ARBOL
ARBOL
ARBOL
1. Acículas. Tienen forma de aguja, delgadas y finas. Son típicas de las coníferas. Pueden estar situadas
en las ramas individualmente (como en el abeto blanco o la douglasia verde), o bien formar ramilletes
de 2, 3, 5 o más en los braquiblastos (como en el alerce europeo o en el cedro del Líbano). Las
acículas, además, pueden aparecer en hilera, esto es, penden en un plano más o menor horizontal,
o bien radial, pues penden regularmente de todos los lados del eje.
2. Escuamiformes. Tienen forma de escama y son propias de algunas coníferas (como en el ciprés
común o la tuya occidental).
3. Pinnatifolios. La lámina foliar está a su vez dividida en una especie de hojas más pequeñas,
llamadas folíolos, pero todos en el mismo raquis; puede verse en el serbal de los cazadores. Las hojas
pinnadas en sentido estricto tienen los folíolos dispuestos de manera regular a ambos lados del
pecíolo, mientras que en las palmeadas (pinnatipalmeadas) cada folíolo se inserta en un punto central,
como se ve en el castaño de Indias.
4. Hojas simples e indivisas. Cada hoja se inserta individualmente en la rama por el pecíolo o tallo. Si no
tienen ese tallo se les llama sésiles. Dentro de estas hojas simples se diferencian dos grandes grupos,
los árboles de hojas opuestas y los de hojas alternas. En las hojas opuestas siempre hay dos hojas,
una enfrente de otra, que nacen del mismo nudo del eje del vástago. Así ocurre en los arces y en
el olivo. Dentro de este tipo de hojas opuestas, las hay verticiladas, es decir, aquellas en las que
surgen tres hojas o más en cada nudo, como ocurre en la catalpa. En las hojas alternas, en cada nudo
del eje del vástago hay solo una hoja, y la siguiente está en otro nudo y nace hacia otro lado. De hojas
alternas son la mayor parte de los árboles de fronda de clima templado, como los olmos, los robles y
las hayas.
Pueden tener una sola forma (aovada, acorazonada, sagitadas, reniformes, lanceoladas, etc.) o bien ser
recortada, lobulada, con entrantes más o menos marcados. El borde de la hoja (borde foliar) también es un
elemento de distinción, pues puede ser entero (liso), crenado, dentado (con pequeños picos), aserrado y doble
aserrado (como dientes de sierra), sinuado y lobulado; además, el borde puede ser espinoso (con espinas en
el borde, como en el borde dentado punzante).
1. Pino longevo, en California, EE.UU., en Montañas Blancas. Se estima que nació en el 3050 a.
C.: 5069 años
(Por temor a vandalismos, el Servicio Forestal de Estados Unidos se ha negado a revelar sus
coordenadas exactas y ni siquiera se han difundido imágenes del mismo).19
2. Pino longevo (al que se le dio el apodo de Matusalén), en Condado de Inyo, California, nacido hacia
el 2832 a. C.:4851 años.20
El grosor de un árbol es normalmente más fácil de medir que la altura, pues se trata solo de medir con cinta
alrededor del tronco, tensarlo y así hallar la circunferencia. El árbol con el tronco más grueso del mundo es
un baobab africano: 15,9 m, Glencoe Baobab (medido cerca del suelo), provincia de Limpopo, Sudáfrica.21 El
célebre árbol del Tule en Oaxaca, México que es una especie de ahuehuete (Taxodium
mucronatum): 11,62, Árbol del Tule, Santa María del Tule, Oaxaca, México.22
Distribución y hábitat[editar]
Hay árboles por todo el mundo, siendo particularmente ricas en diversidad de especies arbóreas las franjas
tropicales. Los árboles tropicales se hallan en las selvas tropicales y ecuatoriales de América Central, América
del Sur, África y Asia. Pero también hay árboles en las zonas templadas y llega hasta latitudes muy altas. En
este último caso, los bosques suelen presentar menos diversidad de especies y estar formados por una o pocas
especies.
Los árboles son parte predominante del ecosistema de los continentes debido a que previenen la erosión,
constituyendo los elementos primordiales del paisaje, la agricultura, los llamados ecosistemas forestales,
los bosques y las selvas, además de encontrarse dispersos en ambientes como las sabanas o las orillas
fluviales. Los árboles tienen gran importancia ecológica, puesto que fijan el suelo, impidiendo que la delgada
capa fértil quede barrida por las lluvias o los vientos. Proporciona refugio y alimento a numerosas
especies animales.
El grado de humedad y la naturaleza del terreno suelen determinar qué tipo de bosque se dará, y no solo la
temperatura o la latitud. Cuanto mayor sea la humedad, más espeso será el bosque. La aridez determina que
los árboles se encuentren en ejemplares aislados o bosquecillos en torno a una fuente de agua, como un pozo o
un río. Dependiendo de la altura se darán unas especies u otras. Normalmente en las partes bajas habrá
bosques de frondosas como robles, hayas y castaños, y más arriba aparecerán las coníferas. Cuanta mayor
sea la altura, más empezará a ralear el terreno, hasta que llegue un momento en que desaparezcan los árboles
y solo queden hierbas perennes y líquenes. Esa línea máxima que pueden alcanzar los árboles es la
llamada línea de árboles. Dependiendo de la exposición al sol, los vientos o la pluviosidad, puede darse la
circunstancia de que en una ladera crezcan los árboles hasta una altura y en la otra, más expuesta, la línea de
árboles esté a menor altura.
Varios biotopos se definen en gran medida por los árboles que los habitan, como por ejemplo el bosque
templado de caducifolios. Un paisaje de árboles disperso por un amplio espacio es la sabana. Un bosque de
gran edad se llama bosque primario.
Diversidad[editar]
Hay diversos tipos de clasificaciones dentro de las especies arbóreas. Por el tipo de hoja, se puede distinguir
entre árboles caducifolios o planifolios, que pierden su follaje durante una parte del año, normalmente la
estación fría en los climas templados, y la árida en los climas cálidos y áridos, y árboles perennifolios, que no
es que no pierdan las hojas, sino que no las pierden todas a la vez ni tampoco con ritmo anual, sino más largo.
La principal distinción es la que se establece entre árboles de crecimiento monopódico y árboles de
crecimiento simpódico. En los monopódicos el crecimiento en longitud se basa en un tallo principal vertical
del que salen, con ángulos marcados, ramas laterales subordinadas, de menor grosor. El crecimiento
monopódico da lugar a un porte piramidal, como el que es característico de las coníferas. En el
crecimiento simpódico, las ramas derivadas se desarrollan cerca del ápice (extremo) de aquellas en que se
asientan, sustituyéndolas en el crecimiento. Las copas de estos árboles suelen ser más esféricas o cilíndricas
y menos piramidales.
En inglés, pero habitualmente no en castellano, se trata de árboles a las palmeras (palm trees). El biotipo
palmeroide se presenta en varios grupos de plantas, destacando las cícadas (Cycadophyta) y, especialmente,
las angiospermas de la familia arecáceas (Arecaceae).
Evolución[editar]
Árbol con el león y el toro alados (que representan a Marcos de Ostia y Lucas el Evangelista) que están
defendiendo al hom.
Un pino, y a sus lados unos perros con rostro humano cubiertos por capucha. Son los canes dominicanos
como defensores del hom.
En otro capitel, los animales son dos búhos, símbolo de la sabiduría y la noche, también defendiendo
al hom.
Los budistas, hinduistas y jainistas consideran sagrado cierto tipo de higuera llamada por ello higuera
sagrada bajo la cual, creen, Buda alcanzó el nirvana. Yggdrasil es el árbol mítico de los nórdicos,
un fresno perenne al que consideraban el "árbol de la vida", o "fresno del universo". Los antiguos sajones tenían
también un árbol sagrado, Irminsul, que Carlomagno ordenó destruir cuando los atacó.26
En la mitología grecorromana, distintos tipos de árboles y otras plantas han sido consagrados a diferentes
divinidades:
Estado de conservación[editar]
Los árboles están desapareciendo de forma masiva de la superficie de la tierra en un proceso
de deforestación sin precedentes.Wohlleben, Peter; Flannery, Tim F.; Simard, S.; Billinghurst, Jane. The
Hidden Life of Trees: What They Feel, How They Communicate: Discoveries from a Secret
World. ISBN 9781771642484. OCLC 933722592. Se calcula que un tercio de los bosques del mundo han
desaparecido. Se debe en parte a la sobreexplotación que padecen, por ejemplo las selvas tropicales, pero
también a los incendios forestales, la mayor parte de los cuales son producidos por el hombre, bien de forma
intencionada, bien por negligencia. Además, el hombre efectúa talas intensivas para hacer sitio a otro tipo de
cultivo que da un rendimiento económico mayor a corto plazo, por ejemplo, para abrir pastos para
la ganadería o para el cultivo de grandes extensiones de soja. Las consecuencias negativas son: la pérdida
de hábitats para diversas especies animales y vegetales, la erosión, al dejar el terreno libre a la acción
desecante del viento y la libre circulación de las aguas, lo que provoca que se pierda la capa fértil de suelo y
ocasiona que el terreno se vaya desertificando.
La solución, además del abandono de determinadas prácticas, como la quema intencionada del bosque para
obtener pastos, pasa por una explotación racional, que implique no sólo tala sino también reforestación con
ejemplares jóvenes que constituyan el bosque del futuro. El Programa de las Naciones Unidas para el Medio
Ambiente ha iniciado una campaña mundial Plantemos para el Planeta con el objetivo de plantar 7000 millones
de árboles, o sea 1 árbol por habitante de la tierra para finales de 2009. Además, se protegen extensiones de
aquellas áreas más ricas en biodiversidad, o de las especies endémicas, muchas de ellas en peligro de
extinción.
También hay riesgos naturales que amenazan los bosques, como el fuego, las plagas de insectos
y enfermedades.