Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                
100% encontró este documento útil (5 votos)
5K vistas53 páginas

Unexpected Claim

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1/ 53

.

.
Unexpected Claim
Contenido

Capítulo 1

Capitulo 2

Capítulo 3

Capítulo 4

Capítulo 5

Capítulo 6

Epílogo
Epílogo
Unexpected Claim

Ivy está tratando de romper su inocente burbuja, por lo


que decide que ir a un club de adultos con su mejor amiga, es
una manera de hacerlo. Ella está nerviosa y emocionada,
pero nada se podría comparar con la realidad a la que se
enfrenta.

Ella está totalmente bien viviendo su solitaria vida. Pero


su mejor amiga piensa que es hora de que dé un cambio. Ser
arrastrada a un club no era su idea de diversión, pero con tan
solo una mirada a un ángel y todo estaba hecho.

Advertencia: Este libro trata de adultos haciendo cosas de


adultos, ¡así que prepárate! Dos vírgenes entran a… ¿Puedes
adivinar como saldrán....? ¡Da clic para averiguarlo!
Capítulo uno

IVY

Me miro en el espejo mientras doy una pequeña vuelta.


Creo que se ve lindo. Me tranquilizo intentando no pensar en
lo loco que esto es, para empezar.
Tengo la sensación de que a Reba no le va a gustar mucho
mi atuendo. Sé que va a aparecerse luciendo como una gatita
sexual. Se viste como una zorra todos los días, pero tengo la
sensación de que esta noche realmente va a empujar los
límites. Es algo que me ha gustado de Reba desde que la
conocí hace un año, después de que me mude frente a ella.
Ella sacude mi mundo, y sé que lo he necesitado.
- “¡Abre, mi virgen por sacrificar!” Grita a través de la
puerta mientras la golpea.
Me pongo mis balerinas mientras salgo de mi habitación
para ir a saludarla. Por suerte somos las únicas que viven en
este piso. Hay otros cuatro pisos en nuestro edificio, sin
contar la librería sobre la que vivimos. Deslizo la cerradura y
abro la puerta.
-“Lo de virgen por sacrificar era una broma.” Sus ojos se
mueven sobre mí mientras se da la bienvenida a sí misma.
Miro hacia abajo a mi atuendo. - Es lindo, digo a la
defensiva. Ese es el problema. Ella me sonríe. Sabía que yo
iba a usar algo como esto.
Miro su atuendo y veo la gran diferencia entre nosotras.
Ella tiene un vestido rojo que parece que ha sido pintado
sobre su piel oscura. La parte superior es tan escotada que
apuesto que un pezón podría salirse en cualquier momento.
Ella está deslumbrante. Su cabello negro se encuentra en
rizos y su maquillaje es impecable. Reba tiene un cuerpo
hecho para el pecado. Ella es como una de esas muñecas pin-
up con curvas en los lugares correctos. Yo nunca podría
llenar un vestido como ese.
Soy pequeña por todos lados y se siente aún más al estar
al lado de ella en mi sencillo vestido blanco. El top abraza
mis pequeñas tetas y se ensancha en las caderas. Es uno de
mis vestidos favoritos, porque el material es ligero y perfecto
para un verano en Chicago. Pero este vestido podría
fácilmente ser usado para cualquier ocasión y no es nada
como lo que tiene puesto Reba.
-“¡Mira!” Me doy la vuelta para mostrarle mi espalda. Hay
una pequeña rendija que revela un poco de piel. No es
mucho, pero estoy tratando.
-“Tu cabello se ve bien.” Ella extiende su mano y toca uno
de mis mechones de cabellos rubios casi blancos. Amo mi
cabello. Es algo rizado y nunca tengo que poner mucho
esfuerzo. Es sencillo pero bonito.
-“Gracias”, digo y me vuelvo para agarrar mi bolso. -“No tan
rápido.” Me giro a mirarla. -“No llevarás balerinas.” Miro
hacia abajo a mis pies y luego a los de ella.
-“Voy a morir en algo así.” Ella tiene algo lo que parece ser
tacones de 10 o 12 centímetros. -“¿No tienes otra cosa?”-“Sí,
creo.” Camino de regreso a mi habitación y tomo un par de
tacones. Me siento en mi cama a envolver las correas
alrededor de mi tobillo hasta las pantorrillas antes de
abrocharlos.
Camino de vuelta a la sala y Reba se ríe. -“Esas son cuñas,
no tacones.” “Son adorables,” protesto y me doy la vuelta
para mostrarle. Son de color blanco con un lazo en la parte
posterior del talón.
“Tú eres la adorable, Ivy.” Ella llega a su pequeño bolso y
busca durante un minuto antes de sacar lápiz labial y
dármelo. “Esto va a combinar bien.” Es de un rosa suave con
un poco de brillo. Camino hacia el baño y me lo aplico.
“Mientras estás allí, deja el sostén,” la oigo decir.
Me debato por un momento, pero finalmente cedo,
quitándomelo y me miro en el espejo. Casi se pueden ver
mis pezones. Salgo y le digo, apuntando hacia ellos.
-“¿Y si me da frío?” -“O te excitas,” ella me interrumpe,
pero la ignoro. -“¡Se van a notar!” -“Lo sé.” Ella menea sus
perfectas cejas hacia mí. -“No puedo creer que esté haciendo
esto,” murmuro y finalmente recojo mi bolsa. -“Va a ser
divertido, Ivy. Es sólo una fiesta.” Ruedo los ojos, -“¡Es una
orgía!” La corrijo. -“Es un club de sexo. Sólo que hoy es
noche de orgía.” Se encoge de hombros. “Baby, no tienes
que hacer nada. Sólo tienes que divertirte, echar un vistazo
alrededor y salir de esa caja sin sexo en la que te has
metido.”
Ella da un paso más cerca de mí y agarra mi mano.
“Quiero que vayas allí y te sientas sexy y vivas. Quiero que
anheles tener sexo, porque no creo que lo hagas. Y eso es
una pena.”
Me muerdo el labio sabiendo que tiene razón. Realmente
no pienso en ello. Es una idea de último momento, y no me
veo allí.
“Lo haré,” digo, sintiendo un poco más de confianza.
“Bueno, no me refiero a tener sexo, solo significa que iré,
¿está bien?” Me corrijo, divagando.
“Vamos”, dice riendo de sus palabras y salimos. Cuando
llegamos a la calle siento mi emoción crecer, así como
algunos dudas alejarse. -“Podemos caminar”, me dice. No sé
cómo anda por la ciudad en tacones tan altos. -“¿El lugar
está cerca?” Pregunto, un poco sorprendida. ¿Qué tal que
alguien me reconoce? -“Sí. Es por eso que me mudé aquí.”
Caminamos unas seis cuadras y noto que los hombres se
vuelven a mirarnos. Siempre lo hacen cuando estoy con
Reba, pero esta vez noto sus ojos en mí, también. Se detiene
en la parte superior de unas escaleras. No puedo ver a dónde
conducen, pero hay un cartel en el que se lee, Sólo para
miembros. No hay nombre, o cualquier otro medio de
identificación para mostrar lo que es el lugar.
-“¿Estás lista?”, me pregunta, sonriéndome entusiasmo.
“Tanto como puedo estarlo.”
Caminamos por las escaleras y aprieta un botón. La puerta
está configurada como un viejo bar clandestino, por lo que
una mirilla deslizable es abierta, dejando al descubierto los
ojos de una mujer. Ella no dice nada, simplemente la cierra y
abre la puerta para nosotras.
-“Es un placer verte de nuevo, lady Reba”, dice la hermosa
mujer. -“Lo mismo digo, Lacy. ¿Recuerdas que dije que iba a
traer a alguien?” -“Por supuesto.” La alta pelirroja me mira.
-“Oh, Dios.” Sus ojos recorren mi cuerpo de arriba hacia
abajo. “Ellos van a disfrutarla.”
La puerta es cerrada y bloqueada detrás de mí, y Reba
toma mi mano y me lleva por el pequeño pasillo. Una vez
que llegamos al final, la habitación se abre y hay un bar en
frente de nosotras. Me arriesgo a dar una mirada alrededor
de la habitación y luego siento mis mejillas arder. Unos diez
hombres tienen sus ojos en mí y se ven hambrientos.
Capítulo dos

SHEPHARD

“Yo no se nada sobre esto.” Digo mientras el camarero me


da mi segunda cerveza. Hay un límite de tres bebidas en este
lugar y sé que voy a necesitar mucho más que eso para pasar
la noche.
“Tienes que relajarte,” dice Marc mientras me da unas
palmadas en la espalda. “Se supone que esto debe ser
divertido.”
Puedo sentir la tensión bajando por mi espalda y nudos
formándose en mis hombros. ¿Se supone que un club de
sexo te haga sentirte así de estresado? No tengo idea.
-“Vamos, Shep, relájate.” Marc toma su whisky del bar y
sorbe lentamente. Tal vez debería haber pedido licor fuerte,
pero quería mantener mi conciencia. -“Te lo dije, he estado
viniendo aquí durante años, es totalmente seguro. Sólo
permiten a los miembros de alto nivel llevar a alguien con
ellos, e incluso entonces es en raras ocasiones que en
realidad lo hacemos. No tienes que hacer nada que no
quieras.”
Él mira hacia otro lado cuando lo dice, y sé que es porque
está tratando de no hacerme sentir mal, eso me hace agarrar
la botella en mi mano con más fuerza y rechinar los dientes.

Marc y yo hemos sido amigos desde que estábamos en la


secundaria. En aquel entonces yo tenía escoliosis y tenía que
usar un corsé ortopédico. Pueden imaginarse cómo era
tratado un chico que llevaba una cosa de esas, fue un tiempo
de mierda en mi vida. Afortunadamente, sin embargo, Marc
no era como todos los demás y él me tomó bajo su ala. Él era
uno de los chicos más populares en ese entonces, jugando
todos los deportes que podía y consiguiendo toda la atención
de las chicas. Incluso tenía el cabello como Zack Morris para
complementar su ego, pero nunca fue un idiota con respecto
a esto. Era uno de los chicos buenos.
Para cuando estábamos en nuestro último año de la
secundaria, yo ya no tenía que usar el corsé ortopédico, pero
el daño estaba hecho en la mayoría de los ojos. Ellos sólo
podían verme como el chico discapacitado y eso resultaba el
doble con las chicas. Marc siempre estaba tratando de
conseguirme citas, pero nunca quise citas por lástima. Crecí
mucho durante la universidad e incluso fui capaz de jugar en
algunos equipos internos de fútbol. A través del trabajo duro
y de ser una flor tardía, crecí incluso más que Marc. Pero
para cuando nos graduamos, yo todavía no había besado a
una chica.
En su defensa, él nunca me molestó al respecto, pero los
dos sabemos por qué me ha trajo aquí esta noche. Quiere que
eche un polvo.
No es como si no tuviera el mismo objetivo, pero no hay
una larga cola de mujeres afuera esperando por mi firma.
Soy el mejor en el negocio de lo que hago, pero casi todo mi
trabajo se hace desde casa. Si Marc no me arrastrara para
juegos y noche de póquer, estaría sentado en mi ático viendo
la ciudad. Es un buen amigo, y aunque me quejo al respecto,
aprecio que trate de ayudarme.
-“No sé, hombre. Tal vez otra noche,” digo, pensando que tal
vez me de las llaves de su coche y yo pueda salir de aquí. Se
vuelve y me mira, dejando su copa en el bar. “Te voy a
proponer un trato.” Levanto la ceja pensando que esto
probablemente no va a ser lo que busco. “Quédate una hora.
Eso es todo lo que pido.”
Miro alrededor de la barra y veo a algunas personas
tomando y hablando en voz baja. Hay parejas con anillos de
matrimonio, solteros mezclados en el medio, y grupos de
cuatro y cinco sentados en mesas cerca de nosotros. Todo
está en calma, y si no supiera que esto es una orgía me
gustaría pensar que sólo es una fiesta normal. Por supuesto,
algunas de las mujeres se visten con ropa de discotecas, pero
nada loco. No sé lo que esperaba. Tal vez strap-ons y drag
queens, pero eso no parece encajar con lo que está delante de
mí.
-“¿Una hora?” Confirmo, y Marc asiente. -“Está bien,”
concuerdo, y él choca su vaso contra mi botella.
Justo mientras tomo un trajo, un timbre suave interrumpe
la música en los altavoces, y un conjunto de puertas dobles
se abren. Dos mujeres idénticas en vestidos verdes igual se
abren paso. Están tomadas de la mano y sonríen mientras
ven hacia la multitud.
- strap-ons(penes postizos afirmados con un cinturon)
- drag queens (hombres vestidos de mujer de una forma
exagerada).
-“Buenas noches,” dice una de los gemelas y le guiña a su
hermana. “Bienvenidos al calabozo. El área de juegos está
abierto.” -“Sólo recuerda,” la otra gemela dice, “se aplican
las reglas de la casa en el espacio abierto, y todo vale en las
habitaciones privadas.”
“Disfruten”, dicen al unísono, y la multitud comienza a
moverse a nuestro alrededor. “¿Cuáles son las reglas de la
casa?” De repente no me siento preparado para esto. “Es
justo lo que repasamos en el coche,” Marc responde. Nos
quedamos en la barra mientras parte de la multitud se mueve
a través de las puertas dobles. “En el espacio abierto , se nos
permite ver hasta que seas invitado a participar. Varias
personas se unen, los condones son necesarios, y hay
ayudantes cerca por si hay algún problema.”
“¿Suele haber problemas?”, pregunto, sintiéndome un poco
sudoroso. No soy completamente inocente. He visto
pornografía, me masturbo, pero esto está más allá de lo que
hubiera imaginando que sería mi primera vez.
“Una vez la pierna de alguien se atoró−” Se ríe y luego
mueve la cabeza. “Sólo estoy jodiendo. No, nunca ha habido
problemas. Cada vez que alguien quiere ser más privado, hay
habitaciones por el pasillo trasero. Relájate, Shep.”
Dejé escapar un suspiro y asiento. Una hora. Entonces podre
salir de aquí y despejar mi cabeza. Dejamos nuestras bebidas
y Marc se aleja de la barra. Lo sigo por las puertas dobles,
tratando de controlar mis latidos. Al medir 1.95 cm, tengo
que agacharme un poco bajo el marco, pero una vez que lo
atravieso, la habitación es enorme. No es nada como espero,
pero nada de esto lo ha sido.
En el centro de la habitación hay dos escalones que
conducen a lo que sólo puede ser descrito como una cama
gigantesca. Hay cortinas a su alrededor y tela transparente
que tapan a algunas de las personas que ya están subiendo.
Pensé que sería sólo una pila de cuerpos desnudos, pero se
ve como algo fuera de un baño griego. Hay tumbonas
alrededor de la habitación con bandejas de fruta y agua.
Algunas parejas están acostadas en ellos y sólo besándose,
mientras que otros están desnudándose.
“Tengo una reunión con las gemelas, pero estoy cerca si
necesitas algo. Recuerda− “Relajarme. Lo tengo,” digo, no
queriendo que Marc sea mi niñera.
Veo a las mujeres de verde sonreírle a Marc y envolver sus
brazos alrededor de él. Besa a cada una de ellas antes de que
tomar una tumbona en el otro lado de la habitación.
Veo a un espacio vacío cerca y camino hacia él, apoyándome
contra la pared. No sé hacia dónde mirar, pero parece que
eso es lo que tengo que hacer. A algunas personas claramente
estan aqui porque les gusta ser observados, mientras que
algunos están aquí solo para mirar.
Tomo aire y trate de calmar mis nervios. Esta es mi primera
orgía, así que voy a tomar las cosas con calma.
Hay tres hombres y una mujer en el centro de la habitación,
y ella parece estar divirtiéndose por la manera que suena.
Una pareja cerca de mí sonríe y levanta sus vasos de agua,
pero niego con la cabeza. Gracias a Dios que Marc me había
explicado el gesto antes. Si alguien quiere que te unas, esa es
la señal, y no pasa nada si dices que no quieres.
No puedo soportar este tipo de planteamientos. ¿Por qué no
puedo simplemente encontrar una mujer agradable para
pedirle una cita y luego tener relaciones sexuales como una
persona normal?
Mirando alrededor, veo Marc totalmente comprometido con
las gemelas al otro lado de la habitación. Renunciando a esta
ridícula idea, me alejo de la pared. Voy a encontrar mi propio
camino a casa. Esto no es para mí.
Mientras me vuelvo hacia las puertas dobles, la mujer más
hermosa en la que he puesto los ojos entra. Ella es tan
pequeña que probablemente sólo me llega hasta el estómago.
Pero la visión de su fino vestido blanco y sus duros pezones
rosados duros tiene a mi polla palpitando. Ella está
sonriéndole a una mujer a su lado mientras ella se adentra
más en la habitación y mira a su alrededor.
No sabía cómo se sentiría cuando finalmente estuviera listo
para tomar a una mujer debajo de mí, pero la visión de ella
tiene a todos mis instintos primarios gritándome montar y
reproducir. Las hormonas masculinas están asumiendo el
control, y de repente mi razón de estar aquí es perfectamente
clara.
Ella. Estoy aquí por ella.
Capítulo tres
IVY

Estoy congelada, sintiéndome un poco incómoda. No


estoy acostumbrada a tanta atención masculina. Me hace
sentir sexy, pero en peligro al mismo tiempo. Algo dentro de
mí me dice que no soy lo que ellos miran, no deberia, ni
siquiera debería verlos. De repente me siento muy protectora
de mí misma y no sé por qué.
“Retiro lo dicho,” Reba dice a mi lado. “Tu atuendo es
perfecto. Tienes a todo el lugar salivando.” Oigo la sonrisa
en su voz. Ella es más emocionada por esto que yo. “Vamos,
vamos a conseguirte una bebida para calmar tus nervios.”
Ella agarra mi mano, tirando de mí hacia la barra.
Miro hacia el otro lado de la habitación y la gente sigue
mirándome, todavía puedo sentir sus ojos. No estoy segura
de que me guste mucho. Sus aspecto puede ser caliente y
necesitado, pero se sienten frío al mismo tiempo.
-“Cosmo”, Reba le dice al bartender apuntando hacia mí.
“Tú sabes lo que quiero.” Ella le guiña el ojo al hombre
detras de la barra. Él le da una sonrisa y nos da nuestras
bebidas.
-“¿Tal vez sólo debería tomar una copa de vino?” No suelo
beber licor fuerte. No desde mi primer partido de la
universidad. Fue la primera y única vez. Después de esa
noche tuve una resaca de dos días siempre me quedo con el
vino, normalmente dos vasos a lo mucho, pero estoy lista
para seguir.
“Necesitas esto.” Ella lo empuja hacia mí y me muerdo el
labio. “Además, una bebida no va a emborracharte.
Simplemente te ayudará a relajarte un poco. Hacer que la
tensión salga de tu cuerpo.”
“¿Nos presentas?” Le dice el bartender a Reba. Él tiene una
sonrisa en su cara y puedo ver un hoyuelo en una de sus
mejillas. Se ve dulce con el pelo rubio y ojos azules. “A ella
no le gusta el dolor, así que aléjate.”
Mis ojos se abren. La sonrisa que tenia se desvanece, y veo
un brillo en sus ojos. Hay un rastro de lo que dijo Reba.
¿Cómo lo llaman? Tengo que pensar por un momento.
Sádico. La palabra envía un escalofrío por mi espalda.
Rompo el contacto visual con el bartender y tomo un sorbo
de mi alcohol, por lo que Reba y el bartender se ríen.
“No muerdo.” Hace una pausa por un segundo. “A menos
que quieras que lo haga.”
Niego con la cabeza. No, definitivamente no quiero ser
mordida por él. Me he dado cuenta de que mi mente no lo
descarta por completo, sólo con él. La idea de un hombre
dejando una marca en mi piel tiene un atractivo, pero se
siente como si debiera ser hecho por alguien a quien le
pertenezcas. Un hombre dejando una marca es algún tipo de
reclamación, no un revolcón de una noche. De alguna
manera es más personal.
“Déjala sola. No queremos asustarla en su primera noche,”
Reba le dice. Él levanta las manos, la sonrisa fácil vuelve a
sus labios. Me relajo y miro por encima de mi hombro.
Algunas personas siguen mirándome, pero la mayoría están
pasando el tiempo y hablando. Si yo no supiera mejor
pensaría que estamos en un bar exclusivo.
“No es lo que pensé que sería,” digo, más a mí misma. Pensé
que habría gente desnuda por todas partes. Mujeres en sus
rodillas dando mamadas o extendidas sobre las sillas
recibiéndolo desde atrás.
Reba sigue mi línea de visión. “Es temprano”, suspira.
“Además, el evento principal está por ahí.” Ella apunta a dos
puertas dobles que están cerradas. “A veces puede ponerse
un poco salvaje aquí más tarde. Más aún cuando la gente
comienza a salir de la sala principal.”
Me centro en las puertas a las que apuntó, esperando que
alguien salga o entre. “No te preocupes, voy a llevarte allí en
un segundo. Cuando termines tu bebida”, añade Reba.
Ella malinterpreta mi concentración en las puertas. No es que
esté emocionada por atravesarlas, simplemente quiero ver
quién está entrando y saliendo. Quiero tener una idea de lo
que está pasando.
Quito mis ojos de ahí y me vuelvo a Reba, que me está
mirando. Coge la copa que supongo que contiene whisky y
toma un trago. Yo hago lo mismo y tomo otro trago.
Empiezo a sentirme rque me relajo un poco mientras el
alcohol me calienta.
“Nada de qué preocuparse”, dice Reba fácilmente.
Sí, tal vez para ella, pero todavía siento gente mirándome.
Me hace sentir desnuda. Decido ir por ello y terminar mi
bebida de un solo trago. “Alguien tiene prisa”, se ríe.
No lo sé. Puedo sentir la bebida calmar mis nervios, pero
como que quiero seguir adelante con esto. Quiero tirar de la
bandita y ver lo que hay detrás de esas puertas. No quiero
atrasarlo y pensar en ello más de lo necesario.
Ella acaba su bebida y se para. “Nos vemos más tarde.” Ella
le guiña el ojo al camarero. “Sólo si tengo suerte”, dice,
guiñando de vuelta.
Me deslizo del taburete. Reba me toma de la mano y
comienza a caminar hacia las puertas dobles. Siento mi
corazón latir mientras pasamos a través de ellos. Las puertas
se abren y cierran suavemente detrás de nosotros. Antes de
que pueda ver cualquier cosa, mis ojos van directamente a un
hombre que está apoyado contra la pared en el lado opuesto
de la habitación. ¿Cómo podrían no hacerlo? Es difícil
pasarlo por alto.
Él podría ser el hombre más grande que he visto en mi vida.
Él tiene que ser más de un pie más alto que yo. Tiene el
cuerpo de un camión y me pregunto si es algún tipo de
guardaespaldas o de seguridad. Está tan cerca de lo que
podría ser una puerta de salida. Está usando un traje, pero
todo en este lugar es agradable, así que puedo visualizar a los
de seguridad usando trajes.
Los sonidos de la sala se desvanecen y todo queda en
silencio en mi cabeza mientras sus oscuros ojos verdes se
posan sobre los míos. Sin embargo, no puedo leer su cara, las
duras líneas no muestran ningún rastro de emoción. Estoy
atrapada en su mirada y no puedo alejar mis ojos.
Mis pies están clavados en el suelo, pero la atracción que
siento hacia él es diferente a todo lo que he sentido.
“Lo llamaría carne fresca, pero no se ve como una presa,”
Reba dice en voz alta. Parpadeo y la conexión que tenía con
el extraño se rompe. “¿Hmm?” Pregunto, lo que significa
que no sé a qué se refiere. “Debe estar aquí con alguien.
Nunca lo he visto antes.”
Una roca dura se asienta mi estómago ante las palabras de
Reba. Me pregunto quién es la afortunada porque él es... Ni
siquiera puedo encontrar las palabras. Hermoso no es la
correcta, ¿tal vez poderoso? Dios, parece irreal. Sea lo que
sea, me hizo sentir algo que nunca he sentido en mi vida. Él
es diferente.
“Vamos.” Ella aleja mi atención lejos del hombre que acaba
de aplastar algo dentro de mí.
De repente, realmente quiero irme. No porque esté nerviosa
por esta noche, sino porque por alguna razón que sé que
dolerá si lo veo con quien quiera que haya venido. No quiero
ver que nadie lo toque. Me siento posesiva y abrumada por
las emociones. ¿Qué está mal conmigo?
Reba me lleva hacia dos sillas que se expanden a lo largo de
la pared. Me siento, poniendo las manos en mi regazo. Mis
ojos se quedan mirando hacia abajo. No tengo el valor para
mirar a mi alrededor todavía. Mi mente todavía está en el
hombre por la puerta.
“Él te está mirando,” Reba dice en mi oído. Se necesita todo
en mí para no mirar hacia él. En su lugar, me centro en Reba.
“¿En serio?” Siento mis mejillas calentarse. “Retiro lo
dicho”, dice, y sólo por un segundo mi corazón se hunde. “Él
no está mirándote. Te está follando con sus ojos. Jesús.
Parece que está disfrutando de eso. Maldición, eso es
caliente. No sabía que una mirada pudiera ser así de intensa.”
Mi corazón late de nuevo, acelerándose en mi pecho. Tomo
una respiración profunda, tratando de ponerme a mí misma
bajo control. Finalmente los sonidos de la habitación
empiezan a llenar mis oídos. Gemidos y jadeos llenan el aire
y mi cuerpo está poniéndose caliente con todo.
Echo un vistazo sobre el hombro de Reba y veo a dos
mujeres desnudas encima de un hombre. Está vestido, pero
ellas están completamente desnudas. Ellas se están besando
y frotando sobre él. Él tiene sus manos detrás de su cabeza,
disfrutando de lo que están haciendo con él.
Pienso en tener que mirar el hombre que vi cuando entré
haciendo eso. “Tal vez debería irme”, murmuro, poniéndome
de pie.“Ni siquiera has mirado alrededor”, se queja Reba.
Pánico e indecisión aumentan dentro de mí. Echo un vistazo
alrededor, pero mi visión está bloqueada por un amplio
pecho que está cubierto con un traje muy bonito.
“Los ojos en mí.” Su timbre bajo corre a través de mi piel y
causa un escalofrío caliente justo entre mis piernas. "Sólo yo.
No mires a otros hombres.” “Mierda,” escucho a Reba
jadear. Grandes manos sujetan mi cara, haciendo que mis
ojos se fijen en él.
“Si viniste para jugar esta noche, voy a ser el único con el
que vas a jugar,” dice el hombre, reclamándome. “Soy
Shephard. Ahora dime tu nombre.”
“Ivy”, susurro, orgullosa de mí misma por ser capaz de
recordarlo.
“Por supuesto que sí”, dice, rozando su pulgar a lo largo de
mi mandíbula. “Y al igual que la vid, me vas a cubrir hasta
que no quede nada. ¿No es así?”
“Sí”, respondo, apenas audible por encima
del ruido de la habitación. No sé lo que
estoy acordando, pero le gusta lo que oye.
“Buena niña.”
- VID: Planta vivaz, enredadera cuyo
fruto es la uva.
Capítulo cuatro

SHEPHARD

Miro de vuelta a su amiga, que se pone de pie y camina


detrás de Ivy.
“¿Por qué no llegan a conocerse justo aquí? Creo que veo a
un compañero de juegos con el que necesito hablar,” dice, y
Ivy asiente con la cabeza, sin apartar los ojos de mí. “Voy a
estar cerca por si necesitas algo. Ustedes diviértanse.” Ella
me guiña el ojo antes de acercarse a otra mesa, donde un
hombre mayor se ve que ha estado esperándola.
No sé lo que me poseyó a venir aquí y tocarla así, pero no
tenía otra opción. Todo en mí exigía que actuara y no podía
negar mi atracción hacia ella.
“Siéntate conmigo”, le digo, atrayéndola hacia el sofá de dos
plazas de gran tamaño.
Me siento en medio a propósito para que tenga que sentarse
en mi regazo. Este es un club de sexo después de todo. No
tiene sentido actuar como si no supiera lo que quiero.
Estirándome, tomo su mano y ella viene a mí fácilmente.
Ella se sienta en mis rodillas y la tiro hacia mí. Sus ojos
están puestos en mí todo el tiempo, y aunque quiero follarla
como nunca he querido nada antes, también quiero quedarme
con ella.
Sus pezones de color rosa oscuro están duros a través de la
tela blanca y delgada del vestido. Paso la parte posterior de
mis nudillos sobre un pequeño pico y su aliento se atora en
su garganta. Los sonidos de sexo están a nuestro alrededor y
puedo sentir mis latidos entre mis piernas. Su muslo se
presiona contra mi polla dura y me froto contra ella un poco,
tratando de encontrar alivio.
“¿Has hecho esto antes?” Sus ojos se pasean por mi pecho y
la mano que está descansando entre sus piernas.
“No”, le respondo con clara honestidad. “Nunca he besado a
una mujer.” Ella entrecierra los ojos como si pensara que
estoy mintiendo.
“Es verdad. Mi amigo Marc me ha traído. Ha estado tratando
de conseguirme una follada desde la universidad.” Cuando
todavía se ve escéptica le devuelvo la pregunta. “¿Has hecho
esto antes? ¿Llegar a un club de sexo e hipnotizar a
alguien?”
Ella deja escapar una risa y luego encoge un hombro. “No.
Nunca he hecho nada como esto.Soy, um, virgen, también.”
Ella se ve nerviosa de admitirlo, pero no estoy seguro de por
qué.
No tengo experiencia con las mujeres, pero tengo un montón
de experiencia con ser virgen y no me parece embarazoso.
Nunca había conocido a la mujer adecuada y no quería que
fuera por lástima cuando una o dos se ofrecieron.
“¿Por qué es tan difícil de creer que soy igual que tú?”
Pregunto, mientras muevo la mano en su culo para tocar una
de sus cachetes. “Creo que si estás aquí por algo, puedo
encontrar la manera de dártelo.”
Se muerde el labio mientras deslizo la mano entre sus
piernas y debajo de su vestido. Pongo la punta de mis dedos
contra el algodón húmedo cubriendo su coño y lamo mis
labios. Dios, cómo quiero saborearla. Quiero que el coño de
esta reina sea el primero en mis labios.
“Sepáralos,” digo, y ella hace lo que le pido. Trazo del borde
de sus bragas y las empujo a un lado, dándome acceso a su
caliente coño mojado. “¿Estás aquí para mirar, o está aquí
para perder esa pequeña cereza?”
Su respiración se corta mientras deslizo dos dedos a través
de su humedad.
“Yo no... No estoy segura. Yo....” Sus palabras se detienen
cuando encuentro ese punto suave dentro de ella.
He leído todo lo que he podido sobre cómo complacer a una
mujer y sé el segundo exacto en el que le he dado a su punto
G. La froto allí lentamente mientras muevo mis labios a los
de ella.
“¿Los escuchas?” digo. Los sonidos de la gente cogiendo
están a nuestro alrededor. Caricias húmedas y carne
golpeando llenan la sala. Los hombres y las mujeres
alcanzando la cima gruñendo, la tienen apretando su coño
en mis dedos. “Este lugar está destinado a conseguir que te
excites. Pero creo que preferirías que te lo hiciera.”
Mis labios están apenas a una pulgada de los de ella y ahora
está respirando pesado mientras toco su lugar especial.
“Sí”, dice ella, su brazo subiendo para agarrar mi hombro.
Por un segundo pienso que va a empujar mi mano, pero ella
sólo me tira más cerca. “Sólo tú, sin embargo.”
Cierro los ojos mientras el poder de sus palabras me golpea.
Sólo yo.
No puedo aguantar más y cierro la distancia entre nuestros
labios. Ella tiene un sabor a caramelo, del tipo amargo. Es
tarta y hace agua mi boca. Cuando su lengua sale a tocar la
mía y ella gime, me lo trago. Nunca imaginé que mi primer
beso sería así, pero es mejor que cualquier fantasía que
podría haber inventado. Ni en mis sueños más salvajes
hubiera podido evocar tal perfección, e incluso entonces no
habría previsto su coño chorreando en mi mano mientras lo
hacía.
Paso suavemente el pulgar sobre su clítoris, y cuando su
cuerpo se sacude, gruño. Lo hago una y otra vez, sintiéndola
retorcerse en mis brazos cuando se acerca su orgasmo.
“Me voy a correr encima,” le digo mientras trabajo mi mano
entre sus piernas. ¿Por qué no admitirle lo bien que se siente
y lo salvaje que me esta volviendo. “Tu coño me está
volviendo loco y ni siquiera lo he probado todavía.”
Sus ojos de color azul oscuro encuentran los míos y ella
quita su mano de mi hombro para deslizarla por mi brazo.
Sus dedos rozan los que tengo dentro de ella, y los llena de
su humedad. Miro con el aliento contenido mientras los lleva
hasta mi boca y los pasa a través de mis labios.
Corro mi lengua por sus dedos antes de que tenga la
oportunidad de quitarlos. Meto uno en mi boca y el sabor de
su coño me tiene explotando. Me corro con un gruñido
ahogado mientras su cuerpo hace lo mismo. Ella comienza a
gritar, pero beso sus labios, porque no quiero que nadie
escuche lo que he hecho con ella. El regalo que su cuerpo ha
recibido con entusiasmo.
A medida que su cuerpo se relaja y su respiración se asienta,
reduzco la velocidad de mis dedos, pero no los saco. No
quiero dejar a su cuerpo, sin embargo, se siente como el
cielo.
“Wow”, dice con una pequeña risa y una sonrisa. Apoyo mi
frente contra la de ella y trato de conseguir mi cuerpo bajo
control. “Estás temblando”, murmura mientras envuelve sus
brazos alrededor de mí.
“Te necesito”, le digo, y dejo un suave beso en sus labios.
“No sé de qué otra manera explicarlo. Es como si acabara de
inyectarme una droga y fuera adicto al instante.” “¿Quieres
hacerlo de nuevo?”, Pregunta, moviendo las caderas en mis
dedos. “Sí. Pero quiero más. Quiero chupar tus pezones
cuando lo haga esta vez.” Lamo mis labios y miro hacia
abajo.
Ivy mira alrededor de la habitación y luego a mí. Ella está de
espaldas a la multitud y tira hacia abajo la V de su vestido,
dejando al descubierto un pecho. “Joder,” exhalo, y me
inclino a succionarlo.
Su cuerpo se tensa tan pronto como mi boca se pone en
contacto, y sus dedos van a mi pelo. Se enredan y aferran
mientras encuentro de nuevo el punto dulce entre sus piernas
con dedos hábiles. Su cuerpo ya está tan en sintonía con mi
tacto y el mío está tenso.
“Voy a correrme en mí mismo otra vez,” digo contra su
pecho mientras muerdo el tejido blando alrededor de él.
“Dios, ¿por qué eso me pone tan caliente?”, Pregunta
mientras trabaja sus caderas contra mis dedos para excitarse
de nuevo.
“Debido a que tienes todo el poder, mi reina. Me estás
haciendo perder el control, y se siente bien.” “Más,” ella
gime mientras el orgasmo se acerca. Chupo su pezón fuerte
esta vez y siento su cuerpo sacudirse mientras el orgasmo le
pega. Es todo lo que puedo hacer para mantener el ritmo
constante mientras me vengo en mis calzoncillos una vez
más, y siento la crema tibia de su coño llenar mis dedos.
“Joder,” murmuro, apoyando la cara contra su pecho
expuesto. “Todavía quiero más.” A pesar de que mi
pene palpita lo último de mi liberación, sé que no es
suficiente.
La miro a los ojos y puedo ver el deseo que arde en ellos,
también. Los sonidos continuos de sexo nos rodean, y es
como si el universo estuviera gritando que participemos, que
hagamos lo que nuestros cuerpos nos demandan y nos
acoplemos como animales.
“Te quiero, también,” dice mientras mueve su mano por mi
pecho y hacia mi pene. Hay una mancha de humedad oscura
allí, y ella se detiene a frotar sus dedos sobre ella antes de
llevarlos a su boca para probar.
Cuando gime, me pongo rígido y agarro su muñeca. “Estás
jugando con fuego, Ivy.”
“¿Qué pasa si quiero chuparte?”, Dice en voz baja, con las
mejillas ardiendo de nervios y emoción. “Aquí mismo.” Mis
dedos se deslizan de su coño mientras ella cae de rodillas
frente a mí.
Capítulo Cinco
IVY

Sé que estoy de rodillas, pero nunca me he sentido más


poderosa. Lo miro a los ojos y veo el hambre que tiene por
mí. Su cuerpo está tenso mientras se agarra a los
reposabrazos de la silla. Sus nudillos están blancos y él es
como un animal enjaulado tratando de controlarse.
Alcanzo la hebilla y lentamente desabrocho. Mi cuerpo se
siente como si estuviera ardiendo y quiero volver a su
regazo. Pero quiero más mi boca sobre él. Necesito probarlo
y hacerlo mio.
Un pequeño tirón y su pene queda libre. Semen cubre toda la
cabeza y yo fui la que le hice eso a él. Mi coño se aprieta
mientras me pregunto cómo se sentiría en mi interior. Le
hice venirse en sus pantalones sin hacer nada. Me hace sentir
sexy y deseada. Algo a lo que no estoy acostumbrada.
Inclinándome hacia adelante lamo la cabeza de su pene. La
punta salada llena mi boca y gimo alrededor de la cabeza de
su pene mientras lo chupo. No tengo idea de lo que estoy
haciendo, pero sólo hago lo que se siente natural. Necesito
complacerlo como él lo hizo conmigo. Brinca dentro de mi
boca y siento una pequeña cantidad de semen tocar mi
lengua. Lo trago, queriendo todo lo que me da.
“Detente”, le oigo gruñir. Me empuja hacia atrás y lo miro.
Su cara está llena de ira. “No puedo hacer esto”, dice.
Vergüenza me golpea y mis mejillas se calientan. Me hago
hacia atrás, no sabiendo lo que acaba de ocurrir. Me pongo
de pie y me alejo de él mientras las lágrimas llenan mis ojos.
Tomo unos pasos hacia atrás, pero no pasa mucho antes de
que sea clavada a la pared.
“Lo siento,” gruñe en mi oído. “Tu culo estaba en el aire y la
gente estaba mirando. No me gustó”, admite. “Eso es sólo
para mis ojos. No quiero que nadie más te vea así.”
Miro hacia arriba. Sus manos a ambos lados de mi cabeza
contra la pared y su ancho pecho está bloqueando la
habitación de mi vista. No me di cuenta de lo grande que era
hasta este momento.
“¿No quieres que vean debajo de mi vestido?” Paso mis
manos por sus hombros, disfrutando de la sensación dura de
él. “No”, dice mientras se inclina más hacia mi toque. Me
gusta que está celoso. Me enciende.
“¿Qué pasa si ellos no pueden ver?” Pregunto mientras
deslizo mi espalda contra la pared. Él no se mueve, sólo deja
sus manos en la pared.
Tiro de sus pantalones cuando mis rodillas llegan al suelo.
Su pene se desliza libre y me pego a él. Todo su cuerpo se
tensa por un momento antes de que se le corte el aliento y
gima de placer. Me hace chuparlo más duro, con ganas de
escuchar más de esos sonidos.

Tomo tanto como puedo, entonces él comienza a moverse.


Se folla mi boca mientras me fija a la pared. Está tomando lo
que quiere, y Dios me ayude, me enciende. Lamo alrededor
de su pene, amando del control que me ha quitado. Es
erótico, y me encuentro deslizando mi mano entre mis
piernas.
“No”, dice. “Quiero ser el que lo haga.” Su orden debería
enojarme, pero sólo me excita aún más. ¿Qué me está
haciendo? Ha abierto algo muy dentro de mí que no sabía
que existía, y ahora lo quiero aún más.
Sus embestidas se vuelven inestables a medida que su
necesidad crece. Abro la boca y relajo mi garganta y él me
usa para lo que quiere. Esto debe sentirse sucio y
vergonzoso, pero es demasiado caliente para dejar que
apantalle esto. Puedo sentir su enorme verga con su eje duro
y largo, cada vez más grande. La piel suave se desliza a
través de mis labios brillantes y su control apenas contenido
está desapareciendo. Siento su orgasmo acercarse incluso
antes de que me advierta. En lugar de alejarse, sin embargo,
envuelvo mis manos alrededor de su culo y lo sostengo allí
para que no pueda moverse. Su dulzura salada llena mi boca
mientras se masturba frente a mí, y lo chupo, queriendo cada
gota de él dentro de mí.
“Mierda,” oigo a alguien decir, haciendo que me tense.
El pene de Shephard se desliza libre de mis labios y me
levanta. Él me empuja detrás de él y tengo que morderme los
labios para no sonreír. No es como si fuéramos a tener
problemas.

“No la mires”, ordena, su voz aún más profunda que antes.


Veo a su alrededor para ver el hombre que estaba en ello con
los gemelas de antes. Sus manos se levantan. Claramente no
quiere pelear.
“Sólo estoy sorprendido, es todo”, dice. Sus ojos se posan
sobre los míos y sonríe. “He dicho que no la mires, Marc,”
Shephard dice, lo que hace al hombre sonreír aún más.
Envuelvo mis brazos alrededor de él y siento parte de la
tensión salir de su cuerpo. “Lo siento”, dice Shephard,
sonando un poco reprendido. “Ella es mía y me hace
sentir...” Deja de hablar. “Te dejaré,” dice Marc, y me guiña
antes de volverse para irse.
Shephard me mira. Sus ojos son suaves y me estiro hasta
tocar su mejilla. “¿Estás bien?” Él asiente y envuelvo mis
brazos alrededor de su cuello. -“¿Realmente eres virgen? No
pareces ser uno”, admito. La forma en que me clavó contra
la pared hacía parecer como si supiera lo que estaba
haciendo.
“Nunca te mentiría”, dice mientras acaricia mis labios
suavemente con un dedo. “Ni siquiera me conoces,”
contrarresto. “Voy a conocer cada parte de ti antes de que
termine la noche”, dice con confianza. Lamo mis labios, mi
lengua captura de su dedo.
“No quiero perder mi virginidad aquí”, le digo. Mis mejillas
se calientan mientras admito que quiero perderla con él, pero
no en este lugar. “Nunca dejaría que eso ocurra.” Él se
inclina y me besa. Sus manos van a mi culo mientras me
levanta y envuelvo mis piernas alrededor de su cintura lo
mejor que puedo. Pero es tan grande que no puedo conseguir
que se toquen.
“¿Qué estamos haciendo?” Digo contra su boca. Las
sensaciones que estoy teniendo son abrumadoras y extrañas
para mí. No sé cómo manejarlas, pero tampoco quiero que se
detengan.
“Voy a pasar la noche haciendo que te enamores para que
nunca me dejes.” Mi corazón da un vuelco ante sus palabras,
y creo que ya podría estar allí.
Capítulo Seis

SHEPHARD

Agarro a Ivy de la mano y la conduzco fuera de las puertas


dobles. “Espera. Tengo que decirle a mi amiga que me voy “,
dice, mirando por encima de su hombro.
Por suerte , la mujer que venía con ella y Marc están en el
bar tomando una copa. Sostengo a Ivy cerca de mí mientras
caminamos hacia ellos.
“Um, creo que me voy”, le dice Ivy a su amiga mientras se
sonroja de pies a cabeza. “¿Este tipo está bien?” Su amiga le
pregunta a Marc, luego me vuelve a mirar.
“El mejor”, Marc responde, y yo asiento hacia él. No sé por
qué me alteré con el antes. Bueno, en realidad sí sé, pero
ahora que el calor del momento ha pasado todo lo que puedo
pensar es en sacar a Ivy de aquí y volver a mi casa.
“Espero un texto en la mañana para que me hagas saber que
llegaste a casa a salvo”, dice su amiga y la besa en la mejilla.
“Disfruten de sí mismos,” nos dice y me guiña el ojo.
Prácticamente corro fuera del lugar y por las escaleras hasta
parar un taxi. Cuando uno se detiene para nosotros, abro la
puerta para Ivy y la ayudo a entrar. Le digo al chofer a dónde
ir y luego la jalo hacia mí y la beso como un loco.
Por un segundo intento detenerme, pensando que debería
reducir la velocidad. Pero entonces Ivy me empuja y se
arrastra sobre mi regazo. Jesús, no creo que vayamos a
lograrlo. Estamos jalando del uno al otro en el asiento
trasero, tratando desesperadamente de no coger mientras
realmente queremos coger.
“Oye. ¡He dicho que fuera!”, Grita el conductor del taxi, y
tengo la sensación de que ha estado diciendo eso por
bastante tiempo. Miro por la ventana para ver que hemos
parado en frente de mi casa.
“Gracias”, le digo mientras le lanzo algunos billetes y salgo,
ayudando a Ivy a hacer lo mismo.
La llevo a través de la parte delantera y dentro del ascensor
haciéndole un gesto a mi portero. Cuando las puertas de
metal se cierran, estamos uno sobre el otro de nuevo. Somos
imanes que no pueden separarse y cada vez que nos alejamos
sólo chocamos de nuevo. Ella está sobre mí y nuestras
manos están por todos lados.
Un sonido sigue sonando cerca de nosotros y finalmente me
separo de ella para ver las puertas del elevador abrir y
cerrarse una y otra vez.
“Este soy yo”, le digo cariñosamente, sacándola del ascensor
y llevándola a mi puerta.
La sostengo contra ella mientras saco mis llaves de mi
bolsillo y trato de abrir. Su lengua en mi cuelo hace que las
suelte así que me arrodillo frente a ella para recogerlas. Por
un momento presiono mi cara entre sus piernas e inhalo,
oliendo su coño.
“Date prisa, Shephard. No puedo esperar,” gime mientras
sostiene mi cara cerca de ella. Gruño cuando me alejo y abro
la puerta. Una vez dentro, somos como animales salvajes en
celo. Cierro la puerta de golpe y empiezo a quitarle la ropa
mientras ella quita la mía. Mis labios están sobre los suyos y
ardiente pasión se enciende entre nosotros. Debería ir más
lento pero ninguno de los dos se detiene.
Antes de saber lo que está pasando, estamos en el suelo de
mi sala completamente desnudos y a diez pies de distancia
de mi cuarto. Mi boca no ha dejado la suya desde que
llegamos, pero no me importa. Está debajo de mí y mi polla
está dura y lista para coger.
“¿Condón?” pregunto mientras recuperamos el aliento. “No
quiero usar uno mi primera vez. ¿Tal vez después?”, Dice
mientras acaricia mi pene y lo mueve contra su clítoris.
“Joder,” gimo y entierro la cabeza en su cuello. No puedo
soportarlo. “Sólo por un rato. Puedes terminar afuera si
quieres.” Ella gime mientras mece las caderas, rogándome
que la tome.
Soy un buen hombre, pero soy fuerte. Empujo más allá de
sus labios húmedos y me hundo en su suave coño. Miro
hacia abajo y veo como mi longitud desaparece en su cuerpo
apretado y gimo ante la vista.
“¿Te duele?”, Pregunto, mirándola a los ojos. Ella está
mordiéndose el labio, pero niega con la cabeza. Me inclino y
la beso suavemente esta vez, con menos prisa que antes. Sin
embargo, la presión está aumentando y tengo que moverme
más rápido.
Sus manos aprietan mi culo y me hundo hasta el fondo.
Aprieto los dientes para no correrme demasiado pronto, pero
no me puedo contener mucho más tiempo. Sus caderas se
mueven y dice mi nombre, así que me muevo. Nuestro beso
va de suave y dulce al deseo voraz en sólo cuestión de
segundos. No puedo parar esta necesidad que tengo de ella, y
no quiero hacerlo.
La sensación de su apretado coño envuelto alrededor de mi
pene es el cielo. No sé cómo voy a salir de ella cuando llegue
el momento. Ya estoy temiendo salir de su calor.
“Estoy cerca,” dice ella, mientras su coño me apreta. “Oh
Dios. Suelta tus piernas. Tengo que salir,” digo, tratando de
manetener el control. “Sólo espera,” ella gime, pero no creo
poder.
Trato de agarrar sus piernas, pero ella empuja mis hombros.
Por un segundo pienso que algo está mal, así que me levanto
y miro hacia ella. Pero ella se mueve tan rápido que no lo
veo venir. Un segundo estoy encima de ella y al siguiente
ella está encima de mí, en cuclillas sobre mi pene y
rebotando de arriba a abajo.
“Oh dios, Ivy. Me voy a correr.” Cierro los ojos con fuerza y
trato de pensar en el béisbol. “No te detengas,” ella gime
mientras frota su clítoris y grita su orgasmo.
Agarro sus caderas y trato de levantarla, pero es demasiado
tarde. Estoy profundamente dentro de ella y viniéndome en
cada desprotegida pulgada suya. La sensación de mi
liberación dentro de su pequeño coño dulce es como una
droga, y soy adicto al instante.
“Oh mierda,” gimo, mirándola sentada desnuda sobre mi
pene. “Ups,” dice, y me da una sonrisa traviesa.
Me siento para que estemos cara a cara y ella empieza a
moverse sobre mi polla de nuevo. Sigue duro y está listo
para la segunda ronda, pero quiero asegurarme de que
estamos buscando lo mismo.
“¿Sabes lo que esto significa, verdad?” Pregunto.
“Significa que eres mía ahora.” Asiente mientras me
mira a través de sus pestañas. “Sin juegos, Ivy. Supe
que eras especial en el momento en el que te vi.
Aceptaste ser mía en esa habitación, pero este es el
mundo real. Acabo de llenar ese dulce coño con mi
semilla para hacer bebes y no voy a salir corriendo
de esta posibilidad.” Meto un mechón de cabello
detrás de su oreja y la beso suavemente. “Sellaste
nuestro destino cuando te subiste sobre mí. Y ahora
eres mía.”
“Tuya,” dice mientras mueve las caderas. “Me alegra que
estemos en la misma página,” digo, levantándome y
cargándola por el pasillo. “Ahora voy a llevarte a la cama y
hacerte el amor dulce y suavemente. Como mi esposa
debería ser tratada.” “¿Hablas en serio?” Pregunta sonriendo.
“Nunca te mentiré, y siempre te trataré como a una reina. Te
daré todo lo que quieras y todo lo que pido a cambio es que
te cases conmigo.” “Oh, Dios mío. Esto es como una
película de Disney. ¡Sí, me casaré contigo!”
Me río mientras la acuesto en la cama. “Amor a primera
vista,” digo con toda la confianza del mundo. “Siempre supe
que estaba esperando a la indicada. Te tomaste tu tiempo.”
“Disculpa la tardanza,” dice Ivy antes de poner sus
brazos alrededor de mi cuello. “Valió la pena la
espera.”
Epílogo

IVY

2 años después…
Me agacho, mirando los vegetales dentro de las cajas en el
piso. El mercado del sábado está lleno, pero necesitaba
vegetales. Recojo un tomate y lo huelo. “Traje esos hoy.”
Miro hacia el vendedor mientras me levanto. “¿podria darme
una bolsa?” miro alrededor pero no veo ninguna.
Me entrega una y le agradezco. Tengo una mano en mi
vientre, sintiendo al bebé patear. No sabía que una mujer
pudiera quedar embarazada dos meses despues de tener su
primer bebe. Diablos, yo seguía amamantando. Supongo que
era de las pocas que sigue ovulando durante la lactancia.
“Toma más”, me dice. “Las verduras son buenas para el
bebé.” Sale del mostrador con una gran sonrisa en su rostro.
Antes de que me dé cuenta de lo que está pasando, su mano
se estira para tocar mi panza. Pánico incómodo me golpea,
pero antes de que su mano haga contacto una pared
protectora aparece frente a mí.
“Nadie toca a mi esposa,” gruñe Shepard, y su cara se ve
mortal. “Yo… Ah…” #l hombre tropieza, levantando sus
manos a modo de disculpa.
“No hables. Sólo vete.” Ruedo los ojos. Tampoco quería que
el hombre me tocara, pero Shep no es más que un
cavernícola.
Nos alejamos mientras trato de calmar a mi bestia. “¿Le
dirás a todos que no pueden tocarme?” Lo molesto. Su cara
es dura y luce seriamente enojado. “No me gusta,” dice.
“Quiero ser el único que te toque. Sé que es loco y bárbaro,
pero tiene que ser de ese modo.”
Lo miro a los ojos y veo la necesidad ahí. “Hmm.”
Considero por un momento qué podria hacerlo feliz en este
momento. “¿Puedes mostrarme qué tan loco esto te pone?”
Me abraza, haciéndome reír.
“Tú lo pediste,” gruñe mientras me saca del mercado.
Apenas llegamos a la camioneta y me clava en el asiento.
“¿Vas a follarme aquí?” Le pregunto, tirando de su camisa.
Quiero esto. Cuando estaba embarazada de nuestro hijo, él
fue tan dulce y atento. Amo cuando se pone todo cavernícola
por mí.
“Me estás volviendo loco,” dice mientras me quita la camisa.
“maldito infierno,” gruñe cuando ve mis bragas de algodón
blanco. Me encanta que se encienda con todo lo que hago.
“Hiciste esto a propósito,” dice mientras me las quita. Lo
hice.
Quería que algo lo descontrolara. “No puedes hacerme esto,
bebé. Ya te quiero tanto. No necesito más presión,” dice
mientras se estira sobre mí. “No me has follado en tanto
tiempo.” Mi voz es necesitada.
“Ya no puedo soportarlo,” dice, tirándome a su regazo
mientras su polla sale entre nosotros. “Súbete y móntame,”
me ordena mientras mi coño se aprieta. “Sí, señor,” digo,
pero cuando me baja sobre su dura longitud, mi sarcasmo se
desvanece.
Gimo ante la sensación de él tomándome duro. El carro
probablemente esté sacudiéndose, pero las ventanas son tan
oscuras que tal vez nadie lo note. El hecho de que alguien
pueda vernos, me enciende. ¿Por qué eso me pone tan
caliente?
“Caminas por ahí embrazada y con las tetas chorreando.
¿Cómo se supone que no te folle de esta manera?” gime,
tirando hacia debajo de mi top y chupando mi pecho.
Su boca se siente tan bien que me aprieto alrededor de él.
“Mierda.” Gruñe mientras embiste más y más duro.
Muevo mis caderas sobre él y siento mi orgasmo acercarse.
Él ya está en el límite y puedo sentirlo tratando de
contenerse.
“Hazlo,” le digo, porque sentirlo venirse dentro de mí
siempre me enciende. No sé por qué, pero verlo venirse me
hace llegar al orgasmo.
Deja escapar un gruñido bajo de su pecho mientras me baja
sobre su longitud y su polla empieza a palpitar. La sensación
desencadena mi liberación y me muevo sobre su polla
mientras mi cuerpo se enciende. Semen caliente me llena y
grito su nombre.

Cuando lo último de mi orgasmo ha pasado, lo miro y


sonrío. “¿Ves? Eso no estuvo tan mal.” Le digo, apretando
alrededor de él.
“Cuidado con lo que deseas,” responde, embistiendo dentro
de mí de nuevo, y me doy cuenta de que tal vez mordí más
de lo que puedo masticar.
Epílogo
SHEPARD

10 años después…

“¿Estás bromeando?” dice Ivy mientras llegamos a las


escaleras. “Nope,” Contesto, envolviendo mi brazo alrededor
de ella. “¡Shep, estuvimos aquí una vez y prácticamente me
arrastraste fuera de aquí! ¿De verdad me vas a llevar a un
club de sexo?”
“Es nuestro aniversario. Sé que nos conocimos aquí bajo
extrañas circunstancias, y sé que puedo ser un poco…” no
termino, pensando en cómo ponerlo.
“¿Celoso? ¿Posesivo? ¿Loco? ¿Demasiado?” me dice Ivy
sonriéndome. “Claro,” concuerdo y asiento. “Pero tengo una
sorpresa para ti.” “Creo que estoy nerviosa,” se ríe mientras
tomo su mano y la dirijo por las escaleras.
Cuando llegamos a la puerta, toco y la rendija de metal se
mueve hacia un lado. Un par de ojos oscuros se encuentra
con los nuestros y luego se iluminan. La puerta se abra
rápidamente y Reba sale a abrazar a Ivy primero, y luego a
mí.
Miren a este par de locos. Fuera por una noche en la ciudad
sin niños. Me pregunto qué están tramando,” dice,
guiñándome un ojo.
“Por alguna razón, creo que lo sabes mejor que yo,” dice Ivy.
“Estas en lo correcto, pequeña,” Reba ríe mientras saca la
venda y me la da. “Date la vuelta,” ordeno, y Ivy se ríe
mientras hace lo que le pedí.
Ato la venda a su alrededor y me inclino para susurrar en la
oreja de Ivy. “Recuerdo venir aquí y estar listo para irme
apenas llegue aquí.”
La dirijo con cuidado pasando las puertas dobles, donde
están los adultos haciendo lo que los adultos hacen. El lugar
no ha cambiado mucho en la manera en la que está
acomodado, pero de alguna manera todo luce nuevo. Camino
hacia las sillas en donde se está dando la acción y me siento
en un pequeño sofá, poniendo a Ivy en mi regazo.
“Mire alrededor de este cuarto y cuando te vi fue como si
estuviera viendo por primera vez.”
Paso una mano sobre su trasero mientras la otra baja por su
cuello y entre sus pechos. Veo los escalofríos subir por su
suave piel y me inclino hacia adelante, dejando un beso en su
clavícula. Los sonidos de sexo llenan la habitación y la veo
retener el aliento. Sus pezones están duros y paso la punta de
mi dedo sobre cada uno de ellos. La seda de su vestido no
hace nada por esconderlos, está haciendo que mi polla duela.
“Tengo una habitación privada para nosotros esta noche,”
susurro en su oreja antes de besar el suave punto bajo ella.
“Voy a follarte ahí mientras toda esta gente está justo aquí
afuera.”
Lo que no sabe es que la habitación está insonorizada. Pero
la idea es lo único que necesito. A Ivy le enciende la idea de
ser cachada y le daré eso. La mayoría de lo que le diga hoy
serán medias verdades pero todo está hecho para encenderla.
Esta noche es sobre ella, aunque yo salga beneficioso de ello.
“Tampoco hay una cerradura en la puerta,” digo, y ella se
estremece. “Pero mantendré la vende en ti todo el tiempo, así
que no te preocupes por alguien mirándote.”
Subo una mano por su muslo y luego bajo su vestido.
Cuando mis dedos hacen contacto con sus bragas, siento lo
húmeda que está.
-“¿Los sonidos de la gente siendo follada es lo que te excita?
¿O la idea de que está a punto de ser uno de ellos?”
Ella jadea mientras deslizo mis dedos
dentro de ella. “¿ o los dos?” Responde
como si fuera una pregunta y sonrío.
“Sí, también creo que los dos.”
Mis dedos están resbalosos dentro de ellos mientras se
mueven. Está chorreando miel sobre mi mano y mi boca se
hace agua por probarlo. “Creo que esta noche podría
recordarme lo bien que chupas una polla.” “Shepard,” gime,
lamiéndose los labios. “¿Puedo hacerlo ahora?” Sus manos
se posan sobre mi cierra y la miro mientras lucha con él.
“¿Estás ansiosa de tener mi polla en tu boca?” estoy caliente
por ella y aunque no quiero que me dé una mamada justo
aquí, no quiero detenerla de tener lo que quiere.
“¿Tal vez como antes? ¿Podrías esconderme
mientras follas mi boca?” Jesucristo. Si no
fuera mi esposa, se lo volveria a proponer
justo aquí. Me ha llevado al límite en sólo
dos segundos y la levanto en mis brazos. “Sí,
voy a follar tu boca. Y luego vas a montar la
mía.”
La llevo hacia la habitación privada y cierro la puerta detrás
de nosotros. Siento que vamos a estar aquí por bastante
tiempo.

¡FIN!
Para todas las noticias calientes y detalles
sucios...

¡Inscríbete por el correo!

www.AlexaRiley.com

También podría gustarte