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Sanando El Huerto

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SANANDO EL HUERTO

Después que Dios puso a Adán y Eva en el huerto del Edén, se presenta el episodio entre la
serpiente y Eva: donde la desobediencia, la falta de comunicación y de unidad hace que la
caída del hombre sea inminente y con consecuencias que hasta hoy afectan la humanidad. A
partir de este momento las cosas cambiarían para el hombre.

Como primera medida Adán y Eva fueron:

Sacados del huerto, a partir de allí la comunicación con su diseñador sería restringida y no
habría la intimidad de la cual gozaban hasta aquel instante.

Hombre y mujer tendrían que aprender a crecer en diferentes aspectos que de manera directa
incidieran en su relación de pareja, como la comunicación, el mutuo acuerdo, la aceptación, el
trabajo en equipo.

El aspecto primordial para que Adán y Eva siguieran adelante como compañeros de pacto y
cumplieran con las tareas asignadas por Dios, era iniciar una restauración en su relación. “El
perdón” el ingrediente esencial en el nuevo estilo de vida al cual deberían enfrentarse. La
relación de Adán y Eva había dado un giro inesperado, la preocupación, el enojo, el cambio de
domicilio y el futuro incierto habían tocado la puerta de su hogar.

Adán y Eva Debían...

Pedir perdón a Dios

Por el acto de desobediencia. Dios había dicho a Adán. Génesis. 2:16-17 “y mandó Jehová Dios
al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; más del árbol de la ciencia del
bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres”.

Perdonase así mismos

Eva, no reconoció el liderazgo en Adán como varón del hogar y tomó una decisión sola, sin
consultar a su esposo. Esta decisión traería consecuencias sobre su familia. Adán le contó, le
manifestó, le comunicó, le enseñó, le dio instrucciones a Eva de lo que Dios había dicho:
Génesis 3: 2-3 “Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol
que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no
muráis”. Aún incluso Adán le dijo que no lo tocara fue más allá de lo que Dios había expresado.
Adán había fallado en su liderazgo fue pasivo ante la situación con Eva, él era la cabeza, el
responsable.
Perdonarse el uno al otro

Era vital para continuar el camino junto. Génesis 3:6-9 “Y vio la mujer que el árbol era bueno
para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar Ia sabiduría; y
tomó de su fruto, y comió y dio también a su marido, el cual comió así como ella. Entonces
fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron
hojas de higuera, y se hicieron delantales. Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en
el huerto, al aire del día y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová
Dios entre los arboles del huerto. Más Jehová Dios llamó al hombre.”

La falta de perdón es motivo de división y conflicto, el Perdón llega al hombre de una manera
inesperada pues no sabía de perdonar, hombre y mujer vivían bajo parámetros de felicidad, de
transparencia y gozo, no estaba en su perspectiva de vida el perdón, al momento que Dios
saca a Adán y Eva del huerto, ellos se ven enfrentados a situaciones desconocidas, las cuales
debían afrontar como equipo, en unidad.

La falta de perdón genera división en las relaciones matrimoniales. Los matrimonios creen
saber de qué se trata el Perdón, pero a la hora de aplicarlo se busca Por parte del cónyuge que
cometió la falta, ser perdonado, pero quien debe otorgar el perdón endurece su corazón.

¿Qué es el perdón?

 En el diccionario se define el perdón como: Remisión de la pena, dar indulgencia,


remisión de pecados.

 El concepto bíblico: Define el perdón como: Acto de remisión del pecado cometido.

 Es muy común que en el campo natural escuchemos frases como:

 “Perdono pero no olvido.”

 “por qué siempre soy yo quien debo perdonar?”

 “¡Estoy cansado de perdonar siempre la misma falta!”

Es de gran importancia que en nuestro caminar con Cristo y aun cuando nuestra familia desea
vivir conforme a la voluntad y el propósito de DIOS, aprendamos todo lo que esté a nuestro
alcance acerca del perdón, los beneficios de perdonar pero también las consecuencias de no
hacerlo.

El perdón debe de ser el paso fundamental que lleva a una reconciliación y como tal debe de
ser el sello que un hombre, una mujer antepone para terminar un conflicto.

Pedir perdón y otorgarlo representa madurez como cristianos, pues el evangelio gira en
rededor de él, y lo conocemos a través del mayor acto de Amor y perdón que ha habido sobre
la faz de la tierra. La muerte de Jesús en favor de toda la humanidad.

El perdón no siempre es generador de paz entre las Personas en conflicto. La paz no siempre
es posible, sencillamente hay relaciones que cuando se rompen no se logran restaurar
totalmente.

El perdón depende de mí, la paz depende de los dos.

E1 Apóstol Pablo dice en las escrituras: Romanos 12-8. “Si es Posible, en cuanto dependa de
Vosotros estad en paz con todos los hombres.” La Palabra nos enseña que nuestra actitud
tiene que estar enfocada en sanar los conflictos y así estar en paz con los demás, aunque los
resultados no siempre dependan de nosotros.

El mayor se los ejemplos está en la palabra de Dios en el libro de LUCAS 23-34. “Jesús decía,
perdónalos porque no saben lo que hacen” Mientras Jesús ejerció su ministerio en la tierra
no hizo muchos esfuerzos por estar en paz con sus contradictores, quienes finalmente
terminaron por crucificarlo, y es difícil entender que después de ser humillado, abofeteado,
escupido, torturado, y estando crucificado clamara al Padre “perdónalos porque no saben lo
que hacen”.

 El verdadero Perdón parte del reconocimiento de la falta. Debemos reconocer


nuestras propias fallas, si no las reconocemos y las aceptamos difícilmente
perdonaremos.

 La falta de Perdón genera soberbia, produce un alto grado de severidad para juzgar a
los demás, queremos ser radicales, pero carentes de Amor por el prójimo.

 Tenemos que creer que hemos sido perdonados a través de la muerte de Cristo en la
cruz del Calvario.
Cuando nosotros creemos acerca de nuestra salvación y lo confesamos nos hacemos unos
hombres nuevos, totalmente libres de toda culpa, Dios nos ha otorgado su Perdón sin ningún
costo, motivo por el cual nos da la condición de perdonar a aquellos que nos ofenden sin pedir
nada a cambio, simplemente restaurando relaciones.

El perdón en la Relación Matrimonial

No queremos bajo ningún parámetro decir que en el matrimonio el Perdón es algo diferente,
pero si queremos que se entienda con claridad que en la relación de pareja el Perdón debe
generar como resultado la restauración y paz para los dos.

Cuando se maneja el área del Perdón sin generar paz, con facilidad la relación podrá
enfrentarse a la amargura, al dolor, y tarde o temprano se desencadenara en división que
puede llevar al distanciamiento e incluso al divorcio.

Requerimos de un corazón perdonador continuo, permanente, de todos los días que nos
permita gozar de sus beneficios y a su vez crecer en cada una de las debilidades.

Es necesario someter nuestra voluntad a Cristo; pues cuando nos unimos en pacto
matrimonial, se unen dos caracteres diferentes, que provienen de dos familias diferentes, por
lo general se manifiestan en comportamientos en los que hay que trabajar con determinación
para poder hacer de ellas una fortaleza, hay comportamientos muy asociados a nuestras
generaciones y tenemos que estar alerta para detectarlos, y así comprender un poco más la
conducta del cónyuge y saber si son canal de bendición, o si por el contrario hay que orar y
rechazar dicha conducta para que no afecte la relación.

Cuando un hombre perdona con facilidad a su cónyuge, hace que se generen cambios
sorprendentes, la mujer se hace sensible al Perdón, a la reconciliación, y con facilidad ella
comprenderá el tipo de siembra del hombre y corresponderá con sabiduría de lo alto para
edificar el hogar y la relación.

¿Y Cómo Perdonamos?

El perdón es un mandato de Dios, una decisión, por lo tanto no se puede reducir al mero
sentimiento. Mateo 18:21-22 "Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces
perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta
siete, sino aun hasta setenta veces siete”.
El perdón es un acto de voluntad, yo decido perdonar.

Tener una actitud de amor y misericordia frente al cónyuge. Tal cual lo hace Dios con nosotros.
Mateo 6:12 “Perdona nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a los que nos han
ofendido”.

Tener actos de bondad hacia su cónyuge, estas actitudes el Señor las usara para ablandar el
corazón del cónyuge y ayudarle a reconocer sus errores.

Tener un dialogo de respeto con tu cónyuge donde se pueda expresar lo que ha causado dolor
y estar dispuesto a escuchar también los sentimientos de tu pareja.

Tener una actitud reconciliadora y evitar recordar el pasado. Efesios 4: 32 “Soportándoos Ios
unos a Ios otros, y perdonándoos Ios unos a los otros, si alguno tiene queja del otro: de Ia
manera que Cristo os perdona, así también hacedlo vosotros”.

Sí eres el cónyuge ofensor, Es necesario confesar el pecado y reconocer la falta cometida.


Comprender los sentimientos de tu pareja y saber que se toma un tiempo para la restauración
total. 1 Juan 1:9 “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros
pecados, y limpiarnos de toda maldad”.

Puede no ser tan fácil, hay acciones que requieren tiempo para sanidad y restauración, es
necesario buscar apoyo y ayuda cuando es necesario, con el ánimo de salvar tu relación.

Perdonar no es una debilidad, es un acto de misericordia, donde los mayores beneficiados


somos nosotros, porque al perdonar evitamos que crezca en el corazón amargura, Ira, rencor,
resentimiento y venganza, sentimientos Que traen sufrimiento, dolor y quitan el gozo de vivir.

Propóngase pedir perdón y perdonar a su cónyuge antes que se ponga el sol, asi obedecerá a
Dios, gozara del beneficio que trae la paz sobre su vida hogar recibirá los beneficios de la
reconciliación, la armonía y 1a alegría.

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