Antigua Grecia
Antigua Grecia
Antigua Grecia
Antigua Grecia
Partenón
Datos
Cronología: Aproximadamente
1200 a. C.-146 a. C.
Localización: Eurasia
Índice
1 Cronología de la Antigua Grecia
2 Las ciudades-estado: las polis
3 Fuentes
4 Contexto geográfico
o 4.1 Grecia continental europea
o 4.2 Grecia asiática
o 4.3 Grecia insular
5 Historia
o 5.1 Civilización prehistórica y Edad del Bronce
o 5.2 Edad oscura
o 5.3 Época arcaica
o 5.4 Grecia clásica
5.4.1 Siglo V a. C.
5.4.2 Siglo IV a. C.
o 5.5 Grecia helenística
o 5.6 Grecia romana
6 Colonias
o 6.1 Estructura política
o 6.2 Gobierno y ley
o 6.3 Guerra en la Antigua Grecia
o 6.4 Organización social
o 6.5 Juegos Olímpicos en la Antigüedad
o 6.6 Educación
o 6.7 Homosexualidad en la Antigua Grecia
o 6.8 Pederastia en la Antigua Grecia
o 6.9 Pederastia militar en la Antigua Grecia
o 6.10 Economía
7 Cultura
o 7.1 Filosofía
o 7.2 Literatura
o 7.3 Ciencia y tecnología
o 7.4 Arte
8 Religión
9 Véase también
10 Referencias
11 Bibliografía
12 Enlaces externos
Tras las civilizaciones minoica y micénica, en los siglos oscuros (entre el XIII y el
XII a. C.) la fragmentación existente en la Hélade constituirá el marco en el que se
desarrollarán pequeños núcleos políticos organizados en ciudades, las polis.
A lo largo del período arcaico (siglos VIII al V a. C.) y del clásico (siglo V a. C.), las
polis fueron la verdadera unidad política, con sus instituciones, costumbres y leyes, y se
constituyeron como el elemento identificador de esa época. En el período arcaico ya se
perfiló el protagonismo de dos ciudades, Esparta y Atenas, con modelos de
organización política extremos entre el régimen aristocrático y la democracia. La
actividad de las polis hacia ultramar fue un elemento importante de su propia existencia
y dio lugar a luchas hegemónicas entre ellas y al desarrollo de un proceso de expansión
colonial por la cuenca mediterránea. La decadencia de las polis favoreció su absorción
por el reino de Macedonia a mediados del siglo IV a. C. y el inicio de un período con
unas connotaciones nuevas, el helenístico, por el que la unificación de Grecia daría paso
con Alejandro Magno a la construcción de un Imperio, sometiendo al Imperio
aqueménida y al egipcio. En opinión de algunos especialistas, en esta fase la historia de
Grecia volvía a formar parte de la historia de Oriente y se consumaría la síntesis entre el
helenismo y el orientalismo. La civilización griega se desarrolló en el extremo noreste
del Mar Mediterráneo, en los territorios que hoy ocupa Grecia, Asia Menor (Turquía), y
en varias islas como Creta, Chipre, Rodas, y Sicilia (Italia).
Fuentes[editar]
Hay que tener cuidado con las fuentes de información cuando se trata de la historia de la
Antigua Grecia. La mayoría de los historiadores y escritores políticos cuyas obras han
sobrevivido ―principalmente Heródoto, Tucídides, Jenofonte, Demóstenes, Platón y
Aristóteles― eran o atenienses o proatenienses. Por eso sabemos mucho más sobre la
historia y la política de Atenas que de cualquier otra ciudad griega. Además, estos
escritores se centran en la historia política, militar y diplomática, prestándole
relativamente poca importancia a la historia económica o social.3 Por tanto, las historias
de la Antigua Grecia tienen que enfrentarse a estas limitaciones.
Contexto geográfico[editar]
El concepto de Antigua Grecia comprende, desde una perspectiva geográfica, un
conjunto de territorios diversos unidos por un mismo proceso histórico con base en los
fuertes vínculos que sus pueblos mantuvieron y en los aspectos comunes que
compartieron. Sus habitantes se referían a este conjunto como Hélade,4 y fueron los
romanos quienes posteriormente le asignaron el nombre de Grecia.5
La Hélade tuvo su base en tres grandes regiones, dos de ellas continentales y, una
tercera, insular. Las regiones continentales comprendían la península balcánica y las
tierras costeras del Asia Menor (actual Turquía); la insular, por su parte, incluía el
conjunto de islas del mar Egeo (Creta, el archipiélago del Dodecaneso, el archipiélago
de las Cícladas y las tierras cercanas a la costa asiática).4
Grecia asiática[editar]
La colonización del Asia Menor respondió a los impulsos migratorios de los griegos
europeos durante la época arcaica y se limitó a la ocupación de la faja litoral,
distinguiéndose en ella tres grandes regiones: Eólida, Jonia y Dórida. La Eólida limitaba
al norte con las costas del mar Negro y al sur con la desembocadura del río Hermo. Más
al sur se estableció Jonia. Dórida se ubicaba en la zona más meridional del litoral y
ocupaba la franja costera de un macizo de difícil acceso, con una costa abrupta y un
suelo pobre.4
Exceptuando la Dórida, cuyas características geográficas actuaban negativamente en el
desarrollo de la agricultura y, en contraposición, su cercanía y acceso a otras tierras de
Oriente favorecían el desarrollo comercial de sus pueblos, las colonias griegas de la
Grecia asiática poseían características orográficas, fluviales y climáticas favorables al
trabajo de la tierra. Estas zonas, ricas en ríos y valles, fueron prósperas productoras de
cereales, olivo, vid y hortalizas. Por otra parte, algunas de las regiones poseían gran
cantidad de pinos y cedro, fundamentales para la construcción naval.4
Grecia insular[editar]
Las islas del Egeo representaron los puntos de contacto del mundo griego y actuaron
como facilitadoras de las comunicaciones y el comercio. Eubea, separada por un
estrecho canal de las costas orientales de Beocia y Ática (el estrecho de Euripo), se
constituye de colinas onduladas con un suelo fértil, apto para los cultivos agrícolas, las
actividades ganaderas y la extracción y el trabajo del cobre. Entre las islas Cícladas, por
su parte, hay algunas de características volcánicas y otras de suelo fértil aptas para el
cultivo de cítricos y vid. Algunas de ellas, como Paros, basaron su economía en la
producción de mármol; Sifnos, por su parte, fue un importante centro de producción de
plata en la época arcaica. Del archipiélago del Dodecaneso, conjunto de islas del
sudoeste de Anatolia, destacan Samos e Icaria que, alternando terrenos montañosos con
llanuras, propició la producción de cereales en estas últimas, así como de olivo y vid en
las laderas. La isla de Rodas, del mismo archipiélago, fue escala obligada en las rutas
comerciales con Egipto y Oriente Medio, convirtiéndose en un importante centro
comercial. En todo caso, los terrenos del Dodecaneso son aún más fértiles que los de las
Cícladas, en buena parte debido al clima húmedo y a la abundancia de lluvias. Al norte,
entre las islas de Egeo oriental, destacan por su fertilidad agrícola Quíos y Lesbos.4
La isla de Creta, límite sur del mar Egeo, se caracteriza por su orografía accidentada, en
ciertas zonas similares a la de la Grecia meridional europea. Al norte, las extensas
llanuras hicieron posible el desarrollo de la agricultura mediterránea; sus bahías,
constituyeron lugares idóneos para la navegación y el desarrollo comercial, así como
para la pesca, otra de las actividades primarias de su subsistencia. El terreno montañoso
existente más al sur, y los bosques que crecían en él, propició la producción de madera,
mientras que sus montes bajos fueron el terreno ideal para el ejercicio de la ganadería
extensiva y la caza (esta última fue decisiva en la economía de las civilizaciones
neolíticas). En conjunto, la extensión de la isla, su variedad de recursos (mineros,
agrícolas, ganaderos y pesqueros) y su localización comercial estratégica, hicieron
posible que se desarrollase en ella una civilización propia, la minoica.4
Historia[editar]
Civilización prehistórica y Edad del Bronce[editar]
Artículos principales: Edad del Bronce, Civilización micénica y Civilización minoica.
Se cree que las tribus que se convertirían en los griegos emigraron hacia el sur a los
Balcanes en varias oleadas comenzando a mediados de la Edad del Bronce (alrededor de
2000 a. C.).8 Otras fuentes indican un proceso migratorio ya en el quinto milenio a. C.,
proveniente de Mesopotamia y Siria. Según éstas, los primeros inmigrantes encontraron
habitantes nativos que dejaron a los recién llegados una gran cantidad de tradiciones;
mientras que éstos llevaron a la zona la cultura de la alfarería, agricultura y una primera
deidad de la fertilidad (que más tarde sería Deméter).9 Esta última versión, de ser
exacta, negaría la existencia de un período neolítico en los pueblos autóctonos con
anterioridad a la inmigración extranjera, situándolos en un período cultural más cercano
al mesolítico.
Ruinas del palacio de Cnosos; según la leyenda, era la residencia del rey Minos.
La civilización minoica pereció poco antes que la micénica; algunas versiones señalan
que fueron invadidos por estos últimos, mientras que otras se inclinan a afirmar que la
desaparición del reino de Creta se debió a una catástrofe natural.11
Edad oscura[editar]
Artículo principal: Edad oscura
Ánfora protogeométrica.
Desde 1100 hasta el siglo VIII a. C. se conoce como la Edad oscura —siguiendo al
colapso de la Edad del Bronce—. De esta etapa no ha sobrevivido ningún texto
primario, y solamente queda escasa evidencia arqueológica. Algunos textos secundarios
y terciarios contienen breves cronologías y listas de los reyes de este período,
incluyendo Historia de Heródoto, Descripción de Grecia de Pausanias, Biblioteca
histórica de Diodoro Sículo y Chronicon de Jerónimo.
Época arcaica[editar]
Artículo principal: Época arcaica
En el siglo VIII a. C., Grecia empezó a salir de la Edad Oscura que siguió a la caída de
la civilización micénica. Al pueblo le faltaba alfabetización y se había olvidado el
sistema de escritura micénico, Lineal B. Pero los griegos adoptaron el alfabeto fenicio y
lo modificaron para crear el alfabeto griego.1617 A partir del siglo IX a. C.18 ―según
algunos autores, específicamente en el VIII a. C.―19 empezaron a aparecer escritos.
Grecia se dividió en muchas comunidades autónomas pequeñas. Esta pauta fue
impuesta en gran parte por la geografía griega, donde cada isla, valle y llanura está
aislada de las demás por el mar o las sierras.20 Como producto directo de las
migraciones previas, dichas comunidades mostraban un carácter étnico: durante el siglo
VII a. C. surgió Argos, habitada por dorios, como una de las ciudades principales del
Peloponeso.21 Dicha ciudad fue cediendo gradualmente influencia a su rival Esparta,
también dórica.21 Por su parte, Atenas se convirtió en la residencia principal de los
jonios en los Balcanes.22
La primera mitad del siglo VII a. C. vio la Guerra Lelantina (hacia el 710-hacia el
650 a. C.), un conflicto prolongado que se distingue como la guerra documentada más
temprana del período de la Antigua Grecia. En ella se enfrentaron las ciudades-estado
entonces importantes Calcis y Eretria sobre la fértil llanura lelantina de Eubea. Ambas
ciudades parecen haber sufrido declives como resultado de esta larga guerra, aunque
Calcis fue la vencedora nominal.
En la primera mitad del siglo VII surgió una clase mercantil y, en el correr del siglo
VI a. C., se comenzaron a utilizar monedas (probablemente por imitación a los lidios),
aunque serían necesarios siglos para el desarrollo de una economía monetaria plena.17
Parece haberse gestado tensión en muchas ciudades-estado. Los regímenes
aristocráticos que por lo general gobernaban las llamadas polis se sentían amenazados
por la nueva riqueza de los comerciantes, que a su vez deseaban poder político. A partir
de 650 a. C., las aristocracias tenían que luchar para evitar ser derrocadas y
reemplazadas por tiranos populistas. La palabra deriva de la palabra griega no
peyorativa τύραννος tyrannos, que significa 'soberano ilegítimo', que se podía aplicar
tanto a buenos como a malos líderes.2324
Una población cada vez mayor y la falta de tierras provocaron conflictos internos entre
los pobres y los ricos en muchas ciudades-estado. En Esparta, las guerras mesenias
resultaron en la conquista de Mesenia y la esclavitud de los mesenios, a partir de la
segunda mitad del siglo VIII a. C., constituyendo un acto sin precedentes en la Antigua
Grecia. Esta práctica produjo una revolución social.25 La población subyugada, desde
entonces conocida como hilotas, labraban y trabajaban para Esparta, mientras todos los
ciudadanos varones se convertían en soldados de un estado permanentemente
militarizado. Incluso las élites eran obligadas a vivir y a entrenarse como soldados; esta
igualdad entre los pobres y los ricos servía para distender los conflictos sociales. Las
reformas precedentes, atribuidas al enigmático Licurgo de Esparta fueron
probablemente completadas antes de 650 a. C.
Atenas, por su parte, sufrió falta de tierras y una crisis agraria a finales del siglo VII, lo
que también resultó en conflictos civiles. El arconte (magistrado) Dracón promulgó
reformas severas en 621 a. C. (de ahí la palabra moderna «draconiano»), pero estas no
pudieron acallar el conflicto. Al final las reformas moderadas de Solón (594 a. C.) le
dieron a Atenas cierta estabilidad, mejorando la vida de los pobres aun cuando
afianzaron a la aristocracia en el poder.
En la segunda mitad del siglo VI, Atenas cayó bajo la tiranía de Pisístrato, y luego de
sus herederos Hipias e Hiparco. Sin embargo, en 510 a. C., por pedido del aristócrata
Clístenes de Atenas, el rey espartano Cleómenes I ayudó a los atenienses a derrocar la
tiranía. Poco después, empero, Esparta y Atenas iniciaron relaciones hostiles, y
Cleómenes I instauró a Iságoras como arconte pro-espartano. Con el objetivo de evitar
que Atenas se convirtiera en un «gobierno de paja» bajo el reinado espartano, Clístenes
propuso a sus conciudadanos atenienses que Atenas sufriera una revolución política,
que todos los ciudadanos compartieran el poder independientemente de su estatus, que
Atenas se volviera una «democracia». Los atenienses abrazaron esta idea con tantas
ganas que después de derrocar a Iságoras e implementar las reformas de Clístenes,
pudieron repeler fácilmente una invasión a tres frentes que los espartanos condujeron
para reinstaurar a Iságoras.26 La llegada de la democracia resolvió muchos de los
problemas de Atenas, dando inicio a una «edad de oro» para los atenienses.