Unidad III
Unidad III
Unidad III
UNIDAD III-Lectura 8
CAPÍTULO VII
"Cada día estamos eliminando diez especies de seres vivientes que son una biblioteca de
saber acumulado de millones de años por la tierra.
El sistema de la biosfera está gravemente enfermo porque hay una quimicalización de
todas las relaciones de alimentación, una contaminación del suelo y del subsuelo, del
aire...; a tal punto que el equilibrio dinámico de esta realidad sistémica que todo incluye
-que es la tierra- puede quebrarse con la victimación de millones y millones de personas
e, incluso, con riesgo de imposibilitar la biosfera".
En los últimos años, quizá ante la degradación galopante, está despertando una
responsabilidad ecológica, una mayor conciencia de respeto al ambiente, a la naturaleza,
al entorno. Progresivamente ha ido surgiendo una pedagogía del medio ambiente. Es
realmente algo necesario. Porque el sistema de crecimiento de nuestra era tecnológica
pone en peligro hasta el mismo entorno humano. Lo amenaza, agota y devasta. Son
muchas las voces y los grupos humanos que se alzan hoy proclamando el peligro de
destrucción de la naturaleza que aflige a la humanidad. Esto constituye ya de por sí un
objetivo suficientemente importante también desde el punto de vista ético.
El ecologismo es algo más que una moda reciente. Para las personas más sensibles se ha
convertido en una tarea. Para los educadores esta sensibilidad no puede estar ausente de
sus proyectos y realizaciones.
1. CRISIS ECOLÓGICA
Por otra parte, los intereses económicos prevalecen sobre la dignidad y el bien de la
persona. En nombre del progreso se manipula y altera gravemente la naturaleza y se
provoca, en realidad, un progreso que es desequilibrio, contaminación y destrucción. En
el fondo, los desequilibrios ecológicos conculcan el respeto y la calidad de vida
humana, y expresan la avidez y egoísmo de los hombres.
Así pues, la crisis ecológica es el signo de uno de los grandes problemas morales
actuales. Pero su dimensión ética no termina aquí. Implica también una llamada a la
responsabilidad, a la formación de una conciencia ecológica.
El hombre está íntimamente unido a la naturaleza. Está inmerso en ella. Es solidario con
su historia y su destino. El hombre está orientado hacia la naturaleza y está llamado a
transformarla. Y transformándola es como él mismo se transforma, crece y progresa. No
puede realizarse si no es a través de su acción sobre el universo. Y el resultado de esta
actuación y transformación no puede ser más que la humanización de la naturaleza.
Porque el hombre actúa como hombre y plasma, entonces, su ser de hombre en las
cosas.
Todo esto implica perspectivas educativas importantes. Esta vinculación del hombre a la
naturaleza postula, ante todo, su conocimiento. La naturaleza tiene que ser conocida
para que pueda ser dominada y para que pueda estar al servicio del desarrollo y del
progreso humano. Toda pedagogía del medio ambiente comienza por resaltar la
importancia del conocimiento. Se trata de adquirir una comprensión profunda del medio
ambiente global, de los problemas que le atañen, del papel que desempeña la
responsabilidad humana. El conocimiento pasa por el funcionamiento del medio
ambiente, por ser conscientes de los atentados que sufre, por la observación de la
naturaleza, por la adquisición de toda una serie de conceptos básicos.
No caben entonces actitudes pasivas. El hombre no puede dejarse engullir ni someter
por la naturaleza. La naturaleza no puede escapar al control de la libertad del hombre. El
hombre primitivo temía las fuerzas de la naturaleza, estaba sometido a ellas, se sentía
impotente ante ellas. Pero en esta relación hombre-naturaleza, la primacía le
corresponde al hombre. Es él quien tiene el dominio. Una inversión en esta relación
fundamental supondría el fracaso y el absurdo. En esta perspectiva la tarea educativa la
vemos orientada principalmente en la comprensión del hombre como ser en el mundo y
como ser frente al mundo, destacando las actitudes señaladas de conocimiento y
dominio (Giolitto, 1984), haciéndolas compatibles con un profundo respeto.
Cabe también situarse ante la naturaleza con una actitud simplemente utilitarista. La
naturaleza nos sirve, podemos aprovecharla y disfrutar todas sus posibilidades. La
persona se coloca entonces ante la naturaleza como ante un objeto de consumo. Muchas
veces esta actitud llega a la degradación de la naturaleza y a verdaderos atentados contra
el medio ambiente.
La actitud pasiva mira a la naturaleza con frialdad, quizá con temor, como el hombre
primitivo. No importa su transformación ni el sentido que otros den a esta
transformación. También aquí la persona se sitúa fuera, distante.
La educación moral tiende siempre a suscitar actitudes. Los pedagogos del medio
ambiente insisten en la necesidad de desarrollar entre los jóvenes una responsabilidad
ecológica, es decir, en suscitar respecto de la naturaleza actitudes activas y
responsables; suscitar el interés y la admiración; sensibilizarlos respecto de la naturaleza
y de la vida. Esta actitud de responsabilidad comporta, por ejemplo, aprender a "evitar
cualquier destrucción o perturbación inútil, a no derrochar las materias primas por
negligencia o irreflexión, a utilizar racionalmente los medios técnicos" (Giolitto, 1984:
142-147).
Por otra parte, la tarea educativa ha de tender también a despertar la sensibilidad de los
jóvenes y a suscitar la capacidad de contemplar y admirar. Se trata de enseñar a mirar,
acoger, observar, respetar, proteger, amar, transformar. Y se trata también de admirar y
enseñar a contemplar el valor estético de la naturaleza. El contacto con la naturaleza es
profundamente regenerador; y la contemplación de su esplendor da paz y serenidad.
EQUIPO II
2.3. Ecología, progreso y calidad de vida
Es decir, lo importante es la reflexión sobre las actitudes que alientan la vida humana y
que orientan la dirección del progreso y la calidad de la vida.
Hoy se especula con todo. Desaparecen bosques, zonas verdes, fauna y flora. Surgen
ciudades y barrios superpoblados donde hay que soportar condiciones de vida
insalubres. Todo ello fruto de la especulación vergonzosa del suelo. ¿Se da cuenta el
hombre de los riesgos de estas aglomeraciones humanas? Unas condiciones de vida que
favorecen la inseguridad, la neurosis, la violencia, etc.. erosionan la sociedad entera.
Porque no importa sólo la posibilidad de una vida en la que estén cubiertas las
necesidades básicas, sino una vida de calidad para todos. Y esto implica: mejora del
trabajo y de las condiciones laborales, del tiempo libre, humanización de la vida urbana,
protección de la naturaleza, adopción de unas condiciones de vida que respondan
realmente a la dignidad del hombre, de todos los hombres.
Cuando se habla de calidad de vida, en el fondo se trata de una manera de vivir. En este
sentido, entendemos que hay que llegar al reconocimiento y a la convicción de que no
nos podemos permitir el lujo de vivir por encima de nuestras posibilidades. El sistema
educativo tiene que enseñar y propagar el principio fundamental que tiene que regir las
actividades humanas: hay que fomentar las mejoras compatibles con el uso racional de
los recursos y, a la luz de este criterio, hay que revisar también el estilo de vida.
De hecho existen grupos humanos de sociedades prósperas en los que el deseo de una
vida sencilla en la que simplemente quedan cubiertas las necesidades básicas de la
familia o la comunidad, sin romper el equilibrio necesario, orienta realmente toda la
vida. Es un nuevo estilo de vida en el que la prosperidad no se cuantifica por el aumento
del nivel del tener y del consumo, sino por la sencillez, el servicio, el compartir. La
calidad se cifra en un tiempo y un espacio humanos más espontáneos, libres y
fraternales.
Las ciudades con sus grandes aglomeraciones humanas han levantado un grueso muro
entre nosotros y lo que profundamente somos: naturaleza. Pero este muro no ha podido
borrar nuestra realidad, ni ha impedido que sintamos en lo interior el deseo de una
armonía más profunda con nosotros mismos, con los demás y con las cosas.
3. LA ALTERNATIVA ECOLOGISTA
Los ecologistas no pretenden elaborar una teoría nueva global y perfecta según la cual
deba entenderse una sociedad alternativa. Piensan que la hora de las grandes teorías
hace tiempo que pasó. Que los proyectos de vida y de sociedad atados y perfectos en los
que todo está previsto y explicado racionalmente son aterradores porque,
independientemente del resultado que hayan alcanzado en experiencias pasadas no
contemplan, sino más bien anulan, la base de la creatividad y de la imaginación como
motor del desarrollo social. Anulan la diversidad, la diferenciación, el derecho a ser
diferente. Reivindican la heterogeneidad, base de la complejidad y, por tanto, de la
supervivencia, de todo ecosistema.
En general, se puede decir que en las áreas de opulencia, el nivel de vida ha aumentado,
pero la calidad de vida va en disminución.
Queda claro que la alternativa, posible y necesaria, es aquella que consigue satisfacer
las necesidades primarias y que, a partir de ahí, debe dar mayor prioridad a la calidad de
vida, o adoptar la opción político-social y económica que impida que la calidad de vida
se degrade.
l. Piensa que la calidad de vida no consiste sólo en consumir cuanto más mejor.
2. Colabora con el reciclaje (presiona para que tu Ayuntamiento también lo haga). Evita
bolsas y botellas de plástico y reutiliza las bolsas de papel y los envases de vidrio.
Recuerda: no arrojes basura al suelo (tampoco desde la ventanilla de tu vehículo).
3. Compra sabiamente. Todo lo que hacemos, hasta cuando vamos de compras, está
relacionado con el resto del mundo. Eligiendo sabiamente, los consumidores tenemos el
inmenso poder de hacer que los fabricantes ofrezcan productos menos nocivos para el
medio ambiente.
4. Ahorra energía. Usa bombillas y electrodomésticos de bajo consumo.
5. Participa en las campañas de repoblación de árboles y contacta con alguna asociación
ecologista.
6. No dejes caer el agua del grifo inútilmente. Por supuesto, mejor la ducha que el baño.
7. Reivindica las energías alternativas (solar, eólica, hidráulica, etc.)
8. Utiliza papel reciclado y escribe por las dos caras.
9. Usa los transportes públicos. Mejor en bici y, si la distancia es corta, a pie.
10. Convence dando ejemplo... Informa y conciencia a tu familia y amistades. Nuestra
existencia sólo podrá desarrollarse en plenitud cuando reconozcamos, comprendamos y
respetemos el mundo natural que nos rodea. Pues quien respeta el mundo, lo valora y lo
ama, respetará también a los seres humanos.
Gil, Ramón.
Valores humanos y desarrollo personal.
Tutorías de educación secundaria y escuelas de padres.
Ed. Escuela Española, Madrid, 1998, pp.284
Explica las tres actitudes frente a la naturaleza que te parezcan más relevantes,
señala en cada caso su posible origen y sus consecuencias.
Bibliografía
Castro, Ma. Luisa. "Identidad ecológica" en Alteridades. Año 1, núm. 2, 1991, pp.74-
85
Cisneros, Isidro. Los recorridos de la tolerancia. Ed. Océano, México, 2000, 229 pp.
Feixa Pampols, Carles. "De las culturas juveniles al estilo" en Nueva Antropología.
Revista de Ciencias
Sociales Vol. XV, núm. 50, México, Octubre, 1996, pp. 71-89
Touraine, A. ¿Podremos vivir juntos? Ed. F.C.E. México, 1997, 335 pp.
EQUIPOIII
Identidad Ecológica
El término ecología proviene de la raíz griega oikos que significa casa, hogar. El
problema de la identidad ecológica plantea que en nuestro mundo contemporáneo el
sujeto ha perdido la experiencia de saber al universo como su casa donde todo va bien.
Por el contrario, es común experimentar la ausencia de pertenecer a un todo vivo, sabio
y organizado, que nos hace temer a la naturaleza y vivirla como capaz de destruirnos
con sus manifestaciones agresivas e incontrolables: terremotos, desastres y
contaminación. Es cierto que el acelerado proceso de industrialización ha generado una
relación con la naturaleza sustentada en el exterminio y dominación de recursos, pero
esta denuncia es insuficiente para plantear el problema de la conciencia-identidad
ecológica como una responsabilidad que recae exclusivamente sobre aquellos que
detentan el poder, por su incapacidad para detener las consecuencias nefastas al
romperse el orden de sustancias de los organismos en el planeta.
El problema es más serio y nos compete a todos. Asistimos a una generalizada ausencia
de experiencias que permiten entender y atender nuestra pertenencia a un todo, y
comprender que nuestra inteligencia está hecha precisamente para producir mayores
niveles de integración e interdependencia en esa totalidad cósmica cuya conciencia
somos nosotros mismos.
La identidad ecológica- además de una claridad sobre los peligros de violentar vidas,
energéticos, producir contaminación en los sistemas acuáticos, terrestres o del aire-,
surgen del reconocimiento individual o colectivo de que cada acción particular
repercute en la totalidad del ecosistema que es la tierra, y que el término oikos es
acertado para expresar la existencia de una sabiduría intrínseca dicha totalidad, que es
importante saber escuchar.
Respecto a la crisis cotidiana, estamos expuestos día con día a relaciones fragmentadas
en la familia, en la educación, en el privilegio de la razón analítica.
Desperdicio energético.
Por el contrario, un abrazo, algunas palabras de comprensión a tiempo, una sonrisa, una
caricia o una carcajada son una fuerza poderosísima para reintegrarnos en nuestra
identidad.
Estamos sujetos a la pérdida de nosotros mismos desde que aplicamos energía para
mantener una idea que previamente fabricamos sobre lo que somos y con la cual nos
identificamos plenamente. Es decir, que la experiencia de una identidad integrada es una
experiencia fugaz ya que el sentimiento de minusvalía por la desaprobación es algo que
padecemos ya en forma temprana y que necesariamente nos lleva a la fragmentación de
la identidad. No somos un Yo sino múltiples Yos: el colérico, el envidioso, el que ama,
el que odia, el resentido, el grandioso:
Desde que surgen en nuestros primeros atisbos de conciencia del propio Yo,
construimos una serie de mitos personales sobre nuestro origen o sobre quienes somos:
"gracias a mí mis padres se mantuvieron como pareja", "soy la oveja negra de la
familia", "soy su solecito". El problema de estas definiciones- mitos que establecemos
de nuestro propio Yo, es que nos identificamos con ellos. En este sentido, Ouspensky86
dice que la identificación con estos múltiples Yos es el principal obstáculo para la
recuperación de uno mismo. Identificarnos con ese insulto, con esa experiencia de
minusvalía, con la frase "ya no te quiero", con la insatisfacción, con la frustración, con
ser el "solecito hermoso", es un proceso que capta toda nuestra atención y energía para
mantener y defender ante nosotros mismo y ante los demás, un auto concepto
dignificante. Una idea del Yo que finalmente resulta frágil para resistir aún el mismo
embate.
EQUIPO IV
Reconstruir constantemente el concepto de "uno mismo", mantener la autoimagen de
coherencia, lucidez, valía, etc. es un camino no sólo muy doloroso, sino también costoso
al impedirnos producir, crear, amar. El obstáculo es tener que sostener como inmóviles
nuestros gustos, nuestras ideas, nuestros afectos, nuestros valores.
Preservar la imagen que hemos creado de nosotros mismos es un proceso que suprime
nuestra capacidad de intimidad, además de que constituye un proceso de inmolación, al
ofrecer nuestras acciones a todos aquellos personajes de nuestro mundo interno, quienes
nos definen de acuerdo con sus expectativas. Se espera siempre algo de los otros, y nos
obligamos a apegarnos al logro de nuestras acciones.
Como sujetos pertenecientes al siglo XX, creemos que es con la experiencia del propio
Yo que surgen de lo que llamamos "las principales tomas de conciencia" y que es desde
este Yo diferenciando del Tú que comienza los movimientos de apropiación de una
identidad. Para Morris Berman87 el concepto del Yo, tal como nos hemos acostumbrado
a utilizarlo, es un concepto que aparece apenas en el siglo XVI, momento en que surgen
los comienzos de un individualismo y una sobrevaloración de las capacidades de
descubrimiento y de conquista del hombre.
Esto que nos sucede en la vida cotidiana, también ocurre en el ámbito de la ciencia.
Fritjof Capra88 en su libro El punto crucial hace una reflexión sobre este
encapsulamiento cultural alrededor del ego. Nos propone que la crisis actual, antes que
un problema de interpretación y de valoración del hombre circundante, es una crisis de
percepción.
Esta falta de sincronía entre los tiempos, espacios y distancias naturales con los tiempos,
espacio y distancias que la civilización actual impone, puede ejemplificarse con los
avances de sistemas de transportación que nos permiten recorrer distancias grandes en
tiempos cortos. Ello facilita la movilización, pero no así la asunción y asimilación de lo
que significa un cambio especial. La velocidad de los cambios no concuerda con los
tiempos internos necesarios para que el hombre no pierda su experiencia de pertenecer a
una totalidad.
El confort y la comodidad son algunos de los regalos que nos ha brindado la tecnología,
pero con ello también heredamos la exaltación del beneficio propio y de la
autoafirmación.
Capra nos dice que vivimos en una cultura que nos enseña a percibir la realidad desde la
óptica de la autoafirmación del Yo y no de la cooperación. Menciona que la
autoafirmación y la cooperación son dos principios implícitos en todo cambio y que
ambos interactúan en la evolución de los organismos vivos. Sin embargo, privilegiar la
actualización de la dinámica auto afirmativa condena a un desequilibrio energético que
conduce a formas de vida basadas en la competencia y la ley del más fuerte.
La autoafirmación no es limitada por lo que afirma sino por lo que empeña en negar:
que somos seres independientes y que nuestras acciones repercutan en la totalidad de
esa matriz energética que somos nosotros mismos. Esta "ceguera" de perspectiva
integral impide experimentar la identidad ecológica como una vivencia cierta de vivir
nuestro cuerpo, nuestro medio y todo lo que nos rodea en su carácter de sagrado.
Es frecuente que se entienda "vivir lo sagrado" como una actitud muy personal que el
individuo toma en beneficio de sí mismo. Si bien esto es cierto, vemos que lo sagrado
no es posible reducirlo a una elección con beneficios sólo individuales, sino que su
ausencia es uno de los síntomas más importantes de nuestra crisis de identidad
ecológica en el paulatino proceso de desacralización que se ha efectuado en la cultura
occidental.
EQUIPO V
En Grecia no sólo ocurre esta propuesta integradora, sino que también se dan las
primeras encisiones o desacralizaciones. El divorcio entre fe y razón, naturalismo y
espiritualismo, materia y razón, representan el surgimiento de las dualidades
insuperables. Es en este ámbito donde el descubrimiento deja de ser una propuesta de
orden para transformarse en una apropiación objetiva de la realidad. De este modo, la
intuición primigenia del ser humano acerca de la interrelación del todo se ve empañada
por una conciencia que insiste en escindir, separar y romper con la unidad original.
Hablar de la relación del sujeto en términos de luz y resplandor se acerca a lo que podría
entenderse como identidad ecológica proveniente no de una argumentación racional,
sino de una experiencia interna profunda de luminosidad. Huxley92 se refiere a las
experiencias visionarias en términos de iluminación. Se pregunta: ¿Por qué son
preciosas las piedras preciosas? Le parece extraño que tan enorme cantidad de energía
haya sido empleada en la colección de piedras preciosas. Su respuesta es de lo más
sugerente. Invita a pensar que las piedras preciosas lo son porque hacen recordar de
alguna manera algo que ya existe en nuestra mente. Algo que a veces puede ser
observado momentáneamente de manera consciente y de lo cual todos somos, de una
manera oscura, conscientes a nivel inconsciente. El arte de cortar diamantes consiste en
hacerlos tan brillantes como sea posible. Hacer que desde dentro muestren la mayor
cantidad de fuego. Todas las piedras preciosas son fuego cristalizado.
Para William Blake los niños tienen la capacidad de vivir en una especie de mundo de
visiones. Ellos ven tanto fuera como dentro de este mundo luminoso transfigurado. Por
el sistema de educación analítica y conceptual los niños pierden la capacidad de ver este
otro mundo. Mientras se les enseña a utilizar palabras y conceptos se arrasa este otro
mundo de belleza y realidad superior.
Estas perspectivas que enfocan la importancia de una razón apasionada , de una razón
dignificada por la búsqueda amorosa de integración, de una razón que parte no del caos,
sino de la certidumbre del orden, nos obligan a redefinir la respuesta sobre ¿qué es la
identidad ecológica? De un modo esperanzador.
Sabiduría integral.
Estas intuiciones también están presentes en algunos de aquellos que dedican su vida a
acompañar la enfermedad, las pérdidas, el dolor y la desesperación. Cuando
encontramos una persona que como terapeuta posee una sensibilidad fina y delicada,
hemos localizado a quien permitirá el redescubrimiento de nuestro curador interno y el
reconocimiento de nuestra propia sabiduría, que nos guiará para ser los verdaderos
terapeutas de nuestra salud. Sin embargo, necesitamos del médico, del consejero, del
amigo, para acercarnos a la sabiduría interior.
Es frecuente que se olvide el origen de la palabra terapia: su raíz viene del griego
therapeia, que significa hacer el trabajo de Dios.
Cuando se considera terapeuta al especialista que devuelve k salud, la paz, la armonía,
estamos olvidando la existencia de una inteligencia supervisora interna que gobierna
todos nuestros cambios. El diagnóstico de esta actitud es el adormecimiento de una
conciencia para reconocer una sabiduría inconsciente que siempre actúa en forma
correcta, si no interferimos con ella a través de nuestros temores, miedos y prejuicios,
obstaculizando una dirección plena de sabiduría.
En el libro El médico interior93, se nos dice que la enfermedad muestra cómo nuestro
sistema inmunológico ha perdido la brújula para reconocer la presencia de factores
dañinos y agresores a nuestra salud.
El sistema inmunológico es una especie de sexto sentido, es un órgano sensorial con una
profunda sabiduría interna, que puede dejar de operar cuando viene el agotamiento, ante
exigencias excesivas, cuando nos sentimos merecedores de la salud, o aun cuando la
rabia lleva a conmocionar al sistema de defensa completo.
Freud comprendió la estrecha relación entre mente y soma a partir de una experiencia
clínica. Se negó a reducir los síntomas de la conducta individual y social a un conjunto
de respuestas físico-químicas del organismo, no por lo verdadero que haya en esto, sino
por lo insuficiente para comprender la complejidad de las relaciones humanas como la
angustia, el dolor o la experiencia de ausencia de sentido en la vida.
Freud fue un investigador valiente cuya genialidad consistió en atreverse a enfrentar las
condiciones límite y de frontera en los distintos niveles de la realidad sicosocial.
Descubrió que no hay diferencia cualitativa entre la salud y la enfermedad mental; que
los instintos son un filo, un lindero entre cuerpo y psique, que el inconsciente no es un
recuerdo estático reprimido, sino un recuerdo dinámico reprimido que actúa
constantemente sobre nosotros, por lo que en el cuerpo hay psique y en la psique hay
cuerpo.
Groddek94, discípulo querido y admirado por su maestro Freud va más allá de las
intuiciones freudianas, pues parte del camino que éstas abrieron para entender la
existencia de un inconsciente en nuestras vidas. Freud tuvo miedo de los rumbos que el
término inconsciente tomaba en las afirmaciones de su seguidor más querido. Para
Groddek, la distinción entre cuerpo y alma es sólo nominal y no esencial. Es en el Ello
(término que posteriormente retoma Freud para hablar de los impulsos) donde se
encierra una fuerza para la que vivimos, mientras que creemos que somos nosotros
quienes vivimos. El Ello configura lo mismo la nariz que los pensamientos, los
sentimientos y las enfermedades.
Jung, otro discípulo de Freud quien a diferencia de Groddeck, no fue consecuentado por
su maestro, sino que recibió toda la furia de un Freud que se sintió traicionado en sus
teorías, también intuyó una realidad global del inconsciente; el inconsciente colectivo.
Su propuesta representa una revolución respecto de la concepción mecanicista del
espacio-tiempo interpretadas con una lógica lineal del pasado-presente y el futuro.
Wilheim Reich también fue condenado por Freud al hablar del inconsciente como un
flujo de energía, lo que va más allá de la concepción freudiana de catexias-contra
catexias, investidura energética o reacción y contra reacción, que el fisicalismo
recalcitrante había heredado al sicoanálisis. Reich propuso que las emociones dibujan,
forman, conforman el cuerpo, y que en el cuerpo recuerda, se preserva, se almacena el
inconsciente. Reich dijo: "pongan las manos sobre el cuerpo y habrán puesto sus manos
en el inconsciente". El inconsciente, según esta teoría, se encuentra en la energía
biológica del cuerpo, y no en el discurso racional. Para Reich, el cuerpo es víctima de
nuestras represiones inconscientes y fuente inagotable de verdad y sabiduría.
La separación tajante entre el adentro y el afuera es una división artificial con respecto a
la identidad ecológica que nos impide considerar que el ambiente está provisto de
espíritu y que por lo mismo tenemos derecho a explorarlo. La realidad es muy otra. Gea,
la Tierra, es un organismo vivo sensible e inteligente que responde con la misma
complejidad que tienen los seres humanos en sus interacciones: apertura y entrega,
cuando se le trata con la enewrgía del amor; hostilidad y furia frente al maltrato, el
encono o la violentación de su procesos; creatividad, fertilidad y salud ante la caricia; la
desintegración, inflexibilidad y enfermedad ante el desprecio o la falta de cuidados.
EQUIPO VI
Conocer desde la piel incita a la evocación del otro para que se una a nuestro fluido
vital, a nuestro camino y a nuestro recorrido. No sólo la piel invoca, la naturaleza
también nos llama a seguirla en el libre curso de sus fuerzas.
La visión holográfica, como una postura epistemológica que propone una visión unitaria
y una crítica a la fragmentación del conocimiento, surge en los años ochenta, cuando las
consecuencias de la teoría de la relatividad de Einstein y las aportaciones de la física
cuántica dan un ángulo de observación que pone en entredicho la aplicación
indiscriminada de los principios de causalidad a todos los fenómenos que aparecen en la
naturaleza. Nos confronta con los límites de toda interpretación, lo cual presupone que
la dinámica de los sistemas abiertos es similar o parecida a la que presentan los sistemas
cerrados para la entrada y salida de energía.
Para Descartes el cuerpo es un sistema complejo cuyas funciones deben reducirse a sus
mecanismos activos últimos; las funciones a sus órganos, los órganos a sus tejidos, los
tejidos a sus células, y los fragmentos celulares a los componentes físico-químicos de
las moléculas.
Koire99 explica que el método analítico de reducir lo complejo a lo simple tuvo éxito
por las posibilidades de control y poder sobre la naturaleza que supone. Adquirir poder
exige el divorcio del mundo del valor con el mundo de los hechos.
No puede negarse que se han resuelto epidemias y muertes provocadas por no controlar
infecciones; sin embargo han aumentado los problemas de salud cuyas repercusiones
sociales son mayores, al requerirse de adelantos tecnológicos y antibióticos cada vez
más complejos para atender los problemas de salud de las comunidades.
Hemos olvidado nuestro entorno natural para incluirlo dentro de nuestras opciones de
salud. Lo mismo ocurre con nuestra capacidad de involucrarnos con nuestro cuerpo para
llegar al conocimiento de lo que éste demanda y necesita.
Identidad y agradecimiento.
El sujeto es una energía que al morir no termina. Vuelve a nacer para completar su
proceso de realización, que consiste en experimentarse y saberse como una totalidad
plenamente amorosa. Rompe con las dualidades que son falsas y éstas se comprenden
como manifestaciones diferenciadas de la unidad. Por ello, la destrucción es
movimiento necesario de ruptura con el apego a los sentimientos de dolor y con la
ignorancia de que la completud del ser la tenemos desde ya y para siempre en nosotros
mismos.
Para Maslow100 esta conciencia de interrelación con el todo requiere de una disciplina
de diálogo interno con nuestras propias necesidades, capacidades y reacciones
constitucionales, temperamentales, anatómicas, fisiológicas y bioquímicas, es decir, con
la propia individualidad biológica. Esto conduce a experimentar pertenencia a la especie
humana.
Si el mundo occidental, son su paradigma racional, no nos permite ver con claridad la
unidad ¿qué podemos hacer?
El estatismo en las ideas son dogmas que se construyen sobre algún descubrimiento
hecho en un momento dado sobre la realidad. Al convertirnos en esclavos de ese
descubrimiento se invierte la posesión: ya no poseemos ideas; las ideas nos poseen a
nosotros. Por el contrario, la disposición a explorar estimula la vitalidad.
A) Compasión.
B) Perdón
C) Verdad, y
D) Contentamiento.
El dharma101 es el camino hacia la verdad que tomamos para realizar nuestro ser, y que
requiere de las cuatro características antes mencionadas, como actitudes vitales para
conectarnos con un auténtico agradecimiento con la existencia. Así pues, el dharma
responde a la pregunta por nuestro punto en el mismo cosmos y nuestro lugar y
responsabilidad en el proceso de concientización de la energía.
Ferguson102 concibe que en una actitud ecológica más profunda que la simple
protección del ambiente, más que imaginar un escenario de los muchos futuros posibles,
de lo que se trata es de asumir una responsabilidad. Esto es importante resaltarlo, ya que
se confía no en la capacidad humana para proyectar un futuro, sino en la capacidad
humana para respetar el fluido natural del Todo en sus cristalizaciones particulares.
99Koire, Del mundo cerrado al universo infinito.
100Maslow, El hombre autorrealizado, Kairós.
101Swami Muktananda, La relación perfecta,Fundación SIDA.
102Ferguson, La conspiración de acuario, Kairós.