Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

Luces de Bohemia Preguntas Selectividad

Está en la página 1de 5

 

Modernismo y generación del 98 en “Luces de Bohemia”  


 
Ramón Mª del Valle-Inclán (Villanueva de Arosa 1886- Santiago de Compostela 1936), 
fue un poeta, novelista y dramaturgo español que inició su carrera literaria en el 
modernismo.  
En sus últimas obras se acercó a la generación del 98, un grupo de escritores que 
criticaban el desastroso estado en el que se encontraba España. 1898 es el año de la 
derrota de España en la guerra con Estados Unidos. La liquidación de lo que fue un 
gran Imperio hace que se tome consciencia de la debilidad del país, se analicen sus 
causas y se busquen soluciones. “Luces de Bohemia” (1920), su obra teatral más 
destacada, fue la primera en ser considerada por el autor como “esperpento”. Un 
género creado por Valle-Inclán donde se distorsiona la realidad en la que le tocó vivir 
para mostrar lo trágico, grotesco y absurdo de la vida española. 
 
Valle- Inclán participó en los dos movimientos literarios principales de principios del 
siglo XX en España: Modernismo y generación del 98.  
Luces de bohemia constituye el adiós definitivo del autor a la estética modernista. 
Valle-Inclán es consciente de que los nuevos tiempos hacen imposible la existencia del 
aristocrático modernista. Ahora lo que tenemos es, por una parte, un golfo 
buscavidas (don Latino) que no tiene nada de heróico, y por otra, una multitud de 
aficionados, que juegan a ser poetas rebeldes. Incluso el propio Max se contagia de la 
degradación general aceptando el dinero que le ofrece el ministro. Max, es un 
personaje basado en el autor modernista Alejandro Sawa, al igual que este, es un 
poeta escritor y periodista andaluz que vivió en París y que conoció a Víctor Hugo, que 
quedó ciego y murió en Madrid.  
Hay otros rasgos modernistas, temáticos y formales. Temáticos: Aparecen referencias 
al cosmopolitismo como las alusiones a París e Inglaterra, con la estancia de don Gay. 
Como la presencia de personajes extranjeros como Basilio Soulinake o como ciertas 
referencias literarias (la presencia del Marqués Bradomín). Y, en cuanto al estilo, se 
caracteriza por un cuidado formal del lenguaje, con abundantes recursos retóricos o 
la utilización de neologismos y cultismos.  
 
Por otra parte, Luces de bohemia manifiesta una honda disconformidad con la 
España de la época y contiene un duro ataque a la realidad española, lo que la 
aproxima a las preocupaciones de los noventayochistas. En esta obra nadie se libra de 
la crítica: gobierno, empresarios, fuerzas del orden e incluso obreros (exceptuando, 
quizá, el preso catalán y la madre del niño muerto) son retratados como una masa 
brutal, inculta e incapaz de producir la regeneración de la sociedad española que 
tanto se desea.  
La Generación del 98 contribuye al lenguaje con su afán de recuperación lingüística, 
que en la pbra se demuestra con el uso de la prosa, la recuperación de localismos, 
arcaísmos o gitanismos ("gachó", "chanelo", "beatas", "apoquinar"...). En cambio, la 
función poética de las acotaciones en las que encontramos sinestesias o 
personificaciones que traslucen las páginas de Luces de bohemia, nos permitirían 
 
 
relacionar esta antitragedia con la estética modernista. Este contraste intencionado 
aproxima aún más si cabe la obra a la esencia del esperpento. 
 
 
Los personajes “Max Estrella” y “Don Latino de Hispalis” en Luces de Bohemia. 
 
Los personajes de Luces de bohemia, más de cincuenta, responden a una variada 
tipología. En su intención de evocar la vida bohemia, Valle-Inclán introduce en la obra 
algunos personajes de la vida real, con su propia identidad (Rubén Darío) o bajo una 
ficticia: el caso más evidente es el del propio Max Estrella y de su esposa, madama 
Collet, inspirados en el escritor Alejandro Sawa, paradigma de escritor bohemio y 
poeta maldito, marginal e ignorado por la cultura oficial, y su mujer, Jeanne Poirier. 
Aunque hay otros, como Dorio de Gadex, inspirado en Antonio Rey. 
También aparecen personajes reales por alusión: Maura, Romanones, Castelar... 
respondiendo al deseo de anclar la acción en la realidad de su tiempo, mientras que 
otros son puramente ficticios: la Pisa Bien, el Rey de Portugal, La lunares... Y el 
Marqués de Bradomín, personaje de Valle-Inclán (de quien se presenta además como 
trasunto o alter ego) protagonista de las “Sonatas”. 
Además, al estructurarse la obra en forma de itinerario, la galería de personajes 
refleja distorsionadamente la realidad marginal o elitista del Madrid de la época. Por 
una parte, las clases populares (la Pisa Bien, el rey de Portugal, la portera, Zacarías el 
borracho...) y, por otra, ejemplos de clases acomodadas, que, hasta cierto punto, 
vivieron el pasado de la bohemia (don Filiberto, el ministro, Rubén Darío...). Ambos 
colectivos se expresan en una depuración o bien del habla popular madrileña, o bien 
en el registro culto propio de políticos, periodistas o escritores. 
En el grupo de los personajes de ficción también hay que incluir a los arquetípicos o 
genéricos (el Sereno, los Guardias...), los colectivos (los Epígonos del Parnaso 
Modernista, el coro de voces de la escena XI...) y hasta personajes animales: los de la 
librería de Zaratustra...) 
De los personajes de “Luces de Bohemia” dice Valle: “Son enanos, patizambos que 
juegan una tragedia”. 
De entre todos estos, sobresalen el protagonista y su acompañante, don Latino. 
El primero de ellos, Max Estrella, es un personaje espléndido, mezcla de cobardía, 
vileza, egoísmo y momentos de grandeza. No se trata de un personaje noble 
precisamente, pero sí humano. Aparte de ser un trasunto de un personaje real, 
Alejandro Sawa, ejerce a veces como portavoz del propio Valle. 
Max es humano, tiene virtudes y defectos, no está exento de contradicciones. En Max 
hay una perpetua síntesis de humor y queja, orgullosa dignidad (Cuando se enfrenta a 
los policías ante la buñolería modernista) y mezquina indignidad (Al aceptar una 
pensión vitalicia que le ofrece el ministro), conciencia de mediocridad y sentimiento 
de frustración. Ridículo o patético, furioso con la injusticia social, crítico, mordaz o 
profundo, tiene sentimientos hermosos de fraternidad hacia los oprimidos y ternura 
gratuita (madre del niño muerto), al tiempo que desatiende a su familia. Su ceguera 
no le impide 
ver el sufrimiento del pueblo y las injusticias proferidas por el poder de las que va 
concienciándose a lo largo de su periplo nocturno, especialmente en algunas escenas 
(VI y XI). 
A pesar de ser caracterizado como un héroe clásico se siente impotente ante la 
miseria intelectual y moral de España. Es, por tanto, un personaje complejo y 

 
 
contradictorio en suma. En él, Valle volcó, consciente o inconscientemente muchos 
rasgos de su compleja y extravagante personalidad. 
La degradación de Max sintetiza el enfrentamiento de dos mundos: el de la bohemia 
como marginación voluntaria y el del poder indiferente y egoísta ante las penalidades 
del pueblo. Max es estafado por Zaratustra, engañado por don Latino, encarcelado, 
vende su dignidad al ministro. Incluso su muerte será confundida primero con una 
borrachera y finalmente, en un anticlímax que pretende evitar la gloria de la tragedia, 
con una catalepsia diagnosticada por un pretencioso e insensible Soulinake. 
Don Latino, en cambio, encarna al antihéroe, y como tal es “la contrafigura de 
Max-Sawa”. Este personaje debe entenderse como un desdoblamiento de la 
personalidad del protagonista. Si Max representa la parte más noble, Don Latino es lo 
que en su vida hubo también de desengaño y sablazo. Animalizado como el perro 
lazarillo de Max, actúa al principio como escudero paródico del protagonista Y es en 
definitiva el fantoche con que Valle hace caricatura de la bohemia. Caracterizado con 
un lenguaje repleto de cultismos y, a la vez, coloquialismos y modismos madrileños. 
Don Latino es un tipo miserable, desleal, cínico, embustero, encanallado, insensible 
ante las penurias de Max. Llega a robarle la cartera, con el décimo premiado, en el 
momento de su muerte e, irónicamente, este miserable es el personaje favorecido 
por la fortuna. 
Por otra parte, también reúne varias personalidades simbólico-míticas: la de Virgilio 
guiando a Dante- Max por los infiernos madrileños, o la del Lazarillo guiando y 
engañando a su ciego amo. 
 
 
Características del Esperpento y su reflejo en Luces de Bohemia: 
 
Ramón María del Valle-Inclán 1866-1836, es uno de los autores más controvertidos, 
rigurosos, extravagantes y geniales que ha dado nuestra literatura. Es el creador de la 
obra teatral “Luces de Bohemia”, publicada en 1920 en la revista España. Es la primera 
obra que califica el autor como esperpento, un género creado por Valle-Inclán que 
consiste en distorsionar sistemáticamente nuestro entorno para poder expresar lo 
trágico, lo grotesco y lo absurdo de la vida española. Se trata de una técnica que no es 
exclusiva del teatro valleinclanesco, ya que existe una importante tradición artística 
que degrada la realidad. Lo lleva a cabo creando personajes como Max Estrella y Don 
Latino de Hispalis, a los que somete a la esperpentización y con los que consigue 
plasmar a la perfección el contexto político, económico y social de la España del siglo 
XX. 
 
En este esperpento asistimos a un enorme drama a nivel colectivo (la situación social 
española) y a nivel individual (la muerte de Max y el suicidio de su mujer y su hija), 
pero estos hechos aparecen como ridículos debido a los personajes que les dan vida. 
Es más: la muerte de Max es grotesca. No hay nada solemne en su fallecimiento, y 
mucho menos en su velatorio. 
 
Valle alcanza la estética del esperpento desmontando e imposibilitando a sus 
personajes para ser héroes, son presentados como seres caricaturescos o como 
 
 
"enanos que juegan una tragedia”, consigue esta degradación colectiva a través de 
tres operaciones esperpentizadoras: 
- Los​ desclasa​ mostrando lo golfos e ignorantes que son como cuando Don Latino y 
Zaratrusta se alían para no darle el dinero que le corresponde a Max por su libro. 
- Los ​deshumaniza​ y los vacía de razón, sentimientos y cultura, utiliza: la 
animalización ("La Pisa Bien se apresura a echarle la zarpa") y la c​ osificación ("se 
mueve el bulto de un hombre”). 
- Y por último, ​idiotiza​ a los personajes fruto de la ignorancia y egoísmo como por 
ejemplo cuando La Pisa Bien ve que Don Latino tiene el décimo premiado de Max y 
lo dice delante de todos en la taberna de Pica Lagartos y Don Latino dice para 
disimular que los invita a todos a una ronda de alcohol gratis y estos aceptan sin 
preguntar. 
 
Cabe recalcar los únicos tres personajes a los que Valle no somete al esperpento, es 
decir, los salva de él: Madama Collett, Claudinita y El Preso. 
 
Por otra parte, la literaturización —consistente en la inclusión de gran cantidad de 
citas y referencias literarias— se utiliza como un recurso más de deformación. En la 
obra de Valle-Inclán encontramos: 
Referencias a la Divina comedia: Max, que es guiado por don Latino como Dante por 
Virgilio, siente que ese mundo en el que vive es un círculo más del Infierno de Dante.  
 
Otro de los recursos más significativos del esperpento es la variedad de registros 
empleados en los diálogos; una variedad que no solo sirve para caracterizar a los 
personajes, sino también para parodiarlos o criticarlos. Subrayamos, por un lado, el 
uso de un lenguaje pedante y cursi propio de los modernistas, y por otro, la jerga 
vulgar de las bajas clases sociales, quienes emplean términos como "cuála" o 
"previlegiado".  
 
La esperpentización del espacio y de los personajes es otra de las características 
utilizadas, por un lado la suciedad “ante roídas carpetas y rimeros de cuartillas”, por 
otro la falta de luz, es muy importante ya que empezando por el título “Luces de 
Bohemia” se alude a esta, Valle nos quiere comunicar que la verdadera luz es la del 
entendimiento, las luces de la inteligencia. Esta falta de luz, de luces, común a casi 
todos los ambientes y personajes se reflejará simbólicamente en unos espacios poco 
iluminados: “Tiene usted luces que no todos tienen” redice el preso catalán a Max 
Estrella a pesar de que este es ciego. Y por último la chabacanería con la que Valle 
describe los espacios con gusto vulgar y chabacano 
 
En definitiva el humor, la ironía y el sarcasmo son los principales recursos que utiliza 
Valle para esperpentizar la injusta realidad que percibe en su entorno. 
 
 
 
En conclusión, mediante la técnica del esperpento, Ramón María del Valle-Inclán 6 
muestra con óptica deformante la realidad para censurar y parodiar la decadente 
situación nacional. Nos hallamos, pues, ante la vertiente más crítica de la Generación 
del 98. 

También podría gustarte