Paolo Red
Paolo Red
Paolo Red
’ 90920-20 I 5- PI/TC
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL COLECil O DL A D O CiA DO $ DE
AREQUIPA Representado(a) por- ALFREDO
ALVAREZ DI AZ - DECANO
Asunto
Demanda de inconstitucionalidad interpuesta contra diversas disposiciones de la Ley 29622, que
modifica la Ley 27785, Orgánica del Sistema Nacional de Control y de la Contraloría General de
la República, y amplia las facultades en el proceso para sancionar en materia de responsabilidad
administrativa funcional.
• MIRANDA CANALES
RAMOS NÚÑEZ
SARD€ÍN DE TABOADA
ESPINOSA-SALDAÑA BARRERA
FERRERO COSTA
I ‹le 2'J
” TRIBUNAL. CONSTITUCIONAL
EXP. N.° 00020-2015-PI/TC
COLEGIO DE ABOGADOS DE
AREQUIPA Repi-asentado(a) por- ALFREDO
ALVAREZ DIAZ - DECANO
TABLA DE CONTENIDO
I. ANTECEDENTES .......................................................................................................... 3
II. FUNDAMENTOS ........................................................................................................ 6
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IXP. N.‘ 00029-2015-PI/TC
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL COLEGIO GC ABOGADOS DC
AREQUIPA Rcpi escntado(a) por ALFREDO
ALVAREZ DI/\Z - DLC/\NO
I. ANTECEDENTES
El 20 dc agosto de 20 15, el Colegio de Abogados de Arequ ipa interpone demanda dc
inconst ituc ional idad contra la Ley 29622, que modifica la Ley 27785, Ley Orgánica del
Sistema Nacional dc Control y de la Contraloi ía Gcneral de la Reptibl ica, y amplía las
facultades en e J proceso para sancionar en materia de responsabi l idad admin istrativa
funcional, solicitando que sea declarada inconstitucional en su totalidad. Postei-
iorinente, en atención a las observaciones formuladas por este Ti-ibunal Consti
Historia l, amplía la ai-guirientación de su demanda iiiediante escrito de 7 de novleinbi e dc
2016.
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.‘ EXP. N. 00020-2015-PI/TC
COL?GfO DE ABOGADOS DE
AREQUIPA Representado(a) por ALFREDO
ALVAREZ DIAZ - DECANO
Por último, el informe presentado por la CGR, en calidad de partícipe, exponc los
siguientes argumentos:
II. FUNDAMENTOS
2. Así las cosas, puesto que las versiones de los artículos 45 y 46 de la LOCGR
cuestionadas en autos han dejado de formar parte dcl ordenamiento jurídico, en
principio correspondcría declarar improcedente esa parte de la demanda por
sustracción de la materia.
4. Además, este Tribunal Constitucional lta señalado que con espoiide pronunciarse
sobre la constitucionalidad dc disposiciones normativas dei ogadas o carentes de
vigcncia cuando (i) estas continúan desplegando sus efectos; (ii) la sentencia de
inconstimcionalidad pueda alcanzar a los efectos que la norma cumplió en el
pasado (materia penal o tributaria); o, (iii) las disposicioncs impugnadas son
susceptibles de ser aplicadas a hechos, situaciones y relaciones jurídicas ocurridas
durante cl tiempo en que estuvieron vigentes (sentencias emitidas en los
Expedientes 0004-2004-PI/TC, 00045-2004-PI/TC y 00003 -2 13-PI/TC entre
otras).
La Coiiti a lona Gciicral cjci cc la potestad pai a sancionar por cua nto determina la
responsabi I idad adiriinisti ativa funcional c impone una sanción derivada dc los
inforiiics etc control emitidos por los ói ganos del Sistcma.
La re fcrida potestad para sancionar sc ejerce sobre los servidorcs y hincionai ios
píibl icos a quienes se i cficrc la definición básica de la novena disposición final, con
presc indcncia del v íiiciilo 1aboi‘al, contractual, cstatutai io, administrativo o civil c1c1
infractor y del régimen bajo cl cual se cnciicntrc, o la vigencia dc d icho vínculo con
las entidades señaladas en el aitícu lo 3, salvo las ind icadas en su l itci al ¡;).
Son cxceptiiadas las autoridades elegidas por votación popular, los titulares dc los
organismos constitucionalmente autónomos y las autoridades que cuentan con In
prerrogativa del antcjuic io po lít ico.
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coLrGlO Dr /\DCIGADOS DE
ARE'QUIPA Rcprcscnt‹iclo(a) por ALFREDO
ALV/\REZ DI AZ - DECANO
Por su parte, el principio dc imparcialidad —igiia Amerite derivado del artículo l39
inciso 1 de la Constitución se refiere a la relación del juzgador con la cuestión
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COLEGIO DE ABOGADOS DE
AREQUIPA Representado(a) por ALFREDO
ALVAREZ DIAZ - DECANO
a) inipai cix lidad siil›jctiva, refci ida a cualquier comproiiiiso que pudiera tcncr cl
jiicz con las partcs proccsalcs o con el i csiiltado del pr o ceso. Desde csta per spcctiva,
cl a un juez imparcial garantiza que una per sona no sea somctida a un
proccs o procedimiento cn cl q tic el juez, o quien está llamado a decidir sobi c la
cue i litigiosa, tenga algün tipo de comproiiiiso con alguna dc las partes o con cl
tado del mismo; b) imparci’ali’dcid objeliva, referida a la influencia negativa que
puede tener en el juez la estructura del sistema, restándolc imparcialidad, es decir, si
cl s istenia no ofrece suficientes garantías para dcstcrrar cualq u ici duda razonablc
(fundamentos 16 y 1 7 dc la sciitcncia emitida en cl Expcdiente00197-2010-PA/TC).
2. Prima facie, dichos principios son aplicables en sede jurisdiccional. Sin embargo
este Tribunal ConStitucionál ha extendido su aplicación al derecho administrativo
sancionador. Así, en cl fundamento jurídico 18 dc la seiitcncia emitida en el
Expediente 0374 1-2004, scfialó:
I . 5. Principio de inipai cial idad.- Las autor-idades admin istrativas actuar sin ninguna
clasc de disci iminacióii entre los administi ados, otoi dándoles ti-ataniiento y tutela
igualitarios fi ente al procedimiento, i esolvicndo confoi-inc al or dcnamicnto jin ídico
y con atcnc ión al inter és gcneral.
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AREQU1I'A Rcprcscntado(a) por ALFIIEDO
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AREQUIPA Rcpiescntado(a) por ALFREDO
ALVAREZ DIAZ - DECANO
E:stc princijiio supone qiic las iiicdidas quc las medidas que debe adoptar c l Estado
con rcfei etnia a la plcna cfcctividad de dichos derechos no pueden sci “rcgi es ivas”,
esto es, no p ueden ser‘ mcd idas que gcnercn u n estado dc cosas o una situació n que
sea más perjudicial que la que se encuentre c fcctivamcntc establecida. Sin ciiibai go,
este principio tampoco supone la absoluta imposibilidad dc lun itai los avances
efectuados jioi- cl Estado en materia dc clci echos sociales, siciiiprc que cx istan
razones de interés general que así lo justifiquen.
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33. Por tanto, puesto quc la disposición impugnada por los demandantes no se
encuentra dentro del ámbito de aplicación del principio dc no rcgresividad de los
derechos sociales, la dcmanda debe declararse infundada en este extremo.
a) Inciiinpli› las disposicioiics qin integran el mai co legal aplicablc a las entidades
pai a cl desarro llo dc sus actividades, así como las disposiciones internas vinculadas
a la actuación ñinc ional dc l seiwidoi o funcionario público.
b) Incurrir en cualquier acción u oiiiisión que suponga la transgi esión grave dc los
princip ios, deberes y prohi bicioncs scfialados en las normas dc ética y pr obidad dc la
func ión pública.
d) Inciii rm cii cualqii icr acción ii o misión que importe ncgligencia on cl dcscmpcño
dc las funciones o el riso dc estas con fines distintos al interés público.
Nad ic será procesado iii condenado por acto ii omisión que al ticmpo de cometersc
no esté pr cviamentc cal ificado en ls ley, dc mancra cxprcsa c inequívoca, como
infracción punible; n i sancionado con pena no prevista en la ley
, 39. Ello es particu larmentc cieilo en el derecho penal; pero también en el derecho
administrativo sancioiiudor pues allí también pueden iiiiponcrse sanciones
limitativas dc derechos fundamentales como las multas o la inhabilitación.
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”TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
Debe tomarse en cuenta que cl artículo 4 dcl TUO de la Ley 27444 señala lo
siguiente rcspecto a la tipificación de infracciones en el ámbito administrativo:
43 Dicha norma establece que, en cl caso del derecho administrativo sancionador, los
reglaiiientos pueden especificar o gradual las infracciones debidamente tipificadas
en la ley; además señala que, en casos de remisión legal expresa, es posible
tipificar infracciones a través de normas reglamentarias.
44. Nada de ello puede interpretarsc de manera tal que se permita la desnaturalizaciún
de los principios de legalidad y tipicidad o taxatividad. Es admisible que, en
ocasiones, los reglaiiicntos especifiquen o gradúen infracciones previstas dc
manera expresa cn la ley. Sin cnahargo, nada justifica que establezcan conductas
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AREQUIPA Representado(a) por ArrnEDO
ALVARF:Z DIAZ - DECANO
’46 Por tanto, al desarrollar normas con rango de ley, los i‘eglamentos no pueden
desnaturalizarlas creando infracciones sin una debida base legal. Admitir lo
contrario implicaría aceptar una desviación de la potestad reglamentaria y vaciar
de contenido los principios dc Jcgalidad y tipicidad que guardan una estrecha
relación con cl derecho fundamental al debido proceso.
Adeiiiás, con relación al caso concreto, debe tomarse en cuenta que el primer
47 párrafo dcl artículo 40 dc la Constitución señala lo siguiente:
Dicha disposición establece una reserva de ley para que, en principio, sea el
legislador quien se encargue cte regular cl ingreso a la carrera administrativa así
como los deberes y responsabi lidades de los serv idores públicos. En
consecuencia, si bien las normas legales que desarrollan esos temas puedcn ser
precisadas o complemcntadas por reglamentos, no es constitucionalmente
admisible que éstos desborden dichas normas legales refiriéndose a asuntos que
no han sido regulados en ellas con un grado mínimo de claridad o precisión.
50. En efccto, la frase “el ordenamiento jurídico administrativo” es tan amplia que no
garantiza a sus destinatarios un grado mínimo de scguridad respecto al conjunto
de conductas por las que podrían ser sancionados máxime cuando, como es bien
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COLEGIO DE ADOCi/\DOS DE
AREQUIPA Rcpi asentado(a) por ALFREDO
ALVAREZ DIAZ DE:CAN II
53. Los siguientes cuatro párrafos dcl artículo 46 de la LOCGR cstableccn un listado
meramente cnunciativo de casos cn los que podría sancionarse a
funcionarios o servidores públicos en aplicación de la infracción tipifi cada en el
priiiicr párrafo del artículo 46 de la LOGCR. En la medida en que dicha
in acción es inconstitucional, los párrafos segundo, tcrccro, cuarto y quinto dc1
rtíciilo bajo anál isis son inconstitucionales por conexidad.
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COLEG IO DE ABOGADOS DE
AREQUIPA Rcprcscntailo(a) por ALFREDO
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55. Finalmente, el sexto párrafo del artículo 46 dc ta LOCGR intenta subsanar las
deficiencias de los párrafos precedentes señalando que el reglamento dc la ley
“describe y especifica estas conductas constitutí vas dc responsabilidad
administrativa funcional”. Sin embargo, conforme a lo scñalado previamente, cl
s bprincipio de tipicidad requiere que las infracciones estén tipificadas de manera
concreta y expresa en una norma con rango dc ley. Además, dada la gciicralida‹1
las infracciones previstas en el artículo 46 dc la LOCGR, el reglamento no
estaría especificando infracciones tipificadas previamentesino, más bien,
tipificando nuevas infracciones lo quc no ha sido autorizado por la LOCGR. Por
tanto, esta disposición no salva la constitucionalidad de los demás párrafos del
artículo 46 de la LOCGR; por cl contrario, en la medida en que todos cl los son
inconstitucional es, el scxto párrafo de este artículo también es inconstitucional por
conexidad.
Las infi acciones dc i csponsabilidacl administi ativa funcional que liici on refci-idas en
cl artículo 46 dan lugar a la imposición de cualquiera dc las s iguiciitcs sanciones:
a) Inhabil itación pai a cl cjcrcicio dc la función pública dc uno (1) a cinco (5)
años. (. . .)
59. Señala que dicha disposición es inconstitucional pues, conforme a lo señalado por
el artículo 23 de la Convención Americana de Derechos Huiiianos, la sanción dc
inhabilitación solo puede imponerse previo proceso penal. Además, refiere 9ue la
disposición impugnada vulnera el principio de proporcionalidad pues, mientras
que la CGR puede imponer sanciones de inhabilitación por cl plazo iriínimo de l
año, en casos de condenas por delitos contra la administración pública, la
inhabilitación tiene una vigencia mínima de 6 meses pese a tratarse de hechos de
mayor gravedad.
En primer lugar debe señalarse que cl primcr párrafo del artículo 47 de la LOCGR
es inconstitucional por conexidad en la medida en que hace referencia a las
infracciones previstas por cl artículo 46 de dicha ley que contravienen cl
subprincipio constitucional de tipicidad o taxatividad. Por tanto, debe expulsarse
del ordenamiento jui ídico la frase “que fucron referidas en el artículo 46”
contenida en óicha disposición normativa.
En una pr muera aproxiiiiación, cl conten i‹lo ne este eJci ccho puente desmcmbrarse
como si guc: a) acccso a la func ión publica, b) cond icioncs de igualdad en c l acceso.
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COLEGIO D F: ABOGADOS DE
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La ley puc‹ie reglamentar cl cjci cicio de los dcrechos y opoi tiinidadcs a que se
i eficrc cl articulo anterior,[entre los quc sc encuentra el dci echo de acceso a la
función píibl ica]excIiisivaincntc por razoncs dc edad, nacionalidad, i evidencia,
idioma, iiisti ficción capacidad civil o mental, o condena, poi juez compctcnte, en
proccso penal.
los siguientes derechos y o¡›oi tiinidadcs, los cuales deben ser gar antizados poi cl
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. TRIBUNAL C ONsTIT UC IONAL
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artíc lo 23.2 de la Convención determina cuáles son las causalcs que permiten
rcstri ir los derechos rccoiioc idos en el artículo 23. l , así como, en su caso, los
i c sitos que dcbcn cumplirse para que proceda tal rcstricción. En c] prcscntc caso,
ic sc refiere a una rcsti icción iinp ticsta por vía dc sanción, dcbcría tratar se dc una
“condena, por juez competente, en pi o ceso penal”. N tugurio dc esos requisitos sc ha
c uinpl i do, j›ues el órgano que i impuso dichas sanciones no era un “jucz compctente”,
no hubo “condena” y las sanc ioiics no se aplicaron como rcsultado dc un “proceso
penal”, en el que tcndi un que haberse rcspctado las gar antías jiid icialcs consagradas
en cl artícii I o 8 de la Convención /\mericana.
(. . . ) En c) presente caso, si bicii cl seíioi López Mcndoza ha podido ejei cci otros
clcrcchos políticos (supra párr. 94), cstá plciiairiente pr obad o que se le ha privarlo dcl
sufragio pasivo, es dccii-, dc1 clci echo a ser c lcgido.
Los ciudadanos ticncn dcrccho a participar en los asuntos piiblicos ined iante
i‘efcréndiiin; iniciativa lcgislativa; remoción y revocación de autoridades y demanda
de rend ición de cuentas. Tienen también cl derecho de ser elegidos y elegir
libremente a sus rcprcscntantcs, dc acuerdo con las condiciones y procedimientos
dctcrminaúos por Icy ni gimica.
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79. Eii consecuencia, puesto quc no cs posible compai‘ar las sanciones administrativas
e inhabilitación con la inhabilitación impuesta como condena penal — y también
p ue lo señalado por el demandante no reflcja la realidad del ordenaiiiiento
jurídico pcnal peruano — este extremo de la demanda debe declararse infundado.
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COLF:GIO DF: ABOGADOS DE
ART:QUIPA Rcprcscntado(a) por ALFREDO
ALVAREZ DI/\Z — DECANO
P3. Por último tlebe rccordarse que, conforme al artículo 81 del Código Procesal
Constitucional, las scntencias que dcclaren fundada — en todo o en partc — una
, demanda de inconstitucionalidad no tienen efectos retroactivos. Por tanto, la
inconstitucionalidad del artículo 46 de la LOCGR determinada en esta sentencia no
afecta la validez de las resoluciones y demás actos administrativos emitidos en
aplicación de dicha disposición normativa.
III. FALLO
H4RESUE[TO
Con el voto en contra dc la magistrada Ledesma Narvacz, declarar FUNDMIA
EN PARTE la demanda de inconstitucionalidad; cn consecuencia
INCONSTITUCIONAL cl artículo 4tí de la Ley 27785, Orgánica dcl Sinterna
Nacional dc Control y de la Contraloría Clencral dc la República, incorporada por
cl artícu lo l de la Ley 29622, en su totalidad; y, por conexidad,
IN CONSTITUCI ONAL la frase “que fueron referidas en el artículo 46” del
priiaier párrafo del artículo 47. 1, literal a, de la Ley 27785, Orgánica del Sistcma
Nacional de Control y de la Contraloría General de la República, incorporada parr
cl artículo l de la Ley 29622.
P iiblíqucse y notifíquese.
M IRAN DA CANALES
RAMOS NUNEZ
SARDÓN DE TABOADA
ESPINOSA SALDANA-BARRERA
I²ERRERO COSTA
24 ‹le 24
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
1. En primer lugar, debo señalar que el juez(a) constitucional, sin abandonar sus
tareas contraloras, es hoy, por sobre todas las cosas, un intérprete calificado che la
Constitución y garante de los principios, valores y preceptos que esta contiene,
asegurando su plena vigencia. En esa medida, en cabal sentido dc su labor, su
razonamiento y su tarea de concretización siempre deberán estar dirigidos a
optimizar lo prescrito en las disposiciones constitucionales, rcscataiido sus
sentidos normativos más afines con la tutela de los aspectos que caracterizan al
constitucionalismo moderno. Todo ello, con base en una lectura intrasístciiiática
del texto constitucional, así como con los compromisos convencionales
asumidos por el Estado o que han adquii ido carácter dc normativa in c‹›gcn.v.
Con ello un(a) juez(a) constitucional cumple a cabalidad sus funciones dentro dc
un Estado Constitucional. Nos corresponde entonces, como miembros dc un
Tribunal Constitucional, ir en esa línea de acción, haciendo todos los esfuei”zos
posibles para preservar una interpretación conforme a la Constitución, labor
cuyos alcances pasaré con explicar con algo más de dctallc a continuación, ya
con una mayoi vinculaclóii al caso que estamos analizando en particular.
' Salvo, e incluso con beneficio de inventario, que expresamente una intcrpi-etación viiicu I ante ya
desarro I lada, y cuya constituciona I idad no ha s ido d iscutida, señale que en alguna matei ia, eii pi iiicip io,
no debiera coiitradecirse una intei pretación ya hecha por el Tribunal Constitucional. En ese sentirlo, ver ,
por ejeiiiplo, lo señalado en el Cód igo Pi-ocesa1 Constitucional sobi e el mai gen dc interpretación de la
J•d icatura or d inar ia en los procesos de acción popu lar ante lo i esuelto poi cl Ti ibiinal eii pi-ocesos dc
inconstitucioiia l idad. A que llo puede sostenerse incluso s iii referirnos a supuestos como el de la eventual
rebeldía dc l legis tad , con los cuales no co incid unos y que sin dudé req u ie ren un inay i y i j i
desarrollo.
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
Es por ello que el examen de constitucionalidad de las normas con rango de ley
por parte del Tribunal Constitucional debe realizarse efectuando una serie de
recaudos, siguiendo los parámetros técnicos ya prcvistos al respecto y en
atención a la mayor reflexión que se haya dado sobre estos temas. No se puede,
pues, tratar un asunto tan delicado como este con una aproximación superficial,
desde la mera intuición o repitiendo mecánicamente técnicas propias dc otras
ramas dcl Derccho.
11. Eii cualquier caso, debe tenerse claro que la presunción dc constitucionalidad dc
las normas no se sustenta en una mera defercncia hacia cl legislador(a), sino que
encuentra su real fundamento en la legitimidad con que cuentan las actuacioncs
de, por ejemplo, el órgano legislativo y representativo; y, tal vez eii un sentido
más práctico, se vincula a la eficacia de las normas generadas por dicho
legislador. Ello toda vez que la inexistencia de esta presunción llevaría a un
estado peimaiiente de cuestionamiento e inseguridad jurídica que imposibilitaría
una convivencia en paz social.
12. Afirmado este punto de partida, es iiecesarío apuntar quc esta presunción de
constitucionalidad tiene corno consecuencia natural a la obligación dirigida a los
jueces constitucionales de interpretar, en la medida de lo posible, de modo que
se preserve la constitucionalidad dc la norma. Es así que, y entre varios sentidos
noriiiativos un juez(a) constitucional, en un caso concreto, tendrá que optar por
aquel sentido que mantenga la norma en el cauce constitucional (que permita, cn
último caso, acotar la inconstitucionalidad al iiienor ámbito de acción posible).
Asimismo, y con base en lo ya indicado, es menester precisar que nos cstaiiios
hablando de una “interpretación conforme a la Constitución coiivencionalizada”,
lo cual implica, desde luego, que debe incluirse la “presunción dc
convencionalidad” en la ya referida “presunción de constitucionalidad”.
Ahora bien, para esto será necesario realizar una adecuada distinción cnti c
disposición y norma. Al respecto, la disposición jurídica (que comprende tanto a
una disposición como un fragmento de disposición, una combinación de
disposiciones o una combinación de fragmeiitos de disposiciones), viene a ser el
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TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
14. Tenemos entonces que, si dc una disposición se pueden extraer varias normas o
significados, es plaiisible que algunos de esos significados posibles sean
constitucionales, m ícntias que otros no lo sean, Esta distiiición disposición-
norma es aquella mediante la cual se que periiiite quc un juez pueda optar por
aquella intei’pi-ctación constitucional que set:í precisamente más atenta a
observar la legitiinidacl constitucional y democi ática de las normas emitidas por
el Congreso.
’ GUA STJtN J, Riccai do. Disj›osición vs. Noi ma. Ti aducido poi Mai’ Fci’i›ái›Jez l'ñi ez. En: Disposiciúi› vs.
Noi ina (2ü t l ). Luna, l³alcsti a Ed itoi es. p. 136.
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
17. Justamente este Tribunal se encontró esta i espiiesta al tratai- tenias tan sensibles
como el de la dciioiiiiiiada “Legislación Antitei rorlsta”, y otorgar una salida
constitucional a la noi iiaativa prevista sin dejai- dc lado los fines que buscaba las
diferentes disposiciones previstas en su texto or iginal. Podciiios afirmar, pues,
que aquella perspectiva, iiiediantc el cual se cntieiidc cl control de
constitiic ional idad coirio un ejercicio que se debate solo entre dos opciones
(coiifirmai la constitucionalidad/declarar la inconstitucional idad, sin más) lta
quedado obsoleta, si alguna vez tuvo real vigencia. La coiiiplcjidad de los casos
puestos en conocimiento de un Ti ibunal Constitucional, y el alto íntei-és público
que supone la resolución de dichos casos, obliga a observar opciones que vayan
más allá del falso dilema de contai solo con dos posibilidades.
18. Es así que se apuiitala la inteipretación conforme como una posibilidad pai”a
salvar, en función de la distinción entre la disposición y la norma, sentidos
constitucionales para tina disposición que, leída equlvocadaiiieiite, podría dar
lugar a normas iiicoiistitucionales. El origen de cstc ejcrcíclo proviene de la
jurisprudencia norteamerlcana, como lo han explicado Fix-Zamudio y Ferrer Mac-
Gregor”.
³ FERRER PAC-GítEGOit, Eduardo y Héctor FJX ZAMUDIO. Las sentencias de Ios Ti ibui›alcs
Constit‹›cionales. Ccnti o dc Lst‹iJios Constitucionales dcl Tribunal Constitric ion‹il. Luna, 200P, p. 3 l -32
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
21. Eii cualqiilei caso, y eiiti ando más eii materia, corno es de conocimiento gciiei al,
hay diferentcs tipos de sentencias iiiteiprctativas. Eii las .s entencias etc ,s im]›lc
cinulación el juzgadoi constitucional resuelve sin iiiás dejar siii efecto toda o
solamente una parte de una ley o norma con rango de ley. En las i ‹n/‹ue /‹i.›
inter j›i-cl‹ilivcts j›i’cj›icinienlc dichas, lo que se declara inconstitucional es aquel la
interpretación reputada errónea o indebida dc una noi‘ma en particular,
equivocación mediante la cual se le ha dado un contenido y un significaclo
distintos a aquellos que en principio le correspondían, Dicho con otras palabras,
aquí el juez constitucional no pone ni quita iiacla, sino que, dentro de varios
sentidos normativos dentro de una disposición, sino qtic escoge el sentirlo
normativo que coiisiclei a conforme a la Constitución. Ello cii el caso dc una
disposición que omite ¡Precisiones implicará determinar si esa disposición
habilita o no al supuesto impreciso ante la omisión cii cjue se había incui rido.
22. Lts s cnlcncici.s intüFJ›i eliilivas manipuliilivcis iniplic‹iráii un caiiibio en los que el
juzgador o juzgador a competentes inicial miente ciicuentiaii eii las disposicioncs
sometidas a su análisis. Y es que estos juzgadores deben hacer frente a que sii
tarea de preservar una interpretación conforme a la Constitución cuando se
encuentra con disposiciones que detei minaii en pi’iiicipio algún contcniclii
not‘mativo que puede sei considerado inconstitucional dciiti‘o dc una ley o moriría
con rango de ley, subdividiéndose por ello a sii vez cia .s entcncias rc‹ uc/o/ r/.i,
n‹/í/wes, sns///n/íi²n.i j' exhcrtcltivas.
EXP. N.’ 00020-20 15-PI/TC
CO LEC IO DE AB OGADOS DE
/\ R EQ U I PA — Repi eseiitado per
A LF REDO Á LVAREZ DÍAZ (D LC /\ NO)
23. Eiiti ando un poco iiiás eii el detalle de esta última subdivisión, .scnlc ncia.s
/ c‹/nc/o/ ne son aquellas cii las cuales se anota que parte de un texto cuestionado
es inconstitucional, iiicoiistitucionalí dad que buscará revertirse recoi tando sii
contenido normativo conforme a la Constitución invocable, y, por ende,
cii‘cunscribíendo sii posible comprensión a casos concretos en sede
adiiiiiiistrativa o judicial. Sent encías aditii'ci,s serían las que, para salvar la
detei minación de una inconstitucionalidad, se procede a añadir algo a lo hasta
entonces vigente para así alcanzar su constitucionalidad. £cu/cncío.› .v ii.v///zhr‹i.i
es la denominación qtie iccibcn aquéllas donde siiiiiiltúneameiite se declara la
iiicoiistitucioiialidad parcial del sentido de una disposición y se iiicoi poi a una
modificación del aspecto de dicha disposición que acaba de señalarse conto
posible de inconstitucionalidad, produciendo así un cambio o alteración dc parte
de la literalidad de una ley. Finalmente, las .scnlencias cxhortativas fiiiicainentc
implican la emisión dc iecoiiiendaciones para que, dentro de un plazo iii‹is bien i-
azonable, se expidan liot irías en puridad acoides con los par‹imcti os
constitucionales vigentes.
La operac ión nblativa o de exé‹csis consiste ei› i cJ‹icir los alcances normativos dc la ley
impugnada “elim ii›ai›do” del proceso interpretativo al una frase o hssta ‹›i›a not i»« c‹iya
significaciói› colisici» con la Constitución›, Pai a tal efecto, se decla‹a la n‹ll i‹Ja‹l de las
“cxprcsiones iinpsrtii›entes"; lo que genei a un c«n›bio del conten ido pi cccptivo de In
ley. La opei aciói› i’ccoi›structiva o dc ieposición consiste en c‹›nsignai cl ‹ilcai›ce
normativo de I‹› ley ii»p‹ignada “agi egán‹Josc ic" ron contenido› y ‹in sci›ti‹lc le
interpretación q‹ic i›o a¡›ai ecc en el texto poi” sí i»isi»o.
La existencia dc este tipo de scntenc ías se justi hes poi” la necesidad de evitai” l‹›s cfccros
pciaiciosos q‹›e p‹ieJai› presci‹tai se en dctci inii›adas cii cu estancias, coi»o coi›scc‹ici›cia
de los vacíos lcgales que sui gen luego de In “expulsión›” de ‹ina ley o norr»a coi› i”ango
de Iey Jet ordenai»ici›to jui ídico. Tales circ‹ii›stancias tienen que vei” con la cxistci›ci.›
‘ D I AZ REVOR IO, Javier . I ntci pi etación constituc ional de la ley y sentenc ías intci-pr etiiti vas.
Pcnsain iento Constitucional Aito V I l, ×° ª. I³ ª ª 8 — 189
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
Es dcci‹ , la exp‹i lsióis de ‹ii›a ley del ordenainie»to j‹ii ídico |›oi ii›constitiicio»al, debe
sci Ia ú lti ina ‹-«//u a la gus debe apelarsc. Así, la simple declaración dc
ii›coi›st it‹icionalidad no debe ser utilizada, salvo si es impreso indiblc « me vitnblc.
En ese sentido, no debe olvidas se qrie la jui”isd icciói› coi›stitricioi›al dcsai rol la una
frii›ciói› ai inonizadoi a de los conñictos sociales y ›olíticos su±›yacei›tes en un proccso
coi›stit‹icJonal, poi” lo que dichas sentencias sc constit‹iyei› en insti umentos procesales
i›eccsai”ios para el de sai ‹otto de tal fin.
Este tij›o de sentencias pi opinan el despl ieg‹ie de los efectos de las i›or›n«s
coi›stitricioi›nIes q‹ie podrían se‹ obstacu lizaJos por los “I›‹iecos i›oi inativos” cinanaclos
de ‹ii› sii»ple fallo cstiinatoi io.
25. En el caso concreto ahora soiiietldo a nuestro aiiál isis, lo i csuclto en mayoría por
la actual coiiiposición de este Tribunal lta establecido dos decisiones
interpretativas, pi ecisameiite coiiforiiie a los criterios expresados supra. Por una
parte, ha dictado una decisión o sentencia reductora, eii la iiiedida que solo ha
declarado inconstitucional una parte (algunas de las expresiones lingüísticas) del
artículo 47 de la Ley Orgánica de la Contraloría General de la República. Más
específicamente, se declara la inconstitucionalidad de la expresión “que fueron
consideraclas cii el artículo 46”. Por otra paite, na emitido una decisión o
AREQU I PA — Represa iitado por
ALFREDO Á LV A R CZ DÍAZ (DECANO)
26. Conviene tener presente que, sobre la base de la existencia de un campo jurídico
internacional mcdi ante el cual se reconoce derechos vinculantes para los
diferentes estados, y ble una institucionalidad encaminada a hacerlos valer, se ha
consol idado la necesidad dc comprender el ordenamiento jurídico vigente en
cada Estado cii particular en clave de lo pr-cvisto a nivel convencional, en la
línea de lo que ya al guiios lun denominado un Derecho Constitucional común.
28. Además de lo vinculado con las sentencias inter pietativas, un asunto que vale la
pena analizar está referido al importante rol que ciiiiiplc la Contraloría General
de la Rcpública cii cl iriarco de nuestra Constitución y, cii dicho contexto, sabei
lo que a esta iiist itucióii le compete hacei realmente y, ¡tor ende, lo que se puedc
espeiar de ella, especialiiiente en el áiiibito adiiiinistrativo sancionador. Pasar é
iiiniediataiiiciitc a desai rol lar esa iiiateria.
29. Sepui amente se coiiicidirá eii afrontar que, en un Estudo Constitucional, no solo
se pietende manteiiei la efectiva vigencia de los derechos fundamentales, sino
también, y para garaiitizai lo primer o, prosci íblr la arhiti‘ai iedad de todo aquel
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
que detente una cuota de poder‘. Una de las medidas que siempre se adoptan
para conseguir ese objetivo, y que hoy por hoy constituye un rasgo distintivo dc
un Estado Constitucional, es el principio de separación de poderes, reconocido
en cl artículo 43 de nuestra Constitución.
30. Estc principio alude a que el poder no debe encontrarse concentrado en una sola
persona u órgano, sino que este debe estar distribuido entre las distintas
instituciones que conforman el Estado. Ahora bien, en estricto, el poder del
Estado es uno, por lo quc, indcpendientemente de la denominación que recibe cl
principio señalado, cabe referirse más técnicamente a una división de funciones,
las cuales son encomendadas por nuestra Constitución a diferentes organismos.
Dicha separación de funciones no supone que entre las distintas entidades que
componen el Estado exista una separación rígida que aísle a unas de otras, sino
que, en el ejercicio de las competencias que cada una deteiita, exista entre ellas
diversas relaciones de coordinación, colaboración, e incluso de control, que
permitan cumplir con los times que justifican la existencia y permanencia dcl
mismo Estado.
31. La función de control alude aquí a una especial relación entre las distintas
entidades del Estado orientada verificar que el ejercicio dc las competencias que
cada una detente no se realice de manera arbitraria. En ese sentido, la función de
control obedece a una dinámica de pesos y contra pesos, a través dc la cual los
distintos organismos del Estado, mediante el ejercicio de las compctencias que
les han sido asignadas y en la medida en que estas así lo permitan, fiscalízan el
ejercicio de las competencias de los demás.
32. Ahora bien, la función de control del ejercicio de las competencias asignadas a
las distintas entidadcs de la Administración, requiere de una cierta
especialización cuando cl control tiene como objetivo concreto la supervisión
dcl buen manejo económico y financiero de los recursos del Estado, así como la
con-ecta ejecución del presupuesto público. Dicha actividad rcsulta de vital
importancia en un Estado Constitucional, pues el control de la correcta cjecución
del presupuesto supone verificar que los recuisos públicos se encuentren
destinados satisfacer las necesidades de las personas, de la manera más eficiente
posible.
35. Dichas competencias se enmarcan en aquellas que han sido reconocidas como
las tradicionales que detenta una Entidad Fiscalizadora Superior, tal como
reconoce la Declaración dc• Lima scbre las Líneas Básicas dc Fte ccilizcición. a)
facultades de investigación, 6) facultad de Ejecución de las veriflcacioiics de
control, y c) facultad de actividad pericial‘. En ese sentido, las competencias
reconocidas a la Contraloría General de la República pueden enmarcarse en
cualquiera de las tres posibilidades recientemente mencionadas, además dc
aquellas competencias que se encuentran referidas a la gestión de la propia
entidad.
' Declaración de ñ/ann xo/›re los línea.i básicas de Fis'calizaciórt (l 977). Apartado IV Facu ltades de las
Entidades iscalizadoi as Superiores.
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
la forma más eficiente posible y dentro del marco jurídico vigente, asegurando
una correcta ejecución del presupuesto público que pei irrita el cumpl iniienlo ble
los fines del Estado, entre los cuales se encuentra, sin duda, la satisfacción de l‹is
necesidades básicas dc la población y, por lo tanto, la efectiva vigencia dc sus
derechos fundamentales.
39. Lo anteriormente señalado puede tener una mejor justificación si, además, se
tiene eii cuenta que, dada la alta especial izacióii que rec¡uieren las laboi es
encargadas a la Conti aloría General de la República, se ai Aumenta tambiéi ² °l²³²
resultaría razonable que ella adopte medidas dc sanción en relación con lu
irregularidades que hubicra detectado, al tratarse de la entidad adniinistratí va
más calificada para evaluar la gravedad de los actos que identificados así conto
dc adoptar las iiiedidas sancionadoras adecuadas con relación a la infi-acc ión
cometida.
4 l . Cuando esa potestad sancionadora se encuentra dii igida conti a los scrvidoi es y
funcionarios públ icos, nos encontramos, en coiici cto, frente a la potesta‹í
sancionadora dc cai‘ácter funcional o disciplinaria, es clecii, aquella potcstacl
sancionadoi‘a ejei‘cida con la finalidad de proteger la oi‘ganizacióii y
funcionamiento de la Administración, así como garantiz‹ii- la probidad de los
funcionarios de la Administración'.
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
42. Ahora bien, y eii el marco del principio de legalidad, las potestades de la
Administración en principio deben encontrarse expresamente prcvistas poi la ley
(o por la noriiia correspondiente, dictada por la autoridad competente) o, en todo
caso, desprenderse de las atribuciones ya pi escritas como competencias
implícitas.
’ En ese in ismo sentido, GARCÍA COB IÁN, Ei il‹a. “/\ná l isis de constitucional idad de la facultad de la
Contraloría General de la República pai a sancionar por responsabilidad adin in isti ativa fu ncional y su
relación con el pr-incip io del 'xc bis in ident ”’. Tesis pai-a optai e l grado académ ico de Magíster en
Dei echo Constitucional. Pontificia Univei sidad Cató lica del Perú, Escuela de Posgrado, Lima, 20 14, pp.
28 y 42.
http://tesis. pucp.ed itorio/bitsti ea in/íiand le/1 23 45 6789/5509/GARC IA COB I AN CASTRO E
ílJKA ANALI SIS CONSTITUCIONALIDAD.od f?sequence= 1 & isA I Iowed=v
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
48. ut ese sentido, conviene tcncr presente cuáles son los compromisos asumidos
por el Estado peruano que puedan incidir en admitir una interpretación confirme
a la Constitución que permita, tal como alega cl Congreso, el reconocimiento cIe
una potestad sancionatoria a la Contialoría General de la República. Caso
contrario, deberíamos ceñii-nos a interpretaciones sistemáticas del texto
constitucional, sea para sostener la constitucionalidad d la ley imp•b•1áda o
para declararla, como última ratio, inconstitucional.
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
52. En otras palabras, lo que clebería es, en lógica de una sentencia ínterprctatíva, es
determinarse una serie de recaudos para admitir que la cobertui a cn que se
sustenta esta Ley no escape de su parámetros constitucionales y convencionales.
" Api o bad a por el Congreso de la República, mediante Resolución Legislativa N° 28357, de 5 de octubre
de 2004, rati ficada por el Deci cto Siipi em o Nº 075-2004-RE.
'' Aprobada por el Congi cso de la Repübl ica, iiiediante Resolución Legislativa N‘ 26757, de 5 dc iiiai zo
de 1997, ratificada por Deci cto Supi ento N’ 0 l 2—97—RE.
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
54. Ahora bien, reconocer que una entidad de la Administración cuenta con
competencias para ejercer la potestad sancionadora, no implica que esta pueda
hacerlo de cualquier manera. Tal como se ha señalado, en un Estadio
Constitucional, el ejercicio de las competencias asignadas a toda entidad de la
Administración debe sujetarse a lo previsto por la Constitución y el
ordenamiento jurídico en su conjunto. En concreto, la potestad administrativa
sancionadora, en tanto supone una posible incidencia negativa, directa, concreta
y siii justificación razonable en la situación jurídica de un individuo, para
ejei ccrse dc manera legítima, debe ser respetuosa dc los dcrechos fundamentales
y dc los principios que iiiformaii el Derecho administrativo sancionador
reconocidos por nuestro ordenamiento jurídico.
55. Así, debe atenderse a que las medidas sancionatorias que pueda imponer la
Contraloría General a cualquier funcionario o servidor público, debe ser el
resultado de un procediiriiento administrativo sancionador en el cual se respete
el debido procedimiento, tal como ha reconocido este Tribunal Constitucional
(S IC Exp. n.’ 4289-2004-AA, f. j. 2 y 3; STC Exp. n.’ 0023 -2005-Al, 1. j. 4), y
a nivel Interamericano, la Corte lDH, de acuerdo con lo scíialado en cl caso
Ricardo Baena y otros v. Panaiiiá.
A mayor abundamiento, el inciso 1 del artículo 246 del Texto Único Ordenado
de la Ley 27444, establece que el principio de legalidad es un principio de la
potestad administrativa sancionadora. Asimismo, el artículo 9, literal f) dc la
Ley 27785, establece que las competencias de control por parte de Contraloría se
rigen por el principio de legalidad. Del mismo modo, el artículo 51 dc la l.ey
29662 dispone que el procedimiento para imponer sanciones por responsabilidacl
administrativa fíuicional, se encuentra sujeto a los pi’incipios de legalidad y
debido procedimiento (debido pr oceso).
59. Del mismo modo, el principio de legalidad supone una prohibición: las
infraccioncs y sanciones no pueden ser establecidas a través de reglaiiieiitos.
Ahoi‘a bien, ello no impediría que, a través de un reglamento se pueda
especificar o graduar las sanciones, siempre que, a través de este no se creen las
sanciones l aún cuando admito que csto último sea también discutible.
'' JVANEGA, M ii iairi. “Consideraciones acei ca de las potestades ad miiiistrati vas en genei al y rte la
potestad sanc ionadoi a”. En: flcvii/n dc Dere•cho Adm inistralivc. N’. 4, Luna, 200 8, pp. 1 16 y 1 1 7.
" MARTIN, Richard. “Nuevos i iimbos de I pi oced imiento adin iii istrativo sancionador: la i efoi ina óc1
procedimiento sancionador del OEFA a la luz de la Ley N’ 300 1 1”. Eii: Cev/s/n 7c Den ch o
Adta iriistrctivc. 5’ 14, Luna, 20 14. p. 503 ; DANÓS, Jorge. “Notas acerca de la potestad sanc ionad‹ii a dc
la Adin in istrac ión pü blica”. En: Ius el Veritas. Nº. 1 0, Lima, 1995. p. 153.
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
fa I , Así las cosas, paia un cabal respeto de la tipicidad, debe atendeise al concepto
de tipificación exhaustiva, lo cual implica obscrvar lo siguiente:
62. Ahora bien, y en línea con lo ya señalado, si bien sei’ú la ley o la norma con csc
rango la eiicai gada de describir la conducta in1ractoi‘‹i, lo cual supone la
prosci ipcióii dc las llamadas “leyes sancionadoras en blanco”, se admite que
estas pued‹iii ser pr-ecisadas por vía rcglaiiiciitaria. Así, c‹›i i cspondcrá a la ley
establecer los elciiieiatos básicos de la conducta infi-actoi‘a, pudiendo incluso
emplear conceptos jurídicos indetei minados, siempre que los alcances de los
niisiiios gocen de una cierta claridad, y puede remitir a un reglamento, la
regulación de los detalles relativos a la conducta'’.
63. En ese sentido, no se criiiiplii á con una necesaria tipicidad si a través de la ley se
remite al reglamento la descripción de la coiidticta, limitándose a señalar-
solamente, de manera genérica, que constituirá infracción cualquier
conti avención a los mandatos establecidos por cl ordeiiaiiiiento jurídico'’. Así,
el Tribunal Coiistitucii›nal ha señalado lo siguiente:
" MORÓN, Juan Co los. “mos pi”incipios deIi›nitadoi es de la potestad sai›ci‹›i›‹›‹Joi a ‹le la Adn›inisti aciói›
pública ei› In ley pei ‹lana". pp. 6 a l0. Ei›:
http://www n›pfn. goL›. pe/escuela/coiitei›ido/actividades/docs/227 l los |›rincipios ‹le la potestad sanci‹›
nadora de la ad» in isti acioi\ en la Iey pei rrana.pdf
’³ GALLARDO, Mu ía. Los princ ipios de la potestad sai›cionadoi ». Teoría y p‹ ‹actica. E‹titoi ial lUSTEt.,
fvl dtid, 2008, p. 4ó; CA 5S AGNE, J‹ian Car los. Derecho AJi»ii› istrati ve, Tci»o ll. Sétima el ición,
Abeledo Pei rot, Bricitos A ii es, 2002. p. 44 8.
" DANÓS, lot ge. Op. c it. p. 1 53.
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
Coincido con quienes señalan que en este extremo se ha incurrido eii vicios de
inconstitucionalidad, y que la demanda es fundada. Ahora bien, y sin perjuicio
de todo lo hasta aquí señalado, siento también necesario hacer presente mi
preocupación por el diseíio y sobre el ejercicio de las competencias
sancionadoras por la Contraloría. Dcbe tomarse en cuenta que, eii lo refcrido al
diseño de estas competencias, en principio, y aun reconociendo que puede haber
una interpretación conforme a la Constitución (entendida en forma
convencionalizada), técnicamente es por lo menos disciitible que quien audita
sancione directamente y más aun con una saiición dc inhabilitación. Yo, por
cierto, no hubiese votado a favor de aprobai una normativa con dichos alcances.
Sin embargo, el juez(a) constitucional no está para consagrar sus gustos o
pareceres, sino para asegurar que se actúe dentro de paráincti os constitucionales
(convencionalizados), y por ende, aunque discrepe con una alternativa ya
asumida, tengo que aceptarla, si la misma puede ser entendida conforme a lo
previsto en el texto constitucional, lo desprende de él o se proyecta de sii lectura
convencionalizada.
66. Coincido, entonces, con quienes señalan que lo que hubiese sido más oportuno
técnicamente no era incluir un régimen de responsabilidad funcional como cl
establecido en la ley impugnada, sino fortalecer un régimen discipl mario
(dotándole, por ejemplo, de un mejor catálogo de infracciones, entre otras
medidas). Me preocupa sobi emanei a, al igual que a rriuchos, y por citar otro
ejciiiplo, el vía crucls que deben pasar aquellos funcionarios que deben aciidli‘ al
proceso contencioso administrativo para enfrentar una inhabilitación muchas
veces por meras formalidades. Por ello, vaya este texto para exliortar ul
Congreso de la República a replantear algunos alcances dc lo hoy vigente, y a la
misma Contraloría a manejarse con mayor cuidado de los dcrechos
fundamentales en ejercicio de su potestad sancionadora.
67. Lo que resulta ya absolutamente insostenible, digo con todo respeto, es cóiiio se
da el ejercicio de estas competencias. Sin duda alguna, no enciienti o
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
68. La situación allí es clai a. si alguien fue sancionado con una normativa cuya
inconstítiiciiioiiaklidad luego ha sido declarada, puedc volver a ser pi‘ocesado y
eventualmente sancionado si su conducta todavía constituye una infracción, y
allí no opera la pr esci ipcióii, Si el compoi‘taniiento es cuestión no fuese
sancionable, no cabi ía un resarcimiento por vía de aiiiparo, ya quc los(as)
funcionarios aplicaron noi mas que en su nioiriento se consideraban
constittic ioiaales. Ello no 11bei‘a de recurrir a otras vías paia conseguir la
reparación del daño ocuri‘ido
72. Aunado a ello, y a mayor abundamiento, veo que una regulación como la aquí
analizada debería llevar, a quienes deseen cuestionar una sanción dc
inhabilitación, a acudir, por ejemplo, a la vía coiiteiicioso administrativa pai a
discutir la constitucionalidad y legalidad de dicha medida. Sin embargo, en el
contexto que acabo de indicar, es decir, en el cual los derechos políticos tienen a
su favor una “reserva de jurisdicción”, resulta irrazonable que, además de que la
medida de inhabilitación haya surgido ya indebidamente por parte dc la
autoridad administrativa, el caso finalmente deba terminarse ventilando en scclc
judicial si quiere revertirse la medida, cuando más bien es pr ecisamentc desde
un principio que en dicha sede debió surgir cualquier eventual restricción a los
derechos políticos,. Ello adeiiiás debió darse en el marco de un pr oceso
orientado a la determinación de responsabilidades. No eiicueiitr siistcnto
constitucional a lo previsto en la normativa impugnada, pues considero que la
inhabilitación es una decisión que debe tomarse eii sede jurisdiccional. Con ello
no se recorta la posibilidad de sancioiiar, sino que se la canaliza dentro del
espacio correspondiente.
73. En pues en mérito a todo lo aquí expuesto, y ante la imposibil idad de preservai
la presunción de inconstitucionalidad de la inhabilitación en sede adininistativa
solamente cabe establecer a la brevedad los correctivos a la noi mativa
correspondiente. Y frente a situaciones ble inhabilitación como las ya debatidas c
incluso aplicadas, opcra eii líneas generales lo señalado en el fundamento 68 de
este voto, correspondiendo buscai revertirse las inhabilitaciones ya en aplicación
por la vía correspondiente, y dejando abierto cl canal procesal especí Üco para
reclamar por el daño eventualiiieiite que se haya ocasionado.
A modo
ESPINOSA-SALIIAÑA BARIIERA
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL EXP. N’ 00020-20 15-PI/TC
COLEGIO DE /\ B O G /\ DO S DE AREQUIPA
Representado (a) por ALFREDO ÁLVAREZ
DÍAZ — DECANO
La Ley 29622, Ley que iiiodifica la Ley 27785, Ley Orgánica del Sistema Nacional
del Control y de la Conti aloría Gciicral de la República, y ha ampliado las
facultades en el proceso para sancionar en iriatcría dc responsabilidad
administrativa, y sii modificatoria, la Ley 30742, desbordan lo previsto en el
artículo 82 de la Constitución Política del Perú, que no le ha atribuido potestades
sancionadoras a ta Contraloría General dc la República;
La Ley 29622, Ley que modifica la Ley 27765, Ley Or 8ªnica del Sistema Nacional
del Control y de la Contraloría Genei-al de la República, y su modificatoria, la Ley
30742, atenta contra la autonomía e iiidcpendencia de los poderes del Estado, los
demás ói ganos constitiicionalcs autónomos y los gobiernos locales y regionales; y
viola el equilibrio de poderes; y
Los ai tículos 41, 42, 43 y 44 dc la Ley 27785, Ley Orgánica del Sistema Nacional
del Control y de la Contraloría Gciicral de la República, exceden también la
voluntad ‹tel Legisladoi‘ Constituyente pues contemplan también potestades
sancionadoras a la Contraloría General de la República.
1. Precisiones previas
2. El proccso de iiiconstitucion-ulidad
3. La coiistitucionalidaci
, TRIBUNAL CONSTITUCIONAL EX I³. NO 011020-20 l 5-P I/TC
COLBG IO DE AB OGA DOS DE AREQU I PA
Repi esentado (a) por A LF- REDO ÁLVA REZ
DÍAZ — DECANO
1. Precisiones previas
Antes de desarrollar las razones que fundamentan la posición que asunto en el prcsentc
voto singular, respondiendo al dictado de mi conciencia, debo formular, una vez más, las
siguientes piecisioiics previas, que explican desde mi punto de vista, cu gran medida, la
posición contciiícta en la sentencia etc iiiayoría:
1.1 En priirier lugar, dejar constancia que observo con preocupación que en numerosos
casos que lremos iesuelto y en los cuales he tenido una posición disciepante, se han
presentado dos situaciones quc, a mii parecei, no se coiidiccn con la iiiipartíción dc
una Justicia Constitucional guraiitista y Analista, que es la quc debc llevar a cabo
nuestro Tribunal Constitucional.
- Priiaaci a distorsión: variación del eje de prcociipación que coi respondc asumir
al Juez Constitucional cuando resuelve una controversia constitucional; y
- Segunda distorsión: var iacion del ángulo de observación desde el que el Juez
Constitucional debe utilizar la probleiiiática iriateria de examen en el proceso
coiistitucioiial en que intcrvcnga.
El proceso dc inconstitucionalidad
23 Así, es especial ísiiiio, poi‘ cuanto es un proceso a‹1h‹›c y único para el control
concentrado de la coiistí tucionalidad, conto corrcsl³ nde a la matei ia de
hiperintei és público que a través de él se coiitrovieilc y que canaliza una
fórmula dc heteroconiposición peculiar, freiite a un conflicto también peculiar
y de marcado inter és público, nacido a raíz del ciiestionaiiiiento de una norma
imputada de inconstitucionalidad. Atípico, eii razón de que no se enciiadi a
denti‘o de la clásica tipología de procesos consagrados cu el Derecho Procesal
y, además, ‹J lfei‘ciitc a los otros procesos constitucionales. Am gencris, en
razón que combina cl iiitci‘és de la parte accioiiaiite con un interés de carácter
general, consistente en la fiscal Izacióii de la producción normativa infi-
aconstitucioiial d0 i‘ímei‘ rango para aS²b²³ rar la supremacía normativa de la
Constitución.
La constitucionalidad
La Contraloría Genei‘al ejei ce la potestad pai a saiicionai por cuanto detei mina la
responsabi l idad administrativa func ional e impone una sanción dei ivada de los informes
de conti”ol emitidos por Ios ói ganos Jet Sistcma.
La refei ida potcstad para sancionar se ejei ce sobre los sei v idores y fu nc ionarios püb l icos
a qu tenes se refiere la defin ición bás ica de la novena d ispos ición final, con pi escindeiic ia
de l vínculo labor al, conti actual, estatutai io, administrativo o civ il de l infractor y del
régimen bajo el cual se encuenti e, la vigencia de d icho víncu lo con las entidades
señaladas en el artículo 3, salvo las indicadas en su litei al g)
Tal parte sostiene que cl artículo 45 de la LOCGR, incorporado por la Ley 29622
resulta inconstitucional puesto que otorga facultades sancionadoras a la CGR para
sancionar a los funcionarios y servidores públicos por responsabilidad
. TRIBUNAL CONSTITUCIONAL EXP. N‘ 00020—20 1 5—P I/TC
COLEG IO DE A DOG 7\ DOS DE AREQUIPA
Representado (a) por- ALFREDO ÁLVAREZ
DÍAZ — DEC/\NO
Por sii parte, el Coiigi eso de la República afirma que la potestad sancionadora
otorgada a la CGR pai a determinar la responsabilidad aclmiiiistrativa funcional de
los funcionarios y servidores públicos contribuye a la lucha contra la corrupción y
surge como consecuencia de que el sistema aiitei ior no era eficiente debido a la
ausencia de sanciones a los funcionarios que incui rían en dicha responsabilidad. Los
titulares de cada entidad, ya sea por negligencia o dolo, no iiiiplementaban los
informes de control de la CGR en el tiempo adecuado, por lo que los funcionarios y
servidores investigados se acogíaii a la prescripción, o les reducían las sanciones o,
inclusive, eran absueltos. Aííade que a diferencia dc lo que afirma la parte
deiiiandaiitc este sistema no es menos garantista que el sisteiria anterior, todo lo
contrario, se trata de un sistema que regula un proccdiiiiiento sancionadoi que
respeta el debido proceso.
A mi juicio, cuando la parte demandante sostiene que la ati ibiiciún de las potestades
sancionadoras a la CGR constituye “(...) un acto dc regresiviclad de derechos y
garantías efectuado por el Estado, en el sentido que el nuevo sistema sancionador
implantado en virtud dc la Ley 29622 es notoriamente irse nos garantista que el
anterior”, en realidad no denuncia la violación del principio de progresividad
contenido en el artículo 26 dc la CADH que se refiere a los derechos sociales (como
se interpreta de la sentencia de mayoría), puesto que la iriatei‘ia que aquí se discute
es de naturaleza distinta, sino que más bien la pretensión está dii igida a cuestionar
la ampliación de la potestad sancionadora de la CGR pai‘a sancionar‘ a los servidores
y funcionarios públicos por i espoiisabilidad administrativa funcional.
a) Incumplir las d ispos iciones que integran el iriarco legal aplicab le a las entidades para
el desarro llo de sus actividades, así como las dispos ic iones internas v inculadas a la
actuación funcional del serv iJ oí o funcionario pti bI ico
b) Incui i ir en cualqu ter acción u om is ión que suponga la transgres ión gr ave de Jos
pr incipios, deberes y prohibiciones seiialad os en las noi tiras de ética y pi obidad de la
función pü blica.
c) Realizar actos pers iguiendo un fin pi oliib ido por ley o reglamento
d) Incui i ir eii cual qu iei acción u om isión que impoile negligencia en c l desempeiío de
las funciones o el uso de estas con fi nes distintos al inter és público.
El Congreso de la República, por sii parte, afirma que ninguna de las infracciones
previstas en el artículo 46 de la LOCGR, incorporadas por la Ley 29622, vulneran
el principio de legalidad en su díiiiensión de taxatividad, en la medida en que la
tipificación de tales infracciones a través de cláusulas abiertas es permitida, siempre
y cuando se complementen con la reglamentación correspondiente, como sucede en
este caso, con el Reglamento de la Ley 29622, que detalla lo dispuesto en las
infracciones previstas eii el rcfcrido artículo 46. Agrega que, sobre la alegada
indeterminación de las infracciones contempladas en el reglamento, la tipificación
precisa de las conductas no es posible, especialmente en iriateria administrativa
sancionadora.
. TRIBUNAL CONSTITUCIONAL EXP. N‘ 00020-20 15-PI/TC
COLEGIO DE ABOG ADOS DE AREQUIPA
Representado (a) por /\LFREDO ÁLVAREZ
DÍAZ — DECANO
l . Las infracc iones de responsab ilidad administrativa funcional que fueron i efei‘idas en el
artículo 46 dan lugar a la imposición le cualquiera de las sigu ientes sanciones:
a) lrihab ilítación para el ejerc icio ble la función pública de uno ( I) a cinco (5) afios
6. Mi jiosición puntual resjiecto a las normas impugnadas y las normas que deben
ser decla radas inconstitucionalcs por conexidad
Hechas las precisiones previas, coriesponde en esta parte del voto exponer mi
posición puntual discrepante dc la sentencia de mayoría, la que no analiza algo que
estimo de vital importancia: si de acuerdo a la Constitución la CGR tiene facultades
administrativas sancionatorías. Por el contrario, tal sentencia da por hecho que tales
facultades se derivan de las competencias asignadas a la CGR por la Constitución y
efectúa el análisis de constitucionalidad a partir de esta pi’emisa, que considero
errada por las razones que más adelante detallo.
o por leyes complementarias y/o conexas. Esto es, corresponde corroborar si tal
garantía ha sido quebraiitada.
Por su parte, el ángulo de observación en este proceso debe partir del antedicho telos
constitucional, esto es, de la voluntad y filosofía que han inspirado al Constituyente,
lo que obliga al supremo intérprete a entender lo que ha querido este al contemplar
a la CGR, dejándose de lado, evidentemente, cualquier ángulo de observación que
parta, por ejemplo, de las buenas intenciones que pudo haber tenido el legislador al
momento de debatir y aprobar la ley que se cuestiona. Es el legislador ordinario, y
esto lo subrayo, el que se encuentra limitado iiiexorablemente por la voluntad del
Constituyente y no al contrario, por lo que, sin excepciones, prima siempre la
voluntad de este último sobre el prímcro.
Así las cosas, creo firmemente que debe escudriñarse en primer orden el sentido del
dispositivo que en nuestra actual Constitución ha consagrado a la CGR, a fin de
determinar a cabalidad cuál lta sido la intención del Constituyente, qué naturaleza
tiene este órgano y, sobre todo, hasta donde llegan sus límites.
- El Coiitraloi’ General puede ser removido por el Congrcso por falta grave.
En este punto, hago hincapié en que el propósito del Constituyente al crear la CGR
ha sido indudable: ci ear un órgano constitucionaliiiente autónomo, como órgano
superior del referido Sistema Nacional de Control, que se encargue de velar porque
la ejecución del l³icsiipuesto Público, las operaciones de la Glenda pública y los
demás actos sujetos a control dc las entidades públicas se ajusten a la legalidad.
Vale decir, que verifique que la gestión pública de las cntí‹Iades sujetas a control se
iealice dentro de un iiiai co dc pleno respeto de la normatividad correspondiente.
Su función principal es, entonces, la de vigilar los actos y resultados de tal gestión
y emitir informes dc control y recomendaciones que surgen luego de detectar
irregularidades y responsabilidades de funcionarios y servidores públicos. No
siendo acoi‘de con su naturaleza la de sancionar‘ a tales funcionarios o servidores,
pues eso escapa de las atribuciones expresas confei‘idas por la Constitución, ya que
esta alude a “supervisar”, lo que es muy distinto que “sancionar”
Esto es lo que sucede, íntcgraiiicnte, con la Ley 29622, Ley que modifica la Ley
2778 5, Ley Orgánica del Sistema Nacional de Control y dc la Contraloría Genei al
de la República, y tia ampl iado las facultades en el pi‘oceso para sancionar en
materia de responsabilidad adiiiiiiistrativa, y su modificatoria, la Ley 30742', que
sigue la misma lógica, pues, cvidentemeiite, cxceden lo previsto en el precitado
artículo 82 de la Constitucióii. Pero no sOlo eso, pues también atenta contra la
autoiioiiiía e independencia dc los podci‘es del Estado, los demás órganos
constitucionales autónomos y los gobiernos locales y regionales, violando el
equilibrio de pocíeres.
Se trata, entonces, de una inter prctacíón que desnivela las competencias y funciones
y que, por tanto, es pernlciosa pai a el Estado Constitucional.
La Ley rJ742, Ley de Fo 1alcciinieisto dc I‹ Conti aloi ia Gen«i al de la teptihl ica y del 5 istcma Nacion a l
de Col\ti cl, Publicada el 28 de marzo ‹fc 20 18, es Jccir, con postel’ioi’iJad a la intei”posición de la
demnnJa que dio inicio al pi esei›tc pi”occsc dc incoi›stit‹icionaIidad, i»o‹Jificó, enti e ot‹’os, el ai1íc‹ilo 45
de la Ley 2778ó, LOCGR, señalando, ci› piii idad, qrie la potestad sancioi›adoi”a dc la CGR i“ecae también
sobi“e a‹itoi idades elegidas den›‹›crátic«i»ci›te, corno alcaldes y gobei nadci es regionales.
. TRIBUNAL CONSTITUCIONAL EXP. N’ 00020—20 I 5-PI/TC
COLEG IO DE /\ BOC/\DO5 DE AREQUIPA
Repi-eseiiiado (a) poi ALFREDO ÁLVAREZ
D Í /\Z — DECANO
En conclusión, con la norma cuestionada, que si bien podi ía atender a muy buenas
intenciones conto la de combatir la corrupción, se están desbordando los muros
educados por cl Legislador Constituyente al momento de establecer los límites de
cada órgano dcl Estado, poniendo en peligro la esencia misma del Estado
Constitucional, caracterizado por el respeto de los derechos fundamentales, así
como de las competencias y atribuciones de las entidades públicas, por lo que lo
que corresponde es declararla inconstitucional en sii totalidad.
7. Et sentido dcmivoto
S.
BLUME FORTINI
‘
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
AREQU I PA
Representado (a) por ALFREDO Á LVAREZ
DÍAZ - DECANO
Emito el piesente voto singulai porque, si bien comparto lo resuelto en los puntos
resolutivos 1, 2 y 3 de la sentencia, considero que el Tribunal debió i’egulai los efectos
en el tiempo de su proiiiiiiciaiiiiento.
a) Sobre la potcsta d dcl Tribunal Constitucional tte tlifcrir los efectos de sus
pronunciamientos
En reiterada jui ispriideiicia, este Ti ibunal ha precisado que cuenta con la potestad de
diferir los efectos de sus sentcncias. Ahora bien, aunque el Código Procesal
Constitucional no hace una mención expresa de este atributo (a excepción de los casos
tributarios), no podría entenderse su función ordenador a si es que esa posibilidad no
estuviera reconocida. Como se ha pi‘ecisado con anterioridad, tal atributo “constituye en
la actualidad un elemento de vital importancia en el Estado Constitucional, pues se
difiere con el objeto de evitai‘ los efectos destructivos que podría gciieiar la eficacia
inmediata dc una sentciic ia que declara la inconstitucionalidad fle una ley, tendiéndose a
aplazar o suspender los etéctos de esta” [STC 00005-2007-PI/TC, fiiiidaiiiento 48).
En efecto, con las priiiici as cxpci iencias históricas de los tt’ibuna1es constitucionales de
Austi ia y Checoslovaquia eii 1920, se estimó, por hecliiila de I lans ICelseii, que estas
cortes debían hacer las veces de un “legislador negativo”. Esto iiaiplicaba que la labor
de los tribunales et a la de “expulsar o mantenei” las disposiciones legales. La i ealídad,
sin embargo, trajo consigo distintos problemas que se ielacioiiabaii con la posibilidad
que el remedio podía ser peor que la enfermedad, esto es, que las consecuencias de
declarar la inconstitucional idad ‹le una ley sean más pcijudic wles para la sociedad y el
Estado que el hecho de iriantenei, al menos tempoi‘a1mentc, la vigencia de las
disposiciones impugiiad‹is.
«"
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AREQUIPA
Representado (a) por ALFREDO ÁLVAREZ
DÍAZ - DECANO
Como se advierte, no han sido pocas las ocasiones en las que el Tribunal ha hecho uso
de esta atribución con el propósito de moderar el impacto de sus decisiones. Y esto
guarda una estrecha conexión con la materia que se encuentra regulada en la disposición
legal que ha sido cuestionada en el respectivo proceso de inconstitucionalidad. De este
modo, considero que debe prestarse una especial atención cuando las disposiciones
an izadas tienen alguna de estas características (sin que se pretenda, evidentemente,
aborar una lista taxativa): (i) disposiciones regulen el goce y ejercicio de derechos
fundamentales; (ii) disposiciones que regulen la prestación de servicios públicos
esenciales para la sociedad; (iii) disposiciones que regulen conductas antijurídicas, y sus
respectivas sanciones; y las (iv) disposiciones que crean alguna institución o entidad,
sobre todo cuando ella se encuentre ya en funcionamiento.
Respecto del punto (i), estoy convencido que la expulsión de alguna disposición que
regule el goce o ejercicio de los derechos fundamentales puede generar más
consecuencias perjudiciales que beneficiosas. Es cierto que estos derechos no dependen,
para su adecuado ejercicio, del reconocimiento de una ley; sin embargo, en varias
oportunidades son las leyes las que terminan de configurar el contenido
constitucionalmente protegido de algún dcrecho, por lo que el Tribunal debe prestar una
especial atención cuando la declaratoria de inconstitucionalidad incide en alguna de
ellas.
En relación con el punto (ii), considero que el Tribunal debe tener especial precaución
cuando examina la constitucionalidad de disposiciones rclacionadas con la prestación
de ciertos públicos esenciales (como la salud, la electricidad, el transporte o las
comunicaciones), ya que el impacto de la expulsión de estas cláusulas podría afectar sii
otorgamiento, particularmente en el caso de personas de escasos recursos económicos.
Evidentemente, este deber especial de cautela se relaciona con aquellas disposiciones
esenciales para la prestación del servicio, y no para aquellas que sean accesorias e
irrelevantes para ello.
Finalmente, en lo que concierne al cuarto punto (iv), también considero que se debe
teiiei- una especial diligencia cuando se declara la inconstitucionalidad dé á!b*ina
disposición que se encarga de crear o regular las pautas esenciales para cl
funcionamiento de una entidad, pues ello puede tener una grave incidencia no solo en la
puesta en marcha de dicha institución, sino que puede implicar, entrc otras cosas, que
surjan distintos pi oblemas vinculados con la situación de las personas que la integran.
”
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EXP. N.‘ 00020-20 15 -PI/TC
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Representado (a) por ALFREDO Á LVARF:Z
DÍAZ — DECANO
Por ello, estimo que el Tribunal debió otorgar un tiempo prudente al Congreso de la
República, a fin que este pueda regular, de conformidad con las pautas expuestas en la
sentencia, las conductas infractoras graves y muy graves que generan i-espoiisabilidad
administrativa. De hecho, esta necesidad es aun más evidente porque lo que se cuestiona
no es la iegulación de simples cuestiones leves, sino que se trata de hechos que
comprometen, de manera seria, el adecuado funcionamiento de la Administración
Pública.
c) Conclusión
Por las razones cxpucstas, reafirmo un posición en e I sentido que comparto l os puntos
resolutivos l , 2 y 3 de la posición asumida por la mayoría.
Del mismo modo, debió precisai’se quc ello en ningún modo supone privar a la
Administración Pública de sii potestad de, con la nueva regulación, continuar con los
procedimientos ya iniciados, siempre y cuando los mismos báfanticen los deréühos
fundamentales de las pei‘sonas someticlas a las investigaciones respectivas, entre ellos el
de la posibilidad de defenderse de los cargos en sii contra.
RAMOS NÚÑEZ
,.ü
TRIBUNAL CONSTITUCION AL
los años 2016, 2017 y 2018' por la declarada INFUNDADA en todos sus
Contraloría: extremos.
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AREQUIPA
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artículo 82 de la Constitución —
8. En efecto, nuestra Constitución no supervisar la legalidad de la
ordena de manera expresa que la ejecución dcl Presupuesto del
CGR detente potestades Estado, de las operaciones de la
sancionadoras (constitucionalmente deuda pública y de los actos de las
ncce.Mario)’, pero tampoco establece instituciones sujetas a control—
una prohibición expresa en ese debe contar con las competencias
sentido (constitucionalmente necesarias para ello, aunque no se
prohibido). De ello se colige que la encuentren expresamente
potestad sancionadora en general de establecidas normativamente.
la CGR y la ampliación de dicha
potestad, a través de la Ley 29622, De hecho, fue la CGR la que
para sancionar a los funcionarios y solicitó la ampliación de la potestad
servidores públicos por sancionadora para los supuestos de
‘ responsabilidad administrativa responsabilidad administrativa
funcional constituye una medida funcional. En efecto, en la
constitucionalmente posible, ello de exposición dc motivos del Proyecto
acuerdo al margen de de Ley 4210/2010-CG, del 17 de
discrecionalidad relativa qiic tiene el agosto de 2010, se justificó la
legislador. necesidad de que dicha institución
cuente con competencias
9. Además, la potestad sancionadora sancionadoras para determinar la
de la CGR o la ampliación de ella se responsabilidad administrativa
encuentra también justificada con funcional respecto de funcionarios y
las atribuciones implícitas que servidores píiblicos. Ello en razón a
tienen los órganos públicos. Y es que, con el sistema anterior, los
que, a partir de una interpretación informes de control que realizaba la
literal y teleológica de las CGR y las recomendaciones que
disposiciones constitucionales surgían de estos detectando
respectivas, pueden razonablemente irregularidades y responsabilidades
reconocerse como atribuciones de funcionarios y servidores
derivadas aquellas que resulten públicos— no concluían en
necesarias para el ejercicio de las sanciones efectivas. Así pues, de un
expresamente señaladas, sin las total de 466 recomendaciones
cuales éstas podrían ser desviiluadas efectuadas por la CGR (entre los
o puestas en entre dicho. Entonces, años 2001 al 2010), sólo el
para que la CGR pueda cumplir con equivalente al 34.12 % fueron
el objetivo que le encomienda el implementadas (procesos
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c) Rea l izar actos per sigu iciido l5. El Congreso dc la República, por su
un fi n proh ibido por lcy o parte, afiriiia que ninguna de las
i eglamento infracciones previstas en el artículo
46 de la LOCGR, incorporadas por
u oiJ‹isión que iinpoi te
la Ley 29622, vulneran el principio
i›egI igei›cia e» cl dc legalidad eii su dimensión de
desei»peño de las funciones taxatividad, eii la medida en que la
o el uso de estas con fines tipificación de tales infracciones a
J istintos al intei és p?ihI ico. tl’avús de cláusulas abiertas es
permitida, siempre y cuando se
especifica estas conductas complementen con la
const itutivas dc responsab il id ad reglamentación correspondiente,
adin iii isti ativa funcional (graves como sucede cii este caso con cl
o iiiuy graves) que se Reglamento dc la Ley 29fi22, que
encueiiti an en el ámbito de la
detalla lo dispuesto eii las
potestad para sancionar dc la
Conti aIoi‘ía General. As int isiiio, infracciones previstas en el referido
EXP. N. 0020-20 IE -PI/TC
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Contraloría General de la
República) de la LOCGR, 74. Asimismo, cabe anotar que el
modificados por los artículos 2 y propio dciiiandante indicó que
de la Ley 29622, carece de fundamento pronunciarse
respcctivamentc. por la constitucionalidad de la
Primera, Segunda, Tercera y Cuarta
De la Unica Disposición Disposición Complementaria Final
Complementaria Modificatoria de la Ley 29622 (referidas a la
de la Ley 29622 (Adición de entrada en vigencia de la ley, su
denominación subcapítulo I reglamentación, aplicación de
“Potestad para sancionar por infracciones y sanciones, así como a
infracciones al ejercicio del la aplicación de criterios para el
control). ejercicio dc control ante decisiones
discrecionales), al indicar que estas
En todos los casos, el Colegio ya liam cumplido sus efectos, por
demandante señaló que la cuanto la Ley 29622 se encuentra
inconstitucionalidad se produce “(...) pÍenaiiiente vi bcnte.
por un criterio de conexidad
sistemática respecto de la necesaria 75. En el int sino sentido, considero
eliminación de los textos iniiccesario que el Tribunal
normativos dcl artículo 45 y 51 Constitucional se pronuncie sobre la
iliüorporados a la Ley 27785 validez constitucional de la Primera
mediante Ley 29622”. Es decir, la y Segunda Disposición
declaración de inconstitucionalidad Complementaria Transitoria de la
los artículos señalados quecla Ley 29622, toda vez que también
supeditaba juicio del han surtido sus efectos en el tiempo,
demhtidaiite— a la declaración ya que se refieren a la aplicación
previa de inconstitucionalidad de los progresiva de la ley mencionada, y
artículos 45 y 51 de la LOCGR. dc las infi’acciones y sanciones por
hechos cometidos antes de la
73. Al respecto, dado que según lo vigencia flc esta.
explicado previaiiiciite, al ser
constitucionales los artículos 45 y Por estos fundamentos, voto poi
El de la LOCGR, iiicoi porados por declarar INFUNDADA la demanda de
la Ley 29622, la solicitud de inconstitucionalidad iiitcrpuesta contra la
inconstitucionalidad por conexidad Ley 29622, que modifica e incorpora
de las demás disposiciones también diversos artículos a la Ley 27785, en
deviene en infundada. todos sus extremos.
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