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La Creacion y La Biblia

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Universidad Peruana Unión

Antropología Bíblica

Monografía:
La Creación y la Biblia
Profesor:
Pr. Abel torres

Integrantes:
Jair Zelaya González
Walter Córdova
Geordan Vicaña Fernández

Fecha: 15/05/14
Introducción

A través de la historia, el hombre a querido conocer el origen de todo lo que le rodea, y


así, durante muchos años, se ha dedicado a la investigación y ha propuesto un sinfín de
teorías sobre el origen del universo, la vida y de la especie humana, etc.

Existen muchos libros que nos hablan sobre distintas teorías acerca del origen del
universo. En estos últimos años los científicos debaten sobre las probabilidades veracidad
de teorías como el “big bang”, “universo estacionario” y del “universo inflacionario”.

Estas teorías tratan de explicar aparentemente de manera lógica la creación del mundo.
Aun así se ha demostrado de manera lógica que se necesita mucha más fe para creer en
esas teorías ya que todo gira en base al azar y una serie de coincidencias.

La biblia es un conjunto de libros con más de 2000 años de antigüedad en uno de sus
libros del génesis para ser exacto se habla acerca de la creación de este mundo en tan
solo 6 días. Además el mundo cristiano la considera la PALABRA DE DIOS ya que se
adelantó a la historia, a la ciencia, etc. Pero que nos dice la biblia acerca de la creación en
la siguiente investigación se presentara un desarrollo acerca de la creación y la biblia.
Concepto:

La biblia en el libro de génesis en el capítulo 1 nos muestra el relato de la creación. Este


consta de 6 días literales. Los judíos designan el libro de Génesis según la primera palabra
del texto hebreo, Bereshith, "en el principio". Sin embargo, el Talmud judío lo llama el
"Libro de la creación del mundo". El nombre Génesis, que significa "origen" o "fuente", ha
sido tomado de la LXX, donde este término fue usado por primera vez, para indicar el
contenido del libro. El subtítulo, "El primer libro de Moisés", no formaba parte del texto
original hebreo, sino que fue agregado siglos más tarde.

Día 1:

En el primer día Dios creó la luz y la separó de las tinieblas. Dios vio que la luz era buena y
así concluyo el primer día. Nota que el pasaje no dice que Dios creo la oscuridad y que la
considero buena. A la luz llamó día y a la oscuridad noche. (Génesis 1:3-5)

Día 2:

En el segundo día de la creación Dios separó los cielos y la tierra. Dios hizo esto creando
un espacio para separar las aguas de la tierra con las aguas de los cielos. (Génesis 1:6-8)

Día 3:

Dios continúo organizando su creación en el tercer día. Agrupó las aguas y las llamó mares
y dio a revelar la tierra seca. Ya para este punto las condiciones eran adecuadas para la
vegetación. Dios ordenó que la tierra produjera toda semilla, planta y fruto. (Génesis 1:9-
13)

Día 4:

En el cuarto día Dios creó el sol, la luna y las estrellas. Recuerda que la luz ya existía desde
el primer día. El propósito de estas estrellas, por lo menos en el verso 14, dice que eran
para distinguir entre el día y la noche, y para darnos un sentido del tiempo. Dice que por el
sol, la luna y las estrellas podemos marcas las estaciones, los días y los años. Desde la
antigüedad han habido culturas paganas que adoran al sol y a la luna como dioses. Otros
creen que las estrellas pueden revelar el destino de una persona. En este pasaje Dios nos
da a entender que él está sobre estas cosas pues la creación no puede ser más grande que
el Creador. No hay divinidad en el sol, ni en la luna, ni en las estrellas. Son parte de la
creación de Dios y sirven un propósito que Dios a determinado dentro de la naturaleza.
(Génesis 1:14-19)
Día 5:

Los primeros animales llegaron en el quinto día de la creación. En esta etapa la creación
se estaba poniendo más compleja. Los mares fueron llenos de peces y otros animales
marinos. Los cielos fueron llenos de aves. Dios los bendijo y los ordenó a multiplicarse.
Esta primera bendición empezó un proceso natural que nada ni nadie ha podido parar.
Mientras Dios diga, la vida siempre va a producir vida. Sea de un animal o de un ser
humano, la vida es un milagro de Dios. (Génesis 1:20-23)

Día 6:

El punto culminante de la creación ocurrió en el sexto día. Primero, Dios ordenó que la
tierra produjera todo tipo de bestia. Todo animal que corre, brinca y se arrastra vino en
existía durante el día seis. Y Dios dijo agamos al Hombre a nuestra imagen y semejanza y
domine los peces del mar, las aves del cielo, el ganado y todo animal que anda sobre la
tierra. Y creo Dios al hombre a su imagen y semejanza

En el principio.

Estas palabras nos recuerdan que todo lo humano tiene un principio. Sólo Aquel que está
entronizado como el soberano Señor del tiempo no tiene principio ni fin. De modo que las
palabras con que comienzan las Escrituras trazan un decidido contraste entre todo lo que
es humano, temporal y finito, y lo que es divino, eterno e infinito. Al hacernos recordar
nuestras limitaciones humanas, esas palabras nos señalan a Aquel que es siempre el
mismo, y cuyos años no tienen fin (Heb. 1: 10-12; Sal. 90: 2, 10). Nuestra mente finita no
puede pensar en "el principio" sin pensar en Dios, pues él "es el principio"

Creó Dios.
El verbo "crear" viene del hebreo bara', que en la forma en que se usa aquí describe una
actividad de Dios, nunca de los hombres, Dios crea "el viento" (Amós 4: 13), "un corazón
limpio" (Sal. 51: 10) y "nuevos cielos y nueva tierra" (Isa. 65: 17). Las palabras hebreas que
traducimos "hacer", 'asah,
"formar", yatsar y otras palabras, frecuentemente se usan en relación con la actividad
humana, porque presuponen materia preexistente. Estas tres palabras se usan para
describir la creación del hombre. Las mismísimas primeras palabras de la Biblia establecen
que la creación lleva la marca de la actividad propia de Dios.
Tinieblas estaban sobre la faz del abismo.
El "abismo", de una raíz que significa "rugir", "bramar", se aplica con frecuencia a las
aguas bramadoras, a las olas rugientes, o a una inundación y de ahí las profundidades del
mar pues la superficie estaba en un estado fluido porque "la faz del abismo" es paralela
con "la faz de las aguas" en este versículo.

Y dijo Dios.

El registro de cada uno de los seis días de la creación comienza con este anuncio. "El dijo,
y fue hecho; él mandó, y existió" (Sal. 33: 9), declara el salmista, y el apóstol dice que
entendemos mediante la fe "haber sido constituido el universo por la palabra de Dios"
(Heb. 11: 3). La frase "dijo Dios" ha molestado a algunos como que hiciera a Dios
demasiado semejante a un ser humano. Pero ¿cómo podría haber transmitido el autor
inspirado a mentes finitas el acto de la creación llevado a cabo por el Dios infinito a menos
que usara términos que puede entender el hombre mortal? El hecho de que las
declaraciones de Dios están relacionadas repetidas veces con actividades realizadas por
Dios (vers. 7, 16, 21, 27) indica convincentemente que se está expresando con lenguaje
humano una revelación del poder creador de Dios.

Fue la tarde y la mañana un día.

Literalmente "tarde fue, mañana fue, día uno". Así termina la descripción somera del
primer día trascendental de la semana de la creación de Dios. Se han dado muchas y
diversas explicaciones de esta declaración que indica manifiestamente la duración de cada
una de las siete partes de la semana de la creación y se repite cinco veces más en este
capítulo (vers. 8, 13, 19, 23, 31). Algunos han pensado que cada acto creador duró una
noche, desde que se hizo noche hasta la mañana; y otros que cada día comenzó con la
mañana, aunque el Registro inspirado declara evidentemente que la tarde antecedió a la
mañana. Muchos eruditos han entendido que esta expresión significa un largo período
indefinido de tiempo, creyendo que algunas de las actividades divinas de los días
siguientes, como por ejemplo la creación de las plantas y de los animales, no podría
haberse realizado dentro de un día literal. Piensan hallar justificación para su
interpretación en las palabras de Pedro: "Para con el Señor un día es como mil años" (2
Ped. 3: 8). Es obvio que este versículo no se puede usar para declarar la duración de los
días de la creación, cuando uno lee el resto del pasaje: "Y mil años como un día". El
contexto de las palabras de Pedro aclara que lo que él quiere hacer resaltar es la eternidad
de Dios. El Creador puede hacer en un día la obra de mil años, y un período de mil años -
un largo tiempo para los que esperan que se cumplan los juicios de Dios puede ser
considerado por él como sólo un día. Sal. 90: 4 expresa el mismo pensamiento.
Vio Dios.

Esta expresión repetida seis veces (vers. 10, 12, 18, 21, 25, 31) presenta en lenguaje
humano una actividad de Dios: la valoración de cada acto particular de la creación como
completamente adecuado al plan y a la voluntad de su Hacedor. Así como nosotros, al
contemplar y examinar los productos de nuestros esfuerzos, estamos preparados para
declarar que concuerdan con nuestros planes y propósitos, así también Dios declara -
después de cada acto creador- que los productos divinos concuerdan completamente con
su plan.

Hagamos al hombre.
Desde el mismo principio, el Registro Sagrado proclama la preeminencia del hombre por
encima de todas las otras criaturas de la tierra. El plural "hagamos" fue considerado casi
unánimemente por los teólogos de la iglesia primitiva como que indica a las tres personas
de la Deidad. La palabra
"hagamos" requiere, por lo menos, la presencia de dos personas que celebran un consejo.
Las declaraciones de que el hombre había de ser hecho a "nuestra" imagen y fue hecho "a
imagen de Dios", llevan a la conclusión de que los que celebraron consejo deben ser
personas de la misma Deidad. Esta verdad, implícita en varios pasajes del AT, tales como
el que hemos tratado aquí y Gén. 3: 22; 11: 7; Dan. 7: 9, 10, 13, 14; etc., está plena y
claramente revelada en el NT, donde se nos dice en términos inconfundibles que Cristo, la
segunda persona de la Deidad -llamada Dios por el Padre mismo (Heb. 1: 8)- estuvo
asociada con su Padre en la obra de la creación. Textos como Juan 1: 1-3, 14; 1 Cor. 8: 6;
Col. 1: 16, 17; Heb. 1: 2 no sólo nos enseñan que Dios el Padre creó todas las cosas por
medio de su Hijo sino que toda vida es preservada por Cristo.

A nuestra imagen.
"El hombre había de llevar la imagen de Dios, tanto en la semejanza exterior, como en el
carácter" (PP 25). Esa imagen se hacía más evidente en términos de su naturaleza
espiritual. Vino a ser un "ser viviente"*, dotado de libre albedrío, una personalidad
autoconsciente. Esta naturaleza reflejaba la santidad divina de su Hacedor hasta que el
pecado destruyó la semejanza divina. Sólo mediante Cristo, el resplandor de la gloria de
Dios, y la "imagen misma de su sustancia" (Heb. 1: 3), se transforma nuestra naturaleza
otra vez a la imagen de Dios (Col. 3: 10; Efe. 4: 24).

Y señoree.
La relación del hombre con el resto de la creación es la de un gobernante*. Al transferir a
Adán el poder de gobernar sobre "toda la tierra", Dios tenía el plan de hacer del hombre
su representante, o virrey, sobre este planeta. El hecho de que no se mencione las bestias
del campo, ha sido tomado por algunos comentadores como una indicación de que los
animales que ahora son salvajes no estuvieron sometidos a Adán. Esta opinión es
insostenible. También faltan las plantas en la enumeración de las obras creadas sujetas a
Adán, aunque nadie negará que el hombre ha tenido el derecho de regir la vegetación
hasta el día de hoy y que las plantas deben haber estado incluidas en la frase "toda la
tierra". En realidad, esta frase abarca todas las cosas de esta tierra no
mencionadas por nombre, incluso "las bestias del campo" (Sal. 8: 6-8). Con todo, Dios
limitó la supremacía del hombre a esta tierra; no le confió a Adán el dominio sobre los
cuerpos celestes.

Varón y hembra.
Se introduce un nuevo elemento en la información dada n cuanto a la creación del
hombre al mencionar la diferencia de sexo. Las dos palabras "varón" y "hembra" son
traducciones de adjetivos hebreos que indican el sexo de dos individuos. La bendición de
la fertilidad pronunciada sobre los animales (vers. 22) implica que también deben haber
sido creados con diferencias
sexuales, pero no se menciona este hecho. Probablemente existía una razón especial para
mencionarlo en relación con la creación del hombre. Esa razón puede deberse a que
únicamente en el hombre la dualidad de sexos culmina en la institución de un santo
matrimonio. Este versículo nos prepara para la revelación concerniente al plan de Dios
para la creación de la familia que se
presenta en el cap. 2

Y los bendijo Dios.


Las bendiciones de Dios conferidas a los seres vivientes el día anterior fueron repetidas al
fin del sexto día con adiciones especiales apropiadas para el hombre. Dios "los" bendijo,
no "lo" bendijo. Esto indica que la creación de Eva debe haber ocurrido antes de que
terminara el sexto día y que las bendiciones y responsabilidades que les fueron conferidas
fueron compartidas por ambos de igual manera.

Les dijo.
Existe una diferencia entre los premios a las bendiciones de los vers. 22 y 28 que es digna de
notarse. La bendición para los animales fue pronunciada en forma indirecta 229 -"Dios los bendijo,
diciendo"-, al paso que la bendición para la raza humana se presenta directamente con las
palabras "les dijo". Como seres inteligentes, podían escuchar a Dios y recibir comunicaciones. Este
versículo contiene la primera revelación de Dios al hombre.

Fructificad.
En primer lugar, la bendición del Creador se refería a la propagación y perpetuación de la especie,
bendición que nunca ha sido rescindida por Dios y que es el origen de los miles de millones de
seres humanos que ahora llenan todos los continentes del mundo. La comisión divina ha sido
entendida por diversos comentadores como que indicara que la reproducción de los seres
humanos no debiera continuar interminablemente, sino que había de cesar cuando la tierra
estuviera llena de seres humanos y de sus súbditos irracionales.
He aquí que era bueno en gran manera.

La creación del hombre y su instalación como gobernante de la tierra pusieron fin a la creación de
todas las cosas terráqueas. De acuerdo con el registro, Dios frecuentemente había repasado su
obra y la había declarado buena (vers. 4, 10, 12, 18, 21, 25). El examen realizado al fin del sexto día
abarcó todas las obras completadas durante los días anteriores, y "he aquí que era bueno en gran
manera". Cada cosa era perfecta en su clase; cada ser respondía a la meta fijada por el Creador y
estaba aparejado para cumplir el propósito de su creación. La aplicación del término "bueno" a
cada cosa que Dios había hecho y la repetición de la palabra con el énfasis "en gran manera" al fin
de la creación, con el hombre como su corona y gloria, indican que nada imperfecto había salido
de las manos de Dios. Esta expresión de admiración excluye enteramente la posibilidad de que
cualquier imperfección de lo creado fuera responsable de la debilidad demostrada por Adán y Eva
durante la hora de la tentación. 23
Conclusión:

La tierra en que vivimos fue creada por Dios en 6 días literales.


En un origen fue perfecta. Hasta que el pecado entro en ella y degrado todo cuanto pudo.
En conclusión existen muchos estudios sobre el origen de los seres vivos y el hombre, ya
que muchos científicos, filósofos, biólogos, teólogos, etc; mencionan y exponen sus ideas
acerca de nuestro origen, y esta es la razón por la cual muchos de nosotros hoy en día
poseemos diferentes cosmovisiones y nos sentimos confundidos a cerca de nuestra
existencia.

Sin embargo a todo ello se impone la biblia, un libro sagrado por excelencia
particularmente para el mundo cristiano en general. En ella Dios se revela como propio
autor de la vida y de cuando existe las cosas, no es un ser inaccesible, oculto en la hondura
de su divinidad y ajeno a los problemáticos planteamientos de la historia del ser humano.

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