Ontologia
Ontologia
Ontologia
Ontología significa "el estudio del ser". Esta palabra se forma a través de los términos
griegos οντος, ontos, que significa ser, ente, y λóγος, logos, que significa estudio, discurso,
ciencia, teoría. La ontología es una parte o rama de la filosofía que estudia la naturaleza del
ser, la existencia y la realidad, tratando de determinar las categorías fundamentales y las
relaciones del "ser en cuanto ser".
Los filósofos de la Grecia Antigua, Platón y Aristóteles estudiaron este concepto que
muchas veces se confunde con la metafísica. De hecho, la ontología es un aspecto de la
metafísica que busca categorizar lo que es esencial y fundamental en una determinada
entidad.
DEFINICIÓN DE
EPISTEMOLOGÍA
El primer paso necesario a la hora de definir un concepto es determinar el origen
etimológico del mismo. En este sentido, podemos subrayar que es en el griego donde
encontramos los antecedentes del término epistemología que ahora nos ocupa. Más aún,
este sustantivo está compuesto por la unión de dos palabras: episteme que se puede
traducir como “conocimiento o ciencia” y logos que vendría a significar “discurso”.
Asimismo podemos subrayar que este concepto fue utilizado por primera vez, durante el
siglo XIX, por el filósofo escocés James Frederick Ferrier quien acuñó el término en su
obra titulada Institutos de Metafísica. En la misma aborda diversas teorías sobre el
conocimiento, la inteligencia o el sistema filosófico.
La epistemología, por otra parte, suele ser vinculada a la filosofía de la ciencia, aunque ésta
es bastante más amplia. Ciertas cuestiones metafísicas, por citar un ejemplo, forman parte
de la filosofía de la ciencia y no son objeto de estudio de los epistemólogos.
Se establecen entonces, que los ejes temáticos de este estudio son las organizaciones, el
talento humano y la gestión de ese talento. Pero antes de continuar es conveniente precisar
ciertos aspectos para orientar lo epistemológico de los planteamientos expuestos
anteriormente.
Al respecto, Córdova, González y Bermúdez (s.f.), señalan que a partir de la crítica al
positivismo; a partir de las revoluciones científicas en la visión de Kuhn, con la irrupción
de otra Física no newtoniana, de los aportes de Heisenberg, Bohr y los principios de
indeterminabilidad y complementariedad; el edificio racional sobre el cual se construyó la
ciencia en occidente comenzó a sufrir los rigores de la propia reflexión de los científicos y
ante las dimensiones micro de la estructura de los átomos, las variantes corpusculares y
ondulatorias de la luz, el papel relevante del observador y de la observación, emerge toda
una crisis de la racionalidad que gobierna la ciencia.
En este sentido Vilar (1997), hace referencia a una nueva racionalidad a la cual
necesariamente deben subordinarse las propuestas aristotélicas-cartesianas-newtonianas
que fueron decisivas en la organización de la civilización occidental aún cuando
sectorialmente siguen desempeñando funciones claves, sobre todo en el universo de las
máquinas triviales. Explica, que ésta es la racionalidad que viene inspirándose en las
investigaciones e invenciones de la física cuántica y de la química prigoginiana; la que
incluye el constructivismo piagetano; la que se fundamenta en la biología y en la sociología
centradas en la auto-organización; la de la historia que interroga el pasado para
responderse respecto al presente y al futuro; la de la ciencia política que replantea
reorganizaciones globales de los sistemas estatales; la de las neurociencias que coordinan
sus trabajos con las ciencia de la cognición y las nuevas generaciones de máquinas
informáticas. Para él esta nueva racionalidad es compleja en relación con todas las
complejidades internas (del ser humano) y externas (de la sociedad, de la naturaleza). La
vieja racionalidad es simplificadora. La nueva racionalidad opta por la complementariedad
y la conjunción de los conocimientos disciplinarios, o sea: toma el camino de la
transdisciplinariedad.
Igualmente Vilar (ibid.), señala que un fenómeno complejo es el compuesto por una gran
variedad de elementos que mantienen entre sí una gran variedad de relaciones, con
interacciones lineales y no-lineales, sincrónicas y diacrónicas, la evolución de cuyo
conjunto es imprevisible, incluso cuando su auto-organización se orienta por acciones
teleológicas, finalistas (p. 18).
Igualmente señala Padrón (ob. cit.), que en este enfoque se tiene la convicción de que la vía
más apropiada para acceder al conocimiento es una especie de simbiosis entre el sujeto
investigador y su objeto de estudio, identificándose sujeto-objeto de forma tal que el objeto
pasa a ser una experiencia vivida, sentida y compartida por el investigador (de ahí el
calificativo de Vivencial). El conocimiento se produce en la medida en que el investigador
sea capaz de “poner entre paréntesis” todos aquellos factores pre-teóricos e instrumentales
que mediaticen la relación sujeto-objeto, de modo que pueda llegar a una captación de la
verdadera esencia del objeto, más allá y por encima de sus apariencias de fenómeno (de ahí
el calificativo de Fenomenológico y la expresión reducción fenomenológica).
No obstante (y dado que dicho paradigma también queda establecido por medio de la
separación entre naturaleza y cultura), al momento de intentar explicar los fenómenos
sociales, que no parecían seguir los mismos patrones que los fenómenos naturales, el
método hipotético-deductivo se enfrentó con algunos retos. Muchos de ellos fueron
resueltos a través del cálculo de probabilidades, es decir, a partir de prever
comportamientos futuros, cuidando que no intervinieran factores externos en el proceso, o
en otras palabras, evaluando esas probabilidades de manera objetiva, neutra e imparcial.
Tiempo después, este paradigma enfrentó nuevos retos, cuando a través de la teoría
relativista, la teoría del caos y las epistemologías feministas, entre otras teorías del
conocimiento, se puso en evidencia que la posición del investigador o investigadora no es
neutra, sino que es una posición situada en un cuerpo, una experiencia, una historia y un
contexto en concreto; lo que además, afecta inevitablemente la realidad que está
estudiando.
A partir de ahí han surgido métodos de investigación muy diversos y que permiten tomar
en cuenta el terrero de la experiencia como un elemento clave; además de válido y legítimo,
en la construcción del conocimiento.
Por otro lado, la metodología cualitativa ha ganado terreno en el área de las ciencias
sociales y en las orientaciones críticas porque permite elaborar comprensiones sobre una
realidad recuperando la experiencia de quienes están implicados e implicadas en esa
realidad, incluida la propia persona que investiga. A partir de esto, el concepto de
responsabilidad y ética en la investigación ha tomado una importancia fundamental.
Además, partiendo de ahí se configuró un modelo metodológico-inductivo, que no busca
explicar una realidad sino comprenderla; lo que implica que una acción o un fenómeno no
solo se describen, sino que al describirse se interpretan. Además, son interpretados por
una persona o un grupo de personas situadas en un contexto concreto, con lo que se
entiende que esta interpretación no está libre de juicios; es una interpretación elaborada
en correspondencia con las características de ese contexto.
Por otro lado, un “método” es un modo ordenado y sistemático que usamos para producir
algo; por lo que en el campo de la investigación, el “método” suele hacer una referencia
más específica a la técnica de investigación que se utiliza y a la forma en la que se utiliza.
El método entonces es lo que utilizamos para recabar una información que vamos a
analizar y que después nos permitirá ofrecer un conjunto de resultados, reflexiones,
conclusiones, propuestas, etc. Un ejemplo de método pueden ser las entrevistas o los
experimentos que se utilizan para recabar y agrupar un conjunto de datos, como pueden
ser cifras estadísticas, de textos, de documentos públicos.
De hecho, si nos vamos un poco más lejos, podemos ver que también está fundamentado
en el binomio cartesiano mente-cuerpo, que se ha traducido en las divisiones entre sujeto-
objeto y subjetividad-objetividad; donde es la objetividad lo que con frecuencia se
sobrevalora en el terreno científico: la razón sobre la experiencia, una razón que como
hemos dicho antes se presenta como neutra, pero que está establecida entre una
multiplicidad de normas, prácticas y relaciones.
Así que el término psicosocial hace referencia a la conexión entre los elementos psíquicos y
los factores sociales que configuran las identidades, las subjetividades, las relaciones, las
normas de interacción, etc. Es una perspectiva teórica y una postura metodológica que
intenta deshacer las falsas divisiones entre lo social y lo psíquico.
Es decir, que una perspectiva psicosocial que sea además crítica no solo buscaría
comprender o interpretar una realidad, sino localizar las relaciones de poder y de
dominación que configuran esa realidad para generar crisis y transformaciones.
Incorporar una perspectiva crítica que tiene que ver con reflexionar para promover la
acción emancipadora; hacer alianzas a partir de detectar las relaciones de poder que
sujetan y al mismo tiempo abren determinadas posibilidades de acción; hacer una crítica
explícita a las relaciones de dominio asumiendo que el acto de investigar afecta e impacta
el terreno concreto que se está estudiando.
Los métodos en investigación psicosocial han sido categorizados con diferentes nombres
para facilitar el uso, la rigurosidad y la confiabilidad. No obstante, al tomar en
consideración el cómo la persona que investiga afecta la realidad que investiga; y que los
métodos tampoco son neutros, pueden compartir entre sí algunos de los parámetros. Es
decir, que son métodos flexibles.
Algunos ejemplos de los métodos que han sido especialmente relevantes porque han
permitido poner en juego lo anteriormente descrito son el análisis del discurso, las derivas
móviles en la investigación, los métodos biográficos como las historias de vida, la
autoetnografía, la etnografía, y las ya clásicas entrevistas en profundidad.
Hay así mismo algunos métodos que son más participativos como la investigación acción
participativa y las técnicas narrativas, en donde se busca principalmente que el
conocimiento sea co-construido entre quien investiga y quienes participan, generando así
una relación horizontal durante el proceso de investigación y con ello, cuestionar la barrera
entre dos prácticas que han sido entendidas como separadas: la investigación y la
intervención.