Hechos PDF
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BÍBLICOS
Reservados todos los derechos. El contenido de esta publicación puede usarse y reproducirse
libremente siempre y cuando su contenido sea completo y sin alteración, pero su venta está estrictamente
prohibido sin el permiso previo del autor por escrito.
Las Escrituras en español son tomadas de La Santa Biblia, Antigua Versión de Casiodoro de Reina (1569) revisada por
Cipriano de Valera (1602), revisión de 1960, ©1960 por Sociedades Bíblicas en América Latina.
INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO
Este estudio consiste en una presentación de información relacionada con el contexto histórico del libro
y un análisis del texto mismo. El propósito del autor es proveer al lector con información que permite un
estudio más informado y más detallado de este libro que fue escrito hace muchos siglos y que fue leído por
los cristianos del primer siglo. El afán del autor no es delatar todo lo relacionado con el texto de la obra, que
en sí sería una tarea imposible, sino más bien presentar lo que pretenda ser un análisis que promoverá al
lector a ser motivado para escudriñar con mayor profundidad el texto. Además, se espera que los
comentarios contenidos sean tomados como materia de referencia, no como la última palabra sobre el tema,
ya que el autor es sumamente consciente de que también está capaz de cometer errores, tal como todos
los hombres. Sin embargo, conviene que uno esté siempre dispuesto recordar que el libro en sí representa
la palabra inspirada y que por esta razón no se presta para los mismos errores que pueden encontrarse en
la obra presente. Las verdades que se encuentran en el texto del libro no pueden ponerse en tela de jucio
sin correr el riesgo de acusar al Espíritu Santo de haber inspirado error, cosa que no es el caso. Es casi
inevitable que cada lector se encontrará, a través de la obra presente y a través de un estudio cuidadoso de
este libro inspirado, con algunas ideas y enseñanzas que serán nuevas para él, como también contradictorias
a las ideas preconcebidas que pueda traer al estudio. La petición del autor es sencillamente que cada uno
sea capaz de reconocer que las verdades reales de libro bajo estudio no han cambiado desde el momento
que fueron redactadas por el autorl y que se deben asumir como las verdades divinas, aun cuando chocan
con nuestras ideas humanas.
Como todas las lecciones de este serie, la presente está diseñada para servir de ayuda al lector, para que,
a través de la información allí presentada, cada lector llegue a un mejor entendimiento del texto bíblico.
Nuestro deseo y petición es que nadie nos siga a nosotros ni a nuestras ideas, sino que todos sigamos a Dios
y al único Señor y Salvador, Jesucristo. Si lo que presentamos en estos estudios es lo que la Biblia enseña,
entonces no sería nuestra doctrina, sino lo mandado por Dios. Si hay errores, por favor ayúdenos a
entenderlos y así corregirlos. Esperamos que estos estudios sean una ayuda para su vida espiritual, ahora
y para siempre.
A través de este estudio las citas directas del texto se presentarán en letra negrilla itálica (bastardilla).
En el caso que una parte del texto de la Reina-Valera 1960 no sea una parte del texto de los manuscritos
griegos más antiguos y fidedignos se notará y se pondrá en letra itálica (bastardilla) pero no negrilla para
ayudar al lector reconocer tal hecho en su estudio.
Que Dios le bendiga en el estudio de Su palabra, la cual es el mensaje de salvación, y que seamos todos
como los de Berea:
"Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con
toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así."
... Hechos 17:11
III. Eventos en Jerusalén después del día de Pentecostés (3:1 - 7:60) ....................111-264
El libro que es actualmente conocido como Los Hechos de los Apóstoles en realidad es la continuación
de la historia presentada en los evangelios, específicamente, la del evangelio según Lucas. Mientras los
evangelios presentaban los hechos y las enseñanzas del Señor Jesús durante el tiempo de su vida y ministerio,
el libro de los Hechos presenta la historia del nacimiento y el crecimiento de la iglesia después de su muerte
y ascensión. Al igual que los evangelios, que no intentaron presentar todo lo que hizo Jesús durante los años
de su ministerio, en el libro de Hechos el autor no intentaba contar todas las cosas que pasaron en los
primeros años de la iglesia, sino solamente algunas de ellas. En realidad, este libro no debe llamarse "Los
Hechos de los Apóstoles", sino más bien, "Algunos de los Hechos de algunos de los Apóstoles". Aparte de Pedro,
Juan, y Pablo, Hechos no relata casi nada acerca de las actividades de los demás de los apóstoles. Entonces,
es evidente que su propósito no era dar un retrato exhaustivo de las actividades de todos los apóstoles
después de la muerte de Jesús, sino relatar algunas pocas de sus actividades con el fin de mostrar cómo
ocurrió el crecimiento y el desarrollo de la iglesia. Como era el caso con los evangelios (que abarcaban un
período de un poco más de treinta años, terminando justo antes de la ascensión de Jesús), el libro de los
Hechos también abarca unos treinta años, utilizando la ascensión de Jesús como su punto de partida y las
predicaciones de Pablo cuando él estaba encarcelado en Roma como su término.
Que Hechos es el segundo tomo del evangelio escrito por Lucas se puede comprobar fácilmente al
comparar los primeros versículos de esos dos libros. En realidad, una comparación de los últimos versículos
del evangelio de Lucas con los primeros del libro de Hechos demuestra una continuación de la historia casi
sin interrupción. Así, tal como el evangelio de Lucas fue escrito como una explicación y defensa de Jesús,
su vida, su enseñanza, su muerte, y su resurrección, Hechos presenta una explicación y defensa de la iglesia
y su crecimiento en el mundo. Entre todos los libros del Nuevo Testamento, el estilo, el vocabulario, y el
griego refinado del libro de Hechos sólo pueden compararse con lo que se encuentra en el evangelio de
Lucas, cuestión que habla, en ambos casos, de un mismo autor. De hecho, estos dos libros comparten más
que cincuenta palabras griegas que no se encuentran en ninguna otra parte del Nuevo Testamento, fuerte
indicio que apoya la conclusión que hayan sido escritos por el mismo autor.
Utilizando las palabras de Jesús mismo, que se encuentran en Hechos 1:8, la historia que el libro
presenta se desarrolla para mostrar que en verdad los testigos del Señor enseñaron primero en Jerusalén,
después en Judea y Samaria, y finalmente en las partes más remotas del mundo. En realidad el libro de
Hechos sirve como un puente para poder unir la historia de Jesús, que fue presentada en los evangelios, con
las cartas que fueron dirigidas a diferentes cristianos, o congregaciones de cristianos. Sin la información que
Lucas dio a conocer en Hechos, sería casi imposible que uno en tiempos modernos lograría entender las
cartas por faltar casi completamente el contexto necesario para poder hacerlo. La iglesia no apareció
instantáneamente en todas las partes del mundo, sino que su crecimiento siguió a la difusión del mensaje de
salvación a través de las enseñanzas, no solamente de los apóstoles, sino también de otros cristianos a lo
largo del tiempo. Este progreso era la materia prima que el Espíritu Santo usó para inspirar a Lucas para
formar el relato que se encuentra en el libro de los Hechos.
La utilidad que el libro presta al lector actual es extraordinaria en el sentido de que permite entender
el mensaje del cristianismo que fue originalmente predicado, como también las reacciones de la gente de
aquel tiempo cuando ellos lo escucharon. También uno puede ver en Hechos la transición de la iglesia, desde
una entidad originalmente compuesta solamente de judíos en Jerusalén, a un cuerpo compuesto también de
gentiles de muchas naciones y razas dispersas en el mundo entero. Además muestra a uno las
persecuciones, los problemas, y los debates de esa época, de esa forma ayudando uno a entender las
situaciones en las cuales muchas de las epístolas del Nuevo Testamento fueron escritas. En resumen, el libro
de los Hechos es una breve historia de los comienzos de la iglesia y de su expansión a través del mundo
durante los primeros treinta años de su existencia, un relato basado principalmente en las obras de Pedro
y Pablo y en el rol del Espíritu Santo en sus vidas.
Este libro es de gran importancia en el sentido que si uno no tuviera acceso a la información que
solamente se encuentra en ello sería casi imposible poder entender las otras partes del Nuevo Testamento.
Las conexiones que existen entre las enseñanzas, y también las historias, que están contenidas en los
evangelios, y la información que uno puede encontrar en las cartas que fueron escritas a cristianos no
existirían sin la información que se presenta en el libro de Hechos. Uno, sin esta información, tendría que
adivinar cómo fue el inicio de la iglesia en sí, cómo se extendió a través del mundo, tanto entre los judíos
como también en el mundo gentil, cómo fueron las buenas nuevas que los testigos del ministerio del Mesías
compartieron con los demás, cómo esos nuevos discípulos estaban instruidos a hacerse parte del nuevo
reino, y qué tenían que hacer para recibir el perdón de sus pecados y para recibir las bendiciones que el
Señor prometió antes de su ascensión al Padre.
Entonces, es lógico afirmar que el tema central del libro de los Hechos es el nacimiento y el desarrollo
de la iglesia. Su énfasis está en el poder del Espíritu Santo actuando a través de los apóstoles. El autor
especialmente mostraba a Pedro y a Pablo, demonstrando lo que el Espíritu Santo hizo por medio de ellos
para hacer crecer la iglesia. La historia empezó en Jerusalén y luego incorporaba a Judea y Samaria,
eventualmente abarcando no solamente los judíos sino también a los gentiles en todas las naciones. Una
breve historia del desarrollo de la iglesia, mediante la predicación del evangelio, era el tema de esta obra del
Espíritu Santo, relatada por Lucas en su obra, la cual es comúnmente conocida en el día de hoy simplemente
como "Hechos".
Tal como era el caso en los evangelios, el autor del libro de los Hechos no se nombraba en el libro
mismo. Uno tiene que recurrir, entonces, a la lógica y al testimonio de los primeros cristianos para afirmar
el patrimonio del libro. Como ya se ha visto, el lenguaje, el estilo, el vocabulario, y la dedicatoria de la obra
todos confirman que el autor era el mismo del tercer evangelio. Que Lucas fue considerado como su autor
en los primeros siglos de la historia de la iglesia es también indudable. Desde Ireneo (185 D.C.) en adelante,
los autores antiguos de la iglesia son unánimes en atribuir el patrimonio, no solamente de Hechos, sino
también del tercer evangelio, a Lucas, el médico amado.
Además, el uso de la primera persona plural ("nosotros") en varios pasajes del libro (16:10-17;
20:5-21:18; y 27:1 - 28:16) pone en evidencia que el autor fue uno de los compañeros de Pablo durante
partes de sus viajes misioneros. Una comparación de estos pasajes con las cartas de Pablo deja a Lucas como
el autor más probable. Acerca del hombre mismo llamado Lucas, existe poca información. Referencias a
él se encuentran solamente en las cartas de Pablo (Colosenses 4:14, II Timoteo 4:11 y Filemón 1:24). Era
gentil, un médico, y un frecuente compañero de Pablo, pero parece que Lucas no haya sido testigo ocular
de Jesús y su ministerio (Lucas 1:1-4). Es muy posible que él fuera nativo de Asia Menor, posiblemente de
la ciudad de Filipos (Hechos 16:8-40 y 20:5).
En la búsqueda de poder fijar una fecha definitiva para la escritura del libro de los Hechos es necesario
considerar dos cosas, ambas de ellas con una aplicación directa a la conclusión. Primeramente, el autor
mismo hacía referencia a un "primer tratado" [prw'ton lovgon] (Hechos 1:1) que él mismo había escrito
anteriormente, obviamente siendo una referencia al tercer evangelio (vea Lucas 1:1-4). Así parece obvio que
Hechos se escribió después del evangelio de Lucas. Segundo, el relato de Hechos termina repentinamente,
con Pablo en Roma esperando el encuentro con César para ser juzgado por el emperador. Según la
información histórica, Pablo fue enviado a Roma como preso, llegando allí, a más tardar, en el año 60 D.C.,
significando que la historia de Hechos terminaba alrededor del año 62 D.C.. La conclusión generalmente
aceptada es que el libro finalizaba con Pablo esperando su juicio frente a Nerón en Roma porque Lucas no
tenía otra información que proporcionar, y por lo mismo, el libro debió escribirse alrededor de esa fecha.
Es probable que el simple hecho de que el libro no menciona el resultado del juicio de Pablo, ni sus
viajes posteriores o su nuevo encarcelamiento, ni tampoco su eventual muerte, sea una indicación que
todavía estos eventos no habían ocurrido cuando el libro se escribió. También se omitían referencias en el
relato de Lucas en relación a la destrucción de Jerusalén, por lo que también es factible deducir que este
acontecimiento tampoco había tenido lugar cuando él finalizó su obra. Entonces, la conclusión más probable,
es que Lucas, después de terminar con la presentación del evangelio (probablemente escrito desde Palestina,
alrededor de los años 58-60 DC) escribió (probablemente desde Roma) este segundo tomo a Teófilo, acerca
del establecimiento y crecimiento de la iglesia, alrededor del año 62-63 D.C..
Hechos era el libro que contestaba la pregunta que solía hacerse por los hombres acerca de qué era
necesario para que uno se salvara. En ellos Lucas presentaba algunas de las historias de la predicación del
mensaje de verdad y la reacción de la gente cuando ellos lograron escucharlo (Hechos 2, 7, 8, 9, 10, 16, 18,
19, 22, 26, etc.). Debido a esto, a veces Hechos ha sido llamado "el libro de las conversiones" y es el único
libro del Nuevo Testamento donde uno puede encontrar ejemplos directos de la predicación y obediencia
al mensaje de salvación, ilustrando con ellos la manera en que los apóstoles entendieron ese mensaje y cómo
ellos lo practicaron y también lo enseñaron a otros. En Hechos Lucas también daba mucho énfasis a la obra
del Espíritu Santo en la iglesia primitiva, mostrando su rol en guiarles a los apóstoles y en enseñarles a ellos
toda la verdad. Hay más de cincuenta referencias directas al Espíritu Santo en el libro.
Además, ya que Hechos es el único libro del Nuevo Testamento que presenta información acerca de
la expansión y el crecimiento de la iglesia, es importante que uno preste atención al desarrollo del reino que
se da a conocer en el libro. La historia relatada en Hechos empezaba presentando a los apóstoles de Jesús
junto con un grupo pequeño de discípulos después de su muerte. Sin embargo, seguía dando énfasis en el
continuo aumento de ese número de seguidores del nuevo reino, número que aumentaba rápidamente con
el trascurso del tiempo. El lenguaje mismo del libro de Hechos parece enfatizar intencionalmente ese
crecimiento, algo que se puede apreciar al analizar las frases utilizadas en los siguientes pasajes. Aunque el
grupo que acompañaba a Jesús cuando El ascendió al cielo (1:1-11) era compuesto de pocas personas, sin
embargo el texto sigue con indicaciones que demuestran el gran aumento en el número de los involucrados
en el movimiento con el transcurso del tiempo.
Un grupo de "como ciento veinte" estaba esperando la llegada del Espíritu Santo en Jerusalén (1:15).
El grupo aumentaba con "como tres mil" bautizados en Jerusalén en el día de Pentecostés (2:41).
El número de los en la iglesia se elevaba con los "salvos añadidos cada día a la iglesia" (2:47).
En poco tiempo “el número de los varones era como cinco mil” (4:4).
Después, los creyentes "aumentaban más, gran número de hombres y mujeres" (5:14).
En un tiempo corto "el número de los discípulos" crecía (6:1).
Llegaron a ser muchos ya que "el número de los discípulos se multiplicaba grandemente" (6:7).
Después, como "se acrecentaban" (9:31), aumentaban aun más.
En Antioquía de Siria "gran número creyó y se convirtió al Señor" (11:21).
Bosquejo de Hechos
E. En Efeso: Pablo enseña y muestra poder dos años y tres meses 19:8 - 19:12
L. Viaje por Macedonia, navegando desde Filipos hasta Troas 20:4 - 20:6
N. Viaje por Asón, Mitilene, Quío, Samos, y Trogilio a Mileto 20:13 - 20:16
P. Viaje por Cos, Rodas, Pátara, Fenicia, y Chipre a Tiro 21:1 - 21:3
A. En Jerusalén:
B. En Cesarea:
“1 En el primer tratado, oh Teófilo, hablé acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a
hacer y a enseñar, 2 hasta el día en que fue recibido arriba, después de haber dado
mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido; 3 a quienes
también, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables,
apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios.”
b. Uno debe notar la similaridad del lenguaje aquí con él de ese evangelio.
(1) Compare con Lucas 1:3 donde en su premer tratado Lucas añadió la palabra
“excelentísimo” [kravtiste].
(b) Se usaba solamente tres veces en el Nuevo Testamento, y cada una de esos
usos se encuentra en lo escrito por Lucas.
(3) El significado de ese nombre era “amigo de Dios” o posiblemente “uno que ama
a Dios”, y en realidad era el equivalente al nombre latino Amadeus, como el
nombre del famoso compositor, Amadeus Mozart.
(4) No hay manera en el día de hoy poder saber con claridad quién era Teófilo, ni
siquiera para asegurar que “Teófilo” era el nombre propio de una persona en la
realidad o solamente una manera de dirigirse a alguna persona dándole honor de
esta forma.
(a) Algunos piensan que sea muy probable que Lucas estuviera escribiendo
ambos de estos relatos (Lucas y Hechos) para un patrón, posiblemente
alguien de riquezas (como también de status noble), alguien que era su
benefactor.
(b) Esto sí fue una práctica relativamente común en aquel tiempo pero esta es
solamente una teoría, una conclusión subjetiva y sin datos para confirmarla.
(5) Lo que sí uno puede afirmar con certeza es que las dos obras de Lucas fueron
escritas para el beneficio de esa persona para que él pudiera tener una confianza
en la realidad de lo que había ocurrido, no solamente durante la vida y el
ministerio de Cristo, sino también durante unos treinta años después de la
muerte y resurrección de Jesús.
e. (1:1) “hablé acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar”
[ejpoihsavmhn peri; pavntwn ... w|n h[rxato oJ jIhsou'" poiei'n te kai; didavskein]
(1) Con estas palabras el autor hacía referencia a los detalles que había dado a
conocer en el primer tomo, el evangelio según Lucas, de la vida y del ministerio
de Jesús.
(c) Esta frase “acerca de todas las cosas” [peri; pavntwn] no debe entenderse
como sí Lucas estaba afirmando que había contado en su evangelio todas la
obras de Jesús en la tierra, cosa que obviamente no era la verdad.
iii) A cambio, aquí estaba enfatizando que mientras había enfocado las
acciones y las enseñanzas de Jesús en su primera obra, ahora iba a
contar la historia de lo que aconteció después de la partida del Señor
al cielo.
(2) Según Lucas 1:4 el propósito de haber dado a conocer lo que Jesús hizo era para
que Teófilo tuviera certeza de esos acontecimientos y no solamente un
conocimiento basado en todo lo que había escuchado en cuanto a ellos.
(3) (1:2) “hasta el día en que fue recibido arriba” [a[cri h|" hJmevra"...
ajnelhvmfqh]]
(d) (1:2) “a los apóstoles que había escogido” toi'" ajpostovloi" ... ou\}"
ejxelevxato]
(e) (1:3) “a quienes también, después de haber padecido” [oi|" kai; ... meta;
to; paqei'n aujto;n]
iii) (1:3) “y hablándoles acerca del reino de Dios” [kai; levgwn ta; peri;
th'" basileiva" tou' qeou']
“4 Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la
promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. 5 Porque Juan ciertamente bautizó con
agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días.”
1. (1:4) “Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén” [kai; sunalizovmeno"
parhvggeilen aujtoi'" ajpo; JIerosoluvmwn mh; cwrivzesqai ajlla; perimevnein]
a. El mandato era claro – ellos tenían que quedarse en Jerusalén, aunque no eran de allí,
sino eran residentes de Galilea.
b. Uno no puede saber con certeza que este grupo de personas se tratara únicamente
de los once apóstoles vivos (Judas Iscariote estaba ya muerto) que estaban con Jesús,
pero por lo menos ellos estuvieron incluidos.
c. Sin embargo, la referencia a la promesa que Jesús mismo había dado a los once en la
noche de la última cena apoya a la conclusión que en esta ocasión también estaba a
solas con ellos.
2. (1:4) “sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí” [th;n
ejpaggelivan tou' patro;" h\}n hjkouvsate mou]
a. Esta “promesa del Padre” [ejpaggelivan tou' patro;"] era la promesa de la venida del
Espíritu Santo mismo, no una promesa del poder en sí, sino de recibir el Espíritu Santo
mismo, de quien iba a venir poder.
g. (1:5) “Porque Juan ciertamente bautizó con agua” [o\{ti jIwavnnh" me;n ejbavptisen
u\{dati]
h. (1:5) “mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos
días” [uJmei'" de; ejn pneuvmati baptisqhvsesqe aJgivw/ ouj meta; polla;" tauvta"
hJmevra"]
(1) Es bastante obvio en el contexto que esto sería el cumplimiento de loa que Jesús
les había prometido anteriormente.
(6) Aunque ellos habían recibido poder para hacer milagros, y algunos de ellos
también habían sido testigos del Espíritu bajando sobre Jesús, el hecho de
conocer al Espíritu que estaba con ellos no era igual al hecho de tener en ellos
mismos ese Espíritu Santo, tal como Jesús les había dicho dijo en Juan 14:17.
(b) A la misma vez, ellos habían sido ya instruidos para que entendieran que
sería con la venida del Espíritu Santo a ellos que llegarían con su ayuda tener
entendimiento y conocimiento que faltaban antes de su llegada, cosas que
el Espíritu mismo iba a proveer para ellos.
(7) Uno debe recordar que para ellos esta idea de ser “bautizados con el Espíritu
Santo” [ ejn pneuvmati baptisqhvsesqe aJgivw/] tenía el sentido de ser cubiertos,
envueltos por El.
(a) Tal como Juan había bautizado a personas a través de sumergirlos con las
aguas del río Jordán, ellos iban a estar sumergidos con el Espíritu Santo.
(b) Es importante notar que no iba a ser el Espíritu Santo el que bautizaba, sino
sería El en que ellos iban a ser bautizados, tal como el agua no bautizaba,
sino Juan bautizaba a la gente en el agua. De la misma forma Dios iba a
bautizar a ellos en el Espíritu.
1. (1:6) “Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo:” [OiJ me;n ou\\n
sunelqovnte" hjrwvtwn aujto;n levgonte"]
a. Aunque en este versículo la frase “los que se habían reunidos” [OiJ me;n ou\\n
sunelqovnte"] no claramente identifica que solamente los once apóstoles estuvieron
presentes, por lo menos uno puede afirmar con certeza que todos ellos estuvieron
incluídos en este grupo que le hacía la pregunta al Señor.
b. Sin embargo, las mismas palabras de Lucas en su evangelio parecen aclarar que estas
palabras y acontecimientos estaban en una situación privada entre Jesús y los once
apóstoles.
(2) Judas Iscariote, ya muerto, no habría estado con ellos, dejando entonces
solamente once de las doce apóstoles originales.
c. (1:6) “Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?” [kuvrie, eij ejn tw'/
crovnw/ touvtw/ ajpokaqistavnei" th;n basileivan tw'/ jIsrahvl_]
(1) Uno debe recordar que ellos ya le habían reconocido como el Mesías, el que iba
a traer el reino de los cielos a Israel.
(2) Además, les había estado hablando del reino durante los cuarenta días después
de su propia resurrección.
(3) Ahora, desde el punto de vista de ellos, la pregunta habría sido la más lógica y
ellos quisieron saber si finalmente había llegado el momento que el pueblo judío
había estado esperando por muchos siglos.
(4) Según las palabras que Jesús les había dicho cuando instituyó la cena del Señor
ellos debían haber entendido que el reino iba a ser restaurado antes de la llegada
de la próxima pascua de los judíos, y ya habían pasado unos seis semanas desde
ese anuncio y desde su resurrección.
(5) Lo más probable es que ellos todavía estaban esperando que la restauración del
reino a Israel significaría un movimiento que libraría al pueblo judío del control de
Roma y no habrían entendido que el reino era algo espiritual en vez de un reino
terrenal y territorial, algo físico.
a. (1:7) “No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones” [oujc uJmw'n ejstin
gnw'nai crovnou" h] kairou;"]
(1) A pesar del hecho que la pregunta tenía que ver con el momento en el cual se iba
a manifestar el reino, sin embargo Jesús no los contestaba en una manera clara.
(2) Nuevamente El negó darles a conocer exactamente cuándo iba a ocurrir, sino
solamente les dio una indicación que el reino vendría con el poder del Espíritu
Santo, y que no iba a tardar mucho, ya que ellos mismos iban a presenciar la
llegada.
(a) No era algo que ellos necesitaban saber, sino que solamente tenían que
confiar en lo que ya les había sido dicho y cumplir con las instrucciones que
habían recibido.
(b) Ya les había dicho que iban a recibir el Espíritu Santo en un lapso de pocos
días y no les bastaba, sino que querían tener mayor información acerca de
la llegada del reino, otra indicación que ellos no estaban todavía entendiendo
la verdadera naturaleza del reino que vendría.
(3) (1:7) “que el Padre puso en su sola potestad” [ou\}" oJ path;r e[qeto ejn th'/
ijdiva/ ejxousiva/]
(a) Tal como el momento de la llegada del juicio final, Dios había guardado el
derecho de saber la fecha de la llegada del reino para sí sólo.
(b) Esta frase [ou\}" oJ path;r e[qeto ejn th'/ ijdiva/ ejxousiva] también puede ser
traducido como “que el Padre fijó por su propia autoridad”, y muchas de las
traducciones lo tienen así.
i) La idea, sin lugar a dudas, era que Dios lo sabía pero ellos no tenían
todavía la necesidad de que se les revelara.
(1) Uno debe notar que el poder no era la promesa del cual había estado hablando,
sino ese poder fue el resultado del cumplimiento de esa promesa.
(2) Uno también debe reconocer que estas palabras no fueron dichas a todos los
discípulos, sino solamente a los que estaban con El en aquel momento, y así la
promesa de recibir poder con la venida del Espíritu Santo no puede tomarse
como una promesa para todos, como algunos intentan afirmar con este pasaje
hoy en día, cosa que carece de la lógica y del apoyo del texto mismo.
(4) (1:8) “cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo” [ejpelqovnto" tou'
aJgivou pneuvmato" ejf! uJma'"]
(d) Uno debe notar que, según las mismas palabras de Jesús, el Espíritu Santo
iba a venir sobre los con quienes estaba hablando, y no prometió que iba a
venir sobre todos los demás para darles poder a todos.
(f) El Espíritu Santo iba a venir y como consecuencia ellos iban a recibir poder,
no viceversa.
(1) Nuevamente, tal como les había dicho en Lucas 24:48, ellos iban a pasar a ser sus
testigos solamente cuando habían recibido el Espíritu Santo y el poder que
vendría con El.
(2) Esto iba a ser el principio de la proclamación del reino del cielo hecho realidad,
y del perdón de pecados ofrecido en el nombre del nuevo rey, y partiría en
Jerusalén con el testimonio de ellos.
(3) Uno debe recordar que un testigo tiene que ser uno que ha presenciado a los
eventos de los cuales va a testificar.
(4) Uno no puede ser testigo fiel si no ha sido testigo presente cuando los eventos
ocurrieron.
(6) Las palabras de Cristo que siguen parecen presentar a los apóstoles un mapa de
la expansión del reino en el mundo.
(8) Ellos, seleccionados específicamente por el Señor mismo, ahora iban a serle
testigos de la realidad de El como el Mesías y de su resurrección de entre los
muertos.
(b) Desde la antigüedad esa ciudad de Jerusalén había sido señalada como el
centro del reinado dirigido por Dios y destinada para ser el punto del
partido del reino de los cielos.
(10) (1:8) “en toda Judea” [kai; ejn pavsh/ th'/ jIoudaiva/]
(b) Así que, a pesar del hecho que el mensaje iba a presentarse primeramente
en la ciudad principal del judaísmo, sin embargo iba a ser anunciado también
en toda la región y no solamente en la ciudad misma.
(12) (1:8) “y hasta lo último de la tierra” [kai; e\{w" ejscavtou th'" gh'"]
(a) El mensaje del reino, testificado por los apóstoles, no iba destinado
solamente a las regiones donde habitaban los judíos, sino a todos los
habitantes del mundo entero, algo claramente dicho por el Señor mismo en
esa ocasión pero obviamente algo no totalmente entendido por los
apóstoles en el momento.
“9 Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le
ocultó de sus ojos. 10 Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se
iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, 11 los cuales
también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús,
que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.”
1. (1:9) “Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado” [Kai; tau'ta eijpw;n
blepovntwn aujtw'n ejphvrqh]
b. Ellos eran testigos oculares de su ascensión al cielo y también del mensaje que les fue
anunciado por los mensajeros divinos que les aparecieron.
2. (1:9) “y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos.” [kai; nefevlh uJpevlaben aujto;n
ajpo; tw'n ojfqalmw'n aujtw'n]
a. Un momento estaba conversando con ellos y el próximo le vieron ser elevado al cielo
para desaparecer de su vista en las nubes del cielo.
b. Sin embargo, es muy posible, ya que había estando apareciendo a ellos durante varias
semanas, que ni se les haya ocurrido que esta vez sería la última vez que lo haría.
d. (1:10) “Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba”
[kai; wJ" ajtenivzonte" h\\san eij" to;n oujrano;n poreuomevnou aujtou']
e. (1:10) “he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas” [kai;
ijdou; a[ndre" duvo pareisthvkeisan aujtoi'" ejn ejsqhvsesi leukai'"]
(2) Aunque el texto es claro en decir que eran “dos varones” [a[ndre" duvo] y no dice
que eran “ángeles” es necesario que el lector entienda que la palabra “ángel”
solamente significaba “mensajero” y no necesariamente un ser celestial.
(3) Es así que es que estos “dos varones” [a[ndre" duvo], sin lugar a dudas eran
“ángeles” en el sentido de haber sido mensajeros de Dios dando a conocer un
mensaje a los apóstoles.
(4) Para aclarar aún más, conviene comparar lo escrito por Lucas con lo escrito por
Juan sobre un mismo evento, la historia de María y la tumba del Señor, cuando
Juan usaba las palabras “dos ángeles” [duvo ajggevlou"] en vez de “dos varones”
[a[ndre" duvo], como dijo Lucas.
(5) Compare también estas citas donde hay lenguaje parecida para referirse a los que
trajeron mensajes de Dios para los hombres.
(a) Esta frase da aún más apoyo a la conclusión que este acontecimiento era
algo privado entre el Señor y sus apóstoles, ya que todos los apóstoles eran
de Galilea pero no todos los demás de sus discípulos eran galileos.
(b) (1:11) “¿por qué estáis mirando al cielo?” [tiv eJsthvkate ejmblevponte"
eij" to;n oujranovn_]
ii) Uno debe recordar que Jesús le había estado apareciendo durante
unos cuarenta días y ellos en ese momento no tenían manera de saber
que esto iba a ser la última vez que pasaría.
a) Esta frase es una profecía muy clara del retorno del Señor en el
aire para buscar a los suyos, tal como había prometido a ellos la
última noche antes de su crucifixión.
(d) Según estas palabras se puede afirmar dos cosas acerca de la próxima venida
del Señor.
ii) Cuando El venga, El tendría el mismo cuerpo inmortal con que iba al
cielo.
“12 Entonces volvieron a Jerusalén desde el monte que se llama del Olivar, el cual está
cerca de Jerusalén, camino de un día de reposo. 13 Y entrados, subieron al aposento alto,
donde moraban Pedro y Jacobo, Juan, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Jacobo
hijo de Alfeo, Simón el Zelote y Judas hermano de Jacobo. 14 Todos éstos perseveraban
unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus
hermanos. 15 En aquellos días Pedro se levantó en medio de los hermanos (y los reunidos
eran como ciento veinte en número), y dijo: 16 Varones hermanos, era necesario que se
cumpliese la Escritura en que el Espíritu Santo habló antes por boca de David acerca de
Judas, que fue guía de los que prendieron a Jesús, 17 y era contado con nosotros, y tenía
parte en este ministerio. 18 Este, pues, con el salario de su iniquidad adquirió un campo,
y cayendo de cabeza, se reventó por la mitad, y todas sus entrañas se derramaron. 19 Y
fue notorio a todos los habitantes de Jerusalén, de tal manera que aquel campo se llama
en su propia lengua, Acéldama, que quiere decir, Campo de sangre. 20 Porque está escrito
en el libro de los Salmos: Sea hecha desierta su habitación, Y no haya quien more en ella;
y: Tome otro su oficio. 21 Es necesario, pues, que de estos hombres que han estado juntos
con nosotros todo el tiempo que el Señor Jesús entraba y salía entre nosotros, 22
comenzando desde el bautismo de Juan hasta el día en que de entre nosotros fue recibido
arriba, uno sea hecho testigo con nosotros, de su resurrección. 23 Y señalaron a dos: a José,
llamado Barsabás, que tenía por sobrenombre Justo, y a Matías. 24 Y orando, dijeron: Tú,
Señor, que conoces los corazones de todos, muestra cuál de estos dos has escogido, 25
para que tome la parte de este ministerio y apostolado, de que cayó Judas por
transgresión, para irse a su propio lugar. 26 Y les echaron suertes, y la suerte cayó sobre
Matías; y fue contado con los once apóstoles.”
1. (1:12) “Entonces volvieron a Jerusalén desde el monte que se llama del Olivar” [Tovte
uJpevstreyan eij" jIerousalh;m ajpo; o[rou" tou' kaloumevnou jElaiw'no"]
b. (1:12) “el cual está cerca de Jerusalén” [o\{ ejstin ejggu;" jIerousalh;m]
(1) El propósito de esta frase, obviamente, era dar a conocer a los que no eran de
esa zona el significado más exacto de la frase anterior, “el cual está cerca” [o\{
ejstin ejggu;"].
(2) Esta frase que se usa aquí no se encuentra en el resto del texto del Nuevo
Testamento.
(3) La distancia era, según la tradición rabínica, unos dos mil codos, o sea, un poco
más que un kilómetro.
(5) Según las autoridades judaicas de ese tiempo caminar una distancia mayor en el
día de reposo sería calificado como hacer un trabajo, algo prohibido por la ley.
d. La ascensión tuvo lugar en el lado oriente del monte entre la ciudad de Jerusalén y la
aldea de Betania.
2. (1:13) “Y entrados, subieron al aposento alto, donde moraban” [kai; o\{te eijsh'lqon, eij"
to; uJperw'/on ajnevbhsan ou| h\\san katamevnonte"]
a. “Y entrados” [kai; o\{te eijsh'lqon] hace referencia al hecho que ellos, después de
escuchar el mensaje de los “dos varones” [a[ndre" duvo], volvieron a la ciudad de
Jerusalén como se les había mandado el Señor.
c. También es muy posible que haya sido la misma sala mencionada en la historia del
milagroso rescate de Pedro de la cárcel, una parte de la casa de la madre de Juan
Marcos.
d. A continuación se nombran los once apóstoles que estaban esperando en ese aposento
alto, ya que Judas Iscariote había muerto, como se va a detallar en los siguientes
versículos.
e. Estos habrían sido los mismos hombres que estaban presentes en la ascensión del
Señor, recién mencionada en el relato de Lucas.
(b) Sin embargo, a partir de capítulo doce nunca más se menciona por nombre
en Hechos.
(a) Esta es la última vez en el texto de Hechos que este apóstol se menciona
por nombre.
(a) Esta es la última vez en el texto de Hechos que este apóstol se menciona
por nombre, aunque hay otro con el mismo nombre que juega un papel en
los capítulos seis a ocho.
(a) Esta es la última vez en el texto de Hechos que este apóstol se menciona
por nombre.
(a) Esta es la última vez en el texto de Hechos que este apóstol se menciona
por nombre.
(a) Esta es la última vez en el texto de Hechos que este apóstol se menciona
por nombre.
(a) Esta es la última vez en el texto de Hechos que este apóstol se menciona
por nombre, aunque otros con el mismo nombre juegan un rol en la historia
presentada por Lucas.
(a) Esta es la última vez en el texto de Hechos que este apóstol se menciona
por nombre.
(a) Esta es la última vez en el texto de Hechos que este apóstol se menciona
por nombre.
(b) Es probable que este sea el mismo hombre que es llamado Tadeo en otras
partes del texto.
(12) Compare con otras listas de los apóstoles del Señor que aparecen en el texto del
Nuevo Testamento.
3. (1:14) “Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego” [ou|toi pavnte" h\\san
proskarterou'nte" oJmoqumado;n th'/ proseuch']/
(1) Lo más probable es que la frase “con las mujeres” [su;n gunaixi;n] sea una
referencia a las esposas de algunos de los apóstoles y también a las mujeres que
le habían seguido desde Galilea, ministrando a El, y presentes en su crucifixión.
e. (1:14) “y con María la madre de Jesús” [kai; Maria;m th'/ mhtri; tou' jIhsou']
(2) Sin embargo, anterior a este momento ella se encuentra mencionada por su
nombre muchas veces en los evangelios.
(2) El hecho de nombrar a los apóstoles, mencionar a las mujeres que estaban con
ellos, nombrar específicamente a María su madre, y después mencionar “sus
hermanos” [toi'" ajdelfoi'" aujtou'] si solamente fuera una referencia a otros
discípulos, es absurdo.
(3) Sin embargo, hay bastantes otras referencias textuales que comprueban la
existencia de por lo menos cuatro hermanos y también por lo menos una
pluralidad de hermanas de Jesús.
(4) Aunque en ese momento a lo mejor ellos todavía no habían llegado a ser
creyentes en Jesús como el Mesías, según la información textual algunos de ellos
(5) Entre esas hermanos habría estado el hombre llamado en la Reina-Valera de 1960
“Santiago”, aunque el nombre griego era “Jacobo” [ jIakwvbou], quien llegó a
tener un lugar de bastante importancia en la iglesia en el primer siglo.
4. (1:15) “En aquellos días Pedro se levantó en medio de los hermanos (y los reunidos
eran como ciento veinte en número), y dijo:” [Kai; ejn tai'" hJmevrai" tauvtai" ajnasta;"
Pevtro" ejn mevsw/ tw'n ajdelfw'n ei\\pen (h\\n te o[clo" ojnomavtwn ejpi; to; aujto; wJsei;
eJkato;n ei[kosi)]
a. “Aquellos días” [hJmevrai" tauvtai"] serían los pocos días entre la ascensión del Señor
y el día de Pentecostés, un lapso de aproximadamente una semana.
b. Como había sido el caso en muchas ocasiones anteriormente, Pedro asumió el papel
de portavoz para el grupo de apóstoles, tal como haría también el día de Pentecostés.
c. De esta frase “y los reunidos eran como ciento veinte en número” [h\\n te o[clo"
ojnomavtwn ejpi; to; aujto; wJsei; eJkato;n ei[kosi] viene el malentendido que ha llevado
a muchos creer que el Espíritu Santo vino sobre todo ese grupo y todos ellos hablaron
en lenguas.
(1) Estos “ciento veinte” [eJkato;n ei[kosi] sería el total de las personas mencionadas
anteriormente, incluyendo a los apóstoles, las mujeres, María, los hermanos de
Jesús, y, obviamente, otras personas que no habían sido nombradas.
(2) Sin embargo, este momento descrito en versículo quince no se trata ni siquiera
(a) Compare con Hechos 2:1, que aclara bien el punto hecho arriba.
(b) Compare con Hechos 2:7, que indica que todos hablando en lenguas eran
galileos, algo que no habría sido aplicable a todos los ciento viente.
(c) Compare con Hechos 2:14, que indica claramente que fueron Pedro con los
otros once los que estaban hablando.
(d) Compare con Hechos 2:37, que dice que la multitud había estado
escuchando a Pedro y los otros apóstoles y les preguntó a ellos, no a los
ciento viente, lo que debían hacer.
(e) Compare con Hechos 2:42, que aclara que los creyentes siguieron
prestando atención a lo enseñado por los apóstoles, no a los ciento viente.
(1) Como Pedro dijo, es importante notar la necesidad de que las palabras de Dios
escritas deben sean cumplidas – no es opcional, sino obligatorio.
(2) Note el uso de la frase “varones hermanos” [a[ndre" ajdelfoiv] que Pedro utiliza
para referirse a estos judíos para que ellos se dieran cuenta de la necesidad de
que las palabras proféticas de sus propias Escrituras se cumplieran.
(a) Lucas también solía citar a Pablo usando esta misma frase en referencia a sus
conciudadanos judíos, y no necesariamente en referencia a los que habían
llegado a ser partes de la iglesia del Señor, y los autores de los evangelios
hacían lo mismo.
(a) Aunque fue el Espíritu Santo hablando, lo hizo por medio de la boca de
David, tal como lo que iba a pasar en el día de Pentecostés cuando hablaría
por las bocas de los apóstoles.
(a) (1:16) “que fue guía de los que prendieron a Jesús” [tou' genomevnou
oJdhgou' toi'" sullabou'sin jIhsou'n]
(b) Es notable que todos ellos supieron de la traición que Judas había cometido
cuando entregaba al Señor a las autoridades, aunque él lo había intentado
hacerlo en secreto.
(c) (1:17) “y era contado con nosotros” [o\{ti kathriqmhmevno" h\\n ejn hJmi'n]
i) Es decir – Judas había sido, desde el primer momento, uno de los doce
apóstoles escogidos por el Señor mismo.
(d) (1:17) “y tenía parte en este ministerio” [kai; e[lacen to;n klh'ron th'"
diakoniva" tauvth"]
(e) Las palabras de Pedro demuestran que ellos sintieron engañados también
por la traición de su compañero con quien habían estado compartiendo
durante años.
(g) (1:19) “Y fue notorio a todos los habitantes de Jerusalén” [kai; gnwsto;n
ejgevneto pa'si toi'" katoikou'sin jIerousalhvm]
ii) (1:19) “de tal manera que aquel campo se llama en su propia
lengua” [w\{ste klhqh'nai to; cwrivon ejkei'no th'/ ijdiva/ dialevktw/
aujtw'n]
e. (1:21) “Es necesario, pues, que de estos hombres que han estado juntos con
nosotros todo el tiempo que el Señor Jesús entraba y salía entre nosotros” [dei'
ou\\n tw'n sunelqovntwn hJmi'n ajndrw'n ejn panti; crovnw/ w|/ eijsh'lqen kai; ejxh'lqen ejf!
hJma'" oJ kuvrio" jIhsou'"]
(1) Es bastante claro que en ese grupo de ciento veinte estaban otros que no habían
sido mencionados anteriormente, otros que no eran ni apóstoles, ni las mujeres,
ni familia directa de Jesús.
(2) La frase “todo el tiempo que el Señor Jesús entraba y salía entre nosotros”
[ejn panti; crovnw/ w|/ eijsh'lqen kai; ejxh'lqen ejf! hJma'" oJ kuvrio" jIhsou'"] es una
referencia a su ministerio.
(d) Sin embargo, esta frase tampoco puede entenderse como si significara la
necesidad de haber estado en cada momento durante ese tiempo en la
presencia del Señor, cosa que ni cumplieron los mismos apóstoles.
(3) Es interesante que, a pesar que muchas mujeres habían seguido fielmente a Jesús
durante su ministerio, que Pedro claramente decía que era de entre los
“hombres” [ajndrw'n] que ellos tenían que encontrar el reemplazo de Judas.
(b) Tal como el Señor originalmente seleccionó doce varones como sus
apóstoles, también seleccionó un varón (no una mujer) para ser el
reemplazo del apóstol traidor muerto y para serle a El testigo a la gente.
(4) Pedro no hace aquí una sugerencia, sino que les hace recordar que era necesario
que ellos llevaran a cabo el cumplimiento de lo predicho por Dios en estas
profecías, y que tenían que reemplazar a Judas con otro que había estado con
ellos durante todo el ministerio del Señor.
(f) Los posibles candidatos eran, entonces, los que habían estado entre los
discípulos desde el principio mismo del ministerio del Señor y de esa forma
quedaban excluidos los que habían llegado a ser discípulos en una fecha más
tardía.
(6) (1:22) “hasta el día en que de entre nosotros fue recibido arriba” [e\{w" th'"
(a) De la misma forma, los candidatos eran los que habían estado con ellos todo
el tiempo, desde el principio del ministerio hasta la ascensión, para que en
verdad podían ser testigos de lo que había pasado.
(b) Es notable que ello iban, según lo profetizado, a seleccionar solamente uno
para remplazar a Judas, a pesar del hecho que los requisitos fueron
cumplidos por más personas.
(7) (1:22) “uno sea hecho testigo con nosotros, de su resurrección” [mavrtura
th'" ajnastavsew" aujtou' su;n hJmi'n genevsqai e\{na touvtwn]
(b) (1:23) “que tenía por sobrenombre Justo” [o\}" ejpeklhvqh jIou'sto"]
(b) Aunque después hay referencias a los doce apóstoles, a partir del versículo
viente seis no se encuentra ninguna mención del nombre Matías en el texto
del Nuevo Testamento, y no se sabe nada más acerca de él en las Escrituras.
(c) Sin embargo, Flavio Josefo afirmó que él era uno de los setenta enviado por
el Señor en Lucas 10:1.
(1) Cuando habían reducido los candidatos a esos dos hombres, entregaron la
selección a Dios, ya que era a causa de las profecías que ellos estaban haciendo
el reemplazo de Judas.
(2) Es notable que ellos recurrieron a la oración para saber la voluntad divina en el
asunto en vez de tomar la decisión ellos mismos , cosa que se puede ver
ocurriendo también en otros casos cuando los primeros cristianos necesitaban
tomar una decisión de importancia.
(3) (1:24) “Tú, Señor, que conoces los corazones de todos” [su; kuvrie
kardiognw'sta pavntwn]
(4) (1:24) “muestra cuál de estos dos has escogido” [ajnavdeixon o\}n ejxelevxw ejk
touvtwn tw'n duvo e\{na]
(a) Es interesante que ellos pidieron que el Señor les mostrara [ajnavdeixon] su
selección en vez de pedir que les dijera cuál de los dos había escogido.
(b) Es obvio que ellos dieron por sentado, junto con los demás que estaban con
ellos, que el hecho de echar suertes no era al azar sino una manera que
permitiera que el Señor les señalizara su selección.
(5) (1:25) “para que tome la parte de este ministerio y apostolado” [labei'n to;n
tovpon th'" diakoniva" tauvth" kai; ajpostolh'"]
(a) Esto era porque Judas había abandonado su parte en ese ministerio y
apostolado al entregar al Señor y suicidarse.
(f) (1:25) “de que cayó Judas por transgresión” [ajf! h|" parevbh jIouvda"]
(g) (1:25) “para irse a su propio lugar” [poreuqh'nai eij" to;n tovpon to;n
i[dion]
ii) El había dejado su lugar con ellos, su lugar al lado del Mesías mismo,
para ir al lugar que correspondía a un ladrón y traidor.
(1) El hecho de usar piedras (o posiblemente palitos), para permitir que Dios
estuviera haciendo la selección y no los hombres, era parte de su historia cultural.
(2) Sin embargo, esta es la última referencia en el texto bíblico de esa práctica.
(3) (1:26) “y la suerte cayó sobre Matías” [kai; e[pesen oJ klh'ro" ejpi; Maqqivan]
(4) (1:26) “y fue contado con los once apóstoles” [kai; sugkateyhfivsqh meta;
tw'n e\{ndeka ajpostovlwn]
(b) Es notable que esta última referencia sea a los apóstoles (ya doce con la
adición de Matías), no a los ciento veinte.
(c) En los próximos versículos Lucas anotaba que cuando “todos” [pavnte"]
estaban juntos vino sobre ellos el Espíritu Santo.
(d) Ya que él no explicó quiénes eran esos “todos” [pavnte"], la lógica, como
también el sintaxis lingüístico, requiere que sea entendido una referencia a
los apóstoles, no a los ciento viente mencionados en versículo quince.
(e) Sin embargo, muchos hoy en día quieren afirmar, erradamente, que haya
sido una referencia a los ciento veinte y lo usan como base para unas
conclusiones erradas que les llevan a doctrinas falsas, las cuales el mismo
texto de capítulo dos contradice.
“1 Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. 2 Y de repente vino
del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa
donde estaban sentados; 3 y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego,
asentándose sobre cada uno de ellos. 4 Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y
comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen. 5 Moraban
entonces en Jerusalén judíos, varones piadosos, de todas las naciones bajo el cielo. 6 Y
hecho este estruendo, se juntó la multitud; y estaban confusos, porque cada uno les oía
hablar en su propia lengua. 7 Y estaban atónitos y maravillados, diciendo: Mirad, ¿no son
galileos todos estos que hablan? 8 ¿Cómo, pues, les oímos nosotros hablar cada uno en
nuestra lengua en la que hemos nacido? 9 Partos, medos, elamitas, y los que habitamos en
Mesopotamia, en Judea, en Capadocia, en el Ponto y en Asia, 10 en Frigia y Panfilia, en
Egipto y en las regiones de Africa más allá de Cirene, y romanos aquí residentes, tanto
judíos como prosélitos, 11 cretenses y árabes, les oímos hablar en nuestras lenguas las
maravillas de Dios. 12 Y estaban todos atónitos y perplejos, diciéndose unos a otros: ¿Qué
quiere decir esto? 13 Mas otros, burlándose, decían: Están llenos de mosto.”
1. (2:1) “Cuando llegó el día de Pentecostés” [Kai; ejn tw'/ sumplhrou'sqai th;n hJmevran
th'" penthkosth'"]
a. Nuevamente, vale recalcar que el lenguaje indica que Lucas ya no estaba haciendo
referencia al mismo día cuando los ciento viente estaban reunidos, sino de la llegada
de otro día y otro evento.
b. El “día de Pentecostés” [th;n hJmevran th'" penthkosth'"] era la segunda fiesta anual
de las cosechas judías, y se celebraba cincuenta días después del sábado de la Pascua,
o sea siempre caía el día domingo de la octava semana después de esa fiesta de los
panes sin levadura.
(3) Algunos piensan que Dios escogió aquel día especial para los judíos para llevar a
cabo sus promesas con el fin de simbolizar que los salvos en aquel día de
Pentecostés serían la primera cosecha en el nuevo reino de Dios.
2. (2:1) “estaban todos unánimes juntos” [h\\san pavnte" oJmou' ejpi; to; aujtov]
a. Gramáticamente es irresponsable concluir que sea una referencia a los ciento viente,
ya que el antecedente más cercano es una referencia a los doce apóstoles.
b. Además, la evidencia que sigue en el contexto da apoyo a que sea una referencia a esos
apóstoles y no hay ninguna evidencia para sugerir que sea referencia a los mencionados
en Hechos 1:15.
(a) Allí dice que todos ellos estaban todos sentados en la casa.
(a) Allí dice que cuando todos habían oído a ellos hablar en las idiomas nativas
propias a cada oyente, esos oyentes indicaron que los que hablaban eran
todos galileos.
(a) Allí, después de escuchar la burla de algunos, se pusieron de pie Pedro con
los once para responder a la acusación.
ii) Aunque los ciento viento estaban hablando en lenguas solamente los
(a) Allí, después de escuchar el mensaje entregado por Pedro y los apóstoles,
la gente pidieron saber lo que necesitaban hacer para corregir su
equivocación de haber participado en la muerte del Mesías.
(a) Allí es evidente que los de la multitud que creían seguían a lo enseñado por
los apóstoles.
ii) A pesar de haber presenciado los ciento veinte demostrar el poder del
Espíritu Santo saber que hablaban de parte de Dios, decidieron seguir
solamente lo enseñado por los doce apóstoles.
(a) Allí, las señales y prodigios estaban siendo hechos por los apóstoles y el
pueblo no se atrevía juntarse con ellos por sus poderes.
i) Que ese temor venía porque solamente los doce apóstoles estaban
demostrando esos poderes.
ii) Que, a pesar de que los mismos poderes estaban siendo mostrados
por los ciento viente, el texto lo atribuía solamente a los apóstoles y
solamente con ellos la gente no se atrevía juntarse.
c. En fin, si alguien insiste en llegar a la conclusión de que los que estaban juntos en la
primera parte de Hechos 2 eran los ciento veinte (y la referencia en el texto no sea a
(3) No hay ningún texto bíblico que presta apoyo a su afirmación, sino que los otros
pasajes la contradicen.
d. Sin embargo, hay una multitud de grupos religiosos hoy que basen una gran parte de
sus creencias y sus prácticas en un malentendido de este pasaje, y muchos de sus
participantes nunca se han dado el trabajo de investigar sí lo que han sido enseñado
tiene razón o base bíblica.
e. (2:2) “Y de repente vino del cielo un estruendo” [kai; ejgevneto a[fnw ejk tou'
oujranou' h\\co"]
(1) Uno debe notar que aquí claramente dice que del cielo vino “un estruendo”
[h\\co"], o sea, un sonido. La frase que sigue es la explicación del tipo de sonido,
no de lo que vino.
(2) (2:2) “como de un viento recio que soplaba” [w\{sper feromevnh" pnoh'"
biaiva"]
(a) Esta frase describe el tipo de sonido que vino aquel día.
(b) Es importante notar que este versículo no dice que vino “un viento recio
que soplaba” [feromevnh" pnoh'" biaiva"], sino es un símil, utilizando las
palabras “como de” [w\{sper] para poder dar un punto de referencia en
cuanto al sonido que vino.
(c) Compare con Hechos 2:6, donde claramente dice que la multitud se juntó
porque escucharon el sonido, no porque sintieron el viento.
(d) Entonces es correcto afirmar que vino un sonido, no un viento, para llenar
la casa donde estaban sentados.
(3) (2:2) “el cual llenó toda la casa donde estaban sentados” [kai; ejplhvrwsen
o\{lon to;n oi\\kon ou| h\\san kaqhvmenoi]
(a) Nuevamente, no fue un viento que llenó la casa, sino un sonido muy fuerte.
(b) Compare con Hechos 4:31, donde toda la casa donde ellos estaban tembló.
(1) El texto es muy claro en decir que aparecieron “lenguas” [glw'ssai], no que
haya aparecido fuego.
(a) Nuevamente, el texto no dice que eran lenguas de fuego, sino utiliza otra
vez un símil, diciendo que las lenguas que aparecieron eran parecidas al
fuego.
(b) Muchos hoy en día empiezan a construir doctrinas cuya base está en su mal
entendimiento de esta frase, creyendo que las lenguas eran de fuego, pero
sencillamente no es así, y por ende sus doctrinas faltan base alguna en el
texto bíblico.
(3) (2:3) “asentándose sobre cada uno de ellos” [kai; ejkavqisen ejf! e\{na e\{kaston
aujtw'n]
(a) Tal como se ha demonstrado anteriormente, esta frase “cada uno de ellos”
[e\{na e\{kaston aujtw'n] sería una referencia a los que estaban sentados en la
casa, los que “estaban todos unánimes juntos” [h\\san pavnte" oJmou' ejpi;
to; aujtov]como decía Lucas en versículo uno.
(b) Entonces estos no eran los ciento veinte, sino los apóstoles a los cuales Jesús
les había hecho las promesas en cuanto a la venida del Espíritu Santo y a los
cuales El les había encargado la tarea de ser sus testigos al resto del mundo.
(c) Entonces, sobre cada uno de los doce aparecía una lengua con la aparencia
de una llama de fuego, y estas lenguas se quedaron sobre ellos, algo que
habría sido visible a los que llegaron a juntarse a causa del gran sonido.
g. (2:4) “Y fueron todos llenos del Espíritu Santo” [kai; ejplhvsqhsan pavnte"
pneuvmato" aJgivou]
(2) Esta frase, “llenos del Espíritu Santo” [ejplhvsqhsan ... pneuvmato" aJgivou], y otras
frases parecidas, se encuentran en otras partes del texto del Nuevo Testamento,
pero Lucas las usaba con mayor frecuencia que los otros autores.
(b) Sin embargo, sin lugar a dudas se aclara el sentido de esa palabra al investigar
el lenguaje de Lucas cuando él mismo presenta el comentario hecho por los
que llegaron al lugar para poder oír lo que fue hablado por el Espíritu Santo
por medio de los apóstoles.
ii) Esa realidad dio el resultado de que la multitud quedara asombrada por
algo tan insólito.
(f) Esto es cosa obviamente verídica en esta primera instancia del fenómeno y
es importante para poder entender correctamente los pasajes posteriores
que también hablan del hecho de hablar en lenguas.
(4) (2:4) “según el Espíritu les daba que hablasen” [kaqw;" to; pneu'ma ejdivdou
ajpofqevggesqai aujtoi'"]
(b) El significado de esta verdad es que, con la ayuda del Espíritu Santo, tal
como Jesús les había prometido, ellos iban a ser llevados a toda la verdad e
iban a cumplir su tarea de dar a conocer cómo conseguir el perdón del
pecado en el nombre de Jesús.
(c) Entonces, los del día de hoy que niegan que el mensaje divino por el cual el
hombre puede conseguir el perdón de sus pecados mediante Jesús es el
mismo mensaje que Pedro dio a conocer por primera vez en Jerusalén en
el día de Pentecostés están negando, no solamente lo profetizado por Cristo
mismo, sino también que el Espíritu Santo haya dicho la verdad por la boca
de Pedro.
b. (2:5) “de todas las naciones bajo el cielo” [ajpo; panto;" e[qnou" tw'n uJpo; to;n
oujranovn]
(3) El punto de estas frases es aclarar que cuando oyeron el sonido del cielo los que
se juntaron para presenciar lo que pasaba no eran solamente residentes de la
ciudad de Jerusalén, sino que entre ellos eran judíos devotos desde todo el
mundo los que estaban en la ciudad para celebrar la fiesta mandada por Dios.
(4) La dispersión de los judíos a través del mundo gentil tenía una larga historia.
c. (2:6) “Y hecho este estruendo, se juntó la multitud” [genomevnh" de; th'" fwnh'"
tauvth" sunh'lqen to; plh'qo"]
(1) Una vez más se debe recordar que fue un “estruendo” [fwnh'"], un sonido
fuerte, que causó que la multitud se juntara, no un viento, como algunos dicen.
(a) (2:6) “porque cada uno les oía hablar en su propia lengua” [o\{ti h[kouon
ei|" e\{kasto" th'/ ijdiva/ dialevktw/ lalouvntwn aujtw'n]
(b) Es notable que, al escuchar el gran estruendo, se juntaron para saber de qué
se trataba, solamente para escuchar a los apóstoles hablando en los idiomas
de ellos.
(c) Entonces, en vez de aclarar lo que pasaba, se quedaron aún más confusos
porque tampoco pudieron entender cómo unos galileos serían capaces de
hablar los idiomas natales de ellos.
(c) (2:7) “Mirad, ¿no son galileos todos estos que hablan?” [oujc ijdou;
a\{pante" ou|toi eijsin oiJ lalou'nte" Galilai'oi_]
iv) Lo increíble para los oyentes era que esos galileos serían capaces de
hablarles a ellos en sus propios idiomas.
(d) (2:8) “¿Cómo, pues, les oímos nosotros hablar cada uno en nuestra
lengua en la que hemos nacido?” [kai; pw'" hJmei'" ajkouvomen e\{kasto" th'/
ijdiva/ dialevktw/ hJmw'n ejn h|/ ejgennhvqhmen_]
iii) Para rematar el milagro, Lucas daba a conocer que los oyentes venían
de más que una docena de diferentes partes del mundo, cada una con
sus propios idiomas.
a) Eran habitantes del sector norte del Golfo de Persia y oeste del
río Tigris.
a) Arabia era un reino situado entre el Mar Rojo y el río Eúfrates con
Petra como su capital.
(e) (2:11) “les oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios”
[ajkouvomen lalouvntwn aujtw'n tai'" hJmetevrai" glwvssai" ta; megalei'a
tou' qeou']
ii) Si no fuera así ellos no pudieran haber sabido que ellos estaban
hablando “las maravillas de Dios” [ta; megalei'a tou' qeou'],
indicación indudable que esas “lenguas” [glwvssai"] eran los idiomas
de estos diferentes pueblos.
iii) Además, Lucas no solamente dice que entendieron lo dicho, sino que
lo que ellos escucharon era que estos hombres hablaron en sus
idiomas.
iv) Así que queda sin lugar para discusión que en este caso el milagro fue
en el hablar, no en el oír, a pesar de lo que algunos quieren afirmar en
el día de hoy.
b) Les costaba entender qué podría significar ese gran milagro que
estaban presenciando en carne propia.
“14 Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once, alzó la voz y les habló diciendo:
Varones judíos, y todos los que habitáis en Jerusalén, esto os sea notorio, y oíd mis palabras.
15 Porque éstos no están ebrios, como vosotros suponéis, puesto que es la hora tercera del
día. 16 Mas esto es lo dicho por el profeta Joel: 17 Y en los postreros días, dice Dios,
Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán;
Vuestros jóvenes verán visiones, Y vuestros ancianos soñarán sueños; 18 Y de cierto sobre
mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días Derramaré de mi Espíritu, y profetizarán.
19 Y daré prodigios arriba en el cielo, Y señales abajo en la tierra, Sangre y fuego y vapor
de humo; 20 El sol se convertirá en tinieblas, Y la luna en sangre, Antes que venga el día
del Señor, Grande y manifiesto; 21 Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será
salvo. 22 Varones israelitas, oíd estas palabras: Jesús nazareno, varón aprobado por Dios
entre vosotros con las maravillas, prodigios y señales que Dios hizo entre vosotros por
medio de él, como vosotros mismos sabéis; 23 a éste, entregado por el determinado
consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos,
crucificándole; 24 al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era
imposible que fuese retenido por ella. 25 Porque David dice de él: Veía al Señor siempre
delante de mí; Porque está a mi diestra, no seré conmovido. 26 Por lo cual mi corazón se
alegró, y se gozó mi lengua, Y aun mi carne descansará en esperanza; 27 Porque no
dejarás mi alma en el Hades, Ni permitirás que tu Santo vea corrupción. 28 Me hiciste
conocer los caminos de la vida; Me llenarás de gozo con tu presencia. 29 Varones
INSTITUTO DE ESTUDIOS BIBLICOS
“HECHOS”
HECHOS ANÁLISIS DEL TEXTO PÁGINA 65
hermanos, se os puede decir libremente del patriarca David, que murió y fue sepultado,
y su sepulcro está con nosotros hasta el día de hoy. 30 Pero siendo profeta, y sabiendo que
con juramento Dios le había jurado que de su descendencia, en cuanto a la carne,
levantaría al Cristo para que se sentase en su trono, 31 viéndolo antes, habló de la
resurrección de Cristo, que su alma no fue dejada en el Hades, ni su carne vio corrupción.
32 A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos. 33 Así que, exaltado
por la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha
derramado esto que vosotros veis y oís. 34 Porque David no subió a los cielos; pero él
mismo dice: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra, 35 Hasta que ponga a tus
enemigos por estrado de tus pies. 36 Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel,
que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.”
1. (2:14) “Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once” [Staqei;" de; oJ Pevtro" su;n
toi'" e\{ndeka]
a. Es importante notar que esta era la primera vez en la historia que los apóstoles,
siguiendo lo mandado por el Señor, y con la ayuda y poder del Espíritu Santo,
comenzaron a ser testigos de Jesús y dar a conocer al mundo cómo era posible
conseguir en su nombre el perdón de pecados.
(a) Es decir, uno no tiene derecho de cambiar el mensaje predicado esa primera
vez o estaría cambiando la palabra infalible de Dios mismo.
(b) Es decir, uno no tiene el derecho de entender pasajes del texto bíblico de
una manera que ellos no coincidan con lo dicho por Pedro en el día de
Pentecostés, sino está bajo la obligación de entender el resto de la historia
de acuerdo con el principio, sin que haya cambios en el mensaje de salvación
que Dios, después de tanto espera, finalmente había dado a conocer a
través de la inspiración de los apóstoles por el Espíritu Santo que tenía como
su tarea llevarles a ellos a toda la verdad.
b. “Pedro ... con los once” [Pevtro" su;n toi'" e\{ndeka] era otra manera clara para
poder decir los doce apóstoles, los que habían estado hablando en lenguas y los que
ahora iban a dar a conocer a la muchedumbre las palabras de Dios.
c. Una vez más el texto da evidencia clara que se trataba de los apóstoles (y no los ciento
veinte) que estaban siendo usados por Dios como sus testigos y portavoces aquel día,
a pesar de lo que muchos optan creer en el día de hoy.
2. (2:14) “alzó la voz y les habló diciendo:” [ejph'ren th;n fwnh;n aujtou' kai; ajpefqevgxato
aujtoi'"]
a. (2:14) “Varones judíos, y todos los que habitáis en Jerusalén, esto os sea notorio,
y oíd mis palabras” [a[ndre" jIoudai'oi kai; oiJ katoikou'nte" jIerousalh;m pavnte",
tou'to uJmi'n gnwsto;n e[stw kai; ejnwtivsasqe ta; rhvmata mou]
(1) Uno debe recordar que su audiencia estaba compuesto únicamente de judíos,
tanto los residentes de Jerusalén como también los judíos que habían viajado de
todos partes del mundo para participar en la fiesta de Pentecostés.
(a) Al ser todos judíos, era necesario convencerles que estaba ocurriendo
solamente lo profetizado anteriormente por el Espíritu Santo.
(b) Era la intención de ayudarles a reconocer que Jesús de Nazaret, que ellos
habían ayudado a matar, era, en realidad, el Mesías de las profecías, que
había cumplido con ellas en su resurrección, y que ahora había mandado
noticias a ellos como su rey.
b. (2:15) “Porque éstos no están ebrios, como vosotros suponéis, puesto que es la
hora tercera del día” [ouj ga;r wJ" uJmei'" uJpolambavnete ou|toi mequvousin, e[stin
ga;r w\{ra trivth th'" hJmevra"]
(1) Uno debe recordar que algunos de ellos, burlándose, habían dicho que la razón
detrás todo eso era que los apóstoles estaban llenos de vino nuevo, ebrios, cosa
que Pedro empieza sus palabras refutando con la lógica.
(2) “La hora tercera del día” [w\{ra trivth th'" hJmevra"] sería como las nueve de la
mañana.
(b) Al fondo, que una docena de varones estarían ebrios a esa hora sería una
explicación muy difícil aceptar, aun aparte del hecho que estaban hablando
con cordura idiomas del extranjero, algo no posible para unos ebrios.
c. (2:16) “Mas esto es lo dicho por el profeta Joel:” [ajlla; tou'to ejstin to; eijrhmevnon
dia; tou' profhvtou jIwhvl]
(2) Tal como había hecho cuando dijo a los ciento veinte que era necesario
reemplazar a Judas, Pedro recurre ahora a las palabras de los profetas para
demostrar su punto.
(b) Es importante notar, si el Espíritu Santo dijo por la boca de Pedro que lo
que ellos estaban presenciando aquel día era el cumplimiento de la profecía
de Dios mismo por la boca de Joel, que uno no puede entender ese evento
en una manera que no sea consistente con la profecía misma.
(3) (2:17) “Y en los postreros días, dice Dios” [kai; e[stai ejn tai'" ejscavtai"
hJmevrai", levgei oJ qeov"]
(a) Esta frase “en los postreros días” [ejn tai'" ejscavtai" hJmevrai"] significa,
al confirmar Pedro que la profecía de Joel se estaba cumpliendo aquel día,
que con la llegada del Espíritu Santo el día de Pentecostés empezaba la
época de los últimos días.
(b) Es una frase, entonces, muchas veces usada en el texto, que no se aplica
solamente al tiempo corto inmediatamente antes del regreso del Señor, sino
a la era del cristianismo mismo, la era cuando el Espíritu Santo había sido
derramado para estar al alcance de los hombres en la tierra, junto con la
sangre derramada de Cristo.
(4) (2:17) “Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne” [ejkcew' ajpo; tou'
(b) También las palabras de la profecía citada por Pedro eran claras en decir
que Dios iba a derramar su Espíritu “sobre toda carne” [ejpi; pa'san
savrka], no solamente sobre algunos.
(c) Este punto ha causado mucha confusión para algunos, pero no es tan difícil
entender, y no hay manera de evitar que la profecía decía que sería “sobre
toda carne” [ejpi; pa'san savrka] y no solamente sobre algunas pocas
personas.
iii) Compare con Hechos 5:32, donde Pedro y los apóstoles dicen
claramente que el Espíritu ya había sido dado (usan el verbo en tiempo
pasado) a los que obedecen (usan el verbo en el tiempo presente).
(a) Estos serían las consecuencias, las evidencias, de haberse cumplido Dios su
promesa de compartir su Espíritu con ellos.
(b) Estas profecías serían, como las del Antiguo Testamento, el resultado de la
inspiración de esas personas, “vuestros hijos y vuestra hijas” [oiJ uiJoi; uJmw'n
kai; aiJ qugatevre" uJmw'n] por el Espíritu Santo.
(6) (2:17) “Vuestros jóvenes verán visiones” [kai; oiJ neanivskoi uJmw'n oJravsei"
o[yontai]
(a) Tal como las profecías, estas visiones serían el resultado de la acción del
Espíritu Santo en ellos.
(7) (2:17) “Y vuestros ancianos soñarán sueños” [kai; oiJ presbuvteroi uJmw'n
ejnupnivoi" ejnupniasqhvsontai]
(a) Tal como las profecías, y las visiones, estos sueños serían el resultado de la
acción del Espíritu Santo en ellos.
(8) (2:18) “Y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días
derramaré de mi Espíritu” [kaiv ge ejpi; tou;" douvlou" mou kai; ejpi; ta;"
douvla" mou ejn tai'" hJmevrai" ejkeivnai" ejkcew' ajpo; tou' pneuvmato" mou]
(a) Nuevamente, esta frase es prueba que el Espíritu Santo no fue derramado
aquel día solamente sobre los apóstoles, ya que claramente fue profetizado
que también sería derramado no solamente sobre “mis siervos” [tou;"
douvlou" mou] sino también “mis siervas” [ta;" douvla"].
(b) El argumento de algunos que fue limitado a los apóstoles sería negar que
había sido cumplido aquel día la profecía, a pesar que Pedro, hablando por
el Espíritu Santo mismo, claramente afirmaba el contrario.
(c) Iba a derramarse el Espíritu Santo sobre “toda carne” [pa'san savrka], y
claramente se derramó sobre todos, no solamente sobre algunos.
(9) (2:19) “Y daré prodigios arriba en el cielo y señales abajo en la tierra” [kai;
dwvsw tevrata ejn tw'/ oujranw'/ a[nw kai; shmei'a ejpi; th'" gh'" kavtw]
(a) Tal como era el caso con las profecías, las visiones, y los sueños, otros
(e) (2:20) “El sol se convertirá en tinieblas” [oJ h\{lio" metastrafhvsetai eij"
skovto"]
(h) Compare el lenguaje profético de Joel con otros pasajes con este mismo
tipo de lenguaje.
(10) (2:20) “Antes que venga el día del Señor, Grande y manifiesto” [pri;n ejlqei'n
hJmevran kurivou th;n megavlhn kai; ejpifanh']
(11) (2:21) “Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo” [kai;
e[stai pa'" o\}" a]n ejpikalevshtai to; o[noma kurivou swqhvsetai]
(a) La idea de esta frase era recurrir al Señor para la salvación, un tema que era
relacionada con la idea del Mesías que iba a librar a su pueblo y establecer
el reino de los cielos.
(b) La frase “el nombre del Señor” [to; o[noma kurivou] no fue una referencia
al Padre, sino al Mesías, Jesús.
(c) El hecho que el Espíritu Santo usaba a Pedro para aplicar esta profecía, y el
título “Señor” [kurivou] en ella, a Jesús apunta a la divinidad de Jesús mismo.
iii) Hay una gran diferencia en el hecho de querer aceptar a Jesús como su
salvador y querer aceptarle como su Señor.
(f) La afirmación tan común en el mundo religioso de hoy que el mero hecho
de “invocar el nombre del Señor” [ejpikalevshtai to; o[noma kurivou], y
invitarle a entra en su corazón, no concuerda con la evidencia del mismo
texto bíblico, ya que no era la interpretación del Señor mismo, de los
apóstoles, ni de los enviados por el Espíritu Santo para comunicar el mensaje
a los pecadores, aunque ellos habían sido llevados a entender la verdad.
(g) Uno debe notar que el lenguaje usado en este pasaje deja bien en claro,
según las palabras proféticas, que uno no sería salvo antes de invocar el
nombre del Señor, sino que solamente llegaría a ser salvo como un resultado
de esa acción.
ii) Es decir, la salvación de uno tendría que ocurrir después de, no antes
de, esta acción de invocar el nombre del Señor.
(1) Los oyentes, tanto los residentes de la ciudad de Jerusalén como también los que
habían venido desde otras partes del mundo para la fiesta de Pentecostés, eran
todos judíos, y el mensaje que Pedro les dirigió tenía una base y un contexto
netamente judaico.
(3) (2:22) “varón aprobado por Dios entre vosotros” [a[ndra ajpodedeigmevnon
ajpo; tou' qeou' eij" uJma'"]
(e) Estas tres palabras son las usadas muy comúnmente en el texto para indicar
lo que en el día de hoy suelen considerarse como “milagros”, o sea, cosas
sobrenaturales que demuestran el poder divino.
(f) (2:22) “que Dios hizo entre vosotros” [oi|" ejpoivhsen ... oJ qeo;" ejn mevsw/
uJmw'n]
a) Nada de esto había sido hecho en secreto, sino en plena vista del
público.
i) Es importante notar, a pesar del hecho que la crucifixión era parte del
plan eterno de Dios, que de igual forma los hombres que tomaron la
decisión de matarle llevaban su propia culpa por sus acciones.
ii) (2:24) “sueltos los dolores de la muerte” [luvsa" ta;" wjdi'na" tou'
qanavtou]
iii) (2:24) “por cuanto era imposible que fuese retenido por ella”
[kaqovti oujk h\\n dunato;n kratei'sqai aujto;n uJp! aujtou']
(e) (2:25) “Porque David dice de él:” [Daui;d ga;r levgei eij" aujtovn]
(1) Aunque algunos intentan tomar estas palabras como si Pedro estuviera aceptando
a ellos como hermanos en Cristo, es absurdo pensar así cuando uno toma en
cuenta las palabras que siguen en el resto del capítulo.
(2) Esta frase era nada más que una apelación a ellos como sus compatriotas en el
judaísmo para así ayudarles a estar dispuestos a escuchar sus palabras.
(3) (2:29) “se os puede decir libremente del patriarca David” [ejxo;n eijpei'n meta;
parrhsiva" pro;" uJma'" peri; tou' patriavrcou Daui;d]
(a) De todos los antepasados del pueblo judío, nadie tenía mayor importancia
para ellos que Abraham, padre de su raza, Moisés, el dador de su ley, y
David, su gran rey de cuyo linaje iba a salir el Mesías.
(f) (2:29) “y su sepulcro está con nosotros hasta el día de hoy” [kai; to;
iv) De todos modos, el punto de esas palabras era demonstrar que las
palabras del salmista no hicieron referencia a sí mismo, sino a Jesús.
(5) (2:30) “y sabiendo que con juramento Dios le había jurado” [kai; eijdw;" o\{ti
o\{rkw/ w[mosen aujtw'/ oJ qeo;"]
(c) Ellos sabían que el juramento de Dios era señal de seguridad total.
(b) (2:31) “ni su carne vio corrupción” [ou[te hJ sa;rx aujtou' ei\\den
diafqoravn]
(e) Ahora Pedro aclaró que esas profecías de parte de David hacían referencia
a la resurrección del Mesías mismo.
(7) (2:32) “A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos”
[tou'ton to;n jIhsou'n ajnevsthsen oJ qeov", ou| pavnte" hJmei'" ejsmen mavrture"]
(aa) Estos doce hombre, de pie frente a miles de judíos, ya estaban cumpliendo
con su deber de actuar como testigos de la realidad de la resurrección de
Jesús, ya que ellos habían estado con El después de ese evento.
(a) (2:33) “exaltado por la diestra de Dios” [th'/ dexia'/ ... tou' qeou' uJywqeiv"]
ix) “La diestra” [th'/ dexia']/ era posición que señalaba que de uno estaba
secundaria solamente al rey mismo.
(b) (2:33) “y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo”
[thvn te ejpaggelivan tou' pneuvmato" tou' aJgivou labw;n para; tou'
patrov"]
(c) (2:33) “ha derramado esto que vosotros veis y oís” [ejxevceen tou'to o\}
uJmei'" kai; blevpete kai; ajkouvete]
iii) Aquí, con estas palabras, Pedro da por cumplido la promesa que Dios
había hecho por medio de Joel.
iv) El dijo en tantas palabras que lo que estos judíos habían presenciado,
lo que habían podido ver y oír, era la prueba de que Dios había
derramado el Espíritu Santo aquel día.
(9) (2:34) “Porque David no subió a los cielos; pero él mismo dice:” [ouj ga;r
Daui;d ajnevbh eij" tou;" oujranouv", levgei de; aujtov"]
(a) Esta frase estaba hablando, no del alma o espíritu de David, sino de su
cuerpo, que ya estaba en la tumba y que ya había visto corrupción.
(b) (2:34) “Dijo el Señor a mi Señor:” [ei\\pen oJ kuvrio" tw'/ kurivw/ mou]
ii) (2:35) “Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies”
[e\{w" a]n qw' tou;" ejcqrouv" sou uJpopovdion tw'n podw'n sou]
iii) Esta cita es del Salmo 110:1 y es una de las citas del texto del Antiguo
Testamento más veces citada por los autores del Nuevo Testamento.
iv) En efecto, era la promesa que el Mesías iba a tener éxito y no iba a
dejar de reinar sobre todos sus enemigos.
(1) Es decir, nadie debe tener la menor duda de la certeza de esa realidad.
(2) “Toda la casa de Israel” [pa'" oi\\ko" jIsrah;l] es lenguaje tomado del profeta
Ezequiel y refiere a todos los judíos, los descendientes de Israel.
(3) Ahora, después de haber presentado a su oyentes evidencia desde las mismas
profecías de las Escrituras y el testimonio, no solamente de los doce apóstoles
como testigos, sino también de la experiencia vivida por la multitud misma, afirma
que sin lugar a dudas todo Israel puede confiar en la certeza que Jesús es el
Mesías de la promesa.
(4) (2:36) “que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis” [tou'ton to;n jIhsou'n
o\}n uJmei'" ejstaurwvsate]
(f) Ya no era algo futuro, sino algo cumplido – Jesús era el rey con derecho y
autoridad para mandar a sus súbditos en el reino de los cielos.
(5) (2:36) “Dios le ha hecho Señor y Cristo.” [o\{ti kai; kuvrion aujto;n kai; cristo;n
ejpoivhsen oJ qeov"]
“37 Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles:
Varones hermanos, ¿qué haremos? 38 Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de
vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del
Espíritu Santo. 39 Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos
los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare. 40 Y con otras muchas
palabras testificaba y les exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación.”
1. (2:37) “Al oír esto, se compungieron de corazón” [ jAkouvsante" de; katenuvghsan th;n
kardivan]
a. La reacción de la gente, al darse cuenta de cómo ellos mismos habían actuado en ser
cómplices de la muerte del Mesías, es la misma reacción que uno hoy debe tener
cuando se da cuenta que fue por los pecados de uno mismo que El tenía que ser
crucificado.
b. Los que no tienen el corazón blando, para que la verdad de su propia culpabilidad lo
penetre, nunca se humillarán frente a Dios y sus planes para que El pueda perdonar
a uno quien es pecador y todavía seguir siendo el Dios justo que es.
2. (2:37) “y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles:” [ei\\pon te pro;" to;n Pevtron kai;
tou;" loipou;" ajpostovlou"]
a. Nuevamente, cabe enfatizar que la pregunta de ellos se dirigió a los que estaban
hablando en lenguas y convenciéndoles de su culpabilidad, los apóstoles, los que se
presentaron como testigos oculares de la realidad de la resurrección de Jesús, la base
de la comprobación de El como el Mesías de las profecías.
(1) Esta pregunta, motivada por sus consciencias, era para intentar saber cómo sería
posible rectificar el gran mal que habían comitido en contra de Dios y en contra
del Mesías.
(2) Puso la escena para que los apóstoles, habiendo sido ellos los encargados por el
Señor mismo, pudieran cumplir por primera vez lo que Jesús les encargó, que
ellos tenían que ser sus testigos y que darían a conocer, por primera vez en
Jerusalén, el arrepentimiento y el perdón de pecados en el nombre de El.
(3) Es de suma importancia que el mundo religioso de hoy ponga atención al mensaje
verdadera de salvación, del perdón de pecados en el nombre de Jesús que aquí
se dio a conocer.
(b) Estos están diciendo que uno solamente tiene que arrepentirse, abrir su
corazón a Jesús y pedir perdón en oración, cosa nunca enseñada por los
apóstoles en ninguna parte del texto.
(2) Ellos ya se sintieron mal, tal como puede comprobarse al ver que ellos eran los
quienes “se compungieron de corazón” [katenuvghsan th;n kardivan], pero sin
embargo fueron mandados a arrepentirse.
(a) Si el arrepentimiento significaría sentirse mal por los hechos propios, Pedro
seguramente no les habría mandado que hicieran lo que ya habían hecho.
(5) En la misma manera el concepto de bautismo era algo muy importante, tanto en
el ministerio de Juan como también en él de Jesús, y ahora pasaba ser parte
primordial en el evangelio predicado por los apóstoles.
(1) Uno debe notar, según Pedro, que no fue algo que uno hacía para el otro, sino
algo que cada uno tenía la necesidad de hacer por sí mismo.
(a) Bautizarse por otra persona en ninguna manera puede considerarse como
un cumplimiento del mandado dado en el día de Pentecostés, sino un
cambio neto a lo mandado.
(b) Tal como uno no puede arrepentirse por otra persona, o creer por otra
persona, uno no puede tampoco bautizarse para otra persona.
(2) (2:38) “en el nombre de Jesucristo” [ejpi; tw'/ ojnovmati jIhsou' Cristou']
(c) Uno debe recordar que no hay otro manera de conseguir perdón, ni hay
otra manera de tener vida aparte que Jesús.
(d) Aunque algunos han hecho de las palabras de Jesús una formula por la cual
es necesario que uno diga las palabras “en el nombre del Padre, del Hijo y
el Espíritu Santo” para que el bautismo sea válido, estas palabras de Pedro
tienden a poner en tela de juicio tal afirmación.
iv) En realidad el texto bíblico nunca dice que uno tiene que ser bautizado
con alguien diciendo ciertas palabras para que sea eficaz.
(3) (2:38) “para perdón de los pecados” [eij" a[fesin tw'n aJmartiw'n uJmw'n]
(a) De la misma forma, el hecho de ser bautizado para otro motivo, o con otro
fin que no sea el perdón de los pecados de uno mismo, no puede ser
considerado como obediencia a lo mandado por Pedro aquel día.
ii) Sin embargo, muchos en el día de hoy han sido enseñado que el
bautismo es para dar testimonio público del perdón que han
conseguido, un concepto totalmente diferente, y contradictorio a lo
que habrían entendido los oyentes en el día de Pentecostés.
iii) Sería absurdo afirmar que la multitud aquel día, los mismos que
preguntaron qué tenían que hacer, pensaron que ya habían sido
perdonados por su parte en el asesinato del Mesías antes de que
hicieron su pregunta a los apóstoles.
d) La Biblia NO dice nunca que uno debe bautizarse porque así tiene
que hacer los salvos para que sean añadidas a una iglesia.
vi) Sin embargo, es notable que todas estas cosas que la Biblia NO enseña
nunca se encuentran enseñadas comúnmente entre las religiones
“cristianas” del tiempo presente, mientras que la mayoría de estos
grupos rechazan el propósito del bautismo que SI se encuentra
claramente dicho en el texto.
(b) Es importante notar que el texto griego usaba la palabra “sus” [uJmw'n] y no
la palabra “los” (como sale en la Reina-Valera de 1960) para referirse a lo
que iba a perdonarse.
iv) Cada uno tenía que bautizarse porque cada uno tenía pecados propios
que necesitaban ser perdonados.
c) Sería absurdo afirmar que Jesús les estaba diciendo que tendrían
que testificar a la gente que fuera necesario arrepentirse y
bautizarse en su nombre porque sus pecados habían sido ya
perdonados.
iv) Sin embargo, aunque todos estos pasajes del texto griego utilizan
exactamente la misma frase, y todos los estudiosos están de acuerdo
que ninguno de estos pasajes llevaba el significado de que era “porque
los pecados habían sido ya perdonados”, sino que todos significaban
que era “para que fueran perdonados”, muchos hoy insisten en afirmar
que la misma frase en el día de Pentecostés tiene el sentido opuesto.
(e) Entonces, el hecho de negar que los apóstoles hayan dicho esto en el día de
Pentecostés, como la manera de conseguir perdón, significa uno de las
siguientes alternativas:
ii) Opción 2 – Que la misma frase, inspirada por el mismo Espíritu Santo,
(g) Sin embargo, no solamente en el caso del día de Pentecostés, sino también
la única manera de explicar otros casos de salvación, y otros pasajes escritos
por los apóstoles, es si concuerdan con lo que claramente es el significado
de la frase, que en el bautismo del arrepentido tal persona llega a recibir
perdón de sus pecados.
(4) La sencilla verdad es que tiene que haber un momento en el cual el hombre
pecador recibe de Dios el perdón de sus pecados.
(a) Debe haber un momento específico cuando uno que pasa de ser un pecador
sin perdón a un pecador perdonado,
(b) Hay que fijar una linea de demarcación entre los que no han sido limpiados
todavía por la sangre de Cristo y los que han sido limpiados por la sangre.
(c) Existe algún momento, alguna acción, algo que define la separación entre los
que no han recibido todavía el don divino del Espíritu Santo y los que han
recibido tal don.
(d) El texto es claro en decir que el bautismo es el punto cuando uno pasa de
un campo al otro.
(e) Sin embargo, el texto nunca dice que es el momento de solamente creer
que uno pasa de un campo al otro, que de un pecador sin perdón pasa a ser
perdonado con solo creer.
(g) Tampoco dice el texto que uno debe orar para el perdón y por medio de
esa oración pasa de un campo al otro.
(h) ¿Por qué es tan difícil aceptar lo que es tan clara en la enseñanza apostólica
original?
ii) Nadie puede afirmar que la gente del día de Pentecostés escucharon
a los apóstoles decir que ellos solamente tenían que arrepentirse para
conseguir el perdón.
iii) Nadie puede afirmar que la gente del día de Pentecostés escucharon
a los apóstoles decir que ellos solamente tenían que pedir a Jesús en
oración para conseguir el perdón.
iv) No, al contrario, lo que todos tienen que afirmar es que la gente del día
de Pentecostés escucharon a los apóstoles decir que cada uno de ellos
tenía que arrepentirse y bautizarse en el nombre de Jesús para
conseguir el perdón de sus propios pecados.
c. (2:38) “y recibiréis el don del Espíritu Santo” [kai; lhvmyesqe th;n dwrea;n tou'
aJgivou pneuvmato"]
(2) Esta frase, en el contexto, no significa algún don dado por el Espíritu Santo, o sea,
algún “don espiritual”, sino más bien significa el regalo que Dios había hecho, el
derramamiento sobre toda carne de su Espíritu.
(4) Tal como los beneficios de la sangre derramada de Jesús, al obedecer ellos
también iban a recibir los beneficios del derramamiento del Espíritu Santo que
había sido profetizado y aquel día había ocurrido.
(5) Es obvio que este don era algo que ellos no tenían antes de obedecer y que era
condicional, dependiendo en su arrepentimiento y bautismo, tal como era el caso
con el perdón de sus pecados.
(1) Esta sería la misma promesa que ha sido mencionado desde el principio del
sermón, la promesa mostrada como cumplida, la promesa de la venida del
Espíritu Santo sobre toda carne.
(k) Era, entonces, como se ha demostrado antes, una promesa que el Espíritu
Santo estaría derramado sobre todos, no solamente para los doce, y esta
promesa era también para los oyentes aquel día.
(l) Sin embargo, la condición que se puso era el requisito de que tenían que
arrepentirse y ser bautizados en el nombre de Jesucristo para recibirlo.
(n) Al unirse con el Señor, uno pase a compartir un mismo Espíritu con El.
(3) (2:39) “y para todos los que están lejos” [kai; pa'sin toi'" eij" makravn]
(d) Esta frase, sin lugar a dudas, habría llevado el sentido de incluir a los gentiles,
los que no eran partes del pueblo de Israel.
(e) No era, entonce, una promesa solamente para los apóstoles aquel día, ni
tampoco solamente para los judíos presentes, sino era algo hecho disponible
para todos, en todo lugar, en todo tiempo.
(4) (2:39) “para cuantos el Señor nuestro Dios llamare” [o\{sou" a]n
proskalevshtai kuvrio" oJ qeo;" hJmw'n]
(i) Los textos citados arriba, como también las mismas palabras de Pedro,
demuestran que Dios quiso llamar a todos por medio del evangelio.
a. Es importante entender que Lucas no intentaba incluir todo del sermón de Pedro
aquel día, sino solamente la parte más relevante – cómo conseguir el perdón.
b. Sin embargo, el resto del sermón no era para notificar a los oyentes de lo que tenían
que hacer para ser perdonado, sino para darles más pruebas y animarles a obedecer
el mensaje del Mesías para salvarse.
(1) Uno debe recordar que ellos eran los testigos, los seleccionados con este
propósito, los que habían presenciado las cosas desde el principio del ministerio
del Señor.
(2) Tal como el testimonio era para convencerles de la veracidad del mensaje, estas
palabras era un intento convencerles a responder al mensaje para conseguir los
beneficios que acababa de anunciarles.
e. (2:40) “diciendo: Sed salvos de esta perversa generación” [levgwn swvqhte ajpo;
th'" genea'" th'" skolia'" tauvth"]
(2) No eran todavía salvos porque todavía no habían obedecido a lo que les había
mandado hacer – arrepentirse y bautizarse en el nombre de Jesucristo para el
perdón de sus pecados.
f. Una cosa muy pocas veces comentada en relación al mensaje que fue por primera vez
predicado en el día de Pentecostés es que no incluía ninguna mención del concepto de
amor, lo que muchos en el día de hoy enfatizan como la médula del mensaje, a veces
para la exclusión completa de referencias a la condenación o el castigo.
(2) Ellos no fueron animados a dar sus vidas a seguir a Jesús basados en el amor que
El los había mostrado, sino a base de que ellos mismo habían sido culpables de su
muerte.
(3) Ellos no fueron animados por el amor, sino por la terrible culpabilidad que
sintieron, como se puede apreciar en la frase “se compungieron de corazón”
[katenuvghsan th;n kardivan].
(4) Esto no quiere decir que el amor de Dios, y de Cristo, no debe usarse como una
manera para animar a los hombres a buscar y seguir a Dios.
(5) Al contrario, es más bien una advertencia a los que llegan, erradamente, a la
conclusión que el terror de un Dios vengador no debe ser usado como
motivación para impulsar al pecador volver del error de su camino para poder
evitar el castigo que su propio corazón siente que merece, porque de esa manera
actuaron el Espíritu Santo y los apóstoles, no solamente aquel día, sino también
en otras ocasiones.
“41 Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día
como tres mil personas. 42 Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión
unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones. 43 Y sobrevino temor a toda
persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles. 44 Todos los que
habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; 45 y vendían sus
propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. 46 Y
perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían
juntos con alegría y sencillez de corazón, 47 alabando a Dios, y teniendo favor con todo el
pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.”
1. (2:41) “Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados” [oiJ me;n ou\\n
ajpodexavmenoi to;n lovgon aujtou' ejbaptivsqhsan]
a. Con estas palabras Lucas aclara que no todos los de la multitud estaban dispuestos a
recibir lo que Pedro les dijo.
(1) Es probable que algunos siguieran burlándose, no creyendo ni a sus propios oídos
ni tampoco a las profecías y los testimonios que comprobaron la verdad del
mensaje.
b. Sin embargo, los que le creyeron, los que recibieron su palabra, obedecieron lo que
Pedro les dijo que necesitaban hacer.
(1) Es interesante que aunque el texto no dice que se arrepintieron, sin embargo
todos aceptan que no pudieron haber recibido su palabra, y no habrían sido
bautizados, si no lo hicieron.
(2) Al contrario, aunque el texto claramente indica que el resultado natural de recibir
la palabra hablada resultó en ellos siendo bautizados, muchos en el día de hoy
niegan que esto esté relacionado con el perdón, aunque la próxima frase en el
texto lo demuestra en forma bastante clara.
(3) El hecho es, una vez que ellos entendieron y creyeron el mensaje, obedecieron,
y los que están dispuesto a recibirlo hoy harán lo mismo que ellos hicieron, se
bautizarán en el nombre de Jesucristo para el perdón de sus pecados.
c. (2:41) “y se añadieron aquel día como tres mil personas” [kai; prosetevqhsan ejn
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“HECHOS”
HECHOS ANÁLISIS DEL TEXTO PÁGINA 103
(1) Es notable que el texto indica que esto ocurrió con el hecho de ser bautizado, no
antes.
(2) Estos habrían sido los que, al escuchar, creer, y obedecer el mensaje apostólico,
bautizándose pasaron a añadirse al grupo de salvos, a la iglesia, el cuerpo de
Cristo sobre la tierra donde había venido a morar el Espíritu Santo.
(1) Parece que los primeros convertidos por medio de la predicación del evangelio
entendieron claramente que no bastaba solamente creer y obedecer el mensaje
original, sino también seguir en pos de todas las enseñanzas dejadas por el Mesías
que habían aceptado como su Rey y Señor, y que los apóstoles también
entendieron su responsabilidad de dar a conocer todo lo mandado por El.
(2) Queda bien claro que ellos entendieron que eran los doce los que eran
portavoces de Cristo y del Espíritu Santo.
(3) Esta doctrina habría sido todas las enseñanzas de Cristo mismo y lo que el
Espíritu Santo les reveló.
(4) El hecho de perseverar “en la doctrina de los apóstoles” [th'/ didach'/ tw'n
ajpostovlwn]también indica que ellos no se apartaron para escuchar y aceptar
otras enseñanzas, sino que se quedaron con lo que los apóstoles les enseñaron.
(a) Después de todo, ellos eran los testigos seleccionados por el Señor mismo.
(b) Además, ellos fueron guiados por el Espíritu Santo para poder recordar todo
lo enseñado por el Señor y también guiados a saber toda la verdad divina,
aún lo que Jesús no había alcanzado a compartir con ellos.
(1) Ya habían sido añadidos a una comunidad, un grupo de seguidores del Mesías que
habían recibido de El no solamente el perdón de sus pecados, sino también el don
del Espíritu Santo que los unía en un solo cuerpo.
(2) Así que es posible que esta palabra “comunión” [koinwniva/] aquí se haya usada
en relación a que tuvieron una creencia y fe en común, o que haya sido
referencia, como la frase que sigue, al hecho de haber compartido no solamente
la comida y protección espiritual, sino también las cosas físicas.
(1) Como consecuencia natural de ser los únicos realmente dedicados a seguir al
Mesías resucitado, ellos no solamente compartían la fe en Jesús sino también la
vida y las cosas de la vida, reconociendo que estaban participando en el reino
nuevo y siguiendo un nuevo Rey.
(2) Existen dos diferente posibilidades propuestas por algunos para entender el
significado de esta frase “en el partimiento del pan” [th'/ klavsei tou' a[rtou]:
(a) Puede ser que sea una referencia a la cena del Señor.
(b) Puede ser que sea una referencia al hecho de comer juntos diariamente.
ii) Sin embargo, parece un poco extraño si fuera esa última, ya que si
fuera así Lucas no habría tenido razón volver a enfocarlo nuevamente
en el contexto inmediato.
(10) Es obvio que la oración tenía un lugar muy importante en las vidas de esos nuevos
participantes en el reino de los cielos.
3. (2:43) “Y sobrevino temor a toda persona” [ejgivneto de; pavsh/ yuch'/ fovbo"]
a. El texto no indica que ese temor vino sobre solamente los creyentes, sino más bien
sobre todos.
b. Esta palabra “temor” [fovbo"] es la misma base de muchas palabras españolas que
contienen “fobia”, como la hidrofobia o la claustrofobia.
c. El resultado del gran poder que estaba siendo mostrado por Dios a través de los
milagros hechos por los apóstoles era el temor, una reverencia antes el poder divino
que les ayudaba a los cristianos dedicarse con constancia al camino nuevo que habían
elegido seguir.
4. (2:43) “y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles” [pollav te
tevrata kai; shmei'a dia; tw'n ajpostovlwn ejgivneto]
b. Compare con Hechos 1:8, donde la promesa de poder fue dado solamente a los
apóstoles, no a todos.
c. Compare con Hechos 2:4, donde eran los apóstoles los que empezaban a hablar en
otras lenguas.
d. La realidad de lo que se puede ver en el texto es que no hay ninguna evidencia de que
otros, que no hayan sido los apóstoles, hicieron ningún milagro desde el día de
Pentecostés hasta el momento que, con la imposición de las manos de los apóstoles
los siete eran comisionados para el servicio de la iglesia en Jerusalén, y esto no ocurrió
hasta el capítulo seis del relato de Lucas.
(1) Antes de que ocurriera esto, la iglesia había llegado a tener miles de personas en
Jerusalén.
(2) Compare con Hechos 6:8, donde por primera vez en el texto del libro de Hechos
se puede encontrar a uno que no era apóstol haciendo maravillas.
(3) Así que la afirmación de muchos hoy, que todos los que recibieron el Espíritu
Santo en la iglesia primitiva empezaron hablando en lenguas o haciendo milagros
de otros tipos, carece totalmente de apoyo en el texto bíblico, donde en varias
instancias enfoca de manera explícita que eran los apóstoles los que estaban
haciendo esto.
5. (2:44) “Todos los que habían creído” [pavnte" de; oiJ pisteuvonte"]
a. (2:44) “estaban juntos y tenían en común todas las cosas” [h\\san ejpi; to; aujto; kai;
ei\\con a\{panta koina;]
(1) Muchas veces este concepto, mejor explicado en Hechos 4:32, se entiende como
una forma de comunismo, donde todos donan todas sus pertenencias al grupo y
nadie tiene control sobre ninguna posesión suya.
(2) Sin embargo, que esto no fue el caso se puede afirmar con clara base en los
siguientes conceptos and los pasajes del texto que demuestran el opuesto en la
práctica y la enseñanza de la iglesia primitiva.
i) Compare con Hechos 2:46, donde todavía tenía sus propias casas.
(c) Además, Pedro claramente indicaba que Ananías y Safira no estaban bajo
ninguna obligación a vender su propiedad ni tampoco para regalar el dinero
una vez que había sido vendida.
b. (2:45) “y vendían sus propiedades y sus bienes” [kai; ta; kthvmata kai; ta;"
uJpavrxei" ejpivpraskon]
(1) Tal como se acaba de aclarar, obviamente no todos vendieron todas sus
propiedades o el resto del texto no tendría sentido.
(1) En ninguna parte del texto habla de una distribución igualitaria sino más bien a
uno que suplía las necesidades de todos.
(7) Ya que habían llegado a ser miles en la iglesia en Jerusalén el único lugar con
suficiente espacio para permitirlos juntarse habría sido el templo mismo.
(8) (2:46) “y partiendo el pan en las casas” [klw'nte" te kat! oi\\kon a[rton]
(e) (2:47) “y teniendo favor con todo el pueblo” [kai; e[conte" cavrin pro;"
o\{lon to;n laovn]
e. (2:47) “Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos” [oJ de;
kuvrio" prosetivqei tou;" sw/zomevnou" kaq! hJmevran ejpi; to; aujtov]
(1) Tal como había añadido unos tres mil a su número en el día de Pentecostés
cuando ellos recibieron la verdad para obedecerlo y ser salvos, cada día Dios iba
agregando a la iglesia los que iban siendo salvos de la misma forma.
“1 Pedro y Juan subían juntos al templo a la hora novena, la de la oración. 2 Y era traído
un hombre cojo de nacimiento, a quien ponían cada día a la puerta del templo que se
llama la Hermosa, para que pidiese limosna de los que entraban en el templo. 3 Este,
cuando vio a Pedro y a Juan que iban a entrar en el templo, les rogaba que le diesen
limosna. 4 Pedro, con Juan, fijando en él los ojos, le dijo: Míranos. 5 Entonces él les estuvo
atento, esperando recibir de ellos algo. 6 Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo
que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda. 7 Y tomándole
por la mano derecha le levantó; y al momento se le afirmaron los pies y tobillos; 8 y
saltando, se puso en pie y anduvo; y entró con ellos en el templo, andando, y saltando, y
alabando a Dios. 9 Y todo el pueblo le vio andar y alabar a Dios. 10 Y le reconocían que era
el que se sentaba a pedir limosna a la puerta del templo, la Hermosa; y se llenaron de
asombro y espanto por lo que le había sucedido.”
a. “Al templo a la hora novena, la de la oración” [eij" to; iJero;n ejpi th;n w\{ran th'"
proseuch'" th;n ejnavthn] habría sido una referencia a la hora de las oraciones de la
media tarde, a las tres de la tarde.
(1) Por tradición oraban los judíos a la hora tercera (09:00), la hora novena (15:00)
y al puesto de sol.
b. Pedro y Juan eran entre los apóstoles más reconocidos y, junto con Jacobo (Santiago),
el hermano de Juan, y a veces Andrés, habían formado el círculo más íntimo con el
Señor. Frecuentemente se encuentran mencionados juntos en el texto.
(1) (3:2) “cojo de nacimiento” [cwlo;" ejk koiliva" mhtro;" aujtou' uJpavrcwn]
(a) No era uno que había quedado cojo por un accidente o enfermedad, sino
que nunca había podido caminar.
(b) Desde el vientre de su madre había sido cojo y por ende nunca habría
desarrollado los músculos de sus piernas.
(c) Compare con Hechos 14:8, donde en Listra Pablo sanó otro hombre con la
misma condición.
(2) (3:2) “a quien ponían cada día a la puerta del templo que se llama la
Hermosa” [o\}n ejtivqoun kaq! hJmevran pro;" th;n quvran tou' iJerou' th;n
legomevnhn JWraivan]
(b) Al haber nacido cojo, él había pasado su vida mendigando en la entrad del
templo para poder sobrevivir y habría sido conocido de vista por los que
continuamente entraron al templo por esa puerta.
(3) (3:2) “para que pidiese limosna de los que entraban en el templo” [tou'
aijtei'n ejlehmosuvnhn para; tw'n eijsporeuomevnwn eij" to; iJerovn]
d. (3:3) “Este, cuando vio a Pedro y a Juan que iban a entrar en el templo, les
rogaba que le diesen limosna” [o\}" ijdw;n Pevtron kai; jIwavnnhn mevllonta" eijsievnai
eij" to; iJerovn, hjrwvta ejlehmosuvnhn labei'n]
(1) Esto sería lo que él se acostumbraba pedir ayuda de los judíos que todos los días
iban entrando al templo para orar, y de esa forma ganaba su sustento, no
pudiendo trabajar por su enfermedad.
(2) El estaba esperando de ellos lo mismo que esperaría de cualquier otro, una
moneda para ayudarle con su sustento.
e. (3:4) “Pedro, con Juan, fijando en él los ojos, le dijo: Míranos” [ajtenivsa" de;
Pevtro" eij" aujto;n su;n tw'/ jIwavnnh/ ei\\penDblevyon eij" hJma'"]
(1) Habría sido normal darle al hombre una moneda, pero no sería normal empezar
a conversar directamente con un mendigo o pedir que le mirara a uno.
f. (3:5) “Entonces él les estuvo atento, esperando recibir de ellos algo” [oJ de;
ejpei'cen aujtoi'" prosdokw'n ti par! aujtw'n labei'n]
(1) Les prestó, entonces, atención no porque estaba en espera de que le sanaran,
sino solamente porque pensaba que ellos le iban a dar una limosna.
(2) La razón que Pedro pidió que les mirara se desconoce, porque el texto no parece
dar ninguna pista para saberlo.
(1) (3:6) “No tengo plata ni oro” [ajrguvrion kai; crusivon oujc uJpavrcei moi]
(2) (3:6) “pero lo que tengo te doy” [o\} de; e[cw tou'to soi divdwmi]
(a) Sin embargo, tenía algo para darle, algo de mucho más valor que una
moneda, y estaba dispuesto a darselo.
(b) Aún así, el imposible que el hombre pudiera haber esperado lo que estaba
a punto de recibir, ya que es obvio que ni siquiera supo con quienes estaba
conversando.
(3) (3:6) “en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda” [ejn tw'/
ojnovmati jIhsou' Cristou' tou' Nazwraivou e[geire kai; peripavtei]
(c) Era una manera de invocar el poder y la presencia del Señor en lo que
estaba ocurriendo, no una fórmula mágica invocando poder sobrenatural
h. (3:7) “Y tomándole por la mano derecha le levantó” [kai; piavsa" aujto;n th'"
dexia'" ceiro;" h[geiren aujtovn]
(1) Es interesante que Lucas, quien no había estado presente, relata que fue por “la
mano derecho” [th'" dexia'" ceiro;"] que Pedro levantó al cojo.
(1) Es importante notar las características del milagro, muy distintas a las de los
supuestos milagros del tiempo actual.
(c) No hubo duda alguna, ni de parte del cojo ni tampoco de otros, acerca de
la veracidad del milagro ocurrido.
(d) El poder de Jesús actuó a través de Pedro y Juan, sin que el hombre que iba
a ser sanado tuviera idea ni esperanza de ser sanado sino solamente estaba
esperando conseguir una moneda.
(e) Fue el poder en Pedro, y la fe de él, no la del hombre cojo, que permitió
(b) Uno debe recordar que este hombre nunca había caminado en todo su vida.
(4) (3:8) “y entró con ellos en el templo” [kai; eijsh'lqen su;n aujtoi'" eij" to;
iJero;n]
(a) “Ellos” [aujtoi'"] sería una referencia a Pedro y Juan, los dos apóstoles por
medio de los cuales había sido sanado.
i) Parece que el hombre que había sido cojo no solamente regocijaba por
haber sido sanado, sino también reconoció que había sido una obra
divina y alababa a Dios.
ii) Esto siempre debe ser la actitud de uno cuando por la mano divino ha
recibido una bendición.
2. (3:9) “Y todo el pueblo le vio andar y alabar a Dios” [kai; ei\\den pa'" oJ lao;" aujto;n
peripatou'nta kai; aijnou'nta to;n qeovn]
(1) No solamente la gente le vieron andando, cuando nunca antes había andado, sino
también supieron quién era porque le habían visto mucho tiempo mendigando en
la puerta del templo.
(2) Ellos, entonces, no tenían ninguna duda acerca de la realidad de un gran milagro,
porque conocieron el pasado del hombre sanado.
c. (3:10) “que era el que se sentaba a pedir limosna a la puerta del templo, la
Hermosa” [o\{ti aujto;" h\\n oJ pro;" th;n ejlehmosuvnhn kaqhvmeno" ejpi; th'/ wJraiva/ puvlh/
tou' iJerou']
(1) Esta puerta, la entrada principal al área del templo, tenían muchas decoraciones
que le daba su nombre.
(2) Era tan grande que requería veinte hombres para poder abrirse o cerrarse.
(1) Nuevamente Lucas presenta la idea que las grandes maravillas que presenciaron
causaron a la gente sentir miedo, algo que habría pasado porque no pudieron no
darse cuenta que estaban siendo testigos del poder divino.
“11 Y teniendo asidos a Pedro y a Juan el cojo que había sido sanado, todo el pueblo,
atónito, concurrió a ellos al pórtico que se llama de Salomón. 12 Viendo esto Pedro,
respondió al pueblo: Varones israelitas, ¿por qué os maravilláis de esto? ¿o por qué ponéis
los ojos en nosotros, como si por nuestro poder o piedad hubiésemos hecho andar a éste?
13 El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su
Hijo Jesús, a quien vosotros entregasteis y negasteis delante de Pilato, cuando éste había
resuelto ponerle en libertad. 14 Mas vosotros negasteis al Santo y al Justo, y pedisteis que
se os diese un homicida, 15 y matasteis al Autor de la vida, a quien Dios ha resucitado de
los muertos, de lo cual nosotros somos testigos. 16 Y por la fe en su nombre, a éste, que
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“HECHOS”
HECHOS ANÁLISIS DEL TEXTO PÁGINA 117
1. (3:11) “Y teniendo asidos a Pedro y a Juan el cojo que había sido sanado” [Kratou'nto"
de; aujtou' to;n Pevtron kai; to;n jIwavnnhn sunevdramen]
a. Después de haber sido sanado por ellos parece que el cojo no les quiso soltar.
(1) Con esta frase Lucas dejaba en claro que no era un grupo pequeño, sino una
multitud de personas, que se junto a raíz del milagro hecho por Pedro.
d. (3:11) “concurrió a ellos al pórtico que se llama de Salomón” [pro;" aujtou;" ejpi;
th'/ stoa'/ th'/ kaloumevnh/ Solomw'nto"]
(1) Aunque en realidad ese pórtico no databa del tiempo de Salomón, a pesar del
nombre común, sino que había sido construido en el mismo lugar de la entrada
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“HECHOS”
HECHOS ANÁLISIS DEL TEXTO PÁGINA 118
del templo de Salomón y partes de las ruinas del templo original habían sido
usadas en su construcción.
(2) Este pórtico estaba situado en el sector este de la pared interior del área del
templo, con lineas de columnas de unos ocho metros de altura y con un techo de
cedro.
2. (3:12) “Viendo esto Pedro, respondió al pueblo:” [ijdw;n de; oJ Pevtro" ajpekrivnato pro;"
to;n laovn]
a. Tal como había ocurrido en el día de Pentecostés, cuando en aquel tiempo el gran
sonido había atraído la multitud, el hecho que muchos vieron los resultados de un
milagro innegable tuvo el mismo impacto, una multitud vino a ver qué había pasado.
b. De igual manera, tal como antes, al ver la multitud juntarse, Pedro aprovechó de la
oportunidad de compartir con ellos el mensaje del Mesías.
(a) Jesús cumplió las profecías del Antiguo Testamento del Mesías.
(b) La cruz no fue una derrota, sino el cumplimiento del plan divino y una
victoria por medio de la resurrección.
(2) Más adelante Lucas presentaría algunos de los sermones que fueron dirigidos a
grupos de gentiles y uno puede apreciar la diferencia en cómo el mimo mensaje
se enfocara a unos oyentes gentiles.
(1) Obviamente ellos ya habían hecho otras maravillas entre los judíos desde el día
de Pentecostés, según ya lo dicho por Lucas, y Pedro parece sorprendido por la
reacción tan fuerte a esa sanidad.
e. (3:12) “¿o por qué ponéis los ojos en nosotros, como si por nuestro poder o
piedad hubiésemos hecho andar a éste?” [h] hJmi'n tiv ajtenivzete wJ" ijdiva/ dunavmei
h] eujsebeiva/ pepoihkovsin tou' peripatei'n aujtovn_]
(1) Hizo aclarar de inmediato que ellos no eran los responsables del poder con el
cual el cojo caminara.
(2) No quisieron que ellos fueran adorado, como si fuera poder propio de ellos que
había sido responsable por el milagro.
f. (3:13) “El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob” [oJ qeo;" jAbraa;m kai; jIsaa;k
kai; jIakwvb]
(2) (3:13) “el Dios de nuestros padres” [oJ qeo;" tw'n patevrwn hJmw'n]
(3) (3:13) “ha glorificado a su Hijo Jesús” [ejdovxasen to;n pai'da aujtou' jIhsou'n]
i) Sin embargo, Lucas no utilizó la palabra común para hijo, sino una que
significa un “niño, un joven” [pai'da] algo muy inusual en el Nuevo
Testamento que ha llevado a algunos traductores usar la frase “a su
siervo Jesús”.
ii) Compare con Hechos 3:26, cuando Lucas usó la misma palabra
[pai'da].
g. (3:14) “Mas vosotros negasteis al Santo y al Justo” [uJmei'" de; to;n a\{gion kai;
divkaion hjrnhvsasqe]
(1) Las palabras “Santo y Justo” [to;n a\{gion kai; divkaion] aquí son términos
mesiánicos, y los judíos habrían reconocido que Pedro los estaba acusando de
haber rechazado y haber matado el Mesías mismo.
i. (3:15) “y matasteis al Autor de la vida” [to;n de; ajrchgo;n th'" zwh'" ajpekteivnate]]
(1) “Autor de la vida” [ajrchgo;n th'" zwh'"] indica no solamente su rol en dar vida
nueva, sino también su papel en la creación misma, otra prueba apostólica de la
divinidad de Jesús.
(7) (3:15) “a quien Dios ha resucitado de los muertos” [o\}n oJ qeo;" h[geiren ejk
nekrw'n
(b) (3:15) “de lo cual nosotros somos testigos” [ou| hJmei'" mavrture" ejsmen]
j. (3:16) “Y por la fe en su nombre, a éste, que vosotros veis y conocéis” [kai; ejpi;
th'/ pivstei tou' ojnovmato" aujtou' tou'ton o\}n qewrei'te kai; oi[date]
(2) El poder de Dios mediante la fe en su Mesías permitió que ellos tuvieron poder
para sanar el cojo.
(b) Uno debe notar, como siempre era el caso en los ejemplos que da el texto,
que su sanidad no fue parcial, no fue gradual, sino que fue completa y
instantánea.
(2) (3:17) “sé que por ignorancia lo habéis hecho” [oi\\da o\{ti kata; a[gnoian
ejpravxate]
(j) El hecho de ser ignorante no significa que uno quede sin culpa.
(3) (3:17) “como también vuestros gobernantes” [w\{sper kai; oiJ a[rconte" uJmw'n]
l. (3:18) “Pero Dios ha cumplido así lo que había antes anunciado por boca de
todos sus profetas, que su Cristo había de padecer” [oJ de; qeov", a\}
prokathvggeilen dia; stovmato" pavntwn tw'n profhtw'n paqei'n to;n cristo;n
aujtou', ejplhvrwsen ou\{tw"]
(2) Esa gente había rechazado a Jesús como el Mesías y ahora tenía que darse vuelta
y seguirle.
(12) Para conseguir la ayuda divina para el problema de los pecados de uno, uno está
obligado cambiar su mente, pensar de otra manera y tomar la decisión de dejar
de desobedecer a la voluntad de Dios y empezar a cumplir con sus ordenes.
(13) (3:19) “para que sean borrados vuestros pecados” [eij" to; ejxaleifqh'nai
uJmw'n ta;" aJmartiva"]
(a) Nuevamente queda muy claro que el asunto era relacionado con los
pecados personales de cada uno de ellos, no con algún supuesto “pecado
original”.
(b) Eran sus pecados personales que necesitaban ser perdonados todavía.
(14) (3:20) “para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio”
[o\{pw" a]n e[lqwsin kairoi; ajnayuvxew" ajpo; proswvpou tou' kurivou]
i) Según Pedro mismo, estaba esperando porque quiso que otros llegaran
al arrepentimiento.
(b) (3:21) “a quien de cierto es necesario que el cielo reciba hasta los
tiempos de la restauración de todas las cosas” [o\}n dei' oujrano;n me;n
devxasqai a[cri crovnwn ajpokatastavsew" pavntwn]
(c) (3:21) “de que habló Dios por boca de sus santos profetas que han sido
desde tiempo antiguo” [ w|n ejlavlhsen oJ qeo;" dia; stovmato" tw'n aJgivwn
ajp! aijw'no" aujtou' profhtw'n]
ii) (3:22) “Porque Moisés dijo a los padres:” [Mwu>sh'" me;n ei\\pen]
a) Así que, para poder obedecer lo que había sido mandado por
medio de Moisés mismo era obligatorio que los judíos prestaran
atención al profeta de quien Moisés hablaba – a Jesús, el Mesías..
(16) (3:25) “Vosotros sois los hijos de los profetas” [uJmei'" ejste oiJ uiJoi; tw'n
profhtw'n]
(b) Con estas palabras Pedro quiso animarles a tomar en serio las profecías de
sus propios antepasados.
(17) (3:25) “y del pacto que Dios hizo con nuestros padres, diciendo a Abraham:”
[kai; th'" diaqhvkh" h|" dievqeto oJ qeo;" pro;" tou;" patevra" uJmw'n levgwn pro;"
jAbraavm]
(18) (3:25) “En tu simiente serán benditas todas las familias de la tierra” [kai; ejn
tw'/ spevrmati sou ejneuloghqhvsontai pa'sai aiJ patriai; th'" gh'"]
(b) Uno debe notar que la profecía, aunque los judíos no lo quisieron entender
así, claramente hablaba de “todas las familias de la tierra” [pa'sai aiJ
patriai; th'" gh'"], y no solamente los judíos, como los que iban a recibir
bendición por la promesa hecha a Abraham.
(a) Primeros porque eran ellos los que habían recibido el mensaje primero.
(a) Nuevamente la palabra usada, tal como fue el caso en el versículo trece, no
es la palabra normalmente usada para “Hijo”, sino la palabra [pai'da], que
normalmente significa “niño chico”.
(21) (3:26) “lo envió para que os bendijese” [ajpevsteilen aujto;n eujlogou'nta
uJma'"]
(22) (3:26) “a fin de que cada uno se convierta de su maldad” [ejn tw'/
ajpostrevfein e\{kaston ajpo; tw'n ponhriw'n uJmw'n]
(e) Nuevamente el enfoque del mensaje era para lograr que estos judíos que
todavía no habían aceptado la realidad de Jesús como el Mesías cambiaran
de parecer para seguirle.
“1 Hablando ellos al pueblo, vinieron sobre ellos los sacerdotes con el jefe de la guardia del
templo, y los saduceos, 2 resentidos de que enseñasen al pueblo, y anunciasen en Jesús la
resurrección de entre los muertos. 3 Y les echaron mano, y los pusieron en la cárcel hasta
el día siguiente, porque era ya tarde. 4 Pero muchos de los que habían oído la palabra,
creyeron; y el número de los varones era como cinco mil. 5 Aconteció al día siguiente, que
se reunieron en Jerusalén los gobernantes, los ancianos y los escribas, 6 y el sumo sacerdote
Anás, y Caifás y Juan y Alejandro, y todos los que eran de la familia de los sumos sacerdotes;
7 y poniéndoles en medio, les preguntaron: ¿Con qué potestad, o en qué nombre, habéis
hecho vosotros esto? 8 Entonces Pedro, lleno del Espíritu Santo, les dijo: Gobernantes del
pueblo, y ancianos de Israel: 9 Puesto que hoy se nos interroga acerca del beneficio hecho
a un hombre enfermo, de qué manera éste haya sido sanado, 10 sea notorio a todos
vosotros, y a todo el pueblo de Israel, que en el nombre de Jesucristo de Nazaret, a quien
vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de los muertos, por él este hombre está en
vuestra presencia sano. 11 Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores,
la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. 12 Y en ningún otro hay salvación; porque no hay
otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos. 13 Entonces
viendo el denuedo de Pedro y de Juan, y sabiendo que eran hombres sin letras y del vulgo,
se maravillaban; y les reconocían que habían estado con Jesús. 14 Y viendo al hombre que
había sido sanado, que estaba en pie con ellos, no podían decir nada en contra. 15
Entonces les ordenaron que saliesen del concilio; y conferenciaban entre sí, 16 diciendo:
¿Qué haremos con estos hombres? Porque de cierto, señal manifiesta ha sido hecha por
ellos, notoria a todos los que moran en Jerusalén, y no lo podemos negar. 17 Sin embargo,
para que no se divulgue más entre el pueblo, amenacémosles para que no hablen de aquí
en adelante a hombre alguno en este nombre. 18 Y llamándolos, les intimaron que en
ninguna manera hablasen ni enseñasen en el nombre de Jesús. 19 Mas Pedro y Juan
respondieron diciéndoles: Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que
a Dios; 20 porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído. 21 Ellos entonces
les amenazaron y les soltaron, no hallando ningún modo de castigarles, por causa del
pueblo; porque todos glorificaban a Dios por lo que se había hecho, 22 ya que el hombre
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“HECHOS”
HECHOS ANÁLISIS DEL TEXTO PÁGINA 132
en quien se había hecho este milagro de sanidad, tenía más de cuarenta años.”
1. (4:1) “Hablando ellos al pueblo, vinieron sobre ellos” [Lalouvntwn de; aujtw'n pro;" to;n
lao;n ejpevsthsan aujtoi'"]
(1) Lo más probable sería que estos sacerdotes eran los a quienes tocaron por turno
servir esa semana en el templo.
b. (4:1) “con el jefe de la guardia del templo” [kai; oJ strathgo;" tou' iJerou']
(1) Estos, aunque mayormente de linaje sacerdotal, eran los que aceptaron
solamente los libros de Moisés como inspirados.
(3) Casi todos los sumo sacerdotes durante el tiempo del Nuevo Testamento eran
saduceos y el sumo sacerdote era el que presidía sobre el concilio máximo de los
judíos, el sanedrín.
b. (4:3) “y los pusieron en la cárcel hasta el día siguiente” [kai; e[qento eij" thvrhsin
eij" th;n au[rion]
(1) Conviene recordar que la sanidad del cojo había ocurrido cuando Pedro y Juan
estaban entrando al templo en la hora de las oraciones de la tarde (o sea, las tres
de la tarde) y todo el resto de lo ocurrido en esta historia pasaba a continuación,
cuando el cojo sanado entró con ellos al templo.
(2) A pesar de lo que hicieron con Jesús, lo normal era que las puertas del templo se
cerrarían después de las oraciones de la tarde y todos juicios se postergarían
hasta el día siguiente.
(3) El Sanedrín, el concilio de juicio de los judíos, se juntaba en las mañanas, no en las
tardes, y así fue necesario ponerlos en la cárcel hasta el día siguiente, ya que no
quisieron dejarles en libertad para que siguieran predicando sobre la
resurrección.
3. (4:4) “Pero muchos de los que habían oído la palabra” [polloi; de; tw'n ajkousavntwn
to;n lovgon]
(1) Entonces, entre la evidencia clara de la sanidad del cojo y el sermón presentado
por Pedro, muchos judíos llegaron a creer en el mensaje apostólico de Jesús
como el Mesías resucitado.
(3) Sería lógico asumir que ellos, al escuchar el mismo mensaje predicado por los
mismos apóstoles que lo habían predicado anteriormente, habrían hecho lo
mismo que hicieron los del día de Pentecostés cuando ellos creyeron.
b. (4:4) “y el número de los varones era como cinco mil” [kai; ejgenhvqh oJ ajriqmo;"
tw'n ajndrw'n wJ" ciliavde" pevnte]
(1) La referencia a “los varones” [tw'n ajndrw'n] puede atribuirse al hecho que eran
los varones judíos los que más comúnmente fueron al templo para orar.
(2) Uno debe notar que ahora, en contraste con Hechos 2:41, Lucas solamente
anotaba el número de varones, no incluyendo a las mujeres.
(3) No es claro si ese número de varones, los “cinco mil” [ciliavde" pevnte], era un
número que correspondía solamente a los que creyeron aquel día o al total de
varones creyentes en Jerusalén.
(4) Sin embargo, es razonable concluir que con los tres mil añadidos en el día de
Pentecostés, los añadidos diariamente, y los que creyeron después de la sanidad
del cojo, que el número de los miembros de la iglesia ya había llegado a ser muy
grande.
(5) A pesar del intento de parte de los sacerdotes y saduceos, la gente que vieron las
señales y escucharon las predicaciones de los apóstoles estaban quedando
convencidas de la realidad de la resurrección de Jesús y que en realidad El era el
Mesías de las profecías.
4. (4:5) “Aconteció al día siguiente, que se reunieron en Jerusalén” [ jEgevneto de; ejpi; th;n
au[rion sunacqh'nai ... ejn jIerousalhvm]
a. El concilio de los judíos estaba compuesto de setenta ancianos del pueblo y el sumo
sacerdote, quien era el líder de ese grupo.
(4) El nombre “Sanedrín” proviene de una palabra hebrea que significa “sentados
juntos” y según la tradición los setenta miembros del concilio se sentaron en el
suelo de una plataforma elevada cuando el concilio estaba en sesión.
(5) Durante el control romano sobre Palestina el concilio llegó a tener una
importancia muy grande porque los romanos le permitió gobernar el pueblo judío
como títeres bajo el mando romano, dejando a el concilio gran cantidad de
libertad para la aplicación de la ley judaica.
(6) En la insurrección del año 66 D.C., la que terminó con la destrucción de la ciudad
de Jerusalén y el templo de los judíos, los patriotas judíos, considerando a los
saduceos como traidores al judaísmo y títeres de Roma, se levantaron en contra
de ellos y los mataron en masa, efectivamente terminando con la secta de los
saduceos.
(1) Estos eran, por su afiliación con el poder romano, todos saduceos.
(1) Estos eran miembros del concilio con antigüedad y eran mayormente fariseos y
no sacerdotes.
(1) Estos eran los expertos en la ley mosaica y eran de la secta de los fariseos.
(a) Anás sirvió como sumo sacerdote entre los años 6 y 15 D.C..
(b) Varios de sus hijos y yernos se nombraron como sumo sacerdotes durante
las décadas del primer siglo.
(c) Uno de ellos, Caifás, sirvió como sumo sacerdote entre los años 18 y 36
D.C., y oficialmente era el sumo sacerdote en el momento de este juicio,
aunque su suegro todavía controlaba las cosas.
(2) Es obvio, al tomar en consideración las referencias en el texto a Anás, que fue él
quien todavía ejercía poder como sumo sacerdote, aunque los romanos le habían
destituido años antes.
(1) El yerno de Anás, que era el sumo sacerdote oficial ese año.
(1) El hijo de Anás que entre los años 36 y 37 D.C. también llegaría a servir como
sumo sacerdote.
(1) Otro de los hijos de Anás, aunque él nunca sirvió como sumo sacerdote.
i. (4:6) “y todos los que eran de la familia de los sumos sacerdotes” [kai; o\{soi h\\san
ejk gevnou" ajrcieratikou']
(1) Esto sería la familia que había descendida de Aarón, el hermano mayor de Moisés,
que era el primer sumo sacerdote de Israel.
5. (4:7) “y poniéndoles en medio, les preguntaron:” [kai; sthvsante" aujtou;" ejn tw'/ mevsw/
ejpunqavnonto]
a. (4:7) “¿Con qué potestad, o en qué nombre, habéis hecho vosotros esto?” [ejn
poiva/ dunavmei h] ejn poivw/ ojnovmati ejpoihvsate tou'to uJmei'"_]
(1) Aquí hay una aclaración del significado de la frase de hacer algo “en el nombre de”
alguien, ya que se ve sin lugar a dudas que era igual a decir “con el poder de” o
“con la autoridad de” alguien.
(4) En realidad la pregunta del concilio tenía que ver con quién les había autorizado
predicar o hacer sanidades en el recinto del templo, algo que ellos consideraron
como su propiedad personal, sobre el cual solamente ellos tenían derechos.
(5) Los saduceos debían haber sido especialmente perturbados ya que la sanidad
estaba relacionado con la predicación de la resurrección de Jesús como algo real,
y los mismos hombres demostrando poderes sobrenaturales se presentaron a sí
mismos como testigos oculares de esa realidad.
(6) No mucho tiempo antes, cuando Jesús había estado enseñando en el mismo
templo, esas mismas autoridades religiosas le habían confrontado a El con un
pregunta muy similar, una pregunta que El negó contestar.
b. Es interesante notar, tal como fue el caso en el capítulo dos, que el sermón de Pedro
era para contestar una pregunta, una duda, acerca de lo que estaba pasando.
6. (4:8) “Entonces Pedro, lleno del Espíritu Santo, les dijo:” [Tovte Pevtro" plhsqei;"
pneuvmato" aJgivou ei\\pen pro;" aujtouv"]
a. El significado de esta frase, nuevamente, es que las palabras habladas aquel día no eran
las meras palabras de Pedro, sino fueron las palabras del Espíritu Santo mismo.
b. (4:8) “Gobernantes del pueblo, y ancianos de Israel:” [a[rconte" tou' laou' kai;
presbuvteroi]
(1) La frase “de Israel” no aparece aquí en los manuscritos griegos más antiguos.
c. (4:9) “Puesto que hoy se nos interroga acerca del beneficio hecho a un hombre
enfermo, de qué manera éste haya sido sanado” [eij hJmei'" shvmeron ajnakrinovmeqa
ejpi; eujergesiva/ ajnqrwvpou ajsqenou'" ejn tivni ou|to" sevswtai]
(2) La pregunta habría sido relacionado con qué poder habían usado, y con qué
autoridad habían actuado, ya que no habían sido autorizados por esas autoridades
religiosas.
d. (4:10) “sea notorio a todos vosotros, y a todo el pueblo de Israel” [gnwsto;n e[stw
pa'sin uJmi'n kai; panti; tw'/ law'/ jIsrah;l]
(3) No fue un secreto, sino algo que Pedro quiso que todos supieran.
e. (4:10) “que en el nombre de Jesucristo de Nazaret” [o\{ti ejn tw'/ ojnovmati jIhsou'
Cristou' tou' Nazwraivou]
(2) Fue con el poder de Jesús, con la autoridad del Cristo, del Mesías, Jesús de
Nazaret, que había sido sanado el hombre, no en su propio nombre ni con su
propio poder.
(a) Nuevamente los apóstoles no dudaban en poner la culpa del asesinato del
Mesías sobre los quienes habían sido los culpables, o sea, estos mismos
hombres que les habían causado su arresto y frente quienes estaban siendo
juzgados.
(8) (4:10) “y a quien Dios resucitó de los muertos” [o\}n oJ qeo;" h[geiren ejk
nekrw'n]
f. (4:10) “por él este hombre está en vuestra presencia sano” [ejn touvtw/ ou|to"
parevsthken ejnwvpion uJmw'n uJgihv"]
(1) Vuelve a repetir que fue por el poder de Jesús, el Mesías resucitado, que ocurrió
la sanidad.
(2) Ahora Pedro cita a uno de los pasajes del Antiguo Testamento más citado en el
texto del Nuevo Testamento como referencia a este Jesús que ellos habían
matado y que había sido resucitado de los muertos.
h. (4:11) “reprobada por vosotros los edificadores” [oJ ejxouqenhqei;" uJf! uJmw'n tw'n
oijkodovmwn]
(1) Ellos habían rechazado a Jesús y habían pedido que Pilato soltara a Barrabás y que
crucificara al Mesías, tal como había sido profetizado.
(2) Claramente Pedro les estaba identificando a ellos, los líderes religiosos del pueblo
judío, como “los edificadores” [tw'n oijkodovmwn] quienes el profeta había dicho
no quisieron usar la piedra principal proveída por Dios mismo.
i. (4:11) “la cual ha venido a ser cabeza del ángulo” [oJ genovmeno" eij" kefalh;n
gwniva"]
(1) Esta frase “cabeza del ángulo” [kefalh;n gwniva"] hace referencia a la piedra
base desde la cual todo el resto del fundamento tenía sus puntos de referencia.
(2) Si ocurría que esta piedra, que representaba la esquina de referencia de toda la
construcción, se moviera, entonces toda la estructura quedaría comprometida.
j. (4:12) “Y en ningún otro hay salvación” [kai; oujk e[stin ejn a[llw/ oujdeni; hJ
swthriva]
(1) Es claro que el Espíritu Santo estaba, por la boca de Pedro, dando a saber que la
única opción para que el ser humano podría ser salvo sería en Jesús.
(a) Es notable que este concepto descarta por completo que el hombre puede
ser salvo a base que es una “buena persona” como muchos creen hoy.
(b) Es notable que este concepto descarta por completo que los sinceros que
son seguidores de otras religiones aparte del cristianismo pueden ser salvos
porque son gente sincera.
(c) Es notable que este concepto descarta por completo que los que no saben
de Cristo pueden ser salvos sin estar en El.
(d) Entonces, los que pretenden que uno puede ser salvo aparte de lo que Dios
envió con Jesús, su Mesías, son culpables de un gran error y creen en un
evangelio, o sea, una buena noticia de salvación, que no es real.
k. (4:12) “porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que
podamos ser salvos” [oujde; ga;r o[noma ejstin e\{teron uJpo; to;n oujrano;n to;
dedomevnon ejn ajnqrwvpoi" ejn w|/ dei' swqh'nai hJma'"]
(2) “Dado a los hombres” [to; dedomevnon ejn ajnqrwvpoi"] abarcaría a todos los
seres humanos, toda la humanidad en todas partes del mundo, no solamente
entre los del pueblo de Israel.
(3) Sencillamente, uno no puede ser salvo fuera de Cristo y su autoridad, su poder.
(4) Enseñar otra cosa como si fuera verdad es ser culpable de mentir, de engañar, de
hablar de parte de Dios algo contradictorio a lo dicho por Dios mismo; es hacer
que Dios sea el mentiroso y que uno mismo tenga verdad.
(11) Es por esto que Dios quiere que el evangelio sea predicado a todos, porque la
posibilidad de que ellos tengan nuevamente una reconciliación con El depende en
la sangre de Cristo.
a. (4:13) “viendo el denuedo de Pedro y de Juan” [Qewrou'nte" ... th;n tou' Pevtrou
parrhsivan kai; jIwavnnou]
(1) Esta palabra “denuedo” [parrhsivan] parece hacer referencia a una confianza
que provino del Espíritu Santo y juega un papel importante en la historia del libro
de Hechos.
(2) Estos líderes religiosos estaban sorprendidos que esto hombres de la provincia
de Galilea mostrarían el valor de enfrentarse a ellos sin miedo.
(8) Al saber uno, sin lugar a dudas, que está siendo acompañado con el poder del
Creador mismo, uno no debe faltar nunca en tener plena confianza cuando está
haciendo lo que Dios quiere que haga.
b. (4:13) “y sabiendo que eran hombres sin letras y del vulgo” [kai; katalabovmenoi
o\{ti a[nqrwpoi ajgravmmatoi eijsin kai; ijdiw'tai]
(1) Pedro y Juan eran solamente pescadores del Mar de Galilea, galileos sin mucha
educación formal, y nadie habría esperado a ellos hablar con tanta confianza ante
la corte suprema de su nación.
(2) Las autoridades habrían conocido que ellos eran galileos por su manera de hablar,
como se puede apreciar en otros pasajes.
(3) Tal como había sido el caso de Jesús, ellos no habían sido entrenados en las
escuelas de los rabíes y tampoco tuvieron puestos entre los religiosos, y el hecho
de hablar de esa manera con esa confianza frente los “doctores de la ley” les causó
una notable impresión.
(1) Era suficientemente fuera de lo normal que esos líderes del pueblo de Israel
quedaron sorprendidos.
(5) Ellos deberían haberse preguntado “¿cómo se atreverían esto hombres ignorantes
desafiar a nosotros y hablarnos de esta manera?”
d. (4:13) “y les reconocían que habían estado con Jesús” [ejpegivnwskon te aujtou;"
o\{ti su;n tw'/ jIhsou' h\\san]
(1) Lo que habían aprendido por el hecho de haber estado con Jesús, escuchándole
a El, era suficiente para dejar impresionado a éstos que supuestamente eran los
expertos religiosos de su tiempo.
(2) De la misma forma, los que se ponen en contacto con los verdaderos seguidores
de Cristo hoy en día deben quedar asombrados por el conocimiento de las cosas
divinas que pueden ver en los que solamente tienen como sus credenciales que
han estado con el Señor.
8. (4:14) “Y viendo al hombre que había sido sanado” [tovn te a[nqrwpon blevponte" ...
to;n teqerapeumevnon]
(2) La evidencia de la veracidad de las palabras de Pedro y Juan estaba allí presente
entre ellos y no había ninguna manera de refutarlo.
(3) De igual manera, la multitud que había reconocido la identidad del hombre cojo
de nacimiento, saltando y andando en el templo, habría dejado sin duda alguna la
realidad del milagro hecho.
(3) Con miles de los judíos como testigos del milagro hecho, y con el hombre sanado
parado frente a ellos, es obvio que no estaban en una posición para intentar negar
la realidad del la sanidad hecha.
a. (4:15) “les ordenaron que saliesen del concilio” [keleuvsante" de; aujtou;" e[xw tou'
sunedrivou ajpelqei'n]
(1) Esto habría sido para poder conversar del asunto en una manera privado.
(2) Necesitaban la privacidad para intentar llegar a un acuerdo sobre cómo manejar
una situación que ponía en peligro su propia autoridad y poder cuando no les era
posible negar la realidad de lo que se había hecho.
(1) (4:16) “¿Qué haremos con estos hombres?” [tiv poihvswmen toi'" ajnqrwvpoi"
touvtoi"_]
(2) (4:16) “Porque de cierto, señal manifiesta ha sido hecha por ellos” [o\{ti me;n
ga;r gnwsto;n shmei'on gevgonen di! aujtw'n]
(c) Nuevamente ellos confirmaron que eran conscientes que Pedro y Juan
habían hecho una señal con el poder divino.
(d) Sin embargo, no quisieron aceptar que el mensaje de ellos había venido de
Dios por la sencilla razón que ellos se creyeron que ellos mismos eran los
únicos que representaban a Dios frente al pueblo de Israel y no quería ceder
ese poder.
(e) (4:16) “notoria a todos los que moran en Jerusalén” [pa'sin toi'"
katoikou'sin jIerousalh;m fanero;n]
ii) No eran solamente ellos los que reconocieron que un gran milagro
había sido hecho, sino que ellos sabían que esa realidad también había
sido conocido por todo el pueblo.
ii) Es decir, ellos estaban dispuestos negar una verdad que ellos mismos
reconocieron como innegable, solamente pare evitar perder su poder
sobre otros, lo mismo que muchos líderes religiosos siguen haciendo
en el día de hoy.
iii) Es increíble que uno puede rechazar algo que reconoce como verdad
solamente por conveniencia propia, mientras pretende creer en Dios
y servirle.
(a) (4:17) “para que no se divulgue más entre el pueblo” [i\{na mh; ejpi;
plei'on dianemhqh'/ eij" to;n lao;n]
ii) Entonces, en vez de aceptar una verdad comprobada por señales, ellos
quisieron callar los mensajeros para que ellos mismos no tuvieran que
aceptar lo que ya reconocieron como innegable.
i) Esta táctica de lanzar amenazas ha sido empleado por siglos por los
que solamente tienen el deseo de mantener su propio poder sobre los
otros y que no valorizan ni a los demás ni tampoco a la verdad, sino
solamente el poder que tienen y quieren mantener.
ii) “En este nombre” [tw'/ ojnovmati touvtw/ ... ajnqrwvpwn] es,
literalmente, “en el nombre de este hombre”, en referencia a Jesús.
ix) Su principal objetivo era callarlas para que la gente no llegara a creer
en su mensaje de la resurrección a causa de la sanidad del cojo, algo
que habría quitado de estos líderes la autoridad religiosa que tanto
valorizaban, ya que ellos enseñaban que la resurrección no existía.
b. (4:18) “ni enseñasen en el nombre de Jesús” [mhde; didavskein ejpi; tw'/ ojnovmati tou'
jIhsou']
11. (4:19) “Mas Pedro y Juan respondieron diciéndoles:” [oJ de; Pevtro" kai; jIwavnnh"
ajpokriqevnte" ei\\pon pro;" aujtouv"]
a. (4:19) “Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios”
[eij divkaion ejstin ejnwvpion tou' qeou' uJmw'n ajkouvein ma'llon h] tou' qeou', krivnate]
(1) Con estas palabras se dejaba en claro una norma que extiende hasta el día de hoy
en el reino de los cielos, que las instrucciones divinas sobrepasan en importancia
a los mandatos humanos.
(2) Tal como fue el caso para ellos, uno nunca debe dejar de obedecer lo que es
mandado por Dios solamente para poder cumplir con las ordenanzas de la
jerarquía humana.
(3) Cristo es el Rey Soberano y a El uno tiene que obedecer, no a los meros hombres
que intentan robar de El su autoridad y mandar a los demás por sus propias
cuentas.
b. (4:20) “porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído” [ouj
dunavmeqa ga;r hJmei'" a\} ei[damen kai; hjkouvsamen mh; lalei'n]
(1) Era la misión de esos apóstoles, dada a ellos por el Mesías mismo, ser testigos de
estas cosas entre los hombres.
(2) Cuando uno ha sido enviado por Dios con una misión no debe dejar que la
oposición de los hombres, sea individualmente o por medio del gobierno, cause
que uno desobedezca a Dios por temor de las amenazas de los hombres.
(1) (4:21) “no hallando ningún modo de castigarles por causa del pueblo”
[mhde;n euJrivskonte" to; pw'" kolavswntai aujtouv", dia; to;n laovn]
(a) Ellos no pudieron negar lo que se había hecho ya que el pueblo también
había sido testigo del poder que los apóstoles habían demostrado, un poder
que ellos nunca habían visto de parte de esas autoridades.
(b) Si estos líderes religiosos castigaran a Pedro y Juan correrían el riesgo que
el pueblo se rebelaría en contra de ellos por tal castigo, ya que la gente sabía
que en realidad esos apóstoles habían hecho una gran señal en el nombre de
Jesús.
(c) Ese temor del pueblo, siendo ellos los líderes, era algo común en su manera
de actuar y es una característica de muy mal liderazgo.
(2) (4:21) “porque todos glorificaban a Dios por lo que se había hecho” [o\{ti
pavnte" ejdovxazon to;n qeo;n ejpi; tw'/ gegonovti]
(a) Ellos entendieron que el cojo había sido sanado por el poder divino y, como
corresponde cuando un recibe de Dios una bendición, le glorificaron por lo
que El había hecho.
(3) (4:22) “ya que el hombre en quien se había hecho este milagro de sanidad,
tenía más de cuarenta años” [ejtw'n ga;r h\\n pleiovnwn tesseravkonta oJ
a[nqrwpo" ejf! o\}n gegovnei to; shmei'on tou'to th'" ijavsew"]
(a) Es interesante que Lucas da a conocer la edad del hombre que había sido
sanado por Pedro y Juan, pero hay varias razones que pudo haber tenido
importancia en la historia.
(b) Uno debe recordar la grandeza del milagro cuando un hombre de esa edad
quien nunca en su vida había caminado fue sanado para poder, de inmediato,
empezar no solamente a caminar, sino también saltar, usando músculos que
nunca habían jamás desarrollados – algo normalmente imposible.
(c) También su edad indicaría que llevaba muchos años sentado en la puerta del
templo diariamente pidiendo limosnas de los judíos que entraban allí para
orar y habría sido conocido por miles de ellos como un hombre que desde
su nacimiento había sido cojo.
“23 Y puestos en libertad, vinieron a los suyos y contaron todo lo que los principales
sacerdotes y los ancianos les habían dicho. 24 Y ellos, habiéndolo oído, alzaron unánimes
la voz a Dios, y dijeron: Soberano Señor, tú eres el Dios que hiciste el cielo y la tierra, el
mar y todo lo que en ellos hay; 25 que por boca de David tu siervo dijiste: ¿Por qué se
amotinan las gentes, Y los pueblos piensan cosas vanas? 26 Se reunieron los reyes de la
tierra, Y los príncipes se juntaron en uno Contra el Señor, y contra su Cristo. 27 Porque
verdaderamente se unieron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús, a quien ungiste,
Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y el pueblo de Israel, 28 para hacer cuanto tu
mano y tu consejo habían antes determinado que sucediera. 29 Y ahora, Señor, mira sus
amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra, 30 mientras
extiendes tu mano para que se hagan sanidades y señales y prodigios mediante el nombre
de tu santo Hijo Jesús. 31 Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados
tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de
Dios.”
(1) Posiblemente al mismo lugar donde habían estado quedando juntos antes.
(2) “Los suyos” [tou;" ijdivou"] habría sido una referencia a los otros creyentes, o
posiblemente los otros apóstoles.
b. (4:23) “y contaron todo lo que los principales sacerdotes y los ancianos les habían
dicho” [kai; ajphvggeilan o\{sa pro;" aujtou;" oiJ ajrcierei'" kai; oiJ presbuvteroi
ei\\pan]
(1) De esa forma les relataba a ellos la misma información que Lucas incluía en su
relato de la historia.
(1) Aquí Lucas presenta una oración alzada a Dios por los creyentes cuando
escucharon de las amenazas de los lideres del pueblo judío.
(a) Es de gran interés por ser el primer ejemplo de cómo oraron los cristianos.
(b) Uno debe notar que era un oración unánime, o sea, de todos ellos.
(c) Sin embargo, se presentan aquí las palabras de la oración unánime, una muy
clara indicación de que alguien debiera haber vocalizada la oración de parte
de todo el grupo.
ii) De otra forma, sería absurdo que Lucas usara la palabra “unánimes”
[oJmoqumado;n], que significa “con una sola mente”, y el singular “la voz”
[fwnh;n] en vez de decir “las voces”.
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“HECHOS”
HECHOS ANÁLISIS DEL TEXTO PÁGINA 151
(3) También es de interés que en las palabras de su oración citaban a lo dicho por el
Espíritu Santo, confirmando nuevamente su creencia que David había sido
inspirado cuando lo escribió.
v) (4:24) “y todo lo que en ellos hay” [kai; pavnta ta; ejn aujtoi'"]
vi) Según ellos era Dios, no un proceso de evolución, que había sido el
origen del universo y los seres vivientes en ello.
(c) (4:25) “que por boca de David tu siervo dijiste:” [oJ tou' patro;" hJmw'n
ii) (4:25) “¿Por qué se amotinan las gentes” [iJnativ ejfruvaxan e[qnh]
iii) (4:25) “Y los pueblos piensan cosas vanas?” [kai; laoi; ejmelevthsan
kenav_]
vi) (4:26) “Contra el Señor, y contra su Cristo” [kata; tou' kurivou kai;
kata; tou' cristou' aujtou']
viii) Es bastante obvio que ellos entendieron que las amenazas de los
líderes religioso, como también su oposición al Mesías anteriormente,
eran los cumplimientos de las profecías de David.
ii) De la misma manera que David había profetizado que tanto los reyes
de la tierra, junto con los líderes de los judíos mismos, iban a levantarse
en contra del Cristo, también los mismos pueblos de ambos grupos
iban a estar involucrados.
(6) (4:28) “para hacer cuanto tu mano y tu consejo habían antes determinado
que sucediera” [poih'sai o\{sa hJ ceivr sou kai; hJ boulhv sou prowvrisen
genevsqai]
ii) Tampoco hace que Dios sea responsable por las acciones de ellos
mismos cuando tomaran las decisiones para llevarlas a cabo.
iii) En efecto, el hecho que Dios planea y sabe de antemano lo que los
hombres harán no le hace a El responsable cuando ellos deciden hacer
sus maldades.
iv) Dios es Soberano, pero el hombre no es un títere, sino que cada uno
tiene libre albedrío para tomar sus propias acciones.
(a) (4:29) “mira sus amenazas” [e[pide ejpi; ta;" ajpeila;" aujtw'n]
(b) (4:29) “y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu
palabra” [kai; do;" toi'" douvloi" sou meta; parrhsiva" pavsh" lalei'n to;n
lovgon sou]
ii) Al contrario, ellos solamente pidieron que les diera el valor de seguir
haciendo lo que era su deber, a pesar del peligro que enfrentaban.
a) Protección.
c) Venganza.
(c) (4:30) “mientras extiendes tu mano para que se hagan” [ejn tw'/ th;n
cei'ra sou ejkteivnein se eij" ... givnesqai]
vi) Estas cosas serían para seguir confirmando la validez del mensaje que
pidieron valor para entregar.
vii) Es notable, a pesar de pedir que Dios siguiera usando su poder para
comprobar la verdad del mensaje, que no pidieron que usara ese
mismo poder para protegerlos a ellos mientras compartían el mensaje.
(1) (4:31) “el lugar en que estaban congregados tembló” [ejsaleuvqh oJ tovpo" ejn
w|/ h\\san sunhgmevnoi]
(c) Es obvio que ellos tomaron este temblor como una señal de que Dios les
había escuchado su oración.
(2) (4:31) “y todos fueron llenos del Espíritu Santo” [kai; ejplhvsqhsan a\{pante"
tou' aJgivou pneuvmato"]
(3) (4:31) “y hablaban con denuedo la palabra de Dios” [kai; ejlavloun to;n lovgon
tou' qeou' meta; parrhsiva"]
(b) El Espíritu Santo les dio el valor que ellos habían pedido en oración.
“32 Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma; y ninguno decía
ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común. 33 Y con
gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y abundante
gracia era sobre todos ellos. 34 Así que no había entre ellos ningún necesitado; porque
todos los que poseían heredades o casas, las vendían, y traían el precio de lo vendido, 35
y lo ponían a los pies de los apóstoles; y se repartía a cada uno según su necesidad. 36
Entonces José, a quien los apóstoles pusieron por sobrenombre Bernabé (que traducido es,
Hijo de consolación), levita, natural de Chipre, 37 como tenía una heredad, la vendió y
trajo el precio y lo puso a los pies de los apóstoles.”
1. (4:32) “Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma” [Tou' de;
plhvqou" tw'n pisteusavntwn h\\n kardiva kai; yuch; miva]
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“HECHOS”
HECHOS ANÁLISIS DEL TEXTO PÁGINA 157
d. La frase “de un corazón y un alma” [h\\n kardiva kai; yuch; miva] indica una unidad
completa entre ellos en su dedicación a seguir al Mesías en el nuevo reino de los cielos.
e. (4:32) “y ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía” [Tou' de; plhvqou"
tw'n pisteusavntwn h\\n kardiva kai; yuch; miva, kai; oujde; ei|" ti tw'n uJparcovntwn
aujtw'/ e[legen i[dion ei\\nai]
(1) Ellos reconocieron, tal como uno debe reconocer todavía hoy, que lo que ellos
poseían realmente era de Dios y ellos eran solamente mayordomos, no dueños.
f. (4:32) “sino que tenían todas las cosas en común” [ajll! h\\n aujtoi'" a\{panta koinav]
(2) Esta frase “tenían todas las cosas en común” [h\\n aujtoi'" a\{panta koinav],
como se puede probar en el capítulo cinco, no significa que ellos entregaron
todos sus bienes a un pozo común, sino que tuvieron la disposición de compartir
todo con los demás.
g. (4:33) “Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del
Señor Jesús” [kai; dunavmei megavlh/ ajpedivdoun to; martuvrion oiJ ajpovstoloi th'"
ajnastavsew" tou' kurivou jIhsou']
(1) Nuevamente, eran los apóstoles los que, como testigos, podían dar testimonio
de la realidad de la resurrección.
(2) Además, eran ellos los que estaban demostrando el gran poder, no todos los
creyentes.
h. (4:33) “y abundante gracia era sobre todos ellos” [cavri" te megavlh h\\n ejpi;
pavnta" aujtouv"]
2. (4:34) “Así que no había entre ellos ningún necesitado” [oujde; ga;r ejndehv" ti" h\\n ejn
aujtoi'"]
b. (4:34) “porque todos los que poseían heredades o casas” [o\{soi ga;r kthvtore"
cwrivwn h] oijkiw'n uJph'rcon]
(a) Nuevamente, no hay ninguna indicación que el hecho de hacer esto fue
obligatorio, algo mandado por Dios a través de los apóstoles, sino algo que
cada uno hacía por el amor al prójimo.
iv) El mandato de Jesús al joven rico, que vendiera todo lo que tenía y lo
diera a los pobres...
(3) (4:35) “y lo ponían a los pies de los apóstoles” [kai; ejtivqoun para; tou;"
povda" tw'n ajpostovlwn]
(1) Conviene recordar que muchos de los que se habían convertido no tenía sus
residencias en Jerusalén pero estaban allí solamente para participar en la fiesta de
Pentecostés.
(2) Al ser que ellos, habiendo venido desde muchas diferentes partes, no contaba ni
con sus trabajos ni sus casas, era importante que los demás de los nuevos
cristianos compartieran para proveer para ellos lo que les faltaba.
(3) Es notable que no hay indicación aquí que se trataba de una repartición a todos
por porciones iguales, sino lo que claramente dice es que fue basada en las
necesidades que cada uno tenía, algo muy diferente al concepto del comunismo.
(a) Con el transcurso del tiempo algunas personas no estaban recibiendo según
sus necesidades y esto causó un problema.
(b) Esto sería algo que nunca pudo haber pasado si lo que estaban ellos
practicando, como algunos reclaman hoy, era una forma pura del
comunismo.
(a) Eran los a quienes los demás discípulos miraron como sus líderes en el
camino nuevo.
(b) Eran los que estaban enseñando a los demás, tanto los discípulos como
también los otro judíos quienes no habían aceptado todavía a Jesús como el
Mesías.
(c) Eran los que estaban haciendo señales y maravillas que comprobaban la
veracidad del mensaje y el apoyo de Dios mismo.
(d) Eran los encargados por los otros cristianos con la distribución de la ayuda
para los hermanos que padecían necesidades.
a. Aquí Lucas pone como un ejemplo de la generosidad que se estaba practicando entre
los hermanos un hombre quien iba a jugar un papel de importancia en el resto de la
historia de la expansión del evangelio a través del mundo.
b. Entre todas las figuras nombradas en el Nuevo Testamento, entre los que no eran los
apóstoles mismos, solamente Timoteo y José (Bernabé) eran personajes que
repetidamente eran resaltados por la historia inspirada por el Espíritu Santo.
c. (4:36) “a quien los apóstoles pusieron por sobrenombre Bernabé” [oJ ejpiklhqei;"
Barnaba'" ajpo; tw'n ajpostovlwn]
(1) Su nombre, entonces, era “José” [ jIwsh;f], pero como era muy común en su
tiempo, fue conocido (y nombrado en el resto del texto) con su apodo, un
sobrenombre puesto por los apóstoles mismos, “Bernabé” [Barnaba'"].
(2) (4:36) “(que traducido es, Hijo de consolación)” [o\{ ejstin meqermhneuovmenon
uiJo;" paraklhvsew"]
(a) Lo más probable es que, al ser un nombre no griego, que Lucas quería que
todos sus lectores, y no solamente los judíos, entendieran el significado del
sobrenombre puesto por los apóstoles y así lo explicaba para Teófilo y otras
personas que pudieran leer su obra.
(c) Cuando nadie confiaba en Saúl, era Bernabé quien lo llevó a los apóstoles y
lo apoyó.
(e) Cuando Bernabé fue al ayuda de los en Antioquía él buscó el exiliado Saulo
y lo llevó consigo desde Tarso a Antioquía para ayudarle.
(3) Los del tribu de Leví no habían recibido heredad cuando la tierra prometida fue
dividida entre los tribus.
(1) Entonces José no había nacido en Palestina, aunque era del tribu de Leví, sino en
la isla de Chipre.
(2) Chipre era una de las islas más grandes en el Mar Mediterráneo.
(3) Colonias de judíos había estado viviendo allí por lo menos desde el tiempo de los
Macabeos, o sea, por lo menos dos siglos antes de la historia de Hechos 4.
(4) Era una de las primeras partes visitadas por Pablo, Bernabé y Juan Marcos en su
(5) Entonces, tal como Pablo mismo, Bernabé era un judío de la dispersión, con un
trasfondo del mundo gentil – algo que les ayudaría a ambos de ellos en sus
misiones posteriores entre los gentiles.
(1) Aunque la RV-1960 utiliza la palabra “heredad” la palabra usada por Lucas
[ajgrou'] solamente significa “campo” como se puede ver claramente en otros
textos donde la misma palabra griega se usa.
(f) Al contrario, la palabra usada por Lucas para describir lo vendido por
Ananías y Safira, en Hechos 5:2, no es la misma palabra griega, sino [kth'ma]
“una posesión”.
(2) El hecho, al ser de Chipre y no nativo de Palestina, que Bernabé era dueño de
propiedades en Judea puede indicar que haya sido un hombre rico.
(5) (4:37) “y lo puso a los pies de los apóstoles” [kai; e[qhken pro;" tou;" povda"
tw'n ajpostovlwn]
“1 Pero cierto hombre llamado Ananías, con Safira su mujer, vendió una heredad, 2 y
sustrajo del precio, sabiéndolo también su mujer; y trayendo sólo una parte, la puso a los
pies de los apóstoles. 3 Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que
mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad? 4 Reteniéndola, ¿no se
te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón?
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“HECHOS”
HECHOS ANÁLISIS DEL TEXTO PÁGINA 163
No has mentido a los hombres, sino a Dios. 5 Al or Ananías estas palabras, cayó y expiró.
Y vino un gran temor sobre todos los que lo oyeron. 6 Y levantándose los jóvenes, lo
envolvieron, y sacándolo, lo sepultaron. 7 Pasado un lapso como de tres horas, sucedió que
entró su mujer, no sabiendo lo que había acontecido. 8 Entonces Pedro le dijo: Dime,
¿vendisteis en tanto la heredad? Y ella dijo: Sí, en tanto. 9 Y Pedro le dijo: ¿Por qué
convinisteis en tentar al Espíritu del Señor? He aquí a la puerta los pies de los que han
sepultado a tu marido, y te sacarán a ti. 10 Al instante ella cayó a los pies de él, y expiró;
y cuando entraron los jóvenes, la hallaron muerta; y la sacaron, y la sepultaron junto a su
marido. 11 Y vino gran temor sobre toda la iglesia, y sobre todos los que oyeron estas
cosas.”
1. (5:1) “Pero cierto hombre llamado Ananías, con Safira su mujer” [ jAnh;r dev ti"
JAnaniva" ojnovmati su;n sapfivrh/ th'/ gunaiki; aujtou']
a. Aparte de esta historia nada se sabe de esta pareja, ya que el texto no provee mayores
datos sobre ellos.
b. Sin embargo, esta historia presenta la primera vez en la historia de la iglesia que los
cristianos comitieron pecados, y da a conocer la identidad de los culpables, dejando
para ellos un legado casi tan malo como el legado de Judas Iscariote mismo.
(1) Seguramente este no fue el primer pecado comitido entre los nuevos cristianos,
sino solamente la primera vez que el Espíritu Santo haya inspirado algo así en el
relato de Lucas.
(2) Se dio a conocer con el fin de advertir a los demás de las grandes consecuencias
de intentar engañar a Dios y a los hijos de El.
(3) Es una historia interesante en el sentido que se puede apreciar aquí una acción
de caridad y de solidaridad siendo usado con motivos malos, para sacar ventaja
personal de algo que en sí era bueno.
(4) Parece que habían dos factores, ambos comunes todavía en el día de hoy, que les
llevaron a ellos a cometer estos pecados con consecuencias tan trágicas para ellos
mismos.
(2) Ellos, entonces, vendieron alguna propiedad que les pertenecía, tal como había
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“HECHOS”
HECHOS ANÁLISIS DEL TEXTO PÁGINA 164
(b) Era, también, algo en que los dos estuvieron implicados, de acuerdo en lo
que iban a hacer para engañar a los demás.
(2) (5:2) “y trayendo sólo una parte” [kai; ejnevgka" mevro" ti]
(a) El texto no indica que parte, si fue la mayor o la menor parte, solamente que
no fue todo el precio de la venta.
(b) El punto era que ellos pretendían que era la totalidad del precio cuando en
realidad era solamente una parte del precio.
(c) Su pecado no fue en que solamente trajeron una parte del precio, sino fue
la mentira de pretender que era la totalidad de precio de la venta.
(3) (5:2) “la puso a los pies de los apóstoles” [para; tou;" povda" tw'n ajpostovlwn
e[qhken]
(b) En esta ocasión, entonces, lo que pasó era lo mismo que había sido hecho
por Bernabé y los otros ya mencionados, al ser una ofrenda voluntaria para
suplir las necesidades de otros de los creyentes.
a. (5:3) “Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón” [ JAnaniva, dia; tiv ejplhvrwsen
oJ satana'" th;n kardivan sou]
(6) Sin lugar a dudas Pedro no pudo haber sabido esto por su propia cuenta sino que
debería haber sido informado por el Espíritu Santo mismo.
(7) (5:3) “para que mintieses al Espíritu Santo” [yeuvsasqai se to; pneu'ma to;
a\{gion]
(8) (5:3) “y sustrajeses del precio de la heredad?” [kai; nosfivsasqai ajpo; th'"
timh'" tou' cwrivou_]
(b) Nuevamente, la palabra que Lucas usaba [tou' cwrivou] no era la palabra
normal para una heredad, sino que solamente significa “un campo”, la misma
palabra que había usado anteriormente referente al terreno comprado con
el dinero de la sangre de Cristo.
(9) (5:4) “Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti?” [oujci; mevnon soi; e[menen]
(a) Aquí hay evidencia indudable que ellos no tenían ninguna obligación vender
sus propiedades y dar el dinero a la iglesia.
(b) No era necesario vender porque era suya la propiedad y nadie estaba
obligando a los cristianos entregar todo a una comunidad, como insisten los
que intentan hacer de la vida cristiana primitiva una forma del comunismo.
(10) (5:4) “y vendida, ¿no estaba en tu poder?” [kai; praqe;n ejn th'/ sh'/ ejxousiva/
uJph'rcen_]
b. (5:4) “¿Por qué pusiste esto en tu corazón?” [tiv o\{ti e[qou ejn th'/ kardiva/ sou to;
pra'gma tou'to_]
(2) (5:4) “No has mentido a los hombres, sino a Dios” [oujk ejyeuvsw ajnqrwvpoi"
ajlla; tw'/ qew']/
(a) Si uno comparara las palabras aquí con las que Pedro usó en versículo tres
tendría que llegar a las siguientes conclusiones.
3. (5:5) “Al oír Ananías estas palabras, cayó y expiró” [ajkouvwn de; oJ JAnaniva" tou;"
lovgou" touvtou" pesw;n ejxevyuxen]
c. (5:5) “Y vino un gran temor sobre todos los que lo oyeron” [kai; ejgevneto fovbo"
mevga" ejpi; pavnta" tou;" ajkouvonta"]
(a) El concepto de un entierro inmediato, aun sin avisar a sus seres queridos
más íntimos, parece muy extraño en los tiempos modernos.
4. (5:7) “Pasado un lapso como de tres horas, sucedió que entró su mujer, no sabiendo
lo que había acontecido” [ jEgevneto de; wJ" wJrw'n triw'n diavsthma kai; hJ gunh; aujtou'
mh; eijdui'a to; gegono;" eijsh'lqen]
(1) (5:8) “Dime, ¿vendisteis en tanto la heredad?” [eijpev moi, eij tosouvtou to;
cwrivon ajpevdosqe_]
(a) Aunque ella no sabía lo que acababa de pasar a su marido, ella sí sabía el
precio en el cual habían vendido la propiedad.
(b) Ya que la cifra dicha por Pedro era solamente una parte del precio real, era
lo que ellos habían acordado pretender como si fuera el precio en su
totalidad.
(c) Por esa razón, tanto como su marido, su respuesta a la pregunta de Pedro
hacía de ella también una mentirosa intentando engañar a los apóstoles.
(e) Así que, las palabras de ella, tal como las de su marido, eran mentirosas.
(1) (5:9) “¿Por qué convinisteis en tentar al Espíritu del Señor?” [tiv o\{ti
sunefwnhvqh uJmi'n peiravsai to; pneu'ma kurivou_]
(a) El reconoce que ellos habían hecho un acuerdo para mentir y que ella,
entonces, era tan culpable como su marido.
(b) Es notable, referente a lo que ellos conspiraron hacer, que Lucas usaba tres
diferentes frases descriptivas.
ii) En versículo cuatro dice “no has mentido a los hombres, sino a
Dios” [oujk ejyeuvsw ajnqrwvpoi" ajlla; tw'/ qew']/ .
iii) En versículo ocho dice “tentar el Espíritu del Señor” [peiravsai to;
pneu'ma kurivou].
iv) Estas frases paralelas, todas hablando de las mismas acciones de esa
pareja, llevan a uno a poder concluir que el Espíritu Santo es divino y
es también el Espíritu de Cristo, ya que Lucas continuamente usa esa
palabra “Señor” [kurivou] para referirse a Jesús.
(c) Que fue una cosa muy peligrosa poner a prueba al Espíritu, es decir,
“tentar al Espíritu del Señor” [peiravsai to; pneu'ma kurivou] no
solamente se demuestra con las consecuencias relatadas en esta historia,
sino también en otros pasajes bíblicos.
(2) (5:9) “He aquí a la puerta los pies de los que han sepultado a tu marido, y
te sacarán a ti” [ijdou; oiJ povde" tw'n qayavntwn to;n a[ndra sou ejpi; th'/ quvra/
kai; ejxoivsousin se]
(a) Ella todavía no sabía que su marido había muerto, aunque unos tres horas
habían pasado y ya le habían sepultado los jovenes.
d. (5:10) “Al instante ella cayó a los pies de él, y expiró” [e[pesen de; paracrh'ma
pro;" tou;" povda" aujtou' kai; ejxevyuxen]
(2) (5:10) “y cuando entraron los jóvenes” [eijselqovnte" de; oiJ neanivskoi]
5. (5:11) “Y vino gran temor sobre toda la iglesia, y sobre todos los que oyeron estas
cosas” [kai; ejgevneto fovbo" mevga" ejf! o\{lhn th;n ejkklhsivan kai; ejpi; pavnta" tou;"
ajkouvonta" tau'ta]
c. Este temor habría sido el resultado natural de haber visto el poder divino actuando a
través de los apóstoles.
d. Sin embargo, también era el resultado de saber que Dios no estaba dispuesto aguantar
intentos para ser engañoso de parte de los que pretendieron servirle y que El daba a
los apóstoles el poder para distinguir entre la verdad y el engaño.
e. El temor, obviamente, era que ellos también podían caer muertos si intentaron poner
a prueba a Dios.
“12 Y por la mano de los apóstoles se hacían muchas señales y prodigios en el pueblo; y
estaban todos unánimes en el pórtico de Salomón. 13 De los demás, ninguno se atrevía a
juntarse con ellos; mas el pueblo los alababa grandemente. 14 Y los que creían en el Señor
aumentaban más, gran número así de hombres como de mujeres; 15 tanto que sacaban
los enfermos a las calles, y los ponían en camas y lechos, para que al pasar Pedro, a lo
menos su sombra cayese sobre alguno de ellos. 16 Y aun de las ciudades vecinas muchos
venían a Jerusalén, trayendo enfermos y atormentados de espíritus inmundos; y todos eran
sanados.”
1. (5:12) “Y por la mano de los apóstoles” [Dia; de; tw'n ceirw'n tw'n ajpostovlwn]
a. (5:12) “se hacían muchas señales y prodigios en el pueblo” [ejgivneto shmei'a kai;
tevrata polla; ejn tw'/ law']/
(d) Obviamente la gente, al saber lo que les había pasado a Ananías y Safira,
habrían tomado también sus muertes como una señal del poder divino
actuando a través de los apóstoles.
(3) Compare también con muchas otras referencias en el texto a las señales hechas
por el poder de Dios a través de los apóstoles.
(1) Esta frase debe entenderse, según el contexto, como una referencia a los
apóstoles, no a todos los cristianos, como se puede ver en las palabras de los
próximos versículos.
(2) Sin embargo, una clara demostración del poder divino, y la necesidad de la
trasparencia entre los hermanos, lejos de dividir el grupo, logró aún más unidad
entre ellos.
(4) “El pórtico de Salomón” [th'/ stoa'/ Solomw'nto"] era el mismo lugar donde
Jesús había afirmado su divinidad y donde todos se había juntado la multitud
después de la sanidad del cojo por las manos de Pedro y Juan.
a. Esta frase hace distinción entre los doce mencionados en el versículo anterior y los
otros, tantos los cristianos como también otros que todavía no eran creyentes.
(1) Esto era, obviamente, un resultado del miedo por haber sabido de las muertes
de Ananías y Safira por haber intentado engañar a los apóstoles.
(3) Es obvio, entonces, que uno no debe llegar a tomar esta frase para significar que
nadie estaba juntandose a la iglesia, porque contradeciría lo dicho claramente en
el versículo catorce.
(1) Sin embargo, a pesar del temor causado por las grandes señales hechas por ellos,
todos tenían a los apóstoles en alta estima.
(5) Es interesante que el texto aquí es claro en decir que eran los apóstoles que toda
la gente alababa, no a Dios, a pesar de lo que Pedro y Juan habían aclarado
anteriormente.
3. (5:14) “Y los que creían en el Señor aumentaban más, gran número así” [ma'llon de;
prosetivqento pisteuvonte" tw'/ kurivw/, plhvqh]
b. Al saber de la historia de Ananías y Safira y ver los otros grandes milagros hechos por
los apóstoles muchas personas llegaron a la conclusión que estas obras divinas eran
confirmaciones de la veracidad del mensaje de los apóstoles acerca de Jesús como el
Mesías y dedicaron sus vidas a servirle a El.
(1) Uno debe tomar en cuenta que la referencia anterior a la cantidad de creyentes
en Jerusalén era solamente el número de varones.
(3) Ahora, claramente dice que eran multiplicados aún más el número de los
creyentes, tantos hombres como también mujeres.
(4) Sin lugar a dudas este tipo de lenguaje, junto con las cifras dadas anteriormente
(de unos tres mil el mismo día de Pentecostés y luego unos cinco mil varones),
deja constancia de un número de creyentes en la ciudad de Jerusalén mucho más
allá que los diez mil.
(5) Algunos, juntando esta información con las palabras de Hechos 6:1-2, llegan a
concluir que pudieran haber habido cincuenta mil seguidores del Mesías (o más)
antes de la dispersión que ocurriría después de la muerte de Esteban.
(2) Sin embargo, a partir de este versículo se puede afirmar con mucha certeza que
entre ellos existieron muchas damas fieles al Mesías, las cuales pasarían a cumplir
roles importantes en el relato de Lucas.
f. (5:15) “tanto que sacaban los enfermos a las calles” [w\{ste kai; eij" ta;" plateiva"
ejkfevrein tou;" ajsqenei'"]
g. (5:15) “y los ponían en camas y lechos” [kai; tiqevnai ejpi; klinarivwn kai;
krabavttwn]
(a) Como ha sido el caso anteriormente en la historia contada por Lucas, Pedro
nuevamente sobresale en el relato.
(b) Ya que Lucas solamente hace referencia a Pedro no hay manera de saber si
este fenómeno era también aplicable a los otros apóstoles o no, pero es
muy posible.
(3) (5:15) “a lo menos su sombra cayese sobre alguno de ellos” [ka;n hJ skia;
ejpiskiavsh/ tini; aujtw'n]
(e) Es obvio en todos estos casos mencionados aquí en este relato, y también
en estos otros pasajes citados, que no era un asunto de poderes milagrosos
de la ropa o la sombra, sino evidencia del poder divino que estaba actuando
a través de Jesús o sus apóstoles.
4. (5:16) “Y aun de las ciudades vecinas muchos venían a Jerusalén” [sunhvrceto de; kai;
to; plh'qo" tw'n pevrix povlewn jIerousalh;m]
(1) Aunque el texto no indica que todos los que trajeron enfermos para ser sanados
eran discípulos de Cristo, lo que es obvio es que por lo menos todos ellos habían
oído de los grandes milagros ocurriendo por las manos de los apóstoles.
(2) Es notable que no eran solamente algunos de estas personas enfermas y con
espíritus inmundos que fueron sanadas, sino todos ellos.
(3) Era una demostración innegable del poder de Dios actuando a través de Pedro
y los demás de los apóstoles, algo indisputable.
“17 Entonces levantándose el sumo sacerdote y todos los que estaban con él, esto es, la
secta de los saduceos, se llenaron de celos; 18 y echaron mano a los apóstoles y los
pusieron en la cárcel pública. 19 Mas un ángel del Señor, abriendo de noche las puertas
de la cárcel y sacándolos, dijo: 20 Id, y puestos en pie en el templo, anunciad al pueblo
todas las palabras de esta vida. 21 Habiendo oído esto, entraron de mañana en el templo,
y enseñaban. Entre tanto, vinieron el sumo sacerdote y los que estaban con él, y
convocaron al concilio y a todos los ancianos de los hijos de Israel, y enviaron a la cárcel
para que fuesen traídos. 22 Pero cuando llegaron los alguaciles, no los hallaron en la
cárcel; entonces volvieron y dieron aviso, 23 diciendo: Por cierto, la cárcel hemos hallado
cerrada con toda seguridad, y los guardas afuera de pie ante las puertas; mas cuando
abrimos, a nadie hallamos dentro. 24 Cuando oyeron estas palabras el sumo sacerdote y
el jefe de la guardia del templo y los principales sacerdotes, dudaban en qué vendría a
parar aquello. 25 Pero viniendo uno, les dio esta noticia: He aquí, los varones que pusisteis
en la cárcel están en el templo, y enseñan al pueblo. 26 Entonces fue el jefe de la guardia
con los alguaciles, y los trajo sin violencia, porque temían ser apedreados por el pueblo. 27
Cuando los trajeron, los presentaron en el concilio, y el sumo sacerdote les preguntó, 28
diciendo: ¿No os mandamos estrictamente que no enseñaseis en ese nombre? Y ahora
habéis llenado a Jerusalén de vuestra doctrina, y queréis echar sobre nosotros la sangre de
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HECHOS ANÁLISIS DEL TEXTO PÁGINA 175
ese hombre. 29 Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios
antes que a los hombres. 30 El Dios de nuestros padres levantó a Jesús, a quien vosotros
matasteis colgándole en un madero. 31 A éste, Dios ha exaltado con su diestra por Príncipe
y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados. 32 Y nosotros somos
testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que le
obedecen. 33 Ellos, oyendo esto, se enfurecían y querían matarlos. 34 Entonces
levantándose en el concilio un fariseo llamado Gamaliel, doctor de la ley, venerado de todo
el pueblo, mandó que sacasen fuera por un momento a los apóstoles, 35 y luego dijo:
Varones israelitas, mirad por vosotros lo que vais a hacer respecto a estos hombres. 36
Porque antes de estos días se levantó Teudas, diciendo que era alguien. A éste se unió un
número como de cuatrocientos hombres; pero él fue muerto, y todos los que le obedecían
fueron dispersados y reducidos a nada. 37 Después de éste, se levantó Judas el galileo, en
los días del censo, y llevó en pos de sí a mucho pueblo. Pereció también él, y todos los que
le obedecían fueron dispersados. 38 Y ahora os digo: Apartaos de estos hombres, y dejadlos;
porque si este consejo o esta obra es de los hombres, se desvanecerá; 39 mas si es de Dios,
no la podréis destruir; no seáis tal vez hallados luchando contra Dios. 40 Y convinieron con
él; y llamando a los apóstoles, después de azotarlos, les intimaron que no hablasen en el
nombre de Jesús, y los pusieron en libertad. 41 Y ellos salieron de la presencia del concilio,
gozosos de haber sido tenidos por dignos de padecer afrenta por causa del Nombre. 42 Y
todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo.”
a. Esta frase “el sumo sacerdote” [oJ ajrciereu;"] puede referirse a uno de dos
diferentes individuos:
(1) El actual sumo sacerdote, Caifás, nombrado al puesto por los romanos y que
servía en el rol desde el año 18 hasta del año 36 D.C..
(2) El que llevaba el poder entre el pueblo judío, Anás, el suegro de Caifás, quien
había servido en el puesto oficial entre los años 6 y 15 D.C., antes de ser
removido por el poder romano.
(3) Compare con Hechos 4:6 y los apuntes relevante a ese pasaje.
b. (5:17) “y todos los que estaban con él” [kai; pavnte" oiJ su;n aujtw']/
(1) (5:17) “esto es, la secta de los saduceos” [hJ ou\\sa ai\{resi" tw'n Saddoukaivwn]
(2) Aquí se puede apreciar claramente que los saduceos eran, en aquel tiempo, los
que ejercitaban el control religioso entre el pueblo judío.
(1) Esto venía del hecho que la gente, no solamente en Jerusalén sino también en
todos los pueblos alrededor, recurrieron a los apóstoles como los portavoces de
la palabra de Dios y no a ellos.
d. (5:18) “y echaron mano a los apóstoles” [kai; ejpevbalon ta;" cei'ra" ejpi; tou;"
ajpostovlou"]
e. (5:18) “y los pusieron en la cárcel pública” [kai; e[qento aujtou;" ejn thrhvsei
dhmosiva/]
(1) Esta era la segunda vez que fueron encarcelados por el sumo sacerdote y los
saduceos, pero esta vez parece haber sido todos los apóstoles y no solamente
Pedro y Juan como la primera vez.
2. (5:19) “Mas un ángel del Señor abriendo de noche las puertas de la cárcel y
sacándolos, dijo:” [ [Aggelo" de; kurivou dia; nukto;" ajnoivxa" ta;" quvra" th'" fulakh'"
ejxagagwvn te aujtou;" ei\\pen]
a. La frase “ángel del Señor” [ [Aggelo" de; kurivou] hace referencia a un enviado del
Señor que traía un mensaje de El o quien venía de parte de El para cumplir una función
por la cual había sido enviado.
(2) Aún el hecho de usar la frase habría sido un insulto a los saduceos que no
creyeron en los ángeles, y es notable que Dios haya usado este método para
librar a los apóstoles de la cárcel donde habían sido mandados por mandato de
los saduceos.
ii) Es interesante que los saduceos dijeron creer en los libros de Moisés,
el pentateuco, pero rechazaron creer que Dios le había enviado un
mensajero celestial en la historia que Moisés mismo contaba acerca de
su llamamiento.
iii) Es lo mismo que muchos hacen hoy cuando dicen creer en el texto
inspirado pero cuando partes de aquel texto dice algo diferente a lo
que quieren creer lo rechazan, como, por ejemplo, que el bautismo
que ellos predicaron y practicaron era para conseguir el perdón de
pecados.
ii) Es interesante notar las diferentes frases utilizaban por Lucas en esta
historia.
ii) En este pasaje Lucas utiliza la frase “un ángel de Dios” [a[ggelon tou'
qeou'] en vez de la frase “el ángel del Señor” [a[ggelo" kurivou].
ii) Cinco diferentes veces en este pasaje Lucas utiliza la palabra “ángel”
[a[ggelo"].
ii) Dice que fue “un ángel del Señor” [a[ggelo" kurivou] que hirió a
Herodes y causó su muerte.
ii) Dice que fue el “ángel de Dios” [ a[ggelo" tou' qeou'] que le comunicó
a Pablo que nadie iba a morir en el naufragio.
(5) Sin embargo, el sumo sacerdote y los otros de la secta de los saduceos negaban
creer en la existencia de los ángeles mientras pretendían creer en Dios y también
en Moisés y los cosas escritas por él.
c. (5:20) “Id, y puestos en pie en el templo” [poreuvesqe kai; staqevnte" ... ejn tw'/
iJerw']
(4) Aunque recién librados de la cárcel, las instrucciones del ángel eran que volvieran
al lugar más público de toda la ciudad para pararse allí y seguir enseñando al
pueblo, algo que obviamente sería un desafío a las autoridades religiosas.
d. (5:20) “anunciad al pueblo todas las palabras de esta vida” [lalei'te ... tw'/ law'/
pavnta ta; rhvmata th'" zwh'" tauvth"]
(7) Dios, a pesar de la oposición de parte del liderazgo religioso de los judíos, quiso
que todo el pueblo tuviera la oportunidad de saber del camino de la vida en su
totalidad.
a. (5:21) “entraron de mañana en el templo” [eijsh'lqon uJpo; to;n o[rqron eij" to;
iJero;n]
(5) Esto habría sido en la hora que se juntaban los judíos para orar en la mañana.
(6) Así que, librados por el ángel durante la noche, y habiendo recibido instrucciones
de él, ellos no dudaban ni demoraban en cumplir lo mandado por Dios.
(1) Era el propósito al cual habían sido encargados por el Señor mismo.
4. (5:21) “Entre tanto, vinieron el sumo sacerdote y los que estaban con él”
[Paragenovmeno" de; oJ ajrciereu;" kai; oiJ su;n aujtw']/
f. (5:21) “y enviaron a la cárcel para que fuesen traídos” [kai; ajpevsteilan eij" to;
desmwthvrion ajcqh'nai aujtouv"]
(1) Obviamente el concilio no estaba reunido en la parte del sitio del templo donde
ya estaban enseñando los apóstoles porque esperaban encontrarlos todavía en
la cárcel.
5. (5:22) “Pero cuando llegaron los alguaciles” [oiJ de; paragenovmenoi uJphrevtai]
d. (5:22) “no los hallaron en la cárcel” [oujc eu|ron aujtou;" ejn th'/ fulakh']/
(1) Esto era porque, durante la noche, sin que ellos supieron, el ángel les había
librado de la cárcel.
(2) Uno puede imaginar la sorpresa y el miedo que ellos debieron haber sentido
cuando no los encontraron en la cárcel donde ellos mismos los habían encerrados
la tarde anterior.
(1) (5:23) “Por cierto, la cárcel hemos hallado cerrada con toda seguridad” [o\{ti
to; desmwthvrion eu\{romen kekleismevnon ejn pavsh/ ajsfaleiva/]
(2) (5:23) “y los guardas afuera de pie ante las puertas” [kai; tou;" fuvlaka"
eJstw'ta" ejpi; tw'n qurw'n]
(3) (5:23) “mas cuando abrimos, a nadie hallamos dentro” [ajnoivxante" de; e[sw
oujdevna eu\{romen]
(4) Si uno se encuentra, como ellos, con esta situación, solamente quedan dos
opciones, dos posibilidades.
(b) Algún poder sobrenatural había sacado a los encarcelados sin que nadie
supiera.
6. (5:24) “Cuando oyeron estas palabras” [wJ" de; h[kousan tou;" lovgou" touvtou"]
(1) Esta frase “el sumo sacerdote” no aparece en este versículo en los manuscritos
griegos de mayor edad y confianza.
(2) Sin embargo, a pesar de no ser parte del texto, conforme a la información dada
en los versículos anteriores, y posteriores, es obvio que él también estuvo
presente.
(3) Aún si la frase estuviera en el texto original de igual manera estaría en tela de
juicio si sería una referencia a Anás o a Caifás, ya que, como se ha demostrado
antes, el texto en otras partes refiere a ambos de ellos con la designación “sumo
sacerdote”.
d. (5:24) “dudaban en qué vendría a parar aquello” [dihpovroun peri; aujtw'n tiv a]n
gevnoito tou'to]
(1) Es interesante que su duda no tenía que ver con lo que había pasado, sino con la
implicaciones de ello.
(a) Deja la impresión que ya tenían claro lo que había pasado, que Dios, de
alguna forma u otra, había librado a los que anteriormente habían hecho
tantas maravillas en el nombre de Jesús.
(b) Al contrario, su preocupación tenía que ver con las implicaciones, los
impactos, las consecuencias que esa realidad iba a tener en sus propias vidas
y en su autoridad sobre el pueblo.
(2) Uno debe recordar que ellos todavía no sabían que los apóstoles estaban
nuevamente enseñando en el templo en rebeldía a lo que ellos mismos les habían
7. (5:25) “Pero viniendo uno, les dio esta noticia:” [paragenovmeno" dev ti" ajphvggeilen
aujtoi'"]
a. (5:25) “He aquí, los varones que pusisteis en la cárcel” [o\{ti ijdou; oiJ a[ndre" ou\}"
e[qesqe ejn th'/ fulakh']/
8. (5:26) “Entonces fue el jefe de la guardia con los alguaciles” [Tovte ajpelqw;n oJ
strathgo;" su;n toi'" uJphrevtai"]
a. (5:26) “y los trajo sin violencia” [h\\gen aujtou;" ouj meta; biva"]
(1) (5:26) “porque temían ser apedreados por el pueblo” [ejfobou'nto ga;r to;n
lao;n mh; liqasqw'sin]
(2) Tal como había sido el caso con Juan el Bautista, y también con Jesús, estos líderes
religiosos no estuvieron de acuerdo con el pueblo que ellos intentaban gobernar.
(3) Mientras que el pueblo los aceptaba a ambos como profetas sus líderes religiosos
negaban aceptar esta realidad, pero por causa de su temor a la reacción del
pueblo en contra de ellos, ellos mismos no actuaron conforme a sus propias
creencias.
(2) Obviamente esa pregunta no estaba buscando información, sino fue una pregunta
retórica para hacer una declaración del mandato que les habían dado a los
apóstoles anteriormente.
c. (5:28) “y queréis echar sobre nosotros la sangre de ese hombre” [kai; bouvlesqe
ejpagagei'n ejf! hJma'" to; ai|ma tou' ajnqrwvpou touvtou]
(1) Es interesante que ellos hayan dicho esto como si ellos no fueran los culpables,
cuando en la realidad ellos mismos habían asumido la culpa para sí mismos y para
sus hijos en el momento de pedir, frente a Pilato, la crucifixión de Jesús.
(a) En este pasaje el texto es claro en decir que ellos mismos habían aceptado,
junto con todo el pueblo, la sangre de Jesús.
(b) Entonces, era totalmente justo de parte de los apóstoles echar sobre ellos
ya que ellos mismos habían aceptado esa responsabilidad.
10. (5:29) “Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron:” [ajpokriqei;" de; Pevtro" kai; oiJ
ajpovstoloi ei\\pan]
a. (5:29) “Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres” [peiqarcei'n dei'
qew'/ ma'llon h] ajnqrwvpoi"]
(2) Este concepto debe ser la base de la vida de todas las personas que pretenden
seguir a Jesús.
b. (5:30) “El Dios de nuestros padres levantó a Jesús” [oJ qeo;" tw'n patevrwn hJmw'n
h[geiren jIhsou'n]
(g) También ellos volvieron a repetir la realidad de que los del concilio mismo
eran los que asesinaron a Jesús.
d. (5:31) “Dios ha exaltado con su diestra por Príncipe y Salvador” [oJ qeo;" ajrchgo;n
kai; swth'ra u\{ywsen th'/ dexia'/ aujtou']
(4) Las palabras “Príncipe y Salvador” [ajrchgo;n kai; swth'ra] claramente habrían
sido reconocidas como una identificación de Jesús como el Mesías.
(5) (5:31) “para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados” [tou' dou'nai
metavnoian tw'/ jIsrah;l kai; a[fesin aJmartiw'n]
(b) El propósito, según las palabras de los apóstoles aquí, para el cual Jesús fue
exaltado después de su muerte, era para conceder arrepentimiento y
perdón de pecados.
(c) Es obvio, entonces, que no había sido concedido esto antes de se exaltación
a la diestra de Dios o no pudo haber sido “para dar”[tou' dou'nai] esto a
Israel.
e. (5:32) “Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas” [kai; hJmei'" ejsmen
f. (5:32) “y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que le obedecen”
[kai; to; pneu'ma to; a\{gion o\} e[dwken oJ qeo;" toi'" peiqarcou'sin aujtw']/
(1) Aquí los apóstoles citaron el Espíritu Santo como testigo juntamente con ellos, de
la realidad de las cosas que habían ocurrido, algo que en sí debería haber
molestado aun más a esos saduceos que no aceptaron ni la existencia de los
espíritus.
(10) Conviene recordar que ellos acababan de decir que ellos tenían que obedecer a
Dios y no a los hombres y ahora estaban enfatizando la diferencia entre los
obedientes a Dios y los demás (como el mismo Sanedrín) que rechazaban a los
mandatos divinos.
(11) La frase “el cual ha dado Dios a los que le obedecen” [o\} e[dwken oJ qeo;" toi'"
peiqarcou'sin aujtw']/ es importante por varias razones.
(a) Primero, los apóstoles aquí dicen que Dios “ha dado” [e[dwken] el Espíritu,
algo ya hecho, y no dicen que “está dando”, como si fuera algo todavía en
progreso.
i) Esto significa que el Espíritu Santo, un ser, ya había sido dado anterior
al momento de esta defensa apostólica frente al Sanedrín.
ii) Esto significa que sus palabras aquí concuerdan en su totalidad con lo
dicho por ellos en el día de Pentecostés, cuando anunciaron que se
había cumplido lo profetizado por el profeta Joel, que Dios iba a
derramar su Espíritu sobre toda carne.
(b) Segundo, ellos afirman aquí que, a pesar de haber derramado su Espíritu
sobre toda carne, Dios le había dado El para “los que le obedecen” [toi'"
peiqarcou'sin aujtw']/ .
iii) Entonces esto significa la verdad que no todas sacarían provecho del
derramamiento del Espíritu Santo, sino solamente los que obedecen a
Dios.
iv) En síntesis, Dios dio su Espíritu de una vez para todos, de la misma
forma que Jesús dio su sangre de una vez para todos.
11. (5:33) “Ellos, oyendo esto, se enfurecían y querían matarlos” [OiJ de; ajkouvsante"
dieprivonto kai; ejbouvlonto ajnelei'n aujtouv"]
a. Al enfrentarse con esa lógica y su propia culpa la única reacción de esos líderes
religiosas era querer ejecutar a los apóstoles para poderles callar.
b. Este tipo de reacción de parte de los lideres religiosos de los judíos, de enrabiarse y
querer recurrir a la violencia extrema, era bastante común.
c. Lo mismo suele ocurrir también entre los del día de hoy que no pueden refutar la
verdad pero que no están dispuestos a recibirla y aceptarla.
e. En realidad, frente a la verdad divina hay solamente dos reacciones posibles para una
persona.
(2) Uno tiene la opción de pelear en contra de la verdad recibida porque uno mismo
no está dispuesto a humillarse frente a su Creador.
(1) El no era uno de los saduceos, sino del partido opositor, un fariseo, uno que
habría creído tanto en los espíritus, como también en los ángeles y en la
resurrección de los muertos.
(2) El era el líder de los fariseos y el rabí más famoso de su tiempo y tenía
considerable influencia aún en el Sanedrín.
(3) Muchos piensan que él era el nieto de Hilel, uno de los líderes de los fariseos y
fundador de una escuela de rabíes en la primera parte del primer siglo.
(5) El apóstol Pablo daba a conocer que él mismo había sido un alumno de ese
maestro tan conocido entre los judíos.
(1) Muchos de la secta de los fariseos no pudieron haber contado con la alta estima
de parte del pueblo en sí, pero Gamaliel tenía su respeto.
e. (5:34) “mandó que sacasen fuera por un momento a los apóstoles, y luego dijo:”
[ejkevleusen e[xw bracu; tou;" ajnqrwvpou" poih'sai 35ei\\pen te pro;" aujtouv"]
(3) (5:35) “mirad por vosotros lo que vais a hacer respecto a estos hombres”
[prosevcete eJautoi'" ejpi; toi'" ajnqrwvpoi" touvtoi" tiv mevllete pravssein]
(a) No hay evidencia que haya estado a favor de los apóstoles, solamente que
quiso proseguir con calma y no correr el riesgo de cometer un error grave.
(b) Procede a citar dos eventos históricos del pueblo judaico para apoyar su
(4) (5:36) “Porque antes de estos días se levantó Teudas, diciendo que era
alguien” [pro; ga;r touvtwn tw'n hJmerw'n ajnevsth Qeuda'" levgwn ei\\nai tina
eJautovn]
i) Que no sea una referencia al mismo Teudas que Josefo sus escritos se
comprueba en que el hombre nombrado por Josefo dirigió un
movimiento en una fecha posterior al evento bajo consideración, entre
44-46 D.C..
(e) Su punto en enfocar a Teudas era mostrar que el mero hecho de liderar un
grupo en contra del liderazgo oficial establecido no significaba nada en sí, y
que, como fue el caso de Teudas, con la muerte del líder el movimiento
podría desaparecer.
(5) (5:37) “Después de éste, se levantó Judas el galileo” [meta; tou'ton ajnevsth
jIouvda" oJ Galilai'o"]
(a) Es interesante que ese hombre, como Jesús mismo, era de Galilea.
(c) (5:37) “en los días del censo” [ejn tai'" hJmevrai" th'" ajpografh'"]
i) Esto no fue el mismo censo durante el cual nació Jesús, sino uno hecho
un poco más que una década después.
ii) Esta insurrección tenía que ver con la inscripción en ese censo con el
fin de imponer sobre los judíos otros impuestos, cosa que causó a
muchos de los judíos dar su apoyo a Judas.
(d) (5:37) “y llevó en pos de sí a mucho pueblo” [kai; ajpevsthsen lao;n ojpivsw
aujtou']
(f) (5:37) “y todos los que le obedecían fueron dispersados” [kai; pavnte"
o\{soi ejpeivqonto aujtw'/ dieskorpivsqhsan]
ii) La idea de Gamaliel era que sería sabio dejar pasar un poco de tiempo
y ver si lo mismo pasara con el movimiento actual.
(b) (5:39) “no seáis tal vez hallados luchando contra Dios” [mhvpote kai;
qeomavcoi euJreqh'te]
iv) Nuevamente usaba la tercera persona plural para indicar que tal lucha
contra Dios no tendría su participación.
(b) Uno debe recordar que, por mandato de Gamaliel mismo, los apóstoles
habían sido llevado a otra parte durante esta conversación.
(e) Este castigo consistía en usar un látigo sobre la espalda y el pecho del preso,
con el látigo siendo de un cuero con varias puntas en las cuales estaban
incrustados pedazos de metal o hueso para que cortaran al presos con los
golpes.
(f) Esto no fue un castigo menor, sino que era un castigo que muchas veces
dejaba con daños permanentes a los castigados y que frecuentemente les
llevaba a la muerte misma por sus heridos o las infecciones posteriores en
esos heridos.
(g) Normalmente administraban por dos soldados, uno a cada lado del preso,
los azotes consistían de dos golpes en la espalda y uno en el pecho hasta
cumplir así trece series de latigazos, un total de treinta y nueve golpes, ya
que había un límite de cuarenta golpes puesto por la misma ley de Moisés.
13. (5:41) “Y ellos salieron de la presencia del concilio, gozosos de haber sido tenidos por
dignos de padecer afrenta por causa del Nombre” [OiJ me;n ou\\n ejporeuvonto caivronte"
ajpo; proswvpou tou' sunedrivou, o\{ti kathxiwvqhsan uJpe;r tou' ojnovmato" ajtimasqh'nai]
“1 En aquellos días, como creciera el número de los discípulos, hubo murmuración de los
griegos contra los hebreos, de que las viudas de aquéllos eran desatendidas en la
distribución diaria. 2 Entonces los doce convocaron a la multitud de los discípulos, y dijeron:
No es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios, para servir a las mesas. 3 Buscad,
pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu
Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo. 4 Y nosotros persistiremos
en la oración y en el ministerio de la palabra. 5 Agradó la propuesta a toda la multitud; y
eligieron a Esteban, varón lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe, a Prócoro, a Nicanor,
a Timón, a Parmenas, y a Nicolás prosélito de Antioquía; 6 a los cuales presentaron ante
los apóstoles, quienes, orando, les impusieron las manos. 7 Y crecía la palabra del Señor,
y el número de los discípulos se multiplicaba grandemente en Jerusalén; también muchos
de los sacerdotes obedecían a la fe.”
1. (6:1) “En aquellos días, como creciera el número de los discípulos” [ jEn de; tai'"
hJmevrai" tauvtai" plhqunovntwn tw'n maqhtw'n]
a. Uno de los resultados, tanto del denuedo de los apóstoles frente la persecución de
parte de los líderes religiosos como también de las señales que ellos demostraron, era
la continuación del crecimiento del número de los convertidos.
b. (6:1) “hubo murmuración de los griegos contra los hebreos” [ejgevneto goggusmo;"
tw'n JEllhnistw'n pro;" tou;" JEbraivou"]
(1) Uno debe recordar que todavía la iglesia consistía solamente de judíos
convertidos en seguidores de Jesús, el Mesías.
(a) Compare con Hechos 10:1-11:18, donde Lucas presenta ha historia de los
primeros gentiles convertidos.
(b) Compare con Hechos 11:19-21, donde Lucas presenta la historia del
anuncio también a los gentiles en Antioquía.
(2) Así es que la referencia aquí a “los griegos” [tw'n JEllhnistw'n] y a “los
hebreos” [tou;" JEbraivou"] debe entenderse en la siguiente manera.
(a) La frase “los griegos” [tw'n JEllhnistw'n] es, literalmente, “los helenistas”
y hace referencia a judíos de hablar principalmente griego, los de la diáspora,
los judíos que vivieron fuera de Palestina, en el mundo griego.
(b) La frase “los hebreos” [tou;" JEbraivou"] hace referencia a los judíos
nativos a la tierra de Palestina, cuyo idioma principal era el arameo y cuyos
costumbres habrían sido menos influenciados por las culturas de los gentiles.
c. (6:1) “de que las viudas de aquéllos eran desatendidas en la distribución diaria”
[o\{ti pareqewrou'nto ejn th'/ diakoniva/ th'/ kaqhmerinh'/ aiJ ch'rai aujtw'n]
(1) La fuente del problema era la manera en la cual estaba haciéndose la distribución
de la ayuda de la cual Lucas hablaba anteriormente.
(2) A lo mejor la causa era por el descuido accidental, o a lo mejor fue causado por
las diferencias de lenguaje y costumbres culturales, pero de todas formas había
una falla en la entrega de la ayuda a algunas de las viudas del grupo de cristianos
helenistas.
(1) Esta convocación habría incluido no solamente a los varones, sino también a las
mujeres de la iglesia.
(2) Esta convocación habría incluido no solamente a los hebreos, sino también a los
helenistas de la iglesia.
(3) La frase “la multitud de los discípulos” [to; plh'qo" tw'n maqhtw'n] llama la
atención al hecho de que ya la iglesia en la ciudad de Jerusalén sumaba a muchos
miles de personas, haciendo fácil que algunos quedaran olvidados en la ayuda
diaria.
b. (6:2) “No es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios, para servir a las
mesas” [oujk ajrestovn ejstin hJma'" kataleivyanta" to;n lovgon tou' qeou' diakonei'n
trapevzai"]
(1) Aquí, aunque la comida física obviamente era importante, se da a conocer por las
bocas de los apóstoles mismas la verdad que la comida espiritual, la palabra de
Dios, era de mayor importancia.
(2) Ellos habían sido encargados, no a proveer comida física, sino a dar a conocer las
enseñanzas del Mesías, y eran conscientes de esa responsabilidad y no iban a
dejar su encargo para dedicarse a las cosas físicas.
(3) Ellos, entonces, con estas palabras hacían saber que sería un error el hecho de
dejar lo espiritual para encargarse de lo material, ya que estarían desobedeciendo
el mandato que habían recibido de Jesús mismo.
(3) Es importante notar que estos siete hombres no fueron seleccionaron por los
apóstoles, sino ellos pidieron a la iglesia seleccionar a ellos, solamente dándoles
algo de criterio.
(a) No hay ninguna indicación de la razón que ellos tenían por seleccionar a
siete, aunque para la mente judaica siete era un número que significaba la
totalidad, la perfección.
(a) La idea parece ser que tenían que ser hombres de confianza.
(b) Quisieron que seleccionaron hombres que los demás podrían estar
cómodos en confiar que serían solucionados los problemas que habían en
la distribución de la ayuda.
(1) Ellos tenían algo más importante que hacer; compartir el mensaje de la salvación
que el Señor les había comisionado a ellos.
(2) Los apóstoles, entonces, iban a comisionar a estos siete hombres que la iglesia iba
a seleccionar la tarea de la distribución de la ayuda.
(4) Es así que se habría quedado claro, aún en la iglesia primitiva, donde había una
preocupación intensa por el bienestar de todos los miembros, que las siguientes
afirmaciones eran verdades.
(b) Su ayuda material no era una ayuda social para todos en la sociedad, sino
algo interno, algo limitado y destinado a los miembros necesitados.
(c) Los apóstoles entendieron que su labor, su misión, su ministerio, no era una
de ayuda social, sino del ministerio de la palabra que les había sido
encargado por Jesús, dejando el resto a los que encargaban con esa tarea.
3. (6:5) “Agradó la propuesta a toda la multitud” [kai; h[resen oJ lovgo" ejnwvpion panto;"
tou' plhvqou"]
a. Aunque la propuesta venía de los apóstoles, al no ser algo de doctrina, era aprobada
por “toda la multitud” [panto;" tou' plhvqou"] de la iglesia.
b. No fue algo mandado por un grupo de “dirigentes religiosos”, como suele ser el caso
en el mundo religioso de hoy, algo que es muy distinto al ejemplo que se puede
encontrar aquí.
c. Esto, sin embargo, tampoco significa que la iglesia era un tipo de democracia, donde
todo se decidió por mayoría de votos.
d. Al contrario, en cuanto a las cosas que no eran cosas doctrinales (lo enseñado por
Cristo y el Espíritu Santo a través de los apóstoles), parece que estas cosas eran
puestos a todos para que tuvieran oportunidad de compartir en las determinaciones
que les impactarían a todos.
(1) Es notable que Lucas haya mencionado a estos dos, de los cuales él relataría otra
información, como los dos primeros nombres en la lista de los seleccionados por
la iglesia para cumplir con el papel sugerido por los apóstoles.
f. También es notable que todos los siete que fueron seleccionados tenían nombres
griegos, probablemente una indicación que ellos hayan sido miembros del grupo de
cristianos “griegos” [ JEllhnistw'n], o sea hombres “helenistas”, y no nativos de la
tierra de Palestina.
(c) Una comparación de estos dos pasajes citados lleva uno a concluir que,
después del incidente con el etíope Felipe había viajado desde Azoto a
Cesarea, predicando la palabra por el camino, y por lo menos dos décadas
después todavía estaba viviendo en esa ciudad.
(b) Es notable que Nicolás vino de Antioquía, la ciudad donde por primera vez
los gentiles iban a pasar a ser parte de la iglesia en grandes números.
ii) Es posible que él haya sido parte del grupo que llevaría a cabo ese
h. (6:6) “a los cuales presentaron ante los apóstoles, quienes” [ou\}" e[sthsan
ejnwvpion tw'n ajpostovlwn]
(d) Fue una manera de pedir la bendición de Dios sobre la decisión que se
estaba tomando, de dejar en las manos de El sus esfuerzos.
(2) (6:6) “les impusieron las manos” [ejpevqhkan aujtoi'" ta;" cei'ra"]
(a) Esta acción, desde tiempos muy antiguos, era relacionada con el hecho de
dar bendiciones o hacer uno responsable para una comisión.
(c) En este caso parece que el significado de la imposición de las manos de los
apóstoles era una combinación de varios de estos sentidos.
ii) A la misma vez, parece que también era la manera de conferir a ellos
algunos dones espirituales, como se puede ver en los siguientes puntos.
(b) Se utiliza, en varias formas, más que cien veces en el texto del Nuevo
Testamento, tanto en su forma como verbo “servir” como también en forma
de sustantivo “siervo”, “servicio” o “ministerio”.
4. (6:7) “Y crecía la palabra del Señor” [Kai; oJ lovgo" tou' qeou' hjuvxanen]
(1) Uno debe notar que hasta este punto en la historia Lucas se ha limitado su relato
a lo que estaba pasando en la ciudad de Jerusalén.
d. (6:8) “también muchos de los sacerdotes obedecían a la fe” [poluv" te o[clo" tw'n
iJerevwn uJphvkouon th'/ pivstei]
(1) “La fe” [th'/ pivstei] era la doctrina que se predicó, el contenido del mensaje, no
solamente el hecho de creer, sino la creencia, la doctrina mismo, algo que se
podía obedecer.
12:42-43, aquí se puede apreciar la diferencia entre los que pasaron, por medio
de la obediencia a lo enseñado por los apóstoles a ser añadidos por Dios a los
siendo salvos, y los que no cumplieron lo mandado.
(e) Además, Pedro mismo, en I Pedro 1:20-25, reclama que fue la obediencia
a la palabra de verdad enseñada en el evangelio, no el hecho de creer en
ella, lo que logró la purificación de las almas.
(f) El mensaje encargado a los apóstoles no les fue dada para compartir con el
fin de que la gente lo creyera, sino para que lo obedeciera.
(g) Además, esta misma frase “obediencia a la fe” se encuentra en las epístolas
de Pablo en relación a la salvación.
(h) En el libro de Hechos Lucas siempre presenta una reacción de las personas
cuando se encontraron con el mensaje divino – o creerlo y hacer lo
mandado, o rechazarlo y negar obedecerlo.
(4) Es así que Lucas presenta la iglesia habiendo crecido hasta sumar muchos miles
de personas, incluyendo muchos de los sacerdotes de los judíos, sin que haya
dado indicación alguna que los apóstoles u otros hubieran salida fuera de los
confines de la ciudad de Jerusalén para predicar el evangelio.
(5) Es notable que hasta este punto en la historia solamente los apóstoles habían
estado presentados como los predicando y haciendo milagros, y todas los ataques
habían sido dirigidos en contra de ellos y no los demás de los discípulos.
“8 Y Esteban, lleno de gracia y de poder, hacía grandes prodigios y señales entre el pueblo.
9 Entonces se levantaron unos de la sinagoga llamada de los libertos, y de los de Cirene,
de Alejandría, de Cilicia y de Asia, disputando con Esteban. 10 Pero no podían resistir a la
sabiduría y al Espíritu con que hablaba. 11 Entonces sobornaron a unos para que dijesen
que le habían oído hablar palabras blasfemas contra Moisés y contra Dios. 12 Y
soliviantaron al pueblo, a los ancianos y a los escribas; y arremetiendo, le arrebataron, y
le trajeron al concilio. 13 Y pusieron testigos falsos que decían: Este hombre no cesa de
hablar palabras blasfemas contra este lugar santo y contra la ley; 14 pues le hemos oído
decir que ese Jesús de Nazaret destruirá este lugar, y cambiará las costumbres que nos dio
Moisés. 15 Entonces todos los que estaban sentados en el concilio, al fijar los ojos en él,
vieron su rostro como el rostro de un ángel.”
b. (6:8) “hacía grandes prodigios y señales entre el pueblo” [ejpoivei tevrata kai;
shmei'a megavla ejn tw'/ law']/
(2) Por primera vez en su relato Lucas anuncia que uno que no haya sido uno de los
doce apóstoles hacía “prodigios y señales” [tevrata kai; shmei'a megavla].
(3) Todas las veces anteriores los apóstoles habían sido los que estaban demostrando
el poder con los milagros que hacían.
(4) Es solamente razonable que este gracia y poder vino a Esteban por medio de la
imposición de las manos de los apóstoles, tomando en consideración el cambio
abrupto en la historia que Lucas presentaba y la materia que se encuentra en los
siguientes versículos.
(6) En capítulo ocho Felipe también demostraba el poder del Espíritu a través de
señales y prodigios, nuevamente dando a conocer la importancia de la imposición
de las manos de los apóstoles para traspasar esos poderes.
a. (6:9) “de la sinagoga llamada de los libertos” [tw'n ejk th'" sunagwgh'" th'"
legomevnh" Libertivnwn]
(1) Esta sinagoga, según parece, como muchas de las sinagogas en la dispersión de los
judíos en el mundo, era una donde hablaban griego, no arameo.
(2) Estaba, como Lucas anotaba, una sinagoga compuesta de judíos helenistas venidos
de diferentes partes del mundo.
(3) El uso de la frase “llamada de los libertos” [legomevnh" Libertivnwn] lleva uno
a creer que por lo menos muchos de sus miembros eran esclavos que habían sido
libertados de su esclavitud.
(a) Uno debe recordar que la esclavitud había sido una parte de la cultura
mundial para milenios, y un porcentaje alto de todos los bajos el imperio
romano eran esclavos.
(1) Esta ciudad era una de importancia en Libia, en el norte de Africa, entre
Alejandría y Cartago.
(1) Era la segunda ciudad de mayor importancia del mundo de aquel tiempo, después
de Roma, y servía como capital de Egipto.
(a) Dos de los cinco distritos de Alejandría eran mayormente poblados por
judíos.
(b) Se cree que fue allí, unos trescientos años antes de la historia de Esteban,
que los judíos en esa ciudad tradujeron el Antiguo Testamento del hebreo
al griego, en una versión comúnmente conocida como la Septuaginta, o la
“versión de los setenta”.
(1) Esta sería una referencia a una provincia romana en el sureste de lo que ahora es
Turquía, junto a Siria.
(a) Tarso, lugar del nacimiento de Pablo, era una de sus ciudades principales.
(7) El hecho de que Saulo era de Cilicia, y que al momento del apedreamiento de
Estaban él estuvo involucrado en esa muerte lleva a la conclusión que sea
probable que él haya sido parte de esa sinagoga de los “libertos” [Libertivnwn].
(1) Esta sería una referencia a la provincia romana en la costa oeste de lo que ahora
es Turquía.
(a) Efeso, donde Pablo iba a pasar varios años en su ministerio, era capital de
esa provincia.
(b) Ellos no tenían manera de contradecir la sabiduría con que presentaba sus
palabras, las cuales venían, tal como los poderes, del Espíritu Santo mismo.
(c) Esta misma cosa pasa muchas veces hoy en día cuando personas no son
capaces de aceptar la palabra divina escrita y que ya fue comprobada con
señales innegables solamente porque ellos no quieren aceptar sus propias
equivocaciones.
(3) (6:10) “y al Espíritu con que hablaba” [kai; tw'/ pneuvmati w|/ ejlavlei]
(e) Tal como había sido el caso con los apóstoles en el día de Pentecostés,
ahora el Espíritu Santo hablaba a través de Esteban.
3. (6:11) “Entonces sobornaron a unos para que dijesen que le habían oído hablar
palabras blasfemas” [tovte uJpevbalon a[ndra" levgonta" o\{ti ajkhkovamen aujtou'
lalou'nto" rhvmata blavsfhma]
f. El Sanedrín mismo, junto con la aprobación del sumo sacerdote, había hecho
exactamente estas mismas cosas en contra de Jesús en un intento de condenarle a El
a la muerte.
(1) Mientras ellos mismos desobedecieron lo mandado por Moisés en la ley estaban
dispuestos a acusar a Esteban de blasfemia en contra de él por medio de
testimonio falso y comprado.
(1) Mientras ellos mismos desobedecieron lo mandado por Dios mismo a través de
Moisés estaban dispuestos a acusar a Esteban de blasfemia en contra de El por
medio de testimonio falso y comprado.
b. Uno debe recordar que esta vez, en contraste con la muerte de Jesús, no era el
concilio mismo que hacía esta maldad, sino eran los de esta sinagoga que no tenían
cómo responder a las palabras de sabiduría y las señales de Esteban, pero que no
quisieron aceptar la verdad que les hablaba.
c. Entonces, con los testigos mentirosos pagados, ellos lograron juntar con ellos en contra
de Esteban otros de los judíos y sus líderes religiosos, los que a lo mejor no habrían
sabido que los testigos estaban mentiendo.
(1) Estos eran los expertos en la ley mosaica, principalmente los de la secta de los
fariseos.
(a) Estos habrían sido los testigos pagados en secreto para que testificaran estas
mentiras, algo que en sí fue claramente prohibida por la misma ley mosaica
que ellos testificaron que había sido blasfemada por Esteban.
i) Eran hipócritas.
i) (6:13) “contra este lugar santo” [kata; tou' tovpou tou' aJgivou
touvtou]
a) Esta frase era una referencia clara al templo de los judíos, el lugar
santo para ellos.
(f) (6:14) “pues le hemos oído decir que ese Jesús de Nazaret” [ajkhkovamen
ga;r aujtou' levgonto" o\{ti jIhsou'" oJ Nazwrai'o" ou|to"
ii) (6:14) “y cambiará las costumbres que nos dio Moisés” [kai;
ajllavxei ta; e[qh a\} parevdwken hJmi'n Mwu>sh'"]
iii) Es posible que en sus palabras Esteban había citado lo dicho por Jesús
y que ellos entendieron mal.
iv) Sin embargo, el hecho que eran testigos falsos pagados da apoyo a la
conclusión que nunca le habían oído decir tales cosas y que estaban
solamente tomando prestado la acusación que les había dado
resultados favorables en el juicio de Jesús.
6. (6:15) “Entonces todos los que estaban sentados en el concilio, al fijar los ojos en él,
vieron su rostro como el rostro de un ángel” [kai; ajtenivsante" eij" aujto;n pavnte" oiJ
kaqezovmenoi ejn tw'/ sunedrivw/ ei\\don to; provswpon aujtou' wJsei; provswpon ajggevlou]
f. Se supone que esta frase “vieron su rostro como el rostro de un ángel” [ei\\don to;
provswpon aujtou' wJsei; provswpon ajggevlou] sea una manera de decir que era un
rostro resplandeciente, algo anormal que todos percibieron.
g. Sin embargo, lo que vieron, como las cosas indisputables que Esteban había dicho
anteriormente, no causaron que ellos aceptaran sus palabras como verdadero mensaje
de Dios, especialmente ya que los saduceos no creyeron en los ángeles.
“1 El sumo sacerdote dijo entonces: ¿Es esto así? 2 Y él dijo: Varones hermanos y padres,
oíd: El Dios de la gloria apareció a nuestro padre Abraham, estando en Mesopotamia,
antes que morase en Harán, 3 y le dijo: Sal de tu tierra y de tu parentela, y ven a la tierra
que yo te mostraré. 4 Entonces salió de la tierra de los caldeos y habitó en Harán; y de allí,
muerto su padre, Dios le trasladó a esta tierra, en la cual vosotros habitáis ahora. 5 Y no
le dio herencia en ella, ni aun para asentar un pie; pero le prometió que se la daría en
posesión, y a su descendencia después de él, cuando él aún no tenía hijo. 6 Y le dijo Dios
así: Que su descendencia sería extranjera en tierra ajena, y que los reducirían a
servidumbre y los maltratarían, por cuatrocientos años. 7 Mas yo juzgaré, dijo Dios, a la
nación de la cual serán siervos; y después de esto saldrán y me servirán en este lugar. 8 Y
le dio el pacto de la circuncisión; y así Abraham engendró a Isaac, y le circuncidó al octavo
día; e Isaac a Jacob, y Jacob a los doce patriarcas. 9 Los patriarcas, movidos por envidia,
vendieron a José para Egipto; pero Dios estaba con él, 10 y le libró de todas sus
tribulaciones, y le dio gracia y sabiduría delante de Faraón rey de Egipto, el cual lo puso
por gobernador sobre Egipto y sobre toda su casa. 11 Vino entonces hambre en toda la
tierra de Egipto y de Canaán, y grande tribulación; y nuestros padres no hallaban
alimentos. 12 Cuando oyó Jacob que había trigo en Egipto, envió a nuestros padres la
primera vez. 13 Y en la segunda, José se dio a conocer a sus hermanos, y fue manifestado
a Faraón el linaje de José. 14 Y enviando José, hizo venir a su padre Jacob, y a toda su
parentela, en número de setenta y cinco personas. 15 Así descendió Jacob a Egipto, donde
murió él, y también nuestros padres; 16 los cuales fueron trasladados a Siquem, y puestos
en el sepulcro que a precio de dinero compró Abraham de los hijos de Hamor en Siquem.
17 Pero cuando se acercaba el tiempo de la promesa, que Dios había jurado a Abraham,
el pueblo creció y se multiplicó en Egipto, 18 hasta que se levantó en Egipto otro rey que
no conocía a José. 19 Este rey, usando de astucia con nuestro pueblo, maltrató a nuestros
padres, a fin de que expusiesen a la muerte a sus niños, para que no se propagasen. 20 En
aquel mismo tiempo nació Moisés, y fue agradable a Dios; y fue criado tres meses en casa
de su padre. 21 Pero siendo expuesto a la muerte, la hija de Faraón le recogió y le crió
como a hijo suyo. 22 Y fue enseñado Moisés en toda la sabiduría de los egipcios; y era
poderoso en sus palabras y obras. 23 Cuando hubo cumplido la edad de cuarenta años, le
vino al corazón el visitar a sus hermanos, los hijos de Israel. 24 Y al ver a uno que era
maltratado, lo defendió, e hiriendo al egipcio, vengó al oprimido. 25 Pero él pensaba que
sus hermanos comprendían que Dios les daría libertad por mano suya; mas ellos no lo
habían entendido así. 26 Y al día siguiente, se presentó a unos de ellos que reñían, y los
ponía en paz, diciendo: Varones, hermanos sois, ¿por qué os maltratáis el uno al otro? 27
Entonces el que maltrataba a su prójimo le rechazó, diciendo: ¿Quién te ha puesto por
gobernante y juez sobre nosotros? 28 ¿Quieres tú matarme, como mataste ayer al egipcio?
29 Al oír esta palabra, Moisés huyó, y vivió como extranjero en tierra de Madián, donde
engendró dos hijos. 30 Pasados cuarenta años, un ángel se le apareció en el desierto del
monte Sinaí, en la llama de fuego de una zarza. 31 Entonces Moisés, mirando, se maravilló
de la visión; y acercándose para observar, vino a él la voz del Señor: 32 Yo soy el Dios de
tus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob. Y Moisés, temblando,
no se atrevía a mirar. 33 Y le dijo el Señor: Quita el calzado de tus pies, porque el lugar en
que estás es tierra santa. 34 Ciertamente he visto la aflicción de mi pueblo que está en
Egipto, y he oído su gemido, y he descendido para librarlos. Ahora, pues, ven, te enviaré a
Egipto. 35 A este Moisés, a quien habían rechazado, diciendo: ¿Quién te ha puesto por
gobernante y juez?, a éste lo envió Dios como gobernante y libertador por mano del ángel
que se le apareció en la zarza. 36 Este los sacó, habiendo hecho prodigios y señales en
tierra de Egipto, y en el Mar Rojo, y en el desierto por cuarenta años. 37 Este Moisés es
el que dijo a los hijos de Israel: Profeta os levantará el Señor vuestro Dios de entre vuestros
hermanos, como a mí; a él oiréis. 38 Este es aquel Moisés que estuvo en la congregación
en el desierto con el ángel que le hablaba en el monte Sinaí, y con nuestros padres, y que
recibió palabras de vida que darnos; 39 al cual nuestros padres no quisieron obedecer, sino
que le desecharon, y en sus corazones se volvieron a Egipto, 40 cuando dijeron a Aarón:
Haznos dioses que vayan delante de nosotros; porque a este Moisés, que nos sacó de la
tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido. 41 Entonces hicieron un becerro, y
ofrecieron sacrificio al ídolo, y en las obras de sus manos se regocijaron. 42 Y Dios se
apartó, y los entregó a que rindiesen culto al ejército del cielo; como está escrito en el libro
de los profetas: ¿Acaso me ofrecisteis víctimas y sacrificios En el desierto por cuarenta
años, casa de Israel? 43 Antes bien llevasteis el tabernáculo de Moloc, Y la estrella de
vuestro dios Renfán, Figuras que os hicisteis para adorarlas. Os transportaré, pues, más allá
de Babilonia. 44 Tuvieron nuestros padres el tabernáculo del testimonio en el desierto,
como había ordenado Dios cuando dijo a Moisés que lo hiciese conforme al modelo que
había visto. 45 El cual, recibido a su vez por nuestros padres, lo introdujeron con Josué al
tomar posesión de la tierra de los gentiles, a los cuales Dios arrojó de la presencia de
nuestros padres, hasta los días de David. 46 Este halló gracia delante de Dios, y pidió
proveer tabernáculo para el Dios de Jacob. 47 Mas Salomón le edificó casa; 48 si bien el
Altísimo no habita en templos hechos de mano, como dice el profeta: 49 El cielo es mi
trono, Y la tierra el estrado de mis pies. ¿Qué casa me edificaréis? dice el Señor; ¿O cuál
es el lugar de mi reposo? 50 ¿No hizo mi mano todas estas cosas? 51 ¡Duros de cerviz, e
incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como
vuestros padres, así también vosotros. 52 ¿A cuál de los profetas no persiguieron vuestros
padres? Y mataron a los que anunciaron de antemano la venida del Justo, de quien vosotros
ahora habéis sido entregadores y matadores; 53 vosotros que recibisteis la ley por
disposición de ángeles, y no la guardasteis. 54 Oyendo estas cosas, se enfurecían en sus
corazones, y crujían los dientes contra él. 55 Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos
los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios, 56 y dijo:
He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que está a la diestra de Dios. 57
Entonces ellos, dando grandes voces, se taparon los oídos, y arremetieron a una contra él.
58 Y echándole fuera de la ciudad, le apedrearon; y los testigos pusieron sus ropas a los
pies de un joven que se llamaba Saulo. 59 Y apedreaban a Esteban, mientras él invocaba
y decía: Señor Jesús, recibe mi espíritu. 60 Y puesto de rodillas, clamó a gran voz: Señor,
no les tomes en cuenta este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió.”
1. Este sermón de Esteban, dado a los judíos en defensa de la realidad del evangelio del Mesías,
es el sermón más largo del libro de Hechos, e incluso es el más largo de todo el texto del
Nuevo Testamento.
b. El hecho que Dios permitió la muerte de Esteban por las manos de los que rechazaban
la verdad que él proclamaba comprueba que la doctrina que insiste que solamente
bendiciones vienen a los que se comprometen con Dios (y que cosas malas que
ocurren a uno son señales de la desobediencia a Dios y la falta del apoyo divino) no es
verdad.
(1) Esta doctrina requeriría que Dios protegiera a Esteban, cosa que no ocurrió.
(2) Esta doctrina requeriría que uno llegara a concluir que Esteban no estaba bien
con Dios, cuando el texto mismo proclamaba el opuesto.
(a) El Espíritu Santo, por mano de Lucas, dice que Esteban era “varón lleno de
fe y del Espíritu Santo” [a[ndra plhvrh" pivstew" kai; pneuvmato" aJgivou].
(b) El Espíritu Santo, por mano de Lucas, dice que Esteban era “lleno de gracia
y de poder” [plhvrh" cavrito" kai; dunavmew"].
(c) El Espíritu Santo, por mano de Lucas, dice que los judíos “no podían resistir
a la sabiduría y al Espíritu con que hablaba” [oujk i[scuon ajntisth'nai th'/
sofiva /][kai; tw'/ pneuvmati w|/ ejlavlei].
(d) El Espíritu Santo, por mano de Lucas, dice que Esteban estaba “lleno del
Espíritu Santo” [plhvrh" pneuvmato" aJgivou].
(3) Si esta doctrina fuera verdad se contradeciría todo lo dicho en el texto en el caso
de Esteban, haciendo el mismo Espíritu Santo culpable de la mentira y de ir en
contra de la doctrina divina.
(4) Esta misma doctrina se puede comprobar como una mentira tomando en
consideración, no solamente las palabras de Jesús mismo, sino también las cosas
que pasaron a varios de los apóstoles.
(5) Sin embargo, muchos siguen engañando a miles con esa doctrina falsa que atrae
a la gente.
2. (7:1) “El sumo sacerdote dijo entonces: ¿Es esto así?” [Ei\\pen de; oJ ajrciereuv" eij
tau'ta ou\{tw" e[cei_]
a. Nuevamente es difícil saber con certeza si esta referencia es una a Caifás o a Anás.
3. (7:2) “Y él dijo: Varones hermanos y padres, oíd:” [oJ de; e[fh[ Andre" ajdelfoi; kai;
patevre", ajkouvsate]
b. Era una salutación muy común en el mundo judío de su tiempo, mostrando tanto la
comunión entre ellos por ser de Israel como también el debido respeto para los
ancianos del pueblo.
(2) Con esta palabras Esteban empieza a darles un resumen de la historia del pueblo
de Israel y de Dios actuando entre ellos.
(3) Su propósito era resaltar que, tal como había dicho por los profetas, Dios
finalmente había enviado el Mesías pero ellos, tal como sus antepasados, habían
resistido los deseos divinos y le habían crucificado.
c. (7:2) “El Dios de la gloria apareció a nuestro padre Abraham” [ JO qeo;" th'"
dovxh" w[fqh tw'/ patri; hJmw'n jAbraa;m]
(4) (7:2) “antes que morase en Harán” [pri;n h] katoikh'sai aujto;n ejn Carra;n]
(b) (7:3) “Sal de tu tierra y de tu parentela” [e[xelqe ejk th'" gh'" sou kai;
ejk th'" suggeneiva" sou]
i) Para cumplir con lo pedido por Dios, Abram tenía que dejar la tierra
de los caldeos, dejar su ciudad de Ur.
(c) (7:3) “y ven a la tierra que yo te mostraré” [kai; deu'ro eij" th;n gh'n h\}n
a[n soi deivxw]
i) Ni le dijo a qué tierra iba a tener que ir, solamente que le iba a
mostrar, así requiriendo fe de parte de Abraham.
ii) Abraham solamente sabía que no iba a ser su tierra natal, la tierra de
sus padres, sino otra.
d. (7:4) “Entonces salió de la tierra de los caldeos y habitó en Harán” [tovte ejxelqw;n
ejk gh'" Caldaivwn katwv/khsen ejn Carravn]
(1) “La tierra de los caldeos” [gh'" Caldaivwn], donde estaba ubicado la ciudad de
Ur, era un distrito en el sur de Babilonia.
(2) Con el trascurso del tiempo, a veces el nombre también se utilizó para referir a
todo Babilonia.
(3) (7:4) “y de allí, muerto su padre, Dios le trasladó a esta tierra” [kakei'qen
meta; to; ajpoqanei'n to;n patevra aujtou' metwv/kisen aujto;n eij" th;n gh'n
tauvthn]
(a) La frase “de allí” [kakei'qen] es una referencia ahora a “Harán” [Carravn],
no a “la tierra de los caldeos” [gh'" Caldaivwn], ya que murió Taré en
Harán.
(c) (7:4) “en la cual vosotros habitáis ahora” [eij" h\}n uJmei'" nu'n
katoikei'te]
(4) (7:5) “Y no le dio herencia en ella” [kai; oujk e[dwken aujtw'/ klhronomivan ejn
aujth']/
(b) (7:5) “ni aun para asentar un pie” [oujde; bh'ma podo;"]
(h) (7:5) “y a su descendencia después de él” [kai; tw'/ spevrmati aujtou' met!
aujtovn]
i) Por esa promesa de Dios a Abraham se había conocido esa tierra como
“la tierra prometido” durante muchos siglos.
(i) (7:5) “cuando él aún no tenía hijo” [oujk o[nto" aujtw'/ tevknou]
(2) (7:6) “Que su descendencia sería extranjera en tierra ajena” [o\{ti e[stai to;
spevrma aujtou' pavroikon ejn gh'/ ajllotriva/]
(3) (7:7) “Mas yo juzgaré, dijo Dios” [kai; ... krinw' ejgwv, oJ qeo;" ei\\pen]
(a) Como muchas veces se puede apreciar en el texto, es Dios quien es el juez,
el que juzgará, el al cual le pertenece la venganza, no el hombre.
(b) (7:7) “a la nación de la cual serán siervos” [to; e[qno" w|/ eja;n
douleuvsousin]
i) Esta fue una profecía del éxodo que Dios llevó a cabo con el liderazgo
de Moisés y Aaron.
(d) (7:7) “y me servirán en este lugar” [kai; latreuvsousin moi ejn tw'/ tovpw/
touvtw/]
i) “En este lugar” [ejn tw'/ tovpw/ touvtw/] es una referencia al monte
donde Dios apareció a Moisés y donde lo llamó desde la zarza que no
se quemaba.
(2) (7:8) “y así Abraham engendró a Isaac, y le circuncidó al octavo día” [kai;
ou\{tw" ejgevnnhsen to;n jIsaa;k kai; perievtemen aujto;n th'/ hJmevra/ th'/ ojgdovh/]
(4) (7:8) “y Jacob a los doce patriarcas” [kai; jIakw;b tou;" dwvdeka patriavrca"]
(a) Aquí Esteban empezaba a mostrar que desde muy temprano en el plan de
Dios para cumplir lo que El mismo había prometido a Abraham, los
antepasados del pueblo judío se habían rebelado en contra de la voluntad de
Dios.
(c) Tal como ahora estaba pasando, el motivo de su rebeldía era la envidia.
(2) (7:9) “vendieron a José para Egipto” [to;n jIwsh;f ajpevdonto eij" [Aigupton]
h. (7:9) “pero Dios estaba con él” [kai; h\\n oJ qeo;" met! aujtou']
(3) (7:10) “y le libró de todas sus tribulaciones” [kai; ejxeivlato aujto;n ejk pasw'n
tw'n qlivyewn aujtou']
(a) Estaban no detalló todas esas tribulaciones de José, sino que solamente
enfatizó que Dios le había librado de ellas.
(4) (7:10) “y le dio gracia y sabiduría delante de Faraón rey de Egipto” [kai;
e[dwken aujtw'/ cavrin kai; sofivan ejnantivon Faraw; basilevw"]
(c) (7:10) “el cual lo puso por gobernador sobre Egipto” [ jAiguvptou kai;
katevsthsen aujto;n hJgouvmenon ejp! [Aigupton]
(d) (7:10) “y sobre toda su casa” [kai; ejf! o\{lon to;n oi\\kon aujtou']
(3) (7:12) “Cuando oyó Jacob que había trigo en Egipto” [ajkouvsa" de; jIakw;b
o[nta sitiva eij" [Aigupton]
(4) (7:14) “Y enviando José hizo venir” [ajposteivla" de; jIwsh;f metekalevsato]
ii) Es interesante que hay una discrepancia entre el número que Esteban
da y el número dado en los textos citados arriba, pero la explicación es
muy fácil y claro.
(5) (7:15) “Así descendió Jacob a Egipto” [kai; katevbh jIakw;b eij" [Aigupton]
(3) (7:17) “que Dios había jurado a Abraham” [h|" wJmolovghsen oJ qeo;" tw'/
jAbraavm]
(4) (7:17) “el pueblo creció y se multiplicó en Egipto” [hjuvxhsen oJ lao;" kai;
ejplhquvnqh ejn jAiguvptw]
(d) (7:18) “hasta que se levantó en Egipto otro rey que no conocía a José”
[a[cri ou| ajnevsth basileu;" e\{tero" ejp! [Aigupton o\}" oujk h[/dei to;n
jIwshvf]
(5) (7:20) “En aquel mismo tiempo nació Moisés” [ jEn w|/ kairw'/ ejgennhvqh
Mwu>sh'"]
(b) (7:20) “y fue agradable a Dios” [kai; h\\n ajstei'o" tw'/ qew']/
(c) (7:20) “y fue criado tres meses en casa de su padre” [o\}" ajnetravfh
mh'na" trei'" ejn tw'/ oi[kw/ tou' patrov"]
iii) (7:21) “y le crió como a hijo suyo” [kai; ajneqrevyato aujto;n eJauth'/
eij" uiJovn]
iii) Sin embargo, y como Esteban enfocaba, no fue a través de los diseños
de Moisés, ni del poder de sus palabras y obras, ni tampoco por su
sabiduría que Dios iba a librar su pueblo y cumplir con lo prometido a
Abraham, sino a través del propio poder y diseño divino.
vi) En ambos casos Dios había tenido que enfrentar las dudas y los
rechazos de parte de los que El estaba intentando librar.
(f) (7:23) “Cuando hubo cumplido la edad de cuarenta años” [ JW" de;
ejplhrou'to aujtw'/ tesserakontaeth;" crovno"]
ii) Cuando tenía ochenta años fue llamado por Dios, estando en el Monte
de Sinaí, por medio de la zarza ardiendo, para librar a ellos.
iii) Cuando tenía ciento veinte años murió, habiendo sido usado por Dios
para cumplir lo prometido a Abraham siglos antes.
iv) Aquí Esteban enfocaba las tres diferentes etapas en la vida de Moisés,
mostrando en cada una de ellas la mano de Dios.
b) Llos segundos cuarenta años eran cuando Dios le preparó para los
cuarenta años en los cuales él tendría que liderar al pueblo en una
peregrinación en el desierto.
a) Con estas palabras queda claro que Moisés, aunque fue criado
desde bebé en la casa del Faraón como su nieto, supo que era un
hebreo y que los esclavizados, no los egipcios, eran sus parientes.
vii) (7:24) “Y al ver a uno que era maltratado” [kai; ijdwvn tina
ajdikouvmenon]
viii) (7:25) “Pero él pensaba que sus hermanos comprendían que Dios
les daría libertad por mano suya” [ejnovmizen de; sunievnai tou;"
ajdelfou;" aujtou' o\{ti oJ qeo;" dia; ceiro;" aujtou' divdwsin swthrivan
aujtoi'"]
ix) (7:25) “mas ellos no lo habían entendido así” [oiJ de; ouj sunh'kan]
e) En fin, el punto de Esteban era que ellos eran iguales a los que en
el pasado pelearon en contra de los planes divinos.
(g) (7:29) “Al oír esta palabra, Moisés huyó” [e[fugen de; Mwu>sh'" ejn tw'/
lovgw/ touvtw]
INSTITUTO DE ESTUDIOS BIBLICOS
“HECHOS”
HECHOS ANÁLISIS DEL TEXTO PÁGINA 235
iii) (7:29) “donde engendró dos hijos” [ou| ejgevnnhsen uiJou;" duvo]
(a) (7:30) “en el desierto del monte Sinaí” [ejn th'/ ejrhvmw/ tou' o[rou" Sina']
(b) (7:30) “en la llama de fuego de una zarza” [ejn flogi; puro;" bavtou]
i) Es notable que en este mismo versículo Esteban dice que era “la voz
del Señor” [fwnh; kurivou] que Moisés escuchó.
ii) Aun más, en el versículo siguiente la voz se identificó como “el Dios de
tus padres” [oJ qeo;" tw'n patevrwn sou].
iii) Sin embargo, cualquiera referencia a los ángeles habría sido chocante
para los saduceos en el concilio.
(e) Entonces, el encuentro aquel día en el desierto de Sinaí fue entre Dios y el
hombre que El mismo había seleccionado para hacer lo que El tenía
planeado, para cumplir lo que El mismo había prometido a su siervo
Abraham más que cuatrocientos años antes.
ii) La idea de “la visión” [to; o\{rama] no era que estaba viendo algo en un
sueño o algo imaginario, sino solamente “lo que vio, lo visto”.
(c) (7:31) “vino a él la voz del Señor:” [aujtou ... ejgevneto fwnh; kurivou]
i) (7:32) “Yo soy el Dios de tus padres” [ejgw; oJ qeo;" tw'n patevrwn
sou]
ii) Aunque todos esto hombres, Abraham, Isaac, y Jacob, los antepasados
de mayor importancia para los descendientes de ellos, habían estado
muertos cientos de años, Dios dice a Moisés que es su Dios, no que
era su Dios, una indicación, según Jesús, que ellos siguieron con vida,
una prueba de la realidad de la existencia de un espíritu en el hombre
que seguía con vida después de la muerte del cuerpo.
(a) (7:33) “Quita el calzado de tus pies” [lu'son to; uJpovdhma tw'n podw'n
sou]
(b) (7:33) “porque el lugar en que estás es tierra santa” [oJ ga;r tovpo" ejf!
w|/ e\{sthka" gh' aJgiva ejstivn]
i) Este monte, Sinaí, o Horeb, es el mismo donde Dios les iba a dar el
pacto entre El y la casa de Israel.
ii) Esta frase “tierra santa” [gh' aJgiva] solamente se encuentra en este
pasaje y en ls palabras de Exodo 3:5 que Esteban estaba citando.
iii) Uno debe recordar que una de las acusaciones en contra de Esteban
era que él había blasfemado del templo, el lugar santo.
d) De la misma forma, Jesús había bajado del cielo para salvar, para
librar a los esclavizados del pecado.
iv) (7:34) “ Ahora, pues, ven, te enviaré a Egipto” [kai; nu'n deu'ro
ajposteivlw se eij" [Aigupton]
(1) Ahora Esteban repetía que el pueblo de aquel entonces había rechazado a Moisés
en su primer intento de librarlos de la esclavitud.
(4) (7:35) “a éste lo envió Dios como gobernante y libertador por mano del
ángel que se le apareció en la zarza” [tou'ton oJ qeo;" kai; a[rconta kai;
lutrwth;n ajpevstalken su;n ceiri; ajggevlou tou' ojfqevnto" aujtw'/ ejn th'/ bavtw]
(a) Es interesante la comparación que Esteban hizo con decir que Moisés,
quienes ellos habían rechazado como “gobernante y juez” [a[rconta kai;
dikasthvn], había sido enviado, no para ser juez, sino para ser “libertador”
[lutrwth;n].
(b) Exactamente lo mismo era el caso con Jesús, quien ellos también habían
rechazado porque no le estaban viendo como “libertador” sino como
“juez”.
(c) Así el punto al cual quería llegar Esteban era que ellos estaban todavía
actuando de la misma forma que sus antepasados habían hecho con Moisés.
(d) Ellos habían rechazado a Jesús de la misma manera que sus antepasados
habían hecho con Moisés, aun cuando Dios les había enviado a ambos para
dirigir su pueblo y para librarlos de la esclavitud.
(e) Para los saduceos la frase “por la mano del ángel” [su;n ceiri; ajggevlou]
habría sido un poco ofensivo, ya que ellos negaron la realidad de tales.
a) Esto sería una referencia a las diez plagas y los otros milagros que
se hicieron para lograr la salida de los israelitas de su servidumbre
en Egipto.
(f) No solamente en Egipto, sino también a lo largo del éxodo y los largos años
de peregrinación en el desierto, Dios estaba comprobando que El mismo
estaba detrás de los acontecimientos.
l. (7:37) “Este Moisés es el que dijo a los hijos de Israel:” [ou|to" ejstin oJ Mwu>sh'"
oJ ei[pa" toi'" uiJoi'" jIsrahvl]
(a) (7:37) “de entre vuestros hermanos” [ejk tw'n ajdelfw'n uJmw'n]
(3) No hay duda de que esta cita sea una referencia a Jesús, ni que el punto de
Esteban era comparar el rechazo de las palabras de Moisés, y las consecuencias
de aquel rechazo, con las acciones de los que habían rechazado a Jesús.
(4) El quiso que ellos se dieran cuenta que, a pesar de todos los años con señales
divinos para comprobar que Moisés era un mensajero de Dios, ellos todavía no
quisieron aceptar sus palabras acerca del profeta, Jesús, que vendría.
(c) Aunque esta es solamente la segunda vez que Lucas usaba esta palabra en
sus escritos, volvería a hacerlo muchas veces más.
(d) (7:38) “con el ángel que le hablaba en el monte Sinaí” [meta; tou'
ajggevlou tou' lalou'nto" aujtw'/ ejn tw'/ o[rei Sina']
(2) (7:38) “y que recibió palabras de vida que darnos” [o\}" ejdevxato lovgia zw'nta
dou'nai hJmi'n]
(3) (7:39) “al cual nuestros padres no quisieron obedecer” [w|/ oujk hjqevlhsan
uJphvkooi genevsqai oiJ patevre" hJmw'n]
v) Tal como para ellos había aparecido mejor seguir como esclavos en
Egipto que aceptar la libertad dada por Dios, los del concilio habían
decidido que era mejor quedar como esclavos de la ley de Moisés (en
la cual podían ellos ejercer su poder como líderes) que tener la libertad
ofrecida en el reino nuevo pero en el cual tendrían que someterse al
mando del Mesías.
ix) Después que acababan de fabricar esos ídolos ellos declararon que
eran el dios que les había sacado de la esclavitud en Egipto, aunque ni
siquiera habían existido en aquel tiempo del éxodo.
d) Sin embargo, hasta el día de hoy la gente suele crear a dioses que
conformen a sus deseos y no a la realidad del Dios real que se ha
revelado al hombre a través de la historia humana.
(2) (7:42) “y los entregó a que rindiesen culto al ejército del cielo:” [kai;
parevdwken aujtou;" latreuvein th'/ stratia'/ tou' oujranou']
(3) (7:42) “como está escrito en el libro de los profetas:” [kaqw;" gevgraptai ejn
bivblw/ tw'n profhtw'n]
(c) (7:42) “En el desierto por cuarenta años, casa de Israel?” [e[th
tesseravkonta ejn th'/ ejrhvmw/, oi\\ko" jIsrahvl_]
(e) (7:43) “Y la estrella de vuestro dios Renfán” [kai; to; a[stron tou' qeou'
uJmw'n Raifavn]
(f) (7:43) “Figuras que os hicisteis para adorarlas” [tou;" tuvpou" ou\}"
ejpoihvsate proskunei'n aujtoi'"]
(g) (7:43) “Os transportaré, pues, más allá de Babilonia” [kai; metoikiw'
uJma'" ejpevkeina Babulw'no"]
(1) El tabernáculo mismo, como se puede apreciar por su nombre, era para que ellos
recordaran la realidad de Dios y las cosas que El había hecho por su pueblo
elegido.
(5) Ya que una de las acusaciones en su contra era de haber hablado en contra de el
“lugar santo” [tou' tovpou tou' aJgivou], ahora Esteban empezaba a enfocar la
realidad de ese lugar santo en la voluntad de Dios.
(6) (7:44) “como había ordenado Dios cuando dijo a Moisés que lo hiciese
conforme al modelo que había visto” [kaqw;" dietavxato oJ lalw'n tw'/ Mwu>sh'/
poih'sai aujth;n kata; to;n tuvpon o\}n eJwravkei]
ii) Segundo, Moisés fue obligado por Dios mismo seguir el modelo que
Dios le había mostrado, así que ni siquiera el líder del pueblo escogido
por Dios mismo tenía el derecho de variar de la voluntad divina.
2) Esta vez fue el Río Jordán, para que pasaran ellos con el
tabernáculo que El había mandado a Moisés construir
conforme al patrón que le había sido mostrado.
(7) (7:46) “Este halló gracia delante de Dios” [o\}" eu|ren cavrin ejnwvpion tou'
qeou']
(a) Con esta frase Esteban empezaba a dedicar sus palabras a la relación del
gran rey David con las palabras y la voluntad de Dios en cumplir por medio
de David su agenda.
(h) (7:47) “Mas Salomón le edificó casa” [Solomw;n de; oijkodovmhsen aujtw'/
oi\\kon]
(1) Uno debe recordar que estas palabras, duras que eran, representan la obra del
Espíritu Santo actuando en Esteban.
(a) Eran obstinados, negando creer no solamente las profecías sino también la
comprobación de ellas a través de las maravillas que ellos mismos habían
visto y que no podían negar.
(b) Eran testarudos, porfiados, y rebeldes a lo enviado a ellos por el Dios al cual
pretendían dedicarse.
(3) Llamar a unos judíos “incircuncisos” [ajperivtmhtoi] era el insulto más grande
imaginable.
(b) Era identificarles como los que no tenían un pacto con el Dios de Israel.
a) Era decir que ellos eran fraudes, hipócritas, practicando algo que
en sus corazones no creían.
b) Era decir que externamente eran partes del pueblo de Dios, pero
en sus corazones no habían hecho una alianza con Dios para
pertenecer a El y obedecerle.
c) Era decir que eran sujetos a su Dios solamente de los labios para
fuera, no en sus corazones.
d) Era decir que ellos eran, como Jesús solía llamarles, hipócritas,
pretendiendo ser piadosos cuando en realidad solamente
buscaban los intereses propios.
ii) “Incircuncisos ... de oídos” [ajperivtmhtoi ... toi'" wjsivn] era una
manera de decir que no estaban dispuestos escuchar el mensaje divino,
ni de los profetas ni tampoco del Mesías mismo y sus enviados.
(4) (7:51) “Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo” [uJmei'" ajei; tw'/ pneuvmati
tw'/ aJgivw/ ajntipivptete]
(e) Uno hoy en día debe entender, al igual que ellos, que si uno niega lo
inspirado por el Espíritu Santo en las palabras de las Escrituras para elegir
creer y practicar algo distinto, uno también es culpable de resistir el Espíritu
Santo.
ii) Ellos estaban actuando como los que le rechazaron a Moisés cuando él
quería librarlos de la opresión en Egipto.
iii) Ellos estaban actuando como los que le rechazaron a Moisés, y también
a Dios mismo, cuando hicieron el becerro de oro en el Monte de Sinaí.
iv) Ellos estaban actuando como los que rechazaron la promesa de Dios
al negar entrar en la tierra prometido en el tiempo de los espías
porque ellos, en vez de confiar en las promesas divinas, no se creyeron
capaces de vencer a los gigantes que ocuparon tal tierra.
sus antepasados.
(5) (7:52) “¿A cuál de los profetas no persiguieron vuestros padres?” [tivna tw'n
profhtw'n oujk ejdivwxan oiJ patevre" uJmw'n_]
(a) Comp prueba de la testarudez de sus antepasados frente a los que les
habían traído el mensaje divino, Esteban les hace recordar con esta pregunta
el trato que los profetas habían recibido de parte de sus ancestros.
(b) Una cosa muy característica del pueblo judío era su rechazo de los profetas
si éstos no profetizaron algo aceptable al pueblo.
(6) (7:52) “Y mataron a los que anunciaron de antemano la venida del Justo”
[kai; ajpevkteinan tou;" prokataggeivlanta" peri; th'" ejleuvsew" tou' dikaivou]
(a) Ahora Esteban compara el trato recibido por los profetas que profetizaron
del Mesías con el trato que ellos mismos habían dado al Mesías cuando
finalmente había llegado para salvar al pueblo.
(b) En esta frase Esteban, para comprobar que ellos estaban actuando
exactamente de la misma manera que sus antepasados en contra de los
profetas, usaba el término “el Justo” [tou' dikaivou] para referirse a Cristo,
algo visto también en varios otros textos.
iii) Pablo también clarificó que sería imposible aplicar este término a
alguien que no fuera Jesús, el único sin pecado.
(c) (7:52) “de quien vosotros ahora habéis sido entregadores y matadores”
[ou| nu'n uJmei'" prodovtai kai; fonei'" ejgevnesqe]
(2) Es notable que la misma verdad puede causar reacciones muy distintas en los
corazones de los oyentes.
(3) Sin embargo, esto no depende del mensaje, ni siquiera de la manera en el cual se
ha presentado, sino en la disposición del corazón del oyente.
(c) Sigue siendo la misma historia en todo el relato del libro de Hechos y sigue
siendo lo que suelen hacer los hombres hasta el día de hoy en reacción a las
verdades divinas que no quieren aceptar porque no quieren asumir sus
propios pecados ni sus responsabilidades frente estas verdades.
b. (7:54) “y crujían los dientes contra él” [kai; e[brucon tou;" ojdovnta" ejp! aujtovn]
(4) Esta acción es una señal de una ira incontrolable, una reacción más bien animal
que humana.
b. (7:55) “lleno del Espíritu Santo” [uJpavrcwn de; plhvrh" pneuvmato" aJgivou]
(d) Lucas no dijo que Estaban vio a Dios mismo, sino que vio su “gloria”
[dovxan].
(2) (7:55) “y a Jesús que estaba a la diestra de Dios” [kai; jIhsou'n eJstw'ta ejk
dexiw'n tou' qeou']
(a) Sin embargo, ahora Lucas claramente dijo que Esteban logró ver a Jesús al
lado del trono de su Padre.
(b) Literalmente el texto griego dice “de pie a la diestra de Dios” [eJstw'ta ejk
dexiw'n tou' qeou'], como también en el próximo versículo.
(c) Estos dos versículos representan las únicas veces en las Escrituras donde se
encuentra esto, ya que en todas las otras ocasiones Jesús se encuentra
sentado a la diestra del Padre, no de pie.
(d) Es el mismo lenguaje usado por Jesús cuando hablaba de los fariseos cuando
ellos oraban de pie en las sinagogas para ser vistos por los hombres.
(1) (7:56) “He aquí, veo los cielos abiertos” [ijdou; qewrw' tou;" oujranou;"
dihnoigmevnou"]
(a) El hecho que Esteban decía que él podía ver lo que estaba en el cielo debía
haber sido algo que realmente les molestaba a sus oponentes, aun antes de
decirles lo que estaba viendo allí.
(2) (7:56) “y al Hijo del Hombre que está a la diestra de Dios” [kai; to;n uiJo;n
tou' ajnqrwvpou ejk dexiw'n eJstw'ta tou' qeou']
(b) La frase “Hijo del Hombre” [uiJo;n tou' ajnqrwvpou] era la que Jesús usaba
frecuentemente para describirse a sí mismo para identificarse con las
profecías mesiánicas, y era una frase que esos judíos habrían tomado como
clara referencia al Mesías.
(c) En efecto, Esteban estaba diciéndoles que Jesús estaba en el trono divino,
reinando con Dios mismo, que fue El, no los del concilio, que tenía poder
para juzgar.
(3) La afirmación de poder ver a Jesús en el cielo a la diestra de Dios mismo era una
manera clara de decir varias cosas muy chocantes a sus oidores.
(b) Significaba, tal como los apóstoles habían afirmado, que Dios le había
exaltado para reinar a su lado.
(c) Implicaba que Jesús era en realidad el Mesías de las profecías y que ellos, tal
como sus antepasados con los profetas, habían sido culpables del rechazo
y de la muerte del enviado divino.
(1) Es decir que ellos empezaron a gritar en contra de él y las cosas que estaba
diciendo.
(2) Eran tan furiosos que estaban crujiendo sus dientes y ahora gritando – y eso que
ellos componían la corte suprema de la nación.
(2) Estas acciones (crujir los dientes, gritar, tapar los oídos) son acciones de los niños,
no acciones apropiados para los líderes responsables para el bien estar de un
pueblo.
(3) Uno debe recordar que ellos eran los ancianos del pueblo de Israel, la corte
suprema, el Sanedrín mismo, aunque estaban actuando como niños chicos que no
estaban recibiendo lo que querían.
d. (7:57) “y arremetieron a una contra él” [kai; w\{rmhsan oJmoqumado;n ejp! aujto;n]
(1) La blasfemia, la profanación del templo, era el único crimen por el cual el Sanedrín
tenía el derecho de pronunciar la pena de muerte.
(2) Sin embargo, la corte judaica tenía la obligación de conseguir autorización de los
romanos para poder llevar a cabo la ejecución, cosa que no parece haber pasado
según el relato de Lucas. no tuvo derecho legal para pronunciar sentencia de
muerte, junto con
(3) Por esta razón es difícil asegurar si Esteban fue apedreado por el mandato de la
corte o fue muerto a piedras por la turba, aunque el lenguaje de Lucas que
indicaba un grupo que tan enojado que ellos perdieron control, puede sugerir que
lo más probable sería que haya sido una acción de la turba y no una acción legal.
f. (7:58) “y los testigos pusieron sus ropas a los pies de un joven que se llamaba
Saulo” [kai; oiJ mavrture" ajpevqento ta; iJmavtia aujtw'n para; tou;" povda" neanivou
kaloumevnou Sauvlou]
(1) “Los testigos” [oiJ mavrture"] serían los que habían sido pagados anteriormente
para mentir en su contra para dar una semblanza de legalidad a tales acciones.
(b) Según la ley de Moisés por lo menos dos testigos eran necesarios para lograr
la condena de muerte.
(2) Mientras apedreaban a Esteban los que estaban lanzando las piedras habrían
sacado su ropa exterior y “pusieron sus ropas a los pies de un joven que se
llamaba Saulo” [ajpevqento ta; iJmavtia aujtw'n para; tou;" povda" neanivou
kaloumevnou Sauvlou].
(a) Esta es la primera referencia a Saulo, quien jugaría un papel muy importante
en el resto del libro de Hechos.
(b) En ese momento era “un joven” [neanivou], una palabra que indica que no
era uno del concilio, que no era un anciano del pueblo judío.
g. Es interesante, en vez de pedir misericordia de ellos, en vez de rogar por su vida, que
Esteban hizo algo muy distinto en sus últimos momentos de vida, momento en los
cuales las piedras deberían haberle causado dolorosos intensos – oró por su espíritu
y por los que le estaban dando la muerte.
h. (7:59) “Señor Jesús, recibe mi espíritu” [kuvrie jIhsou', devxai to; pneu'ma mou]
(1) Esta es la primera de las dos oraciones de Esteban mientras la turba le estaba
matando.
(2) Esta oración es muy parecido a las palabras del Señor que se encuentran en la
historia de su crucifixión.
i. (7:60) “Y puesto de rodillas, clamó a gran voz:” [qei;" de; ta; govnata e[kraxen
fwnh'/ megavlh/]
(1) Aquí uno debe entender que no se puso de rodillos para poder orar, sino porque
le estaban golpeando con grandes piedras.
(2) A pesar de las afirmaciones de algunos, sería injusto usar este pasaje par decir que
es necesario arrodillarse para orar por varias razones.
(b) No hay nada en el contexto, ni en otras partes del texto del Nuevo
Testamento que indica que esa postura sea necesario para la oración.
(c) Jesús mismo, al orar a su Padre en la cruz, no estaba arrodillado y por ende
tal postura no es una obligación para que la oración tenga eficacia.
(8) (7:60) “Señor, no les tomes en cuenta este pecado” [kuvrie, mh; sthvsh/"
aujtoi'" tauvthn th;n aJmartivan]
(c) Sin embargo, el hecho que haya pedido que Dios no les tomara en cuenta
lo que ellos estaban haciendo no debe tomarse como evidencia que ellos
salieran sin la culpa de sus propias acciones solamente porque él lo pidió.
(1) Esta manera de usar la palabra “durmió” [ejkoimhvqh] era solamente usar un
eufemismo para decir “murió”, y era algo muy común en el texto bíblico.
(2) Este eufemismo también apunta en la vida cristiana a la realidad que la muerte no
es algo permanente, sino un paso hacia una vida futura, eterna con Cristo.
(3) Con su muerte, por lo menos en la historia contada en el texto bíblico, Esteban
pasó a ser el primer mártir que daba su vida por seguir en pos de Cristo.
“1 Y Saulo consentía en su muerte. En aquel día hubo una gran persecución contra la
iglesia que estaba en Jerusalén; y todos fueron esparcidos por las tierras de Judea y de
Samaria, salvo los apóstoles. 2 Y hombres piadosos llevaron a enterrar a Esteban, e
hicieron gran llanto sobre él. 3 Y Saulo asolaba la iglesia, y entrando casa por casa,
arrastraba a hombres y a mujeres, y los entregaba en la cárcel.”
2. (8:1) “Y Saulo consentía en su muerte” [Sau'lo" de; h\\n suneudokw'n th'/ ajnairevsei
aujtou']
b. Sin embargo, desde este punto, poco a poco, Saulo va a convertirse en la protagonista
principal en el libro.
(2) Hizo sus estudios en la ciudad de Jerusalén, estudiando bajo el rabí Gamaliel, el
principal entre todos los maestros judíos de su época.
(4) En este momento era uno de los principales líderes de la oposición al cristianismo
y muy de acuerdo con la matanza de Esteban por lo que él consideró sacrilegio.
3. (8:1) “En aquel día hubo una gran persecución contra la iglesia que estaba en
Jerusalén” [ jEgevneto de; ejn ejkeivnh/ th'/ hJmevra/ diwgmo;" mevga" ejpi; th;n ejkklhsivan th;n
ejn JIerosoluvmoi"]
a. Los ataques anteriores habían sido limitados a los apóstoles y otros, como Esteban,
que servían como portavoces del Camino.
b. Sin embargo, con la muerte de Esteban, todo esto cambió y todos los discípulos
pasaron a ser blancos para una fuerte persecución, de la cual Saulo era un jugador
principal.
(1) (8:1) “por las tierras de Judea” [ta;" cwvra" th'" jIoudaiva"]
(a) Esto habría sido la área entre Judea y la provincia de Galilea, más al norte.
(4) Es interesante la comparación de este evento, que no fue por la voluntad de los
de la iglesia, sino por causas fuera de su control, con lo que pasó en la historia de
la torre de Babel.
(a) En el tiempo de Noé y su familia, cuando ellos salieron del arca, Dios les
(b) Sin embargo, parece que ellos quisieron quedarse todos juntos y crear una
gran ciudad y una torre que llegaría hasta el cielo en vez de esparcirse por
la tierra.
(c) En el tiempo de los apóstoles Jesús les había dado instrucciones para que
salieran a evangelizar todo el mundo empezando en Jerusalén.
(d) Sin embargo, ellos, como también los nuevos convertidos, se habían
quedado en Jerusalén hasta este punto de la historia cuando, por medio de
la persecución, eran forzados a ir a otras partes.
(1) Es interesante notar, antes del encuentro de Esteban con los de la sinagoga de los
libertos que resultaba con su muerte, que toda la persecución estaba en contra
de los apóstoles.
(2) Sin embargo, ahora ellos son los únicos entre todos los creyentes que no fueron
dispersos por la nueva persecución.
(3) A lo mejor el gran poder que ellos habían mostrado había dejado tanto temor en
los demás que ellos no se atrevían intentar perseguir a los apóstoles mismos por
los posibles repercusiones, recordando lo que había pasado a Ananías y Safira.
4. (8:2) “Y hombres piadosos llevaron a enterrar a Esteban, e hicieron gran llanto sobre
él” [sunekovmisan de; to;n Stevfanon a[ndre" eujlabei'" kai; ejpoivhsan kopeto;n mevgan ejp!
aujtw']/
c. Obviamente, al haber sido uno de los siete seleccionados para asumir la tarea de la
distribución diaria de ayuda, Esteban habría sido muy reconocido entre los discípulos
y su muerte les causó mucha pena.
“4 Pero los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio. 5
Entonces Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaria, les predicaba a Cristo. 6 Y la gente,
unánime, escuchaba atentamente las cosas que decía Felipe, oyendo y viendo las señales
que hacía. 7 Porque de muchos que tenían espíritus inmundos, salían éstos dando grandes
voces; y muchos paralíticos y cojos eran sanados; 8 así que había gran gozo en aquella
ciudad. 9 Pero había un hombre llamado Simón, que antes ejercía la magia en aquella
ciudad, y había engañado a la gente de Samaria, haciéndose pasar por algún grande. 10
A éste oían atentamente todos, desde el más pequeño hasta el más grande, diciendo: Este
es el gran poder de Dios. 11 Y le estaban atentos, porque con sus artes mágicas les había
engañado mucho tiempo. 12 Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio
del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres. 13 También
creyó Simón mismo, y habiéndose bautizado, estaba siempre con Felipe; y viendo las
señales y grandes milagros que se hacían, estaba atónito.”
1. (8:4) “Pero los que fueron esparcidos” [OiJ me;n ou\\n diasparevnte"]
a. Estos que fueron esparcidos habrían sido, según los versículos anteriores, todo los
discípulos, menos los apóstoles mismos, quienes habían quedado en Jerusalén.
(1) Hasta este punto Lucas había presentado solamente los apóstoles, y después
Esteban, como los que habían estado predicando el mensaje de las buenas nuevas
en Cristo.
(3) Como el resultado de estas acciones de ellos la iglesia empezó a crecer de grande
manera en todo Palestina.
(4) Hoy en día sería lo mismo si todos los cristianos tomarían en serio la necesidad
de compartir con otros el mensaje en vez de dejar esa tarea a unos pocos.
a. Tal como fue el caso de Esteban en la historia anterior, Felipe era uno de los siete
seleccionado en Jerusalén para aliviar el trabajo de los apóstoles, sirviendo como uno
de los encargados de la distribución diaria de ayuda.
b. Además, como hacía con Esteban anteriormente, Lucas ahora presenta a Felipe
demostrando poderes que solamente se habían visto anteriormente en los apóstoles
y en Esteban.
c. Sin embargo, es interesante notar que en ambos casos, aunque Lucas mencionaba las
señales que ellos hacían con el poder del Espíritu, el enfoque del texto está en el
mensaje que presentaban, no en los poderes que ellos demonstraban para comprobar
su mensaje.
d. Estos dos hombres eran ambos helenistas con deseos de comunicar las buenas nuevas
del Mesías a los que no eran los judíos nativos a las tierras de Palestina.
(3) Tanto Juan el Bautista, como también Jesús, habían estado en este sector
predicando el mensaje de la venida del reino de Dios, en preparación del anuncio
del evangelio que les estaba siendo ahora predicado por Felipe.
(1) Es muy importante notar que el mensaje que Felipe les predicaba era el mensaje
del Cristo, del Mesías, del libertador y salvador prometido en el texto del Antiguo
Testamento, ya que los samaritanos también compartían el trasfondo del texto
bíblico antiguo y una creencia en Dios y en su promesa de la venida del Mesías.
(2) Es igualmente importante notar que el mensaje aquí, tal como en los otros
ejemplos del evangelismo del libro de Hechos, era el mensaje del Mesías,
enfocando más en El que en los que le estaban siguiendo.
(c) Hoy en día es común, en una búsqueda del éxito en el evangelismo, que se
enfoca demasiado en la iglesia y no lo suficiente en la necesidad de confiar
en el Mesías y en sus palabras como fuente de la salvación.
a. (8:6) “escuchaba atentamente las cosas que decía Felipe” [prosei'con ... toi'"
legomevnoi" uJpo; tou' Filivppou]
(a) Esta es lo que muchas veces hace falta en el día de hoy porque personas,
como los oyentes de Esteban en la historia anterior, no quieren prestar
atención a lo que están escuchando a pesar de la veracidad de las palabras.
(3) (8:6) “y viendo las señales que hacía” [aujtou;" kai; blevpein ta; shmei'a a\}
ejpoivei]
(a) Parece muy probable que la atención de los samaritanos a las palabras de
Felipe haya sido parciamente a causa de las señales que le vieron hacer.
(b) Es evidente que estas señales que él hizo eran para comprobar las palabras
que hablaba, así dando a sus oyentes a saber que sus palabras en verdad
eran el mensaje divino.
(c) Las siguientes frase dan a conocer los diferentes tipos de señales que él hacía
para que la gente de Samaria lograran creer en la veracidad de su mensaje
acerca de Jesús como el Mesías.
(d) (8:7) “Porque de muchos que tenían espíritus inmundos” [polloi; ga;r
tw'n ejcovntwn pneuvmata]
ii) (8:7) “salían éstos dando grandes voces” [ajkavqarta bow'nta fwnh'/
megavlh/ ejxhvrconto]
ii) Estos tipos de señales eran parte del proceso de evangelismo descrito
en Hechos, no solamente entre los judíos, sino también entre los
samaritanos y los gentiles, sirviendo para comprobar la veracidad del
sorprendente mensaje que predicaron de Jesús y su oferta de perdón.
b. (8:8) “así que había gran gozo en aquella ciudad” [ejgevneto de; pollh; cara; ejn
th'/ povlei ejkeivnh/]
(1) Este gozo habría sido el resultado de la sanidad de muchos que habían estado
sufriendo por efecto de enfermedades y espíritus malos.
(2) También habría sido el resultado de haber recibido y creído el evangelio de Jesús
que Felipe había compartido con ellos, las buena nuevas de libertad, no solamente
de los dolencias físicas, sino también del peso de sus pecados.
4. (8:9) “Pero había un hombre llamado Simón” [ jAnh;r dev ti" ojnovmati Sivmwn]
a. (8:9) “que antes ejercía la magia en aquella ciudad” [prou>ph'rcen ejn th'/ povlei
mageuvwn]
(1) Las palabras de Pablo en cuanto a otro que practicaba la magia en aquel tiempo
lleva uno a creer que sus poderes eran con la ayuda del demonio, ya que en esa
instancia, inspirado por el Espíritu Santo, Pablo le llamó “hijo del diablo” [uiJe;
diabovlou].
(2) La magia era algo muy común entre las creencias y prácticas de los gentiles del
mundo antiguo.
(3) Aunque esta magia había sido condenada por la ley mosaica, también a veces se
encontraba practicandose entre los judíos mismos, como también entre los
samaritanos.
(4) (8:9) “y había engañado a la gente de Samaria” [kai; ejxistavnwn to; e[qno"
th'" Samareiva"]
(a) Sus poderes no eran lo que él pretendía, sino eran una manera de engañar
a la gente.
(c) En este caso, durante mucho tiempo, Simón había logrado engañar a los de
la ciudad de Samaria, haciéndoles aceptarle como un representante de Dios,
alguien de importancia y grandeza, cuando en realidad él solamente era un
fraude y su poder venía, no de Dios, sino de Satanás.
(d) Esta misma tentación, la de querer que los demás vean a uno como alguien
de importancia, alguien grande, sigue siendo hoy en día uno de los lazos de
Satanás para capturar a muchos en el mundo religioso actual.
(5) (8:9) “haciéndose pasar por algún grande” [levgwn ei\\nai tina eJauto;n
mevgan]
(a) Parte de su engaño, obviamente, era convencer a la gente que él mismo era
alguien de importancia, muy distinta a la actitud de los en el texto bíblico que
hicieron los milagros con el poder de Dios.
(2) (8:10) “desde el más pequeño hasta el más grande, diciendo:” [ajpo; mikrou'
(a) (8:10) “Este es el gran poder de Dios” [ou|to" ejstin hJ duvnami" tou'
qeou hJ kaloumevnh megavlh']
(a) (8:11) “porque con sus artes mágicas les había engañado mucho
tiempo” [dia; to; iJkanw'/ crovnw/ tai'" mageivai" ejxestakevnai aujtouv"]
(d) Es obvio, entonces, que ante de la venida de Felipe, Simón tenía engañados
a todos los de ese sector y ellos le prestaron atención porque pensaban que
él era portavoz de Dios.
5. (8:12) “Pero cuando creyeron a Felipe” [o\{te de; ejpivsteusan tw'/ Filivppw/]
a. Aquí, tal como en el primer sermón que Lucas presentaba en capítulo dos, cuando los
oyentes creyeron el mensaje ellos automáticamente respondieron haciendo lo que los
mensajeros les habían instruido hacer, comprobando que verdaderamente el hecho
de creer implica también la necesidad de obedecer.
b. (8:12) “que anunciaba el evangelio del reino de Dios” [eujaggelizomevnw/ peri; th'"
basileiva" tou' qeou']
(1) Esta frase “que anunciaba el evangelio del reino de Dios” [eujaggelizomevnw/
peri; th'" basileiva" tou' qeou'] es sinónima a la frase encontrada en versículo
cuatro, situación donde Lucas usó las palabras “anunciando el evangelio”
[eujaggelizovmenoi to;n lovgon], y en versículo cinco, donde Lucas usó las palabras
“les predicaba a Cristo” [ejkhvrussen aujtoi'" to;n Cristovn].
(4) Hay solamente un evangelio, el mensaje del reino de Dios que fue traído al
mundo por Cristo, ofreciendo el hombre perdón por medio del sacrificio de la
sangre del Mesías y un lugar en el reino divino.
(5) Nuevamente, uno debe recordar que en realidad la frase “el nombre de
Jesucristo” [tou' ojnovmato" jIhsou' Cristou'] significa el nombre de Jesús, el
Cristo, y que mientras que “Jesús” [ jIhsou'] era su nombre, la palabra “Cristo”
[Cristou'] era un título que le identificaba como el Mesías.
(1) Nuevamente, esta es la misma reacción que muchas veces Lucas combinada con
la creencia al mensaje del evangelio.
(2) Aunque en muchos casos hoy en día los hombres niegan que el bautismo sea una
parte integral de la obediencia al evangelio, y niegan que tenga que ver con recibir
el perdón de los pecados, la continua referencia a ella por Lucas parece proveer
clara indicación que esto no es el caso.
(3) En fin, si el mensaje predicado desde el día de Pentecostés y adelante era uno que
llamaba al oyente al arrepentimiento y el bautismo en el nombre de Jesucristo
para el perdón de pecados, y Lucas continuamente enfatizaba que al creer los
oyentes “se bautizaban” [ejbaptivzonto], la única razón posible para discutir su
importancia en la salvación del pecador sería que uno no quiere aceptar la
evidencia clara del texto bíblico.
(4) Esta frase “hombres y mujeres” [a[ndre" te kai; gunai'ke"] es importante para
varias razones.
(a) Incluye a ambos sexos en una forma clara, indicando que cada uno era
responsable para su propia respuesta al mensaje.
(b) Lucas no incluye el concepto de los niños, sino específicamente usó palabras
relacionadas con adultos, excluyendo con ellos los niños, ya que no es lo
mismo decir “hombres y mujeres” [a[ndre" te kai; gunai'ke"] que decir
“machos y hembras” o “masculinos y femeninas”.
(d) Que estos versículos no pudieron haber incluido a los que no eran de la
edad para ser capaces de entenderlo y creerlo, o los que nunca habían oído
el mismo mensaje, es evidente, aunque muchos grupos religiosos hoy
predican y practican algo que es contradictoria a esa realidad lógica se basa
en el contenido de los textos mismos.
6. (8:13) “También creyó Simón mismo” [oJ de; Sivmwn kai; aujto;" ejpivsteusen]
a. Nuevamente Lucas indicaba que el hecho de creer el mensaje verdadero del reino de
Dios y el nombre de Jesucristo antecedía el bautismo y lo presentaba como la
consecuencia natural de tal fe.
b. Parece obvio en el texto que no solamente los que habían sido engañados por la magia
de Simón, sino también Simón mismo, al ver la diferencia entre lo hecho por él y lo
hecho por Felipe, llegaron a creer que Felipe en realidad era portavoz divino.
(1) Aunque muchos argumentan que la fe de Simón nunca fue una fe verdadera, no
hay nada en el texto que indica que haya sido así, sino exactamente al revés.
(2) Al contrario, Lucas claramente afirmaba que Simón, tal como los otros bautizados
en Samaria en aquella ocasión, “creyó” [ejpivsteusen].
(a) El hecho de hacer el reclamo, como muchos que intentan defender una
doctrina de “una vez salvo siempre salvo” hacen, que la fe de Simón no fue
real es negar el texto claro de la Escritura inspirada, es negar la capacidad
del Espíritu Santo saber si uno está actuando de buena fe o no.
(c) Es lógicamente imposible afirmar que los demás de los de Samaria, que
Lucas en versículo doce afirma “creyeron a Felipe, que anunciaba el
evangelio ... se bautizaban” [ejpivsteusan tw'/ Filivppw/ eujaggelizomevnw/
... ejbaptivzonto], tenían una fe real, mientras que uno afirma que en el
versículo trece, en cuanto a Simón, las palabras de Lucas en la frase
“también creyó Simón mismo” [oJ de; Sivmwn kai; aujto;" ejpivsteusen] no
significan lo mismo. !Qué afirmación más absurda e ilógica! !Qué distorsión
más intencional del texto!
(d) Entonces, los que dicen que la fe de Simón no era sincera, en un intento de
defender su propia doctrina errada, cometen el grave error de estar
afirmando que el Espíritu Santo no conoce los corazones de los hombres o
que El es culpable de haber inspirado algo contradictorio a la verdad al
inspirar Lucas a escribir lo que escribió aquí.
(3) Además, con la próxima frase Lucas daba a conocer que Simón no solamente
había creído sino también su fe le había llevado a obedecer lo dicho por Felipe.
(4) Este obediencia a la fe es también lo que se puede apreciar en los otros relatos
de las personas respondiendo al mensaje de salvación en el libro de Hechos y era
el énfasis del ministerio de los apóstoles.
(1) Tal como ocurrió en las otras ocasiones, los que creyeron el mensaje, que
obviamente incluía la necesidad de bautizarse, se bautizaron, y también en esta
ocasión ese creyente del mensaje predicado por Felipe se bautizo.
(2) Que el mensaje predicado por Felipe tenía como parte íntegra la necesidad de
bautizarse para el perdón del pecado, y para recibir el Espíritu Santo que Dios
había derramado, se encuentra con aun más apoyo en la historia del mismo Felipe
y la reacción del etíope al mensaje entregado a él por este mismo mensajero
divino.
(1) Esta había sido la reacción de los creyentes bautizados desde el primer momento
del cristianismo; mantenerse junto con los que los enseñaron la verdad de la
salvación en Cristo.
(3) Es así que la idea de algunos en el día de hoy, que uno puede entender, creer, y
obedecer el evangelio pero no juntarse con los otros que predican y practican esa
misma doctrina es errada por las siguientes razones.
(a) Ellos olvidan que Dios va cada día añadiendo a los que se están salvando a
través de la obediencia al evangelio a un solo cuerpo y El no quiere que haya
divisiones en ese cuerpo de su Hijo, que es la iglesia.
(b) Ellos olvidan que hay salvación solamente en Cristo y la iglesia, o sea, el
conjunto de los que han sido llamados fuera del mundo, y del pecado, para
pertenecer a un cuerpo donde El es la cabeza, y que mantenerse alejada de
dicho cuerpo y la comunión de ella es ir en contra de la voluntad y el plan
divino.
(c) La sangre de Cristo, que es el único sacrifico por el pecado del hombre,
sigue limpiando los pecados de los que andan en la luz, los que se mantienen
en comunión con los apóstoles y los otros que andan en la obediencia a El,
y un parte de sus mandamientos incluye el cuidado mutua entre los
miembros, cosa que sería imposible cumplir si uno no se mantiene junto con
los demás en el mismo cuerpo.
ginomevna"]
(b) Al contraste, ahora era el engañador mismo, él que ya había sido convencido
de la veracidad del poder de Felipe y de su mensaje, que seguía siendo
maravillado por lo que presenciaba.
(c) El poder que Felipe mostraba, ya fue reconocido por Simón mismo como
algo muy diferente a los propios engaños suyos anteriores y él era
convencido de la realidad de lo que estaba viendo en las obras de Felipe.
(d) No hay testimonio más fidedigno que el testimonio de uno quien había
querido ser conocido como “el gran poder de Dios” [hJ duvnami" tou' qeou
hJ kaloumevnh megavlh], cuando él mismo reconoció el real poder de Dios
en las señales hechas por Felipe, y se quedó atónito por lo que estaba
viendo.
“14 Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaria había recibido la
palabra de Dios, enviaron allá a Pedro y a Juan; 15 los cuales, habiendo venido, oraron por
ellos para que recibiesen el Espíritu Santo; 16 porque aún no había descendido sobre
ninguno de ellos, sino que solamente habían sido bautizados en el nombre de Jesús. 17
Entonces les imponían las manos, y recibían el Espíritu Santo. 18 Cuando vio Simón que por
la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero, 19
diciendo: Dadme también a mí este poder, para que cualquiera a quien yo impusiere las
manos reciba el Espíritu Santo. 20 Entonces Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo,
porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero. 21 No tienes tú parte ni
suerte en este asunto, porque tu corazón no es recto delante de Dios. 22 Arrepiéntete,
pues, de esta tu maldad, y ruega a Dios, si quizás te sea perdonado el pensamiento de tu
corazón; 23 porque en hiel de amargura y en prisión de maldad veo que estás. 24
Respondiendo entonces Simón, dijo: Rogad vosotros por mí al Señor, para que nada de esto
que habéis dicho venga sobre mí. 25 Y ellos, habiendo testificado y hablado la palabra de
Dios, se volvieron a Jerusalén, y en muchas poblaciones de los samaritanos anunciaron el
evangelio.”
(1) Uno debe recordar que de los miles de cristianos en Jerusalén cuando ocurrió la
muerte de Esteban, y la persecución que su muerte desató, solamente los
INSTITUTO DE ESTUDIOS BIBLICOS
“HECHOS”
HECHOS ANÁLISIS DEL TEXTO PÁGINA 282
(2) Ahora, aunque ha pasado un poco de tiempo, parece que ellos habían quedado
allí, por lo menos hasta el tiempo en el cual ocurrió la conversión de la gente de
la ciudad de Samaria a través de la predicación de Felipe.
b. (8:14) “oyeron que Samaria había recibido la palabra de Dios” [ jAkouvsante" ...
o\{ti devdektai hJ Samavreia to;n lovgon tou' qeou']
(1) Ahora Lucas usaba la frase “la palabra de Dios” [to;n lovgon tou' qeou'] para
describir el mensaje entregado por Felipe y recibido por los de Samaria.
(2) Antes él había usado otras frases como sinónimos, y después haría lo mismo
cuando contaría la historia de Felipe enseñando al etíope y a los en las ciudades
antes de llegar a Cesarea.
(b) Usó la frase “les predicaba a Cristo” [ejkhvrussen aujtoi'" to;n Cristovn].
(e) Usó la frase “le anunció el evangelio de Jesús” [eujhggelivsato aujtw'/ to;n
jIhsou'n].
(3) Debe quedar sumamente claro que todas estas frases usadas por Lucas, e
inspiradas por el Espíritu Santo, eran diferentes maneras de describir el mismo
mensaje de salvación para el hombre a través del sacrificio de Jesús, el Mesías, y
en ninguna manera deben verse como diferentes mensajes predicados a
diferentes personas.
(4) El concepto aquí de las palabras “había recibido” [devdektai] era más que un
simple hecho de que ellos había escuchado las palabras dichas por Felipe, sino que
indicaba una recepción de parte de la gente y una creencia de su parte.
2. (8:14) “enviaron allá a Pedro y a Juan” [ajpevsteilan pro;" aujtou;" Pevtron kai;
jIwavnnhn]
a. Tal como en la historia del hombre cojo, nuevamente aquí se presenta el dúo de Pedro
y Juan, esta vez siendo enviados a Samaria por los otros apóstoles.
b. (8:15) “los cuales, habiendo venido oraron por ellos ” [oi\{tine" katabavnte"
proshuvxanto peri; aujtw'n]
(2) Uno debe notar que el propósito no era para que se salvaran, una clara indicación
que ellos ya habían recibido el perdón, la salvación, cuando habían creído y
obedecido el mensaje predicado por Felipe.
c. (8:15) “para que recibiesen el Espíritu Santo” [o\{pw" lavbwsin pneu'ma a\{gion]
(1) También uno debe notar que, por algún motivo, los apóstoles en Jerusalén vieron,
a pesar de la presencia de Felipe en Samaria , uno de los siete seleccionados en
Hechos capítulo seis, que era necesario enviar unos de los apóstoles allí “para
que recibiesen el Espíritu Santo” [o\{pw" lavbwsin pneu'ma a\{gion], obviamente
una indicación que lo que iban a hacer no lo pudo hacer Felipe.
(2) Aunque este pasaje ha sido muy confuso para muchas en el día de hoy, esta
confusión proviene de falta de reconocimiento de varios factores que habrían sido
entendidos y claros para los lectores originales de la obra de Lucas.
(a) Primero, la iglesia ya habría llevado unos treinta años cuando Lucas escribió
y desde el primer mensaje de salvación en el nombre de Jesucristo el día de
Pentecostés la promesa apostólica había sido que al creer su mensaje,
arrepentirse, y bautizarse en el nombre de Jesucristo para el perdón de sus
pecados uno iba a también recibir el Espíritu Santo.
(b) Segundo, en su carta a los cristianos en Roma, escrito por lo menos cinco
años antes de Hechos, Pablo dice enfáticamente que “si alguno no tiene el
Espíritu de Cristo, no es de él” [eij dev ti" pneu'ma Cristou' oujk e[cei,
ou|to" oujk e[stin aujtou'].
(c) Además, en I Corintios, también escrita varios años antes de Hechos, Pablo
aclaraba que era por medio del bautismo (y se incluye a sí mismo a través
del uso de la primera persona plural) que esto ocurrió, diciendo “por un
solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo” [ga;r ejn eJni;
pneuvmati hJmei'" pavnte" eij" e\}n sw'ma ejbaptivsqhmen].
(d) Aun más clara es la explicación de Pablo que afirma, tanto en Romanos
como también en su carta a los colosenses, que es en el momento de ser
sepultado con Cristo en el bautismo cuando el viejo hombre de pecado
muere y el nuevo hombre resucita.
i) Ellos eran salvos antes de unirse con Cristo, una clara contradicción de
la afirmación apostólica que hay salvación solamente en El.
ii) Ellos tenían vida nueva cuando no tenían el Espíritu Santo, entonces la
fuente de vida no es el Espíritu.
iv) Aun más, cuando este mismo Felipe predicaba el mismo evangelio al
etíope, y él respondía de la misma manera que los samaritanos, siendo
bautizado, él seguía su camino a Etiopia sin haber tenido contacto con
los apóstoles.
c) A pesar de esto, uno no puede estar unido con Cristo sin tener
también su Espíritu y uno no puede tener perdón y salvación
fuera de Cristo.
(f) Como uno puede ver con el análisis de las citas y argumentos dados arriba,
aunque ellos habían sido perdonados y añadidos a la iglesia, donde ya
moraba el Espíritu Santo, ellos todavía no habían recibido de El ningún don.
(g) Esto es paralela a lo que puede verse, cuando parece que la imposición de
las manos de los apóstoles permitiera que los siete recibían poderes
sobrenaturales, ya que no hay indicio de eso antes de ese momento.
(h) Al no ser así, después de la muerte de los apóstoles nadie sería capaz de
recibir el Espíritu Santo, ya que es obvio que ni Felipe mismo tenía la
capacidad de dar ese beneficio que solamente podía conseguirse con la
imposición de las manos de los apóstoles.
(3) (8:16) “porque aún no había descendido sobre ninguno de ellos” [oujdevpw
(a) Es interesante analizar esta frase “no había descendido sobre ninguno de
ellos” [ejp! oujdeni; aujtw'n ejpipeptwkov"], no solamente en el contexto en
el cual estaba usado aquí, sino también cuando se utilizó en otros contextos.
iii) Tercero, si la frase tiene relación con los poderes milagrosos que el
Espíritu impartía según su propia voluntad, y no con el Espíritu llegando
a morar en el salvo, entonces:
iv) Cuarto, si la frase tiene relación con la morada del Espíritu Santo en el
creyente bautizado, entonces:
i) El texto griego dice “en el nombre del Señor Jesús” [eij" to; o[noma
tou' kurivou jIhsou'] y no solamente “en el nombre de Jesús” como
se ha traducido en la Reina-Valera de 1960.
ii) Sin embargo, el texto es muy claro en decir que habían hecho
exactamente lo que Pedro mismo mandó a los que estaban en
Jerusalén el día de Pentecostés y a los cuales les había hecho una
promesa que al hacerlo ellos iban a recibir “el don del Espíritu Santo”
[th;n dwrea;n tou' aJgivou pneuvmato"], añadiendo que esta promesa era
también para “todos los que están lejos” [pa'sin toi'" eij" makravn]
una frase que sin duda tenía que incluir a los de Samaria.
iii) Nuevamente, argumentar que esta frase significaba para los primeros
cristianos, para los cuales fue escrito que “el Espíritu Santo, el cual
ha dado Dios a los que le obedecen” [to; pneu'ma to; a\{gion o\}
e[dwken oJ qeo;" toi'" peiqarcou'sin aujtw'/ ] (Hechos 5:32), que los de
Samaria no habían recibido el Espíritu Santo para tener vida nueva, es
negar todo lo escrito y dicho por los apóstoles.
iv) La única conclusión lógica para el sentido de esta frase es que Lucas
estaba haciendo un contraste entre el hecho de recibir por el bautismo
el perdón y el Espíritu Santo (como había sido prometido) y el hecho
de recibir, por la imposición de las manos de los apóstoles, los poderes
que el Espíritu Santo otorgaba según su voluntad.
(4) (8:17) “Entonces les imponían las manos” [tovte ejpetivqesan ta;" cei'ra" ejp!
aujtou;"]
a. La pregunta que uno debe hacerse aquí es ¿qué era lo que Simón vio, el Espíritu Santo
mismo, o las manifestaciones de los poderes que ellos recibieron?
(1) La respuesta es obvia – uno no puede ver el Espíritu, pero uno puede ver y oír
los poderes en acción.
b. (8:18) “que por la imposición de las manos de los apóstoles” [o\{ti dia; th'"
ejpiqevsew" tw'n ceirw'n tw'n ajpostovlwn]
(1) El texto griego no incluye la palabra “Santo” en este versículo, sino solamente dice
“el Espíritu” [to; pneu'ma].
(2) Sin embargo, es obvio que estaba refiriendo a los dones dado por el Espíritu
Santo, y que Dios estaba afirmando su aceptación de los samaritanos, porque
ellos habían obedecido al evangelio que Felipe les había entregado.
(a) Tal como fue el caso cuando el Espíritu Santo actuaría para comprobar, en
el caso de Cornelio, la aceptación de los gentiles en el cristianismo, aquí
también el traspaso de poderes espirituales a los samaritanos por medio de
las manos de los apóstoles comprobaba que Dios aceptaba también a ellos.
(b) Como fue muy difícil para que los judíos llegaran a aceptar a los gentiles
como pleno participantes en la iglesia, el hecho de ver los poderes del
Espíritu dados a los samaritanos, demostrando que Dios les aceptaba a ellos
de la misma forma que a los judíos, debería haber sido difícil para estos
judíos porque durante siglos ellos habían considerado a los samaritanos
como inferiores a ellos mismos.
(1) La oferta fue hecha a Pedro y Juan, los dos que habían demostrado que ellos
mismos tenían ese poder, para comprar de ellos el poder que tenían.
(2) (8:19) “Dadme también a mí este poder” [dovte kamoi; th;n ejxousivan tauvthn]
(b) Ahora quería comprar el poder que estaba viendo ser usado por los
apóstoles para que dicho poder estuviera bajo su control.
(3) (8:19) “para que cualquiera a quien yo impusiere las manos reciba el
Espíritu Santo” [i\{na w|/ eja;n ejpiqw' ta;" cei'ra" lambavnh/ pneu'ma a\{gion]
(a) El poder que quiso comprar no era el poder de hacer las señales, sino el
poder de transmitir ese poder a otros.
(b) Lo que Simón quería tener es obvio, el poder de imponer las manos para
que otros recibieran lo que se estaba dando a través de la imposición de las
manos de Pedro y Juan.
(c) Uno debe notar que no estaba intentando comprar ni el Espíritu Santo ni
tampoco los poderes que el Espíritu daba por medio de la imposición de
manos, sino el poder de traspasar esto a otros por la imposición de sus
propias manos.
(e) El estaba dispuesto invertir dinero para conseguir un poder que le ganaría
aun más dinero.
a. (8:20) “Tu dinero perezca contigo” [to; ajrguvrion sou su;n soi; ei[h eij" ajpwvleian]
(1) La palabra que aquí se tradujo “dinero” era, literalmente, la palabra “plata” [to;
ajrguvrion] mientras que en la última parte de este mismo versículo se usó la
palabra “dinero” [crhmavtwn].
(2) La frase “perezca contigo” [su;n soi; ei[h eij" ajpwvleian] es una clara indicación
que Simón no estaba en una relación buena con Dios, sino en peligro de perecer.
(a) Es esta realidad que ha llevado a muchos de los que afirman una doctrina
errada de la imposibilidad de caer de un estado de salvación para que toman
una posición por la cual niegan la realidad de la fe y de la conversión de
Simón, pero de esa forma llegan a contradecir al texto mismo.
(b) Sin embargo, la realidad es que Simón, habiendo creído y habiendo sido
bautizado, había continuado con Felipe, y no hay ninguna indicación que su
fe no era real, sino al contrario.
(c) En realidad, lejos de apoyar una doctrina de “una vez salvo siempre salvo”,
este pasaje claramente demuestra el peligro que corre un cristiano cuando
deja que su búsqueda del poder, de la fama, o del lucro, interfiere con su
compromiso con Dios.
(d) Claramente uno puede ser salvo y todavía correr el riesgo de perecer,
porque si no es así las palabras de Pedro aquí carecerían de sentido.
(3) (8:20) “porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero” [o\{ti
th;n dwrea;n tou' qeou' ejnovmisa" dia; crhmavtwn kta'sqai]
(a) Lo que intentó comprar era el poder dado por Dios a los apóstoles para
imponer sus manos y traspasar los poderes espirituales a otros.
(b) Los dones de Dios no se pueden comprar con el dinero, que para Dios no
tiene ningún valor de todos modos.
(c) Muchos en el día de hoy necesitan entender que los favores, los dones, la
gracia divina, todos son cosas que uno no puede obtener a cambio de las
cosas que uno ofrece a Dios, o a sus siervos, y el mero intento de conseguir
esos dones de Dios de esa manera indica un corazón corrupto que no es
recto delante de El.
b. (8:21) “No tienes tú parte ni suerte en este asunto” [oujk e[stin soi meri;" oujde;
klh'ro" ejn tw'/ lovgw/ touvtw/]
(1) Este es lenguaje del Antiguo Testamento, algo que tanto los samaritanos como
también los judíos apreciaban.
(2) Uno no debe entender esto como si estuviera diciendo que no era, o no había
sido, parte de la iglesia, sino que no tenía nada que ver con el poder que estaba
intentando comprar, en el asunto en el cual se estaba metiendo a peligro de su
propia salvación.
(3) (8:21) “porque tu corazón no es recto delante de Dios” [hJ ga;r kardiva sou
oujk e[stin eujqei'a e[nanti tou' qeou']
(c) Esta declaración tenía que ver con su deseo de hacer de algo netamente
espiritual una fuente de ganancia y fama personal en vez de dedicarse
solamente a la tarea de hacer la voluntad de Dios, de esa manera intentando
servir a Dios y también a las riquezas, una cosa que los hombres de todas
las edades han tenido una tentación intentar.
c. (8:22) “Arrepiéntete, pues, de esta tu maldad” [metanovhson ou\\n ajpo; th'" kakiva"
sou tauvth"]
(1) Uno debe notar que el arrepentimiento exigido aquí no era de sus pecados en
general, sino exclusivamente de la maldad de haber intentado comprar con su
dinero el don divino, un pecado especifico.
(2) Uno debe también notar el contraste entre este mandado y él dado por el mismo
Pedro en el día de Pentecostés, donde esa gente estaba buscando perdón de
todos sus pecados, no solamente de uno, como fue el caso aquí de Simón.
(2) El texto griego no dice “y ruega a Dios”, sino “al Señor” [tou' kurivou].
(3) (8:22) “si quizás te sea perdonado el pensamiento de tu corazón” [eij a[ra
ajfeqhvsetai soi hJ ejpivnoia th'" kardiva" sou]
(e) Es interesante notar que no fue una acción física el pecado por el cual
necesitaba conseguir perdón, sino algo interno, un pensamiento, un deseo
de su corazón que no estuvo compatible con una relación con Dios.
(4) (8:23) “porque en hiel de amargura y en prisión de maldad veo que estás”
[eij" ga;r colh;n pikriva" kai; suvndesmon ajdikiva" oJrw' se o[nta]
(e) El estaba con sus sentidos encontrados, en conflicto en sí, por un lado
buscando lo de Dios mientras por el otro lado buscando provecho personal.
a. (8:24) “Rogad vosotros por mí al Señor, para que nada de esto que habéis dicho
venga sobre mí” [dehvqhte uJmei'" uJpe;r ejmou' pro;" to;n kuvrion o\{pw" mhde;n ejpevlqh/
ejp! ejme; w|n eijrhvkate]
(2) Al cambio, él parece reconocer que el poder de la oración de los apóstoles sería
superior a lo suyo, demostrando de esa forma un humildad extraordinaria para
uno que había ocupado el puesto que él había gozado antes.
b. (8:25) “y hablado la palabra de Dios” [kai; lalhvsante" to;n lovgon tou' kurivou]
(1) Tal como fue el caso antes, aquí el texto griego no dice “de Dios” sino “del
Señor” [tou' kurivou].
(3) Así que, no solamente en la ciudad de Samaria, sino también en muchas de las
aldeas y los pueblos más pequeños de Samaria fue anunciado por ellos el
evangelio.
(4) Nuevamente uno debe darse cuenta del uso, de parte de Lucas, de esas frases
sinónimas:
(a) La primera frase era “hablando la palabra del Señor” [lalhvsante" to;n
lovgon tou' kurivou].
(c) Ambas frases indicaban que ellos estaban evangelizando a los de Samaria
mientras regresaban a Jerusalén, donde estaban los demás de los apóstoles.
(5) Es así que Lucas presentaba el cumplimiento de las instrucciones dadas por Jesús
mismo a sus apóstoles antes de su ascensión, que el mensaje iba a presentarse
primeramente por los testigos en Jerusalén, pero de allí iba a extenderse también
a las regiones aledañas, a Judea y Samaria.
“26 Un ángel del Señor habló a Felipe, diciendo: Levántate y ve hacia el sur, por el camino
1. (8:26) “Un ángel del Señor habló a Felipe, diciendo:” [ [Aggelo" de; kurivou ejlavlhsen
pro;" Fivlippon levgwn]
a. Nuevamente, uno debe recordar el concepto de “ángel del Señor” [ [Aggelo" de;
kurivou] como una referencia a un mensajero del Señor en vez del enfoque en la idea
de un ser celestial específico, ya que en el mismo pasaje Lucas refiere al mensajero
como “el Espíritu” [to; pneu'ma] y “el Espíritu del Señor” [pneu'ma kurivou].
(1) (8:26) “por el camino que desciende de Jerusalén a Gaza” [ejpi; th;n oJdo;n
th;n katabaivnousan ajpo; jIerousalh;m eij" Gavzan]
(b) Nuevamente uno nota que en el texto bíblico siempre uno “desciende de
Jerusalén” [katabaivnousan ajpo; jIerousalh;m] porque la ciudad estaba
situada en la altura.
(a) Es interesante que Lucas, escribiendo para Teófilo, y otros que no hubieron
tenido conocimiento de la geografía de Palestina, aclaraba que era uno lugar
desierto.
(b) Sin embargo, la palabra “desierto” [e[rhmo"] que Lucas usó en este
versículo es la misma palabra que él usó relacionado a la tentación de Jesús
y significa, más que un lugar sin agua, un lugar despoblado.
(3) Gaza era el último lugar donde era posible encontrar fuentes de agua antes de
entrar en la ruta al sur que iba hasta Egipto.
a. Felipe no parece haber preguntado nada acerca del motivo del mandato, tal como fue
con Abraham, cuando en varias ocasiones él tampoco puso en tela de juicio las
instrucciones divinas, sino que mostró su fe a través de la obediencia inmediata sin
saber la razón.
b. Hoy en día es demasiado común que los hombres que pretenden tener fe en Dios
ponen en tela de juicio las instrucciones del texto mismo y niegan aceptar y obedecer
esas instrucciones al no ser que sean capaces de entender las razones de Dios y
siempre quieren saber el por qué antes de obedecer.
e. Ese tipo de reacción a lo mandado por Dios no demuestra fe en El, sino solamente fe
en sí mismo.
(1) Etiopía en aquel tiempo era el reino antiguo de Nubia, al sur de Aswan en el
sector del Río Nilo, y no corresponde exactamente al país que lleva el mismo
nombre en el día de hoy.
(2) Lo más probable sería que, como venía del norte de Africa, que ese extranjero
haya sido un hombre negro.
(1) En el mundo antiguo era muy común que los que atendían a las reinas serían
hombres que habían sido castrados para evitar problemas sexuales.
(2) De acuerdo a la ley de Moisés, aun entre el pueblo judío mismo, habían
restricciones de los derechos de los eunucos.
(b) Es posible que ella había sido sucesor al reina Sebá, la famosa reina del sur.
(c) En todo caso, en aquel tiempo las reinas ejercían el poder en Etiopía.
(2) Ese eunuco etíope, que quedó sin nombre en la historia dada por Lucas, era un
funcionario de gran importancia en su país, ya que, como se puede ver en la
próxima frase, estaba en control de las financias del gobierno.
(3) Entonces ese funcionario, o tesorero, habría sido un hombre de mucha confianza,
encargado con una tarea que exigiría un carácter impecable.
d. (8:27) “el cual estaba sobre todos sus tesoros” [o\}" h\\n ejpi; pavsh" th'" gavzh"
aujth'"]
e. (8:27) “y había venido a Jerusalén para adorar” [o\}" ejlhluvqei proskunhvswn eij"
jIerousalhvm]
(1) Es posible que el hombre haya sido uno que había sido entre los que habían
estado en Jerusalén para la fiesta del día de Pentecostés y recién estaba en camino
de vuelta a casa.
(2) Sin embargo, por el gran lapso de tiempo entre los dos acontecimientos, y el
hecho que él no parece haber escuchado el evangelio anteriormente, esto es muy
dudoso.
(3) Aunque no se sabe si ese etiope era un prosélito, uno convertido al judaísmo, lo
que sí es claro es que era creyente en el Dios verdadero y estaban intentando
cumplir con la adoración de Dios en el lugar del templo, aunque habría sido
negado entrada plena al templo mismo por ser eunuco.
(4) Sobre todo, de haber hecho un viaje muy largo y peligroso para ir a Jerusalén con
el fin de adorar a Dios se debe concluir que era un hombre de mucha fe y con un
gran deseo de hacer lo agradable a Dios.
(1) (8:28) “sentado en su carro” [kai; kaqhvmeno" ejpi; tou' a\{rmato" aujtou']
(a) Ya que el libro de Isaías era uno de los rollos más largos de la Escritura, el
mero hecho que pudo ser dueño de una copia personal de ello era señal de
que era relativamente rico.
(b) El hecho que iba leyendo, sea que fuera en el griego de la Septuaginta, o el
texto hebreo, era una indicación de que era un hombre de estudios, ya que
muchas personas de aquel tiempo, especialmente los no de la raza judaica,
eran analfabetas.
(c) El hecho que estaba leyendo de las Escrituras mientras estaba viajando por
un camino en un carro indicaba que tenía una gran interés en la palabra
divina, ya que no habría sido tarea fácil leer con los golpes que debían haber
sido parte de un viaje por un camino así en un carruaje.
4. (8:29) “Y el Espíritu dijo a Felipe:” [ei\\pen de; to; pneu'ma tw'/ Filivppw/]
a. Es interesante notar que en versículo veintiséis Lucas dijo que un “ángel” [ [Aggelo"]
le había hablado pero ahora dice que es “el Espíritu” [to; pneu'ma] que le daba más
instrucciones.
b. Lucas, en muchas ocasiones en este libro, enfocaba la participación directa del Espíritu
en la expansión de la iglesia a través del mundo.
a. Compare la reacción de Felipe a lo que fue mandado con otros ejemplos relatados por
Lucas en su historia.
b. (8:30) “le oyó que leía al profeta Isaías” [h[kousen aujtou' ajnaginwvskonto"
jHsaivan to;n profhvthn]
(2) Es obvio, no solamente que Felipe podía oír la lectura, sino también que sabía las
Escrituras suficientemente bien para que podía reconocer el pasaje leído.
(3) Estaba leyendo un pasaje que enfatizaba en profecía las injusticias que serían
hechas al Mesías.
c. (8:30) “y dijo: Pero ¿entiendes lo que lees?” [kai; ei\\pen a\\ra ge ginwvskei" a\}
ajnaginwvskei"_]
(1) Obviamente la pregunta de Felipe no tenía que ver con el entendimiento de las
palabras mismas, sino del sentido, de la interpretación, del significado de ellas.
(2) De la misma forma en el día de hoy, hay muchas personas, que por sus trasfondos
religiosos pueden entender las palabras del texto bíblico pero necesitan de
alguien que les ayude a realmente comprender el significado de ellas.
(3) Es común en el mundo religioso actual que personas piensan que bastaría ayudar
al mundo tener acceso al texto bíblico, pero nunca fue lo que Dios pidió de los
seguidores de Cristo, sino que ellos mismos compartieran las buenas nuevas.
(4) Este ejemplo del Espíritu Santo mismo enviando a Felipe para que el aclarara el
significado del texto inspirado, para llevar al etíope de esta manera a la salvación
en Cristo, es un buen ejemplo de lo que Dios espera de los suyos.
(5) Es notable, tal como en los otros ejemplos de la intervención divina, que Dios
siempre envió a alguien para entregar el mensaje a los que estaban buscando la
verdad, pero nunca les dijo directamente a ninguna persona lo que tenían que
hacer para recibir perdón, sino que lo comunicó por medio de un mensajero.
a. (8:31) “¿Y cómo podré, si alguno no me enseñare?” [pw'" ga;r a]n dunaivmhn eja;n
mhv ti" oJdhghvsei me_]
(1) Jesús prometió a los apóstoles que el Espíritu Santo les iba a guiar a ellos a
recordar sus palabras y entender toda la verdad, cosas que El mismo les encargó
a ellos para enseñar a los demás, como, por ejemplo, a Felipe.
(2) Aunque esta promesa de ser guiado a toda la verdad por la intervención directa
del Espíritu no es aplicable a todos, sino a los que El hizo la promesa, de todo
modos cuando ellos compartieron esa información llegó a ser necesario que los
enseñados por ellos también ayudaran a otros entender.
(3) Ahora la tarea de evangelizar al mundo entero tenía que depender, no solamente
de los apóstoles, sino también de todos los que habían sido dispersados por la
persecución.
b. (8:31) “Y rogó a Felipe que subiese y se sentara con él” [parekavlesen te to;n
Fivlippon ajnabavnta kaqivsai su;n aujtw']/
7. (8:32) “El pasaje de la Escritura que leía era este:” [hJ de; perioch; th'" grafh'" h\}n
ajnegivnwsken h\\n au\{th]
b. (8:32) “Como oveja a la muerte fue llevado;” [wJ" provbaton ejpi; sfagh;n h[cqh]
(1) Tal como una oveja, El fue llevado por la decisión y el poder de otros hasta el
matadero.
(2) Además, El, como la oveja, no puso obstáculos para evitar que le llevaran a su
muerte.
c. (8:32) “Y como cordero mudo delante del que lo trasquila” [kai; wJ" ajmno;"
ejnantivon tou' keivranto" aujto;n a[fwno"]
(1) Aquí el profeta predecía el hecho que Jesús no iba a aprovechar de las
oportunidades para defenderse, sino solamente no iba a responder a las
acusaciones falsificadas hechas en su contra.
(2) Esta profecía se ve cumplido en varias citas relacionadas con el juicio de Jesús.
d. (8:32) “Así no abrió su boca” [ou\{tw" oujk ajnoivgei to; stovma aujtou']
(1) Aunque El pudo haber reclamado su inocencia, pudo haber llamado testigos a su
favor, pudo haberse defendido contra las acusaciones falsas, tal como la oveja, no
presentaba defensa alguna.
(1) El tratamiento que iba a recibir el Mesías no iba a ser digno, sino que le iban a
humillar, burlándose de El, golpeándole, menospreciándole en muchas diferentes
maneras.
(2) Tampoco le iban a hacer justicia, sino con un juicio ilegal, una verdadera farsa
completa con testigos falsos, le iban a pervertir la justicia.
(1) Esta frase era indicación de que el Mesías no iba a engendrar, no iba a tener
descendencia propia.
(2) La idea es que sería difícil contar los engendrados por El ya que le iban a matar
sin decendencia.
g. (8:33) “Porque fue quitada de la tierra su vida” [o\{ti ai[retai ajpo; th'" gh'" hJ zwh;
aujtou']
(1) Esta falta de descendencia iba a ser el resultado de que el pueblo le iba a quitarle
la vida de El.
(2) A pesar de la clara inferencia a la muerte del Mesías en las palabras de Isaías, las
cuales tenían que cumplirse, es obvio que el pueblo judío no había creído que en
realidad sería muerto por la oposición del pueblo mismo.
a. (8:34) “Te ruego que me digas: ¿de quién dice el profeta esto” [devomai sou, peri;
tivno" oJ profhvth" levgei tou'to]
9. (8:35) “Entonces Felipe, abriendo su boca” [ajnoivxa" de; oJ Fivlippo" to; stovma aujtou']
a. (8:35) “y comenzando desde esta escritura” [kai; ajrxavmeno" ajpo; th'" grafh'"
tauvth"]
(5) Es obvio que Felipe estaba predicando al etíope el mismo mensaje que había
estado predicando en Samaria, el mismo que había sido predicado en Jerusalén
desde el día de Pentecostés.
10. (8:36) “Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua, y dijo el eunuco:” [wJ" de;
ejporeuvonto kata; th;n oJdovn, h\\lqon ejpiv ti u\{dwr, kaiv fhsin oJ eujnou'co"]
(1) Existen varias posibilidades, pero sería imposible concluir con certeza para decir
cuál de ellas sería el agua que ellos vieron.
(2) Pudo haber sido el Wadi el-Hasi, que queda un poco al norte de Gaza.
(3) Pudo haber sido un riachuelo en la valle de Ela, donde David mató a Goliat.
(4) Pudo haber sido un pozo de varias manantiales que existieron cerca de aquel
camino.
(5) Lo importante es que sin el agua no habría surgido la pregunta acerca del
bautismo porque sin agua no hay bautismo.
c. El mero hecho de que él preguntaba algo así es una clara indicación de la realidad que
el bautismo era parte del mensaje predicado por Felipe.
11. (8:37) “Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes. Y respondiendo, dijo: Creo que
Jesucristo es el Hijo de Dios”
a. Este versículo no aparece en los manuscritos griegos más antiguos y lo más probable
es que haya sido añadido siglos después de la escritura original del libro.
b. Esta frase ocurre por primera vez en un manuscrito del sexto siglo pero se desconoce
en todas los manuscritos griegos anteriores de esa fecha, prueba fehaciente que no era
parte del texto original.
c. Sin embargo, uno debe entender que la falta de este versículo en los manuscritos
antiguos no necesariamente indica que esto no haya sido lo que pasó entre Felipe y el
etíope, sino solamente que no fue anotado por Lucas al escribir el libro.
d. En realidad, hay indicaciones desde la última parte del segundo siglo que tales formas
de confesiones de fe en Jesús como el Mesías, el Hijo de Dios eran comunes antes de
los bautismos.
e. Lo más probable es que en algún momento alguien haya escrito en el margen de algún
manuscrito ese comentario y, con el trascurso del tiempo, ese comentario haya sido
incorporado al texto mismo por algún copista.
12. (8:38) “Y mandó parar el carro” [kai; ejkevleusen sth'nai to; a\{rma]
a. Obviamente ese orden vino del etíope y lleva a varias conclusiones que ayudan aclarar
la historia un poco más. Entre esas conclusiones sobresalen las siguientes.
(2) Segundo, sería absurdo concluir, en un viaje emprendido por varias personas, y
atravesando tierras despobladas, además de haber sido tierras medias desiertas
también, que no llevarían consigo una cantidad de agua para tomar.
(3) Tercero, sin embargo, al ver agua cerca del camino el etiope mandó que se
parara el carro para aprovechar de ese agua, una muy clara pista para concluir
que el bautismo del cual estaba preguntando no era un asunto de unas pocas
gotas en la cabeza como muchos en el día de hoy afirman y practican.
b. (8:38) “y descendieron ambos al agua” [kai; katevbhsan ajmfovteroi eij" to; u\{dwr]
(1) Aun más claro es la afirmación que él no mandó al siervo que manejaba el carro
a buscar agua para el bautismo, sino que tanto él, como también Felipe, bajaron
del carro para ir al agua.
(3) Esta idea es confirmado claramente con la frase en el próximo versículo, donde
Lucas dice que ellos “subieron del agua” [ajnevbhsan ejk tou' u\{dato"], palabras
que literalmente dicen “subieron fuera del agua”, dando a conocer que ambos de
ellos estaban en el agua antes de subir del agua.
(4) Uno debe notar también que la primera frase, “descendieron ambos al agua”
[katevbhsan ajmfovteroi eij" to; u\{dwr], ocurre antes del bautismo, mientras que
la segunda frase, “subieron del agua” [ajnevbhsan ejk tou' u\{dato"], ocurre
después del bautismo, una prueba incontrovertible que el bautismo ocurrió
mientras ambos de ellos estaban en el agua.
(5) Si el bautismo hubiera sido, en aquel tiempo, algo hecho a través de salpicar, o
derretir, un poco de agua en la cabeza del candidato (como es la práctica común
de muchos hoy), los detalles de esta historia no tendrían ningún sentido.
(a) No descendió el chofer del carro para aprovechar del agua, sino Felipe.
(a) No descendió solamente Felipe para aprovechar del agua, sino también el
etíope.
(1) Ambos de ellos habían bajado y estaban en el agua antes de que Felipe le
bautizara al etíope, y estaban todavía en esa agua cuando le bautizó.
(2) El mero hecho que Lucas no cuenta ningún detalle en cuanto a la razón para su
bautismo, aparte de su deseo de ser bautizado al encontrar el agua suficiente, es
indicio que el propósito de su bautismo debía haber sido el mismo de los
bautismos del día de Pentecostés y el de Saulo, el perdón de sus pecados, porque
al contrario Lucas habría necesitado explicar la razón para el evento y no
solamente el evento.
d. (8:39) “Cuando subieron del agua” [o\{te de; ajnevbhsan ejk tou' u\{dato"]
(1) Nuevamente, uno debe notar que Lucas no estaba hablando ahora del bautismo
mismo, algo ya ocurrido, sino del momento cuando salieron Felipe y el etíope del
agua donde había ocurrido el bautismo.
(2) (8:39) “el Espíritu del Señor arrebató a Felipe” [pneu'ma kurivou h\{rpasen to;n
Fivlippon]
(a) Conviene notar que esta no fue la decisión de Felipe, sino una decisión
hecha por “el Espíritu del Señor” [pneu'ma kurivou], el mismo que le había
enviado allí para juntarse al carro con el propósito de evangelizar al etíope.
(b) Como se demostró en relación a los bautismos en Samaria, uno tiene que
aceptar una de las dos posibles conclusiones:
b) Eran los dones, los poderes que el Espíritu Santo misma daba
según su propia voluntad, que fueron traspasados a través de la
imposición de las manos de los apóstoles.
(c) Felipe fue quitado de la presencia del etíope, pero solamente después de
haberle anunciado el evangelio de Cristo, y de haberle bautizado para que
consiguiera perdón y el Espíritu Santo, para que ese hombre que estaba
buscando de corazón adorar a Dios pudiera hacerlo en la única manera
aceptable a Dios, en Espíritu y verdad.
(3) (8:39) “y el eunuco no le vio más, y siguió gozoso su camino” [kai; oujk
ei\\den aujto;n oujkevti oJ eujnou'co", ejporeuveto ga;r th;n oJdo;n aujtou' caivrwn]
(a) Sería absurdo concluir que el Espíritu Santo, habiendo enviado Felipe
específicamente al carro del etíope para evangelizarle, pudo también haber
sido la causa de quitarle la presencia de Felipe si todavía el etiope no contara
con todo lo que iba a necesitar para seguir a Cristo.
(b) Por la lógica uno está obligado a concluir, por el mensaje predicado por
Esteban y la obediencia a ello de parte del etiope, que el eunuco siguió su
camino habiendo sido perdonado de sus pecados, habiendo sido añadido
por Dios a la iglesia, y habiendo recibido el don del Espíritu Santo.
(c) Uno debe notar que, en contraste con los de Samaria, no hay ninguna
evidencia de que le hayan sido enviados apóstoles para imponerle las manos,
una indicación que eran los poderes traspasados de esa manera y no el
Espíritu Santo mismo.
13. (8:40) “Pero Felipe se encontró en Azoto” [Fivlippo" de; euJrevqh eij" [Azwton]
a. Esta frase “se encontró” [euJrevqh], junto con la afirmación del versículo anterior que
“el Espíritu del Señor arrebató a Felipe” [pneu'ma kurivou h\{rpasen to;n Fivlippon]
lleva a concluir que fue llevado directamente y milagrosamente por el Espíritu a Azoto
y no llegó allí por sus propios medios.
b. Azoto era la ciudad antigua de Asdod, una de las cinco ciudades principales de los
filisteos.
(1) Estaba situada unos treinta kilómetros de Gaza y cien kilómetros al sur de
Cesarea.
(2) Es muy posible que Felipe haya estado originalmente en Samaria, en camino a su
casa en Cesarea, cuando el Espíritu le había enviado muchos kilómetros al sur
para encontrarse con el etíope.
(3) Es también posible que, después de encontrarse en Azoto, Felipe volvía a viajar
nuevamente a su casa, aprovechando del viaje para predicar el evangelio, ya que
cuando Pablo llegaba a Cesarea al final de su tercer viaje misionero, unas décadas
después, Felipe estaba viviendo allí.
d. (8:40) “hasta que llegó a Cesarea” [e\{w" tou' ejlqei'n aujto;n eij" Kaisavreian]
(1) Cesarea era una ciudad con una población principalmente helenista, reconstruida
por Herodes el Grande, y servía de sede de los procuradores romanos.
(2) En los tiempos de esta historia era sede del gobierno sobre Judea, situada en la
costa, con un puerto ampliado y mejorado por los romanos, y solamente unos
treinta kilómetros al noroeste de la ciudad de Samaria.
(3) Era la ciudad donde Lucas relataba la conversión de los primeros gentiles,
nuevamente por la acción del Espíritu Santo quien llevó allí a Pedro con el
evangelio, tal como había hecho con llevar a Felipe al etíope.
(4) Era una ciudad muy importante en Palestina y muchas veces mencionada en el
relato de Lucas.
“1 Saulo, respirando aún amenazas y muerte contra los discípulos del Señor, vino al sumo
sacerdote, 2 y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, a fin de que si hallase algunos
hombres o mujeres de este Camino, los trajese presos a Jerusalén. 3 Mas yendo por el
camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor
de luz del cielo; 4 y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me
persigues? 5 El dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura
cosa te es dar coces contra el aguijón. 6 El, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué
quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que
debes hacer. 7 Y los hombres que iban con Saulo se pararon atónitos, oyendo a la verdad
la voz, mas sin ver a nadie. 8 Entonces Saulo se levantó de tierra, y abriendo los ojos, no
veía a nadie; así que, llevándole por la mano, le metieron en Damasco, 9 donde estuvo tres
días sin ver, y no comió ni bebió. 10 Había entonces en Damasco un discípulo llamado
Ananías, a quien el Señor dijo en visión: Ananías. Y él respondió: Heme aquí, Señor. 11 Y
el Señor le dijo: Levántate, y ve a la calle que se llama Derecha, y busca en casa de Judas
a uno llamado Saulo, de Tarso; porque he aquí, él ora, 12 y ha visto en visión a un varón
llamado Ananías, que entra y le pone las manos encima para que recobre la vista. 13
Entonces Ananías respondió: Señor, he oído de muchos acerca de este hombre, cuántos
males ha hecho a tus santos en Jerusalén; 14 y aun aquí tiene autoridad de los principales
sacerdotes para prender a todos los que invocan tu nombre. 15 El Señor le dijo: Ve, porque
instrumento escogido me es éste, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de
reyes, y de los hijos de Israel; 16 porque yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por
mi nombre. 17 Fue entonces Ananías y entró en la casa, y poniendo sobre él las manos, dijo:
Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha
enviado para que recibas la vista y seas lleno del Espíritu Santo. 18 Y al momento le
cayeron de los ojos como escamas, y recibió al instante la vista; y levantándose, fue
INSTITUTO DE ESTUDIOS BIBLICOS
“HECHOS”
HECHOS ANÁLISIS DEL TEXTO PÁGINA 310
bautizado. 19 Y habiendo tomado alimento, recobró fuerzas. Y estuvo Saulo por algunos
días con los discípulos que estaban en Damasco.”
1. En algo que es único en el texto bíblico, Lucas presenta tres diferentes veces esta historia
de la conversión de Saulo, el futuro gran apóstol Pablo.
b. (9:1) “respirando aún amenazas y muerte contra los discípulos del Señor” [e[ti
ejmpnevwn ajpeilh'" kai; fovnou eij" tou;" maqhta;" tou' kurivou]
(4) El uso de la frase “respirando aún amenazas y muerte” [e[ti ejmpnevwn ajpeilh'"
kai; fovnou] es una indicación del tiempo que había pasado entre la persecución
que partía con la muerte de Esteban y la historia que ahora Lucas esta al punto
de contar.
(5) A pesar del tiempo que había pasado, el furor de Saulo en contra de lo que él
percibía como una blasfemia en contra de la ley de Moisés no había calmado, sino
que, tal como había estado de acuerdo con la muerte de Esteban, siguió
amenazando y intentando conseguir la muerte de los seguidores de lo que él
todavía consideraba como un Mesías falso y una doctrina falsa.
(6) Aunque estaba equivocado, nadie podía decir de Saulo que él no era consecuente
con lo que él mismo consideró la verdad, nadie podía acusarle de no haber sido
sincero.
(5) (9:2) “y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco” [hj/thvsato par!
aujtou' ejpistola;" eij" Damasko;n pro;" ta;" sunagwgav"]
(a) Saulo, entonces, estaba pidiendo autorización legal para seguir con la
persecución a los creyentes en Jesús aun en las ciudades extranjeras.
(b) Hasta el momento Lucas había presentado información del avance del
cristianismo solamente en Jerusalén, Judea, Samaria, y Etiopía, pero no había
dado indicio de su expansión a otros partes del extranjero.
(c) Sin embargo, al relatar esta historia parece obvio que el avance del evangelio
había llegado también a Syria, probablemente por medio de una, o ambas,
de las siguiente maneras.
ii) Existe la posibilidad también que algunos de los que habían sido
esparcidos tras la muerte de Esteban habían viajado hasta Damasco
anunciando el evangelio y convirtiendo a otros allí.
(d) La ciudad de Damasco era una de gran importancia, una de las más antiguas
del mundo, y de las ciudades importantes del mundo gentil era la con más
cercanía a Jerusalén.
(e) A pesar de haber sido una ciudad gentil, también tenía una gran cantidad de
judíos que eran residentes allí, y por esa gran cantidad de judíos, varias
sinagogas.
ii) Flavio Josefo, historiador judío del primer siglo, informó que en la
insurrección judaica del año 66 D.C. murieron en esa ciudad más que
diez mil judíos debido a la confrontación entre los judíos allí y las
fuerzas del imperio romano.
(g) Damasco era un oasis en el camino entre Egipto y Mesopotamia que databa,
por lo menos, desde el segundo milenio antes de Cristo.
iv) En tiempos antiguos Damasco había sido capital de Syria, pero fue
capturada y saqueada por los Asirios bajo Tiglat-pileser, y los asirios
llevaron muchos cautivos a su país en el tiempo de Acaz, rey de Judá,
cumpliendo las profecías dadas de antemano por los profetas de Dios.
(h) Esas “cartas para las sinagogas de Damasco” [ejpistola;" eij" Damasko;n
pro;" ta;" sunagwgav"] eran para autorizar a ellas entregar los creyentes en
Jesús como el Mesías para que fueran retornados a Jerusalén para allí ser
juzgados bajo la autoridad del sumo sacerdote y la ley judaica.
(i) Aunque en esta ocasión fue Saulo él que quiso prender a los creyentes en
la ciudad de Damasco, tiempo después otros judíos iban a querer prenderle
a él mismo allí por la misma razón, según las palabras escritas por Pablo
mismo.
(6) (9:2) “a fin de que si hallase algunos” [o\{pw" ejavn tina" eu\{rh/]
i) Esta palabra, o frase, era una referencia a lo que sería más adelante
llamado el cristianismo, y se encuentra en varias otras citas en lo
escrito por Lucas.
ii) De esa manera ellos podrían ser presentados al concilio para enfrentar
un juicio que terminaría con ellos, como había sido el caso de otros,
estando sentenciados a cárcel o aun a muerte.
d. Es interesante notar que Saulo, a pesar de haber sido discípulo de Gamaliel, sin
embargo no tomó en cuenta su consejo para dejar en paz los que estaban siguiendo
en el camino de Jesús después de su crucifixión.
4. (9:3) “Mas yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco” [ jEn de;
tw'/ poreuvesqai ejgevneto aujto;n ejggivzein th'/ Damaskw']/
(1) Lo que Lucas aquí mencionó solamente como “un resplandor de luz del cielo”
[perihvstrayen fw'" ejk tou' oujranou'], Pablo aclaraba más cuando él mismo
estaba relatando la historia de su conversión.
(a) El dijo “me rodeó mucha luz del cielo” [periastravyai fw'" iJkano;n peri;
ejmev].
(b) El también dijo “vi una luz del cielo que sobrepasaba el resplandor del
sol” [ei\\don ... oujranovqen uJpe;r th;n lamprovthta tou' hJlivou perilavmyan
me fw'"]
(1) Algunas veces personas hablan del hecho que Saulo “cayó de su caballo”, pero no
hay ninguna indicación en el texto que él iba montado, solo de que “cayó en
tierra” [pesw;n ejpi; th;n gh'n], obviamente como consecuencia del brillo de la luz
del cielo.
c. (9:4) “oyó una voz que le decía:” [h[kousen fwnh;n levgousan aujtw']/
(1) (9:4) “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?” [Saou;l Saouvl, tiv me diwvkei"_]
(a) Esta pregunta es interesante en el sentido que Jesús, el que estaba haciendo
la pregunta a Saulo, ya estaba en el cielo mientras que Saulo estaba haciendo
una persecución en contra a la iglesia en la tierra.
(b) Ya que la iglesia es el cuerpo de Cristo, y los miembros cada uno miembros
de su cuerpo, en el sentido que Saulo perseguía a ellos estaba persiguiendo
a Jesús mismo.
d. (9:5) “El dijo: ¿Quién eres, Señor?” [ei\\pen dev tiv" ei\\, kuvrie_]
(2) Es decir que hay muy poca duda que Saulo pensaba que estaba en la presencia de,
por lo menos, un mensajero enviado del cielo, algo seguramente confirmado en
su mente por la gran luz que les había rodeado.
(3) No cabe duda que Saulo ya sabía que él mismo estaba persiguiendo a los
seguidores de Jesús y, con lo que le estaba pasando, que él sabía que ahora se
había encontrado con el poder divino mismo, pero parece que todavía no estaba
exactamente seguro con quién estaba conversando.
(5) Sin embargo, claramente quiso saber la identidad del con quien conversaba.
(6) Aunque después de este evento Saulo quedó ciego, es indudable que aquí vio a
Jesús y quiso saber quién era, cosa que puede confirmarse con las mismas
palabras del apóstol, como también con las de Bernabé.
(7) Este hecho, de haber visto el Señor resucitado, le permitió a Saulo ser testigo de
la verdad de la resurrección de Jesús, una parte íntegra de su mensaje al mundo
gentil durante sus muchos años compartiendo el evangelio entre las naciones.
(1) (9:5) “Yo soy Jesús, a quien tú persigues” [ejgwv eijmi jIhsou'" o\}n su; diwvkei"]
(a) (9:5-6) “dura cosa te es dar coces contra el aguijón. El, temblando y temeroso,
dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo:”
ii) Parece haber sido tomado de las otras veces cuando Lucas relataba las
ocasiones cuando Pablo estaba contando su propia historia, pero sin
lugar a dudas no era parte del texto original del capítulo nueve de lo
escrito por Lucas.
iii) Sin embargo, cuando la Vulgata Latina fue traducida por Erasmo al
griego en el año 1516 D.C. él lo insertó en su versión griega del Nuevo
Testamento.
(b) Desde ese momento en la historia de Saulo no puede quedar dudas del
hecho que él ya era plenamente conciente de la realidad que Jesús de
Nazaret era el Mesías.
(c) Ahora Saulo era un creyente en la verdad de que Jesús había sido resucitado
de los muertos y que El era el Señor, el Mesías.
(2) (9:6) “Levántate y entra en la ciudad” [ajlla; ajnavsthqi kai; ei[selqe eij" th;n
povlin]
(a) “La ciudad” [th;n povlin] era Damasco, hacia donde habían estado viajando
con el fin de llevar presos los creyentes a Jerusalén.
(b) Ahora, por un mandato divino, no por iniciativa propia, iba a la misma ciudad
con un propósito muy distinto.
(3) (9:6) “y se te dirá lo que debes hacer” [kai; lalhqhvsetai soi o\{ tiv se dei'
poiei'n]
(a) Es de suma importancia, en el clima religiosa del día de hoy, que uno preste
atención al significado de estas palabras del Señor que fueron dichas a Saulo.
(b) Primero, el Señor no le dijo qué tenía que hacer para agradarle, ni tampoco
para que él fuera perdonado por haberle perseguido, sino que solamente le
mandó entrar a la ciudad para que allí le informara de eso.
(c) Segundo, lo que le iba a decir en la ciudad no era algo opcional, sino algo que
era un mandato, algo necesario, indicado por la frase “lo que tu debes
hacer” [o\{ tiv se dei' poiei'n].
(d) Tercero, la lógica demanda que Saulo no podía haber sido obediente a la voz
del cielo sin hacer dos cosas:
i) Entrar a la ciudad.
(e) Cuarto, es totalmente ilógica y contradictoria pensar que Saulo pudo haber
sido perdonado antes de obedecer lo que Dios le había mandado hacer
cuando en todas los otros ejemplos el perdón no precedía a la obediencia,
sino era el resultado de tal obediencia.
(f) Quinto, es notable, como en todas las otras ocasiones similares, que Saulo
no fue informado directamente por Jesús (ni tampoco por Dios o por el
Espíritu Santo) lo que eran necesario para que pudiera conseguir perdón,
sino por medio de la boca de un hombre se informaría del mensaje de
salvación.
(4) (9:7) “Y los hombres que iban con Saulo se pararon atónitos” [oiJ de; a[ndre"
oiJ sunodeuvonte" aujtw'/ eiJsthvkeisan ejneoiv]
ii) Aunque ellos no pudieron ser testigos, ni del mensaje dado a Saulo, ni
de la identidad del mensajero, sí podían testificar del poder de la luz
que presenciaron, de que hubo una voz del cielo, y que Saulo resultó
ciego como consecuencia de la interacción que presenciaron ellos.
(c) Es muy obvio que ellos no entendieron lo que había pasado pero que sí
sabían que algo muy insólito había ocurrido, y que ellos mismos lo habían
presenciado como testigos.
(d) La palabra “atónitos” [ejneoi] conlleva la idea que eran tan sorprendidos, a
lo mejor tan asustados, que ni siquiera podían decir nada. Es la única vez
que esta palabra griega se encuentra en el texto.
(1) (9:8) “se levantó de tierra” [hjgevrqh ... ajpo; th'" gh'"]
(b) Uno puede concluir, entonces, que toda la experiencia de haber visto y
conversado con el Señor tuvo lugar mientras Saulo estaba postrado en el
suelo.
(2) (9:8) “y abriendo los ojos, no veía a nadie” [ajnew/gmevnwn de; tw'n ojfqalmw'n
aujtou' oujde;n e[blepen]
(a) Antes, Saulo había visto a Jesús, pero ahora no podía ver a nadie, ni siquiera
a los que le acompañaban.
(b) Estaba ciego, algo que obviamente no fue el caso de los demás de los que
también habían visto la luz.
(c) Uno puede concluir, entonces, que hubo varias similitudes y también varias
diferencias en las experiencias de Saulo aquel día y las de sus acompañantes.
(e) Si así fuera, ellos debían haber quedado muy confusos con la parte de la
conversación que lograron captar, y con razón quedaron atónitos frente a
la experiencia.
(a) (9:9) “donde estuvo tres días sin ver” [kai; h\\n hJmevra" trei'" mh; blevpwn]
ii) Uno puede imaginar el miedo de haber pasado tres días sin poder ver
después del encuentro con Jesús.
(d) El hecho de que Saulo estuvo tres días sin ver mientras esperaba el
mensajero que le iba a decir lo que tenía que hacer era algo fuera de su
control, pero el hecho que por decisión propia él permaneció esos tres días
en ayuno total es una muy clara indicación de su arrepentimiento.
(e) Además, la información añadida por Dios, cuando El habló a Ananías, que
Saulo estaba orando, indica nuevamente la disposición del corazón de Saulo
después de su encuentro con Jesús en el camino.
(f) Lo que es interesante en esta historia es que mucha gente en el día de hoy
enseñan una doctrina que, basándose en el hecho que Saulo estaba
claramente arrepentido y además estaba orando (obviamente habría estado
orando no solamente para recuperar su vista sino también para ser
perdonado por lo que había estado haciendo), significaría que él ya habría
recibido perdón, algo que claramente no fue el caso, de esa menara
mostrando el error de esa doctrina.
g. (9:10) “Había entonces en Damasco un discípulo llamado Ananías” [ \Hn dev ti"
maqhth;" ejn Damaskw'/ ojnovmati JAnaniva"]
(2) Sin embargo, ese hombre en particular se menciona solamente aquí y en el relato
de su propia conversión que Pablo presentaba frente a los judíos, donde aportó
más información, información que Lucas no mencionaba en capítulo nueve.
(b) El era, según Pablo, “varón piadoso según la ley” [ajnh;r eujlabh;" kata;
to;n novmon].
(c) El era, según Pablo, un hombre “que tenía buen testimonio de todos los
judíos” [marturouvmeno" uJpo; pavntwn ... jIoudaivwn] que vivían en
Damasco, no solamente los judíos que eran discípulos.
(3) Así que, Ananías no solamente era un judío recto y de buena reputación, sino
también uno que había aceptado a Jesús como el Mesías y era parte del grupo de
(4) (9:10) “a quien el Señor dijo en visión: Ananías” [kai; ei\\pen pro;" aujto;n ejn
oJravmati oJ kuvrio" JAnaniva]
(g) La palabra aquí, “Señor” [oJ kuvrio"], hace referencia a Jesús, no Dios, cosa
que puede aclararse con la información dada en versículo diecisiete.
(5) (9:10) “Y él respondió: Heme aquí, Señor” [oJ de; ei\\pen ijdou; ejgwv, kuvrie]
(a) Era la respuesta de uno que estaba dispuesto oír las instrucciones divinas y
llevarles a cabo, tal como se encuentra en el texto del Antiguo Testamento.
(b) (9:11) “y ve a la calle que se llama Derecha” [poreuvqhti ejpi; th;n ruvmhn
th;n kaloumevnhn Eujqei'an]
ii) En contraste con la gran mayoría de las calles de esa ciudad, era recta,
mientras muchas eran bastante chuecas.
(c) (9:11) “y busca en casa de Judas a uno llamado Saulo, de Tarso” [kai;
zhvthson ejn oijkiva/ jIouvda Sau'lon ojnovmati Tarseva]
ii) En el texto bíblico es la primera vez que se da a conocer que Saulo era
de la ciudad de Tarso, una ciudad de importancia en la provincia de
Cilicia, ubicada en el sureste de lo que ahora es Turquía.
iii) Tarso era la ciudad principal de Cilicia, una ciudad conocida como un
centro universitario al par con Atenas y Alejandría, situada en la ribera
de un río unos 20 kilómetros de la costa Mediterránea, y la ciudad natal
de Saulo.
(b) (9:13) “cuántos males ha hecho a tus santos en Jerusalén” [o\{sa kaka;
toi'" aJgivoi" sou ejpoivhsen ejn jIerousalhvm]
ii) El uso de la frase “tus santos” [toi'" aJgivoi" sou] es solamente una
referencia a los separados del mundo del pecado para pertenecer a
Cristo, los apartados del pecado, los salvos, y “santos” [aJgivoi"] es una
palabra usada muchas veces en el Nuevo Testamento como sinónimo
de las palabras “creyentes”, “discípulos”, y “cristianos”.
(c) (9:14) “y aun aquí tiene autoridad de los principales sacerdotes para
prender a todos los que invocan tu nombre” [kai; w|de e[cei ejxousivan
para; tw'n ajrcierevwn dh'sai pavnta" tou;" ejpikaloumevnou" to; o[noma
sou]
i) Cómo Ananías pudo saber que Saulo venía con la autoridad de los
líderes del judaísmo de perseguir a los creyentes no se sabe, pero es
obvio que esa información le causaba miedo.
(8) (9:15) “El Señor le dijo:” [ei\\pen de; pro;" aujto;n oJ kuvrio"]
i) Tal como Dios había hecho durante toda la historia cuando elegía a
ciertas personas para llevar a cabo sus planes, ahora había seleccionaba
a Saulo para una tarea especial.
ii) Que Saulo tenía un encargo, una misión, una tarea asignada por el
Señor mismo es algo mencionado en varias pasajes del texto.
a) Uno debe recordar que para el judío de aquel tiempo era casi
inconcebible que Dios tomaría en consideración al mundo gentil
de la misma forma que a los judíos mismos.
(1) Aunque él no había pensado que era una buena idea, y había intentado convencer
a Jesús mismo de eso, sin embargo estaba dispuesto a obedecer y cumplir con lo
que fue mandado hacer.
(a) Esta casa sería la casa de Judas, en la calle que se llamaba Derecho.
(3) (9:17) “y poniendo sobre él las manos, dijo: Hermano Saulo” [kai; ejpiqei;"
ejp! aujto;n ta;" cei'ra" ei\\pen Saou;l ajdelfev]
(a) “Poniendo sobre él las manos” [ejpiqei;" ejp! aujto;n ta;" cei'ra"] tenía, al
parecer, algo que ver con la recuperación de la vista, tal como en otras
ocasiones tenía relación con personas siendo sanadas de sus maldades.
(b) El uso por Ananías de la frase “hermano Saulo” [Saou;l ajdelfev] ha llevado
a muchos a argumentar, erradamente, que sea una comprobación que Saulo
ya era salvo, que él ya había sido perdonado, y que él ya era un cristiano.
iii) Al contrario, esta frase indica solamente algo muy común entre los
judíos, tanto los en Palestina misma como también los entre el mundo
gentil, de referirse entre ellos mismos como “hermanos” ya que ellos
no consideraron a los gentiles como iguales a ellos y utilizaron esa
manera para identificarse como judíos.
(c) (9:17) “el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde
venías” [oJ kuvrio" ... jIhsou'" oJ ojfqeiv" soi ejn th'/ oJdw'/ h|/ h[rcou]
i) Es así que el “Señor” [oJ kuvrio"] del versículo diez ahora se identifica
claramente como “Jesús” [ jIhsou'"], quien había aparecido también a
Ananías y le había enviado a conversar con Saulo.
ii) Era, sin lugar a dudas, el mismo Jesús que Saulo había visto en el
camino, el mismo que le había dicho que debía entrar a la ciudad
donde iba a recibir la información acerca de lo que él tenía que hacer.
b) Debería haber sido un alivio muy grande para Saulo saber que el
Señor no le iba a castigar con la ceguera perpetual.
iii) (9:17) “y seas lleno del Espíritu Santo” [kai; plhsqh'/" pneuvmato"
aJgivou]
(a) (9:18) “le cayeron de los ojos como escamas” [ajpevpesan aujtou' ajpo;
tw'n ojfqalmw'n wJ" lepivde"]
i) El texto no dice que eran escamas, sino algo “como escamas” [wJ"
lepivde"], una metáfora para describir lo que era obviamente lo que
causaba su ceguera.
i) Con la caída de sus ojos de lo que era “como escamas” [wJ" lepivde"],
Saulo recuperó instantáneamente su vista.
ii) En realidad, el texto griego indica que las dos acciones, la imposición
de las manos de Ananías y la recuperación de la vista de Saulo,
ocurrieron en el mismo instante.
ii) Aparte de esa evidencia, Saulo, cuando el mismo contaba a los judíos
la historia de su conversión, claramente dijo que se levantó y fue
bautizado debido a un mandato que Ananías le daba – para lavarse de
sus pecado.
tenía que ver con el segundo propósito, que Saulo fuera “lleno
del Espíritu Santo” [plhsqh'/" pneuvmato" aJgivou].
(5) (9:19) “Y habiendo tomado alimento, recobró fuerzas” [kai; labw;n trofh;n
ejnivscusen]
(a) Uno debe recordar que había estado en ayunos tres días.
(b) Sin embargo, antes de comer algo, él se bautizó, obedeciendo a lo dicho por
la boca de Ananías.
(c) Los que intentan convencer otros que, mientras sea el bautismo un
mandato, y mientras sea algo de importancia, no es algo relacionado con el
perdón de pecados, deben considerar la realidad que para Saulo era de más
importancia, más urgencia, después de haber pasado tres días sin comer ni
beber, que comer.
i) Porque Ananías le había dicho que era para lavarse de sus pecados.
i. (9:19) “Y estuvo Saulo por algunos días con los discípulos que estaban en
Damasco” [ jEgevneto de; meta; tw'n ejn Damaskw'/ maqhtw'n hJmevra" tina;"]
“20 En seguida predicaba a Cristo en las sinagogas, diciendo que éste era el Hijo de Dios.
21 Y todos los que le oían estaban atónitos, y decían: ¿No es éste el que asolaba en
Jerusalén a los que invocaban este nombre, y a eso vino acá, para llevarlos presos ante los
principales sacerdotes? 22 Pero Saulo mucho más se esforzaba, y confundía a los judíos que
moraban en Damasco, demostrando que Jesús era el Cristo.”
1. (9:20) “En seguida predicaba a Cristo en las sinagogas” [kai; eujqevw" ejn tai'"
sunagwgai'" ejkhvrussen to;n jIhsou'n]
a. Esta frase “en seguida” [eujqevw"] es algo no muy usada por Lucas, pero muy común
en lo escrito por Marcos.
(3) El, habiendo visto a Jesús, y después de tres días esperando saber el mensaje
divina, cuando finalmente había escuchado y entendido la verdad del evangelio,
lo había obedecido de inmediato, y era ya capacitado para compartirla.
(4) Hay algo errado en el día de hoy cuando una persona profesa haber entendido
el evangelio para obedecerlo pero no puede ayudar a otros entender el mismo
mensaje tan sencillo que supuestamente entiende uno mismo.
(5) El resultado de recibir perdón por los pecados propios de uno mismo, como fue
en el caso de Saulo, debe ser el deseo de compartir esa bendición con otros para
que ellos también puedan aprovechar de la oferta divina de recibir la misericordia
del Señor.
(1) Todos los judíos sabían de Cristo, del Mesías, de él que iba a traer el reino de
Dios, de él de las profecías antiguas.
(2) Sin embargo, el mensaje de Saulo era que Jesús era aquel Cristo, que El había
venido, y que El había traído al mundo el reino de Dios y la salvación por medio
de su sacrificio.
(3) Jesús es el mensaje que uno debe estar compartiendo con los que están
atrapados en sus pecados, esclavizados al pecado y en el poder de Satanás.
(b) Es El que dio su sangre sin mancha para pagar el precio del pecado del
hombre.
(c) Es El que murió para llevar la culpa de los pecados de uno y abrir un camino
entre uno y Dios.
c. De la misma forma que pasaría a ser su costumbre durante muchos años a través del
mundo gentil, Saulo empezó su predicación en Damasco “en las sinagogas” [ejn tai'"
sunagwgai'"], a pesar de haber sido elegido por Jesús como su mensajero a los
gentiles.
(9) Allí en Damasco, como en casi todos los otros lugares donde Saulo empezaba a
predicar a los judíos y los temerosos de Dios en las sinagogas, se predicación
resultó con algunos creyendo su mensaje y otros oponiéndose violentamente.
d. (9:20) “diciendo que éste era el Hijo de Dios” [o\{ti ou|to" ejstin oJ uiJo;" tou' qeou']
(1) Según Lucas, el mensaje central de Saulo era que Jesús era “el Hijo de Dios” [oJ
uiJo;" tou' qeou'], una frase que para la mente judaica sería equivalente al decir que
él era el Mesías.
(2) Además, Saulo no solamente afirmaba esa verdad, sino presentaba pruebas para
confirmar que era así.
e. (9:21) “Y todos los que le oían” [... de; pavnte" oiJ ajkouvonte"]
(b) Es una palabra usada en muchas ocasiones (principalmente por Lucas, pero
también por Mateo, Marcos y Pablo) para expresar la reacción de los que
vieron los milagros, tanto los de Jesús, como también los del Espíritu Santo,
y de los apóstoles.
(c) Que uno que había servido desde hace tiempo como la cabeza de la
persecución en contra de los creyentes en Jesús estaría ahora declarando,
y comprobando con evidencia, que en realidad ese Jesús era el Hijo de Dios,
les dejó muy confusos.
(a) (9:21) “¿No es éste el que asolaba en Jerusalén a los que invocaban este
nombre” [oujc ou|to" ejstin oJ porqhvsa" eij" jIerousalh;m tou;"
ejpikaloumevnou" to; o[noma tou'to]
(b) (9:21) “y a eso vino acá, para llevarlos presos ante los principales
sacerdotes?” [kai; w|de eij" tou'to ejlhluvqei i\{na dedemevnou" aujtou;"
ajgavgh/ ejpi; tou;" ajrcierei'"_]
iii) Parece que el motivo original del viaje de Saulo a Damasco era algo
conocido por todos los judíos de esa ciudad.
2. (9:22) “Pero Saulo mucho más se esforzaba” [Sau'lo" de; ma'llon ejnedunamou'to]
a. Esta referencia tenía que ver con la fuerza, el empeño que puso Saulo para lograr
convencer a ellos de la realidad que Jesús era el Hijo de Dios.
c. (9:22) “y confundía a los judíos que moraban en Damasco” [kai; sunevcunnen tou;"
jIoudaivou" tou;" katoikou'nta" ejn Damaskw']/
d. (9:22) “demostrando que Jesús era el Cristo” [sumbibavzwn o\{ti ou|to" ejstin oJ
cristov"]
(1) Esta demostración que Jesús era el Cristo tenía que haber sido a través de
exponer las profecías acerca del Mesías y sus cumplimientos en la vida y en las
enseñanzas de Jesús.
(5) Aun en el día de hoy, la manera más efectiva para ayudar a gente aceptar la
realidad de que Jesús es el Hijo de Dios es abrir el mismo texto bíblico y mostrar
las evidencias que allí se encuentran.
“23 Pasados muchos días, los judíos resolvieron en consejo matarle; 24 pero sus asechanzas
llegaron a conocimiento de Saulo. Y ellos guardaban las puertas de día y de noche para
matarle. 25 Entonces los discípulos, tomándole de noche, le bajaron por el muro,
descolgándole en una canasta.”
1. (9:23) “Pasados muchos días, los judíos resolvieron en consejo matarle” [ JW" de;
ejplhrou'nto hJmevrai iJkanaiv, sunebouleuvsanto oiJ jIoudai'oi ajnelei'n aujtovn]
a. Estas palabras “muchos días” [hJmevrai iJkanaiv] parecen estar en contraste con la frase
del versículo diecinueve “algunos días” [hJmevra" tina;"], cuando durante este tiempo
INSTITUTO DE ESTUDIOS BIBLICOS
“HECHOS”
HECHOS ANÁLISIS DEL TEXTO PÁGINA 342
b. Estas palabras “pasados muchos días” [ JW" de; ejplhrou'nto hJmevrai iJkanaiv] hacen
que sea un poco difícil estar exactamente seguro de la linea de tiempo en esta parte
de la historia de Saulo.
(1) En otros pasajes Saulo mismo hacía referencia a eventos que pudieron haber
ocurrido durante ese mismo lapso de tiempo, o posiblemente hayan ocurrido en
otros momentos.
(2) Sin embargo, lo más probable parece ser que estos “muchos días” [hJmevrai
iJkanaiv] hayan abarcado los tres años en la cual Saulo estuvo en Arabia.
(d) Ya que hay bastantes datos para confirmar que Saulo esparcía el evangelio
en el resto de su ministerio, tal como al principio en Damasco, sería
razonable concluir que hizo lo mismo también allí .
(e) Si así fue, Saulo habría vuelto de Arabia a Damasco, después de haber
predicado allí inmediatamente después de su conversión y haber ido a
Arabia un buen tiempo, y al volver a esa ciudad encontró oposición de los
judíos que ahora querían matarle.
(3) Esta reacción en contra del mensaje de parte de los que no querrían aceptar su
veracidad es un tema repetido durante todo el ministerio de Saulo, una acción
principalmente liderada por los judíos incrédulos.
(4) A partir de este pasaje Lucas se acostumbraba usar ese término “los judíos” [oiJ
jIoudai'oi], no como una referencia a todos los judíos, sino en muchas ocasiones
para identificar solamente los judíos que negaron creer y que empezaron a crear
conflictos por su incredulidad, y muchas veces la frase incluía también a sus
líderes.
c. (9:24) “pero sus asechanzas llegaron a conocimiento de Saulo” [ejgnwvsqh de; tw'/
Sauvlw/ hJ ejpiboulh; aujtw'n]
(1) Según lo que Pablo mismo anotaba aun el gobierno del rey Aretas en Damasco
estaba involucrado con el intento en su contra.
(2) Sin embargo, de una forma u otra Saulo logró saber del peligro que estaba
corriendo, tal como pasó en otras ocasiones en su ministerio.
(e) En esta situación no se sabe si fue por una intervención divina o por medio
de un informante en Damasco que Saulo supo de ese peligro que estaba
enfrentando.
(1) Uno debe recordar que las ciudades grandes e importantes de aquel tiempo,
como Damasco, estaban rodeadas con grandes muros para su protección.
(2) Es así que, por el sencillo hecho de poner guardias en las puertas continuamente
podrían evitar que alguien entrara o saliera de la ciudad.
(3) Su estrategia, entonces, habría evitar que Saulo pudiera salir de Damasco y así,
con el trascurso del tiempo, ellos estarían capaces de encontrarle y matarle.
a. En la historia relatada por Lucas esta es solamente la primera vez de muchas en que
la vida del apóstol se salvaría por la actuación a favor suyo de parte de los cristianos.
c. (9:25) “le bajaron por el muro” [dia; tou' teivcou" kaqh'kan aujto;n]
(2) Una vez fuera de los muros de la ciudad Saulo habría tenido cómo escapar del
peligro si los que le estaban persiguiendo todavía creyeron que él seguía en la
ciudad.
“26 Cuando llegó a Jerusalén, trataba de juntarse con los discípulos; pero todos le tenían
miedo, no creyendo que fuese discípulo. 27 Entonces Bernabé, tomándole, lo trajo a los
apóstoles, y les contó cómo Saulo había visto en el camino al Señor, el cual le había
hablado, y cómo en Damasco había hablado valerosamente en el nombre de Jesús. 28 Y
estaba con ellos en Jerusalén; y entraba y salía, 29 y hablaba denodadamente en el nombre
del Señor, y disputaba con los griegos; pero éstos procuraban matarle. 30 Cuando supieron
esto los hermanos, le llevaron hasta Cesarea, y le enviaron a Tarso. 31 Entonces las iglesias
tenían paz por toda Judea, Galilea y Samaria; y eran edificadas, andando en el temor del
Señor, y se acrecentaban fortalecidas por el Espíritu Santo.”
a. Según las palabras de Pablo en su carta a los Gálatas, aunque parece que su llegada a
Jerusalén haya ocurrido poco tiempo después de su escape de Damasco, era por lo
menos unos tres años después de su conversión.
(3) Compare con las llegadas posteriores del apóstol Pablo a Jerusalén.
(1) Este miedo venía del hecho que, a partir del martirio de Esteban, Saulo era el
hombre que había servido como el líder de la persecución de los creyentes entre
los judíos, no solamente en Jerusalén pero también hacia el extranjero.
(2) Ellos, como había sido el caso de Ananías en Damasco, le tenían temor por lo que
habían sabido de su actuar pasado en contra de los del Camino.
c. (9:26) “no creyendo que fuese discípulo” [mh; pisteuvonte" o\{ti ejsti;n maqhthv"]
(1) Este temor por lo que ellos sabían que Saulo ya había hecho en el pasado les
causó tener dificultades para creer en su arrepentimiento.
(2) Es interesante que, a pesar que muchos de ellos mismos pudieron haber sido
partes de la muchedumbre que había sido a favor de la muerte de Jesús, y que
ahora eran creyentes en El, les fue difícil poder creer que ese mismo cambio
pudo haber ocurrido en Saulo.
(3) Sin embargo, esta misma reacción sigue siendo problemática para el hombre de
hoy, ya que es una parte de la naturaleza humana dudar del verdadero
arrepentimiento de otros mientras no de él de uno mismo.
(4) En este caso parece, a pesar de haber pasado bastante tiempo durante el cual
Saulo no estaba asolando a la iglesia, que era muy difícil para estos hermanos que
habían sido impactados por las persecuciones anteriores poder aceptar algo que
les parecía tan improbable.
(5) El mensaje aquí que uno debe aprender es que la palabra de verdad, uno vez que
entra en el corazón de una persona honesta y dedicada al servicio divino, es capaz
de efectuar un cambio tan enorme que es difícil creer, ya que, como se puede ver
en las cartas de Pablo mismo, nace una nueva criatura y el viejo hombre muere.
e. Es interesante, a pesar que más tarde el énfasis se pondría en Pablo, que en los
primeros capítulos del relato de Lucas de la relación entre Bernabé y Saulo, casi
siempre Lucas mencionaba primero a Bernabé y después a Saulo.
(10) Así que, por lo menos durante unos años, era Bernabé el que tenía la confianza
de los apóstoles y los hermanos, mucho más que Saulo.
(11) Sin embargo, eventualmente Lucas muchas veces empezaba a poner primero el
nombre de Pablo, y no él de Bernabé, ya que fue Pablo entonces quien asumió
el rol del líder entre el grupo que viajaba y predicaba a través del mundo gentil.
(1) Esta frase “los apóstoles” [tou;" ajpostovlou"] no debe entenderse como una
indicación que todos los apóstoles estuvieron allí presentes todavía, porque no
parece haber sido el caso.
(1) (9:27) “cómo Saulo había visto en el camino al Señor” [pw'" ejn th'/ oJdw'/ ei\\den
to;n kuvrion]
(a) Nuevamente, este versículo claramente indica que, como los demás de los
apóstoles, Saulo había sido llamado por el Señor mismo y podría ser testigo
de su resurrección porque, como ellos mismos, él había visto al Señor
resucitado, había visto a Jesús mismo en el camino a Damasco.
(b) (9:27) “el cual le había hablado” [kai; o\{ti ejlavlhsen aujtw']/
(d) Mientras que anterior a su conversión Saulo había hablado y actuado con
fuerza y violencia en contra del nombre de Jesús, ahora el hecho,
confirmado por Bernabé, que él había estado hablando con valor en su
nombre era un argumento fuerte para que los demás le aceptaran como uno
que pertenecía, como ellos mismos, al Camino.
3. (9:28) “Y estaba con ellos en Jerusalén” [kai; h\\n met! aujtw'n ... eij" jIerousalhvm]
(1) Tal como Bernabé había testificado que había estado haciendo en Damasco,
ahora Saulo hacía lo mismo en Jerusalén.
(2) Donde antes había encabezado la persecución en contra de los que estaban en
el camino, ahora, con valor Saulo estaba anunciando el mismo mensaje que ellos
habían anunciado.
c. (9:29) “y disputaba con los griegos; pero éstos procuraban matarle” [ejlavlei te
kai; sunezhvtei pro;" tou;" JEllhnistav", oiJ de; ejpeceivroun ajnelei'n aujtovn]
(1) Estos “griegos” [tou;" JEllhnistav"], tal como el capítulos seis, habrían sido los
judíos del mundo griego, no los nativos a Palestina.
(2) En realidad, hay una gran posibilidad que muchos de ellos habrían sido entre los
que disputaban con Esteban y que habían causado que él fuera muerto por los
líderes del pueblo judío, en aquel tiempo con la aprobación de Saulo mismo.
(3) Ahora, como había ocurrido con Esteban, el hecho que con valor Saulo hablaba
cosas que ellos no quisieron aceptar como verdad pero que no podían negar,
intentaban matarle a él tal como había pasado en Damasco.
4. (9:30) “Cuando supieron esto los hermanos” [ejpignovnte" de; oiJ ajdelfoi;]
a. Esto, ahora, sería una referencia a los cristianos en la ciudad de Jerusalén, los mismos
que antes de su apoyo de parte de Bernabé, por su temor no había creído que Saulo
era uno de ellos.
(1) Aparte de haber sido la ciudad que servía como sede del gobierno romano de
toda la provincia, era un puerto, ubicada un poco más que cien kilómetros al
noroeste de Jerusalén.
(2) Después, Pablo estaría llevado a esa misma ciudad para su propia protección por
el mismo ejercito romano cuando los judíos nuevamente estaría intentando
matarle.
(1) Los judíos cristianos de Jerusalén, en un intento de salvar a Saulo de los judíos
helenistas que no quisieron creer su mensaje, lo embarcaron de vuelta a su ciudad
natal.
(2) No se sabe si esa idea de volver a Tarso fue la idea de ellos o de Saulo mismo.
(3) Tampoco Lucas aporta información de lo que Saulo hacía a llegar allí, como
tampoco daba información de lo que había hecho durante el tiempo que él había
estado en Arabia.
(4) Sin embargo, se sabe que Tarso era una ciudad de gran importancia en la
provincia de Cilicia, ubicada en uno de los caminos más importantes para el
comercio entre Siria y Asia Menor, una ciudad que controlaba un puerto de
importancia.
(b) Es posible que algunos de los eventos que Pablo mismo mencionaba en sus
cartas le habían pasado durante estos años que estaba allí antes del
momento en que el mismo Bernabé fuera a buscarle en Tarso para llevarle
a Antioquía para tener su ayuda allí.
(5) Lucas no vuelve a nombrar a Saulo en su relato hasta esa búsqueda de parte de
Bernabé.
(6) En fin, aunque no hay información en el texto, uno debe presumir que, por lo que
él había hecho cuando estaba en Damasco y en Jerusalén, junto con saber que
había sido encargado por el Señor mismo con la tarea de difundir el mensaje
entre el mundo gentil, que Saulo continuaba anunciando el evangelio y
demostrando que Jesús era el Cristo entre los de Tarso y las ciudades en sus
alrededores.
5. (9:31) “Entonces las iglesias tenían paz por toda Judea, Galilea y Samaria” [ JH me;n
ou\\n ejkklhsiva kaq! o\{lh" th'" jIoudaiva" kai; Galilaiva" kai; Samareiva" ei\\cen eijrhvnhn]
c. Esta palabra [ejkklhsiva] se usa a través del texto del Nuevo Testamento para referirse
a los miembros del reino de Dios en varias sentidos.
(1) Se usaba para referirse a los que pertenecían a un solo grupo de cristianos que
se juntaban en una casa particular.
(2) Se usaba para referirse a los miembros de un grupo de cristianos en una ciudad
entera, aunque a lo mejor reuniéndose en diferentes partes de la ciudad.
(3) Se usaba para referirse a los seguidores del Camino a lo largo de toda una región
o provincia.
(4) Se usaba para referirse a los cristianos dispersos a través del mundo entero.
d. Esta fue solamente la quinta vez que Lucas utilizaba la palabra “iglesia” [ejkklhsiva] en
Hechos, aunque de este punto en delante la usaría con mayor frecuencia.
(3) (9:31) “andando en el temor del Señor” [kai; poreuomevnh tw'/ fovbw/ tou'
kurivou]
i) Era el gran poder divino, junto con una apreciación por sus justicia que
llevaba al respeto por su voluntad.
(4) Aunque en el día de hoy muchos menosprecian el concepto del temor a Dios, en
el texto del Antiguo Testamento, como también en el texto del Nuevo
Testamento, los autores inspirados lo enfocaban a menudo como un principio
fundamental en el éxito de la vida de los que quisieran agradar a Dios.
(3) (9:31) “fortalecidas por el Espíritu Santo” [th'/ paraklhvsei tou' aJgivou
pneuvmato"]
“32 Aconteció que Pedro, visitando a todos, vino también a los santos que habitaban en
Lida. 33 Y halló allí a uno que se llamaba Eneas, que hacía ocho años que estaba en cama,
pues era paralítico. 34 Y le dijo Pedro: Eneas, Jesucristo te sana; levántate, y haz tu cama.
Y en seguida se levantó. 35 Y le vieron todos los que habitaban en Lida y en Sarón, los
cuales se convirtieron al Señor.”
(1) En la última mención de Pedro, en Hechos 8:25, Lucas había relatado que en su
c. (9:32) “vino también a los santos que habitaban en Lida” [katelqei'n kai; pro;"
tou;" aJgivou" tou;" katoikou'nta" Luvdda]
(1) Conviene notar nuevamente el uso de Lucas de esa palabra “santos” [aJgivou"]
como referencia a los cristianos, a los hermanos, a los creyentes en Jesús como
el Mesías, a los del Camino, y no como un término de un grupo de personas
místicas que habían llegado a un puesto especial, como muchos entienden la
palabra en el día de hoy.
(2) “Lida” [Luvdda] era la ciudad antigua de Lod, ubicada casí cuarenta kilómetros
al noroeste de Jerusalén y unos veinte kilómetros al sureste de Jope, pero poca
distancia al norte del camino principal entre esas dos ciudades.
(3) Es muy posible que Lida haya sido uno de las ciudades visitadas por Pedro y Juan
cuando andaban evangelizando en lo ya relatado por Lucas.
2. (9:33) “Y halló allí a uno que se llamaba Eneas” [eu|ren de; ejkei' a[nqrwpon tina
ojnovmati jAinevan]
a. El hecho que Pedro estuvo allí para visitar a los creyentes lleva a la posible conclusión
que ese hombre, Eneas, era uno de los cristianos allí, pero no existe información
conclusiva para confirmar esa conclusión.
b. (9:33) “que hacía ocho años que estaba en cama” [ejx ejtw'n ojktw; katakeivmenon
ejpi; krabavttou]
(1) Así que, en una ciudad no muy grande, es casi seguro que por lo menos la gran
mayoría del pueblo de Lida habrían sabido de él.
(2) Ya que él había sufrido durante un período de ocho años es obvio que aquí no
se trataba de algo que pudo haberse puesto en tela de juicio como una
enfermedad dudosa, sino que todos hubieron sabido de su parálisis.
(2) Pedro era conciente, y quiso que Eneas supiera también, que era el poder de
Jesús, el Cristo, que le había sanado y no el poder de Pedro mismo.
(1) El mandato de levantarse, hecho a un hombre paralizado durante ocho años, era
una clara indicación que por el poder de la proclamación en el nombre de Jesús
por Pedro tal sanidad ya había sido hecho efectivo.
(2) Compare con lo que fue mandado en otras ocasiones en lo escrito por Lucas.
5. (9:35) “Y le vieron todos los que habitaban en Lida y en Sarón, los cuales se
convirtieron al Señor” [kai; ei\\dan aujto;n pavnte" oiJ katoikou'nte" Luvdda kai; to;n
Sarw'na, oi\{tine" ejpevstreyan ejpi; to;n kuvrion]
a. Tal como había sido el caso en otras ocasiones, ese milagro ayudaba a la gente que lo
vieron creer que el poder divino estaba actuando a través de Pedro y así que su
mensaje era verdaderamente el mensaje de Dios.
c. Ellos obedecieron al evangelio, tal como solía pasar con otros cuando ellos se
encontraron con esa verdad.
d. “Sarón” [Sarw'na] no era una referencia a una ciudad, sino del planicie fértil al lado de
la costa del Mar Mediterránea, una planicie que extendía unos ochenta kilómetros
entre las ciudades de Jope y Cesarea.
“36 Había entonces en Jope una discípula llamada Tabita, que traducido quiere decir,
Dorcas. Esta abundaba en buenas obras y en limosnas que hacía. 37 Y aconteció que en
aquellos días enfermó y murió. Después de lavada, la pusieron en una sala. 38 Y como Lida
estaba cerca de Jope, los discípulos, oyendo que Pedro estaba allí, le enviaron dos hombres,
a rogarle: No tardes en venir a nosotros. 39 Levantándose entonces Pedro, fue con ellos;
y cuando llegó, le llevaron a la sala, donde le rodearon todas las viudas, llorando y
mostrando las túnicas y los vestidos que Dorcas hacía cuando estaba con ellas. 40
Entonces, sacando a todos, Pedro se puso de rodillas y oró; y volviéndose al cuerpo, dijo:
Tabita, levántate. Y ella abrió los ojos, y al ver a Pedro, se incorporó. 41 Y él, dándole la
mano, la levantó; entonces, llamando a los santos y a las viudas, la presentó viva. 42 Esto
fue notorio en toda Jope, y muchos creyeron en el Señor. 43 Y aconteció que se quedó
muchos días en Jope en casa de un cierto Simón, curtidor.”
1. (9:36) “Había entonces en Jope una discípula llamada Tabita” [ jEn jIovpph/ dev ti" h\\n
maqhvtria ojnovmati Tabiqav]
a. Jope era una ciudad muy antigua, un puerto ubicado unos sesenta kilómetros al
noroeste de Jerusalén y cincuenta kilómetros al sur de Cesarea.
b. No estaba muy distante de Lida, desde donde ellos habrían oído de lo que había
pasado con Eneas, y de la presencia allí de Pedro.
(1) Jope era la ciudad desde la cual Jonás, en su intento de huir de su obligación de
ir a Nínive, abordó el barco yendo hacia Tarsis.
(2) En la actualidad Jope es la ciudad de Jaffa (Yafo), un poco al sur de la ciudad actual
de Tel-Aviv.
(1) Algunos habitantes de Jope pudieron haber estado entre los convertidos en
Jerusalén el día de Pentecostés o durante el tiempo antes de la primera etapa de
la persecución a la iglesia.
(2) Algunos de los cristianos que fueron dispersados por medio de esa persecución
pudieron haber ida a Jope y allí compartieron el evangelio resultando en el
establecimiento de la iglesia en esa ciudad.
(b) En este caso, muchos de los cristianos allí ya habrían conocido a Pedro.
(4) En su camino entre Azoto y Cesarea Felipe pudo haber enseñado el evangelio allí
y convertido personas en esa ciudad.
d. (9:36) “que traducido quiere decir, Dorcas” [h\} diermhneuomevnh levgetai Dorkav"]
(1) Ya que Lucas da para sus lectores esta explicación, pasa a ser obvio que el
nombre “Tabita” [Tabiqav] debía haber sido un nombre del idioma local, o sea
el arameo, no del griego.
(2) Sin embargo, Lucas aclaraba que su nombre significa, en el griego, “Dorcas”
[Dorkav"], que en sí conlleva el significado de “gacela”.
(3) En dos otras ocasiones en su relato Lucas provee para el lector una traducción
de un nombre.
e. (9:36) “Esta abundaba en buenas obras y en limosnas que hacía” [au\{th h\\n
plhvrh" e[rgwn ajgaqw'n kai; ejlehmosunw'n w|n ejpoivei]
(2) Ella debía haber sido, entonces, no solamente una persona muy conocida, sino
también una muy amada por lo que hacía.
2. (9:37) “Y aconteció que en aquellos días enfermó y murió” [ejgevneto de; ejn tai'"
hJmevrai" ejkeivnai" ajsqenhvsasan aujth;n ajpoqanei'n]
a. (9:37) “Después de lavada, la pusieron en una sala” [louvsante" de; e[qhkan aujth;n
ejn uJperwv/w]/
(1) Esta palabra “sala” [uJperwv/w]/ es aquí traducida en la Reina-Valera 1960 como
“una sala”, aunque claramente la palabra griega indicaba una sala en altura, o sea,
un “aposento alto”.
(a) Es notable que la misma palabra fue usado referente al lugar donde estaban
quedando los apóstoles y fue traducida como “aposento alto”.
(2) Este lavado del difunta era una costumbre antigua en preparación para sepultar
al cuerpo, tanto entre los judíos como también los griegos.
(3) También era bastante común la práctica de velar el cuerpo en una sala superior.
(4) Hay evidencia para creer que en la ciudad de Jerusalén los judíos tenían por
obligación sepultar un cuerpo dentro del mismo día de la muerte, pero fuera de
esa ciudad ellos tenían un plazo máximo de tres días para lograr la sepultura.
b. (9:38) “Y como Lida estaba cerca de Jope” [ejggu;" de; ou[sh" Luvdda" th'/ jIovpph/]
(4) (9:38) “los discípulos, oyendo que Pedro estaba allí” [oiJ maqhtai;
ajkouvsante" o\{ti Pevtro" ejsti;n ejn aujth']/
(a) Es posible que ya Pedro había estado en Jope anteriormente y que ellos le
habrían conocido.
(b) Todos los habitantes de la planicie de Sarón, que incluía a Jope, había
escuchado de la sanidad hecha a Eneas en Lida.
(5) (9:38) “le enviaron dos hombres, a rogarle:” [ajpevsteilan duvo a[ndra" pro;"
aujto;n parakalou'nte"]
(a) (9:38) “No tardes en venir a nosotros” [mh; ojknhvsh/" dielqei'n e\{w"
hJmw'n]
b. (9:39) “y cuando llegó, le llevaron a la sala donde le rodearon todas las viudas”
[o\}n paragenovmenon ajnhvgagon eij" to; uJperw'/on kai; parevsthsan aujtw'/ pa'sai aiJ
ch'rai]
(1) Por un motivo desconocido, aunque Lucas nuevamente usaba la misma palabra
[uJperw'/on], la Reina-Valera de 1960 no utiliza la traducción literal de la palabra,
“aposento alto”, sino solamente dice “la sala”.
(2) Es la segunda ocasión en el libro donde Lucas llamaba la atención de sus lectores
a “las viudas” [aiJ ch'rai] entre los cristianos.
(4) (9:39) “y mostrando las túnicas y los vestidos que Dorcas hacía cuando
estaba con ellas” [kai; ejpideiknuvmenai citw'na" kai; iJmavtia o\{sa ejpoivei met!
aujtw'n ou\\sa hJ Dorkav"]
(a) Aquí Lucas presentaba más detalles acerca del tipo de “buenas obras y
limosnas” [e[rgwn ajgaqw'n kai; ejlehmosunw'n] que ella había hecho y que
él había mencionado anteriormente.
(b) La frase “cuando estaba con ellas” [met! aujtw'n ou\\sa] es interesante
porque su cuerpo todavía estaba allí en la sal con ellos pero es obvio que
ellos mismos reconocieron que ella ya no estaba allí, que ella se había ido,
dejando atrás el cuerpo.
a. Lucas no provee el motivo que llevó a Pedro sacar a los demás de la sala, pero es la
misma cosa que Jesús había hecho en una circunstancia similar.
(2) Es interesante que Pedro había estado presente en todas las tres oportunidades
presentadas en los evangelios cuando el Señor resucitaba a personas.
b. (9:40) “Pedro se puso de rodillas y oró” [oJ Pevtro" kai; qei;" ta; govnata
proshuvxato]
c. (9:40) “y volviéndose al cuerpo, dijo:” [kai; ejpistrevya" pro;" to; sw'ma ei\\pen]
(1) Que ella verdaderamente estaba muerta se puede confirmar, no solamente con
el hecho que ya la habían lavado y habían puesto su cuerpo en la sala, sino que
aquí usaba la palabra “cuerpo” [sw'ma], algo que no habría sido dicho si ella
todavía estuviera con vida.
(2) Es así que, después de haber orado, Pedro hablaba al cuerpo muerto y le dio un
mandato.
(e) No había poderes mágicas en las palabras de Pedro, solamente el poder del
Espíritu Santo con que actuaba, tal como en los otros ejemplos de señales
y maravillas hechas por él y otros.
5. (9:40) “Y ella abrió los ojos” [hJ de; h[noixen tou;" ojfqalmou;" aujth'"]
(1) Literalmente esta palabra [ajnekavqisen] significa que ella “se sentó” y no “se
incorporó”.
(2) Es la misma palabra que Lucas utilizó en la historia de la resurrección del hijo de
la viuda de Naín, donde nuevamente la traducción de la Reina-Valera de 1960 fue
“se incorporó” cuando el sentido literal era “se sentó”.
6. (9:41) “Y él, dándole la mano, la levantó” [dou;" de; aujth'/ cei'ra ajnevsthsen aujthvn]
a. (9:41) “llamando a los santos y a las viudas” [fwnhvsa" ... tou;" aJgivou" kai; ta;"
chvra"]
(1) Nuevamente Lucas usaba esa palabra “santos” [aJgivou"] para referirse a los
cristianos de aquella ciudad.
(2) También llamó a las viudas, las que habían estado velando a ella y le habían
mostrado todas las cosas que Tabita había hecho para ellas.
8. Esta fue la primera vez en el texto del Nuevo Testamento que uno de los apóstoles resucitó
a alguien de entre los muertos.
9. (9:42) “Esto fue notorio en toda Jope, y muchos creyeron en el Señor” [gnwsto;n de;
ejgevneto kaq! o\{lh" th'" jIovpph" kai; ejpivsteusan polloi; ejpi; to;n kuvrion]
c. Uno puede entender como la noticia de este gran milagro habría sido compartida por
todo el pueblo de una forma muy rápida.
d. Como fue el caso con muchos otros de los milagros, el resultado del uso del poder
divino en una forma innegable llevaba a muchos a creer que el mensaje que
acompañaba a esos milagros era también el mensaje divino.
10. (9:43) “ Y aconteció que se quedó muchos días en Jope en casa de un cierto Simón,
curtidor” [ jEgevneto de; hJmevra" iJkana;" mei'nai ejn jIovpph/ parav tini Sivm wni bursei']
b. El oficio de “curtidor” [bursei'] era significante porque requería que uno estaba en
contacto con los animales muertos, cosa que en ciertas situaciones dejaría a uno
ceremonialmente inmundo bajo las leyes judaicas, pero eso no parece haber
importado nada a Pedro en esta circunstancia.
1. (10:1) “Había en Cesarea un hombre llamado Cornelio” [ jAnh;r dev ti" ejn Kaisareiva/
ojnovmati Kornhvlio"]
a. “Cesarea” [Kaisareiva] era la ciudad donde los romanos basaban su gobierno sobre
Palestina y base para sus tropas.
(2) Había sido construida por Herodes el Grande en el año 10 A.C. en el sito de una
ciudad antigua llamado el torre de Strato.
(3) Tenía un puerto espacioso que había sido mejorado por los romanos y muchos
edificios de gran esplendor.
(5) Era el puerto desde donde los hermanos embarcaron a Saulo hacia Tarso para
evitar que los judíos helenistas de Jerusalén lograran matarlo.
(6) Fue en esa misma ciudad donde Pablo, después de su tercer viaje misionero,
pasaría un par de años preso antes de ser enviado a Roma para enfrentar su juicio
frente al emperador Nerón.
compañías fueron formadas de hasta mil hombres, y una legión fue formada por
diez compañías.
(3) En una legión cada compañía llevaba algún nombre y la compañía de la cual
Cornelio era parte era la “Italiana” [ jItalikh'"].
(4) El centurión Julio, que se encargó con la tarea de llevar a Saulo hasta Roma, era
de la compañía “Augusta” [Sebasth'"].
(1) Esa palabra significa uno que es devoto, dedicado al servicio de Dios, una clara
indicación del hecho que Cornelio no era un gentil normal, sino uno que era
creyente en el Dios real, el Dios creador, el Dios de Israel, como Lucas aclaró en
la siguiente frase.
e. (10:2) “y temeroso de Dios con toda su casa” [kai; fobouvmeno" to;n qeo;n su;n
panti; tw'/ oi[kw/ aujtou']
(5) Este frase “temeroso de Dios” [fobouvmeno" to;n qeo;n] era una frase que no
solamente Lucas, sino también otros autores, usaba para referirse a los entre el
mundo gentil que no eran judíos ni prosélitos al judaísmo, pero que servían al
Dios verdadero y no compartían en la idolatría y el politeísmo del mundo gentil.
(6) La frase “con toda su casa” [su;n panti; tw'/ oi[kw/ aujtou'] probablemente hacía
f. (10:2) “y que hacía muchas limosnas al pueblo” [poiw'n ejlehmosuvna" polla;" tw'/
law']/
(1) Así que Cornelio no era uno que pretendía creer en Dios, sino uno que con sus
acciones demostraba que quería hacer el bien.
(2) El hecho que él daba “muchas limosnas al pueblo” [ejlehmosuvna" polla;" tw'/
law']/ era una demostración que él habría aceptado a los judíos como el pueblo
elegido por Dios, aunque ellos no le aceptarían a él, por ser gentil, como su igual.
g. (10:2) “y oraba a Dios siempre” [kai; deovmeno" tou' qeou' dia; pantov"]
(1) Aparte de tener el temor de Dios, y hacer muchas buenas obras para ayudar a los
demás, él se dedicaba a orar continuamente a Dios.
(2) Sin embargo, como se puede apreciar con bastante claridad en esta historia, aun
cuando sus oraciones estaban siendo escuchadas por Dios, él todavía necesitaba
oír el evangelio y obedecerlo para conseguir que Dios le perdonara.
(3) Nuevamente se puede apreciar el error de los que afirman que todo que es
necesario para que uno sea perdonado es creer en Dios y pedirle en oración que
le perdone.
2. (10:3) “Este vio claramente en una visión” [ei\\den ejn oJravmati fanerw'"]
sueños o trances, sino de eventos donde Dios usaba sus poderes para transmitir a los
hombres, a través de mensajeros especiales, instrucciones e información y así ellos
eran más bien revelaciones por medio de mensajeros (ángeles).
d. (10:3) “como a la hora novena del día” [wJsei; peri; w\{ran ejnavthn th'" hJmevra"]
(1) Esta “hora novena del día” [w\{ran ejnavthn th'" hJmevra"] era como las tres de
la tarde.
(a) Aunque no se fijó esa hora para la oración en la ley de Moisés, sin embargo
había llegado a ser la práctica tradicional entre los judíos.
(b) Ya que era la hora común para las oraciones de los judíos, parece que
Cornelio participaba en ese costumbre de orar así también.
(1) Conviene recordar nuevamente que la frase “ángel de Dios” [a[ggelon tou'
qeou'] tenía el sentido de “mensajero de Dios” y no enfatizaba que haya sido un
ser celestial, aunque claramente pudo haber sido tal.
(2) De todos modos, Lucas era claro en decir que Cornelio no solamente escuchó
la voz del mensajero, sino que también lo vio, tal como ocurrió en la visión de
Saulo en el camino a Damasco como también en su visión donde Dios le informó
que Ananías llegaría para sanar sus ojos.
(b) Para que él reaccionara de esa manera debía haber sido algo muy especial.
(a) En su encuentro con Jesús, la pregunta de Saulo era “Quién eres, Señor”,
pero aquí Cornelio estaba buscando saber la razón de la visión, no la
identidad del que le visitaba.
(1) (10:4) “Tus oraciones y tus limosnas han subido para memoria delante de
Dios” [aiJ proseucaiv sou kai; aiJ ejlehmosuvnai sou ajnevbhsan eij" mnhmovsunon
e[mprosqen tou' qeou']
(a) Tanto sus oraciones, como también sus limosnas, habían sido reconocidas
por Dios, según el mensajero.
(c) La idea es que Dios toma en cuenta y recuerda las acciones buenas de los
que intentan servirle.
(2) (10:5) “Envía, pues, ahora hombres a Jope” [kai; nu'n pevmyon a[ndra" eij"
jIovpphn]
(a) “Jope” [ jIovpphn] era la misma ciudad donde Pedro había resucitado a
Tabita y donde estaba quedado, según Lucas “muchos días” [hJmevra"
iJkana;"], en la casa de Simón, curtidor.
iii) Lo más probable sería, al saber la reacción que tendrían los cristianos
judíos, aun entre los apóstoles mismos, a la inclusión de los gentiles en
el reino de Dios, que Dios quiso usar uno de los principales apóstoles
para ayudar a la iglesia a entender lo que El ya había informado a ellos,
que el reino era para todos, pero que todavía ellos no entendieron
bien.
(d) (10:6) “Este posa en casa de cierto Simón” [ou|to" xenivzetai parav tini
Sivmwni]
ii) (10:6) “que tiene su casa junto al mar” [w|/ ejstin oijkiva para;
qavlassan]
a) En capítulo ocho, parece que Felipe haya ido por su propia cuenta
a Samaria, pero con la conversión de muchos de los samaritanos
los apóstoles decidieron enviar a Pedro y Juan allí.
i) Una de las posibilidades es que, ya que Jesús había dicho algo parecido
a Saulo, que algún copista pensaba que el ángel debería haber dicho
algo similar a Cornelio y lo anotó.
ii) Otra de las posibilidades que puede explicar la eventual adición de esa
frase en este versículo (aunque es evidente que no fue original allí) es
que básicamente la misma cosa se incluye en el texto griego en la
situación en la cual Pedro estaba justificando, frente a los otros
apóstoles en Jerusalén, sus propias acciones en este caso de la
conversión de los gentiles donde él citaba las palabras del ángel que
Cornelio le había contado.
iii) Entonces, a pesar del hecho que esta frase no era originalmente parte
aquí del relato de Lucas, es obvio que exactamente esa idea era el
propósito del mandato de enviar a buscar a Pedro – para que le digiera
lo que tenía que hacer para conseguir el perdón, tal como había sido
el caso con Saulo.
3. (10:7) “Ido el ángel que hablaba con Cornelio” [wJ" de; ajph'lqen oJ a[ggelo" oJ lalw'n
aujtw']
a. (10:7) “éste llamó a dos de sus criados” [fwnhvsa" duvo tw'n oijketw'n]
(1) Estos, por la palabra “criados” [oijketw'n] habrían sido siervos en su casa.
(2) Es imposible ser categórica en decir si ellos eran solamente siervos en el sentido
de gente a sueldo, o esclavos, pero el último es bastante probable.
b. (10:7) “y a un devoto soldado de los que le asistían” [kai; stratiwvthn eujsebh' tw'n
proskarterouvntwn aujtw'/]
(1) Aquí Lucas usaba la misma palabra “devoto” [eujsebh'] para describir ese soldado
que había usado antes para describir al mismo Cornelio.
(2) Es, entonces, muy probable que ese soldado romano, tal como su centurión, era
uno que adoraba al Dios real y no era parte del mundo politeísta gentil.
c. (10:8) “a los cuales envió a Jope, después de haberles contado todo” [kai;
ejxhghsavmeno" a\{panta aujtoi'" ajpevsteilen aujtou;" eij" th;n jIovpphn]
(2) Lo más probable sería que ellos, como Cornelio mismo, eran entre los que
buscaban servir a Dios y que también ellos habrían sido entre los que Lucas
mencionaría entre los que se juntarían en la casa de Cornelio para oír la palabra
traída por Pedro, ya que Cornelio tuvo la confianza de contarles a ellos todo lo
que le había acontecido.
(c) Esto se puede apreciar en el hecho que él enviaba a sus hombres hacía una
ciudad que distanciaba unos cincuenta kilómetros cuando ya era pasado la
media tarde y cuando ellos no iban a poder llegar a Jope antes de que se
pusiera el sol.
“9 Al día siguiente, mientras ellos iban por el camino y se acercaban a la ciudad, Pedro
subió a la azotea para orar, cerca de la hora sexta. 10 Y tuvo gran hambre, y quiso comer;
pero mientras le preparaban algo, le sobrevino un éxtasis; 11 y vio el cielo abierto, y que
descendía algo semejante a un gran lienzo, que atado de las cuatro puntas era bajado a
la tierra; 12 en el cual había de todos los cuadrúpedos terrestres y reptiles y aves del cielo.
13 Y le vino una voz: Levántate, Pedro, mata y come. 14 Entonces Pedro dijo: Señor, no;
porque ninguna cosa común o inmunda he comido jamás. 15 Volvió la voz a él la segunda
vez: Lo que Dios limpió, no lo llames tú común. 16 Esto se hizo tres veces; y aquel lienzo
volvió a ser recogido en el cielo. 17 Y mientras Pedro estaba perplejo dentro de sí sobre lo
que significaría la visión que había visto, he aquí los hombres que habían sido enviados por
Cornelio, los cuales, preguntando por la casa de Simón, llegaron a la puerta. 18 Y
llamando, preguntaron si moraba allí un Simón que tenía por sobrenombre Pedro. 19 Y
mientras Pedro pensaba en la visión, le dijo el Espíritu: He aquí, tres hombres te buscan.
20 Levántate, pues, y desciende y no dudes de ir con ellos, porque yo los he enviado.”
a. Esto sería el día después de la visión de Cornelio, la cual ocurrió como las tres de la
tarde en Cesarea.
(1) Ellos serían el soldado y los dos siervos de Cornelio, a los cuales él había contado
todo lo de la visión antes de despacharlos a Jope con el fin de traer a él Pedro, tal
como el ángel le había dicho hacer.
(2) Tal como Jesús había acercado a Saulo cuando él estaba por llegar a Damasco, así
cuando ellos estaban por llegar a Jope el Señor hizo saber a Pedro lo que iba a
requerirse de él.
(3) Es totalmente posible que los enviados por Cornelio hayan caminado toda la
noche para poder llegar a Jope a esa hora.
c. (10:9) “Pedro subió a la azotea para orar” [ajnevbh Pevtro" ejpi; to; dw'ma
proseuvxasqai]
(1) En aquel tiempo casas en esa parte del mundo normalmente tenían techos planos
INSTITUTO DE ESTUDIOS BIBLICOS
“HECHOS”
HECHOS ANÁLISIS DEL TEXTO PÁGINA 372
que uno podría acceder por medio de una escalera, techos usados como azoteas,
como patios, o como balcones.
(2) Ya que era un lugar privado pudo haber sido la razón por la cual Pedro subió allí
para orar en un lugar que proveería solidad.
(1) Esto sería mediodía, solamente unos veinte horas después de la visión de
Cornelio que había como las tres de la tarde del día anterior.
2. (10:10) “Y tuvo gran hambre, y quiso comer” [ejgevneto de; provspeino" kai; h[qelen
geuvsasqai]
a. Habría sido, en esa parte del mundo, acercando la hora en la cual ellos estaban
acostumbrados a almorzar.
(1) La descripción que Lucas ahora presenta es diferente a sus descripciones de las
visiones que habían ocurridos en las historias de Saulo y Ananías.
(2) Ahora él usa una palabra “éxtasis” [e[kstasi"], una palabra que en sí conlleva el
sentido de “fuera de sí”.
(a) Esta palabra significaría una experiencia no del cuerpo en sí, sino del mente
mismo, un trance, algo que sería más que una mera visión, y más como una
experiencia fuera del cuerpo.
c. (10:11) “y vio el cielo abierto, y que descendía algo semejante a un gran lienzo”
[kai; qewrei' to;n oujrano;n ajnew/gmevnon kai; katabai'non skeu'o" ti wJ" ojqovnhn
megavlhn]
(1) “Vio el cielo abierto” [qewrei' to;n oujrano;n ajnew/gmevnon] es una frase pocas
veces usada en el texto del Nuevo Testamento.
(2) Nuevamente el lector debe reconocer que Lucas no dijo que esto era un lienzo,
sino que era algo semejante a un lienzo.
(3) (10:11) “que atado de las cuatro puntas era bajado a la tierra” [tevssarsin
ajrcai'" kaqievmenon ejpi; th'" gh'"]
(4) (10:12) “en el cual había de todos” [ejn w|/ uJph'rcen pavnta]
(a) (10:12) “los cuadrúpedos terrestres” [ta; tetravpoda ... th'" gh'"]
(d) Lucas es claro en explicar que estaban incluidos todos tipos de animales,
tanto los que la ley de Moisés había declarado inmundos y posiblemente
también los limpios, aunque la reacción de Pedro pone en tela de juicio esa
conclusión.
(3) El mandato del cielo era que él matara y comiera, sin especificar que él tenía que
matar y comer uno de los animales clasificados por la ley de Moisés como
inmundos.
(4) Sin embargo, la respuesta de Pedro parece indicar que esto era lo que él había
entendido.
(5) Este mandato no tenía sentido para Pedro, ya que habría sido contradictorio a las
leyes de comidas dadas por Moisés al pueblo judío.
(6) Sin embargo, la intención divina, como se demuestra claramente más adelante,
era dejar en claro que, no solamente en cuanto a la comida, sino también en
cuanto a los hombres, que era Dios que tenía autoridad para decidir lo que sería
aceptable, y lo que no lo sería, no el hombre mismo ni tampoco aun la ley antigua.
(a) Es increíble que Pedro estaría dispuesto a contradecir la voz que le venía
desde el cielo.
(b) A la misma vez, aun cuando Jesús estaba en la tierra, a veces Pedro parece
haber olvidado con quien conversaba y discutía con el Señor.
(2) (10:14) “porque ninguna cosa común o inmunda he comido jamás” [o\{ti
oujdevpote e[fagon pa'n koino;n kai; ajkavqarton]
(f) El era enfático en decir que siempre había cumplido estrictamente con las
leyes alimenticias de los judíos, y no quiso cambiar.
f. (10:15) “Volvió la voz a él la segunda vez:” [kai; fwnh; pavlin ejk deutevrou pro;"
aujtovn]
(1) (10:15) “Lo que Dios limpió, no lo llames tú común” [a\} oJ qeo;" ejkaqavrisen,
su; mh; koivnou]
(2) Es interesante que Pedro tuvo problemas para aceptar que el mismo Dios que
había proclamado algo como inmundo podría tener el poder de decir que había
sido hecho limpio.
(3) Esa misma idea debe aplicarse, como Dios lo estaba aplicando a los gentiles en
esa manera a Pedro, a los hombres pecadores que Dios declara limpios por su fe
y obediencia, y uno puede ser culpable de cometer el mismo error de Pedro si
insiste en llamar inmundos a los que Dios ha limpiado con la sangre derramada de
Cristo.
(4) Sin embargo, y en contradicción a otros partes del texto mismo, hay personas y
grupos religiosos en el día de hoy que insisten en afirmar cosas que Dios ha
declarado como ya limpias como inmundos .
g. (10:16) “Esto se hizo tres veces; y aquel lienzo volvió a ser recogido en el cielo”
[tou'to de; ejgevneto ejpi; triv" kai; eujqu;" ajnelhvmfqh to; skeu'o" eij" to;n oujranovn]
(1) Las tres repeticiones parecen haber sido para dejar Pedro impactado con el
mensaje que Dios quería comunicarle, para que no quedara ninguna duda de
parte de Pedro de lo que le había pasado.
(2) Sin embargo, aun entendiendo lo sucedido, Pedro todavía no logró captar el
significado de la visión.
c. Pedro no estaba perplejo por lo que había visto, es decir, no dudaba de haber visto y
oído lo que fue repetido tres veces.
d. Al contrario, su confusión era porque no entendió qué le quería decir Dios con lo que
le había mostrado. No lo pudo entender.
e. (10:17) “he aquí los hombres que habían sido enviados por Cornelio” [ijdou; oiJ
a[ndre" oiJ ajpestalmevnoi uJpo; tou' Kornhlivou]
(2) Ellos, había recorrido los cincuenta kilómetros entre las dos ciudades en el
espacio de tiempo entre las tres de la tarde del día anterior y un poco pasado el
mediodía del presente día.
(4) (10:17) “los cuales, preguntando por la casa de Simón” [dierwthvsante" th;n
oijkivan tou' Sivmwno"]
(1) Pedro estaba todavía tratando de entender el significado de lo que había pasado
cuando el Espíritu Santo le lleva al punto, a la verdad que Dios quiso darle a saber,
y por medio de él, eventualmente también a los otros apóstoles y a toda la iglesia.
(2) Nuevamente, como muchas veces anteriores a este evento, y otros después de
ello, Lucas indicaba que el Espíritu Santo mismo estaba activa en la vida de los
cristianos y que El estaba involucrado directamente en muchas actividades de los
apóstoles.
(3) (10:19) “He aquí, tres hombres te buscan” [ijdou; a[ndre" trei'" zhtou'nte"
se]
(a) Uno debe recordar que todo esto estaba ocurriendo en la azotea, en el
techo de la casa de Simón el curtidor.
(b) Para poder acompañar a los hombres que habían llegado, Pedro tenía que
bajarse del techo de la casa.
(6) (10:20) “y no dudes de ir con ellos” [kai; poreuvou su;n aujtoi'" mhde;n
diakrinovmeno"]
(b) La duda que Pedro, como judío, habría sido si él debería ir a la casa de un
gentil, algo no aceptable para los judíos.
(d) Pedro mismo pondría esa realidad como su defensa cuando los otros
apóstoles pusieron en tela de juicio sus acciones.
(a) Aunque estos hombres habían sido enviados por Cornelio, era porque el
Espíritu Santo mismo había mandado a él enviarlos.
(c) Aquí se puede apreciar un claro ejemplo en el cual el Espíritu Santo estaba
guiando a los apóstoles a entender la verdad.
(d) Era de suma importancia porque sin su intervención en esta historia los
apóstoles, y los otros cristiano judíos, habrían seguidos pensando que el
mensaje era solamente para ellos y sus compatriotas, el pueblo de Israel.
“21 Entonces Pedro, descendiendo a donde estaban los hombres que fueron enviados por
Cornelio, les dijo: He aquí, yo soy el que buscáis; ¿cuál es la causa por la que habéis venido?
22 Ellos dijeron: Cornelio el centurión, varón justo y temeroso de Dios, y que tiene buen
testimonio en toda la nación de los judíos, ha recibido instrucciones de un santo ángel, de
hacerte venir a su casa para oír tus palabras. 23 Entonces, haciéndoles entrar, los hospedó.
Y al día siguiente, levantándose, se fue con ellos; y le acompañaron algunos de los
hermanos de Jope.”
a. (10:21) “descendiendo a donde estaban los hombres que fueron enviados por Cornelio”
[kataba;"...pro;" tou;" a[ndra"]
(3) Aunque ambas de estas frases dicen algo que obviamente es verdad, sin embargo
no eran parte del texto original de este versículo.
(1) (10:21) “He aquí, yo soy el que buscáis” [ijdou; ejgwv eijmi o\}n zhtei'te]
(2) (10:21) “¿cuál es la causa por la que habéis venido?” [tiv" hJ aijtiva di! h\}n
pavreste_]
(a) Ahora Pedro tenía claro que ellos eran los enviados por el Espíritu Santo,
INSTITUTO DE ESTUDIOS BIBLICOS
“HECHOS”
HECHOS ANÁLISIS DEL TEXTO PÁGINA 379
(b) Sabía, por lo que le había sido dicho por el Espíritu Santo, que él tenía que
acompañarlos, pero todavía no tenía claro el motivo ni su destinación.
(2) (10:22) “varón justo y temeroso de Dios” [ajnh;r divkaio" kai; fobouvmeno" to;n
qeovn]
(3) (10:22) “y que tiene buen testimonio en toda la nación de los judíos”
[marturouvmeno" te uJpo; o\{lou tou' e[qnou" tw'n jIoudaivwn]
(b) Parece, según la afirmación de ellos, por lo menos, que Cornelio no tenía
solamente una buena reputación en la ciudad de Cesarea, sino que también
sabían de él y sus buenas obras a lo largo de Palestina.
(c) Parece posible, incluso, que Pedro mismo pudiera haber sabido de él.
(b) (10:22) “de hacerte venir a su casa” [metapevmyasqai se eij" to;n oi\\kon
aujtou']
(c) (10:22) “para oír tus palabras” [kai; ajkou'sai rhvmata para; sou']
ii) Es exactamente la misma idea (la de necesitar oír del enviado divino el
mensaje) que se veía en la historia de la conversión de Saulo mismo.
a. Muchas veces esta sencilla frase se pasa por alto en el día de hoy, pero tenía un sentido
enorme en aquel tiempo, por varias razones.
(1) Por lo menos el soldado, y probablemente los siervos también, habrían sido
gentiles, no judíos, y el mero hecho de invitarles en la casa, por no decir
ofrecerles hospedaje, habría sido algo muy ofensivo al pueblo judío.
(2) Sin embargo, aun cuando él mismo ni siquiera era el dueño de la casa, Pedro les
hizo pasar y los hospedó.
(3) De esa manera él estaba demostrando que por fin estaba en los primeros pasos
de entender que Dios no hacía la distinción entre los hombres que habían hecho
los judíos.
(4) Parece que Simón, a lo mejor por la importancia que tenía Pedro, y por los
grandes milagros que había estado haciendo, o a lo mejor porque él mismo, como
curtidor, no haya estado tan aferrado a todas las tradiciones judaicas, no puso
obstáculo para hospedar a ellos a pesar de las repercusiones sociales que tal
acción le traería.
b. Aunque era más temprano que el día anterior cuando Cornelio les había enviado, uno
debe tomar en cuenta que habían hecho ya un viaje largo y que obviamente no había
tiempo para llegar de vuelta a Cesarea antes de oscurecer.
(1) Nuevamente es lógico concluir que fue la fama de Pedro mismo, y la gran
confianza que los hermanos tenían en que él estaba siendo liderado por Dios, que
era lo que llevó a estos hermanos de Jope acompañarle a la casa se un gentil,
cuando para ellos esto habría sido algo tan tabú cultura.
(2) Según la información que Lucas provee más adelante tres cosas se pueden afirmar
en cuanto a estos hermanos de Jope que acompañaron a Pedro a Cesarea.
(b) Eran testigos oculares que quedaron atónitos al ver que también el Espíritu
Santo aceptaba a los gentiles en la casa de Cornelio.
“24 Al otro día entraron en Cesarea. Y Cornelio los estaba esperando, habiendo convocado
a sus parientes y amigos más íntimos. 25 Cuando Pedro entró, salió Cornelio a recibirle,
y postrándose a sus pies, adoró. 26 Mas Pedro le levantó, diciendo: Levántate, pues yo
mismo también soy hombre. 27 Y hablando con él, entró, y halló a muchos que se habían
reunido. 28 Y les dijo: Vosotros sabéis cuán abominable es para un varón judío juntarse o
acercarse a un extranjero; pero a mí me ha mostrado Dios que a ningún hombre llame
común o inmundo; 29 por lo cual, al ser llamado, vine sin replicar. Así que pregunto: ¿Por
qué causa me habéis hecho venir? 30 Entonces Cornelio dijo: hace cuatro días que a esta
hora yo estaba en ayunas; y a la hora novena, mientras oraba en mi casa, vi que se puso
delante de mí un varón con vestido resplandeciente, 31 y dijo: Cornelio, tu oración ha sido
oída, y tus limosnas han sido recordadas delante de Dios. 32 Envía, pues, a Jope, y haz venir
a Simón el que tiene por sobrenombre Pedro, el cual mora en casa de Simón, un curtidor,
junto al mar; y cuando llegue, él te hablará. 33 Así que luego envié por ti; y tú has hecho
bien en venir. Ahora, pues, todos nosotros estamos aquí en la presencia de Dios, para oír
todo lo que Dios te ha mandado.”
1. (10:24) “Al otro día entraron en Cesarea” [th'/ de; ejpauvrion eijsh'lqen eij" th;n
Kaisavreian]
a. (10:24) “Y Cornelio los estaba esperando” [oJ de; Kornhvlio" h\\n prosdokw'n
aujtou;"]
(1) No solamente había enviado a ellos para buscar a Pedro, como el ángel le había
dicho, sino que esta frase da la impresión de que él había estado ansiosamente
esperando poder oír lo que el hombre que Dios le estaba enviando tenía que
decirle.
(a) Lucas ya había dado a conocer que no solamente Cornelio, sino también
todos los de su casa, eran temerosos de Dios, y así, ellos, junto con él,
estaban también allí esperando la llegada de Pedro.
(a) Aquí se demuestra un espíritu de amor para los demás, tal como Cornelio
había hecho con sus limosnas, en que él quiso que también sus amigos
lograran oír las palabras de Dios juntos con él.
(b) En el día de hoy, cuando uno quiere la verdad divina, y el perdón que se
ofrece allí, para sí solo pero no se preocupa para asegurar que sus propios
familiares y amigos también tengan la oportunidad para compartirlo, es una
señal de egoísmo y de la falta de amor para el prójimo que Dios exige de
uno.
2. (10:25) “Cuando Pedro entró” [ JW" de; ejgevneto tou' eijselqei'n to;n Pevtron]
a. Aunque esta frase probablemente indica solamente que Pedro había entrado por el
portón exterior de la casa, ya que el texto después dice que entraban a la casa misma,
es casi indudable que esta habría sido la primera vez en toda su vida que Pedro, y a lo
mejor también los hermanos judíos que le acompañaban, habían entrado en la casa de
un gentil, algo reprehensible para un judío de su tiempo.
(2) Pedro mismo mencionaba que incluso era, bajo la ley judaica religiosa, ilegal hacer
lo que estaban haciendo.
(3) De hecho, esa acción de entrar a la casa de un gentil, no la de compartir con ellos
el evangelio, o bautizarles a ellos, era la base de la acusación levantado en contra
de Pedro por los mismos apóstoles.
(1) Esto, como acababa de comentarse, sería la salida de Cornelio de su casa misma
para recibir a Pedro, antes de hacerle entrar a la casa misma.
c. (10:25) “y postrándose a sus pies, adoró” [pesw;n ejpi; tou;" povda" prosekuvnhsen]
(1) “Postrándose a sus pies” [pesw;n ejpi; tou;" povda"] era señal de humillación
frente un superior, algo que uno hiciera frente a un rey u otro persona de linaje
real.
(2) Es posible que la intención de Cornelio era solamente reconocer que Pedro,
como mensajero divino, era su superior.
(3) Sin embargo, el uso de la palabra “adoró” [prosekuvnhsen] parece significar que
no solamente le estaba mostrando el respeto como si fuera personaje real, sino
como si fuera divina.
3. (10:26) “Mas Pedro le levantó, diciendo:” [oJ de; Pevtro" h[geiren aujto;n levgwn]
a. Es interesante que aquí la frase “Pedro le levantó” [Pevtro" h[geiren aujto;n] indica,
no solamente que le había dicho no postrarse frente a él, sino que de hecho lo tocó
para levantarlo.
(1) Este hecho de tocar la persona de un gentil habría sido aun más ofensivo para un
judío que el hecho de haber entrado a su casa.
(2) Para la gran mayoría de los judíos de su tiempo habría sido algo que causara uno
a ser considerado inmundo frente al pueblo y a Dios.
(3) Sin embargo, parece que Pedro ya estaba entendiendo claramente lo que le había
sido mostrado en la visión en la casa de Simón – que esta distinción no había sido
la idea de Dios, sino de los hombres.
c. (10:26) “pues yo mismo también soy hombre” [kai; ejgw; aujto;" a[nqrwpo" eijmi]
(1) Esto es exactamente el opuesto de lo hecho por Herodes en esa misma ciudad,
cuyo acción que le costaría a él la vida porque dejara que los hombres le adoraran
como si él mismo fuera divina.
(1) Ahora, junto con Cornelio, Pedro entró concientemente a la casa de un gentil por
lo que probablemente habría sido la primera vez en su vida.
(1) Estos “muchos” [pollouv"] habrían sido los parientes y los amigos de Cornelio
que fueron mencionados anteriormente, los que habían sido invitados por él para
escuchar las palabras de Dios.
(3) Demuestra un esfuerzo del Espíritu Santo mismo para llevar a los judíos a
entender que la salvación enviada al mundo con el Mesías era para toda carne, no
solamente para los judíos.
(1) (10:28) “Vosotros sabéis cuán abominable es para un varón judío juntarse
o acercarse a un extranjero” [uJmei'" ejpivstasqe wJ" ajqevmiton ejstin ajndri;
jIoudaivw/ kolla'sqai h] prosevrcesqai ajllofuvlw/]
(a) Es obvio que un gentil, viviendo en la nación de los judíos, sentiría el estigma
del menosprecio de parte de los judíos, quienes vieron a ellos casi como si
fueran animales y no seres humanos.
(2) (10:28) “pero a mí me ha mostrado Dios que a ningún hombre llame común
(a) Con estas palabras, aunque ellos no sabían de la visión que Pedro había
tenido, él dejaba en claro que el mensaje de aquella visión había sido
aclarado para él.
(b) Desde ese momento el gentil no pudo clasificarse como inferior, como
común, desde la perspectiva cristiana eliminando para siempre algún
argumento para la descriminación racial.
(3) (10:29) “por lo cual, al ser llamado, vine sin replicar” [dio; kai; ajnantirrhvtw"
h\\lqon metapemfqeiv"]
(a) Pedro no peleó el mandato, como había hecho Ananías cuando fue enviado
para anunciar el mensaje a Saulo.
(b) Pedro había recibido instrucciones claras del Espíritu Santo diciéndole que
estos mensajeros habían llegado por el envío del Espíritu Santo mismo y que
él tenía que acompañarlos sin miedo, tal como él había hecho.
(4) (10:29) “Así que pregunto: ¿Por qué causa me habéis hecho venir?”
[punqavnomai ou\\n tivni lovgw/ metepevmyasqe me_]
(a) Es fácil para uno hoy en día que está leyendo esta historia escrita por Lucas
olvidar que todavía Pedro no sabía toda la historia, solamente que Cornelio
había sido mandado enviar a buscarle para escuchar sus palabras.
a. (10:30) “hace cuatro días que a esta hora yo estaba en ayunas” [ajpo; tetavrth"
hJmevra" mevcri tauvth"]
(1) Los manuscritos del texto griego con más antigüedad y confianza no contienen
la frase “yo estaba en ayunas” y la probabilidad es que haya sido añadida
posteriormente al texto de ese versículo.
(2) El sentido de la frase “a esta hora” [mevcri tauvth"] era para indicar que la
presente conversación estaba ocurriendo en el mismo horario que Cornelio había
visto al ángel.
(3) Aunque parece extraño en el día de hoy, los judíos por costumbre contaba parte
de un día (que para ellos empezaba con el puesto del sol) como un día y de esa
forma Cornelio estaba contando su historia a los judíos.
(4) Es así en otros ejemplos del texto también, incluso en la historia de la sepultura
y resurrección del Señor.
(a) Nuevamente, esto sería como las tres de la tarde, hora de la oración de la
tarde en Israel.
(6) (10:30) “mientras oraba en mi casa” [proseucovmeno" ejn tw'/ oi[kw/ mou]
(a) Los judíos en Jerusalén solían juntarse en el templo para orar a esa hora.
(b) Sin embargo, a lo largo del mundo, aunque era de costumbre orar en esa
misma hora, no necesariamente fueron a las sinagogas u otros lugares de
encuentro para orar, sino que en sus trabajos y en sus casas oraron, tal
como hacía Cornelio.
(7) (10:30) “vi que se puso delante de mí un varón con vestido resplandeciente,
y dijo:” [kai; ijdou; ajnh;r e[sth ejnwvpion mou ejn ejsqh'ti lampra'/ kai; fhsivn]
(a) Es interesante notar que Lucas, al contar de ese evento, había usado
anteriormente la frase “ángel de Dios” [a[ggelon tou' qeou'] cuando
claramente aquí Cornelio dice que había sido “un varón” [ajnh;r], otra vez
una indicación del sentido de la palabra “ángel” [a[ggelon] como mensajero
y no necesariamente un ser celestial.
ii) Aunque algunos opinan que Dios no escucha ni hace caso a las
oraciones de los que no son suyos, esta frase dice lo opuesto.
iii) A la misma vez, uno debe reconocer que Dios, mientras tiene una
obligación por sus propias promesas de oír las peticiones y las
oraciones de los que son suyos, no tiene esa misma obligación con los
demás.
(d) (10:31) “y tus limosnas han sido recordadas delante de Dios” [kai; aiJ
ejlehmosuvnai sou ejmnhvsqhsan ejnwvpion tou' qeou']
i) Una vez más es importante que uno reconozca que Dios es justo y
recuerda lo bueno que uno hace.
ii) Sin embargo, en ninguna manera significa esto que por el bien que uno
hace Dios tiene una deuda con uno.
iii) Tampoco indica que El estará obligado hacer algo por uno solamente
porque uno ha hecho cosas buenas, porque, a pesar de todo, todos
son pecadores y todos merecen el castigo por sus pecados.
ii) (10:32) “el cual mora en casa de Simón” [ou|to" xenivzetai ejn
oijkiva/ Sivmwno"]
iii) Sin embargo, que esta haya sido la razón por la cual el ángel le mandó
buscar a Pedro queda claramente apoyada en el texto escrito por
Lucas en dos otros versículos, aunque no en este versículo ni tampoco
en el versículo seis.
b. (10:33) “Así que luego envié por ti” [ejxauth'" ou\\n e[pemya pro;" sev]
(a) Esta es una inferencia que Cornelio sabía que también Pedro, como él
mismo, había estado dispuesto hacer caso a las instrucciones divinas.
(b) Cornelio, obviamente sabe que gran cosa era para un judío entrar en su casa
y estaba dándole a Pedro un cumplido por haber tenido el valor de hacer
algo tan difícil y le daba su agradecimiento por haber cumplido con la
voluntad divina.
(2) (10:33) “Ahora, pues, todos nosotros estamos aquí en la presencia de Dios”
[nu'n ou\\n pavnte" hJmei'" ejnwvpion tou' qeou' pavresmen]
(a) Ese gentil reconoció abiertamente que Dios estaba allí presente con ellos.
(b) El sabía que ese encuentro era algo programado por Dios mismo.
(c) Con sus palabras él estaba afirmando, tanto para Pedro como también los
cristianos judíos que le acompañaban, que aquel día, a pesar de las opiniones
contrarias que ellos iban a enfrentar después, todos estaban haciendo la
(3) (10:33) “para oír todo lo que Dios te ha mandado” [ajkou'sai pavnta ta;
prostetagmevna soi uJpo; tou' kurivou]
(a) Los manuscritos griegos aquí no dicen “Dios” sino “Señor” [tou' kurivou].
(b) Con estas palabras respondió a la pregunta de Pedro cuando le pidió saber
la razón que le había enviado buscarle.
(c) Todo esto era para que ellos pudieran saber las palabras que el Señor había
mandado Pedro predicar a ellos.
“34 Entonces Pedro, abriendo la boca, dijo: En verdad comprendo que Dios no hace
acepción de personas, 35 sino que en toda nación se agrada del que le teme y hace justicia.
36 Dios envió mensaje a los hijos de Israel, anunciando el evangelio de la paz por medio de
Jesucristo; éste es Señor de todos. 37 Vosotros sabéis lo que se divulgó por toda Judea,
comenzando desde Galilea, después del bautismo que predicó Juan: 38 cómo Dios ungió
con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes
y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él. 39 Y nosotros
somos testigos de todas las cosas que Jesús hizo en la tierra de Judea y en Jerusalén; a quien
mataron colgándole en un madero. 40 A éste levantó Dios al tercer día, e hizo que se
manifestase; 41 no a todo el pueblo, sino a los testigos que Dios había ordenado de
antemano, a nosotros que comimos y bebimos con él después que resucitó de los muertos.
42 Y nos mandó que predicásemos al pueblo, y testificásemos que él es el que Dios ha
puesto por Juez de vivos y muertos. 43 De éste dan testimonio todos los profetas, que todos
los que en él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre.”
1. (10:34) “Entonces Pedro, abriendo la boca, dijo:” [ jAnoivxa" de; Pevtro" to; stovma
ei\\pen]
(2) Ahora, Pedro no solamente entiende, sino también dice en palabras bien claras,
una verdad que para un judío de aquel tiempo debería haber sido muy difícil
poder aceptar, que para Dios los gentiles eran al par con los judíos, los
descendientes de Abraham mismo.
(3) (10:34) “que Dios no hace acepción de personas” [o\{ti oujk e[stin
proswpolhvmpth" oJ qeov"]
(a) Esta frase, junto con muchos otros textos que relatan las palabras de los
profetas, de Jesús mismo, y de sus apóstoles, contradice netamente una
doctrina muy común en el mundo religioso actual – la doctrina falsa que
afirma que Dios destina de antemano a algunos hombres para ser salvos y
otros para ser condenados.
(v) En fin, cualquiera doctrina que sugiere que Dios hace acepción de personas,
que Dios decide de antemano quien será salvo y quien no, contradice la
misma palabra de Dios.
(w) Por ende, tal doctrina es una doctrina falsa, ya no una de Dios, sino una de
Satanás, de él que es el padre de las mentiras, de él que blasfema a Dios
mismo al afirmar que las palabras del Creador son mentiras.
(4) (10:35) “sino que en toda nación se agrada del” [ajll! ejn panti; e[qnei ...
dekto;" aujtw'/ ejstin]
(a) No solamente entre la nación de los judíos, sino “en toda nación” [ejn
panti; e[qnei] Dios actuaba de la misma manera, según lo que ahora Pedro
reclamaba entender.
(c) Es obvio entonces que uno que es cristiano en el día de hoy no puede seguir
en pos de un Dios que no hace diferencia racial mientras uno mismo es
racista.
(d) Si uno no trata a todas las etnias según el actuar de cada persona, como lo
que hace Dios, sino insiste en tratar a unos con acepción de personas, no
basando su juicio en lo que una persona cree o hace, sino en la etnia de tal
persona, está en plena desobediencia a Dios y no está siguiendo en pos de
El.
(g) Pedro estaba afirmando que aunque los gentiles no eran justificados de sus
pecados, algo que solamente ocurre con el contacto con la sangre redentora
de Cristo, ellos serían también dados la oportunidad de compartir en la
salvación ofrecida en el reino de los cielos, que no estarían excluidos a base
de no haber sido judíos.
ii) La verdad es que si uno no teme a Dios no hará lo que Dios ha pedido,
sino que solamente lo hará cuando es lo que uno mismo quiere hacer.
iv) Esta idea de que el temor de Dios era la base de todo, algo olvidado
por muchos hoy, era prominente en la mentalidad judaica por ser
prominente en las Escrituras.
i) Tal como Dios es justo, es necesario que el hombre, sea de la etnia que
sea, también sea uno que hace justicia.
ii) No es suficiente temer a Dios (aun los demonios hacen eso) sino Dios
exige que uno también sea hacedor de la justicia.
iii) Sin embargo, el sincero hecho de que uno, como Cornelio, teme a
Dios y hace justicia no es señal que uno ha sido perdonado de sus
pecados.
iv) Al contrario, es solamente señal que uno tiene el tipo de corazón que
agrada a Dios y, como Cornelio, cuando sabe lo que Dios quiere lo
hará sin pelear en contra de su voluntad.
b. (10:36) “Dios envió mensaje a los hijos de Israel” [to;n lovgon o\}n ajpevsteilen toi'"
uiJoi'" jIsrah;l]
(1) Al encontrarse en la casa de uno que no era de su raza es interesante que Pedro
aclaraba que el mensaje divino había sido enviado a los judíos, su propia raza,
justo después de haber declarado que por fin él entiende que a Dios no le
importa el concepto de razas.
(c) Sin embargo, era a los judíos que Dios había dado en la primera instancia ese
mensaje.
(a) Es importante que esta paz que el evangelio enfocaba no era la paz entre los
hombres, sino las buenas nuevas de que el hombre pudiera conseguir la paz
con el Dios Creador que había ofendido con sus pecados, el Dios que todos
habían distanciado de sí mismos por haberle negado para hacer su propia
voluntad.
(a) Pedro enfocaba la realidad de la cosa, que la paz con Dios se puede
conseguir solamente por medio de Jesús.
i) La construcción del texto griego indica que es muy posible que esta
frase haya sido un comentario hecho por Lucas y no parte de lo que
Pedro decía a Cornelio y a los que estaban con él.
que Jesús había venido para ser el Señor, el amo, el que mandaba,
no solamente a los del pueblo de Israel, sino que era el “Señor de
todos” [pavntwn kuvrio"] los de otras naciones también.
ii) Con esta frase Lucas aclaraba que Jesús no era solamente el Mesías, el
rey y salvador que los judíos tanto esperado, sino también que era el
que tenía soberanía sobre todas las razas.
vii) Una de las más grandes equivocaciones del pueblo judío, y de muchos
aun ahora, era la idea de que Dios era solamente el Dios del pueblo de
Israel, no el Dios de todos.
a) Que esta idea es absurda se puede ver con una sencilla aplicación
de la lógica, como también con el texto bíblico mismo.
b) Cuando Dios creó al hombre, y después los sacó del huerto, ¿no
era El el Dios de todos ellos?
viii) No, Dios nunca dejó de ser Dios de toda la tierra, ni pasó a ser Dios
solamente de los judíos.
ix) Tampoco mandó a su Hijo para ser el sacrificio para los pecados de
solamente los judíos, sino de los de todos los hombres.
x) Tal como había derramado su Espíritu Santo sobre toda carne, algo
que estaba al punto de confirmarse en la presencia de Pedro y los seis
judíos que le acompañaban, Dios había ofrecido la sangre de su Hijo
para llamar a paz consigo a hombres de todas las etnias del mundo.
c. (10:37) “Vosotros sabéis lo que se divulgó por toda Judea” [uJmei'" oi[date to;
genovmenon rh'ma kaq! o\{lh" th'" jIoudaiva"]
(1) El ministerio de Jesús no era algo escondido, algo conocido por unos pocos, sino
fue algo del cual muchas personas estaban informados a lo largo de Palestina.
(2) Así que Pedro estaba seguro que también esa gente entre el mundo gentil de
Cesarea también sabían la historia.
(3) Años después, en la misma ciudad de Cesarea, en su juicio frente al rey Agripa,
quien había sido criado allí mismo en esa ciudad, Pablo dejaría en claro que este
conocimiento del Camino, y la información de la historia de Jesús se había
conocido ampliamente allí.
(5) (10:37) “después del bautismo que predicó Juan:” [meta; to; bavptisma o\}
ejkhvruxen jIwavnnh"]
(a) Juan el Bautista, conforme a las profecías, había venido con el propósito de
preparar el camino para la llegada del Señor.
(c) (10:38) “cómo Dios ungió” [... wJ" e[crisen aujto;n oJ qeo;"]
(b) (10:38) “y sanando a todos los oprimidos por el diablo” [kai; ijwvmeno"
pavnta" tou;" katadunasteuomevnou" uJpo; tou' diabovlou]
(c) (10:38) “ porque Dios estaba con él” [o\{ti oJ qeo;" h\\n met! aujtou']
iv) En el día de hoy, cuando pasan cosas malas a uno, a veces los del
mundo religioso llegan a la conclusión que estas maldades son una señal
de que Dios no haya estado con uno.
e) ¿Acaso que Dios no estaba con los cristianos cuando Saulo les
estaba persiguiendo?
d. (10:39) “Y nosotros somos testigos de todas las cosas que Jesús hizo en la tierra
de Judea y en Jerusalén” [kai; hJmei'" mavrture" pavntwn w|n ejpoivhsen e[n te th'/
cwvra/ tw'n jIoudaivwn kai; ejn jIerousalhvm]
(b) Pedro usó palabras casi idénticas en su mensaje a los gobernantes judíos.
(8) (10:40) “A éste levantó Dios al tercer día” [tou'ton oJ qeo;" h[geiren ejn th'/
trivth/ hJmevra/]
(9) (10:40) “e hizo que se manifestase” [kai; e[dwken aujto;n ejmfanh' genevsqai]
(b) (10:41) “sino a los testigos que Dios había ordenado de antemano”
[ajlla; mavrtusin toi'" prokeceirotonhmevnoi" uJpo; tou' qeou']
(c) (10:41) “a nosotros que comimos y bebimos con él después que resucitó
de los muertos” [hJmi'n, oi\{tine" sunefavgomen kai; sunepivomen aujtw'/
meta; to; ajnasth'nai aujto;n ejk nekrw'n]
(2) (10:42) “y testificásemos que él es el que Dios ha puesto por Juez de vivos
y muertos” [kai; diamartuvrasqai o\{ti ou|to" ejstin oJ wJrismevno" uJpo; tou' qeou'
krith;" zwvntwn kai; nekrw'n]
(a) Según Pedro el mandato de Jesús era que ellos fueran testigos que Jesús era
el elegido por Dios como el juez de todos, el Mesías, el rey del reino de los
cielos.
(b) Muchos en el día de hoy todavía quieren aferrarse a los diez mandamientos,
como si ellos serían la ley por la cual se juzgarían en el día de juicio, pero no
es así la verdad de la cosa.
(c) La verdad es que Jesús declaró, y mandó a sus testigos a comprobar, que El
sería el dador de las palabras de vida, las palabras por las cuales cada uno
sería juzgado frente a su tribunal final.
f. (10:43) “De éste dan testimonio todos los profetas” [touvtw/ pavnte" oiJ profh'tai
marturou'sin]
(9) Para estos gentiles que eran adoradores del Dios verdadero, estas profecías
habrían tenido el mismo impacto que para los judíos mismos.
(10) (10:43) “que todos los que en él creyeren” [...pavnta to;n pisteuvonta eij"
aujtovn]
“44 Mientras aún hablaba Pedro estas palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que
oían el discurso. 45 Y los fieles de la circuncisión que habían venido con Pedro se quedaron
atónitos de que también sobre los gentiles se derramase el don del Espíritu Santo. 46
Porque los oían que hablaban en lenguas, y que magnificaban a Dios. 47 Entonces
respondió Pedro: ¿Puede acaso alguno impedir el agua, para que no sean bautizados estos
que han recibido el Espíritu Santo también como nosotros? 48 Y mandó bautizarles en el
nombre del Señor Jesús. Entonces le rogaron que se quedase por algunos días.”
1. (10:44) “Mientras aún hablaba Pedro estas palabras” [ [Eti lalou'nto" tou' Pevtrou
ta; rhvmata tau'ta]
a. Pedro les estaba enseñando, estaba cumpliendo con su deber de llevar a ellos la
palabra de la vida, pero no logró terminar sus palabras antes que Dios se interpuso en
el escenario.
(2) Es sumamente importante que uno entienda que el texto mismo, las palabras
mismas de Pedro, y las palabras de Cornelio, todos indican que sería a través de
las palabras que Cornelio y los suyos oirían de Pedro que ellos llegarían a ser
salvos, no por la venida del Espíritu Santo sobre ellos.
b. (10:44) “el Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían el discurso” [ejpevpesen
to; pneu'ma to; a\{gion ejpi; pavnta" tou;" ajkouvonta" to;n lovgon]
(1) Es notable que Lucas declaraba que no algunos de ellos, sino “todos los que oían
el discurso” [pavnta" tou;" ajkouvonta" to;n lovgon] eran los sobre los cuales
cayó el Espíritu Santo.
(2) Estos habrían sido los familiares y amigos que Cornelio había reunido en su casa
para oír todo lo que Pedro había sido mandado por Dios decirles.
(3) Compare esta frase “el Espíritu Santo cayó sobre” [ejpevpesen to; pneu'ma to;
a\{gion ejpi;] con otras veces que Lucas usaba la misma frase, u otra muy parecida,
en Hechos, aunque es evidente que existían diferencias en el sentido en el cual
él usaba estas frases.
c. (10:45) “Y los fieles de la circuncisión que habían venido con Pedro” [... oiJ ejk
peritomh'" pistoi; o\{soi sunh'lqan tw'/ Pevtrw/,]
(1) Esto serían los cristianos judíos que habían acompañado a Pedro desde Jopé.
(2) Ellos, como Pedro mismo, habían tenido suficiente fe en haber sido guiados por
el Espíritu Santo por medio de la visión de Pedro para meterse en la casa de un
gentil, algo casi imperdonable entre el pueblo judío, algo que el pueblo habría
considerado como contaminante.
(4) (10:45) “se quedaron atónitos de que también sobre los gentiles” [kai;
ejxevsthsan ... o\{ti kai; ejpi; ta; e[qnh]
(c) Es muy importante que uno capte que no fue en sí las señales que ellos
estaban viendo que les dejaban atónitos, ya que ellos habían visto iguales
señales anteriormente, sino que fue el hecho que Dios estaba demostrando
su poder por medio de los gentiles.
(5) (10:45) “se derramase el don del Espíritu Santo” [hJ dwrea; tou' aJgivou
pneuvmato" ejkkevcutai]
(a) Aunque había sido prometido para “toda carne” en la profecía de Joel, y
confirmado por las palabras del Espíritu mismo por medio de la boca del
mismo Pedro, era necesario que ellos vieran en un contexto de gentiles la
comprobación de esa realidad para realmente poder creer que fuera así.
(b) Es notable lo que demandó cumplirse para que los judíos aceptaran que la
promesa aplicaba también a los gentiles.
i) La profecía de Joel.
v) El mandato del Espíritu a Pedro que fuera sin preguntar con los
hombres enviados por Cornelio.
(c) Todo estos eran demostraciones visibles y audibles para que entendieran
claramente que el Espíritu Santo había sido derramada para todos y no
solamente los de sangre judía.
i) Lucas no usaba una forma del tiempo presente, como para decir,
“estaba siendo derramado”, como una acción en proceso.
(e) Lo que dejó asombrado a esos cristianos judíos era que, cuando Dios
cumplió la profecía de Joel en el día de Pentecostés, tal como profetizó, El
había derramado su Espíritu sobre “toda carne”, no que El, en aquel
momento en la casa de Cornelio, estaba derramando de nuevo su Espíritu.
(g) Es así que el texto mismo, como también la lógica, requieren las siguientes
conclusiones.
(6) (10:46) “Porque los oían que hablaban en lenguas” [h[kouon ga;r aujtw'n
lalouvntwn glwvssai"]
(a) Sin lugar a dudas esta frase indica la manera que los judíos llegaron a darse
cuenta que Dios había dado sobre esos gentiles el Espíritu Santo.
(b) Ya que no existe ninguna evidencia en el texto bíblico que esa frase
“hablaban en lenguas” [lalouvntwn glwvssai"] haya sido algo aparte de
recibir la habilidad de hablar otros idiomas de otros pueblos que ellos
mismos no habían aprendido, lo más probable sería que esos gentiles
empezaban a hablar en el arameo o el hebreo, ya que los judíos entendieron
que ellos “magnificaban a Dios” [megalunovntwn to;n qeovn].
(c) Uno debe reconocer que exactamente este fenómeno era lo que había
convencido a muchos en el día de Pentecostés, cuando ellos oyeron a los
apóstoles hablar, no en el griego, ni en el arameo, sino en los idiomas y
dilectos de cada oyente.
(d) Ya que Lucas usa la misma terminología aquí que usó en el capítulo dos, sería
absurdo, ya que explicó lo que significaban sus palabra allí, que en el pasaje
actual significaría algo totalmente distinto sin que él dejara ninguna indicación
de esa posibilidad.
(e) A la vez, cuando Pablo usaba esa frase en su carta a los de Corinto, era claro
que a veces no se necesitaría un interprete por la sencilla razón de que en
estos casos el que hablaba en lenguas estaría hablando en la lengua de los
presentes aunque nunca lo había aprendido.
(1) Ellos quedaron atónitos de que Dios había dado el Espíritu Santo a gente no judía,
a los gentiles.
(2) Sin embargo, Pedro parece haber entendido antes de ver la comprobación de esa
realidad, una realidad comprobada a través del poder que ellos recibieron para
hablar en lenguas.
(3) En contraste con la sorpresa de ellos, parece que Pedro solamente quiso asegurar
el perdón de los a los cuales él había sido enviado a anunciar el camino a la vida,
ya que tanto él, como también los hermanos judíos que le acompañaban, ahora
no podían negar que Dios había demostrado su intención de incluirlos en su reino.
b. (10:47) “¿Puede acaso alguno impedir el agua” [mhvti to; u\{dwr duvnatai kwlu'sai
ti"]
(1) Esta no era una pregunta retórica, sino una por la cual estaba desafiando a los
cristianos judíos presente para ver si alguno de ellos, después de haber visto lo
que había sido hecho por el Espíritu Santo en su presencia, iba a oponerse al
bautismo de los gentiles.
(2) A pesar del hecho que muchos en el día de hoy piensan que el agua no tiene
ninguna importancia real en la redención del hombre, Lucas parece enfocar su
importancia en una manera intencional en su relato.
(4) Además, en el relato actual parece que Lucas enfocaba que tampoco Pedro
estaría de acuerdo con los que dicen que el agua no importa, ya que él claramente
demostraba con sus palabras que el agua tenía un papel de importancia en la
salvación de esos primeros gentiles.
(5) ¿Por qué habría preguntado si alguno pudiera oponerse al agua para bautizar a
Cornelio y los suyos?
(b) Anterior a ese momento ellos no habrían estado conformes de ser partes
de un cuerpo, él de Cristo, él del cual El mismo era la cabeza, junto con
gentiles inmundos.
c. (10:47) “para que no sean bautizados estos” [tou' mh; baptisqh'nai touvtou"]
d. (10:47) “que han recibido el Espíritu Santo también como nosotros?” [oi\{tine"
to; pneu'ma to; a\{gion e[labon wJ" kai; hJmei'"_]
(5) A negar lo que fue mandado por Cristo mismo como algo que necesitaba ser
predicado a todo el mundo, y que había sido demostrado por el Espíritu Santo,
sería negar a Dios mismo.
(6) En efecto, Pedro estaba emitiendo un desafío a los testigos para ver si ellos se
opondrían a la voluntad obvia de Dios o no.
3. (10:48) “Y mandó bautizarles en el nombre del Señor Jesús” [prosevtaxen de; aujtou;"
ejn tw'/ ojnovmati jIhsou' Cristou' baptisqh'nai]
a. Pedro había sido enviado por Dios mismo para decir a Cornelio “palabras por las
cuales serás salvo” [rhvmata pro;" se; ejn oi|" swqhvsh], tal como había sido el caso
de Ananías con Saulo, y en ambos casos el único mandamiento que fue incluido en sus
palabras era el mandamiento de bautizarse.
(3) Es interesante, sin embargo, que este versículo no parece haber sido dirigido
solamente a Cornelio y los de su casa, sino también a los hermanos judíos que
estaban con Pedro como testigos.
(4) Es decir, no solamente mandó a los gentiles a bautizarse, sino a los judíos que
estaban con él a no prohibir que se bautizaran y, más encima, que ellos mismos
debían ayudarles cumplir con la voluntad de Dios, bautizando a Cornelio y los
demás que estaban con él.
b. Es notable, también, que la indicación en el texto es que fue algo que se mandó de
inmediato, y además es importante notar que fue un mandamiento, no solamente una
sugerencia.
c. Todo esto apoya a la conclusión inevitable: tal como en el día de Pentecostés y en las
otras ocasiones cuando era dado a conocer el evangelio, que la necesidad de ser
bautizado en agua por la autoridad de Jesús para lavarse de sus pecados era siempre
un componente de tal mensaje original, a pesar de la oposición tan común a esa
realidad hoy en día.
d. Hay una realidad evidente: los que optan para negar que el bautismo tenga algo que
ver con el perdón del pecado y con la salvación por medio de la sangre de Cristo no
basan sus argumentos en los ejemplos de las conversiones que relataba el Espíritu
Santo por medio de Lucas, sino en sus deseos para creer que no es así la verdad divina.
(4) La única manera de entender estos pasajes, y otros similares, sin que se
contradigan entre sí es reconocer que nunca estaban hablando de palabras que
uno tenía que decir al bautizar, sino de la autoridad y el poder a los cuales uno
estaba apelando a sumergir el creyente para que la sangre de Jesús le podía
perdonar, poder que tenía esa acción porque El mismo lo había mandado hacerlo.
4. (10:48) “Entonces le rogaron que se quedase por algunos días” [tovte hjrwvthsan aujto;n
ejpimei'nai hJmevra" tinav"]
a. Con este pasaje empieza un cambio de gran importancia para los judíos que aceptaron
a Jesús como su Mesías.
b. Desde ese acontecimiento ellos tenían que aceptar la necesidad de compartir con los
gentiles el reino del cielo y convivir con ellos, algo que les iba a costar mucho, y algo
que algunos entre ellos no estarían dispuestos a entender y aceptar.
c. El mero hecho que Pedro y los seis hermanos judíos aceptaron la invitación de
Cornelio para quedarse varios días con estos nuevos hermanos gentiles fue un gran
paso.
d. Era significante no solamente para los gentiles que tuvieron la oportunidad de seguir
aprendiendo de ellos acerca del Camino, sino también para los que estuvieron
dispuestos ir en contra de todos los tabúes de su propio pueblo porque ellos ahora
entendieron que ese compañerismo como miembros de un solo cuerpo venía de la
voluntad de Dios mismo.
“1 Oyeron los apóstoles y los hermanos que estaban en Judea, que también los gentiles
habían recibido la palabra de Dios. 2 Y cuando Pedro subió a Jerusalén, disputaban con él
los que eran de la circuncisión, 3 diciendo: ¿Por qué has entrado en casa de hombres
incircuncisos, y has comido con ellos? 4 Entonces comenzó Pedro a contarles por orden lo
sucedido, diciendo: 5 Estaba yo en la ciudad de Jope orando, y vi en éxtasis una visión; algo
semejante a un gran lienzo que descendía, que por las cuatro puntas era bajado del cielo
y venía hasta mí. 6 Cuando fijé en él los ojos, consideré y vi cuadrúpedos terrestres, y fieras,
y reptiles, y aves del cielo. 7 Y oí una voz que me decía: Levántate, Pedro, mata y come.
8 Y dije: Señor, no; porque ninguna cosa común o inmunda entró jamás en mi boca. 9
Entonces la voz me respondió del cielo por segunda vez: Lo que Dios limpió, no lo llames
tú común. 10 Y esto se hizo tres veces, y volvió todo a ser llevado arriba al cielo. 11 Y he
aquí, luego llegaron tres hombres a la casa donde yo estaba, enviados a mí desde Cesarea.
12 Y el Espíritu me dijo que fuese con ellos sin dudar. Fueron también conmigo estos seis
hermanos, y entramos en casa de un varón, 13 quien nos contó cómo había visto en su casa
un ángel, que se puso en pie y le dijo: Envía hombres a Jope, y haz venir a Simón, el que
tiene por sobrenombre Pedro; 14 él te hablará palabras por las cuales serás salvo tú, y toda
tu casa. 15 Y cuando comencé a hablar, cayó el Espíritu Santo sobre ellos también, como
sobre nosotros al principio. 16 Entonces me acordé de lo dicho por el Señor, cuando dijo:
Juan ciertamente bautizó en agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo.
17 Si Dios, pues, les concedió también el mismo don que a nosotros que hemos creído en
el Señor Jesucristo, ¿quién era yo que pudiese estorbar a Dios? 18 Entonces, oídas estas
cosas, callaron, y glorificaron a Dios, diciendo: ¡De manera que también a los gentiles ha
dado Dios arrepentimiento para vida! “
1. (11:1) “Oyeron los apóstoles y los hermanos que estaban en Judea, que también los
gentiles habían recibido la palabra de Dios” [ [Hkousan de; oiJ ajpovstoloi kai; oiJ
ajdelfoi; oiJ o[nte" kata; th;n jIoudaivan o\{ti kai; ta; e[qnh ejdevxanto to;n lovgon tou' qeou']
b. Segundo, no fue solamente los apóstoles, sino los hermanos judíos a lo largo de todo
Judea, los que escucharon la noticia y se preocuparon por ella, como se puede ver
claramente en el próximo versículo.
2. (11:2) “Y cuando Pedro subió a Jerusalén” [ \{Ote de; ajnevbh Pevtro" eij" jIerousalhvm]
(1) La frase “los que eran de la circuncisión” [oiJ ejk peritomh'"] es una clara
referencia a los hermanos del pueblo de los judíos, ya que el rito de la circuncisión
era lo que les distinguían de las otras naciones, los gentiles.
c. (11:3) “¿Por qué has entrado en casa de hombres incircuncisos, y has comido con
ellos?” [o\{ti eijsh'lqe" pro;" a[ndra" ajkrobustivan e[conta" kai; sunevfage" aujtoi'"]
(2) En el texto griego esta acusación no aparece en forma de una pregunta, sino más
bien como una carga en contra.
(3) En realidad, ellos no estaban buscando saber el por qué, sino le estaban acusando
de haber hecho algo indebido.
(4) Es interesante la similitud de esta acusación con la de los fariseos cuando ellos
empezaron a condenar a Jesús por comer con los publicanos y pecadores.
(b) Era, y todavía en muchos casos es, la idea de contaminarse solamente por
contacto con los que viven en el pecado, algo que obviamente no es una
realidad.
(5) Nuevamente es notable que no fue el hecho de haber enseñado el evangelio a los
gentiles, ni tampoco el hecho de haberles bautizado, ni siquiera el hecho de haber
sido participantes en la llegada del Espíritu Santo sobre estos “hombres
incircuncisos” [a[ndra" ajkrobustivan] que fue el centro de su acusación, sino el
mero hecho de haber entrado en su casa y haber comido con ellos.
(a) Era tan fuerte esta discriminación de parte del pueblo judío en contra de los
gentiles que iba a causar problemas serios en la iglesia durante décadas.
a. (11:5) “Estaba yo en la ciudad de Jope orando” [ejgw; h[mhn ejn povlei jIovpph/
proseucovmeno"]
(2) (11:5) “algo semejante a un gran lienzo que descendía” [katabai'non skeu'o"
ti wJ" ojqovnhn megavlhn]
(a) Tal como en el relato de Lucas, Pedro también evitaba decir que era un
lienzo que vio, sino solamente lo describía como algo que era similar a un
lienzo.
(3) (11:5) “que por las cuatro puntas era bajado del cielo y venía hasta mí”
[tevssarsin ajrcai'" kaqiemevnhn ejk tou' oujranou', kai; h\\lqen a[cri ejmou']
iv) (11:6) “y aves del cielo” [kai; ta; peteina; tou' oujranou']
(b) (11:7) “Y oí una voz que me decía:” [h[kousa de; kai; fwnh'" legouvsh"
moi]
(d) (11:9) “Entonces la voz me respondió del cielo por segunda vez:”
[ajpekrivqh de; fwnh; ejk deutevrou ejk tou' oujranou']
(e) (11:10) “Y esto se hizo tres veces, y volvió todo a ser llevado arriba al
cielo” [tou'to de; ejgevneto ejpi; triv", kai; ajnespavsqh pavlin a\{panta eij"
to;n oujranovn]
d. (11:12) “Y el Espíritu me dijo que fuese con ellos sin dudar” [ei\\pen de; to; pneu'ma
moi sunelqei'n aujtoi'" mhde;n diakrivnanta]
e. (11:12) “Fueron también conmigo estos seis hermanos” [h\\lqon de; su;n ejmoi; kai;
oiJ e\}x ajdelfoi; ou|toi]
(1) Es obvio que no solamente Pedro estuvo en Jerusalén siendo puesto en tela de
juicio sus acciones en Cesarea, sino también estuvieron presentes los seis
hermanos judíos que le habían acompañado y que habían servido como testigos
oculares de lo ocurrido allí.
(3) Con Pedro, y estos seis testigos judíos que le acompañaron, ya sumaban siete
testigos cristianos a lo ocurrido.
(b) La ley de los egipcios decía que con el testimonio de siete testigos cualquier
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“HECHOS”
HECHOS ANÁLISIS DEL TEXTO PÁGINA 418
(4) (11:12) “y entramos en casa de un varón” [kai; eijshvlqomen eij" to;n oi\\kon
tou' ajndrov"]
(a) (11:13) “cómo había visto en su casa un ángel” [pw'" ei\\den to;n a[ggelon
ejn tw'/ oi[kw/ aujtou']
iii) (11:13) “el que tiene por sobrenombre Pedro” [to;n ejpikaloum
v enon
Pevtron]
iv) (11:14) “él te hablará palabras por las cuales” [o\}" lalhvsei
rhvmata pro;" se; ejn oi|"]
(2) (11:15) “cayó el Espíritu Santo sobre ellos también” [ ejpevpesen to; pneu'ma
to; a\{gion ejp! aujtou;"]
(a) (11:15) “como sobre nosotros al principio” [w\{sper kai; ejf! hJma'" ejn
ajrch']/
ii) Esto mismo pasó con los gentiles cuando vino el Espíritu sobre ellos en
medio de las palabras de Pedro.
iii) En esta manera, eran idénticas las dos ocasiones: en ambas de ellos
Dios, a través del poder del Espíritu Santo habilitaba a los hombres
hablar en otros idiomas, comprobando que El mismo estaba detrás de
lo ocurrido.
iv) Es importante notar que Pedro no decía que Dios nuevamente estaba
derramando su Espíritu aquel día, sino apuntaba al hecho que por lo
ocurrido aquel día llegó a ser evidente que Dios también había
derramado ese Espíritu sobre los gentiles, tal como había dicho.
(a) Aunque es obvio que Jesús les dijo esto, este pasaje mismo claramente
indica que también les había comunicado esa promesa anteriormente a sus
apóstoles.
(b) Lo que vio le hizo recordar lo que Jesús les había dicho anteriormente.
(d) (11:16) “mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo” [uJmei'"
de; baptisqhvsesqe ejn pneuvmati aJgivw/]
ii) Es interesante que nunca más en las Escrituras se hace mención de esa
promesa de ser bautizado con el Espíritu Santo.
iii) Esta realidad da apoyo a la conclusión obvia que era una promesa
cumplida en el día de Pentecostés, de una vez, en la misma manera que
Jesús derramó, de una sola vez, su sangre en la cruz.
a) Esto nunca fue algo hecho por el Espíritu, sino, tal como Juan
usaba el agua para bautizar, Jesús usaba el Espíritu Santo.
d) La acción no era algo hecho por el Espíritu Santo, sino una acción
hecha por Jesús, quien claramente usaría, como Juan usaba el
agua, el Espíritu Santo como el elemento en el cual sumergir a los
candidatos, quienes, según la palabra apostólica, eran los que
obedecen.
e) Los que intentan hacer algo que ellos llaman “ser bautizados por
el Espíritu Santo” están inventando algo desconocido en el texto.
f) Están usando una frase que el texto nunca usó y que tiene un
sentido totalmente distinta y contradictoria al sentido original de
los autores inspirados.
4. (11:17) “Si Dios, pues, les concedió también el mismo don que a nosotros que hemos
creído en el Señor Jesucristo” [eij ou\\n th;n i[shn dwrea;n e[dwken aujtoi'" oJ qeo;" wJ" kai;
hJmi'n pisteuvsasin ejpi; to;n kuvrion jIhsou'n Cristovn]
a. Esta frase hace referencia a la venida del Espíritu Santo sobre ellos como también al
poder de hablar en lenguas, tal como El había dado a los apóstoles mismos.
b. El argumento de Pedro a sus acusadores era que Dios les había enviado sobre estos
gentiles, tal como sobre los apóstoles mismos en el día de Pentecostés, el “poder
desde lo alto” que había sido prometido y de esa forma comprobaba que lo ocurrido
fue de acuerdo con la voluntad de El.
c. (11:17) “¿quién era yo que pudiese estorbar a Dios?” [ejgw; tiv" h[mhn dunato;"
kwlu'sai to;n qeovn_]
(1) Su argumento, su defensa, era muy sencilla: todo esto había sido hecho a través
del actuar de Dios mismo.
(a) Fue Dios quien mandó el mensaje en una visión a Cornelio, no Pedro.
(b) Fue Dios quien mandó a Cornelio para que buscara a Pedro para que viniera
a decirle lo que tendría que hacer para ser salvo.
(c) Fue Dios quien hizo que Pedro viera en éxtasis la visión que le llevó a
entender que Dios no hacía acepción de personas.
(d) Fue Dios quien le hizo saber a Pedro que él debía ir con los mensajeros a la
casa de Cornelio sin dudar.
(e) Fue Dios quien mandó sobre los gentiles el Espíritu Santo para comprobar
a los judíos que El les estaría dispuesto aceptar también a ellos.
(2) El negar de entrar a la casa de Cornelio y convivir con ese grupo de gentiles
habría sido, claramente, un intento para estorbar lo que era la voluntad de Dios
mismo.
(5) Es interesante que aquí Lucas usaba la palabra “estorbar”, la misma palabra
griega [kwlu'sai] que usaba en la historia de la conversión del etíope y que Pedro
usaba en el momento de mandar a los de la casa de Cornelio a ser bautizados.
(6) Pedro, entonces, estaba apelando al gran peligro que uno debe reconocer si uno
se pone en una posición de intentar impedir que se haga la voluntad divina, algo
que muchos no toman en cuenta en el día de hoy.
c. (11:18) “¡De manera que también a los gentiles ha dado Dios arrepentimiento
para vida!” [a[ra kai; toi'" e[qnesin oJ qeo;" th;n metavnoian eij" zwh;n e[dwken]
(6) Con estas palabras Lucas daba a conocer la aceptación en la iglesia de los gentiles
quienes también creyeron y obedecieron el evangelio, reconociendo que fue Dios
quien les daba vida nueva en Cristo de la misma forma que El había dado la
salvación a los judíos.
“19 Ahora bien, los que habían sido esparcidos a causa de la persecución que hubo con
motivo de Esteban, pasaron hasta Fenicia, Chipre y Antioquía, no hablando a nadie la
palabra, sino sólo a los judíos. 20 Pero había entre ellos unos varones de Chipre y de
Cirene, los cuales, cuando entraron en Antioquía, hablaron también a los griegos,
anunciando el evangelio del Señor Jesús. 21 Y la mano del Señor estaba con ellos, y gran
número creyó y se convirtió al Señor. 22 Llegó la noticia de estas cosas a oídos de la iglesia
que estaba en Jerusalén; y enviaron a Bernabé que fuese hasta Antioquía. 23 Este, cuando
llegó, y vio la gracia de Dios, se regocijó, y exhortó a todos a que con propósito de corazón
permaneciesen fieles al Señor. 24 Porque era varón bueno, y lleno del Espíritu Santo y de
fe. Y una gran multitud fue agregada al Señor. 25 Después fue Bernabé a Tarso para
buscar a Saulo; y hallándole, le trajo a Antioquía. 26 Y se congregaron allí todo un año con
la iglesia, y enseñaron a mucha gente; y a los discípulos se les llamó cristianos por primera
vez en Antioquía. 27 En aquellos días unos profetas descendieron de Jerusalén a Antioquía.
28 Y levantándose uno de ellos, llamado Agabo, daba a entender por el Espíritu, que
vendría una gran hambre en toda la tierra habitada; la cual sucedió en tiempo de Claudio.
29 Entonces los discípulos, cada uno conforme a lo que tenía, determinaron enviar socorro
a los hermanos que habitaban en Judea; 30 lo cual en efecto hicieron, enviándolo a los
ancianos por mano de Bernabé y de Saulo.”
1. (11:19) “Ahora bien, los que habían sido esparcidos a causa de la persecución que
hubo con motivo de Esteban” [OiJ me;n ou\\n diasparevnte" ajpo; th'" qlivyew" th'"
genomevnh" ejpi; Stefavnw/]
a. Con esta frase Lucas vuelve a contar la historia que mencionaba la persecución que
sucedía en contra de los creyentes después de la muerte de Esteban.
(1) Había mencionado que fueron esparcidos en las regiones de Judea y Samaria.
(7) Contó de los milagros de Pedro y las conversiones que resultaron después de
ellos en Lida y en Jope.
(8) Contó de la apertura del evangelismo para incluir también los gentiles con la
conversión de Cornelio y su casa en Cesarea.
(9) Ahora Lucas empieza a expandir el relato para que abarque también el inicio del
crecimiento de la evangelización fuera de Palestina, para incluir el mundo gentil
en Siria y en el resto del mundo, tema que sería su enfoque en el resto de su
relato.
c. Ya que ellos fueron compartiendo con gozo su fe, a pesar de esa persecución, tal como
habían visto que los apóstoles habían hecho, muchos habían creído a su mensaje.
(2) Es notable en el día de hoy que muchas veces los momentos difíciles en la vida de
personas resultan en su renuncio a su fe cuando, en el caso de ellos resultaron en
algo totalmente el opuesto.
(a) Chipre fue una isla ubicada unos ciento sesenta kilómetros de la costa de
Fenicia.
(c) Fue visitada por Pablo y Bernabé en la primera de sus viajes misioneros.
(d) Bernabé y Juan Marcos después volvieron a la isla para visitar a los hermanos
allí.
(a) Esta ciudad, capital de la provincia romana de Siria, era la ciudad más grande
de toda esa parte del mundo, con una población que pudo haber superado
medio millón, y era la tercera ciudad más grandes del mundo en aquel
tiempo, sobrepasado solamente por Roma y Alejandría.
(b) Como en las regiones de Fenicia y Chipre, en Antioquía el idioma común era
el griego y la gran mayoría de los pobladores de esas áreas eran gentiles, no
judíos.
(c) Como Corintio, Antioquía era una ciudad con bastante inmoralidad, sito de
un templo dedicado a la diosa Daphne y otro dedicado a la adoración de
Apolo por medio de la prostitución religiosa.
la parte extrema del noreste del Mar Mediterráneo y fue conocida como “la
puerta al oriente”.
(e) Como Lucas está al punto de describir, esa ciudad fue la ubicación de la
primera iglesia mayormente gentil, y esa iglesia iba a servir durante muchos
años como el centro de la evangelización entre el mundo gentil.
(f) Antioquía contaba con una población bastante grande de judíos, pero por
ser una ciudad multi-cultural, ellos tendían a ser más liberales que los judíos
de Palestina.
(g) Fue desde esa ciudad que Pablo y sus compañeros salieron en cada uno de
sus tres viajes misioneros.
(h) Hay bastantes referencias a esa ciudad en el texto y jugó un rol importante
en la historia que Lucas relataba de la expansión del cristianismo en el
mundo.
e. (11:19) “no hablando a nadie la palabra, sino sólo a los judíos” [mhdeni; lalou'nte"
to;n lovgon eij mh; movnon jIoudaivoi"]
(2) Es posible que esta evangelización de los judíos en Antioquía había ocurrido en
el mismo tiempo que la de Judea, Samaria, y Damasco.
(3) Lo más probable sería que esos hermanos no habían oído de la historia de Pedro
y Cornelio y así no eran conscientes que Dios quería incluir también a los gentiles
en el Camino.
2. (11:20) “Pero había entre ellos unos varones de Chipre y de Cirene, los cuales”
[ \Hsan dev tine" ejx aujtw'n a[ndre" Kuvprioi kai; Kurhnai'oi, oi\{tine"]
(b) En el día de Pentecostés, entre los testigos del milagro de las lenguas, eran
personas de Cirene presentes.
(1) Conviene notar que ellos no eran de Antioquía, sino nativos de otras partes pero
arrancándose de la persecución en contra de los del Camino que estaba
ocurriendo en Jerusalén, donde probablemente habían sido convertidos ellos
mismos, llegaron allí.
(2) No hay indicación que ellos habían compartido el mensaje con los gentiles antes
de entrar en esa ciudad que era un centro de cultura greca-romana en esa parte
del mundo.
c. (11:20) “hablaron también a los griegos” [ejlavloun kai; pro;" tou;" Jellhnista;"]
(1) Ahora la frase “a los griegos” [pro;" tou;" Jellhnista;"] no hace referencia a los
judíos de la dispersión, es decir, a los judíos de hablar griego, como se había
usado el término anteriormente, sino a los gentiles del mundo griego, a los que
no eran judíos.
3. (11:21) “Y la mano del Señor estaba con ellos [kai; h\\n cei;r kurivou met! aujtw'n]
a. Esta expresión “la mano del Señor estaba con ellos” [h\\n cei;r kurivou met! aujtw'n]
era una manera de decir que contaban con el apoyo de El.
5. (11:22) “Llegó la noticia de estas cosas a oídos de la iglesia que estaba en Jerusalén”
[ jHkouvsqh de; oJ lovgo" eij" ta; w\\ta th'" ejkklhsiva" th'" ou[sh" ejn jIerousalh;m peri;
aujtw'n]
(1) (11:23) “cuando llegó, y vio la gracia de Dios” [paragenovmeno" kai; ijdw;n th;n
cavrin th;n tou' qeou']
(a) Aunque esta frase “la gracia de Dios” [th;n cavrin th;n tou' qeou'] no es
muy común en lo escrito por Lucas es una frase muy utilizado por Pablo y
los otros autores.
ii) Sin embargo, era la misma reacción que se demostró cuando los
apóstoles y otros judíos cristianos en Jerusalén entendieron el
argumento de Pedro que comprobaba que no era la voluntad divina
hacer distinción entre ellos y los gentiles que llegaran a ser obedientes
a los mandatos de El.
i) La salvación era causa de gozo, pero también era necesario que los
salvos permanecieran fieles al Señor para mantenerse en comunión con
El y en un estado de salvación.
(a) Es notable que Lucas, inspirado por el Espíritu Santo mismo, daba el
testimonio divino acerca del carácter de Bernabé, un testimonio que
cualquier persona debería ser muy orgulloso de recibir del Creador mismo.
(b) Además, el texto indica que su regocijo por la conversión de esos gentiles,
y su exhortación a ellos a seguir fieles al compromiso que habían adquirido,
era un producto de su carácter, una demostración del tipo de corazón que
él poseía.
(c) Una lección que uno debe sacar de esta afirmación divina es que Dios quiere
que cada uno demuestre esas mismas características porque son las del
Señor mismo y que le agradan a El.
(e) (11:24) “y lleno del Espíritu Santo y de fe” [kai; plhvrh" pneuvmato"
aJgivou kai; pivstew"]
d. (11:24) “Y una gran multitud fue agregada al Señor” [kai; prosetevqh o[clo"
iJkano;" tw'/ kurivw]/
(1) La frase “una gran multitud” [o[clo" iJkano;"], o literalmente “una considerable
multitud”, era una redundancia para enfatizar que no eran pocos los gentiles que
fueron añadidos por el Señor a la iglesia en Antioquía.
(6) El uso de expresiones del gran número de creyentes, antes para referirse a judíos
cristianos y ahora también a gentiles, parece ser parte del propósito de Lucas en
su relato.
(7) De esa manera daba a conocer que el movimiento del Camino no fue de unos
pocos cristianos, sino de grandes multitudes que respondieron a la verdad del
evangelio y tomaron la decisión de entregar sus vidas en pos de Jesús.
6. (11:25) “Después fue Bernabé a Tarso para buscar a Saulo;” [ejxh'lqen de; eij" Tarso;n
ajnazhth'sai Sau'lon]
a. Lucas no provee información acerca de las razones por esta acción de parte de
Bernabé, así que es imposible saber con certeza si fue una decisión propia o si fue algo
que Dios mismo le mandó hacer.
b. Algún tiempo antes Lucas había relatado que Saulo había sido sacado de Jerusalén por
los hermanos y enviado a Tarso para salvarle la vida cuando los judíos helenistas en
Judea intentaban matarle.
c. Durante el intervalo entre estas dos eventos Lucas no provee ninguna información
acerca de las actividades de Saulo en Tarso, ni tampoco se encuentra detalles en otras
partes del texto.
d. Sin embargo, parece que ya habían pasado unos años entre el tiempo cuando Bernabé
había llevado a Saulo a los apóstoles en Jerusalén, para convencerles a ellos que en
verdad él era un creyente, y el momento de ir desde Antioquía a buscarle en Tarso.
e. A pesar de eso, una cosa parece obvio: que Bernabé buscaba a Saulo para ayudarle con
el trabajo en Antioquía.
f. A lo mejor esto haya sido porque Jesús mismo le había encargado a él la tarea de ser
su testigo entre el mundo gentil y por primera vez en Antioquía mucho gentiles
estaban siendo añadidos por Dios a la iglesia.
i. (11:26) “Y se congregaron allí todo un año con la iglesia” [ejgevneto de; aujtoi'" kai;
ejniauto;n o\{lon sunacqh'nai ejn th'/ ejkklhsiva/]
(1) Durante todo el tiempo del ministerio de Pablo solamente quedó en pocos
lugares por más tiempo que en Antioquía.
(b) Estuvo varios años (no hay manera de saber cuántos) en Tarso.
(f) Estuvo dos años en la cárcel en Roma, antes del fin de la historia relatado
por Lucas.
(3) (11:26) “y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en
Antioquía” [crhmativsai te prwvtw" ejn jAntioceiva/ tou;" maqhta;"
Cristianouv"]
(a) Es la primera vez que los seguidores de Jesús, el Cristo, eran conocidos por
el nombre de “cristianos” [Cristianouv"], algo que con el trascurso del
tiempo pasaría a ser común.
(b) No es claro si ellos mismos empezaban a llamarse con ese nombre para
identificarse como los que pertenecía a Cristo y que le seguían a El, o si fue
una expresión de desprecio de parte de los que no creyeron en Jesús como
el Cristo.
(c) De todas formas, es obvio que ellos empezaron a tener, tal vez frente al
mundo gentil y el judío, una identificación que les separaba de los demás.
(d) El hecho que la iglesia en Antioquía, a diferencia a las iglesias en otras partes,
había llegado a componerse de una multitud de gentiles, como también de
judíos, por primera vez debería haber llegado a ser obvio que los del
Camino no eran solamente una secta entre el pueblo judío.
7. (11:27) “En aquellos días unos profetas descendieron de Jerusalén a Antioquía” [ jEn
tauvtai" de; tai'" hJmevrai" kath'lqon ajpo; JIerosoluvmwn profh'tai eij" jAntiovceian]
a. Una vez más uno puede apreciar la exactitud del lenguaje del texto en que, ya que
Jerusalén estaba en altura, para llegar de allí a Antioquía se descendieron.
b. La idea de “profetas” [profh'tai] era la de los que llevaban de Dios a los hombres su
mensaje.
c. A veces era un anuncio de un evento específico futuro y a veces era solamente para
advertir lo que pasaría si el pueblo de Dios no le hiciera caso a su mensaje,
arrepintiéndose de sus malas prácticas.
d. En este caso tenía que ver con un evento futuro, prediciendo una gran hambre que
vendría.
(a) Muchos años después ese mismo hombre llegaría a Cesarea para dar a
conocer a Pablo lo que le estaría esperando en Jerusalén.
i) El hecho de ser profeta era un don por el cual uno fue inspirado por el
Espíritu Santo para hablar de parte de Dios y entregar su mensaje a los
destinarios.
(b) (11:28) “que vendría una gran hambre en toda la tierra habitada”
[limo;n megavlhn mevllein e[sesqai ejf! o\{lhn th;n oijkoumevnhn]
(1) (11:29) “cada uno conforme a lo que tenía” [kaqw;" eujporei'to ti"]
(c) Aquí, como en los otros casos en la iglesia primitiva, carece de la aplicación
de la norma judaica del diezmo, el cual se desconoce por completo en la
práctica de los cristianos en el texto del Nuevo Testamento.
(a) Es notable que su decisión de ayudar, cada uno según sus propia capacidad,
era para la ayuda “a los hermanos que habitaban en Judea” [toi'"
katoikou'sin ejn th'/ jIoudaiva/ ajdelfoi'"] y no fue una ayuda destinada a
todos los pobladores de Judea, sino a sus hermanos en Cristo.
(b) Entonces, tal como los hermanos de Judea les habían enviado a Bernabé
para ayudarles a ellos en la fe, ahora ellos tomaron la decisión de ayudarles
a sus hermanos en Judea con las cosas materiales que les faltaban por la
hambruna.
ii) Sin embargo, llevarlo a cabo es mucho más importante, como se puede
ver en las palabras de Pablo a los cristianos en Corinto en una situación
similar unos años después.
c) Sin embargo, es aun más probable, como fue el caso del capítulo
seis, que la tarea de encargarse de tales cosas había sido delegado
por los apóstoles a ellos para que los apóstoles tuvieran el tiempo
“1 En aquel mismo tiempo el rey Herodes echó mano a algunos de la iglesia para
maltratarles. 2 Y mató a espada a Jacobo, hermano de Juan. 3 Y viendo que esto había
agradado a los judíos, procedió a prender también a Pedro. Eran entonces los días de los
panes sin levadura. 4 Y habiéndole tomado preso, le puso en la cárcel, entregándole a
cuatro grupos de cuatro soldados cada uno, para que le custodiasen; y se proponía sacarle
al pueblo después de la pascua. 5 Así que Pedro estaba custodiado en la cárcel; pero la
iglesia hacía sin cesar oración a Dios por él.”
1. (12:1) “En aquel mismo tiempo” [Kat! ejkei'non de; to;n kairo;n]
b. Ahora usaba una expresión que significaba que en aproximadamente el mismo tiempo
de los eventos que acababa de presentar habían ocurrido otros eventos en otras
partes.
d. Esta historia de la muerte de Herodes permite que uno sepa cuándo, históricamente,
todos estos eventos estaban ocurriendo, ya que la indicación de un evento con fecha
conocida pone fecha también a los otros.
(3) El era uno de los nietos de Herodes el Grande, él que estaba en poder durante
el tiempo del nacimiento de Jesús.
(5) El era el sobrino de Herodes Antipas, quien mando matar a Juan el Bautista y
juzgó a Jesús, y quien había asumido poder a la edad de diecisiete años poco
después de la muerte de Herodes el Grande.
(6) El había sido criado en Roma junto con el hijo del emperador Tiberio, y también
con su sobrino, Claudio, el futuro emperador.
f. (12:1) “echó mano a algunos de la iglesia” [ejpevbalen ... ta;" cei'ra" ... tina" tw'n
ajpo; th'" ejkklhsiva"]
(1) La persecución anterior había sido liderado por los mismos líderes religiosos de
los judíos.
(2) Sin embargo, ahora Herodes, el rey títere puesto por los romanos, empezaba a
tomar el liderazgo de la persecución, probablemente en un intento de consolidar
su poder a través de complacer a esos mismos líderes religiosos.
(3) Lo más probable sería que lo haya hecho solamente en un esfuerzo de ganar
favor con el pueblo judío y no por motivos religiosos.
(4) Es notable también, aunque Lucas detalla lo que pasó a Jacobo y Pedro, que
Herodes no solamente arrestó a ellos, sino también a otros de los cristianos.
(5) Esto es algo que muchas veces pasa desapercibido, a lo mejor porque Lucas no
daba a saber información acerca de lo que les había pasado, aparte de la intención
de Herodes maltratarles.
(7) (12:2) “Y mató a espada a Jacobo, hermano de Juan” [ajnei'len de; jIavkwbon
to;n ajdelfo;n jIwavnnou macaivrh/]
(a) Como Lucas explicaba, ese era el “hermano de Juan” [ajdelfo;n jIwavnnou],
el hijo de Zebedeo.
(b) Jacobo era uno de los primeros discípulos de Jesús y uno de los apóstoles.
(c) Según la información dado por el texto parece haber sido el primero de los
doce muerto por su decisión de seguir al Mesías.
(h) Tal como su tío había hecho con Juan el Bautista, ahora Herodes Agripa
mandó cortar la cabeza de Jacobo.
g. (12:3) “Y viendo que esto había agradado a los judíos” [ijdw;n de; o\{ti ajrestovn
ejstin toi'" jIoudaivoi"]
(1) Parece que la fascinación de los del imperio romano con los circos, los
gladiadores, los circos, la sangre, las ejecuciones, y las peleas con las fieras, no era
solamente cosa de los romanos, ya que la decapitación de Jacobo también causó
ese mismo tipo de reacción entre el pueblo judío.
(4) A lo mejor la persecución de unos años antes había dejado rencores, o, aun más
probable, la reciente aceptación de parte de la iglesia a los gentiles había causado
más enemistad que resultó en regocijo de parte de los judíos por la muerte de
uno de los lideres entre ellos.
(a) Sin lugar a dudas Pedro era uno de los más reconocidos entre los cristianos
en Jerusalén.
(b) Es posible que la idea de Herodes habría sido que él tendría aun mejor
apoyo de parte de los judíos si le matara también a Pedro como había hecho
con Jacobo.
iii) Es razonable pensar que ellos estarían muy contentos con la acción de
Herodes si él llevara a la muerte no solamente a Jacobo, sino también
a Pedro mismo.
h. (12:3) “Eran entonces los días de los panes sin levadura” [h\\san de; aiJ hJmevrai tw'n
ajzuvmwn]
(1) Estos “días de los panes sin levadura” [hJmevrai tw'n ajzuvmwn] era la semana de
la pascua judaica, la semana más importante del año para el pueblo judío.
(a) Esta no era la primera vez que Pedro había estado encarcelado en Jerusalén,
sino por lo menos la tercera vez.
(b) Sin embargo, esta vez fue diferente en que ahora era Herodes, y no los
lideres religiosos de los judíos, quien le encarceló.
(a) Herodes sabía que, a pesar del hecho que la muerte de Pedro sería de
agrado a mucho del pueblo judío, que no podía correr el riesgo de hacer lo
que estaría visto como una contaminación de la fiesta de la pascua.
(b) Sin embargo, él quería asegurarse de tenerle cautivo a Pedro para poderle
sacar y matar en cuanto terminara la fiesta y de ese modo agradarle a los
lideres entre los judíos.
(c) La frase “la pascua” [to; pavsca] es una referencia a la misma fiesta
religiosa mencionada en el versículo anterior con la frase “los días de los
panes sin levadura” [aiJ hJmevrai tw'n ajzuvmwn].
2. (12:5) “Así que Pedro estaba custodiado en la cárcel” [oJ me;n ou\\n Pevtro" ejthrei'to
ejn th'/ fulakh']/
3. (12:5) “pero la iglesia hacía sin cesar oración a Dios por él” [proseuch; de; h\\n ejktenw'"
ginomevnh uJpo; th'" ejkklhsiva" pro;" to;n qeo;n peri; aujtou']
a. La iglesia, habiendo recién visto la muerte de Jacobo, debería haber sabido que
Herodes también tenía intención de matar a Pedro.
b. A veces la única opción que uno tiene frente una circunstancia es recurrir a Dios en
oración, pidiendo que El intervenga con ayuda.
e. Con esta referencia a la oración de los cristianos en Jerusalén por Pedro Lucas
continuó su énfasis en la intervención del poder divino en la historia del desarrollo del
cristianismo.
“6 Y cuando Herodes le iba a sacar, aquella misma noche estaba Pedro durmiendo entre
dos soldados, sujeto con dos cadenas, y los guardas delante de la puerta custodiaban la
cárcel. 7 Y he aquí que se presentó un ángel del Señor, y una luz resplandeció en la cárcel;
y tocando a Pedro en el costado, le despertó, diciendo: Levántate pronto. Y las cadenas se
le cayeron de las manos. 8 Le dijo el ángel: Cíñete, y átate las sandalias. Y lo hizo así. Y le
dijo: Envuélvete en tu manto, y sígueme. 9 Y saliendo, le seguía; pero no sabía que era
verdad lo que hacía el ángel, sino que pensaba que veía una visión. 10 Habiendo pasado la
primera y la segunda guardia, llegaron a la puerta de hierro que daba a la ciudad, la cual
se les abrió por sí misma; y salidos, pasaron una calle, y luego el ángel se apartó de él. 11
Entonces Pedro, volviendo en sí, dijo: Ahora entiendo verdaderamente que el Señor ha
enviado su ángel, y me ha librado de la mano de Herodes, y de todo lo que el pueblo de los
judíos esperaba. 12 Y habiendo considerado esto, llegó a casa de María la madre de Juan,
el que tenía por sobrenombre Marcos, donde muchos estaban reunidos orando. 13 Cuando
llamó Pedro a la puerta del patio, salió a escuchar una muchacha llamada Rode, 14 la cual,
cuando reconoció la voz de Pedro, de gozo no abrió la puerta, sino que corriendo adentro,
dio la nueva de que Pedro estaba a la puerta. 15 Y ellos le dijeron: Estás loca. Pero ella
aseguraba que así era. Entonces ellos decían: ¡Es su ángel! 16 Mas Pedro persistía en
llamar; y cuando abrieron y le vieron, se quedaron atónitos. 17 Pero él, haciéndoles con la
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HECHOS ANÁLISIS DEL TEXTO PÁGINA 445
mano señal de que callasen, les contó cómo el Señor le había sacado de la cárcel. Y dijo:
Haced saber esto a Jacobo y a los hermanos. Y salió, y se fue a otro lugar. 18 Luego que
fue de día, hubo no poco alboroto entre los soldados sobre qué había sido de Pedro. 19
Mas Herodes, habiéndole buscado sin hallarle, después de interrogar a los guardas, ordenó
llevarlos a la muerte. Después descendió de Judea a Cesarea y se quedó allí.”
1. (12:6) “Y cuando Herodes le iba a sacar” [ \{Ote de; h[mellen proagagei'n aujto;n oJ
JHrwv/dh"]
2. (12:7) “Y he aquí que se presentó un ángel del Señor” [kai; ijdou; a[ggelo" kurivou
ejpevsth]
a. Esta no fue la primera vez que Dios había enviado un ángel para librar a Pedro de la
cárcel en Jerusalén.
b. Tampoco fue la primera vez que Lucas había mencionado en su relato la intervención
de ángeles en otros momentos.
c. (12:7) “y una luz resplandeció en la cárcel” [kai; fw'" e[lamyen ejn tw'/ oijkhvmati]
d. (12:7) “y tocando a Pedro en el costado” [patavxa" de; th;n pleura;n tou' Pevtrou]
e. (12:7) “Y las cadenas se le cayeron de las manos” [kai; ejxevpesan aujtou' aiJ
aJluvsei" ejk tw'n ceirw'n]
(2) Uno debe recordar que Pedro estaba durmiendo entre dos soldados,
encadenado de las manos a cada uno de ellos.
b. (12:9) “pero no sabía que era verdad lo que hacía el ángel” [kai; oujk h[/dei o\{ti
ajlhqev" ejstin to; ginovm enon dia; tou' ajggevlou]
c. (12:9) “sino que pensaba que veía una visión” [ejdovkei de; o\{rama blevpein]
(3) Hasta este momento Pedro todavía pensaba que estaba soñando, o como había
sido en el caso de la conversión de Cornelio, que Dios le estaba mostrando algo
en una visión.
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HECHOS ANÁLISIS DEL TEXTO PÁGINA 447
(1) De esa manera salieron de la cárcel misma, a pesar de que las puertas
seguramente estaban cerradas y guardadas por los otros dos guardias.
(2) Entonces, cuando las cadenas cayeron de las manos de Pedro y él se levantó y se
vistió, esas primeras dos soldados no se despertaron, y cuando él paso con el
ángel por la puerta de la cárcel los otros dos soldados guardando esa puerta
tampoco percataron de su salida.
(3) (12:10) “llegaron a la puerta de hierro que daba a la ciudad” [h\\lqan ejpi;
th;n puvlhn th;n sidhra'n th;n fevrousan eij" th;n povlin]
(a) (12:10) “la cual se les abrió por sí misma” [h\{ti" aujtomavth hjnoivgh
aujtoi'"]
(b) Esta puerta habría sido el portón grande que separaba el recinto de la
cárcel, y también de la torre misma, de la ciudad.
(c) No habría sido una puerta pequeña, sino un gran portón de fierra hecha
para proveer protección para la fortaleza misma.
(d) Sin embargo, no fue ni Pedro, ni tampoco el ángel, quien lo abrió, sino “se
les abrió por sí misma” [aujtomavth hjnoivgh aujtoi'"].
6. (12:11) “Entonces Pedro, volviendo en sí, dijo:” [Kai; oJ Pevtro" ejn eJautw'/ genovmeno"
ei\\pen]
a. Esta frase da a saber que, aunque estaba despierto antes, Pedro no estaba seguro y
todavía consideraba que estaba viendo una visión.
b. Sin embargo, a partir del momento cuando se encontró solo en la calle, Pedro se dio
cuenta que estaba realmente fuera de la cárcel y no viendo una visión.
c. Este versículo es interesante porque indica que Pedro dijo estas palabras que siguen
a sí mismo, ya que nadie más estaba con él en la calle porque el ángel ya se había ido.
(2) (12:11) “y de todo lo que el pueblo de los judíos esperaba” [kai; pavsh" th'"
prosdokiva" tou' laou' tw'n jIoudaivwn]
(a) Lo que el pueblo esperaba era otra ejecución como la que habían visto
pocos días antes cuando Herodes mandó matar a Jacobo.
(b) Lo que esperaba la gente era poder ver y gozar del mismo espectáculo, la
muerte de Pedro por la espada de Herodes.
(3) Uno puede imaginar el gran alivio y la gratitud de Pedro al darse cuenta que no
había sido solamente una visión de se rescate de la cárcel y de la muerte segura
que le aproximaba, sino que había sido la mano de Dios que le había rescatado
de Herodes.
(4) A la misma vez, uno puede preguntarse la razón por la cual Dios había dejado a
Herodes matar a espada a Jacobo pero había salvado de forma milagrosa a Pedro
de la misma muerte.
b. (12:12) “llegó a casa de María” [h\\lqen ejpi; th;n oijkivan th'" Mariva"]
(b) Sin embargo, conviene indagar un poco más para descubrir algo más acerca
de esa mujer, ya que Lucas la nombró.
(c) Es apropiado hacerse unas preguntas para poder entender mejor la historia
presentada aquí y sacar unas conclusiones lógicas con la información dada
por el Espíritu Santo a través de los autores.
a) ¿Dónde iría uno primero al descubrir que está fuera del peligro
inminente de la muerte?
c) ¿Dónde sería que la mera voz de Pedro sería tan reconocida que
una empleada, una sierva de la casa, lo reconocería sin verle la
cara de la persona que hablaba?
ii) Segunda: ¿Por qué identificaría Lucas esta casa diciendo que era la de
la madre de Juan, que tenía por sobrenombre Marcos?
a) ¿No podría ser porque Marcos era identificado por Pedro mismo
como su hijo?
iii) Tercero: ¿Por qué, al saludar los que estaban en esa casa, Pedro no se
quedó allí con ellos?
(a) (12:12) “el que tenía por sobrenombre Marcos” [tou' ejpikaloumevnou
Mavrkou]
(b) En los tres próximos capítulos este joven juega un rol junto con su pariente,
Bernabé, y con el apóstol Pablo, en el primer viaje misionero de Pablo.
(c) Por abandonar a ellos antes de terminar esa primera misión Pablo estuvo
molesto con él y negó llevarle consigo en el segundo viaje.
(d) Sin embargo, junto a Bernabé, Juan Marcos fue a Chipre para llevar a cabo
otra parte del propósito de ese segundo viaje.
(e) Esa molestia de Pablo con Juan Marcos parece haber sido superado con el
trascurso del tiempo, ya que más tarde era obvio que él había recuperado
el aprecio del apóstol.
(f) Existe mucha evidencia en los escritos de los primeros siglos de la iglesia que
indica a ese Juan Marcos como el autor del segundo evangelio, él mismo
evangelio que lleva su sobrenombre hoy en día.
(3) (12:12) “donde muchos estaban reunidos orando” [ou| h\\san iJkanoi;
sunhqroismevnoi kai; proseucovmenoi]
c. (12:13) “Cuando llamó Pedro a la puerta del patio” [krouvsanto" de; aujtou' th;n
quvran tou' pulw'no"]
(1) Es interesante que en esta primera frase del versículo el texto griego no indica
que Pedro “llamó” (como se encuentra en la Reina Valera de 1960), sino usa la
palabra “tocando” o “golpeando” [krouvsanto"].
(2) Sin embargo, estando fuera tocando la puerta, es obvio que también Pedro llamó
(a) La palabra que la Reina Valera de 1960 ha traducida como “una muchacha”
[paidivskh] sería mejor traducida como “una sierva de la casa”.
i) Es decir, no solamente indica que ella era una mujer entre el grupo de
los que se habían juntado allí para orar, sino que ella era una sirvienta
domestica de la casa, alguien que habría conocido bien la voz de Pedro
si en verdad la casa fuera de él.
iii) Con esta frase llega a ser obvio que Pedro había estado tocando al
portón exterior, no la puerta misma de la casa, ya que Rode “salió”
[prosh'lqen] de la casa pero aun así no pudo ver a Pedro, sino
solamente oír su voz, y no le abrió para que él entrara.
(b) (12:14) “la cual, cuando reconoció la voz de Pedro” [kai; ejpignou'sa
th;n fwnh;n tou' Pevtrou]
i) Al oír la voz, ella reconoció que era Pedro llamando para que le abriera
la puerta.
ii) Nuevamente uno tiene que recordar que ella no le había visto todavía,
sino solamente le había escuchado la voz.
(c) (12:14) “de gozo no abrió la puerta” [ajpo; th'" cara'" oujk h[noixen to;n
pulw'na]
i) Uno debe recordar que todos ellos pensaban que Pedro todavía estaba
en la cárcel y que iba a ser muerto por Herodes el día siguiente.
ii) Su gozo fue tanto que el deseo de decir las buenas nuevas a los demás
en la casa causó que se olvidara abrirle la puerta.
a) Habiendo escuchado su voz, pero sin haberle visto, ella era tan
segura de que fue Pedro que anunció a su presencia a todos.
(4) (12:15) “Y ellos le dijeron: Estás loca” [oiJ de; pro;" aujth;n ei\\pan maivnh/]
(a) Es interesante esta reacción porque seguramente todos ellos habían estado
orando para que Dios le librara de la cárcel como El había hecho antes.
(b) Sin embargo, parece que ellos no eran capaces de creer que sus oraciones
habían sido contestados de esa forma.
(c) Es así también con el hombre hoy, cuando con la oración se pide algo y
después no puede aceptar que Dios ha respondido, demostrando así una
falta de fe en el poder de la oración.
(5) (12:15) “Pero ella aseguraba que así era” [hJ de; dii>scurivzeto ou\{tw" e[cein]
(a) Ella era insistente, segura que era Pedro que le había hablado del otro lado
de la puerta queriendo entrar.
(6) (12:15) “Entonces ellos decían: ¡Es su ángel!” [oiJ de; e[legon oJ a[ggelo"
ejstin aujtou']
(b) Uno debe notar que aquí no hay evidencia de la idea de una fantasma, como
los apóstoles pensaron cuando Jesús caminaba sobre el agua, sino de un
“ángel” [a[ggelo"], o mensajero.
d. (12:16) “Mas Pedro persistía en llamar” [oJ de; Pevtro" ejpevmenen krouvwn]
(1) Nuevamente, la palabra que Lucas usó [krouvwn] significa “golpear, tocar” no
“llamar”.
(a) Tal como era la reacción en muchas otras ocasiones de los milagros
descritos por Lucas, ellos, al presenciar lo que les había parecido imposible,
“quedaron atónitos” [ejxevsthsan].
(b) Una vez más se puede apreciar en esta historia la tendencia, aun de
cristianos fieles, de no tener suficiente fe en el poder de sus oraciones.
(c) Uno no debe estar sorprendido cuando Dios cumple con la petición que sus
hijos le han pedido fervientemente.
(1) (12:17) “haciéndoles con la mano señal de que callasen” [kataseivsa" ...
aujtoi'" th'/ ceiri; siga'n]
(2) (12:17) “les contó cómo el Señor le había sacado de la cárcel” [dihghvsato
aujtoi'" pw'" oJ kuvrio" aujto;n ejxhvgagen ejk th'" fulakh'"]
(a) Pedro, entonces, les informó los detalles de la historia, tal como Lucas hizo
para sus lectores.
ii) Lo más probable sería que haya sido una referencia a uno de los
hermanos carnales de Jesús, quien ya él había pasado a ser uno de los
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HECHOS ANÁLISIS DEL TEXTO PÁGINA 455
i) Es posible que esta frase haga referencia a los otros hermanos del
Señor, pero también puede ser referencia a los demás cristianos que
no estaban reunidos en la casa esa noche.
g. (12:17) “Y salió, y se fue a otro lugar” [kai; ejxelqw;n ejporeuvqh eij" e\{teron tovpon]
(1) No se sabe a donde fue, si a otra parte de la ciudad, o a alguna ciudad o país
extranjero.
(a) Es posible que fue en ese intervalo cuando Pedro haya ido a Antioquía,
aunque no se puede afirmar con certeza.
(2) Sin embargo, es obvio que Pedro no quiso quedar allí (en la casa que muy
posiblemente haya sido su propia casa) por la eventualidad de ser buscado allí y
hallado por los soldados de Herodes.
(3) A pesar de haber escapado de la muerte por mano de Herodes, algún tiempo
después se encuentra Pedro nuevamente en Jerusalén cuando ocurre una
discusión relacionado con la circuncisión de los cristianos gentiles.
(4) A partir de ese punto en el relato de Lucas Pablo reemplaza a Pedro como el
protagonista principal en la difusión del evangelio en el mundo.
a. Todo lo descrito por Lucas en los últimos versículos ocurrió durante la noche y no se
supo hasta el día siguiente.
b. (12:18) “hubo no poco alboroto entre los soldados sobre qué había sido de
Pedro” [h\\n tavraco" oujk ojlivgo" ejn toi'" stratiwvtai" tiv a[ra oJ Pevtro" ejgevneto]
(1) Uno puede imaginar la confusión entre ellos al no saber qué había pasado.
(2) Los dos que tenían las cadenas, y los dos que habían estado de guardia en la
puerta, debían haber pensado que de una manera u otra algunos de sus
compañeros habían sido cómplices en el escape de Pedro, ya que cada uno de
ellos sabía que ellos mismos no eran culpables.
(1) (12:19) “habiéndole buscado sin hallarle” [ejpizhthvsa" aujto;n kai; mh; euJrwvn]
(a) Esta interrogación no habría sido algo muy suave, sino más bien bajo tortura,
como fuera común en su tiempo.
(a) Esta muerte, aunque en este caso totalmente injusta, era lo común bajo la
ley romana, donde los soldados encargados con un reo pagaban con su vida
si su carga escapara.
(b) Compare esto con el caso del carcelero en la ciudad de Filipos, donde el
hombre, al creer que sus reos habían escapado después del terremoto, iba
a terminar su propia vida porque él sabía que los romanos le ejecutarían de
todos modos.
(c) Compare también con los soldados que querían matar a sus presos ante el
peligro que ellos lograran escapar durante el naufragio.
9. (12:18) “Después descendió de Judea a Cesarea y se quedó allí” [kai; katelqw;n ajpo;
th'" jIoudaiva" eij" Kaisavreian dievtriben]
a. Ahora que su intento de agradar a los judíos con la muerte de Pedro había resultado
algo vergonzoso para él, Herodes decide dejar a Jerusalén y volver a su palacio en
Cesarea.
b. Como se ha visto antes, la ciudad de Cesarea servía como el sede de los procuradores
romanos sobre Palestina y Herodes Agripa vivía allí con su familia.
c. Según los escritos de Flavio Josefo, en esta ocasión una de las razones de Herodes para
volver a Cesarea era para allí celebrar los juegos en el honor al Cesar.
“20 Y Herodes estaba enojado contra los de Tiro y de Sidón; pero ellos vinieron de acuerdo
ante él, y sobornado Blasto, que era camarero mayor del rey, pedían paz, porque su
territorio era abastecido por el del rey. 21 Y un día señalado, Herodes, vestido de ropas
reales, se sentó en el tribunal y les arengó. 22 Y el pueblo aclamaba gritando: ¡Voz de Dios,
y no de hombre! 23 Al momento un ángel del Señor le hirió, por cuanto no dio la gloria a
Dios; y expiró comido de gusanos. 24 Pero la palabra del Señor crecía y se multiplicaba.
25 Y Bernabé y Saulo, cumplido su servicio, volvieron de Jerusalén, llevando también
consigo a Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos.”
1. (12:20) “Y Herodes estaba enojado contra los de Tiro y de Sidón” [ \Hn de; qumomacw'n
Turivoi" kai; Sidwnivoi"]
a. Estas dos ciudades eran las principales ciudades de Fenicia (lo que es el Líbano en el
día de hoy), ubicadas en la costa oriente del Mar Mediterráneo, al norte de Cesarea.
d. (12:20) “pero ellos vinieron de acuerdo ante él” [oJmoqumado;n de; parh'san pro;"
aujto;n]
(a) No se sabe nada más acerca de este hombre aparte de la información que
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HECHOS ANÁLISIS DEL TEXTO PÁGINA 458
(e) (12:20) “que era camarero mayor del rey” [to;n ejpi; tou' koitw'no" tou'
basilevw"]
i) Este puesto llevaba el control sobre la casa del rey, el palacio en esta
instancia.
ii) Era un puesto que siempre fue dado a uno de gran confianza porque
la seguridad del rey y de los de su familia estaban en las manos de él.
iii) Al ser una persona de tanta confianza con el rey, su influencia pudo
haber sido de gran peso en las decisiones tomadas por el rey.
(a) (12:20) “porque su territorio era abastecido por el del rey” [dia; to;
trevfesqai aujtw'n th;n cwvran ajpo; th'" basilikh'"]
(b) Es decir, ellos dependían de los suministros que provenían del territorio
gobernado por Herodes.
a. Según la información entregada por Flavio Josefo se estaba celebrando una fiesta en
honor al Emperador Claudio.
(a) Según Josefo Herodes andaba vestido de ropa hecha de hilos de plata que
brillaba en el sol de forma impresionante.
(2) (12:21) “se sentó en el tribunal” [kai; kaqivsa" ejpi; tou' bhvmato"]
(1) La reacción del pueblo pudo haber sido parcialmente debido al esplendor de su
ropa y parcialmente a causa de la oración misma.
(2) La referencia anterior al soborno de parte de los de Tiro y Sidón también deja la
probabilidad de que muchos de los aclamando pudieran haber sido gente de esas
ciudades tratando de engraciarse más con el rey.
(5) Es muy probable que la mayoría de las gente proclamando esto no perteneciera
al pueblo judío, sino que ellos eran gentiles, politeístas que no habrían pensado
nada en decir esas palabras.
(6) En contraste, sería casi imposible creer que judíos, monoteístas, lo dirían,
especialmente cuando ellos no tenían en muy alto estima a Herodes, y no estarían
dispuestos a reconocer a ningún hombre como un Dios.
d. (12:23) “Al momento un ángel del Señor le hirió” [paracrh'ma de; ejpavtaxen
aujto;n a[ggelo" kurivou]
(5) Lucas deja bien en claro que lo que le pasó a Herodes no fue una aflicción normal
sino un castigo directo directamente del cielo, tal como ocurrió en el caso de
Ananías y Safira.
(6) (12:23) “por cuanto no dio la gloria a Dios” [ajnq! w|n oujk e[dwken th;n dovxan
tw'/ qew']/
(a) Este castigo divino vino sobre Herodes, no porque la gente clamaba, sino
porque él estuvo dispuesto a recibir su alabanza y no dar a Dios la gloria que
(c) Una lección para el hombre hoy sería que ya que Dios ha demostrado su
gran desagrado cuando los hombres asumen la gloria que le corresponde
solamente a El, ¿no debe uno tener gran precaución y no presumir que sus
propios talentos y logros merecen ser alabados por los demás?
ii) La multitud había dicho que él era más que un ser mortal.
iii) Herodes, al aceptar su palabra, miró hacia arriba y vio un búho en una
cuerda, lo que para ellos era un presagio muy malo.
3. (12:24) “Pero la palabra del Señor crecía y se multiplicaba” [ JO de; lovgo" tou' qeou'
hjuvxanen kai; ejplhquvneto]
a. Este sinopsis de los resultados de todo esto que había ocurrido es una frase que Lucas
ya había usado anteriormente, y que volvería a usar otras veces en su relato.
d. Ahora, después de terminar con el relato de estas cosas que estaban pasando en el
tiempo en el cual Bernabé y Saulo estaban en Judea entregando la ayuda que había sido
enviada de parte de la iglesia de Antioquía, Lucas retorna a la historia que él estaba
contando antes de esa intervención.
(2) La palabra aquí es una forma de la misma palabra que en unos cuatro ocasiones
es traducida como “diácono”, cuando en casi cien otras ocasiones es traducida
como “servicio” o “ministerio”, y en su forma verbal como “servir” o “ministrar”.
(1) Así que, enviados desde Antioquía a Jerusalén con la donación, ahora, habiendo
cumplido con su misión, regresaron a Antioquía.
(3) (12:25) “el que tenía por sobrenombre Marcos” [to;n ejpiklhqevnta Ma'rkon]
1. Con estas frases Lucas pasa a contar un nuevo episodio en la historia de la expansión de la
iglesia al introducir el inicio del Espíritu Santo actuando para enviar el primer grupo de
misioneros especialmente enviando a ellos con la tarea de informar al mundo gentil del
evangelio.
b. También es importante que uno recuerde que muchas cosas pasaron durante el
tiempo de ese viaje misionero que no se han escrito y entonces uno debe concluir que
lo que Lucas fue inspirado a incluir en su relato tiene importancia para los lectores.
c. Además, uno debe recordar que tanto Bernabé, como también Pablo habían estado
trabajando con los creyentes en Antioquía un buen tiempo antes de que empezara este
viaje que les iba a llevar a la isla de Chipre y la provincia romana de Galacia.
2. (13:1) “Había entonces en la iglesia que estaba en Antioquía” [ \Hsan de; ejn
jAntioceiva/ kata; th;n ou\\san ejkklhsivan]
(1) Uno debe recordar que esta palabra no necesariamente implicaba la predicción
del futuro, sino más bien enfocaba en los que habían sido seleccionados por Dios
para ser su portavoces a otros y entregar el mensaje divino a ellos.
(2) Tal como fue el caso en el Antiguo Testamento, los profetas eran los que fueron
inspirados por el Espíritu Santo para dar a conocer el mensaje divino.
(3) Conviene que uno recuerde que todavía los discípulos no contaban con los textos
escritos del Nuevo Testamento y por esa razón los profetas, a los cuales Dios
daba su palabra para que la compartieran con los demás hermanos, eran de gran
importancia para la iglesia.
(4) En los listados que se encuentran el lo escrito por Pablo los profetas siempre
aparecen en el segundo lugar, después de los apóstoles (cuando los apóstoles se
mencionan) apuntando a su gran importancia en aquel tiempo.
(7) Ahora Lucas, inspirado por el Espíritu mismo, daba a conocer los nombres de los
hermanos de la iglesia en Antioquía que servían en estas capacidades.
i) Junto con Saulo, Bernabé es el hombre de esta lista del cual se sabe
más.
b) Era levita, es decir, un judío que era parte del tribu de Leví.
i) Este nombre “Simón” [Sumew;n] era uno de los más comunes entre el
judaísmo y probablemente indica que él haya venido de un trasfondo
judío.
iii) Tal como posiblemente haya sido el caso del Simón nombrado antes,
es probable que Lucio, al ser nativo de la capital de Libia, ubicada en la
costa norte de África, habría sido también un hombre negro.
v) Sin embargo, es muy probable que él haya sido uno de los que
primeramente hablaron el evangelio a los griegos en Antioquía, un
proceso que resultó en grandes números de conversiones allí.
i) Este nombre era netamente del hebreo, una clara indicación de que él
era un judío.
ii) (13:1) “el que se había criado junto con Herodes el tetrarca” [te
JHrwv/dou tou' tetraavrcou suvntrofo"]
b) El, entonces, había sido criado con Herodes Antipas, quien reinó
durante los años 4 A.C. hasta 39 D.C..
iv) Sin embargo, a partir de la visita de ellos a Chipre, casi sin excepción,
Lucas haría referencia primera a Pablo y después a Bernabé.
(a) En esa ocasión había usado la palabra “servicio” [diakonivan], aunque esa
última palabra muchas veces también se ha traducida como “ministerio” o
“ministrar”.
(2) Es interesante que en una ocasión Pablo usaba ambos palabras en un sólo
versículo, primera la palabra [diakoniva] y después la palabra [leitourgiav"].
(3) El concepto es que estos hombres estaban prestando al Señor su servicio a través
de utilizar sus dones de enseñar en la iglesia de Antioquía.
(a) Esta práctica del pueblo judío había pasado a ser algo también practicado en
la iglesia en una forma modificada.
(c) No se practicó tampoco como un rito público, como solía hacerse entre los
judíos.
(5) (13:2) “dijo el Espíritu Santo:” [ei\\pen to; pneu'ma to; a\{gion]
(a) Es posible que esta información del Espíritu Santo vino al grupo por medio
de los profetas entre ellos, pero el texto no especifica esto, solamente
afirmando que ellos de una forma u otra recibieron del Espíritu Santo esta
instrucción y que no provino de una decisión humana.
(c) (13:2) “para la obra a que los he llamado” [eij" to; e[rgon o\}
proskevklhmai aujtouv"]
i) Es claro que Saulo había sido llamado por el Señor mismo para una
misión especial en el momento de su encuentro con el Señor y su
conversión, pero esta es la primera referencia al llamamiento de
Bernabé de parte de Dios para esa misión.
b. (13:3) “les impusieron las manos” [kai; ejpiqevnte" ta;" cei'ra" aujtoi'"]
(1) Esto habría sido una manera de mostrar su apoyo y reconocimiento de ellos para
encargarles a ellos a la obra que les había sido asignada por el Espíritu Santo.
(a) Era, básicamente, una señal de la solaridad con ellos en esta misión.
(3) Bernabé y Saulo habían sido enviados a ellos en Antioquía para ayudarles allí en
la obra y ahora estos mismos hermanos en Antioquía estaban enviandoles a ellos
con sus bendiciones a ayudar a otros.
a. “Ellos” [Aujtoi;] es una referencia a Bernabé y Saulo, aunque, como se puede ver en
el texto, también Juan Marcos estaba con ellos.
b. (13:4) “enviados por el Espíritu Santo” [ejkpemfqevnte" uJpo; tou' aJgivou pneuvmato"]
(1) Es interesante notar que Lucas puso énfasis en el hecho de la obra del Espíritu
Santo en esta misión, tal como lo había enfatizado en otras historias en el libro el
rol del Espíritu en la obra de los apóstoles, Esteban, Felipe, y otros.
(2) La ciudad fue ubicada casi ocho kilómetros de la costa misma, en el río Orontes,
y servía como el puerto principal de la gran ciudad de Antioquía, una ciudad de
mucha importancia.
(1) Chipre era la tercera isla más grande del Mar Mediterráneo (después de Sicilia y
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HECHOS ANÁLISIS DEL TEXTO PÁGINA 472
Cerdeña).
(a) La isla cuenta con una superficie de más de nueve mil kilómetros cuadrados.
(2) Es notable que, a pesar del hecho que Bernabé y Saulo fueron primeramente a
Chipre en su misión, que el evangelio ya había sido compartido allí.
(3) También conviene recordar que Bernabé mismo era natural de esta misma isla.
a. Esta ciudad era el puerto de Chipre más cercano a Antioquía, cerca de la ubicación de
la ciudad moderna de Famagusta.
(2) El proceder de Bernabé y Saulo, y después de Pablo con Silas, en las ciudades con
suficiente población judaica para componer una sinagoga, era ir allí primeramente
para compartir su mensaje.
(3) Parece que estos misioneros judíos, trabajando ahora en un mundo gentil y
pagano, utilizaron a las sinagogas de los judíos como su base de operaciones.
c. (13:5) “Tenían también a Juan de ayudante” [ei\\con de; kai; jIwavnnhn uJphrevthn]
(1) Este Juan era un pariente de Bernabé, aunque las palabra usada para definir esa
parentela es algo ambiguo, a lo mejor significando que Bernabé era su tío o
posiblemente que hayan sido primos.
(2) Es interesante notar que la decisión de llevar con ellos a Juan Marcos, como
ayudante, parece haber sido una decisión de Bernabé y Saulo, no algo que el
Espíritu proponía.
(4) De todos modos, lo más probable sería que Juan Marcos les estaba ayudando con
las cosas logísticas y no tanto con la predicación misma del mensaje.
3. (13:6) “Y habiendo atravesado toda la isla hasta Pafos” [Dielqovnte" de; o\{lhn th;n
nh'son a[cri Pavfou]
a. “Pafos” [Pavfou] era el nombre tanto de la ciudad principal del lado oeste de Chipre
como también de la región en la cual se situaba.
(1) Esa ciudad era de origen fenicio, fundada cerca de un milenio antes de esta visita
allí de Bernabé y Saulo.
(2) Según la tradición de aquel época, Pafos era el lugar del nacimiento de la diosa
Afrodita y la ciudad era uno de los centros principales de la adoración a ella.
(3) A partir de la conquista de la isla casi un siglo anterior a esta visita, Pafos servía
como el sede del poder romano en la isla.
(4) Habría sido un viaje de casi doscientos kilómetros para atravesar la isla desde la
costa oriente al poniente, probablemente con ellos predicando en muchas
ciudades y pueblos por el camino.
(b) Esta frase se usa para alguien que pretendía ser portavoz de Dios cuando en
realidad no lo era.
(a) Como fue el caso con el samaritano Simón también, es interesante que uno
que supuestamente creía en el Antiguo Testamento podría ejercitar la
magia, ya que fue claramente prohibida por Dios.
(a) Este nombre era arameo y significaba “hijo de Jesús”, o “hijo de Jeshua”.
(b) Según información que Lucas daría a conocer más adelante, él también fue
conocido con el nombre “Elimas” [ jEluvma"].
c. (13:7) “que estaba con el procónsul” [o\}" h\\n su;n tw'/ ajnqupavtw/]
(1) Ya que Chipre era una provincia senatorial de Roma, el senado habría asignado
a un “procónsul” [ajnqupavtw/] para dirigir sus asuntos.
(2) El “procónsul” [ajnqupavtw/] habría sido el oficial romano de mayor rango en esa
provincia romana, un hombre de gran importancia en la isla.
(a) Se han encontrado varias inscripciones en diferentes partes de esa área del
Mediterráneo con este nombre, inscripciones que describen eventos
ocurridos durante el tiempo de su proconsulado.
b) Parece que él, al saber de ellos, quiso saber lo que ellos traían de
Dios, obviamente una indicación que él ya los consideraba a ellos
como profetas divinos.
d. (13:8) “Pero les resistía Elimas el mago” [ajnqivstato de; aujtoi'" jEluvma" oJ
mavgo"]
(1) Era común en aquel tiempo que los oficiales romanos de importancia tuvieran una
relación de este tipo con los magos, como sus consejeros, los que supuestamente
les ayudarían a conseguir información de parte de los poderes sobrenaturales,
(2) Es obvio que esta resistencia de parte del mago era para proteger su propia
posición e influencia, ya que él sabía que la palabra de Dios no iba a estar de
acuerdo con su propia práctica.
(5) Este ejemplo de la resistencia al mensaje divino, y el intento de parte de los que
no querían aceptarlo para evitar que otros lo escucharan, era parte de la historia
de todo el relato de Lucas.
(6) Esta actitud era exactamente la misma descrita por Jesús mismo como la de los
escribas y fariseos, los que no quisieron hacerle caso a El ni tampoco a las
Escrituras que ellos mismos decían creer.
(8) (13:8) “(pues así se traduce su nombre)” [ou\{tw" ga;r meqermhneuvetai to;
o[noma aujtou']
(b) Es muy posible que haya sido un apodo tomado por sí mismo.
(a) El propósito del mago era claro – él no quiso que Sergio Paulo creyera a las
palabras divinas entregadas por Bernabé y Saulo.
(b) Lo mismo pasa muchas veces en el día de hoy cuando personas, muchas
veces sabiendo mejor pero no queriendo admitir su propio error, hacen
todo lo posible para evitar que otros crean la verdad de Dios para poder de
esa manera mantener su influencia sobre ellos.
(c) Uno debe entender que Pablo es el nombre gentil, romano, del apóstol
mientras Saulo era su nombre hebreo.
(d) Entonces, esto era un nuevo nombre, ni un apodo, sino sencillamente Lucas
empezaba a usar su nombre gentil ya que desde este punto ellos estarían
trabajando mayormente en el mundo gentil.
(c) En efecto, Lucas estaba diciendo que las palabras que Pablo iba a decir a
Elimas no eran palabras propiamente suyas, sino eran las palabras del
Espíritu Santo mismo, tal como ocurrió cuando El habló por medio de las
bocas de los apóstoles en el día de Pentecostés.
(d) Es interesante que estas palabras de condenación son algunas de las más
directas y más fuertes de todo el texto bíblico, comparables solamente a las
de Jesús mismo cuando El estaba hablando en contra de los escribas y los
fariseos.
(3) (13:9) “fijando en él los ojos, dijo:” [ajtenivsa" eij" aujto;n ei\\pen]
(a) Elimas no tenía manera de no saber que estas palabras le estaban dirigidas
a él, y que el mensajero divino estaba enviándole el dictamen divina por su
propio intento para evitar que Sergio Paulo escuchara y aceptara el mensaje
de Dios.
c) Tercero, Elimas sabía muy bien que sus propias fuerzas no venían
de Dios, sino de los poderes malignos, pero sin embargo él quiso
engañar a otros para que sacara provecho de ellos.
iii) Es así que uno puede sacar la conclusión que cuando una persona sabe
que su posición está errada y se enfrenta a la verdad, no con humildad
y aceptación, sino con un intento de rechazarla y convencer a otros
hacer los mismo, que uno es justificado en reconocerlo como uno
“lleno de todo engaño y de toda maldad, hijo del diablo, enemigo
de toda justicia!” [plhvrh" panto;" dovlou kai; pavsh" ra/diourgiva",
uiJe; diabovlou, ejcqre; pavsh" dikaiosuvnh"] porque sus frutos
comprueban esa análisis como verdadero.
(b) (13:10) “¡Oh, lleno de todo engaño y de toda maldad” [w\\ plhvrh"
panto;" dovlou kai; pavsh" ra/diourgiva"]
iii) En esencia, tal como Cristo en su interacción con los escribas y los
fariseos, Pablo estaba declarando la hipocresía de ese hombre que
pretendía ser portavoz divino.
iii) Tal como Jesús decía acerca de los judíos anteriormente, ellos, por ser
mentirosos y hipócritas, eran hijos, no de Dios, sino del diablo mismo,
siguiendo en pos de la mentira y no de la verdad.
(e) (13:10) “¿No cesarás de trastornar los caminos rectos del Señor?” [ouj
pauvsh/ diastrevfwn ta;" oJdou;" tou' kurivou ta;" eujqeiva"_]
iv) Es notable que con estas palabras el Espíritu Santo, por medio de
Pablo, pone énfasis en que Elimas ya estaba, con sus acciones previas
como mago, trastornando el sendero divina.
v) Además, con sus intentos para despistar a Sergio Paulo del camino
verdadero, él todavía estaba haciendo lo mismo.
(f) (13:11) “Ahora, pues, he aquí la mano del Señor está contra ti” [kai;
nu'n ijdou; cei;r kurivou ejpi;]
ii) Uno debe reconocer que cuando Dios pone su mano en contra de uno
es cosa muy peligrosa ya que contra el poder divino el hombre no tiene
defensa alguna.
iii) De todos modos, estas palabras de Pablo dan a conocer a Elimas que
lo que le estaba pasando era acción del Señor y no el resultado de una
incantación mágica como las que él estaría acostumbrado usar en sus
apelaciones a los poderes malignos.
b) Es interesante que Pablo mismo había tenido que sufrir esa misma
consecuencia cuando enfrentó al Señor en el camino a Damasco.
viii) (13:11) “ y no verás el sol por algún tiempo” [mh; blevpwn to;n h\{lion
a[cri kairou']
(c) Esto es muy similar a lo que ocurrió a Pablo mismo cuando él tuvo el
encuentro con el Señor.
(5) Es notable que Flavio Josefo también hizo referencia a un mago de la isla de
Chipre con el nombre de Barjesús, diciendo que él había sido responsable de
convencer a Drusila de abandonar a su marido, Azizo, rey de Emesa, para
casarse con Félix, gobernador de Judea.
(6) Es bastante probable que estas dos referencias, una de Lucas y una de Josefo,
hayan sido referencias al mismo hombre que haya estado trabajando como
consejero de Félix, años después de su encuentro con Pablo y Bernabé,.
(1) (13:12) “viendo lo que había sucedido” [ijdw;n ... to; gegono;"]
ii) Ni tampoco del gran milagro que había visto hecho en su presencia.
iii) Sino “de la doctrina del Señor” [th'/ didach'/ tou' kurivou].
(3) Como en otros momentos de su relato, Lucas da a conocer que fue la evidencia
demonstrada por el poder de Dios lo que le llevaba al oidor del mensaje divinoa
reconocer con certeza que era “la doctrina del Señor” [th'/ didach'/ tou'
kurivou].
(a) Parece, tal como fue el caso de Simón en capítulo ocho, que Sergio Paulo
era capaz de reconocer la diferencia entre las obras mágicas hechas por
Elimas y el poder real demonstrado por Pablo, un poder que sobrepasaba
al poder de algún hombre.
(b) Es similar a la historia de los magos de Egipto y sus poderes cuando el poder
de Dios, a través de Moisés y Aarón, superaba a los poderes malignos para
comprobar a Faraón que ellos eran portavoces del Dios real.
“13 Habiendo zarpado de Pafos, Pablo y sus compañeros arribaron a Perge de Panfilia;
pero Juan, apartándose de ellos, volvió a Jerusalén.”
b. Ahora Lucas relata la salida del grupo misionero de la isla de Chipre, habiendo dado
en solamente nueve versículos toda la información que el lector actual tiene a su
disponibilidad acerca de la obra de Bernabé y Saulo allí en esa isla.
(a) Bernabé.
(2) Posiblemente también habían otros con ellos, aunque no se sabe con certeza si
fuera así o no.
(1) La ciudad de “Perge” [Pevrghn] era la ciudad capital de una provincia costal entre
las provincias de Licia y Cicilia.
(2) Estaba situada unos diez kilómetros de la costa misma y del puerto de Atalía
(ahora llamada Antalya) y casi trescientos kilómetros al noroeste de Pafos.
(3) El relato de Lucas no indica que Pablo y sus compañeros habían quedado allí en
esta ocasión para evangelizar pero aclara que lo hicieron cuando pasaron de
regreso en el mismo viaje.
(4) Ruinas de la ciudad todavía existen, con muchas construcciones, como el teatro,
las puertas de la ciudad, templos, y arenas deportivas, que datan del primer siglo.
(a) Esta provincia, entre las de Licia y Cilicia, puede haber sido incluido en el
término más amplio de Galacia y haber sido entre los destinatarios de la
carta de Pablo escrita a los Gálatas.
(1) Varias razones han sido propuestas como las que pudieran haber sido las que le
motivaron a Juan regresar a Jerusalén:
(a) Siendo joven pudo haberse sentido muy triste con el hecho de estar tanto
tiempo tan lejos de su casa y familia.
ii) Es posible que Pablo pudiera haberse enfermado allí y haber tomado
la decisión de abandonar esa ciudad e ir a un sector más alto para salir
de la zona infectado por los zancudos para recuperarse mejor allí.
(d) A lo mejor nunca había esperado ir más allá que la isla de Chipre, isla que
era el hogar de su pariente.
(e) A lo mejor tenía miedo de los pasos peligrosos, famosos por sus ladrones y
bandidos, que iban a tener que pasar para ir de Perge a Antioquía de Pisidia.
(2) Sin embargo, ya que Lucas no provee ningún detalle como pista para su razón
para abandonarlos, todo esto pasa a ser pura especulación.
(3) De todos modos su abandono no le agradó a Pablo, aunque después ese asunto
fue solucionado entre ellos
(3) Es interesante que Juan Marcos no volvió a la iglesia en Antioquía, desde dónde
ellos habían salido en el viaje, sino volvió a Jerusalén, donde vivía su familia.
glorificaban la palabra del Señor, y creyeron todos los que estaban ordenados para vida
eterna. 49 Y la palabra del Señor se difundía por toda aquella provincia. 50 Pero los judíos
instigaron a mujeres piadosas y distinguidas, y a los principales de la ciudad, y levantaron
persecución contra Pablo y Bernabé, y los expulsaron de sus límites. 51 Ellos entonces,
sacudiendo contra ellos el polvo de sus pies, llegaron a Iconio. 52 Y los discípulos estaban
llenos de gozo y del Espíritu Santo.”
a. “Ellos” [Aujtoi;], ya que Juan Marcos había regresado a Jerusalén, sería una referencia
a Pablo y Bernabé.
(1) Tal como la ciudad de Antioquía de Siria, desde done habían salido en ese viaje
misionero, esta ciudad era uno de muchos en el mundo antiguo que habían sido
nombrados por el famoso rey de Siria después de la muerte de Alejandro Magno.
(2) Estaba situado casi doscientos kilómetros al norte de la costa y fue un centro de
comercio en una cruce de caminos principales.
(3) Era una ciudad en la frontera entre Panfilia y Pisidia, de importancia en que
gozaba del status de “colonia” del imperio romano, algo no tan común y que daba
a sus ciudadanos derechos especiales.
(4) También era una ciudad que constaba con una población grande de judíos.
(5) Excavaciones arqueológicas han descubierto mucho que data de los tiempos de
esa visita de parte de Pablo y Bernabé, incluyendo las ruinas de una sinagoga.
(c) Era un territorio que, por sus características geográficas, se prestaba para
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“HECHOS”
HECHOS ANÁLISIS DEL TEXTO PÁGINA 487
i) Panfilia.
ii) Pisidia.
iii) Licaonia.
(1) Tal como habían hecho en Chipre, en las ciudades que contaban con sinagogas
de los judíos, ellos recurrieron allí en los días de reposo para compartir el
evangelio cuando los judíos de la ciudad se congregaban para adorar a Dios.
(8) En las ciudades del mundo gentil los gentiles que eran creyentes en el Dios real
se acostumbraban a juntarse con los judíos en sus reuniones en las sinagogas.
(9) De esa manera Pablo y Bernabé no solamente lograron hablar el mensaje de Dios
con los judíos, sino también a los entre el mundo gentil que muchas veces fueron
llamados “los temerosos de Dios”.
(1) Oraciones.
(3) Un sermón, o exhortación, muchas veces de parte de algún judío de visita de otra
parte, invitado por los líderes de la sinagoga.
(4) Canciones.
(1) Por costumbre la lectura de parte de la ley era una de las principales actividades
dentro de las sinagogas.
(1) Tal como la lectura de la ley, una lectura tomada de lo escrito por los profetas
tenía su lugar en la reunión de los judíos en cada día de reposo.
(1) Estos hombres eran los responsabilizados para llevar a cabo en forma ordenada
las reuniones en la sinagoga.
(2) Ellos programaron las lecturas y dirigían los comentarios y las discusiones de los
texto leídos.
(3) Era costumbre que llamarían judíos que llegaban de otros partes a las reuniones,
especialmente los que habían sido entrenados por los rabíes principales, como
había sido Pablo, para que tuvieran oportunidad para dirigirse a los congregados.
(a) De nuevo, uno no debe entender esta palabra “hermanos” [ajdelfoiv] desde
una perspectiva moderna y como si fuera referencia entre cristianos.
(5) (13:15) “si tenéis alguna palabra de exhortación para el pueblo, hablad” [ei[
tiv" ejstin ejn uJmi'n lovgo" paraklhvsew" pro;" to;n laovn, levgete]
a. Uno puede apreciar que desde ahora en su relato es Pablo, no Bernabé, que es
portavoz del mensaje que ellos estaban repartiendo entre el pueblo judío, como
también entre los gentiles del mundo romano.
(1) Estaban, como los demás en la sinagoga, menos los que estaban presidiendo la
reunión, sentados.
c. (13:16) “hecha señal de silencio con la mano, dijo:” [kai; kataseivsa" th'/ ceiri;
ei\\pen]
(a) Estas palabras, sin duda alguna, hacían referencia a los judíos congregados
aquel día en la sinagoga.
(5) (13:16) “y los que teméis a Dios, oíd:” [kai; oiJ fobouvmenoi to;n qeovn,
ajkouvsate]
(a) Sin embargo, la referencia a los que tenían temor a Dios no era una
referencia a los judíos presentes, sino una frase comúnmente usada entre el
pueblo judío para identificar a los gentiles que eran creyentes en el Dios real
y no en el politeísmo común del mundo gentil.
(6) (13:17) “El Dios de este pueblo de Israel” [oJ qeo;" tou' laou' touvtou jIsrah;l]
(a) Aunque Dios siempre había sido Dios de toda su creación, y no solamente
el Dios de Israel, esta forma de presentación era muy común ya que desde
muchos siglos los otros pueblos (y los judíos mismos) habían pensado de El
de esa forma.
vi) Entre todos los pueblos de la tierra, por amor a Abraham, y por la
promesa que le había hecho, Dios seleccionó a Israel para llevar a cabo
su propósito, y para hacer con ellos un pacto especial para poder, a
través de ellos, traer al mundo el Salvador.
(d) (13:17) “y con brazo levantado los sacó de ella” [kai; meta; bracivono"
uJyhlou' ejxhvgagen aujtou;" ejx aujth'"]
i) Pablo enfatiza que había sido Dios, no el pueblo de Israel, quien era
responsable para la conquista de la tierra prometida.
1) Heteos.
2) Gergeseos.
3) Amorreos.
4) Cananeos.
5) Ferezeos.
6) Heveos.
7) Jebuseos.
iii) (13:20) “ les dio jueces hasta el profeta Samuel” [kai; meta; tau'ta
e[dwken krita;" e\{w" Samouh;l tou' profhvtou]
iii) (13:21) “y Dios les dio a Saúl” [kai; e[dwken aujtoi'" oJ qeo;" to;n
Saou;l]
h) Israel sirvió a los filisteos cuarenta años antes de ser liberado por
Sansón.
v) Sin embargo, a pesar de tantos ejemplos del uso del número cuarenta
en el texto bíblico, no hay ninguna indicación directa de un significado
especial de dicho número y toda la especulación sobre tal es solamente
una idea de los hombres y no se deriva de la palabra de Dios, sino de
la imaginación humana.
(j) (13:22) “Quitado éste les levantó por rey a David” [kai; metasthvsa"
aujto;n h[geiren to;n Daui;d aujtoi'" eij" basileva]
i) Todavía enfocando la acción divina, Pablo aquí les hacía recordar que
aunque era el pueblo que había querido un rey era Dios que había sido
el responsable de haberle quitado de su puesto para instalar en su
puesto el gran rey David.
vi) (13:22) “de quien dio también testimonio diciendo:” [w|/ kai; ei\\pen
marturhvsa"]
(k) (13:23) “Dios levantó a Jesús por Salvador a Israel” [oJ qeo;"... h[gagen
tw'/ jIsrah;l swth'ra jIhsou'n]
(m) (13:25) “Mas cuando Juan terminaba su carrera, dijo:” [wJ" de; ejplhvrou
jIwavnnh" to;n drovmon, e[legen]
ii) (13:25) “¿Quién pensáis que soy?” [tiv ejme; uJponoei'te ei\\nai_]
a) Esta fue una clara afirmación de parte del profeta Juan que él
mismo no era el Mesías de las promesas, sino que el Mesías de las
profecías vendría tras él.
iv) (13:25) “mas he aquí viene tras mí” [ajll! ijdou; e[rcetai met! ejme;]
descendencia de Abraham.
ii) En su esencia, esta frase “hijos del linaje de Abraham” [uiJoi; gevnou"
jAbraa;m] era solamente una manera de decir “judíos”.
(c) (13:26) “y los que entre vosotros teméis a Dios” [kai; oiJ ejn uJmi'n
fobouvmenoi to;n qeovn]
ii) Nuevamente, era común llamar a estos gentiles que eran creyentes en
Dios, pero que no eran prosélitos, “los temerosos de Dios”.
vii) Con estas palabras dirigidas a los gentiles, como también a los judíos,
Pablo daba a conocer que la salvación que Dios estaba ofreciendo a
través de Jesús era para todos.
viii) Pedro clarificó que esa palabra de Dios no era solamente para los
judíos, a pesar de la idea común entre ellos era que el Mesías iba a
llegar solamente para hacer grande la nación de Israel.
(e) (13:27) “Porque los habitantes de Jerusalén y sus gobernantes” [oiJ ga;r
katoikou'nte" ejn jIerousalh;m kai; oiJ a[rconte" aujtw'n]
iii) (13:27) “ni las palabras de los profetas que se leen todos los días
de reposo” [kai; ta;" fwna;" tw'n profhtw'n ta;" kata; pa'n
savbbaton ajnaginwskomevna"]
(h) (13:30) “Mas Dios le levantó de los muertos” [oJ de; qeo;" h[geiren aujto;n
ejk nekrw'n]
ii) Todo su mensaje, todo el Camino nuevo del reino de los cielos tenía
su base en el hecho de la resurrección de Jesús de entre los muertos
por el poder de Dios, de esa manera comprobando su identidad como
el Salvador, el Mesías que cumplía con las palabras de las profecías.
a) Este versículo aclara que, en contraste a los otros que habían sido
resucitados durante la historia, la resurrección de Jesús sería
diferente en el sentido que El no volvería a morir y tampoco su
carne vería la corrupción que todos los demás cuerpos de los
muertos ven.
e) (13:35) “Por eso dice también en otro salmo:” [diovti kai; ejn
eJtevrw/ levgei]
(j) (13:37) “Mas aquel a quien Dios levantó, no vio corrupción” [o\}n de; oJ
qeo;" h[geiren, oujk ei\\den diafqoravn]
(8) (13:38) “Sabed, pues, esto, varones hermanos:” [gnwsto;n ou\\n e[stw uJmi'n,
a[ndre" ajdelfoiv]
ii) Este era el mensaje, el mismo que Jesús dijo que sería predicado en
todo el mundo, empezando en Jerusalén.
b) Sin embargo, esa ley tampoco pudo justificar a nadie, ni los judíos
presente, ya que nadie cumplió la ley, y los sacrificios de la sangre
de los animales no era suficiente para limpiar los pecados de los
hombres.
ii) (13:39) “en él es justificado todo aquel que cree” [ejn touvtw/ pa'"
oJ pisteuvwn dikaiou'tai]
a) Este pasaje no enseña que con el mero hecho de creer uno sería
salvo.
(d) (13:40) “Mirad, pues, que no venga sobre vosotros lo que está dicho en
los profetas:” [blevpete ou\\n mh; ejpevlqh/ to; eijrhmevnon ejn toi'"
profhvtai"]
iv) (13:41) “Porque yo hago una obra en vuestros días” [o\{ti e[rgon
ejrgavzomai ejgw; ejn tai'" hJmevrai" uJmw'n]
4. (13:42) “Cuando salieron ellos de la sinagoga de los judíos” [ jExiovntwn de; aujtw'n]
b. (13:42) “los gentiles les rogaron que el siguiente día de reposo” [parekavloun eij"
to; metaxu; savbbaton]
(1) Tampoco el texto griego dice que eran “los gentiles” los que pidieron esto,
solamente diciendo “ellos les rogaron” [parekavloun].
(2) Además, el texto griego indica que esta petición era que pasara eso “durante la
semana próximo” [eij" to; metaxu; savbbaton] y no solamente en el próximo
“día de reposo” en sí.
(3) Sin embargo, es obvio que el mensaje que ellos escucharon fue suficiente para
despertar el interés y que ellos quisieron saber más del tema.
c. (13:42) “les hablasen de estas cosas” [lalhqh'nai aujtoi'" ta; rhvmata tau'ta]
(1) “Los prosélitos” [proshluvtwn] eran gentiles que habían pasado un proceso para
aferrarse a la religión judaica, sin que pasaron por esto a formar parte íntegra del
pueblo judío en sí.
(b) Por los judíos ellos eran considerados como miembros de la religión judaica,
pero miembros de segunda clase, todavía inferiores a los nacidos como
judíos.
c. (13:43) “siguieron a Pablo y a Bernabé” [hjkolouvqhsan ... tw'/ Pauvlw/ kai; tw'/
Barnaba']/
(a) Uno debe recordar que el mensaje predicado en la sinagoga por Pablo había
tenido el enfoque en que no fue por cumplir las cosas de la ley, sino por
tener fe en el Mesías que Dios ofrecía perdón.
(c) “La gracia de Dios” [th'/ cavriti tou' qeou'] es una frase que demuestra que
la salvación, aunque requiere la fe y la obediencia de parte del hombre, es
el opuesto del concepto de merecer el perdón divino por haber cumplido
todo lo mandado.
6. (13:44) “El siguiente día de reposo se juntó casi toda la ciudad para oír la palabra de
Dios” [Tw'/ de; ejrcomevnw/ sabbavtw/ scedo;n pa'sa hJ povli" sunhvcqh ajkou'sai to;n lovgon
tou' kurivou]
a. Es importante notar que el texto griego no contiene las palabras “de Dios”, sino la frase
“del Señor” [tou' kurivou]
(1) Además, en esta ocasión la frase usada por Lucas, “del Señor” [tou' kurivou] no
era una referencia a Dios, sino al Cristo, y no significaba la palabra que provenía
de El, sino más bien la palabra acerca de El.
(2) El enfoque del sermón del día de reposo anterior había sido la oferta divina de
perdón por medio de la muerte y resurrección de Jesús.
(4) En realidad, todo el mensaje que uno debe compartir con el mundo tiene que ver
con la necesidad de entender que uno no puede salvarse por sí mismo ni por
medio de sus buenas obras.
(5) Al contrario, es necesario que uno entienda que el perdón es un don de Dios, a
través del sacrificio de Jesús, y por ende ese Jesús siempre debe ser la médula del
mensaje que se comparte.
b. (13:45) “Pero viendo los judíos la muchedumbre” [ijdovnte" de; oiJ jIoudai'oi tou;"
o[clou"]
(1) Al ver la concurrencia para oír el mensaje de Pablo, como suele ocurrir a lo largo
de la historia que Lucas relata, los judíos, que durante siglos se habían
considerado a sí mismos como los únicos con relación a su Dios, empezaran a
buscar sus propias intereses en vez de la voluntad de Dios.
(2) Ellos se llenaron de envidia, tal como los escribas y fariseos habían hecho con
Jesús mismo.
(a) Los celos son el resultado del egoísmo, cuando uno quiere para sí mismo lo
que tienen otros.
(g) Uno de los grandes problemas con los celos es que frecuentemente llevan
a uno hacer cosas que tienen consecuencias muy malas, tal como en este
caso pasó con estos judíos en Antioquía.
(4) (13:45) “y rebatían lo que Pablo decía, contradiciendo” [kai; ajntevlegon toi'"
uJpo; Pauvlou laloumevnoi"]
(a) A pesar de que el mensaje de Pablo era uno de gran bendición para ellos,
como también para los gentiles, sus celos no permitieron que ellos vieran los
beneficios de la verdad.
(b) Por sus propios egos ellos no quisieron humillarse para aceptar la gracia de
Dios hacia ellos mismos si esa gracia divina iba también a subir a los gentiles
al nivel de ellos mismos.
(c) Así que, en su intento de desacreditar a las palabras de Pablo, debían haber
argumentado que el perdón no provenía de la gracia de Dios y el sacrificio
de Cristo, sino de las acciones justas de ellos mismos.
(d) Esto era exactamente el mismo error que comitieron los fariseos, y que
muchos cometen también en el día de hoy, pensando que Dios les debe el
perdón por lo buen que han sido, de esa manera haciéndole a Dios mismo
injusto en vez de reconocer su propia injusticia.
ii) Al intentar refutar, rebatir, y dejar como falso el mensaje de Pablo para
prevenir que la gente lo creyera, ellos estaban oponiéndose a la palabra
de Dios mismo, no solamente la dicha por Pablo, sino también las
palabras de los profetas que comprobaban su mensaje.
iii) Así que, por causa de su propio ego, para evitar que tuvieran que
admitir que no habían tendido la razón, y en un intento de evitar que
la gente siguiera a lo dicho por Pablo, ellos estaban dispuestos a negar
las propias Escrituras que proclamaban creer, algo que es todavía muy
común en el mundo religioso de hoy.
(1) Es interesante cuantas veces Lucas utilizaba esta idea de “hablar con denuedo”
[parrhsiasavmenoi] como la manera de comportarse frente a los que no quieren
aceptar, ni dejar que otros acepten, la verdad.
(2) La reacción del cristiano frente a los que intentan contradecir y blasfemar para
evitar que otros crean no es una de miedo, sino una de denuedo, de valor.
(3) Tal como los profetas antiguos, Pablo y Bernabé entendieron que el mensaje
divino tenía que ser entregado, a pesar de los que no quisieron recibirlo, y que
ellos no podían dejar de cumplir sus deberes solamente porque otros les iban a
oponer.
(a) Estas palabras estaban dirigidas a los judíos que se habían llenado de celos,
no a todos los presentes en aquel día.
ii) No hay nada más peligroso para el ser humano que estar dispuesto a
rechazar a la verdad porque no quiere creerlo, o por conveniencia o
ganancia propia.
i) Es importante notar que no fue Pablo quien hizo este juicio, sino ellos
mismos lo hicieron cuando desecharon la gracia de Dios.
(5) (13:46) “he aquí, nos volvemos a los gentiles” [ijdou; strefovmeqa eij" ta;
e[qnh]
(a) A pesar del gran amor que Pablo sentía para su propio pueblo, no pudo
dedicar su tiempo a ellos cuando despreciaban el mensaje divino mientras
dejaba sin saber a los gentiles que tenían hambre y sed para saber la palabra
de Dios.
(b) Para el pueblo judío la mera idea que un mensajero divino les dejaría a ellos
para llevar el mensaje de Dios a los gentiles habría sido imposible imaginar.
(c) Sin embargo, ellos habían sido enviados para evangelizar entre los gentiles,
y no solamente entre los judíos, los cuales estaban mostrándose ser tercos
y rebeldes a la voluntad divina.
(d) (13:47) “Porque así nos ha mandado el Señor, diciendo:” [ou\{tw" ga;r
ejntevtaltai hJmi'n oJ kuvrio"]
i) Las palabras que siguen son citadas de lo escrito por el profeta Isaías.
ii) (13:47) “Te he puesto para luz de los gentiles” [tevqeika se eij"
fw'" ejqnw'n]
a) Tanto como Isaías, Pablo reconoce que había sido el Señor mismo
que le había enviado a los gentiles.
(1) Esta reacción era muy distinta a la de los judíos quienes se llenaron con celos al
saber que la oferta de Dios extendía también a los gentiles.
(2) Para ellos la idea que el Dios Creador les estaba ofreciendo también a ellos el
perdón y la salvación por medio del sacrificio de su hijo Jesús, de la misma manera
que lo ofrecía al pueblo judío, era fuente de gran regocijo.
c. (13:48) “y glorificaban la palabra del Señor” [kai; ejdovxazon to;n lovgon tou'
kurivou]
d. (13:48) “y creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna” [kai;
ejpivsteusan o\{soi h\\san tetagmevnoi eij" zwh;n aijwvnion]
(1) A pesar del hecho que algunos intentan hacer de esta frase una doctrina de la
predestinación, Lucas ya había dejad en claro que eran ellos mismos, no Dios, que
habían tomado esa decisión y que habían juzgados a sí mismos.
(2) Uno no debe malentender estas palabras para concluir que Lucas estaba diciendo
que Dios había destinado algunos individuos para ser salvos y otros no.
(3) En realidad, él solamente estaba mostrando el contraste entre los judíos que
desecharon el mensaje de esa manera, mostrando que no eran merecedores de
la vida eterna, y estos gentiles que aceptaron con alegría el mismo mensaje, de
esa forma mostrando que ellos “estaban ordenados para vida eterna” [h\\san
(4) Es una demostración de la verdad que uno puede juzgar a otros por sus frutos
cuando ellos lleguen a saber la voluntad de Dios: Al oír la misma palabra del
camino a la salvación, algunos creyeron mientras otros blasfemaban, cada uno
según su propio criterio, a pesar de haber oído el mismo mensaje de la gracia de
Dios.
8. (13:49) “Y la palabra del Señor se difundía por toda aquella provincia” [diefevreto de;
oJ lovgo" tou' kurivou di! o\{lh" th'" cwvra"]
a. Es probable que esto no sea una indicación que Pablo y Bernabé hayan viajado por
toda la provincia predicando, sino que los creyentes hayan ido compartiendo “la
palabra del Señor” [oJ lovgo" tou' kurivou] en el territorio alrededor.
b. “Toda aquella provincia” [o\{lh" th'" cwvra"] habría sido una referencia a Pisidia.
a. Como ya había pasado en Antioquía, eran los judíos que no creyeron el mensaje que
empezaron a instigar problemas para Pablo y Bernabé.
c. Esto no pasó solamente aquí en Pisidia sino también en muchas partes del imperio
romano, cosa que Lucas demostraría cuando él sigue relatando la historia de la
evangelización en los viajes de Pablo.
(4) A lo mejor esta frase implica que mujeres gentiles de importancia en la sociedad
también hayan influenciado a sus maridos.
(1) (13:50) “y los expulsaron de sus límites” [kai; ejxevbalon aujtou;" ajpo; tw'n
oJrivwn aujtw'n]
(1) Esta era una costumbre de aquel tiempo para mostrar la repudiación hacía los
que no quisieron escuchar el mensaje.
(2) Era una manera de mostrar que su culpa estaría sobre sus propias cabezas y no
las de los mensajeros.
(2) Habría sido un viaje de casi cien kilómetros hacia el sudeste de la ciudad de
Antioquía.
11. (13:52) “Y los discípulos estaban llenos de gozo y del Espíritu Santo” [oi\{ te maqhtai;
ejplhrou'nto cara'" kai; pneuvmato" aJgivou]
a. Lo más probable es que con estas palabras Lucas estuviera hablando acerca de los
cristianos que quedaron en Antioquía y en la provincia de Pisidia.
c. También quedaron con el perdón de sus pecados, con la alegría de tener esperanza
en Cristo, y con el Espíritu Santo en sus vidas – todas causas de gozo.
“1 Aconteció en Iconio que entraron juntos en la sinagoga de los judíos, y hablaron de tal
manera que creyó una gran multitud de judíos, y asimismo de griegos. 2 Mas los judíos que
no creían excitaron y corrompieron los ánimos de los gentiles contra los hermanos. 3 Por
tanto, se detuvieron allí mucho tiempo, hablando con denuedo, confiados en el Señor, el
cual daba testimonio a la palabra de su gracia, concediendo que se hiciesen por las manos
de ellos señales y prodigios. 4 Y la gente de la ciudad estaba dividida: unos estaban con los
judíos, y otros con los apóstoles. 5 Pero cuando los judíos y los gentiles, juntamente con sus
gobernantes, se lanzaron a afrentarlos y apedrearlos,”
b. (14:1) “que entraron juntos en la sinagoga de los judíos” [kata; to; aujto; eijselqei'n
aujtou;" eij" th;n sunagwgh;n tw'n jIoudaivwn]
c. (14:1) “y hablaron de tal manera que creyó” [kai; lalh'sai ou\{tw" w\{ste
pisteu'sai]
(1) (14:1) “una gran multitud de judíos” [ jIoudaivwn te ... polu; plh'qo"]
(c) Esta frase da la impresión que posiblemente la mayor parte de los judíos en
esa ciudad creyeron el testimonio de Pablo y de las Escrituras.
(d) Sin embargo, uno no debe llegar a pensar que todos creyeron, como se
puede apreciar en el versículo siguiente.
(b) No solamente creyeron una gran multitud de judíos sino también una gran
cantidad de los allí que eran del mundo gentil.
(c) Aunque no se sabe nada más acerca de la iglesia en esa ciudad, después de
el breve relato hecho por Lucas, es obvio que se componía desde el primer
momento de muchos cristianos de diversos trasfondos religiosos y
culturales.
(d) En algunos otras partes la aceptación de los gentiles de parte de los judíos
no iba a ser tan buena mientras que muchas veces el evangelio produjo gran
bonanza entre los gentiles.
2. (14:2) “Mas los judíos que no creían” [oiJ de; ajpeiqhvsante" jIoudai'oi]
a. De la misma forma que muchos creyeron, tanto de los judíos como también de los
gentiles, habían otros que negaron creer, tal como había ocurrido en Antioquía y como
también ocurriría después.
b. Lucas es muy claro en identificar a los que llegaron a causar el problema como los
judíos que “no creían” [ajpeiqhvsante"], y no los gentiles incrédulos.
c. Nuevamente en Iconio, tal como había pasado en Antioquía, los responsables del
problema eran los que pretendían creer en Dios y en su palabra pero no quisieron
aceptar su mensaje cuando fue entregado a ellos.
d. En realidad, casi toda la oposición en contra del evangelio en los primeros años de la
iglesia venía, no del mundo gentil, sino del judaísmo.
e. Venía de los judíos que no quisieron creer, y que buscaron causar problemas
involucrando a los gentiles, frecuentemente usando acusaciones falsas para hacer
parecer que los cristianos estaban quebrantando leyes romanas.
g. (14:2) “y corrompieron los ánimos de los gentiles contra los hermanos” [kai;
ejkavkwsan ta;" yuca;" tw'n ejqnw'n kata; tw'n ajdelfw'n]
(1) De esa forma tornaron a los gentiles en enemigos al mensaje que les pudiera
haber salvado.
(2) Hacían exactamente la misma cosa que Lucas ya había presentado en el caso de
Elimas y de los judíos celosos de Antioquía.
(3) Esta misma cosa iba a repetirse muchas veces más durante los viajes misioneros
de Pablo.
(4) También se repite en el día de hoy cuando los que no quieren creer también
tratan de evitar que otros crean.
(5) Esa actitud es la que tuvieron los fariseos y las escribas, los que Jesús mismo atacó
tan duramente, los que El mismo clasificó como hipócritas por haber tendido esa
actitud frente a Dios y los demás.
a. (14:3) “se detuvieron allí mucho tiempo” [iJkano;n me;n ... crovnon dievtriyan]
(1) Es muy interesante que esa persecución no resultó en la salida repentina de Pablo
y sus compañeros, sino en el opuesto, su permanencia allí por un tiempo largo.
(2) No se puede saber si esta frase “mucho tiempo” [iJkano;n ... crovnon] significa
semanas o meses, pero es obvio que la estadía no fue muy corta, aunque una
segunda ola de oposición violenta finalmente les causaría huir a Licaonia.
(3) A lo mejor se quedaran allí para defender a los hermanos, por medio de la
enseñanza de las Escrituras que apoyaban su mensaje, contra el ataque de los
judíos.
(1) A pesar de la oposición ellos tuvieron el valor necesario para seguir predicando
la verdad de Dios porque sabían que Dios estaba a su lado.
(2) Esta es la reacción que también todo cristiano debe tener frente a las amenazas
que Satanás usa en su contra para tratar de apagar la voz del mensajero que
comparte con los hombres la palabra de la gracia de Dios y del perdón que El
ofrece por el sacrificio de Cristo.
(a) Su confianza venía de saber que ellos habían sido enviados por el Señor y
que El les acompañaba.
(4) (14:3) “el cual daba testimonio a la palabra de su gracia” [tw'/ marturou'nti
ejpi; tw'/ lovgw/ th'" cavrito" aujtou']
(b) Es importante que Lucas haya dicho claramente que era el Señor que estaba
concediendo el poder para esa obras milagrosas.
(c) También aclara que el apoyo que el Señor daba a través de los milagros era
con el fin de dar testimonio “a la palabra de su gracia” [tw'/ lovgw/ th'"
cavrito" aujtou'].
(d) Es claro, entonces, que esas señales eran para comprobar que el mensaje
de ellos era verdaderamente la palabra del Señor mismo.
(5) (14:3) “concediendo que se hiciesen por las manos de ellos” [didovnti ...
givnesqai dia; tw'n ceirw'n aujtw'n]
(h) Por ende, supuestos milagros en el día de hoy que pretenden comprobar
algo contradictorio a lo que ya fue comprobado por el poder divino no
pueden aceptarse como si fueran de Dios.
(i) Esto es verdad porque tal aceptación sería igual a llamar a Dios mismo un
mentiroso, uno que contradice a su propio testimonio de primera instancia
por el hecho también de confirmar algo contradictorio como verdad.
4. (14:4) “Y la gente de la ciudad estaba dividida:” [ejscivsqh de; to; plh'qo" th'" povlew"]
a. Esta división era, y es, normal, ya que no todos están dispuestos a aceptar como
verdad algo que sea diferente a lo que ya han aceptado con anterioridad, a pesar de
la evidencia y la comprobación con maravillas divinas.
b. Detrás de ese rechazo de algo, a pesar del peso de la evidencia que comprueba que
sea verdad, es que uno no quiere humillarse para admitir sus propios errores, o
porque uno no quiere perder su posición de influencia.
c. (14:4) “unos estaban con los judíos” [kai; oiJ me;n h\\san su;n toi'" jIoudaivoi"]
(1) Esta frase “con los judíos” [su;n toi'" jIoudaivoi"] sería una referencia a los judíos
que no creyeron el mensaje, no a todos los judíos, ya que muchos de entre ellos
había creído y estaban con Pablo.
d. (14:4) “y otros con los apóstoles” [oiJ de; su;n toi'" ajpostovloi"]
(1) O sea, los creyentes estaban “con los apóstoles” [su;n toi'" ajpostovloi"]
mientras que los incrédulos se quedaron “con los judíos” [su;n toi'" jIoudaivoi"].
(2) Es interesante que aquí Lucas refiere a Bernabé también como uno de “los
apóstoles” [toi'" ajpostovloi"] porque él, junto con Pablo mismo, había sido
enviado por el Espíritu Santo y la palabra misma significa “los enviados”.
5. (14:5) “Pero cuando los judíos y los gentiles” [wJ" de; ejgevneto oJrmh; tw'n ejqnw'n te kai;
jIoudaivwn]
(1) Aunque la oposición en Iconio había empezado mucho tiempo atrás, ahora se
volvía violenta.
a. Cuando Pablo y sus compañeros enfrentaron peligro en algunos otros ocasiones eran
los hermanos que los sacaron para escapar, pero esta vez parece haber sido una acción
propia del equipo misionero escapar, huyendo de la ciudad.
(1) Esta ciudad estaba situada a unos treinta kilómetros al sur-suroeste de Iconio.
(6) Aunque la información no basta para decir con certeza total, lo más probable es
que esta ciudad haya sido la ciudad natal de Timoteo.
(7) Se cree que la ciudad de Listra, al ser colonia romana fundada por el emperador
Augusto en 26 A.C., fuera poblado mayormente por gentiles y que a lo mejor ni
siquiera habría tenido suficiente población judaica para tener una sinagoga.
(a) Si fuera así el hecho de Timoteo tuvo un padre griego tendría sentido.
(b) Si fuera así las palabras de Pablo indicando que Timoteo había sido instruido
en las Escrituras por su madre y abuela también tendrían sentido.
(c) Si fuera así el hecho que Timoteo no había sido circuncidado (un evento
normalmente hecho en la sinagoga en aquel tiempo) tendría sentido.
(1) Esta ciudad estaba situada a unos noventa kilómetros al este de Listra, entre esa
cuidad y la ciudad natal de Pablo, Tarso.
(4) Compare con Hechos 20:4, donde Lucas da a entender que Gayo era de esa
cuidad.
(a) Esta distrito estaba ubicado norte de los montes Tauro y al oriente de
Pisidia, formando parte de la provincia de Galacia.
(c) Aunque estaban muy cercanas, la indicación del texto es que los de estas
ciudades de Licaonia tenían un dialecto distinto a los un poco más al norte.
“8 Y cierto hombre de Listra estaba sentado, imposibilitado de los pies, cojo de nacimiento,
que jamás había andado. 9 Este oyó hablar a Pablo, el cual, fijando en él sus ojos, y viendo
que tenía fe para ser sanado, 10 dijo a gran voz: Levántate derecho sobre tus pies. Y él
saltó, y anduvo.”
1. (14:8) “Y cierto hombre de Listra” [Kaiv ti" ajnh;r ... ejn luvstroi"]
2. (14:9) “Este oyó hablar a Pablo, el cual” [ou|to" h[kousen tou' Pauvlou lalou'nto" o\}"]
b. (14:9) “y viendo que tenía fe para ser sanado” [kai; ijdw;n o\{ti e[cei pivstin tou'
swqh'nai]
(1) El hecho que Pablo “dijo a gran voz” [ei\\pen megavlh/ fwnh'] estas palabras es
una buena indicación que sus palabras no eran destinadas solamente a aquel
hombre sino también a todos los demás que estaban allí para escucharlos ya que
el hombre era cojo, no sordo.
(2) (14:10) “Levántate derecho sobre tus pies” [ajnavsthqi ejpi; tou;" povda" sou
ojrqov"]
(3) Tal como el milagro hecho por Pedro cuando sanó el cojo en el templo de
Jerusalén, este milagro fue hecho en la presencia de muchos testigos y fue sanado
un hombre que nunca antes había podido caminar, siendo cojo de nacimiento.
(5) No requiere mayor estudios, ni inteligencia especial, para que uno pueda
entender lo que los testigos reconocieron, que este evento no fue algo natural,
sino un acto divino.
“11 Entonces la gente, visto lo que Pablo había hecho, alzó la voz, diciendo en lengua
a. (14:11) “visto lo que Pablo había hecho” [ijdovnte" o\} ejpoivhsen Pau'lo"]
b. (14:11) “alzó la voz, diciendo en lengua licaónica:” [ejph'ran th;n fwnh;n aujtw'n
Lukaonisti; levgonte"]
(2) Es posible que Pablo pudo haber hablado esta idioma, ya que su ciudad natal
estaba bastante cerca al distrito donde ocurrió esto.
(3) Sin embargo, el hecho que no reaccionaron hasta que la gente empezaba a
ofrecerles sacrificios puede indicar que no entendieron lo que se estaba diciendo,
o que no se había dicho en su presencia.
(4) La reacción de la gente local al milagro, la conclusión de que Pablo y Bernabé eran
dioses, no era tan extraño en el mundo gentil.
(5) Sin embargo es notable que la reacción de la gente de Listra tenía su trasfondo
en una leyenda de la ciudad misma que se encuentra en la obra de Ovid.
(b) En esta leyenda los dioses mencionados aquí, Zeus y Hermes, habían
visitado a la ciudad en tiempos antiguos.
(c) Es esa ocasión no habían sido reconocidos por nadie, y con la excepción de
una pareja de ancianos no habían sido recibidos con hospitalidad.
(d) Sin embargo, esa pareja había compartido su comida y bebida con ellos y
esos víveres se habíam multiplicado, asustando a ellos.
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“HECHOS”
HECHOS ANÁLISIS DEL TEXTO PÁGINA 529
(f) La leyenda terminaba con la venida de un diluvio que destrozó a la zona, con
los dioses haciendo que la pareja se convirtiera en dos grandes árboles que
servirían como guardianes del templo de Zeus.
(c) Es notable que en realidad que Dios, como había sido el caso en la leyenda,
ahora había bajado en forma de hombre, y esa realidad era parte íntegra del
mensaje de Pablo y Bernabé.
(d) Sin embargo, ese hecho no tenía que ver con ellos mismos, sino con Jesús
de Nazaret, cuyo mensaje estaban predicando.
(c) En el politeísmo de esa era “Zeus” [Diva] era considerado el dios principal,
y siempre se presentaba como mayor a los demás de los dioses.
(d) El hecho que relacionaron a Bernabé con Zeus pudo haber sido porque él
era el mayor de los dos apóstoles de la manera que Zeus era la mayor de los
dos dioses.
(e) También hay referencias en otras partes del texto a algunos otros de los
miles de dioses greco-romanos.
(b) De la misma forma descrita antes, en latín “Mercurio” era el nombre del
mensajero de los dioses greco-romanos, mientras su nombre en el griego
original del texto era “Hermes” [ JErmh'n].
(c) (14:12) “porque éste era el que llevaba la palabra” [ejpeidh; aujto;" h\\n
oJ hJgouvmeno" tou' lovgou]
ii) Es una clara indicación que Pablo, como se ha podido ver en otras
ocasiones, ya era el que se acostumbraba hablar por el grupo.
b. (14:13) “cuyo templo estaba frente a la ciudad” [tou' o[nto" pro; th'" povlew"]
c. (14:13) “trajo toros y guirnaldas delante de las puertas” [tauvrou" kai; stevmmata
ejpi; tou;" pulw'na" ejnevgka"]
(1) Esta frase “delante de las puertas” [stevmmata ejpi; tou;" pulw'na"] puede
referirse a las puertas de la ciudad (lo más probable en el contexto) o
posiblemente a las puertas del templo de Zeus.
(1) Esto serían sacrificios a los dioses ya mencionados, pero para esa gente pagana
habrían sido también a los apóstoles mismos ya que habían concluido que ellos
mismos eran esos dioses en forma humana.
3. (14:14) “Cuando lo oyeron los apóstoles Bernabé y Pablo” [ jAkouvsante" de; oiJ
ajpovstoloi Barnaba'" kai; Pau'lo"]
a. Ya que Lucas dice que ellos “lo oyeron” [ jAkouvsante"], y no “lo vieron” es probable
que Bernabé y Pablo estuvieran en la ciudad, no afuera donde pudieron haber
apreciado directamente lo que pasaba.
b. Es interesante que Lucas aquí nuevamente usaba las palabras “los apóstoles” [oiJ
ajpovstoloi] para referirse a Bernabé y Pablo, aunque ellos no estaban entre los doce
que Jesús había seleccionado.
(1) Uno debe entender que esas palabras eran palabras comunes y significaban “los
enviados” aunque en muchos casos en el texto se usaban en un sentido especial
para hacer referencia a los hombres seleccionados de parte de Jesús para ser sus
enviados especiales.
(2) Sin embargo, es obvio, según el texto inspirado, que ambos de estos hombres
habían sido seleccionados para ser enviados en esta misión.
(1) Al saber lo que pasaba la primera reacción de Bernabé y Pablo, era rasgar sus
ropas, aun antes de lanzarse con gritos para tratar de parar lo que los de Listra
estaban haciendo.
(2) En el mundo antiguo esta acción de rasgar la ropa era señal de gran pena, de gran
preocupación, de gran peligro, de gran angustia y consternación.
(i) Esta acción era una señal de la desesperación de ellos para evitar que
ofrecieran esos sacrificios en honor a ellos.
(3) El hecho de permitir a otros seres humanos adorar a uno como si uno mismo
fuera Dios era, y sigue siendo, algo muy peligroso, algo que Pablo y Bernabé no
pudieron dejar que pasara.
(1) Cuando una empieza con un análisis del mensaje que sigue conviene recordar que
esta es la primera vez que Lucas daba a conocer un sermón dirigida a una
audiencia compuesta netamente de gentiles paganos.
(b) No era igual tampoco a los mensajes que se dirigían a los “temerosos de
Dios”, los gentiles que aceptaban al Dios verdadero.
(2) En cambio, era un mensaje dirigida a gente netamente pagana, idólatra, politeísta,
como también fue el mensaje entregado por Pablo a los filósofos en Atenas.
(3) (14:15) “Varones, ¿por qué hacéis esto?” [a[ndre", tiv tau'ta poiei'te_]
(a) Es decir, ellos quisieron aclarar que ellos no eran dioses, como la gente
suponía, sino meros mortales.
(a) Los habitantes de Listra, al ser politeístas, necesitaban que Bernabé y Pablo
les aclararan esa verdad acerca del Dios real del cual ellos mismos eran los
mensajeros.
(b) Ellos no eran los representantes de Zeus ni de Hermes, sino los mensajeros
(c) Su propósito era ayudarles a conocer el Dios vivo y dejar de servir a los
dioses greco-romanos que no tenían nada de vida real y que tampoco habían
sido los creadores de todo.
(d) El hecho los apóstoles que hayan dicho que sus creencias paganas eran
“vanidades” [mataivwn], o sea, cosas inútiles, sin provecho, sin valor,
debería haber sido algo chocante para ellos.
(p) (14:15) “y todo lo que en ellos hay” [kai; pavnta ta; ejn aujtoi'"]
(6) (14:16) “En las edades pasadas” [o\}" ejn tai'" parw/chmevnai" geneai'"]
(a) (14:16) “él ha dejado a todas las gentes andar en sus propios caminos”
[ei[asen pavnta ta; e[qnh poreuvesqai tai'" oJdoi'" aujtw'n]
v) Aun cuando Dios tomó para sí mismo al pueblo judío para ser su
tesoro especial entre las naciones, para poder cumplir a través de ellos
lo que había prometido a Abraham, El no obligó a las otras naciones
seguir en pos de ellos ni cumplir con los mandatos que daba a Israel.
(b) (14:17) “si bien no se dejó a sí mismo sin testimonio” [kaivtoi oujk
ajmavrturon aujto;n ajfh'ken]
iii) A continuación presenta varias diferentes formas por las cuales Dios
demuestra esa calidad suya.
4. (4:18) “Y diciendo estas cosas, difícilmente lograron impedir que la multitud les
ofreciese sacrificio” [kai; tau'ta levgonte" movli" katevpausan tou;" o[clou" tou' mh;
quvein aujtoi'"]
“19 Entonces vinieron unos judíos de Antioquía y de Iconio, que persuadieron a la multitud,
y habiendo apedreado a Pablo, le arrastraron fuera de la ciudad, pensando que estaba
muerto. 20 Pero rodeándole los discípulos, se levantó y entró en la ciudad; y al día siguiente
salió con Bernabé para Derbe.”
1. (14:19) “Entonces vinieron unos judíos de Antioquía y de Iconio” [ jEph'lqan de; ajpo;
jAntioceiva" kai; jIkonivou jIoudai'oi]
a. Nuevamente la persecución provenía de los judíos que habían negado creer, algunos
de ellos viajando cientos de kilómetros para tratar de hacer callar el mensaje que daba
a los gentiles acceso a lo que ellos consideraban su “Dios propio”.
(1) Era, desde tiempos antiguos, el castigo dado a los judíos que ellos consideraban
traidores a la ley de Moisés.
(3) Dos veces en sus propias cartas escritas en los años después de esta experiencia
Pablo hacía mención de este evento, un que debería haber dejado una impresión
muy fuerte en él, ya que los que sobrevivían el castigo de ser apedreado eran muy
escasos.
(1) Parece que le sacaron fuera de la ciudad para apedrearle, tal como los judíos en
Jerusalén habían hecho con Esteban.
(a) Es obvio que Pablo quedó inconsciente, por lo menos, si no mal herido, para
causar que sus atacantes creyeran que él estaba muerto.
2. (14:20) “Pero rodeándole los discípulos” [kuklwsavntwn de; tw'n maqhtw'n aujto;n]
a. Estos serían los de Listra que habían creído, posiblemente juntos con los que le habían
acompañado a Pablo en su misión allí.
(1) Si los que apedreaban a Pedro le tenían por muerto, lo más probable es que los
discípulos también habrían pensado lo mismo.
(3) Lo que el texto no deja en claro es si lo que pasó en esta ocasión era el resultado
de un milagro o no.
(1) Junto con el valor de Esteban cuando él enfrentaba a los que le iban a dar muerte
y les habló de lo que veía en el cielo, el hecho de volver a entrar a la ciudad donde
estaban todavía los que le habían intentado matar era una de las muestras más
grandes de fe que el texto del Nuevo Testamento demuestra.
(2) ¿Quién sería capaz de reaccionar de esa manera sin que tuviera plena confianza
en el poder de Dios y en su aprobación?
(3) En otras ocasiones, tanto antes como también después de ésta, el texto cuenta
del intento de Pablo y sus acompañantes para escapar de la persecución.
(4) Sin embargo, esta vez, en vez de arrancarse, Pablo volvió a entrar a la misma
ciudad donde estaban sus enemigos, y pasaba la noche allí.
3. (14:20) “y al día siguiente salió con Bernabé para Derbe” [Kai; th'/ ejpauvrion ejxh'lqen
su;n tw'/ Barnaba'/ eij" Devrbhn]
a. Derbe era la ciudad que quedaba noventa kilómetros al oriente de Listra, entre esa
cuidad y la ciudad natal de Pablo, Tarso.
d. A pesar del hecho que Pablo volvió a entrar a la ciudad de Listra es posible que los
judíos que habían llegado allí desde Antioquía e Iconio para perseguirle no sabían que
él había sobrevivido el apedreamiento.
(1) Aunque Derbe quedaba solamente un poco más que cincuenta kilómetros de su
ciudad natal, Tarso, con unas montañas separando las dos ciudades, Pablo y
Bernabé no fueron por esa ruta, una ruta que habría sido mucho más cercana
para que ellos regresaran a Antioquía de Siria.
(3) Es así que, nuevamente Pablo entró a la ciudad donde le habían apedreado poco
tiempo antes.
(1) Esta ciudad sería Antioquía de Pisidia, no Antioquía de Siria, la ciudad de donde
ellos habían salido y donde llegarían a final del viaje.
“22 confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la fe,
y diciéndoles: Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de
Dios. 23 Y constituyeron ancianos en cada iglesia, y habiendo orado con ayunos, los
encomendaron al Señor en quien habían creído.”
1. (14:22) “confirmando los ánimos de los discípulos” [ejpisthrivzonte" ta;" yuca;" tw'n
maqhtw'n]
a. Esta fue la misma razón por la cual Bernabé había sido enviado por la iglesia en
Jerusalén a Antioquía de Siria.
b. Fue con este mismo propósito que él había ido a Tarso para llevarle a Saulo con él a
Antioquía para que le ayudara en ese labor.
k. Los discípulos que estaban escuchando esta palabras de las bocas de los mismos
apóstoles que les habían demostrado su propia fe frente a las persecuciones, deberían
haberse animado para también poder enfrentar los resultados de sus propias
decisiones de seguir en pos del Cristo.
l. Los que predican en el día de hoy un “evangelio” que no contiene, junto con la
promesa del perdón por medio de la gracia de Dios, la realidad de que para vivir la vida
cristiana uno tendrá también que pasar por tribulaciones y problemas, tales personas
están distorsionando el mensaje y son culpables de predicar un evangelio falsificado.
b. Sin embargo, como se puede apreciar, no solamente en este versículo sino en los
pasajes citados arriba, parece haber sido el caso que cada ciudad donde la iglesia existía
por mucho tiempo llegó a tener sus propios “ancianos” [presbutevrou"], un término
que significaba “personas de edad, viejos”.
(1) En este versículo Lucas claramente indicaba que en cada iglesia, cada
congregación de creyentes, Pablo y Bernabé nombraron hombres que iban a
servir a esa iglesia como ancianos.
(2) Es interesante que en su carta a Tito, escrito muchos años después, Pablo le daba
claras instrucciones para que Tito hiciera lo mismo en la isla de Creta.
(3) Además, el lenguaje usado en todos los pasajes relacionados con los ancianos
indica una pluralidad de ancianos en cada iglesia.
(4) Esta es una realidad, desde la primera mención de la existencia de los ancianos en
Jerusalén, y aun en la carta de Santiago, una carta probablemente escrita muy
temprano en la historia de la iglesia , y en el caso de Efeso, donde ya existían
ancianos en la iglesia en la mitad de la década de los cincuenta.
(1) Es la misma cosa que Lucas notaba cuando en Antioquía comisionaron a Bernabé
y Pablo para la tarea que el Espíritu Santo les había dado.
(2) Es obvio en el caso de esto nuevos ancianos en cada iglesia que a través del ayuno
y la oración estaban pidiendo la ayuda divina sobre ellos y sobre los creyentes
para los cuales estarían velando en la fe.
“24 Pasando luego por Pisidia, vinieron a Panfilia. 25 Y habiendo predicado la palabra en
Perge, descendieron a Atalia. 26 De allí navegaron a Antioquía, desde donde habían sido
encomendados a la gracia de Dios para la obra que habían cumplido.”
1. (14:24) “Pasando luego por Pisidia, vinieron a Panfilia” [Kai; dielqovnte" th;n Pisidivan
h\\lqon eij" th;n Pamfulivan]
a. Pablo y Bernabé ahora volvieron por la misma ruta por la cual habían pasado cuando
llegaron a estos territorios para evangelizar.
b. Usaron esa oportunidad para aprovechar de estar nuevamente con los creyentes y
animarlos, como se ha visto en los versículos anteriores.
2. (14:25) “Y habiendo predicado la palabra en Perge” [kai; lalhvsante" ejn Pevrgh/ to;n
lovgon]
a. Cuando ellos pasaron por Perge, al llegar allí desde la isla de Chipre, Lucas no daba
indicio que habían predicado allí, sino solamente que desde allí Juan Marcos había
decidido abandonar a Pablo y Bernabé para regresar a Jerusalén.
b. Ahora quedaron en esa ciudad para predicar el mensaje, pero Lucas no provee ningún
detalle en cuanto al tiempo de estadía allí ni tampoco de los resultados de la
predicación.
c. Solamente se sabe que también la ciudad de Perge fue evangelizada antes de que Pablo
y Bernabé continuaran su viaje de vuelto a Antioquía.
(1) Aunque esta ciudad no se nombró en la historia de la llegada del grupo misionero
a Perge, “Atalia” [ jAttavleian] habría sido el puerto al cual llegaron cuando
zarparon desde Pafos, en la isla de Chipre, hasta el continente mismo.
(2) Era también del puerto desde donde ellos partirían en rumbo de regreso a
Antioquía de Siria.
(3) La ciudad de Atalia (Antalya en el día de hoy) quedaba solamente unos diez
kilómetros al sur de Perge y sigue siendo un puerto de importancia de Turquía.
(1) Era donde, por primera vez, una iglesia principalmente gentil había sido formado.
(2) Era donde Bernabé, como también Pablo, habían sido instrumental en el
crecimiento y la firmeza de los creyentes, trabajando juntos allí bastante tiempo.
(3) Era la ciudad donde los discípulos fueron primeramente llamados cristianos.
(4) Era la ciudad desde donde el Espíritu Santo les había seleccionado para enviarlos
para evangelizar al mundo gentil.
b. Ahora ellos iban volviendo allí para dar a conocer los resultados de esa misión.
c. (14:26) “desde donde habían sido encomendados a la gracia de Dios para la obra
que habían cumplido” [o\{qen h\\san paradedomevnoi th'/ cavriti tou' qeou' eij" to;
e[rgon o\} ejplhvrwsan]
“27 Y habiendo llegado, y reunido a la iglesia, refirieron cuán grandes cosas había hecho
Dios con ellos, y cómo había abierto la puerta de la fe a los gentiles. 28 Y se quedaron allí
mucho tiempo con los discípulos.”
a. A lo mejor sería importante notar que su reportaje no iba dirigiendo solamente a los
otros “profetas y maestros” [profh'tai kai; didavskaloi], sino a toda la iglesia.
b. (14:27) “refirieron cuán grandes cosas había hecho Dios con ellos” [ajnhvggellon
o\{sa ejpoivhsen oJ qeo;" met! aujtw'n]
c. (14:27) “y cómo había abierto la puerta de la fe a los gentiles” [kai; o\{ti h[noixen
toi'" e[qnesin quvran pivstew"]
(1) Ellos no pensaron que ellos mismos habían hecho esas cosas, sino que
reconocieron públicamente que era la obra de su Dios que había usado a ellos
como sus herramientos.
(2) En el sentido que Dios había enviado, por medio de Pablo y Bernabé, a los
gentiles la predicación del evangelio les “había abierto la puerta de la fe”
[h[noixen toi'" e[qnesin quvran pivstew"].
(3) No es posible creer un mensaje que uno no ha escuchado, como Pablo explica
claramente en su carta a los romanos.
(4) Esta expresión era una usada también por Pablo y Juan en las cosas que ellos
escribieron.
2. (14:28) “Y se quedaron allí mucho tiempo con los discípulos” [dievtribon de; crovnon oujk
ojlivgon su;n toi'" maqhtai'"]
a. Literalmente la frase griega [crovnon oujk ojlivgon] significa “de tiempo no poco”, clara
indicación de que estuvieron allí por un tiempo prolongado.
1. Lo más probable es que este evento habrá ocurrido en los años 48 o 49 D.C., después del
primer viaje misionero de Pablo y Bernabé.
2. Esto sería más de quince años después del comienzo de la iglesia y a más que una década
después de la conversión de los primeros gentiles en la casa de Cornelio.
b. Sin embargo, el éxito del esfuerzo para convertir a los gentiles todavía era una fuente
de división para muchos de los judíos.
c. Ahora se puede apreciar esto, no solamente en los judíos incrédulos, como los que
habían estado causando problemas y persecuciones en contra de los cristianos, sino
ahora en los judíos en la iglesia misma.
(1) Es decir, aun después de años no todos los judíos cristianos tenían claro que el
hecho de ser judío por raza y religión no les daba valor agregado en el
cristianismo y la salvación era función solamente del sacrificio de Jesús y la fe en
Dios por medio de El y no del judaísmo .
(2) Es posible que parte de ese problema haya sido como el resultado de ver el reino
de los cielos pasar de ser algo compuesto mayormente de los del pueblo de Israel
a un reino donde habían llegado a ser más gentiles que judíos debido a la gran
cantidad de convertidos en el mundo pagano.
(1) Muchas veces las palabras “de Judea” [ajpo; th'" jIoudaiva"] se usaban como
sinónimas con “de Jerusalén”, ya que esa ciudad era lejos la ciudad principal y la
de mayor importancia de esa región.
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“HECHOS”
HECHOS ANÁLISIS DEL TEXTO PÁGINA 548
(b) Para dar mayor probabilidad a esta realidad en este versículo es el uso de la
palabra katelqovnte", que no significa “venían”, sino más específicamente
significa “bajaban”, un término que siempre estaba en uso referente a
Jerusalén, pero no a Judea en general.
(2) Es probable que estos hombres, como Pablo mismo, hayan sido miembros “de
la secta de los fariseos” [tw'n ajpo; th'" aiJrevsew" tw'n Farisaivwn], los más
estrictos en forzar el cumplimiento de las leyes de Moisés.
(1) Es importante notar que no hay indicación que estos cristianos judíos estaban
enseñando esto a la población gentil en general, sino a los cristianos que eran
gentiles.
(b) Sin ese rito ningún hombre gentil podría pasar a ser un verdadero prosélito
y ningún hombre judío podría entrar al sitio del templo.
(c) En realidad estos hombres estaban aplicando esas mismas normas judaicas
a los gentiles.
(a) Estas palabras serían una contradicción neta a la doctrina ya predicada entre
el mundo gentil – que por la gracia de Dios, su fe en Cristo, y su obediencia
al evangelio se salvaron.
(b) En esencia, estos hombre les estaban enseñando a los cristianos gentiles que
ellos no habían sido perdonados y no habían conseguido la salvación.
(c) Tomaron la posición de jugar el papel de Dios mismo en decidir según sus
propia tradición y creencia quien iba a ser salvo por El.
4. (15:2) “Como Pablo y Bernabé tuviesen” [genomevnh" de; ... tw'/ Pauvlw/ kai; tw'/ Barnaba']/
c. (15:2) “no pequeña con ellos” [oujk ojlivgh" ... pro;" aujtouv"]
d. El lenguaje usado por Lucas aquí indica que se armó una gran contienda cuando
Bernabé y Pablo supieron de esta enseñanza.
e. Ellos discutieron con gran fuerza en contra de los que estaban trastornando a los
hermanos gentiles de Antioquía con esta distorsión del evangelio.
(1) Ellos quisieron dejar en claro que ellos mismos habían sido enviados por el
Espíritu Santo mismo para compartir el evangelio a los gentiles y el mensaje que
les había sido encargado a ellos era contradictorio a lo que estos hombres de
Judea estaban enseñando.
(2) De esta manera, siguiendo el ejemplo de Pablo y Bernabé, uno debe entender
que el hecho de contender, y aun discutir con fuerza, en contra del error
doctrinal no es algo malo.
5. (15:2) “se dispuso que subiesen Pablo y Bernabé” [e[taxan ajnabaivnein Pau'lon kai;
Barnaba'n]
a. Una vez más es interesante notar que para ir desde Antioquía de Siria, muchos
kilómetros al norte de Jerusalén, era necesario subir, ya que esa ciudad estaba en las
montañas de Judea, en altura.
c. Tal como habían hecho con el anuncio de la hambruna, cuando los cristianos en
Antioquía decidieron enviar ayuda a los hermanos en Judea, ahora la iglesia en
Antioquía seleccionó nuevamente a Pablo y Bernabé, junto con algunos otros
hermanos, para ir a Jerusalén y encontrar su la respuesta de ellos sobre este asunto.
d. Es impresionante, en ambos casos, la gran importancia que ese viaje largo a Jerusalén
tenía para la iglesia en Antioquía.
(1) (15:2) “y algunos otros de ellos” [kaiv tina" a[llou" ejx aujtw'n]
(b) Este habría sido un este viaje de más de quinientos kilómetros para llegar a
Jerusalén.
h. Este evento deja en claro que la palabra de los apóstoles, junto con la de los ancianos
en Jerusalén, fue vista por ellos como la fuente oficial de la verdad en cuanto a la
doctrina que debía creerse y practicarse en la iglesia, no solamente en Jerusalén, sino
en el mundo entero.
6. (15:3) “Ellos, pues, habiendo sido encaminados por la iglesia” [OiJ me;n ou\\n
propemfqevnte" uJpo; th'" ejkklhsiva"]
a. La palabra “ellos” [OiJ] es aquí una referencia no solamente a Bernabé y Pablo, sino
también a los otros hermanos de la iglesia de Antioquía quienes habían seleccionado
para acompañarles.
b. Hay muchas ocasiones, como la en este pasaje, cuando una congregación encaminaba
a otros, aprobándoles de esa manera para la misión en la cual estaban embarcando.
(1) “Fenicia” [Foinivkhn] era una provincia costera, al norte de Galilea y Samaria, en
el sector de la nación actual de Líbano.
(2) “Samaria” [Samavreian] era una provincia entre Galilea y Judea, mayormente
ocupando la costa y el planicie de Sarón, y con muchas menciones en la historia
de la Biblia.
(a) Era poblado por judíos que habían sido dejados allí en el tiempo del
cautiverio del pueblo judío en Babilonia y por los gentiles que habían sido
importados allí por los mismos babilonios como también por los asirios.
(b) Por ser gente de razas mezcladas y por practicar una versión del adoración
al Dios de Israel distinta a la de los judíos, el trato entre los samaritanos y los
judíos era muy raro.
(k) Después de este versículo nunca más se menciona por nombre de Samaria
en el texto bíblico.
e. (15:3) “y causaban gran gozo a todos los hermanos” [kai; ejpoivoun cara;n megavlhn
pa'sin toi'" ajdelfoi'"]
(5) La noticia que muchas personas del mundo, sean de la raza que sean, han
respondido con fe y obediencia a la predicación del mensaje de salvación en
Cristo debe siempre traer esta reacción de “gran gozo” [cara;n megavlhn] entre
los que ya son parte de la familia de la fe, porque lo que Dios quiere, que los
hombres se salven, se está cumpliendo.
“4 Y llegados a Jerusalén, fueron recibidos por la iglesia y los apóstoles y los ancianos, y
refirieron todas las cosas que Dios había hecho con ellos. 5 Pero algunos de la secta de los
fariseos, que habían creído, se levantaron diciendo: Es necesario circuncidarlos, y
mandarles que guarden la ley de Moisés. 6 Y se reunieron los apóstoles y los ancianos para
conocer de este asunto. 7 Y después de mucha discusión, Pedro se levantó y les dijo:
Varones hermanos, vosotros sabéis cómo ya hace algún tiempo que Dios escogió que los
gentiles oyesen por mi boca la palabra del evangelio y creyesen. 8 Y Dios, que conoce los
corazones, les dio testimonio, dándoles el Espíritu Santo lo mismo que a nosotros; 9 y
ninguna diferencia hizo entre nosotros y ellos, purificando por la fe sus corazones. 10
Ahora, pues, ¿por qué tentáis a Dios, poniendo sobre la cerviz de los discípulos un yugo que
ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar? 11 Antes creemos que por la gracia del
Señor Jesús seremos salvos, de igual modo que ellos. 12 Entonces toda la multitud calló, y
oyeron a Bernabé y a Pablo, que contaban cuán grandes señales y maravillas había hecho
Dios por medio de ellos entre los gentiles. 13 Y cuando ellos callaron, Jacobo respondió
diciendo: Varones hermanos, oídme. 14 Simón ha contado cómo Dios visitó por primera
vez a los gentiles, para tomar de ellos pueblo para su nombre. 15 Y con esto concuerdan
las palabras de los profetas, como está escrito: 16 Después de esto volveré Y reedificaré
el tabernáculo de David, que está caído; Y repararé sus ruinas, Y lo volveré a levantar, 17
Para que el resto de los hombres busque al Señor, Y todos los gentiles, sobre los cuales es
invocado mi nombre, 18 Dice el Señor, que hace conocer todo esto desde tiempos
antiguos. 19 Por lo cual yo juzgo que no se inquiete a los gentiles que se convierten a Dios,
20 sino que se les escriba que se aparten de las contaminaciones de los ídolos, de
fornicación, de ahogado y de sangre. 21 Porque Moisés desde tiempos antiguos tiene en
cada ciudad quien lo predique en las sinagogas, donde es leído cada día de reposo.”
d. (15:4) “y refirieron todas las cosas que Dios había hecho con ellos” [ajnhvggeilan
te o\{sa oJ qeo;" ejpoivhsen met! aujtw'n]
(1) Este reporte, según la información dada por Lucas, fue algo hecho en la presencia
de toda la iglesia, junto con los líderes.
(2) Básicamente es la misma cosa que Lucas había descrito como algo que ellos
habían hechos en el camino hacía Jerusalén, cuando él usaba la frase “contando
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“HECHOS”
HECHOS ANÁLISIS DEL TEXTO PÁGINA 555
(3) Esto era lo mismo que ellos habían hecho al llegar de vuelto a Antioquía después
de su primer viaje misionero.
a. (15:5) “de la secta de los fariseos” [tw'n ajpo; th'" aiJrevsew" tw'n Farisaivwn]
(1) Eran cristianos, pero no habían dejado de ser judíos, y judíos participantes en la
secta más estricta en mandar cumplir la ley de Moisés.
(2) Es muy probable que entre ellos hayan sido los que habían ido a Antioquía con las
enseñanzas que provocaron esta situación.
(3) Esta misma frase describía a Pablo mismo, ya que él también era parte de la secta
de los fariseos, según sus propias palabras.
(1) Tal como en el caso de Simón, el mago de Hechos capítulo ocho en Samaria,
estas personas eran creyentes en el mensaje de salvación, eran cristianos, pero
habían traído con ellos ideas de su trasfondo.
(3) Muchas personas, aun cuando creen y obedecen al evangelio, no se dan cuenta
que están todavía llevando su mochila llena de creencias y costumbres de su vida
religiosa pasada y intentando mezclar esas cosas con el camino de Dios.
(a) Ellos no solamente querían obligarles a los gentiles a ser prosélitos, sino
también insistieron en exigirles cumplir con todo el pacto que Dios había
hecho solamente con el pueblo de Israel.
iii) A pesar de lo que Pedro había sido llevado a entender por el Espíritu
Santo en el caso de Cornelio, años después todavía no todos los
cristianos judíos entendieron y aceptaron esa verdad divina.
d. El texto indica que esta fue lo que pasó en la primera instancia, en la reunión del grupo
que había llegado desde Antioquía con toda la iglesia reunida, junto con los ancianos
y los apóstoles.
e. Sin embargo, a partir del próximo versículo parece que Lucas estaba dando a conocer
lo que pasó en la segunda instancia, a lo mejor en una reunión más privada, una del
liderazgo de la iglesia y no necesariamente en la presencia de todos.
c. (15:6) “para conocer de este asunto” [ijdei'n peri; tou' lovgou touvtou]
4. (15:7) “Y después de mucha discusión, Pedro se levantó y les dijo:” [Pollh'" de;
zhthvsew" genomevnh" ajnasta;" Pevtro" ei\\pen pro;" aujtouv"]
a. Con estas palabras Lucas da a conocer que no intentó presentar todas las cosas que
se habían dichas en esa reunión.
c. Ahora, como había pasado tantas veces en la historia del ministerio de Jesús y en los
principios de la iglesia, es Pedro quien alza la voz y pasa a ser vocero del grupo.
d. En esencia, Pedro se pone al lado de Pablo en ese conflicto, algo diferente a lo que
pasaba en Antioquía que resultó con Pablo reprendiéndole como hipócrita frente a
todos.
(1) (15:7) “vosotros sabéis cómo ya hace algún tiempo que Dios escogió” [uJmei'"
ejpivstasqe o\{ti ajf! hJmerw'n ajrcaivwn ejn uJmi'n ejxelevxato oJ qeo;"]
(a) Es notable que Pedro les hace recordar que esta decisión fue hecha por
Dios, no por él mismo, tal como había argumentado antes a estos mismos
apóstoles, y los hermanos en Judea.
(b) (15:7) “que los gentiles oyesen por mi boca la palabra del evangelio”
[dia; tou' stovmato" mou ajkou'sai ta; e[qnh to;n lovgon tou' eujaggelivou]
iii) (15:9) “y ninguna diferencia hizo entre nosotros y ellos” [kai; oujqe;n
dievkrinen metaxu; hJmw'n te kai; aujtw'n]
a) Es importante esta frase, ya que hay muchos que afirman que los
judíos, por ser hijos de Abraham y del pacto con Dios, se van a
salvar de forma distinta que los demás.
b) Pedro aquí declara que Dios no hace distinción entre los judíos y
los que no lo son, que El no hace distinción de personas, no juega
favoritos.
(1) (15:10) “¿por qué tentáis a Dios” [tiv peiravzete to;n qeo;n]
(2) (15:10) “poniendo sobre la cerviz de los discípulos un yugo” [ejpiqei'nai zugo;n
ejpi; to;n travchlon tw'n maqhtw'n]
(a) Un “yugo” [zugo;n] era una madera usada para juntar a dos bueyes
obligandoles a trabajar en conjunto.
(b) La idea es que esos fariseos estaban tratando de amarar a los creyentes
gentiles a la ley de Moisés y forzarles a llevar esa carga para así poder
acceder a la salvación por el Mesías.
(c) La acusación que Pedro está haciendo es que eran ellos, no Dios, que
estaban poniendo esta carga sobre los discípulos, y de esa forma estaban
tentando a Dios, asumiendo para sí mismos el derecho de hablar por El
cosas que El no había mandado.
(d) (15:10) “que ni nuestros padres ni nosotros” [o\}n ou[te oiJ patevre" hJmw'n
ou[te hJmei'"]
(1) Aquí, por el hecho de usar el plural, parece que Pedro estaba diciendo algo que
todos ellos ya creyeron, que por la gracia serían salvos, no por haber cumplido
con las obras de la ley.
(2) (15:11) “que por la gracia del Señor Jesús seremos salvos” [ajlla; dia; th'"
cavrito" tou' kurivou jIhsou' ... swqh'nai]
(i) El hombre no se puede salvar por sus propios méritos, por sus buenas
acciones, o por cumplir con la ley, sino que su salvación depende de la
gracia, el regalo de la sangre vertida de Jesús para el perdón de los pecados
de cada uno.
(3) (15:11) “de igual modo que ellos” [kaq! o\}n trovpon kakei'noi]
(a) Este argumento, entonces, era que la salvación de todos, los gentiles como
también los judíos mismos, dependía de la fe y la gracia del Señor.
5. (5:12) “Entonces toda la multitud calló” [ jEsivghsen de; pa'n to; plh'qo"]
c. (15:12) “que contaban cuán grandes señales y maravillas había hecho Dios por
medio de ellos entre los gentiles” [ejxhgoumevnwn o\{sa ejpoivhsen oJ qeo;" shmei'a kai;
tevrata ejn toi'" e[qnesin di! aujtw'n]
6. (5:13) “Y cuando ellos callaron, Jacobo respondió diciendo:” [Meta; de; to; sigh'sai
aujtou;" ajpekrivqh jIavkwbo" levgwn]
a. Lo más probable es que este “Jacobo” [ jIavkwbo"] haya sido el hermano del Señor.
(1) Entonces, sería el mismo hombre que fue el autor de la carta que en las
traducciones españolas lleva el nombre de “Santiago”.
(2) Esta traducción es un intento ilógico para apoyar una doctrina errada que afirma
que Jesús no tenía hermanos carnales, aunque en el texto griego esa palabra es
exactamente la misma palabra usada aquí, [ jIavkwbo"], o sea, “Jacobo”.
(11) Los versículos siguientes dejan la clara impresión que en algún momento Jacobo
había cambiado su posición en ese asunto, como habían hecho también los
apóstoles mismos después de la experiencia de Pedro con Cornelio, y ahora él
entiende la verdad a pesar de haber sido parte del problema original.
c. (15:14) “Simón ha contado cómo Dios” [Sumew;n ejxhghvsato kaqw;" ... oJ qeo;"]
(1) El nombre “Simón” [Sumew;n] aquí es más bien traducido “Simeón”, la versión
hebrea del mismo nombre del hombre a quien se había dado por Jesús el apodo
de Pedro .
(2) (15:14) “visitó por primera vez a los gentiles” [prw'ton ... ejpeskevyato]
(3) (15:14) “para tomar de ellos pueblo para su nombre” [labei'n ejx ejqnw'n lao;n
tw'/ ojnovmati aujtou']
(a) Tal como Dios había tomado los judíos para ser su pueblo en el tiempo de
Moisés, ahora Jacobo argumenta que El mismo había hecho lo mismo
cuando tomó de entre los gentiles también un pueblo para sí.
(b) La frase “de ellos” [ejx ejqnw'n lao;n] literalmente significa “de las naciones”
o “de las étneas”, claramente no siendo una referencia a los judíos, sino a
las otras naciones y pueblos, a los gentiles.
d. (15:15) “Y con esto concuerdan las palabras de los profetas, como está escrito:”
[kai; touvtw/ sumfwnou'sin oiJ lovgoi tw'n profhtw'n kaqw;" gevgraptai]
(2) Aunque los judíos no quisieron reconocerlo a veces, las mismas palabras de los
profetas hablaban de la aceptación del mundo gentil por Dios como su pueblo.
(7) (15:17) “Para que el resto de los hombres busque al Señor” [o\{pw" a]n
ejkzhthvswsin oiJ katavloipoi tw'n ajnqrwvpwn to;n kuvrion]
(a) Esta frase “el resto de los hombres” [oiJ katavloipoi tw'n ajnqrwvpwn]
claramente era referencia a los demás, los que no eran judíos, los gentiles.
(8) (15:17) “Y todos los gentiles, sobre los cuales es invocado mi nombre” [kai;
pavnta ta; e[qnh ejf! ou\}" ejpikevklhtai to; o[noma mou ejp! aujtouv"]
(9) (15:17-18) “Dice el Señor, que hace conocer todo esto desde tiempos
antiguos” [levgei kuvrio" poiw'n tau'ta gnwsta; ajp! aijw'no"]
(c) En realidad, entonces, Jacobo afirmaba que no era una noticia, algo nuevo,
sino algo que Dios les había informado siglos antes, y que ellos no habían
querido entender.
(1) Con estas palabras Jacobo empezaba a dar su consejo en cuanto a lo que debían
decidir sobre el asunto.
(2) Basándose en el testimonio de Dios mismo, tanto en las palabras de los profetas
como también el las pruebas divinas hechas por medio de Bernabé, Pablo, y
Pedro, había llegado a una conclusión propia y estaban compartiendo esa
conclusión como un consejo para guiar la decisión del grupo.
(5) (15:19) “que no se inquiete a los gentiles que se convierten a Dios” [mh;
parenoclei'n toi'" ajpo; tw'n ejqnw'n ejpistrevfousin ejpi; to;n qeovn]
(6) (15:20) “sino que se les escriba que se aparten de las contaminaciones de
los ídolos” [ajlla; ejpistei'lai aujtoi'" tou' ajpevcesqai tw'n ajlisghmavtwn tw'n
eijdwvlwn]
(l) Lo más probable es que las cosas que él nombraba a continuación deberían
ser considerados como una lista de las cosas de las cuales los gentiles tenían
que apartarse porque estas cosas eran partes íntegras de las prácticas
idólatras que los gentiles tendrían que dejar para serle agradables a Dios.
a) El homicidio.
b) La mentira.
c) El robo.
ii) No, el hecho que la lista propuesta sea tan corta, y tan específicamente
relacionada con las prácticas comunes en la idolatría, aboga para la
conclusión que estaba propuesta con la intención de dejar en claro que
los nuevos cristianos gentiles, lejos de estar obligados a hacerse judíos
y cumplir con la ley Mosaica, solamente tenían que dejar de hacer las
cosas involucradas en la idolatría.
(m) Su argumento tenía su base en que no era necesario que los gentiles que se
estaban convirtiendo a Dios llegaran a circuncidarse y guardar la ley (así
haciéndose judíos), sino al contrario, solamente era obligatorio que ellos
dejaran las prácticas de la idolatría.
(n) Algunos argumentan que las cosas mencionadas como prohibidas estaban
propuestas por Jacobo solamente con el fin de evitar conflictos entre los
cristianos judíos, quienes tenían tabúes muy fuertes sobre estas cosas, y los
nuevos cristianos gentiles.
ii) Sin embargo, este argumento tiene la falla de que, por el proceso de
la lógica, dejaría sin razón la prohibición en todos los lugares donde la
ley Mosaica, y las prácticas judaicas, no habían sido conocidas, o sea, no
sería aplicable en las ciudades donde no existían colonias de judíos ni
sinagogas de ellos.
iii) Además, si esas leyes judaicas dadas por el Dios ya habían estado
enseñándose en todas partes hace mucho tiempo entonces no hacía
falta una carta a los gentiles cristianos en cuanto a ellas.
ii) Aunque la impureza sexual era muy común entre los del mundo gentil,
era también, desde la antigüedad, una parte íntegra de casi todos los
cultos paganos.
(p) (15:20) “de ahogado y de sangre” [kai; tou' pniktou kai; tou' ai\{mato"']
iii) Que uno no debe tomar esta frase como una prohibición general en
cuanto a comer de esa carne se puede ver claramente en la explicación
de Pablo mismo, donde él dice que el hecho de comer esa carne no
tiene nada malo en sí.
(q) Una de las cosas que uno necesita entender es que Dios, desde tiempos
antiguos, había dejado en claro la importancia de la sangre en relación a la
purificación a través de los sacrificios.
i) Es así que El había dejado la sangre, no para comida, sino para ser
apartada para usos sagrados, sacrificios, y santificaciones.
ii) Sin embargo, todo esto era para que la sangre del sacrificio perfecto,
la sangre del Hijo de Dios, pudo entenderse como lo sumamente
importante que era.
iii) Es interesante que Cristo mismo causó mucho enojo entre los judíos
cuando El anunciaba que para que ellos tuviesen participación en el
reino de los cielos les sería necesario comer de su carne y tomar de su
sangre, una idea que se conmemoraba en la institución de la cena del
Señor.
iv) Ya que la sangre animal dejó de tener relación alguna con la purificación
del hombre con el sacrifico de Cristo en la cruz y el derramamiento de
la sangre del cordero perfecto de Dios para el perdón de los pecados
de los hombre, por la aplicación de la lógica sencilla uno tendría que
concluir que la prohibición de comer la sangre tendría que haber
tenido su razón en que significaba participar en la idolatría, no en que
en sí estaba malo, porque evidentemente así no fue el caso con la
carne, según Pablo.
(7) (15:21) “Porque Moisés desde tiempos antiguos tiene en cada ciudad quien
lo predique” [Mwu>sh'" ga;r ejk genew'n ajrcaivwn kata; povlin tou;"
khruvssonta" aujto;n e[ce]
(a) El “porque” [ga;r], la base del argumento de Jacobo, era que no era
necesario que los cristianos proclamara lo mandado por Moisés ya que no
hacía falta.
(d) (15:21) “donde es leído cada día de reposo” [kata; pa'n savbbaton
ajnaginwskovmeno"]
“22 Entonces pareció bien a los apóstoles y a los ancianos, con toda la iglesia, elegir de
entre ellos varones y enviarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé: a Judas que tenía por
sobrenombre Barsabás, y a Silas, varones principales entre los hermanos; 23 y escribir por
conducto de ellos: Los apóstoles y los ancianos y los hermanos, a los hermanos de entre los
gentiles que están en Antioquía, en Siria y en Cilicia, salud. 24 Por cuanto hemos oído que
algunos que han salido de nosotros, a los cuales no dimos orden, os han inquietado con
palabras, perturbando vuestras almas, mandando circuncidaros y guardar la ley, 25 nos ha
parecido bien, habiendo llegado a un acuerdo, elegir varones y enviarlos a vosotros con
nuestros amados Bernabé y Pablo, 26 hombres que han expuesto su vida por el nombre de
nuestro Señor Jesucristo. 27 Así que enviamos a Judas y a Silas, los cuales también de
palabra os harán saber lo mismo. 28 Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a
nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias: 29 que os
abstengáis de lo sacrificado a ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación; de las cuales
cosas si os guardareis, bien haréis. Pasadlo bien. 30 Así, pues, los que fueron enviados
descendieron a Antioquía, y reuniendo a la congregación, entregaron la carta; 31 habiendo
leído la cual, se regocijaron por la consolación. 32 Y Judas y Silas, como ellos también eran
profetas, consolaron y confirmaron a los hermanos con abundancia de palabras. 33 Y
pasando algún tiempo allí, fueron despedidos en paz por los hermanos, para volver a
aquellos que los habían enviado. 34 Mas a Silas le pareció bien el quedarse allí. 35 Y Pablo
y Bernabé continuaron en Antioquía, enseñando la palabra del Señor y anunciando el
evangelio con otros muchos.”
(2) Al contrario, fue una decisión tomada por los líderes en conjunto “con toda la
iglesia” [su;n o\{lh/ th'/ ejkklhsiva/].
2. (15:22) “elegir de entre ellos varones y enviarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé”
[ejklexamevnou" a[ndra" ejx aujtw'n pevmyai eij" jAntiovceian su;n tw'/ Pauvlw/ kai;
Barnaba']/
(b) Es posible que él haya sido hermano de José, llamado Justo, quien era uno
de los dos considerados para reemplazar a Judas Iscariote, ya que ambos
hombres eran llamados “Barsabás” [Barsabba'n].
(3) No se sabe nada más acerca de ninguno de estos dos hombres porque no se
mencionaron nuevamente en el texto después de este capítulo.
(1) El nombre “Silas” [Sivlan] es una abreviación del nombre griego “Silvano”,
nombre usado para él en las epístolas de Pablo y Pedro.
(3) El era un ciudadano romano, como lo fue Pablo mismo, aunque no se sabe cómo
él había logrado tener esa ciudadanía.
(4) El era el mismo hombre que viajaría con Pablo durante los años venideros, siendo
su compañero y colaborador en los siguientes viajes misioneros.
e. (15:22) “varones principales entre los hermanos” [a[ndra" hJgoumevnou" ejn toi'"
ajdelfoi'"]
(1) Esta frase es interesante porque denota que estos dos varones eran parte del
liderazgo entre la iglesia en Jerusalén.
(3) Sin embargo, es muy posible que hayan sido también entre el grupo de los
ancianos de la iglesia en Jerusalén aunque es imposible saber con certeza.
a. (15:23) “Los apóstoles y los ancianos y los hermanos” [OiJ ajpovstoloi kai; oiJ
presbuvteroi ajdelfoi]
(2) En realidad, el texto literalmente dice “Los apóstoles y los ancianos hermanos”,
probablemente en el sentido de “Los hermanos quienes son apóstoles y
ancianos”.
(3) Como era costumbre en los misivos de aquella época, la carta empezaba con una
declaración de los que la estaban mandando y después continuaba con los
destinatarios.
b. (15:23) “a los hermanos de entre los gentiles que están” [toi'" kata; ... ajdelfoi'"
toi'" ejx ejqnw'n]
(1) Esta carta no fue escrita para los cristianos judíos, sino fue dirigida especialmente
a los cristianos gentiles.
(2) No era para decir a los judíos nada acerca de sus propias costumbres, sino era
para evitar que los hermanos gentiles se preocuparan a causa de lo que algunos
de entre los judíos les podrían intentar obligar hacer.
(3) Era un intento de parte del Espíritu Santo mismo, junto con los apóstoles y
ancianos en Jerusalén, demarcar lo que era parte de la normativa cristiana y lo
que no abarcaba la ley de Cristo.
(a) Aunque Antioquía era una ciudad, Siria era la región completa de la cual
Antioquía era la ciudad principal.
d. (15:24) “Por cuanto hemos oído que algunos” [ jEpeidh; hjkouvsamen o\{ti tine;"]
(a) Esta era una afirmación que dichas personas actuaron por su propia cuenta,
sin que ellos habían sido autorizados por los apóstoles y los ancianos de la
iglesia en Jerusalén.
(b) En contraste al caso de Judas (Barsabbas) y Silas (los dos varones que iban
acompañando a esta carta junto con Bernabé y Pablo), los cuales habían sido
mandado por los líderes de la iglesia en Jerusalén, esos otros no habían sido
enviados allá para enseñar lo que habían enseñado.
(3) (15:24) “os han inquietado con palabras” [ejtavraxan uJma'" lovgoi"]
ii) Sin embargo, es obvio que la carta fue escrita a causa de esa enseñanza
y su impacto sobre los hermanos gentiles.
f. (15:27) “Así que enviamos a Judas y a Silas” [ajpestavlkamen ou\\n jIouvdan kai;
Sila'n]
(3) (15:27) “los cuales también de palabra os harán saber lo mismo” [kai;
aujtou;" dia; lovgou ajpaggevllonta" ta; aujtav]
(b) Con estos dos testigos oculares, junto con Pablo y Bernabé, quienes habían
sido involucrados en la discusión original en Antioquía, se iba a poder
confirmar la decisión apostólica y dar seguridad a los cristianos gentiles que
habían sido afectados por esa doctrina errada.
(e) Esta frase “no imponeros ninguna carga más que estas cosas
necesarias” [mhde;n plevon ejpitivqesqai uJmi'n bavro" plh;n touvtwn tw'n
ejpavnagke"] es de gran importancia por varias razones.
iii) Además, claramente excluía de entre las cosas necesarias para ellos la
obligación de someterse a cualquier otra parte de la ley de Moisés.
iv) Así que, no solamente la circuncisión, sino también todo los demás de
los requisitos del pacto que Dios había hecho con Israel, fueron
declaradas, por el Espíritu Santo mismo, junto con los apóstoles y los
vi) Entonces, cuando en el día de hoy alguien intenta imponer sobre otros
obligaciones basadas en la ley de Moisés, que no fueron mandados por
los apóstoles, se hace culpable de enseñar doctrina falsa.
vii) Nadie tiene ninguna obligación para someterse a tales enseñanzas sino
que tiene la responsabilidad de hacer lo que Pablo y Bernabé hicieron,
discutir con firmeza para que salga a la luz la verdad divina.
viii) En síntesis, los gentiles nunca fueron obligados por Dios cumplir con un
contrato que El había hecho solamente con los de la casa de Israel, y
nadie tiene el derecho de imponer cosas de la ley de Moisés como
partes del cristianismo.
ix) Según los apóstoles, en conjunto con el Espíritu Santo mismo, mandar
a que uno obedezca partes de la ley de Moisés para ser cristiano es
mandar doctrina falsa y es algo explícitamente prohibido.
a) Nuevamente, estas tres cosas mencionadas aquí era las tres cosas
directamente involucradas en los sacrificios paganos a sus ídolos.
(g) (15:29) “de las cuales cosas si os guardareis, bien haréis” [ejx w|n
diathrou'nte" eJautou;" eu\\ pravxete]
4. (15:30) “Así, pues, los que fueron enviados” [OiJ me;n ou\\n ajpoluqevnte"]
(1) Nuevamente, cuando uno salía de Jerusalén para ir a otro lugar, siempre bajaba.
(1) La carta, entonces, no fue entregada solamente a los líderes, sino que ellos
juntaron la asamblea de los cristianos en Antioquía para que todos tuvieran
conocimiento de la decisión que había sido acordada en Jerusalén.
(2) (15:31) “se regocijaron por la consolación” [ejcavrhsan ejpi; th'/ paraklhvsei]
(b) Ellos deberían haber sentido un alivio enorme al saber que ese yugo, que los
judíos habían puesto sobre ellos, no correspondía a lo mandado por Dios.
c. (15:32) “como ellos también eran profetas” [kai; aujtoi; profh'tai o[nte"]
(3) Nuevamente, la idea principal de ser profeta era que uno fuera seleccionado por
Dios para ser su portavoz y entregar su palabra a otros, no que haya sido
necesariamente uno prediciendo cosas futuras.
(7) Es importante que uno sepa que parte de la tarea de los que entregan la palabra
de Dios a sus hermanos en la fe es seguir el ejemplo de ellos y consolar y
confirmar a los demás con las palabra entregadas por Dios y así edificar el cuerpo
de Cristo.
a. Nuevamente Lucas no proveía una cantidad de tiempo exacto pero dejaba la impresión
que no salieron muy luego en su retorno a Jerusalén.
b. (15:33) “fueron despedidos en paz por los hermanos” [ajpeluvqhsan met! eijrhvnh"
ajpo; tw'n ajdelfw'n]
(1) La discusión original había sido resuelta y la paz había sido restaurada entre los
cristianos judíos y los cristianos gentiles debido a la carta que ellos habían
entregada.
(6) (15:33) “para volver a aquellos que los habían enviado” [pro;" tou;"
ajposteivlanta" aujtouv"]
(1) Esta frase no se encuentra en los manuscritos griegos de mayor edad y confianza
y originalmente no fue parte del libro de Hechos.
(a) Silas, después de ser despedido por los hermanos en Antioquía, volvió con
Judas a la ciudad de Jerusalén y después regresó a Antioquía.
(b) Silas, después de ser despedido por los hermanos en Antioquía, no volvió
con Judas a la ciudad de Jerusalén pero se quedó en Antioquía.
(c) La verdad es que no hay ninguna manera segura de poder saber cual de
estas dos opciones era lo que realmente ocurrió.
(e) Sin embargo, la frase parece indicar una pluralidad, cosa que daría peso a la
probabilidad que Silas haya vuelto junto con Judas, una conclusión también
apoyado con el contraste hecho por Lucas en el versículo mismo cuando
hablaba solamente de lo hecho por Pablo y Bernabé en Antioquía, sin
incluirle a Silas en lo que dijo.
(3) (15:35) “enseñando la palabra del Señor” [didavskonte" ... to;n lovgon tou'
kurivou]
“36 Después de algunos días, Pablo dijo a Bernabé: Volvamos a visitar a los hermanos en
todas las ciudades en que hemos anunciado la palabra del Señor, para ver cómo están. 37
Y Bernabé quería que llevasen consigo a Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos; 38
pero a Pablo no le parecía bien llevar consigo al que se había apartado de ellos desde
Panfilia, y no había ido con ellos a la obra. 39 Y hubo tal desacuerdo entre ellos, que se
separaron el uno del otro; Bernabé, tomando a Marcos, navegó a Chipre,”
1. (15:36) “Después de algunos días, Pablo dijo a Bernabé:” [Meta; dev tina" hJmevra"
ei\\pen pro;" Barnaba'n Pau'lo"]
a. La frase “algunos días” [tina" hJmevra"] que Lucas usaba en esta ocasión deja la
impresión que no fueron muchas semanas o algunos meses, sino solamente un período
breve.
(1) La idea de volver a visitar a los convertidos en el primer viaje era la idea de Pablo,
no la de Bernabé.
(2) En contraste con el primer viaje, donde ellos fueron enviados por el Espíritu
Santo mismo en la misión, ahora parece haber sido la idea propia de Pablo,
aunque Bernabé parece haber estado de acuerdo también.
c. (15:36) “en todas las ciudades en que hemos anunciado la palabra del Señor”
[kata; povlin pa'san ejn ai|" kathggeivlamen to;n lovgon tou' kurivou]
(4) Además, en el retorno hacia Antioquía, ellos habían hablado la palabra también
en Panfilia.
(1) Aquí uno debe notar la importancia que se daba, no solamente al evangelismo de
los pecadores perdidos, sino a la necesidad de ayudarles a crecer y mantenerse
fieles al Señor que optaron seguir.
(2) El interés del apóstol Pablo en el bienestar de los nuevos convertidos se puede
ver, no solamente en el texto de Hechos, sino también a través de sus cartas.
2. (15:37) “Y Bernabé quería que llevasen consigo a Juan” [Barnaba'" de; ejbouvleto
sumparalabei'n kai; to;n jIwavnnhn]
c. (15:37) “el que tenía por sobrenombre Marcos” [to;n kalouvmenon Ma'rkon]
(1) Es interesante que Juan Marcos había regresado de la obra desde Perge a la
ciudad de Jerusalén, y no hay mención que él haya estado nuevamente con ellos
en Antioquía.
a. (15:38) “llevar consigo al que se había apartado de ellos desde Panfilia” [to;n
ajpostavnta ajp! aujtw'n ajpo; Pamfuliva"... mh; sumparalambavnein tou'ton]]
b. (15:38) “y no había ido con ellos a la obra” [kai; mh; sunelqovnta aujtoi'" eij" to;
e[rgon]
(1) Habiendo vuelto a Jerusalén desde Perga, Marcos no les había acompañado a ellos
en Antioquía, Iconio, Listra, y Derbe.
(2) Pablo no quería llevarle nuevamente por esa decisión que Juan Marcos había
tomado para no seguir con ellos en la misión a la cual el Espíritu Santo les había
enviado.
a. Es notable que, aun entre dos cristianos fieles y fuertes, pueden ocurrir diferencias de
opinión muy fuertes.
(2) Uno debe reconocer que este evento indica que uno no necesariamente está mal
por tener una opinión fuerte que no concuerda con la de su hermano, o uno
tendría que decidir si Pablo estaba en pecado aquí o Bernabé, cuando el texto no
da indicación alguna de que tuvieran culpa, sino solamente desacuerdo.
b. (15:39) “que se separaron el uno del otro” [w\{ste ajpocwrisqh'nai aujtou;" ajp!
ajllhvlwn]
(4) Lo que uno debe recordar es que el texto indica que la discordia estaba basada
en que Pablo no quiso llevar a Juan Marcos con él, no en que estaba en contra de
que Bernabé le llevara.
(5) Así que es muy posible que la decisión de dividir la tarea, con cada uno de ellos
cumpliendo una parte de lo que habían propuesto hacer, pudo haber sido una
decisión mutua, de común acuerdo, para poder de esa forma lograr hacer lo que
(1) Es interesante notar, a pesar del hecho del retorno anticipado de Marcos del
primer viaje, que Lucas no indica si él joven quiso in nuevamente o no.
(2) Es posible, aunque Luca no da detalles, que para llevar a Marcos on él, Bernabé
habría tenido que ir a Jerusalén para buscarles, y para convencerle acompañarle
nuevamente a Chipre.
(3) Chipre era la isla que Pablo, Bernabé, y Juan Marcos habían visitado juntos al
principio del viaje previo.
(b) Era, entonces, razonable que él llevaría a Juan Marcos con él para cumplir
con esa parte de la obra mientras que Pablo fuera hacia el norte.
(a) Sin embargo, años después, Pablo le pondría a Bernabé como un buen
ejemplo cuando escribía a los cristianos en Corinto.
(c) Años después de ese momento, a pesar de todo lo que había pasado entre
ellos, es obvio que Pablo y Marcos habían estado nuevamente trabajando
en conjunto.
“40 y Pablo, escogiendo a Silas, salió encomendado por los hermanos a la gracia del Señor,
41 y pasó por Siria y Cilicia, confirmando a las iglesias.”
b. Entonces, ya que Bernabé había tomado a Marcos para ir a Chipre, Pablo tomó a Silas,
el acompañante encargado por los hermanos en Jerusalén para entregar la carta a los
gentiles, y los dos partieron para visitar a los hermanos que habían sido convertidos en
lo que es ahora Turquía.
c. Tal como pudo haber sido el caso con Juan Marcos, es posible que Pablo habría tenido
que viajar a Jerusalén para buscar a Silas para que le acompañara en su viaje.
2. (15:40) “salió encomendado por los hermanos a la gracia del Señor” [ejxh'lqen
paradoqei;" th'/ cavriti tou' kurivou uJpo; tw'n ajdelfw'n]
g. (15:41) “y pasó por Siria y Cilicia” [dihvrceto de; th;n Surivan kai; th;n Kilikivan]
(1) Esta vez, en lugar de navegar hasta Perge, como en el primer viaje, Pablo y Silas
fueron por tierra hacía el norte y después al oeste.
(2) Esta ruta no fue, entonces, por mar, sino que ellos optaron viajar por tierra para
llegar a las iglesias establecidas en el primer viaje por orden opuesto, visitando
primeramente las últimas establecidas, después de haber pasado por la región
superior de Siria y la provincia de Cilicia para llegar a ellas.
(4) Es interesante que ellos estaban pasando por regiones no incluidas en el primer
viaje misionero pero estaban en esas regiones encontrándose con iglesias.
(a) Uno debe recordar que Pablo mismo, después de un tiempo en Jerusalén,
había regresado a vivir en Cilicia antes de ir con Bernabé para trabajar con
él en Antioquía.
(b) Además, tal como hubo en Antioquía de Siria una iglesia compuesta de
gentiles como también judíos, era obvio que también esa situación tambiém
existía en otras partes de Siria y Cilicia.
“1 Después llegó a Derbe y a Listra; y he aquí, había allí cierto discípulo llamado Timoteo,
hijo de una mujer judía creyente, pero de padre griego; 2 y daban buen testimonio de él
los hermanos que estaban en Listra y en Iconio. 3 Quiso Pablo que éste fuese con él; y
tomándole, le circuncidó por causa de los judíos que había en aquellos lugares; porque
todos sabían que su padre era griego. 4 Y al pasar por las ciudades, les entregaban las
ordenanzas que habían acordado los apóstoles y los ancianos que estaban en Jerusalén,
para que las guardasen. 5 Así que las iglesias eran confirmadas en la fe, y aumentaban en
número cada día.”
1. (16:1) “Después llegó a Derbe y a Listra” [Kathvnthsen de; kai; eij" Devrbhn kai; eij"
Luvstran]
a. Esto es, después de haber pasado por Siria y Cilicia, de la cual Lucas no da detalle
alguna, aunque es muy posible que hayan pasado por Tarso, la ciudad natal de Pablo,
la cual habría estado en el camino para llegar a las ciudades de Derbe y Listra.
b. (16:1) “y he aquí, había allí cierto discípulo llamado Timoteo” [kai; ijdou; maqhthv"
ti" h\\n ejkei' ojnovmati Timovqeo"]
(1) Aunque Lucas aquí no aclaraba nada respeto a la edad de Timoteo, el hecho que
después de unos quince años Pablo todavía le llamaba “joven” indica que sea muy
probable que él haya tenido menos que veinte años en el momento de ser
seleccionado para acompañar a Pablo y Silas.
(5) No se sabe si Timoteo había estado entre el grupo de los creyentes bautizados
durante la estadía del equipo misionero en el primer viaje o si fue bautizado
después de que ellos salieran.
(6) (16:1) “hijo de una mujer judía creyente” [uiJo;" gunaiko;" jIoudaiva" pisth'"]
(a) Con esta frase Lucas provee dos hechos claros acerca de la madre de
Timoteo:
ii) Ella era “creyente” [pisth'"], o sea, no era parte del grupo de
incrédulos judíos que habían causado a Pablo y Bernabé problemas en
el primer viaje, sino que ella era una de los que se habían hecho
discípulos después del anuncio del evangelio allí.
(a) Sin embargo, el padre de Timoteo, del cual no se sabe nada más, no era un
judío, sino un griego.
(c) El lenguaje usado por Lucas lleva a uno concluir que él no era un prosélito
judío, ni un creyente en Cristo, si en realidad él estuviera todavía vivo
cuando esto ocurre.
(d) Aunque en Palestina este tipo de matrimonio mixto era muy mal visto, en
comunas del resto del mundo era algo mucho más común y menos
conflictivo.
c. (16:2) “y daban buen testimonio de él los hermanos” [o\}" ejmarturei'to uJpo; ...
ajdelfw'n]
(4) El hecho que Lucas indica que Timoteo, aunque joven, era conocido y aprobado
por los hermanos en las ciudades vecinas demuestra que él ya tenía buena
reputación entre las iglesias de su región y que fue conocido aun fuera de su
propia ciudad.
(5) Esta aprobación de un creyente de descendencia del pueblo judío que no había
sido circuncidado demuestra dos cosas:
(a) Que él debería haber sido una persona muy buena para poder contar con
el buen testimonio de los cristianos judíos a pesar de no estar circuncidado.
(b) Los cristianos de estas ciudades, enseñados por Pablo y Bernabé, debían
haber entendido mucho mejor que algunos de sus hermanos en Judea que
la circuncisión no era necesario para ser salvo y pertenecer al pueblo de
Dios.
2. (16:3) “Quiso Pablo que éste fuese con él” [tou'ton hjqevlhsen oJ Pau'lo" su;n aujtw'/
ejxelqei'n]
a. Parece que Pablo quiso que Timoteo les acompañaran en el mismo papel que Juan
Marcos había cumplido en el primer viaje.
b. Aunque el sentido del texto no es totalmente claro en respecto a esto, es posible que
la selección de Timoteo para acompañarles haya sido motivado por un mensaje
profético.
(1) Ese rito, mandado por la ley de Moisés para todos los varones entre el pueblo
judío, probablemente no había sido cumplido con Timoteo porque, al ser hijo de
padre griego, no fue considerado por los otros judíos allí como una parte del
pueblo judío, a pesar de que su madre era judía.
(2) Sin embargo, como Lucas explica claramente, su circuncisión no ocurrió porque
era necesario para que él fuere salvo, sino porque si no ocurriera iba a ser para
él una traba con su tarea entre los judíos.
(3) Aun cuando Pablo circuncidaba a Timoteo para que él no tuviera conflicto con los
judíos, es importante notar que el mismo Pablo fuertemente negó circuncidar al
gentil Tito, para aclarar que no era necesario que los gentiles acudieran a ese rito
para ser salvos.
d. (16:3) “por causa de los judíos que había en aquellos lugares” [dia; tou;"
jIoudaivou" tou;" o[nta" ejn toi'" tovpoi" ejkeivnoi"]
(1) Esta frase deja en claro que no era necesario para su salvación, sino solamente fue
un intento abrirle a Timoteo las puertas entre el judaísmo para no ser ofensivo
a ellos.
(2) Era solamente una acción para quitar las barreras que habrían estado entre él y
los judíos de su zona, los que sabían que su madre era judía pero su padre griego.
e. (16:3) “porque todos sabían que su padre era griego” [h[/deisan ga;r a\{pante" o\{ti
\{Ellhn oJ path;r aujtou' uJph'rcen]
(1) El hecho que en esta frase Lucas usaba, en cuanto al padre de Timoteo, la palabra
“era” [uJph'rcen], en griego una indicación de algo terminado en el pasado, puede
tomarse como una indicación que su padre ya estaba muerto.
(2) Aunque los judíos creyentes, junto con los gentiles, ya le daban buen testimonio
a Timoteo, esto no habría sido la reacción de otros judíos al saber que él era de
(3) Por ende, para conseguir derribar esa barrera innecesaria, y para hacerlo más
fácil que Timoteo tuviera aceptación entre los judíos, como también tenía con los
gentiles, le circuncidó.
3. (16:4) “Y al pasar por las ciudades” [ JW" de; dieporeuvonto ta;" povlei"]
a. (16:4) “les entregaban las ordenanzas que habían acordado los apóstoles y los
ancianos que estaban en Jerusalén” [paredivdosan aujtoi'" ... ta; dovgmata ta;
kekrimevna uJpo; tw'n ajpostovlwn kai; presbutevrwn tw'n ejn JIerosoluvmoi"]
(1) Aunque no hay indicación en el texto de Hechos que el problema que había
ocurrido en Antioquía era problema todavía en esta zona, entregaron la misma
carta a las iglesias allí porque habría tendido la misma aplicación, ya que estas
iglesias también estaban compuestas de una mezcla de judíos y gentiles.
(2) Esta frase lleva a concluir que las instrucciones de la carta, y realmente todas las
instrucciones apostólicas, son ordenanzas aplicables a todos los cristianos y no
solamente a algunos.
(1) Esta fue la razón para que habían querido ir a ver a los nuevos convertidos.
b. (16:5) “y aumentaban en número cada día” [kai; ejperivsseuon tw'/ ajriqmw'/ kaq!
hJmevran]
c. Con este breve resumen Lucas informaba de un viaje y obra de Pablo y Silas, un viaje
que debería haber ocupado varias meses.
d. Sin embargo, no presentó detalles, con la excepción de la selección del joven Timoteo
para acompañar el grupo, algo que tendría mucha importancia con el tiempo.
e. Es importante recordar que este viaje, en contraste con el primero, no había sido
comenzado por mandato del Espíritu Santo sino por una decisión de Pablo mismo, y
es interesante como Lucas, a pesar de eso, enfocaría que el Espíritu Santo les estaría
guiando.
“6 Y atravesando Frigia y la provincia de Galacia, les fue prohibido por el Espíritu Santo
hablar la palabra en Asia; 7 y cuando llegaron a Misia, intentaron ir a Bitinia, pero el
Espíritu no se lo permitió. 8 Y pasando junto a Misia, descendieron a Troas.”
b. (16:6) “les fue prohibido por el Espíritu Santo hablar la palabra en Asia”
[kwluqevnte" uJpo; tou' aJgivou pneuvmato" lalh'sai to;n lovgon ejn th'/ jAsiva/]
(2) Ni Lucas, ni tampoco Pablo mismo, provee información para saber la razón que
el Espíritu Santo tenía en hacer esta prohibición, pero deja la idea que ir a esas
zonas haya sido la intención de ellos antes de la intervención del Espíritu.
(3) Obviamente el grupo misionero habría estado hablando la palabra con los
residentes allí si no les fuera prohibido por el Espíritu Santo.
(4) Más adelante Pablo y sus acompañantes pasarían mucho tiempo predicando en
Asia, pero no todavía.
(2) Fue una provincia que había sido formada por el senado romano casi tres cuartos
de un siglo antes de Cristo, o sea, un poco más que cien años antes de la historia
que Lucas estaba contando.
(3) En el tiempo de Plinio, quien a los fines del primer siglo era procónsul romano allí,
los cristianos en esa zona eran suficientemente numerosos para causarle a él
escribir al emperador Trajano mismo consultando qué acciones tomar en cuanto
a ellos.
c. (16:7) “pero el Espíritu no se lo permitió” [kai; oujk ei[asen aujtou;" to; pneu'ma
jIhsou']
(2) Es la segunda vez en esta historia que los planes del grupo han sido cambiado por
una prohibición divina.
3. (16:8) “Y pasando junto a Misia, descendieron a Troas” [parelqovnte" de; th;n Musivan
katevbhsan eij" Trw/avda]
a. “Troas” [Trw/avda] era un puerto romano muy importante para los barcos viajando
entre Macedonia, Grecia, y Asia Menor.
b. El puerto, todavía visible pero no utilizable por los efectos de la erosión, fue ubicado
unos veinte kilómetros al sur de la ciudad antigua de Troya.
c. Pablo y sus compañeros volverían allí en el tercer viaje, donde se juntarían con los
cristianos, aunque Lucas no relata la historia del evangelismo en esa ciudad y no se sabe
si la existencia de la iglesia allí haya sido el resultado del evangelismo de Pablo y sus
acompañantes.
1. (16:9) “Y se le mostró a Pablo una visión de noche:” [Kai; o\{rama dia; th'" nukto;" tw'/
Pauvlw/ w[fqh]
b. En muchas otras ocasiones Dios había comunicado sus deseos de esa misma forma.
c. (16:9) “un varón macedonio estaba en pie” [ajnh;r Makedwvn ti" h\\n eJstw;"]
(1) Macedonia había llegado a ser una provincia romana un siglo y medio antes de la
venida de Cristo.
(j) Esta provincia, situada al lado noreste del Mar Egeo frente a Troas, sería la
primera parte de Europe visitado por Pablo en sus viajes misioneros.
i) A lo mejor era por esas palabras que Pablo pudo saber de dónde era
el hombre.
(1) Ahora, por primera vez en la historia presentada por Lucas, él empezaba a usar
la primera persona plural de los verbos.
(2) Con este uso él claramente, sin lugar a dudas, indicaba que él mismo había
llegado a formar parte del grupo del cual hablaba.
(a) Basándose en el hecho que Lucas se juntó con el grupo en Troas, y más
tarde vuelve a juntarse con ellos nuevamente en esa misma ciudad, algunos
concluyen que él era de Troas.
(b) Mientras esa conclusión sea posible, y a lo mejor aun probable, no hay
suficiente evidencia para llegar a una determinación concreta.
(3) En el relato de Lucas hay tres diferentes tramos donde él usaba el plural para
indicar su presencia entre los participantes.
(4) El viaje entre el puerto de Troas y la costa de Macedonia era relativamente corto
en comparación a otras navigaciones durante los viajes de Pablo.
b. (16:10) “dando por cierto que Dios nos llamaba para que les anunciásemos el
(1) A lo mejor con la combinación de las dos prohibiciones anteriores, evitando que
fueran a otros lugares, y la visión ahora pidiendo su ayuda, sería natural llegar a
la conclusión de que Dios quiso que fueran a Macedonia en vez de a Asia o a
Bitinia.
“11 Zarpando, pues, de Troas, vinimos con rumbo directo a Samotracia, y el día siguiente
a Neápolis; 12 y de allí a Filipos, que es la primera ciudad de la provincia de Macedonia,
y una colonia; y estuvimos en aquella ciudad algunos días.”
a. Entonces, habiendo concluido que Dios quería que fueran a Europa para compartir en
Macedonia el evangelio, dejaron a Troas y zarparon hacia el noroeste.
(1) “Samotracia” [Samoqrav/khn], una isla en la parte noroeste del Mar Egeo, era en
una linea directa entre Troas y Neápolis, el puerto ubicado cerca a la ciudad de
Filipos, y allí el barco podría pernoctar en vez de arriesgar la peligrosa navigación
de noche.
c. (16:11) “y el día siguiente a Neápolis” [th'/ de; ejpiouvsh/ eij" Nevan povlin]
(2) “Neápolis” [Nevan povlin], que significa “ciudad nueva” y es ahora conocida como
Kavala, estaba ubicada menos que quince kilómetros de la ciudad de Filipos, una
ciudad que no estaba en la costa misma y que usaba a Neápolis como su puerto.
(3) En este puerto empezaba el famoso camino romano que cruzaba desde allí hasta
la costa poniente de Grecia en el Mar Adriatico.
(a) Parece que para ellos la llamada a Macedonia habría significado ir a la ciudad
principal de esa zona, a Filipos.
(b) Aunque no era la ciudad más grande de Macedonia, Filipos era de gran
importancia debido a su posición como colonia romana y su ubicación
geográfica en la ruta principal de comercio.
(c) Es así que, a pesar del hecho que Tesalónica era la capital de la provincia de
Macedonia, Lucas hacía referencia a Filipos de esa manera.
(d) Felipe de Macedonia, padre de Alejandro Magno, cuatro siglos antes había
fortificado la ciudad como un puesto importante protegiendo la entrada
entre Asia y Europa, y dio su propio nombre a la ciudad antiguo.
(e) Era allí en Filipos donde Marcos Antonio y sus fuerzas habían logrado
derrotar a Casio y Bruto durante la guerra civil romana en el año 42 A.C..
(g) La ciudad no contaba con una población de judíos grandes y ni siquiera tenía
una sinagoga, pero fue poblado por muchos militares romanos jubilados.
(a) Ese status de “colonia” [kolwniva]\ que tenía Filipos era de muy grande
importancia para una ciudad del imperio romano, automáticamente dando
a los nacidos allí el derecho de la ciudadanía romana.
(b) Por ser colonia imperial romana la ciudad no estaba bajo la jurisdicción del
gobierno provincial.
(c) Al contrario, tal como una Roma en miniatura, bajo la ley municipal de Roma
fue gobernado por unos oficiales militares directamente nombrados por
Roma.
2. (16:12) “y estuvimos en aquella ciudad algunos días” [Hmen de; ejn tauvth/ th'/ povlei
diatrivbonte" hJmevra" tinav"]
a. Esta frase parece referirse a los días que estuvieron allí antes de la llegada del día de
reposo cuando ocurrió el evento que Lucas contaría a continuación.
“13 Y un día de reposo salimos fuera de la puerta, junto al río, donde solía hacerse la
oración; y sentándonos, hablamos a las mujeres que se habían reunido. 14 Entonces una
mujer llamada Lidia, vendedora de púrpura, de la ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios,
estaba oyendo; y el Señor abrió el corazón de ella para que estuviese atenta a lo que Pablo
decía. 15 Y cuando fue bautizada, y su familia, nos rogó diciendo: Si habéis juzgado que yo
sea fiel al Señor, entrad en mi casa, y posad. Y nos obligó a quedarnos.”
1. (16:13) “Y un día de reposo salimos fuera de la puerta” [th'/ te hJmevra/ tw'n sabbavtwn
ejxhvlqomen e[xw th'" puvlh"]
a. Uno debe recordar que el proceder de Pablo y sus compañeros siempre había sido él
de juntarse con los judíos y los temerosos de Dios en los días de reposo de los judíos
para compartir con ellos el evangelio.
b. Sin embargo, parece que Filipos no tenía una población muy grande de judíos y no
contaba con una sinagoga, sino que se juntaron para orar en un lugar fuera de la ciudad,
posiblemente para de esa manera evitar interferencia de los paganos allí.
(1) Esta frase ayuda ubicar el lugar, ya que existe solamente un río cerca de la ciudad,
donde todavía existen ruinas de un lugar que obviamente fue usado para
ceremonias religiosas y bautismos.
(2) Cuando en una ciudad no había una sinagoga era costumbre entre los judíos
ubicar ese tipo de lugares de reunión, fuera de la ciudad y cerca a un río que
usarían para sus ritos de purificación, y por esta razón Pablo podría suponer de
un lugar así en Filipos.
e. El texto griego dice “donde supusimos que había un lugar de oración”, [ou|
ejnomivzomen proseuch;n ei\\nai] no “donde solía hacerse la oración”.
a. Parece que no habían varones en el grupo que estaba reunido para orar, sino
solamente mujeres.
b. Como solían hacer, Pablo y sus compañeros les contaron a los oyentes el mensaje de
la gracia de Dios y de la oferta de perdón que El había ofrecido por medio de Jesús.
c. (16:14) “Entonces una mujer llamada Lidia” [kaiv ti" gunh; ojnovmati Ludiva]
(b) Es posible que ella debía su nombre al distrito desde donde venía.
(c) Esta ciudad era famosa porque de las conchas de un molusco de esa zona
venía lo necesario para teñir las telas del color real, al púrpura.
(a) Normalmente en el texto esta frase indicaba que uno no era judío pero era
creyente en el Dios real y no en el politeísmo.
(b) Así lo más probable sería que Lidia haya sido una persona gentil y no una
judía, aunque posiblemente un prosélito al judaísmo.
d. (16:14) “y el Señor abrió el corazón de ella para que estuviese atenta a lo que
Pablo decía” [h|" oJ kuvrio" dihvnoixen th;n kardivan prosevcein toi'" laloumevnoi"
uJpo; tou' Pauvlou]
(1) Es interesante que Lucas no dijo que el Señor abrió su corazón para creer, ni para
aceptar, sino para que ella estuviera atenta a lo que estaba diciendo Pablo.
(1) Esta frase, presentada por Lucas sin ninguna explicación, es una evidencia muy
fuerte que el evangelio predicado por Pablo, tal como él entregado a él mismo
por Ananías, incluía el mandato de ser bautizados para lavar los pecados.
(3) A pesar de tantas evidencias para dejar en claro que el bautismo para conseguir
el perdón de los pecados era parte del evangelio original, Es totalmente
asombroso que en el día de hoy tantos grupos religiosos niegan esa clara verdad
y enseñan un mensaje diferente, como si les tocara a ellos el derecho de modificar
el contenido del mensaje divino.
(a) Literalmente esta frase significa “los de su casa” y es muy posible que haya
incluido también siervos y no solamente familia.
(b) En todo caso, no fue solamente Lidia quien, escuchando y creyendo las
palabras de Pablo, se bautizó, sino también otras personas.
(e) Sin embargo, es muy posible que, por medio de los muchos judíos
bautizados en Jerusalén en el día de Pentecostés, los que venían de otras
partes del mundo, pudieran haber ocurrido otras conversiones anteriores
de esas de las cuales el texto no habla.
(a) (16:15) “Si habéis juzgado que yo sea fiel al Señor” [eij kekrivkate me
pisth;n tw'/ kurivw/ ei\\nai]
(d) El hecho que ella haya tenido una casa suficientemente grande para poder
hospedar a ese grupo puede ser indicio que ella pudo haber sido una mujer
que contaba con bastante riqueza derivada de su comercio de la púrpura.
c. El lenguaje aquí indica que ella no estaba dispuesta aceptar que ellos rechazaran su
hospitalidad y insistió en que se quedaran en su casa.
“16 Aconteció que mientras íbamos a la oración, nos salió al encuentro una muchacha que
tenía espíritu de adivinación, la cual daba gran ganancia a sus amos, adivinando. 17 Esta,
siguiendo a Pablo y a nosotros, daba voces, diciendo: Estos hombres son siervos del Dios
Altísimo, quienes os anuncian el camino de salvación. 18 Y esto lo hacía por muchos días;
mas desagradando a Pablo, éste se volvió y dijo al espíritu: Te mando en el nombre de
Jesucristo, que salgas de ella. Y salió en aquella misma hora. 19 Pero viendo sus amos que
había salido la esperanza de su ganancia, prendieron a Pablo y a Silas, y los trajeron al
foro, ante las autoridades; 20 y presentándolos a los magistrados, dijeron: Estos hombres,
siendo judíos, alborotan nuestra ciudad, 21 y enseñan costumbres que no nos es lícito
recibir ni hacer, pues somos romanos. 22 Y se agolpó el pueblo contra ellos; y los
magistrados, rasgándoles las ropas, ordenaron azotarles con varas. 23 Después de haberles
azotado mucho, los echaron en la cárcel, mandando al carcelero que los guardase con
seguridad. 24 El cual, recibido este mandato, los metió en el calabozo de más adentro, y
les aseguró los pies en el cepo.”
a. Literalmente el texto griego usa la misma palabra proseuch;n que usaba en el versículo
trece y por esta razón una traducción más acertada sería “mientras íbamos al lugar
de oración”, nuevamente refiriéndose al lugar fuera de la ciudad, al lado del río.
b. (16:16) “nos salió al encuentro una muchacha que tenía espíritu de adivinación”
[paidivskhn tina; e[cousan pneu'ma puvqwna uJpanth'sai hJmi'n]
(b) Esas mujeres que en los siglos después sirvieron como sus supuestas
mensajeras, oráculos de Delfos, eran conocidas como las en las cuales vivían
el espíritu del pitón gigante que originalmente había servido como el
guardián de aquel templo antes de haber sido muerto por Apolos.
(c) Con el trascurso del tiempo las frase [pneu'ma puvqwna] había pasado a ser
usada en referencia a todos los que practicaban la adivinación.
(2) La adivinación, y el hecho de recurrir a los poderes de cualquier otro que no haya
sido el Dios real, desde la antigüedad había sido prohibida por Dios.
(3) (16:16) “la cual daba gran ganancia a sus amos” [h\{ti" ejrgasivan pollh;n
parei'cen toi'" kurivoi" aujth'"]
(a) Siendo esclava, lo que ella ganaba a través del uso de sus poderes fue para
llenar los bolsillos de sus amos.
(b) Es inevitable que ellos usarían sus poderes para sacar ganancia y que, como
se puede ver a continuación, quedarían con bastante molestia al darse
cuenta que ya no iban a poder seguir con su buen negocio.
(c) El hecho de usar ese tipo de poderes para ganar mucho dinero se puede ver
también en la historia del caso de Simón, en Samaria, en la historia relatada
anteriormente por Lucas.
(b) Todavía en el día de hoy hay personas que profesan tener poderes para
predecir el futuro, poderes que no provienen de Dios, sino de otras fuentes.
(a) Es evidente que Lucas todavía estaba presente con el grupo en Filipos
(b) Aunque no volvió a usar la primera persona plural en el resto del capítulo es
muy probable que haya seguido con el grupo hasta que, en el versículo
cuarenta, reportaba que los otros “se fueron” [ejxh'lqan], una clara
indicación que él no siguió con ellos cuando ellos partieron de Filipos.
(a) Su gritería, aun cuando ella decía la verdad, era un problema, ya que todos
los del pueblo sabían que ella era una adivina y una que servía como
portavoz de los dioses paganos.
(b) (16:17) “Estos hombres son siervos del Dios Altísimo” [ou|toi oiJ
a[nqrwpoi dou'loi tou' qeou' tou' uJyivstou eijsivn]
ii) El Dios que ellos estaban sirviendo, en contraste al dios de ella, era el
“Dios Altísimo” [qeou' tou' uJyivstou].
(3) (16:18) “Y esto lo hacía por muchos días” [tou'to de; ejpoivei ejpi; polla;"
hJmevra"]
(a) Es notable que esta no fue una ocurrencia única, sino algo que estaba
pasando todos los días.
(b) Con el transcurso del tiempo, entonces, sería obvio que mucha gente de la
ciudad de Filipos habrían tenido la oportunidad de escuchar lo que su propia
adivina decía en cuanto a Pablo, Silas, Timoteo, y Lucas, y su mensaje.
2. (16:18) “mas desagradando a Pablo, éste se volvió y dijo al espíritu:” [diaponhqei;" de;
Pau'lo" kai; ejpistrevya" tw'/ pneuvmati ei\\pen]
(1) Pablo habría estado molesto porque una profetiza pagana, portavoz de un dios
pagano, estaría dandole a él y a su mensaje credenciales de los dioses falsos.
(2) Sería como si uno tuviera como el testigo que aval su carácter un charlatán, un
mentiroso y criminal – no sería de mucha ayuda, sino al contrario.
b. Uno debe notar que aquí Pablo no se dirigió sus palabras a la muchacha misma, como
había hechos en el caso de Elimas, sino al espíritu malo que le estaba usando a ella para
hacer su maldad.
(1) Este mandato no venía con el poder o la fuerza de Pablo, sino mandó a ese
espíritu “en el nombre de Jesucristo” [ejn ojnovmati jIhsou' Cristou'], en el
(2) No solamente conocía ese espíritu malo a Jesús, sino que también sabía que El
tuviera poder sobre los espíritus y que él mismo tendría que hacer caso a lo
mandado en su nombre.
3. (16:18) “Y salió en aquella misma hora” [kai; ejxh'lqen aujth'/ th'/ w\{ra/]
c. Es interesante que en el texto bíblico aun los espíritus malos obedecen de inmediato
lo mandado por Jesús pero muchas veces los hombres no lo hacen.
4. (16:19) “Pero viendo sus amos que había salido la esperanza de su ganancia” [ijdovnte"
de; oiJ kuvrioi aujth'" o\{ti ejxh'lqen hJ ejlpi;" th'" ejrgasiva" aujtw'n]
a. Es notable aquí una de las características de la naturaleza humana en que, aunque ellos
vieron un gran milagro, en vez de enfocarse en el poder divino que habían visto
demostrado, ellos estaban mayormente enfocados en lo material, en la fuente de gran
ganancia material que habían perdido.
c. En las vidas de los hombres hoy, los quienes están dispuestos a perder la eternidad por
el temor de perder algo físico ¿cuántas veces ocurre esto?
d. (16:19) “prendieron a Pablo y a Silas” [ejpilabovmenoi to;n Pau'lon kai; to;n Sila'n]
(1) Esta frase da la impresión que Timoteo, solamente sirviendo a ellos como un
ayudante, y Lucas, que también les acompañaba no fueron involucrados en el
asunto ni fueron arrestados.
(2) También es posible que el hecho de que Timoteo era solamente ser un joven, y
Lucas obviamente un gentil, les hayan ayudado en escapar el castigo dado a Pablo
y Silas.
(b) Este “foro” [ajgora;n] era el lugar del mercado local ubicado en el centro de
la cuidad.
ii) Todavía quedan ruinas de lo que habría sido el lugar donde habría
pasado este evento.
(b) No es una palabra que se usaba a menudo, sino una especialmente usada
para referirse a los con máxima autoridad local en una colonia romana.
i) Conviene recordar que esa ciudad era una con poca presencia de
judíos siendo básicamente una ciudad militar romana.
i) Sus acusaciones eran falsas, pero estaban con tanta furia por haber
perdido su fuente de ganancia que estaban dispuesto echar la culpa a
otros a pesar de la realidad.
a) Ellos empezaron con una verdad (que Pablo y Silas eran judíos).
ii) En realidad, los culpables de haber causado el alboroto eran los amos
de la adivina.
(a) (16:21) “no nos es lícito recibir” [a\} oujk e[xestin hJmi'n]
(b) (16:21) “ni hacer, pues somos romanos” [paradevcesqai oujde; poiei'n
Rwmaivoi" ou\\sin]
(d) Su premisa era, al ser romanos los acusadores y los magistrados, y Pablo y
Silas judíos, que esta acusación sería suficiente para inflamar los ciudadanos
de Filipos y sus magistrados en contra de esos judíos, y su religión no
aceptable, sin que tuvieran que demostrar pruebas de las acusaciones.
(f) Hacen esto solamente porque ellos mismos no están dispuestos a evaluar
la veracidad de lo que oyen mientras que otros se dejan llevar con las
mentiras hechas en contra de los mensajeros del evangelio verdadero.
(g) Aquí se ve claramente que los mismos dueños de esa esclava no creyeron
en las palabras dichas por ella, porque ella claramente declaraba que ellos
eran los mensajeros del Dios supremo y ellos estaban acusándoles a ellos de
proclamar un mensaje religioso ilegal.
5. (16:22) “Y se agolpó el pueblo contra ellos” [kai; sunepevsth oJ o[clo" kat! aujtw'n]
b. Era la misma cosa que pasó a Jesús y que Lucas relata numerosas veces en su historia
como algo que pasaba a los que hablaron de parte de El.
(a) En algunas otras ocasiones el hecho de rasgar la ropa era señal de gran pena,
de gran peligro.
(b) Sin embargo, en este caso era solamente la preparación de los reos para que
les azotaran con varas como el castigo por las cosas de las cuales habían sido
acusados.
iii) Además, era evidente que ellos habían causado daños a algunos de los
ciudadanos, quitándoles su fuente de ganancia.
(d) Este castigo romano era diferente a lo que se había visto anteriormente.
(1) Mientras la ley mosaica puso un límite de cuarenta golpes, la ley romana no
especificaba ese límite.
(2) Muchas veces este tipo de castigo resultaba con daños físicos tan severos que
terminaba con la muerte de los castigados.
(a) Todavía hay un lugar en las ruinas de la ciudad de Filipos que designan a los
turistas como la cárcel donde Pablo y Silas estuvieron encarcelados.
(b) Sin embargo es muy improbable que ese lugar haya sido realmente el sitio
de esa cárcel y es más probable que haya sido designado así muchos siglos
después debido a las tradiciones cristianas.
(5) Es interesante, sin que hayan hecho ningún intento para indagar en cuanto a la
veracidad de los cargos en contra de Pablo y Silas, que esas acusaciones habrían
conseguido una reacción tan fuerte de parte de los magistrados.
6. (16:24) “El cual, recibido este mandato” [o\}" paraggelivan toiauvthn labw;n]
a. Uno debe recordar que el carcelero era solamente un funcionario romano, mientras
estaba recibiendo ordenes de los magistrados, los hombres del más alto rango en la
colonia.
b. Es así que, recibiendo de ellos este mandato, y posiblemente sin saber que no se
tratara de criminales peligrosos, hizo todo lo posible para asegurarse que ellos no
pudieron tener ninguna oportunidad para escapar de su custodia.
c. (16:24) “los metió en el calabozo de más adentro” [e[balen aujtou;" eij" th;n
ejswtevran fulakh;n]
(2) Además de la seguridad, habría sido la parte donde solían hacer torturas, cosa
muy común en aquel tiempo.
d. (16:24) “y les aseguró los pies en el cepo” [kai; tou;" povda" hjsfalivsato aujtw'n
eij" to; xuvlon]
(1) Tal como a veces se puede ver en películas modernas, es muy probable que la
cárcel habría tenido, entre los cimientos de la cárcel misma, cadenas puestos para
poder anclar los reos de manera segura.
(2) Lo más probable es que esta frase “les aseguró los pies en el cepo” [tou;"
povda" hjsfalivsato aujtw'n eij" to; xuvlon] significaría que ellos fueran asegurados
con esas cadenas en los grandes bloques de piedra, no en un cepo de madera,
algo no hecho común muchos hasta siglos después de ese evento.
(7) Ellos estaban, entonces, encadenados a los muros de la parte interior de la cárcel,
la parte más segura, para evitar la posibilidad de que escaparan.
“25 Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los
oían. 26 Entonces sobrevino de repente un gran terremoto, de tal manera que los
cimientos de la cárcel se sacudían; y al instante se abrieron todas las puertas, y las cadenas
de todos se soltaron. 27 Despertando el carcelero, y viendo abiertas las puertas de la
cárcel, sacó la espada y se iba a matar, pensando que los presos habían huido. 28 Mas
Pablo clamó a gran voz, diciendo: No te hagas ningún mal, pues todos estamos aquí. 29 El
entonces, pidiendo luz, se precipitó adentro, y temblando, se postró a los pies de Pablo y
de Silas; 30 y sacándolos, les dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo? 31 Ellos dijeron:
Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa. 32 Y le hablaron la palabra del
Señor a él y a todos los que estaban en su casa. 33 Y él, tomándolos en aquella misma hora
de la noche, les lavó las heridas; y en seguida se bautizó él con todos los suyos. 34 Y
llevándolos a su casa, les puso la mesa; y se regocijó con toda su casa de haber creído a
Dios. 35 Cuando fue de día, los magistrados enviaron alguaciles a decir: Suelta a aquellos
hombres.”
INSTITUTO DE ESTUDIOS BIBLICOS
“HECHOS”
HECHOS ANÁLISIS DEL TEXTO PÁGINA 614
a. Horas después de su cruel castigo, con los pies asegurados con las cadenas del cepo,
seguramente con heridas muy dolorosas, ellos estaban en la oscuridad total de la parte
interior de la cárcel.
b. Sin embargo, no estaban haciendo lo que sería normal para reos en su situación ya que
no estaban alegando la injusticia de su tratamiento ni hablando mal de los que habían
hecho falsos cargos en su contra ni de los que les habían condenado a ser golpeados.
(1) A pesar de las condiciones en las cuales estaban, y los golpes que ellos habían
recibido, lejos de hacer lo que habría sido común en sus circunstancias, ellos
mostraron se confianza en Dios, orándole, y cantando.
(2) El hecho que un creyente puede sentir gozo entre las tribulaciones es un tema
bastante común en el Nuevo Testamento.
(3) Esta misma actitud debe pasar a ser parte natural de la vida de un cristiano que
verdaderamente tiene fe en Dios.
i. (16:25) “y los presos los oían” [ejphkrow'nto de; aujtw'n oiJ devsmioi]
(1) Uno puede imaginar la reacción de los demás de los presos al escuchar, no las
(2) No hay manera que los otros presos iban a olvidarse de lo que habían oído en la
cárcel cuando terminaban los eventos que estaban por ocurrir en la historia que
Lucas estaba contando.
(3) Es notable, y un buen ejemplo para imitar, que Pablo y Silas no sintieron ningún
grado de vergüenza por su confianza en Dios y le alababan a él sin preocuparse
de las reacciones de los otros presos, los que habrían sido incrédulos.
b. Es notable que Lucas calificaba el evento como “un gran terremoto” [seismo;"...
mevga"], antes de describir los resultados.
c. Los que han tenido la oportunidad de estar en un terremoto grande pueden sentir el
terror que acompaña a uno cuando se da cuenta que no puede hacer nada para evitar
lo que está pasando, ni tampoco puede hacer algo para protegerse de ello.
e. (16:26) “de tal manera que los cimientos de la cárcel se sacudían” [w\{ste
saleuqh'nai ta; qemevlia tou' desmwthrivou]
(1) Es una cosa natural que un terremoto haga daños a las paredes de un edificio, algo
que suele ocurrir en todos los terremotos grandes.
(2) Sin embargo, para describir la fuerza enorme del sismo aquí, Lucas, quien, si uno
recuerde bien, estaba también en Filipos cuando tembló, dice que movía hasta los
mismos “cimientos de la cárcel” [qemevlia tou' desmwthrivou], algo no tan
común.
(1) Los que viven en zonas del mundo donde los terremotos son comunes saben que
esta frase indica algo muy fuera de lo común, una clara indicación que este
terremoto, tal como él de capítulo cuatro, no haya sido algo natural.
(2) La razón para esta afirmación es que todos de zonas sísmicas saben que una de
las cosas más importantes en un gran sismo es abrir las puertas lo antes posible
porque con el movimiento del sismo suelen trabarse las puertas para que uno no
sea capaz ni siquiera de abrirlas después del terremoto.
(3) Sin embargo, en este caso, “se abrieron todas las puertas” [hjnewv/cqhsan ... aiJ
quvrai pa'sai] de inmediato, a pesar del hecho que esas puertas de la cárcel
indudablemente habrían estado bajo llave.
(4) Aun tomando la leve posibilidad que un terremoto pudo haber dejado abierta una
u otra puerta, el hecho que todas las puertas quedaran abiertas de inmediato es
clara indicación de un acto de Dios, no de un terremoto normal, cosa que habría
sido notado por los que estaban viviendo allí.
g. (16:26) “y las cadenas de todos se soltaron” [kai; pavntwn ta; desma; ajnevqh]
(2) Aun más extraño sería que un terremoto normal sea capaz de soltar las cadenas
de todos los presos en la cárcel.
(3) Además, esta frase es clara indicación que también las cadenas de Pablo y Silas
habían sido sueltas, tal como las de los demás el los presos.
(4) Este punto es importante para que uno pueda entender correctamente lo que
Lucas relata de la interacción entre el carcelero y Pablo.
a. (16:27) “y viendo abiertas las puertas de la cárcel” [kai; ijdw;n ajnew/gmevna" ta;"
quvra" th'" fulakh'"]
(1) Aquí es importante notar que el carcelero había estado durmiendo, no como los
presos, quienes estaban escuchando a Pablo y Silas orar y cantar himnos.
(2) Este punto es importante porque da apoyo a que él no estaba dentro la cárcel
cuando tembló.
(3) Al contrario, él estaba durmiendo en su propia casa, cosa que contradice muchas
enseñanzas falsas en el mundo religioso de hoy que distorsionan este pasaje.
(4) Elcarcelero, al despertarse, pudo ver que las puertas de la cárcel estuvieron
abiertas, pero, según lo que Lucas relata inmediatamente después, él no tenía
manera de saber que los presos todavía estuvieron dentro de la cárcel.
(5) Sin embargo, si él estuviera en la cárcel misma, como algunos afirman, habría sido
obvio a él que los presos también estaban si Pablo, estando en la cárcel lo supo.
(3) (16:27) “pensando que los presos habían huido” [nomivzwn ejkpefeugevnai
tou;" desmivou"]
(a) Bajo el sistema romano, si uno encargado de guardar un preso dejara que
él escapara, el encargado mismo tendría que enfrentar la pena de muerte.
(b) Es así que el carcelero, viendo las puertas de la cárcel abiertas y suponiendo
que habían escapado sus presos iba a matarse.
(c) De esa manera iba a poder evitar la vergüenza y la humillación que no podría
escapar de otra manera.
(d) Preferiría suicidarse que vivir solo para llegar a ser ejecutado por el gobierno
romano.
4. (16:28) “Mas Pablo clamó a gran voz, diciendo:” [ejfwvnhsen de; megavlh/ fwnh'/ oJ
Pau'lo" levgwn]
a. Aquí se encuentra otra pauta que indica que el carcelero no estaba en la cárcel, sino
que él había sido despertado por el terremoto mientras dormía en su propia casa.
d. Si fuera verdad, como muchos erradamente afirman, que el carcelero vivía en la cárcel,
uno encontraría tres detalles dados por Lucas que no tendrían sentido.
(1) Los presos escucharon las oraciones y los himnos pero no el carcelero.
(2) Después del terremoto él vio las puertas de la cárcel abiertas y pensaba que los
presos habían escapado.
(3) Era necesario que Pablo gritara a toda voz para poder ser escuchado por el
carcelero.
(2) A lo mejor a Pablo le haya sido dada por inspiración la información que el
carcelero estaba a punto de suicidarse, o a lo mejor podía de alguna forma ver lo
que estaba ocurriendo afuera, pero el texto no lo aclara.
(1) “Aquí” [ejnqavde] era una referencia a la cárcel, donde no solamente Pablo y Silas
quedaban, sino también los demás de los presos.
(2) Tal como el terremoto, que soltó todas las cadenas de los presos, y que sacudió
los cimientos de la cárcel sin matar a los adentro, había sido un milagro, es
probable que el hecho que no se habían huido ningún preso también haya sido un
milagro, algo hecho por Dios mismo, ya que no sería una cosa normal que las
puertas de la cárcel estarían abiertas, y los presos sueltos de sus cadenas, y que
nadie escapara.
(1) Nuevamente hay algo más que apoya la conclusión que el carcelero no estaba
todavía adentro de la cárcel.
(2) Es obvio que él no estaría pidiendo luz a los presos, sino a otros, sean los de su
propia casa, o aun de otros que habían salido a la calle después del terremoto.
(1) Además, aquí, junto con la bastante evidencia ya proporcionada para confirmar
que él todavía estaba fuera de la cárcel, la frase “se precipitó adentro”
[eijsephvdhsen] sería casi sin duda una referencia al hecho de entrar a la cárcel
misma y no una referencia directa al hecho de entrar en la parte donde estaban
Pablo y Silas, aunque es obvio que también hizo eso.
(2) Es así que esta frase era la manera que Lucas usaba para decir que el carcelero
se metió con prisa en la cárcel, cuando vio abiertas las puertas de la cárcel pero
escuchó a Pablo gritar que estuvieron todos adentro.
(a) Uno tiene que preguntarse si ese temor venía del terremoto, del hecho de
haber sido rescatado de la muerte por la ayuda de esos presos maltratados,
o a causa del gran milagro de tener todos los preso allí que había visto.
(b) Además, uno no debe olvidar que durante muchos días la adivina local había
andado detrás de Pablo y Silas gritando que ellos eran los mensajeros del
(c) Eso era algo que debía haber sido un factor importante en su mente después
de los acontecimientos que el carcelero acaba de presenciar.
(4) (16:29) “se postró a los pies de Pablo y de Silas” [prosevpesen tw'/ Pauvlw/ kai;
tw'/ Sila']/
(a) Es obvio que el carcelero supo que todo esto tenía alguna relación con estos
dos hombres que los magistrados habían mandado golpear fuertemente y
habían encargado a él para que fueran custodiados con seguridad.
(b) Es importante que uno recuerde, a pesar de muchos hoy en día que traten
de decir otra cosa, que Lucas ya ha informado que las cadenas de todos los
reos habían sido sueltos.
i) Es así que uno puede afirmar que Pablo y Silas no estaban todavía
encadenados en el cepo.
(c) Esta acción del carcelero no era, entonces, para sacarlos del cepo, sino que
era un acto de reconocimiento que ellos eran los mensajeros de Dios, tal
como se puede ver en el caso de Cornelio.
(1) Nuevamente, hoy muchos creen y enseñan que esta pregunta se hizo con el
carcelero arrodillado frente a ellos, sacándoles las cadenas del cepo, pero el texto
no enseña eso sino algo muy distinta.
(2) No los sacó del cepo antes de preguntarles esto, ya que estaban sueltos del cepo
antes que él entrara.
(3) Al contrario, los sacó de la cárcel misma para hacerles esa pregunta, como se
puede comprobar con la manera en la cual ellos respondieron y la información
que Lucas misma proporciona.
(4) Literalmente la frase kai; proagagw;n aujtou;" e[xw e[fh se traduce “y habiendo
guiado a ellos fuera”.
(5) Aquí Lucas no usó la palabra para “soltar” como si les estuviera librando del cepo.
(6) Aun más, hay cuatro frases entre los siguientes versículos de la historia relatada
por Lucas que comprueban definitivamente la conclusión que la conversión que
(a) Pablo le decía que la fe iba a salvar no solamente a él, sino también los de su
casa.
(b) Lucas aclaraba que ellos hablaron la palabra no solamente a él, sino también
“a todos los que estaban en su casa”, una muy clara comprobación que
esto estaba ocurriendo en la casa misma del carcelero.
(d) Lucas dice “y llevándoles a su casa” para darles a comer, una clara
indicación que ellos...
ii) Habían salido de su casa (para lavarse sus heridos y ser bautizados).
(7) En fin, este lenguaje usado por Lucas no deja ninguna duda que todas estas cosas
estaban pasando después del momento que el carcelero ya había sacado a Pablo
y Silas de la cárcel, no cuando él estaba postrado frente a ellos en la cárcel como
muchos intentan comprobar.
(c) También contradice a las mismas enseñanza del apóstol Pablo en otras
partes, como también lo que él mismo había sido enseñado por Ananías.
(9) (16:30) “Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo?” [kuvrioi, tiv me dei' poiei'n
i\{na swqw'_]
(b) Esta pregunta, entonces, tenía que haber tenido relación con el mensaje de
salvación, el camino de salvación del Dios Altísimo que la adivina había dicho
que Pablo y Bernabé anunciaban.
(a) Por las palabras de Pablo a ese carcelero es obvio que sin esa fe uno no
puede ser salvo por el camino de la salvación ofrecido por el Dios Altísimo,
y no hay otro camino.
(2) Sin embargo, como se puede ver no solamente en este caso sino también en los
otros muchos ejemplos en Hechos, no depende solamente en el hecho de creer,
b. (16:31) “y serás salvo, tú y tu casa” [kai; swqhvsh/ su; kai; oJ oi\\ko" sou]
(1) En el contexto, ya que Lucas aclaraba con el siguiente versículo que estas palabras
se dieron a conocer a todos los que estaban en esa casa, lógicamente esta frase
no puede entenderse para afirmar que por la fe del carcelero iban a salvarse
también los de su casa, como suelen afirmar algunos hoy.
(2) También uno debe notar que la salvación estaba todavía algo futuro para el
carcelero y para los de su casa, no algo ya conseguida, y la fe personal de todos
ellos era un requisito para poder lograrla.
(3) El autor de la carta a los Hebreos dice que si fe es imposible que uno sea
agradable a Dios.
(4) Pablo mismo dice en su carta a los romanos que es imposible que uno tenga fe
en lo que no ha oído y que el oír viene de la palabra de Dios mismo.
(5) Así que, para que ellos pudieran llegar a salvarse, era necesario predicarlos el
mensaje de salvación, no solamente al carcelero, sino también a los otros que
estaban con él en su casa, tal como había ocurrido en el caso de Cornelio.
c. (16:32) “Y le hablaron la palabra del Señor a él” [kai; ejlavlhsan aujtw'/ to;n lovgon
tou' kurivou]
(1) (16:32) “y a todos los que estaban en su casa” [su;n pa'sin toi'" ejn th'/ oijkiva/
aujtou']
(c) De hecho, para poder ser salvos ellos tenían la obligación de creer lo que se
les estaba hablando como “la palabra del Señor” [to;n lovgon tou' kurivou],
el “camino de salvación” [oJdo;n swthriva"].
(e) No, todos tienen que responder por sí mismos al mensaje de Dios y todos
tiene que demostrar esa fe propia con sus propias acciones de obediencia,
y no solamente con sus palabras.
7. (16:33) “Y él, tomándolos en aquella misma hora de la noche” [kai; paralabw;n aujtou;"
ejn ejkeivnh/ th'/ w\{ra/ th'" nukto;"]
b. Uno debe recordar que toda esta historia estaba pasando después de la medianoche,
después del gran terremoto y la conmoción que un evento así causaría.
c. Sin embargo, al oír la palabra del Señor que Pablo y Silas compartieron, en esa misma
hora de la noche, ni siquiera el día siguiente, esa palabra produjo en ellos una reacción
inmediata, la de querer obedecer por medio del bautismo las instrucciones que ellos
habían oído de la boca del mensajero divino.
(1) Uno debe recordar que durante el día antes del terremoto Pablo y Silas habían
sido golpeados brutalmente por mandato de los magistrados de Filipos.
(1) (16:33) “con todos los suyos” [kai; oiJ aujtou' pavnte" paracrh'ma]
(2) La pregunta obvia es ¿por qué entendieron que ser bautizados era algo tan
importante para que salieran de la casa en la noche para hacerlo?
(a) Uno debe recordar que el mero hecho que uno de los presos que tenían
con ellos lograra escapar en la noche habría significado la muerte del
carcelero como castigo romano.
(b) ¿Por qué habrían estado ellos dispuestos arriesgar sus vidas para ser
bautizados la misma hora de la noche?
(3) Es importante notar que en el día de hoy hay muchísimas personas que
argumentan que el bautismo no es importante.
(a) Además, aun entre los que dicen que es algo necesario, hay muchos que
afirman que aun así no es algo urgente ni algo relacionado con el perdón del
pecado.
(b) Sin embargo, es claro que estas ideas de hoy son muy diferentes a lo que
entendieron los de la casa del carcelero.
(4) Muchas personas insisten que el carcelero se salvó a los pies de Pablo y Silas con
el puro hecho de creer, pero el texto en ninguna manera apoya esa conclusión,
la cual sería contradictoria a lo que Pablo mismo fue enseñado y lo que él mismo
enseñó.
a. Aunque claramente ellos ya estaban en la casa del carcelero antes, ahora es obvio que
las acciones de lavar las heridas de Pablo y Silas, y ser bautizados por ellos, habían
ocurrido en algún lugar fuera de la casa (probablemente en el mismo río donde se
juntaron para las oraciones), ya que ahora ellos nuevamente fueron llevados por el
carcelero a su casa.
b. Si todo lo anterior hubiera ocurrido en la casa misma del carcelero, o en la cárcel, sería
absurdo hablar ahora de llevarlos a su casa.
(1) Es claramente el caso que el carcelero, aun reconociendo a Pablo y Silas como los
portavoces del Dios Altísimo con el mensaje de salvación, consideró de más
importancia el hecho de obedecer a su mensaje que la necesidad de darles a
comer a los enviados de Dios.
(2) Sin embargo, todavía de noche, les llevó nuevamente a su casa y les dio a comer
en su propia casa, algo totalmente anormal para un carcelero romano,
especialmente cuando todavía él no supo que ellos también eran ciudadanos
romanos.
d. (16:34) “y se regocijó con toda su casa de haber creído a Dios” [kai; hjgalliavsato
panoikei; pepisteukw;" tw'/ qew']/
(1) Esta frase es importante porque demuestra el significado real de “haber creído
a Dios” [pepisteukw;" tw'/ qew']/ .
(a) En el uso aquí implica no solamente la fe, sino también obediencia, ya que
ellos no estaban regocijando antes de ser bautizados, sino solamente
después de haber obedecido el mensaje de la palabra del Señor.
(b) Uno debe notar que Lucas no dice que ellos habían creído “en Dios” sino
que ellos habían creído “a Dios” [tw'/ qew']/ , o sea, habían creído a su
mensaje.
i) Parece increíble, pero muchos de los judíos de aquel tiempo, los que
profesaron creer en Dios, no estaban dispuestos a creer a Dios y por
esa razón no lograron aceptar que Jesús era el Mesías y no lograron
salvarse.
ii) De la misma manera en el día de hoy, hay muchos que profesan creer
en Dios pero que no aceptan a su palabra como el único camino a la
salvación y de esa manera comprueban que son como esos judíos, no
creen a Dios y no lograran tampoco salvarse de esa forma.
(c) No fue hasta que obedecieron ese mensaje que habían mostrado su fe en
Dios a través de haber llevado a cabo en sus bautismos lo que El les había
mandado por las bocas de Pablo y Bernabé.
(2) Hay muchos en el día de hoy que afirman que solamente es necesario creer en
Dios y en su Hijo Jesucristo para ser salvos, pero la realidad es que si uno no cree
en la palabra de Dios y en la de su Hijo para llevarla a cabo en sus vidas no tiene
ningún derecho reclamar tener fe en ellos, porque no cree a sus palabras, un
hecho que es igual a llamarles a ellos mentirosos mientas uno proclama creer en
a. Con esta frase Lucas no deja ninguna duda que todo que tenía que ver con la salvación
del carcelero y su familia había ocurrido entre la medianoche, cuando hubo el gran
terremoto, y el amanecer.
(2) Parece que, después de haberlos mandado para ser castigados con varas y
mandar encerrarlos en la cárcel, ahora pensaba que al dejarlos salir no tendrían
más problemas con ellos y irían a otra parte sin causar más disturbios en su
ciudad.
(3) Es posible también, ya que durante la noche el pueblo había sufrido un gran
terremoto, recordando las palabras de la adivina en cuanto a Pablo y Silas, y no
queriendo pasar más peligro por las manos de ellos, que ellos quisieran tratar de
enmendar el castigo duro del día anterior, dejándoles ir.
(4) Es interesante que este mandato de los magistrados, enviado por sus agentes,
habría sido recibido por el carcelero quien sabía que él mismo se había salvado
dos veces durante la noche por las palabras de esos presos, la primera vez de la
muerte física y la segunda de la muerte espiritual.
“36 Y el carcelero hizo saber estas palabras a Pablo: Los magistrados han mandado a decir
que se os suelte; así que ahora salid, y marchaos en paz. 37 Pero Pablo les dijo: Después
de azotarnos públicamente sin sentencia judicial, siendo ciudadanos romanos, nos echaron
en la cárcel, ¿y ahora nos echan encubiertamente? No, por cierto, sino vengan ellos mismos
a sacarnos. 38 Y los alguaciles hicieron saber estas palabras a los magistrados, los cuales
tuvieron miedo al oír que eran romanos. 39 Y viniendo, les rogaron; y sacándolos, les
pidieron que salieran de la ciudad. 40 Entonces, saliendo de la cárcel, entraron en casa de
Lidia, y habiendo visto a los hermanos, los consolaron, y se fueron.”
a. Lo más probable es que él habría pensado que esta sería una muy buena noticia para
ellos.
(1) Estas dos frases aparecen ser las recomendaciones del carcelero a sus nuevos
hermanos en la fe, que ellos aprovecharan de esa oportunidad de salir de la cárcel
y no tener más problemas en Filipos.
2. (16:37) “Pero Pablo les dijo:” [oJ de; Pau'lo" e[fh pro;" aujtouv"]
a. Sin embargo, parece que Pablo y Silas se dieran cuenta de que tales acciones dejarían
la impresión de que ellos habían sido culpables de los delitos de los cuales habían sido
acusados.
b. Esto dejaría una situación que causaría problemas futuros para los creyentes allí en
Filipos, algo que ellos quisieron evitar.
(b) Hasta ese momento, siendo solamente considerados como viajeros judíos
causando problemas sociales en una colonia romana, ellos no hubieron
tenido ni una consideración legal para su pleito.
(c) Sin embargo, con la próxima frase, Pablo cambió de manera muy dramática
la situación.
(a) Por primera vez en el texto Lucas daba a conocer que tanto Silas, como
también Pablo, eran ciudadanos romanos, tal como era el caso de los
ciudadanos de la ciudad de Filipos.
(b) En todo caso, esta acción de parte de los magistrados de Filipos y sus
soldados, la de castigar a ciudadanos romanos sin juicio previo y una
condena por la corte, era una clara violación de la ley romana y una con
graves consecuencias.
(1) Además de haberles violado sus derechos como ciudadanos romanos con la
paliza, el hecho de meterlos en la cárcel sin condena habría aumentado su
culpabilidad frente la ley romana.
(2) (16:37) “¿y ahora nos echan encubiertamente?” [kai; nu'n lavqra/ hJma'"
ejkbavllousin_]
(a) El problema que Pablo enfocaba no era solamente que ellos habían sido
negado sus derechos legales, sino que habían sido acusados y castigados
públicamente sin juicio, mientra que ahora estaban siendo sacados y
despedidos en secreto, sin que fueran declarados como inocentes de las
acusaciones, algo que dejaría a ellos como criminales en los ojos del público.
(c) Sin embargo, esto no era por razones personales de ellos, por tener heridos
sus sentimientos, ni porque ellos guardaron rencores por haber sido
maltratados.
(d) Al contrario, era por el impacto que este tipo de reputación tendría en el
evangelio y los problemas que causaría para los nuevos convertidos en
Filipos.
(1) El valor necesario para negar cumplir con lo mandado por las autoridades
máximas venía de dos cosas:
(b) Segundo, ellos sabían que sus derechos como ciudadanos romanos les iban
a proteger, ya que esos derechos tenían mayor fuerza que la autoridad de
los magistrados.
(2) Es interesante que Pablo no dudó en informar al carcelero que no iba a permitir
que los magistrados, quienes no habían actuado conforme a la ley, les mandaran.
(3) Al revés, ahora Pablo y Silas, con todo sus derechos como ciudadanos, les iba a
exigir a ellos, no los magistrados a ellos como presos.
(4) Demuestra, tal como las acciones de los apóstoles anteriormente, que uno no
siempre está obligado a obedecer lo que es mandado por las autoridades.
(a) Uno no tiene que obedecer a las autoridades humanas si obediencia a ellas
les implica la desobedencia a Dios.
(b) Uno no tiene que obedecer a las autoridades cuando esas autoridades no
están actuando conforme a la ley misma, especialmente cuando sus
mandatos van a perjudicar a la iglesia misma.
(c) Uno tiene derecho exigir sus derechos legales, tal como hizo Pablo y Silas.
f. (16:37) “sino vengan ellos mismos a sacarnos” [ajlla; ejlqovnte" aujtoi; hJma'"
ejxagagevtwsan]
(1) Básicamente estaban exigiendo una disculpa pública de parte de las autoridades
máximas de la colonia por haberles maltratado públicamente.
(2) De esa manera todos los habitantes de Filipos tendrían que darse cuenta que,
aunque ellos habían sido públicamente golpeados y encarcelados, Pablo y Silas no
eran criminales, sino que aun los magistrados mismos tenían que humillarse frente
a ellos y reconocer que eran ellos mismos, no los apóstoles, los que habían hecho
algo que era ilícito hacer.
(3) En realidad, los magistrados, al saber que Pablo y Silas eran ciudadanos romanos,
y que ellos mismos habían mandado tratarlos en una manera ilegal, no tuvieron
opción.
(4) Ellos sabían que sino sus propias futuras quedaron en las manos de los que
podrían acusarlos de quebrantar la ley y no les quedaba nada sino cumplir.
3. (16:38) “Y los alguaciles hicieron saber estas palabras a los magistrados” [ajphvggeilan
de; toi'" strathgoi'" oiJ rabdou'coi ta; rhvmata tau'ta]
a. (16:38) “los cuales tuvieron miedo al oír que eran romanos” [ejfobhvqhsan de;
ajkouvsante" o\{ti Rwmai'oi eijsin]
(2) No fue una respuesta esperada, ni muy grato, sino una que les daba temor por
las posibles consecuencias de sus acciones.
(1) Es así que los de más alto rango en la ciudad tuvieron que recurrir al ruego
porque habían sido ellos mismos, y no los apóstoles, que eran culpables de
convenir la ley de Cesar.
(2) Además, parte de su miedo y ruego pudo haber tenido su base en saber que en
la noche habían sufrido un gran terremoto a causa de esos mensajeros del Dios
Altísimo y ellos no quisieron correr más riesgos a causa del abuso de estos
hombres.
(1) Tal como había sido exigido por Pablo y Silas, ellos mismos llegaron a la cárcel y
eran los que personalmente los sacaron de allí.
d. (16:39) “les pidieron que salieran de la ciudad” [hjrwvtwn ajpelqei'n ajpo; th'"
povlew"]
(1) Es notable que ahora era una petición, un ruego en vez de mandato.
(2) Solamente quisieron que salieran de la ciudad y que no causaran más problemas.
(3) Sin embargo, antes de hacer lo que los magistrados quisieron, Pablo y Bernabé
decidieron asegurar el bienestar de los nuevos convertidos en la cuidad de Filipos
antes de acceder a la petición de las autoridades.
(1) Era la misma casa donde habían estado hospedados antes de que fueron echados
en la cárcel.
(1) Es interesante notar que ahora Lucas no sigue usando la primer persona plural,
sino que empieza a hablar nuevamente acerca de lo que otros, sin incluirse a sí
mismo, estaban haciendo.
(2) Esto sería una clara indicación que él no acompañó a Pablo, Silas, y Timoteo
cuando ellos salieron de Filipos, sino se quedó allí, o posiblemente volvió a Troas.
“1 Pasando por Anfípolis y Apolonia, llegaron a Tesalónica, donde había una sinagoga de
los judíos.”
(3) No se sabe si Pablo y Silas evangelizaron en esa ciudad, ya que Lucas no da ningún
detalle de lo que ocurrió allí.
(4) No hay otra mención de esa ciudad en el texto del Nuevo Testamento.
(1) Tal como Anfipolis, Apolonia estaba en la Via Egnatia, aproximadamente la mitad
de la distancia entre Anfipolis y Tesalónica, ciudad capital sobre los cuatro
distritos de la provincia.
(2) También esas distancias eran las de un largo día de caminata, unos cincuenta
kilómetros cada una.
(3) Nuevamente, Lucas no da información para saber si solamente pasaron por allí
o si se dedicaron a predicar el mensaje en Apolonia.
(4) No hay otra mención de esa ciudad en el texto del Nuevo Testamento.
c. Así que, después de un viaje de un poco más que ciento cincuenta kilómetros Pablo
y sus compañeros (sin Lucas) llegaron desde Filipos a Tesalónica, donde por primera
vez en Europa encontraron una población substancial de judíos y una sinagoga.
k. (17:1) “donde había una sinagoga de los judíos” [o\{pou h\\n sunagwgh; tw'n
jIoudaivwn]
(1) Esta frase deja la impresión que en las ciudades mencionadas previamente
probablemente no hayan habido sinagogas.
judíos para que ellos tuvieran allí una sinagoga iba a jugar un papel importante en
la historia en cuanto a la evangelización de esa zona que Lucas estaba contando.
“2 Y Pablo, como acostumbraba, fue a ellos, y por tres días de reposo discutió con ellos,
3 declarando y exponiendo por medio de las Escrituras, que era necesario que el Cristo
padeciese, y resucitase de los muertos; y que Jesús, a quien yo os anuncio, decía él, es el
Cristo. 4 Y algunos de ellos creyeron, y se juntaron con Pablo y con Silas; y de los griegos
piadosos gran número, y mujeres nobles no pocas. 5 Entonces los judíos que no creían,
teniendo celos, tomaron consigo a algunos ociosos, hombres malos, y juntando una turba,
alborotaron la ciudad; y asaltando la casa de Jasón, procuraban sacarlos al pueblo. 6 Pero
no hallándolos, trajeron a Jasón y a algunos hermanos ante las autoridades de la ciudad,
gritando: Estos que trastornan el mundo entero también han venido acá; 7 a los cuales
Jasón ha recibido; y todos éstos contravienen los decretos de César, diciendo que hay otro
rey, Jesús. 8 Y alborotaron al pueblo y a las autoridades de la ciudad, oyendo estas cosas.
9 Pero obtenida fianza de Jasón y de los demás, los soltaron.”
1. (17:2) “Y Pablo, como acostumbraba, fue a ellos” [kata; de; to; eijwqo;" tw'/ Pauvlw/
eijsh'lqen pro;" aujtou;"]
(1) Uno debe recordar que estos “días de reposo” [savbbata] eran los días sábados
que Dios había ordenado en su pacto con ellos para ser guardados como días de
descanso para el pueblo judío.
(2) Sin embargo, no fue una práctica común entre los gentiles, ni tampoco algo
mandado para ser guardado por los gentiles cristianos, como se puede aclarar con
leer la carta escrita hacia ellos por los apóstoles y los ancianos de Jerusalén.
(b) Ya que esta carta claramente excluye otras obligaciones frente a la ley de
Moisés, las que no eran cosas involucradas con la idolatría, es obvio que esa
práctica no se impuso como norma para la iglesia.
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“HECHOS”
HECHOS ANÁLISIS DEL TEXTO PÁGINA 634
(3) Así que se puede deducir que, antes del disturbio que Lucas estaba al punto de
describir, Pablo y sus compañeros habían pasado solamente menos de un mes en
la ciudad de Tesalónica.
h. (17:2) “discutió con ellos declarando y exponiendo por medio de las Escrituras”
[dielevxato aujtoi'" ajpo; tw'n grafw'n dianoivgwn kai; paratiqevmeno"]
(3) Es un patrón para el cristiano de hoy, mostrando un ejemplo para que uno vea
que uno no debe solamente hablar a la gente, sino usar la misma palabra de Dios,
abierta y puesta frente a ellos, para que ellos mismos se puedan convencer por
el peso de la palabra de Dios mismo.
(4) (17:3) “que era necesario que el Cristo” [o\{ti to;n cristo;n e[dei]
(a) Las profecías que les habría mostrado del texto de las Escrituras tenían que
cumplirse porque ellas eran lo que Dios mismo había dicho que ocurriría.
xv) La muerte del Mesías tenía que ocurrir porque Dios le había dicho que
sería así.
(5) (17:3) “y que Jesús, a quien yo os anuncio, decía él, es el Cristo” [kai; o\{ti
ou|to" ejstin oJ cristo;" oJ jIhsou'" o\}n ejgw; kataggevllw uJmi'n]
(d) Su mensaje era que, conforme a las profecías, el Cristo había venido, había
muerto, había resucitado, y Jesús era ese Cristo.
a. (17:4) “y se juntaron con Pablo y con Silas” [kai; proseklhrwvqhsan tw'/ Pauvlw/ kai;
tw'/ Sila']/
(1) Esta reacción es una que Lucas anota en varias ocasiones, que cuando la gente
creía su reacción normal era juntarse con los que creyeron y enseñaron lo mismo
que ellos.
(1) Es una de las cosas que Lucas destacaba en varias ocasiones en su relato; el hecho
que hubo gran aceptación del evangelio entre el mundo gentil, especialmente
entre los que ya creían en el Dios verdadero.
a. El texto griego no contiene la frase “que no creían”, aunque en el contexto es obvio que
la referencia a “los judíos” [oiJ jIoudai'oi] aquí no incluía a los judíos creyentes que se
habían juntado con Pablo y Silas.
(1) Estos celos tenían su base en que ellos estaban perdiendo su influencia y poder
debido a la fe de la gente en el mensaje de Pablo y Silas.
(2) La envidia y los celos son fuertes influencias en las acciones humanas, muchas
veces causando uno hacer algo que sabe muy bien no es lo correcto.
(8) Es importante que uno tome en cuenta esa tendencia humana para que uno
mismo no caiga en el error de ir en contra de otros, no porque ellos están en el
error, sino porque uno mismo tiene celos, envidia de su éxito y de su influencia,
y por eso uno trata de achicarles y contradecirles.
ejpistavnte" th'/ oijkiva/ jIavsono" ejzhvtoun aujtou;" proagagei'n eij" to;n dh'mon]
(1) Lo más probable es que asaltaron a esa casa porque era el lugar donde Pablo y
Silas estaban hospedados.
(2) Su intención era llevarlos afuera, no para llevarlos al juicio, o a los magistrados
como en Filipos, sino para ponerlos a la disposición de la turba.
(3) Es posible que Jasón haya sido un pariente de Pablo, ya que en su carta a los
romanos Pablo hace mención de uno con ese nombre como pariente suyo.
(b) Si en realidad eran parientes daría aun más sentido al hecho que Lucas le
haya nombrado solamente a Jasón, y no a los demás, cuando relataba el
ataque a él y a su casa.
(1) Es notable la distinción entre las intenciones de la turba en cuanto a Pablo y Silas,
quienes querían sacar al pueblo, o sea, entregarlos a la turba [proagagei'n eij"
to;n dh'mon], mientras a Jasón y los hermanos que estaban con él los llevaban a
“las autoridades” [tou;" politavrca"].
(2) La palabra que Lucas usaba, [politavrca"] (politarcas), aquí traducida como
“autoridades”, es una palabra usada solamente dos veces en el texto del Nuevo
Testamento.
(b) Aunque durante mucho tiempo los críticos postularon que esta palabra
ii) Después de ese descubrimiento se han hallado más que una docena de
otros ejemplos de la misma palabra en Macedonia, comprobando así
la veracidad de las palabras de Lucas.
(3) (17:6) “Estos que trastornan el mundo entero” [o\{ti oiJ th;n oijkoumevnhn
ajnastatwvsante" ou|toi]
(a) Aunque esta frase era, para ellos, una carga de insurrección, y como tal fue
una mentira, aun así el mensaje que ellos estaban predicando realmente
estaba revolucionando el mundo entero, y cambiaría el mundo entero para
siempre.
(4) (17:7) “y todos éstos contravienen los decretos de César” [kai; ou|toi pavnte"
ajpevnanti tw'n dogmavtwn Kaivsaro" pravssousin]
(a) En un intento para lograr callar el evangelio que no quisieron creer, siempre
recurrieron frente a las autoridades intentando decir que el mensaje del
cristianismo era ilegal, algo prohibido por la ley romana, distorsionando el
concepto de Jesús como el Rey.
(f) (17:7) “diciendo que hay otro rey, Jesús” [basileva e\{teron levgonte"
ei\\nai jIhsou'n]
iii) Es así que su acusación, en realidad, era que ellos eran culpables de
sedición, de traición en contra al emperador, por afirmar que Jesús era
rey.
iv) Mientras que los judíos consideraron la blasfemia contra Dios como el
crimen de más grande magnitud, los politeístas del mundo romano
consideraron como el crimen más serio el hecho de apoyar a uno en
contra de César.
(1) Su propósito era causar un disturbio, echar la culpa de ello a los creyentes, y
lograr que las autoridades los condenaran para ganar así la discusión que no
podían ganar a causa de las Escrituras.
d. Tal como aconteció en muchas ocasiones, los que iban con acusaciones provocaron a
los demás a juntarse con ellos y formar una turba de la gente que realmente ni siquiera
tenía idea de lo que estaba pasando.
6. (17:9) “Pero obtenida fianza de Jasón y de los demás, los soltaron” [kai; labovnte" to;
iJkano;n para; tou' jIavsono" kai; tw'n loipw'n ajpevlusan aujtouv"]
a. Parece que esta fianza era como una garantía que no participarían en el apoyo de actos
en contra de la ley romana.
b. Sin embargo, habiendo conseguido el dinero de ellos las autoridades dejaron que se
fueran.
“10 Inmediatamente, los hermanos enviaron de noche a Pablo y a Silas hasta Berea. Y
ellos, habiendo llegado, entraron en la sinagoga de los judíos.”
(3) No es posible saber si Timoteo fue con ellos esa noche o no, pero por lo menos
se sabe que él estaba junto con Pablo y Silas en la ciudad vecina de Berea antes
que Pablo tuviera que escapar de esa ciudad también.
(1) La ciudad de “Berea” [Bevroian], ahora llamado Verria, estaba situada unos
ochenta kilómetros al suroeste de Tesalónica.
(2) De hecho, hay inscripciones antiguas en esa ciudad que confirman la existencia de
una colonia de judíos allí en el tiempo de Pablo.
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“HECHOS”
HECHOS ANÁLISIS DEL TEXTO PÁGINA 642
(3) Como fue el caso durante todo el ministerio de Pablo, en una ciudad donde
habían habitantes judíos era su costumbre ir primeramente a ellos en su sinagoga
con el mensaje de la llegada del Mesías que hacia tanto siglos habían estado
esperando para salvar al pueblo de Israel.
“11 Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra
con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así. 12
Así que creyeron muchos de ellos, y mujeres griegas de distinción, y no pocos hombres. 13
Cuando los judíos de Tesalónica supieron que también en Berea era anunciada la palabra
de Dios por Pablo, fueron allá, y también alborotaron a las multitudes.”
1. (17:11) “Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica” [ou|toi de; h\\san
eujgenevsteroi tw'n ejn Qessalonivkh/]
a. Uno debe recordar que había demoraba pocas semanas antes que los judíos en
Tesalónica decidieron alborotar a la ciudad en vez de creer las palabras de sus propias
Escrituras.
b. La idea presentada por Lucas aquí al usar la frase “más nobles” [eujgenevsteroi] no
tenía nada que ver que la población judaica de Berea tenía sangre real.
c. Al contrario, era para decir que ellos demostraban características de nobleza, las cuales
él notaba en las frases siguientes cuando explicaba su reacción a la palabra de Dios que
les fue entregada por Pablo y Silas.
d. De la misma forma, los de hoy que reaccionan de esa misma manera (y no como
muchos de los de Tesalónica actuaron cuando Pablo les demostraba la verdad y
confirmaba la necesidad de la muerte y resurrección del Mesías por las Escrituras
mismas y que Jesús era el Cristo) se muestran ser nobles de espíritu.
f. (17:11) “escudriñando cada día las Escrituras” [kaq! hJmevran ajnakrivnonte" ta;"
grafa;"]
(1) La segunda característica de nobleza que ellos demostraron en Berea era que
ellos no estaban dispuestos aceptar el mensaje como algo verídico antes de
compararlo con las Escrituras.
(2) (17:11) “para ver si estas cosas eran así” [eij e[coi tau'ta ou\{tw"]
(b) Es así que en el día de hoy muchos caen en la trampa del diablo solamente
porque cuando ellos escuchan una palabra que supuestamente proviene de
Dios ellos no toman el tiempo ni la molestia de verificar si tal mensaje está
de acuerdo con las Escrituras ya inspiradas por Dios.
ii) Uno debe siempre comparar todo lo que pretende ser de El con las
cosas que El ya ha inspirado en las Escrituras.
iii) Uno debe aceptar lo que está de acuerdo con ellas pero rechazar lo
que no está de acuerdo.
2. (17:12) “Así que creyeron muchos de ellos” [polloi; me;n ou\\n ejx aujtw'n ejpivsteusan]
a. Así que, como había pasado en otros lugares, muchos de los judíos, al oír el mensaje
y verlo comprobado por las Escrituras, creyeron.
(6) Para los que verdaderamente aman a la verdad es una reacción natural creer lo
que ha sido comprobado concordar con la verdad divina de las Escrituras
inspiradas por Dios y rechazar lo que no concuerda con esas Escrituras.
(1) Es interesante cuantas veces Lucas anotaba que los que creyeron al mensaje, y
a veces también los que se oponían, formaron grupos compuestos de gente de
distinción, grupos tanto de hombres como también de mujeres.
3. (17:13) “Cuando los judíos de Tesalónica supieron que también en Berea era
anunciada la palabra de Dios por Pablo” [ JW" de; e[gnwsan oiJ ajpo; th'" Qessalonivkh"
jIoudai'oi o\{ti kai; ejn th'/ Beroiva/ kathggevlh uJpo; tou' Pauvlou oJ lovgo" tou' qeou']
a. Lo que Lucas relataba aquí era exactamente la misma cosa que había ocurrido durante
el primer viaje cuando los judíos incrédulos viajaron muchos kilómetros solamente para
intentar destruir el impacto de la palabra de Dios.
“14 Pero inmediatamente los hermanos enviaron a Pablo que fuese hacia el mar; y Silas
y Timoteo se quedaron allí. 15 Y los que se habían encargado de conducir a Pablo le
llevaron a Atenas; y habiendo recibido orden para Silas y Timoteo, de que viniesen a él lo
más pronto que pudiesen, salieron.”
1. (17:14) “Pero inmediatamente los hermanos enviaron a Pablo que fuese hacia el mar”
[eujqevw" de; tovte to;n Pau'lon ejxapevsteilan oiJ ajdelfoi; poreuvesqai e\{w" ejpi; th;n
qavlassan]
a. Esta frase indica que la mayor parte de la persecución estaba en contra de Pablo, a lo
mejor porque él había sido el portavoz principal.
hermanos actuaron rápidamente al saber del peligro de Pablo y que ellos actuaran sin
vacilar para asegurar su seguridad.
c. De todos modos, los nuevos cristianos en Berea reaccionaron como otros hermanos
habían hecho en tiempos anteriores, tratando de ayudar a Pablo escapar de las manos
de los que le venían encima con malas intenciones.
d. El uso de la frase “hacia el mar” [ejpi; th;n qavlassan] no necesariamente indica que
pusieron a Pablo abordo un barco para zarpar a Atenas, sino que pudo también había
sido el caso que le llevaron a salvo hasta el camino de la costa, un camino que iba hacía
la ciudad de Atenas, que quedaba unos trescientos cincuentas kilómetros al sur.
2. (17:14) “y Silas y Timoteo se quedaron allí” [uJpevmeinan te o\{ te Sila'" kai; oJ Timovqeo"
ejkei']
a. Lucas no da detalles en cuanto a la razón que Silas y Timoteo tuvieron para quedarse
en Berea, pero uno puede suponer que quedaron animando y enseñando a los
hermanos fieles allí, ya que Pablo no pudo quedarse.
b. Lucas tampoco da información en cuanto al tiempo que ellos quedaron, solamente que
Pablo mandó un mensaje a ellos por medio de sus escoltas pidiendo que le fueran hacia
Atenas para acompañarle allí lo más pronto posible.
3. (17:15) “Y los que se habían encargado de conducir a Pablo” [oiJ de; kaqistavnonte"
to;n Pau'lon]
(1) O sea por barco, o por el camino de la costa, este viaje de más de trescientos
cincuenta kilómetros habría demorado varias días como mínimo.
(2) “Atenas” [ jAqhnw'n] era en aquel tiempo una de las ciudades más importante del
mundo, no por su tamaño, sino porque fue reconocida como el centro de la
filosofía griega, y de las ciencias, desde muchos siglos.
(3) Era una ciudad mucha más pequeña en población que las de Tesalónica o Corinto,
pero gozando de unos de los templos más conocidos en el mundo y de la
reputación de haber sido el centro de las artes, la cultura, y la filosofía de todo el
imperio griego, habiendo ascendido a su gloria unos cinco siglos antes de esta
visita de Pablo.
posiblemente con una población que era menos que la décima parte de la de
Corinto, la ciudad más grande de Acaya.
(5) Su época de gran gloria había sudo unos cinco siglos antes, un siglo antes que
Alejandro Magno había conquistado la ciudad (338 A.C.) y había dejado allí una
fuerte influencia del imperio griego.
(6) En 146 A.C., después de dos siglos de la influencia del helenismo, Romo tomó
control de la ciudad pero permitió que quedara como una ciudad libre en el
imperio romano por su gran influencia cultural.
(7) Sin embargo, por haber sido durante siglos el centro cultural y filosófico del
mundo (como Efeso era el central del paganismo y del culto a Artemisa), la ciudad
todavía tenía gran importancia en la cultura de toda esa parte del mundo.
b. (17:15) “y habiendo recibido orden para Silas y Timoteo” [kai; labovnte" ejntolh;n
pro;" to;n Sila'n kai; to;n Timovqeon]
(1) (17:15) “de que viniesen a él lo más pronto que pudiesen” [i\{na wJ" tavcista
e[lqwsin pro;" aujto;n]
(b) Según la historia que Lucas relata, parece que Pablo no se quedó en Atenas
hasta que Silas y Timoteo llegaran desde Berea, sino que es posible que no
hayan logrado juntarse nuevamente antes que él había abandonado a Atenas
para ir a predicar en Corinto.
(c) Sin embargo, lo que Pablo escribió en su primera carta a los tesalonicenses
deja otra posibilidad que se debe considerar – que ellos sí llegaron hasta
Atenas y Pablo nuevamente les había enviado a Macedonia para ayudar a los
hermanos allí.
(1) Cumplida su misión de llevar a Pablo hasta Atenas para asegurar su vida, los
hermanos volvieron a Berea con el mensaje encargado por Pablo para Timoteo
y Silas.
“16 Mientras Pablo los esperaba en Atenas, su espíritu se enardecía viendo la ciudad
entregada a la idolatría. 17 Así que discutía en la sinagoga con los judíos y piadosos, y en
la plaza cada día con los que concurrían. 18 Y algunos filósofos de los epicúreos y de los
estoicos disputaban con él; y unos decían: ¿Qué querrá decir este palabrero? Y otros:
Parece que es predicador de nuevos dioses; porque les predicaba el evangelio de Jesús, y
de la resurrección. 19 Y tomándole, le trajeron al Areópago, diciendo: ¿Podremos saber
qué es esta nueva enseñanza de que hablas? 20 Pues traes a nuestros oídos cosas extrañas.
Queremos, pues, saber qué quiere decir esto. 21 (Porque todos los atenienses y los
extranjeros residentes allí, en ninguna otra cosa se interesaban sino en decir o en oír algo
nuevo.) 22 Entonces Pablo, puesto en pie en medio del Areópago, dijo: Varones atenienses,
en todo observo que sois muy religiosos; 23 porque pasando y mirando vuestros santuarios,
hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Al que
vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio. 24 El Dios que hizo el
mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en
templos hechos por manos humanas, 25 ni es honrado por manos de hombres, como si
necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas. 26 Y de una
sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la
tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación; 27 para que
busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no
está lejos de cada uno de nosotros. 28 Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como
algunos de vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos. 29
Siendo, pues, linaje de Dios, no debemos pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o
plata, o piedra, escultura de arte y de imaginación de hombres. 30 Pero Dios, habiendo
pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo
lugar, que se arrepientan; 31 por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo
con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de
los muertos. 32 Pero cuando oyeron lo de la resurrección de los muertos, unos se burlaban,
y otros decían: Ya te oiremos acerca de esto otra vez. 33 Y así Pablo salió de en medio de
ellos. 34 Mas algunos creyeron, juntándose con él; entre los cuales estaba Dionisio el
areopagita, una mujer llamada Dámaris, y otros con ellos.”
1. (17:16) “Mientras Pablo los esperaba en Atenas” [ jEn de; tai'" jAqhvnai" ejkdecomevnou
aujtou;" tou' Pauvlou]
a. Pablo, habiendo llegado a Atenas con los hermanos de Berea, y habiendo pedido a ellos
que dijeran a Silas y Timoteo que se juntaran allá con él a la brevedad, él los estaba
esperando, aunque por la distancia involucrada entre esas dos ciudades su llegada allí
pudiera haber demorado varias semanas.
b. (17:16) “su espíritu se enardecía” [parwxuvneto to; pneu'ma aujtou' ejn aujtw']/
(1) Pablo estaba muy molesto, nada de contento, con lo que estaba viendo en la
ciudad mientras esperaba la llegada de sus compañeros.
(2) Lleno de belleza artística, de templos a los dioses paganos y altares dedicados a
muchos de ellos, Atenas, aparte de ser centro de la filosofía y del arte griego, era
un centro de adoraciones y homenajes a una multitud de ídolos, y esta realidad
molestaba mucho a Pablo cuando lo vio.
(3) El hecho de ver toda la ciudad con dedicaciones a los dioses paganos, a los ídolos,
a los demonios, le hacía arder en su espíritu.
(4) Encima del acrópolis de Atenas estaban varios templos de enormes proporciones
dedicados a diferente deidades paganas, las ruinas de los cuales todavía son
imanes para miles de turistas diarias.
(c) Otro gran templo, dedicado a Atenea Niké, también estaba construida
sobre el gran acrópolis de Atenas, al lado de los otros ya mencionados.
(5) Además, medio kilómetro del acrópolis, situado cerca al mercado antiguo y al
lado de la agora, en el centro mismo de la ciuadad de Atenas, estaba el fabuloso
templo dedicado a Zeus Olímpico, templo cuyas ruinas siguen siendo unos de los
sitios más visitados por miles de turistas a Atenas.
(6) Aparte de esas grandes estructuras, y otros como ellas a través de la ciudad,
existieron un sin fin de sitios de menor importancia, honrando una gran cantidad
de diferentes deidades griegos y romanos.
a. (17:17) “en la sinagoga con los judíos y piadosos” [ejn th'/ sunagwgh'/ toi'"
jIoudaivoi" kai; toi'" sebomevnoi"]
b. (17:17) “y en la plaza cada día con los que concurrían” [kai; ejn th'/ ajgora'/ kata;
pa'san hJmevran pro;" tou;" paratugcavnonta"]
(1) “La plaza” [th'/ ajgora']/ era “la agora”, el mercado central de una ciudad romana,
el lugar donde la gente hacia sus labores comerciales.
(2) Tal como la sinagoga, en los días de reposo, era el lugar donde él podría juntarse
con los creyentes en el Dios real, la agora era el lugar donde era posible juntarse
con los paganos durante la semana.
(3) Así que Lucas estaba explicando que Pablo, mientras él esperaba la llegada de
Silas y Timoteo, se juntaba para dialogar con la gente pagana en el mercado
diariamente, y con los creyentes en Dios que se juntaban en la sinagoga en los
días de reposo.
(1) La filosofía está netamente basada en los conceptos y las ideas de los hombres.
(2) El mero hecho de ver que hay muchas diferentes filosofías que se contradice
entre sí es suficiente para comprobar que la mayoría (o a lo mejor todas ellas)
tienen que estar equivocadas.
(2) Era una teoría que era basada en el deísmo, es decir en una creencia en un
sistema donde:
(b) El mundo en sí era nada más que un accidente y no algo hecho a propósito
por un Dios creador.
(c) Según su filosofía la virtud de mayor valor era el placer, y el dolor era la
maldad más grande.
(d) Su lema podría resumirse con las frases “¡Come, toma, y sea feliz! ¡Viva la
buena vida! ¡Si le hace sentir bien, hágalo!”.
(e) Tal como la secta de los saduceos en el judaísmo, básicamente ellos eran
materialistas cuyo meta en la vida era aprovechar de las cosas físicas para
pasarlo bien, sin tomar en consideración un futuro después de esta vida.
(1) Esta filosofía fue fundada por Zeno, de Chipre (340-265 A.C.).
(3) Era una filosofía muy distinta a la de los epicúreos, con las siguientes creencias.
(a) Ellos creyeron en una gran multitud de dioses, y todos ellos reinaron sobre
distintas partes y funciones en el mundo.
(b) Según ellos el mundo no era controlado por Dios, sino era controlado por
la– algo parecido al concepto de “la fuerza” en términos modernos.
(c) Para ellos la virtud más alto era la conformidad con esa fuerza mística, esa
“razón” [logo"], o “logos”.
(e) Por esa misma razón la apatía era la virtud suprema, y la moderación en
todo el objetivo.
(f) Su lema podría resumirse con las frases “Hay que sonreír y aguantarlo. ¡Pero
no hay que sonreír mucho!”
(1) (17:18) “y unos decían: ¿Qué querrá decir este palabrero?” [kaiv tine"
e[legon tiv a]n qevloi oJ spermolovgo" ou|to" levgein_]
ii) El uso de esa palabra sería una manera de inferir que Pablo sería uno
iii) Sin lugar a dudas era un insulto y los filósofos estaban intentando
menospreciar a Pablo porque él no era uno de ellos, los pensadores de
rango de los elites, los que se consideraban a sí mismos como los más
educados, los más sabios, y los más eruditos, y no como la gente
común.
v) Todavía hoy en día es la reacción de los que piensan que ellos tienen
todo descifrado, que ellos tienen el monopolio de la inteligencia y de
la verdad.
(2) (17:18) “Y otros: Parece que es predicador de nuevos dioses” [oiJ dev xevnwn
daimonivwn dokei' kataggeleu;" ei\\nai]
ii) En realidad, es posible que este grupo entre los filósofos estaba con
algo de interés en lo que Pablo tenía que decir, ya que Lucas aclaraba
que su preocupación era siempre escuchar algo nuevo.
(b) (17:18) “porque les predicaba el evangelio de Jesús” [o\{ti to;n jIhsou'n
... eujhggelivzeto]
i) Uno debe recordar que para ellos este “Jesús” [ jIhsou'n] era alguien
desconocido, y probablemente lo habrían tomado como un dios más
en su sistema de politeísmo.
ii) A lo mejor era por esa razón que ellos estaban pensando que les
hablaba de dioses (o demonios) nuevos, porque en realidad eso era
exactamente lo que estaba haciendo.
a. (17:19) “le trajeron al Areópago, diciendo:” [ejpi; to;n [Areion pavgon h[gagon
levgonte"]
(1) El “Areópago” [ [Areion pavgon] era un monte (la colina de Ares) situado al oeste
de la Acrópolis de Atenas, y fue el sede donde durante siglos se reunían los
filósofos de Atenas.
(a) Ares era el dios griego de la guerra, el mismo dios llamado Martes en el latín.
(b) Sin embargo, también usaban ese mismo término para referirse a los
filósofos mismos que allí se reunieron.
(2) Existe evidencia que también este grupo, con mucho prestigio y influencia sobre
el poder político de la ciudad, especialmente en los asuntos religiosos y morales,
se reunió también en el pórtico real, en la esquina noroeste de la agora, el
mercado común, y no siempre en la colina de Ares.
(5) (17:19) “¿Podremos saber qué es esta nueva enseñanza de que hablas?”
[dunavmeqa gnw'nai tiv" hJ kainh; au\{th hJ uJpo; sou' laloumevnh didachv_]
(b) Reconocieron que Pablo les traía un mensaje nuevo, una clara indicación que
ellos nunca había oído antes el mensaje de salvación.
(c) (17:20) “Pues traes a nuestros oídos cosas extrañas” [xenivzonta gavr
(d) (17:20) “Queremos, pues, saber qué quiere decir esto” [boulovmeqa ou\\n
gnw'nai tivna qevlei tau'ta ei\\nai]
(e) (17:21) “(Porque todos los atenienses y los extranjeros residentes allí,
en ninguna otra cosa se interesaban sino en decir o en oír algo nuevo.)”
[ jAqhnai'oi de; pavnte" kai; oiJ ejpidhmou'nte" xevnoi eij" oujde;n e\{teron
hjukaivroun h] levgein ti h] ajkouvein ti kainovteron]
5. (17:22) “Entonces Pablo, puesto en pie en medio del Areópago, dijo:” [Staqei;" de; oJ
Pau'lo" ejn mevsw/ tou' jAreivou pavgou e[fh]
c. Antes de entender el sermón de Pablo es necesario para el lector actual saber algo de
la situación histórica de Atenas, algo que esos hombres a los cuales Pablo estaba
hablando, habrían tenido en su conocimiento cultural y filosófico, y que el apóstol usó
para presentar su mensaje.
(1) Una historia que provino desde la historia del antiguo Atenas mismo, y que Pablo
usó como base para su presentación aquel día, fue preservada gracias a los
escritos de Diógenes Laercio, el gran historiador de la filosofía griega, quien vivió
en el siglo tres.
(2) Según su relato, aproximadamente 600 años antes de Cristo ocurrió en Atenas
una plaga muy grande, causando muchos muertes.
(3) Cuando las autoridades de Atenas en aquel tiempo consultaron con el oráculo de
Delfos, ellos fueron enviados a Epiménides de Cnosos, en Creta, un reconocido
sabio de esa isla.
(5) Una vez juntados esos rebaños, les dijo que soltaran a las ovejas para que
pudieran salir a pastorear.
(6) Además, él les dio instrucciones que vieran a las ovejas, y que sacrificaran a los
(a) Sin embargo, dentro de una semana de los sacrificios la plaga se acabó.
(7) En demostración de su gratitud al dios que les salvó de la plaga, en cada uno de
los lugares de esos sacrificios la gente de Atenas hacía monumentos en memoria
de ese dios que les había salvado.
(8) Con el trascurso del tiempo esos numerosos monumentos empezaban a decaer
y eventualmente fueron reemplazados por un solo altar memorial en la ciudad.
(9) Ese altar llevaba la inscripción “AL DIOS NO CONOCIDO” [ jAgnwvstw/ qew']/ ,
y era el mismo altar que Pablo vio y que él usó para introducir su mensaje a los
filósofos de Atenas.
(1) (17:22) “en todo observo que sois muy religiosos” [kata; pavnta wJ"
deisidaimonestevrou" uJma'" qewrw']
(c) En realidad, ese tipo de religiosidad era, más que nada, superstición.
(d) Los mismo es el caso de muchísimo gente en el día de hoy, los que
solamente usan su religión como un amuleto de buena suerte y como una
protección contra la maldad.
(3) (17:23) “hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción:” [eu|ron
kai; bwmo;n ejn w|/ ejpegevgrapto]
(h) Así que, para los panteístas de aquel tiempo, en un esfuerzo para no hacer
enojar a ninguno de los dioses, no habría sido algo fuera de lo común incluir
en su adoración a un dios del cual ni siquiera supieron su nombre.
e. (17:23) “Al que vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio”
[o\} ou\\n ajgnoou'nte" eujsebei'te, tou'to ejgw; kataggevllw uJmi'n]
(1) Uno debe recordar que unos de los comentarios de los filósofos de Atenas tenía
que ver con el hecho que Pablo estaba hablándoles de deidades extrañas.
(2) Ahora él les muestra que su mensaje no se trataba de un dios nuevo, sino de
información acerca de un dios que habían adorado en ignorancia desde hace
siglos, de esa manera cambiando completamente la perspectiva que ellos tendrían
de su mensaje.
f. (17:24) “El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay” [oJ qeo;" oJ
poihvsa" to;n kovsmon kai; pavnta ta; ejn aujtw']/
(1) En contraste a la versión de los estoicos, con su panteón de dioses, Pablo les
presentaba un Dios todopoderoso y personal.
(2) Al ser creador de todo, ese Dios obviamente sería superior a todos los otros que
ellos consideraban dioses, pero según sus propias creencias solamente tenían
poderes sobre ciertas áreas, pero seguramente no sobre todo.
(7) (17:24) “siendo Señor del cielo y de la tierra” [ou|to" oujranou' kai; gh'"
uJpavrcwn kuvrio"]
(b) Era, entonces, tanto el creador como también el Señor de todo, y era el que
controlaba y mandaba a toda la creación y todas las naciones.
(8) (17:24) “no habita en templos hechos por manos humanas” [oujk ejn
ceiropoihvtoi" naoi'" katoikei']
(a) Aunque desde la perspectiva actual este frase no parece tan chocante, en
ese momento era algo totalmente contradictorio a lo que ellos creyeron.
(b) Uno debe recordar que, allí a la vista de Pablo y todos ellos, estaban varios
templos maravillosos, incluyendo el gran Partenón, cuyas ruinas todavía
atraen gente de todo el mundo para ver su gloria.
(9) (17:25) “ni es honrado por manos de hombres” [oujde; uJpo; ceirw'n
ajnqrwpivnwn qerapeuvetai]
i) Otra idea que para ellos era una novedad era la de un Dios que daba
a todos, no solamente a algunos.
ii) Era un concepto opuesto a sus ideas de dioses regionales, dioses que
pertenecían a ciertos pueblos, una idea que había sido una parte del
paganismo desde hace muchos siglos.
a) Esa idea que la vida misma era algo que los dioses dieron a los
hombres era una idea bastante distinta a la idea de las religiones
paganas de aquel tiempo.
(10) (17:26) “Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres” [ejpoivhsen
te ejx eJno;" pa'n e[qno" ajnqrwvpwn]
(a) La palabra “sangre” no está en los textos griegos de mayor edad y confianza
y la palabra “uno” [eJno;"], al ser un término masculino singular en el griego,
debe ser una referencia a Adán, el primer hombre.
(b) (17:26) “para que habiten sobre toda la faz de la tierra” [ katoikei'n
ejpi; panto;" proswvpou th'" gh'"]
iii) Estos hombres, según la voluntad del Dios Creador mismo, poblaron
el mundo entero pero ellos siguieron siendo la creación suya con
responsabilidad solamente a El.
iii) Con estas palabras Pablo estaba dejando en claro que el Dios real, el
iv) Estaba declarando que era Dios quien había estado en control de la
historia, las naciones, y los territorios de los hombres en todo el
mundo, no solamente de un grupo de ellos.
vi) Según Pablo, ese Dios verdadero no era solamente el creador, sino
también el diseñador, uno activo en las vidas de su creación y en
control hasta de las naciones mismas.
vii) Todo esto era con el fin de lograr que ocurriera lo que El quiso, que los
hombres tuvieran relación con El por sus propias voluntades.
i) El propósito, según Pablo, de todo lo que Dios había hecho era para
que el hombre le buscara.
ii) Para los paganos esta idea habría sido muy extraño – que la deidad real
buscara tener relación con los de su propia creación.
viii) Al contrario, con estas palabras él se presenta como uno que tenía un
dominio de las obras de su época, y además usaba ese conocimiento
para que su propio argumento tuviera la base de la literatura misma de
sus oyentes.
(11) (17:29) “Siendo, pues, linaje de Dios” [gevno" ou\\n uJpavrconte" tou' qeou']
(b) (17:29) “no debemos pensar que la Divinidad sea semejante” [oujk
ojfeivlomen nomivzein ... to; qei'on ei\\nai o\{moion]
Dios mismo, puede ser creador de Dios con lo que hace con sus
propias manos de cosas inertes como el oro, la plata, o piedras.
b) Es interesante que Pablo les dijo que ya era fijado el día en el cual
Dios iba a juzgar al mundo, que ya era establecido el día de juicio.
a. En general los griegos creyeron en la inmortalidad del alma del hombre, pero no en
una resurrección del cuerpo.
b. Si uno empieza a indagar en ese tema en el mundo antiguo es interesante que los
judíos tenían en su historia varias historias de resurrecciones (aunque todos ellos
habían vueltos a morir, eventualmente), pero escasean tales historias entre el mundo
pagano.
(1) Hasta el día de hoy, cuando se presenta algo que otros no quieren creer, a pesar
de las comprobaciones de su veracidad, una de las reacciones muy comunes es
el hecho de burlarse, en vez de considerar que ellos mismos pueden estar
equivocados y la nueva información verdedera.
d. (17:32) “y otros decían: Ya te oiremos acerca de esto otra vez” [oiJ de; ei\\pan
ajkousovmeqa sou peri; touvtou kai; pavlin]
(1) Sin embargo, otra reacción normal también ocurre y se manifestó en esta
instancia – la curiosidad y el deseo de saber más, una actitud que es noble y que
llevará a uno indagar y por medio de ese interés llegar a descubrir la verdad.
(2) Las diferencias entre estos dos actitudes son las cosas que deciden si uno va a
creer en lo que ha sido revelado y comprobado por Dios para que el hombre sea
salvo.
(3) Entonces, no es que Dios decida de antemano, sino que uno mismo recibe o
rechaza el mensaje y las comprobaciones de ello, dependiendo en su propia
mente y su propia disposición de admitir que uno mismo pueda estar errado o
mal informado.
7. (17:33) “Y así Pablo salió de en medio de ellos” [ou\{tw" oJ Pau'lo" ejxh'lqen ejk mevsou
aujtw'n]
a. Es decir, cuando había anunciado su mensaje a ellos y había visto sus reacciones, él
salió de la reunión de los filósofos, probablemente bajando de la colina de Ares y
volviendo a la ciudad misma.
8. (17:34) “Mas algunos creyeron, juntándose con él” [tine;" de; a[ndre" kollhqevnte"
aujtw'/ ejpivsteusan]
a. Es notable, no solamente aquí, sino también en otras ocasiones, que los que llegaron
a ser creyentes en el mensaje de Pablo se juntaron con él, dejando a los que no
creyeron.
(9) Ya que en muchas otras ocasiones Lucas había enfatizado que eran grandes
números de judíos o griegos que había llegado a ser creyentes debido al mensaje
compartido por Pablo, el hecho que ahora solamente decía que “algunos”
[tine;"] creyeron puede indicar que no hubo gran aceptación allí en Atenas entre
los que escucharon ese sermón.
b. (17:34) “entre los cuales estaba Dionisio el areopagita” [ejn oi|" kai; Dionuvsio"
oJ jAreopagivth"]
(1) Obviamente ese hombre era uno de los famosos filósofos de ese grupo elite en
Atenas.
(1) Es difícil saber si ella estaba en esa reunión, si fuera la esposa de Dionisio, o si
solamente fue una persona nombrada por otras razones desconocidas en el día
de hoy.
(2) El hecho que Lucas aclaraba que Dionisio era miembro del Areópago pero no
hace lo mismo en cuanto a Dámaris deja en duda que ella habría sido miembro
también, cosa que en sí habría sido muy improbable, ya que por costumbre todos
ellos habrían sido varones.
e. No se sabe la razón que tenía Lucas para nombrar solamente estas dos personas entre
los que creyeron, pero es obvio que otros también había creído al mensaje predicado
por Pablo, no solamente en el Areópago, sino también en la sinagoga y en la agora.
g. Sin embargo, acerca de estos creyentes que formaban la iglesia en Atenas no se sabe
nada más, ya que el texto no vuelve nunca más a mencionar a la congregación de
creyentes en esa ciudad.
1. (18:1) “Después de estas cosas, Pablo salió de Atenas” [Meta; tau'ta cwrisqei;" ejk
tw'n jAqhnw'n]
a. Lucas daba a conocer que Pablo había estado en Atenas esperando la llegada de Silas
y Timoteo para juntarse con él allí en Atenas.
b. A primera vista es posible que uno piensa que su salida sea una indicación de su llegada,
pero no era así la realidad.
c. Entonces, uno queda con la duda si él decidiera salir de Atenas porque temía que allí
le iba a pasar lo que le había pasado en Macedonia, que la oposición a su mensaje, y a
él como el mensajero, llegarían a ser violento.
(2) Si fue por mar pudo haber zarpado desde Piraeus, el puerto de Atenas, y haber
llegado a Cencrea, el puerto cerca de Corinto.
b. En el tiempo de la llegada de Pablo allí, Corintio era una de las ciudades más
importantes, y más grandes, en el mundo, contando con una población cerca de medio
millón, con la mitad de ellos siendo esclavos.
d. Fue reconstruida por Julio Cesar unos cien años después y hecha por el mandato del
e. Esa nueva ciudad de Corintio tenía una ubicación estratégica y casi invulnerable,
controlando la península de Peloponeso sobre la cual se transportaban los barcos
(ahora hay un canal) entre los mares Adriático y Egeo, así evitando, en ciertas épocas
del año, el largo y peligroso viaje más al sur.
f. Su acrópolis era el sitio de un gran templo de Afrodita, la diosa del amor, templo
donde en la adoración pagana de su tiempo fue utilizaba por unos mil prostitutas
religiosas y que generaba mucha riqueza para la ciudad.
g. La ciudad tenía tanta fama por su inmoralidad y desenfreno que los griegos acuñaron
una frase, “vivir como los corintios” para señalar la inmoralidad sexual.
h. Era una ciudad donde Pablo quedaría trabajando casi dos años y donde la iglesia
llegaría a ser grande, pero también donde el trasfondo pagano causaría muchos
problemas para los discípulos.
“2 Y halló a un judío llamado Aquila, natural del Ponto, recién venido de Italia con Priscila
su mujer, por cuanto Claudio había mandado que todos los judíos saliesen de Roma. Fue
a ellos, 3 y como era del mismo oficio, se quedó con ellos, y trabajaban juntos, pues el oficio
de ellos era hacer tiendas. 4 Y discutía en la sinagoga todos los días de reposo, y persuadía
a judíos y a griegos. 5 Y cuando Silas y Timoteo vinieron de Macedonia, Pablo estaba
entregado por entero a la predicación de la palabra, testificando a los judíos que Jesús era
el Cristo. 6 Pero oponiéndose y blasfemando éstos, les dijo, sacudiéndose los vestidos:
Vuestra sangre sea sobre vuestra propia cabeza; yo, limpio; desde ahora me iré a los
gentiles. 7 Y saliendo de allí, se fue a la casa de uno llamado Justo, temeroso de Dios, la
cual estaba junto a la sinagoga. 8 Y Crispo, el principal de la sinagoga, creyó en el Señor
con toda su casa; y muchos de los corintios, oyendo, creían y eran bautizados. 9 Entonces
el Señor dijo a Pablo en visión de noche: No temas, sino habla, y no calles; 10 porque yo
estoy contigo, y ninguno pondrá sobre ti la mano para hacerte mal, porque yo tengo
mucho pueblo en esta ciudad. 11 Y se detuvo allí un año y seis meses, enseñándoles la
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“HECHOS”
HECHOS ANÁLISIS DEL TEXTO PÁGINA 672
palabra de Dios.”
(2) Aquila, entonces, como la mayoría de los judíos en el mundo de aquel tiempo, era
un judío nacido en la dispersión, no en Palestina misma.
(1) Aquí la palabra “Italia” [ jItaliva"] probablemente sería una referencia a Roma
misma, ya que la expulsión de los judíos a la cual Lucas hace referencia era
aplicable solamente a esa ciudad en sí.
(2) De todos modos, el hecho que Lucas haya usado la palabra “recién”
[prosfavtw"] permite que uno puede poner una fecha bastante acertada a los
eventos que van a estar ocurriendo en Corinto, ya que de la historia romana se
sabe la fecha del decreto del emperador que cita aquí.
(4) (18:2) “por cuanto Claudio había mandado que todos los judíos saliesen de
Roma” [dia; to; diatetacevnai Klauvdion cwrivzesqai pavnta" tou;" jIoudaivou"
ajpo; th'" Rwvmh"]
(b) Esta expulsión ocurrió en el año 49 D.C., a causa de los tumultos continuos
instigados por un “Chrestus”, probablemente una referencia mal escrita a
Cristo.
ii) En el año 19 D.C., bajo el mando del emperador Tiberio, había otra
expulsión de los judíos de Roma a causa de negocios corruptos entre
los judíos y los romanos.
(c) Entonces, el motivo de esa decisión de parte del emperador Claudio, quien
no habría distinguido entre judíos cristianos y no cristianos, parece haber
sido unos disturbios en las sinagogas de los judíos.
ii) Sería la misma cosa que había ocurrido en muchos otros casos ya
mencionados por Lucas en su relato.
(d) Existe una duda acerca de la duración de esa expulsión de los judíos de la
ciudad de Roma.
ii) Otras evidencias podría tomarse como una indicación que haya durado
hasta la muerte de Claudio (54 D.C.), quien fue envenenado por su
esposa para lograr que el hijo de ella, Nerón, llegara a ser emperador.
(e) De todos modos, la fecha más probable para este encuentro de Pablo con
Aquila y Priscila en Corinto habría sido aproximadamente el año 50 D.C., ya
que ellos habían llegado allí de Roma recientemente.
(f) Entonce, pocos años después, cuando Pablo escribe su carta a los cristianos
en Roma, es obvio que entre los hermanos allí en aquel fecha estaban
muchos judíos, incluyendo a Aquila y Priscila, una clara indicación que la
expulsión de los judíos de esa ciudad no tenía larga duración.
(6) Si la carta de Hebreos haya sido dirigida a los judíos en Roma, como parece
probable, también puede contener una referencia a esa misma expulsión por
Claudio.
a. (18:3) “y como era del mismo oficio” [kai; dia; to; oJmovtecnon ei\\nai]
(1) Era costumbre entre los judíos, especialmente los de familias pobres pero
también los con situaciones cómodas, entrenar a sus hijos varones en un oficio,
y es probable que de esa forma Pablo había llegado a tener su experiencia en ese
oficio.
(2) En varias instancias Pablo indicaba que él proveyó por sus propias necesidades
trabajando con sus propias manos, en vez de dependerse de la ayuda de otros,.
(1) Este tipo de hospitalidad es bastante común entre los discípulos en el texto de la
historia escrita por Lucas.
(2) Empezó con los nuevos hermanos en Jerusalén compartiendo sus cosas para que
a nadie le faltara.
(3) También esto debe servir como modelo todavía para la actitud de los hermanos
en Cristo.
(9) (18:3) “pues el oficio de ellos era hacer tiendas” [h\\san ga;r skhnopoioi; th'/
tevcnh]
a. Como solía hacer, Pablo fue primero a la sinagoga de los judíos, donde iba a encontrar
a los creyentes en el Dios real, y allí empezaba a compartir el evangelio de Cristo en
la gran ciudad pagana de Corinto.
4. (18:5) “Y cuando Silas y Timoteo vinieron de Macedonia” [ JW" de; kath'lqon ajpo; th'"
Makedoniva" o\{ te Sila'" kai; oJ Timovqeo"]
a. Es difícil estar seguro, pero parece que ellos ya habían venido desde Macedonia cuando
Pablo estaba en Atenas, como él pidió, y habían sido enviados de vuelto allá.
b. Sin embargo, y ahora estaban de nuevo llegando a Acaya para serle ayuda a Pablo en
Corinto.
h. La primera carta de Pablo a los Tesalonicenses pudo haber sido escrito desde la ciudad
de Atenas, y enviado con Silas y Timoteo cuando les envió nuevamente a Macedonia,
o pudo haber sido escrito desde la ciudad de Corinto después de la llegada de ellos allí
con las noticias de los macedonios.
(1) Uno debe recordar que antes de la llegada de Silas y Timoteo, parte del tiempo
Pablo estaba trabajando en conjunto con Aquila y Priscila, haciendo tiendas.
(2) Según la evidencia que Lucas presenta, da la impresión, por las necesidades que
había sentido en Macedonia, que Pablo había determinado que era de mayor
importancia enviarles para que ayudaran a los hermanos allí que tenerles con él
en Corintio en el principio de su jornada en esa ciudad.
(3) La ayuda financiera que ellos podrían proveer permitió a Pablo dejar de trabajar
con Aquila y Priscila y dedicarse enteramente a la obra del evangelismo.
j. (18:5) “testificando a los judíos que Jesús era el Cristo” [diamarturovmeno" toi'"
jIoudaivoi" ei\\nai to;n cristo;n jIhsou'n]
(1) El mensaje a los gentiles en Atenas era que Dios era el creador de todos los
hombres, controlaba todas las naciones, y quería que todos en todas partes
cambiaran sus caminos porque El iba a juzgarles a todos por medio de Jesús,
quien había resucitado de entre los muertos.
(2) Sin embargo, a los judíos en Corinto el mensaje era uno mucho más sencillo
porque ellos ya eran creyentes en el Dios real y necesitaban solamente
convencerse que Jesús era el Cristo de las profecías divinas para que tomarían la
decisión de seguirle.
a. Como estos judíos que pusieron oposición al testimonio de Pablo cuando él afirmaba
que Jesús era el Mesías, cuando uno niega que las profecías divinas sean ciertas, niega
que las pruebas que Dios mismo ha dado son verídicas, y niega creer en las evidencias
como también en las Escrituras divinas, entonces uno también es culpable de la
blasfemia, como fueron ellos.
b. (18:6) “les dijo, sacudiéndose los vestidos:” [ejktinaxavmeno" ta; iJmavtia ei\\pen pro;"
aujtouv"]
(1) Desde la antigüedad, para los judíos esta acción había sido una señal de rechazo,
parecido al hecho de sacudirse el polvo de los pies.
(2) (18:6) “Vuestra sangre sea sobre vuestra propia cabeza” [to; ai|ma uJmw'n ejpi;
th;n kefalh;n uJmw'n]
(a) En realidad, estas palabras eran solamente una afirmación verbal de la misma
idea comunicado por el hecho de sacudir el polvo de su ropa en contra de
ellos y sus actitudes de rebeldía a la palabra de Dios.
(3) (18:6) “yo, limpio; desde ahora me iré a los gentiles” [kaqaro;" ejgw; ajpo; tou'
nu'n eij" ta; e[qnh poreuvsomai]
(c) Decir a los judíos de aquel tiempo que ellos no merecían más esfuerzos
porque eran blasfemos, y que uno prefería ir a estar con los gentiles era,
para ellos, una cosa muy chocante, algo que les habría causado mucho ira en
contra de Pablo.
(d) El hecho de que Pablo estuvo listo para llamarles a esos judíos blasfemos, y
dejarles a llevar su propia culpa mientras él fuera a hablar con los que ni
conocieron al Dios real, puede dejar varias enseñanzas de gran importancia
para uno hoy en día.
ii) Segundo, llegando a esa altura, tal persona no puede ser convencida y
uno tiene el derecho hacerle saber su situación y dejar de perder el
tiempo con él para poder ir en busca de corazones sinceros.
(1) (18:7) “a la casa de uno llamado Justo” [eij" oijkivan tino;" ojnovmati Titivou
jIouvstou]
(a) El texto griego dice “llamado Tito Justo” [ojnovmati Titivou jIouvstou].
ii) Sin embargo, es posible que este hombre sea él que en las cartas de
Pablo era llamado Gayo.
ii) Tal como Pablo había dicho que iba a hacer, él dejaba a los judíos
incrédulos y fue a los gentiles.
iii) Esto habría sido un insulto de grandes proporciones a los judíos, que
otro judío, como en este caso Pablo, se atrevería preferir entrar a la
casa de un gentil que estar con ellos.
(2) (18:7) “la cual estaba junto a la sinagoga” [ou| hJ oijkiva h\\n sunomorou'sa th'/
sunagwgh']/
(a) Literalmente la frase griega usada por Lucas aquí [ou| hJ oijkiva h\\n
sunomorou'sa th'/ sunagwgh']/ significa “cuya casa estaba al lado de la
sinagoga”.
(b) No era como si Pablo había ido lejos para estar con los gentiles, sino que se
fue a la casa de un gentil creyente justo al lado de la sinagoga, un lugar donde
(1) Aunque muchos de los judíos no estaban dispuestos a creer el mensaje de Pablo
y la evidencia de sus propias Escrituras, es interesante darse cuenta que el líder,
el hombre de mayor importancia en la sinagoga de los judíos en Corinto, aceptó
la verdad, cosa que debía haber tenido un impacto mayor.
(2) La tarea de uno que servía en aquel tiempo como el “principal de la sinagoga”
[oJ ajrcisunavgwgo"] era seleccionar las lecturas de la Tora para las reuniones de
los días de reposo, organizar esas reuniones de adoración en la sinagoga, y cuidar
el edificio de la sinagoga.
c. (18:8) “creyó en el Señor con toda su casa” [ejpivsteusen tw'/ kurivw/ su;n o\{lw/ tw'/
oi[kw/ aujtou']
(2) También, a través del libro, Lucas frecuentemente usaba la frase “con toda su
casa” [su;n o\{lw/ tw'/ oi[kw/ aujtou'], una frase que no solamente pudo incluir a los
de la familia misma, sino también los esclavos y, a veces otros amigos y familiares
que estaban con ellos.
(a) Sin embargo, no hay ninguna evidencia que se debe tomar esta frase para
enseñar que los bebés y niños estaban siendo bautizados.
(b) Esto no era el significado necesario de la frase y no concuerda con las otras
evidencias acerca de los que iban siendo bautizados.
(c) Claramente aquí, como en muchos otros casos, eran bautizados por haber
creído el mensaje, algo que esos pequeños no habrían hecho.
(3) Sin embargo, entre los pocos que Pablo mismo bautizó allí en Corinto estaba este
hombre.
(a) Los demás probablemente fueran bautizados por Timoteo, Tito, u otros
entre los discípulos, pero no por Pablo mismo.
(1) Es obvio que el mensaje que Pablo les predicaba era el mismo mensaje que Pedro
había predicado en el día de Pentecostés y lo que Pablo mismo había escuchado
de la boca de Ananías.
(1) Aparte de oír el mensaje verdadero y original, es también necesario que uno cree
ese mismo mensaje, a pesar del hecho que pueda contradecirse a lo que uno ha
creído anteriormente.
(a) Esta era una cosa que solamente algunos hacían en Corinto.
(b) A cambio, muchos de los demás, especialmente entre los judíos, al oír el
mismo mensaje, se opusieron y blasfemaron, trayendo su propia sangre
sobre sí mismos.
(2) Nuevamente, estos que oyeron el mensaje de Pablo habrían pasado a ser
creyentes en el mensaje que él les predicaba, no creyentes en algún otro mensaje,
como muchos que creen los otros mensajes diferentes que se predican en el día
de hoy.
(3) Creer por sí mismo no es algo que puede llevar uno a la salvación, sino creer el
mensaje que es la verdad.
(1) Uno puede preguntar “¿por qué se bautizaron estos?”, pero la respuesta es
evidente en el pasaje mismo.
(b) Ese mensaje, tal como él de Pentecostés y él que Ananías anunció a Pablo
mismo, era que el bautismo era necesario para que uno consiguiera el
perdón de sus pecados.
(2) Por su fe en el mensaje que ellos habían oído predicado por Pablo ellos
respondieron de la misma forma que los primeros creyentes, los que se
añadieron a la iglesia cuando ellos oyeron y recibieron el mensaje de Pedro.
(4) Estimado lector y estudiante del texto de la palabra inspirada – ningún mensaje
que no sea la de Dios tiene poder para salvar.
(5) Solamente el mensaje original puede informar a uno de lo que Dios exige para
poder perdonarle por medio de la sangre de Cristo que fue derramado para
limpiar los pecados de los hombres.
8. (18:9) “Entonces el Señor dijo a Pablo en visión de noche:” [Ei\\pen de; oJ kuvrio" ejn
nukti; di! oJravmato" tw'/ Pauvlw]
a. Según el texto del Nuevo Testamento el hecho de comunicar con Pablo, y con otros,
por medio de visiones no era algo tan anormal para el Señor.
(1) Si uno tiene al Señor por apoyo, por compañero, y por abogado, no tiene ninguna
razón de tener miedo.
(1) Sin que Pablo hablara el mensaje ese gente de Corinto no iba a poder saber lo
que Dios había hecho para que se salvara.
(1) La tentación, no solamente para Pablo pero también para todos los demás de los
hombres, es callarse frente la oposición para poder de esa manera evitar las
consecuencias de hacer airar los que están en contra.
(2) Pablo ya había tenido muchas instancias en las cuales había tenido que sufrir por
haber anunciado el mensaje, y a lo mejor el Señor supiera que él estaba siendo
tentado dejar de hablar para evitar que nuevamente le trajera problemas.
(3) (18:10) “porque yo estoy contigo” [diovti ejgwv eijmi meta; sou']
(a) Esta era la razón principal que Pablo no debía tener miedo, ni dejar de
anunciar las buenas nuevas – Cristo estaba con él.
(b) Era el mismo mensaje que Dios había dado a Josué cuando le seleccionó
para reemplazar a Moisés y liderar el pueblo de Israel a tomar la tierra
prometida.
(c) Era el mismo mensaje que Jesús había dado a los otros apóstoles cuando les
encargó la tarea de salir y evangelizar al mundo entero.
e. (18:10) “y ninguno pondrá sobre ti la mano para hacerte mal” [kai; oujdei;"
ejpiqhvsetai soi tou' kakw'sai se]
(1) Después de todo que él ya había sufrido en las otras partes donde había
predicado el evangelio y con el conflicto que ya había ocurrido allí en Corinto
mismo esta promesa del Señor a Pablo debería haberle significado mucho .
(4) (18:10) “porque yo tengo mucho pueblo en esta ciudad” [diovti laov" ejstiv
moi polu;" ejn th'/ povlei tauvth/]
(a) Para Pablo esta frase debería haberse entendido como una gran noticia, que
muchos en esa ciudad pagana y corrupta iban a responder al mensaje.
(b) Sin embargo, es obvio que Dios no estaba diciendo a Pablo que su rol en el
hecho de traerlos a Cristo había terminado
(6) Como el resultado de esa visión Pablo siguió predicando un año y medio allí en
Corinto, a pesar de la oposición que enfrentaba.
b. Aparte de la ciudad de Efeso, donde estuvo casi tres años, y su tiempo en la cárceles
de Cesarea y de Roma, parece que esta estadía laboral en Corinto pudo haber sido el
tiempo más largo en una sola ciudad de toda la carrera misionera de Pablo.
c. Durante este tiempo es posible que él también haya visitado a las ciudades cercanas
de Acaya para predicar el evangelio a sus habitantes también.
“12 Pero siendo Galión procónsul de Acaya, los judíos se levantaron de común acuerdo
contra Pablo, y le llevaron al tribunal, 13 diciendo: Este persuade a los hombres a honrar
a Dios contra la ley. 14 Y al comenzar Pablo a hablar, Galión dijo a los judíos: Si fuera
algún agravio o algún crimen enorme, oh judíos, conforme a derecho yo os toleraría. 15
Pero si son cuestiones de palabras, y de nombres, y de vuestra ley, vedlo vosotros; porque
yo no quiero ser juez de estas cosas. 16 Y los echó del tribunal. 17 Entonces todos los
griegos, apoderándose de Sóstenes, principal de la sinagoga, le golpeaban delante del
tribunal; pero a Galión nada se le daba de ello.”
1. (18:12) “Pero siendo Galión procónsul de Acaya” [Gallivwno" de; ajnqupavtou o[nto" th'"
jAcaiv?a"]
(1) El era un español y el hermano mayor de Seneca, un filósofo estoico que era el
tutor de Nerón.
(2) El era admirado como un hombre de justicia y cordura, uno de los de mayor
criterio entre los procónsules del imperio romano del primer siglo.
(3) En una carta del emperador Claudio datada entre los años 51 y 52 D.C.,
descubierto en 1909 cerca de Delfos y dirigida a Lucio Junio Galión, el emperador
usó la frase “mi amigo y procónsul de Acaya”.
(4) Durante sus años como emperador Nerón forzó a Seneca, el hermano de Galión,
a suicidarse y más tarde Galión hizo lo mismo por su terror de Nerón.
(5) Ya que los procónsules romanos normalmente sirvieron en sus puestos un año
(de mayo a mayo), lo más probable sería que Galión haya servido en Corinto en
los años 51 al 52 D.C..
(a) Esta fecha corresponde bien a lo ya dicho por Lucas acerca de la llegada de
Aquila y Priscila a la cuidad por causa de la expulsión de los judíos de la
ciudad de Roma.
c. “Acaya” [ jAcaiv?a"] era la provincia romana de la parte sur de lo que ahora es Grecia,
especialmente el sector de la península, un lugar muy importante económicamente y
estratégicamente para el imperio.
(1) Frecuentemente el uso de esa palabra era solamente otra manera de hacer
referencia a la ciudad de Corinto mismo, ya que Corinto era lejos la ciudad más
grande y de más importancia de la provinica.
(1) Este ataque en contra de Pablo no era una reacción del minuto, sino algo que los
judíos planearon, como se puede apreciar en el hecho de actuar en conjunto.
(2) Nuevamente, a pesar del hecho que Pablo debía haber estado enseñando a los
gentiles que sus dioses no eran realmente dioses, los que se levantaron en contra
de él eran los judíos que creyeron en el mismo Dios que Pablo representaba
porque ellos no estaban dispuestos a dejar sus errores y seguir al Mesías de sus
propias profecías.
e. (18:12) “y le llevaron al tribunal, diciendo:” [kai; h[gagon aujto;n ejpi; to; bh'ma
levgonte"]
(1) Esta palabra griega [ bh'ma], aquí traducida como “tribunal”, hace referencia a la
banca elevada donde se sentaba el procónsul y a la columna de piedra frente a él
donde pondrían el acusado.
(2) (18:13) “Este persuade a los hombres a honrar a Dios” [o\{ti ... ajnapeivqei
ou|to" tou;" ajnqrwvpou" sevbesqai to;n qeovn]
(b) Parece que los judíos estaban intentando convencer a Galión que las
acciones de Pablo de alguna manera eran contradictorias a la ley romana.
(c) La verdad era que Pablo realmente estaba predicando la creencia antigua de
los judíos, algo permitido por la ley romana, solamente que él les estaba
anunciando las buenas nuevas que el Mesías, después de siglos de espera de
parte de los judíos, finalmente había venido y había traído perdón.
(d) Sin embargo, Galión reconoce de inmediato que esa acusación se trataba de
un conflicto relacionado a la ley judaica, y a la religión de ellos, y no quiso
dejar que ellos le engañaran de esa forma.
2. (18:14) “Y al comenzar Pablo a hablar” [mevllonto" de; tou' Pauvlou ajnoivgein to;
stovma]
b. Aun sabiendo que Jesús le había hecho la promesa que nadie le iba a hacer daño en esa
ciudad, Pablo demuestra una característica común en los seres humanos.
d. Sin embargo, antes que Pablo pudo hablar en su defensa, el procónsul tomó en sus
propias manos la situación y lo resolvió a favor de Pablo.
e. (18:14) “Galión dijo a los judíos:” [ei\\pen oJ Gallivwn pro;" tou;" jIoudaivou"]
(1) (18:14) “Si fuera algún agravio” [eij me;n h\\n ajdivkhma ti]
(2) (18:14) “o algún crimen enorme, oh judíos” [h] ra/diouvrghma ponhrovn, w\\
jIoudai'oi]
(a) Esta frase da la impresión que él había tenido trato con ellos anteriormente
y que se le estaba acabando su paciencia con ellos.
asunto.
ii) A lo mejor esta es otra de las ocasiones cuando uno puede apreciar
que en general los romanos no tenían clara una distinción entre los
judíos y los cristianos.
(5) Por las palabras de Galión es obvio que él se dio cuenta inmediatamente que ellos
no tuvieron ninguna carga válida en contra de Pablo, sino que tenían entre ellos
un desacuerdo sobre su propia ley y religión, y él no tuvo ninguna intención de
perder su tiempo con ellos ni aguantarles.
(6) Además, ya que muchos de los judíos, y también gran número de los corintios
paganos, habían aceptado las enseñanzas de Pablo durante más de un año de su
ministerio en Corinto, es muy probable que el procónsul ya sabía de esa pelea
entre los dos grupos de judíos y pensaba que ellos mismos debían arreglarla y no
perder su tiempo con lo que él consideraba como tonteras.
(8) (18:15) “porque yo no quiero ser juez de estas cosas” [krith;" ejgw; touvtwn
ouj bouvlomai ei\\nai]
(b) El era juez de las leyes romanas, no de asuntos de la religión de los judíos.
(d) Es obvio también que no era muy partidario a los judíos en sí, a lo mejor
porque pudo haber estado en Roma y haber sabido directamente de los
problemas que habían sido la causa de su expulsión de Roma, algo que había
pasado solamente un par de años anterior a ese evento.
f. (18:16) “Y los echó del tribunal” [kai; ajphvlasen aujtou;" ajpo; tou' bhvmato"]
(1) Las palabras que Lucas usó aquí da la impresión de una acción acompañada por
la fuerza.
(2) No solamente negó escuchar su caso en contra de Pablo, sino que les sacó por
la fuerza de su presencia.
a. El texto griego no dice “los griegos”, sino solamente “todos ellos” [pavnte"], sin dar
una aclaración acerca de quienes estaba hablando.
(1) Lo que no se puede aclarar en esta historia es si eran los mismos judíos,
frustrados con la falta de éxito de parte de sus acusaciones, que se lanzaron en
contra de él, o si eran los griegos que aprovecharon de la oportunidad para
abusar de los judíos cuando ellos vieron el desinterés de Galión.
(2) De todos modos, parece que le daba igual a Galión, otra indicación que él no
tenía mucho interés en los judíos y probablemente los viera como una molestia.
(1) Hay dos cosas de gran interés en cuanto a ese hombre, o por lo menos, uno con
el mismo nombre en la ciudad de Corinto.
(a) Primero, en la carta escrita por Pablo a la iglesia en Corinto, escrita desde
Efeso, donde él había ido junto a Aquila y Priscila cuando salió de Corinto,
nombra a Sóstenes como co-autor de la carta.
i) Con hacer esto daba a saber una muy clara posibilidad que él, tal como
su precursor como “principal de la sinagoga” [to;n ajrcisunavgwgon],
había sido convertido al cristianismo, posiblemente debido al maltrato
que Lucas relataba en esta misma historia.
(b) Segundo, en las ruinas de Corinto, cerca del pavimento que lleva el nombre
de otro cristiano, Erasto, se encuentra una columna de mármol en la cual
está grabado el nombre de Sóstenes, también confirmando la realidad de su
existencia en Corinto en esa época.
(3) Es posible que Sóstenes haya estado intentando hablar a favor de Pablo, ya que
él pudo haber sido ya un cristiano, y por esta razón él cayó en las manos de los
judíos.
(4) Si en realidad eran los judíos los que recurrieron a la violencia, tiene perfecto
sentido que ellos habrían aprovechado de golpear a Sóstenes y no a Pablo, ya que
Pablo era ciudadano romano y ellos no habrían estado permitido maltratarle a él
mismo.
c. (18:17) “le golpeaban delante del tribunal” [e[tupton e[mprosqen tou' bhvmato"]
(2) Sean los judíos o los griegos los autores de esa golpiza, parece que al ver la actitud
de Galión en el caso contra Pablo ellos pensaron que el procónsul no iba a actuar
para proteger a uno de los judíos porque estaba frustrado con ellos.
(3) Es así que, en la plaza de la “agora”, frente al tribunal misma, ellos agredieron a
Sóstenes.
4. (18:17) “pero a Galión nada se le daba de ello” [kai; oujde;n touvtwn tw'/ Gallivwni
e[melen]
a. Aquí uno debe recordar que Galión era un estoico, no muy preocupado con eventos
de este tipo.
b. Tal como en el juicio mismo, no le importaban los resultados de esa discusión entre
los judíos sobre asuntos de su ley, su religión.
d. En fin, lo único que se puede saber con certeza es que a él le daba lo mismo y que no
hizo nada para intervenir y proteger a Sóstenes, un líder judío, algo muy distinto a su
reacción si ellos hubieran estado golpeando un ciudadano romano.
“18 Mas Pablo, habiéndose detenido aún muchos días allí, después se despidió de los
hermanos y navegó a Siria, y con él Priscila y Aquila, habiéndose rapado la cabeza en
Cencrea, porque tenía hecho voto. 19 Y llegó a Efeso, y los dejó allí; y entrando en la
sinagoga, discutía con los judíos, 20 los cuales le rogaban que se quedase con ellos por más
tiempo; mas no accedió, 21 sino que se despidió de ellos, diciendo: Es necesario que en
todo caso yo guarde en Jerusalén la fiesta que viene; pero otra vez volveré a vosotros, si
Dios quiere. Y zarpó de Efeso.”
a. (18:18) “habiéndose detenido aún muchos días allí” [e[ti prosmeivna" hJmevra"
iJkana;"]
(1) Aunque Lucas había indicado que Pablo había quedado “un año y seis meses”
[ejniauto;n kai; mh'na" e\}x] enseñando en la escuela de Tiranno, después de haber
estado enseñando un tiempo en la sinagoga de los judíos, ahora no defina bien la
cantidad de tiempo que se quedó después de esa nueva altercación con los judíos,
solamente diciendo “muchos días” [hJmevra" iJkana;"].
(2) Sin embargo, con todo, es razonable pensar que el tiempo total de la misión de
Pablo en la ciudad de Corinto pudo haberse extendido a cerca de dos años.
a. Es interesante que desde este punto en la historia que estaba relatando, Lucas usaba
la tercera persona singular, aparentemente hablando solamente de Pablo, a lo mejor
una indicación que haya hecho el resto de su viaje, con la excepción de la navegación
hasta Efeso, sólo, sin los que le habían acompañado antes.
b. Tal como en otros ocasiones Lucas utilizaba, como también se hace aun hoy en día, el
nombre de una región para indicar la ciudad principal en esa área.
c. Aunque para uno hoy a lo mejor parece que Pablo zarpó desde Corinto mismo, tal no
fue el caso, sino que habría zarpado desde Cencrea.
(1) El puerto del lado oriente del istmo de la península Peloponeso era Cencrea.
(2) Era el puerto principal de Acaya hacia el mar Egeo situado unos diez kilómetros
de Corinto, y servía a esa ciudad como su puerto para viajes hacia el oriente.
(3) Las ruinas del puerto romano allí se pueden ver todavía, aunque muchas de ellas
están sumergidas.
(4) Allí los arqueológicos han descubierto, entre otras cosas, ruinas de templos a Isis
y a Afrodita.
d. En aquel tiempo era poco común que un barco zarparía directo desde Acaya a Siria,
sino que, por cuestiones tanto de seguridad como también comercio, era mucho más
probable que los barcos disponibles hubieran pasado en el viaje a otro puerto en
rumbo al oriente, como por ejemplo el puerto de Efeso o de Mileto.
e. Con su salida de Corinto la intención de Pablo era volver a Antioquía, desde donde
había empezado su ministerio entre los gentiles.
f. Era desde allí que él había salido en este segundo viaje misionero con la intención de
volver a visitar a los hermanos que habían sido convertidos en el primer viaje, él que
también había tenido su inicio en esa ciudad.
g. (18:18) “y con él Priscila y Aquila” [kai; su;n aujtw'/ Privskilla kai; jAkuvla"]
(1) Ellos, tal vez cristianos antes de haber llegado a Corinto, habían estado trabajando
en esa ciudad unos dos años, pero con la salida de Pablo, decidieron acompañarle.
(2) Es probable que sus intenciones no eran ir con Pablo hasta Antioquía, sino
solamente hasta Asia, o posiblemente llegar eventualmente a Ponto, región natal
de Aquila.
(a) Estos sería una parte de la cultura y religión de los judíos que todavía estaba
siendo practicado por judíos cristianos, como Pablo mismo demuestra aquí.
(b) El voto era similar a la práctica del ayuno en el sentido que apartaba uno
i) No cortarse el pelo.
vi) El hecho de raparse el cabello al principio del voto era con el fin de
quemar el cabello en el fuego cuando terminaba el voto.
(3) El hecho de raparse la cabeza generalmente era una indicación de haber cumplido
un voto, pero a la vez era a veces necesario presentarse en el tabernáculo, o en
este caso, el templo para finalizar el rito.
a. Efeso era la ciudad principal del lado oeste de la región de Asia Menor.
(1) Era una ciudad comercial, capital de la provincia de Asia, y la ciudad de mayor
población y influencia en toda Asia, y con pocas ciudades mundiales con una
población superior.
(2) En aquel tiempo constaba con un puerto que daba acceso al río Cayster, puerto
importante en aquella época que actualmente no se puede usar debido a la
erosión que lo ha llenado con sedimento.
(3) Era el lugar del gran templo de Artemisa, el edificio más lujoso en todo el mundo,
y era el centro de las religiones paganas de todo el mundo griego, con muchos
miles de peregrinos religiosos cada año.
(a) Este templo era uno de las siete maravillas del mundo antiguo.
metros.
ii) Tenía 127 columnas de mármol, cada una de ellos midiendo casi dos
metros de diámetro y unos 20 metros de altura.
iii) Fue construido sobre una base antisísmica, de carbón molido y madera,
para protegerlo de los terremotos.
iv) Construido más que tres siglos antes de Cristo, era lejos el edificio más
costoso y más opulento jamás construido en el mundo.
(4) La ciudad de Efeso era muy importante en el relato de Lucas y en la expansión del
cristianismo, especialmente en Asia.
(a) Era una ciudad donde Pablo iba a quedar trabajando por una cantidad de
tiempo mayor que en cualquier otra ciudad durante sus misiones.
(1) Entonces, una vez llegando el barco a Efeso, Pablo y Aquila con Priscila irían en
diferentes direcciones, cada uno siguiendo sus distintas planes.
(2) Aquila y Priscila se quedarían un tiempo en Efes, pero poco tiempo después de
llegar allí, Pablo seguiría su viaje hacia Siria.
c. (18:19) “y entrando en la sinagoga, discutía con los judíos” [aujto;" de; eijselqw;n
eij" th;n sunagwgh;n dielevxato toi'" jIoudaivoi"]
(1) Como se ha visto repetidamente, esto era lo que Pablo solía hacer en cada nuevo
lugar que visitaba.
(2) Era su costumbre porque allí iba a encontrar se con los que eran ya creyentes en
el Dios real, los que tendrían la primera oportunidad de escuchar el mensaje del
Mesías que había cumplido las profecías – Jesús de Nazaret.
(3) La palabra “discutía” [dielevxato] que Lucas usó aquí no conlleva la idea de una
pelea, un desacuerdo, sino que simplemente significa una conversación, uno en
la cual Pablo les demostraba la evidencia para probar que Jesús era el Mesías,
como solía hacer durante su ministerio entre los judíos y los griegos que eran
temerosos de Dios.
(10) (18:20) “los cuales le rogaban que se quedase con ellos por más tiempo”
[ejrwtwvntwn de; aujtw'n ejpi; pleivona crovnon mei'nai]
e. (18:21) “sino que se despidió de ellos, diciendo:” [ajlla; ajpotaxavmeno" kai; eijpwvn]
(1) (18:21) “Es necesario que en todo caso yo guarde en Jerusalén la fiesta que viene”
(b) No sabemos la razón que Pablo pudo haber tenido para no quedar en Efeso
enseñando a estas personas, pero no es probable que haya sido porque
quiso estar para la fiesta en Jerusalén, como fue el caso en el tercer viaje.
(2) Esta despedida a los judíos en Efeso, en este caso a los recientemente escuchando
al mensaje de Jesús, es bastante diferente a la despedida de Pablo a los ancianos
de la iglesia de esa ciudad cuando estaba finalizando su tercer viaje misionero.
(3) (18:21) “pero otra vez volveré a vosotros” [pavlin ajnakavmyw pro;" uJma'"]
(a) Contraste este versículo con lo que Pablo dijo a los líderes de la iglesia de
Efeso unos pocos años después, cuando se juntó con ellos en Mileto.
ii) Es importante reconocer, como hizo Pablo, aun cuando uno puede
querer y planificar para el futuro, que todo depende de Dios.
a. Ahora, como había sido su intención cuando salía de Corinto, zarpando desde el
puerto de Cencrea hacía Efeso, Pablo ahora tenía todavía como su destino la ciudad
de Antioquía de Siria.
“22 Habiendo arribado a Cesarea, subió para saludar a la iglesia, y luego descendió a
Antioquía.”
(1) El lenguaje usado por Lucas aquí probablemente sea para indicar que desde
Cesarea Pablo haya ido brevamente a Jerusalén para saludar a la iglesia allí, ya que
la idea de subir a esa ciudad y bajar de esa ciudad es muy común, no solamente
en lo escrito por Lucas, sino en todo el texto.
(4) Esta conclusión tiene aun más base en la frase que sigue, ya que si Lucas estuviera
haciendo referencia a un saludo a la iglesia en Cesarea misma, nunca habría usada
esa frase en referencia al viaje a Antioquía.
a. Así es que, después de haber saludado a los hermanos en Jerusalén, Pablo partió luego
de allí para continuar a su destino, la ciudad de Antioquía de Siria.
d. Tal como había hecho después de su primer viaje misionero, al cual había sido
encomendado por el Espíritu Santo y los hermanos de la iglesia de Antioquía, parece
que Pablo quiso volver allí y reportar a ellos lo que había sido hecho por Dios en ese
segundo viaje.
e. De todos modos, con esa información Lucas terminaba de proveer detalles de ese
segundo viaje misionero de Pablo, habiendo hecho mención por última vez de Silas en
la ciudad de Corinto.
“23 Y después de estar allí algún tiempo, salió, recorriendo por orden la región de Galacia
y de Frigia, confirmando a todos los discípulos.”
1. (18:23) “Y después de estar allí algún tiempo” [Kai; poihvsa" crovnon tina;]
a. Este principio del tercer viaje de Pablo, partiendo nuevamente desde Antioquía,
probablemente habría ocurrido en la primavera del año 52 D.C., aunque es imposible
estar totalmente seguro de la fecha.
(1) Es muy posible que esta fuera la ocasión de la entrega de las instrucciones a las
iglesias de Galacia en cuanto a las ofrendas para los santos en Judea.
(1) Estas serían las mismas regiones que Pablo había visitado en el segundo viaje
misionero, junto con Silas, unos años antes.
a. Algunos de estos discípulos Pablo ya estaría viendo por lo menos por la cuarta vez.
(1) Primero, los conoció durante el primer viaje cuando él viajaba con Bernabé y
algunos de estos discípulos fueron convertidos en Galacia y Frigia.
(2) Segundo, los habría visto nuevamente cuando él regreso a Antioquía en el primer
viaje pasando por estas regiones, juntamente con Bernabé, para animarlos y
nombrar ancianos en cada ciudad.
(3) Tercero, los habría visto durante el segundo viaje misionero, cuando él pasó por
(4) Cuarto, ahora mientras viajaba entre Antioquía y Efeso los pudiera haber visto
nuevamente para darles su apoya.
“24 Llegó entonces a Efeso un judío llamado Apolos, natural de Alejandría, varón
elocuente, poderoso en las Escrituras. 25 Este había sido instruido en el camino del Señor;
y siendo de espíritu fervoroso, hablaba y enseñaba diligentemente lo concerniente al Señor,
aunque solamente conocía el bautismo de Juan. 26 Y comenzó a hablar con denuedo en
la sinagoga; pero cuando le oyeron Priscila y Aquila, le tomaron aparte y le expusieron más
exactamente el camino de Dios. 27 Y queriendo él pasar a Acaya, los hermanos le
animaron, y escribieron a los discípulos que le recibiesen; y llegado él allá, fue de gran
provecho a los que por la gracia habían creído; 28 porque con gran vehemencia refutaba
públicamente a los judíos, demostrando por las Escrituras que Jesús era el Cristo.”
a. Con esta frase Lucas deja de lado la historia de las actividades de Pablo y torna a lo que
estaba pasando en Efeso mientras él terminara su viaje a Antioquía y su regreso a
Efeso.
b. (18:24) “un judío llamado Apolos” [ jIoudai'o" dev ti" jApollw'" ojnovmati]
(b) Era el sitio de una biblioteca sin igual en el mundo y fue también reconocida
como el centro intelectual de toda esa parte del mundo.
(c) Además, era una ciudad que constaba con una población muy grande de
residentes judíos.
(a) La palabra [lovgio"] usada por Lucas aquí significaba que Apolos era un
hombre educado, conocedor, equipado, y competente.
(b) Con esas características él sería capaz de comunicar sus conocimientos con
fervor, con lógica, y con elocuencia.
(11) (18:24) “poderoso en las Escrituras” [dunato;" w]n ejn tai'" grafai'"]
(c) Sin embargo, él no había sido todavía informado acerca del resto de la
historia – de la llegada de Jesús como el Mesías de quien Juan hablaba y de
su mensaje de salvación, cosas que él iba recién a llegar a saber con la ayuda
de Aquila y Priscila.
c. (18:25) “Este había sido instruido en el camino del Señor” [ou|to" h\\n
kathchmevno" th;n oJdo;n tou' kurivou]
(b) Esa frase significa que él tenía entusiasmo para compartir con los demás de
los judíos lo que supo acerca de Juan y su anuncio que el Mesías, a quien
había venido para prepararle el camino, llegaría luego.
(a) El único que le faltaba a Apolos era saber que las profecías, tanto las del
Antiguo Testamento como también las de Juan mismo, se habían cumplido
con la venida, muerte, sepultura, y resurrección de Jesús de Nazaret.
(c) Además, la promesa de las profecías acerca del Espíritu Santo no eran partes
del bautismo de Juan, pero sí estaban incluidas en lo predicado a partir del
día de Pentecostés.
(h) Aquí se presenta, entonces, algunas de las cosas acerca de las cuales Apolos
no supo nada al llegar a Efeso:
b. De esa manera él, tal como había hecho Juan en su ministerio, estaba intentando
preparar el camino del Señor.
3. (18:26) “pero cuando le oyeron Priscila y Aquila” [ajkouvsante" de; aujtou' Privskilla
kai; jAkuvla"]
a. A pesar de haber sido cristianos un buen tiempo, es evidente que ellos estaban todavía
asistiendo a las reuniones de los judíos en la sinagoga, a lo mejor, como hacía Pablo,
buscando allí oportunidades para convencer a otros judíos seguir al Mesías.
b. Es también evidente, al escucharle a Apolos, que ellos se dieron cuenta que él no había
escuchado el resto de la historia, la parte más importante de todo, pero que él era un
hombre que creía fervientemente en las profecías de las Escrituras y en la venida del
Mesías para establecer el reino de los cielos.
(2) Uno tiene que aprender cuando sea necesario corregir algo en público (cuando
uno intencionalmente está desviando a otros de la verdad) y cuando la acción
apropiada es ayudarles en privado saber las verdades que ellos no han logrado
entender antes.
(1) Es decir, le contaron el resto de la historia, la del de la llegada del Mesías y las
buenas nuevas del sacrificio de su sangre para perdonar los pecados, y del
bautismo en el nombre de Jesús que proveía las bendiciones que no se
encontraban en el bautismo de Juan.
(2) El uso de la frase “el camino de Dios” [th;n oJdo;n tou' qeou'] como sinónimo de
la iglesia, del cristianismo, es algo que Lucas hacía también en otras partes de su
relato, y que se encuentra además en otros partes del texto.
4. (18:27) “Y queriendo él pasar a Acaya” [boulomevnou de; aujtou' dielqei'n eij" th;n
jAcaiv/an]
a. Una vez más se puede apreciar que Lucas usaba el nombre de la provincia, “Acaya”
[ jAcaiv/an] para hacer referencia a la ciudad de Corinto.
b. Tal como no se sabe la razón que Apolos había tenido para llegar desde Alejandría a
Efeso, tampoco se sabe las razones que pudo haber tenido para ir a Efeso.
c. Es interesante notar que tiempo después Apolos volvió a Efeso, durante el ministerio
de Pablo allí, y que esos dos hombres, ambos tan capacitados para la obra, tuvieron
interacciones en el ministerio en esa ciudad durante años.
(1) Es imposible afirmar con certeza si “los hermanos” [oiJ ajdelfoi] aquí haya sido
una referencia por Lucas a toda la iglesia en Efeso, o solamente a Aquila y Priscila,
los hermanos de quienes había estado hablando.
(1) Es posible que esta carta haya sido escrito de parte de los de la iglesia en Efeso,
pero el contexto sugiere otra posibilidad que es más probable.
(2) Ya que Aquila y Priscila eran conocidos por todos los de la iglesia en Corinto, y
todos allá sabían que ellos habían sido compañeros del apóstol Pablo y que habían
viajado a Efeso con él, el hecho que ellos habían sido los últimos mencionados en
el contexto de esa historia, sería más razonable pensar que la frase “los
hermanos” [oiJ ajdelfoi;] sea una referencia a ellos que una referencia a toda la
congregación en Efeso.
(3) Además, una carta de recomendación escrita por los hermanos bien conocidos
por la iglesia en Corinto habría tenido más peso que una escrita por hermanos
desconocidos.
(4) A lo largo de su relato Lucas usaba las dos frases “los hermanos” [oiJ ajdelfoi;]
y “los discípulos” [toi'" maqhtai'"] básicamente como sinónimos.
(5) Sin embargo, la primera frase indica una relación filial, y por ende a veces se usaba
para referir a los que eran partes de la familia de Israel, mientras que la segunda
frase indica una relación de los que siguieron la enseñanza de un maestro, sea
Jesús, Juan el Bautista, u otro.
a. (18:27) “fue de gran provecho a los que por la gracia habían creído” [sunebavleto
polu; toi'" pepisteukovsin dia; th'" cavrito"]
(1) Parece que, tal como él había hecho en la sinagoga en Efeso, Apolos utilizó su
gran capacidad y conocimiento de las Escrituras para la obra en Corinto, pero
ahora conociendo el resto de la historia del Camino nuevo.
(b) Cuando uno sabe que trae la verdad, no solamente debe hablar con valor,
sino que debe presentar la palabra de Dios con fuerza, demostrando de esa
manera que el palabra divina, algo que el hombre no puede tomar como si
fuera algo ligera, sino algo de gran importancia, innegable, indiscutible.
(2) Parece que Apolos era un hombre de fervor, de gran valor, uno no tenía miedo
de enfrentar a la oposición.
(3) Es posible, debido a las referencias que Lucas ha hecho a él, que parte de su
entrenamiento, de educación en Alejandría, haya sido el dominio del arte del
debate público.
(4) Considerando todas la palabras diferentes usadas por Lucas para describirle,
parece que Apolos era un orador con grandes talentos y uno que tuvo grande
impacto por su poderosa presentación de la palabra divina.
(a) Es interesante ver que Apolos debatía públicamente con los judíos para
mostrar sus errores cuando Aquila y Priscila le habían sacado a él mismo a
un lugar privado para corregirle a él y mostrarle sus errores.
(b) Sin embargo, uno debe también tomar en consideración las diferencias en
las circunstancias:
(6) (18:28) “demostrando por las Escrituras que Jesús era el Cristo” [ejpideiknu;"
dia; tw'n grafw'n ei\\nai to;n cristo;n jIhsou'n]
“1 Aconteció que entre tanto que Apolos estaba en Corinto, Pablo, después de recorrer
las regiones superiores, vino a Efeso”
1. (19:1) “Aconteció que entre tanto que Apolos estaba en Corinto” [ jEgevneto de; ejn tw'/
to;n jApollw' ei\\nai ejn Korivnqw/]
(1) Lo más probable sería que estas palabras sean una referencia al camino romano
que pasaba desde el oriente por las regiones montañosas de Frigia y Asia hasta
llegar a Efeso.
(2) A lo mejor Lucas estaba notando que Pablo no pasó esta vez por toda la parte sur
de lo que ahora es Turquía pero por el camino principal que le habría llevado
desde Antioquía a pasar por las ciudades de Tarso, Derbe, Listra, Iconio, y
Antioquía de Pisidia, entre otras, antes de llegar a Efeso.
a. Uno debe recordar que hace un tiempo relativamente corto Pable había estado en esa
ciudad, platicando con los judíos allí en la sinagoga y dejando allí Aquila y Priscila cuando
el siguió de viaje, pero con la intención de volver, si Dios lo permitiría.
b. Ahora, después de haber cumplido con su viaje a Siria y haber pasado a fortalecer a los
hermanos en Galacia y Frigia, con la ayuda de Dios Pablo logró volver a la gran ciudad
de Efeso, capital de toda Asia.
“2 y hallando a ciertos discípulos, les dijo: ¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis?
Y ellos le dijeron: Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo. 3 Entonces dijo: ¿En qué,
pues, fuisteis bautizados? Ellos dijeron: En el bautismo de Juan. 4 Dijo Pablo: Juan bautizó
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“HECHOS”
HECHOS ANÁLISIS DEL TEXTO PÁGINA 710
con bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en aquel que vendría
después de él, esto es, en Jesús el Cristo. 5 Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el
nombre del Señor Jesús. 6 Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el
Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban. 7 Eran por todos unos doce
hombres.”
1. (19:1-2) “y hallando a ciertos discípulos, les dijo” [kai; euJrei'n tina" maqhta;" ei\\pen
te pro;" aujtouv"]
b. Es posible, a lo mejor aun probable, que ellos hayan sido personas enseñadas por
Apolos mismo antes que él conociera el camino completo, pero esto no se puede
saber concretamente.
c. También existe la posibilidad de que ellos pudieran haber sido judíos que habían estado
en Palestina durante el ministerio de Jesús, y había sido nombrados entre sus
seguidores, pero no habían estado allí cuando El murió y resucitó, ni cuando los
apóstoles empezaron a dar a conocer el mensaje de salvación en el día de Pentecostés.
(1) De esta manera ellos pudieron haber sido discípulos de Jesús mismo.
(2) Sin embargo, serían creyentes en Jesús, pero no todavía creyentes en el evangelio
que ellos nunca habían escuchado.
d. De todos modos, es interesante que Pablo debería haber visto algo en ellos que le
causara preguntarles algo tan inusual, algo que Lucas no reportó en ninguna otra
situación en todo el ministerio de Pablo.
(1) Esta pregunta da por sentado que ellos eran creyentes en el Mesías, pero a la vez
deja en claro que, tal como Apolos, ellos nunca habían sido enseñados lo que era
necesario para ser salvos por El, y a lo mejor ni supieran quién era el Mesías,
solamente que Juan había proclamado que vendría tras él.
(b) Uno no puede estar en el cuerpo de Cristo sin compartir el Espíritu Santo
que da vida a ese cuerpo.
(d) A cambio, tiempo después Pablo iba a declarar a los líderes de la iglesia de
esa ciudad que él no había faltado nada al declararles todo el consejo divino.
a. (19:2) “Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo” [ajll! oujd! eij pneu'ma a\{gion
e[stin hjkouvsamen]
(2) Es obvio, entonces, que ellos no habían oído el mensaje de salvación que empezó
a predicarse con el mensaje de Pedro el día de Pentecostés.
a. Es notable, cuando Pablo supo que ellos no tenían ni conocimiento del Espíritu Santo,
que de inmediato él relacionó esto con el bautismo.
b. Sin embargo, Pablo supo que si no tenían el Espíritu, y ni siquiera supieron de El, que
era imposible que ellos habían sido bautizados en Cristo.
c. Por esa razón él quiso saber exactamente qué conocimiento tenían entonces, ésta
siendo la razón lógica para su próxima pregunta a ellos.
d. (19:3) “¿En qué, pues, fuisteis bautizados?” [eij" tiv ou\\n ejbaptivsqhte_]
b. (19:4) “diciendo al pueblo que creyesen en aquel que vendría después de él” [tw'/
law'/ levgwn eij" to;n ejrcovmenon met! aujto;n i\{na pisteuvswsin]
c. (19:4) “esto es, en Jesús el Cristo” [tou't! e[stin eij" to;n jIhsou'n]
a. (19:5) “fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús” [ejbaptivsqhsan eij" to;
o[noma tou' kurivou jIhsou']
(9) Es notable, no solamente aquí sino en muchos otros pasajes del relato de Lucas,
que los que escucharon y aceptaron el mensaje del evangelio respondieron de
forma inmediata haciéndose bautizar en el nombre de Jesús.
7. (19:6) “Y habiéndoles impuesto Pablo las manos” [kai; ejpiqevnto" aujtoi'" tou' Pauvlou
ta;" cei'ra"]
l. Para un análisis de esta idea de la imposición de manos y su relación con la venida del
Espíritu Santo y los poderes que El daba, sírvase leer los comentarios anteriores en
referencia a las palabras usadas por Lucas, cuando él relataba lo que había ocurrido en
Samaria.
m. (19:6) “vino sobre ellos el Espíritu Santo” [h\\lqe to; pneu'ma to; a\{gion ejp! aujtouv"]
(1) Uno debe notar que el texto claramente indica que esto ocurrió como
consecuencia de la imposición de las manos del apóstol Pablo.
(2) Tal como fue necesario en el caso en Samaria que los apóstoles mandaran allá
Pedro y Juan para que pudiera ocurrir lo mismo por la imposición de sus manos,
era necesario aquí esa imposición de las manos apostólicas.
(a) A pesar de la afirmación de muchos en el día de hoy, debe ser obvio que
esto no era algo que todos los creyentes bautizados hicieron, o no tendría
ningún sentido que Lucas decidiera mencionarlo.
(b) Al contrario, era un resultado de los poderes, dados por el Espíritu Santo
mismo por medio de la imposición de manos de los apóstoles, el mismo
poder que Simón había querido comprar de Pedro y Juan.
ii) No era algo que ocurrió para comprobar a ellos mismos que tuvieron
el Espíritu Santo o todos los convertidos habrían tenido que haberlo
experimentado, cosa que las Escrituras no indica de ninguna forma.
8. (19:7) “Eran por todos unos doce hombres” [h\\san de; oiJ pavnte" a[ndre" wJsei; dwvdeka]
E. EN EFESO: PABLO ENSEÑA Y MUESTRA PODER DOS AÑOS Y TRES MESES 19:8 - 19:12
“8 Y entrando Pablo en la sinagoga, habló con denuedo por espacio de tres meses,
discutiendo y persuadiendo acerca del reino de Dios. 9 Pero endureciéndose algunos y no
creyendo, maldiciendo el Camino delante de la multitud, se apartó Pablo de ellos y separó
a los discípulos, discutiendo cada día en la escuela de uno llamado Tiranno. 10 Así continuó
por espacio de dos años, de manera que todos los que habitaban en Asia, judíos y griegos,
oyeron la palabra del Señor Jesús. 11 Y hacía Dios milagros extraordinarios por mano de
Pablo, 12 de tal manera que aun se llevaban a los enfermos los paños o delantales de su
cuerpo, y las enfermedades se iban de ellos, y los espíritus malos salían.”
a. Como siempre hacía, y como había hecho la primera vez cuando estaba en la ciudad
de Efeso, Pablo aprovechó de la oportunidad para enseñar entre los judíos y los
gentiles piadosos en la sinagoga de los judíos.
(2) Tal como les había dicho antes de partir para Siria, ahora Pablo había vuelto para
conversarles nuevamente, como ellos habían pedido.
b. (19:8) “habló con denuedo por espacio de tres meses” [ejparrhsiavzeto ejpi;
mh'na" trei'"]
(1) Tal como Apolos había hecho en esa misma sinagoga durante el tiempo que Pablo
estaba de viaje, ahora Pablo hablaba con valor a ellos acerca del evangelio y del
Mesías profetizado por las Escrituras.
(2) Antes él había estado con ellos solamente un tiempo corto, pero ahora durante
tres meses les siguió hablando.
(1) Nuevamente la palabra usada por Lucas aquí [dialegovmeno"] no conlleva la idea
de una controversia en sí, sino que puede ser traducida más literalmente con la
palabra “dialogando” en vez de “discutiendo”.
(2) Como solía hacer, y como Apolos también hacía, Pablo estaba presentando la
evidencia encontrada en las Escrituras de los judíos mismos, y con la razón estaba
tratando de persuadirles a creer en la realidad de Jesús como el Mesías de las
profecías, el mismo que había hecho realidad la venida “del reino de Dios” [th'"
basileiva" tou' qeou'].
(1) Esta palabra también se usa para conllevar la idea de “ser desobediente”, un
claro resultado de la falta de fe.
(2) El resultado de su actitud de negar creer se puede ver en sus siguientes acciones,
tal como había sido en muchos casos anteriores, tanto los en la vida de Cristo
mismo como también los en la historia del libro de los Hechos.
(3) El apóstol Juan también usaba esa misma palabra, haciendo un contraste entre lo
que era la fe y el resultado de la falta de esa fe.
(2) Nuevamente Lucas usaba la frase “el Camino” [th;n oJdo;n] para referirse al
evangelio y el sendero a la salvación que Pablo y los cristianos representaban.
(1) Mientras que ellos estaban dispuestos a conversar y razonar, Pablo estuvo
dispuesto a seguir intentando convencerles a ellos.
(b) Los primeros cristianos judíos (y los griegos acostumbrados a estar con ellos
en las sinagogas) siguieron juntándose allí en la sinagoga hasta que, en vez de
platicar y razonar juntos, los incrédulos se lanzaron en contra de la verdad
y en contra de ellos, y recién los discípulos dejaron de reunirse con ellos.
(a) Pablo vio la necesidad de apartar los creyentes de entre los incrédulos, ya
que éstos últimos ya estaban tratando de menospreciar a los cristianos y el
camino de Cristo frente a los demás.
(b) Llega el momento, como fue el caso aquí y en muchos otros lugares en
Hechos, cuando los cristianos no pueden seguir en compañía de los que han
decidido no creer y por su propia incredulidad intentan destruir la fe de
otros.
(4) (19:9) “discutiendo cada día en la escuela de uno llamado Tiranno” [kaq!
hJmevran dialegovmeno" ejn th'/ scolh'/ Turavnnou]
(a) De ese hombre y de esa escuela no se sabe nada más aunque existen
muchas teorías.
3. (19:10) “Así continuó por espacio de dos años” [tou'to de; ejgevneto ejpi; e[th duvo]
a. Fue durante este tiempo que Pablo escribió su primera carta a los cristianos en la
ciudad de Corinto.
d. (19:10) “de manera que todos los que habitaban en Asia” [w\{ste pavnta" tou;"
katoikou'nta" th;n jAsivan ...]
e. (19:10) “oyeron la palabra del Señor Jesús” [... ajkou'sai to;n lovgon tou' kurivou ...]
(1) Esto no significa que Pablo mismo haya viajado a todas partes de Asia durante
estos dos años (aunque es posible que sí hizo unos viajes), sino que la influencia
de sus enseñanzas, con todo que Efeso era el centro religioso y económico de la
zona, había llegado a conocerse en todo Asia.
b. (19:12) “de tal manera que aun se llevaban a los enfermos” [w\{ste kai; ejpi; tou;"
ajsqenou'nta" ajpofevresqai]
c. (19:12) “y las enfermedades se iban de ellos” [kai; ajpallavssesqai ajp! aujtw'n ta;"
novsou"]
d. (19:12) “y los espíritus malos salían” [tav te pneuvmata ta; ponhra; ejkporeuvesqai]
e. Todas estas cosas habrían sido comprobaciones, tanto a los judíos como también a los
gentiles, que él era un vocero de Dios y que Dios mismo estaba confirmando su
mensaje con estas grandes señales.
“13 Pero algunos de los judíos, exorcistas ambulantes, intentaron invocar el nombre del
Señor Jesús sobre los que tenían espíritus malos, diciendo: Os conjuro por Jesús, el que
predica Pablo. 14 Había siete hijos de un tal Esceva, judío, jefe de los sacerdotes, que
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“HECHOS”
HECHOS ANÁLISIS DEL TEXTO PÁGINA 720
hacían esto. 15 Pero respondiendo el espíritu malo, dijo: A Jesús conozco, y sé quién es
Pablo; pero vosotros, ¿quiénes sois? 16 Y el hombre en quien estaba el espíritu malo,
saltando sobre ellos y dominándolos, pudo más que ellos, de tal manera que huyeron de
aquella casa desnudos y heridos. 17 Y esto fue notorio a todos los que habitaban en Efeso,
así judíos como griegos; y tuvieron temor todos ellos, y era magnificado el nombre del
Señor Jesús.”
1. (19:13) “Pero algunos de los judíos” [... dev tine" kai; jIoudaivwn]
(1) Es la segunda vez que Lucas aclara que uno haciendo uso de la magia negra era
un judío y no uno de los gentiles paganos.
(1) Esta frase da la impresión que ellos estaban acostumbrados a practicar estos
exorcismos en diferentes partes del mundo pagano, donde tales prácticas eran
bastantes comunes.
(2) Lo más probable sería que ellos hayan estado haciendo esto para lucrar por sus
supuestos poderes.
c. (19:13) “intentaron invocar el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían
espíritus malos, diciendo:” [ jEpeceivrhsan ... ojnomavzein ejpi; tou;" e[conta" ta;
pneuvmata ta; ponhra; to; o[noma tou' kurivou jIhsou' levgonte"]
(1) Ellos intentaron usar la invocación del nombre de Jesús como si fuera una
incantación mágica, una frase que en sí tuviera poder, como era la creencia en las
artes mágicas.
(3) (19:13) “Os conjuro por Jesús, el que predica Pablo” [oJrkivzw uJma'" to;n
jIhsou'n o\}n Pau'lo" khruvssei]
(4) Aunque es bastante claro que ellos estaban entre los que comúnmente estaban
practicando el exorcismo antes de la llegada de Pablo, cuando ellos mismos
vieron los grandes poderes que él demostraba, pensaron aprovechar del mismo
poder que él estaba usando.
(5) Esto era, básicamente, la misma reacción que se puede apreciar en la historia de
Simón, el mago de Samaria.
2. (19:14) “Había siete hijos de un tal Esceva” [h\\san dev tino" Skeua' ... eJpta; uiJoi; ...]
(1) La palabra griega que Lucas usaba aquí [ajrcierevw"] literalmente significa “sumo
sacerdote”.
(2) Es la misma palabra comúnmente usada por Lucas, y otros de los autores del
Nuevo Testamento, para referirse al máximo puesto entre los sacerdotes
judaicos.
(a) Que este hombre, Esceva, era literalmente el sumo sacerdote de los judíos,
que significaría que él habría vivido en Jerusalén.
(b) Que Lucas, en forma sarcástica, presenta el hecho que Esceva misma se
auto-proclamaba ser el principal sacerdote judaica para hacerse alguien
importante.
(c) Sea como sea, es evidente que estos siete hijos creían ejercer un poder
sobre los espíritus malos.
(4) Entonces, estos siete hombres eran los hijos del sumo sacerdote de los judíos (o
de alguien que se proclamaba serlo).
(5) Sin embargo, ellos estaban intentando practicar la magia negra, intentando usar
frases mágica, hechizos, algo claramente prohibida por las leyes divinas dadas por
Moisés.
(1) Aunque existe evidencia de esa práctica común en el pueblo judío del primer siglo
es también clara que su eficacia faltaba por notar la reacción del pueblo cuando
Jesús demostraba real poder para librar a las personas de los espíritus malos.
3. (19:15) “Pero respondiendo el espíritu malo, dijo:” [ajpokriqe;n de; to; pneu'ma to;
ponhro;n ei\\pen aujtoi'"]
(2) Los espíritus malos reconocen no solamente a Jesús, sino también a los que
realmente son de El.
(3) Los espíritus malos tienen mayor poder que el poder humano.
(5) Los poderes malignos, aunque tienen miedo de Jesús y de sus verdaderos siervos,
son capaces de reconocer a los que intentan usar el poder de El de manera falsa
y no les da ningún temor enfrentarse con esos aprovechadores.
(1) Este versículo, junto con muchos otros pasajes, comprueba sin luga a dudas que
los demonios, los espíritus malos, estaban al tanto de la realidad de que Jesús era
el Hijo de Dios, y que a El le tenían miedo.
(1) Tal como reconoció a Jesús, también ese espíritu malo reconoció que Pablo era
su enviado, su siervo, su apóstol.
(1) Sin embargo, no reconocía a ellos porque ellos no eran verdaderamente siervos
de Dios o enviados de Jesús, sino farsantes.
4. (19:16) “Y el hombre en quien estaba el espíritu malo” [kai; ... oJ a[nqrwpo" ejp! aujtou;"
ejn w|/ h\\n to; pneu'ma to; ponhrovn]
(1) Obviamente uno debe entender que no era por la fuerza del hombre mismo, sino
por el poder del espíritu malo que estaba en él, que pudo hacer esto.
(2) Es algo interesante pensar en un solo hombre lanzándose sobre siete, y logrando
dominarlos todos.
(1) Parece que ellos intentaron defenderse pero no pudieron contra el poder del
espíritu malo.
(2) De esa ocurrencia uno puede aprender una lección de gran importancia - que el
hombre y sus propias fuerzas no tiene esperanza contra el poder de Satanás y sus
huestes y por esta razón uno debe depender en el poder de Dios para poder
ganar a las fuerzas malignas.
d. (19:16) “de tal manera que huyeron de aquella casa desnudos y heridos” [w\{ste
gumnou;" kai; tetraumatismevnou" ejkfugei'n ejk tou' oi[kou ejkeivnou]
(2) En vez de liberar el hombre del espíritu malo, el espíritu malo liberó el hombre
de ser engañado por la hechicería de los exorcistas judíos.
5. (19:17) “Y esto fue notorio a todos los que habitaban en Efeso” [tou'to de; ejgevneto
gnwsto;n pa'sin ... toi'" katoikou'sin th;n [Efeson]
a. Uno puede imaginar las historias que corrieron por las calles de Efeso cuando los que
b. Esto era nada de un evento discreto, sino que uno que debería haberse sino conocido
con rapidez por todos los habitantes de esa ciudad importante.
e. (19:17) “y tuvieron temor todos ellos” [ kai; ejpevpesen fovbo" ejpi; pavnta" aujtou;"]
(1) Al ver lo que había pasado a los siete hermanos cuando ellos intentaron
aprovechar del nombre de Jesús para usarlo en sus hechicerías la reacción natural
sería tener un gran miedo de caer en lo mismo y pagar las mismas consecuencias.
(2) Es posible que esta frase de Lucas quiso enfatizar que entre los judíos nadie
tendría tentación de intentar el mal uso del nombre de Jesús, y que entre los
griegos nadie tendría la tentación de confiar en los que no eran, como Pablo, los
verdaderos representantes de El, ya que había sido demostrada era la diferencia
obvia entre los resultados de Pablo y los resultado de los intentos de los demás.
f. (19:17) “y era magnificado el nombre del Señor Jesús” [kai; ejmegaluvneto to;
o[noma tou' kurivou jIhsou']
(1) Sin embargo, no solamente el miedo era el resultado del conocimiento de esta
historia, sino también el reconocimiento que el nombre de Jesús tenía un lugar
especial y tenía que respetarse.
(a) Si su uno resultara con una reacción de esa magnitud de parte del espíritu
malo entonces el mal uso de su nombre era peligroso.
(b) Sin embargo, si daba los resultados que ellos vieron cuando Pablo lo usaba,
era fuente de un poder grande y benigno.
“18 Y muchos de los que habían creído venían, confesando y dando cuenta de sus hechos.
19 Asimismo muchos de los que habían practicado la magia trajeron los libros y los
quemaron delante de todos; y hecha la cuenta de su precio, hallaron que era cincuenta mil
piezas de plata. 20 Así crecía y prevalecía poderosamente la palabra del Señor.”
1. (19:18) “Y muchos de los que habían creído venían” [Polloiv te tw'n pepisteukovtwn
h[rconto]
a. Aquí uno puede apreciar que Dios usaba hasta los poderes malignos para crear fe en
su palabra, tal como durante la historia había usado a hombres malos y otros espíritus
inmundos con el mismo propósito.
(5) Es notable que una reacción natural de llegar a tener fe en Cristo, y en su poder
para rescatar, es el reconocimiento y la confesión del error de haber confiado en
algo falso.
c. (19:18) “y dando cuenta de sus hechos” [kai; ajnaggevllonte" ta;" pravxei" aujtw'n]
e. Ahora, sin embargo, gracias a los resultados de las acciones de Pablo, y de lo ocurrido
con los siete hijos de Esceva, se dieron cuenta del error que ellos mismos habían
practicado anteriormente.
2. (19:19) “Asimismo muchos de los que habían practicado la magia” [iJkanoi; de; tw'n ta;
periverga praxavntwn]
(1) Estos no serían libros comunes, sino los libros (o rollos) donde los secretos de
esas hechicerías mágicas estaban escritos.
(2) Eran los libros de la magia negra, los libros llenos de las misteriosas palabras que
supuestamente tenían poderes para sanar y para conquistar al mundo de la
maldad.
(1) Es notable que esta era una acción pública, no algo hecho en privado.
(2) Era, en efecto, una confesión publica que ellos ya no creyeron en esas cosas sino
que ahora se apoyaron en su fe en el nombre del Señor Jesús.
(3) Esta acción era una clara demostración que ellos estaban tomando una decisión
sin vuelta atrás, ya que estaban dispuestos a destruir por completo lo que antes
para ellos tenía mucho valor, no solamente monetario, sino también en darles una
posición de importancia en el pueblo por tener en su poder las palabras mágicas
de las cuales el pueblo dependía.
(4) Era una afirmación frente a los demás que Jesús era el poder al cual uno debía
tener temor, no el poder de las fuerzas malignas que ellos mismos habían
intentado controlar por medio de los libros de la magia.
(5) Debe servir de ejemplo para uno hoy, cuando acepta el compromiso con Jesús,
que compete a cada uno denunciar públicamente y destruir por completo las
cosas que uno está renunciando para seguir a la verdad.
(a) No se sabe si eran los creyentes que contaban el precio de esos libros o los
que todavía consideraban que los libros eran valiosos.
(b) El hecho de quemarlos, en vez de venderlos, era una clara indicación que los
creyentes no quisieron que otros estuvieran influenciados nunca más por los
contenidos de ellos.
(c) Mucha gente, al considerar el gran suma de dinero perdido, podrían opinar
que ellos deberían haberlos vendido para utilizar el dinero en algo útil.
(d) Sin embargo, ellos prefirieron sacrificar ese dinero para dar un ejemplo a los
demás y para no permitir que los libros afectaran nunca más a otros como
les habían afectado a ellos.
(7) (19:19) “hallaron que era cincuenta mil piezas de plata” [kai; eu|ron
ajrgurivou muriavda" pevnte]
(a) El precio alto de esos libros tenía que ver con el supuesto poder que tenían
en sus palabras, no solamente en la cantidad de ellos ni en su cualidad.
(b) Copias de ese tipo de libros (que contenían formulas mágicas e información
secreta) han sido excavadas entre las ruinas de Efeso, una ciudad que servía
al mundo antiguo como un centro de las religiones paganas.
(c) Aunque Lucas no especifica de cual moneda de plata hace referencia, lo más
probable sería que haya referido al dracma, la moneda de plata más común
en aquel tiempo.
(d) Los no creyentes deberían haber pensado que los creyentes se habían
vueltos locos porque estaban botando tanta plata.
3. (19:20) “Así crecía y prevalecía poderosamente la palabra del Señor” [ou\{tw" kata;
kravto" tou' kurivou oJ lovgo" hjuvxanen kai; i[scuen]
a. El triunfo de “la palabra del Señor” [tou' kurivou oJ lovgo"] sobre la magia, y sobre
los espíritus malos, es un tema que Lucas menciona en varias partes de su relato.
“21 Pasadas estas cosas, Pablo se propuso en espíritu ir a Jerusalén, después de recorrer
Macedonia y Acaya, diciendo: Después que haya estado allí, me será necesario ver también
a Roma.”
1. (19:21) “Pasadas estas cosas, Pablo se propuso en espíritu” [ JW" de; ejplhrwvqh tau'ta,
e[qeto oJ Pau'lo" ejn tw'/ pneuvmati ...]
(6) El no había terminado su tarea todavía y necesitaba volver a ver a los hermanos,
tal como había hecho después del primer viaje.
(2) Es obvio que Pablo estaba pensando en la responsabilidad de visitar a ellos para
ayudarles en su caminata en Cristo.
(10) Enviaba a ellos, entre otras posibles razones, para juntar y traer la ofrenda de
esos cristianos para la ayuda de los hermanos en Judea.
(1) La provincia de Acaya tenía como su ciudad principal la gran ciudad de Corinto,
donde Pablo había pasado bastante tiempo, y donde él había dejado un gran
número de creyentes.
(2) Tal como era el caso con Macedonia, entre otros motivos Pablo iría a Acaya para
recolectar de ellos la ayuda que llevaría a Jerusalén para los hermanos allí.
a. (19:21) “Después que haya estado allí” [o\{ti meta; to; genevsqai me ejkei']
b. (19:21) “me será necesario ver también a Roma” [dei' me kai; Rwvmhn ijdei'n]
(6) Es muy probable que Pablo no haya sabido que esas eran palabras proféticas,
palabras que indicaban que él iría allá como preso.
“22 Y enviando a Macedonia a dos de los que le ayudaban, Timoteo y Erasto, él se quedó
por algún tiempo en Asia. 23 Hubo por aquel tiempo un disturbio no pequeño acerca del
Camino. 24 Porque un platero llamado Demetrio, que hacía de plata templecillos de
Diana, daba no poca ganancia a los artífices; 25 a los cuales, reunidos con los obreros del
mismo oficio, dijo: Varones, sabéis que de este oficio obtenemos nuestra riqueza; 26 pero
veis y oís que este Pablo, no solamente en Efeso, sino en casi toda Asia, ha apartado a
muchas gentes con persuasión, diciendo que no son dioses los que se hacen con las manos.
27 Y no solamente hay peligro de que este nuestro negocio venga a desacreditarse, sino
también que el templo de la gran diosa Diana sea estimado en nada, y comience a ser
destruida la majestad de aquella a quien venera toda Asia, y el mundo entero. 28 Cuando
oyeron estas cosas, se llenaron de ira, y gritaron, diciendo: ¡Grande es Diana de los efesios!
29 Y la ciudad se llenó de confusión, y a una se lanzaron al teatro, arrebatando a Gayo y
a Aristarco, macedonios, compañeros de Pablo. 30 Y queriendo Pablo salir al pueblo, los
discípulos no le dejaron. 31 También algunas de las autoridades de Asia, que eran sus
amigos, le enviaron recado, rogándole que no se presentase en el teatro. 32 Unos, pues,
gritaban una cosa, y otros otra; porque la concurrencia estaba confusa, y los más no sabían
por qué se habían reunido. 33 Y sacaron de entre la multitud a Alejandro, empujándole los
judíos. Entonces Alejandro, pedido silencio con la mano, quería hablar en su defensa ante
el pueblo. 34 Pero cuando le conocieron que era judío, todos a una voz gritaron casi por
dos horas: ¡Grande es Diana de los efesios! 35 Entonces el escribano, cuando había
apaciguado a la multitud, dijo: Varones efesios, ¿y quién es el hombre que no sabe que la
ciudad de los efesios es guardiana del templo de la gran diosa Diana, y de la imagen venida
de Júpiter? 36 Puesto que esto no puede contradecirse, es necesario que os apacigüéis, y
que nada hagáis precipitadamente. 37 Porque habéis traído a estos hombres, sin ser
sacrílegos ni blasfemadores de vuestra diosa. 38 Que si Demetrio y los artífices que están
con él tienen pleito contra alguno, audiencias se conceden, y procónsules hay; acúsense los
unos a los otros. 39 Y si demandáis alguna otra cosa, en legítima asamblea se puede
decidir. 40 Porque peligro hay de que seamos acusados de sedición por esto de hoy, no
habiendo ninguna causa por la cual podamos dar razón de este concurso. 41 Y habiendo
dicho esto, despidió la asamblea.”
1. (19:22) “Y enviando a Macedonia a dos de los que le ayudaban” [ajposteivla" de; eij"
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“HECHOS”
HECHOS ANÁLISIS DEL TEXTO PÁGINA 730
a. Este versículo aclara bien que Pablo iba acompañado con varias otras personas que le
estaban ayudando en su ministerio en ese tercer viaje, aunque Lucas no los había
mencionado anteriormente en su relato.
(1) Lucas introdujo a Timoteo unos capítulos antes, explicando quién era y la razón
que Pablo tenía para circuncidarle y llevarle como ayudante.
(3) Sin embargo, aunque ahora Timoteo estaba nuevamente con Pablo en Efeso, uno
no puede afirma que le había estado acompañándole a él todo ese tiempo, o si,
como Aquila y Priscila, él pudiera haberse quedado en Efeso, o aun en Corinto,
parte de aquel tiempo.
(2) Hasta el día de hoy existe una inscripción en las ruinas de Corinto dando a saber
que fue él quien donó a la ciudad una plazuela.
d. Lo más probable sería que con ellos Pablo mandó su primera carta a los corintios a
cargo de estos dos hombres cuando ellos iban en rumbo hacía Macedonia desde el
puerto de Efeso.
e. (19:22) “él se quedó por algún tiempo en Asia” [aujto;" ejpevscen crovnon eij" th;n
jAsivan]
(1) Aquí la referencia a “Asia” [ jAsivan] nuevamente sería una referencia a Efeso.
2. (19:23) “Hubo por aquel tiempo” [ jEgevneto de; kata; to;n kairo;n ejkei'non]
(1) Era una manera de decir que el disturbio era muy grande; no era algo menor sino
un espectáculo de gran importancia.
(9) Esta palabra se usaba como una referencia al cristianismo, al mensaje de salvación,
a la verdad que el camino a la vida era solamente por medio de los méritos del
sacrificio de Jesús.
(1) “Diana” [ jArtevmido"] era el nombre romana para la diosa Artemisa de Efeso.
(2) Aunque la Reina-Valera de 1960 usa el nombre latino, el texto griego utilizaba el
nombre “Artemisa” [ jArtevmido"].
(3) Entre estas obras de plata hechas por Demetrio y los otros plateros estaban
miniaturas del gran templo de Artemisa que se usaban para santuarios en los
hogares de los efesios, y también se daban por los peregrinos como ofrendas
diarias a la diosa.
(5) Estas imágenes datan del tiempo del emperador Domiciano, entre 81-96 D.C.,
fecha muy pocos años después del tiempo en el cual Pablo estuvo trabajando allí.
(6) En aquel tiempo Demetrio habría sido parte del gremio de los artesanos de plata
que hacían un buen negocio con la venta de esos artículos religiosos.
(7) No los vendían solamente a los residentes de Efeso sino también a los miles de
peregrinos religiosos que visitaron a la ciudad cada año.
d. (19:24) “daba no poca ganancia a los artífices” [pareivceto toi'" tecnivtai" oujk
ojlivghn ejrgasivan]
(1) Nuevamente Lucas usa, como lo hacía en el versículo anterior, una expresión “no
poca ganancia” [oujk ojlivghn ejrgasivan], de esa manera dando a conocer que
la cantidad de negocio que fue creado por la venta de esos “templecillos”
[naou;"] era enorme.
(a) (19:25) “reunidos con los obreros del mismo oficio” [sunaqroivsa" kai;
tou;" peri; ta; toiau'ta ejrgavta"]
(b) Estos, en aquel tiempo, habrían sido los del gremio de los artesanos en plata,
del cual Demetrio pudo haber sido un líder importante.
ii) Para el grupo con quien él estaba hablando este hecho habría sido ya
muy entendido, pero lo utilizó con fines de unir todo el grupo en
contra de Pablo y del Camino que él estaba proclamando.
(c) (19:26) “pero veis y oís que este Pablo” [kai; qewrei'te kai; ajkouvete
o\{ti... oJ Pau'lo" ou|to"]
ii) (19:26) “sino en casi toda Asia” [ajlla; scedo;n pavsh" th'" jAsiva"]
i) Esta frase es una indicación del gran crecimiento de la iglesia que había
ocurrido en Asia cuando finalmente les había sido predicado el mensaje
de salvación.
iii) (19:26) “diciendo que no son dioses los que se hacen con las
manos” [levgwn o\{ti oujk eijsi;n qeoi; oiJ dia; ceirw'n ginovmenoi]
(e) (19:27) “Y no solamente hay peligro” [ouj movnon de; tou'to kinduneuvei]
ii) (19:27) “sino también que el templo de la gran diosa Diana sea
estimado en nada” [ajlla; kai; to; th'" megavlh" qea'" jArtevmido"
iJero;n eij" oujqe;n logisqh'nai]
(1) El enojo era tanto que ellos empezaban a perder el sentido común y el control
sobre sí mismos y comenzaron a gritar.
(2) La realidad es que este fenómeno, cuando se crea una turba, es conocido.
(4) Es importante notar que la ira del hombre no hace el bien, sino el mal.
b. Lucas repitió esa afirmación, que los ciudadanos no entendieron lo que estaban
protestando, aun después de que ellos estaban reunidos en el teatro.
(1) Las ruinas, bien conservadas, de ese teatro todavía se pueden apreciar entre las
ruinas de la gran ciudad de Efeso.
(2) El teatro tenía una capacidad de casi veinte cinco mil personas y estaba ubicado
en la ciudad misma, no lejos de las calles principales.
ii) Esto pone en duda que sea el mismo hombre nombrado pocos
versículos después, donde aparece otro hombre llamado Gayo, pero
él era de Derbe, no de Macedonia.
iv) El hecho que ambos de esos hombres aparecen en partes más tardías
de la historia que presenta Lucas es clara indicación que, a lo mejor
después de haber recibido castigos de algún índole, fueron sueltos los
dos.
6. (19:30) “Y queriendo Pablo salir al pueblo” [Pauvlou de; boulomevnou eijselqei'n eij" to;n
dh'mon]
a. Esta frase nos permite ver el carácter del apóstol Pablo y su dedicación a la misión que
el Señor le había encargado.
(1) Lo único que él quiso era tener la oportunidad de hablar con la muchedumbre en
la esperanza que algunos de ellos serían capaces de ver y aceptar la verdad de
Cristo y de su oferta de salvación.
(2) Preocupación por su seguridad personal, aunque ya había sido perseguido y había
sufrido mucho, no le tenía importancia, sino solamente lo oportunidad de ayudar
a otros a lograr salvarse.
(3) Muchas veces en el día de hoy las personas enfocan más en su propio bienestar
y menos en el bienestar eterno de los que ellos puedan influir.
(1) Sin embargo, los otros cristianos en Efeso no quisieron que Pablo llegara a ser
sacrificado por la turba, cosa que ellos debían haber pensado como probable, sino
que no le dejaron hacer lo que habría sido, en efecto, suicidio.
(2) Esta acción de parte de los hermanos en Efeso es algo que se ha visto en otras
partes del relato de Lucas, cuando hermanos en otras partes intervinieron para
proteger al apóstol de las consecuencias del impacto de sus predicaciones entre
el pueblo.
(a) Sin embargo, al contrario de muchas de esas otras persecuciones, esta vez
el peligro que estaba enfrentando no era de parte de los judíos, sino de
parte de los paganos.
c. (19:31) “También algunas de las autoridades de Asia” [tine;" de; kai; tw'n
jAsiarcw'n]
(1) Esa palabra griega [ jAsiarcw'n], aquí traducida como “las autoridades de Asia”,
era una referencia a hombres de alto rango, miembros de un grupo, un concilio,
que fue encargado en la provincia de Asia de mantener el culto al emperador.
(2) Es interesante la referencia, no a ellos como las autoridades en Efeso, sino los de
Asia, una clara indicación que su influencia y poder extendía sobre toda la
provincia y que ellos no eran solamente líderes municipales.
(a) Es notable que, aun entre este grupo de hombres importantes, Pablo había
hecho “amigos” [fivloi] que estaban preocupados por su vida.
(b) Aunque es probable que ellos no hayan sido parte del grupo de los
discípulos, sino gente que no acordaba con su mensaje, de igual manera eran
sus amigos.
(c) Aquí se puede apreciar la realidad que el hecho de que otros todavía no
están listos para aceptar el mensaje de uno esto no los hace enemigos.
(d) Un cristiano puede seguir siendo amigo con los que aun no han llegada a
creer en el mensaje de salvación.
(a) Tal como los discípulos, estos amigos supieron el gran peligro que Pablo
estaría corriendo si se presentara en el teatro.
(b) También es probable que ellos hayan sido consientes que su presentación
allí frente a la turba solamente aumentaría el desorden y no llevaría a un
buen fin.
7. (19:32) “Unos, pues, gritaban una cosa, y otros otra” [a[lloi me;n ou\\n a[llo ti e[krazon]
c. Esto ocurrió porque en realidad la mayoría solamente sabía que algo estaba pasando
pero no tenía idea real de la razón porque todos estaban allí.
(1) La palabra usada aquí por Lucas, y traducida como “la concurrencia”, es la
palabra griega [hJ ejkklhsiva], la misma palabra traducida en muchas otras partes
del texto como “iglesia”.
(2) Lo interesante es que ilustra claramente cómo fue usada esa palabra común en
(3) Es obvio que la palabra en sí no tenía ningún sentido religioso, sino que solamente
significado un grupo, una asamblea, personas llamadas fuera de sus hogares y
negocios para juntarse en algo común.
(4) Compare con el uso que da Lucas de esa misma palabra griega en otros pasajes.
f. (19:32) “y los más no sabían por qué se habían reunido” [kai; oiJ pleivou" oujk
h[/deisan tivno" e\{neka sunelhluvqeisan]
(1) Es una característica del ser humano querer ser parte de lo que está pasando,
parte del grupo.
(2) En casos así se puede convertir en esa mentalidad de turba, una mentalidad que
causa a uno accionar sin tener la más mínima idea de alguna razón por lo que uno
mismo está haciendo o diciendo.
(3) Es obvio, por esta frase de Lucas, que en aquel día en Efeso se juntaron miles de
personas sin tener idea porque estaban allí gritando, una acción totalmente ilógica
y extremadamente peligrosa.
(4) Con razón los discípulos de Efeso, y también los amigos de Pablo allí, intentaron
prevenir que Pablo lograra ponerse frente la turba que se había juntado en el
teatro para tratar de hablarles a ellos.
8. (19:33) “Y sacaron de entre la multitud a Alejandro” [ejk de; tou' o[clou sunebivbasan
jAlevxandron]
a. No se sabe más acerca de la identidad de ese hombre, ni tampoco la razón por la cual
los judíos intentarían lograr que él hablara a la turba.
(1) Es posible que esto haya sido un intento de parte de los mismos judíos aclarar,
a pesar de su propias objeciones a las deidades de Asia, que ellos no habían sido
la causa del problema.
(2) Es posible que ellos quisieran aclara la distinción entre la población judaica en
general y los seguidores de Jesús como el Mesías.
(3) Es posible que muchos en la turba, ya que no sabían que estaba pasando, habrían
pensado que Alejandro estuviera involucrado.
(4) Es obvio, por las siguientes frases, que él había sido seleccionado de alguna
manera por los judíos para defenderlos frente a la turba, pero que ese intento no
dio resultados.
(1) Algunos de esos mismos judíos le causaron problemas para Pablo en Jerusalén
cuando él llegaba allí a finalizar ese tercer viaje misionero.
(1) Es posible que Pablo haya hecho una referencia a ese mismo hombre en una de
sus cartas a Timoteo.
(a) Tal como en el día de hoy, cuando hay mucho ruido es común intentar pedir
silencio con las mociones de la mano.
(a) A lo mejor su defensa haya sido una defensa para sí mismo, pero parece más
probable que fuera una para los judíos en general, ya que parece que ellos
le pusieron por portavoz.
(b) Es muy probable que la intención habría sido aclarar la distinción entre los
judíos en sí y los judíos cristianos y de esa forma asegurarse que la culpa
cayera sobre Pablo y los discípulos y no sobre ellos mismos.
d. (19:34) “Pero cuando le conocieron que era judío” [ejpignovnte" de; o\{ti jIoudai'o"
ejstin]
(1) Sin embargo, probablemente por su manera de vestirse, cuando los Efesos se
dieron cuenta que Alejandro era un judío, parte de un grupo que ellos ya
reconocieron como los en contra de Artemisa y los otros dioses paganos, ellos
no tenían ninguna intención dejarle explicar nada.
(2) (19:34) “todos a una voz gritaron” [fwnh; ejgevneto miva ejk pavntwn ...
krazovntwn ]
(a) Es notable que antes, no sabiendo la mayoría lo que estaba pasando, uno
gritaba una cosa mientras otros gritaban otras cosas.
(b) Sin embargo, ahora “todos a una voz gritaron” [fwnh; ejgevneto miva ejk
pavntwn ... krazovntwn], todos unidos en defensa de su diosa, ya que había
llegado ser evidente que ella estaba involucrado en la confusión.
(c) Uno puede imaginar el sonido en el teatro con más que veinte mil personas
gritando la misma cosa.
(3) (19:34) “casi por dos horas:” [wJ" ejpi; w\{ra" duvo]
(b) Como antes, Lucas usaba aquí el término griego “Artemisa”[ [Artemi"], y
no el nombre latino “Diana”.
a. “El escribano” [oJ grammateu;"] habría sido el oficial más alto de la ciudad, él que haría
público las decisiones de la asamblea cívica, el intermediario entre las oficiales de la
ciudad y las autoridades del gobierno romano.
b. Una vez más Lucas usaba el término exacto para referirse a ese oficial.
(1) Parece lógico que, tal como ellos habían reconocido a Alejandro como un judío,
que los efesios reconocieron al escribano como su propio oficial local de mayor
importancia y por esa razón él, finalmente, él pudo lograr apaciguarlos.
(2) (19:35) “¿y quién es el hombre que no sabe que la ciudad de los efesios es
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HECHOS ANÁLISIS DEL TEXTO PÁGINA 743
guardiana” [tiv" gavr ejstin ajnqrwvpwn o\}" ouj ginwvskei th;n jEfesivwn povlin
newkovron ou\\san]
(a) Esta pregunta era pregunta retórica, más bien una afirmación que todos en
todas partes sabían de Atemisa de los efesios, ya que esa ciudad era
mundialmente reconocida como el centro religioso de las prácticas idólatras
y que contaba con el templo más espectacular de todo el mundo.
(b) (19:35) “del templo de la gran diosa Diana” [th'" megavlh" jArtevmido"]
ii) Su punto era que todos sabían la relación entre Efeso y la diosa
Artemisa.
ii) Se cree que esto sea una referencia a un meteorito, el supuesto origen
de la estatua de la diosa Artemisa.
(3) (19:36) “Puesto que esto no puede contradecirse” [ajnantirrhvtwn ou\\n o[ntwn
touvtwn]
a) Parece que él tuviera algún temor que ellos iban a actuar con
violencia en contra de alguien y cometer lo que estaría
considerado como un acto de anarquía, o insurrección, por los
romanos.
(4) (19:37) “Porque habéis traído a estos hombres” [hjgavgete ga;r tou;" a[ndra"
touvtou"]
(a) La frase “estos hombres” [tou;" a[ndra" touvtou"] sería una referencia a
Gayo y Aristarco, quienes ellos habían llevado al teatro porque eran
acompañantes de Pablo.
ii) El escribano deja en claro que a pesar del hecho que no eran
adoradores de los ídolos, no había evidencia que ellos habían hecho
algo en contra del gran templo de Artemisa, algo que habría justificado,
en parte, lo que estaba pasando aquel día.
(a) (19:38) “y los artífices que están con él” [kai; oiJ su;n aujtw'/ tecni'tai]
(b) (19:38) “tienen pleito contra alguno” [e[cousi prov" tina lovgon]
iv) Al ser capital de la provincia, Efeso habría sido el sede del procónsul
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HECHOS ANÁLISIS DEL TEXTO PÁGINA 745
(6) (19:39) “Y si demandáis alguna otra cosa” [eij dev ti peraitevrw ejpizhtei'te]
(a) (19:39) “en legítima asamblea se puede decidir” [ejn th'/ ejnnovmw/
ejkklhsiva/ ejpiluqhvsetai]
ii) (19:40) “no habiendo ninguna causa por la cual podamos dar
razón de este concurso” [mhdeno;" aijtivou uJpavrconto" peri; ou| ouj
dunhsovmeqa ajpodou'nai lovgon peri; th'" sustrofh'" tauvth"]
10. (19:41) “Y habiendo dicho esto, despidió la asamblea” [kai; tau'ta eijpw;n ajpevlusen
th;n ejkklhsivan]
11. Pablo parece hacer referencia a este evento en varias de sus cartas.
a. Es posible que Priscila y Aquila hayan sido entre los que pusieron sus propias vidas en
peligro por Pablo durante este evento.
“1 Después que cesó el alboroto, llamó Pablo a los discípulos, y habiéndolos exhortado y
abrazado, se despidió y salió para ir a Macedonia. 2 Y después de recorrer aquellas
regiones, y de exhortarles con abundancia de palabras, llegó a Grecia.”
1. (20:1) “Después que cesó el alboroto” [Meta; de; to; pauvsasqai to;n qovrubon]
(b) Sin embargo, en su despedida final con los de Efeso, Lucas sí decía que ellos
le abrazaron a Pablo en esa escena.
(b) Aquí Lucas presenta la despedida de los cristianos en Efeso por Pablo con
muy pocas palabras.
(c) Sin embargo da mucha más acerca de su despedida final de los ancianos de
la iglesia de Efeso cuando él los juntó, tiempo después, en Mileto para
despedirse de ellos.
(d) Aunque Lucas no presenta mucha información acerca de esta parte del
ministerio de Pablo, lo más probable es que haya viajado hacia el norte,
pasado por Troas, y solamente desde allí habría pasado hacia el poniente
para volver a visitar las iglesias en Macedonia.
(e) Según la información que se puede juntar de las cartas de Pablo a los
corintios, una de las cuales habiendo sido escrita desde Efeso y la otra desde
Macedonia, es evidente que Pablo tenía intenciones de ir también allí, pero
solamente después de haber viajado a Macedonia y haber reunido las
ofrendas de los hermanos allá para la ayuda de los de Judea.
(f) Además, él esperaba juntarse con Tito, quien él había enviado a Corinto,
para saber más acerca de la situación allí antes de llegar.
2. (20:2) “Y después de recorrer aquellas regiones” [dielqw;n de; ta; mevrh ejkei'na]
a. La frase “aquellas regiones” [mevrh ejkei'na] sería una referencia a la área entre Efeso
y Troas, como también Macedonia, donde habrá visitado las iglesias de Filipos,
Tesalonica, y Berea, por lo menos, antes de emprender el largo viaje hacia el sur para
llegar a la región de Acaya, donde Corintio era la ciudad principal con la iglesia más
grande.
c. El viajemismo, combinado con el tiempo con las congregaciones que él visitaba para
exhortarlas y juntar sus ofrendas para Judea, pudo haber durado alrededor de un año
y medio, pero Lucas no provee ningún detalle de este tiempo.
lovgw/ pollw']/
(1) Aquí usaba Lucas el término “Grecia” [ JEllavda] para hacer referencia a Acaya
y no en el sentido común en el día de hoy para toda la nación de Grecia, tanto las
provincias de Macedonia y Acaya.
(3) Sin embargo, a pesar de la información que Pablo mismo daba a conocer con sus
cartas a los corintios, Lucas no provee mucha información acerca de esa visita allí,
solamente dando a conocer que él pasó tres meses allí y que nuevamente los
judíos le quisieron causar daños.
“3 Después de haber estado allí tres meses, y siéndole puestas asechanzas por los judíos
para cuando se embarcase para Siria, tomó la decisión de volver por Macedonia.”
1. (20:3) “Después de haber estado allí tres meses” [poihvsa" te mh'na" trei'"]
a. Aunque no detalló el tiempo que ellos estuvieron en Macedonia, ahora Lucas informa
que estaban en Acaya tres meses, probablemente los meses del invierno, cuando los
barcos normalmente no zarparon en esa zona porque era muy peligrosa la navegación
en ese época del año.
b. Es bastante probable que la carta de Pablo a los romanos se escribiera durante estos
meses en Corinto.
(2) (20:3) “para cuando se embarcase para Siria” [mevllonti ajnavgesqai eij" th;n
Surivan]
(a) Uno debe recordar que uno de los motivos principales para las visitas de
Pablo a Macedonia y Acaya era reunir sus ofrendas para poderlas llevar
juntas con las de Macedonia a los hermanos que estaban sufriendo en Judea.
(b) Este versículo deja en claro que los planes de Pablo incluían embarcar desde
el puerto de Cencrea hacia Siria, que habría sido la manera más directa, y
más rápida, para poder llegar a Jerusalén desde la ciudad de Corinto.
(c) Sin embargo, nuevamente los judíos le pusieron trampa con la intención de
matarle.
ii) El hecho de saber cuales barcos estaban zarpando hacia Siria habría
hecho la tarea de encontrarle más fácil y más conveniente para ellos.
iii) Lucas no explica cómo Pablo supo del complot, solamente indica que
a raíz de ello él cambió sus planes y decidió no zarpar desde Cencrea
hacia Siria sino ir por tierra, a través de Macedonia.
2. (20:3) “tomó la decisión de volver por Macedonia” [ejgevneto gnwvmh" tou' uJpostrevfein
dia; Makedoniva"]
L. VIAJE POR MACEDONIA, NAVEGANDO DESDE FILIPOS HASTA TROAS 20:4 - 20:6
nos esperaron en Troas. 6 Y nosotros, pasados los días de los panes sin levadura, navegamos
de Filipos, y en cinco días nos reunimos con ellos en Troas, donde nos quedamos siete días.”
b. Es probable que ellos le acompañaran, no solamente hasta Asia, sino hasta Judea, ya
que eran representantes de las iglesias enviando la ayuda hacia allá.
(4) Nada más se sabe de él, aunque es posible que sea el mismo hombre nombrado
por Pablo como “Sosípater” [Swsivpatro"] en la carta a los romanos, una carta
que Pablo había escrito durante este tiempo en Corinto.
(2) Este “Aristarco” [ jArivstarco"] parece ser el mismo hombre nombrado antes,
identificado allí como de Macedonia.
(b) Además, estaba todavía con Pablo varios años después cuando el apóstol fue
llevado preso hacia Roma, y aun cuando él estaba escribiendo cartas desde
una cárcel romana.
(2) El hecho que claramente Lucas indica que el “Gayo” [Gavi>o"] nombrado aquí era
“de Derbe” deja en claro que no se trata del mismo hombre nombrado
anteriormente porque aquel hombre era un macedonio, no uno de Derbe.
(3) Aunque Timoteo era de Listra, ciudad cercano de Derbe, es muy posible que
ambos de estos hombre estaban representando a las iglesias de esa zona y por
esa razón Lucas combinaba sus nombres y nombraba solamente a Derbe, la
cuidad de mayor importancia en esa área.
(4) De todos modos, Timoteo había sido acompañante de Pablo durante bastante
tiempo y él había sido enviado hacia Macedonia para preparar todo antes del viaje
allí de Pablo desde Efeso.
(b) Según las evidencias de las cartas de Pablo, es probable que ese hombre
haya sido el encargado de entregar varias de las cartas de Pablo a sus
destinatarios.
(a) El era de Efeso, y hay indicaciones que era un gentil, no un judío, porque
(1) El uso de la primera persona plural, nuevamente, a partir de este versículo, indica
que de nuevo Lucas había llegado a formar parte del grupo.
(2) Es posible que por esta razón Lucas no había contado muchos detalles del tiempo
de Pablo y los otros compañeros en Macedonia y Acaya, porque él mismo no
había estado con ellos durante todo el viaje, sino que solamente se había juntado
con ellos nuevamente en Filipos.
(3) Troas, el puerto del lado de Asia, era el lugar de encuentro para el grupo.
a. (20:6) “pasados los días de los panes sin levadura” [... meta; ta;" hJmevra" tw'n
ajzuvmwn]
(1) Esta fiesta religiosa de los judíos empezaba con la pascua y duró una semana,
durante la cual los judíos, por mandato de Moisés, no podían ni tener la levadura
en sus casas y comieron pan ásimo.
(5) Así que Pablo y algunos de sus compañeros (Lucas por lo menos) pasaron esos
días de la fiesta judaica en Filipos.
(6) Aunque originalmente Pablo había planeado llegar a Jerusalén más rápido por
barco desde Cencrea, ahora él quiso llegar a Jerusalén antes del día de
Pentecostés, la próxima fiesta de los judíos que se celebraba siete semanas
después de la pascua.
(1) Literalmente no navegaron de Filipos mismo, ya que esa ciudad quedaba unos
pocos kilómetros al norte de su ciudad puerto, Neapolis.
c. (20:6) “y en cinco días nos reunimos con ellos en Troas” [kai; h[lqomen pro;"
aujtou;" eij" th;n Trw/avda a[cri hJmerw'n pevnte]
(1) Aunque cuando fueron hacia el oeste el viaje duraba solamente dos días, ahora
tenía una duración de cinco días.
(2) Esta diferencia pudo haber tenido relación con los vientos en diferentes épocas
del año, o posiblemente se debiera a algunas paradas del barco en algunas de las
islas que estaban entre los dos puertos.
(3) De todas formas, ahora es obvio que Lucas estaba nuevamente con el grupo, y
que él nuevamente estaba dejando en claro los días que pasaron en el viaje
porque esa información tenía que ver con la fecha de su llegada a Judea.
d. (20:6) “donde nos quedamos siete días” [o\{pou dietrivyamen hJmevra" eJptav]
(1) Tomando en cuenta lo que Lucas dice acerca del apuro de Pablo para llegar a
Jerusalén para poder estar allí en la fiesta de Pentecostés, a primera vista parece
difícil entender la razón que pudieran haber tenido para quedarse toda una
semana en Troas.
(2) Sin embargo, cuando Lucas cuenta el resto de la historia, llega a ser evidente la
razón.
(a) Ellos estaban esperando allí para poder reunirse con los hermanos en Troas
cuando ellos se reunieron en el primer día de la semana para así poder
compartir con ellos la cena del Señor.
“7 El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo les
enseñaba, habiendo de salir al día siguiente; y alargó el discurso hasta la medianoche. 8 Y
había muchas lámparas en el aposento alto donde estaban reunidos; 9 y un joven llamado
Eutico, que estaba sentado en la ventana, rendido de un sueño profundo, por cuanto Pablo
disertaba largamente, vencido del sueño cayó del tercer piso abajo, y fue levantado
muerto. 10 Entonces descendió Pablo y se echó sobre él, y abrazándole, dijo: No os
alarméis, pues está vivo. 11 Después de haber subido, y partido el pan y comido, habló
largamente hasta el alba; y así salió. 12 Y llevaron al joven vivo, y fueron grandemente
consolados.”
1. (20:7) “El primer día de la semana” [ jEn de; th'/ mia'/ tw'n sabbavtwn]
a. Esto habría sido el día domingo, el día después del séptimo día que desde la antigüedad
los judíos habían guardado como día de reposo.
b. Aunque en gran parte del mundo latino los calendarios tienen a lunes como el primer
día de la semana, en el resto del mundo, y claramente en el mundo antiguo, la semana
empieza con el día domingo y termina con el día sábado.
c. Algunos argumentan, ya que para los judíos los días empezaban con el puesto del sol
la noche anterior, que esta frase indicaría que en esta ocasión los hermanos en Troas
estaban reuniéndose el sábado en la noche.
(1) Sin embargo, esta afirmación es un error que se puede refutar con las mismas
palabras del texto bajo estudio.
(2) Si fuera así, la frase del versículo siguiente “habiendo de salir al día siguiente”
[mevllwn ejxievnai th'/ ejpauvrion] obligadamente tendría que significar que la salida
no pudo ocurrir hasta, por lo menos, el puesto del sol del día domingo, cuando
recién empezaba el próximo día.
(3) Sin embargo, el texto es claro en decir que Pablo “habló largamente hasta el
alba y así salió” [ejf! iJkanovn te oJmilhvsa" a[cri aujgh'" ou\{tw" ejxh'lqen].
(b) Así que, para que las dos frases pueden coincidir es necesario aceptar que
Lucas, un gentil, no estaba usando el tiempo como lo calculaban los judíos,
sin como lo calculaban los gentiles y para ellos (tal como en el mundo actual)
un día terminaba a la medianoche cuando comenzaba el día siguiente.
(c) De esa manera es injusto tratar de imponer la idea de que ellos se estaban
juntando para partir el pan el sábado por la noche, porque tal afirmación no
deja que el texto mismo pueda tener sentido.
d. (20:7) “reunidos los discípulos para partir el pan” [sunhgmevnwn hJmw'n klavsai
a[rton]
(1) Aquí Lucas es definitivo cuando presenta la razón por la reunión de los discípulos
en Troas.
(2) También conviene recordar que era para poder acudir a esa reunión con ellos
que Pablo y sus compañeros habían esperado allí toda una semana.
(3) La participación juntos en la cena del Señor, sin lugar a dudas, fue el propósito de
su reunión.
(1) Aunque el propósito principal para esa reunión era la participación en conjunto
de la cena del Señor, Pablo aprovechó de la oportunidad de estar reunidos con
ellos para enseñarles a los discípulos en Troas.
(3) (20:7) “habiendo de salir al día siguiente” [mevllwn ejxievnai th'/ ejpauvrion]
(a) Parece que Pablo tenía mucho que quiso compartir con ellos y él no iba a
menospreciar una oportunidad que no iba a volver a presentarse.
2. (20:8) “Y había muchas lámparas en el aposento alto donde estaban reunidos” [h\\san
de; lampavde" iJkanai; ejn tw'/ uJperwv/w/ ou| h\\men sunhgmevnoi]
a. Tal como había sido el caso en Jerusalén el día de Pentecostés, es interesante que los
b. Era, y todavía es, muy común que se dedican los primeros pisos de un edificio al
negocio y los pisos de más altura a viviendas y salas que pueden prestarse para otros
tipos de uso, como en estos casos, para reuniones de grupos.
c. Uno debe recordar que en su tiempo no estaba disponible la luz eléctrica y las
lámparas mencionadas aquí habrían usado una mecha en un recipiente de aceite, que,
al quemarse, daba luz parecida a lo que da una vela.
d. La importancia de las “muchas lámparas” [lampavde" iJkanai] puede haber sido que
cada uno de ellas habría estado ocupando oxígeno y eso pudo haber contribuido al
sueño del joven, ya que cada una de esas lámparas habrían estado quemando aceite.
(c) En esta historia también es bastante interesante porque acuerda bien con
la bendición del joven de haber sido resucitado después de caer a su muerte
por la ventana del tercer piso.
(a) Después él usa otra palabra griega y lo llama “joven” [pai'da], una palabra
mejor traducida como “niño”, dejando una clara indicación que él no era
uno de los adultos de la congregación de discípulos sino probablemente un
hijo de algunos de ellos.
(3) (20:9) “que estaba sentado en la ventana” [kaqezovmeno" ... ejpi; th'" qurivdo"]
(a) A lo mejor él pudiera haber ida a sentarse allí en búsqueda de más aire
porque ya estaba con sueno por la hora avanzada.
(1) (20:9) “por cuanto Pablo disertaba largamente” [dialegomevnou tou' Pauvlou
ejpi; plei'on]
(a) Parece que esto estaba ocurriendo pasada la medianoche, porque Lucas
vuelve a enfatizar que Pablo seguía hablando aun más.
(b) Parece muy probable que ese sermón de Pablo ya había durado varias horas
antes del incidente.
(1) (20:9) “cayó del tercer piso abajo” [e[pesen ajpo; tou' tristevgou kavtw]
(a) Conviene notar que Lucas no dijo que fue levantado “como si fuera muerto”,
sino dice claramente que “fue levantado muerto” [h[rqh nekrov"].
(c) El texto es claro en indicar que joven cayó del tercer piso y murió como el
resultado.
(d) Esta frase indica que otros, posiblemente sus padres, bajaron antes de Pablo
y ellos, encontrándole al joven muerto, lo levantaron.
a. Para alcanzar al joven que había caído Pablo tenía que bajar del tercer piso, el aposento
alto donde estaban reunidos.
(a) Esta misma construcción griega puede significar “dejan de tener miedo”.
(2) (20:10) “pues está vivo” [hJ ga;r yuch; aujtou' ejn aujtw'/ ejstin]
(a) El joven estuvo muerto, según lo claramente dicho por Lucas en el versículo
anterior, pero ahora Pablo informa a los demás que ya no está muerto, sino
vivo.
(b) Sin embargo, después de la interacción con el apóstol, que obviamente había
sido un acto milagroso, ahora Pablo proclamaba que no debían seguir con
su miedo porque ahora tenía vida.
(c) Ahora, tal como fue el caso con Pedro en la historia de Dorcas cuando él le
hizo volver a la vida, ahora Pablo hace lo mismo con Eutico, lo resucita de
entre los muertos.
(1) Ahora, la referencia que Lucas hace parece ser aplicable solamente a la acción de
Pablo, quien había pasado toda la noche enseñando y debía haber tenido hambre.
(2) Esta frase no siempre tenía relación solamente con pan, sino también era una
manera de hacer referencia a la comida en general.
(1) Después de comer algo, Pablo volvió a la tarea de enseñar a los hermanos que
estaban reunidos.
d. (20:11) “habló largamente hasta el alba” [ejf! iJkanovn te oJmilhvsa" a[cri aujgh'"]
(2) Ahora, después de haber hablado toda la noche, cuando empezaba a alumbrarse
el día siguiente, Pablo, tal como tenía planeado, salió en rumbo a su viaje hacia
Jerusalén.
5. (20:12) “Y llevaron al joven vivo, y fueron grandemente consolados” [h[gagon de; to;n
pai'da zw'nta kai; pareklhvqhsan ouj metrivw"]
a. Nuevamente, como solía hacer Lucas, usaba una expresión interesante para conllevar
la idea de “grandemente consolados”, al decir [pareklhvqhsan ouj metrivw"], una
frase que literalmente significa “no moderadamente consolados”.
b. Compare con otras veces cuando utilizó este tipo de construcción en su relato.
N. VIAJE POR ASÓN, MITILENE, QUÍO, SAMOS, Y TROGILIO A MILETO 20:13 - 20:16
a. Obviamente, Lucas ya estaba hablando en primera persona plural, indicando que ahora
él también era parte del grupo del cual estaba hablando, el grupo que no iba con Pablo
por tierra, sino que ellos se fueron por barco.
(1) Es decir, ellos tomaron el barco allí mismo en Troas, pero sin Pablo.
(1) La ciudad y el puerto de Asón estaban ubicados en el otro lado (el lado sur) de
la península, unos treinta kilómetros distante de Troas por tierra, pero más de
sesenta por vía marítima.
(2) Las ruinas de esa ciudad incluyen un mercado, parte del muro de la ciudad, y un
templo monumental dedicado a Atena situado encima de su acrópolis.
(3) (20:13) “para recoger allí a Pablo” [ejkei'qen mevllonte" ajnalambavnein to;n
Pau'lon]
(4) (20:13) “ya que así lo había determinado” [ou\{tw" ga;r diatetagmevno" h\\n]
(6) No se sabe las razones de Pablo por haber tomado la decisión de ir por tierra
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HECHOS ANÁLISIS DEL TEXTO PÁGINA 760
2. (20:14) “Cuando se reunió con nosotros en Asón” [wJ" de; sunevballen hJmi'n eij" th;n
\Asson]
(1) Ahora, nuevamente, Pablo estaba con sus compañeros de viaje, finalmente en
rumbo marítimo a la ciudad de Jerusalén.
(1) Esa ciudad estaba ubicada en la ribera sureste de la isla de Lesbos, en el Mar
Egeo, entre Asón y Quío.
(1) (20:15) “al día siguiente llegamos delante de Quío” [th'/ ejpiouvsh/
kathnthvsamen a[ntikru" Civou]
(a) Este fue el lugar del nacimiento de Homero, el gran autor griego.
(b) Era una isla fuera de la costa occidental de lo que ahora es Turquía, distante
unos ocho kilómetros de esa costa y entre las islas de Quío y Samos.
(2) (20:15) “y al otro día tomamos puerto en Samos” [th'/ de; eJtevra/
parebavlomen eij" Savmon]
(a) Samos era el lugar del nacimiento del matemático griego Pitágoras.
(b) Era una de las islas más importantes del Mar Egeo.
(c) Tenía una longitud de más que cuarenta kilómetros y un anchura de unos
treinta kilómetros, siendo así una de las islas más grandes de esa área.
(b) Sin embargo, es muy probable que ellos hayan hecho escala allí pero que no
haya pernoctado en ese lugar.
(4) (20:15) “al día siguiente llegamos a Mileto” [th'/ de; ejcomevnh/ h[lqomen eij"
Mivlhton]
(a) Mileto no era otra de las islas, sino uno de los mayores puertos del Mar
3. (20:16) “Porque Pablo se había propuesto pasar de largo a Efeso” [kekrivkei ga;r oJ
Pau'lo" parapleu'sai th;n [Efeson]
a. De hecho, al llegar a Mileto, ellos ya habrían pasado a Efeso, ya que ellos venían desde
el norte y Efeso quedaba al norte de Mileto.
b. (20:16) “para no detenerse en Asia” [o\{pw" mh; gevnhtai aujtw'/ cronotribh'sai ejn
th'/ jAsiva/]
(1) Es probable que Pablo habría tenido la necesidad de cambiar de barcos para
pasar a Efeso y no quiso perder el tiempo porque estaba apurado para poder
llegar a Jerusalén antes del día de Pentecostés.
(2) Es así que Pablo tenía que apurarse si iba a poder llegar a Jerusalén por las
siguientes razones.
(b) Después el viaje en barco duró cinco días para llegar a Troas.
(d) Según los datos dados por Lucas, el viaje a Mileto ya había consumido otros
cuatros días.
(e) Entonces, de los cincuenta días entre las dos fiestas ya habían pasados por
lo menos dieciséis de ellos y todavía faltaba un largo viaje por barco y varios
días de camino para poder llegar a Jerusalén.
(8) A lo mejor Pablo haya querido llegar a Jerusalén para la fiesta para que la gran
cantidad de judíos que estarían presentes allí pudieran ver la ayuda enviada a los
de Judea por los cristianos gentiles a través del mundo.
(9) Es probable que la fecha de ese año habría sido cerca de los fines del mes de
mayo, y que esto habría pasado en el año 57 D.C..
“17 Enviando, pues, desde Mileto a Efeso, hizo llamar a los ancianos de la iglesia. 18
Cuando vinieron a él, les dijo: Vosotros sabéis cómo me he comportado entre vosotros todo
el tiempo, desde el primer día que entré en Asia, 19 sirviendo al Señor con toda humildad,
y con muchas lágrimas, y pruebas que me han venido por las asechanzas de los judíos; 20
y cómo nada que fuese útil he rehuido de anunciaros y enseñaros, públicamente y por las
casas, 21 testificando a judíos y a gentiles acerca del arrepentimiento para con Dios, y de
la fe en nuestro Señor Jesucristo. 22 Ahora, he aquí, ligado yo en espíritu, voy a Jerusalén,
sin saber lo que allá me ha de acontecer; 23 salvo que el Espíritu Santo por todas las
ciudades me da testimonio, diciendo que me esperan prisiones y tribulaciones. 24 Pero de
ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi
carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del
evangelio de la gracia de Dios. 25 Y ahora, he aquí, yo sé que ninguno de todos vosotros,
entre quienes he pasado predicando el reino de Dios, verá más mi rostro. 26 Por tanto, yo
os protesto en el día de hoy, que estoy limpio de la sangre de todos; 27 porque no he
rehuido anunciaros todo el consejo de Dios. 28 Por tanto, mirad por vosotros, y por todo
el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del
Señor, la cual él ganó por su propia sangre. 29 Porque yo sé que después de mi partida
entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño. 30 Y de
vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí
a los discípulos. 31 Por tanto, velad, acordándoos que por tres años, de noche y de día, no
he cesado de amonestar con lágrimas a cada uno. 32 Y ahora, hermanos, os encomiendo
a Dios, y a la palabra de su gracia, que tiene poder para sobreedificaros y daros herencia
con todos los santificados. 33 Ni plata ni oro ni vestido de nadie he codiciado. 34 Antes
vosotros sabéis que para lo que me ha sido necesario a mí y a los que están conmigo, estas
manos me han servido. 35 En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a
los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es
dar que recibir. 36 Cuando hubo dicho estas cosas, se puso de rodillas, y oró con todos
ellos. 37 Entonces hubo gran llanto de todos; y echándose al cuello de Pablo, le besaban,
INSTITUTO DE ESTUDIOS BIBLICOS
“HECHOS”
HECHOS ANÁLISIS DEL TEXTO PÁGINA 763
38 doliéndose en gran manera por la palabra que dijo, de que no verían más su rostro. Y
le acompañaron al barco.”
1. (20:17) “Enviando, pues, desde Mileto a Efeso” [ jApo; de; th'" Milhvtou pevmya" eij"
[Efeson]
a. Durante la escala del barco en el puerto de Mileto, Pablo quiso hablar con los líderes
de la iglesia en Efeso, donde él había pasado unos tres años en su ministerio.
b. Sin contar con el tiempo para ir allá, él mandaba a pedir que ellos vinieran a Mileto para
poderlos ver.
c. Es probable que el barco haya hecho una parada en Mileto para descargar y cargar
mercadería y que Pablo aprovechara del tiempo allí para llamar a los líderes de la iglesia
en Efeso a una reunión con él.
(2) Cabe notar que no solamente en este versículo, sino también en todas las otras
instancias en el texto, el lenguaje de la palabra inspirada indica la existencia de una
pluralidad de ancianos en una iglesia.
(4) Además, en este mismo pasaje Lucas utilizaba tres diferentes palabras referentes
a estos hombres, palabras que aclaraban que estos términos se usaban como
sinónimos y como descripciones aplicadas a las mismas personas y a sus
responsabilidades.
2. (20:18) “Cuando vinieron a él, les dijo:” [wJ" de; paregevnonto pro;" aujto;n ei\\pen
aujtoi'"]
(a) Conviene recordar que Pablo había estado entre ellos unos tres años en
total.
(2) (20:18) “desde el primer día que entré en Asia” [ajpo; prwvth" hJmevra" ajf!
h|" ejpevbhn eij" th;n jAsivan]
(c) El no había estado entre ellos como un jefe, sino como uno que era su
siervo, entregándoles el mensaje encargado a él por su Señor.
(5) (20:19) “y pruebas que me han venido por las asechanzas de los judíos” [kai;
peirasmw'n tw'n sumbavntwn moi ejn tai'" ejpiboulai'" tw'n jIoudaivwn]
c. (20:20) “y cómo nada que fuese útil he rehuido de anunciaros y enseñaros” [wJ"
oujde;n uJpesteilavmhn tw'n sumferovntwn tou' mh; ajnaggei'lai uJmi'n kai; didavxai
uJma'"]
(2) Este valor para dar a conocer el mensaje (tal como él había querido hacer aun
cuando hubo un alboroto en el teatro en Efeso) es algo que muchas veces falta
entre los que hoy en día no se atreven decir lo que a otros no les va a caer bien.
(6) (20:21) “acerca del arrepentimiento para con Dios” [th;n eij" qeo;n
metavnoian]
(7) (20:21) “y de la fe en nuestro Señor Jesucristo” [kai; pivstin eij" to;n kuvrion
hJmw'n jIhsou'n]
d. (20:22) “Ahora, he aquí, ligado yo en espíritu” [Kai; nu'n ijdou; dedemevno" ejgw; tw'/
pneuvmati]
(1) Algunos afirman que Pablo fue a Jerusalén en contra del consejo del Espíritu, pero
exactamente el opuesto es la verdad.
(2) Fue porque el Espíritu le llevaba, a pesar de las consecuencias que le esperaban
allí, para cumplir con lo que él mismo había propuesto y prometido.
(a) En realidad, su situación era muy similar a la del Señor, quien, aun sabiendo
lo que le esperaba, tenía que cumplir con su deber a pesar de lo que le
esperaba.
(5) (20:22) “sin saber lo que allá me ha de acontecer” [ta; ejn aujth'/
sunanthvsonta moi mh; eijdwv"]
(a) Es decir que él no supo los detalles todavía, pero sí supo que tendría muchos
problemas allí.
(b) (20:23) “salvo que el Espíritu Santo por todas las ciudades me da
testimonio” [plh;n o\{ti to; pneu'ma to; a\{gion kata; povlin diamartuvretai
moi]
e. (20:24) “Pero de ninguna cosa hago caso” [ajll! oujdeno;" lovgou poiou'mai]
(1) (20:24) “ni estimo preciosa mi vida para mí mismo” [th;n yuch;n timivan
ejmautw'/]
(c) Esta era la misma manera de pensar que tuvo Cristo mismo, cosa que Pablo
dejaría como el modelo para la manera de pensar del cristiano.
(2) (20:24) “con tal que acabe mi carrera con gozo” [wJ" teleiw'sai to;n drovmon
mou]
(3) (20:24) “y el ministerio que recibí del Señor Jesús” [kai; th;n diakonivan h\}n
e[labon para; tou' kurivou jIhsou']
(a) Tal como otros, Pablo había recibido un ministerio, un encargo, de parte del
Señor y su preocupación era llevarlo a cabo sin tener en cuenta lo que le
pasaría a sí mismo al hacerlo, estando dispuesto sufrir por la causa a la cual
había sido encargado.
viii) Uno debe notar que parte de su ministerio era dar a conocer el
evangelio, pero aquí estaba aclarando que también era su deber
testificar, con su propia experiencia y con los poderes que le habían
sido dados, a la veracidad de ese mensaje.
f. (20:25) “Y ahora, he aquí, yo sé que ninguno de todos vosotros” [Kai; nu'n ijdou;
ejgw; oi\\da o\{ti oujkevti ... pavnte"]
(1) No se sabe si este conocimiento que Pablo aquí estaba expresando le había
llegado de parte de un mensaje inspirado o si solamente fue una suposición propia
basada en el conocimiento de que iba a ser arrestado y encarcelado cuando
llegaba a Jerusalén.
(c) Según lo que se ve en su primera carta a Timoteo parece que Pablo sí tuvo
la oportunidad de volver a ver los de Efeso.
(3) (20:25) “entre quienes he pasado predicando el reino de Dios” [ejn oi|"
dih'lqon khruvsswn th;n basileivan]
(a) Las palabras “de Dios” no se encuentran en los manuscritos griegos de más
edad y confianza.
(4) (20:25) “verá más mi rostro” [o[yesqe to; provswpon mou uJmei'"]
(1) (20:26) “yo os protesto en el día de hoy” [martuvromai uJmi'n ejn th'/ shvmeron
hJmevra]
(b) La idea de esta frase era que Pablo les estaba llamando a cada uno de ellos
a ser testigos de esa verdad.
(c) (20:26) “que estoy limpio de la sangre de todos” [o\{ti kaqarov" eijmi ajpo;
tou' ai\{mato" pavntwn]
i) Estaba diciendo que ellos tendrían que asumir las consecuencias de sus
propias acciones porque él les había entregado el mensaje divina en su
totalidad.
(2) (20:27) “porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios” [ouj ga;r
uJpesteilavmhn tou' mh; ajnaggei'lai pa'san th;n boulh;n tou' qeou' uJmi'n]
(c) Esta frase aclara la razón que Pablo tuvo en declararse inocente de los
futuros errores y pecados en Efeso; que tales cosas no tendrían su base en
la falta de información porque él ya les había entregado todo.
(e) Es importante esa afirmación porque no deja ningún lugar para otros
cambios en la doctrina cristiana, tanto en Efeso como en otras partes
también.
(f) De la misma forma, cuando uno en el día de hoy comparte fielmente con
otros todo el mensaje de Dios relevante a su voluntad, entonces uno queda
libre de la responsabilidad si los demás deciden no llevarlo a cabo en sus
propias vidas.
(b) Según esta frase, y la frase que sigue, es claro que el deber de supervisión
que ellos tuvieron no solamente extendía a los demás en el rebaño del Señor
en Efeso, pero también incluía el deber de mirar para cuidar el conducto y
la doctrina entre ellos mismos.
(a) La idea de los discípulos como ”el rebaño” [tw'/ poimnivw/] es bastante
común en el texto.
(b) (20:28) “en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos” [ejn w|/ uJma'"
to; pneu'ma to; a\{gion e[qeto ejpiskovpou"]
ii) Esto es una muy clara indicación que las dos palabras eran consideradas
como sinónimas en la iglesia del primer siglo.
iii) Entonces, según la frase anterior, la tarea dada a esos hombres como
ancianos y obispos (o sea, supervisores) era cuidarse a sí mismos y a
todo el rebaño que habían sido encargados a proteger.
vi) Sin embargo, según la próxima frase, ellos no solamente tenían las
tareas ya mencionadas, sino también otras responsabilidades hacia el
rebaño.
ii) Sin embargo, la tarea de esos hombres era cuidar (apacentar) la iglesia,
lo que un pastor de un rebaño hacía cuando les llevaba a sus ovejas al
pasto verde y al agua para que comieran y bebieran.
vii) (20:28) “la cual él ganó por su propia sangre” [h\}n periepoihvsato
dia; tou' ai\{mato" tou' ijdivou]
4) Jesús es Dios.
i. (20:29) “Porque yo sé que después de mi partida” [ejgw; oi\\da o\{ti ... meta; th;n
a[fixin mou]
(b) Desde la antigüedad el lobo ha sido el enemigo mortal de las ovejas, y ahora
Pablo enfatiza que el deber de ellos era cuidar el rebaño de esos lobos que
iban a entrar entre ellos.
(2) (20:30) “Y de vosotros mismos se levantarán hombres” [kai; ejx uJmw'n aujtw'n
ajnasthvsontai a[ndre"]
(a) Entonces, aun entre este grupo de hombres, los que el Espíritu Santo mismo
había encargado la tarea de cuidar al rebaño de Dios, iban a salir lobos.
(b) Esta declaración enseña, sin lugar a dudas, que es posible que personas
salvadas por la sangre de Cristo y reconocidas por el Espíritu Santo mismo
como partes del rebaño, pueden caer y pasar a ser enemigos del Señor y de
su rebaño – que ellos pueden perder su salvación y también causar a otros
hacerlo.
(c) Los religiosos de hoy que enseñan que uno que verdaderamente ha sido
salvo no puede perder esa salvación están afirmando como una verdad algo
directamente contradictorio a las palabras claras del Espíritu Santo mismo
y están enseñando error, no verdad.
a) Indicaría que uno puede engañar a otros para que sigan a uno
mismo en vez de a Cristo y todavía ser salvo.
(i) (20:30) “para arrastrar tras sí a los discípulos” [tou' ajpospa'n tou;"
maqhta;" ojpivsw aujtw'n]
i) Es bastante obvio el propósito que Pablo indicó que éstos iban a tener
al hablar cosas perversas a los demás – hacer que los creyentes
dejaran la verdad para seguirles a ellos.
ii) Ese hecho de olvidar que el rebaño no les pertenece a ellos, y que no
debe seguir a ellos, sino al Señor que les salvó y les añadió a cada uno
de ellos a su rebaño, era una tentación para esos líderes, y sigue siendo
una para los hombres ahora.
vi) Las cartas que Pablo escribió a Timoteo unos años después de esta
profecía comprueban la certeza de esa predicción, como también hace
la carta escrita a Efeso unas décadas después por el apóstol Juan.
(a) Esta palabra conlleva la idea que uno debe estar atento, despierto, tomando
precauciones, preparado para lo que vendría.
(2) (20:31) “acordándoos que por tres años” [mnhmoneuvonte" o\{ti trietivan]
(b) Según la manera de calcular tiempo que usaban los judíos una parte de un
día se podía contar como un día y una parte de un año podía contar como
si fuera el año completo.
(c) Sin embargo, la evidencia del texto de Hechos dar lugar para que su estadía
en Efeso pudo haber sido los tres años completos.
(3) (20:31) “no he cesado de amonestar con lágrimas a cada uno” [oujk
ejpausavmhn meta; dakruvwn nouqetw'n e\{na e\{kaston]
(a) Por segunda vez en esa despedida Pablo hablaba de sus propios lágrimas
durante su trabajo entre ellos.
(b) Recordado que era el Espíritu Santo mismo que les había dado a ellos sus
responsabilidades.
(c) Amonestado de los peligros que enfrentarían, tanto desde afuera como
también desde entre ellos mismos.
(5) (20:32) “y a la palabra de su gracia” [kai; tw'/ lovgw/ th'" cavrito" aujtou']
(c) Es interesante que la frase “la palabra de su gracia” [tw'/ lovgw/ th'"
cavrito" aujtou'] puede entenderse también como una referencia a Jesús
mismo, ya que el lenguaje que Juan usaba en referencia a Jesús era casi
idéntica.
ii) (20:32) “y daros herencia con todos los santificados” [kai; dou'nai
th;n klhronomivan ejn toi'" hJgiasmevnoi" pa'sin]
(a) Aquí Pablo estaba afirmando que ellos eran ya consientes que él no había
hecho nada entre ellos con motivos de ganancia personal, y que él no había
aprovechado de ellos en ninguna forma.
(b) Es notable que exactamente el opuesto es común entre muchos de los que
están involucrados en el mundo religioso de hoy, los que solamente tienen
interés real en lo que ellos pueden ganar por sí mismos a costo de los
demás.
(1) (20:34) “que para lo que me ha sido necesario a mí” [o\{ti tai'" creivai" mou]
(a) (20:34) “y a los que están conmigo” [kai; toi'" ou\\sin met! ejmou']
(2) (20:34) “estas manos me han servido” [uJphrevthsan aiJ cei're" au|tai]
(b) Ahora, en una época de la historia cuando más y más personas piensen que
es el deber de otros proveer para ellos, Pablo, tanto en su ejemplo como
también en sus palabras, daba a conocer que es la responsabilidad de cada
uno, y la de su propia familia, cuidarse y no es la responsabilidad de la iglesia,
ni tampoco de la sociedad, hacerlo.
(c) Pablo demostraba, por el énfasis que él da a esta tema, no solamente con
los ancianos de Efeso sino en muchos otros pasajes, que este punto de la
doctrina cristiana es de gran importancia y no algo menor.
ii) De la misma forma, mandó a Timoteo enseñar que las personas que no
estaban dispuestas a proveer para sus propias familias eran peores aun
que los incrédulos.
(d) En el próximo versículo Pablo dejaría en claro que él había enseñado, tanto
con sus palabras como también con su ejemplo, para que ellos entendieran:
i) Que ese tipo de vida no era opcional, sino obligatorio para el discípulos
del Señor.
ii) Que ellos estaban obligados, no solamente a vivir de esa manera, sino
además a aplicarlo a los de la comunidad cristiana en Efeso.
(2) (20:35) “se debe ayudar a los necesitados” [dei' ajntilambavnesqai tw'n
ajsqenouvntwn]
(b) Es la misma palabra que es usada por Santiago en un pasaje donde ha sido
muchas veces mal entendida y esa debilidad vista como algo física cuando es
mucho más probable que sea en ese una debilidad espiritual, o sea, no una
enfermedad de la carne.
iii) Que uno no debe ayudar a los que solamente son perezosos y no
quieren trabajar sino quieren aprovechar de los demás.
(3) (20:35) “y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo:” [mnhmoneuvein te
tw'n lovgwn tou' kurivou jIhsou' o\{ti aujto;" ei\\pen]
ii) Sin embargo, según lo escrito por Juan, Jesús hizo y dijo muchas otras
cosas que no estaban escritos.
ii) Aunque El tuvo en su poder dar a todos, uno puede apreciar que no lo
hizo de esa manera.
iii) Al contrario, solamente en casos cuando no les era posible proveer por
sí mismos Jesús actuó para dar lo que la gente necesitaba, tanto en
cuanto a las sanidades, la comida, y lo espiritual.
iv) Además, tal como Pablo enseñaba con sus palabras y su ejemplo, no
vino a recibir para su propio beneficio, sino para dar lo que otros
necesitaban, para servir, no para ser servido.
(c) A lo mejor sería importante notar que Pablo, pensando que estos serían las
últimas palabras que él tendría la oportunidad para compartir con los
ancianos de Efeso, haya decidido enfocar en el tema del servicio a los demás,
la función principal de su tarea como supervisores en la iglesia de Dios.
(2) Sin embargo, el hecho de arrodillarse es una manifestación física del hecho de
humillarse frente a Dios.
(3) Tal como era apropiada hincharse frente al rey o la nobleza de aquel tiempo, esa
misma acción en su día habría tenido el mismo sentido para ellos, siendo una señal
de sumisión frente a uno que era su superior.
4. (20:37) “Entonces hubo gran llanto de todos” [iJkano;" de; klauqmo;" ejgevneto pavntwn]
a. Conviene recordar que Pablo les había avisado a ellos que él pensaba que no volvería
a verlos y les había compartido con ellos lo que el Espíritu Santo le había dicho acerca
de lo que le esperaba en Jerusalén.
(1) Tal como en el día de hoy, estos hechos eran señales de gran afecto y amor.
(1) (20:38) “de que no verían más su rostro” [o\{ti oujkevti mevllousin to;
provswpon aujtou' qewrei'n]
P. VIAJE POR COS, RODAS, PÁTARA, FENICIA, Y CHIPRE A TIRO 21:1 - 21:3
“1 Después de separarnos de ellos, zarpamos y fuimos con rumbo directo a Cos, y al día
siguiente a Rodas, y de allí a Pátara. 2 Y hallando un barco que pasaba a Fenicia, nos
embarcamos, y zarpamos. 3 Al avistar Chipre, dejándola a mano izquierda, navegamos a
Siria, y arribamos a Tiro, porque el barco había de descargar allí.”
1. (21:1) “Después de separarnos de ellos” [ JW" de; ejgevneto ... hJma'" ajpospasqevnta" ajp!
aujtw'n]
b. Es evidente que el barco que ellos habían tomado desde Troas era uno que paraba en
cada uno de los puertos por la costa de Asia y no un barco dedicado a zarpar
directamente hacía Siria.
d. (21:1) “y fuimos con rumbo directo a Cos” [eujqudromhvsante" h[lqomen eij" th;n
Kw']
(1) Parece que los vientos les favorecieron, según el lenguaje usaba por Lucas.
(2) “Cos” [Kw'] era una pequeña isla un día de viaje de su punto de partida en Mileto.
(3) Esta isla era el lugar del nacimiento de Hipócrates, y allí estaba la escuela de
medicina que él había establecido unos cinco siglos antes de Cristo.
e. (21:1) “y al día siguiente a Rodas” [th'/ de; eJxh'" eij" th;n Povdon]
(1) Después de pasar la noche en Cos, en otro día de viaje lograron llegar a “Rodas”
[Povdon], la ciudad principal de la isla del mismo nombre.
(2) Esta ciudad había sido el sitio de una gigantesca estatua de bronce del dios griego
Helios (el Coloso de Rodas), conocido como una de las siete maravillas del
mundo antiguo, que había sido destruido unos dos siglos antes de esa fecha.
(1) De la isla de Rodas demoraron otro día a llegar a la costa de la provincia de Licia,
a un puerto en el suroeste de lo que es ahora Turquía.
2. (21:2) “Y hallando un barco que pasaba a Fenicia” [kai; euJrovnte" ploi'on diaperw'n eij"
Foinivkhn]
a. Ya, después de varios días abordo un barco que iba de puerto a puerto por la costa,
ahora ellos finalmente lograron embarcar en uno que tenía su destino en Fenicia, en
la costa de Palestina.
a. “Chipre” [Kuvpron], junto con la isla de Creta, mucho más al oeste, eran lejos las islas
más grandes del Mar Mediterráneo.
(4) Ahora, a cambio de lo que hizo Lucas en la primera parte del viaje, no enumera
los días.
(5) Sin embargo, el barco, aun con vientos a favor, habría demorado más de un día
en alto mar llegar a poder ver a Chipre.
(1) Este barco, entonces, no iba haciendo escala, sino iba directamente hacia Fenicia.
(2) El hecho de dejar a la isla “a mano izquierda” [eujwvnumon] significa que fueron
al sur de la isla, a lo mejor por los vientos, o porque haya sido la ruta más directa
a su destino.
(2) Tiro, una ciudad antigua de los fenicios, pudo haber sido el primer puerto desde
done los hombres empezaron a navegar por el Mar Mediterráneo.
(a) Los fenicios tenían fama en el mundo antiguo como los mejores navegantes
de todos.
(3) Pablo, por lo menos una vez antes, había pasado por esa ciudad.
(4) (21:3) “porque el barco había de descargar allí” [ejkei'se ga;r to; ploi'on h\\n
ajpofortizovmenon to;n govmon]
(a) Aquí Lucas aclaraba bien la razón de haber ido a Tiro – era necesario que lo
que el barco traía, en cuanto a cargo, se descargara allí en ese puerto de
destino.
(b) Uno debe recordar que ellos eran pasajeros en un barco comercial que tenía
cargo para transportar a destinados fijos y el barco no habría estado a la
disposición de los viajeros pasajeros para ir a donde ellos quisieran.
“4 Y hallados los discípulos, nos quedamos allí siete días; y ellos decían a Pablo por el
Espíritu, que no subiese a Jerusalén. 5 Cumplidos aquellos días, salimos, acompañándonos
todos, con sus mujeres e hijos, hasta fuera de la ciudad; y puestos de rodillas en la playa,
oramos. 6 Y abrazándonos los unos a los otros, subimos al barco y ellos se volvieron a sus
casas.”
a. (21:4) “nos quedamos allí siete días” [ejpemeivnamen aujtou' hJmevra" eJptav]
(1) Aunque no detalló la duración del viaje entre Pátara y Tiro, nuevamente Lucas
empieza a dar información en cuanto al tiempo de estadía en cada lugar.
(2) Tal como fue el caso en Troas, aquí quedaron toda una semana con los hermanos
en la ciudad de Tiro.
(3) Es interesante notar que la ciudad de Tiro solo quedaba, en linea directa,
solamente unos ciento setenta kilómetros de Jerusalén, pero habría sido un viaje
arduo que habría demorado por lo menos una semana a pie.
(4) Por haber logrado tomar un barco directo desde Pátara hasta Tiro a lo mejor
Pablo y compañía habían ahorrado suficiente tiempo que tomaron la opción para
zarpar con el barco más al sur en vez de caminar, y así aprovechar de pasar el
tiempo con los hermanos en Tiro, ya que contarían con suficiente tiempo, con
aproximadamente dos semanas quedando antes del Pentecostés.
b. (21:4) “y ellos decían a Pablo por el Espíritu” [oi\{tine" tw'/ Pauvlw/ e[legon dia; tou'
pneuvmato"]
(1) Este versículo ha dejado a muchas con dudas, porque a primera vista parece que
el Espíritu estaba diciendo cosas contradictorias y que Pablo estaba oponiéndose
a las instrucciones dadas por el Espíritu.
(4) Además, es totalmente razonable que los hermanos, al saber por el Espíritu las
maldades que le iban a sobrevenir en Jerusalén, tomarían eso como motivo para
decirle que no fuera, aun cuando el Espíritu mismo no había dicho eso.
(5) En realidad, el consejo a Pablo de ellos era muy parecido al consejo de los
hermanos y amigos en Efeso cuando ellos no quisieron que él entrara al teatro
para poder intentar hablar con la turba.
(1) Está claro que aquí los hermanos, que habían recibido por el Espíritu la
información acerca de lo que le iba a pasar a Pablo, lo interpretaron como una
indicación que él no debería ir.
(2) Sin embargo, como se ha visto anteriormente, es obvio que el Espíritu mismo no
solamente había promovido a Pablo para que fuera, sino también había sido
fuente de profecías que no pudieran hacerse realidades si Pablo no llegara allí.
2. (21:5) “Cumplidos aquellos días” [o\{te de; ejgevneto hJma'" ejxartivsai ta;" hJmevra"]
a. Es decir, cuando habían terminado los siete días y el barco ya estaba listo para zarpar
de nuevo, ellos embarcaron nuevamente.
(2) (21:5) “con sus mujeres e hijos” [su;n gunaixi; kai; tevknoi"]
(a) Esta vez, en contraste con la despedida en Mileto, no estaban solamente los
líderes de la iglesia, sino también sus familias enteras los que fueron al barco
a despedirse de Pablo y los que le acompañaron.
d. (21:5) “y puestos de rodillas en la playa” [kai; qevnte" ta; govnata ejpi; to;n
aijgialo;n]
a. El texto griego no dice “abrazándonos”, como fue el caso en Mileto, sino más bien
“despidiéndonos” [ajphspasavmeqa].
c. (21:6) “y ellos se volvieron a sus casas” [ejkei'noi de; uJpevstreyan eij" ta; i[dia]
(1) Habían llegado allí al puerto de Tiro una semana antes, pero ya que el barco había
sido descargado, seguían su viaje hasta el sur.
(1) Esta ciudad, con el nombre romano, es la ciudad moderna de Acre, situada a unos
cuarenta kilómetros al sur de Tiro y unos cincuenta kilómetros al norte de la
ciudad de Cesarea.
(3) (21:7) “nos quedamos con ellos un día” [ejmeivnamen hJmevran mivan par!
aujtoi'"]
(b) Es así que ellos aprovecharon del tiempo para saludar a los discípulos de esa
ciudad y fueron hospedados por ellos.
a. Es decir, el día siguiente, después de ser hospedados por los hermanos de allí.
(1) El texto griego no dice “Pablo” aquí, y es obvio que no fue solamente Pablo que
salió, ya que el resto de los versículos usan la primera persona plural, clara
indicación que Lucas siguió hablando de las acciones del grupo, no solamente de
Pablo.
(3) Así que el texto griego sencillamente dice “saliendo, fuimos a Cesarea”
[ejxelqovnte" h[lqomen eij" Kaisavreian].
(1) “Cesarea” [Kaisavreian], una ciudad gentil que servía como el centro político
romano de la provincia de Judea, era el puerto más cerca a la ciudad de Jerusalén,
quedando unos cinto veinte kilómetros al noroeste de esa principal ciudad de los
judíos.
(2) Esta ciudad aparece a menudo en la historia que Lucas estaba relatando.
(3) (21:8) “y entrando en casa de Felipe” [kai; eijselqovnte" eij" to;n oi\\kon
Filivppou]
(a) Lucas deja bien en claro la identificación de ese hombre Felipe, sobre quien
hay bastante información entre la materia ya presentada por el autor
anteriormente en su relato.
(c) (21:8) “que era uno de los siete” [o[nto" ejk tw'n eJptav]
ii) Es decir, entre los miles en la iglesia en aquel tiempo Felipe era un
hombre que contaba con tanta confianza en la iglesia en Jerusalén que
él había sido uno de solamente siete varones seleccionados por los
hermanos y aprobados por los apóstoles para asumir esa
responsabilidad.
(d) Ahora, por lo menos dos décadas después de la llegada de Felipe a Cesarea
predicando el evangelio (después de la conversión del etíope), todavía él
vivía allí junto a su familia.
(f) Uno debe recordar que también fue en esa cuidad de Cesarea que Pedro,
llevado por el Espíritu Santo mismo, abrió la puerta de la iglesia para los
gentiles, bautizando allí a Cornelio y los de su casa, algo que probablemente
haya ocurrido después de la llegada de Felipe a esa ciudad con el evangelio.
(a) Tal como los hermanos en Tolemaída, y anteriormente los de Tiro, habían
hospedados a Pablo y sus acompañantes, pasó lo mismo en la casa de Felipe
cuando ellos llegaron a Cesarea.
“9 Este tenía cuatro hijas doncellas que profetizaban. 10 Y permaneciendo nosotros allí
algunos días, descendió de Judea un profeta llamado Agabo, 11 quien viniendo a vernos,
tomó el cinto de Pablo, y atándose los pies y las manos, dijo: Esto dice el Espíritu Santo: Así
atarán los judíos en Jerusalén al varón de quien es este cinto, y le entregarán en manos de
los gentiles. 12 Al oír esto, le rogamos nosotros y los de aquel lugar, que no subiese a
Jerusalén. 13 Entonces Pablo respondió: ¿Qué hacéis llorando y quebrantándome el
corazón? Porque yo estoy dispuesto no sólo a ser atado, mas aun a morir en Jerusalén por
el nombre del Señor Jesús. 14 Y como no le pudimos persuadir, desistimos, diciendo:
Hágase la voluntad del Señor.”
1. (21:9) “Este tenía cuatro hijas” [touvtw/ de; h\\san qugatevre" tevssare"]
(1) Esta es una de las pocas veces que el texto del Nuevo Testamento indica
claramente que el don de la profecía había sido dada también a mujeres en la
iglesia.
(2) Sin embargo, la profecía de Joel, y la referencia a ella por Pedro en el día de
Pentecostés, claramente incluían a ambos sexos.
a. Nuevamente, ya que estaban cerca, Pablo y sus acompañantes podían darse el lujo de
quedar un poco de tiempo porque ellos ya sabían cuánto les faltaba para poder llegar
a Jerusalén antes de Pentecostés.
(1) Nuevamente, cuando uno sale de Jerusalén, u otras partes de Judea, a la costa
(donde estaba Cesarea) uno tiene que bajar porque Judea era sector montañoso.
(b) Allí él había dado a conocer a la iglesia en esa ciudad de la gran hambruna
que iba a ocurrir en Judea, causando que los hermanos allí enviaran ayuda
a cargo de Bernabé y Saulo.
(3) Tal como a veces ocurría en el Antiguo Testamento, Agabo no solamente dio a
conocer por palabras lo que iba a pasar, sino también actuó para enfatizar el
mensaje, y esta historia trae a la memoria algunos historias antiguas del pueblo
judío.
(4) (21:11) “tomó el cinto de Pablo” [kai; a[ra" th;n zwvnhn tou' Pauvlou]
(5) (21:11) “y atándose los pies y las manos, dijo:” [dhvsa" eJautou' tou;" povda"
kai; ta;" cei'ra" ei\\pen]
(a) (21:11) “Esto dice el Espíritu Santo:” [tavde levgei to; pneu'ma to; a\{gion]
i) Agabo dejó en claro que lo que él anunciaba no era palabra suya, sino
lo dicho por el Espíritu mismo.
(b) (21:11) “Así atarán los judíos en Jerusalén” [... ou\{tw" dhvsousin ejn
jIerousalh;m oiJ jIoudai'oi]
i) (21:11) “al varón de quien es este cinto” [to;n a[ndra ou| ejstin hJ
zwvnh au\{th]
v) Esta es muy similar a la profecía acerca del arresto del Señor mismo.
c. No solamente los hermanos de Cesarea, sino también los que le habían acompañado
desde Acaya, Macedonia, y Asia para llevar el donativo a los hermanos en Jerusalén,
todos estaban intentando convencerle a Pablo no subir a Jerusalén por lo que ellos ya
sabían que le iba a pasar allá.
e. (21:12) “que no subiese a Jerusalén” [tou' mh; ajnabaivnein aujto;n eij" jIerousalhvm]
(2) El hecho de ver a ellos sufriendo por él debía haberle hecho a Pablo sufrir aun
más sabiendo lo que él tendría que enfrentar.
(3) Sin embargo, uno debe recordar que Pablo había hecho una promesa a muchas
iglesias en Asia, Acaya, Galacia, y Macedonia que él iba a llevar sus ofrendas a los
necesitados en Judea.
(4) Así que, para cumplir con lo prometido, a pesar de la certeza de las profecías del
Espíritu Santo, Pablo se vio obligado a cumplir con lo dicho, algo que debe dar un
mensaje muy claro a los que ahora viven en culturas donde una promesa significa
muy poca, o nada, para mucha gente.
(2) (21:13) “mas aun a morir en Jerusalén por el nombre del Señor Jesús” [ajlla;
kai; ajpoqanei'n eij" jIerousalh;m ... uJpe;r tou' ojnovmato" tou' kurivou jIhsou']
(a) Tal como el Señor, Pablo estaba dispuesto entregar su propia vida si fuera
necesario para cumplir con su misión.
(b) En fin, para él el hecho de ser atado, o de morir, le sería mejor que
quebrantar su palabra y no cumplir con sus promesas.
b. (21:14) “diciendo: Hágase la voluntad del Señor” [eijpovnte" tou' kurivou to;
qevlhma ginevsqw]
“15 Después de esos días, hechos ya los preparativos, subimos a Jerusalén. 16 Y vinieron
también con nosotros de Cesarea algunos de los discípulos, trayendo consigo a uno llamado
Mnasón, de Chipre, discípulo antiguo, con quien nos hospedaríamos.”
a. (21:16) “de Cesarea algunos de los discípulos” [tw'n maqhtw'n ajpo; Kaisareiva"
su;n hJmi'n]
“17 Cuando llegamos a Jerusalén, los hermanos nos recibieron con gozo. 18 Y al día
siguiente Pablo entró con nosotros a ver a Jacobo, y se hallaban reunidos todos los
ancianos; 19 a los cuales, después de haberles saludado, les contó una por una las
cosas que Dios había hecho entre los gentiles por su ministerio. 20 Cuando ellos lo
oyeron, glorificaron a Dios, y le dijeron: Ya ves, hermano, cuántos millares de judíos
hay que han creído; y todos son celosos por la ley. 21 Pero se les ha informado en
cuanto a ti, que enseñas a todos los judíos que están entre los gentiles a apostatar de
Moisés, diciéndoles que no circunciden a sus hijos, ni observen las costumbres. 22
¿Qué hay, pues? La multitud se reunirá de cierto, porque oirán que has venido. 23
Haz, pues, esto que te decimos: Hay entre nosotros cuatro hombres que tienen
obligación de cumplir voto. 24 Tómalos contigo, purifícate con ellos, y paga sus gastos
para que se rasuren la cabeza; y todos comprenderán que no hay nada de lo que se
les informó acerca de ti, sino que tú también andas ordenadamente, guardando la ley.
25 Pero en cuanto a los gentiles que han creído, nosotros les hemos escrito
determinando que no guarden nada de esto; solamente que se abstengan de lo
sacrificado a los ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación.”
(1) Es obvio, por el uso de parte de Lucas de la primera persona plural, que el autor
de ese relato estaba todavía contando la historia desde la perspectiva de un
testigo ocular, estando él mismo parte del grupo de acompañantes que
estuvieron con Pablo cuando, por fin, él logró llegar a Jerusalén.
(2) (21:17) “los hermanos nos recibieron con gozo” [ajsmevnw" ajpedevxanto hJma'"
oiJ ajdelfoiv]
(3) (21:28) “Y al día siguiente Pablo entró” [Th'/ de; ejpiouvsh/ eijshv/ei oJ Pau'lo"]
i) Es notable que no fue solamente Pablo que entró, sino también los que
le acompañaban desde lejos para hacer la entrega de la ayuda enviada
por las iglesias de Galacia, Asia, Macedonia, y Acaya, entre otras
regiones para los hermanos en Judea.
ii) Es obvio que no esto pudo haber sido una referencia al apóstol Jacobo,
el hermano de Juan, ya que ese hombre habría sido muerto por
Herodes años antes.
ii) Entre otras cosa, uno debe recordar que el propósito de la llegada de
Pablo con sus acompañantes de Acaya, Macedonia, y Asia era la
entregada de la ayuda enviada por los hermanos de esas áreas del
mundo para los santos en Judea.
iv) De todos modos, esta reunión no fue una reunión privada entre Pablo
y Jacobo, ni solamente entre todo el grupo viajero con él, sino una
reunión de los viajeros con todos los ancianos de la iglesia en Jerusalén,
la principal iglesia de los judíos en el mundo entero.
(d) (21:19) “a los cuales después de haberles saludado les contó” [kai;
ajspasavmeno" aujtou;" ejxhgei'to]
ii) (21:19) “las cosas que Dios había hecho entre los gentiles por su
ministerio” [w|n ejpoivhsen oJ qeo;" ejn toi'" e[qnesin dia; th'"
diakoniva" aujtou']
(a) Esta reacción de un grupo de judíos, al saber que los gentiles habían recibido
igual atención y perdón de un Dios que ellos habrían considerado como un
Dios propio solamente a ellos, no habría sido la reacción común entre el
pueblo de Israel.
(a) En el contexto de los próximos versículos pasa a ser obvio que estas
palabras ahora estaban dirigidas específicamente a Pablo.
(b) (21:20) “Ya ves, hermano cuántos millares de judíos hay que han
creído” [Qewrei'", ajdelfev, povsai muriavde" eijsi;n ejn toi'" jIoudaivoi"
tw'n pepisteukovtwn]
(c) (21:20) “y todos son celosos por la ley” [kai; pavnte" zhlwtai; tou' novmou
uJpavrcousin]
i) Los judíos, con un milenio y medio en el cual habían tenido una relación
con Dios a través de la ley dado cuando Dios hizo un pacto con ellos
ii) Esta realidad del pueblo judío no era algo solamente limitada a los
judíos que habían rechazado a Jesús como el Mesías, sino también era
realidad entre la gran mayoría de los judíos cristianos, especialmente
los que habitaron Palestina.
iv) Era un asunto que iba a causar, como había causado ya en la historia
que Lucas presentaba, muchos conflictos en la iglesia del primer siglo
antes que finalmente había pasado el tiempo necesario para que los
judíos cristianos dejarían de considerar su status como descendientes
carnales de Abraham como algo de gran importancia.
v) Sin embargo, con algo de razón ellos vieron al Mesías y la venida del
reino de los cielos como una continuación de su anterior relación con
el Dios de sus padres.
ii) (21:21) “que enseñas a todos los judíos que están entre los gentiles
a apostatar de Moisés” [o\{ti ajpostasivan didavskei" ajpo; Mwu>sevw"
tou;" kata; ta; e[qnh pavnta" jIoudaivou"]
2) Para ellos, esto significaría que sus propios hijos serían como
los gentiles, sin trato con Dios y con su pueblo.
ii) (21:22) “porque oirán que has venido” [pavntw" ajkouvsontai o\{ti
ejlhvluqa"]
(f) (21:23) “Haz, pues, esto que te decimos:” [tou'to ou\\n poivhson o\{ soi
levgomen]
ii) También es importante notar que no hay ninguna evidencia que este
consejo haya venido de Dios, sino que especialmente cuando un se da
cuenta que no resultó com ellos esperaban, parece haber sido
solamente una propuesta humana, no divina.
iii) Además es posible que Pablo solamente haya acordado hacerlo porque
ere lo propuesto por los ancianos locales y no porque él estuviera de
acuerdo o pensara que de esa forma podría evitar lo que las profecías
ya le habían informado acerca de lo que le pasaría allí en Jerusalén.
iv) (21:23) “Hay entre nosotros cuatro hombres que tienen obligación
de cumplir voto” [eijsi;n hJmi'n a[ndre" tevssare" eujch;n e[conte" ejf!
eJautw'n]
c) Entonces, tal como Pablo mismo había hecho, entre los cristianos
en Jerusalén también algunos de los judíos seguían con esta
práctica del judaísmo.
vii) (21:24) “y paga sus gastos para que se rasuren la cabeza” [kai;
dapavnhson ejp! aujtoi'" i\{na xurhvsontai th;n kefalhvn]
c) Es posible que la idea haya sido que con esta acción de parte de
Pablo dejaría comprobado de una vez que los rumores acerca de
él eran infundados.
(3) (21:25) “Pero en cuanto a los gentiles que han creído” [peri; de; tw'n
pepisteukovtwn ejqnw'n]
ii) Para más información relacionado a esta carta escrita por los ancianos
de Jerusalén y los apóstoles, la cual fue enviada a los cristianos gentiles
después de un desacuerdo doctrinal que surgió en Antioquía, sírvase
ver los comentarios sobre el texto de esa carta en la parte de este
estudio relacionado con el capítulo quince.
iv) Parece que su prohibición tenía que ver con esa base, no con el hecho
que en sí tenían algo malo para el cristiano.
e) Las tres cosas mencionadas a continuación eran las tres cosas que
en el mundo pagano estaban usados como sacrificios a los ídolos.
libación.
“26 Entonces Pablo tomó consigo a aquellos hombres, y al día siguiente, habiéndose
purificado con ellos, entró en el templo, para anunciar el cumplimiento de los días de
la purificación, cuando había de presentarse la ofrenda por cada uno de ellos. 27 Pero
cuando estaban para cumplirse los siete días, unos judíos de Asia, al verle en el templo,
alborotaron a toda la multitud y le echaron mano, 28 dando voces: ¡Varones israelitas,
ayudad! Este es el hombre que por todas partes enseña a todos contra el pueblo, la
ley y este lugar; y además de esto, ha metido a griegos en el templo, y ha profanado
este santo lugar. 29 Porque antes habían visto con él en la ciudad a Trófimo, de Efeso,
a quien pensaban que Pablo había metido en el templo. 30 Así que toda la ciudad se
conmovió, y se agolpó el pueblo; y apoderándose de Pablo, le arrastraron fuera del
templo, e inmediatamente cerraron las puertas. 31 Y procurando ellos matarle, se le
avisó al tribuno de la compañía, que toda la ciudad de Jerusalén estaba alborotada.
32 Este, tomando luego soldados y centuriones, corrió a ellos. Y cuando ellos vieron
al tribuno y a los soldados, dejaron de golpear a Pablo. 33 Entonces, llegando el
tribuno, le prendió y le mandó atar con dos cadenas, y preguntó quién era y qué había
hecho. 34 Pero entre la multitud, unos gritaban una cosa, y otros otra; y como no
podía entender nada de cierto a causa del alboroto, le mandó llevar a la fortaleza. 35
Al llegar a las gradas, aconteció que era llevado en peso por los soldados a causa de
la violencia de la multitud; 36 porque la muchedumbre del pueblo venía detrás,
gritando: ¡Muera!”
(a) Uno no debe entender esta frase, como se usa en el texto del Nuevo
Testamento, como si estuviera siempre refiriendo al edificio mismo donde
solamente los sacerdotes estaban permitidos entrar, sino al sitio del templo,
los atrios alrededor del edificio principal, y los patios dentro del muro
exterior.
(b) El patio del templo componía el lugar de reunión más grande de la ciudad de
Jerusalén y regularmente había allí reuniones de la gente, no siempre para
conceptos religiosos.
(c) Sin embargo, parece que en este versículo la referencia tiene que ver con
parte del templo mismo, la parte donde solamente los judíos estaban
permitidos a entrar, donde Pablo habría ido para presentar a los sacerdotes
las ofrendas.
ii) Esta parte del templo estaba separada del “atrio de los gentiles” por un
muro de piedra con inscripciones (algunos de ellas todavía en
existencia) que declaraban la pena de muerte para cualquiera persona
no judío que entrara al área sagrada.
ii) Era, además, el momento en el cual uno tenía el deber de ofrecer los
sacrificios correspondientes a su voto.
ii) Después de toda una semana de purificaciones, era en ese día que le
tocaba pagar esas ofrendas para los cinco.
b. (21:27) “Pero cuando estaban para cumplirse los siete días” [ JW" de; e[mellon aiJ
eJpta; hJmevrai suntelei'sqai]
(2) (21:27) “unos judíos de Asia” [oiJ ajpo; th'" jAsiva" jIoudai'oi]
(a) Es muy probable que estos “judíos de Asia” [oiJ ajpo; th'" jAsiva"
jIoudai'oi] hayan sido judíos de la ciudad de Efeso y que ellos no hayan
conocido solamente a Pablo, sino también a Trófimo, del tiempo que Pablo
estuvo en su ciudad trabajando.
(d) (21:27) “al verle en el templo” [qeasavmenoi aujto;n ejn tw'/ iJerw']/
(a) Esta es la misma cosa que los judíos incrédulos habían hecho en muchas
otras ocasiones durante el ministerio de Pablo, y el más notable de esos
alborotos había ocurrido en Efeso mismo.
(4) (21:27-28) “y le echaron mano, dando voces:” [kai; ejpevbalon ejp! aujto;n ta;"
cei'ra" kravzonte"]
(b) (21:28) “Este es el hombre que por todas partes enseña a todos
contra” [ou|to" ejstin oJ a[nqrwpo" oJ kata; ... pavnta" pantach'/
didavskwn]
vi) Cada una de estas acusaciones era falsa, ya que no hay evidencia que
Pablo había hecho tales cosas.
(a) (21:29) “con él en la ciudad a Trófimo” [Trovfimon ... ejn th'/ povlei su;n
aujtw']/
(b) (21:29) “a quien pensaban que Pablo había metido en el templo” [o\}n
ejnovmizon o\{ti eij" to; iJero;n eijshvgagen oJ Pau'lo"]
i) El hecho que andaban junto en las calles de la ciudad no era razón para
pensar que Pablo le metería en el templo.
iii) Sin embargo, por alguna razón, ellos saltaron a tomar una conclusión
que les causó condenarle públicamente por algo que él no había hecho.
(1) La profanación de su templo era una manera segura de lograr que el pueblo de
Jerusalén reaccionara violentamente en contra de aquel que habría hecho tal cosa.
(a) (21:30) “le arrastraron fuera del templo” [ei|lkon aujto;n e[xw tou' iJerou']
i) Esto sería una referencia a las puertas que separaban el área común del
área sagrada del templo.
ii) Esto habría sido una reacción de la guardia del templo en un intento de
evitar otros posibles problemas en ese lugar santo.
(1) Por las palabras de Lucas es bastante claro que la turba de judíos, siendo
enfurecido por una profanación de su lugar santo, tenía en mente darle a Pablo
la pena de muerte que pensaba que merecía.
(2) El hecho que los romanos no permitía a los judíos ejercer esa pena de muerte,
que quedaba solamente al poder romano administrar, en su furia parece no
haberles importado mucho, como también fue el caso ellos mataban a Esteban.
(3) (21:31) “se le avisó al tribuno de la compañía” [ajnevbh favsi" tw'/ ciliavrcw/
th'" speivrh"]
(b) En todo caso, este “tribuno” [tw'/ ciliavrcw/] habría sido el oficial romano
que estaba comandante sobre mil soldados romanos, un regimiento.
(c) Era el oficial que estaba encargado con la tarea de mantener la calma y el
control romano en la cuidad de Jerusalén, y habría tenido su cuartel en la
fortaleza de Antonia, justo al lado noroeste del templo.
i) La torre de esta fortaleza tenía una vista del área del templo mismo.
ii) Es probable que una guardia allí haya sido la persona que llevaba la
noticia de la turba a su comandante.
(4) (21:31) “que toda la ciudad de Jerusalén estaba alborotada” [o\{ti o\{lh
sugcuvnnetai jIerousalhvm]
(a) Ya que la fortaleza contaba con una escala que daba al patio de los gentiles,
la llegada de las tropas habría sido bastante rápida.
(c) Desde el punto de vista del tribuno era muy importante asegurar que el
tumulto se controlara de inmediato, ya que su puesto mismo estaría en
peligro si la turba se volviera descontrolada.
i) Al saber que los romanos habían llegado allí, y que lo que ellos estaban
haciendo era algo prohibido, los judíos dejaron su intento de castigar
con golpes a Pablo.
ii) De esa forma la llegada del comandante y sus tropas, sin lugar a dudas,
salvó la vida de Pablo.
(2) (21:33) “y le mandó atar con dos cadenas” [kai; ejkevleusen deqh'nai aJluvsesi
dusi]
(a) El hecho que Lucas relata que fue atado con “dos cadenas” [aJluvsesi dusi]
probablemente significaba que Pablo estaba encadenado a un soldado
romano en cada lado, algo común con presos violentos en el imperio
romano.
(a) Aunque Lucas no dice a quién el tribuno hizo esta pregunta, la respuesta de
la turba puede ser indicación que no le había preguntado a Pablo mismo,
sino a sus atacantes, o a los soldados mismos.
(d) Lo único que el comandante habría sabido era que en el recinto del templo
se había formado una turba y que los judíos involucrados estaban golpeando
a Pablo.
(e) La reacción de él era la sospecha natural que Pablo había hecho algo para ser
tratado de esa forma y ahora él quiso saber su identidad y la acción de él que
había precipitado la turba y su golpiza.
g. (21:34) “Pero entre la multitud unos gritaban una cosa y otros otra” [a[lloi de;
a[llo ti ejpefwvnoun ejn tw'/ o[clw/]
(1) Hubo confusión entre la gente porque algunos habían oído el grito de los judíos
de Asia y otros, sin saber de qué se trataba el asunto, solamente se habían metido
en el proceso en mentalidad de grupo.
(2) Ellos, como el tribuno, estaban asumiendo por las acciones de los demás que
Pablo había hecho algo para merecer la golpiza.
h. (21:34) “y como no podía entender nada de cierto” [mh; dunamevnou de; aujtou'
gnw'nai to; ajsfale;"]
(1) Es muy posible que la gente allí, judíos de muchas partes del mundo que estaban
allí para la fiesta, pudiera haber hablado en diferentes idiomas, aumentando la
confusión.
(3) De todo modo, estando metido entre ellos allí en el recinto del templo, por la
confusión él no pudo aclarar la situación.
(5) (21:34) “le mandó llevar a la fortaleza” [ejkevleusen a[gesqai aujto;n eij" th;n
parembolhvn]
i. (21:35) “Al llegar a las gradas” [o\{te de; ejgevneto ejpi; tou;" ajnabaqmouv"]
(2) (21:35) “aconteció que era llevado en peso por los soldados” [sunevbh
bastavzesqai aujto;n uJpo; tw'n stratiwtw'n]
(a) Seguramente estos soldados eran los dos a los cuales Pablo había sido
encadenado, pero es posible que otros también hayan ayudado en llevarle
en brazos para subir las gradas.
(3) (21:35) “a causa de la violencia de la multitud” [dia; th;n bivan tou' o[clou]
(a) Es interesante, a pesar del hecho que los judíos habían dejado de golpear a
Pablo cuando se dieron cuenta de la presencia de los soldados romanos, que
ellos todavía estaban demostrando suficiente violencia que los soldados
tenían que llevar en brazos a Pablo por las gradas para protegerle de ellos.
(4) (21:36) “porque la muchedumbre del pueblo” [... ga;r to; plh'qo" tou' laou']
i) Esto era el mismo grito que los judíos de Jerusalén habían gritado en
referencia a Jesús mismo años antes, frente al tribunal de Pilato.
ii) Ahora lo habrían gritado así porque ellos pensaron que Pablo era un
profanador del templo y que él merecía morir por su acto.
(1) (21:37) “¿Se me permite decirte algo?” [eij e[xestin moi eijpei'n ti pro;" sev_]
(a) Para una persona en su situación sería bastante anormal que pidiera hablar
con el comandante antes de llegar a un lugar seguro, ya que el pueblo le
estaba siguiendo todavía, gritando por su muerte.
(b) Tal como había querido hacer durante la turba en Efeso, Pablo quiso ahora
hablar con el pueblo que estaba alborotando para explicar a ellos y para
darles a conocer su mensaje.
(b) (21:38) “¿No eres tú aquel egipcio” [oujk a[ra su; ei\\ oJ jAiguvptio"]
i) (21:38) “que levantó una sedición antes de estos días” [oJ pro;
touvtwn tw'n hJmerw'n]
v) Parece que la primera idea que había entrado en la cabeza del tribuno
a raíz de ese disturbio era que el alboroto que estaba ocurriendo en el
templo pudo haber tenido relación con este tipo de acción y con el
regreso de ese egipcio.
(1) (21:39) “Yo de cierto soy hombre judío de Tarso” [ejgw; a[nqrwpo" mevn eijmi
jIoudai'o", Tarseu;"]
(e) Con estas palabras Pablo aclaraba para el tribuno que él no era un
extranjero, sino un judío, uno que contaba con todo el derecho de haber
estado en el templo.
(f) Además, dio a conocer que no era nativo de Judea, ni siquiera de Palestina,
sino de la cuidad de Tarso, una de las ciudades grandes del imperio romano.
i) Con esto Pablo también hizo saber que, a pesar de ser judío, él era
también ciudadano romano, habiendo nacido en una ciudad calificada
como una parte íntegra del imperio romano, una ciudad libre.
(2) (21:39) “pero te ruego que me permitas hablar al pueblo” [devomai dev sou,
ejpivtreyon moi lalh'sai pro;" to;n laovn]
(a) Uno puede suponer que esta petición de parte de Pablo debiera haber sido
algo sorpresivo para el tribunal, ya que ellos no solamente habían tratado de
matarle sino también estaban todavía gritando que él debería morir.
(1) (21:40) “estando en pie en las gradas” [eJstw;" ejpi; tw'n ajnabaqmw'n]
(a) Antes él estaba siendo cargado en brazos por los soldados, pero ahora se
pone de pie para poder dirigirse a los judíos que habrían estado en el patio
abajo.
(2) (21:40) “hizo señal con la mano al pueblo” [katevseisen th'/ ceiri; tw'/ law']/
(d) Esta acción es común cuando un orador quiere calmar sus audiencia para
poder hablar con ellos.
d. (21:40) “Y hecho gran silencio, habló en lengua hebrea, diciendo:” [pollh'" de;
sigh'" genomevnh" prosefwvnhsen th'/ JEbraivdi dialevktw/ levgwn]
(b) Esta, como se ha visto anteriormente, era una frase muy judaica, muy
común entre ellos como pueblo.
(2) (22:1) “oíd ahora mi defensa ante vosotros” [ajkouvsate mou th'" pro;" uJma'"
nuni; ajpologiva"]
(b) Eran para explicarles que él no solamente estaba inocente de los cargos en
su contra, sino que también él estaba purificado ritualmente y estaba
cumpliendo con sus deberes frente a su Dios.
(c) Uno puede ver claramente por este discurso de Pablo, como también en
otras ocasiones, que el ejemplo del apóstol comprueba que un discípulo del
Señor tiene el pleno derecho de defenderse contra las acusaciones falsas
hechas en su contra.
e. (22:2) “Y al oír que les hablaba en lengua hebrea” [ajkouvsante" de; o\{ti th'/
JEbraiv\di dialevktw/ prosefwvnei aujtoi'"]
(1) Aunque el arameo era el dialecto comúnmente hablado por los judíos de
Palestina, muchos de estos judíos presentes en el templo habrían sido mucho más
familiares con el “lengua hebrea” [ JEbraiv\di dialevktw/], el idioma religioso de
los judíos, usado en sus Escrituras sagradas y entendido por los judíos religiosos
en todo el mundo.
(2) El mero hecho que se haya dirigido a ellos en ese idioma, y no en el griego
común, les daba de inmediato a saber que él era uno de ellos, también un judío,
y no algún gentil pagano que habría sido culpable de profanar su templo.
(4) Uno debe recordar que ahora, casi con seguridad, el tribuno romano no habría
sido capaz de entender las palabras de Pablo, ya que él no hablaba al pueblo en
griego, como había hablado con el tribuno, sino en el hebreo, y este hecho ayuda
uno a entender la reacción del comandante en el resto de la historia.
(b) Uno debe recordar que la mayoría de esa gente no sabía lo que había
pasado, ni tampoco la razón detrás del disturbio, y ellos habrían querido
aclarar para sí mismos lo que estaba pasando.
(a) (22:3) “Yo de cierto soy judío” [ejgwv eijmi ajnh;r jIoudai'o"]
vii) (22:3) “pero criado en esta ciudad” [ajnateqrammevno" de; ejn th'/
povlei tauvth/]
(b) (22:3) “instruido a los pies de Gamaliel” [para; tou;" povda" Gamalih;l
pepaideumevno"]
ii) También pasa a ser evidente que Pablo había llegado a Jerusalén, si no
antes, por lo menos a la edad para empezar sus estudios bajo ese
famoso maestro rabínico.
c) Con esta frase Pablo hizo saber que él no era uno de los judíos
ignorantes de la ley, ni tampoco uno de los (como los saduceos)
que descartaban partes de la ley como si no tuviera importancia.
d) Para eso judíos, por lo menos los de Palestina, esta frase habría
identificado a él como un fariseo, uno muy dedicado a la ley y
todos sus preceptos, y no uno que sería culpable de la
profanación del templo.
vi) (22:3) “como hoy lo sois todos vosotros” [kaqw;" pavnte" uJmei'"
ejste shvmeron]
(d) (22:4) “Perseguía yo este Camino hasta la muerte” [o\}" tauvthn th;n
oJdo;n ejdivwxa a[cri qanavtou]
i) Es la primara vez en este evento que haya una sugerencia que todo
esto pudo haber tenido algo que ver con el cristianismo.
v) Tal como muchas veces los otros judíos que negaron creer en Jesús
como el Mesías también hacían, Pablo había llevado a la muerte los que
él había considerado como herejes.
ii) Caifás, el sumo sacerdote en poder cuando Saulo fue comisionado para
perseguir a los cristianos, ya habría muerto y Ananías ahora era el sumo
sacerdote, a lo mejor presente aquel día entre los que estaban allí en
el templo.
iii) Sin embargo, los archivos del sumo sacerdote, y también los del
Sanedrín mismo, habrían comprobado el testimonio de Pablo aun sin
la presencia del sumo sacerdote mismo.
v) (22:5) “de quienes también recibí cartas para los hermanos” [par!
w|n kai; ejpistola;" dexavmeno" pro;" tou;" ajdelfou;"]
iii) Con estas palabras, verificadas por el testimonio del sumo sacerdote
y los ancianos del pueblo judío, Pablo estaba estableciendo su propia
posición como uno que era celoso por la ley, uno que había actuado
como el líder de la oposición al Camino, uno que había estado
dispuesto a viajar hasta el extranjero para lograr castigar a los que
estaban siguiendo a Jesús como el Mesías.
iv) En todo esto, él estaba confirmando que él siempre había sido un judío
fiel y ferviente en defensa del judaísmo, no un rebelde que habría
hecho entrar un gentil al templo judío.
“6 Pero aconteció que yendo yo, al llegar cerca de Damasco, como a mediodía, de
repente me rodeó mucha luz del cielo; 7 y caí al suelo, y oí una voz que me decía:
Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? 8 Yo entonces respondí: ¿Quién eres, Señor? Y
me dijo: Yo soy Jesús de Nazaret, a quien tú persigues. 9 Y los que estaban conmigo
vieron a la verdad la luz, y se espantaron; pero no entendieron la voz del que hablaba
conmigo. 10 Y dije: ¿Qué haré, Señor? Y el Señor me dijo: Levántate, y ve a Damasco,
y allí se te dirá todo lo que está ordenado que hagas. 11 Y como yo no veía a causa de
la gloria de la luz, llevado de la mano por los que estaban conmigo, llegué a Damasco.
12 Entonces uno llamado Ananías, varón piadoso según la ley, que tenía buen
testimonio de todos los judíos que allí moraban, 13 vino a mí, y acercándose, me dijo:
Hermano Saulo, recibe la vista. Y yo en aquella misma hora recobré la vista y lo miré.
14 Y él dijo: El Dios de nuestros padres te ha escogido para que conozcas su voluntad,
y veas al Justo, y oigas la voz de su boca. 15 Porque serás testigo suyo a todos los
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“HECHOS”
HECHOS ANÁLISIS DEL TEXTO PÁGINA 830
hombres, de lo que has visto y oído. 16 Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate
y bautízate, y lava tus pecados, invocando su nombre.”
a. En dos otras ocasiones en su relato Lucas daba a conocer esta misma historia; una vez
cuando ocurrió, y la otra vez cuando Pablo contó su propia historia frente al Rey
Agripa en Cesarea.
(1) Además, es interesante que cada vez que Pablo relató la historia de su propia
conversión él dio a conocer algo de información específica que no había sido
relatada en los otros textos.
b. (22:6) “Pero aconteció que yendo yo” [ jEgevneto dev moi poreuomevnw/]
(1) (22:6) “al llegar cerca de Damasco” [kai; ejggivzonti th'/ Damaskw']/
(a) Uno debe recordar que Damasco estaba situado más que trescientos
kilómetros al norte de Jerusalén, y en aquel tiempo habría requerido un viaje
de varias días para poder llegar allí.
(b) Para más información relacionada con la ciudad de Damasco, sírvase ver los
comentarios sobre Hechos 9:2.
(d) (22:6) “de repente me rodeó mucha luz del cielo” [ejxaivfnh" ejk tou'
oujranou' periastravyai fw'" iJkano;n peri; ejmev]
i) Se supone que esta “luz del cielo” [fw'" iJkano;n] era el resplandor de
la gloria de Dios.
(3) (22:7) “y oí una voz que me decía:” [kai; h[kousa fwnh'" legouvsh" moi]
(a) (22:7) “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?” [Saou;l Saouvl, tiv me
diwvkei"_]
(b) Uno debe recordar que Pablo acababa de explicarles a los judíos que él
había estado persiguiendo y encarcelando a los del Camino.
(d) Uno siempre debe recordar que lo que uno hace a los discípulos de Cristo,
a los de su cuerpo en la tierra, a los de la iglesia de la cual El es la cabeza,
uno está haciendo a El mismo.
ii) Así es que, con esta pregunta, Pablo se enfrentó con la triste verdad
que él mismo había estado en oposición al Mesías y a su reino, y a
través del relato de su propia historia intentaba convencer a esos judíos
que ellos estaban haciendo lo mismo.
(a) (22:8) “Yo soy Jesús de Nazaret” [ejgwv eijmi jIhsou'" oJ Nazwrai'o"]
ii) Una aplicación directa de esa verdad se podría ver en cuanto a esos
judíos mismos, especialmente los de Asia quienes habían empezado
esta persecución en contra de Pablo, sería que su maltrato de él
significaba un rechazo de su propio Mesías.
(6) (22:9) “Y los que estaban conmigo” [oiJ de; su;n ejmoi; o[nte"]
(a) Habiendo citado ya el sumo sacerdote y los ancianos del pueblo de Israel
como testigos de su persecución de los del Camino, ahora Pablo cita a otros
como testigos de la veracidad de su historia.
(b) Esta vez cita a los judíos fieles que le habían acompañado a él hacia el
extranjero con ese fin como testigos de lo que le había ocurrido aquel día.
i) Ellos habían ido con Saulo desde la ciudad de Jerusalén para ayudar en
la persecución de los del Camino en el extranjero.
ii) Ellos habían visto la luz y también habían escuchado la voz, pero sin
entender las palabras.
ii) Entonces, ellos eran testigos oculares de una gran luz del cielo, algo
notable y fuera de lo natural, un fenómeno celestial.
ii) Sin embargo, esa reacción, aunque no haya sido dicho por Pablo, habría
sido la reacción normal de una persona en esa circunstancia.
(g) (22:9) “pero no entendieron la voz del que hablaba conmigo” [th;n de;
fwnh;n oujk h[kousan tou' lalou'nto" moi]
ii) Por alguna razón, a pesar del hecho de ser judíos ellos y que Jesús le
hablaba en hebreo, ellos no eran capaces de comprender las palabras
habladas a Saulo.
(b) Estas palabra son indicación por lo menos de dos cosas que ya habían
cambiado en Saulo.
(e) Por supuesto este paso debe ser seguido con el siguiente paso de obedecer
según la respuesta dada a esa pregunta por el Señor.
i) Así que uno debe tener cuidado al aceptar instrucciones que provienen
de los hombres pero no del Señor mismo.
iii) Es decir, lo que Saulo y otros tuvieron que hacer para conseguir el
perdón, aun después de su aceptación de Jesús como el Señor, debe
concordar con las instrucciones que uno recibe hoy en día.
(8) (22:10) “Y el Señor me dijo:” [oJ de; kuvrio" ei\\pen prov" me]
ii) Es vital que uno, si quiere entender bien esta historia, se de cuenta que
el Señor no le dijo en aquel minuto qué él tenía que hacer para
conseguir el perdón de sus transgresiones.
iii) Al contrario, simplemente le dijo que él tenía que hacer para conseguir
que algún mensajero divino le contara lo que él debía hacer.
iv) Entonces, aun con Saulo, el hombre que El mismo había escogido para
ser su portavoz entre el mundo gentil, el Señor no le dio la salvación
directamente, ni en una forma especial, sino que le mandó a que otro
mensajero de El de dijera que hacer.
c. (22:11) “Y como yo no veía a causa de la gloria de la luz” [wJ" de; oujk ejnevblepon
ajpo; th'" dovxh" tou' fwto;" ejkeivnou]
(1) Es interesante que Pablo no habló aquí del brillo de la luz, sino de “la gloria de
la luz” [th'" dovxh" tou' fwto;" ejkeivnou], otra indicación que esta luz era la luz
del resplandor mismo de la deidad.
(2) De todas formas todo esto debería haber sido motivo de bastante trauma para
Saulo.
(3) El hecho de quedar ciego por el efecto de la luz, mientras también tenía que
enfrentar la realidad que él había estado peleando en contra de Dios mismo,
debería haberle preocupado mucho mientras esperaba saber el mensaje para
informarle lo que sería necesario que él hiciera para complacer al Señor.
(1) (22:12) “varón piadoso según la ley” [ajnh;r eujlabh;" kata; to;n novmon]
(a) Uno debe notar que Pablo ahora, cuando él estaba introduciendo la acción
de Ananías en su historia, hace un esfuerzo para impactar a sus oyentes
judíos con que ese hombre era un judío celoso de Dios al igual que ellos.
(b) Esta frase no aparece en los otros dos recuentos de la conversación de Saulo
que Lucas incluye en Hechos.
(c) Este punto habría sido muy importante para estos judíos con quienes estaba
hablando, porque en realidad él estaba llamando también a Ananías como
testigo de la veracidad de su historia.
(2) (22:12) “que tenía buen testimonio de todos los judíos que allí moraban”
[marturouvmeno" uJpo; pavntwn tw'n katoikouvntwn jIoudaivwn]
(3) (22:13) “vino a mí, y acercándose, me dijo:” [ejlqw;n prov" me kai; ejpista;"
ei\\pen moi]
e. (22:13) “Y yo en aquella misma hora recobré la vista y lo miré” [kagw; aujth'/ th'/ w\{ra/
ajnevbleya eij" aujtovn]
(1) El texto griego tampoco incluye la frase “recobré la vista y”, sino solamente dice
“miré arriba a él”.
(2) La idea aquí era que, a pesar de estar ciego, cuando el mensajero de Dios le dio
instrucciones para mirarle, le miró, le obedeció, y por esa razón llegó a recobrar
la capacidad de ver.
(1) (22:14) “El Dios de nuestros padres te ha escogido” [oJ qeo;" tw'n patevrwn
hJmw'n proeceirivsato se]
(a) La frase “el Dios de nuestros padres” [oJ qeo;" tw'n patevrwn hJmw'n] era
una frase muy judaica y una que había sido usada en muchas otras partes del
texto bíblico.
(b) Desde muchos siglos los judíos estaban acostumbrados a la idea que el Dios
de sus antepasados seleccionaba a hombres (como Abram, David, los
profetas, etc.) para misiones especiales.
(c) Ahora Pablo usaba las palabras de Ananías (también elegido por Dios con
una misión) para dar a conocer a sus oyentes que las acciones propias de él
mismo eran solamente conformes a la elección y la instrucción divina, no una
decisión propia de él.
(d) (22:14) “para que conozcas su voluntad” [gnw'nai to; qevlhma aujtou']
ii) El hecho de ser testigo del Jesús resucitado, de haber visto “al Justo”
[to;n divkaion] era muy importante en la vida de Pablo y en su
testimonio de El como el Mesías resucitado.
(f) (22:14) “y oigas la voz de su boca” [kai; ajkou'sai fwnh;n ejk tou'
stovmato" aujtou']
i) Esa fue la voz que hablaba con Pablo en el camino, la voz que sus
acompañantes oyeron pero no entendieron.
(2) (22:15) “Porque serás testigo suyo” [o\{ti e[sh/ mavrtu" aujtw']/
i) Esta frase era el primer indicio en las palabras de Pablo aquel día que
Dios le había enviado al mundo gentil con noticias del Salvador, un
concepto que los judíos, creyendo que Dios era solamente su propio
Dios y no el Dios de los demás, no lograron imaginar.
ii) Sin embargo, no fue hasta que él mencionó directamente a los gentiles,
que los judíos nuevamente empezaban a reaccionar violentamente en
su contra.
iii) Uno debe recordar que la acusación en contra de Pablo era que él
había profanado el templo, haciendo entrar gentiles allí.
iv) Sin embargo, en realidad lo que él estaba enseñando era que Dios
había abierto el templo real, la iglesia, y también el reino del cielo, al
mundo gentil a través del sacrificio de Jesús.
(e) (22:15) “de lo que has visto y oído” [w|n eJwvraka" kai; h[kousa"]
i) Si Pablo iba a ser testigo, él tenía que haber visto y oído, ya que uno no
puede testificar de lo que no ha presenciado.
ii) Entonces es claro que Saulo no solamente escuchó la voz de Jesús, sino
que también nuevamente le vio.
(3) (22:16) “Ahora, pues, ¿por qué te detienes?” [kai; nu'n tiv mevllei"_]
(a) Conviene recordar que Saulo había estado en Damasco cumpliendo con el
mandato de Jesús, esperando que allí le llegara alguien que le diría lo que le
era ordenada hacer.
(b) Allí él había pasado tres días en oración, sin comer o beber nada, en espera
del mensajero de Dios.
(c) El estaba esperando hasta el minuto en que, por fin, Ananías llegara para
anunciarle lo que el Señor le había mandado hacer.
ii) Ahora, por fin, Saulo iba a saber las instrucciones divinas que él estaba
esperando con ansiedad por varios días.
ii) (22:16) “y lava tus pecados” [kai; ajpovlousai ta;" aJmartiva" sou]
(1) Pablo ahora pasaba a contar de los eventos posterior a su conversión, cuando él
había vuelto a Jerusalén después de haber ido a Damasco, donde vio al Señor, fue
bautizado, anunció el mensaje allí mismo, y logró escapar cuando los judíos
incrédulos en esa ciudad intentaban matarle.
(a) Esto, como acababa de explicar, le pasó cuando él había vuelto, tiempo
después de su conversión, a Jerusalén.
(c) Sin embargo, parece que Pablo estaba usando este experiencia en el templo
para afirmar el concepto que él no era profanador del templo, sino que él,
tal como ellos, iba allí para acercarse a Dios.
(d) En realidad, el hecho de ir al templo para orar era costumbre de los judíos
piadosos.
(e) Que la experiencia que Pablo estaba relatando haya ocurrido en el templo
mismo sería de importancia para la mente judaica de aquel tiempo porque
indicaría que esto había ocurrido en lugar santo.
(f) La palabra usada por Pablo aquí, “éxtasis” [ejkstavsei] significa un evento
literalmente “fuera de sí”, un trance, una experiencia fuera del cuerpo.
(g) El hecho que Dios usaba las visiones, los sueños, y los trances de este tipo
para comunicarse con los hombres no habría sido ni novedad ni algo extraño
para los judíos que estaban escuchando a las palabras de Pablo.
(a) En el contexto se puede apreciar claramente que fue Jesús mismo que
estaba hablando a Pablo en su éxtasis, advirtiéndole del peligro eminente.
(b) La frase “le vi” [ijdei'n aujto;n] indica que Pablo no solamente escuchó las
palabras, sino que también presenció al Señor mismo, tal como había sido
el caso cuando Jesús le habló en el camino a Damasco.
ii) Entonces esta era por lo menos la segunda ocasión en la cual Pablo
había sido hecho testigo de la realidad del Señor Jesús resucitado.
(d) (22:18) “y sal prontamente de Jerusalén” [kai; e[xelqe ejn tavcei ejx
jIerousalhvm]
i) Jesús, conociendo los corazones de los judíos con quien Pablo estaba
tratando en Jerusalén, supo que ellos no iban a aceptar el testimonio
de Pablo, aunque ellos mismos sabían que anteriormente él había sido
el líder de la oposición a Jesús y sus seguidores.
ii) Esta realidad, que a pesar de las pruebas y los testimonios de los
testigos mismos a veces los hombres no están dispuestos a aceptar la
verdad, explica el rechazo del mensaje divino por algunas personas, no
solamente en el tiempo de Pablo sino también hoy.
(1) En una manera parecida a la de Ananías, parece que Pablo intentaba convencer
al Señor que El estaba equivocado, que por el hecho de haber sabido de cómo
él era anteriormente ellos iban a convencerse, a través del testimonio y las
experiencias de Pablo mismo, de la realidad acerca del Mesías.
(2) Estos dos hombres elegidos por Dios mismo para cumplir sus propósitos sirven
como ejemplos de una de las características humanas que causa muchos
problemas – la tendencia humana de pensar que uno mismo sabe más que el
Señor.
(3) (22:19) “Señor, ellos saben que” [kuvrie, aujtoi; ejpivstantai o\{ti]
(b) (22:19) “y azotaba en todas las sinagogas a los que creían en ti” [kai;
devrwn kata; ta;" sunagwga;" tou;" pisteuvonta" ejpi; sev]
(d) (22:20) “yo mismo también estaba presente” [kai; aujto;" h[mhn
ejfestw;"]
ii) Aunque hay los que afirman que esta frase indica que Saulo era un
miembro del Sanedrín por el hecho que él “consentía” [suneudokw'n],
es muy improbable que tal sea el caso por las siguientes razones, entre
otras.
(2) (22:19) “porque yo te enviaré lejos a los gentiles” [o\{ti ejgw; eij" e[qnh makra;n
ejxapostelw' se]
(c) Hasta esta frase Pablo había apelado a los judíos con una presentación de sí
mismo como un judío ferviente y celoso de Dios, uno dispuesto a escuchar
a lo que Dios le mostró, tanto en el camino a Damasco como también a
través de Ananías y las visiones y el éxtasis.
(d) Ahora, diciéndoles que el Dios de sus padres le había enviado a los gentiles,
les causo en ellos una rabia muy grande.
“22 Y le oyeron hasta esta palabra; entonces alzaron la voz, diciendo: Quita de la
tierra a tal hombre, porque no conviene que viva. 23 Y como ellos gritaban y
arrojaban sus ropas y lanzaban polvo al aire, 24 mandó el tribuno que le metiesen en
la fortaleza, y ordenó que fuese examinado con azotes, para saber por qué causa
clamaban así contra él. 25 Pero cuando le ataron con correas, Pablo dijo al centurión
que estaba presente: ¿Os es lícito azotar a un ciudadano romano sin haber sido
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“HECHOS”
HECHOS ANÁLISIS DEL TEXTO PÁGINA 846
condenado? 26 Cuando el centurión oyó esto, fue y dio aviso al tribuno, diciendo: ¿Qué
vas a hacer? Porque este hombre es ciudadano romano. 27 Vino el tribuno y le dijo:
Dime, ¿eres tú ciudadano romano? El dijo: Sí. 28 Respondió el tribuno: Yo con una
gran suma adquirí esta ciudadanía. Entonces Pablo dijo: Pero yo lo soy de nacimiento.
29 Así que, luego se apartaron de él los que le iban a dar tormento; y aun el tribuno,
al saber que era ciudadano romano, también tuvo temor por haberle atado.”
(1) Los judíos, creyendo que el Dios de sus padres les pertenecía solamente a ellos,
y que los gentiles eran poco más que animales, no aguantaron la afirmación que
Pablo, uno de ellos mismos, pudo haber sido enviado por su Dios a los gentiles.
(2) Tal como Jonás, ellos no quisieron que su Dios tuviera misericordia de sus
enemigos.
(3) Uno debe recordar que era la asociación entre Pablo y los gentiles que había sido
la causa original del alboroto, lo que había causado a algunos de los judíos a llegar
a la conclusión falsa que él había hecho entrar gentiles al templo.
(4) (22:22) “Quita de la tierra a tal hombre” [ai\\re ajpo; th'" gh'" to;n toiou'ton]
(5) (22:22) “porque no conviene que viva” [ouj ga;r kaqh'ken aujto;n zh'n]
(1) Nuevamente ellos volvieron a la mentalidad de una turba por la gran ira que
tenían al escuchar a Pablo decir que él había sido mandado por Dios ir a los
gentiles.
(4) (22:23) “y lanzaban polvo al aire” [kai; koniorto;n ballovntwn eij" to;n ajevra]
(a) Esto era como señal de su furia y del desprecio que ellos tenían para uno
que, a su parecer, era blasfemo.
(1) Uno debe recordar que el tribuno había estado antes en el proceso de meterle
a Pablo en la fortaleza pero había cedido el derecho a Pablo dirigirse a la
muchedumbre de los judíos cuando él lo había pedido.
(3) (22:24) “y ordenó que fuese examinado con azotes” [ei[pa" mavstixin
ajnetavzesqai aujto;n]
(b) Ya que Pablo había hablado a los judíos en hebreo, es casi indiscutible que
el tribuno no le había podido entender todo su discurso.
(c) Por esta razón él debería haber pensado que el nuevo aumento del disturbio
era culpa de Pablo y quiso saber toda la historia del trasfondo del alboroto.
(d) A lo mejor, con todo lo que estaba pasando, el tribuno había olvidado que
Pablo ya le había dicho que él era un ciudadano de Tarso, una ciudad que le
permitiría reclamar la ciudadanía romana.
(e) Esta vez, estos “azotes” [mavstixin] no serían con las barras con que habían
sido golpeados Pablo y Silas en Filipos, sino los instrumentos de tortura más
comúnmente usados por los romanos.
ii) Sin embargo, por su uso no era anormal que ellos llegaron a dejar
heridas que resultaron ser fatales.
iii) Bajo la ley romano, aunque los otros habitantes del imperio romano
podrían ser tratado de esa manera, era ilegal azotar a un ciudadano
romano antes de que ese ciudadano había sido juzgado y condenado.
iv) Este tipo de interrogación baja tortura era aplicada muy comúnmente
a los esclavos en aquel tiempo.
(4) (22:24) “para saber por qué causa clamaban así contra él” [i\{na ejpignw'/ di!
h\}n aijtivan ou\{tw" ejpefwvnoun aujtw'/]
(a) Nuevamente, esta frase de Lucas indica que el comandante todavía no sabía
lo que había causado esa nueva reacción tan exagerada de parte de los
judíos en contra de Pablo.
d. (22:25) “Pero cuando le ataron con correas” [wJ" de; proevteinan aujto;n toi'"
iJma'sin]
(1) La frase “le ataron” [proevteinan] literalmente debería traducirse como “le
estiraron” y hace referencia al hecho de amarar a uno a los postes para poderle
golpear con el látigo.
(2) Esta acción, entonces, no era para asegurarle como preso, ya que había ya estado
encadenado entre dos soldados, sino fue para afirmarle para que le pudieran
azotar para conseguir de él la información derivada de esa tortura.
(3) (22:25) “Pablo dijo al centurión que estaba presente:” [ei\\pen pro;" to;n
eJstw'ta eJkatovntarcon oJ Pau'lo"]
(a) Este centurión, a cargo de cien soldados romanos, habría sido el oficial a
(c) (22:25) “¿Os es lícito azotar a un ciudadano romano sin haber sido
condenado?” [eij a[nqrwpon Rwmai'on kai; ajkatavkriton e[xestin uJmi'n
mastivzein_]
ii) Esta pregunta hecha por Pablo era una pregunta retórica, o sea, una
pregunta con una respuesta ya entendida, una pregunta hecha para
informar, no para buscar información.
(2) (22:26) “fue y dio aviso al tribuno, diciendo:” [proselqw;n tw'/ ciliavrcw/
ajphvggeilen levgwn]
(b) (22:26) “Porque este hombre es ciudadano romano” [oJ ga;r a[nqrwpo"
ou|to" Rwmai'o" ejstin]
(3) (22:27) “Vino el tribuno y le dijo:” [proselqw;n de; oJ cilivarco" ei\\pen aujtw']/
(a) (22:27) “Dime, ¿eres tú ciudadano romano?” [levge moi, su; Rwmai'o"
ei\\_]
(b) El tribuno, no dispuesto a aceptar la mera palabra del centurión, quiso saber
de la propia boca de Pablo si era ciudadano romano o no.
(c) La ley romana proclamaba castigos muy duros, incluso hasta la muerte, para
los que reclamaron ser ciudadanos cuando no lo eran.
(a) (22:28) “Yo con una gran suma adquirí esta ciudadanía” [ejgw; pollou'
kefalaivou th;n politeivan tauvthn ejkthsavmhn]
(c) En algunas ocasiones los romanos permitieron que un oficial de alto rango
en las legiones romanas comprara su ciudadanía, tal como fue posible en
ocasiones que un esclavo comprara su libertad.
(d) Además de la compra de ese derecho con una cantidad enorme de dinero,
o el hecho de nacer como ciudadano, también era posible llegar a recibir la
ciudadanía romana como un regalo del imperio por algún gran servicio
prestado.
i) Es así que este tribuno, llamado Claudio Lisias pudo haber comprado
su ciudadanía bajo el patronazgo del emperador Claudio.
(b) Era porque Pablo había nacido en una ciudad considerada como una parte
íntegra del imperio mismo y no una ciudad solamente baja la ocupación de
los romanos.
(c) Aunque Pablo ya había dicho al tribuno que él había nacido en Tarso, es
posible que el comandante no haya entendido que esa ciudad contaba con
tal status y que por ende Pablo había nacido ciudadano.
(e) De todos modos, los ciudadanos de nacimiento tendían a tener aun mayores
privilegios que los que habían conseguido este honor por otras maneras.
f. (22:29) “Así que, luego se apartaron de él” [eujqevw" ou\\n ajpevsthsan ajp! aujtou']
(1) (22:28) “los que le iban a dar tormento” [oiJ mevllonte" aujto;n ajnetavzein]
(a) (22:28) “al saber que era ciudadano romano” [... ejpignou;" o\{ti Rwmai'o"
ejstin]
(b) (22:28) “también tuvo temor por haberle atado” [de; ejfobhvqh ... kai; o\{ti
aujto;n h\\n dedekwv"]
“30 Al día siguiente, queriendo saber de cierto la causa por la cual le acusaban los
judíos, le soltó de las cadenas, y mandó venir a los principales sacerdotes y a todo el
concilio, y sacando a Pablo, le presentó ante ellos. 1 Entonces Pablo, mirando
fijamente al concilio, dijo: Varones hermanos, yo con toda buena conciencia he vivido
delante de Dios hasta el día de hoy. 2 El sumo sacerdote Ananías ordenó entonces a
los que estaban junto a él, que le golpeasen en la boca. 3 Entonces Pablo le dijo: ¡Dios
te golpeará a ti, pared blanqueada! ¿Estás tú sentado para juzgarme conforme a la
ley, y quebrantando la ley me mandas golpear? 4 Los que estaban presentes dijeron:
¿Al sumo sacerdote de Dios injurias? 5 Pablo dijo: No sabía, hermanos, que era el
sumo sacerdote; pues escrito está: No maldecirás a un príncipe de tu pueblo. 6
Entonces Pablo, notando que una parte era de saduceos y otra de fariseos, alzó la voz
en el concilio: Varones hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseo; acerca de la
esperanza y de la resurrección de los muertos se me juzga. 7 Cuando dijo esto, se
produjo disensión entre los fariseos y los saduceos, y la asamblea se dividió. 8 Porque
los saduceos dicen que no hay resurrección, ni ángel, ni espíritu; pero los fariseos
afirman estas cosas. 9 Y hubo un gran vocerío; y levantándose los escribas de la parte
de los fariseos, contendían, diciendo: Ningún mal hallamos en este hombre; que si un
espíritu le ha hablado, o un ángel, no resistamos a Dios. 10 Y habiendo grande
disensión, el tribuno, teniendo temor de que Pablo fuese despedazado por ellos,
mandó que bajasen soldados y le arrebatasen de en medio de ellos, y le llevasen a la
fortaleza. 11 A la noche siguiente se le presentó el Señor y le dijo: Ten ánimo, Pablo,
pues como has testificado de mí en Jerusalén, así es necesario que testifiques también
en Roma.”
(1) (22:30) “queriendo saber de cierto la causa por la cual le acusaban los
judíos” [boulovmeno" gnw'nai to; ajsfalev", to; tiv kathgorei'tai uJpo; tw'n
jIoudaivwn]
(a) Dos veces antes el tribuno había intentado lograr saber acerca de ese
incidente pero todavía no le había sido aclarado.
i) La primera vez había sido cuando él entró con sus soldados al patio del
templo para rescatar a Pablo de la turba y él había preguntado quién
era y qué había hecho pero.
ii) La segunda vez era cuando ellos estaban en las gradas mientras que
Pablo hablaba a la multitud y las palabras de Pablo causaron otra
gritería de parte de los judíos, y él intentaba conseguir la información
a través de la tortura.
(a) El texto griego no contiene la frase “de las cadenas”, y esta frase indicaría el
opuesto al hecho anterior de haberle atado para azotarle.
(c) Es notable que ese tribuno tenía el poder para mandar al concilio, al
Sanedrín mismo con el poder judicial más alto de los judíos, a juntarse para
que él, no ellos, lograra saber las verdades de este asunto.
(d) Entre otras cosas, parece que el comandante quiso demostrar que él, no
una turba de los judíos, ni tampoco su concilio más alto, estaba en control
de las cosas y del futuro del hombre que ya en dos ocasiones ellos habían
intentado matar.
(a) Esta frase, tal como en otras ocasiones, era la manera de dirigirse a los que
eran sus compatriotas, los que eran, como él, partes del pueblo de Israel.
(3) (23:1) “yo con toda buena conciencia he vivido delante de Dios hasta el día
de hoy” [ejgw; pavsh/ suneidhvsei ajgaqh'/ pepolivteumai tw'/ qew'/ a[cri tauvth"
th'" hJmevra"]
(b) Al contrario, con estas palabras Pablo estaba solamente afirmando a los
judíos que en ningún momento había abandonado al esfuerzo de hacer
frente Dios lo que era su deber.
c. (23:2) “El sumo sacerdote Ananías ordenó entonces” [oJ de; ajrciereu;" JAnaniva"
ejpevtaxen]
(1) Esta era el tercer hombre con el nombre de Ananías en la historia de Lucas.
(2) “Ananías” [ JAnaniva"] era el sumo sacerdote de los judíos entre los años 47 y
59 D.C. (otros autoridades ponen esas feches como 48 y 58 D.C.) y no debe
confundirse con Anás, mencionado por Lucas en su evangelio, quien sirvió entre
los años 6 y 15 D.C..
(c) El fue considerado uno de los peores de los sumo sacerdotes de los judíos
del primer siglo según la información dado por Flavio Josefo, el historiado
judío.
(d) El fue odiado por muchos de los judíos de su tiempo porque muchas veces
durante su término en poder se mostró como uno más del lado de los
romanos que del lado de su propio pueblo.
(e) Era tanto el desprecio que los mismos judíos tenían para él que sus propios
compatriotas le asesinaron y quemaron su casa durante el revuelto contra
a los romanos en el año 66 D.C., pocos años después del evento descrito
aquí por Lucas.
(3) (23:2) “a los que estaban junto a él” [toi'" parestw'sin aujtw'/]
(a) Este mandato, dicho por la boca del sumo sacerdote mismo, era algo
contrario a la ley que él proclamaba cumplir.
(b) Esa acción era en sí ilegal, tanto según la ley de los judíos como también por
la ley romana.
(a) Uno debe notar que Pablo no estaba proclamando, como los hombres
suelen hacer, su propia intenciones de vengarse, sino que estaba anunciando
el castigo divino sobre la hipocresía demostraba por Ananías, que Dios le iba
a pagar a él con la misma moneda.
ii) Es la misma terminología usada unas décadas antes por Jesús mismo en
contra de los líderes religiosos de su propio día,, conllevando la idea de
pintar algo para esconder lo que está debajo de la pintura que lo hace
parecer bonito.
iii) También, para los judíos, pudo haberse entendido como una metáfora
a algo que tenía la aparencia de estabilidad y fuerza pero que en
realidad iba a caer.
iv) Era común entre los judíos de aquel tiempo blanquear las tumbas para
que los que pasaban no se contaminarían.
(2) (23:3) “¿Estás tú sentado para juzgarme conforme a la ley” [kai; su; kavqh/
krivnwn me kata; to;n novmon]
ii) Pablo, tal como no toleró ese abuso de parte de los romanos, tampoco
iba a quedarse quieto y tolerarlo de parte de los judíos.
iii) Al contrario, dio a conocer que lo que estaban haciéndole era ilegal, a
lo mejor en parte para que los mismos romanos entendieran su
ilegalidad bajo la ley judaica.
e. (23:4) “Los que estaban presentes dijeron:” [oiJ de; parestw'te" ei\\pan]
(1) (23:4) “¿Al sumo sacerdote de Dios injurias?” [to;n ajrciereva tou' qeou'
loidorei'"_]
(a) Uno debe entender, a pesar que los judíos lo tenían por su sumo sacerdote,
y que haya sido reconocido como tal por el gobierno romano, que esto no
era comprobación que Dios le había reconocido como tal.
(d) Sin embargo, no era, como ellos afirmaron, una injuria en contra de él, ya
que las palabras de Pablo eran verdades y su advertencia del castigo divino
sobre un sumo sacerdote que no respetaba la ley de Dios era justo, tal
como su afirmación que Ananías era un hipócrita.
(b) Al contrario, solamente intenta dejar en claro que era por ignorancia, no de
la ley, sino de la identidad del hombre que le mandó golpear, que él había
dicho esas palabras duras a Ananías.
(c) No era, entonce, una disculpa, sino solamente una explicación que él no
había intencionalmente quebrantando la ley (en contraste con lo que el
sumo sacerdote mismo había hecho), sino solamente él había hecho algo en
ignorancia.
(a) Hay varias posibilidades para que Pablo no había conocido que era el sumo
sacerdote que le había mandado golpear.
ii) Segundo, hay indicaciones que Pablo pudo haber sufrido de problemas
con sus ojos y que pudo haber tenido ya, a ese edad, muy mala vista.
iii) Tercero, existe la posibilidad aquí que Pablo, como en otras ocasiones,
usaba la ironía, el sarcasmo, ya que un verdadero sumo sacerdote de
Dios nunca habría dado ese tipo de orden en contra de uno estando
frente a su concilio.
(b) A pesar de las posibles razones por las cuales él no había sabido que estaba
hablando al sumo sacerdote, Pablo volvía a demostrar al concilio su
conocimiento de las Escrituras y su disposición a llevarlas a cabo en su
propia vida.
(1) (23:6) “notando que una parte era de saduceos” [Gnou;" ... o\{ti to; e\}n mevro"
ejsti;n Saddoukaivwn]
(a) Esto pudo haber sido por sus maneras de vestirse, o bien él pudo haber
conocido a algunos de ellos de los años cuando él había estado en Jerusalén.
(a) En el concilio de los ancianos del pueblo judío ambos partidos estaban
representados.
(b) Los “fariseos” [Farisaivwn] eran el partido más religioso, más celoso de
cumplir (o por lo menos mandar que otros cumplieran) la ley, aunque, según
Jesús mismo, muchas veces se mostraron a sí mismo ser hipócritas.
i) Es bastante interesante que Pablo no les dijo que él también “había sido
un fariseo”, sino que claramente proclamó que todavía era un fariseo,
aunque obviamente era seguidor de Jesús como el Mesías.
ii) Es una clara indicación que los judíos cristianos no habían dejado de
considerarse judíos religiosos, sino solamente habían entendido que
Jesús, su Mesías y Salvador, era ya su líder y el dador de su ley
suprema.
ii) Es imposible afirmar con certeza si la idea era que tanto su madre
como también su padre eran fariseos, o si era una referencia no
solamente a su padre, sino otros de sus ancestros, como su abuelo,
vice-abuelo, etc..
iii) De todos modos, Pablo estaba afirmando a los fariseos presentes que
él no solamente era partidario del cumplimiento rigoroso de la ley, sino
que también venía de linaje comprometido a ese mismo fin.
(c) Tal como Pablo había provisto, sus palabras causaron una polarización entre
estos dos grupos en el concilio, de esa forma logrando su objetivo.
(3) (23:8) “Porque los saduceos dicen” [Saddoukai'oi me;n ga;r levgousin]
v) Era afirmar que esa vida física era todo y no habría otra.
i) Era afirmar que Dios no mandaba mensajeros a los hombres para que
ellos supieran su voluntad.
i) Era afirmar que para ellos lo físico era todo lo que tenía importancia y
por ende el poder y las riquezas era todo lo que era valioso.
(4) (23:8) “pero los fariseos afirman estas cosas” [Farisai'oi de; oJmologou'sin ta;
ajmfovtera]
(a) Ellos, entonces, eran los que valorizaban a las Escritura y esperaban una vida
futura.
(1) Nuevamente, tal como ocurrió cuando le acusaron en el templo y cuando él había
hablado con los judíos desde las gradas que daban a la fortaleza, las palabras de
Pablo causaron una reacción violenta, con mucha gritería, ahora entre los
miembros del concilio altísimo mismo.
(f) (23:9) “Ningún mal hallamos en este hombre” [oujde;n kakon; euJrivskomen
ejn tw'/ ajnqrwvpw/ touvtw/]
(g) (23:9) “que si un espíritu le ha hablado” [eij de; pneu'ma ejlavlhsen aujtw']/
(a) Este disensión, causado por las mismas palabras de Pablo en su defensa, era
el conflicto entre las dos bandas, los saduceos y los fariseos, y parece que en
esta instancia casi llegó a descontrolarse al punto de convertirse nuevamente
en un alboroto.
(1) Este mensaje del Señor para darle a Pablo saber que El estaba con él para que no
le pasara nada mayor, era una de tres veces relatadas por Lucas cuando el Señor
le dio esa noticia.
(2) Según las palabras usadas por Lucas para relatar este evento, parece que en esta
ocasión el Señor mismo vino a estar con Pablo para darle el mensaje en forma
personal.
(5) (23:11) “pues como has testificado de mí en Jerusalén” [wJ" ga;r diemartuvrw
ta; peri; ejmou' eij" jIerousalhvm]
(6) (23:11) “así es necesario que testifiques también en Roma” [ou\{tw se dei' kai;
eij" Rwvmhn marturh'sai]
(d) En realidad, el hecho que Jesús mismo aseguró a Pablo que él tenía la tarea
de ser su testigo en Roma significaba a Pablo que los judíos no le iban a
poder matar y que él iba a poder cumplir un afán que él había tenido desde
hace mucho tiempo, predicar el evangelio en Roma.
“12 Venido el día, algunos de los judíos tramaron un complot y se juramentaron bajo
maldición, diciendo que no comerían ni beberían hasta que hubiesen dado muerte a
Pablo. 13 Eran más de cuarenta los que habían hecho esta conjuración, 14 los cuales
fueron a los principales sacerdotes y a los ancianos y dijeron: Nosotros nos hemos
juramentado bajo maldición, a no gustar nada hasta que hayamos dado muerte a
Pablo. 15 Ahora pues, vosotros, con el concilio, requerid al tribuno que le traiga
mañana ante vosotros, como que queréis indagar alguna cosa más cierta acerca de
él; y nosotros estaremos listos para matarle antes que llegue. 16 Mas el hijo de la
hermana de Pablo, oyendo hablar de la celada, fue y entró en la fortaleza, y dio aviso
a Pablo. 17 Pablo, llamando a uno de los centuriones, dijo: Lleva a este joven ante el
tribuno, porque tiene cierto aviso que darle. 18 El entonces tomándole, le llevó al
tribuno, y dijo: El preso Pablo me llamó y me rogó que trajese ante ti a este joven, que
tiene algo que hablarte. 19 El tribuno, tomándole de la mano y retirándose aparte,
le preguntó: ¿Qué es lo que tienes que decirme? 20 El le dijo: Los judíos han convenido
en rogarte que mañana lleves a Pablo ante el concilio, como que van a inquirir alguna
cosa más cierta acerca de él. 21 Pero tú no les creas; porque más de cuarenta
hombres de ellos le acechan, los cuales se han juramentado bajo maldición, a no
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“HECHOS”
HECHOS ANÁLISIS DEL TEXTO PÁGINA 866
comer ni beber hasta que le hayan dado muerte; y ahora están listos esperando tu
promesa. 22 Entonces el tribuno despidió al joven, mandándole que a nadie dijese que
le había dado aviso de esto.”
(a) Este complot no era uno de todos los judíos, sino probablemente
representaba un grupo de los saduceos, ya que era evidente que los fariseos
del concilio no quisieron correr el riesgo de hacer algo así.
(b) Sin embargo, tampoco fue algo nuevo, ya que en muchas otras ocasiones los
judíos que no quisieron creer eran los que habían intentado matar a Pablo,
o los que animaron a otros hacerlo.
iii) Era bastante drástico el voto, ya que ellos tenían muy poco tiempo
para poder cumplirlo antes de empezar a pagar consecuencias muy
duras.
(e) (23:12) “hasta que hubiesen dado muerte a Pablo” [e\{w" ou|
ajpokteivnwsin to;n Pau'lon]
(2) (23:13) “Eran más de cuarenta los que habían hecho esta conjuración”
[h\\san de; pleivou" tesseravkonta oiJ tauvthn th;n sunwmosivan poihsavmenoi]
(c) (23:15) “Ahora pues, vosotros, con el concilio” [nu'n ou\\n uJmei'" ... su;n
tw'/ sunedrivw]/
ii) (23:15) “como que queréis indagar alguna cosa más cierta acerca
de él” [wJ" mevllonta" diaginwvskein ajkribevsteron ta; peri; aujtou']
(d) (23:15) “y nosotros estaremos listos para matarle antes que llegue”
[hJmei'" de; pro; tou' ejggivsai aujto;n e\{toimoi ejsmen tou' ajnelei'n aujtovn]
b. (23:16) “Mas el hijo de la hermana de Pablo” [... de; oJ uiJo;" th'" ajdelfh'" Pauvlou]
(a) Existe la posibilidad que toda la familia se haya traslado a vivir en Jerusalén
cuando Pablo era joven, pero no se puede afirmar por falta de información.
(a) Lucas tampoco explica las circunstancias que permitieron que el muchacho
logró saber del complot.
(b) Por esa misma falta de información no se sabe si esos familiares de Pablo
eran creyentes o no.
(3) (23:16) “fue y entró en la fortaleza, y dio aviso a Pablo” [paragenovmeno" kai;
eijselqw;n eij" th;n parembolh;n ajphvggeilen tw'/ Pauvlw]
(a) El hecho que el joven pudo entrar a conversar con su tío sugiere que, al ser
un ciudadano romano, Pablo no estaba siendo tratado como un preso
normal, sino más bien estaba siendo, más que nada, protegido de los judíos
hasta que el tribuno lograra saber los detalles de los disturbios.
(b) Lucas no da los detalles de la edad del joven, pero el hecho que él pudo
tener acceso directo a Pablo, y que haya sido tratado de cierta manera
estando dentro de la fortaleza, puede indicar que era solamente un
muchacho, no más que un adolescente joven, uno que no presentaría ningún
peligro.
(1) (23:17) “Lleva a este joven ante el tribuno” [to;n neanivan tou'ton ajpavgage
pro;" to;n cilivarcon]
(2) (23:17) “porque tiene cierto aviso que darle” [e[cei ga;r ajpaggei'lai ti
aujtw']/
(a) Es interesante que Pablo no dio a conocer el aviso al centurión, sino que
pidió que fuera directamente a los oídos del comandante, él con quien había
tenido la conversión acerca de su ciudadanía romana, y el hombre que
tendría que responder por la seguridad de su conciudadano si le pasara algo
indebido.
(b) (23:18) “y me rogó que trajese ante ti a este joven” [hjrwvthsen tou'ton
to;n neanivskon ajgagei'n pro;" se;]
(a) Esta acción de parte del comandante da peso a la conclusión que el joven no
tenía mucha edad.
(a) De esa manera la información que él iba a recibir de parte del sobrino de
Pablo iba a quedar confidencial, algo que ni los demás de los soldados
romanos de la fortaleza sabrían hasta que su comandante les diera la
información.
(a) (23:19) “¿Qué es lo que tienes que decirme?” [tiv ejstin o\} e[cei"
ajpaggei'lai moi_]
(1) (23:20) “Los judíos han convenido en rogarte” [o\{ti oiJ jIoudai'oi sunevqento
tou' ejrwth'sai se]
(b) (23:20) “que mañana lleves a Pablo ante el concilio” [o\{pw" au[rion to;n
Pau'lon katagavgh/" eij" to; sunevdrion]
(c) (23:20) “como que van a inquirir alguna cosa más cierta acerca de él”
[wJ" mevllon ti ajkribevsteron punqavnesqai peri; aujtou']
(2) (23:21) “Pero tú no les creas” [su; ou\\n mh; peisqh'/" aujtoi'"]
ajneqemavtisan eJautou;"]
(b) (23:21) “y ahora están listos esperando tu promesa” [kai; nu'n eijsin
e\{toimoi prosdecovmenoi th;n ajpo; sou' ejpaggelivan]
ii) Ellos no tenían manera de proseguir con su plan para asesinarle antes
de tener la información de los romanos acerca de dónde y cuándo el
comandante le llevaría para ser interrogado.
g. (23:22) “Entonces el tribuno despidió al joven” [oJ me;n ou\\n cilivarco" ajpevluse
to;n neanivskon]
(1) (23:22) “mandándole que a nadie dijese que le había dado aviso de esto”
[paraggeivla" mhdeni; ejklalh'sai o\{ti tau'ta ejnefavnisa" prov" me]
(a) Este secreto, entonces, iba a quedar entre el tribuno, el sobrino de Pablo,
y el preso Pablo mismo.
“23 Y llamando a dos centuriones, mandó que preparasen para la hora tercera de la
noche doscientos soldados, setenta jinetes y doscientos lanceros, para que fuesen
hasta Cesarea; 24 y que preparasen cabalgaduras en que poniendo a Pablo, le
llevasen en salvo a Félix el gobernador. 25 Y escribió una carta en estos términos: 26
Claudio Lisias al excelentísimo gobernador Félix: Salud. 27 A este hombre,
aprehendido por los judíos, y que iban ellos a matar, lo libré yo acudiendo con la
tropa, habiendo sabido que era ciudadano romano. 28 Y queriendo saber la causa por
qué le acusaban, le llevé al concilio de ellos; 29 y hallé que le acusaban por cuestiones
de la ley de ellos, pero que ningún delito tenía digno de muerte o de prisión. 30 Pero
al ser avisado de asechanzas que los judíos habían tendido contra este hombre, al
punto le he enviado a ti, intimando también a los acusadores que traten delante de
ti lo que tengan contra él. Pásalo bien. 31 Y los soldados, tomando a Pablo como se
les ordenó, le llevaron de noche a Antípatris. 32 Y al día siguiente, dejando a los jinetes
que fuesen con él, volvieron a la fortaleza. 33 Cuando aquéllos llegaron a Cesarea, y
dieron la carta al gobernador, presentaron también a Pablo delante de él. 34 Y el
gobernador, leída la carta, preguntó de qué provincia era; y habiendo entendido que
era de Cilicia, 35 le dijo: Te oiré cuando vengan tus acusadores. Y mandó que le
custodiasen en el pretorio de Herodes.”
(1) Estos serían los comandantes directos de unos doscientos soldados romanos, ya
que cada uno tenía bajo su mando un grupo de cien soldados.
(2) No se puede saber si uno de estos dos centuriones era el mismo que había sido
llamado por Pablo para llevar el sobrino hacia el tribuno, pero es posible.
(4) (23:23) “para la hora tercera de la noche” [...ajpo; trivth" w\{ra" th'" nuktov"]
(b) Sería una hora suficientemente tarde para tener la esperanza de salir de la
ciudad sin que los judíos involucradas en la emboscada planeada supieran o
tuvieran oportunidad de interceptarlos.
(f) En total, entonces, el tribuno estaba enviando unos 470 tropas para
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“HECHOS”
HECHOS ANÁLISIS DEL TEXTO PÁGINA 872
iii) Uno debe recordar, según la información que el tribuno había recibido
acerca de los judíos planeando una emboscada, que él tenía que
proveer suficiente protección contra un grupo de por los menos
cuarenta atacantes.
(5) (23:23) “para que fuesen hasta Cesarea” [o\{pw" poreuqw'sin e\{w"
Kaisareiva"]
(a) Cesarea, la ciudad en la costa que servía a los romanos como su sede
administrativa sobre toda esa parte del mundo.
(c) Al ser sede romano, y puerto de importancia para la región, esa ciudad
aparece muchas veces en la historia relatada por Lucas.
(a) (23:24) “en que poniendo a Pablo” [i\{na ejpibibavsante" to;n Pau'lon]
(1) Uno, al leer la información previamente dada por Lucas en su relato de los
eventos en Jerusalén, y comparar esos datos con la carta que el tribuno escribe
para enviar con los soldados al gobernador Félix, se da cuenta inmediatamente
de unas discrepancias.
(a) El tribuno estaba enmendando la historia un poco para que él mismo fuera
el héroe de la historia.
(b) Después de todo, ¿quién iba a saber mejor? ¿quién iba a discutir su versión
de la historia?
(d) ¿Por qué distorsiona la verdad acerca de cuándo él percató que Pablo era
un ciudadano romano?
(2) La forma de esa carta era la clásica forma griega de aquel tiempo.
(a) El tribuno era un ciudadano romano por haber logrado comprar ese
derecho con gran sumo de dinero.
(b) Es probable que su nombre, como era común en el caso de uno que así
conseguía la ciudadanía de esa forma, haya sido adoptado del nombre del
emperador Claudio mismo como parte de su nuevo nombre legal como
ciudadano.
iii) Esta palabra solamente ocurre dos veces más en el texto, ambas veces
cuando fue usada por Pablo mismo cuando él estaba dirigiéndose a las
autoridades.
(b) (23:27) “y que iban ellos a matar” [kai; mevllonta ajnairei'sqai uJp!
aujtw'n]
(b) Hasta aquí la carta presentaba los hechos en forma básicamente factual,
pero a continuación vendría con unos arreglos hecho por el tribuno.
(c) (23:27) “habiendo sabido que era ciudadano romano” [maqw;n o\{ti
Rwmai'o" ejstin]
ii) Sin embargo, el tribuno habría incluido esta frase para engraciarse con
su superior romano por el hecho de haber ido a rescatar y proteger a
un conciudadano romano.
(a) Aquí Claudio saltó por completo el hecho que él no pudo conseguir esa
información de los judíos cuando recién rescataba a Pablo de ellos.
(b) Tampoco mencionaba que él mismo había mandado azotarle a Pablo para
de esa forma conseguir la información, un acto ilegal.
(d) (23:28) “le llevé al concilio de ellos” [kathvgagon eij" to; sunevdrion
aujtw'n]
ii) Al contrario, vio solamente que sus palabras nuevamente habían sido
causa de un gran disturbio, del cual no quiso que Félix supiera nada
porque no reflejaría bien a su capacidad de mantener la calma en
Jerusalén.
(7) (23:30) “Pero al ser avisado de asechanzas que los judíos habían tendido
contra este hombre” [mhnuqeivsh" dev moi ejpiboulh'" eij" to;n a[ndra e[sesqai]
(c) No daba detalles a Félix de cómo llegó a saber de esas asechanzas en contra
de la vida de Pablo.
(d) (23:30) “al punto le he enviado a ti” [ejxauth'" e[pemya pro;" sev]
iv) Aunque él no había dicho nada todavía a los judíos acerca de esto,
parece que al escribir la carta no quiso que su superior supo que había
tenido que arrancar a Pablo de la ciudad en la noche por temor de lo
que los judíos iban a poder hacerle.
(a) Esta frase es dudosa en los manuscritos griegos antiguos, y es probable que
no haya sido parte de la carta original.
(1) (23:31) “tomando a Pablo como se les ordenó” [kata; to; diatetagmevnon
aujtoi'" ajnalabovnte" to;n Pau'lon]
(a) (23:31) “le llevaron de noche a Antípatris” [h[gagon dia; nukto;" eij" th;n
jAntipatrivda]
(a) (23:32) “dejando a los jinetes que fuesen con él” [ejavsante" tou;"
iJppei'" ajpevrcesqai su;n aujtw']/
ii) Aun así, Pablo iba acompaña con setenta jinetes romanos, suficientes
para protegerle contra cualquier peligro, especialmente ya que ellos
contaban con toda una noche de ventaja.
iii) Les faltaba todavía sobre cuarenta kilómetros para llegar a su destino,
la ciudad de Cesarea.
ii) El camino durante la noche habría sido más fácil, ya que desde
Jerusalén a Antípatris iban en bajada, mientras que tenían que subir
para volver a Jerusalén.
(3) (23:33) “Cuando aquéllos llegaron a Cesarea” [oi\{tine" eijselqovnte" eij" th;n
Kaisavreian]
ii) Tanto Félix, como también su hermano, habían sido esclavos, pero
ellos habían sido liberados por la madre del emperador Claudio.
iv) Félix aun llegó a casarse con una de las hijas de la madre de Claudio,
una hermana del emperador Claudio mismo, que también era una nieta
de Antonio y Cleopatra.
viii) Se casó tres veces seguidas, y la última de esas esposas era la misma
Drusila que aparecería más tarde en la historia relatada por Lucas.
d. (23:34) “Y el gobernador”
(3) (23:34) “preguntó de qué provincia era” [kai; ejperwthvsa" ejk poiva"
ejparceiva" ejstivn]
(4) (23:34-35) “y habiendo entendido que era de Cilicia, le dijo:” [kai; puqovmeno"
o\{ti ajpo; Kilikiva", diakouvsomai sou]
(a) Tarso, la ciudad natal de Pablo, era la ciudad más grande y con más
importancia de la provincia de Cilicia que formaba parte del territorio que
ahora es Turquía.
(d) En aquel tiempo tanto Judea, Fenicia, y Cilicia eran partes del territorio que
Félix gobernaba y al saber que Pablo era de Cilicia consideró que su caso
estaba en su jurisdicción.
(e) (23:34) “Te oiré cuando vengan tus acusadores” [e[fh, o\{tan kai; oiJ
kathvgoroi sou paragevnwntai]
ii) Es muy posible que Pablo estaba escuchando esta noticia por primera
vez, ya que pudo haber sabido solamente que el tribuno le estaba
arrancando de Jerusalén para protegerle del complot de los judíos.
“1 Cinco días después, descendió el sumo sacerdote Ananías con algunos de los
ancianos y un cierto orador llamado Tértulo, y comparecieron ante el gobernador
contra Pablo. 2 Y cuando éste fue llamado, Tértulo comenzó a acusarle, diciendo:
Como debido a ti gozamos de gran paz, y muchas cosas son bien gobernadas en el
pueblo por tu prudencia, 3 oh excelentísimo Félix, lo recibimos en todo tiempo y en
todo lugar con toda gratitud. 4 Pero por no molestarte más largamente, te ruego que
nos oigas brevemente conforme a tu equidad. 5 Porque hemos hallado que este
hombre es una plaga, y promotor de sediciones entre todos los judíos por todo el
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“HECHOS”
HECHOS ANÁLISIS DEL TEXTO PÁGINA 881
(4) Es interesante notar, mientras que demoró solamente una noche y el día siguiente
para que los romanos lograron la llegada de Pablo a Cesarea, costó mucho más
tiempo para sus acusadores.
(a) Nuevamente, ya que Ananías viajó desde Jerusalén hacia la ciudad costal de
Cesarea, Lucas usaba el término “descendió” [katevbh] porque Jerusalén
estaba situado en las montañas.
(a) No eran todos los del concilio, sino solamente “algunos de los ancianos”
[presbutevrwn tinw'n], probablemente solamente algunos de los que eran
de la secta de los saduceos.
(b) También es notable que la única acusación que ellos pudieron haber tenido
en contra de Pablo provenía del hecho que algunos judíos de Asia afirmaron
que él era culpable de hacer entrar al templo griegos, y esos hombres no
estaban presentes para acusarle, algo que Pablo usaría en su defensa.
(7) (24:1) “y un cierto orador llamado Tértulo” [kai; rhvtoro" Tertuvllou tinov"]
(c) Muchas autoridades piensan, por su nombre, que este hombre pudo haber
sido un gentil, uno acostumbrado al proceso formal de las cortes romanas
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“HECHOS”
HECHOS ANÁLISIS DEL TEXTO PÁGINA 882
(1) Sin embargo, todo este juicio era una farsa porque no compadeció frente al juez
ningún testigo legal, ninguno que había sido testigo ocular de los hechos, ninguno
que tendría status legal para testificar de las acusaciones que se habían hecho en
contra de Pablo.
(1) Ahora, pocos días después de haber llegado a Cesarea, tal como Félix le había
dicho después de haber sido informado que él era de Cilicia, y con los acusadores
finalmente presentes, Pablo iba a recibir una audiencia con el gobernador.
(a) Sin embargo, sus dichos no tenían relación con la verdad de la situación de
los judíos bajo Félix, ni tampoco con el respeto que ellos tenían para con él.
(b) En realidad, ellos le odiaban a Félix y pensaban que él era un hombre muy
cruel e injusto con ellos, y que su decisión de hacerse un prosélito había sido
solamente una maquinación política.
(c) Solamente dos años después de este juicio su conducto era tan despreciable
que el emperador le sacó de su puesto por los reclamos en su contra de
parte de los judíos en Cesarea misma.
(d) Históricamente es difícil demostrar que él haya hecho algo bueno para el
pueblo judío durante todo su gobierno.
(a) No había sido un tiempo de “gran paz” [pollh'" eijrhvnh"], sino una época
turbulenta, que pocos años después terminaría en una rebelión general en
contra de Roma.
(3) (24:2) “y muchas cosas son bien gobernadas en el pueblo por tu prudencia,
oh excelentísimo Félix” [kai; diorqwmavtwn ginomevnwn tw'/ e[qnei touvtw/ dia;
th'" sh'" pronoiva" ... kravtiste Fh'lix]
(b) En realidad era solamente una manera respetuosa para dirigirse a una
autoridad máxima, sea gobernador o rey, muy parecido a otros términos
usados en el día de hoy para jueces y autoridades cívicas.
(6) (24:4) “Pero por no molestarte más largamente” [i\{na de; mh; ejpi; plei'on se
ejgkovptw]
(7) (24:4) “te ruego que nos oigas brevemente conforme a tu equidad”
[parakalw' ajkou'sai se hJmw'n suntovmw" th'/ sh'/ ejpieikeiva/]
(a) Hasta este punto, toda la palabrería de Tértulo había sido nada más que un
intento, a través de la adulación, para lograr conseguir que Félix tomara su
lado de la historia en contra de Pablo.
(b) Aunque los saduceos, tomando el lado de los romanos para conseguir de esa
manera poder y riqueza, habían disfrutado de la injusticia del gobierno de
Félix, ninguna palabra que él orador había dicho hasta ese momento estaba
basada en la realidad del pueblo judío en sí, sino que eran solamente
mentiras para engraciarse con el juez.
(8) (24:5) “Porque hemos hallado que este hombre es” [euJrovnte" ga;r to;n
a[ndra tou'ton]
ii) El hecho de ser líder principal en una secta religiosa, con la idea que tal
secta sería ilegal.
(c) (24:5) “y promotor de sediciones entre todos los judíos por todo el
mundo” [kai; kinou'nta stavsei" pa'sin toi'" jIoudaivoi" toi'" kata; th;n
oijkoumevnhn]
ii) Sin embargo, parece muy improbable que este tipo de acusación en
contra de un ciudadano romano que ellos mismos habían tratado de
matar en muchas ocasiones, y hecho por los judíos que odiaban a la
opresión romana, tendría mucho acojo por un juez romano.
iii) Parece que su argumento era que los problemas que Roma había
tenido con los judíos tras todo el imperio eran los resultados de las
actividades de Pablo y no la culpa de los judíos en sí.
(9) (24:6) “Intentó también profanar el templo” [o\}" kai; to; iJero;n ejpeivrasen
bebhlw'sai]
(a) Lo que Tértulo no incluyó en su relato era el intento ilegal de los judíos de
matarle a Pablo allí mismo, algo que la intervención de los soldados romanos
impidió.
(b) Claramente esto habría sido algo ilegal de parte del pueblo judío mismo, no
algo ilícito que había sido hecho por Pablo.
(11) (24:6-8) “quisimos juzgarle conforme a nuestra ley. Pero interviniendo el tribuno
Lisias, con gran violencia le quitó de nuestras manos, mandando a sus acusadores que
viniesen a ti”
(a) Estas palabras, en muchas traducciones la última parte del versículo seis, la
totalidad de versículo siete, y la primera parte del versículo ocho, según la
evidencia de los manuscritos griegos de mayor edad y confianza, no eran
parte del texto original de Hechos.
(b) Sin embargo, desde el perspectivo de los judíos que odiaban a Pablo y
también al poder romano, habría sido la manera que ellos habrían contado
la historia para que no tuvieran ellos mismos la culpa del alboroto.
(12) (24:8) “Tú mismo, pues, al juzgarle, podrás informarte de todas estas cosas
de que le acusamos” [par! ou| dunhvsh/ aujto;" ajnakrivna" peri; pavntwn touvtwn
ejpignw'nai w|n hJmei'" kathgorou'men aujtou']
(a) Es algo increíble que pudieron haber pensado que una buena interrogación
de Pablo por el gobernador mismo habría confirmado esas mentiras.
(b) En realidad, tal investigación iba a comprobar que sus cargos en contra de
Pablo estaban sin base en los hechos y no tuvieron validez.
(d) No era el deber del juez hacer una investigación por su propia cuenta para
intentar comprobar las acusaciones que ellos mismos habían llevadas a su
corte y habían presentadas como verdades.
e. (24:9) “Los judíos también confirmaban, diciendo ser así todo” [sunepevqento de;
kai; oiJ jIoudai'oi favskonte" tau'ta ou\{tw" e[cein]
(1) En aquel tiempo, bajo la ley judaica como también la ley romana, presentar
testimonio falso en un juicio era ilegal.
(2) Sin embargo, estos ancianos de los judíos, juntos con el sumo sacerdote mismo
y su orador, afirmaron frente el gobernador que todo esto era verdad cuando
ellos mismos supieron que no era así.
(3) Esto líderes religiosos de los judíos estaban dispuestos perjurarse para lograr su
objetivo – la condenación de Pablo.
(4) Habían llegado a ese extremo solamente porque ellos no eran capaces de
contradecir con éxito las verdades que Pablo les mostraba con sus propias
Escrituras pero sin embargo ellos no quisieron aceptar esas verdades porque les
quitaría a ellos su poder y su fuente de riqueza.
(5) Aquí, como había sido demostrado en el caso del juicio de Jesús, y también en el
caso de Esteban, se puede ver la tentación humano de mentir para tratar de salir
con lo suyo.
(6) Es una gran paradoja humana, esa tendencia de ser injustos con el fin de intentar
conseguir la “justicia” que uno busca en contra del enemigo.
(7) Uno, entonces, debe siempre tener mucho cuidado con la tentación de querer
distorsionar la realidad para lograr culpar al enemigo de algo del cual realmente
él no es culpable.
(8) El peligro es que de esa manera uno mismo queda culpable de ser mentiroso,
testigo falso.
“10 Habiéndole hecho señal el gobernador a Pablo para que hablase, éste respondió:
Porque sé que desde hace muchos años eres juez de esta nación, con buen ánimo haré
mi defensa. 11 Como tú puedes cerciorarte, no hace más de doce días que subí a
adorar a Jerusalén; 12 y no me hallaron disputando con ninguno, ni amotinando a la
multitud; ni en el templo, ni en las sinagogas ni en la ciudad; 13 ni te pueden probar
las cosas de que ahora me acusan. 14 Pero esto te confieso, que según el Camino que
ellos llaman herejía, así sirvo al Dios de mis padres, creyendo todas las cosas que en
la ley y en los profetas están escritas; 15 teniendo esperanza en Dios, la cual ellos
también abrigan, de que ha de haber resurrección de los muertos, así de justos como
de injustos. 16 Y por esto procuro tener siempre una conciencia sin ofensa ante Dios
y ante los hombres. 17 Pero pasados algunos años, vine a hacer limosnas a mi nación
y presentar ofrendas. 18 Estaba en ello, cuando unos judíos de Asia me hallaron
purificado en el templo, no con multitud ni con alboroto. 19 Ellos debieran
comparecer ante ti y acusarme, si contra mí tienen algo. 20 O digan éstos mismos si
hallaron en mí alguna cosa mal hecha, cuando comparecí ante el concilio, 21 a no ser
que estando entre ellos prorrumpí en alta voz: Acerca de la resurrección de los
muertos soy juzgado hoy por vosotros. 22 Entonces Félix, oídas estas cosas, estando
bien informado de este Camino, les aplazó, diciendo: Cuando descendiere el tribuno
Lisias, acabaré de conocer de vuestro asunto. 23 Y mandó al centurión que se
custodiase a Pablo, pero que se le concediese alguna libertad, y que no impidiese a
ninguno de los suyos servirle o venir a él.”
a. (24:10) “Habiéndole hecho señal el gobernador a Pablo para que hablase, éste
respondió:” [ jApekrivqh te oJ Pau'lo" neuvsanto" aujtw'/ tou' hJgemovno" levgein]
(1) (24:10) “Porque sé que desde hace muchos años” [ejk pollw'n ejtw'n]
(a) Ya habían pasado por lo menos cinco o seis años durante los cuales Félix
estaba ejerciéndose como gobernador y juez sobre la región.
(b) (24:10) “eres juez de esta nación” [o[nta se krith;n tw'/ e[qnei touvtw/]
(c) (24:10) “con buen ánimo haré mi defensa” [ejpistavmeno" eujquvmw" ta;
peri; ejmautou' ajpologou'mai]
ii) Además, él afirma que no se siente con temor, sino “con buen ánimo”
[eujquvmw"], con confianza en su defensa en contra de las acusaciones
presentadas por los judíos.
(a) Pablo empieza su defensa diciendo al gobernador que las cosas que él va a
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“HECHOS”
HECHOS ANÁLISIS DEL TEXTO PÁGINA 888
(d) (24:11) “no hace más de doce días que subí a adorar a Jerusalén” [o\{ti
ouj pleivou" eijsivn moi hJmevrai dwvdeka ajf! h|" ajnevbhn proskunhvswn eij"
jIerousalhvm]
a) No fue Pablo, sino los judíos de Asia quienes habían sido la causa
del alboroto en el templo.
(g) (24:13) “ni te pueden probar las cosas de que ahora me acusan” [oujde;
parasth'sai duvnantai soi peri; w|n nuni; kathgorou'sin mou]
ii) Uno debe recordar que los judíos no estaban presentando testigos,
sino solamente acusaciones.
(a) Con orgullo Pablo, en vez de tratar de discutir esa acusación, lo reconoce
como verdad, algo que no le da ninguna vergüenza.
iv) Básicamente Pablo le dijo que sí, él era un seguidor del Camino,
seguidor de la tradición judaica junto con los demás judíos que estaban
a la espera de la llegada del Cristo.
(c) (24:14) “así sirvo al Dios de mis padres” [ou\{tw" latreuvw tw'/ patrwv/w/
qew']/
ix) Su punto era que no estaba sirviendo a otro Dios, sino el Dios de sus
antepasados, el Dios real.
(d) (24:14) “creyendo todas las cosas que en la ley y en los profetas están
escritas” [pisteuvwn pa'si toi'" kata; to;n novmon kai; toi'" ejn toi'"
profhvtai" gegrammevnoi"]
ii) Esta afirmación sería en contradicción directa a las creencias del sumo
sacerdote y los demás del partido de los saduceos, ya que ellos no
creyeron en los profetas, sino solamente aceptaron al Pentateuco
como la palabra inspirada de Dios y aun allí solamente las partes que
ellos quisieron aceptar.
(e) (24:15) “teniendo esperanza en Dios” [ejlpivda e[cwn eij" to;n qeo;n]
ii) (24:15) “la cual ellos también abrigan” [h\}n kai; aujtoi; ou|toi
prosdevcontai]
(f) (24:16) “Y por esto procuro tener siempre una conciencia sin ofensa”
[ejn touvtw/ kai; aujto;" ajskw' ajprovskopon suneivdhsin e[cein ... dia;
pantov"]
viii) Su punto era que siempre quiso evitar los conflictos, no crearlos, como
le estaban acusando los judíos de haber hecho.
(4) (24:17) “Pero pasados algunos años” [di! ejtw'n de; pleiovnwn]
(a) Lucas parece presentar el hecho que Pablo había subido muy brevemente
a la ciudad de Jerusalén, solamente para saludar a los cristianos allí, entre su
segundo y tercer viajes misioneros .
(c) En ese viaje él quedó más que tres años en Efeso antes de prender el viaje
de regreso que eventualmente le llevaría nuevamente a Jerusalén.
(d) Entonces es probable que habrían pasado por lo menos unos cinco años, a
lo mejor todo el tiempo que Félix había sido gobernador, desde su última
visita a Jerusalén.
iii) Esta frase también pudo haber sido usado para incluir el hecho que él
había estado participando en los votos de los otros hermanos y les
estaba pagando sus ofrendas como Pablo había acordado con los
ancianos de la iglesia en Jerusalén.
(6) (24:18) “Estaba en ello cuando unos judíos de Asia me hallaron” [ejn ai|"
eu|ron me ... tine;" de; ajpo; th'" jAsiva" jIoudai'oi]
(b) Lo más probable, ya que eso judíos habían reconocido a Trófimo, el éfeso,
sería que la frase “unos judíos de Asia” [tine;" de; ajpo; th'" jAsiva"
jIoudai'oi] sería una referencia a unos de los judíos incrédulos de la ciudad de
Efeso mismo.
ii) Pablo afirma que había hecho todo lo que le era necesario hacer para
poder estar ceremonialmente limpio en el templo.
i) Tampoco hubo alboroto antes que esos judíos crearon uno con sus
acusaciones falsas en contra de Pablo.
(7) (24:19) “Ellos debieran comparecer ante ti” [ou\}" e[dei ejpi; sou' parei'nai]
(a) “Ellos” sería una referencia a los “judíos de Asia” [ jAsiva" jIoudai'oi] que
habían causado todo ese problema pero no habían aparecido para el juicio
de Pablo.
(b) Con esta frase, de repente Pablo llega a su defensa real, haciéndole saber al
gobernador que los que empezaron todo esto no se han presentado para
declarar.
(c) Este punto era de gran peso, ya que él, como ciudadano romano, tenía el
derecho legal de enfrentar a sus acusadores en persona frente la corte.
(f) (24:19) “si contra mí tienen algo” [ei[ ti e[coien pro;" ejmev]
(a) Ahora, habiendo hecho que el juez supiera que los testigos reales no se
habían presentado, Pablo pasa a poner al sumo sacerdote y los ancianos que
le acompañaban como testigos acerca de los resultados de su propia
investigación y juicio de Pablo.
(b) De esta manera, ellos tendrían que admitir la verdad y descalificar sus
acusaciones, o por otro lado, tendrían que mentirle al gobernador mismo
acerca de aquel juicio, cosa que les pondría en grandes dificultades si él
lograra descubrirlo.
(c) (24:20) “si hallaron en mí alguna cosa mal hecha” [tiv eu|ron ajdivkhma]
i) En esa ocasión los miembros del concilio que eran partidarios de los
fariseos habían proclamado claramente que no habían encontrado
ninguna cosa en su contra, cosa que estos hombre no se atreverían
negar.
(d) (24:20) “cuando comparecí ante el concilio” [stavnto" mou ejpi; tou'
sunedrivou]
(1) (24:22) “oídas estas cosas, estando bien informado de este Camino”
[ajkribevsteron eijdw;" ta; peri; th'" oJdou' ei[pa"]
(b) Hay una posibilidad, debido al hecho que hace muchos años en Cesarea
habían estado cristianos, tantos gentiles como también judíos, que Félix
pudo haber escuchado el evangelio directamente de unos de ellos.
iii) A lo mejor, tal como los fariseos en el concilio, él tenía temor de juzgar
en contra de Pablo porque tal acción pudo haberle puesto en una
posición de enfrentarle a Dios mismo.
ii) Esta decisión en sí era muy interesante, porque ¿cómo iba a saber más
del asunto cuando, seguramente, el sumo sacerdote y los ancianos de
Jerusalén no iban a quedarse allí esperando que viniera el tribuno que
les había enviado ellos allí?
(a) Entonces no le trató como un preso normal, sino casi como si fuera un
huésped, un invitado, en vez de un reo, a lo mejor porque Pablo era un
ciudadano romano y porque Félix ya no creía que él había hecho ningún
crimen.
(3) (24:23) “y que no impidiese a ninguno de los suyos servirle o venir a él” [kai;
mhdevna kwluvein tw'n ijdivwn aujtou' uJphretei'n aujtw']/
(a) Básicamente, entonces, Pablo tenía que quedar allí pero no tuvo ninguna
restricción en cuanto a las visitas que pudo tener ni de la ayuda que ellos
pudieron prestarle, una situación muy anormal para un preso.
“24 Algunos días después, viniendo Félix con Drusila su mujer, que era judía, llamó a
Pablo, y le oyó acerca de la fe en Jesucristo. 25 Pero al disertar Pablo acerca de la
justicia, del dominio propio y del juicio venidero, Félix se espantó, y dijo: Ahora vete;
pero cuando tenga oportunidad te llamaré. 26 Esperaba también con esto, que Pablo
le diera dinero para que le soltase; por lo cual muchas veces lo hacía venir y hablaba
con él. 27 Pero al cabo de dos años recibió Félix por sucesor a Porcio Festo; y
queriendo Félix congraciarse con los judíos, dejó preso a Pablo.”
(1) Esta vez Lucas no provee información exacta, pero su uso de la frase “algunos
días” [hJmevra" tina;"] probablemente indique que no estaba hablando de varias
semanas, sino solamente de un período más corto.
(a) (24:24) “con Drusila su mujer” [su;n Drousivllh/ th'/ ijdiva/ gunaiki;]
ii) También ella era la hermana de Herodes Agripa II, quien aparece en el
siguiente capítulo de la historia relatada por Lucas.
iii) Era algo escandaloso su matrimonio con Félix ya que él, con la ayuda
de un mago de Chipre (posiblemente el mismo Barjesús, o Elimas, que
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“HECHOS”
HECHOS ANÁLISIS DEL TEXTO PÁGINA 899
iv) Con Félix ella tenía un hijo, también llamado Agripa, quien murió en la
gran erupción del volcán Vesuvio en el año 79 D.C..
(4) (24:24) “y le oyó acerca de la fe en Jesucristo” [kai; h[kousen aujtou' peri; th'"
eij" Cristo;n jIhsou'n pivstew"]
(a) Lucas da la clara impresión que esa pareja real se juntaron con Pablo con la
expresa intención de saber más acerca de su creencia en Jesús de Nazaret
como el Mesías.
b. (24:25) “Pero al disertar Pablo acerca de” [dialegomevnou de; aujtou' peri;]
(1) De todos modos, por lo menos por Félix, la conversación se tornó muy pesada
porque Pablo enfocó unas cosas que él no quiso considerar y que le daban mucho
miedo, tal como debe ser el resultado cuando uno no quiere arrepentirse y hacer
lo correcto.
(a) Para un hombre injusto en muchos sentidos, ese tema pudo haber sido uno
no muy agradable.
(b) Incluso, el mismo hecho que Félix sabía que el encarcelamiento de Pablo por
él, en busca de un soborno, era algo injusto.
(a) Al ser reconocido históricamente como un hombre con poca paciencia y con
un carácter volátil y violento, este tema también debía haber difícil para
Félix, ya que un cambio sería obligatorio si él quisiera complacer a Dios y
seguir el Camino.
(4) (24:25) “y del juicio venidero” [kai; tou' krivmato" tou' mevllonto"]
(b) Mucha gente en el día de hoy quieren dejar de lado esta parte del mensaje,
pero es evidente que ni Jesús, ni Pedro, ni Pablo pensaron de esa forma.
(5) Es bastante obvio que, aunque Félix tuvo el poder de vida y muerte sobre Pablo,
que esa realidad no causó a Pablo dejar de informarle toda la verdad en cuanto
al Camino de la fe en Jesucristo.
(1) Esas temas, ya que Félix obviamente sabía de sus propios pecados, le dejaron con
un gran miedo.
(2) Ese espanto que él sintió era relacionado con su propia culpabilidad y con la
certeza de un juicio divino que le castigaría a él por su conducta si él no estuviera
cubierta con la sangre del sacrificio de Jesús.
(5) (24:25) “pero cuando tenga oportunidad te llamaré” [kairo;n de; metalabw;n
metakalevsomai se]
(a) Sin embargo, en vez de tomar una decisión de seguir el Camino, de buscar
el perdón por las cosas que él había hecho, él decidió esperar.
(c) Es el mismo peligro que uno también corre hoy en día al encontrarse con la
verdad de lo que Dios espera, cuando uno decide esperar en vez de
arrepentirse y obedecer tiene que enfrentar la posibilidad que uno nunca
llegue a encontrar un momento conveniente para hacer lo que en un
momento supo hacer pero postergó.
(1) (24:26) “que Pablo le diera dinero para que le soltase” [o\{ti crhvmata
doqhvsetai aujtw'/ uJpo; tou' Pauvlou]
(a) Esta frase lleva uno a pensar que Félix pudo haber pensado que Pablo tenía
acceso a dinero, a lo mejor porque él había sabido de la generosa ofrenda
que Pablo había traído a los cristianos en Judea.
(b) Estas palabras también demuestran qué tipo de hombre realmente era Félix.
(c) Tal como los saduceos, y a veces también los fariseos, él era uno que
valorizaba más al dinero que pudo conseguir que el perdón y la vida eterna
que Pablo le estaba ofreciendo.
(d) Aunque la ley romana prohibía los sobornos de este tipo, Flavio Josefo
escribía que eran bastante comunes entre los oficiales corruptos del
imperio.
(2) (24:26) “por lo cual muchas veces lo hacía venir y hablaba con él” [dio; kai;
puknovteron aujto;n metapempovmeno" wJmivlei aujtw'/]
(a) Es notable que Lucas dice que fue por la esperanza de conseguir dinero de
Pablo, no por saber más acerca del Camino de vida, que frecuentemente
Félix lo hacia venir a él para conversar.
(1) Tanto era el deseo de conseguir dinero de Pablo, y no crear para sí mismo más
conflicto con los líderes judíos, y a pesar de saber que Pablo no era culpable de
nada grave, que Félix le mantuvo a él preso por dos años sin nunca terminar con
su juicio.
(2) (24:27) “recibió Félix por sucesor a Porcio Festo” [e[laben diavdocon oJ Fh'lix
Povrkion Fh'ston]
(a) Félix no logró tratar bien una serie de alborotos y disturbios entre los judíos
y gentiles en en la ciudad de Cesarea y a causa de ello fue despedido de su
puesto en el año 59 D.C. y Porcio Festo fue nombrado como su sucesor.
(b) A saber de la historia romana esa fecha ayuda al lector actual poder fechar
con algo de certidumbre las fechas en las cuales Pablo había llegado a Judea,
había sido arrestado en Jerusalén, y había estado como preso en Cesarea.
(c) “Festo” [Fh'ston], en contraste con Félix, resultó ser un gobernador eficaz.
(3) (24:27) “y queriendo Félix congraciarse con los judíos” [qevlwn te cavrita
kataqevsqai toi'" jIoudaivoi" oJ Fh'lix]
(a) Una clara demostración de la corrupción de Félix fue esta decisión de dejar
preso un hombre ya encarcelado sin razón por dos años.
ii) Es muy probable que sus razones hayan incluido el hecho que él iba a
tener que enfrentar a algunos de ellos en Roma cuando allá tenía que
ser juzgado por su mala administración de los conflictos entre ellos y
los gentiles de Siria, algo que había causado su destitución de poder.
(b) Este acto demostraba que Félix no era solamente corrupto, si que también
era un cobarde, uno que solamente buscaba el beneficio personal y que, a
pesar de saber la verdad de la inocencia de Pablo, no le daba tanto valor a
la justicia como a la ganancia personal.
“1 Llegado, pues, Festo a la provincia, subió de Cesarea a Jerusalén tres días después.
2 Y los principales sacerdotes y los más influyentes de los judíos se presentaron ante
él contra Pablo, y le rogaron, 3 pidiendo contra él, como gracia, que le hiciese traer
a Jerusalén; preparando ellos una celada para matarle en el camino. 4 Pero Festo
a. (25:1) “Llegado, pues, Festo a la provincia” [Fh'sto" ou\\n ejpiba;" th'/ ejparceiva/]
(a) En contraste con Félix, Festo, el nuevo gobernador, era nuevo a la provincia,
llegando desde Roma al puerto de Cesarea, donde estaría su sede de poder.
(c) Uno debe recordar que era una distancia de aproximadamente cien
kilómetros, en subida, desde la ciudad costal de Cesarea a las montañas de
Judea, donde estaba la ciudad de Jerusalén, un viaje normal de al menos un
par de días en aquel tiempo.
ii) Puede significar que llevando solamente tres días en la provincia él llegó
de Cesarea a Jerusalén.
(d) Sin embargo, existe la leve posibilidad que esa misma situación haya sido
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“HECHOS”
HECHOS ANÁLISIS DEL TEXTO PÁGINA 905
(1) (25:2) “y los más influyentes de los judíos” [kai; oiJ prw'toi tw'n jIoudaivwn]
(a) Estas frase serían una referencia al mismo concilio, aunque puede ser que
otros judíos de influencia también estaban presentes.
(b) Es impresionante que, aun con Pablo preso en Cesarea durante dos años
bajo Félix, estos líderes religiosos de los judíos no estaban contentos sino
que siguieron de inmediato con su intento para conseguir su muerte.
(c) A lo mejor ellos pensaran aprovechar del nuevo gobernador antes que él
pudo saber mucho acerca de la situación y de esa forma lograr usarle a él
para cumplir con sus intenciones de eliminar a Pablo.
(2) (25:2) “se presentaron ante él contra Pablo” [ejnefavnisan ... kata; tou'
Pauvlou]
(a) Lo más probable sería que el nuevo gobernador haya citado a los líderes
judíos a reunirse con él para conocerlos y para que él supiera más acerca de
los deseos que ellos tendrían de él y su administración.
buena voluntad.
b) Sin embargo, tal como ellos habían tramado antes, cuando ellos
iban a pedir a Claudio Lisias que le llevara para cuestionarle, ahora
ellos solamente quisieron tenerle en algún lugar donde ellos
podrían aprovechar de su falta de defensas para poder matarle.
(2) (25:4) “que Pablo estaba custodiado en Cesarea” [threi'sqai to;n Pau'lon
eij" Kaisavreian]
(3) (25:4) “adonde él mismo partiría en breve” [eJauto;n de; mevllein ejn tavcei
ejkporeuvesqai]
(a) Parece que su viaje a Jerusalén había sido planeado para ser solamente una
visita corta, a lo mejor de poco más de una semana, con intenciones de
conocer a las autoridades allí y ver por sí mismo el ambiente de esa ciudad
conflictiva para el imperio romano.
(b) “En breve” [ejn tavcei] no llevaba la idea de “inmediatamente, luego” sino
más bien “antes que pasara mucho tiempo”, y en este caso significaba poco
más de una semana.
(c) A lo mejor sin tener idea que estaba haciéndolo, mediante su sugerencia que
para acusar a Pablo ellos tendrían que bajar a Cesarea con él, Festo protegió
a Pablo de ese nuevo complot contra su vida de parte de los judíos.
(4) (25:5) “Los que de vosotros puedan, dijo” [oiJ ou\\n ejn uJmi'n, fhsivn, dunatoi;]
(b) (25:5) “y si hay algún crimen en este hombre” [ei[ tiv ejstin ejn tw'/ ajndri;
a[topon]
(1) (25:6) “no más de ocho o diez días” [hJmevra" ouj pleivou" ojktw; h] devka]
(a) Con esta información Lucas daba a conocer que el nuevo gobernador,
recién llegado a Palestina por primera vez, había estado en la región
solamente un par de semanas cuando él volvió nuevamente a Cesarea, su
sede de gobierno.
i) Mientras que Félix había dejado Pablo preso dos años sin haberle
hecho el juicio, Festo no pierde tiempo.
ii) Significaba que ahora él estaría actuando como un juez con el poder del
imperio romano mismo.
(c) (25:6) “y mandó que fuese traído Pablo” [ejkevleusen to;n Pau'lon
ajcqh'nai]
(1) (25:7) “lo rodearon los judíos que habían venido de Jerusalén” [perievsthsan
aujto;n oiJ ajpo; JIerosoluvmwn katabebhkovte" jIoudai'oi]
(b) En este caso sus acusadores eran los mismos judíos que habían intentado
matar a Pablo durante años y ahora ellos pensaron aprovechar de su
oportunidad en la corte de Festo.
(c) Esta vez, parece que ellos no habían traído a Tértulo para representar los
acusadores como habían hecho en la primera instancia, sino que ellos
mismos estaban presentando las acusaciones en contra de Pablo.
(a) Aunque Lucas no vuelve a repetir las acusaciones hechas en contra de Pablo
en esta ocasión, se debe suponer que sean muy similares a las que habían
hechos frente la corte de Félix.
(4) (25:7) “las cuales no podían probar” [a\} oujk i[scuon ajpodei'xai]
(a) Tal como Pablo había mostrado anteriormente, el problema que ellos
tuvieron era que no tenían ningún testigo para comprobar sus acusaciones.
(b) Tanto la ley romana, como también la ley judaica, requirió el testimonio de
testigos para que acusaciones podrían comprobarse y llevar a la condenación
del acusado.
(1) (25:8) “Ni contra la ley de los judíos” [o\{ti ou[te eij" to;n novmon tw'n
jIoudaivwn]
(a) Uno debe recordar que todo esto empezó cuando algunos judíos de Asia
reclamaron que Pablo había profanado el templo haciendo entrar allí algún
gentil.
(5) Estas tres cosas, las bases de todas sus acusaciones, Pablo niega rotundamente.
(1) (25:9) “queriendo congraciarse con los judíos” [qevlwn toi'" jIoudaivoi" cavrin
kataqevsqai]
(a) La última cosa que quiere Festo, habiendo recién llegado a su nuevo puesto,
era crear enemigos de estos judíos que él tendría que gobernar.
(b) A cambio, les había invitado a esos líderes judaicos acompañarle a su sede
para juzgar a Pablo allí.
(b) (25:9) “y allá ser juzgado de estas cosas delante de mí?” [ejkei' peri;
touvtwn kriqh'nai ejp! ejmou'_]
ii) Es muy probable que Festo no haya sabido nada del voto que habían
hechos estos judíos dos años antes, ni tampoco de los planes que ellos
habían formado para matar a Pablo hace solamente unos días.
iii) Pablo, de otro lado, ya supo que una vez los judíos le habían planeado
una emboscada para matarle en el camino a una reunión con ellos.
iv) A lo mejor también supo del plan más reciente, pero no se puede
verificar.
(2) No hay manera de saber si él respondió así por su propia voluntad, o como
algunos piensan, que él estaba siguiendo instrucciones recibidas del Señor, para
que de esa manera se llegara a cumplir la profecía que él testificaría también de
Jesús en Roma.
(3) (25:10) “Ante el tribunal de César estoy” [ejpi; tou' bhvmato" Kaivsaro"
eJstwv" eijmi]
(b) Muchas veces esta frase se mal entiende, llegando a la conclusión errónea
que estas palabras eran una apelación a César mismo, pero tal no fue
exactamente el caso.
(c) En realidad, estas palabras de Pablo solamente eran para decir que él estaba
baja la ley, y el tribunal, de César, de los romanos, y que él no tenía razón
someterse, al ser un ciudadano romano, a los judíos y a sus leyes.
(d) Esta verdad se puede ver claramente en el uso del tiempo presente,
“estoy” [eJstwv" eijmi], hablando de su actual condición frente el tribunal del
representante de César.
(e) No fue hasta sus palabras posteriores cuando Pablo hizo su apelación al
emperador mismo.
(a) Estaba estableciendo su derecho, bajo la ley romano, de ser juzgado por la
corte romana.
(b) Ya que su status como ciudadano le daba el derecho legal negar ser juzgado
en una corte provincial comenta que el lugar donde él debería ser juzgado
era exactamente allí, en la corte romana de Cesarea, con Festo como el
juez.
(5) (25:10) “A los judíos no les he hecho ningún agravio” [ jIoudaivou" oujde;n
hjdivkhsa]
(a) (25:10) “como tú sabes muy bien” [wJ" kai; su; kavllion ejpiginwvskei"]
iii) Festo mismo había visto que los judíos que estaban acusando a Pablo
no habían presentado ninguna evidencia como para apoyar sus
acusaciones, cosa que él sabe muy bien que habrían hecho si la
tuvieran.
(a) (25:11) “o cosa alguna digna de muerte he hecho” [kai; a[xion qanavtou
pevpraca ti]
(d) No era que quiso evitar la muerte si fuere culpable, sino que si no tenía
culpa él no debería ser condenado por algo que nadie había podido
establecer.
(7) (25:11) “pero si nada hay de las cosas de que éstos me acusan” [eij de; oujdevn
ejstin w|n ou|toi kathgorou'sin mou]
(b) Con estas palabras estaba recordando al gobernador mismo de que era un
conciudadano romano y que la ley romano era claramente en su favor.
(d) En un sentido, esta era muy parecido a las otras veces cuando Pablo, usando
(a) Ahora, con esta frase, no lo dicho anteriormente, Pablo hizo respetar su
derecho como ciudadano romano, el derecho de apelar a la corte del
emperador mismo, normalmente una acción de extrema desesperación.
i) En esta fecha él habría llevado unos cinco años como el emperador del
gran imperio romano.
ii) El solamente tuvo unos diecisiete años de edad cuando subió al poder
porque su madre (la esposa de Claudio) logró asesinar a Claudio con
el fin de que Nerón llegara ser emperador.
iii) Entonces el César al cual Pablo apeló su caso habría tenido solamente
unos veintidós o veintitrés años de edad en aquel momento.
a) Su madre.
b) Su hermano.
c) Seneca, su tutor.
d) Octavia, su esposa.
vi) El era un hombre muy arrogante y amó ser adulado por los demás.
vii) En sus últimos años demostró señales de haber llegado a ser insano, y
finalmente, a la edad de treinta y uno, menos de una década del
encarcelamiento de Pablo en Cesarea, Nerón se suicidó.
viii) Sin embargo, Pablo prefirió estar frente a Nerón y su corte antes de
estar enfrentando peligro de los judíos.
(a) Era normal que un administrador romano consultara con los oficiales y los
expertos legales que estarían a su disposición.
(4) Desde el momento que se tomó esta decisión, según la ley romana, nadie tenía
derecho de interferir ni prohibir que se cumpliera lo que era el derecho más alto
de Pablo, que su caso se conociera en la corte del imperador.
“13 Pasados algunos días, el rey Agripa y Berenice vinieron a Cesarea para saludar a
Festo. 14 Y como estuvieron allí muchos días, Festo expuso al rey la causa de Pablo,
diciendo: Un hombre ha sido dejado preso por Félix, 15 respecto al cual, cuando fui
a Jerusalén, se me presentaron los principales sacerdotes y los ancianos de los judíos,
pidiendo condenación contra él. 16 A éstos respondí que no es costumbre de los
romanos entregar alguno a la muerte antes que el acusado tenga delante a sus
acusadores, y pueda defenderse de la acusación. 17 Así que, habiendo venido ellos
juntos acá, sin ninguna dilación, al día siguiente, sentado en el tribunal, mandé traer
al hombre. 18 Y estando presentes los acusadores, ningún cargo presentaron de los
que yo sospechaba, 19 sino que tenían contra él ciertas cuestiones acerca de su
religión, y de un cierto Jesús, ya muerto, el que Pablo afirmaba estar vivo. 20 Yo,
dudando en cuestión semejante, le pregunté si quería ir a Jerusalén y allá ser juzgado
de estas cosas. 21 Mas como Pablo apeló para que se le reservase para el
conocimiento de Augusto, mandé que le custodiasen hasta que le enviara yo a César.
22 Entonces Agripa dijo a Festo: Yo también quisiera oír a ese hombre. Y él le dijo:
Mañana le oirás. 23 Al otro día, viniendo Agripa y Berenice con mucha pompa, y
entrando en la audiencia con los tribunos y principales hombres de la ciudad, por
mandato de Festo fue traído Pablo. 24 Entonces Festo dijo: Rey Agripa, y todos los
varones que estáis aquí juntos con nosotros, aquí tenéis a este hombre, respecto del
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“HECHOS”
HECHOS ANÁLISIS DEL TEXTO PÁGINA 915
cual toda la multitud de los judíos me ha demandado en Jerusalén y aquí, dando voces
que no debe vivir más. 25 Pero yo, hallando que ninguna cosa digna de muerte ha
hecho, y como él mismo apeló a Augusto, he determinado enviarle a él. 26 Como no
tengo cosa cierta que escribir a mi señor, le he traído ante vosotros, y mayormente
ante ti, oh rey Agripa, para que después de examinarle, tenga yo qué escribir. 27
Porque me parece fuera de razón enviar un preso, y no informar de los cargos que
haya en su contra.”
(1) Por las palabras usadas por Lucas, usando “días” [ JHmerw'n] en vez de “semanas”
o “meses”, no parece que había pasado mucho tiempo entre la apelación de Pablo
de su caso a la corte de Nerón y la llegada del rey Agripa y Benenice a la ciudad
de Cesarea.
(a) Este “rey Agripa” [ jAgrivppa" oJ basileu;"] habría sido Herodes Agripa II,
quien tuvo diecisiete años cuando su padre (Herodes Agripa I) murió en esa
misma ciudad en el año 44 D.C., poco tiempo después de que él había
mandado matar a Jacobo con espada y había querido hacer lo mismo con
Pedro.
(c) El había sido criado en el mismo pretorio que ahora fue ocupado por el
gobernador romano como su sede de gobierno, y en el cual Pablo había
pasado dos años siendo custodiado.
(e) Con la edad de diecisiete años cuando murió su padre, él había sido
considerado demasiado joven para tomar su puesto y el territorio fue
puesto bajo procuradores por unos años.
(f) Finalmente él fue instalado por el gobierno romano sobre una parte del
territorio antes gobernado por su padre, principalmente en la parte norte
de Palestina, territorio gentil.
era un rey en el mismo sentido que había sido su padre, abuelo, y vice
abuelo.
(g) Sin embargo, por proclamación del emperador Claudio, Agripa había sido
dado el dominio sobre el templo en Jerusalén y también el derecho de
escoger el sumo sacerdote.
(h) Agripa habría tenido solamente unos 32 años de edad cuando ocurre esta
visita, bastante más joven que el preso Pablo, pero una década mayor que
el emperador mismo.
(j) El murió alrededor del fin del primer siglo, en el tercer año del emperador
Trajano.
(b) Entonces ella era una hermana menor de Herodes Agripa II, con quien
llegaba a Cesarea para visitar al nuevo gobernador de la región, Festo.
(c) Juntos ellos, Agripa y Berenice, había sido criados desde su niñez en esa
misma casa, una casa construida por su vice abuelo.
(d) A la edad de trece años ella se había casado, pero su marido murió en el
mismo año de la muerte de su padre.
(e) Ella volvió a casarse con su tío, Herodes de Calcis, el hermano de su padre,
con quien tuvo dos hijos antes que él muriera en el año 48 D.C..
(f) Con la muerte de Herodes de Calcis, ella vivió varios años con su hermano,
Agripa II, antes de tener un breve tercer matrimonio con Polimón II, rey de
Cilicia, a quien ella luego dejó para volver a vivir con su hermano, Agripa II.
(g) Flavio Josefo, Juvenal, y varios otros autores del tiempo, todos afirmaron
que entre esos dos, es decir entre Berenice y Agripa, se mantuvo una
relación incestuoso durante muchos años.
(h) También hay evidencias que después ella llegó a ser amante de dos de los
emperadores romanos, Vespasiano, y también Tito, el hijo de Vespasiano.
(a) Festo era su nuevo jefe, la autoridad máxima del imperio romano en la
región, y ellos aprovecharon la oportunidad de volver a lo que había sido, en
una ocasión, su propia casa.
(b) Era costumbre, y buena práctica, viajar a saludar a los nuevos superiores
romanos cuando ellos llegaron a asumir sus puestos, ya que sería una ventaja
para Agripa y Berenice haber tenido ese contacto.
b. (25:14) “Y como estuvieron allí muchos días” [wJ" de; pleivou" hJmevra" dievtribon
ejkei']
(1) Esta frase puede inferir que ellos, en realidad, estaban aprovechando de sus
puestos y de la hospitalidad del nuevo gobernador, quedando más tiempo que loa
que sería apropiado.
(2) (25:14) “Festo expuso al rey la causa de Pablo, diciendo:” [oJ Fh'sto" tw'/
basilei' ajnevqeto ta; kata; to;n Pau'lon levgwn]
(a) (25:14) “Un hombre ha sido dejado preso por Félix” [ajnhvr tiv" ejstin
kataleleimmevno" uJpo; Fhvliko" devsmio"]
ii) (25:15) “y los ancianos de los judíos” [kai; oiJ presbuvteroi tw'n
jIoudaivwn]
(f) (25:17) “Así que, habiendo venido ellos juntos acá” [sunelqovntwn ou\\n
aujtw'n ejnqavde]
(h) (25:18) “Y estando presentes los acusadores” [peri; ou| staqevnte" oiJ
kathvgoroi]
ii) (25:20) “y allá ser juzgado de estas cosas” [kakei' krivnesqai peri;
touvtwn]
(j) (25:21) “Mas como Pablo apeló para que se le reservase para el
conocimiento de Augusto” [tou' de; Pauvlou ejpikalesamevnou thrhqh'nai
aujto;n eij" th;n tou' Sebastou' diavgnwsin]
1) Félix, sabiendo muy bien que Pablo no había hecho nada que
merecía su encarcelamiento, sin embargo lo dejó en custodia
para poder conversar con él a su gusto y para intentar
sacarle de Pablo un soborno.
c. (25:22) “Entonces Agripa dijo a Festo:” [ jAgrivppa" de; pro;" to;n Fh'ston]
(1) (25:22) “Yo también quisiera oír a ese hombre” [ejboulovmhn kai; aujto;" tou'
ajnqrwvpou ajkou'sai]
(a) Tal como Herodes Antipas había tenido el deseo de ver a Jesús, parece que
Herodes Agripa II también había querido tener la oportunidad de conocer
y escuchar a Pablo.
(b) Usando ese deseo de Agripa, Dios estaba a punto de llevar a cabo parte de
las promesas que El había hecho en cuanto a Pablo, dando a él ahora la
oportunidad de ser testigo de Jesús frente a reyes.
(2) Tal como él había mostrado con sus acciones cuando recién había llegado a Judea
para asumir sus responsabilidades como gobernador, Festo no demoraba en
hacer las cosas.
(a) Iba a proveer a Agripa una oportunidad que quería para saber más de la
historia de Pablo y del cristianismo en sí.
(b) Iba a proveer a Festo una oportunidad para poder entender más acerca de
las acusaciones en contra de Pablo por medio del entendimiento de uno
que, como judío nativo, iba a poder comprender cosas que el gobernador
gentil no sería capaz de entender del asunto.
(1) (25:23) “viniendo Agripa y Berenice” [ejlqovnto" tou' jAgrivppa kai; th'"
Bernivkh"]
iii) Como su padre había sido, ellos también eran muy arrogantes y
buscaban la adulación de los demás, la misma característica que a su
padre le había costado la vida.
ii) No fue esta vez un juicio romano sino meramente una reunión con la
gente importante de la ciudad, ya que la mayoría de ellos habría
conocido a estos dos hijos de la familia real, del linaje de Herodes.
(2) (25:23) “por mandato de Festo fue traído Pablo” [kai; keleuvsanto" tou'
Fhvstou h[cqh oJ Pau'lo"]
(2) (25:24) “y todos los varones que estáis aquí juntos con nosotros” [kai;
pavnte" oiJ sumparovnte" hJmi'n a[ndre"]
(b) (25:24) “dando voces que no debe vivir más” [bow'nte" mh; dei'n aujto;n
zh'n mhkevti]
(5) (25:26) “Como no tengo cosa cierta que escribir a mi señor” [peri; ou|
ajsfalev" ti gravyai tw'/ kurivw/ oujk e[cw]
(a) Aquí Festo explicó su motivo en permitir a Agripa, y también los otros,
tener una audiencia con Pablo, para lograr entender mejor el asunto para
tener algo para poder escribir y mandar con el preso al emperador mismo,
tal como Claudio Lisias le había enviado una carta a Félix cuando él había
mandado Pablo a Cesarea.
(b) (25:26) “le he traído ante vosotros” [dio; prohvgagon aujto;n ejf! uJmw'n]
(c) (25:26) “y mayormente ante ti, oh rey Agripa” [kai; mavlista ejpi; sou',
basileu' jAgrivppa]
iii) Nuevamente queda claro que esta ocasión no era un juicio sino más
bien un intento de parte del gobernador juntar información para poder
escribir una carta para el emperador.
(6) (25:27) “Porque me parece fuera de razón” [a[logon gavr moi dokei']
(b) (25:27) “y no informar de los cargos que haya en su contra” [mh; kai;
ta;" kat! aujtou' aijtiva" shma'nai]
i) Los únicos cargos que los judíos habían presentado eran acusaciones
que tenían que ver con desacuerdos acerca de la religión y las leyes de
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“HECHOS”
HECHOS ANÁLISIS DEL TEXTO PÁGINA 924
los judíos.
ii) Ellos no serían cargos apropiados para un preso enviado a la corte del
emperador ya que no eran acciones ilegales en contra de la ley romana.
“1 Entonces Agripa dijo a Pablo: Se te permite hablar por ti mismo. Pablo entonces,
extendiendo la mano, comenzó así su defensa: 2 Me tengo por dichoso, oh rey Agripa,
de que haya de defenderme hoy delante de ti de todas las cosas de que soy acusado
por los judíos. 3 Mayormente porque tú conoces todas las costumbres y cuestiones que
hay entre los judíos; por lo cual te ruego que me oigas con paciencia.”
a. (26:1) “Entonces Agripa dijo a Pablo:” [ jAgrivppa" de; pro;" to;n Pau'lon e[fh]
(1) (26:1) “Se te permite hablar por ti mismo” [ejpitrevpetai soi peri; seautou'
levgein]
(a) Es interesante que Agripa, aunque Festo era su superior, tomó para sí el
derecho de autorizar a Pablo hablar, una función que correspondería al
gobernador, no al que era rey sobre unas provincias de poca importancia.
(b) Parece que Festo, en su afán de saber más del trasfondo de la historia de lo
de Pablo, cedió el manejo de esa audiencia a Agripa, ya que no consistía en
un juicio oficial del imperio, sino solamente una audiencia.
(a) Es interesante las veces que Lucas anotaba esa idea de levantar, o extender,
la mano cuando uno estaba dirigiéndose a grupos, a lo mejor siendo una
manera de conseguir la atención de los demás, tal como se usa en el día de
hoy.
(a) (26:2) “Me tengo por dichoso, oh rey Agripa” [... basileu' jAgrivppa,
h\{ghmai ejmauto;n makavrion']
ii) El sabe, como se puede ver en las siguientes frases, que Agripa va a
poder entender su historia de forma mucho más íntimo que la mayoría
en la audiencia, especialmente los de trasfondo gentil.
ii) (26:2) “de todas las cosas de que soy acusado por los judíos” [Peri;
pavntwn w|n ejgkalou'mai uJpo; jIoudaivwn ...]
ii) (26:3) “y cuestiones que hay entre los judíos” [kata; jIoudaivou" te
kai; zhthmavtwn]
v) Sin duda Pablo estaba conciente que Agripa sabía del cristianismo y del
debate entre los discípulos de Jesús y los judíos incrédulos.
(d) (26:3) “por lo cual te ruego que me oigas con paciencia” [dio; devomai
makroquvmw" ajkou'sai mou]
(b) Estas frases pueden ser indicaciones que Pablo había sido todavía bastante
joven cuando llegó de su ciudad natal, Tarso de Cilicia, a vivir y estudiar en
la ciudad de Jerusalén.
(c) No se sabe nada más acerca de sus padres con la excepción que antes les
había identificado como fariseos.
(2) (26:4) “la cual desde el principio pasé en mi nación” [th;n ajp! ajrch'"
genomevnhn ejn tw'/ e[qnei mou]
(3) (26:4) “la conocen todos los judíos” [i[sasi pavnte" oiJ jIoudai'oi]
(a) Pablo no había sido un desconocido, sino un alumno sin par del rabí de más
renombre en la ciudad de Jerusalén, Gamaliel, y uno de los principales
involucrados en las primeras persecuciones en contra del Camino.
(b) Su estilo de vida en aquel tiempo habría sido conocido por muchos de los
judíos, quienes tendrían que dar fe que su vida como judío estricto no podría
ponerse en tela de juicio.
ii) Aunque muchas veces ellos fueron criticados por Jesús, era porque
añadieron a la ley divina sus propios mandamientos y porque eran
hipócritas, mandando a otros cumplir lo que ellos mismos no
cumplieron.
(1) (26:6) “por la esperanza de la promesa que hizo Dios a nuestros padres soy
llamado a juicio” [ejp! ejlpivdi th'" eij" tou;" patevra" hJmw'n ejpaggeliva"
genomevnh" uJpo; tou' qeou' e\{sthka krinovmeno"]
(e) Esta promesa incluía la venida del reino de los cielos, la muerte del Mesías,
la resurrección de El, y el derramamiento del Espíritu Santo por Dios sobre
el pueblo.
(2) (26:7) “Por esta esperanza, oh rey Agripa, soy acusado por los judíos” [peri;
h|" ejlpivdo" ejgkalou'mai uJpo; jIoudaivwn, basileu']
(b) El texto griego no dice en este versículo el nombre “Agripa”, sino solamente
dice “rey” [basileu'].
c. (26:8) “¡Qué! ¿Se juzga entre vosotros cosa increíble que Dios resucite a los
muertos?” [tiv a[piston krivnetai par! uJmi'n eij oJ qeo;" nekrou;" ejgeivrei_]
(a) Pablo estaba enfatizando la gran contradicción de la larga espera del pueblo
(b) Para que un judío digiera que no había una resurrección (como hacían los
saduceos) era negar toda la evidencia de las Escrituras y también la historia
misma de los judíos, ya que existieron evidencias que Dios había resucitado
los muertos, y también algunos de ellos mismos habían sido testigos de
instancias de la resurrección.
(c) Para que los paganos pudieran pensar “increíble” [a[piston] la resurección
sería una cosa, pero para que lo hicieron los mismos judíos, los que
reclamaron que sus Escrituras y sus profetas eran de Dios, no tenía ninguna
lógica.
a. (26:9) “Yo ciertamente había creído mi deber” [ jEgw; me;n ou\\n e[doxa ejmautw'/ ...
dei'n]
(1) Pablo, tal como había hecho anteriormente, afirmaba que lo que él había hecho
en el pasado había sido con su conciencia limpia, haciendo solamente lo que él
creía ser la voluntad de Dios.
(2) Sin embargo, uno puede aprender una lección de gran importancia de estas
palabras de Pablo.
(a) Esa verdad es que la conciencia en sí no es una garantía de que las acciones
de uno sean conformes a la voluntad de Dios si esa conciencia no está
correctamente instruida con la verdad divina.
(3) Es así que uno debe actuar conforme a los deseos de Dios para serle agradable,
no solamente conforme a lo que uno mismo puede pensar ser lo correcto.
(7) (26:9) “hacer muchas cosas contra el nombre de Jesús de Nazaret” [pro;"
to; o[noma jIhsou' tou' Nazwraivou ... polla; ejnantiva pra'xai]
b. (26:10) “lo cual también hice en Jerusalén” [o\} kai; ejpoivhsa ejn JIerosoluvmoi"]
(1) (26:10) “Yo encerré en cárceles a muchos de los santos” [kai; pollouv" te
tw'n aJgivwn ejgw; ejn fulakai'" katevkleisa]
(c) Es posible que él haya sido comisionado, como sugiere su viaja a Damasco,
por las mismas autoridades religiosas judaicas para ser parte de un grupo
autorizado para tomar las decisiones sobre la culpabilidad de los seguidores
del Camino y en este sentido había dado su voto en su contra.
(d) Sírvase ver los comentarios sobre esta idea en relación a los siguientes
textos:
i) Según los judíos incrédulos era blasfemia cuando uno afirmaba que
Jesús era el Hijo de Dios, causa suficiente para condenarles a muerte.
(2) (26:11) “los perseguí hasta en las ciudades extranjeras” [ejdivwkon e\{w" kai;
eij" ta;" e[xw povlei"]
“12 Ocupado en esto, iba yo a Damasco con poderes y en comisión de los principales
sacerdotes, 13 cuando a mediodía, oh rey, yendo por el camino, vi una luz del cielo
que sobrepasaba el resplandor del sol, la cual me rodeó a mí y a los que iban conmigo.
14 Y habiendo caído todos nosotros en tierra, oí una voz que me hablaba, y decía en
lengua hebrea: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Dura cosa te es dar coces contra
el aguijón. 15 Yo entonces dije: ¿Quién eres, Señor? Y el Señor dijo: Yo soy Jesús, a
quien tú persigues. 16 Pero levántate, y ponte sobre tus pies; porque para esto he
aparecido a ti, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto, y de
aquellas en que me apareceré a ti, 17 librándote de tu pueblo, y de los gentiles, a
quienes ahora te envío, 18 para que abras sus ojos, para que se conviertan de las
tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que
es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados.”
a. (26:12) “Ocupado en esto iba yo a Damasco” [ jEn oi|" poreuovmeno" eij" th;n
Damasko;n]
(1) Lucas ya ha presentado esta historia en dos otras ocasiones en su relato del
comienzo y del crecimiento de la iglesia.
(a) Pablo aquí aclaraba que no lo había hecho por su propia cuenta, sino por la
autoridad y autorización de los líderes religiosos mismos, con un encargo de
parte de ellos, y funcionando en nombre de ellos.
(2) (26:13) “vi una luz del cielo” [ei\\don ... oujranovqen ... fw'"]
(a) Esta “luz del cielo” [oujranovqen ... fw'"] sería el resplandor de la misma
gloria de Dios.
(b) (26:13) “que sobrepasaba el resplandor del sol” [uJpe;r th;n lamprovthta
tou' hJlivou...]
ii) Entonces, por el uso de esa comparación, era una luz sin igual, sin
comparación con algo visible en la tierra o en el cielo, algo obviamente
sobrenatural, divino.
(c) (26:13) “la cual me rodeó a mí y a los que iban conmigo” [kai;
(1) Nuevamente estas palabras dan a conocer otro detalle de la historia que no había
aparecido en las dos otras ocasiones relataba por Lucas.
(2) Si uno solamente se basara en lo contado en las dos primeras instancias llegaría
a la conclusión que solamente Pablo había caído al suelo cuando apareció la luz
del cielo, pero aquí Pablo claramente afirmaba que todos ellos habían caído.
(a) Uno nunca debe pensar, al leer solamente un pasaje, que necesariamente
haya captado toda la verdad acerca de lo que está estudiando.
(b) Uno nunca debe pensar, por haber estudiado algo en varias ocasiones
anteriores, que no va a aprender más información cuando lo estudia de
nuevo.
(c) Los pasajes, sean en los evangelios y Hechos (libros histórico), o en las
epístolas, que contienen información relevante al mismo tema o evento,
pueden ser de gran ayuda en entender correctamente algo que fácilmente
puede entenderse de mala manera si uno considera solamente uno de estos
pasajes y desconoce, o desecha, la información que se puede encontrar en
los otros.
(4) (26:14) “oí una voz que me hablaba” [h[kousa fwnh;n levgousan prov" me]
(a) Aunque todos había visto la luz, todos habían caído al suelo, y todos habían
escuchado el sonido de la voz, solamente Saulo había visto a Jesús mismo,
(b) En esencia, aunque los otros eran testigos del evento, era una revelación
que era dirigida solamente al hombre que el Señor estaba llamando para que
sirviera como su embajador a los gentiles, su testigo frente a los judíos, los
reyes, y los gentiles a través del mundo pagano.
(a) Nuevamente, en su discurso frente a Agripa, con esta frase Pablo daba a
conocer algo no mencionado en los relatos anteriores – que Jesús le había
hablado “en lengua hebrea” [th'/ JEbraivdi dialevktw/].
(b) Sin embargo, esta frase es la misma que Lucas había usado cuando estaba
relatando el discurso de Pablo a los judíos cuando les hablaba desde las
gradas que daban a la fortaleza de Antonia.
(c) Uno debe concluir que Saulo, en aquella ocasión, al escuchar la voz que le
hablaba en hebreo, habría entendido de inmediato que era un hombre judío
que le hablaba del cielo, aunque todavía él no sabía que era Jesús de Nazaret
con quien hablaba.
(d) El hecho que ahora, frente al rey Agripa, intentando convencerle acerca de
la realidad de la resurrección, específicamente la del Mesías, Pablo haya
dado a conocer este detalle en la historia de su conversión daría un poco de
peso adicional a la importancia de esa historia.
(e) (26:14) “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?” [Saou;l Saouvl, tiv me
diwvkei"_]
(f) (26:15) “Dura cosa te es dar coces contra el aguijón” [sklhrovn soi
pro;" kevntra laktivzein]
ii) Esta frase era un proverbio griego para referirse a la resistencia inútil
por la cual, tal como un animal dando patadas en contra de palo afilado
usado para empujale en la dirección apropiado, uno lograba solamente
hacerse daños a sí mismo.
ii) A la misma vez, ya que era obvio por la luz y la situación en la cual
Saulo se encontraba que él sabía que estaba hablando con uno que le
traía un mensaje del cielo mismo, pero aun así no sabía todavía la
identidad de el Señor a quien estaba sometiéndose.
(a) (26:15) “Yo soy Jesús, a quien tú persigues” [ejgwv eijmi jIhsou'" o\}n su;
diwvkei"]
i) Uno debe recordar que tanto Saulo, como también los que le
acompañaban en el camino, habían todos caídos al suelo cuando se les
apareció la luz del cielo.
(c) (26:16) “y ponte sobre tus pies” [kai; sth'qi ejpi; tou;" povda" sou]
(d) (26:16) “porque para esto he aparecido a ti” [eij" tou'to ga;r w[fqhn
soi]
i) Aquí, según Pablo, el Señor le había dado a saber la razón por la cual
había ocurrido todo esto.
ii) Nuevamente, esta información era algo que no había sido incluido en
los otros dos relatos de este evento.
e) (26:16) “de las cosas que has visto” [w|n te ei\\de" me]
(e) (26:18) “para que abras sus ojos” [ajnoi'xai ojfqalmou;" aujtw'n]
vii) La idea era que, a través del mensaje del evangelio, ayudar a los
hombres abrir los ojos para poder ver, para así poder salir de la
oscuridad y entrar en la luz.
viii) El hecho que Pablo había quedado ciego para que el mensajero divino,
Ananías, le abriera los ojos pudo haber sido una metáfora para esa
misma idea.
ii) (26:18) “de las tinieblas a la luz” [ajpo; skovtou" eij" fw'"]
i) El anuncio del evangelio, tanto a los judíos como también a los gentiles,
era para que, al ver la luz y salir de la oscuridad, llegarían a poder
recibir algo solamente accesible en la luz.
ii) (26:18) “por la fe que es en mí” [... pivstei th'/ eij" ejmev]
5) Los que afirman esa doctrina falsa además hacen que los
profetas, Cristo mismo, el Espíritu Santo, y los apóstoles
sean unos mentirosos, como se puede apreciar claramente
en los siguientes textos, entre muchos otros.
iv) (26:18) “y herencia entre los santificados” [kai; klh'ron ejn toi'"
hJgiasmevnoi"]
“19 Por lo cual, oh rey Agripa, no fui rebelde a la visión celestial, 20 sino que anuncié
primeramente a los que están en Damasco, y Jerusalén, y por toda la tierra de Judea,
y a los gentiles, que se arrepintiesen y se convirtiesen a Dios, haciendo obras dignas
de arrepentimiento. 21 Por causa de esto los judíos, prendiéndome en el templo,
intentaron matarme. 22 Pero habiendo obtenido auxilio de Dios, persevero hasta el
día de hoy, dando testimonio a pequeños y a grandes, no diciendo nada fuera de las
cosas que los profetas y Moisés dijeron que habían de suceder: 23 Que el Cristo había
de padecer, y ser el primero de la resurrección de los muertos, para anunciar luz al
pueblo y a los gentiles. 24 Diciendo él estas cosas en su defensa, Festo a gran voz dijo:
Estás loco, Pablo; las muchas letras te vuelven loco. 25 Mas él dijo: No estoy loco,
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HECHOS ANÁLISIS DEL TEXTO PÁGINA 945
excelentísimo Festo, sino que hablo palabras de verdad y de cordura. 26 Pues el rey
sabe estas cosas, delante de quien también hablo con toda confianza. Porque no
pienso que ignora nada de esto; pues no se ha hecho esto en algún rincón. 27 ¿Crees,
oh rey Agripa, a los profetas? Yo sé que crees.”
(1) (26:19) “no fui rebelde a la visión celestial” [oujk ejgenovmhn ajpeiqh;" th'/
oujranivw/ ojptasiva/]
(2) (26:20) “sino que anuncié primeramente a los que están en” [ajlla; toi'" ...
prw'ton ... ajphvggellon]
(c) (26:20) “y por toda la tierra de Judea” [pa'san te th;n cwvran th'"
jIoudaiva"]
b. (26:21) “Por causa de esto los judíos” [e\{neka touvtwn ... jIoudai'oi]
(1) (26:21) “prendiéndome en el templo” [me ... sullabovmenoi o[nta ejn tw'/ iJerw']/
c. (26:22) “Pero habiendo obtenido auxilio de Dios” [ejpikouriva" ou\\n tucw;n th'"
ajpo; tou' qeou']
(1) Es interesante notar que Dios le ayudó a través del comandante romano y sus
tropas.
(2) Esta ayuda no le había llegado por medio de algún acto milagroso, como se puede
ver claramente en la historia relatada por Lucas.
(5) (26:22) “persevero hasta el día de hoy” [a[cri th'" hJmevra" tauvth" e\{sthka]
(a) Pablo, según su declaración al rey Agripa, nunca dejó de seguir en el Camino
al cual había sido encargado por el Señor, siendo testigo de la verdad de
Jesús como el Mesías de las profecías.
(b) Tal como había proclamaba este mismo mensaje a la gente común, ahora
frente reyes y gobernadores Pablo estaba compartiendo el mismo mensaje,
sin descriminación porque el mensaje era para todos.
(7) (26:22) “no diciendo nada fuera de las cosas que los profetas y Moisés
dijeron que habían de suceder:” [oujde;n ejkto;" levgwn w|n te oiJ profh'tai
ejlavlhsan mellovntwn givnesqai kai; Mwu>sh'"]
(a) Esta frase “los profetas y Moisés” [oiJ profh'tai ... kai; Mwu>sh'"] era una
manera de los judíos para referirse a todas sus Escrituras.
(b) Pablo, con estas palabras, estaba defendiéndose contra todas las acusaciones
hechas en su contra con la afirmación que su mensaje siempre había sido
conforma a lo dicho por Moisés y los profetas y no sería posible que él fuera
culpable de algo contra la ley o el pueblo de Israel sin que la culpa fuera
también de ellos.
iii) Parte del argumento de Pablo era, ya que Moisés y los profetas habían
hecho profecías acerca del Mesías, que era necesario que esas
profecías se cumplieran, y que su propio testimonio de que ellas se
habían cumplido no pudo considerarse algo herético o ilegal.
vi) Uno no debe entender esta frase como si estuviera diciendo que antes
de Jesús no había nadie resucitado de los muertos, sino que El era “el
primero” [prw'to"] de esos resucitados con una resurrección
duradera, el primero que no volvería a morir, como también sería el
caso de los demás cuando ellos resucitarían con cuerpos inmortales
como el cuerpo inmortal de El.
iv) Ahora, tal como no hubo distinción entre los pequeños y los grandes,
Pablo aclaraba que tampoco hay distinción entre los judíos y los
gentiles porque el profeta Isaías había profetizado que por medio del
Mesías iba a venir la luz también a los gentiles.
c) Uno debe recordar que todo este asunto había tenido su base en
la negación de algunos de los judíos de la veracidad de esa misma
profecía de sus propios profetas, de sus propias Escrituras, que el
Mesías tendría que morir y resucitar y que El traería luz a los
gentiles, tal como al pueblo de Israel.
d. (26:24) “Diciendo él estas cosas en su defensa, Festo a gran voz dijo:” [Tau'ta de;
aujtou' ajpologoumevnou oJ Fh'sto" megavlh/ th'/ fwnh'/ fhsin]
(a) Conviene recordar que Festo había llegado hace muy poco a Palestina y es
probable que él haya sabido muy poco en cuanto al judaísmo, a las
Escrituras, a las profecías, y al Mesías que el pueblo judío había estado
esperando por siglos.
(c) Muchas veces, cuando personas no pueden comprender lo dicho por otros,
aun cuando esas personas están declarando la verdad, llegan a la conclusión
que están locos, que hablan tonteras.
(2) (26:24) “las muchas letras te vuelven loco” [ta; pollav se gravmmata eij"
manivan peritrevpei]
(a) Que Pablo era una persona educada era obvio, no solamente a los otros,
sino al gobernador mismo.
(b) Esta preparación académica de Pablo era algo muy distinta a la de los otros
apóstoles, los que eran gente común, sin educación mayor.
(1) (26:25) “No estoy loco, excelentísimo Festo” [ouj maivnomai ... kravtiste
Fh'ste]
(2) (26:25) “sino que hablo palabras de verdad y de cordura” [ajlla; ajlhqeiva"
kai; swfrosuvnh" rhvmata ajpofqevggomai]
(3) (26:26) “Pues el rey sabe estas cosas” [ejpivstatai ga;r peri; touvtwn oJ
basileu;"]
(b) El hecho que toda su vida Agripa había vivido en la cultura judaica daba a
Pablo plena confianza que él, en contraste con Félix, el gentil recién llegado,
estaba completamente enterado de todo lo que Pablo había dicho.
(c) (26:26) “delante de quien también hablo con toda confianza” [pro;" o\}n
kai; parrhsiazovmeno" lalw']
(d) (26:26) “Porque no pienso que ignora nada de esto” [lanqavnein ga;r
aujtovn ti touvtwn ouj peivqomai oujqevn]
(e) (26:26) “pues no se ha hecho esto en algún rincón” [ouj gavr ejstin ejn
gwniva/ pepragmevnon tou'to]
ii) En contraste, Pablo aquí claramente decía el opuesto, que todo esto
que había pasado había ocurrido a plena vista de todos y que Agripa ya
lo sabía.
iv) Ahora Pablo estaba acudiendo al rey como testigo para confirmar la
veracidad de esto frente al gobernador romano que no había estado
presente para presenciarlos.
(a) Esta pregunta es interesante porque los saduceos habrían tenido que decir
que no, pero Pablo sabía, a pesar de sus lazos políticos de Agripa con ellos,
que el rey mismo era un judío que creía en las Escrituras.
i) Si el respondiera que sí, que él creía a los profetas, habría tenido que
admitir que las profecías del Mesías habían sido cumplidas en Jesús.
ii) Al otro lado, si él respondiera que no, que no creía a los profetas, él se
metería en conflictos graves con los judíos devotos, una muy mala
decisión política.
(a) A pesar de su pregunta, ya que Agripa tenía una reputación como un judío
algo piadoso, Pablo ya supo la respuesta de su pregunta retórica.
(b) Así, sabiendo la situación, no esperó para que el rey tuviera que responder,
sino dio a conocer el hecho que ya sabía que el rey creía, de esa manera
poniendo el rey bajo una obligación moral aceptar que la lógica de Pablo y
los cumplimientos de las profecías eran pruebas fehacientes de la realidad
de Jesús y del Camino.
“28 Entonces Agripa dijo a Pablo: Por poco me persuades a ser cristiano. 29 Y Pablo
dijo: ¡Quisiera Dios que por poco o por mucho, no solamente tú, sino también todos
los que hoy me oyen, fueseis hechos tales cual yo soy, excepto estas cadenas! 30
Cuando había dicho estas cosas, se levantó el rey, y el gobernador, y Berenice, y los
que se habían sentado con ellos; 31 y cuando se retiraron aparte, hablaban entre sí,
diciendo: Ninguna cosa digna ni de muerte ni de prisión ha hecho este hombre. 32 Y
Agripa dijo a Festo: Podía este hombre ser puesto en libertad, si no hubiera apelado
a César.”
a. (26:28) “Entonces Agripa dijo a Pablo:” [oJ de; jAgrivppa" pro;" to;n Pau'lon]
(1) (26:28) “Por poco me persuades a ser cristiano” [ejn ojlivgw/ me peivqei"
Cristiano;n poih'sai]
(b) Lo que sí representaban era un evasión para evitar contestar la pregunta que
Pablo le había hecho en cuanto a su fe en los profetas.
(e) En realidad, no hay evidencia que Pablo lo haya usado nunca, ya que aparece
solamente tres veces en todo el texto del Nuevo Testamento, muchas veces
menos que la palabra Camino.
iii) La palabra en sí significa uno que pertenece a Cristo, uno que reconoce
a Jesús como el Mesías y que le seguir como tal, exactamente lo que
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“HECHOS”
HECHOS ANÁLISIS DEL TEXTO PÁGINA 954
iv) Al igual que Félix, Agripa todavía no estaba listo para tomar esa
decisión, aunque a lo mejor por razones distintas.
(3) (26:29) “sino también todos los que hoy me oyen” [ajlla; kai; pavnta" tou;"
ajkouvonta" mou shvmeron]
(a) Entonces Pablo, aprovechando las palabras usadas por Agripa, responde con
las mismas palabras, expresando su afán de hacer de ellos creyentes en el
Mesías y seguidores de El, no solamente Agripa, sino también todos los que
estaban presentes,.
(b) Sean judíos o gentiles, sean pequeños o grandes, Pablo quería que todos
llegaran a ser siervos del Cristo.
(4) (26:29) “fueseis hechos tales cual yo soy” [genevsqai toiouvtou" oJpoi'o" kai;
ejgwv eijmi]
(d) El era un “cristiano” [Cristiano;n] y quiso lograr que los demás llegaran a
ser cristianos también, tal como él era.
(1) Esta frase no aparece en el testo griego, aunque es obvio que lo que sigue en el
relato de Lucas era la respuesta del rey, y los demás que estuvieron, a lo que
había sido dicho por Pablo, y que ellos pusieron fin a la audiencia con él.
(5) (26:30) “y los que se habían sentado con ellos” [kai; oiJ sugkaqhvmenoi
aujtoi'"]
(1) Esta parece haber sido una conversación entre Festo, Agripa, y Berenice, pero
también pudo haber incluido a otros, cosa que Lucas no aclaraba bien en su
relato.
(c) De todas formas, la conclusión de ellos era que Pablo no era culpable de
ningún crimen.
(3) (26:31) “ha hecho este hombre” [ti pravssei oJ a[nqrwpo" ou|to"]
(1) (26:32) “Podía este hombre ser puesto en libertad” [ajpoleluvsqai ejduvnato
oJ a[nqrwpo" ou|to"]
(2) (26:32) “si no hubiera apelado a César” [eij mh; ejpekevklhto Kaivsara]
(c) Agripa reconoce, que todos ellos estaban de acuerdo que por la falta de
acusaciones comprobadas en su contra Pablo debería haber quedad en
libertad.
(d) Sin embargo, conforme a la ley romana ellos no podrían soltarle porque él
mismo ya había apelado a la corte del emperador.
(e) Uno queda con la duda en cuanto a la decisión final de Festo, ya que él había
querido el consejo de Agripa para saber qué escribir y mandar con el preso
en su carta a Cesar.
“1 Cuando se decidió que habíamos de navegar para Italia, entregaron a Pablo y a algunos
otros presos a un centurión llamado Julio, de la compañía Augusta. 2 Y embarcándonos en
una nave adramitena que iba a tocar los puertos de Asia, zarpamos, estando con nosotros
Aristarco, macedonio de Tesalónica. 3 Al otro día llegamos a Sidón; y Julio, tratando
humanamente a Pablo, le permitió que fuese a los amigos, para ser atendido por ellos. 4
Y haciéndonos a la vela desde allí, navegamos a sotavento de Chipre, porque los vientos
eran contrarios. 5 Habiendo atravesado el mar frente a Cilicia y Panfilia, arribamos a
Mira, ciudad de Licia. 6 Y hallando allí el centurión una nave alejandrina que zarpaba para
Italia, nos embarcó en ella. 7 Navegando muchos días despacio, y llegando a duras penas
frente a Gnido, porque nos impedía el viento, navegamos a sotavento de Creta, frente a
Salmón. 8 Y costeándola con dificultad, llegamos a un lugar que llaman Buenos Puertos,
cerca del cual estaba la ciudad de Lasea. 9 Y habiendo pasado mucho tiempo, y siendo ya
peligrosa la navegación, por haber pasado ya el ayuno, Pablo les amonestaba, 10
diciéndoles: Varones, veo que la navegación va a ser con perjuicio y mucha pérdida, no sólo
del cargamento y de la nave, sino también de nuestras personas. 11 Pero el centurión daba
más crédito al piloto y al patrón de la nave, que a lo que Pablo decía. 12 Y siendo incómodo
el puerto para invernar, la mayoría acordó zarpar también de allí, por si puediesen arribar
a Fenice, puerto de Creta que mira al nordeste y sudeste, e invernar allí.”
1. (27:1) “Cuando se decidió que habíamos de navegar para Italia” [ JW" de; ejkrivqh tou'
ajpoplei'n hJma'" eij" th;n jItalivan]
a. No no es posible saber con algún grado de certeza si Lucas había estado con Pablo
todo ese tiempo (más que dos años) que él había estado en Jerusalén y Cesarea.
b. Sin embargo, nuevamente Lucas vuelve aquí a usar la primera persona plural en su
relato, clara indicación que él mismo acompañaría a Pablo en el viaje hacia Italia.
(1) Lucas estaba con Pablo cuando ellos habían partido de Europa en rumbo a
entregar la ofrenda de los santos en Jerusalén.
(2) El estaba con Pablo cuando ellos habían llegado a Troas y empezaban su viaje
desde allí hacia Palestina.
(3) El estaba todavía con Pablo cuando ellos llegaron a la costa de Siria y cuando
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HECHOS ANÁLISIS DEL TEXTO PÁGINA 958
(4) Acompañaba a Pablo cuando él, con los representantes de las iglesias de Asia,
Acaya, y Macedonia subieron juntos desde Cesarea a Jerusalén.
(5) Lo que no se sabe es cuándo Lucas mismo fue a Cesarea después de que Pablo
había sido arrestado y llevado de noche a esa ciudad, donde quedó más que dos
años como preso.
(6) Después del juicio original de Pablo ante Félix, en el principio de los dos años
encarcelado por ese gobernador en el pretorio, hay una posible indicación de su
presencia en Cesarea poco pero no hay nada en el testo que da certeza de eso.
(7) Sin embargo, las palabras de Lucas mismo pueden llevar uno a pensar que él haya
pasado esos dos años, si no todo en Cesarea misma, por lo menos en Palestina,
ya que es obvio que, al fin del encarcelamiento de Pablo en Cesarea, él estaba
nuevamente con Pablo y que le acompañaba en su viaje a Roma.
(b) Este pasaje sugiere que Lucas había tenido contacto con los individuos que
habían sido testigos oculares de todos estos eventos y que de ellos mismos
él había logrado conseguir la información para asegurar la certeza de la
historia.
(c) Ya que Lucas había llegado a Palestina con Pablo, y todavía estaba allí dos
años después, parece muy probable que haya dedicado ese tiempo en un
esfuerzo de conversar con esos testigos oculares para tener información
directa de ellos que todavía estaban viviendo en Palestina.
(1) Con esta frase Lucas presenta la información que no era solamente Pablo, sino
también “otros presos” [eJtevrou" desmwvta"] que estaban siendo enviados por
el nuevo gobernador a Italia.
(a) Se conocían a las compañías del ejército romano tanto por números como
también por nombres.
a. La embarcación en la cual partieron desde Cesarea era “una nave adramitena” [de;
ploivw/ jAdramutthnw'/], que significaba que su puerto de origen era una pequeña
ciudad en la costa poniente de Asia, un poco al sur de Troas.
b. La intención de Julio habría sido, en uno de los puertos visitados en rumbo a Asia,
encontrar otro barco viajando hacia Italia, y allí transferirse con sus soldados y presos
a esa embarcación para seguir su viaje a Roma.
c. (27:2) “que iba a tocar los puertos de Asia” [mevllonti plei'n eij" tou;" kata; th;n
jAsivan tovpou"]
(1) Como muchos de los barcos de aquel tiempo, ese barco iba de puerto a puerto,
cargando y descargando en cada lugar.
(2) Lucas aquí aclaraba que él no era el único acompañante de Pablo en ese viaje, sino
también otro de los hermanos, como Lucas, quienes eran de la parte norte de la
costa del Mar Egeo.
(3) Aristarco no solamente estaba en ese viaje con Pablo y Lucas sino también estaría
con Pablo en Roma, posiblemente indicando que también él pudo haber sido,
como Pablo, un preso de los romanos.
(4) Aristarco se menciona en varios otros pasajes por los cuales es posible saber que
desde hace bastante tiempo él había estado acompañando a Pablo en sus viajes.
3. (27:3) “Al otro día llegamos a Sidón; y Julio” [th'/ te eJtevra/ kathvcqhmen eij" Sidw'na,
... oJ jIouvlio"]
a. “Sidón” [Sidw'na], una ciudad poblada mayormente por gentiles y judíos helenistas,
estaba situada aproximadamente ciento diez kilómetros al norte de Cesarea.
(1) El trato humano no era una característica muy común de parte de los romanos
a sus presos.
(b) Sin embargo, el hecho de ser ciudadano romano pudo haber sido parte de
ese tratamiento anormal que fue dado a Pablo.
(2) Es muy posible que Julio haya estado en conocimiento que Pablo no era como la
mayoría de los presos romanos, que él no estaba en custodia porque realmente
era un criminal, sino solamente porque el gobernador estaba obligado enviarle a
la corte de César.
c. (27:3) “le permitió que fuese a los amigos” [crhsavmeno" ejpevtreyen pro;" tou;"
fivlou" poreuqevnti]
(1) Chipre era una de las islas más grandes e importantes del Mar Mediterráneo.
(2) Era donde Pablo había empezado su obra en su primer viaje misionero, y se
menciona en varias ocasiones en el texto del libro de los Hechos.
(3) Esta frase significa que, en un intento para protegerse de los vientos en su contra,
ellos usaban la isla misma de Chipre como protección.
b. (27:4) “porque los vientos eran contrarios” [dia; to; tou;" ajnevmou" ei\\nai
ejnantivou"]
5. (27:5) “Habiendo atravesado el mar frente” [tov te pevlago" to; kata;.. diapleuvsante"]
(4) Este viaje, desde Sidón a Mira, normalmente habría demorado entre una y dos
semanas, dependiendo de los vientos.
(a) Por costumbre y seguridad la gran mayoría de las naves que venían desde
Alejandría hicieron puerto en Mira antes de seguir su viaje hacia sus destinos
en el poniente.
(b) Esta nave estaba siendo usado para llevar un cargamento de trigo hacia Italia
desde el norte de África.
(2) (27:6) “que zarpaba para Italia” [plevon eij" th;n jItalivan]
(c) Es probable que hay sido la intención de Julio utilizar ese barco como el
modo de transportar sus presos hasta Italia misma, sin tener que acomodar
otro cambio de transporte.
6. (27:7) “Navegando muchos días despacio” [ejn iJkanai'" de; hJmevrai" braduploou'nte"]
a. Esto sería el resultado de los vientos en su contra, cosa que les habría impedido poder
viajar rápidamente hacia el poniente.
b. (27:7) “y llegando a duras penas frente a Gnido” [kai; movli" genovmenoi kata; th;n
Knivdon]
(1) La dificultad del viaje ya les había forzado lejos de la ruta normal, ya que ahora se
encontraban muchos kilómetros al norte de esa ruta.
(b) Sin embargo, en esa fecha del año probablemente significaría un viaje, con
los vientos en contra, de unos dos semanas en el barco.
(3) (27:7) “porque nos impedía el viento” [mh; prosew'nto" hJma'" tou' ajnevmou]
(1) Tal como había sido el caso cuando pasaron a Chipre, ahora usaban la isla de
Creta como una protección de los vientos en su contra.
(2) Al igual a Chipre, Creta era uno de las islas más grandes e importantes en el Mar
Mediterráneo, una isla mencionada en varias ocasiones en el texto.
(3) Ahora, en vez de seguir la ruta normal, navegando al norte de Creta y al sur de
la isla de Roda, por el problema de los vientos ellos tenían que ir al sur de Creta
para lograr protegerse.
(1) Aparentemente, aun usando la isla misma para protegerse, les era muy difícil
llegar a un puerto donde intentarían anclarse.
(3) (27:8) “llegamos a un lugar que llaman Buenos Puertos” [h[lqomen eij" tovpon
tina; kalouvmenon Kalou;" limevna"]
(a) Aunque la ubicación exacta está en duda, todavía hay un puerto con ese
nombre unos pocos kilómetros del sitio antiguo de la ciudad de Lasea, en la
costa sur de Creta.
(b) Sin embargo, tal como Lucas indica en su relato, a pesar de su nombre no
fue un lugar con un puerto muy apto para albergase en tiempos malos.
(4) (27:8) “cerca del cual estaba la ciudad de Lasea” [w|/ ejggu;" povli" h\\n
Lasaiva]
a. Debido a los continuos vientos en contra, como Lucas había documentado, el viaje
desde Cesarea había demorado mucho, seguramente ocupando más tiempo que los
romanos habían esperado cuando zarparon con sus presos.
(1) Uno debe recordar que el hecho de viajar por barco en aquel tiempo era muy
peligroso cuando hubo vientos fuertes y en la época de las tormentas.
(a) Sin embargo, el peligro no venía solamente a causa del tamaño relativamente
pequeño de las embarcaciones y del peligro de inundarse el barco.
(b) Al contrario, venía también del hecho que la única manera que ellos tuvieron
en aquel tiempo para saber su ubicación, y la dirección en la cual iban, era
a través de las estrellas y el sol, los cuales no se podrían ver en tiempos
malos.
(c) Por estos motivos, en aquella época, por costumbre los marineros
consideraban el hecho de navegar en el Mar Mediterráneo después del mes
de septiembre como algo muy peligroso y después del mes de octubre algo
casi imposible sobrevivir .
(2) (27:9) “por haber pasado ya el ayuno” [dia; to; kai; th;n nhsteivan h[dh
parelhluqevnai]
(a) Esta frase “el ayuno” [th;n nhsteivan] hace referencia al día de expiación,
la fiesta anual de los judíos que caía en los meses de septiembre o octubre
de cada año.
(1) Uno debe recordar que Pablo ya era un viajero con bastante experiencia y él
debía haber sabido bien los peligros de navegar en una fecha tan tardía en el año.
(2) Según su carta a los corintios, escrita unos años anterior a ese momento, Pablo
ya había padecido tres naufragios, había pasado todo un día y una noche en el
mar, y él sabía muy bien el peligro que estaban enfrentando si siguieron su viaje,
algo que no hubiera sido muy ansioso repetir a pesar de la seguridad que el Señor
le había dado de que él tuviera que llegar a Roma para testificar de Es allí.
(4) (27:10) “Varones, veo que la navegación va a ser” [a[ndre", qewrw' o\{ti...
mevllein e[sesqai to;n plou'n]
iii) (27:10) “sino también de nuestras personas” [ajlla; kai; tw'n yucw'n
hJmw'n]
c) No sabía todavía que Dios iba a proteger las vidas de todos los
que estaban con él en el barco, aunque el cargamento y la nave se
perderían.
d. (27:11) “Pero el centurión daba más crédito” [oJ de; eJkatontavrch" ... ejpeivqeto]
(5) (27:11) “que a lo que Pablo decía” [ma'llon...h] toi'" uJpo; Pauvlou legomevnoi"]
(a) Los demás de ellos (el centurión, el piloto, y el dueño del barco) todos
habrían tenido motivos para seguir con el viaje a pesar de los peligros.
(b) Sin embargo, Pablo estaba más preocupado por las vidas que estarían
corriendo peligro por seguir el viaje en esa fecha del año que por esos
motivos de ellos.
e. (27:12) “Y siendo incómodo el puerto para invernar” [ajneuqevtou de; tou' limevno"
uJpavrconto" pro;" paraceimasivan]
(1) (27:12) “la mayoría acordó zarpar también de allí” [oiJ pleivone" e[qento
boulh;n ajnacqh'nai ejkei'qen]
(b) “Fenice” [Foivnika] era una de los puertos más importantes de la isla de
Crete, en el lado sudoeste de la isla.
ii) (27:12) “que mira al nordeste y sudeste” [blevponta kata; livba kai;
kata; cw'ron]
(a) El propósito del intento llegar allí era no arriesgar la nave y sus pasajeros a
través de tratar de invernar en un lugar que no ofrecía buena protección de
las tormentas del invierno en ese parte del mundo.
(b) Si ellos pudieran llegar a Fenice allí podrían pasa el invierno sin tanto riesgo.
“13 Y soplando una brisa del sur, pareciéndoles que ya tenían lo que deseaban, levaron
anclas e iban costeando Creta. 14 Pero no mucho después dio contra la nave un viento
huracanado llamado Euroclidón. 15 Y siendo arrebatada la nave, y no pudiendo poner proa
al viento, nos abandonamos a él y nos dejamos llevar. 16 Y habiendo corrido a sotavento
de una pequeña isla llamada Clauda, con dificultad pudimos recoger el esquife. 17 Y una
vez subido a bordo, usaron de refuerzos para ceñir la nave; y teniendo temor de dar en la
Sirte, arriaron las velas y quedaron a la deriva. 18 Pero siendo combatidos por una furiosa
tempestad, al siguiente día empezaron a alijar, 19 y al tercer día con nuestras propias
manos arrojamos los aparejos de la nave. 20 Y no apareciendo ni sol ni estrellas por muchos
días, y acosados por una tempestad no pequeña, ya habíamos perdido toda esperanza de
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“HECHOS”
HECHOS ANÁLISIS DEL TEXTO PÁGINA 968
salvarnos. 21 Entonces Pablo, como hacía ya mucho que no comíamos, puesto en pie en
medio de ellos, dijo: Habría sido por cierto conveniente, oh varones, haberme oído, y no
zarpar de Creta tan sólo para recibir este perjuicio y pérdida. 22 Pero ahora os exhorto
a tener buen ánimo, pues no habrá ninguna pérdida de vida entre vosotros, sino solamente
de la nave. 23 Porque esta noche ha estado conmigo el ángel del Dios de quien soy y a
quien sirvo, 24 diciendo: Pablo, no temas; es necesario que comparezcas ante César; y he
aquí, Dios te ha concedido todos los que navegan contigo. 25 Por tanto, oh varones, tened
buen ánimo; porque yo confío en Dios que será así como se me ha dicho. 26 Con todo, es
necesario que demos en alguna isla. 27 Venida la decimacuarta noche, y siendo llevados
a través del mar Adriático, a la medianoche los marineros sospecharon que estaban cerca
de tierra; 28 y echando la sonda, hallaron veinte brazas; y pasando un poco más adelante,
volviendo a echar la sonda, hallaron quince brazas. 29 Y temiendo dar en escollos, echaron
cuatro anclas por la popa, y ansiaban que se hiciese de día. 30 Entonces los marineros
procuraron huir de la nave, y echando el esquife al mar, aparentaban como que querían
largar las anclas de proa. 31 Pero Pablo dijo al centurión y a los soldados: Si éstos no
permanecen en la nave, vosotros no podéis salvaros. 32 Entonces los soldados cortaron las
amarras del esquife y lo dejaron perderse. 33 Cuando comenzó a amanecer, Pablo
exhortaba a todos que comiesen, diciendo: Este es el decimocuarto día que veláis y
permanecéis en ayunas, sin comer nada. 34 Por tanto, os ruego que comáis por vuestra
salud; pues ni aun un cabello de la cabeza de ninguno de vosotros perecerá. 35 Y habiendo
dicho esto, tomó el pan y dio gracias a Dios en presencia de todos, y partiéndolo, comenzó
a comer. 36 Entonces todos, teniendo ya mejor ánimo, comieron también. 37 Y éramos
todas las personas en la nave doscientas setenta y seis. 38 Y ya satisfechos, aligeraron la
nave, echando el trigo al mar.”
(1) Es decir, había llegado el viento que necesitarían para poder ir por la costa sur de
la isla hasta llegar a Fenice.
a. (27:14) “dio contra la nave un viento huracanado” [e[balen kat! aujth'" a[nemo"
tufwniko;"]
(2) Entonces, de repente, en vez de una leve brisa del sur, estaban metido en una
gran tormenta de viento.
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“HECHOS”
HECHOS ANÁLISIS DEL TEXTO PÁGINA 969
(b) Es así que este feroz viento desde el noreste habría empujado la nave lejos
de la costa sur de la isla de Creta y la habría forzado a las aguas profundas
del Mar Mediterráneo y no hacia su destino, Fenice.
(a) Poner la proa del barco al viento habría sido la única manera lograr control
el barco, pero con el feroz viento no les fue posible girar el barco para
enfrentar el viento.
(b) Entonces, no les quedaba otra opción que dejar que el viento los llevara.
(1) Este pequeña isla esta situada unos cuarenta kilómetros de Creta.
(2) Parece que allí lograron tener suficiente protección del viento para hacer algunas
preparativas para la tormenta, ya que obviamente no iban a poder devolverse a
la costa de Creta, la isla más grande pero ubicada en la dirección desde donde
soplaba el viento.
(1) “El esquife” [th'" skavfh"] sería el bote usaba para transferir pasajeros o carga
ligera entre la nave y la tierra.
(2) Normalmente el esquife habría sido arrastrado detrás de la nave cuando la nave
estaba moviendo lentamente cerca de la costa, como fue el caso cuando
repentinamente había llegado la tormenta.
(3) Ahora, sin embargo, ellos quisieron controlar el esquife para lograr subirlo en
preparación para enfrentar una gran tormenta.
(a) Puede ser que el esquife había estado estorbando sus intentos para dirigir
la nave misma.
(b) Puede ser que ese bote presentaba un peligro para la nave misma porque
los vientos fuerte podrían causar choques entre el esquife y la nave,
causando daños serios al nave y destruyendo el esquife.
(c) De todos modos, ellos quisieron lograr subir el esquife a bordo, si nada más,
para poder tenerlo como bote salvavidas.
(a) En un intento de evitar que la fuerza de los vientos y las olas rompieran la
nave, ellos usaron cuerdas (o posiblemente cables de algún tipo) para
envolver la nave.
c. (27:17) “y teniendo temor de dar en la Sirte” [fobouvmenoi te mh; eij" th;n Suvrtin
ejkpevswsin]
(3) “La Sirte” [th;n Suvrtin] era una larga sección de bancos de arena y rocas
alrededor de la costa norte de África donde muchas veces, en temporales como
esa, naves llegaron al naufragio cuando los vientos los empujaron allí.
(a) Estos navegadores, al tanto del peligro que ellos estaban enfrentando,
estaban intentando hacer todo lo posible para cumplir con las preparaciones
que les dirían mejores posibilidades para la sobrevivencia.
(b) El mero hecho que estaban con temor de “dar en la Sirte” [eij" th;n
Suvrtin ejkpevswsin], todavía más de cien kilómetros al suroeste de ellos, es
una indicación de la ferocidad de la tormenta.
(a) Esto no significa solamente que bajaron las velas, sino que pusieron las velas
4. (27:18) “Pero siendo combatidos por una furiosa tempestad” [sfodrw'" de;
ceimazomevnwn hJmw'n]
b. Estos vientos habrían causado mucha incomodidad en una nave de aquel día,
relativamente pequeña en comparición a las grandes naves modernas.
c. (27:18) “al siguiente día empezaron a alijar” [th'/ eJxh'" ejkbolh;n ejpoiou'nto]
(a) El texto griego no dice “con nuestras propias manos” [aujtovceire"] sino
solamente “con manos propias”, pero el resto de la frase indica que eran
las manos de otros, no de Lucas, ya que el verbo arrojar que él usaba se
encuentra en tercera persona plural, no en primera persona.
(b) En fin, Lucas estaba allí presente, pero él no estaba involucrado en la acción
que aquí estaba describiendo.
(2) (27:19) “arrojamos los aparejos de la nave” [th;n skeuh;n tou' ploivou
e[rriyan]
(b) Entonces, el tercer día de la tormenta fue tomada la decisión, ya que las
velas no les servirían de nada, botar el resto de los aparejos al mar para que
de esa manera intentar reducir el impacto de los vientos sobre la nave.
(1) (27:20) “ni sol ni estrellas por muchos días” [hJlivou mhvte a[strwn ... ejpi;
pleivona" hJmevra"]
INSTITUTO DE ESTUDIOS BIBLICOS
“HECHOS”
HECHOS ANÁLISIS DEL TEXTO PÁGINA 972
(a) A primera vista esta frase puede parecer solamente un comentario sobre la
ferocidad de la tempestad, pero en realidad era mucho más que eso.
(b) Sin poder ver el sol o las estrellas sería imposible que los marineros de
aquellos días tuvieran manera alguna saber su posición en el alto mar.
(c) Sin poder saber su posición les sería totalmente imposible predecir los
peligros que estarían a punto de encontrar en la tormenta.
(d) La frase “muchos días” [pleivona" hJmevra"] es clara indicación que lo que
estaban experimentando no era una tempestad pequeña ni corta.
(a) Lucas se incluye a sí mismo entre los que se dieron por perdidos a causa de
la duración y violencia del temporal.
(b) En esencia, ya todos ellos habían llegado a la conclusión que era inevitable
que se ahogaran a causa de la tempestad.
(c) Sin embargo, parece que Pablo, entre todos ellos, era el único que no había
perdido la esperanza.
(d) A lo mejor esto fuera así por haber recordado las palabras de Jesús
diciéndoles que era necesario que testificara de El en Roma, cosa que no
pudiera cumplirse si todos ellos perecerían por la tormenta.
(1) Uno debe entender, a bordo de una nave de esa época en alto mar, con los
vientos y oleajes fuertes causaban por la tempestad, con las nauseas y mareos que
serían las consecuencias, que nadie tendría ganas de comer.
(2) Ademas, ya que el ayuno en situaciones de gran peligro era costumbre antigua,
tanto entre los judíos como los paganos, en plegaria a sus dioses para socorro, es
posible que ellos pudieran haber estado ayunando también por ese motivo.
b. (27:21) “puesto en pie en medio de ellos, dijo:” [staqei;" ... ejn mevsw/ aujtw'n
ei\\pen]
(1) (27:21) “Habría sido por cierto conveniente, oh varones” [e[dei mevn, w\\
a[ndre"]
i) Básicamente les estaba diciendo “yo les dije y deberían haberme prestado
atención”, pero no en el sentido orgulloso, sino para que al reconocer
que él había tenido razón anteriormente ellos estarían más dispuestos
a prestar atención a lo que él estaba a punto de compartir con ellos.
(b) (27:21) “y no zarpar de Creta tan sólo para recibir este perjuicio y
pérdida” [mh; ajnavgesqai ajpo; th'" Krhvth" kerdh'sai te th;n u\{brin
tauvthn kai; th;n zhmivan]
(2) (27:22) “Pero ahora os exhorto a tener buen ánimo” [kai; ta; nu'n parainw'
uJma'" eujqumei'n]
(a) Uno debe recordar que Lucas acababa de reportar que todos ellos habían
perdido la esperanza de salir con vida de esa situación.
(b) Ahora, en contraste, Pablo les estaba tratando de dar una base para que
recobraran su ánimo, para que volvieran a tener esperanza de sobrevivir.
vida.
(3) (27:23) “Porque esta noche ha estado conmigo el ángel” [parevsth gavr moi
tauvth/ th'/ nukti; ... a[ggelo"]
(a) Sin embargo, al explicar que él había tenido una visión y un mensaje de Dios,
a lo mejor, sin otra esperanza, ellos habrían sido un poco más dispuestos a
oír sus palabras y creerle.
(b) (27:25) “porque yo confío en Dios que será así como se me ha dicho”
[pisteuvw ga;r tw'/ qew'/ o\{ti ou\{tw" e[stai kaq! o\}n trovpon lelavlhtai moi]
(c) (27:26) “Con todo, es necesario que demos en alguna isla” [eij" nh'son
dev tina dei' hJma'" ejkpesei'n]
b. Es probable que estas noches fueran contadas desde que zarparon de la costa de
Creta, cuando allí la tormenta les agarró y les forzó hacia el suroeste.
c. (27:27) “y siendo llevados a través del mar Adriático” [diaferomevnwn hJmw'n ejn tw'/
jAdriva/]
(1) En tiempos antiguos se consideraba parte del mar Adriático todo lo que hoy en
día se conoce por ese nombre y también las aguas hasta la costas de África entre
Creta y Malta.
(1) Los marineros con experiencia en la antigüedad, por las acciones de las olas del
mar, entre otras cosas, muchas veces podrían saber que ellos estaban llegando
cerca de tierra firme mucho antes de poder ver la tierra.
(2) Por la profundidad del agua ciertas cosas cambian en las olas y los que eran
expertos en la vida marina habrían tenido sospechas que la nave estaba acercando
a tierra.
(1) Esto habría sido necesario para medir la profundidad del agua y normalmente
habría consistido del hecho de bajar una soga con un peso en su extremidad hasta
que el peso tocara al fondo.
(2) Al tirar la sonda al agua hasta el fondo y entonces recogerla, sería posible calcular
la profundidad del agua que había debajo de la nave.
(a) La palabra griega usada por Lucas aquí [ojrguia;"] (en la Reina-Valera de 1960
traducida con la palabra “brazas”) era una medida de aproximadamente
dos metros.
(b) Así que hallaron que el agua tenía una profundidad de unos cuarenta metros,
mucho menos que el promedio de ese mar.
(b) El sencillo hecho de encontrar que la profundidad del agua había disminuido
unos diez metros en un poco de distancia no les dejaba duda que estaban
aproximando tierra.
(c) Sin embargo, sin poder ver, y no sabiendo dónde estaban, esta información
les daba más miedo que esperanza.
(1) Aunque era muy peligroso estar en alto mar durante una tempestad, la idea de
encallar en una roquería, y la nave ser destruido por las violentas olas, era mucho
más horrible.
(2) (27:29) “echaron cuatro anclas por la popa” [ejk pruvmnh" rivyante" ajgkuvra"
tevssara"]
(a) Era su último esfuerzo para intentar frenar la nave un poco para que no
diera con demasiada fuerza a las rocas que todavía no lograron poder ver.
(a) Literalmente esta frase debería haberse traducida como “oraron para que
se hiciese de día”.
7. (27:30) “Entonces los marineros procuraron huir de la nave” [Tw'n de; nautw'n
zhtouvntwn fugei'n ejk tou' ploivou]
a. Era tan peligrosa la situación que los marineros, los que habrían sido mejor capacitados
para entender el peligro que estaban corriendo, decidieron que era menos peligroso
salir al mar bravo en el esquife que esperar en la nave hasta que chocara con las rocas
y se destruyera.
(1) Ellos, después de haber averiguado que ahora estaban cerca de tierra, deberían
haber recordado las palabras de Pablo cuando él les había dicho que iban a dar
con una isla.
b. (27:30) “y echando el esquife al mar” [kai; calasavntwn th;n skavfhn eij" th;n
qavlassan]
(1) Uno debe recordar que con gran esfuerza ellos habían logrado rescatar el esquife
y subirlo a bordo unas semanas antes, cuando recién había comenzaba la
tormenta.
c. (27:30) “aparentaban como que querían largar las anclas de proa” [profavsei
wJ" ejk prwv/rh" ajgkuvra" mellovntwn ejkteivnein]
(1) Esta acción era solamente una pretensa con la intención de poder lanchar el
esquife sin que los demás supieran sus intenciones de arrancarse de la nave.
d. (27:31) “Pero Pablo dijo al centurión y a los soldados:” [ei\\pen oJ Pau'lo" tw'/
eJkatontavrch/ kai; toi'" stratiwvtai"]
(1) No hay manera que uno pueda saber si Pablo, por sus propias experiencias de
haber sido naufrago tres veces ya, viendo sus acciones supo lo que ellos estaban
a punto de hacer, o si Dios le reveló esa información.
(2) Sea como sea, es obvio que él entendió que sin la ayuda de los marineros, los
únicos con la capacidad de manejar la nave.
(3) Ellos no tendrían esperanza si los marineros lograron salir de la nave porque esto
dejarían a los demás con muy pocas posibilidades de sobrevivencia y ahora Pablo
lo reportó a los soldados romanos para intentar evitar que pasara.
(4) Uno podría ver en esta historia que existe una interacción entre los planes de
Dios y las responsabilidades del hombre en cumplir su función para poder lograr
esos planes.
(a) Dios había informado a Pablo que nadie perdería la vida aunque la nave y su
cargamento estarían perdido.
(b) Sin embargo, a pesar de esa aseguranza de Dios, Pablo tuvo que advertir a
los soldados para que ellos evitaran una acción de los marineros que pudo
haber estorbado que los planes divinos se cumplieran.
(5) De esta misma manera uno debe entender que Dios siempre está usando a uno
mismo para llevar a cabo sus deseos en el mundo.
(6) Sin embargo compete a cada uno actuar conforme a sus oportunidades para
permitir que esos planes se puedan cumplir.
(7) (27:31) “Si éstos no permanecen en la nave” [eja;n mh; ou|toi meivnwsin ejn tw'/
ploivw/]
(a) Sin la ayuda de los marineros las esperanzas de sobrevivir habrían sido
muchas menos, ya que los demás no habrían sido capaces de controlar la
nave para tener alguna posibilidad de encallar en una manera que daría
oportunidad de escapar de la nave y llegar a tierra.
(b) Era de primordial importancia que ellos se quedaran para ayudar con lo que
estaba a punto de pasar.
(a) Es interesante que Pablo no dijo que “nosotros” no podemos salvarnos, sino
que enfocó que las vidas de ellos, los soldados romanos, estaban siendo
puestas en peligro por los marineros.
a. (27:32) “cortaron las amarras del esquife” [ajpevkoyan ... ta; scoiniva th'" skavfh"]
(1) Los marineros ya habían preparado el esquife con el engaño de que iban a alargar
las anclas.
(1) Era preferible perder el esquife que perder la ayuda de los marineros en el
intento de llegar con vida a tierra.
9. (27:33) “Cuando comenzó a amanecer” [ [Acri de; ou| hJmevra h[mellen givnesqai]
(a) Durante dos semanas de una tormenta muy violenta no se había preparado
(b) Es posible que esto haya sido porque todos estaban ayunando y orando a
sus dioses para ser librados.
(c) Es posible que haya sido porque los mareos eran tan fuertes que nadie había
atrevido comer.
(d) De todos modos, era algo que necesitaba corregirse si ellos iban a tener las
fuerzas suficientes para poder sobrevivir el naufrago.
(a) (27:34) “os ruego que comáis por vuestra salud” [parakalw' uJma'"
metalabei'n trofh'" tou'to ga;r pro;" th'" uJmetevra" swthriva" uJpavrcei]
ii) Para poder lograr rescatarse de su situación Pablo les instaba comer
algo para recuperar un poco de fuerza antes de lo que ahora les venía
encima.
i) Era la misma promesa que les había dado al tener la visión de Dios
cuando le aseguraba a Pablo las vidas de sus acompañantes en la nave.
(2) (27:35) “y dio gracias a Dios en presencia de todos” [eujcarivsthsen tw'/ qew'/
ejnwvpion pavntwn]
(d) El hecho de dar gracias antes de una comida era una práctica común entre
el pueblo de Dios.
(b) Esta cifra, dada por Lucas, indica que la nave en la cual viajaba era uno de las
naves más grandes de su época, porque la mayoría de las naves de aquel
tiempo no habrían sido capaces de llevar tantos pasajeros y tripulación.
(c) Es posible que Lucas, al dar ese número, estaba enfatizando lo milagroso del
naufragio, ya que la esperanza normal que tantas personas pudieran llegar
todos a salvo a la isla sería absurdo.
ii) Ahora, al saber que iban a encallar en las rocas de la isla, sabiendo que
el peso del trigo les causaría más daños, ellos decidieron perder el trigo
para tener mejor esperanza de incurrir daños menos graves al barco.
iii) Además, mientras más ligera la nave más cerca a la isla podría alcanzar
antes de encallarse, dándoles mejores esperanzas de poder llegar a
tierra con vida.
(b) (27:38) “echando el trigo al mar” [ejkballovmenoi to;n si'ton eij" th;n
qavlassan]
“39 Cuando se hizo de día, no reconocían la tierra, pero veían una ensenada que tenía
playa, en la cual acordaron varar, si pudiesen, la nave. 40 Cortando, pues, las anclas, las
dejaron en el mar, largando también las amarras del timón; e izada al viento la vela de
proa, enfilaron hacia la playa. 41 Pero dando en un lugar de dos aguas, hicieron encallar
la nave; y la proa, hincada, quedó inmóvil, y la popa se abría con la violencia del mar. 42
Entonces los soldados acordaron matar a los presos, para que ninguno se fugase nadando.
43 Pero el centurión, queriendo salvar a Pablo, les impidió este intento, y mandó que los
que pudiesen nadar se echasen los primeros, y saliesen a tierra; 44 y los demás, parte en
tablas, parte en cosas de la nave. Y así aconteció que todos se salvaron saliendo a tierra.”
(a) Aunque no se sabe con certeza, en la isla de Malta hay un lugar con una
playa como la descrita aquí donde la tradición ha dicho que ocurrió el
naufrago de Pablo y esa nave.
(b) De todos modos, pudiendo ver la isla y sabiendo que había una playa a la
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“HECHOS”
HECHOS ANÁLISIS DEL TEXTO PÁGINA 983
vista, esto debería haber dado a ellos aun más esperanza de sobrevivir.
(2) (27:39) “en la cual acordaron varar, si pudiesen, la nave” [eij" o\}n
ejbouleuvonto eij duvnainto ejxw'sai to; ploi'on]
(a) Al ver una playa, la decisión de intentar llegar allí con la nave, en vez de
encallar contra rocas, sería algo casi automático para los marineros.
(b) Al haber podido llegar a la playa habría habido muy poco riesgo de vida,
mientras encallar contra las rocas significaría un peligro muy grande.
b. Estas anclas eran para evitar que el viento y las olas empujaran el barco contra las
rocas, pero ahora, con la decisión de intentar llegar a la playa, estorbaban el progreso
de la nave.
d. (27:40) “largando también las amarras del timón” [a\{ma ajnevnte" ta;" zeukthriva"
tw'n phdalivwn]
(2) Ese “timón” [tw'n phdalivwn], literalmente “timones” ya que la palabra griega
es plural, estaban ubicados en la popa de la nave y su función era dirigir la nave
en la dirección deseada, dependiendo de la dirección de los vientos.
(3) Cuando, días antes, se había tomado la decisión de dejar que la nave se llevara
frente la tempestad, habrían amarrado a esas timones en posición recta para
evitar que influyeran con la dirección de la nave.
(4) Sin embargo, para poder dirigir la nave hacia la playa donde quisieron encallar
sería necesario soltar los timones y usarlos para poder ir en la dirección deseada.
e. (27:40) “e izada al viento la vela de proa” [kai; ejpavrante" to;n ajrtevmwna th'/
pneouvsh/]
(1) Esa “vela de proa” [to;n ajrtevmwna] era una vela pequeña, en la parte delantera
de una nave, usada para dirigir la nave.
(2) Con estas palabras Lucas da a conocer que, aunque ellos habían botado al mar la
mayor parte del aparejo de la nave, con la esperanza de tener oportunidad en el
futuro para usarlos, habían dejado en su lugar el mástil de la proa y guardado la
vela que correspondía, ya que para dirigir la dirección de la nave esas serían
necesarias.
(1) Ahora, habiendo hecho todo lo que ellos pudieron para aliviar el peso de la nave
y para poder controlar su dirección, dejaron que el viento y las olas les llevaran
hacia la playa que habían visto.
3. (27:41) “Pero dando en un lugar de dos aguas” [peripesovnte" de; eij" tovpon
diqavlasson]
a. Esta frase indicaría una corriente del mar causada por rocas submarinas forzando el
agua en dos diferentes direcciones.
(a) Es así que la proa de la nave quedó atrapada entre esas rocas y fue
incapacitado para poder llegar a la playa misma.
(b) El peligro de esa situación era que, con la proa sin moverse, las olas darían
con fuerza contra la popa hasta que terminarían destruyéndola.
(1) (27:41) “se abría con la violencia del mar” [ejluveto uJpo; th'" biva" tw'n
kumavtwn]
(2) Entonces, debida a la violencia de las olas, la parte trasera de la nave, la popa,
cedió, y “la violencia del mar” [th'" biva" tw'n kumavtwn] empezó a desarmar
la nave.
4. (27:42) “Entonces los soldados acordaron matar a los presos” [Tw'n de; stratiwtw'n
boulh; ejgevneto i\{na tou;" desmwvta" ajpokteivnwsin]
a. Para poder entender bien esta decisión uno debe recordar que la ley romana exigía la
vida de un soldado romanos si él dejara escapar un preso bajo su custodia.
b. En realidad es exactamente la misma idea detrás del intento de suicidio del carcelero
en Filipos cuando él pensó que los presos suyos habían huido con el terremoto allí que
abrió las puertas de la cárcel.
c. (27:42) “para que ninguno se fugase nadando” [mhv ti" ejkkolumbhvsa" diafuvgh]
(1) Es así que ellos, temiendo que algún preso pudo lograr escapar en la confusión del
naufragio, para proteger sus propias vidas, decidieron que sería mejor matar a los
presos y de esa manera a lo mejor lograr salvarse del castigo romano.
(2) Conviene recordar que tampoco supieron en qué tierra había encallado o si sus
presos, al llegar a tierra, podrían encontrar allí personas que les ayudaría escapar
de su custodia.
(1) Con estas palabras Lucas hace obvio que esta decisión de matar a los presos no
había sido hecho en presencia del centurión o con su aprobación o mandato.
(b) Es posible que Julio haya decidido que él no pudo correr el riesgo de matar
a uno que pudo ser mensajero de Dios.
ii) De todos modos él debería haber sabido del trato distinto que Pablo
había recibido durante su encarcelamiento en Cesarea, y de las
libertades que le habían sido dadas allí durante años.
iii) Además él debería haber sido que Pablo era un ciudadano romano, y
el hecho de matarle sin que él hubiera sido condenado tendría
consecuencias muy graves.
vi) También es supo que era la acción de Pablo que logró salvar sus vidas
dándole el aviso de las intenciones de los marineros, y así pudo haber
considerado que le debía su propia vida.
vii) En fin, viendo en Pablo una confianza total en que su Dios les iba a
salvar a todos ellos, él pudo haber llegado también a creer en Dios.
(3) (27:43) “les impidió este intento” [ejkwvlusen aujtou;" tou' boulhvmato"]
(b) (27:43) “que los que pudiesen nadar se echasen los primeros” [tou;"
dunamevnou" kolumba'n ajporivyanta" prwvtou"]
ii) (27:44) “parte en cosas de la nave” [ou\}" de; ejpiv tinwn tw'n ajpo;
tou' ploivou]
5. (27:44) “Y así aconteció que todos se salvaron saliendo a tierra” [kai; ou\{tw" ejgevneto
pavnta" diaswqh'nai ejpi; th;n gh'n]
“1 Estando ya a salvo, supimos que la isla se llamaba Malta. 2 Y los naturales nos trataron
con no poca humanidad; porque encendiendo un fuego, nos recibieron a todos, a causa de
la lluvia que caía, y del frío. 3 Entonces, habiendo recogido Pablo algunas ramas secas, las
echó al fuego; y una víbora, huyendo del calor, se le prendió en la mano. 4 Cuando los
naturales vieron la víbora colgando de su mano, se decían unos a otros: Ciertamente este
hombre es homicida, a quien, escapado del mar, la justicia no deja vivir. 5 Pero él,
sacudiendo la víbora en el fuego, ningún daño padeció. 6 Ellos estaban esperando que él
se hinchase, o cayese muerto de repente; mas habiendo esperado mucho, y viendo que
ningún mal le venía, cambiaron de parecer y dijeron que era un dios. 7 En aquellos lugares
había propiedades del hombre principal de la isla, llamado Publio, quien nos recibió y
hospedó solícitamente tres días. 8 Y aconteció que el padre de Publio estaba en cama,
enfermo de fiebre y de disentería; y entró Pablo a verle, y después de haber orado, le
impuso las manos, y le sanó. 9 Hecho esto, también los otros que en la isla tenían
enfermedades, venían, y eran sanados; 10 los cuales también nos honraron con muchas
atenciones; y cuando zarpamos, nos cargaron de las cosas necesarias.”
1. (28:1) “Estando ya a salvo, supimos que la isla se llamaba Malta” [Kai; diaswqevnte"
tovte ejpevgnwmen o\{ti Melivth hJ nh'so" kalei'tai]
b. Tal como el aviso que Pablo había recibido de Dios, todos habían llegado a tierra firme,
aunque la nave y su cargamento se habían perdido.
c. “Malta” [Melivth], o “Melita”, como también fue conocida esa isla por los griegos
y romanos, era parte de la provincia de Sicilia.
(1) Esa isla estaba ubicada unos cien kilómetros hacia el sur de la isla de Sicilia, una isla
bastante más grande que Malta.
(3) Era un lugar donde, a pesar de haber sido parte del imperio romano mucho
tiempo, todavía hablaban su propio idioma.
(4) Los isleños eran descendientes de los fenicios y hablaban una forma de ese idioma
antigua en vez del griego.
2. (28:2) “Y los naturales nos trataron con no poca humanidad” [oi\{ te bavrbaroi
parei'con ouj th;n tucou'san filanqrwpivan hJmi'n]
(1) Sin embargo, no era una palabra con tonos despreciativos, sino solamente era una
palabra usados por los griegos, y después por los romanos, para referirse a todos
los lugareños a través del imperio que hablaban su propio idioma en vez del
griego común.
(2) En ningún sentido era como se usa la palabra “bárbaro” en la actualidad, porque
no intimaba que eran atrasados, ni ignorantes, sino solamente que no eran greco-
parlantes.
(2) En todo el texto esta es la única vez que los autores utilizaron esta palabra,
(1) La primera indicación de ese característica de amor a otros era el hecho que
hicieron una fogata para que los que recién habían salido del mar, y que estaban
mojados y pasando frío (era principios del invierno en medio de una tormenta),
podrían calentarse y secarse.
(1) Uno debe recordar que esta palabra “todos” [pavnta"] incluía no solamente a los
marineros, sino también a los pasajeros de la nave, junto con los soldados
romanos y sus presos.
(2) (28:2) “a causa de la lluvia que caía” [dia; to;n uJeto;n to;n ejfestw'ta]
3. (28:3) “Entonces, habiendo recogido Pablo algunas ramas secas” [Sustrevyanto" de;
tou' Pauvlou frugavnwn ti plh'qo"]
c. (28:4) “Cuando los naturales vieron la víbora” [wJ" de; ei\\don oiJ bavrbaroi ... to;
qhrivon]
(1) Aquí, nuevamente, Lucas usaba la misma palabra para referirse a los nativos de
la isla, los “bárbaros” [oiJ bavrbaroi].
(2) Según la reacción de los isleños, ellos deberían haber sabido que la víbora era de
una especie bastante venenosa.
(3) (28:4) “colgando de su mano” [kremavmenon ... ejk th'" ceiro;" aujtou']
ii) Uno debe recordar que, con la presencia de los soldados romanos con
sus presos, la gente de la isla habrían sabido que Pablo era uno de los
presos.
iv) Es posible que la referencia hecha en Marcos sea a este tipo de historia
comparado con el poder real de los con el Espíritu Santo.
v) En el mundo antiguo, tal como en partes del mundo hoy, existía una
idea que las cosas malas que pasaban a una persona eran señal del
pecado de tal persona, aunque no era necesariamente la realidad.
ii) (28:4) “la justicia no deja vivir” [hJ divkh zh'n oujk ei[asen]
c) Para ellos el hecho de escapar del mar para ser mordida por una
víbora, sería señal que Pablo tenía que ser uno que merecía la
muerte.
(1) (28:5) “sacudiendo la víbora en el fuego” [ajpotinavxa" to; qhrivon eij" to;
pu'r]
(3) (28:6) “mas habiendo esperado mucho” [ejpi; polu; de; aujtw'n prosdokwvntwn]
(a) (28:6) “y viendo que ningún mal le venía” [kai; qewrouvntwn mhde;n
a[topon eij" aujto;n ginovmenon]
ii) Con esta realidad frente a sus propios ojos ellos eran obligados a
reconocer que no era lo que debería haberle pasado si él fuera un
asesino, sino que era algo que solamente pasaría a uno si no fuera
mortal.
(c) (28:6) “y dijeron que era un dios” [e[legon aujto;n ei\\nai qeovn]
4. (28:7) “En aquellos lugares había propiedades del hombre principal de la isla” [ jEn
de; toi'" peri; to;n tovpon ejkei'non uJph'rcen cwriva tw'/ prwvtw/ th'" nhvsou]
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“HECHOS”
HECHOS ANÁLISIS DEL TEXTO PÁGINA 991
a. La descripción de Publio como “hombre principal de la isla” [tw'/ prwvtw/ th'" nhvsou]
podría haber sido algún tipo de título ya que se han hallado inscripciones con este
término en la isla.
(1) Es imposible estar seguro a quien estaba refiriendo en este pasaje cuando Lucas
escribía usando la primera persona plural, diciendo “nos recibió” [ajnadexavmeno"
hJma'"].
(a) Es posible que sea una referencia solamente a Pablo, Lucas, y Aristarco.
(c) Es posible que sea una referencia a otros, siempre que haya incluido a Lucas
y Pablo.
e. (28:8) “Y aconteció que el padre de Publio estaba en cama” [ejgevneto de; to;n
patevra tou' Poplivou ... katakei'sqai]
(3) Algunos autoridades han postulado que él tenía una enfermedad llamada “fiebre
maltesa” que es una infección causada por la leche de cabra y que tiene esas
mismas síntomas.
(2) (28:8) “le impuso las manos” [ejpiqei;" ta;" cei'ra" aujtw'/]
5. (28:9) “Hecho esto, también los otros que en la isla tenían enfermedades” [touvtou de;
genomevnou kai; oiJ loipoi; oiJ ejn th'/ nhvsw/ e[conte" ajsqeneiva"]
(1) Esto es muy similar a lo que había pasado al comienzo del ministerio de Jesús
cuando El había sanado la suegra de Pedro.
(3) Tal como en aquella ocasión, parece que aquí Pablo sanó a todos, no solamente
a unos pocos, una clara demostración de un poder sobrenatural que él controlaba
y no algo que fue basado en la fe de los que fueron sanados.
(1) (28:10) “nos honraron con muchas atenciones” [pollai'" timai'" ejtivmhsan
hJma'"]
(a) Nuevamente, como fue el caso con los que fueron hospedados por Publio
en su casa, es imposible saber exactamente de quien estaba hablando Lucas.
(b) Sin embargo, en el contexto parece bastante probable que haya sido una
referencia a Pablo y sus acompañantes, no a todos los doscientos setenta y
seis personas que habían estado en la nave.
(a) (28:10) “nos cargaron de las cosas necesarias” [ejpevqento ta; pro;" ta;"
creiva"]
(b) En aquel tiempo, por costumbre, los pasajeros tenían que llevar sus propias
provisiones.
(c) Parece que en este caso, debido a la gran ayuda que Pablo había sido a los
de la isla, que ellos estaban mostrandoles a él y sus compañeros su gratitud.
(b) De la misma forma, no hay manera saber si, cuando partieron nuevamente
después de tres meses allí, hayan dejado allí convertidos al cristianismo o no.
“11 Pasados tres meses, nos hicimos a la vela en una nave alejandrina que había invernado
en la isla, la cual tenía por enseña a Cástor y Pólux. 12 Y llegados a Siracusa, estuvimos allí
tres días. 13 De allí, costeando alrededor, llegamos a Regio; y otro día después, soplando
el viento sur, llegamos al segundo día a Puteoli, 14 donde habiendo hallado hermanos, nos
rogaron que nos quedásemos con ellos siete días; y luego fuimos a Roma, 15 de donde,
oyendo de nosotros los hermanos, salieron a recibirnos hasta el Foro de Apio y las Tres
Tabernas; y al verlos, Pablo dio gracias a Dios y cobró aliento.”
1. (28:11) “Pasados tres meses nos hicimos a la vela” [Meta; de; trei'" mh'na" ajnhvcqhmen]
a. “Tres meses” [trei'" mh'na"] es una indicación que quedaron hasta la primavera, hasta
que era nuevamente posible navegar con seguridad, probablemente apuntando a una
fecha a los fines de febrero o principios de marzo del año 60 D.C..
(1) Tal como había sido el caso de la nave en la cual habían llegado a la isla, la que
naufragó, esta nave también había venido desde Alejandría, y probablemente
también transportaba trigo.
(2) (28:11) “que había invernado en la isla” [parakeceimakovti ejn th'/ nhvsw/]
(a) Lo más probable es que esa nave había llegado allí antes de la tormenta pero
sin que tuviera tiempo para zarpar hacia Italia antes del invierno.
(c) Ellos eran considerados como los dioses de los marineros, los protectores
de los que navegaban los mares.
a. Esta ciudad era la ciudad principal de la isla de Sicilia y estaba situada en la parte oriente
de la isla.
(2) Han sido excavados muchas ruinas que demuestran la gloria que tenía la ciudad
antigua.
(2) Muy posiblemente haya sido para abastecerse para el resto del viaje, o para
descargar cosas destinadas para ese puerto.
a. Es decir, la nave iba zarpando cerca de la costa de la isla de Sicilia hasta llegar al punto
más adecuado para cruzar hasta la costa de Italia.
(1) “Regio” [Rhvgion] era una ciudad ubicada en la costa sur de Italia misma.
(2) Estaba frente a Sicilia, muy cerca a la parte más angosta del estrecho que
separaba esa isla de Italia.
(a) Esta es la primera vez desde que partieron de Cesarea que Lucus relata el
encuentro con otros cristianos.
(c) (28:14) “nos rogaron que nos quedásemos con ellos siete días”
i) Es interesante que hicieron esa petición con tal que Pablo estaba
viajando, no solamente con Lucas y Aristarco, sino también con el
centurión romano, sus soldados, y los otros presos.
ii) Sin embargo, no era anormal, cuando los cristianos en algún lugar
conocieron a otros hermanos que estaban de viaje, que les mostrarían
su hospitalidad de esa manera.
d. (28:14) “y luego fuimos a Roma” [kai; ou\{tw" eij" th;n Rwvmhn h[lqamen]
(a) (28:15) “oyendo de nosotros los hermanos” [oiJ ajdelfoi; ajkouvsante" ta;
peri; hJmw'n]
ii) Ya que Puteoli era ciudad puerto con mucho contacto con Roma, si en
realidad Pablo y los compañeros suyos lograron aceptar la invitación de
los hermanos para quedarse siete días allí, habría sido muy fácil que la
noticia de su llegada llegara a los oídos de los cristianos en Roma.
iv) Pablo les había escrito una carta unos años antes en la cual indicaba,
por el hecho de mandar saludos personales a ellos, que tenía en la gran
ciudad muchos hermanos conocidos, y con algunos de ellos él había
trabajado bastante tiempo, como fue el caso de Aquila y Priscila.
c) Entonces, al oír los cristianos en Roma las noticias que Pablo venía
con sus acompañantes, ellos salieron a recibirle a una distancia
considerable.
(a) Seguramente debería haber sido emocionante para ellos, y para Pablo, verse
de nuevo con hermanos queridos después de mucho tiempo.
(b) Parece casi imposible que ellos no se hubieran enterado del encarcelamiento
de Pablo durante años en Jerusalén y en Cesarea, como también del hecho
que él había sido enviado a Roma para su juicio.
(c) Sin embargo es dudable que ellos pudieran haber sabido las razones por las
cuales no había llegado, del naufragio, y del invierno pasado en Malta.
(d) Finalmente, a poder verse cara a cara, esto debería haber sido un momento
muy especial para todos ellos.
(e) (28:15) “Pablo dio gracias a Dios” [oJ Pau'lo" eujcaristhvsa" tw'/ qew']/
i) Esta frase parece extraño hasta que uno hace memoria que Pablo
estaba en camino a Roma para tener que enfrentar a Nerón y ser
juzgado con peligro de muerte.
ii) Después de que Pablo había pasado más que dos años encarcelado,
con gran peligro:
“16 Cuando llegamos a Roma, el centurión entregó los presos al prefecto militar, pero a
Pablo se le permitió vivir aparte, con un soldado que le custodiase.”
1. (28:16) “Cuando llegamos a Roma el centurión” [Ote de; eijshvlqomen eij" Rwvmhn]
a. Aunque el texto griego no incluye aquí la frase “el centurión” es obvio que Lucas hacía
referencia a él.
(1) Esta frase tampoco está en los manuscritos griegos de mayor confiabilidad.
2. (28:16) “a Pablo se le permitió vivir aparte” [ejpetravph tw'/ Pauvlw/ mevnein kaq!
eJauto;n]
a. Lucas no provee información relacionado a las razones para esa decisión de permitir
a Pablo este privilegio no tan común, pero existen varias posibilidades factibles, entre
ellas las siguientes.
(1) El mero hecho que él era un ciudadano romano que había sido acusado por los
que no eran ciudadanos, y que no había sido condenado, sino que había venido
a la corte del emperador por su propia decisión (algo que en sí habría sido muy
anormal), pudieran haber sido causas para un tratamiento también anormal.
(4) Es posible que Julio había presentado a sus superiores información acerca de lo
que Pablo había hecho para asegurar la sobrevivencia del escuadrón de soldados
romanos, de los milagros que él mismo había presenciado hecho por Pablo, y
haya pedido esta concesión para Pablo.
(5) Es posible que una carta escrita por el gobernador Festo pudo haber lograd ese
tratamiento de un preso que él supo no era culpable de nada.
(1) Sin embargo, aun quedando bajo arresto domiciliario, Pablo no quedó en libertad
hasta su juicio, solamente fue remandado a la custodia de un soldado en vez de
haber sido metido en la cárcel misma.
(2) No es claro aquí en el relato de Lucas si ese soldado estaba encadenado a Pablo
o no, como fue costumbre de los romanos.
(3) Sin embargo, la presentación de parte de Pablo a los judíos de Roma, y las cartas
de Pablo que fueron escritas desde la ciudad de Roma, indican que sea muy
probable que él haya pasado el tiempo encadenado al soldado.
(4) Aun así, es interesante notar que en casi todas las otras instancias un preso estaba
encadenado con dos soldados, no uno, algo que en sí indica una rara confianza en
el preso.
“17 Aconteció que tres días después, Pablo convocó a los principales de los judíos, a los
cuales, luego que estuvieron reunidos, les dijo: Yo, varones hermanos, no habiendo hecho
nada contra el pueblo, ni contra las costumbres de nuestros padres, he sido entregado
preso desde Jerusalén en manos de los romanos; 18 los cuales, habiéndome examinado, me
querían soltar, por no haber en mí ninguna causa de muerte. 19 Pero oponiéndose los
judíos, me vi obligado a apelar a César; no porque tenga de qué acusar a mi nación. 20 Así
que por esta causa os he llamado para veros y hablaros; porque por la esperanza de Israel
estoy sujeto con esta cadena. 21 Entonces ellos le dijeron: Nosotros ni hemos recibido de
Judea cartas acerca de ti, ni ha venido alguno de los hermanos que haya denunciado o
hablado algún mal de ti. 22 Pero querríamos oír de ti lo que piensas; porque de esta secta
nos es notorio que en todas partes se habla contra ella. 23 Y habiéndole señalado un día,
vinieron a él muchos a la posada, a los cuales les declaraba y les testificaba el reino de Dios
desde la mañana hasta la tarde, persuadiéndoles acerca de Jesús, tanto por la ley de
Moisés como por los profetas. 24 Y algunos asentían a lo que se decía, pero otros no
creían. 25 Y como no estuviesen de acuerdo entre sí, al retirarse, les dijo Pablo esta
palabra: Bien habló el Espíritu Santo por medio del profeta Isaías a nuestros padres,
diciendo: 26 Ve a este pueblo, y diles: De oído oiréis, y no entenderéis; Y viendo veréis, y no
percibiréis; 27 Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, Y con los oídos oyeron
pesadamente, Y sus ojos han cerrado, Para que no vean con los ojos, Y oigan con los oídos,
Y entiendan de corazón, Y se conviertan, Y yo los sane. 28 Sabed, pues, que a los gentiles
es enviada esta salvación de Dios; y ellos oirán. 29 Y cuando hubo dicho esto, los judíos se
fueron, teniendo gran discusión entre sí. 30 Y Pablo permaneció dos años enteros en una
casa alquilada, y recibía a todos los que a él venían, 31 predicando el reino de Dios y
enseñando acerca del Señor Jesucristo, abiertamente y sin impedimento.”
1. (28:17) “Aconteció que tres días después” [ jEgevneto de; meta; hJmevra" trei'"]
(1) Estos “principales de los judíos” [tw'n jIoudaivwn prwvtou"] obviamente habrían
sido los líderes locales, los líderes de las sinagogas en Roma, no los líderes de la
nación judaica quienes habrían estado ubicados en Jerusalén.
INSTITUTO DE ESTUDIOS BIBLICOS
“HECHOS”
HECHOS ANÁLISIS DEL TEXTO PÁGINA 1000
(2) Ya que como preso Pablo no tenía la libertad de ir a las sinagogas, como fue su
costumbre al llegar a una ciudad, él invitó a los líderes de los judíos en la ciudad
de Roma a venir a él.
(3) Es obvio que el decreto de Claudio, un edicto del año 49 D.C. por el cual los
judíos habían sido expulsado de Roma, ya había sido suspendido y los judíos
estaban nuevamente residentes allí.
(a) Uno debe reconocer que, tal como en otras ocasiones en las cuales Pablo
estaba dirigiéndose a grupos de judíos, que esta salutación no era para decir
que ellos hayan sido cristianos, sino solamente que ellos eran sus
compatriotas en el judaísmo.
(2) (28:17) “no habiendo hecho nada contra” [oujde;n ejnantivon poihvsa"]
(b) (28:17) “ni contra las costumbres de nuestros padres” [h] toi'" e[qesi
toi'" patrwv/oi"]
(c) Es la misma cosa que Pablo había afirmado cuando él estaba frente a Festo,
el nuevo gobernador, para contestar las acusaciones en su contra hechas por
los judíos de Jerusalén.
(b) (28:17) “en manos de los romanos” [eij" ta;" cei'ra" tw'n Rwmaivwn]
a) Estos serían los romanos, los que por las acusaciones de los judíos
tenían Pablo como preso.
(c) (28:19) “Pero oponiéndose los judíos” [ajntilegovntwn de; tw'n jIoudaivwn]
ii) (28:19) “no porque tenga de qué acusar a mi nación” [oujc wJ" tou'
e[qnou" mou e[cwn ti kathgorei'n]
(4) (28:20) “Así que por esta causa os he llamado para veros y hablaros” [dia;
tauvthn ou\\n th;n aijtivan parekavlesa uJma'" ijdei'n kai; proslalh'sai]
(a) (28:20) “porque por la esperanza de Israel estoy sujeto con esta
cadena” [e\{neken ga;r th'" ejlpivdo" tou' jIsrah;l th;n a\{lusin tauvthn
perivkeimai]
ii) Era porque él tenía una fe, una confianza, en la realidad del Mesías, que
él estaba encadenado, porque él insistía en predicar la realidad de una
resurrección que otros no quisieron aceptar.
(b) “Esta cadena” [th;n a\{lusin tauvthn] fue una frase a veces usada por Pablo
para decir que estaba preso.
a. (28:21) “Nosotros ni hemos recibido de Judea cartas acerca de ti” [hJmei'" ou[te
gravmmata peri; sou' ejdexavmeqa ajpo; th'" jIoudaiva"]
(1) A lo mejor las autoridades de los judíos en Jerusalén hayan considerado que
frente Nerón la situación de Pablo ya estaba perdida y que ni siquiera valdría la
pena notificar a los judíos de Roma porque él estaba preso y no iba a poder seguir
con la predicación que ellos consideraron herejía.
b. (28:21) “ni ha venido alguno de los hermanos que haya denunciado o hablado
algún mal de ti” [ou[te paragenovmeno" ti" tw'n ajdelfw'n ajphvggeilen h] ejlavlhsen
ti peri; sou' ponhrovn]
(1) Aunque durante muchos años los judíos que habían estado en desacuerdo con
Pablo muchas veces habían ido persiguiéndole de ciudad a ciudad, parece que los
judíos de Judea, una vez que él había apelado su caso a César, no habían ido más
allá con su intento matarle.
c. (28:22) “Pero querríamos oír de ti lo que piensas” [ajxiou'men de; para; sou'
ajkou'sai a\} fronei'"]
(4) (28:22) “porque de esta secta nos es notorio” [peri; me;n ga;r th'" aiJrevsew"
tauvth" gnwsto;n hJmi'n]
(a) Ellos, entonces, sabían del cristianismo como cosa divisiva entre los judíos,
algunos creyendo y otros no, pero quisieron saber la opinión de Pablo sobre
esa fe.
(b) A lo mejor, al saber que él recién había llegado de Palestina, hayan pensado
que les podría dar información más acertada, información desde la
perspectiva de un testigo ocular, acerca de la realidad de esa secta, y su
opinión si ese Jesús era, en realidad, el Mesías.
(5) (28:22) “que en todas partes se habla contra ella” [ejstin o\{ti pantacou'
ajntilevgetai]
(a) La perspectiva de ellos era que los judíos en el mundo entero estaban en
contra del Camino, cuando en realidad un porcentaje grande de los judíos
habían creído y eran solamente los judíos incrédulos que hablaban en contra
del Camino.
(1) (28:23) “tanto por la ley de Moisés” [ajpov te tou' novmou Mwu>sevw"]
(3) Como solía hacer con los judíos, Pablo usaba las propias Escrituras de ellos para
demostrarles que Jesús era el cumplimiento de las profecías en cuanto al Mesías
que habría de venir que en ellas se encontraron.
(3) Durante todo su ministerio (como también había sido el caso con Juan el Bautista,
Jesús, y los otros apóstoles) había ocurrido ese mismo fenómeno cuando las
mismas pruebas de las Escrituras logran convencer algunos mientras que otros,
aun viendo la evidencia de la palabra de Dios mismo, niegan creer.
(4) Uno debe aceptar que todavía en estos tiempos modernos pasa exactamente lo
mismo; algunos se muestran como buena tierra mientras otros no lo hacen.
(5) También, como fue el caso con Pablo y los demás en aquel tiempo, no es la culpa
del mensajero ni de su mensaje, sino de los corazones duros de los que no
quieren aceptar la evidencia que uno les presenta.
f. (28:25) “Y como no estuviesen de acuerdo entre sí, al retirarse, les dijo Pablo
esta palabra:” [ajsuvmfwnoi de; o[nte" pro;" ajllhvlou" ajpeluvonto eijpovnto" tou'
Pauvlou]
(1) (28:25) “Bien habló el Espíritu Santo” [rh'ma e\{n, o\{ti kalw'" to; pneu'ma to;
a\{gion ejlavlhsen]
(2) (28:25) “por medio del profeta Isaías” [dia; jHsaiv\ou tou' profhvtou]
(3) (28:25-26) “a nuestros padres, diciendo:” [pro;" tou;" patevra" uJmw'n levgwn]
(a) (28:26) “Ve a este pueblo, y diles:” [poreuvqhti pro;" to;n lao;n tou'ton
kai; eijpovn]
iv) (28:27) “Y con los oídos oyeron pesadamente” [kai; toi'" wjsi;n
barevw" h[kousan]
vi) (28:27) “Para que no vean con los ojos” [mhvpote i[dwsin toi'"
ojfqalmoi'"]
vii) (28:27) “Y oigan con los oídos” [kai; toi'" wjsi;n ajkouvswsin]
(4) (28:28) “Sabed, pues, que a los gentiles es enviada esta salvación de Dios;
y ellos oirán” [gnwsto;n ou\\n e[stw uJmi'n o\{ti toi'" e[qnesin ajpestavlh tou'to
to; swthvrion tou' qeou'Daujtoi; kai; ajkouvsontai]
(a) En ninguna forma estaba diciendo Pablo que el evangelio no era para los
judíos también, sino solamente les estaba enfatizando que para aceptar las
profecías de Isaías ellos tendrían que aceptar que la palabra de Dios indicaba
que era también para los gentiles.
(5) (28:29) “Y cuando hubo dicho esto los judíos se fueron teniendo gran discusión entre
sí”
(b) Aunque no haya sido parte original del relato de Lucas, es muy probable que
estas palabras sean una descripción muy acertada de lo que pasó, ya que lo
mismo había ocurrido en otras ocasiones.
4. (28:30) “Y Pablo permaneció dos años enteros en una casa alquilada” [ jEnevmeinen de;
dietivan o\{lhn ejn ijdivw/ misqwvmati]
b. Las palabras usadas por Lucas pueden indicar que durante estos dos años, la misma
cantidad de tiempo que Félix le había dejado encarcelado en Cesarea, Pablo había
tenido que pagar sus propios gastos.
c. Estos “dos años enteros” [dietivan o\{lhn] probablemente indica que él había estado
allí preso en Roma desde la primavera (posiblemente marzo o abril) del año 60 D.C.
hasta la primavera o verano del año 62 D.C.
(1) Sin embargo, esto no necesariamente significa que el juicio ante la corte del
emperador haya ocurrido en el año 62 D.C., sino solamente que allí terminó
Lucas, por algún motivo desconocido, su relato.
(2) Al finalizar el relato de Lucas, Pablo ya había pasado más que cuatro años y medio
como preso romano:
(d) Varios meses (por lo menos cuatro o cinco, mínimo) durante el traslado
desde Cesarea hasta que finalmente llegara a Roma.
(3) Durante estos años en Roma, aunque Lucas no lo menciona en su relato, Pablo
escribió sus cartas a los hermanos en Efeso, Colosas, y Filipos, y también la carta
a Filemón.
d. (28:30) “y recibía a todos los que a él venían” [kai; ajpedevceto pavnta" tou;"
eijsporeuomevnou" pro;" aujtovn]
(1) Sin embargo, el hecho que estaba en su propia casa alquilada le permitió la
oportunidad de tener las visitas que quisiera, algo que no habría sido factible si él
hubiera estado en la cárcel mismo.
(2) De esa forma, como se puede apreciar en las siguientes frases, Pablo pudo
aprovechar de ese tiempo para compartir el evangelio en Roma.
f. (28:31) “y enseñando acerca del Señor Jesucristo” [kai; didavskwn ta; peri; tou'
kurivou jIhsou' Cristou']
(1) Una vez más, uno debe entender que esta frase “acerca del Señor Jesucristo”
[peri; tou' kurivou jIhsou' Cristou'] conllevaba varias diferentes conceptos de
gran importancia del evangelio.
(2) Primero: La palabra “Señor” [kurivou] era una indicación que El tenía el derecho
de mandar, y que los bajo su mando tenían la obligación de someterse a su
voluntad y obedecer sus ordenes.
(3) Segundo: Las palabras traducidas al español como “Jesucristo” [ jIhsou' Cristou']
en realidad representan la combinación, en el idioma española, de un nombre,
“Jesús” [ jIhsou'], y un título, “Cristo” [Cristou'].
h. Con la terminación de su relato con este breve sinopsis de estos dos años cuando
Pablo estaba esperando su juicio frente el emperador, Lucas deja la clara impresión de
haber escrito esta obra para sus lectores antes de que haya ocurrido dicho juicio.
(1) Si esto no fuera el caso, es casi imposible imaginar una razón por la cual él no
hubiera incluido algunos detalles del juicio, o por lo menos, como le había ido en
ello a Pablo después de haber perdurado más que cuatro años preso a partir de
su arresto en Jerusalén por Claudio Lisias.
(3) Además, algunas de las cartas de Pablo apuntan también a esa probabilidad, ya
que contienen información que no se cuadra con la historia del tiempo antes de
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“HECHOS”
HECHOS ANÁLISIS DEL TEXTO PÁGINA 1010
(4) Lo que son las últimas cartas escritas por Pablo, las dos a Timoteo y la a Tito,
parecen haberse escrito después de su liberación original, cuando él había sido
arrestado nuevamente, ya que ellas no corresponden a la información disponible
acerca de sus actividades antes del primer juicio frente a Nerón.