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Poligenismo Articulo Razas Humanas Biblicas

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Poligenismo

Poligenismo es una teoría sobre los orígenes del hombre que postula la existencia de
diferentes linajes para las razas humanas. Algunos de sus defensores derivan sus postulados de
bases científicas y otros sobre bases pseudocientíficas o religiosas. Se opone a la teoría
dominante en antropología, que es el monogenismo.

Conviene diferenciar el término poligénesis, aplicable al origen múltiple de un hecho o


proceso, y el de poligenismo, aplicable a la doctrina que sostiene que efectivamente tal origen
es el que explica la existencia de tal hecho o proceso.

Razas humanas según los poligenistas bíblicos.


Algunos mitos de creación de diversas culturas muestran narraciones interpretables como una
explicación poligenista del origen del hombre. La interpretación poligenista de la Biblia es una
exégesis herética. Isaac La Peyrère pretendía con ella reconciliar el limitado número de
generaciones entre Adán y Eva y el presente, postulando la existencia de humanos
preadamitas.

Parecía difícil de asumir que las razas humanas se hubieran desarrollado dentro del marco
temporal comúnmente aceptado para los tiempos bíblicos. Voltaire desarrolló esa duda en su
Estudio sobre los hábitos y el espíritu de las naciones de 1756 (un precedente de la historia
comparativa), aunque no propuso ninguna solución del problema.

El poligenismo entró en la corriente principal del pensamiento científico y religioso de los


Estados Unidos con la obra de Samuel George Morton y sobre todo con la de Louis Agassiz, en
el contexto de las polémicas intelectuales en torno a la raza y la esclavitud. Los esclavistas
buscaban justificaciones para su postura mediante el recurso a la ciencia empírica, como
podían entenderse algunos extremos de la obra de Morton. Esa perspectiva situaría cada raza
como una diferente especie, siendo los negros africanos inferiores mentalmente a los blancos
europeos. Agassiz creía que cada raza era única, pero que podían ser clasificadas como
pertenecientes a la misma especie. Los descubrimientos geológicos de la época suponían para
la Tierra una edad muy superior a la compatible con una estricta interpretación del Génesis, lo
que permitió proponer a algunos pensadores el poligenismo como una forma de reconciliar los
nuevos descubrimientos con su fe.

En los debates raciales de las décadas de 1860 y 1870, Charles Darwin y sus seguidores fueron
partidarios de la tesis monogenista para la especie humana, viendo el origen común para
todos los humanos como un punto esencial de la teoría de la evolución, que se conoce con el
nombre de hipótesis del origen único. Ernst Haeckel, uno de los principales divulgadores de las
ideas de Darwin (a través de su propia interpretación) en el mundo de habla alemana, atacaba
ese punto de vista, argumentando que los seres humanos no formaban una sola especie, sino
un género, dividido en nueve especies separadas que habrían evolucionado separadamente
desde la aparición del habla.1 Las tesis de Haeckel mantuvieron influencia hasta el siglo XX.

El poligenismo fue duramente criticado por la Iglesia católica especialmente a partir de la


encíclica Humani generis (Pío XII, 1950) que, al tiempo que entendía compatible el
evolucionismo con el catolicismo, ponía serios reparos a la compatibilidad del poligenismo con
la doctrina del pecado original.
A finales del siglo XX, la obra del paleoantropólogo Carleton Coon es lo más cercano a lo que
puede considerarse un poligenismo moderno, que postula que la evolución hacia el actual
Homo sapiens moderno se realizó separadamente en cada raza humana. Esta hipótesis,
denominada la hipótesis multirregional, fue presentada a mediados de la década de 1960 y no
ha sido ampliamente aceptada por la comunidad científica, aunque sigue teniendo partidarios.

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