Proyecto Ley Embriones
Proyecto Ley Embriones
Proyecto Ley Embriones
Artículo 1°: Objeto. La presente ley tiene por objeto regular la protección del
embrión no implantado y establecer su régimen jurídico en concordancia y de
forma complementaria con lo dispuesto en el Código Civil y Comercial y en la
ley 26.862 y normativas complementarias.
Artículo 2°: Glosario. A los efectos de esta ley, por orden alfabético, se
entiende por:
a) Blastocisto: embrión de cinco (5) o seis (6) días de desarrollo después
de la fecundación, con masa celular interna, capa externa de trofoectodermo y
cavidad o blastocele lleno de líquido.
b) Concepción o anidación: implantación del óvulo fecundado en las
paredes del útero.
c) Criopreservación: congelación y almacenamiento de embriones.
d) Diagnóstico genético preimplantatorio: análisis genético de cuerpos
polares, blastómeras o trofoectodermo en ovocitos, cigotos o embriones para
la detección de alteraciones específicas, estructurales y/o numéricas (genes o
cromosomas).
d) Donación de embriones: transferencia de embriones resultantes de
gametos (ovocitos y/o espermatozoides) de personas distintas a la receptora o
su pareja.
e) Embrión: producto de la división del cigoto hasta el fin del estadío
embrionario -ocho (8) semanas después de la fecundación-.
f) Embrión no viable: aquél que ha detenido su desarrollo o que presenta
alteraciones cromosómicas incompatibles con su posterior desarrollo.
g) Fecundación in vitro: técnica de reproducción humana médicamente
asistida cuya fecundación acontece de manera extracorpórea.
h) Transferencia de embriones: procedimiento mediante el cual uno o más
embriones son colocados en el útero o en la trompa de Falopio de una persona.
Artículo 3°: Principios. La presente ley se rige por los siguientes derechos y
principios:
a) Intangibilidad del genoma humano.
b) Derecho a gozar de los beneficios del progreso científico.
c) Principio de autonomía.
d) Derecho a la privacidad.
e) Derecho a formar una familia.
Señor presidente:
El propósito de este proyecto de ley consiste en regular la protección del
embrión no implantado, estableciendo su régimen jurídico tal como lo dispone
la disposición transitoria segunda del art. 9 de la ley 26.994 que sancionó el
Código Civil y Comercial1, y de conformidad con lo previsto en el Título V
del Libro Segundo del Código Civil y Comercial, la ley 26.862 y normativas
complementarias.
El artículo 19 del Código Civil y Comercial de la Nación (CCyC)
finalmente sancionado, eliminó toda mención a las Técnicas de Reproducción
Humana Asistida (TRHA), limitándose a definir que “La existencia de la
persona humana comienza con la concepción”. No obstante, al sancionar el
nuevo texto civil y comercial, el Poder Legislativo Nacional se impuso una
obligación que hasta el momento no ha cumplido y que este proyecto tiene por
fin hacer efectiva: sancionar una ley que tenga por objeto establecer la
protección del embrión no implantado de conformidad con lo dispuesto en la
mencionada disposición transitoria segunda del art. 9 de la ley 26.994.
En virtud de esta obligación, desde el año 2014 a la fecha se han
presentado en el Congreso de la Nación diferentes proyectos legislativos que
han perdido estado parlamentario (1320-S-2016; 0007-D-2016; 3639-S-2014;
8210-D-2014; 8147-D-2014 y 4058-D-2014) y que tenían por fin, con
diferentes matices, regular la protección jurídica del embrión no implantado y,
muy particularmente, determinar cuáles son los posibles destinos de los
embriones sobrantes de TRHA; siendo esta una realidad insoslayable. Sucede
que a mayor desarrollo y avance de las TRHA, mayor es el caudal de
embriones sobrantes que por diferentes motivos, son criopreservados durante
varios años sin resolverse sobre su destino con los consecuentes conflictos
sociojurídicos que se deriva de ello. Este vacío legal es problemático no solo,
y especialmente respecto de sus titulares, sino tambien respecto de las clínicas
o centros especializados que al carecer de marco, en muchos casos
obstaculizan derechos.
El presente proyecto, de manera más acotada o centrándose en la
cuestión de los embriones no implantados y sus posibles usos y destinos, sigue
los lineamientos de la única iniciativa que a la fecha mantiene estado
parlamentario. Nos referimos al proyecto presentado el 1 de marzo de 2017
bajo el número 0091-D-2017, firmado por las/los diputados/as Rach Quiroga,
Analía; Carmona, Guillermo Ramón; Mendoza, Sandra Marcela; Estévez,
Gabriela Beatriz; Raverta, María Fernanda; Masin, María Lucila; Basterra,
Luis Eugenio; Álvarez Rodríguez, María Cristina; Gaillard, Ana Carolin;
Carol, Analuz Ailen; Huss, Juan Manuel; Pedrini, Juan Manuel (Frente Para la
1
ARTICULO 9° — Dispónense como normas transitorias de aplicación del Código Civil y Comercial de la
Nación, las siguientes: (…) Segunda. “La protección del embrión no implantado será objeto de una ley
especial.” (Corresponde al artículo 19 del Código Civil y Comercial de la Nación).
Victoria – PJ); Donda Pérez, Victoria Analía (Libres Del Sur); Argumedo,
Alcira Susana (Proyecto Sur – UNEN) y Carrizo, Ana Carla (UCR).
Como corresponde a los fines de alcanzar un ordenamiento jurídico
integral y coherente, la presente propuesta legislativa está en total consonancia
con las normativas nacionales que se vinculan de manera directa con el objeto
del presente proyecto, y también la normativa internacional dada la fuerza
vinculante y operatividad que se deriva de ella de conformidad con lo previsto
en el art. 75 inciso 22 de la Constitución Nacional que le otorga jerarquía
constitucional a varios instrumentos internacionales de derechos humanos.
Desde el plano normativo nacional, se debe tener en cuenta lo previsto
en la mencionada ley 26.862 y su decreto reglamentario 956/2013 que de
manera expresa y clara permiten la donación embriones; decisión legislativa
que no ha sido tachada de inconstitucional sino, todo lo contrario, la ley de
Acceso Integral a las TRHA -26.862- ha contado con el apoyo casi unánime
de ambas cámaras de este Congreso de la Nación. No obstante, este vacío
legal imposibilita el pleno goce de los derechos acordados por esta ley de
2013, incluida la loable donación de embriones.
En segundo término y desde el ámbito internacional- interamericano, el
presente proyecto está en absoluta consonancia con lo establecido por la Corte
Interamericana de Derechos Humanos en el caso “Artavia Murillo y otros
c/Costa Rica” en fecha 28/11/2012 y reafirmado en el proceso de seguimiento
de sentencia el 26/02/2016, en el que se concluye de manera clara que el
embrión in vitro no puede tener la misma protección de una persona humana,
es decir, que no le cabe la protección derivada del derecho a la vida prevista
en el art. 4.1 de la Convención Americana de Derechos Humanos. Por lo
tanto, la protección legal debe ser sin equiparar al embrión no implantado con
la persona humana porque tal igualación es contraria al plexo normativo
internacional y nacional.
En este importante precedente, la Corte Interamericana concluye que
“luego de un análisis de las bases científicas disponibles” se concluye que la
“concepción en el sentido del artículo 4.1 tiene lugar desde el momento en
que el embrión se implanta en el útero”, y por ende, que antes de ese evento o
sea, el embrión no implantado, carece de tal equiparación y protección en el
carácter de "persona"; también afirma que las técnicas de fertilización in vitro
son válidas al permitir el cumplimiento o protección de varios derechos
humanos, como el derecho a formar una familia, a gozar del desarrollo de la
ciencia médica y a la libertad reproductiva -a procrear-. Principios que este
proyecto recepta en su articulado (art. 3).
Precisamente, fundado en la fuerza normativa de este precedente en el
ámbito nacional, ya varios tribunales habían modificado su doctrina y
comenzaron a hacer lugar a los pedidos de cobertura médica antes de que se
sancionara la ley 26.862. Más aún, tanto la propia ley de cobertura como su
decreto reglamentario admiten la crioconservación y la donación de embriones
respaldándose, justamente, en la doctrina que emerge del caso Artavia
Murillo.
Por otra parte, a esta misma conclusión se arriba desde una mirada
sistémica, integral y coherente del Código Civil y Comercial. El artículo 20
considera que la "época de la concepción es el lapso entre el máximo y el
mínimo fijados para la duración del embarazo"; es decir, "el máximo de
tiempo del embarazo es de trescientos días y el mínimo de ciento ochenta,
excluyendo el día del nacimiento". Por lo cual la noción de concepción en el
CCyC está íntimamente relacionada con el embarazo, es decir, con la
implantación del embrión en la persona y no antes. Por otra parte, el artículo
21 se refiere a los derechos y obligaciones "del concebido o implantado en la
mujer" y afirma que "quedan irrevocablemente adquiridos si nace con vida".
En total consonancia con esta línea interpretativa, el artículo 561 dedicado a
regular "Forma y requisitos del consentimiento", dispone en su última parte -al
igual que la ley 26.862- que "el consentimiento es libremente revocable
mientras no se haya producido la concepción en la persona o la implantación
del embrión". Todo ello en consonancia con la Disposición Transitoria
Segunda ya citada.
Precisamente, si la protección del embrión no implantado debe ser
objeto de una ley especial y no corresponde su inclusión en el Código Civil y
Comercial, es porque no se lo considera persona humana.
Cabe destacar que, en esta línea, la no personalidad jurídica del embrión
in vitro es reconocida en numerosos ordenamientos normativos del derecho
comparado que resaltan la trascendencia del nacimiento con vida como punto
de inflexión del proceso de gestación y lo consideran como el comienzo de la
personalidad en sentido jurídico, es decir de la titularidad de derechos y
obligaciones, sin perjuicio de que se reconozcan y protejan retroactivamente
durante el período de gestación derechos sucesorios, de manutención o
vinculados a la salud en los casos que corresponda (ver, entre otros: Código
Civil de Brasil. Art. 2º Código Civil de Bolivia. Artículo 1. Código Civil de
Chile Art. 74. Código Civil de Colombia. Artículo 90. Código Civil de Costa
Rica Artículo 31. Código Civil de Cuba: Artículo 24. Código Civil de
Ecuador. Art. 60. Código Civil de Guatemala Artículo 1. Código Civil de
Honduras: Artículo 51. Código Civil Federal de México: Artículo 22. Código
Civil de Perú: Artículo 1. Código Civil de El Salvador: Art. 72; Código Civil
de Venezuela: Artículo 17. Código Civil de Portugal: Artículo 66 Código
Civil de España: Artículo 29. Código Civil de Alemania Sección 1. Código
Civil de Suiza Art. 11. 1. Art. 31. Código Civil de Holanda Artículo 1:2
Código Civil de Italia. Para un análisis completo del derecho comparado
compulsar: de la Torre, Natalia-Herrera, Marisa- Notrica, Federico- Vigo,
Fiorella y Víttola, Leonardo, “Naturaleza jurídica del embrión no implantado”,
en Técnicas de Reproducción Humana Asistida, Herrera, Marisa (directora),
Santa Fe, Rubinzal Culzoni, 2018, Tomo I, págs. 288 y ss.).
La falta de regulación en torno a la protección y destino de los
embriones no implantados no es sólo una discusión de interés teórico entre
corrientes ideológicas contrapuestas. Por el contrario, lo que se decida en este
punto afecta otros derechos hoy reconocidos: el derecho a la salud, a la
integridad, el acceso al avance de los desarrollos científicos y, por supuesto, el
derecho a formar una familia.
En este sentido, cabe destacar que el argumento de la falta de regulación
respecto del embrión no implantado está siendo utilizado por las empresas de
medicina prepaga y obras sociales como justificativo para negar la cobertura
de las TRHA, en especial la criopreservación de embriones, a sus usuarios. A
título ilustrativo, el Tribunal en lo Criminal N° 4 de La Plata, en fecha
10/08/20172, tuvo oportunidad de resolver una acción de amparo entablada por
una mujer contra la empresa de medicina prepaga con el fin de obtener la
cobertura integral del tratamiento de fertilización asistida, incluyendo la
criopreservación de embriones. La demandada se negaba a cubrir esta última
con el siguiente fundamento: “La existencia de un vacío legal que reclama la
protección de los derechos que pudieran asistirle al embrión no implantado;
que la criopreservación de embriones resulta en el caso innecesaria toda vez
que la amparista podría realizar todos los intentos de fertilización asistida
que deseara sin acudir a la criopreservación; y la inexistencia de obligación
legal de cobertura del mantenimiento de embriones criopreservados”.
En contraste con este posicionamiento y a los fines de ordenar la
cobertura de la criopreservación solicitada, el Tribunal sostuvo: “que el
pretendido vacío legal que la demandada ha querido poner de manifiesto de
la mano de la falta de regulación sobre la gestión y destino final de los
embriones crioconservados, no puede ser válidamente utilizado para frustrar
el plan de vida que la accionante se ha trazado y que incluye la perspectiva de
una posible maternidad”.
Ahora bien, el vacío legal en torno a la protección del embrión no
implantado no solo incide en materia de cobertura de los tratamientos, también
repercute en cuestiones propias del derecho de familia tales como los
conflictos que se suscitan a raíz de divorcios y separaciones de la pareja en
presencia de embriones criopreservados de titularidad de ambos.
En este sentido, cabe traer a colación un precedente reciente, de fecha
30/07/2018, proveniente del Juzgado de Familia N 1 de la Ciudad de
Mendoza3, en el que en el marco de la tramitación de un divorcio conjunto se
solicitó la homologación de un convenio regulador que incluía expresamente
la decisión de los cónyuges de descartar los embriones criopreservados
sobrantes.
En este contexto, el juez procedió a homologar el convenio presentado
por las partes, destacando en su sentencia los siguientes fundamentos: “Dado
que entiendo que los embriones son entidades que se encuentran en un estado
de desarrollo donde no poseen más que un simple potencial de vida; que antes
de la fijación pre-embrionaria éste se compone de células no diferenciadas;
que esta diferenciación celular sucede después que se ha fijado sobre la pared
uterina y con anidación en el mismo; considero que es procedente proceder al
cese de su crioconservación, con el consiguiente descarte. Ello, está en
coincidencia con que los peticionantes son personas mayores de edad,
capaces, en uso de su plena autonomía personal y de decisión, libertad
2
Tribunal en lo Criminal N ° 4 de La Plata, 10/08/2017, “J. N. Z. s/ AMPARO c/ MEDICUS S.A”,
disponible en: http://public.diariojudicial.com/documentos/000/075/131/000075131.pdf, compulsado el
1/11/2017.
3
Juzgado de Familia Nro. 1 de la Ciudad de Mendoza, 30/07/2018, “B. Y S. p/divorcio bilateral”, inédito.
reproductiva, conforme al principio de legalidad (art. 19, C.N.),
compartiendo en un todo el meduloso dictamen de la Subdirectora de
Derechos Humanos.”
Conflictos como los reseñados evidencian la importancia de regular el
alcance de la protección del embrión no implantado. Se trata de la necesidad
de contar con reglas claras en torno a qué se puede hacer y qué no con los
embriones no implantados lo cual coadyuva a su protección, evita la
judicialización y otorga seguridad jurídica a todas las personas intervinientes –
profesionales de la medicina y pacientes-, sin depender de la suerte del juez
sorteado y de los vaivenes de la interpretación jurisprudencial.
En este marco, la propuesta legislativa , en primer lugar, procura limitar
el número de ovocitos a fecundar según el caso y de conformidad con las
buenas prácticas médicas a fin de disminuir el número de embriones a
criopreservar (art. 4). En segundo lugar, prohíbe la comercialización de
embriones (art. 5), en consonancia con el artñiculo 17 CCYC. En tercer lugar,
prohíbe la generación de embriones por el uso de las técnicas de reproducción
humana médicamente asistida con el objetivo deliberado de ser utilizados sin
fines reproductivos ni terapéuticos (art. 5). En cuarto lugar, el plazo de
criopreservación es de 10 años (art. 11), siendo que una gran cantidad de
países lo establecen en la mitad, 5 años.4
Como adelantamos, el proyecto también establece de manera precisa
cuáles pueden ser los diferentes destinos de los embriones, a saber: a) ser
utilizados por sus titulares para posteriores tratamientos; b) ser donados con
fines reproductivos; c) ser donados con fines de investigación y d) cesar su
criopreservación (art. 10). Se dedica un título específico, el título III, a reglar
todo lo atinente al contrato de donación (arts. 15 a 21).
Por otra parte, en total consonancia con una real preocupación mundial
y local, se procura resolver el destino de los embriones criopreservados en
caso de silencio de sus titulares o en supuestos de abandono. En estos casos, a
los efectos de brindar una solución equitativa, responsable y provechosa se
destina su uso para investigación como régimen legal supletorio, a falta de
decisión de las partes, en atención a la importancia del desarrollo de la
investigación en este campo.
También se propone incorporar una regulación detallada y precisa
respecto de la donación para investigación (arts. 22 a 24) y se incluye la
posibilidad excepcional de seleccionar embriones histocompatibles (arts. 25 a
28). De esta manera, se abona a la opinión de que la protección de los
embriones humanos no tiene porqué ser incompatible con su uso en
investigaciones médicas que importen una promesa razonable de tratar o
prevenir enfermedades humanas graves.
4
Entre los países que receptan un plazo de criopreservación de 5 años, se encuentran Bélgica; Bulgaria;
Dinamarca; Hungría; Eslovenia; Túnez; Egipto; India; Singapur; Francia; Corea (extendiendo el plazo por
otros 5 años si se trata de un supuesto de oncofertilidad); Noruega; Suiza; Suecia y Turquía. Una menor
cantidad de países se inclinan por un plazo mayor, de 10 años. Entre ellos se encuentran: Australia; Latvia;
Nueva Zelanda; Taiwán; Reino Unido y en Estados Unidos, la reconocida American Society for Reproductive
Medicine sostiene que los embriones deben dejar de ser criopreservados después de 10 años de
criopreservados.
Al respecto, cabe destacar que en el citado caso "Artavia Murillo", la
Corte Interamericana de Derechos Humanos afirmó la existencia de un
derecho humano a gozar de los beneficios y progreso de la ciencia; en este
contexto, es claro que todas las personas que deciden que sus embriones sean
utilizados para investigación, en definitiva, realizan un aporte a la satisfacción
de este derecho de repercusión o interés social y para el bien común. Incluso,
la investigación con embriones permitirá mejorar y perfeccionar la técnica de
criopreservación como la fertilización in vitro, lo cual redundará en mayor
protección al embrión no implantado.
Por otra parte, el proyecto también contempla la posibilidad de llevar
adelante la técnica del diagnóstico genético preimplantacional (DGP),
definiendo la finalidad específica con que debe ser autorizado (art.30), los
límites de su uso (art. 31), el derecho a no obtener información (art. 33), así
como la prohibición expresa de que los embriones afectados y los sanos
portadores de alguna anomalía sean donados con fines reproductivos (art. 34).
Por último, la presente propuesta normativa incluye un título VIII con
disposiciones finales entre las que se destaca la inclusión de la cobertura
integral de todos los supuestos regulados, extendiendo el alcance de la ley
26.862 y normas complementarias (art. 35); la regulación de la
responsabilidad civil de los profesionales y las personas directivas de los
establecimientos sanitarios especializados por los perjuicios que causen como
consecuencia de la manipulación de embriones (art. 36), así como el carácter
de orden público y su aplicación en todo el país (art. 39).
En definitiva, el presente proyecto de ley viene a dar cumplimiento con
una manda legal pendiente como lo es establecer un régimen jurídico claro y
preciso, sobre el embrión no implantado en un contexto en el que la
reproducción asistida observa un mayor desarrollo, perfeccionamiento y
presencia en la realidad social.
Por estas razones solicito a mis pares que acompañen el presente
proyecto de Ley.