La Cierva Tuerta
La Cierva Tuerta
La Cierva Tuerta
Una pobre cierva, a quien le faltaba un ojo, pastaba con cierta quietud
a orillas del mar.
Con el lado bueno miraba hacia la tierra donde abundaban los
cazadores. El lado malogrado daba hacia el agua, cuyos peligros no
eran de cuidado.
Desde entonces, dicen los ciervos, se debe andar con los ojos bien
abiertos.
MORALEJA
Para no verte en apuro,
recuerda que nada es seguro.