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Pestalozzi

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Revista Latinoamericana de Estudios

Educativos (Colombia)
ISSN: 1900-9895
revistascientificas@ucaldas.edu.co
Universidad de Caldas
Colombia

Runge Peña, Andrés Klaus


PESTALOZZI REVISITADO: DISQUISICIONES TEÓRICO-FORMATIVAS SOBRE
"PSICOLOGIZACIÓN" DE LA ENSEÑANZA, DOCTRINA DE LA INTUICIÓN, FORMACIÓN
ELEMENTAL, ENSEÑANZA ELEMENTAL Y EDUCACIÓN ELEMENTAL
Revista Latinoamericana de Estudios Educativos (Colombia), vol. 6, núm. 2, julio-diciembre, 2010, pp.
89-107
Universidad de Caldas
Manizales, Colombia

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=134126048005

Cómo citar el artículo


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Pestalozzi revisitado: disquisiciones teórico-formativas sobre “psicologización”

latinoam.estud.educ. 6 (2): 89 - 107, 2010

PESTALOZZI REVISITADO:
DISQUISICIONES TEÓRICO-FORMATIVAS
SOBRE “PSICOLOGIZACIÓN” DE
LA ENSEÑANZA, DOCTRINA DE LA
INTUICIÓN, FORMACIÓN ELEMENTAL,
ENSEÑANZA ELEMENTAL Y EDUCACIÓN
ELEMENTAL
Andrés Klaus Runge Peña1*

“Je höher die Einseitigkeitkünste einer Nation


hinansteigen, je tiefer sinkt sie in ihrer Verbildung”
(Mientras más alto se eleven las artes de la unilateralidad
de una Nación más hondo se hundirá en su malformación)
(Johann Heinrich Pestalozzi, 1978: 219)

Resumen
89
En el escrito se cuestiona la concepción de Pestalozzi como intelectualista. Para
ello se muestran los alcances de su doctrina de la intuición, la cual no se reduce a
un simple intelectualismo. Se llama la atención sobre los diferentes tipos de intuición
que considera Pestalozzi y se muestra que la intuición no es sólo un problema de

1
Licenciado en Educación Inglés-Español de la Universidad de Antioquia. Doctor en Ciencia de la Educación
de la Universidad Libre de Berlín. Profesor de Pedagogía y Antropología Pedagógica de la U. de A. y
Coordinador del Grupo de Investigación sobre Formación y Antropología Pedagógica e Histórica (FormaF).
Correo electrónico: aklaus@ayura.udea.edu.co
Recibido 2 de julio de 2010, aprobado 27 de agosto de 2010..
Andrés Klaus Runge Peña

método. Finalmente, en la tercera parte se profundiza sobre el malentendido de lo


elemental en los planteamientos de Pestalozzi y se ofrece una interpretación en el
marco de las teorías de la formación categorial.

PESTALOZZI REVISITED: THEORETICAL-EDUCATIONAL


DIGRESSIONS ABOUT “PSYCHOLOGIZATION” OF TEACHING, THE
INTUITION DOCTRINE, ELEMENTAL TEACHING AND ELEMENTAL
EDUCATION
“Je höher die Einseitigkeitkünste einer Nation
hinansteigen, je tiefer sinkt sie in ihrer Verbildung” (The
higher the arts raise from the sideness of a Nation, the
deepest its malformation will collapse)
(Johann Heinrich Pestalozzi, 1978: 219)

ABSTRACT

This paper questions Peatalozzi’s conception as intellectualist. For this purpose, the
scope of his doctrine about intuition which is not reduced to a simple inttelectialism
is presented. Attention is called on the different types of intuition sonsidered by
Pestalozzi and it is shown how intuition is not only a problem of method. Finally,
in the third part, the misunderstanding of the fundamental in Pestalozzi’s approach
is studied in detail and an interpretation of the framework of categorial theories is
offered.

Ya han pasado poco más de dos siglos desde que vio la luz El método de Johann
90 Heinrich Pestalozzi (1746-1827) y casi un siglo, en 1915, desde que contamos
con su traducción al español gracias a Lorenzo Luzuriaga. Si bien este trabajo fue
escrito en 1800, su publicación se dio post mortem en 1828. En él se encuentran,
como lo dice el maestro Luzuriaga, “las ideas matrices que Pestalozzi desarrolla un
año después extensamente en el Cómo Gertrudis enseña a sus hijos” (Luzuriaga
citado en Pestalozzi, 1915: 6) y sobre las que vuelve en 1802 en su Wesen und
Zweck der Methode (Esencia y finalidad del método). Asumimos la traducción del
mencionado escrito como pretexto para iniciar nuestras disquisiciones teórico-
formativas sobre algunos aspectos fundamentales del pensamiento pedagógico de
Pestalozzi. A partir de acá se busca plantear que los intereses de este autor, en lo

latinoam.estud.educ. Manizales (Colombia), 6 (2): 89 - 107, julio - diciembre de 2010


Pestalozzi revisitado: disquisiciones teórico-formativas sobre “psicologización”

que respecta a la educación y a la formación humanas, ni se reducen al problema


del método, ni a una doctrina lógico-abstracta de la intuición. Por eso, a lo largo
del escrito se mantiene entonces como tesis que, en gran parte por causa de las
traducciones que ha habido de sus obras desde comienzos del siglo XX21, algunos de
los planteamientos y conceptos básicos de su propuesta se han visto tergiversados
y ello ha contribuido a invisibilizar, así mismo, el problema de la formación y otros
asuntos fundamentales de su pensamiento antropológico-pedagógico y didáctico.
De allí también la ya vieja e inadecuada calificación de Pestalozzi en el contexto
hispanoparlante como intelectualista que aún hoy en día sigue circulando3.

El escrito se encuentra divido en tres partes: en la primera, se busca abrir el


contexto de interpretación del pensamiento de Pestalozzi y para ello se habla del
giro antropológico en el pensamiento sobre la enseñanza (método). Con él se
señalan las nuevas condiciones y presupuestos en los que encuentran anclaje las
concepciones de educación y de formación en Pestalozzi. En la segunda parte, se
trabaja sobre la concepción de conocimiento como un compuesto entre intuición
y concepto. Se alude a los diferentes tipos de intuición y a la problemática de lo
elemental en este autor. En esta parte se sustenta una postura según la cual ni la
doctrina de la intuición se reduce a un asunto lógico-intelectualista, ni la enseñanza
y el método elementales se pueden entender como un ejercicio de simplificación.
Finalmente, en la tercera parte se profundiza sobre el malentendido de lo elemental
en los planteamientos de Pestalozzi y se ofrece una interpretación en el marco de
las teorías de la formación categorial.

2
Otras obras de Pestalozzi en español son Las veladas de un ermitaño y El libro de las madres, ambas de 1911,
Leonardo y Gertrudis de 1913, el Canto del cisne” de 1927 y Cómo enseña Gertrudis a sus hijos de 1932. 91
3
De Pestalozzi se vino a tener idea en nuestro país, según los autores de Mirar la infancia (Sáenz Obregón,
Saldarriaga y Ospina, 1997, tomo 1: 12 y ss.) entre 1845 y 1847 –prácticamente medio siglo después de que
salieran a la luz sus producciones más importantes– gracias a José María Triana, quien tradujo el Manual
británico de enseñanza mutua y difundió el Manual de enseñanza mutua para las escuelas de primeras letras
(1845), el Manual que deben tener presentes los profesores de las escuelas para la enseñanza de la gramática
castellana, según el método de Pestalozzi, extractado de sus obras (1946) y el Manual que contiene los
diversos cursos en que se divide la enseñanza de la aritmética mental según el método de Pestalozzi, y reglas
que deben practicar los maestros para hacer buen uso de los cuadros (1847). Estos textos “supuestamente”
se basaban en “la” pedagogía de Pestalozzi –pongo acá el “supuestamente” y el “la” entre comillas porque,
de un lado, las referencias directas a Pestalozzi no son claras y, del otro, porque preferiría no hablar para este
caso de la pedagogía de Pestalozzi, sino, más bien, de su método de enseñanza–. Era, pues, una época en la
que comenzábamos a ser pestalozzianos en Colombia, o mejor, en que comenzaba a tener lugar un proceso de
recepción o apropiación del pensamiento y las ideas de este autor, curiosamente y al parecer, sin haberlo leído
todavía en su profundidad y de primera mano.
Andrés Klaus Runge Peña

EL GIRO ANTROPOLÓGICO EN EL PENSAMIENTO SOBRE LA ENSEÑANZA

El escrito El método comienza con una frase programática y, a primera vista,


desorientadora: “Trato de psicologizar la enseñanza humana” (Pestalozzi, 1978:
30; 1915: 7)4. El traductor al español aclara, en una nota al pie, que el término
“psicologizar” no remite a lo que entendemos hoy en día por psicología, sino, más
bien, a un asunto “lógico, objetivo” y sostiene: “Estas leyes que llama psicológicas,
son, en realidad, las leyes lógicas por las que se rige nuestro pensar” (Luzuriaga
ciado en Pestalozzi, 1915: 7). El traductor tiene razón en que no hay que crearse
falsas expectativas frente a la expresión “psicologizar”; sin embargo, es impreciso
al considerar que lo que está en la base de las preocupaciones de Pestalozzi
es exclusivamente el asunto de las leyes lógicas del entendimiento. Volvamos a
Pestalozzi, quien seguidamente escribe en el texto en cuestión: esa enseñanza
humana “trato de ponerla en concordancia con la naturaleza de mi espíritu y con la
de mi situación y mis relaciones” (Pestalozzi, 1978: 30; 1915: 7)5. Psicologizar, en
nuestra interpretación6 remite, más bien, a la idea de una enseñanza (Unterricht)7
de conformidad con la naturaleza8 –humana y sus leyes– que, además, no debe
pasar por alto la situación y relación en la que se encuentra el educando. Lo que
está como base de dicho programa no es más que una propuesta de educación
y de enseñanza centrada en un sujeto situado, en el despliegue de sus fuerzas y
potencialidades, en la espontaneidad de su autoactividad; de allí que Pestalozzi
no parta para ello de “ninguna forma positiva de enseñanza como tal” (Pestalozzi,
1978: 30; 1915: 7).

Hablamos por lo anterior de un giro antropológico en el pensamiento sobre la


enseñanza, porque esta última ya no es concebida acá a partir de la organización

92 4
“Ich suche den menschlichen Unterricht zu psychologisieren” (Pestalozzi, 1978: 30). En adelante las
traducciones corren por cuenta del autor a no ser que se especifique lo contrario. En lo posible, se citan también
las versiones al español después del punto y coma.
5
“ich suche ihn mit der Natur meines Gesites und mit derjenigen meiner Lage und meiner Verhältnisse in
Übereinstimmung zu bringen” (Pestalozzi, 1978: 30).
6
Cf.: Silber (1973: 136).
7
Una de las pretensiones de este escrito es mostrar las diferenciaciones entre formación (Bildung), educación
(Erziehung) y enseñanza (Unterricht). Diferenciaciones que poco o nada se han considerado en las traducciones
al español y que juegan un papel central en el contexto de habla alemana. El problema que ha surgido con las
traducciones al español de estos conceptos es que por su causa se ha invisibilizado el campo de las teorías de
la formación y muchos planteamientos del pensamiento antropológico-pedagógico.
8
En Pestalozzi, como en Rousseau, el término naturaleza tiene múltiples sentidos. Existe algo así como una
naturaleza metafísica, a un orden natural preestablecido con sus leyes; esta se refiere también al mundo natural,
es decir, a la naturaleza física; pero alude de igual manera a la naturaleza humana que remite tanto a una suerte
de humana conditio como a lo natural en el hombre, a la naturaleza animal.

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Pestalozzi revisitado: disquisiciones teórico-formativas sobre “psicologización”

del mundo –del orden de las cosas–, sino a partir del sujeto y el despliegue de
sus fuerzas, más exactamente, a partir de la capacidad humana de comprender y
apropiarse del mundo. Se trata, con otras palabras, de una enseñanza que no está
ya más centrada en la transmisión, sino en la formación (Bildung)9. Así, las leyes
que rigen la enseñanza no son para Pestalozzi aquellas que resultan del orden
objetivo de las cosas, sino las que resultan de las formas humanas de concebir,
tratar y comprender el mundo. Por tanto, como finalidad educativa no se trata
tanto de conocer las cosas –en tanto dadas en el mundo–, sino de desarrollar las
capacidades para conocerlas. En su sentido formativo amplio, de desplegar las
capacidades en el niño que le permitirán, a partir de su propio desarrollo, comprender
tales objetos y devenir humano. De allí también y precisamente la idea de un método
de conformidad con –las leyes de– la naturaleza –humana– en la línea de Jean-
Jacques Rousseau. Leyes que encuentran su punto medio en la totalidad del ser,
punto que no es más que el ser humano mismo:

Pero también esta ley de tu naturaleza gira nuevamente, con toda su amplitud, en
torno a una segunda. Gira en torno al punto medio de todo tu ser y este punto central
eres tú mismo. No lo olvides, hombre: todo lo que eres, todo lo que quieres, todo lo
que debes, parte de ti mismo. Todo tiene que tener un punto central en tu intuición
física y ésta la eres tú mismo. (Pestalozzi, 1978: 14; 1915: 14)

Hablamos pues de una enseñanza (método) centrada en el ser humano y en su


formación.

El punto decisivo para la enseñanza en Pestalozzi consiste entonces en el despliegue


de las fuerzas espirituales del ser humano; y es precisamente a partir de allí que debe
ser concebido el método de enseñanza. Un método de enseñanza de conformidad
con las leyes de la naturaleza busca hacer que la naturaleza misma no se le presente
al espíritu en desarrollo –al alumno– de un modo confuso y desordenado. Y para 93
ello, por un lado, debe plantearse algo acerca de esta naturaleza y de sus leyes, de
manera que, por el otro, sea posible, artificialmente, es decir, educativamente, tener
algún tipo de ingerencia sobre dicha naturaleza. Esa conformidad con la naturaleza
(Naturgemässheit) implica que el método –la educación y la enseñanza– no es, ni

En el discurso didáctico contemporáneo se habla de una enseñanza ya no centrada en los contenidos sino
9

en el alumno, más específicamente, en el aprendizaje. Si bien Pestalozzi utiliza el concepto de aprendizaje,


aunque en muy pocas ocasiones, el concepto fundamental es el de formación (Bildung) con toda su fuerza y
carga propias de la lengua alemana. Hablar de formación, a diferencia del aprendizaje, supone ir más allá de
preocupaciones psicológicas –en el sentido actual– a preocupaciones de tipo antropológico.
Andrés Klaus Runge Peña

puede aspirar a ser natural, pero que, no obstante, se basa en un conocimiento de la


naturaleza para poder proceder de conformidad con ella. Pedagogía y antropología
quedan implicadas mutuamente10.

Vemos entonces que en el caso de Pestalozzi, en un sentido amplio, resulta una


imagen de ser humano y una concepción pedagógico-formativa y, en un sentido
específico, una teoría del conocimiento y una teoría de la enseñanza (método)
que se encuentran estrechamente relacionadas. Así, una teoría de la enseñanza
(método) no puede legitimarse sino en el contexto de una teoría del conocimiento
y de una teoría de la formación. Por eso, una vía en la propuesta de Pestalozzi
es la de buscar los elementos, las partes más simples, a partir de las cuales se
estructura el conocimiento:

[…] he tratado de simplificar los elementos de todo saber y presentarlos en una


serie de representaciones, cuyo resultado debe actuar de una manera psicológica
para difundir, aún en las clases populares más bajas, el conocimiento amplio de la
naturaleza, la claridad general en los conceptos esenciales y el ejercicio lleno de
fortaleza en las habilidades más sustanciales. (Pestalozzi, 1978: 30-31; 1915: 8-9)11

Llegamos con ello al punto medular de su teoría del conocimiento, a saber: a sus
planteamientos sobre la intuición y el concepto.

EL CONOCIMIENTO COMO UN COMPUESTO DE INTUICIÓN Y CONCEPTO

La complementariedad entre intuición y concepto en un sentido parecido al de


Kant: pensamiento sin contenido es vacío e intuición sin concepto es confusa, se
debe en Pestalozzi, al parecer, por el conocimiento que tuvo de la filosofía de aquel
94 pensador gracias a Johann Gottlieb Fichte (1762-1814). Miremos qué sostiene
Pestalozzi al respecto:

10
Antropología y pedagogía quedan implicadas en un estrecho vínculo que se retroalimenta en variadas formas
como, por ejemplo, en la relación teoría del conocimiento-teoría de la enseñanza o en la relación teoría del
aprendizaje y teoría de la educación.
11
“Nach diesen Gesetzen habe ich gesucht, die Elmente alles Wissens zu vereinfachen und sie in eine Reihenfolge
von Darstellungen zu bringen, deren Resultat psychologisch dahin wirken soll, umfassende Kenntnis der Natur,
allgemeine Heiterkeit in den wesentlischen begriffen und kraftvolle Übung in den wesentlichsten Fertigkeiten
auch bei der niedersten Volksklasse zu verbreiten" (Pestalozzi, 1978: 30-31).

latinoam.estud.educ. Manizales (Colombia), 6 (2): 89 - 107, julio - diciembre de 2010


Pestalozzi revisitado: disquisiciones teórico-formativas sobre “psicologización”

La doctrina de la intuición (Anschauung) y sus diferentes tipos12

En Cómo Gertrudis enseña a sus hijos13, publicado originalmente en alemán en


1801 y también uno de los primeros libros traducidos al español, Pestalozzi se
ocupa de la formación intelectual –cartas 4 a la 11–, de la formación de habilidades
corporales –carta 12– y, finalmente, de ciertas ideas básicas sobre la formación
moral –cartas restantes–. En este escrito se plantea con radicalidad que la intuición
es el “fundamento absoluto de todo conocimiento, o con otras palabras, que todo
conocimiento parte de la intuición y a ella tiene que poder ser remitido” (Pestalozzi,
1978: 159; 1999: 95; Cf.: 2001: 76). Esta concepción teórico-cognoscitiva sirve de
fundamentación también para la enseñanza:

Amigo, si miro hacia atrás y me pregunto: ¿Qué he aportado propiamente a la esencia


de la enseñanza humana? Entonces encuentro que he establecido el más elevado
y superior principio de la enseñanza con el reconocimiento de la intuición como el
fundamento absoluto de todo conocimiento y que he tratado de encontrar, dejando
de lado todos los modos particulares de enseñanza, la esencia de la enseñanza
(Lehre) misma y su forma originaria mediante la cual tiene que ser determinada, a
partir de la naturaleza misma, la formación de nuestro género. (Pestalozzi, 1978:
155; 1999: 91)14

En el mismo texto, en el aparte siguiente y seis páginas más adelante, el autor


diferencia también, por primera vez, entre intuiciones internas (innere Anschauungen)
e intuiciones externas (äussere Anschauungen)15, y se le comienza a prestar así
una especial atención a estas últimas –en escritos posteriores Pestalozzi centra
su interés en las intuiciones internas y se distancia así del pensamiento tradicional
basado en la simple educación sensualista–. En un texto de 1803 conocido como
Fragmento sobre los fundamentos de la formación y citado en el artículo de Böversen
(1970), Pestalozzi clarifica más esta distinción; al respecto sostiene: 95
La intuición es el fundamento general de todo conocimiento humano, de todo querer
humano, de todo padecer humano y de todo actuar humano. (Pero esa fuente exterior

12
Cf.: Runge Peña (2008).
13
Cf.: Pestalozzi (1978 y 1999).
14
“Freund! Wenn ich jetzt zurücksehe und mich frage: Was habe ich denn eigentlich für das Wesen des
menschlichen Unterrrichtes gelesitet? –so finde ich: Ich habe den höchsten obersten Grundsatz des Unterrichts
in der Anerkennung der Anschauung als dem absoluten Fundament aller Erkenntnis festgesetzt und mit
Beseitigung aller einzeln Lehren das Wesen der Lehre selbst und die urform aufzufinden gesucht, durch welche
die Ausbildung unsers Geschlechts durch die Natur selber bestimmt werden muss” (Pestalozzi, 1978: 155).
15
Cf.: Pestalozzi (1978: 165; 1999: 100).
Andrés Klaus Runge Peña

general de nuestro conocimiento se duplica: Intuición externa: Yo veo el mundo.


Intuición interna: Me veo a mí mismo).

Su fuente general son los cinco sentidos; la impresión (Eindruck) simple, que deja
sobre los sentidos todo aquello que es [que existe AKR], es lo exterior de la intuición,
la intuición externa. El juicio de mi espíritu sobre esa impresión y el sentimiento de
agrado (Behaglichkeit) o desagrado (Unbehaglichkeit) que este mismo produce en
mí, es lo interior de la intuición, la intuición interior.

(La intuición externa es la fuente de la interior; no obstante, en tanto tal, tan solo aviva
los fundamentos del juicio. Pero solo la interior le da a la exterior un valor humano).

Todo el arte de la formación (Kunstbildung)16 de mi género consiste entonces en el arte


de dirigir lo exterior de la intuición. (Pestalozzi citado en Böversen, 1970: 217-218)

Ya vimos, a partir de la cita anterior, que Pestalozzi reconoce en la intuición un


aspecto interno y un aspecto externo. Pestalozzi empezó a hablar de estas dos
dimensiones de la intuición en 1803 –un año antes de la muerte de Kant–. Lo
externo de la intuición tiene que ver con los sentidos y con las impresiones que,
gracias a la sensibilidad, se reciben del mundo. Lo interno de la intuición, por
su parte, es el sentimiento y el juicio que se produce con motivo de tener tales
impresiones externas y ser recogidas por los sentidos (intuición externa). Para
Pestalozzi la intuición externa es la fuente de la interna, pero solo la interna le da
un valor humano a la externa y a la actividad que ello conlleva. Para Pestalozzi no
es propiamente lo externo de la intuición lo que permite que el sujeto tome distancia
frente al mundo y frente a sí mismo, sino, más bien, la vivencia cognitiva, afectiva y
volitiva avivada en la interioridad del sujeto –lo interior de la intuición–. La intuición
16
La expresión “Kunstbildung” no ha de entenderse como “formación artística” tal y como se daría a entender
con una traducción literal. Hay que comprender dicha expresión en el marco de reflexión pedagógico y
96 métodico-didáctico de Pestalozzi, en el que la educación es un arte, es decir, algo no natural y humano. Arte se
opone acá entonces a naturaleza, con lo que la expresión “Kunstbildung” queda referida así a un arte de educar,
a un arte de formar, que, como se colige de la expresión misma, es humanamente artificial o artesanalmente
creado; puede ser conforme a la naturaleza –y ese es el gran esfuerzo de Pestalozzi, presente también en
Comenius y Rousseau–, pero no es única y propiamente la sola naturaleza en su despliegue –natural– [valga
la redundancia]. Como buen roussouniano, Pestalozzi no hecha en saco roto la sutil expresión de Rousseau en
su Emilio de educar “conforme” a la naturaleza. Ese “de conformidad con”, “pareciéndose a”, “asemejándose
a”, “basándose en”, significa que no es la naturaleza misma, sino algo artificial que se da de conformidad con
la naturaleza. Este es un punto muy importante para el pensamiento pedagógico y antropológico en Occidente,
ya que desde muy pronto los lectores de Rousseau, al haber pasado por alto esta sutileza, consideraron que
su propuesta educativa –y su crítica social radical– quería llevar a los seres humanos a “andar nuevamente
en cuatro patas” –como lo expresó Voltaire–. La idea de ver a Rousseau, por ello, como padre de lo que se ha
denominado “naturalismo pedagógico”, me parece, tiene que ser analizada en más detalle. Para Rousseau no
había algo más inalcanzable que la naturaleza misma y no había nada más artificial que la naturaleza –que el
concepto de naturaleza– de los filósofos. Cf.: Runge Peña (2002).

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Pestalozzi revisitado: disquisiciones teórico-formativas sobre “psicologización”

externa le ofrece los “datos” (lo concreto particular) a nuestro conocimiento, pero es
el “sentido interno” el que le da valor; este último viene dado entonces en el marco
de una intuición externa o de alguna vivencia. De allí también la idea de que las
intuiciones sensibles como datos se presenten como algo confuso que debe ser
aclarado mediante el concepto.

Así pues, si bien en la actividad sintetizadora que aparece como parte de la intuición
externa ya hay una construcción humana, esto no basta para que el ser humano
sea visto como un ser íntegro y en armonía, ni para que se hable propiamente de
conocimiento claro. Además de ello, el hombre tiene que pensar –tanto de un modo
teórico como práctico– y buscar, como lo dice Pestalozzi, en el fondo de su corazón.
De allí que este autor llegue incluso a proponer que la intuición interna venga dada
gracias a un “sentido interior” que resulta del corazón. Con lo que dicha intuición
interna se desdobla nuevamente con sentidos distintos: por un lado, referida a
los sentidos y, por el otro, referida a dios –a lo trascendente–. Esta otra intuición
espiritual se despliega desde nuestro corazón y le permite al ser humano percibir
el mundo más allá de cómo se le presenta en tanto dato y de darle así un sentido
y un valor. Es a partir de esta experiencia interna que el ser humano establece el
vínculo con dios y se percata, en consecuencia, de un orden natural como orden
divino. Vemos que las intuiciones son de varios tipos y que, en concordancia con
ello, la formación humana no se circunscribe únicamente a una formación intelectual.

La intuición, al surgir también del “fondo del corazón”, no viene dada solo en el
marco de la observación contemplativa, sino que presupone un vivenciar y un
actuar en los que el ser humano no necesariamente entra en relación con lo dado
de un modo objetivamente –como lo sostiene por ejemplo Luzuriaga–, sino de un
modo afectivo, valorativo, moral y religioso. Las intuiciones que de acá resultan se
encuentran encadenadas a vivencias valorativas en las que las aspiraciones no son 97
simplemente contemplativas, sino afectivas, morales y religiosas. Precisamente la
intuición interna que se tiene de sí mismo hace alusión a todo esto y es el punto
del cual la formación moral parte.

Los sentimientos, a partir de los cuales resultan las primeras semillas sensitivas
de la moralidad de nuestro género, son los fundamentos esenciales de nuestra
intuición interna, y por ello la formación elemental para el amor, el agradecimiento
y la confianza es formación elemental para la intuición interna; y la formación
elemental de la intuición interna no es otra cosa que formación elemental para la
moralidad, que en su esencia se basa en leyes de la naturaleza sensitiva, a partir
Andrés Klaus Runge Peña

de la cual está construido lo esencial de la formación elemental intelectual y física.


(Pestalozzi, 1978: 222-223)

Mediante la intuición interna el ser humano se reconoce a sí mismo y, gracias a


las impresiones externas, es también interpelado. Pestalozzi es claro en esto: por
ejemplo, a medida que el niño experimenta el amor de su madre (intuición externa),
se despierta en él el amor, la confianza y el agradecimiento hacia ella (intuiciones
internas). Igualmente, a través de dicha vivencia el niño se experimenta a sí mismo,
vivencia su ser interior17. Gracias entonces al contacto con la madre de un modo
afectivo y amoroso, el niño tiene intuiciones basadas en sentimientos agradables.
De allí que el contacto, el amor y la afectividad manifestados por la madre funjan
como aspectos muy importantes en la construcción intuitiva del mundo por parte
del niño. Esto le permite al niño sobre todo organizar el mundo desde el punto de
vista de lo agradable y lo desagradable. Dicho con otras palabras, el mundo, a
través de este tipo de intuiciones, se organiza afectivamente, estéticamente. Cobran
importancia los principios de la cercanía y la familiarización en Pestalozzi. Y esto
se aplica también a la vida moral: a partir de allí también se forma el niño como un
sujeto moral. Pestalozzi así como Herbart anclan la moralidad –o mejor, los inicios
de la formación moral– en una formación estética18.

El concepto y lo elemental

Como para Pestalozzi la intuición sin concepto es ciega y confusa –lo que
recuerda a Kant en el sentido de que el conocimiento resulta de los sentidos y del
entendimiento– y no puede llevar a un conocimiento claro, es necesario prestarle
atención entonces a esa otra parte del conocimiento, a saber: al concepto. Con
ello llegamos a otro punto medular del pensamiento pestalozziano, a saber: el de
98 lo elemental. Esta es quizá la idea más conocida y difundida de Pestalozzi, pero la
más malentendida con respecto a su método elemental. En Pestalozzi lo elemental
no significa ni simple, ni fácil, ni sencillo; lo cual es también un malentendido cuando
se habla de educación o enseñanza elemental. Lo elemental remite a las partes
estructurantes de todo conocimiento. Se refiere, por tanto, a las partes irreductibles
o indivisibles. Esas partes elementales y estructurantes de todo conocimiento
Pestalozzi las denomina número, forma y palabra, y son las que están en la base

17
Tal es el propósito, por ejemplo, de las actividades corporales que plantea Pestalozzi con las que se busca que
el niño reconozca su propio cuerpo.
18
Cf.: Runge Peña (2009).

latinoam.estud.educ. Manizales (Colombia), 6 (2): 89 - 107, julio - diciembre de 2010


Pestalozzi revisitado: disquisiciones teórico-formativas sobre “psicologización”

de su concepción de la formación, en su propuesta educativa y en su método de


enseñanza. Número, forma y palabra fungen como una suerte de categorías del
pensamiento en el sentido kantiano que le permiten al sujeto aprehender y organizar
el mundo. Así pues, hay en el espíritu humano, en la mente ordenadora humana,
ciertas formas básicas que le sirven y le permiten comprender los objetos que se
le presentan. Todo lo que nos rodea se nos presenta a nuestro entendimiento en
número, forma y palabra. Como lo dice Silber: “No hay objetos o cualidades de los
objetos, sino actos mentales por medio de los cuales el ser humano construye para
sí un mundo ordenado e inteligible” (Silber, 1973: 140)19.

Este planteamiento básico sobre lo elemental se puede hacer más compresible desde
el marco de las teorías de la formación. La formación elemental (Elementarbildung),
en el sentido de una formación formal, o mejor, formación categorial, se concibe, en
primer lugar, como opuesta a una formación material o centrada en el contenido;
a lo que Pestalozzi denomina una “forma positiva de enseñanza”. Categorías, en
segundo lugar, son las formas generales y básicas de la comprensión humana,
con cuya ayuda se concibe la realidad. Fomentarlas, desarrollarlas es, por tanto, el
propósito de una “Kunstbildung” y del método elemental en el sentido de Pestalozzi.
Un dominio seguro de las categorías es la condición para un conocimiento del
contenido, de lo positivo.

Si bien Pestalozzi enfatiza en que el sujeto se forme elemental o categorialmente,


es decir, que adquiera sus propios conocimientos como resultado del compuesto
entre intuiciones y conceptos claros, cabe anotar que estos conocimientos también
son variados y de múltiples procedencias. Al respecto dice:

[…] toda la suma de nuestro conocimiento proviene:


99
1. De la impresión de todo aquello que la casualidad pone en
contacto con nuestros cinco sentidos. Esa forma de intuición es
irregular, confusa y tiene una marcha restringida y muy lenta.
2. De todo aquello que se pone frente a nuestros sentidos a
través de la información mediada artificialmente (Kunst) y
de la orientación […] Esa manera de intuición es, según el
grado de inteligencia y actividad de mis padres y maestros,
19
“They are not objects or qualities of objects but mental acts by which man constructs for himself an ordered
and intelligible World” (Silber, 1973: 140).
Andrés Klaus Runge Peña

naturalmente más amplia, conexa y más o menos ordenada


psicológicamente […].
3. Mediante mi voluntad para sustentar apreciaciones y mediante
mi propio esfuerzo por lograr intuiciones a través de medios
diversos. Ese tipo de conocimientos intuitivos le da a nuestras
apreciaciones un valor interno propio y nos acerca a la acción
moral propia sobre nuestra formación al crearle una existencia
libre a los resultados de nuestra intuición en nosotros mismos.
4. Mediante el resultado de los esfuerzos y del trabajo en la
profesión y en toda actividad que no tiene como finalidad
la simple intuición. Esa manera de conocer encadena mis
intuiciones a situaciones y a relaciones, pone en concordancia
los resultados de todo ello con mis esfuerzos para con la
obligación y la virtud, y tiene […] un influjo de gran importancia
sobre la rectitud, la constancia y la armonía de nuestras
apreciaciones hasta alcanzar su fin: la claridad de conceptos.
5. Finalmente, el conocimiento intuitivo es analógico en la medida
en que me enseña también las propiedades de esas cosas
que nunca han estado propiamente en mi intuición, pero cuya
semejanza abstraigo de otros objetos que realmente me han
llegado a la intuición. Esa manera de intuir hace de mi progreso
en los conocimientos, que como resultado de las intuiciones
reales sólo es obra de mis sentidos, la obra de mi alma y de
todas sus fuerzas, y vivo así en tantas clases de intuiciones,
cuantas fuerzas del alma tengo. (Pestalozzi, 1978: 133-134;
1999: 75-76)

100 De manera que el reproche de intelectualista no aplica; el mismo Pestalozzi es


enfático:

[…] no deberíamos ocultarnos el que todo el método de enseñanza que recomiendo,


es tan sólo la formación elemental de las fuerzas intelectuales de mi espíritu y, en
ese sentido, tan sólo una parte de la formación elemental general, cuya existencia
coherente y acabada es la que sólo puede ofrecerle al género humano los frutos
para madurar; frutos que mi método de enseñanza hace presentir, pero que no
puede asegurar. (Pestalozzi, 1978: 211)

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Pestalozzi revisitado: disquisiciones teórico-formativas sobre “psicologización”

También lo dice al final de su Wesen und Zweck der Methode (esencia y finalidad
del método) de 1802:

Creo que se me ha permitido decir todo del método de enseñanza tal y como
realmente es. Pero ahora veo con serenidad: no puedo hacerlo. Aquél mismo me
llevó, a través de la verdad de su esencia, a reconocer los vacíos que todavía hay
en él, al verlo como medio general de la formación humana. Es desde luego cierto:
lleva también a través de una formación intelectual aislada del hombre con mano
fija hacia la verdad y al círculo de sus situaciones. Pero la garantía de éxito de ese
hacer, la garantía de hacer que el hombre total con sus fuerzas y con todas sus
inclinaciones se acomode a sus situaciones y relaciones, como se debe acomodar
a ello si él en todo su ser concuerda consigo mismo y para lo inmutable de sus
relaciones deba convertirse en eso que tiene que convertirse para sí mismo, si
debiera corresponderle al fin de cada buen hombre: esa garantía no se la ofrece al
hombre la formación intelectual más perfecta, ni se la puede dar. Y queda por fuera
de toda contradicción: es una consecuencia de la esencia de nuestros fundamentos
el que esa garantía se le pueda dar al hombre sólo mediante la subordinación de su
formación intelectual a la de su formación moral […] Hombres de mi época, con estas
palabras veis vosotros el punto en el que me encuentro al considerar mi empresa. He
transformado mi vida para poder llegar hasta aquí en donde me encuentro y hasta
la tumba voy a continuar, dedicándole mi tiempo y mis fuerzas, con aquellas partes
de la empresa que todavía están por trabajarse. (Pestalozzi, 1978: 229)

De manera que la formación elemental de las fuerzas elementales y una enseñanza


(método) elemental (Elementarunterricht, Elementarerziehung, Elementarmethode)
aparecen como una parte dentro de toda su concepción de formación elemental
general (Elementarbildung).

Lastimosamente muchas de estas especificidades, por ejemplo, las que tienen que
ver con la distinción entre formación, educación y enseñanza, o las que tienen que
ver con la distinción entre el arte de la formación, arte de la intuición, arte de la 101
educación con respecto a la formación y a la intuición, han quedado invisibilizadas
en las traducciones que se han hecho de los trabajos de este autor. Estos matices
no son en nada irrelevantes y han llevado, como dijimos, a que las reflexiones sobre
la formación hayan sido ignoradas o subsumidas en el contexto de las reflexiones
sobre la educación o la cultura.

Veamos el siguiente esquema en el que se presenta todo lo que venimos planteando


hasta ahora:
Andrés Klaus Runge Peña

M U L T I P L I C I D A D DEL M U N D O Fuerza intuitiva


Conceptos claros - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - Intuiciones confusas

Anschauungskraft
ple
últi tiv as
o m voli
de l iv as, INTUICIÓN
t ét ica as, afect Anschauung
sin nsitiv
dad s, se
Uni ognitiva
So n c Intuición externa Fundamento de todo Intuición interna
Aussere Anschauung conocimiento
Innere Anschauung

Intuición sensible Sentimiento moral y Sentimiento de Sí


Sinnliche Anschauung

El arte de la intuición (Anschauungkunst) como tarea del método (enseñanza) elemental para la formación
elemental (Elementarbildung) del ser humano

CONOCIMIENTO Elementos:
Erkenntnis - Forma
CONCEPTO
- Número
Begriff
- Palabra

Categorías del pensamiento

FORMACIÓN CATEGORIAL
Resubjetivación –apropiación, interiorización- de lo objetivo con cabeza, corazón y mano

LO NATURAL Y LO ARTIFICIAL DE CONFORMIDAD CON LA NATURALEZA O


DE LA POSIBILIDAD DE LA AYUDA EDUCATIVA

Lo primero que hay que resaltar es que en sus reflexiones sobre formación
elemental Pestalozzi enfatiza en el proceso de desarrollo de la fuerza intuitiva
(Anschauungskraft). En el Canto del cisne dice: “La idea de formación elemental
[…] no es otra que la idea de conformidad con la naturaleza en el despliegue y
formación de las disposiciones y fuerzas del género humano” (Pestalozzi, 1826)20.
102
Con respecto a la formación, Pestalozzi plantea:

El ser humano no solo tiene que saber lo que es verdadero, tiene también que
poder y querer lo que es correcto. Ese principio incontrovertible divide la formación
elemental de mi género fundamentalmente en tres partes:

20
“Die Idee der Elementarbildung [...] ist nichts anderes als die Idee der Naturgemäßheit in der Entfaltung und
Ausbildung der Anlagen und Kräfte des Menschengeschlechts” (Pestalozzi, 1826).

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Pestalozzi revisitado: disquisiciones teórico-formativas sobre “psicologización”

1. En la formación elemental intelectual […]


2. En la formación elemental física21 […]
1. En la formación elemental moral […]. (Pestalozzi, 1978: 211)

Acá Pestalozzi se pone en contra de cualquier forma de unilateralización de


esa formación elemental a la que denomina “Einseitigkeit in der Bildung des
menschlischen Geschlechts” (Pestalozzi, 1978: 219). En concordancia con ella,
habla de varias clases de seres humanos “mal formados” (verbildeter Mesnchen),
según la formación elemental dominante. Se refiere entonces a una unilateralidad del
entendimiento y de una formación elemental exclusivamente intelectual. A personas
formadas así las llama “charlatanes del entendimiento”, “egoístas del entendimiento”,
“peligrosas bestias del entendimiento”. Pero también hay unilateralización en la
formación física y en la formación moral. Dentro de la formación física unilateral
están las “bestias violentas” y los “burros trabajadores”, y dentro de la formación
moral unilateral están los “charlatanes del corazón” y los que son solo palabra, a
los que denomina “bestias del corazón”. De manera que bajo la lógica en la que
intuición y concepto se complementan, el simple discurso, por ejemplo sobre los
valores resulta infructífero y hasta dañino. De lo que se trata es que esas intuiciones
morales, esos sentimientos de lo bueno y lo correcto, además de ser vivenciados,
sean interiorizados e identificados, por ejemplo, con el nombre de las virtudes y
que estas, a su vez, sean vivenciadas por el sujeto. Así pues, “mientras más alto
se eleven las artes de la unilateralidad de una Nación más hondo se hundirá en

Pestalozzi se nos presenta también como uno de los precursores de una formación corporal formal, lo cual
21

lo convierte en una persona clave dentro de la historia de la educación corporal. En ese sentido, Pestalozzi
propone el desarrollo de una gramática del movimiento corporal humano, un ABC de las artes, entendidas
estas en el sentido de capacidades y habilidades corporales. Bajo la misma lógica de sus planteamientos sobre
el conocimiento y sobre la formación intelectual, sostiene que las capacidades y habilidades corporales más 103
elevadas son el compuesto de determinadas formas elementales de movimiento. Al respecto sostiene Pestalozzi:
“La formación de las habilidades físicas, que el Estado debería dar sin negligencia y proporcionar fácilmente
al pueblo, así como la formación de los conocimientos más esenciales, se basa, como toda formación de un
mecanismo profundo, en un ABC del arte; es decir, en unas reglas artificiales (Kunstregeln) generales, con
cuyo seguimiento se podría formar a los niños mediante una serie de ejercicios que, progresando gradualmente
de lo más simple a lo más complicado, tiene que lograr, con seguridad física, garantizarle a aquéllos una
facilidad, cada día en aumento, en todas sus destrezas y cuya formación ellos precisamente necesitan. Pero ese
ABC no se ha encontrado. Y es totalmente natural: rara vez se encuentra algo que nadie busca. No obstante,
era muy fácil de hallarlo: se tiene que partir de las manifestaciones más simples de las fuerzas físicas, las cuales
contienen el fundamento también de las destrezas humanas más complicadas […] Es evidente que el ABC de
las habilidades tiene que comenzar desde temprano con ejercicios de destrezas, psicológicamente seriados
[…] El mecanismo de las habilidades sigue totalmente la misma marcha que aquel del conocimiento, y sus
fundamentos son, desde el punto de vista de tu autoformación, quizá más profundos que los fundamentos de
los que parte tu conocimiento” (Pestalozzi, 1978: 183 y ss.; 1999: 114 y ss.).
Andrés Klaus Runge Peña

su malformación” (Pestalozzi, 1978: 219)22. Contra esto, el más alto propósito de


la formación elemental general es la armonía de todas las fuerzas; dicho de otra
forma: la formación humana no tiene otra finalidad que la del desarrollo armónico
de las fuerzas y las disposiciones: formación intelectual, moral y física.

En ese contexto surge entonces el arte: “Kunst” que, como lo dice Quintana Cabanas
(traductor de la última versión en español del Canto del Cisne):

[…] es la palabra más difícil de traducir […] que Pestalozzi no usa nunca en el sentido
de las bellas artes, sino como algo que se opone a la ‘naturaleza’, en cuanto que ésta
es lo que nos viene dado y se hace por sí solo, según lo que es, mientras que –por
el contrario– ‘arte’ es lo que hace el hombre por su intervención intencionada con su
habilidad y su aplicación. De este modo el arte es la capacidad de ‘saber hacer’ o el
conjunto de las habilidades personales. (Quintana Cabanas en Pestalozzi, 2003a: 44)

De allí la concepción pestalozziana de la educación (enseñanza, método) como


un arte.

En ese contexto se encuentra también el término “Kunstbildung” que no alude a


educación artística y que se refiere a los procedimientos, métodos y técnicas que
se ponen en pro del despliegue natural de la formación (Bildung); es decir, del
despliegue de la naturaleza misma. Arte es, pues, la asistencia a la naturaleza,
una modulación de la misma para que siga su propio –y correcto– curso. En El
método dice:

A partir de esta presentación se esclarece que en cada caso en donde el arte de la


formación (Kunstbildung) no vaya paso a paso con la intuición real de la naturaleza,
el arte, por su efecto apresurado sobre el espíritu humano, deviene en una fuente
de endurecimiento sensorial que tiene como consecuencia fatal la unilateralidad, la
104 parcialidad, la superficialidad y los errores presuntuosos. Cada palabra, cada número,
cada medida es un resultado del entendimiento que es producido por intuiciones
maduras. (Pestalozzi, 1978: 32; 1915: 11-12)23

22
“Je höher die Einseitigkeitkünste einer Nation hinansteigen, je tiefer sinkt sie in ihrer Verbildung” (Pestalozzi,
1978: 219).
23
“Aus dieser Darstellung erhellt, dass in jedem Falle, wo die Kunstbildung mit der wirklichen Anschauung der
Natur nicht Schritt geht, die Kunst durch ihre voreilende Wirkung auf den menschlichen Geist zur Quelle einer
sinnlichen Verhärtung wird, die Einseitigkeit, Schiefheit, Oberflächlichkeit und anmassungsvolle Irrtümer zu
ihrer unausweicchlichen Folge hat. Jedes Wort, jede Zahl, jedes Mass ist ein Resultat des Verstandes, das von
gereiften Anschauungen erzeugt wir” (Pestalozzi, 1978: 32). Luzuriaga traduce acá el término “Kunstbildung”
como “educación artística” con dos consecuencias: la primera, que invisibiliza la diferenciación pedagógica
entre formación y educación y la segunda, opaca el esfuerzo de Pestalozzi por distinguir entre lo natural y lo
artificial en el gran proyecto de formación y educación –de conformidad con la naturaleza– del ser humano.

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Pestalozzi revisitado: disquisiciones teórico-formativas sobre “psicologización”

A MODO DE CONCLUSIÓN

En Pestalozzi los acercamientos ético-prácticos y teórico-cognoscitivos a una


enseñanza que desarrolle las intuiciones correctamente tienen un trasfondo, o mejor,
están fundamentados en un pensamiento antropológico y pedagógico. De modo
que si corazón, cabeza y mano se desarrollan según sus propias regularidades,
entonces la tarea del educador es conocer dichas regularidades y hacer que la
educación, particularmente la enseñanza, se adecue a ellas, es decir, que se
desarrolle de conformidad con la naturaleza humana. Esto, con respecto a una
educación “conforme a la naturaleza”, quiere decir que a partir de lo dado en el
estado natural –las capacidades y sobre todo las “fuerzas” (Kräfte und Anlagen)– y
en relación con los vínculos sociales, la educación o arte de la intuición debe actuar
de tal manera sobre el niño, sobre el educando, de modo que este pueda desarrollar,
a partir de sí mismo, su estado moral.

Desde el punto de vista antropológico y pedagógico, el desarrollo de las disposiciones


y las fuerzas resulta ser algo fundamentalmente diferente de llenar una tabula rasa
con datos e informaciones. En el centro del pensamiento pedagógico de Pestalozzi
no está la transmisión del saber, sino el despliegue de las capacidades (Können)
y fuerzas. Y esto último solo es posible mediante la propia actividad y ejercitación.
El niño es, pues, pura fuerza que se manifiesta de variadas maneras y que, por
ello, necesita de la experimentación de sí y del mundo. Hay que procurar entonces
que el mismo niño actúe. De allí la importancia del concepto de “autoactividad”
(Selbstätigkeit) en Pestalozzi que, desde un punto de vista antropológico y
pedagógico, supera el simple sensualismo y el intelectualismo, y la “Einseitigkeit
in der Bildung des menschlichen Geschlechts” (Pestalozzi, 1978: 219).

105
BIBLIOGRAFÍA

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latinoam.estud.educ. Manizales (Colombia), 6 (2): 89 - 107, julio - diciembre de 2010


Pestalozzi revisitado: disquisiciones teórico-formativas sobre “psicologización”

enseñanza de la gramática castellana, según el método de Pestalozzi, extractado de sus obras.


Bogotá: J. A. Cualla.

________. (1947). Manual que contiene los diversos cursos en que se divide la enseñanza de la
aritmética mental según el método de Pestalozzi, y reglas que deben practicar los maestros para
hacer buen uso de los cuadros. Bogotá: J. A. Cualla.

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