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Divisas 1

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APRECIACIÓN O DEPRECIACIÓN DE UNA MONEDA

Es el aumento o disminución, respectivamente, del valor de una moneda en el mercado libre de


divisas, es decir, consiste en un cambio en la cotización de la misma. Estos conceptos son
aplicables por tanto a los sistemas de tipos de cambio fijo o variable.

MERCADO DE DIVISAS

Son aquéllos en los que se realizan los intercambios de unas monedas por otras.

Salvo el segmento correspondiente al mercado oficial de divisas, si es que existe, el resto del
mercado no tiene una ubicación física concreta, pues tanto el mercado interbancario de divisas,
que corresponde al contenido sustancial del mercado, como las transacciones de moneda con la
clientela carecen normalmente de una localización determinada.

En la representación gráfica de este mercado, se miden en ordenadas el precio en moneda


nacional de una unidad de moneda extranjera ($, FF, etc.) y en abscisas la cantidad intercambiada
de moneda extranjera por moneda nacional.

DEMANDA Y OFERTA DE DIVISAS

Son las cantidades demandadas u ofrecidas de moneda extranjera a cambio de moneda nacional
para cada una de sus cotizaciones.

El demandante desea adquirir moneda extranjera y a cambio ofrece moneda nacional; el oferente
está dispuesto a entregar moneda extranjera recibiendo a cambio moneda nacional o en otros
términos, demandando a cambio moneda nacional.

TIPO DE CAMBIO EFECTIVO REAL DE UNA MONEDA O


RELACIÓN REAL DE INTERCAMBIO

Es un índice que mide las variaciones del poder adquisitivo de la moneda de un país con relación a
otro espacio económico.

Este tipo de cambio o relación, se calcula teniendo en cuenta las variaciones del tipo o tipos de
cambio y de los índices de precios de ambos espacios económicos.
ASPECTOS GENERALES

El mercado de divisas es el mercado donde se establece el precio de las diferentes divisas ya que
en él confluyen los oferentes y los demandantes de las mismas. Al precio de una moneda en
términos de otra se le denomina tipo de cambio.

Según Sáiz Cebreros, divisa es la moneda aceptada por ambas partes en una transacción
internacional, pudiendo estar dicha moneda materializada en billetes de banco (lo menos
frecuente) o en efectos como cheques bancarios, pagarés, letras de cambio, etc, (lo más
frecuente).

Al ser el mercado de divisas una organización típicamente interbancaria, el concepto mismo de


divisa puede equipararse a los saldos en los bancos comerciales y centrales expresados en moneda
extranjera. También se puede considerar divisa los medios de pago existentes en un determinado
país, denominados en monedas de países extranjeros.

Se suelen clasificar como divisas los siguientes medios de pago en moneda extranjera: Billetes de
banco, cheques de viajero, saldos bancarios e instrumentos de movilización de lo saldos bancarios
(cheques y transferencias).

Las letras de cambio y pagarés, denominados en moneda extranjera, no son exactamente medios
de pago sino instrumentos de crédito, por lo que, en puridad, no deben clasificarse como divisas.

En general, cada divisa da origen a un mercado que no está ligado a un lugar geográfico
determinado, hablándose así del mercado del dólar, del euro, del yen, de la libra esterlina, etc.

El mercado de divisas existe desde hace siglos dado que el comercio internacional siempre ha
precisado de la utilización de moneda diferente a la del país envuelto en las transacciones. En los
últimos 25 años este mercado ha experimentado innovaciones y presiones competitivas que han
cambiado su estructura complicándola, no sólo en cuanto al número o tipo de productos que se
utilizan, sino también en la forma de realizar las transacciones. Hoy en día, los productos que se
negocian en los mercados van más allá de las simples transacciones al contado o las transacciones
a plazos cortos. Las últimas tendencias del mercado han llevado a crear contratos de divisas a
plazo de hasta cinco años e incluso con vencimientos superiores para las divisas principales.
El mercado de divisas interbancario puede considerarse el primer mercado global, funcionando las
veinticuatro horas del día debido a los diferentes usos horarios en que se sitúan los principales
centros financieros. De este a oeste, algunos de estos centros financieros son los siguientes:
Sydney, Tokio, Hong Kong, Singapur, Ginebra, Frankfurt, París, Londres, Madrid, Nueva York,
Chicago, San Francisco.

El mercado de divisas nació, teóricamente, como apoyo necesario para los intercambios
comerciales entre países diferentes. Pero actualmente se calcula que solo un 5% de las
transacciones en moneda extranjera se debe a operaciones de carácter comercial. El 95% restante
es atribuible al efecto multiplicador de la propia actividad interbancaria: bancos centrales tratando
de mantener la cotización de su moneda, bancos comerciales realizando operaciones a contado y
a plazo, grandes empresas multinacionales buscando protegerse del riesgo de cambio o de
rentabilizar sus excedentes en moneda extranjera, etc.

El tipo de cambio al contado, el que se utiliza en el mercado de divisas al contado, es aquél cuya
entrega es inmediata o a un máximo de dos días. En los mercados a plazo se utiliza el tipo de
cambio a plazo (forward) cuya entrega se realiza a partir de dos días y generalmente, hasta un
año.

En resumen, el mercado de divisas ha conseguido una gran autonomía respecto a las operaciones
estrictamente comerciales de exportación e importación que, en su día, le dieron origen.

1. FUNCIONES DEL MERCADO

Durán y Lamothe señalan, como principales funciones del mercado de divisas, las que siguen:

- Transferir poder adquisitivo de un país a otro.

- Financiar el comercio internacional.

- Proporcionar cobertura frente al riesgo de cambio.

La transferencia del poder adquisitivo de un país a otro es la función básica del


mercado. Así, cuando un inversor extranjero desea situar capitales en España, por ejemplo, para
adquirir títulos de la Bolsa de Madrid, ha de pasar primero por el mercado de divisas para
transformar su moneda en saldos en euros. Análogamente, cuando el inversor decida salir del
mercado madrileño y transformar sus saldos de euros a la moneda de origen, habrá de hacerlo a
través del mercado de divisas.

El importador español de manufacturas inglesas necesitará libras esterlinas para hacer frente al
pago de las facturas de sus proveedores; acudirá a su banco comercial que, por medio del
mercado de divisas, le proporcionará los saldos necesarios en esterlinas.

Los participantes en transacciones internacionales, tanto particulares como empresas financieras


o no financieras, están sometidos al denominado riesgo de cambio. El riesgo de cambio es la
probabilidad de un movimiento, favorable o desfavorable para los intereses de un agente del
mercado, en los tipos de cambio de dos o más monedas diferentes (ejemplo: supongamos un
importador español ha de pagar una factura en dólares canadienses dentro de tres meses y tiene
que comprar dicha moneda en el mercado, está expuesto a un evidente riesgo de cambio; hoy la
cotización puede alcanzar 1,54 CAD / EUR, pero dentro de tres meses puede ser más favorable
para el importador, 1,55 CAD / EUR, o más desfavorable, 1,53 CAD / EUR). Para protegerse de
dicho riesgo existen mecanismos como las operaciones a plazo, futuros y de opciones.

Las funciones hasta ahora citadas son las realizadas de forma ortodoxa por el mercado, pero no se
debe olvidar que este es un sistema, en su conjunto, altamente especulativo.

2. PARTICIPANTES Y ORGANIZACIÓN DEL MERCADO

Los participantes en el mercado de divisas pueden representarse como un triángulo o pirámide


como el que se expone a continuación:

• En la base aparecen los particulares y empresas que acuden al mercado para satisfacer sus
necesidades como exportadores o importadores, como simples turistas o inmigrantes o bien como
inversores que desean movilizar sus capitales de un país a otro. Forman parte del sector primario
del mercado.

• A continuación se sitúan los bancos comerciales que atienden a la clientela del mercado
primario y realizan transacciones en divisas con otros bancos, bien directamente, bien a través de
brokers especializados en moneda extranjera. En cuanto atienden a su clientela, debe entenderse
que forman parte también del mercado primario; cuando negocian saldos en divisas con otros
bancos sus operaciones deben considerarse de mercado secundario.

• Otros participantes son los bancos comerciales con vocación de creadores de mercado o
market-makers que cotizan continuamente cambios duales, es decir, de compra y venta, para las
principales divisas fuertes, contribuyendo así a dar liquidez al sistema. Estas entidades financieras,
generalmente grandes

bancos multinacionales, son las verdaderas protagonistas del mercado secundario, pero su
número es más bien limitado.

• Los brokers son simples intermediarios entre bancos que actúan a comisión, sin asumir
riesgos, pero su papel es esencial para dar agilidad al mercado y preservar el anonimato de los
agentes hasta que las operaciones lleguen a materializarse. Son, por tanto, participantes del
segmento secundario del mercado.

• Finalmente, los Bancos Centrales operan también en el mercado secundario comprando o


vendiendo la propia moneda nacional a fin de mantener una determinada política de nivel de
cambios.

Entre las razones por las cuales dichos agentes operan en los mercados de divisas se encuentran:

1.La intermediación: El problema de la diferencia de divisa en que vienen denominadas las


operaciones de todo tipo en los mercados extranjeros se soluciona a través de la intermediación
de los dealers y de los brokers del mercado de divisas. Los dealers poseen un inventario de divisas
y van a promover la compra/venta de las mismas ganando un diferencial –la horquilla de compra
venta- que compensa el riesgo que afrontan; a su vez, un porcentaje elevado de transacciones se
realiza a través de brokers que ponen en contacto a dichos dealers.

2.Las razones comerciales o de inversión: las empresas han de atender los pagos a sus
proveedores extranjeros y realizar el cambio de moneda cuando reciben flujos de clientes en
moneda extranjera. Para realizar estas operaciones es necesario adquirir divisas.

3.La maximización de las rentabilidades y/ o disminución de riesgos: Los mercados financieros


internacionales presentan un gran atractivo para el inversor institucional en su intento de
diversificar sus operaciones para optimizar su combinación de rendimiento/riesgo. Las inversiones
en el extranjero precisan de la utilización de diferentes divisas que se obtienen a través del
mercado mencionado.

4.La necesidad de cobertura: Hoy en día, la necesidad de diversificación de las operaciones y de las
carteras de los agentes económicos han llevado a que la mayoría de los bancos, las empresas y los
inversores institucionales se vean sometidos al riesgo de cambio.

El mercado de divisas ofrece los instrumentos necesarios para mitigar las consecuencias negativas
del riesgo.
5.El arbitraje y la especulación: La avidez por obtener beneficios rápidos e incluso sin riesgo es
protagonista en este mercado. El arbitraje, es decir, la compraventa simultánea de dos
instrumentos financieros del mismo tipo en dos mercados para beneficiarse de las discrepancias
en los precios, es una de las principales fuentes de ingresos en este mercado. La especulación o la
asignación de elevadas sumas de dinero a operaciones de alto riesgo basándose en creencias
sobre la tendencia del mercado – una inminente apreciación o depreciación de la moneda- sin la
posesión de los activos que contrarresten dichas operaciones es una de las actividades más
extendidas en estos mercados generando grandes sumas de dinero para la banca.

6.La necesidad de intervención por parte de los bancos centrales para corregir situaciones en que
el tipo de cambio se desvía de su cotización de equilibrio. Es conocido que los bancos centrales de
los diferentes países intervienen en el mercado comprando la moneda débil y vendiendo la fuerte
cuando existen en el mercado presiones en contra de la moneda.

El mercado de divisas es un mercado no organizado tipo OTC, geográficamente disperso, donde las
transacciones se realizan principalmente a través de grandes bancos comerciales que actúan como
dealers y brokers. Es un mercado que hoy en día funciona 24 horas a través de redes telefónicas e
informáticas, en su mayoría. Es un mercado muy automatizado. Las transacciones que se realizan
en este mercado están sujetas a un mínimo, dependiendo de la divisa de que se trate, que
asciende al menos a un millón de dólares.

Un mercado es transparente cuando resulta fácil ver los precios y la información referente a las
transacciones que se van ejecutando; en este mercado, sin embargo, los precios no están
dispuesto a la vista de todos sino que se presentan en pantallas electrónicas en cada banco. Dado
que en este mercado existen más de 1.000 bancos y más de 10.000 entidades participantes, los
precios de las mencionadas pantallas tienen únicamente carácter indicativo, lo que complica
asegurarse el mejor precio por las transacciones. Los precios varían según la calidad crediticia y la
calidad del sistema de pagos o back office del banco que actúa como dealer. Esta característica ha
proporcionado tradicionalmente grandes beneficios especulativos a los mayores dealers (bancos
comerciales).

Por ser un mercado no organizado no existe una Cámara de Compensación general que
incremente la liquidez y garantice las transacciones en caso de incumplimiento de la contraparte.
Recientemente se ha formado algunos consorcios privados bilaterales como SWIFT (Society for
Worlwide Interbank Financial Telecommunication) y FXNET (propiedad de 14 grandes bancos), que
son sistemas de compensación y liquidación por el neto –es decir, compensatorio de las deudas
entre bancos por diferenciales-, y que han reducido los riesgos sustancialmente.

Las transacciones del mercado de divisas no están estandarizadas sino que se hacen “a medida”
según las necesidades de cada cliente lo cual dota a este mercado de gran flexibilidad.
En cuanto al tipo de organización del mercado en sí, cabría hablar del modelo anglosajón y del
continental europeo. En el primero de ellos el mercado lo forman simplemente las salas de cambio
de los grandes bancos comerciales activos en el mercado, interconectado por una compleja red de
teléfonos, teletipos, fax, computadoras, etc. En el segundo modelo, aparte del mercado
interbancario como el descrito, los operadores suelen reunirse una vez al día en un lugar físico
para negociar de viva voz y establecer una tabla de cotizaciones oficiales de la moneda local contra
las divisas más importantes (fixing).

El mercado de divisas está dividido en dos segmentos: el mercado mayorista o interbancario


propiamente dicho y el mercado minorista. Las cotizaciones en el mercado secundario a nivel
interbancario suelen ser absolutamente libres, solo fijadas por la presión de la oferta y la
demanda.

CONVERTIBILIDAD DE LAS DIVISAS

Una característica fundamental de las divisas es su convertibilidad o posibilidad de ser


intercambiadas por otras divisas sin trabas de control de cambios en cuanto a cantidad o plazo.

Cabe hablar de los siguientes tipos de convertibilidad:

- Interna / externa. Cuando la posibilidad de cambiar la moneda doméstica por otras se


admite tanto para los residentes como los no residentes de un cierto país, estamos ante un caso
de convertibilidad interna. Si dicha posibilidad solo se admite para los no residentes, estamos ante
la convertibilidad externa de la moneda doméstica.

- Ilimitada / limitada. La convertibilidad ilimitada hace referencia al hecho de que cualquier


saldo en moneda local pueda ser convertido en otras divisas sin limitación alguna, cualquiera que
sea el origen de dicho saldo. La convertibilidad limitada se

da cuando entra en consideración el origen del saldo a la hora de poder transformarlo en otras
monedas (ejemplo: un saldo proveniente de un cobro de una exportación en moneda extranjera –
dólares- transformando en euros, puede ser considerado un caso de convertibilidad limitada, si la
autoridad monetaria autoriza tal tipo de operaciones teniendo en cuenta el origen del depósito
bancario).

La convertibilidad de las monedas es algo fundamental para la seguridad del tráfico mercantil en
las operaciones de exportación e importación (ejemplo: un exportador español a Brasil que
recibiese un cheque nominado en reales, la moneda del país sudamericano, días antes de la crisis
de la divisa brasileña en 1999; de tardar en cobrar el cheque unos días, dando por hecho que
pudiese hacerlo sin grandes dificultades, sus pérdidas en términos de euros podrían haber sido
considerables).

MERCADO DE DINERO

Paralelamente al mercado de divisas hay que constatar la existencia de un mercado de dinero


íntimamente relacionado con aquel. En términos generales definimos el mercado de dinero como
el de los activos a corto plazo, es decir, con vencimiento máximo de un año. Aquí, no obstante, el
concepto de mercado de dinero es más restringido, refiriéndose a las operaciones de préstamos y
depósito de divisas en los mercados bancario e interbancario.

Los depósitos o los préstamos en dichos mercados suelen tener una gama de vencimiento que van
desde un día a una semana para operaciones puramente interbancarias, y desde uno a varios
meses, máximo un año, para transacciones en las que alguno de los intervinientes puede no ser un
intermediario financiero.

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