
común a todos los licores que es el responsable último de que los marcia-
nos adolescentes fracasen en el test de sobriedad. Las características super-
ficiales de los licores no pueden explicar satisfactoriamente el fracaso en el
test. Este hecho guarda una relación directa con lo que sucede al medir la
inteligencia a través de los problemas de los tests: las características super-
ficiales de los tests no son especialmente importantes, sino que el factor re-
levante es el nivel de complejidad de los problemas incluidos en los tests.
La complejidad de los problemas con respecto al nivel con el que se le exi-
ge a la persona pensar de un modo abstracto, razonar, planificar, resolver
problemas, comprender ideas complejas y aprender de la experiencia.
Darse cuenta de que la inteligencia está relacionada con el nivel de
complejidad de los problemas que las personas deben resolver, y no con
la apariencia o las características superficiales de tales problemas, ha
dado lugar a que los científicos postulen dos generalizaciones básicas so-
bre los problemas a través de los que se mide este atributo humano:
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CUADRO 2.3
Nivel de correlación entre distintos tests de inteligencia
para personas que difieren en su cociente intelectual (CI)
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¿Se puede medir científicamente la inteligencia?
CUADRO 2.4
Descripción de algunos tipos de inteligencia
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3 ¿Es imparcial la medida
científica de la inteligencia?
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¿Es imparcial la medida científica de la inteligencia?
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¿Es imparcial la medida científica de la inteligencia?
Pero la empresa debe asegurar también otra cosa: que las pruebas
que emplea constituyen el método más objetivo, es decir, que no van a
beneficiar a determinadas personas; por ejemplo, que no van a benefi-
ciar de un modo artificial a los candidatos hombres en detrimento de las
mujeres candidatas. Las puntuaciones alcanzadas en las pruebas por las mu-
jeres y por los hombres candidatos deben poseer el mismo significado. Si
lo poseen, se afirma que las pruebas no están sesgadas. Si no lo poseen,
entonces las pruebas estarán sesgadas.
Imaginemos que una de estas pruebas consiste en correr 100 metros
tan rápido como sea posible. Teniendo en cuenta la actuación de los
Comités Olímpicos y las características físicas promedio de las mujeres y
de los hombres, lo más probable es que esa prueba favorezca artificialmente
a los hombres candidatos. Se diría entonces que la prueba no es impar-
cial, y que, por tanto, está sesgada.
Imaginemos ahora que una de las pruebas del proceso de selección
consiste en una entrevista con una psicóloga. Supongamos que la psicó-
loga ha decidido favorecer a las mujeres candidatas, por la razón que
sea. El resultado de la entrevista no sería, de este modo, imparcial, pues-
to que tendería a perjudicar artificialmente a los hombres candidatos.
Diríamos, por tanto, que la entrevista no es una prueba imparcial, sino
que está sesgada en contra de los hombres candidatos.
Estudio tras estudio, los psicólogos han demostrado dos cosas. Primero,
que los tests de inteligencia aportan la información más valiosa para
predecir el futuro rendimiento ocupacional de los candidatos. Segundo,
que el uso de tests de inteligencia constituye el modo más imparcial y
objetivo de realizar procesos de selección de personal. En el siguiente
capítulo se ofrecerán evidencias de primera mano que demuestran esta
afirmación.
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¿Es imparcial la medida científica de la inteligencia?
CUADRO 3.1
Diferencia en puntos de CI entre grupos sociales estadounidenses según
que los problemas estén más o menos culturalmente cargados
Tipos de problemas
Grupos sociales estadounidenses
Más culturales Menos culturales
Euro y afroamericanos de clase social baja 2,1 7,5
Euro y afroamericanos de clase social alta 10,5 12,9
Euroamericanos de clase social alta y baja 17,1 12,75
Afroamericanos de clase social alta y baja 3,75 7,05
Clase social alta y baja 10,35 9,9
Euro y afroamericanos en general 4,8 8,7
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En los límites de la inteligencia
Existen varios hechos que demuestran que los problemas de los tests
de inteligencia no están sesgados en contra de determinados grupos so-
ciales. Más bien todo lo contrario, se suele demostrar que esos problemas
permiten medir científicamente la inteligencia de una manera impar-
cial.
Si las puntuaciones en los tests poseen un significado diferente se-
gún el grupo social de las personas, entonces el grado de fiabilidad de
los tests deberá cambiar según el grupo. En el capítulo previo se demos-
tró que los tests de inteligencia presentan un alto grado de fiabilidad.
Los estudios que se han realizado hasta la fecha en los Estados Unidos
indican que esa fiabilidad no cambia según se consideren puntuaciones
de distintos grupos sociales.
Los problemas que constituyen una medida más fina de las diferen-
cias de rendimiento intelectual, son aquellos que son resueltos por el 30
por 100 de las personas de mejor rendimiento y los que no son resueltos
por el 30 por 100 de las personas de peor rendimiento. Si esos proble-
mas no agrupasen a las personas de mejor y de peor rendimiento del
mismo modo, independientemente de su grupo social, se podría afirmar
que los problemas de los tests están sesgados. Sin embargo, los estudios
realizados indican que esos problemas son los mismos en distintos gru-
pos sociales. De modo que, por tanto, tales problemas no están sesgados
en contra de determinados grupos.
Uno de los modos más interesantes de demostrar que los problemas de
los tests no perjudican artificialmente el rendimiento de las personas de
determinados grupos sociales, consiste en comprobar si los problemas
que objetivamente son más complejos para los individuos de un determi-
nado grupo, también son los más complejos para los individuos de otros
grupos. Veámoslo en el cuadro 3.2.
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¿Es imparcial la medida científica de la inteligencia?
CUADRO 3.2
Ordenación de los problemas de un test de inteligencia, según el nivel
de dificultad encontrado por personas de dos grupos sociales, A y B
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¿Es imparcial la medida científica de la inteligencia?
tas incorrectas elegidas por los niños de distintos grupos sociales, pero
de la misma edad, se observa que los niños del grupo social que obtiene
un mayor rendimiento promedio en general tienden a elegir la respues-
ta incorrecta más sofisticada. Pero cuando se comparan las respuestas
incorrectas elegidas por los niños del grupo social más eficaz de menor
edad, con las respuestas incorrectas elegidas por los niños del grupo so-
cial menos eficaz de mayor edad, se observa que su grado de sofistica-
ción es equivalente. Esto significa que parece existir una especie de des-
fase madurativo entre los niños de esos dos grupos sociales, el que
presenta mayor rendimiento promedio y el que logra un menor rendimiento
promedio. Este resultado es congruente con los obtenidos en los tests de
desarrollo madurativo similares a los propuestos por el psicólogo suizo
Jean Piaget: ambos grupos alcanzan la misma edad mental a distintas
edades cronológicas. El grupo de niños con mayor eficacia promedio al-
canza el período X a los 9 años, mientras el grupo de niños con menor
eficacia promedio alcanza ese mismo período a los 11 años.
En resumen, por lo que se refiere a las características de los proble-
mas de los tests de inteligencia, las evidencias disponibles llevan a la
conclusión de que no existe un sesgo en contra de los individuos de de-
terminados grupos sociales estadounidenses. Los problemas utilizados
para medir la inteligencia poseen el mismo significado psicológico, in-
dependientemente del grupo social del individuo.
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En los límites de la inteligencia
mente de cuál sea su grupo social, diremos que ese test está sesgado. Si los
estudios previos llevados a cabo por la empresa indican que la persona que
obtiene una puntuación de 50 en el test, tendrá un rendimiento adecuado
en el puesto laboral para el que se está seleccionando a los candidatos, en-
tonces cualquier persona que obtenga esa puntuación deberá presentar un
rendimiento adecuado. Si eso no sucede para las personas de un determi-
nado grupo social, es decir, si, por ejemplo, las personas de ese grupo nece-
sitan obtener una mejor puntuación en el test para mostrar un rendimien-
to adecuado en la ocupación, entonces el test estará sesgado en contra de
las personas de ese grupo social. El test estará perjudicando artificialmente
a las personas de ese grupo.
Los estudios llevados a cabo en los Estados Unidos indican que no
existe sesgo de predicción. La puntuación en el test posee el mismo
significado para personas de distintos grupos sociales. Es más, a menu-
do se ha observado que ni siquiera hace falta que las personas de los
grupos minoritarios alcancen una determinada puntuación para que la
predicción les sea favorable. Basta que obtengan una puntuación de 45
—en lugar del 50 previsto por la empresa— para que el candidato del
grupo social minoritario sea elegido. Cuando existe un ligero sesgo,
éste tiende a beneficiar a las personas de los grupos minoritarios, nun-
ca al revés.
Los investigadores se han formulado una pregunta para descartar la ex-
tendida idea de que los tests de inteligencia están segados en contra de de-
terminados grupos sociales: ¿qué porcentaje de las diferencias de rendi-
miento en los tests se puede atribuir a la clase social y a la pertenencia a
un determinado grupo étnico, comparativamente con el que se puede atri-
buir a las diferencias de rendimiento observadas dentro de la misma clase
social, dentro del mismo grupo étnico e incluso entre los hermanos de una
misma familia?
Responder a esta pregunta permite averiguar si los tests de inteligen-
cia están o no sesgados en contra de determinados grupos sociales. Va-
mos a explicar cómo se puede responder, recurriendo, cómo no, a evi-
dencias obtenidas en los Estados Unidos.
Se estudiaron más de 600 niños euroamericanos y afroamericanos, cuya
edad oscilaba entre los 5 y los 12 años. El nivel socioeconómico de la
familia de los niños se valoró en una escala de 0 a 10. Se hizo un cálcu-
lo estadístico para estimar el porcentaje con el que contribuyen distin-
tos factores a las diferencias de rendimiento observadas en un test de in-
teligencia muy empleado por los psicólogos en su práctica profesional.
El resultado de esa estimación se presenta en el cuadro 3.3.
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¿Es imparcial la medida científica de la inteligencia?
CUADRO 3.3
Influencia de factores tales como las diferencias entre grupos étnicos o entre
hermanos de la misma familia, sobre las diferencias de rendimiento observadas
en un test de inteligencia
Factor % de influencia
Los datos son elocuentes: las diferencias étnicas y de clase social ex-
plican un 30 por 100 (14 + 8 + 8) de las diferencias de inteligencia re-
veladas por el test, las diferencias que separan a las familias explican un
26 por 100, y las diferencias que separan a los hermanos de una misma
familia explican un 39 por 100. Por tanto, la mayor parte de las dife-
rencias de rendimiento observadas en el test se deben a factores que
operan dentro de cada clase social y dentro de cada grupo étnico (65 por
100), no entre clases sociales o entre grupos étnicos (30 por 100). Estos
resultados contradicen el supuesto de que los tests de inteligencia discri-
minan a algunas clases sociales o a determinados grupos étnicos.
En los Estados Unidos, solamente un 15 por 100 de la minoría afro-
americana supera el nivel socioeconómico promedio de la mayoría euro-
americana, lo que ha llevado a algunos a sugerir que son estas notables di-
ferencias de nivel socioeconómico las responsables de las diferencias de
rendimiento observadas en los tests de inteligencia. Sin embargo, según
los datos disponibles en aquel país, cuando se equiparan ambos grupos so-
ciales según su nivel socioeconómico —es decir, cuando se comparan per-
sonas de ambos grupos con el mismo nivel socioeconómico— la diferencia
promedio de rendimiento en los tests únicamente se reduce en 3 puntos,
pasando de 15 a 12. Además, si las diferencias de nivel socioeconómico
fuesen las únicas responsables de las diferencias de rendimiento observadas
en los tests de inteligencia, entonces debería suceder que, sistemáticamen-
te, los grupos con menor nivel socioeconómico tuviesen peores resultados
en los tests de inteligencia. Sin embargo, a pesar de que los amerindios y
los hispanos presentan un nivel socioeconómico menor que los afroameri-
canos, sus puntuaciones en los tests de inteligencia son mayores.
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En los límites de la inteligencia
CUADRO 3.4
Puntuación media de padres e hijos, tanto naturales como adoptados, cuando
los niños cuentan con 7 años de edad y cuando llegan a los 17 años de edad
(estudio de adopción transracial de Minnesota)
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¿Es imparcial la medida científica de la inteligencia?
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4 El éxito en la vida y la inteligencia
están «asociados»
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En los límites de la inteligencia
milia estable dentro de la que disfrutar del placer de los lazos afectivos,
ese alguien se puede considerar una persona con éxito en la vida.
En este capítulo se va a averiguar si la inteligencia tiene o no tiene al-
gún papel en aquellos aspectos de la vida que nos hacen sentirnos felices
o que nos llevan a declarar que tenemos éxito en la vida. Vamos a com-
probar si existe una asociación entre la inteligencia y el éxito en la vida.
La palabra clave aquí es «asociación». Pongámoslo en forma de pregunta:
¿son las personas más inteligentes las que tienen mayor éxito en la vida?
La psicología dispone de medios para responder a esta pregunta y ha-
cerlo de tal modo que la respuesta sea fiable, en el sentido de que cual-
quier científico puede comprobar por su cuenta hasta qué punto los re-
sultados son acertados o no lo son. El procedimiento habitual consiste
en medir la inteligencia a través de uno o varios tests y comprobar en
qué medida las personas que alcanzan distintas puntuaciones presentan
niveles diferentes en los aspectos sociales que suelen vincularse al éxito
en la vida: la educación o la ocupación son dos de tales aspectos.
En jerga técnica, los psicólogos calculan el grado de relación, es de-
cir, la correlación, entre las puntuaciones alcanzadas en los tests de in-
teligencia y el nivel con el que presentan distintos grados de educación
u ocupaciones de variado prestigio y remuneración. Calcular ese grado
de relación (la correlación) es crucial para responder a la pregunta de si
la inteligencia se asocia con el éxito en la vida. Ahora bien, hay que
explicar cómo deben ser interpretadas las correlaciones.
Los expertos en estadística nos dicen que los valores de la correla-
ción oscilan entre –1 y +1, pasando por 0. Si la correlación presenta un
valor de +1, entonces existirá una asociación perfectamente positiva
entre las puntuaciones en los tests y, pongamos por caso, el nivel educa-
tivo alcanzado. Ello significará que cuanto más inteligente es la persona,
mayor es su nivel educativo. Si la correlación presenta un valor de –1,
entonces existirá una asociación perfectamente negativa entre las pun-
tuaciones en los tests y, pongamos por caso, el número de contactos con
la policía. Ello significará que cuanto más inteligente es la persona, me-
nor es el número de contactos con la policía. Si la correlación presenta
un valor de 0, entonces no existirá una asociación lineal entre las pun-
tuaciones en los tests y, por ejemplo, el tamaño del estómago.
Cuanto más se acerca a +1 el valor de la correlación, mayor será la
asociación positiva entre la inteligencia y el fenómeno social considera-
do. Cuanto más se acerca a –1 el valor de la correlación, mayor será la
asociación negativa. Finalmente, cuanto más próximo esté de 0 el valor
de la correlación, mayor será la probabilidad de que no exista asociación.
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El éxito en la vida y la inteligencia están «asociados»
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En los límites de la inteligencia
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El éxito en la vida y la inteligencia están «asociados»
CUADRO 4.1
Correlación entre las medidas de inteligencia y una serie de criterios escolares
Correlación entre
Factores escolares inteligencia y factor escolar
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CUADRO 4.2
Proporción de jóvenes (igualados en nivel socioeconómico)
que obtienen el título de bachillerato según sus diferencias
de nivel intelectual
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El éxito en la vida y la inteligencia están «asociados»
CUADRO 4.3
Correlaciones entre cociente intelectual y rendimiento
académico en una serie de materias escolares
Correlación entre CI
Materias escolares y rendimiento académico
Lengua +0,49
Matemáticas +0,50
Ciencias +0,49
Social +0,47
Evaluación media +0,54
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En los límites de la inteligencia
CUADRO 4.4
Correlaciones entre el test DAT y el rendimiento académico
en lengua y matemáticas (EGB)
Correlación entre
Asignaturas inteligencia y rendimiento
Lengua +0,40
Matemáticas +0,53
El cuadro 4.5 presenta las correlaciones del test DAT con las mate-
rias escolares de lengua y matemáticas para estudiantes de COU.
CUADRO 4.5
Correlaciones entre el test DAT y el rendimiento académico
en lengua y matemáticas (COU)
Correlación entre
Asignaturas inteligencia y rendimiento
Lengua +0,32
Matemáticas +0,27
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El éxito en la vida y la inteligencia están «asociados»
CUADRO 4.6
Correlaciones entre medidas sociológicas, de personalidad
y de inteligencia con el rendimiento escolar en 8.o de EGB
Correlación con el
Variables rendimiento escolar
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En los límites de la inteligencia
CUADRO 4.7
Correlaciones de medidas sociológicas, de personalidad
y de inteligencia con el rendimiento escolar en COU
Correlación con el
Variables rendimiento escolar
74
El éxito en la vida y la inteligencia están «asociados»
CUADRO 4.8
Correlaciones con el rendimiento y el esfuerzo del alumno de una serie
de medidas sociológicas y psicológicas
timados por el profesor. Los efectos de estos factores sobre los resulta-
dos educativos de los alumnos estimados por el profesor se resumen en
el cuadro 4.9.
CUADRO 4.9
Efectos sobre el rendimiento académico de una serie
de factores sociológicos y psicológicos
Factores Efectos
75
En los límites de la inteligencia
76
El éxito en la vida y la inteligencia están «asociados»
venes que estaban en paro durante al menos un mes al año. Para compro-
bar si la inteligencia medida a través de un test estandarizado se asociaba
al hecho de estar en paro, se crearon cinco grupos de jóvenes según su ni-
vel intelectual. Para cada uno de estos cinco grupos se observó el porcen-
taje que estaba en paro. El cuadro 4.10 presenta el resultado.
CUADRO 4.10
Proporción de jóvenes en paro según su nivel
de cociente intelectual (NLSY)
Más de 125 4%
Entre 110 y 125 6%
Entre 90 y 110 8%
Entre 75 y 90 11%
Menor de 75 14%
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En los límites de la inteligencia
CUADRO 4.11
Proporción de jóvenes discapacitados para el trabajo según
su nivel de cociente intelectual (NLSY)
Proporción de jóvenes
Nivel de inteligencia discapacitados para el trabajo
78
El éxito en la vida y la inteligencia están «asociados»
CUADRO 4.12
Correlación entre inteligencia y rendimiento en cursos
de formación ocupacional, según el nivel de complejidad
de las ocupaciones
Los valores son elocuentes: existe una asociación positiva entre ni-
vel intelectual y eficacia al aprender a realizar un determinado trabajo.
A mayor inteligencia, mayor aptitud para aprender.
En el cuadro 4.12 se separan los valores de correlación según que los
cursos de formación contemplen la posibilidad de aprender a hacer un
trabajo de complejidad alta, media o baja. Trabajos de alta complejidad
son director de un casino, biólogo o director de gestión del tráfico de una
gran ciudad. Trabajos de complejidad media son mecánico de automóvi-
les, técnico en radiología o profesor de instituto. Trabajos de baja complejidad
son montador o conductor de montacargas. Los valores de correlación
apenas cambian según sea el tipo de trabajo que se debe aprender duran-
te el curso de formación ocupacional. O lo que es lo mismo, la inteligen-
cia se asocia con la misma intensidad al aprendizaje de una ocupación,
independientemente de cuál sea el grado de complejidad del trabajo.
¿Se observa lo mismo cuando se estudia la eficacia con la que los tra-
bajadores ejercen la ocupación que ya han aprendido? Los valores de co-
rrelación se presentan en el cuadro 4.13. Esos valores resultan de comparar
425 estudios distintos y una muestra de más de 32.000 personas.
CUADRO 4.13
Correlación entre inteligencia y rendimiento en ocupaciones
reales, según su nivel de complejidad
79
En los límites de la inteligencia
80
El éxito en la vida y la inteligencia están «asociados»
CUADRO 4.14
Correlación entre una serie de datos de los candidatos a una
serie de ocupaciones laborales y rendimiento laboral
Una vez más, la inteligencia es, con mucha diferencia, el dato del
candidato que más intensamente se asocia con el rendimiento ocupacio-
nal (+0,53). A gran distancia se encuentran las referencias del candida-
to, es decir, su pasado laboral (+0,26). El nivel educativo del candidato
está incluso más alejado (+0,22). Especialmente inferior es el valor de
la correlación entre la información obtenida en entrevistas personales
con el candidato y el rendimiento ocupacional posterior (+0,14), así
como entre la edad de los candidatos y ese rendimiento (0). La edad de
los candidatos no se asocia con el rendimiento ocupacional y la infor-
mación obtenida en las entrevistas se asocia de un modo extremada-
mente débil.
Los valores del cuadro 4.14 indican que la selección cumplirá su do-
ble objetivo de maximizar la probabilidad de que los candidatos elegidos
sean los mejores candidatos y de que la selección sea imparcial, en caso
de basarse en su nivel intelectual. Ello se debe a que la inteligencia es
la que, con notable diferencia, más intensamente se asocia con el rendi-
miento ocupacional.
81
En los límites de la inteligencia
CUADRO 4.15
Correlación entre rendimiento en una serie de tests
de inteligencia y rendimiento ocupacional
82
El éxito en la vida y la inteligencia están «asociados»
CUADRO 4.16
Correlaciones de la inteligencia y de los conocimientos previos
con el rendimiento en cursos de formación ocupacional en
muestras de hombres y mujeres de la armada norteamericana
Conocimientos
Sexo de las personas Inteligencia previos
83
En los límites de la inteligencia
84
El éxito en la vida y la inteligencia están «asociados»
85
En los límites de la inteligencia
CUADRO 4.17
Ingresos de los jóvenes del NLSY según su nivel
de cociente intelectual
86
El éxito en la vida y la inteligencia están «asociados»
CUADRO 4.18
Ingresos semanales de jóvenes igualados en nivel educativo
pero que varían según su nivel de cociente intelectual
CUADRO 4.19
Ingresos semanales de jóvenes de similar cociente intelectual y distinto
nivel de estudios
Formación educativa
Niveles de inteligencia
Secundaria 2 años bachillerato 4 años bachillerato
Más de 125 447 dólares 532 dólares 631 dólares
Entre 110 y 125 340 dólares 460 dólares 561 dólares
Entre 90 y 110 320 dólares 407 dólares 503 dólares
Entre 75 y 90 294 dólares 408 dólares 466 dólares
Menor de 75 265 dólares 335 dólares 357 dólares
87
En los límites de la inteligencia
nivel de inteligencia, pero que han crecido dentro de familias con igual
nivel socioeconómico? Los resultados se pueden observar en el cuadro 4.20.
CUADRO 4.20
Proporción de abandono de los estudios en jóvenes del NLSY
según su nivel de cociente intelectual
Proporción de jóvenes
Niveles de inteligencia que abandonan los estudios
Más de 125 0%
Entre 110 y 125 1%
Entre 90 y 110 6%
Entre 75 y 90 26%
Menor de 75 64%
CUADRO 4.21
Proporción de jóvenes del NLSY situados en los márgenes
de la pobreza según su nivel de cociente intelectual
Proporción de jóvenes
Niveles de inteligencia situados en márgenes de pobreza
Más de 125 1%
Entre 110 y 125 4%
Entre 90 y 110 7%
Entre 75 y 90 14%
Menor de 75 26%
88
El éxito en la vida y la inteligencia están «asociados»
Proporción de jóvenes
Niveles de inteligencia entrevistados en reformatorios
Más de 125 0%
Entre 110 y 125 1%
Entre 90 y 110 3%
Entre 75 y 90 6%
Menor de 75 13%
89
En los límites de la inteligencia
CUADRO 4.23
Nivel medio de inteligencia de delincuentes internados y de soldados
de reemplazo igualados en nivel educativo. El nivel de inteligencia
se consigna aquí según la media de respuestas correctas
CUADRO 4.24
Proporción de jóvenes del NLSY que presenta problemáticas
sociales en general, según su nivel de cociente intelectual
90
El éxito en la vida y la inteligencia están «asociados»
CUADRO 4.25
Salarios de hermanos que difieren en su cociente intelectual
91
En los límites de la inteligencia
más inteligente gana casi 18.000 dólares más que el hermano de inteli-
gencia media. ¿Es o no es importante la inteligencia a la hora de com-
prender fenómenos sociales como los salarios?
Hagamos ahora la pregunta de rigor: ¿por qué se asocia la inteligen-
cia con tantos fenómenos de la vida? Responder parece haber sido asu-
mido por la «sociología de la inteligencia». Muchas situaciones cotidia-
nas —estudiar, trabajar, moverse por la red de redes, usar tarjetas de crédito,
gestionar una economía familiar cada vez más compleja, cambiar de do-
micilio con una frecuencia cada vez mayor o invertir en bolsa—, pre-
mian el pensamiento de alto nivel, el aprendizaje y las habilidades para
procesar la información del ambiente. En una palabra, cada vez más un
número mayor de situaciones cotidianas premian la inteligencia. Las
personas con mayor inteligencia están mejor preparadas para actuar
adaptativamente en esas situaciones.
Una alta inteligencia supone una ventaja en la vida, puesto que las
actividades diarias requieren, cada vez más, algún tipo de razonamiento y
de toma de decisiones de alto nivel. Una baja inteligencia supone una
desventaja en la vida, especialmente cuando las situaciones no están del
todo organizadas. Las ventajas prácticas de poseer una alta inteligencia
aumentan a medida que las situaciones se hacen más complejas. ¿Cuándo
aumenta la complejidad de esas situaciones? Cuando son novedosas, am-
biguas, cambiantes, impredecibles o hay muchas alternativas de acción.
Aun así, debe recordarse ahora que las asociaciones que se han des-
crito aquí tienen un carácter probabilista: un alto cociente intelectual
no garantiza el éxito en la vida y un bajo cociente de inteligencia no
garantiza el fracaso en la vida. Las diferencias de inteligencia solamente
hacen más probable el éxito o el fracaso en la vida. Así es.
92
5 La influencia de la familia y de la
escuela sobre la inteligencia
93
En los límites de la inteligencia
94
La influencia de la familia y de la escuela sobre la inteligencia
95
En los límites de la inteligencia
La herencia es una de las razones por las que los padres con proble-
mas tienen a menudo hijos con problemas. Es un hecho simple, obvio e
innegable; y sin embargo, es el hecho más olvidado de toda la historia de
la psicología. Juzgando la escasa atención que los psicólogos clínicos y del
desarrollo le han prestado a la herencia, pensarías que aún estamos en los
días en que algún psicólogo prometía convertir una docena de bebés en
médicos, abogados, mendigos o ladrones.
96
La influencia de la familia y de la escuela sobre la inteligencia
97
En los límites de la inteligencia
CUADRO 5.1
Correlación en inteligencia del padre y de la madre con sus
hijos naturales y adoptados, cuando éstos son todavía niños
CUADRO 5.2
Correlación en inteligencia del padre y de la madre con sus
hijos naturales y adoptados, cuando los niños se hacen mayores
Ahora el grado de parecido intelectual entre los padres y sus hijos adop-
tados se ha reducido, mientras que el grado de parecido intelectual en-
tre los padres y sus hijos naturales no solamente no se ha reducido, sino
que se ha incrementado. ¿Cómo es posible esto? Se supone que a medi-
da que los niños van compartiendo más experiencias en el hogar con sus
padres, el parecido debería ir aumentando. Eso es precisamente lo que
sucede en el caso de los hijos naturales, pero no en los hijos adoptados.
¿Entonces?
Entonces quizá la abuela tenga razón. Veamos en el cuadro 5.3 qué
sucede cuando se calcula el grado de semejanza entre los hijos adopta-
dos y sus madres naturales, con las que no han tenido absolutamente
ningún contacto, en dos momentos de la vida: cuando son todavía ni-
ños y cuando llegan a la adolescencia.
98
La influencia de la familia y de la escuela sobre la inteligencia
CUADRO 5.3
Correlación en inteligencia entre la madre y su hijo natural
dado en adopción al nacer cuando éste es todavía niño
y cuando llega a la adolescencia
Los niños adoptados se parecen entre tres y seis veces más a sus ma-
dres naturales, con las que jamás han convivido, que a sus madres adop-
tivas, con las que han vivido desde el momento de su nacimiento.
¿Cómo explicarían este resultado los padres modernos? ¿Quizá dejarán aho-
ra de murmurar algo así como «cosas de la abuela»?
99
En los límites de la inteligencia
CUADRO 5.4
Correlación en inteligencia entre los niños y sus padres
adoptivos, cuando los niños tienen distintas edades
100
La influencia de la familia y de la escuela sobre la inteligencia
CUADRO 5.5
Correlación en inteligencia entre los niños y sus padres
en familias de control en las que no hay niños adoptados
cuando los niños tienen distintas edades
CUADRO 5.6
Correlación en inteligencia entre las madres y sus hijos
biológicos dados en adopción al nacer, a medida que los niños
se van haciendo mayores
101
En los límites de la inteligencia
yores: los valores pasan de +0,12 cuando los niños cuentan 3 años, a
+0,38 cuando tienen 16 años.
Los hallazgos presentados son cruciales para responder a la pregunta
de si son los padres modernos o las abuelas las que están en posesión de
la verdad. Hagámoslo por partes:
102
La influencia de la familia y de la escuela sobre la inteligencia
103
En los límites de la inteligencia
104
La influencia de la familia y de la escuela sobre la inteligencia
Según los estudios que se han efectuado hasta la fecha, las diferen-
cias de rendimiento escolar observadas dentro de cada escuela son mu-
cho más llamativas que las diferencias de rendimiento escolar que sepa-
ran a las distintas escuelas. Las diferencias que separan a las escuelas no
son tan importantes como a menudo se ha declarado. La obsesión de los
padres por colocar a sus hijos en los «mejores colegios» no parece justi-
ficada. Las verdaderas diferencias de rendimiento escolar ocurren dentro
de cada escuela, se deben a procesos que están activos dentro de un de-
terminado colegio. No son procesos que caracterizan a unas escuelas
frente a otras, sino a unas redes de amistades frente a otras.
¿Cuáles son los procesos responsables de las diferencias de rendi-
miento escolar dentro de cada escuela? ¿Qué hace que algunos niños ob-
tengan más de la escuela? Sabemos que la inteligencia está asociada de
modo intenso con el rendimiento escolar, mucho más intensamente que
cualquier otro factor supuestamente vinculado al tipo de actividades
que concurren en la vida escolar. Pero la inteligencia no explica por sí
sola las diferencias de rendimiento escolar. Debe haber otras cosas. Si
entre esas otras cosas no están las características peculiares de un deter-
minado tipo de centro educativo, entonces esas otras cosas deben suce-
der dentro de los propios centros.
El ejemplo de los «Cobra» y de los «Anaconda» ofrece una alterna-
tiva: el contraste de grupo. La tendencia de determinados grupos a abra-
zar o a rechazar las oportunidades de aprender que la escuela ofrece. El
grupo de «los que suspenden» realiza actividades que contribuyen a dar-
les identidad y, por tanto, les distingue abiertamente de otros grupos es-
colares (por ejemplo, de «los empollones»). El efecto de contraste de
grupo tiende a potenciar y agudizar las diferencias entre esos grupos es-
colares de un modo homogéneo dentro de cada grupo: los niños de un
grupo propenden a conformarse a la norma del grupo para reforzar su
propia identidad frente a la de los otros.
Una consecuencia directa de esta dinámica escolar sería contribuir a
las diferencias de inteligencia que se pueden observar entre los padres y
sus hijos. Los hijos no pueden evitar parecerse intelectualmente a sus
padres, puesto que existen genes de por medio. Pero los hijos se distin-
guen intelectualmente de sus padres por dos razones: primero, porque
los hijos no son «clones» de sus padres, sino que reciben una mitad alea-
toria de la madre y una mitad aleatoria del padre, y, segundo, porque los
hijos reciben la influencia de su red de amistades, una red que, lógica-
mente, no comparten con sus padres.
105
En los límites de la inteligencia
Desde hace tiempo, constituye algo obvio que las escuelas estimulan
el desarrollo intelectual de los niños. Asistir a la escuela es intelectual-
mente beneficioso. Tanto es así que, por ejemplo, las vacaciones de ve-
rano poseen el efecto de reducir transitoriamente, en promedio, el ren-
dimiento observado en los tests de inteligencia. Ahora bien, dicho esto,
es necesario preguntarse, ¿sacan todos los alumnos el mismo beneficio
de asistir a la escuela?
Tanto los padres modernos como las abuelas estarán esta vez de
acuerdo en que hay niños que se benefician más y niños que se benefi-
cian menos de asistir a la escuela. A pesar de que, especialmente en los
años sesenta, se pensó que la educación podía eliminar las diferencias
causadas por otros factores sociales, tales como las desigualdades socio-
económicas con las que los niños llegan a los colegios, los resultados han
señalado que la escuela no produce una igualación de los alumnos. Las
diferencias que separan a los alumnos no se eliminan a medida que se avan-
za en el proceso educativo, sino que lo que sucede es que a menudo esas
diferencias aumentan. La educación no iguala a los alumnos, tal y como
sostuvieron algunos pensadores de los años sesenta.
Ahora bien, es importante saber en qué dirección aumentan esas di-
ferencias, o qué significa exactamente que la educación no iguala a los
alumnos. A lo mejor, la revolucionaria tesis de los años sesenta es, en
cierto modo, correcta. A lo mejor la educación no iguala a los alumnos,
pero sí que equilibra una situación previa notablemente desigual. ¿Acre-
cienta la escuela las diferencias que de entrada separan a los alumnos? ¿Son
los alumnos con mayores ventajas sociales de entrada los que más bene-
ficios sacan de la escuela? Los alumnos que sacan mayores beneficios de
las escuelas son los más inteligentes. Teniendo en cuenta que la diferen-
cia promedio de inteligencia que separa a las clases sociales equivale a
6 puntos de cociente intelectual, entonces se puede deducir que todas
las clases sociales aportan alumnos más y menos inteligentes, es decir, alum-
nos que sacarán un mayor o un menor provecho de lo que las escuelas
ofrecen. Si los alumnos más inteligentes son los que más se aprovechan
de la escuela, y si los alumnos más inteligentes provienen de todas las
clases sociales, entonces la escuela contribuye a reafirmar el viejo y
atractivo ideal de los años sesenta. Puede ser cierto que las escuelas
contribuyen a equilibrar las desigualdades de partida, derivadas de las
diferencias socioeconómicas de las familias de origen de los niños que
asisten a la escuela.
106
La influencia de la familia y de la escuela sobre la inteligencia
107
En los límites de la inteligencia
108
6 El cerebro de la inteligencia
109
En los límites de la inteligencia
Aprenden las cosas mucho mejor y recuerdan más tiempo: son más
inteligentes.
110
El cerebro de la inteligencia
111
En los límites de la inteligencia
112
El cerebro de la inteligencia
CUADRO 6.1
Correlación entre medidas de tamaño cerebral y de inteligencia. En total se han
realizado 40 estudios en los que se han considerado más de 50.000 personas
Número Número
de estudios Medida de tamaño cerebral de personas Correlación
113
En los límites de la inteligencia
114
El cerebro de la inteligencia
115
En los límites de la inteligencia
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El cerebro de la inteligencia
117
En los límites de la inteligencia
118
El cerebro de la inteligencia
tonces el grupo un nivel de 5,1. El grupo bajo riesgo llegó así a superar
la media nacional. Los suplementos nutricionales parecían estar produ-
ciendo efectos positivos sobre el rendimiento académico del grupo.
¿Desaparecía esta ganancia si se privaba a los alumnos de los suple-
mentos? Para comprobarlo, durante el siguiente curso académico no se
aportó el complemento diario de vitaminas y minerales. El resultado fue
que el grupo conservó su puntuación de 5,1, de modo que el efecto po-
sitivo de los suplementos se mantenía: los alumnos se habían beneficia-
do del complemento dietético y no estaban a expensas de que se les pri-
vase del tratamiento.
Transcurrido ese curso académico de control, se continuó con el
aporte de suplementos el siguiente curso académico, y el resultado fue
un nuevo aumento del nivel a 5,5, es decir, un nivel claramente por en-
cima de la media nacional situada en 5.
El grupo al que se aportó los suplementos de vitaminas y minerales
pasó de situarse por debajo de la media nacional en rendimiento acadé-
mico, a superar esa media. Parecía existir un efecto de una intervención
puramente biológica sobre el rendimiento académico de los escolares.
¿Qué sucede con la inteligencia? ¿Mejora la inteligencia con los su-
plementos de vitaminas y minerales? Se podría responder que así es,
puesto que la mejora del rendimiento académico realmente sería un re-
sultado indirecto de un incremento en la inteligencia de los escolares.
El aumento de su inteligencia haría más sencillas las actividades escola-
res, facilitando la adquisición de conocimientos y mejorando, de este modo,
el rendimiento evaluado en los exámenes.
Esta sospecha se ha intentado contrastar en una serie de estudios.
Hasta la fecha se ha analizado a casi 1.500 estudiantes. Usualmente se crean
dos grupos igualados en una gran parte de indicadores socioeconómi-
cos. La diferencia entre ambos grupos es que solamente uno de ellos re-
cibe los suplementos de vitaminas y minerales. Al primer grupo se le
suele denominar experimental, mientras que el segundo constituye el
grupo de control. La idea es comprobar si el grupo experimental au-
menta su inteligencia de un modo significativamente mayor que el gru-
po de control con el paso del tiempo. Manteniendo el resto de las va-
riables equiparadas en ambos grupos, puede suponerse que, caso de
producirse la mejora del grupo experimental, ésta podrá atribuirse a los
suplementos.
Los resultados suelen indicar que, en efecto, existe una mejora pro-
medio del grupo experimental estimada en unos 3,5 puntos en la escala
estándar de CI con media de 100 y desviación típica de 15. ¿Es signifi-
119
En los límites de la inteligencia
120
El cerebro de la inteligencia
121
En los límites de la inteligencia
CUADRO 6.2
Ganancias en el test de Raven para ciudadanos que resuelven
la escala general y la escala superior. La separación entre
las medidas es de casi 30 años
La ganancia es casi tres veces mayor para la escala general que para la
escala superior. Esto es congruente con el hecho de que son las personas
más desfavorecidas las que se han beneficiado especialmente del incremen-
to en inteligencia, resultado quizá de las mejoras en la dieta. Las personas
que en los años sesenta estaban mejor nutridas se corresponderían con
aquellas que más fácilmente podían tener acceso a la educación superior, mien-
tras que las peor nutridas son las que más se han beneficiado de la mejora
alimenticia general experimentada en España en los últimos treinta años.
Las personas mejor nutridas y más inteligentes en los años sesenta se con-
centrarían en las clases sociales más altas, mientras que las personas peor
nutridas y algo menos inteligentes se concentrarían en las clases sociales
medio-bajas. Serían estos últimos los que habrían experimentado un mayor
crecimiento en su inteligencia, y, posiblemente, también en su estatura.
Hay algunos otros datos reveladores en nuestro país sobre mejoras en
inteligencia, tanto en el caso de las mujeres como en el caso de los va-
rones. El cuadro 6.3 presenta algunos resultados.
CUADRO 6.3
Ganancias en tres tests de inteligencia separando los resultados
según sexo. La separación entre las medidas es de más
de 15 años
122
El cerebro de la inteligencia
CUADRO 6.4
Ganancias en el test de Raven en cuatro países europeos.
La separación entre las medidas es de 25 años
123
En los límites de la inteligencia
CUADRO 6.5
Puntuaciones medias logradas por ciudadanos evaluados
en una serie de ciudades europeas. El test empleado fue el test
libre de influencias culturales de Cattell
124
El cerebro de la inteligencia
125
En los límites de la inteligencia
CUADRO 6.6
Correlaciones entre indicadores de complejidad
del electroencefalograma y distintas medidas de inteligencia
126
El cerebro de la inteligencia
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En los límites de la inteligencia
128
El cerebro de la inteligencia
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En los límites de la inteligencia
130
El cerebro de la inteligencia
131
7 Los genes de la inteligencia
Thomas Jefferson
133
En los límites de la inteligencia
cia de una persona en concreto está influida por los genes o por las cir-
cunstancias del medio ambiente. Los genetistas no están interesados en sa-
ber si los genes influyen sobre la inteligencia de una persona, puesto que
así es. Y tampoco están interesados en saber si las circunstancias del medio
ambiente influyen sobre la inteligencia, puesto que así es. Los genetistas se
preguntan hasta qué punto, y más concretamente, en qué cuantía, los ge-
nes y las circunstancias del medio ambiente influyen en las diferencias in-
telectuales que se pueden medir a través de los tests de inteligencia.
LOS GENES
134
Los genes de la inteligencia
GENÉTICA CUANTITATIVA
135
En los límites de la inteligencia
CUADRO 7.1
Correlación genética estimada para personas con distinto
grado de parentesco
Correlación Porcentaje de
Parentesco
genética parecido genético
136
Los genes de la inteligencia
CUADRO 7.2
Correlaciones en inteligencia obtenidas para personas con distinto parentesco
y diferentes situaciones de crianza obtenidas en 51 estudios clásicos realizados
en ocho países de cuatro continentes con más de 60.000 personas.
No se incluyen las investigaciones más recientes, y, lo que es más importante,
se mezclan resultados de niños y adultos
Porcentaje de
Parentesco Correlación semejanza
137
En los límites de la inteligencia
UN PROGRAMA DE ORDENADOR
138
Los genes de la inteligencia
139
En los límites de la inteligencia
Sin duda, la humanidad estuvo ante uno de los ejemplos más fla-
grantes de vil manipulación de los conocimientos científicos. Si algo
debe aconsejar la genética para mejorar la «raza» humana es precisa-
mente la mezcla racial, nunca su aislamiento. Veamos por qué.
Dos de los fenómenos genéticos mejor conocidos desde hace tiempo son
la depresión por consanguinidad y el vigor híbrido. El primer fenómeno es
resultado de la combinación de alelos recesivos y su efecto sobre la inteli-
gencia es reducir el nivel promedio en media desviación típica, es decir, en
unos 8 puntos en la escala estándar de CI. Ésa es una de las razones por la
que los profesionales del consejo genético desaconsejan el matrimonio entre
consanguíneos (por ejemplo, primos carnales). Una política de pureza racial
llevaría a la potenciación del fenómeno de la depresión por consanguinidad,
y, por tanto, a aumentar la probabilidad de que se produjesen empareja-
mientos de alelos recesivos. El tabú del incesto podría ser, quizá, una cons-
trucción social derivada de la observación habitual de este fenómeno.
Por su parte, el fenómeno del vigor híbrido supone un incremento
de nivel en caracteres humanos tales como la inteligencia, gracias al
emparejamiento de personas genéticamente más alejadas, o si se quiere
decir así, del emparejamiento de individuos de distintas «razas». Consti-
tuiría una política genéticamente saludable, por tanto, potenciar la mez-
cla «racial», no su aislamiento. En el supuesto caso de que tuviese algo
que decir al respecto, un consejero genético nunca apoyaría una políti-
ca de pureza racial, sino precisamente todo lo contrario.
Lo comentado pretende señalar que esas destructivas políticas se ha-
brían materializado aunque no existiese una disciplina científica dedica-
da al estudio del genoma humano. No se puede dudar, de todos modos,
de que determinadas tendencias políticas se han amparado en supuestos
conocimientos y avances procedentes de la genética. La única respuesta
frente a ese tipo de prácticas, todavía vigentes, está en educar a los ciu-
dadanos, no en ocultarles información o travestir y atacar un campo del
saber científico. La genética viene siendo acosada desde diversos frentes
desde aquel entonces, y los psicólogos que emplean los conocimientos
de la genética, también. Quizá va siendo hora de que los ciudadanos se-
pan a qué atenerse cuando alguien intenta tendenciosamente aprove-
char su desconocimiento, en una o en otra dirección.
7.3. GEMELOS
Los gemelos son personas que poseen idéntico genotipo. Se les
denomina gemelos monocigóticos o gemelos univitelinos. Sus pro-
140
Los genes de la inteligencia
141
En los límites de la inteligencia
Obsérvese que los gemelos criados por separado son más semejantes
en su inteligencia que los mellizos criados juntos. Además, los gemelos
criados juntos son más semejantes que los criados por separado. Ambas
evidencias indican que los genes influyen poderosamente sobre la in-
teligencia, pero que las circunstancias del medio ambiente también
cuentan.
7.4. FAMILIAS
Vayamos por partes. La semejanza entre padres e hijos puede deberse tan-
to a los genes que comparten (el 50 por 100 en promedio) como al hecho de
que los primeros han criado a los segundos en su hogar. La semejanza entre
padres adoptivos y sus hijos adoptados solamente puede deberse al hecho de
que los primeros han criado a los segundos en su hogar, puesto que no tienen
142
Los genes de la inteligencia
parentesco genético. La semejanza entre los padres y sus hijos biológicos da-
dos en adopción se debe a su parentesco genético, puesto que los primeros
nunca han convivido con los segundos. La semejanza entre hermanos cria-
dos juntos en el mismo hogar se debe tanto a los genes que comparten como
al hecho de haber crecido en el mismo hogar con los mismos padres. Final-
mente, la semejanza entre hermanos adoptivos criados en el mismo hogar se
debe al hecho de haber crecido en el mismo hogar y haber sido criados por
los mismos padres, con los que no comparten parentesco genético.
Tras este pequeño galimatías, recurramos a un ejemplo más personal. Ima-
gine que usted tiene un hijo con su pareja, pero dada su juventud y su es-
caso poder adquisitivo, deciden de mutuo acuerdo darlo en adopción al
nacer. Transcurridos algunos años, contraen matrimonio y tienen un se-
gundo hijo y poco después un tercer hijo, a los que ustedes mismos crían
en su hogar desde el momento de su nacimiento. Un par de años después,
deciden adoptar a un niño al que ustedes mismos crían desde el momento
de su nacimiento. Esta situación resume la mayor parte de las comparacio-
nes que un genetista podría hacer con su caso familiar:
1. Comparar su propia inteligencia con la de los dos hijos biológi-
cos a los que usted mismo ha criado en su hogar desde el mo-
mento de su nacimiento.
2. Comparar su inteligencia con la del hijo adoptivo al que usted
mismo ha criado desde el momento de su nacimiento.
3. Suponiendo que la agencia de adopción le aportase los datos sobre
el paradero de su hijo dado en adopción cuando ustedes eran muy
jóvenes para asumir la responsabilidad de criarlo, se podría compa-
rar su inteligencia con la de su hijo dado en adopción al nacer. Si
existiese un parecido, sería debido a los genes que su hijo compar-
te con usted, puesto que nunca han convivido en el mismo hogar.
4. Comparar la inteligencia de sus dos hijos biológicos criados en su
hogar por ustedes mismos desde el momento de su nacimiento.
5. Comparar la inteligencia de los tres hijos a los que ustedes mis-
mos han criado desde el momento de su nacimiento, con la in-
teligencia de su hijo biológico al que dieron en adopción.
¿Cuáles son sus previsiones? Quién se parecerá más a usted, ¿su hijo
adoptivo o su hijo biológico dado en adopción al nacer? Físicamente, pa-
rece fuera de duda que su hijo biológico dado en adopción se parecerá más
a usted mismo o a su pareja que su hijo adoptivo, por más que usted haya
criado al segundo y no al primero. ¿Es el parecido intelectual distinto del
parecido físico? A lo mejor sí, aunque también es posible que no.
143
En los límites de la inteligencia
144
Los genes de la inteligencia
del medio ambiente que ellos acondicionan en sus hogares. Recuérdese que
esto no significa que el ambiente es irrelevante; significa que las diferencias
que separan a las familias no producen diferencias de inteligencia a la larga.
Este resultado depende de que se asuma que los hogares estudiados
constituyen una muestra representativa de los hogares de la población. Re-
cientemente, algún investigador ha puesto en entredicho este supuesto:
las familias estudiadas en los diseños de adopción, por ejemplo, están
compuestas por matrimonios estables, por personas maduras deseosas de
cuidar niños, de altos ingresos y de alta inteligencia. Es decir, las fami-
lias adoptivas se parecerían mucho entre sí, por lo que serían poco ade-
cuadas para poder detectar si las diferencias que separan a las familias
influyen sobre las diferencias de inteligencia.
Cuando se controla estadísticamente el efecto señalado del parecido
entre las familias adoptivas, se observa que la influencia familiar sobre
la inteligencia puede llegar a ser incluso del 50 por 100. Los investiga-
dores que han estudiado este problema tienen un exquisito cuidado en
señalar, no obstante, que esta corrección no reduce la influencia de los
genes sobre la inteligencia. Su cometido es indicar que la supuesta in-
fluencia trivial de la familia sobre la inteligencia puede ser resultado de
un factor habitualmente ignorado por los genetistas, es decir, la seme-
janza, y, por tanto, la escasa representatividad, de las familias adoptivas.
Sin embargo, la comunidad científica no ha aceptado estas correcciones,
por lo que no se pueden considerar válidas en el momento actual. Quizá una
de las razones por las que esa nueva propuesta no se ha aceptado aún, está
en que no encaja bien con la mayor parte de las evidencias disponibles. Por
ejemplo, en el Estudio de Adopción de Texas, la correlación en inteligencia
entre la madre adoptiva y el hijo adoptado es de 0,13 cuando el hijo es to-
davía niño, pero desciende a 0,05 cuando el niño es adolescente. La correla-
ción entre hermanos adoptivos que crecen en el mismo hogar es de 0,20
cuando son niños, pero desciende a 0,05 cuando llegan a la adolescencia. Si
existiera una influencia familiar sobre la inteligencia, estas correlaciones no
deberían reducirse, sino aumentar, o, en el peor de los casos, deberían man-
tenerse. Las correcciones estadísticas señaladas, bien pudieran ser un simple
entretenimiento matemático. Aunque de momento lo ignoramos.
145
En los límites de la inteligencia
146
Los genes de la inteligencia
Genotipo 40%
Diferencias que separan a las familias 25%
Diferencias dentro de cada familia 25%
Error 10%
Total 100%
Genotipo 60%
Diferencias que separan a las familias 0%
Diferencias dentro de cada familia 35%
Error 5%
Total 100%
147
En los límites de la inteligencia
148
Los genes de la inteligencia
149
En los límites de la inteligencia
150
Los genes de la inteligencia
151
En los límites de la inteligencia
152
Los genes de la inteligencia
esperable que haya otros genes asociados con la inteligencia en los otros
cromosomas del genotipo humano. En efecto, actualmente se han descu-
bierto más de 4 genes asociados con la inteligencia. Y la caza sigue.
153
En los límites de la inteligencia
154
Los genes de la inteligencia
las diferencias de inteligencia que se deben a las diferencias genéticas que se-
paran a los individuos de una población.
Algunos críticos han sugerido que los gemelos o los hermanos cria-
dos por separado se parecen en su inteligencia porque existe una seme-
janza entre los hogares en los que han crecido. Sin embargo, hay al me-
nos dos evidencias que contradicen esta sugerencia:
A medida que las personas crecen, intentan crear sus propios ambientes
cada vez con mayor intensidad. Esta creación de ambientes parece estar
relacionada con las diferencias genotípicas que separan a los individuos.
155
En los límites de la inteligencia
156
8 Los superdotados.
¿Personas excepcionales?
Alexandra Marinina
El sueño robado
157
En los límites de la inteligencia
En los años veinte, una renombrada psicóloga se puso una tarea que
algunos veían imposible: calcular el cociente intelectual (CI) de los
grandes personajes de la historia de la humanidad. Su idea de partida
fue que si se confirmase que estos personajes históricos se sitúan en la
zona más alta de la distribución poblacional de la escala universal de in-
teligencia, entonces se podría confirmar que el CI constituye una capa-
158
Los superdotados. ¿Personas excepcionales?
Mi estimada Adela:
159
En los límites de la inteligencia
160
Los superdotados. ¿Personas excepcionales?
161
En los límites de la inteligencia
nada más, y el niño de la película Mercury Rising, con una increíble ca-
pacidad para descifrar códigos encriptados, pero nada más.
El genio es prácticamente idéntico al talento. Además de poseer una
destreza excepcional en algún campo, el genio también es creativo.
A menudo, las virtudes del genio se atribuyen a una combinación de in-
teligencia, motivación y contexto sociocultural. El genio requiere una
alta inteligencia, persistencia, creatividad y un fuerte carácter.
Un par de casos que encarnan el genio son Wolfgang Amadeus Mo-
zart y Salvador Dalí.
A los 6 años, Mozart interpretaba de modo excepcional instrumen-
tos de teclado y el violín. Mostraba una enorme facilidad para la impro-
visación y leía de corrido las partituras más complejas. Cuando el pe-
queño Mozart contaba 6 años de edad, su padre le llevó por las cortes
europeas para deleite de los asistentes a sus conciertos. A los 13 años
fue nombrado maestro concertista en su ciudad natal, Salzburgo. Com-
puso más de 600 obras en sus 35 años de vida. No solamente dominaba
desde temprana edad la técnica de composición, sino que, además, pre-
sentaba una desbordante imaginación. Una característica especialmente
notoria de los manuscritos que se conservan de Mozart es que, antes de
escribir una sola nota, pensaba la obra entera. Solamente cuando lo que
escuchaba en su cabeza le satisfacía, pasaba la obra a notas sobre el pen-
tagrama. Otra peculiaridad de Mozart fue su habilidad para combinar de
un modo personal el estilo melódico italiano con la forma y el contra-
punto alemán. Sin duda, Mozart se encuentra entre los grandes genios
de la música.
Dalí fue una personalidad arrolladora. Cuanto contaba 17 años, ingre-
só en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando en Madrid, de donde
fue expulsado cuatro años después. Mientras cursaba sus estudios, conoció
a otras personalidades como Federico García Lorca, Luis Buñuel o Rafael
Alberti. Con ellos convivió en la famosa Residencia de Estudiantes. Du-
rante su estancia en París, conoció a Pablo Picasso. Allí se adhirió al mo-
vimiento surrealista. En ese período creó el denominado método paranoi-
co-crítico, inspirado por las ideas de Sigmund Freud. En sus creaciones se
representan imágenes procedentes del mundo de los sueños y objetos co-
tidianos con formas sorprendentes. La técnica pictórica de Dalí se carac-
teriza por una meticulosidad excepcional en el dibujo, una minuciosidad
fotográfica en el tratamiento de los detalles y un enorme colorido. Ade-
más de su trabajo como pintor, Dalí realizó algunas películas con su ami-
go Luis Buñuel, ilustró algunos libros, diseñó joyas, así como escenogra-
fías y vestuarios teatrales. También escribió algunos libros.
162
Los superdotados. ¿Personas excepcionales?
LA IDENTIFICACIÓN DE UN SUPERDOTADO
163
En los límites de la inteligencia
Existe alguna sospecha respecto a que los tests usuales de cociente in-
telectual pueden no ser apropiados para evaluar la inteligencia de los su-
perdotados. Algunos psicólogos han mantenido que los superdotados po-
seen una inteligencia «distinta» a la inteligencia de los que no lo son, de
modo que los tests estándar no servirían para apresar la inteligencia su-
perdotada. Sin embargo, esta sospecha es poco prometedora: lo único que
puede suponer es que los tests estándar serán demasiado fáciles para los
superdotados, pero eso no conlleva que esos tests no permitan averiguar
precisamente eso. Hagamos una analogía: dos automóviles con prestacio-
nes sustancialmente distintas, realmente poseen los mismos tipos de dis-
positivos y mecánicas semejantes, aunque su rendimiento es notoriamen-
te distinto. Es poco probable que la inteligencia de los superdotados esté
gobernada por leyes distintas a la inteligencia de los que no son superdo-
tados. Recuérdese que la inteligencia es una cuestión de grados.
Existen varias fases que suelen seguirse para identificar a un super-
dotado. Antes de nada, puede hacerse un análisis general de la pobla-
ción objeto de estudio, como, por ejemplo, los escolares de una región.
Esto puede llevarse a cabo mediante cuestionarios en los que se inclu-
yen preguntas sobre los logros y habilidades de los niños, así como me-
diante tests de CI. Este primer barrido permite identificar a una muestra
de niños que sospechamos pueden ser superdotados. Lógicamente, en
esta primera fase se suele emplear un criterio conservador, en el sentido
de que si existen dudas, el niño será incluido en la muestra para poder
tomar una decisión más fina en un momento posterior.
En la siguiente fase se realiza un análisis individualizado, bastante
más exhaustivo y pormenorizado que las evaluaciones de la fase previa.
Este segundo análisis emplea tanto medidas objetivas como subjetivas.
Las medidas objetivas suelen ser:
164
Los superdotados. ¿Personas excepcionales?
165
En los límites de la inteligencia
166
Los superdotados. ¿Personas excepcionales?
167
En los límites de la inteligencia
168
Los superdotados. ¿Personas excepcionales?
marse como indicador de que son muy inteligentes, pero las evaluacio-
nes de los psicólogos a menudo indican que a esas edades un niño pue-
de ser muy creativo sin ser necesariamente muy inteligente.
Sin embargo, la cosa cambia sustancialmente cuando los niños se
hacen mayores. Comienza a observarse una relación cada vez más estre-
cha entre la inteligencia y la creatividad que la persona muestra. Una
vez se le preguntó a uno de los principales impulsores contemporáneos
de la creatividad en la escuela, el profesor Howard Gardner, cuál era, en
su opinión, el cociente de inteligencia mínimo para que un niño pro-
metedor llegase a ofrecer en su edad adulta productos socialmente valo-
rados como creativos. Su respuesta fue que era necesario, al menos, un
cociente de inteligencia de 120. Naturalmente, esto excluye al 90 por
100 de la población, o, lo que es lo mismo, solamente 10 de cada 100
personas están en disposición de convertirse, en el mejor de los casos,
en una personalidad creativa. En consecuencia, existe un umbral de in-
teligencia por debajo del cual es extremadamente raro que una persona
se convierta en creativa. ¿Por qué?
Hay una explicación sencilla: una persona debe saber, conocer y ma-
nejar mucha información y conocimientos para poder llegar a ofrecer un
producto socialmente valorado como creativo. La adquisición de esos
conocimientos y habilidades es una tarea que reclama inteligencia, una
alta inteligencia. Una persona creativa debe haber superado pruebas que
reclaman inteligencia. De ahí que la inteligencia funcione como un um-
bral. No hay nada de extraño en ello.
La creatividad no es, por tanto, independiente de la inteligencia. La
correlación que se ha calculado entre inteligencia y creatividad es de +0,55,
una correlación bastante alejada de 0. Están estrechamente relaciona-
das, pero no son la misma cosa. La persona creativa posee una capaci-
dad especial para producir ideas nuevas y originales, descubrimientos,
invenciones u obras artísticas. Algo que suele olvidarse, pero que con-
viene tener presente, es que los productos deben ser considerados como
creativos por personas expertas en los campos de la ciencia, la tecnolo-
gía o el arte. Existen, por tanto, criterios para valorar la cualidad creati-
va de un determinado producto. No es algo etéreo e inapresable. No
hay duda de que la creatividad existe. Y, como ya sabemos, todo lo que
existe, existe en una determinada cantidad, y, por tanto, se puede medir.
El profesor Robert Sternberg, otro abanderado de la creatividad, ha
propuesto las siguientes características que definen a la persona creati-
va. Es un individuo que posee un espíritu libre y heterodoxo, pero sabe
estar y conocer las normas sociales, tiene facilidad para integrar distin-
169
En los límites de la inteligencia
170
Los superdotados. ¿Personas excepcionales?
CUADRO 8.1
Proporción de sintomatología psiquiátrica en personalidades
creativas de distintas profesiones
Políticos 17%
Científicos 18%
Intelectuales 26%
Compositores 31%
Artistas 38%
Escritores 46%
171
En los límites de la inteligencia
CUADRO 8.2
Puntuaciones de los niños superdotados y no superdotados
en un test de conocimientos e información general
a distintas edades
6 y 7 años 65 –
8 años 111 22
9 años 151 42
10 años 188 54
11 años 230 81
12 años 255 118
13 años 278 134
172
Los superdotados. ¿Personas excepcionales?
173
En los límites de la inteligencia
CUADRO 8.3
Realizaciones socialmente visibles de los superdotados
del estudio de Lewis Terman
Realización Número
El estudio sobre el niño intelectual dotado deja claro que las pun-
tuaciones alcanzadas en los tests de cociente intelectual se relacionan
con los logros, tanto fuera como dentro del contexto académico. Se
puede dudar de que cualquier intento de seleccionar niños cuya puntua-
ción en cualquier otro rasgo humano se sitúe en el 1 por 100 superior,
resulte tan predictiva de logros futuros como lo es en el caso de la selección
por cociente intelectual.
Sin embargo, no todos los niños tuvieron éxito. Un 15 por 100 del
grupo podría considerarse como fracasado. Este resultado indica la im-
portancia que pueden tener otros rasgos humanos no intelectuales o in-
cluso las particulares circunstancias que acompañan a toda una vida.
Algunos miembros del grupo ni siquiera terminaron la enseñanza
media superior. Otros tuvieron estrepitosos fracasos profesionales e incluso
percibían ingresos por debajo del nivel medio nacional. Otros llegaron
174
Los superdotados. ¿Personas excepcionales?
175
9 Inteligentes a distintas edades.
¿Debemos temer hacernos mayores?
Anónimo
CUADRO 9.1
Esperanza de vida en España según sexo
177
En los límites de la inteligencia
CUADRO 9.2
Fallecimientos por trastornos mentales en España según sexo
178
Inteligentes a distintas edades. ¿Debemos temer hacernos mayores?
179
En los límites de la inteligencia
CUADRO 9.3
Categorías de factores explorados dentro del programa europeo Excelsa
Categoría Factor
Bioconductual Composición corporal (índice de masa corporal).
Ajuste físico (fuerza muscular, función cardiorrespiratoria, velocidad mo-
tora).
Salud Nivel de salud.
Salud mental.
Actividad y capacidad física.
Sueño.
Sistemas sensoriales.
Dieta y nutrición.
Consumo de alcohol y de tabaco.
Psicosocial Relaciones sociales (personas, roles, organizaciones).
Aptitudes mentales (velocidad de procesamiento, memoria, atención, concen-
tración, inteligencia cristalizada, e inteligencia fluida).
Sí mismo, satisfacción con la vida, y bienestar.
Personalidad (estabilidad emocional, extroversión, y apertura a la expe-
riencia).
Maestría y control percibido.
Sociodemografía.
180
Inteligentes a distintas edades. ¿Debemos temer hacernos mayores?
CUADRO 9.4
Estudios longitudinales sobre la estabilidad de la inteligencia durante el ciclo
vital. Se presentan las correlaciones entre las medidas de inteligencia realizadas
a distintas edades
181
En los límites de la inteligencia
182
Inteligentes a distintas edades. ¿Debemos temer hacernos mayores?
183
En los límites de la inteligencia
184
Inteligentes a distintas edades. ¿Debemos temer hacernos mayores?
CUADRO 9.5
Un ejemplo de estudio longitudinal
CUADRO 9.6
Ejemplo de estudio transversal
185
En los límites de la inteligencia
CUADRO 9.7
Ejemplo de combinación de estudios longitudinales y transversales
186
Inteligentes a distintas edades. ¿Debemos temer hacernos mayores?
187
En los límites de la inteligencia
188
Inteligentes a distintas edades. ¿Debemos temer hacernos mayores?
189
En los límites de la inteligencia
CUADRO 9.8
Cociente intelectual de personas de distintas edades
Edad
Nivel de estudios
16-29 20-24 25-34 35-54
Primer grado 101 103 103 99
Segundo grado 110 110 110 107
190
Inteligentes a distintas edades. ¿Debemos temer hacernos mayores?
CUADRO 9.10
Cociente intelectual de personas de distintas edades
CUADRO 9.11
Cociente intelectual de personas de distintas edades
y diferente nivel de estudios
Edad
Nivel de estudios
35-54 55-69
Primer grado 99 92
Segundo grado 107 101
191
En los límites de la inteligencia
192
Inteligentes a distintas edades. ¿Debemos temer hacernos mayores?
193
En los límites de la inteligencia
CUADRO 9.12
Entrenamiento (1984) y seguimiento (1991) en dos aptitudes intelectuales,
orientación y razonamiento. Se observa que el entrenamiento de una aptitud se
mantiene, pero no influye en el rendimiento mostrado en la otra aptitud
Entrenamiento Entrenamiento
en orientación en razonamiento
Años 1984 1991 1984 1992
Rendimiento en orientación 5,5 5,9 2 1,9
Rendimiento en razonamiento 2,1 1,9 6 7
194
Inteligentes a distintas edades. ¿Debemos temer hacernos mayores?
195
En los límites de la inteligencia
196
Inteligentes a distintas edades. ¿Debemos temer hacernos mayores?
nes. No. Debería ser un lugar en el que las cosas se hubieran pensado pre-
viamente por profesionales a los que luego se les podría exigir responsabi-
lidades. Pensemos en una guardería para mayores, en la que se les man-
tiene ocupados en actividades que les resultan estimulantes. Naturalmente,
aquí no hay ninguna regla universal: existen enormes diferencias indivi-
duales entre los mayores, de modo que los agentes sociales deben averi-
guar cuáles son las actividades que pueden resultar más estimulantes para
los distintos individuos. Una actividad objetivamente muy estimulante, pero
que no atrae el interés del mayor, será irrelevante.
El físico de las personas mayores tiende a deteriorarse con el paso de
los años. Las residencias de día deberían estar orientadas a evitar este
declive físico. A nivel intelectual, una de las tendencias de declive más
fuertes tiene que ver con la denominada «velocidad para procesar men-
talmente la información del ambiente». Las personas mayores se hacen
«más lentas», intelectualmente hablando. Debería pensarse en activida-
des que ayudasen a los mayores a preservar esta velocidad para ver las
cosas, captar relaciones, y en una palabra, para seguir avispados.
Las claves contra el declive de la inteligencia pueden ser, por tanto,
cerebros más íntegros y un mayor nivel educativo. Estos aspectos aumentan
la reserva intelectual para combatir los ataques contra la integridad
mental que tiende a disolverse con el paso de los años. Aun así, se haga
lo que se haga, y se planifique lo que se planifique, la realidad es que el
mejor modo de prevenir el declive de la inteligencia pasa porque la per-
sona mayor se sienta satisfecha con la vida. El nivel de satisfacción con
la vida que una persona puede experimentar es, desde luego, algo perso-
nal. Hablar con las personas mayores puede ayudar a saber qué tipo de
cosas les hacen sentirse bien. Hágase, entonces.
La inteligencia es un ingrediente importante de nuestras vidas. No
hay nada que le haga sentirse peor a una persona mayor que «perder la
cabeza». Pero, sin duda, hay otras cosas. Contribuyamos a que se siga
disfrutando de ellas.
197
10 Mujeres y hombres. ¿Quiénes
son más inteligentes?
Diane Halpern
Sex differences in cognitive abilities
199
En los límites de la inteligencia
200
Mujeres y hombres. ¿Quiénes son más inteligentes?
201
En los límites de la inteligencia
202
Mujeres y hombres. ¿Quiénes son más inteligentes?
203
En los límites de la inteligencia
¿QUÉ INTELIGENCIA?
¿A qué inteligencia se está haciendo alusión? Las evidencias que se des-
cribirán seguidamente se refieren a la inteligencia que se puede evaluar
mediante los tests de inteligencia. Nada se dice sobre las concepciones
personales que cada cual puede tener sobre la inteligencia.
A menudo esta precaución ha llevado a algunos a razonar como sigue: de
acuerdo, si usted se refiere a la inteligencia que se puede evaluar mediante
los tests, entonces las conclusiones a las que se pueda llegar no son relevan-
tes en la vida real, no tienen que ver con la inteligencia que es reclamada
en la mayor parte de las situaciones cotidianas que a los ciudadanos nos in-
teresan.
Ese razonamiento está equivocado. Profundamente equivocado. A pe-
sar de sus aparentes diferencias superficiales, la inteligencia reclamada por
los problemas de los tests y la inteligencia reclamada por las situaciones
cotidianas que a los ciudadanos les interesan es similar. No se puede expli-
car de otro modo el hecho de que las puntuaciones que las personas alcan-
zan en los tests de inteligencia se asocie intensamente con más de 65 fe-
nómenos sociales que, sin lugar a dudas, son socialmente relevantes.
204
Mujeres y hombres. ¿Quiénes son más inteligentes?
CUADRO 10.1
Descripción de tests usualmente empleados al explorar las diferencias de sexo
Descripción de tests
Acceso rápido y uso de información fonológica, significativa y de cualquier otro tipo,
almacenada previamente en la memoria.
Áreas de conocimiento (literatura, segundas lenguas, ciencias, etc.).
Comprensión y producción de textos complejos (comprensión lectora, escritura).
Problemas de motricidad fina (por ejemplo, escritura sobre un teclado).
Velocidad al percibir.
Interpretación de información no verbal.
Umbrales perceptivos.
Rendimiento académico.
Articulación del habla.
Transformaciones visuales.
Interpretación de objetos en movimiento.
Realización de tareas motoras.
Razonamiento en problemas de matemáticas y de ciencia.
205
En los límites de la inteligencia
CUADRO 10.2
Resumen de diversos estudios sobre las diferencias de sexo en una serie
de capacidades intelectuales y en la inteligencia general
Capacidad Capacidad
Estudio Razonamiento General
verbal espacial
Lynn (1994)* 1,7 7,5 2,1 3,8
Lynn (1999)* 1,8 7,8 4,4 4,6
Juan-Espinosa (1997)* 0,7 6,5 — 3,6
Colom (1998)* 1,2 6,3 2,1 3,2
Colom y Quiroga (1997)+ 2,95 5,4 3,5 3,9
Colom y otros (2000)+ 6,4 5,5 –3 3
Colom y otros (2002)+ — — — 3,6
206
Mujeres y hombres. ¿Quiénes son más inteligentes?
más inteligentes que las mujeres. Algunas mujeres serían más inteligen-
tes que algunos hombres, pero, en promedio, los hombres serían más in-
teligentes que las mujeres.
Si esto es cierto, entonces, los hombres resultarán beneficiados cuan-
do las medidas de inteligencia sean usadas para decidir la admisión o re-
chazo en una escuela de prestigio o en una ocupación laboral. Pero ¿es
realmente cierto que existe una diferencia entre hombres y mujeres en
inteligencia general? En palabras algo más técnicas: la diferencia prome-
dio de CI entre hombres y mujeres ¿está reflejando una diferencia de
sexo en inteligencia general?
Recientemente, un equipo español ha puesto en tela de juicio la
conclusión, cada vez más extendida en la comunidad científica, de que,
de hecho, existe una diferencia promedio entre hombres y mujeres en
inteligencia general. Aunque la diferencia promedio de CI estimada sea
únicamente de 3,5 puntos de CI, sabemos que, en la práctica, esta dife-
rencia promedio puede presentar repercusiones sociales tangibles. Es
crucial comprobar, por tanto, si la diferencia observada en el cociente
intelectual está reflejando o no una diferencia genuina de inteligencia
general.
207
En los límites de la inteligencia
CUADRO 10.3
Nivel de potencia (entre 0 y 100) con el que una serie de tests miden inteligencia
general, según el sexo de las personas evaluadas
208
Mujeres y hombres. ¿Quiénes son más inteligentes?
CUADRO 10.4
Diferencia media de CI entre hombres y mujeres en la misma
serie de tests de inteligencia considerada en el cuadro 10.3
Razonamiento numérico 11
Rotación espacial 6
Fluidez verbal 2
Vocabulario 2
Razonamiento abstracto 1
209
En los límites de la inteligencia
210
Mujeres y hombres. ¿Quiénes son más inteligentes?
CUADRO 10.5
Diferencias de sexo en una serie de problemas habitualmente
consignados en los tests de inteligencia
Capacidades específicas
Diferencia en puntos de CI
de la inteligencia
Verbales 3
Numéricos 5
Verbales y numéricos combinados 1,7
Rotación espacial 10
Relaciones espaciales 6,5
Visualización 2,5
Razonamiento verbal 2
Razonamiento no verbal 2,5
211
En los límites de la inteligencia
CUADRO 10.6
Problemas que resuelven mejor las mujeres y los hombres
212
Mujeres y hombres. ¿Quiénes son más inteligentes?
Los científicos han mantenido que las diferencias de sexo pueden de-
pender de las diferencias biológicas, de las diferencias presentes en las cir-
cunstancias del medio ambiente sociocultural o de una interacción entre
ambas. Aparte de las preferencias de cada cuál, no tiene demasiada defen-
sa la postura de que las diferencias de sexo dependen únicamente de la
biología o de la cultura. Estas posturas radicales pueden tener cabida en un
debate televisivo amañado, pero, desde luego, no en la ciencia. Se puede
discrepar, no obstante, por dónde se pone el acento, es decir, en si se sos-
tiene que la biología domina sobre la cultura o la cultura sobre la biología.
213
En los límites de la inteligencia
LA BIOLOGÍA
En el artículo del diario El País reseñado al abrir este capítulo se re-
pasaban algunos factores que ahora merece la pena destacar. Uno de es-
214
Mujeres y hombres. ¿Quiénes son más inteligentes?
tos factores era el efecto de las hormonas sobre las mujeres y sobre los
hombres.
Desde el momento del nacimiento, las hormonas influyen sobre el
desarrollo de los órganos genitales masculinos y femeninos. También in-
fluyen en otros períodos de la vida, como la adolescencia. Aunque hace
tiempo se creía que las hormonas únicamente actuaban sobre el emba-
razo, la lactancia y el impulso sexual, esta visión reduccionista está
cambiando. Actualmente se sabe que las hormonas influyen prácticamente
en todos los órganos corporales, aunque quizá el cerebro, es decir, el
asiento de la inteligencia, sea una excepción.
Las investigaciones recientes señalan que a pesar de que los hombres
sufren de trastornos coronarios a edades más tempranas que las mujeres,
éstas tienen más probabilidades de morir si llegan a contraerlos. Los
hombres presentan una tensión más alta que las mujeres, pero esta ven-
taja de las mujeres tiende a desvanecerse en edades avanzadas, especial-
mente con la llegada de la menopausia. La cantidad de estrógenos resul-
ta esencial para la organización y mantenimiento de órganos y tejidos
en ambos sexos. Los estrógenos vuelven los vasos sanguíneos más elásti-
cos, los estimulan para que se expandan, permiten una buena circula-
ción de la sangre e impiden la acumulación de colesterol en sus paredes
interiores. Los estrógenos desempeñan también un papel en el desarro-
llo cerebral: parecen responsables de que el cerebro del hombre sea más
grande, pero tenga menos neuronas, que el cerebro de la mujer. El
asiento de la inteligencia no escapa a la acción de las hormonas.
Hay toda una serie de compuestos bioquímicos que influyen más en las
mujeres que en los hombres. Es el caso de los esteroides. Esta sustancia se
asocia con los cambios de humor que suelen acompañar a la menstruación,
dado que los esteroides son hormonas que estimulan directamente a las cé-
lulas cerebrales. Las mujeres con síndrome premenstrual tienden a volver-
se insensibles a los efectos tranquilizantes de sustancias como el Valium («tien-
den a volverse» significa que esto no sucede en todas las mujeres). Los esteroides
producidos por los órganos sexuales parecen responsables de que en las
mujeres sea más frecuente tanto los cambios de humor como la depresión.
No parece razonable ignorar las hormonas sexuales que el cuerpo comien-
za a liberar profusamente en la pubertad por razones genéticas. Los renom-
brados cambios de humor que se producen al llegar la adolescencia pueden
ser reflejo de los intentos del cuerpo por adaptarse a nuevas concentracio-
nes y combinaciones del amplio abanico de sustancias corporales que co-
mienzan a ponerse en funcionamiento en ese período de la vida.
Una explicación sobre las diferencias de sexo en inteligencia podría es-
215
En los límites de la inteligencia
CUADRO 10.7
Capacidad craneana evaluada por un Instituto de Ergonomía
de Ginebra a partir de grupos de mujeres y de hombres
de distintas partes del planeta
216
Mujeres y hombres. ¿Quiénes son más inteligentes?
217
En los límites de la inteligencia
218
Mujeres y hombres. ¿Quiénes son más inteligentes?
CUADRO 10.8
Diferencias de CI en una serie de tests en niños evaluados
en la década de los cuarenta y en la de los setenta
CUADRO 10.9
Diferencias de CI en una serie de tests en adolescentes
evaluados en la década de los cuarenta y en la de los setenta
219
En los límites de la inteligencia
CUADRO 10.10
Diferencias de CI en una serie de tests en adultos
evaluados en la década de los cuarenta y en la de los setenta
CUADRO 10.11
Resumen de las diferencias generacionales de CI en niños, adolescentes
y adultos evaluados en la década de los cuarenta y en la de los setenta
220
Mujeres y hombres. ¿Quiénes son más inteligentes?
221
En los límites de la inteligencia
222
11 Clases sociales e inteligencia
Mario Conde
El sistema. Mi experiencia del poder
223
En los límites de la inteligencia
CUADRO 11.1
Porcentaje de muertes evitables en España, según niveles
de pobreza. La población analizada corresponde a ciudadanos
de entre 0 y 64 años
CUADRO 11.2
Muertes evitables en España por regiones geográficas
224
Clases sociales e inteligencia
225
En los límites de la inteligencia
CUADRO 11.3
Número de declarantes en España según niveles de renta
226
Clases sociales e inteligencia
227
En los límites de la inteligencia
CUADRO 11.4
Porcentaje de estudiantes que terminan
la enseñanza secundaria, según el nivel
educativo del padre
CUADRO 11.5
Porcentaje de estudiantes que van
a la universidad, según el nivel educativo
del padre
228
Clases sociales e inteligencia
CUADRO 11.6
Provincias con mayores y con menores porcentajes de fracaso
escolar en el nivel más básico (graduado escolar)
229
En los límites de la inteligencia
230
Clases sociales e inteligencia
CUADRO 11.7
Cociente intelectual en distintas regiones españolas
Nivel Número de
Regiones intelectual personas evaluadas
Este (Cataluña, Valencia y Baleares) 102,08 351
Centro (Madrid, Castilla-La Mancha, Aragón y Ex-
tremadura) 101,19 293
Norte (Galicia, Asturias, Navarra, País Vasco, Rioja
y Castilla-León) 100,49 345
Sur (Andalucía, Murcia, Canarias, Ceuta y Melilla) 96,76 356
231
En los límites de la inteligencia
CUADRO 11.8
Nivel medio de inteligencia y de estatura por regiones. También se presenta
el desarrollo económico de cada región
232
Clases sociales e inteligencia
CUADRO 11.9
Nivel medio de inteligencia y de estatura por regiones definidas nítidamente.
También se presenta el desarrollo económico de cada región
233
En los límites de la inteligencia
ponder. Una vez más, las evidencias señaladas parecen urgirnos a dise-
ñar estudios que puedan despejar los interrogantes. Ojalá que así sea en
el inminente futuro. Si los resultados que se han observado en otros
países son correctos, entonces la inteligencia puede estar jugando un pa-
pel en la estructuración social que se está produciendo en nuestro país
actualmente. Por el momento lo ignoramos, pero llegar a averiguarlo es
necesario si se desea aportar savia nueva a los programas dirigidos a me-
jorar las condiciones sociales de los ciudadanos españoles. ¿Es así?
Presentaremos seguidamente evidencias recopiladas en otros países.
Los datos son claros: la inteligencia cuenta al explicar la estratificación
social que se está produciendo en la sociedad del tercer milenio. La
consideración de la inteligencia en los estudios que los científicos socia-
les lleven a cabo a partir de ahora es algo inevitable.
234
Clases sociales e inteligencia
The Bell Curve no demostró que ese silogismo era realmente cierto.
Sin embargo, en algún estudio posterior, el silogismo se ha puesto a
prueba explícitamente. Usando la misma base de datos empleada por
Herrnstein y Murray, el profesor David Rowe, de la Universidad de
Arizona, recuperó información sobre los grados de parentesco existen-
tes entre las personas incluidas en la base de datos. Aunque el método
empleado por Rowe es técnicamente complejo, la idea principal se
puede expresar fácilmente: separar las influencias de los genes y de las
circunstancias del medio ambiente sobre la inteligencia y el nivel so-
cioeconómico (SES). Una idea esencial que subyace al silogismo de
Herrnstein es que las personas más inteligentes tenderán a ocupar las
capas sociales más altas, puesto que permanecerán más tiempo dentro
del circuito educativo y, de este modo, podrán acceder a ocupaciones
laborales de mayor prestigio y remuneración. Esta secuencia será la
responsable de que la clase social se encuentre influida por los genes,
puesto que la inteligencia está influida por los genes, algo que actual-
mente está más allá de toda duda razonable. La clase social, usualmen-
te considerada por los sociólogos y algunos psicólogos como una varia-
ble exclusivamente social, puede estar notablemente influida por atributos
personales como la inteligencia. Si el 60 por 100 de las personas de
bajo CI no termina el período de enseñanza secundaria (high school),
mientras que esto solamente sucede en el 20 por 100 de las personas
de bajo SES, entonces abandonar la escuela es una acción influida tres
veces más por la inteligencia que por el nivel socioeconómico de las
familias de los estudiantes.
En el estudio realizado por el profesor David Rowe se usó un progra-
ma informático para identificar a los hermanos y hermanastros de la
muestra analizada en el National Longitudinal Study on Youth (NLSY). El
programa logró identificar a pares de hermanos y de hermanastros.
235
En los límites de la inteligencia
CUADRO 11.10
Influencia de las diferencias genéticas y de las diferencias
socioeconómicas que separan a las familias sobre las diferencias
de inteligencia, de educación y de ingresos en los jóvenes
del NLSY
Influencia de las
Variables Influencia de los genes diferencias familiares
(SES)
Inteligencia 64% 23%
Educación 68% 18%
Ingresos 42% 8%
Los genes influyen casi tres veces más que las diferencias de SES so-
bre las diferencias de inteligencia, casi cuatro veces más sobre las dife-
rencias educativas y cinco veces más sobre las diferencias de ingresos.
Con todo, existe un cierto efecto de las diferencias que separan a las fa-
milias sobre la inteligencia, la educación y los ingresos. Al menos en los
Estados Unidos, las diferencias que separan a las familias contribuyen, aun-
que en bastante menor grado que los genes, a las diferencias de inteli-
gencia, de educación y de ingresos. ¿Qué ocurre cuando se estudian so-
ciedades que podrían considerarse más igualitarias, es decir, en las que
las diferencias que separan a las familias son más reducidas que en los
Estados Unidos?
Existen dos estudios, uno de ellos realizado en Noruega y el otro en
Australia que permiten responder a esta pregunta. En Noruega se com-
pararon generaciones de la primera parte del siglo XX y de época recien-
te. En la generación antigua existían menos oportunidades sociales, lo
que concurría con una escasa influencia de los genes sobre las diferen-
cias de inteligencia, de educación y de ingresos. Sin embargo, en la ge-
neración más reciente, la influencia de los genes sobre las diferencias de
inteligencia resultó ser del 80 por 100 y sobre la educación del 60 por
100. En el estudio de Australia se observó algo parecido a lo comentado
para Noruega. En las generaciones recientes analizadas tanto en Norue-
ga como en Australia, la influencia de las diferencias que separan a las
236
Clases sociales e inteligencia
Cuanto más nos acercamos a la igualdad social, más influyen las di-
ferencias genéticas en las diferencias de talento. Cuantos más privilegios
eliminamos y más nos acercamos a una absoluta movilidad social, más se
desplazarán los genes «positivos» hacia las capas sociales altas y los genes
«negativos» hacia las capas sociales bajas. La tendencia a que las perso-
nas más inteligentes se casen con las personas más inteligentes, dará lugar
a una segregación social basada en la inteligencia, y, en consecuencia, en
las diferencias genéticas asociadas al éxito social.
The Bell Curve propuso que esta tendencia comenzó en los Estados Uni-
dos en los años sesenta. Si eso fuera cierto, entonces la diferencia de CI
entre los niños de las capas sociales más altas y más bajas deberían ha-
ber aumentado desde aquel entonces. El cuadro 11.11 presenta eviden-
cias a este respecto.
237
En los límites de la inteligencia
CUADRO 11.11
Diferencias de CI entre niños de clase social alta, media y baja en distintos
momentos del siglo XX. También se indica en la última fila la diferencia entre los
niños de clase alta y baja
238
Clases sociales e inteligencia
CUADRO 11.12
Semejanza entre esposos en inteligencia. También se indica
la semejanza entre el padre y su hijo, así como entre la madre
y su hijo. Los datos provienen de muestras rurales y urbanas
de Madrid y Cataluña
239
En los límites de la inteligencia
CUADRO 11.13
Nivel de semejanza en inteligencia según la edad
de los esposos. Los datos provienen de muestras rurales
y urbanas de Madrid y Cataluña
240
Clases sociales e inteligencia
241
En los límites de la inteligencia
milia, pero que diferían en inteligencia. Se aportó el dato sobre las dife-
rencias de ingresos que separaban a los hermanos, según se situasen en
distintos puntos de la curva de la distribución poblacional de inteligen-
cia. Los hermanos más inteligentes percibían casi 18.000 dólares más
que los hermanos de inteligencia media. ¿Qué sucede con otros indica-
dores de estratificación social?
Los datos que se presentan seguidamente están basados en una mues-
tra de más de 1.000 hermanos extraída del National Longitudinal Study
on Youth (NLSY). La idea básica consiste en comparar hermanos que se
han criado en la misma familia, pero que difieren según su nivel de in-
teligencia (CI). El NLSY incluye algunos jóvenes que han crecido en el
mismo hogar. A partir de aquí se seleccionaron los casos en los que uno
de los hermanos se situaba en la categoría «normal» (CI entre 90 y
110), mientras que el otro se situaba en alguna de las restantes catego-
rías. Los jóvenes situados en la categoría normal sirvieron de grupo de
referencia. Las evidencias que se presentan ahora se basan en el con-
traste entre los hermanos de «referencia» y de «comparación».
El cuadro 11.14 consigna las diferencias de nivel educativo alcanzado.
CUADRO 11.14
Años de educación según el cociente intelectual de los hermanos
242
Clases sociales e inteligencia
CUADRO 11.15
Prestigio ocupacional según el cociente intelectual de los hermanos
CUADRO 11.16
Prestigio ocupacional para hermanos de distinto cociente
intelectual pero igual nivel educativo
243
En los límites de la inteligencia
11.5. UTOPÍA
Con la muestra del National Longitudinal Study on Youth (NLSY) se-
ñalada se ha realizado una comparación que permite dilucidar el papel
de la inteligencia en la estratificación social que se observa en países
como los Estados Unidos.
A partir de la muestra de más de 12.000 jóvenes, se seleccionó una
muestra privilegiada según nivel socioeconómico (SES). «Privilegiada se-
gún SES» implica que no existe pobreza en la familia, que no se han pro-
ducido rupturas familiares y que no existe ilegitimidad. Esta muestra se
considera utópica y puede ser comparada con la muestra total en algunos
factores sociales, tales como la media de años de educación o la propor-
ción de jóvenes que logra el título de bachillerato. Tanto la muestra utópi-
ca como la total se subdividen según el nivel de inteligencia. Veamos qué
sucede cuando se estudia la media de años de educación (cuadro 11.17).
CUADRO 11.17
Años de educación para una muestra utópica y la muestra total del NLSY,
según cociente intelectual
244
Clases sociales e inteligencia
CUADRO 11.18
Obtención del título de bachillerato en una muestra utópica y en la muestra
total del NLSY, según cociente intelectual
245
En los límites de la inteligencia
246
Clases sociales e inteligencia
CUADRO 11.19
Proporción de bebés de bajo peso al nacer en cuatro grupos sociales estadounidenses,
según distintas características, tales como la edad de la madre, su estado civil, la
educación, el tiempo de gestación o cuándo se iniciaron los cuidados prenatales
Edad (años)
< 20 7,7 13,6 6,5 5,9
> 30 5,3 12,0 6,6 7,9
Estado civil
Soltera 8,6 14,0 6,9 6,8
Casada 5,1 10,0 5,7 5,3
Educación (años)
< 12 8,4 14,5 6,9 6,4
> 12 4,4 10,0 4,7 5,1
Gestación (semanas)
< 37 39,6 42,6 32,1 29,0
37-39 4,1 7,8 4,3 3,0
> 39 1,5 4,0 2,7 2,8
Cuidados prenatales iniciados al mes
1-3 5,1 11,5 5,7 4,4
7-9 o sin cuidados 8,8 16,3 7,7 11,6
247
En los límites de la inteligencia
248
Clases sociales e inteligencia
249
12 ¿Se puede mejorar la inteligencia?
Arthur R. Jensen
El puzzle de la varianza no genética
251
En los límites de la inteligencia
CUADRO 12.1
Resultados en un test de inteligencia espacial en tres condiciones
mente aptas para aumentar la inteligencia de los niños. Y, cómo no, re-
sultaron auténticos best-sellers.
Es curioso que este estudio, francamente poco cuidadoso, fuese pu-
blicado por una revista tan prestigiosa como Nature. Hay razones fácil-
mente identificables por un psicólogo formado en una Facultad de Psi-
cología, que hacen del estudio publicado en Nature un pésimo trabajo:
252
¿Se puede mejorar la inteligencia?
253
En los límites de la inteligencia
254
¿Se puede mejorar la inteligencia?
255
En los límites de la inteligencia
256
¿Se puede mejorar la inteligencia?
CUADRO 12.2
«El problema de las patatas» enunciado bajo distintas reformas educativas en España
257
En los límites de la inteligencia
258
¿Se puede mejorar la inteligencia?
259
En los límites de la inteligencia
PROGRAMAS «BIOLÓGICOS»
260
¿Se puede mejorar la inteligencia?
261
En los límites de la inteligencia
tre los niños cuantos éstos contaban 4 años de edad. También se conside-
raron 60 variables familiares, tales como el CI de la madre, el nivel edu-
cativo de los padres, el nivel socioeconómico familiar o su salud física y men-
tal. Cuando se suman estas 60 variables familiares a las 109 variables pre,
peri y neonatales, se logra explicar un 25 por 100 de las diferencias de in-
teligencia que separan a los niños. No obstante, esta estimación es ina-
propiada, porque no podemos separar la influencia genética y no genética
sobre las variables familiares evaluadas (por ejemplo, el cociente intelec-
tual de la madre y de su hijo). Veamos por qué.
Las típicas variables familiares son el vecindario, el número de habi-
taciones que hay en la casa, la presencia de televisores, de cadenas mu-
sicales, de teléfonos, de periódicos, de revistas, de libros, el nivel educa-
tivo y ocupacional de los padres, los ingresos familiares, si los niños reciben
clases extraescolares o los viajes de la familia. Todas estas variables es-
tán relacionadas y configuran el nivel socioeconómico de la familia
(SES), aunque el nivel educativo y ocupacional de los padres suele
constituir el indicador más fiable de SES. La inteligencia y el SES de los
padres correlacionan hasta 0,7 con la inteligencia de sus hijos. Si se aña-
den variables como el tiempo que dedican los padres a leer con los niños,
conversar con ellos, o jugar, así como una estimación de la calidad inte-
lectual de las interacciones entre los niños y sus padres, la correlación
pasa a ser de 0,85. Sin embargo, esta correlación no dice gran cosa,
puesto que no sabemos si depende de los genes que los niños comparten
con sus padres o de las influencias de corte no genético. Los diseños de
adopción dirían que esa correlación refleja, en gran medida, una influencia
genética. Pero ignoramos hasta qué punto.
PROGRAMAS SOCIALES
262
¿Se puede mejorar la inteligencia?
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En los límites de la inteligencia
CUADRO 12.3
Cociente intelectual de personas con distinto nivel de estudios
en España
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CUADRO 12.4
Muertes de hombres y mujeres debido a anomalías congénitas.
Período 1991-1995
CUADRO 12.5
Muertes de hombres y mujeres debido a problemas perinatales.
Período 1991-1995
276
¿Se puede mejorar la inteligencia?
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En los límites de la inteligencia
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Fuentes documentales
FUENTES GENERALES
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En los límites de la inteligencia
280
Fuentes documentales
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En los límites de la inteligencia
Los autores de The Bell Curve son Richard Herrnstein y Charles Mu-
rray. El libro se publicó en 1994 por Free Press (New York). Herrnstein
era psicólogo (falleció poco después de que el libro se publicase) y Mu-
rray es sociólogo. Su tesis básica, descrita en varios lugares del ensayo,
provocó un auténtico revuelo dentro y fuera de la comunidad científica.
Especialmente fuera.
El ejemplo sobre Eva y María proviene de J. Waller (1971): Achie-
vement and social mobility: relationships among IQ score, education,
and occupation in two generations. Social Biology, 18, 252-259. Es un
estudio recogido por el citado informe de la American Psychological
Association (1996).
El cuadro 1.1 está adaptado de Chris Brand (1987): The importance
of general Intelligence. En S. Mogdil y C. Mogdil (eds.): Arthur Jensen.
Consensus and Controversy. New York: Falmer. También está recogido en
Jensen (1998).
El cuadro 2.2 procede de T. Judge, C. Higgins, C. Thoresen y M. Ba-
rrick (1999): The big five personality traits, general mental ability, and
career success across the life span. Personnel Psychology, 52, 621-652.
Un excelente y extenso artículo en el que se muestra la relevancia
de la inteligencia en la vida diaria es R. A. Gordon (1997): Everyday
life as an intelligence test: Effects of intelligence and intelligence con-
text. Intelligence, 24, 1, 203-320. Un análisis detallado, realizado por un
sociólogo, sobre las situaciones cotidianas como problemas equivalentes
a los usualmente considerados en los tests estandarizados de inteligen-
cia. Tras su lectura, quedan pocas dudas sobre esta semejanza más que
notable, a pesar de las superficiales diferencias que separan a los proble-
mas cotidianos y a los de los tests psicológicos. Si alguien duda de este
hecho, queda invitado a consultar el artículo de Gordon.
Como complemento al artículo de Gordon (1997) pueden consultar-
se los siguientes dos trabajos, también firmados por una profesional de
la sociología: L. Gottfredson (1986): Societal consequences of the g fac-
tor in employment. Journal of Vocational Behaviour, 29, 379-410, y
L. Gottfredson (1997): Why g matters: the complexity of everyday life.
Intelligence, 24, 1, 79-132.
La encuesta sobre el uso de los tests en España ha sido publicada en
la revista Papeles del Psicólogo, editada por el Colegio Oficial de Psicólo-
282
Fuentes documentales
283
En los límites de la inteligencia
284
Fuentes documentales
and with cognitive abilities are highest for low IQ groups. Intelligen-
ce, 13, 349-359. Existen datos similares obtenidos con muestras es-
pañolas: F. Abad, R. Colom, M. Juan-Espinosa y L. F. García (2001):
Intelligence differentiation in adult samples.
Una visión alternativa sobre la inteligencia a la mantenida por
autores como Carroll (1993) puede encontrarse en H. Gardner (1993):
Frames of mind. The theory of multiple intelligences. New York: Basic
Books, y H. Gardner (1999): Intelligence reframed. Multiple intelligen-
ces for the 21 st century. New York: Basic Books. Gardner es un autor
influyente entre los educadores, pero su visión está bastante alejada
del establishment. Su perspectiva apenas posee apoyo empírico.
285
En los límites de la inteligencia
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Fuentes documentales
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En los límites de la inteligencia
288
Fuentes documentales
289
En los límites de la inteligencia
(1987): Why are children in the same family so different from one
another? Behavioral and Brain Sciences, 10, 1-16. Este artículo es reco-
mendable porque tras la propuesta de Plomin y Daniels se recogen 30
comentarios críticos y una réplica de los autores. Relevante, por tan-
to, para conocer las posturas de los científicos escépticos.
Las evidencias sobre el Proyecto de Adopción de Texas se pueden en-
contrar en cualquier libro de texto sobre genética conductual. Los datos
de primera mano se pueden consultar en los siguientes trabajos: J. Horn,
J. Loehlin y L. Willerman (1979): Intellectual resemblance among
adoptive and biological relatives: The Texas Adoption Project. Beha-
viour Genetics, 9, 177-207; J. Loehlin, J. Horn y L. Willerman (1989):
Modeling IQ change: Evidence from the Texas Adoption Project. Child
Development, 60, 993-1004, y J. Loehlin, J. Horn y L. Willerman (1994):
Differential inheritance of mental abilities in the Texas Adoption Pro-
ject. Intelligence, 19, 325-336.
Los resultados del Proyecto de Adopción de Colorado también se pue-
den encontrar en los textos sobre genética conductual. No obstante, los
datos originales pueden consultarse en, por ejemplo, R. Plomin, D. Ful-
ker, R. Corley y J. DeFries (1997): Nature, nurture, and cognitive deve-
lopment from 1 to 16 years. A parent-offspring adoption study. Psycho-
logical Science, 8, 6, 442-447.
Una síntesis de los estudios sobre adopción puede encontrarse en
R. Plomin y S. Petrill (1977): Genetics and intelligence: What’s new?
Intelligence, 24, 1, 53-77. También es recomendable el capítulo escrito
por Sandra Scarr en el volumen editado por R. Sternberg y E. Grigo-
renko (1997): Intelligence, heredity, and environment (pp. 3-41). El siguiente
artículo también es interesante: D. Rowe (1997): A place at the policy
table? Behaviour genetics and estimates of family environmental effects
on IQ. Intelligence, 24, 1, 133-158. Constituye una reflexión sobre los
parámetros genéticos y no genéticos que parecen incidir sobre la inteli-
gencia, con especial atención a los efectos de la influencia familar.
Los argumentos sobre el círculo de amistades están adaptados a par-
tir de la perspectiva de J. Harris (1995, 1999).
Por lo que se refiere a las escuelas, las evidencias provienen del in-
forme de la APA y de Jensen (1981). Los argumentos construidos sobre
esas evidencias son cosecha del autor.
Una última recomendación sobre el supuesto trato diferencial de los
padres sobre sus hijos varones y mujeres: H. Lytton y D. Romney (1991):
Parents’ differential socialization of boys and girls: A meta-analysis. Psy-
290
Fuentes documentales
chological Bulletin, 109, 267-296. Hace tiempo que se sospecha que ese
trato diferencial es un antiguo mito sin apoyo empírico. Aquí se pueden
encontrar los datos que respaldan esta perspectiva.
6. EL CEREBRO DE LA INTELIGENCIA
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En los límites de la inteligencia
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Fuentes documentales
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En los límites de la inteligencia
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Fuentes documentales
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En los límites de la inteligencia
dies of genius: vol. I. Mental and physical traits of a thousand gifted children.
Stanford: Stanford University Press, y L. Terman y M. Oden (1959): Ge-
netic studies of genius. vol. V. The gifted grow at mid-life: Thirty-five years fo-
llow-up of a superior group. Stanford: Stanford University Press. Lo comentado
en este capítulo está en su mayor parte extraído de estas fuentes.
Los datos del cuadro 8.1 están adaptados de A. Andrés Pueyo (1997).
El cuadro 8.3 es de elaboración propia.
Las reflexiones recogidas en el capítulo sobre los superdotados son,
en su mayor parte, cosecha del autor. Por tanto, en ciertos casos, son un
reflejo de la perspectiva del autor sobre la superdotación intelectual.
296
Fuentes documentales
297
En los límites de la inteligencia
Las referencias a partir de las que se construye el cuadro 10.2 son las
siguientes: R. Lynn (1994): Sex differences in intelligence and brain size:
A paradox resolved. Personality and Individual Differences, 17, 2, 257-271;
R. Lynn (1999): Sex differences in intelligence and brain size: a develop-
mental theory. Intelligence, 27, 1, 1-12; M. Juan-Espinosa (1997): Geogra-
fía de la inteligencia humana. Madrid: Pirámide; R. Colom (1998): Psicolo-
gía de las diferencias individuales. Teoría y práctica. Madrid: Pirámide; R. Colom,
M.a A. Quiroga y M. Juan-Espinosa (1999): Are cognitive sex differences
disappearing? Evidence from Spanish populations. Personality and Indivi-
dual Differences, 27, 6, 1189-1196; R. Colom, M. Juan-Espinosa, F. Abad
y L. F. García (2000): Negligible sex differences in general Intelligence.
Intelligence, 28, 1, 57-68, y R. Colom, L. F. García, F. Abad y M. Juan-Es-
pinosa (2002): Null sex differences in general intelligence: evidence from
the WAIS-III. Spanish Journal of Psychology, 5, 1, 29-35.
El cuadro 10.2 contiene un resumen de datos que pueden consul-
tarse directamente en los siguientes trabajos originales: L. Hedges y
A. Nowell (1995): Sex differences in mental test scores, variability and
numbers of high scoring individuals. Science, 269, 41-45; R. Colom y
O. García-López (2002): Sex differences in fluid intelligence among
high-school graduates. Personality and Individual Differences, 32, 3, 445-
451; A. Aluja, R. Colom, F. Abad y M. Juan-Espinosa (2000): Sex dif-
ferences in general intelligence defined as g among young adolescents. Per-
sonality and Individual Differences, 28, 4, 813-820; M. Linn y A. Petersen
(1985): Emergence and characterization of sex differences in spatial abi-
lity: A meta-analysis. Child Development, 56, 1479-1498; D. Voyer,
S. Voyer y M. Bryden (1995): Magnitude of sex differences in spatial
abilities: A meta-analysis and consideration of critical variables. Psycholo-
gical Bulletin, 117, 2, 250-270; J. Hyde y M. Linn (1988): Gender diffe-
rences in verbal ability: A meta-analysis. Psychological Bulletin, 104, 53-69;
J. Hyde, E. Fennema y S. Lamon (1990): Gender differences in mathe-
matics performance: A meta-analysis. Psychological Bulletin, 107, 139-
153, y A. Feingold (1988): Cognitive gender differences are disappea-
ring. American Psychologist, 43, 95-103.
El apartado «Inteligencia en general» está construido a partir del si-
guiente trabajo: R. Colom, M. Juan-Espinosa, F. Abad y L. F. García (2000).
Las evidencias descritas en este artículo concuerdan con las señaladas
por Jensen (1998).
Los datos del cuadro 10.5 están extraídos de R. Colom (1998). El
cuadro 10.6 proviene de D. Halpern (1997).
298
Fuentes documentales
El cuadro 10.7 está adaptado de J. P. Rushton (1994): Sex and race dif-
ferences in cranial capacity from international labour office data. Intelligence,
19, 281-294. Los datos originales sobre capacidad craneana en la población
mundial se pueden encontrar en H. Jurgens, L. Aune y U. Pieper (1990): In-
ternational data on anthropometry. Ginebra: International Labour Office.
Los datos de los cuadros 10.8 a 10.10 provienen de A. Feingold (1993):
Cognitive gender differences: A developmental perspective. Sex Roles, 29,
91-112. El cuadro 10.11 es de elaboración propia a partir de los datos de
Feingold (1993).
299
En los límites de la inteligencia
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Fuentes documentales
301
Post-scriptum.
Cociente de inteligencia
y la riqueza de los países
303
En los límites de la inteligencia
304
Post-scriptum
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En los límites de la inteligencia
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Post-scriptum
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En los límites de la inteligencia
308
Post-scriptum
309