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Personajes de El Principito

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Principales:

El Principito: Es el protagonista de la historia; un joven -casi un niño- que


solía vivir en un planeta llamado B612 y del cual partió debido a que se sentía
solo. Si bien en su hogar brotó una flor a la que "domestica" y se convierte en
su amiga, cuando decide recorrer el universo "para hacer amigos", es cuando
llega a la Tierra que comprende que no podía estar sin su flor.

El aviador: Es el narrador principal de la historia; como aviador, se halla en el


desierto debido a un desperfecto mecánico que sufre su aeronave, pues
trabaja en el correo aéreo. Ahora, el relato nos permite enterarnos de cómo
-cuando era pequeño- los adultos acabaron con su anhelo de ser dibujante,
pues comprendieron muy poco sus "explicaciones" acerca de lo que
plasmaba en el papel. Se dice que representa la conciencia adulta, aunque es
obvio que su relación con El Principito, de alguna manera, le hace retornar a
sus sueños de infancia.

Secundarios e incidentales:

La flor: De carácter orgulloso, confiada en la protección de sus espinas, se


creía la más hermosa de todas aunque no fuera única. Puede representar la
vanidad y el orgullo, porque su vida depende de los cuidados que le da El
Principito; asimismo, el egoísmo, pues sólo piensa en sí misma. A los ojos de
quien la cuida, sin embargo, significa no sólo la pureza del amor
desinteresado, a quien prodiga sus cuidados, es también la lealtad y
responsabilidad a quien es débil e inocente. Refiere, pues, a valores que en el
mundo adulto suelen perderse, olvidarse o dejarse de lado por cuestiones
que se creen de mayor importancia.

El zorro: Supone su existencia como monótona y aburrida, quiere ser


domesticado -al menos eso parece decir al Principito- pues eso le daría un
lazo afectivo con alguien; hay, por supuesto, quien lo juzga una manifestación
de la sabiduría o la amistad, porque sus sentencias brindan "respuestas" al
protagonista (quien reconoce debe ir en busca de su flor porque es su
responsabilidad).

El cordero: Su significado estriba en que el protagonista lo hace "real" al creer


en él; es a un tiempo el amigo que ayuda a solucionar problemas como,
también, quien puede traicionar.

Los baobabs: Desde sus raíces, representan los problemas que deben
solucionarse antes que sean demasiado complicados; si los niños -que somos
nosotros- deben estar alertas, también requieren de la disciplina y el cuidado
para poder diferenciar lo bueno de lo malo, y actuar en consecuencia.
¿Personajes de verdad? Juzgue el lector.

El rey: Claro, es un sinónimo de autoridad, pero su encuentro pone de


manifiesto que nadie tiene autoridad sobre otro, aunque sea "rey". Ahora,
desde sus palabras, bien puede representar la ambición de poder, sin
embargo, sus órdenes atienden a cosas que se harán de cualquier modo, por
ello el humor es una mejor reacción que el desagrado ante sus actitudes
prepotentes.

El vanidoso: Encarna, desde luego, la vanidad -ese defecto que todos


tenemos-, pero asimismo el egoísmo y el deseo de reconocimiento y
admiración social. Gracias a él recordamos que la apariencia no es lo más
importante ni sirve de mucho si estamos solos.

El borracho: Es sencillo ver en él la falta de fuerza de voluntad o el anverso de


la superación humana; después de todo, bebe para olvidar que tiene
vergüenza de beber. Su aspecto da cuenta de cómo un problema puede llevar
a un callejón sin salida si no se hace lo debido para superarlo.

El hombre de negocios: Simboliza la avaricia y la ambición económica, es


claro, pues se encuentra siempre ocupado contando las estrellas que piensa
poseer y utilizar para comprar más estrellas, aunque desconozca sus
nombres. No tiene tiempo para sí mismo ni para nadie, es un esclavo del
trabajo que lo enriquece, pero no disfruta de las cosas ni es libre del todo
nunca.

El farolero: Vive en un sitio donde enciende un farol cuando empieza la


noche y lo apaga cuando despunta el día; con eso se gana el respeto y la
amistad del Principito, a pesar de que su situación -de compromiso y lealtad-
es absurda porque enciende y apaga el farol cada minuto, que es lo que dura
un día en su planeta. Enseña que hacer lo que uno debe puede eliminar la
posibilidad de hacer lo que uno quiere de verdad. Junto al aviador, es el único
personaje de carácter abiertamente positivo que conoce el protagonista.

El geógrafo: Si bien es sabio, inteligente y estudioso, pasa todo el tiempo en


su escritorio, elaborando mapas, sin salir a explorar por sí mismo. Se interesa
por las cosas eternas e invariables pero no en la naturaleza efímera. Se dedica
a ganar conocimiento pero no experimenta nada por sí mismo; con todo, este
personaje inculca en el Principito la idea de la finitud de las cosas.

La Serpiente: Vivía en el desierto a donde llegó el principito; lo único que


posee es su veneno, con el que pone a "dormir" al protagonista, lo que nos
pone de cara al fin de la historia.

El mercader de píldoras: Lo encuentra el Principito en el capítulo XXIII, vende


pastillas que quitan "el deseo de beber", con lo que se gana tiempo para
utilizarlo en lo que uno desee. Su aparición puede interpretarse como una
reflexión sobre lo rápido que avanza el mundo.

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