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La Filosofia en Bolivia

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LA FILOSOFIA EN BOLIVIA

La historia del pensamiento filosófico en Bolivia ha tenido un exponente prolífico en


Guillermo Francovich. Su texto Filosofía en Bolivia es el documento mejor elaborado en la
historia de las ideas de nuestro país. Hacemos una presentación de las ideas de este
documento, fundamental para la comprensión de la filosofía boliviana.

La historia de la filosofía boliviana se debe rastrear desde la aparición de los primeros


hombres. Se cree que los indios vivían dentro del mundo en una especie de inmersión
mística y mágica. Para los indígenas, dice Francovich, las piedras, las montañas, las fuentes,
los animales, los astros y los meteoros eran objetos animados, dotados de vida y de poderes
maravillosos. Estaban en este estado de pensamiento para el cual las fuerzas naturales son
manifestaciones de una voluntad que poseen todos los seres, voluntad caprichosa y
arbitraria que no está sujeta a orden alguno. Carecían de los elementos lógicos
indispensables para llegar a la concepción del mundo como una realidad ajena a ellos. No
podían tener una idea del “universo” sino como una entidad constitutiva del hombre. Aunque
esta posición está siendo rebatida por nuevas investigaciones.

La Colonia, con su imposición y restricción, tiene en el pensamiento tomista su verdadera


expresión. La filosofía tomista asegura una concepción armoniosa y profunda del mundo y
una elevada visión de la realidad humana. El sistema de Santo Tomás conciliaba los
principios de Aristóteles sobre la naturaleza con la concepción que el catolicismo tenía
acerca del hombre y de Dios. Coloca en la base del pensamiento a la razón que está
encargada de llevar a las verdades de la revelación y de la gracia porque, según el tomismo,
hay una gradación continua en el universo, desde las formas materiales de existencia, a
través de las plantas y de los animales, hasta el alma racional del hombre, los ángeles y
Dios. La moral produce en el hombre el desarrollo de su naturaleza racional, pues Santo
Tomás afirma que en la conducta predomina la inteligencia sobre la voluntad y el
sentimiento. La libertad es la capacidad de decidirse sobre la base del conocimiento. Las
leyes y el derecho civil se subordinan al derecho divino, lo que hace de éste un
ordenamiento jurídico orientado hacia una ciudad de Dios.

El pensamiento colonial adquirió un nivel intelectual elevado en América con la creación de


la Universidad de Chuquisaca en 1624. La imposición del tomismo como corriente filosófica y
religiosa tiene su quiebre con el advenimiento del pensamiento intelectual originado en esta
universidad, acompañado por la expulsión de los jesuitas en 1767, lo que permite la
renovación del pensamiento filosófico en este continente. Entre los representantes de esta
corriente intelectual transitoria encontramos al padre Calancha, Bartolomé Martínez, padre
Alonso Barba, Gaspar Escalona, Francisco Suárez, Gaspar de Villarroel, José de Aguilar,
San Alberto, Juan José de Segovia, Victoriano de Villava y padre Feijoo, de quienes se
puede encontrar bibliografía filosófica.

El advenimiento de nuevas corrientes filosóficas hay que rastrearlo en las etapas previas a
las revoluciones libertarias. La mayor gloria de la universidad, después de su creación,
consistió, según Francovich, en haber sido no solamente un foco de cultura que durante la
época colonial difundió desde sus aulas el saber filosófico, sino en haber constituido a
principios del siglo XIX un centro de conciencia americana, una fuerza renovadora que
contribuyó a la estructuración política y social interna y externa. El pensamiento crítico nace
en las aulas de la universidad, en los diálogos filosóficos de Bernardo Monteagudo, quien se
esfuerza por establecer el contraste entre los españoles, codiciosos y duros, y los
pobladores indígenas. Esta reflexión teórica va a permitir la consolidación y desarrollo
posterior de un pensamiento libertario.

La independencia americana tiene inspiración en principios filosóficos extranjeros como la


libertad, igualdad y fraternidad asimilados por los intelectuales de este continente. Los
vientos revolucionarios franceses tienen una acogida de tal magnitud que los nuevos
intelectuales de referencia internacional como Rousseau, Locke y Hobbes se constituyen en
los nuevos paradigmas políticos y filosóficos de América. Después de la Independencia, se
establece la “religión católica” para el culto; la forma de gobierno “republicana” como la
expresión más sólida de la independencia política; se establece la “reunión de pueblos”
como medio de unión de un país sólido. Bolivia nace a la luz de los intelectuales libertarios,
entre los que encontramos a Bernardo Monteagudo, Manuel Rodríguez, Mariano Moreno y
Destutt de Tracy, entre los más sobresalientes.

A partir de la nueva República se inicia un desarrollo intelectual que tiene como


característica la recuperación y asimilación de los vientos intelectuales del extranjero. Los
ímpetus de modernización que se imponen bajo el impulso del desarrollo intelectual
occidental son el racionalismo cartesiano, el moralismo kantiano, el eclecticismo de Gallupi,
el cristianismo de Lammenais, la filosofía jurídica de Arhens, el positivismo de Comte.
Nuestros intelectuales más sobresalientes de esta época son Luis Velasco, Manuel José
Cortés, José Manuel de la Reza, Mariano Baptista, Miguel de Santos Taborga e Ignacio
Prudencio, entre otros.

El pensamiento filosófico del siglo XX es el periodo histórico en el que nace un verdadero


desarrollo intelectual, reflejado en su originalidad y profundidad. Los pensadores originales
han sido agrupados por Francovich con el denominativo de “la mística de la tierra”. Sostiene
esa mística que la tierra, el paisaje, lo telúrico tienen una especie de espíritu que actúa sobre
el hombre creando formas de vida individuales y sociales, dando nacimiento a tipos
culturales con fisonomías tan propias como los ambientes geográficos que las han
producido. Bolivia, al estar constituida por un paisaje diverso, ha permitido el surgimiento de
esta corriente de pensamiento original con matizaciones regionales. A lo anterior se suma el
pasado histórico del que somos guardianes. El primer exponente de la mística de la tierra es
Franz Tamayo, para quien “la tierra se estudia en la raza. La tierra hace al hombre y, en este
sentido, la tierra no sólo es el polvo que se huella, sino el aire que se respira y el círculo
físico en que se vive”. En esta misma línea de pensamiento se encuentran Jaime Mendoza,
Humberto Palza, Fernando Diez de Medina y Rigoberto Paredes.

Ciertamente un hecho fundamental para el desarrollo de la filosofía como disciplina y


profesión es la fundación de la Escuela de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación el 12
de mayo de 1944, la cual iniciara sus actividades como Escuela de Filosofía y Letras en la
Universidad Mayor de San Andrés. Desde esta facultad se ha irradiado el pensamiento
filosófico. Aquí hay que reconocer la importancia que tiene la revista Kollasuyo, espacio
desde donde se propiciaron los debates intelectuales más complejos y abstractos, en un
diálogo sin igual con intelectuales del extranjero. Su iniciador, Roberto Prudencio,
comprendía que el concepto de universalidad de la cultura era un producto del racionalismo
abstracto, para lo cual las culturas regionales debían presentarse con su vitalidad original.
“Cada región del mundo, decía Prudencio, plasma sus propias formas, cada paisaje
suministra sus propias expresiones”.

El diálogo entre la producción intelectual universal con la local se ha expresado en varios


intelectuales que han permitido que nuestra filosofía se incorpore a los debates
internacionales. Hoy se sigue con esta corriente filosófica expresada en el nacionalismo de
René Zavaleta, el indianismo de Fausto Reinaga, el cristianismo del padre Bertolusso, la
filosofía de la educación de Luis Carranzas y Arturo Orías, el marxismo de José Antonio
Arce, la filosofía del amor de Mamfredo Kempff, la ontología de Rubén Carrasco, la
hermenéutica de Wálter Navia, el liberalismo alemán de H.C.F. Mansilla, el trotskismo de
Guillermo Lora, el multiculturalismo y multisocietalismo de Luis Tapia, la semiología de Luis
Antezana, la epistemología de Raúl Prada, la filosofía occidental de Blitz Lozada, el
antitrotskismo de Germán Montaño, el latinoamericanismo de Juan José Bautista y la
filosofía andina de Josef Estermann y Jorge Miranda. www.ecdotica.com/2008/05/30/la-
filosofia-en-bolivia/

EL HOMBRE ANTES DE LA COLONIA

COLONIA
Lo que hoy es el territorio de Bolivia devino de la conquista de la región que los españoles
llamaron Nueva Toledo.

La colonización de esta parte de América, como en sus otras latitudes, estuvo colmada de
violencia, alianzas coyunturales, desmedida ambición, sueños, quimeras, genocidio,
mestizaje, aculturización, transculturización, mestizaje.
Por todo ello, la colonia también es parte fundamental de la historia de Bolivia, ya que marcó
a fuego a este territorio. La emergencia de las ciudades, de centros económicos y políticos
ligados con los emprendimientos mineros, la evangelización y la exacción de los
conglomerados indígenas son acontecimientos que esa historia encierra.

En Bolivia, actualmente, se está debatiendo bastante sobre la influencia del periodo colonial
sobre los pueblos originarios. La dominación española usó la fuerza de trabajo de los
pueblos indígenas para explotar de manera indiscriminada las riquezas naturales de esta
parte del continente, especialmente las riquezas minerales. En ese proceso, las culturas
indígenas de tierras altas y bajas lograron sobrevivir al genocidio de la mita de Potosí, de las
encomiendas, de las reducciones y misiones en oriente, y tuvieron que mimetizar su
religiosidad y espiritualidad propias bajo formas católicas.

Muchos pueblos de la Amazonía fueron aculturizados o exterminados. Otros, como las


naciones aymara y quechua, sufrieron la subalternización de su idioma, de sus costumbres,
de su arte, de sus organizaciones políticas. La colonia destrozó o transformó las estructuras
políticas y económicas indígenas y sometió a los pueblos en profunda miseria. Pero no logró
destruir las raíces culturales y comunitarias que durante quinientos años permitieron que
esos pueblos sobrevivan con sus conocimientos y saberes y hoy sean las múltiples caras
que Bolivia tiene.

REPÚBLICA
El periodo republicano, para los pueblos indígenas, significó la continuación de la
explotación, pero esta vez a manos de castas criollas y mestizas. Durante la independencia
de España y probablemente hasta 2006, este país de gran mayoría indígena fue gobernado
por castas blancas y blanco-mestizas exclusivamente.

Desde 1860 y hasta el año 1935, Bolivia perdió más de la mitad de su territorio original, que
era de 2.363.769 kilómetros cuadrados. La exacción diplomática de los países vecinos y tres
conflagraciones bélicas hicieron que su superficie abarque, en la actualidad, 1.098.581
kilómetros cuadrados. Mediante negociaciones entre mandatarios y grupos de poder, perdió
con Perú parte de la Amazonía norte; el Acre y el Mato Grosso con Brasil, y a la Argentina le
cedió parte del Chaco austral; en tanto que la invasión chilena al Litoral, durante la guerra del
Pacífico, convirtió a Bolivia en un país mediterráneo y sin soberanía marítima. Con la guerra
del Chaco perdió parte del territorio del Chaco boreal y estuvo a punto de perder soberanía
sobre sus campos petroleros, pero de todas estas pérdidas, la que más es sentida por los
bolivianos es la salida al mar. http://www.boliviamundo.net/periodo-colonial-y-republicano/

EL HOMBRE EN LA ACTUALIDAD

Hablar sobre el hombre o mejor dicho sobre el ser humano no nos resulta sencillo, en
especial cuando existen diversas aproximaciones al respecto: desde el aspecto científico
natural hasta el filosófico, pasando por el sociológico, histórico, psicológico y antropológico.
Y es que en la edad moderna, el hombre al querer buscar una respuesta sobre sí mismo
recurrió al aspecto científico; pero cabe resaltar que no toda interpretación fue buena ni
completa, es decir, no se llegó a responder del todo sobre la realidad del hombre.

Pues bien, antes de hacer un análisis de cómo está el hombre en la actualidad, es necesario
responder una pregunta fundamental ¿Qué es el hombre? El hombre es un ser trascendente,
un ser teologal (que tiende hacia Dios y busca a Dios), una unidad integral bio-psico-
espiritual, que está en la capacidad de amar y ser amado. Es un ser con dinamismos
fundamentales de querer permanecer y desplegarnos. No es un animal "racional"como varios
científicos propusieron y aún proponen. Hablar del hombre como un animal implicaría varias
connotaciones: 1) no hay una conciencia moral, solo actúan por instinto; 2) no hay un sentido
de la existencia, solo se vive por vivir, es decir es un ser, simple y llanamente,
contextualizante y sin un horizonte a futuro; 3) el animal no busca la Felicidad, sólo busca el
bienestar; bienestar que sólo responde a sus estímulos biológicos y afectivos, pero no a una
conciencia ni a un experimentarse en la necesidad de encontrar esa felicidad (entendemos
por felicidad no a sensaciones pasajeras ni puro "Confort", sino a un deseo natural que todo
ser humano posee y que no tiene límites, una Felicidad que no acaba, una felicidad
trascendente).

Hablando más sobre el hombre, siguiendo la aproximacion de un ser meramente racional, se


llega también a la definición del ser humano como un "Homo economicus". Esta
interpretación, basada en una aproximación sobre teoría económica, nos formula de que el
hombre sólo reacciona frente a estímulos económicos, es decir, que desde el sistema
filosófico marxista de la materialización del hombre como un ser puramente racional, se llega
a la conclusión de que el hombre es capaz de "maximizar" sus opciones, es un hombre
egoísta y racional en sus decisiones. ¿Qué concluimos al respecto? que el hombre es un ser
fríamente calculador e incapaz de vivir la vida en común, convirtiéndose en un ser
individualista y sólo buscador de sus propios fines.

En el campo de la Filosofía el hombre ha sido objeto de diferentes interpretaciones, lo cual


también se llega a lo mismo: de hombre trascendente a hombre puramente racional. No
quiero explayarme sobre este aspecto, tan sólo mencionar de cómo en este campo
"humanista" se ha llegado a negar la existencia del hombre cómo tal, concluyendo que la
vida en sí misma no existe, tan sólo es ficción, lo cual implicaría que el hombre también es
parte de esta ficción (secuela de la llamada postmodernidad).

Esta postmodernidad, que nace de una crítica a la llamada modernidad, nos plantea que
todo lo que el hombre inventó, creó, perfeccionó, en todo el proceso que va desde el siglo
XV hasta inicios del XX, fue de alguna manera nefasto para sí mismo, en el sentido de que
no le trajo el "progreso" que anhelaba. Cabría preguntarnos ¿qué significó este progreso o
cómo lo entendieron los pensadores o científicos a lo largo de los años? aunque de una
manera más concreta podríamos preguntarnos: lo que hizo a lo largo de estos años ¿ha
llevado al hombre a la felicidad? Son cuestionamientos que se podría formular al hacer una
retrospectiva a la historia del hombre en los últimos cien años. Un ejemplo de ello son las
dos grandes guerras mundiales, que llevó a la muerte a millones de personas víctimas de las
luchas políticas por inspiraciones ideológicas de algunos hombres que tenía un poder político
o militar (nazismo, comunismo). Dentro de ese mismo período se puede hablar también de
una racionalización de lo irracionable mencionando a modo de ejemplo el Holocausto
propiciado por los nazis contra los judíos (el más conocido: Auschwitz).

Siguiendo el análisis histórico vemos que tanto los avances científicos como los tecnológicos
(que de alguna manera muchos son buenos en sí mismos) han terminado por ser
manipulados, bajo sistemas totalitaristas para demostrar su poderío armamentista y marcar
un dominio político, un ejemplo de ello puede ser la carrera armamentista durante la llamada
"guerra fría" entre Estados Unidos y la Unión Soviética, el cual, se propagó la idea de una
guerra nuclear entre ambos países generando un temor generalizado en todo el mundo. Se
originó un despilfarro económico con la creación de armas de la más alta tecnología
demostrando una vez más que para lo importante y urgente (como la pobreza, el hambre, la
disminución de la tasa de mortalidad en los países más abandonados) aún se puede
esperar. Sin ir muy lejos, podemos verlo ahora en las guerras del medio oriente, que llegan
al absurdo de pelear por una razón justa, sino cayendo en puros intereses políticos y
económicos. En el campo de la medicina o seudomedicina ha dado por sentado
legalizaciones como el aborto, eutanasia y le eugenesia.

Es por ello que haciendo una mirada a la actualidad, el hombre se encuentra totalmente
desorientado, no es capáz de distinguir lo que es bueno y lo que es malo; su base moral está
corrompida por el pecado distorsionando su realidad y haciendo incapáz de discernir por lo
mejor. Además el hombre actual se encuentra totalmente escéptico sobre su futuro, no sabe
a dónde ir, no sabe de dónde viene, no le encuentra un sentido a la vida, en otras palabras:
está totalmente "insatisfecho". Se da cuenta que ningún sistema político, ideológico, ni
filósofico le llenan ese deseo de encontrar un sentido a la vida. Ya Nietzsche proponía a
fines del siglo XIX un nihilismo (nihil: sin nada); es decir un sin sentido en la vida. Este
nihilismo esta propagado en la actualidad de dos formas: una explícita y otra implícita,
haciendo la vida del hombre totalmente absurda.
El pensamiento débil, muy de moda en los últimos años (a pesar de que ya se está dejando
de lado en las discusiones filosóficas) acentuó mucho más ese relativismo planteado desde
el siglo de la Ilustración. De ser así todo esto, entonces ¿Para qué existimos? ¿Qué sentido
tiene nuestra vida? ¿Es que acaso no existe ese deseo profundo de realizarnos? El
relativismo que se ve actualmente hace que el hombre se confunda profundamente ante la
realidad, ¿si es que la realidad existe para ellos?, y se incerta en un profundo abismo que no
es capaz de salir. Es por eso que el hombre cada vez se encuentra más light, y tal como dice
el psicologo español Enrique Rojas: "El hombre light carece de referentes, tiene un gran
vacío moral y no es feliz, aún teniendo materialmente todo (superficial, indiferente,
permisivo)"

Ante este panorama sólo hay una respuesta: Existimos por Dios y para Dios. La Felicidad
que tanto anhelamos desde los más profundo de nuestro ser, solo podrá ser respondida en
la medida en que nos atrevamos a abrir nuestro corazón y dejar de que Él nos ilumine.
Nuestro corazón clama a gritos al Señor, no es una casualidad de que nuestro ser sea
totalmente trascendente, de que seamos seres integrales: bio-psico-espiritual. ES-PI-RI-TU-
AL... entendemos lo que significa eso? Nuestro ser más profundo quiere encontrarse con
Dios, con aquel que nos ha creado. Si nuestro anhelo es infinito: ¿qué es lo que existe en
este mundo que sea Infinito? http://cooperatoresveritatis-jm.blogspot.com/2008/06/el-
hombre-en-la-actualidad.html

ALGUNOS FILOSOFOS DE BOLIVIA

FRANZ TAMAYO

(La Paz, 28 de febrero de 1879 - ibídem, 29 de julio de 1956) fue un poeta, político y
diplomático boliviano, considerado una de las figuras centrales de la literatura boliviana del
siglo XX. En 1910 Tamayo publicó Creación de la pedagogía nacional, recopilación de una
serie de artículos publicados en el El Diario de La Paz que sienta las bases de su
pensamiento. https://es.wikipedia.org/wiki/Franz_Tamayo

PENSAMIENTO

Si bien resalta en este libro la energía proveniente del indígena, su visión es aún anticuada.
Tamayo maneja mucho el concepto de raza y toma las capacidades del blanco, cholo e indio
(expresiones hoy obsoletas en el plano científico) como facultades naturales desde el
nacimiento. Es de todos modos un impulsor del estudio de la cultura indígena para su
inclusión en los planes pedagógicos, aunque poco hable de cultura.

Tamayo proclamó ya en su primera época de intelectual que se debe reconcebir la


pedagogía nacional partiendo de los mismos profesores bolivianos, los que deben incluir a
los sectores indígenas en este cometido, ya que el indígena sería, según el autor, el primer
ser que, a diferencia de los blancos y los cholos, estaría en condiciones de fortalecer el país
en su identidad y en la estructuración de una pedagogía.
https://es.wikipedia.org/wiki/Franz_Tamayo

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