Analisis
Analisis
Analisis
Existe una confusión en el funcionamiento real de las ciudades que gira en torno
a la noción de las viviendas protegidas y subvencionadas. Lo que generalmente
se plantea es un gran paquete de medidas legislativas, financieras,
arquitectónicas y analíticas que se desarrollan independientemente de las
necesidades de los habitantes reales que poseen problemas reales.
Según las políticas de planificación urbana se necesitan más subsidios para las
viviendas, porque esta es la mejor manera de que la parte de la población que
no puede ser alojada por la empresa privada pueda contar con un techo para
vivir. Además, las viviendas subvencionadas son la mejor oportunidad para
mostrar y expresar los principios que han de presidir la realización de una buena
vivienda y una buena urbanización; esta respuesta se aleja cada vez más de la
realidad, ya que es un gran error separar la población en base a sus ingresos,
afirmando que la segregación sólo trae trastornos y preocupaciones.
Para cumplir con este objetivo, Jacobs asegura que la oficina de subvenciones
a la vivienda (O.S.V) deberá ser un facilitador, que brinde garantías tanto a los
constructores como a las personas subvencionadas. La O.S.V deberá garantizar
a los constructores los fondos necesarios para la realización del proyecto, con
intereses bajos que faciliten el pago de una hipoteca. De la misma manera, la
O.S.V exigirá al constructor que la realización del proyecto se haga en un barrio
previamente asignado, a través de la selección de solicitudes presentadas por los
residentes del barrio. Una vez seleccionados los solicitantes, la O.S.V deberá
estudiar los ingresos de las personas seleccionadas y en caso de que alguno de
estos no pudiera pagar la renta, esta sería cubierta por la O.S.V, hasta que de
algún modo dicha familia incrementara sus ingresos. Cuantos más inquilinos
estén en capacidad de cubrir sus alquileres, más subsidios quedarían disponibles
para otros edificios, estimulando la estabilidad del sector. Para Jacobs, este
método logra incrementar el número de viviendas en los barrios más necesitados
y al mismo tiempo descongestiona los edificios más viejos.
En este capítulo, también se analizan temas como “la erosión de las ciudades o
sacrificio de los automóviles”. En este apartado, Jacobs menciona que es muy
difícil precisar cual o cuanta ha sido la destrucción causada por el intenso uso de
los automóviles o si esta misma, se ha producido a causa de una mala
planificación de las redes de transporte y de las soluciones de las necesidades
del tráfico. Jacobs comienza argumentando que los automóviles no son objetos
destructivos, asegurando que por el contrario son máquinas más apacibles y
limpias que los caballos –medio de transporte del siglo XIX- que además, en su
fabricación otorgan trabajo a muchas más personas y que son muy eficientes
para el transporte de mercancías y personas. El problema radica en que en el
momento de sustitución de los medios de transporte se cambio un caballo por
media docena de vehículos con motor, realizando una superabundancia de los
mismos y congestionando las calles.
Para esta autora, las ciudades que poseen retículas en forma de mayas regulares
pueden introducir de dos formas irregularidades o interrupciones visuales, la
primera se puede llevar a cabo a través de la implementación de calles adicionales
en los lugares en donde la trama sea demasiado extensa*, la segunda propuesta
consiste en introducir irregularidades u obstrucciones visuales dentro de las calles
que componen la retícula urbana, estas interrupciones se pueden manejar ya sea
a través de la topografía o sencillamente con la implementación de plazas
circulares o rectangulares que ayudarían a redescubrir la diversidad dentro de los
barrios. Jacobs explica que este tipo de respuestas no funcionan si se desarrollan
en calles de poca intensidad o en aquellas en donde sólo se desarrolla un tipo de
uso especifico, aclarando que este tipo de interrupciones visuales no pueden
conferir intensidad, seguridad e interés a estas tramas, debido a que esto sólo se
puede obtener a través de los generadores básicos de diversidad.
El último apartado se denomina “las ciudades constituyen un problema
específico” en donde se explica la forma de entender la ciudad, a través de
diversos métodos de análisis y de investigación. Con el fin de poder desarrollar
este propósito, la autora parte de una reflexión a cerca de la historia del
pensamiento científico, haciendo alusión a un ensayo del “Annual report of the
Rockefeller foundation” de 1958, en donde el doctor Warren Weaver enumera
las tres fases de desarrollo en la historia del pensamiento científico: Capacidad
para tratar problemas de simplicidad, capacidad para tratar problemas de
complejidad desorganizada y capacidad para tratar problemas de complejidad
organizada.