La Rioja
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El territorio del municipio, de la misma manera que ocurre con el Estado, delimita el
espacio físico dentro del cual ejerce su poder político, es decir, el lugar donde el municipio
ejercita la potestad de imperium que le corresponde como poder público. Y es dentro de
ese ámbito donde somete a su jurisdicción todas aquellas conductas y relaciones jurídicas
con las materias de competencia local. Si bien es creciente el número de competencias
que los municipios van asumiendo, ya sea por absorción de atribuciones provinciales o
nacionales, ya sea por ejercicio compartido con otros niveles jurisdiccionales.
Al analizar la base territorial del municipio nos importa la distinción entre el municipio
urbano o sociológico, que prioriza la comunidad local, en donde el criterio para determinar
los límites del territorio municipal es el espacio donde se desarrollan las relaciones
sociales propias de la convivencia urbana, conforme a la naturaleza gregaria del ser
humano, por un lado. En este sistema no existe subordinación de las comunidades
menores a las villas cabeceras, asiento y lugar del gobierno municipal.
Por el contrario, si partimos de un esquema de distribución territorial donde el ejercicio de
las funciones estatales, o sea, su competencia, alcanza áreas urbanas y rurales sin
solución de continuidad; en este caso, es el legislador quien realiza a priori una
distribución del territorio sin tener en cuenta la variedad de centros urbanos que se
encuentran en él. Aquí nos encontramos frente al sistema del “municipio departamento” o
“municipio partido”.
“El ejido municipal coincidirá con los límites del Departamento de conformidad a lo
previsto en el artículo 168.“
Esto es, la provincia adopta la postura legalista, según la cual el municipio es solo una
creación de la ley que no responde a una realidad previa, siendo frecuente que dentro de
un mismo departamento queden comprendidas dos o más comunidades urbanas
diferentes y con matices sociológicos propios. Esto lleva a privilegiar de forma arbitraria a
una de ellas, a la que se le concede el carácter de “Villa cabecera”, porque en dicha
ciudad tienen su sede las autoridades de todo el municipio, perjudicando a otras,
consideradas subalternas, ya que estas carecen de su propio gobierno. Cualquier idea o
concepto de “autonomía local” que se intente aplicar a este modelo falla en su propia
base.
Por otro lado, como resultado de la reforma de 1998, confirmada por la reforma de 2008,
se niega toda coparticipación en los recursos a los departamentos de la Provincia, ya que
no ha sido sancionado por la legislatura provincial, hasta ahora, pasados quince años, el
régimen de coparticipación municipal que prevé el artículo 168° (sobre autonomía) de la
constitución reformada. Tampoco se han dictado, hasta el año 2014, las nuevas cartas
orgánicas municipales que contempla la reforma (arts. 168°, 169° y 172°).
Deberán dictar su propia Carta Orgánica, con arreglo a lo que disponen los artículos 169º
y 172º, a cuyos fines convocarán a una Convención Municipal, la que estará integrada por
un número igual al de los miembros del Concejo Deliberante y serán elegidos
directamente por el pueblo del Departamento”.
A pesar de los años que este texto lleva vigente, la autonomía municipal es aún más una
promesa que una concreta realidad en un contexto donde los municipios tienen una muy
fuerte dependencia de la provincia sobre todo en materia de recursos, como veremos.
“Las Cartas Orgánicas Municipales establecerán las estructuras funcionales del municipio,
conforme a los requerimientos del Departamento, incorporando los aspectos de
educación, salud pública, gobierno y cultura, hacienda, obras y servicios públicos, y el
desarrollo social y económico.
Las Cartas Orgánicas deberán asegurar:
1. Órganos de fiscalización y contralor, tales como la Fiscalía Municipal y Tribunal de
Cuentas, como así también deberán asegurar la Justicia Municipal de Faltas.
2. Los derechos de iniciativa, consulta, revocatoria y audiencias públicas.
3. El reconocimiento de centros vecinales.
4. El sistema de juicio político, estableciendo como condición para la suspensión o
destitución la misma proporcionalidad establecida para el juicio político en la Cámara
de Diputados.
5. El proceso de regionalización para el desarrollo económico y social, que permita la
integración y coordinación de esfuerzos en pos de los intereses comunes mediante
acuerdos interdepartamentales, que podrán crear órganos con facultades para el
cumplimiento de sus fines.
Esta Constitución reconoce las siguientes regiones:
Región 1: VALLE DEL BERMEJO: Vinchina, General Lamadrid, Coronel Felipe Varela.
Región 2: VALLE DEL FAMATINA: Famatina, Chilecito.
Región 3: NORTE: Arauco, Castro Barros, San Blas de Los Sauces.
Región 4: CENTRO: Capital, Sanagasta.
Región 5: LLANOS NORTE: Independencia, Ángel Vicente Peñaloza, Chamical,
General Belgrano.
Región 6: LLANOS SUR: General Juan Facundo Quiroga, Rosario Vera Peñaloza,
General Ortíz de Ocampo, General San Martín.
6. La descentralización de la gestión de gobierno.
7. La defensa del medio ambiente, teniendo en cuenta lo que dispone esta Constitución.
8. La composición del patrimonio municipal y los recursos municipales.
9. Derechos del consumidor. Protección y defensa de los consumidores y usuarios.
10. Organización administrativa, debiéndose prever la descentralización de la misma.
11. Todos los demás requisitos que establece esta Constitución.”
Hemos señalado entonces que este ambicioso marco jurídico no fue sino escasamente
desarrollado entre los años 1988 y 1998 para volverse entonces a una ley genérica, igual
para todos los municipios y sin que los mismos hayan buscado reeditar la experiencia de
dictado de sus cartas, manteniéndose esa situación hasta hoy.
A partir de 1988 los dieciocho municipios de la provincia dictaron sus respectivas cartas
orgánicas municipales que perdurarían hasta la genérica derogación de las mismas que
provocó la decisión de la Convención Constituyente de 1998 ya referida, que suspendió la
vigencia de la totalidad de las Cartas. Esta situación aún se mantiene a pesar de que los
municipios recuperaron hace tiempo la posibilidad de encarar nuevamente el dictado de
las Cartas. Ninguno lo ha hecho. Dado que las mismas rigieron durante casi una década
formularemos un breve análisis de las características de dicho proceso.
Derechos, Deberes de los Vecinos. Adelantamos desde ya que no nos parece correcto
ni adecuado a un derecho federal como el argentino, donde la Constitución Nacional
resguarda por igual los derechos de todos los habitantes del país, la proliferación de
declaraciones de derechos en las constituciones provinciales o cartas orgánicas locales.
Dicha práctica sólo nos parece pertinente para la cuestión de los eventuales derechos
políticos de los ciudadanos y habitantes ya que dicha materia admite una mayor y
concreta decisión local en su extensión.
En cuanto a los derechos y deberes de los vecinos, no todas las cartas orgánicas los
estipulan expresamente. En materia de deberes, solamente la COM de General Belgrano
(art. 183) el cual prescribe la obligación de cumplir con los deberes establecidos por la
Constitución Provincial, la Carta Orgánica Municipal y las Ordenanzas municipales. En
cuanto a derechos, la COM de General Belgrano (art. 184 y 185), consagran la vigencia
de los derechos estipulados en la Constitución Nacional y provincial, los derechos
implícitos, y luego hace una enumeración de derechos (ambiente sano y limpio, salud,
requerir el accionar municipal en determinadas situaciones prevista por la propia norma,
participación política y social, trabajar, acceso a la información oficial, iniciativa de
proyectos de ordenanza, gratuidad de servicios públicos en carencia de recursos para
solventarlos)
Las cartas orgánicas de Juan Facundo Quiroga, Rosario Vera Peñaloza, General San
Martín, General Ocampo y Sanagasta no se expresan de manera explícita sobre derechos
y deberes de los vecinos. No obstante de la regulación de las atribuciones del Honorable
Consejo Deliberante, pueden extraerse como derechos subjetivos. De la misma
naturaleza, son los derechos que pueden extraerse de las COM de Departamento Capital,
General Belgrano, San Blas de los Sauces, Famatina, Arauco, Felipe Varela, General
Sarmiento, Chilecito, Chamical, respecto de las regulaciones específicas que se hacen
respecto a la Educación, conceptualizado como un derecho humano (Capital, art. 90) y
que en las COM de Departamento Capital y Famatina, comprende a las bibliotecas
populares y al deporte y recreación), salud (Capital, en su art. 95 considera a los
medicamentos como un bien social); patrimonio cultural, agua, turismo, medio ambiente,
consumidores, previsión social, niñez, juventud, ancianidad y discapacidad. San Blas de
los Sauces (Capítulo III) y Famatina (arts. 81, 83) establecen una determinación de los
derechos y deberes de los empleados municipales.
Algunas cartas orgánicas (en un título o capítulo aparte de los institutos de democracia
semidirecta), regulan la participación ciudadana en el municipio a través de algunos
institutos como los Centros, Uniones y Juntas vecinales/municipales.
Los Departamentos de Ciudad Capital (arts. 161 a 176), San Blas de los Sauces (arts.
154 a 157); Famatina (arts. 175 a 177, extendiéndola participación a cooperativas y
clubes); Arauco (arts. 159 a 167); Coronel Felipe Varela (arts. 181 a 184); General
Sarmiento (arts. 299 a 304); Sanagasta (arts. 180 a 183), regulan, con algunos matices
distintos, la participación ciudadana en el ámbito municipal.
Por otra parte, la Carta Orgánica del departamento de General Sarmiento, establece
además atribuciones específicas de los centros vecinales, estableciendo, además, el
mecanismo de obtención de la Personería Jurídica. A tal efecto, el artículo 302 C.O.M,
establece que para la obtención de la Personería Jurídica Municipal es necesaria la
inscripción acompañada de declaración de principios, estatutos y nómina de autoridades
electivas y socios; estar formada por vecinos con derechos electorales pertenecientes al
barrio o distrito; imposibilidad de existencia de más de un Centro Vecinal por barrio.
Perfiles de los órganos de gobierno. Poder Ejecutivo.El perfil del Poder Ejecutivo
municipal, marca un ejecutivo unipersonal, con un mandato de cuatro años, reelegibles.
Las COM de General Belgrano, Famatina, General Sarmiento, establecen la
obligatoriedad de presentación de declaración jurada de bienes al momento de asumir,
como después de cesar en sus funciones. La totalidad de las COM, establecen la
imposibilidad de ausencia del Ejecutivo del territorio municipal por más de 5 días sin
autorización del Concejo Deliberante.
En caso de acefalía, la sucesión queda en manos del Presidente del Consejo, a falta de
este, en el Vicepresidente del Consejo. Solamente Mun. San Blas de los Sauces,
establece que en caso de acefalía, el propio Consejo Deliberante elegirá a un miembro de
su seno para suplir la ausencia del ejecutivo.
Tres municipios tienen una regulación distinta: Chilecito, establece que son 18 miembros
los cuales representan a las secciones electorales del departamento que por propia carta
municipal (art. 93) son seis; la COM de Chamical (art. 59) establece que si bien son 12
miembros, puede aumentarse en 1 concejal cada 3.000 habitantes; Sanagasta (arts. 34-
35), establece que el número de concejales se estipula en 1 cada 250 habitantes, no
pudiendo, no obstante nunca ser inferior a 7 ni mayor a 18 concejales.
El mandato es de cuatro años con posibilidad de reelección, gozando los miembros del
Concejo de inmunidad de opinión y arresto durante el ejercicio de la función. En las COM
de Famatina (art. 23) y Arauco (art. 14), General Sarmiento (art. 30), se establece la
obligación de la presentación de Declaración Jurada de Bienes antes de asumir y a la
finalización del mandato. Las COM de Famatina (art. 42), Arauco (art. 26), Felipe Varela
(art. 60), General San Martín (art. 27), Chilecito (art. 116), Sanagasta (art. 62), consagran
la naturaleza jurídica de las Ordenanzas, a las cuales considera como disposiciones con
virtualidad de ley.
En las COM de Famatina, Juan Facundo Quiroga, Coronel Felipe Varela, General San
Martín, Chilecito, Sanagasta, el período de sesiones se extiende entre el 1 de Marzo y el
15 de Diciembre. General Belgrano y General Ocampo estipula las sesiones entre el 1º de
Marzo y el 30 de Noviembre, mientras que el Chamical, entre el 1º de Febrero y el 20 de
Diciembre.
Las COM que más se extienden en la regulación de la Justicia Municipal de Faltas, son
las de San Blas de los Sauces y Coronel Felipe Varela. En consonancia con ello, San
Blas de los Sauces (art. 105) y Felipe Varela (art. 116), establecen que el Juez de Faltas
tiene el deber de respetar y mantener la supremacía constitucional, siendo el control de
constitucionalidad una cuestión de derecho procederá a pedido de parte de oficio a
verificar la constitucionalidad de las normas que aplica.
General San Martín (Art. 42), establece el Juzgado de Faltas y la Procuraduría de Paz,
debiendo ejercer este último un órgano una función (conf. art. 49), activa, militante, en
todo el ámbito del territorio municipal, procurando asistir a los vecinos, principalmente a
los más necesitados, a las familias, a los menores y a los ancianos, en sus requerimientos
de orientación para defender sus derechos, asegurar sus bienes, gozar de su libertad, y
acceder a los beneficios propios de una comunidad democrática y solidaria, sean de
naturaleza económica, previsionales, laborales, culturales, políticos o de cualquier otra.
Las COM de Arauco y General Ocampo establecen la regulación dentro del ámbito de los
organismos de contralor, conjuntamente con Fiscalía y el Tribunal de Cuentas. Los jueces
son electos por el Poder Ejecutivo, a propuesta del Concejo Deliberante, teniendo las
prerrogativas de los miembros del poder judicial provincial. Gozan de inamovilidad
mientras dure su función temporal; con excepción de Arauco (art. 144) que establece que
la designación del Juez de Faltas (solamente) la efectúa el Concejo Deliberante.
Finalmente, las COM de Ciudad Capital (arts. 127-128) y Arauco (150), regulan dentro del
sistema de justicia de faltas a los Jueces de Paz Legos.
Fiscalía Municipal. La fiscalía Municipal tiene como función principal, por mandato de los
constituyentes municipales, la defensa del patrimonio y control de la legalidad
administrativa de los actos del Municipio. Se le otorga personería para demandar nulidad
e inconstitucionalidad de las Ordenanzas y resoluciones en el sólo interés de la Ley o en
Defensa de los intereses fiscales municipales. Es el último intérprete del Derecho en el
ámbito municipal. A diferencia del Fiscal de Estado Provincial, los fiscales municipales
tienen un mandato temporal y son designados por el Ejecutivo municipal con acuerdo del
Concejo Deliberante.
Todas las cartas orgánicas crean el Fiscal, pero la carta Orgánica de General Belgrano,
prescribe la facultad del Gobierno Municipal para crear por Ordenanza la Fiscalía
Municipal cuando las condiciones lo permitiesen, en los términos de la carta orgánica. En
materia de faltas, las cartas Orgánicas de San Blas de los Sauces (art. 106), Felipe Varela
(art. 117), Sanagasta (art.120) le otorgan participación en los procesos que se formen
ante la Justicia de Faltas. Contemplan esta institución Ciudad Capital: Título VI, capítulo I,
arts. 108-112; General Belgrano: Capítulo IX, artículos 87-92; San Blas de los Sauces:
Capítulo XI, artículos 109-112; Famatina: Título VI, Capítulo I, artículos 144-148; General
Sarmiento: Capítulo IX, artículos 107-111; General San Martin, arts. 52 a 54; General
Ocampo: Título IV, capítulo 2, artículos 117-120; Sanagasta: Capítulo XI, artículos 98-102.
La generalidad de los municipios contempla esta institución: Ciudad Capital: Título VI,
capítulo II, arts. 113-121; General Belgrano: Capítulo X, artículos 93-103; San Blas de los
Sauces: Capítulo XI, artículos 113-121; Famatina: Título VI, Capítulo II, artículos 149-155;
Arauco: Capítulo VIII, artículos 81-89; Coronel Felipe Varela: Capítulo XII, artículos 128-
138; General Sarmiento: Capítulo IX, artículos 112-124; General San Martin: Artículos 55-
60; Chilecito: Capítulo XVII, artículos 175-85; General Ocampo: Título IV, capítulo 1,
artículos 110-116; Chamical: Capítulo VI, artículos 74-81; Sanagasta: Capítulo XII,
artículos 103-111.-
Defensoría del Pueblo. Tiene por objeto la protección de los derechos e intereses
públicos de los ciudadanos y de la comunidad, sin recibir instrucciones de autoridad
alguna, frente a los actos, hechos y omisiones de la Administración Pública municipal o
sus agentes, que implique el ejercicio ilegítimo, defectuoso, irregular, abusivo, arbitrario,
discriminatorio, negligente, gravemente inconveniente o inoportuno de sus funciones.
La designación, competencias, requisitos, duración y procedimentalidad de actuación está
reservado a las ordenanzas municipales (Chilecito: Capítulo XVII, artículos 173-174;
General Ocampo: Título IV, Capítulo 4, artículos 126-127).
Recursos de otra jurisdicción: Extraordinarios: Subsidios y aportes del tesoro nacional y/o
provincial.
En las Cartas orgánicas de Juan Facundo Quiroga (art. 26 incs. 2-5-6) y General San
Martín (art. 26, incs. 7-13-28), los recursos están determinados en las potestades del
órgano legislativo, siendo la única referencia existente sobre el tema.Por otra parte, en un
criterio más detallado, las cartas orgánicas de General Sarmiento (art. 193), Sanagasta
(art. 90), hacen una individualización de lo que abarca el rubro impuestos, tasas, patentes,
derechos y recursos.
Pero aún más imperativa y denegatoria de una auténtica autonomía municipal resultaba la
cláusula transitoria novena que establecía que para la convocatoria a convencionales
municipales debían estar de acuerdo todos los municipios y el ejecutivo provincial, un
absurdo cuyos efectos se mantienen hasta hoy a pesar de que las cláusulas transitorias
no se reiteraron en las convenciones constituyentes reformadoras de 2002 y 2008.
Siguiendo una buena técnica de nuestra legislación provincial la LOM deja a salvo las
funciones implícitas del municipio al establecer que éste podrá realizar, además de las
enumeradas, cualquier otra acción de interés comunal que sea compatible con la
naturaleza y competencia específica de la función municipal aunque no estuviere
enumerada en esta Ley Orgánica Municipal Transitoria (art. 43).
Ya hicimos referencia al hecho de que este tema estaba presente en algunas de las
cartas orgánicas oportunamente reseñadas. También la LOM establece, no sin cierta
pomposidad, que “los vecinos, sentido y razón de ser del Municipio, protagonistas y
artífices de la vida cotidiana y del destino común de los pueblos y ciudades de cada uno
de los Departamentos, gozan de los siguientes derechos, cuya garantía compete al
Municipio, conforme a las Ordenanzas que reglamenten su ejercicio, a saber: a elegir y
ser elegidos; a peticionar a las autoridades, a obtener respuestas y a la motivación de los
actos administrativos; a la igualdad de oportunidades y de trato; a participar política,
económica, social y culturalmente en la vida comunitaria; al ambiente sano, al desarrollo
sustentable, la práctica deportiva y recreación; a informarse y ser informados; a acceder
equitativamente a los servicios públicos, participar en su control y gestión y a la protección
como consumidores y/o usuarios.
A todo evento se aclara que los derechos enumerados y reconocidos por la LOM no
importan la negación de los demás que se deriven de la naturaleza y competencia propias
del Municipio (art. 44). Así mismo, agrega un artículo referido a los deberes de los
vecinos, enumerando en tal sentido los siguientes: cumplir con los preceptos de esta LOM
y las normas que en su consecuencia se dicten; respetar y defender la ciudad; participar
en la vida ciudadana; conservar y proteger los intereses y el patrimonio histórico cultural
de las ciudades pueblos del Departamento; contribuir a los gastos que demande la
organización y funcionamiento del Municipio; preservar el ambiente, evitar su
contaminación, participar en la defensa ecológica de la ciudad y reparar los daños
causados; cuidar la salud como bien social; prestar servicios civiles por razones de
seguridad y solidaridad y actuar solidariamente en la vida comunitaria (art. 45).
Departamento Deliberativo
Al asumir el cargo los concejales deberán presentar una declaración jurada efectuada
ante la Escribana General de Gobierno de la Provincia o del Departamento si la hubiere,
de los bienes patrimoniales que posea, asimismo deberá presentar otra declaración
jurada patrimonial al finalizar el mandato.
A todo evento el artículo 75 aclara que la enumeración del artículo que antecede no
excluye el derecho de dictar Ordenanzas sobre actividades o funciones, especificadas o
no, pero que por su índole sean municipales.
Las ordenanzas que la LOM llama “especiales” y que requieren dos tercios de la totalidad
de los miembros del cuerpo para su aprobación son mencionadas en el artículo 96 y se
refieren a los siguientes temas: creación de entidades descentralizadas o autárquicas;
creación de empresas de economía mixta; municipalización u otorgamiento de
concesiones de servicios públicos; sometimiento a arbitraje; otorgamiento del uso de
bienes públicos del Municipio a personas físicas o jurídicas y la transmisión, otorgamiento
y constitución de derechos reales sobre bienes inmuebles o enajenables del Municipio.
“vetada en parte la Ordenanza por el Intendente, éste podrá promulgar la parte no vetada,
siempre que tenga autonomía normativa y su aprobación parcial no altere el espíritu ni la
unidad de la Ordenanza sancionada por el Concejo. En este último caso, y si así fuera
considerado por la Justicia, la Ordenanza carecerá de validez legal”. La redacción nos
parece criticable porque pone en definitiva en manos de la justicia definir la validez de una
ordenanza, algo absurdo. Oportunamente nos hemos referido a las críticas que supone
este tipo de veto con promulgación parcial (Montbrun, 2006)
Departamento Ejecutivo
La ley enumera otras atribuciones tradicionales del cargo, tales como rendir informes al
concejo deliberante; convocar a sesiones extraordinarias; designar y remover su gabinete;
aplicar las medidas disciplinarias en el marco de la legislación vigente; hacer recaudar las
rentas municipales; administrar los bienes que integran el patrimonio municipal; presentar
los proyectos de ordenanza Impositiva y presupuesto; presentar al Tribunal de Cuentas
competente el balance anual dentro de los noventa (90) días del cierre del ejercicio;
otorgar permisos y habilitaciones, disponer medidas preventivas y correctivas y ejercer el
contralor de todas las actividades sujetas al Poder de Policía Municipal, con arreglo a las
Ordenanzas y Leyes vigentes.
Los intendentes tienen atribuciones para adoptar todas las medidas necesarias para el
progreso y desarrollo del Departamento y la Región, promoviendo regímenes de estimulo
a las actividades económicas y para ordenar la demolición de toda estructura que se
considere riesgosa para la seguridad pública o esté en pugna con las Ordenanzas
vigentes y disponer la ejecución, por parte del Municipio, de aquellas obras ordenadas a
los propietarios, que no hayan sido realizadas en el término por el que hubieren sido
emplazados, cargando en ambos casos con los gastos a los infractores de las
Ordenanzas respectivas, sin perjuicio de las multas y demás penalidades establecidas por
ella.
Hemos sido siempre críticos de las designaciones “políticas” de los jueces ya que por lo
menos en una instancia previa de selección de candidatos debería existir un concurso
abierto, competitivo y de evaluación de la calidad profesional de los aspirantes, quedando
a los cargos políticos la recisión final de designación. No obstante la ley busca avanzar en
un principio de calificación de los candidatos y eso parece correcto.
También los jueces municipales de faltas están autorizados para enviar al Concejo
Deliberante, proyectos de Ordenanzas referidos a la Organización y funcionamiento de la
Justicia de Faltas y deberá informar anualmente al mismo la actividad desarrollada en su
jurisdicción (arts. 122 a 125 y cc).
Ya hemos señalado que una de las consecuencias más perversas del modelo municipal
departamental es la absoluta falta de autonomía de los pueblos, ciudades y villas que no
son cabecera departamental y que por lo tanto son gobernados a control remoto desde
las villas cabeceras y por unos delegados de los intendentes municipales en cada
comunidad. Algunas veces se ha planteado hacer estos cargos electivos lo que parece un
absurdo toda vez que desde un punto de vista institucional y normativo carecen de
capacidad de gobierno propio. La LOM refuerza claramente esta pauta en su normativa al
disponer que en departamentos en que fuere necesario, el municipio creará delegaciones
distritales, cuyas funciones serán ejercidas por un delegado que será nombrado
directamente por el Intendente y dependerá en sus funciones exclusivamente del
Ejecutivo Municipal. Para ser Delegado Municipal se requieren las mismas condiciones o
requisitos que para ser Concejal. El Delegado Municipal representa al Intendente en el
Distrito, su cargo será no escalafonado.
El número, estructura y funcionamiento de las
Delegaciones Municipales Distritales será determinado por Ordenanza en cada Municipio
(art. 113).
Si bien esta figura aún no ha sido creada la LOM prevé la existencia de la “Fiscalía
Municipal Regional” que será ejercida por el Fiscal Municipal Regional y que tendrá a su
cargo el control de legalidad administrativa de los Municipios que componen la Región y la
defensa judicial del patrimonio y de los intereses públicos y privados de dichos Municipios.
Este funcionario podrá demandar la nulidad e inconstitucionalidad de las Leyes,
Ordenanzas, Reglamentos y Resoluciones en el solo interés de la Ley o en defensa de los
intereses fiscales de cada Municipio. Es parte en los procesos que se formen ante el
Tribunal de Cuentas Regional.
Para ser Fiscal Municipal Regional se requieren los mismos requisitos que para ser Juez
Municipal de Faltas.
Será propuesto en forma conjunta por los Intendentes de la Región,
y deberá contar con el acuerdo de los Concejos Deliberantes respectivos, los que fijarán
su remuneración y fuente de financiamiento.
Durará cuatro años en sus funciones, pudiendo ser reelegido. Puede ser removido si así
lo dispusieren los Concejos Deliberantes de la Región en forma conjunta, y con el voto de
la mayoría absoluta de los miembros de cada Concejo presentes en la Sesión.
Tiene iguales incompatibilidades que los Concejales (arts. 130 a 132).-
Tribunal de cuentas
La LOM prevé que tribunales de cuentas regionales estarán integrados por un presidente,
un vicepresidente y vocales, variando el número de estos últimos según la población de
cada región. De su seno se elegirán las autoridades y durarán sus integrantes seis años
en sus funciones, pudiendo ser reelectos. Durante ese término sólo podrán ser removidos
por juicio político.
Para ser miembro del Tribunal de cuentas regional se requieren, además de tener
residencia en la Provincia y los demás requisitos que para ser concejal y contar con el
título de abogado o contador público.
La ley prevé que sus fallos y dictámenes que emita el Tribunal de Cuentas Regional harán
cosa juzgada en cuanto a si la percepción e inversión de los fondos ha sido hecha o no de
acuerdo a la presente Ley y las Ordenanzas respectivas, de cada Departamento, siendo
susceptibles de los recursos de reposición o reconsideración por ante el mismo Tribunal y
de casación ante el Tribunal Superior de Justicia. Si en el curso del trámite administrativo
surgiere la posible comisión de un hecho delictivo, se remitirán, las actuaciones al juez
competente. La ejecución de las decisiones del tribunal estará a cargo del Fiscal
Regional.
La propia LOM establece que el régimen electoral de cada municipio es la ley electoral de
la provincia, otra disposición que lastima la autonomía municipal. Dentro de los
mecanismos de participación política ya nos hemos referido al sufragio de extranjeros.
Todas las solicitudes serán suscriptas en el local de la Junta Electoral Municipal o en las
que ella habilite al efecto, previa comprobación de la identidad de los firmantes. La
iniciativa tramita ante el Concejo Deliberante, para la revocatoria hay 10 días hábiles,
cumplidos los requisitos, para convocar al electorado.
En la consulta popular el elector deberá sufragar en una boleta con la siguiente leyenda:
"voto por que (SI / NO)(se sancione o no se sancione) la Ordenanza relativa a (el tema).
En la elección de revocatoria, el elector deberá sufragar en una boleta que exprese
claramente si vota por la destitución o por la confirmación de los funcionarios sometidos al
pronunciamiento del electorado.
En todo comicio de consulta o de revocatoria para que ella opere deberá votar en forma
afirmativa o por la remoción, la mayoría absoluta de los votos válidos emitidos con una
participación del electorado no inferior al cincuenta por ciento (50%). Estas elecciones son
obligatorias para el electorado.
Iniciativa popular.
Revocatoria popular
Para que la revocación popular se haga efectiva, debe votar en tal sentido más del
cincuenta por ciento (50%) de los electores inscriptos en el padrón electoral(147). Se
remite a una ordenanza las formalidades con que se ejercerá este derecho, su forma de
sustanciación y tratamiento por el Concejo Deliberante, como así también los términos en
que el mismo será resuelto, garantizando el derecho de defensa del afectado. El
electorado podrán, en la forma que seguidamente se determina, ejercer el derecho de
destitución de los funcionarios electivos que ejercen el Gobierno Municipal.
El derecho de revocatoria queda sujeto a las condiciones que establezca una ordenanza
sobre el tema pero la ley dispone que para que se apruebe la revocación de un mandato
deberá votar en tal sentido al menos el 50% de los electores inscritpos en el padrón. l ce
en el Artículo 152º-. de la Carta Orgánica Municipal y podrán ser promovido por un
número de lectores no inferior al quince por ciento (15%) del Padrón Electoral Municipal o
en su defecto del que se hubiera utilizado en el último comicio municipal. Para destituir en
sus cargos:
a) Al Intendente Municipal.
b) A uno o varios Concejales.
En los casos de remoción contemplados por el Artículo precedente, el pronunciamiento
popular estará referido a la confirmación o destitución de los funcionarios a el sometidos.
Si la decisión popular determina la remoción parcial contemplada por el Inciso b) del
Artículo 3º.-, ellos serán reemplazados en la forma que prescribe la Carta Orgánica
Municipal.
En los casos de revocatoria contemplados en los Incisos a) y b) del Artículo 3º.-, el acto
eleccionario de destitución será seguido en un plazo de quince (15) días, por el de
renovación de autoridades, no pudiendo ser candidatos los mismos funcionarios
removidos.
Consulta popular
El Cuerpo Electoral se pronunciará por sí, cuando se apruebe la consulta y por no,
cuando la rechace en ambos casos se definirá por simple mayoría de sufragios. Todo
proyecto de Ordenanza que tenga origen en el derecho de iniciativa, serán sometido a
Consulta Popular Obligatoria:
a) Cuando su sanción importe modificaciones sustanciales al proyecto.
b) Cuando sancionada por el Concejo Deliberante, lo observase el Departamento
Ejecutivo y aquel no insistiese en su sanción. Siendo obligatorio también en caso de
cualquier reforma a la Carta Orgánica Municipal.
La Consulta Popular no vinculante puede ser promovido por el Departamento Ejecutivo.
La Consulta obligatoria debe ser requerida indistintamente por el Intendente o el
Presidente del Concejo Deliberante. No se reputará legalmente válida ninguna Ordenanza
sometida por la Carta Orgánica Municipal a Consulta Popular Obligatoria, hasta tanto no
se haya consultado al electorado municipal.
Toda ordenanza sometida a consulta para ser aprobada, necesita la simple mayoría de
sufragios emitidos con una participación del electorado no inferior al 50% del Padrón
Electoral Municipal. Si no lo obtuviera, la misma no será válida y no podrá ser tratada
nuevamente por el Concejo Deliberante, hasta transcurrido un año de la consulta. Si la
Ordenanza obtuviera la aprobación del electorado, se considerará definitivamente
sancionada. Si fuera necesario reglamentarla el Departamento Ejecutivo deberá hacerlo
en un plazo de 10 días.Toda Ordenanza sancionada por consulta popular excluye
totalmente las facultades de observación y veto del Departamento Ejecutivo, no pudiendo
operarse su derogación o modificación sino después de transcurrido un año de vigencia.
Audiencia Pública
Los habitantes del departamento o las entidades Intermedias que canalizan y articulan
participación ciudadana, tienen la posibilidad, al menos en el marco legal, de acceder a
audiencia pública, y proponer a la Administración Municipal, la adopción de determinadas
medidas para satisfacer sus necesidades vecinales o recibir información de los actos
político- administrativos del Gobierno local.
Se realizará en forma verbal, en un solo acto y con temario previo. Podrá ser solicitada
por vecinos o entidades representativas o convocada a instancia del Departamento
Ejecutivo o del Concejo Deliberante. La Ordenanza reglamentará su funcionamiento.
(151)
La LOM establece una disposición que existe también en la constitución Provincial para
los cargos de legisladores provinciales (art. 78). En el mismo sentido la LOM expresa que:
“Declárese que las bancas de toda representación legislativa pertenecen a los partidos
políticos que han intervenido en el acto electoral y han nominado sus candidatos. Cada
Partido tiene la atribución de determinar si la forma en que es ejercida su representación o
mandato responde al programa y doctrina política que sirvió para la exaltación del
candidato al cargo que ostenta. En caso de incumplimiento en el ejercicio de su mandato
podrá el partido iniciar acción ante el Tribunal Electoral de la provincia con el fin de
cuestionar el desempeño de la representación y resuelta la inconducta, queda abierta la
sustitución por el suplente respectivo” (art. 154).
Participación sectorial
Por ordenanza 1699 del año 1989 el Concejo Deliberante de la Capital creó el Consejo
Económico Social Municipal, integrado por los sectores “más representativos de las áreas
económica y social de la Comunidad”. Su finalidad es asesorar “al titular del
Departamento Ejecutivo” – no se entiende por qué se excluye al Concejo de ese posible
asesoramiento – o cuando este lo solicite respecto a medidas, planes y programas sobre
temas económicos, financieros, sociales y de planificación que se consideren de
trascendencia para el Municipio.
El Consejo está en principio integrado por seis miembros que representan al sector
comercial (dos), de entidades vecinales (dos) y al gobierno municipal los dos restantes.
No hemos podido constatar que este consejo se haya reunido en la última década.
La Constitución provincial prevé una disposición que cada municipio provee a los gastos
de su administración con los fondos del tesoro municipal formado por el producido de la
actividad económica que realice y los servicios que preste; con la participación, y en la
forma que los municipios convengan con la provincia, del producido de los impuestos que
el gobierno provincial o federal recaude en su jurisdicción; por la venta o locación de
bienes del dominio municipal; por los recursos provenientes de empréstitos y otras
operaciones de crédito que realice; por los subsidios que le acuerda el gobierno provincial
o federal y por los demás ingresos provenientes de otras fuentes de recursos (art. 173).
Con mayor desagregación la vigente LOM enumera como recursos municipales las tasas,
tributos, derechos, contribuciones y gravámenes que establezca en forma equitativa,
proporcional y progresiva; con operaciones de crédito o empréstitos; con la
coparticipación tributaria que se establezca con el Estado Provincial; con los derechos,
convenios, participaciones, contribuciones y cánones, derivados de la explotación de sus
bienes y recursos naturales con arreglo de la Constitución de la Provincia; con las
donaciones y legados y todo otro recurso no incluido especialmente en la enumeración
anterior y que sea de índole municipal y, finalmente, con los fondos provenientes de los
acuerdos de los acuerdos financieros que el Municipio celebre con el Estado Provincial
(art. 49). También se prevé la posibilidad que el municipio mediante ordenanza establezca
eximiciones tributarias en forma “equitativa, proporcional y progresiva” similar a la que
establecen otros municipios argentinos en casos de personas jubiladas, discapacitadas o
en condiciones vulnerables.
Señalemos que a pesar de lo ambicioso del artículo constitucional la situación del tema en
la provincia se sigue manejando con la base normativa de un decreto de la época de la
dictadura militar, el Decreto Ley Nº4126 de 1982, que estableció en ese momento una
base de coparticipación a los municipios primaria del veinte por ciento del impuesto a los
ingresos brutos y el cincuenta por ciento del impuesto a los automotores (ambos recursos
provinciales) y del seis por ciento de la recaudación provincial por coparticipación federal.
Otro cuatro por ciento de este último rubro llegaba también a los municipios por la vía de
un Fondo para el Desarrollo Comunal.
El artículo dispone que la intervención debe hacer por ley, y esta ley debe ser aprobada
con dos tercios de votos de los miembros de la Cámara de Diputados, lo cual parece
pertinente atento a la naturaleza excepcional de este instituto. Taxativamente se dispone
que la misma puede proceder en los en los siguientes casos:
La Intervención se dispondrá por el término que fije la ley, debiendo el Interventor atender
exclusivamente los servicios ordinarios. Por su parte, la vigente LOM dispone en su
artículo 9 que: