Boletin - 238 David PDF
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1972 12345678901234567890123456789012123456789012
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Año Santo
Boletín
12345678901234567890123456789012123456789012
de
Pastoral
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Revista Diocesana Mensual
1995
Jubileo 2000 San Juan de los Lagos, Jal. Mayo de 2002 Nº 238
2002
Testimonios
de la Cristiada
Fuente: Revista cristera «DAVID»
2ª Epoca: Agosto 1952-Marzo 1968
C. General Don. Aureliano Acevedo Robles
REVISTA MENSUAL ILUSTRADA ORGANO OFICIAL DE LA LEGION DE CRISTO REY Y SANTA MARIA DE GUADALUPE - VETERANOS DE LA GUARDIA NACIONAL (CRISTEROS)
REGISTRADA COMO ARTICULO DE SEGUNDA CLASE EN LA ADMINISTRACION DE CORREOS Nº. 19 DE MEXICO, D. F. EL DIA 4 DE FEBRERO DE 1953
Presentación ............................................................................................................................ 1
Lista de alteños muertos en la cristiada (por decanatos) .................................................... 2
Relatos Cristeros con relación a los actuales Decanatos
de la Diócesis de San Juan de los Lagos.
DECANATO I (SAN JUAN) ....................................................................................................... 11
1.- Natividad Herrera «El niño de la canica». 2.- Padre Esqueda. 3.- Los héroes de
«los Altos». 4.- Capellán cristero Sr. Cura Ramón Pérez Viramontes. 5.- Capellán
Cristero, Sr. Cura Pedro R. Rodríguez. 6.- Dn. Andrés Nuño. 7.- Sr. Cardenal Dn.
José Garibi Rivera. 8.- Padre Pablo García.
DECANATO III (TEPATITLAN) ................................................................................................. 24
1.- Combate de Tepatitlán. 2.- Lic. Anacleto González Flores «el Maestro».
3.- Lic. Miguel Gómez Loza. 4.- J. Jesús Márquez. 5.- Padre Tranquilino Ubiarco.
DECANATO IV (ATOTONILCO).............................................................................................. 37
1.- Atotonilco el Alto, cristero. 2.- Cristeros de Atotonilco el Alto.
3.- Contingente de Sangre de Atotonilco el Alto. 4.- Sr. Abraham Dueñas.
5.- Gral. Lauro Rocha G. 6.- Martirio del Padre Sabás.
DECANATO V (ARANDAS) ...................................................................................................... 45
1.- Concentración en Los Altos. 2.- Muerte de un gran Cristero. 3.- «Siervo de Dios»
Luis Padilla. 4.- P. J. Reyes Vega.
DECANATO VI (JALOSTOTITLAN) ......................................................................................... 50
1.- Coronel José María Ramírez. 2.- La muerte de un héroe en el combate de San
Miguel el Alto. 3.- Sr. Cura Toribio Romo. 4.- Cristero Dionicio Hernández.
DECANATO VII (YAHUALICA)................................................................................................ 60
1.- Sr. Cura Román Adame.
DECANATO VIII (SAN JULIAN) .............................................................................................. 61
1.- Regimiento «San Julián». 2.- Cristero Cecilio Cruz. 3.- Jalpa de Cánovas, Gto.
4.- Padre Pedro González (Jalpa, Gto.) 5.- Padre Julio Alvarez. 6.- Luis Muñoz
Estrada. 7.- Monumento «alteño» a Jesucristo Rey. 8.- Monumento a Cristo Rey,
en el corazón de “Los Altos” 9.- Segunda peregrinación a Pacheco, Los Altos.
DECANATO IX (AYOTLAN). .................................................................................................... 70
1.- P. Aristeo Pedroza. 2.- Tercer regimiento de Ayo.
VARIOS:
Algunos compromisos misioneros del X CONIAM ............................................................ 76
Onomásticos, Defunciones y Aniversarios de Ordenación de Mayo .............................. 78
Ordenaciones y Cantamisas ....................................................................................................... 80
Agenda de Mayo ............................................................................................... Contraportada
Presentación
Nuestra Revista y su Nombre datos que tenemos y los que reunamos, con el
deada y propuesta de viva voz por el deseo de colaborar con esas Comisiones para
Excmo. y Revmo. Sr. Dr. D. Manuel J. el logro de los fines propuestos.
Yerena, dignísimo Segundo Obispo (Página 329 Tomo II)
de Huejutla, nació, el 19 de Diciem-
Presentándonos
bre de 1951, en Coyoacán, D.F., la
Legión de Cristo Rey y Santa María de Como muchos de nuestros lectores saben
Guadalupe, que cambió su nombre, en la Pri- ya, con motivo de la celebración del XXV
mera Convención General, por el de historial Aniversario de la iniciación del Movimiento
glorioso y ya consagrado: Guardia Nacional. Cristero, se tomó el acuerdo de formar la
Al crearse la Asociación de los supervivien- “Legión de Cristo Rey y Santa María de
tes del heroico Movimiento Cristero, de sus Guadalupe”, para agrupar en ella no sólo a
colaboradores y simpatizantes, se pretendió quienes empuñamos las armas en aquella
la consecución de dos fines globales; primero: gesta gloriosa sino a todos los que de una u
continuar en forma pacífica y organizada la otra manera, cooperaron con nuestro Movi-
lucha por el Reinado Social de Cristo; y segun- miento, así como a los hijos de los cristeros y
do: reivindicar la verdad del Movimiento y la a los jóvenes que al conocer las hazañas de
memoria de los caídos. Y como lazo de unión los que se sacrificaron por la causa de Cristo
entre los socios. Como órgano de la Asocia- Rey en México, sientan correr por sus venas el
ción, se acordó el establecimiento de una mismo ideal que animó a nuestros heroicos
revista. luchadores. Nuestra Agrupación no es bélica,
política ni religiosa, sino la reunión de viejos
Tal propósito viene realizándose, desde
camaradas que tornan a estrecharse las ma-
agosto de 1952, merced a la protección mani-
nos y a convivir para recordar el pasado y
fiesta de Cristo Rey y Santa María de
proyectarlo hacia el futuro.
Guadalupe, y a la ayuda desinteresada de
nuestros consorcios y simpatizadores de nues- Como lazo de unión y para cumplir con ese
fin, vuelve a publicarse DAVID el inolvidable
tra humilde publicación.
“Boletín” que en una época fuera el órgano
(Página 197 Tomo II) oficial del Movimiento Cristero.
Al Venerable Episcopado Mexicano DAVID viene dispuesto a rectificar los erro-
Sabemos que en una de las últimas reunio- res que, de buena o mala fe, se han venido
nes del Venerable Episcopado Mexicano se divulgando sobre el Movimiento Cristero y
tomó el acuerdo de que en cada Diócesis se sobre las personas que en él tomaron parte en
nombraran comisiones encargadas de reunir una de las más gloriosas páginas de la historia
datos sobre la vida, obra y muerte de los cató- de México.
licos que fueron sacrificados durante la Perse- (Páginas 1 y 2 del Tomo I)
cución Religiosa, para hacer un estudio en Nota 1: Hemos ofrecido estos «Testimonios de la
cada caso; y, si se encuentra que llena los
Cristiada» en 2 boletines. Primer Boletín: El Mo-
requisitos canónicos exigidos, tramitar ante la
vimiento Cristero (Bol. 227). Segundo Boletín
Santa Sede su proceso de Beatificación.
(Bol. 238): La Cristiada en la zona donde actual-
Dado que uno de los principales fines de mente es nuestra diócesis de San Juan de los Lagos
nuestra Agrupación y de nuestro Boletín fué (por decanatos).
ese precisamente: recabar datos sobre nues-
tros héroes y nuestros mártires; del modo más Nota 2: Fe de erratas: En el Boletín 227, pág. 78, No.
atento y respetuoso rogamos a los 38 “Sacerdotes, hijos de cristeros” aparece un
Excelentísimos y Reverendísimos Señores dato equivocado que ahora rectificamos: + JUAN
Arzobispos y Obispos se sirvan tener en cuen- PEREZ, hijo de D. Constancio Pérez Mena, Jefe
ta que estamos en la posibilidad de aportar los del grupo de San Diego de Alejandría, Jal.
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Godínez (+ 1934). Antonio Ríos (+ 1934). Francisco Antonio Navarro. Cayetano Navarro. Cristóbal Na-
Aceves (+ 1935 o 1936). José Aceves Jaúregui varro. Francisco Navarro. Santiago Navarro. Anto-
(+ 1935 o 1936). Antonio Hernández (+ 1936). Do- nio Navarro Galindo. J. Jesús Neri. J. Guadalupe
mingo Arias (+ 1937). Ramón Saenz Orozco (+ 1937). Nuñez. J. Refugio Olivares. José Ornelas. J. Guadalupe
Pedro Valadez (+ 1937). Cap. 1o J. Jesús Macías Ornelas. Braulio Orozco. Hilario Orozco. J.
(+ 1943). Juan Aceves. Pascual Aceves. Pedro Aguas. Guadalupe Orozco. Juan Orozco. Justo Orozco. Mi-
Cirilo Aguirre. José Alfaro. guel Orozco. José Pedroza. Gumersindo
Cristóbal Alvarez. J. Buena- Pérez. Luis Plascencia. Salvador
ventura Alvarez. Mayor J. Tri- Plascencia. J. Refugio Pra-
nidad Alvarez. Juan Alvarez. do. Magdaleno Quiroz.
Ladislao Alvarez. Pascual Benito Ramírez. Manuel
Alvarez. Diego Alvizu. Ramírez. Juan Reyes To-
Cecilio Angel. Francisco rres. Antonio Rizo. J. Car-
Arámbula. J. Refugio men Rizo. J. Concepción
Aranda. Ten. Severo Rizo. Benjamín Rodrí-
Arredondo. Apolonio guez. José Rodríguez. J.
Arriaga. Delfino Arriaga. Jesús Rodríguez. Pas-
Florencio Arriaga. José Arriaga. cual Rodríguez. J. Jesús
J. Carmen Arriaga. Manuel Arriaga. Romo. Liborio Romo.
Nicanor Arriaga. J. Refugio Ascensio. Silverio Romo. José
Juan Banda. J. Guadalupe. J. Trinidad Barba. Rosas. J. Jesús Rosas.
J. Jesús Bautista. J. Trinidad Bautista. Cecilio Bolaños. Roberto Ruiz. Timoteo Ruiz. J. Jesús Salazar. J. Jesús
Martín Camacho. Sabino Camacho. José Camarena. Sánchez. Rafael Sánchez. Luis Soto. Agustín Tavares.
J. Jesús Camarena. Antonio Campos. David Campos. Donaciano Tavares. Pablo Tavares. Antonio Torres.
Gregorio Campos. Pedro Campos. J. Félix Castillo. Francisco Torres. José Torres. J. Dolores Torres.
José Cervantes. Tranquilino Cervantes. Cecilio Cruz. Juan Torres. J. Guadalupe Valadez Limón. J. Refugio
Vicente Chaírez. J. Santos de Alba. Dionisio de Varela. J. Guadalupe Velázquez. José Vivanco. Mi-
Anda. Vicente Díaz. Miguel Esquivel. Ramón guel Zúñiga y Juan Zúñiga Gómez. Angel y Santiago
Esquivel. J. Cruz Flores. José Flores Jiménez. Hernández
Anastasio Fonseca. Esteban García. Isidro García. J. Jesús María (38)
Buenaventura García. Juan García. Justo García.
Rafael García. Ramón García. Rito García. Secundino Sarvelio García (+ 1927). Pascual Hernández
García. J. Jesús García Ramírez. Casimiro Garnica. (+ 1927). José López (+ 1927). Rafael Pelayo
Anastasio González. J. Santos González. Pascual (+ 1927). Miguel Ramírez (+ 1927). Tiburcio Valadez
González. Francisco Guardado. Estanislao Gutiérrez. (+ 1927). Alfredo Vázquez (+ 1927). Germán
Marcial Gutiérrez. Abraham Guzmán. Juan Guzmán. Vázquez (+ 1927). José Bombela (+ 1928). Cap. 1o
Santiago Guzmán. José María Hernández. J. Trini- Cosme Herrera Valencia (+ 1928). Maurilio Pérez
dad Hernández. Librado Hernández. Octaviano Her- (+ 1928). Gral. Vicente Pérez (+ 1928). Julio Bustos
nández. Pascual Hernández. Pedro Hernández. (+ 1929). Marcelino Bustos (+ 1929). Luis Serratos
Serapio Hernández. Tiburcio Hernández. J. Jesús (+ 1929). Marcial Avalos. J. Natividad Ayala. J.
Hernández Plascencia. J. Jesús Hernández Turintzio. Jesús Barajas. Juan Barajas. Juan Domínguez. J.
Felipe Huerta. Salvador Jaúregui. Cirilo Jiménez. Jesús Gómez. José González. Román Hernández.
Pedro Jiménez. Ignacio Jiménez Jiménez. Antonio Miguel López. Bernardino Llamas. Melendrez. Ma-
Ledesma. Sabino Ledesma. Abraham Limón. Claudio yor J. Refugio Miranda. Ramón Plascencia. José
Limón. Raimundo Limón. Rito Limón. Abundio María Porras. Aurelio Quiroz. Librado Ramos. Cap.
López. Andrés López. Camilo López. Eugenio López. 2o J. Santos. José Salazar. Sra. Solís. León y Esposa
Sabino López. Cap. 1o J. Jesús López. Amado Loza- Torres. Nicolás Vázquez y Antonio Villalobos.
no. Florencio Lozano. J. Jesús Lozano. Juan Lozano. San José de la Paz (1)
Otilio Macías. Rogelio Macías. Delfino Magaña. J. Georgonio García Gallegos (+ 1929).
Refugio Magaña. Juan Magaña. Ramona Magaña.
José Martínez. Paulín Martínez. Alejo Martínez. Santiaguito (1)
Feliciano Martínez. José Morales. J. Jesús Moreno. J. Jesús Villagrán (+ 1928).
pág .
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LA CRISTIADA
DECANATO 9
Ayotlán (72)
Prisciliano Alatorre (+ 1927). Ramón Aldapa
(+ 1927). Eusebio Alvarez (+ 1927). Felipe Amezola
(+ 1927). J. Refugio Angulo (+ 1927). Pedro Avalos
(+ 1927). J. Jesús Chaírez (+ 1927). Agustín Flores
(+ 1927). Cristóbal Flores (+ 1927). José Flores
(+ 1927). Antonio Muñoz (+ 1927). Emilio Muñoz (+ 1927). Antonio Fonseca (+ 1927). Tiburcio Galle-
(+ 1927). Tomás Ramírez (+ 1927). José María de la go (+ 1927). Elías García (+ 1927). Eliseo García
Rosa (+ 1928). Luis Estrada Muñoz (+ 1928). José (+ 1927). Ramón García (+ 1927). Alejo González
María Muñoz (+ 1928). Luis Muñoz Estrada (+ 1928). (+ 1927). Atanasio González (+ 1927). Andrés
Avelino Padilla (+ 1928). J. Refugio Ramírez Gutiérrez (+ 1927). Francisco Gutiérrez (+ 1927).
(+ 1928). Pablo Ramírez (+ 1928). Pedro Ramírez Apolonio Guzmán (+ 1927). Francisco Guzmán
(+ 1928). Victorio Sánchez (+ 1928). Albino Huerta (+ 1927). J. Jesús Guzmán (+ 1927). J. Trinidad
(+ 1929). Silverio Huerta (+ 1929). Andrés Guzmán (+ 1927). J. Félix Hernández (+ 1927). J.
Hernández. J. Jesús López. Basilio Márquez. Fran- Guadalupe Hernández (+ 1927). Rafael Hernández
cisco Martín. Juan Méndez. Evaristo Muñoz y (+ 1927). Severiano Hernández (+ 1927). J. Jesús
Leodegario Portillo. León (+ 1927). Pascual Mares (+ 1927). Manuel Ma-
Jalpa de Cánovas (16) res (+ 1927). Francisco Mares Ruiz (+ 1927). J. Jesús
Crescencio Barrera (+ 1927). Rafael Cabrera Martínez (+ 1927). Primitivo Meléndrez Z. (+ 1927).
(+ 1927). Eusebio Castillo (+ 1927). Lorenzo Her- J. Trinidad Pérez (+ 1927). Librado Ramírez (+ 1927).
nández (+ 1927). Agapito Valtierra (+ 1927). Juan Francisco Rojo (+ 1927). Modesto Rojo (+ 1927).
Isaac (+ 1928). Cap. 1o J. Guadalupe Martínez Cristóbal Servín (+ 1927). Ignacio Servín (+ 1927).
(+ 1928). Inocencio Saavedra (+ 1928). J. Nieves
Saldaña (+ 1928). Emilio Torres (+ 1928). Domingo
Cano (+ 1929). Melquiades Echeviste (+ 1929). Julián
Medel (+ 1929). Andrés Coronado. Amado Cruz y J.
Rangel.
San Diego de Alejandría (31)
Pbro. Pablo García (+ 1927 en Sta. Ma. Transpon-
tina). Rafael González (+ 1927). Salvador González
(+ 1927). J. Refugio Jiménez (+ 1927). Pedro
Martínez (+ 1927). Esteban Mendoza (+ 1927). José
Mendoza (+ 1927). Simón Ramírez (+ 1927).
Severiano Soto (+ 1927). Pantaleón Gutiérrez
(+ 1928). J. Refugio Mena (+ 1928). Ramón Parada
(+ 1928). Francisco Vázquez (+ 1928). Bruno Alba
(+ 1929). Modesto Alcalá. Antonio Briseño. Florencio Joaquín Servín (+ 1927). Antonio Flores González
Domínguez. Lorenzo Domínguez. Abundio Gómez. (+ 1928). José Ramírez (+ 1928). Pedro Flores
Petronilo Gómez. Ricardo Gutiérrez. Fedencio Her- (+ 1929). Javier Ruiz Velasco (+ 1929). Javier
nández. J. Bernabé Hernández. Gumersindo López. Velasco Hernández (+ 1929). Macedonio Alatorre.
Cleto Lucio. Evodio Martínez. Juan Mireles. J. Nati- Cap. 1o Alberto Barajas Avalos. Angel Córdova.
vidad Saldaña. Roberto Valadez. Ausencio Zermeño Antonio Díaz. Godínez. Godínez. Silviano González.
y Fernando Zermeño. Juan Hernández. Julio León. José Mares. Francisco
pág .
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LA CRISTIADA
Martínez. J. Trinidad Martínez. Margarito Martínez. Horta. Cesario Rodríguez. Cristóbal Rodríguez. Mi-
Pascual Murillo. Próspero Murillo. Cirilo Ramírez. guel Rodríguez y J. Santos Torres. Evaristo, Benito
Cap. 1o Clemente Ramírez. Doroteo Ramírez. Juan Rodríguez, Cayetano Alvarez, Pedro Orozco, Encar-
Ramírez. Celso Rodríguez. Manuel Rodríguez. To- nación Valencia, Salvador Plascencia, Manuel
más Rodríguez. J. Refugio Rojo. Juan Rojo. Dámaso Hernández, Nacho Fonseca, Luis, Jesús Flores, Pan-
Tavares. Miguel Tavares y Albino Torres. cho Peña, Gabino Alvarez, Juan Ramírez.
Betania (3) San Ignacio Cerro Gordo (42)
J. Jesús Hernández (+ 1927). Subtte. José Saldaña Pascual Gutiérrez (+ 1926). Teodoro Vargas
(+ 1928). Irineo Gutiérrez (+ 1940). (+ 1927). Antonio Castellanos (+ 1928). J. de Jesús
Degollado (1) Gutiérrez R. (+ 1929). Javier Orozco (+ 1936). J.
Jesús Barreras. Juan Barreras. José García. Claudio
Angel Márquez. Gutiérrez. José Ledesma. Manuel Orozco. Pedro
Orozco. Pedro Rodríguez y Miguel Sánchez. Julio
DECANATO 10 Vargas, Alejo González, Luz Arriaga, Victoriano
García y Esteban Gamiño, Aurelio Gutiérrez, Salva-
Capilla de Guadalupe (31)
dor, Carlos Salcido, Felipe Salcido, Florentino
Cecilio Gómez Castellanos (+ 1928). Francisco Gamiño, Jesús Hernández Díaz, José García, Jesús
Cabrera. Heliodoro Gómez y Ten. J. Jesús Trujillo Díaz, Severo Arriaga, Apolonio Arriaga, Fausto,
(jefe), Refugio Martín, Reyes Martín, Gerardo Mar- Manuel Arriaga y sus hermanos, Trino Orozco, Hilario
tín, Julio Martín, Cirilo Torres, Panchito Cabrera, Hernández, Trino Hernández, Emilio, Guadalupe
Miguel Orozco, Genaro de la Mora, Heliodoro Gómez, Vázquez, Evaristo Cerda, Pancho Cerda, Juan Loza-
Pascual Torres, Agripín Villalpado, Pacho Soto, José no, Angel, Pablo Salcido.
Díaz, Lucio Villalobos, Genaro Gómez, Rafael Cas-
San José de Gracia (25)
tellanos, Pancho Sánchez, Norberto Alcalá, José
Dávila, Magdaleno Dávila, Pedro y Cap. J. Guadalupe Arias (+ 1927).
Feliciano, Clemente de Loza, Eligio Rafael Cerda (+ 1927). José Damián
Sepúlveda, Ermilio Sepúlveda y (+ 1927). Sotero Flores (+
Florencio Sepúlveda, Rafael Mar- 1927). José García (+ 1927).
tín. Crescencio Hernández
(+ 1927). José Hernández
Pegueros (10)
(+ 1927). Maximino Her-
Jefe Justo González Ibarra nández (+ 1927). Juan Pa-
(+ 1933). Pedro Gutiérrez (+ 1927). redes Abarca (+ 1927).
Sergio Gutiérrez (+ 1927). Albino Andrés Ruiz (+ 1927).
Casillas (+ 1928) y Conrado Vega Juan Nepomuceno Sán-
(+ 1929). José Mucio Becerra, chez (+ 1927). Luis Sán-
Donaciano Gutiérrez, Félix Gutié- chez (+ 1927). Bartolo
rrez, Blas Virgen, Juan Vega, Jesús Téllez (+ 1927). Salvador
Márquez de la Torre Navarro
San Francisco de Asís (37) (+ 1928). Primitivo Fer-
nández (+ 1928). Cap. 1o
Francisco de Horta (+ 1927). Timoteo
Dionisio Hernández
Gutiérrez (+ 1927). J. Soledad Navarro
(+ 1928). Manuel Orozco
(+ 1927). Eulogio Rizo (+ 1927). Domingo
(+ 1928). Crel. Bárbaro
Rodríguez (+ 1927). Justo Rodríguez (+ 1927).
Serrano (+ 1929). José María
Eusebio Angulo (+ 1928). Máximo Campos
Angulo. Juan Cerda. Mariano
(+ 1928). J. Reyes Fonseca (+ 1928). J. Marcos Gon-
Fernández. J. Isabel Hernández. Severo Hernández.
zález (+ 1928). Víctor González (+ 1928). Francisco
J. Jesús Serrano y Eduardo Manuel.
González (+ 1928). Angel Hernández (+ 1928). Luis
Hernández (+ 1928). J. Jesús Orozco (+ 1928). Al- La Purísima (2)
berto Padilla (+ 1928). Dionisio Vázquez (+ 1928). Crel. Gabino Alvarez (+ 1928). Crel. Cayetano
Juan Vázquez (+ 1928). J. Jesús Campos. José de Alvarez.
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10
LA CRISTIADA
Relatos Cristeros
con relación a los actuales Decanatos
de la Diócesis de San Juan de los Lagos
Tomado del Libro de Bautismos Nº 80 Parroquia San Juan Bautista en San Juan de los Lagos, Jal.
pág.
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LA CRISTIADA
junio o julio) el martirio del Niño de la Canica. fueron a sacar de su casa por orden del Comandante
Dicho jovencito se llamaba J. Natividad Herrera, de policía.
hijo de Isidro Herrera y Micaela Delgado. La muerte del P. Esqueda de aquí se ha publicado
Acababa de pasar la primera fiesta de Cristo Rey, muchas veces.
el domingo 31 de octubre de 1926. El sábado 6 de Seguro que todavía podrán salir otras cositas.
noviembre, Juan Márquez del Rancho de Caballerías
de aquí de San Juan, trajo una peregrinación. Al día Ya le dí en que entretenerse. ¡Que la pase bien!
siguiente llega el Teniente Marcos Cuello Reina y lo S. I. S. y afmo. magio que lo aprecia y bendice.
traen juntamente con otros. Todo mundo portaba en Cango. Pedro R. Rodríguez.
el sombrero el «VIVA CRISTO REY», los soldados
comenzaron a golpear y herir gente por el dicho (Pág. 137 s., Tomo V)
letrero y así mataron a Natividad Herrera, en la forma
que refiere UNION.
Los datos los da Juan de Anda, compañero de 2.- Padre Esqueda.
Herrera en los mencionados juegos de canicas. Según Sangre de sacerdotes.
el informante (campane-
ro de la Basílica de este Fusilado en Teocaltitán, el 22 de
lugar), el jovencito muer- noviembre de 1927. Antes de morir
to era como de 12 años; los sicarios le descoyuntaron las pier-
pero el Sr. Francisco nas, así de deformado en medio de
Valdepeña (cantor) en- crueles dolores los hacen subir una
cargado del R. Civil en- empinada cuesta, llevando en sus
tonces, dice que en la par- brazos un haz de leña con que los
tida de defución aparece verdugos pretenden quemarle vivo.
de 16 años. El mártir hacía esfuerzos supre-
mos para llegar al lugar señalado
Por la tarde mataron a dos
para el suplicio, sin lograrlo; cae
rancheros, acusados de
varias veces y los energúmenos le
Cristeros: Patricio Gutié-
levantan a culatazos, por fin deses-
rrez Olivares de 42 años y
perados lo fusilan por la espalda.
Sebastián Silva de 18.
El Padre Esqueda nació en San
Mataron con lujo de
Juan de los Lagos el 29 de Abril de
infamia a José Pérez
1887 y se ordenó de Presbítero el 19
González de 30 años ya
de Nov. de 1916.
por cierto resentimiento
del Comandante. (Pág. 10, Tomo V)
Muertos en la maña-
na: por soldados de la
Federación, Natividad 3 .- Los héroes de
Herrera, por policías que de la azotea de la cárcel «los Altos»
dispararon sobre la gente, J. Guadalupe Ruiz Baltierra
de 42 años y Ramón Martínez Espinosa de 30; se Ataque y toma de la plaza de San Juan de los
irritó el pueblo y LINCHO al Teniente que cayó Lagos, Jal., y combate de San Isidro.
muerto a la siguiente cuadra, quedando el asistente. Primavera de 1928.
Los 12 soldados del Teniente se fueron, dejando el
El regimiento comandado por el Padre Dn. Aristeo
muerto; pero en la tarde vino con más gente el
Pedroza que acompañaba al General en Jefe D. Enri-
Comandante Mayor Luis Crespo Cantú y mataron a
que Gorostieta, llegó a reunirse con el Reg. San
José Pérez, Patricio Gutiérrez y Sebastián Silva.
Julián y juntos atacamos dicha plaza. Gorostieta
Naturalmente acusados todos de ser cristeros o de dirigió esta vez el ataque que se inició a las cinco de
haber encabezado la manifestación. A José Pérez lo la mañana. A galope tendido entramos por las princi-
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12
LA CRISTIADA
pales calles de la ciudad y en el primer intento Ya los jefes estaban impacientes cuando
llegamos hasta la plaza de Armas, pero al reconocer Gorostieta dispuso que se emprendiera nuevo ata-
el tableteo de las ametralladoras, retrocedimos a dejar que, pero esta vez, taladrando las paredes, como
los caballos en lugar seguro, y ya de infantería volvi- única forma de no exponer la vida de nuestros
mos al ataque. En cada intento que hacíamos nos muchachos al peligro innecesario. Ordenó reforzar
obligaban a replegarnos, pasando en esta lucha cua- las defensas por si de los pueblos vecinos llegaba
tro horas, sin que pudiéramos desalojar al enemigo, auxilio al enemigo.
pág.
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LA CRISTIADA
Al momento obedecimos sus ordenes y con la Por la mañana los cristeros comenzaron a preparar
ayuda de los vecinos que nos facilitaron reatas, esca- sus almuerzos, unos lavando el nixtamal, otros mo-
leras y toda clase de herramientas y nos indicaban el liéndolo en molinos de manos y los demás haciendo
rumbo a seguir, brincando bardas o abriéndolas don- gorditas y todos bromeando mientras preparaban el
de era necesario, avanzamos sin mucho peligro. Al alimento que no llegamos a saborear debido a que
cruzar las calles me adelantaba sin exponer a los llegó un correo de Victoriano Ramírez (El 14) con la
muchachos, tocaba tres veces en las casas, si no me novedad de que el Gral. callista Z. Martínez venía por
habrían hacía uso de mis herramientas y cuidándonos ahí no muy lejos.
unos a otros, y amparándonos en los quicios de las El Gral. Miguel Hernández ordenó ensillar y en
puertas, llegué con los míos a las fincas fronteras al poco tiempo la tropa estaba formada; luego dispuso
cuartel enemigo. que se dividiera en tres columnas, y rumbo al sur al
Estábamos en una casona, y buscando quién me frente de la primera Toribio Valdés y Víctor López al
indicara dónde debía abrir la pared para atacar la norte al frente de la segunda y yo con la tercera al
puerta del cuartel, encontré en el rincón de un cuarto centro, avanzamos a encontrarlos en el lugar que
a un hombre espantado y trembloroso con un Cruci- menos lo esperaban. Avanzamos por un llano y luego
fijo en una mano y una vela encendida en la otra; lo en lo alto de una loma los del centro nos encontramos
interrogué, pero no pudo pronunciar palabra; yo con el enemigo y viendo en el intermedio próximo
impaciente le gritaba y él más enmudecía; interrogué una cerca derrumbada, tanto los changos como noso-
a su hijo y le pasó lo mismo que a su padre; luego oí tros pretendimos ganar la posición, y al final de la
una voz de mujer en el segundo piso que decía: carrera les ganamos la cerca y tan a corta distancia les
Esperen, aquí voy yo. Bajó rápidamente la escalera disparamos que no tuvieron tiempo de hacernos
con una daga en la mano, que me entregó diciéndo- fuego y al momento dan la espalda; nosotros monta-
me: Tenga se la regalo para que se la hunda hasta mos y los perseguimos a quemarropa. Los changos
donde la hizo el herrero y sígame. Nos llevó al huyeron rumbo al norte con intención de hacerse
segundo piso y nos señaló el lugar donde debíamos fuertes detrás de una cerca; nosotros al ver que se
de abrir la pared para atacar la puerta del cuartel. En aproximaron a ella retrocedimos protegiéndonos con
este lugar coloqué un carabinero que impidiera al otra cerca y a la vez quedando distribuidos en forma
enemigo acercarse a la puerta y tirar por la calle. de sitiar aquel corral y esperar el resultado.
Luego me dicen que Víctor López y Eulogio González Más tarde nuestros compañeros del norte los to-
avanzaban por la calle con sus muchachos, mandé maron por su cuenta quedando los changos en un
que los guiaran por donde nosotros entramos y juntos callejón sin salida, pues la presa de San Isidro los
nos lanzamos al ataque. acorralaba. Montaron y se precipitaron al corral que
La resistencia duró poco, solo en la torre de ya nosotros teníamos sitiado y ellos viendo lo impo-
Catedral seguía el fuego pausado. Nosotros conside- sible de su huída se tiraron a pie soltando los caballos,
rábamos a nuestros compañeros que atacaban ese mientras que por el sur y poniente la gente del P.
puesto por ser el más dificil para vencer al enemigo, Pedroza y la de Valadez acosaban a Z. Martínez, su
pero oh, sencilla habilidad de aquellos humildes guardia y buena parte de changos que fueron cortados
cristeros, que por el caracol de la escalera de la torre de los primeros al recibir la sorpresa. Pedroza les
les encendieron sacos de chile seco con lo que rápi- hacía escaramuza por aquel lado mientras por el norte
damente entregaron las armas. buena parte de los cristeros se retiraban por falta de
Poco tiempo después evacuamos la ciudad y nos municiones y luego también la gente de Pedroza y
regresamos rumbo al sur. El P. Pedroza acampó esa Valadez a medida que acababan el parque se iban
noche cerca de la Ceja del Palmitos, al sur de San retirando dejando al enemigo derrotado en término
Julián, y don Miguel Hernández en el Valle y después de una hora y media con mucha facilidad y sin perder
de tender pastura a los caballos, algunos entusiastas un solo cristero.
muchachos encendieron grandes hogueras para tos- No supe cuantas bajas tuvo el enemigo, pues un
tar maíz para cenar y hacer nixtamal en abundancia reducido número de cristeros de los que traíamos
para hacer gorditas al día siguiente, porque aquella algo de cartuchos nos reunimos a corta distancia a
región estaba deshabitada por órdenes del callismo verlos levantar el campo de donde se marcharon bien
dizque para matar de hambre a los cristeros, pero oh derrotados, pero no nos atrevimos a seguirlos por no
poder de Cristo, que no solo de pan vive el hombre. traer suficientes cartuchos. Seríamos unos 30 y des-
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LA CRISTIADA
pués de unas tres horas que nos trajeron quisimos quien durante toda la campaña acompañó a los cris-
darle alcance al enemigo, pero después de seguirlo teros alentándolos con su ejemplo.
más de 15 kilómetros no pudimos darles alcance Bautizó gran número de niños; casó buen número
aunque bien nos marcaba el camino el reguero de de parejas, y salvo con la administración de los
sangre que dejaban los changos. Sacramentos muchas almas. Sus honorarios, cuando
Nos regresamos a dormir donde fué el combate se los pagaban, los dedicaba a socorrer a los soldados
porque teníamos la sugestión de que no hay lugar tan o a las familias de éstos.
seguro como donde acaban de robar. Al día siguiente Rezando jaculatorias y rosarios caminaba noches
ese pequeño grupo nos dispersamos cada quien a su enteras acompañando a las fuertes columnas cristeras.
madriguera hasta saber, de toda la demás gente. Algunas de estas noches eran tan frías que los caba-
Por la noche de ese día recibí la triste noticia de llos pisaban el hielo, las órdenes de los Jefes, difícil-
que a la Ceja de Palmitos habían traído herido de mente se entendían porque casi no se podía hablar, y
gravedad a mi hermano Cirilo Gallegos, que la tripu- sin embargo el joven sacerdote daba ejemplo de
lación de un avión les disparó con armas automáticas
causándole una perforación a mi hermano en el
hombro derecho. Lo levantaron por muerto, pero
después de 15 minutos notaron que tenía vida, le
hicieron las primeras curaciones y lo trasladaron a
una cueva de la Ceja de Machuca próxima a la
barranca donde tenía su familia y en la misma noche
marché a donde teníamos el hospital a traer a dos
señoritas enfermeras y medicinas para atender al
herido que muy pronto sanó y se incorporó a las filas
de Cristo Rey.
Primera y única baja cristera a causa de los aviones
callistas.
Epifanio Gallegos
Soldado de Cristo Rey de la guardia
de mi Gral. Miguel Hernández,
nativo de la Ordeña, Distrito de Arandas, Jal.
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el Jefe ordenó que fueran ejecutados tan luego como ted, mi general y nos alcanzó la noticia de que al
el Sr. Cura Pérez los confesara. Grande fue la pena pueblo de Cuautla había llegado una columna de
para el santo sacerdote al tener que presenciar la gauchos compuesta de doscientos cincuenta hom-
muerte de sus semejantes; pero más su alegría por bres (no ochocientos como nos habían informado en
haberlos arrancado de sus manos a Satanás, con la Ayutla), que procedente de Mascota, seguía al pare-
administración de los Sacramentos. cer la ruta Ayutla, San Clemente, Unión de Tula y
Vestido como el más humilde de los soldados de Autlán. El informe nos decía que pasarían la noche en
Cristo, el 18 de marzo de 1929, al frente de una Cuautla y que hoy a hora temprana continuaría por el
columna fuerte en más de dos mil hombres, entró a camino real pasando por el cañón de Talpita. Noso-
Cocula; recibiendo una lluvia de flores y serpentinas tros, en número de ochenta, llegamos a la Mesa de
que el pueblo en masa arrojaba sobre las tropas de Jocoyolpan en la creencia de que ya se encontraría en
Cristo Rey y de Santa María de Guadalupe, tropas que el lugar el General Ibarra, pero éramos nosotros los
horas después se habrían de cubrir de gloria derrotan- primeros en llegar a la cita.
do de modo definitivo a una columna callista. Nos ilusionó la noticia de que los guachos pasa-
Imposible sería dar a conocer los méritos de este rían por el cañón de Talpita, naciendo de ahí la idea
virtuoso sacerdote; en las partes de guerra podrán de ir al cañón y ponerles una emboscada. Hacíamos
verse con detalles más precisos la actuación enorme nuestros cálculos sabiendo que ellos, los guachos,
de este ministro del Señor. eran doscientos cincuenta y nosotros ochenta; que
ellos como siempre, cargados de cartuchos mientras
Señor Cura Pérez, si algún periódico de «DA-
nosotros los traíamos contados. Nos hacía compañía
VID» llega a sus manos le recordamos no nos olvide
el P. R. Pérez quien al enterarse de nuestros planes le
ante el Amo. Pídale mucho por sus fieles soldados
parecieron razonables y prometió acompañarnos si al
hoy convertidos en LEGION DE CRISTO REY Y
fin nos resolvíamos a llevarlos a cabo.
SANTA MARIA DE GUADALUPE por iniciativa
del Egrerio Prelado de Huejutla Sr. Obispo Dn. Heroísmo de nuestros capellanes.
Manuel J. Yerena y Camarena.
Interrumpo por un momento el relato del oficial
Jesús Degollado Guízar haciendo un paréntesis, con el objeto de dejar asenta-
do un vez más que el P. Pérez, sacerdote virtuoso,
Soldado de Cristo Rey.
valiente, humilde y de gran celo, hasta el heroísmo,
(Pág. 124, Tomo I) en el cumplimiento de su ministerio, se encontraba en
Combate del cañón de Talpita esta ocasión, como en tantas otras, simplemente de
capellán castrense, sin mando ninguno, sin autoridad
Escuchamos intempestivamente que el tiroteo se en el orden militar. El voluntariamente se incorpora-
intensificó, pero fué esto tan corto, que no avanzamos ba, de preferencia cuando sabía que nuestras fuerzas
cincuenta metros cuando cesó por completo. Nos iban a tener algún encuentro con el enemigo. El
seguimos de frente y a poco andar, aparecieron entre sacerdote está puesto para los hombres. Si el hombre
el monte grupos pequeños de hombres armados que está en paz, él está para el hombre en paz. Si el hombre
venían a nuestro encuentro. No fué difícil identificar- está en guerra, él está para el hombre en guerra. Es un
nos; eran soldados Cristeros que de infantería unos, operario de la campiña; él abre el surco para que
y otros montados, caminaban con paso lento, dema- venga después el Señor a depositar el grano. A nadie
crados y con señales inequívocas de cansancio. El abandonaba; ni a su feligreses, ni a su cristeros. A la
combate había terminado con la retirada violenta del hora del combate y sin medir el peligro, allí lo
enemigo por el otro extremo del cañón. encontrábamos asistiendo al moribundo, llevándole
Se tomaron las precauciones debidas para no el consuelo del alma; alentaba al herido y ponía todo
recibir un asalto de sorpresa y acampando en un lo que de su parte estaba, para sacarlo del peligro. Era
bosquecillo de encinos, mientras las bestias pasta- incansable en su celo por la salvación de las almas y
ban, fuimos informados por un oficial del Gral. Ibarra no había preferencias para él; así fuera un cristero o
cómo se desarrolló el combate hasta lo último. un callista, para él eran almas que deseaba mandar al
«Sucedió -dice un oficial- que caminábamos ayer cielo.
con destino a la «Mesa de Jocoyolpan» a donde «Puestos de acuerdo y resueltos a jugar el albur-
estábamos citados para hoy día veintinueve con us- prosiguió el oficial - una vez entrada la noche pusi-
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mos en marcha la pequeña columna con el fin de buscando sitios donde protejerse del fuego certero y
tomar dispositivos de combate en el Cañón de Talpita, constante de los nuestros. Pero esto sucedía solamen-
donde llegamos apenas pasada la media noche. Natu- te en la delantera de la columna, pues el resto, más de
ralmente que nadie dormía; todo el mundo listo por si la mitad de la gente, quedaba en completa libertad de
los guachos tenían la ocurrencia de adelantar su hacer movimientos de flanqueo para distraer nuestra
salida de Cuautla. El cielo se cubrió de nubes en un atención y naturalmente que los ejecutaron, puesto
momento y al filo de las tres de la madrugada se que quedaban fuera de la acción de nuestros fusiles.
desató una furiosa tempestad que tuvimos que sopor- Trepando por la falda norte de la montaña lograron
tar sin ninguna protección. La inclemencia de los atacarnos por la espalda, obligando a descuidar el
elementos nos castigaba sin piedad. Empapados, cañón y los que hasta entonces habían permanecido
tiritando de frío y sin quedarnos seco ni armas ni ropa a la defensiva, pudieron organizarse y hasta intenta-
ni monturas ni nada, nos sorprendió la luz del día con ron un asalto a nuestras posiciones cuando nos veía-
ánimo bastante para enfrentarnos a un enemigo fuer- mos en grandes aprietos contestando el fuego del
te, más de dos veces superior a nosotros en número y frente y de la retaguardia.
cargado de pertrechos. Nuestra humilde columna El momento era trágico; nada menos que de vida
confiaba primeramente en Dios, nuestro apoyo y o muerte para los ochenta hombres que ya de hecho
sostén en infinidad de ocasiones, y en segundo lugar, nos tenían copados y pronto había que resolver nues-
teníamos confianza en nuestros hombres y en la tra suerte. Ordenamos que cincuenta hombres aban-
sorpresa, basados en aquello de que «El que da donaran sus puestos iniciales para atacar de frente a
primero da dos veces». Como si la luz del nuevo día los callistas que habían logrado flanquearnos, mien-
viniera en persecución del nuberío que se deshacía en tras los treinta restantes paraban el intento de asalto
torrentes, éste fué desapareciendo y permitió que el de los de abajo. Fué tal la decisión y valentía con que
sol brillara esplendoroso para calentar nuestros cuer- nuestros cincuenta hombres se lanzaron al encuentro
pos que se sacudían por el frío y también por la de los sardos, que en un momento, luchando a tiro de
emoción del momento. La hora se acercaba. Ya se pistola y cuerpo a cuerpo en los momentos más
escuchaban el tropel de la caballería enemiga, cuya desesperados, lograron romper la resistencia enemi-
vanguardia, en unos minutos más, estaría a la vista de ga y abrirse paso por las laderas para obligar a los
nuestros primeros soldados que permanecían silen- embravecidos guachos a replegarse al camino real.
ciosos, cada cual en su puesto, esperando el momento Este triunfo de nuestras enmohecidas armas permitió
de escuchar el primer disparo que uno de nuestros que los treinta que habían permaneció peleado en el
jefes haría en calidad de orden para romper el fuego cañón, se retiraran sin peligro alguno a unirse con sus
de un extremo a otro en el corto espacio que nuestros compañeros y tomar de nuevo la iniciativa en el
ochenta hombres alcanzaban a cubrir. Por fin hizo su combate.
apariencia el enemigo. En columna india fueron
entrando los callistas al estrecho cañón de Talpita, en De como nuestro Señor cuida de sus sacerdotes.
donde a muchos de ellos les esperaba la muerte. El P. Pérez había quedado aislado en compañía de
En nuestras posiciones se fué corriendo en voz su ayudante Luis Rodríguez y una compañía de
baja la orden de preparar armas. El P. Pérez nos sardos los arrebato a balazos con verdadera furia
bendijo como si fuera la última vez y con su mirada mientras ellos dos buscaban una escapatoria. Luis
al cielo imploró al Dios de las victorias para que nos contestaba el fuego con arma larga y el P. Pérez,
fuera propicio en aquel nuevo encuentro con los pistola en mano, sin disparar, seguía a su ayudante
enemigos de la Iglesia Católica. La avanzada callista esperando no verse verdaderamente obligado a hacer
emparejaba ya con los últimos soldados Cristeros. fuego, pero una bala callista abatió a Luis dejándole
Era el momento. Tronó el primer disparo convenido sin vida y el padre tuvo necesidad de desmontarse
y en un segundo ochenta rifles escupían sus mortífe- para aplicar la Extrema Unción a su compañero de
ras balas sobre un enemigo confiado en su fuerza. mucho tiempo y recogerle el rifle.
Confusión y espanto reinó por unos minutos en Con el estruendo de la fusilería, el caballo del
toda la columna gobiernista. Caían unos sin vida; padre se escapó y fué a parar en manos de los sardos,
otros heridos de muerte al igual que sus caballos, eran quienes se enteraron que perseguían a un sacerdote,
ya un peligro menos y los que aún no eran tocados, por los ornamentos que él llevaba siempre atados en
corrían de un lado para otro, todos en desorden la maleta de su caballo. Como se habían dado cuenta
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que el P. Pérez nos les disparaba, resolvieron hacerlo nosotros. A las 10:30 de la mañana se rompió el fuego
prisionero tapándole todas las salidas que pudiera sobre las fortificaciones enemigas y cerramos tam-
tener y se le fueron acercando a tal grado, que hubo bién nosotros el círculo de acero. Con descargas
un momento en que: ó disparaba para intentar abrirse cerradas sobre puerta y ventanas, saltamos a un
paso, ó se dejaba prender como un cordero, ya con los tiempo todos a la calle que había de cruzar para tener
guachos pisábanle los talones. Optó por lo primero y protección en los propios muros de la fortaleza ene-
haciendo uso del rifle de su difunto ayudante, apuntó miga. Rompimos contra puertas y ventanas los tubos
a los sardos que tenían más cerca y apretó el gatillo, de cristal ya descritos y contemplamos admirados
pero el caucho falló; rápidamente cortó nuevo caucho cómo fué surgiendo el fuego y cómo las llamas se
y también le miente. ¡Qué maravilla de Dios! El no alargaban lamiendo las maderas para tomar incre-
había de permitir que el P. Pérez, aún en defensa de mento.
su vida, diera muerte a nadie, ni a sus enemigos, Por el frente del templo hacían lo mismo los
quienes al haberlo tenido en sus manos, jamás le soldados del Mayor Covarrubias que al romperse el
habrían perdonado la vida. fuego saltaron a la calle, cruzaron el atrio que es
Los sardos detuvieron su avance al ver la decisión bastante amplio y llegaron hasta las puertas principa-
del Padre, pero cuando se dieron cuenta de la falla del les prendiéndoles fuego. Nuestra fusilería tronaba
rifle, llenos de contento insistieron en acorralarlo sin estrepitosamente sin dar tregua al enemigo que hacía
dispararle para cogerlo vivo. No se dió el P. Pérez por esfuerzos desesperados para retirarnos de los puestos
vencido; se colgó el rifle al hombro, de una rápida que habíamos conquistado en el primer asalto. En
ojeada se dio cuenta del lugar más factible para cada puerta del templo, que se consumían por el
intentar su escape y con la pistola en la mano, puso fuego, había un grupo de cristeros con sus armas
pies en polvorosa, disparando sin puntería, con la listas y dotados de buena cantidad de bombas de
sola intención de amedrentar a los sardos que más mano para lanzarlas al interior del templo en el
cerca tuviera y ahora si, al verlos guachos que la presa momento oportuno.
se escapaba todos a cual más le disparaban ansiosos Nosotros en el curato contemplábamos las len-
de pegarle, pero Dios lo tenía destinado más tiempo guas de fuego levantarse por encima de los tejados,
para su servicio, y el P. Pérez, tan veloz como una
liebre que escapa al cazador; tendiéndose entre el
yerbajo y escapando el bulto entre la palizada del
monte, pudo llegar sano y salvo hasta la nueva línea
de fuego que nuestros soldados habían establecido
para repeler un nuevo intento de ataque que el enemi-
go preparaba.
(Págs. 190-192, Tomo I)
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después de que se habían consumido puertas y ven- comunicada con la casa por una puerta amplia y de
tanas de madera, mas todos los estorbos que los macizas maderas. El edificio del curato quedaba en
«agrios» habían amontonado para defenderse. Era ya nuestro poder. Por todos lados había maderas hu-
llegado el momento de lanzar el asalto al interior. El meantes que obscurecían por completo las habitacio-
enemigo, temeroso al ver que teníamos abierto el nes. Detrás de la puerta se escuchaba la fatiga angus-
paso, se atrincheró en todas las habitaciones y desde tiosa que traían los agraristas amontonando obstácu-
allí nos enviaba torrentes de balas para estorbarnos la los para estorbarnos el paso, sin imaginarse que
entrada, seguros de que nuestra hazaña no llegaría a aquello nos favorecía, porque para vencerlos, lleva-
los patios del edificio, así nos lo hacían saber entre mos el fuego hasta la última puerta y todos los objetos
maldiciones, gritos y risotadas, desde sus nuevas allí recargados sirvieron de alimento y en un instante
defensas. las llamas consumieron los largueros de la puerta y se
«Cristero que entra, cristero que se muere». Así vino abajo toda entera, abriendo un boquete por
nos amenazaban constantemente. Nuestra gente se donde podíamos ver la luz de las llamas el desespe-
mantenía en perfecto estado de ánimo. rado ir y venir de los enemigos disparándonos sin ton
ni son, pero sin deseos de abandonar la sacristía.
Las bombas de mano que se distribuyeron entre
todos los que íbamos a efectuar el asalto y a una voz De nuevo se presentó la necesidad de usar nuestras
todos lanzamos encendida la primera y la segunda, en rudimentarias bombas de mano, y empezaron a esta-
cuanto se escuchó el estampido de las primeras. Al llar, dicho sea con verdad, causándoles más pánico
explotar las segundas, una voz llena de autoridad que bajas, al grado que no pudieron soportar el
decía: «¡adentro muchachos! ¡Viva Cristo Rey y estruendo que producían al explotar tres o cuatro al
Santa María de Guadalupe!». Era el Gral. Degollado. mismo tiempo y se vieron obligados a dejarnos la
En su compañía, unos por la puerta y otros por las sacristía para refugiarse en el templo, único reducto
ventanas, saltamos al interior del curato disparando que les quedaba. Pero no podíamos saber con certeza
fusiles y pistolas sobre las habitaciones, sobre la si el enemigo se había en verdad retirado o quedaba
hornaza y envueltos por el humo. De lo alto del oculto para dejarnos entrar y atacarnos de sorpresa.
templo y del caracol nos ponían un baño endemonia- Ante esta duda, se tomaron las debidas precaucio-
do de acero, con lo cual pretendían aligerar un poco nes y cada cual, el Teniente Coronel Rodríguez y yo,
el acoso que estaban sufriendo sus compañeros que organizamos nuestro grupo de asalto, y cuando está-
defendían la parte baja. A pesar de todo, ningún bamos dispuestos a llevarlo a cabo, un soldado de los
compañero nuestro retrocedía; atacaban todos deci- seleccionados por el Teniente Coronel se mostró
didamente cuidándose del fuego que nos venía de las temeroso, dando como razón lo que ya sospechába-
alturas, pues ninguno escapábamos al riesgo inmi- mos, que el enemigo nos pusiera un cuatro y nosotros
nente de ser tocados por las balas enemigas que nos cayéramos en él. «Todo puede suceder- le contestó el
llegaban por los cuatro costados. Diez minutos de Teniente Coronel- en ese peligro andamos y ya se
furibunda pelea y nos daba Dios licencia de ser tornarán las debidas precauciones; por ahora guárde-
dueños absolutos del primer patio de la casa cural. se su miedo y vamos entrándole, porque yo disparo
Logrado a nuestro favor el primer raund de esta sobre el primero que retroceda». Cerró la boca el
pelea y apoyados en mejores defensas quitadas cen- soldado y no replicó más. Cuando dimos la orden de
tímetro por centímetro al enemigo, el Gral. Degolla- avanzar, fué él uno de los primeros en saltar entre las
do tuvo necesidad de abandonarnos llevando en su llamas y plantarse en el centro de la sacristía. Estaba
compañía a los oficiales Ugalde y Trejo para dar abandonada; Dios nos daba licencia de arrebatarle
auxilio al Capitán José Fletes que desde las primeras otro palmo de terreno enemigo.
horas del día sitiaba a 18 agraristas en la Presidencia Desalojados los agraristas de la sacristía, se para-
Municipal, que no daban señales de desaliento, mu- petaron en el altar mayor, en los cruceros, en el coro
cho menos insinuaciones de rendición. Quedamos en y demás rincones del templo, disparando sus armas
el curato el Teniente Coronel Rodríguez, el Mayor tan sólo para manifestar su presencia, no porque
Cisneros y yo, con un buen contingente de valientes tuvieran blanco, pues oíamos cruzar las balas en
soldados para continuar el acoso y obligados a con- todas direcciones. El humo había alcanzado tal den-
tinuar propagando el incendio puerta por puerta, sidad, que a dos metros de distancia ya no era posible
única forma de obligar a los agraristas que desaloja- distinguirlos, la respiración se dificultaba y no había
ran las habitaciones hasta replegarse en la sacristía, ninguno que no escapara a la conjuntivitis irritativa.
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uno, no porque se rindieran, que únicamente se Fué un firme sostén y gran admirador del movi-
separaran del movimiento. miento cristero en la parte que a él le correspondía, en
EL Sr. Cura Rodríguez presenció todos los hechos lo espiritual. En varios combates sostenidos contra el
de armas en los que gracias al auxilio de Cristo las callismo él estuvo presente alentándonos e impar-
fuerzas de la Guardia Nacional se cubrieron de gloria. tiendo los auxilios del alma.
En el combate del Cerro de los Machos, contra el Desde que la Guardia Nacional acordó realizar
30 Batallón que comandaba el ahorcador de Sacerdo- anualmente su peregrinación a la Montaña de Cristo
tes Juan B. Izaguirre, el Sr. Cura protegió con su Rey, el Sr. Canónigo Rodríguez nos acompañó sin
cuerpo la Sagrada Hostia, del chubasco de balas que faltar una sola vez hasta que su enfermedad lo postró
inútilmente lanzaban contras las fuerzas cristeras los imposibilitándolo hasta para asistir a Coro y celebrar
callistas. la Santa Misa.
Vistiendo humildemente, sin una arma para de- Pedimos oraciones por el descanso eterno de su
fenderse, pasando hambres y desvelos dio fin a la alma y nos unimos al dolor de sus hermanos y demás
gloriosa Epopeya alentando con su ejemplo a las parientes.
huestes de Cristo. Dios concedió al Sr. Cura Rodríguez DESCANSE EN PAZ.
que su hermano, el Coronel Jefe de E. M. del Jefe de (Pág. 187, Tomo V)
la División Ing. Miguel Rodríguez, después de un
accidente muriera mártir.
«DAVID» órgano de los antiguos cristeros tiene 6.- Dn. Andrés Nuño
el honor de publicar estos humildes datos biográficos
de este ejemplar Ministro de Jesucristo que fue cristero (Papá del Sr. Obispo Fco. Javier Nuño, 1er. Obis-
y lo seguirá hasta su muerte. po de San Juan de los Lagos).
Nación en el poblado de Camajapa, perteneciente
Jesús Degollado Guízar a la Parroquia de Cocula, Jalisco, el día 30 de noviem-
Soldado de Cristo Rey. bre de 1881.
(Págs. 156-157, Tomo I)
Sensible Fallecimiento.
El día 22 de junio próximo pasado dejó de existir
en San Juan de los Lagos, Jal., el Sr. Canónigo D.
Pedro R. Rodríguez, víctima de la prolongada y
dolorosa enfermedad que lo llevó a la tumba a la edad
de 78 años.
Con gran celo apostólico desempeñó su sagrado
ministerio sacerdotal cerca de sesenta años. Estuvo
en Baja California en un tiempo en que aquellas
tierras pertenecían en lo eclesiástico a la Arquidiócesis
de Guadalajara. Traído de aquel lejano rincón de la
Patria, tuvo a su cargo los Curatos de Tapalpa, Dego-
llado y Ahualulco. Nombrado Canónigo de la Cole-
giata en San Juan de los Lagos, allí pasó los últimos
años de su vida haciendo el bien cuanto pudo.
El conflicto religioso de 1926 los sorprendió sien-
do Cura de Tapalpa y obligado como todos los
sacerdotes a huir y esconderse del callismo, él no
salió de los límites de su Curato, estableciendo su
centro de actividades en el rancho llamado Zacatecas
y al amparo de sus dueños, hombres en verdad
cristianos, que le cuidaron con cariño y veneración.
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maniobra, manda contra ese grupo, 25 cristeros de de Guadalajara. Las dos tenazas se van cerrando sin
su guardia. A carrera tendida se dirigen a la plaza. ser percibidas por los federales a causa de la depre-
Ahí los sardos mayores aún en número, a pesar de sión del terreno.
sus bajas, derriban la puerta y corren hacia el inte- Los brutos, jadeantes pero ebrios por el cercano
rior. Desemboca en la plaza el piquete de cristeros y combate y la pólvora que ya perciben, trepan
los changos desconcertados por este nuevo e inespe- fatigosamente la cuesta.
rado ataque y privados de su jefe, se rinden a
discreción. La gente de Gabino Flores ha resistido heró-
icamente y rechazado uno a uno los ataques de un
IV enemigo 8 veces mayor y equipado allende el Bra-
Tres horas hace que principió el combate y una vo:
tras otra han sido rechazadas las embestidas de los
Pero esta situación no puede prolongarse. El par-
gobiernistas. La gente de Valdez y la de Alvarez
que escasea y ya no es posible contestar el rápido
ignorante de toda táctica militar, ansía entrar al cam-
fuego enemigo. Mas los federales no pueden avanzar
po de batalla que no dista 15 minutos. Algunos
sus posiciones.
comienzan a murmurar de sus jefes. Mas las órdenes
de Vega son precisas. Los cristeros se preguntan qué ha pasado con los
regimientos «Guadalupe» y «San Miguel» que la
A las 6:45 llega a toda carrera un correo del P.
víspera acamparon en las cercanías.
Vega para Valdez y Navarrete: «Avancen hacia
Tepatitlán» Marcha a galope la columna hacia la De pronto aparecen los dos cuerpos en los extre-
población. A la mitad del camino se topan con Vega mos de la meseta, y a galope tendido se lanzan contra
y sus ordenanzas que han seguido el curso de la los federales, el Gral. Rodríguez al ver el anillo que
batalla desde un rancho a un km. de Tepa. Navarrete cierra a sus espaldas, teme ser acorralado y ordena la
desmonta de su Kaiser, caballo de gran alzada, y retirada. Mas antes que el clarín de la señal, se
Valdez de su prieto, chico según el proverbio ranche- precipitan federales y agraristas en completo desor-
ro «Alaba caballo grande y monta chico». den hacia los caballos. Cada quien salta sobre el
primero que encuentra y se lanza hacia la carretera
- ¿Qué tal su gente, muchachos?
para cruzar el puente antes de que lo corten los
- Inquieta y con ganas de entrarle... cristeros. Los de Gabino Flores, repuestos de la
Magnífico, tú Navarrete, con 50 hombres sitúate sorpresa abandonan sus trincheras y acosan al enemi-
junto al camino a un km. de aquí, y tú, Valdez con los go. Más de un agrarista se desploma al tener ya un pie
restantes, inicia el movimiento envolvente por la en el estribo.
derecha; Alvarez lo hará por la izquierda. No se trata Más de 50 viendo imposible la fuga se vuelven y,
de coparlos sino de amagarlos. Los changos al ver el pecho en tierra, reciben a sus perseguidores con un
peligro huirán por donde vinieron; Navarrete los nutrido fuego. Los alteños caen de bruces, unos para
hostigará, acosándolos en su huída, pero sin cerrarles responder el fuego y otros para no volver a combatir.
el paso, sino flanqueándolos. Tú y Cayetano ayúden- Poco dura la resistencia; las fuerzas de Alvarez y
le en la persecución. Sin decir palabra abraza a los Valdez están encima. Un teniente, único oficial entre
muchachos y agrega: los copados, levanta su máuser en el que ondea un
- Este abrazo nos lo vamos a repetir a las 10 de la pañuelo blanco.
mañana en la plaza de Tepatitlán. Ahora, ¡Adelante La caballería cristera en formación perfecta, mar-
en el nombre de Dios! cha a perseguir al grueso del ejército que como
Ambos saltan a sus cabalgaduras; Navarrete elige manada de potros salvajes huye desbocado por la
50 hombres y parte a tomar la posición señalada, carretera a las Colonias.
cerca del camino pero abajo de la meseta que cruza y El grupo de Navarrete, oculto por la depresión del
por lo mismo fuera de la visual enemiga. terreno, asciende la meseta y amaga cortar la retirada.
Valdez, al frente de su regimiento principia la El general, desconocedor del terreno y del número de
maniobra haciendo un movimiento de semicircun- sus nuevos atacantes, no intenta defenderse. Los
valación a la ciudad como a un km. de distancia al agraristas, fácil y codiciada presa, tratan de huir
mismo tiempo que Alvarez hace igual maniobra por contestando apenas al fuego enemigo. Los cristeros
el lado opuesto de la población partiendo del camino no cejan y obligan a los potosinos a abandonar la
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formación. Unos se echan a los barrancos y otros Picado en su amor propio y haciendo un alarde de
trepan a la sierra. Durante hora y media huyen los valor abandona el parapeto con la escuadra en la
federales con los alteños en los talones. En más de diestra, mas al instante una bala le atraviesa el hom-
cinco ocasiones hay contacto entre las dos fuerzas, bro y cae Vega desplomado, inmediatamente lo trans-
llevando la de perder los perseguidos. portan a la ciudad, acuden los médicos, pero en vano,
Tal pánico llevaban que Rodríguez no se acordó no hay remedio. Llega el párroco y, durante media
de echar mano de sus 500 reservas acampadas en las hora, confiesa al moribundo que aún conserva su
Colonias. lucidez.
V A pesar de sus yerros merecía el perdón por su
grande fe y amor a Dios.
Los Cruzados escasos ya de parque vuelven en
grupos hacia Tepa. ¡Qué irrisión! Un general con tres Sin duda era sublime el ideal que se propuso al
mil soldados de línea derrotado por un cura con 900 entrar en campaña, pero a un sacerdote no le toca
rancheros que peleaban su religión, y por ella daban tomar las armas.
gustosos la vida. Perdido el jefe y escasas las municiones, las tropas
Al regreso comentaban Valdez y Navarrete: vencedoras evacúan la población. (1)
- ¡Qué bailada les dimos! ¿eh? Así peleaban y así morían los soldados de Cristo
Rey.
- Es que Vega es un genio.
- Este cura nació para soldado. Si ha seguido por ahí Hernán Villarreal Junco, S.J.
no hubiera desmerecido de nuestros grandes gene- (1) Todos los datos son históricos sacados especialmente
rales. de las memorias del P. Heriberto Navarrete. Algunas
- Te fijaste en sus planes: A las 5 atacan los changos, escenas secundarias se apartan de la realidad.
a las 7 entran en acción Alvarez y Valdez, las 10, un
(Pág. 285 a 288 del Tomo I)
abrazo en la Plaza de Tepatitlán.
- Y ahí ha de esperarnos.
Mas cuando llegaron supieron la triste y para ellos
fatal nueva: Vega acababa de expirar.
2.- Lic. Anacleto González
Flores «el Maestro»
Entró a la plaza cuando los federales huían, y se
dió cuenta por un fuerte tiroteo de que un grupo Fué un apóstol en las lides católico-sociales, infa-
irreductible de changos se había hecho fuerte en el tigable defensor de los principios cristianos, un hom-
rancho de Quirino, al norte de la ciudad. Monta su bre limpio, desinteresado, que despreció dinero, ho-
caballo y, acompañado de Flores se dirige al lugar del nores y comodidades.
combate. ¡Qué hermosa y qué digna actitud la de este
- Mi coronel, el rancho está sitiado, pero será mejor insigne conductor de las masas! En ese espejo debe-
esperar la noche para intentar un asalto. rían mirarse todos estos líderes sindicales modernos:
- No, Gabino, inmediatamente. corrompidos, venales, guiados por ambiciones bas-
tardas, que reaccionan por el estómago en vez de
Desmontan y a gatas llegan hasta una casa a 100 hacerlo con el cerebro y el corazón. Todo el mundo
metros del rancho ocupada por los Cruzados. los conoce porque todos los días se publican de ellos
Un sargento comenta: pésimas notas periodísticas.
- Inútil exponerse, a 100 metros no se yerra un tiro. ANACLETO GONZALEZ FLORES en cambio,
Vega empieza a asomar la cabeza por un extremo hombre que vivía en casa de cristal, era visto por
de la barda para reconocer las posiciones enemigas. todos, querido de todos, admirado por todos, aún por
Un balazo le atraviesa el sombrero y le obliga a dar un sus propios enemigos que no perdían oportunidad de
salto involuntario hacia atrás. arrastrarlo a su bando mediante promesas alagadoras.
ANACLETO fué recto, incorruptible, amante del
- No mi coronel, dice un soldado mientras se ríe, estos bien común, de la justicia social, de la doctrina de
diablos no están bromeando. Jesucristo y del engrandecimiento de su patria. Un
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LA CRISTIADA
cristiano y un patriota por los cuatro costados. Eso era COMITE EJECUTIVO.
Anacleto. OFICINA DE ORGANIZACION.
De acuerdo con sus fines, allá por los años de 1924 El Comité Ejecutivo de esta Liga, en sesión efec-
y 1925 fundó la Unión Popular que floreció maravi- tuada ayer, tuvo a bien conferir a Ud. el cargo de:
llosamente gracias a su atinada e inteligente direc- COMISARIO REGIONAL PROVISIONAL de la
ción, así como a la ayuda eficaz que le prestó su Liga Nacional de Defensa Religiosa en el Estado de
infatigable compañero el Lic. Miguel Gómez Loza. Jalisco.
Valiosa cooperación le dieron también los jóvenes de
la A.C.J.M. - Anacleto era el guía, el director, el Esperamos que se dignará aceptar este nombra-
maestro, y justo era y muy humano que amara entra- miento en cuyo caso puede Ud. desde luego iniciar el
ñablemente su organización, fruto de su trabajo y desempeño de su cargo.
desvelos. México, D.F., a 23 de abril de 1925.
Cuando en la Ciudad de México nació la Liga EL COMITE EJECUTIVO.
Nacional de Defensa Religiosa con el fin de unificar Al C. Lic. D. Anacleto González Flores
a todo el elemento católico organizado en la Repúbli-
ca, pensó naturalmente en la Unión Popular, y las Calle de Ocampo N° 95
autoridades de la GUADALAJARA, JAL.
naciente organiza- Cuatro días después contestaba en
ción antes de poner- esta forma sumisa y disciplinada:
se en contacto con
Guadalajara, Abril 29 de 1925.
Anacleto para pe-
dirle que la Unión Sr. René Capistrán Garza
Popular se sumara México, D.F.
a la Liga, consulta-
Estimado compañero y amigo:
ron el caso con el
Excmo. Sr. Arzo- Acabo de recibir el nombramiento
bispo de Guadala- con que se me honró para ser Comisario
jara, Dr. y Maestro Regional Provisional de la Liga Nacio-
D. Francisco Oro- nal de Defensa Religiosa. Desde luego
zco y Jiménez, Pre- manifiesto estar de acuerdo en desem-
lado que conocía y peñar el cargo que se me confiere y ya
estimaba a Anacleto tomo en cuenta las instrucciones y el
en todo lo que va- Reglamento para empezar a trabajar.
lía, y contestó a la Mi dirección es: Juárez 485.
Liga mostrando
Quedo de Ud. y de los demás miem-
cierto temor de que
bros del Gobierno Provisional de la
Anacleto se rehusa-
Liga, S.S.
ra a dejar la Jefatura
de la Unión Popu- ANACLETO GONZALEZ FLO-
lar, considerándolo RES.
muy justo por ser El hombre que en Jalisco podía lla-
obra suya, pero gran sorpresa se llevaron tanto el marse dueño y señor de tan potente organización
Ilustre Prelado como los dirigentes de la Liga cuando como era la Unión Popular, acepta gustoso el cargo y
al recibir Anacleto la invitación ya mencionada, los reglamentos que le da la Liga y a sus órdenes se
contestó de inmediato poniéndose él y toda su pujan- pone a trabajar.
te organización a las órdenes de la Liga. -¿Podría
pedirse más nobleza y más desinterés? (Pág. 276 s. del Tomo IV)
Los documentos que a continuación insertamos Anacleto González Flores, verdadero maestro
dan una prueba más de lo que venimos diciendo. En la calle de Santa Mónica de la ciudad de
LIGA NACIONAL DE DEFENSA RELIGIOSA. Guadalajara y en una casa que llamaremos así al
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refugio material desprovisto hasta de los mínimos El, que lanzaba llamas de ignominia apostrofando
muebles, se hospedaba Anacleto y con él varios tiranos, deshaciendo patrañas anticristianas de los
estudiantes alteños de pocos recursos económicos libros de texto que obligadamente corrompen el
entre los que se encontraba José Gutiérrez procedente juicio de las generaciones escolares, a quienes se
de Jalostotitlán y a quien los compañeros decíamos el entregan con la complicidad de maestros cectáreos.
«médico» porque estudiaba la carrera de Medicina y El, todo ímpetu al señalar la urgencia del aprendizaje
la había tenido que cortar atento al llamado «a filas» del catecismo, que tanto practicaba y enseñaba, al
al que respondieron unánime y espontáneamente la grado de invertir lo que de su sustento hurtaba, en la
casi totalidad de los estudiantes católicos de Guada- compra de un viejísimo fonógrafo que hacía tocar en
lajara repartiendo su tiempo entre las comisiones - la ventana de su casa para llamar con las notas alegres
comandos diríamos hoy- que mandaban los Jefes de sus canciones a la chiquillería de su calle, organi-
Cristeros, y el estudio. zando de inmediato una sesión de catecismo. El, el
En casa el Maestro y los que lo rodeaban, así Maestro por decisión del pueblo, que lo acompañó,
como una honrada y virtuosa mujer que le asistía, que siguió sus despojos mortales en frenética mani-
hacían de la pobreza una bienaventuranza y del festación que consagrara su memoria, no tiene ni
deber un culto. tendrá en su Patria monumentos ni lápidas, ni discur-
sos ni panegiristas. Aun estas miserias humanas
Los primeros de ellos y entre las primeras luchas ofrendó en aras del rescate de un México católico, y
que libraron, no fue la menor el aprendizaje moral y su sacrificio fue acepto!
el entrenamiento físico para el continuo ejercicio del
bien. El Maestro y sus corifeos hicieron acto de Este círculo selecto de voluntades encaminadas
presencia como fundadores en los círculos de estu- por diferentes cauces y a través de estudios y
dios sociales de la benemérita ACJM en cuya van- disciplinas hacia un punto cardinal, hacia el polo
guardia se hizo popular la figura de Anacleto, de de fijeza bien determinada, cuyas coordenadas
frente erguida, el aire indiscutible de Jefe, su abnega- eran el método, la práctica de virtudes olvidadas o
ción y caridad así como el porte de conductor de pretéritas, la continua preparación mediante el plan-
multitudes -signo de predestinado- que vibraba deba- teamiento de las necesidades del país, que se des-
jo del atuendo modesto y casi desaliñado, cautivaron tacaban de entre la historia auténtica, no la falsea-
a las juventudes estudiosas de la capital jalisciense. da, el examen de las urgencias del pueblo y las
Su alegría, casi infantil, que saltaba y se reflejaba en soluciones verdaderas a todos sus problemas. Era
la limpieza de la mirada, tenía explosiones al margen el meollo de la doctrina de Anacleto, encaminada
de cualquiera de sus múltiples actividades, escuchán- hacia el bien de México siguiendo los únicos y
universales caminos: la doctrina del Evangelio aún
dolo entonar a media voz una canción ranchera entre
cuando hubiera que romper -y lo hubo- con la
el interminable ejercicio diario del magisterio, siem-
escoria mundana, engalanada y cubierta de orope-
pre en colegios particulares, lo que le aseguraba
les en fascinante solicitación de bienestar, dinero,
además del sustento, la libertad absoluta de cátedra
comodidad... y con tal decisión juvenil tomada
para formar con férrea disciplina los criterios de sus
entre el conjunto de los que fueron leales, marca-
alumnos.
ban de por vida el rumbo definitivo de esa vida,
Habiendo sido testigos, predilectos discípulos, cerrada a la intrigas y cohechos, a las guiños o
entrañables compañeros y por encima de todo, leales arrumacos de los verdugos de México, cuyas artes
adictos a su causa, la causa de México perseguido y para perder los caracteres son las malas artes del
vilipendiado por las mafias internacionales de la demonio y de sus castrados comparsas, que se
masonería y sus secuaces, se estremece de dolor el acomodan para disfrutar del fruto terrenal de sus
alma en la contemplación del horizonte ennegrecido treinta dineros que conforme arguye cada vendido
en que destacó hasta entregar hecho una piltrafa su serán el producto de su ciencia, de su ingenio, de su
cuerpo este Profeta de los tiempos modernos. No habilidad, pero no de su conciencia limpia. Con
unas letras sino volúmenes y no la voz imperfecta de ellos y con los que vendrán después a engrosar el
uno sino la elocuencia de Atenas habría de cantar y número, rompió definitivamente Anacleto: «No
trasmitir en épicos cantos las enseñanzas del Maes- tenía él noticia de que al pasar el dintel de la muerte
tro, y su vida debiera quedar entre las vidas de los debiera llevarse un cheque en la mano para fran-
hombres que dan fisonomía a su pueblo. quear la entrada del Paraíso...»
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LA CRISTIADA
Qué frase pudo decirse mejor y en qué tiempo, que diente, sin excluír a los más conocidos y famosos
esta sentencia que le abre en par las puertas de la escritores y hombres de acción del siglo pasado.
inmortalidad. Católico práctico, de comunión diaria, se arranca su
Así rubricó su destino Anacleto González Flores. espíritu de apostolado al servicio de todos, especial-
Así selló su suerte en un abrazo con «el Cristo mente de los desvalidos. Teólogo y filósofo; juris-
Mutilado y encarnecido por la revolución...» frase de consulto y político; escritor profundo y orador de
él. Así cayó para siempre y se irguió por último, ya en altos vuelos; músico y poeta; sociólogo y trabajador
el patíbulo apostrofando sin cesar a sus verdugos con social; padre de familia y amigo ejemplar; educador
un reto que ha sido la condenación de los perseguido- nato y obrero manual; apologista cristiano y como
res: «DIOS NO MUERE», fueron las últimas pala- culminación de todas sus actividades: mártir por las
bras del mártir. causas de la verdad, del bien, de la justicia y de la
libertad.
La tragedia de México en las cruentas luchas por
conservar su fe siempre ha sido la ocultación sistemá- Recibió su inteligencia las claras linfas del cristia-
tica de los esfuerzos inauditos del pueblo, resuelto a nismo en un modesto Seminario Auxiliar. San Agustín
cualquier sacrificio antes que abdicar del uso sobera- y Santo Tomás de Aquino fueron sus maestros en
no de sus creencias, ya que tanto se ha hecho mofa de Teología y Filosofía. Demóstenes y Cicerón, Virgilio,
la soberanía suya en los otros campos de la libertad Horacio y Ovidio; Bosuet, Fenelón, Veillot,
individual. Lacordaire, Montalembert, De Mun, Donoso Cortés
y Vázquez de Mella eran sus guías, en su preponde-
Nadie sabe nada. Nadie escribe nada. Nadie revela rante afición oratoria. Windthorst, Malinkredt,
con letras de molde los secretos de la tramoya en la Ketteler, Daniel O’Conel, Sánchez Santos y Clemen-
conspiración del silencio en que pretende hundirse la te de Jesús Munguía, le enseñaron cómo trabajar en
lucha de los cristeros. Si apenas un mercenario hilva- las lides sociales, jurídicas y políticas. Los escritores
na de prisa unos cuantos datos reales entre un fárrago de ellos, entre los mejores, le eran familiares. ¡Y no
de mentiras. tenía biblioteca! Dueño de una poderosa facultad de
Los derroteros de la humanidad han sido senderos síntesis y retención, de una poderosa y admirable
trillados para toda clase de literaturas. Sócrates o capacidad de abstracción, al grado de que podría
Cicerón, los dioses romanos, Buda, Mahoma o los haber a su alrededor el estruendo más ensordecedor,
nuevos pseudo-profetas, en fin todos los que han sin que fuera parte a sacarle de su perfecta atención a
tenido algo que decir, se han hecho escuchar en todo sus meditaciones. Una semana de lectura del libro de
el mundo y sus discípulos fieles pregonan la idea a los más actualidad, cuidadosamente seleccionado -no
cuatro vientos. Sólo el pueblo católico de México, tenemos tiempo para leer sino lo óptimo, solía decir-
digno de mejores intérpretes, seguirá enterrando los le bastaba para conocerlo, a fondo, aun para citar los
cuerpos de sus gladiadores en el silencio y obscuri- pasajes más salientes, textualmente. Los González
dad de las catacumbas, seguirá comiendo el pan Luna -don Efraín y Víctor-; los Chávez Hayhoe -
amargo del proscrito y bebiendo sus lágrimas porque Arturo, Luis y Salvador-; los Ortiz García -Francisco,
escrito está en su destino: nadie hablará por ti ni por María y Gabriel-; Carlos Blanco y Carlos Palomar y
los tuyos, las fuentes de la palabra serán enmudeci- Arias eran sus reales proveedores del libro del día.
das. Están muy ocupados los cerebros en sumar En mil novecientos dieciocho la Asociación Cató-
cheques para el viaje a la eternidad, precisamente al lica de la Juventud Mexicana en la Ciudad de México
contrario de aquel que supo y quiso ser Maestro. le invitó a decir una pieza oratoria en el Centro de la
(Pág. 276 s. del Tomo IV) Colonia Roma. Le esperaba en la vieja estación de
Colonia, una comisión de jóvenes que le recibiría.
Lic. Anacleto González Flores «El Maistro» Seguramente ésta esperaba un personaje rumboso, de
No obstante que es muy conocido como pensador, porte gentil, y no fué identificado entre los viajeros
hombre de palabra elocuente y arrebatadora, lo fué que dejaron el tren de Guadalajara. Poco después, un
más aún como hombre de acción tesonera al servicio tipo desgarbado, un tanto jiboso, de tez morena,
de las causas más limpias y levantadas. Hay muchos pómulos, salientes y ojos hundidos, soñadores, hacía
detalles de él que merecen ser conocidos. Yo entien- su aparición en el Centro General de Estudiantes,
do que es el hombre más completo aparecido en el Cuartel general de la Juventud Católica. Vestía un
campo católico desde que México es país indepen- terno de casimir de muy pobre condición, camisa
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blanca cuello postizo de palomita y corbata de moñito. estudiantes. Para ella no había más remuneración que
Tocaba su cabeza con un fieltro de parecida pelambre una de las tres piezas de la casa como habitación; la
al casimir de su traje. parte proporcional alícuota de la alimentación que
Precedido de su fama como orador y hombre de era posible cocinar al día, haciendo ella misma el
pensamiento, fué objeto de la más cálida recepción bendito pan de maíz que cariñosamente llamamos
por parte de la bullanguera gente estudiantil. Por la tortilla, y la vestimenta de percal y manta que atavia-
noche hizo su aparición en la sala donde tenía lugar ba su rechoncha y veterana humanidad. Se llamaba
la fiesta inaugural de aquel Centro de la Juventud Gerónima España, que el agradecimiento y el cariño
Católica. Cuenta un testigo presencial -el egregio transformaron en «Doña Giro». -Al rededor del
periodista Fernando Diez de Urdanivia- que los pri- «Maistro Cleto» se alegraron Gómez Loza, Reynoso
meros diez minutos de escucharle una selecta Padilla, Padilla Gutiérrez, Gutiérrez González,
concurencia, de lo más granado del mundo católico Gutiérrez Casillas, Navarro, Regalado, Pérez y Pérez,
en aquellos días, fueron una gran desilusión. ¿Es esta Gutiérrez Gutiérrez, Sánchez y Rubalcaba. Una do-
la maravilla que nos manda Jalisco?, empezaron a cena de personas que resultaron: un sacerdote, seis
preguntarse unos a otros. abogados, cuatro médicos y el último que también iba
para médico perdió el tren. Allí nadie tenía que pagar
El tono de discurso fué sencillo al comienzo, pero una cuota periódica fija: cada quien aportaba lo que
fué creciendo en vehemencia, empezó a agigantar el más podía -y era esta siempre exigua- para hacer con
pensamiento y la forma a tal grado que unos minutos ella la alimentación de todos a prorrata.
después la sala se caía en aplausos hasta enloquecer
a todos tras una hora que pasó con fugacidad. Al Y con esa cantidad se pagaba también la renta de
concluir y tras las felicitaciones de incontables perso- casa -Más de algún gato- transformado en liebre por
nas, el presidente del Centro le rogó que le hiciera las virtudes milagrosas de doña Giro, alegró las
entrega del original de su discurso. «No escribo fiestas estudiantiles del falansterio, con las consi-
nunca» -fué la respuesta- y como significara aquel su guientes lamentaciones de alguna bella tapatía de los
sentimiento por carecer de tan preciosa pieza orato- alrededores, que perdía la oportunidad de colocarle
ria. -«mande -dijo el Maistro- una taquígrafa a mi cascabeles prender el moñito de listón azul o rosa del
hospedaje y se la dictaré» -Y al día siguiente reprodu- felino, mientras sus lánguidos ojos verdes azaeteaban
jo textualmente el discurso. -Eso -afirma Oswaldo la ventana de los estudiantes. Allí se discutía de todo
Robles- doctor en Filosofía y Medicina, no habla solo y en voz alta se estudiaba y se cantaba, porque el
de un talento extraordinario, habla claramente del Maistro era un consumado tañedor de guitarra, la que
genio que era Anacleto. como buena girondina se apodaba Carlota Corday; se
decían versos buenos pero mal declamados y hacía
Ex-alumno de seminario, sus estudios fueron des- pininos los futuros Cicerones en las lides oratorias
conocidos por las autoridades oficiales y así hubo de sobre temas sociales, religiosos o políticos; los círcu-
presentar exámenes clase por clase en la Preparatoria los de estudios tuvieron su introducción en aquella
y año por año en la Facultad de Derecho, a título de casa, centro de tertulia de más de medio centenar de
suficiencia y por último el examen profesional ante estudiantes, atraídos diariamente por la camaradería
catorce maestros. Alcanzó las calificaciones máxi- del Maistro Cleto y sus compañeros de vida juglaresca.
mas y recibió su título de Licenciado en Derecho Jamás se jugó a ningún juego de apuesta ni se bebió
SUMA CUM LAUDE, advirtiendo que entre el jura- vino que no fuera el solo vino de la alegría juvenil que
do calificador se hallaban maestros hostiles, que rebosaba del alma del Maistro Cleto, que se esparcía
conocían las actividades religiosas, políticas y socia- por todos sus compañeros y los visitantes, en tareas
les del examinado. de superación cultural, de formación recia del cora-
La creación de la Gironda fué una idea suya. Era zón en las más puras virtudes y trascendía ésto a toda
esta la casa donde se albergaban en solo tres piezas la ciudad, pero más fuertemente en la bariada del
los que formaban la comunidad. Santa Mónica 682 en Santuario de Guadalupe, en donde estaba situada la
la ciudad de Guadalajara. Nada tenía de casa de Gironda. La suspicacia de la policía reservada la hizo
asistencia. Era más bien un falansterio (alojamiento irrumpir más de alguna vez en la Gironda, famosa
colectivo para muchas gentes), al estilo de los de casa de amantes acérrimos de la libertad, gente bulli-
Roberto Owen. Un cuarto era para la matrona des- ciosa y alegre que se reía en las barbas de los genísaros,
interesada que daba comida y ropa limpia a los vengándose éstos de los moradores de la casa y de sus
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visitantes, atestando las cárceles de la ciudad, que se tarea era organizarlos de tal modo, que todo se
transformaban en centros de catequesis, de proselitis- estrellara ante su acción, sin que valiera el poder
mo político y en oratorios festivos de la jácara estu- físico, los recursos de la riqueza, la deserción de las
diantil. clases directoras y las maquinaciones de los poderes
Cristiano completo, en pensamiento y en conduc- extraños al país. Se propuso realizar una tarea de
ta, el Maistro Cleto tenía un modo muy suyo, elevación cultural mediante el establecimiento de
sorprendentemente sabio, de enseñar el bien y corre- excelentes escuelas; orientar a todos mediante una
gir el mal. Nunca contradecía una opinión ni aun de prensa ampliamente difundida, y la formación reli-
los más allegados, sin ser requerido para ello, y giosa y moral más completa con una tesonera
entonces era infalible que nadie se le escapara de las catequización. «Escuela, prensa y catecismo -decía
redes de su dialéctica invencible. Para corregir los él- serán las armas invencibles de la potente organi-
vicios de conducta, nunca llamaba la atención del zación». Del Gandi aprendió la práctica del boicot a
delincuente en forma directa; cuando creía llegada la cuantos enemigos se presentaran y a los que les
oportunidad, un personaje de ficción afeado por los favorecieran activa o pasivamente, y contra las auto-
defectos que trataba de corregir, era puesto al desnu- ridades opresoras precisaba la desobediencia civil, a
do como insensato, como víctima de sus actos mis- costa de todo, aun de la vida misma. Solía decir con
mos, como suicida que se aniquilaba en lo mejor de Preuden: «La victoria alcanzada por medio de la
su ser, que hacía así mismo el objeto miserable de la fuerza no es victoria, es solo entrega que se concede
más oprobiosa de las esclavitudes. Su mecánica de al enemigo». Abominaba de la fuerza como medio de
corrección nunca le falló ni en las alturas del pensa- salvar al pueblo de México. La Unión Popular, su
miento ni en la esfera de los hechos. organización, había crecido en forma notable; se
publicaba un órgano semanal de la misma, GLADIUM
Cuando después de largas horas de meditación en (La Espada), con tiraje de ciento cincuenta mil ejem-
alguna de sus mejores conferencias o discursos, tras plares por cada edición. Sin embargo, contra su
largo ir y venir -por horas- andando por la pieza más parecer, se empleó la defensa armada para defender
grande de la Gironda y quería descansar de su tarea los intereses católicos y su organización fué requeri-
inacabable de trabajo, se le veía frotarse con gran da para que se sumara a la LIGA NACIONAL,
fruición las palmas de las manos a la altura del pecho, DEFENSORA DE LA LIBERTAD RELIGIOSA y
diciendo con calor: «Eh, río de Dios, qué de agua fueron tantos los requerimientos y tan poderosas las
llevas» y llamando a algunos de los Girondinos influencias que lo cercaron, que se creyó en la nece-
«Traiga acá la guitarra» y tras el rasgueo magistral, se sidad de transigir en sus opiniones, al ver que de
arrancaba «Sal morena mía, sal morena mía, sal para muchas partes brotaban solicitudes para que se suma-
mirarte: deja contemplarte, calma mi dolor. Sal a tu ra al esfuerzo acordado, y solo así, por solidaridad,
ventana, sal a tu ventana; sal por un momento, y por disciplina, fué a engrosar las filas de los herma-
escucha el acento de tu trovador». Los compañeros se nos. Y cayó como los buenos; votó con su sangre en
le acercaban hasta completar el quórum y todos el gran plebiscito de la libertad que se llamó el
tomaban parte en la velada, hasta las muchachas del movimiento CRISTERO.
barrio muy buenas amigas de los estudiantes, hacían
su aparición para darle a la fiesta más sabor y alegría, Con cuatro de sus compañeros fué hecho prisione-
por supuesto que con los consabidos repelos de doña ro y sujetado a una inquisición sobre los datos del
Giro que no le agradaba ver faldas en la casa. movimiento, que no a la comprobación de su respon-
sabilidad. Antes de la ejecución, suya y de sus com-
Pero lo que culmina en la vida del Maistro es la pañeros, pidió como gracia ser el último en morir,
forma gloriosa de su muerte. Había predicado que para alentar a los demás a no desfallecer ante la
cuando las actividades encaminadas a la salvación de prueba, sino mantenerse firmes, y dijo con toda la
la Iglesia y de la Patria hubieran fallado, habría vehemencia de que era capaz y poniendo también
necesidad de votar no con papeletas que pisoteaba la toda su elocuencia, un discurso maravilloso sobre la
vesania de los enemigos, sino votar con las propias inmortalidad del alma y la impotencia de los tiranos
vidas en un plebiscito de mártires. en someter un solo pensamiento y un solo afecto de
Inspirado en Winthorst, organizó la Unión Popu- la misma. El pelotón primero no quiso obedecer las
lar, con una disciplina de hierro. Había lugar allí para órdenes de ejecución que había dado el Jefe de las
todos los católicos, y estos debían tomar su puesto; la Operaciones Militares en Jalisco, y fué sustituido por
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LA CRISTIADA
otro. Como él lo pidió, fueron muertos primero sus enemigos, como son la prensa, la enseñanza libre,
compañeros, cayendo él al final con la fortaleza para llevar a Dios a todas partes y para combatir con
invencible de los mártires, para confusión de los los medios que la civilización ha puesto en nuestras
perseguidores que aseguraron su derrota ante la liber- manos?
tad invencible del espíritu». Urge que para contrarrestar victoriosamente la
(Págs. 229 a 233 del Tomo II) obra del maestro laico, del periódico impío y del libro
malo, todos los católicos protejamos decididamente
Por el Sr. Lic. Anacleto González Flores a la buena prensa, que la leamos, que la compremos,
Contra la derrota que protejamos únicamente a los que se anuncian en
Los descalabros que estamos padeciendo todos ella; urge también que matemos al libro malo y que
los días los católicos son innumerables. hagamos entrar en los hogares al libro bueno; urge
que enseñemos el catecismo en nuestros hogares.
Porque todos los días, lo poco que se haga y se
hace en los espíritus de los niños y de los jóvenes con Urge, en fin, que todos los socios de «La Unión
el fin de encaminarlos hacia Dios, totalmente o se Popular» y que todos los católicos que de veras
debilita con la acción del maestro laico. deseen hacer algo serio y firme por la causa de Dios
y de la Iglesia, secunden nuestras tres cruzadas.
De manera, podemos decir, que lo que se edifica
en la carne y el alma de la niñez y de la juventud El éxito depende de que nos unifiquemos, de que
trabajosamente, angustiosamente, dentro del hogar y sumemos nuestros esfuerzos, de que actuemos uni-
del templo, es derribado, hundido todos los días por formemente.
la mano implacable del maestro de la escuela laica. Publicamos el anterior artículo del Maestro, tal
Porque no solamente se nos combate a todas horas cual apareció en «Gladium» en su época. Recorda-
y a cada momento dentro de la escuela laica y dentro mos en el aniversario de su sacrificio al más grande de
de los establecimientos de enseñanza organizados los Jefes católicos que trató el asunto de los libros
por el gobierno; sino que también todos los días por malos que ahora, peor que antes corrompen a la
la prensa protegida por el mismo gobierno y por otras sociedad prácticamente indefensa porque el único
empresas que no se preocupan poco ni mucho de los freno apropiado para contrarrestar la ola de inmundi-
intereses de Dios y de la Iglesia, están deshaciendo cia en que vivimos, está amordazado por los artículos
toda la obra de los padres de familia y la que el constitucionales 3°. y demás que la Revolución se
sacerdote realiza dentro del templo con el sudor de su obstina en mantener para su propio provecho: pescar
frente, con la angustia suprema de su alma. en río revuelto.
Y por último, el libro malo, sea en forma de Qué diría el ‘Maistro Cleto’ si viera lo que noso-
novela, sea en otra forma, también todos los días, con tros estamos viendo en estos días de democracia
una sola de sus páginas arranca a veces de lo íntimo dirigida? Cuando existen sociedades como la «Unión
de las entrañas de las almas y de las conciencias, todo Defensora de Vagos» que tiene como lema: «Primero
lo que maestros, sacerdotes y padres de familia du- muerto que trabajar»?
rante largo tiempo y por medio de un trabajo agotante, Pongamos en práctica las enseñanzas del Maestro
continuado y tenaz lograron edificar en el pensa- y haremos honor a su memoria.
miento y en el corazón de los hombres.
(Pág. 325 s. del Tomo III)
Y claro es que mientras los católicos nos limita-
mos a sudar y a angustiarnos por edificar, sin tomar- Recordando al Maestro Anacleto (XXXV Ani-
nos el trabajo de contrarrestar tenazmente, constante- versario)
mente, la obra de la escuela laica, la obra de la mala Entre los hechos notables del Maestro Anacleto
prensa y la obra del libro malo nuestras derrotas serán está la sujeción absoluta e inmediata, con toda la
inevitables, perderemos todos los días conciencias, organización de la Unión Popular a la Liga Nacional
corazones, voluntades y energías. Defensora de la Libertad Religiosa, Institución fun-
Porque todos los días nos valemos de la palabra dada posteriormente y cuando ya la Unión Popular
hablada para encaminar el espíritu de la niñez y de la estaba dando sus frutos.
juventud y tenemos confianza en el éxito ¿por qué El mismo Excmo. Sr. Arzobispo de Guadalajara,
menospreciar los medios de que se valen nuestros de feliz memoria, Mons. Orozco y Jiménez, sabiendo
pág.
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LA CRISTIADA
que la Unión Popular era obra casi exclusiva del RES CATOLICOS por no haberse querido
Maestro, temía que éste se negara a incorporarse a la sindicalizar con los socialistas. Se trabaja en estos
naciente Liga, lo que podría traer consecuencias momentos por sostener a esos trabajadores y por
graves en la unidad que debía ser base de toda triunfar del atentado, y
resistencia. Pero afortunadamente Mons. no tardó 6°. Hoy, por capricho y antojo de Zuno y sin que se
mucho en saber que el organizador de Jalisco era hayan llenado los requisitos de ley se pretende
además el campeón de la unidad, lo que demostró al arrojar de la casa anexa al templo de Santa Teresa
afiliarse en seguida, sin condiciones y totalmente sin a las inquilinas para apoderarse de esa casa de
reservas, con toda la Organización de la Unión Popu- Gobernador.
lar, a la Liga.
24 de Junio de 1925.
Ya hemos dado a la estampa correspondencia que
demuestra lo que llevamos dicho, pero ahora copia- El Delegado Regional en Jalisco
mos lo siguiente; Anacleto González Flores.
Delegación Regional de la Liga de Defensa Reli-
(Pág. 330 del Tomo V)
giosa en Jalisco.
Atentados cometidos por el Gobernador del Esta-
do, Sr. J. Guadalupe Zuno en el año de 1925, contra
la libertad de conciencia, de enseñanza, de pensa- 3.- Lic. Miguel Gómez Loza
miento y de trabajo:
Compañero y más activo
1°. Clausura del Seminario Conci- colaborador de Anacleto El
liar de Guadalajara; hecho ya Grande
bastante conocido y el cual no
Como un mentís a quienes
pudo ser reabierto.
han afirmado que la «Unión
2°. Clausura del Seminario de Ciu- Popular» jamás se adhirió a la
dad Guzmán; se le concedió el Liga Nacional Defensora de
amparo y fue abierto, pero doce la Libertad Religiosa, sino que,
días después fué nuevamente por el contrario, tuvo diferen-
clausurado. Acaba de negarse el cias con ella, damos a la publi-
amparo. Veremos si se efectúa la cidad la carta dirigida con fe-
reapertura. cha 21 de diciembre de 1925
3°. Atentado al Instituto de Ciencias al Sr. Lic. Miguel Palomar y
de Jalisco; hecho bien conocido) Vizcarra, entonces Vice-Pre-
sidente de la Liga, por el ilus-
4°. Atentado consistente en ordenar
tre Lic. Miguel Gómez Loza,
que se hiciera comparecer a los
prominente miembro del Di-
que protestaron desde distintas
rectorio de la «Unión Popu-
poblaciones del Estado, ante el
lar» y que durante el tiempo
Gobernador por haber protesta-
que vivió la lucha armada
do. A seis vecinos de Etzatlán se
fungió como Gobernador Ci-
les hizo comparecer por la fuer-
vil de Jalisco.
za. Los demás resistieron dentro
de la ley y han logrado ser respe- Dicha carta atestigua ple-
tados. Intento de hacer comparecer al R. P. Salva- namente la lealtad hacia la Liga por parte de la
dor Morán, Ministro católico de Ocotlán, interpu- «Unión Popular» y habla muy alto del patriotismo y
so amparo y no se respetó. disciplina del Lic. Miguel Gómez Loza, «El Chinaco»
5°. Hace apenas seis días que por una maniobra como cariñosamente lo llamaban sus amigos; hom-
política en que el Gobernador Zuno es el principal bre leal a carta cabal, de fe y convicciones inquebran-
resorte, fueron impedidos de entrar a su trabajo en tables; incansable luchador que fué, hasta su muerte,
la Fábrica de Hilados «Río Grande» en ejemplo de caballeros y azote de tiranos y cobardes.
Juanacatlán, Jal., SEISCIENTOS TRABAJADO- He aquí la carta:
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LA CRISTIADA
Diciembre 21 de 1925.
Sr. Lic. D. Miguel Palomar y Vizcarra. 4.- Cristero de Tepa
México, D.F. (J. Jesús Márquez)
Muy estimado y querido amigo: Datos biográficos del Jefe Cristero J. Jesús
Márquez.
Con todo gusto contesto su muy grata de fecha de
antes de ayer, que recibí hoy. Este notable soldado de Cristo nació en Tepatitlán,
Jal., pertenecía a las fuerzas del famoso Güero Mónico
Refiriéndome a sus encargos, después de haber
tan conocido en la región de los Altos. Al iniciarse el
tratado el asunto con Anacleto, puedo decirle lo
movimiento de defensa de los católicos, Jesús
siguiente:
Márquez acompañado de veinte hombres bien arma-
La Unión Popular siempre, desde su adhesión a la dos y bien pertrechados se separó de las fuerzas del
Liga Nacional de Defensa Religiosa, se ha considera- Güero Mónico, e inició su movimiento de libertad.
do parte de ésta, y como centro en el Estado de
Durante tres largos años luchó defendiendo los
Jalisco.
derechos de Cristo y solo por milagro pudo salir con
La Unión Popular, desde que apareció la L.N.D.R., vida, pues su valor a la hora de los combates rayaba
dió orden a todos los centros existentes en varios en temeridad.
Estados, que se adhirieran a la Liga, cesando desde
Esperamos que personas que lo acompañaron a
ese momento las relaciones de dependencia, que
quienes consta lo mucho que este joven batalló escri-
hasta entonces había tenido.
ban más ampliamente sus actos guerreros que tanto lo
A la fecha no tiene más relaciones con estos distinguieron.
centros, que los de prensa que voluntariamente com-
Después de los arreglos con artimañas propias de
pran a la Unión Popular.
los callistas, fue hecho prisionero en Tepatitlán, Jal.,
Que en la sesión del Directorio de la Unión Popu-
lar, cuando se trató lo de la convención, se acordó que
si se invitaban algunos centros de fuera del Estado, tal
invitación no tendría el carácter de obligación para
los centros invitados, sino sólo de cortesía. Que si
acaso la Secretaría extendió alguna comunicación en
otro sentido, no fué con las instrucciones del Direc-
torio.
Ahora bien, como yo he asistido a casi todas las
sesiones del Directorio, puedo dar fé, que nunca se ha
pretendido extender su competencia de jurisdicción,
a lugares que no le corresponden; con la advertencia
de que si hay alguna irregularidad en ese sentido es en
las poblaciones que perteneciendo al Estado o Arzo-
bispado, no están dentro de dichas entidades, y sólo
para el efecto de prestarnos mutua ayuda en las
campañas en que hay mutuos intereses por defender.
Así pues, creo que no hay motivo para alarmarse,
y creo que seguiremos perfectamente bien, y con los
mejores deseos de que haya unidad y armonía en
nuestros trabajos.
Esperando se encuentre perfectamente bien, y con
los más afectuosos saludos, queda este su Afmo. Ato.
y S.S. y amigo
Miguel Gómez Loza. (Rúbrica)
(Pág. 153 s. del Tomo IV)
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LA CRISTIADA
le aplicaron la ley fuga y cuando estaba casi por y habló con el coronel Lacarra, quien dispuso que el
escapar Dios permitió al verdugo que lo perseguía mencionado Secretario y el Presidente Municipal
machacar a Jesús la cabeza con una gran piedra. El hagan una visita de inspección acompañados de una
lugar donde este valiente soldado fue sacrificado se patrulla de callistas. Llegan y dan tiempo para que el
llama San José Banzate, muy cerca de Tepatitlán. sacerdote se oculte en la carbonera de la casa, donde
Rogamos a quien más sepa nos den todos los datos probablemente se hubiera salvado si la imprudencia
respecto al valiente Márquez, para darles la debida de una mujer no hubiera intervenido, haciendo que
publicidad en «David». con la falda extendida cubría a una persona, cuando
los sicarios cansados de buscar por todos los rincones
México, mayo de 1953. se salían echando, o mejor dicho vomitando pestes y
(Pág. 171 del Tomo I) culebras.
La actitud de esa mujer hizo que los tiranos entra-
ran de nuevo a la carbonera y buscando con más
5.- Padre Tranquilino Ubiarco cuidado dieran con el Padre que se ocultaba entre la
costalera del carbón.
El Padre D. Tranquilino Ubiarco, Vicario Ecónomo Le sacan a culatazos y conducido ante el coronel
de Tepatitlán, Jal. Lacarra le sentencia a muerte: a la horca.
El Padre Ubiarco era un celoso apóstol y no tuvo El Padre oye su sentencia sin inmutarse poblado,
otro delito ante los ojos de la tiranía que el cumpli- plugo a Dios que pasara por la acera y cuando camina
miento de sus deberes sacerdotales al suplicio a las orillas del de la casa
en el lapso más borrascoso que donde se ocultaban su anciana ma-
tuvo la Iglesia de Guadalajara; dre y su débil hermana: El mártir
cuando el Ministro de la Guerra tose y la hermana reconoce la tos de
Gral. Joaquín Amaro ordenó que su hermano, y sin decir nada a la
se fusilara a los sacerdotes que se viejecita que les diera el ser, sale y
encontraran en los lugares donde distingue entre la oscuridad de la
militaban los «Cristeros». noche al grupo de los que llevaban
El Padre que ejercía en una de al Padre al cadalso.
las plazas más visitadas por los La pobre joven corre para alcan-
soldados de la libertad; en el cen- zarle y, de rodillas suplica, llora, e
tro estratégico de las operaciones implora piedad para el único sostén
militares de la célebre región de de la viejecita que no conoce aún el
«Los Altos». paradero de su hijo; mas los sayones
La noche del 5 de octubre de inexorables la rechazan varias ve-
1928, es solicitado el sacerdote ces; pero ella corre detrás hasta que
para administrar el sacramento del logra ver con ojos espantados que
matrimonio en una casa, frente a su inocente hermano inclina apaci-
la plaza principal de la población; blemente la cabeza colgado de un
por más precauciones que tomó árbol, como el más refinado de los
para llegar a aquel domicilio, el feroces criminales...
Secretario del Ayuntamiento que El mártir era originario de
se encontraba sentado en una de las bancas de la plaza Zapotlán el Grande: nació el 8 de julio de 1899 y se
reconoció al Padre a quien creía en Guadalajara, ya ordenó el 5 de agosto de 1923.
que en efecto días antes había salido para esta capital.
Empero el mal funcionario no dio paso alguno para Además fueron sacrificados por los sicarios del
perjudicar al sacerdote; se limitó a seguir vigilando. tirano en la Arquidiócesis de Guadalajara los sacer-
dotes siguientes domiciliados en otras Diócesis Pa-
Después de algunos momentos observó que la dre D. Julio Alvarez, de Aguascalientes, en el pueblo
familia introducía unos jarrones con flores frescas y de San Julián.
que el movimiento en aquella casa era inusitada a esa
hora, 11 de la noche. El traidor se encaminó al cuartel (Pág. 28 del Tomo V)
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LA CRISTIADA
DECANATO IV (ATOTONILCO)
B) FELIPE ALVAREZ
ALV
1.- Atotonilco el Alto, cristero Felipe Alvarez, joven acejotaemero nacido en
A) ANGEL RIZO Atotonilco el Alto, Jal., causó alta en el Ejército de
Cristo Rey a la edad de quince años. Su señor Padre
Presentamos con mucho gusto y honor al Sr. se oponía a que saliera al campo por sus pocos años;
Angel Rizo, primer soldado de Cristo Rey que murió pero él siguió pidiéndole le permitiera salir; conse-
en Atotonilco el Alto, el día 19 de Enero de 1927.
Fuerzas
cristeras ocupa-
ban la pobla-
ción de Atoto-
nilco, cuando
se presentó el
callista
Medina por el
lado de la es-
tación del fe-
rrocarril. El
soldado de
Cristo Angel
Rizo que es-
taba casi cie-
go, por una
enfermedad
en los ojos, al
tener conoci-
miento del lugar guido el permiso se presentó ante uno de los jefes que
donde se encontra- lo recibió. En su primer combate lloró de miedo y
ba Medina, tomó su rifle treinta treinta y se encaminó recibió reprimenda de parte de su Jefe; pero su amor
a la estación donde en un carro de ferrocarril estaba el a la causa y las peticiones que hacia a Dios, le dieron
jefe Medina. El enemigo creyendo que se trataba de valor para continuar en la lucha y elevarse por sus
algún cristero que desertaba de nuestras filas no méritos en campaña de soldado a Capitán. Dos veces
detuvo en su marcha al valiente soldado. Este pregun- fué herido en combate. Este valeroso joven tenía
tó a algunos de los que estaban ahí, dónde se encon- amplios conocimientos en curar heridas, pues con
traba el Jefe, le contestaron que en un carro de anterioridad había practicado mucho en el hospital de
ferrocarril, se dirigió al lugar y preguntó nuevamente Atotonilco; esto sirvió a muchos de nuestros heridos
y el mismo jefe callista Medina respondió a la pre- que fueron curados por él. Pariente del General Lauro
gunta de Rizo, diciéndole que él era. Vengo a matar Rocha, fué muy perseguido por los callistas después
a uste, le dijo Rizo, y sin más le disparó un tiro que de los arreglos; pero pudo escapar gracias a la protec-
dejó muerto al callista Medina. Todos los callistas ción de Dios.
que estaban cerca del lugar y presenciaron el hecho Felipe de Jesús.
dispararon sus armas contra Rizo que calló acribilla-
Cap. José María Alvarez heroico luchador cristero
do por las balas de los callistas.
que murió en el combate de Las Huertas en el que el
Este fué el primer mártir de los hijos de Atotonilco callista Z. Martínez fué derrotado por las fuerzas
que con tanto amor y valor lucharon por la libertad de cristeras.
la Iglesia. F. A.
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LA CRISTIADA
C) PEDRO OROZCO Con esta fecha, (junio 27 de 1936) doy estos datos
que yo vi. Lo que pasó para que se comenzara la lucha
Pedro Orozco, soldado de Cristo Rey, murió en un
cristera comenzó en esta forma:
combate cerca de Capilla de Guadalupe, Jal.
El Padre de este joven militaba al lado de los Que fueron unos Jefecitos de una sección que
callistas y perseguía encarnizadamente a su hijo hacían un centro en que ponían el retrato del Papa, y
Pedro; en uno de los muchos combates que ambas los hicieron en mi casa, porque mis hermanos no
fuerzas sostuvieron padre e hijo se encontraron; Pe- quisieron ir a las juntas al Maguey; y entonces pensa-
dro quiso rehuir la pelea, pero su padre lo obligó a ron ponerlo en mi casa. Mis hermanos alegaban que
defenderse. Como un castigo de Dios para aquel mal se iba a tratar de cocolazos, que a ellos no los
padre, su hijo le dió muerte. Cuando a Pedro le decían engañaban. Los jefes decían que no, que era una
que cómo se había animado a disparar contra su política, y mis hermanos decían: lo van a ver, y
padre, contestaba. Primero está Cristo que todo lo ustedes son los primeros que van a correr.
demás. Pues se llegó el día, que fué la primer entrada. Que
F. A. fue en enero, nomás no me acuerdo qué día señalado.
Fue domingo y mis hermanos no fueron al pueblo de
D) JUAN JUAREZ Atotonilco. Nosotros vivíamos en el rancho del
Salitrillo.
Cuando íbamos a misa encontramos a Herme-
negildo Pérez, que iba a la carrera por mis hermanos;
que fueran a dar la mano fuerte, ellos que tenían
armas. Y entonces le dicen: Como ves, te salió cierto
de lo que te decíamos, y así fue que nos van a dejar
solos, ustedes nos querían boicotear porque les decía-
mos que se iba a tratar de cocolazos. Y siempre se
fueron con sus armas. Y mis papás se quedaron
rezando letanías en voz alta. Y que Viva Cristo Rey,
y Santa María de Guadalupe.
Y los defendió Santa María de Guadalupe. Andu-
vieron por la cuesta de Santa Rosa, topetiándose con
los enemigos. Se asustaron unos con otros. Al tiempo
que Manuel mi hermano iba a brincar una cerca, el
capitán callista azotó para atrás y Manuel para el otro
lado. Dios lo cuidó y llegaron en la madrugada, que
ya los creíamos muertos.
Y llegaron platicándonos todo lo que les había
pasado. Y de allí para adelante fue el sufrimiento de
Juan Juárez, distinguido miembro de la A.C.J.M., mis pobres padres: pues hijos y nietos en la lucha para
perteneciente a Atotonilco el Alto, Jal., que tanto se defender una causa justa. Y con aquel gusto que los
distinguió en la preparación de las fuerzas cristeras. recibíamos, cuando llegaban a la casa con el Padre
Murió fusilado cuando desempeñaba una comisión de Pedroza. Haciendo guardia, y en la mañana que se
la Liga Nacional Defensora de la Libertad Religiosa. iban se quedaban mis papás dándoles la bendición,
que ni sabíamos para donde se iban, hasta que volvían
(Pág. 329 a 331 del Tomo I) tristes por sus caballos que se los mataban. Y les decía
mi papá: llévense mi caballo, no se apuren por eso.
Por fin el caballo se «derritió» y nomás llegó a morir;
2.- Cristeros y mi papá muy conforme.
de Atotonilco el Alto Pues se llegó el día de entrar a Milpillas. Tenían ya
Memorias de J. Trinidad Dueñas de Atotonilco, el dos años en la lucha. A Manuel lo mandaron de
Alto. avanzada, y el Gobierno estaba posesionado de una
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LA CRISTIADA
cerca. Allí hirieron a Manuel en la cien izquierda, le na por nosotros, y lo montaron a caballo. Y nos
traspasó la bala la cabeza. Y Dolores Alcaraz lo sacó fuimos para las Capitanas. Mi hermana y yo llegamos
en su caballo, y lo llevaron hasta el Refugio, y de allí a la primera casita, y Jesús bajó a un arroyito con
a la cuesta del cerro de las Villas. Manuel y Epigmenio. El Gobierno entró al arroyito y
A los cinco días le empezó a madurar aquella sacó a tres pacíficos; y sentimos mucha tristeza
herida, y a los ocho días se murió. Duró veinticuatro porque ya los habían hallado y no fueron tres pacífi-
horas tendido. Mi papá le gritaba en voz alta, que cos. Y Jesús escondido detrás de unas matas de frijol
resucitara y siguiera peleando por con sus dos heridos; y el gobierno rodeó la mata de
la causa justa. Estábamos mi frijol y no los halló.
mamá, mi papá, las dos herma- Mi mamá se nos quedó perdi-
nas y Jesús que todo el tiempo lo da en el cerro, y mi papá en la
cuidó. Lo dejó el Padre Pedroza, cuesta. Y ya muy tarde vimos a mi
porque después de haber durado mamá que iba por la falda del
las 24 horas, llegó el Padre cerro, y fuimos por ella. Luego
Pedroza en la noche y lo halló nos fuimos para el Guayabo, y la
tendido. Y llegó el Padre dejamos encargada en una casa.
Navarrete y nos preguntó que Y nos fuimos para el Refugio yo
cuando tenía el delirio ¿qué de- y mi hermana Chona, y en la ma-
cía? Y respondimos que decía: ñanita nos fuimos a buscar a mi
Que viviera Cristo Rey y Santa Papá al cerro de las Villas. Y
María de Guadalupe, y con las vamos llegando al cerro y halla-
manos haciendo que estaba ti- mos a mi papá cerca de la cueva,
rando balazos. Y entonces tomó sentado y cobijado. Y el cerro
el libro en las manos y empezó a lleno de gobierno disfrazados con
leer. Y como a la una de la maña- sombreros grandes. Y llegamos a
na se fueron. Y les dice una her- la cueva y sacamos todo lo que
mana mía: Padre, pídale a Dios teníamos, herramienta de opera-
que resucite Manuel. Y él le dice: ciones, y medicinas, y nos fui-
Sí, yo le pediré. Y dice mi papá: J. Trinidad Dueñas. mos. Y D. Nazario iba para su
Y que siga en la lucha. Y también casa, cuando ve una casa ardien-
le concedió a mi papá que lo do, y el gobierno lo vió. Y dió la
sepultara en la casa para que no se quedara en el vuelta y nos hace con la mano que le corriéramos.
campo.
Y corrimos y nos respaldamos a una peña muy
Y Anatolio Partida de Michoacán con su gente alta, y allí pasamos todo el día. Que ni supimos cómo
arriba en la Mesa resguardando para llevarlo a sepul- entramos a esa peña, y allí nos estuvimos hasta que
tar... y resucitó. Y la casa sirvió para Clemente bajó el gobierno. Y el gobierno bajó hasta que Alber-
Mendoza. to Barajas tiró unos cuantos tiros al otro lado del río,
Y al otro día que resucitó, le mandó decir el Padre y de ese modo nos retiró al gobierno y pudimos salir.
a Jesús mi hermano, que muy listo porque el gobierno
había agarrado a un soldado compañero. Y se creyó Y en seguida fuimos por mi mamá que la había-
que si entregaba a los heridos le salvaban la vida. Iban mos dejado en el Guayabo. Y caminamos toda la
del gobierno novecientos de caballería y otros tantos noche buscando a mis hermanas, hasta que dimos con
de infantería. Cuando divisamos aquella multitud de ellas en el potrero del rastrojo, sin más tapadera, y
gente, entonces yo y mi hermano Jesús tomamos a Manuel como un inocente; y nomás se mejoró y otra
Manuel, uno de cada brazo, y yo con las armas de vez siguió.
Manuel; y otro herido se quedó a taparse con hojas de Y Santiago como también lo hirieron en el Agua
roble y Epigmenio Andrade con otro brazo colgando Caliente, en una entrega y traía siete heridas, y los
herido; y así subimos aquella santa cuesta. Llegamos apartó el Padre porque andaban heridos. Y luego los
con la gente de Anatolio, y les dice Jesús mi hermano: volvieron a entregar, y otra vez le tocó a Manuel que
¿Muchachos, quién me ayuda a sacar a Manuel? Y lo siguieran así como andaba vendado de la cabeza,
dicen dos muchachos: Nosotros, ahora por él y maña- a las peñas de las Villas, y subió a una peña muy
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LA CRISTIADA
elevada que no supimos ni cómo, y le gritaban que se Y José Dueñas, otro nieto fusilado en El Tigre.
rindiera tiroteándolo y le dieron un balazo en un Este lo tomaron prisionero en San Joaquín, munici-
dedo. Y les contestaba que estaba rendido estampado pio de Atotonilco el Alto, Jal., por entrega de los que
en la peña, y les decía que estaba rendido pero por se hicieron al lado del gobierno. Lo martirizaron
Cristo Rey y María. mucho para que entregara a su papá, Santiago Due-
Y en esa tarde cuando se retiró el gobierno, porque ñas. Y él les decía que no entregaba nada que al cabo
Alberto Barajas les hizo unos tiros para quitárselos. Y ya lo tenían en sus manos que hicieran de él lo que
entonces fueron los pacíficos a ver quién era y era quisieran, y que ¡Viva Cristo Rey y por El doy la vida!
Manuel que estaba estampado en la peña. Le quebraron la boca a golpes y siempre a la eterni-
dad. Y fueron dos mártires de la familia.
Entonces los pacíficos los sacaron. Con sus ceñi-
Y Manuel que le quitaron la vida por la misma
dores lo descolgaron para que se agarrara de los
causa. Que él siempre tenía un celo por cuidar la casa
ceñidores, y se tomaron de manos unos con otros, y
de Dios, fácilmente lo camanduliaron la señora del
lo sacaron de aquella peña. Y llegó el aviso a mi papá
Comisario Jesús Guzmán, y la señora se llama Dolo-
que Manuel era muerto y que llevara en qué bajarlo
res Gutiérrez. En presencia de ella lo mataron en el
del cerro, y hasta los cinco días compareció vivo.
atrio de la capilla de la Mesa del Pino.
Y ese mismo día agarró el gobierno a Dolores
De 18 años entró a la lucha cristera, y murió a los
Alcaraz, Trino Padilla y a Mateo y se los llevaron
44 años siempre por lo mismo que él decía, que daba
a Yurécuaro descalzos y amarrados que por donde
su vida por Dios, que por Dios vivía y por Dios
iban, dejaban las huellas pintadas de sangre, pero
moría. Fue una historia muy larga de Manuel. Con
muy fuertes diciendo que viviera Cristo Rey y
ser resucitado y volver a vivir otro tanto más de vida.
Santa María de Guadalupe, y cuando entraron al
Fue sufrir hasta la muerte aquellos ataques que le
Camposanto decían que por Dios vivían y por Dios
redundaron desde ese tiempo de su resurrección y
morían.
cuando le pasaba el ataque se distraía y gritaba que
Y Mateo fue al último que le dieron un tiro, cuando viviera Cristo Rey y Santa María de Guadalupe, y lo
por fuera del Camposanto se fue a ver. Se fue a una decía recio y quedito, y no tenía miedo a morir. Los
vista, y les hizo unos tiros, y tocó que nomás un tiro papás se llamaban J. Refugio Dueñas y Ma. Refugio
le dieron a Mateo en la cara en una mejilla y cayó. Y Cholico.
luego que se sintió con potencia se levantó y salió y
Cuando estuvimos en ese cerro santo de las Villas,
se pasó el río así herido como iba y se favoreció.
¡cerro bendito! estaban dos jovencitos. Uno se llama-
Y fue una grande historia. Esos hombres fueron ba Alberto y las dos hermanas se apellidaban Velasco
los que sacaron a Manuel de Milpillas herido, que fue y nunca faltaban con nada: tortillas, comida y alimen-
el 28 de noviembre, segundo año que tenía de andar tos para nuestros heridos Nazario Melendes y Trino
en la guerra cristera. Ese mismo día murió Luis Melendes, y todos los Mares, gente de lo que se
Aguilar y además Trino Gaitán y Juan Rocha, pero nombra fina. Pero se llegó el día que nos sacó el
todos muy fervorosos y con la voz alta gritando que gobierno de allí. Manuel Cruz era el que curaba a
viviera Cristo Rey. Manuel, él le sacaba buches de pus con su boca. Hasta
Y con aquellos vientos tan fuertes que hasta la después llegaron las enfermeras.
tierra se estremecía. Y mis pobres padres decían que Todo esto nos pasó.
cuando llegaba la gente de la Unión, al primero que Estos datos los dá J. Trinidad Dueñas.
llegaba salían preguntando por todos sus hijos y
nietos. ¿Quién me falta? Faltó Manuel y más conoci- (Pág. 86 s. y 110 s. del Tomo III)
dos. Pasen revista para estar más ciertos. Pues en el
combate de Cerro Gordo murió Salvador Dueñas que
andaba de asistente del Padre Pedroza, con 22 bala- 3.- Contingente de Sangre
zos, y murió por salvar a su General Pedroza. Y ya de Atotonilco el Alto
mandó el Padre la ropa de Salvador. Y Abraham el
padre de Salvador le decía a mi papá: Fíjese, papá, ya «Pequeños datos de la vida social y religiosa»
murió su nieto. Y fué el primero que murió de la En los años de persecución religiosa yo juzgo a mi
familia Dueñas. modo de pensar que es interesante escribir algo, ya
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LA CRISTIADA
que en esos años de 1920 a 1926, tomaron parte muy lenguas, Seminarista luchador. 21.- Francisco Muño
activa en la vida social y religiosa; nuestro muy (por malas lenguas). 22.- Juan Juárez, Seminarista
querido presidente del «Sindicato Interprofesional luchador. 23.- Juan Preciado, luchador sin miedo.
de Obreros Católicos, Pío XI». Don Jesús Degollado 24.- José González, en las armas. 25.- Francisco
Guízar que como ya lo sabemos, después fue el muy Loza, capitán. 26.- Felipe Pantalión, soldado Cristero.
digno general de las tropas de Cristo y de la 27.- Isidoro Jasso, por mala lengua. 28.- Alejandro
Guadalupana. López, soldado Cristero. 29.- Capitán Francisco Peña.
Es de notarse la actividad realizada por el Bene- 30.- Emilio Rodríguez, cooperador. 31.- Manuel
mérito apóstol y mártir que en vida fue guiador y Aceves, «El Zarco». 32.- Librado Ramírez. 33.- Ra-
orientador de nuestro pueblo, ya que entonces estaba fael López. 34.- Salvador Gutiérrez, de la Mesa del
sumamente dormido en los deberes como Católicos y Pino. 35.- Jesús González. 36.- Marcelino Padilla.
como ciudadanos. Lo que yo pude ver, no quisiera 37.- Victoriano Díaz, soldado. 38.- Jesús Sandoval,
que quedara olvidado, pues debemos estar agradeci- soldado. 39.- Juan Aceves. 40.- Margarito Aceves.
dos con el señor licenciado don Miguel Gómez Loza, 41.- J. Guadalupe Angulo. 42.- Jesús Rodríguez. 43.-
quien murió en el Rancho «El Lindero», Municipio Alberto Gutiérrez. 44.- Encarnación Rodríguez, col-
de San Francisco de Asís. gado en el Barrio Chichimeco. 45.- Arnulfo Zúñiga.
46.- Tomás Guzmán. 47.- Camilo Vázquez. 48.-
Luego tuvimos la dicha de verlo cuando fue exhi- Crescencio González. 49.- Mateo Heredia. 50.-
bido en esta plaza, que aunque muy desfigurado lo Victoriano Ornelas. 51.- Pascual Rojo. 52.- Césareo
reconocimos. El coronel que lo mató también fusiló Rodríguez. 53.- Cornelio Valencia. 54.- Ricardo
al capitán don Gabino Alvarez. Vázquez. 55.- Ramón Saldaña. 56.- Silverio Esquivel.
El mencionado coronel me tomó prisionero, pero 57.- José Esquivel. 58.- Valente de la Cruz. 59.- Celso
como no me encontrara causa alguna, el presidente Saldaña. 60.- Hilario Solorio (el ciego azote de los
municipal, don José Gutiérrez tenía ganas de que me sardos). 61.- Eugenio Rayos. 62.- Manuel Dueñas,
fusilara, y me criminó dándome el título de jefe defensor de la Casa de Dios. 63.- J. Trinidad Vázquez.
intelectual de las tropas Cristeras, pero lo que me hizo 64.- Alfonso Sotelo.
el coronel, fue expulsarme del pueblo. Además de éstos que fueron los jefes hubo otros
En esta misma población en la Hacienda «EL que también murieron por la causa de «Cristo y Santa
VALLE», en la huerta que estaba al poniente de la María de Guadalupe» y que son hijos de Atotonilco El
misma, murió gloriosamente el general don Enrique Alto; tales son los de los años de 1926 a 1929. 1.-
Gorostieta y Velarde jefe de la «Guardia Nacional» el Angel Rizo, celoso y atrevido luchador. 2.-
2 de junio de 1929. Es de notarse el entusiasmo que Es de notarse en lo referente al ya mencionado
tomó el señor Cura don José de la Torre ahora licenciado Miguel Gómez Loza, por su gran valen-
Canónigo, cuando a fines de 1942 lo acompañé a tía que demostró por la causa de Cristo, cuando
recoger estos datos. Octaviano Vázquez, murió lu- celosamente bajó la bandera rojinegra de la Cate-
chando. 3.- Demecio Vázquez, desde la torre gritó: dral de Guadalajara, a pesar de estar resguardada
«¡VIVA CRISTO REY!». 4.- Francisco Vázquez, por 20 bolcheviques y además fue preso antes y
murió luchando. 5.- Pablo Villarruel. 6.- Francisco después de este hecho heróico, alcanzando la suma
Rodríguez, murió luchando. 7.- Teodoro Rodríguez, de 55 veces.
herido en Mesa Redonda. 8.- Pedro López, capitán; lo
entregaron. 9.- Emilio Guzmán, surtidor de tortillas. El motivo de estos datos que aunque vagos y
10.- Albino Vargas, murió por rumbo de Durango. pequeños; han sido impulsados por la sugerencia
11.- Pablo Ramírez. 12.- Mariano Ramírez. 13.- escrita en la Revista Cristera «DAVID» No. 174.
Ambrosio Ramírez, padre de los Ramírez. 14.- Jacin- Les pido: si tienen mejor información acerca de
to Carriaga, murió por malas lenguas. 15.- Baldomero esto, no tengan empacho en hacer correcciones.
García, asaltado en su casa. 16.- Agustín Plascencia,
«¡DIOS, PATRIA Y LIBERTAD!»
ahorcado en la Pizarra por venganza de su hijo muy
Cristero. 17.- Margarito Rizo, tercero Franciscano Atotonilco el Alto, Jal. Abril 7 de 1967.
colaborador. 18.- Hermenegildo Pérez, fue entrega-
do. 19.- Modesto Villalobos, ayudó mucho, lo asus-
Salvador Gutiérrez González
taron y de eso murió. 20.- Julio Curiel, por malas (Pág. 178 s. del Tomo VIII)
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guel Hernández, Anaya, Macías, etc., y fue herido Queriendo dar mayor impulso a su campaña, vino
más de una vez, curándolo las hijas de aquella bene- a México a fines del verano de 1936 para gestionar lo
mérita Institución que se llamó «Brigadas Femeninas necesario a sus propósitos. Había adelantado en sus
de Santa Juana de Arco». gestiones y ya para realizar un plan, excelente para su
Al terminar dicho movimiento vino a radicarse a intento, fue vendido vilmente por un conocido suyo
México para seguir sus estudios profesionales en y asesinado de la manera más cobarde y criminal por
Medicina. Hombre rectísimo, nunca medró a expen- agentes del Gobierno en Guadalupe Hidalgo, D. F., el
sas de la causa y por eso al estar en la Capital se día último del año de 1936. Dos días después el
encontró sin recursos para sostenerse y continuar sus Gobierno entregó su cadáver a sus familias que lo
estudios; pero no se desmoralizó, trabajó honrada- velaron piadosamente y por fin, el 3 de enero de 1937,
mente para ganarse la vida y comenzó a estudiar fue sepultado en el panteón Español.
Veterinaria, por ser más económica esta carrera, fue Hubo la circunstancia de que cuando los esbirros
por esto que estuvo en el Colegio Militar y después en lo tenían localizado avisaron al Ministro de la Defen-
la Escuela Nacional de Veterinaria. sa y éste contestó por teléfono que «no lo quería vivo,
Nunca perdió su espíritu cristero y siempre confió porque sus partidarios serían capaces de dar un mi-
en que llegaría otra oportunidad para derrocar la llón de pesos por él si se les pedía».
tiranía; por esto y por otros motivos especiales formó Tal es el resumen brevísimo de la vida de este gran
con el Gral. Manuel Michel, los Hnos. Rincón Fregoso mexicano que sacrificó cuanto tenía por su Fe y por
y otros militares cristeros de Occidente al Bloque su Patria. Oremos por él, bendigamos su memoria y
Lateral Independiente. no olvidemos su noble ejemplo. J. N.
En 1934 cuando el Gobierno cardenista recrude- (Pág. 207 s. del Tomo VII)
ció la persecución religiosa, oprimió más al pueblo y
declaró oficialmente que implantaría la Educación
Socialista, consideró llegado el momento de hacer un
esfuerzo supremo por reconquistar la libertad y así 6.- Martirio del Padre Sabás
salvar la Religión, la Niñez y la Patria, amenazada de Pbro. SABAS REYES, Vicario de Tototlán, Pa-
muerte por el Comunismo, y por tanto, siendo uno de rroquia de la Arquidiócesis de Guadalajara y pobla-
los miembros más prominentes del Frente ción del Estado de Ja-
Unico Militar, después de consultar a per- lisco, en la que fue fusi-
sonas sensatas, hacer varias giras de pro- lado después de apli-
paganda y de recibir la adhesión y grandes cársele el bárbaro y con-
promesas de ayuda de quienes debían y tinuado tormento que
podían dársela se lanzó a la lucha el 1° de tan exacta como con-
abril de 1935 publicando en Los Altos de movedoramente narró
Jalisco su primera Proclama. así el licenciado Pedro
Durante su campaña demostró una fir- Vázquez Cisneros: «Le
meza, y un valor admirable, porque ha- sacaron con derroche de
biendo faltado indignamente a sus com- barbarie y de violencia
promisos la mayoría de los que ofrecieron de la casa en que había
ayudarle en su empresa, no se desanimó buscado refugio y a em-
por ello; se enfrentó con la situación y pellones y golpes le
asumió desde luego la dirección de la condujeron a la plaza
organización militar en los campos y de la del pueblo, frente a la
civil en las poblaciones. Para atender una entrada de la parroquia.
y otra hizo viajes a México, Guadalajara, Preguntóle el general
Nayarit, Colima, Guanajuato, Toluca, por el señor Cura
Querétaro, etc., burlando la vigilancia y Vizcarra, a lo que el Pa-
tenaz persecución del Gobierno y dre Reyes contestó con
rebazando siempre las tentadoras ofertas entereza no poder decir
de rendición que éste le hacía. nada, por la sencilla ra-
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zón de que nada sabía tampoco. Dispuso entonces el duras, que por su cuenta y riesgo acometían también
general que comenzara el tormento, cuyas maniobras cuando les venía en gana los soldados. La espada y
iba él mismo señalando. Se apoderó la soldadesca del las bayonetas abrían nuevas heridas, renovaban las
Padre, y después de arrancarle parte de su ropa, le que habían cerrado, ahondaban las que a merced del
arrastró hacia el pórtico de la parroquia, a una de aire, del polvo, del sol y de las moscas tenían ya
cuyas columnas fue rudamente atado. Hízole la ata- gérmenes purulentos; herían, herían sin rubor y sin
dura en forma de que los pies de la víctima no tuvieran piedad, hasta destrozar las carnes del mártir que
apoyo ni contacto en el suelo, para que la posición en estaban protegidas por el contacto de la columna.
suspenso fuese más dolorosa, molesta y resultasen De cuando en cuando, por entre las insolencias, las
más dolorosas las ligaduras. En tono más violento, blasfemias y las burlas cobardes y soeces, asomaba
entre amenazas, maldiciones y blasfemias, se repitió la estúpida pregunta: «¿Dónde está el Cura
la pregunta: Vizcarra?»
«¿Dónde está el Cura Vizcarra?» Volvió a afirmar El Padre Reyes continuaba padeciendo
el Padre que lo ignoraba, lo que probablemente era heróicamente por Cristo, reiterando que
verdad, y añadió que ni la violencia y más feroces gustosamente padecería por Cristo cuantos dolores
amenazas de tormentos que dominaran su fortaleza y tormentos le dieran. La brutalidad espantosa de los
se lo hicieran decir. No se hizo esperar la agravación verdugos efectivamente ya no admitía ni como
de la tortura. El general con su espada y varios pretexto la inquisición del paradero del señor Cura
soldados con sendas bayonetas comenzaron a herir Vizcarra: era simplemente un trasunto de lo que la
impíamente al Padre, atado e inmóvil, en los brazos, soldadesca hubiese querido hacer con el señor Cura.
en las piernas, en todas partes del cuerpo. Heridas Finalmente el general, ahito, dispuso que se acabara
breves que causaban más dolor que derramamiento de una vez. Los soldados con una feroz sangre fría
de sangre, repetidas en sucesión interminable y esca- que apenas parece creíble, desollaron los pies del
lofriante. El Padre repetía con serenidad y entereza mártir los mojaron con gasolina y les pusieron
que todo aquello era inútil, puesto que no habría de fuego. La gasolina se consumió y pronto dejó de
decir ni para salvar su vida, y agregaba que si se le arder en los pies del Padre Reyes, pero el charco que
hería en odio a Cristo y porque era sacerdote de se había formado en el suelo continuó ardiendo
Cristo, gustosamente padecería por Quien por los dolorosísimamente la carne viva de los pies desolla-
hombres había padecido y muerto. dos. Sólo cuando concluyó aquel bárbaro tormento,
Tres días duró aquel atroz tormento. Tres días y que la pluma se resiste a describir y que excede en
tres noches pasó el mártir atado a las columnas, brutalidad a todas las previsiones posibles de los
dolorosamente suspendido, expuesto durante las inventores del idioma, fue desatado el mártir, que en
noches a las brisas heladas que descendían de la cuanto dejó de ser sostenido por las cuerdas que lo
sierra, y durante muchas horas de los días a los ligaban a la columna, se desplomó pesadamente en
ardores de un sol tropical e inclemente. Tres días y el suelo.
tres noches pasó en aquel potro espeluznante sin Fue obligado bestialmente a levantarse y a reco-
comer ni beber, porque las personas piadosas que rrer, con sus pies desollados y quemados, con su
muchas veces se acercaban para llevarle agua y cuerpo desfallecido por el hambre, la sed, la inmovi-
algunos alimentos, fueron otras tantas rechazadas lidad y las innumerables heridas, la distancia que
con insolencias, amenazas y golpes por los piquetes medía entre la parroquia y el cementerio. En el
de soldados que sin solución de continuidad se cementerio fue fusilado. Allí conquistó al fin la
turnaron en la custodia del cuerpo acribillado y palma triunfal, la corona de gloria que Jesucristo da
doliente del esforzado campeón de Cristo. en el cielo a sus santos mártires.
Varias veces al día, durante ese tiempo, el gene- Era el 14 de abril de 1927.
ral se presentaba a renovar el tormento de las pica-
(Pág. 142 s. del Tomo VIII)
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DECANATO V (ARANDAS)
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Por el mismo tenor corre la declaración del Dr. lo esperara ahí, que lo atacaría a las cinco de la
Roberto Peña González profesor de la Facultad Au- mañana del siguiente día, (eran las cinco de la tarde
tónoma de Medicina. cuando Reyes Vega recibió la comunicación). Con el
El Dr. Joaquín Ramos Santos, suscribe esta decla- mismo enviado el General Reyes Vega contestó a
ración: «Hago constar que el examen de los restos del Rodríguez que los cristeros eran hombres, que no
esqueleto que perteneció al señor Luis Padilla G., eran bandidos ni lo que él decía y que ahí esperaba su
presentan un brillo anormal. El Estudio comparativo ataque. Ambos ejércitos tuvieron 12 horas para pre-
se realizó con piezas que normalmente usan para la pararse, Reyes Vega para ordenar la defensa,
exposición de su clase, los catedráticos de la materia, Rodríguez para preparar su anunciado ataque.
y durante 3 meses con huesos de recientes Algunos de los Jefes que traía Reyes Vega, le
exhumaciones». hicieron notar que las tropas cristeras eran inferiores
El Ing. químico Luis E. Williams, analizó uno de en número y que traían muy pocos cartuchos. Reyes
estos cristales y declara: «Químicamente se obtuvie- Vega les contestó: ya dije a Rodríguez que aquí lo
ron reacciones positivas de los siguientes compues- esperábamos y suceda lo que suceda aquí lo espera-
tos: Magnesio, calcio, fosfato, sulfatos, y carbona- mos. Nadie se atrevió a replicar, pues era seguro que
tos... Los cristales analizados no fueron solubles». Reyes Vega lo hubiera mandado fusilar y habría
(Agosto 14 de 1952) hecho muy bien porque en los ejércitos debe imperar
la obediencia y la disciplina.
Para el ing. Fernando Leal V., los cristales no
tienen explicación científica satisfactoria del fenó- El Coronel Reyes Vega ordenó que se repartieran
meno y de la naturaleza o tipo de cristalización», proporcionalmente los cartuchos que traían las tropas
(Agosto 24 de 1952). y dispuso que el Jefe Victoriano Ramírez (El Cator-
ce) subiera con sus muchachos a las torres de la
Tengo para mi, que he sido muchos años profesor Parroquia; que el Jefe Lauro Rocha ocupara una
de química, que estamos ante un fenómeno sobrena- altura desde donde se dominaba buena parte del
tural. campo por donde avanzaría Rodríguez; a Luis Anaya
(Págs. 46 y 48, Tomo II) que ocupara otro punto estratégico; al Capitán Encar-
nación Ibarra (Don Chon) que ocupara una casa de la
calle principal, y al Capitán Enrique Zermeño que
ocupara otra casa frente a la casa que ocupaba don
4.- P. J. Reyes Vega. Chon para que ambos impidieran con sus fuegos
Datos biográficos del Sr. Cura y General Don José cruzados el avance del enemigo.
Reyes Vega. El Coronel Reyes Vega quedó con doscientos
Lo conocí en Tototlán, Jalisco donde ejercía su hombres en la orilla del poblado para acudir a los
Sagrado Ministerio. Hombre de gran corazón, mere- lugares donde fuera necesario.
ció la confianza de todos los Jefes que preparaban el A las cinco de la mañana en punto, el General
movimiento de defensa de los católicos. Rodríguez lanzó un feroz ataque, ametralladoras,
Cuando por las leyes inicuas de Calles, la vida se armas automáticas y fusiles vomitaban lluvias de
hizo imposible para los católicos en México, el Sr. balas sobre los heroicos defensores del poblado de
Cura José Reyes Vega, acompañado de un grupo de San Julián; las fuerzas cristeras contestaban el fuego
hombres de verdad, se levantó en armas contra el con debilidad por su escasez de cartuchos; pero
callismo. Por centenares se cuentan los combates y asegurando el blanco de todos sus disparos. Reyes
escaramuzas que este bravo soldado de Cristo sostu- Vega mandó a algunos hombres de su confianza para
vo contra las fuerzas del tirano. Su campaña dió que avisaran a las fuerzas cristeras que estuvieran
principio en el poblado de San Julián derrotando de cerca, que vinieran a auxiliarlos. Reyes Vega con sus
modo definitivo al General Callista Espiridión doscientos hombres que lo acompañaban dió más de
Rodríguez: El General Reyes Vega ocupaba el pobla- veinte cargas de caballería obligando a los atacantes
do de San Julián, y a unos cuatro kilómetros estaba a replegarse; las cargas de Reyes Vega eran eficaz-
acampado con su Regimiento el General Rodríguez. mente protegidas por las fuerzas que ocupaban las
Rodríguez mandó una comunicación a Reyes Vega alturas. El Jefe Anaya, de los nuestros, abandonó el
llenándolo de insultos y retándolo a que si era hombre poblado sin avisar, al Capitán Zermeño se le acabó el
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parque a las once de la mañana; pero se quedó en el Muchos aseguran que Reyes Vega cometió algu-
lugar; las demás fuerzas seguían luchando a muerte. nas faltas, yo creo que todos los hombres como
A las cinco de la tarde un repique de campanas humanos las hemos cometido y las seguiremos come-
anunció la presencia de un numeroso grupo de fuer- tiendo; pero también digo que para limpiar las man-
zas cristeras que venían a rienda suelta en auxilio de chas que dejan los pecados en nuestras almas está la
los sitiados; Reyes Vega se puso al frente de la Sangre de Cristo y su misericordia infinita; esa sangre
columna de refresco y cargó sobre el enemigo, obli- que borra los pecados del mundo alcanza y sobra para
gándolo a huir. Rodríguez montando excelente caba- redimir al Padre Vega de las faltas que haya cometi-
llo, en camisa y calzoncillos, huía a la cabeza de sus do.
dispersas y diezmadas fuerzas dejando abandonados Invito nuevamente a las personas que tengan co-
en el campo muertos y heridos y abundantísimos nocimiento de los hechos de armas de este notable
pertrechos de boca y guerra. Las armas cristeras se soldado de Cristo, los proporcionen para honrar su
cubrieron de gloria en su primera y monumental memoria.
batalla.
México, Septiembre de 1953.
Por las noticias de algunos periódicos supe que el
General Reyes Vega había muerto en el poblado de Felipe de Jesús.
Tepatitlán, Jal., y unos amigos míos me contaron
(Pág. 235 a 237 del Tomo I)
cómo había sido su muerte.
Después de tres días de
duros combates, las fuerzas
cristeras que defendían la
plaza de Tepatitlán, recha-
zaron al enemigo que en
número considerable atacó
la plaza; la mortandad por
parte de los enemigos, fué
muy grande y el botín para
nuestras tropas abun-
dantísimo. En un establo se
habían hecho fuertes unos
agraristas, a quienes no pu-
dieron desalojar los nues-
tros por la falta de bombas
de mano que se habían ago-
tado; sabedor Reyes Vega
de lo que pasaba se puso al
frente de sus fuerzas y ata-
cando con ímpetu como
sólo él sabía hacerlo, fué
herido por una bala que le
dió en la cabeza, herida que
una hora después le ocasio-
nó la muerte. Sus últimas
palabras después de recibir
los auxilios espirituales fue-
ron de aliento para las tro-
pas: Yo cumplí mi misión a
Uds. les toca continuar la
lucha hasta obtener la vic-
toria.
pág.
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DECANATO VI (JALOSTOTITLAN)
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muertos heróicamente en combate; Nemorio Aguirre, Todos los destacamentos de su sector tuvieron que
Francisco Bautista y Gregorio Márquez. sentir su presencia y en el campo, dió José María
El servicio de espionaje tendido por José María en numerosos combates significándose de manera espe-
todo su sector, lo hizo saber que un buen día había cial los librados en San Francisco y el Potrero del
llegado a San Juan de los Lagos una fuerte partida de Pato.
cartuchos destinada al general Galindo que tenía por Fué característica suya la subordinación y disci-
entonces su cuartel general en Jalos. Le suspiraba al plina observadas para sus jefes, acatando fielmente
botín. El día 10 de enero de 1928, metió su gente a San todas las disposiciones recibidas, ya fueran del Jefe
Juan distribuyéndola en patrullas, mientras él, al Supremo de la Guardia Nacional o de la Liga Nacio-
frente de 8 de sus mejores hombres, asaltó por sorpre- nal Defensora de la Libertad Religiosa, institución
sa el cuartel enemigo que los callistas, peritos en el que respetó y defendió siempre a capa y espada.
despojo y la rapiña, habían instalado en la propia casa Cuando vinieron los arreglos del 21 de junio de 1929,
del señor Abad de la Basílica. Tan de sorpresa fué su y se dió cuenta que era la Liga la que ordenaba el
presentación en el cuartel, que no dió tiempo a que los licenciamiento de las tropas cristeras, con todo y
juanes acudieran a sus armas y fueron todos aniqui- repugnancia a tal determinación, sin comentarios y
lados. El banco de armas quedaba en su poder. Pudo en silencio acató la orden presentando su gente en
enterarse que efectivamente allí se encontraba el Jalostotitlán, disciplinándose y sacrificando su con-
cargamento de cartuchos, pero él y sus hombres no traria manera de sentir.
podían ir mas al fondo de la casa porque había un Lamentaba que hubiera en su propio pueblo natal
pelotón enemigo que les hacía mortífero fuego y por no pocos enemigos suyos que deseaban y hasta
este motivo se vió obligado a retirarse y renunciar a ponían de su parte alguna cosa para hacerlo desapa-
tan preciada carga. Le dejó diez muertos al enemigo. recer. Enemigos que, no obstante llamarse católicos,
No perdió uno solo de sus hombres y se retiró de la jamás comprendieron la justicia y nobleza del movi-
población llevando diez rifles más arrebatados al miento cristero, cuyo representante en la región era
callismo. José María, a quien tachaban de bandolero porque en
Pasada esta acción, fueron muy frecuentes los la campaña tuvieron que sufrir algunas pérdidas
amagos que hizo a esta plaza y les tuvo casi constan- causadas por sus soldados, cosa la más natural cuan-
temente interrumpidas las comunicaciones telegráfi- do se trataba de hombres armados que jamás exigían
cas para que los sardos se vieran obligados a salir a haberes y que para comer, con toda justicia tenían
restablecerlas, oportunidad que él aprovechaba para derecho a disponer de lo necesario en donde lo
pegarles cuando lo creía oportuno. hubiera. En cambio, todo lo contrario sucedía en San
En la primavera de este mismo año se presentó en Juan de los Lagos, en donde José María era querido
la región el general Gorostieta acompañado del Padre y aclamado entusiastamente por todo el pueblo. ¿Cues-
Pedroza y de don Miguel Hernández, con sus respec- tión de ideologías? -No lo creo- ¿Acaso no eran
tivos regimientos. Ordenó el general un nuevo ataque católicos unos y otros? ¿Qué no tenía razón de ser el
a la plaza de San Juan y José María, como mejor movimiento? -Sí que la tenía, porque el propio Sumo
conocedor del terreno, tomó parte muy activa en el Pontífice reinante en esa época aprobó y bendijo la
combate. Pero hay una divergencia en las relaciones defensa armada de los católicos mexicanos. ¿Acaso
que se conocen sobre este ataque y es la siguiente: los cooterráneos juzgaban a su paisano y de muchos
Epifanio Gallegos, que estuvo en el combate, relata de ellos pariente, por defectos humanos? ¿Habrá
que los federales apoderados del Santuario se rindie- quien se atreva a tirar la primera piedra? -Es de toda
ron y entregaron sus armas; en cambio, otra relación justicia reconocerlo y publicarlo que José María fué
que se conoce por aquellos rumbos, afirma que a las todo un honrado caballero y que abrazó la causa
doce del día, después de estar peleando intensamente cristera inspirado por sentimientos nobles que lo
toda la mañana, el general Gorostieta creyó prudente llevaron hasta el sacrificio.
retirar sus fuerzas, lo cual se llevó a cabo en orden y Pasaron unos años de tregua después de los
sin ningún peligro, mientras que los sardos en el arreglos del 21 de junio. Asumió la presidencia de la
Santuario echaban a vuelo las campanas presumien- República el Gral. Lázaro Cárdenas que, como au-
do de triunfo, cuando todo el pueblo estaba enterado téntico revolucionario no tardó en lanzar disposi-
de que había 16 federales muertos, mientras en las ciones y leyes atentatorias que lastimaban los senti-
filas cristeras todos pasaban lista de presente. mientos de la mayoría del pueblo, esto obligó de
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nuevo a que surgiera una segunda etapa de la glorio- Venado y en la esquina de un cercado de piedra que
sa anterior defensa de tres años. José María empuñó baja por dicha cañada, se encontró con un capitán y
otra vez las armas y fué a la lucha, ahora más difícil varios soldados enemigos de las fuerzas de
de sostener, porque había menos armas, menos Teocaltiche trenzándose a tiro de pistola y según
gente y menos cooperación. A un amigo íntimo que dicho del propio capitán, José María y Nemorio se
ejercía el magisterio le dijo: «Estas leyes son ya batieron como leones, obligándolo a refugiarse con
intolerables ¿nos vamos a dejar ensillar? deja ya la el grueso de su columna. En este tercer encuentro
escuela y vente al campo a pegarle muy duro a este fué herido José María por segunda vez.
gobierno». Con esta última acción, habían logrado quedar ya
fuera del sitio, pero viendo José María que algunos de
Venciendo mil dificultades y a base de grandes
sus soldados luchaban adentro desesperadamente
sacrificios, por muchos meses consiguió sostener
por salir, se metió de nuevo a la hornaza en compañía
una guerrilla que operaba modestamente en la mis-
de su asistente para ayudar a sus hombres, pero era tal
ma zona de actividades de la primera etapa. En un
el fuego enemigo, que al bajar al fondo de la cañada
rancho del municipio de San Juan de los Lagos vivía
recibió dos tiros más y le mataron el caballo, hiriendo
un colaborador civil que en un principio le prestó
también a su asistente. A pie y como Dios les dió a
grandes servicios, al parecer desinteresado, pero
entender, consiguieron burlar a los sardos y ocultarse
posteriormente, aprovechándose de cierta autoridad
en otra cañada del rancho de la Barranca. A media
que José María le daba, se fué transformando en un
mañana el enemigo se retiró, pero la guerrilla queda-
verdadero ladrón, evadiendo todo encuentro con el
ba destrozada y su jefe gravemente herido. Cerca del
jefe. En la última vez que se le fué a buscar y no se
lugar en que habían quedado ocultos, vivían dos
le encontró, le dejó este recado terminante: «Presén-
primos de José María a quienes mandó llamar para
tate el día 27 de noviembre en la Barranca de San
que lo atendieran, pero estaba herido de muerte y sin
Antonio para tener una reunión con mis jefes y si no
perder tiempo ni acobardarse dejó encargos para su
lo haces, tomaré contra tí medidas enérgicas». El
familia; les suplicó que sin dar parte a las autoridades,
cobarde y falso amigo en lugar de acudir a la cita se
lo sepultaran en aquel mismo lugar; en voz alta pidió
presentó al jefe del destacamento federal en San
a Dios perdón de sus culpas y a las 4 de la mañana del
Juan para denunciar la reunión de su antiguo jefe y
día 28 de noviembre de 1935 pasó a mejor vida, como
sus capitanes. Inmediatamente por la vía telegráfica
así lo deseamos sus compañeros, amigos y
el oficial cardenista se comunicó con todos los jefes
cooterráneos.
de destacamento circunvecinos y con un movimien-
to coordinado salieron columnas de Jalos, Todo habría quedado en silencio si sus primos,
Teocaltiche, Cañadas y el Valle de Guadalupe para temerosos de una represalia por parte del jefe militar,
poner sitio al lugar denunciado. Puntuales a la cita no se hubieran presentado en cuanto murió a denun-
estuvieron José María y sus oficiales y el día 27 ciar el lugar en que se encontraba y los sardos en
amanecieron en la Barranca. A la salida del sol persona llenos de contento fueron a recoger el cadá-
recibieron la sorpresa de los primeros disparos y los ver exponiéndolo en el portal de la presidencia muni-
escasos 40 hombres que les acompañaban se apron- cipal.
taron a recibir órdenes dispuestos a luchar. Intentan- Había prometido el jefe del destacamento entregar
do salir del cerco por una ranchería denominada el cadáver a sus deudos sin burlas ni profanaciones,
Loma de Alba, para no irse a meter a la barranca del pero por desgracia no sucedía aun, cuando llegó a la
Salto Verde, pero fueron rechazados por la columna población otra columna federal comandada por un
que de Jalos se acercaba por el oriente y fueron por jefe que no hacía honor al águila que llevaba en sus
la ordeña del mismo rancho a buscar salida por el charreteras; porque sin ningún motivo, al darse cuen-
norte y también fueron recibidos con fuego cerrado ta que allí se encontraba tirado el cadáver del jefe de
por las fuerzas procedentes de Teocaltiche. En este los levantados, dispuso que arrastrando lo llevaran al
encuentro fué herido por primera vez José María. El jardín de la Plaza de Armas y fuera colgado de la rama
campo de acción se estrechaba cada vez más para los de uno de sus árboles en donde permaneció hasta el
sitiados y la pequeña columna se dispersó con la siguiente día en que por súplicas de algunos familia-
orden de «sálvese el que pueda». José María acom- res, les fué entregado para darle cristiana sepultura.
pañado de su asistente, del capitán Nemorio Aguirre Se tenían también dos prisioneros jovencitos,
y 4 hombres más, buscó la salida por la cañada del menores de edad, que habían caído en el combate,
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uno de ellos herido, y sin ninguna consideración los Los callistas que sabían lo que valía el valiente
mandó fusilar. capitán Flores a quien encontraron muerto, comuni-
Dr. José Gutiérrez Gutiérrez. caron su victoria al callista Z. Martínez, que de
inmediato salió de Arandas con su gente para ver con
(Pág. 27 s.s. del Tomo II) sus propios ojos lo que no creía.
Como a media tarde arribó aquel hombre sangui-
nario que pudo ver con sus propios ojos los cadáveres
2.- La muerte de un héroe de Flores y Cervantes y vió luego al joven prisionero
en el combate de Asencio a quien encontró sonriente y tranquilo. Asom-
San Miguel el Alto brando por el valor extraordinario del jovencito le
ofreció concederle la vida con la condición de que se
Ignoro las causas por las que el Alto mando de la incorporara con sus fuerzas, que lo pensara y en la
Guardia Nacional, destituyó del mando de su Regi- mañana del día siguiente le resolviera, que si no
miento al Coronel Don Victoriano Ramírez (El Ca- aceptaba su propuesta sería fusilado. El joven solda-
torce) sustituyéndolo en el mando por el Coronel do le dijo sin titubear que él nunca podía aceptar su
Mario Valdéz. proposición, que lo mandara fusilar. Piénsalo, le
Encontrándose el Regimiento en las cercanías de contestó Z. Martínez, mañana nos veremos. A la
San Miguel, el Coronel Valdéz ordenó al Coronel mañana siguiente, cuya fecha no la recuerdo, Z.
Ramírez saliera a una comisión, y ya cuando éste se Martínez entrevistó al prisionero preguntándole cual
encontraba ausente del Regimiento ordenó que la era su resolución. El joven contestó, mi resolución de
tropa se dispusiera para entrar en acción. ayer, hoy y siempre es la misma, no acepto su propo-
Cuando sus subordinados le comunicaron que la sición, puede ordenar mi fusilamiento.
tropa estaba lista, el Coronel Valdéz llamó al heroico El sanguinario callista que tantos centenares de
capitán Don Jesús Flores y le ordenó se hiciera gentes inocentes había mandado asesinar ordenó a un
acompañar de Florencio Cervantes, Jesús Asencio y pelotón que condujeran al prisionero al Atrio de la
un reducido número de soldados y que se afortinara Parroquia y que dándole tiempo para ver si se asusta-
en los muros del panteón del lugar; que él cuando ba, si no accedía lo fusilaran.
fuera conveniente, con las demás fuerzas atacaría al Minutos después, el joven cristero, tranquilo es-
enemigo por el lado de «LOS ALAMOS». Para peraba la muerte teniendo frente a él el pelotón de
darles más ánimo les dijo que los que guarnecían el cinco soldados que debían de fusilarlo. El oficial que
poblado eran treinta y cinco soldados pertenecientes iba a ordenar la ejecución, habló largo rato con él
al Regimiento del callista Z. Martínez que se encon- procurando persuadirlo de que se diera de alta con
traba en Arandas, Jal. ellos, que así salvaba su vida y que en ocasión
El Capitán Flores cumpliendo fielmente las órde- oportuna podía escaparse. Asencio le contestó que le
nes de su Jefe, con el pequeño grupo a su mando se agradecía el interés que él le manifestaba por su vida,
afortinó en los muros del panteón y esperó el ataque pero que no aceptaba.
del enemigo, que pronto hizo acto de presencia. Z. Martínez se acercó al lugar de la ejecución y
Se entabló un fuerte y desigual combate. Los dirigiéndose al joven le dijo: No sacrifiques tu vida en
atacantes en mayor número atacaban duro y por todos forma tan tonta, te ofrezco la vida a cambio de que te
lados a los pocos combatientes cristeros que se defen- des de alta conmigo; acuérdate de tus padres que
dían bravamente. Después de heroica resistencia, viven en Arandas y la pena que les causará tu muerte.
cuando el parque se agotaba y el Coronel Valdéz no Señor General: Agradezco a Ud., el interés que
se presentaba; cuando ya habían muerto el extraordi- manifiesta; yo no puedo aceptar su ofrecimiento
nariamente valiente Capitán Don Jesús Flores y esta- porque al conservar la vida, la conservaría cometien-
ba herido de un brazo el joven de 17 años Jesús do una acción que me avergonzaría toda mi vida ante
Asencio, los cristeros sobrantes se retiraron en medio toda persona; si volviera a mi casa con ese deshonor,
de una lluvia de fuego. mis propios padres, con toda razón, me impedirían
El enemigo avanzó con rapidez y pudo hacer volver a mi hogar. Hace 10 días salí de mi casa como
prisionero al joven Asencio que por estar herido no soldado de Cristo Rey y no quiero volver a ella como
pudo correr. soldado callista; ante Ud., mismo que se admira de mi
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serenidad, sería un hombre indigno y deshonrado. frente a la Presidencia y el otro hasta el río de donde
Que se cumpla la sentencia, mátenme ya. lo recogió y cubrió el Sr. Gregorio Román y sus
Z. Martínez agregando un asesinato más a su larga operarios. Estando los cadáveres en la plaza la Srita.
lista, ordenó que se fusilara. El joven cristero cayó María Ramírez los pidió al Cap. García para darles
abatido por las balas de los asesinos y su alma voló al sepultura, no siendo atendida su petición, pero ella
cielo a recibir de Dios el premio por su lealtad. desafiando el peligro y secundada por varias perso-
nas los levantó y sepultó en el Panteón Municipal a
Cuando el joven Asencio era cadáver, otro callista las 5 p.m. del mismo día.
igualmente asesino, el Gral. Leal se acercó a Z.
Martínez y le dijo: Yo a este muchacho no lo había El 14 de noviembre de 1928, como a las 8 de la
mandado fusilar, lo hubiera dejado para la cría, por- mañana, sorprendió el Gral. Z. Martínez en El
que hombres de estos, pueden hacer falta y no se dan Potrerillo, al norte de S. Miguel El Alto, como a 10
en guía. kilómetros a 30 cristeros mandados por Clotilde
Franco, los cuales se batieron en retirada durante tres
Ojalá y este ejemplo, aliente los corazones de todo
horas y en un trayecto de cuatro leguas tuvieron 2
hombre bien nacido para bien de Dios y de la Patria.
heridos, uno levemente y el otro al ser herido le
México, febrero de 1956. destrozaron el máuser y comprendiendo que no podía
hacer fuego con la pistola que era lo que le quedaba
J. M. Camarena. la destrozó con una piedra para que no sirviera a sus
(Pág. 23 s. del Tomo III) enemigos.
Rectificación Al ser hecho prisionero suplicó al Gral. lo fusila-
En el número 50 de DAVID, de fecha 22 de ran luego para no causar impresiones en la población,
septiembre de 1956, con el encabezado de (MUER- pero este se negó y entró con el prisionero a las 3 p.m.
TE DE UN HEROE) en el combate de San Miguel el al frente de 200 soldados y entregó al prisionero al
Alto, narra los hechos el Sr. José Ma. Camarena y Cap. 2° Camilo García para que lo fusilaran; pero
ahora yo envío estas líneas con el fin de rectificar y antes García trató de lograr que delatara a algunas
que los lectores se den cuenta de la verdadera historia personas, pero el preso, tratándolo con desprecio le
de la Epopeya Cristera. contestó que sus compañeros habían sido muy bue-
nos compañeros con él y que no haría ninguna reve-
El 28 de octubre de 1928, fiesta de Cristo Rey, a las lación que comprometiera a nadie; que por Dios
8 a.m. llegó el Capitán Clotilde Franco acompañado había luchado y por El iba a morir; después de traerlo
de su asistente hasta la orilla de la población y como por todo el atrio del Templo preguntándole por burla
a esa hora salía el Cap. Camilo García por el puente, que lugar le gustaba para morir, les contestaba que
le hicieron unos tiros obligándolos a entrar de regreso donde gustaran y lo mismo la clase de muerte que
a la población en donde sacó la guarnición que había quisiera darle.
y emprendieron la persecución de los cristeros. Estos
huyeron hasta Los Maguelles rumbo al noreste donde Fue fusilado el mismo día 14 a las 4:45 de la tarde
estaban los otros 8 compañeros y allí esperaron al frente al costado oriente del atrio. Pero antes de la
enemigo que rechazaron, pero entre tanto habían descarga viendo los soldados el valor y la serenidad
salido por el norte 30 federales que ocultos se habían que demostraba suplicaron ellos mismos que le per-
posicionado de una cerca y al llegar allí los cristeros donaran la vida, contestando García que debía morir
mataron al Subteniente y de los cristeros murieron 2; en bien de la Patria.
uno llamado Francisco Cervantes y el otro J. Jesús Una vez que se le formó el cuadro, testigos presen-
Flores; además tuvieron dos heridos. ciales dicen que se peinó su pelo con la mano buena,
Viendo Franco que su Mayor Valdés lo había aventó su sombrero a un lado para esperar el martirio
engañado y no le impartía ayuda como se lo había por Cristo Rey.
prometido al enviarlo a llamar la atención del enemi- En los momentos de la descarga lanzó el grito que
go para sacarlo fuera de la población y por otra parte hacía temblar, al enemigo: «Viva Cristo Rey y Santa
se le agotaba el parque después de tres y media horas Ma..., cuando su cuerpo quedó sin vida.
de combate se retiró a El Tigre. Momentos después se presentó la Señorita María
Los cadáveres de los cristeros fueron atados de los Ramírez acompañada de Angela Román con el Gral.
pies y arrastrados, uno hasta el centro de la plaza Z. Martínez a pedirle el cadáver para sepultarlo
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recibiendo por contestación los más groseros insul- siguiente día de su nacimiento al mundo, nació para
tos, pero ella acompañó al cadáver hasta las once de la Iglesia por medio del Santo Bautismo, que le fué
la noche en que se apagó la luz; el cadáver permane- administrado por el Sr. Pbro. D. Miguel Díaz Orozco,
ció hasta el día siguiente. Otro día, como Z. Martínez siendo sus padrinos los señores Marciano González
había salido para Jalos a las 12 de la noche, fue el Sr. y Margarita Romo.
Ladislao López a las 6 a.m. a suplicar a García le Al igual que el ilustre Pontífice Sixto V, en sus
permitieran llevar el cadáver al panteón, habiendo primeros años fué pastor, y como aquel Papa, tuvo
conseguido el permiso dicho señor y acompañado de igualmente ardientes deseos de llegar a ser sacerdote.
otras personas lo sepultaron.
A los siete años, en 1907, hizo su Primera Comu-
Este valiente joven se llamaba J. Jesús Asencio.
nión, y tanto el P. Vicente como su hermana mayor,
Héroe y mártir porque murió confesando a Cristo María, le hicieron comprender la dicha que alcanzaba
Rey. La sangre de este valiente fue recogida por con aquel acto sublime, y lo predispusieron a más
varias personas en pañuelos y algodones y algunas grandes cosas.
que guardaron sangre en pomitos a distancia de
Sus estudios de primaria los hizo en Jalostotitlán
varios meses la sangre estaba fresca y líquida.
bajo la dirección del Sr. Cura D. Pedro R. Rodríguez,
Estas narraciones son copiadas de documentos y cuatro años después ingresaba al Seminario Auxi-
escritos a raíz de los acontecimientos, por lo cual con liar de San Juan de los Lagos.
la presente queda rectificado que el héroe y mártir J.
El opúsculo que estamos consultando, con rela-
Jesús Asencio no fue hecho prisionero en el combate
ción de la estancia del estudiante Toribio Romo en el
de los Maguelles donde murió Francisco Cervantes y
Seminario Auxiliar, dice: «Por su actividad en las
J. Jesús Flores, fue en otro combate y en distinta
obras católico-sociales fué apreciado por sus maes-
fecha.
tros y compañeros, y odiado a muerte por los enemi-
José Castillas Padilla gos de la causa de Cristo, llegando hasta agredirlo a
balazos»... Este dato, y el aparecer en el mismo
(Pág. 193 s. del Tomo III) opúsculo, a toda plana, y muy bien lograda, una
fotografía del insigne líder católico, también alteño,
Lic. Anacleto González Flores, nos hace suponer que
3.- Sr. Cura Toribio Romo nuestro biografiado, fué uno de los mejores aguilu-
chos formados en la escuela, y con las directrices del
Son casi un centenar los sacerdotes sacrificados insigne Anacleto, «el maistro». Esto lo confirmará el
durante la persecución religiosa, y de todos ellos mismo Padre Toribio en su copiosa, aunque muy
tenemos la obligación, agradabilísima por cierto, de breve vida apostólica, pues apenas llegó a un lustro,
dar los más amplios detalles, y hacer la semblanza cuando por orden del Rey y Capitán Jesús, fué tron-
más exacta de su sacrificio. chado, como flor temprana, y trasladado al cielo.
Pero hemos tropezado con la carencia de datos Pero no adelantemos los acontecimientos, y vol-
verídicos y completos, y no queremos estampar en vamos a su vida estudiantil.
DAVID algo que tengamos que rectificar después.
Hay un dato especialísimo que lo retrata con
Pero del Sr. Cura Romo sí nos atrevemos a escribir viveza y claridad. En el tiempo de vacaciones, en
estas líneas, gracias a la gentileza del Sr. su hermano, lugar de paseos y descansos, bien merecidos, se
el Sr. Pbro. D. Román G. Romo, que nos facilitó un ocupaba con ahínco en dar catecismo a los humildes
opúsculo, artísticamente ilustrado, de donde toma- campesinos y sobre todo a los niños, que desde
mos los datos que pasamos a exponer. entonces fueron la fibra más delicada de su corazón.
Desde luego, era de la tierra pródiga en héroes y A la sombra de un mezquite reunía a sus oyentes.
mártires de la Epopeya, la región de Los Altos, Jal., Y esta circunstancia, juntamente con el amor ardiente
porque nació en el Valle de Guadalupe, perteneciente que profesó siempre a la Sma. Virgen de Guadalupe,
a la Parroquia de Jalostotitlán, paisano del actual Jefe le hizo concebir un proyecto ingente y único; porque
Supremo de la Legión. no sabemos de un caso igual en las muchas vidas que
Sus padres, cristianos a carta cabal, fueron el Sr. conocemos de estudiantes. ¿Por qué no había de tener
D. Patricio Romo y la Sra. Dña. Juana González. Al su amantísima Señora de Guadalupe, una capilla en
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LA CRISTIADA
su tierra natal? Y por eso fué que una mañana en la Después de algunas Misas celebradas por los
cumbre de una peña cercana se oyeron los primeros sacerdotes que habían ido a acompañarlo, a las diez
barrazos dados por el estudiante abriendo los cimien- de la mañana el nuevo Sacerdote como en un Tabor
tos del templo que en aquella aldea tendría su Madre- de indecible dicha empezaba su Primera Misa... le
cita de Guadalupe. rodeaban algunos de los maestros y superiores...
cerca de él, llorando de alegría, están sus padres y
En 1920, a los 20 años de edad, pasó al Seminario
hermanos... allí están sus parientes cuyo júbilo y
Conciliar de Guadalajara a terminar su carrera sacer-
satisfacción no les cabe en el pecho... al igual de
dotal, y en los dos años que estuvo allí, su anhelo más
numerosos amigos del neo-sacerdote que aún de lejos
grande fué prepararse de la mejor manera en Pedago-
han venido a acompañarlo en su gran día...
gía Catequística y Sindicalis-
mo Cristiano. Lleno de emoción le habla el
Sr. Cura D. Apolinar Santacruz,
Antes de venirse a Guadala-
Párroco de aquel lugar, hacien-
jara, el Ilmo. Sr. Arzobispo
do que las lágrimas humedezcan
Orozco y Jiménez lo había or-
los ojos de todos los que asisten
denado de Menores a los pies
a aquella Primera Misa... Llega
de la Madre Santísima de San
el momento supremo... El Padre
Juan. El 7 de agosto de 1921
Toribio con estremecimientos de
recibió el Subdiaconado, el 3
intensa dicha en sus manos tem-
de septiembre del siguiente año
blorosas levanta la SANTA
se ordenó de Diácono, y por
HOSTIA que entre mil sollozos
fin, el 23 de diciembre de 1922,
fué adorada por aquellos fieles
-tenía 22 años- vió cristaliza-
enloquecidos de emoción...
dos todos sus anhelos, cuando
el mismo Sr. Arzobispo lo con- Aquel día pasó como un sue-
sagró Sacerdote. ño de gloria... como el primero y
último tan dichoso para la pobre
Voló a su tierra natal a can- gente de la humilde aldea... día
tar su Primera Misa. Pero éste grande... pero no el más grande
no fué un «Cantamisa» como para aquel dichoso sacerdote...
tantos que nos ha tocado pre-
Y comienza la vida apostóli-
senciar, éste fué un «Cantamisa
ca del Padre Toribio. Fué muy
especial», sui géneris, que para
corta; pero intensa. En sólo cin-
retratarlo nos sentimos incapa-
co años recorrió cinco lugares, y
ces, y por lo mismo cedemos la
sembrando en todos cariño de
palabra a uno de los protago-
padre y gracias y consuelo de apóstol. Sayula fué la
nistas, al hermano del Cantamisano, el Sr. Pbro. D.
primera en sentir el calor de su celo apostólico. En
Román G. Romo que cinco años después habría de
este lugar tuvo el consuelo de cooperar con el mismo
tener la misma dicha y en el mismo lugar. Dice así el
Párroco que 22 años antes lo había hecho cristiano
P. Román:
por el bautismo, y tener por compañero a su muy
A las cuatro de la mañana del cinco de enero de estimado paisano y condiscípulo, el P. D. José I.
1922 las campanitas de aquella capilla de cantera con Cornejo. Pero esto sólo duró 10 meses.
capacidad para algunos centenares de personas anun-
Es que ya de prisa, el calvario lo espera, y son
ciaban que se acababa de cerrar la última bóveda.
muchas las almas que tienen que sentir sus ardores de
Aquel memorable día la aldea era un volcán de
apóstol social.
alegría y devoción; multitud de personas estaban de
visita en aquel rancho que como nunca estaba de Pasa a Tuxpan. Dios no quiere que aquellos po-
fiesta... la fiesta más grande de su vida. Aquel día iba bres indios tuxpanecas queden pivados del calor
a cantar su primera Misa el Padre Toribio a corta paternal del P. Toribio; pero el paso fué rápido como
distancia de la casita donde había visto la luz primera el de un peregrino.
y en la capilla empezada por él y para él la más Lo mandan a Yahualica, la tierra «con sabor a
querida. añejo liberalismo; pero fecunda en hombres ilus-
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tres». En este lugar los pobres y los obreros toman El día 5 de enero de 1928, en un pequeño oratorio,
posesión del corazón del Padre Toribio; pero tiene ante sus padres, hermanos y sobrinos, ayudó a su
que seguir otra triste despedida. hermano a celebrar la Primera Misa; y al día siguien-
Lo mandan luego a Cuquío, «tierra fecunda en fe te, 6 de enero estaban los dos hermanos sacerdotes en
grande y proezas heroicas». Aquí, negras nubes pre- el escondite de «Agua Caliente».
sagian la tormenta. Se acerca el fin. Estalla la perse- Días después se reunió con ellos su hermana
cución religiosa, y el Párroco D. Justino Orona y sus mayor, María, que tendría que representar importante
dos ministros, el P. D. Antonio Guzmán, y el P. D. papel en el drama final.
Toribio G. Romo, se ven obligados a vivir a salto de
Estando ya los tres hermanos juntos, el P. Toribio
mata, y amagados a cada momento con la muerte.
creyó que era ya tiempo de dar más vida a su minis-
Cuquío fué de los pueblos más cristeros, donde los terio y entregarle todas sus energías; y comenzaron
muchachos de 16 y 18 años que eran del catecismo y las Primeras Comuniones y las solemnidades religio-
que de niños fueron transformados en valientes y sas.
aguerridos cristeros que llegaron a batirse uno contra
El enemigo acechaba.
cinco... (histórico).
Pronto llegó la cuaresma. El Miércoles de Ceniza,
Tanto el Párroco como sus ministros fueron acu-
después que él la recibió de manos de su hermano, se
sados de haber tomado las armas; pero eso es falso de
siguió imponiéndola a todas las personas que se
toda falsedad. Que ayudaran a los cristeros cuqueños,
fueron presentando. Por la noche se rezó el Santo
nada más cierto. ¿Qué mejor ayuda que la administra-
Rosario, y en la plática final que él dió, trató de la
ción de los Santos Sacramentos? Ayuda material no;
preparación para la buena muerte.
puesto que los pobres vivían de la caridad de sus
feligreses. En seguida llama a su hermano y le ordena que al
Para el Padre Toribio aquello fué su entrenamien- siguiente día salga para Guadalajara al arreglo de
to. Había ya traspuesto la puerta judiciaria y sólo un asuntos relacionados con la administración de la
corto tramo lo separaba de su calvario. Parroquia. No valen excusas ni pretextos, la orden es
terminante. El mismo lo despierta al día siguiente a
Y en efecto, llegó un oficio en que se le ordenaba
las cuatro de la mañana para que celebre, y le ayuda
que pasara a encargarse de la parroquia de Tequila...
la Misa, y lo hace emprender el viaje; pero antes lo
Todo lo comprendió su corazón... tierra extraña...
hace que lo oiga en confesión.
gente desconocida... muerte inevitable... Por eso cuan-
do desde el cerro de «Ixtlahuacán se presentó a sus Ya había salido el hermano, cuando el P. Toribio,
miradas el cerro de Tequila, volviéndose hacia el como si se le olvidara algo grave, lo alcanza para
lejano Cuquío, dió una bendición larga y bañada en encargarle esto: «No vuelvas hasta que no sepas
lágrimas. algo»... y en seguida se arrodilla y le dice: «Padre
Román, dame una bendición grande... La recibe
A media barranca, en el rancho del «Agua Calien-
llorando, y luego con decisión vuelve a donde está su
te» estableció su cuartel general, diremos; y desde allí
hermana que con extrañeza ha presenciado esas esce-
administraba su parroquia bautizando, casando y
nas.
predicando. A los cuatro meses se ofrece un viaje a
Guadalajara. Su hermano menor había sido ordenado Ese jueves, y el siguiente día, viernes, pasan sin
sacerdote, y tenía que celebrar su Primera Misa en el recibir noticia alguna alarmante, y el Padre se ocupó
pequeño Tepeyac de su aldea, donde él, cinco años en arreglar los libros parroquiales, en hacer en memo-
antes, había hecho lo mismo. rándum de todas sus cuentas particulares, y en esto
pasó toda la noche del viernes 24 de febrero de 1928.
Pero cuán distintas son ahora las circunstancias!...
Entonces todo era paz, tranquilidad y bienandanza; y Y aquí nuestra pluma, torpe, si pretende pintar las
ahora... inquietud... peligros... desolación... y muer- últimas escenas del drama final, las destiñe y desluce;
te... Fué imposible. El Padre Toribio y su hermano, mejor será cederle el lugar al mismo Padre Román
tuvieron que estar tres días dentro de un pozo para que nos lo cuente. En el opúsculo que a la vista
escapar de la muerte. Al fin pudieron regresar a tenemos, dice:
Guadalajara, y ya al salir de aquellos sitios queridos, «... ya se empiezan a oír los cantos de los gallos
desde una pequeña altura se despidió y bendijo su madrugadores... allá en la cumbre de la barranca se
aldea, su capilla... ¡ya no volvería a verlos! oyen ladrar con insistencia los perros de las casas que
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LA CRISTIADA
están a la vera del camino... María, que ha dormitado «EL BUEN PASTOR DA SU VIDA POR SUS
en una silla muy cerca de donde había estado escri- OVEJAS».
biendo su hermano, se incorpora y empieza a pasar «Han pasado 20 años... el Padre Toribio pidió que
las cuentas de su rosario: «Tengo un sueño tremendo, sus restos fueran a esperar la resurrección de los
dice el Padre a su hermana, voy a celebrar para luego muertos bajo las bóvedas de aquella su idolatrada
«acostarme», se dirige al oratorio, pero al empezar a capilla construida en la cumbre de una peña, donde
preparar las cosas, el Padre dice que no le parece cantara su Primera Misa...
conveniente celebrar porque es terrible el sueño que
le acosa: «mejor dormiré un rato y después ya podré (Pág. 376 a 379 del Tomo III)
celebrar mejor». Volviéronse los dos a la pequeña El Padre D. Toribio Romo
recámara y el Padre Toribio, dejándose caer en el
«tapeiste» de otates en un instante se quedó profun- Este venerable sacerdote fué cruelmente martiri-
damente dormido, frente a él, su hermana, también se zado la noche del 5 de Febrero de 1926 por una
duerme recostada en una silla, un instante después partida de foragidos a las órdenes del perseguidor
todo queda en silencio... De pronto, una chusma de Elías Calles.
soldados y de agraristas invaden el aposento y uno de El Padre Romo se ocultaba en una ranchería de la
ellos da un grito «este es el cura... ¡Mátenlo!... con Parroquia de Tequila, para administrar con más liber-
aquel grito despiertan al Padre y su hermana, y el tad a millares de almas hambrientas de los auxilios
Padre incorporándose, dice con voz espantada y espirituales. Lo saben los tiranos y juran acabar con
suplicante: ¡Sí, soy... pero no me maten...! fueron sus él la noche borrascosa del 5 de Febrero, aniversario
últimas palabras, no bien acababa de hablar cuando de la tiránica Constitución se encaminan al lugar
se escuchó la detonación de los máuseres... el Padre donde descansa el soldado de Cristo; mas como
Toribio ya chorreando sangre se levanta y con pasos ignoran la manera de penetrar a la humilde choza
vacilantes e inciertos sale de su recámara y camina donde mora el abnegado apóstol capturan al mozo
tres o cuatro metros fuera del dintel... vuelve a sonar que sirve en aquel santuario de virtud y de amor. El
otra descarga y cae el Padre Toribio, pero en el acto infiel sirviente, amedrentado, por las amenazas de los
hace esfuerzos por levantarse; en aquel momento la sicarios les dice la contraseña para que el mártir abra
hermana logra desasirse de quienes pretenden dete- la puerta de entrada, aquella son cierto número de
nerla y corre y lo abraza y sentándose lo reclina en su toques en la ventana de la pieza principal.
pecho, le ayuda a bien morir y el Padre le dirige un El sacerdote dormía; mas oye contraseña en la
última mirada... sólo Dios supo lo que en ella quiso ventana; se levanta y abre; apenas penetraron los
decir... sus labios ya no se abrieron... suavemente se soldados del tirano y se le avalanzan como lobos
cerraron sus ojos y de ellos se desprendieron dos feroces y a puñaladas lo derriban en su propio lecho.
últimas lágrimas...
¡Allí el mártir empuñó la ensangrentada palma del
María con un sacerdote ensangrentado y muerto,
martirio...
está al pie de un árbol... y hace 1958 años, otra María,
la del cielo, también al pie de otro árbol, el de la Cruz, El Padre Romo murió en la plenitud de la vida;
tiene ensangrentado y muerto al Sacerdote Eterno, había nacido en Jalostotitlán, Jal; el 16 de Abril de
según el orden de Melquisedec. Pero éste está desnu- 1900 y el 23 de Diciembre de 1922 había sido ungido
do porque sus verdugos se han repartido sus vestidos, Sacerdote, en la ciudad de Guadalajara.
y para que el parecido sea completo, de la barranca de (Pág. 11 del Tomo V)
Tequila, los verdugos se vuelven y en los brazos de
María despojan a su víctima de sus ropas, y hasta de
su pobre calzado...
4.- Cristero Dionicio Hernández
A la pobre hermana la conducen prisionera hasta
La Quemada, y obligan a unos campesinos a llevar el Algunos informes relacionados con la persona y
cuerpo semidesnudo a Tequila donde lo dejan tirado actividades del jefe cristero Dionisio Hernández,
frente a la Presidencia... narrados por el ex-coronel Manuel Ramírez.
Al día siguiente el pueblo en imponente manifes- Lo conocí en septiembre de 1927 en San Gaspar
tación dió sepultura a aquellos benditos restos, po- de los Reyes, Jal., era una hombre como de 65 años,
niendo en su tumba una loza con esta inscripción: de elevada estatura, pelo y barba blanca; no usaba
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barba larga, sólo crecida por la falta de rasurar en vez que nos encontrábamos y no se me grabaron sus
unos 8 o 15 días; llevaba calzones y camisa de manta, nombres.
huaraches y una chamarra de piel negra, amarrando a Todavía estábamos en los discursos cuando se
su silla de montar una cobija y un capote de palma; se anunció la proximidad del gobierno, venían dos
decía que había servido en el ejército y que era sereno Regimientos, el 74 y 85. La gente de Nicho se puso
ante el peligro, yo me uní a su grupo porque me al frente y fue la única que peleó, el resto huyó
informaron que se dirigían a una reunión que tendría vergonzosamente sin combatir, en forma verdadera-
verificativo el 27 de septiembre a la cual asistiría mi mente desconcertante.
buen amigo el Lic. Miguel Gómez Loza, con quien
tenía mucho interés en platicar. En esa acción murió un hijo de Nicho que se
llamaba José y murió también José Damián hermano
En la primera noche que pasé con Nicho y con su del Capitán Victoriano Damián.
gente noté la ausencia completa de servicios de
seguridad, cosa que contradecía el informe de que El 15 de octubre de 1927, usando municiones que
había sido militar, pues esos servicios son reglamen- me había proporcionado la Liga en Aguascalientes y
tarios aun en tiempo de paz. Se lo hice notar pero que compartí con Nicho, atacamos Jalostotitlán. El
inútilmente, creía que las más elementales precaucio- pueblo era amigo y no se metió en nada el vecindario.
nes para evitar una sorpresa, podían ser consideradas Le causamos algunas bajas al destacamento pero no
como falta de valor. Ese criterio equivocado le costó pudimos superar la resistencia ni capturar totalmente
la vida poco después cuando fueron sorprendidos en la población, por lo que sólo ocupamos una parte de
Dolores en enero de 1928. ella varias horas.
Era hombre humilde y mediamente culto en reli- Me volví a encontrar con Nicho el 3 de enero de
gión, cuando llegamos a la Hacienda del Burral se 1928; llegaba yo de una expedición a la región del
disgustaron dos de sus soldados por una hablada y ya Tecuán y él estaba esperándome en el Rancho de El
andaban llegando a las armas. Nicho se interpuso y Pueblito, Mpio. de Teocaltiche, iban con él Gabino
les dijo que tuvieran calma que no debería haber riñas Alvarez, Jesús Trujillo, Felipe Aceves, Rito López y
entre compañeros. Uno de ellos contestó: Está bien, otros. En total la columna ascendía a 204 hombres y
pero yo no soy burla de nadie, a lo que respondió me informaron que era el grupo mayor que quedaba
Nicho: Pues yo lo seré de todos si no me respetan, en todos Los Altos, donde la persecución del gobier-
pero recuerden que «el que se humilla será ensalzado no había dispersado a todos los demás y que venían
y el que se ensalza será humillado». en busca de un poco de reposo para reponer su
caballada bastante extenuada y ver si era posible que
Estuvimos dos días en la Capilla de Guadalupe y les ayudara a municionarse.
el 26 en la mañana salimos, y al llegar a San Ignacio
Cerro Gordo, nos encontramos al gobierno, retirán- El Mayor Gabino Alvarez que encabezaba la
donos sin combatir a causa de la superioridad numé- gente de Los Altos, informó que probablemente
rica; alguien ha escrito que se le hicieron muchas Nicho había perecido porque fue el primer grupo que
bajas; no es cierto, si acaso tendrían una o dos, pues encontró el gobierno, y según informes de los solda-
fueron muy pocos los tiros; yo fui quien abrió fuego dos que pudieron escapar y se incorporaron con el
contra ellos porque nadie lo hacía y me pareció resto de la gente, habían tomado a los nuestros por
necesario contestarles. El grupo de Nicho era bueno, sorpresa. Nicho y su gente hicieron tenaz resistencia.
valientes y peleadores, pero ahí la orden fué de Pronto se confirmó que Nicho había muerto pe-
retirarse. leando y con él un hijo y el asistente, además de 6 a
Al día siguiente, 27 de septiembre, tuvo lugar la 10 soldados de los nuestros. Las bajas del gobierno
reunión, celebró misa el Padre Angulo y tomó la no las pudimos comprobar porque ellos los levanta-
palabra el Lic. Gómez Loza, exaltando con mucho ron.
entusiasmo la justicia de la Causa y condenando la Con respecto al hijo de Nicho muerto en Dolores
tiranía y alentando a nuestros soldados. La concen- y a quien conocí personalmente por Sr. Robles Galera
tración fue como de 400 cristeros, no me acuerdo más CUATRO Ag. 31 -Enrique que anduvimos 12 días
que de uno de los jefes que estaba ahí que era Pancho juntos, desde el 3 de enero que nos encontramos en el
Loza, Teniente Coronel muerto poco después. Del pueblito hasta el día 15 que nos separamos en
resto de los jefes no me acuerdo porque era la primera Totatiche, era más joven que el que murió en San José
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LA CRISTIADA
de Gracia, que tendría unos 18 años, el que murió en querer con todos los que lo conocimos, su muerte fue
Dolores tenía 14 o 15 años; eran muy parecidos de muy sentida, y en lo personal lo sentí yo sincera y
facciones y se parecían a su padre. profundamente.
Nicho fue un hombre bueno y valiente y se dió a (Pág. 30 a 32 del Tomo V)
DECANATO VII
DECANA (YAHU
(YAHUALICA)
AHUALICA)
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60
LA CRISTIADA
pág.
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LA CRISTIADA
Domingo 9 de septiembre.- A las 3 p.m. el coronel Aparicio lo hizo prisionero y acto seguido lo llevó al
Gutiérrez con 40 de Rgto. por oírse tiros en «El lugar donde debía ejecutar la sentencia.
Escalón», tomó posiciones en el Cerro Alto, (Tuitán):
Al tomarlo preso, el Capitán Cecilio dijo que ya
espera al enemigo, sólo encuentra por el camino de
esperaba aquello, que no le causaba extrañeza, ni le
Teocaltiche, Jalisco a Jalpa, Zac., a los traidores José
causaba ninguna pena. Con gran valor llegó al lugar
Armas (El Gallito) y H. Becerra (el Becerrita), quie-
de la ejecución y recibió la descarga como un valien-
nes comisionados por el Cap. Velasco del 51 Rgto.,
te.
Callista caminaban a Villa del Refugio, Zac., por
caballos. A las 7 p.m. fueron fusilados. Cuando recibió la descarga sus compañeros, sin
saber lo que pasaba oraban ante Cristo Sacramentado
Campamento Militar: Oriente de la Plaza de Jalpa
en el templo del lugar. Una luz vivísima se vió en el
a 8 de septiembre de 1928.
cielo según el decir de muchos vecinos que se dieron
DIOS y DERECHO. cuenta. Cuando el callista Aparicio volvió del lugar
El C. Jefe del Rgto., «Libres de Jalpa», de la ejecución dijo a algunos de los vecinos: Estoy
seguro que acabo de matar un inocente.
José María Gutiérrez. (Rúbrica). Guadalajara, Jal., septiembre de 1955. José Ma.
(Pág. 77 s., Tomo V). Camarena.
(Pág. 270, Tomo II).
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LA CRISTIADA
joven, entusiasta y de mucha iniciativa, originario de los Timbres. El día 4 recibí una orden de Dn. Agustín
Cuquío, Jal. Poco después de su llegada comenzó a Gutiérrez para que con los elementos que me rodea-
organizar la A. C. J. M. ban me presentara a él, el día 5 en un punto cercano
En 1926, cuando se avecinaba la tormenta, eran a Churinzio, orden que cumplí acompañado de unos
los acejotaemeros como unos treinta, bien organiza- 28 soldados. Ya reunidos los dos grupos en número
dos y puede decirse que bien preparados para la de unos 75, nos dirigimos a San Diego de Alejandría.
propaganda primero y para la gesta armada después. Ahí juntamente con los de dicho lugar, se formó el
plan de ataque a Unión de San Antonio, resolviendo
Fué con estos muchachos con los que se contó tomarla por sorpresa el día 6. A las nueve de la noche
como núcleo para iniciar el movimiento armado, de ese día, se hizo el ataque rodeando el pueblo; no
cuando a ello se vieron empujados los católicos fué necesario disparar un solo tiro pues la escasa
mexicanos por haberse agotado los medios pacíficos policía, que estaba en servicio no hizo resistencia y
que se pusieron en juego ante el gobierno de Plutarco entregó las armas. Después de cenar salimos y pasa-
Elías Calles. mos la noche en el rancho de los Horcones; ahí se
Para organizar la parte militar del movimiento fué recibió la noticia de que el gobierno no había llegado
designado como jefe el Sr. Agustín gutiérrez, alto a San Diego de Alejandría; por precaución para
empleado de la hacienda y como su segundo, prevenir una persecución y ataque de parte del go-
Severiano Gallegos oriundo de la estancia denomina- bierno, ascendimos a un cerro o mesa cercana y se
da La Ordeña. El día 31 de diciembre de 1926 a las tomó el acuerdo de que en vista de que el levanta-
doce de la noche se hizo el levantamiento constando miento no había sido general como se había proyec-
inicialmente el grupo de un total aproximado de 125 tado, se dispersaría la tropa y volvería cada quien a su
hombres. A las 6 horas del primero de enero de 1927 domicilio, aunque el regreso a sus ranchos sería
se emprendió la marcha sobre el pueblo de San formando cuerpos de tropa organizada. En el trayecto
Francisco del Rincón, Gto., donde tenían cita con el acordaron entrevistarse antes de la dispersión, con el
grupo de San Diego de Alejandría, Jalisco. jefe Miguel Hernández, y así se enfiló hacia el pueblo
En un punto denominado hacienda de Tanques a de San Julián.
unos cuatro o cinco kms. al Suroeste del mencionado (Pág. 30 s., Tomo II)
pueblo, se encontraron con la gente que de esos
rumbos habría de levantarse en armas. De entre los Jalpa de Cánovas, Gto.
recién llegados se nombró una comisión encargada Por Cecilio Valtierra.
de ir a la otra parte del pueblo a cortar las comunica-
ciones telegráficas y telefónicas a fin de evitar la
inmediata persecución de parte del gobierno. Se hizo
responsable de la gente en comisión del Jefe Severiano
Gallegos a quien acompañaban 25 soldados. Mas al
llegar a la orilla opuesta del pueblo ya estaba la
federación posesionada del puente de Santiago, por
la entrada del camino de León, Gto., en vista de ello
se regresaron a dar parte al Jefe de la presencia del
enemigo; pero la tropa recibió aviso de antemano y se
regresó con rumbo a la Purísima, continuando la
marcha y pernoctando en una hacienda que está entre
San Diego y la Unión de San Antonio. Como entre una
y dos de la mañana del día dos, se puso en movimien-
to la gente para volverse a terreno conocido, habien-
do acaecido que en la Hacienda llamada la Fábrica, en
plena obscuridad se dividió en dos grupos al gente de
Jalpa, fuera de toda intención, y mientras Don Agustín
Gutiérrez se dirigió al Romeral con una parte, el
suscrito determinó bajar al cañón de Jalpa con la otra Mis actividades en la Unión Popular las había
parte, para descansar por algún tiempo en la mesa de suspendido en parte en los lugares que circundan esta
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LA CRISTIADA
hacienda o sea San Andrés, el Huindure, Las Colo- acerca de donde precedía esa autoridad. ¿Cómo ha-
nias, Calicanto y Tepetate, por la sencilla razón de cerlo pues?. Allí estaba el detalle y... Dios preveerá.
estar muy cerca de los callistas destacados en ese
Dada mi inteligencia ruda y embrollada, aquella
lugar. En cambio las comisiones que el padre González
orden fue motivo para que de día y de noche viviera yo
me había confiado se sucedían unas a otras. Me
pensando y estudiando la manera de poner manos a la
parece que para el mes de agosto estaba radicando en
obra para que resultara acertara y efectiva. Dejé pasar
Los Angeles, Cal., E.U.A. De allí recibí una nueva
ocho días y al fin me decidí a afrontar la situación.
comunicación donde me hablaba en estos términos:
Enfoqué mis baterías en el primer blanco que fué J.
«Me supongo que por la carencia de sacerdotes en los
Apolonio Méndez y aprovechando la amistad y con-
Templos ya muchas personas estarán haciendo vida
fianza que había entre él y yo, después de conversar
marital sin la bendición del Sacramento del Matrimo-
sobre las cosas ajenas a lo que me reservaba para él
nio. Si esto hacen algunos de mis Jalpenses o que
cuando menos lo esperaba, creyendo llegado el mo-
estén dentro de la jurisdicción de mi Vicaría, creo
mento le hablé de esta manera «Oye Apolonio, se me
muy oportuno aprovechar y aplicar el medio que el
ocurre hablarte de un asunto particular y muy impor-
Episcopado ha puesto al alcance de nosotros los
tante para lo cual te suplico me dispenses toda tu
Sacerdotes para solucionar en forma providencial
atención y tomes por serias mis palabras. Me oyes
esos asuntos.
primero luego me resuelves si aceptas, muy bien, pero
La práctica de dicho medio no es cosa exclusiva de si no aceptas únicamente te suplico que te guardes todo
un Sacerdote, pues cualquier otra persona puede en el más profundo secreto. ¿Cómo vez? ¿Conveni-
hacerlo sujetándose tan solo a lo que ordena la dos?, ¡Si hombre, como no!
fórmula impresa que te adjunto. En nuestro caso a ti
- Pues ahí te va. Mira, no es que yo quiera meterme
te encomiendo eso para que lo hagas siguiendo las
en tu vida privada, solo veo la necesidad de pedirte tu
instrucciones que van en el impreso...»
opinión acerca de si tienes verdaderas intenciones de
Grande sorpresa me causó aquella comisión que unirte en matrimonio. ¡Si como no!, me contestó y
jamás imaginé que llegara a confiárseme. Leía por agregó: Pero ya tú ves que ahorita no hay Padres que
una y otra vez tanto la carta como la fórmula impresa casen a uno.
y no alcanzaba a creer que fuera una realidad todo
Es cierto, Apolonio, le dije, pero ahora te digo que
aquello, cumplir tal disposición no se me hacía difí-
mientras que llegue el día en que los Padres vuelvan
cil, pues en realidad era cosa muy sencilla, pero
a los Templos, ahorita podemos disponer de un
analizando la situación que prevalecía así como las
medio muy sencillo para medio de arreglar esos
circunstancias que tendrían que concurrir en el des-
asuntos, de manera, que el hombre y la mujer como en
empeño de aquella misión, me obligaba a estudiar y
tu caso, puedan vivir juntos con menos responsabili-
prever cómo lograr aquel objetivo. Deseaba yo que
dad. Lo que te propongo será una forma una forma
en los días presentes y futuros no hubiera un caso de
provisional y llegada la oportunidad tendrás que
aquella naturaleza, tan solo por no verme en la
acudir a la Parroquia para que se cumpla con las
necesidad de poner en práctica aquella encomienda.
ceremonias que dispone la Santa Madre Iglesia.
Pero la realidad era otra ya que efectivamente había
tres parejas viviendo en la forma que el Padre presu- Apolonio guardaba silencio, no contestaba nada,
mía y no se lo podía ocultar ni hacer caso omiso del por lo que proseguí dándole explicación más detalla-
cumplimiento de su orden. da de la forma en que se podía hacer de acuerdo con
Dichas parejas las había en el Huindure, San la fórmula antes dicha. Al fin de romper su silencio y
Andrés y Guadalupe y eran las siguientes: (Conser- dice así: Mira, Cecilio, si estaría muy bueno hacer
vamos los nombres propios, pero preferimos dar a la todo esto como tú me lo propones, pero lo que estoy
estampa nombres supuestos por razones obvias), J. pensando es que ahora así me quedo hasta que haya
Apolonio Méndez y M. o Cabral; Sandalio Fernández la manera de casarme, pero esto lo haré si creo que me
y Caritina Censeño; Gabriel Alvílez y Prisca Vilaseca, convenga y si no, no.
respectivamente. Había pues paño de donde cortar, Como lo ven, mis lectores, mi primer tiro me falló
pero... ¿Cómo dar el paso para que resultara en firme? y no le pegué al blanco. Solo me puse en evidencia de
No era una inversión mía ni mucho menos un truco lo que aquella conversación sostenida con J. Apolonio
para engañar a nadie; yo sabía quien me respaldaba Méndez sin éxito ninguno, y me sucediera lo que la
ordenándolo, pero no pedía decir a los afectados nada carabina de Ambrosio.
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LA CRISTIADA
Al ver su resolución negativa me concreté a decir- Me faltaba arreglar el único caso y los tres días me
le: Pues mira, Apolonio, haz de cuenta que mi boca no fui a Guadalupe donde estaba la pareja restante. Me
te habló palabra de este asunto, y todo lo que oíste lo entrevisté con D. Pedro Escobar, Jefe de la Unión
guardas en el más profundo secreto. Popular en dicho lugar, les comuniqué mi asunto
Dos o tres días después me dirigí a casa de suplicándole que a su vez citara a las personas indi-
Gertrudis Fernández, papá de Sandalio, que forma- cadas con sus testigos, etc., D. Pedro, ni tardó ni
ba pareja con Caritina Censeño. Le traté dicho perezoso recorrió el rancho y a poco rato ya estaba de
asunto más o menos como lo había hecho con regreso con los invitados que entraron a la Capilla del
Apolonio. Oyó con mucha atención mi proposición lugar donde yo los esperaba. A puerta cerrada les traté
relacionada con su hijo Sandalio, al mismo tiempo el asunto con la buena suerte de que todos aceptaron
que me iba manifestando mucho interés en arreglar mi proposición. Acto continuo hice todo igual al caso
el asunto de su hijo aunque fuera en la forma sencilla anterior, ordenándoles a todos especialmente a los
y provisional y al fin decidió afirmativamente. En- presuntos novios lo que tenían que hacer.
tonces le dije: Mire, D. Gertrudis, mañana se van a Como en ese lugar estaban todos los habitantes
la sacristía del templo su hijo y usted, Caritina y su agrupados en la Unión Popular, no fue necesario
madre así como cuatro hombres más que nos sirvan advertirles tanto acerca del secreto, pues tanto hom-
de testigos, procurando que estos sean hombres bres como mujeres y jovenes eran tan firmes en sus
discretos que no vayan a denunciarnos. Los invita convicciones que primero los mataban que descubrir
sin decirles Ud. nada del objeto de su invitación, el secreto. Terminado el acto les di las gracias por la
pues esto se los haré saber yo mismo. En la tarde de buena disposición en el cumplimiento de las disposi-
mañana los espero allá. ciones del Episcopado y nos separamos.
A la hora convenida del día siguiente ya tenía yo Así fue como cumplí de momento aquella misión
preparada en la sacristía una mesa con un Crucifijo en que me encomendó el Padre González el año de 1927,
ella y dos velas. Llegaron mis invitados y los coloqué de cuyos resultados pronto le di cuenta.
por su orden respectivo en fila frente al Crucifijo. En (Pág. 121 a 123, Tomo III)
pocas palabras les expliqué a los novios y testigos el
objeto de aquella ceremonia y lo único que tenían que
hacer todos ellos. Interrogué a los novios si era su
voluntad unirse en matrimonio uno con el otro de
4.- Padre Pedro González
acuerdo con la Ley de Dios y de Santa Madre Iglesia, (Jalpa, Gto.)
y contestando que sí les ordené a todos los presentes
que se arrodillaran y con devoción y recta intención
rezaran tres veces la oración del Credo. Esto era todo
lo que debía de hacer según la formula impresa.
¿Verdad que todo era muy sencillo?
Terminado aquel acto y ya todos de pie, esperando
que les diera una breve explicación de la importancia
que encerraba aquello a pesar de su sencillez, pero
que debíamos considerarlo como cosa de mucho
provecho para la tranquilidad de conciencia, tanto
más cuanto que eran disposiciones del Episcopado
Mexicano. Advertí a los interesados que una vez que
resolviera el conflicto religioso y los sacerdotes vol-
vieran a sus Templos aquellos presuntos esposos
ocurrieran al Templo para que el Sacerdote comple-
tara la ceremonia según el Rito Católico. Finalmente
les sugerí a todos la conveniencia de guardar el
secreto, tomé sus generales a todo los que intervinie-
ron en el acto para archivarlos y les hice saber que ya
podían retirarse.
pág.
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LA CRISTIADA
El señor Presbítero don Pedro González fué Párro- se sirva enviárnoslos; ya que él fué una destacada
co de la Hacienda de Jalpa de Cánovas, Gto., del año figura dentro del Movimiento Cristero.
de 1919 hasta el de 1926. Celoso de su Ministerio,
(Pág. 336, Tomo I).
sacerdote ejemplar, su recuerdo es conservado cari-
ñosamente por cuantos fueron sus feligreses. A él se
debió que el templo a su cargo fuera reparado, deco-
rado nuevamente y que se le dotara de piso de 5.- Padre Julio Alvarez
mosaico.
Además fueron sacrificados
Fué uno de los principales organi- por los sicarios del tirano en la
zadores del Regimiento «San Julián». Arquidiócesis de Guadalajara
El primero de enero de 1927, con un los sacerdotes siguientes do-
grupo de valientes salió de Jalpa rum- miciliados en otras Diócesis
bo a San Francisco del Rincón. Estu- Padre D. Julio Alvarez, de
vo en los combates de San Julián y de Aguascalientes, en el pueblo
Cuquío (su tierra natal) y fué él quien, de San Julián fusilado el 30 de
después de dichos combates, confesó marzo de 1927.
a los heridos y a los prisioneros callis-
tas. (Pág. 29 del Tomo V)
Poco después del combate de San
Julián marchó a los Estados Unidos
con objeto de ver las posibilidades de 6.- Luis Muñoz
adquirir parque en aquel país.
Estrada
De regreso a México, púsose a las (San Julián)
órdenes del Comité Directivo de la
Liga Nacional Defensora de la Liber- Luis Muñoz Estrada, fue
tad Religiosa, donde prestó eminen- sorprendido según narran ve-
tes servicios sirviendo de intermedia- cinos del lugar de los aconteci-
rio entre el propio Comité y algunos mientos y que por cierto casi
Jefes Cristeros, entre ellos, el señor en general todos eran sus pa-
Gral. Don Enrique Gorostieta, Jefe de la Guardia rientes y Luis hasta la muerte se abstiene de compro-
Nacional. meterlos y calla, niega que haya en el lugar persona
Terminada la lucha cristera, el Padre González se que le sea conocida.
hizo cargo de la Parroquia del Mineral El Amparo, El no se esperaba la sorpresa del enemigo, cuando
situado a 10 kilómetros al sur de Etzatlán, Jalisco, menos se lo esperaba, oye la voz de un anciano (su
donde ejerció su Ministerio durante tres años. tío) que le dice: Huye. No había tiempo; era copado
por el Regimiento del Gral. Miguel Z. Martínez,
Habiendo ido a la ciudad de Guadalajara,
quien asolaba la región y cometía los crímenes más
encontrábase confesando en la Catedral el día 17 de
atroces. Hecho prisionero a unos cuantos metros de
agosto de 1932, cuando fué sorprendido por un
una casa o hacienda propiedad del Sr. J. Refugio
repentino ataque al corazón.
Moreno, lugar demonado Laguna de Morenos, Mu-
El inolvidable Arzobispo de Guadalajara, don nicipio de Unión de San Antonio, Jal. (Feligresía de
José Orozco y Jiménez, que en esos momentos termi- San Julián, y distante dos leguas del mismo San
naba de celebrar la Santa Misa, corrió al lado del Julián). Es atado de los brazos y sujeto o amarrado
Padre González y le impartió los últimos auxilios de con crueldad de lujo bajo una yerba llamada espina o
nuestra Santa Madre la Iglesia, minutos antes de que corona de Cristo.
expirase el virtuoso y valiente sacerdote, quien espe- A tempranas horas del día se le sorprende y bajo
ramos esté en el Reino Celestial de Cristo de quien crueles tormentos, amenazas, promesas, Luis se man-
siempre fue abnegado vasallo. tiene firme y perdura su tormento hasta el día siguien-
Nota: Rogamos a nuestros lectores que si tienen te recibiendo los improperios del mílite Z. Martínez
mayores datos sobre la vida del Padre Pedro González, y de toda la agresiva y desenfrenada soldadesca. Se le
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LA CRISTIADA
tiene a la intemperie y no se le da ni siquiera un trago benditas costumbres y haber conocido a Luis desde
de agua que, según un anciano que habitaba en dicha su juventud. Murió a la edad de veintitantos años.
morada, se le privó sin darle de comer ni de beber; y
(Pág. 194 s. del Tomo V)
así se le martirizó hasta lo indecible.
Al día siguiente se le ahorcó de un fresno cerca y
frente a la casa que ya he mencionado. Al ponerle la
soga al cuello o sea al tirarla a las ramas del árbol, 7.- Monumento «alteño»
porque ya desde que se le ató a semejanza de su a Jesucristo Rey
Redentor, Luis tenía la soga al cuello, se persigna y
Bendición de una capilla dedicada a Cristo Rey en
vuelve grave y brevemente hacia los Cielos... y
los Altos de Jal.
grita... ¡Viva Cristo Rey y Santa María de
Guadalupe!... y que no alcanza a pronunciar por En un lugar denominado Pacheco, Municipio de
completo cuando su voz es ahogada por la soga que San Julián, Edo. de Jalisco, tierra «alteña» en donde
estiraron sus verdugos por mando de su General. el callismo sufrió uno de los primeros reveses en el
año de 1927, cuando nacía y tomaba fuerza el movi-
Queda solo el lugar y un primo hermano de Luis
miento de defensa armada de los católicos mexica-
acude para bajarlo del árbol y darle sepultura a la
nos, quedará para la posteridad una humilde obra
orilla de un barbecho. Más tarde fueron sacados sus
material que representa el espíritu cristero de aque-
restos por sus familiares y
llos recios campe-
por iniciativa del Sr. Cura
sinos jaliscienses
Don Narciso Elizondo de
que siempre se han
feliz memoria, fueron lle-
significado por su
vados a San Julián donde
hombría de bien y
yacen en aquel santo lu-
por llevar arraiga-
gar.
da, muy adentro
La muerte de este hé- del corazón, la fe
roe sucedió por los últi- de nuestros mayo-
mos días del mes de fe- res y la firme de-
brero de 1928. Pertenecía terminación de de-
o fue soldado libertador fenderla, si es pre-
al mando del Gral. Mi- ciso hasta la muer-
guel Hernández. te.
Luis era de padres su- En este mes de
mamente cristianos, hu- mayo de 1964, el
mildes, pobres y sufridos día 29 a las 11 ho-
hasta el extremo y de cos- ras del día, tendrá
tumbres inmaculadas, pa- verificativo -Dios mediante- solemne ceremonia para
rroquianos de San Julián y en parte formados por los bendecir una pequeña capilla que se dedicará a Cristo
ideales de aquel santo Párroco e ilustre catequista Rey y se encargará de hacerlo el Ilmo. y Revmo. señor
como lo llamara un gran Prelado, y denodado defen- Arzobispo don Francisco Javier Nuño, acompañán-
sor de los derechos de Cristo. Luis nace de un hogar dole el Ilmo. Sr. Obispo don Manuel Yerena y
que no podía defraudar la primicia del semillero de Camarena y el muy querido señor Canónigo de la
cristianos y consuelo de los santos misioneros que Colegiata de San Juan de los Lagos, Pbro. don Ramón
hoy sufren, pero redimen y conquistan para Cristo. Pérez.
Luis nació en un rancho llamado Rinconada, Mu- Felicito al señor don José Márquez y Márquez en
nicipio de San Juan de los Lagos, Parroquia de San nombre de la Guardia Nacional por su magnífica idea
Julián o feligresía... sus padres José María Muñoz y y por su tenacidad para llevar a feliz término esa obra
María del Refugio Estrada, ambos finados. heredada a las generaciones venideras.
Con toda confianza puedo recomendar lo que ya Hago extensiva a todos los miembros de la Guar-
expongo, teniendo conocimiento en especial de sus dia Nacional la invitación que el señor Márquez nos
pág.
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LA CRISTIADA
ha hecho para asistir a tan bella y significativa cere- Que si San Julián supo el primero hacer morder el
monia. polvo a los perseguidores de otras épocas, también
Para llegar al sitio que en lo sucesivo se llamará sepa domeñar el terreno para que se pueda transitar
«Pacheco de Cristo Rey, no hay servicio directo de fácilmente. Y que la piedad alteña no desdiga de su
transportes. Es necesario amanecer en León, Gto., el bien merecida fama.
día 28 y separar pasaje a San Julián, Jal. en la línea La ¡Que vivan los piadosos alteños! ¡Que vivan las
Alteña, que sale a las 8 de la mañana y llega a San alteñas cristeras de ayer, de hoy y de siempre!
Julián a las dos de la tarde. Allí procurar a los señores
¡Que viva Cristo Rey y Santa María Virgen de
Gerardo Torres o Domingo Lozano, personas muy
Guadalupe!
conocidas en el pueblo, quienes lo atenderán.
(Pág. 374 del Tomo VI)
Dr. José Gutiérrez Gutiérrez.
(Pág. 343 s. del Tomo VI)
9.- Segunda peregrinación
a Pacheco, Los Altos
8.- Monumento a Cristo Rey,
Mañana clara, tibia y hermosa del altiplano. Es
en el corazón de “Los Altos” martes 8 de marzo de 1966. El crepúsculo matutino
Como se había anunciado, el sábado 29 de mayo tiñe de rojo escarlata los áridos campos alteños;
fué bendecido por el Excmo. y Revmo. Sr. D. Javier bastos lomeríos, amplias hondonadas, pequeños va-
Nuño, el pequeño gran monumento a Cristo Rey que lles y profundos barrancos. A lo largo de polvozas y
el pueblo alteño de San Julián levantó en el lugar estrechas carreteras vecinales, sobre los viejos cami-
llamado Pacheco. (8 kilómetros de San Julián). nos de herradura, por mil tortuosas veredas y cruzan-
do los potreros a campo traviesa, transitan vehículos
Desde temprana hora empezaron a llegar peregri-
motorizados, grandes cabalgatas de campesinos
nos de todos los pueblos y rancherías vecinas y
alteños luciendo el sencillo traje charro de la región;
llegada a la hora, alguien dijo por allí que calculaba
a pie, largas caravanas de gente del campo, mujeres
en tres mil las personas que asistieron. Dada la falta
y hombres de todas las edades, se encaminan hacia
de comunicaciones y lo aislado del lugar, es de
una misma meta: Pacheco de Cristo Rey.
admirar el sacrificio con que asistieron tantos alteños.
(Es que en todo caso el pueblo alteño demuestra con Reina entusiasmo y santa alegría en todos los
hechos su acendrada piedad jamás desmentida). corazones. Con la fe de la mayoría del pueblo mexi-
No obstante que la hora señalada había ya pasado, cano abrazada hace más de cuatrocientos años y que,
Monseñor Nuño, con la bondad que lo caracteriza; cuando es necesario, la sabe confirmar no sólo con
invitó a los presentes a rezar el santo Rosario para dar sacrificios heroicos sino con la ofrenda de su sangre
tiempo a que llegaran todas las personas que desde lo y de su vida, con esa fe, una extensa zona de pobla-
alto del Monumento se veían venir por todas partes. ción alteña abarcando los municipios de San Julián,
Más tarde, después de la Misa, la Bendición y las Unión de San Antonio, Lagos de Moreno, San Juan de
Confirmaciones, hubo de repetir esta última ceremo- los Lagos, Jalostotitlán y San Miguel el Alto, se
nia para que nadie se quedara sin lograrlo. congrega ese día 8 de marzo en torno a una humilde
y pequeña capilla monumento consagrada a Cristo
Entre los sacerdotes que asistieron saludamos al Rey, hace apenas dos años. Y no eran ellos los únicos
entusiasta Cristero M. I. Sr. Canónigo D. Ramón que concurrían a celebrar este nuevo homenaje a
Pérez, que como es su costumbre no se dió reposo Cristo Rey: también la Guardia Nacional (cristeros)
oyendo confesiones, lo que hicieron también sus hacía acto de presencia gentilmente invitada por don
demás compañeros. José Márquez y Márquez, cristero de corazón e incan-
«Pronto será esto un lugar de peregrinación», era sable organizador de estos bellos homenajes. Allí
la opinión de los asistentes; y los vecinos de San estaban representantes de la ciudades de México,
Julián tendrán que darse prisa al arreglo de los Querétaro, Guanajuato, León, Aguascalientes,
caminos para que los visitantes de su región sean cada Zacatecas, Guadalajara y Colima, así como de otras
vez en mayor número. varias poblaciones del propio Estado de Jalisco.
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68
LA CRISTIADA
A las diez de la mañana su señoría el canónigo don colocarse a ambos lados del altar, en el presbiterio. Es
Ramón Pérez celebró la primera misa dedicada a el señor canónigo Pérez quien de nuevo celebra la
todos los caídos en la lucha cristera. Al fin del santa misa. La capilla es insuficiente para dar cabida
Evangelio el señor canónigo Pérez habla al pueblo tal a la multitud. Va al púlpito el señor predicador.
como él lo sabe hacer, con frases sencillas pero Emociona su exordio, su discurso es elocuente.
convincentes, llamando al pan pan y al vino vino. En Exalta la epopeya cristera, alaba a sus muertos y
tanto se sigue el curso de la misa, el río humano engrandece a sus héroes; por ellos, dice, la Iglesia
continúa congregándose por todos los caminos. Se disfruta actualmente de cierta tolerancia con respecto
anuncia que el Excmo. Sr. Arzobispo don Javier a las leyes que están en vigor y que la oprimen.
Nuño no estará presente como se esperaba. Arriban Continúa la santa misa. Las banderas se inclinan en el
cuatro sacerdotes más, uno de ellos hijo de cristero. momento de la consagración. Es muy crecido el
Nutrido aplauso al pie de la escalinata llama la número de personas que se acercan a recibir la sagra-
atención de la multitud, es que ha llegado un sacerdo- da comunión y se agotan las formas consagradas
te más, el señor presbítero don J. Chanón, quien había quedando algunos peregrinos sin comulgar. Termina
de predicar en la misa de las doce, dedicada a los la misa y por segunda vez habla el señor canónigo
supervivientes que en diversas formas depositaron su Pérez, despide a los peregrinos, los invita a volver
grano de arena en la defensa armada de los cristeros. cuando sean de nuevo llamados, los exhorta a vivir
Desde lo alto de la escalinata se contempla en la como verdaderos cristianos, distribuye estampas con
explanada el pintoresco espectáculo que dan mil la imagen de la Virgen unas, y otras con un soldado
quinientas a dos mil almas allí congregadas. Se cristero muerto en campaña manando sangre de sus
saludan, se abrazan, forman corrillos, conversan, heridas y a su lado Cristo Rey; en el reverso, impreso
ríen. el acto de contricción rezado a diario por los cristeros.
Hay puestos
De nuevo en la expla-
de frituras, de
nada, la mul-
dulces, de fru-
titud se lanza
tas, de refres-
sobre los
cos, paleteros
puestos en
ambulantes y
donde hay
hasta juguetes
abundancia
para los niños;
de comida.
algarabía de
Un grupo de
comadres, de
distinguidas
comerciantes y
damas de la
de niños. Se
región ofre-
acercan las
ce verdade-
doce del día.
ro banquete
Don José Márquez y Márquez, principal organizador
a sacerdotes y a miembros de la Guardia Nacional.
del festejo, con voz vibrante y emotiva se dirige a la
multitud desde los primeros peldaños de la escalina- Cuando sean expeditas las vías de comunicación
ta, está satisfecho porque hay respuesta al llamado, y sea rápido el acceso a Pacheco de Cristo Rey, la
porque no han sido inútiles sus sacrificios, su cansan- afluencia de visitantes desde muchos y lejanos sitios
cio y sus desvelos. Agradece a todos su presencia en de la patria será una realidad.
nombre de Cristo Rey. Disciplinadamente en la ex- Nuestras más sinceras felicitaciones para su seño-
planada se va organizando la peregrinación en doble ría el señor canónigo don Ramón Pérez y para don
fila, mujeres a la derecha y hombres a la izquierda. La José Márquez y Márquez que han sido el alma en la
encabezan los sacerdotes y se pone en marcha hacia organización de dos bellos festejos realizados en la
la capilla... Con voz potente un grupo de alteños capilla monumento levantado en Pacheco de Cristo
entona «Tropas de María sigan la bandera...», y el Rey, a ocho kilómetros al norte de San Julián, Estado
pueblo contesta a todas las estrofas. Llegada la pere- de Jalisco.
grinación a las puertas de la capilla, es recibida por el
señor canónigo Pérez. Avanzan las banderas hasta (Pág. 349 s. del Tomo VII)
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LA CRISTIADA
DECANATO IX
DECANA (AYOTLAN).
(AY
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LA CRISTIADA
No es el sentimiento provocado por la amistad Tengo la firme creencia de que nuestros compañe-
personal que me ligó al extinto Gral. por lo que me ros que en otras regiones del país luchan por nuestra
siento obligado a expresar a vosotros en estos ren- causa, se sentirán ahora más que nunca animados de
glones; en este sentido creo que todos los que buena voluntad para seguir unidos esta epopéyica
luchamos en Los Altos, estamos igualmente afecta- lucha en que se decide el porvenir de la Patria. El
dos. Este sentimiento de profundo dolor no debe ser Gral. nos unió en un sólo y apretado núcleo y noso-
para nosotros más que una pena personal más que tros hemos de demostrar al enemigo que la labor
Dios quiere agregar en estos momentos a las que son llevada a cabo por él no fue estéril.
propias de una campaña como la que venimos ha- No es aún el momento oportuno ni éste el lugar a
ciendo, Lo que me ha movido a dirigirme a vosotros propósito para hacer la historia del Gral. Gorostieta;
en la forma en que lo hago es el temor, quizá ya vendrá la crítica serena y consignará en las páginas
infundado, de que algunos os vayáis a dejar embar- de nuestra Historia Patria el nombre de este profundo
gar aunque sea de un modo pasajero, por el desalien- cristiano y gran patriota que nunca tuvo una ilusión
to que es propio en estos casos. Era tal la confianza mayor que hacer de México un país próspero y
que nos daba estar dirigidos en esta lucha por el gran grande y que sacrificado por los mismos, que ciegos
amigo y enorme soldado que acabamos de perder, de odio y de rencor, no vieron que cegaban la vida del
que quizá muchos lleguen a pensar que su muerte hombre que quería labrar con su esfuerzo la felicidad
traerá para nuestra causa resultados fatales; y no hasta de los hijos de sus verdugos. Nuestra Historia
dudo yo que algunos trastornos en nuestra organiza- desgraciadamente escasea en ejemplos de valor y de
ción vengan a dificultar más nuestra pesada tarea de abnegación de la magnitud de éste; sus páginas van a
libertad a México; pero debemos de estar lejos de enseñar a las generaciones venideras cuál es el cami-
pensar que con la muerte de nuestro querido Jefe la no del deber, marcado tan brillantemente por este
causa de la Libertad ha perdido en nuestro país todo hombre, cuando la Patria está en peligro.
su haber. No, no era el Gral. Gorostieta el único que La Brigada de Los Altos tiene para la memoria
luchaba por la libertad a nuestra Patria; era y sigue del Gral. una muy grande deuda de gratitud. Fue
siendo el pueblo que anhela y el que lucha por aquí donde dejó con su apostolado en esta campaña
conquistar esa libertad. una honda huella en todos los espíritus. Los solda-
No es tampoco el primero ni el más rudo golpe que dos de los altos lamentan hoy más que la muerte de
en los últimos dos daños hemos sufrido. Recordad a un superior, la de un padre. Interpretando los senti-
González Flores y a Gómez Loza. Como Gorostieta mientos de todo el elemento armado y aún de quie-
eran ellos de los mejores entre los valientes y de los nes sin empuñar las armas recibieron de él sus sabias
más grandes entre los virtuosos; cayeron como ahora enseñanzas y sus prudentes consejos, he tenido a
este nuevo mártir de la Libertad, al golpe inconscien- bien disponer que desde esta fecha la «BRIGADA
te y torpe del asesino a sueldo que no sabe a quién DE LOS ALTOS» se designe siempre con el nom-
sacrifica; como él sucumbieron en la brecha y como bre:
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LA CRISTIADA
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LA CRISTIADA
maguey que había cerca (los impactos del muro aún Con fecha 6 de julio de 1959, el comité asesorado
se pueden apreciar), hasta que uno logró herir al padre por el señor Cura Don Salvador Casas, hizo la solici-
y ya en el suelo lo acribillaron a tiros y lo golpearon tud ordenada, y con fecha 20 de agosto del mismo
hasta romperle el cráneo; enseguida lo aventaron a año, en oficio B- (VIII) 63/59 FJN- aj, se dignó
una fosa, cerrándola luego». Hasta aquí la narración contestar la Sagrada Mitra, concediendo que se depo-
de Antonio Abad. sitaran los restos del Padre Pedroza en el Templo del
Pasaron los años y se corrieron un sin fin de Señor San José en Arandas, Jal.
versiones en las que se aseguraba que el Padre A fin de tener la absoluta seguridad de que los
vivía en tal o cual lugar; que el Gral. Carrera restos que teníamos eran los del Padre Pedroza y
Torres, a fin de cumplir su palabra, había mandado recordando que el doctor don Juan José Morales lo
al Padre que se ocultara y luego se hiciera perdedizo había curado cuando estaba prisionero, pedimos a
y ante la incertidumbre por tantas noticias, decidi- dicho galeno que examinara los restos y nos diera
mos exhumar los restos allí depositados a fin de su opinión, a lo que con todo gusto accedió dando
poner las cosas en claro, para lo cual, se nombró un su dictamen favorable en certificado que obra en
comité en Arandas, integrado por los señores poder del presidente del comité, señor Aurelio
Aurelio Limón, Andrés Sáinz y Juan Velázquez, Limón.
para que se encargaran de gestionar la exhuma-
Con la debida oportunidad y la profusión que fue
ción; en el mes de diciembre de 1956 en que fui a
posible, se anunció que el día 26 de abril de 1960
Arandas de vacaciones, me propuse a moverlos y
serían reinhumados los restos del Padre Pedroza, en
con fecha 25 del mismo mes, a las cuatro de la
el Templo del Señor San José y la víspera por la noche
tarde, procedimos a la excavación. Para tener la
se expusieron para la velación, desfilando gran can-
seguridad de que los restos que encontráramos
tidad de gente que desde lejanos lugares concurrieron
serían los del Padre Pedroza, acordamos que debe-
a dicho acto, tocando rosarios y medallas a los restos,
rían reunir las siguientes condiciones: 1a., que no
y toda la noche lo velamos con gran número de
tuviera restos de caja; 2a., que estuvieran en forma
concurrentes. El día señalado a las diez de la mañana
de haber sido mal colocado el cadáver; 3a., que se
se celebraron solemnes honras fúnebres, oficiando el
encontrara el impacto de la bala que lo hirió cuando
señor Cura don Salvador Casas, acompañado por los
lo aprehendieron. Lo primero que encontramos fue
presbíteros don Juan Pérez y don J. Jesús González.
una parte del cráneo (la superior) y en seguida, sin
Acto seguido se precedió a hacer la reinhumación en
huellas de madera, los restos con los huesos de las
el muro norte del crucero del templo, cubriéndolos
piernas en forma de haber quedado dobladas y el
con una loza de mármol que ostenta inscripción
cuerpo un tanto recargado sobre lo que pudiéramos
alusiva: ¡DESDE ENTONCES DESCANSAN ALLI
llamar muro norte de la fosa y el húmero del brazo
LOS VENERABLES RESTOS!.
izquierdo con el impacto de la bala muy bien
marcado. De todo esto dió fe el notario público don A continuación se celebró una reunión a la que
Espiridión Fuentes, levantando el acta correspon- concurrieron algunos «cristeros», amigos y algunas
diente. Depositamos los restos en una caja y los viudas y huérfanos de «cristeros», en la que se leyó
guardamos en la sacristía del Templo del Señor lista de los caídos que había podido reunir el señor
San José y acordamos esperar al tercer día en que Cura Don Nicolás Valdez, así como una alocución
iría a Arandas el entonces Excelentísimo señor escrita por el seminarista don J. Jesús Rivas, Q.E.P.D.,
Arzobispo don José Garibi Rivera, para consultar- de la cual adjunto copia.
le dónde deberían ser depositados los queridos y Con el fin de corroborar los datos anteriores, me
venerables restos. Cuando lo entrevisté para hacer- permito consignar las siguientes pruebas:
le la consulta, me dió buena reprimenda por no
haber pedido permiso a la Sagrada Mitra para hacer 1a.- Entre las muchas cualidades que tenía el
la exhumación, pero como le dije que ignoraba Padre Pedroza, figuraba en forma muy marcada la
dicho requisito, bondadosamente me disculpó y sumisión a su prelado, por lo que es muy lógico que,
ordenó que se hiciera un oficio a la Sagrada Mitra si viviera, se habría reportado de cualquier lugar de la
dando cuenta de lo actuado y pidiendo instruccio- Tierra donde estuviera.
nes sobre el lugar donde deberían ser reinhumados 2a.- Si la Sagrada Mitra no hubiera tenido la
los restos. seguridad de que esos restos pertenecían al Padre
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Pedroza, no hubiese dado el permiso para que se canasta de tortillas, al cual le preguntamos dónde se
depositaran en lugar sagrado, pues muy bien co- encontraba el enemigo y nos dijo que ya se había
nocemos la rectitud con que se procede en todo retirado con rumbo a Ayo el Chico; en seguida se dio
caso. la orden de retirarnos y apenas habíamos caminado
Guadalajara, Jal., marzo 12 de 1967. unos cien metros cuando fuimos sorprendidos por el
enemigo formándonos un sitio; en dicho sitio única-
(Pág. 137 s., Tomo VIII). mente quedamos tres, el capitán J. Trinidad Alvarez,
el asistente Salvador Alvarez y su servidor, sargento
Juan rizo.
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ancas poniéndonos fuera de peligro, pero como el Alvarez; tercera columna, mandada por el coronel
enemigo se dio cuenta de la retirada bajó de sus Aristeo Pedroza. En este combate vimos que el coro-
posiciones y nos persiguió tiroteándonos hasta la nel Pedroza se lanzó sobre el enemigo combatiendo
orilla del pueblo; continuamos avanzando hasta a pura pistola y en esa refriega le hirieron al asistente
reunirnos con nuestro coronel Pedroza, le rendí el y al caballo del coronel; a continuación nos fuimos
informe de lo que nos pasó en la salida; en seguida retirando con el fin de sacar al enemigo de donde
me entrevisté con mi capitán J. Trinidad Alvarez, estaba emboscado entre las milpas y una vez que salió
dándole el informe de lo que nos pasó al mismo combatimos pecho a tierra porque no había dónde
tiempo le pedí permiso para quedarnos mi compañe- parapetarnos. Después de tres horas de combate el
ro y yo con el fin de llevarlo a que le atendieran el coronel Lauro Rocha dio la orden de retirarnos y así
brazo lastimado. fue. Lamentamos las bajas siguientes: seis muertos y
seis heridos, y por parte del enemigo sufrió alrededor
El capitán Alvarez me preguntó que cuánta gente
de 200 bajas.
necesitaba y contesté que nada más dos con el fin de
no llamar la atención, y así fué que los que quedamos COMBATE en la Hacienda de Margarita. De allí
éramos tres: Juan Guzmán, Manuel Márquez y Juan partió el coronel Pedroza con 200 hombres rumbo a
Riso, su servidor. En seguida me dice el compañero La Barca, eran las once de la noche cuando entró a
Juan Guzmán que nos quedáramos en su casa, que allí dicho lugar, no hubo resistencia y después de dos
no corríamos ningún peligro porque su casa estaba horas se regresaron a la hacienda nombrada, eran
muy escondida; allí pasamos la noche sin novedad, al como las cuatro de la tarde cuando nos sitió el
siguiente día procuramos a un pacífico para que nos enemigo y empezó el combate con mucha fiereza y se
trajera un componedor, pero nos fue imposible y el terminó después de tres horas. Nosotros sufrimos la
día se nos paso sin lograr nada; en la noche recurri- muerte de un compañero y dos heridos y el enemigo
mos a la misma casa donde pasamos la noche ante- 11 bajas.
rior; quién había de pensar que a la mañana siguiente
Hicimos la retirada como a unos 10 kilómetros de
fuimos sitiados por 200 federales a los cuales comba-
la Hacienda de Margarita allí pasamos la noche, al día
timos por espacio de dos horas; en el combate perdió
siguiente muy temprano nos llegó el enemigo de Ayo
la vida el compañero Juan Guzmán, quedando sola-
el Chico, donde combatimos por espacio de una hora
mente dos que logramos salir del sitio casi sin poder
y se dio la orden de retirada por falta de material
andar por encontrarse descalzos, por lo que duramos
bélico y nos dispersamos por rumbos desconocidos.
ocho días sin movernos y por estar tullidos se nos
Las bajas sufridas fueron tres heridos y el enemigo
presentó la sangre molida en los pies.
quince bajas, según versiones del pueblo.
Primeramente Dios y la Virgen nos sacaron de
este peligro tan difícil y confuso que para noso- COMBATE en el Cerro Gordo de Ayo. Eran las
tros fue un milagro habernos salvado, lo único 6 de la mañana, estando oficiando la misa el Padre
que sufrimos fue la muerte de nuestro compañero Pedroza, le avisamos que se acercaba el enemigo
Juan Guzmán que allí perdió la vida, quizás nos por el lado de Jesús María y nos contestó: «Dejen
tocaría sufrir por él. Los que participaron en este que lleguen». Terminada la misa dijo: «Vayamos a
combate fueron los siguientes: coronel Aristeo desayunar, sarditos». Allí combatimos por espacio
Pedroza, coronel Victoriano Ramírez «El cator- de dos horas, cuando los jefes se dieron cuenta de
ce», capitán J. Ascensión Ibarra, capitanes J. Tri- que nos estaban sitiando por la retaguardia y por el
nidad Alvarez y J. Jesús Macías; Refugio Miranda frente, que poco faltó para revolvernos, entonces el
y Benito García. mayor Navarrete ordenó la retirada y avanzamos
rumbo a Atotonilco y al llegar al río del Sabino
COMBATE del Cerro Gordo. Eran como las dos tuvimos otro agarre siendo éste el último por esos
de la tarde cuando empezó, nos encontrábamos en la días; enseguida se pasó revista donde nos dimos
falda del cerro cuando avistamos al enemigo cerca de cuenta de la muerte de cuatro compañeros y seis
la Capilla de Guadalupe; se dio la orden de bajar al heridos y el enemigo lamentó la pérdida de alrede-
plan y en San Ignacio se repartieron las columnas, en dor de 300 muertos. Datos del sargento primero
cuatro a las comandadas por los jefes siguientes: Juan Riso.
Primera columna, por el capitán J. Jesús Macías;
segunda columna mandada por el coronel J. Trinidad (Pág. 47 a 49, Tomo VIII). La Cristera
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VIDA DIOCESANA
CUMPLEAÑOS
1 mayo 1964 ......... SR. CURA JOSE LUIS FRANCO GONZALEZ
2 mayo 1943 ......... SR. PBRO. FELIPE DE LA TORRE HERNANDEZ
1944 ......... SR. PBRO. LUIS GARCIA LEON
3 mayo 1969 ......... SR. PBRO. JUAN FRANCISCO GARCIA FLORES
4 mayo 1950 ......... SR. CURA J. JESUS GUTIERREZ JIMENEZ
5 mayo 1962 ......... SR. PBRO. PASCUAL AVELAR MARQUEZ
7 mayo 1966 ......... SR. PBRO. JOSE DE JESUS CRUZ NUÑEZ
8 mayo 1967 ......... SR. PBRO. RAFAEL DOMINGUEZ GARCIA
9 mayo 1923 ......... SR. CANGO. MIGUEL RAMOS DOMINGUEZ
11 mayo 1922 ......... SR. PBRO. J. GUADALUPE ALMARAZ CAMARENA
13 mayo 1964 ......... SR. CURA ROBERTO LIZARDE JIMENEZ
15 mayo 1954 ......... SR. PBRO. RAUDEL MUÑOZ RUIZ
16 mayo 1952 ......... SR. CURA ANDRES GONZALEZ GONZALEZ
1923 ......... SR. PBRO. AGUSTIN SORIA DELGADO
17 mayo 1949 ......... SR. CURA JUAN FRANCISCO NAVARRO GUTIERREZ
19 mayo 1947 ......... SR. CURA JOSE LUIS ACEVES GONZALEZ
1966 ......... SR. PBRO. JOSE RAMON FLORES CONTRERAS
1954 ......... SR. CURA MIGUEL MAGAÑA LOPEZ
21 mayo 1962 ......... SR. CURA MIGUEL FRANCO GONZALEZ
22 mayo 1955 ......... SR. CURA CECILIO ESPARZA LEDEZMA
1929 ......... SR. PBRO. ROMAN PEREZ PEREZ
23 mayo 1968 ......... SR. PBRO. JOSE ROSARIO JIMENEZ ORTEGA
24 mayo 1956 ......... SR. PBRO. ARTURO MUÑOZ ORTIZ
25 mayo 1966 ......... SR. CURA GERARDO DIAZ VAZQUEZ
27 mayo 1964 ......... SR. PBRO. LUIS CARLOS GARCIA REA
28 mayo 1972 ......... SR. PBRO. JUAN JOSE CASTELLANOS JIMENEZ
1934 ......... SR. PBRO. RAMON MAGAÑA PEREZ
29 mayo 1946 ......... SR. PBRO. MAXIMINO RODRIGUEZ MARQUEZ
ANIVERSARIOS DE DEFUNCION
1 mayo 1993 ......... SR. PBRO. MANUEL CEDEÑO EUGENIO
3 mayo 1988 ......... SR. CANGO. CRISPINIANO JÁUREGUI GÓMEZ
1997 ......... SR. PBRO. JAVIER GARCÍA NAVARRO
4 mayo 1992 ......... SR. CURA JUAN DELGADO
8 mayo 1980 ......... SR. CURA QUIRINO BOTELLO
11 mayo 1975 ......... SR. CANGO. JULIÁN HERNÁNDEZ CUEVAS
17 mayo 1994 ......... SR. PBRO. NAZARIO VÁZQUEZ VÁZQUEZ
27 mayo 1988 ......... SR. CURA J. JESÚS ORIGEL VILLALPANDO
29 mayo 1973 ......... SR. PBRO. LUIS PEREZ ALONSO
31 mayo 1986 ......... SR. CURA SANTIAGO ULLOA
1973 ......... SR. PBRO. FRANCISCO BORROEL AGUAYO
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VIDA DIOCESANA
ANIVERSARIOS DE ORDENACION
1 mayo 1987 ... SR. CURA GERARDO OROZCO ALCALA 1984 ... SR. CURA ALFONSO PEREZ MAGAÑA
1993 ... SR. PBRO. JOSE LUIS ALDANA WARIO 1984 ... SR. PBRO. JOSE LUIS SALAS JIMENEZ
1993 ... SR. CURA ADOLFO CABRERA HERNANDEZ 1984 ... SR. PBRO. PEDRO TEJEDA ALVAREZ
1993 ... SR. CURA GERARDO DIAZ VAZQUEZ 6 mayo 1995 ... SR. PBRO. MIGUEL ANGEL AGUIÑAGA ONTIVEROS
1993 ... SR. PBRO. RAFAEL DOMINGUEZ GARCIA 1995 ... SR. PBRO. JOSE JESUS CRUZ NUÑEZ
1993 ... SR. CURA JOSE LUIS FRANCO GONZALEZ 1995 ... SR. PBRO. SERGIO GUTIERREZ VAZQUEZ
1993 ... SR. PBRO. LUIS DAVID GARCIA GONZALEZ 1995 ... SR. CURA ELIAZER LARA RUIZ
1993 ... SR. PBRO. FRANCISCO JAVIER GONZALEZ GONZALEZ 1995 ... SR. CURA J. TRINIDAD LOMELI DUEÑAS
1993 ... SR. PBRO. JOSE LUIS GONZALEZ MURO 1995 ... SR. PBRO. JOSE JESUS LOMELI GUTIERREZ
1993 ... SR. PBRO. GUILLERMO HUERTA MURO 1995 ... SR. PBRO. RODOLFO ORIZABA MONROY
1993 ... SR. PBRO. VICTOR LIZARDE RODRIGUEZ 1995 ... SR. PBRO. FRANCISCO JAVIER PADILLA ANDA
1993 ... SR. CURA JUAN MANUEL LOZANO HERNANDEZ 1995 ... SR. PBRO. JOSE ANTONIO VAZQUEZ MONTAÑO
1993 ... SR. PBRO. GREGORIO MARTINEZ GOMEZ 8 mayo 2001 ... SR. PBRO. ALFREDO TOSTADO FRANCO
1993 ... SR. PBRO. GONZALO OLIVA HERNANDEZ 9 mayo 1990 ... SR. CURA J. GUADALUPE GOMEZ NUÑEZ
1993 ... SR. PBRO. RODRIGO RAMIREZ MACIAS 1990 ... SR. PBRO. ERNESTO GONZALEZ DAVALOS
1993 ... SR. PBRO. RUBEN SEPULVEDA CABRERA 1990 ... SR. CURA JUAN DIOS MONTAÑO DIAZ
1993 ... SR. PBRO. JOSE LUIS TAPIA NARVAEZ 1990 ... SR. CURA FRANCISCO PLASCENCIA VALLEJO
1993 ... SR. PBRO. EFREN TORRES GONZALEZ 1990 ... SR. PBRO. JUAN MANUEL RAMIREZ LOPEZ
1993 ... SR. CURA J. JESUS VAZQUEZ AGUIRRE 1990 ... SR. PBRO. J. JESUS RUVALCABA GOMEZ
1993 ... SR. CURA VICTORIANO VILLASEÑOR JIMENEZ 1990 ... SR. PBRO. FERNANDO VARELA GAMIÑO
2001 ... SR. PBRO. PASCUAL GONZALEZ HERNANDEZ 1992 ... SR. PBRO. ANTONIO ESPARZA MARTIN
2 mayo 1998 ... SR. PBRO. JUAN ANGULO FONSECA 1992 ... SR. PBRO. LUIS CARLOS GARCIA REA
1998 ... SR. PBRO. ARTURO ASCENCIO RAMIREZ 1992 ... SR. PBRO. JOSE LUIS GONZALEZ PEREZ
1998 ... SR. PBRO. AURELIO GARCIA GARCIA 1992 ... SR. CURA ROBERTO LIZARDE JIMENEZ
1998 ... SR. PBRO. JAIME ANTONIO GUTIERREZ MUÑOZ 1992 ... SR. CURA GUILLERMO PLASCENCIA ASCENCIO
1998 ... SR. PBRO. HECTOR ENRIQUE HERNANDEZ DIAZ 1992 ... SR. PBRO. J. JESUS ROCHA RAMOS
1998 ... SR. PBRO. JOSE ROSARIO JIMENEZ ORTEGA 13 mayo 2000 ... SR. PBRO. MAURICIO CABRERA SALAS
1998 ... SR. PBRO. ALVARO LOMELI PULIDO 2000 ... SR. PBRO. FRANCISCO JAVIER CRUZ RAMIREZ
1998 ... SR. PBRO. SALVADOR MARTIN GONZALEZ 2000 ... SR. PBRO. LUIS FELIPE DE LA TORRE BARBA
1998 ... SR. PBRO. PEDRO MARTIN MARTIN 2000 ... SR. PBRO. GUSTAVO GARCIA HERNANDEZ
1998 ... SR. PBRO. FERNANDO MUÑOZ AGUILAR 2000 ... SR. PBRO. ENRIQUE GOMEZ ULLOA
1998 ... SR. PBRO. ARTURO PADILLA HERNANDEZ 2000 ... SR. PBRO. FRANCISCO LEDEZMA GONZALEZ
1998 ... SR. PBRO. MIGUEL ANGEL PEREZ LOZANO 2000 ... SR. PBRO. JUAN MEDINA CAMPOS
1998 ... SR. PBRO. JOSE GAMALIEL REYES MENDOZA 2000 ... SR. PBRO. JOSE ROBERTO MELENDEZ FERNANDEZ
1998 ... SR. CURA JOSE JAIME SALAZAR GOMEZ 2000 ... SR. PBRO. JOSE GUSTAVO RODRIGUEZ GARCIA
1998 ... SR. PBRO. JUAN FRANCISCO SANCHEZ ORTEGA 2000 ... SR. PBRO. RAFAEL SANCHEZ CANO
1998 ... SR. PBRO. LUIS ENRIQUE SOTELO BARRERA 16 mayo 1970 ... SR. PBRO. JOSE HUGO OROZCO SANTOYO
4 mayo 1985 ... SR. CURA CRISTOBAL ASCENCIO GARCIA 2001 ... SR. PBRO. SERGIO SERRANO MAGDALENO
1985 ... SR. PBRO. MOISES NAVARRO YEPEZ 21 mayo 1988 ... SR. PBRO. MIGUEL DOMINGUEZ GARCIA
1985 ... SR. PBRO. PRIMITIVO OLVERA BANDA 1988 ... SR. CURA FELIPE JESUS FONSECA HERNANDEZ
5 mayo 1984 ... SR. CURA CARLOS DE LA TORRE MARTINEZ 1988 ... SR. PBRO. IRENEO GUTIERREZ LIMON
1984 ... SR. CURA CECILIO ESPARZA LEDEZMA 1988 ... SR. CURA J. JESUS MENA DELGADILLO
1984 ... SR. PBRO. JOSE MARIA GARCIA ARRAÑAGA 1988 ... SR. CURA LUIS HUMBERTO VARGAS ARAMBULA
1984 ... SR. PBRO. JAIME JIMENEZ MENA 1988 ... SR. CURA ENRIQUE VAZQUEZ RUIZ
1984 ... SR. PBRO. JUAN MANUEL JIMENEZ OROZCO 1988 ... SR. CURA ADALBERTO VAZQUEZ RUIZ
1984 ... SR. CURA MIGUEL MAGAÑA LOPEZ 23 mayo 2001 ... SR. PBRO. RAFAEL GONZALEZ LOZA
1984 ... SR. PBRO. J. GUADALUPE MUÑOZ PORRAS 30 mayo 2001 ... SR. PBRO. JOSE SERGIO ORTIZ BERMEJO
1984 ... SR. PBRO. J. JESUS MURILLO ROJAS 31 mayo 2001 ... SR. PBRO. JOSE JESUS FLORES ACEVES
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79
VIDA DIOCESANA
Ordenaciones
y Cantamisas
DIACONO: ORDENACION: CANTAMISA:
pág.
80
AGENDA DE MAYO 2002
S. 4 .... Reunión diocesana del MFC (Atotonilco)
D. 19 .... Pentecostés
J. 23-S. 25 .. Reunión del Consejo Diocesano de Pastoral (Casa Juan Pablo II)