Alvarado
Alvarado
Alvarado
NOMENCLATURA
DENOMINACIÓN TOPONIMIA
Alvarado. En 1518 se le llamó Alvarado en honor del conquistador Pedro
de Alvarado, quién participó en la organización del Ayuntamiento
de la Villa Rica.
ESCUDO
Contiene siete símbolos iconográficos entrelazados entre sí. Le
rodean unas figuras de diseño prehispánico, una cruz, dos anclas
entrecruzadas, un pez saltando sobre la superficie del agua, dos
manos estrechadas, un círculo en la parte central de los cuatro
cuarteles con una corona de laureles y la fecha de 1846, con una
significativa flor de lis en la parte inferior en donde se enlazan
las figuras de diseño prehispánico.
HISTORIA
Según algunos autores era una población con profunda influencia Olmeca, cultura que
se extendió desde el río Grijalva hasta el río Papaloapan. Otra versión es que los
totonacas venidos del norte de nuestro estado también dejaron huellas a su paso por
el municipio, esto fue posterior a la Olmeca, la estela encontrada en la laguna de
Macuile revela este hecho.
Antes de la llegada de los españoles el lugar que hoy ocupa la comunidad alvaradeña
estuvo habitada por diversos grupos indígenas, para probar este acierto se hace
referencia a el muro artificial que corre paralelo a la laguna, al sur de la ciudad,
formado de arcilla y valvas de ostión conocido como "El cerro de las Conchas". Estos
promontorios fueron levantados a manera de dique para evitar las inundaciones de los
ríos Blanco y Papaloapan. Durante la expansión del imperio Azteca, se llamó Atlizíntla,
cuyo significado es: junto al agua abundante". Actualmente su nombre se le debe al
conquistador Pedro de Alvarado.
Una vez que Cortés llegó a lo considerado como punto principal de la conquista a
Tenochtitlán, de inmediato pidió al emperador Carlos V, que los límites del primer
obispado, el Carolense o de Yucatán, se extendiera hasta la capital azteca. Así, por
cédula fechada en Granada el 19 de septiembre de 1525, se extendió el dicho obispado
hasta comprender toda Tlaxcala, Veracruz, Tabasco y gran parte de Chiapas, fijando
la sede en Tlaxcala.
Aunque en una visita hecha por José Solís, Juez Congregador de la península de
"Guazacoalcos" a esta región, describe a Tlacotalpan y Alvarado como pueblos de
indios, es de considerarse que a esta fecha (1600) los españoles establecidos ya tenían
una comunidad a la que llamaban San Cristóbal de Alvarado, así conocida desde dicha
fecha. A este respecto, se considera aceptable la fecha de nacimiento de San Cristóbal
de Alvarado (1600) por los numerosos españoles que fueron llegando desde 1568,
dedicados principalmente a la pesca y a la arriería.
Durante la Colonia el actual río Papaloapan se llamó río Alvarado. Así se menciona en
todos los relatos del virreinato.
Entre los años 1609 y 1624, el ilustre prelado de Puebla don Antonio de la Mota y
Escobar, con el fin de informar el estado que guardaba la provincia de Veracruz, llevó
a cabo un recorrido cuyo resultado fue al comenzar su visita por el Puerto de Alvarado,
doctrina de clérigos, pueblo vecindad de 27 españoles dedicados a la pesca del mar y
de río y a la arriería para sacar a la venta el pescado, y también al corte de madera de
cedro que hacían río arriba, rumbo a Cosamaloapan para vender y utilizar en la ciudad
de Tablas de la Nueva Veracruz.
El asiento de este puerto era la ribera y boca del rio Alvarado, y que si bien formaban
una bahía tan ancha como la de San Lucas de Barrameda, no entraban barcos de
mayor porte que 70 toneladas, por la barra de arena que azolvaba su alfaque, en cuyo
paraje había astilleros para hacer fragatas, barcos y muy gruesas canoas. Había en el
Puerto un aserradero.
Continuando la exposición de datos cronológicos, los datos tomados del Archivo
Municipal, por los que sabernos que Alvarado, como todos los puertos del Golfo, fue
víctima de los ataques de los piratas, uno de esos ataques se efectuó en el año de
1667.
No todos los indígenas salieron del lugar; quedaron algunas familias diseminadas
establecidas más al norte del Valle, al norte del nuevo poblado de españoles conocido
como San Cristóbal de Alvarado, y familias de indígenas vivieron aún dentro de este
poblado.
La Laguna de Camaronera fue para los alvaradeños de gran importancia, dado que
durante más de dos siglos fue parte importante de la economía del lugar, por lo que
originó innumerables discusiones acerca de los derechos y explotación del mismo.
Entre los primeros documentos que de la villa y puerto de San Cristóbal de Alvarado
se conocen, están los obtenidos por don Luis Martínez de Hermida, Regidor Alférez
Real por su majestad, Alcalde de primer voto y presidente de un ilustre ayuntamiento
(el segundo de sus presidentes), adquiridos en 1819. Era el lugar de desembarco,
después de navegar a través de las lagunas de Alvarado y Camaronera, para seguir
rumbo a Medellín por donde era forzoso pasar para llegar a Veracruz. Así viajaban los
vecinos de Alvarado cuando iban a Veracruz, antes de que se inaugurara el servicio de
ferrocarril el 1º de julio de 1893. El primer tramo de esta línea se construyó en 1875,
con una longitud de 15.410 Km. concluida la obra en 1892 por la Compañía Pearson,
de Veracruz a Medellín.
En el siglo XVIII se hicieron muy frecuentes los ataques de los piratas en los puertos
del Golfo, y se registraron insurrecciones interiores, lo que hizo que las autoridades
correspondientes se preocuparan por fortificar principalmente los puertos, con el fin de
repeler esos ataques. En 1762, fuertes y baluartes fueron dotados de las baterías
necesarias fabricadas en Alvarado. Así, nos lo confirma el acuerdo de la junta celebrada
el 9 de agosto de 1762 en Ulúa, presidida por el gobernador de la plaza quien aprobó
para la fortaleza de Ulúa la construcción de las baterías que ya se venían fabricando
en Alvarado, bajo la. dirección del Coronel de Artillería Diego García Panes, con algunas
modificaciones al plano inicial.
En las primeras décadas del siglo XIX, San Cristóbal de Alvarado continuaba regido por
el gobierno colonial. Su participación en los sucesos de la Independencia, al menos
antes de 1820, no le fue favorable, y era natural ya que sus pobladores, organizados
políticamente, eran en su mayoría de origen español.
En 1812, con el afán de controlar con mayor efectividad las provincias de la Nueva
España, el gobierno virreinal implantó una nueva división política. México, Puebla,
Oaxaca, Veracruz y Michoacán formaron una de esas divisiones regidas por un jefe
superior político nombrado por el rey; a su vez cada una de las provincias la gobernaba
un jefe político. El primer jefe político de la provincia de Veracruz fue Ramón Gutiérrez
del Mazo.
Para esas fechas la plaza de Alvarado se encontraba comandada por el aguerrido Juan
Topete, quien ya gozaba de fama por sus intervenciones guerreras. Éste, previendo un
ataque insurgente y conocedor del empuje del enemigo, se previno reforzando la plaza
con contingentes de Acayucan y TIacotalpan.