Las Cuerdas de La Vihuela
Las Cuerdas de La Vihuela
Las Cuerdas de La Vihuela
Si entre morir y matar tripa de carnero. La preferencia por este material para encor-
me veys que a caso descanso dar las vihuelas medievales ya queda documentada en
es que cumple a mi pesar
España en la segunda mitad del siglo XIII, cuando fue escrita
tomar vn breve descanso
para tornar a penar. la General Estoria3 de Alfonso X el Sabio. En el capítulo del
Assi que la pena mia Génesis, donde se exaltan las grandes dotes musicales de
para llorar se consuela Jubal, podemos leer:
como aquel que con cautela
afloxa para otro dia Onde fue el primero que assacó cítolas e viyuelas e farpas e
la prima de la vihuela1. muchos otros estrumentos pora esto. E primeramente guar-
niólos con sedas de bestias, fasta que buscando más en este
saber falló la manera de las cuerdas de los ganados, que se tiran
al como refleja Antonio de Villegas en este bello
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las cuerdas de vihuela
rica con la de los musulmanes, que como hemos comentado suministro directamente con los carniceros, tal como hizo
también usaban cuerdas de seda en sus laúdes6. Por tanto, Melcior Gaillard, «violerius et corderius cordarum viola-
en el momento en que comenzó a desarrollarse la vihuela rum» de Barcelona, en el año 15418.
de mano, el uso y elaboración de cuerdas de tripa tenían en Sólo hemos encontrado un tipo de cuerdas de vihuela
Castilla una trayectoria centenaria, tiempo más que sufi- que posiblemente se fabricaban de otro material. En la carta
ciente para establecer una tradición y una serie de técnicas que el Consell de Barcelona dirige a la Confraria dels Cor-
y conocimientos aplicados a su manufactura. Este momento ders de Corde de viola de Barcelona en 1649 se indica que
es considerado por los especialistas como la segunda etapa «no se entenga prohibir als mestres cotoners la fàbrica d’una
evolutiva en la elaboración de las cuerdas, que se desarro- espècie de cordas de viola ques diuen fiansas, las quals púgan
lló entre la segunda mitad del siglo XV y mediados del XVI. tant solament fabricar per lo ús del offici de cotoner…»9.
Fue entonces cuando apareció la figura del cordero, quien Desconocemos por qué los corders no podían fabricar estas
«perfeccionó y racionalizó la técnica de manufacturación cuerdas denominadas fiansas, quedando su elaboración
ya en uso, llevando la calidad de las cuerdas armónicas al exclusivamente en manos de los algodoneros. Tampoco sabe-
máximo nivel mecánico y acústico»7. mos de qué material estaban elaboradas. Lo que parece evi-
Para la fabricación de cuerdas se usaba exclusivamente dente es que cubrían, parcial o totalmente, unas necesida-
tripa de carnero. En España, los gremios y cofradías de fabri- des que las cuerdas de tripa ‘normales’ no podían cubrir.
cantes de cuerdas fueron muy tenaces en su empeño de evi- En la siguiente tabla se comparan diferentes caracterís-
tar el uso de tripas de otros animales, debido a sus peores ticas de la elaboración de cuerdas en las distintas ciudades
cualidades para tal fin (ver Tabla 1). Para asegurar la cali- peninsulares de las que se conserva algún tipo de regla-
dad de la materia prima, algunos corderos contrataban su mento:
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mio de fabricantes de cuerdas de Madrid a los violeros para productos utilizados en su preparación. Las Ordenanzas con
su distribución y venta16 confirma también esta estrecha que se rige y gobierna la república de la muy noble y leal
vinculación. El convenio de los fabricantes de cuerdas con ciudad de Valladolid19 (1549), ya hacen referencia al res-
los violeros suponía ventajas para ambos gremios. Por una pecto en su Ordenanza II (capítulo 4):
parte, los violeros se aseguraban disponibilidad de material Otrosy ordenamos y mandamos, asy por la limpieza del pue-
para entregar sus instrumentos debidamente encordados; y blo como por la salud, por el daño que en él suelen los malos
por otra, los fabricantes de cuerdas se beneficiaban de una olores causar, que ninguna persona vazíe por las calles e pla-
comercialización más eficaz, sobre todo en aquellas ciuda- zas desta villa, ny a las puertas de sus casas, caldo de tripas de
des en las que se prohibía la fabricación de cuerdas dentro que se hacen las cuerdas de vihuela, so pena a que por cada
vez que lo contrario se le probare haber hecho, que pague tres
del recinto urbano (como veremos a continuación, en deter- reales, los dos para el Fiel de la limpieza o persona que lo acu-
minadas ciudades no se permitía la fabricación de cuerdas sare, y el uno para los jueces que lo sentenciaren.
en el casco urbano, aunque sí su almacenaje). Una vez que
se introdujeron las cuerdas entorchadas, algunos violeros Y aunque esto se ordenaba en el siglo XVI, parece que
fabricaron sus propios bordones17, lo cual supuso la posibi- la actividad de los fabricantes de cuerdas siguió siendo con-
lidad de adaptar los bordones a las características de los ins- siderada contaminante, ya que dos siglos y medio más tarde,
trumentos. Romanillos documenta esta práctica en Madrid concretamente en 1796, Carlos IV estableció mediante Real
desde mediados del siglo XVIII, práctica que también se dio Cédula20 que:
en otros países, como Francia. En los conocidos grabados Siendo igualmente útil á la pública salud , que dentro del corto
de L’Enciclopedie podemos observar dos representaciones recinto de la Corte y demas poblaciones no se establezcan fábri-
cas ni manufacturas que alteren é inficionen considerable-
de tornos de entorchar cuerdas, uno de ellos en el taller de
mente la atmósfera, como xabonerías, tenerías, fábricas de
un violero18. velas de sebo , cuerdas de vihuela, ni los obradores de artesa-
nos que se ocupan en aligaciones de metales y fosiles que infec-
tan el ayre, debiéndose permitir solamente almacenes ó depó-
sitos de materias ya trabajadas; me propondrá la Junta de
gobierno quanto le parezca conveniente, para evitar las funes-
tas conseqüencias que pueden sobrevenir de esta tolerancia.
Una de las ciudades españolas con más tradición en la
artesanía de las cuerdas fue Barcelona. Allí existían ya talle-
res de corderos de vihuela en el siglo XVI, Segerman incluso
vincula, refiriéndose al siglo XVI, las muy afamadas cuer-
das que en Inglaterra se llamaban catlins con una corrup-
ción del término catalán21. Barcelona contó durante estos
siglos con un floreciente artesanado de corderos de vihuela,
Torno de entorchar bordones. L’Enciclopedie. que entre otras trazas dejaron los numerosos pleitos que
mantuvieron entre ellos o con artesanos pertenecientes a
En algunas ciudades, los talleres de fabricación de cuer- otros gremios. Durante el siglo XVIII tuvo lugar una pro-
das se ubicaban fuera del casco urbano, ya que tal actividad toindustrialización de diversas manufacturas en España, y
era tenida por contaminante debido a los malos olores y los es lógico pensar que el gremio de corderos de Barcelona,
residuos que producía la tripa, y posiblemente también los que se vio en un momento inmejorable, afrontara este reto
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evolutivo. Las fábricas del entorno de esta ciudad debían una relación sentimental (el amante o la alcahueta). Esta
tener por entonces dimensiones que justificaran las refe- referencia a las alcahuetas nos recuerda una de las prime-
rencias de viajeros, como la que hizo Francisco de Zamora ras citas literarias de las cuerdas, la que puso Fernando de
en su Diario de los viajes hechos en Cataluña (1785), donde Rojas en boca de su Celestina cuando ésta aseguraba que su
indica que una de estas instalaciones se aprovechaba de las hilado era «recio como cuerdas de vihuela» (Cuarto acto).
aguas del río Besòs para su actividad. Cuerda se usó también en su significado de mujer cabal, las
más de las veces quizás para calificar a alguna que no lo era.
Las cuerdas de la vihuela en la Uno de los géneros literarios en los que se utilizaron
literatura española como tema las cuerdas de vihuela fue el de las preguntas y
respuestas, género que estuvo en auge entre la segunda mitad
La gran afición que hubo en España a la vihuela y la guita- del siglo XVI y la primera del XVII. Se trata de adivinanzas
rra en los siglos XVI y XVII hizo que, a la frecuente pre- —o enigmas, como decían entonces— que iban acompa-
sencia de estos instrumentos en obras literarias se sumaran ñadas de respuesta. He aquí un ejemplo:
las referencias a sus cuerdas. Fueron muchos los autores que
nombraron las cuerdas de vihuela en sus obras, a veces sólo Hay otra cosa que biua
no gozamos tanto della
citadas, y otras veces como tema central, confirmando en por ser cosa muy esquiua
la mayoría de los casos lo que ya conocíamos por otras fuen- pero muerta nos abiua
tes, pero aportando en otras ocasiones nuevos datos o aspec- y nos holgamos con ella
tos susceptibles de estudiarse más a fondo. Que cuando el curso lo mata
Algunos escritores utilizaron el tema de las cuerdas de assi es dulce su primor
que muerta mejor nos trata
manera satírica, a veces con gran acierto; pero en otras oca- lo inuisible desbarata
siones lo hicieron en tono serio y con gran sensibilidad, tal consolando a su señor.
es el caso de las referencias al juego entre la vida y la muerte,
y sobre todo a la contribución de las cuerdas al consuelo y Esta es la pregunta que con gran sutileza y sensibilidad
la satisfacción del oyente. Al lector se le presuponía un cierto nos hace Luis de Escobar22. La respuesta nos aclara qué es
conocimiento técnico para comprender unos juegos de pala- aquello que puede desbaratar lo imposible, vencer al desa-
bras a veces muy sutiles. Entre estos juegos de palabras más sosiego del enamorado, consolar la ausencia del ser querido:
frecuentes encontramos el de prima en sus diversos signi- Siento en lo que decis acierto
ficados: la primera cuerda de las vihuelas y guitarras, el sino voyme de la tela
parentesco familiar o la hora canónica que sigue a las lau- que esto tengo yo por cierto
quando del carnero muerto
des. También se usó tercera en su significado de cuerda y hazen cuerdas de vihuela
en su doble sentido de tercera persona que interviene en y aun del escasso auariento
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las cuerdas de vihuela
esto se puede entender ¿Eran las primas el único calibre de cuerdas alemanas
que hecho su enterramiento que se comercializaba en el siglo XVI en España? Eviden-
hazemos repartimiento
temente no, pero aparte de dar el necesario juego de pala-
de lo que el solia tener.
bras a los poetas, las primas se importaban desde Alemania
El siguiente enigma, ya del siglo XVII, está también dedi- e Italia, como se desprende de la documentación que ana-
cado a las cuerdas de la vihuela23. En este caso, el anónimo lizaremos más adelante. Lo evidente es el frecuente uso de
autor también hace uso del juego entre la vida y la muerte, cuerdas alemanas en las vihuelas y guitarras españolas al
confirmando, como el anterior, el uso de la tripa de carnero menos durante la segunda mitad del siglo XVI y principios
para la fabricación de las cuerdas: del XVII, el mismo tipo de primas que se montaban en los
laúdes europeos. De la importación de cuerdas alemanas
¿Quál es aquel animal
que después de ya ser muerto, —en este caso de variados calibres—, también nos da noti-
por industria hartifiçial, cia el arpista Francisco Martínez, maestro de arpa de las
de su cuerpo material hijas de Felipe II, las infantas Isabel Clara Eugenia y Cata-
se sacan grande concierto? lina Micaela, en el memorial que elevó al mayordomo mayor
Y de tal suerte se haze
de la reina en 1576, en el que expresaba haber «comprado
y se ordena y se concierta,
que al más triste más aplaze cuerdas de Alemaña de su bolsa (…) y son todas las que ha
y al alegre satisfaze gastado y es menester de Alemaña, y valen caras»26.
y al que más duerme despierta. Junto a la calidad de las cuerdas (que al parecer iba unida
a la procedencia), otro de los factores que siempre han pre-
El carnero, y de las tripas se haze las cuerdas de vihuela.
ocupado a los laudistas y vihuelistas ha sido la humedad. Al
Otros escritores citaron las cuerdas en tono satírico. Un ser la tripa una materia higroscópica, tiende a adaptar su
ejemplo muy interesante nos lo trae el gran Vicente Espi- grado de humedad al del aire, cuya oscilación afecta signi-
nel en un poema que aparece con el número XXIV en sus ficativamente a las cuerdas. Éstas se hinchan un poco con
Poesías sueltas24. la humedad, pero en sentido transversal. Si se trata de una
humedad ligera, la cuerda tiende a subir un poco de tono
(…) (se dilatan diametralmente y encogen longitudinalmente,
Las fregonas piden ferias,
sartas de cañuto y ninfas, pudiendo romperse las más finas); si la humedad es exce-
y a veces tienen más primos siva, tiende a bajar su afinación una vez que el incremento
que hay en Alemania primas. de la masa por la presencia de agua contrarresta el efecto
(…) de la mayor tensión producida por la dilatación diametral.
En cambio, las cuerdas muy secas tienden a bajar la afina-
Esta referencia de Espinel es muy significativa, ya que
ción, al rebajar la tensión27. La alusión a las primas frescas
Espinel fue un reconocido guitarrista, por lo que debió tener
y las terceras rancias en los textos antiguos nos recuerda
ese conocimiento consuetudinario —hoy casi perdido—
que estos parámetros preocupaban a los músicos de antaño.
sobre las cuerdas. La referencia a Alemania nos indica que
Quizás las cuerdas más graves se solían montar más secas
el guitarrista conocía las primas de tal procedencia, y nos
para mejorar la respuesta en su registro. Un incremento
deja entrever asimismo su abundancia. En Alemania exis-
ligero de humedad durante la noche parece ser la razón por
tían dos importantes centros de producción de cuerdas:
la que, tal como indica Antonio de Villegas en el poema del
Múnich y Núremberg.
comienzo, se solía tomar la precaución de destensar las pri-
Esta no es la única referencia a las primas de Alemania
mas de las vihuelas después de tocar, evitando de esta
que encontramos en poemas de la época. Juan de Salinas
manera las probables roturas.
también las cita en las endechas tituladas Juguete Gracioso25
Todo esto concuerda con otra de las constantes preocu-
(c. 1589), en las que relata la disipada vida de la mujer de
paciones de los vihuelistas y laudistas en tiempos previos a
un escribano:
la aparición de las cuerdas entorchadas: la respuesta de los
(…) graves. La atención a la humedad de las cuerdas hizo que
Con la del violero, en algunos inventarios, junto a otros datos como la proce-
que vive de cara,
comunica mucho dencia, se indicara el grado de humedad o una referencia
y son como hermanas. aproximada al tiempo transcurrido desde la fabricación,
Ésta es de la vida, como se evidencia en el inventario de Juana de Portugal28,
y también muchacha, donde se relacionaron «Quatroçientas y cuarenta y seis cuer-
que con su marido das de biguela de Alemania anejas [añejas] tasadas a 4 mrs.
encuerda guitarras.
Él busca las primas, cada una que montan 1.784 mrs».
frescas de Alemania, Gaspar Sanz29 es uno de los tratadistas que aporta solu-
y ella las terceras ciones para mantener frescas las cuerdas:
de la tierra y rancias.
Él mira las cuerdas, Las cuerdas para que estèn en su perfeccion, y no se gasten, se
que solas dos hagan, deven conservar en una cagilla, o cañon de oja de lata, o fino, en
y ella, por no serlo, vna badanilla con azeite de almendras dulces; y si no tuvieres
hace las que bastan. comodidad para esso, guardalas en un pucherillo emberniçado
(…) bien cubierto, y si fuere nuevo, es mucho mejor, y assi tendras
las cuerdas frescas, y se conservaràn el tiempo que quisieres.
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las cuerdas de vihuela
Muy lejos de Zaragoza, concretamente en Inglaterra, la En el segundo de los fragmentos del poema se hace refe-
tañedora de laúd Miss Mary Burwell, que dejó un valioso rencia al abad Malvenda o Maluenda, religioso muy apre-
método manuscrito dedicado a tal instrumento, también ciado en su tiempo como guitarrista, y aquí Salinas intro-
usaba el aceite de almendras para conservar sus cuerdas30. duce un nuevo doble sentido a la palabra prima: la del
Esto confirma que la práctica estaba bastante extendida. El primado de España. Dicho de otra forma ¿Qué no daría el
aceite contribuye a evitar los efectos de la humedad y el abad Malvenda por ser la mejor guitarra del país y arzobispo
desgaste acelerado a causa de las bacterias. Abbott y Seger- primado de España?
man dicen haber obtenido resultados satisfactorios con su Este ha sido sólo un pequeño retazo de las posibilidades
uso31. que las fuentes literarias pueden aportar a este tema, Pepe
Aún hay una referencia interesante en los versos ante- Rey, en su vasto conocimiento literario recupera algunos
riores, que nos describen cómo el violero mira las cuerdas buenos ejemplos33.
buscando que «solas dos hagan». Esta es la conocida prueba
de calidad para distinguir cuerdas ‘falsas’ (que no afinan en
todos los trastes) que citan tantos autores, comenzando por Formatos de venta
Luis Milán. Consiste en sujetar la cuerda por los dos extre- En el siglo XVI, las cuerdas de clavicordio —que se hacían
mos con las manos, tensarla y hacerla vibrar: si se ven cla- de acero— se vendían por libras, al peso. En cambio, las
ramente dos cuerdas, la cuerda es buena, de lo contrario no cuerdas de vihuela se comercializaban en mazos34 o grue-
afinará adecuadamente. El poeta Juan de Salinas conocía sas (doce docenas, 144 unidades), pero no en ovillos, como
esta prueba, y se da por hecho que el lector de sus poemas era el caso, por ejemplo, del hilo de ballesta y muchos
también, por lo cabe suponer que también sería parte de otros tipos de hilatura. Es cierto que estos ovillos se apre-
esos conocimientos sobre las cuerdas que entonces eran de cian en un muy discreto número de pinturas y grabados
un dominio más amplio. de la época (ver ilustración anterior), pero están signifi-
cativamente ausentes de la gran mayoría de fuentes ico-
nográficas. En cambio, si observamos la Tabla 1 podemos
comprobar como en Granada los artesanos terminaban las
cuerdas en madejas, mientras que en Lisboa y Madrid lo
hacían en mazos. Quizás ambas cosas eran lo mismo, aun-
que no nos cabe duda de que mazo era un formato de
venta al por mayor, que probablemente equivalía a la
gruesa.
Cabe pues preguntarse qué relación hay entre las made-
jas que hacían los corderos en sus talleres y el posterior for-
mato de presentación al público. Miss Mary Burwell con-
servaba sus cuerdas en un papel blanco humedecido en
aceite de almendra, lo cual nos hace pensar más en una
cuerda enrollada de forma plana (como se hace hoy en día)
que en una madeja, de manera que el aceite estuviera en
Marin Mersenne. Harmonie Universelle. Livre Second des Instruments.
Prueba de cuerdas falsas contacto con una mayor superficie de la cuerda. Por ahora
sabemos que la comercialización al por mayor se hacía en
En otro de sus poemas, titulado Itinerario I. Itinerario mazos o gruesas, formato común no sólo en España y Amé-
escrito de Burgos a Cristóbal Pérez, ministril de Segovia32 rica, sino también en Italia, y así llegaban de importación
(1586), Juan de Salinas hace otras dos referencias a las cuer- a Inglaterra35.
das: Pero como es lógico, el vihuelista que necesitaba cuer-
(…) das no las compraba en gruesas, sino sueltas o en docenas.
No es milagro como quiera, Los mercaderes —o los comerciantes al por menor— divi-
y por eso más se estima dían las madejas o mazos de cuerdas que salían de los talle-
salir buen trecho de prima, res y las preparaban para la venta al público. El ejemplo más
de una tan falsa tercera.
antiguo de compra de cuerdas sueltas que hemos localizado
(…) hasta el momento es la adquisición de cinco cuerdas de
Pues ¿Qué no diera Malvenda, vihuela por Diego de Mendoza en la tienda de Juan Ramí-
con ser la prima de España, rez de Alarcón (Colima, México) en 1573. Le costaron cinco
por quien de Anfión y Orfeo tomines36 (el tomín era una moneda de Nueva España, con
mueren de envidia las almas? variantes en oro y plata, pero en todo caso vale decir que
(…) Don Diego pagó las cuerdas a precio de oro).
La longitud en la que se suministraban las cuerdas era
Sabemos que las terceras (y en general las cuerdas de
diferente en cada ciudad. Si tomamos como ejemplo una
mayor calibre) solían tener con más frecuencia problemas
vihuela con una longitud de cuerda vibrante de 57 cm, pode-
de afinación, y pasar de una tercera desafinada a una prima
mos comprobar que una cuerda de Granada daba para tres
que afine adecuadamente, como es lógico, es un descanso
usos, mientras que una de Barcelona sólo para dos. Lucas
para el oído.
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las cuerdas de vihuela
Ruiz de Ribayaz, cuando explica la prueba de detección de fuentes muy diferentes, como son los Registros de Navíos
cuerdas falsas en su Luz y Norte Musical (1677), habla de del Archivo General de Indias y la Premática de 1627.
la posibilidad de escoger una u otra sección dentro de la La exportación de cuerdas desde España hacia América
misma cuerda: comenzó en la primera mitad del siglo XVI y se mantuvo
… escoger un trecho de la cuerda de el largo que es menester al menos hasta el siglo XIX37. En los Registros de Navíos
para la Guitarra (…) Adviertase, que una cuerda, ò por mal que partían hacia América en el siglo XVI encontramos una
torcido, ò desigual, suele tener algun trecho malo, y alguno importante exportación de cuerdas para instrumentos musi-
bueno; digo esto, para que si se encuentra con el malo, se bus- cales. Eran, salvo muy raras ocasiones, cuerdas para vihuela
que el mejor e ella, alargando con una mano, y recogiendo con y para clavicordio, que se contabilizaban en mazos o grue-
otra. (p. 15)
sas. En cuanto a la procedencia, la primera referencia que
encontramos es «Diez maços de cuerdas de tañer de Gra-
Precios nada» (1545)38, aunque también las encontramos de Ale-
Las fuentes documentales que más luz pueden arrojar sobre mania e Italia (en particular de Florencia).
la procedencia y los precios de las cuerdas de vihuela utili- La siguiente tabla ilustra los precios y los lugares de pro-
zadas en España en los siglos XVI y XVII son las económi- cedencia de un conjunto de navíos cuyo cargamento se ha
cas y comerciales. Encontramos datos interesantes en dos estudiado hasta el momento:
Entre las cuerdas que no indican lugar de procedencia, Cada mazo de cuerdas finas de Florencia, a diez y ocho rea-
los precios oscilan entre 6 y 14 reales la gruesa. Las cuer- les.
das alemanas tenían una amplia gama de calidades, que Cada mazo de cuerdas finas de Pisa, a diez y seis reales.
incluía desde las más baratas a las de precios elevados (se Cada mazo de cuerdas ordinarias a seis reales.
valoraba la unidad hasta en 4 maravedíes en el inventario
de Juana de Portugal citado anteriormente). Las cuerdas Cada mazo de bordones a seis reales.
italianas eran las más valoradas, si tenemos en cuenta su Diferencia esta orden entre cuerdas finas, ordinarias y
alto precio, basta comparar lo que costaba el mazo de cuer- bordones. El calificativo de finas se refiere a su calibre, aun-
das de Florencia y el de Granada, costando las de Floren- que también puede definir su calidad (por algo eran más
cia siete veces más (aunque desconocemos si existe una posi- caras). Las ordinarias, ya se refiera a cuerdas de calidad nor-
ble diferencia de precio debida a una diferente sección o mal, a las cuerdas centrales en el registro del instrumento
longitud). Sólo las cuerdas de Florencia alcanzaban los 5 o a ambas cosas, parece que eran fabricadas en España, al
maravedíes (si consideramos que el mazo es realmente una igual que los bordones, al no considerarse necesario preci-
gruesa). Seguramente este elevado precio se debía a cuali- sar su procedencia. La diferencia de precio es notable, las
dades como la afinación, la resistencia a la rotura y la dura- de Florencia seguían siendo las más caras, superando a las
bilidad de la calidad de sonido, cualidades que aisladas o de Pisa. Una vez más encontramos el mazo como unidad
combinadas justificarían el alto precio. de venta al por mayor. No hay referencia a las cuerdas ale-
Sólo hemos encontrado en estos cargamentos de navíos manas, prueba de que su uso había disminuido en España
una referencia al tipo de cuerdas según su calibre: «Seis en el año 1627.
maços de querdas quartas y quintas», que costaban 7 reales Las cuerdas italianas siguieron utilizándose en España
el mazo44. por mucho tiempo, sobre todo las primas. El lado cotidiano
Otro documento posterior, la Premática45 de Felipe IV de este uso quedó reflejado en un recibo emitido en la casa
sobre la moderación de los precios de los artículos más nece- del duque de Osuna (sin fechar, pero datable aproximada-
sarios, nos informa sobre la procedencia y el precio de las mente entre 1809 y 1820)46 cuyo texto dice así:
cuerdas más utilizadas en España en la tercera década del
He recibido de Don Francisco Tellez sesenta Reales de vellon
siglo XVII. La referencia a las cuerdas es la siguiente: los qe se han gastado en un mazo de Primas de Guitarra, de
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las cuerdas de vihuela
Roma, qe costo un duro de oro; despues de encordar la Guita- perlas de los collares), la cirugía o la construcción de ins-
rra de mi ama, y ponerla al corriente quatro pesetas, y lo res- trumentos náuticos.
tante de dos entorchados de plata y de mas cuerdas qe he
tomado para la dhn Guitarra.
Son 60 rs vn Conclusiones
Antonio Plaza [Firma]
Las cuerdas de tripa gozaban en España en el siglo XVI de
No hemos podido encontrar referencia alguna sobre una tradición de siglos. Se fabricaban de tripa de carnero,
Antonio Plaza, quien pudo ser tanto un profesor de guita- material que era tenido como el más idóneo para su elabo-
rra como un violero o un criado, eso sí, al servicio del duque ración. Existía un comercio fraudulento de cuerdas de tri-
de Osuna, o más concretamente al de su esposa, pues la gui- pas de otros animales, llevado a cabo por personas ajenas a
tarra que encordó pertenecía a su ama. Parece que la des- los gremios o cofradías de corderos de vihuela. Los fabri-
tinataria del instrumento encordado era María Francisca de cantes de cuerdas se defendieron concienzudamente de este
Beaufort y Álvarez de Toledo, condesa de Beaufort-Spon- intrusismo argumentando el control de la calidad de sus
tin, casada desde 1809 con el X duque de Osuna, Francisco productos. Estos datos indican una actividad bien desarro-
de Borja Téllez-Girón. Una muestra más de la predicación llada y rentable.
que gozó la guitarra en ambientes aristocráticos, así como Barcelona, Granada, Valladolid y Lisboa eran ciudades
en manos femeninas. Y nuevamente se confirma la prefe- peninsulares donde se fabricaban cuerdas de vihuela en el
rencia por las primas italianas, en este caso de Roma, junto siglo XVI. Los vihuelistas españoles usaban cuerdas de pro-
a los entorchados de plata. Debido a su más alto precio y ducción local (sobre todo en el caso de los calibres más grue-
sus especiales características, sólo se consideró necesario sos), y se demandaban mucho las primas alemanas (en el
especificar estos dos tipos de cuerdas en el recibo. El tipo siglo XVI) y las italianas, que eran las más valoradas. Las
de entorchado más usado en el siglo XIX parece que fue el cuerdas de Florencia fueron las más cotizadas en los siglos
de cobre bañado en plata, ya que era más económico, pero XVI y XVII.
el hilo de plata maciza permitía la reducción del calibre final Las cuerdas se comercializaban al por mayor en gruesas
de la cuerda, y era el preferido por algunos músicos47. Aun- de 144 unidades y mazos, que probablemente eran lo mismo,
que el encarecimiento del precio de los bordones de plata a pesar de la indefinición numérica de este último término.
debió impedir que su uso estuviera al alcance de todos. Al por menor se vendían sueltas. La longitud de las cuer-
No hemos encontrado ninguna referencia a las conoci- das era variable según los centros de producción. Las cuer-
das denominaciones de tipos de cuerdas usadas en Inglate- das producidas en la península Ibérica de cuyas caracterís-
rra en los siglos XVI y XVII, como catlins, minikins, pis- ticas tenemos noticia tenían longitudes entre
toys o lyons. Esto no significa que estos tipos de cuerdas no aproximadamente 174 y 330 cm.
se usaran en España, donde ya hemos visto que se utiliza- La exportación de cuerdas a América se inició en la pri-
ban también cuerdas de importación. mera mitad del siglo XVI y constituyó durante tres siglos
un negocio considerable (al menos en el siglo XVI, las cuer-
Otros usos de las cuerdas das alcanzaban en América precios muy elevados). De este
comercio se encargaron en una primera etapa —siglos XVI
En una época en la que no existían materiales tecnológica- y XVII— mercaderes sevillanos, que enviaban las cuerdas
mente avanzados, la sabiduría popular supo buscar entre junto a cargamentos de mercancías del género más variado.
los materiales disponibles las aplicaciones más variadas. Las No hubo en la Carrera de Indias una especialización comer-
cuerdas de vihuela, por sus propiedades, se aprovechaban cial de instrumentos musicales, libros de música o cuerdas
también para otros usos distintos de los musicales. de instrumento durante el siglo XVI. En ciudades como
La vihuela se desarrolló en un contexto religioso de México, Puebla de los Ángeles, Nombre de Dios o Ciudad
extraordinario fervor. En un momento en el que la socie- de los Reyes, los vihuelistas podían disfrutar, desde media-
dad española estaba imbuida por la Contrarreforma, las auto- dos del siglo XVI, de cuerdas fabricadas en España, y tam-
ridades eclesiásticas utilizaron la religiosidad interior, uno bién de las afamadas cuerdas alemanas e italianas.
de los pilares del protestantismo, precisamente para com- En Barcelona se producía un tipo especial de cuerdas
batir tal ‘herejía’. Esta forma de entender el catolicismo lle- llamado fiansas, que fabricaban los algodoneros, cuyas carac-
vaba, en los casos más fervorosos, a la autoflagelación, en terísticas y aplicación exacta en las violas (¿vihuelas?) des-
un intento de emular la Pasión de Cristo. Para tal práctica conocemos hoy en día.
se usaba un tipo de azote realizado con cuerdas de vihuela, El gremio de corderos experimentó una especialización
conocido como disciplina. Luisa de Carvajal (1566-1614) paulatina, que derivó en el desarrollo de gremios específi-
nos relata en primera persona esta terrible práctica48: cos de corderos de vihuela, cuya actividad se adaptó, al
Acabada la disciplina, muchas veces me mandaba con mucho menos en el caso de Barcelona, a la incipiente industriali-
señorío que le besase lo pies; y yo, postrada en el suelo, se los zación que se vivió desde finales del siglo XVIII en España.
besaba. Pero en esto no hacia yo nada ni en sufrir golpes de No sabemos cómo afectaron estos cambios estructurales a
una disciplina de cuerdas de vihuela, nada blanda, tan bien
dados que apenas podia sufrirlos. las diferentes propiedades de las cuerdas.
Todo esto ocurría en un momento en el que se vivían
El uso de disciplinas se confirma en otros muchos testi- también importantes evoluciones tanto en la construcción
monios de la época, pero las cuerdas también se utilizaban de guitarras como en el estilo de su repertorio musical. Se
para fines más positivos, como la joyería (ensartado de las iniciaba el siglo XIX, en el que se vivirían irrepetibles
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las cuerdas de vihuela
momentos para la Historia de la Música general, y de la gui- vihuela. Madrid: Sociedad de la Vihuela, 2007, p. 123.
tarra en particular. G 18 Denis DIDEROT y Jean D'ALEMBERT: L'Encyclopédie. Recueil
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XXIV, Barcelona, 1969, pp. 1-5. Mimmo PERUFFO: 'The mystery preguntas. Valladolid, 1545, folio CIIr.
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role of loaded-weighted gut', Recercare, v (1993), pp. 115-151; que se resistió a desparecer: preguntas y respuestas de finales del
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logie, tecniche manufatturiere e criteri di scelta', Il Fronimo (Parte [http://www.juanalfonsodebaena.org/PREGUNTASSIGLODE
1ª, nº 117, enero de 2002; Parte 2ª, nº 118, abril de 2002; Parte 3ª, ORO.htm]. [El autor extrae el texto del manuscrito 22.783 de la
nº 119, julio de 2002; y Parte 4ª, nº 120, octubre de 2002); 'Gut Biblioteca Nacional de España, folios 48 y 53].
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'A Primer on the History and Technology of Strings'. 26 Luis ROBLEDO: 'La música en la casa de la reina, príncipe e
tro, 2001 (Primera Parte. Génesis. Libro I. Capítulo XVI. De los 28 Cristina BORDAS: '"E cosas de música": instrumentos musi-
fechos de la música, pp. 22 y 23). cales en la Corte de Felipe II', en Aspectos de la cultura musical
4 James TYLER y Paul SPARKS: The Guitar and its Music: From en la Corte de Felipe II, p. 239.
the Renaissance to the Classical Era. Oxford: Oxford University 29 Gaspar SANZ: Instrucción de música sobre la guitarra espa-
de diciembre de 1848, pp. 3 y 4. Ver también José Luis ROMANI- the Lute', Galpin Society Journal, nº XI, 1958, p. 15. [En el capí-
LLOS: The Vihuela de Mano and the Spanish Guitar. A Dictionary tulo dedicado a las cuerdas, la autora escribe: «they are preserved
of the Makers of Plucked and Bowed Musical Instruments of in a white paper dipped in oil of almonds, or in a hog's bladder»].
Spain (1200-2002). Guijosa: The Sanguino Press, 2002, pp. 147- 31 ABBOTT y SEGERMAN (1976), p. 435.
55-56. Citando a su vez a Louis JAMBOU: 'La lutherie à Madrid à truments in 1660', Galpin Society Journal, nº IX, 1956, pág. 97.
la fin du XVIIe siècle', Revista de Musicología, IX, 2, Madrid, [Se relacionan las tasas a gravar en los productos importados, entre
1986, pp. 427-452. [Ver también nota 7]. ellos cuerdas de arpa catlings, cuerdas de laúd catlings y mini-
16 BORDAS (1995), p. 56. kins. Las catlings procedían de Venecia y entraban en Inglaterra
17 José Luis ROMANILLOS: 'En torno a Torres. Antecedentes, en «groce, containing 12 dozen knots»].
realizaciones y secuelas', en Eusebio Rioja (coord.): La Guitarra 36 José Miguel ROMERO DE SOLÍS: Archivo de la villa de Colima
en la Historia (I). Córdoba: La Posada, 1990, Vol. I. p. 54; 'La cons- de la Nueva España. Siglo XVI. Tomo II. Colima, 2005, p. 203.
trucción de la vihuela de mano y de la guitarra española en las 37 Pascual MADOZ: Diccionario geográfico-estadístico-histó-
ordenanzas y en los inventarios de taller de los violeros y guita- rico de España y sus posesiones de ultramar. Tomo XI, Madrid,
rreros españoles', en Carlos González (coord.): Estudios sobre la 1848, p. 93 [Si el dato que aporta el autor no es erróneo, desde el
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las cuerdas de vihuela
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