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Marina Muller Cap 6 Resumen

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Psicopedagogía y Psicopedagogos “Acerca del campo ocupacional y la clínica

psicopedagógica” Marina Müller


Hallamos en la psicopedagogía una interdisciplina, una particular complejidad que reclama modelos
teóricos y estrategias operacionales provenientes de distintos ámbitos. Se trata de SUJETOS indagados por
otros SUJETOS, en proceso de conocimiento donde el OBJETO a conocer es eminentemente SUBJETIVO y es
al mismo tiempo captado por quienes deberán RECONOCER su propia SUBJETIVIDAD en la investigación y
en la clínica.
Aprendemos sobre otros SUJETOS que aprenden y sobre nuestro propio aprender. Todo sujeto tiene
trazados los medios, las condiciones y limites de sus aprendizajes, tanto desde su inconsciente simbólico y
constituido en interrelación con OTROS, como desde su actividad estructurante de un universo estable.
Estas posibilidades, del sujeto que aprende, están situadas en un nivel inconciente, desde el cual emerge el
sujeto de deseo y el sujeto epistémico, un mismo personaje, que desde la psicopedagogía se caracteriza
por su deseo de conocer y aprender.
Este deseo de conocer (epistemofilica) esta ligado en movimiento dialectico, a la búsqueda de su propia
verdad (conocer quien es, y quien es para los otros) y la búsqueda del mundo cognoscible, cultural,
compartido socialmente.
APRENDER representa un dinamismo múltiple: preguntarse acerca sobre si mismo, de los demás, del
mundo: incorporar conocimientos desde una intensa actividad personal, que los modifica y que puede
producir novedades y cambios; instrumentarse con los recursos que proporciona la cultura para ocupar un
lugar social participativo.
OBSTACULO EPISTEMOLOGICO: ESCLARECIMIENTO, IDEA DE PERFECCION Y DE DESEO DE SABER UNITARIO
(EXPLICACIONES TOTALIZADORAS, NO SE TOLERAN LAS CONTRADICCIONES, LO QUE NO SE LOGRA UBICAR
EN EL SISTEMA TEORICO ELABORADO). La frustración ante los conflictos para la elaboración progresiva de
la identidad ocupacional.
Descubrimos en todo aprendizaje, el incesante interjuego entre DESEO DE CONOCER y el de IGNORAR, el
aferramiento a las certidumbres, incluso imaginarias, contrapuesto a las desestructuraciones movilizadoras
que cuestionan lo conocido y llevan a ampliar sus limites. REAL VS LO QUE SE CREE SABER= LO QUE SE
SABE.
El pensamiento científico entendido como hipotético, revisable, inacabado, siempre abierto a
interrogantes, es una laboriosa conquista, nunca definitiva. Ninguna de las posiciones teóricas ES
AUTOSUFICIENTE para explorar e intentar explicar este objeto de estudio, su compleja estructura, y los
procesos que lo transforman.
Los principales aportes que toma la Psicopedagogía provienen de la psicología y epistemología genética y
del psicoanálisis (también psicología social – Pichon Riviere) – por ello hay una necesidad de
esclarecimiento de marcos teóricos)
Si pensamos en el SUJETO-OBJETO de la psicopedagogía, se nos presenta el ser humano que aprende. El
modo de conocimiento y de aprendizaje depende de una compleja serie de factores. Intervienen las
condiciones pre-subjetivas (cultura, sociedad, lenguaje, estructuras neurológicas-hereditarias), las
psicogenesis de las estructuras mentales, la dinámica afectiva y el sistema de relaciones intersubjetivas, la
interdependencia entre los aspectos situacionales e historia personal. Cada persona aprende con un estilo
peculiar, con sus posibilidades y limitaciones mentales, educacionales, socioculturales y económicas.
En la relación pedagógica, el inconsciente del educador demuestra pesar mas que todas sus intenciones
conscientes en el alumno.
Lo que se aprende pasa por una relación de amor y deseo donde se trata acerca de los protagonistas
(realidad psíquica) y del universo socio cultural y científico (realidad exterior). Implica la subjetividad del
que aprende y sus instrumentos de conocimiento, actividades por una relación con los OTROS, desde una
ubicación determinada en el ámbito social mas amplio. “EL deseo de aprender es la síntesis del deseo
funcional de comunicación y del deseo de afirmación de la identidad” “El niño necesita de aportes de
técnicas y conocimientos, pero estará tanto mas disponible a las actividades intelectuales cuanto mejor
haya resuelto sus problemas afectivos, reencontrando su seguridad afectiva”
Uno de los problemas, al hablar sobre la identidad profesional del psicopedagogo, consiste en forzar la
uniformacion en una identidad común, general, cuando existen interminables matrices y diferencias
personales, incluso muchas maneras de asumir el rol y de trabajar en psicopedagogía.
EL rol psicopedagógico toma variantes cuyo acento recae en alguna de sus dos designaciones: Mas
psicológico o mas pedagógico, mostrando dificultad para resolver las contradicciones que lo marcan
(Responder a los impulsos de “enseñar”-a quien no sabe- o de “curar”-al que esta enfermo- en tanto
desoye su propia ignorancia)
EL aprendizaje supone la presencia del conflicto y de la contradicciones. Y es un serio problema en el
desempeño del rol psicopedagógico el hecho de tratar de tapar el conflicto, ofreciendo imágenes
idealizadas y perfectas del sujeto y del aprendizaje.
Podríamos decir que los limites del psicopedagogo están dados por la imposibilidad de someter al
inconciente, dado que es el inconsciente en si quien nos impone sus leyes, aunque en la actividad
psicopedagógica se intente ejercer un poder sobre otros seres humanos mediante una relación, una
palabra y una tarea.
Una ética de la psicopedagogía ha de reconocer a cada sujeto en su DIFERENCIA y RESPETAR su lugar como
ser de lenguaje y de cultura, y conducirá a desenmascarar la función de las ilusiones de perfección y de
saber omnipotente como engañosas y obstaculizadoras del aprendizaje.

 La clínica psicopedagógica
La mayoría de los psicopedagogos se dedica al diagnostico y tratamiento de problemas de aprendizaje, por
lo general en niños de escolaridad primaria común o especial. El diagnostico y tratamiento emitidos, a
veces por distintos profesionales, es llevado por los padre con la fuerza de una sentencia, de un veredicto
que moviliza y cuestiona profundamente la relación con ese hijo, su idoneidad como padres, sus
sentimientos de culpa, su frustración y ambivalencia hacia el niño.
Al concurrir a la consulta los padres DEMANDAN AL PSICOPEDAGOGO, se plantea el problema y se espera
la intervención que suprima los síntomas lo mas rápido posible. Sin embargo, la demanda, implica una
afirmación de desesperanza, en otros casos, con una fantasía básica de que el niño no tiene cura. La
conclusión, mas pronto o tarde, apuntara entonces a cambiar interminablemente de profesional,
decepcionados por la asistencia obtenida, para reiterar el ciclo.
El paciente que es llevado a consulta, talvez, no sabe bien que le pasa ni por que, pero su forma de ser
reconocido, de lograr una identidad y una presencia significativa en la familia es “eso” que le pasa (corre
riesgo de perderse como sujeto). Cuando se acentúa el síntoma se convierte en el único lenguaje
disponible para indicar existencia, para comunicar alteraciones o fracasos en su relación con los demás,
problemas donde participan también los padres, hermanos y maestros. “Las conductas inadaptadas que
expresan fantasmas de los cuales ni el mismo es conciente, no le permiten establecer la comunicación a
nivel de eficacia que le permitiría reconocer su deseo y darle una expresión simbólica adaptada (Lapierre)”
Las sesiones son lugar de despliegue de fantasmas angustiantes y perturbadores para el niño, de tener la
posibilidad de ser escuchado y de contar con una intervención que lo ayude a elaborar su fantasía, la
participación clínica es ser de ACOMPAÑANTE Y FACILITADORA.
Padres y maestros suelen transferir sobre el niño una constante de “el afán pedagógico” la tentativa de
adaptar lo inadaptado, de hacerlo cambiar para adecuarse a los modelos aceptados, el rechazo de
síntomas.
El problema de la intervención psicopedagógica reside en otra parte: en saber aceptar al consultante tan
cual ES, no “por lo que tiene que ser” (o saber hacer), y reconocerle un espacio y un tiempo en los cuales
pueda expresar su personalidad y sus alteraciones, con la certidumbre de ser respetado en sus
peculiaridades, sus síntomas y su propio ritmo de aprendizaje. Confiar en el y esperarlo. ESTO requiere
una MIRADA y una ESCUCHA muy atenta, para descubrirlo y aprender de el (acompañarlo, participar y
colaborar en su juego y en su aprendizaje, mediante propuestas verbales, lúdicas, dramáticas, o de otra
índole, en la línea que señalen el desarrollo y la búsqueda propia del paciente)
“Nosotros queremos trabajar con lo que el niño tiene de positivo, interesarnos por lo que sabe hacer y no
por lo que no sabe hacer. A partir de ahí, la relación pedagógica puede distenderse, desdramatizarse la
situación y volver el niño a encontrar confianza y seguridad” Lapierre y Aucouturier.
No acepta la reeducacion instrumental con sus implicación de tratamiento sintomático.
La clínica psicopedagógica solo puede recibir ese nombre si admite un encuentro entre consultantes y
psicopedagogo, en torno de una tarea-objetivo: aprender a aprender. Se trata de sostener un ámbito
donde el síntoma sea respetado en cuanto es algo significativo y profundamente personal de ese niño, que
necesita manifestarse. Y poder desplegar actividades que el paciente desee realizar, sin olvidar que en ese
proceso estamos trabajando para posibilitar a ese ser humano un acceso personalizado al mundo de la
cultura, y medios alternativos para expresar con mayor libertad sus propios lenguajes.
Los objetivos psicopedagógicos no consistente en promover la adquisición de mas conocimientos, sino en
dar posibilidades al sujeto que se asoma tras los síntomas, ayudarlo a estar mas disponible, a contactar con
su deseo de ser y de aprender, desde el reconocimiento de las pulsiones, el inconciente, la afectividad, la
corporalidad, el pensamiento en toda su riqueza, no solo conciente sino también simbólica. Desde allí
crece el deseo de conocimiento, aun en sus variantes escolares y es en concordancia con ese deseo que
cumpliremos el rol psicopedagógico de acompañantes y participes del aprendizaje en el paciente.

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