Philosophia Vulgaris 8
Philosophia Vulgaris 8
Philosophia Vulgaris 8
REDACCIÓN
Marisa Mosto
Federico Caivano
Raúl Lavalle
Editor responsable: Raúl Lavalle
Dirección de correspondencia:
Paraguay 1327 3º G [1057] Buenos Aires, Argentina
tel. 4811-6998
raullavalle@fibertel.com.ar
nº 8 – 2019
Nota: La Redacción no necesariamente comparte las opiniones vertidas en esta
publicación.
1
ÍNDICE
Presentación p. 3
Minima philosophica p. 23
Dialoguitos en el perípato p. 25
2
PRESENTACIÓN
3
CAZA MAYOR
O sobre cómo un montón de cosas dementes pueden
resultar verdaderas,
sazonadas con muchos “por ejemplo”1
CAROLINA DÍAZ
1
Basado en el cuento de Isaac Asimov, El dia de los cazadores, del libro Compré
Júpiter, escrito en 1975.
4
Respecto de cómo se maneja el conocimiento científico general,
(para que éste pueda llegar a validarse, es decir, por medio de una
hipótesis-experimentación/fundamentación-conclusión) es algo que ya se
aprende desde la secundaria. Sin embargo, hay que aceptar que la mayor
parte de este conocimiento la obtenemos a partir de la información no
científica que recibimos a diario, por medio de charlas de café, lecturas
ligeras, u opiniones de los medios y redes sociales, sin mayor evaluación
que un “tiene sentido”, ergo aceptémoslo. Esto es así por varias razones.
1
Asimov, Isaac. Compré Júpiter, Barcelona, Bruguera, 1984, p. 32
5
“–Se trataba de una era reciente, el Cretáceo sin duda –prosiguió–. Los
dinosaurios habían emprendido ya la retirada..., todos excepto los
pequeños, con los cinturones de metal y las armas. [...] Eran unos
reptiles pequeños, de unos ciento veinte centímetros de altura. Se
sostenían sobre las patas traseras, con una gruesa cola detrás, y tenían
unos antebracitos con dedos. Llevaban en la cintura anchos cintos
metálicos, de los que colgaban las armas... Pero no eran armas que
disparasen balas; eran proyectores de energía.”1
En ese momento todos enloquecieron... las preguntas no pararon
de surgir. Las respuestas, serias, lógicas y comprensibles, defendían cada
palabra, cada argumento de la imposible historia. Buscaron aquellos
hombres encontrar el talón de Aquiles del “profesor”, que «pisara el
palito», pero no lo hizo en ningún momento. Sus razones eran válidas.
Nunca dejaron de serlo. No voy a contar el final, lo dejo para la
curiosidad de los lectores. Simplemente esto nos permitirá llegar a una
primera conclusión de que no porque una situación sea inverosímil,
entonces no es cierta. Pero por otro lado no es necesariamente cierta,
sólo inverosímil. Tampoco un montón de cosas dementes van a ser
verdaderas, sólo por estar sazonadas con muchos “por ejemplo”. La
cuestión es cómo saberlo, por lo menos, en la práctica de lo cotidiano.
A las tres razones expuestas sobre la aceptación, sin demasiada
evaluación, del conocimiento científico de divulgación general, por
supuesto, podemos oponerle un buen pensamiento crítico, que se
desarrolla con trabajo intelectual interior diario. Pero hay algo más
evidente todavía, que quizás nos da la pista más importante, y es el
sentido común. Ese que todos cuestionan, pero que nadie sabe usar. Y no
solamente en la idea de la valoración razonable de las cosas, sino como
lo utilizó el filósofo medieval Santo Tomás de Aquino, como un sentido
interno del hombre, capaz de unir y estructurar las percepciones de los
demás sentidos, para acceder al conocimiento de la realidad. También
capaz de mantenernos firmes en la separación entre lo que es verdadero
(aquello que ya está asimilado como conocimiento válido y justificado);
y lo que puede variar o modificarse con nuevo conocimiento, y del que
podemos dudar.
¿Y si nos toca ser “el profesor” del cuento? Entonces, podemos
reírnos un poco de nosotros mismos, no perdiendo jamás el buen humor
y la paciencia que todo camino de conocimiento requiere.
CAROLINA DÍAZ
1
Op. cit., p. 33
6
ENSUEÑO BRUNIANO
FELIPE MATTI
7
Rápidamente se entregaba en su insolación al vuoto, aquel
espacio inane receptor de toda la luz, de todas las tierras que se repliegan
y mueven en él, el famoso vacío que rescataba de las mientes pitagóricas
que tanto le seducían. Sin embargo “¿Dónde está el absoluto?” Aquello
en sí mismo, separado, independiente del efecto de su operación;
separado del universo infinito. Le era tan dificultoso mantener estas
ideas, divagaba con mucho esmero su razón en el éter; perdida en el
vulgo que lo atormentaba con su vida ociosa.
FELIPE MATTI
8
LA VIDA SIMPLE
Hoy con las risitas, los mimos y los caprichos de los hijos de mis
hijos: ¡un premio!
GRACIA PLENA
9
ENREDOS LÓGICOS
MARISA MOSTO
10
–¡No existe tu querida verdad! ¡Despabílate, maestro! Y si no hay
verdad, no hay mentira, ni bien ni mal. Ponele. Somos nosotros los que
proyectamos esas torpes fantasías. Etiquetamos a piacere. ¡He ahí la
cuestión! Todo se resuelve, mi querido Sócrates, en quien posee el poder
para manejar la máquina etiquetadora. ¡Y nosotros nos devanamos los
sesos buscando algo que no existe!
–Porque de ser así debería concluir por mi parte, que yo no existo como
«yo», y sin embargo estoy conjugando los verbos en primera persona…
lo cual me obliga a…a…
11
–¿Y no deberíamos pensar también entonces, que hay algunas
afirmaciones falsas y otras verdaderas? ¿Y que es bueno estar en la
verdad y malo estar en la mentira?
-¡Siempre terminas por tener razón, mi querido Sócrates! ¡No nos
quedará más remedio que retornar pues a nuestro terrible yugo
cotidiano!
–¡A ese del que hablas siempre! El que te enseñó Diotima, el de la philo-
sophia. Esa búsqueda sin fin… agotadora… ¿no es –¡por Hera!–
también un gran absurdo? ¿Será que los dioses, amado Sócrates, se
divierten al vernos llegar a tales callejones sin salida? ¿Somos para ellos
como moscas golpeándonos contra los vidrios de un absurdo a otro?
–La maldad es indigna de un Dios. Sería otro absurdo, ¿no lo crees así,
oh compañero?
–E così via, Sócrates e cosi via. ¿Para qué nos han dado la lógica y
destinado al absurdo y al enigma?
–¿Vos decís?
MARISA MOSTO
12
FIOSOFÍA EN UNA CERRADURA
FRANCO CÁCERES
13
No soy capaz de arriesgarme a describirla, pero la complejidad de
esa cerradura era impresionante; me gustaría decir que se trataba de una
compleja figura tridimensional, pero no puedo arriesgarme a decir que
esa figura pueda ser descripta en alto, ancho y profundo. Aún me
pregunto si hubiese podido llenar la cerradura de ese candado con agua
¿Cuánta agua hubiese gastado? ¿500 ml., 2 litros, un océano? No me
animo tampoco a responder a esa pregunta. Siendo limitadísimas mis
capacidades para comprender la complejidad ante la cual me encontraba,
mi mente fue audaz, de manera temeraria hizo la pregunta que fue
imposible de evitar ¿Dónde está la llave? Tiene que haber una llave, es
decir, ¿se entiende, no? Si hay una cerradura debería haber una llave.
14
“Cerrajería Morón” esas palabras se encontraban encabezando un
ticket, al parecer el de compra del candado. El ticket no tenía nada de
particular, era un ticket. Realmente internet logró sacarme de problemas,
no fue muy difícil encontrar a la cerrajería, el dueño se llamaba Oscar y
por la corta charla que mantuvimos me di cuenta de que el hombre era
muy simpático. Me tomé el tiempo de describirle el problema (lo que le
podía contar sin que el hombre me considerase un loco), Oscar parecía
sorprendido ante mi descripción del candado, según él “podría tratarse
de un candado fallado”, pero lo importante es que me ha invitado
mañana a darme una vuelta por su local y resolver de una vez por todas
este asunto.
FRANCO CÁCERES
15
QUAESTIO 16: DE PITUPHO PHILOSOPHO
CHRISTIÁN CARLOS CARMAN
16
Ad 1. Es propio del filósofo la fortaleza, pero no la fortaleza física
que lucha contra el mal físico, esto es Gárgamel y Asrael, la cual sí encarna
Fortachón, sino la fortaleza espiritual que combate el mal espiritual, esto es
la ignorancia y ésta es propia de Pitufo Filósofo.
Ad 2. Por un lado es propio del filósofo el gobierno de la Ciudad
pero en el orden del consejo, no de la ejecución, y por otro el que gobierna
debe repartir las funciones específicas a los miembros en vistas del Bien
Común, una de las cuales es la contemplación de la verdad, función que
Papá Pitufo ha asignado a Pitufo Filósofo.
Ad 3. Es propio de la filosofía la sabiduría especulativa, no la
práctica y que Genio encarna esta última se prueba de dos maneras: una
observando sus obras que son todos prácticos, por ejemplo la represa o la
pulidora de pitufresas, y otra por el lápiz sostenido por su oreja, propio de
los que se dedican a cálculos y planos y otros medios para alcanzar obras
de arte.
1
Todo parece indicar que aquí "el Filósofo" significa "Pitufo Filósofo" y no
"Aristóteles", aunque no hay acuerdo entre los comentaristas.
17
"porque Papá Pitufo dice...", debe entenderse "porque la esencia de Papá
Pitufo, esto es nuestra esencia, dice..." y es lícito al filósofo expresar lo que
la esencia de las cosas manifiestan.
Ad 2. Sólo es necesaria la palabra del filósofo cuando la
contemplación de la esencia se ve impedida de alguna manera, mas,
cuando la contemplación directa le es dada a todos, el filósofo debe callar y
contemplar y eso es lo que sucede pues sólo habla cuando Papá Pitufo está
ausente y así se hace imposible la contemplación de su esencia.
1
ver nota 1.
18
Ad 1. La filosofía, y con ella Pitufo Filósofo, como acabamos de
ver, no es depreciada por defecto del objeto sino del sujeto.
Ad 2 et 3. Pitufo Filósofo no es depreciado en sí mismo ni en
cuanto sujeto de autoridad sino por aquello que significa, de lo cual ya se
mostró la conveniencia.
1
Juan de Santo Tomás desarrolla otro interesante argumento: "Los anteojos pueden
ser o bien de sol o bien de aumento. Si de sol entonces significa que la realidad es
demasiado luminoso para el ojo del pitufo (cfr. ojo de lechuza de Aristóteles) pero es el
filósofo el que hace el esfuerzo para adaptarse a ella; si de aumento, Pitufo Filósofo
tiene o no tiene defecto en su vista, si no lo tiene los anteojos le aumentan la realidad
para que no se pierda detalle, interés propio del filósofo; y si lo tiene significa con ella
la imperfección de la capacidad pitufa para captar la realidad y el esfuerzo realizado
por el filósofo. Por lo que de cualquier manera es muy conveniente que Pitufo Filósofo
lleve anteojos." Juan de Santo Tomás, Q. D. de Pituphis, 2, 2, 4, resp.
19
Art. 5. De si Pitufo Tontín es el contrario de Pitufo Filósofo.
Parecería que Tontín no fuese el contrario de Pitufo Filósofo
porque:
1. Contrario es aquel que se diferencia máximamente dentro del
mismo género, pero el analogado principal difiere más de los analogados
segundos que éstos entre sí, por lo que el opuesto a Pitufo Filósofo es Papá
Pitufo.
2. La filosofía es una ciencia y la ciencia virtud; ahora bien lo
opuesto a la virtud es el vicio, entonces el opuesto a Pitufo Filósofo debe
ser cualquiera que encarne algún vicio como Goloso, Vanidoso, Gruñón,
etc. pero no Tontín.
3. Hay mayor diferencia entre un varón y una mujer que entre dos
varones, según lo del Génesis: "y los hizo varón y mujer", entonces el
contrario de Pitufo Filósofo es Pitufina y no otro pitufo.
4. Lo que se opone al intelecto especulativo es, sin duda, el
intelecto práctico, por lo que el contrario de Pitufo Filósofo es Pitufo Genio
que encarna el intelecto práctico.
Sed contra: Aristóteles dijo: "ningún ignorante, esto es Tontín, será
filósofo."
Respondeo: diciendo que el contrario se opone en aquello más
esencial y propio de su contrario, ahora bien, lo más propio del filósofo y
por lo cual es llamado tal es el conocimiento de la realidad. Lo contrario al
conocimiento es, sin duda, la ausencia de tal, lo cual es llamado ignorancia,
la cual es encarnada y significada por Tontín, de donde Tontín es el
contrario de Pitufo Filósofo.
Ad 1. Papá Pitufo es contrario en cuanto Pitufo Filósofo es el
analogado segundo, no en cuanto es filósofo.
Ad 2. Los pitufos que encarnan vicios son contrarios a Pitufo
Filósofo en cuanto posee cierta virtud, pero no en cuanto esta virtud es la
filosofía.
Ad 3. Sí en cuanto varón, no en cuanto filósofo.
Ad 4. Los intelectos especulativo y práctico no se oponen sino sólo
per accidens, según lo cual ambos pueden subsistir en un mismo sujeto; en
cambio el conocimiento y la ignorancia se oponen per se, ya que ambos no
pueden residir en un mismo sujeto.
20
EL ARCÓN DE LOS RECUERDOS
El Principito
Creo que leí El Principito unas 15 o 20 veces hacia el final de mi
niñez o inicios de la adolescencia. No recuerdo exactamente en qué año
fue. Lo que sí recuerdo con precisión es casi la totalidad de sus diálogos
con esos personajes singulares con quienes se topaba en los diferentes
planetas y también aquí en el Plantea Tierra. Recuerdo sus temas, los
miedos y alegrías de ese pequeño príncipe tierno, simple, frágil, tenaz y
profundo. Y la escena más temida: allí sobre ese muro cuando dialoga
con la serpiente y hace sus arreglos de “partida” y luego el narrador nos
dice “Cayó suavemente como cae un árbol. En la arena, ni siquiera hizo
ruido”. No podía releer la escena sin llorar. Una y otra vez. Aún hoy con
solo mirar la ilustración se me hace un nudo en el alma. Por eso no les
pongo esa imagen. Es tremendamente triste su partida…
Mejor les copio esta de su llegada a nuestro planeta, de mi libro
roto con sus hojas descosidas de tanto leerlo.
21
Siempre me fascinó su dedicatoria: “A León Werth, cuando era
niño.”
Es un libro mágico.
–«Yo tampoco abandono ninguna pregunta luego de haberla formulado,
mi querido principito. ¿Me incluirías en alguna dedicatoria, de algún
libro tuyo que escribieras desde tu planeta? Simplemente puedes poner:
“A una lectora del Planeta Tierra que cuando llegaba a la escena de la
serpiente no podía dejar de llorar”. ¿Lo pondrías? Y casi le escucho
responder inclinando la cabeza con una risa de “roldana”
–Seguramente»
MARISA MOSTO
Seis años atrás fui a Calabria, para conocer algo sobre la patria de
uno de mis abuelos. Pero no hablaré de mi familia sino de una botella
que encontré tirada por la calle. A pesar del peso, la lavé, la sequé, la
puse en la valija y me la traje. Si el vino es como un símbolo por
antonomasia del placer y, a la vez, si Epicuro decía que el fin supremo es
el placer, está muy bien que esta marca lleve su nombre. En todo caso yo
estoy en falta, porque tengo el envase pero la botella llena solo la veo en
fotos. El otro error, fue hallada por mí en la via Menotti: pero el exceso
más conocido de Menotti no es el vino sino el cigarrillo.
Roberto Piras
22
MINIMA PHILOSOPHICA
Lo rico, si grande…
Hace unos días hice un viaje relámpago a la bellísima Viña del
Mar, en Chile, porque me habían invitado a participar de un breve curso
sobre lírica griega. No tuve necesidad de preocuparme por la comida,
pues, entre invitaciones y salidas conjuntas, la cuestión se resolvió sola.
Pero el último almuerzo fue solitario. Tenía cerca del hotel dos opciones.
Una, El Palacio de la Escalopa, con muy buen menú, a pesar de la
limitación sugerida por su nombre. La otra… la que terminé eligiendo,
por filosofía… y por abundancia (o por ambas cosas, pues primum
vivere κτλ.). Tuve en efecto un nerónico admordium en el mismísimo
Restaurante Platón, que sí hacía honor a su nombre.
Radulfus
23
Me acerqué y comencé mi breve tarea: de la maceta al tacho.
Parecía Ginobili, pues no paraba de volcar botellas, latas, pañales,
cartuchos de impresora, bolsas plásticas, papeles. Justamente aquí viene
la primera lección que dio Filosofía (a mí, un discípulo un millón de
veces inferior al gran Boecio, que ahora viene en mi ayuda). Dentro del
rubro papeles, me guardé uno, el que muestra la foto que ves aquí abajo.
24
DIALOGUITOS EN EL PERÍPATO
A Marisa Mosto
Querida Marisa
Te escribo solo por dos cosas. Una, para felicitarte por tu nota
sobre El principito, que está en el “Arcón de los Recuerdos” de este
número. La otra, para obsequiarte esta foto de algo raro. Vale,
Radulfus
Ad Radulfum
Tu descubrimiento me recuerda a uno bien conocido por porteños
y estudiantes de Filosofía: el bar Sócrates, de Puán y Pedro Goyena. Al
respecto tengo dos quejas (no gastronómicas ni de defensa al
consumidor, sino más bien de filósofo). Primero, que sus precios no
reflejan para nada la vida austera del maestro de Platón. Segundo, que en
sus toldos reza un slogan francamente digno de aquel que dijera que leyó
las obras completas de Sócrates: “Bar de sabios”. Respondería el
maestro: “¡Por el perro! No tendrán un sólo cliente, a no ser que
desciendan del Olimpo los dioses inmortales”.
25
Mucho más atinada me parece la decisión de llamar a la
fotocopiadora que está frente a semejante descaro La Caverna, puesto
que produce sombras de los modelos originales (o incluso sombras de
sombras). Cabe la pregunta de si estas sombras nos esclavizan o no.
FEDERICO CAIVANO
26