Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

Biografía de Juan Fanning

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 4

BIOGRAFÍA DE JUAN FANNING

CAPITAN DE NAVIO JUAN FANNING GARCIA


Nació el distinguido marino en Lambayeque el 3 de abril de 1824. Fue
hijo del señor Juan Fanning, acaudalado comerciante norteamericano y
de la señora Micaela García.
Huérfano desde muy corta edad, impulsando por su vocación a la
carrera de marino el joven Fanning se embarcó en un buque mercante,
Luego hizo sus estudios profesionales en la Escuela Militar y Naval del
Callao, bajo la dirección del prestigioso marino, Contralmirante don
Eduardo Carrasco.
Durante la administración del Gobierno del General don Ramón Castilla
en 1845, formó parte de la primera comisión de marinos peruanos
exploradora del río Amazonas y sus afluentes en dos pequeños
vapores, el “Tirado” y el “Huallaga”.
Declarada la Guerra con España, el prestigioso marino ejerció el cargo
de Mayor de Ordenes de la Escuadra aliada.
El 9 de abril de 1879, cuatro días después de iniciadas las hostilidades
contra el Perú por la República de Chile, se embarcó con destino a
Arica, como jefe de Estado Mayor en las Fuerzas. Desempeñó aquel
cargo hasta el mes de setiembre de 1879, en cuyo mes se le otorgó
licencia para atender al restablecimiento de su salud.
El 31 de diciembre del mismo año, mereció el nombramiento de Jefe de
la Batería “Santa Rosa” en el Callao, y el 20 enero de 1880, le fue
encomendada por el Jefe Supremo de la Nación, don Nicolás de
Piérola, la organización y luego el mando del Batallón “Guarnición de
Marina”, formado por los bizarros chalacos que anteriormente habían
proporcionado las guarniciones a nuestras lanchas durante el bloqueo
del Callao, y que habían participado en aquellos repetidos combates
nocturnos con las lanchas chilenas desprendidas de la Escuadra
bloqueadora, adquiriendo esa confianza en medio del peligro que
caracteriza a las aguerridas tropas.
En el fragor del combate Fanning cayó a su vez mortalmente herido
por un proyectil que le penetró cerca al corazón. Fue recogido por una
ambulancia que lo trasladó casi agónico a su casa en Lima, donde
expiró al día siguiente, 16 de enero, a la edad de 57 años, en brazos de
su esposa doña Teresa Gonzáles de Fanning. Las últimas y repetidas
palabras del Capitán de Navío don Juan Fanning, como si musitara una
oración al expirar, fueron: “Muero por la Patria”, y en verdad moría por
este Perú, al que le había ofrendado fortuna, honor y vida, para seguir
viviendo en la inmortalidad.
Sus restos reposan en la Cripta de los Héroes, de la Guerra del
Pacífico. Santuario del Patriotismo Peruano, inaugurado el 8 de
setiembre de 1908 en el Cementerio Presbítero Maestro.

Su viuda, la célebre Teresa González de Fanning, se consagró desde


entonces a la educación de las niñas y destacó como escritora, siendo
recordada como la precursora de la moderna educación de la mujer
orientada a su independencia laboral
BIOGRAFÍA DE MIGUEL GRAU

Almirante Miguel Maria Grau Seminario


(Miguel María Grau Seminario; Paita, 1834 - Punta Angamos, 1879) Marino y
militar peruano. Apasionado del mar desde la infancia, desarrolló una brillante
carrera militar en la marina y llegó a ser diputado. Sus aptitudes como
estratega, así como su lealtad y su heroísmo, brillaron particularmente en la
Guerra del Pacífico (1879-1883), que enfrentó a Perú y Bolivia contra Chile.

El océano fue al principio el más destacado escenario de aquella guerra, en la


que era patente la supremacía de la armada chilena, dotada de embarcaciones
modernas y bien equipadas. La marina peruana apenas contaba con dos navíos
blindados con muchos años de antigüedad, que presentaban problemas
técnicos y de mantenimiento, al igual que sus viejas corbetas y cañoneras.
Miguel Grau

Pese a ello, uno de los navíos peruanos, el Huáscar, protagonizó uno de los
episodios más heroicos de la contienda. Comandado por el almirante Miguel
Grau, el Huáscar llevó a cabo una auténtica guerra de guerrillas marítima
contra las naves chilenas en 1879. Mediante temerarias acciones sorpresa en
las que hundió diversas embarcaciones enemigas y bombardeó puertos en
poder de Chile, el almirante Grau mantuvo a raya durante meses a los navíos
enemigos, impidiendo con ello el desembarco de las tropas chilenas en
territorio peruano.

Al interferir el transporte de tropas y provisiones que se dirigían hacia el norte,


el Huáscar se convirtió en la pesadilla de los chilenos. Imposibilitado de
continuar la campaña de forma regular, el mando chileno dio la orden de
destruir o capturar el buque. Dos blindados y tres corbetas de la armada
chilena lo esperaron en la mañana del 8 de octubre de 1879 en Punta
Angamos, cerca de la localidad de Mejillones. En los primeros intercambios de
artillería el Huáscar quedó inmovilizado y Miguel Grau perdió la vida. El resto
de la tripulación fue capturada y la embarcación arrastrada hasta el puerto de
Valparaíso. El impacto psicológico de esta derrota fue muy negativo para la
moral de las tropas aliadas peruano-bolivianas.

Biografía

Hijo del teniente coronel Juan Manuel Grau Berrío, de ascendencia catalana, y
de Luisa Seminario del Castillo, descendiente de antiguas familias de la región,
la infancia de Miguel Grau transcurrió en Piura y más tarde en el puerto de
Paita, cuando su progenitor fue nombrado vista de aduana.

En 1843, siendo todavía un niño, el pequeño Miguel se embarcó en una goleta


comandada por Ramón Herrera, gran amigo de su padre, que hacía un viaje de
Paita a Panamá. Lamentablemente la goleta naufragó y, a su regreso al hogar,
su madre no estaba dispuesta a consentir ya nuevos embarques. Ingresó en el
colegio de Nieto, en el cual, según uno de sus biógrafos, Fernando Romero
Pintado, "Miguel se torna taciturno. En el colegio está siempre distraído,
callado, casi hosco. Merodea por la playa apenas terminan las clases y en los
días de vacaciones".
Contaba once años cuando doña Luisa, su madre, aceptó que volviera a cruzar
los océanos. Recorrió entonces todos los mares y durante nueve años (según
el historiador Alberto Tauro del Pino) el joven Grau "surca mares de Asia,
Europa y América en diversos transportes y aun en buques balleneros". Al
regresar al Perú (1853) se radicó en Lima, donde fue alumno del poeta español
Velarde y estudió para ingresar en la Marina.

El 14 de marzo de 1854, con diecinueve años, se convirtió en guardiamarina y


vistió por primera vez el uniforme que cubriría de gloria. Navegó en los
vapores Rímac, Vigilante y Ucayali antes de ser trasladado a la fragata
Apurímac, donde sirvió con Lizardo Montero, otro ilustre marino piurano.
Cuando prestaba servicio en la Apurímac, el comandante de esta nave apoyó la
revolución del general Vivanco. Tras el fracaso del movimiento, y junto con
otros jóvenes oficiales que formaban parte de la tripulación, Miguel Grau fue
separado del servicio (1858) y volvió a la marina mercante.

De guardiamarina a diputado

Llamado nuevamente, regresó a la Marina el 11 de septiembre de 1863,


casado ya con Dolores Cavero, quien le dio nueve hijos. Ascendió a teniente
segundo y el 4 de diciembre del mismo año a teniente primero, para pasar
pocos meses después a capitán de corbeta. Enviado a Europa para traer la
corbeta Unión, llegó a Valparaíso en 1865, año en que fue ascendido a capitán
de fragata, y desde el puerto chileno apoyó la revolución del coronel Mariano
Ignacio Prado.

Miguel Grau

Siempre al mando de la corbeta Unión, participó en el combate naval de Abtao


(7 de febrero de 1866), y siguió hacia el sur hasta los canales de Chile, para
esperar las nuevas naves adquiridas en Inglaterra. Cuando Prado, posponiendo
a brillantes marinos peruanos, contrató al contralmirante norteamericano John
Tucker para comandar la Armada, Grau protestó y presentó su renuncia,
actitud que fue considerada como rebeldía. Fue preso en la isla de San Lorenzo
y permaneció allí hasta que, después de un largo juicio, salió absuelto.

Pasó nuevamente a ejercer su profesión de marino en la actividad privada y


tuvo el mando del vapor mercante Puno, propiedad de la Compañía Inglesa. A
finales de 1867 regresó a la Marina en calidad de comandante del monitor
Huáscar. El 25 de julio del año siguiente fue ascendido a capitán de navío y el
19 de abril de 1873 a capitán de navío efectivo, siendo después, durante siete
meses, comandante general de la escuadra de evoluciones. Pasó luego a
ocupar el alto cargo de comandante general de la Marina.

En 1872, al iniciarse la revolución de los hermanos Gutiérrez, Grau encabezó el


pronunciamiento de la Marina en contra de la dictadura. Al no ser escuchado
para reorganizar y modernizar la Armada, ingresó en la política y fue elegido
diputado por Paita en el período comprendido entre 1876 y 1878.

La Guerra del Pacífico

En 1879 estalló la Guerra del Pacífico, también llamada Guerra del Salitre. En
aquella contienda Perú y Bolivia se enfrentaron contra Chile por el control de la
región situada al norte del desierto de Atacama, muy rica en salitre. El primer
gran escenario del conflicto fue el mar, el único medio a través del cual podían
desplazarse los ejércitos. Chile contaba con una escuadra superior a la del
Perú, y la flota de Bolivia era inexistente. Cuando Chile declaró la guerra al
Perú, Grau aceptó dirigir la primera división naval aun a sabiendas de la
superioridad que tenía la escuadra chilena en tonelaje, número de barcos,
cañones y espesor de blindaje, frente a la debilidad y mal estado de las
unidades peruanas.

El Huáscar, comandado por Miguel Grau

Durante seis meses Miguel Grau, al mando del monitor Huáscar, lograría
impedir el desembarco de las tropas chilenas en el territorio peruano. Inició su
campaña en mayo del mismo año y en su primera acción, el combate naval de
Iquique, hundió la corbeta chilena Esmeralda, capitaneada por Arturo Prat, que
resistió heroicamente. Miguel Grau salvó a los náufragos, lo que hizo que uno
de ellos, al llegar a la cubierta del Huáscar, gritara agradecido: "Viva el Perú
generoso".

El Huáscar realizó en los meses siguientes una serie de acciones sorprendentes


frente a una escuadra tan poderosa como la chilena. Apresó transportes
enemigos, requisó carbón de puertos chilenos y despistó constantemente a los
buques enemigos que recorrían la costa en su busca. El congreso ascendió a
Grau al grado de contralmirante el 26 de agosto de 1879.

La batalla de Angamos

El primero de octubre de 1879, en la que iba a ser su última partida, el


Huáscar zarpó del puerto de Iquique, donde el transporte Rímac había
desembarcado tropas bajo su protección. Apresó una goleta al sur de Huasco y
el día 5 se hallaba ya en la costa de Coquimbo, territorio chileno. La marina
chilena había renovado los mandos y ordenado su flota en dos divisiones para
cazar al ya célebre navío. Su plan tuvo éxito el 8 de octubre de 1879, cuando
descubrieron al Huáscar en alta mar, frente a Punta Angamos, acompañado de
la Unión, en viaje hacia el norte.

La flota chilena, compuesta por seis barcos todos ellos superiores al Huáscar
en blindaje y potencia de fuego, formaron un círculo para batirse con el buque
insignia de la marina peruana. Grau ordenó a la Unión retirarse para distraer la
flota enemiga, lo que se logró en parte porque dos corbetas chilenas salieron
en su persecución. La Unión fue más rápida y consiguió escapar; el Huáscar,
en cambio, fue encarado por el Cochrane, que con sus poderosos cañones
logró perforar el blindaje del casco y la torre de mando.

El comandante Grau murió despedazado. El mando pasó a Elías Aguirre, que


también murió. Correspondió el turno al teniente primero Melitón Rodríguez.
Caído también él, tocó el mando al teniente Pedro Garezón, quien conversó
brevemente con tres oficiales que quedaban vivos y ordenó hundir la nave
porque ya se encontraba inmovilizada. Los maquinistas abrieron las válvulas,
pero los desperfectos de la maquinaria paralizaron la inmersión, dando tiempo
a que llegaran los buques enemigos, abordaran el monitor y detuvieran su
hundimiento. Miguel Grau pasó a la inmortalidad como un marino estratega y
valiente pero generoso, que cumplió con sus proféticas palabras: "si el Huáscar
no regresa triunfante al Callao, tampoco yo regresaré".

También podría gustarte